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CURIOSIDAD
Tomado de Mora, Francisco (2014)
Neuroeducación. Alianza editorial S. A.,
Madrid, España. (pp. 41, 42, 43, 44)
Máximo Monteza Flores
Docente formador, investigador y consultor
en política
¿Qué hace que en una clase llena de alumnos atentos en la que el profesor está
explicando el tema de una determinada materia, los alumnos, sin excepción,
sean de escuela primaria o universitarios, jóvenes o mayores, cambien su foco
de atención desde el profesor y lo que explica, hacia una jirafa que entrara en la
clase por una puerta, tras pasearse por detrás de él, saliese por otra?
El cerebro emocional posee neuronas y circuitos que se activan cuando ese algo
diferente asoma en el entorno, es decir, neuronas que responden al placer o el
dolor que significa el estímulo sobresaliente visto.
Hoy comenzamos a saber que nadie puede aprender nada, y menos de una
manera abstracta, a menos que aquello que se vaya a aprender le motive, le diga
algo, posea algún significado que encienda su curiosidad. Para aprender se
requiere ese estímulo inicial que resulte interesante y nuevo. Y es entonces,
como acabamos de señalar, cuando se enciende la atención de un modo
poderoso.
Precisamente el juego es, en los primeros años, la conducta que
desarrolla el niño para aprender con el estímulo de la curiosidad.
Jugar es un medio, una excusa, a través de la cual se aprende
porque cada percepción, seguida de un acto motor, es siempre
nueva, sobresale de la anterior, y refuerza así la curiosidad.
Así pues, los circuitos cerebrales que se activan ante ciertos estímulos que
encienden la curiosidad son aquellos que anticipan y adelantan la recompensa,
o si se quiere el placer, y por tanto residen en el sistema límbico o emocional e
incluyen estructuras como la corteza prefrontal, el núcleo accumbens, la
amígdala, el hipocampo, el séptum, la corteza entorrinal, el hipotálamo y otras
áreas en el tronco del encéfalo, algunas de ellas mencionadas en el capítulo
anterior a propósito de la emoción. Algunos estudios han mostrado también la
participación del núcleo caudado.
En los niños que son curiosos, como rasgo personal se han detectado
ciertos aspectos conductuales. Se dice que un niño manifiesta una curiosidad
espontánea en la escuela primaria cuando:
1. Reacciona de un modo positivo, con alerta, a algo que a su alrededor
resulta nuevo, extraño, incongruente o misterioso y hace que se mueva y
oriente hacia ello para explorarlo o manipularlo.
2. Muestra una necesidad o un deseo de saber más acerca de sí mismo o
de las cosas que le rodean.
3. Explora espontáneamente, busca y husmea a su alrededor en busca de
nuevas experiencias.
4. Persiste en la exploración y examina los estímulos que aparecen en el
entorno para saber más sobre ellos.