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NOTAS SOBRE EL DI

El DI sostiene que ciertas características del universo, entre ellas de los seres vivos, se explican
mejor por una causa inteligente. Entiende que no es posible que se hayan dado los grandes pasos
evolutivos como resultado de mutaciones al azar y selección natural posterior, lo que equivaldría a
un proceso ciego.

La naturaleza muestra por todos lados información y complejidad. Estas son propiedades que solo
puede generar una causa inteligente. La información de las formas naturales muestra que estas son
producidas a partir de procesos guiados de manera inteligente con un propósito: la consecución de
las formas complejas que sustentan, por ejemplo, la vida. Este proceso evolutivo ha de mantenerse
aunque las formas intermedias no sean ventajosas y, por ello, no puedan ser objeto de la selección
natural. Es decir, los diversos cambios evolutivos han de darse en el orden preciso hasta que se
alcance aquella estructura realmente funcional hacia la que tendía dicho proceso.

La evidencia del DI viene de tres áreas principalmente: a) la física y la cosmología, b) el origen de


la vida y c) el desarrollo de la complejidad biológica.

a) El DI a partir de la física y la cosmología

El ajuste fino de las leyes de la física y la química, así como la existencia de las constantes
universales para permitir la vida avanzada, es un ejemplo profundo de niveles extremadamente altos
de Información Compleja y Especifica (ICE) en la naturaleza. A modo de muy pequeña muestra,
para alcanzar las condiciones necesarias en el Universo para la existencia de la vida avanzada,
algunas de las constantes básicas han tenido que ser ajustadas de la siguiente manera:

- La fuerza de la gravedad (constante gravitacional) debe ajustarse con precisión de 1 parte


entre 1035.
- La tasa de expansión del universo debe ajustarse con precisión de 1 parte entre 1055.
- La constante cosmológica debe estar ajustada con la precisión de 1 parte entre 10120.
- Los cosmólogos han calculado que la entropía inicial del universo debe haber sido ajustada
con precisión de 1 parte en 10123.

Si una de estas constantes, u otras no mencionadas, hubiera variado lo más mínimo, no sería posible
el Universo que conocemos; en su lugar nos encontraríamos el caos o, a lo sumo, un universo con
una complejidad mínima (universo de hidrógeno o de helio).

b) El DI en el origen de la vida

El problema del origen de la vida es equivalente al problema del origen de la información biológica.

Según el dogma fundamental de la biología, el material genético es la base de la vida. Ninguna ley
física o química dicta el orden de la secuencia de nucleótidos en el ADN, y las secuencias
congruentes (funcionales a la manera que lo hacen en los seres vivos) son altamente improbables y
complejas. Carl Sagan observó que el contenido de información de una célula simple es de

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alrededor de 1012 bits, comparable a unos cien millones de páginas de la Enciclopedia Británica); es
imposible que esta cantidad de información se haya alcanzado por un proceso físico-químico o por
el encadenamiento preciso de una serie de pasos dados todos (los pasos y el orden en el que se han
tenido que dar) al azar. La información gobierna el ensamblaje, la estructura y la función en
prácticamente todos los niveles de las células. Francis Collins, el principal genetista que dirigió el
Proyecto Genoma Humano, señala: «El ADN es algo así como el disco duro de una computadora».

Por todo ello, la información necesaria para construir las moléculas de ácido nucleico y su
interrelación específica con las proteínas, sus ejecutoras, no puede haber sido el resultado de un
proceso meramente aleatorio. La construcción de la primera molécula orgánica portadora de
información tuvo que “ser escrita”.

c) El desarrollo de la complejidad biológica.

La experiencia nos dice que cualquier objeto con elevados niveles de ICE ha sido diseñado.

Una forma fácilmente comprobable de ICE es la complejidad irreducible. Según el autor de este
concepto, Michael Behe, la complejidad irreducible es una disposición deliberada de partes de un
sistema en el que si se elimina o muta una de sus partes, la estructura deja de ensamblarse o
funcionar correctamente.

Entre otros casos, Behe propone como ejemplo el caso del flagelo bacteriano. Su funcionamiento
depende de la interacción de unos 40 tipos de proteínas y su montaje ha de tener lugar en un orden
exacto. Esta estructura tiene las mismas piezas que un motor fuera borda, por lo que recibe sus
mismos nombres; solo funciona si están todas. No hay ningún precedente en otras bacterias que
haga pensar en una evolución gradual hacia su consecución. En este juego de "todo o nada", la
sucesión en el tiempo de mutaciones genéticas, y estas al alzar, no pueden producir la complejidad
necesaria para proporcionar un motor rotativo flagelar funcional paso a paso, y las probabilidades
de que todas las mutaciones necesarias tengan lugar a la vez al azar es prácticamente cero.

Las máquinas proteínicas (cada una con una o varias funciones, frecuentemente interrelacionadas
con otras máquinas) producidas por nuestro ADN son irreduciblemente complejas.

La investigación biológica de los últimos 50 años ha encontrado que la vida se basa


fundamentalmente en:

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• Una gran cantidad de información compleja y específica (ICE –CSI en inglés-) codificada en un
lenguaje bioquímico (ADN-proteínas).

• Un sistema de comandos y códigos similar a una computadora que procesa la información


(transcripción, traducción…).

• Máquinas moleculares irreductiblemente complejas y sistemas multimáquina (capaces de distintos


procesos bioquímicos…).

DI y neodarwinismo

El DI no entra en conflicto con la idea de que la selección natural cause cambios a pequeña escala
en el tiempo o con la opinión de que todos los organismos están relacionados por un ancestro
común. Pero, ¿qué pasa con los casos en los que se necesitan muchos pasos o múltiples mutaciones
para obtener alguna ventaja? En esta macroevolución se encuentra la verdadera evolución. Y aquí la
evolución darwiniana se enfrenta a cuestiones a las que no puede responder.

En conjunto, los resultados de diversas investigaciones indican que muchas características


bioquímicas requerirían muchas mutaciones antes de dar alguna ventaja a un organismo y, por lo
tanto, no podrían ser seleccionadas naturalmente; es más, según esta visión, serían eliminadas. Si la
evolución ciega –al azar– no puede construir estas características ricas en ICE, ¿qué puede hacerlo?
Es necesario algún proceso no aleatorio que pueda "ver hacia adelante" y encontrar las complejas
combinaciones de mutaciones para generar estas características de alto ICE.

Este fenómeno se ve, de una manera más clara, en la adquisición, por parte de los organismos
novedosos –como muestra el registro fósil– de sistemas anatómicos y funcionales adaptados a
determinadas formas de vida. Estos sistemas arrastran consigo diversos órganos y estructuras que
serían debidas a un elevado número de mutaciones concretas, de manera que o se tienen todas las
piezas a la vez o no funciona el sistema biológico (sería inviable y, por lo tanto, no seleccionado
naturalmente). Esta realidad se ve amplificada por el hecho de que un determinado sistema
biológico está, a su vez, conectado e interrelacionado con otros sistemas; es decir, ha tenido que
haber una evolución coordinada de todos estos sistemas –con todos los elementos que integran a
cada uno– a la par. El conjunto de todos ellos daría lugar a un grupo taxonómico determinado,
concretado en todas y cada una de las especies que lo integran.

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Los grandes pasos necesarios y exhibidos por el registro fósil, dados según este en un tiempo
totalmente insuficiente (muy corto) –y no pocas veces de manera sincrónica–, se podrían explicar
por la adquisición de grandes cantidades de nueva información por parte de la vida.

Páginas webs:

https://intelligentdesign.org/articles/a-slightly-technical-introduction-to-intelligent-design/

https://www.discovery.org/

https://xn--diseointeligente-9tb.org/que-es-el-diseno-inteligente/

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