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Otros fármacos usados en la deshabituación alcohólica

El disulfiram es un agente que inhibe la aldehido-deshidrogenasa y hace que el al cohol sea


metabolizado a acetaldehido, provoca efectos adversos en el paciente que consume alcohol,
produciendo un efecto aversivo. En varios ensayos clínicos el disul firam ha mostrado su
eficacia frente a placebo en pacientes alcohólicos (Garbutt, et al., 1999). Sin embargo, en un
ensayo clínico norteamericano realizado con 605 personas que presentaron abuso de alcohol
no se encontraron diferencias en la abstinencia to tal, aunque sí hubo una reducción de los
días de consumo en aquellos que bebieron durante el estudio (Fuller, et al., 1986). El disulfiram
también se ha probado como tratamiento en la dependencia de co caína, aunque la evidencia
actual es escasa. Existen pocos ensayos clínicos y la mayo ría sin resultados estadísticamente
significativos, aunque se observó una tendencia a favor (Pani, et al., 2010). El acamprosato es
un antagonista sintético del glutamato y su acción farmacológi ca se debe, al menos
teóricamente, a la modulación del receptor del ácido N-metil-D aspártico (NMDA), inhibiendo
los efectos negativos procedentes de su activación (Ha rris, et al., 2002). Los primeros
resultados se obtuvieron en estudios experimentales con animales, tras la administración de
acamprosato se observó una disminución en el consumo de alcohol tras la privación
(Czachowski, et al., 2001). En humanos, este fármaco parece ser una estrategia de tratamiento
efectiva y segura para favorecer la abstinencia sostenida después de la desintoxicación de los
pacientes dependientes del alcohol (Garbutt, et al., 1999), aunque la magnitud del tamaño de
los efectos de tratamiento parece ser bastante moderada (Rosner, et al., 2010). Otro
metaanálisis realizado en 2004 también llegó a la misma conclusión (Mann, et al., 2004);
estudios realizados en el continente Europeo (tres ensayos) reportaron que el acamprosato no
mostró la misma eficacia (Anton, et al., 2006; Mason, et al., 2006; Morley, et al., 2006). Estas
diferencias se podrían deber a la composición de la muestra, ya que en los estudios europeos
la dependencia de los sujetos era más severa por lo que serían necesarias nuevas
investigaciones. El ácido gammahidroxibutírico (GHB), un metabolito del ácido
gammaaminobut

Fármacos antipsicóticos o Neurolépticos

Fármacos antiepilépticos Los fármacos antiepilépticos (FAEs) se utilizan actualmente en


múltiples patolo gías, tales como cefaleas, dolor neuropático, neuralgia del trigémino, temblor
esen cial, trastorno bipolar, impulsividad o agresividad, etc., pese a que muchos de estos usos
no están autorizados por las instituciones sanitarias (Spina y Perugi, 2004); de hecho, gran
parte de estos fármacos, sobre todo los más recientes, se prescri ben en su mayoría para otras
patologías diferentes, como el topiramato (Poston, et al., 2007), la gabapentina o la
pregabalina (Savica, et al., 2007). Es por ello que muchas industrias farmacéuticas han buscado
más usos alternativos y potenciales de estos fármacos para potenciar su venta, a pesar de que
en muchos casos su mecanismo de acción no es muy bien conocido. Los antiepilépticos se han
consi derado candidatos para el tratamiento de la adicción, con base en la hipótesis de que
mecanismos similares a los que provocan las crisis convulsivas intervienen en la adicción. En un
reciente metaanálisis de la Cochrane, que revisó 15 ensayos clínicos con diferentes fármacos,
se llegó a la conclusión de que no se han encontrado diferen cias significativas para ninguna
de las medidas de eficacia al comparar cualquier fármaco anticonvulsivo con un placebo
(Minozzi, et al., 2008). Otro metaanálisis de la Cochrane sobre 56 estudios, con 4 mil 76
participantes, concluyó que los re sultados no aportan pruebas contundentes a favor de los
anticonvulsivos para el tratamiento de los síntomas de abstinencia de alcohol (Minozzi, et al.,
2010). Otro ensayo más que compara la carbamazepina con benzodiacepinas, muestra que
es tas últimas pueden ser útiles en algunos síntomas del síndrome de abstinencia al alcohol
(Lima, et al., 2009; Minozzi, et al., 2010), aunque los datos con una molécu la con estructura
similar a esta, la oxcarbazepina, no han demostrado la eficacia de la misma (Koethe, et al.,
2007)

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