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SCRIPTA THEOLOGICA 40 (2008/3) RESEÑAS

problema de la ley natural. Se subrayan condiciones sociológicas, y por eso no


las evidentes ventajas de la noción clási- puede decirse que se trata de una insti-
ca de naturaleza, adecuada para indicar tución previa o anterior a la organiza-
la igualdad esencial de todos los hom- ción social.
bres y, por consiguiente, la igualdad de
Se trata de un libro de fácil lectura,
dignidad de todos los seres humanos.
con un estilo asequible a un amplio pú-
Una ética basada en la existencia de una
blico no especializado. No obstante, el
naturaleza humana común hace posible
género divulgativo presenta el riesgo de
una ética universal, alejando toda posi-
derivar a síntesis precipitadas o simpli-
ble tentación relativista e historicista.
ficaciones inexactas. Y quizás este libro
Sin embargo, por las razones expuestas
adolece en ocasiones de ese defecto. Al-
anteriormente, ese concepto de natura-
gunas afirmaciones merecerían una ma-
leza no resulta operativo a la hora de
yor ponderación especulativa: a veces
aplicarlo a problemas éticos específicos.
no se distingue con claridad lo que es
Ésta es la razón por la que la noción de una propuesta verdadera de la estrategia
ley natural no tenga en la actualidad a seguir para que llegue a ser sociológi-
«implantación social» (p. 115). Por eso camente admitida. A veces da la impre-
es preciso —según el autor— elaborar sión de que el autor, en su deseo de
una ética apoyada en la noción de per- subrayar la originalidad del personalis-
sona y no en la de naturaleza. Para ello mo, presenta de manera un tanto sim-
sería preciso cambiar el nombre al con- plista la doctrina clásica con interpreta-
cepto de «ley natural», con el fin de evi- ciones formalmente respetuosas con el
tar la contraposición moderna entre tomismo pero discutibles desde el pun-
naturaleza y razón (p. 141). Los que to de vista especulativo.
sostienen la doctrina de la ley natural la
han entendido habitualmente como un José Ángel García Cuadrado
código universal de conducta (p. 125),
lo que provoca una concepción de la ley
natural como un principio extrínseco al Max SCHELER, Arrepentimiento y nuevo
sujeto. Por el contrario, desde la pers- nacimiento, Traducción de Sergio Sán-
pectiva personalista «el hombre es y a la chez-Migallón, Encuentro («Opuscula
vez debe ser», lo que comporta la di- Philosophica» 33), Madrid 2007, 59
mensión práctica de la razón moral. És- pp., 21 x 15, ISBN 978-84-7490-896-1.
ta es una razón intrínseca al sujeto y por
tanto libre de todo carácter extrínseco. Se presenta por vez primera en su
Frente a la concepción clásica de la ley versión castellana esta pequeña obra de
natural a-histórica y a-cultural, la razón Max Scheler, redactada en 1916, es de-
moral práctica permanece abierta a de- cir en su época de conversión a la Igle-
terminaciones a lo largo del devenir his- sia Católica. En su brevedad, este libro
constituye una buena muestra de la pe-
tórico (p. 137).
netración del pensador alemán, así co-
El último capítulo se centra en el mo un excelente ejercicio de aplicación
análisis de la institución familiar en- del método fenomenológico a las expe-
trando a debatir las diversas críticas riencias específicamente humanas.
que ha recibido la familia como insti- Ciertamente el arrepentimiento ha sido
tución natural. Ante la acusación de un tema recurrente en los manuales de
naturalismo, el autor acepta que la no- Teología moral, pero en este escrito se
ción de familia varía de hecho según las desarrolla un fino análisis del acto de

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arrepentimiento que pone en juego las guiente; que en el mismo acto que re-
principales herramientas conceptuales chaza dolorosamente se nos da plena-
de la fenomenología. mente también la maldad de nuestro yo
y de nuestra acción; y que en el mismo
Scheler arranca su exposición de las
acto que parece comprensible sólo des-
posturas de autores modernos, como
de la libre posición del nivel de la nue-
Spinoza o Kant, que conciben el arre-
pentimiento como una especie de auto- va vida, se alcanza esa posición libre
salvación del alma, ya sea como un misma» (p. 30). En definitiva «es uno y
modo de aprendizaje de experiencias el mismo acto donde acontece tanto la
negativas («teoría de la resaca»), ya sea ascensión del yo, como el creciente ver
como una voluntad de expiación inte- bajo sí, la expulsión y el rechazo del an-
riorizada («teoría del autocastigo»). Pa- tiguo yo» (p. 31). Se comprende así la
ra Scheler estas teorías tienen en común segunda parte del título de este opúscu-
que prescinden del juicio divino, que es lo: el arrepentimiento supone un nuevo
sustituido más bien por «la antigua po- nacimiento, un despojamiento del anti-
licía interiorizada» (p. 14). guo yo, y una ascensión del nuevo yo
desde el cual se divisa retrospectiva-
En primera instancia el arrepenti- mente el yo que hemos sido capaces de
miento se encuadra en el marco global ser. Esta autorregeneración constituye
de la vida moral de la persona. No es la verdadera fuerza moral capaz de
posible cambiar el mal moral realizado, transformar a la persona y a la sociedad:
pero sí es posible dotarlo de un sentido como concluye brillantemente Scheler
nuevo: «arrepentirse significa imprimir «la fuerza más revolucionaria del mun-
un nuevo sentido a un fragmento de vi- do moral no es la utopía, sino el arre-
da pasada» (p. 20). En realidad, no es el pentimiento» (p. 44).
acto aislado el que es valorado negativa-
mente, sino el carácter moral de la per- Todo este desarrollo nos lleva de la
sona en su globalidad lo que viene a ser mano a la pregunta decisiva: ¿ante
rechazado. Con agudeza señala Scheler quién nos acusamos en el arrepenti-
que la forma más profunda de arrepen- miento? Sin duda, el reconocimiento
timiento no viene expresada por la ex- de nuestra falta encamina nuestros pa-
clamación «¡Qué he hecho!», sino por sos hacia el autor de la ley que hemos
«¡Qué clase de persona debo ser para transgredido: autor de la ley que es a su
haber hecho tal cosa!» (p. 27). vez un juez infinitamente misericor-
dioso. Por esta vía Scheler acabará afir-
Sin embargo, la mera constatación mando «la realidad de Dios sin dedu-
de la catadura moral de la persona no cirla del mundo» (p. 55). Al final de su
basta para el arrepentimiento. Se preci- exposición, Scheler declara que delibe-
sa una transformación real de la dispo- radamente se ha querido mover en un
sición de ánimo, lo cual comporta un plano estrictamente filosófico, pero
acto libre de nuestra persona entera, evidentemente su discurso quiere desa-
puesto que aparece a nuestra mirada rrollarse en plena sintonía con la doc-
que pudimos haber sido de otra mane- trina católica propuesta por la tradi-
ra (p. 29). En la argumentación schele-
ción cristiana.
riana se encuentran párrafos brillantes y
expresivos al alcanzar el núcleo del acto Es de agradecer la cuidadosa traduc-
del arrepentimiento: «Lo peculiar del ción —nada fácil— de este breve pero
acto de arrepentimiento es (...) lo si- significativo escrito de Max Scheler que

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contribuirá a dar a conocer con perfiles dernos y contemporáneos (Adorno,


más netos el original pensamiento del Horkheimer, Buber, Kierkegaard, por
filósofo alemán. citar sólo algunos), así como a contro-
vertidos filósofos actuales (Sloterdijk,
José Ángel García Cuadrado
Singer, Parfit, Hoerster, etc.) a los que
rebate con finura, pero sin ambages.
Robert SPAEMANN, Ética, política y cris- El humanismo de Spaemann se
tianismo, Edición de José María Barrio, muestra desde las primeras páginas: pa-
Ediciones Palabra («Serie Pensamien- ra él «ser hombre significa dar forma,
to», n. 32), Madrid 2007, 299 pp., 21
conformar la propia vida. Esto se consi-
x 13, ISBN 978-84-9480-106-6.
gue solamente cuando la vida posee un
contenido que sobrepasa la conserva-
El presente volumen recoge un total
ción de sí misma y la reproducción de
de dieciocho trabajos del filósofo Ro-
la especie» (p. 45). El estatuto peculiar
bert Spaemann, uno de los referentes
del hombre se manifiesta en su carácter
principales del pensamiento cristiano
de ser parte del mundo, y al mismo
centroeuropeo. Estos trabajos son de
diversa índole: algunos habían sido ya tiempo dominador del mismo (cfr. pp.
publicados en castellano en diversas 118-119). Sin embargo, el dominio del
revistas; otros en cambio, son inéditos. hombre por el que se configura a sí mis-
Se encuentran textos de conferencias, mo y al mundo no es exclusiva ni prin-
artículos en revistas y prensa alemana cipalmente un poder técnico. Precisa-
—casi siempre tras el telón de una no- mente por ser un fin en sí mismo y no
ticia polémica en torno a temas éti- un medio al servicio de la manipulación
cos—, así como entrevistas o conver- técnica, la naturaleza del ser humano
saciones radiofónicas. El tono general está revestida de una dignidad que se
resulta, por tanto, no estrictamente aca- manifiesta en las declaraciones de dere-
démico en la mayoría de los casos. Sin chos humanos, que tienen carácter uni-
embargo, la penetración y hondura de versal, haciendo frente así a las obje-
sus argumentaciones, en apariencia sen- ciones culturalistas de «eurocentrismo»
cillas, muestran con claridad que nos (cfr. pp. 87-89).
encontramos ante un maestro del pen- Desde este punto de vista —el hu-
samiento filosófico. manismo implícito en su pensamien-
A pesar de la diversidad de temas to—, resulta especialmente ilustrativo
abordados, quizás la idea principal que el artículo titulado «Realidad como an-
dota de coherencia interna a estas pági- tropomorfismo» (pp. 189-212). Spae-
nas sea la noción de humanismo. Un mann distingue entre antropocentris-
humanismo inspirado en la tradición mo (el hombre como centro del
clásica, pero sin olvidar las contribucio- Universo) y antropomorfismo (consi-
nes de la Modernidad. A este propósito deración de la realidad desde la expe-
resulta ilustrativo que al ser preguntado riencia humana). Mientras que rechaza
acerca de las lecturas que recomendaría, lo primero, aboga por lo segundo, pues-
Spaemann afirma con seguridad: «Pla- to que «renunciar al antropomorfismo
tón y Aristóteles. Y quizá algo de Tomás es renunciar al hombre mismo; es decir,
de Aquino. Por supuesto, Kant» (p. 95). a la consideración humana del hombre»
Pero Spaemann conoce bien no sólo a (p. 202). En este sentido la renuncia al
los clásicos sino también a autores mo- antropomorfismo es equivalente a la

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