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Cuentos cortos para reflexionar

Gestión e inteligencia emocional

El bote vacío
Un monje al que le gustaba meditar en silencio, decidió un día subirse a un bote y remar
hasta el centro de un lago. Allí estaría mucho más tranquilo y podría meditar mejor. Ya
estaba en el centro del lago y cerró los ojos. ¡Qué paz se respiraba!

Pero de pronto, cuando estaba en la fase más profunda de sus reflexiones, algo golpeó
su barca y le desconcentró. Le molestó tanto que pensó:

– «En cuanto abra los ojos, se va a enterar la persona que me golpeó».

Estaba tan furioso… Sin embargo, al abrir los ojos, solo vio una barca vacía, que
seguramente arrastró el viento a la deriva hacia allí. Entonces se dio cuenta de que la ira
no venía del exterior, sino que residía en él.

– «Cada vez que me enoje con alguien- pensó- recordaré que ese enfado está dentro de
mí«.

Parábola dos lobos


El jefe de una tribu Cheerokee le habla a su nieto acerca de la vida.

Le dice:

– Una gran batalla está ocurriendo dentro de mí.


– Es una lucha terrible.
– Es una lucha entre dos lobos.
– Uno de los lobos es el mal: él es el temor, la ira, el envidia, la codicia, la arrogancia, el
resentimiento, la mentira, la soberbia, la culpa.
– El otro es el bien: él es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la
generosidad, la verdad, la compasión, la dulzura y la fe.
– Esta misma pelea ocurre dentro tuyo y dentro de cada uno de nosotros.
El niño se queda pensando en lo que le había dicho su abuelo.
Pasado un tiempo le pregunta:
– ¿Qué lobo ganará?
El anciano mira a su nieto fijamente y contesta:
– El que alimentas.

Parábola de la vida

Un autobús lleno de turistas atraviesa una región muy bonita llena de lagos, montañas,
ríos y praderas.
Pero las cortinas del autobús están cerradas, y los turistas, que no tienen la menor idea
de lo que hay al otro lado de las ventanillas, se pasan el viaje discutiendo sobre quién
debe ocupar el mejor asiento del autobús, a quién hay que aplaudir, quién es más digno
de consideración…

Y así siguen hasta el final del viaje.

¡El viaje es el destino! … si no vives en el ahora perderás gran parte de tu vida.

Vacía tu taza:
Nan-in, un maestro Japonés de la era Meiji (1868-1912), recibió la visita de un profesor
de universidad que querría informarse sobre el Zen.

Nan-in le sirvió té. Lleno la taza de su visita hasta el borde, y siguió virtiendo mas té. El
profesor observó como el té llenaba la taza y se derramaba sobre la mesa hasta que no
puedo aguantarse más:

– ¡Está rebosando! ¡No cabe nada más!


– Al igual que esta taza, – dijo Nan-in – usted está lleno de sus propias opiniones e
ideas.
– ¿Cómo le voy a enseñar Zen si no vacía primero su taza?

La taza de café:
Vas caminando con tu taza de café y de repente alguien pasa, te empuja y hace que se te
derrame el café por todas partes.

- ¿Por qué se te derramó el café?


- Porque alguien me empujó.

Respuesta equivocada.

Derramaste el café porque eso tenías en la taza, si hubiera sido té... hubieras derramado
té.
Lo que tengas en la taza es lo que se va a derramar.

Por lo tanto: Cuando la vida te sacude (que seguro pasará) lo que sea que tengas dentro
de ti vas a derramar.

Puedes ir por la vida fingiendo que tu taza está llena de virtudes... pero cuando la vida te
empuje, vas a derramar lo que en realidad tengas en tu interior.

Eventualmente sale la verdad a la luz, así que habrá que preguntarse a uno mismo: ¿Qué
hay en mi taza?
Cuando la vida se ponga difícil... ¿qué voy a derramar?, ¿alegría, paz, humildad, amargura,
palabras duras?

Trabaja para llenar tu taza con gratitud, generosidad, amor.


De lo que está llena tu taza...eso darás.

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