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VIDAS

TODOS LOS SANTOS QUE VENERA LA IGLESIA. I


1 L A BEVISA

SU PUBLICA

CON AI'ROfUrCION Y n . U O ^ S T Ü S P I C I O S DEL EXMO. É ILMO. SEXOH OBISPO DE IIAUCCEONA


1 CON INDULGENCIAS CONCEDIDAS P ü l l V A i l IOS P HELA DOS DE ESPAÑA..

ü W 7)

M A D I l l D .
BARCELONA.
LIRRER1A ESPAÑOLA, CALLE DE RELATORES
LIBRERIA ESPAÑOLA, CALLE ANCHA, NUM. 28 ^
L I D I l E I l i A S DE C U E S T A , Y DE LA P L B U C I D A D .
C-EIIDÁ, Y PIFEIUUUI, PLAZA DEL A N Ü E L . i
LA

L E Y E N D A DE ORO.
TOMO CUAUTO.

DOMINICAS D E L ANO.
LA

LEYENDA DE ORO
EJERCICIOS DEVOTOS

PARA TODOS LOS DOMINGOS, DIAS DE CUARESMA Y FIESTAS MOVIBLES.


/
CONTIENE t i HISTORIA Ó DESCRIPCION DEL MISTERIO

Ó DE LO MAS DIGNO DE SABERSE E N TALES DIAS ; ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE L A E P Í S T O L A ;

CPU MEDITACION D E S P I E S DEL EVANGELIO DE LA M I S A , t ALGUNOS EJERCICIOS PRÁCTICOS DE DEVOCION Ó PROPÓSITOS ADAPTABLES

Á TODO GÉNERO DE PERSONAS.

fscriío tn francta

POR E L PADRE JUAN CROISSET


4e la CampnMa d« Jeau*,

Y TRADUCIDO A L CASTELLANO

POR D O N JOSÉ M A R Í A D I A Z JIMENEZ,

PHESBÍTERO.

TORIO CUARTO.

MADRID. | BARCELONA.
OBRERÍA ESPAÑOLA, CALLE DE RELATORES, I LIBRERÍA ESPAÑOLA, CALLE ANCHA,
NCM.14. ? NlÍM. 23.

Barcelona: Imp. de L. Tasso^aUeBasoa, 23.


iíj,

T F n T T O T i F ^
•: •• - . . •

A l publicar la Leyenda de Oro nos propusimos suministrar á las personas


piadosas un libro en que pudieran hallar el tema de sus ejercicios y me-
ditaciones, correspondientes á cada uno de todos los dias del año. Hemos
llenado cumplidamente nuestro objeto, y el devoto ha visto de todo punto
satisfechos sus deseos al tomar en sus manos un libro que debe considerar-
se realmente como el mas completo de cuantos se han publicado en su gé^
ñero hasta el dia, supuesto que constituye la biografía de todos los santos
que venera nuestra madre la Iglesia. Muchas son sin embargo las personas
cuyos deberes sociales son incompatibles con estos ejercicios cotidianos,
y deseando los editores proporcionarles el medio de conciliar su piedad
con sus obligaciones, no han titubeado en continuarlas Dominicas integran-
do de esta suerte su obra con un complemento que reúne en cierto modo
todos los ejercicios devotos en los dias festivos, pudiendo reputarse por
tanto cada dominica como una síntesis exacta de las prácticas á que debe
dedicarse el fiel cristiano en cada dia de la semana.
Por lo que hace al mérito de la traducción, hemos preferido la del señor
Jiménez que en concepto de todos los inteligentes puede citarse como un
dechado de pureza y elegancia, digna de la elegancia y pureza de los Gra-
nadas y Mendozas.
Aprovechando una coyuntura tan favorable, y en cumplimiento de lo
ofrecido en el segundo prospecto, los editores incluirán en las Dominicas
las láminas de todos los santos que por sus circunstancias especiales promueven
en España una devoción preferente; y á fin de dar á este libro todo el realce de
que lo hace digno el piadoso objeto á que está destinado, han mandado
grabar en acero espresamente las indicadas láminas, haciendo de esta Le-
yenda un verdadero libro de oro para las personas que estiman en algo
los ejercicios de la devoción y la práctica de las virtudes de la religión cris-
tiana.
FIESTAS MOVIBLES.
El afio eclesiástico comienza el primer domingo de a d - los frutos de la tierra y la salubridad del aire.
viento , que cae el domingo mas inmediato al dia de san ' La Ascensión se celebra el jueves, cuadragésimo dia :
A n d r é s , apóstol. y/'ett/ecosíe's el domingo, quincuagésimo dia después da
La Septuagésima, la Sexagésima y la Quincuagésima pre- Pascua.
ceden inmediatamente á la cuaresma. La fiesta de la Sanlisima Trinidad está fijada en el p r i -
La cuaresma empieza el miércoles de ceniza, cuarenta mer domingo después de Pentecostés, y la de Corpus el
y seis dias antes de Pascua , y comprende: 1.0 los cua- jueves de la misma semana.
tro últimos dias de la semana á c Quincuagésima; t . 0 las El año entero comprende cincuenta y dos domingos.
cuatro semanas llamadas de Cuaresma; 3.° la semana de El número de los que se hallan entre la Epifanía y la Sep-
Pasión ; 4 . ° el domingo de /fainos, y toda la Semana tuagésima , y entre Pentecostés y el Adviento , varia según
Sania'. cae Pascua, mas ó menos inmediata al equinoccio.
Esta semana, la de Pascua , y el domingo de Cítasimo- Las Cuatro Témporas son un ayuno de tres dias, fijado
do , forman la quincena de Pascua. en el m i é r c o l e s , viernes y sábado de una de las prime-
La fiesta de Pascua se celebra en toda la Iglesia en me- ras semanas de cada estación: las de invierno tienen l u -
moria de la resurrección de Jesucristo, el domingo p r ó x i - gar la tercera semana de adviento ; las de la primavera,
mo siguiente al plenilunio del equinoccio de primavera. la primera semana de cuaresma; las de verano, la se-
Las Rogaciones son unas rogativas que se hacen durante mana de Pentecostés; y las de otoílo, hácia mediados de
los tres dias inmediatos precedentes á h Ascensión , por setiembre.

km DF.1, L E T R A SEPTDAGE- ASCENSION CORPUS DOM. D O M I N I C A 1."


CENIZA. PENTECOSTES.
SEÑíW.f DOJJIN. S1MA.
PASCUA.
DEL SEÑOR. cmuvri. TENTE. DE ADVIENTO.

18o3 b 2» Ene 9 Feb. 27 Marz. 5 Mayo. 15 Mayo. 26 Mayo. 27 27 N^v.


1854 A 12 Feb, 1 Mar. 16 Abril. 25 Mayo, 4 Junio. 15 Junio. 25 3 Dio.
1855 g 4 Feb. 21 Feb'. 8 Abril. 17 Mayo. 27 Mavo 7 Junio. 26 2 Dic.
1856 f e x x v i n 20 Ene. 6 F e b . 23 Mar?,. 1 Mayo. 11 Mayo. 22 Mayo. 28 30 Nov.
1857 d iv 8 Feb, 25 F e b . 12 Abril. 21 Mayo. 31 Mayo, 11 Junio. 25 29 Nov.

18'38 c xv 31 E n e 17 Feb. 4 A b r i l 13 Mayo. 23 Mayo. 3 Junio. 26 28 Nov,


1859 b XXVÍ 20 Feb 9 Mar. 24 Abril 2 Junio. 12 Junio. 23 Junio. 23 27 Nov.
1860 A g VII 5 Feb. 22 Feb. 8 Abril, 17 Mayo. 27 Mayo. 7 Junio. 26 2 Dic.
1861 XVIII 27 E n e . 13 Feb. 31 Marz, 9 Mayo. 19 Mayo, 30 Mayo. 27 1 Dic.
1862 16 Feb. 5 Mar. 20 Abril 29 Mavo. 8 Junio. 19 Junio. 24 30 Nov.

1863 d XI 1 F e b . 18 Feb. 5 Abril, 14 Mayo. 24 Mayo, 4 Junio 26 29 Nov.


1864 c b XXII 24 E n e . 10 Feb, 27 Marz. 5 Mayo. 15 Mayo. 26 Mayo 27 27 Nov.
1865 A III 12 F e b . 1 Mar. 16 Abril. 25 Mayo. 4 Junio. 15 Junio 25 3 Dic.
1866 XIV 28 E n e . 14 Feb. 1 Abril, 10 Mayo. 20 Mayo. 31 Mayo 27 2 Dic.
I
1867 1" XXV 17 Feb. 6 Mar. 21 Abril. 30 Mayo. 9 Junio. 20 Junio 24 1 Dic.

1868 e d VI 9 Feb. 26 F e b . 12 Abril. 21 Mayo. 3) Mayo. 11 Junio, 29 Nov.


1869 c XVII 24 E n e . 10 F e b . 28 Marz. 6 Mayo. 16 'Mayo. 27 Mayo, 27 28 Nov.
1870 1) XXVII1 13 Feb. 2 Mar.! 17 A b r i l . 26 Mayo, i 5 Junio. 16 Junio. 24 27 Nov.
1871 A IX 5 F e b . 22 Feb. 9 Abril. 18 Mavo. 28 Mayo. 8 Junio. 26 3 Dic.
1872 XX 28 E n e . 14 Feb. 31 Marz 9 Mayo. 19 Mavo 30 Mayo. 27 1 Dic.
8 f

1873 e II 9 Feb, Feb. Abril. 22 Mayo. 1 Junio. 12 Junio. 25 30 Nov.


1874 d xn 1 Feb, Feb. Abril 14 Mayo. 2't- Mavo. 4 Junio. 26 29 Nov.
1875 c XXIII 24 Ene. Feb. Marz 6 Mayo. 16 Mayo. 27 Mayo. 27 28 Nov.
18:6.1) A iv 13 Feb. Mar. Abril 25 Mayo. 4 Junio. 15 Junio, 25 3 Dic.
1877 g xv 28 Ene. Feb. Abril 10 Mavo, 20 Mavo. ai Mavo. 27 2 Dic.
:
LA

LEYENDA DE ORO
T O M O CUARTO.
• - •.

EJERCICIOS DEVOTOS
PARA TODOS LOS DOMINGOS, DIAS DE CUARESMA Y FIESTAS MüVIBl.T^

- •

HISTORIA DEL DOMINGO.

i domingo es el primer dia de la semana, al cual los todas las cosas en el nuevo sistema de religión, y que así
griegos y los romanos, después de haber aplicado á como el séptimo dia do la semana habia sido hasta enton-
cada uno de los dias de la semana el nombre de uno de ces fiesta para los judíos, en memoria de haber descansado
los siele planetas, llamaron dia del sol, «dies sol¡s,»> y los Dios el séptimo dia de la obra de la creación, quoria que
cristianos han llamado siempre por escelencia dia del So- et primer dia de la semana fuese en adelante religiosa-
ñor, «dies dominica,» por ser el dia en que se cumplió el mente festivo para los cristianos en memoria de que en
gran misterio de nuestra redención por la triunfante resur- este dia habia descansado, por decirlo así, el Salvador del
rección del Salvador, acaecida en el primer dia de la se- mundo, cumplida ya la grande obra de la redención de
mana, «in prima sabbali;» esto es, el primer dia después todos los hombres.
del sábado. Por esto los griegos llamaban al domingo Es preciso convenir en que el nombre de domingo ó dia
«anastastmos,» que significa dia de la r e s u r r e c c i ó n : do dominical es cuasi tan antiguo como la Iglesia, puesto que
suerte que cada domingo es una octava continuada de ella. se encuentra empleado en el Apocalipsis como de un uso
Como este gran misterio es el mas sólido fundamento de ya muy común entre los fieles. «Era domingo,» dice san
nuestra f é y de nuestra esperanza, y la base, por decirlo Juan, «cuando el Señor me reveló los misterios mas ocul-
asi, de toda la religión, ha querido Dios que cada ocho tos.» Pasando san Pablo por Troades, en Frigia, para ir á
dias renovásemos su memoria. Jerusalen, no faltó el primer dia de la semana, esto es, el
Nota san Juan que en el octavo dia después de Pascua, domingo, á la asamblea de los Beles. En ella predicó, hizo
estando reunidos en oración los apóstoles, fué cuando el oración, ofreció el divino sacrificio y dió á todos la comu-
Salvador se presentó á ellos, y convenció al apóstol i n c r é - nión. «Ilallándonos reunidos el pritmn- dia de la semana
dulo, mostrándole sus llagas. Quiso, sin duda, el Hijo do para la fracción,» se dice en los Ilecbos de los Apóstoles,
Üios enseñar con el ejemplo á sus apóstoles, ántes de i n s - «Pablo, que debia marchar al dia siguiente, habló á los
truirles con las palabras, que esle primer dia de la semana discípulos, y alargó el discurso hasta medi;i noclie.» Nadio
debia ser en adelante un dia solemne entre los cristianos, ignora que" por la fracción del pan se entiende siempre en
dia consagrado al culto divino, dia en el que derramai ia la Escritura la divina Eucaristía; y haciéndola el Salvador
sobre los fieles reunidos los tesoros de sus misericordias y con los peregrinos de Emaús fué como se les dió á cono-
sus mas señalados favores, si ellos eran exactos en santiíi- cer : «Cognoverunt eum in fraclione pañis.»
car este dia en los ejercicios de religión, y singularmente La reunión de los fieles en esto primer dia de !a somann,
con la oración. en un sitio adornado é iluminado con multitud do l á m p a -
No hay duda que el Salvador después de su resurrec- ras, para asistir allí á los divinos misterios, para comul-
c,on, instruyendo á sus apóstoles sobre todos los puntos de gar y para oír la palabra de Dios, demuestra bastante cuáles
la religión, y formando su Iglesia, durante el tiempo que eran ya desde entonces los ejercicios piadososcon que aque-
aun permaneció visiblemente entre ellos sobre la tierra, les llos primeros crisliatios celebraban el dia sanio del domingo.
declaró que el domingo debia suceder á la solemnidad del « En el domingo, que vosotros llamáis dia del sol,» decia
sabado, como la nueva ley sucedía á la antigua; que es- san Justino mártir, que vivia en el segundo siglo, «todos
tando ya abolidas las ceremonias legales, iba á renovar los que habitan en las ciudades, ó en la campifin, se r e u -
HISTORIA
nen en un mismo l u g a r : allí se leen, cuando el tiempo lo solemnidad del oficio del dia, todo pido que honremos
permite, los escritos de los apóstoles ó los libros de los domingo como dia del Sefíor, y que lo celebremos como
profetas.» Luego que concluye el lector, toma la pala- una fiesta solemne.» El sexto concilio de P a r í s , celebrado
bra el ^sacerdote ó el obispo que preside, « y b a c e una el año de 829, conducido por el mismo espíritu, ha dicho
exhortación para animar á los asistentes á la práctica de que «este dia és mas solemne y mas venerable que todos
aquello que han oido. Nos levantamos en seguida para los demás.» Así es que una de las primeras leyes que p r o -
orar todos junios. Concluida la oración se ofrece el pan, el mulgó el emperador Constantino después de su conversión,
Tino y el agua. Después de la consagración da el sacer- fué el ordenar que el domingo se celebrase en todo el i m -
dote la comunión á los que están presentes; y los diáconos perio romano con una puntualidad y celebridad estraordi-
llevan la divina Eucaristía á los que no han podido asistir. narias, dispensando en este dia á todos los soldados cris-
Y por último, ántes de separarse,» ánade el mismo Padre, tianos de todas las funciones militares; mandando al mismo
«los que tienen con q u é , contribuyen según su voluntad tiempo, por medio de un segundo edicto, que los soldados
para el alivio de los pobres y para la libertad de los en- paganos saliesen en este dia á campo raso para hacer t o -
carcelados.» Tal era el modo de celebrar el santo dia del dos juntos al solo Dios verdadero las preces que les esta-
domingo desde los primeros tiempos de la Iglesia: de to- ban señaladas, queriendo que el domingo fuese reveren-
das partes corrían en tropas al templo en donde se asistía ciado y observado religiosamente por todos los pueblos que
á la misa, todos comulgaban en ella, se oia la predicación, dominaba. Creyó el piadoso emperador que la ley del
y se ejercitaban en grandes obras de caridad; allí se pa- principo, por ol temor del castigo temporal, conduciria
saba el dia en la lectura de los libros de piedad y en la para hacer que se guardase con mas exaclilud la ley de
oración. La ley que ordena que se santifique así el domin- Dios sobre la observancia del domingo.
go no ha envejecido, el precepto todavía está en vigor.
A la verdad, ta solemnidad del dia santo del domingo
¿Y los cristianos de nuestros dias santifican de este modo
ha sido mirada siempre como uno de los deberes mas esen-
el domingo?
ciales de la religión, como una ley sagrada respetable á
Hei manos mios, escribe san Ignacio mártir, discípulo de todos los fieles. Dios soberano, señor de todo, podia exigir
los apóstoles, á los magnesianos: vosotros no estáis ya que todos los dias de la semana fuesen únicamente con-
obligados á observar el s á b a d o ; pero estáis indispensa- sagrados al culto divino; no se reservó, sin embargo, mas
blemente obligados á observar y santificar por los actos que un solo d i a , mas quiere que este dia se emplee lodo
mas perfectos de la religión el santo dia del domingo. San en su servicio. No solo eslá entredicha en él, bajo pena do
Dionisio de Corinto, san Clemente de Alejandría, Tertulia- pecado, toda obra servil, sino que quiere también que todo
no, san Cipriano y otros santos padres de la Iglesia p r i m i - este dia se santifique por los ejercicios de la religión y por
tiva son otros tantos testigos de esta tradición apostólica, la práctica de las buenas obras. San Teodoro de Oantor-
como de la observancia religiosa, del fervor, del celo, de bery dice que el domingo nadie se hacia á la m a r , no se
la tierna devoción con que los fieles santificaban y cele- montaba á caballo, no se escribía para el público, no se
braban el domingo. carreteaba sino para llevar á la iglesia á aquellos que no
Era tan religiosamente observada por los primeros fieles podian ir por su p i ó , no se cocía el pan, ni se hacia viaje.
la santificación del domingo, que á juicio d é l o s paganos, La obligación de celebrar el domingo es tan antigua como
como que formaba ella su c a r á c t e r ; por esto los magistra- la subrogación de su fiesta á la del s á b a d o . Por mucho
dos frecuentemente preguntaban á los cristianos si habian tiempo la solemnidad del domingo, y por consiguiente la
ido á la iglesia el domingo, como si toda la religión c r i s - cesación de toda obra servil, empezaba desde las vísperas
tiana se encerrase en este solo acto de religión. « S í , yo del sábado hasta las segundas ví.-qieras del domingo, s i -
soy cristiana,» esclamaba la generosa Thelica, « y por- guiendo el ejemplo de los judíos, á quienes Dios habia
que soy cristiana he observado el santo dia del domingo; mandado observar el sábado desde la víspera por la tarde
he concurrido á la asamblea de los hijos de Dios; he asis- basta la tarde del mismo dia. Nunca fueron los judíos tan
tido á la celebración de nuestros divinos misterios. Noso- exactos en la observancia del mandamiento del sábado,
tros no tememos celebrar el santo dia del domingo, porque como lo lian sido los cristianos con respecto al santo dia
no se puede dejar de hacer sin pecado. La ley de Dios lo del domingo. «Guárdese el dia del domingo desde las p r i -
manda, y esta misma ley nos ensena cómo debemos ob- meras vísperas hasta concluidas las s e g u n d a s , » dice el
servarle; y aun cuando debiese costamos la vida, nosotros concilio de Francfort celebrado el aDo de Tod. Desde las
observaríamos y santificaríamos este santo dia. ¿ I g n o r á i s , vísperas del sábado, que son las primeras vísperas del do-
señor,» decia Félix al procónsul Anulino, « q u e el cristiano mingo, cesaba lodo alegato y toda obra servil. Los magis-
en la celebración d é l o s sagrados misterios y en la religiosa trados de policía, de acuerdo con los santos cánones y las
observancia del domingo, hace una profesión solemne de ordenanzas de los principes, eran tan exactos para hacer
su religión, y que esta observancia religiosa es una prueba que se observase esta ley, que al último golpe do las v í s -
brillante de la fé de los fieles? Yo no te pregunto si eres peras del sábado se veian cerrar todas las tiendas. Comen-
cristiano, decia aquel juez al santo m á r t i r , sino si has ob- zando el oficio del domingo por las vísperas, continuaba
servado el domingo.» Hablemos ahora de buena fé, ¿ el m o - entonces por el de la noche, que por lo común so pasaba
do tan irreligioso, por no decir escandaloso, con que la entera en la iglesia; de este modo se satisfacía á la santi-
mayor parle d é l o s cristianos observan hoy este santo dia, ficación del domingo, hasta que cesando la vigilia de la
podría servir para prueba de la pureza de su fé y de la noche, y habiendo la Iglesia prohibido por razones de
santidad de su conducta ? buena prudencia las asambleas nocturnas, ha trasferido la
fiesta del domingo al dia civil que es de una media noche
Teófilo de Alejandría designa la solemnidad con que hay á otra, conservando, no obstante, siempre el antiguo uso
obligación de celebrar este sanio dia. «La ley, el uso, la
DEL DOMINGO. 9
fin el oficio divino que coniienüa por los primeras vísperas, Iglesia no obstante los distingue c n d b í el4se? ¡ los de p r i -
las cuales son la parle mas solemne del oficio, que con- mera clase, cuya celebridad y oficio jamás se omiten, son;
cluye por las vísperas y complelas di'l dia siguiente. el ¡¡rimer domingo de Adviento , el primer domingo de
Ni la Iglesia reddce la celebración del domingo á solo Caaresma , el domingo de Pasión , el de Ramos , el
la cesación d é l a s obras serviles ; nos obliga también á de Pascua, el domingo siguiente que se llama de nQua-.
santilicar este dia privilegiado por los ejercicios mas san- simodo,» el de Pentecostés, y el domingo de la Trinidad.
ios de la religión, y por la práclica exacta de todas las Los de segunda clase, que no ceden su oficio y su solem-
virtudes cristianas. La observancia de la ley no se reduce nidad sino á la fiesta del patrón, del titular de una iglesia
toda á oiría santa misa.Anliguamenlehabia pocos f H ^ q o e ó su dedicación, son, el segundo tercero y cuarto domin-
no participasen en este dia délos sagrados misteriospor la go de Adviento y de Cuaresma, los de la Sepluagcsiiiia,
santa comunión; ninguno se dispensaba do oir la divina de la Sexagésima y de la Quincuagésima , los cuales son
palabra. La oración, la lectura de los libros de piedad , la todos los domingos pi'ivilegiados; los dcnkás son solo de
meditación, las buenas obras, son las únicas ocupaciones una solemnidad ordinaria.
propias del santo dia del domingo. Para dar lambien á co-
nocer la solemnidad de este dia, y para distinguirle de to- PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.
dos los demás del a ñ o , ha ordenado la Iglesia que no se
ayunase en é l , y que se suspendiesen aun los demás El primer domingo de Adviento es el primer dia del
ejercicios esleriores de la penitencia. Como el femAfó año eclesiástico, y el principio de un tiempo privilegiado
es la memoria y la octava continua del dia déla Uesui rec- que precede á la fiesla do Navidad, y que en la intención
cion, no quiere la Iglesia que haya nada que turbe la ale- de la Iglesia no es otra cosa que una preparación para
gría de este misterio. La costumbre, de orar en pié el dia esta gran fiesta. Algunos creyeron que el Adviento era de
de Pascua y todo el tiempo pascual, es muy misteriosa : institución aposlólica ; pero por lo ménos es tan auliguo
pretemle la Iglesia por medio de esta postura darnos á e n - en la Iglesia como la Sesta de Navidad. Desdo que so ha
tender que habiendo resucitado con Jesucristo, no debe- celebrado el dia del mtcimienlo del Salvador, ha exhorta-
mos ya apegarnos á la tierra. Este uso lo conserva todavía do la Iglesia á los fieles á que se preparen para la cele-
la Iglesia, orando en pié el domingo, singularmente al de- bración de este dia venturoso , y ella misma les ha dado
cir el «Angelus» al toque de las oraciones, y las antífonas ejemplo por las oraciones que ha muliiplícado en esle san-
de la santísima Virgen que se dicen después ile complelas. to tiempo y por los ejercicios de penitencia que les ha
¡ Qué fondo de reflexiones no ofrece todo lo que acaba dictado.
de decirse acerca de la institución, de la solemnidad, de Como el Adviento no es otra cosa, según el espíritu de la
la santidad del domingo l ¿Y se celebra hoy con el mismo Iglesia, quenn tiempo destinado ánles de la fiesla de Na-
espirita de la religión , con los mismos sentimientos de vidad para prepararse por medio de la oración, el ayuno
piedad, con la misma veneración , la misma exactitud? y ios ejercicios de piedad á celebrar y hacerse favorable el
¿ Se le santifica con los ejercicios de devoción y con la advenimiento, esto es, la venida de Jesucristo, designado
oración? ¡ A h í ] pocos dias se ven mas profanados! por la palabra «Adviento;» no hay prácticas de penitencia
¿Cuántos hay que no emplean el domingo mas que en y devoción que los fieles no hayan puesto en uso (luíanle
ocupaciones suyas, en diversiones, en ejercicios profanos? esle santo tiempo. San Perpetuo obispo de Tours, que v i -
Con tal (pie se haya asistido de priesa, y mas como paga- vía hacia la mitad del quinto siglo, viendo que el fervor de
no que como cristiano al tremendo sacrificio del aliar , se sus diocesanos se resfriaba de dia en dia en los ejercicios
cree haber satisfecho suficientemente á la estrecha obli- piadosos de este santo-tiempo, y sobre todo que se habían
gación de santificar el domingo. Una misa oída sin devo- relajado mucho en cnanto al ayuno, ordenó que se a y u -
ción, sin respeto , y aunque se diga sin sentimientos de nase por lo ménos tres dias en la semana durante el A d -
religión , equivale para muchos á todas las prácticas de viento, que era entonces de seis semanas como la Cuares-
piedad mandadas indispensablemenle á todos los fieles. Si ma. El primer concilio de Macón, celebrado el año de Ü81,
hay una partida de placer, una diversión carnpeslre, una ordenó lo mismo, y añadió que se celebrase la misa y el
comida suntuosa que dar, en una palabra, todo lo que hay oficio divino según la orden y la regla que se observa m
ménos cristiano, por no decir mas pagano, todo se remile la Cuaresma.
al dia sanio del domingo. Hablemos, pues, de buena fé, Este canon del concilio de Macón que dispone que se
¿ p u e d e hoy llamársele dia del S e ñ o r ? ! A h ¡ e¡ Señor c e l é b r e l a misa durante el Adviento como en Cuaresma,
apenas tiene parle en é l : con mas razón se le podria l l a - nos da bastante á conocer que e! Adviento se ha mirado
mar dia del hombre, puesto que es el dia del desorden, siempre como la Cuaresma de Navidad : esto es , que así
del juego, d é l a s diversiones ; que no se emplea mas que como la Cuaresma de cuarenta dias había sido insliUmia
en lo que favorece , lo que nutre el amor propio, la incli- en la Iglesia para que sirviese de preparación á la lieMa de
nación, las pasiones del hombre ; y después de esto se es- Pascua, del mismo modo fué establecido el Adviento para
tl'at\a si el Señor está irritado, si el cielo no oye nuestros disponernos á la celebración de la de Navidad. Los ayunos
votos, si la corrupción del corazón y el error del enten- del Adviento tenian bastante relación con los de Cuaresma
dimiento lo tienen cuasi del lodo inundado; se admira si la en las igle^as donde se ayunaba todos los dias desde el
se estingue, si el número de los elegidos es ían peque- siguiente á la tiesta de san Martin ; y esto es lo que dio
^o, si por todas partes se hallan tan pocos verdaderos ocasión á los regocijos que se han acostumbrado en esta
fieles : puede decirse que la profanación del dia santo del festividad, igualmenh) que se hacia en la víspera de Cua-
domingo es el origen de todos estos males. resma, en cuyo día era permitido comer carne, no comen-
Aunque todos los domingos del año sean solemnes, la zándose hasta el otro dia la abstinencia y el ayuno. En a l -
TOMO i V . /
i O PRIMER DOMINGO
gimas iglesias el Adviento comenzaba en el mes de setiem- candóse por la confesión, por los ayunos y por la comunión
bre ; pero como no se ayunaba mas que tres veces en la sacramental. Les dice que en otro tiempo se habia ayuna-
semana, resultaban siempre solos cuarenta dias de ayuno do todo el Adviento, como si todo esto tiempo no hubiese
hasta Navidad. Kl st'gundo concilio de Tours, ano de Í567, sido mas que la vigilia de Navidad; ta escelencia, la san-
obligaba á todos los religiosos á ayunar solamente tres tidad y la celebridad de esta fiesta piden con razón, lesdi-
dias en la semana durante los meses de setiembre, octu- ce, una preparación tan grande, y una vigilia tan larga;
bre y noviembre ; pero el mes de diciembre d e M m ayu les exhorta á que ayunen algún dia de la semana durante
narletodo hasta Navidad. Todo esto manifiesta que el A d - el Adviento, ó muchos dias según la devoción decada uno,
viento no ha sido enlodas partes igual en cuanto al mime y á distribuir con abundancia socorres y limosnas entre
ro de dias ; ha sido mas largo ó mas corto, mas scguúlo ó los pobres; en este tiempo, dice, en que la caridad del
mas interrumpido , en tiempo y lugares diferentes ; esta Padre Eterno nos dio, y nos da aun todos los años su pro-
diferencia de tiempos y de costumbres se halla en los an- pio Hijo, como un tesoro infinito de todos los bienes, y co-
tiguos s a c r a m é n t a n o s : la práctica1 de observar un Advien- mo una fuente de gracias y de misericordias; que era pre-
to de cuarenta dias ó de seis semanas sub- stia aun en el ciso aplicarse mas que nunca á las buenas obras, y á la
siglo xm, al menos en algunas iglesias y entre losmonges; lectura de los libros de piedad; en fin, que era necesario
y au» después que la Iglesia ha reducido el tiempo de disponerse de tal manera para este primer advenimiento
Adviento á cuatro semanas, la abstinencia y el ayuno son del Hijo de Dios, que pudiésemos esperar su segundo a d -
de regla indispensable en muchas órdenes religiosas. venimiento, no solo sin temor, sino con aquella confianza
Los capitulares de Garlo-Magno hacen el Adviento de y aquella alegría (pie acompaña siempre á la buena con-
cuarenta dias, dándole también el nombre de Cuaresma. ciencia. Hé aquí el resumen de aquella admirable instruc-
Este pasaje de los capitulares atribuye solo á lacoslumbre ción de san Cárlos, por la que instruyendo á los pueblos
los ejercicios piadosos del Adviento ¡sin embargo, no deja tanto por su ejemplo, como por sus palabras, habia o b l i -
gado á lodos los eclesiásticos de su casa á comer al ménos
de declarar que es un tiempo de oración, de ayuno y de
de pescado durante el Adviento, conformeá la costumbre
penitencia. Y aunque lodos los dias del a ñ o , afiaflieron,
antigua de los adscritos á la Iglesia, dicen las actas de la
deben ser dias de oración y penilencia , los dias del A d -
Iglesia de Milán.
viento deben ser singularmente consagrados á estos san-
tos ejercicios de religión. San Pedro Damíhno da también Tal ha sido en todo tiempo la persuasión deque el A d -
al Adviento el nombre de Cuaresma. El papa Nicolao I , viento era un tiempo de penitencia, de oración y de reco-
esponiendo á ios búlgaros recien convertidos á la fé las gimiento, que los obispos de Francia se tomaron la liber-
costumbres de la Iglesia católica, no olvida la cua- tad de representar al rey Cárlos el Calvo, en 846, queno
resma del Adviento como muy antigua en la Iglesia era conveniente que los obispos permaneciesen en la c ó r -
romana, Rodulfo, deán de Tongrós , dice que el A d - le ni el santo tiempo delAdviento, ni en la Cuaresma, bajo
viento era de seis semanas cu Milán , y que en Roma cualquier pretesto que fuese, y que por tanto suplicaban á
se ayunaba todavía entero en su tiempo. El papa Bo- su majestad les permitiese retirarse á .sus diócesis para
nifacio V I I l en la bula de la canonización de san Luis de- instruir los pueblos, y prepararlos para las fiestas dePas-
clara que este gran príncipe pasaba en ayunos y ora- cua y de Navidad.
ciones los cuarenta dias antes de la fiesta deNavidad. San He aquí la idea que en todo tiempo ha formado la Igle-
Carlos no hacia m m que renovarlos antiguos cánones de la sia del santo tiempo delAdviento, al cual ha mirado siem-
Iglesia cuando queria que se exhortase vivamente á lodos pre cuasi al par con el santo tiempo de Cuaresma. Y si to-
los fieles á que comulgasen por lo menos todos los domin- dos los domingos del año, como m ha dicho, deben santi-
gos de Adviento , mandando á los curas que inclinasen ficarse con tanla religion:¿con qué ejer cicios de devoción, y
sus parroquianos á observar religiosamente el antiguo es- con q u é pureza no deben santificarse todos los domingos
tatuto del papa Silverio, que dice, que aquellos que no del Adviento, tan privilegiados sobre todos los demás del
comulguen muy á menudo, comulguen al ménos los do año? El oficio empezaba antiguamente con esteinvilatorio:
mingos de Adviento y de Cuaresma. Estas palabras son «Ecce venit Rex, oceurramus obviam Salvatori nostro.» Hé
muy notables: « Ut qui sepius non communicant, sin- aquí nuestro rey que viene, salgamos al encuentro á nues-
gulis saltem dominicis diebus in Quadragcsima corpus tro Salvador. En otras partes se decia también, como se
Domini sumant, ac practerea diebus dominicis Adven- dice hoy: «Regem venlurum Dominum: venite, adore-
tus.» mus.» Venid, hermanos mios, adoremos á nuestro divino
SeOor, nuestro soberano Rey que debe venir de aquí á po-
Dirigió a d e m á s san Cárlos á sus diocesanos una carta
cos dias. En algunas iglesias, como en Auxerre, se decia
pastoral en lengua vulgar, en la que les enseña, que si el
por invitatorio: «Ecce lux vera.» He aquí que viene la ver-
Adviento era de seis semanas en la Iglesia de Milán, era
dadera luz; y durante este tiempo venia un niño desdede-
para prepararse á recibir el Hijo de Dios, que del seno de
t r á s d e l a l t a r hasta la silla délos cantores con un cirio e n -
su Padre viene á la tierra para conversar con nosotros;
cendido. En Marsella durante el Adviento, después de m a i -
que era por tanto necesario en todos los dias del Adviento
tines, y antes de comenzar laudes, se interrumpía por a l -
quitar algún tiempo á las demás ocupaciones para medi-
gún tiempo el oficio para suspirar por la venida del Sal-
tar en secreto quién es el que viene, de dónde viene, c ó -
vador, y la espectacion de la salud: so arrodillaba lodo el
mo viene, quiénes son los hombres por quien viene, y por
coro, y se cantaba solemnen.en'e: « E m i l t e A g n u m , Domi-
fin, cuáles son los motivos y cuál debe ser el fruto de su
ne, Dominatorem terrae.» Enviad, Señor, el Cordero d i v i -
venida: a ñ a d e que era necesario prepararse á recibirle
no, .Señor de toda la tierra; lo cual se conlinuaba hasla la
deseando su venida tan ardientemente como la han desea-
vigilia deNavidad. De aquí aparece que en todo tiempo
do los profetas y los justos del antiguo Testamento, p u r i l i -

D K ADVIENTO. n

so liá oiuitido pnra roanimnr (luranleel Adviento la


i'eü^ion y la devoción tle los Goles. REFLEXIONES.
l ^ i a cscilarnos, pues, á eslo, la Iglesia nos proponoá «La noche ha durado hasta aquí: el dia va á nacer.»
Un tiempo en este dia las dos venidas de Jesncrislo, como Muy larga es la noche cuando dura toda la vida; y es de-
Un doble ohjeío de la devoción de que quiere qne estemos masiadamente triste el no despertarse hasta la muerte. Sin
penetrados en lodo este" santo tiempo; persuadida de que embargo esta es la suerte deplorable de muchos. Todo el
si sabemos aprovecharnos de la primera, no podrá menos tiempo de la vida, estoes, este número determinado de
de SÍM-favorable la secunda. VÁ Kvangelio de este d i " ba- dias que no se nos ha concedido sino para trabajar pai a el
hía d é l a secunda venida, y la lípíslola es nna viva exhor- cielo, se nos pasa en un sueño letárgico con respecto á l a
tación para que salgamos del sueño ¡elárgico en que m i - salud. La vida d é l a mayor parle d é l o s hombres cuasi no
mos, y que nos aprovechemos de estos dias de salud, á fin es otra cosa que un sueño profundo, durante el cual el a l -
de qne no inutilicemos la primera venida del Salvador ma se alimenta de mil fantasías quiméricas. Vastos pro-
que debemos celebrar el dia de su nacimiento. yectos de ambición, frantasmas seductores de placeres;
vanos, pero funestos triunfos, de todas las pasiones; pla-
La oración de la misa de csle dia es coyno sigue: nes magníllcos de fortuna; h é a q u l los sueños que no de-
Haced . S c í l e r , que res- jan defatignr, pero que agrr.dan. Cunsi toda la vida se pa-
Excita, qvwsnnwi. Domi-
plandezca vuestro poder, y sa en sueños. Se cree uno poderoso, se ci ce feliz, se l i -
ne, polenham Inam, el veni:
«í ab imminenlibus percato- venid, á fin de que con el sonjea de qne es rico; pero el adormecimiento no es eterno.
rum noslrorum periculis, le ansilio y la protección de La muerte despierta. No se ve el dia hasta que se va á
mcrenmvr prolegenle eripi, vuestra gracia, seamos l i - perder, y se encuentra uno con las manos vacías, cuando
le liberanle snlvari. Qui viris bres y salvos de ios peligros se imagiiiiiba que era mas rico. Grandes del mundo, d i -
el regnas rwm Deo l'atrc in ejecutivos, qne nos amena- chosos del siglo, mujeres mundanas, iqué sorpresa , qué
unilale Spirilus Sancti Deus, zan por nuestros pecados. espanto, cuando os despertareis á la hora de la muerte, y
per omnia saicula swculo- Así le lo suplicamos á t i , Se- os dirá el soberano Juez: Tiempo es ya de salir de ese
rum. n¡. Amen. ñor, qne siendo Dios, vives adormecimiento, de esc sueño, de ese letargo! Se despierta
y reinas con ülos Padre, en entonces, la fé, la razón, la conciencia, lodo entra en sus
unidad del Espíritu Santo derechos. Somos entonces racionales, somos cristianos, se
Dios i-or lodos los sig'tsde piensa con jusiinfi, no se ve nada mas qne un falso brillo:
los i-iííios. Así sea. ihuen Dios, que bello punto de visla es el lecho de la muer-
te,desdeelcualse presenta con toda clarida l la vanidad de
l a Hpistola es loiiiada de la que escribió el apóstol san Pa- todo lo criado,de todo lo quedeslumbra, de todo lo quepa-
blo á los Romanos, cap. 13, vers. I i á H . sa! En el le.ho de la m u i r l e los mas grandes principes, les
Fralres, scienlcs quia hora Hermanos mios, sabemos señores maspoderosos, losqueocupan los primeros puestos,
csljom nos de somno surgiré. qiie es tiempo ya de que seenmenlnm al nivel del mas v i l esclavo: ¿y qué es loque
IS'iine cnim propior esl noslradespertemos y salgamos del queda en el sepulcro de aquellos palacios magm'licos, de
salas, qnam cumcredidiirms. sueno en que estamos; por- aquellos soberbios equipajes, de aquellos tesoros acumula-
JSox prwcessil, dies aitiem que la salud está mas cerca dos con tantos afanes; qué queda de aquellos placeres tan
appropinquavil. Ahjicia m us que cuando hemos recibido buscados, de aquellas fiestas tan brillantes, de aquellos
ergo opera lenehrarum, el i n -la fé. La noche ha durado adornos tan ricos, de aquellos aires tan mundanos y tan
duamur arma lucis. Sieul in hasta aquí; el dia va á na- joviales? ¡Qué espantoso, q u é cruel es el no descubrir al
die honeste ambulemus: non cer: dejemos pues, porlan- tiempo de despertarse otra cosa mas (jue panos mortuo-
i n comessalionihus tí ebrie- lo las obras de las tinieblas rios, cenizas, sepulcro, una eternidad desgraciada! <(La
taiibus, non i n cubiübvs el y revistámonos de las ar- salud está cerca,» es decir, que llega el momento decisivo
vnpudiciíiis, non i n conlcn- mas de la l u / . Caminemos de la salvación eterna, que el Esposo llama á la puerta, el
iione et cemulalione; sed i n -con decencia como se hace Padie de familias viene á pedir cuenta del empleo d é l o s
duimini Dominum Jesuin durante el dia; lejos de no- talentos confiados y escondidos, de este número de dias,
(•'hrislum. sotros la gloloneria, la eio- de horas y de años cuasi del todo perdidos. «La salud es-
briaguez, los placeres obs- tá cerca:» ¡ a h í ¡nunca estuvo mas iéjos de muchos esta
cenos, la deshonestidad, tas salud eterna! Aprovechémonos del consejo del Apóstol. He
disensiones y la envidia; r e - aquí el tiempo mas á propósito de despertarnos y salir de
vistámonos por el conlririo la somnolencia en que estamos. La Iglesia nos propone
de nuestro Señor Jesucristo. estas mismas palabras al principio del Adviento para des-
San Pablo después de haber esplicado á los romanos pertar en nosotros el espíritu de piedad, al acercarse esta
en esta admirable carta las principales obligaciones de la gran fiesta, que puede llamarse la fiesta denueslra salud.
Vlda cristiana, y dádoles las mas saludables inslruci iones Mucho tiempo hace que Jesucristo ha nacido, sin embargo
c0íi el ánimo decouduciiles á la práctica de la virtud, les se nos representa como si cada año naciese; y en el tiem-
Prupone como un motivo para ello la proximidad de la po qne precede á la solemnidad de su nacimiento, se. nos
muerte, y la brevedad de esta vida que la mayor parle dice (pie nuestra salud está cerca, y el mismo Apóstol nos
pasan en un tiis!e sueño, hesexhorta á q n e s a í g a n d e él, instruye acerca de las disposiciones que debemos tener
porque la hora insta, y no está muy lejos el moaienlo de- para que el divino Salvador que nace sea nuestra salud.
r i v o de nuestra salud. Dejemos, pues, por tanto las obras de las tinieblas, que
son las obras del pecado. Revistámonos de Jesucristo, co-
12 PRIMER DOMINGO
piemos en nosolros osle divino modelo, espresando en soberano Juez, y la de Juez severo debe c o n d n c i m o s á
tuieslra conducta la pureza, la inocencia, la dulzura, la ponerlo todo por obra , para que nos sea útil y fruduosa
humildad, la sencillez, la candad, la morlilícacion, la mo- ta dnlce cualidad de Salvador. Este es el espíritu de la
deslia, el desinlercs y las demás virtudes de Jesucristo. iglesia cuando en el primer dia del Adviento nos hace en
el Evangelio de la Misa una descripción tan espantosa del
E l Evangelio de la misa es lo que sigue según san Lucas, último j u i c i o , al mismo tiempo que en los oficios nos p r é -
capítulo S i , ters. 2,5 á 36. senla la imágen mas interesante y la mas consoladora del
t u Ulo lemporc,: Dixit Je- En aquel tiempo en que mu'imiento del Salvador; para que comprendamos que
sús discipidis suis : Erunl Jcsiict isto Mórula á sus dis- todo loque Jesucristo tiene de amable, dulce, afable y
signa i n solé, el l u m , el cípulos, les dijo á estos: compasivo en el pesebre, tendrá de terrible , severo, i n -
slcllis, el in lerris pre.ssura Ifalirá fenómenos prodigio- exorable y espantoso , cuando apareciere sobre las nubes
gsnliumprce ronfusione soni- sos en el s o l , en la luna y lleno de poder y de majestad err el último j u i c i o , y para
tus maris el jlur.luum, ares- en las estrellas; y en la hacernos, ver cuáu justo es que sean rechazados por Je-
cenlibus hominibus prce l i - tierra babrá una gran cons- sucristo soberano Juez, aquellos que no quisieron prepa-
more, el expcclatione, qum ternacion entre los b o m - rarse á recibir á Jesucristo cuando nace como Salvador:
supencnicnl universo o r b i : bres, por la turbación que ¡qué sénlimiento, q u é despecho, q u é rabia para los r é -
naai viriutes coelorum muve- causará el bramido de] mar probos el pensar que este Juez entonces tan terrible , tan
bunlur : el lunc videbunl P i - y de las olas; de suerte que espantoso, tan severo , se habia dignado hacerse nifro por
itum hominis venieniem i n los hombres llegarán á se- amor de ellos! que esle Jesús se les habia mostrado lodos
uube enm poleslalc wagna, carse entre el temor y la los a ü o s , naciendo en un establo, en el estado mas pobre
el majeslale. Ilis aulem ficri espedatha d ; lo que debe y mas bumillado ; con q u é dulzura , con q u é bondad ba-
incipienlibus , respicile , el oprimir á todo el universo: bian sido recibidos los pastores , los magos , y todo g é -
lévale capila vcslra: quoniam porque las vir tudes de los nero de personas! En efecto, ¿ q u é hay en este nacimiento
oppropinqual rcdemplio ves- cíelos se d e s o r d e n a r á n . En- (pre no convide, que no obligue, que no gane el corazón,
ira. E l dixil ilUs simililudi- Innces verán venir al Hijo que no encante? ¿ y qué agr avio no le hacen aquellos que
ne.'/J. Yidele ficulneam el o m - del hombre sobre una nube no hubieren querido prepararse á recibirle con ansia, con
nes arbores: cumproducunl con gran poder y majcslad. amor, y con sentimienlos de reconocimiento y de con-
jara ex se f m c l u m , srilis Cuando, pues, (odas eslas iiauza? ¿ y cuán justo será queda majestad de esle sobe-
quoniam prope e&l atstns. Ha cosas comenzaren á v e r i l i - rano JUL'/, postre y pierda á aquellos á quienes no ha g a -
ct vos cmn viderilishm fieri, carse , abrid los ojos y le- nado la humildad y la pobreza de su pesebre?
svilole quoniam prope esl vantad la cabeza, porque PUNTO SEGUNDO.—Considera que las disposiciones con
regnum Dei. Amen dico vo- so acerca vuestra libertad. que debearos recibir al Salvador que nace, se hallan en
bis , quia non proeleribil ge- Les hizo al mismo tiempo las circunstancias de su nacimiento: la humildad no des-
verutio k m , doñee omnia una comparación : Ved, les cendió j a m á s tan bajo : la moriilicacion no fué nunca tan
fianl. Cwlum el ierra t r a n - dijo, la higuera y lodos los lejos; ni en tiempo alguno fué tan perfecta la dulzura. En
sibunl: verba aulemmea non demás árboles : cuando co- el tiempo en que todo el nniverf o estaba en paz , durante
transibunl. mienzan á b r o l a i - , cr eéis y
el silencio mas profundo de la noche, en tales circunstan-
muy bien que el t'stío v-Ah. cias es cuando ha nacido el Salvador. ¡Qué recogimienlo,
p r ó x i m o ; del mismo modo
qi.e es[)iri!u de oración! per o qué amor, q u é f é , q u é de-
cuando viereis que suceden voción , q u é ternura en la Sanlisima Virgen y en san José
todas estas co-as, sabed qno que fueron los primeros que le recibieron y le adoraron
el reino de Dios está cerca. en el momento de su nacimiento! ¡Qué diligencia , que fé,
Yo os aseguro en verdad q u é devoción etilos pastores! Estas son las virtudes que
que no se pasará esta gene- se deben adquirir durante el tiempo santo del Advicnlo;
ración sin que iodo se c u m -
en esto debemos ejercitarnos, si queremos hallarnos con
pla. El cielo y la tierra pa-las sanias disposiciones que se necesitan para hacer pro-
sarán , pero no pasarán mis vecbosa la celebridad del dia de su nacimiento. Por esto
palabras. la Iglesia nos dice hoy con el Apóstol que es tiempo de
desperlarnos y salir de nuestra somnolencia, porque nues-
MEDITACION tra salud está próxima; ella nos dice que el Adviento es
un tiempo de retiro, de oración, de penitencia, que es un
Subre la venida del Hijo de dios como Salvador y como Juez. tiertrpo de santidad. Nos pone delante de los ojos el ejem-
PINTO PUUIERO.—Consider a con qué sabiduría , y por plo de ios primeros fieles, los cuales empleaban todo este
qué motivo no.^ propone la Iglesia en este dia el doble ad- sanio tiempo en la práctica d é l a s mas grandes virtudes;
venimiento del Hijo de Dios, el uno al Gn de los siglos como y el do laníos santos religiosos y personas piadosas, que
Juez soberano de lodos los bombres , y el otro el dia de ai:n boy santifican estos dios con la oración y la peniten-
su nacimiento como Salvador del mundo. Como de estos cia, y hacen que les sea favorable el nacimiento del Sal-
dos advenimientos depende nuestra suerte eterna, y toda vi'dor, por el buen uso que hacen de estos santos dias.
la economía de la salvación, la sabidur ía de Dios los ha Por fin, por la misma causa nos habla la Iglesia del lillimo
hecho , por decirlo a s í , con respecto á nosotros, mutua- j u i c i o , y con las palabras mismas de Jesucristo, nos hace
mente dependientes el uno del otro. La cualidad de Salva- de él una pintura tan pavorosa y tan terrible; á fin do que
dor debe ponernos en estado de mirar con conlianza la de si la diiízma de! Salvador en su piimera venida nonos i n -
DE ADVIENTO. 13
'ÍMTSÍI, el rigor M osle mismo Salvador en su segunda media hora en oración delante del Santísimo Sacra-
venida nos espante y nos conmueva. ¿A qné cstieramns mento, en donde está el Salvador en un' estado de tanta
P^i'a aprovecharnos <le unas lecciones lan saludables? humillación como en el de sn e n c a r n a c i ó n , y el de
¿ S e r á darnos demasiado pronto á Dios si comenzamos a! su nacimiento. Multipliquemos nuoslras oraciones; diga-
presente? lal vez es este el último Adviento que veremos; mos lodos los dias el oíicio parvo de la Virgen, esta es
es seguro que lo será para un gran número de personas también la práctica de la Iglesia ; no dejemos al menos
de las que habrán leido esta meditación , de las que ha- de rezar el pequeño oficio de la inmaculada Concepción.
brán hecho estas reflexiones, de las que h a b r á n sentido Demos limosnas á los pobres en reconocimiento de lodos
bis amorosas, las ejecutivas solicitaciones d é l a gracia, los bienes que el Padre Eterno nos da, dándonos á su
i Qué desgracia para aquellos que hubiesen hecho i n - Hijo. Aunque la devoción á la Santísima Virgen sea propia
b uí'iuosa la fiesta de Navidad , por no haber querido pa- de todos los dias del a ñ o , la Iglesia nos la recomienda
sar santamente el tiempo do Adviento ! singular mientras dura el smto tiempo del Adviento. Re-
No permitáis , S e ñ o r , que yo sea de este número. Yo pitamos muchas veces on el dia la antífona : «Alma Re-
sé que es un tiempo de oración, un tiempo de penitencia, demptoris Mator,» que la Iglesia canta lodos los dias al fin
un tiempo de retiro y de recogimiento. Estoy decidida- de completas, ó la «Salve Regina ,» que los padres Car-
luente resuello á pasarle en este espíritu. Os pido, pues, melitas dicen al fin de cada hora del oficio, y aun al fin
el ansilio do vuesir » gracia para hacer un buen uso de de la Misa. En el órden de! Cister y en el de los frailes
este santo tiempo. Predicadores se dice todos los dias después de completas.
/ACULATOIUAS.—Venid, S e ñ o r , y no (ardéis mas, y Nangis, en la vida de san Luis, asegura que desde el
comenzad por perdonar á vuestro pueblo lodos sus pe- tiempo de este santo rey se cantaba la Salve con mucha
cados. solemnidad al fin de completas, y aun bien entrada la no-
Scfior, haced que resplandezca vuestro poder, y venid che; esto era loque se llamaba el saludo, lo que se prac-
á salvarnos. tica todavía hoy en algunas iglesias.

PiíOMSITOS. SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO.

1. Aunque lodos los tiempos del año son tiempos de sa- Estando lodo el tiempo del Advienlo singnlamenlo
lud para los que se convierten , y para ¡os que emplean el consagrado al cidlivo divino y á los ejercicios de piedad,
liempo en el negocio importante de su salvación; es sin y siendo los domingos unos diasque piden una aplicación
embargo cierto quo el tiempo del Adviento es un tiempo mas particular á lá oración , y á todos los deberes de la
privih-giado, un liempo sagrado , en el cual, s i é n d o l a s religión cristiana, es fácil concebir cuán sania debe ser la
oraciones de la Iglesia mas frecuenles, las penitencias mas celehracion de los domingos del Adviento. En el discurso
cumunes y las gracias mas abundantes , os también Dios del domingo precedente ha podido verse lo que san C á r -
mas misericordioso. Hagámonos cargo de cuanto iiftporla los dice de él en su admirable insti uccion á su pueblo. La
aprovechar un liempo tan precioso, y para esto es nece- vigilancia y la solicitud infatigable de aquel prelado ]%
sario entrar en las miras y seguir los sentimientos de la hizo reiterar tas exhortaciones en órden al Advienlo en sus
Iglesia. El'fin que esla se propuso al instituir el Adviento, concilios provinciales, en sus sínodos diocesanos, y en
fué honrar al Vorho encarnado en el seno de su Madre, y sus cartas pastorales, en una de tas cuales nada omite
conformarse con sus disposiciones que son un profundo para inclinar á sus ovejas á que comulguen lodos los do-
•inonadamiento, una ohlacion continua á su eterno Padre, mingos del Adviento., y á que ayunen por lo menos el
Un amor estremo A los hombres. Honremos este estado de miorcolos, el viernes y el sáhado de cada semana de esle
íuionadamienlo del Verbo encarnado i n el seno de su Ma- tiempo de penitencia.
di o, adorándole sin cesar en este, estado de humillación; El segundo domingo de Adviento, que en olro tiempo
unámonos á los sanios ángeles á quienes el l'adro Eterno se llamaba el tercero ántes de Navidad , parece consa-
•uandó quo le adorasen desde el primer momento de su grado del lodo á la celebración de la primera venida del
encarnación. llagamos frecuentes actos de humildad y de Salvador, y á prepararse para la solemnidad de su naci-
bumillacion durante el Adviento para honrar la humilla- miento. La Epístola que se lee en la misa de este dia, eslá
c'"n del Salvador del mundo. Ofrezcámonos continua- lomada de la carta de san Pablo á los Romanos, á quie-
wenlé á él por medio de actos froenentos do consagración nes dice el Apóstol, que lodo lo que se ha escrito ha sido
a su servicio; y no dejemos de hacer actos del amor mas para nuestra instrucción; á íin de que por la paciencia y
Pui'o, para corresponder al que él nos tiene. lió aquilas por la consolación que se saca de las Escrituras, conser-
'Imposiciones interiores que dohemos tener. vemos una esperanza lirme de ver la verificación de lodo
2. Las disposiciones esleriores dm aiile el Adviento son lo que se ha predicho. Hé aquí las promesas que Dios ha-
^ " • y u w , las penitencias, la oración, las buenas obras y bía hecho á los patriarcas y á ios profetas. Hé aquí loque
lcda,s las pniciieas de piod-d. Muchas personas piadosas oslaba escrito: «El Señor vuestro Dios suscitará un Pro-
ny"nan tres veces á la somana, y pocos hay que no pue- feta como y o , de vuestra nación , y de entre vuestros
*an a) nnar á lo menos el sábado. Sobre (oiio a b s l e n g á - hermanos; á él con preferencia á cualquiera otro es á
8*iHis en este santo liempo do toda diversión poco nece- quien debéis escuchar.» Moisés, inspirado de Dios, es el
; este es el espíritu de la í d o s i a que en todo el que habla en esle pasaje al pueblo, prediciéndole el Me-
A v i e n t o no se sirvo mas que de los ornamentos de sías que debia ser el autor y el origen de su felicidad
hmiteiicia, ]0 cu¡,i observan tamliien los prelados d u - después de haber sido el objeto de sus deseos y de sus
'anle estos santos dias. Empleemos todas las lardes una votos. Estaba prohibido á los hebreos todo género do d i -
U SEGILMK) DOMINGO
vinacion. «Cuntido liubierew e n t r a d o » , les dice Dios, «en cristo en las profecías. Esto es lo que bizo decir á la San-
el pais que os dará el Sefior viií-slt o Dios , guardaos bien tísima Virgen en la primera conversación que tuvo con su
de fjiierer imilar nunca las abominaciones de aquellos prima santa Isabel: Luego que el Verbo ha lomado carne
pueblos.» Kslas abominaciones eran las siipersliciones de en mi seno, «el pueblo de Israel ha recibido el c u m p l i -
los paganos, por medio de las cuales prelendian conocer miento de la promesa Incha á nuestros padres, á Abrahan
el porvenir , ó precaver los accidentes molestos de la sida. y á todos sus descendientes.» Esto mismo es también lo
«Como pretender purificarlos hijos, haciéndoles pasar por que san Pablo quería dar á entender á los cristianos de
el fuego.» De aquí procede sin duda la superstición de Uoma en la carta que les escribe, cuando les dice, que to-
que habla el Crisóslomo , la cual se practicaba sallando das lascosasque han sido escritas, lo han sido para nues-
por encima de hogueras encendidas, superstición que Teo- tra instrucción; y que si el ministerio de Jesucristo miraba
doreto y el concilio «in Irullo» (ondenan con razón como singularmente al pueblo circuncidado, esto es, si el Salva-
un resto d é l a s antiguas impiedades del paganismo, lo dor ha querido nacer de la raza de David, y en medio de
mismo (pie el coriMillar á los adivinos , creer en los sue- los j u d í o s ; si él mismo se ha dignado someterse á la ley
ñ o s , y consullar á los augures y á los que se melena de la circuncisión, para pertenecer á su pueblo; si les ha
adivinar, y todas las demás supersliciones que Moisés predicado por sí mismo, lo que no ha hecho con los gen-
refiere por menor en el capílulo 18 del Denteronomio , y liles; si ha hecho sus milagros á su vista ; si lia obrado ta
qnc el Señor obomina. Vosotros no debéis temer, añade salud de! mundo en medio de la Judea, todo esto ha sido
el Profeta , que os falten personas que os descubran his para cumplir las profecías y verificar las promesas que
cosas futuras y desconocidas. Dios suplirá cumplidamente Dios les habia hecho: privilegio que no han tenido los
á la falta de los adivinos y de los magos, de los encanta- gentiles, aun cuando no hayan sido escluidos del benefi-
dores y de los augures, por un Profeta ijue suscitará en cio de la Redención, y que Dios no ha dejado de anunciar
medio de vosotros , y que os instruirá de su voluntad; no su vocación y su conversión en innumerables pasajes de
tendréis que trabajar para buscarle en las naciones estran- los profetas, de los cuales habla san Pablo en la Epístola
jeras: «Diosos dará un Profeta suscitado de en medio de de la misa de este dia. Puede, pues, decirse que con pre-
vosotros, que no tendrá ménos conocimiento que y o , » dilección habia mirado á los j u d í o s ; pero este pueblo i n -
y que os enseñará la verdadera senda de la salud, y el gralo se habia hecho indigno de ella. Así es que el santo
camino recto ipie conducf á la vida. Dice que será como Apóstol dando á conocer en esta Epístola las prerogalivas
é l ; estoes. Profeta, Legislador, Rey, Mediador, Gefedel en favor d é l o s hebreos, no olvida la misericordia con que
pueblo de Dios; ea una palabra , quesera la realidad del Dios ha mirado á los gentiles, y de la cual habían tanta»
que .Moisés no era mas que la figura. veces hablado los profetas, Aparecerá la vara de JeséYd¡ce
Es evidente que el Profeta de que habla aquí Moisés, no Isaías, y el que saldrá do ella para ser el Maestro do las
es otro que el Mesías pi omelido. Así es que los judíos, aun naciones, es aquel en quien todas pondrán su confianza.
los del tiempo de Jesucristo, no dudaban que Moisés en Fáciles concebir cuán oportunamente está aplicada esta
este pasaje hablaba del Mesías. Los apósloles suponen en Epístola á este dia, singularmente consagrado á celebrar
el pueblo esta opinión como un seiilimienlo común y u n i - el cumplimiento de las divinas promesas que Dios habia
versal. San Pedro en el primer discuisoque hizo en el tem- hecho, no solo á los judíos, sino también á todas las nacio-
plo de Jerusalen, después de la curación del cojo, no tie- nes del mundo, cuando dijo á Abrahan, que todíis las na-
ne diíieiillad en asegurar que por fin ea la persona de Je- ciones de la tierra serian benditas en uno de sus descen-
sucristo se ve el cumplimiento de ta promesa (pie Moisés dientes. (Genes. 22.)
les habia hecho en otro tiempo, profetizándoles que Dios El Evangelio de este dia cor responde perfectamente al
les suscitarla un Profeta como él de enmedio de sus her- designio que tiene la Iglesia en este santo tiempo, de dis-
manos. (Acl. 3. 22.) SanEsléban ponderad mismo pasaje ponernos á celebrar dignamente el advenimiento del Sal-
en favor de Jesucrislo. (Act. 7.) El apóstol San Felipe ^oan. vador del mundo; puesto que se ve en él el testimonio que
10) dijo á rs'atbanael, que habia hallado el Profeta de le ha dado su santo Precursor, á fin de que, por medio de
quien habia hablado Moisés en el libro de la ley. Por fin, la predicación de aquel que ha sido destinado para anun-
hab'endo visto el pueblo judío la multiplicación de los cin- ciarle, sepamos quién es el que va á venir.
co panes, no dudó que Jesús fuese el gran Profeta prome- San Juan lleno del Espíritu Santo desde el viei lre de su
tido por Moisés. (Joan. C.) madre, alimentado en el desierto, se habia fortificado m u -
«Kn los últimos tiempos, dice Isaías, la montaña d é l a cho masen el espíritu que en el cuerpo. Salió por fin do
casa del Señor se establecerá sobre lo mas alto de las su soledad, y se presentó al pueblo de Israel, al año trein-
montañas, y se elevará sobre las colinas, y (odas las na- y uno de su edad, que era el trigésimo de la del Salva-
ciones correrán á ella en tropas. Él nos enseñará sus ca- dor, y el décimo(]UÍnto del imperio de Tiberio. En esle
minos, y marcharemos por sus senderos; porque la ley sal- tiempo fué cuando el primer heraldo de! Redentor, osle
drá de Sion y la palabra del Señor de Jerusalen. » (Isai. 2.) hombre nacido por milagro, y nutrido entre los rigores
I,a ley nuev« ha salido de Sion. El Evangelio, el cristia- de la mas austera penitem-ia; esle admirable solitario,
nismo ha nacido en la sinagoga; Jesucristo no ha predi- oculto hasta entonces en la profundidad de un desierto,
cado masque en la Judea. No ha venido para destruir la recibió la órden para comenzar á cumplir su encargo.
ley, sino para cumplirla y perfeccionarla. «Hijos de Sion, Vióse, pues, aparecer el Precursor del Mesías que los
m W l W 4 profeta Jocl (Joel 2), sallad de alegría, rego- profehis habían llamado el ángel de Dios, no solo porque
eijiios en el Señor vuestro Dios, porque os ha dado un era el enviado de Dios, sino 1 imhien porque habia reí i l u -
Maestro que os enseñará la justicia..» En otros cien pasajes do grandes luces del cio'o, y porque vivia en la tierra
de la Escritura se observa el verdadero retrato de Jesu- mas bien como ángel, que como hombre. Era aquella voz
DE AD\ I E M O . 15
Poderosa que, segnn Isaías, debia resonar en el desierto, r a : « Hé aquí m i á n g e l ; h é aquí tu precursor, al cual he
Y enseñar á los pueblos á que se dispuíiesen para la ve- enviado delante de tí para allanarle los caminos.» Estas
nida de su Rey. Él anunció el reino de Dios, clamó contra palabras que el Salvador cita aquí son del profeta Mala-
los vicios que reinaban en e! pueblo y en la corte, y no quias en el capítulo 3, en todo el cual no habla mas que
se las ahorró ni con los g m i d e s , ni con el príncipe mismo. de la venida del Mesías.
Era este príncipe Herodes Antipas, el CIÍÜI manlenia Este profeta acababa de dirigir una censura sangrienta
trato escandaloso con Uerodías, mujer de su hermano F i - á los judíos por el modo impío con (pie (ralaban al Señor,
hpo. Sun Juan que gozaba de cierto JiscendieiiU' con el prin- acusándole de injusúcia; «Vosotros habéis hecho sufrir
cipe, no pudiendo ver con frialdad el que viviese en un mucho al Señor por vuestros d i s c u r s o s » , les habia dicho
adulterio escandaloso, le reprendía su crimen. Uerodías concluyendo el capítulo precedente. «¿Y en q u é , decís, le
irritada por el zeío del hombre de Dios, obligó á Heredes hemos hecho nosotros sufrir? En que habéis dií ho: To-
para que le hiciese prender. Mientras que el santo Pre- dos los que obran mal pasan por buenos á los ojos del
cursor estaba en la prisión, el Señor llenaba toda la Judea Señor, y tales personas le son agradables. ¿ Dónde, pues,
con sus maravillas; acababa de curar en Cafarnaum al está este Dios tan justo? » El profeta para responder á es-
siervo del centurión, y de resucitar el hijo de la viuda de tas quejas de los judíos, cuenta lo que el Señor le ha dicho
Naím, y por todas partes no se hablaba mas que de los á él mismo. «El Señor dice, a ñ a d e , que va á venir para
milagros de este nueva Profeta. El ruido de tantos prodi- casligar á los perversos cuya impunidad habia escandali-
gios, y la reputación del que los hacia , ¡legaron á noticia zado á los tlacus de su pueblo.» Inmediatamente el profeta
de san Juan. Queriendo el santo Precursor que sus dis- nos describe la venida de su Precmsor, y en seguida la
cípulos conociesen ei mérito y la cualidad de aquél del del Señor mismo. Mezcla allí las amenazas con las prome-
cual sabia muy bien que el no era mas que el heraldo, sas, porque su venida al mundo debia s e r á un tiempo para
se aprovechó de esta ocasión para enviarle dos de los mas la salud y para la perdición de muchos de los de Israel;
distiguidos de sus discípulos, á Gn de que en su nombre, y en efecto, la mayor pai te han quedado en un lastimoso
y en nombre de todos le hiciesen esta pregunta: «¿.Eres endurecí míenlo que dura todavía.
tu el que debe venir, ó debemos esperar otro?» El Salva- En cuanto al sentido de las palabras de Malaquías que
dor no Ies respondió sino con los milagros; dió la vista á reüere el Evangelio, algunos escritores antiguos, y entre
muchos ciegos en su presencia, curó instantáucamentc á otros Orígenes, han creído que el profeta anunciaba la
muchos enfermos, y curó un gran número de poseí- venida de un íngel verdadero, y que san Juan era un á n -
dos del demonio, después de lo cual les d i j o : I d , y de- gel encarnado; y san Cirilo de Alejandría ha tratado de
cidle á Juan Bautista lo que acabáis de ver y de oír; de- sostener que este error, que él refuta, habia sido común
cidle que al imperio de mi voz, los ciegos recobran la vis- desde el tiempo de Jesucristo, y que el apóstol san Juan
ta, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos evangelista habia intentado oponerse á él y destruirle por
oyen, los muertos resucitan ; decidle en Qn, que los po- estas palabras: «Hubo un hombre llamado Juan, que fué
bres que son el desecho del mundo, los pobres, aunque enviado de Dios.» Pero el verdadero sentido de las pala-
miserables, aunque ignorantes y groseros, vienen á m í , bras del profeta, según todos los santos Padres, es que
yo les instruyo, y reciben y abrazan mi Evangelio, mien- Juan Bautista era un ángel, nó por su naturaleza, sino por
tras que los sabios y los grandes de la tierra no pueden su minislerio do precursor, y por la pureza y la iiioce¡¡cia
ni comprenderle, ni resolverse á observar sus preceptos y de su vida.
sus máximas. Vosotros sabéis que si se ha de creer á los
profetas, estas son las señales que deben dar á conocer al La oración de h Misa de este dia es como sigue :
Mesías; pero que no obstante y á pesar de tantos motivos E m i a , Domine, corda nos- Escitad, S e ñ o r , nuestros
como hay para creer que soy yo verdaderamente este Me- (ra ad pmparandas Unige- corazones, á que preparen
sías tan esperado y tan deseado, encuentro muy poca fé n i l i lui mas; u l per cjus ad- los caminos de vuestro único
entre los del pueblo. ¡ Oh, y q u é dichoso será aquel que venlum purificatis Ubi men~ Hijo, á fin de que puriticadas
viéndome perseguido permaneciere Grme en su fé; que en libm serviré mereamur. Qui nuestras almas por la gracia
medio de mis tormentos no rebajará nada en la eslima ni tecuí» uii'ií cí regual... de su advenimiento, poda -
en el amor que me tenia, y para quien mi vida pobre y í mos rendiros un culto digno
^ i s humillaciones no serán ocasión de escándalo! de vuestra soberana Majes-
Habiendo despedido el Salvador á los dos discípulos de tad. Os lo rogamos por el
san Juan, se eslendió mucho en las alabanzas de este santo mismo Jesucristo que siendo
hombre, y dirigiéndose á los que estaban en rededor de Dios vive y reina, etc.
les dijo: Cuando habéis ¡do á v e r á Juan en el desierto,
¿ q u é es lo que pensáis haber visto? ¿ Acaso un hombre ÍÍI ^pistola es de la caria del apóstol san Pablo á los
^constante en sus resoluciones, ó lijero como una caña Romanos cap. / 5 , vers. 4 á 13.
Que es juguete del viento? ¿Acaso un hombre sensual, Fraires, quaicumquescripta Hermanos míos : todas
delicado, suntuoso en sus vestidos y criado en la molicie? swuí, ad nostram doctrinam las cosas que han sido es-
^ ó , no es en el desierto, es sí en la córle donde reinan la scripla suni: u l per palie»- critas, lo han sido para
v>da blanda y el lujo, y en donde se hallan esta especie de liam el consolalionem Scrip- nuestra instrucción: á íin de
Se|ites. ¿ Qué viene, pues, á ser este hombre á quien ha- lurarum spem habearnus. que por la paciencia y por
béis ido á ver? Tal vez me diréis que es un profeta ; mas Deus autem palienlice el so- la consolación que se saca
5 ° os digo que es mas que profeta : que este es el ángel íaítí del vohis idipsam sapere de las Escrituras, conserve-
ü[' (iuien el Señor, hablando al Mesías, dice en la Escrilu- in allerulrum secmdum Je- nios la esperanza. Por lo
10 SEGUNDO DOMINGO
$um C h r i s l u m : u t unánimes,
domás el Dios de la pacien- santos que el vacío de los bienes criados, el falso brillo da
wno ore honorificeiis Deum, cia y de la consolación haga los honores, el veneno de los placeres engañosos, segui-
e i Patrcm Domini noslri Jesu que tengáis los mismos sen- dos siempre de un cruel arrepentimiento, siempre perni-
Chrisli. ¡'ropler quod si/sd- timientos los unos por los ciosos al alma. Nada hay que esté mas declarado en las
pite invicem, sicul et Chris- oíros en Jesucristo, á fin de Escrituras que las ventajas y el mérilo de los sufrimientos
tus suscepit vos i n honorem que animados de un mismo j y de las humillaciones; nada está proscripto en términos
D e i . Dico enim Chrislum Je- espíritu , honréis con una mas imponenles que la vida regalona. Dios no se ha con-
tumminisirumfuisserircum- n)isina voz á Dios que es el lentado con que todo esto se nos dijese por los profetas y
cisionispropler verilalemDei, Padre de nuestro Señor .ln- por los apóstoles; el mismo Hijo de Dios ha venido á dar-
adcon[irmandaspromissinnes sucristo. l'or tanto sufrios nos estas importantes lecciones, y ha comenzado á instruir-
y a l r u m : genlcs autem super los unos á los otros, como nos por sus ejemplos, «erudiens nos.» ¿Y es muy grande
misericordia honorare Deum, Jestici'is'.o os ha sufriiln para el número de los que se aprovechan de sus inslrncciones
sicul seriplum esl: Proptci ea g l o n ü c a r á Dios. Porque, siguiendo sus máximas? Nunra ha habido tantos libros de
confilebor libi i n genlibus, yo os lo d i g o , el ministerio piedad; el ejemplo de tantos santos de la misma condición
Domine, et nomini luo can- de Jesucristo miraha al pue- y de la misma edad que nosotros es una bella lección ; los
t a b o . Et ilerum d i c i l : Icela-
blo circuncidado para que castigos mismos con que Dios corrige todos los dias nurs-
mmí, í/entcs, rum plebe ejus. se verificase la palabra de tra indocilidad por medio de tantos azotes son, en los desig-
Et i l e r u m : Laúdale, omnes Dios, y se diesen tmevasse- nios de este Padre de misericordias, otros tantos avisos
gentes, üominum i et magni- guridades de las promesas saludables con que deben llamar nuestra atención: ¿ y q u é
ficale e u m , omnes populi. E l hechas á nuestros padres, y impresión hace todo esto en el dia de hoy sobre el enten-
rursus Isaias a i t : E r i l radix
que los gentiles honren á dimiento y sobre e! corazón de ta mayor parte de las gen-
Jesse, et qui exargel regen Dios, esperando en su m i - tes del mundo? ¿Y las personas religiosas, los discípulos
genies, i n e u m gentes spera- sericordia, según lo que está de Jesucristo, e.-ta porción escogida y privilegiada del r e -
b u n t . Deas aulem spei repíeat
escrito : Por esto, Señor, yo baño es mas dócil á su voz? ¿ S i g u e siempre sus consejos?
vos omni gnudio et pace i n os rendiré el homenaje en- Los lides ¿adoptan constantemente sus m á x i m a s ? ¿anima
eredendo, u t abundetisin spe tre las naciones, y cantaré ghoy á lodos los cristianos el espíritu del Evangelio? ¿ n o
el virtute Spirilus Sancti. en honor de vuestro n o m - se deslizará nunca en el claustro y hasta en el santuario
bre. Dice mas: Regocijaos, el espíritu del mundo? En lodo el curso del año no hay
naciones de la genlilidad tiempo mas santo que el del Adviento; todo nos predica en
de concierto con su pueblo. él la penitencia, la oracioii y el recogimiento. En todas
Y adetnás : Naciones todas partes se anuncia la palabra de Dios; la Iglesia en todas
alahad al Si'ñor, y vosotros parles solicita á todos sus hijos para que se dispongan con
pueblos celebrad todos su lodo género de ejercicios de piedad á la celebración do
grandeza. Isaías dice t a m - una fiesta tan grande. Las almas inocentes, las almas san-
bién : Aparecerá la raiz de tas, entran perfectamente en estas piadosas disposiciones;
Jessé, y saldrá de ella el pero las personas á quienes conduce el espíritu del m u n -
que ha de ser el Señor de do, las gentes dadas á los placeres, las almas que enveje-
las naciones, y en él pon- cen en la iniquidad, ¿ s e fatigan mucho, hacen grandes es-
d r á n las gentes su confianza. fuerzos para reconciliarse con Dios y para disponerse á
El Dios, pues, de la espe- celebrar dignamente su nacimienlo? ¡ A h ! que el Apóstol
ranza os colme de toda es- tenia razón para decirnos que es tiempo de salir de nues-
pecie de alegría y de paz, tro sueño profundo y despertarnos: mas si no nos aprove-
por medio de vuestra fé, á chamos de este santo tiempo ¿ á cuándo esperamos? Es
(in de que la esperanza se muy triste el no despertarse hasta la muerte.
aumente en vosotros con la
virtud del Espirita Sanio. El Evangelio de la misa es de, san Maleo, cap. i t ,
El designio de san Pablo en esta Epístola, era el de vers. 5¡ á U .
hacer que cesasen ciertas divisiones domésticas que el es- In U h tempore: cum a u - En aquel tiempo habiendo
píritu de envidia habia suscitado entre los judíos y los gen- disset Joannes i n vinculis Juan oido hablar en la p r i -
tiles convertidos á la fé. Aquellos se gloriaban de las pro- opera Chrisli, millens dúos sion de lo que obraba Jesu-
mesas que Dios habia,hecho á sus padres de darles el Sal- de discipulis suis, ait i l l i : Tu cristo, envió dos de sus dis-
vador, el cual seria de su nación; estos echaban en cara á es, qui veniurus es, an alium cípulos para decirle: ¿ E r e s
los judíos su insigne ingratitud habiendo hecho morir á su expexlamus? Et respondens tú el que ha de venir, ó de-
Redentor. San Pablo hace conocer á los unos y á los otros Jesus,aitillis: Emtesrenun- bemos esperar otro? Jesús
que todo lo deben á la gracia y á la misericordia del Sal- liate Joanni quoe audislis et le, r e s p o n d i ó : Id, y contad á
vador. vidisiis. Cceci vident, claudi Juan lo que habéis oido y
nmbulant, leprosi mvndan- lo que habéis visto. Los cie-
REFLEXIONES.
í u r , surtli audiunt, mortui gos v e n , los cojos andan,
«Todas las cosas que han sido escritas lo han sido para resurgunt, pauperes evange- los leprosos quedan limpios,
nuestra instrucción.» Pero ¿ s e saca hoy mucho fruto de lizanlur, el bealus est qui los sordos oyen, los muer-
tantas instrucciones saludables que se contienen en las non ¡ueril seandalizalus i n tos recucitan, el Evangelio
santas Escrituras? Nada hay mas marcado en los libros me. Hüt autem aknnlibvs, se predica á los pobres, y
DE ADVIENTO. W
W p i l Jesús dicen a d turbas es feliz aquel quo no se es- mente apoltronada en una especie de letargo. A la cegue-
de Joanne: Quid exislis Mi candalizare de mí. Cuando dad del entendimiento sigue de cerca la insensibilidad del
deserlum videre? arundinem los discípulos se iban, Jesús corazón. A la indolente ociosidad sucede una ignorancia
Ve^o ar¡Ualam? Sed quid se puso á hablar de Juan, y crasa; en fin, llega á desconocer sus deberes mas esencia-
txtstis videre? hominem m o l - dijo al pueblo: ¿ Qué habéis les á fuerza de descuidarlos. ¿ P u e d e darse un estado mas
^us veslitwn? Ecce qui m o l - ido á ver al desierto? ¿ u n a infeliz ni mas lamentable que el de una persona que lleva
Ubus vestiunlur, i n domibas caña que agita ei viento? una vida blanda? Y lo que hace todavía mas funesto este
regum s m i . Spd quid erisiis ¿ p e r o q u é es lo que habeií estado es la eslrema dificultad que ofrece para la conver-
ü d e r e ? Pvophelam? Eliam i d o á ver? ¿ u n hombre ves- sión. Los mas malvados, los pecadores mas endurecidos,
•ÍOQ vobis, el plus quam pro~ tido blandainento? Mas los los mas insignes libertinos, se les ve alguna vez rendirse
pheiam. ¡lie est enim, de q m que están vestidos de este á las ejecutivas solicitaciones de la gracia; ¿ s e ve acaso
teriptum est: Ecce ego millo modo habitan en las casas que se conviertan muchos de los que llevan una vida
Angclum meum ante faciem de los príncipes.Y bien, ¿qué blanda?
tuam, qui prwparabil viam es lo que habéis ido á ver? P i m o SEGUNDO.—Considera que donde ciertamente reina
t u a m a n l e te. ¿Un profeta? Sí, en verdad, la vida blanda es en las casas de los grandes y de los d i -
yo os lo digo, y mas que chosos del siglo, en la córle y entre las gentes acomodadas.
profeta. Porque de él es de ¿Y no se deja ver también alguna vez al través dolos ves-
quien está escrito: lié aquí tidos groseros y modestos? ¿ n o penetra hasta en las co-
que yo envió delante de tí munidades mas santas? ¿ n o se familiariza con una aparente
mi Ángel, el cual te prepa- virtud de que se hace ostentación? ¿ n o se encuentra bajo
r a r á el camino. un aire devoto y recogido? Como la sensualidad y el amor
propio saben deslizarse con destreza en todas partes, la
MlíBITACION. vida blanda, que es su obra y su primer fruto, se hace l u -
gar en todas partes. ¡ Cuántas gentes se ven que bajo una
De l a v i d a b l a n d a . máscara de piedad llevan una vida blanda, sensual, ocio-
Pc?rro PRIMERO.—Considera que la vida blanda es una sa, y á las que parece que su pretendida devoción les da
vida floja, afeminada, perezosa, sensual, voluptuosa, esto derecho para vivir en la molicie y en la ociosidad! Devotos
es lo que se llama comunmente una vida placentera; ¿ y de reputación, solo aprecian las alabanzas que se dan á la
puede semejante vida llamarse cristiana? Es una vida de- morlilicacion y á la penitencia. Su afición no es mas que á
pendiente d é l o s sentidos, que tiene las pasiones por guia, la vida dulce y tranquila, y pretenden no haber nacido mas
el propio humor por regla; vida á la que el amor propio que para el reposo. La palabra sensualidad les escandali-
niantiene, y que á su vez mantiene ella al amor propio, za ; pero son sensuales frecuentemente hasta la d é m a s i a :
cuyo ejercicio es la ociosidad, cuyos dias son lodos vacíos: el pretesto de una salud necesaria, en su concepto, para la
juzgad, pues, cuál debe ser su término y su suerte. El a l - gloria de Dios les.asegura, y el artificio de su amor propio
ma, relajada por su pereza y porsu incuria en el servicio de es tan ingenioso que muchas veces se lisonjean de que lo
Dios, enflaquecida por un número infinito de infidelidades dan todo á Dios, cuando nada se niegan á sí mismos. De
y de recaídas, no tiene mas que una fé lánguida y medio aquí aquella continua atención sobre todo lo que puede
estinguida, y ya-no hay nada que la mueva mas que el acomodarles ó desagradarles. De aquí aquella delicadeza es-
placer. Disgustada de las prácticas mas ordinarias de pie- tremada sobre todo lo que imaginan que se les debe. Aque-
dad, y cuasi de todos los ejercicios de religión, apenas se lla reserva estudiada para moderar el trabajo, midiéndolo
presta á ellos sino por bien parecer. El yugo del Señor le siempre por su amor propio ; de aquí, en fin, aquella vida
parece amargo y su ley una carga insoportable; ella no del todo sensual, holgazana , inmortificada y aun enfado-
gusta mas que de las máximas del mundo; las alegrías, sa, que tanto agravio hace á la verdadera devoción, y que
diversiones y las fiestas mundanas despiertan toda su v i - sirve de prclesfo á los libertinos para decir que los devolos
vacidad, y no se pone en movimiento mas que para pro-
son los mas delicados , los mas orgullosos , los mas ocio-
curarse el placer: fuera de esto, ella se consume en una
sos, los mas molestos, los ménos tratables. J a m á s fué cris-
lastimosa inacción y en un sueño letárgico. Representaos
tiana la vida blanda. ¿Cómo , pues , se atreverla nadie; á
una persona que lleva una vida blanda; esclava de los sen-
llamar devotos á los que viven en la molicie y en una sen-
ados y de sus pasiones, se dispensa sin dificultad de cuasi
sualidad disfrazada? La ilusión es todavía mucho ménos
'odas las leyes de la Iglesia. Está demasiado delicada para
perdonable cuando la molicie se encubre con la austeri-
observar los ayunos mas sagrados. ¡ Qué do protestos para
dad de la vida y cuando penetra hasta en el desierto. El
"•spensarse de la abstinencia! Enferma hasta mover á
estado religioso no pone al abrigo del contagio. El amor
compasión cuando se la habla de penitencia, de mortifica-
propio nos acompaña hasta el claustro, y á pesar del rigor
r o n , de regularidad; robusta hasta sobrepujar al mas v i -
del instituto, sin embargo de la santidad de la profesión,
goroso cuando se traía de un foslin mundano. La mas corla
no obstante la severidad de las reglas, posee el secreto de
lectura de un libro de piedad cansa sus ojos y los fatiga; lo
indemnizarse de la sujeción forzada y de la regularidad.
í u e no la incomoda , lo que la conviene, lo que la recrea
Se sirve de la delicadeza del temperamento, de la prero-
esia lectura de algunas historietas, algunas poesías chis-
gativa de los empleos, del rango, del nombre, de la edad
tosas, y todo lo que se llama vanos entretenimientos, f r i -
misma, para insinuar la molicie ; y alguna vez , ya por
volidades, pérdida de tiempo. En este infeliz estado nada
zelo fingido, ya por destreza, en lugar de una vida laborio-
Ja interesa mas que su placer. Insensible á las verdades
'"as terribles y mas espantosas de la religión, vive fucrlc- sa, mortificada y penitente, forma una vida blanda y ocio-
sa que una indulgencia forzada tolera, pero que Dios cou-
TOMO I V . 3
18 TERCRR DOMINGO
dona y castiga seguríimenle. ¡Bnon Dios, q u é muerte tan dias singularmente consagrados para renovar el fervor de
triste, q u é fin tan duro espera á una vida blanda I los fieles, de escüar su fe y su esperanza , á medida que
No permitáis Señor, que todas estas reflexiones sean se acerca el dia del nacimiento del Redentor; á fin de
inútiles para mí. Yo sé que la vida fie un cristiano debe ser que despertándose su zelo al aproximarse una fiesta tan
una vida humilde, penitente, laboriosa ; c.-toy, pues, re- grande, nada dejen de hacer [tara disponerse bien á ella.
suello á llevar una vida cristiana ; concededme, Sefior, El introito de la misa de este es el mas á propósito para
la gracia de que también lo sea mi muerte. oscilar esle zelo. Hermanos n;ios, «regocijaos siempre en
JACULATORIAS.—Enseñadme, Señor, el camino de vues- el Señor,» nos dice el sacerdote subiendo al altar, «otra*
tros mandamientos , y yo me aplicaré siempre á seguir- vez os lo digo, regocijaos,» nó con aquella alegi ía vana y
los. ( Ps. 118.) tumultuosa que nace mas bien de los sentidos que del co-
Detesto, Dios mió, con todo mi corazón la vida blanda y razón, la cual no teniendo por principio mas que un bien
ociosa, y he resuello trabajar toda mi vida en mi salud, vacío y aparente, está siempre acompañada de amargura,
guardando todos vuestros mandamientos. «;ibid.> y ordinariamente seguida del arrepentimiento ; regocijaos
con una alegría verdaderamente cristiana, y por consi-
guiente humilde, modesta, y al mismo tiempo pura, sóli-
PROPÓSITOS.
da, r e a l ; con una alegría que no teniendo mas que á Dios
1 La vida blanda es lanío mas temible, cuanto que por principio, es inalterable, llena el corazón y satisface
adormece la conciencia y la fé, y que á favor de este ador- el alma. Aparezca vuestra modestia á los ojos de lodos los
mecimiento, sin ruido ni tumulto, corrompe el corazón hombres, brille vuestra alegría porque el Señor está cerca:
y el entendimiento. Estad alerta contra un estado tan pe- en efecto, ¿ qué motivo mas justo para una santa alegría ?
ligroso. Si tenéis la desgracia de hallaros en él, salid sin «Señor, vos habéis derramado vuestras bendiciones sobre
dilación y no escuchéis ni los pretestos especiosos de una vuestra heredad,» continua «vos habéis puesto fin á la
razón seducida por el amor propio, ni las quejas importu- cautividad de Jacob,» os habéis compadecido de vuestro
nas del amor propio que tan bien se acomoda con la vida pueblo, y habéis, por fin, escuchado sus votos, l a Judea
blanda y que se nutre con la ociosidad. El santo tiempo que en otro tiempo babia tratado con tanta bondad, y que
de Adviento es muy á propósito para la reforma ; trabajad después habíais repudiado con horror, como una tierra
desde hoy en ella. Arreglad vuestros ejercicios de piedad, manchada con los crímenes de sus habitantes, ha encon-
después de una confesión en la cual debéis sobre lodo trado nuevamente gracia en vuestros ojos ; vos le habéis,
acusaros con una gran contrición de haber pasado y per- al fin, enviado el Mesías. El Rey lanío tiempo esperado,
dido la mayor parte de vuestros dias en una vida blanda, el Señor tan deseado, el Salvador objeto de lautos votos,
y de ninguna manera cristiana. Es estrafio que haya tan el cumplimiento de vuestras promesas va á aparecer ; ¿qué
pocos que piensen en acusarse en sus confesiones de una motivo mas justo para hacer resaltar nuestra alegría? Do
ociosidad y una molicie de vida que condena á tantos. esle modo consuela é instruye en este dia á sus hijos la
Iglesia en el principio de la misa.
2 Got»enzad por hacer todos los dias á la tarde una
corla visita al Santísimo Sacramento , y no dejéis dia a l - Las palabras que acaban de citarse son tomadas de la
guno de oir misa. Rezad todos los dias el rosario: esta Epístola que el apóstol san Pablo escribe á los Filipenses,
oración tan santa, tan familiar á todos los sanios y á todas por las cuales empieza la Epístola de este dia.
las personas verdaderamenle cristianas, está cuasi abolida Habiendo sido llamado de Dios san Pablo á Macedonia,
en el dia de hoy en el gran mundo ; un hombre poco vino á Filipos, ciudad de aquella provincia edificada por
devoto, una mujer mundana creerian,á lo que parece, e n - Filipo el cual le dió su nombre. El santo apóstol tan luego
vilecerse si rezasen e! rosario, no obstante que haya pocas como llegó allí convirtió á una mercadera do púrpura,
oraciones que estén mas autorizadas en la Iglesia. llamada Lydia. Esta conversión fué muy pronto seguida
¡ Cosa estraña ! se diria hoy que la mayor parle de las de otras muchas ; y los fieles se aumentaron tanto en tan
gentes del mundo se avergüenzan de llevar esta señal de poco tiempo, que alarmados los magistrados hicieron pren-
catolicismo. No dejéis, pues, de hacer diariamente alguna der á san Pablo y Silas su compañero , les hicieron azo-
lectura edificante en cualquiera libro de piedad, y e m - tar y los enviaron ú una prisión. Durante la noche so sin-
prender con eficacia una vida cristiana. Uno de vuestros tió un temblor de tierra que conmovió hasta los fundamen-
primeros deberes es el cuidado de vuestros hijos , de tos el lugar en que estaban. Se abrieron las puerlas de la
vuestros domésticos y de loda vuestra familia. De este prisión, y se rompieron las cadenas de los prisioneros.
d e b e r í a n esencial se disgusta muy pronto el que vive Habiendo acudido el alcaide, y creyendo que los presos
con molicie. Condenad vuestra negligencia sobre un pun- se hablan salvado, traló de atravesarse con su espada;
to tan importante, y que sea este uno de los primeros f r u - pero san Pablo le aseguró , le convirtió, y habiéndole i n s -
tos de vuestra reforma. truido le bautizó con loda su familia. Amanecido el dia,
enviaron los magistrados á decir al alcaide que dejase i r
á Pablo y á Silas; pero san Pablo les hizo decir que no se
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO.
trataba do este modo á unos ciudadanos romanos. Vinieron
El tercer domingo de Adviento , que en otro tiempo se los magistrados á la prisión , dieron sus escusas y les r o -
llamaba segundo antes de Navidad, no es ménos solemne garon que saliesen de la ciudad. El santo apóstol fué des-
en la Iglesia que en los dos precedentes. Como la venida de Filipos á Tesalónica ¡ pero siempre profesó mucha ter-
del Salvador del mundo debe ser el objeto de la devoción, nura y mucha bondad á los filipenses. Él mismo dice que
de las oraciones y de lodos los ejercicios piadosos de esle se acordaba siempre do ellos en sus oraciones. Los fili-
penses por su parle mostraron el roconocimiento mas vivo
santo tiempo, la Iglesia tiene cuidado lodos los domingos,
DE ADVlEiNTO. $
3 san Pablo, y no dejaron do enviarle socorros á todos los Juan Bautista, se había retirado al desierto para ayunar
'"garos donde predicaba. Habiendo sabido que se hallaba allí por espacio de cuarenta dias antes de manifestarse al
6n piisbni's en Koma, rogaron á su obispo lípafrodito que mundo. Entretanlo san Juan predicaba á lo largo del Jor-
le lie vase algnn socorro de dinero ; y á la vuclfa del santo dán con tan buen éxito y tanto fruto, que el pueblo dejaba
pi'elado fué cuando san Pablo escribió á los lilipenses la las ciudades para i r á oir á este nuevo predicador ; y como
herniosa carta de donde está sacada la Epístola de este dia. si no bastasen los habitantes de Jerusalen para formar su
Les llama « sti alegría y su corona.» Esle elogio hace m u - audilorio, y darle discípulos , corrian en Inipas para oirle
cho honor á a(|uellos frevorosos" (leles ; y después de ha- de todas las comarcas de la Judea , piiiicipalmentc de las
berles e x h o r l a d o á perseverar en la f é , en el temor y orillas del Jordán , y muchos movidos de un verdadero
amor del Señor, les recomienda que se regocijen sin ce- dolor de sus culpas hacian delante de él una sincera con-
sar á nuestro Señor , y la razón que les da para ello es, fesión de ellas, y le pedian su bautismo. No habia nadie,
dice él, que el Salvador está cerca. Este mismo es el mo- hasla los misinos fariseos orgullosos, y lossaduceos, g e n -
tivo que le obliga á exhortarles que lengan una modestia io sin ley y sin piedad , que no quisiese ser bautizado, y
mas ediíicante y mas cristiana, entendiendo el santo após- la reputación del hombre d é Dios hacia tanto ruido, que
tol por la palabra modeslia la práctica de todas las v i r l n - el gran Sanhedrin, que era el gran consejo de los judíos,
des, de aquella caridad , de aquella dulzura , de aquella en el cual se decidian los negocios del oslado y de la reli-
paciencia, deaquella morlilicadon, ton propia para hacer gión, le envió una diputación célebre.
que nos sea favorable la venida del Salvador. Ya que san Los principales de entre los judíos sabían bien por los
Pablo diciendo a los fiiipenses que el Señor está cerca, oráculos de sus profetas, y sobre lodo por el de las sema-
haya querido decir que el Señor esteá continuamente cer- nas tan célebres de Daniel , que el tiempo en que debia
ca de nosotros para asistirnos, ó que lo haya entendido nacer el Mesías estaba próximo. Por otra parte veian quo
por el aniversario de su nacimiento ; todo cnanto dice en por donde quiera no se hablaba mas q u e d e Jiian Bautista;
esle capilulo contiene las disposiciones santas con que de- que este santo hombre presentaba virtudes mas divinas
be uno prepararse para aprovecharse de él. E! recugi- que humanas, y que en un cuerpo mortal p;.¡ ocia verse la
mientü y la oración acompañada siempre de acciones de impasibilidad de un ángel. Todo esto hacia que se incli-
gracias por sus beneficios, deben sernos familiares en esle nasen al parecer del pueblo, que lomaba el precursor del
santo tiempo : la paz y la tranquilidad del corazón prepa- Mesías por el Mesías mismo por lanío tiempo esperado, y
ran el alma para las visitas celestiales. Kn medio del repo- tan ai dientemenle deseado de todo el pueblo. Sin embar-
so de la noche es cuando llega el Esplrüu divino, y no hay- go, como nada haya que sea mas incierto que un rumor
nada tan opuesto á las íntimas comunicaciones de Dios popular, no creyeron que debian darle fé , sin haber an-
C-JII el idma , como el tumulto del mundo y la disipación tes enviado los sacerdotes y levitas al liOiiibre de Dios,
del corazón. Esto es lo que hace decir al santo apóstol; paffl saber de él quién era , q u é cualidad tomaba y en
«Y la paz de Dios guarde vuestros corazones y vuestros virtud de qué autorización predicaba la penitencia. Esco-
cnlendimienlos en Jcsucrislo.» Por esto recomienda lanío, gieron personas de este carácler, porque eran del cnerpa
principalmente durante el Adviento , el recogimienio j e' de los edesiáslicos, al cual únicamenle perlenocta el exa-
retiro, en razón de que en la soledad es donde siempre minar á aquellos que se ingerían á predicar y cspücar
habla Dios al corazón. Antiguamente no entraba ningún públicamente la ley al pueblo.
lego en el coro desde este tercer domingo hasla la vigilia
Jerusalen , aquella ciudad lan célebre, vió entonces á
de Navidad, porque se suponían los canónigos como en
los primeros de sus sacerdotes y de sus levitas salir con
retiro, y se procuraba no distraerlos en la solemnidad del
mi grande acompañamiento, para ir á mas de veinte l e -
oficio del dia. Por lo d e m á s , añade el mismo a p ó s -
guas de distancia, á Informarse do las cualidades y de la
tol en el propio capítulo de que se loma la Epístola de la
misión del nuevo profeta, sin pensar que iban á recibir el
misa, lo que debe ocupar vuestros pensamientos y vues-
testimonio mas brillante de la venida del Mesías ; dirigien-
tros deseos, sobre todo en este santo tiemno, es todo aque-
do la divina Providencia esta diputación para enseñar á
llo que es conforme á la verdad, todo lo que es puro, lodo
los judíos, y que nunca pudiesen dudar quo Jesucristo, á
lo qmí es justo, todo lo que es santo, todo cuanto es digno
quien un dia hablan de maltratar con tan encarnizamiento,
de nuestra estima y de nuestro amor , todo lo que da una
era verdaderamente el Mesías.
buena reputación, todo lo virtuoso, lodo lo quees laudable
Cn materia de disciplina y de conducta. Encontraron los diputados á san Juan en las cercanías
de Belhabara, quo también se llamaba Belhania ; era esta
El Evangelio de este dia refiere el teslinionio auténtico una ciudad situada de la otra pai te del Jordán , distante
que san Juan da á los judíos de la venida del Mesías en la cerca de veinte kguas de la aldea de Belhania. Predicaba
Persona de Jesucrislo. Habiendo elegido la iglesia para el san Juan de la parte de acá en la campiña á cielo raso.
oficio de los domingos de Adviento lodo lo que tiene mas Allí formaba un gran número de discípulos para aquel á
e l a c i ó n con su nacimiento ; después de haber anunciado quien reconocía por su Señor , y todo su cuidado era el
en el Evangelio del domingo precedente las pruebas que disponerlos , tanto por su doctrina y sus ejemplos , como
da Jesucristo de su divinidad y de su misión á los discípu- por su bautismo, para recibir la ley de Jesucrislo.
los de san Juan, en el Evangelio de esle dia cita el testi- Allí fué donde los diputados del Sanhodrín le represen-
monio que el mismo san Juan da de Jesucrislo delante de taron cuánta estima y veneración habia concebido hacía
'os principales de la nación, y á la presencia de lodo el él el consejo ; que la santidad de su vida daba á conocer
Pueblo. bastantemente que é l no era como el resto de los hombres;
Habiéndose querido humillar el Salvador, hasta recibir que en el concepto del pueblo pasaba ya por el Mesías, y
cl bautismo de penitencia que predicaba su precursor san que ellos mismos no estaban dislanles de esta opinión,
20 TERCRR DOMINGO
puesto que las cosas que hacia les parecian superiores á c i n l el suyo no era mas que la sombra, un bautismo que
las fuerzas humanas; pero que para la satisfacción común, curarla todas las llagas de sus almas; que por lo que ba-
y para mayor seguridad, querían saber de su propia boca d i l á él, habia recibido de lo alto una gracia particular
quién era. para descubrir á los hombressus errores y sus vicios, pero
No dudó el sanio hombre : negó firmemente ser el que que era incapaz de remediarlos; que lodo lo que podía
ellos creían ; y á fin de que no lomasen su respnesln por hacer, era exhortarles á que reconociesen á su verdadero
alguna tergiversación de una humildad poco sincera, les médico, el único de quien debían esperar su curación.
dijo en términos formales, y les repitió muchas veces que Que por lo d e m á s , no era necesario que fuésen á buscarle
de ningún modo era el Mesías : declaró altamente y sin léjos, que estaba en su país, y en medio de ellos, que era
rodeos que no era el Cristo. Por mas franca y mas precisa do su nación y sangre real, conforme á lo que habían pre-
que fuese esta respuesta, no pudieron borrar los diputados dlcho de él los profetas; que á la verdad, todavía no le
de su imaginación la idea que habían concebido de su conocían, pero que sus maravillas, de que ellos mismos
mérito. Vínoles, pues, al pensamiento que si no era el Me- serían testigos, se le descubrirían muy pronto. Por lo que
sías, podía ser muy bien que fueseun nuevoprofeta, Igual hace á mí, añadió, yo le conozco y he venido delante de
á los antiguos, ó á un Elias, puesto que vivía como él , á él á fin de anunciaros su venida; y si él viene después do
mas de que sabían que el Mosins no habla muerto , y que mí, esto consiste en que él es el Señor y envía á su siervo
según la profecía de Malaqulas debía volver al tiempo de para que avise que vendrá muy pronto. Y ciertamente yo
una de las dos venidas del Mesías, ánfes del gran dia del valgo bien poco en su presencia, ni aun merezco emplear-
Señor. «(Malach. 4.)» San Juan se afligía al ver que se me en los ministerios mas humildes de su servicio. Él lo
hacia tanto caso de él, y que se le Igualaba con los g r a n - puede lodo y yo no puedo nada; mi bautismo no dura mas
des profetas. Cuanto mas se le daban testimonios de que un cierto tiempo, y no tiene virtud alguna en compa-
estimación , mas él se abatía. No solo negó que fue- ración del suyo, el cual será hasta el lin del mundo una
se Elias , sino que añadió que ni aun era profeta ; que- fuente Inago'able de gracias y de salud. Él no os lavará
ría sin duda dar á c o n o c e r á los doctores y á los sacerdo- simplcmenlo con el agua, sino que os bautizará en el Es-
tes lo que ignoraban y lo que les Importaba saber ; que el píritu Santo, y este santlficador descenderá sobre los que
recihleren el nuevo bautismo, se comunicará á ellos, le»
tiempo de los profetas habla pasado ; que él no venia, co-
animará con su presencia, les fortiíicará con su gracia,
mo sucedía antiguamente para prometerles el Mesías, sino
les abrasará con aquel fuego divino que produce efectos
para advertirles que el Mesías había venido, y que estaba
maravillosos en las almas santas. Verdaderamente el bau-
en medio de ellos; y para mostrarles con el dedo aquel
tismo de san Juan no era mas que una preparación para
que sus padres no habían visto sino en confuso, y de muy
el de Jesucristo, disponía los pecadores por la penitencia
léjos, por un espíritu de profecía. No pudiendo sacar de
y por las obras de justicia, para escuchar al Mesías y re-
san Juan mas que respuestas negativas, y que no les decia
cibir el perdón de sus pecados por el bautismo del Salva-
lo que era, sino lo que no era, le estrecharon para que les
dor. El Santo llama á este bautismo un bautismo de fuego,
declarase lo que se debía pensar de él, cuál era el c a r á c -
y conferido por el Espíritu Santo. Sabemos que en el dia de
ter en virtud del cual predicaba, y lo que debían respon-
Pentecostés descendió el Espíritu Santo sobre losdíscípulos
der á los que les hahian enviado , para saber de él mismo
en forma de lenguas de fuego, y pudo san Juan haber alu-
on q u é concepto debia tenérsele.
dido no solo al efecto del Sacramento, sino también á este
El santo no pudo ya ménos de satisfacer su curiosidad.
símbolo.
Se manifestó á ellos y les declaró con mucha modestia y
candor, que ora aquel de quien habla hablado Isaías, Después de haber dado el santo Precursor esto testimo-
cuando viendo en espíritu al Mesías que debía venir, le nio de la venida de Jesucristo á los diputados, continuó
parecía oír ya la voz de su precursor en el desierto, la en todas las ocasiones que se le ofrecieron publicando el
cual exhortaba á los pueblos á que se preparasen para su mérito, la santidad y la omnipotencia del Salvador del
venida. Yo soy esta voz, les dice, que viene para preparar mundo. Viendo san Juan al otro dia á Jesús que venia á
los caminos al Mesías, y disponer por la penitencia que é l : Hé aquí, csclamó, el Cordero de Dios ; hé aquí el que
predico y por el bautismo que administro los corazones y borra los pecados del mundo. Este es de quien yo he d i -
los espíritus para recibir al que viene para salvarlos. Los cho : Hé aquí viene después de mí un hombre que es a n -
fariseos, mas celosos por mantener su autoridad que en tes que y o ; si yo he venido para administrar un bautismo
procurar su salud, se picaron de esta respuesta y replica- de agua, oslo no es sino para que se le conozca en Israel.
ron con a l t a n e r í a : Sino eres, pues, ni el Cristo ni Elias, Yo he visto, a ñ a d e , bajar del cíelo el Espíritu Santo en for-
ni profeta, ¿por q u é bautizas? San Juan, que quería con su ma de una paloma, y se ha colocado sobre él. Y el que
humildad abatir su orgullo, no les habla ni do su misión me ha enviado para administidr un bautismo de agua, me
que habla recibido inmediatamente de Dios, ni del cargo ha dicho: Aquel, sobre el cual verás descender y colocar-
eminente con que el cielo le habia honrado: se contenta se el Espíritu, ese es el que administra el bautismo del Es-
con responderles para su instrucción y la de lodo el pue- píritu Santo. « Esto es puntualmente lo que yo he visto, y
blo, que el agua de su bautismo no obraba sobre las llagas he dado teslimonio que este es el ITijo de Dios.»
del alma, mas que como el agua común obra sobre las Nada podía convenir mejor al designio de la Iglesia que
llagas del cuerpo ; que ñ o l a s curaba, sino que únicamen- este Evangelio, tan propio para reanimar nuestra fé y es-
te servia para lavarlas, á fin de que estando limpias se citar nuestro fervor, en un tiempo que tanto lo requiere
las viese y se hiciese alto sobre ellas; que aquel hombre para prepararnos á recibir dignamente aquel que los j u -
divino á quien buscaban, y que verdaderamente era su díos no han querido reconocer. Inescusablcs después del
Mesías, les Gonferiria bien pronto un nuevo bautismo, del teslimonio de san Juan Baulisla, todavía mas criminales
DE ADVIENTO. 81
<l«spaes de haber sido testigos de sus maravillas, los j u - fia ! Nosotros no estamos nunca en paz con nosotros m i s -
lios rehusaron tenazmente recibir á aquel que habian pe- mos. La multiplicidad de deseos, de proyectos, de de-
dido con tanto ardor y esperado por tanto tiempo, y le signios, prueba demasiado nuestra inquietud. Cuando
hartaron de oprobios. ¿Y no seríamos nosotros tan culpa- nuestras pasiones no nos hiciesen la guerra, nuestro
bles como aquellos impíos, y todavía mas ingratos que mismo corazón es el enemigo de nuestro reposo. Siem-
Aquellos, si conociendo y confesando á Jesucristo por pre insaciable , j a m á s está contento. El amor propio
nuestro Salvador, no cuidásemos de disponernos con t i e m - pretende hallar esla paz que el mundo no puede dar,
po á recibirle con alegría, con empeño, con fervor, y por pero sus mismas investigaciones aumentan la turba-
decirlo así con dignidad el dia de su Nacimiento? ción. No hay cosa alguna, ni aun el goce de los bienes
que se han deseado con mas ardor, que no incomode,
La oración de la misa de esle dia es como sigue : que no altere, y por consiguiente que no turbe nuestro re-
Aurem luam, quwsnmus. Dignaos, Señor , escu- poso. El libertino, el hombre mundano, el impío se esfuer-
Domine, precibus noslris ac- char favorablemente nues- za para hacer creer á los simples que está en paz; mien-
rommoda: el mentís noslrce tras oraciones, y en estos tras que su espíritu está inquieto y su corazón nada en la
tenebras gralin luce visilali')- dias de vuestro dichoso ad- amargura. Recorred todas las condiciones, todas las eda-
nis illuslra. Qui vivis el regnas venimiento disipad las t i - des, todos los estados; buscad en la opulencia, en la pros-
cum Deo Paire... nieblas de nuestro enten- peridad mas floreciente y hasta en el Irono mismo, no hay
dimiento con la luz devues- hombre alguno del mundo que goce de un contento c u m -
tra gracia. Vos que siendo plido, de una tranquilidad perfecta ; la inquietud y la t r i -
Dios vivís y reináis con bulación son la pertenencia ¡nenajenable del corazón hu-
Dios Padre en unidad del mano. En el mundo se contrahace, se disimula lo que se
Espíritu Santo, por los s i -
sube, lo que cada uno es; el primer pres&nte y cuasi el
glos de los siglos. Amen.
único que hace el mundo es la máscara ; el disimulo ca-
racteriza á los mas dichosos del siglo. Se rien, se regoci-
La Epístola es de la caria del apóstol san Pablo á los F i l i -
jan, y no se ve en el mundo mas que unas fiestas Iras de
penses, cap. A , vers. 4 á 7.
otras, todas á cual mas tumultuosas, porque no se trata,
Fralres, gaudele in Do- Hermanos mies: regoci- propiamente hablando, mas que de embolar sus desazo-
mino semper: ilcrüm d'xo, jaos siempre en el Señor, nes, entontecerse. Ai liflcio grosero que solo sirve para
gandile. Modestia veslranola otra vez os lo digo, regoci- sustraerse al conocimiento del público, mientras que la
sil ómnibus kominibus : Do- jaos. Aparezca vuestra mo- inquietud, la agitación y la turbación tiranizan el cora-
wíntis enim propé esl. Hihil destia á los ojos de lodos los zón de los mas regocijados. La guerra es doméstica, y ni
solliciü s i l i s : sed in omni hombres: el Señor está cer- aun admite treguas. Se entrega uno á sus pasiones y se
oralione, el obsecralione. cum ca. No tengáis inquietud por hace esclavo de ellas. No hay alegría alguna en el mundo
graliarum actione pelilio- nada; ánlcs bien toda vez
que no sea arlilicial. « P a z , paz, y no había paz.» No la
nes veslrae innotescanl apud que os pusierais en oración
hay sobre la tierra, ni puede haber otra que la paz de
Deum. E l pax Dei, quee exu- y rogareis al Señor aparez-
Dios que acompaña siempre á la buena conciencia. Esta
perat omnen sensum, cusió- can vuestras peticiones de-
paz que sobrepuja á todo lo que se puede pensar es escln-
dial corda vestra, el i n i e l l i - lanJe de Dios con acciones
sivamenle el fruto de la virtud. De aquí nace aquella
genlias vestras in Chrislo de gracias. Y la paz de Dios,
tranquilidad pura, aquella dulzura inalterable, aquella
Jesu Domino noslro. que sobrepuja á todo lo que
alegría tan dulce, aquel recogimiento tan gozoso, aquella
se puede pensar, sea la de-
modestia tan edificante que forman el carácter de lodos
fensa de vuestros corazones
los buenos. ¡Só, no es el poco humor, el poco espíritu, la
y de vuestros entendimientos
melancolía, ni una falta de educación ó un natural brusco
en Jesuc r!. I ) nuestro Señor.
y salvaje, lo que aleja á las personas verdaderamente p i a -
dosas de las reuniones mundanas, de sus partidas do pla-
Esta Epístola á los fdipenses es de un estilo mas cor-
cer, de sus diversiones tumultuosas; mucho ménos sus
nenie y mas llano, está escrita con un espíritu mas abier-
pretendidas manías ni su humor caprichoso lo que las
to, á lo que parece, y mas contento que las otras, no obs-
tante que san Pablo estaba entonces en prisiones. Descu- hace amar el retiro, son ya estas unas calumnias muy
b e en ella el apóstol toda la bondad de su corazón con antiguas y usadas con que el mundo zahiere á los buenos.
toda su efusión. No mezcla en ella ni tacha, ni reprensión Su modestia, su exacta regularidad, su alejamiento de
alguna, lo que indica, dice san Crisóslomo, que los fili- todas las diversiones mundanas, son efecto de su virtud y
penses eran de una virtud consumada. del contento interior de que gozan. Su corazón gusta de
una paz que satisface, y no cuidan mas que de no turbar-
REFLEXIONES. la. Solo la esperiencia puede hacer comprender este mis-
terio; es preciso gustarlas dulzuras de esta paz interior,
* La paz de Dios, que sobrepuja á lodo lo que se puede para lener una justa idea de ella. «Gustad y v e d , » dice
Pensar, sea la defensa de vuestros corazones y do vues- el profeta : haced la dichosa esperiencia de ella, y des-
^•"os entendimientos en Jesucristo.» La paz interior tan d u l - pués podréis juzgar con seguridad de lo que ella es.
C('1 tan satisfaclom, tan superior á los sentidos, que el
"'lindo no puede gustar, y mucho meaos dar esta paz es- E l Evangelio da la misa es de san Juan, cap. 1,
franjora, desconocida del espíritu del mundo, esta paz no vers. 19 á 28.
puede ser sino el fruto de la virtud perfecta, ¡ Cosa cstra- I n Uto lempore: Miserunt En aquel tiempo l o s j u -
22 TERCER DOMINGO
Judwi ab Jerosolymis sacer- dios do Jerusalon, enviaron de nosotros en el adorable sacramento de la Eucaristía ;
dolcs el levilas (id Joannem, sncertlotcs y levitas para ¿ y se conoceá Jesucristo bajo estos velos? Grandes del
«i inlcrrognrent eum : Tu que piTgnnlason á Juan: mundo , ¿1"conocéis vosotros? vosotros que castigáis tan
quis es ? E l confessus esl, el ¿ Quién ores? Él lo confesó rigorosamente las menores fallas que se cometen contra el
non neyiml : el hoitfastús. y no n e g ó ; y lo volvió á respeto que se os debe , mientras que sois tan insensibles
Quia non snm ego Chrislus. confesar: Vo no soy el Cris- á los ultrajes que se hacen al Señor soberano, á quien ha-
El interrogaverunl cum: Quid fo. ¿Quién eres, pues, le céis profesión de conocer. Pueblos, ¿ conocéis vosotros á
ergo? Elias es tu f E l áixil: preguntaron? ¿ e r e s Elias? este Dios, á este Salvador que está en medio de vosotros?
Non sum. I'ropheta es tu? E l Nó: les dijo el. ¿ E r e s pro- vosotros que sois tan frecuentes cerca de aquellos de quie-
respondit : iVon. íñxerunl feta ? Nó , les respondió. nes esperáis alguna gracia , y tan respetuosos, tan come-
ergo ei. Quis es, u l respon- Oyendo oslo , le dijeron: didos en la presencia de los que teméis, mientras que no
sum demns h i s , gui mise- DIMOS, pues,quién eres para tenéis respeto alguno en la iglesia, ni encontráis nunca un
r u n l nos? Quid duis de te que podamos responder á momento desocupado para venir á ofrecer \ueslros home-
ipso ? AÜ : Ego PO.X claman- los que nos han enviado; najes á Jesucristo sobre nuestros altares. Les ministros
lis i n deserto: dirigite viam ¿ q u é es lo que dices de ti del Señor, las personas consagradas á Dios por profesión
Domini sicut dixü haiaspro- mismo? Entonces les res- y por estado conocen a Jesucristo: porque al fin , las fun-
phela. E l q u i missi fuerant, pondió : Yo soy la voz del ciones ordinarias del sagrado ministerio, los empeños tan
eranl ex pharizccis. Et i n - que clama en el desierto: solemnes y tan perfectos la vida reglada y austera , lodo
lerrogaverunt, eí dixexunl Ordenad el camino del Se- esto prueba bastante que, por lo menos de esta porción
e i : Quid ergo buplizas, si ñ o r , como lo lia dicho el escogida y privilegiada del pequeño rebaño , no es Jesu-
tu non es Chrislus , nrque profeta Isaías. Y losqne ha- cristo; pero ¿corresponden á este conocimiento su afición,
Elias, ñeque prophela? itárf su zelo, su amor á Jesuciisto? i Ah l ¡y con q u é frialdad,
bían sido enviados eran de
pondü eis Joannes, diccns: acaso, se cumple todo esto! Hay poco empeño en bacer
la seda de los fariseos. E n -
Ego baptizo in aqua: medius la córte á Jesucristo, se le mira con indiferencia , no se
tonces le hicieron una nueva
aulem veslrum sletit, quem tiene confianza en é l , porque no se le conoce sino imper-
piegunfa: ¿ P o r q u é bauti-
vosnoscilis. ípse esl, quiposl feclametile: y si se ha dé juzgar por los efectos y por la
zas, le dijeron, si no eres ni
me venlurus esl, qni anle me esterilidad de esto infructuoso conocimiento, ¿podenií-s
el Cristo ni Elias, ni profe-
facluscsl: cujusego non sum razonablemente lisonjearnos de que conocemos verdadera-
ta ? Juan les respondió d i -
dtgnus, u l solvain ejus r o r r í - mente á Jesucristo?
ciéndoles: Yo no administro
gxauxcokmmsnli. Ihvc in lie-
mas que un bautismo de PUNTO sjbüNoo.—Considera cuán poco amado es este
ihama facía sunl irans Jor~
agua; pero hay en medio amable Salvador de aquellos mismos de quienes es cono-
danem, ubi eral Joannes bap~
de vosotros uno á quien vo- cido. Representémonos aquí solo aquellas peí senas cris-
lizans.
sotros no conocéis. Este es tianas que haciendo profesión de conocer á Jesucristo, no
el que debe venir después ignoran ni lo que es, ni lo que ha hecho para ganar nues-
de mí, que e s á n l c s que yo, tro corazón , ni lo que está en estado do hacer en favor
y del que yo no soy digno nuestro. Aquellas personas que perfectamente instruidas
de desatar la correa de su de lodos nuestros misterios, no olvidan los señalados be-
calzado. Estas cosas pasa- nelicíos de la Redención y de la Eucaristía, y admiran sin
ron en Bethania del otro lado cesar la humildad de su encarnación, la pobréza de su na-
del Jordán en donde bauti- cimiento, la oscuridad de la mayor parte de su vida mor-
zaba Juan. t a l , las maravillas incomprensibles de la adorable Euca-
ristía , las humillaciones y sufrimientos de la pasión y la
MEDITACION. ignominia de su muerte, y que todo esto lo ha obrado por
Cuan poco conocido es Jesucristo, y cuán poco amado de la salud de los hombres: estas personas, repito, ¿ aman
aquellos mismos que le conocen. fervorosamente á Jesucristo? ¿ c o r r e s p o n d e su ümor á la
PUMO PRIMERO.—Consideraconcuánta razónpodria de- idea que deben tener de la escelencía y de la majestad
cirse á muchos cristianos, lo que san Juan decía á los j u - del Salvador? ¿ corresponde su amor á sus beneficios?
d í o s : «Jesucristo nuestro Señor esttá en medio do voso- ¿corresponde al amor que él nos tiene ? ¿corresponde al
t r o s , y vosotros no le conocéis.» Si le conocieseis no le espirita de nuestra religión? y sin consultar mas que á
temlriais tan poco amor, tan poca afición, tan poco res- la razón, nuestro amor á Jesucristo ¿ c o r r e s p o n d e á los
peto, tan poco reconocimiento. ¡ Q u é desgracia para los bienes que nos ha hecho? ¿ á los que recibimos de él to-
j ! id ios el no haber conocido á su legitimo Rey, su sobe- dos los dias? ¿ á loo que esperamos en el liempo y en la
rano S e ñ o r , su Redentor, su Mesías, el Mesías tan ar- eternidad ? ¿ á los que estamos recibiendo á todas horas?
dientemente deseado y esperado por tanto tiempo; estan- Conocer á Jesucristo, y creer que está continuamente con
do tan claramcnlc mar cado el tiempo de su venida, y nosotros sobro nuestros altares ; y no tener, ni aquel em-
peño que se tiene por llenar los deberes contraídos con los
viéndose el cumplimiento de las profecías que le habían
grandes de quienes se espora todo , y no tener incesante-
íimmciado en su doctrina y en sus milagros. No es menor
mente presente en el entendimíeato un objeto de que el co -
!;i desgracia de los cristianos en no conocer á Jesucristo si-
razón debe estar tan ocupado, y no aprovechar todas las
no van una fé d é b i l , lánguida y medio eslinguida , una
ocasiones de agradar a aquel que es el áibiíro de nuestra
fe Cdifiíí muerta; que luce lo que basta para hacernos ¡nes-
suerte cierna; b é aquí un misterio de iniquidad incompren-
cusables, pero que no obra lo necesario para hacernos
sible. Desgraciadamente lo demuestra una espericncia
verdndoros cristianos. Jesucristo está realmente en medio
DE ADVIENTO. 23
Incn li isto. Cnancb se ama á Jcsucrislo, agrada todo lo to : Miki fecistis. Visitad por lanto á los pobres|enfermos
que procede de é l ; se tienen en la memoria sus máximas, en los hospitales, y á los pobres vergonzantes en sus ca-
y ¡qué impresión no hacen en el alma sus ejemplos! Con- sas parlicularcs. Visitad á los presos al ménos una vez on
sultemos los sentimientos y toda la conducta de los santos. la semana, y repartid limosnas entre los unos y los otros;
Kilos lian amado á Jesucristo: ¿ q u é fidelidad no han teni- esta caridad será una prueba dé vues'ro amor. Recibid á
do lodos ellos en conformarse con este divino modelo? m c n i M l o á Jesucriíto en la adornlile Kiicatislia ; comulgad
¡Qué trasportes de amor por este Salvador amable! ¡qué con mas frecuencia que lo ordinario ( l u í a n t e el Adviento,
COBlimiacion f» hacerle la corte ! ¡ q u é alejamiento de to- y hacadlo cada vez con nuevo fervor. Ks una práctica do
do !o que él ha mirado con horror 1 i qué ansia por las piedad muy útil el rezar todos los dias , sobre todo cu es-
humillaciones y los sufrimientos! Tales son las pruebas te sanio tiempo, las letanías de! santo nombre de Jesús (')
del amor y de la ternura que se tiene á Jesucristo ¿Nos y las de la Virgen. En fin, no omitáis nada para amar con
ofrece nuestra vida muchas de ellas? ¿ p o r estas señales fervor y con ternura á este divino Salvador, y á la que ha
reconocemos en nosotros un grande a m o r a l Salvador? sido destinada para ser su Madre.
Tenemos, es verdad , con frecuencia en la boca los nom-
bres di. Jesús y de María ; pero son señales estériles , si CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO.
estos santos nombres no están profundamente grabados El cuarto domingo de Adviento , que también se llama-
en el corazón. Todo nos conduce en el tiempo de Advien- ba el primero antes de Navidad, dehe oscilar lanío mas
to á escilar amor, á abrasar nuestros corazones en este rmcsli o fervor y nuestra devoción , cuanto mas cerca es-
amor, á amar á Jesucristo con ternura. No hay disposi- tá de la solemnidad que exige todo nuestro zelo. Ccn este
ción mas propia para recihir dignamente este divino Sal- espírilu y con este fin ha dispuesto la Iglesia que preceda
vador en el dia de su Nacimiento , que este amor divino. á este domingo el ayuno de las cuatro témporas « esto es,
Nó, S e ñ o r , nosotros no os conocemos. Yo confieso que el ayuno del miércoles, del viernes y del sábado prece-
hasta aquí no os he conocido , puesto que os he amado dentes.
tan poco; pero yo espero que m i porte con vos hará Llámanse cuaíro témporas los ayunos que prescribe la
ver de hoy en adelante que comienzo de veras á cono- Iglesia de tres en tres meses , el miércoles , el viernes y
ceros , puesto que comenzaré verdaderamente á amares. el sábado de la misma semana, para consagrar las cuatro
JACULATORIAS.—Señor, aumentad mi f é , á fin de qtie estaciones del año por la penitencia de algunos dias de
os conozca mejor que lo he hecho hasta aquí. (Luc. ayuno ; para pedirá Dios la conservación de los frutos de
' Yo os a m a r é , Señor, á vos que sois toda mi fuerza, mi la tierra , para darle gracias por los que ya ha concedido,
refugio y mi Salvador. (Ps, 17.) y para ohlener de él, el que provea á la Iglesia en este
tiempo en que se hacen las órdenes de ministros santos.
PROPÓSITOS.
Conociendo la Iglesia la flaqueza de sus hijos , ha q u e r i -
Amamos poco á Jesucristo, porque le conocemos poco. do darles á entender que no hay 'lempo alguno eu todo
No tenemos mas que una fé débil, vacilante y medio estiu- el curso del año en que les sea permitido relajarse ó inter-
guida ; ¿ y podríamos con una fé semejante amar á Jesu- rumpir el ejercicio d é l a penitencia , porque en todo tiem-
cristo con ternura y con ardor? No se ignora lo que él es, po hay necesidad de purificar el alma con el uso frecuen-
se sabe loque puede , no se ha olvidado lo que ha hecho te de los sacramentos, con la oración y con el ayuno ; y
en nuestro favor ; mas estos conocimientos deben ser muy esto es lo que ha movido á determinar tres dias de ayuno
imperfectos , puesto que producen tan poco conocimiento en cada una de las cuatro estaciones del a ñ o , los cuales se
y tan poco amor. Aplicaos sobre todo en este santo tiem- llaman las cuatro témporas. San León dice que esta obser-
po , singularmente consagrado á celebrar su venida al vancia se ha fijado á las cuatro témporas ó estaciones , á
mundo, aplicaos á conocer y á amar á este divino salva- fin de que esta sucesión continua de tiempo con el c í r c u -
dor. Considerad lo que es y lo que viene á hacer sobre lo del año nos enseñase que continuamente teníamos ne-
la tierra. Cuál es el motivo de su venida , esto es, de su cesidad de purificarnos, y qne siempre debemos esforzar-
encarnación, de su nacimiento. Representaos su vida y su nos para borrar por medio de los ayunos y las limosnas
muerte; recordad en vuestro entendimiento todas sus ma- las manchas que cuasi incesantemente contraemos duran-
ravillas y sobre lodo su amor á nosotros , y preguntaos te la vida por la fragilidad de la carne.
luego si este Dios hecho hombre para s a l v a r á los hombres
Acaso no hay observancia que sea mas antigua en la
merece ser amado por nosotros. Sea este el asunto ordi-
Iglesia que la de las cuatro t é m p o r a s , puesto que , según
nario de vuestras meditaciones durante este santo tiempo.
el mismo santo, viene hasta nosotros desde los mismos
Decidle muchas veces á este divino Salvador con fervor
apóstoles. En el antiguo Testamento habla ayunos deter-
^oino san Aguslin : allaced, S e ñ o r , que yo os conozca , y
minados y fijos á ciertos meses del a ñ o . f<Hé aquí lo que
l ú e me conozca á mí mismo.» ¡ Qué confusión, buen Dios,
dice el Dios de los ejércitos , » dice el profeta Zacarías:
y q u é seiilimienlo no debo yo teuci por haberos amado
«Los aumos del cuarto , del quinto, del séptimo y del
tan poco, divino Salvador m i ó !
décimo mes, se convertirán para la casa de Judá eu dias
Poco imporlaria el que tuviésemos este sentimiento, si de regocijo y a l e g r í a , y en fiestas solemnes.» San León
miestra conduela no lesliftcase nuestro amor. Probémosle cree que estos ayunos, lo mismo que algunos preceptos
Jcsde hoy que le amamos por la resolución que debemos morales , son del número de aquellas cosas santas y ú t i -
Otilar, de que no pase dia alguno de nuestra vida, si pue- les que los apóstoles han querido conservar de la antigua
de ser , sin hacerle una visita en el Santísimo Sacramen-
Probémoselo por nuestra caridad con los pobres ; to-
(lj Ku líjpa.ia no se usan eslai lelauiüs dol nomlre da
dos los bienes que les hiciéremos, los hacemos á Jesuciis- Josi.e.
24 CUARTO DOMINGO
ley para el uso de la Iglesia , pero por motivos mucho á creer de otro modo quecreeis » Aunque el Apóstol en esta
mas espirituales y mas perfectos que ios del antiguo Tes- pasaje habla de la segunda venida del Hijo de Dios, la
tamento. Lo que en la ley antigua no era mas que una Iglesia le aplica á la primera para despertar la fé de los
simple figura , continúa el mismo santo pontífice, ha ce- fieles. El Evangelio del sábado de estas témporas se re-
sado por la realidad en la ley nueva ; mas en cuanto á duce á la predicación de san Juan , que comenzaba á ejer-
los ayunos, como que nos son demasiado necesarios y so- cer sus funciones de precursor, ángel ó enviado de Dios,
bremanera ú ü l e s , j a m á s ha pensado la Iglesia que cesa- para preparar los caminos y disponer los ánimos á recibir
sen. Añade que la Iglesia conducida y dirigida por el Es- al Mesías.
píritu Santo, ha distribuido de tal modo el ayuno en las La misa de este cuarto domingo de Adviento, no es,
cuali'o estaciones del a ñ o , á saher, las cuatro témporas hablando con propiedad , mas que una viva espresion del
de primavera en cuaresma ; las del estío en la octava de deseo ardiente que tiene la Iglesia de ver nacer á su Sal-
Pentecostés; las de otoño en el mes de seliouibre; y las de vador y conducir á lodos los fieles á que celebren con
invierno en el décimo mes, que todas ellas se hallan san- dignidad y con fruto el dia de su IN'acimienlo. Ella esclama
tificadas por la penitencia. Los íificios de la misa de estos con el profeta en el introito de la misa. «Cielos, enviad el
tres dias de cuatro témporas de Adviento son particulares rocío de lo alto , y también las nubes al Justo, como una
y conformes al misterio y á la santidad de este tiempo. En lluvia saludable. Ábrase la tierra y veamos aparecer al
la misa del miércoles de cuatro témporas se leen siempre Salvador como vemos salir el tronco de su gérmen.» Estas
dos Epístolas , para dar á conocer , dice Alcuino, á los palabras indican el trasporte y la impaciencia de los pro-
que deben ser examinados e n e s l e d i a , para recibirlas" fetas y de los justos del antiguo Testamento, los cuales
órdenes el sábado siguiente, que deben tener un gran co- deseaban con todo el ardor de su alma la venida del
nocimiento de la santa Escritura. Las dos Epístolas que se Mesías.
leen en la misa del miércoles de la tercera semana de A d - La Epístola que se lee en la misa es tomada de la p r i -
viento, son tomadas del segundo y del séptimo capítulo mera carta del apóstol san Pablo á los corintios, y mira
de I s a í a s , en donde el profeta habla claramente de la ve- á los ministros de Jesucristo, que son los dispensadores
nida del Mesías, y de las grandes ventajas que con él de los misterios de Dios, y los pastores de las almas. El
deben venir á los hombres , y en las que predice que una Apóstol Ies exhorta en ella á que no hagan consistir su
Virgen será la Madre de este Salvador. El Evangelio que liahilidad y su mérito en la doctrina, ni en el arte de bien
sigue á estas dos Epístolas contiene la historia de la Anun- hablar ; sino en ser fieles en su ministerio, y en sostener
ciación del misterio de la Encarnación , hecha por el ar- la dignidad de su empleo por la regularidad y la sanlidüd
cángel san Gabriel á la santísima Virgen, según qnc la de su vida. La Iglesia después de haber exhortado á lodos
refiere san Lucas. La Epístola de la misa del viernes s i - sus hijos á que se dispongan por la penitencia y la piedad
guiente se toma de la mi^ma profecía de Isaías, donde para la venida del Salvador , se dirige, en especial este
predice que saldrá un vastago de la estirpe de J e s é , pa- dia á los ministros sagrados, y les exhorta a que se dis-
dre de David; que se levantará una flor de su raiz, y que tingan del resto de los fieles por su v i r t u d , tanto como se
el Espíritu del Sefíor reposará sobre ella. El Evangelio del diferencian por su carácter ; y á que, ya que deben pre-
dia es lo que sigue al del miércoles precedente, donde sentar al Salvador que nace los votos del pueblo en cua-
san Lucas describe la visita que la santísima Virgen fué á ha- lidad de ministros de Jesucristo, y sus primeros oficíales,
cer en las montanas de Judea á su parienta Isabel, emba- nada omitan á fin de hacerse ellos mismos mas agrada-
razada de san Juan , pocos dias después de haberla de- bles á sus ojos, en las funciones sagradas de su minis-
jado á ella el ángel, después de haber obtenido suconsen- terio.
limienlo para la Encarnación del Hijo de Dios en su seno. El Evangelio es el mismo que el del sábado precedente.
En la misa del sábado de las cuatro témporas , que se Contiene la historia de la predicación de san Juan Bautista
llama también el sáhado de las doce lecciones, porque y de la primera función que desempeña en cualidad de
antiguamente se acostumbraba en Roma leer en griego y precursor del Salvador, como lo cuenta san Lucas. El Hijo
en latín las seis lecciones que todavía hoy leemos en esta de Dios, esta verdadera luz que ilustra á lodo el que viene
luisa las primeras en gracia de los griegos que asistían al á este mundo , habia permanecido incógnito en Nazarelh,
oficio , y que habia en gran mimero en Roma , y las se- y como oculto en la oscuridad de una vida privada, cuando
gundas para los latinos; se las contaba como doce leccio- Juan Bautista salió del desierto para prepararle los cami-
nes porque cada una se leia dos veces en diferentes len- nos ; semejante á la aurora que precede al s o l , y que da
guas: todavía hoy, he dicho, se leen las seis lecciones principio al dia ; no era él mismo la l u z , pero estaba para
latinas en la misa de este s á b a d o : las cuatro primeras son dar testimonio do la luz. Este santo hombre habia pasado
lomadas de I s a í a s , cuya profecía no es propiamente mas toda su juventud en la soledad, en el ejercicio de la pe-
que la historia pi ofetica del Salvador. La Iglesia ha creído nitencia mas rigorosa sin otro alivio que el que gustaba
mas conveniente también el componer los oficios del A d - en las dulzuras de la contemplación. Se presentó , poríin,
vieulo del libro de este profeta. La quinta Epístola es to- delante del pueblo de Israel á los treinta años de su edad,
mada del profeta Daniel, común á todos los sábados de y el veinte y nueve de la de J e s ú s , que era el d é c i m o -
las cuatro t é m p o r a s , en la que se refiere la maravilla de quinto del imperio de Tiberio. En este tiempo fué cuando
los tres niños del horno de Babilonia. La sexta es de la el primer heraldo del Salvador, este hombre nacido por
Epístola de san Pablo á los fieles de Tesalóuica. «Os roga- milagro, este admirable solitario, oculto en el fondo de
mos, hermanos m i o s , » les dice, por Jesucristo nuestro su desierto, recibió órden para que empezase á desem-
Señor que debe venir, «y por la reunión que debe haber peñar su encargo.
entre él y nosotros, que no os dejéis fácilmente arrastrar El reino que Herodes Ascaloníla habia poseído entera-
DE ADVIENTO.
nunile, eslabn enlonces dividulo en cualro principados. del Salvador, predicando la penitencia con sus ejemplos
Kl primero y el mas considerable que era el de Judea, y etn sus palabras. Era él aquella voz poderosa que, se-
habiendo quedado sometido al imperio romano, después gún Isaías, debia resonar en el desierto, y enseñar á los
del destierro de Arqnelao, no hacia mas que una parte pueblos para que se dispusiesen para la venida de su Rey
de la provincia de Siria. Fué este gobernado por Poncio y de su Redentor. «La voz del que clama en el desierto:
Pilalo , á quien los.judíos daban el titulo do presidente, Preparad el camino del Señor,» esclamaba el profeta
no obstante que los romanos no le diesen mas que á los Isaías, viendo ya desde entonces al sanio Precursor que,
gobernadores en gefe; mas su gobierno era subalterno y portante, se llama á si mismo la voz del que clama en el
dependía del de Siria, (le suerte que no le tenia mas que desierto. Él es en efecto el que preparó los caminos á Je-
como agente, ó por hablar según el uso de los romanos , sucristo, preparando los pueblos á que le recibiesen como
como procurador de César: «Procurante Pontio Pilato Ju- á su Salvador, y demostrándoles que él era el Mesías. Na-
daeam.» Los otros tres tenían sus príncipes particulares que da hay tan claro, nada tan preciso, como lo que dice el
se llamaban simplemente lelrarcas, que según su etimolo- profeta con respecto á la venida del Salvador del mundo
gía, signiíicaun príncipe que posee la cuarta parle de un en este pasaje. Consuélale, pueblo mió, consuélale, dice,
grande estado; pero se daba ordinariamente este nombre á lü Dios, El profeta en este capítulo y en los siguientes nos
aquellos príncipes pequeños que gobernaban con una a u - describe la felicidad de los israelitas después de la vuplta
toridad soberana ; y los Evangelistas dan también alguna de la gran cautividad de Rabílonía; sin embargo*no eses-
vez á Heredes, teti arca de la Galilea, el nombre de rey te él objeto que mas le oenpa. La venida del Mesías, su
que los romanos le habían permitido tomar. Este Heredes reino, el establecimiento de su Iglesia, la vocación d é l o s
era hijo del primer Herodes llamado el Grande, y poseía gentiles á l a f é son sus miras principales. San Lucas üja el
la Galilea que era una parte de la Palestina, en los con- verdadero sentido refiriendo ¡as palabras del profeta con
fines de la S a m a r í a . Filipo su hermano reinaba del mismo motivo del sanio Precursor: «Hablad al corazón de Jeru-
modo en la Iturea y la Traconítis hacia el septentrión; salen y decidle: que sus males se han acabado, que sus
era esta una provincia situada hacia el nacimiento del iniquidades le han sido perdonadas. Diosva, por fin, á e n -
J o r d á n , la cual había hecho parte de la Siria. En ün un tal viaros un Salvador;» yo oigo ya la voz de su Precursor,
Lisanias, descendiente acaso de aquel otro Lisanias, que continúa Isaías, que clama en el desierto, como su heraldo
Marco Antonio había hecho rey de los ilureos, mandaba que anuncia su venida, y que dice: Preparadle los camines
en un trozo de la Gelesiría, que se llamaba Abilina, entre ¡•ara (pie entre en vuestro corazón, reformando vuestras
el Líbano y el Antilibano. Por lo que mira á la religión, cuslumbres, y rectificando vuestra conducta por la peni-
como los romanos eran los señores de lodo este estado tencia. Allánense todas las montañas, llénense todos los
conquistado, y como poseían la capital donde estaban el valles, enderécense lodos los caminos torcidos, h á g a s e
templo y la silla del gran sacerdote, es probable que dis- practicable todo lo que está estraviado, áspero,escarpado.
ponían ellos á su gusto de las dignidades eclesiásticas; y Fs decir, que las almas tímidas tomen confianza, que las
que queriendo contentar la ambición desmesurada de Anás almas terrenas y materiales dejen de andar arrastrando
y de Caifas, los cuales pretendían uno y otro el pontifi- por la lierra, y de boy en adelántese eleven sobre todo lo
cado, habían establecido la alternativa entre eslos dos que llena los sentidos; que todo espíritu vano y orgulloso
concurrentes, de los que el uno era suegro del otro, de se humille por la penitencia; en fin, que reine enlodas
modo que lo ejercían sucesivamente durante un afio, lo partes la inocencia; y enlonces todo hombre verá la salud
cual se infiere por lo que dice el apóstol san Juan en el enviada por Dios. El texto dice, que «lodos los valles se-
Evangelio , que Caifas era gran sacerdote el año que rán exaltados y las montañas humilladas,)) lo que en el
Jesucristo murió. Era una época tan importante y tan dis- sentido moral significa que el Salvador venia á humillar
tinguida la venida del Mesías, que se necesitaba no menos el orgullo del mundo, y confundir toda su falsa sabiduría,
que un pormenor tan preciso de todas las circunstancias eligiendo para fundar su Iglesia hombres simples, pobres
del tiempo, en el que se encontraba cumplido todo lo que é ignorantes; y la muerte misma en la cruz para salvar á
los profetas habían predicho tocante á la venida del Mesías los hombres. «Dios ha escogido lo que es flaco en el con-
y de su Precursor. cepto del mundo para confundir lo que hay de mas fuerte
En este tiempo de desórdenes y de confusión en la re- en él,» dice san Pablo. La salud se ha ofrecido á lodos los
ligión y en el estado fué cuando, se vió aparecer el Pre- bombres, puesto que Jesucristo se ha encarnado, ha naci-
cursor del Mesías, á quien los profetas habían llamado el do, y ha muerto por la salvación de lodos los hombres;
Angel de Dios, este hombre santificado en el vientre de su pero ¡cuántos rehusan la salud, ó Dios mío, que vuestra
madre, y cuya vida era un prodigio de santidad y de pe- bondad les presenlal ¡Oh, y cuán digno es de vuestra c ó -
nitencia. Porque su vestido era un áspero cilicio, hecho de lera el que desprecia vuestras bondades! Al paso que so
pelo de camello, que traía atado al rededor de los lomos, acerca la fiesta de la Natividad, la Iglesia redohla sus con-
con un cínturon de cuero, con lo cual condenaba ta deli- vites y sus exhortaciones para mover á los fieles á que re-
cadeza y el lujo. Por todo su aIimento|no lomaba mas que doblen su cuidado y su fervor para ponerse en estado de
langostas sin condimento ni compostura, alimento muy recibir con santas disposiciones el Salvador de nuestras a l -
común entre los pobresen la Palestina, y miel silvestre de mas, sin las cuales nada importa celebrar su nacimiento, ni
mal gusto, que hallaba en las aberturas de las rocas, y en se tiene parle en sus dones.
los huecos de algimos árboles. Su habitación ordinaria era
'm espantoso desierto entre Jericó y Jerusalcn, y de allí La oración de la Misa del dia es como sigue:
Pí a de donde salía para allanar los caminos al Señor; esto Lxcita, quaesumus,Domi- Haced , S e ñ o r , brillar
es, para preparar los espíritus y los corazones á la venida nc, polenliam iuam,el peni, vuestro poder, y venid, os
TOMO i v .
20 CUARTO DOMINGO
etmagnanobis virluli'susur- suplicamos, y socorrernos deben ser las manos que dispensan los sagrados misterios!
re: ut per a u x i l i m i gralice con vuestra forlalcza omni- ¡qué pureza de coslumbres, q u é integridad de conducta,
tuce , quod noslra peccata potenle, á íin de efOT vues- qué tesoro de ciencia y de sabiduría, q u é santidad no exige
prcepediunt, i r i á u l y n ú a luce tra misericordia intlnita se este carácter augusto, do los que le han recibido! Se trata
ropilialionis accelerel. Qui apresure á darnos por vues- de sostener ios intereses de Dios y de los hombres, de
vivisetregnascum Dco Paire, tra gracia el ausiiio de que conciliar los derechos de su justicia y de su majestad, con
n i u n ü a l e Spiritus i - m c ú tíos hacen mas y mas i n d i g - los de su amor y de su misericordia. Se trata de la san-
Deus, per omniascecula sne- nos nuestros pecados. Vos gre de un Dios; temamos profanarla, dispensándola á pe-
ulornm. Amen. que siendo Dios vivís \ r e i - cadores impenitentes : pero es la sangre de un Dios muerto
náis con Dios í'adre en u n i - por los pecadores; temblemos cerrar esas fuentes saluda-
dad del Espíritu Santo por bles á los que quieren lavarse en ellas. Las personas con-
los siglos de los siglos sagradas al sanio ministerio son unos ecónomos, cuya p r i -
Amen. mera virtud es la fidelidad: fidelidad á Jesucristo, para no
procurar mas que sus intereses: fidelidad á la Iglesia,
La Epístola es del apóstol san Pablo ú los CoriiUioSyCap. 4.
para trabajar á sos órdenes con celo y sumisión; fidelidad
F r o l m , sic nos existimet Herma nos mios, cuidemos á los pobres, para administrar su patrimonio con sabia
homout «i mis iros Chrisli, el de que se nos mire como economía; fidelidad á todos los fieles, para edificarles é
dispcnsatoies myslcriorum ministros de Je. ucrislo, y instruirles. Sean todos los ministros de Jesucristo santos,
Dei. Ilie j m n qn<mcnr inler dispensadores de los miste- como deben serlo, y muy pronto quedará el mundo r e -
dispensalores, utfdelis quis rios de Dios. Se pregunta formado. De nada me conozco culpable, decia san Pablo,
invenidlnr. Mihi avtem pro ya si entre' los dispensado- y sin embargo de esto no me justifico. Un apóstol á quien
minimoesl u l amhisjudicer, res se halla alguno que sea nada reprende la conciencia, no se atreve todavía á creerse
aul ab humano die: sed ñe- liel. Por lo que hace á mí, jusíiücado; ¿ q u é es, pues, lo que nos asegura y nos tran-
que meipsum judico. Nihií no me da gran cuidado el quiliza? ¿ S e r á nuestra inocencia ó nuestra penitencia?
enim n<ihi consc'ms sum: sed ser juzgado por vosotros, ó ¡ A h ! quién sabe si nuestra-tranquilidad es hija de aquella
non i n hoe jusúfiealus sum: por el discernimiento d é l o s calma e n g a ñ a d o r a que da una falsa conciencia : no se te-
qui autem jtdieat me, Domi- hombres; ni yo tampoco me me, cuando con frecuencia todo hace temblar. No se teme
ñus esl. ñaque nolile anle juzgo á mí mismo. De nada, porque no se ve el peligro; ¿ p e r o está por eso mas léjos
lempus judicare, quoodvsque, pues, me reconozco culpa- el precipicio? Temamos si hemos tenido la desgracia de
venial Dominvs: qvl el i l l u - ble; sin embargo n o i n e j u s - ofender á Dios; aun cuando hubiésemos lavado los peca-
minabil abscondila lenehra- lifico por esto; m á s el Sefior dos con las lágrimas de la penilencia , temblemos todavía,
rum, el manifestabit consi- es el que me juzga. Así que, y no cesemos de esclaraar con David: Señor, purilicádrao
lia eordvim:el innr lauseril hermanos mios, no juzguéis de los pecados que no conozco. Tres juicios tenemos que
unievique a D60. antes de tiempo, hasta que sufrir; el juicio de este mundo, que debemos despreciar;
venga el Señor, que i l u m i - el juicio de la conciencia, que nos hemos de guardar de
nará lo que está ocullo en corromper; el juicio de Dios, que siempre debemos temer,
las tinieblas, y manifestará y para el que nos interesa prepararnos.
los secretos de los corazo-
nes, y entonces se dará á L l Evangelio de la Misa es de s a n L u c a s , c a p . 3.
cada uno la alabanza que A m o fpmiiodecmomperii El a ñ o decimoquinto del
merezca por Dios mismo. Tiberii Coesaris, procurante imperio de Tiberio César,
Ponlio Pílalo Judatam, te- siendo gobernador de la Ju-
La Iglesia ha elegido este pasaje de la carta del A p ó s - trareha aulem Galilcece Hcro- dea Poncio Pilato; telrarca
tol, ya para enscilar á los que ha ordenado ayer sábado de, l'hilippo autem fratre de Galilea Herodes; Filipo
de las cuatro témporas, cuál es el ministerio que han r e - ejus tetrarcha Iturcece eiTra- su hermano letrarca d e l t u -
cibido, y con q u é santidad deben ejercer sus sagradas chonilidis regionis, el Ltjsa- rea, y del pais de la T r a -
funciones; ya para representar á los fieles lo que san Pa- nia Ábilince Iretarcha, sub conitis; y Lisanias tetrarca
bló dice del último juicio, á íin de mezclar siempre la con- principibus sacerdolum A n - de la comarca de Abilinia;
sideración de la segunda venida del Hijo de Dios con la na, eí Caipha: factura esl en el pontificado do Anás y
de la primera, como lo ha hecho el primer domingo de verbum Domini super Joan- de Caifas, !a palabra del se-
Adviento en la misa y en el oficio. nem, Zacharioe fdium, i n de- ñor se dirigió á Juan, hijo
serto. Et venil in omnem re- de Zacarías, en el desierto,
REFLEXIONES. gionis Jordanis praedicans Y fué por lodo el pais que
bapiimurn poenilenlice i n está á la larga del Jordán
remissionem peceatornm, si- predicando el bautismo de
«Cuidemos de que se nos mire como ministros de Je-
cut scriplum est in libro ser- penitencia para la remisión
sucristo y dispensadores de los misterios de Dios.» Re-
monum ísaioe propheloe: Vox dolos pecados, como está
cuerden siempre á los fieles unos títulos tan gloriosos el
clamantis i n deserto: Parale escrito en el libro que con-
respeto y la sumisión que debeíi á aquellos á quienes Dios
viam Domini: rectas facile tiene lo que ha dicho Isaías
ha honrado con Su sagrado ministerio; pero que no o l v i -
semitas ejus: omnisvaltisim- profeta: La voz deljque cla-
den estos nunca la humildad y la bondad con que deben
plehilur, el omnis mons et ma en el desierto: Preparad
servir á los fieles, en cuyo favor han sido honrados con
collis humiliabilur: ct erunl el camino del Sefior, haced-
el niinisU>rii) santo, ¡Buen Dios! ; qué puras y. q u é fieles
hli ADVIENTO. U
prava in dirccU^el áspera ¡n lo gi>3 senderea rector. Se cado en que Oritauioá; que aiiianios-al mundo, c u y o c^¡ií-
vías p l a m s , el vidcbil (jinnis Uenarán todos los valles, y ritu viene á destruir, y cuyas máximas debe condenar ol
caro salulare Dci. se abatirán todas las monta- Salvador; que no tenemos gana de mudar do s e ñ o r ; por
fias y todas las colinas; lo fin, que nuestra salud nos toca muy puco al corazón, lié
que no eslá derecho s e r á aquí la causa funesta do nuestra indolencia, de nuestra
rectificado, y lo que es es- frialdad, de nuestra lastimosa indiferencia. Conocemos
cabroso se hará un camino poco al Salvador, lo que es, lo que puede, lo que merccci
llano, y toda carne verá la y todavía noj conocemosménos á nosotros mismos, loque
salud que viene de Dios. somos, lo que merecemos por nuestros pecados, lo que
debemos esperar <ie la justicia divina. | Cosa estraña I Des-
MlíDITACtON. terrados en un vallo du lágrimas, esclavos de un tirano,
Suhre el deseo ardiente que debemos tener de la venida del principio de todos nuestros males tanto en esta vida como
Salvador. en la otra; arrojados de nuestra patria celestial, ni aun nos
PUNTO m M E n o — Considera cuáles han sido en todo el dignamos pensar en aquel que os el único que puede po-
tiempo del antiguo Testamento los deseos ardientes y los nernos cu libertad, librándonos de todas nuestras mise-
votos de todos los sanios patriarcas, d é l o s profetas, de. los rias. Nosotros esperamos, en verdad, su venida; pero ¡con
justos por la venida del lledentor; le llaman, le invitan á qué indiferencia, y aun con q u é disgusto ! La Iglesia hace
que venga, le ruegan con empeño, con trasportes, con vo- tres semanas nos exhorta, nos estrecha á que nos rego-
tos llenos de entusiasmo. Os suplicamos, Señor, que en- cijemos y pongamos en él nuestra confianza, a n u n c i á n d o -
v i é i s cuanto ántes al que debéis enviar para salvarnos. nos su venida; el dia de su nacimiento o<tá determinado,
Venid, Señor, como nos lo habéis prometido. Apresu- nojolros sabemos que está cerca. Él xk-ne para poner íin
raos, Señor, á venir, y no lo difiráis por mas tiempo. O á este destierro': viene para sacarnos do esta espan-
cielos, haced que descienda de lo alto el Salvador á ma- tosa servidumbre; y ¿cuáles son nuestros conatos, ó q u é
nera de una lluvia. Ábrase la tierra para producir al Sal- es lo que hacemos para prepararnos á recibirle? ¡ Buen
vador. No se retrase. Señor, el veros, ni nos aílijais mas Dios! ¡ q u é bien da á conocer nuestra indolencia la debili-
con una dilación tan larga. ¡O si os dignaseis abrir los dad do nuestros deseos, y esta debilidad do nuesli os do-
cielos y descender de ellos para rescatarnos ! Así daban á seos la languidez de nuestra f é !
entenderlos santos del antiguo Testamento el ardiente de- Yo conozco, ó divjno Salvador mió, toda la iniquidad de
seo que teman de la venida del Salvador del imuulo. I.a somejanto conducta ; pero al tin vos no me dais estas luces
Iglesia no habla con menos énfasis; se aprovecha también para dejarme por mas tiempo en un adormecimiento Um
de sus espresiones, y sus votos son todavía mas ardientes profundo y tan indigno. Venid, Señor, yo deseo vuestro
que los suyos. ¡Cuáles, pues, deben ser los nuestros! To- nacimiento con todo mi corazón, y la soliciiudcon que voy
da nuestra dicha eslá en Jesucristo, nuestra salud eterna á prepararme para recibiros, probará la sincoi id;ul y el
depende de su venida, ¿con q u é ansia no tspera un escla- ardor de mis deseos.
vo á su lihertador? Cuanto mas pesados son sus hierros, JACtiAToaiAs.—Vo deseo, Señor, con todo mi corazón
cuanto mas dura es su esclavitud, mas se aumenta el de-
vuestra venida, y nada omitiré para recibiros dignam en
seo do su libertad. No cesa do preguntar cuándo debe l l e -
te. (Os. t i i ) .
gar su libertador; se le señala el tiempo, y cuenta sin ce-
Venid, S e ñ o r ; daos priesa á venir á s a l v a r n o s . (Ecdos.
sar todas las horas, todos los momentos; ¡ m a s cuál es
in. off.)
su alegría, cuáles sus trasportes, cuando sabe que se acer-
ca su Salvador 1 sus deseos crecen con su conato, y nada - PROPÓSITOS.
le ocupa ya sino el dia do su libertad. Se le dice que
1 No hay cosa que so manifiesto mas que un gran de-
no faltan ya mas que tres dias, (pie medio dia. ¡Buen
seo. El corazón no está nunca mudo. So espüca de m u -
Diosl ¡ q u é ardor! ¡ q u e sania paciencia! ¿Do qüu na-
chas maneras; todas las pasiones soti elocuentes, ninguna
ce que nosotros no esperimenlamos la misma ansia, los
es mas espre¿iva que la que nos conduce á querer un bien
mismos deseos, la misma santa impaciencia? Denlro fie
que juzgamos que nos conviene. ¡ Q u é bien mayor que la
seis dias, dentro do tres dias, dentro do algunas:.horas
salvación! ¡ qué objeto mas digno de nuestros dedeos que
vuelve á venir el aniversario del dia afortunado del naci-
la venida del Salvador del mundo 1 ¡con que ardor ¡a de-
uiionto del Salvador; ¿cómo es que no hacemos aemejan-
seaban los patriarcas y los profetas, con q u é lérmiito.s ían
les votos? ¿ P o r que no importunamos al Señor con igua-
enérgicos la p e d í a n ! ¿tenemos nosotros menos necesidad
les demandas? La Iglesia, nuestra buena madre, nos da
del Salvador que los antiguos justos? ¿ p o r q u é no tondro-
el ejemplo; ¿ p o r q u é no la imitamos? listo consiste en que
mos tanto ardor, lautos deseos, tantas ansias de recibirlo
nos falta la fé y el deseo verdadero de nuestra $ m i k
como ellos? ¿lostilicamos estos deseos por nuestras pt-ti-
PUMO SEGUNDO.—Considera que nuestros deseos si'guen ciones? ¿ o s servís durante estos dias destinados á pedirle,
siompre á nuestras ideas; no deseamos mucho lo que es- de las or ciónos jaculatorias que la Iglesia os ofrece, y
pinamos poco. ¿ C íinpreiulemos bien las consecuencias de que son tan propias para despertar nuestra fé y mi;v!n»
esta verdad esperimental? Nos fatigamos poco por ver lle- amor? Decidle muchas veces durante el dia: «Haced, So-
t>íir el dia del nacimiento del Salvador, y oslo consiste en ñor, brillar vuestro poder, y venid para salvarnos, lio aquí
(liie lo conocemos poco, en que DOÓ interesa y nos conmue- nuestro Dios que va á venir y nos salvará. Moslradnos, Se-
ve poco el esceso do su amor; que no tenemos mas que ñor, vuestra misericordia; dadnos el Salvador que queréis
« n a idea muy débil de las ventajas de su venida ; que nos enviar. No, Señor, ninguno de los que os esperan y os de-
«grada el oslado triste de error, do sorvidumbre. de pe- sean, será confundido, Animaos, y no lomáis ya, porque
DOMIM.O KNTRE NAVIDAD
í i é a q u l á nuestro Dios-qne viene d e n í r o d e pocos clins para pas de la Gaula en la Grecia, y después en el Asia menor,
s.ilvarnos, ele.» Estos peqaeíias oraciones jaculatorias son bajóla dirección de ü i e n o , fijaron, por fin, su habitación
muy á propósito para escilar (?1 fervor cti este santo tiempo. entre la Cápadocia y la Frigia, en una provincia que de su
2 Imponeos la ley do pasar cada .rlia, hasta Navidad, nombre se llamó Gahicia. Llamábase también entonces
«na media hora por la tarde delante del Santísimo Sacra- Gallo-Grecia, para dar á entender que estaba' ocupada por
mento para pedirle que él mismo prepare vuestro corazón gaulas y griegos. Los gálatas eran paganos. San P a b l ó l e s
delante do él por vuestros deseos, y ofrecedle señales de predicó la fó de Jesucristo con un éxito prodigioso; hizo
vuestra ansia, de vuestro fervor y de vuestro zelo. No de- un gran número de conversiones, y formó allí una Iglesia
jéis de interesar á la santísima Virgen, por medio de algu- considerable. La primera vez que llegó allí, fué recibido
na oración particular, para que os obtenga nuevas gracias; como un ángel de Dios. San Pedro habia predicado allí el
reglad vuestras devociones con la Iglesia, la cual durante Evangelio á los judíos, y san Pablo predicó en seguida á
el Adviento, y señaladamente en estos últimos dias, mez- los gentiles. Se cree que fueron los judíos convertidos por
cla tan oportunamente en sus oficios las oraciones que d i - san Pedro, siempre encaprichados con sus observancias
rige al Salvador con las que dirige á su Madre, que el ofi- legales, los que causaron entre los gentiles convertidos las
cio de la misa del dia es tanto en honor de la Madre como turbaciones que dieron ocasión á san Pablo para escribir-
del nijo. No dejéis de cfceir diariamente, al monos los les esta carta, en la cual hace ver que ántes del nacimiento
ocho dias antes de Navidad, el oficio parvo de la Virgen de Jesucristo los judíos estaban bajo la dirección de la ley,
con el fin do que os obtenga las gracias necesarias para l o - como un pupilo bajo la dirección de un tutor; pero que
grar unas disposiciones santas el dia solemne del naci- este divino Salvador les habia sacado de la esclavitud de
miento del Salvador. la ley, haciendo que por la fe llegasen á ser hijos de
adopción. Gomo habia enlre los judíos convertidos falsos
DOMINGO ENTRE NAVIDAD Y LA EPIFANÍA.
doctores, que enseñaban públicamente la necesidad d é l a
El espacio que media entre la fiesta de Navidad y la de circuncisión y de la ley de Moisés; habia entre ellos uno
la Epifanía se llama entre los griegos el Dodccámeron, por- que se distinguía por sus arrebatos, y que sembró en
que consta de doce dias. Se ha considerado mucho tiempo aquella Iglesia una levadura de mala doctrina, como apa-
como una sucesión de las fiestas continuas, al ménos para rece por el verso séptimo del primer capítulo de esta E p í s -
la celebración de los oficios, y para la cesación del foro tola, donde el Apóstol se queja que hay gentes entre ellos
y de los negocios do palacio. No puede haber roas que que perturban y quieren alterar el Evangelio de Jesucristo.
dos domingos en este oipacio. Los griegos dan al p r i - San Pablo demuestra con diversas pruebas sacadas de la
mero el nombre de domingo después de la Nulividad Escritura, que ni la circuncisión, ni la ley de Moisés, ni las
del Salvador, y .llaman al segundo el domingo ánles de d e m á s ceremonias legales sirven ya para nada ; que las
las luces: esto nombro es el que dan al dia de la E p i - bendiciones prometidas á Abraham son para los fieles que
fanía, á causa de que el bautismo de Jesucristo, cuya han creido en Jesucristo; que este divino Salvador y sus
gran fiesta celebran ellos en este dia, se llama enlre discípulos son los verdaderos hijos de Abraham, y los he-
ellos Iluminación. roderos de las bendiciones y de las promesas; que los j u -
La Iglesia latina llama á estos dos domingos vacantes, díos carnales están figurados en Agar é Ismael, y por el
porque no tienen oficio propio do dominica, ni aun se hace contrario los cristianos en Sara c Isaac; que por la fé esta-
conmemoración alguna del segundo, cuando concurren mos libres de la servidumbre de la ley, y hemos entrado
dos fiestas, y el primero no tiene mas que la misa propia. en la libertad de los hijos de Dios; que los hebreos no han
Como este no se omite nunca, y se celebra aun cuando sido mas que esclavos; que la ley antigua no se les ha
caiga en el dia 30 del mes de diciembre, hemos creido dado mas que para detener sus h'asgresiones; que todos
conveniente el dai' la esplicacion de lo que tiene de pro- los que vivían bajo la ley estaban sometidos á la m a l d i -
pio y particular. ción ; (jue solo Jesucristo nos ha librado de esta maldición,
El introito d« la misa está tomado del capitulo 18 del satisfaciendo abundantemente á la justicia divina, c a r g á n -
libro de la S a b i d u r í a : «Cuando todo r e p o s a b a , » dice el dose con nuestras deudas y pagándolas con la muerte de
Sabio, «en un profundo y pacífico silencio: Cum quietum cruz que se habia dignado sufrir por amor de nosotros. En
silentium tenerent omnia,» así dice el texto, « y la noche fin, les recuerda que por la fé y nó por la ley, han reci-
estaba en medio de su curso, vuestra palabra, omnipotente bido los dones sobrenaturales del Espíritu Santo, lo que
Seilor, ha renido del cielo á la tierra: ella ha descendido con respecto á ellos era una prueba"sensible y sin réplica
d e f trono real que tenéis en el cielo.» La Iglesia aplica es- de que la ley no era necesaria de ningún modo para r e c i -
tas palabras al nacimiento de Jesucristo, verdadero Dios y bir la gracia de la justificación, después del nacimiento y
Verbo eterno, que habiéndose hecho hombre ha nacido en la muerte del Salvador del mundo. San Pablo les prueba
medio de la noche, y en un tiempo en que todo el universo claramente su apostolado y s u m i s i ó n ; declara que Diosle
estaba en paz, bajo el imperio de Augusto. Es evidente que ba escogido desde el vientre de su madre, y le ha llamado
esta palabra omnipotente que ha venido d é l o alto del cie- por su gracia, para anunciar la fé á los gentiles; que el
h y del trono real del mismo Dios, significa en el sentido Evangelio que ha predicado á los gálatas, es el puro Evan-
alegórico y figurado el Verbo hecho carne (Joan. 1), por gelio de Jesucristo; que no hay otro; y que aun cuando
el que todas las cosas han sido hechas, y nada de lo que él mismo fuese el que les anunciase otro Evangelio que el
ha sido hecho lo ha sido sin él. que les ha predicado, y aun cuando fuese un ángel venido
La Kpístola está tomada del capítulo 4 de la carta de del cielo, se le tuviese como anatema: sí, a ñ a d e , yo lo
san Pablo á los gíilalás; se asegura que los gálatas son ori- digo, si alguno os anuncia otro Evangelio que él que ha-
ginarios de las Gaulas. Habiéndose esparcido algnnns tro- béis recibido, que sea anatema. ¡Buen Dios, á c u á n t o s f a l -
Y LA EPlFA>dJL 29
sos doctores habria quitado la máscara el sentido de esías tualidad lodos mis mandamienlos, y yo imdiiplicaré vues-
pnlahras bien entendido! ¡y cómo una fé viva, y una en- tros bienes; os daré una tierra fértil por la que corren rios
tera sumisión á la Iglesia, hubieran preservado del error do leche y miel; os h a r é poderosos y ricos, en grano,
á los fieles, que teniendo el espíritu vacilante como los n i - en vino, en ganado, en toda especie de drogas, reeom-
ñ o s , se han dejado llevar acá y allá de lodo viento en pensas todas terrenas. (Prov. 3. Levit. 26.) Apenas
materia de doctrina, seducidos por la malicia de los hom- habréis concluido vuestra cosecha, se os echará encima la
bres, como se esplica san Pablo, y por las astucias de que vendimia, y no bien habréis acabado la vendimia cuando
se sirven para inducir los sencillos al error! ya os instará el tiempo de la sementera. El estado de la
Todo el tiempo que el heredero es niño, no se diferen- infancia, tal como era el de los judíos, no era susceptible
cia en nada del esclavo, dice e! sanio apóstol, sino que de una doctrina mas sublime. Mas cuando se cumplió el
depende de los tutores y de los que representan por él, tiempo señalado por el Elerno Padre: Dios envió á su Hijo
liasia el tiempo señalado por su padre. San P'ablo pretende nacido de una mujer, sujeto á la ley, para rescatar á los
hacer ver á los judíos la diferencia de su estado en el liem- que estaban sujetos á la misma ley, á fin de que l l e g ú s e -
po de la ley escrita, del que gozan en el tiempo de la ley mos á ser hijos de adopción. El liempo de la mayoría del
de gracia. El eslado de los judíos bajo la antigua ley era pueblo de Dios es el de la venida del Mesí;is. Ni era sola-
un estado de sujeción, un eslado imperfecto, que no debia mente el pueblo judío el que vivia cu la infancia, el pue-
durar mas que cierto tiempo, y que este tiempo habia pa- blo de que habla el Apóstol, dice san Gerónimo, era lodo
sado ; al paso que el estado de la ley de gracia es un es- el género humano; así es, que Jesucristo no ha venido k
lado exento de toda servidumbre, un eslado permanente, p e ñ e r e n libertad solamente á este pueblo; esle divino
superior á todos los d e m á s ; que es un estado perfecto y Salvador ha nacido y-ha muerto universalmcnle por l o -
firme, que debe durar tanto como el raufido, y que no dos los hombres: «No hay en Dios acepción de perso-
termina sino en la bienaventuranza cierna. San Pablo para nas (Rom. 2.), porque no hay distinción,» delante de él,
hacer mas sensible esta verdad se sirve de la comparación « e n l r e el judío y el gentil,» y así «uno mismo es el Se-
de un hijo que está bajo !a dirección de los tutores que le ñor de todos (Rom.'lO .),»y porque todos les que han reci-
gobiernan, y que adminislran sus bienes hasla el tiempo bido la fé, y han reconocido y recibido á Jesucristo, han
prescrito por su padre. En esto eslado, aunque dueño de sido hechos hijos de Dios. Dios ha derramado en sus cora-
todos sus bienes por el derecho de su nacimiento, no se d i - zones el espíritu de su Padre; asi ya no hay osclavcs ni
ferencia, sin embargo, en nada de un siervo, puesto que del pecado, como lo han sido los gentiles, ni bajo la ley,
eslá sometido á la voluntad de sus tulores. Esle pupilo, como lo han sido los j u d í o s , sino que ya son hijos por
según'los santos Padres y los intérpretes, es la nación j u - adopción , y siendo hijos son herederos por la gracia de
día, heredera de las bendiciones del Padre celestial en Dios. ¡Qué locura , pues, el querer renunciar á esla liber-
virtud de las promesas hechas á los sanios Patriarcas del tad, para sujelarse de nuevo á la servidumbre! De este
antiguo Testamento; sustulores, por decirlo así, son la ley modo demuestra san Pablo á ios judíos la Inutiljdad de las
y los profetas. Esle pueblo privilegiado ha permanecido ceremonias legales en el estado de la ley de gracia, que
como en tutela bajo d é su dependencia hasta la venida de nos ha libertado de ellas. Por todo este razonamiento tan
Jesucristo, que le emancipó y le puso en libertad, l i b r á n - justo del Apóstol, se viene claramente en conocimiento
dole de la servidumbre de las observancias legales, cuyo p o r q u é la moral y el dogma de la ley antigua no se eleva-
pormenor era un yugo pesado. El designio de san Pablo ban apenas sobre los sentidos, y por q u é las grandes y
es el persuadir á los judíos convertidos, que la ley antigua mas sublimes verdades d é l a religión no se les han ense-
no obligaba ya desde que Jesucristo habia venido á esta- ñado mas que imperfectamente y en figura. Eran todos sc-
blecer la nueva, de la que aquella no era mas que. como mejanles á unos niños terrenos, cuyo cnlendimienlo era
el preludio y la preparación. Los judíos eran los hijos de limitado, lodos materiales é incapaces de los conocimientos
Ahraham, y por consiguiente los herederos de lodos los sobrenaturales, ( 1 . Corinlh, 1.) « E l hombre animal no
bienes espirituales que Dios habia prometido dar un dia h concibe lo que es propio del espíritu de Dios » Porque para
la posteridad de este Patriarca. Hasta la llegada de este él es eslo una locura, y nada puede comprender de ello,
tiempo. Dios los miró y los trató como hijos que no son en razón de que eslo no se examina sino espirilualmenle.
capaces todavía de disfrutar de su herencia; aun cuando Solo el espírilu de Dios era el que podia darnos esta ca-
nosotros éramos hijos, vivíamos no obstante como esclavos, pacidad; esta jnleligencia y este espírilu de Dios no debia
en la dependencia, en el temor, en la sujeción ; se nos (ra- ser el don de otro que del hombre Dios. «El Verbo hecho
tnba también como nifíos, no se nos enseñaba mas que carne es la verdadera luz que ilumina á todo hombre quo
acuello de que los niños son capaces; se nos inslruia solo viene á este mundo. (Joan. t.)»^Deconsiguiente solo los
en los primeros elementos de la ciencia de la religión; ni verdaderos hijos de Dios, fuera de la tutela y puestos en
hubiéramos sido tampoco capaces de comprender aquellas libertad, eran los que estaban capaces de creer las subli-
grandes verdades, aquellos dogmas sublimes, que piden mes verdades de la religión: misterio de la Trinidad; En-
"na edad madura, un espíritu formado, una penetración carnación del Verbo; muerle del Redentor; Resurrección
T i e n o se halla en la infancia. Se nos gobernaba solo por gloriosa; reino lodo espiritual; eslima y amor de la cas-
u"a ley escrita y daUdlada, que reglaba hasta el número tidad; precepto del perdón de las injurias, de la morlifica-
de nuestros pasos, hasta la cualidad de nuestras acciones, cion de los aenlidos; consejo de la pobreza volunlan'a; en
hasla las ceremonias mas pequeñas, s o l ó s e nosprometian fin, todas las importantes verdades de la religión cristia-
enes lei,|'enos que se perciben por los sentidos, recom- na, «las cuales miran los judíos como un escándalo, y los
pensas temporales y sensibles: Guardad mi ley, nos decia gentiles no convertidos como una locura, pero que son la
S ^ o r Dios, obedeced mis preceptos, cumplid con p u n - fortaleza y la sabiduría de Dios para los judíos y los gen-
30 DOMINGO KNTHE NAVIDAD
liles que son llamados. ( I . C J V . \ . ) » ES'.A ciencia sobre- nacido. Loque habia pasado con respectoá Juan Baulista
nalui'al, desconocida hasta entonces, debia ser e! patrimo- é Isabel, en órden á san José y á los pastores, lo que aca-
nio de los cristianos, y el fruto del nacimiento del Salvador baba de suceder con Sirneun y con Ana, eran en verdad
de los hombres. molivos grandes de admiración.
El Evangelio de eslc dia osta tomado del capitulo se- Otro no menos interesante fué cuando el santo anciano
gundo de san Lucas, en donde el santo Evangelista des- después de haberles bendecido, esto es, después de ha-
cribe el recibimiento que el sanio anciano Simeón y la berse congratulado con ellos por el honor que les resulta-
profetisa Ana hicieron al niño Jesús en el templo. La San- ba de tener por Hijo al Mesías y Salvador1 dolos hombres,
tísima Virgen pasados los cuarenta dias de so parto, en y deseándoles toda suerte de bienes, dirigiéndose á María
que debia puriíicarse, llevó al Salvador á Jerusaten, para la dijo que no obstante que el designio de Dios fuese el do
ofrecerle a! Señor, como estaba ordenado por la ley, á la salvar generalmente á todos los hombres, su Hijo seria sin
cual obedeció siempre con una puntualidad ejemplar. Fué embargo, un dia el motivo y la ocasión de la ruina do
esta la primera vez que el Hijo de Dios compareció con su muchos, como también la causa de la salud de otros m u -
Madre en el templo; mas no lodos los que allí se encon- chos en Israel. Mientras que viviere en el mundo, a ñ a d i ó ,
traron tuvicrou la dicha de reconocerles. Esta gracia fué aparecerá como un prodigio á la vista del pueblo; y con l o -
solo concedida á dos personas de una virtud emineníe. do, y por mas apasionados quesean los judíos á lo mara-
La primera fué un hombre justo y temeroso de Dios, villoso, ellos conspirarán contra é l ; se opondrán á su doc-
llamado Simeón, venerable por su edad y mucho mas to- trina ; nada omitirán para destruirle con sus calumnias, y
davía por su piedad. Este santo viejo suspiraba habia m u - serán siempre sus mas implacables enemigos. Después, d i -
cho tiempo por la venida del Salvador que debia ser la rigiéndose á María, no creáis, la dijo, que seréis vos m i s -
consolación de su pueblo. Estaba lleno del Espíritu San- ma exenta do tribulación; atormentándole á él os cau-
io, y este mismo espíritu fué también el que le condujo sarán un marlirio cruel; tendréis mucho que sufrir, y una
al templo, al tiempo mismo en que María y José iban á él espada de dolor traspasará vuestra alma á la vista del ú l -
con el nifio; se le habia también prometido que no m o r i - timo suplicio de este Hijo moribundo. Los ultra jes que so
ría sin que antes hubiese visto al Mesías, el Cr¡s!o del Se- harán á vuestro Hijo serán para vos como otros tantos g o l -
fbr. El cardenal liáronlo, con un gran número deantiguos pes de cuchillo clavados en vuestro seno. Todo oslo, por
auíores cristianos, cree que Simeón era sacerdote de la lo d e m á s , sucederá como os lo he predicho á fin de quo so
ley. Es indecible el trasporle de alegría conque el santo descubran los pensamientos quo tanto en órden á su i n l e -
rés como en órden al vuestro, abrigarán muchos en el fon-
viejo lomó en sus brazos al niño Jesús, y con q u é afectos
do de sus corazones. Las persecuciones que sufrirá este d i -
de rcconocimionlo comenzó á alabar á Dios y á bendecirle,
vino Salvador, harán quo resplandezca la fé y la firmeza
diciendo: Vcdmc a q u í , Señor, dispuesloá morir; tiempo
de los quo pormauocieren unidos á su docliina, y ellas
es ya que mis ojos se cierren, puesto que n á d a l e s queda
servirán también para discernir á sus verdaderos discí-
ya que ver, habiendo visto al que habéis enviado para
pulos. Y en efecto se puede decir que la pasión y la muer-
salvar al mundoi; al que debo instruir á las naciones y d i -
to del Salvador, fueron una prueba que dió á conocer los
sipar con su luz las tinieblas del error y de la infidelidad,
que eran sinceramente suyos; la cruz y la humillación
esparcidas sobre toda la faz de ia tierra; á aquel, en fin,
del Salvador son las que prueban hoy los verdaderos y
que debe ser la gloria de vuestro pueblo de Israel, de este
falsos fieles. El verdadero cristiano no se avergüenza do la
pueblo amado, el cual solo tendrá la ventaja de poseerle
cruz de su Dios; las adversidades son las pruebas sólidas;
visiblemente, de oir su palabra y de ser testigo do sus
una virtud aplaudida en la prosperidad es siempre dudo-
milagros.
sa ; en la adversidad es donde aparece la fidelidad del ver-
Mientras que el hombro de Dios hablaba asido las g r a n -
dadero discípulo.
dezas y del poder del niño Jesús, su padre y su madre
estaban poseídos de la admiración. El Evangelista da á La otra persona que reconoció y adoró á Jesús en el
san J o s é la cualidad de padre de Jesús, porque la de es- templo fué una sania viuda de edad de ochenta y cua-
poso de la santísima Virgen de que gozaba, le daba un de- t r o a ñ o s , llamada Ana, hija do Fanuel, d é l a tribu de Aser,
recho particular sobre la persona del Salvador. Ocupaba célebre por el don de profecía que habia recibido de Dios,,
el lugar de tutor y estaba encargado de mantenerle y de y por la vida santa que hacia después de la muerte de su
educarle. Así que, el nombre de padre de Jesucristo que marido, con el cual no habia vivido mas que siete a ñ o s ,
se le da no es simplemente un titulo de honor; él ha he- habiendo quedado viada todavía muy joven. Su abstinen-
cho los oficios de tal y llenado sus principales deberes. cia era continua; empleaba los dias y las noches en la
José y María estaban admirados al oir lo queso decía de oración: el templo era, por decirlo así, su casa, y rara vez
él. El uno y la otra estaban perfectamente instruidos de lo salía de él. Hallábale allí al mismo tiempo que Simeón, y
que acababa do anunciar Simeón,no ignoraban ciertamente poseída de una alegría semejante á la del santo viejo,
el misterio; pero ¿la obra de la redención de los hombres comenzó por su parte á alabar al Señor y á publicar en
de que aquí se trata, el amor escesivo que Dios testifica presencia de lodos los que allí se hallaban y espera-
aquí hacía los hombres, pueden j a m á s considerarse sin un ban la redención de Israel, que ya par fm estaban cumpli-
mu'vo asombro? La admiración de san José y de la Santí- dos sus deseos; que el Salvador tan deseado había veni-
do, y qne sus votos debían convertirse en adelante en ac-
sima Virgen no recaía sobre el fondo del n y s t e r o , sino
ciones de gracias.
sobre el encadenamiento (le hechos maravillosos, sobre la
sucesión de prodigios que la Providencia ordenaba con Habiendo, pues, cumplido José y María todo lo que es-
tanto cuidado, para manifestar á un pequeño número de taba prescKt » por la ley, se volvieron á Nazarelh, que era
alaias escogidas la majestad y la gloria de Jesús recién el lugar de su residenria, y el Evangelista añade, que el
LA EPIFANIA. 31
niño Jesús crccia y se perfeccionaba lleno do sabiduría, y San Pedro Labia predicado y a la fú á l o s judíos que
que la gracia de Dios estaba en él. Jesucristo estuvo siem- estaban en Galacia, cuando san Pablo vino allí á predicar
pre lleno de sabiduría, como que él era la sabiduría mis- el Evangelio á los gentiles. Se cree que fué desde Efcso
ma; pero la iba descubriendo á medida que adelantaba donde el santo Apóstol escribió esta caria hacia el a ñ o 55
en edad. Habiéndose el Salvador hecho niilo, no ha que- de Jesucristo.
rido llegar á la edad perfecta sino por grados á fin de ser
nuestro modelo en todas las edades. En esta edad tan
UEFLEXIONl'S.
tierna, siendo Dios po.-eia lodos los tesoros de la sabidu-
r í a , de la ciencia, de la gracia, y no podia adquirir acre- «Siendo hijo, es por consiguiente heredero por la gra-
centamiento alguno; y como hombre tampoco podia cre- cia de Dios.» ¿Qué título de honor mas augusto; q u é cua-
cer en sabiduría, en perfección, en mérito, en ciencia, en lidad mas noble , mas estimable , mas preciosa que la do
gracias; pero podia dar señales nns ó ménos sensibles, hijo adoptivo de Dios por la gracia y heredero de lodos sus
según las reglas que se habia prescrito, acomod tndose á bienes? Todos los títulos pomposos , los grandes nombres
'a edad y al tiempo, conforme al orden de su sabiduría y de distinción y de dignidad , los derechos de sucesión y
de su providencia. las prcrogativasde nobleza quedan el nacimiento, el favor
de los grarades, los servicios, el puesto , el empleo, son
La oración de la Misa de este dia es como sigue. derechos respetables, es verdad, son monumentos majes-
Omnipotens scmpiícrnc Deus O Dios omnipotente y tuosos, pero edificados sobre arena , á mas de que en su
dirige ucius noslros in bene- eterno, dirigid nuestras ac- fondo son vacíos : ¿ cuál es su solidez, su valor, su d u r a -
plácito l u o ; u l i n nomine d i - ciones según el beneplácito ción ? Por brillantes que sean en lo esterior, su brillo no
lecli F i l i i l u i mcreamur bo- de vuestra divina voluntad, es mas qucsuperflcial, el tiempo los consume y la muerte
nis operibus abundare. Qui á fin de que en el nombre y los sepulta, ó á lo menos los confunde. ¿Cuál de todos es-
Iccumvivil... por los méritos de vuestro tos títulos pomposos, de todas estas ricas sucesiones, cuál
Hijo muy amado, podamos de estas distinciones nos acompañan hasta la otra vida?
producir con abundancia los Prodigiosa estatua de oro, de plata, de bronce ó de hier-
frutos saludables de las bue- ro ; pero que no estriba mas que en unos piés de barro.
nas obras. Por el mismo Je- Por mas ricos, por mas suntuosos, por mas soberbios que
sucristo, etc. sean los mausoleos, no contienen, sin embargo , mas que
cenizas; esto es lo único que queda de todos aquellos e m -
t a Epislola es de la caria de S. Pablo á los Gálatas, cap. 4. peradores romanos, de todos aquellos héroes tan pondera-
Fralrcs, quanto lempore Hermanos m í o s : todo el dos, de todos aquellos grandes del mundo tan poderosos,
heres parvulus esl, nihil dif- tiempo que el heredero es de todos aquellos dichosos del siglo que fueron el terror ó
feret á servo cum sil dominus niño, no se diferencia en la admiración del público durante la vida. ¡Mundanos!
omnium; sed sub luloribus el nada del esclavo, aun cuan- presentadnos, si podéis , alguna cosa mas de todos sus t í -
acloribus esl, usque ad prec- do sea el señor de todos sus tulos y de todos sus tesoros. La edad y el tiempo se anti-
finilum lempus á Paire: ita bienes, sino que depende cipan auna la muerte para despojaros de todo este apa-
eí nos cúm cssemus parvuli, de los tutores y de los que rato de vanidad, de todas estas supersticiosas prosperida-
sub elemenlis mundi eramus tienen su acción hasta el des de la felicidad humana. Solo la calidad de hijo de Dios,
serpientes. A l ubi venil p k - tiempo señalado por su Pa- de hijo adoptivo por la gracia , da un mérito que no enve-
nitudo temporis, misil Deus dre. Nosotros también cuan- jece j a m á s , una nobleza cuyo esplendor está en el cielo,
Filium suum [aclum ex m u - do éramos niños vivíamos una herencia que nos enriquece mas allá del tiempo, una
Uerc, faclum sub lege u l eos, como esclavos, bajólos p r i - gloria que nada puede marchitar, una felicidad que es una
qui sub lege erant, rcdimerel, meros elementos que se han participación de la felicidad de Dios mismo. Hé aquí la
u l adoplionem jilioruM reci- enseñado al mundo: mas nobleza que nos da la sangre del Redentor, la cualidad que
peremus. Qmniam autem es- cuando se han cumplido los el bautismo nos adquiere , los derechos á la herencia do
lis /i/ti, misíí Deus Spiritum tiempos, Dios ha enviado á Dios que la gracia nos proporciona. ¿ Q u é idea formamos
P ü i i sui i n corda vesica, su Hijo, nacido de una m u - nosotros de todas estas cualidades, y cuál es el aprecio que
damantcm : Abba , Paler. jer y sujeto á la ley, para hacemos de ellas? Esas gentes que no estiman mas que
Uaque jara non esl servus, rescatar á los que estaban los bienes criados, que uo se alimentan mas que de som-
sed filius; Quod si filius; el sujetos á la ley, y que en- bras y vanidades , que están infatuadas con unos títulos
heresper Deum. trásemos en la adopción de vanos de honor, que no subsisten mas que en la i m a g i -
hijos de Dios. Y porque sois nación y en la engañosa opinión de los hombres ; todas
hijos de Dios, ha derramado
esas personas mundanas que tienen el entendimiento tan
en vuestros corazones el es-
insustancial como dañado el corazón ; esas gentes que no
píritu de su Hijo, el cual cla-
salen j a m á s de la región de los sentidos ni dé su esfera,
ma con todo derecho: Pa-
¿ comprenden acaso que solo la cualidad do hijos de
dre, Padre. Así que el que
Diosabsorve, disipa, estingue todas las d e m á s ? ¿ Q u e no
ha recibido este espíritu no
hay con propiedad otra que ella que sea real, permanente,
es ya esclavo, sino hijo, y
sólida, superior á todas las revoluciones de la vida y á to-
siendo hijo es por consi-
dos sus accidentes ? Ella sola hace á un hombre verdade-
guiente heredero por la gra-
ramente noble, rico, poderoso, feliz ; sin esta cualidad to-
cia de Dios.
das las demás son nombres vacíos. Con ella y por ella el
32 DOMINGO ENTUE NAV1DA.D
nacimiento mas oscuro queda ennoblecido, la pobreza mas •

espantosa enriquecida , las adversidades mas humillantes MEDITACION.


son un manantial de gloria y de felicidad; sin ella los títu-
De la voluntad que Dios tiene de salvar ó todos los
los mas fastuosos no son mas que imágenes formadas en
hombres.
el sueño, i Buen Dios! i hasta cuándo ignoraremos el
precio y el mérito de la augusta cualidad de hijos de Dios PUNTO PRIMERO.—Considera cuán cierto es que auiupic
y coherederos con Jesucristo ! ¡ Cuando reconoceremos la Jesucristo haya nacido, haya sufrido y haya muerto por la
completa y sólida felicidad de ser cristianos! Pero ¿y salud de todos los hombres en general, no se salvarán sin
cuándo llenaremos los deberes de tales para ponernos en embargo todos los hombres. Es un artículo de fe que el
estado de recoger nuestra herencia? n ú m e r o d é l o s elegidos, esto es, de los que se aprovecha-
rán de la redención , es el mas pequeño , al paso que la
El Evangelio de la Misa es del cap. 5 de san Lucas. multitud se condena. «El Salvador ha satisfecho sobre-
abundantemente ; él mismo es una víctima de propicia-
I n illo tempore: E r a l Jo- En aquel tiempo José y ' cion por nuestros pecados, dice san Juan (1 Joan. 2),»
seph , el M a ñ a maler Jesu María madre de Jesús esta- y no solo por los nuestros , sino también por los del m u n -
mirantes super his, qnce d i - ban admirados por las cosas do entero ; pero no todos obedecen al Evangelio, dicesan
cehanlur de illo. E l benedixit que se decían de él. Simeón Pablo, y hé aquí porque no lodos se salvan. La voluntad
illis Simeón, el dixil ad Ma- les dio su bendición,y le dijo del Salvador es sincera , pero por nuestra pura malicia
riam malrem ejus : Eccepo- á María su m a d r e : lié aquí hacemos que no sea eGcaz. ¿Podia darnos pi uebas mas
silus esl hic i n ruinam, el in que este niño ha venido al sensibles y mas positivas del deseo que tiene de nuestra
resurreclionem mullorum in mundo para la perdición y salud ? Él ha hecho mas para salvarnos de lo que noso-
Israel , cí tu signum, cui para la salvación de muchos tros hubiésemos podido esperar, mas aun do lo que h u -
conlradicelur : el luam i p - en Israel, y para ser el biésemos podido creer: si hubiese estado en nuestra elec-
ción el pedirle pruebas de su amor y de la voluntad que
sius animam perlransibit blanco de la contradicción,
tiene de salvarnos, ¿nos hubiésemos nunca atrevido, nos
gladius , t i l revelenlur ex y vuestra misma alma será
traspasada con una espada, hubiera j a m á s venido al pensamiento el pedirle que se h i -
multis cordibus cogitaliones.
ciese hombre por amor nuestro; que nacióse en el estado
E l eral A m a prophelissa, á fin de que se descubra lo
mas pobre y ma's humillante del mundo; que sufriese lo
filia Phanml, de Iribú Aser: que muchos piensan en el
que ha sufrido y que fuese harto de oprobios; en fin, que
hoec processeral i n diebus fondo de sus corazones. Y
este Dios hombre muriese en una cruz para rescatarnos?
muhis , el vixeral cum viro en aquel tiempo vivia Ana,
Y después de haber hecho lodo esto, ¿se hallará un espí-
s m annis'septem á v i r g i n i - la cual tenia el don de p r o -
ritu tan gravemente que imagine que Dios haya querido
tale s m . E l hcec vidua usqne fecía, y era hija de Fanuel,
esceptuar un solo hombre del beneficio infinito de la re-
ad anuos octoginla qualuor: de la tribu de Aser: era de
dención ? ¿ S e hallará un genio tan maligno, que se atre-
qum non discedebat de tem- edad avanzada y habla v i -
va á dudar de la sinceridad'de la voluntad de Dios de sal-
plo, jejuniis, et obsecrationi- vido siete afíos con su ma-
var á todos los hombres ? ¿ Y qué idea se formarla de la
bus serviens nocle ac die. Et rido con quien se casó sien-
bondadvy aun de la justicia de nuestro Dios , si á unos
hece, ipsa hora superveniens, do doncella , y permaneció
hombres á quienes sabe que ha reprobado por toda una
conjilcbatur Domino , et l o - viuda hasta la edad de
eternidad, les exhortase de una manera tan viva, tan eje-
quebalur de illo ó m n i b u s , ochenta y cuatro años sin
cutiva, tan patética, á que se convirtiesen? ¿ Qué justicia
qui expectabant redemptio- salir del templo , pasando seria el condenar al fuego eterno por no haber guardado sus
ncm Israel. Et v t perfecerunl religiosamente en él las no- mandamientos, á unas gentes á quienes no ha querido
omnia secundum legem Do- ches y los días empleada en dar gracias verdaderamente suíicientes? ¿ Y q u é conde-
m i n i , reversi sunl i n Gali- ayunos y en oraciones. Ha- nado no tendría derecho para quejarse y decirle á Dios
Iceam i n ávitatem suarn N a - biendo llegado á la misma por toda la eternidad: Verdad es, Señor, que los crímenes
zareth. Fuer aulemeresecbat, h o r a , alababa también al que he cometido merecen los suplicios á que me habéis
el conforlabatur plenus sa- Señor , y hablaba de este condenado; pero podia yo, en verdad, evitar estos c r í m e -
pientia: et gralia Dci erat ñiño á lodos los que espe- nes sin el ausilio de la gracia que me habéis rehusado,
in illo... raban la redención de Is- mientras la concedíais á gentes que no valían mas que yo,
rael. Por fin, luego que die- ni la habían merecido mas? Si me hubieseis dado los
ron cumplimiento á todo mismos ausilios, las mismas gracias, yo hubiera guarda-
lo que ordenaba la ley del do la misma fidelidad. No os habíais dignado morir por
Señor, se volvieron á Gali- mí ] ¿cómo podía salir de la esclavitud no teniendo nadie
lea á la ciudad de Nazareth que pagase mi rescate? Yos no habíais muerto por Judas;
que era el lugar de su re- ¿ c ó m o podia haber sido tan fiel , tan penitente como san
sidencia. Entretanto el niño Pedro ? No he tenido confianza en vuestra misericordia,
crecia y se fortalecía lleno es verdad ; ¿ p e r o podia yo tenerla no sabiendo si habíais
de sabiduría, y la gracia de muerto por mí ? ¿ dudando aun con razón no me hubie-
Dios estaba en 61. seis escluido del libro de la vida , y si en toda la eter-
nidad me hubieseis querido dejar envuelto en la ma-
sa de los réprobos? Yo tenia la gracia de orar , de
pedir., es verdad ; ¿ p e r o do qué me servia esta gracia?
Y LA EPIFANIA. 33
¿ y qnó esperanza, q u é confianza podia yo loner en vues- interesarán, no dejarán do continuar en sus dosórd:.Mies>
tra misericordia , si desde la eternidad me habíais repro- en su indevoción, en su tibieza? Si estos cristianos cobar-
bado ? Conprendamos bien la, impiedad , la malignidad, des, si estos cristianos ingratos so condenan, ¿ á quién
las espantosas consecuencias de un dogma tan pernicioso, debi'n echar la culpa ?
de una herejía tan abominable, que enseñando que no hay Alejad de mí, SeSor, esta desgracia; no hagáis caso de
en Dios una voluntad sincera de salvarnos , y que Jesu- mis iihiJelidadcs pasadas. Yo espero lleno de confianza en
cristo no ha muerto generalmenle por todos los hombres, vuestra misericordia el no abusar por mas tiempo de vues-
destruye, con este solo error, toda la religión, proscribe el tra bondad. Vos queréis verdaderamente salvarme, yo lo
uso de los sacramentos, cstinguo ^ia fé y la caridad , con- quiero también con voluntad sincera ; ella será eficaz con
sume toda nuestra esperanza , ó inspirando aversión á vuestra gracia, á la cual no quiero rcsislif ya mas.
lag buenas obras , á la penitencia y a la práctica de todas JACULATORIAS.—Por mí j u r o , dice el Seilor nuestro
las virtudes , abre un campo espacioso al libertinaje. Dios, que no quiero la muerte del impío, sino que so
PUNTO SEGUNDO.—Considera de cuánto consuelo es el convierta , que deje su mal camino y que viva.
vivir persuadido que Dios quiere salvar á todos los hom- (Ez^ ch. 3 3 . ) »
bres: quo es un artículo de fé que Jesucristo ha muerto La voluntad de Dios es que seáis santos. (Thcs. í . )
por todos, y ha dado su sangre « á fin de que todos ten-
PROPÓSITOS.
gan vida y la tengan con abundancia (Joan. 20),» como
dice el Salvador hablando de sus ovejas. Verdad consola- 1 Como nada hay mas á propósito para mantener un
dora, pero al mismo tiempo aflictiva y aun de desespera- alma en relajación y aun para alimentar el libertinaje
ción para aquellos que hubieren tenido la desgracia de que el herético pensamiento de que Dios no tiene una v o -
condenarse. Dios quería salvarme, tenia una voluntad sin- luntad sincera de salvar á todos los hombres, y que Jesu-
cera de ello; me ha dado los medios, y yo no me be per- cristo no ha muerto por todos; así tampoco hay cosa mas
dido, sino porque no he querido servirme de estos ausilios. consolatoria, ni mas propia para convertir al pecador y
Mi salvación era el precio y el fruto de su muerte, y mi sostener nuestra confianza que la verdad de fé, que nos
reprobación es obra mia. Dios quería salvarme, y si me asegura quo Dios quiere verdaderamente que yo me sal-
he condenado, ha sido solo porque no he querido apro- ve, que Jesucristo ha muerto también por m i , como h i
vecharme del fruto de su muerte. Comprendamos, si es imierlo por san IVdro, y que si yo me condeno, mi repro -
posible, la amargura de este sentimiento. ¿ Pero quién es bación será obra m í a ; y que si soy reprobado, es ú n i c a -
el que no quiere salvarse? ¿quién es tan insensato que mente porque no habré qnerido hacerme santo. CotiVeh1-
quiera perderse? ¿quién no desea salvarse? Los que no ceos de esta verdad tan importante; meditadla muchas
quieren tomar todos los medios para ello. Satisfecho ya el veces, y por mas criminal y desarreglada que haya sido
precio para la redención de un esclavo, este encalabrina- vuestra vida, decios á vosotros mismos : si yo quiero ten-
do por el clima del país donde está, fascinado por la dos- go el tesoro de los méritos infinitos de Jesucristo, con que
graciada libertad de que goza en órden á sus costumbres, satisfacer á la justicia de Dios. ¿ Q u é deudor rehusaría el
pagar sus deudas si el príncipe le b anquease sus tesoros?
ó por el libertinaje en que vive entre los infieles, rehusa
Penetraos bien de esta gran verdad, pero guardaos de
embarcarse para volver á su patria ; si este infeliz muer o
abusar de ella contando con esta voluntad misericordiosa
en la esclavitud, si queda sepultado entre los mahometa-
de Dios para perseverar en el crimen; porque esto seria '
nos, ¿ á quién debe atribuirlo? ¿ n o tenia en su mano el
querer condenarnos mas maliciosamejile y con mayor ma-
medio para solver de su cautividad y salir de la triste
lignidad.
condición de esclavo? ¿ Y son mas excusables los que v i -
ven en desgracia de Dios y mueren esclavos del pecado? 2 Dad gracias á Dios muchas veces en el dia, por la
¿ l i a n tenido menos medios para volver á la gracia de Dios voluntad sincera que lienede vuestra salud, por lo muebo
y sor recibidos después de su muerte en la pa'ria celes- que ha hecho y por las gracias poderosísimas que cada
tial? Ni se da Dios por contento todavía con habernos dia os concede para preservaros de la perdición. Es una
probado sensiblemente en todo loque ha hecho por nues- ingratitud insigne, es una falta gravísima, el no dar g r a -
tra salud, cuan sinceramente quiere que seamos salvos; cias á Dios con fi ecuencia por el beneficio de nuestra re-
no hay nadie que no haya esperimentado durante su vida dención. Durante la misa, sobre lodo, es cuando debéis
señales las mas singulares y las mas precisas de su mise- agradecer particularmente á Dios esta gracia, y en espe-
ricordia. ¿Cuántas veces aquel libertino, aquel pecador ha cial cuando el sacerdote dice el « C r e d o , » puesto que re-
sentido vivos remordimientos aun en medio de sus desór- zando esta fórmula de fé, se nos recuerda que Jesm risio
denes? ¿Cuántas veces aquella mujer mundana ha perci- ha muerto en la cruz para cada uno de nosotros. Mas al
bido en el fondo de su corazón las saludables impresiones darle gracias por este señalado beneficio, protestadle que
de la gracia en d medio mismo de sus placeres? No hay queréis eficazmente participar de todo su fruto, y para esto
pecador tan poco cristiimo, que no haya oído la voz del resolveos siempre á hacer ó sufrir alguna cosa como gajo
buen Pastor que llama al redil á la oveja descarriada: ser- de vuestra protestación y de la sinceridad de vuestra v o -
mones, lecturas, conversaciones, accidentes funestos, des- luntad ; por ejemplo, lomad la resolución á é ver en el
gracias imprevistas, todo sirve al divino Salvador de me- mismo dia aquella persona con quien hubieseis tenido a l -
dios para llamar, para conmover al hijo pródigo y para guna diferencia, ó respecto de la que os portáis con cier-
escítarle á que vuelva á la casa de su padre. Esta medita- ta frialdad ó de quien hubiereis recibido alguna injurir.;
ción misma, estas reflexiones son, en los designios de de no frecuentar ciertas personas ó tertulias en las que
Dios, otras tantas solicitaciones ejecutivas para convertir corréis peligro; de no dejaros llevar de la c ó l e r a ; do ha-
á muchos; y ¿ cuántos de los que las leerán, y á quienes cer lal ó U l obra bueaa que Dios pide do vosotros; do
TOMO i v .
31 SEGUNDO DOMINGO
practicar aquella raoiüficacion ó aquella virtud que os es caridad debe hacernos comunes los favores que se han
tan necesaria. En fin, deíermiuar el ejercitaros en algún hecho á nuestros hermanos, y no debemos envidiárselos,
acto de virtud, aunque no sea mas que una oración ó una así como la mano no envidia al ojo la facultad de v e r , n i
l^era limosna, para dar hoy una prueba de la voluntad ai pié la de caminar. Es preciso que haya una subordina-
sincera que tenéis de conseguir vuestra salvación y de po- ción de los unos á los otros; y una comuniepcion de ser-
ner lodos los medios para ello. vicios, semejante á la que se ve en los diferentes miem-
bros de un mismo cuerpo. El que está autorizado pa-
Sl-GUNDO DOMINGO DESPUES DE LA EI'II ANIA. ra predicar el Evangelio , y para interpretar las Es-
crituras , hágalo, nó según las luces de su propio juicio,
Como el espacio que media é n t r e l a fiesta de Navidad y sino según las de la fé , del espíritu de Dios y de la
la Epifanía, llamada comunmente la fiesta de los Reyes, se Iglesia, á cuyas luces debe estar sometido todo espíritu
compone de solos doce dias, no puede haber en él mas pai ticular; y g u á r d e n s e de dogmatizar aquellos á quie-
que dos domingos, que se llaman vacantes, porque no nes Dios no ha escogido para este minislerio. El que
tienen oficio propio ó dominical, ocupándose con el de a l - ha recibido el don de e n g a ñ a r , hágalo con solicitud;
guna fiesta de santo ó el de la octava de Navidad para el y el que está encargado de la conduela de los d e m á s ,
primero, o el de la vigilia do la Epifanía cuando cae en compórtese con ellos con mucha dulzura y candad. El
domingo. Así que nada se dice aquí de este último, el Apóstol, después de haber instruido á los que ocupan los
-cual ha sido ya colocado en el mes de enero. El do- empleos, pasa á dar lecciones generales y propias para t o -
domingo déqlrp de la octava de la Epifanía se ha fijado dos los fieles. No seáis lardos, a ñ a d e , en hacer en favor
en nuestros ejercicios de piedad al 9 de enero, en cuyo de vuestros hermanos todos ios buenos oficios que pudie-
dia se refiere toda su historia. De aquí es, que hasta la reis, y rto hagáis desear vuestros servicios ; muebo ménos
Septuagésima restan á lo mas cinco domingos, que m u - los hagáis comprar demasiado caros. Sed fieles en cum-
chas veces aun no llegan á este, número, ^cgun la época plir con puntualidad todas vuestras obligaciones. Tened
del dia de Pascua, la cual regla lodos los domingos y to- siempre un nuevo fervor en el servicio de Dios. Prevenios
das las fiestas movibles del aflo ; los ejercicios de piedad, con urbanidad ios unos á los otros ; el agasajo, la corte-
propios de estos domingos y su historia tomada del Evan- sanía aun, sin afectación y sin artificio, honran la piedad,
gelio del dia, es lo que se va á dar aquí. y le son ordinarias. La esperanza cristiana debe inspirar-
La Iglesia comienza la misa de este dia por las palabras nos siempre alegría. Perseverad en la oración y en el ejer-
del tercer versículo del salmo ÍTJ, donde David convida á cicio de las buenas obras. Tomad parle en las necesidades
toda la tierra á adorar y bendecir al Señor. «Tuda la tierra de los fieles, y ayudadlos con vuestras obras de miseri-
os adore y os bendiga : entone cánticos á la gloria de cordia. Ejercitad con gusto la hospitalidad. La paciencia
vuestro nombre, jó Altísimo 1» David hace bablar en este es ia virtud de los pobres, ta caridad debe ser la virtud de
salmo al pueblo judío, que agradece á Diossu libertad y los ricos; ellos no han recibido mas bienes que los otros,
convida á loda la tierra á que se una á él para dar g r a - sino para socorrer las necesidades de los que viven en la
cias al Señor, Los judíos libres de su cautividad son la fi- pobreza, y frecuentemente carecen do todo. Haced bien
gura de los gentiles libertados de la esclavitud del demo- hasta á vuestros enemigos, hasta aquí debe ir el heroísmo
nio por el bautismo. Puede también entenderse que el y la perfección de la caridad cristiana; esta virtud heroi-
profeta habla en nombre de lodos los hombres rescatados ca es la que debe hacer sentir al cristiano lodos los bienes
por Jesucristo. y lodos los males que suceden á sus hermanos. Aumenta
su alegría en el tiempo de su prosperidad por la parte que
La Epístola de la misa está tomada del capítulo 12 de la
le ven tomar en ella ; y endulza sus lágrimas, mezclando
carta del apóstol san Pablo á los romanos, donde les a d -
las suyas con las que ellos derraman. No alterquéis, la
vierte que renuncien á la vanidad del siglo, para consa-
diversidad de pareceres agria tanto el corazón como los es-
grarse enteramente á Dios, sin engreírse por los dones
píritus. Al paso que se acalora la disputa, se resfria la ca-
que han recibido, y sin pasar los límites de estos dones,
ridad. No penséis presuntaosamenle de vosotros mismos.
aplicándose cada uno á las funciones de su minis'.erio, y
La presunción es una vanidad necia, que nace de la ce-
á cumplir las obligaciones de su estado; refiriéndolo todo
guedad en que estamos con respecto á nosotros mismos;
á la utilidad de) prójimo, con el cual deben hacer un lodo
nada bay mas opuesto al espíritu del cristianismo, que
como hacen los miembros de un mismo cuerpo, sin que el
esta ridicula vanidad. Sed Immildes, compasivos, dulces y
uno se ingici'a en las funciones del otro. La comparación
modestos; no seáis sabios á vuestros propios ojos, porque
de ¡ue aquí se sirve el santo apóstol es espresiva. Como
nos engañan siempre sobre lo que á nosotros nos interesa.
lodos nosotros no formamos mas que un solo cuerpo de
Puede decirse que esta Epístola es el compendio de toda
Jesucristo, lodos recíprocamente somos miembros los unos
la moral cristiana.
de los otros, para aliviarnos por aquella función que es
propia á cada miembro en parlicular. Así, como todos le- El Evangelio no es ménos instructivo. Conlicne la his-
ñemos dones difeicules, según la gracia que se nos ha toria del primer milagro de Jesucristo , verificado eú las
dado, es preciso que cada uno emplee sus talentos para bodas de C a p á rueges de la Santísima Virgen. lié aquí
el bien común. A la manera que en un solo cuerpo cada como lo refiere san Juan.
miembro linie sus funciones particulares, que ejerce sin ll<>l)ia ya comenzado el Salvadora predicar, después do
zelos de parle de los otros miembros, así en la Iglesia cada baber concluido su ayuno de cuarenta dias en el desierto,
fiel ha recibido de Dios el don que le ex propio, y no debe donde se habia retirado después que san Juan líautista dió
envidiar álos demás el que ellos han recibido, sino conten- de él un testimonio tan brillante. Acababa también de ele-
tarse con la medida de gracia que le ha sido acordada. La gir algunos discípulos; san Pedro, san A n d r é s , san Eeli-
DKSPÜRS m A EPIFANIA. 35
pe y Nalhanacl habian sido ya llamados, y se habían que habia simplemente aumenlado aquel licor, oque so-
agregado á é l , cuando fué c o n v i d a d o á una boda quu se lo había mezclado el agua con el vino. Queria que su p r i -
celebraba en Cana de Galilea , que era una aldea á li es mer milagro fuese incontestable, y que toda la boda fuese
jornadas p e q u e ñ a s de Ralhabara, en donde á la sazón se testigo de él. Jesucristo quiso también dar á conocer por
bailaba el Salvador. La Sanlí.sima Virgen estaba también esta respuesta , que si no habia hecho hasta entonces b r i -
a l l í , y a lo que parece era alguno de sus parientes el que llar su poder por medio de milagros , no era por falta de
se casaba. Segnn el parecer de san Epifano se presume poder , sino porque aun no había llegado el tiempo deter-
que eslaha ya entonces viuda, pues en todo el resto de la minado por su sabiduría. También parece que quiso dar
histeria de Jesucristo no se dice ya una palabra de san á conocer cuán eficaz era la intercesión de su Madre, y el
José. Algunos han creidoque estas bodas se celebraban en poder que tenia sobre é l , pues habiendo dicho que su h o -
la casa de Alfeo ó de Cleofás , que casaba á su hijo S i - ra de hacer milagros no habia llegado todavía, no por eso
món , llamado el Cananeo. Otros han pretendido que era dejó de hacer uno de los mas brillantes tan pronto como ella
san Bartolomé; llamado Nathanael; pero el venerable Ce- le manifestó que lo deseaba.
da , santo Tomás y muchos otros creen que era san Juan Esto lo comprendió lambien perfertamcnle la Santísima
Evangelista, á quien ol Salvador llamó del estado del ma- Virgen. Porque sin insistir, ni esplicarsc mas con é l , l l a -
trimonio al apostolado, y permaneció siempre virgen, ha- mó á los que servian y Ies dijo que hiciesen todo lo que
biendo dejado á su esposa el dia mismo de sus bodas. Jesús les ordenase. Muchos habian ya advertido qne no
Sea , pues, de esto lo quiera , lo que sí es cierto , que el habia vino , el mismo esposo lo habia notado, cuando Je-
Hijo de Dios quiso hacer ver en esta ocasión , que se le sucristo mandó á los que servian que llenascB de agua seis
puede hallar no solo en el retiro, sino también en las reu- finnjas de piedra, esto es, seis vasijas de una especie de
niones, cuando los deberes ó !a heneficencia lo exigen, y alabastro , ó de piedra serpentina , destinadas á las p u r i -
lodo lo que hay en ellas es cristiano. Se pregunta ¿poi- ficaciones de los j u d í o s , los cuales ánles de la comida
q u é Jesucristo concurrió a estas bodas con su Madre y sus acostumbraban lavarse los p í e s , las manos, desde el co-
discípulos? Parece que la vida austera y retirada que do hasta la punta de los dedos, los vasos para b e b e r , los
siempre habia llevado , apenas podia convenir con la cuchillos y otras cosas de que se servian en la mesa. Cada
alegría y la diversión que ordinariamente acompañan á una de estas vasijas cogía dos ó tres medidas de agua, es-
esta especie de fiestas. La mayor parte de los Padres d i - to es, cincuenta ó sesenta azumbres. Luego que estuvie-
cen que f;ic á fin de aprobar con su presencia el matrimo- ron llenas hasta a r r i b a , mudó inmediatamente el agua do
nio. Como por su ejemplo y por sus discursos debia acon- color y de naturaleza , y se convirtió en un vino escelen-
sejar á todos sus discípulos el celibato, y exhortar á todos le por la virtud de a q u é l , qne por un solo acto de su vo-
los cristianos á guardar la castidad , de la cual hacia en luntad ha hecho todas las cosas de nada. Enloncesdijo Je-
todas ocasiones tan magníficos elogios, quería también ha- sús á los que servian : Sacad ahora , y llevad para que lo
cer ver que no desaprobaba el matrimonio, que debía guste el director del festín; el que presidia el festín era
elevar aun á sacramento. Es bastante c r e í b l e , que como ordinariamente, sí se cree á las tradiciones judaicas, uno
allí se encontraban muchos parientes suyos, y los discí- d e s ú s sacerdotes , el cual tenía cuidado de arreglarlo t o -
pulos que hasta entonces habia reunido, qui^o hacer en do, é impedir que se hiciese nada contrarío á la honesti-
su presencia su primer milagro con el fin de afirmar la dad y á ta decencia. A este sacerdote , pues, fué á quien
creencia de los que ya le reconocían por el Mesías , y de se presentó , según el órden del Salvador, el vino n u e v o
darse á conocer de los que no creian todavía en él. Le g u s t ó ; pero, como ocupado en muchas mas co^
sas, no sabia nada de lo que habia pasado , q u e d ó sor-
Hacia el fin de la comida notó la Santísima Virgen que
prendido de la escelencía del nuevo vino. Llamó inme-
faltaba vino, y comprendió íácilmente e l embarazo en que
diatamente al esposo que, según la costumbie, al ir á las
esto tenia á los que s e r v í a n , y el sentimiento que ocasio-
mesas, daba órden de que todo fuese servido á tiempo, y
naba á los que celebraban la boda esta falta de previsión.
que en nada se fallase. ¿ Con que de este modo nos e n g a -
Como era la caridad mas bien que el acompañarles lo que
ñáis? le dijo sonriéndose, siempre se ha usado en los de-
la había traído allí; resolvió escusarles esta confusión, y
más convites, que el buen vino se sirva al principio de la
proveer á la necesidad, sin ruido, pero de un modo efi-
comida, y el peor cuando se ve que ya se ha bebido bas-
caz. El camino que l o m ó , fué dirigirse á J e s ú s , que esta-
tante; pero vos lo habéis hecbo al contrarío, habéis guar-
ba colocado cerca de ella. Sabia bien que no tenía menos
dado el bueno para el fin. No dejó de advertirse esta re-
bondad que poder, y que bastaba para obligarle á hacer
convención , y cada uno reconoció en el gusto , que un
un milagro el manifestarle solamente la necesidad y la
vino hecho inmediatamente por el Criador , es mejor sin
turbación en que se encontraban. Volviéndose, pues, á
comparaciim que el que la naturaleza produce. En este
é l , se contentó con decirle i « Les falta el vino.» El Sal-
prodigio que fué el primero d e s ú s milagros públicos, co-
vador, que respondiendo á su Madre quería instruirnos,
menzó el Salvadora hacer brillar su poder; pues , como
y hacernos conocer que él no obraba mas que por moti-
siente Maldonado , no puede dudarse que el Salvador no
vos sobrenaturales, y de ningún modo por mira alguna
hubiese hecho ya oíros innumerables , solo conocidos de
humana, le dijo con un tono grave, que conocía bien la
la santísima Virgen y de san José ; roas como no habia
necesidad que tenían , y que ella no tenia p o r q u é apurar-
llegado aun el tiempo dcternimado para darse á conocer ,
so por ella , que él haría lodo lo que fuese necesario á su
permanecían desconocidos del público estos milagros; y
tiempo ; pero el de manifestar mi poder y mi gloria , a ñ a -
í'né este el primero por el cual el Salvador manifestó su
dió, no ha llegado todavía, San Agustín, san Crisóstomo y
gloria y no sirvió poco para darle á conocer y afirmar
muchos otros r a d i es dicen que el Salvador esperaba que
sus discípulos en la fé.
el vino fallase absolulamenle, á íin de que no se crey ese
36 SEGUNDO DOMINGO
Los discípulos de Jesucristo habian creído en él desde «um invicem íentieníes: iVon fervorosos de espíritu i ser-
que luvierou la dicha de verlo y de oirle : una prueba de o l l a sapientes, sed h u m i l i b u s vid al S e ñ o r ; regocíjeos la
su creencia es que le habían seguido , y se habian agre- consentientes. esperanza; sed pacientes en
gado á é l , habiéndose hecho discípulos suyos, pero este las tribulaciones, orad con-
milagro do que fueron testigos, les afianzó en su fé. tinuamonle; tomad parte en
Si esta maravilla manifestó Ja gloria y el poder del Sal- las necesidades de los san-
vador sobre todas las criaturas; si ella dió á conocer á ios; complaceos en practi-
aquella numerosa compañía lo que él era , no debe servir car la hospitalidad ; bende-
inénos para dar á conocer á todos los fieles el poder que cid á vuestros perseguido-
tiene la Santísima Virgen para con so querido Hijo, y la res, bendecidlos y guardaos
deferencia que esie Hijo divino tiene á la voluntad de su de imprecarles con maldi-
muy amada Madre. Algunos han creido que el Salvador ciones; alegraos con los que
no quiso hacer el primero de lodos sus milagros sino á están alegres; llorad con los
ruegos de su Madre, y aun que quiso al parecer , ade- que lloran; entrad en los
lantar el tiempo de manifesíar su poder desdo luego quo sentimientos los unos de los
la Santísima Virgen le manifestó el deseo que tenia de otros; no tengáis pensa-
que obrase esla maravilla. Motivo grande de confianza en mientos presuntuosos, sino
la Madre de Dios, dicen los santos Padres, el saber cuan por el contrario humildes y
dichosos son aquellos por quienes María se interesa. Sa- modestos.
bemos , dice san Anselmo, que la bienaventurada Virgen
Después de haber esplicado san Pablo en el capítulo
tiene tanto valimiento con Dios, que no puede dejar de
precedente de su carta a los romanos, el modo con que
tener su efecto todo lo que ella quiere.
los gentiles debían portarse para cumplir su vocación,
trata en esta Epístola tomada del capítulo 1 2 , de los p r i n -
La oración de la misa de esle dia es como sigue:
cipales puntos de la moral cristiana. Por la palabra san-
Omnipolens scmpilerne Dios omnipotente y cier- tos , entiende el Apóstol los fieles. Todas las semanas se
Dem , qui caileslia simal et no, que arreglaistodo lo f|ue hacían colectas para socorrer los cristianos de las d e m á s
terrena moderaris, svpplica- pasa en el cielo y en la tier- iglesias en sus necesidades 6 en el tiempo de las persecu-
iianes poputi íui clementes ra, escuchad benignamente ciones ; y lo que se había recogido de la candad de los
e x a u d í , et p a c á n luam nos- los ruegos de vuestro pueblo, fieles, se les distribuía.
tris concede temporibus. Per y haced que durante esta
Dominum .. vida gustemos las dulzuras
REFLEXIONES.
de vuestra paz. Por nuoslro
Señor Jesucristo, etc. « Tenemos dones diferentes según la gracia que se nos
ha dado.D Para ser miembros útiles en el cuerpo místico de
La Epístola es del capitulo de S. Pablo á lot Romanos. que es gefe Jesucristo, no tratemos mas que de cumplir sin
/ t a i r e s : Habentes dona- Hermanos míos: Como te- zelos y sin vanidad las funciones á que estamos destina-
litmes semndum graliam, nemos dones diferentes se- dos por su providencia. Prccavámonos igualmente contra
(juai dala est nohis, dífferen- S'in la gracia que se nos ha el disgusto que conduce á mudar de ministerio, y contra
tes; sive propkclíani senm- dado , si es para hacer las la ambición que lleva á buscar los mas brillantes. Aque-
dum raiionemfidei; sive m i - funciones de profeta, h a - llos á quienes os dignáis emplear en vuestro servicio , ó
nia lerium i n ministrando; gámoslo de un modo p r o - Dio* m i ó , en esto solo quedan bastante honrados, sean
sive qui doceí, i n doctrina; porcionado á la fé que te- cualesquiera los empleos á que os agradeíiplicorlo». Nada
qui exhorlalur, in exhortan- nemos; si es para algún hay bajo, nada es pequeño en vuestro servicio; los pues-
t o ; qui tritmit, i n simplici- ministerio , ocúpese cada tos menos elevados, los empleos mas viles y mas oscuros
date; que prceesl, i n soltici- uno en su ministerio; si es no han servido poco para formar los mayores sanios. H a -
tudíne; qui miserelur, in hi- para e n s e ñ a r , enseñemos. ced la limosna con un espíritu recto y sencillo , dice el
lurilate. Ditectio sine simu- Aquel que la tiene para Apóstol, esto es, sin buscar la gloria por lo que dais , y
latione. Odienles malum, ad- exhortar , que exhorte; el sin temer con demasía el ser engañados en la elección do
hieren tes bono: Charila te fra~ que la tiene para distribuir aquellos á quienes dais. La pobreza fingida que. os arreba-
ternitalis invicem diligentes: limosnas, distribuyalas coft tare una limosna, no podrá quitaros el mérito de ella;
Ilonore invicem prj;venienles: un espíritu recto y sencillo; cualquiera que sea el sujeto á quien damos la limosna,
Solticiludíne non p i g r i t Spi~ el que gobierna, que sea siempre es á Jesucristo á quien la hacemos. El que g o -
r i l u fervenlcs : Domino ser- solícito; el que asiste á los bierna , continúa san Pablo, sea solicito. El gobernar es
vientes : Spe gaudenles ¡ í n miserables, que lo haga con un honor, pero es también una carga : olvidad el honor
tríhdatione palíenles: Ora- a l e g r í a ; sea su caridad sin que tal vez os inflaria , y atended á la carga que debe
tíoni instantes: Necessilali- artificio. Tened horror al haceros cuidadoso. Si los que tienen el trabajo de obede-
bus sanctorum communican- m a l , y adherios al bien; cer, pudiesen conocer loque cuesta el mandar, no seria
íe.s: Hospila'itoiem sedantes. amiiü.s mutuamente con una tan grande el número de los émulos y de los envidiosos.
Benedicilepersequenlibusvos: caridad fraterna; adelantaos Los puestos mas elevados no son los mas tranquilos. Las
benedícíte, el nolíu maledi- unos á otros en la cortesía; prelacias son mas bien unos cargos que dignidades; siem-
ccre. Gaudcre cum guudenli- no descuidéis las cosas de pre tienen obligaciones que cumplir; ¿ y se hallan siem-
hut: flcrccwn flenlíbus: ¡díp- que estáis encargados; sed pre en sujetos dignos? Y cuando falla el mérito ¿ qué h o -
DESPUÉS DE LA EPIFANIA. 37
ñor puede dar la dignidad? Los empleos envidiados por IIoc fecit iniiium signorum ponen al principio el vino
aquellos que no atienden mas que á su esplendor, no son Jesús i n Cana GaUlwos: et bueno, y después que han
súempre objelos dignos de envidia. Sus obligaciones no se manifeslavil gloriam suam, bebido bien se pone el que
llenan sino á costa de cuidados penosos , y no pueden et crediderunl in eum disci- no es tan bueno; mas tú has
descuidarse sin atraer frecuentemente sobre sí el despre- puli ejus. guardado el buen vino hasta
cio y siempre los remordimientos. Endulcemos al pobre, ahora. Jesús hizo este p r i -
conforme al consejo del Apóstol, la pena de p e d i r , y a l - mer milagro en Cana de Ga-
guna vez también la de pedir con instancia por la alegría lilea, y por él comenzó á
con que le demos ; aumentémosle el contento que tiene hacer brillar su gloria y sus
de recibir, por el que le demostremos nosotros al darle la discípulos creyeron en él.
limosna, de suerte que mas parezca que es un beneficio
que nosotros recibimos de é l , que un servicio que le ha-
MEDITACION.
cemos : en el fondo ganamos nosotros infinitamente mas
que él. Sea la caridad, dice san Pablo, sin artificio. A la P t m o PRIMERO.—Considera que la bondad, la compa-
verdad , el artificio siempre odioso, nunca lo es mas que sión y la misericordia son, por decirlo así, como las v i r t u -
en la amistad. La amistad cristiana es siempre sin d i s i - des favoritas de la Madre de Dios. Basta que nos hallemos
mulo , sin disfraz, y esto es lo que constituye su dulzura; en la indigencia para escitar su caridad, basta que ten-
por el contrario, lo que introduce la amargura en las amis- gamos necesidad de su socorro para conmover su celo.
tades mundanas, es que siempre van acompañadas de Nuestras miserias son títulos suficientes para tener parte
algunas desconfianzas. Para amar cristianamente, es pre- en sus bondades; ella se interesa en nuestros males, l l e -
ciso no adherirse mas que al bien , es necesario abon e- va como en su seno á todos sus hijos, provee á sus nece-
cor é mal en aquellos mismos á quienes se ama ; es de- sidades y aun previene sus peticiones. María, dice san
cir, que es preciso no lisonjear sus defectos y sus pasiones. Bernardo, abre su seno misericordioso para recibir á t o -
Cuando se ama de esle modo, el amor es una virtud de dos los hombres. El que está cautivo, continúa el mismo
caridad y por consiguiente sin disfraz. Puede decirse que Padre, halla en María su redención; el que está triste, su
no bay verdadera amistad sobre la tierra sino la que está consuelo; el justo la gracia, y el pecador la misericordia
fundada en la virtud.
y el p e r d ó n : así que, afiade el mismo santo, debe invo-
carse á María, é invocarla en todas nuestras necesidades.
E l Evangelio es de S. J u a n a l c a p . 2. ¡O María! esclama san Buenaventura, por miserable que
l a illo lempore: Nuplice En aquel tiempo se cele- sea un pecador, tenéis con él ternuras de Madre; no le
f a c K c s u n t i n Cana Galilceoe braron unas bodas en Ganá abandonareis ciertamente hasta dejarle reconciliado con
el crat inaler Jesu ibi. Voca- de Galilea , y la madre de Dios. Esta bondad afectuosa y universal es la que ha he-
tus est aulem et J e s ú s , et Jesús se hallaba en ellas. cho decir á santo Tomás, que en cualquiera necesidad en
disciptili ejus ad nuplias. E l Jesús fué también convidado que uno se halle, en cualquiera peligro en que esté, puede
defidenle vino, dicit maler á las bodas con sus discí- siempre esperar su salvación, mediante el favor y la pro-
Jesu ad eum: Firium non pulos. Y habiendo faltado el tección de la Santísima Virgen. También por esta razón la
habent. E l dicil ci Jesús : v i n o , la Madre de Jesús le saluda la Iglesia muchas veces al dia, como Madre de m i -
Quid rnihi el Ubi esl, mulier? dijo : No tienen vino. Jesús sericordia, vida nuestra, nueslro consuelo, esperanza
M m d u m v e n ü hora mea. D i - la r e s p o n d i ó : ¿ Mujer, q u é
mieslra en todas nuestras necesidades. Seguros de la bon-
cil maler ejus m i n i s l r i s : nos importa ni á tí ni íi m í ? dad singular, de la caridad benéfica, de la estrema ter-
Qmdcumque dixeril vobis , Aun no ha llegado mi l i i ' m - nura que la Santísima Virgen tiene en todos los hombres;
facile. Jiranl aulem ibi l a p i - po. Su madre dijo cá los que seguros del poder sin limites que tiene fon su amado
dece kydriaí sex posila1 secun- servian ; Haced todo lo que Hijo, comprendamos cuánta fortuna tienen lodos aquellos
dumpurificalionenjudfieorum él os dijere. Bábiá pues allí per quienes se interesa. ¿Los dejara sin ausilio en la ne-
capienlcs singula" melrelas seis vasijas de piedra desti- cesidad? ¿les rehusará su intercesión, su protección en los
binas vellernas. Diñl cis Jc- nadas para las purificacio- mayores peligros? ¿será insensible á sus g e m i d o s ? ¿ s e ha-
« u s ; Tmplele hydrias aqua. nes do los j u d í o s , cada unará sorda á sus oraciones? Nó, dicen los padres de la I g l e -
Et impkverunl eas nsque ad capaz de dos ó tres medidas. sia, ella está atenta á todas las necesidades de sus devotos,
summum. E l dicit eis Jesús: Díjoles Jesús: Llenad las va- preyiene todas las indigencias de los que se dedican á su
Jlaurite n m c , el ferie archi- sijas de agua j y ellos las servicio. Todos los tesoros de las misericordias del Se-
tridino. Et l u l e r m l . Ut au- llenaron hasta arriba. E n - flor están en sus manos, dice el bienaventurado san Pe-
(e"n gustavil arehilriclims tonces añadió J e s ú s : Saca'l dro Damiano. ¿Los rehusará á los que la sirven? Tan d a l -
nqiiam vinum factam , el non ahora , y llevad al director ce es el amai-áesta buena Madre con ternura, como v e n -
sdcbat vnde csset, minislri del feslin ; y ellos lo hicie- lajoso el servirla con fervor y con fidelidad.
auiem sciehanl, qui hause- ron así. Luego que ésle hubo
PUNTO SEGUNDO.—Considera lo que pasa en las bodas
r(<nl aquam, vocal sponsum gustado el agua convertida
do Caná como el Evangelio lo refiere. Los parientes, ó
W r l ñ l r i c l i m s , et dicit et; en v i n o , no sabiendo de
por lo menos los amigos particulares, convidan á la San-
Omnis homo primum bonum dónde venia esle. vino, por-
tísima Virgen á las bodas, y Jesús es también convidado
vinum ponif.et cum inebriali que solo los sirvientes eran
á ellas. Nunca se hallan el uno sin la otra. En vano se
fíiermí; tune id, quod dete- los que sabian bien que ha-
hubiera convidado á la Madre, si el Hijo no se hubiese h a -
»i«s est: Tu aulem scrvasli bían sacado agua, se dirigió
llado aüí. ¡Qué ilusión! ¡qué error! imaginarse, que es-
bonum vinum usque adlmc. al esposo y 1c dijo: Todos
tando en desgracia del Hijo, pueda tenerse devoción á l a
38 TKRGEU DOMhNGO
Madre. Estando en la mesa, la Santísima Virgen noló que pueda honrarle. No hay sociedad alguna erigida en honor
fallaba el vino, lo cual debía ocasionar gran confusión á de María, que no sea un antemural y un fuerte contra los
los que celebraban la boda. Esta Madre de misericordia, insultos del enemigo de la salvación ; un abrigo contra la
siempre atenta á las necesidades de aquellos qne la tie- corrupción del siglo, un asilo para los pecadores, una es-
nen consideración y amor, quiso escusarlea esta v e r g ü e n - cuela donde se aprende la ciencia de la salud, un arsenal
za suplicando á su Hijo amado que hiciese en favor suyo contra el vicio. Nada hay mas santo que estas cofradías
uno de los mas grandes milagros. No tuvo necesidad de aulorizadas por la sania Sede, bajo el titulo y la protec-
hacer un gran discurso para obligarle, bastó que le insi- ción especial de la Madre de Dios. ¿Puede dudarse que
nuase su voluntad, su deseo suplió al ruego. Se vuelve ella se interese por todos sus cofrades ? La del Rosario y
á Jesús que estaba á su lado, y le dice simplemente: «No la del Escapulario son de las mas célebres en la Iglesia, y
tienen vino.» Admiremos la atención y el cmpeíio benéfi- lo mismo que las demás congregaciones. Haceos alistar
co de la Santísima Virgen; nadie se dirige á ella ; m u - en las unas y en las otras; pero cuidad do cumplir todas
chos do los que celebraban la boda ignoraban aun el em- las obligaciones que imponen sus constituciones. Annme-
barazo que ocurría, y ¡a mayor parte nada saben de la raos en su congregación : ninguna sociedad mas propia
penuria en que se hallaban. No importa, la Santísima V i r - para interesar á la Sanlísima Virgen en todas vuestras ,
gen conoce la necesidad y se interesa por ellos por pura necesidades, ninguna escuela mas útil á los verdaderos
amistad; no se necesita mas para que pida á su hijo que siervos de María, con tal que seáis frecuentes en ella y quo
baga un milagro, para salvar la vergüenza que este acci- sigáis sus reglamentos.
áéttW iba á ocasionar á los recién casados; y sin decirles 2 A mas de las prácticas de devoción á la Santísima
nada, emplea todo su crédito con Jesús para hacerles un Virgen, que se bailan en todo el curso del Año Cristiano,
servicio tan importante. Dios mió ¡qué dichosos son aque- y de que no debéis nunca dispensaros, rezad todos los
llos por quienes la Santísima Virgen se interesa! La res- dias la oración siguiente, que tan eíicozmenlenos obliga á
puesta queda Jesús á su Madre es misteriosa: «¿Qué nos la Sanlísima Virgen á no negarnos su ausilio, y una p r o -
importa ni á tí ni á m í , mujer? Como si dijese: ¿Pensáis tección particular en todas nuestras necesidades. Esta es
que ignoro la necesidad en que se hallan aquellos por la oración que era tan familiar al célebre Claudio Bernard,
quienes os interesáis? ¿ó que no conozco el deseo que te- llamado comunmente el pobre sacerdote, y á la que este
neis de que yo haga un milagro para sacarles del apuro? sanio eclesiástico atribuía todos los favores que recibía del
pero vos sabéis que basta ahora no me he d a d o á conocer cielo, como se lee en la bisloría de su vida.
en nada, y que en todas las cosas no puedo obrar sino con- Acordaos, Virgen Sania, llena toda de bondad, quo
forme á la voluntad de mi Padre. Si no hubiese llegado jamás ha sucedido que ninguno de los que han recurrido
todavía el tiempo de hacer brillar mi gloria y de hacerme á vuestra poderosa protección, que han implorado vuestro
conocer, ¿querríais que yo lo adelantase? La Santísima ausilio, que han confiado en vuestra bondad y en vues-
Virgen no ignoraba el misterio; sabia que Dios habia de- tra benevolencia, haya nunca sido despedido. Lleno de la
terminado desde la eternidad, que el Salvador no haría misma confianza, recurro á v o s , Reina de las v í r g e -
eu primer milagro sino á ruego de su Madre. Esto es lo nes í y aunque soy pecador, me atrevo á presentarme
que la obligó, sin esperar otra respuesta, á llamar á los delante de vos, lamentando el recuerdo de mis mise-
que servían á la mesa y decirles: «Haced sin réplica lodo rias: Madre de Dios, no despreciéis mis humildes súplicas,
lo (pie Jesús os ordenare,» porque sabia bien que bastaba antes bien, sedme propicia, y dignaos escuchar mis votos.
haberle manifestado el deseo que tenia para obtener de él Así sea.
un milagro. En efecto, se hace, el milagro, y todos son Una dichosa esperiencia ha demostrado que es tan grata
tesligos de la omnipotencia del Hijo y del crédito casi o m - esla oración á la santísima Virgen, que nunca se hace sin
nipotente de la Madre. ¡Oh, dichosos aquellos por quienes fruto, con lal que so haga con devoción y confianza.
se interesa la Sanlísima Virgen! ¡dichosos aquellos que
tienen una devoción tierna á María! ¡dichosos los que la TERCER DOMINGO DESPUES DE LA EPIFANÍA,
sirven y la sirven con fervor y con fidelidad!
Haced, Señor, que yo sea de esíe n ú m e r o ; y la gracia Esle domingo nada tiene de particular que interese.
singular que os pido, Virgen Santa, el primer Uso, por de- Solo se sabe que en la antigüedad se le ha denominado de
cirlo así, que yo deseo que bagáis de vuestro crédito en diferentes modos. Domingo del Leproso, domi ngo del
favor mió, es que yo sea uno de vuestros mas fieles sier- Cenlurion, ó domingo después do la Cátedra de san Pe-
vos el resto de mis días. dro: las dos primeras denominaciones se tomaban del
J.\ax.vi'OiiiAS.—¡Uuó dicho-os son vuestros verdaderos asunto del Evangelio ; precedía de que esle domingo es
siervos, Virgen Sania, que están continuamente en vues- siempre el primero que sigue á la celebración de la[Cálc-
tra presencia! (3 Reg. 10.) dra de san Pedro en Roma, la cual está asignada al día l'S
Haced ver en todas mis necesidades que sois mi madre, de enero.
y haga yo ver también en todas ocasiones que soy uno de La misa de esledia comienza por estas hermosas pala-
vuestros hijos. íEcles.) bras del versículo octavo del salmo 96 : «Ángeles del Se-
ñor, adorad al Salvador y Juez soberano de los hombres
PROPÓSITOS. y vuestro. Sion ha salido fuera de sí de alegría al oír en-
salzar la gloria de su Rey. Las hijas de Judá han dado sal •
t Para que la Santísima Virgen se interese por noso- tos de regocijo, Señor, a! saber que debéis juzgar al uni-
tros, es noce-ario que nosotros nos interesemos por ella. verso.» Restablecido David cu áa '.roño se sirve del castigo
Interesémonos en :-u gloria, en su culto y en todo cuanto de sus enemigos para descubrir eu este salmo la fegunJu
DESPUES DE I A EPIFANIA. 39
venida de Jesuciisfo en el dia del juicio universal. El dureza de su corazón, causarle un vivo dolor de haber u l -
profeta convida á los ángeles á que adoren á esle hombre trajado á aquellas personas que le colman de bienes, for-
Dios. Manifiesta la alegría que ha lonidoSion i¡\ s a h e r c u á l zarle á amarlos como á pesar suyo. Por poco honor y r e -
es el poder de que un día ha de estar revestido su Rey. ligión que uno tenga, nada llena tanto de confusión á un
En tin, exhorta á los hombres á que huyan del mal, á Qn hombre como el verse colmado de beneficios por aquel a
de merecer con su inocencia la protección y las recom- quien acaba de cargar de injurias ó de hacerle d a ñ o .
pensas de su soberano Juez. Así es como interpretan los Contrasta estraordinaríamente el honor que le resulla al
santos Padres este salmo. «Adórate eum omnes angelí uno con la sinrazón del otro. El resplandor de la virtud
ejus:» Espíritus santos, ministros del Señor, adorad al so- del hombre cristiano patenliüa con mayor claridad la ma-
berano Dueño del universo, ya que no lo hacen los hom- lignidad y los vicios de un corazón ulcerado y de un es-
bres ingratos, los hombres vanos é impíos que le despre- píritu perverso. En fin, cpncluyo el Apóstol, no os dejéis
cian, hasta que él se h a g a á sí mismo justicia en el (lia vencer por el mal, antes bien tratad de vencer el mal por
terrible del juicio universal. Angeles del Señor, rendid el bien, ¡Cuánta gloria y cuánto mérilo hay en esta victo-
al Juez de toda la tierra las adoraciones y respetos dignos ria! Es uno vencido por el mal, cuando no teniendo forta-
de su majestad, ya que nosotros somos tan poco capaces leza para sufrir los ultrajes de un enemigo, ultrajándole
de rendirle los honores que merece. «Lailala est Sion:» cae en el mismo pecado con respecto á él, que el que él
Toda la Iglesia de que Sion es aquí la figura, triunfa llena habia cometido contra el otro. Vencer el mal por el bien
de contento; y las hijas de Judá , esto es, todas las almas es el efecto mas glorioso de la magnanimidad cristiana,
justas, las almas fieles, «exultaverunt,» dan á conocer su es la prueba mas auténtica de una virtud heroica.
aiogría cuando contemplan que en el gran dia de vuestras El Evangelio de este dia contiene la historia de la c u -
recompensas y de vuestras venganzas os haréis justicia á ración del leproso y la del criado del centurión que refiere
la faz de todo el universo recompens ando con una gloria san Mateo al capitulo 8. Uabiendo Jesús llamado á su com-
eterna á los que os han servido con fidelidad inviolable, pañía á san Pedro, san Andrés, Santiago y san Juan, r e -
y castigando con un suplicio eterno á los impíos que os corrió con ellos muchas ciudades, aldeas y lugares ense-
han despreciado tan descaradamente. nando y haciendo milagros en todas parles. Habiéndose
La Epístola de la misa de este dia es continuación á la retirado un dia á una montaña elevada, le siguió inmedia-
del domingo precedente: está tomada del mismo capílulo tamente un pueblo numeroso, al que sus milagros atraían
12 de la carta de san Pablo á los romanos. El apóstol con- en pos de él y que ansiaba por oirle. Entonces fué cuando
tinúa enseñándoles los principales deberes de la vida cris- hizo el gran sermón que puede considerarse como el com-
tiana. Como se habia introducido entre los fieles que ha- pendio de toda la doctrina del Salvador y como el resu-
bía en Roma no sé q u é espíritu de imperfección, en el que men de toda la moral cristiana. Habiendo bajado de esta
tenían mucha parte el amor propio y los celos, y que p o- montaña se le presentó un leproso; causaba horror el ver
ducia entre los fieles de esta Iglesia el que los unos se á este pobre enfermo; estaba cubierto de úlceras ó m a n -
prefiriesen á los otros ; los judíos á los gentiles, prelestan- chas deformes, á manera de escamas de pescado por todo
do que ellos habian sido escogidos por Dios para que fue- el cuerpo, ó mas bien todo su cuerpo no era mas que una
sen la nación privilegiada de la cual debía nacer el Me- úlcera. Estaba tan espantoso que no se atrevía á manifes-
s í a s ; y los gentiles á los judíos que habian sido tan ingra- tarse; así que se arrojó á los piés del Salvador, pegado el
tos y tan impíos que habian hecho morir en la cruz al Me- rostro á la tierra, le adoró humildemente, y abrazándole
sías tan esperado de ellos ; el Apóstol se esfuerza en ma- las rodillas, animado de una íé viva y lleno de una con-
chos parajes de esta carta en abatir la vanidad de los unos fianza firme: Señor, le dijo, yo sé que nada os es imposi-
y de los otros por la consideración de sus propias mise- ble, cstpy seguro que si queréis me podéis curar de mi
rias, y teniendo presente la misericordia de Dios á la lepra; mi salud, pues, está en vuestras manos. Vos estáis
cual solamente debía todo el bien que habia en ellos. Les lleno de misericordia, veis mi mal, y esto basta. Apenas
exhorta á que sofoquen enteramente el espíritu de nacio- hubo dicho esto, estendió Jesús la mano, le tocó y le dejó
nalidad tan opuesto al espíritu de Dios, el espíritu de par- tan limpio y tan sano como nunca lo habia estado, sin de-
tido que reina alguna vez entre las gentes que hacen pro- cir otra cosa mas que « y o lo quiero : queda curado.» Pero
fesión de piedad, y que no tien;le mas que á mantener la este Señor omnipotente que remedia las enfermedades del
división, debililar la caridad y fomentar el espíritu de ca- alma lo mismo que las del cuerpo, queriendo enseñarnos,
bala. San Pablo recomienda álod isla humildad; pero una dice san Ambrosio, la humildad, prohibe al leproso que
humildad sincera (pie consiste aó en un despecío osterior publique el milügro de su curación, y la prohicion que le
3' afectado de sí mismo, sino en un eonocímienfo interior hace va acompañada de amenazas. Hasta le despide con
de su bajeza y de su miser i a ; una humildad de corazón tal prontitud, que parece mas bien arrojarle de su presen-
qne ama la humillación sin querer hacer ostentación de cia que despedirle: Véle, le dice, y guárdale bien de ha-
Nte. Co.n^ la humildad de corazón es inseparable de la blar á nadie de todo esto; picséniale únicamente al p r í n -
dulzura, el sanio Apóstol la inspira á todos los fieles, ex- cipe de los sacerdotes, y ofrécele lo que la ley de Moisés
hortándoles á que perdonen de buena gana las injurias l e - manda que se le ofrezca, á fin de que no vuelvas á entrar
jos de prevenir la venganza que Dios mismo tomará de la en el comercio con las gentes sin su consenlimienlo, y que
ajusticia que se les pueda haber hecho, y á hacer bien á él y todos los sacerdotes sean testigos del acatamiculo que
«aquellos que nos hacen rnal; haciéndolo así, les dice, yo hago á la ley.
amontonáis carbones ardientes sobre su cabeza. Seguu san
La ley establecía á los sacerdotes jueces de esta enfer-
Gerónimo y san Agustín, amontonar carbones sobre la ca-
medad: á ellos les locaba declarar si los que se les pre-
beza de su enemigo, es a b l a n d a r á fuerza de beneficios la
scnlabau estaban locados de ella, ó si oslaban bien curados.
40 m C E R DOMINGO
Aquellos que eran reconocidos por sanos ofrecian inmedia- tienen límites. El Salvador, en efecto, les concedió mas de
tamente dos gorriones, y ocho días después ofrecían dos lo que p e d í a n : Yo mismo iré, les respondió, y c u r a r é al
corderos y una oveja; si eran pobres, un cordero y dos enfermo; y al momento se encaminó allá con ellos. Adver-
tórlolas, después de lo cual volvian á la sociedad. El sa- tido el ceiUuriou de que venia Jesús á su casa, salió al en-
cerdote Ies inlroducia en seguida en la ciudad, y después cuentro de este médico omnipotente, y habiéndole hecho
en el templo, donde ofrecian su presente, como estaba una profunda reverencia: Señor, le dijo, no os toméis la
mandado por la ley. pena de i r mas adelante, porque yo no merezco que e n -
Este hombre que debia su vida y su salud á Jesús, supo tréis en mi casa. Ni aun yo mismo me habia juzgado digno
muy bien distinguir las dos cosas que se le hablan dicho. de presentarme á vos en persona: estoy seguro de quo
En cuanto a la primera que le prohibía hablar de la c u - podéis, sin pasar adelante, decir una sola palabra, y no
ración, no la consideró de ningún modo como un precep- será necesario mas para curar á mi criado. Vos no recibís
to, sino solo como una lección ó como un ejemplo de h u - órdenes de ninguno; porque no hay nadie que sea superior
mildad, dice san Ambrosio; por esto luego que pudo pre- á vos. Es, pues, muy debido que toda la naturaleza os
sentarse en público, y que hubo concluido el tiempo de obedezca como á su Señor soberano, y yo no dude que no
su separación, conforme á la disposición de la ley, publicó hay enfermedad que no disipéis, diciendo una sola pala-
altamente todo loque habla pasado. Si bien que habién- bra ; porque yo que no tengo mas que una autoridad s u -
dose esparcido por todas partes la noticia, no se hablaba bordinada, me hago obedecer de mis inferiores á la me-
en todas mas que del milagro. La súplica de este leproso, nor señal de mi voluntad; con cuánta mas razón lo halla-
dice san Crisóslomo, indica la grandeza de su fé, su íirmo reis vos todo sumiso á vuestra sola palabra.
confianza y su perfecta resignación; es uno de los mas Este discurso agradó al Salvador, y no pudo ménos do
bellos modelos de oraciones que se ven en el Evangelio. dar señales de admiración. No porque la admiración que
Algunos creen que la prohibición que hizo el Salvador al demoslró procediese de ignorancia , de asombro ó do sor-
leproso de publicar su curación milagrosa, no debia en- presa, como en nosotros , puesto que él lo sabia todo, lo
tenderse sino antes que hubiese satisfecho á la ley que le preveía todo y nada podía serle nuevo; era mas bien un
obligaba á i r s e á presentar al sacerdote, y hacer su ofren- efecto de la estraordinaria satisfacción que le causó la fó
da á Dios en el templo antes de presentarse en p ú - de este oficial romano , y esto fué lo que le hizo decir á
blico. todos los que le seguían : En verdad que no he hallado
El milagro del leproso curado se había obrado á la puer- tanta fé en Israel, en ninguno de los que he favorecido
ta de Cafarnaum, ó muy cerca de la ciudad. Ilabiemlo mas, y que están mas obligados á creer y á confiar en
entrado Jesús en ella, encontró inmediatamente á los an- m í , debiendo sin duda ser tan firme vuestra fó como la
cianos y los mas calificados de los judíos, que vinieron á de este eslranjero. El Hijo de Dios hablaba de los que es-
rogarle de parte de un centurión que se dignase curar á taban presentes y de todo el pueblo judío. Siempre debe
un criado muy querido de este oficial que se hallaba pe- esceptuarsela Santísima Virgen, san Juan Bautista y los
ligrosamente enfermo. San Mateo para compendiar la nar- ;ipostóles, sin que esta escepcíon impida que la fé de este
ración nada dice de la mediación de los judíos, y lo cuenta eslranjero fuese capaz de confundir la incredulidad de
como si todo hubiese pasado solo entre el Salvador y el la nación judía. Por esto, anadió el Salvador, debéis
centurión. San Lucas, que circunstancia este hecho m a s á tener por cierto , y yo os lo predigo hoy, que muchos de
la larga, no dice que el mismo centurión haya venido, Oriente y Occidente tendrán lugar con Abraham, Isaac y
sino que únicamente había hecho suplicar á Jesús por me- Jacob en el reino de los ciclos; se sentarán con estos san-
dio de los mas notables de los judíos para que estos le tos patriarcas «ntre las delicias y regocijos de un festín
hablasen en su nombre, sirviéndose aun hasta de sus pro- perpetuo, mientras que los hijos de la casa que podían
pias palabras. No hay cosa mas común en la Eícrilura que aspirarlos primeros á este reino, como á una Jierencia
atribuir á alguno lo que ha hecho hacer ó decir por otro. que se Ies destinaba con preferencia á los demás , serán
Es verosímil que la primera súplica la hiciesen los ancia- desheredados y arrojados al abismo, donde.no verán
nos de los judíos en nombre del centurión, y que sabiendo j a m á s la luz. y en donde no tendrán mas que lágrimas y
este oficial que Jesús venia á su casa, se prcsenlase él crujir de dientes. Lo que el Hijo de Dios acababa de decir
mismo. indica bastante la vocación de lo? gentiles, los cuales por
su docilidad en recibir el Evangelio , merecieron sustituir
El centurión, que era un oficial romano de infantería
á los judíos y sacerdotes en todos sus derechos. Se sen-
que tenia á sus órdenes cien soldados, y que mandaba
tarán en el festín con Abraham, Isaac y Jacob, es decir
entonces en Cafarnaum, habiendo sabido que Jesús
que las promesas hechas á los antiguos patriarcas de una
estaba en la ciudad , quería ir en persona á verle y
tierra de delicias y de una felicidad eterna, so cumplirán
decirle: Sefíor, tengo un criado en mi casa, que está cruel-
en sus personas, mientras que los j u d í o s , vasallos natu-
mente atormentado de una parálisis que vos solo podéis
rales, por decirlo a s í , del reino del Mesías, no^se apro-
curar; mas los que habia elegido por intermedios, se en-
vecharán de ellas. Después de haberse ellos mismos es-
cargaron, según el uso del tiempo y del país, de llevar la
cluido de la Iglesia de Jesucristo y permanecido en la ce-
palabra en su nombre, y no contentos con esto añadieron
guera , serán arrojados para siempre de la sala del ban-
de so parte solicitaciones ejecutivas, diciendo al Salvador:
quete celestial, arrojados á las tinieblas esteiiores, y
Este hombre merece que le concedáis la gracia que os pide,
precipitados en las llamas del infierno. Este oráculo ter-
porque aunque es eslranjero ama á nuestra nación, y aun
rible habla también con los malos cristianos, que habiendo
nos ha hecho edificar una sinagoga.
sido llamados al festín misterioso, y aun habiendo entrado
No podían racionalmente concebir que serian mal r e c i - en la sala con lodos los convidados, no hubieren llevado
bidos de aquél cuya bondad, no méuos que su poder, no
DESPÜRS Dlí LA EPIFANIA. i!
la ropa do boda, eslo es , hubieren perdido la inocencia, Dejadla calmar. DejatV que se soriegue,-ya- que seáis el
y niuerlo en pecado. objeto de ella, Como, lo cnlieude san Ambrosio^ ya en el
Hasta aquí el Salvador solo habia alabado la fó heroica sugeío de quien se apodera, ciuno lo esplica san Agustín.
del c e n t u r i ó n ; pero no habia respondido á la súplica de San Crisóslomo lo entiende de la cólera de Dios. Dad. l u -
este nuevo fiel, ni á los que liabian pedido de su parte. gar á la cólera de Dios, dice, no la p r e v e n g á i s ; dejadle
No se alrevian, sin embargo, á urgirle sobre la curación el tiempo y el cuidado de vengaros; él sabrá haceros
solicitada, ya por un g é n e r o de respeto, ya porque sa- justicia.
bían bien, que cuando quisiese y en cualquier lugar que
estuviese presente 6 ausente, c u r á b a l e s enfermos. Por REFLEXIONES.
fin , dirigiéndose al centurión: Vé, le dice, yo quiero que «No seáis prudentes á vuestros propios ojos.» La de-
se cumpla tu deseo, y que esta sea la recompensa de tu masiada buena opinión que uno forma de sí mismo, es la
f é ; y en la misma hora el enfermo quedó perfectamente que causa la hinchazón del corazón, por la cual el hombre
curado de su parálisis. Esta maravilla no obró solo la c u - se infla, y encarece sus ideas. Do aquí la diversidad de
ración del cuerpo; lodos los que fueron testigos se llena- pareceres, las divisiones en la Iglesia y en el Estado; de
ron de admiración , y la mayor parte creyeron en el Sal- aquí los zelos y otras cien pasiones que desgarran el co-
vador, embelesados y persuadidos de la eficacia de su razón, y ocasionan tantas turbulencias. No hallaremos
palabra. nuestro reposo mas que en la humildad. La paz no reina
mas que en las almas humildes. Para convenirse en los
La oración de la Misa del dia es como signe: sentimientos es preciso muchas veces ceder á las luces do
Omnipolcns sempiterne Dios omnipolente y eter- los otros, y eslo es lo que no puedo esperarse délos que
Deus, infirmilalem noslram no, mirad nueslia flaqueza son sabios á sus propios ojos. Ninguna cosa demuestra
p r o p i t i m réspice: atque ad con ojos favorables, y es- mejor la sublime perfección de la ley cristiana, que la
proiegendum nos dexieram tended la mano poderosa de obligación que impone de volver bien por mal. Entonces
tufp majestatis exlcnde. Per vuestra Majestad para favo- merecemos doblo corona por el mal que sufrimos con p a -
Dominum nostrum. recernos. Por nuestro Seflor ciencia, y por el bien que la caridad nos impele á hacer á
Jesucristo, etc. los que nos han hecho el mal. So ha dicho, aun en e! len-
guaje del mundo, que no hay venganza mas heroica que
La Epístola es tomada de la carta de san Pallo á los Roma- la que alormenla á la envidia á fuerza de hacer bien; aun
nos, cap. 1%. mejor puedo decirse que no hay herismo mas real, que
Fratres, nolite esse p r n - Hermanos mios, no seáis el volver bien por mal, según el espíritu del crislianis-
Nenies apudvosmetipsos:Nul- prudentes á vuestros pro- mo. La venganza tiene cierto carácter de bajeza, es
U m a h m pro maloreddentes: piosojos: no volváis á na- una pasión común al hombre y á los animales mas
providentes bona non tanlum die mal por mal. Portaos de feroces. Ninguna cosa hay tan grande como el perdo-
coi'am Dco, sed etiam coram modo que vuestras acciones nar las injurias; pero no hay virtud ninguna que en
ómnibus hominibus. Si fteri sean buenas no solo delante cierto modo nos acerque tanto al mismo Dios, como el
poiest, quod ex vobis w t , cum de Dios, sino delante de to- hacer siempre bien á aquellos mismos que nos desean y
ómnibus hominibus pacem ha dos los hombres; viviendo nos hacen siempre mal. Obrad de modo, dice el Apóstol,
benies: ATon vosmetipsos de- en paz con lodo el mundo, que vuestras acciones sean buenas, no solo delante de Dios,
fundentes, charissimi, seddate si eslo es posible, y en cuan- sino delante de todos los hombres. La caridad que nos obli-
locumircp. Srriptimestenim: lo dependa de vosotros. No ga á edificar al prójimo, no es contraria á la humildad que
Mihivindicta: ego relribuam, os venguéis vosotros mis nos inclina á ocultar nuestras virtudes. La humildad con-
dicit Dominus. Sed si esurierit rnos, sino dejad pasar la c ó - siste entonces, nó en evitar lo que nos atrae la gloria, sino
mmicus ÍUMS, ciba i ü u m : si lera. Porque está escrito: A en no buscarla. No siempre podemos mantener la paz con
slltt,potum da i l t i : hoz enim mí es á quien pertenece la los hombres; pe/o por lo menos debemos siempre procu-
/«ctens, carbones ignis conge- venganza : yo lomaré satis rar que no se comience por nosotros la guerra y la d i v i -
re* super caput ejus. Noli facción, dice el Señor. Al sión. Teniendo que vivir con personas de diferente humor,
f i a « malo, sed vince i n bo- contrario, si vuestro eiicnii- que tienen pasiones diferentes, tan vivas y tan fáciles de
0r)ialum. go está oprimido del ham- irritar, considerémonos como quien está rodeado de ene-
bre, dadle de comer; si está migos dormidos á quienes no se puede despenar sin peli-
abrasado por la sed, dadle gro. A mí, dice el Sefior, es á quien pertenece ta vengan-
de beber; porque haciendo za. ¿Cómo, pues, según oslo, se atreverá ninguno á lomarla
esto amontonareis carbones por sí mismo? Esto seria desconfiar de la justicia de mies-
encendidos sobre su cabeza | tro Dios, queso ha encargado de hacerlo. Este derecho no
Guardaos de ser vencidos pertenece mas que á Dios, soberano juez, el único que no
por el mal, ánles bien t r a - puede ser seducido, ni por la pa -ion, ni por el interés.
tad de vencer el mal por el
E l Evangelio de la misa es del cap. S de san Maleo.
Se h ','(>n'
/>.-i>.io a í''c'10 J'11 que este duodécimo capítulo de la Inillotempore: Cumdes- En aquel tiempo: Como
' « ( l a qiu» c.in i) i . '
psttaéj r8wo escribió a los romanos presenta un ccndissel Jesús de monte, se- Jesús bajase de la montana,
na N 1101 'naravi"oso de los preceptos de la moral cristia- cutaisnnteum turba; multa': le siguió una muchedumbre
estas OS]C(.'ntcnlaremos con hacer aquí algunas notas sofefe ct ecce leprosus veniens, ado- de gentes. Al mismo tiempo
• Palabras: «Dale locum ir;e: » Dejad pasar la a ú n : < . rabat cum, dicens: Domine, se llegó á él un leproso y le
TOMO i T . " 6
42 TERCKR DOMINGO
sicis,poieiil me mundare. lit adoró diciendü: Seflor, si se haga tan vivamente dueño del corazón de Dios. Se d i *
exiendens Jesus manum, k i i ~ q u e r é i s , podéis linipianne. ria que el Sefior no puede negar nada á la confianza. «To-
g i l eum, dicens : Voló. M u n - Y eslendiendo Jesus la mano do es posible para el que cree (Marc. 9}», y que tiene una
dare. E l confestim muná tla b locó y dijo: Quiero, verdadera confianza en Dios. Tu confianza le ha salvado,
en lepra ejus. Et ait ü ü Je- queda limpio; y en el 1 1 1 0 - dijo el Salvador al ciego que estaba sentado en el camino
sus: Vide, nemini d i x e m ; inonto quedó limpio de su cerca de Jerícó. La palabra fé en todos estos parajes de la
sed vade, ostende te sacerdoú, lepra. En seguida le dijo Je- Escritura significa lanío la confianza como la fé; y á la ver-
el offer mwnus, quod precce- sús : Guárdate de decir eslo dad cuasi no es posible que haya fé, donde no hay confian-
p i l iíoyses i n teslimonium á nadie, sino vé y muéstrate za. Parece que Jesucristo no exigia de todos aquellosencu-
itlis. Cum aiUem introisset al sacerdote, y para p r u e U yo favor queria hacer algua milagro, mas que esta virtud;
Capharmum, arcessit ad eum de que estás sano, ofrece el porque ella es la mas propia disposición para todas las
cenlurio, rogans eum et d i - presente ordenado por M o i - gracias. <r¿No os he dicho ,« responde el Salvador á los
cens: Domine, puer meusja- sés. Uabiendo entrado J e s ú s , que dudaban si podría resucitar á Lázaro después de cua-
cel i n domo paraltjlicus. et después de obrado este pro- tro dias de enterrado, « n o o s he dicho que si c r e é i s , v e -
mole lorquetur; E l ail i l l i Je- digio, en Cafarnauin, se lo réis á Dios glorificado? (Joan 11.) «Vé , dice el Salvador
sus: Ego veniam, et cumbo acercó un centuriou y le r o - al centurión de nuestro Evangelio , vé, y suceda como lo
eum. Elrespondcns cenlurio, gó en estos ¡erniinos: Señor has creido. « ¿ C r e é i s , dijo Jesucristo á los ciegos, tenéis
. . . ' confianza de que yo puedo hacer lo que deseáis? (Mal. 9.)
a i l : Domine, non sum dignus
tengo un criado en mi casa
ut intres suh teclum meum; Todo lo que pidiereis con confianza en la o r a c i ó n , lo
que está en el lecho p a r a l í -
sed tantum dic verbo, el sa- obtendréis.» Tened una confianza firme y de ningún m o -
tico, y sufre gravísimos do-
nabilur puer meus. Nam el do vacilante , y « estad seguros , que no pediréis nada
lores. Dijole .lesns: Yo iré,
ego homo sum sub poleslate que no obtengáis. (Mal. 21.) No lemas, dijo el Salvador
y le c u r a r é ; á lo cual res-
conslitulus, habens sub me al gefe de la sinagoga que venia á pedirle la curación de su
pondió el cenlui i o n : Sefior,
milites, el dicohuic: Vade, hija, no lemas, ten confianza en mf, y lu hija no morirá.
yo no merezco que entréis
et i'adil;et a l i i : Vcni, el ve- (Luc. 8, )» Esta confianza en Dios ha sido Ha principal
en m casa, mas decid sola-
•nit; et servo meo: Fachoc, et virtud de lodos los santos de la antigua ley. «Yo confio fir-
mente una palabra , y mi
fácil. Audiens autem Jesus, memente ,» decia David , «que el Sefior que me ha l i -
criado quedará curado. Por-
miralus est, et sequentibus se brado tantas veces del furor de los kones y de los osos,
que yo que soy un oficial
d i v i l : Amen dico vobis, non me librará de las manos de este filisteo. (Rcg. 17.) «Node-
subalterno, que tengo solda-
invmt tantam fid^m in Israel. bemos eslrafiar que esta virtud sea tan ordinaria en lodos
dos á mis ó r d e n e s , digo al
Dico autem vobis, quod mullí los santos, puesto que sin ella todas las demás virtudes
uno; vé, y va; al otro: ven, y
ab Oriente el Occidente ve- son defectuosas. Ni tampoco debe sorprendernos ,el que
viene; y á mi criado: Laz
nienl, el recumhenl cum Abra- agrade lanío á Dios , puesto que no hay virtud , por de-
esto, y lo hace. Al oir Jesus
ham, el Isaac, et Jacob i n cirlo a s í , que le haga mas honor. Ninguna que ofrezca
este discurso manifestó a d -
regno caelorum: filü autem una idea mas justa de su poder infinito, de su bondad sin
miración, y dijo á los que le
regni ejkicntur in tenebras limites, de su misericordia inagotable con todos los pe-
s e g u í a n : En verdad os digo
exteriores: ibi eril flelus, et que no he hallado tanta fé cadores. ¡ Q u é desgracia carecer de una virtud tan útil y
slridor dentium. Et dixit Je- en Israel; pero también os tan necesaria!
sus centurioni. Vade, et sic digo que muchos vendrán PUNTO SEGUNDO.—Considera que la confianza en Dios
ut credidisli, fíat l i b i . E l sa-% del Oriente y del Occidente obliga, pordecirlo así, al Sefior, á oir nuestros votos, y á
natus esl puerin illa hora. y serán colocados en el fes- derramar sobre nosotros los tesoros de su misericordia por
tin con Abraham, Isaac y indignos que seamos de ellos. Así es que los derrama con
Jacob en el reino de los c i c - tanla abundancia sobre aquellas almas fieles que ponenen
los, al tiempo que los hijos él toda su confianza. Aun parece que Dios nada desea lan-
del reino serán arrojados ío como persuadir esta consolante verdad á todos sus h i -
fuera á las tinieblas eslerio- jos. Se puede decir que acaso no hay nada mejor marcado,
res, en las que llorarán y ni mas veces repetido en la Escrilura. «Yo he esperado
crujirán los dientes sin r e - siempre en vos,» dice David, «y esloy segurodeno haber
medio. Después dijo Jesus nunca esperado en veno. (Psalm. 30.)» «Eos que temen al
al cenluiion: Vé, y suceda Señor,» dice en otra parte, «y esperan en su bondad, es-
como lo has creido. Y en tán segnrosen todas partes. (Psalm. 32.)» Guslad al Señor,
aquella misma hora quedó y ved si en el tiempo de nuestras penas hay alguna cosa
el criado sano. que sea semejante á las dulzuras que en él se encuentran.
«Dichoso el hombre que pone loda su confianza en Dios.
MEDITACION. (Psalm. 33.)» «El Señor no dejará que sucurabaningunode
los que esperan en él. «No hay uno de cuantos ponen su
Sobre la confianza en Dios.
poniiánza eii Dios que no sea feliz. (Psalm. 2.)» «Los que
PINTO PlUMEUO—Considera que la conflauza en Dios confian en el Señor, serán tan inmobles como la montaña
comprende una fé viva y una esperanza fu mo en su m i - deSion. (Psalm. 124.)» «Aquel, dice el Sabio, que pone
sericordia. De-modo (pie la fé, ia esperanza y la caridad su confianza en Dios, nada tiene quu t e m e r . » (Eecl.32>
son inseparables de la confianza; no debe por tanto sor- «Nó. Señor , esdama el profeta Daniel, no se se e n -
prendernos que la confianza en Dios sea tan eficaz, y que gaña uno j a m á s en su esperanzacuando pone su confianza
DESPÜKS D E L A E H F A Í M A .
en vos. {Ühn. 3.)» «Toda mi Miciil.-ul consigo,» dicpD.-i- baleros ofendido; pero haced i¡i:emi ctniricion sea siem-
vi(l, « e n ponoren Dios toda nú confianza, (l'salii). 71.]» pre mas perfecta.
W Señor se halla siempre cérea de los que le invocan pa-
ra consolarlos; pero de los «que le invocan con una verda- CUARTO DOMINGO DESPUES DE LA EPIFANIA.
dera confianza en su bondad. (Tsaím. t í 4 . ) » Todos los Como el dia de Pascua es el que determina el número
Salmos de David, todos los escritos de los Profetas, toda de los domingos después de la Epifanía, y después de Pen-
Escritura santa está llena de exhortaciones á lodos los tecostés ; ¡os que hay después de la Eíjifanía, y cuyo c u r -
fieles, para persuadirles que pongan toda su confianza en so interrumpe la Septuagésima , se trasladan para llenar
Dios, y asegurarles que ella es omnipotente y siempreeíi- los que quedan vados hasta el Adviento, y que esceden el
caz. ¡Buen Dios, qué medio mas corto ni mas lácill Noso- número de los veinte y cuatro después de Pentecostés, La
tros nos quejamos de que no somos oidos; qnejémonos de movilidad , por decirlo así, de estos domingos lia hecho
que nos falta la coníianza. que no so les baya designado o d io propio para la misa
En efecto, Sefior, vos no tendréis ya motivo para darme del dia, y en esto consiste que el introito ó principio de la
una queja semejante, porque yo espero con el ausilio de misa del tercero , cuarto, quinto y sexto domingo
vuestra gracia, (pie mi coníianza en vos será de h o y e n después de la Epifanía, es el mismo. Está lomado del oc-
adelante tan perfecta, que os obligará á asistirme en todas tavo, versículo del salmo 96, como queda dieboen el do-
mis necesidades, y á ccncedermc todo lo que os pidiere mingo precedente ; solo son propios de este domingo la
para mi salvación. Epístola y el Evangelio.
JACULATOHUS.—En vos, Señor, he puesto toda mi con- Angeles del Sefior, adorad al Juez soberano de los hoüi-
fianza: estoy seguro que no he esperado nunca en vano. b r e s y de los ángeles ; Sion ha salido fuera de sí de re-

(Psalm.70.) gocijo al oir contar la gloria de su Rey ; y las hijas de Ja-


He puesto mi confianza en el Señor; ¿por qué me decís da ban dado. Señor , saltos do alegría , al saber que v n s
que huja á la monlüña? (Psalm. 10.) deiieis juzgar el universo. El Süñor es e! Rey de todo el
universo ; manifiesten su contento y hagan brillar su ale-
PROPÓSITOS. gría todos los habitantes del continente , > todas las s
1 El sefior nonos pide, por decirlo así, para asistirnos del mar. Se ha dicho ya que los sanios Padres interpre-
fu nuestras necesidades, y para colmamos de sus gracias, tan y esplican este salmo de la primera y d é l a segimda
mas que el que tengamos una entera coníianza en su bon- venida de Jesucristo , de 811 reino cu ¡a Iglesia , y de la
dad. ¡Oué sentimiento [ or toda una eternidad para un r c - vocación de los gentiles. El mismo san Pablo determina
P'obo, él no haber (enido esla confianzal Si los príncipes este sentido cu la Epislola á ¡os hebreos , donde cita las
no pidiesen á sus clientes mas que la copfiauza para dis- palabras de este salmo , hablando del Yerbo hecbo hom-
pensarles sus favores'^e hallarían muchos vasallos ó ccr- bre. Y cuando Dios haga entrar segunda vez en el mundo
tosan )s que no la tuviesen? ¿y tendremos siempre nosotros á su Hijo primogénito, dice : «que le adoren todos los á n -
necesidad do estos paralelos odiosos, de estas comparacio- geles de Dios.» Es biea claro, que por esta segunda cn'rada
nes tan desproporcionadas para Laceims conocer nuestra del IL'jo de Dios en el mundo, quiere hablar oí Apóstol de
sin razón, y cuán injusía es nuestra conduela con Dios? la segunda venida del Salvador , como juez soberano de
Eogosos por nuestros propios intereses, cuando se traía de los vivos y de los muertos. San Pablo le llama Primogé-
los bienes perecederos, que nunca tenemos nías que en nito del Padre, no porque Jesucrisío tenga o'ros bernumos
depósito, no omitimos ninguno de cuantos medios son ne- de la misma naturaleza, ó que Dios haya engendrado oíros
c«sarií)s para conseguirlos. ¿Dejaríamos detener coníian- de su sustancia después do él. Este término,'«primogéni-
za, si supiéramos que ella fuese ahsolnlumenie necesaria to,» solo señala su grandeza sobreeminente , su genera-
para hacer eficaces nuestras demandas? ¿En q u é consisle ción eterna, y su superioridad infimía sobre los ángeles y
1'ienos falta ordinariamente con respecto n Dios? Procurad, los hombres , á los cuales da alguna vez la Escritura el
Pues, el no teneros que reprender de es!o; es esla una \ i r - nombre de hijos de Dios, pero en un sentido muy dife-
bid que Dios quiere que tengáis; pedidla, y estad seguios rente. Se prueba que se trata aquí de la segunda veiúda
^no os la concederá. Decidle mnclias veces: Yo creo, Se- en calidad de juez,, por la palabra del texto : «Cuando lo
f'Or, que nie concederéis la gracia que os pido, y que au- haga entrar segunda vez ; » lo cual hace relación á una
mentareisla confianza que tengo en vuestra bondad. primera entrada que ha precedido, y porque el sabno
^ Antes do todas vueslriis oracioües, eseilaos á esla de donde se ha sacado este versículo parece dirigirse h-do
Ir,isma confianza, mirándola como una disposición esencial entero á la segimda venida. Hay sin embargo mndios
P»fa ser oidos. No olvidéis el escitarla igualmente en to- Padres, entre otros san Crisóstomo y san Cirilo de Alejan-
as vuestras necesidades, al recurrir á Diosen cien acon- dría, que por ¡a primera introducción del Hijo de Dios,
^C|mientos pesados de la vida, en (pie necesitáis siempre entienden su generación eterna,, y por la segunda, su en-
e nn ausilio particular. Reanimad la confianza que te- carna! ion ó su nacimienío temporal.
leis vosotros, inspirando á los demás osla virtud tan nc- La Epístola de este dia es continuación de la 'Epístola
' l>'irin. Kn las ocasiones que se ofrezcan, dad pruebas de del domingo precedente. Está también tomada del c a p í -
*BBSlríi fé. Todos los dias puede decirse con muclio fruto tulo IBcdfe la carta que san Pablo escribió á los fieles de
• "''ación siguienic: Creo en vos, Señor; pero haced que Roma. Exhorta á los inferiores h obedecer á sus superio-
¿ sea siempre mas viva, y mi coníianza siempre mas res, hasta por un principio de conciencia , lo que prueba
J 'oe. Esperoen vos. Señor; pero baced (pie mi esperanza que no se puede desobedecer á las potestades legítimas
nJ ',€rt*PW mas segura. Os amo, Señor; pero haced que ' en materia grave sin pecado morlal. Exhorta á los líeles a
"mor sea siempre mas ai diente. Estoy pesare .o de dar á c a d a uno lo que le es debido. Habla en seguida del
4i CUAilTO DOMINGO
amor dol prójinn, al c m l se refiere toda la ley. Somoleos, indispensable ; el cual es el de que améis á vuestro próji-
oosolo por miedy dol castigo, sino también por dober de con- mo , como os amáis á vosotros mismos. El amor, pues,
ciencia. Que es como si dijera : obedeciendo BSipríormeo- que cada uno se tiene á sí mismo debe ser la medida y
te á los hombres, evitáis por parte de ellos la pena de la el modelo del amor que debemos tener al prójimo ; c u i -
desobediencia ; pero obedeciéndolos por solo este temor, dando hasta de apartar y aun de prevenir todo lo que
no evitáis el castigo do parto de Dios que ve el corazón, y pueda dafíarle; y procurando con todo ardor y con todo
atieníie ai motivo y á la disposición interior. Poco importa empefio el hacerle bien. ¿ De este principio puede con-
eludir la venganza de los hombres ; lo qnc es horrible es cluirse que haya muchos que amen verdaderamente al
el caer en las manos do Dios vivo. Dad, pues, á c a d a uno, prójimo? ¿ l e amamos nosotros, como nos amamos á noso-
continúa el Apóstol , lo que debéis ; el tributo á quien es tros mismos? Sin embargo este es el espíritu del precepto,
debida el tributo; ios impuestos a quien se deben los la prueba y la medida es este amor.
impuestos ; el temor al que se debe el temor; el h o n o r á El Evangelio que se lee en la misa de este día está to-
quien corresponde el honor. De este modo la ley cristiana mado del capítulo octavo de san Mateo , en el que el his-
a ü r m a y eleva al mismo tiempo los deberes de la vida toriador sagrado refiere la tempestad que se levantó r e -
civil, por los santos ünes con que los manda practicar. pentinamente en el mar de Galilea , mientras que el Sal-
K! tributo es propiamente lo que los príncipes cobran do vador dormia en una barca de pescadores, y que el mis-
gus vasallos á proporción do sus bienes, ó por capitación. mo apaciguó inmediatamente que se buho despertado.
El impuesto lo que so cobra por las mercancías que entran Yiéndosc un dia Jesús rodeado de una gran multitud de
ó por las que salen en un país. Pero , según los interpre- pueblo sobre la ribera del mar de Galilea (estaba en el
tes, por estas dos palabras deben emontiersc generalniea- segundo año de su predicación) entró en una barca , y
le toda suerte de tributos, de contribuciones y de cargas, mandó á sus discípulos que la pasasen al otro lado del l a -
que los principes y sefiores tienen derecho de exigir de g o ; y asilo hicieron. Era el mar de Galilea un gran lago
sus inferiores. «Tratad de no deber nada á nadie masque que tenia cerca de ocho leguas de largo , y tres ó cuatr o
la caridad m u t u a . » Quiere decir con esto el apóstol, quo de ancho; de modo que cuando se enredaba el viento, se
d e s p u é s de haber satisfecbo todas las deudas temporales agitaba eslraordinariamente el agua, hasta sumergir a l -
con respecto al prójimo, res'a todavía una de la que no gunas veces los barcos de que se servían para pescar en
se descarga uno en toda la vida , y esta es el tamor del el lago, y para pasar de una orilla á la otra. San Mateo
prójimo. Los deberes do la caridad que hayan podido dice que algunas otras barcas se juntaron á la en que es-
cumplirse con él en el tiempo pasado, no dispensan de la taba Je^us para hacerle compañía. Los verdaderos discí-
obligación de prestarle continuamente otros nuevos. Como pulos de Jesucristo no temen ni las fatigas ni los peligros
la caridad con el prójimo está fundada sobre el amor que cuando se trata do seguirle; los mares mismos no ponen
debemos tener á Dios, y el segundo precepto es semejan- coto á su zelo. Cuando se hallaban ya bastante internados
te al primero, la ley es tan indispensable como universal en este gran lago, se levantó una tempestad tan furiosa
y la ingratitud no dispensa de este deber. Que mi próji- que e n t r á n d o l a s olas con impetuosidad en la barca , es-
mo sea vicioso, que sea maligno , yo debo aborrecer sus taba toda llena , y do tal modo oprimida por el agua que
defectos, pero amar su persona. «I,a caridad , » dice el parecía que iba á perecer á cada momento.
apóstol san Pedro, «cubre la multitud de los pecados Jesús, sin embargo, no olvida á sus amados discípulos;
( I . Petr. i ), » y basta los hace desaparecer de la vista de pero esperaba al último apuro para socorrerlos , querien-
las almas cristianas: cuando se ama v e r d a d e r a m e n t e á do al mismo tiempo probar su fé y su conüanza. Estaba
Dios , no se perciben los defectos que tienen los d e m á s , entonces en la popa , donde dormia tranquilamente, apo-
no se hace alto mas que á los que uno mismo tiene. El que yada la cabeza sobre un pedazo de madero que servia de
ama á su prójimo ha cumplido con la l e y , continúa el almobada. Reposaba allí en medio de la tormenta, como
apóstol. El que ama á s u prójimo no puede dejar de c u m - si estuviese en calma y lejos del peligro. Jesús duermo
plir todo lo que la ley le manda con respecto á su prójimo. en lo mas fuerte de la tempestad. Así era como formaba á
Da ol apóstol la r a z ó n , diciendo que los demás preceptos sus discípulos para la vida apostólica , enseñándoles cuál
del decálogo que miran al prójimo , se reducen á p r o h i - debía ser la situación de su corazón en medio de los peli-
bir el dañarle en nada. Ahora bien : el amor del prójimo gros y de las persecuciones que les esperaban, y que en
impide el bacer cosa ninguna que pueda d a ñ a r l e : así es, lo sucesivo debían esponer su confianza y su fé á las mas
que toda la plenitud de la ley con respecto al prójimo duras pruebas.
consiste en el amor que se le tiene. «Toda la plenitud de La barca cubierta de las olas , dicen los Padres, de-
la ley consiste en el a m o r ; » es decir, que la caridad que signaba la iglesia , en el tiempo de las persecuciones, s i -
se tiene con el prójimo es la consumación, la perfecta ob- tuada en medio del mar borrascoso del mundo, espuesla
servancia de la ley con respecto á los deberes que nos l i - á mil tentaciones y tempestades violentas. Jesús está en
gan con los hombres. Ella nos prohibe el hacerles ningún la barca , no la deja , pero duerme ; aun se diría que i g -
agravio; no basta; ella nos conduce á hacerles toda suel- nora el peligro; sin embargo sabe el estado en que se ha-
te de bienes; por esto se puede decir, con san Gregorio lla. No tomamos nada, él sabrá despertarse á tiempo pa-
el Grande , que todos los preceptos de la ley no tienen ra socorrerla. ¡Qué borrascas, q u é tempestades no ha es-
por objeto mas que la caridad .{llom. 27 i n Evavg. ] Ama- citado esa nube de herejes y de cismáticos! Mil veces so
r á s á tu Dios con lodo tu corazón, dice el Salvador , con ha visto oprimida do las olas , do modo que parecía que
toda tu alma , con todo tu entendimiento, y con todas tus iba á sumergirse , cuando despertándose Jesucristo, por
bierzas: este es el mayor y el primer mandamiento; p e - decirlo a s í , á los clamores de los verdaderos fieles , que á
ro hay otro segundo semejante al primero , esto es , tan ejemplo de los discípulos de nuestro Evangelio no han ce-
DESPUES D E L A E P I F A N I A . 45
sndo de clamar en lodos tiempos : S e ñ o r , somos perdi- perimUs constitutos, p r o h u - siendo tan flacos no pode-
dos, si vos no nos s a l v á i s : la Iglesia ha vi-to perecer á mana m s fragilüatcnon jsos- mos subsistir Mi medio de
todos sus enemigos por la tempestad que ellos mismos se subsistiré: da nobis salu- tantos peligros como nos
liahian escitado. Los fuegos del horno han consumido á tem mentis clcorporis,ut ea, cercan; concedednos la salud
los que los habian encendido , y cuando todo parecía de- quop p r o p m a t i s r m l r i s p a l i - del alma y del cuerpo á fin
sesperado, ha visto la Iglesia nacerla calma. Puede decir- vmr, leadjuvanle vincamus. de que sobrepujemos, con
se que la historia del milagro que refiere el Evangelio de Per Dominum n o s t n m . . . vuestra asistencia , los m a -
liste d i a , os la imágen ó el compendio del que Jesucristo les que sufrimos por nues-
hiice todos los días en favor de la Iglesia. Los cristianos tros pecados. Por nuestro
cuasi de continuo se ven combatidos d é l a tentación, como Señor Jesucristo, etc.
un naviolo está de la tempestad, y este es principalmente
el tiempo de llamar á Jesús en nuestro austlio, y decirle; La Epístola es del capitulo i 3 de la carta de san P a t í o ÍÍ
Señor, salvadnos, porque si n o , somos perdidos. Volva- los Romanos.
mos A nuestro Evangelio. Fra(res:Nemini quidqnnm Hermanos mios : Cuidad
Espiritados los discípulos , se llegan á J e s ú s , y le des- debeatis, nisi ut invicem áili- de no deber nada á nadie,
piertan , diciéudole : Señor , apresuraos á socorrernos; gatis:quienim d ü i g i t p r o x i - masque una caridad m u -
¿ q u e r é i s que perezcamos? Salvadnos pronto, porque si ÍJ.'ÍO)) , legem imjdeiit. Nam.: l ú a ; porque el que ama á
no , somos perdidos. El Señor que queria que le rogasen, Nonadullerabis: Nonocddes: su prójimo ha cumplido la
les responde con un aire dulce y sereno, que demostra- Non furaberis : Non falsum ley. En efecto , no comete-
ba bien que ej sueño natural, pero voluntario, no le ha- leslimomum dices: Non con- r á s aduiturio , no harás ho-
bla {pillado de la vista el peligro, que habla resuello ba- cupisces; ct si quod est aliud micidio, no robarás nada,
cer que cesase por medio de un insigne milagro: ¿ Qué mandatum, i n hoc verbo ñ i s - no levantarás falso testimo-
t e m é i s , ó dónde está vuestra f é ? Por poca que tuvieseis, tauralur: Diliges proximum nio , no codiciarás cosa a l -
mientras eslais conmigo ¿ q u é tenéis que temer? No con- tüum sicul teipsum. Dilertio guna , y cualquiera oíro
dena aquí Jesús ia súplica de sus discípulos , sino su po- proximimalumnonoperalur mandamienlo que sea, so
ca tírmeza y confianza. Las tentaciones, las persecuciones, Plenitudo crjo legis esí d i - contiene todo en esta pala-
los diversos accklenles de la vida, paeden rodearnos, a g i - lectio. b r a : Amarás á tu prójimo
tarnos; pero el Salvador no tiene masque hablar para d i - como á tí mismo. El amor
sipar la tempestad. Si no lo ha hecho siempre tan pronto del prójimo no deja de obrar
como querríais , lo hace siempre al tiempo que nos con- nada que pueda dafiaile.
viene, cuando no ponemos obstáculos á ello. Parece que Asi, toda la plenitud de la
el Señor duermo cuando deja á sus elegidos, á sus ama- ley consiste en el amor.
dos discípulos , á su Iglesia misma en la tribulación y en El Apóstol acababa de exhortar á los líeles de Roma á
las adversidades ; pero su paciencia, que nosotros toma- que obedeciesen á los príncipes de la tierra, á pagarles el
mos con frecuencia por un sueño, no es involuntaria: Dios tributo, y á dar no s o l o á las potestades , sino también á
no permite las adversidades , los accidentes funestos, s i - toda especie de personas , todo lo que les es debido ; por
no para su gloria y para nuestra salvación. En efecto , no tanto concluye por estas palabras: Cuidad de no deber á
bien hubo el Salvador dado esta pequeña reprensión á sus
nadie, mas que una caridad mutua.
discípulos, la cual era una lección para nosotros , cuan-
do se levantó, habló como Señor al viento y á las olas ,
REFLEXIONES.
les mandó que se apaciguasen y en la misma hora calmó
ta* aguas é hizo cesar la tempestad. Entonces fué cuando
«Cuidad de no deber nada á nadie, mas que una cari-
el temor del naufragio y de la muerte se cambió en ad-
dad mutua.» La caridad es una deuda inestinguible , que
miración. Esta subitánea calma del mar sorprendió desde
aun cuando siempre esté cumpliéndola el verdadero cris-
'lu>go á los que fueron testigos de ella. El respeto y la ve-
tiano, no se desempeña j a m á s de ella. La caridad es una
neración sucedieron al espanto, y vueltos en sí de su
obligación de toda la vida. No hay ninguno de nuestros
'hombro , csclamaron : ¿ Q u i é n es este hombre maravi-
hermanos á quien no debamos amar; ninguno, sea el que
lloso (pK> manda con tanta autoridad á los vientos y á las
(|las, que en el momento que les ha hablado todo ha que- quiera, á quien no debamos amar siempre. Puede hacer-
dado en calma? se indigno de mi amor por su conducta irregular, viciosa,
maligna , ingrata y aun escandalosa ;.pero nunca podria
, | 08 admiramos, ó Salvador mió , de veros mandar así descargarme d é l a obligación de amarle.. Yo puedo desa-
^ . v i e n t o s y al m a r , sin advertir que el imperio que probar su conducta , condenar sus malas costumbres;
'Jareéis sobre nuestros corazones, en virtud de vuestra pero no por eso estoy ménos obligado á amar su persona.
S'acia , oS nmcijo mns admirable todavía. El m i ó , vos lo Es este un deber de religión , y no hay nada que pueda
P**18 i está como un mar siempre agitado por el movi- dispensarme de él. Reclamen contra este deber el amor
a lenl0 de las pasiones que reinan en é l : mandadlas que se propio y la razón humana ; él es un mandamienlo seme-
tad*"^* • d^ q'K! te calma suceda á la lempes- jante al de amar á Dios, tan positivo, tan preciso, tan per-
' Y que yo no siga mas que las dulces y pacíficas i n * manente, tan indispensable. Puede decirse que este deber
Pasiones de vuestro amor. indispensable caracteriza en algún modo nuestra religión:
l a o) ¡ buen Dios ! ¡Qué dulce paz , qué tranquilidad , q u é h u -
de la misa de esle dia es como sigue: manidad habría en la vida civil , si se guardase este p r e -
l>cus
' f m nos t u tuntis O Dios, que wtfcis que cepto! Guerras, diferencias, procesos, enemistades, zelos,
46 C U A R T O DOMINGO ^
malafó, lodo dt^apai'oceria du la sociedad íiinnnna. Pon)
¡ qué mal guardado csfá esto precepto ! Todos los d e m á s MEDITACION.
preceptos se contienen y se rennen en el precepto de la
Sobre la falta de confianza y d-fé.
caridad ; pero desprendidos en alguna manera de lo que
tienen por otra parle do incómodo y contrario á las incli- PUMO PIUMKRO.—Considera , que la falla de confianza
nadones de la naturaleza. No hay deseos en desventaja es el efecto necesario de nuestra poca fe. Creemos con flo-
del prójimo que yo no reprima con facilidad y aun con jedad, y no debemos por tanto eslrañar que nuestra con-
alegría, con tal que, le ame como i \ mí mismo, segun me fianza sea tan débil. No tenemos mas que una fé medio
está mandado. No seria necesaria otra ley en el mnnilo estinguida, una fé muerta, y por esto no puede ser viva
que la ley de la caridad si estuviese bien guardada. Si ta nuestra confianza en Dios. Tampoco es mas animada nues-
amistad cristiana fuese recíproca , lodo estarla bien orde- tra caridad. Hay motivo para creer que es uno poco ama-
nado, y no solo las familias estarían tranquilas, sino que do, cuando se ama poco. Nonos quejemos, pues, ya si el
todo ci universo estarla en paz. Mas ¡ ah ! que este nudo Señor no nos oye ; si nuestras oraciones son tan inefica-
tan santo se ve rolo con frecuencia, este lazo de los cora- ces; si pedimos mucho y no obtenemos nada. La confian-
zones se ve desatado , la amistad pura y cristiana se ve za es la condición especial que Dios exige en todas nues-
hoy cuasi arrojada del mundo. Lo que < llaman en el día tras oraciones. Estad, ciertos, nos dice el Salvador, creed
los homln es amistad, cuasi no es otra cosa que un comer- firmemente que obtendréis lo que pidiereis , y vuestra
cio de interés, en e¡ que el amor propio se propone siem- confianza no será vana. Pero ¿ t i e n e n nueslras oraciones
pre alguna cosa que ganar. No hay amislad sincera y d u - esta condición ? ¿nuestra pretendida confianza en Dios
rable mas que la amislad crisliana. No hay verdadero está revestida, acompañada al menos de esta formalidad?
amigo, sino aquel cuya amistad está fundada en la virtud. ¿ r o g a m o s , pedimos con una fé viva? ¿con una confianza
La afinidad , la sangre no forman mas que una amistad entera? ¡Ab! mas bien tememos, que esperamos conse-
pasajera intoresada'f, y aun superficial, que el alejamiento guir lo que pedimos ; no tenemos masque una confianza
debilita, que las adversidades alteran, que la pasión apa- dudosa y vacüanle. El Salvador parece que duerme en
ga, que la diversidad de intereses hace desconocer,^ que medio de la tormenta. La tempestad agita furiosamente el
un coniraliempo eslinguo. La caridad, la amislad cristia- mar borrascoso en que estamos embarcados; las olas cua-
na eslá exenta de esta triste vicisitud. La separación de si cubren la barca ; la vista del naufragio presente intro-
las personas no desune jamás los corazones. Las tempes- duce en todas parles la consternación y el susto ; los que
tades, las desgracias, los diversos accidentes de la vida perecen á nuestra vista en el mar nos espantan ; todo r e -
no la hacen nunca vacilar. Se ama sin consultar sus pro- suena con los gritos y los lamentos : y el Salvador duer-
pios intereses, sin escuchar sus pasiones , sin consultarse me, como si fuera insensible á nuestros peligros , y aun
á si mismo cuando hay una caridad verdaderamente cris- se diria, que á nuestra próxima perdición. Mas nó, si apa-
tiana. Se ama á su prójimo como á sí mismo , cuando se rece que duerme , es porque quiere probar nuestra con-
le ama como cristiano. fianza ; quiere hacernos conocer la necesidad que tene-
mos de su ausilio , y cuánto nos importa el unirnos á él,
E l Evangelio es del cap Üulo 8 de san Mateo. servirle con fidelidad, amarle con fervor, interesarle, por
In iüo tempore : Ascen- En aquel tiempo : Ha- decirlo así, en todas nuestras penas. Nó, el Señor no duer-
dente Jcsn i n naviculam, se~ biendo enírado Jesús en una m e ; nosotros somos los que dormimos verdaderamente
cudsunt eum discipuli ejus; barca le siguieron sus dis- con respecto al negocio de nuestra salvación, y los que
el ecce mntus magnus fuetns cípulos, y b é aquí que de dormimos cuasi toda la vida en los peligros mas urgentes
e s l i n m a r i , i l m i t navicula pronto se levantó una gran y en las ocasiones mas delicadas. Y si por un efecto de la
operiretur fluctibns, ipsevero tormenta en el mar, de suer- gracia la tempestad nos despierta, y espantados á la vis'a
dormiebat. Et accesserunl ad te que las olas cubrían la del peligro, esclamamos: Señor, salvadnos, porque pere-
eum discipuli ejus , et susci- barca. En el entretanto dor- cemos; ¿ n o hay motivo para que nos diga con un tono
taverunt eum, dicentcs: Do- mía, y llegándose á él sus ménos dulce que á sus primeros discípulos : «Qué teméis,
mine , salva ñ a s , perirnus. discípulos le despertaron. hombres de poca fé?» tenéis miedo , teméis y tenéis ra-
Et dicit eis Jesús: Quid t i - Señor, decían , salvadnos, zón ; pero ¿por q u é tenéis tan poca fé y confianza? ¡Dios
midi estis , wodicce fidei? porque somos perdidos. Je- m i ó ! I cuánto lengo yo que reprenderme sobre este
Tune surgens, imperavitven- sús 1c respondió : ¿Por qué punto !
lis et mari, et facía est t r a n - tenéis miedo, gente de poca PUNTO SECUNDO.—Considera que la verdadera razón por
quillitas magna. Porro /to- fé? Levantándose entonces que no tenemos confianza en Jesucristo, aunque esta con-
mines mirali sunt, dicentes. mandó á los vientos y al fianza sea tan justa, tan fácil y al mismo tiempo tan nece-
Quatis est fttCj guia venti et mar, y quedó lodo en gran saria, es porque no amamos á Jesucristo, porque le nega-
mare obediant ci ? calma. Los que estaban pre- mos lo que nos pide de mas racional, de mas intcresanle,
sentes quedaron asombra- de ménos monta, de mas fácil. Es porque no guardamos
dos , y decían: ¿Quién es sus mandamientos , porque no gustamos y mucho ménos
este hombre, á quien obe- seguimos sus máximas. Cuando se ha rehusado el compla-
decen los vientos v el mar? cer ó el servir á alguno, no seria fácil persuadirnos que
estuviese muy dispueslo á servirnos á nosotros. Bien puede
mostrársenos agradable, prometernos su amistad, ofrecer-
nos sus sen icios; á pesar de todo queda un fondo de des-
confianza que no es posible su; erar. La memeria de tantas
DKSPíJES DE LA EPIFANIA 47
iníidelidadca, do tantas desobediencias á un Dios á quien lo de hoy en adelante sin reserva y sin cscepcion. ¿Estáis
debemos todo, y. que nos ha amado hasta darnos su Uijo honrados con la augusta dignidad del sacerdocio?'Cumplid
único; el recuci do de (antas ingratitudes hacia un Salvador hasta los menores deberes de este estado tan sublime, y
que se ha dignado dar su sangre y su vida por rescatarnos; vivid conforme á la santidad de vuestro oslado. ¿Estáis
esta idea, esle leslimoniosensible do una conciencia que no en el siglo? Considerad cuáles son vuestras obligaciones,
cesa de reprendernos nuestro mal corazón eslinguen nues- nó en genera!, como se hace ordinariamente, sino en par-
tra confianza, asi como nuestras cosUimbres y nuestra con- ticular y por menor. Obligaciones con respecto á vuestra
ducta prnehan nuestra poca fó. Nosotros no ignoramos que familia, á vuestros hijos, á vuestros domésticos; obliga-
negamos á Dios cuasi todo cuanto nos pide, le rehusamos ciones de cristianos, prácticas de piedad constantes, ejer-
una lijera mortificación, una palabra, una acción , el me- cicios de religión continuos, observancia indispensable de
nor sacrificio. Por masque nos ha pedido, nos ha urgido, los mandamientos del Señor y de las máximas del Evan-
nos ha solicitado , no hemos querido obedecer su ley; gelio, y tomad la resolución eficaz de no rehusar nada en
aunque nada hay tan justo como lo que él exige, aun lo sucesivo al Señor.
cuando nada nos pida que no sea para nuestro mayor 2 Cuando advirtiereis que vuestra confianza se debi-
bien. No ignoramos que si guardamos ciertos puntos de la lita, no omitáis nada para reanimarla, ya renovando el
ley, no es mas que por miedo del último castigo; que cua- fervor, ya haciendo reflexiones saludables s ó b r e l o s moti-
si nada hacemos por amor; que no le obedecemos sino vos que tenéis para sostenerla y aun para aumentarla, ya
cuando nos manda bajo de graves penas; y que lo poco ejercitándoos en frecuentes oraciones, jaculatorias y en la
que le damos, se lo damos de tan mala gana, que acaso oración. Estad verdaderamente arrepentidos de no haber
vale lo mismo que lo que le rehusamos. He aquí lo que tenido confianza en Dios, y acusaos de ello en vuestras
estingue toda nuestra confianza, h é aquí lo que hace que confesiones como de una falta: lo es en efecto. En fin, ha-
no nos podamos persuadir que Dios quiera recompensar ceos familiar la oración siguiente, haciéndola muchas ve-
á un siervo tan infiel, y oír á un hijo rebelde, que conti- ces al dia, y sobre todo á la mañana y á la noche; termi-
nuamente se subleva contra la voluntad do su Padre á nando con ella vuestra oración ordinaria.
quien desobliga sin cesar. ¿Queremos, pues, que no nos
Señor, haced que yo nunca quiera sino lo que vos
falle la confianza en Dios? No dejemos de ser fieles en su
q u e r é i s ; todo lo que q u e r é i s ; solo por el motivo que vos
servicio. ¿Tenemos la dicha do vivir en el estado religioso?
lo q u e r é i s ; que no lo quiera sino como vos lo q u e r é i s ; y
Seamos estremamente exactos en observar hasta las reglas
por fin, que no lo quiera sino por el tiempo qvv?. vos lo
mas p e q u e ñ a s . Cuanto mas pequeñas sean, mas imper-
queráis.
donable es la inobservancia: una mirada, una lijera sa-
tisfacción del amor propio, una palabra, son algunas ve-
QUINTO DOMINGO DESPUES DE LA EPIFANÍA.
ces la materia del sacrificio que Dios pide. ¡Qué lamenta-
ble ingratitud 1 iqué indignidad el rehusar á Dios lo que
Ninguna cosa particular se halla en la historia de este
nos avergonzaríamos negar á cualquier hombre que nos
pidiese un favor tan pequeño! ¿Vivimos en el siglo? Cum- domingo. Gomo es uno de los quo regulannonle se trasla-
plamos con puntualidad todas las obligaciones de nuestro dan ó se omiten, no tiene mas propio de él que la oración,
estado; ninguna cosa es mas capaz de ganarnos el corazón la Epístola y el Evangelio. El introito de la misa es el mis-
de Dios, nada es mas á propósito para excitar en nosotros mo que el del domingo precedente, está tomado, como se
nuestra confianza. ha dicho ya, del salmo 96. Los comcnladores y los intér-
pretes dicen que el hebreo no pone título á este salmo, y
Ilaced, Seflor, por vuestra gracia, que la resolución que muchos ejemplares griegos antiguos nos advierten de lo
yo tomo de no negaros nada, me obtenga de vuestra bon- mismo. Los que se adhieren á ta Yulgata , creen que este
dad una perfecta confianza. Yo la tengo ya firme de que salmo fué compuesto por David, cuando después de la
me la concederéis. muerte de Saúl se vio pacíficamente en su pais y en pose-
JACUUTOIUAS— S e ñ o r , salvadnos, porque s i n ó , somos sión del reino que el Señor le habia prometido. Otros,
l'Wilidos. (Mat. 8.) como Belarmino y Tirino, lo refieren al tiempo inmediato
Señor, no pase yo por la confusión de verme abando- á la muerte de Absalon. Algunos creen que contiene las
nado de vos, después de haber invocado vuestro nom- acciones de gracias de los judíos libres de la cautividad de
w « . (Psalm. 30.) Babilonia, y la descripción d é l a venganza que el Sefior
ha ejercido contra los babilonios. Pero todos los Santos
PROPOSITOS. Padres !e interpretan y le esplican por la primera y segun-
da venida de Jesucristo, de su reino en la Iglesia y de la
1 Puesto que nuestras infidelidades en el servicio de vocación de los gentiles. El mismo san Pablo, como se ha
•os son el origen mas común de nuestra falta de confian- dichoya, le cita en el mismo sentido, y no hay mas que
za' agotemos esta fuente emponzoñada por medio de una leerle para hallar en él una descripción profeiiea de la
0xaeia y constante fidelidad. No rehusemos á Dios nada de majestad brillante del soberano Juez y del aparato espan-
Cl,inUo sabemos que nos pide, y seguramente pidiéndole, toso del último juicio. Vendrá un dia á la tierra rodeado
R e i n o s llenos de una sania confianza de obtenerlo todo. de espesas nubes, dice el Profeta; su (roño estará sostenido
''"Plead boy por lo menos un cuarto de hora en exami- por la justicia y por la sabiduría. Le precederá un fuego
liai" 'o que e[ Señor pide de vosotros en ei eslaclo en que devorante, que se esparcirá por todas parles y abrasará á
^ na put>si0 No ^ ^ . y (||¡j(,j[ c| conoccrio. ¿Estáis en el sus enemigos. Todo el universo quedará consternado á
Optado religioso? No busquéis otras señales mas evidentes •teta de los relámpagos que brillarán en los aires por t o -
a voluntad de Dios (pie vuestras reglas ; observadlas dos lados, Las montañas, (oda la tierra parecerá disolverse
48 QUINTO DOMINGO
á la presencia del Seflor, como la cera so derrite al fuego. bautismo; y de todo esto se infiere la inutilidad de las ce-
Los cielos por una infinidad de prodigios anunciarán á los remonias legales, y la necesidad que tienen de despojarse
hombres que ha llegado el tiempo de su justicia, y todos del hombre viejo y revestirse del hombre nuevo; y con la
los pueblos serán entonces testigos de su gloria. Entonces ocasión do estas verdades, les ensena la doctrina mas s ó -
serán confundidos los que adoran los ídolos y se apoyan lida y mas sublime. San Pablo estaba entonces en Roma
en la protección do las vanas figuras que ellos han fabri- preso por la fé de Jesucristo, y san Crisóstomo nota'que de
cado, es decir, todas las personas mundanas, esclavas de todas las Epístolas de san Pablo, las mas bellas, las mas
sus pasiones, tristes víctimas de su ambición, idólatras del instructivas y las mas interesantes son las que ha escrito
mundo. Angeles del Señor, esciama entonces el Profeta, en las prisiones; talos son las que dirigió á los efesios,- á
arrebatado de un súbito entusiasmo; ángeles del Seflor, los lilipenses, á Filemon, á Timoteo y á los fieles de
adorad á este Juez soberano. Y la Iglesia comienza hoy la Colosos.
misa por este versículo, exhortando al mismo tiempo á to- Revestios como elegidos de Dios, santos y muy amados,
dos los justos á que se regocijen, y aun á que hagan os- les dice, de enti añas do misericordia, de dulzura, de h u -
tentación de su alegría. En fin, David concluye este salmo mildad, de moderación, de paciencia, sufriéndoos, y per-
por convidar á todas las almas justas á que pongan todo su donándoos mutuamente, si uno tiene motivo para quejarsn
contento y su gloria en servir al Señor, i Qué pintura mas de o t r o ; y como el Señor os ha perdonado, hacedlo tam-
viva y mas precisa del juicio último 1 Hé aquí el sentido bién vosotros; pero sobro todas las cosas tened caridad.
verdadero del salmo 9G de que la Iglesia se sirve para el Esta es la primera y la mas importante de todas las v i r t u -
introito de la misa. des ; ella es el vínculo de la perfección. Sin ella todas las
La Kpístola está lomada del tercer capitulo de la admi- demás virludes no son nada y desaparecen delante, do
rable carta que san Pablo escribió á los fieles de Colosos, Dios. Ella une los fieles á la Iglesia y entre s í ; les une á
háeia el año 62 do Jesucristo. La ciudad do Colosos era Jesucristo que es su cabeza; así que ella es el mas per-
una de las principales de Frigia, cerca de Laodicea, que fecto de lodos los vínculos, y sin él no hay perseverancia.
era la capital de esta provincia. Muchos creen que san Pa- Triunfe en vuestros corazones, a ñ a d e , la paz de Jesucris-
blo no había predicado á los colosenses, lo que paioco i n - to ; sea inalterable en vosotros en medio de las perse-
sinuar él mismo en el capítulo 2, cuando dice: Quiero que cuciones, de las adversidades, de todos los accidentes m n -
sppaís el cuidado en que estoy por lo que os interesa á vo- I íslos do la vida. Es este un fruto que no acertaria á crecer
sotros y á los que están en Laodicea, como igualmente á el mundo. « Paz, paz, y no habia tal paz. » Ella es ú n i c a -
todos los que no me han visto en este cuerpo mortal. Se mente el patrimonio do las gentes de bien. Solo la paz de
cree que era Epafras el que les habia instruido y convertido Jesucristo os la que puede reinar en ei corazón. Donde Je-
á la fé. El Evangelio habla producido allí mucho fruto. Los sús no está, todo es turbación ; y si so levanta alguna t c m -
colosenses estaban animados de la candad con todos los poslad, él es el que puede calmarla. Permanezca en voso-
fieles, y la fé triunfaba entre ellos con esplendor. Los fal- tros, continúa, la palabra de Dios en loda su plenitud, es-
sos apóstoles convertidos del judaismo, que el demonio ha cuchándola con perfecta sabiduría, meditándola, ponién-
procurado siempre suscitar en la Iglesia para sembrar la dola en práctica. Animaos los unos á los otros con salmos,
zizaña entre el buen grano, y que corrían por todas las con himnos y con cánticos espirituales C ertamente es ne-
iglesias de los gentiles convertidos á la fé para hacer p r o - cesario que la tierra sea muy ingrata, que el corazón es;é
sélitos, vinieron á Colosos, y allí predicaron la necesidad muy endurecido, ó que las espinas y malas yerbas sean
de la circuncisión y de las observancias legales, y mcz.- muy abundantes, cuando un grano tan fecundo no produ-
clando otros muchos errores tan groseros como este con ce nada. En fin, concluye, todo lo que hiciereis, ya habléis
las supersticiones de su propio espíritu, tialaban de ins- ó ya obréis, hacedlo todo en nombre do Jesucristo nues-
pirar á los gentiles convertidos un fantasma abominable de tro Señor, dando por él gracias á Dios Padre, | líuen Dios!
religión. ¡ cuánto encierran en sí tan pocas palabras! Este es el r e -
San Pablo, informado^dc todos oslos perniciosos abusos, sumen de toda la perfección cristiana. Hé aquí la idea
ó por Epafras que entonces se hallaba en prisiones con el justa do la santidad. No decir nada, no hacer nada, de
en Roma, ó por una carta que le habían escrito los de Lao- que Dios no sea el fin y el objeto. No tener otra mira que
dicea, creyó que en cualidad de Apóstol de los gentiles la pura gloria do Dios; no buscar otra cosa en todo y por
debía emplear su autoridad y sus luces para sostener la fé todo que el agradarle. «Aquello que le agrada, á mi Pa-
de los colosenses, y para reprimir el atrevimienlo de los dre , esto es lo que hago s i e m p r e . » Esto es lo que
falsos apóstoles, que bajo la máscara de celo esparcian cristo dice de si mismo; esto es lo que han podido decir
por todas parles sus perniciosas máximas. Realza desde los mas grandes santos ; esto es lo que les caracteriza. No
luego la grandeza do Jesucristo, que es la imagen del Pa- buscar ni los bienes del mundo, ni los honores, ni la r e -
dre, el mediador y reconciliador de los hombres con Dios, putación, ni su satisfacción, ni las comodidades de su vida;
la cabeza de la Iglesia, y que como tal iníltiye en sus no proponerse en todas las cosas nías que la gloria y la
miembros la acción, el movimiento, el espíritu y la vida. voluntad de Dios: ¿ q u é vida mas santa ? pero ¿ q u é vida
Les pinta de una manera viva y demostrativa los falsos mas dulce, mas tranquila? y ¿ q u é muerto al mismo tiem-
profetas, y les hace ver que Jesucristo es el solo autor de po mas serena ni nías preciosa? Si nuestro espíiilu no
la salud; que en él subsiste esencialmente la divinidad; puede tener siempre una intención actual de agradar á
que es infinitamente superior á todas las potestades y á Dios, dice santo Tomás, es preciso que esta intención sea
todas las virludes celestiales; que en él han lecibído la siempre halnUial, y que persevero continuamente en nues-
verdadera circuncisión del corazón; que por su sangre, han tro corazón, si qncremos obrar de una manera meritoria,
sidu reengendrados, y que están resucitados con él por el y vivir conforme al espíritu de nueslra religión.
DESPUES DE LA EPIFANÍA. 49
El Evangelio de esle día está tomado del capílulo 13 de Este campo del Señor es el mundo, en donde Dios t i e -
san Maleo, donde el Salvador propone al pueblo que le se- ne sus hijos, que son el buen grano, y en donde el demo-
guía la parábola del sembrador y de la zizaila. Como la nio tiene también los suyos, que son la zizaña: es también
mullilud era grande, había subido a una barca con sus este campo el corazón ,de cada uno de nosotros en parti-
discípulos, y eu lo que predicaba les inslruia para que ellos cular, en el que sin cesar está..dérrama!ido Diosla semilla
mismos buscasen el sentido de las parábolas, que siendo de su gracia, para que. produzcamos frukjS ¿le virtud,
sencillas y familiares, les daban á conocer de un modo mientras qíie el demonio por su parte no pierde ocasión
agradable y sensible las cosas de Dio*; y d é l a religión: alguna para derramar en él la semilla d^l vicio. Esle ene-
comparaba el principio y el progreso de la religión en la migo mortal de nuestra salud, no pudiendo hacerse dueño
ley nueva, unas veces al trigo, entre el cual se ha sem- de nuestro corazón resistiéndolo nosotros, trata de insi-
brado la zizafía, y que no por eso deja de crecer insensi- nuarse en él sin ser apercibido, y aprovecha para esto
blemente; otras al grano de mostaza; o l r a í á la levadura, aquel tiempo en que dejamos de velar sobre nosotros m i s -
ó á otras cosas muy comunes, y que son conocidas y fa- mos. Nuoslio amor propio, nuestras pasiones, nuestros
miliares á los mas simples y á los mas nidos, hablándoles mismos senlidos están muy de acuerdo con él. El Sefíor
siempre en parábolas para hacerles comprender mas f á - ha sembrado buen grano por su gracia en el corazón ; el
cilmente las verdades del Evangelio. demonio por medio de nuestras pasiones y de nuestro amor
Hablaren parábolas, es servirse de comparaciones l o - propio, ha sembrado en él otro muy malo: todo crece;
madas de cosas verdaderas ó verosímiles, de donde se todo arroja vástagos, todo parece bueno ; pero en la ipuer-
saca después una moralidad. Este estilo figurado ha esta- le, que es el tiempo de la cosecha, se separará el buen
do siempre muy en uso entre los orientales. Veamos cómo grano del malo, el trigo de la zizaña. ¡Qué de acciones
habla el Salvador en el Evangelio de este dia. líl reino de especiosas y laudables en la apariencia, se hallarán en-
los cielos, dice, es semejante á un hombre que habia sem- tonces may defectuosas por haberlas dirigido motivos s i -
brado buen grano en el campo. Este modo de hablar de niestros! «Guando dormían los h o m b r e s . » El enemigo
que se sirve ordinariamente Jesucristo, proponiendo una para conseguir su fin, no se vale nunca del tiempo en que
parábola, no quiere decir que el reino de los cielos, por el se vela. Puede entenderse por el tiempo del sueño, el
cual entiende unas veces la Iglesia, otras el asiento de ios tiempo en que los pastores no velan por la conservación de
bienaventurados en el cíelo, algunas veces la salvación, su rebaño, eslo es, de las personas encomendadas á su
con frecuencia la predicación del Evangelio, no quiere de- cuidado. Los malos en esto mundo estarán siempre mez-
cir, repito, que el reino de los cielos sea precisamente se- clados con los buenos. No es decir que corresponda á los
mejante á la cosa de que se trata ; sino tan solo que la pa- pastores de la Iglesia, que cautivan el campo del S e ñ o r ,
rábola tomada por alio indica lo que pasa en el reino de eslenmoar los malos; deben solamente trabajar para ha-
los cielos. Veamos, pues, lo que stgnifioan oslas parábolas cerlos buenos. Quién saba si el que hoy es zizaña, podrá
en este paraje: sucederá en el reino de los cielos, esto es, en adelante venir á ser trigo puro por la solicitud y la pa-
en la predicación del Evangelio, lo mismo que sucede en ciencia de un ministro caritativo. Un zelo demasiado duro y
Un campo, en que habiendo el labrador sembrado buen muy amargo, irrita al pecador, y escandaliza ordinaria^
grano, viene su enemigo por la noche, siembra la zizafia, mente al justo... «¿Queréis que vayamos á arrancar la z i -
y se relira inmediatamente á favor de las tinieblas. La zaña ?)> Asi habla un zelo poco discreto, y poco conforme
^uena semilla, por consiguiente, se mezcla con la mala en al espíritu de Dios. La dulzura y la paciencia hacen p r i n -
eí mismo campo. Guando crece el uno y el otro grano son cipalmente el carácter del Padre d é l a s misericordias.
ton parecidos y sus vástagos tan semejantes, que es muy Ningún falso profeta, ningún falso apóstol, ningún hereje
^ácil engañarse ; y como los ojos del hombre no penetran ha habido, que no haya tenido un zelo duro y amargo.
a 'o interior de la tierra, y no disciernen con facilidad lo
La oración de la misa de este dia es como sigue:
^ue es malo de lo que es bueno, cuando lo uno está con-
•undido con lo otro, esta mezcla no se descubre hasta que Famiíiam tuam , qcesu- Os suplicamos , Señor,
e' b'igo se ha hecho ya yerba y espigado, porque cnlon- mus, Domine, m ü i n u a pie- que guardéis á vuestros
Ces la zizaña se deje ver entre el trigo. Maravillados los tale custodi; wt quee i n sola siervos por medio de una
Ciados al ver esto, vienen á su s e ñ o i C y le dicen : Señor, spe gralice cceleslis i m U t asistencia continua de vues-
«^«é es eslo? ¿ no habéis sembrado buen grano en vues- (itr, semper proteettone mu- tra bondad; á fin de quo no
|f0campo? ¿ d e dónde le ha venido esta zizaña? No pue- niatur. Per Dominum... apoyándose mas que en la
^ ser otro, le responde, que m i enemigo el que la ha única esperanza de vuestra
Sembrado : á estas palabras los criados llenos de indigna- gracia celestial, estén siem-
J10n Y de un zelo precipitado por los intereses do su señor, pre sostenidos por vuestra
e P,(len permiso para ir sobre la marcha á arrancar la z i - divina protección. Por nues-
zafia. No hag.,¡s ics d í c ^ porque al arrancar la zizaña tro Señor Jesucristo, etc.
Podéis arrancar el trigo, ya por la semejanza de las dos
Pintas, ya porque sus raices cuasi siempre están mezcla- La Epistjla es de la carta del apóstol san Pablo á los Colo-
entre sí. Dejad crecer el uno y el otro hasta el tiempo senses, cap. 3.
.& ja cosecha ; cuando estuvieren en sazón, yo m a n d a r é Fratres: Indulte vos s i - Hermanos m í o s : Reves-
í* 08 Sl-'gadores que los separen, y pongan la zizaña apar- cul ekeli Dci, sancti, et d i - tios como elegidos de Dios,
¿ pai'a ai'i-ojarla al fuego; en cuanto al trigo les diré que lecú, viscera miserkordw, santos y muy amados, de
^ ,recoÍan sin perder un grano, y después de haberlo j u n - hcnignitalem , humilitaícm, ontrafias de misericordia,
aao lo lleven á mis graneros. modestiam, palientiam: sup- de dulzura, de humildad, de
10MO IV.
50 QUINTO DOMINGO
portantes invkcm et do- nioJ(!racion, de paciencia esla señal? ¿están todos marcados con esto sello? [ A h !
nantes vobismetipsis, si quis sufriéndoos mutuamente, y puede acaso decirse que la caridad es una virlud añeja;
adversus aliqucm habet quc- perdonándoos entre vosotros apenas queda entre los fieles otra cosa que la obligación
relam: sicatet Dominus do~ mismos, si alguno tiene a l - de amarse unos á otros. La ambición, el interés, la e n v i -
navit vobis, i l a el vos. Super g ú n motivo de queja con d dia la han desterrado al parecer do la sociedad civil; pero
omnia antem heve, á n r i l a - otro. Como e! St'ñor os ha ¿encuentra acaso asilo en las familias y ni aun en las co-
tem hahete, qmd est vinca- perdonado, liacedlo lambicn munidades regulares? Este vínculo sagrado se ha afloja-
lum perfectiónis : et pax así vosotros, Pero sohro to- do mucho. Parece que todas las pasiones han conspirado
C h m t i exaltel i n cordibus das las cosas tened caridad, contra esta virtud. Las gentes del mundo la han proscrito,
vcslris, in qua el vocati estis que es el vínculo de la per- al parecer, de su comercio; es esclava en la córle de los
i n uno corporc: et grati está- fección . La paz de Jesucris- príncipes; apenas hay masque una caridad arliücial en
te. Verbum Christi habilet i n to, á la cual también habéis el comercio de la vida; es desconocida entre el pueblo, es
vobis abundanter i n omni sa- sido llamados para hacer un extranjera cuasi en todas partes. No se tiene caridad mas
pientia, docentes el commo- solo cuerpo, triunfe en voso que consigo mismo. El amor propio ha entrado en el l u -
nenies vosmelipsos, psalmis, tros, y sed siempre agrade gar de la caridad cristiana, y si halla todavía abrigo entre
hymnis, el canticis spirituali- cidos á este bien, l'erma. algunas personas devotas, reina solo entre ellas como en
bus vestris Deo. Omne quod- neza en vosotros la palabra la oscuridad. La caridad sigue siempre la suerte, y por
cumque facitis i n verbo aut de Dios en toda su plenitud decirlo así, la fortuna del espíritu de Dios y del Evange-
i n opere, omnia i n nomine y con una perfecta sabidu- lio : este no se debilita j a m á s sin que ella no se consuma,
Dom'mi Jesu Christi, g r a - ría : instruios y animaos los y ella no subsiste desde que el espíritu de Dios se extin-
lias agentes Deo et l ' a t r i gue. De aquí la indolencia sobre los males del prójimo;
unos á los otros con salmos
per Jesum Christum Domi- de aquí la indiferencia, la frialdad esparcida sobre toda
con himnos y con cánticos
numnostrum. la faz de la tierra. Los herejes parece que tienen celo
espirituales , cantando en
por el bien de sus hermanos; pero esta no es mas que
honor de vuestros corazones
una caridad de partido: asi es que se ve en ellos aque-
con un espíritu de recono-
lla aversión, aquel odio conlra todos los hijos de la ver-
cimiento. Todo lo que hicie-
dadera Iglesia. Todos los partidos mantienen un espíritu
reis, ya habléis, ya obréis,
de unión; pero esta unión no fué nunca el efecto de una
hacedlo lodo en nombre de
caridad verdaderamente cristiana. Es siempre alguna pa-
Jesucristo nuestro Sefior,
sión la que los liga, y el lazo no subsiste mas que lo que
dando por él gracias á Dios
vive la pasión.
Padre.
La ciudad de Colosos ó Galassos era una de las princi-
pales de Frigia, muy cerca de Laodicea que era la capital E l Evangelio de la misa es tomado del cap. 13 de
de esta provincia. Desde Roma, estando allí san Pablo en san Maleo.
prisiones por Jesucristo, les escribió esta cai ta á los colo- In illo tempore: dixit Je- En aquel tiempo dijo Je-
s e n s e s h á c i a el ano H de Jesucristo, y se la envió por T i -
sús turbis parabolam hanc: sús al pueblo esta parábola:
quio, su íiel ministro, y por Onésimo. Simile factum est r e g m m El reino de los cielos es se-
ccelorum homini, qui semina- mejante á un hombre quo
REFLEXIONES.
v i l bonnm semenin agro s m . habia sembrado buen grano
«Sobre todas las cosas tened caridad, que es el vínculo Cum autem dormirent /¿omi- en su campo; pero m i e n -
de la perfección.» No hay nada sobre que tanto insista el nes, venil inimicus e/ws, et tras los criados dormian,
santo Apóstol en sus cartas , como sobre la caridad. Es svperseminavit zizania in vino su enemigo, s e m b r ó
verdad que no es ella sola el vínculo de la perfección; pe- medio t r i t i d , 'et ubiil. Cum zizafia entre el trigo y se re-
ro es como la base y como el alma de ella: sin ella los mas autem crecisset herba etfrtic- tiró. Cuando hubo crecido
raros talentos no tienen mérito; ¡a virtud, aun la mas b r i - tum fecisset, tune apparue- la yerba y arrojado espi-
llante, no es mas que una fantasma de virtud. Si alguno runt et z i z a n i i . Accedentes gas, se echó de ver lambien
dice, yo amo A Dios, y aborrece á su hermano, es un men- autem servipatris familias, la zizafia. Yislo esto . los
tiroso, dice el discípulo amado. Porque el que no ama á dixerunt e i : Domine, nonne criados del padre de fami-
su hermano á quien ve ¿cómo puede amar á Dios á quién bonum semen seminasti i n lia vinieron y le dijeron:
no vé? el que ama á Dios, ama también á su hermano. El agro luo? Undé ergo hnbet S e ñ o r , ¿no habéis sembra-
que no ama á su hermano, a ñ a d e , permanece en un es- zizania? "El a i l i l l i s : I n i m i - do buen grano en vuestro
tado de muerte. No es cstrafio que los discípulos nos r e - rus homo hoc / m í . Servi campo? ¿ e n q u é consiste
comienden tanto el precepto favorito del maestro, l l é a q u i aviem dixerunt e i : Vis,imus que hay en él zizaña? ü n
mi mandamiento, dice el Salvador, que os améis los unos etrolligimus ea?Elaxi: Non; hombre enemigo es el que
á los otros, como yo os hp amado. Cosa c s t r a ñ a : ninguna ne (orle colligenles zizania, ha hecho esto, les dijo; y
lección nos da el Salvador mas frecuentemente que la do eradiretis simul cum eis et sus criados le repusieron:
que nos amemos los unos á los otros; y nada hay que sea triticum. Siniteulraque cres- ¿Quieres que vayamos aco-
mas raro boy é n t r e l o s fieles que este amor cristiano. Los cere usque ud messem, et i n gerla? Nó, les dijo, no sea
primeros Qelesanimadosdel espíritu de Jesucristo no tenian tempore messis dicam messo- que al coger la zizafia, ar-
iodos mas que un corazón y una alma. La caridad mutua ribus: Colligite primum z i - ranquéis con ella el trigo.
formaba su carácter, y la misma virtud ha caracterizado zania, et alligate ea in fas- Dejad que crezca lo uno y
lodos los santos, ¿Y se conocen en el dia los cristianos por cículos ad comburendum t r i - lo otro hasta la cosecha, y
DKSHJIiS DE LA EN FAMA
tí'cíim aulem congrégale in al tiempo do la cosecha yo celo que tiene por su glori;;, pero le rectifica m o d e r á n d o -
horréum meum. encargaré á los segadores le. Quiere que se espere al tiempo de la cosecha, eslo
que cojan primeramente la es, á la hora de la muerte, en la que el Señor entresaca,
zizana y la aten en peque- por decirlo asi, el buen grano de la zizailo. Dios no juzga
ños haces para quemarla, de las cosas por las apariencias, como hacen los hombres;
mas que el Irigo lo recojan penetra hasta el fondo del corazón y desenvuelve los plie-
en mi granero. gues y repliegues de la conciencia. Conoce todos los ver-
daderos motivos de nuestras acciones. Nosotros podremos
MEDITACION, muy bien engañarnos á nosotros mismos, mas él no so
deja e n g a ñ a r ; todo se le presenta al descubierto, conoce
Sóbrela falsa v i r t u d .
todas las astucias del amor propio. Motivos interesados,
PUNTO PUIMERO.—Considera que nada hay mas opuesto miras humanas, prelestos especiosos, simulaciones suti-
ni mas contrario entre sí que la falsa y la verdadera v i r - les, ambición disfrazada, misceláneas imperfectas, razo-
tud, y no obstante ninguna cosa que se confunda tan fá- nes capciosas, todo está patente á sus ojos en todo tiem-
cilmoute y en que uno se engañe mas; nada presenta que po; y á la horado la muerte, en este úlíimo momento de-
las distinga por fuera, los mismos rasgos esleriores, el cisivo de nuestra suerte eterna, Iodo se patentiza á los
mismo aire imponente, los dos cuadros son del todo seme- nuestros. Libro entonces el alma do (odas las preocupa-
jantes. El vastago de la /izaüa no se parece del todo al del ciones y do todas las sutilezas del amor propio, reconoce
•trigo; es ordinariamenlemas verde, mas vivo y mejor nu- todos sus estravíos; conoce que si ha engañado á muchos
trido, tal es la falsa virtud. La modestia es inseparable de con una superficie de virtud y una máscara de piedad,
la verdadera v i r t u d : no hay hipócrita que no afecte una todavía se ha engañado mas groseramente ella misma.
modestia aun escesiva. Cuando uno es virtuoso es tam- ¡Buen Dios! ¡cuál es entonces su sorpresa! pero ¡cuál es
bién mollificado; el hipócrita lo parece todavía mas que su espanto y cuál su despecho! En la cosecha ignalmente
los hombres de bien: no habla mas que de severidad, se es arrancado el buen grano que la zizaña. ¡Pero q u é d i -
lamenla sin cesar por la relajación de la moral. ¡NY) porque ferencia de suerte! Aquel es cogido con cuidado, con com-
su conducta corresponda al rigor de sus m á x i m a s ; nada placencia, para ser puesto en el granero ; esla es arran-
hay mas morlilicado, nada mas sensual que un falso de- cada con indignación, para ser arrojada al fuego; la ziza-
voto; pero ningimo mas fecundo en disimulo y en disfra- ña no puede servir para otra cosa. Hablemos ya sin figu-
ces, y como todo en él es esludiado, todo afectado, sues- ra: ¿ d e qué sirve enlonces haber aparentado una virtud
tei'ior impone á los sencillos. lié aquí la zizaiía sembrada de que no se tenia mas que la corteza? ¿de qué sirvo el
S í ol campo del Padre de familias, la cual crece en medio haber engañado al público con esterioridades esludiadas,
dol buen grano; ella da mas en los ojos, sorprende, i m - con discursos lan poco sinceros? ¿de q u é sirve haber te-
pone, crece con frecuencia aun mas que el buen grano, le nido reputación de devoto y estar condenado al fuego
cubre, y chupando mas humor y mas jugo, hace que se eterno?
seque el buen grano, ó á lo ménos lo enfiiiquece. Esto es
Preservadme, Señor, do esta desgracia, y por tanto,
^o que sucede todos los dias en el campo de la Iglesia. T o -
no permitáis j a m á s que yo sea del número de los hipócri-
bando la falsa virtud el exterior de la verdadera hace es-
tas, cuya herencia es el infierno. Haced, ó Dios mió, que
c a ñ o s progresos; como es artificiosa, brilla, impone, se-
yo profese una virtud pura, una devociou tierna, una per-
duce, Sabiendo que la modestia sirve como de fronlispi-
fecta caridad.
Clo al edificio espiritual, estudia por imitarla. Esta apa-
JACULATORIAS.—Cread, Señor, en mí un corazón puro,
''encia sirve para hacer seguro el engafm. Pero, ¿y no
y un espíritu recloy sincero, á finde que os ame y os sir-
Sei'ia fácil distinguir la zizaíia del buen grano? La verda-
va con fidelidad. (Psalm. KO.)
"e,'a piedad es siempre humilde, dulce de corazón, c a r i -
[al'va, no busca mas que á Dios; no escucha ni los gritos Esto es hecho, Señor: de aquí adelante' pondré lodo mi
"oportunos de las pasiones, ni las quejas fatigosas del estudio en guardar vuestra ley con toda ¡a sinceridad de
amor propio, m í r a l o s sentidos como impostores. El mun- mi corazón. {Psalm. 118.)

P'6 es sospechoso, desconfía de su propio corazón, y no PPvOPÓSITOS.


P'erde j a m á s de vista las santas máximas del Evangelio;
ínienlras que la falsa virtud todo lo sacriüca á su a m b i - 1 ¿Qué mayor imbecilidad de entendimiento, y rjué
Cl0n y á s u s propios intereses, no consulta mas que á los desarreglo mas lamentable, que el servir á Dios con simu-
entidos, y no escucha mas que á sus pasiones y á su amor lación? Dios no atiende mas que al fin por que le servimos.
f o p i o . ¡Buen Dios, qué fácil seria distinguir la zizaña del El hombre, dice el Profeta, se paga de un eslerior c o m -
but-;n grano! puesto é imponente; pero Dios mira el corazón, y por mas
• ÍUNTO SEGUXDO.—Considera que por mas semejanza que ocultos que sean nuestros motivos, por mas encubiertas
1^'? z'zaria ton el puro trigo, el Padre de familias sa- que puedan estar nuestras intenciones, el Señor lo descu-
no' n distinguirla á su tiempo. Nada le está oculto, y bre todo, y conoce perfectamente todos nuestros subtei fri-
j ° l)0(Jna e n g a ñ a r s e en oslo. No se apresura á arrancar- gios. Servid á Dios con sencillez, y con un corazón recloy
s & d * ? 8 1)0dria PeIiSriH' el buen grano. Su paciencia no sincero. Desconfiad de vuestras inclinaciones, de vuestras
o!)r4Sll"Criíli ^n^18? $ 60 ro^icfVdúi 03 sobre todas sus miras, de vuestro propio corazón. Sea vuestra virtud pura,
í ü u v i •^US Ce'0sos ^ llj;is algentes siervos podrán simple, y desprendida de toda mira humana que le quite
iaij Iei? onecerse, y pedirle que eslerminc una semilla todo su precio. Haced estudio para adorar á Dios, amarle,
Pei'mciosa que crece en su propio campo; él alaba el y servirle en espíritu y en verdad. Purificad vues'ra i n -
52 SEXTO DOMINGO
ten.yon no solo por la m ifi in i pnra tojo el día, sino t a m - zo discursos sacados de la Escrilura, declarándoles, y ha-
bién al principio de todas viK-slras obras. Tonod horror á ciéndoles comprender, que habia sido necesario que el
todo respeto humano. Nada h a y mas indigno do nn hom- Cristo sufriese y que resucitase; y este Jesucristo que yo
bre do bien y de mi hombre cristiano, que el obrar en ma- os anuncio, les decía, es el verdadero Mesías. Un gran
teria de religión por consideraciones humanas. Dios solo n ú m e r o de judíos, y todavía mayor de gentiles, creyeron
merece lodo nuestro corazón: Dios solo debe ser nuestra y se juntaron á Pobló y á Silas, su discípulo y c o m p a ñ e -
recompensa; no obremos sino solo por Dios. ro; mas no tardó mucho el Apóstol en verse precisado á
2 Supuesto que Dios solo debe ser el alma y el motivo dejar esta ciudad, por la malicia y los zelos de los judíos
de loda miesd a conducta, ni el tiempo, ni el lugar, ni las rjue le acusaron de que sublevaba al pueblo, y predicaba
personas deben turbar nuestra virtud. [,a modestia es inse- un nuevo rey, que era Jesucristo. De Tesalónica fué el
parable d é l a virtud: sed, pues, tan contenidos y tan m o - Apóstol con Silas á Berea. Predicó allí, é hizo muchas
destos estando solos, como en las sociedades mas distin- conversiones; pero habiéndolo sabido los judíos do Tesa-
guidas. La dulzura acompaña á todas partes á la virtud; lónica, vinieron para hacerles salir bajo los mismos falsos
sea, pues, también en vosotros y en todas partes inaltera- prelestos do que se hablan valido en Tesalónica. Los fie-
ble : ya entre vuestros inferiores, ya entre vuestros igua- les, pues, condujeron á san Pablo hasta el mar, donde se
les, teü vuestra dulzura una prueba de vuestra virtud. La embarcó para Atenas. Silas y Timoteo permanecieron en
cni idad es el primer efecto de la virtud cristiana; haced Berea, para confirmar la nueva Iglesia que acababa de
que la vuestra sea sin artificio, sin alternativa, sin distin- fundarse allí. Desde Atenas pasó san Pablo á Corinto: se
ción. Pensad caritativamente, hablad bien de todo el mun- hallaba, no obstante, en grande inquietud, sobre el esta-
do, en fin sea vuestra virtud á loda prueba sin que sedes- do de los nuevos fieles que habia dejado en Macedonia,
mienta j a m á s . cuando llegaron Silas y Timoteo, y lo colmaron de alegría
y de consuelo, haciéndole saber la perseverancia y el fer-
SEXTO DOMINGO DESPUES DE LA EPIFANÍA. vor de los fieles de Tesalónica y de toda la provincia. Le
refirieron que perseveraban constantemente en la f é y e n la
Como el dia de Pascua, que es siempre el domingo que caridad, á pesar de lo que hablan tenido que sufrir, y de
sigue al catorce de la luna de marzo, arregla el número las persecuciones que se smcilaban contra ellos; en t é r m i -
de los domingos desde la Epifanía hasta la Septuagésima, nos que hablan sufrido de parto de sus conciudadanos los
sucede ordinariamente que este sexto domingo se traslie- mismos tratamientos que los fieles de la Judeá hablan to-
re, y es raro que baya seis domingos desde la fiesta de lerado de parle de los judíos. Le dijeron también que habia
los Reyes hasta la S e p t u a g é s i m a . En esto, sin (luda, lia entre ellos algunos que se aíligian mucho por la muerte de
consistido que este sexto domingo haya estado lantolicm- sus allegados. Habiendo recibido san Pablo unas noticias
po sin tener un oficio particular. Cuando se ceiebrídia este tan consolantes de aquella naciente Iglesia, escribió esta
sexto domingo, se repetía el oficio entero del domingo pre- carta á los tesalonicenses, en la que después de haber
cedente. El papa san Pió, quinto de este nombre, fué el dado g r a c i a s á Dios, les alaba, porque habiendo una vez
que le a g r e g ó una Epístola y un Evangelio propios, con recibido la fó, la han conservado en su pureza, y porque
el introito y las demás partes d é l a ir.isa que se han hecho siguiendo el ejemplo, no solo de Pablo, sino del Señor,
comunes á todos los domingos, desde el tercero después han llegado á ser un modelo para todos los que creen, por
de la Epifanía hasta la Septuagésima, como se ha dicho. cuanto ellos dan á conocer á todo el mundo qué fruto ha
El introito de la misa de este dia es el mismo que el de hecho entre ellos la palabra de Dios que él les ha predi-
la miso de los domingos precedentes, del cual se ha ha- cado.
blado ya. Se a ñ a d e solamente aquí, que san Pahlocita es- Damos, les dice, continuas gracias á Dios por todos v o -
te pasaje en tercera persona: «Adórenle todoslos ángeles,» sotros, sin olvidaros jamasen nuestras oraciones; teniendo
dice, rindan sus homenajes y adoraciones al Ilijoünicode delante de Dios nuestro Padre la memoria de lo que obra
de Dios Padre, revestido de nuestra carne. El Hebrcoafia- vuestra fé, de vuestros trabajos, de vuestra caridad, do
de á la significación de ángeles, la de todas las potestades vuestra firmeza en los peligros y en las persecuciones: en
d é l a tierra, y principalmente los jueces y los príncipes, estas ocasiones es en donde la fé brilla en toda su füéttát;
cualquiera que sobre la tierra ejerce alguna autoridad so- en ellas donde aparece su utilidad, y donde principalmen-
bre los d e m á s hombres, cualquiera que esté adornado con te es necesario hacer uso de ella. También sabemos, her-
un carácter de grandeza, de independencia, de superiori- manos mios amados de Dios, como habéis sido escogidos
dad, venga á rendir homenaje al Soberano Monarca de los en medio de tantos otros que quedan sepultados en las t i -
monarcas, al Supremo Juez de los jueces mismos; y se- nieblas del error, mientras que vosotros habéis sido llama-
igun el caldeo, los ángeles, los grandes d é l a tierra, todos dos á la fé y al conocimiento de su nombro; favor por el
os adoradores de los ídolos, vengan á adorar al mismo que nunca seréis bastante agradecidos al Padre de las m i -
Sefior y solo verdadero Dios. sericordias. A la verdad, afiadeel Apóstol, la virtud del
La Epístola de la misa está tomada del capítulo 1.° de Espíritu Santo y los milagros han acompañado mi predica-
a primera carta de san Pablo á los tesalonicenses. I l a - ción; pero también vosotros habéis correspondido á la gra-
biendose visto precisado el santo Apóstol á salir de F i l i - cia, y habéis hecho tan grandes progresos en los caminos
pos, después de haber sido allí azotado públicamente con de Dios, que habéis llegado á ser un modelo para lodos
varas, y sufrido una prisión cruel por Jesucristo, vino á los fieles de Macedonia y de la Acaya; y vuestra fé en Je-
Tesalónica, ciudad de Macedonia, en donde los judíos te- sucristo, vuestro ánimo enlos peligros, vuestra constancia
man una sinagoga. San Pablo fué á ella, según su coslum- en las mas violentas persecuciones y en lodo género de
J)f e, y por tres sábados consecutivos (Ador. 1V. Ies h i - pruebas os han atraído la admiración de todas las Iglesias;
DiiS^UES DE LA EPIFANIA. 53
y lo que es nws consolante para mi y para vosotros, os que la sombra, á reposar y aun á hacer sus nidos. Ué aquí una
vuestra virlufl os ha dado tantos imitadores como a d m i - imagen bastante natural de mi Iglesia que debe estenderse
radores. Por la cruz ha entrado Jesucristo en sugloria-por de un modo incomprensible á los sabios del mundo y á l o -
los trahajos han hecho los apóstoles triunfar el Evange- do entendimiento humano.
lio; y por 1 us sufi imientosse perfeccionan los cristianos, y Kepresenlaos también, a ñ a d e , un poco de levadura que
llegan á la felicidad que les está preparada. Ciertamente, una mujer pone en tres medidas de harina, y que e s p a r -
nada contribuyó mas en los primeros tiempos al progreso ciéndose portodas, tiene bastante virtud para hacei-fer-
del Evangelio, que la vida pura, irreprensible, edificante mentar toda la masa. De este modo jnslruia el Salvador
de los primeros heles: nada cunlribuiria todavía hoy tan al pueblo, complaciéndose en tratar con los mas sencillos
poderosamente á la conversión de, los pecadores y do los hasta familiarizarse con ellos; no diciéndoles nada que
herejes, que la pureza de las costumbres y la piedad de fuese superior á sus alcances; no proponiéndoles en sus
los cristianos de nuestros dias. No se habla portodas par- parábolas sino cosas muy comunes y de un uso ordina-
tes mas, continúa, que de las maravillas que Dios ha he- rio; y acomodándose al carácter del espíritu de todos sus
cho entre vosotros por nuestro ministerio; vuestra conver- oyentes, por medio de esto lenguaje figurado tan común
sión maravillosa autoriza estraordinariamente nuestra doc- á las gentes del pais. De este modo el Maestro de todos
trina; se publica por todas parles una mutacionde costum- los doctores verificaba en su persona lo que en otro tiempo
bres tan admirable, una conversión tan pasmosa, y do l o - habia predicho de él un profeta : «Hablaré en parábolas,
do esto que se admita en vosotros se concluye, deesaino- publicaré cosas que han estado ocultas desde la creación
cencia que no se ha desmentido nunca, de esa modestia del mundo.»
tan ejemplar, de esacaridad tan universal, deesa piedad, La religión cristiana, la predicación del Evangelio, la
de esa hospitalidad, de esa tan benéfica cordialidad, que Iglesia designada aquí bajo el nombre de reino de los
tanto honor hacen al cristianismo; se concluye, repito, de cielos, es semejante, dice el Salvador, á un grano de mos-
todo esto que una religión que hace tantos prodigios, y taza, oí mas pequeño de todas las semillas; porque esta
que es tan eficaz y tan santa, no puede mónos de ser la
Iglesia que no fué en su principio mas que un n ú m e r o pe-
única verdadera. Concluyamos también nosotros, que si
quefio de hombres sencillos y groseros, unidos á Jesucris-
todos ios fieles viviesen hoy como cristianos, muy pronto
to, se ha elevado en lo sucesivo sobre todas las falsas
habria bien pocos herejes 6 infieles.
religiones del mundo, y esto con una rapidez tan grande,
El Evangelio de la misa de este día es la continuación de que en pocos siglos ha borrado y hecho desaparecer UH
el del domingo precedente, tomado del capítulo 13 de san das las d e m á s religiones, á pesar del poder, la estensiou y
Maleo; donde el Salvador continuando en instruir a! pue- la antigüedad del paganismo. Los pájaros del aire han ve-
blo, les propone dos parábolas familiares, muy á propósi- nido á posar sobre sus ramas; es decir, que de tal manera
to para suavizarlos espíritus mas groseros, y hacerles es- se ha aumentado, que los grandes del siglo, los entendi-
pirituales. mientos mas sublimes y mas distinguidos por su ciencia,
Acababa el Salvador de comparar la iglesia á un campo no se han avergonzado de la simpliculad del Evange-
fértil y cultivado en donde el enemigo de la salud duran- lio y de la humildad de la cruz. Al parecer nada hay al
fe la noche habia sembrado ziznña entre el buen grano. principio en el corazón mas que ta primera semilla de la
Habia también comparado su doctrina con la semilla, que gracia; pero seamos fieles á ella y veremos lo que pue-
no pide mas cultura, después que el labrador la ha echa- de producir. En las obras de Dios no debe maravillar-
do en (ierra; ella brota, ella crece sin que él sepa de qué nos el ver lo débil de sus principios, es este su carácter
manera se hace esto, ni ponga en ella la mano. Esta ú l t i - propio.
ma parábola era muy clara y no tenia necesidad de espli- La levadura-de que habla aquí el Salvador, es la doc-
caclon. Se dejaba ver bastante que el buen grano desig- trina evangélica, que oculta al principio en un rincón de
naba la buena doctrinaba cual recibida en una alma bien la Judea, eslerulió en seguida y ha esparcido su virtud por
dispuesta, hace en ella efectos prodigiosos; pero de un loda la tierra; es la gracia en un corazón que la conserva
modo tan dulce que apenas se percibe. Lo que habia que en secreto, y que le da tiempo para obrar su mutación.
temer era, dice el sabio de Montereul, que los discípulos Esta gracia es la que debe derramarse y comunicarse se-
del Salvador, viéndose en pequeño número y rodeados cretamente en todas nuestras acciones para hacerlas m e r i -
^ •memigos, se dejasen poseer d é l a tristeza y del decai-
torias, lisia levadura es la que hace fermentar la masa:
miento. Quiso, pues, por tanto fortificarles, haciéndoles
sin la gracia todas nuestras acciones son insípidas y no
^ como su Iglesia, tan pequeña en su nacimiento, cre-
son agradables delante de Dios. iDichosos los cristianos,
a r í a de tal modo algun dia que llenarla toda la tierra.
porque han aprendido estas verdades sublimes y estas
tflfé, les decia, c o m p a r a r é yo el reino de Dios, y de máximas agradables 'que tantos siglos habían ignorado!
^Ue parábola me serviré para daros una verdadera idea pero desgraciados también aquellos cristianos á quienes
e él? F¡tr,Iraos p01. Iina pj^.fp nn g,.nn0 ¿|e mostaza, y este conocimiento no hace mejpres, y que por consiguien-
P'^ oí ra un poco de levadura. Este grano tan pequefio te hace mas criminales. El Señor no nos habla ya por fi-
^ i*e las divt'rsas especies de granos, cuando se siembra, guras y p a r á b o l a s ; eí Espíritu Santo ha hecho á los fie-
en nn huerto, ó en un campo bien cultivado; este grano, les capaces de estas verdades sublimes; la fé ha disipa-
^1^,produce una plañía que crecehastauna alturatal,quc do aquellas tinieblas tan espesas que impedían álos hom-
^ So?0 cnbrc todas las legumbres, sino que arroja j g / W - bres el ver la verdad. Pero ¡qué desgracia mas temi-
ramas ^ PUf>de pasar por uti grande árbol. Kn efeclo, ble, que ol ver la verdad y no seguirla! ¡qué desgra-
' ' J^mas son tan estendidas, tan gruesas y tan fueries, cia el conocer el bien que se debe hacer y no practi-
e 'os pájaros cansados de volar, vienen á buscar en ellas carlo!
SEXTO DOMINGO
El grano de mosiaza se hace árbol. iNinguua cosa era ^UÍ. Ipsi enim de nobis a n - tribulaciones, de manera,
mas conocida de las genles del pais quo esla conipara- nanlianl qualem introilam que habéis llegado á ser un
* cion. En los países cálidos y en los terrenos íérliles, las kabucrimus ad vos; el q m - modelo para todos los fieles
plañías llegan á una altura mucho mayor (juelo que se ve modo conversi estis ad Deum de la Macedonia y de la
en nuestros climas. Se leo en el Talmud de Jerusalen y a simulacris, serviré Deo vivo Acaya. En efecto , no solo
de Üabilonia, esto es, en las dos colecciones de las tradi- el vero, et expectare FiUum en la Macedonia y en la Aca-
ciones judaicas que se hicieron la una en Jerusalen y la ejus de ccelis (qucm suscita- y a habéis dilatado ia pala-
otra en Babilonia, que un judio llamado Simón tenia un vit ex moríais), Jesum, qui bra del Señor, sino que por
vastago de mostaza que llegó á ser tan alio y tan fuerte, eripuil nos ab i r a ventura. todas partes so ha dado á
que un hombr e hubiera podido subir encima sin romperle. conocer vuestra fé en Dios,
Se reGere también allí (fue olio pié de mostaza tenia Ires de modo que nonos ha que-
ramas, de las cindes ta una servia de sombra á algunos dado nada que hacer; por-
olleros que trabajaban debajo en el estío para guarecerse que estas genles publican
de los ardores del sol. ya como nos hemos intro-
ducido con vosotros, y c o -
La oración de la misa en este dia es'como sigue: mo vosotros os habéis con-
Incesta, queesumus, o m - Conccdednos, os roga- veiiido á Dios, dejando los
nipoteus Dcus: ut semper mos, Dios omnipoiente, que ¿dolos para servir al Dios
ralionabilia mcdilanlrs, quee nuestro entendimienlo esté vivo y verdadero, y para
tibi s u n t p l a á í a , el diclis siempre de tal modo ocupa- esperar á su Hijo que ha r e -
exequamur, et [aclis. Per Do- do con pensamientos sanios sucitado cuando venga del
ni imán n o s l n i n . . . y razonables, que (odas cielo, á este Jesús que nos
nuestras palabras y accio- ha librado de la ira que nos
amenazaba.
nes no se dirijan mas que
á agradaros , y seguir en La carta de san Pablo á los tesalonicenses, es la p r i -
lodo vuestra soberana vo- mera de todas las que el Apóstol ha escrito á las Iglesias.
luntad. Por nuestro S e ñ o r El año de 52 ó 33 de Jesucristo era cuando escribía des-
Jesucrislo, etc. de Corinto, donde estaba después de haberle venido á de-
cir Timoteo y silas la constancia y el fervor en que perse-
La Epístola es tomada de la primera carta de san Pablo á veraban en la fé de los fieles de Tesalónica.
los Tesalonicenses, cap. I .
Fralres, g r u ñ a s agimus Hermanos mios , damos REFLEXIONES.
Oco semper pro ómnibus vo~ continuas gracias á Dios por «Habéis llegado á ser un modelo para todos los líeles
bis, memoriam vestri facien- lodos vosotros, sin olvidaros de la Macedonia y de la Acaya.» Nosotros hemos recibido
lesinoralionibusmslrissine j a m á s en nuestras oracio- las mismas instrucciones, las mismas lecciones que los do
iniermissione, memores ope- nes. Conservando delante Tesalónica, recibiendo la misma fé. Nosotros no tenemos
rís fidei vestrw, el laboris, et de Dios y Padre nuestro la otro Evangelio: ¿y puede decirse de nosotros lo quo san
cliariialis, et sustinenliíjespei memoria de lo que obra Pablo decia de aquellos que hemos seguido su ejemplo y
Domini noslri Jesa Clmsli, vuestra fé, de vuestros t r a - el del Señor, y que hemos llegado á ser un modelo para
ante Deum el I'alrem nos- bajos, de vuestra caridad, todos los fieles? ¿Honramos nuestra religión por la pureza
í r u m ; sdenles fralres dilecli y de la constancia con que de nuestras costumbres, por la rectitud de nuestros senti-
a Deo, electionem veslram: esperáis en Jesucristo nnes- mientos, por la regularidad de nuestra conduela? La vida
quia lívangelium noslrum tro Señor. No dudamos her- santa, edificante, irreprensible de los primeros fieles, ha-
nou fuil ad vos ia sermone manos mios muy amados cia cuasi tantas conversiones como el celo de los que pre-
tanlum, sedinvirlute, et i n de Dios, que habéis sido ele- dicaban la fé. Aquella mutación improvisa de costumbres,
Spiritu Sánelo, et i n pleni- gidos; porque cuando os he- de inclinaciones, de m á x i m a s , presentaba siempre algo
tudinc multa , sicul scitis mos predicado el Evangelio de maravilloso; los espírílus quedaban sorprendidos á su
guales fueriMus invohisprop- no ha sido solamente con vista : una modestia constante, una dulzura inalterable,
ter ros. Et vos imitalores palabras, sino también con una mortificación de los sentidos generosa, una pacícncí*
noslri facli eslis et Domini, milagros, con. la operación á toda prueba, una caridad sin límites, un desinterés u n i -
excipientes verbum i n tribu- del Espíritu Santo, y con un versal , una práctica continua de los consejos mas per-
¡alione mulla, cum gaudio bueno y completo resulta- fectos y de las mas religiosas máximas del Evangelio;
Spiriius Sancli: ita u l ¡acti do, habiendo observado en- lodo esto ingerido, por decirlo así, en una naturaleza cor-
sitis forma ómnibus creden- tre vosotros, y porconside- rompida, sobre unas inclinaciones viciosas en un cora-
libus i n Macedonia , el tu ración á vosotros, la con- zón avezado á la disolución y á los escesos mas es-
Aihuja. A vobis enim diffa- ducta que sabéis. También pantosos , no podía menos de mirarse como un f:ulo p r o -
matas esl sermo Domini non vosoti'os por vuestra par- digioso. Genles nacidas en el paganismo, alimcnladas con
solmn in Mocedonia el i n te habéis seguido nuestro sus supersticiones, todas las mas conformes á la cor-
Achaja, sed i n omni loco / i - ejemplo y el del Señor, re- rupción de la naturaleza, endurecidas en el vicio, for-
desveslr'i, quee esl ad Deum, cibiendo la palabra con la tificados en el error por sus preocupaciones, alenta-
profecía esl, ha u l non sil alegría del Espíritu Santo, das por un lai go hábito para toda suerte de ci ímenes con-
uobis necesse quid¡uam l o - aun en medio de diversas vertirse en un momento en modelos de la mas p u r a , la
DESPUES D E LA EPIFANÍA. . 55
mas perfecta y la mas heroica virtud; solo la religión pósito para desprendernos de los bienes y do los placeres
cristiana es la que puede hacer esto milagro. Ella le ha de esta vida quo la meditación do la muerte. Puede decir-
hecho: ¿ y de dónde viene que tío continúa en noso- se que el pensamiento de la muerte hace poco mas ó me-
tros estas maravillas? Nosotros pertenecemos á la misma nos el mismo efecto sobre el corazón y sobre el espíritu,
religión, tenemos la misma fé su virlad no puede envejecer: que la misma muerte. Él quita la máscara al mundo, des-
leñemos aun sohre los primeros cristianos la ventaja de cubre todos los falsos resplandores que deslumhran , deja
sus buenos ejemplos: ¿somos, pues, tales que podemosser percibir el vacío de todo lo que llama la atención , da A
propuestos como modelos? La doctrina cristiana (pie hace- conocer el veneno de todo lo que encanta , hace sentir la
mos profesión de creer y de seguir no ha degenerado de amargura de todo lo quese llama placer. Entre otros muchos
su pnmer espíritu. Somos, pues, nosotros los que degene- y grandes frutos que se pueden sacar de la meditación de
ramos de aquellos que el Apóstol, la Iglesia, Jesucristo la muerte, uno délos principales es el pensar que cuando
mismo nos propone por modelos. Nosotros! tenemos la d i - uno está á punto de morir, viene la sabiduría, por decir-
cha de haber nacido en la Iglesia, de haber mamado la r e - lo a s í , de lodos los eslremos del mundo á la cabecera del
ligión cristiana, por decirlo así, con la leche; ¿ y cuántos moribundo; es decir, que cuantas criaturas hay en el u n i -
cristianos desacreditan hoy el cristianismo por la irregula- verso predican entonces la verdad pura, sin velo, sin dis-
ridad de su conducta y la corrupción de sus costumhres? fraz, y le hacen ver sin nieblas , y conocer sin confusión,
«.Cuántos se bailarán entre la multitud de cristianos del que nada hay en esta vida mas digno de un hombre no
dia, que se puedan proponer por modelos?¿.0ué de gentes solamenie crisiiano , sino racional, que a m a r á Dios, ser-
de toda edad, de todo sexo, de toda condición, que no virle y agradarle ; que todo lo demás no es otra cosa que
tienen de cristianos cuasi mas qne el baulismo? Un e s p í - vanidad y locura ; y puede decirse que todas las criatu-
r i t u de ambición, de interés, de vanidad, sofoca cuasi (odo ras vienon á descubrirle su nada y su indigencia, y á de-
el espíritu de religión; las pasiones reinan con impet io en cirle todas que la mas insigne de todas las eslravagancias
los corazones que se abandonan al placer, ¿ y Jesucristo es el apegarse durante la vida á otras cosas que á Dios
reina en el corazón de todos los fieles? ¡O Dios mió! ¡qué solo. En esto conviene el sentido común de los buenos y
Pequeño debe ser el número de los elegidos! de los malos. Todos convienen entonces que nada puede
contentar nuestro corazón masque Dios solo ; que no hay
El Evangelio es de san Maleo c a p . 13. verdadera paz , verdadera dulzura , verdadero placer,
I n illo tempore: Dixil Je- En aquel tiempo, se d i r i - verdadera sabiduría , verdadero mérito , mas que en el
sús turbis parabolam hanc: gió Jesús al pueblo con esta servicio de Dios. La muerte hace caer el velo á todos los
Shnile est regnum m l o r u m p a r á b o l a : El reino de los objetos criados, y destruye su prestigio. ¡Qué bello punto
grano simpis, quod accipiens ciclos es semejante á la de vista es el lecho de la muerte I Desde allí se ve que el
homo, seminavit i n ayrosuo: grana de la mostaza , que nacimiento mas ilustre, el puesto mas elevado, la dignidad
fjwd minimum quidem est tomó un hombre y la sem- mas brillante, los placeres mas tentadores, los tesoros mas
ómnibus seminibus: enm atí- bró en su campo , la cual ricos, y la prosperidad mas seductora, nada tienen de s ó -
tem crexeril, majus est ó m - siendo la mas pequeña de lido, nada de estable, nada de satisfactorio; nombres g r a n -
nibus okribus , et fu arbor, todas las semillas, cuando des, brillo superficial, opinión popular, idea arbitraria de
ila ta votucres m í i veniant, ha crecido es la mayor do una felicidad imaginaria ; hé aquí lo que hay de real en
M habiienl in ramis ejus. todas las plañías, y llega á todo lo que encanta durante la vida : en la muerte d i s i -
Aliam parabolam lomtus est hacerse un árbol, de suerte pándose las tinieblas , presentándose t)das las criaturas
v i s : Simile, est regnum codo- que los pájaros del cielo sin máscara y sin disfraz , quedando libres la razón y la
>'um fermento, quod acceptum vienen á posar sobre- sus religión, los mas-libertinos y los mas impíos piensan como
ww/icr ahscondit in farinm ramas. Otra parábola les los mas justos ; pero ¡ q u é efectos tan contrarios producen
S(ttis tribus, doñee fermenta- propuso también : El reino sus conocimientos ! Estos , llenos de reconocimiento á la
'«ÍW est totum. Ucee omnia de los cielos es semejante á bondad divina , poseídos de una dulce confianza en su
heutus est Jesús inparabolis la levadura, que una mujer misericordia, están contentos por haber llevado una vida
turbas: et sine parabods toma y pone en fres medi- cristiana, sienten una alegría la mas pura por no haberse
nou loquebatur eis i ut í m - das de harina , hasta que dejado deslumhrar de tantas brillantes apariencias, mien-
Vlereiur qmd diclum eral toda hi masa está fermcnla- tras que, aquellos, reconociendo su eslraña locura , se en-
per Prophclam úicentem: da. Todas oslas parábolas tregan á la rabia y á la desesperación , por habei se en-
AP<!riam in purabolis os dijo Josus al pueblo, y n u n - gañado tan groseramente, y haber errado el camino.
r>,ewm eructaba abscondita ca lo hablaba sin parábolas, PUNTO SEGUNDO.—Considera que en la muerte todos l i e -
a ''onstitutione mundi. á fin de que se cumpliese lo non espíritu crisiiano; el mismo efeclohace elpensamienlo
que babia dicho el Profeta : conlinuo d é l a muerte , con osla diferencia , que el co-
Yo hablaré en p a r á b o l a s : razón so penetra de él cmmdo uno se acerca con frecuen-
yo publicaré cosas que hati cia á estas grandes verdades durante la M'da. No sola-
estado ocultas desde la crea- mente el moribundo es el que piensa de no modo tan justo,
ción del mundo. los que le sobreviven razonan también con sabiduría. To-
dos creen que el que muere no merece eslima , ni alaban-
MEDITACION. zas, sino por las buenas obras que ha hecho y por la vida
cristiana que ha llevado. ¿ S e atreveria nadie para conso-
Sobre el pensamiento de la múrele.
lar á un padre en la muerte de su hijo, á una viuda en al
PUNTO MUMISRO.—Considera que no hay cosa m a s á p r o - muerte de su esposo, á un hi jo en la muerte de su padre,
56 DOMINGO DE SEPTUAGESIMA
se afrcvcria nadie á decirles que debian consolarse en la 2 No paséis ningún mes sin meditar una verdad lan
pérdida do aquel por quien lloraban, porque había nacido interesante. Es muy importante hacer esla medilacion t o -
grande, rico, poderoso , porque había sido un hombre de das las semanas, y aun el pensar en ello muchas veces
tálenlo, que hnbia hecho una bella figura en el mundo? cada día. Pero sobre todo, en donde el pensamiento de la
¿ Se alreveria ninguno á ofrecer como motivo de consuelo muerte puede proporcionar armas para vencer, es en los
su habilidad y su continuación en el juego y en los espec- combales que hay que sostener, y para las victorias que
táculos ; sus placeres, sus diversiones, su mundanidad, su deben conseguirse sohre las pasiones. Nada hay mas á
lujo, su alia íbrluna? ¿No se diría que el tal hombre h a - propósito para endulzar los ejercicios penosos de la moi l i -
bía perdido el juicio sí se proponia Inles molivos para el lícacion, y para aumeular el ánimo y encender nuestro
consuelo ? Esto es todo lo que se alaba , todo lo que se celo. La medilacion frecuente de la muerte es el contra-
estima durante la vida ; lo que se busca para consolarse veneno de los placeres de esta vida, y un remedio eficaz
en su muerte, es si ha sido vírluoso, temeroso de Dios, si contra la tibieza.
ha llevado una vida cristiana y ejemplar. Se acuerda en-
tonces su dulzura, su modestia, su caridad , su devoción., DOMINGO DE SEPTUAGÉSIMA.
su fé viva. Se les dice á aquella mujer, á aquellos hijos: Se llama domingo de Septuagésima el primero de las
Consolaos , porque vuestro marido , vuestro padre , lia Ires que preceden ál primer domingo de Cuaresma en cuyo
vivido romo buen cristiano, y ha muerto como verdadero tiempo comenzaba esla en lo anliguo, y en el cual princi-
predestinado ; se trae á la memoria todo lo que ha d i - pia la Iglesia ó prepararse por la penitencia para celebrar
cho, todo lo que ha hecho de edificante , que ha recibido con frutóla fiesta de la Resurrección.
los últimos sacramentos con una piedad ejemplar. En la El sabio Alcuino, tan célebre desde el tiempo de Cario
muerte de aquella persona religiosa no se habla mas que Ma.ntio, pregunta por qué se da el nombre de Septuagési-
de su fervor, de su humildad , de su morlííicacion , de su ma á esle domingo lan privilegiado ; porque al fin, dice,
exacta regularidad, de su obediencia. Su espíritu, susaber, aunque la autoridad de la Iglesia romana debe ser snli-
sus raros talentos, no entran en su elogio, por decirlo así, cicute para establecer un uso en materia de religión, sin
mas que como accidentes. Así escomo se habla de un mo- embargo nunca la Iglesia ha establecido semejantes usos
ribundo, esto es lo que se estima en la muerte ; lodo lo sin razón para ello. Y el mismo doctor responde, que una
d e m á s pasa por diversión J u e g o de n i ñ o s , locura. ¿ Y de las razones del establecimiento de eslas tres semanas
p o r q u é , Señor, no hemos de pensar del mismo modo de penitencia que preceden á la Cuaresma, es que anti-
durante la vida? guamente, en aquellos lugares donde no se ayunaban los
Haced, ó Dios mío, por vuestra gracia que yo no pien- seis días de cada semana de Cuaresma, se procuraban t o -
se de otra manera. Yo estoy resuello á medílar lan de mar los dias que faltan al número de los cuarenta de las
continuo esla verdad lan importante, que ya no juzgue (Je semanas precedentes, para ayunar y cumplir así el n ú -
nada, duran'e la vida , sino como debo juzgar en la hora mero de los cuarenta ayunos présenlos. La Quincuagési-
de la muerte. ma era por causa de los que no ayunaban el jueves san-
JACÜLATOBIAS. Acordaos de vuestro úllimo fin , y no pe- io, en razón d é l o s grandes misterios que en él se obran,
careis j a m á s . (Eccli 1.) ni el sábado santo, atendiendo á la alegría de la fiesta de
Yo sé, Dios mió, que en la hora de la muerte todo apa- Pascua, cuya solemnidad comienza desde la víspera; y es-
recerá tal como es. [Eccli. 1 1 . ) tos dos dias se reemplazan por el ayuno del lunes y del
martes que seguían al domingo de la Quincuagésima. La
PROPOSITOS. Sexagésima era para aquellos que, según el uso de su
1 Es ciertamente una estrema imprudencia el aficio- Iglesia, no ayunaban los jueves de Cuaresma, á cansa de
narse durante la vida á lo que en la muerte debe ser causa que Jesucrisio había insliluido la Eucaristía, y subido al
de senlimiento; y por el contrario, la verdadera sabidu- cielo en esle día, de donde viene que el papa Melquíades
ría consiste en reglar uno su vida por el juicio que se hace prohibió ayunar el jueves en memoria de estos dos gran-
de las cosas cuando está á punto de morir, y conceder su des mislerios. Como desde la Sexagésima hasta Pascua
eslima, su afección, su tiempo y su aplicación á lo que hay ocho semanas, si se quitan los domingos y los jueves,
puede servir de consuelo al alma en el paso formidable de quedan cuarenta dias de ayunos completos. En fin, la Sep-
este mundo al otro. Esla verdad bien meditada desenga- tuagésima era para aquellos queno ayunaban en Cuaresma
ña el ánimo de todos los embustes que le seducen, des- ni los jueves ni los sábados. Mas aun cuando comenzasen
prende el corazón de todas las aficiones que le cautivan, á ayunar desde el lunes de esta semana, no salen mas
no piensa mas que en adquirirse un fondo sólido para la que treinta y seis ayunos en su cuaresma, que ellos con-
elernidad, se adhiere uno solamente á Dios, y todo lo pa- sideran solamente como un diezmo del año que ofrecían á
Dios.
sajero lo mira con desprecio. Este es el fruto, como nece-
sario de la frecuente medilacion de la muerte. Meditadla Como el dia de Pascua es la regla de todas las fieslas
muchas veces, y preguntaos á vosotros mismos lo que movibles en todo el curso del año, la Septuagésima es el
pensareis en la muerte de todo lo que ahora deslumhra, primer término de las que la preceden; y á ella ha fija-
de lodo lo que lisonjea mientras se vive. Cuando desea- do la Iglesia el principio de las lecturas que hace d é l a Es-
reis alguna cosa con ansia, cuando se trate de emprender critura santa en sus oficios nocturnos. Por lo que hace al
algo, juzgad de ello por lo que os parecerá en la hora de nombre de Septuagésima que se ha dado á este domingo,
la muerte. Mirad todas las cosas molestas ó agradables tomándolo literalmente parece que deba indicar una é p o -
como lo haréis entonces á la luz d é l a eternidad. No hay ca de setenta dias, y así como pretenden esplicarle la
práclica de piedad que sea mas útil ni mas eficaz. mayor parle de los autores litúrgicos. Los unos han creído
DE SEPTUAGESIMA 57
que el decirse Septuagésima no era mas que porque es el siempre opuesto al espíritu de Jesucristo , á inlrodiuir
séplimo domingo á n l e s d e l d c Pasión, como se llaman Se- en el mundo usos y costumbres profanas cuteramen-
xagésima, Quincuagésima y Cuadragésima los tres do- te coiitrarias. Para impedir esta preparación á la p e n i -
mingos siguienles, que son el sexlo, quinto y cuarto antes lencia cuadragesimal , y sirviéndose de esta misma
del mismo domingo. Otros quieren que el nombre de Sep- penitencia , ha introducido el demonio el carnaval, y
tuagésima signifique los setenta diasque hay desde el do- lia convertido un tiempo tan santo en dias de disolucio-
mingo hasta la víspera de Cuasimodo, no considerándose nes y desórdenes. Cuanto mas se acerca el santo liempo
la octavado Pascua, según elespírilu y el lito déla Iglesia, de Cuaresma, mas debe emplearse en la devoción, confor-
mas que como el mismo dia, y esta es la opinión del c é - me á la intención de la Iglesia ; pero en el dia, cuanto mas
lebre Alcuino en su caria á Cario Magno. Y así como al se aproxima este santo tiempo , mas se abandonan las
primer domingo de Cuaresma se le lia dado el nombre de gentes á diversiones profanas, y á disoluciones enícra-
Cuadragésima á causa de los cuarenta (lias de ayuno pres- mente paganas. La Septuagésima, esta primera época de
critos en este sanio liempo, aflade el mismo autor, y el de los dias de penitencia, ha llegado á ser , por decirlo así,
Quincuagésima al domingo precedente, porque efectiva- como el anuncio de las mas licenciosas partidas de placer;
menle hay cincuenla dias desde el domingo hasta la Pas- bien puede la Iglesia en los oficios de este tiempo desha-
cua ; del mismo modo, dice él, se ha llamado Sexagésima cerse en llantos y en clamores de penilencia: se la deja
al domingo que precede, a causa de los setenta dias que gemir sin alterarse , y se enlregan las gentes m a s á los
hay hasla el miércoles de la semana de Pascua, que es el regocijos y á las fiestas mundanas. El espíritu del mundo
medio entre la fiesta de Pascua y Cuasimodo. Pero sin ir ha prevalecido; sus perniciosas máximas tienen hoy fuer-
á buscar tanto misterio, donde (al vez no hay ninguno, se za de ley ; el uso parece haber prescrito. Pero al fin el es-
puede decu1 que como el primer domingo de Cuaresma ó píritu de Jesucristo y de la Iglesia no se desmiente. Pue-
de los cuarenta dias de ayuno se llama Cuadragésima en de muy bien toda carne haber corrumpido sus caminos;
el lenguaje de la Iglesia, cuando se ha subido reirogra- mas la Septuagésima viene lodos los anos á predicarnos
dando hasta los tres domingos precedentes, cuyas sema- la necesidad indispensable de la penitencia : ¡desgracia-
nas sirven de preparación á la Cuaresma, se ha querido dos aquellos que hacen de ella la época de los placeres
guardar el órden de los números por decenas, f se ha l l a - criminales y de su condenación !
mado Quincuagésima al domingo que precede al primero Toda la Epístola que la Iglesia hace leer en la misa do
de la Cuaresma, y Sexagésima y Septuagésima los dos esle dia, es la mas propia para desengañar á los crislia-
domingos precedentes. nos, con respecto á los placeres tan poco cristianos, á las
Lo quo hay de cierto en la inslilucion do es!a anticipa- comidas suntuosas , á las glotonerías , que el espíritu del
ción del sanio tiempo do Cuaresma, es que la Iglesia ha mundo opone en este tiempo escandaloso del carnaval, al
pretendido en estas tres semanas que preceden al tiempo espíritu de penitencia á que nos convida la Sepluagésima.
solemne de penitencia conducir á sus hijos para que les Está tomada del capítulo 9 de la primera carta de san Pa-
sea saludable, preparándose para ella por el recogimion- blo á los corintios , en la que el sanio apóstol exhorta á los
lo, los ejercicios de caridad, por la frecuencia de sacra- fieles á la mortiOcqcion y á la penilencia, y se sirve para
mentos y por la oración. Nadie ignora que lo que se hace ello del ejemplo de aquellos que para correr en la lid y
en estado de pecado mortal es perdido para siempre, y ejercitarse en la lucha, llevan una vida tan austera, y esto
que á lin de que el ayuno y la abstinencia, para que toda para conseguir una corona que se marchita en el mismo
penitencia sea meritoria, debe ser hecha en estado de dia ; se s i r v e , digo , de esle ejemplo , para anim.-.r á los
gracia; la Iglesia que nada desea tanto como la salud y la crislianos á mortificarse y domar un cuerpo con el castigo
perfección de los fieles, ha consagrado á los ejercicios de para obtener uua recompensa eterna.
piedad los tres domingos que preceden á esta penosa car- Vosotros sabéis, les dice, la vida austera y mortifierda
pera, á fia de que les sea mas íaludable. lí! sabio Teodulfo, que llevan los que combalen en los juegos pií'olicos: ellos
«hispo de Orleans en el siglo v m , esplicamlo en su caria se abslienen de lodo; se p r i v á n d o l o s placeres, d é l o s
pastoral á sus curas, cuáles eran los deberes de los fidés manjares mas delicados; ninguna vida mas IVugal, y aun
durante el sanio tiempo de Cuaresma, dice que uno de los mas dura que la suya; y esto para conseguir un premio
pi'incipales es confesarse en las semanas que preceden á de muy pequeño valor, una corona do laurel, de olivo ó
esto santo liempo; y á lin de que la penilencia sea >salu- de encina, mientras que los crislianos prefieren á una co-
^i'ble debe prevenirse por la reconciliación con sus ene- rona de gloria eterna irnos placeres empapados en m u -
migos, poniendo término á todo proceso y diferencia con chas amarguras, y que ni aun duran mas que a'gnnos mo-
^oalijiiiera. mentos.
listo es lo quo ha movido á muchas personas piadosas, San Pablo, para confundir á los cristianos flojos,les pro-
Y siugiihirmeiite á muchos religiosos , según Pedro de pone por modelos á los ¡Hielas, esto es, á los que comba-
lílois, á comenzar en la Septuagésima el tiempo de peni- lian en los juegos públicos. Enire los cuatro famosos j u e -
tencia, y aun empezando el ayuno y redoblando los e j é r - gos do la Grecia, habia los que se llamaban ístmicos, así
celos de ta mortificación desde esle dia. Ks innegable (|ue llamados del istmo, ó lengua de tierra que unia el Pelopo-
m intención de la Iglesia es el inspirar á todos los fieles neso al resto de la Grecia. Como estos juegos se celebra-
B' espíritu de penilencia y de mortificación , sobre lodo ban cerca de Coritito, el Apóstol habla de ellos como de
^esde la Septuagésima, en que se cesa de canlar el «Alle- una cosa conocida de lodos los corintios. Estos combate?!
hasta Pascua ; suspendiendo todo cántico de ale- eran de cinco especies: el de la carrera, del que bab!a
8jn.3t y nc permitiéndose mas que el luto de la pemíem ia. aquí el Apóstol; los de la lucha y del pugilato, á los cua-
^ l e espii iiu Je iu |siosia es el que ha movido al demonio, les hace alusión en seguida; y los del salto y del disco^ ^

TOMO I V . n
58 DOMINGO
tiro tlt'! leju. Loe alíelas qtfó se ejcrciluban en los; coinba- das en su favor, no han impedido que la mayor parte de
ti1.-:, se abslenian de (otlo lu que podía disminuir sus fuer- ellas hayan perecido cu el desierto por haber desagrada-
zas, 6 hacerles menos ágiles. Guardaban continencia, ob- do á Dios, despreciando sus preceptos. Hermanos míos,
servaban un régimen de vida muy frugal y muy propio a ñ a d e , todas estas cosas han sido figuras con respecto á
para endurecer y fortificar el cuerpo. Comian poco, y no nosotros, á fin de que no nos inclinemos al mal, y que nos
se alimenlaban mas r¡ue con viandas muy comunes. No aprovechemos de sus ejemplos; y concluye que aquel que
usnb.in el vino, dormian poco, y huiau toda delicadeza.Na- cree mantenerse firme, mire no caiga. ¿ Queremos noso-
da abrevia lanío la vida ni consume tanto la salud como e] tros asegurar nuestra salvación ? Sigamos el espíritu y las
uso de los placeres y la glotonería. Esto es lo que ha he- máximas de la Iglesia.
cho decir á los antiguos que el verdadero medio de vivir Bien se ve que san Pablo no pretende hablar aquí del
sanos, vivir largo tiempo y hacerse muy robustos, es v i - bautismo propiamente dicho; solo quiere dar á enlender
v i r con régimen, en una exacta templanza, alejado de los que loque pasó entonces, era la figura del bautismo de la
placeres, cu un trabijo moderado, en el ejercicio del cuer- loy nueva. La nube que cubria y que conducía á los i s -
po y llevar constanlemonte una vida frugal. Todos corrían raelílas durante el día, y les alumbraba durante la noche,
á un mismo tiempo, pero uno solo llevalui el premio ; y es la ligura del Espíritu Santo que por su gracia nos p r o -
este premio que se sabia bien que solo podía conseguir tege, nos dirige y nos ilustra. La salida de Egipto, el fin
uno, no era mas que una corona tejida de ramas de algu- del cautiverio, el paso del mar Rojo, signilica la salida del
nos árboles, ó de algunas plantas, como de olivo, de m i r - estadodel pecado y de s e r v k h r ü b r e en fjue nos tenia el
to, de encina, de laurel ó de apio, que es una especie de demonio, y nuestra regeneración por las aguas del bautis-
perejil que se cria en las huertas, y que tiene al fln de sus mo. Moisés libertador de los israelitas, y mediador entro
vastagos flores blancas ó amarillas. Nada era , en efectOj Dios y su pueblo, os el tipo y la figura de Jesucristo, ver-
mas corruptible que las coronas que constiluian toda la dadero liberlador del género humano, y mediador por es-
gloria y el premio de cslos penosos combates. «Por lo que celencia. El maná que Dios hacía llover caía para todos
hace á mí,dice el Apóstol, yo corro, nó como á la ventura», igualmente. El Apóstol llama á af|ue! alimento espiritual, ó
sino como á una victoria cierta, y por una corona que misterioso, poique era un símbolo que representaba el
pueden conseguirla muchos al mismo tiempo, sin que por cuerpo de Jesucristo, dado á los fieles en el misterio de la
esta multiplicidad de vencedores pueda disminuirse la re- Eucaristía. También llama espirilual la bebida de los is-
compensa. Yo combato, nó como quien azota al aire; dice, raelitas, porque era igualmente la figura de la sangre de
sino que castigo mi cuerpo por la penitencia, Heno de Jesucristo, ofrecida por todos los hombres sobre la cruz, y
confianza deque no me mortifico cu vano. Aquí el Apóstol, en el sacrificio de la misa. Todos saben que de mas de
coiíio aparece en el texto griego, alude al combate de los seiscientos mil hombres que salieron de Egipto, solo dos,
alíelas llamado p f / i / o s ; en el que se agitaban ellos m i s - Caleb y Josué, entraron en la tierra prometida: lodos los
mos ¡jaríl desentorpecerse, removían los brazos con furor, demás perecieron en el desierto.
y azotaban el aire, á n l e s d e llegar seriamente á las manos El Evangelio de la misa de este dia está lomado del ca-
los unos contra los otros, cuando armados de manoplas pítulo 20 de san Maleo, en donde propone Jesucristo la
guarnecidas de hierro y de plomo, se herían y magulla- parábola de los obreros, tomados á jornal para trabajaren
ban el cuerpo á grandes puhadas, hasta que uno de los la vi fia, á los últimos de los cuales se les da el mismo sa-
dos quedase aterrado, y cayese bajo los piés de su anta- lario que á los primeros. Queriendo el Salvador darnos
gonista. A esto hace también alusión el Apóstol, diciendo una idea justa de toda la economía de la gracia y de la
que castiga su cuerpo, es decir, que le trata con dureza, salud, se sirve de esla parábola para esplicarnos todo este
UIÍC ¡eliene en sujeción, y como en esclavitud. La palabra misterio. Figuraos, dice, á un padre de familias que que-
griega que corresponde á castigo, espresa la acción do lo8 riendo dar cullivo á su vina, sale muy de maflana, v a á la
alíelas que se magullaban el roslro á puñadas. Ahora bien, plaza y ajusta jornaleros, á quienes envía allá desde el
si lanío se hace por una recompensa tan diminuta, por principio del día, prometiendo á cada uno de ellos un de-
una gloria tan imaginaria; sí los paganos nacidos y c r i a - nario de plata porsu jornal. Ilácia la hora nona , querien-
dos en la licencia y la corrupción de costumbres, y aun- do multiplicar los obreros para acelerar d 'trabajo; envía
que se diga en la esclavitud de las pasiones, llegan hasta otros, diciéndoles que vayan á trabajar á su viña por el
el punto de abstenerse de lodos los placeres, y aun puede mismo precio. No pareciéndole suficiente este n ú m e r o ,
¡¡uadirse de todas las dulzuras de la v i d a ; ¿ q u é excusa vuelve á la plaza tres horas después, y con las mismas con-
tendrán los cristianos que se enlregan en estos días á tan diciones envía otra nutn'o porción de ellos. En fin , la i m -
escandalosos escesos? ¿ L a cercanía de los ayunos pres- paciencia que tiene de ver cultivada toda su viña es tan
critos, el carnaval, dan derecho á la disolución? ¿ d i s p e n - grande, que sale aun á la tarde, y sin considerar que no
san de la penitencia? ¿ L a condición tan augusta y tan quedan masque dos ó tres horas d e d í a , habiendo encon-
santa de cristiano, la cualidad de nación sania, pueblo trado gentes ociosas: ¿Por q u é , les dice, estáis aquí todo el
amado de Dios, raza escogida y privilegiada, baslará para día sin hacer nada? Porque nadie nos ha empleado, le res-
salvarnos? San Pablo previene en esta Epístola coulra esta ponden. Pues bien, les dice, id también á trabajar á mí
falsa confianza: vosotros no ignoráis, continúa el mismo viña. Es claro que el trabajo de todos estos viñadores no
Apóstol, que nuestros padres h in estado lodos bajo la n u - fué i g u a l : li íibajaron mucho menos los unos que los oti os,
y que lodos han pasado el mar Uojo; que lodos han j sin embargo lodos recibieron la misma paga. A la tarde,
sido bautizados por el minislerío de Moisés en la nube y dice el Evangelio, dijo el Sefior á su mayordomo: Haz venir
en el mar; que todos h:\n comido la misma vianda miste- á los obreros, y págales comenzando desde los liltimos
i iosa : \ loilos eslosbem'liciüs, todas eslas maravillas obra- hasta los primeros. Creyeron estos, que habiendo venido
!)K SEPTUAGKSíMA.
«1 U'abajo ánlos que los oíros, se les daria alguna cosa
mas; pero engañados en su esperanza, no pudieron mónos La oracionde lu mina de ésledtá es como sigue:
de dar á conocer su senlimienlo: estos hombres, decían, Preces populi hu, ^«CP- Os suplicamos, Señor,
lian venido después que. nosolros, no lian trabajado mas sumus , Domine, dementer que oigáis benigno los m e -
que una hora,y nosotros hemos trabajado todo c! dia: ellos exacudi: ulquijuslepropec- gos de vuestro pueblo, á fin
han venido á la larde cuando ya l efrescaba, y nosotros catis noslris afjligimur, pro de que vuestra misericordia
hemos sufrido lodoel calor del m e d i o d í a ; ellos no han he- Ivi nominis yJorianmericor- nos libre por la gloría de
cho mas que presentarse, y nosotros hemos trabajado y diler libiircmur. Per Domi- vuestro nombre de los ma-
sudado doce horas. ¿ Qué proporción, pues, hay entre su num. les con que vuestra justicia
trabajo y el nuestro? ¿y sin embargo les dais lauto como á nos aflige en castigo de
nosotros? Amigo mió, responde el padrede familias, no le nuestros pecados. Por nues-
hago ningún agravio; el denariode plata que se te da, es tro Señor, etc.
cuanto te se debe por tu jornal: ¿no hemos quedado conve-
nidos en esto? Si yo quiero dar á estos úliimos lanío co-
La Epislola es del capítulo 9 de lu ¡irlmera caria de san
mo á tí, ¿es hacerle á tí iojnslicia el hacer yo con ellos lo
Pablo ú los Corinlios.
que me agrade? ¿no soy yo dueño de mis bienes? ¿y no
me es permitido disponer de ellos á mi gusto? ¿lias do Fraires: Nescilis qmd ¡i, Hermanos míos: ¿No sa-
mirar con ojos malignosy zelosos la ventaja de tu prójimo, qui in sladio currunt, omnes béis que de los que corren
como si le robase lo que se le da, y tu malicia ha de i m - quidemcurrunl, sed unusac- en la lid, aunque todos cor-
pedirme á mí el ser bueno? Así sucederá, coiicluye el Sal- ren, es solo uno el que con-
cipil braeium? Sic curriteul
vador, que muchos que hubieren venido los últimos ccu-
comprchcndalis. Omuis a ü - sigue el premio? Corred vo-
parán los primeros puestos, porque son muchos los llama-
lem, gitt in ogonc ronlendil, solros de suei te que lo con-
dos y pocos los elegidos. No hay cosa mas clara que e'
ab ómnibus se ahslinel: el sigáis. Todo el que combalo
sentido de esta parábola.
itü quidem ul corrnpliíjilem en los juegos públicos, se
Este padre de familias es Dios, quien en el momento (¡nc coronara (ucipiunl; nos au- abstiene de todo. Estos, sin
tenemos uso de razón, nos convida como desde el principio t m incorruplam. Ego igilar embargo, lo hacen para r e -
del dia á trabajar en su viña, estoes, á cultivar nuestra sk curro, nunquasi in incer- cibir una corona que se
alma por el ejercicio de las vir'udes. Se concierta con no- tum: sic pugno, non quasi marchita; nosotros para ob-
sotros en el salario, es decir, en darnos su gloria al fin de aerem verberans: sed casúgo tener una que nunca se aja.
la vida, que no es mas que un dia en comparación de la corpus meum, el i n s e n i i u - Así, pues, yo corro, nócomo
eternidad. Pocos son tan dichosos, que trabajen por su km redigo:ne (orle, cuín uüis quien va á la ventura; com-
salvación tan pronto como pueden hacerlo: no hay edad proedicaverim, ipse repro- bato, nó cumo quien azoía
en la que no deba trabajarse por la salvación. El Salvador bas f//i(iíir. ISolo cnim vos al aire; sino que castigo m i
que quiere la salvación de ledos los hombres, se ha d i g - ignorare, /Va/res, qumiam cuerpo y le r eduzco á ser-
nado rcafiimar la confianza de los mas grandes pecadores, pairea noslri omncssub nube vidumbre: no sea que des-
y hasta de aquellos que habiendo pasado toda su vida,no fucriiiil,cl omnes mare i r a n - pués de haber predirado á
solo en el olvido do Dios, sino aun en los mayores desar- siermt, el omnes i n Moyse i o s d e m á s , sea yo mi.-mo
reglos, se encuentran en la última hora. Esta parábola les baplizali sunl in nube, e l i n reprobado. Porque no quie-
demuestra que j a m á s debo desesperarse de la misericor- m a r i : el omnes eamdemes- ro que ignoréis, hermanos,
dia de Dios, aun cuando se haya envejecido en el pecado, cam spirilalem manducave- que nuestros padres han es-
con |al que se convierta de veras á Dios, por mas larde r u n l , elomnes eumdcm potum lado lodos bajo la nube, l o -
Que se convierta. A la verdad, son raras las conversiones spirilalem biberunl ( hibe- -dos han pasado el mar Ho-
fin de la vida, y serian aun inciertas, por no dccirfalsas, bant aulern despirilali, con- j o ; han sido lados bautiza-
81 se perseverase en el crimen, en la presuntuosa espe- sequente eos, p c l r a : pelra dos por el ministerio de Moi-
'"•inzade convertirse en sus últimos momentos; pero se l!e- aulern eral ChTÍ&tus}:sed non sés en la nube y en el mar;
6;i al liu de la vida, y se está todavía á tiempo de recibir la iu pluribus eorum bcneplaci- lodos han comido ta misma
recompensa, con tal que. se trabaje seriamente y con fer- lum esl Oco. vianda misteriosa; lodos
vor durante la última hora. Dios no mira tanto el trabajo han bebido la misma bebida
{ina se hace, como el fervor con que se trabaja. Los que espiritual. Bebían en verdad
sofo hablan dtí la piedra misteriosa que
trabajado en la última hora, fueron recompen- les seguía; mas esta piedra
sados tan liberalmente como los que habían trabajado l o - era JesucristoJsin embargo,
do el dia. la mayor parle de ellos de-
U Mochos sabios intérpretes, entre otros Orígenes, san I l i - sagradaron á Dios, y por
ÍQÍJ san Gregorio, dicen que el Salvador habla también esto perecieron en el de-
aflU" de la vocación y de la predoslinacion al Evangelio.
sjerlo.
Que osla última hora puede significar la venilla del Me-
San Pablo loma aquí lodo g é n e r o de medios para em-
sít1s> y que los gentiles convertidos á la fe serán tan libe-
peñar á los corinlios en lamorlificacion tan necesaria á to-
1 cimente recompensados como los judíos mas santos en la
dos los cristianos; y para confundir nuestra delicadeza, y
an,,giia loy, aunque esti:s hayan sido llamados des¡lela
prevenir las falsas escusas que se oponen á la dificultad
Primera hora. Dt-be tambicn tenerse entendido que el de
'¡'I,1 l0t^í plata equivalía á diez sueldos denueslra moneda, y déla penitencia, refiere el ejemplo de los quecorren enla
s ' 0 era loqueganab » ordinariamente mi hombre dejoi nal, l i d , ó que se ejercitan en la liu ha, los cuales para oslar
60 DOMINGO
mas dispueslo.- para conseguir el premio viven uislcrisi- posible cuando fe trata de hacer alguna lijera mortifica-
mil m en lo. ción, alguna buena obra, por poco penosa que sea, por la
salvación propia, por una felicidad infinita, por una gloria
REFLEXIONES. oleí na, por Dios, á quien se le niega todo? La gloria del
Estas gentes so abslienon de lodo para recibir una co- mundo aunque falsa, aunque frágil, os incompatible con
rona que se marchita. ¡Cuánlos falsos pretestos deslrnyo el deleito, con ladelicodeza; no se compra sino á costa de
esla comparación y este ejemplo! Si por puros motivos trabajo y de peligros: ¿ seria justo que no costase nada
luitnar.os, si por adquirir una gloria lan d i m i n u í a , tansu- el obtener la corona inmortal que el Señor nos [ ropone?
perücial, tan corla, si para conseguir una corona de lau- Infelices esclavos de la ambición y del interés, ¡cuántas
rel dotan poca d u r a c i ó n , y de nn precio lan vil como las pasiones os veis precisados á mortificar para satisfacer
hojas, han podido los gentiles sujetarse á una vidalan d u - una! Y sin embargo estos honores tras de los que corréis,
ra, tan incómoda, tan morliiicada; ¿qué puede a s e g u r a r á no depende do vosotros el merecerlos; depende aun mucho
menos el obtenerlos después de haberlos merecido. Sí, yo
los cristlarios cobardes que espantados por las imagina-
me atrevo á decirlo, no os costaría tanto, os costaría aun
rias dificultades de una vida cristiana, sacrifican todas las
mucho ménos, el asegurares una vida exenta do muchos
dulzuras de una vida santa, una gloria eterna y deun pre-
disgustos, una muerte dulce, una felicidad llena y e t é r e a .
cio infinito, la posesión de un Dios, su salvación, una fe-
licidad sin limites? Cuando se piensa á sangre fria en la f!HJ
E l Evangelio de la misa es de san Maleo, cap. %0.
irregnlaridad eslravagantc de osla lamen'able conduela,
leda á uno gana de preguntar, ¿si esla especie de genios / i i illo te.ñjiore : Dix'ú J t -
En aquel tiempo dijo Je-
son cristianas, ó si estos indignos cristianos son hombres sus discipulis suis p:iraho- sús á sus discípulos esta pa-
racionales? Se diría que hay una especio de fascinación lam hanc: Simile eril rerf- rábola : El reino de los ( i c -
que suspende, por decirlo así, el uso de la recta razón, que num ecelormi homini p u l r i - ios es somejantc á nn padre
embola el enlendimienlo, é interdice el juicio para lodo lo familias , qui exiü primo de familias que salió muy
que pertenece á la salud y á la conducta cristiana. Todo vmne conducere operarios in de mañana á fin de lomar
"spanla, todo disgusta, tododesanima, cuando se traía de vitieam suam. Conventionc trabajadores á jornal para
vivir conforme al espíritu y á las máximas de la religión, autem fdcla cum operariis ex gu vina. Convenido con los
y según las leyes del Evangelio. Rion puedo Dios presenlar denario diurno, misil eos i n operarios en un denario dé
una felicidad eterna, una gloria pura y sólida; bien puede vineam suam. E l egressus plata por el dia, los envió á
(frecer al vencedor de las propias pasiones, de estos ene- cirro h(>ram tertiam , vidil su viña. Habiendo salido b á -
migos moríales de nuestra salvación y de nuestro reposo, aliosslanles in foro oüosos, cia la hora de tercia, vió
una corona preciosa que nunca se marchila, que j a m á s se H dixit i l t i s : lie e( vos i n v i -
otros que oslaban en la ¡daza
. esluce, una felicidad complela, satisfactoria, perfecta, y nram m«am, et quod jnslum sin hacer nada, y les dijo:
tedo estopor algunos dias, por algunas horas, por algu- furril dabo vobis, I l l i a u l c m
Id también vosotros á mi
nos momentos de mortificación de los sentidos y de las pa- ahicrunt. Ilcruni autem exiit viña y os daré lo que fuere
siones; sin embargo lodo nos choca. Jamás tiene uno bas- circa sexlam el nonam ho- justo, y fueron alfá. Salió
tante salud, es demasiado joven, eslá muy ocupado, se r a m : et fecit simililer. Circatambién á ta hora sexta y á
trabaja mucho, es muy delicado, ó de una edad muy umdccimam v e r d e x ü l , el i n -
la hora nona, ó hizo lo m i s -
avanzad;1.; la abstinencia,el ayuno, son superiores á nues- venii alios slanles, et dlcit mo. Cerca ya de la hora u n -
tras fuerzas. No traigamos aquí á la memoria, ni el ejem- i l l i s : Quid h)c stalis tola die
décima salió otra vez, y h a -
plo de tantos santos mas jóvenes, y mas delicados que no- oííosí? bicunl c i : Quia nemo biendo hallado otros que es-
sotros; no recordemos el ejemplo de san Pablo, ni do los nos conduxit. Dicit i l l i s : íte
taban allí, les dijo: ¿ Por
ailelas: las mismas personas lan jóvenes, lan delicadas, et vos invincam meam. Cum qué osláis aquí todo el dia
tan atareadas, destruyen con su conducta sus mas espe- sero autem faclum csset, d i - sin hacer nada ? Ellos le
ciosos protestos, y sus mas plausibles escusas. ¿Qué no cit domintts vineoB promrato- respondieron: Porque no nos
tiene que sufrir en el ejércilo aquel joven tan delicado, r i suo: Voca operarios , et han ocupado; y él les dijo:
aquel hijo de familias en la llor desu edad? La ambición redde illis mercedem, i n c i - Id también vosotros á m i
y el ansia de distinguirse, de adelartarse, y de adquirir piens a novissimis usque ad viña. Llegada la noche, el
nombre, hacen devorar todas las ausleridades del servi- primos. C i m venisseul ergo señor de la viña dijo á su
cio. IVo pide Dios cierlamenle lau.'o de los que le sirven. qui circa undecimam horam mayordomo: Haz venir á los
¿Qué no influye sobre un ^óven corazón el inierés y el de- veneranl, acceperunt singuhs trabajadores y págales, em-
seo de hacer fortuna? ¿Qué poder no tiene aun sobre los denarios. Venientes aulemet pezando desde los últimos
mismos viejos una pasión violenta? Nada cuesla cuando se p r i m i , arhitrati sunl quod hasta los primeros. Los que
trata de satisfacerse u n o á sí mismo: ¡vos solo, Diosmio, p t k i cssent accepluri: acce- hablan venido h la hora un-
vos solo parecéis un Sefior muy duro á todos estos escla- perunt autem et ipsi singulos décima recibieron cada uno
vos del mundo! Se pasan sin quejarse, y cuasi sin dificul- denavios. E l accipientes,mur- un denario. Acercándose los
tad, los dias enteros sin comer, por hacer la córle á los murahant adversüs pairem- que habían ido primero a l
grandes; se pone en una especie de tortura el cuerpo, pa- familins, dicen tes : Rinovis- trabajo, creyero;i recibirían
ra aparecer con un talle terso y agradable; se ayuna rigo- simi una hora feccrunt, el mas que un denario; y al
rosamente, se velan las noches enteras hasta alterar la sa- pares illos nolis fecisti, qui recibirlo murmuraban con-
l u d , por asisür á los espectáculos ó al baile, nada se hace porlatimus pondus diei et tra el padre de familias: Los
cuesta arriba para condenar:-e. ¿Qué vida mas cruda , mas éeSíut. M Ule respondens uni úllimos, lo decían , no han
anslera, que la de las gentes de r.egrcio?? ¿Y lodo e s i m - enrum, d i x i t : Amke, non trabajado mas que una hora,
Dií SKPTÜ V G E S Í M A . 61
^'(cio libi injuriam, nonne ex y no oltslanlc los lins paga- claustros y los desiertos; en orden á la necesidad indis-
dcnnrio convenisli mmm'.' do lanío como á nosolros pensable y universal de mortificarse continuamente, de
Tolle (¡uod iuum es(, el vade: que hemos sufrido el peso macerar la carne, de hacer penitencia para salvarse; en 6 r -
& i t autemel huicnovissimo del dia y del calor. Mas res- den, en fin, al alejamiento de las ocasiones depecar, y al
daré sirul ct libi. Aul non H- pondiendo él á uno de ellos, carácter de la vida cristiana: ¿creer todo esto, y gustar do
ecl milñ quod voló [acere? An le dijo: Amigo mió, ningún las diversiones de carnaval, y tomar parte en estas diver-
ocuhts tuus neqnam est, quia agravio te hago: ¿no le has siones? ¿conocéis bien la irregularidad, la impiedad, la
eijobonus $um? Sic erunt no- convenido conmigo en un estravagancia de una conducta tan lamentable?
vissimi p r i m i , el primi no- denario? Toma pues lo que PÜNTO SEGUNDO.—Considera la indignidad estravaganle
OMÉMÉtt Mulli enimsumvo- le se debe y marcha. Tengo de los motivos, todos los mas irreligiosos, los mas frivolos,
culi, paud vero ekcti. yo gusto en darle á esto ú l - que sirven de protestos para el uso escandaloso de las d i -
timo lo mismo que á U. ¿No versiones del carnaval. El ayuno y la penitencia que debo
me es permilido el hacer lo hecersc en el tiempo de Cuaresma, es uno de los princi-
que yo quiora? ¿ ó miras tú pales protestos para estas licenciosas diversiones. Se debo
con malos ojos el que yo sea guardar «na abstinencia religiosa, se debe ayunar por es-
bueno? Asi sucederá que los pacio de cuarenta dias; es preciso, pues, otros cuarenta
últimos serán los primeros, d i a s á n t e s , indemnizarse con adelanto de esta rigurosa
y los primeros vendrán á ser abstinencia; es preciso hacer penitencia de sus pecados
los últimos: porque son m n - durante el santo liempo de Cuaresma ; pues también lo es
chos los llamados y pocos el permitirse toda suerte de escesos, esponer la inocencia
los elegidos. á lodos los peligros, manchar su alma con m i l pecados,
conceder á sus sentidos todo género de libertades, abrazar
MEDITACION. lodos los placeres criminales, áníes de hacer esta peni-
tencia. Se debe hacer una vida cristiana durante la Cua-
Sobre los diversiones del carnaval. resma, preciso es prevenir este liempo de regularidad
por una vida toda pagana ; será necesario guardarlos
PÜ.NTO Pai.Hiiiio.—Considera que nada hay mas opuesto mandamientos de Dios por todo este santo liempo, también
al espíritu del cristianismo, que lo que se llaman diversio- lo será el violarlos en las seis semanas que le preceden;
"fs del carnaval; no solo porque un resto del pag;mis- habrán de humillarse nuestras cabezas bajo de la ceniza
"'o, sino también porque nada hay mas conlraiio al espi- el primer día de Cuaresma, h á g a s e , pues, ostentación de
rilg do Josucrislo, á las máximas del Evangelio, á la mo- un lujo fastuoso durante el carnaval; se d e b e r á , en fin,
'"al ei isliana y al ejemplo de los santos. Ya se considere asististir al sermón en este tiempo de penitencia, saciémo-
Sli origen, y el 6n de esta escandalosa licencia de cos- nos, pues, con los bailes y con los espectáculos antes de
'"mbres; ya se reflexione sobre los perniciosos efectos de los dias del arrepentimiento. Dios pide un culto particular
pslos desarreglos y sus consecuencias, nada se encontrará durante la Cuaresma, preciso es darle al demonio, duran-
^"e no deba irritar á un espíritu cristiano, nada que no te el carnaval, el que él exigía en otro liempo de los paga-
^ b a alarmar la coociencia. El mesdeencro era profanado nos. Y hó aquí las razones en que se pretende apoyar la
l,0i' los paganos con regocijos impíos, y con un libertinaje licencia que se toma en estos dias do disoluciones; hó
da los mas disolutos en honor de Baco, dios de la bon a- aquí con lo que se trata de autorizar un uso, que la menor
^ e r a . He atjUi ei origen de estas fiestas escandalosas del noción del Evangelio, la mas iijera tintura de la religión
Ciíl'naval. No habiendo podido el demonio impedir la dcs- prescribe, reprueba y condena. ¡Qué error, qué cstrafia
'''iH'cion del paganismo, ha tratado de hacerle sobrevivir ceguera la de los cristianos de nuestros dias, el no ver la
en las abominables costumbres de los paganos. Los cris- indignidad, la irreligión, la impiedad de una conducta
,|ilnos de estos últimos tiempos, condenando y aborrecien- tan escandalosaI ¿ Y nos quejamos, después de esto, de
la idolatría que choca al espíritu y á la razón, se han los azotes continuos con que Dios castiga al pueblo? ¿ E s -
poco á poco con aquellos usos que mas l i - trañamos ver que la fé se entibia lodos los dias? ¿ C l a m a -
SOnjean los sentidos. Contentos con mirar con horror el mos contra el pequeño número de los elegidos? Después
^0gma estravaganle de los paganos, han adoptado una de esto ¿se cuenta con algunos ademanes de religión, que
^"'le de su moral; y b é a q u í elpiineipio deesa licencia de no son delante de Dios mas que una visible mojiganga? Y
cosliiinhres, de esas comidas sensuales, de esos bailes que lo que debe todavía oscilar mas la indignación , es
Son e' oprobio de la religión ; de esas diversiones de car- que aquellos que mas se entregan á estos desarreglos, á
nnVí>l, orígon funesto de la pérdida de tantas almas. ¿Y se estas disoluciones, á estos escesos, bajo el miserable pre-
P'^gunta q u é mal hay en pi csenlarsc en estas partidas de testo del ayuno y do la abstinencia do Cuaresma, son los
P;a(^r, en estas fiestas de carnaval ? ¿ no deberla mas bien que no le guardan.
Peguntarse si es posible lomar alguna parteen estas lies- ¡ A h S e f l o r l ¡ cuál es nuestra ceguera! ¿ P u d o darse
88 irreligiosas de carnaval, sin encender la cólera de Dios j a m á s una locura mas grande ni mas criminal ? Ilustrad,
t •t* Esotros y sobre toda vuestra familia ? i Qué mons- Señor, este entendimiento embrutecido por los sentidos;
"l0sa contradicción de creencia y de conducta! Creer tocad este corazón parahacei le volver de su estravio; dad-
0( 0 ¡o qmj nuestra religión nos propone para creer en ó r - me vuestra gracia, Dios de misericordia, porque estoy r e -
^n a aquellas terribles verdades que han formado tantos suello á reparar con mi conducta verdaderamente cr¡slia~
Pemlentea y tantos m á r l i r e s ; en orden á aquellos peligros na los dias que be pasado hasta aquí como pagano.
0 perder la inocencia en el mundo, que han poblado los JACILATOIUAS.—Apartad , Señor , mis ojos de todos los
di DOMINGO
ejemplos poiigrosos, y liaced gao marche con valor por O l e a n celebrado en el aflodc 5 í l , miraron esta tem-
vuoslros sanios caminos. (Psalm. 118.) planza como un abuso y una relajación en la disciplina, y
Afirmad , Síiñor , vueslra ley en el corazón de vuestro establecieron un cánon por el cual ordenaron la uniformi-
siervo, manteniendo en el el temor de desagradaros, dad en todas las iglesias del reino de Francia para la ob-
(l'saim. 1 Í 8 . ) servancia del ayuno de Cuaresma, conforme al uso de la
Iglesia romana , y prohibieron á lodo sacerdote ü obispo
PROPÓSITOS. el indicar ó prescribir el principio de la santa cuarentena
Si el deseo de nneslra salvación, si el zelo de la r e - al otro dia de !a Sexagésima, queriendo que lo? cuarenta
ligión, si la obligación de dar buen ejemplo nos interesan, dias do ayuno no fuesen interrumpidos mas que por el
tengamos presente que en ningún tiempo como en este santo dia del domingo , el cual siendo mirado en la Igle-
deben darse á conocer. Privaos , pues , absolutamente de sia como la octava conlinua de la Gesta gloriosa de la Re-
todas las diversiones profanas ; es una práctica de piedad surrección, es un dia de regocijo, exento por consiguiento
muy agradable á Dios , y muy sobremanera útil , el estar del ayuno.
mas retirado, mas devoto, mas mortificado en este l i e m - Algunos consideran también el domingo de la S e x a g é -
po, que en cualquiera otro del afio. No solo no toméis sima como un dia consagrado en parle en honor ó á la
parte en estas diversiones d d carnaval, sino también p r i - memoria del apóstol San Pablo. La oración de la misa esíá
vaos duraulc esíos dias hasta da las mas lícitas ; vosotros bajo de su invocación particular, esto es, una súplica he-
esperimenlareis bien pronto cuánto agrada á Dios esta cha á Dios por su intercesión; no se ve otra razón quo
práclicn. Aumentad durante el tarnaval vuestros ejercicios pueda traerse para la elección que la Iglesia ha hecho en
de pü-dad : haced un poco mas de oración, aunque no sea este dia de la invocación de San Pablo, sino porque la
mas que un cuarto de hora. Uezad el oficio parvo do !a estación de los fieles en Roma está asignada para este día
Sanlfíima Virgen, y no dejéis de visitar todas las fardes á á la iglesia de este santo Apóstol.
Jesucristo en el Santísimo Sacramento. Confesad y comul- La Epístola de la misa no es otra cosa que la historia ó
gad con mas frecuencia que lo ordinario. descripción que e! mismo san Pablo hace á los corintios do
2 No os contentéis con observar una conducta del lodo sus trabajos evangélicos, d e s ú s sufrimientos, de su arre-
contraria al espírüu del mundo ; inspirad los mismos sen- batamiento al tercer cielo, de sus tentaciones , y de lodo
timieníos á vuestros hijos, y á todos los que están á vues- loque ha creido que convenia decir de sí para eponerio á
tro cargo. Inclinadles á cpie se priven de lodo lo que se la vanidad de los falsos apóstoles, que no omitian nada
llama diversiones de carnaval, sobre lodo de los bailes y para hacerse valer y para desacreditar á san Pablo entro
los espectáculos profanos. Las diversiones domésticas pue- los corintios.
den permiliríe con tai quesean cristianas. Es una indus- No bien hubo el Apóstol salido de Corinto , cuando el
tria santa ci compensar así á vuestros hijos , por estos demonio, irritado por las prodigiosas conquistas que esto
pe¡|ueiíos festines emtro la familia. Pero ¡o que es de un gran Apóstol de las naciones habia hecho para Jesucristo, envió
mérito deianle de Dios, es si dais á los pobres lo que h u - inmediatamente allá sus emisarios. Eran estos unos cris-
bierais espendido en vuestros placeres, si hubieseis segui- tianos en la apariencia muy zelosos, los cuales siendo j u -
do el torrente. ¡ Cuántas familias honestas carecen de lo díos, querian mezclar las ceremonias d é l a ley con el Evan-
necesario, al paso que se prodiga eu banquetes espléndi- gelio, y para desacreditar á san Pablo, cuya doclnna no
dos lo que basforia para mantener á muchos! Usad, jmes, concordaba con la s u y a , hablaban incesantemente con
de esta sania industria. tanto desprecio de él, como venlajosamcnle de sí mismos.
Se atrevían á sostener que san Pablo era relajado en su
DOMINGO DE SEXAGÉSIMA. moral, y que bajo el preteslo do hacer valer la nueva ley,
El domingo de la Sexagésima no tiene otro misterio en aniquilaba la antigua. Que no habia recibido su misism ni
su nombre, como ya se ha dicho, que el número de seis de Jesucristo , ni de los primeros apóstoles. Que tampoco
semanas hasía el domingo de Pasión , y los cuarenta dias había dado prueba alguna de su apostolado ; que despre-
de ayuno para los que no ayunaban los jueves ó los s á - ciable por su persona no lo era menos por sus talentos, y
bados, y que por consiguiente comenzaban la Cuaresma que debían tener por sospechosa su doctrina. Como estos
al olro dia del domingo de la Sexagésima. impostores afectaban en lo csterior un aire modesto y es-
-La iglesia en la semana de la Soptuagcsima loma por tudiado, y se adornaban sin cesar con la máscara de la
asunto de los oficios nocturnos la historia de la creación y mortificación, de piedad y de reforma, imponían á los sen-
de la caida del primer hombre, y en la de la Sexagésima cillos, y tenían admiradores y partidarios. Informado san
ha elegido en la Escritura la historia de la reparación del Pablo de los artificios malignos de estos seductores , so'
g é n e r o humano después del diluvio. La primera contiene creyó obligado á emplear todos los remedios propios para
la historia del Génesis desde AdanhastaNoc, y esta desde prevenir un tan gran mal, y hacer abrir los ojos á los que
Noó hasta Abrabam, comprende la segunda edad del habían caido en el lazo. Se vió precisado á descubrir aque-
mundo. llos falsos profetas, y demostrar la antenlicidad de'su m i -
La instilucion de la Sexagésima ha seguido casi en t o - sión ; y para esto, á pesar de su profunda humiklr.d , á
das partos á la de la Septuagésima, y pueden las dos c o n - hacer su elogio, haciendo el compendio de la historia de su
sidt-rarsecoiiio do una misma antigüedad ; mas h a b i é n d o - vida. N;ida hay mas ingenioso como el rodeo que da á la
se üdvcrüdo en lo sucesivo que la dispensa del ayuno el necesidad en que se ve de referir hechos que le hacen
jueves ó el sábado, durante la Cuaresma , no tenia mas tanto honor ; nada mas elocuente que la misma sencillez
objeto que id endulzar por esta interrupción la continua- con que habla en su favor. Previene por una luimiidi; y
ción del santo avuno , los Padres del cuarto concilio de sabia precaución , lo que pudiera disgustar cu el leslimu-
DE SEXAGESIMA. G3
nio vonlajaso quo se ve obligado á dar do si mismo. Sé yo tai corazón por el ardor de mi caridad con todos y do mi
bien, dice, que no es propio de la sabiduría el elevarse; zelo. ¿Quién hay que desfallezca, que no me haga á mí
pero sé también que sois sobrado caritativos, y sufiircis desfallecer? quién da una caída, un paso fabo, que no
W! poco mi llaque/,a. Porquevosotrosquesoissabiossufrís me ocasione un dolor intenso?
de buena gana á los que no lo son ; esto es, siendo, como Yo s é , continúa, que vueslros falsos profetas se vana-
sois, sa¡)io.-í y modiíradus, no os debe ser penoso el sufrir glorian etornamentedeque son favorecidos do Dios, y t r a -
mis flaquezas. Vosotros quo estáis acostumbrados á sufrir tan de sorprenderos con la relación pomposa de sus pre-
los aires imporiosos, las altanerías, las vejaciones de vues- tendidas revelaciones. Sabed, hermanos míos, que Dios no
tros pretendidos apóstoles; ellos han tratado de esponcr se comunica á aquellos quo no tienen su espíritu, y que
vuestra paciencia á pruebas mucho mas duras, que loque no se somelon á la Iglesia. Pero pues que ellos tratan de
os la espondremos por las alabanzas que nos concediére- sorprenderos con hechos supuestos, me veo obligado á des-
mos. Yo lo digo para mi confusión, y acaso para la vues- cubrirme á vosoiros, debiendo yo á Dios los favores s i n -
tra : al tiempo que mostráis lanía diferencia hacia esos gulares de que me ha colmado, y que yo habia resuelto
impostores, nos miráis á nosotros como gentes de poco sepultar en un eterno silencio. Porque si yo hubiese de
valer y despreciables , porque no os hemos tratado con gloriarme, no lo baria por mi voluntad mas que de las co-
tanta altanería. Es solo propio de loshercjes y de los falsos sas quo me humillan. No me es decente, añado, el gloriar-
doctores el ser imperiosos , altivos , y el hablar siempre me; mas pues me veo precisado á ello por la necesidad do
como gentes inspiradas ; al paso que la dulzura, la mo- defenderme contra mis calumniadores, yo traeré aquí con
destia, la humildad forman el carácter do los verdaderos toda la sinceridad de que Dios es testigo, lo que pasó de
apóstoles. eslraordinario en mí hace catorce años, cuando fui elegido
Como los falsos profetas se gloriaban de su nacimiento, con Bernabé para predicar el Evangelio á las naciones y
da su zelo y de los trabajos que se jactaban de haber su- á los diferentes pueblos. Aquí la molestia y el trabajo que
frido por Jesucristo, san Pablo les da en cara con el por- costaba á san Pablo el hablar de sus revelaciones, le ha-
menor conciso de lo que ha hecho y sufrido en las fun- cen hablar en tercera persona. Es una gran disposición
ciones de su ministerio. Vueslros pretendidos apóstoles, para recibir de Dios las gracias mas singulares el saberlas
dice, se alaban de que son judíos, yo también lo soy; se sepullar en un silencio tan largo. Y ciertamente, después
'tenían hijos deAbraham,y yo también; se dicen ministros de catorce años concedidos á la humildad, era muy justo
^«Jesucristo, yo también lo soy aun masque ellos, porque que el Apóstol concediese también alguna cusa á la c a r i -
líe sufrido mas trabajos y mas prisiones, he sido maltrata- dad, y á la edificación de sus hermanos y aun de toda la
do con esceso, y en muchos lances me he visto á pique de Iglesia.
ptírder la vida. Cinco veces he recibido de los judíos treinta Yo s é , dice, que un hombre consagrado á Jesucristo fué
y nueve azotes; tres veces he sido golpeado con varas, es arrebatado hace catorce años hasta el tercer cielo: si esto
decir, que los judíos me han hecho azotar cinco veces, y fué con el cuerpo, ó sin el cuerpo, es decir, en un éxtasis,
Como la ley les prohibía el dar mas de cuarenta golpes, esto es lo quo yo no s é ; Dios lo sabe. Yo solamente sé que
l'nra no ponerse en peligro de violarla no pasaban j a m á s él ha oído cosas llenas de misterios de las que no es lícito
(lel iiiiniero de treinta y nueve por delicadeza de concien- á un hombre hablar. San Agustín y muchos santos Padres
C|<',• He sido golpeado con varas por los romanos; porque creen que las cosas misteriosas que san Pablo babia vislo ú
0'slos seservian con mas frecuencia de varas, así como los oído, eran superiores al alcance del eníendimlenlo huma-
J'idíos se servían ordinariamente de correas. En seguida no, y que una lengua humana no hubiera j a m á s podido
*''Ominúa el santo Apóstol refiriendo todos los peligros que espresar ni dar una justa idea de ellas. Que el tercer cielo
1;1 corrido, y lo que ha tenido que sufrir de pai te de los adonde fué anebatfldo es la mansión dolos bienaventura-
"''sos hermanos. Como el ministerio do Jesucristo y d e s ú s dos, según los judíos, y que Dios le descubrió allí los mas
aPóstoles es un ministerio de trabajo, de persecución y de secretos misterios de la religión crisliana, que ciertamcnle
s'l'',imiento, san Pablo prueba por aquí la verdad d e s u m i - son superiores al conceplo y á las espresiones de los e n -
Sl0n y de su apostolado. Al dar el Uijo de Dios la misión á tendimientos mas sublimes y mas sutiles. Sin embargo,
8üs discípulos, les había dado el poder de hacer milagros, como en esla relación de los favores celestiales el santo
^ 'eshabia predichoque tendrían quo sufrir persecuciones. Apóstol no perdía nunca de vista la humildad, su virtud
y ^ U l i . l o ) San Pablo presenta estas dos pruebas de su favorita, a ñ a d e que en medio de todos eslos insignes fa-
^P^tolado cuando dice á los coi inlios: Yo os he ofrecido vores, de que el Señor lo ha colmado, le ha dejado el agui-
^ 8 señales de mi apostolado, por una paciencia á prueba jón de la carne, que le ha hecho conocer su flaqueza, y
lüdu, por los milagros, los prodigios, otras tantas prue- que sirve de contraveneno á lodos los senlimieníos de la
^ s del poder divino. Forma luego un pormenor largo de vanidad. El parecer mas común es que por esta espresion
l¡es de su zelo infatigable y de su caridad inmensa; metafórica ha querido el sanio Apóstol indicar las rebelio-
s'do apedreado una vez; he naufragado tres veces; he nes de la carne, do que los mayores santos no siempre es-
^ . ' 0 m» día y una noche en la profundidad do! mar. San tán exentos ; queriendo Dios darles por medio de esla h u -
j^sosloino y santo Tomás creen que el Apóstol estuvo un millación un ejercicio de paciencia y de mérito, y poner
"i'o ^\ ,in-a Ia^,een medio áiH mar después de un naufra- su virtud, aun la mas relevante, ai abrigo del orgullo. Dios
' "'miéailose visto obligado lodo este tiempo o á nadar, se sirvo do la lenlacion para impedir que uno se infle con
ooMOSteilLM'Se Sül)re "'o11005 í * 8 ^ ¿el navio, combatiendo sus dones; y so sirve también de la humilde disposición de
ra las olas, los vientos y la muerle misma. Añadid á una alma á quien favorece, para confundir el orgullo del
no.,0 ^ 01 OÉíwtódo de todas las Iglesias y la mulliiml é i tentador y disipar sus esfuerzos. San Crisóslomoy algunos
Swflpi de que estoy como sitiado. Además lo que sufrw antiguos lian creído que el Apóslol ha pretendido hablar,
64 DOMINGO
bajo de esta meláfura, do las persecuciones, de las aflic- todo el universo. Los conocimientos puros y perfectos so
ciones y de las conlradicciones que el demonioJe sus- comunican solo á l a s almas dócilesque desean verdadera-
cil;iba en la predicación del Evangelio; pero la prime- mente ser instruidas, y que están siempre prontas á es-
ra interpretación es mas umversalmente seguida. San cuchar á Dios y aprovecharse de todas las luces que r e c i -
Pablo dice que ha rogado muchas veces al Señor que ben. Solamente á estas almas así dispuestas, á estas a l -
le librase de una tentación tan importuna, y que el mas puras, como lo sois vosotros, es á quienes es dado el
Sellor le ha respondido que le bastaba su gracia. Dios pcuelrar las verdades de la fé y las máximas de la nu^va
permite al demonio que nos tiente; pero no sufre j a m á s ley. A d e m á s , si yo hablo en figuras á este pueblo, añadió,
que seamos tentados sobre nuestras fuerzas, y siempre es á causa del abuso voluntario que hace de las gracias y
proporciona sus ausilios á los esfuerzos de nueslros ene- de los beneficios de Dios, pues que oyendo lodos los dias
migos. Dios nos es fiel en la tentación combaliemio con mis instrucciones no se hacen mejores ni mas dóciles. Se
nosotros; nos es üel después de la tentación coronando contentan con escucharme; pero sin fatigarse por poner en
nuestras victorias: seámosle fieles pornuesta parte, com- práctica lo que o y e n : y á fin de que sean menos escusa-
batiendo con valor y atribuyéndole la gloria del combate; bles y puedan retener mejor al menos las verdades que
pero para esperimentar el ausilio do la gracia que Dios les enseño, me sirvo de comparaciones las mas sensibles.
no nioga j a m á s á nadie, no nos espongamos temeraria- Mas su indocilidad con lodo esto verifica lo que ha dicho
mente á la tentación. el profeta Isaías: Oiréis con vuestros oidos y no oiréis; v e -
El Evangelio de la misa de este dia está tomado del ca- réis con vuestros ojos y no veréis, puesto que después de
pítulo 8 de san Lucas. Habiendo llegado el Salvador á la haber oido no han hecho nada de lo que los he enseñado.
orilla del lago de Genezarelh que se llamaba el mar de Por lo que hace á vosotros, dad gracias á Dios porque so
Galilea, se reunió inmediatamente al rededor de él una os ha dado á conocer el reino de Dios, es decir, todo el
gran multitud que venia de todas las poblaciones vecinas, fondo de la doctrina e v a n g é l i c a : á \osotros, digo, que
de tal modo que se vió precisado á entrar en una barca, abrís los ojos á la luz y ansiaisd ser instruidos; pero por
que estaba bogando, y habiéndose sentado en ella, c o - lo que hace á aquellos que miran la verdad con indiferen-
menzó á instruir á aquella muchedumbre de oyentes es- cia, la tienen delante dolos ojos sin conocerla, la oyen sin
parcidos por la ribera. Su modo de enseñarles, como ya comprenderla.
se ha dicho, era el proponerles parábolas tan agradables Por mas fácil que fuese esta parábola, todavía se dignó
como útiles; por medio de estas comparaciones familiares el Salvador esplicaries el sentido moral de ella: la semilla
les representaba como en un cuadro las diversas disposi- es la palabra de Dios, el grano es escelenle, pero encuen-
ciones y los estados diferentes de las almas, de una ma- tra muy poca buena tierra. Los unos escuchan la palabra
nera tan inteligible aun á los entendimientos mas grose- de Dios con un espíritu disipado, con un corazón abierto,
ros, que cada uno comprendía l o q u c q u e r i a enseñarles, como un camino real á todo g é n e r o de objetos, donde con-
lié aquí la primera parábola que propuso. tinuamente se admiten los vanos fantasmas del mundo.
S a l i ó e l q u e siembra para sembrar su grano en la tierra: El demonio que los observa y que procura prevalerse de
mas habiendo caido una parte de la semilla en el camino su mala disposición, arrebata también con facilidad de su
real, luego la pisaron los viajeros, ó se la comieron los corazón la divina semilla, como los pájaros se llevan el
pájaros. Gira habiendo caido en un paraje muy pedregoso, grano que se encuentra en los caminos. Hay otros oyentes
en donde el grano tenia poca tierra, creció inmediala- un poco'mas atentos, pero cuyo corazón es semejante á
mente, pera sin haber profundizado ; mas apenas salió el las tierras pedregosas en donde el trigo no puede echar
sol, el bochorno abrasó la yerba, y la secó por falla de raiz. Otros hay que no se hacen del lodo sordos á la pala-
raices. Otra parte cayó en un sitio lleno de espinas, y ha- bra de Dios, oOa les entra por el oido y aun hasta el cora-
biendo crecido las espinas la sofocaron; por fin, habiendo zón ; pero es muy pronto sofocada en él por los cuidados
caido el ¡ esto de la semilla en buena tierra, echó raices el punzantes de los bienes criados por los incentivos del de-
íjrano, arrojó y produjo tan buenas espigas y tan ¡lenas, leite y por las espinas inseparables del amor, del ptaeor y
que algunas dieron ciento por uno, otras sesenta, y otras de las riquezas. En fin, hay almas puras, fervorosas y
treinta. bien dispuestas, que semejantes á las ¡ierras fértiles, j a -
Después de esto, alzando mas la voz para llamar la m á s reciben en vano la palabra de Dios. Brota inmediala-
atención de sus oyentes y hacerles notar estas últimas pa- menie y produce en ellas una cosecha de las mas abun-
labras, que concluian la parábola y contenian el sentido dantes. No solo se entiende en esta semilla divina la pala-
de ella: Hablo á todos, les dice, pero principalmente á bra de Dios que nos anuncian sus ministros; también se
aquellos á quienes el Espíritu Santo abre los oidos del co- entiende aquella palabra de Dios interior, la gracia que fes
razón para entender lo que digo y penetrar su misterio. Es. la única que puede dar eficacia á la palabra eslerior. líe-
to dió ocasión á los discípulos cuando estuvieron solos con cibamos esta preciosa semilla con un corazón recto y bien
<?1 Salvador, para pregunlarle por q u é cuando hablaba al dispuesto, con un deseo ardiente y eficaz de ponerla en
pueblo se servia de parábolas. Para que este pueblo gro- p r á c t i c a ; seguramente ella producirá fruto céntuplo. Con-
sero, les respondió, y poco dócil, pueda comprender me- servemos esta divina semilla, no dejemos á l o s pájaros que
j o r unas verdades y una moral que mira como estraña, y nos la roben, esto es, estemos alerta contra las astucias y
que son superiores al alcance del entendimiento. Porque los esfuerzos del demonio, contra los asaltos impeluosos
iel don de entendimiento, a ñ a d i ó , no es dado á todos; yo d é l a s pasiones, contra la sedición de nuestro propio cora-
os lo he dado á vosotros con preferencia á muchos otros, zón, contra la violencia de las persecuciones, contra
p irque os he elegido para instruir á todo el mundo, para artificios de nuestro amor propio. Seamos fieles en seguir
llevar las IUJCS de l a f é , y para predicar mi Evangelio á las sanias inspiraciones, generosos para poner en pcáfttf*
DE SEXAGESIMA, G5
lo que Dios nos dico y nos manda, suframos con paciencia tus m sécula , scü qmd m t i hermanos , en la fatiga y
las conlradiccioncs y esperemos tranquilos el tiempo de la mcnlior. Damasci praposi- en la miseria , en las v i g i -
fecoleccion. tis gmtis Areloe regis cuslo- lias sin descanso , en el
diebat cioitalem Damasccno- hambre y en la sed , en los
La oración de la misa de esle din es como sigue : rum, ut me comprchenderet: ayunos continuos , en eí
Dms qui conspicis quia Señor , (pie veis que no et per feneslram i n sporta frió y en la desnudez : ade-
ea; n u ü a noslra aclione con- ponemos nuestra confian- demissus sum per murum, el más de lodo esto que es
fidmus : concede proptíiu*, /.aen nueslras ¡n-opiasobi'as, sic c¡l'ugi manus ejus. Si glo- esterior, la mulíitud de ne-
ut conlra adversa omnia Doc- concedednos benigno, que r i a n oportet {non expedit gocios que me oprimen
toris gmlium proleciione la protección del Doctor de quidem ) ; veniam autem ad diariamente en el cuidado
mumumur. Per ü o m i m m . . . las naciones nos íbrtiíiqnc visiones, el revelationes Do- de todas las Iglesias, ¿Quién
contra todos los males quo mini. Scio h o m i m n i n desfallece, que no me haga
nos rodean. Por nuestro Chrkto ante amos qualuor- á mí desfallecer? ¿ Quién
Señor Jesucristo , etc. decim (sive i n corpore, « e s - da un paso falso, que nomo
rio, sive extra corpns, M « - cause un dolor intenso? Si
í a Epístola es del capítulo U de la primera carta del CÍO, Deusscit) rapium hujus- es preciso gloriarse, por mí
apóstol san Pablo á los Corintios. modi usijue ad terlium cai- no me gloriaria sino de las
Fratres: Libenter sujfertis Hermanos mios: Vosotros torum; et sciohujusmodiho- cosas que me h u m i l l a n ;
insipientes: cüm sitis ipsi que. sois sabios , sufrís lle- miitcm [sive i n corpore, sive Dios quo es Padre de Jesu-
sapientes. Suslinetis cnim, nos de bondad á los que no extra corpas, nescio , Deas cristo nuestro Señor, y que
«i quis vos i n semlulem r e - lo son ; puesto que si se os scü] quoniam raptas est in es bendito en lodos los s i -
digit, si quis devorat , si reduce á servidumbre, si se Paradisnm : el audivil arca- glos , sabe que no miento.
quis ac-ipit, si quis extolli- os devora, si se os despoja, na verba, qua; non licel Ito- El que mandaba en el pais
twr, si quis in faciem vos si alguno se levanta conlra rniui toqui. Pro hujusmodi de Damasco, en nombre def
Medil. Sccundum ignobilüa- vosotros, si os da de bofeta- gloriabor: pro me autem n i - rey Arelas , hacia guardar
temdico, quasi nos infinni das lo sufrís. Hablo no con hil gloriabor, nisi in infirmi- las puertas de la ciudad pa-
f u e r i m u s i n h a e p a r í e . ¡riquo tan nobles sentimientos , y lalitms meis. Nam, c l s i v o - ra prenderme ; pero se me
quis audet[ininsi¡úentia dico) como sí en esta parle nos luero gloriari, non ero i n s i - bajó en una espuerta por
audeo el eyo: l l e b m i s u n i , bubiésemos portado con p i c n s : vcritalem enim d i - una ventana que daba á la
cí ego : cernen AhrahíP sunt, flaqueza. De cualrpiiera co- cam t parco aulem, ne quis muralla, y asi me escapó
el ego : Ministri Chrisli sunt sa que alguno so atreva á me existimel supra i d , quod de sus manos. Si hay nece-
(«t minus sapiens dico] plus jactarse ( bablo como un videt in me, aut aliquid a u - sidad de gloriarse (en ver-
ego: ia laboribus plurimis, necio}, también me atrevo á d i l ex me. E l ne magnitudo dad no es conveniente) ven-
i« earceribus abundanlius, alabarme. Son liebreos, yo revelationum exlollal me, dré á las visiones y á las
in plagis supra modum , i n también ; son israelitas, y datus est mihi slimulus car- revelaciones del Señor. Yo
inoríibus frequenter. A J u - yo ; son bijos de Abraban, nis meoe ángelus Sátanm, qui sé que un hombre consa-
daisquinquieSiquadragenas, yo lo mismo ¡ son ministros me colaphizet. Propler quod grado á Jesucristo fué arre-
una minus, accepi. Ter v i r - de Jesucristo (hablo cumo ler Domimm rogavi u l d i s - balado hace catorce años al
J/'s ceesus sum, semel l a p i - un hombre que apenas sa- cederet a me: et dixit m i h i : tercer ciclo (si fué con el
daius sum , ler naufragium be ) , yo lo soy todavía mas Sufficit tiln gralia mea: nam cuerpo ó sin el cuerpo, no lo
W , líoríe et die in profundo (juc ellos, porque be sufi i - vir tus i n infirmi tafc perfici- s é ; Dios lo sabe). Sé que
"UD'is /"«i, i n itineribus swpe, do mas trabajos y mas pi i - lur. Libenter igitur gloria- este mismo hombro (si con
periculis jluminum, periculis siones, porque he sido mal- bor i n infirmitatibus meis, el cuerpo ó sin el cuerpo,
'aironum, periculis ex gene- tratado con esceso , y me ut inhabitcl in me l i r i a s no lo sé ; Dios lo sabe) ha
r('--periculis ex genlibus, pe- ho visto en muchos lances Chrisli. estado en el P a r a í s o , y ha
rwií/is in civitale , periculis á punto de morir. Por cinco oido cosas llenas do misterio
ln solitudine, periculis in veces he recibido (reinla y de quo no es lícitoá un hom-
^ ' i , periculis infalsis [ r a - nueve azotes de parle de bre el hablar. Por un hom-
Jwus: i n labore et airumna, los j u d í o s ; tres veces he bro semejante yo me glo-
xnvi9iliis multis, i n [ameel sido golpeado con varas; riaré ; mas por lo (pie hace
•Ul, injejimiis mullis, i n f r i - una vez he sido apedreado; á mí , no mo gloriaré mas
90re el nudiiate : prwter illa he estado un dia y una no- quo en mis humillaciones.
Wtextriñsecussunty iasUin- che en la profundidad del Por lo demás si quisiera
ía mea f/iwíititaiia, so//ici- mar; he hecho multilud de gloriarme, no seria una ne-
. ownium Ecclcsiarum. viajes , y corrido peligros cedad, porque diría la ver-
" ls confirmatur, el ego non en los rios , peligros de l a - dad. Pero me guardo bien
Wemor ? Quis scandalha- drones, peligros de parle de de hacerlo para (pie nadie
r \ e l cgn non uror? Si glo- mi nación, peligros do parle conciba de mí una idea ven-
^ n o p o r t c i : quee infirmi- do los gentiles, peligros en lajosa por lo quo vea, ó por
meai gloriabor. las ciudades, peligros en la lo (jue oiga en mi favor. V
^euset Valer Domini noslri soledad, peligros en el mar, par a quo estas grandes r e -
SuChrmhquicslbcnedíc- peligros enlrc los t i A m velaciones no me ongrian,

TOMO I V .
9
DOMINGO
se me lia dado el aguijo» de mo las esterioridades son necesarias para imponer el falos
mi carne, como un ángel de celo, imita artificiosamente todo lo que es capaz do e n -
Satanás, para que me abo- grosar su partido y e n g a ñ a r : modestia estudiada, m o r t i -
fetee. Por esto he rogado al ficación esterior, aire recogido, devoción artificial, mane-
Sefior por tres veces que le ras afectadas, tono compungido, lamenlaciones eternas so-
apartase de mi ; y él me ha bre la relajación de las costumbres, de la moral y do la
dicho : Te b:\sla mi gracia; disciplina, limosnas capciosas, buenas obras de brillo;
porque la viiind se aumenta todo so pono por obra para disfrazárselos lobos que tiran
en la enfermedad. Me g l o - al rebaño. Bien pueden ladrar los perros que le guardan;
riaré, pues, de buena gana los pastores mercenarios emplean la fuerza y el crédito
de mi llaqneza, á fin de (pie para alejarles y hacerles callar. Mentiras, calumnias, f a l -
la virtud do Jesucristo h á - sos retratos, todo se emplea para hacer pasar los mas san-
bil»! constantemente en mí. tos doctores, los apóstoles mas celosos do Jesucristo por
Esta segunda carta á los corintios la escribió san I'ablo unos impostores é hipócritas. San Pablo no era, al decir
hacia la milad del año 5"3 de Jesucristo, cerca de un afio do estos calumniadores, sino un enemigo de la ley, un
después de la primera. Sisan I'ablo se vió obligado para liomhi e ambicioso, un apóstol sin misión, un hablador sin
confundir á sus calumniadores, á referir muchas cosas en genio. Para hacer su retrato, empleaban los colores mas
alabanza suya, también en la misma relación forzada de lo negros y horrorosos. No teniendo nada que decir contra
que le hace honor, se encuentran seriales sensibles de su sus costumbres, se paran hasta en ol tono desagradable
profunda humildad. de su voz, hasta en la irregularidad de su estatura. Con
tal que so le desacredite en el ánimo délos corintios, nada
REFLEXIONES. les importa el camino ó el motivo con que lo hagan, al
Es asombroso que san I'ablo, este vaso de elección, este paso que estos partidarios del error no cesan do ensalzar
Apóstol de las naciones, esta brillante lumbrera déla Igle- á los que son de su cabala. Todo aquel que les escucha es
sia, que habia bebido en el seno de Dios mismo, por de- santo, todo el que les sigue es perfecto. Este espíritu do
cirlo asi, en el cielo, la doctrina que ensefiaba, que este partido caracteriza todos los herejes. Tales han sido los
doctor de los fieles, tan recomendable por sus Irabajos por arríanos, los nestorianos, los eutiquianos, los pelagianos
Jesucristo, tan respetable por el esplendor de su santidad, y lodos los sectarios de los primeros y de los últimos s i -
tan célebre por el número infinito de sus milagros, haya glos. La máscara impone , es verdad, pero no es difícil
tenido calumniadores, y que para prevenir la seducción distinguir l is gentes enmascaradas. El disfraz solo enga-
se haya visto en la necesidad de justificarse, y obligado á ña á aquellos que no miran mas que de léjos. Una m o -
probar su misión y la autenticidad de su apostolado con destia sin artificio, una humildad sin simulación, un celo
razones y hechos incontestables. Esto prueba que el hom- puro y sin pasión, una caridad benéfica que no escluye á
bre enemigo que siembra la zizafia, sigue de cerca al pa- nadie de sps beneficios, una piedad humilde, generosa,
dre de familias que siembra el buen grano en su campo; y constante, quitan la máscara al fariseísmo. J a m á s se vió
que los falsos doctores son cuasi tan antiguos en la Iglesia un apóstol de Jesucristo, fiero, orgulloso, duro con los de-
como los verdaderos apóstoles. Se debe también esperar más, indulgente consigo mismo. Mas no es maravilla,
que mientras hubiere en la Iglesia verdaderos apóstoles, a ñ a d e san I'ablo, que siendo esta especie de falsos apósto-
h a b r á en todos tiempos seductores que pondrán en movi- les operarios artiüciosos, tomen la apariencia de apóstoles
micn'o todos sus artificios para seducir á los pueblos. Lo de Jesucristo: si el mismo Satanás toma también alguna
que hay mas que temer es la semejanza de los medios vez la apariencia de ángel de luz, no es eslraño que sus
de que se sirven los unos y los otros para llegar á sus fi- ministros tomen la apariencia de ministros santos: el fin
ir.'s bien poco semejantes. Los verdaderos apóstoles no do todos eslos será lal como sus obras.
trabajan mas que por la gloria do Jesucristo; los falsos
doctores no buscan mas que la suya, y sus propios inte- E l Evangelio de la misa es tomado del cap. 8 de
reses, por mas desinterés que aparenten. Puede aun ase- san Lucas.
gurarse que los artificios de estos son mas imponentes que In illo lempore: Cuín t u r - En aquel tiempo: Ilabién-
el celo mas puro de aquellos; nada so asemeja mas á la ba plurima convenirenl, el dosereunido una gran m u l -
verdadera candad que el falso celo, no hay ninguna cosa de civüntibusproperarcnt ad litud dequetodas laspobla-
que sea mas insinuante ni que mas sorprenda. Como el Jesum, dixü per s m i l i l u d i - ciones corrian á J e s ú s , les
espíritu de Dios es el que anima á los verdaderos apósto- nem: E x i i l , qui seminal, se- habló asi en parábola: Salió
les, su caridad es dulce, pacífica, uniforme, compasiva; minare semen suum: et dura un sembrador para sembrar
su celo es ardiente, pero nó amargo ni tumultuoso; ellos seminal aliud eccidit secus su grano, y cuando sem-
dan al alma la paz que la anuncian; no hay nadie osclui- iídin, et conculcatuvi csí, et braba, una parte cayó cerca
do para ellos; la salvación de sus contrarios es también volucres ecc/i comederunl i l - del camino, fué pisado, y
objeto de su celo; se hacen todo para lodos, para ganar- Ind. E l aliud eccidit supra los pájaros del cielo se lo
los lodos para Jesucristo; al paso que el celo de los falsos peiram, el nalumaruit, quia comieron: otra cayó cu im
doctores, animado siempre de un espíritu de partido, está non habcbal humorem. E l paraje pedregoso, y apenas
por lo común lleno de hiél, es impetuoso, turbulento, aliud cecidit inter spinas, el nació so s e c ó , poi que lo
siempre uco:np:iíi;uli) de una odiosa aceptación de perso- simulexorlce spinoe svjfoca- faltaba jugo : otra cayó cn-
nas, siempre apasionado y siempre falso. La pasión pue- verwní illud. E l aliud eccidit tre espinas, y creciendo al
de muy bien contrahacer ta virtud, pero nó imitarla. Co- tu tíTmm honam, el ortum mismo tiempo con él las es-
DK SEXAGESIMA. 67
A'm/Vuf ítuií cciUuphm. Ucee pinasi, le sofocaron : la otra sos y de solitarios: jóvenes donceiiitas de doce afios desa-
dimns, clamabat: Qui k a k i parle cayó en buena tierra, fiar los mas espantosos tormentos, reírse de los mas crue-
aures aadiendi, nwcítaí. I n - y habiendo nacido, diá un les suplicios, todas estas maravillas tan superiores á ias
terrogaban t aulem eum disci- fruto centuplicado. Diclto fuerzas de la naturaleza son los efectos de la gracia omni-
pmqus^qum esselhac para- esto, clamaba en alta voz: potente del Salvador. Ella es la que ilumina al alma con
bola. Quibusipse d i x i l : Vohis El que tenga oidos para oír, aquella luz sobrenatural, á favor de la que el entendi-
daium cst nossa muslerium que oiga. Sus discípulos, miento mas grosero, el mas oscuro, penetra sin trabajo
i'egni Deí, ceteris autem i n oido esto, le preguntaron los misterios d é l a fé mas incomprensibles, y descubre el
parabolis: ut videntes non qué era lo que significaba sentido de todas las grandes verdades que no se ven cla-
videant, el audientes non i n - esta parábola, y éí les dijo: ramente sino en el cielo; ella es la quo desenvuelve todos
telliganl. Esl aulem fíate pa- A vosotros se os ha conce- los secretos del corazón humano y todas las astucias del
rábola. Semen esl verbum dido el (pie conozcáis el enemigo de la salvación ; ella es la que disipa los presti-
f c i . Oiít aulem secus viam: misterio del reino de Dios; gios de los sentidos, la que doma las pasiones mas fuer-
ht suní, qui audiunt: deinde pero á los d e m á s soio en tes, la que confunde todos los orlitícios del amor propio,
venü diabolus, el lollit ver- p a r á b o l a s , de suerte, que ella en fm es la que inspira aquel disgusto tan absoluto
bum de carde corttm, nc cre- viendo no vean, y oyendo d é l o s bienes, d é l o s honores, de los falsos placeres de esía
dentes salvi fiaiü. Nam qui no entiendan. Oíd, pues, lo vida, al paso que produce un gusto tan vivo y tan e s q u í - .
supra petram: qai cum au~ que significa la parábola. sito d e l o í b i e n e s d é l a eternidad, lié aquí los efectos or-
dierint, cum gaudio susci- La semilla es la palabra de dinarios de la gracia. Ella es el grano misterioso que el
pirmt verbum; et hi radices Dios. Los que están cerca Padre de familias no cesa de sembrar todos los días en
non habent; qui ad tempus del camino, son los que la nuestro corazón, lilla no ha perdido su v i r t u d : ¿en q u é
crednnl, el in lempore lenla- oyen; pero viene en segui- consiste que no produce cuasi nada en nuestra alma? n i n -
tionis recedunt. Quod aulem da el demonio y quita de su gún valor en los peligros, ninguna fortaleza en los comba-
*ft spinas cccidil: hi sunl, corazón la palabra, no sea tes, ninguna fidelidad en las tentaciones, ninguna perse-
9»Í audierunt, et á sollicitu- que creyendo se salven. Los verancia en el bien, ningún fervor en el ejercicio de la pe-
dinibus, el divilits, el vohm- qtte reciben la semilla sobre nitencia. Las máximas del mundo se hallan establecidas
taiibus vilm eunles, snffo- un terreno pedregoso, son en todos los estados, el espíritu del mundo gobierna en
d n i u r , el imnreferunl fruc- los que habiendo oido la pa- todas partes, la piedad cristiana está prosnila, está des-
'«m. Quod autem in bonam labra ta reciben con alegría, terrada de lodo lo que se üama gran mundo. ¿Dónde esiá,
terram: h i s u n l , quiincorde mas no liene en ellos r a i - pues, la virtud d é l a gracia? y si está sembrada ahundan-
bono el opiimoaudientes ver- ces en que prender, porque temente en todas las condiciones, en todos los estados; si
N t » rcííiicní, cí fruclum a¡fe- creen un tiempo, y sucum- la gracia no falla á nadie, ¿de dónde viene que apenas p r o -
runi in paticnlia. ben én el tiempo de la l e n - duce? La corrupción de costumbres es cuasi general; la
lacion. La que cayó enlre molicie, la indevoción, el libeiiinaje, se observan hoy en
ias espiiias, son aquellos todas ias edades: veamos cuáles son los obstáculos quo
(pie lian oido la palabra de impiden brotar á este grano misterioso.
Dios; pero que ellos mis- PINTO SEGUNDO.—Considera que los obstáculos que i m -
mos la sufocan sin dejaría piden á ta gracia de germinar y producir están todos en
producir fruto, e n t r e g á n d o - nosotros mismos. No nos servimos de nuestra libertad sino
se demasiado á los cuida- para hacerla estéril. La dureza de nuestro corazón, la d i -
dos, las riquezas y los pla- sipación de nueslro espíritu, están figurados por las pie-
ceres de la vida. En fin. la drasy el camino público de que habla el Salvador, y so-
que cae en btiena tierra, bre el cual cae el grano, el cual no estando cubierto con
son aquellos que, habiemlo la tierra, se io llevan los pájaros del cielo. La sequedad
oido la palabra con un co- le impide brotar, ó si nace, se seca inmedíatamenle [ or
razón recto y bien dispues- falta de j u g o : ¿quién no ve que estos son los obstáculos
to, la conservan y recogen ordinarios y comunes, causa necesaria de la esterilidad de
el fruto por la paciencia. la gracia? Pero los mayores obstáculos, sobre todo en es-
tos dias de licencia y de escesos, son las diversiones tan
MEDITACION. poco cristianas que el demonio ha introducido, y que el
los obstáculos que impiden á la gracia el producir mundo ha adoptado como conformes á su espíritu y á s¡;s
sus efectos. máximas. Estas son las espinas que sofocan d buen g i n -
no. La gracia no falta en estos tiempos licenciosos; Dios
•'UNTO PRIMUKO.—Considera que la gracia es una semi- no deja de hablar al corazón, toca, urge, solícita. ¡Qué de
n wH¡l4 capaz do producir ciento por uno. Como recibe piadosos movimienios, q u é de pensamíentossaludablesnos
Su virtud de ios méritos infinitos de Jesucristo, no debe inclinan á privarnos de estas diversiones perniciosas, de
e s l M i i a r s e , q u é sea tan poderosa. Consideremos todo lo eses placeres emponzoñados, deesas reuniones donde todo
^Ut5 '0s sanios han hecho de grande, de sorprendente, de ablanda el corazón, donde todo tienta! Pero ¿se reciben
. ,avido.so, todos los prodigios de valor, de magnanimi- con docilidad estas sanias inspiraciones? ¿Se escuch;! esta
de paciencia que admiramos en íanifis miiiOnes de voz? ¿Se huye de estos lazos? j Ah! Se espone, por el con-
iiios1''06 • l0í'')S '0S '""''S1'08'^ penitencia que no pode- trario, se con o ai peligro, se arrojan con plena delibera-
JUs a ^ í * f instante en el número prodigioso de religio- ción al precipicio. Se multiplican los festines, nadase nic-
DOMINGO
ga á la sensualidad, se corre á los bailes, k los e s p o d á - íkv.ad todos los dias hasta el miércoles de Ceniza los siete
culos. Todo lo que el lujo tiene de mas artificioso, todo lo salmos penitenciales, ó á lo ménos la Salvo con el M i -
que el arliücio tiene de mas scduclivo, todo lo que hay de serere.
mas tentador, todo se pone en movimiento. El carnaval es
el tiempo del reinado de las pasiones; no solo no se las DOMINGO DE QUINCUAGÉSIMA. .
incomoda, se las deja toda la libertad, se las lisonjoa. ¿Y El domingo de Quincuagésima no es ménos privilegia-
so quiere que la gracia desplegue toda su virtud? ¿Se os- do en la Iglesia que los dos precedenles. El sabio Alcuino
traíla que la gracia no produzca nada? ¿Se lamenta su de- no baila otra razón del nombre de Quincuagésima que so
bilidad? Quejémonos de nuestra pura malicia; nosotros le ha dado, que porque precedo imnediatameníe al p r i -
solos somos los artificios de nuestra reprobación. ¿Oné mer domingo de Cuaresma; y asi como este se ha llamado
conciencia tan pura, q u é alma tan inocente, q u é corazón domingo de Cnaresma, poique es seguido de cuarenta dias
, tan virluoso, q u é hombre tan cristiano hay, que no se que hay hasta Pascua, del mismo modo se ha llamado
pervierta en medio de las fiestas del carnaval, si se halla aquel domingo de Quincuagésima, porque efectivamente
en ellas? Lossolilarios que han envejecido en los desier- es quincuagésimo dia ánles de Pascua. Este es lodo el
tos, los religiosos mas fervorosos que han pasado su vida misterio que se encuentra en el nombre de Quincuagési-
en los mas sanios ejercicios de la penitencia, los santos de ma, aunque algunos creen que la l ellexion que se ha he-
primer órden, no crecrian poder rosislir al tórrenle, pre- cho sobre este número de cincuenta es posterior á su ins-
servarse del fuego, conservar un selo día su inocencia, si lilucion.
se hallasen en estas fiestas licenciosas; ¿y las gentes del Pedro de Rlois dice que los eclesiásticos comenzaban el
mundo, mas flacas, mas susceptibles del contagio, la ma- ayuno de Cuaresma en la quincuagésima, según el decre-
yor parte ya medio vencidas, esperarán conservar allí la to del papa san Telcsforo que vivia en tiempo del empe-
gracia? rador Adriano. Lo que dio sin duda ocasión á este decre-
Vuestra gracia, Señor, es la que me da á conocer estos to, fué que en los primeros tiempos la mayor parlo de los
peligros: haced, Señor, que sea eficaz. Esloy resuelto á no fieles no crcian que se debiesen comprender en los cua-
ponerle ya obstáculos; concededine una gracia todavía renta dias de ayuno de Cuaresma el viernes y sábado san-
mas eficaz, y haced que tenga lodo su efecto. tos, cuyos ayunos, deslinados siiigulaqnenle á honrar la
JACULATORIAS.—Sefior, dadme de esta agua, para que pasión y la.muerte do Jesucrislo, los hablan observado los
no tenga ya mas sed. (Joan. 4.) mismos apóstoles, ánles que se impu.-iese una ley de
Con el ausiüo de vuestra gracia, Sefior, conbatiremos tiempo determinado y del ayuao de Cuaresma. Por esto
con esfuerzo, y vos destruiréis á nuestros enemigos. se comenzaba la Cuaresma desde el lunes, y se ayunalian
(Pealm. 59.) cuarenta y dos dias durante las siete semanas. Vemos aun
en nueslrosdias que muchas comunidades y órdenes re-
PROPOSITOS. ligiosas comienzan el ayuno de Cuaiesma desde el lunes
1 Nada hay tan precioso como la gracia; no os espon- de la Quincuagésima, como se hacia entonces. Se llamaba
gaisal peligro de perderla. Es una semilla estimable; cul- antiguamente este domingo «cabeza de ayuno,» á causa
tivad con cuidado vuestro corazón, y arrancad de él todo que el principio del ayuno solemne de Cuaresma no se ha-
lo que puede impedir á este grano celestial el que germi- bla üjado aun al miércoles de la semana que nosotros l l a -
no y produzca el ciento por uno. La cultura ilcl corazón se mamos miércoles de Ceniza. Por la misma razón que se
hace a r r a n c á n d o l a s espinas y ejercitándose en la mortifi- llama todavía este domingo, domingo de Carnestolendas,
cación. Los mayores obstáculos á la gracia están en el co- porque en esta semana es cuando comieza la Cuaresma.
razón. Los abrojos nacen en él con abundancia, y por lo Los griegos le llaman «Tyrophages,» porque empiezan en
mismo es preciso echar mano del hierro y del fuego: el él la abslineucia de carnes y de lacticinios, y es un dia
hierro de la penitencia, el fuego del amor do Dios. La mor- muy célebre entre ellos. En Occidente se acostumbra todo
liflcacion de nuestros deseos os una penitencia muy sa- lo contrario, y se llama vulgarmente el domingo, lunes y
ludable. Reprimid con generosidad el amor del placer, martes gordo, desde que el principio de Cuaresma se ha
la inclinación á satisfacer vuestros sentidos, vuestras pa- fijado al miércoles de Ceniza.
siones, vuestro amor propio. Procurad, sobre lodo en este La Iglesia que, no intenla, como se ha dicho ya, mas
tiempo, aplicaros á la mortificación inlcrior, sacrificando que inspir ar á los fieles el.espíritu de compunción, de pe-
generosamente todo lo que puede servir de obstáculo á nitencia y de recogimiento, durante las tres semanas que
las operaciones do la gracia; las espinas sufocan el buen preceden al santo tiempo de Cuaresma, ha elegido en la
grano. Escritura para sus oüeios nocturnos la historia de las tros
Privaos, principalmente, do todas las fiestas del carna- primeras edades del mundo: la primera, que es desde
val, de todas las diversiones profanas. Mirad los bailes Adam, esto es, desde la creación del mundo hasta Noé, so
como las bacanales de los paganos; los espectáculos. Ja lee en el oficio del domingo de Septuagésima, y de su se-
comedia, la ópera, como una eacueifl de profanidad, y el mana: la segunda, desde Noé hasta Abraham, hace el ofi-
famoso escollo de la inocencia : no permitáis j a m á s que ni cio de la Sexagésima y de los dias siguientes; y la histo-
vuestros hijos, ni vuestros domésticos se presenten allí; ria de la tercera edad del mundo, desde Abraham hasla
inspiradles horror á lodo oslo. Es una práctica de piedad Hoisós, comienza en la Quincuagésima. La Iglesia al re-
muy útil, dar á los pobres el dinero que se sacrifica á oslo, presentarnos la imágen de estos piimeros tiempos, pre-
estar a'gun tiempo en oración delante del Santísimo Sa- íemle. (razarnos el plan de toda la economía de la divina
cramento, y santificar por este acto de religión el tiempo Providencia sobre los elegidos, y escitarnos por medio de
q u ; tantas gentes pierden en los espectáculos profanos, la memoria del cuidado paternal que Dios tiene de sushi-
D E QUINCUAGKSIMA G9
jo», á ra-un ir á tí lüdns nuestras necesidades, íi Icnor más dones de Dios. Estando san Pablo on Efeso supo por
Ofeíl vez mas confianza en su bondad, y á aprovecharnos Estofanas, Fortunato y Acayo, que le habían venido íi ver
del In'iieíicio de la Redención, llevando una vida inocente de Corinlo, ó sea por carias que so le escribieron por los
y penitente. La Epístola y el Evangelio do la misa de este principales de la iglesia de Corinlo, que después que se
día concurren también al mismo ü n . Aquella, bacieiulo- ausentó de ellos, se habia introducido un espíritu de cis-
nos ver la necendad que tenemos de vivir en la amistad ma y de división entre aquellos fieles. Él les hace ver quo
de Dios y en el fervor de la caridad; este, trayéndonos á aun cuando hubiesen recibido lodos los dones de Dios, los
I I memoria lo (pie el Salvador ha sufrido por nuestra sa- mas apreciables, si carecen de la caridad ci isliana, que es
lud, y eslimulándnnos para esto á llorar sin cesar nuestros la que une todos los espíritus y todos los corazones, y' la
pecados, y llenar en nuestra carne, como habla el a p ó s - que quiere Jesucristo que sea el carácter de distinción do
t;)l, lo que falta á los tormentos del Salvador del mundo. todos los quo le sirven; todas sus pretendidas virtudes son
A la verdad el espíritu del siglo, siempre contrario al defectuosas, aparentes y para nada valen.
espíritu do la Iglesia y de Jesucristo, enseña máximas del Acostumbrados los Corinlios á la distinción de las dife-
lodo opuestas. Él quiere que la tristeza y el recogimienlo renles sectas do ¡os filósofos quo reinaban en la Grecia,
que la Iglesia nos predica en estos dias de devoción, se creyeron quo poco mas ó ménos sucedería lo mismo en la
conviertan en licslas y regocijos enteramente profanos, y Iglesia, y que Podro, Pablo y Apolo, á quienes reveren-
quo estos últimos dias de carnaval, que son como ol pre- ciaban como los doctores de la fó, formaban otras tantas
ludio del « m í o liempo de Cuaresma, sean dias de desen- sedas particulares, y que tenían cada uno su partido. Y
f¡ e:io y disoluciones, dedicados á diversiones del lodo pa- aun cuando todos enseñasen la misma doctrina, los corin-
ganas, y á los espectáculos. Este dosórden, que se ha he- tios se gloriaban de ser parlicularmcnle discípulos do
cho lan comnn y tan universal, es el que ha animado el zelo aquellos que les hablan bautizado; cada uno ponderaba el
de los verdaderos Deles para procurar y emplear lodo lo mérito de aquel que lo habia instruido, y osla parcialidad
que puede servir dedique á este impetuoso torrente, y eslo causaba entre ellos la división, y formaba una especie do
es lo que ha dado motivo al establecimienío de la oración cisma. Yo s é , hermanos, mios, con sumo dolor, les dice el
solemne de Cnareiila horas. Hácia la milad del siglo xvi, fué santo apóstol, que hay contiendas entre vosotros. Cada
cmmdoel Sefior inspiró á algunos de sus mas zelosos siov- uno|dicepor su parte: yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo do
Ví>s el pensamiento de levantar esta contrabarrera contra Pedro. ¿Por ventura Jesucristo se ha dividido? ¿Da sido
licencia del siglo y los esfuerzos del demonio i1}. Pablo, añade, crucificado por vosotros, ó habéis sido bau-
El ano de ffWfc; los padres de la Compañía de Jesus, tizados en nombro de Pablo? En todos tiempos el odio y la
establecidos poco hacia en Lorelo, habiendo sabido con un envidia, ocultos bajo la máscara de religión, han formado
Wtreího dolor los preparativos eslraordinarios que se ha- partidos entre las personas que hacen profesión de piedad.
cR'n en la ciudad para una fiesta de carnaval, durante los PorOi¡ ah I i no solo se dice hoy, yo soy de Pablo, y yo do
Ires úllimos dias anteriores al miórcoles de Ceniza, resol- Apolo; se a ñ a d e no pocas veces, yo soy do Apolo contra
vieron emplear toda su piadosa industria para hacer inútil Pablo, yo soy de Pablo contra Apolo! El espíriíu de d i -
este artificio del demonio, atrayendo al pueblo á un espec- visión y do partido^ no fué j a m á s el espíi ilu de Dios. El
lúculo mas cristiano y mas sanio. Ei igieron una decora- que san Pablo trata de destruir, es un espíritu conlcn-
r o n de las mas magníficas y de un nuevo gusto en la Igle- cioso, tan contrario á la caridad crisliana. Los corintios
Sia. Estuvo espuesto el santísimo Sacramento durante los eran naluralmento testarudos, contenciosos. San Clemen-
^es dias. Un escelente concierto, una música de devo- te en la carta quo les escribió algunos años después quo
r e n de las mas acabadas llenaba todo el tiempo que no el santo apóstol, les echa también en cara su espíritu do
estaba ocupado con la predicación, las meditaciones y las coniienda, suspleilos y sus divisiones domesticas. San Pa-
Plega blo les reprende abiertamente do esto; Oigo decir, les dice,
i'ias. Este religioso artificio surtió todo SO efecto. La que hay división entre vosotros. Para abolir estas divisiones
novodad y la santidad del espectáculo llamándola curio- y para obstruir su origen so esliendo tanto en el capítu-
sidad
' N o sd dprofanos
público, quedaron
interesó á abandonados;
los espectadores. las Los espec- lo 13, del cual está tomada la Epístola de la misa sobre la
academia;
de
taplilnn «-«f. J -i- i -i- • "i caridad con Dios y con el prójimo. En un pormenor el mas
concluyento hace ver su necesidad, descubre sus cualida-
des, presenta su verdadero carácter, muestra sus efectos,
fruto, hizo lanío ruido, y fué tan umversalmente aplaudi- y eslo do un modo tan elocuente, con un estilo lan vivo,
d a que no solo la Italia, sino también las principales c i u - que no es posible e n g a ñ a r s e . Aun cuando yo tuviese, les
^"des do la Europa imitaron un artificio lan cristiano, y s i - dice, todas las virtudes en un grado eminente, aun cuando
S'^eron un ejemplo tan sanio. . tuviese el dorvde lenguas, el de profecía, ta inieligencia
, l * Epístola dt« la misa de eslo dia está lomada d e l c a - de los misterios mas profundos y una ciencia universal; si
Ptoito 13 de la príraera carta que san Pablo escribió á los con esto tuviese todavía tanta fé que hiciese mudar de silio
^'" inlios, en donde el santo apóstol hace ver la necesidad á las montañas, si no longo caridad, nada soy. Dios no
'e '3 c«Hdad, cuáles son sus deberes, que-debe ser cons- hará caso do nada. La caridad es infiniíamentc mas apre-
;Ulk>' y cuán snperior es á la fé, á la esperanza y á los de- ciable que ol don de hacer milagros: ni tampoco ha que-
rido el Señor quo se distinguiesen sus discípulos por el
poder de obrar prodigios, sino por la caridad que so t u -
'''«CuaV ^r "IOSI' A I I ! N N ' CÍ»|)1JC1ÍÍIII>, O i U t M c N ' i i i e n l . r i ü viesen los unos á los otros. San Pablo recorre todos los do-
" j - i i i v ' ó ' 1 " r a s eslos Iros (lias, (ÍII m e m o r í ; » de his que nes sobrenaturales, todas las virtudes aun las mas brillan-
«outa (.";<,"•1 isll> en el sepulcro; y on I o 0 2 las i n m i u v . . eu
• « " i o n i o V I H , c o n c o d l ó n d o l a a para lodu la Iglesia, tes, y concluye quo si no tione la caridad de Dios y del
70 DOMINGO
pi'ójimo, porque la una no puedu iwtar sin la otra; con- prendiesen al menos entonces que los tormentos del Salva-
cluye, digo, que nada ha hecho, que lodo esl-o de nada lo dor habían sido voluntarios, y que no habia muerto sino
sirve para su salvación. Si yo entregase mi cuerpo hasta porque habia querido.
ser abrasado, y me faltase la caridad, todo esto me seria Así seentrotenia Jesús con sus apóstoles, cuando acer-
inútil. Ei demonio tiene sus márlires, como tiene sus con- cándose á Jericó, un ciego que estaba sentado á la orilla
fesores; estos sostienen ei error con tenacidad; aquellos del camino, y pedia limosna, al oir pasar la muchedumbre
dan hasta su sangre por eierlo atractivo de seda, ¿ P e r o que salia de la ciudad para ir al encuentro del Salvador,
quién no sabe que el martirio sufrido fuera de la Iglesia, se informó de lo que era. Dijéronle que era Jesús Nazareno
en la herejía, en el cisma, sufrido en odio de su prójimo, que pasaba, é inmediatameate esclamó: Jesús, Hijo de
on el pecado , sin contrición , sin sentimiento, de nada David, tened compasión de mí, ¡ Q u é dichoso fué este
sirve para la salud á aquel que le sufre? El martirio no hombre por haber sabido aprovecharse tan bien de la pre-
sirve sino mientras es el efecto del amor, do la vertlad y sencia del Salvador! ¡ A h ! si hubiera dejado pasar la oca-
de la justicia, el efecto del amor de Dios y del prójimo. sión es muy probable que hubiese muerto con su ceguera.
iQué ilusión, Señor, la de aquellos que se alimentan con Hay efectivamente momentos en que Jesucristo se acerca
una idea aparente de piedad y de religión, mientras que mas á un pecador, haciéndolesentir las mas vivas impresio-
viven en la frialdad y aun cu la enemistad con sus her- nes de su gracia; estos momentos son preciosos, y muchas
manos! San Pablo después de haber referido las cualida- veces no vuelven á presentarse, i Desgraciado aquel que
des de la verdadera caridad y los defectos de que está los deja i r ! Los que iban delante de él, dice el historiador
exenta, concluye por decir, que lo que es absolutamente sagrado, le decían bruscamente que callase; pero él g r i -
y siempre necesario en esta vida, lo que sobre todas las taba con mas fuerza: Jesús, Hijo de David, tened compa-
cosas debemos desear n-o perder j a m á s , no son los dones sión de mí, No solo los judíos, sino también losestranje-
estraordinarios, sino la fé, la esperanza y la caridad. Y res y ios paganos que trataban frecuentemente con los
todavía de estas tres virtudes la fé y la esperanza no sub- judíos, estaban persuadidos de que el Mesías debia des-
sistirán ya en el cielo, á causa déla visión intuitiva y de la cender de la eslirpe de David ; asi esque no se le designa-
presencia de Dios; así que en todo sentido á la caridad es ba mas que bajo de esta cualidad. Jesús se detuvo, hizo
á la que debemos dar el primer lugar. que se acercase el ciego, y le preguntó : q u é era lo que
El Evangelio de la misa de este dia os del capítulo í 8 de deseaba. ¡Ahí respondió él, lodo loque yo os pido es quo
san Lucas, en donde habiendo llamado aparte el Salvador me concedáis la vista. Pues vé, le dijo J e s ú s , y al punto
á sus doce discípulos les predijo claramente lodo lo que vió. Este milagro hizo mucho r u i d o ; y el ciego que habia
debía sncederle en esta desgraciada ciudad. Era ya la ú l - sido curado, no quiso ya dejar á un bienhechor tan i n s i g -
tima vez que Jesús debia ir á ella. Estaba en Efren, cerca ne: lo siguió y se hizo uno de sus discípulos. Cualquiera,
del desierto de Judea, donde permaneció algún (ieinpo dice san Gregorio, que reconoce las tinieblas de su cegue-
con sus discípulos después de la resurrección de Lázaro; ra, cualquiera que conoce que está privado de la luz eter-
de donde no salió hasta el 22 ó 2í3 de marzo para ir á ce- na, que clame de lo mas profundo de su corazón, que h a -
lebrar la Pascua á Jerusalcn, y en este viaje fué cuando ga resonar la voz de su alma, y que diga en alta voz:
dijo á sus apóstoles lo que leemos en el Evangelio. Jesús, Hijo de David, tened compasión de mí.
Yendo á Jerusalen, caminaba tan apriesa, dice san Mar-
La oración de la misa de este dia e$ como sigue:
cos, que aun cuando considerase aquella miserable ciudad
como el teatro de sus oprobios, el zelo en que ardia, y el Preces nostras, qumumus Scfior, escuchad favora-
ansioso deseo que tenia de dar su sangre por la salud de Dominc, clemenlcr exaudí: blemente nuestros ruegos,
los hombres, le hacia correr y adelantarse mucho á lodos alque a peccatorum ñ n c u í i s y d e s p u é s de habernos d e -
los que le acompañaban. Les declaró, pues, que habia l l e - absolutos, ab omni nos ad~ salado de los lazos de nues-
gado el tiempo en el cual se cumplirla lodo lo que hablan versüale custodi. Per Domi- tros pecados, preservadnos
predicho los profetas acerca d e s ú s tormentos y su muerte. nunt... por vuestra bondad de l o -
Vosotros veis, les decia, que vamos á Jerusalen. Allí el dos los males. Por nuestro
Hijo del hombre será vendido y paesto en manos de los Señor, etc.
príncipes de los sacerdotes, de los doctores de la ley y de
tos magistrados, que le entregarán á los gentiles. Allí se La EpisUla es de la primera carta del apóstol san Pablo á
le espondrá á la risa de un populacho insolente, se le es- los Corintios, mp. 13.
cupirá en el rostro, se le desgarrará con azotes, y se le Fralres, si tiiujuis homi- Ilermanos m í o s : si yo
condenará por üu á morir en una cruz; pero su muerte m m loqaar ei angelorum, hablase las lenguas que sar
será seguida de una resurrección gloriosa. Todo este dis- charitatem autem non h a - ben los á n g e l e s y los hom-
curso era p á r a l o s apóstoles un enigma del cual nadacora- beom, factus sum velut ees bres, y me faltase la cari-
prendian. Ellos no podían entender como el Mesías, espe- sonans, aul ogmMiu» ú n - dad, seria no mas que co-
rado ¡auto tiempo habia, debiese ser tratado de un modo nicns. E l si habucroprophe- mo un bronco que suena,
l.'in indigno; ni podían concordar tantas ignominias con liam, el noverim mijsteria ó como una campana quo
iania dignidad y grandeza cu la persona de su Maestro. omnia, el o m w n scienliam: tañe. Si tuviese el don de
El misterio de la muerte del Hijo de Dios por la salud de el si habuero omnem fukm, profecía, la inldigencia de
los hombres estaba todavía oculto para ellos. Jesucristo no i l a ut montes transferam, los misterios y una ciencia
dejaba de tener muchas veces con ellos este discurso, á fin charitnlem aulcmnhn habue- universal; si también tuvie-
de (pie cuando viesen que se cumplia lodo lo que se les ro, nihil s i m . E l si d i s í r i - se toda la fé necesaria para
liábia predicho tan positivamente, se asegurásen y conw bucro indbosjHmperum om- hacer que mudasen de l u -
DE QUINCUAGESIMA. 71
nes facullates meas, ut é tra- gar los montos, y me faltase voz y nutrir su elocuencia, no es mas que un bronce que
didero corpus mema ü a u l la caridad, nada seria. Si suena, ó una campana que lañe. Puede s e r v i r á los otros
ardeam, charitatem aulem distribuyese lodos mis bic- por su elocuencia, como los instr umentos por su sonido;
nes en suslenlar á los po- pero no puede sacar utilidad alguna para sí mismo. Sin la
non h a b u c r o , m h ü m i h i p r o -
dcst. Charitas paúens esl, bres ; si entregase mi cner- caridad se puede anunciar la palabra de Dios como los
henigna est: charitas non po, hasta para ser quema- jornaleros que siembran el grano, ó que cultivan la viña,
do, y mo faltase la caridad, pero que no lieneu parte en la vendimia, ni en la cose-
« m u l a l u r , non ágil perpe-
m m , non fíi/ítimatur, non nada mo aprovecharia todo cha. La caridad os paciente, está llena do bondad. Kn dos
est amhiliosa, non quvrit esto. La candad es pnricn- rasgos ha dado concluido el Apóstol el retrato de la cari-
quoesm smit, non t m í a í u r ,te, está llena de bondad; la dad mas perfecta. La paciencia hace que se sufran sin d i -
non confuí m a l u m , non caridad no es envidiosa, r:o ficultad los defectos do nuestros hermanos, y la bondad
yaudet suptr iniquilale, con- hace nada malo de intento, hasta proviene todas sus necesidades; esto es losuslancial,
no se infla, no es ambiciosa, lo que hace toda la dulzura, lodo el espíritu, cuasi todo el
gaudel aulem v e r i l a l i : o m -
nici sufferl, omnia credü, no busca sus propios i n l c - ejercicio y el carácter mismo de la caridad. «La caridad
omnia spcrat, omniasuslinet. reses, no se irrita, no pien- no es envidiosa.» ¡Cuántos, pues, á hay quienesfaltala ca-
Charilas numquam excidit: sa mal de nadie, no se ale- ridad, y á quienes esta sola falta présenla no masque co-
smpropheúoBevacmbantar, grade la injusticia, so r e - mo poseídos de un falso zelo! Donde se encuentra la e n v i -
sive linguce cessabwü, sive gocija por aquello que es dia, no hay caridad. «No hace nada malo de intento, J La
scienlia destruelur. Ex p a r - según la verdad; ella lo su- caridad es el único lazo que jimia la prudencia y la sabi-
te enim cognoscimus, el ex fre todo, lo cree todo, lo duría con el ardor y la vivacidad. Cualquiera otro amor
parle prophelamus. Cum au- espera todo, todo lo sopor- es ciego cuando es ardiente; y el caprichosa indiscreción,
tem veneril quod perfeelum la. La caridad nunca pere- la temeridad, algunas veces la locura y siempre alguna
ce, ya que se pierda el don pasiones lo que lo conduce. «Lacaridad no es ambiciosa.»
esi, evacuahilur q u o é e x p a r -
te est. Cum essemparvuhs, de profecía, ya que cese el Un ambicioso no ama á nadie cristianamente: desprecia á
¡oquebar ulparvulus, sapie- don de lenguas, ya que sus inferiores, no cede á sus superiores sino por interés:
bam ulparvulus, cogilabam llegue á faltar la ciencia. cree tener por lo menos los mismos y muchas veces mas
ul párvulas. Qaando aulem Porque nosotros no sabemos méritos que ellos para obtener el puesto queellos ocupan:
faclus sum inr , evacuavi las cosas mas que á medias, si sus iguales pueden pretender los mismos honores que
quw eranl p a r m l i . Viilemusni leñemos el don de profe- él, desconfia de ellos, y trata de engañarlos. Pero si él no
nune per speculum i n oenig- cía sino en parte; mas cuan- ama á nadie, ¿es acaso amado de alguno? «No busca sus
male: tune aulem facie ad do llegare todo á su perfec- propios intereses.» Si no hay amor sincero que no sea de-
faciem. N m c cognosco ex cion, desaparecerá lo que sinteresado, el honor de formar verdaderos amigos está
parte: tune aulem cognos- no es mas que á medias. reservado á la caridad cristiana. ¿Qué es en efecto la amis-
cam sicut el cognilus sum. Cuando yo era todavía niño tad profana, mas que un comercio en que el amor propio
A'wnr. aulem manent fides, hablaba como niño, pensa- se propone casi siempre algún interés? Puede deciise que
spes, charitas: tria hmc m a - ha como niüo: mas habien- la verdadera amistad está desterrada de lo que se llama
j o r aulem horum est chari- do llegado á ser hombre, mundo; cada uno so busca á sí mismo en la amistad; es
tas. he dejado lo que era p r o - uno amigo mientras que el amigo puedo ser úlil. Es des-
pio de n i ñ o ; porque ahora graciado, llega á ser pobre : ¿conserva entonces muchos
vemos las cosas como en un amigos? «La caridad no piensa mal de nadie.» Esos censo-
espejo, bajo de figuras enig- res malignos que "tienen siempre los ojos abiertos sobre
i j máticas, entonces las vere- los defectos do sus hermanos; y los que juzgando de los
mos cara á cara: ahora no demás por sus propias disposiciones, sospechan el mal so-
conozco mas que á medias, bre las mas lijeras apariencias, ¿tienen una gran caridad
entonces conoceré del mis- con aquellos de quienes ponderan las menores faltas? Kn
mo modo que soy conocido. vano se lisonjea con el nombre especioso de zelo: lodo zelo
Lo que hay ahora de per- sin la caridad no es mas que un orgullo enmascarado, una
manente son estas Ires cosas: maligna pasión disfrazada: «Lacaridad cubre la muche-
la fé, la esperanza y la ca- dumbre de los pecados.» En fin, «la caridad,» según el
ridad; y la mas noble de es- Apóstol, «lo sufre lodo, locree lodo, lo espera (odo, lodo
tas tres es la caridad, lo soporta. »La amistad hace las penas lijeras, lacaridad
lista carta de san Pablo á los corintios es anterior á la llega hasta hactrnoslas amar: ¡qué humilde y sumisa ha-
HUu escribió á los romanos. Esta fué escrita el año 56 de ce la caridad la fé del entendimiento, sometiendo el cora-
esucristo, y la de los romanos en el año de 58. Los abu. zón á la ley I ¡qué ardor y vivacidad le da á la osporanza!
Sosque el Apóstol reprende á los corintios no se corrigieren Porque yo amo á mi Dios, suspiro por la dicha do poseer-
^Ucraiueniepor esta carta. Se ve por la que san Clemente le, y lo espero con confianza.
^ P 9 , discípulo de san Pedro, les escribió algunos años
^PUes, que no se habian corregido todavía del lodo. E l Evangelio de la misa es lomado del capitulo i s de
san Lucas.
REFLEXIONES.
In i l h temporc: Assump- En aquel tiempo: Tomó
(<Seiia no masque comonn bronce que suena.» El mas stt Jesús duodedm, el a i l i l - Jesús á los doce consigo v
0c,ienlo predicador, sin ia caridad que debo animar su lia: Ecce asmidinms Jeroso- Ies dijo ¡ Ved aquí que va-
72 DOMINGO
lymam, el cansummahuntur mos á Jerusalen; y se cum- los judíos; tiQuítalo, quítalo, crucificalo. En concurrencia
cmnia, qum scripta sunt per plirán todas las cosas que do la ley diviuacon aquella satisfacción; entre aquel placer
prophelas de Filio hominis. los profetas han escrito del criminal y el Hijo de Dios, el pecador dice como el j u d í o :
Tradelúr enim genlibus , et Hijo del hombre. Porque se- «Nóá este , sino á Barrabás.» Puesto que depende de mi
iUudelur, et flagellabitur, el rá entregado á los gentiles, elección el escoger el placer criminal, con eselusion de
conspuelur: el postquam ¡la- tratado con irrisión, azota- Jesucristo mismo, yo quiero mas abrazar el placer prohi-
geliaverint, occident cum, et do, cubierto do salivas; y bido, cometer la acción criminal, que obedecer á la ley d i -
tertia die resurget. E l ipsi después de haberle azota- vina que me lo prohibe, bajo pena de incurrir en la des-
nihil korum inlcllexerunt, el do se le condenará á muer- gracia de Dios: quiero mas satisfacer mi pasión, mi i n c l i -
eral verbum. islud abscondi- te y resucitará al tercero nación, seguir mi hábito perverso, que hacer lo que deho.
lumab eis, elnon, intellige- dia. Mas ellos no e u í e n d i e - Prefiero con pleno gusto á Barrabás al Salvador del mun-
bant qacediccbanlur. Faclam ron nada de todo esto; era do: h é aquí loque dice el pecador con su conduela, cuan-
est aulem, cum appropin- una cosa oculta para ellos, tas veces peca moríalmente, San Pahlo escribiendo á los
quarelJericho,ca!cus quídam y no comprendían lo que hebreos (ad Hebr. C ) , es decir, á los judíos convertidos,
sedebal secus viam, mendi- significaba este discurso. no es posible, les dice, esto es, es muy difícil que aque-
cans. E l cum audirel lurbam Como so acercase á Jericó, llos que han sido una vez iluminados; que han gus-
proBlereunlcm, mtcrrogabal un ciego que estaba senta- tado también el don del cielo; que han parlicipado del
quid hoc esscl. Dixerunl a u - do cerca del camino y que Espíritu Santo; que a d e m á s han conocido la escelencia do
lem ei, quod Jesús Nazare- pedia limosna, oyendo pa- la divina alabra y las maravillas del siglo futuro, y no por
ñ u s transirel. Et clomavil, sar una muchedumbre se esohan dejado de caer, que estos se renueven por la peni-
dicois í Jesn Fili David, m i - informó de lo que era: le lencia, puesto que ellos crucifican de nuevo en sí misiros
serere mci. E l q a i prmibanl, d i j e i m q u e era Jesús Naza- al HijodeDios, y hacen de ól un objeto de irrisión. Es ver-
increpabanl eum ut laceret. reno que pasaba, y al pun- dad que el Apóstol bahía de un segundo bautismo de agua
Ipsi vero mullo magis c'a- to e s c l a m ó : J e s ú s , Hijo de que es imposible recibir segunda vez, y que no escluye el
mabal: Fili David, miserere David, tened compasión de bautismo de la penitencia; pero confiesa que es muy d i -
mei. Stans aulem Jesús, j u s - mí. Los que iban delante le fícil que un pecador se convierta verdaderamente, cuando
sil ü l u m adduci ad se. E t decian bruscamente que ca- vuelve á caer con lodo conocimiento en su pecado: iqué
cum appropinquassel, h ü e r - llase; pero ól gritaba mas fondo de reflexiones no ofrece este oráculo!
rogavit ü l u m , dicens: Quid fuerte: Hijo de David, t e -
PUNTO SEGUNDO.—Considera que si es verdad que el
libi vis faciam? A l Ule d i x i t : ned compasión de mí. Dete-
pecador crucifica de nuevo en sí mismo al Hijo de Dios, y
Domine, u l videam. Et Jesús niéndose J e s ú s , se le hizo
le hace un objeto de irrisión cuantas veces peca mortal-
d i x i l i l l i : Réspice: fides tua traer, y cuando tuvo cerca
mente, este crimen sobre lodo le comete en las disolucio-
le salvum fecit. Et confesiim al ciego le preguntó i ¿Qué
nes del carnaval. La licencia que reina singularmenle en
v i d i l , el sequebatur illum, quieres que yo haga con
este tiempo de desarreglo, la insolente y desenfrenada l i -
magnificans Deum. E l omnis ligo? Sefior, respondió el
bertad con que se entregan sin vergüenza las gentes á tan-
plebs u l v i d i l , dedil laudem ciego, haced que vea. Y é ,
tos escesos, la avilantez autorizada por unos abusos tan es-
Deo. le dijo Josus, tu fé le ha
candalosos con que se cree todo permitido en estos dias
salvado. Inmediatamente
de disolución, puede graduarse de una jactancia de inde-
vió, y le siguió publicando
voción, do relajamiento, de impiedad, de que apenas se
las grandezas de Dios. Todo
hace escrúpulo. ¿Qué agravio no hacen estos indignos
el pueblo que vió este pro-
cristianos á una religión tan santa como la nuestra ? ¿ Pero
digio, dió también gloria á
con q u é imprudencia no hacen de la religión, del Evange-
Dios. lio y de Jesucristo mismo un objeto de irrisión? ¿No es
oslo renovar públicamente todas las ignominias, (odas las
MEDITACION. profanaciones, todos los oprobios de la pasión del Salva-
dor? ¿ n o es convertir en burla las verdades mas teiribles
Que los pecados crucifican de nuevo á Jesucristo en sí mis-
de nuestra religión, los preceptos de Jesucristo y las m á -
mos.
ximas mas respetables del Evangelio? El mundo, enemi-
PUNTO paiMEuo.—Considera que el pecado mortal r e - go declarado del Hijo de Dios, triunfa por estos desarre-
nueva en alguna manera en la persona del pecador el des- glos de Jesús mismo. ¿ Y no podría decirse que hay aquí
precio, los lormenlos y ia ignominia de la muerlo del Sal- una especie d c a p o s l a s í a p ú b l i c a ? A l o ménos hay un des-
vador d e l mundo. El fué harlo de oprobios por los judíos; precio al parecer formal de cuanto hay de mas puro, do
pero no es mejor tratado por los pecadores cristianos : mas reservado, de mas santo en la moral del Hijo de Dio?.
aquellos no le conocían, y si le hubiesen conocido, nunca ¿No se crucifica desapiadadamente á Jesucristo en los bai-
le hubiesen crucificado, dice el Apóstol; estos le conocen les, por los crímenes queso cometen en ellos? ¿ n o se u l -
y le crucifican con sus malas obras: losjudíos no han co- traja á Jesucristo en los especláculos profanos, por las p ú -
metido mas que una solii vez este deicidio; los pecadores blicas lecciones que en ellos se dan de profanidad, y do la
renuevan los oprobios tantas veces como pecan, el mismo licencia mas opuesta al espíritu del Evangelio? ¿ no es a l -
desprecio, la misma ingratitud y puede también añadirse tamente preferido Barrabás al Salvador en esas reuniones
Ja misma impiedad, la misma irreligión. Clamen enhora- mundanas, en esas partidas de placer, en esas academias
buena la fó, la razón, la conciencia contra, la impiedad y de juegos, la mayor parlo nocturnas? En f i n , ¿ n o puede
la injusticia; el pecador no deja por eso de clamar como decirse con el Apósiol, que el Hijo de Dios es crucificado
m QUINCUAGESIMA. 73
on esos banqnclos, d a donde cslá desterrada la l e i n - fianza, con q u é fervor debemos comenzar osla carreraI
P'iinza, en esas diversiones lan poco crislianas, escollo ¡pero con q u é religión y con q u é exactitud debemos ob-
lecosario de la inocencia, en esas máscaras escandalosas? servar es(e ayuno el viernes! Es esta una ley, dice san
JAGULATOMA?.—Yo confieso, Señor mió Jesucristo, que Bernardj, coimin á lodos los fieles. ¿. Habiendo Jesucristo
nuestros pecados renuevan vuestra pasión. ayunado cuarenta dias y cuarenta noches, se atreverla un
¿Qué vienen á ser, divino Salvador mió , estas llagas cristiano á dispensarse del ayuno de cuaresma ? San Agus-
que tenéis en medio de vuestras manos ? ¡ Ah 1 yo oigo lin dice que el ayuno de cuarenta dias establecido en la
tpie me respondéis ; l i e sido traspasado con estas llajías Iglesia, está autorizado por el antiguo y por el nuevo Testa-
en la casa de los que hacian profesión de amarme. mento: por el antiguo, puesto que Moisés y Elias han a y u -
(Zach.ia.) nado un número igual de dias seguidos; por el nuevo,
puesto que el Evangelio nos hace ver que Jesucristo ha
PROPÓSITOS. ayunado otro tanlo tiempo ; por donde vemos la confoi-
1. Si el enemigo d é l a salud pone todo en movimienlo midad del Evangelio con la Ley figurada por Moisés , y
duranlc estos últimos dias de carnaval, pura s e d u c i r á las con los l'rofetas representados por Elias. Sin duda por
almas por la reunión de los placeres y de las diversiones esto añade este santo Doctor, apareció Jesucristo entre
que el espíritu del mundo ha instituido, tampoco ha deja- Moisés y Elias en su Transfiguración , para significar mas
do el Espíritu Santo do sugerir industrias espirituales pa- aulénlicamenle lo que el apóstol dice del Salvador, que la
Rl sanliQcar las almas por medio de las prácticas de pie- Ley y los Profetas dan testimonio de é l .
dad que la Iglesia ha autorizado. Pocos pueblos hay en el Puede decirse con verdad que el ayuno de Cuaresma es
dia en donde no se halle establecida la indulgencia de lan antiguo como el Evangelio, puesto que el Hijo de Dios
cuarenta horas ; pocos donde no baja ejercicios de de- no comenzó á predicar su Evangelio sino después de haber
voción, que son como oirás tantas coiilrabatcrías contra ayunado cuarenta dias y cuarenta noches; peroanuque'
los esfuerzos del demonio, y muy capaces de hacer inúti- pueda decirse que fué esta la primera institución de 'la
1 ^ lodos sus perniciosos artificios. Imponeos una ley de Cuaresma, puesto que san Gerónimo dice que Jesucristo
frecuentar en estos tres últimos dias lodos estos ejercicios sanlificó entonces el ayuno de los cristianos, no se puede
de piedad. No os dejéis arrastrar por el mal ejemplo, y decir que el ejemplo do Jesucristo haya sido desde enlon-
aun cuando todo el mundo corriese en tropas á las reunio- ces una ley inviolable, á la cual hayan estado sujetos sus
•^s del placer, al baile, á los espectáculos, imitad al san- discípulos. Aunque con la misma respuesta que el Salva-
lo Tubías, el cual aunque estaba en un país enlranjero, dor dió á los fariseos, parece que no habla qnerido o b l i -
•nienlras que todos sus compatriotas iban á adorar el be- gar á sus discípulos á que ayunasen , hasta después que
cerro de oro, él solo se separaba de la compañía de lodos esluviesen privados de la presencia del Esposo celestial:
'os oíros, é iba'á Jerusalcn al lemplo del Señor, en donde dia vendrá , dice , en que les será quitado el Esposo y
•'doraba al Dios de Israel. Seguid generosamente este
entonces a y u n a r á n . En efecto , apenas el Salvador había
•'jfmplo. Dejad que vayan á los espectáculos aqueilos á
subido al ciclo, cuando los ayunos fueron muy frecuentes
quienes el espíritu del mundo ha seducido; por lo que
entre los apóstoles y entre los primeros fieles. Asi es
hace á vosotros pasad estos lies dias en todos los e j e n i -
(¡ue aunque el y uno sea de precepto divino, el estab'eoi-
('i«s de piedad ; visitad los pobres en los hospitales, y so-
mienlo de la Cuaresma, esto es, la forma del ayuno, ó la
bre todo asistid cada ^no de estos dias á la oración de
manera de ayunar un número de dias reglado antes de
•''•iiretita horas.
Pascua, es de institución apostólica. El Salvador dice san
2. Las gentes del mundo, que están animadas de su Gerónimo, santificó con su ayuno de cuarenta dias el a y u -
eslJíi iiu, perviertcn|á todos los que pueden, para tener mas no solemne d é l o s cristianos, y su ejemplo fué la primera
coiupafiei os en sus desórdenes y engrosar el número de institución de Cuaresma ; pero no hizo entonces un p r e -
los que se pierden ; por vuestra parle tened todavía mas cepto espreso: probablemenle desde su Resurrección hasta
Zl'1O por la gloria de Dios, que el que los mundanos tienen su Ascención fué cuando enseñando á sus apóstoles acerca
Por el sen icio del señor á quien sirven, (lañad lodos del modo con que debían formar su Iglesia , y las obser-
cl,antos pudiereis para el S e ñ y r , empeñándolos con pia- vancias religiosas que quería que se estableciesen en ella,
osa industria á emplear este tiempo precioso en sanios les indicó el tiempo y la forma del ayuno de Cuaresma.
^ercicios. No dejéis do confesar y comulgar por lo ménos El ejemplo del Salvador del mundo fijó el número de
11,10 de estos tres dias. Asistid con frecuenc ia á los ser- dias, y el tiempo inmediatamente anterior á la Pascua les
mones, á la bendición del Santísimo Sacramento, y á t o - pareció el mas propio para que sirviese do preparacio» á
08 los ejercicios piadosos. Cuanto mayor es el número de esta gran fiesta. En efecto , dice sao Agustín , no podría
08 que se pierden, mas liberal es Dios con sus siervos elegirse en tocki el a ñ o u n tiempo mas conveniente para el
cíes. ¡\T0 leuiaisque padezcan vuestros negocios lempo- ayuno de Cuaresma que el que termina en la Pasión de
^ e s i ejercitándoos con fervor en los deberes de cristia- Jesucristo ; y este es puntualmente el que el Espfrilu San-
• i Ah ! no se lemeque padezcan cuando se traía de d i - to ha fijado en la Iglesia. 4
v^lirso y de perderse. Como las seis semanas de Cuaresma no comprenden
mas que treinta y seis dias de ayuno, la Iglesia, siempre
MIÉRCOLES DE CIÍMZ V. conducida por el Espíritu Siinlo , ha añadido á ellas los
k'npezamus hoy, hermanos mios, dice san liernaido, el cuatro dias precedentes , y ha fijado el principio de esta
^ n 0 1,0,11 Po de Cuaresma; este tiempo de combates y sania cuarentena al miércoles de Ceniza. Es bien sabido
i, G l o r i a s para el crisliano, por medio de las armas del que se llama así este primer dia del ayuno do Cuaivsmn,
no y de la penilencia. ;Cün que ánimo , con q u é c m - á causa de la santa ceremonia do poner la ceniza scb.e la
TOMO I V . 10
H MIEUCOLES
cabeza de los fieles que en él so ocoslnmbra. No soli) en tan edificante de penitencia. Y loque había sidoen el p r i n -
la nueva ley, sino lambien en el anligno Teslamcnlo, han cipio peculiar solo de los penitentes públicos , se hizo por
sido las cenizas el símbolo de la penitencia , y la señal fin común á todos los hijos de la Iglesia, por la persuaciou
sensible del dolor y do la aflicción, Queriendo Thamardar en que lodos deben estar, conforme á la palabra de Jesu-
á conocer so pesar y su dolor, puso ceniza sobre su cabe- cristo, que no hay nadie por inocente que se crea , que no
za, (f . Reg. 13.) Vo me acuso de mí mismo, dice Job ha- tenga necesidad de hacer penitencia . Los mismos papas so
blando con el Sefior, y hago pcnilencia en el polvo y en someten como los d e m á s á esta ceremonia humillante d é l a
la ceniza. (Job. t í i ) Asustados los Israelifas al acercarse religión ; toda la distinción respetuosa que se hace al V i -
lliilofiírnes, y queriendo los sacerdotes apaciguar la cólera cario de Jesucristo, consiste en no decir nada al imponerlo
de Dios, lo ofrecen sacrificios con la cabeza cubierta de la ceniza.
ceniza. (Judilb l í . ) Mardoqueocouslernado con la nueva «Acuérdate, hombre, que eres polvo, y que leconver-
de la desgracia que amenazaba á toda su nación , se r e - lirásen polvo.» Eslasson las memorables palabras que Dios
viste de un saco y se cubre la cabeza con ceniza. (Esth. 4.) dijo al primer hombre en el momento de su desobediencia,
Todo el pueblo hizo lo mismo en las provincias. Los an- y las mismas dirige la Iglesia en particular á cada uno de
cianos de la ciudad de Sion, dice Jeremías en sus Lamen- nosotros, por boca de sus ministros, én la ceremonia do
taciones, han cubierto su cabeza con ceniza en espíritu de este dia. Palabras de maldición en el sentido que Dios
penitencia. (Jer. 2.) Daniel juntó al ayuno y á la oración las pronunció, dice el nías célebre de los oradores cristia-
la ceniza, para apaciguar al Señor ¡n itado contra su pue- nos; pero palabras de gracia y de salud, en el fin quo
blo. (Dan. 9.) Descando el rey de Mnivc apaciguar al se propone la Iglesia cuando nos las dice. Palabras t e r r i -
Señor descendió de su trono, se cubrió con un saco y se bles y fulminantes para el hombre pecador, porque s i g -
sentó sobre la ceniza. (Joñas 3.) Los Macaboos a c o m p a ñ a - nifican el decreto irrevocable de su condenación á muer-
ron su ayuno solemne con la ceremonia de la ceniza que te; pero palabras dulces y consoladoras para el pecador
pusieron sobre su cabeza. (Machab. 3.) penitente, dice san Crisóslomo, porque le enseñan el ca-
No se ha usado menos en la nueva ley que en la a n l i - mino de su conversión por la penitencia. Tomad en la mano
gna la ceremonia de la ceniza. Reprendiendo Jesucristo á un puñado de ceniza, dijo Dios á Moisés y á Aaron, y der-
los do Corozain y de Rcllisaida su endurecimiento y su ramadla sobre el pueblo. (Exod. 9.) Esta ceniza así der-
indocilidad , dice , que si los milagros que se han hecho ramada, dice la Escritura, fué como la materia con que
entre ellos se hubiesen hecho en Tiro y en Sidon , habria Dios formó los azotes que afligieron á todo el Egipto, y
ya mucho tiempo que hubieran hecho penitencia en el causaron en él una desolación tan general. El efecto do
saco y en la ceniza. (Mai.h. 11.) Ninguna cosa fué mas co- la ceremonia de este dia, tiene un efecto muy diferente
mún entre los penitentes desde los primeros dias de la en el cristianismo; porque los sacerdotes do la ley nueva
Iglesia. Los Padres y los concilios antiguos han añadido no derraman hoy la coniza sobre nuestras cabezas, sino
siraipre la ceniza á la penitencia. Opiato reprendia á los para apaciguar la cólera del Señor por este acto de h u m i -
Dnnatislas el babor puesto en penitencia á las vírgenes llación, para atraernos las gracias y los favores de Dios,
consagradas á Dios , poniéndoles ceniza sobre la cabeza. para hacernos acreedoics de su bondad, y para escitaren
San Ambrosio dice que la ceniza debe distinguir al peni- ntieslros corazones los senlimientos do una verdadera pe-
tente. (Lib. 1 ad Vírg. laps. 8.) Y san Isidoro , arzobispo nitencia ; y en esto espíritu y con esta disposición se debo
de Sevilla, dice , que los que entran en penitencia ponen practicar en osle dia la ceremonia de la ceniza. Esta se
ceniza sobre su cabeza , en reconocimiento de que á con- hace do leña de los ramos benditos en el año precedente,
secuencia del pecado no son mas que polvo y ceniza ; y y llevados en la procesión el domingo de Ramos. T a m -
que con justicia lia pronunciado Dios contra ellos la sen- bién se bendice esta ceniza por el sacerdote ántes de p o -
tencia do nuioi le. nerla sobre la cabeza de los fieles, y basta hacerse cargo
Reginon ha tomado de los antiguos concilios el modo de las oraciones de que la Iglesia so sirve en esta bendi-
con que se ponía la ceniza á los grandes pecadores , y la ción, para comprender con q u é espíritu de religión se debe
ceremonia del dia de ceniza. Todos los penitentes , dice, participar de esta saludable ceremonia.
se presentaban á la puerta de la iglesia cubiertos con un Comienza el sacerdote la bendición de las cenizas por
saco, los pies desnudos, y con todas las señales de un co- el versículo del salmo68: Oíd, Señor, mis ruegos, yaque
razón contrito y humillado. L l obispo ó el penitenciario tanto os compadecéis en hacer bien ; seguid los movi-
les imponía una penitencia proporcionada á sus pecados. mientos de vuestra infinita misericordia, y poned en mí
Después, habiendo recitado los salmus penitenciales , se vuestros ojos. Dios omnipotente y eterno, continua el sa-
les imponían las manos, se les rociaba con agua bendita, cerdote, sed propicio á los que os ruegan con confianza, y
y so cubría su cabeza con ceniza. Esta era la ceremonia perdonada los pecadores penitentes. Dignaos enviar vues-
de¡ dia de ceniza, ó de los primeros días de los ayunos de tro santo ángel del ciclo, que bendiga y santifique oslas
Cuaresma,^para los pecadores p ú b l i c o s , cuyos enormes cenizas, para que sean un remedio saludable á lodos aque-
pecados habían hecho mucho ruido y causado escándalo. llos quo con un corazón contrito y humillado invocan
Pero como todos los hombres son pecadores, dicosan Agus- vuestro santo nombre, confiesan públícamenle que son
tín, todos deben ser penitentes; esto es lo que movió á los pecadores, y penetrados de un vivo dolor de haberos ofen-
lieks hasta á los mas inocentes , á dar en este dia una se- dido, se postrao boy delante do vos, implorando vuestra
ñal pública de penitencia recibiendo la ceniza sobre su ¡nlinila misericordia. Dignaos,' Dios de bondad, dejaros
cabeza. Ninguno de los fieles se esceptuó ; los principes inclinar por este acto de religión; y haced por la invoca-
come sus vasallos ; los sacerdotes y aun jos obispos, ción de vuestro sanio nombre, que lodos los que recibie-
dieron al ¡uíhli o desde los primeros tiempos este ejemplo ren eslas cenizas sobre su cabeza, además del perdón de
DE CENJZA. 7o
PUS pecados, rcciUan lambien la salud del cuerpo y del Era entonces una costumbie muy ordinaria el desgarrar
alma. Por nuestro Señor Jesucrislo. los vestidos en el luto y en el trasporte del dolor. Innu-
Ó Dios, que no queréis la muerlo, sino la conversión de merables son los ejemplos que presenta la Escritura. Pero
'os pecadores, apiadaos de la fragilidad humana, conlim'ia Dios no se contenía con estas señales equívocas de con-
el sacerdote, y dignaos por vuestra misericordia bendecir versión,de dolor y do arrepentimiento; quiere una conver-
vos mismo estas cenizas, que queremos poner sobre nues- sión sincera, un dolor interior, un corazón contrito y des-
tra cabeza, en seilal d é l a humildad cristiana de que hace- pedazado de dolor; quiere la conversión del corazón, la
mos profesión, y para obtener por este acto de penitencia reforma de las costumbres; pide frutos dignos de peni-
^1 perdón quo esperamos; á fin de que, cuando por el re- tencia. ¿Quién sabe si se aplacará con nuestras lágrimas,
conocemos que no somos mas que polvo, y que en casti- y se ablandará viéndonos humillados? El profeta designa
go do nuestra prevaricación nos convertiremos en polvo, á la vez tres disposiciones con que debemos hacer la p e n i -
obtengamos de vuestra misericordia el perdón de todos lancia : la confianza en la bondad de Dios, la contrición
nuestros pecados, y la recompensa que habéis p r o m e ü d o de nuestros pecados y la desconfianza de nuestros p r o -
á los que hacen una verdadera penitencia. Por Jesueririto pios méritos. Se anunciaban las tiestas y las reuniones á
nuestro Sefior. Así sea. son de trompeta, según está ordenado en el décimo c a p í -
O Dios, que os dejais rendir por la humillación, y g a - tulo de los N ú m e r o s ; y el profeta exborla á losgefes d é l a
nurporuna satisfacción sincera, prosigue, dignaos escu- nación á que reúnan el pueblo, y en esla reunión gene-
char nuestros ruegos y nuestros votos, y mientras que la ral ordenen un ayuno solemne, y estimulen á lodos, y en
cabeza de vuestros siervos está cubierta con la ceniza, particular á los ministros del Señor, á apaciguar la cólera
derramad vuestra gracia en sus corazones ; á fin de que de Dios con sus lágrimas y su penitencia. Derramen l á g r i -
los llenéis del espíritu de compunción, les concedáis el mas, dice, los sacerdotes postrados entra el vestíbulo y el
efecto de su justa petición, y que ya no pierdan las g r a - altar, y esclamen: Perdonad, S e ñ o r , perdonad á vuestro
cias que les hubiereis concedido. Os lo suplicamos por pueblo, y no permitáis que vuestra heredad caiga en el
Jesucristo nuestro Señor. oprobio, y que sea dominado por las naciónos. ¿Snfriieis
Dios omnipotente y eterno, quo os habéis dignado per- que los estranjeros digan de nosolros : dónde está su Dics?
d o n a r á los ninivitas, cubiertos de ceniza, y revestidos con En el estado en que entonces se hallaba el pais, nada h u -
saco en señal de su penitencia ; concerlcdnos, por vzres- biera sido mas fácil á los enemigos de los judíos que el
N misericordia, la gracia de que imitándoles hoy en las apoderarse de ellos. El pueblo consternado, abatido per el
ú ñ a l e s de nuestra penitencia, obtengamos como ellos el espanto, debilitado por una hambre b o n i b í e , apenas es-
Perdón de nuestros pecados. Por nuestro Sefior, etc. La taba en estado de resistir á un ejército de asirlos ó de cal-
iglesia termina esta bendición de la ceniza, exhortando á deos. El profeta exhorta, pues, á los ministros del Señor,
todos los fieles de una manera patética, y en el sentido del á que le pidan que no permita que su pueblo caiga bajo
Profela Joél, á que se haga útil y eficaz la ceremonia de la de la dominación de los eslranjeros, y que las IUICÍI nes
Cemza. No nos reformemos solo en lo csterior, por la mo- infelices no tengan que acusar a! Dios de Israel, ó de fla-
destia de los vestidos, en la ceniza y en el cilicio : a y u - queza ó de dureza, por haber así abandonado á ?ii pueblo
nemos, y acompañemos nuestros ayunos con lágrimas do á la merced de sus enemigos.No bien el profeta ha exhor-
^ n l r i c i o n , que debemos derramar delante del Señor; por- tado á todos sus hermanos á la penitencia, cuando t p pre-
nuestro Dios está lleno de bondad y de misericordia, dice que el Señor se dejará ablandar de sus clamores. El
^siempre pronto á perdonarnos nuestros pecados: c o r r i - Señor se ha conmovido, dice, á vista de sus l á g r i m a s , y
Jatnos las fallas que hemos cometido ó por flaqueza ó por Ies ha perdonado; y á es'c perdón ha seguido todo g é n e -
'giorancia ó por malicia; y no difiramos el hacerlo, no sea ro de prosperidades y de una bendición abundante. Tan-
d e s p r e n d i d o s por la muerte no tengamos tiempo para ta verdad es, que la penitencia desarma á Dios por mas
COllverlirnos. irritado que oslé, y trac la prosperidad y la calma.
La Epístola de la misa de este dia, está lomada del El Evangelio d é l a misa de este día, está tomado del
0lela Joél al capitulo segundo. Nada podia convenir me- sexlo capítulo del Evangelio, según san Mateo, en donde
^ at espirilu y á la celebridad de este dia. í.os azotes con Jesucristo nos enseña la pureza de intención que debe ha-
U 10 Dios castigaba los pecados de su pueblo le ofrecen ber en el ayuno. Acababa el Salvador de enseñar á sus
"a buena ocasión al profeta, para estimularle á que pro- apóstoles como debían orar, prescribiéndoles el modelo de
deT aPnc'guar 'a có'era d^Dios, por medio del ayuno y la oración mas escelonfe; y como debían perdonar las i n -
l u V penilencia» prediciéndole que el Señor movido por jurias, reservándose á sí mismo el ser el modelo mas per-
(.'¡^"'"'"acion, por la maceracion del cuerpo y la ora- fecto de uaa caridad tan relevante. D e s p u é s de haberle
l , . / 1 ' d e r r a m a r á sus bendiciones sobre los corazonescon- dado los precepTos sobre la oración, y sobre el perdón de
deJ? ^ humillados, y colmará de bienes las almas verda- las injurias, les da también sobre el ayuno que debe
Hf) nmente penitentes. El estilo de este profeta es pompo- acompañar y sostener la oración, ¿Queréis saber, les dice,
t i ^ ^ N O c o , vehemente, espresivo, figurado y al mismo cuáles ayunos son santos y a g r a d a b l e s á Dios? Son aque-
8081^° V'V0, '"'eresante y patético. La alegoría d é l a s l a n - llos que so practican en secreto. No estrañeis quo yo os
so.sl(íIS'iCOmi)arac'as 0n ejército, está perl'eelamenle bien prohiba el imilar á los hipócritas que ayunan, haciendo
que T Slls P'nturas son vivas. Pinta las cosas de ostentación do su austeridad; su virtud no está en el co-
v,lesh'oseCe !'ne 86 Ven' ^ • P * ^ v,iL,s,l'0S corazones y nó razón, sino en ef rostro, y por una cara penitente, por un
que e. i Vest|dos) y convertios al Señor vuestro Dios, por- aire triste y austero, por ayunos largos y rigorosos, h a-
din- ^ Q e i í q y compasivo, paeielto y rico en misericor- lan de adquirir repulacion de gentes mortificadas, y
w nías misericordioso que nosolros [>ei v ersos con estas eslerioridade* afectadas é hipócritas embaucar
70 MIKRCOLES
á los hombres. Tened por cicrlo lo qnc os he dicho ya y nales son los hombres! ¡qué poco conocen sus verdaderos
os digo ahora, que la recompensa de (a-Ies sngelos está intereses! no nos empefiamos con actividad mas que por
reducida al honor vano con qup se apacientan. Yo espero los bienes de la tierra; bienes falsos, frivolos, vacíos, bie-
de vosotros un porte muy diferente; porque lo que yo nes aparentes quenada tienen de durable, y quese nosde-
quiero es quo en los dias de ayuno os perfuméis la cabe- ben quitar necesariamente larde ó temprano. ¡Cuan cie-
za y os lavéis ei rostro, como acostumbráis hacerlo en gos somos! ¿por q u é no dirigimos ledas nuestras miras y
los dias solemnes y de regocijo, á fin de que á la timbra nuestras solicitudes hacia el cielo, hacia las verdaderas
de un rostro festivo ocultéis la austeridad de vuestro ayu- riquezas, enya posesión debe ser eterna, yqueson l a s ú n i -
no: de modo, que si puedo ser, solo Dios sepa que a y u - cas que pueden para siempre llenar nuestros deseos? El jus-
náis, y si os necesario, aquellos á quienes debéis dar buen to no tiene afición á la vida, porque cuenta como nada los
ejemplo. Esto es lo que Dios quiere, esto es lo que bienes de que goza en ella. No ha trabajado, ni trabaja
aprecia; cuanto mas ocultareis á los hombres vuestras pe- mas que para el cielo; allí eslá su tesoro, y por consi-
nitencias, lanío mas pública y gloriosa será algún dia guiente su corazón. ¡Qué sabio, q u é dichoso es este justo,
vuestra recompensa. Un cristiimo verdaderamente peni- en no apegarse aquí abajo, donde es eslranjero, y en ha-
(onlc, oculta coa cuidado á los ojos de los hombres los r i - cer pasartodo el fruto de su trabajo al cielo, su verdadera,
gores á que se condena ; como no ha ofendido mas que á su eterna patria! ¡Qué diferencia en la muerte entre el pe-
su Dios, á él solo es al que quiere agradar; le parecen cador y el justo! el corazón del pecador eslá todo en la
muy pequeñas las penas con que se aflige, para no temer tierra, y le es preciso dejarla; el corazón del justo está en
el que se disminuya su mérito, esponiéndolas á la vista de el cielo, y la muerte le á b r e l a entrada en él. La palabra
los hombres: por tanto, solo debemos hacer á los hombres tesoro, dicen los intérpretes, significa no solo el dinero, s i -
testigos de nuestra penitencia, si les hemos hecho testi- no también los muebles, los vestidos preciosos, los repues-
gos de nuestros d e s ó r d e n e s : el escándalo solo se repara tos de grano y de provisiones para la vida; el orin no gas-
por la conversión y la reforma de las cosfumhres. ta mas que el metal, los gusanos roen los muebles, los ves-
En el lulo y en el ayuno no se usaba de baño ni de tidos y el grano.
perfumes. Cuando Jesucristo manda que se sirvan de ellos
en el ejercicio do la penitencia , no se ha de estar al La oración de la misa de esledia es corno sigue:
sentido material de las palabras: quiere solamente quees- Prorsta, Domine, fidelibus Seiíor, conceded á vues-
lemos tan lejos de la afectación de parecer ayunadores, l i m : ut jejuniormn ventean- tros fieles la gracia deque
que antes bien parezcamos todo lo contrario, y que en vez da solemnia, ct congrua pie- entren en la solemnidad sa-
del aire triste y austero de los fariseos, usemos de mane- tate suscipiant, et secura de- grada del santo ayuno con
ras francas, abiertas, de un aire festivo y contento; quie- volione percurrant. Per Do- la piedad que deben llevar
re que obremos sin afectación, sin vanidad, sin máscara, minum. á ella , y que se sostenga
sin hipocresía: á fin, dicesan Ambrosio,'que no parezca, en toda la carrera con una
por decirloÍISÍ, que vendemos á los hombres nuostroayu- devoción imperfurbablo.
no, y que trabajamos en nuestra salud con tristeza y con Por nuestro Señor.
pesar, lomando un aspecto sombrío y lloroso, que vaya
diciendo á todos que ayunamos. La Epístola es lomada de la profecía de Joel, cap. 2.
También, prosigue el Salvador, hay en el mundo otra Llcecdicit Dominus: Con- lié aquí lo que dice el
flaqueza muy c o m ú n , que es la gran pasión de adquirir vertiminiad mein tolo cor- S e ñ o r : Convertios á mí de
bienes. El Salvador ailade el desprendimiento de los bie- de «estro, ín jejunio, et ín lodo vuestro corazón, en el
nes terrenos al precepto del ayuno, para prevenir al i n - jlelu, el i n planctu. E l scin- ayuno, en las lágrimas y
decente motivo de aquellos que llevados de una avaricia dile corda vestra et non ves- en los gemidos. Despeda-
sórdida, solo ayunan para ahorrar. Ayunemos de tal modo, limenta vesira, el convertí- zad vuestros corazones y nó
dice san Agustín, que el ahorro de nuestros ayunos entre mini ad Dnminum Deum vuestros vestidos, y con-
en el tesoro de Jesucristo por las manos de los pobres, y vestrum; qnia benignus el vertios al Señor vuestro
no venga á ser el alimento de nuestra avaricia. Yo no os misericors est, patiens el Dios; porque es bueno y
impido, dice el Salvador á sus discípulos, el que juntéis multa; misericordia'el p r m - compasivo, paciente y rico
grandes tesoros, con (al que no sean de la naturaleza de taiilis svper mnlitia. Quis en misericordia, y n o s e d e -
los que se juntan en la tierra, que los consumen el orin y scít si converlalur, d i g n o s - ja vencer por nuestra m a l i -
los gusanos, y que pueden robaros los ladrones. No os caí, et relinquat pnsl se he- cia. ¿Quién sabe si se v o l -
afanéis por juntar otros tesoros que los del cielo, donde no nediclionem, sacrificiumet l i - verá á nosotros, si nos per-
hay orin ni gusanos que los consuman, ni ladrones que bamen Domino Deo vestro? d o n a r á , si dejará después
escaven ni que roben: en el cielo donde los tesoros que CanileUiba m Shm, sanctifi- de sí la bendición , á fin do
j u n l á r e i s son inalterables, inamisibles y eternos. Por otra caicjejmium,vocaleca'lum, que presentemos al Señor
parle, si según el antiguo proverbio, donde está el tesoro coníjregute. popnlnm jsanclifi- nuestros sacrificios y nnes-
allí está el corazón, ¿no es mas justo y mas útil levantar colc Ecclesiam coadúnale se- tras ofrendas? Haced reso-
sin cesar vuestro corazón al cielo, querida patria vuestra, nes, congrégate, párvulos, et nar la trómpela en Sion,
que apegarle á la fierra, triste lugar de vuestro deslierro? srujcnícs vhera: egrcdiolur ordenad un ayuno santo,
San Hilario esplicando estas palabras de Jesucristo: No spnnsus de cuhili suo , et publicad una reunión so-
h a g á i s , dice, vuestro tesoro de la opinión y d é l a s alaban- Sp&Ksa de thalamo suo. I n - lemne, haced venir á lodo
zas de los hombres; no espeicisdeellosvuestra recompen- ter vestibulum et altare p l o - el pueblo, advertidle q"0
sa; esperadla únicamente de Dios. j A h ! ¡qué poco racio- r a b m l sarcrdolcs minislri se purifique, juntad los an-
DE CENIZA. 77
ñomini, el dicent: P o m Do~ cíanos, traed Innibien los n i - sion, paso seguro, gaje cuasi cierto de la impenitencia fi-
inine, parce populo l u o ; et ños y los que todavía oslan nal. El que vive con un deseo ineficaz de convertirse, cuasi
nedes heredüalem tuam i n al pecho; salga el esposo por lo común muero impenitente. Vos, S e ñ o r , convidáis,
opprobrium, u l dominealur de su aposento y la esposa solicitáis al pecador para que se convierta, mas á él no lo
cis nulioncs. Quare d k m l h i del lecho nupcial. Llorarán place. Cuando estarán de humor para ello, es decir, cuando
populis: Ubicsl Deus eoruni'i los sacerdotes y los minis- ya estarán disgustados de sus placeres; cuando por enfer-
Zelatusest ¡ w m i m s lerram tros dalScflor, entre el ves- medad, por la edad, ó por algún accidente funesto, no es-
suam, et pepercü populo tíbulo y el altar, y esclama- tarán ya en estado de ofenderos; cuando se verán al borde
suo. E l respondil Dominus, r á n : Perdonad, Señor, per- del abismo, en que van á ser precipitados; cuando ya
el dixit populo suo: Ecce donad á vuestro pueblo y desagraden á los mundanos; cuando no serán ya buenos
ego miliam vubis frumenium no dejéis que vuestra he- para nada; cuando el mundo á quien han servido, y de
el vinum et oleum, el reple- redad sea entregada al quien han sido esclavos, no admitirá ya sus servicios:
biminieis: et non dabovos ul- oprobio, de modo que cai- entonces esos mundanos rendidos, esos pecadores cansa-
tra opprobrium ia genübus: ga bajo la dominación de dos, esas mujeres coquetas, envejecidas ó desgraciadas,
dicil Dominus omnipolens. las naciones. ¿Sufriréis que esos libertinos arrojados de las asambles profanas, de las
las naciones digan de noso- partidas de placer, que han llegado á ser odiosos en Babi-
tros: Dónde está su Dios? lonia, pensarán de veras en lomar el camino de Jcrusa-
El Señor tiene un amor ar- len, y en venir á ofrecer al Señor los miserables restos do
diente por este pais que m i - una vida corrompida. Dios es misericordioso, es verdad;
ra como suyo, y él ha per- mas aun; es todo misericordia; pero no es menos justo.
donado á su pueblo. El Se- ¿ Y creemos que estos regresos forzados, que estas p r e -
ñor ha hablado á su pueblo tendidas conversiones dilatadas, sean de un gran mérito
y le ha dicho: Vo os envia- delante de él? El pecador no debe j a m á s desesperar de su
ré t r i g o , vino y aceite, y salvación; aun cuando no le quedase mas que un soplo de
quedareis satisfechos, y no vida, deba reanimar toda su confianza en un Salvador que
os a b a n d o n a r é ya á los i n -
ha hecho tan grandes gastos, y que ha muerto umversal-
sultos de las naciones, dice
mente por todos los pecadores; pero un pecador que es
el Señor omnipotente.
insensible á las amorosas solicitaciones de la gracia, y
Jiiel, liijode Fatuel, era de la tribu de Rubén: es el se-
que se endurece voluntariamente contra toda la impresión
gundo de los doce profetas menores. Profetizó hacia el ano
del Espíritu Santo, ¿ no tiene nada que temer? « Conver-
antes de Jesucristo. Su profecía contiene tres capilu-
tios á mí de todo vuestro corazón.» Quien dicede todo
'"s. Habla de los azotes con que Dios castigóá su pueblo, y
vuestro corazón, pide una conversión entera, perfecta, sin
de la ponitencia que este pueblo debia hacer para apaci-
división. No hay conversión verdadera si no es de todo co-
guar la cólera de Dios, ü a predicho la venida del Espíritu
razón. Reformar el lujo de los vestidos, cortar el juego,
Santo, el juicio últim o, y el rigor con que Dios juzgará á
romper los vínculos criminales, no asistir mas á los obstá-
lodos los hombres.
culos profanos, privarse de toda diversión poco cristiana,
es una conversión muy edificante; pero si queda todavía
REFLEXIO.NES. alguna pasión dominante que sujetar, alguna afición fa-
«Convertios á mide todo vuestro corazón.» Dios mismo vorita que vencer, alguna injuria que perdonar, alguna
es el que nos invita, el que nos urge, el que nos manda frialdad que eslinguir, algún lazo que romper, la conver-
(l"e nos convirtamos á él de todo nuestro corazón. DetppM sión no es entera; no hay conversión de todo corazón,
de esto ¿á q u é pecador puede faltarle la confianza? pero cuando hay alguna reserva en la conversión. He pasado á
al misrnoliempo ¿quién puede diferir el convertirse? Si un cuchillo, decia Saúl al profeta, á todos los a m á l e n l a s ; na-
P^ncipe ofreciese con tanta franqueza el p e r d ó n á un c r i - da he perdonado de cuanto les pertenecía, conforme al
minal; si él mismo convidase á un cortesano desgraciado á ó r d e n d e l Señor; y ¿ q u é significa, repone Samuel, el ba-
(iue volviese á la córte, ofreciéndole su amistad, sus fa- lido de esas ovejas, la voz de ese rebaño que has perdona-
vores, ¿«e hallarían muchos que se resistiesen á partir? do? ¡Buen Dios, (pié de conversiones ambiguas, imperfec-
¿ l u é difiriesen su vuelta? ¿A quién le ha parecido que tas, defectuosas! ¡cuán pocos se convierten á Dios de lodo
era sobrado costoso, ó que eran demasiado onerosas cuaies- su corazón I
W'iera condiciones para comprar el favor de un príncipe?
A t l ! ¿ y q u é es el favor de un principo de la tierra , en E l Evangelio de la misa es de san Mateo, (ornado del cap. 6.
comparacion de la amistad del soberano Señor del nniver-
*o, del Dios omnipotente, focóte de todo bien, y único á r - 1n illa teltipore: D i x i l Je- En aquel tiempo dijo Je-
"'•ro de niu'ítio eterno deslino? y sin embargo ¿quien se sús dimpulis suis: Cum j e - sús á sus discípulos: Cuan-
rindt> á su v o z ? ¿ q u i é n responde con prontitud á su invita- j u n a i i s , nolile fieril sicuihy- do ayunáis, no afectéis un
ción? pn pocrilce tristes; exlerminanl aire triste como los h i p ó -
{Iiie n ¿quién' r —se -apresura
f — á entrar
c u en o su» •favor.
n ú ! , por naas enim facies suas, u l appa- critas. Ellos ponen su ros-
tirs(. C:' BU im,*liiú ('011 e ' u p c ñ o ? Quieren conver- reant homiuibus jejunantes. tro mncilonlo para hacer
^nii:itTq,ie IaS "lM,!l S ( h l m m < k > ' u ^ pecadores mas Amendico vobis, qvia recc- ver á los hombres que a y u -
íesion ' li,S mundanas, los libertinos depro- perunt mermlem s m m . Tu nan. En verdad os digo,
( ^ ^ ^ n o (¡murian morir en su desgracia ; quieren pues autem, cum jpjunas , unge
qne lian recibido ya su r e -
Proaia - i1H>10 'se l('l"e 8*e(nRre el 9«fl sea demasiado cuput I m m , el faciem iuam compensa. J!as cuando tú
' " sé hace mmedialameníc. Dilución de la conver-
lava, nc videaris homiuibus ayunes, unge tu cabeza, y
78 JUEVES
jejunans, sed Patri luo, qui lava tu rostro á fin de que que nuestra molicie sea confundida, sin que queden
i'Sl i n abscondilo; el Paler no aparezca á los ojos do confundidos nuestros ambiciosos proyectos, sin que nos
tuus, qui videl inahscondilo, los hombres que ayunas, llenemos de vergüenza, y tengamos un verdadero senti-
reddct libi. Nolite ihesauri- sino á los de tu Padre que miento de haber hecho tanto caso de las engañosas conve-
2are vohis thesauros i n ier- está en lo oculto; y tu Pa- niencias de esta vida ? ¡ Qué remedio tan saludable son
r a , ubi ocrugo, el linea de- dre, que ve en lo escondido, estas cenizas derramadas sobre la hinchazón del corazón
motilur , el ubi fures effo- te r e c o m p e n s a r á . No junlcis humano! ¡ q u é propias para abrir los ojos sobre el falso
diuni, el furnntur. Thesau- tesoros en la tierra, donde resplandor de mil objetos seductivos! ¡ q u é bien que pue-
rízale a u l m vobis ihesauros el orín y los gusanos lo den sazonar las mas amargas adversidades de esta vida!
i n cáelo: ubi nenue eerúgo, consumen todo, y dondelos PUNTO SEGUNDO.—Considera cuántos buenos efectos pue-
ñeque linea demolilur; el uU ladrones socavan y r o - de producir esta ceniza recibida sobre nuestras cabezas
b r e s non c/jTodíinií, nec /"u- ban. Juntad, pues, tesoros con un espíritu de religión, con un corazón contrito y h u -
rmuur. ubi enimesl thesau- en el cielo, donde no hay millado, y con las disposiciones que pide esta santa cere-
rus tíins, i b i estcl corluam. herrumbre ni gusanos que monia. El pensamiento de la muerte, inseparable de esta
consuman, ni ladrones que santa ceremonia, es el primer efecto que produce. Aun
caven ni que roben. Porque cuando uno fuese el mas poderoso monarca del universo;
donde está tu tesoro, allí aun cuando fuese el hombre mas dichoso del siglo, mo-
está tu corazón. r i r á , y toda aquella pompa, aquella grandeza, aquella
majestuosa reputación, aquella tumultuosa felicidad que
MEDITACION.
tiene tantos envidiosos, todo esto se eslingue en el se-
Sobre la ceremonia de la ceniza. pulcro; escudrinad esos soberbios mausoleos, orgullo-
sos monumentos d é l a vanidad mundana; no encontra-
PIOTO PRIMERO.— Considera que la ceremonia de poner reis en ellos mas que un puñado muy pequeño de ce-
hoy la ceniza en la cabeza no es puramente una ceremo- nizas, menos preciosas que la urna que las contiene.
nia esterior, vacía, indiferente, estéril; es una práctica Hé aquí lo que queda por fin de esos grandes príncipes,
religiosa que recordándonos la memoria del formidable terror ó admiración de su siglo, de todos esos h é r o e s
decreto pronunciado contra nosotros por el soberano Juez, de los siglos pasados, de todos esos favoritos de la
es también el símbolo de la penitencia y de nuestra mor- fortuna, para hablar según el lenguaje de las gentes
talidad. ¿ Q u é hacemos, pues, hoy cuando ponemos la ce- del mundo; algunos restos de huesos calcinados, un p u -
niza sobre nuestras cabezas? Hacemos lo que hacia Josué, ñado de cenizas fétidas, á esto se reduce todo. No ten-
cuando para apaciguar al Dios de los ejércitos, y reparar dremos otra suerte, aun cuando fuésemos todavía mas
el latrocinio de los despojos de Jericó, él y los ancianos de poderosos, mas ricos, mas llenos de satisfacciones que lo
Israel se cubrian la cabeza con el polvo, nacemos lo que han sido todos estos; algún día se dirá también de nosotros
Jeremías recomendaba á los príncipes de Judá en la desola- lo que hoy se dice de esas víctimas de la ambición h u -
ción de su patria, recordándoles que morirían muy pron- mana, y cada uno es á su vez una prueba sensible de esta
to. Hacemos lo que hacia Eslber, Judith, Mardoqueo y el verdad. La eslima y el amor mismo de la virtud, es otro
rey deNinive. Hacemos, en On, lo que en la ley de gracia efecto de la ceremonia de las cenizas. ¡Buen Dios, qué p r o -
nos ha dicho Jesucristo que habrían hecho Tiro y Sidon, pía es esta ceremonia misteriosa para desengañarnos de
si hubiese obrado á su vista los mismos prodigios que tantas grandezas falsas, de todas esas opiniones populares
había obrado en Corozain y en Bethsaida. Hacemos lo que encantan y seducen I t pero al mismo tiempo q u é efi-
que tantos santos han hecho. Las palabras humillantes que caz para descubrirnos el mérito sólido, y el precio inesti-
el sacerdote con la ceniza en la mano pronuncia hoy sobre mable d é l a verdadera virtud! Los santos, se d i r á , mueren
el hombre postrado á sus pies, son los mismos términos también como los pecadores, pero ¡ qué diferencia de ce-
del decreto pronunciado contra el primer hombre en cas- nizas á cenizas! Las unas son objeto de horror, las otras
tigo de su pecado. El designio de la Iglesia poniéndonos objeto de veneración; tanto poder y atractivo tiene la san-
la ceniza en la frente es escitarnos á la penitencia y al tidad. Aquellas se arrojan á los piés, delante de estas se
desprecio de nosotros mismos, á la vista de este, débil res- postran con veneración. La tierra misma que ha cubierto
to en que vienen á parar todos los bienes, los placeres, los los cuerpos de los santos tiene virtud de hacer milagros.
honores do esta vida, y á que nosotros mismos hemos de ¿ Q u é debe concluirse de todo esto, sino que es una insi^ -
quedar reducidos en la muerte. Las oraciones que hace la ne locura buscar la felicidad en los honores, en los place-
Iglesia sobre estas cenizas, al bendecirlas, dan una virtud res, en los bienes de esta vida, y que es preciso haber
secreta á esta religiosa ceremonia, que no deja de inspirar perdido el juicio para estudiar en otra cosa que en hacer-
la compunción, y de atraer la gracia de la penitencia á to- se santo?
dos los que reciben esta ceniza sobre su cabeza con dispo- Este es también, Seflor, el fruto que yo espero sacar de
siciones santas en el corazón, i Qué efecto no debe produ- esta meditación con el ausilio de vuestra gracia.
cir esta práctica de religión ! ¡ q u é desprendmiicnlo de la JAGUí.vroaiAS.—¡Vanidad de v;iuidndes, todo no es mas
vida! ¡ qué disgusto de los bienes criados! i q u é indife- (pie vanidad! ¿Qué le queda a! hombre mundano de lodos
reocia por las dignidades mas brillantes! ¿ S e puede ver sus afanes, y á q u é queda, en fin, reducido sino á un poco
csU- pufiado de ceniza, imagen verdfidera de lo que llega- de ceniza? (Eccl. 1.)
l eiiiDsá ser un día ; se puedii oír esto decreto, este oráT Señor, yo detesto con Iodo mi corazón mi vida pasada;
culo lerribie cuyas amenazas veriíicaremos nosotros muy yo me acuso á m í m i s m o , . y hago ptMiilencia en e! polvo y
pronto, sin que nuestro orgullo quede humillado, sin que en la ceniza, (Jub i 2 !
DKSPUES DE CENIZA. 79
consagrados á oslas falsas divinidades, ó hizo pedazos la
PROPÓSITOS. serpiente de metal que los judíos conservaban, y lodo eslo
1 Como la ccmnonia de la ceniza os una práctica de á fin de quitarlos lodomolivode idolatría. Eusebio dice que
religión, liacodla con lodas las disposiciones y con el es- suprimió muchos libros de Salomón, que trataban d é l a s
píritu que pide una ceremonia lan santa. Es inútil que se cosas naturales, á causa del abuso que los sencilios hacían
ponga la ceniza en la cabeza, si reina el orgullo en el co- de ellos. Después de haber restablecido la religión y el
razón. Dios mira cotí horror (oda gazmoñería. Si el alma buen órdon en el reino, hizo la guerra á los enemigos del
no está con (rita y penetrada de la idea de su nada, toda estado. Tan valiente como religioso, destrozó á los filis-
osla humillación eslerior no piasa de una pantomima. teos que se hablan rebelado ya conlrasu padre.
Guardaos bien de llevar la irreverencia y la indevoción En el cuarto y sexto año de su reinado, Salmanasar lo-
hasta á los ejercicios mas humillantes de la religión. Pre- mó á Samarla y puso fin al reino de Israel, habiendo he-
sentaos á recibir la ceniza en la frente con un corazón cho prisionero al rey Ozías, el cual murió en la prisión.
contrito y humillado ; escuchad el decreto de muerte con Por el mismo tiempo Sennacherib, rey de los asirios, hizo
una perfecta resignación, y haced al mismo trempo el sa- grandes conquistas en la Palestina y en las provinciasve-
crificio do- vuestra vida; acoplad la muerte á que Dios os cinas; enlró en Egipto y le conquistó. Irritado contra Eze-
ha condenado en satisfacción de vuestros pecados, y corno quías que habia rehusado pagarle el tributo que exigia de
una pena que habéis merecido juslamente. En la hora de él, envió á Rabsaces, uno d e s ú s oficiales, con orden de
la imiorlc apenas está uno capaz de hacer un sacrificio hacerle amenazas fulminantes, burlándose de la confianza
meritorio; hoy propiamente es, al recibir la ceniza en la que este religioso príncipe tenia en Dios contra las fuerzas
cabeza, cuando el sacrificio que haréis de vuestra vida de un m o m i r c a á quien ningún poder habia resistido hasta
puede sor muy agradable á Dios y de un gran mérito. entonces. Uabiendo oido Ezequías estasiusultanlcs amena-
2 No perdáis de vista la m u e r í c , de la que el símbolo zas, recurrióá Dios, y para implorar su socorro se vistió
mas natural es la ceniza. Este pensamiento persuade fácil- de un saco, fué al templo, donde hizo leer las blasfemas
mente la penitencia, y endulza su rigor. Comenzad la Cua- cartas de Sennacherib, y pasó allí mucho tiempo on ora-
resma con espírilu de penitencia; ¡para cuántos será esta ción. El profeta Isaías le envió á decir que nolemiese es-
la última! ¡Y q u é consuelo no tendréis de haberla obser- las amenazas, y le prometió que Dios combaliria en su fa-
vado crislianamente, si debit'so ser la última para voso- vor. En efecto, habiendo puesto Sennacherib el silio á J e -
tros! Unid vuestro ayuno, ¡d de Jesucristo, para hacérosle rusalen con un ejército de mas de doscientos mil hombres,
por este medio mas meritorio. Una de las astucias mas envió Dios un ángel durante la noche, que mató á ciento
perniciosas del demonio, es el hacernos mirar las ceremo- ochenta y cinco m i l del ejército de esle príncipe, con todos
nias mas santas de la religión como costumbres indiferen- los gefes. Viendo á la mañana Sennacherib esta gran der-
tes. Acompañad y animad esta de un espíritu cristiano; y rota, huyó á sus estados, dejando todo su aquipaje en po-
todo lo que hiciereis, deciros á vos mismo. Acuérdale derde aquellos cuya ruina creía segura.
que no eres mas que polvo, y que serás reducido á polvo Ezequías admiró sí la mano omnipotente del Dios de los
denlro de pocos dias. ejércitos en esla derrota milagrosa del ejército del rey de
los asirios; pero la Escritura dice que este príncipe no
JUEVES DESPUES DE CENIZA.
reconoció, como debia, las gracias que Dios le habia he-
Como el ayuno de Cuaresma es un remedio eficaz para cho, y que habiéndose dejado llevar del orgullo, le habia
curar las enfermedades del alma, la Iglesia nos propone Dios castigado y humillado. Pero Dios no le castigó sino
en estedia dos curaciones corporales, milagrosamente como un padre bueno, y su castigo fué para él una nueva
f)l>radas on dos personas, de las cuales la "una era de la prueba de su bondad. Ezequías cayó peligrosamente e n -
Peinera y mas noble cualidad entre los hombres, y la fermo. Prelenden los judíos que el haber sido así casligndo,
0,l'a de una condición la mas vil y mas abyecta, para ha- fué por no haber hecho solemnes acciones de gracias por
cernos ver que no hay ningún oslado en el mundo escep- un beneficio tan señalado, y no haber cantado un cántico
Uiado del beneficio de la redención y de la salud. aDios de alabanza al Dios de los ejércitos después de la derrola
quiere que lodos los hombres se salven, y que lleguen al de Sennacherib, á imitación de Moisés, de Ana, madre de
eonocimicnto de la verdad.» ( 1 . Timot. 2.) El primer ejem- Samuel y de Débora. Sea comoquiera, Ezequías se halló
plo de estas curaciones milagrosas es el del rey Ezequías, muy malo, y su enfermedad se presentó mortal. Uabién-
cuya
dole ido á visitar el profeta Isaías, le dijo: Príncipe, h é
historia nos hace leer la Iglesia en la Epístola de la
aquí lo que el Señor me manda que os diga: arreglad los
niisa. El 0t,.o es Q\¿GI Cr¡ado de un centurión, capilan do
negocios demuestra casa, porque moriréis y no saldréis
Un;í compañía de cien hombres; y este milagro hace el
de esta enfermedad. Esle decreto de muerte, anunciado
as,lrilo del Evangelio de este día.
por la boca de un tan gran profe'a, consternó al principo
^ S e q u í a s rey de Judá, hijo de Achaz y do Abías y nieto
que solo contaba entonces catorce años de reinado. Volvió
^e Joaiham, era un principe religiosísimo. Rcslabloció en-
el rostro hácia la pared para rogar con mas recogimiento
^ ámenle el culto del verdadero Dios on el reino de J u d á ,
y respeto, y para derramar lágrimas en la amargura de
cuy,, gobierno entró hácia el ano 727 ántes de Jesucris-
su corazón delante de Dio.-: Sofior, esclamó, compadeceos
pér • c u ' ^ los judíos en la mayor parte de las su-
de vuestro siervo, y dejaos enternecer de mis lágrimas.
gj0 *?0,W8 P ^ n a s por la negligencia y acaso la i r r e l i -
Acordaos que he caminado delante de vos con un corazón
hub" '"^ ^Ue leS S'^crtiaban, y por el comercio que
recto y puro, con una fidelidad firme y perseverante, y que
^ iau tenido con los paganos. El piadoso príncipe hizo
eolia t0dtíS los altaro's (,lJ(; sc ll:!ljian crigi(lü Sü,,l'c 1;is aunque sea pecador, no por eso os he prelendido nun-
llas en honor de los falsos dioses; quemó los bosques
ca desagraciar delibcradamenle, y siempre he procurado
80 JUEVES
hacor lo bueno y ngrathhlc delante de vos. Abandonán- estaba dispuesto el reloj de Achaz. San Gerónimo al parecer
dose en seguida ai dolor, d e r r a m ó lágrimas con grande cree que era una escalera dispuesta con arle , sobre la cual
abundancia. sefialaba las horas la sombra del sol. San Cirilo de Alojan-
Los justos del antiguo Testamento han dirigido muchas dría le ha concebido también como una escalera que Achaz,
veces á Dios ruegos en que le suplicaban se acordase do padre de Ezequías, habia hecho construir con lal artificio
sus buenas obras. David en sus salmos recuerda mas de y proporción, que por la sombra de los escalones se desig-
una vez su inocencia, su dulzura, su justicia; y Nehemías naban las horas y el curso del sol. Es de presumir también
le p i d e á Dios que no olvide las obras de piedad que ha que el roy podía ver estos escalones desde su c á m a r a y
hecho para el restablecimiento del templo y las ceremonias aun desde su lecho, de modo que pudiese ser testigo del
de la ley. Este modo de pedir podía tenor un sentido bue- retroceso del sol. Algunos otros quieren que osle reloj ha-
no, sobre todo en un pueblo grosero y del todo material, ya sido un verdadero cuadrante, ó una muestra solar, se-
hasta en las cosas mas espirituales. Jesucristo nos ha en- mojante á las primeras quo se usaron en la Grecia y en la
señado de un modo muy distinto la necesidad continua Italia, on donde una poqueña columna, colocada sobre un
que tenemos de que la gracia del Eeñor nos prevenga, plano horizontal ó perpendicular, designaba por medio
nos fortifique y nos dé la perseverancia ; reconocemos con de su sombra, sobre diferentes Üneas, las diversas horas
justicia, que cuando Dios corona y recompensa nuestros del día.
méritos, recompensa y corona ?us propios dones y sus Por lo quo hace á la retrogradacion , claramente dice el
beneficios. profeta, no solo que fué la sombra la que retrocedió diez
Podria sorprendernos el ver uno do los reyes mas san- líneas, sino que el sol retrocedió diez grados por los cua-
tos, tan zoloso por hacer florecer la religión en sus esta- les habia ya bajado , y por consiguiente este dia debió sor
dos, y que ha llevado una vida tan inocente y tan llena de dioz horas mas largo que los días ordinarios. No cuesta
obras buenas, temer tanto el morir, abatirse y entregarse mas trabajo á Dios el hacer retroceder diez horas en un
al dolor en las cercanías do la muerte, al paso que vemos momento la sombra dol sol, que hacer retrogradar al soj
tantos santos en la ley nueva, mirar la muerte con alegría, mismo en tan poco tiempo; y todos los sistemas, lascon-
sallar de gozo cuando ven quo se los acaba su doslierro, y .soruencias y los razonamientos de ios filósofos deben rios-
no temer en la aproximación de la muerte nada tanto vanocorso, cuando se trata do milagro. Todo el universo
como el que no se verifique, i Cuán bien prueba esta dife- quedó sorprendido por un acontecimiento tan eslraordina-
rencia de los santos del uno y del otro Testamento, la es- rio y tan maravilloso. La fam.T de í1! se esparció entre los
celencia de la ley nueva sobre la antigua! Es preciso con- pueblos vecinos, y que el cíelo habia bocho este prodigio
venir que el antiguo Testamento nos propone gran- on favor de Ezequías. Berodach-Baladan, rey de Babilo-
des ejemplos de virtudes en sus santos y patriarcas; nia , le envió sus embajadores para cumplimonlarlo por el
poro también es indispensable reconocer que su virtud restablecimiento d e s u salud, y al mismo tiempo para i n -
por mas verdadera, por mas grande que fuese, ora toda- formarse de él acerca del prodigio que habia sucedido en
vía tosca, y en algún lanío terrena. Solo la sangre de la liorra. ( 2 . Paralip. 32.)
Jesucristo es la que ha producido en los santos do la nue- El Evangelio de la misa de osle dia ciion!a la hísloria
va alianza, sentimientos mucho mas nobles y mas eleva- de la otra curación milagrosa obrada on favor dol siervo
dos, y una virtud mas depurada y mas sublime. Era ne- do un centurión. Habiendo bajado ol Hijo do Dios de la mon-
rosario un hombre Dios para hacer espirituales á los hom- taña en quo habia predicado con lanía admiración y fmlo,
bres, y solo en la religión cristiana es en la que se en- vino á Cafarnaum , seguido de una muchodunibi e quo no
cuentra la idea justa de la santidad. se cansaba de oírle. Los mismos gonlilos que oían hablar
Dios se rindió á la oración y á las lágrimas de Ezoqufas. de las maravillas que obraba , le profesaban una venera-
No halda aun salido el profeta del patio del palaciocuando ción y una eslimacíon sin l í m i t e s ; hasla el conliirion que
Dios le mandó que volviese á la habitación del rey, y le mandaba la guarnición romana en Cnfiinianm le salió al
dijese que el Dios de David, su padre, habia oidosu ora- encuentro, y habiéndole saludado con una profunda r o -
ción, y atendido á sus lágrimas. Que no moriria de esta v e r o n c í a : Señor , le dijo, tengo un criado en mi casa, quo
onformedad; que viviria todavía quince años, y quenolen- se halla on la cama paralítico y sufre grandes dolores.
dria ya mas que temer de los asirios. Corrió Isaías á lle- Bolla lección para losamos cristianos sobre la caridad con
var esta agradable noticia al rey, el cual recibió tanto g o - sus domésticos. Deben enternecerse por sus malos, bus-
r o con ella, que le parecía dudosa su curación; tanto la car los medios de aliviarles, y no descansar de tal modo
deseaba. ¿Pero q u é señal modas, le dijo el príncipe, que sobre los otros , que no hagan también personalmente a l -
me asegure osa palabra? Era después de mediodía, y ol gunas ddigoncias. Superiores á los que os sirven, también
sol estaba ya cerca de su ocaso. ¿Queréis por prueba d e m í vosotros pertenecéis al mismo Señor: usad do vuoslros de-
predicción, respondió Isaías, que la sombra del sol ade- rechos sobre ellos, como queréis que Dios use do los suyos
lante diezlíneas, ó q u e lasatrase? Muy fácil e.sdijocl rey, sobre vosotros. ¡ Qué dureza echar de casa á los que han
que la sombra adelante diezlíneas; pero haz que las retro- caído enfermos en nuestro servicio! Los paganos se hubie-
coda. Habiéndose puesto inmediatamente el profeta en ran avergonzado de echar fuera do su casa á los que h u -
oración, se vió la sombra que habia pasado ya diez líneas, bieran caído enfermos en su servicio. Aprended do oste
volver hácia atrás igual número de grados en el reloj de centurión pagano á obrar como ci islíanos. Yo iré á tu casa,
Adiaz. Ezequías vivió todavía quince años después de osle le responde el Salvador, y c u r a r é al onformo. i Qué bien
milagro; y habiendo reinado veinte y nueve años, es claro significada está aquí la disposición de Jesucristo para ali-
que esto sucedió el dócimocuarlo desu reinado. viar nueslros malos! ¡ Que no tonga yo lauto empeño por
Los intérpretes difieren bastante sobre el modo on que la curación do mi alma, como vos lendriais facilidad p»''8
DESPÜBS DE CENIZA 81
tlwíinnc, s¡ yo os la pidiese, yo iré y la curare 1 El que cenlurion : Vé, le dijo, suceda lodo según que has crcido,
Jesucristo (juicre ir á curar en persona es un simple do- y en aquella mjsma hora quedó sano el criado. En efecto,
méslico: ¿ d e b e r á n , pues, los minislros del Señor en el habiéndose vuelto á su alojamiento aquel efioiái y los de
ejercicio de las funciones de su ininisíerio disliuguir mas su comiliva, hallaron el enfermo perfeclamenle curado de
al rico que al pobre , ai hombre de calidad que al arlesa- su parálisis.
no, al señor que al siervo? Cuando el Evangelio dice que Jesucristo so manifestó ad-
S e ñ o r , repone el cenlurion, ¿ v o s queréis venir á mi ca- mirado, es solo un modo de hablar para espresar la salis-
sa? ¡ A y ! yo no merezco que me bagáis esle bonor, ni que faccion que tuvo el Salvador de encontraren este eslrau-
os loméis es!e (rabajo ; no leñéis mas que decir una pala- jero m í a l e tan viva y tan íirme. Suponiendo siempre el
bra allí donde os halléis, y yo estoy seguro que con eslo asombro y la admiración alguna ignorancia, ó alguna sor-
quedará curado mi criado. Vo> de nadie recibís órdenes, presa, j a m á s se podrán atribuir con propiedad á aquel que
porque no hay ninguno que sea superior á vos. Toda la nada ignora. Cuando el Salvador mismo dice que no ha
naluraleza os obedece como á su Señor soberano, y no le- encontrado una fé tan grande en Israel, debe siempre es-
ñéis mas que decir que un enfermo sea curado, y lo será ceptuarse la Santísima Virgen y los Apóstoles, y esta es-
inmedialamenle. Yo que no soy mas que un oficial subal- cepcida no impide que la fé de este estranjero no fuese ca-
leruo, no lengo mas que decir á mis servidores y á mis paz de confundir la incredulidad de la nación judía. Se ve
soldados: ven acá, ves a l l á , haz lo que yo (e mando; y bien (pie aquellas palabras: «muchos vendrán del Occi-
soy obedecido sin réplica en el momcnlo. liste disnirso deate y del Oriente,» esto es, de todas las parles del m u n -
a g r a d ó al Salvador, y de confesó su admir.icioa .ISo por- do, significan visiblemente la vocación de los gentiles, los
que esta su admiración procediese de ignorancia ó de sor- cuales por su docilidad en recibir el Evangelio han mere-
presa, pues él lo sabia todo, todo lo preveía, y nada podía cido sustituir á los judíos y sucederles en todos sus derc-
cogerle de nuevo; esta admiración aparente era mas bien clios, como se ha verificado. Los judíos eran los vasallos
un efecto de la ostrema satisfacción que tuvo por la fé de naturales del reino del Mesías : habiéndose ellos mismos
este oficial romano, y que le hizo decir á todo el pueblo escluido por su ingratitud y por su pura malicia de la i g l e -
que le seguia ; En verdad que no he hallado lanía fé en to- sia de Jesucristo, han merecido ser desterrados para siem-
do Israel, en ninguno de aquellos á quicnes-hc hecho mas pre de la sala del banquete celestial y ser precipitados en
bien, y que están obligados á creer y á confiar en m i . el fuego del infierno.
No; está muy lejos deque vuestra fé sea tan pura, tan Ür-
•nc, Um perfecta como la de esle eslranjero. Pero tam- La oración de la misa en esle dia es como sigue:
bién debéis tener por cierto, y yo os lo predigo hoy, que Deus, qui culpa offende- O Dios, á quien ofende el
uiuchos que han venido de los estreñios de Oriente y de rís, penitcnlia placaris, p r e - pecado, y opiata la peni-
Occidente serán colocados con Abraham, Isaac y J^cob ces populi l u i supplicanlis lencia, escuchad favorable-
en el reino de los ciclos; mientras que los hijos de la ca- propiiius réspice: el jlayclla mente ios ruegos de vues-
sa, quo. podian pretender los primeros puestos en este r e i - luic iracundia', qua¡ propec- tro pueblo postrado en vues-
no, como herencia que se les destinaba con preferencia á calis noslris meremur, arer- tra presencia, y apartad de
oíros, serán arrojados al abismo, donde no verán jamás la te. Per Dominum nostrum... sobre nnesíras cabezas los
luz, donde no habrá para ellos mas que desesperación, que azotes de vuestro enojo que
crujir de dientes, que lágrimas amargas. De este mismo tan justamente hemos me-
«iodo reciben todavía hoy los hijos infieles la luz del Evan- recido por nuestras culpas.
f ^ l i o , y hacen revivir en Oriente y en Occidente el fervor Por nuestro Señor, etc.
de los primeros cristianos, al paso que vemos debilitar; e
Y cuasi eslinguirse la fé entre nosotros. ¿ D e q u e nos sirve LaEpíslola es lomada del cap. 3S del profeta Isaías.
^ b e r nacido hijos del Rey, si por nuestras inüdelidadis In diebus i l l u s : M g r o l a - En aquellos, días c a j ó
^ej<imos pasar á otras manos la herencia de los hijos? La v i l Ezechias usque ad m o r - Ezequías enfermo niotalmen-
fé se estingue desde que las costumbres so corrompen. Se tem: el introiiHl ad eum le, y el profeta I s a í a s , hijo
comienza ordinariamente por la corrupción del corazón, Isaías fdius Amos profeta, de Amos, vino á visitarle y
^nles que se vean nacer los errores del enlendimiciilü; el dixit ei: Ilax d i d l Domi- le dijo: Hó aqui lo que dice
e^os nacen todos de la corrupción de las costumbres. Po- nus: Dispone domui tuce, el S e ñ o r : Arregla tu casa,
cos herejes, pocos cismáticos, pocos seclarios hay que no quía morieris ¿M, et non v i - porque morirás y no sal-
tcngan las costumbres d a ñ a d a s . Disfrácese cuanto se quie- ves. Et convcrlit Ezechias drás de esta enfermedad.
'p el desarreglo, enmascárese la pasión: siempre las pa- fadem suom ad parielem, et Enlonces Ezequías volvió su
siones mas vergonzosas son ó el origen, ó á lo ménos el oravit ad iioíninitm, él dixU: i'oslro á la pared , y oró al
Jtfeclo de la herejía y del error. Losgefes de partido, los Obsecro, üomine, mcmcnlo Señor diciendo: Acordaos,
pi-esiarcas han tomado la máscara de la piedad, bauafec- quwso quomodo ambulavcrini Señor, os ruego, que he ca-
uo motivos especiosos y seductivos de su rebelión contra coram te in veritale, et i n minado delante de vos en la
a 'glesia, para engrosar su partido, para imponer á los cor de perfecto, el quod bonum verdad, y con'un corazón
•ícillos; poro no hay secta que no produzca, que no ins- cst i n oculis luis fecerim. Et perfecto, y que he hecho
j^'c la relajación, y larde ó temprano la disolución, l'uen- flei-it Excchias ¡lelu magno. siempre lo que era bueno y
cierna será de llanto y de rabia en el infierno para aque- Et faclum est terbum Domi- agradable á vueslros ojos.
hijos desheredados, el haber tenido tan cerca el r e i - ni ad Isaiam, dicens: Vade Y Exequias d e r r a m ó abun-
0 de los cielos, y verse privados de él por su culpa. Ño et dic Ezechioi: Iloec d i d l dantes lágrimas. Enlonces
l ^ n e n d o el Salvador dejar sin recompensa la viva fe del Dominus Oeus David palris el Señor habló á Isaías y le
TOMO I V . 11
82 JUEVES
t u i : Áudivi ornlionemlmm, d i j o : Vé y dílo á Ezcquías: meros cuidados de los parientes , de los amigos y hasta
et vidi lacrymas tuas: cree 11¿ aqui lo qno dice el Stí- de las personas mas sabias , es que no so hable de ningún
eyo adjiciam super dies íuos fior Dios de David, tu pa- negocio á un enfermo, impedir aun que piense en él, por-
quindecim nnnos: et de ma*- d r e : lio oido lu oración y que no está en estado de oir hablar til aun de bigatelas:
nu reyts assynorum eruam he visto tus lágrimas, y h é ¿y se deja para aquel tiempo corto é incierto , para aquel
le, et ávitatem isUnn, etpro- aquí que yo añadiré toda- tiempo de dolor, de espanto, de turbación, de flaqueza de
tcyani earn: ait Donúnus om~ vía quince años á tu vida, y cuerpo y de espirilu , el negocio de la salvación , que es
nipotens. le libraré del poder del rey el que pide mayor aplicación, mas tranquilidad, penetra-
d é l o s asif ios ; libraré tam- ción y fuerza ? En el tiempo en que se goza de perfecta
bién esta ciudad y la prote- salud, es cuando se debe pensar, cuando es preciso arre-
g e r é , dice el Señor omni- glar los negocios de h conciencia ; pero entonces se ale-
polento. ga que está uno fatigado , atolondrado, apurado : ¿ y en
El nombre de profeta significa según la palabra griega la muerte se tendrá toda la libertad, todo el espacio, toda
el que predico lo futuro. Los hebreos le daban el nombre la aplicación y fuerzas necesarias? Qué estudio, que pe-
de vidente, esto es , el que tiene revelaciones y visiones nelracion, q u é paciencia, cuando es preciso desembrollar
divinas. Isaías, el primero-de los cuatro [M ofetas mayores, una conciencia cargada de restituciones, de reparaciones,
era de la tribu de J u d á , y de la estirpe real de David. So de circunstancias, de injuslicias : ¿y será tiempo de hacer
dice que su padre Amós era hijo del rey Joas, y herma- todo esto en la muerte? ¡Qué error! ¡qué estravagancia!
no de Amasias , rey de J u d á . Empezó á profetizar bácia ¡qué locura! Sin embargo nada hay mas común en el dia
el año vigésimoquinto de Osías, rey de Judá , en 7 8 í an- que esta conducta tan lamentable.
tes de Jesucristo.
£ l Evamjelio de la misa es de san Mateo, cap. 8.
REFLEXIONES.
In illo iempore: Cum hi~ Ilábiendo entrado Jesús
«Arregla los negocios de tu casa, porque morirás.» No troisset Jesús Capkarnaum, en aquel tiempo en Cafar-
s o l ó s e dirigen estas palabras al rey Ezequías, hablan accessit ad eum ceniurio, r o - tía wi), se llegó á él un cen-
también con todos los que viven sobre la tierra. Grandes gans eum, et dicens: Domine, turión, rogándole en estos
del mundo , felices del siglo , ricos comerciantes , gentes puer meus jaeel i n domo p a - términos: Señor, tengo un
de negocios , pobres artesanos , cualquiera que seáis , do rahjúeus, et male lorquetur. criado en mi casa que está
cualquier estado, en cualquiera condición, viejos y jóve- Et ait ÜH Jesús: Hgo veniam en la cama paralítico y su-
nes, h é aquí lo que dice el S e ñ o r : poned en órden los el cumbo eum. E l respondens fre grandes dolores. Y Je-
negocios de vuestra casa ; ó conforme á un sentido toda- cenlurío, a i l : Domine, non sús le dijo: Yo iré y le cu-
vía mas justo, según el espíritu de la Escritura : poned en sum dignus ni inlres suh lee- r a r é : á lo cual respondió el
órden los negocios de vuestra conciencia. No hay necesi- lum i n t a m : sed lanium dic centurión: Señor, y o n o m e -
dad de un profela para anunciaros este decreto: Escritura verho el sanahhurpuer meus. rezco que entréis en m i casa,
santa, libros espirituales, oráculos divinos , luz de la g r a - Nam et ego homo sum sub mas decid solo una palabra
cia , inspiraciones santas , lodo lo publica ; y á pesar de poleslate conslilulus, habens y m i criado q u e d a r á sano.
osfa publicidad, ¡cuántos mueren sin haber puesto en ó r - suh me mititps: el dico huic, Porque yo que soy un o f i -
den los negocios de su conciencia y sin estar dispuestos Vode, et vadil; elalii,Veni, el cial suballerno, que tengo
para ello! Nada hay durante la vida de que se dude me- ívíií/; et servo meo,Fachoc, et soldados á mis órdenes, d ¡ -
nos, de que j a m á s nadie se haya atrevido á dudar, quo f a ñ l . Audiens aulem Jesús, go á uno, v é , y va; y á otro.
de la muerte. Nacemos con la certidumbre de que hemos 'inirnlus est, et sequenlihus se ven,y viene; y á mi criado,
de morir. No es una certidumbre que se adquiere : puede d i x i l : Amen dico vobis, non haz, esto y lo hace. Oyen ¡lo
decirse que ella previene, en algún modo, al uso de la r a - inveni lanlnm [ídem in Israel. Jesús este discurso se a d m i -
zón. Estamos seguros de que es preciso morir , y se vive Dico aulem vobis, quod m u l - r ó , y dijo á los que le se-
como si la muerte fuese incierta. ¿Se viviría con mas l i - lí ab Oriente et Occidenle vc- guian : En verdad os digo
cencia é irregularidad, en un olvido de Dios mas largo y nieiU, el recumbcnl cura que no he hallado tanta fé
mas irreligioso,en una indolencia mas constante por su sal- Abraham, et Isaac, et Jacob en Israel. Pero también os
vación, en un caos mas embrollado y mas espantoso de in regno ccelorum: filii aulem aseguro que muchos ven-
conciencia que lo que se vive? ¿Se. vivida de este modo regni ejicienlur i n lenebras dran de Oriente y Occiden-
menos cristiano, si no se debiese nunca morir ? ¿Se espe- exleriores: ibi erit fletus et te, y serán colocados en el
ra arreglarlo todo en la horade la muerte ; ¿pero es aquel slridor dcnl'um. El dixil Je- fesün con Abraham, Isaac y
el tiempo? ¿Se tratan ,así los negocios temporales? ¿Se sús ccntvrioni: Vade, et si- Jacob en el reino de los cie -
deja para la hora de la muerte el tomar cuentas á un ar- culcredidisíi, fíat libi, Et sa- los; mas los hijos del reino
rendador? ¿ S e diliero para la muerte el reglar sus nego- natus esl puer in illa hora. serán arrojados fuera á las
cios, examinar la ganancia ó la pérdida con un asociado ? linieblas : allí no habrá otra
¿Se dilatan hasta entonces los negocios del comercio, la c o s a que llanto y crujir de
venta ó la compra de una t i e r r a , la discusión de sus de- dienlos. Después dijo Jesús
rechos sobre una herencia , la instrucción de un proceso? al ceniution: Vé, y s u c é d a -
¿Qüién no tiene por la locura mas insigne y la imbecili- te según has creído. Y en
dad de entendimiento mas bien marcada, el dejar para la aquella misma hora quedó
última enfermedad un negocio de alguna conseceencia ? sano el criado.
U.¡o de los primeros avisos de un médico, uno de l o s . p r i -
DESPUES DE GEMZA. 83
generosa, mas perfecta? Esto consiste en que no quere-
5IliÍ.lTACU)iN. mos descompadrar con nuestros sentidos, romper con
nuestras pasiones, entrlstecernueslro amor propio. No
Sobre la ¡¿ viva.
queremos romper los lazos que nos alan á la criolura. So-
rL.\TOPiUMERO.—Considera que la fó viva es siempre mos esclavos de nuestras pasiones, y nos complacemos
Pudorosa, porque obüga á Dios á que nada le niegue. Ella en miesfros yerros y en nuestra esclavitud. Ardorosos pa-
eoniit'ne en sí una lan alta y tanjusla idea de las perfeccio- ra satisfacer en todo, rehusamos á Dios los menores sa-
nes de Dios, de su bondad, de su sabiduría , de su o m n i - crificios; y hé aquí lo que estingue nuestra f é , lo que
potencia, de su bondad sincera para hacemos bien , de su debilita tanto nuestra confianza : Dios se ha dignado de-
ternura palei nal, que no es posible á Dios, si es licito ha- clararnos de mil modos diferentes que de nada tiene tan-
blar así, resistirse á sus repelidas solicilaciones. Y á la to deseo como de hacernos bien: se ha dignado invitar-
verdad solo esta f é viva es la que honra á Dios con un nos, solicitarnos, urgirnosá que pongamos en él toda nues-
eulloreal, religioso y proporcionado en alguna manera á tra confianza; se ha dignado imponernos un precepto do
nuestro ser, y al ser inünilo é incomprensible de nuestro que le pidamos todo lo que necesitemos, hasta reprender
bios. No hay ningún olro medio saludable para conocer nuestra timidez y qnojürsc de nuestra gran reserva en
á Dios , para amar á Dios, para adorar á Dios, que la fé. pedirle. En fin, para escitar, para avivar nuestro deseo
Sin ella no hay virtud alguna, ninguna verlladera religión, nos promete oír nuestros votos y concedernos nuestras
"iugun verdadero culto. No hay virtud , sin que eslé a n i - peticiones; y todas estas solicilacioe.es amorosas, todas
mada de la fé, fundada sobre la fé, emanada, por decirlo estas espresiones lan interesantes no bastan para reani-
«sí, de aquella f é viva, sola que constituye los lic!es. Sin mar nuestra confianza. ¿En qué consiste tan c s t r a o r d í n a -
'a fe no hay esperanza, no hay devoción, no hay caridad ria timidez? ¿En qué e>ta falla de con^wv.MWi Todo esto pro-
ciisliaua , no hay culto religioso divino. Queriendo Dios cede de la memoria esperimental de nuestras ingratitu-
darse á conocer, hacerse a m a r , y queriendo ser honrado des con un Dioslan bueno, tan liberal, lan benéfico. No-
y servido por criaturas racionales , debia ncce?ai ¡amento sotros le rehusamos iodo lo que nos pide; aun cuando
Establecer una religión, y no podía al parecer establecer- nada nos pida que no sea muy fácil, que no sea para nues-
la sino subre lafé. La fé es la que lia JusUücado á Abrabam tro bien, para hacernos felices, nosotros se lo rehusamos
y á lodos los santos de la antigua ley y de la nueva ; ella todo; y h é aquí lo que debilita nuestra fé, lo que sofoca
¥H la que forma lodos los héroes cristianos , es como el toda nuestra confianza. ¿Queremos tener una fé viva; que-
"¡ma de los elegidos. A la fé ha querido Jesucristo a t r i - remos pedir á Dios con valentía y con confianza; quere-
buir lodos sus milagros : no solo es una disposición nece- mos que Dios nos conceda nuestras peticiones, que oiga
a r í a para la gracia , sino que el Salvador la ha conside- nuestras súplicas, que prevenga nuestras necesidades?
•iido como la causa y el determinativo de sus beneficios, Sirvámosle con celo, "con fervor, con fidelidad ; cumpla-
''ero es preciso que sea una fé viva, esto es, una fé d i v i - mos las obligaciones de nuestro estado; guardemos con
na, que no tenga por principio y por objeto mas que. ó puntualidad nuestras reglas mas pequeñas. Entonces sen-
Wos ; una fé animada de la caridad ; una fé fecunda en tiremos c r e c e r mieslra fé, revivir mieslra coníian/.a, y nos
buenas obras; una fé constante, generosa, universal, que veremos colmados lodos los dias y con la mayor alnm-
no sabe loque es dudar, consultar, temer ; una fe, en l i n , dancia de PUS beneficios.
bU como la de un san Pedro , la del Ceuluriou, de la Gftr
nanea ¡ una fé que elevándose sobre los sentidos, y sobre Yo reconozco. Señor, la triste causa de mi poca fé. En
'a razón m i s m a , no encuentre nada difícil, nada imposible vano os pediría que la aumentaseis si yo no cesase en mi
P^ra Dios. ¿Es nuestra fé de este carácter? ¿Tiene todas ingratitud con vos. Voy, mediante vuestra gracia, á ser-
^'stas cualidades? ¿Tenemos una fé viva? Consultemos sus viros con una fidelidad estrema, y estoy seguro que en-
efectos. ¿Tenemos una fé generosa á prueba de todas las tonces aumerilareis mi coulianza y m i le.
lenlaciones, de lodos los encaulos de los sentidos, de lodos JACUIATOKIAS.—Lo he jurado, S e ñ o r ; be resuelto guar-
tos esfuerzos de las pasiones , de todas las ejecutivas soli- dar vuestros mandamientos con una fidelidad inviolable.
Clbicioncs del amor propio? Consultemos nuestra conducta (Psalm. 118.)
y nuestra cobardía. Señor, aumentad en nosotros la fé. (Luc. H . )

P^NTO SEGiNuo.—Considera que el origen de nuestra PROPOSITOS.


poca devoción, poco fervor y poco celo, que el principio 1 No omitáis nadapara escitar vuestra confianza y rea-
^ nuestra cobardía, de nuestras infidelidades, de nues- nimar vuestra fé por medio de una corta oración y de re-
tros desarreglos, de nuestras recaídas, no es otro que ílexiones saludables. Ciertamente seríamos muy pronto
luestra poca fé. No creemos mas que á medias, dudamos, fervorosos, taorlilicados, devotos, desengañados de los
leuieinos, no tenemos confianza en Dios, desconlinmos bienes criados, fieles observantes de la ley cristiana, si
aun de su bondad, de su misericordia, de su ternura pa- tuviésemos una fé viva. Pidámosla muchas veces á Dios,
e'nal; ¿debemos eslrauar si á la menor agitación de las y siempre por la intercesión de la Santísima Virgen y del
^las» al menor viento, á la menor tempestad perdemos el apóstol san Pedro. Acostumbraos á obrar por un espíritu
"'niiuo, nos sumergimos? ¿En q u é consiste que creemos de fé. Dad con frecuencia señales de vuestra fé en vues-
a" l)0co? ¿De q u é proviene que estando persuadidos, (pie tras palabras y en toda vuestra conducta. Guamo mas
ewifesaudo nosotros mismos que si somos tan imperfec- molestos son los accidentes, tanto mas generosa y cons-
lan indevotos, lan cobardes en el servicia de Dios, no tante debe mostrarse vuestra fé. En medio de lag olas
sino porque no tenemos mas (pie una fé lánguida, una agitadas y de las tempestades es cuando es preciso que
^ n b r a de fé, no se aviva mas nuestra fé, no se hace mas brille vuestra fé. Principalmente debe manifestarse en la
m ViKUNKS
iglesia en prosoncia del Santísimn SacrnniiMilo; vues- rigor, si se manliene en el corazón una codicia (pie lodo
Iro respeto religioso y vuesti-i modeslia deben ser una lo quisiera devorar, pasiones que en lodo se satisfacen, un
prueba visiblo de ella. Lo mismo debéis proenrar qno deseo de venganza que consume? ¿De r u é sirve ayunar
se vea en vuestras oraciones y en lodos los actos de re- cuando se hace ostentación de ayuno? llipócrilas , todo
ligión. cuanto os mortificáis es perdido, «Clama sin cesar, t dice
2 Haced muebas veces aclos de fé, de esperanza y de Dios á su Profeta : haz resonar tu voz como una tempestad
caridad. Comenzad todas vuestras acciones, vuestras bue- que se oiga por todas partes , para anunciar á mi pueblo
nas obras, y sobre todo vuestros ejercicios de paciencia y que yo miro mas al corazón que á un eslerior imponenle
de piedad con una féviva. Al dar limosna, practicando al- que solo puede e n g a ñ a r á los hombres. Vosotros estáis
guna pi'nilencia, mortificándoos, sufriendo con paciencia cargados de crímenes, vuestro corazón eslá manchado con
alguna injuria, reanimad vuestra fé ; por medio de estas mil culpas, las pasiones reinan en él con imperio. El amor
piadosas industrias vuestra fé se bará de dia en dia mas del mundo ha eslinguido en él el amor de Dios, eslais del
\ i v a y sentiréis que se os aumenta. lodo hinchados de orgullo, un vil interés,una venganza i n -
veterada os hacen objetos de horror á mis ojos, y vosotros
VIERNES DESPUES DE CEMZA. pretendéis agradarme y ganarme por un eslerior enlucido,
La Iglesia siempre atenta á las necesidades espirituales por una artificiosa penitencia. Se preleiule en vano hon-
de sus bijos , e m p e ñ a d a en procurarles todas las ventajas rarme con una máscara de piedad, como si yo fuese capaz
que puedan sacar de las prácticas y deberes de religión de dejarme e n g a ñ a r y de tomar una cosa por otra. Estos
que ella les prescribe, se aplica en estos primeros dias do hipócritas se lisonjean de buscarme de dia en dia, cuando
Cuaresma á prevenirles sobre todo lo que podria hacer su me obligan á alejarme mas de ellos; ellos quieren conocer
ayuno infruclnoso , y á enseñarles el secrelo y el medio mis caminos, bien resuellos á no seguirlos. ¿Quién no ve
de bacer su penitencia saludable. Toda la misa de este que hay un modo do buscar á Dios que es malo , como
dia no so dirige mas que á esto.- El inti oilo, la Epístola y cuando uno pretende buscarle, y se busca á sí mismo ; y
el Evangelio son una lección importante, por la cual el Es- ipie se le busca en apariencia , cuando se conserva en el
píritu Santo nos instruye acerca de lo que debemos evitar, corazón lo que nos impide el encontrarle ; cuando de dia
y de loque debemos hacer, para que nuestro ayuno sea en dia nos alejamos mas de él por el desarreglo del cora-
agradable al S e ñ o r , y que hagamos en este santo tiempo zón, y por la iniquidad d é l a conducta que observamos?
frutos dignos de penitencia. Ellos me buscan sin quererme enconlrar , puesto que no
La misa empieza por estas consolatorias palaliras del quieren domar las pasiones que les dominan, reformar
salmo 29 : El Señor me ha oido , se ha compadecido de las costumbres tan poco religiosas que les hacen cada dia
m í ; el Señor me ha socorrido : también yo os a l a b a r é , ó mas criminales á mis ojos : me buscan , pero es de un dia
Dios m\o, porque habéis cuidado de mí, y no habéis con- para el otro, dilatando siempre á otro tiempo su conversión;
sentido que mis enemigos tuviesen el placer de verme su- dicen que quieren conocer mis caminos , saber mi volun-
cumbii*. Cualquiera que sea el sentido lileral de este sal- tad, entender lo que mando y lo que exijo de ellos; devo-
mo, ya que sea un cántico de acción de gracias, compues- ción puramenl:; especulativa, conocimiento infructuoso,
to para cantarse , ó en la dedicación del tab-M náculo de vanos y frivolos deseos : se quieren saber los caminos de
Sion erigido por David, ó en la dedicación del templo e d i - Dios ; ¿es para seguirlos? ¿pues en q u é consiste que nos
ficado por Salomón, 6 en la dedicación de! segundo templo apartamos tanto de ellos? El Evangelio nos enseña con
en tiempo de Zorobabel, ó para la dedicación de su pala- baslanle claridad los caminos del Seíior, pocos los ignoran,
cio ipio construyó en el monte Sion después de haber l o - todos los dias nos los predican : confesemos que no nos
mado á Jerusalen ; ó en fin , con motivo de ta dedicación alejamos de ellos por ignorancia , sino por pura malicia,
de la era de Arán, para la erección de un altar que David por un espíritu de libertinaje. Se quieren conocer los ca-
hizo levantar después de haber cesado la pesie que habia minos de Dios, y para eslo nos dirigimos á directores
asolado todo su reino ; según las diferentes opiniones de ilustrados, á doctores h á b i l e s ; pero si este deseo es since-
los intérpretes, el sentido moral y alegórico, al cual atien- ro, ¿en qué consiste que se saca lan poco fruto de lanías
de la Iglesia, es dar gracias a Dios por la protección espe- direcciones? «Ellos quieren acercarse á Dios.» Nada mas
cial que el Señor concede á aquellos (pie le sirven con fi- laudable que esle deseo ardiente de la perfección : ¿pero
delidad, y quenada omiten para satisfacer á su justicia se ignora que solo nos santificamos por la inocencia, la
por la penitencia. pureza de corazón, la vicioria de todas las pasiones, la r e -
La Epístola es una de las mas importantes lecciones que gularidad de las costumbres , por el ejercicio de la peni-
da Dios á u n pueblo por boca d c l s a í a s para que evito lodo tencia, y que es preciso necesariamente que nos alejemos
lo que puede hacer inútil y defectuoso el ay Uno , y para del mundo si queremos sinceramente acercarnos á Dios?
enseñarle con q u é espiritu debe ayunar y morlificai se, á Pero ¿por qué liemos ayunado, sin que os hayáis d i g -
fia de que se verilique que se hacen dignos frutos de pe- nado hacer caso de ello, dicen á Dios esas almas cobardes,
nitencia. Es muy trisie el macerar su carne y mortificar esos devotos no mas que de deseo? Hemos humillado
s u s scnlidos para hacerse todavía mas criminales dolanle uueslras cabezas bajo de la ceniza : nuestro aire y nues-
de Dios, é irritar aun mas su jusücia y su cólera en lugar tra modestia son la señal de nuestra humillación, y vos no
de apaciguarla por los rigores de la penitencia. Sin em- habéis fijado vuestra, atención , ni hecho alfo sobre no-
bargo esto es lo que hacen lodos los q u é ayunan con ma- sol ros. ¡Desgraciado el que pueda quejarse de este mo-
las disposiciones , por motivos poco puros , con paciones do ! Pero M es la miserable suerte de los herejes , de los
poco mortificadas. Se ayuna ¡ pero ¿de q u é sirve estama- cisinálicos, de los bipócrilas, de lodos los que pueden lla-
cerucion del cuerpo, esta abstinencia observada basta con marse juguetes de la ilusión y del error , y de lastristeá
DKSPUIÍS m ri-NIZA.
vfcfimas do la pasión domiir.nlo. No liay herejía qtts no por falla de vestido no se delerminan á preseularse en
fiiiya afectado la severidad en 80 m o r a l , y que no haya público, y muchas veces ni aun se atreven á comparecer
IUTIIO o^tenlacion de un aire de ponitencia en su prelcndi- en la iglesia. Y no temáis padecer escaceses, ni empobre-
du l eforma. Kl cisma y la herejía claman siempre de con- cer vuestra familia , porque hagáis limosnas y obras de
cierto conlra la relajación. Todavía se ayuna alguna vez caridad ; ánles bien lodo género de prosperidades lucirá
enlre los prolesl.tules ; los griegos cismáticos ayunan aun entonces, brillará en vuestra familia , como el sol en su
hoy rigorosísimamenlc muchas cuaresmas : ninguno de oriente. La alegría que causa naturalmente el nacimiento
ellos aunque muera en el cisma ó en el error deja de es- de este astro, no es mas que el símbolo de la que causa-
clamar: «¿Poniué hemos ayunado, y no habéis hecho caso rán en vuestro corazón las bendiciones de dulzura que
de elloVi) ¿Kra preciso sufrir tanto para perderme? ¿Des- Dios d e r r a m a r á sobre vosolros. Dios no se deja vencer en
pués de lanto ayunar, no dehia tener por (oda recompensa liberalidad. Ayunad, moiiiücaos , entrad en el espíritu de
mas que el inlicrno? «Hemos ayunado.« ¿Y por q u é , Se- la Iglesia, acompañando vuestro ayuno y vuestra peniten-
n ¡r. no os haheis dignado mirar nnesli a penilencia ? Por- cia con las obras de la caridad , y yo , dice el Señor , os
que no eraisde mi rehafio; porqueestahnis fuera de mi casa; colmaré de lodo género de bienes. Lejos deque la abstinen-
porque haheis vivido y haheis muerto separados, corlados cia y el ayuno alteren vuestra salud, por el contrario nun-
de la Iglesia. ¡Cuántos malos católicos tendrán igual siUM'te! ca la habréis disfrutado tan perfecta , ni tan floreciente:
liemos observado con toda regularidad el ayuno solemne, vuestras oraciones serán infaliblemonle oidas, y yo m i s -
también he.nos humillado religiosamenle miesd as almas mo p r e v e n d r é vueslros deseos y vuestros votos. ¡Buen
bajo de la ceniza. Tormas delicada que haya estado nues- Dios, q u é astuto es el demonio I ¡ Qué bien sabe el arte de
tra salud, por mas aversión que hayamos tenido al pecado, e n g a ñ a r n o s , y de inutilizarnos los medios mas á propósi-
vos sabéis que no nos hemos dispensado de la abstinen- to para satisfaceros! Parece á muchos el santo tiempo do
cia de Cuaresma , hemos obedecido á la Iglesia, hemos Cuaresma un liempo espantoso, s o m b r í o , y fecundo en
observado religiosamente sus preceptos y su voz j y sin tristeza ; tal es, en verdad, para aquellos que no le obser-
embargo es!a penitencia no vale nada, no nos sirve de van, ó que no lo observan como deben. Pero es un tiempo
iiingmi mérito? Siervos inlieles , dice e! Seflor , vosotros de bendiciones, de consuelos y de gracias para los quo
habéis ayunado ; pero aynn mdo, ¿ o s habéis abstenido hacen de él un liempo de salud, uniendo las obras de pie-
do vuestras iniquidades, de vuestras impurezas, de vues- dad y de caridad á la penilencia : escuchemos al mismo
tros vicios? ayunando, ¿ hab iis resluido la hacienda mal l'rofola : Si asistís al pobre con toda generosidad , y si
adipiirida, habéis eslinguido el fuego de la concupiscencia acudís al consuelo del alma afligida, vuestra luz se dejará
de que osláis abrasados? ayunando, ¿habéis sofocado el es- ver en medio de las tinieblas ; vueslrn religión , vuestra
píi ilu de venganza y de pleitos? ¿el espíritu de agrura y virtud brillará á pesar de vuestra modestia y de ese airo
de malignidad con vuestros hermanos? ayunando , ¿ h a - de reforma ; y vuestras tinieblas, esto es, ese aspecto do
béis roto este comercio criminal, esos lazos tan funestos á recogimiento, de retiro y de reforma, aparecerán como el
la inocencia? ¿habéis comenzado vuestros ayunos por pa- medio dia. No hay ninguna persona religiosa, y aun pocos
gar los operarios, los domésticos, los mercaderes, á quie- cristianos, que no ayunen la Cuaresma ; ¿ e n q u é consisto
nes vuestra lentitud en pagar causa un notable perjuicio? que se ven tan pocos frutos de este ayuno? Esto procedo
Kn fin, humillándoos bajo la ceniza, ¿os habéis humillado de quo no se ayuna según el espíritu de Jesucristo, según
delante de Dios , y os habéis reconciliado con él por una la intención de la Iglesia. No ayunéis en adelante,dice el
sania confesión, por una perfecta contrición, por «na con- Profeta, como lo habéis hecho hasta ahora. Ayunad do
versión sincera? Yo no me pago de un esterior morlilica- hoy mas en espíritu de penitencia, en inocencia, y con un
do, dice el Señor, ni de una penitencia puramente este- espíritu de caridad.
rior. Esas sefiales y osas mojigangas de penitencia no Como el perdón de las injurias, y el precepto de amar
sirven mas que para hacer al hombre mas hipócrita, y por á s u s enemigos, son peculiares y esenciales de la ley nue-
<'onsiguiente mas criminal. Ayunar, y permanecer siempre va ; y como todas l a s buenas obras y la penilencia mas
bm irregular en su conducta, tan indevoto en su condición, austera de nada sirven sin este amor, la Iglesia, que na-
•an irreligioso en sus scnlimienlos, tan escandaloso en sus da desea tanto como la salvación de sus hijos, y prevenir
fosttuubres, tan duro con los pobres, tan colérico con sus lodo cuanto pudiera hacer infructuoso ó inútil el ayuno de
domésticos, tan injusto en su comercio, tan voluptuoso, tan Cuaresma, recuerda en el Evangelio de este dia el manda-
" ' i d ci isliano ; ¿es esto lo que llamáis ayuno, y (lias agra- miento que Dios nos impone do amar á nuestros enemigos,
•'iddos a! Señor? El ayuno que yo apruebo , y que me y perdonar do lo íntimo de nuestro corazón lodas las i n j u -
69 de verdad agradable, el que yo miro con complacencia, rias; y tratando al mismo tiempo de inspirarnos horror á
Y que yo recompenso con liberalidad, es el (pie comienza la hipocre!*Í!i,nos enseña con q u é espíritu y con q u é dispo-
siempre con la pvnilencia del corazón , por romper lodos siciones debemos cumplir todos los deberes de la caridad.
'0s vínculos de iniquidad , por la reforma d é l a s coslum- Habéis oido, decia Jesucristo á sus discípulos y á todo
P*^, por una vida inocente. No basta todavía, continúa el el pueblo, que se ha dicho: Amareis á aquel con quien os-
Señor, romper los lazos criminales ; no basta sustraer á láis de algún modo unido, y aborreceréis á vueslro ene-
|* sensualidad sus alimentos ; para hacer vuestro ayuno migo [estas últimas palabras no se encuentran en la ley
fructuoso, para hacérmele agradable, dad á los pobres lo anligua, al menos en términos formales ; por esto algunos
ll'ie ipiiiais á la mesa ; acompañad vuestro ayuno con el intérpretes quieren que esta sea una glosa de los escribas
''Jfrcicio de las obras de misericordia. Lo que debéis q u i - y de los fariseos: tampoco el Salvador refiere esta m á x i -
tar en oslo sanio tiempo al juego, al lujo , á vueslros p l a - me como un artículo d é l a ley, sino como una tradición p o -
ceres, empleadlo en vestir esos pobres vergonzantes que pular) : tal vez me diréis, dice el Salvador, lo que muchas
8G VIEKNKS
veces habéis oitlu docii", (jno la ley liiand.r ÍHIIIU á gu p r ó - tiraos, no se sabe quien sois,no se os conoce. ((Cuando ha"
j i m o ; pero que es ponuilido abonecci á su enciüigo. La ceis limosna,nocuidéis de anunciarla á son de trompeta.»
iey prohibe á la verdad tener comercio con los pueblos ve- lis este un modo de hablar para indicar que debe evitarse
cinos, idólatras y enemigos del verdadero Dios; mnmla toda osletitacion en las buenas obras, líay aquí una a l u -
aun que se trate con ellos como si se les aborreciese, por- sión á lo que practicaban los charlatanes para atraer el
que quiere que se les eslerraine. Sin embargo, ella no pueblo á sus especlát ulos. Por lo que hace á vosolios, con-
quiere que en el corazón se abrigue la enemistad eonti a tinúa el Salvador, cuando dais limosna, sea tan oculta
ellos, antes ordena lodo lo coiilrai io, probibiendo espre- vueslra-caridad, que ignore vuestra mano izquierda lo que
samentc á los hebreos que se venguen, ni so acuenlen de hace la derecha. Si la obra buena se hace solo por Dios,
las injurias. Mas tampoco creáis vesoíros que me escu- no hay necesidad de que los hombres se enteren de ella :
cháis, que es bástanle el hacer esto. como no se espera la recompensa mas que de Dios, no so
El precepto que yo os impongo, y la ley que os pres- desean tampoco otros testigos. El justo aun á sí mismo so
cribo, es que debéis amar á vuestros enemigos, desear el oculta sus buenas obras, no pensando en ellas, olvidándolas,
bien ú los que os quieren mal, hablar bien de los que os ó si piensa en ellas, no es mas que para reprenderse lo
desacreditan, hacer buenas obras en favor de los que os poco que hace por Dios, la flojedad con que lo hace, el
mullralan, rogar por ¡os que os peragnen : «Vo s o y » el poco amor de Dios con que anima sus acciones ; no fija su
que impongo e^la nueva l e y : yo el que os lo mando. atención mas que en las imperfecciones de que siempre
Obrando de es!e modo seguiréis el ejem|do de vuestro Pa- cree llenassus buenas obras. M tampoco eslú siempre man-
dre que está en los cielos, y mereceréis que os recono/ca dado, sobre todo á los ricos, el que se oculten las limos-
como hijos legítimos suyos. Kste Padre amable hace que nas ; las de estos "pueden ser públicas, si es público quo
todos los dias salga el so! para los malos eomo para los poseen grandes bienes. Es un escándalo el v e r á un cristiano
buenos, y la lluviü que envía del cielo cae sobre las tier- que vive en la opulencia, y no saber si asiste á sus hermanos
ras de sus servidores, del mismo modo que sobre las de pobres é indigentes. Utas en esta caridad publica la iníen-
los que le oíVnden. No amar mas que ¿i aquellos que os cion debe serpura: como no debeesperarse recompensa mas
aman, no es un acto digno de una gran recompensa ; es- que de Dios, no debe tenerse otra mira quo agradar á Dios.
to es obrar como los publicanos y los usureros cuya pro- Detodos los vicióse! mas odioso,el m a s d e s p r e c i a b í e y e l mas
fesión condenáis vosotros, y cuyas injusticias detestáis l o - despreciado, esla vanagloria; auncuando todos admirasen
dos ios dias. ¿Qué pecador, q u é bárbaro aun, no ama la buenaobra que habéis becbo, ¿q'-iéjos resullariade ello?
aquel de quien es amado? ¿quién no presta á aquellos que En algunas iglesias se celebra hoy la fiesta de las cinco
cree le podrán pagar con un interés crecido? Si vosotros no llagas de nuestro Señor Jesucristo. En París es lambien a n -
hacéis nada mas que esto, ¿qué obligación creéis contraer tiguo titular de la iglesia de San Roque, que es una de las
con los hombres, ó q u é mérito esperáis tener delante de parroquias de la ciudad. Puesto que el Salvador se ha d i g -
Dios? En fin, si vosotros no saludáis mas que á los de vues- nado conservar, después de su triunfante resurrección y
tra nación, como acostumbran hacerlo la mayor parle de 'de su ascensión gloriosa, esas llagas resplandecientes, se-
los judíos, esto no es masque una atención puramente c i - riales consoladoras, gajes preciosos, monumentos eternos
v i l , una virtud de pagano. Sed pues perfectos, como lo es de la bondad incomprensible del Redentor con los h o m -
vuestro Padre celestial, dice el Salvador; imitad en la p r á c - bres; ¿qué cosa mas justa que honrar con una fiesta par-
tica do vuestra caridad la coadneta de vuestro Padre ce- ticular estos signos permanentes 6 indelebles de nuestra
lestial, y procurad, cuanto vuestra flaqueza os lo permita, salvación? Jesucristo, dice san Bernardo, ha querido con-
arribar á la mayor perfección de la virtud. El ejemplo de servar eternamente estas divinas cicalrices, para quesean
los santos nos espanta, y desesperamos de llegar á ellos; como otras tantas bocas que aleguen sin cesar por nosotros
atendamos á otro modelo que Jesucri- to nos propone, d á n - cerca del divino Juez, y que imploren la divina misericor-
donos la perfección de Dios mismo por regla de la nues- dia en favor de los pecadores. Pero defendiendo ¡con lanía
tra, jiara darnos á entender por la inOnila sublimidad del elocuencia nuestra causa, reprenderán eternamente á los
modelo, que con el ausilio de la gr acia debemos siempre réprobos su negra ingratitud, su imperdonable malicia y
aspirar á una virtud mas perfecta. su impiedad. Se ha elegido para la Epístola de la misa de
Gomo la hipocresía mas peligrosa os la que conlrahiicc esla fiesta el pasaje del profeta Zacarías, donde se dice, que
la piedad, y nada aleja tanto de la salud como una devo- cuando Dios hubiere derramado sobre los habitantes de Je-
ción fingida, el Salvador ninguna cosa recomienda tanto, rusalen un espíritu degrada y de oración, fijarán sus ojos
ni tan frecuentemenle á sus discípulos, como el que estén sobreaquel á quien ellos mismos habrán traspasado de l l a -
precavidos contra el deseo de la vanagloria, y la necia pa- gas, y llorarán sobre aquel á quien ellos hirieron, como
sión de querer parecer mejor que lo que uno es: lo bue- se llora un hijo unigénito. (Zachar. 12.) Kslas palabras
no que hiciereis guardaos bien de hacei lo delante de los dicen relación directamente al Salvador,- en el primer l i -
hombres para ser vistos de ellos, de olro modo no espe- literal sentido que es el único en este paso. El Evangelio
réis recompensa delante del Padre celestial. ¡Buen Dios, refiere la historia de la cruciíicacion del Salvador, y en
qué de acciones sanias, á no mirar mas que la corteza, las parlicmor aquel pasaje del Evangelio desan Juan, cu que
cuales serán perdidas para el cielo por no haber estado se dice que uno de los soldados le abitfc el costado con una
animados de una intención pural ¡Cuántos pasan la vida en lanzada, ó inmediatamente salió sargre y agua.
ejercicios de piedad y de zelo, á quienes se dirá en la ho-
ra de la muerte : habéis recibido vuestra recompensa! Aun La oración ds la misa de este dia es como signe:
cuando hubiéremos tenido el don de profecía y el don de ¡udtoala jejunia, <jii(rsu- 1 ravoreced, S e ñ o r , con
milagros , si falta la pureza de intención, se nos dirá : r e - uws, ¡Joiii'me, kniiini) f(;vo- vueslia gracia los ajunos
DESPUES DE CENIZA. 87
reproscqnere: MÍ ohscrvaa- que bemos comenziulü, ú íin l u pan si que tiene hambre,
liam, quam rorporal'der ex- de $86 continuánciolos por, y dá posada á tu casa á los
hibemus,me>uibus eliani s í u - la aLslinencia corporal, los pobres y á los que no t i e -
a:ris exercere valeainur. /'«• observe-nos al mismo tiem- nen donde retirarse. Cuan-
Dominum... po con fidelidad sincera de do vieres al desnudo, víste-
mieslras almas, ^or nuestro le, y no desprecies á tu pro-
Btífior, ele. pia carne. Entonces l u luz
brillara jL'omo la aurora, r e -
La Epístola es tomada delprofda Isaías, cap. 5S cobrarás muy pronto tu sa-
Ucee dicit Domhms Dcus: n ó aquí lo que dice el lud, lu justicia caminará de-
Clama, ne cesses: quasi luba Señor: Clama sin cesar, lante de t í , y la gloria del
exalta vocem luavi, el an- haz resonar lu voz como una Señor te proU'gerá. Enton-
nunúapopulo meo scelera eo- trompeta; anuncia á mi ces invocarás al Señor y le
rum, el domiú Jacob peccala pueblo los crímenes que ha o i r á ; clamarás á él y le d i -
eorum. Me elen'm de die in cometido, y á la casa de r á : Yedme a q u í ; parque yo
diem quwnint, et scire vias Jacob los pecados en que soy el Señor tu Dios, lleno
meas vohint, quifsi gens ha incurrido. Ellos pues rae de bondad y de misericor-
qum justitiam feceril, el j u -
bascan do día en dia, y dia,
dirinm Dei suiuonderdiqnc- quieren saber mis caminos, líi grande objeta que ocupaba principalmente á Isaías
r ü : roganl me judicia j u s t i -
como si fuese un pueblo que cí a la caulividad de Babilonia, y la vuelta deeslacaulivi-
(ítí?; appropinquare Deo vo- hubiese obrado según la jus- é»ii este parece ser el sentido literal; pero en las profe-
hint. Quarc j e j m a v i i m s , et
ticia, y no hubiese abando- cías que miran á esta caulividad y á esta libertad del pue-
non aspexisti: humiíiavumts nado la ley de su Dios. Ellos blo, Isaías tenia siempre por primero y principal objeto la
animas nostras, et nesásti? me piden razón de los j u i - caulividad del género bumano después del pecado, la v e -
Ecce m die jejnnii vcslri in~ cios de mi justicia y quie- nida de! Mesías y el misterio de la redención; y esle es el
venitur voluntas vestra, ct ren acercarse á Dios. ¿Por sentido alegórico de todas estas profecías.
omnes ^debitores vestros re- q u é hemos ayunado, dicen,
pelüis. Ecce ad lites et con- y no habéis apreciado nues- REFLEXIONES.
tentiones jejunatis, et percu-tros ayunos? ¿Por q u é he- ('¿Por qué hemos ayunado, y no habéis apreciado nues-
tiiis pugno impie. Nolile j e -mos humillado nuestras a l - tros ayunos? ¿Por q u é hemos humillado nuestras almas, y
junare sicut. usque ad hanc m a s ^ no habéis hecho caso no habéis hecho caso de nosotros?» \Qaé triste es y qué
diem, ut audialur in excelso de nosoti'os ? Esto ha sido doloroso haber hecho en vano grandes gastosl Ayunar,
clamor vetter: Numquid tale porque en vuestro ayuno macerar su carne, llevar una vida dura y austera, esto es
esl jejunium, quod elegi, per
va también envuelta vuestra lo que hacen todavía hoy muchos bonzos en el Japón, a l -
diem afjligere hominem a n i -
propia'voluntad, y porque gunos herejes en Europa, y lodos los falsos devotos y pe-
mam suam? mmquid contor-
pedís con dureza lo que os nitentes en el mundo cristiano: ¿pero q u é recompensa sa-
quere quasi eirculum caput
deben vuestros deudores. can de todas estas esterioridades afligenles? ¿qué fruto do
suum ; ct saecum et citicrem
Ayunáis para poner pleitos todas estas farsas de religión? ¿qué premio de todas estas
slemere? Numquid islud vo-
y querellas, y maltraíais á obras incómodas? Si Dios no atiende á todas estas artificio-
cabis jejanium, et diem ac~
vueslos hermanos con una sas austeridades, porque no es él el moli\o de ellas; si no se
wptalñlein Domim? Nonne
violencia implacable. No digna n i aun mirarlas, porque no están marcadas con su
hocest magis jejunium, quod
ayunéis en adelante como sello; ¿qué valor es el suyo, q u é precio, q n é mérito?"
clegi? dissolve colligutiones
hasta aquí, haciendo reso- Separados de la Iglesia, solo son unos pcnilenles r e -
vnpiflalis, solve fasciculos
nar vuestros gritos en el a i - probados. Privados, desnudos de la gracia sanlilicanfe
deprimentes, dimilte eos, qui
re. ¿Por veitlura el ayuno por elcstado de pecado, vneslras obras y vuestras austeri-
fonfracti sunt, liberos, et
que yo pido, consiste en que dades no serán j a m á s el objeto de sus recompensas. Que
omite onus disrumpe. Frange
el hombre aflija por un dia os satisfaga vuestra falsa penitencia el mundo, por el
esurienti panem tuum, etege-
su alma? ¿Por ventura en cual o? habéis mortificado; los hombres por quienes os ha-
nns, vagosque induc in do-
que dé muchas vueltas á su béis incomodado; el partido por cuyos intereses os habéis
^ w n tuam: cum videris n u -
dum, operi eum, ct a i r n n ncabeza, y que se cubra con sacrificado. El demonio tiene sus mártires; ¿por que no
tuaia ne despexeris. Tune el saco y la ceniza? ¿Es este tendrá también sus confesores y sus penitentes? La here-
erumpet quasi mane lumen el que llamáis ayuno y dia g-a, el cisma tienen sus partidarios, que son siempre sus
'«WÍÍI, et sanilas lúa cilius aceptable delante del Señor? víctimas. Se ayuna en Londres, en Ginebra, en Amster-
^ietur , el anleibil faciem ¿No es mas bien esle e! a y u - dam; ¿puedemirar Dios con agrado una ofrenda hecha por
luam ¡usiitia l ú a , ct gloriano que yo he probado? una mano enemiga? Le mueve poco al soberano Pastor lo
romped las cadenas de la
botnini colligci le. Tune i n - que .sUiren las ovejas que no son de su redil: se le da muy
vocubis, n Dominus cx.iu- impiedad, aliviad la carga poco al Padre de fmmlias de los que no pertenecen á ella.
á los que están abrumados, A los que les loca la desgracia de vivir y morir fuera del
tL'1rtamabis, el dicel: Ecce dejad libres á los que o p r i - seno de la Iglesia, ningún derecho les asiste á los méritos
««swm; qvia •'nisericors sum, me la servidumbre, y haced y á las recompensas de Jesucristo. Ni basta estar en el se-
vomiaus Deus tuus. pedazos lodo lo que carga no de la Iglesia para que los ayunos y las penitencias sean
sobre los oíros. Dá paríe de meritorias; es necesario además esíar en gracia del Sal-
88 VIERNES
vador. Inútilmente so macera el cncrpo, si el espíritu se receperunt mercedem suam. limosna, no hagáis locar la
alimenta con el orgullo, si el corazón no se compadece de Te aulem faciente eleemosv- trompeta delante de voso-
las miserias de sus hcrman>s. En vano es uno duro consi- m m , nesciat sinislra l ú a tros, como lo hacen los h i -
go mismo, si es también duro con los d e m á s . El íln de mi quid facial deaiera t u a : MÍ pócrilas en las sinagogas y
precepto, dice el Sefior, no es el de afligiros con esta auste- sil eleemosyna tua i n ubs- en las encrucijadas, á Un de
ridad; al ordenaros que ayunéis, no intento que eslenueis condilo, el Valer luus, (/«i ser honrados por los h o m -
vueslrocuerpo con el ayuno; lo que yo he pretendido es que i'iíírí tu abscondito, reddct bres. En verdad os digo que
macerando vuestra carne por la penitencia hicieseisayunar, libi recibieron ya su recompen-
por decirlo así, vuestras pasiones; que afligiendo vuestra sa. Cuando, pues, vosotros
alma con estos inocentes rigores, tuvieseis enlrafias de deis limosna, que ignore
compasión con vuestros hermanos á quienes viereis en t i vuestra mano izquierda lo
miseria. He querido que contritos por haberme desagra- que hace vuestra derecha,
dado, nadaomitieseis para agradarme. Q u é , ¿no es el a y u - para que vuestra limosna
no que yo apruebo este? romped los lazos de la impiedad: sea oculta, y que vuestro
vivid en la inocencia; ejercitaos en la práctica de la cari- Padre que ve lo escondido
dad; llenad todas las obligaciones de vuestro estado con os recompense.
fervor, con puntualidad; sed cristianos, sed religiosos en
toda vuestra conducta. ¡Buen Dios! ¡quesentimiento, que MEDITACION.
desesperación para aquellas personas consagradas solem-
Del amor que debemos Icner á nuestros enemigos.
nemente al servicio de Dios, que hacen profesión de una
vida penitente, una vida austera, si por no haber domado PUNTO PRIMERO.—Considera que el amor á nuestros ene-
sus pasiones, por haberles fallado la devoción, por haber migos es una virtud tan peculiar de nuestra religión , que
seguidosu inclinación, por haberse entregado álos errores los mismos paganos la han mirado como la virtud carac-
del espíritu y á la corrupción del corazón, por no haber terística del cristianismo, y por la mayor parle no se de-
tenido bastante delicadeza de conciencia, por no haber signaban los fieles de aquel tiempo, sino diciendo : ved
observado sus votos, se ven reprobadas! esas gentes que aman aun á sus mayores enemigos. Tan
luego como somos cristianos, debemos vivir persuadidos
El Evangelio es lomado del cap. 3 de san Mateo.
que según los principios del Evangelio no hay .salvucmn
l a Uto tempore: Dixil Je- En aquel tiempo dijo Je- para aquellos que rehusan el perdonar á sus enemigos.
sús discipulis suis: Audisti?, sús á s u s discípulos: Habéis Se trata aquí de una ley particular á lodos los cristianos;
quia diclum est: niliges oido que se ha dicho: A m a - ninguna secta, ninguna sociedad, la religión misma de los
proximum tuwm, el odio ha- rás á tu prójimo y aborre- judíos, aunque la única verdadera , no ha llevado tan l é -
bebis inimicum luum. Ego cerás á tu enemigo. Mas yo jossu moral. El perdón sincero de las injunas , el amor
autem dico vobis: diligile os d i g o : amad á vuestros verdadero á los enemigos es un grado de perfección adon-
inimicos vestros, betiefarite enemigos, haced bien á los de no podría llegar la naturaleza sola; solo la ley de g r a -
his, qui oderunt tos, el ora- que os aborrecen y orad por cia era la que podia establecer una moral tan sania , tan
te pro perseqaenlibus, et ca- los que os persiguen y os justa, lan perfecta; lambien se trata aquí de un manda-
lumnianlibus vos: ut silis / i - calumnian , para que asi miento especial y distintivo de Jesun islo : « Esle es mi
l i i Patris veslri, qui in cat- seáis hijos de vuestro Padre precepto. Hasta aquí era bastante amar á su prójimo, ha-
Us est: qui solemsuum o r i r i celestial, que hace nacer el cer bien á los que os lo h a c í a n , á los que os aman ; pero
j'acil super bonos et malos, sol sobre los buenos y los yo que soy vuestro soberano Sefior , vueslro Salvador y
el pluit super justos et injus- malos, y llover para los vuestro Dios, yo os digo que esto no basta ya para la
tos. Sieniindiligilis eos, qui justos y los que no lo son. salvación; yo os impongo un mandamiento nuevo; yo
vos diligunt, quam mercedem Porque si solo amáis á los quiero que améis aun á todos los que os hubieren deso-
hnbchiiis? nonne el publicani que os aman, ¿qué recom- bligado, que os hubieren agraviado, á todos las que os
hoc faciunl? E l si salulave- pensa merecéis? ¿no hacen aborrecen. ¿ E s n e c e s a r i o presenlarle á un cristiano otra
rilis fratres veslros taiüu>n, oslo también los publicanos? razón de i m mandamiento lan espreso, mas que el que Je-
quidamplius facitis? nonne Y si solo saludáreis á vues- sucristo lo ordeha tan posilivamenle? ¿ D e s p u é s de esto
el ethnici I m faciunt? Eslote tros hermanos , ¿(pié hacéis debe haber dificultad en obedecer? ¿ Habrá quien se atre-
ergo vos perfecti, sicut et de estraordinario en esto? va á creer que el mandamiento de un Dios es imposible?
Palcr vester railcstis perfectus ¿no lo hacen lambien los Y para quitar lodo preleslo á la pasión , toda escusa, lodo
est. Atlendite ne justitiam paganos? Sed pues vosotros subterfugio al amor propio, el Hijo de Dios declara queuo
vestram facialis coram h o - perfectos, como lo es vues- tiene que esperar la salud cualquiera que rehuse el per-
minilms, ut videamini ab eis: tro Padre que está en los donar las injurias. El Salvador no se ha contentado con
alioquin mercedem non ha- cielos. Guardaos de no ha- predicarnos esta importante verdad; ha hecho de ella un
bebitis apud Palrein veslrum, cer lo bueno que hiciereis precepto lan esencial, lan indispensable, como el de amar
quiincoelisest. Cuín ergo f i - delante de los hombres para á Dios mismo. Nos declara que el mandamiento de amar
éis eleemosynam, noli tuba ser vistos de ellos, porque á su prójimo es en todo semejante al de amar á Dios. Dios
canere ante te, sicf¿£ hypo- de otro modo no tendréis no manda nada imposible, dicen los sanios Padres; pero
rriloefadunan sinagogis, et recompensa de* parle de manda lo que es perfecto ! lo (pie un David ha hecho con
in vicis, ut honorificeniur ab vuestro Padre que está en respecto á S a ú l , su enemigo mortal, y á Absalou . hijo
hominibus. Amen dico vobis. el cielo. Cuando hiciereis rebelde ; lo que Jesucristo mismo ha hecho con los que le
DESPUES DE CKNIZA
habian elevado en la c r u z ; lo que nn san Eslóban y (antoá mente á un mandamiento tan ventajoso, tan interesante,
otros santos á ejemplo de Jesucristo han hecho con los tan justo! ¡ e l mofarse aun con reflexión de este divino
que trataban de quitarles la v i d a , ¿ debe hacérsenos mandamiento!
duro? ISo permita Dios que yo sea nunca culpable de un c r í -
PUMO SEfioxno.—Considera que el Hijo de Dios n o so- ineii scmejanle. Sí, Seíior, yo consienloen que vos no me
lamenle nos ha inqnieslo un precepto espreso del amor de. perdonéis, y que no me tratéis sino como yo tratare de
los enemigos, y del perdón de las injurias , sino que lia boy enj-adclante á mis enemigos; yo espero no tener una
hecho de el un articulo especial de la oración que debe- prueba mas marcada de mi perdón.
mos hacer á Dios cada dia. Tordónanos nuestras ofensas, JACLLATOUIAS.—Sí, Dios m i ó , yo estoy convencido quo
remítenos nuestras deudas, como lo hacemos nosotros con si perdono á mis enemigos las ofensas que me hubieren
nuestros deudores. ¿Con qué impudencia, con q u é i m - hecbo, vos me perdonan is las mias; y que si no los per-
piedad so atreverá cualquiera á hacer á Dios esta oración, dono, no me perdonará el Padre celestial. (Mal. 6.)
cuando tiene el corazón dañado contra su hermano , cuan- Perdonemos á nuestro prójimo el mal que nos ha he-
do conserva en el corazón la aversión y el odio contra su cho, y nuestros pecades nos serán perdonados cuando
encmigo?no se pide á Dios solo que se muestre indiferente pidiéremos perdón. ¡ Buen Dios, q u é consoladora es esta
con nosotros, como nosotros lo estamos con los d e m á s ; verdad! (Eecl. 28.)
se lo pide que nos trate, como nosotros nos portamos con
los quo nos han maltratado. A la verdad no puede darse PROPOSITOS.
mas irreligión. S i , mi Dios, vos me mandáis que ame á
1 Entre todos los medios de salvación , entre todas
mi enemigo, y me amenazáis con vuestra desgracia y con
las -críales de predestinación no sé si hay alguna mas se-
el fuego eterno, si no perdono de buena gana el agravio
gura ni mejor establecida, y puede también añadirse que
y las injurias que se me han hecho; y yo teniendo delan-
no hay tal vez virtud mas heroica, mas noble y que haga
te d é l o s ojos el ejemplo que vos me habéis dado y el pre-
mas honor al cristianismo, que el perdón de las injurias y
cepto que me imponéis, quiero decididamento desobe-
el amor á los enemigos; ¿ pero hay alguna olra en la quo
deceros: yo os mego, os pido con todo micorazon, que os
se dé mas á conocer nuestro amor á Dios, y en que se ha-
acordéis de vuestro precepto y de vuestras amenazas ; yo
ga mas sensible la sinceridad do este amor? Haceos,
mismo os lo recuerdo, repitiéndoos cien veces al dia que
pues, un punto de religión el sobresalir en esta virtud.
nie tratéis como yo trato á mis enemigos. Os pido que me
Respetos humanos , consideraciones sobre el estado, la
aborrezcáis como yo los aborrezco ; que no os digneis m i -
edad, la cualidad, la atrocidad, la malicia, la injusticia
rarme, así como evito yo su presencia ; que no queráis
de la injuria, razones frivolas, reflexiones miserables,
sino el mal para mí, como yo lo quiero para ellos ; que os
protestos indignos de un cristiano : haceos superiores á
l e g u é i s á asistirme en mis necesidades, como yo rehuso
todas estas sugestiones de la malignidad; ninguna oca-
^1 servil les en las suyas : ¡ qué! impiedad, buen Diosl
sión mas brillante de dar pruebas de vuestra fe. No espe-
iqué malignidad ! ¡ q u é rabia! Eche mano enhorabuena
réis que vuestro enemigo se adelante, os quitarla enton-
lueslro entendimiento de todas las sutilezas, interprete
ces el mérito de vuestra acción ; ni aun esperéis que os de
esta impía conducta en todo sentido; nunca se le podrá
algún motivo para volver á vorie, que haga él alguna d i -
^ai" á esta oración otra interpretación mas benigna. Pero
ligencia para buscaros, eslenuaria vuestro m é r i t o ; p r e -
¿ p u e d e hacerse á Dios una oración mas execrable? y Dios
venidle vosotros; dadle señales sensibles de vuestra amis-
t;"i poderoso y tan justo ¿ p u e d e tratarnos, (Tobe tratarnos
tad; cread, por decirlo así, ocasiones en que servirle.
otra manera? tengamos presente que no se trata aquí
¡ Cuánto asegura en la hora de la muerte una conducta
c l á m e n t e de. un precepto de religión, es también un
tan cristiana!
Andamiento lleno de caridad y de sabiduiía. El precepto
es universal, y Dios lo ha prescrito en favor nuestro. ¿ T e - 2 Rogad lodos los dias por vuestros enemigos. Si te-
^emos envidiosos, émulos, enemigos? si hay quienes n o s neis el honor de estar elevado al sacerdocio, decid todos
a§i"avien y nos hagan m a l , no somos nosotros mas indul- los meses una misa por ellos. Si os halláis en el estado re-
60r'lescon los d e m á s . ¿Aquel es mi enemigo , y yo lo soy ligioso, haced cada mes alguna penitencia por ellos. Si
^'Jo ? Tengo yo también parte en el beneticio del precep- estáis en el mundo, comulgad cada mes una vez por ellos :
• yo estoy obligado como cristiano á perdonarle y haced por ellos alguna limosna. Que ellos correspondan á
a,liarlo . no está él ménos obligado á obrar conmigo del vuestra honradez ó n ó , que se hagan mas fieros, mas
insolentes , ó mas malignos, obrad como verdaderos cris-
|||'snio modo. ¿Me cuesta á mí repugnancia el perdonar-
tianos : no son sus buenos modos los que deben ser el
• "o tiene él mayor facilidad en hacer un sacriQcio sc-
objeto de vuestra generosidad, es Dios mismo. Amando á
ine^mi0" K" ^ 0 (lu'cro' Y0 c'esco con a, ^Gr llue *)'os
vuestro enemigo, amáis á Dios con un amor puro, sobre-
lod ^er^GB* lanlos crímenes como he cometido contra él y
natural , heroico. Cuanto mas brutal fuere vuestro enemi-
gar'8 'as 'njllr'as que le he hecho; ¿. por qué me lie de ne-
1 Pei'donar por amor t^uyo todas las que se me han go , mas debéis hacer alarde de cristiano.
Qüe ¿Podíamos escogitar nn medio mas fácil y
SÁBADO PRIMERO DE CUARESMA.
^*8kl'VM!Sfl mas á nuestra disposición para obtener el
(jlu> j ' " ^ oueslros pecados, que este, pequeño sacrilicio Este dia nada tiene de particular, ni cotí respecto á la
larn >I0S eX'8e ^ n o s o l l ' o s i puesto que se obliga á tra- circunstancia del tiempo, ni en órden á su oficio; se ha
¡Qa,S COmo nosotros tratáremos á nuestros hermanos? dicho ya en otra parle, que como no hay mas que treinta
deciri C'a' ^ i " 1 ^ ' » - ! el r e s i s t i r á rostro tlrme, por y seis dias de ayuno desde el primor domingo de Cuares-
0 a s í , al Salvador mismo! ¡ el desobedecer abicrla- ma hasta la Pascua, la Iglesia ha añadido los cuatro ú l l i -

TOMO iV. 12
90 SABADO pimiKiio
moa di.is do osla semana, para q m d minuTo de los parecer, deia Iglesia, que prohibe absclubmenle ayunar
cuaronla (lias (U1 ayuno, á ojomplo doBIou-ós, de Elias, y eu este santo dia.
sobro lodo de Josucrislo , filete completo. Este reglamento de la Iglesia de Oriente no era sin e m -
El sábado, que es el sépliino día de la semana , se ha bargo ni tan universal ni tan absoluto que no fuese per
considerado siempre en la Iglesia como e! que se acerca milido á los solitarios, y á todos los que habian abrazado
mas en dignidad al domingo. Se le ha quitado, como al la vida ascética, el ayunar todos los sábados, y no inter-
domingo , el nombre del planeta que le des.gnaha enire rumpir su ayuno mas que el domingo.
los paganos, para darle uno mas convenieüle á nuestra La costumbre de la Iglesia latina ha sido siempre dife-
religión, ó mas bien para conservarle el qnc tenia en el rente, lanío en órden al ayuno, como con respecto á la
antiguo pueblo do Dios muy propio para significar el fin fiesta del sábado. Como no habia en Roma la misma ra-
de todas las ohras de la creación, hecha en los seis prime- zón de costumbre y de nación aliada que en el Oriente,
ros dias, y el reposo dol Ciiador en el séptimo. La Escri- no se duda que el uso de ayunar el sábado no fuese ya
tura afiade que el Señor bendijo este dia séptimo, y le establecido por san Pedro mismo, del cual hasta dió el
santificó, porque había cesado en él de proíhicir todas las ejemplo, habiendo ayunado y proscrito un ayuno á lodos
obras que habia criado. (Exod. 20.) El mismo lo llamó sá- los fieles el sábado que era la víspera del triunfo que de-
bado, ó dia del reposo del Seflor ; y cuando proscrihió las bía conseguir sobre los prestigios de Simón el Mago, lo
leyes de su culto al pueblo que so habia elegido , quiso cual sucedió el domingo. No se puede decir, en efecto,
que se llamase dia santo (Lev. 23.), porque era él sábado que la observancia do la fiesta del sábado fuese verdade-
del Señor. Prohibió á su pueblo el hacer obra alguna en ramente de institución apostólica, pueslo que las dos p r i -
este dia, y le mandó que le santificase, porque se lo hahia meras Iglesias del mundo, esto es, la de Roma fundada
consagrado para sí. Este dia tan santo dol reposo dol por el príncipe de los Apestóles san Pedro, y la do Ale-
Redentor, esto es, del glorioso dia de, sn triunfante resur- jandría en Egipto fundada por san Mar cos, no seguían es-
rección, en el cual este divino Salvador habiendo acaha- ta práctica. Esto es lo que ha notado el historiador S ó c r a -
do la grande obra de nuestra redención, infinilamenle mas tes, que escribia en el quinto siglo, y que pretendo (pie
gloriosa á Dios que la creación del mundo, se puedo de- en su tiempo la mayor parte de las Iglesias solemnizaban
cir que r e p o s ó : porque concluida esta grande obra, no todavía el sábado: «A escepcion, dice, de la de Roma y
tenia ya mas trabajos que subir, mas cuidados ni faligas de Alejandría, que rechazaban esta práclica, según la an-
que lomar. El dia de su resurrección fué propiamente y tigua tradición » Era esto escepluar mas de dos terceras
por escoloncia el verdadoi o sábado, del cual se puede decir parles de las Iglesias del mundo de una costumbre que
con mucha razoii mas que del primero: « y descansó de t o - apenas subsistía masque cu el Oriente.
das las obras que habian bocho.» Esto es loque ha obliga- San Ignacio m á r t i r , discípulo de los Apóstoles, escri-
do á la Iglesia á trasforir el sábado y toda su solemnidad biendo á los fieles de Magnesia, les dic4: Nosotros no de-
al domingo, para honrar en él la Resurrección del Salva- bemos observar el sábado al modo de los j u d í o s , como si
dor. Habiendo pasado el puohlo do Dios do la sinagoga á hiciésemos de él una fiesta de oci(S¡d id. El Terdadero s á -
la Iglesia, llevó á ella la celebración del s á b a d o , esto es, bado do los cristianos es el dia de la Resurrección del
la celehracion dol dia dol Señor. Esta traslación no i m p i - Señor. Exhorta en seguida á los que estaban todavía ape-
dió en los principios que no quedase siempre en el e s p í - gados á las observancias de los judíos, á que Irasporten el
ritu y en el corazón de los judíos convertidos un fondo de reposo y la alegría del sábado al domingo. La costumbre
veneración al sábado, que hasta entonces se habia mirado de ayunar el sábado en el curso del a ñ o , es muy antigua
por religión como dia do fiesta por escoloncia. Por oslo no en muchas comunidades religiosas y enlre los solitarios.
iiilerrumpió la Iglesia la fiesta do este dia en los principios La Iglesia empero no ha hecho de ella una ley para lodos
eu que aun no eslaha compuesta mas que de judíos con- los líelos, y se ha contentado con la abstinencia de carne
vertidos, acoslumbrados á solomniznrlocon celebridad por el viernes y sábado, en memoria de la pasión, de la muer-
la cesación de toda obra servil; de suerte que en los p r i - te, d é l a sepultura del Salvador. El sábado se ha mirado
meros tiempos se festejaba el sábado cuasi como el do- siempre con particular veneración entre los fieles, sobre
mingo; y por una consecuencia de religión, estaba pro- lodo desde que ha sido particularmente consagrado en
hibido el ayunar el sábado como el domingo, á fin de que honor de ta santísima Yírgen, y la Iglesia le ha designa-
nada faltase á la alegría de la fiesta, y á la veneración do do un oficio singular para rezarse en este dia. Tor antigua
este dia. Como la Iglesia primitiva estaba circunscrita al que sea en Occidente la dedicación de este dia en honor
Oriento, toleró está costumhre, y aun parece que esta pro- de la Madre do Dios, algunos quieren que todavía haya
hibición do ayunar fué mas espresa que la de la cesación íido mas antigua en Oliente; y pretenden que mucho
de las obras serviles, y de aquí ha venido la tenacidad de tiempo ántcs oslaba establecida eu Constantinopla, regu-
los orientales en no querer que se ayunase el sábado. Se larnieiite para lodos los sábados en la iglesia de Santa Ma-
etíclienlrán algunos cánones antiguos llenos de amenazas ría «Ilodegellria,)) esto es, de nuestra Señora do las Guias,
contra los que ayunasen el sábado y el domingo. Era osla y que debia su origen al culto particular que allí se l H -
una precaución que parece haber croido conveniente l o - bulaba á la célebre imágen de la santísima V i r g e n , q"c
mar la Iglesia de Oriente contra los marcionilas y otros constiíuia la mas célebre reliquia y el principal orna-
herejes, que procuraban deshonrar el dia del sábado, menlo de aquella iglesia, en razón de que se la miraba
afectando ayunar en él, en odio ó en mofa del Criador; como obra de la mano de san Lucas, y como el inslrumeri'
poco mas ó monos, como los calvinistas de nueslros dias, lo do diversos milagros. Desde el siglo vru se halla cu
que según parece hacen un estudio en asignar sus a y u - Occidente una misa votiva en honor de la sanlMUia V i r -
nos solemnes a! santo dia de! domingo, en desprecio al gen para el sábado, como híiy también una de la santisi'
CUARESMA
ma Triniilad, Jol Espíritu Saato, do la Gi uz y i!e los snn- Señor le i'ortificaiá y le conservará en lodos los peligros
ttw Angelas, para los domús (lias do la semana. Es, por de la vida ; le hará feliz sobre la tierra, á pesar de lodo lo
Un, muy cieilo que ei sábado ha sido [Hirlicidannenle con- que el encono de sus enemigos tentare para perderle. Y si
sagrado en la Iglesia, desde los primeros tiempos, para la enfermedad le entrega al dolor, el mismo Señor vendrá á
lionrar de un modo especial á la santísima Virgen. Esta consolarle y socorrerlo. Lo que sigue de esta Epístola no
dcYoeiou (aa religiosa es común á lodos los verdaderos es mas que una promesa continua de lodo género de bienes
líeles, y ella s u b s i s t i r á hasta el Qn de los siglos entro los y de prosperidades, que hace Dios por boca de su profeta
elegidos del S e ñ o r . á lodos los que guardaren sus mandamientos, y le sirvie-
El introito fie la misa de este dia está tomado del vorsi- ren con fidelidad. Enseguida les recomienda la observancia
cnlu I 'i del salmo 19, y es el mismo que ei de la misa del del dia del sábado que quiere decir reposo: Si os abs-
dia precedente. Como este dia ha estado largo tiempo sin leneis de viajar el dia del sábado. Se ha dicho que el s é p t i -
tener un oficio particular, se ha tomado de la misa del mo dia de la semana, que es el sábado, era un día consa-
viernes el introito, y la conlimiacion de su Epístola. El grado al S e ñ o r , como lo es entre los cristianos el santo dia
profeta Isaías continúa haciendo »ef que es preciso renun- del domingo. No solamente habia prohibido Dios que se h i -
ciar á l a impiedad, á fe hipocresía y á su propia volun- ciese ninguna obra servil en todo este día, sino que tampoco
tad, para que Dios agradezca nuestras obras do justicia y era permitido caminar mas de media legua; de donde viene
de misericordia, y enseña á los israelitas el modo de hon- que San Lucas para sigmliear la distancia entre la monta-
rar y desantiíicar el sábado, que es el dia del Señor. ña llamada Olívete y la ciudad de Jerusaien, diré que no
Si quitáis, les dice, de en medio de vosotros la cadena, había mas que el camino de un dia (le sábado. El domingo
ó según el hebreo , el yugo con que oprimís á vuestros es el dia del Señor, él se le ha reservado, quiere que se le
deudores, á los pobres, á vuestros domésticos y á lodos consagre enteramenle, no deíje, pues, santdicarsecon me-
los que dependen de vosotros ; si cesáis de estender el tle- nos religión, con ménos devoción que el sábado. ¿Cuánto
do y decir palabras vanas, esto es, si cesáis de señalar no serán reprensibles aquellos que emprenden los viajes
con el dedo á vuestros hermanos, y de usar contra ellos mas largos el domingo? Si vosotros no hacéis vuestra vo-
de discursos burlescos y despreciantes , de censtirarlos luntad en el dia que me está particularmente consagrado,
'•lalignamenlc, y desacredilarlos por una envidia secrc- dice el Señolees decir, sino satisfacéis vuestras pasiones,
,'r:; cuando asistiereis al pobre con grandeza de alma, y si no seguís vuestras perversas inclinaciones, si no os
'¡enáreis de consuelo al alma afiiidda : entonces resplan- abandonáis á vuestros apetitos, si no profanáis este día tan
Mecerá vuestra luz en medio do ¡as tinieblas , y vuestras santo con sunlucsos banquetes, con diversiones irreligio-
11'debías se convertirán en un medio dia. Mil (Knilradia iones sas, con. desórdenes; en fin, si le miráis como un reposo
s^ eriizan en esta vida, pocos son en ella los dias serenos, delicado y delicioso, como el dia sanio y glorioso del Se-
P^cos en los que se goce de calma. Las adversidades son ñor: llama Dios el dia del Señor, un dia delicado, esto es,
P'opias do todas las edades, de todas las condiciones, todo un dia sagrado, que requiere ser santificado, con diligen-
0s nebuloso, todo está sembrado de espinas. Vosotros es- cia, con fervor, con delicadeza de religión y de concien-
t é i s atribulados, pero al fin vuestra Iuzj;esp[arideceiá en cia; un dia santo que no sufre la menor profanación, la
las tinieblas : los dias de tristeza so convertirán en dias de menor indecencia; uu dia que Dios se ha reservado, y que
Prosperidad y alegría, y vuestras humillaciones serán un quiere que se emplee lodo en su servicio: dia respetable
0rígen de gloria. Vosotros sois exactos en el ayuno, dice que no se viola j a m á s impunemente. ¿Qué no tienen que
^'os por su profeta; pero no contéis con vuestros ayunos, temer aquellos fieles que emplean tan mal el dia sanio del
111 con la observancia de vuestras ceremonias esteriores de domingo y las fies.tas? El domingo y las fiestas son dias de
,e''britm, si no tenéis caridad con vuestros hermanos- reposo, esto es, de cesación de toda obra servil; pero esto
iQuereis que vuestras mortificaciones me sean agrada- reposo no se nos ha concedido para pasar el dia en diver-
siones profanas. Los que creen que se ha satisfecho al pre-
.tís? ¿ q u e r é i s complacerme con vuestros actos de r e l i -
cepto cuando se ha oído una misa, ¿tendrán la misma o p i -
a n ? Acomp añadios con obras de misericordia , compa-
nión, estarán Iranqnilos sobre este pimío en la dora de la
ccos de las necesidades do vuestros hermanos, lomad
muerte? Si g u a r d á i s , por último, continúa el Señor, mis
' ' " c en sus penas, aliviadles en sus necesidades, en l u -
preceptos, hallareis vuestra alegr ía en mí, Grandes dol
hjij 'ílsidtarles y de portaros con dureza con los que se
mundo, dichosos del siglo, pueblos ansiosos de placeres,
, en la miseria. Si eres compasivo, dulce, caritativo,
d e s e n g a ñ a o s , no hallareis verdaderos regocijos mas que,
lüfkl 1 ^0 le coim;,l"é de toda especie de bienes, nada
en el Señor. Euera do su servicio, no hay mas que enfa-
co' *U n>l)C)sn; WpS colmará tu alma de las mas dulces
dos, disgustos, amargura, desazones. Eslad enhoialuena
' paciones, estarás exento de aquella tristeza que seca
ricos, sed poderosos, tened amigos, ambición, méritos:
si.. llU!SOs' " e g a r á s á ser como un jardín siempre regado,
Dios solo es el que puede hacer á un hombre dichoso, so-
atto, ^ürK'0- Serás como una fuente cuyas aguas no se
lo en su servicio es en donde se puede hacer fortuna. Yo os
arjde0v csperimenlarás ninguna sequedad, ninguna
d a r é , prosigue el Señor, para alimentaros, la heredad de
|;i Vj(j',Cn m ' s e v i c i o . No le formes una idea espantosa de
Jacob vuestro padre. Como este pueblo carnal y grosero,
Cotno ^ s,'Ulta ? no hay estado tan dichoso sobro la tierra
á quien Dios hablaba, uo percibía con viveza mas que los
d^lici 'Í1S ^cntes ¡fe ')'en 5 n;u';i ''omparalile á las
males temporales, tampoco Dios le promete mas que r e -
v i j j ^ t ^ 0 ^ nuese gozan en mi servicio. El profeta Da-
compensas temporales. Pero ¿quién no ve que estas re-
'^icho' " ^ ' ^ r a d o lo mismo que Isaías cuando decia :
compensas temporales eran la filtr a de los bienes eternos
c,1si(l t i ^JA 11 <|ni<,n su compasión hace atento á lasne-
que nos están preparados en el cielo? Como los azotes con
« W r a « L u # , í > y Á*} a n i S ¡ J o ; ¿ el "iiS!!1o Bi e n - que eran afligidos los judíos no eran mas que la imagen de
lu fa aQiccíon, el Señor vendrá á sbeorreflc. El
S/VBADO PRIMKRO
las penas eternas que los pecadores sufrirán en el infierno, angarillas una infinidad de enfermos. Adonde quiera que
por esto, para librarse de esta desgracia eterna debe un fuese, ya fuesen ciudades, ya aldeas, encontraba siempre
cristiano ayunar la Cuaresma, y a c o m p a ñ a r este ayuno un gran número de ellos que le ponían delante en medio
con la inocencia, la práctica de las buenas obras y una a r - d é l a s calles, y toda la gracia que se le pedia era que se
diente caridad. les permitiese tocar la orla de su vestido, porque esto era
Kl Evangelio de la misa de este día está tomado del scs- bastante para quedar todos curados. ¡Qué fondo de refle-
lo capítulo de san Marcos, en donde se dice que el Salva- xiones á cual mas consoladoras no ofrece este Evangelio!
dor después de haber hecho el ruidoso milagro de satisfa- Jesucristo oraba en la montaña, y á pesar de su alejamien-
cer con cinco panes solamente y dos pececitos á cerca de to no dejaba de ver el embarazo y la fatiga de sus discípu-
cincomilpcrsonas; viendo que lodo ol pueblo, trasportado los que luchaban contra las olas. No temamos que Jesu-
de admiración, no dudaba ya que él fuese el Mesías p r o - cristo ignore nunca nuestros peligros y nuestras necesida-
metido, y que formaba entre si la resolución de a r r e s - des. No temamos tampoco que nos abandone. Él cuenta
tarle para hacerle rey; lo evitó habiendo mandado á sus tan bien como nosotros el tiempo que pasamos en las
Apóstoles que se reembarcasen inmediatamente, á fin de pruebas,en la leatacion, en el sufrimiento; ^ero sabe me-
pasar primero el pequeño tránsito de Bethsaida á Cafar- j o r que nosotros el tiempo que la tempestad debe durar,
naum, y atravesar en seguida el lago entero para irse á la y el momento en que debe socorrernos, l'arece alguna vez
otra orilla, á la tierra deGenezareth. Nada dijo de su desig- que no piensa en nosotros, nos agitan falsas ideas, la po-
nio; pero se a p r e s u r ó á despedir al pueblo, y habiéndo- ipiedad de nuestra confianza acrecienta nuestra turbación,
se quedado solo, so retiró á aquella misma montana, des- nos creemos perdidos; no perdamos, pues, el ánimo, no
de donde habia venido al encuentro del pueblo, y perse- cesemos de bogar contra el viento contrario y las olasagi-
veró allí en oración basta la lardo. Acercábase la noche ladas, avancemossienqire á fuerza de remos, si no pode-
cuando los discípulos separados de su querido Maestro ba- mos i r á la vela; contemos con la gracia que j a m á s nos
jaron hácia el mar, y habiendo vuelto á entrar en su bar- falla: cuando nos creamos perdidos, será justamente aquel
ca tomaron la ruta de Cafarnaum. Sobrevino entonces una el momento de nueslra libertad. Soy yo, nos dice entonces
furiosa tempestad que amenazaba hacerles perecer; rema- este amable'Salvador, soy yo el que viene á sacaros del pe-
ban ellos con todas sus fuerzas; pero como estaban en a l - ligro y poner fin á vuestras penas. Notemos que m i e n -
ia mar y tonian el viento contrario, á cada paso creiau tras los discípulos de Jesucristo no le reconocieren, t o m á n -
que ta barca iba á sumergirse entro las olas; el horror de dole por un fantasma, su presencia no calmó las olas; fué
la noche aumentaba su temor, y para colmo de sn desdi- necesario para esto que él les hablase, que ellos le reco-
cha, Jesús, que era su único refugio, no estaba allí. No nociesen y que entrase con ellos en la barca. Dios está
era necesario mas para que desesperasen, pero el socorro siempre con nosotros en nuestras penas; pero para reco-
estaba mas cerca de lo que pensaban. Jesucristo no pierde brar la calma en ellas es preciso reconocerle, pensar y
j a m á s de vista á los que le aman y le sirven con fidelidad. creer que es él; es preciso oirle hablar y escucharle; e s
Kl Salvador veia desde la playa del mar en donde estaba preciso conservar su presencia.
parado, su inquietud y el trabajo que les costaba el re-
mar contra el viento. No ignoraba el peligro, ni tampoco La oración de la misa de este dia es como sigue :
quería abandonarles; pero esperaba á socorrerles, cuando
Adcslo, Domine, snpplica- Dignaos, S e ñ o r , e s c u c h a r
hubiesen caminado dos leguas sobre un mar tan furiosa-
lionibus noslris, el concede, benignamente nuestras h u -
mente agitado, á fin de que conociesen mejor la solicitud
ul hoc solemne jejunium, mildes súplicas, y conce-
que tenia de ellos, la necesidad que tenían do él, y su po-
quod anhnabus corpórihus- dednos la gracia de que ob-
der soberano sobre las olas y las tempestades. Vino, pues,
(¡ne curandis mlnbriler ins- servemos con devoción este
á eüos hácia el amanecer, que los del país llamaban la
titUUm cst, devoto servitio ayuno solemne, que ha sido
cuarta vigilia de la noche. Ellos le percibieron á lo lejos
cekhremus. Per D o m i m m . . . santamente instituido para
marchando sobre las aguas, y caminando tan de prisa que
la curación de nuestras a l -
parecía qne no solo quería l l e g a r á ellos, sino pasar mas
mas y de nuestros cuerpos.
adelante y dejarlos atrás. Cuanlo mas se acercaba, mas
Por nuestro Señor, etc.
temblaban de miedo, no pensando que fuese e l ; y su es-
panto fué tan grande y tan general, que tomándole por un La Epístola es lomada de la profecía de Isaías, cap 58.
fantasma, se pusieron todos á gritar: inmediatamente les
Lloec dicil Domiñus Deus: ITé aquí lo que dice el
a s e g u r ó diciéndoles: Animaos, no tengáis miedo; soy yo:
Si ühstukris de medio tui Señor Dios: Si quitáis la ca-
entró en seguida en su barca, y cesó el viento, lo que les
calenam, el desicris extende- dena de en medio de voso-
admiró todavía mas, sorprendiéndoles de tal modo este
re digitum, el loqid quod tros ; si dejais de estender
nuevo milagro, que estaban como fuera de sí mismos. Ya
non prodcst. Cum e(fudcris el dedo y decir palabras i n ú -
no pensaban en el de la multiplicación de los panes, ó á
esvrienii animam tuam, el tiles; si asistís al pobre con
lo menos no les parecia nada en comparación de este, y
animam ajjlictam repleveris, grandeza de ánimo, y lle-
esto fué lo que hizo, que por un repentino trasporte, según
orietur tn tenehri* lux lúa, el náis de consuelo al alma
san Mateo, se arrojaran á sus p i é s , y lo dijeran lodos a
lenebra; tune erunt sicut me- afligida, resplandecerá vues-
una voz: En verdad que eres el Hijo de Dios. Ilízose luego
ridies. Elrcquiem libi hábil tra luz en medio de las t i -
la travesía, y llegaron en un instanleála costa de Geneza-
Dominns semper, ct implehit nieblas, y vuestras tinieblas
reth. Inmedialnmenteque desembarcaron, corrió por todo
spkndoribus animam luam, se convertirán en un medio
el país la noticia de que Josns había llegado. No fué n e -
el eris qmsi hortus i r r i g m s , dia. El Señor os concedoia
cesario mas; al momento le trajeron en los lechos y en
el sicut fons aquarum, cujus siempre el reposo, HéliW*
DE CUARESMA. ü
non difident aqwe. E l w Ufi- vucsfra alma con sus res- un dia santo que el Seflor se ha reservado, y que quiere
cnltuiuiir i n le deserta seca- plandores y librará vues- quiete consagre enteramente á su servicio. Basta que se
liiram; fandaiiicnUi (¡enera- nos diga que este es el dia del Señor , y que habiéndose
tros huosos; y seréis SÍMIIC-
tiuiis el generalioais s i m i - janles á un jardín siempre dignado Dios dejar los seis dias de la semana para que nos
labis: el vocnlieris miifiralor regado, y á «na fuenfe cu dediquemos á los negocios temporales , se ha reservado
sepiam, averlens semitas h i yas aguas no se agolan. para sí solo esle primer dia , para honrarle en él con un
'j i i i i u m . Si averleris i i sab- Los lugares que habian es- culto especial y público, como á nuestro Criador, nuestro
balo pedem luum, [acere v o - lado desiertos por muchos Redentor, nuestro soberano Dueño. ¡Qué crimen y q u é
lantatein taam ia die sánelo impiedad el faltar á un deber de religión tan esencial!
siglos, para vosotros estarán
meo, el voeaceris sabbalum llenos de edificios; vosotros
¡Qué sacrilegio aun el profanar un dia (an santo y tan sa-
delicalum, el saiulum Domi- volvereis á levantar los fun-
grado con una irreligión y una desobediencia tan marcada!
n i gloriosum, et gtorifmve- damentos abandonados por Si hay algún viajo que hacer por nuestro interés lemporal
ris cum, dum non fucis vias una repelida sucesión d é ó por nuestro placer, se deja esle viaje para el domingo.
tuas, el non invenilurvolun- generaciones; y se dirá de Si se nos antoja tener una tiesta de campo, armar una d i -
tas lúa, u l loqunris sermo- vosotros que habéis repara- versión, dar un banquete, todo se deja para los dias do
n m : ¿¡tile ieleclaberis super fiesta ó para el domingo. Los seis dias de la semana son
do los vallados y rcstableci-
Domim, et susloliam te SÍI- do la seguridad de los ca- para emplearlos en nuestros asuntos temporales, son dias
per alliludines terree, et c i - minos. Si os abstenéis de nueslras y no hay que tocar á ellos ; i'micamenle el do-
Oabo le lieredikde Jacob p a - viajar el sábado y de hncer mingo es el dia del Señor : ¿Y qué trabajo nos cuesta el
tris l i d . Osenim Domini l o - vuestra voluntad en el dia apropiárnosle y emplearle todo entero en provecho nues-
cutum est. que me eslá consagrado: si tro? ¿Qué nos importa el profanarle? «Si no os absleiu is
le miráis como un reposo de hacer vuestra voluntad,» dice el Señor, «en el dia (pie
delicado, como el dia santo me está consagrado.» Hacemos la voluntad de otro d u -
y glorioso del Señor, en el rante la semana, nos aplicamos, trabajamos, obedecemos.
cual le rendís el honor que ¿No se diría que Dios no nos ha prohibido el trabajo en
lees debido, no siguiendo este dia solemne , sino para indemnizarnos en este santo
vuestras inclinaciones, no dia do la violencia que nos hemos hecho diinmle la sema-
haciendo vuestra propia vo- na? | Ah I en este santo dia no nos aplicamos mas que á
luntad, ni dic iendo palabras hacer lo que nos agrada. Juegos, paseos, romerías, ban-
vanas, entonces hallareis quetes, e.-iiocláculos, partidas de caza, ¿ q u é otros son ¡os
vuestra alegría en el Sefior. ejercicios de la mayor parte de las gentes en esle dia sa-
Yo os elevaré sobre las a l - grado? ; Buen D i o s , q u é manantial de remordimicnlos
turas de la tierra, y os d a r é crueles y de sentimientos algún dia para unos cristianos
para alimentaros la heredad tan irreligiosos, tan poco fieles! La cesación de toda obra
de Jacob vuestro padre. servil debe considerarse , según la espresion del Profeta,
Porque la boca del Señor ha como un reposo delicado, esto es, fácil de profanar; es un
hablado. descanso indispensablemente destinado á honrar al Señor,
I-as profecías de Istiías están llenas de amenazas y de á servirle, á escucharle, á gastarle en la meditación, en la
promesas, y todas sus pinturas se encontrarian falsas ó oración. Aprovechad el reposo que os procuro en este dia,
eslremadas si se las limitase á lo que ha sucedido en el nos dice Dios, para contemplar mis beneficios , para a d -
estado de los judíos. No se las puede , pues , aplicar sino mirar mi poder, i)ara conocer mi voluntad, para rendirme
figurativamente. Jesucristo, su pasión, su muerte, sus vic- el cullo religioso que mees debido, para ejecutar mis ó r d e -
torias, su Iglesia, en esto es en donde se veriücan todas nes. ¿ U a y hoy muchos que al fin de esle dia tan santo so
^as grandes y nobles espresiones de Isaías. encuentren mas devotos , mas religiosos , mas cristianos,
mas fieles? La profanación del dia santo del domingo es
REFLEXIONES. un c r i m e n ; ¿quién hay que piense en detestarle, en hacer
penitencia de é l , en confesarse de él? ¡y s e c s t r a ñ a d e s p u é s
«Si os abstenéis de viajar el sábado y de hacer vuestra
de esto el que tantos se condenen!
vohintad en el dia que me está consagrado ; si le miráis
Co'no un reposo delicado, etc.» Habiendo sido trasladada
solemnidad del sábado al dia santo del domingo, se ha E l Evangelio de la misa es de san Marcos, cap. ú.
tr<isladado laminen á él la obligación de santiflcarle , de I n illo lempore: Cum serb En aquel tiempo: Siendo
'"cspí'tarle, de celebrarle con religiosidad ; y si las p r o h i - csst'í, eral nams v i medio de noche estaba la barca en
"'(•iones no son en él tan universales ni tan rigurosas, las man, et Jesús sohs m Ierra. medio del mar y Jesús solo
'^ligaciones de consagrarle todo entero al cullo divino y E l videns discípulos saos la- en tierra. Y viendo á sus
a los ejercicios de religión no son en él ni menos espresas, borantes i n remigando (eral discípulos que remaban con
ni ménos indispensables. No se nos prescribe precisa- enim ventus conlrarius eis) mucho trabajo (porque te-
mente el niímero do los paseos permitidos como en cí drea quartam vigiliam nian el viento contrario), h á -
1:1 antigua ley, no se nos interdicen ciertas obras serviles noctis,venit adeosambulans c í a l a cuarla vigilia d é l a
|iue piden las necesidades de la vida; mas ilustrados, mas supra mare: el volebaiprce- noche se dirigió á ellos ca-
instruidos, mas espirituales que aquel pueblo grosero y lerireeos. A l i l l i u l viderunt minando sobre el mar, y
Raterial, os suficiente que nos diga en la nueva ley que eum ambulantem supra ma- quería al parecer pasar de
e (ba del sábado de los cristianos, esto es, el domingo, es re, pulaverunt phanlasma donde ellos estaban. Mas
91 S A B A D O PIUMKRO
esse ct cxclamaverunt. Om- cuando ellos lo vioroa q«e austeridad de su mor al , indignados por la flaqueza , Ia
m enim viderunt eum , cí uiulaba sobre el mar, cre- simplicidad, la pobreza de estos nuevos predicadores y de
conturbati sunt. Et stat'm yeron que era un fantasma estos doctores de una religión lan sorprendente : ¿Qué no
loculus est cum eis, et d i x i l y se pusieron á gritar. T o - se ha hecho, q u é no se ha empleado para destruir, para
eis: Confidile, ego swn, no- dos, pues, le vieron y que- aniquilar la religión crisliana? ¡Cuántos suplicios y cailal-
lite limere. E l ascendit ad t i - daron turbados, é inmedia- sos se han levantado, cuántas hogueras se han encendido
los in navim, et cessavil ven- tamenle babló con ellos y para eslirpar, para hacer olvidar hasta el nombre de cristia-
tus. Et plus magis inira se los dijo: Confiad, yo soy, no! ¿y en q u é ha venido á parar esta espantosa, esta u n i -
slupebant: non enim intelle- no tengáis miedo; y en se- versal conspiración contraía Iglesia?Los principescos g r a n -
xcrunl de panibus: erat enim guida entró en su barca y des de la tierra han apurado las amenazas , las cruelda-
coreorum obcoecaíum. Elcum el viento cesó, lo cual les des, los tormentos, las poleslados mundanas han pasado,
transfretassent, vencrmt i n asombró todavía mas, por- y la Iglesia subsiste siempre la misma. Los patíbulos-so
terram Genesarelh, et a p p l i - que no hicieron entonces han caído de viejos; las ruedas y los caballetes so linn
cuerunt. Cumque egrcssi es~ reflexión sobre el milagro gastado por el largo y frecuenle uso (pie se han hecho do
sentdenavi contimo eogno- di; los panes, y su corazón ellos ; las uñas do hierro y fas espadas se han embotado
verunt eum: et percuirentes estaba fascinado. Después á fuerza de desgarrar víctimas inocentes ; mas de diez y
miversam regionem illam, de esto, habiendo atravesa- ocho millones de mártires, do lodo sexo, do toda edad, de
coepernnl i n grubalis eos, qui do el lago , llegaron á de- toda condition, han derramado arroyos de sangre en to-
se malc habebanl drcunferrey sembarcar al pais do Geno- da* las provincias , en todas las ciudades del mundo ; y
ubi audtebanl eum esse. zarclh. Inmedialamenlc que esta sangro do los mártires ha sido como una semilla do
Elquocumque introibaty i n salieron de la barca , fuó nuevos cristianos. La religión cristiana se ha acrecentado,
vicos, v e l i n tillas, aut c i v i - conocido J e s ú s , y cuando se ha fortificado, ha triunfado del paganismo. La Grecia
tates, in plateis ponebant i n - recorrían aquella región, los ha sometido su pretendida sabiduría, tan ponderada, á la
(irmos, etdeprecubantureum, habitantes Iraian los enfer- sania locura de la cruz. Esta cruz, hasta entonces mirada
ut vel fimbriam vestimcnii mos en sus lechos, y los p o - como un objeto de infamia y de horroi\es ensalzadarella
ejus tangerent, et quolqttol nían por donde quiera que ha sido elevada hasta sobre el trono del imperio romano;
Uingebanl e i m , salvi ficbant. oian que pasaba. En don- lodos los pueblos del mundo , los mas sensuales , los mas •
de quiera que entraba, disolutos, han recibido el yugo de la fé ; los mas espan-
ya en los c a s e r í o s , ya tosos desiertos, las soledades mas horribles , se han po-
en las aldas ó ya en las blado de santos penitentes. La iglesia se ha levantado por
ciudades, ponían los enfer- su propia virtud , por su pura santidad , sobre las ruinas
mos en las plazas públicas, soberbias do tantos templos de ídolos. Buscad un motivo
y solo lo suplicaban que les de credibilidad mas divino. Escoged una prueba de nues-
dejase si quiera locarla orla tra religión mas concluyentey mas invencible. ¡Qué dicha
de su vestido ; y en efecto la nuestra de estar criados en esta santa religión 1 ¡ q u é
todos los que letocaban (pie- gracia y q u é consuelo el vivir y morir en el seno de esta
daban curados. santa Iglesia 1 ¡Pero q u é desgracia el ser cristiano , y n »
guardar las leyes de tal I ¡qué desdicha el ser hijos de la
MEDITACION. Iglesia, y no vivir según las máximas del Evangelio!
POXTO SEGUNDO.—Considera quede todas las persecucio-
De las persecuciones y tempestades que han agitado á la
nes que ha sufrido la Iglesia, las mas crueles y las mas
Iglesia en todos los siglos.
formidables han sido las que lo han suscitado sus propios
PONTO PRIMERO.—Considera que una de las pruebas mas hijos; y que las tempestades que ha sufrido mas peligrosas
sensibles, mas claras y mas concluyentes de la verdad, y mas temibles, son las que se han formado y han nacido
de la bondad y de la divinidad de nuestra religión son las en el seno mismo de la Iglesia. Sus enemigos domésticos
persecuciones, el número y la cualidad de los enemigos, han sido mas temibles que los e s t r a ñ o s ; ¿ q u é sociedad
las olas, los huracanes y las furiosas tempestados que han podrá j a m á s sostenerse, si sus columnas se bambolean, se
agitado á la iglesia desde su nacimiento, sin que haya sido desmoronan? Sin embargo, la Iglesia se ha sostenido
sumergida, sin que haya ni aun envejecido, sin que haya siempre contra esta persecución doméstica. Los vientos
perdido nada de su santidad, de la pureza de su fé, de .su m iS furiosos, las olas mas irritadas, las tempestades mas
primer esplendor, de la perfección de su moral. Apenas violentas no han podido estremecerla; léjos de sumergir-
había nacido cuando toda la nación judía se sublevó para se, ella ha visto levantarse y concluirse las tempesta-
sufocarla en su cisma. Todavía no tenia mas secuaces quo des que debían haberla tragado cien veces; ha visto na-
doce pobres pescadores sin nobleza, sin nombre, sin estu- cer y ha visto morir todas las sodas quo habían jurado
dio, sin ningún apoyo humano; todavía no conlaba esta su pérdida. Ninguna ha habido que no so haya vanaglo-
Iglesia mas que un puñado de fieles, todas gentes senci- riado dequeera la verdadera Iglesia. Ninguna que al rebe-
llas . groseras , idiotas, á quienes el Evangelio hacia aun larse contra la Iglesia doJosucristo, no baya mirado como
todos los días mas pobres, cuando ios grandes del mundo, un punto capital el degradar al vicario de Jesucristo, y
los sabios de la Grecia, los emperadores, todos los gobier- destruir la Santa Sede. Ninguna que engañando á los i n -
nos do las provincias, cuando todo el universo conspiraron cautos, y ganando á los libertinos no se baya bocho un
á su pérdida. Escandalizados por la incomprensibilidad de partido poderoso; y no haya é n p e f t a á o en sus intereses á
sus dogmas, espantados por la pureza , la santidad , la las mismas potestades. Qué do príncipes poderosos,
DE CUAMSMA.
do hoinhrw sabios, quiS do gramlos prolados, rosiiolnhlos las ovejas del divino Pastor ;• fuera do él no oyen ya su
por su saltLT, por una oslorior rogularidad do cosluiuljivs, voz, y tarde ó temprano son infaliblemeule devoradas.
por la dignidad do sus sillas, se han sublevado desdólos Aquellos á quienes siguen no son mas que mercenarios
primeros siglos conlra la Iglesia : su Irania, su rebelión quo se les da muy poco de su triste suerte. Luego que
engrosada por un pueblo infinilo se han hecho tanto mas no oye uno ya la voz del Pastor, se estravía ; y ¿ q u é sa-
temihl^'s, cuanlo (¡uc sus preleslos ban sido siempre mas lud tiene que esperar oslando descarriado? Anles morir,
especiosos y sus mulivos mas plausibles. Ellos acusaban que salir j a m á s do este rodil. Mantengámonos toda nues-
á la Iglo.-ia do que habia caido en el error. Ellos no ata- tra vida en esta barca, ella no tiene nada que temer, ni
caban, á noorlos, mas que al error y á la relajación; no fie las olas ni de los vientos. El ilijo de Dios ha prome-
clamaban todos mas quo por la reforma. Amanos, nesto- tido su espíritu al piloto que la conduce, esto os, al sobe-
rianos, eutiquianos, pelagianos, luteranos, calvinistas, rano pontífice su vicario. Habrá vientos contrarios que la
l q u é no se promotia osla nube de enemigos de la Iglesia? agitarán horriblemente; so encontrará alguna vez cubier-
¿ q u é maquinas no han movido? ¿ q u é artificios no han ta por las olas; confiemos: las d e m á s barcas perecerán,
puesto por obra ? Todo el infierno se ha sublevado, se ha pero esta nada tiene quo temer. Atengámonos íirmemon-
^ armado conlra la Iglesia en su favor; esta pobre naveci- te á esta columna do la vordad; los esfuerzos do todo el
v l l a agitada en medio de las olas, batida por vientos fero- infierno armado serán siempre vanos ; puedo hacer gran
ces, parecía quodobia sumergirse á cada paso. Se hubie- ruido, puedo gritar, amenazar, nada será capaz de tras-
se aun dicho que el Salvador la habia abandonado al f u - toi nar la Iglesia. Crcámonos dichosos porque somos del
ror do los vientos y de las olas, ó al menos que dormia número de sus hijos, tengamos una sumisión profunda á
durante la mayor tempestad: «Confiad, no temáis.» Las todas sus decisiones, á lodos sus oráculos. Tengamos toda
puertas del infierno no prevalecerán j a m á s conlra ella. nuestra vida un respeto humildísimo al soberano pontífi-
En efecto, lodos estos vientos impetuosos han calmado, ce su gefe; sean nuestra ley lodos sus preceptos. No ha-
todas estas nubes ban estallado y se han disipado. Las blemos j a m á s del papa sino con veneración, cscuchómosle
sectas heréticas y cismáticas se han levantado con gran como al mismo Jesucristo do quienes vicario. Esto respeto,
ruido, se han estondido como torrentes, y después de un esta docilidad, esta profunda sumisión, esta religiosa de-
n ú m e r o do dias han sido destruidas, sin que la Iglesia de ferencia han caracterizado en lodos tiempos á los elegidos
Jesucristo haya recibido la menor mancha. Ninguna ha do Dios.
dejado de ser enemiga de la Sania Sede, porque del V a t i - 2 No tengáis comercio con los que están fuera do la
cano es do donde pai ten los rayos conlra todos los e r r o - Iglesia, á menos que seáis encargado de Dios para tratar
res. Poro ¿qué han producido después de diez y ocbo s i - do convertirlos y reducirlos. Las conversaciones frecuen-
glos tantos partidos y laníos errores? la Iglesia no ha per- tes con losxjnemigos de la Iglesia son siempre de temer,
dido nada de su primer brillo; ella conserva la misma porque siempre son contagiosas, evitadlas cuidadosa-
vordad do sus dogmas, la misma pureza de su moral, la mente si queréis conservar una fé pura. El error y el cis-
misma santidad d e s ú s prácticas, la misma perseverancia ma es un veneno sutil, que so insinúa igualmenle en el en-
do su unidad, la misma invariabilidad en la fe, la misma tendimiento y en el corazón por mas precavido quouno esló
integridad en su doctrina. Tantos enemigos no han he- contra la sorpresa. El entendimiento do las personas del
cho ni harán otra cosa que demostrar mas su infalibilidad. otro sexo es mas susceptible de é l ; y los espíritus vanos,
Jesucrislo so ha obligado solemnemente á defenderla; los corazones orgullosos ó dañados por alguna pasión se-
lautas viclorias conseguidas sobre todo el infierno, prueban creta y dominanlo. so defienden de él con dilicullad.
invonoihlomenle su santidad, su unidad, su universalidad, Siempre hay algún protesto especioso que impono ó quo
Y no sirven mas que para su triunfo. seduce. Renovad diariamente los actos d e f é y do sumisión
Gracias infinitas os sean dadas. Señor, por haberme á la Iglesia. Ateneos al tronco; las ramas so doblan y so
colocado en vuestra Iglesia, en esta barca sin la que y rompen, el tronco está siempre firme y resiste á lodos los
fuera de la quo no se puede llegar al puerto de salvación. vientos. ¿Sois ignorante? someteos ciegamente á la I g l e -
doclaro, Señor, que quiero vivir y morir verdadero sia y decid sin cesar: yo creo todo lo que la Iglesia
^'jo de osla sola verdadera Iglesia: quo detesto todas las creo, yo detesto todo lo que la Iglesia condena. ¿Sois
s«c(as rebeldes al p ipa, vuestro vicario en la tierra, y quo sabio? desconfiad do vuestras luces, nada hay mas su-
estoy porsuadido y croo firmomonle quo fuera do ta santa jeto al error quo el espíritu particular; someted vues-
^'esia católica, apostólica, romana, no puede haber sal- tras lucos y vuestras razones á las decisiones do la
vación. Iglesia; ella sola tiene, como propio patrimonio, el es-
^CUUTOHUS.—Señor, ¿á quién iremos? Vos tenéis píritu do Dios; siguiendo una guia semejante no po-
Palabra, do vida eterna, y solo habláis en la verdadera dréis ostraviaros; no loáis nunca ningún libro sospe-
^leaia. (Joan. 6.) choso.
Acordaos Señor de vuestra Iglesia que habéis formado,
^ a la cual habéis promotido vuoslra asisloncia particular,
DOMINGO PRUIERO DE CUARESMA.
C011 'a quo os habéis obligado á estar basta el fin do los
*8tea. (l'salm. 13.) El primor domingo do Cuaresma es celebrado en la
Iglesia con una celebridad y veneración singular; es uno
pnopósrros. de los dias mas privilegiados y mas solemnes. Su oficio
^ No hay salvación fuera do la Iglesia, no hay hijo no cede al de ninguna otra fiesta ; todo en él es instruc-
, o,.?""0 ('e 'a 'gb'sia que no esté on'eramonte sumiso á sus tivo y misterioso; lodo predica la penitencia , do la cual
'aculos y á sus docisiunos. En este redil es donde oslan viene á ser como la fiesla solemne: en la Iglesia latina se
96 SABDO P R I M E R O
llama simplemente domingo de Cuaresma; é n t r e l o s g r i e - toda la Iglesia, se ayunaba con una rigidez religiosa las
gos domingo de los santos ayunos ó de la ortodoxia. seis semanas de la Cuaresma, y muchos aun ayunaban
Antes dei siglo X d e la Iglesia, era costumbre en Occi- siete. (Lib l . j No hay variación, no hay diversidad de opi-
diMitc llamar á cstedia el domingo d é l o s «blandones» es- nión en cuanto á la exacta é indispensable observancia de
to es, de las luces, á causa do que era el dia en el que los una penitencia tan marcada. Nosotros ayunamos una Cua-
que se hablan divertido con algún esceso durante el car- resma, dice san Geróinmo, según !a tradición apostólica, y
naval venian á presentarse en la iglesia con un cirio ó ayunamos en el tiempo que la Iglesia haju/gado á pro-
antorcha en la mano, como para dar satisfacción pública pósito para esto. (Epist. ad Marc.) Por espiritual, por loa-
de los malos ejemplos que habiau dado, y pedir que les ble que fuese el sentido de aquellos que se proponían ofre-
purificasen por la penitencia que se les imponía por los cer á Dios el diezmo do lodo el año con el ayuno de treinta
pastores por toda la Cuaresma hasta el jueves sanloen que y seis días en las seis semanas, no era sin embargo capaz
recibian la absolución ordinaria. Aun cuando esta cere- de asegurarles á vista del ejemplo del Salvador que ha-
monia se haya después adelantado al miércoles do ceniza bia ayunado cuarenta. Y esto fué como se ha dicho ya,
en que se comienza el ayuno de la santa cuarentena, no que obligó á la Iglesia á añadir cuatro días, fijando el
hu dejado de conservar este primer domingo de Cuaresma principio de Cuaresma al miércoles de ceniza.
el nombro de dia de los blandones, porque siempre se ha Nada condena mas nuestra flojedad y nuestra delicade-
supuesto, que en él los verdaderos fieles no dejaban de za que la religión y el rigor de los ayunos de los prime-
purificarse de sus manclias por medio de una santa con- ros cristianos. No solo no se hacia mas quo una sola co-
fesión. mida al dia y siempre por la tarde después de la hora de
Aunque la penitencia sea propia de todos los dias de ía vísperas, sino que lejos de tratar de lisonjear el gusto y la
vida, puesto que no hay dia en la vida m que no seamos sensualidad, solo se comía lo precisamente necesario para
pecadores, con todo la Cuaresma so puedo considerar co- no morir. No solo se ha creído consistir la exactitud de
mo la estación de la penitencia, es decir, como el tiempo ayuno de Cuaresma en la cercenacion, la disminución,
en que produce mas frutos ; sea á causa de la multiplici- el retraso de la comida, sino también en !a abstinencia de
dad de las oraciones y de los socorros espirituales , sea alimentos demasiado crasos y de viandas que lisonjeen el
por la obligación que la Iglesia ha vinculado á ella de los gusto. Muchas personas en ei mundo no hacen mas que
cuarenta dias de ayuno. Los cuarenta dias de a y u - una comida al día por puro principio de salud, por gus-
no de Jesucristo no son solo un ejemplo , sino tam- to, sin que pretendan ayunar por esto. Por comer menos
bién un precepto para lodos los cristianos. IS'o hay n i n - muchas veces, no son ni ménos sensuales ni mas sobrios.
guno que no oslé sujeto á esta ley , y la relajación no La abstinencia es inseparable del ayuno; la mas general-
conslituyó j a m á s un derecho para dispensarse do ella. menlc recibida ha sido siempre la deescluir el uso de la
El fervor puede entibiarse, lo fé puede debilitarse pol- carne, de la leche, do los huevos y del vino. San Agustín
la corrupción do las costumbres; pero la doctrina y la constituye el ayuno en esta doble abstinencia, pretendien-
moral de Jesucristo j a m á s se alterarán. Por mas flojos que do que esta abstinencia comprendía la de toda suerte de
sean los fieles, la ley del ayuno y d é l a penitencia no po- delicadeza en la comida. En esto consistía, según parece,
drá perder nunca nada de su vigor, y la estrecha obli- todo lo que hacía el común de los fieles, pero ios que de-
gación de ayunar la Cuaresma bajo pena de pecado mor- seaban llevar el ayun) hasta la perfección, .se priva-
tal siempro es la misma. ban hasta del pescado y del uso del aceite, reducien-
San Epifanio dice (Her. ájfc) que el heresiarca Arrio fué do al pan y al agua la única refección del dia, que no
condenado, porque quería que los ayunos de cuaresma so tomaba nunca hasta la'tarde. Este era, al parecer
fuesen arbitrarios. El concilio de Langres fulmina 61 ana- de san Gerónimo, el mayor rigor con qne se ha pulido
tema contra los que sin necesidad se dispensan de ellos. observar el ayuno legítimo y reglado por la prudencia
San Cirilo pregunta á su pueblo, si quiere mejor arder (Ep. ad NepoL); no aprobando la práctica de aquellos quo
eternamente que ayunarla Cuaresma; y san Ambrosio pasaban los dos y tros días sin comer ni beber, en razón
dice que el quebrantar el ayuno un solo dia es un peca- de que por esta imprudente singularidad, se veian obli-
do mortal; pero que el no ayunar la Cuaresma es un sa- gados después á buscar alimentos ménos comunes y mas
crilegio. (Serm. 37.) La cuaresma, dice el Crisólogo, no delicados; una mortificación mas constante, no interrum-
es una institución humana, es Dios mismo el que !a ha pida y ménos señalada, es siempre de mayor mérito de-
ordenado; y yo creo, dice san Agustín, que lo que ha lante de Dios. Y si en la sucesión de los tiempos se ha
obligado al Señor á imponernos una ley espresa del ayu- creído que debía dispensarse en órden á la abstinencia de!
no es, que así como Adán en el paraíso terrenal habia vino, nó así en órden á la de la carne , q u é siempre ha
perdido !a gloria do la inmortalidad por la intempe- permanecido en toda especie de ayunos; y son Gerónimo
rancia, ha querido el segundo Adán que fuese repara- alaba á santa Marcela, porque estando precisada á beber
da esta pérdida por la abslincnciay el ayuno. (Serm. 77. vino á causa de sus grandes enfermedades, lo tornaba en
de temp,) tan poca cantidad que apenas se enrojecía el agua. Los
Nada fué mas religiosamenlé observado en toda la licores y toda especie de bebidas deliciosas, no están ménos
Iglesia desde el tiempo de los apóstoles que el ayuno de proscritos que el vino. Contra este abuso esclama fuerte-
Cuaresma. Los primeros cristianos de Alejandría del tiem- mente san Gerónimo. «Hay también,» dice el santo, « q u i e -
po do san Marcos, según Eusebio, le observaban con un nes no beben vino ; pero mas por placer que por causa de
fervor que servia de modelo á todos los fieles. Sozomeno salud,se procuran sustancias y licores de manzanas y otros.»
asegura que en la Iliria, en oí Occidente, en toda el Afri- Condena también la intemperancia, de los que no alimen-
ca, en el Egipto y cu la Palestina, que componían entonces tándose mas que con legumbres, esceden en la cantidad.
DK CUARESMA
FácilimíQte so ve, fjuc prohibiendo el u.so de la carne y dan Jk la hora de la bebida nocturna, que entro ellos t d
del vino em e! ayuno, so han pretendido prohibir todas las llama colación.» «La tolerancia de ta Iglena anloma s u i ' -
delicadezas del gusto y los esmeros de la sensualidad; cieníemenlo el uso umversalmente recibido de la colación;
también se condenaban las salsas demasiado esqimilas pero no pretende que esta colación sea una segunda c o -
en las legumbres, no siendo la intención de la Iglesia tan- mida: y no hay duda que la colación, tal como la hacen
to el sustraer al cuerpo su alimento por el ayuno, como el mychos en el día, quebranta el ayuno. San Carlos cn las
cercenar al cuerpo y al alma do los atractivos del deleite. reglas que hizo para sus domésticos, les permite solo onza
La sensualidad puede hallarse en la abstinencia misma. y medía de pan y un poco de vino para su colación en
Pero la Iglesia condena todas las delicadezas, decia con Cuaresma. Sedienta de San Espiridion, obispo de Tremi-
indignación san Gregorio de Nisa. tunta en Chipre, y del santo solitario Marciano, que que-
La flojedad y la delicadeza de los cristianos de estos u l l i - brantaron el ayuno por caridad, con motivo de algunos
niostiem¡)os se espantaría si s e r e Q r i e s e c o u q u é exactitud estranjeros que habían venido á visitarlos; pero este era
y con qué severidad ayunaban la Cuaresma los fieles de los un ayuno de devoción y de reglas. El ayuno de la regla
primeros siglos. No solo las personas religiosas, sino t a m - es libre, se le respondió al abad Casiano; pero la caridad
bién las geiiles del mundo de toda edad, de todo sexo, de- es la perfección de la ley divina. Así lo que se llama la r e -
toda cualidad, los grandes como el pueblo, el príncipe gla del maestro, porque es Jesucristo el que habla en olla,
como el artesano, se privaban con frecuencia hasta del dice posilivamcnle, que los ayunos de Cuaresma son i n -
uso del pescado, muchos ayunaban toda la Cuaresma á violables, sin que los escuse ningún protesto, ni valga
pan y agua ; en los seis dias de la semana santa no se para ello consideración ninguna por la liegada de h u é s p e -
tomaba otro alimento, dice san Epifanio, sino pan seco, des algunos.
sal yagua, lo cual se llamaba xerofagia, y algunos pasa- Ni son tampoco los únicas deberes de religión que
ban aun dos dias sin comer. ¡Qué diferencia, buen Dios, Dios exige de los cristianos durante la Cuaresma, la abs-
de ayuno á ayuno, si se compara el ayuno de los primeros tinencia y el ayuno. La oración, el uso frecuenie de los
fieles con el ayuno de los cristianos de este tiempo! Los sacramentos, la limosna, deben acompañar al ayuno, y
i»as regulares no son siempre los mas austeros; ¡ q u é d i - singularmenlo la inocencia y la pureza. Abstengámonos
versidad en los manjares I ¡ q u é suntuosidad en la absti- particularmente del pecado, dice san Agustín ; no sea
nencia misma ! ¡qué sensualidad en los guisos! ¿ b a s t a que nuestros ayunos sean infructosos como los de los
^caso la diversidad de los alimentos para el ayuno, si el judíos y Dios no los apruebo. ¿Queréis santificar el a y u -
gusto, si la voluptuosidad misma, llevan á ella la delica- no, dice en otra parte ? llenad los deberes de miseri-
deza hasta la demasía? cordia y de caridad. Lo que cercenáis á vuestra sensuali-
ílasla principios del siglo x m no ha permitido la Igle- dad, dice San Gregorio do Niza, lo que ahorráis por vues-
sia que se adelantase al medio dia la comida, que todavía tro ayuno, dadlo al pobre que padece hambre. Kl a y u -
entonces no se hacia en los dias de ayuno de Cuaresma no, dice San Crisóstomo, no debe mirarse como un t r á -
^asla !a tarde después de vísperas. San Uernardo y Pedro fico indecente: no es el fin de la abstinencia el ahorrar,
de Biois, que vivían en el siglo x u , aseguran que durante es preciso que el pobre se alimente con lo que voso-
^ santa cuarentena todos los fieles ayunaban como ellos tros disminuís á vuestra mesa. Do este modo sacareis do
hasta la tarde, sin que nadie, de cualquiera condición que vuestro ayuno una ventaja doble, por una parle el haber
fi'eso, se atreviese á c o m e r á hora mas cómoda. (Serm. 3 ayunado y por otra el haber satisfecho al pobre. Por fin
111 Quadrag.) Para conservar siempre la idea de esta anti- el ayuno, dice san Agustín, no consiste solamente en abs-
gua disciplina, ordena la Iglesia que durante la Cuares- tenerse de los manjares que deseamos, sino de lodos los
ma se digan vísperas antes de comer en los dias de ayuno. placeres y las diversiones, las cuales debemos considerar
Esta indulgente anticipación de la hora de la comida ha como entredichas para nosotros en el santo tiempo de Pe-
jlado ocasión á lo que se llama colación los dias de ayu- nitencia. Hay muebos, a ñ a d e el mismo santo, quesonmas
I|0- Al principio no se permitió mas que el beber un trago bien voluptuosos, que religiosos observadores de la Cua-
^ vino á la noche, bien persuadidos de que el espíriludel resma. (Serm. 171 de divers.) ¡ Qué error mas lamen-
^ u n o eclesiástico requiere que se ayunen las veinte y labio! No es esto guardar la abstinencia, es sí mudar los
cuatro horas. El temor de que dafiaseá la salud si se be- alimentos del deleite.
sin comer, hizo que se añadiese un pedacite de pan. La misa de este día contiene todo el misterio del sanio
1^ llamó colación esta pequeña templanza, desde que los tiempo de Cuaresma. Comienza por este versículo del sal-
'g'osos la fijaron al tiempo de la noche que precedía mo 90 : «El justo me llamará en su ayuda, y yo le oiré;»
_ 'wtura de las colaciones ó conferencias de los a n l i - estaré con él en el tiempo de la tribulación, y le sacaré de
£Uos nionges, que se hacia todas las noches ántes de ella con gloria. No hay una cosa mas á propósito que to-
'^píelas. Conducidos por un espíritu de una regularidad do esto salmo para inspirar ónimo á los líeles cn la penosa
s '8 eX;>Ctu' se estableció en los mas santos monasterios, carrera do Cuaresma, y en el ejercicio de la penilcncia y
t u r ' 6 l0^0 en e' ('C C'un'' (luecn ^u»í,r ^ hacer esta lec- do la tentación.
a en los dias de ayuno, en el claustro, ó en el capítulo,
La Epístola es una viva y pafelica exhortación á fin de
l io"0 80 ^aC'a en 'ÜS de,,liiS d'38' se hiciese en el refecfo- que no inutilicemos los dias consagrados á la penitencia,
j ' * "esilu entonces la palabra colación se comunicó
y un tiempo que puede llamarse el reinado por escelcnna
ciono^10"161111' dli la IeCÍl,ra d0 laá co"fel'encia3 ó cola- de la misericordia del Señor. Está tomada del sexto c a p í -
" l e i u ! t"Sla P ^ * ^ 1 * comida que precedía inmcdiala- tulo de la segunda carta de san Pablo á los corintios. He
Ia c " •* lectura. ((Establecemos,» dicen los estatutos de aquí, les dice, el tiempo de gracia, ahora son los dias de
g' egacion de Cluni, « y mandamos que todos acu- salud. Yo os exhorto con lodo mi cora/on, á que no reci-
TOMO iv.
¡3
98 DOMINGO PRIMERO
bais t é vano la gracia de Dios. No obstante que Dios sea que Dios habia encargado á sus ángeles que cuidasen de
niiscricordioso en todos tiempos, con todo la Cuaresma es su persona, é impedirian que se hiciese mal alguno. Pero
un tiempo privilegiado en que todo concurre á mover mas Jesús respondió á este pasaje de la Escritura por otro, y
á Dios en favor nncslro : las oraciones multiplicadas do le dijo: que la misma Escritura prohibía el tentar á Dios.
toda la Iglesia, la abslmeneia y el ayuno con el cual es Es admirable que el Hijo do Dios haya permitido a! demo-
siempre mas eficaz la oración; todo concurre h hacer n^is nio que le llevase por el aire hasta lomas alto del templo;
segma y mas fácil nuestra conversión. pero el poder que el Salvador dió después á los verdugos
líl Evangelio de este (lia conliene la historia de la Cua- ministros de Satanás sobre su persona, es tan admirable
resma de Jesucrisío en el desierto, como que ella es el como el que dió aquí al demonio. Por lo d e m á s , es vero-
origen, y debe ser el modelo de la nuestra. Jesús acaba símil que en las dos últimas tentaciones se hizo Jesucristo
de recibir el bautismo de mano de san Juan, cuando el Es- invisible á aquellos judíos que hubieran podidoadvertirlo.
píritu Santo, de quien él era templo vivo, le inclinó á que El demonio aunque confuso, no desistió:volvió á t o m a r á
se retirase al desierto para prepararse allí á su vida p ú - Jesucristo, y le llevó todavía sobre una montaña muy a l -
blica, pbr un retiro y un ayuno continuo de cuarenta dias y ta, y desde allí mostrándolo de una parte el imperio r o -
de cuarenta noches, y por una victoria insigne del tenta- mano, de otra el imperio de los persas, aquí la Siria, allá
dor y de todas sus astucias. Este desierto se cstendia en la las Indias, etc. Yo soy el dueño'de estos estados, le dijo,
tribu de Benjamín, desde la ribera del Jordán basta el ter- como príncipe del mundo, y dispongo de ellos á mi anto-
ritorio de Jericó por una parte, y. hasta el mar Muerto por jo; serán tuyos desde ahora si quieres postrarle delante
la otra. Se llamaba Ruban, y en lo sucesivo le dieron los de mí, y adorarme con el culto do lalria. La facilidadeon
orientales el nombre de cuarentena, para indicar el tiempo que el Salvador se habia dejado llevar y volver á llevar
que habia estado allí el Salvador. Bella lección para todos porel demonio, dió á este encantador la desvergüenza y la
los hombres apostólicos, en que les ensena que el retiro, insolencia de hacer esta impía proposición á aquel que por
el ayuno y la oración, deben ser como el preludio de sus entonces creía un puro hombre. Mas Jesucristo indignado
funciones, y como los primeros ensayos de la vida apos- á vista de un atrevimiento tan abcmimible, le dijo con4ir-
tólica. El Hijo de Dios habia venido allí-para entrar en l i d meza: Ueiíi ale, Satanás, porque está escrito: Adorarás á
con el demonio, y comenzar su misión para aterrarle. Qui- tu Dios y Señor, y á él solo servirás. Entonces el demonio
so ser tentado, dice san Agustín, para enseñarnos á ven- desapareció lleno de confusión por su derrota, y tan poco
cerle. (In Psalm. 90.) El Salvador pasó allí cuarenta dias instruido acerca de lo que deseaba saber, como antes do
y cuarenta noches sin comer ni beber. Este ayuno de cua- !a tentación. Así es que no cesó de perseguir al Salvador
renta dias antes de la predicación del Evangelio, habia s i - hasta que precipitó á los judíos á que le quitasen la vida.
do figurado por el ayuno de Moisés sobre el monte Sinaí, Inmediatamente vinieron los ángeles y le sirvieron de co-
dm ;ui!c los cuarenta días que precedieron á la promulga- mer. De este modo nos colma Dios de consolaciones y de
ción de la antigua ley. Para honrar y para imitar en algún alegría después que hemos combatido por él con esfuerzo.
modo esta abstinencia del Salvador, se ha instituido y ob- Tengamos presente en la tentación que el ciclo toma parto
servado en todos tiempos en la Iglesia la Cuaresma. A i c a - en nuestros combates, y que él debe coronar nuestras v i c -
bo de este ayuno tan largo, Jesús tuvo hambre, es decir, torias. El espíritu maligno puede muy bien ladrar, aullar,
hizo cesar el milagro, en fuerza del que no la habia sen- amenazar, dice, san Agustin, pero no podrá nunca m o r -
tido hasta entonces. Este momento fué como la señal del dernos si nosotros no queremos.
permiso que el Salvador dió al demonio para que viniese
á tentarle, para saber si él era el Mesías , porque dudaba HIMNO DE VÍSPERAS EN EL OFICIO CUADRAGESIMAL,
(h1 ello, y qmTia tener pruebas mas ciertas de su d i v i n i - POR SAN GUEGORIO.
dad, dicesan Gerónimo. San Agustin cree que era el prín-
cipe de los demonios el que se atrevió á tentar á Jesucris- Audi, benigno Conditor, Benigno Criador , oyq.
to para saber quién era, y que el Salvador no descubrió Nosli as preces cum lletibus piadoso
íi este príncipe de las tinieblas mas de lo que juzgó á pro- In hoc sacro jejunio Nuestros ruegos mezclados
pósito. (Lib. 9 de Civ.) El demonio no conoció perfecta- Eusas quadragenario. con el llanto,
mente que Jesueri-lo era Dios é hijo de Dios hasta después Hechos en este ayuno sa-
de su resurrección. Este espíritu maligno se presentó al crosanto
Salvador bajo una forma humana, y le dijo: ¿Por q u é te Del tiempo do Cuaresma
dejas consumir de hambre? ¿Si eres Hijo de Dios, por q u é misterioso.
no conviertes estas piedras en pan? El mayor de los mila- Scrutator alme cordium, Tú, que patentes ves los
gros no le costará mas que una palabra. El Salvador se Infirma tu seis vírium : corazones,
contentó con responderle que estaba escrito que no era el Ad te reversis exhibe Conoces de las fuerzas la
pan solo el que mantenia la vida del hombre, sino también Uemissionis gratiam. flaqueza;
toda palabra que sale de la boca de Dios; esto es, una obe- Al que á tí se convierte y
diencia perfecta á todo lo que Dios manda. Por esta res- endereza,
puesta, sin negar Jesucristo que fuesoDios, prueba muy Te pedimos humildes, 1°
Lien que era hombre, y despide al tentador tan incierto perdones.
de su divinidad como estaba antes. El demonio en segui- Mullum quidem peca\imus , Mucho en realidad hemos
da le llevó á la ciudad santa, le puso sobre el pináculo del Sed parco confitentibus; pecado,
templo, y le dijo que si era líijo de Dios se echase abajo, Ad nominis laudem tui Perdona al que confiesa íT*
pues nada tenia que t w n é r e n razón de que estaba escrito: Confer modelam languidis. rrpenlido;
DE CLAHESMA. 9Ü
Dá salud al enfermo desva- css, sicut qui iyaoli, el cog- Espíritu Santo, por una ca-
lida n i l i : quasi murieales, el ce- ridad sincera, por la pala-
Ea lionor de tu nombre tan es viüiinus: ut casligali, el bra de verdad, por el poder
sagrado.. non nvirlijicali: quasi t r i s - que viene de Dios, por las
Concedo nostrum contori Concédenos que el cuer- tes, sempef aulem gauden- armas de la justicia á dore-
Corpus per abslinenliam, po se marcbite tes: sicut egentes, mullos cha é izquierda; ya este-
Ca!picul relinquat pabuliuu Con la abstinencia y falla autem lompletanles: tam- mos tratados con honor, ó
Jejuna corda crimiuuin. de alimento. quam nihil habcnlcs, el om- con a b y e c c i ó n ; ya seamos
Para que el corazón de c u l - niapossidentes. difamados ó tongamos bue-
pa exento na reputación, como si fué-
El cebo y el manjar del v i - semos tenidos por seducto-
cio evite. res, por mas veraces que
Priesta, beala Trinitas, Concédenos, S e ñ o r , Dios seamos; como si fuésemos
Concede, simplex ünilas, Trino y Uno, desconocidos aunque todos
U fructuosa sinl tnis Que sean á tus siervos pro- nos conozcan; como prontos
Jcjuniorum m u ñ e r a . Amen. vechosos, á morir, no dejando do v i -
Meritorios, aceptos y fruc- vir; como gentes á quienes
tuosos se castiga, pero no se mata;
Estos humildes dones del como tristes, pero siempre
ayuno. Amen. alegres; como pobres, pero
enriqueciendo á muchos;
como quien notienc nada, y
La oración de la misa de este dia es como sigue: todo lo posee.
Deus, qui Ecclesiam luarn O Dios, que purificáis La según la caria que san Pablo escribió desde Filipos
anima quadrayesimaü obser- vuestra iglesia poro! sagra- en Macedonia á los corintios , se la llevó su querido dis-
valioae punfiau: p r m l a [ a - do tiempo de Cuaresma qnc cípulo Tilo , acompañado de Timoteo y de otro discípulo
m ü ú c i w c , ut quod a le oh- ella observa religiosamente cuyo nombre no so sabe. En el capitulo de donde está sa-
liuere absúivndo nitilur, hoc en cada un año ; haced que cada la Epístola de este dia , exhorta san Pablo á los co-
bonis operibus exaqualur. vuestros hijos so esfuercen rintios á que no desatiendan la gracia que han recibido ,
Per Domiaum... á obtener por medio de las y tesfiüca cuánto le ha costado á él el sostener la cualidad
buenas obras, la gracia que de siervo digno de Dios.
os piden por su abstinencia,
l'or nuestro Señor, etc. á E FLEXIONES.
«Os exhortamos á que no recibáis en vano la gracia do
La Epístola es lomada del cap. 6 de la segunda caria del Dios.» Nada hay tan importante ÍÚ tan precioso como la
apóstol san Pablo á los Corinlius. gracia ; es el [¡recio de la sangro y de la muerto do Jesu-
Fralres, exhoriamur vos, Uermanos míos, os ex- cristo : luego es de un precio iofioilo ; sin ella las accio-
we i n vacmm graliam Dci hortamos á que no recibáis nes mas laudables no tienen mérito para el cielo ; con ella
reeipialis. Ait enim: Temp1)- en vano la gracia de Dios, las ménos brillantes son preciosas. Ella es aquella semilla
acccplo exaadioi le, el in porque nos dics: Os he oido divina que tiene la virtud de producir el céntuplo para la
die salulis adjavi te. liceo en el tiempo de gracia, y bienaventurada eternidad, es aquella agua viva que salla
nítiic tempus aeccplabile, ecce os ho ayudado en el día de hasla la vida eterna. La gracia es propiamente el talento
nunc dies salalis. Nemni salud, g é a;ju¡ ahora el dado á todos, puesto que sin ella no se puede hacer bien
danies ullam ofleiisioncui, u l tiempo de gracia, ahora son alguno, aunque dado mas ó ménos liberalmenle , confor-
woii vilaperetur iniuisleriaiii los dias de salud. No demos me á la sabiduría y á la economía admirable de la divina
nosirum: sed in ómnibus ex - á ningimj moíivo alguno de Providencia. Que se reciba poca ó mucha , la obligación
hibeamus novnclipsos sicut escándalo, para que no sea indispensable de hacerla valer es la misma para lodos. El
bei ministros, i n malta p%- vituperado nucslro ministe- siervo bueno y fiel que no ha negociado mas que con los
[Wnlia, in Iribalalionibus, r i o ; mostrémonos alc;):i!¡ a- dos talentos que habia recibido , es tan alabado y á pro-
^ necessilalibus, in angas- rio en lodo tales como de- porción tan recompensado como el que habia granjeado
in plagis, i n carceribas, ben ser los minisíros de con los cinco y aun con los diez. Mas la prisión do las l i -
1,1 sediiiijnibus,in laboribus, Dios, manifestando mucha nieblas es el patrimonio del siervo iníiel , que habiendo
111 vigiUis, i n jejuniis, i n cas- paciencia en las tribulacio- recibido uno, lo e n t e r r ó , y así lo hizo infructuoso por su
adle, i n scientia, in longa- nes, en las miserias, en las pereza. ] Qué pérdida, buen Dios , mas temible y de m a -
ni'K'naie, i n smvilale, i n angustias, en las llagas, en yor consecuencia que la de la menor de las gracias!
^pirun Sánelo, in charilate las prisiones, en medio de iCuántos hay reprobados por haber recibido en vano eslo
O f i c i a , i n verbo verilalis, las sediciones, entre los tra- precioso don! La falla do fidelidad y de correspondencia
t'1 piriutt Dei, p e í armajus- bajos, por las vigilias, pol- á una inspiración sania, á un piadoso movimienío interior,
tUlw adexlriset asinislris, lo.-; ayunos, pur la castidad, á una gracia pasajera , no condena precisamente por sí
^ ' ^ ffloriam el ignobililalem, por la ciencia, por la cons- misma, puesto que no siempre es un pecado grave ; pero
^c', itfaniam et bomm fa- tancia en sufrirlo lodo, por algún dia se verá que aquella pequemta centella era la
) n ^ : u t s d u c h m , et vera- la didí'ara, por la.virtud del que debiu encender en el corazón el fuego divino que de-
100 DOMINGO PRIMERO
bia haberlo abrasado; se verá quo aíjaella pequeña luz, diabolus i n montcm excelsnm sns manos, para que las
qae apagamos, debía ser seguida deutia gran iuz, de que valde: el ostendii ei omnia piedras no ofendan á tus
nos hsrnos privado. Se verá que esta gota de agua que se regna mundi, et gloriam eo- piés. Respondiólo Jesús:
ha dejado secar, debía ser eu los designios de la Provi- rum, et dixít e i : Uaec o m - Igualmente está escrito: No
dencia «na fuente inagotable, sola capaz de refrigerarnos, nia tibí dabo, si cadens ado- tentarás al Señor tu Dios. El
la cuaí debia saltar hasta la vida eterna. Ella era como el raveris me. Tune dicit el Je- diablo le lomó todavía y lo
primer anillo que junto á los demás debia formar el en- s ú s : Vade, Satana: Scriptum llevó á un monte muy alto,
cadenamiento do loda la economía de nuestra salud : se esl erdm: Dominum Deum y mostrándole desde allí l o -
ha dejado caer , por decirlo asi, este primer anillo, y con tuwn adorabis, et i l l i soli dos los reinos del mundo,
él ha caído loda la cadena. ¡Qué desgracia hubiera sido termes. Tune rcliquit eum con toda su gloria, le dijo:
para la Samaritana, si no hubiese ido á sacar el agua en diabolus; elecce angelí acces- Todas estas cosas te d a r é si
el momeíito que el Salvador estaba sentado al borde de la serunl, et ministrabaní ei. postrándole me adorares.
fucutel ¡Qué desgracia para los reyes Magos, si en el Entonces le dijo J e s ú s : Re-
momento que vieron la estrella , hubiesen hecho lo que tíralo, S a t a n á s ; porque está
tantos oíros, que habiendo advertido esto nuevo fenómeno, escrito: Adorarás ai Señor
•no se cuidaron do penetrar su sentido y mucho menos de lu Dios y á él solo servirás.
seguirle ! j Qué desgracia en íin para los Apóstoles mis- Entonces le dejó el diablo,
mos, si en el instante en quo el Salvador les llamaba, l i u - y en el mismo momento v i -
biescu dejíido para otro día el responder á la vocación! nieron los ángeles y le s i r -
Hay momentos felices en la vida , en que la luz de la g r a - vieron do comer.
cia luce, en que se deja oír la voz del divino Pastor : no
perdamos de vista de cuánta consecuencia es para nues- MEDITACION.
tra salvación el no recibir esta gracia en vano. Si el ciego
que estaba cerca de Jericóno se hubiera aprovecbado del Sobre las tenlaciones.
momento afortunado en que Jesucristo pasaba, ¡ah! él h u - PUMO paniEao.—Considera qne nuestra vida es una
biera vivido y hubiera muerto ciego ; y si la mujer Ca- guerra conlinuacon enemigos lanío mas temibles , cuanto
nanea hubiese deferido á las amonestaciones poco saluda- que atacan á nuestra salvación, y son sumamente ¡'stutos
bles de losque trataban estorbarla el que importunase al para hacerlo. Estos enemigos son lisonjeros, dulces, i n s i -
Salvador, j a m á s hubiese obtenido su conversión, ni la cu- nuantes , arteros y cuasi todos domésticos. Inclinaciones
ración do su hija. Dios es bueno , Dios es misericordioso viciosas , natural avieso , pasiones nacidas con nosotros,
en todo tiempo ; pero no todos los tiempos son igualmente amor violento del placer, codicia, conciqMscencia, un co-
destinados para el triunfo de su misericordia. Hay tiem- razón corrompido, cuyo espíritu es siempre el e n g a ñ o ;
pos de gracia, hay dias de salud ; tal es por escelencia el sentidos sobornados , que tan fácilmcnto seducen al co-
santo tiempo de Cuaresma. Conozcamos bien cuánto i m - razón, objetos que tientan , ejemplos que autorizan el v i -
porta aprovechar este santo tiempo. cio, y que favorecen tanto la inclinación ; ¿es eslraño, con
todo esto, que durante la vida todo sea peligro, todo ten-
£ í Evangelio de la misa es de san Mateo, cap. 4. tación, todo lazo'? El demonio que ha jurado nuestra per-
In illo lampare: Ductus est En aquel tiempo: Fué Je- dición, no duerme j a m á s , y muclio ménos se cansa. Él no
Jesús i n deserlum a Sjyiritu, sús conducido por el lispí- presenta 'mas que placeres, no pide mas que el consenti-
ut tentare tur a diahvlo. Et rilu al desierto, para ser miento, no nos ataca mas que por el lado mas ñaco. Nues-
cum jejunasset quadraginta tentado por el diablo. Y tra resistencia no le abate ; solicita , u r g e , y como éslá
diehus, et quadraginla nocli- después de haber ayunado de inteligencia con el corazón , el amor propio y los sen-
hus, postea esuriü. Et acce- cuarenta dias y cuarenta tidos, al fin persuade. No hay edad en que no sea pode-
dens tentalor, dixit ei:Si F i - noches, tuvo hambre. Y lle- roso. En la juvontuii enciende sus fuegos ; en una edad
lms Dei es, dic ut lapides isli g á n d o s e ei tentador le dijo; mas madura mulliplica las ocasiones ; la vejez cuasi no
panes fiant. Qui respondens, Si eres el Hijo de Dios, man, obra mas que por sus háhitos. Todo torrente engruesa á
dixit: Scriptum est: Non i n da que estas piedras so con- medida que se aleja de su fuente ; puede decirse muy
solo pane tñvil homo;sedin viertan en pan. Jesús le res- bien hoy , que la infancia no es ya la edad de la .inocen-
omití verbo, quod procedit de pondió, diciendo: Está es- cia. La corrupción del corazón parece prevalerse en el
ore Dei. Tune dssumpsit eum crito que no es e! pan solo día de la debilidad de la razón. No hay lugar alguno en
diaboluS i n sanclam civila- el que manliénc la vida del donde la tentación no se deslice , y en donde no haga es-
l e m , et statuil eum super hombre, sino también loda trago. Como nosotros mismos somos nuestros mas peligro-
jiinnaculum templi, el d i x i l palabra que sale de la boca sos tendadores, la tentación se halla en todas pai tes don-
c i : Si Filtus Dei es, miltc te da Dios. Entonces el diablo de nosotros vamos. Soledad sombría, desiertos espantosos,
deorsum. Scñplum est cnim: le llevó á la ciudad santa, y clautros rodeados de cercos y murallas, provistos do loda
Qnia Angelis suis mandavil poniéndole sobre lo mas a l - especie de a t w s y de municiones : en lodas parles don-
de te, el ia manibus lollent to del templo le dijo: Si de nos hallamos nosotros allí está el enemigo do nueslra
te, ne forte ojfendas ad l a p i - eres el Hijo do Dios, échate salud. Desgraciado el que cuente demasiado con su valor,
dempedom luum. Aü i l l i Je- de aquí abajo; porque está ó con sns resoluciones ; el que no afíada la oración á la
s ú s : fíursum scriplmi est: escrito: que ha encargado á vigilancia continua. La gracia, en verdad, es siempre mas
Non tentabis Dominum Deum sus ángeles que cuiden do fuerte que ta tentación ; pero ¿cómo se resisto á ta lenta-
t m m . Uerum assumpsil eum tu persona, que le lleven en c b n , cuando hay tan poco interés por esta gracia., cuando
DE CUAÍUÍSMA. 101
se cliida tan poco í k pediila sin cesar al S e ñ o r , cuando entendimiento, de mi corazón y de mi amor propio; Y
hasta se resisíc á todas las impresiones de la gracia? cuanto mas s u t i l , artificiosa y delicada sea la tentación,
¿Cómo se resiste á la tentación, cuando se espone uno vo- tanto mas resuelto estoy yo, mediante vuestra gracia, h
limlanamerlteá ella, cuando so ta busca? Los lugares mas velar, temer y orar.
retirados, los mas santos estados de la vida, las comuni- JACULATCUI.VS.—Yo espero, Señor, que con el ausilio de
dades mas regularizadas, no son abrigos ni asilos contra vuestra gracia evitaré tantos peligros , y apoyado en
la tentación ; ¿y gentes medio vencidas por el tentador vuestra asistencia no habrá dificultades que yo no rom-
se es¡;onen con placer á la tentación, corren sin armas á pa. (Psalm. 17 )
los mayores pidigros , caminan sin guia y con los ojos Dad, Señor, una señal brillante de vuestra bondad con-
cerrados por medio de los mas grandes precipicios? B a i - migo ; vean mis enemigos que me socorréis, y queden con
Jes, (vpectáculos profanos, asambleas mundanas, entrete- esto ellos mismos cubiertos de confusión. (Psalm. 83.)
nimientos delicados, reunión de objetos á cual mas tenta-
PROPOSITOS.
dores, ocasiones peligrosas y próximas, ¿respetareis vo-
sotros la inocencia ? Y después que el demonio se ha atre- 1 No atribuyamos siempre al demonio nuestras c a í -
vido á tentar al Mijo de Dios en el mas espantoso desierto, das: por grande quesea su malicia, nuestra derrota en
después do un ayuno de cuarenta dias, e n l r í los ejercicios las tentaciones no es obra suya; nosotros mismos nos ten-
do la pieda 1 mas heroica, ¿oslaremos nosotros seguros, tamos muchas veces mas peligrosamente y con mas m a -
no leadremos nada que temer, ni en el clautro, ni en el lignidad que él lo haría. ¿ P a r a q u é quiere emplear sus
mundo? armas contra gentes que en su fondo se alimentan del con-
PUNTO SEGUNDO.—Considera que todas las tentaciones tagio que las debo hacer perecer, y que son mas indus-
son peligrosas ; pero las mas temibles son las doméslicas; triosas para emponzoñarse, que él solícito y empeñado pa-
estas son las mas delicadas y menos tumultuosas, y do las ra perderlas? ¿ Q u é necesidad tiene de encender un fue-
que se desconíia menos; raras veces ataca el demonio á go que j a m á s está estinguido, que se nutre con e m p e ñ o , y
fuerza abierta, y con gran ruido. Obras con tanto estruen- que arde sin cesar? Se corre á los espectáculos, al tea-
do es advertir al enemigo, líntonecs se guarda, toma sus tro, á los enlreíenimienlos escandalosos, á las reuniones
precauciones, se pone en defensa. El enemigo de la salud donde reina el vicio sin disfraz; las mas licenciosas d i -
«s muy babil y muy astuto , para que obrase con tal tor- versiones constituyen hoy una de las mas serias ocupa-
peza ; observa el tiempo en que uno vive mas confiado, ciones de las gentes del mundo. El lujo ostenta iodos los
<VS;Í'I alentó cá las circunstancias del l u g a r , aprovecha las dias todo lo que hay de mas tentador, causa rubor el n o m -
ocasiones , prepara cen cuidado los objetos , estudia el bre de cristianos; ¿ y después de esto h a b r á quien s«
"atural, el espíritu, las inclinaciones , el humor , la pro- atreva á decir que el demonio nos tienta? Huid con ardor
peusion, y sobre todo la pasión dominante ; y este es el de todas estas ocasiones de pecado. Sed conEinuos en la
'"esorte principal de que se sirve. Ninguna de estas l e n - oración, mortificad vuestros sentidos, domad vuestras pa-
'aciones afectadas deja de tener un motivo plausible y es- siones, vivid como cristianos, y la tentación será para v o -
pecioso, siempre conformo cá la pasión quedomina. No son sotros un motivo de victoria y de mérito.
'"as que conversaciones de cortesía, de correspondencia, 2 No os espongais al peligro, y no pereceréis en él.
civilidad, las que insensiblemente hacontragarel vene- Desconfiad siempre de vuestro natural, y mirad como
no que mata al alma. Pretendidas obligaciones de soste- vuestro principal enemigo á vuestro amor propio. Por mas
ner con esplendor un empleo, un estado, una familia, son santo que sea vuestro estado, desconfiad de vuestro p r o -
'as quehacen emprender un comercio injusto, lomar á ma- pio corazón. Las mejores tierras abundan regularmente
nos llenas, sacrificar su conciencia á sus propios intereses. en malas yerbas si les falta la cultura. Si os halláis en el
Hombradía quo se tiene , el rango en que uno se halla, estado religioso, guardad con puntualidad vuestras re-
el cargo que se desempeña , un establecimiento que se glas; desconfiad de un zelo demasiado impetuoso ; obser-
'l'nera plantear, es siempre el pretcsto que autoriza las vad con exactitud todas vuestras prácticas do piedad ; no
Asambleas mundanas, de las que nunca se sale sin meno?- descuidéis el exámen de conciencia; aprovechad el uso
Cnho del espíritu cristiano, los espectáculos profanos á los de los sacramentos. Con estas sabias precauciones, pidien-
^ne jamás se asiste sin pecado, el juego en donde la p é r - do continuamente el socorro del ciclo, las tentaciones l e -
. ,la menor es la del tiempo. Aun en los mismos que son jos de d a ñ a r vuestra virtud la purificarán.
Guindos á la piedad se ve por lo común que la devoción
¿ a.' Ilor decirlo así, ingerida en el natural. Do aquí tan- LUNES PRIMERO DE CUARESMA.
g^j. 0nesi 'ante orgullo, tanto mal humor , tanta sen- Como nada hay mas á propósito para animar los fieles
i '"'dad en aquellas personas que se creen y que se l l a - á la penitencia, al ejercicio de las huenas obras y á la r e -
lom ^(iVo'as- Alguna vez se encuenlra el zelo, junto con un forma de las costumbres, que el temor de ¡os juicios de
l}/lP(M'a|oen!o vivo, bidlicioso, vanidoso, disipa(1o. ¡Buen Dios; la Iglesia, siempre atenta al bien de sus hijos, les
.. R' que lamentable ble disipación! ¡qué alejamiento
alej; del re- hace en el Evangelio de este día una pintura viva y espan-
tiro Y de
. - -.a oración! ¡ q u é a p e g o al propio parecer! ¡qué tosa del último juicio, que Dios debo hacer al fin del m u n -
esarreglo do su interior! ¡qué indiferencia con respecto do; pero al mismo tiempo templa este temor con el r c t r n -
, ¡ía "híigaciones ordinarias de su estado y de la regla! Y lo que nos presenta en la Epístola del buen Pastor, es-
j / ^ W lenlaciones mas temibles, y de las que sin e m - fraordinariamente solícito de sus ovejas, y que nada deja
^ ' fíose desconíia menos ; tentaciones que pierden á l a n -
de hacer para impedir que perezcan. Si el Evangelio ins-
as sitúas.
pira iin sanio temor, la Epístola reanima la confianza, y
'Oncedodme, Señor, la desconlianza saludable de m i el uno y la otra sirven maravillosameule para estimular
402 LUNES MIME RO
á uno 89 principio con ánimo y con alegría la penosa car- rahlc de su Eacarnacion ; y debe todavía venir en el dia
rera do la pcniUíticia, Esto es io que la Iglesia parece pro- terrible de su juicio universal. En la primera venida ha
ponerse en es!a primera semana. El temor sin la con'ian- tomado la cualidad de salvador; pero en la segunda toma-
za conduce á la desesperación, y la conQanza sin el temor rá la cualidad de juez. Si la justicia humana inspira tanto
inspira la presunción. pavor, ¿qué no debe temerse de la justicia divina? En aquel
La misa comienza por aquellas hermosas palabras del momento los hombres, d e s e n g a ñ a d o s d e las ilusiones de la
salmo 122: Gomo [os ojos de los siervos están fijos en las mentira, abriendo en fin los ojos á la verdad, libres de las
manosdii su señor, cuando esperan cu el socorro de sus preocupaciones que retienen á la fé y la razón como es-
necesidades; así nuestros ojos oslan puestos en el Sefíor clavas, verán brillar sobro las nubes la majestad de su
nuestro Dios, hasta que se digne tener lástima de no- Juez soberano. Los grandes del mundo, confundidos e n -
solros. tonces con sus mas viles vasallos; los dichosos del siglo
La Epístola d é l a misa de este dia está tomada del ca- mezclados con el pueblo mas abyecto, descubrirán el vacío
pítulo íí i de Ezequiel, en donde habiendo el profeta de- y la nada de todas las grandezas de la tierra. Entonces el
clamado vivameníe contra los malos pastores de Israel, hereje convencido do sus errores; el mundano desenga-
promete de parte del Señor un Pastor único, que reunirá ñado de sus falsos placeres; el libertino persuadido de su
sus ovejas, y las conducirá á los mejores pastos. Describe quimérica felicidad; todos cubiertos de una amarga con-
aquí los cuidados y el e m p e ñ o , con que no fiándose ya de fusión, todos espantados con la memoria opresora de sus
los siervos que habia enviado para apacentarlas, viene el c r í m e n e s / se e s t r e m e c e r á n , crujirán los dientes, desea-
raismoen persona á conducir el rehaño : Yo mismo ven- rian no haber existido j a m á s , ó haber sido aniquilados antes
d r é , dice el divino Pastor, á buscar mis ovejas, y yo mis- de este dia terrible de cólera. Pero ánles de pronunciar la
mo las visitaré. Yo las r e u n i r é de todas partes, en donde sentencia decisiva do su felicidad, ó de su desgracia eterna,
hablan estado dispersas en los dias de tinieblas y de os- continúa el Salvador, este soberano Juez los s e p a r a r á á .
curidad; esto es, en el tiempo de las persecuciones y de todos tos unos de los otros, lo mismo que el pastor que t e -
las pruebas. Durante los dias de oscuridad y de nieblas, niendo reunido su rebaño, pone las ovejas á una parte, y
es fácil que las ovejas se estravien y se pierdan. Los lobos los cabritos á otra. Colocará los buenos á su derocha, y á
se aprovechan siempre de las tinieblas de la noche para estos llamará ovejas suyas, á causa de su inocencia. A su
robar y devorar. Yo mismo apacentaré mis ovejas, conti- izquierda serán puestos los malos, á quienes compara con
núa el profeta ; yo mismo las h a r é reposar, dice el Señor los cabritos, animales sucios y lascivos, á causa do la cor-
nuestro Dios. Yo iré á buscar las quo estaban perdidas, rupción de sus costumbres, y de la fealdad de su alma.
vendaré las llagas de las que estaban heridas, fortificaré «Contad, pesad, s e p a r a d , » decia aquel decreto mudo quo
las que estaban flacas, conservaré las que estaban grue- el impío Baltasar vio grabado en la pared de su palacio,
sas, y las conduciré en la rectitud y en la justicia. ;,Qiiién cuando se entregaba á su mas suntuosa g l o t o n e r í a : hó
no vo que es e! mismo Salvador, soberano pastor de aquí la forma y como el compendio del juicio último. Du-
nuestras almas, el que habla? Pero ¿ h a y ninguna cosa en rante esta vida, ignoramos el número de nuestros peca-
toda la Escritura que sea mas á propósito para cscitar el dos, le disminuimos, los confundimos aun con nuestras
amor y la confianza de este divino Pastor, que ha hecho virtudes aparentes; en el tribunal de Dios, á los piés do
su retrato en esta Epístola, así como el que él mismo ha este soberano y temible. Juez, nuestros pecados aparece-
hecho en ci Evangelio de! buen Pastor? rán con loda claridad. Al presento ignoramos su número;
Si esta epístola debe animarnos, el Evangelio de este entonces ni uno solo escapará á este severo examen, quo
dia debe hacernos temer. Dos d i a s á n t e s d é l a última Pas- será como la primera parte del último juicio. «Contad.»
cua que el Salvador celebró con sus discípulos, habiendo Disminuimos su peso y su gravedad ; « p e s a d , » dirá el
venido ai templo, después de haber confundido á los cs- Juez, y comprended toda la enormidad y la malicia do
crihas y á los fariseos, instruyó al pueblo sobre las ver- ellos. Confundimos al presente los pecados con nuestras
dades mas importantes de la religión, y sobre diversos pretendidas virtudes, para cubrir los unos con las otras, y
puntos de moral. Entrelas diversas instrucciones que dió tranquilizarnos con esto. Entonces, « s e p a r a d , » dirá el
al pueblo, se eslondió mucho sobre el juicio úllirao, y les Juez, lo que habéis confundido hasta aquí, tiempo os ya de
hizo de él una pintura muy viva. En aquel gran dia, les que se quite á los pecados la máscara, y sean despojados
d e c í a , el que ahora no parece mas que hijo del hombre, de las esterioridades hipócritas. Job nos representa á Dios
será reconocido Hijo de Dios, porque vendrá con todo el como un acreedor severo que no deja escapar nada, y no-
resplandor de su gloria, acompañado de sus ángeles. Se sotros unos deudores descuidados, insensatos, de mala fe;
sentará sobre el trono de su majestad, y todos los pueblos da dia en dia acumulamos deudas, sin apurarnos por sa-
do la tierra comparecerán delante de él, como delante de tisfacerlas; y midiendo la ostensión infinita del entendi-
su Rey y de su Juez. ¡Qué diferencia, buen Dios, entre miento de Dios por la flaqueza del nuestro, porque noso-
Jesucristo naciendo en un establo y muriendo en una tros perdemos la memoria de nuestros pecados, nos figu-
cruz, y Jesucristo revestido de g l o r i a , acompañado de ramos que Dios los olvida, ó que no los m i r a r á sino como
todos los ángeles, sentado sobre una nube rosplandecicn- nosotros los miramos. No se duda, conforme al pasaje do
la q le le sirve de trono, viendo á lodos los hombres á sus Joel, que el teatro do este dia terrible debe ser el valle do
piés, q ¡e esperan su decisión sobre su eterna suerte! No- Josafat. «Yo j u n t a r é u n d i a todos los pueblos,.) diceelpi"0'
sotros reconocemos dos venidas de Jesucristo, que la Igle- feta, «y los llevaré al vallo de Josafat, en donde e a t r t j j
sia n )s propone como dos grandes objetos de nuestra fé, en juicio con ellos.«Los Setenta leen el valle del juicio. B»
y s o V e las cuales ruwl i , por decirlo así, toda la religión venerable Reda coloca este valle entre Jernsalen y el morí'
c.is'.ian.i. I I ) venid > esto Diosdionibre en el misterio ado- te de las Olivas. Allí en m.'i¡io del silenei» profundo y 1)0
DE C U A R E S M A . 103
la constornacion de lodos los hombros, osle Rey de reyes, | oüa á todas horas por el interés mas lijero, por un falso
esle Juez soberano, dirá á ios que oslarán á derecha: placer de un momento, por la satisfacción mas pequeíla.
«Venid, benditos de mi l'adic, poseed el reino que se 89
La oración de la misa en esle dia es como sigue:
hi preparado desde la creación del mundo.» ¡Qué alegría,
dice san Crisóstomo, qué honor en eslas palabras pnra Converte nos, Deus salu- Convertidnos, ó Dios Sal-
aquellos á quienes irán dirigidas I Jesucrislo no les dice: laris noster: et tit nobisje- vador nuestro, y para que
recibid el reino, sino poseedlc como heredad vuestra, j u n h m (¡uadragesimale pro- el ayuno de Cuaresma nos
como una herencia que os toca, que habéis recibido de jicinl, menlcs noslras cmles- sea provechoso, ¡lustrad
vuestro Padre, y que se os debe en todo tiempo; porque übus inslrue disciplinis. Per nuestras almas con celestia-
yo os la he preparado aun antes que estuvieseis en ú Dominum... les instrucciones. Por nues-
mundo; porque yo sabia e n l ó d a l a eternidad que seriáis tro Señor, etc.
loque sois, y que siendo fieles á la gracia, habríais con-
servado la caridad. Porque he tenido hambre y me ha- La Epístola es tomada del cop. 3 i . del profeta Ezcquiel.
béis dado de comer; lo cual, según san Agustín, es como Ucee dicil Dominus Deus: Hé aquí lo que dice el
si Jesucristo dijese: Vosotros erais deudores á la justicia Eccc ego ipse requiram oves Sofior nuestro Dios: Yo mis-
divina, porque habéis pecado; entrad, sin embargo, en meas, el visitaba eas. Skut mo vendré á buscar mis
mi reino, yo os hago misericordia, porque he tenido ham- visilat pastor gregem s m m ovejas y las visiiaré. Como
bre y me habéis dado de comer. No os abro, pues, el cic- in die, quando fuerit i n me- un pastor hace la revista de
lo, porque no hayáis nunca pecado, sino porquecon vues- dio ovhm suarum dissipata- su rebaño , cuando ve sus
tras limosnas habéis redimido vuestros pecados. En vano r u m : sic visitabooves meas, ovejas dispersadas , así
os uno acusado de sus pecados, dice san Pedro Crisólogo, et libcrabo eas de ómnibus también yo visitaré á mis
cuando se escusa con el pobre: dando al pobre, se hace h c i s , í'n ífui^us dispersa: ovejas, y las libraré de los
uno deudor de su mismo Juez. Después, dirigiéndose á fuerant ta die m é i s et c a l i -
lugares por donde andaban
los (pie estarán á la izquierda: « I d , malditos, lejos de ginis. Et edueam cas de p o - dispersas en los dias de nu.
'm',» U>s dirá con un tono fulminante, «id al fuego eterno pulis, et congregaba cas de bes y de oscuridad. Yo las
que está preparado para el demonio y para sus ángeles.» tenis, el indicam casin ter- sacaré de entro los pueblos
Gomo si Jesucristo los dijese, según san Crisóstomo: No ram suam, etpascam cas in idólatras, las reuniré de d i -
soy y o el que os ha preparado este fuego. Lo que yo os montibus Israel, i n rivis, et versos paises y las h a r é v o l -
h^bia preparado era un reino; solo para los demonios es- in cunctis sedibus terree. Ln ver á su propia (ierra; las
taban preparadas eslas llamas. Vosotros solos debéis acu- pascuis uberrimis pamim haré pastar en las montañas
saros de vuestra desgracia , vosotros os habéis procipila- eas, c t i n montibus excelsis de Israel, en las riberas de
do volunfariamonle en estos abismos. ¿Y quién al oir esto ¡srael ermt pascm earum:
los arroyos y en todos los
l'n-onlrará demasiado largos los ayunos de Cuaresma, y ibi requicscent in herbis v i -
sitios habitables del pais.
duro el rigor de la penitencia? «Id al fuego eterno, pre- rentibus , et i n pascuis p i n -
Las apacentaré en los pastos
parado para el demonio y sus ángeles.» Notemos que no guibus pasecntur sitper mon-
mas fértiles, y Jas altas
l'abla del suplicio eterno, como ha hablado de la recom- tes Lsrael. Ego pascam oves
montanas de Israel serán el
pensa cierna : «que os ha sido preparado desde la crea- meas; el ego eas aecubare
lugar de Apacentamiento;
ción del mundo;» porque el fuego eterno y la condenación [aciam, d k i l Dominus Deus.
ellas reposarán alli sobre ia
no han sido nunca su primera idea, ni su primer designio; Quod perierat, requiram; el
verde yerba, y se apacen-
(;oudcna á los pecadores á este último suplicio, dice san quodabjeclum eral, reducam;
Crisóstomo, en cierto m o d o , á pesar suyo. La muerte, dice tarán en las monlañas do
et q m d confraclim fuerat,
0| Sabio, ha entrado en el mundo, únicamente por la m a l i - Israel con los pastos mas
alligabo; et quod infirmum
na del demonio ; Dios no se complace en la pérdida de los pingües. Yo mismo apa •cn-
fuer a l , consolidabo: el quod
1!lalos. Los pecadores se atraen la muerte y los suplicios laré mis ovejas, y yo h a r é
pingue ct forte, custodiam:
0^'ii!os por su pura malicia; ninguno perece sino aquel que descansen, dice el Se-
el pascam illas injudkio, d i -
quiere perecer. Se ha dicho ya en otra parte, y minea ñor nneslro Dios. Yo busca-
cit Dominus omnipolcns.
^ t i r é bastante, que los santos deben á la misericordia de r é las que estaban perdidas
^10' y h ios mérilos de Jesucristo su salvación y la gloria y levantaré las que estaban
«i que gozan en el cielo; mas ninguno de los reprobados caidas, v e n d a r é las l l a -
? fpie no sea el arlilico de su reprobación atoro*] la gas de las que estaban h e -
^pi'obacion es la obra del hombre pecador, y osla verdad j-idas, forliíicaré las que
sora por toda la eternidad el menor de los sentimien- estaban Hacas, conservaré
con f 'asa'masrt'P1'0^ac'as' Jesucristo castiga á l o s malos las que estaban gruesas y
, i . 8 ° ' Y Con i ' " fuego eterno ; y este fuego no es n u i - fuertes, y las conduciré en
POP ' r ' ^ S W ' i c o y pasajero, sino un fuego real, cor- la rectitud y la justicia, d i -
, 1 ' V16 no se estinguirá j a m á s . El suplicio de los ce el Señor omnipotente.
nú'0"3 no 'ondrá fin ni disminución ; o b r a r á eterna- Ezequiel es el tercero d é l o s cuatro profetas mayores;
ete-* So^re su aln)a y sobre su cuerpo; y como serán era natural de Salera,hijo de Buzi, de la estirpe sacerdo-
¡Rué0'1101110 cn'Pa'3'es' serán eternamente castigados, tal; fué llevado cautivo á Babilonia con Jeconías rey de
eler " i 1)'(>S! iflll'^n 110sc estremece á la sola idea de una Judá; profetizó por espacio de veinte años, desde el año
lieni1( ,,<' ('eS8rac'iu!a! ¡ guiéq puede sostener mucho del mundo de 3 i09 hasta el de 3430, cerca de iiíS años
puesto pensamiento! Sin embargo, se espone uno á ántes de Jesucrislo. No obstante que algunas de sus p r o -
fecías estén muy oscuras, las tocaotes á la ruinado J c h i -
104 LUNES PRÍIMERO
salen, de la cautividad de Babilonia, la vuelta de osla cau-
rosas invitaciones, solicitaciones ó impresiones de la gra-
tividad, el restablecimiento del templo, la venida del Me-
cia? Si la bondad de Dios con el pecador es ciertamente
sías, el eslablccimienlo de la Iglesia de Jesucristo y la vo- incomprensible, ¿es mas fácil comprenderla malicia y la
cación de los pueblos gentiles á la fé, no pueden ser mas impía tenacidad de un pecador que difiero el convertiise?
claras.
E l Evangelio déla misa es de San ¡Mateo, cap. ¿fe
REFLEXIONES.

«Yo mismo apacentaré mis ovejas, iré á buscar las que In illo íempore: Dixü Je- En aquel tiempo dijo Je-
estaban perdidas, levantaré las queestaban caldas, ven- sús discipulis suis: C i m vc- sús á sus discípulos: Cuan-
d a r é las llagas de las que estaban heridas, ele.» ¿Podia n e r ü Filius hominis i n m a - do viniere el Uijo del h o m -
el profeta hacer un retrato mas semejante de Jesucristo jeslate sua, et omnes angelí bre rodeado del esplendor
buen paslor? ¿y no es toda esta Epístola la pintura mas m m eo, tune sedebit super de su majestad, y todos los
justa de él? ¡Qué cuidado no se loma por volver á llevar sedem majestalis SUM : et ángeles con él, entonces se
al aprisco á sus ovejas que se han estraviado durarrte los congregalmntur ante eumom- sentará sobre el trono de su
dias de nubes y de oscuridad! Nuestro corazón es un fon- nes gentes], et separavü eos, grandeza, y todas las na-
do de donde nacen muchas nieblas, y nuestras pasiones ab invicem, sicul pastor ciones se reunirán delante
Icvaiilan en él muchas nubes. El alma se halla muchas segregal oves ab Itoedis: et de él, y s e p a r a r á los m OÍ
veces en la oscuridad, y no se necesita mas que ima pa- staluet oves qnidem á dextris de los otros como un pastor
sión dominante para oscurecerlo todo. iCuánlos pasos f a l - suis, hcedos autem á sinis- separa las ovejas de los ca-
sos en medio de las tinieblas! ¡qué modos de obrar tan tris. Tune dket ñex his, qui britos , y colocará las ovejas
engafiosos! La pasión, cualquiera que sea, lleva siempre ¿i dextris ejus erunl: Yenile, á su derecha, y los cabritos
mas lejos de lo que se quei ia i r ; la noche impide que se benedicti PatHs m e i , possi- á su izquierda. Entonces di-
perciba cuánto se estraviauno. Esos escesosde disolución, deteparatumvobis regnum a rá el Rey á los que eslará.i
esos monstruos de irreligión y de impiedad, esas ruido- constüutione mundi. Esurivi á su derecha Venid, bendi-
sas rebeliones contra la religión, ese tenaz endurecimien- enim, et dedistis mihi man- tos de mi Padre, poseed el
to en el error, esas detestables herejías, que han desolado ducare: sitivi, et dedistis milii reino que os ha sido prepa-
el rebano, que han a r m i ñ a d o los reinos mas florecientes, y bibere: hospes eram, e í c o l - rado desde la creación del
que hacen todavía gemir á toda la Iglesia, lodos esos es- legistis me: nudus , et coo- mundo ; porque tuve ham-
pantosos desarreglos en materia de religión y de costum- peruistis me:infirmus, et v i - bre, y me habéis dado de
bres son el efecto de algunos pasos falsos durante las t i - silaslis me: in carcere eram, comer ; tuve sed, y me ha-
nieblas. No se ha advertido este horrible estravío hasta el venistis ad me. Tune res- beis dado de beber; no te-
que ha apuntado el dia. Se hace mucho camino, cuando no pondebunt ci j u s t i , diecntes: nia en donde alojarme, y
se deja de andar en toda la noche. Se atraviesan valla- Domine, quando le vidimus me habéis recogido en vues-
dos, barrancos, arroyos, cuando se camina en las tinie- esurientem, et pavimus te? tra casa ; estaba desnudo, y
blas fuera del camino real: la débil luz de las estrellas, el sitienlem , et dedimus tibi po- me halléis vestido; enfer-
dia mismo no encamina ya, cuando se ha ¡do mas allá de tum ? quando autem te v i - mo, y me habéis visitado;
donde se iba, y cuando no tiene uno mas que su propio dimns hospilcin , el collegi- entre prisiones, y habéis
parecer por guia. La ceguera espantosa de los judíos, el mus te? aut nudum,et coo- venido á verme. Entonces le
himentable estravío de tantos pueblos paganos, las tristes permmus te? aut quando te responderán los justos, y le
cstravagancias de tantos herejes son una prueba deplora- vidimus infirmun,aulin car- d i r á n : Señor, ¿ c u á n d o le
ble de esto. No hay ninguno que se propusiese i r fan l é - cere, et venmus ad le? St vimos hambienlro y le a l i -
jos en el nacimiento de su error; pero la pasión no tiene respondens ñ e x , dicet illis. mentamos? ¿ s e d i e n t o y le
liEiiües. A d m i r é m o s l a bondad, la misericordia, el amor Amendico vobis, quamdiüfe- dimos de beber ? ¿ c u á n d o
de e-le amable Pastor. Nada omite el Salvador divino pa- cistisuni exhis fratribusmeis te vimos sin hospedaje y
ra volverá traer todas las ovejas esfrnviadas. Las busca ól minimis , mihi fecisiis. Tune te recogimos en nuestra
mismo para reunirías, quiere conducirlas á Jos mejores dket el his, qui á sinislris casa? ¿ ó cuándo te v i -
pastos: yo mismo las h a r é reposar, dice el Scfior.IIé aquí e r u n l : Disccdile á me, m a - mos enfermo, ó en la c á r -
como trata el buen Taslorá sus ovejas que se habían per- ledirli, i n ignem aternum, cel , y fuimos á visitarte ?
dido, y como va él mismo á buscarlas; no se sirve de qui paralus cst diabolo et Y el Rey le responderá. En
amenazas, ni las reprende con amargura de su estravío. angelis ejus. Esurivi enim, verdad os digo , que cuan-
Su dulzura, su bondad, el gozo que tiene por haberlas et non dedistis mihi mandu- tas veces hicisteis todo eslo
traído, le inspiran una conducta mucho mas obligante. care : s i t i v i , ct non dedistis con uno de mis hermanos
Levanta ¿ a q u e l l a s q u e hablan caido, y las carga él mismo mihi f o l u m : hospes eram, mas pequeños , lo habéis
sobre sus espaldas para ahorrarlas el trabajo de caminar: etnon collcgislis me: nudus, hecho conmigo mismo. E n -
venda las llagas de las que estaban heridas. ¿Qué Padre et non cooporuistis me: i n - tonces dirá también á les
mas tierno? ¿qué Pastor mas diligente? ¿qué Médico mas firmus, el i n carcere, et non que estarán á su izquierda:
compasivo, mas caritativo? y después de esto ¿puede el visitastis me. Tune responde- Id lejos de mí, malditos, al
pecador, por mas estraviado que esté, por mas criminal buntei etipsi, dicentes : Do- fuego eterno , que ha sido
que sea, dejar de tener confianza en la misericordia de un mine, quando tevidimus esu- preparado para el demonio
Salvador semejante? ¿y deberá hacerse sordo á la voz de rientem , aut sitienlem, aut y para sus á n g e l e s ; porque
un pastor tan bueno? ¿deberá obstinarse en sus extravíos? hospitem, aut nudum , aut tuve hambre , y no me dis-
¿deberá rehusar el volver al redil, después de (antas amo- infrmum, aut i n carcere. el teis de comer ; tuve sed,
DE CUARESMA. 105
non ministravimus l'xbi? Time y no me dislois de beber; que se han escapado á nuestra atención y á nueslra confe-
respondehíliilis, direns:Amen no tleiíía donde alojarme, y sión: lospecados lijeros, los pecados de omisión, los pe-
dico vohis : Q m m d i ú non fe- no rae disteis abrigo ; esla- cados de otro, ¡Buen Dios! ¿quién tendrá serenidad y for-
cislis uní de minoridus his, b:i desnudo, y no me v r s - taleza bastante para sostener esla horrible investiga-
nec mihi fecislis. Et ibunl l i i lisleis ; enfermo , y en la ción, esta manifestación de las conciencias, este cono-
insuppliciumccíenmin: j u s - cárcel, y no me visitasteis. cimiento claro y distinto de la malicia, de la gravedad,
li imlem i n vilam w l c r m m . Dirán tandeen ellos á su de la enormidad de cada pecado? Durante osla vida
vez : Señor, ¿cuándo le v i - no l e ñ e m o s mas que^una ¡dea confusa, una idea imper-
mos lianjbiiento,ó sediento, fecta, una idea débil, superticial, una semi-idea de la na-
ó sin hospicio, ó desmido turaleza, d é l a malignidad del pecado; en el último juicio
ó enfermo, ó en la cárcel, y el genio mas limitado, el entendimiento mas grosero, el
no le hcmosasiítido? Enton- mas inútil, será vivo, penetrante, despejado, y formará
ces él les responderá : De una idea jusla y perfecta de toda Ja malicia, de toda la i n i -
verdad os digo , que toda quidad de cada pecado: esta sola vista será uno de los mas
vez que dejasleis de liacer- espanlosos y aterradores objetos que allí se descubrirán. A
lo con el menor de estos, este conocimiento claro y distinto de la malicia y de la
me lo negasteis á mí, K fealdad del pecado, se a g r e g a r á la comparación odiosa é
irán estos á los síiplicios impoilunade la bondad, de la misericordia infinita de un
eternos , y los justos á la Dios, y de sus innumerables beneficios, con nuestra negra
bienaveuíuranza eterna. y escandalosa ingratitud. Comparación de la grandeza y
de la majestad inefablede un Dios, con el menosprecio con
MiíDlTAGlON. que la liemos mirado; comparación de aquella grandeza
míiniía con nuestra nada; comparación de su omnipotencia
Delpdcio universal.
con nuestra bajeza. Comprended, si es posible, la confu-
f t o m riiurnuo.—Considera que no es lo que precederá sión, bt indignación contra nosotros mismos, el sentimien-
iinnediatamenleal juicio ú l i i m o lo que le hace espantoso y to, el despeclio, el dolor y el suplicio que causará en una
temible. La caída de las estrellas, los edipses de la luna alma este conocimiento, esta confesión.
y del sol, el incendio general que abrasará toda la tierra, TONTO SEGUNDO.—Considera q u é tormento, q u é t e m -
la confusión de lodos los elementos, qmí reducirá e l m u n - blor, qué desesperación, que rabia causará en los reproba-
do á un nuevo caos, lodos estos fenómenos prodigiosos, dos su separación de los elegidos, que s e g u i r á á esta con-
eslas ruidosas señales, que sorprenderán á toda la naln- vicción y á este examen: cuando vendrán ios ángeles asa-
'•aleza, y que formarán como el aparato y el preludio del car de entre la multitud confusa de ledos los mortales, los
úllinio juicio, inspirarán elespanlo, liarán temblar de mie- dichosos predestinados para colocarlos á la derecha del
de al animo mas intrépido, lodo esto producirá un pavor soberano Juez, mientras quepomlrá a l a izquierda las vic-
general; mas este aparato no d u r a r á muclio, solo inspira- timas desgraciadasde la justicia divina para ser condena-
rá sobresalto, n ó el senlimienlo ni la confusión. Lo que das al fuego elerno del infierno. Con q u é ojos, con que
hace el juicio último lan espantoso, tan horroroso, tan ter- sentimiento se verán aquel padre y aquella madre, sepa-
rible, es el juicio mismo; examen rigoroso de todos los pe- rados para siempre, y con una suerte lan diversa, de sus
cados de la vida, manifestación de las conciencias, sin que hijos amados; aquellos hijos de su querido padre; aquel
puedan sustraerse del conocimienío, ni de la vista detodo esposo de su esposa; aquel príncipe de sus vasallos; aquel
*1 universo, la menor falla, la mas lijera circunstancia, grande del mundo de sus favoritos; aquel amigo, aquel
e| motivo mas sutil, la menor imperfección. ¡ Q u é w n ' u - conciudadano, de aquellos con quienes habia vivido; aque-
s'On! ¡qué vergüenza! Si los crímenes secretos, que con lla persona religiosa, aquel sacerdote, aquel prelado, de
•anta solici'ud se procuran ocultar á los ojos del público su pueblo. Si es para ser colocados á la derecha, ¡buen
durante este vida, s e descubriesen é hiciesen públicos en Dios! ¡qué consuelo, q u é alegría, qué triunfo! Tero si es
loda una ciudad, en toda una provincia, ¡buen Dios, q u é para ser puestos á la izquierda, si es para ser confundidos
Co"fusion, q u é pesadumbre! En el dia del juicio se desen- con la multitud innumerable de paganos, de turcos, de he-
volverán todos los pliegues y repliegues de la conciencia; rejes, de malvados, ¡ó Dios! ¡qué cruel desesperación!
serán puestos en claro todos ¡os misterios de iniquidad; to- ¡qué supiicio! ¡Qué sensación esperimentarán entonces
0138 las envidias secretas, las venganzas disimuladas, las aquellas pobres gentes, despreciables, y en lanía manera
Pasiones vergonzosas, cubiertas alguna vez con una m á s - despreciadas; aquellas gentes de la hez del pueblo, oscu-
^«ia de leforma, de modestia, de zelo, d e piedad, semos- ras, afligidas, perseguidas, si son del número de los pre-
' " ' an con toda su malignidad á los ojos de todos los h o m - destinados! Todas las ideas do grandeza mundana, de
J ' ^ , (leSje Ajar| ¡úyfo e] ^|(jmo quehubierc espirado so- nacimiento ilustre, de riquezas, de empleos brillantes,
" e h\ U(nTa y ]10 Solo so manifestarán lospecados come- de prosperidades, representándose como las sombras en la
'Uesen la última edad,sino también todos los de la vida pintura, la memoria entonces de lo que « n o ha sido, d é l o
^ d e el primero de que nos hicimos culpables, desde el que es, y de lo que va á ser, fatiga, desespera, y es tan-
' lI11C1, uiomenlo en que tuvimos el uso de la razón, hasta lomas amarga, cuanto que queda mas perseverante, y
Gslroúitíra^ suspiro; les pecados olvidados, los pecados mas inmutablemente grabada. Comprended, si se puede,
^ cusados, los pecadoscuasi imperceptibles. No solonues- el rigor indecible de este espantoso suplicio. Pero repre-
fPecados graves, nuestios pecados propios, nuestros sentémonos, si es posible, lo que producirá en el alma la
Cti«os efectivos y positivos, sino también los pecados sentencia definitiva de este espantoso juicio. Hecho ya et

TOMO iV. U
100 M A l i m PRIMERO
examen y la separación; habiéndose hecho cada uno jus-
ticia sobre el número y le gravedad d e s ú s pecados;sin MAUTLS PRIMERO DE CUARESMA.
vislumbre de esperanza ; sin la ¡dea sitpiieia de ninguna La misa de este dia comienza por el primer versículo
misericordia, porque ya ha pasado el lienipo, el soberano del salmo 8!»; Señor, que sois antes de todos los siglos , y
Juez, brillando con el esplendor mas admirable, revestido que seréis eternamente , vos habéis sido nuestro refugio
de toda su majeslad, pronunciará aqueldocrelo fulminan- en todo tiempo. Según san Gerónimo, el que habla en este
te, cuya terrible ejecución debe durar tanto como Dios salmo es Moisés, líepresenta á Dios en él las miserias y la
mismo: «Id, malditos, lejos de mí al fuego eterno.» Es brevedad de la vida del hombre , y le suplica que se r e -
un Dios el que arroja á los reprobados de su presencia: ¿y concilie con su pueblo. Lo que ha inclinado á san Geróni-
dónde puedo yo oir, esclamabael profeta, que no os en- mo y á los que son del mismo parecer que el atribuir este
cuentre? «Si i)ajarc al infierno, allí estáis.» Sí, Dios está salmo á Moisés, es que tiene por título estas palabras:
en el infierno; pero está allí, nó como Padre, nó como Sal- «Oración de Moisés, hombre de Dios.» San Agustín y mu-
vador, únicos nombres, únicas cualidades que le agradan, chos otros no creen que Moisés sea autor. Se cree que ha
sino que está como Juez para castigar eternamente á los sido compuesto durante la cautividad de Rabilonia , ó por
condenados; y esta cualidad no es de su gusto, por decirlo alguno de los descendientes de Moisés, ó por algún otro,
así, porque la misericordia es su vitrud favorita, y porque que para hacer este salmo mas respetable quiso poner á
no había criado anadie para condenarle. «Apartaos de mí,»» su cabeza el nombre de este santo legislador , como pien-
y en este momento decisivo serán precipitados todos los sa el venerable Reda. Sea lo que quiera, pocos salmos hay
reprobos en el infierno. ¡O Dios! ¿creen esla espantosa ver- do un estilo mas elevado, mas devoto, ni mas patético. El
dad los que os ofenden? ¡Ah, Sefiorl juzgadme ahora,cas- autor implora la misericordia de Dios sobre un pueblo alli-
tigadme con todo el rigor que quisiereis, sed para nú aho- gido y pecador, y funda principalmente su confianza so-
ra un Juez severo, para que en el último dia no seáis sino bre las pruebas que hay de esla misericordia con los pe-
nú Salvador. cadores, y sobre la flaqueza del hombre y la brevedad de
JACO.ATOUUS.—¡ Ah ! Seflor, no permitáis que sea su vida. S e ñ o r , dice , vos habéis sido nuestro refugio en
confundido con los reprobados en aquel dia terrible. lodo tiempo. Nosotros hemos esperimentado tantas veces
(Psalm. ! & ) los efectos de vuestra protección y de vuestra misericordia,
Señor, castigadme en esta vida, y no reservéis mi cas- ó Dios mió, desde que habéis escogido la raza de A b r a -
tigo para el dia de vuestra cólera. (Psalm. C.) ham para pueblo vuestro , que á pesar de nuestros peca-
dos nos atrevemos todavía á dirigirnos á vos en el oslado
PROPOSITOS. miserable en que nos hallamos. No hay una oración que
1 Es admirable que se crea una verdad tan terrible mejor convenga que esta á los cristianos en este tiempo de
como la del úllimo juicio, y que se viva como viven la penilencia.
mayor parte de los fieles. Los santos no perdían j a m á s La Epístola está tomada del capítulo SS de la profecía
do visla este dia terrible. San Gerónimo asegura que lo de Isaías, en la cual convida el profeta á todos los pueblos
parecía oirdia y noche el sonido de aquellas trompetas que y á todas las naciones del mundo á la fé y á la penitencia,
harán salir do sus sepulcros á todos los muertos, para pre- y declara que Dios es infinitamente misericordioso ; que
sentarse al Soberano Juez y oir el decreto de su destino no rechaza á ningún pecador, á ménos que el pecador no
eterno. Practicad vosotros lo mismo; pensad conlinuamen- rehuse su gracia, y que nada desea tanto como nuestra
te en osle último dia. No os contentéis con tener hoy sido conversión. Que aunque todos los dias de la vida sean
esla importante medilucion; leedla por lo menos una ó dos dias de misericordia, hay tiempo en que el Señor se rindo
veces cada semana. No podéis hacer una lectura de piedad con mucha mas facilidad á escuchar los votos, á compade-
mas ú t i l ; y tened sin cesar presente á vuestro entendi- cerse de nuestros estravíos y de nuestras desgracias, á de-
mieulo el dia del último juicio. jarse ablandar mas fácilmente de nuestro llanto, y á per-
2 So queja uno alguna vez, ó á lo ménos se admira de donarnos nuestros desórdenes. ¿Y quién no ve que esle
ver á la mayor parte de las gentes timoratas en la oscu- tiempo de indulgencia es la Cuaresma ? Ruscad al Seflor
r i l a d y o n la aíliccion , al paso que los masjnsignes mientras que se le puede encontrar, dice el profeta ; i n -
pecadores nadan en la abundancia , viven entre los hono- vocadie mientras que está cerca. A los judíos era á quie-
res, y todo parece que les prospera. La fé de los incautos nes principalmente se dirigía Isaías con estas palabras ; y
se ejercita con frecuencia en esla diferencia de condición; el Espíritu Santo que hablaba por boca de este profeta,
pero esto mismo debe hacerles conocer la verdad , la ne- las dirigía generalmente á lodos los pecadores. Pueblo j u -
cesidad de esto juicio último en que las condiciones serán dío, apresúralo á recurrir al Señor ; invócale mientras que
bien diferentes, y en que Dios hará justicia con imparcia- está cerca de tí. Vendrá tiempo, y no está muy léjos , quo
lidad á los elegidos y á los reprobos. Cuando os viereis se retirará de tí, y p a s a r á á los gentiles , y llamarálos á la
en las adversidades, pensad en e! úllimo j u i c i o , asegurad fé, dejándolo en una ceguera y en un endurecimiento de-
vuestra fi?, y reanimad vuestra confianza. Ninguno habrá plorable. Precaveos contra esta desgracia ; deje el impío
entonces que no quiera haber tenido parte en las humilla- su camino, y el injusto sus malos deseos y sus pensamien-
ciones y en los sufrimientos del Salvador. Decios muchas tos criminales ; vuelva sin demora al Señor , y él le t r a -
veces con el Apóstol: Juzguémonos aquí sin misericordia, tará con misericordia j porque nuestro Dios se complace
á fin de esperimentar la divina misericordia en el dia del en perdonar, cuando ve un cora/on contrito y humillado.
último juicio. No imaginéis, conlinúa, que Dios piensa como nosotros, y
que uu simple y estéril proyecto de conversión lo recibe
como si fuera una conversión eficaz y sincera. Vosotros
Dií CUARESMA. 107
ei oois (juo todo eslá hecho con decir que queréis convertt- casa de Dios una caverna de ladrones, donde cometéis por
t o s Diosjuzga de olrn manera qwí nosotros do Ja sinceridad vuestras usuras toda suerte de latrocinios. En castigo tan
de nuestros deseos y de nuestras resoluciones tan frecuen- público, tan solemnemente producido , reiterado por dos
temente ineficaces. Si queréis convertiros tan verdadera- veces, en tiempos elegidos de intento y ejercido por la mano
monte., dice el Sefior nuestro D i o s , mudad de conducta; del Hijo de Dios , no puede dejarnos duda acerca de la
observad cuál ha sido la mia , y conformad la vuestra con enormidad del ci imcn. Pero ¿ d e q u é se trataba ? se trata-
olla. Abandonad vuestros caminos para entrar en los mios: ba del respeto debido por los hombres á la casa del Señor,
vosolrcs sois vengativos , violentos, iracundos ; y yo soy y violado por la insolencia de los mismos hombres. Puede
dulce, compasivo, misericordioso. Volveos , pues vá mí decirse que el zelo de la casa del Señor hace salir en a l -
con una entera confianza, y no temáis que el número ni la gún modo al Salvador do su carácter de dulzura, do pa-
enormidad de vuestros crímenes sean un obstáculo insupe- ciencia, de bondad. En efecto, ver á Jesucristo de quien
i-abie para recibir el perdón de ellos. Nolemais que que- el Profeta habia dicho que no sabría enojarse, y que nos
den sin efecto las promesas que os hago de una entera r e - leliabia figurado como un hombre incapaz de vocear, do
conciliación ; antes subirán á lo alto del cielo la lluvia y contradecir y ni aun de acabar de romper una cana cas-
la nieve, que deje de cumplirse mi palabra. Yo seré tan fiel cada; verle, digo, con d azote en la mano desplegar su
como generoso en mis promesas , y solo consistirá en vo- zelo sobro los quo traficaban en el templo, tirar al suelo el
sotros el que tengan su debido cumplimiento. No pongáis dinero y las mesas de los cumbislas, esparcir el terror y
obstáculo á ellas. Mi palabra es como la lluvia y la nieve la confusión en el pueblo: ¿ q u é cosa mas propia ni mas
que fecundizan la tierra , y hacen brotar el grano que se eficaz para hacernos comprender cuan grave es el crimen
ha sembrado en ella con tal que esté bien preparada. Asi do faltar al respeto y profanar las iglesias? Esta señal de
mi palabra no volverá á mí sin fruto , sino que producirá autoridad llene algo do maravilloso; y san Gerónimo mira
el efecto para el cual la he enviado. ¿Qué cosa mas con- como uno do los mayores milagros del Salvador la pronta
solatoria para el pecador? ¿ qué cosa mas á propósito obediencia de los mercaderes y de los banqueros, y el
para inspirarnos confianza que este pasaje de la Escritura? silencio inesperado de los fariseos y de los sacerdotes. Creo
No es menos interesante la instrucción que nos ofrece este Padre quo en aquella ocasión Jesucristo, por la majes-
el Evangelio. Viendo Jesucristo queso acercaba el tiempo tad de su rostro y por el resplandor divino que apare! ió
en quo habia determinado acabar la grande obra de la en su persona, imprimió tal espanto y tales scnlimienlos
redención de los homhres, hizo su entrada triunfante en la de respeto en el espíritu de los unos y de los otros, que
ciudad de Jerusalen cinco dias ántes de su muerte. Por el no so atrevieron á resistirle. Esla es la sola vez que el Sal-
camino hafiia recibido las aclamaciones de los pueblos que vador ha hablado y obrado con algtm tono de alteración
con palmas en las manos le hablan salido al encuenlro, para enseñar á los simples fieles hasta q u é punto puedo
clamando : «Hosanna al Hijo do David,» esto es , salvad, llegar el respeto á los lugares santos; y á los ministros
os rogamos, al Uijo de David ; viva el Hijo de David; sean del santuario cuál debe ser su fervor cuando se trata do
dadas toda suerte do bendiciones y prosperidades al que procurar el respeto que es debido á eslos mismos lugares.
viene en el nombre del Señor. Cuando hubo entrado ya ¿ Q u é desgracia á la verdad seria si ministros cobardes é
en Jerusalen, toda la ciudad se puso en movimienlo, y l o - interesados convirtiesen todavía boy nuestras iglesias en
dos preguntaban : ¿ Quién es ese? A lo cual respondía la abrigo de ¡a irones, por el tráfico indigno que hiciesen do
multitud que venia en rededor de é l : Este es Jesús , el las cosas santas? Pero ¿cuántos libertinos y mujeres mun-
Profeta de Nazareth en Galilea. Entró Jesús en seguida en danas las profanan puedo ser mas indignamente todavía?
el templo, es decir, en la lonja ópórtico de Salomón. Allí ¿Cuál será su castigo? Es admirable, docia el sabio Pico
encontró una especio do mercado , donde se vendia y se de la Mirándola,- que de tantas religiones como se han es-
compraba sin escrúpulo. En los tiempos de las gl andes parcido por el mundo y que han dominado en el por lanío
üostas y principalmente en la Pascua , se tenia en aquella tiempo, no haya habido mas que la religión de Jesucristo,
parte anterior del templo una especio de feria donde so es decir, no haya habido mas que lasóla verdadera r e l i -
vcndian los animales para los sacrificios. San Gerónimo gión, cuyos templos hayan sido profanados por sus propios
dice que lambien se prestaba allí dinero bajo de caución á profesores. Se ha visto á los romanos violar el templo de
que no tenían para comprar las cosas necesarias d u - los judíos, se ha visto á los cristianos hacer pedazos á los
•antc la fiesta, de modo que era aquello una especie de ídolos del paganismo; pero ¿ s e ha visto j a m á s á los paga-
^•'mbio ó banco en favor del público. Los sacerdote? que nos que ellos mismos atacasen á sus dioses y hayan man-
labian dejado inlrodiicir esta perversa costumbre , acaso chado los sacrificios que les ofrecían; por mas falsos, por
Sacaban de ella un gran provecho. Viendo el Hijo de Dios massupcrsliciosos que fuesen eslos sacrificios? Se ha visto
eslo comercio indigno , se armó de zelo y arrojó á todos á los herejes profanar nuestros templos santos; ¿pero so
^Ue"0s mercaderes de iniquidad que profanaban el (em- les ha visto faltar al respeto de los suyos? ¿ y por qué esla
y S;'nto, diciéndoles ; Eslá escrito i Mi casa será llama- diferencia? Porque el enemigo de nuestra salud no tienta
de ^e orac'on' cnAa Por consignienle de liberalidad y á los paganos ni los perturba en medio de sus sacrificios,
do Clií ' ('om'e so PW* ' donde se obtiene , donde se en razón de que son sacrificios falsos, y es él mismo el que
"aman los (Jom.g del cielo abundanlemenle sobre los recibe el incienso (pie se quema en ellos. Aquellos templos
i Wes ; y vosotros habéis liecho de ella una cueva de están ya basíanle profanados, sin necesidad de inspirar á
^ ! 0'ies, donde robáis á Dios los homenajes que espera sus adoradores el que los profanen ; al paso que emplea
Cs *l|IOs!ro '•oconocimiento ; al prójimo la ediíieacion que todas sus fuerzas y todos sus artificios para destruir el culto
que v"0s,r;' piedad ; á vosotros mismos los socorros que se rinde al verdadero Dios; para apariarnos del sarri-
l'wis a vuestra alma. Vosotros babeis hecho de la licio adorable de nuestros altares; para hacernos perder el
i 08 MARTES PimiKRO
fruto de é l ; para impedirnos recibir las gracias y f-ivores eam fácil, el dat semen se- los. Y como la lluvia y la
singulares que derrama abundanUMiirnle sobre lodos los renli, el panem comedcnli: nieve bajan del cielo y no
que vienen á adorarle en su lemplo, en donde oye Mra ora- sic eril verlnm meum, quod vuelven mas allá , sino que
ciones y sus votos; y lié aquí lo que mueve al demonio egredietnr de ore meo : non empapan la tierra, la IV-
para hacernos cometer tantas irreverencias en el lugar reverlelur ad me vacuvm, sed cundizan y la hacen brotar,
santo. Los milagros que el Salvador hizo inmodiatamenle faciet quw.cumque volui; el y que d é semilla para sem-
después en el templo mismo, lo atrajeron nuevas aclama- prosperabilur i n kis, ad qua; brar, y pan para mante-
maciones. Los niños no cesaban de clamar: «Ilosanna al nerse, así será mi palabra
m i s i i l l v d , a i l Dominus om-
Hijo de David», mientras que los príncipes de los sacerdotes nipolens. que sale de mi boca: no
y los escribas, esto es, los intérpretes de la ley, reventa- volverá á mí sin fruto, sino
ban de despecho contra él. Cosa eitrafia" los príncipes de que hará lo que yo quiero,
los sacerdotes y los doctores de la ley veian á Jesucristo y prosperará en aquellos
obrar milagros, y en lugar de imitar á los niños que le para quienes la be enviado,
dan gloria, no pueden disimular el sentimiento que tienen dice el Señor oninipolente.
de verle honrado, Jesucristo les dejó y se salió de la c i u - La tradición constante de los hebreos seguida de
dad para ir á Itctaiiia en donde se hospedó. lié aquí el Padres de la Iglesia, es que Isaías fué serrado vivo al p r i n -
triste efecto del endurecimiento de los judíos, y la causa cipio del reinado de Manases, rey de J u d á . San Justino
funesta de su reprobación. Las exhortaciones del Salvador mártir acusaba á los judíos de haber borrado de los libros
no les conmueven; sus milagros les hacen todavía mas santos esta circunstancia que hacia tan poco honor á sus
obstinados; resisten tenazmente á las eficaces solicitacio- padres. La verdadera causa de la indignación de aquel rey
nes de la gracia: el Salvador, en fin, les deja y se va á implo era la libertad quo se tomaba Isaías de reprender
hospedar á casa de gentes mas dóciles y mas religiosas. sus desarreglos.
Ejemplo terrible del castigo mas espantoso. Libertinos, mu-
jeres mundanas, gentes sin religión, vosotros resistís á las REFLEXIONES.
mayores gracias; nada os conmueve, rehusáis con a r r o - «Tanto como los cielos están elevados de la tierra, otro
gancia el convertiros: Dios no deja de tener almas dóciles lauto mis caminos están elevados sobre vuesiros caminos,
que le indomnizurán bien de vuestra pérdida. Dios calía, y mis pensamientos sobro vuestros pensamientos.» Dios
Dios se relira, y vosotros moriréis en vuestro pecado. piensa muy de o'ra manera quo nosotros de las verdades
de la religión, del valor de los bienes criados, de todo lo •
La oración de la misa de eslc dia es como sigue : que está al alean e do los sentidos, de las vanas ideas do
Réspice, Domine, famüiam Mirad, Señor , á vues- grandeza, do felicidad, de fortuna; en una palabra, de
tuam, et proesta: ut apud tros siervos, y haced que todo lo que deslumhra y lleva en pos de sí el enlendimien-
te mens nos ira t m desiderio nuestra alma, que se cas- to y el corazón humano. Nosotros no apreciamos masque
fulgeM, quee se carnismace- tiga por la maceracion de lo quo lisonjea á la ambición, lo quo alimenta la codicia,
ralione casligat. Per Domi- la carne, brille delante de lo que halaga al amor propio. Los puestos mas elevados
num... vos por la pureza do sus de- dispieitan nuestras pasiones, los placeres encantan nues-
seos. Por nuestro Señor, etc, tros senlidos, y nos embriagan los honores. Por e! contrario,
se licno horror á la pobreza, se miran las adversidades
La Epístola es tomada del cap , ss de la profecía de Isaías. como azotes de Dios, y las humillaciones como desgracias.
h i diebus i l l i s : Locutus En aquellos dias ha'oló el Una vida oscura es despreciada; no se alaba mas que lo
est Isaías p r o f líela, dicens: profeta Isaías á los de su quo brilla; no se hacen votos sino por la prosperidad. Echad
Quoerite Dominum, dum i i i - nación , y les dijo: Buscad una mirada sobre lo quo se llama hoy gran mundo: ¿qué
veniripotesl: invócale eum, al Señor mientras puede lugar ocupa la religión en su esp rilu y en su corazón?
dum propé est. Derelhiquat hallarse, invocadle mien- ¿qué estima se hace en él de las máximas del Evangelio?
impius viam suam, el v i r tras está cerca. Deje el i m - No digo ya entre las mujeres mundanas, y enlro tantos
inifjuus cogilaliones suas, et pío sus caminos, y c l i n - jóvenes libertinos, sino aun entre los que hacen profesión
revertatur ad Dominum, ct justo sus pensamientos, y de cristianos y procuran llevar una vida bastante arregla-
miserebilur ejus : et ad Deum vuélvase al Señor que se da. Los oráculos de Jesucristo sobre e! precio y el m é -
nostrum , quoniam multus compadecerá de é l , y á rito de la humildad, sobre el valor y el mérito de los
est ad igmscendum. Non enim nuestro Dios, porque está sufrimientos, ¿hacen grande impresión sobro los co-
cogilaliones mem, cogilalio- lleno de bondad para per- razones? So pasma uno do las perniciosas máximas del
nes veslra;: ñeque vice vestroe. donar. Porque mis pensa- mundo: ¿ so gusta mucho en él de las máximas del Evan-
vice mea;, dicil Dominus. mientos no son vuestros gelio? ¿está bien penetrado de las terribles verdades do
Quia sicul cxahanlur coeli d pensamientos, ni mis ca- la religión? ¿seria bien recibido en él, si se hiciese el elo-
térra, sic exaltaloe sunt vice minos son vuestros cami- gio d é l a modestia cristiana, de la regularidad ejemplar,
mea; a viis veslris, el cogila- nos, dice el Señor, Porque d é l a morlilicacion? Lo que se alaba en él es una moda^
liones mea; a cogilalionibus- tanto como los cielos están un equipaje suntuoso, una continuación do placeres y lios-
vestris. Et quomodb desem- elevados de la tierra , otro a s mundanas, quo la moral cristiana reprueba. ¡Qué d i -
dil imber ct nix de ccelo, el tanto mis caminos están ele- vrencia, buen Dios! ¡qué oposición entro los ponsamientos
illue ullrá non revertitur, vados sobre vuesiros cami- del Criador y los nuestros! ¡ entre nuestias máximas y las
sed inebriat terram, et m - nos, y mis pensamientos do Dios 1 Necesariamente uno de los dos vive en él error;
fundit eam, el geminare sobre vuestros pensamien- ¿quien es el quo se engafia? Y si la ilusión y el error es-
m CUARESMA. 109
lán de niii'slrn pflfta, ¿ atlóndo ir.'má parnr c^os proyoc- ellas para escuchar allí nueslms votos y recibir nueslro
'os de ambición, lodas osas francachelas, lodos esos sis- culto. Para hacer santo cualquiera lugar quesea , basta
'cmas de felicidad, todos esos planes imaginarios de eleva- que esté destinado para honrar á Dios en él; desdo el mo-
ción, de mundanidad y de forlnna? ¿ q u é será do esos mento en que ha sido solemnemenle consagrado para este
partidarios del mnndo, de esas viciimas de las pasiones, uso, se hace venerable á los ángeles, y terrible á los de-
de esos tristes esclavos de un señor (piimérico? ¡Unen monios ; ¿y cuán respetable no debe ser desde enlonces á
Dios! ¡qué irracionales son los hombres cuando se trata los hombres? Toda la santidad que el nacimiento del Hijo
de su verdadero bien! ¡ qué lamentable es su ceguera! de Dios comunicó al establo de líelen ; toda la que con su
sangre comunicó al Calvario , y su cuerpo muerto al se-
E l Evangelio de la misa es tomado de san Mateo del cap. S í . pulcro, lodo esto se halla en las iglesias de los cristianes.
I t i Uto tempore: Cam t a -En aquel tiempo: Ha- No es ya una tmve milagrosa la que hace formidables
Irasset Jesús Jerosohjmnm, hiendo entrado Jesús en nuestras iglesias como en el templo de Jerusalen , es el
comnwla esl universa tiritas,
Jerusalen, se conmovió t o - mismo Jesucrisío el que hace en ellas su asiento, del mis-
dicens : Quis esl hic? Populi
da la c iudad , diciendo: mo modo que del cielo el asiento de su gloria ; si pues
uutem dicehanl: llicesljesns¿Quién es este? A lo que la cuando yo entro en nuestras iglesias, cuando me acerco á
propheta á Nazarelh Gali- multitud respondía: Eslees los altares, no me siento penetrado de aquel santo pavor
W . El intravit Jesús i n Jrsus. el profeta de Naza- de que uno se siente poseído cuando se acerca á los luga-
t mtplitm Dei, el ejiciebal o m -
relh en Galilea. Y Jcsns en- res mas santos ; si no me siento conmovido de aquellos
ines véndenles el ementes i n
tró en el templo de Dios , y mismos senlimienlos que hacen correr lágrimas dulces de
I m p l o , el mensas nummula-
arrojaba á todos los que los ojos de aquellos que tienen la dicha de ver el pesebre
riorum] el caihedras ven- vendian y á los que c o m - en que nació Jesucristo ; si no esperimenio en mí aquellos
dentiam columbas everlit: praban en él, y echó al sue- trasportes de amor y de alegría que han hecho espirar á
et dicit eis : Scriptam esl:lo también las mesas de los algunos subiendo á la montaña en que el mismo Dios fué
Domus mea domas oralio- cambistas y los puestos de crucifleado, ó besando los vestigios que dejó al subir al
* k vocaúbur : vos aulem los que vendian palomas. cielo, esto no es que me falte la fé, es indevoción , es el
hcislis illam spelmram l a - Esltá escrito, les dijo, que efecto de una insensibilidad poco crisliana. Pensad que en
lronum. E l aceessn'unt ad mi casa se llamará casa de nue.-tras iglesias reposa el cuerpo adorable del Salvador,
"un cccci el dandi i n templooración; y vosotros Inbeis que no estuvo mas que nueve meses en el seno de María,
el xaiumt eos. YideMesnnlem hecho de ella una cueva de pocos días en el cslablo , tres horas en la cruz , tres dias
Vñncipes sacerdolum el scri- en el sepulcro, y que por esta poca morada en lodos es-
ladrones. Al mismo tiempo
mirabilia qux (ecil, et tos lugares sagrados, los ha hecho tan dignos de nneslra
se llegaron á él dentro del
PU«mt daiaanli's i n templo, veneración, de nuestros respetos y de nueslro culto: esto
templo los ciegos y los
et diccnles: Hosanna Filio mismo Salvador, esle mismo Dios , es el que está dia y
cojos, y los sanó. Viendo,
havid; indignali SMTIÍ, et d i - noche en nuestras iglesias : á la verdad , el está allí con-
pues, los príncipes de los
^eruiU et; Audis quid i s ú d i - tinuamente adorado de una multitud inumerable de á n g e -
sacerdotes y los escribas las
' Jesús aulem d i x i l eis:
maravillas que acababa de les, de arcángeles y de serafines que componen su corte;
Ütique, Nimrjuam lerfislis:
bacer, y que los niños cla- pero ¿ y nó habrá mas que los cristianos , por cuyo amor
Qm» ex ore infanlium et
maban en el templo: Hosan- ha escogido el Salvador nuestros templos para su palacio,
lattentium perfecisti laudm?
na al Hijo de David; so l l e - que no se dignen venirle á adorar en ellos , ó que tal vez
relicils itlis, flbiil [oras
naron de indignación, y d i - se atrevan á no venir allí sino para insultarle? Los demo-
extra civitatem i n lielka- jeron á Jesns: ¿ O y e s lo nios se estremecen á la sola vista del lugar santo; los cris-
niam:ibiqucmansit (pie dicen estos n i ñ o s ? Si, tianos le profanan con una insolencia que hubiera causa-
les dijo J e s ú s , y vosotros, do horror á los mismos paganos. ¿Qué se diria si se viese
¿ n o habéis leido nunca que un crisliano en el Calvario , en pié ó sentado , tan inmo-
de la boca de los niños y de desto como en un mercado, si se le viese hablar, reir, r e -
los que laclan, sacas(e la quebrar, en el mismo sitio en donde el Salvador fué cruci-
alabanza perfecía? Y ha- ficado? pero ¿ c u á n t o mas horrible hubiera sido lodo esto,
biéndoles dejado se salió de si se hubiera hecho cuandoel Salvador espiraba allí? ¡Oh,
la ciudad para i r á Betha- abominación de la desolación! Nueslras iglesias son lan
nia, donde permaneció. sagradas como el Calvario, Jesucristo renueva en ellas to-
dos los dias su sacrificio inmolándose sin cesar por noso-
MEDITACION. tros al Eterno Padre ; ¿ y qué irreverencias , qué de p r o -
fanación se cometen durante este sacrificio? ¿Hubo j a m á s
üel respeto debido á las iglesias.
un escándalo mas espantoso , una profanación mas horro-
^TO PIUMERO.—Considera que nuestras iglesias son la rosa, una abominación mas impía? pero ¿hubo j a m á s un
''asa del 1)¡US v¡VOi 0i güniuario de la divinidad, el templo crimen ménos perdonable á los cristianos?
'"'^"^o donde reside, nó el arca del antiguo Tesíamento,
PUNTO SECUNDO.—Considera si es posible llevar mas l e -
^ 'a divina Eucaristía , de la cual el arca era solo una
jos la impiedad, si puede haber una impiedad que irrite,
débil • son las iglesias el lugar mas santo que pue-
que encienda mas la cólera divina. Las casas de los par-
^ haber sobre la t i e r r a , por la presencia real de Jesu-
ticulares son un asilo contra los insulíosde sus enemigos.
("••lo que resjaé en ellas ¡ por el divino sacrificio que allí
Slí ofrece, — • Cada uno está seguro en su casa ; y ¿qué crimen no es el
y por la elección especial que Dios ha hecho de fallar al respeto en el palacio de un p r í n c i p e ? ¿ Y ha de
110 MARTES PRIMRRO
ser solo Jesucristo el que en su propia casa no esté al abri- vista de Jesucristo realmente presente. No habléis a l l í n u n '
go de la insolencia, de las irreverencias, de los insultos de ca, ni permitáis que se os hable ; salios del templo cuan-
sus propios vasallos? ¿Con qué aires tan desvergonzados, do haya necesidad de hablar algo.
tan vanos, tan inmodestos, tan insolentes, nose entra hoy 2 Inspirad á todos vuestros hijos y á vuestros d o m é s -
en las iglesias? ¿con q u é indecencia no se presentan á ticos este profundo y religioso respeto. Acostumbrad des-
los piés de los altares? ¿con q u é impudencia, con qué i m - de sus primeros años á vuestros hijos á respetar un lugar
piedad no se comportan en el lugar santo? Si el demonio tan temible. Estáis encargados de alguna iglesia ó de a l -
tomase un cuerpo, notendria j a m á s el atrevimiento dees- guna capilla, cuidad de que todo esté decente en ella y aun
lar en nuestras iglesias con la misma irreligión con que se magnífico; no escaseéis nada. Ninguna cosa eontrilmye
presentan cu ellas la mayor parle de los cristianos. ¿Qué tanto para inspirar la veneración y el respeto como esta
escándalo no dan esas mujeres mundanas que con lodo religiosa magnificencia. Los palacios de los grandes están
desahogo vienen allí medio desnudas, y con esos trajes tan ricos, todo es brillante aun en las casas de los parti-
huecos, cuyo primer uso es debido á los farsantes? ¿Qué culares, y las iglesias están muchas veces espantosas, tan
escándalo no dan esos libertinos que vienen allí á renovar descuidadas están. En fin, no estéis jamás en la iglesia
todos los días las irrisiones, los oprobios, de que Jesucris- sin pensar que estáis en la casa de Dios. Vuestro respeto
to fué lleno de aquellos impíos soldados que le trataron y vuestra modestia deben ser la prueba de vuestra fé, de
como rey de teatro? ¿Qué escándalo no dan aquellas per- vuestra religión y de vuestra piedad.
sonas que permiten allí á sus hijos lo que no les sufrirán
en las casas particulares? En fin, ¿ q u é irreverencias por MIÉRCOLES PRIMERO DE CUARESMA,
lodo género de gentes que están en el lugar santo con mé-
LLAMADO TAMBIEN MIÉRCOLES DE LAS TÉMPORAS.
nos compostura ,' con ménos reserva , con. rnénos respeto
que estarían en los lugares mas profanas? Comparad aque- La Iglesia ha fijado á esta primera semana de Cuares-
llos cumplimientos, aquella cortesía, aquella modestia res- ma las témporas de primavera. Se ha dicho ya en otra
petuosa , aquellas consideraciones infinitas que se tienen parte, que los ayunos de las témporas son ayunos que la
en una visita de civilidad, en una reunión de gentes hon- Iglesia prescribe de tres e n t r e s meses, los miércoles,
radas, y cuántas veces se presenta uno delante del p r í n - viernes y sábados de una misma semana. Esta práctica do
cipe, con la inmodestia, la negligencia , la disipación , la religión estaba ya establecida en la Iglesia Romana ánlos
displicencia, la irreligión con que se está á la vista de Je- del quinto siglo; y san León, que vivia en este tiempo,
sun islo en las iglesias. ¿Se estraflará después de esto si dice que los ayunos de las témporas son de tradición
Dios está irritado ; si abandona los pueblos enteros al er- apostólica, habiendo querido consagrar el Espíritu Santo
ror ; si está sordo é insensible á nuestros votos? ¿Se estra- cada estación del ano por la penitencia de algunos dias.
ñ a i á el desarreglo d é l a s estaciones, la intemperie del Pregunta san Agustín por q u é ha escogido la Iglesia
aire y lodos los acontecimientos espantosos que nos particularmente el miércoles y el viernes para los dias do
afligen? ayuno; y responde, que ba sido porque el m i é i t o l c s fué
Sí S e í l o r , yo reconozco que estáis justamente irritado cuando los judíos formaron el designio execrable de dar
contra vuestro pueblo. Las irreverencias solas que se co- la muerte al Autor de la vida, lo cual ejecutaron el vier-
inelen ledos los dias en el lugar santo encienden vuestra nes. Se ayuna, pues, el miércoles, porque en este diaque-
cólera ; yo he pecado, Seflor, yo reconozco mi falla , pero dó convenida la muerte del Salvador; así como se ayuna
yo espero con el ansilio de vuestra gracia que el respeto el viernes que fué el dia en que se verificó esta muerte,
y la devoción con que estaré de aquí adelante en las igle- San Fulgencio, obispo de Ruspe, en África, en el siglo v,
sias os inclinará á perdonarme. ordenó que los eclesiásticos, las viudas, y entre los legos
JACULATORIAS.—Yo comprendo, Señor, con q u é respe- los que pudiesen hacerlo , ayunasen regularmente todos
to tan profundo debe uno presentarse en vuestro tem- los miércoles y los viernes.
plo, y con q u é piedad debe oslarse en el lugar santo. La misa de este dia comienza por estas afecluosas pala-
(Psalm. 92.) bras del salmo 2 4 : Acordaos, Señor, de vuestras antiguas
Conozco, ó Dios mió , cuan terrible es este l u g a r ; aquí misericordias, que tantos siglos hace ejercitáis con noso-
está la casa de Dios y la puerta del cielo. (Genes. 28.) tros ; no permitáis nunca que los enemigos de nuestra
salud consigan ventaja alguna sobre nosotros. Libradnos,
PROPOSITOS. ó Dios m i ó , de todas las angustias y de los males que nos
1 Hay pocos pecados que tarde ó temprano castigue afligen. Este salmo es una oración devota hecha por un
Dios con mas severidad que la falta de respeto y las i r r e - hombre afligido. Es verisímil que este salmo fuese com-
verencias que se cometen en las iglesias. Acordaos siempre puesto durante la rebelión de Absalon. David implora td
que nuestros templos son la casa de Dios ,'.y el lugar santo ausilio de Dios en su aflicción, y considerando sus males
por escelencia, especialmente destinado á dar á Dios en él como penas justas de sus pecados, concibe los mayores
un culto religioso, ydondeel S e ñ o r q u i e r e que le represen- sentimientos de penitencia. Nosotros podemos aplicarnos
téis vuestras necesidades; el lugar donde se ha obligado á este salmo en todas nuestras aflicciones, pero sobre lodo
oir vuestras oraciones; pero no las hagáis infructuosas por cuando nos vemos mas combatidos por los enemigos de
vuestra falta de respeto. Jamás entréis en las iglesias sin nuestra salud. A tí, Señor, debemos decir con David, le-
tía pavor sanio que os mantenga en ellas con un respeto vanto yo mi corazón; en tí, ó Dios mió, pongo yo mi con-
religioso, y con una modestia ejemplar. Estad siempre fianza; no esperimenlc yo la confusión de verme abando-
allí con una postura decente, humilde, edificante, tal co- nado de vos.
mo es consiguiente en personas que creen que están á la En la misa del miércoles de las témporas se leen siciw-
DE CUARESMA. 1H
pro dos Kpistobs. Las dos de h misa de oslo dia nos pre- seos, como si ignorasen los milagros brillantes que habia
sonla las liguras del ayuno que Josumsto practicó en su hecho y de que todo el mundo era testigo, le pidieron uno
retiro en el desierto después del baulismo, y demueslrau que fuese nuevo y sin ejemplar, que llamase igualmente
que la inslitucion que la Iglesia ha hecho de la Cuaresma la atención á la vista que al espíritu. Siempre fué propia
para honrar y rcpresenlar en alguna manera aquella Cua- la incredulidad de cierta especie do sabios orgullosos que
resma misleriosa del divino Salvador, puede autorizarse cierran voluntariamente los ojos á la luz: buscan nuevas
por la ley y por los profetas, del mismo modo que osla razones para creer, y lo que deberían tratar de adquirir
por el Kvangolio. es la docilidad y la humildad de corazón. Regularmente
La primera Epístola osla sacada del Ewnlo. Habiendo secareco de fé cuando no hay humildad. El Hijo deDios les
i'ofcrido Moisés al pueblo las l e y ó ? de Dios, y bajo que con- respondió con Grmeza; pero dirigió su respuesta al pueblo
diciones se habia Dios dignado hacer alianza con ra pue- que le rodeaba : No solo es una vana curiosidad do estas
blo, recibió orden para volver á subir solo á la cima de gentes, les dice, el exigir de mi alma algún prodigio r u i -
la monlafia de Sinaf, para recibir allí la ley y los manda- doso en el cielo ó en el airo, sino también una insigne
mientos que Dios habia grabado en dos tablas de piedra. malicia. La petición que me hace esta nación perversa, no
Apenas hubo llegado arriba, cuando quedó por espacio le será concedida del modo que ella lo desea. No carecer/»
de seis dias envuelto en la nube resplandeciente que la en verdad, de milagros; pero el mayor y el que ella es-
cubria, y que formaba un torbellino de luz donde resi- pera ménos, será aquel cuya figura fué el profeta Jonás,
día la gloria del Señor. Lo que aparecia de esta gloria del quiero decir, mi muerte y mi resurrección. Nadie ignora
Señor, era como un fuego ardiente en lo mas alto de la que Jonás fue arrojado al mar para apaciguar la tempes-
monlafia que se elevaba hacia los cielos y se dejaba ver tad que se habia movido por su causa, y que Dios dispu-
de todos los hijos de Israel. Necesitaba un pueblo tan g r o - so que un monstruo marino (se cree que fuese una balle-
sero como aquél de alguna cosa sensible que le hiriese. na) se hallase Tillí para tragarle. Tres dias estuvo Jonás en
Moisés pasó al través de la nube para ir adonde Dios le lla- el vientre de este animal, que al tercero le arrojó á la r i -
maba. Estuvo allí cuarenta dias y cuarenta noches sin co- bera sano y salvo, y desde allí fué á predicar la peniten-
BMjr ni beber, pasando lodo este tiempo en comunicacio- cia á los ninivilas, los cuales se convirtieron lodos. El e n -
nos ínliiiias con Dios, las cuales de un simple pastor que gullimiento del proieta y su salida del vientre de la ba-
^ i», hicieron de él un tan sanio y tan ilustrado legisla- llena, después de haber estado allí tres dias, indican v i s i -
^oi'. En el ayuno y en la oración es donde Dios se c o m u n i - blemente la muerte de Jesucristo, el tiempo que su cuerpo
ca al alma. debía estar en el sepulcro y su resurrección gloriosa. Este
i'n la segunda Epístola d é l a misa de esto d i a , leemos modo de responder figurado, siempre .ha sido ordinario á
^"e el profeta Elias espantado con las amenazas que Jo- losoiientales, y singularmente á los j u d í o s ; así que c o m -
2<^el, reina do Israel, le habia hecho, de que le Iralaria prendieron fácilmente lo que les queria decir. Y si el mila-
como él habia tratado á los cuatrocientos cincuenta prote- gro que se obró en la persona de Jonás ha podido obligar
os deBaal, á quienes habia quitado la vida cerca del tor- á los ninivilas á recibirle como quien venia de parte de
' •ífite de Gison, huyó á los conOnes del reino de Judá. Dios y creer su palabra, ¿qué no debe hacer un prodigio
^ibiendo llegado á Bersabée despidió á su criado, y se re- tan nuevo como el de la resurrección gloriosa del Hijo del
1110 al desierlo de la Arabia Potrea^ una legua de l a c i u - hombre? ¿No será esla una prueba mamliesla de que es
j M . Sintiéndose fatigado se sentó á la sombra de un ene- Dios quien le ha enviado al mundo para la salvación de su
^' o, en donde abandonándose á la tristeza hubiera d e s é a - pueblo? En efecto, de la prueba inconleslable de este pro-
l o morir para no ver por mas tiempo los crímenes que se digio de la resurrección, se han servido los Apóstoles para
e0|Hetian. Y anegado el corazón de amargura: Señor, e s - convertir á todo el mundo. Por esto, conlinuando el Sal-
c'anió, sacad mi alma de mi cuerpo, porque yo no soy vador la alegoría, añade: Los ninivilas se levantarán en
,nejor que mis padres. En medio de esta opresión se tendió el juicio contra esla nación y la condenarán. Porque ellos
^n ol suelo y se durmió. Eiifonces un ángel tocándole, le hicieron penitencia inmedialamente que Jonás les predicó,
osperló y le dijo: Levántate y come. Elias luego que des- y éstos no se convierten aunque yo que soy el Hijo de Dios
Foi'ló, vió cerca ^ S[ un pan ó torta cocida bajo de la -ce- y la verdad misma, les predico y les convenzo por la razón
^'iza y üQ vaso ;,gl)a (]onii() y b d i i ó de aquello y se vol- y por los milagros. Terrible comparación la queso hará
0 a dormir. Volvió el ángel por segunda vez y le tocó, y en el dia del juicio entre el bárbaro cotiverlido y el cris-
R i é n d o l e despertado le dijo: Levántale y come, poique tiano nacido en el seno de la Iglesia; entre las personas
^ ^ • e d u mucho camino que andar. Entonces sintiéndose que viven bien en el siglo y las personas consagradas á
n '"as fuerza y vigor que nunca, anduvo cuarcnla dias Dios: menos ausiiios y mas fidelidad de una parle, mayo-
J baronía res socorros y ménos fidelidad de la otra, llagamos ahora
nocbps sin tomar ningún alimento, y al dia
J ^ M i é s í a u í llegó á la montaña de Sinaí, ú Uoreb, sos- esta comparación para evitar la vergüenza y la condena-
^ litio durante todo este largo ayuno por la virtud milagro- ción que nos atraería en aquel dia.
sa d d
La reina de Sabá que vino de tan lejos, prosigue el Sal-
©roso reconocen todos los santos Padres y los intérpretes vador, esto es, según se creo comunmente, que vino do
;i de la Eurarislía. la Arabia Loliz, situada al mediodía de la Judea, para ver
esiá ménos lleno de instrucción y de maravillas el y para admirar á Salomón, de quien habia oído contar tan-
'va,lgeliü de este dia. Acababa el Salvador de librar al tas maravillas (esla espresion, vino de los ostremos de la
P0seido, ciego y mudo, y de confundir la malignidad de tierra, no significa por lo común en la Escritura mas que
SUs (,1)1"!os, que decían que si arrojaba los demonios era un país lejano); esla reinase levantará contra esta nación;
011 Vli'lud de Belcebub; cuando algunos escribas y f a r i - ¿y q u é tendrá que responder? En efecto, el ejemplo de
412 MIERCOLES P H J M E R Ü
aqaella princesa á quien el ileseo de ver un rey fainn?o carnación, ni le pasó por la imaginación el ofenderse de
por sn sabiduría aleja tic sus estados y le hace emprender ellas. Se sabe también que los hebreos daban el nombre
un viaje lan penoso, es muy capaz de confundir al pueblo de hermanos á los que nosotros llamamos primos. Aquelks
j n d í o q u e rechaza la doctrina que el Hijo de Dios le anuncia de quienes aquí se trata, eran los sobrinos ó de san José,
en persona, y qne autoriza con los milagros mas pasmo- ó mas bien d é l a Sanlisima Virgen, Santiago el menor. J u -
sos. Pero ¿ y el ejemplo de esta misma reina, no debe t a m - das, Simón y José. ¿Podía indicar mas sensiblemente el
bién confundirnos á nosotros? Salvador, á los ministros del Evangelio, hasta q u é punto
Lamentándose en seguida el Hijo de Dios sobre el en- deben estar desprendidos de la carne y de la sangre, y
durecimiento de los judíos, les predice la reprobación que que las afecciones humanas no deben jamás introducirse
iban á atraer sobre si por su mucha malicia, y les propone, en las funciones de su ministerio, ni separarles de él un
á este fm la parábola siguiente: Cuando el espíritu inmun- solo momento?
do se ve obligado á salir de un cuerpo de que se habia
apoderado, se halla en la propia situación de un hombre La oración de la misa de esle dia es como sigue.
arrojado de su propia casa. Lleno de desesperación este Preces noslras, ( ¡ m a m a s , Te rogamos. Señor , que
hombre anda errante de una parle en otra, y busca algún Domine, dcinoüer exuudi: el oigas benigno micsíras ora-
paraje, adonde retirarse. Fastidiado, por fin, de su destier- conlra canela nobis adversan- clones, y que emiendas el
ro, loma la resolución de volver á sru antigua habilacion. lia dcxleram tnir majeslalis brazo de tu majeslad para
Hallándola vacia, limpia y adornada, pero mal guardada, exlende. Per Domiuam m s - librarnos de lodo lo que nos
porque no se creia que el demonio pensase en volver á irum... puede d a ñ a r . Por nuestro
ella, juzga que le será fácil volverla á poseer; mas para S e ñ o r , ele.
no ponerse á peligro do volver á ser arrojado de ella otra Ln primera Epístola es lomuda del libro del Exodo, cap. f A .
vez, va y toma oíros siete espíritus peores que él (la pa- ¡n dichas illis : Dlxil l)o~ En aquellos dias dijo «'I
labra siete en la Escritura significa un gran n ú m e r o ) , y minas ad Moifsen : Ásccn- Señor á Moisés: Sube á lo
aprovechándose del descuido y de la ausencia de los (pie de ad me i n monlem , et alio de la monlaña , donde
doblan guardarla, entra en ella con este refuerzo formida- esto ibi: dabofjnc tibi tabulas yo estoy, y permanece allí,
ble, se establece y permanece allí seguro de lodo insulto. lapideas, el legem, ac man- y te d a r é las tablas de pie-
¿Quién no ve que la última condición de esta alma íigura- dalaqum scripsi, ut doceas dra en que he escrilo la ley
da por esta casa de que se han apoderado los espíritus filiosIsrael. SiirrexerualMoy- y los m a n d a m í e n i o s , á lin
inmundos, es peor que la primera ? El fm de esta parábola ses et Josué- minisler ejus: de que los enseñes al pue-
es mostrar que los fariseos liándose demasiado de su pre- ascendensque Moysesinmon- blo do Israel. Levantáronse
tendida justicia, y creyéndose santos porqu9 tenían un cs- iem D i , senioribas u i t : Ex~ Moisés y Josué su ministro,
lerior imponente, eran mas lamentables por su odio contra pertale klc doñee reverlamur y a! subir Moisés al mon-
Jesucristo, que aquellos que vivían visiblemente en los advos. ííabelis Aaron e l I h i r te de Dios, dijo á los an-
mayores desórdenes. Queria también el Salvador darles á vobiscum : si qaid natum c í a n o s : Esperad aquí, bas-
entender, que habiendo la divina bondad librado á aquella fuerit q m s l i o n i s , referelis ta que volvamos á vnso-
perversa nación del yugo de Satanás, con preferencia á ad eos. Cumque asccndissel tros. Quedan con vosotros
los demás pueblos del mundo, si volvían á sujetarse otra Moyses, operuitnubes mon- Aaron y Ilur: si sobrevinie-
vez á este soberbio y cruel tirano, rehusando el reconocer tem, el habitavit gloria Do- re alguna diíicnltad ellos la
al Mesías, su legüimo rey, y único capaz de defenderlos mini super Sinai tegensillum resolverán. Habiendo subi-
contra un enemigo tan poderoso, serian por fin condenados nube sexdiebus: séptimo a u - bo Moisés cubrió la nube la
á una eterna sevidumbre. lem die vocavil eum de me- m o n t a ñ a , y la gloria del
Mientras que el Salvador instruía de este modo al pue- dio caligiuis. E r a l aulem Señor descansó sobre el S i -
blo, se le vino á decir que su Madre y sus horriianos esta- species glorice Domini, quasi n a l , ocultándole una nube
ban fuera, y querían hablarle. Pero quiMÍendo enseñarnos ignis ardens super verlicem poi" seis dias , y el Séptimo
con su ejemplo á reprimir el demasiado amor á los parien- m o n l i s , i n conspeclu filiorum dia llamó Diosa Moisés do
tes : ¿ q u i é n es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Israel. Ingrcssusqae Mogses en medio de aquella osen-
respondió al que le hablaba; y señalando entonces á sus médium nébula»., ascenditin ridad. Loque represenlaba
amados discípulos: Hé aquí, les dice, mi madre y mis monlem: el fail ibi quadra- la gloria del S e ñ o r , á la
hermanos; porque cualquiera que hiciere la voluntad de gima diebus, el cuadraginta vista de todos los hijos de
mí Padre, añadió, este es mi hermano, mi hermana y mi noclibus. Israel, era como un fuego
madre. Queriendo decir que aquellos que le siguen, y que ardiente sobre la cima de la
guardan sus preceptos, tienen mas crédito para con él, monlaña. Introducido Moi-
que e l que podría tener un hermano ó una hermana para sés por medio de la nube,
con su hermano, y aun el de una madre para con su hijo. subió á la montaña , y cs-
Como los judíos no miraban al Salvador mas que como un luvo allí cuarenta dias y
puro hombre; el Salvador, por esta respuesta, que en cuarenta noches.
ulras circunstancias hubiera parecido demasiado dura (era El libro sagrado de donde se ha lomado esta Epístola se
entonces necesaria), Jesucristo quiso enseñar á los judíos á llama Exodo, de una palabra griega que signiíica la salida,
que no le mirasen simplemente como hijo de María, y á porque contiene la relación de la salida de los israelitas de
que reconociesen en su persona alguna cosa sobrehumana. Egipto. Contiene también la historia de ciento cuareula f
La santísima Virgen que comprendía perfectamente el sen- cinco años después de la muerte de José hasta la crcccio»
tido de estas palabras, y que sabia el misterio de la En- del tabernáculo al pié del monte Sinaí.
DE C U A R E S M A . 413
tra fó. Todo es misterioso en el antiguo Testa mentó, lodo
REFLEXIONES. en 61 es la figura del nuevo, lodo es también allí una lec-
¿ P a r a quó todo esle a p á r a l o ? Dios no tenia necesidad ción para los fieles.
de todo este estruendo, de lodos estos adornos esteriores y
La segunda Epístola es tomada del tercer libro de los Reyes,
sensibles para la promulgación de s u l e y ; ¿ p a r a qué todas
capitulo 19.
estas nubes milagrosas sobre la cima de la monlafla en
donde quiere hacer patente á Moisés su voluntad? ¿ p a r a la dichas illis: Venil Elias En aquellos dias vino
q u é lodos estos fuegos, estos relámpagos deslumbradores, in fímabee Jada, et dimisit Elaísá Bersabc de Judá, y
estos truenos que introducen el espanto en todo el pueblo? Un puerum s m m , et perre- despedido su c r i a d o , se
J Que admirable es Dios en todos sus caminos 1 i Qué lleno xit i n desertum, viam unius internó una jornada de ca-
está de bondad y de una misericordia la mas tierna! Él se diei. Cumqueveñisset, et se- mino en el desierto. Y h a -
Acomoda á la flaqueza, al alcauce, á la grosería, á los sen- derel subter unam junipe- biendo llegado bajo de un
tidos mismos de los hombres cuando so trata de instruir- rum, petivit animee sua ut enebro se sentó allí, y de-
les y declararles su voluntad ; cuando se Irata de inspirar- moreretur, e t a i t : Suffic.itseando morir le dijo á Dios:
les una idea de la divinidad misma. Solo Jesucristo Dios mihi, Domine: tollc animam Basta, Señor, saca mi alma
y hombre era el que podia amansar, por decirlo así, su meam : ñeque enim melior de mi cuerpo, porque no
cspíriiu del todo terreno y como material, y solo él el que sum, quam patres mei. Pro- soy yo mejor que mis pa-
pudo espiritualizar k los hombres. Era esta la obra de un jecitque se, et obdormivit i n dres. Entonces se tendió en
Dios encarnado; así vemos que antes de su encarnación, umbra j u n i p e n : et ecce A n -
el suelo y se durmió & la
los mas religiosos y los mas santos entre aquel pueblo es- (¡plus Domini teligil cum, et sombra del enebro: en el
. cogido y privilegiado, lenian necesidad de los objetos sen- áixit i l l i : Surge, et comede.
mismo tiempo un ángel del
sibles para nutrir su religión, y para avivar su culto. Que- ¡tespcxit, el ecce ad capul Señor le tocó y le d i j o : L e -
riendo, pues. Dios inspirar á aquel pueblo grosero una idea suum subeincricius p a ñ i s , et
vántate y come. Miró Elias,
brillante de la ley que les iba á dar, y un religioso respeto vas aquee: comedit ergo, et y vió cerca de su cabeza un
^ sus sagrados preceptos, era necesario que aquel pueblo hihit, etrursum obdormivit. pan cocido bajo de la ceni-
Quedase persuadido por medio (je alguna cosa sensible, de Reversusque est Angelus Do~ za, y un vaso de agua : co-
1^ elección que üios hacia deMuisés su siervo, para decla- miaí secundo, et tetigiteum, mió, pues, y bebió y se vol-
•"ar su voluntad á los hijos de Israel, naturalmente descon- dixitque i l l i : Surge, comede:
vió á dormir. Habiendo v e -
tados é indóciles, El camino seguro é infalible de conocer grandis enim tibi restal via. nido segunda vez el ángel
a Dios por la fé, de adorarle en espíritu y en verdad, y de Qui cüm surrexisset, come- del Señor, le focó y le dijo:
darle un culto que le fuese agradable, estaba reservado al dit, et bibit, et amhulavit i n Levántate, come, porque te
lletnpo del Mesías. Eran pues necesarios fuegos, r e l á m p a - forlitudine cibi iUiusquadra- queda un gran camino que
80s, truenos, en un tiempo de calma y con un cielo sere- ginla diebus, el quadraginta andar. Y habiéndose levan-
riot para hacer conocer á aquellos corazones duros y m á - noctibus, usque ad montem tado comió y bebió; y fortifi-
znales, á aquellos espíritus ofuscados ó intratables, la Dei Iloreb. cado con aquel alimenlo an-
^•''jestad del divino Legislador, la misión milagrosa de su duvo cuarenta dias y cua-
fiel siervo, la sumisión respetuosa con que debia recibirse renta noches hasta la mon-
esia divina ley, el temor religioso que se debe tener de taña de Dios, llamada Horeb.
"ifringirla. « L a gloria del Sefior sobre la montaña, era El tercer libro de los Reyes de donde se ha lomado esta
eomo un fuego ardiente á la vista de todos los hijos de Epístola, contiene la hisloria de ciento diez y nueve años,
srael.» i»0,0 esia m¡sma gloi ia no se manifiesta en lo su- desde el año del .mundo 2989 hasta el 3108. En él se
e l v o , sino por una nube resplandeciente y majestuosa, llalla la muerte de David, el reinado de Salomón, la cons-
."ando el Señor quiso como tomar posesión de su templo trucción del templo y de los palacios que esle príncipe h i -
^ Jerusalen edificado por Salomón, no ora necesario ya zo edificar, su sabiduría, su magnificencia, su caída, el
Jerror para mover á un pueblo humanizado y ya ménos el reino dividido en tiempo de su hijo Boboam, la historia
P^'i y mas religioso á fuerza de ver una tan larga su- de Elias, etc.
H* 'on de maravillas. No convenia tampoco el terror en un
^ p l o en el que Dios no queria derramar sino favores, y REFLEXIONES.
I .0fl(lü trataba de escitar al amor y á la confianza. La
ente'3 ^ [A inajos,ad ^ Señor se ha manifetado siempre «Fortificado con este alimento anduvo cuarenta dias y
esto nU')es, lum'nosas ;1 ía verdad, pero siempre nubes, cuarenta noches hasta la montaña de Dios, llamada Ho-
clad oseUlas, mas con undt oscuridad majestuosa, mez- reb.» Si la montaña delloreb, que se l l á m a l a montaría de
(j^. COn U[i fuego interior que resplandecía en el fondo Dios, es la figura de la mansión de los bienaventurados;
así » nu'Je, Y I110 se h w i n notar en medio de la oscuridad; el pan misterioso que da tanta fuerza y vigor para llegar á
de p06 .Sa'omori no dudó que no fuese este el símbolo ella, es la figura de la divina Eucaristía. La tierra es un
«El s osc'aman(lí) inmediatamente que la vió: desierto con respecto á la patria celestial; tenemos un de-
sierto espantoso que pasar, y precisión de andar mucho
Pi'odv^0' ^ íllc^0(]Uí! Iiabilará en una nube.» El mismo camino. ¡Qué flaqueza no sentimos, y aun q u é desfalleci-
sieptQ^ SUce^é <M' 'a dedicación del templo en el de- miento! la tristeza, la amargura, el enfado dominan en un
de esl Slemi""c sc lia liecho Dios sensible á su pueblo bajo corazón agitado por mil pasiones, en una alma cuya pér-
mosS 0 Slml)0'0' 8WÍ ensenarnos que solo por la fé pode- dida ha jurado el enemigo de la salud. ¡Qué indigencia no
Inm; '0nocer 31 Señor sobre la tierra. Estas mismas nubes sentimos; q u é decaimiento no esperimentamos alguna vez
y oscuras a un tiempo, son el símbolo de mies- en este ospanloso desierto, en donde el alma se encuentra
TOMO I V .
15
114 MII RGOLES PRIMERO
muchas veces reducida, obligada á dcíiconfiar de su p r o - lomonis: et ecce plus quam mas que Jonás. La reina
pio corazón, á estar conlinuamenle alerta contraías ilusio- Salomón hic. Cumautemim- del Mediodía se levantará
nes del espíritu y de los sentidos, á tener siempre las ar- mundus spiritus exierit ab ho- en el juicio contra esta ge-
mas en la mano para combatir; tantas son sus necesida- mine, ambulat per loca á r i - neración, y la condenará;
des! Jesucristo ha provisto á ellas instituyendo la divina da quoerens réquiem, et non porque aquella vino de los
Eucaristía. Ella es el pan de los fuertes por cuya virtud invenil. Tuncdicit: Revertar confines de la tierra á oir la
nuestros enemigos quedan tan debilitados, como nuesli a in domum meam, undé e x i - sabiduría de S a l o m ó n , y
alma fortalecida. ¡Qué desgracia el estar privado de ella! v i . Et veniens, invenit eam estos tienen consigo á quien
¿quién puede sin este socorro emprender felizmente una vacantem, scopis mundalam os mas que Salomón. Cuan-
carrera tan penosa? Por el vigor que da este divino a l i - et ornatam. Tune vadit, et do el espíritu inmundo ha
mento, por el valor que inspira este pan divino, por las assumit seplem alias spiritus salido del cuerpo de un
gracias que nos procura, es por lo que se sobrepujan t o - secum nequiores se, et i n l r a n - hombre , anda por los l u -
dos los obstáculos de la salud. Cuando nos falla este pan tcs habitanl i b i : et fmntno- gares áridos buscando don-
de los ángeles, luego desfallece uno, se apura, se muere vissima hominis illius pejora de reposar, y no hallando
de hambre. Esto es lo que se propone el enemigo d é l a prioribus.Sic eril et gencra- donde, dice entonces: Y o l -
salvación, alejando de esta santa mesa á los unos p o r i n - tioni huiepessimw. Adhuc eo veré á mi casa de donde sa-
devocion, á los otros por pusilanimidad, á la mayor parte loquente ad turbas, ecce m a - lí. Y volviendo á ella la
por disgusto, á un gran número pur el apego voluntario á ter ejus, et fralres stabant encuentra vacía , limpia y
sus malos hábitos. ¡Qué ilusión el privarse de este socorro foris, quwreixles loqui ei. D i - adornada. Paite inmediata-
bajo el prelesto de respeto! ¿ S e cree uno indigno deacer- x i l aulem ei quidam: Ecce mente , y lomando consigo
carse á él? Las almas mas puras no han creido nunca que maler tua et fralres tui foris otros siete espíritus peores
oran dignas; pero se han persuadido deque tenian una stant quamitcs le. At ipse que é l , entran y habitan en
necesidad urgenie de este divino alimcnlo para conservar- respondáis dicenti sibi, ait: ella , y el último estado de
se en la inocencia y en la pureza. Tanlo menos indigno es Quce est mater mea, el qui esle hombre es peor que el
uno, cuanto mas conoce su indignidad. Por mas especio- sunl fralres mei? E t exten- que tuvo primero. Asimis-
sos protestos que se aleguen en el fondo, no os nunca mas dens manum i n discipulns mo sucederá á esta nación
suos, d i x i t : Ecce maler mea, tan perversa. Aun estaba
que un motivo muy imperfecto el que nos relira de la san-
et frairci mei. Quicumquc Jesús hablando á la m u l t i -
ta mesa. Se sabe y se conoce que para comulgar con
enim fecerit volunlatem Pa- tud , cuando su madre y
frecuencia es necesario reformarse en la conducta y en las
tris mei, qui i n ccelis esl, sus hermanos que estaban
costumbres, y so quiere mejor alejarse de Jesucrislo que
ipse meus fraler, el sóror, el fuera, solicitaron hablarle,
hacer esta reforma. Se quiere mas privarse del cuerpo y
mater esl. y llegándose uno á é l , le
de la sangre de Jesucristo, que privarse de muchas satis-
dijo : Tu madre y tus her-
f;iccionos que condena la conciencia. ¿De cuál de los dos
manos están fuera, y te
queréis privaros? La comparación es odiosa, escandaliza,
buscan. Mas él le respondió
es verdad; pero es justa, es real. Barrabás es siemprepre-
al que se lo decia : ¿ Quién
ferido al Salvador.
es m i madre , y quién son
E l Evangelio d é l a misa es de san Mateo, cap. 4 t . mis hermanos? Y cslen-
diondo la mano hácia sus
l a illo tempore: Respon- En aquel tiempo , a l g u -
discípulos, d i j o : Hé aquí
derunl Jcsu quídam de sm- nos de los escribas y fari-
mi madre y mis hermanos;
bis el phariscm , dicentes: seos interpelaron á Jesús
porque cualquiera que h i -
Magisler: volumus á le sig~ diciendo: Maestro, quere-
ciere la voluntad de mi Pa-
nnm videre. Qui respondáis, mos que nos hagas ver a l -
dre que está en el cielo, ese
ait i l l i s : Generalio mala el gún prodigio. A los cuales
es mi hermano, mi herma-
adultera sigmm queeril : r e s p o n d i ó : Esta generación
na, y mi madre.
et s i g m m non dabitur ú mala y adúltera pide un
nisi sigmm Jonm prophe- prodigio, y no se le dará
iw. Sicut enim fmt Joñas otro prodigio sino el de Jo- MEDITACION.
i n ventre celi tribus diebus et nás profeta. Porque así co-
Sobre la recaída.
tribus noctibus, sic eril F i - mo Jonás estuvo tres dias y
lius hominis in corde terree tres noches en el vientre de PÜNTO PIUMEHO.—Considera que lo mismo sucede con la
tribus diebus et tribus nocli- la ballena , del mismo mo- recaída en el pecado, que con la recaída en las enferme-
bus. Viri ninivitw surgent do ei Hijo del hombre esta- dades; una misma es la causa, y uno mismo el peligro. Ks
i n judicio cum generalione rá tres dias y tres noches indudable que las recaídas enlas enfermedadeslasocasio-
ista, el condemnabunt eam: en el seno de la tierra. Los nan por lo común los mismos humores que habian altera-
quia ponMlentiam egermt in ninivitas se presentarán en do ol cuerpo la primera vez, los cuales no habian sido pur-
prcedicalionc Jonm : el ecce el juicio contra esta gene- gados del todo: lo mismo puede decirse de los pecados BP
plus quam Joñas hic. Regina r a c i ó n , y la condenarán; que se vuelve á caer despees de haberse confesado; es muy
Austri surget i n judicio cum porque luego que Jonás temible que estos nuevos pecados sean efectos de los an-
generalione ista et condemna- predicó á aquellos , hicie- tiguos, cuya absolución no habia sido mas que apárenle
bit eam: quia venit a fmibus ron penitencia. Y lié aquí por folla de contrición. Un senümienlo vivo, un dolor
terree audire sapieniiam Sa- que estos tienen á quien o.< penetranlo, un sincero arrepenlimienlo de una falla g W "
DE CUARESMA. 115
ctiiisi nunca son inoticaccs; jii.;,miomuslo p@r el a n v - que emplea todas sus fuerzas y todas sus astucias para
pciiliinioiito nalural que tenomos áfl un osceso que ha f a l - evitar la confusión de una segunda sorpresa, para impe-
lado [JOCO para causamos la muerlc, de una imprudencia dir la conversión. Todo el mundo sabe que la recaida do
que nos ha hecho desgraciados, de una empresa que ha Jas enfermedades es muy peligrosa, y que ordinariamente
arruinado nuestra forluna. ¿Son vanos los propósilos que es mortal, porque debilitada la naturaleza por los primeros
enlonces se hacen'? ¿Son ineOcaces las resoluciones que se ataques del mal, tiene ménos fuerza para sostener el se-
loman? Sahios á nuestras espensas ¿qué horror no s e c ó n - gundo, y para segundar el arte de los médicos, que nada
eihe por aquella indiscreción, por aquella pasión, por pueden sin ella : lo mismo sucede con los pecados reite-
aquella tontería, que nos ha desacreditado tanto, y que rados : con diticullad se vuelve á levantar de ellos ; la re-
»os ha sido lan nociva? ¿con q u é cuidado se evitan lascau- caida conduce naturalmente á la impenitencia final. Por la
sas y las ocasiones que la produjeron? ¿con q u é sabia te- recaida se ha aumentado en nosotros la inclinación natural
nacidad se resiste á las invitaciones mas ejecutivas? ¿con que tenemos al m a l , mucho mas que hubiera podido tal
q u é ánimo se renuncia á lodos aquellos falsos atractivos? vez aumentarse por ciento y por mil actos reiterados ántes
Por duro, por desgradable quesea aque! régimen de vida, de nuestra penitencia. Para volver á caer en el mismo pe-
se guarda sin embargo escrupulosamente por el temor do cado después de una conversión verdadera, ha sido nece-
recaer en la enfermedad. V o r mas que lisonjee el gusto, sario sofocar todas las luces q le nos habían retirado del
por mas que agrade aquella bebida, se priva uno toda la mal, todas las gracias que se tabian recibido , todos los
vida de ella, desde el momento en que se ha conocido por buenos deseos que se habían formado ; se ha pecado á la
una triste esperiencia que es un veneno. El comercio nos vista de lodo lo que puede hacer difícil el pecado ; se han
ha arruinado; se preliere el no tener bienes j a m á s á volver hecho inútiles todos los obstáculos que podían atravesarse
al comercio. La complacencia no va nunca tan lejos que en este mal designio ; se ha determinado uno á pecar á la
nos vuelva á empegar en lo que tan mal nos ha salido. vista del infierno, á pesar de todas las amenazas de un Dios
¿Se descubre este carácter de arrepenlimiontoen la petii- irritado, de todos los remordimientos , de todas las amo-
lencia cuando es inmediatamenle seguida de la recaida? nestaciones de la conciencia ; ¿ q u é estrago no hará un
¿os posible que haya habido un dolor sobrenatural, un torrente que ha podido romper unos diques tan fuertes?
^entitiiienfo penetrante y amargo, una contrición veidade- y sí es verdad que después de una acción de piedad mag-
H de un pecado para el que se buscan las 0(a>¡ones, y nánima es difícil condenarse, ¿ no puede también decirse
que se comete pocos dias después de una confesión cuasi que después de una recaida semejante la salud es como
forzada? Nó, el corazón no muda nunca lan opresurada- imposible?
•iiente. Nada prueba mas sensiblemente una falsa peniten-
Preservadme , Sefior , de esta desgracia; quitadme ta
c'iupie una pronta recaída; ella demuestra por l o m é n o s
vida ántes que permitir que yo pierda la gracia después
^ue lo (pie ha condenado el crimen ha sido solo la razón y
de haberla recobrado. Preservadme por vuestra gracia de
el entendimiento, pero que el corazón no lo ha detestado,
toda recaida, y haced que yo evite en adelante toda oc;.-
^'os ha tenido poca parte en una conversión que ha sido
sion do pecado.
l l " i poco duradera. El pecado de recaida hace, por decirlo
J.vcciAToiiiAS.—"Afirmad, Señor, mis pasos en el cami-
a8í, reaparecer aquel que una penitencia aparente habia
no que me lleva á vos, no sea que llegue á vacilar en él.
como ocultado, sin haberle deslmido. Lalenlacion no ha-
(Psalm.lG)
ce propiamente mas que volver á llamarlos objetos, dos-
No me arrojéis. Señor, de vuestra presencia, ni permi-
Parlar las disposiciones, escilar un fuego que la falsa
táis nunca que so retire de mí vuestro espíritu. (Psalm. W i )
Penitencia habia solo cubierto de cenizas. ¡Mi Dios!
leuánlos pecados encierra, por decirlo así, un pecado de PROPÓSITOS.
'"ecaida!
I El cuidado que se tiene para prevenir é impedir una
l'ii.XTOSEGUXDO.—Considera que la recaída en el pecado recaída en un enfermo convaleciente , y la atención que
no solo es un motivo para creer que no está uno bien con- pone el misinoconvalecienle para no recaer enfermo, de-
vertido, sino que es también motivo para temer que no se ben servirnos como de regla y de modelo para prevenir
convenii á lal vez j a m á s . Apenas se ha detestado el peca- toda recaida después de la conversión. Estás ya curado,
lí) confesado el pecado , y hecho el propósito de no co- dice el Salvador, g u á r d a t e de pecar en adelante , no pea
meterlo mas , se vuelve á caer en é¡ : señal evidente que que te suceda alguna cosa peor. Por esto sed solícitos en
,(piel dolor ha sido fingido, el propósito imperfecto, la re- huir las menores ocasiones de recaer. Examinad todo lo
conciliación falsa , la penitencia nula ; porque aun cuan- que ha podido serviros de ocasión de pecado, p a n evitar-
do haya sido verdadera , sin embargo , la cobardía es la lo. Comportaos después de vuestra conversión como los
(lue le ha hecho á uno recaer, y puede muy bien temerse enfermos que salen de una gravísima enfermedad ; q u é
(|Ue 803 para no levantarse j a m á s . Porque el demonio, cuidado y q u é reserva ; q u é sobriedad ; qué temor á las
^ Qaa dice ni Salvador , no vuelve á entrar en el lugar de comidas dañosas, al airo nocivo ; q u é tidelidad en guar-
0nde habia sido arrojado sino con nuevas fuerzas , para dar un régimen de vida. Pensad que el demonio nunca
^ « en estado de hacer una resistencia mas vigorosa. Él es nos tiende tantos lazos, como cuando acabamos de salir do
' ""icbo mas cuidadoso y mas vigilanle de.-qmes de haber aqm llos con quienes nos tenía atados , y que á ménos do
HeiU) á ¡rana|. c| ppagig . qiie |() oslaba ánies de haberle que no estemos con una cstrema vigilancia, no lardará en
Peidido. Ha aprendido por la esperiencia, por dónde puc- volvernos á enredar. Vuestra caida os ha enseñado de lo
L wner acceso la gracia, y no deja de cerrar cnanto le es que sois capaces ; habéis visto cuán flacos sois en la oca-
M>sil),e las avenidas, y de forlüicarse en aquellos parajes sión ; lo que el mundo y las compañías pueden en vuestro
Pie ha reconocido mas débiles ; en fia ello es indudable corazón y en vuestro espíritu; el peligro que hay en los
1 16 JUEYES PRIMERO
espectáculos, en las conversaciones, en el juego, en la m e - predecía á los judíos, se entendía literalmente de la cau-
sa,en las partidas de placer, en las visitas: alejaos de todos tividad en que gemían; pero esla promesa no debía c u m -
esos peligros, si no queréis perecer. plirse hasta la nueva alianza, y bajo el reinado del Salva-
2 líecurrid con frecuencia á Dios con una entera con- dor. Jesucristo sin distinción de judíos y de gentiles, sin
fianza. Confesaos á menudo , y familiarizaos con el uso ninguna aceptación de personas , sin consideración á las
de la comunión ; pero siempre con un nuevo fervor. De- faltas pasadas, ha venido para salvar á lodos los hombres;
cid muchas veces á Dios con los apóstoles, sobre lodo en ha dado su vida y su sangre generalmente por lodos; y
ol tiom[Jo de la tentación : Sefior, soy perdido, si no acu- ha declarado que la inocencia de noventa y nueve justos
dís en mi ausilio : aplicaos, Dios mió á socorrerme; apre- no le causaba tanto placer como la conversión de un solo
suraos. Señor, á asistirme. Uenovad todas las m a ñ a n a s iu pecador. Él abre su Iglesia á todas las naciones, admite á
resolución que habéis lomado en vuestra última confesión su mesa á ios pobres, á los cojos , á los paralíticos y á los
de no pecar mas. Pensad muchas veces que una recaída ciegos. Esle proverbio ha cesado propiamente por el bau-
podriaser tal vez la causa de vuestra reprobación. Si a d - tismo, puesto que por el recibimos todo el perdón del an-
vertís que la tentación se renueva recurrid á la oración; tiguo pecado , de aquella falta original que era propia-
consultad con vuestro confesor, declaradle el peligro : en mente el racimo verde , cuya acidez dió dentera á todos
todos estos socorros encontrareis nuevas fuerzas; decid á los descendientes de Adán , para hablar con el lengua je
Dios : He dejado. Señor, el pecado]; pero me quedan t o - del profeta. Dios declara que todas las almas son suyas,
davía las pasiones, y yo conozco ya que aquel primer ardor que á todas ama, puesto que han coslado la sangre de un
se entibia. Conservad vuestra obra, y no permitáis que yo Dios, y así que en adelante solo morirá aquella que hubie-
sea vencido. se pecado , y que hubiere querido perserverar en el
pecado. Yo castigaré , dice , ó recompensaré según el
JUEVES PRIMERO DE CUARESMA. mal ó el bien que cada uno hubiere hecho ; la iniquidad
El introito de la misa de esle dia está lomado del v e r s í - del padre no dañará á la juslicia del hijo , y la justicia del
culo sexlo del salmo 93. La gloria y la santidad le rodean bijo no jusliíicará al padre. Si un hombre es justo, si guar-
siempre , su santidad y su grandeza se dan á conocer en da mis mandamientos, si no come sobre los montes (debo
su tabernáculo : el profeta habla aquí del verdadero Dios. entenderse esto de las viandas inmoladas á los ídolos , á
Babia dicho en el versículo precedente, que todos los dio- los que los judíos, siempre inclinados á la idolatría, iban
ses que adoran los geníiles no son mas que demonios, y á ofrecer sacrificios sobre los montes á ejemplo de los
solo el Dios que nosotros adoramos es el que ha criado los gentiles); en fin, si no hace agravio á nadie , si marcha
cielos. El único soberano Criador , duefio absoluto , solo por el camino de mis preceptos y guarda inviolablemente
omnipotente, la fuente de lodos los bienes y de todas las mi ley, «esle es justo , y vivirá la vida eterna,» dice el
gracias ; al paso que las divinidades paganas no subsisten Señor. Nosotros vemos cumplida esla profecía en la nue-
mas que en la imaginación de sus adoradores , ni tienen va ley ; cada uno es castigado ó recompensado según su
mas esplendor, mas gloria, ni mas poder que lo que quie- mérito. Los que hubieren hecho buenasobras, dice el Sal-
ren atribuirles los pueblos que los adoran. Esle salmo os vador, resucitarán para v i v i r ; mas los que las hubieren
una parle que compuso David parala ceremonia de la í r a s - hecho malas resucitarán para ser condenados. (Joan. 5.)
lacion del Arca al monte Sion. Exhorta el sanio rey á los Dichosos los muertos que mueren en el Señor, dijo el á n -
judíos á que alaben á Dios, y á los gentiles á que vengan á gel que hablaba á san Juan en el Apocalipsis, porque les
adorarle en el nuevo tabernáculo. Este nuevo tabernáculo seguirán sus obras. (Apoc. 5.) Es preciso que todos nos
era la figura de la Iglesia, cuyo establecimiento está aquí presentemos ante el tribunal de Jesucristo, dice san Pablo,
predicho, lo mismo que el reino de Jesucristo. á ün de que cada uno reciba lo que so debe á su cuerpo,
según el bien ó el mal que hubiere hecho. (2. Cor. S.)
La Epístola de la misa de esle dia es una profecía de las
mas consolatorias, y cuyo cumplimiento vemos después de El Evangelio de la misa de este dia está tomado del ca-
la muerte del Salvador. Habia éntrelos judíos un proverbio pítulo l i i del Evangelio, según san Maleo; comprende la
antiguo que decia : Los padres han comido los racimos bisloría de la mujer Cananea, y la Iglesia nos propone en
verdes, y j o s hijos han tenido dentera. Este proverbio es- ella el modelo masinslruclivo de la oración mas perfecta.
taba fundado en lo que dice Moisés en el Exodo , y en el Como el ayuno debe ir acompañado y sostenido de la ora-
Deuleronomio : Que Dios venga la iniquidad de los pa- ción, la Iglesia en el principio d é l a Cuaresma nos enseña
dres en los hijos hasta la tercera y la cuarta generación. á orar proponiéndonos esle Evangelio. Jesucristo indigna-
La mayor parte de aquellos á quienes hablaba el profeta do de los celos y del odio de los fariseos, fatigado de sus
Ezequiel, esperimenlaban la verdad de esle proverbio. Y i - malignas interpretaciones, cansado de sus peticiones cap-
vian cautivos en castigo de los pecados y de las abomina- ciosas, les dejó apresuradamente y se retiró hacia los con-
ciones de sus predecesores, un Achab, un Manases, y tan- fines de Tiro y de Sidon, en donde al parecer quería vivir
tos otros malos judíos que hablan vivido en tiempo de es- desconocido. En efecto, se retiró en silencio con sus discí-
tos príncipes impíos. Queriendo Dios consolar á esle pueblo pulos á una casa en donde es probable que no se esperaba
afligida le envió á decir por su profeta » que no se verifi- su venida. Sin embargo, no lardó mucho en hacerse p ú -
cará siempre este proverbio, y que en lo porvenir no blica en los paises vecinos. Una mujer cananea Jos j u -
tendrán motivo para servirse de él. Qué cada uno sufrirá díos daban esle nombre á los de Tiro y de Sidon, y de to-
la pena de su pecado, y que á la vuelta de su cautividad dos sus contornos, porque descendían d é l o s antiguos ca-
quedarán borradas las antiguas iniquidades. Que elci ímen míneos, en razón de que Sidon, hijo de Canaan, había
del padre no recaerá sobre el hijo, y que el bijo no será fundado con .«ii nombre la ciudad capital del país) V *
castigado por la iniquidad del padre. Lo que el profeta la mujer pagana,como lo eran lodos los do aquella comar-
DE CUARlíSiMA. M I
San Marcos dice que oquella mujer era sirofeniciana, num noslrum. las buenas obras. Por nues-
esto es, de Fenicia de Siria, en donde oslaban Tiro y S i - tro Señor, etc.
don. Habiendo oido aquella mujer que el Salvador esta-
ba en el pais, vino desde la frontera en donde babitaba, l a Epístola es tomada del cap. i 8 del profeta Ezequiel.
y le trajo á su bija poseida del demonio, no dudando que In diebus i l l i s : Faclus est En aquellos dias me habló
si Josus queria quedaría, infaliblemenle libre. Los judíos, sermo Domini ad me, dicens: el Señor, y me dijo : ¿ Do
dicen los l'adres, rechazan á Josuciislo después de ba- Quid est quod inter vos p a - dónde viene que enlre voso-
Ijei le visto obrar un número infinito de maravillas, y he rabolam vertitis i n prover- tros os servís de aquella pa-
aquí una mujer estranjera que á la sola relación de sus bium istud i n Ierra Israel, rábola que habéis llegado
iiiilii^ms sale de un pais infiel para venir á adorarle, y dicentes: Paires comederunl á convertir en proverbio en
le da todas las seflaies de la fe mas viva. Esta mujer, que úvam acerbam, et denles f i - Israel: Los padres, decís,
bahía sabido por los judíos que su Mesías debía ser bijo de liorum obslupescunl ? Vivo han comido racimos agra-
David, habiendo oído hablar de las maravillas que el Sal- ego, \didt Uominus fíeus, si ces, y a los lijios Ies ha
vador obi aba, no dudó que este fuese el Mesías tan es- erü ultra vobis parábola hmc dado dentera ? Yo juro por
perado. Entró, pues, en la casa donde se había aposenta- iaproverbiumin Israel. Eccc mí mismo, dice el Señor
do, y manteniéndose detrás de los discípulos que rodea- omnes anima; mece sunt; ut vuestro Dios, que esta p a r á -
ban al Salvador, decia sin cesaren alta voz: Señor, hijo anima palris, i l a el anima bola no pasará ya entre v o -
de David, tened compasión de m í ; mi hija está muy ator- fiiii meaest: anima, qum pec- sotros como proverbio en
mentada del demonio. El Salvador, aparentando que no la caverit, ipsa morietur. Et Israel. Porque todas las a l -
oía, continuaba hablando con sus discípulos. Ella sin de- vir si fuerit justus, et feceril mas me pertenecen á mí;
sanimarse por esto, y viendo que el Maestro no queria es- judicium el justiliam , i n del mismo modo que el alma
cucharla, no cesó de importunar á sus discípulos que, monlibús non comederit, et del padre, así también es
cansados de sus ruegos y de sus lágrimas rogaron al Sal- oculos suos non levaveril ad mía el alma del hijo; y solo
vador que la despachase para librarse de la importunidad idoladomus Israel, et nxorem morirá el alma que pecare.
de su demanda. Jesús les respondió, que él no había sido proa-imt sui non violaveril, Si un hombre es justo; si
enviado para predicar á los gentiles, sino solo á las ove- el ad mulierem menstrmlam obra según ta equidad y la
jas de la casa de Israel, y que solo en favor de estas ha- non accessmt, et hominem justicia; si no comiere sobre
f ia los milagros. En efecto, el desprecio con que los j u - non coníristaveril; pignus los montes; si no levantare
díos han recibido á Jesucristo, ha hecho que el Evangelio debitori reddideril; per vim sus ojos á los ídolos de la
se haya predicado á los estranjeros. Viendo aquella m u - mliü r a p u e r ü ; panem suum casa deIsrael;sino violare la
ÍW que no había sido oída, se adelantó y se echó á los piés esurienli dederit, et m d u m mujer de su p r ó j i m o ; si no
del Salvador, y le suplicó con sus clamores y con sus l á - operueril veslimenlo ; ad se acercare á su mujer en el
K' imas que no le negase la gracia que le pedia. Por dura usuram non commodaverit, tiempo de la menstruación;
que pareciese la respuesta de Jesucristo, no dejaba sin et amplius non acceperU: ab si.no constrislare á nadie; si
embargo de estar admirado y enternecido de una perse- iniquilale averlerit manum vuelve á su deudor la pren-
verancia tan generosa. Espera, la dijo el Salvador, que los suam , el judicium verum fe- da que él le había dado ; si
''ijos de la casa estén plenamente satisfechos; no se han ceril inler virum el virum; no quitare con violencia
preferir los estraños á los domésticos, ni es tampoco r a - in prceceplis meis ambulavc- nada ; si diere de su pan al
Clotial el tomar el pan de los hijos y arrojarlo á los perros: r i t , et judicia mea cuslodie- que tiene hambre y vistiere
este era el término de. que se servían ordinariamente los n'í. ut facial veritalem: hic al que está desnudo ; si no
Judíos hablando de los gentiles. Aprovechándose la mujer justas esl, vita vivet, ail I)o- prestare con usura ni reci-
^e la comparación, respondió: Estoy, Señor, con lo que m i m s omnipolens. biere mas de ¡o que ha dado,
^ c í s , no hay cosa mas justa, y yo consiento en ser colo- si apartare su mano de la
cada en el número de los perros; pero también en esta cua- iniquidad, é hiciere un j u i -
1(lad tengo derecho al menos á vivir de las migajas que cio recto enlre los que con-
('non de la mesa de los señores. El Salvador no pudo ya tienden ; si marchare por el
camino de mis preceptos y
'•'Oíulaí por mas tiempo la satisfacción que le causaba observare mis mandatos,
Uní> fe tan vjva: ¡Oh mujer, esclama,grande es tu fe! Tus para obrar según la verdad;
Palabras y tu perseverancia lo prueban bien. Anda, y que este es justo, vivirá con una
Sea cl'mplido lo que tú deseas. Las palabras del Salvador vida perfecta, dice el Señor
ei'an eficaces. El espíritu maligno salió al instante del omnipotente.
J^erpo ,iesu j j j j j j . y gan jjar(.os afiade> que cuando volvió
madre á s u casa la encontró acostada en el lecho como Ezequiel profetizó por espacio de veinte años, y fué
1 Juinas hubiese estado poseida. condenado á muerte por un príncipe de su nación á quien
él exhortaba con viveza que dejase la idolatría. San Ge-
I-a oración de la misa de esle dia es como sigue:
rónimo asegura que su cuerpo fué colocado en la misma
f 1)amionem Vopuli t ¿ Señor, mirad benigno la cueva donde habían sido enterrados Sem y Arfaxad.
P ' ' v ' ' i m s , DomineMnifinus devoción de vuestro pueblo, El Martirologio romano hace mención de él el dia 10 do
. ^ « w : ai qui per absdncn- á fin de que los que moi l í - abril.
^ynaccrarnur M tomón, ficán su cuerpo por ¡a abs-
]'f:r írurlum b<nú tinencia, sean fortalecidos REFLEXIONES.
operis refí,
Hmur^^me.PerDomi en el espíritu por el frulo de «Todas las almas me pertenecen á mí.» Dios es el que
JUEVES miiMERO
liabla; lodos nosolros le perlunecemos por innclios lílnlos; David! filia mea malé a ( h - clamar y decirle: Señor,
somos de Dios por dorcclio de creación, de redención, do monio vexatur. Qui nonres- hijo de David, compadeceos
conservación, de adopción ; ¿ p e r o somos suyos por v o - pondil ei verbum. E l acce- do mí, porque mi hija es
luntad, por inclinación, por amor y por una decisión i n - dentes discipuli ejus, roga- muy maltratada por el de-
violable? Somos todo de nuestros placeres, de nosotros bant eum diccnles: Dimitle monio. A la cual no respon-
mismos, de nuestros negocios temporales. Somos del m u n - cam; quiaclamat post nos. dió una sola palabra. L l e -
do basta la servidumbre; somos de los grandes basta la Ipse autem respondens, a ü : gándose entonces sus discí-
bajeza; somos de nuestros amigos hasta sacrificar en su Nonsummissusnisi ad oves, pulos, lo rogaban y le de-
favor nuestro tiempo y nuestro reposo; pero ¿somos do qua; perierunl domus Israel. cían : Despachadla, porque
Dios con esta universalidad de dependencia? ü n s e ñ o r m a n - A l i l l a venit, et adoravü viene gritando d e t r á s de no-
da,y es.obedecido; un príncipe da á entendersu voluntad, eum, diceiis: Domine, adjuva sotros. Mas él les respondió
¡buen Dios! con q u é empefio se trata basta de prevenir me. Qui respondens, a ü : Non diciendo: No soy enviado
sus ó r d e n e s : un general de ejércilo ordena que se guardo est bomm sumere panem f i - sino para las ovejas que s©
un puesto ó que se suba al asalto; se corre, se vuela. La liorum, el mllere canibus. han perdido de la casa de
vista del peligro, la esposicion á la muerte, lo arduo de la A l i l l a d i m l : E l i a m , Domine: Israel. Ella, sin embargo, se
empresa escitan el ánimo y equivalen á la recompensa. ¿Y nam el calelli edunt de m i - adelantó á él y le adoró d i -
Dios es servido con la misma üdelidad? ¿es obedecido con éis, qumcadunlde mensa do- ciéndolc: Señor, socorred-
el mismo fervor con la misma puntualidad? ¿con el mismo minorum suomm. Tune res-' me. No es racional, la res-
empeño, con el mismo ánimo? Dios habla, Dios manda; ¿y pondens Jesús, a ü i l l i : O pondió, tomar el pan de los
es muy escuchado? Uace leyes; ¿y quién las guarda? ¿Se mulier, magna esl fules tua: hijos y echarlo á los perros.
duda de su autoridad? ¿se ignora su poder? De ninguna (ial tibi sicut vis. Et s á n a l a Esveidad, Señor, dijo ella;
manera, porque esto seria dudar de su existencia. Sin esl filia cjus ex illa hora. pero también los perros c o -
embargo, ¿hubo un padre menos amado? ¿hubo un señor men de las migajas que caen
mas mal servido? ¿hubo un soberano menos respetado por de la mesa de sus d u e ñ o s .
aquellos que le deben el ser y la vida? ¿Nos conmueven Entonces Jesús la dijo: ¡ Oh
mucho sus beneficios? ¿nos espantan mucho sus castigos? mujerl ¡ grande es l u fel
¿nos llaman mucho la atención el esplendor y el precio de Sucédato como deseas. Y
sus recompensas? El número de los que le sirven es pe- desde aquel momento quedó
sana su hija.
qmmo; con todo, en eslo pequeño número ¡cuán pocos son
los siervos fieles! ¿Tenemos acaso muchos dueños sobe-
ranos ú quienes contemplar, muchos salvadores á quienes MEDITACION.
amar? ¿tenemos muchos arbitros de nuestra suerte eterna
Sobre la oración.
á quien temer? Si alguno encuentra exagerado este por-
menor de reflexiones, que ponga en paralelo la regla de PCNTO PRIMEUO.—Considera cuál es la dignidad, el m é -
las costumbres y el Evangelio, y la conducta de la mayor rito, cuáles las ventajas y los ausilios de la oración: con
parte d é l o s cristianos; que se consuele cada uno á sí mis- razón se ha dicho, que la oración es el recurso mas segu-
mo. ¿ S e obedece á Dios con puntualidad, con prontitud? ro d é l o s cristianos en todas sus necesidades. No es ne-
¿so le ama con ternura? ¿se le teme como soberano Juez? cesario i r á la montaña ni á Jerusalen para orar con m é r i -
¿se le sirve con fidelidad? ¡Ah! se violan sus mandamien- to; no cuesta tanto la oración: el verdadero culto depende,
tos cuasi sin remordimiento; se desprecian sus prereplos por decirlo así, de nuestra disposición: nosotros hallamos
con arrogancia; se miran cuasi con desprecio las máximas á Dios en todas partes, y siempre pronto para proveer ú
del Evangelio; se a v e r g ü e n z a n de la cualidad de cristia- nuestras necesidades. Solo pide que se le ospongan, y una
nos y del nombre de devoto; mientras que las pernicio- d é las mas esenciales condiciones para ser oidos es el creer
sas máximas del mundo son aplaudidas umversalmente. firmemente y sin dudar que lo seremos. ¡Qué consolatorio
¿Hay quién se avergüence de ser mundano? ¡Abl falta es estol Si no fuera necesario mas que esta confianza para
poco para que no se haga honor de ser libertino: á lo m e - obtener do los grandes de la tierra los socorros que se les
nos es este hoy un titulo para ser bien recibido donde piden, ¿qué ruegos quedarían sin fruto? La multitud no
quiera, que es como una reprobación de ser devoto y po- nos impide el acercarnos á Jesucristo. Por grande que sea
seer emiuenlemenle el espíritu del mundo. Nosolros per- el n ú m e r o de los que suplican, cada uno quiero una a u -
diencia particular, y siempre es á nosotros á quienes toca
tenecemos á Dios; este carácter es indeleble, este derecho
el determinar su duración. No hay precisión de esperar á
no puede enajenarse; nosotros pertenecemos á Dios, pero
un tiempo desocupado; el tiempo del Señor es siempre el
¿no servimos á otro señor? ¿somos verdaderamente sier-
nuestro; podemos estar á sus piés cuanto queramos, sin
vos de Dios?
que Marta tenga derecho para quejarse. No hay discípulo
El Evangelio de la misa es lomado del capítulo 15 de alguno que reprenda nuestra imporlunidad; ningún f a r i -
san Mateo. riseo cuya censura haya que temer, todo favoi ere nuestra
piedad. No hay tampoco que eslrañar que Dios tonga tan-
l u illo tempore: Egressus En aquel tiempo: Ilabien-
ta consideración á las oraciones de los hombros cuando se
Jesns, secessil in partes Tyri do salido J e s ú s , se retiró b á -
hacen como se debe. Para rechazarlas seria necesario q«e
ct Sidoms. Et cece mulier cia Tiro y Sidon. Y h é aquí
tuviese, ó ménos bondad, ó monos poder (pie el que ci con
Chnmncea, a fmibus illis que una mujer cananea que
los que le ruegan, puostoquo no nos dirigimosá olon um^"
eáressa, clamavit, dicens ei: habla venido de los confines
tras necesidades sino porque estamos persuadidos que su
Miícrerere mei. Domine fili de aquella tierra, empezó á
DE CUARESMA. 119
poder n o t i c n e l í m i l o s y q u c su realidades infinita,de mo- sentarse cuando se pide una gracia á un p r í n c i p e ? ¿ S e
do, que es preciso necesariamente que nuestra fé y nues- atreveria uno á rogar á un hombre con la misma indecen-
tra confianza le obliguen á oirnos. Rogar á Dios, es ejer- cia con quese le ruega á Dios? Le importan poco al Señor
citarse en un acto de religión, por el cual se le hace el las alabanzas que se le dan, y los votos q u e s e l e b a c e n
honor mas ^grande, por decirlo así, que puede recibir de con un espíritu estraviado. Dios no niega nada á una o r a -
una criatura; es r endir á la grandeza y á la bondad de su ción perseverante. Quiere ser instado, importunado. ¿ D e
ser el testimonio mas ventajoso ijue somos capaces de dar- q u é procede, pues, que nuestra confianza es tan (laca, s i -
le, y h é aquí el origen verdadero de la eficacia de la ora- no de que nosotros somos también flojos eñ su servicio ?
ción. Por esto es comparada al sacrificio, por el cual se Nosotros le negamos todos los dias lo que él nos pide; no
reconoce la soberana majestad, la grandeza inmensa, la podemos por tanto tener una firme confianza, y persuadir-
bondad infinita y la omnipotencia de Dios. Comprendamos nos que debo concedernos lo que le pedimos. Los que no
bien la virtud, la dignidad y el mérito de este acto de r e - fallan en cuanto al respeto y á la atención en sus oracio-
ligión. Pero ¿en q u é consiste que no son oidas todas nues- nes, pecan muchas veces en el motivo. Hay pocos que uo
tras oraciones? Esto consiste en que oramos mal, en que sean interesados y demasiado naturales, todavía menos
ui aun pensamos en que estamos orando. Porque, ¿cuál que sean conformes' á la voluntad de aquel que na nos
os el hombre tan poco religioso que mientras está hablan- quiere conceder sino lo que es útil á nuestra salvación y
do con Dios, se atreviese á hablarle con tan poco respeto, para su gloria. Vosotros no sabéis lo que pedís, decia el
con tan poca atención, de un modo aun tan indecente, co- Hijo de Dios á la madre de los hijos del Z.ebedeo; ¿ y son
mo lo hacemos nosotros? La oración no solo es la prueba acaso mas rectas nuestras miras, nuestras intenciones?
de nuestra confianza, es también la prueba de nuestra fé; Sean siempre cristianas nuestras oraciones, y seremos i n -
¿qué acto, pues, de la religión debe interesarnos mas? La faliblemente oídos.
«ración es, en medio de tantas borrascas á que estamos Esta es, Señor, la gracia que yo os pido, haced que yo
espuestos, el abrigo mas seguro y el mas pronto. La ora- sea oido.
ción hace igualmente inútiles las astucias y los esfuerzos JACI]L\TOUIA.S.— Sefior, enseñadnos á orar. (San L u -
del enemigo de la salvación, y no es posible que so ore cas, 11.)
hien y que no se le venza. iQuc desgracia para aque- Dignaos escuchar m i oración, vos que sois mi Rey y m i
llos para quienes llega á ser inútil este poderoso socorro! Dios. (Psalm. íi.)
í'ero seamos ingenuos, ¿rogando á Dios como se le ruega,
Pensamos que la oración debe servirnos de un grande PROPÓSITOS.
ausilio?
1 No hay acto de religión mas ordinario que la ora-
1'ÜNTO SEGUNDO.— Considera que si no somos oidos, es ción, y tal vez no hay ninguno en que Dios sea ménos hon-
Poi'quo nosotros mismos impedimos que Dios nos oiga. Se rado. Todo resuena con las alabanzas del Señor, y con los
^ ' f a ñ a que después de todo lo que el Salvador ha dicho votos que so le hacen; ¿ p e r o el corazón y el espíritu oran
Acerca de la infalibilidad de la oración, sean oidos tan de concierto con los labios? Puede decirse que se recitan
pocos; ¿ h a b r í a ménos motivo para sorprenderse, si oran- muchas oraciones, pero que se hacen pocas. Aun cuando
^ l a n mal como lo hacemos, fuesen mas eficaces nuestras no se consultase mas que el buen sentido, y la idea que
0|,aciones? No acusemos al Sefior de que restringe sus se debe tener de este santo ejercicio, ¿ p o d r í a verso fi i a -
Proniesas, y de que encarece sus gracias ; nuestros m o t i - menle con q u é distracción del entendimiento, con q u é t i -
Vos, nuestras disposiciones, nuestra poca religión, aun en bieza, con q u é indecencia se d e s e m p e ñ a por lo común?
nueslras oraciones, le fuerzan, por decirlo así, á no escu- ¿No habría derecho para preguntar, si cuando oramos es
cDarnos, La oración pide un espíritu humilde y respeluo- para insultar, para irritar á Dios? La oración es un t r a l a -
So- ¿ S e descuida uno j a m á s en órden al respeto, cuando mienlo con Dios,'en el que el alma, admitida, por decirlo
^ presenta una petición al príncipe? ¿ Q u é pretendiente así, é introducida en el santuario, espone al Señor sus ne-
vida hasta los menores deberes de la urbanidad? Cuando cesidades, le representa lo que necesita, le descubre sus
s^ pide á los hombres se hace uno naturalmente modesto, leulaciones, sus flaquezas; y penetrada de los sentimienlus
^ P e l l í o s p , hasta culto; solo cuando se pide á Dios nos mas vivos de respeto, de amor y de reconocimiento, trata
speusanios de estos deberes esenciales. Estas posturas de honrarle, tanto por una profunda sumisión á sus ó r d e -
^ ironas y d e s a l i ñ a d a s ; esos aires vanos, inmodestos y nes, como por su confianza y sus votos fervorosos. Un acío
^ P0co cristianos; esa disipaoipn, esa inatención, ese de religión tan perfecto ¿ podrá consistir en una práctica
U e s ^ ' 0 ^ eSOSenfolt'OS Í'UC acompañan nuestras oracio- puramente esterior? Y si en el momento en que se trata con
jj ' ¿SüI^ por ventura señales de un corazón humilde, re- Dios se eslravia el espíritu hasta perder voluiilariamenlc la
^oioso y iicno [ic 1)¡0i.? QUC1.emos qUe d¡os escuche, devoción, ¿ s e r á esto rogar á Dios? Reglad vuestra con-
ducta sobre esta reflexión.
oíos0*01'"08 00 008 escilc^amos ^ nosotros mismos; querc-
que Dios haga caso de las oraciones, de que nosotros 2 No oréis nunca sino con un profundo respeto, y en una
hios1]08 00 ^ ^acenios cuanilo ';is dirigimos. Son los l a - postura de cuerpo que convenga á la oración. No oréis j a -
un is le '10nran á D'os5 ¿l11^1 Pm'le tiene el corazón en m á s con precipitación, porque esta es siempre irreligiosa;
gn ' ÜI ac'0nps que solo so recitan por rutina? Puede ase- vale mas hacer ménos oraciones, y hacerlas como se debe.
c i n T ^ cPlc se (bce una oración, nó que se hace. La p r e - Alejaos de todo lo que puede distraer cuando oráis. «Cuan-
con aCl0n C(m (!ue se ora' 'as Posturas lan Poco decentes do oréis, dice el Salvador, entrad en vuestro aposento, y
do ,(?Ue.se eslai las distracciones que se consienten oran- cerrando la puerta, orad á vuestro Padre en secreto, y
• ¿mdica iodo esto un gran respeto, un gran fondo do vuestro padre os recompensará.» (Mat. 6.)
re)
SIOn» una fé viva? ¿ S e atreveria uno á pasearse ó á

120 VIERNES PRIMERO
olvidaré para siempre todas sus buenas obras pasadas, y
VIERNES PRIMERO DE CUARESMA,
se condenará. Si el pecador se convierte de buena / é , si
LUMADO TAMBIEN VIERNES DE L A S CÜATRO TEMPORAS. hace penitencia y muere en estado de gracia, yo no lo
Todos los oficios de Cuaresma no se dirigen mas que á echaré en cara sus iniquidades pasadas, y se salvará. ¿Di-
inspirarnos una gran compunción de corazón, y una viva réis después de esto, dice el Señor, que mis caminos no son
confianza en la misericordia de Dios, y á ensenarnos á orar justos?
con humildad, con fervor y con perseverancia. El introito El Evangelio de este día no es ni menos consolante ni
de la misa de este dia es una corta oración, que contiene menos inslrnclivo.Después de haber predicado Jesucristo y
todos estos objetos; y que deberia sernos muy común. Está hecho muchos milagros en las ciudades y en las aldeas,
lomado del salmo 2 í , el cual es una oración de las mas se fué á Jerusalen al tiempo de la fiesta de losjudios. C r é e -
devotas que pueden hacerse á Dios, y de las mas propias se que era la fiesta de las Suertes que se celebraba el 1 i
para obtener c! perdón de los pecados. No a g u a r d é i s mas, del mes Adar; que era el último mes del año judaico. Ha-
Sefior, á librarme de mis penas. Considerad mi abatimien- bía en Jerusalen una piscina, llamada en griego «probá-
to y los males que sufro, y concededme que pueda á lo lica,» estoes piscina para las reses ; y en hebreo « b e t h -
menos con ellos espiar todos los pecados que he cometido. saida,» que quiere decir casa de misericordia. Era una
Es verosímil que este- salmo se hiciese, como ya se ha fuente grande y anchurosa colocada cerca de una puerta
dicho, durante la rebelión de Absalon. Él es una oración de Jerusalen , por donde entraban los rebaños ; y en la
afectuosa de un hombre que está afligido, y que abruma- que, según san (¡ei-ónimo, se lavaban los intestinos de los
do de tristeza, y partido el corazón de dolor, recurre á Dios, animales que se sacrificaban en el templo. Al rededor de
lleno de confianza en su misericordia. esta piscina había cinco pórticos ó galerías , en los cuales
La Epístola que se lee en la misa es una continuación había en todo tiempo un gran número de enfermos; m u -
de la del dia precedente. El profeta Ezequiel nos reitera la chos ciegos, cojos y paralíticos acostados en sus camillas,
misma verdad, á saber ; que cada uno sufrirá la pena de todos los cuales esperaban que el agua fuese removida por
su pecado, y que ninguno será castigado por otro. El hijo un ángel que en un tiempo determinado no dejaba nunca
no llevará sobre sí la iniquidad del padre , ni el padre la de bajar á esta fuente y de remover el agua de ella, y en-
del hijo. En efecto,Dios no ha imputado j a m á s á nadie los tonces e ! primero de los enfermos que entraba en ella que-
pecados de otro. Es muy justo y muy misericordioso para daba infaliblemente curado decualquiera enfermedad que
que repruebe á un alma inocente. Si nosotros sufrimos la tuviese. Todo el mundo era testigo hacia mucho tiempo de
pena del pecado original, es porque verdaderamente este esta maravilla. El Salvador fué á visitar este hospital, y
pecado es también nuestro. Si permite alguna vez en este entre una muchedumbre eslraordinaria de enfermos per-
mundo que el inocente sufra con el culpable , y que sea cibió un paralítico que hacia treinta años estaba tendido
envuelto en el mismo castigo; esle azote en los designios en un lecho sin poderse mover. El Hijo de Dios se acercó
de Dios es una prueba que puedo ser una fuente de bienes á él, y le preguntó si quería curar. Parecía inútil esta p r e -
para el hombre inocente , y nó una pena para castigar un gunta, mas el Salvador quería ensenarnos que quiere ser
culpable. Estos azotes con que Dios aflige á los justos á rogado, y que la curación del pecador es siempre volun-
causa de los pecadores son mas bien favores de su parle, taria, aun cuando siempre sea efecto de su pura bondad.
que efectos de su venganza. Las cruces y las adversida- El enfermo que no conocía la omnipotencia de aquel que
des en el cristianismo son beneficios y nó azotes. No era le hablaba, respondió que hacía mucho tiempo que desea-
lo mismo en la antigua ley , al menos en la idea del pue- ba su curación , pero que no tenia nadie que le echase en
blo- Los judíos no podían mirarlas penas de esta vida s i - la piscina inmediatamente que el agua era movida, y que
no como verdaderos males; y como todo mal es una pena por mas que él se esforzase para echarse en ella, siempre
del pecado, concluían de aquí, que sí ellos no habían me- se le adelantaba otro. Levántale, le dijo Jesús, toma tu l e -
recido las penas que sufrían, las sufrían en castigo de los cho, y vétecon él. Entonces el paralítico, conociendo que
pecados de sus padres. De donde procede que en sns ora- estaba sano , se levantó , cargó su lecho á cuestas , y se
ciones pedían perdón á Dios no solo de sus propios peca- fué con él, con grande asombro de lodo el pueblo.
dos, sino también de los de sus padres. Yo os suplico. Se- Este milagro, que al paso que era una señal sensible dq
ñor, decía Daniel (Dan. 9.), que apartéis de vuestra ciudad la bondad del Salvador, era también una prueba brillante
vuestra ira y vuestra indignación , porque Jerusalen y de su poder, fué inmediatamente condenado por losjudios
vuestro pueblo están hoy mirados con oprobio de todas las como una profanación , y una violación de la l e y , porque
naciones que nos rodean , á causa de nuestros pecados y había sido hecho en s á b a d o . Con esa falsa apariencia de
de las iniquidades de nuestros padres. «¿Quiero yo por piedad, con que coloreaban ordinariamente su odio y sus
ventura la muerte del impío?» dice el S e ñ o r . Dios quiore zelos, inquietaron al paralítico sobre su curación, y le h i -
en verdad la conversión del pecador, y nó su muerte; cieron un crimen de su obediencia. Yerdaderocarácler del
quiere nuestra salvación, y n ó nuestra pérdida. ¡Qué con- falso zelo. Se apura por las observancias esteriores de lu
solatorio es este artículo de nuestra fél pero i q u é aflictiva ley, mientras que deja fomentar en el corazón las pasiones
será eternamente esta verdad para aquellos que se con- mas criminales, y que en él se alimente un odio mortal. El
denonl ;Nohay ningún reprobado que no sea el artífice de Hijo del hombre, dice san 3Iateo, es el Señor del sábado;
su reprobación. Hé aquí la conducta que yo observo, dice y era muy propio de la sabiduría del Salvador, dice el
el Señor, en la economía de la Salvación de los hombres. abad Kuperto, que sus milagros que eran una prueba de
\ o deseo que todos los hombres se salven , y á todos les su divinidad, fuesen conocidos en Jerusalen de un gran
doy yo mugracia para ello. Si el justo, á pesar de todos número de personas, y por esto sin duda los obraba o r d i -
mis ausílios, pierde su justicia, y muere en su pecado, yo nariamente el Salvador en sábado. No era convertirse p f ' 3
m i CÜAKESJVíA.
lo que deseaban los judíos sabor el autor del milagro.. Del mini. Áiidite ergo,domus Is- olvidadas todas las obras do
mismo modo los herejes han rehusado siempre reconocer rael. Ntmquid via mea non justicia quo habia heclio;
la verdadera Iglesia, aun cuando no hayan ignorado los esl wqua, el non magis vice morirá en la perfidia en quo
grandes milagros que han hecho muchos de sus hijos. vestree pravee s m l ? Cüm ha caído, y en el pecado
Viendo el Salvador el abuso que los judíos hacían de una enim averlerit se justas a que ha cometido. Después
maravilla lan poderosa paro convertirlos, se reliródela mul- jusliliasaa, et [eccrit i n i - do todo esto habéis dicho:
titud. Esío es lo que Dios hace muchas veces cuando se quilalem, morietur i n cis: El camino del Señor no es
abusa de sus mayores gracias, ¡Qué castigo, Señor, es este i n injustitia, quam opéralas equitativo. Escucha, pues,
funesto al amlono! Jesus que no curo el cuerpo sino para esl, morietur. E l cüm aver- casa de I s r a e l : ¿por ven-
curar ei alma, habiendo encontrado después á este hombre terit se impius ab impietate l u í a mis caminos no son
en el templo : Ya estás curado, le dijo, g u á r d a t e bien en sua, quam opéralas esí, et justos, y no son mas bien
adelante de pecar , no sea que te suceda otra cosa peor. fecerit judicium el justitiam; los vuestros perversos? Por-
Este hombre reconoció entonces á su divino bienhechor, ipse animam suam vivifica- que cuando el justo se h u -
y queriendo que fuese conocido y honrado de todo el m u n - bit. Coasiderans enim, el biere apartado de su j u s t i -
do fué á decir á los judíos que era Jesucristo á quien de- averlens se ab ómnibus i n i - cia, y cometiere la iniqui-
bía su salud. ¿Mas q u é honor podía Jesus esperar de quilatibas suis, quas opéra- dad, morirá en ella, m o r i -
aquellos que formaban ya un poderoso partido para per- las cst, vivet, el non morie- rá en la injusticia que él ha
derle? tur , a i l Dominas omnipo- cometido. Y cuando el i m -
tcns. pío se apartase de su impie-
La oración de la misa de este dia es como sigue: dad en quo ha vivido, y
-Esto, Domine, propüius Sed, Señor, favorable á obrase conforme á la e q u i -
phbi l u w : el q m m tibifacis vuestro pueblo, y así como dad y á la justicia , él mis-
r-sse dedotam, benigno refove, por vuestra gracia ha- mo volverá la vida á su
wiseratus auxilio. Per Do~ céis que se consagre á vos, alma. Porque considerando
fttriüil noslrum... forlificadle con el dulce a u - su estado, y apartándose de
silio de vuestra misericor- todas las iniquidades que ha
dia. Por nuestro Si'ñor, c'x. cometido, vivirá una vida
cierta, y no morirá, dice el
La Epístola es sacada del cap. 18 delprofeta Ezequicl. Señor omnipotente.
Ucee dicü Dominas Dcus: lio aquí lo que dice el «El piofeta Ezequicl fué llevado cautivo á Babilonia con
A f á m , quee peccaverit, ipsa Señor nuestro Dios: El alma Jeconías, rey de J u d á , y después trasladado á Mesopota-
^ o ñ e i u r : filias non portabil que pecare, ella misma mo- mia, donde Dios le concedió el don de profecía para que
iriquitaiem p a l ñ s , el pater rirá : el hijo no será respóiH consolase á sus hermanos, compañeros de su canlividad.»
non porlabil iniquilalem f i - sable do la iniquidad del
ü i : j m i ü i a j u s l i super eum REFLEXIONES.
padre, ni el padre respon-
c r i l , el impielas impii crit d e r á de la iniqoidail del «Lajusticia del j u s t ó l e aprovechará á él, y la impiedad
super eum. Si aulem impías hijo; la justicia del jusio le del impío á él le d a ñ a r á . En materia de salvación cada
9*fit poRtiiienliam ab omiit- aprovechará á él, y la i m - uno hace para sí. Nuestras obras nos siguen, y no pode-
^íspeccatis suis, qua opera- piedad del impío á él le da- mos hacer cesión de ellas á otro. Admiremos la sabiduría
íus cst, el custodierit omnia ñ a r á . Mas si el impío hace infinita del Señor y su misericordia sin límites. Con q u é
Pracepta mea, el feceriljudi- penitencia de todos sus pe- paciencia sufre los estravíos de los pecadores, y con q u é
C|ítm ef juslitiam, i-íta vivel, cados que habia cometido; bondad los recibe luego qup vuelven á la casa del padre.
nonmorietur. Omninmini- si guanta todos mis manda- Su alegría, sus liberalidades, la fiesta que hace á la vuel-
'/«üaímn ejus, quas opera- mientos , y obra según ta de este hijo pródigo son tan estraordinarias que llegan
tus est, non recordaí/or: tn la equidad y la j u s t i - á causar zelos al hijo mayor. ¿No era justo que yo diese á
Justicia sua, quam operalus cia, vivirá una vida ver- conocer la alegría que me causa su vuelta, dice este buen
est,mvel. Numquid volunta- dadera, y no morirá. No padre? Tales son los sentimientos de Dios con respecto á
os mea; esl mors impii, dicil me acordaré mas de todas un pecador penitente. La obra de mis manos, mi imagen,
bominus Dev.s , el non u l las iniquidades que él habia mi semejanza, el precio de mi sangre habia perecido, y
C0*vertatur a viis suis, el v i - comelidü, y vivirá en las yo entro hoy en posesión de este bien, (illabia muerto;»
\at'* Si aulem averlerit se obras justas que hubiere he- era una alma desesperada, abandonada, con la cual yo no
^ ^ a j u s t i i i á sua, elfece- cho. ¿Quiero yo por ventu- contaba ya; solicitada cien veces, instada, buscada, me
1 iniquilalem secundüm ra la muerte del impío, dice arrojaba de sí, me despreciaba; inútilmente habia tentado
^ s abominaliones, quas el Señor nuestro Dios, y no reducirla, todo habia sido perdido; estaba sepultada en el
mas bien que se convierta sueño del pecado; hoy contra lodo lo que se presentaba,
m e l ? Omnes jnslilia; d e s ú s caminos malos, y que este impío ha prestado el oído á mi voz, se ha rendido á
O"», qUas feccral, non « - vivir.' Mas si el justo retro- las amorosas solicitaciones de -mi gracia, se ha reiraido
rordabuntur: in ])ra>i'ainca- cediere de su justicia, y se de la impiedad en que habia vivido; avergonzado de sus
iwnc, qua prwxaricalus esí, entregare á la iniquidad en aficiones criminales, viene á arrojarse á mis piés, y yo le
^ wpecaitosuo, quod pecca- todas las abominaciones que
recibo entre mis brazos, y yo entro en este corazón sumi-
W> inipsismorietwr. E l d i - suele cometer el impío, ¿ v i -
so, enternecido, dócil. Vuelvo á ver á este hijo rebelde,
«mis; ATon esl cequavia Do- virá enlom es ? Quedarán
que detesía de todo su corazón su rebeldía, que implora
TOMO H , 1G
123 V I E R N E S PRIMERO
mi misericordia, que recurre á mi bondad; ¿puedo dejar Domini descendebai secun- esperaban el movimiento
de regocijarnie de una conquista scincjatile? Yomcveia dum lempus i n pisdmnt, el del agua. I'ues un ángel del
obligado á perderle, á pesar del amor que le tenia, y ya movebalur aqua. E l quiprior Sefior bajaba en cierto tiem-
él quita el obstáculo que me impedia satisfacer al deseo descendisselin piscinam posl po á la piscina y movia el
que tengo de hacerle feliz; ¿qué alegría mas sensible pue- molionem aquw, sanus fiebat agua; y el primero que b a -
de dar una criatura al Aulor desu ser? El justo por el con- a quacumque delinebalur i n - jaba á ia piscina después
trario, después de haber sido colmado de mis b^neticios, firmitate. E r a l autem quidam del movimiento del agua,
después de luiber gustado á placer de las dulzuras de mi homo ibi Iriginla el ocio an- quedaba sano de cualquiera
terneza, después de haber esperimentado cíe las dulzuras noahabcns ia infirmüalesua. enfermedad que tuviese.
que se hallan en mi servicio; si llega á disgustarse de los llunc cum vidissel Jesús j a ~ Babia alli cierto hombro
favores y do las caricias del mas amable de lodos los se- ccnlem, el cognwisscl quia que habia ya treinta y ocho
ñores, del mas tierno de todos los padres, si muere en sus j a m mullum tempus habe- afios que sufría su enferme-
c-travíos, si muere en mí desgracia; ¿no debo castigarle rel, dicil e i : Vis sanas fieri? dad. Viendo Jesús á este
como un hijo rebelde, y abandonarle eternamente á la Jlespondit ei lánguidas: Do- hombro tendido, y sabiendo
desgraciada suerte de los reprobos? Él ha olvidíulo mis mine, hominemnonhabeo, ut que habiA ya mucho tiempo
gracias, mis beneficios, ¿no es justo que yo olvide sus cum túrbala fueril aqua, m i l ' que padecía, le dijo: ¿ Q u i e -
buenas obras? ¿no es justo que yo le trate como á los i m - tal me i n piscinam: dum ve- res sanar? Respondióle el
píos, puesto que ha muerto en su pecado? La suerte de nto cnim ego, alius ante me enfermo : Sefior no tengo
todos los condenados es deplorable; pero ¡qué dolor, q u é descendit. Dicüei Jesús: Sur- hombre, que cuando fuere
desesperación, qué rabia la de un hembre que ha llevado ge: tolle grabatum tuum, et movida el agua, me eche
una parte de su vida en la piedad, y que ha muerto en el amhula. E l slatim sanus fac- dentro de la piscina: así e«,
pecado! ¡qué desesperación, q u é rabia por toda una eter- lus esl homo lile; ei suslu- que cuando yo llego, baja
nidad para una persona que habia gustado de Dios, que l i l grahalum suum, et ambu- otro antes que yo. L e v á n -
habia pasado algun tiempo en el servicio de Dios, y que labat. E r a l autem subbatum tate, le dijo entonces J e s ú s ,
se ve reprobada! ¡qué desesperación, qué rabia para un in die illo. Dicebant ergo Ja- toma tu lecho, y echa á an-
sacerdote, para una persona religiosa, que ha meditado dañ i l l i , qui s á n a l a s [ueral: dar. Inmediatamente quedó
cien veces las grandes verdades de la religión, que las ha Sabbatum est, non licel libi el hombre curado, y t o -
predicado y esplicado á los d e m á s , que ha contribuido con tollere grabatum tuum. Res- mando su camilla á cucsias
su zelo á la salvación de tantas almas, de quien Dios se pondit eis: Qui me sanum echó á andar. Era sábado
ha servido para convertir tantos pecadores, que ha contri- fecit, í//í míAí dixit: Talle aquel dia. Los judíos, pues,
buido tanto con sus obras de piedad, con sus sabios pare- grabatum tuum, et ambuta. decían á aquel que habia
ceres, hasta con sus buenos ejemplos, para que tantos •Jnlerrogaverunl ergo eum: sido curado: Hoy es s á b a -
impíos se retirasen de los últimos eslrav.'os; si él tiene la Quis est Ule homo, qui dixit do, y no te es lícito llevar
desgracia de pervertirse, de morir en pecado, de conde- tibi: Tolle grabatum tuum, et tu lecho. Entonces él le res-
narse! ¡qué desesperación, q u é rabia para aquellos sagra- ambula? Is autem, qui sanus pondió: El que me ha sa-
dos ministros de los altares, que alimentados con el cuer- (ueral effeetus, nesciebat quis nado, me ha dicho, toma tu
po y con la sangre adorables de Jesucristo se haij empon- esset. Jesús enim declinavit a lecho, y marcha. ¿ Q u i é n e s ,
zoñado voluntariamente con las amargas delicias del mun- turba constitutainloco. Pos- le preguntaron, ese hombre
do con que han querido apacentarse, y después de haber tea invenit eum Jesús in tem- que te ha dicho toma tu l e -
retirado á tantas ovejas de estos malos pastos, se han a l i - plo, el d i r i t i l l i : Ecce sanus cho y marcha? Mas el que
mentado con ellos, ellos mismos! En fin, ¡qué desespera- factus es; j a m noli peccare, habia sido curado, no sabia
ción y q u é rabia para aquellos médicos saludables que nc deterius tibi aliquid con- quien fuese, porque Jesús
después de haber curado tantos enfermos desespera- tingat. Ábiil Ule homo, et se habia separado de la mul-
dos no han querido curarse ásí mismos de la misma enfer- m n l i a v i t judatis quia Jesús titud que allí habia. Des-
medad; para aquellos directores que después de haber essel, qui fecit sanum . pués le encontró Jesús en el
conducido á tantas almas por los caminos de la salud y de templo, y le dijo: Ya estás
la justicia, tuvieren la desgracia de estraviarse ellos mis- sano; no vuelvas á pecar,
mos, y morir en sus eslravíosl no sea que te suceda oirá
cosa peor. Fué inmediala-
El Evangelio <k €Ste dia es lomado del cap. S del Evangelio
mente aquel hombre á decir
según san Juan.
á los judíos, que era Jesús
fn illo tempore: E r a l dies En aquel tiempo se cele- el que le habia sanado.
festus Judmorum, et ascendit braba una de las fiestas de
us Jerosolymam. E s í a u - los judío? y Jesús subió á MDITACION.
tem Jerosolymis Prohalica Jerusalen. Hay en Jerusalen
piscina, qme cognominatur una piscina llamada « P r o - Sobre que no se debe contar sino con Dios.
hebraicé\Belhsaida, quinqué bática,» que en hebreo se PUNTO PIUMERO.—Considera cuán poco hay que contar
ponicushabeas. l í i h i s j a c e - llama «Belhsaida,» rodeada con los hombres, apoyo caduco, frágil, flojo, frivolo, v a -
bat r.ndliludo magna l a n - de cinco galerías. En ellas no. Nada es capaz de fijar la ligereza de un corazón velei-
guenlium, ccecorum, claudo- estaban tendidos un gran doso, eslravagante y mudable. Las protestas mas sinceras
ru,m,aridorum expectanlium número de enfermos, cie- de amistad, los ofi ecimienlos mas francos de servir, au"
(cim-p motuni. Ángelus autem gos, cojos y perláticos, que las obligaciones mas formales, todo eíilo se disipa al me-
mrUARÉSMA.
ñor viento; todo 6<3 desvanece á la primera apariencia de poder, toda su buena vohmlad, se liiuila á este puñado de
un nuevo sistema. ¡Desgraciado el que cuenta con seme- dias que tenemos que v i v i r ; ¿y qué servicio pueden h a -
jantes afectos! No hay cosa mas mudable que el corazón cernos durante la eternidad? No sucede !o mismo con la
bumano; nada, en efecto, cambia con mas frecuencia ni confianza que tenemos en Dios, n i con los socorros y ven-
co i mas [ji onlilud qneesle móvil de nuestros sentimientos, tajas que hallamos en su servicio. Inmutable, incapaz de
de nuestras acciones, y aun de nuestros juicios y de nues- mudanza, exento de pasiones, la sabiduría, la equidad, la
tra estima. Como el amor propio y las pasiones son su bondad misma; solo nuestra pura malicia es la que puede
principal resorte, no debemos eslraHar el que la conducta hacerle mudar, por decirlo así, con respecío á nosolros.
d é l o s hombres siga sus caprichos. Seos eslima, se os En todo tiempo hallamos en él un fondo inagotable de bon-
alaba, se os protege, se os ama; ¿ e s vuestra virtud, son dad y de poder, que no está nunca sujeto al humor ni al
vuestras bellas cualidades, es vuestro mérito lo que os capricho. Ünico dueño do lodos los acontecimientos, fuen-
atraen esos amigos, lo que os procuran la estima y la te de lodos los bienes, no podemos dejar de ser dichosos,
protección de los grandes, los que os distinguen en el ni de estar contentos mientras que somos agradables á él.
mundo? Nada mas justo, nada mejor fundado, nada osase- Múdense los hombres,Dios no puede mudarse; dejen los
gura mas un crédito, un favor, una fortuna mas durable. hombres de ser. Dios subsiste. En él encontramos siempre
Sin embargo no os fiéis; basta un espíritu de partido, un un protector omnipotente, un amigo tierno, liberal, mag-
mal suceso, un nuevo interés, una enfermedad aun para nífico, un Señor indulgente, compasivo, un buen padre.
debilitar todos esos apoyos, pararomper todos esos nudos, Él conoce todas nuestras necesidades y previene nuestras
para que desaparezcan todas esas muestras de benevolen- oraciones para proveer á ellas, basta que nosotros leame-
cia. Pero ¿.vuestra virtud persevera, vuestras bellas cuali- mos y estemos seguros de su ternura: ¿ y q u é no puede el
dades subsisten, vuestro m é r i t o n o se ha estinguido? Es amor que nos tiene? Desencadénense centra nosotros to-
verdad, pero los resortes han cambiado, los pasos se bao das las criaturas; declárenos todo el infierno la guerra,
alterado, no es ya la misma m a n ó l a que tiene la balanza. nada tenemos que temer mientras estemos bajo de su p r o -
Un nuevo sistema de cosas ha mudado las ideas; nuevos tección. En medio de las mas furiosas tempestades, es-
uiotivos han hecho nacer nuevos sentimientos; no s» ne- puestos á las borrascas mas viólenlas, agitados por las
cesita mas que una envidia, un terror pánico, una nueva olas, basta que estemos con él, los vientos y l a mar le obe-
pasión para dar un nuevo aspecto á las cosas. So descon- decen. No hay enfermedad alguna que no sea un don de
fia de vuestra v i i l n d , demasiado austera; sela estima, pero su parte, ninguna adversidad que no sea un presente de su
süla teme. Se os cree opuesto á sus intereses particulares, mano, ningún enemigo de nuestra salvación que no lo sea
censor demasiado claro de sus defectos; vuestra regula- suyo, ningún aconlecimionto en fin, que no lo permita p a -
ridad demasiado religiosa embaraza; no es menester mas ra nuestro bien. No solo durante es!a vida podemos corlar
P;ua desacreditaros, para mancillaros. ¿Se osjuzga ya i n ú - con su protección y su bondad, él solo es nuestro consue-
tiles á s u s i n t e r e s e s ó á sus designios? Se os olvida. Afjtie- lo en la hora de nuestra m u c i l e ; nuestra fuerza, nuestro
amistad que parecía tan bien cimentada, se desmiente; asilo en este último momento, en que todas las crialtuas
ya no hay con vosotros mas que indiferencia, frialdad; ya nos abandonan,en que lodo el mundo nos es inútil. Dios sulo
ni aun se quiere que tengáis aquella virtud, aquel mérito, constituye nuestra felicidad y nuestra alegría. ¡Qué p l a -
aquellas buenas cualidades que merecían su estima, por-. cer masesquisilol ¡qué consuelo mas encantador y mejor
Que de este modo es muy fácil justificar una mudanza que fundado que espirar entre sus brazos! Dios solo puede ha-
condena la razón y el buen sentido. ¿Se os ve en la des- cer nuestra dicha por toda la eternidad. ¿Qué se pensará
gracia ? Muy pronto caéis en el olvido. Un nuevo objeto ó entonces de la engañosa confianza que se ha tenido en la
lln nuevo protector entra en lugar vuestro. ¡Buen Dios, protección de los hombres?
^'gno de lástima es el que cuenta mucho sobro un fondo Nó, Señor, esto es hecho, yo no tendré nunca mas con-
semejantel fianza que en vos solo, yo conozco visildemenlc la flaque-
PIÍNTO SEGUNDO.—Considera que aun cuando los hora- za y l a nada del crédito que puede hallarse en los hombres
l6sfuesen ó ménos ingratos ó menos injustos, ó menos para no contar mas con otro apoyo que el vuestro.
Jfludables, no se debería contar con su crédito ni con su JACUIATCRUS.—Yo he puesto toda m i confianza en el
enevolcncia. Los hombres pueden servirnos para que Señor, ¿por q u é , pues, me decís: vuela con el pájaro á
Prosperemos, pero nó para hacernos felices. El mayor fa- los montes? (Psalm, 10.)
^ no puede procurarnos un dia de salud, un cuarto de Uc esperado en vos; no permitáis que sufra la confusión
'0ra de tranquilidad, una media hora de vida. ¿ Q u é a p o - de haber esperado en vano. (Psalm. 30.)
JO puede dulcificar nucstraí? penas? ¿qué crédito puede
ntenlar un corazón insaciable? Todo el apoyo de los PROPÓSITOS.
1 Reconociendo la flaqueza, lo caduco, lo falso de l o -
^ n . es no es mus qnc'una caña débil, que no solo se do-
dos los apoyos humanos, concluid que es una esfraña l o -
< sino que se rompe. Aun cuando su voluntad no fuese
cura el contar con el poder y la benevolencia de los hom-
ve. ' na(k1 'iay mas ca(lUfi0 que su duración, ¿Son por
bres, y que toda nuestra confianza debe ponerse en Dios
^ ''tui'a dueños de sus dias? La persona con quien con-
M no puede ella contar con vivir mañana, Dosaparc- solo. No contéis mas que con él, y reanimad lodos los dias
nu > 0 Una vez estc aPoyo» <5en ^ vienen á parar todas vuestra confianza en su bondad y en su omnipotencia. No
p i t r a s esperanzas? Aunque debiésemos sobrevivir á í o - deben despreciarse los socorros de los amigos y de los
Soconuesí,'os señores, á lodos nuestros protectores, ¿qué grandes; pero no contéis con ellos ; porque vuestra espe-
¿mié fc8 lm0(i(in (ií,rn0s en la hora de nncslra muerte? ranza podría ser vana. No os aflijáis si los hombres os o l -
cues Pueden hacernos para la otra vida? Todo su vidan ú os desprecian. Acordaos muchas veces de aque-
121 S A I U D O PRIMERO
lliis paUsbras del profeta Roy : Mis mas próximos parioriles La segunda está tomada del mismo libro, en la que pro"
me lian dejado; pero Dios se lia dignado encargürse de mí; mete Dios á su pueblo, que si es fiel en observar el pre-
¿qué tengo yo que temer? cepto que le ha impuesto do amar al Señor su Dios, mar-
2 . l'oned toda vuestra conDanza en Dios, sobre lodo cu char por todos sus caminos, y de estar inviolablcmenlo
las adversidades. Sed flelcs en su servicio, eslad cun él, adherido á su servicio, esterminará á su visla todas las
y éi estará con vosotros : con semejante apoyo no podrán naciones mas poderosas y mas fuertes que él, y lo pondrá
dañaros los vientos mas furiosos. Reanimad vuestra con- en posesión del pais que ellas babilaban; y después de
fianza todas ¡as m a ñ a n a s y muciias veces en el dia; y baberle hecho rico y poderoso , le hará formidable á toda
cuando la prudencia cristiana exigiere que os sirváis del la tierra. (Dcuter. 11.) Todas estas recompensas materiales
crédilo y de la benevolencia de vuestros protectores, de- no eran mas que la figura de las recompensas espirituales
cid á Dios, que sin embargo de lo que baccis, solo en él prometidas al pueblo de la nueva alianza, á esta uacicn
ponéis toda vuestra confianza. Tenedla muy singular en sania, que son los cristianos.
ta protección de la Santísima V i r g e n , confiar en ella La tercera lección está sacada del segundo libro de los
es coníiar en Dios. La confianzalfo nuestro ángel de la Macabcos: contiene la oración que los sacerdotes des-
guarda y en los santos es también muy útii. Son protec- pués de la vui'lta de la cautividad de Babilonia hicieron
tores seguros y amigos con quienes podemos contar segu- á Dios con Nohcmías, durante el sacrificio que consu-
ramente. mía ol fuego sagrado, que se habia ocultado en el hon-
do de un pozo ánles de la cautividad, y que so habia
SÁBADO PRIMERO DE CUARESMA, vuelto una agua lodosa y espesa ; la cual, habiendo sido
LLAMADO COMUNMENTE DE LAS CUATRO TÉMPORAS. derraimula sobro la leña y la víctima que se habia co-
locado sobro el altar, se convirtió milagrosamente cu
Todo es misterioso en los oficios do Cuaresma, lodo es fuego luego que salió ol sol. Mientras el fuego milagro-
instruclivo en ellos, y todo concurre á inspirarnos el es- so consumia el sacrificio, Nehemías, Jonatás y los de-
píriln de penitencia. La misa de este dia comienza por más sacerdotes hacian la oración contenida en osla terce-
aquellas hermosas palabras del salmo 87 : Señor, llegue ra lección.
mi corazón basta vos, aplicad vuestro oido á los votos La cuarta está lomada del libro del Eclesiáslico, en
que yo os dirijo. Señor, mi Dios, mi libertador, yo no ce- donde el aulor de este libro dirige á Dios una fervorosa
so dia y noche do importunaros con mis clamores para oración para suplicarle que so compadezca de su pueblo
que me a y u d é i s . David, perseguido por Absalon y repre- afligido, disperso, y en todas partos mallratado. Cuando el
sentando á Dios sus males en la oración, es una figura aulor del libro del Eclesiástico escribía, oslaba la nación
sensible de Jesucristo que ruega á su Padre en él tiempo judía dispersa en Egipto, en la Siria y en todas las pro-
de su pasión. Todo este salmo es una imagen profélica, y vincias de Oriente, y aun los mismos que estaban en J u -
al mismo tiempo una viva espresion de los soniimienlos dca y en Jerusalcn eran oprimidos por los príncipes veci-
del corazón de Jesucristo, tan ignominiosamente tratado, nos bajo quienes estaban subyugados. Como todas eslas
tan cruelmente perseguido por un pueblo de quien era el adversidades eran la figura do las que debian afligir algún
rey y el padre. dia á los fieles, la Iglesia renueva á Dios las mismas ora-
En la misa de este dia se leen seis lecciones según se ciones por lodos sus hijos.
acostumbra hacer en lodos los sábados de las cuatro t é m - La quinta, quo es la úllima de las que se loman del
poras. Ksío uso es muy antiguo en la Iglesia. Queda dicho antiguo Testamento, está sacada del profeta Daniel, y re-
ya en el sábado de las cuatro témporas de diciembre, por fiere la maravilla de los tres niños hebreos, quo arrojados
que se habia dado al sábado de las cuatro témporas ol en un horno ardiendo, por haber sido fieles á Dios, halla-
nombre de «dia de las doce lecciones.» Aunque el ayuno ron rofrigorio en medio do las llamas, y cantaron allí las
de las cualro témporas en las cuatro estaciones del año alabanzas de Dios, que la Iglesia repite aquí en esta
sea de institución apostólica, sin embargo, hasta el u n d é - lección.
cimo siglo, en tiempo del papa san Gregorio VU, no se fi- En fio, la sexta, quo es propiamente la Epístola de la
jaron las cualro témporas de primavera á la primera se- misa de esto dia, es una instrucción que el apóstol san
mana do Cuaresma, y las de estío á Pentecostés; lo cual Pablo da á los cristianos do Tesalónica en la primera caria
fué confirmado por un nuevo decreto de diez años después, quo íes escribe, y con motivo do ellos á lodos los fieles.
en el concilio do Clermonl en Auvorgne, dado por el papa Puedo.decirse que es un compendio de toda la moral de
Urbano U que presidió en él. Jesucristo, y el resumen mas suave de la doctrina del
La primera de las seis lecciones destinadas á la misa do Evangelio. «Corregid á los chismosos,» los dice: el a p ó s -
este dia es lomada del libro del Deuleronomio, en donde tol habla de aquellos espíritus inquietos, orgullosos, (ur-
Dios ordena á su pueblo el pago de un diezmo particu- bulenlos, que no pueden vivir en repoeo ni dejar vivir en
lar, pero trienal, es decir, solo de tres en Ires años él á los d e m á s ; que introducen la disensión en las socie-
(Deut. 26.}, para el manlenimienlo d é l o s levitas ó m i - dades mas santas, de las cuales son el azote ; gentes do
nistros del templo, y para asistir á los estranjeros, las partido, susceptibles de lodos los errores , y que parecen
viudas y los huérfanos. Cumplido este deber, les pros- no haber nacido sino para sembrar en todas p.irtes la l\-
cribe Dios una especie de fórmula, por la cual so obligan zaña, la división y ol cisma. «Sufrid á los flacos» y á los
solomnemonle dolante de él á no tener j a m á s otro Dios imperfectos; «consolad á aquellos que se desaniman» ^
ni otro S e ñ o r ; y Dios también les protesta haberles ele- visla de las menores diliculiades. La caridad que debe trfte
gido para que sean su pueblo particular y ia nación p r i - racleri/ar á todos los cristianos es paciente, compasiva,
vilegiada. todo lo sufre, no es aceptadora de personas. No hay ani-
DE CUARESMA 125
uio idad ni doseo do venganza; no os dejéis vencer por hombre Dios. El resplandor de su divinidad y la gloria de
el mal, ánies bien Iratad do vencer el mal que se os hace su alma bienaventurada aparecieron visihlemenle en su
por el bien que hiciereis á ios d e m á s . No persigáis la i n - cuerpo, por algunos rayos producidos por aquella luz a d -
juria sino con beneficios. La alegría espiritual es el fruí0 mirable que hasta entonces habia tenido oculta en su fuen-
del Espirilu Santo. Dios no quiere siervos disgustados y te. Su rostro se puso luminoso como el sol, sus vesti-
tristes. En cualquiera estado en que os halléis, en la po- dos blancos como la nieve; no se mudaron esencial-
breza, en la adversidad, en la miseria, recibidlo todo c o - mente, dice san Gerónimo, solo recibieron un brillo des-
mo venido de su mano, bendecidle por todo. Levantad sin lumbrador, de la luz viva que resallaba de lodo su cuer-
cesar vuestro corazón á Dios; hacedlo lodo para gloria po. Puede decirse en cierto sentido, que la vida común do
suya: adorad su providencia en lodo lo que os suceda» nuestro Salvador, y su bajeza esterior, era propiamente
dadle gracias tanto en la prosperidad como en la adversi- una verdadera Irasflguracion, puesto que en ella aparecía
dad, pueslo (pío todas las cosas contribuyen al bien para en un estado eslraño á su naturaleza; así que era nece-
aquellos que le aman. Un gran motivo para regocijarse y sario un milagro continuo para suspender el resplandor
para dar gracias á Dios de lodo lo que sucede, es de sn gloria y de su majestad sobre su rostro, y bastaba
que fuera del pecado, todo lo que sucede, sucede por solo suspender el milagro para mostrarse lal como apare-
la voluntad de Diosen Jesucristo con cuya imágen debe- ció entonces. Su cuerpo era propiamente como una nube
mos conformarnos. No eslingais la luz del Espíritu Santo al rededor del sol. Naluralmenlc debia estar todo brillante
ca vosotros por el pecado; no sofoquéis sus inspiraciones por la luz que tenia como envuelta. En este estado de m a -
i'esisliendo á la gracia; y bajo el protesto de que hay cnlre jestad, Jesús no quiso aparecer solo. Moisés y Elias apa-
vosotros falsos profetas, guardaos mucho de rechazar las recieron á sus lados conrersando con él. Jesucristo quiso
instrucciones de los que os hablan de parle de Dios. Exa- que el mismo legislador y uno de los mas ilustres profetas,
minad lodas las cosas, y abrazad aquello que es bueno. diesen testimonio á los apóstoles de que él era á quien
No os dejéis sorprender por falsas preocupaciones; i m i - convenia lodo lo que la ley y los profetas habían indicado
tad dice san Cirilo esplicando este pasaje, imitad á los bue- ó predicho del Mesías. Hé aquí una sefial del cielo, dice
nos cambistas, no os dejeis deslumhrar por un brillo f a l - san Gerónimo, tal como la habían pedido los fariseos a l -
s por un eslerior que impone, desechad todo lo que tie- gunos dias antes, pero de la que no merecian ellos ser
ne el cufio falso, y no recibáis mas que lo que es bueno y testigos. Elias, dicen los Padres, estaba todavía vivo, y
'lo hnon peso. No basta ser inocente á los ojos de Dios, apareció con su cuerpo natural; Moisés resucitó para esta
e^ preciso evitar hasta la apariencia, hasta la sombra del ceremonia, y en seguida volvió á dormir en el Señor. El
" i a l , para no escandalizar anadie; á lodos les debemos el asunto de la conversación de Jesucristo con Moisés y Elias
huen ejemplo, y este deber no es la menor de nuestras era acerca de los suplicios y de la muerte que debia sufrir
oblig^cloues. en Jerusalen. Los apóstoles quedaron poseídos de un d u l -
El Evangelio d é l a misa de este diaostá tomado del ca- ce asombro, causado por la admiración y la alegría que
pítulo n de san Maleo, y contiene la historia de la Iras- les inspiraba la vista de esta maravilla. Entonces san Pedro
liguracion de adestró Soflor Jesucristo sobre la montafia trasportado todo de amor, abandonándose al regocijo que
del Tabor. Hacia algun tiempo que el Salvador, instruyen- lo absorvia en una especie de éxtasis: A h , Señor, escla-
do á sus discípulos en los principales misterios d é l a r e l i - ma, que bien se está a q u í ; ¿queréis que establezcamos
gión, les habia hecho una pintura bastante viva de las h u - aquí nuestra morada? en ninguna parte podemos estar
millaciones y de las ignominias de su pasión, y de loque mejor; permitid que no salgamos de aquí, nosotros for-
ellos mismos lendrian que. sufrir, duro y humillante de maremos aquí tres tiendas; una para vos, otra para Moi-
Parte de los hombres. Estas imágenes tristes eran muy á sés, y otra para'Elías. San Pedro no consulla aquí mas que
Propósito para llenar de susto á unos hombres todavía su buen corazón, y se deja trasportar de su vivacidad
'«ateríales é imperfectos. Para sostener sin duda su fé ordinaria y del ardor do su devoción. Todavía estaba ha-
todavía débil, y reanimar su valor descaecido, les dijo el blando, cuando una nube luminosa les envolvió, y al m i s -
Sidvador que algunos de los que estaban allí presentes mo tiempo salió de la nube una voz que d e c í a : Este es m i
J10 moririan sin que hubiesen visto aparecer el Hijo del Hijo muy amado, en quien yo he encontrado lodas mis
hombre en su gloria. En efecto, cerca de seis dias des- delicias; escuchadle como á vuestro maestro ; obedecedlo
l)Ues, Jesucristo eligió tres de sus apóstoles, Pedro, San- como á vuestro rey. Esta voz no se oyó hasta que Moisés y
üago y Juan y ios w^fr á solas sobre una alta montana, Elias hubieron desaparecido, á fin de que estando solo
^"e se cree fué el Tabor. Como no quería que este miste- Jesús, dicesan Gerónimo, no quedase duda de queso d i -
,lo fuese conocido, ni se hiciese público antes de su resur- rigía á él. El esplendor de esta nube, y el sonido de esta
re^cion, no llovó consigo mas que un pequefio número de voz, trastornaron de tal modo á los apóstoles, que poseí-
Personas; tomó tres d e s ú s apóstoles; era este el mi mero dos del miedo, cayeron pegado el rostro contra el suelo,
' ^ s completo que pedia la ley para hacer íirmo un testi- y en el mismo instante toda aquella gloria desapareció.
monio. Escogió por testigos do su gloria, los que debían Acercándose entonces Jesús á ellos les dijo t Levantaos y
Soi'lo hieu pronlo de su a g o n í a ; para e n s e ñ a r n o s , que no tengáis miedo. Inmediatamente levantaron los ojos, y
Sl 'inoremos tener parte en su gloria, debemos tener viendo á él solo, se serenaron. Ya se les hacia larde para
Parle en sus sufrimientos y en sus humillac iones. Ha- ir á contar á los demás apóstoles lo que acababa de suce-
ll'ndo subido á la cima de la montaría, se retiró un der; poro Jesús cuando bajaban de la montaña les mandó
P^o aparit> y se puso en oración. Entonces se tras- que no hablasen de ello con nadie hasta después de su re-
Su,'o, esto es, apareció con todo el resplandor de su surrección.
^HíSlad ; oó ya como un simple hombre, sino como un
1 Zb SÁBADO PRIMERO
1 is pasiones; el que puriflea el alma. «Guardaos de estin-
La oración de la misa de este dia es como sigue: guir el espíritu.» Porque este espíritu se estingue en el
Popuhm l u u m , qnaesu- M i r a d , S e ñ o r , propicio á alma por el pecado; so estingue por la continuación en la
mus , Domine, propitius res- vuestro pueblo, y aparlad •ibieza; por la inüdelidad reiterada ; por una tenaz resis-
pice, atquc ab eo jlayella luce do él, por vuestra bondad, tencia á la gracia que concluye por sofocarla. ¡ Q u e d e s -
iracund'm clemenler averie. los azotes de vuestro enojo. gracia entonces para el alma entregada á sí misma y á sus
Per d o m i m m . . . Por nuestro Sefior, etc. pasiones, privada de un ausilio tan poderoso, de una luz
tan necesaria! La fé se debilita siempre, cuando este e s p í -
L a E p í s l o l a es sacada de la primera carta del apóslol san ritu se debilita, y la corrupción del corazón estingue en él
Pablo á los de Tesalónica, cap. 5. muy pronto hasta la menor chispa de devoción. ¿ S e busca
Fralres : rogamus vos, Hermanos m í o s : os roga- la causa funesta de aquella pesantez, de aquella inacción,
rorripite inquietos, consola- mos que corrijais á los i n - de aquella flojedad, que se esperimenta en el servicio do
m\ni pusillanimes, suscipite quietos, que consoléis á los Dios? Es muy temible que el origen sea la estincion do
infirmos, palíenles eslote a i p u s i l á n i m e s , que sostengáis este espíritu. ¿ D e dónde procede aípiella diferencia de
omnes. Videte ne quis malum á los flacos, tened paciencia gusto, de sentimientos, de conducta, de cristiano á cris-
p r o malo alicui reddat; sed con todos. Cuidad de que tiano? iCon qué fervor, con q u é facilidad, con q u é alegría
semper quod bonum est sec- ninguno vuelva á otro mal sirven los u n o s á Dios; con q u é indiferencia, con q u é f r i a l -
tamini in invicem, el i n om- por mal, ántcs bien tratad dad, con q u é tristeza y con q u é disgusto desfallecen tantos
nes. Semper gaudete. Sine do haceros bien los unos á otros en su servicio 1 i Qué diversidad de conducta entro
ialermissiom orate. I n o m - los otros, y á toda suerte de las gentes do una misma familia, de una misma comuni-
nibas gralias agite; hcee est personas. Estad siempre dad religiosa, de una misma sociedad! Una jóven es idó-
enim voluntas Dei in C h r i s - alegres; no ceséis de orar; latra del mundo, no gusta mas que de sus máximas, no es-
ío Jesu in ómnibus vobis. dad gracias á Dios en todo tima mas que sus leyes, no atiende mas que á sus place-
Spiritum nolite exlinguere. acontecimiento; porque esto res; mientras que su hermana encuentra estas mismas
Prophelias nolite spernere. es lo que Dios quiere de to- máximas y estos placeres enfadosos, insípidos, vacíos, y
Omniu autem probate: quod dos vosotros en Jesucristo. aun amargos é indignos de un corazón y de un espíritu
bonum est tenete. Ab omni Guardaos de estinguir el es- cristiano; esta diferencia de sentimientos viene necesaria-
specie mala abstinete vos. pírilu. No despreciéis las mente de la oposición de los espíritus que las animan. E l
Ipse autem Dcus pacis sane- profecías. Examinad todas espíritu del mundo es el que reina en aquella persona
tificel vos per omnia; ut i n - las cosas, y abrazad aquello mundana, en tanto que la otra no está animada mas quo
teger spiritus vester, el a n i - que es bueno. Absteneos de del espíritu de Dios. ¿Cuál será, pues, la suerte y la eler-
w a , el corpas sine querela i n todo lo que tiene apariencia nidad destinada á estas dos personas?
adventu Domini nostri Jesu de mal. El mismo Dios de la
Cltrisli servelur. paz se digne santificaros en E l Evangelio de la misa está lomado del capilulo 11 de
todas las cosas, á ü n de que san Mateo.
todo vuestro espíritu, vues- I n illo tempore: Assump- En aquel tiempo: Tomó
tra alma y vuestro cuerpo sil Jesús Pelrum, et Jaco- Jesús en su compañía á Pe-
se mantengan sin ninguna bum, el Joannem fratrem dro, á Santiago y á Juan su
« tacha para el dia en que ejus, et duxil illos i n mon- hermano, y los llevó á la
vendrá Jesucristo nuestro í m excelsum s e o r s ü m : et cima de un monte muy e n -
Señor. transfiguratus est ante eos. cumbrado , y se trasíiguró
«Esta primera carta á los tesalonicenses fué escrita des- E l resplenduil facies ejus delante de ellos. Su ros-
de Corinlo por el apóstol san Pablo hacia el año 52 de sicutsol: vestimenta autem tro apareció resplandeciente
Jesucristo. Es la primera de todas las cartas quo el Após- ejus [acta s m l alba sicul como el sol; y sus vestidos
tol escribió á las Iglesias.» nix. E t ecceapparuermt illis se pusieron blancos como la
Mopcs el Elias cum eo lo- nieve. Inmediatamente so
REFLEXIONES. quenles. Respondens autem les aparecieron Moisés y
«Guardaos de estinguir el espíritu.» El Espíritu Santo Petrus, d i x i l adJesum: Do- Elias hablando con él. T o -
es, por decirlo así, el fuego divino que el Salvador ha ve- mmetbonum cstnoskicesse: mando Pedro la palabra,
nido á traer á la tierra para que todos los corazones se si vis, faciamus hic tria t a - dijo á Jesús : Señor, bueno
abrasasen en él. Este fuego es el que ilustra el entendi- bernanda, tiM u m m , Moysi es que nos quedemos aquí;
miento, y nos hace ver todas las cosas como son en s í ; y u m m , el Elice unum. A d - si q u e r é i s , hagamos aquí
al mismo tiempo el que acalora los corazones mas fríos, huc eo loquenle, ecce nubes tres tiendas, una para vos,
los abrasa en el amor de Dios, y les hace sobrepujar sin lucida o h m b r a v i t eos. Et otra para Moisés, y otra
trabajo los mayores obstáculos. Todo es fácil á quien está ecce vox de nube , dicens: para Elias. Aun estaba ha-
abrasado con este fuego ardiente. En tal caso la virtud I l k est Filius meus dilectas, blando , cuando una nube
tiene atractivos que encantan; el Evangelio tiene máximas ín quo milti bené complacui: luminosa los envolvió , y
y consejos que agradan; nada hay mas lijero, nada hay t^sum audile. E l audientes luego salió do la nube una
mas dulce que el yugo del Señor. Esto fuego divino es el discipuli, ceciderunt i n f a - voz que decia: Este es mi
que consume el orin, p o r d e c i r l o a s í , de nuestras imperfec- ciem suam , et linmerunt Hijo muy amado, en quien
ciones; el que quema los lazos del amor propio; el que valdé. Et accessil J e s ú s , et yo he encontrado todas mis
dulcifica la amargura de las adversidades; el que modera tciigit eos, dixilqueeis: Sur- delicias; oidle á él. Al 0
DE CUARESMA. 127
<ji(«, etnolile limert. Levan- estas palabras, los discípu- no basta, es preciso subirse & la cima de una alta montana;
íes atUem oculos SMOS, ncmi- los llenos de espanto caye- y porque á todas partes nos llevamos á nosotros, y con no-
weni viderunt, níst solum ron con el rostro contra el sotros llevamos á todas partes la fuente y la causa de t o -
Jesum. Et desccndcnlibus suelo. Llegándose á ellos: das nuestras penas, esto es, nuestro natural, nuestro h u -
ülis de monte, pmcepil eis Jesús, les tocó y les dijo: mor, nuestras pasiones, nuestras disposiciones, nuestro
Jesús, dicens : A7emí>it dixe- Levantaos, y no tengáis amor propio , si Jesucristo no está con nosotros para apa-
r ü i s visionem, doñee Filius miedo. Entonces levantando ciguar los vientos, para sosegar la mar, para producir la
hominis á morluis resurgat. los ojos vieron que Jesús calma, en todas partes somos desgraciados.
estaba solo. Y cuando baja- PUNTO SEUUNDO.—Considera que solo allí en donde se
ban del monte les intimó halla Jesucristo es en donde reina la calma, la paz y la
Jesús este precepto, y les abundancia. Si se halla en la barca agitada de los vientos
dijo : k nadie digáis lo que y de las olas, no hay nada que temer ; la calma viene des-
babeis visto, hasta que el de el momento en que él se muestra. Si se halla en un
Hijo del hombro resucite do desierto estéril, acompañado de una multitud innumerable
entre los muertos. de pueblos, sin otra provisión que cinco panes, no (iene
mas que bendecirlos y los multiplica hasta quedar muchas
canastas de sobra, después de satisfecha la multitud. S i
MEDITACION.
los discípulos se ven oprimidos de temor y de perplejida-
des, no es necesario mas que el que se les aparezca anun-
Sobre que no podemos ser felices n i aun en esta vida , sin<)
ciándoles la paz , y se la da y les tranquiliza. En fin , si
estando con Jesucristo.
sube sobre la cima de una alta montaña, aunque no hable
PUNTO PRIMERO.—Considera que hace ya mucho tiempo mas que de su pasión y de las humillaciones de su muer-
q u e s e busca i n ú t i l m e n t e el ser felices sobre lá tierra, porque te, aunque los Apóstoles estén abrumados de tristeza y de
la felicidad, aun la de esta v i d a , no es fruto de la tierra pesar, no necesita mas que hacer que aparezca un débil
en que habitamos. Desdo la maldición que trajo sobre rayo de su gloria para hacer de aquel lugar escarpado,
ella el pecado del primer hombre, no lleva mas que abro- .solitario y espantoso, un paraíso en la tierra , y para c o l -
jos ni produce mas que espinas. La amargura esta espar- mar á todos los que están con él de tantas dulzuras , que
cjda en todos sus frutos. En efecto , el mundo , aunque esclamen: que ya no hay que pensar en i r á buscar la d i -
Magnífico en sus promesas, no,ha podido hacer hasta aquí cha y la felicidad á otra parte , y que se tendrían por d i -
"Mfs que desgraciados. Los mejor librados, los que han chosos en permanecer eternamente allí donde están, con
sacado mas parte de los bienes de esta v i d a , son aquellos tal que Jesucristo permaneciese también a l l i . Por mas que
^ ' e conocen mas el vacío de todos los bienes criados; Sa- se acumulen tesoros sobre tesoros , se reúnan todos los
'omon , el mas rico , el mas dichoso , el mas poderoso de placeres, y se multipliquen los honores todos del mundo,
todos los príncipes, confiesa ingenuamente su indigencia. todos estos encantos son esleriores; el corazón no está mé-
En medio de la abundancia misma, y de la mas floreciente nos sujeto á sus pesadumbres, ni ménos entregado á sus
Y mas continuada prosperidad, no puede menos de confe- inquietudes mortales; á lo mas no es otra cosa que una
s'ir que todo ello no es mas que ilusión y vanidad. Para ser víctima cubierta de flores en la víspera de ser inmolada.
^ l i z es preciso que el corazón esté tranquilo , que esté Solo el pensamiento de la muerte turba todas las fiestas,
Móntenlo, que todo en él esté en calma ; y esta paz del y empapa de una amargura cruel todos los placeres. Solo
eorazon no puede ser un presente del mundo : en medio pertenece al servicio de Dios el hacer que desaparezcan
^e los bienes, de los honores y de los placeres , es donde todas estas nieblas ; no hay mas que el amor que se tiene
se goza menos quietud : solo Jesucristo es el que puede á Jesucristo, y que Jesucristo nos tiene á nosotros, que
C a n d a r á las olas y á los vientos. Las pasiones son los l i - produzca las dulzuras de la paz que el hombre carnal no
'anos del corazón d e l hombre , la prosperidad las hace puede comprender. Esta paz dulce de que goza el alma,
^ras, se fortifican con la edad, y nunca son tan violentas es un gusto anticipado de los regocijos del cielo ; compa-
^OOÍO cuando la edad nos debilita y han decaido nuestras rad la modestia, la dulzura inalterable de las" gentes b u e -
berzas. La abundancia de los bienes criados es una fuen- nas, con el humor siempre fastidioso, arrebatado y som-
fecunda de cuidados y de inquietudes; la multiplici- brío de los mas dichosos del siglo. Se derraman lágrimas
á los piés de un Crucifijo ; pero i qué alegría, q u é dulzu-
do los placeres es necesariamente una necesidad ra encierran estas lágrimas! Se derraman en el mundo,
^ «ípre progresiva de disgustos y de pesadumbres; no son inagotables las fuentes de donde nacen entre los m u n -
oinguno, cualquiera que sea, que no esté empapado danos ; y ¡qué amargura, q u é angustia , inseparable de
^ ftfflargura. Los hombres lisonjean, pero no deslum- todos estos llantos, tanto mas amargos, cuanto mas secre-
bi ,in mas que á aquellos que los ven en otro. Qué de nie- tos y mas estériles! Búsquese, eslúdiese, consúmanse los
has8' r'U^ ^e t'0I"P0S sombríos , q u é de tempestades aun hombres por hallar ni aun una sombra de felicidad sobre
| r f a S(d>reel trono ; en una palabra, las cruces nacen en la tierra ; no puede decirse, yo soy feliz, sino en tanto que
lü] as Pai',es; ningún estado, ninguna condición h a y en el estoy con Jesucristo.
1 0' n i n g ú n particular, ninguna familia que estén
tóas 08 ^e C"as; ta'vcz son mas f u n d a n t e s en donde hay Uacedme, Señor, sensible esta verdad por mi esperien-
con8 (>0mocI'tlatlos- Si se las quiere arrancar se pica uno cia. Yo veo lodo mi bien, ó Dios mío, en unirme á vos.
a r r i e s ' J ' l l a s , ^ como lü^0 es|3 sembrado de ellas, si se JACULATORIAS.—Mi alma se une á vos, Señor, y vuestra
Oí' Una' s c von m u y pi'ooto nacer otras muchas, diestra me protege. (Psalm. 62.)
-enios ser felices? Es preciso apartarse del tumulto; Sí, Dios raio, yo reconozco que toda mi felicidad con-
DOMINGO PRIMMO
piste en unirme á v o s , y en poner en vos mi esperanza. domingo. Esta nueva disposición dejó al segundo domingo
(Psalm. n.) de Cuaresma en un vacío, por decirlo así, que fué necesario
llenar con un oficio particular. Por de pronto se contenió
PROPÓSITOS. con repetir el oficio y la misa del sábado precedente, q u i -
1 Es estraíía que después que se confiesa, y que se cono - tando las lecciones del antiguo Testamento, y así perma-
ce que los' bienes criados, los honores y los placeres no pue- neció hasta algunos años ántes de establecer una unifor-
den hacer á un hombre dichoso sobre la lierra, no se bus- midad en el oficio. En algunas iglesias se observó todavía
que en otra cosa que en ellos la felicidad ; ó que h a b i é n - algún tiempo el uso que se practicaba en Francia, de leer
dola encontrado no se fije allí la ambición, los deseos y la la parábola del Hijo pródigo para el Evangelio de la misa
fortuna. Este estado tan dichoso, y único á propósito para del dia ; en otras partes se adoptó del oficio del jueves
hacer dichosos á los hombres , es el estado de un verda- precedente el Evangelio de la Cananea; y esto es lo que
dero cristiano qu^ guarda los mandamientos de Dios, que indica el uso que aun se sigue en algunas iglesias antiguas
os verdadero discípulo de Jesucristo, y que regla su con- de predicar hoy el Evangelio de la Cananea con preferen-
ducta sobre las máximas del Evangelio. No tengáis otro cia al Evangelio del dia. Por último, todos se han conveni-
deseo, otra ambición que fijaros en esteeslado. Nuestra fe- do en la elección del Evangelio del sábado precedenle, el
licidad, por decirlo así, depende de npsotros, puesto que cual contiene la historia d é l a trasliguracion. La Iglesia de
en nosotros consiste ser tales como debemos ser. Persua- Milán guarda todavía su antigua costumbre de leer en la
didos que solo en la escuela de Jesucristo es en donde se misa de este dia el Evangelio de la Samarilana. También
aprende la ciencia de los santos, estudiad con aplicación y se llamó comunmente este segundo domingo a Reminisce-
con constancia en esta escuela. Solo en el servicio de Dios re,» tomado de la primera palabra del introito de la misa.
es uno dichoso ; no tengáis , por decirlo así, otro señor. Este introito está tomado del salmo 2 í , que como hemos
Imponeos una ley de seguirle, de escucharle, y de obede- dicho ya, fué compuesto por el santo profeta Rey c iando
cerle. Sed fieles discípulos suyos, y no dejareis de ser d i - la rebelión de su hijo Absalon le obligó á salir de Jerusa*
chosos. ien y salvarse á pié abandonado casi de todo el mundo.
1 Toda la majestad de Jesucristo se halla en la divina El Espíritu Santo se sirvió de esta atliccion y de esta h u m i -
Eucaristía. Allí está como trastigurado bajo las apariencias llación para inspirarle los mas devotos y mas interesantes
de pan, de un modo á la verdad diferente que sobre el sentimientos de penitencia, y una confianza la mas viva en
Tabor, pero tan realmente como sobre aquella montana. la misericordia de Dios: también hallamos en todoesie
Allí no se encontraron mas que los tres apóstoles privile- salmo la oración mas cristiana que puede hacer un peca-
giados; nosotros podemos todos, en alguna manera, tener dor, principalmente cuando se halla mas combatido de los
el mismo privilegio á los piés de los altares. Id con fre- enemigos de la salud.
cuencia á hacer estación al lugar santo, con una fé viva y Acordaos, Señor, de viíéstras antiguas misericordias,
una devoción perseverante. Jesús os comunicará allí parte de aquellas misericordias que tantos siglos hace ejercitáis;
d e s ú s dulzuras, y aun se puede decir, de su gloria, co- no permitáis que caigamos j a m á s bajo el poder de los ene-
municándose á vuestra alma, con tal que halle en vosotros migos de nuestra salvación. Libradnos, Dios mió, de todos
un corazón cristiano. Podéis decirle allí con tantas almas los peligros que nos amenazan. San Agu>lin traduce estas
fieles : ¡ qiié bueno es el estar aquí l No paséis ningún dia últimas palabras de este modo: Libradme, ó Dios de Israel,
sin ir á visitarle por lo menos media hora. Muy pronto es- de todos los motivos de mis aflicciones. En todo este sal-
perimentareis cuan dulce es el estar de continuo á los pies mo David pondera y exalta la misericordia del Señar como
de Jesucristo. el motivo principal de su confianza en él, á p e s a r del n ú -
mero y la gravedad de sus pecados. Considera el Profeta
DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA. la misma gravedad de su pecado como un motivo particu-
Esie segundo domingo de Cuaresma ha sido vacante por lar de su grande confianza: «Me perdonarás mi penólo,
espacio de muchos siglos en la Iglesia; oslo es, ha estado porque es muy grande.» Como si dijera: Vuestra miseri-
sin oficio particular, porque el del sábado precedente, que cordia. Señor, es infinita, y me atrevo á decir que no hay
era estraordinariamente largo á causa de la ordenación, nada que os haga tanto honor, y que d é una idea mas alta
ocupaba á los fieles toda la noche; de suerte que muchas de vuestra grandeza infinita y de vuestro poder sin límites,
veces no se acababa la misa hasta la salida del sol. Esto es como vuestra escesiva bondad. Tampoco hay por lo m i s -
lo que ha hecho decir á muchos, que las oraciones y las mo cosa alguna mas á propósito para que brille osla bon-
ceremonias de la ordenación, la cual no comenzaba hasta dad, que el perdón que me concederéis de todos mis pe-
después del oficio de las cuatro témporas, esto es, el s á - cados, por grande que sea su número. Es bien claro que
bado por la tarde, y á lasque asistían lodos los fieles, era lo que ha obligado á todos los profetas, y singularmente
el verdadero oficio del segundo domingo de Cuaresma. El á David en los salmos á admirar y exaltar sin cesar con
espresiones enfáticas la misericordia de Dios sobre todos
ayuno del sábado duraba hasta el domingo por la m a ñ a n a ;
sus atributos, es el haberse dignado hacerse hombre para
y desde la comida del ayuno del viernes, hasta la mañana
rescatar á los hombres por su muerte de cruz. En efecto,
del domingo, se pasáb.1 sin tomar nada. Habiéndose hecho
la encarnación y la redención son misterios incomprensi-
en lo sucesivo dañoso á la salud de muchos la fatiga de
bles; pero muy á propósito para escitar nuestra coiilbnza
este doble, ayuno, junta á la de. la vigilia de toda la noche
y nuestro arrepentimiento.
y á |a de la .ordenación, la Jglésia, esta buena Madre,
siempre atenta á las necesidades aun corporales d e s ú s Con respecto á la Epístola que se ha aplicado al nuevo
hijos, redujo las ordenaciones á los sábados de las cuatro oficio de este domingo, no se ha creido oportuno el repetir
témporas, dejando por consiguiente libre todo el oficio del la del oficio del sábado precedente; pero se ha tomado
Dfi CUARESMA. 129
un asunto semejante entre las instrucciones que san Pablo que se había propuesto en su encarnación, y la elección
da á los Tosalonicenses en la misma carta para enseñar á que desde la eternidad habia hecho de res3atar á los hom-
los Goles á vivir sanlamenle en el mundo, y ailelantarse bres por las humillaciones de su pasión, y por la ignomi-
en los caminos de la perfección. Os suplicamos, dice el Liia de la cruz, exigian osle milagro. Si durante su vida
Apóslol, y os conjuramos por el amor de Jesucristo, que hubiese resaltado esta gloria en su cuerpo, ¿so hubiera
marclieis sin cesar ni allojar en lo mas mínimo por los jamás pensado en maltratarle? ¿ s e hubieran nunca atre-
caminos de Dios, y en la exacta observancia de sus vido á crucificar al Señor de la gloria? Jesucristo sobre la
mandamienlos, para que así le agradéis siempre como os montaña en el dia de su trasfiguracion hizo que cesasepor
Id Ijemos ensenado. No basta haber comenzado bien, es algunos momentos este milagro. Dejó salir sobre su cuerpo
preciso perseverar y adelantar mas cada dia. Vosotros sa- algunos rayos de aquella gloria de que su alma gozaba.
béis cuáles son los preceptos que os hemos intimado do Su rostro y lodo su cuerpo apareció entonces mas resplan-
parle de Dios, y loque él espera de vuestra fidelidad en d Tiente que el sol, y sus vestidos mas brillantes y mas
su servicio. ¡ Qué verdad mas consoladora y mas á p r o p ó - blancos que la nieve. El brillo (pie salia do lodo su cuerpo
sito para aniüKir vucslro zelo h;icia vuestra perfección, que era tan eslraordinario que deslumbrados los apóstoles, y
saber que nada desea Dios tanto como vuestra santifica- no pudiéndolo sufrir con sus ojos, se echaron á (ierra con
ción I No hay uno entre vosotros al cual no llarne Diosa la el rostro contra el suelo. Parcela haber caido el sol sobre
santidad. Tal fué su designio cuando os llamó á su servi- la cima de aquella montaña, y si esto hubiese sucedido en
cio; y por esto el divino Salvador exhorta en tantos para- la noche mas oscura, el esplendor del cuerpo de Jesuc risto
jes á todos los cristianos á que vivan do una manera tan |a hubiera convertido en el dia mas brillante. La trasfigu-
pura, lan santa, tan irreprensible, de una manera, en su- racion del Salvador fué como un preludio de la gloria con
ma, digna de su vocación. Absteneos de toda impureza: la que poco tiempo después debia ser glorificado, y el testi-
menor culpa contra esta delicada virtud mancilla el alma y monio que d i ó e n este dia el Padre Eterno d é l a divinidad
hace horrible á los ojjos de Dios. Acordaos, continúa, de su Dijo, en quien desde la eternidad tenia sus mascaras
que vuestros cuerpos son los templos del Espíritu Santo; delicias, hace esle misterio uno deJos mas interesantes y
no los profanéis con la mas pequeña mancha. Un cristiano de los mas instructivos de la religión cristiana.
debe tener una especie de veneración y de respeto á su
Santo Tomás prueba que era conveniente que Jesucristo
cuerpo como miembro que es de Jesucristo. ¿No sabéis,
se transfigurase para hacer así mas incontrastables la fé
dice el mismo Apóstol á los de Corinio ( 1 . Cor. C ) , que
y la esperanza d é l o s apóstoles. La una y la otra debían
vues'ros cuerpos son miembros de Jesucristo? ¿Ignoráis
verse espuestas á pruebas eslrañas á vista de los oprobios,
^ue vosotros mismos sois templo de Dios, y que el Espíritu
de los sufrimientos y déla muerte ignominiosa del Salva-
de Dios habita cu vosotros? ( 1 . Cor. 3.) ¡Qué crimen el
dor. Los apóstoles antes de la venida del Espíritu Santo
O rejarle de él por una profanación sacrilega ! No sigáis
no lenian mas que una ¡dea grosera de ¡a religión. Su fé
e' ejemplo de los paganos que no tienen mas regla para
era muy imperfecta, y su-esperanza muy débil. Los m i -
obrar que sus pasiones, de las cuales son esclavos. Nadie
lagros que hacia el Hijo de Dios eran un motivo poderoso
U:5e de violencia ni de superchería con respecto á su her-
de credibilidad ; [icro al fin, un Moisés, un Elias, y tantos
•nano, en cualquiera negocio que sea, y cualquií'i a qim
otros profetas sin ser Dios, habían hecho milagros seme-
la razón para ello, porque dice : El Señor es á quien
jantes ; era necesario alguna cosa mas estraordinaria que
loca la venganza de estas cosas. La rectitud y la buena fé
fuese una prueba visible de su divinidad , y que les diese
deben formar en parte el carácter de los cristianos. ¿ Q u é
una idea mas justa de la felicidad eterna que debía ser su
Sc gana con el disimulo y los artificios? Los hombres que
recompensa ; y esto es lo que se halla sensiblemente en
"o ven el corazón pueden ser sorprendidos por las apa-
la transfiguración.del Salvador.
r,encias; pero Dios penetra el fondo del corazón (Psalm. 1.),
Jesucristo llevó consigo á san Pedro, dice san Juan Da-
^ u b r e lodos nuestros artificios. ( 1 . Reg. IT.) Dios no masceno, porque debía ser el pastor de la Iglesia univer-
f,0s ha llamado para que seamos impúdicos,, sino para que sal ; y porque habia ya confesado la divinidad del Salva-
Ruemos á ser santos. ¡ Qué glorioso es para nosotros dor, dócil á las luces que bahía recibido del Eterno Padre.
m finj Llevó á Santiago , porque debía ser e! primero entre los
Gomo el Evangelio de la misa de este dia es el mismo apóstoles que firmaría con su sangre la divinidad de su d i -
'jue el de la del precedente, no se repite aquí la historia vino Maestro ; en fin , llevó á san Juan como el que entre
e 'a trasfiguracion del Salvador del mundo, contenlándo- sus evangelistas (íebia publicar de una manera mas clara
s con añadir algunas reílexiones sobre este misterio. y mas precisa su divinidad. El Verbo, dice alcom5nzar 511
s « entiende por la trasíiguracion del Salvador aquella Evangelio, era ya en el principio; el Verbo estaba en Dios,
p a c i ó n milagrosa que obró. Jesucristo sobre su cuerpo, y el Verbo era Dios. Mas si Jesucristo les h ice testigos de
j Pj'usencia de san Pedro, de Santiago y de san Juan so- sugloria en el Tabor, quiereque también lesean de su ago-
$ la montaña del Tabor, en donde apareció con el es- nía en el huerto de los Olivos. El Salvador no da parte de
U|'h' illaute de su gloria, en medio de Moisés y de sus dulzuras sino á aquellos que teman pai te en las amar-
1'' -7 Cün quienes conversó algún tiempo acerca de la i g - guras de su pasión.
^ m i n i a de su imierle. La gloria de que gozaba el alma de Separadamente, y sobre una montaña muy elevada,
bía ^ ^-sde el primer instante de su encarnación de- hace Jesucristo á los discípulos testigos de su transligüra-
eot |nalui"a'!|leilt»í pasar á su cuerpo, y solo un milagro cion. Así es como se descubre aun todos los días á las al -
'rod'"'!0 lc'1'a susPe"dida y como retenida esta gloria den- mas fieles que atrae al retiro, y que por medio de la (.ra-
so {.ü SU a'míl' I W a (lue no apareciese nada de ella sobre ción se elevan sobre los objetos criados. Aquellas aliñas
"erpo dm-anle lodo el curso de su vida mortal. El fin flojas que toda su vida andan arrastrando por la tierra,
TOMO I V .
n
130 DOMINGO SEGUNDO
i o n indignas de estos favores celestiales que Dios no hace iicut pmdiximus vobis, el á Dios: que ninguno use de
sino á aquellos que aspiran á la perfección de la virtud. teslificati sumus. Non enim violencia ni de superchería
El cuerpo desfigurado h o y , abatido, consumido por los vocavü nos Deus i n i n m m - con su hermano, en cual-
rigores de la penitencia, brillará como un sol por toda una d i l i a m , sed i n sancíifkatio- quiera negocio que sea;
eternidad. Este pensamiento es el que sostiene entre los nem, i n Chrislo Jesu Donñ- porque, como os lo hemos
rigores de una vida austera á tantos cristianos fervorosos, nonoslro. dicho ya, y testificado, el
á tantos santos religiosos. Las dulzuras espirituales, aun Señor es el vengador de t o -
en esta vida, son frutos de la cruz. En medio de aquella das estas cosas. Así que
gloria que resalla por todas parles, en medio de aquel dia Dios no os ha llamado para
brillante que puede llamarse un dia de triunfo para la sa- que seáis impúdicos, sino
grada humanidad de Jesucristo , este divino Salvador no para que lleguéis á ser
habla mas que de las humillaciones de su muerte y de sus santos en Jesucristo nuestro
tormentos ; toda la gloria, pues, de un cristiano sobro la Señor.
tierra debe consistir en la morlificacion y en las cruces, San Pablo continúa en este capítulo 4 de su carta á los
decia el Apóstol. Jesucristo prohibe á los testigos de su tesalonicenscs dándoles preceptos de moral, y e x h o r t á n -
gloriosa transfiguración, el que hablen de ella hasta des- doles á que vivan en la piedad como habían comenzado;
pués de su resurrección: tanto lemia el impedir su pasión sobre todo á que vivan castamente , y eviten toda suerte
por la publicación de esta maravilla. ¡Cosa admirable! Je- de inmundicias y de impureza.
sucristo para hacer brillar su gloría, escoge una montaña
retirada ; lleva consigo muy pocos testigos ; y todavía les REFLEXÍONES.
previene que guarden silencio sobre lo que han visto. Mas
oLa voluntad de Dios es que os hagáis santos.» Dioa
cuando se trata de sufrir una muerte vergonzosa , elige
quiere q ue nos hagamos santos; ¿en quién consiste que no
una montaña espuesta á la vista de toda Jerusalen. As(
lo seamos? Dos voluntades es preciso que concurran ne-
confundís ¡oh Salvador mió! nuestro orgullo con vuestro
sariamente á nuestra santidad ; la de Dios, sin cuya gracia
ejemplo.
y ausilio no podríamos salvarnos; y la nuestra,sin la que
no podríamos trabajar en nuestra salvación. Todos fueron
La oración de la misa de este dia es como sigue; convidados por el padre de familias al banquete que les
Deus, qui conspicis omni O Dios, que veis que no había preparado, pero ninguno se halló en él de cuantos
nos virlute deslilui: inle- tenemos fuerza alguna de se escusaron. Dios no fuerza á nadie, no da su paraíso mas
rius exteriusque custodi:ut ab nosotros mismos, guardad- que á aquellos que le quieren, ni quiere en su servicio mas
ominibus adversitalibus m u - nos interiormente, á Gn de que gentes que lo sirvan por amor. Desde que crió Dios
niamur m corpore, el a p r a - que seamos preservados de las criaturas racionales, las ha dejado libres, sobre todo
vis cogilaúonibus mundemur todas las adversidades que orden á la salvación. Habiéndolas dolado de conocimien-
in mente. Per Dominum... puedan afligir el cuerpo, y tos, de discernimiento, y de una fuerle é inenajenable i n -
de lodos los malos pensa- clinación á ser felices, ha querido que ellas lo fuesen ¡ so
mientos que pueden man- ha contentado, dice el Sabio, con presentarlas el agua y
char el alma. Por nuestro el fuego, la vida y la muerte, una felicidad eterna y una
Sefior, etc. eternidad desgraciada, y las ha dejado la elección. ¿Podía
temer que hallasen dificultad en la elección, que estuvie-
La Epístola está tomada de la primera carta del apóstol san sen perplejas para deliberar sobre ella , y que amándonos
Pablo á los Tesalonicenscs, cap. 4. naturalmente tanto como nos amamos , pudiésemos enga-
Fratres: rogamus vos et Hermanos mios: os roga- ñarnos en esto ? ¿ Podía Dios asegurar mas la salvación
óbsccramus i n Domino Jesu: mos y os conjuramos por el eterna d é l a s personas libres, que haciéndola depender de
u í ^uertiaámoí/Mm accepistis Señor Jesús, que os conduz- su elección? Hubiera sido arriesgado , lo confieso , hacer
depender nuestra salvación del mejor de nuestros amigos;
a n o l i s , quomodó oporteat cais de modo que os hagáis
del mas afecto de nuestros parientes; de un padre, de una
vos ambulare,et placeré Deo, agradables á Dios, según
madre los mas tiernos; hubiera sido fundado el temor;
sic ct ambuletis, ut abunde- habéis aprendido de noso-
hay intervalos de frialdad; hay altos y bajos en la mayor
lis magis. Scilis enim qum tros que conviene hacerlo
cimentada amistad ; no podemos contar con nada, no hay
prncepla dederim vobis per de suerte que os ajirove-
sobre q u é fijarse cuando dependo una cosa de la voluntad,
Domimm Jesum. Hcec esl cheis mas y mas. Sabéis
del humor, del capricho de otro. Pero Dios no podía ha-
enim voluntas Dei, sanctifi- bien cuáles son los precep-
cernos ménos incierta nuestra salud , que haciendo él
eatio vesira: ut abslinealis los que os he intimado en
mismo todos los gastos para ella, y dejándola dependien-
vos a fornicalionc, ut sciat nombre del Señor Jesús.
te de nuestra propia voluntad : sin embargo este negocio
unusquisque vestrum vas Porque la voluntad de Dios
tan importante de nuestra salud se desgracia por la culpa»
suum possidere in sanclifica- es que os hagáis santos: que
por la estravagancia, por la malicia de nuestra propia vo-
tione et honore; non i n pas- os abstengáis de la fornica-
luntad. Dios quiere verdaderamente. Dios quiere sincera-
sione desiderii, sicut et Gen- cion: que cada uno sepa
mente que seamos santos; y á lodos no nos agrada el ser-
tes, quee í^noronl Dcum: et ne usar de su cuerpo santa-
lo : Dios quiere que evitemos el fuego de! infierno, que no
quis supergredialur. ñeque mente y con respeto, no se-
había encendido mas que para los ángeles rebeldes; y á
circumveniat i n negotio ( r a - gun el desarreglo fie la con-
nosotros nos agrada ser condenados : Dios quiere que no
Irem suum: quoniam vindex cupiscencia, como lo hacen
carezcamos de ninguno de los medios necesarios para l i e
esl Domiuus de his ómnibus, los gentiles que no conocen
DE CUARESMA. 13
gar á nuestra patria celestial; y nosotros porque se nos queso dedicaren á su servicio. Queria también animarles
anlojaj hacemos por ser desterrados de ella : Dios noce- á llevar la cruz, y ensenarles que Dios alguna vez, aun-
da de ofrecernos su amistad, aun después de habernos r e - que de paso, hace gustar á los santos aun en este mun-
belado contra él, y haberle desobedecido ; y nosotros no do las dulzuras y alegrías del otro. Así es que la vida de
cesamos de incurrir en su desgracia por nuestros pecados. los que siguen á Jesucristo es á la verdad una cruz; pero
Cuando se reflexiona sobre esta verdad, nuestro espíritu una cruz que h a c e » agradable los consuelos celestiales, y
se alarma ; parece increíble; sin embargo, conoceremos las delicias del espíritu, verificándose lo que él mismo dice,
por toda una eternidad que nada ha habido mas cierto. que su yugo es suave y su carga lijera. ¿Después de esto
tendremos dificultad de consagrarnos al servicio de un
El Evangelio de la misa es tomado del cap. 47 d i Señor tan liberal, sabiendo que gozaremos un dia de
• «on Maleo. él en su gloria, y que tal vez nos dará desde ahora a l -
l a illo tempore: Ássump- En aquel tiempo: Tomó gún gusto anticipado do la felicidad que nos prepara en el
stí Jesús Peirum, et Jaco- Jesús en su compañía á Pe- cielo?
fotr», cí Joannem [rairem dro, á Santiago, y á Juan su Consideremos eí modo con que el Salvador se trasfigu-
</«s, et duxil illos i n mon- hermano, y los llevó á la ró. Fué permitiendo que la gloria de su alma, que habia
ten excelsum seorsum: et cima de un monte muy e n - siempre tenido oculta, brillase y se derramase por todo
transfiguralus esl ante eos. cumbrado, y se transliguró su cuerpo. No bien hubo aparecido, cuando se puso res-
Et resplenduil facies ejus s i - delante de ellos. Su ros- plandeciente como el sol. El Evangelista hubiera dicho mas
c«£ sol: vestimenta autem ejus tro apareció resplandeciente resplandeciente que el sol, si hubiese habido alguna cosa
facía sunt alba sicut nix. Et como el sol; y sus vestidos en el mundo mas luminosa á que hubiese podido compa-
eccc apparucrunt illis Moy- se pusieron blancos como la rarla. Pero, demos m i l acciones de gracias á este divino
fes el Elias cura eo luquen- nieve. Inmediatamente se Salvador, porque por amor nuestro ha privado basta aqní
l « . Ilespondens autem Pe- les aparecieron Moisés y á su cuerpo de la gloria que le era debida: hoy le haco
í n t s , dixil ad Jesum: Domi- Ellas hablando con él. To- justicia, dejándole gozar de su derecho, aunque solo por
ne, ííonum est nos hic esse: mando Pedro la palabra, un poco tiempo, áfinde poder continuar la obra de nues-
** vis, faciamus h k Iria t a - dijo á J e s ú s : SeOor, bueno tra salvación. ¿Podía Jesucristo testificarnos mayor amor
Vernácula, libi unum, Moysi es que nos quedemos aquí: que el que nos manifiesta privando á su sagrado cuerpo
u,tum, eí Elica m u m . Adhuc si queréis, hagamos aquí de una gloria tan justa, tan grande, tan legítima, y esto
eo luquenlr, ecce nubes lucida tres tiendas, una para vos, con la sola mira de sacrificarle por nosotros en la cruz?
obumbravil eos. E l ecce vov oirá para Moisés, y otra para ¡O mi divino Salvadpr, que no pueda yo renunciar por
^e nube, dicens: Hic esl F i - Elias. Aun estaba hablando, amor vuestro á todas las alegrías del mundol ¡Cuán ven-
•ÍW ÍÍÍCMS dileclus, tíi quo cuando una nube luminosa tajosamente recompensado seria algún día en la estancia
Wwi bené complacui : ipsum los envolvió, y luego salió de los bienaventurados!
Qudite. E l audientes discipu- de la nube una voz que de- Moisés y Elias aparecen á los lados del Salvador, como
ceciderunl in faciem suam, cia : Este es mi Hijo muy para dar testimonio de que en él era en quien se hablan
et timuermt valdé. Et acecs- amado, en quien yo he en- cumplido la ley y las profecías. La pasión y la muerte do
*ít Jesús , et tetigil eos, conlrado todas mis delicias; este divino Redentor hicieron todo el asunto de su conver-
djxüque eis: Surgite, et no- oidle á él. A l oir estas pa- sación, como que era la grande obra y el fin de todas las
toe timen. Levantes autem labras, los discípulos llenos maravillas que Dios habia de obrar en favor de su pueblo.
oculos suos, neminem vide- de espanto, cayeron con e] ¡Buen Dios, q u é de prodigios en uno! ¡qué de misterios en
runt, ntsi solum Jesum. Et rostro contra el suelo. L l e - UD solo misterio!
wscendenlibus illis de monle, gándose luego á ellos Jesús,
PUNTO SEGUNDO.—Considera cuál debe ser la gloria y la
Vrwcepii eis J e s ú s , dicens: les tocó y les dijo: Levan-
felicidad de los santos en el cielo, cuando algunos rayos
^ e m n i dixeritisvisionem do- laos, y no tengáis miedo,
de la de Jesucristo, sensibilizada solo por algunos momen-
j^f Filius hominis a mor- Entonces, levantando los
tos, colman á los que son testigos de ella, de una alegría
isresurgat. ojos, vieron que Jesús esta-
tan pura, tan llena, tan inefable. Los tres apóstoles quedan
ba solo. Y cuando bajaban absortos. Bien estamos aquí, esclama san Podro en n o m -
del monte, les intimó Jesús bre de todos. ¿Qué cosa mejor nos podéis dar que esta?
este precepto, y les dijo; ¿Dónde podemos estar mejor? ¿Qué placer mas dulce ni
A nadie digáis lo que ha- mas esquisito, qué lleno de felicidad hallaremos en n i n -
béis visto, hasta quo el Hijo guna otra parte comparable con el que nos causa el brillo
del hombre resucite do en- deslumbrador de vuestra gloria? Por mas súbito que fuese
tr« los muertos. su trasporte de admiración, de amor y de alegría, no por
eso era menos racional ni ménos justo. ¿Puede nfit estar
MKDITAGION. con Jesucristo, puede uno ser discípulo suyo, sin ser ama-
Sobre el misterio de la transfiguración. do de él? ¿Y puede uno ser amado de Jesucristo sin espe-
rimenlar un contento, una alegría sensible? ¿Pero san Pe-
Sal^rf10PttlMER()•—Considera que el primer designio del dro piensa bien lo que dice, p r e v é los inconvenientes y
y d t . o - 0 i . m o s l l ^n^ose ^ SIIS aPÓslol^ investido de gloria. las incomodidades de lo que propone? ¿Quién les pondrá
" s p K b e m b resplandores de luz, f u é el hacerles ver un á cubierto del rigor de las estaciones sobro aquella roca?
cuer " a<ÍUc;"a slo,'i;i ^ lcnia 0;;il,la ^^J0 el ve'0 de su ¿quién les alimentará en aquella espantosa soledad? ¿pero
P0 mortal, y do la que preparaba en su reino para les q u é hay que temer cuando se está con Jesucristo? ¿ q u é
132 LUNES SKGUNDO
bien puede fcilliirnos cuando se posee la fuenle do el'os? lesligos de su trasfiguracion gloriosa. Observad esta p r á c -
Con él es uno porfeclamcnle feliz sobre la nionlana, en la tica todos los domingos de Cuaresma, haciendo media ó
llanura, en el ilesiorlo: sin él es sobremanera desdichado, una hora de oración todas las lardes.
aun cuando uno estuviese en los palacios de los grandes,
y sobre el Irono, Pero no se habla mas que de cruces en LÜNLS SEGUNDO DE CUARESMA.
su c o m p a ñ í a , no se ambiciona olra cosa que las humilla- La misa de oslo dia comienza por estas palabras do!
ciones, no so aliinenla nías que con las adversidades; en salmo 23: Tened misericordia do mí, Señor, y libradme
ella debe uno mortiíicarso, huir del inundo , tener horror de mis enemigos, porque yo he seguido siempre el cami-
á sus m á x i m a s ; pero esto mismo prueba que allí es donde no recio do vuestros mandamionlos, y yo espero que no
uno es sólidamente dii lioso. Poi que en un oslado lan ais- cesaré nunca de alabar vuestras mjsoricordias en las
lado, en medio di', todo lo que es contrario á los sentidos, asambleas de los jusíos. David, perseguido por Saúl, so
de lodo lo que incomoda tanto á la naturaleza, ¿quién pue- habia refugiado onlre los filisteos ó enlre los moabilas. Sus
de causar una alegría tan inalterable, dalzuras lan sua- enemigos se aprovecharon de esla retirada para publicar
ves, ni conteuto tan colmado? Es preciso que la ale- mil calumnias contra él. Decian allamenle que era rebel-
gría sea muy sólida, quo la dicha sea muy real, cuan- de á su príncipe ó infiel á su Dios; que habiéndose relira-
do es tan sensible y !an permanente en el retiro. ¿Se ha- do entre los infieles lomaba parte en sus supersticiones, en
lla una tranquilidad semejante en el gran mundo? La sus impiedades y aun en su idolatría, y quo por tanto de-
felicidad es un fruto estraño, desconocido á las gentes
bía ser proscripto para siempre. David vivamonle conmo-
del mundo, decimos nosotros mismos. Solo en el ser-
vido por ima caummia tan negra, no recurro mas que á
vicio de Dios y en segnimienlo de Jesucristo, es en don-
Dios poniéndole por testigo de su inocencia, y pidiéndole
de se le ve nacer, y en donde se gusta de ella á todo
justicia contra sus enemigos. Los buenos pueden aplicarse
placer.
este salmo cuando se ven perseguidos por los malos, y ser-
Conceded me, Seilor, por vaos! ra gracia, quo yo haga virse de él como de una sania - oración muy á proposito
constantemente la dulce esperioncia de ello; yo quiero es- para obtener la paciencia y un nuevo esfuerzo en las a d -
tar inseparablemente con vos todo el tiempo de mi vida; versidades.
comprendo por el misterio de vuestra gloriosa Jjrasligiira- La Epístola de la misa de osle dia conlionc una parto do
cion, que es preciso oslar lejos del tumulto, aimjr la mor- la fervorosa oración que el profeta Daniel hizo áDios an-
tificación, vivir en el recogimiento y el retiro, para lener tes que el arcángel Gabriel le descubriese el tiempo pre-
parle en vuestra gloria, y este es puntualmente el partido ciso do la venida del Mesías y do la culera ruina doJeru-
que yo tomo desde ahora. salen, en el fin de las selenla semanas de años. Esle Pro-
JACÜLATOIUAS.—Sí, Dios mió, yo pongo toda mi felici- feta, conmovido de las desgracias de su nación, se sirvo
dad en unirme á vos. (Tsalm. 12.) do todos los motivos que cree á propósito para apaciguar
No hay verdadera desgracia sino al alejarse de vos, el enojo de Dios, y para lograr que concluyese la larga
Dios m i ó . (Psalm. TS.) cautividad en que gomia su pobre pueblo habia ya setenta
años. La sola leclura de esla Epístola ofrece un modelo
PROPÓSITOS.
perfeclo de la oración mas viva, mas e n é r g i c a , mas inle-
1 La separación del gran mundo, ¡a raorlificaciun y el rcsanle y mas palélica que puede hacerse á Dios en una
retiro son absolulamonle necesarios par a gnsiar las d u l - calamidad pública y en el tiempo de los mayores azotes.
zuras do las comunicaciones con Dios, y para sacar miidio Oídnos, Señor: aplacad Señor vuestro enojo: fijad en noso-
frulo de la abstinencia y del ayuno. Si queréis hacerle tros vuestros ojos y obrad. No lo dilatéis mas, Diosmio,
útil, lomad estos medios. La soledad o^ amarga, es aun por amor de vos mismo; porque esla ciudad y osle pueblo
insoportable á los mundanos, porque necesitan del l u m u l - son vuestros, y tienen la gloria y la ventaja de pertene-
lo y de la disipación para calmar los disgustos y los r e - ccros do un modo mas especial que el reslo de las nacio-
mordimientos mleriores de que son viclimas. Vivid en la nes de la tierra. No lleven en vano el noinbre de pueblo
inocencia y amareis el retiro; morliticad vuestros senli- do Dios. Apartad, Dios de misericordia, vuestro enojo y
dos, y Diosos dará parte de las dulzuras que son el palri- vuestra indignación de vuestra ciudad de Jerusalen y do
UKÜIÍO d e s ú s siervos. Huid las grandes reuniones y el gran vuestra montaña sania. Porque es verdad, yo lo confie-
mundo, sobro todo durante el tiempo do cuaresma, y v i - so, que Jornsalen y vuestro pueblo son hoy el oprobio
vid en el recogimiento si queréis gustar el frulo de la pe- do todas las naciones que nos rodean, á causa de nacs-
ni lene" a. Iros pecados y de las iniquidades de nuestros padres.
2 Una de las principales astucias del enemigo de la Pero yo me alrevo á decir lo que es contra vuestro ho-
salvación, durante osle sanio tiempo, es el hacer mas sen- nor y vuestra gloria, el que los enemigos de vuestro sanio
sible y menos dulce el frulo del ayuno por el tráfago, de nombre lengan la maligna satisfacción y se glorien do
los negocios temporales: no los descuidéis, pero arreglad- haber arruinado para siempre vueslro sanio templo;
los de modo que no obsten para el negocio de la salud, ni dignaos, S e ñ o r , oiruos, y dejaos ablandar por mies-
impidan oí recogimiento interior. Allí mismo en donde os- Iras lágrimas, por nuestros gemidos y por nueslros vo-
láis , tened un dia eoda semana, por decirlo así, c ó m o d o tos, ele.
retiro. Jesucristo os hará gustar la dulzura que se halla en El Evangelio requiere'una oración semejanle. En él se
su servicio si vuestro corazón no eslá dividido entre él y refieren las terribles imprecaciones que Jesucrislo hacia á
el mundo su grande enemigo. Pasad hoy una media hora los judíos por su impenilencia, y la amenaza espantosa
por lo ménos en la tarde dolante del Santísimo Sacramen- de abandonarlos y dejarlos morir en su pecado, porque
lo, considerando la dicha de los li es Apóstoles que fueron se obstinaban en no quererle reconocer después de l o -
DKCÜAUKSMA
¡as señales que les <iaba de sn misión y de su d i v i - antes de todas las cosas, y por quien todas las cosas han
ucktéj sido hechas. Yo tengo muchas cosas que decir de v o -
El Salv;ulorac;)bnbn de representar á los judíos el dafio solros, afiade, y sobre qué condenaros; pero cuando h u -
que se hadan con su tenaz obstinación y su emliuvcimien- biereis evallado al iíijo del hombre, entonces conoceréis
ti) en el pecado, y el castigo terrible que iban á atraer so- quién es el que ahora os habla y á quien vosotros no que-
bre sí por su impenilenria: II i c e \ a P e r c a de tres afios réis conocer. Vosolros conoceréis después de mi muer-
que nada oinilo para convenceros de la verdad por mis te en la cruz, que yo soy Dios: que en todo lo que yo
mitagirw; para convenceros por mis palalii'as, para con- hago, obro de concierto con mi Padre y conforme á su v o -
vertiros por mis inspiraciones y por las piadosas solicita- luntad.
ciones de la gracia, y nada puede ablandar vuestros cora-
zones y haceros dóciles á mi voz. «Yo me voy; » yo es- La oración de la misa de csie dia es como sigue:
toy ya a! punto de dejaros; el pertinaz abuso que hacéis
de mi gracia me obliga á abandonaros á vuestra trislo I ' r m t a , qnwsmms, o m - Haced, ó Dios omnipoten-
suerte y á callar. No me veréis mas entre vosolros; no os nipotens Deus : u l familia te, que así como vuestros
solicitaré mas por las vigorosas inspiraciones, por las i n - t m t quae se, afíligendo car- fieles para macerar la carne
vilaciones amorosas, por las dulces impresiones de la nem, ab alimetitis abslinct, se abstienen de las viandas,
gracia. Vuestra resistencia á tudas mis inslrucciones tan sedando j u s l i t i a m , a culpa se abstengan también de pe-
saludables y á todas mis solicitaciones inleriores han can- jejunet. Per Dominum... car, ejercitándose en obras
sado en Bfl mi paciencia. Yo soy la luz que be venido k de justicia. Por nuestro Se-
¡lustraros, y vosotros os obstináis en cerrar los ojosa ella; ñor, etc.
yo soy el camino que conduce á la vida, y vosotros tercos
•"elmsais el entrar en é l ; yo.misiuu soy la verdad; y voso- La Epístola es tomada del capitulo 9 del profeta Daniel.
b'«s n o ipiereis escucharme ni creerme: esta luz so os va I n diehus i l l i s : Oravll Da- En aquellos dias hizo Da-
á qnilar, no hallareis mas este cainino, y la verdad que no niel Dominum, dicens: Domi- niel al Señor ,esta oración:
t'e.saha de hablaros y de instruiros va á callar. Vosotros ne Deus noslcr, qui eduxisli Señor Dios nuestro, que h a -
eonocereis un din, pero demasiado larde, el tesoro que po- populam tuum de Ierra béis sacado á vuestro pue-
sdids, y de que no os habéis querido servir: dentro de jEgypti i n nianu forti, et fe- blo del Egipto con mano po-
í ' o c o caeréis en la dese-peracion por no haberme querido cisli libi nomen secundum derosa, y que entonces os
•'bedecer ni seguir: me buscareis entonces y moriréis en diem hanc^peccavimus, i n i ~ adquiristeis un nombre que
vues!ro pecado, en el cual habéis vivido. Los judíos han quilatem fteimus,Domine, i n dura hasta hoy: confieso que
^ ¡ H M ituenlado demasiadamente la verdad do este o r á c u - omnemjusütiam tuam, aver- hemos pecado, que hemos
l o : pero ¡cuántos cristianos lo esperimenlan aun todos ios lalur obsecro i r a tua, el f u - cometido la iniquidad contra
'^'as! Dios habla interiormente al pecador; no cesa de r e - ror luus á civitate lúa Jeru- lodos vuestros preceptos;
prenderle sus desarreglos, su impiedad, su poca fé, su l i - salem, etamontesancto tuo. pero yo os conjuro conformo
bertinaje. Dios habla por medio de los remordimienlos de Propler peccata enim nostra, á l o d a vuestra ira y vuestra
la conciencia, por el temor del juicio último, por los es- el iniquilates palrum noslro- justicia, que apartéis vues-
pantos de la •muel le, por accidentes funestos y sorpren- n m , Jerusalem el populns tro furor de vuestra ciudad
dentes, por revoluciones que abruman. Dios habla por los luus i n opprobrium sunt de Jerusalen, y de vuestro
Oidores sagrados, por los libros de piedad, por ciertos ómnibus per circtdtum nos- monte sanio; porque Jeru-
Movimientos piadosos, deseos aunque pasajeros de con- trum. Nunc ergo exaudí, srslen y vuestro pueblo son
vcrsion; por aquellas inspiraciones secreías que son el Deus nosler, oralionem ser- hoy el oprobio de todas las
A g u a j e de la gracia. En fin, Dios habla por las afliccio- vi l u i , et preces ejus: et os- naciones que nos rodean, á
nes y las enfermedades y también por la prosperidad. Y tende faciem tuam super causa de nuestros pecados
nosotros somos duros, insensibles á todos estos dardos. sanctuarium tuum, quod y de las iniquidades de
deserlum est, propler teme- nuestros padres. Ahora,
Wosse retira, calla, todas estas voces enmudecen después
tipsum. Inclina, Deus meas,
( ^ cierta continuación de resistencia, después de cierto pues, escuchad, Señor Dios
nvrem tuam, et a u d i : aperi
ul,!isi) i^ii,M.a(i0 ias insi)¡|.;l(.iones y las gracias; y si mieslro, los votos y la ora-
oculos luos, el vide desoía-
^ ' e itios habla después de esta última amenaza es para ción de vuestro siervo, y
tionem nostram,etrmlatcm,
lJI'edecirá los pecadores obstinados (pie morirán en la i m - haced que resplandezca
super quam invocahm est
P^ulencia final, en su pecado. No hay nadie sobre la lier- vuestro rostro sobre vues-
nomen tuum: ñeque enim i n
ánade el Salvador, hablando á los judíos, que sea ca- tro santuario que esíá de-
justificalionibus nostrispros-
Pnz des;,cai.üs (|e e s ^ i n M i z estado, ni de llevaros adon- sierto, y hacedlo por vos
ternimus preces ante faciem
L' i » voy. Bala palabra les sorprendió, dice san Juan, de mismo. Dignaos, ó Dios mió,
tuam, sed in miserationibus
su^'le que seprcgimlabanlos unosá los otros: ¿Qué quiere inclinar vuestros oidos á
luis multis. Eúoaudi, Do-
.ec"• cuando dice que no podemos i r donde él vá? El Hijo nosotros, y escucharnos.
mine: placare. Domine-: a t -
e bios, penetrando su pensamiento, l e s d i ó á entender que Abrid vuestros ojos y consi-
tende et fac: ne morcris
. JÍaba de la mansión de los bienaventurados en el cielo, derad nuestra desolación y
propler temelipsum, Dms
reino de lo¿ cielos, de la celestial Jerusalen, en donde la ruina de aquella ciudad
meas; qnia nomen tuum i n -
la l'i'opiamenle su reino, y que hubiera sido el de ellos que ha tenido el honor de
vocatum est saper cicila-
«and*8 lui!j'1-,sen desterrado d« él voluntariamamenté, rehu- llevar vuestro nombre. No
temet super popuhm tuum,
i';;...0 r,fConoeé«,le por el Mesías. Pero ¿quién
niuién eres (ú, le os dirigimos nuestras prc-
]'Jcron b
s judíos? Yo soy, les respondió Jesús, el que es Domine Deas noster. ees, postrados en vuestra
LüiNES SEGUNDO
presencia, confiando en otra cosa que los instrumentos de que Dios se sirve para
nuestra propia justicia, sino castigarnos. Reconozcamos lo que es verdad, que nuestra»
en la multitud do vuestras pasiones son nuestros tiranos, que nuestras infidelidades
misericordias. Oidnos, Se- son la fuente fatal de todas nuestras desgracias, y que no
flor, aplacad, S e ñ o r , vues- tenemos mayores enemigos de nuestra felicidad, de nues-
tra i r a ; fijad vuestros ojos tro reposo, de nuestra fortuna misma, que nuestros pro-
en nosotros, y obrad. No pios pecados. De nosotros depende el hacer que se seque
tardéis mas, mi Dios, por una fuente tan maligna; concibamos un verdadero arre-
amor de vos mismo, porque pentimiento, y no dilatemos nuestra conversión. ¿ Q u é c o r -
esta ciudad y este pueblo tesano desgraciado habriaqueno hiciese cesar prontamen-
son vuestros, y tienen la te la causa de su desgracia, si dependiese de él como
gloria de llevar vuestro depende de nosotros el no estar mas en la desgracia del
nombre, Seílor Dios nuestro. Seflor?
Daniel tenia en su cautividad las santas Escrituras,y en
particular las profecías de Jeremías; leyó, pues, en ellas La oración de la misa de esta dia es de san Juan, cap. 8.
una predicción quo decia que todo el pais de Judá seria
I n illotempore: D m t Je- En aquel tiempo dijo Je-
desolado, y que sus pueblos estarían sujetos por espacio
sús turbis Judceorum: Ego sús á las turbas do los j u -
de setenta años al rey de Babilonia. Temia que los peca-
vado, el quwrelis me, et i n díos : Yo me v o y , y me
dos del pueblo no obligasen á Dios á prolongar todavía
peccato veslro moriemini. buscareis , y moriréis en
mas allá do este término tan dura cautividad; y esto es lo
Quo ego vado, vos non p o - vuestro pecado. Donde yo
que da motivo á sus oraciones.
teslis venire. Dicebant ergo voy, vosotros no podéis ve-
Judcei: Numquid interfkiet nir. Decían, pues, los j u -
REFLEXIONES.
semetipsum, quia dicil: Quo díos : ¿Se matará acaso él
«A causa de nuestros pecados y de las iniquidades de ego vado, vos non potestis mismo, pues que dice: Don-
nuestros padres.» El Profeta reconoce y confiesa de buena veniret Et dicebat cis: Vos de yo voy, vosotros no p o -
fé, que todos los males que afligen á su pueblo son el efec- de dcorsum eslis, ego de su- déis venir? Y él Ies decia:
to d e s ú s pecados; la misma causa es la que atrae hoy so- pernis s i m . Vos de mundo Vosotros sois de acá abajo,
bre nosotros todos los azotes que nos hacen gemir; ¿por hoc estis, ego non sum de hoc yo he venido de lo alto : vo-
q u é no tenemos los mismos sentimientos? ¿por q u é hace- mundo. Dixi ergovobis, quia sotros sois de este mundo,
mos la misma confesión? ¿por q u é , convencidos de ello, moriemini i n peccalis ves^ yo no pertenezco á este-
no tenemos el mismo arrepentimiento? Se atribuye una tris: si enim non credideritis mundo. Por esto os he dicho
desgracia, una enfermedad, un revés de fortuna, la p é r d i - Quia ego sum, morieminiin que moriréis en vuestros
da de un pleito, una desdicha que aflige, una calamidad pecmto veslro. Dicebant ei'go pecados; porque si no cre-
pública, á la malicia de un enemigo, á la envidia de un yereis que yo soy, moriréis
e i : Tu quis es? Dixit eis Je-
concurrente, á una indiscreción, á la ineptitud, á la ira- en vuestro pecado: Decían-
s ú s : Principium, qui et l o -
prudencia de un factor, al trastorno de las estaciones, á la le, pues : ¿ T ú quién eres?
quor vohis. Multa habeo de
intemperie del airo, á causas puramente naturales; ¡que Jesús les r e s p o n d i ó : El quo
vobis loqui, et judicare. Sed
no convengamos desde luego, y pensaríamos con acierto, es antes de todas las c o -
qui me misil, veraxest:et
que son nuestros pecados los que causan todas nuestras sas y quo habla con v o -
ego, quee audivi ab eo, hcec
afliciones! ¡que el origen de todos los males consiste en sotros. Muchas cosas ten-
¡oquor i n mundo. Et non cog-
esos hábitos criminales, esas comuniones sacrilegas, esos go que decir de voso-
noverunt quia Patrem ejus
desórdenes escandalosos, esos pecados enormes y secre- tros , y sobre q u é conde-
dicebat Dev.m. Dixit ego eis
tos! ¡que no convengamos, que lo que enciende la ira de naros-; pero el que me ha er*-
Jesús: Cum exaltaverüis F i -
Dios, y atrae todos los azotes que hacen lamentar á los viado dice siempre la verdad,
l m a hominis, tune cognos-
pueblos, es esa irreligión, esas profanaciones tan comu- y lo que yo publico en el
eetis]quia ego tum, et á meip-
nes de los dias santos del domingo y de las Gestas, esa fal- mundo es lo que he apren-
so fado n i h i l ; sed sicut do-
ta de respeto en el lugar santo, esas simonías, esas usu- dido de él. Y no conocieron
cutí me Pater, hwc loquor: et
ras! ¡que no nos persuadamos que esos hijos tan mal cria- que era Dios á quien llama-
qui me misil, mecum est, et
dos, tan impíos, tan corrompidos, son la causa de aquel ba su Padre. Díjoles, pues,
non reliquil me solum: quia
naufragio, de la pérdida de aquel pleito, del mal éxito de Jesús : Cuando hubiereis
aquel negocio, de la quiebra de aquel comercio, de aquel ego, qum placiia s m t ei, fa- exaltado al Hijo del hombre,
montón de adversidades, de aquellas desgracias que .han do semper. enlonees conoceréis que yo
arruinado aquella familia! en fio, ¡que no nos convenga- soy, y que nada hago por
mos que aquel juego, aquel lujo, aquella '.indevoción, mí mismo, sino que digo las
aquella poca fó y religión son la triste causa de aquella cosas como el Padre me las
muerte precipitada é imprevista que todo lo ha trastorna- ha ensenado; y el que me
do; la fuente funesta de todos aquellos accidentes pesados ha enviado está conmigo, y
que nos hacen derramar tantas lágrimas! No acusemos ya no me ha dejado solo; por-
las pasiones de loshombres, las revoluciones frecuentes en que yo hago siempre aque-
la naturaleza, el humor, el capricho, la malignidad de llas cosas que le agradan.
aquellos con quienes vivimos, todos los demás resortes
que desarreglan toda la máquina, y que no son, á lo mas
DE CUARESMA. 135
tii', SeDor, contra el juslo terror de vuestro enojo encendi-
MEDITACION. do y de vuestra venganza infinita? ¿Quién puede? Un n ú -
mero prodigioso de pecadores que viven en el crimen, y
Sohre la impenitencia final.
morirán en la impenilencia. Yo mismo que hago aquí to-
PUNTO PUIMF.HO.—Considera que el vivir en el pecado das estas pavorosas reflexiones, si soy tan desgraciado que
es la desgracia mas funesta; pero que el colmo de todas las llegue á morir en pecado.
desgracias es el morir en el pecado. ¿Y cómo no morir en pecado, si se deja para la muerto
El pecado MU la muerte es un gran mal, y hablando con la penitencia? Cuando se vive en pecado, es raroquo la
propiedad, es el único mal que se debe temer; pero esto muerte no sea semejaute á la vida. El pecador espira, pe-
mal no cscluye la esperanza de todo bien; puede aun ser- ro nó el pecado.
vir de materia á las virtudes mas escelentcs; puede ser, Dios mió, ¡cuánlos trabajan en su reprobación! La muer-
comolo ha sido en muchos grandes santos, el motivo de la te en el pecado acaba esta obra funesta. El mundo está
penitencia mas asombrosa. Mas el supremo mal es el pe- lleno de eslos desgraciados obreros; no hay estado que no
cado con la muerte. El pecado imprime á la muerte el ca- tenga muchos; los grandes del mundo saben demasiado
rácter de su malicia, la muerte pone el último sello á la este arle; los dichosos del siglo con dificultad tienen otra
impenitencia del pecador. El pecado hace á la muerte pa- suerte; los que llevan una vida blanda y ociosa, difícilmen-
l a siempre funesta: iqué consecuencia tan terriblel La te la llevan inocente; y sxrn las mismas personas consa-
muerte Lace al pecado para siempre irremisible: ¿ q u é s u e r - gradas á Dios que con sus relajaciones deshonran la san-
lemas triste y mas espantosa? tidad de su estado, ¿no viventambienen pecado? Todas es-
La muerte en el pecado oslingue todo rastro de espe- tas personas tan familiarizadas con el pecado, que enve-
ranza: ya no hay gracia que pedir, no hay cielo que es- jecen la mayor parle en el pecado, ¿morirán en estado de
perar, no hay Salvador á quien implorar, no hay miseri- gracia? Los remordimientos de la conciencia se embotan;
cordia en que confiar. La ternura maternal de María con el afinase endurece; Dios se venga. ¡Espantoso, perojusto
los pecadores, la compasión de la Igleria con sus hijos, el castigo de Diosl
precio inflnito déla sangre de Jesucristo; todo se eslingue, Pocos son los que mueren de repente; pero pocas muer-
todo cesa, lodo es perdido para el pecador por la muerte tes hay que no sean súbitas é imprevistas. Y cuando no
en pecado; la impenitencia final le arroja para siempre de se hace penitencia mientras dura la vida, ¿se hace, ni aun
Ja asamblea del pueblo de Dios, y borra su nombre del se está en estado de hacerla en la muerte? Jamás tiene el
*ibro de la vida. Por la muerte en el pecado la divina j u s - hombro mas ardor por los objetos que mantienen su codi-
^cia imprime en el desgraciado un carácter indeleble de cia, que cuando estos se le escapan, ó cuando una fuerza
Aprobación, los demonios forman su pueblo, el infierno superior se los arranca , ó le arranca á él de ellos. En la
es su morada eterna, el fuego y todos los tormentos son hora de la muerte no hay que esperar mas que una peni-
i n h e r e n c i a , la rabia y la desesperación su pasión domi- tencia forzada, penitencia natural, penitencia del todo h u -
nante, la condenación su destino ysu suerte. ¡Impeniten- mana. Después de esto , contad con la penitencia que se
ria linal! Muerte horrorosa en pecado ¡cuan espantosa eres! hace en la hora de la muerte.
lié aquí, sin embargo, la suerte de cuasi todos los que v i - ¿Y se vive Iranquilamente en el pecado? ¿y hay quien
ven en delicias, de esos libertinos aturdidos, de esos g r a n - pase sus dias en la alegría , viviendo en la impenitencia?
des del mundo lanpoco cristianos, de esas mujeres sin re- ¡Qué, Dios miol ¿ h a y otro objeto que me interese mas que
% i o t i , de esos pecadores que trasladan á la muerte su este? ¿ h a y olra desgracia que me deba espantar mas?
conversión y su penitencia. Morir en desgracia del princi- ¿No os pido yo á todas horas la gracia de no morir en pe-
pe en el polvo, en el abandono; morir poseidode latriste- cado? ¡Ah, mi Djos! ¿quién debe temer mas que yo esta
2ai en la infamia misma, entre los dolores, es u n m a l g r a n - impenilenciíffinal? Desde ahora, pues, comienzo ya mi pe-
(le; pero no es sin recurso ni sin consuelo, si no se halla nitencia, mi dulce J e s ú s , y espero con vuestra gracia te-
Unido con el pecado y la muerte; pero la muerte en el pe- nerla hecha ántes de morir.
CaJo, la muerte «on el pecado, la muerte, como sucede JACULATORIAS.—Ah, que el tiempo de venganza llega y
duchas veces, por el pecado; buscad, imaginad una de- se apresura, y el dia funesto en que el pecador muera
^bicion, una desgracia mas espantosa. ¿Y se temehoy, ó impenilenlo no está muy lejos: ¿ quién nos asegura?
1111 dulce J e s ú s , se teme mucho este tremendo mal? (Deut. 32.)
^UNTO SEGUNDO.—Considera que en el momento que so No son, Señor, los que mueren en el pecado los qno
^"ere en pecado, todo el mal que se ha hecho se hace cantarán vuestras alabanzas, sino los que viven todavía,
^ernoen sus castigos y en su malicia, y todo el bien que se y que como yo comienzan hoy mismo á glorificaros.
a"'a flecho queda perdido y eternamente olvidado. (Isai. 38.)
Acciones de probidad, servicios hechos, limosnas dislri-
PROPOSITOS.
nos actos ^e |,e'ig'on. porque al fin no esunoaleo,ayu-
0f!, oraciones, buenas obras, rango de calidad, nombre 1 ¿Queréis evitar la desgracia de la impenilencia final?
e disiincion, talentos, gloria, mérito, lodo muere, lodo haced penitencia durante la vida, y no la remitáis j a m á s
^ a aniquilado en el pecador que muero impenitente, para la muerte. ¿Es acaso tiempo de convertirse 6 de re-
esoro de las misericordias queda cerrado para é l , la fonmirse, cuando se va á dejarse de vivir? ¿Es tiempo do
eaifl de ei|as (Juoda seca jt,sl,cr¡sj0 olvida, por decirlo pensar en sor hombre de bien, cuando se comienza cuasi
á no ser ya hombre? ¿Es tiempo, en fin, de hacer peni-
^ » '» cualidad y el nombre de Padre, de Salvador, de
tencia cuando se va á morir? ¿Es Dios entonces él objeto
Y» para lomar eternamente la severidad de Juez, de
1)10S rilado,
• de Dios de venganza; ¿y quién puede resis- y el motivo de aquellos temblores, de aquellos senlimien-
136 MARTES SEGÜNDO
los y de aquellas lágrimas , que el puro temor do los s u - tegia. Errante para evitar el furor de aquel príncipe colé-
plicios y la espantosa vista del peligro arrancan de los co- rico, suspira por la vista del tabernáculo. De este modo
razones mas endurecidos y ménos penitentes? ¡Qué des- suspira por la patria celestial una alma justa , combatida
gracia y q u é scíial mas visible do reprobación, si después sin cesar por el enemigo de su salvación. Como el tiempo
de haber leido todo oslo, dejais para la muerte vuestra de la persecución que sufrió David fué muy largo, no pue-
conversión y vuestra penitencia! Judas reconocía su c r i - de lijarse á qué circunstancia en particular debe referir-
men á la hora do la miicrle : Antíoco lloraba, prometía, se se esta oración. Teodoreto y Nicéforo quieren que este s a l -
afligía en la última hora, y los dos murieron impenitentes. mo haya sidocoznpuesto por David cuando fué á Nobé en
O tenéis necesidad de convertiros ó de reformaros. No os busca del gran sacerdote Abimelech, ^ r e c i b i ó de él los pa-
contentéis con determinaros á la conversión ó á la refor- nes de proposición que habia quitado de delante del Señor;
ma. No seria tal vez la primera vez que lo habéis hecho. pretenden que el profeta hace alusión á este aconlecimien-
Determinaciones inelicaces é ilusorias; en materia de con- to, cuando dice en los versículos 5, 6 y 9, que aun cuan-
versión y de reforma, la práctica debe ser la dMermina- do viese á lodos sus enemigos reunidos y [.rentos á caer
cion. Comenzad por arrodillaros á los piés de vuestro c r u - sobre él, nada lemeria, puesto que el Señor le ha oniIUido
cifijo, y trayendo á Ja memoria vuestros desórdenes, ó en su tabernáculo, y le ha tomado bajo su protección.
vuestra relajación, formad un vivo y punzante arrepenli- La Epístola de este dia cotiheue la historia del retiro
raienlo de vuestras infulolidades pasadas, y decidle á Dios que el profeta Elias hizo por órden de Dios en casa de u n a
en la amargura de vuestro corazun: viuda de la ciudad de Sarepta, en Fenicia, en el terrilono
Sehor, que no queréis la muerte del pecador, sino que do los sidunios, durante la sequedad que ocasionaba el
se convierta y que viva (Ezeq. 3.), haced que este dia sea hambre que afligía á lodo elpaisde los israelitas, en tiem-
el de mi perfecta conversión , de la reforma de mis cos- po del rey Achab, cuya impiedad alraia estos ¡¡zotes si.IKV
tumbres y do mi penitencia; yo comienzo por vuestra m i - todo el pueblo. Elias era nalur;.! de Tho^bos, en la tierra
sericordia la una y la otra lleno de confianza en los m é r i - de Galaad ; vivia en el reinado de Achab, rey de Israel, y
tos de Jesucristo, y en la protección de la Sanlísima Vir- de Josafat, rey de Judá, háeia el año del mundo de 301)0,
gen ; yo espero que me librareis de la desgracia de morir novecientos y catorce afios antes de Jesucristo. Este santo
impenitente. hombro no pudo sufrirlas impiedades de Achab y de su
No basta orar, es preciso obrar. Tenéis una confesión mujer Jezabel. Abrasado del zelo ardiente de que estaba
estraordinaria que preparar; id en este dia mismo á do- animado, predijo al rey una sequedad que debía durar tres
clarar vuestra necesidad y vuestra resolución al confesor años y medio, y que causó una hambre que desoló todo el
que hubiereis elegido. Comenzad inmediatamente vuestra pais. Este profeta, conforme al órden que habia recibido
reforma cercenando cierta superfluidad do adornos, cierta de. Dios, tuvo el cielo cerrado, por decirlo así, durante lodo
demasiado delicadeza ; comenzad por quemar ciertos l i - este tiempo, y esto de un modo tan absoluto y con un po-
bros, quitar ciertas pinturas, volver á tomar ciertos aires der tan entero, que declaró al rey que no caerla un.a gola
de modestia, ciertas prácticas piadosas de que os habláis do agua, ni de rocío, sin su órden. El suceso vei iiico la
dispensado. Haced hoy alguna penitencia ó mortificación predicción. Sin embargo , el Señor mandó al profeta que
corporal; alguna obra de misericordia, ó alguna limosna. se retirase á un desierto próximo al torrente de Cari;h, á
Los pobres presos están muy abandonados, y no están en la parle del Jordán , en donde Dios alimenló por algún
estado de llegar á representaros sus necesidades y mise- tiempo enviándole unos cuervos que le Iraian lodos los (lias
rias. Otro tanto puedo decirse de ciertas familias vergon- qué comer. Habiéndose agolado por la sequedad el torren-
zantes, cuyas miserias son tanto mas sensibles cuanto que te de donde tomaba el agua para beber , vino de órden de
son ménos conocidas, Estos preludios de conversión y do Dios á Sarepta , que es una ciudad entre Tiro y Sidon, e n
reforma son como las arras de una perseverancia crisliaua, donde reinaba el padre de la reina Jezabel. Habiendo l l e -
y alejan de vosotros la muerte en el pecado. Cuando s u - gado cerca de la puerta de Sarepta , vió una mujer que
piereis algún accidente funesto, ó la muerte de alguna, per- hacia leña, y acercándose á ella la pidió agua para apagar
sona conocida, tened cuidado de deciros á vosotros mis- su sed. Inmodiatameule se preparó para írsela á buscar.
mos: No hay desgracia alguna cu la vida sin recurso y sin Una caridad tan pronta para un eslranjero, hizo c r e e r á
remedio; ningún mal hay irremoJiable sino la muerte en Elias que podría ser muy bien que aquella mujer luei-e
el pecado. la viuda que debia mantenerlo , según que el Señor se lo
habia indicado. Pidióle, pues, que le trajese un pedacito
MARTES SEGUNDO DE CUARESMA. de-pan ; mas ella lo protestó que solamente tenia en una
La Iglesia comienza la misa de este dia por esto versí- olla un puñado de harina, y algunas gotas de aceite en un
culo del salmo 2C: Mi corazón ^en defecto de mi voz, os ha pequeño vaso, y que en esto consistía loda su provisión:
espuesto muchas veces sus penas, y por mudo que sea, que habia venido á aquel sitio á finde j u itar unos palos
no dejais. Señor, de entenderle, y de conocer cuáles son de leña para componer su comida para ella y su hijo, sin
sus votos y sus de.-eos. Por lo que hace á mí, Dios mió, no que les quedase otro recurso que morir de Iiambre , des-
suspiro mas que por una sola de vuestras miradas ; d i g - pués de haber consumido el resto de barina y de .-ieeüe.
n:ios, Señor, mil arme con ojos favorables; la mayor de Hazme, sin embargo, la dijo el profeta, una pequeña tor-
todas mis desgracias seria si apartaseis los ojos de mí. Kj ta cocida bajo la ceniza, y no te apures por lo que s u e i de-
l á . Era, en efecto, esponer la fé y la caridad de aquella
texto hebreo dice: No escondáis de mí vuestro rostro. Esto
mujer á una prueba estraordinaria; no obstante, ella ( be-
salmo U es una oración que hacia á Dios David perseguido
deció ; mas Dios recompensó superabundanfemente esta
por Saúl ; pero intrépido en medio de los peligros, por su
gran caridad por el milagro que hizo el profeta m u l l i p l i '
coníianza en la bondad del Señor que le sostenía y le pro-
DE CUARESMA.
cando tanto aqm;lb harina y aquel poco de aceito, que últimos do mis siervos. Huid todos esos litólos de honor
tuvo suficientemente para alimentarse ella y su hijo hasta que j a m á s dan el mérito, no ambicionéis mas que la cua-
el fin del hambre. lidad de hijos de Dios, y sostenadla con la pureza de vues-
En el Evangelio de este dia nos previene Jesucristo que tras costumbres. Vosotros no tenéis mas que un Padre, el
creamos loque nos dicen los ministros del Señor, y que cual está en el cielo. Aprenda de aquí el grande á no e n -
pracliquomos lo que nos enserian en materia de salvación, soberbecerse con su estado, y á mirar al pobre como su
sin detenernos en los malos ejemplos que puedan darnos. hermano; y noménos debe aprender el pobre á no envidiar
Acababa el Salvador de confumlir la envidia y la malicia la snertedel grande, puesto q u e l i e n e á Dios por padre, lo
de los escribas y fariseos, y de demostrarles que él no solo mismo que él, y que está destinado á la misma herencia
era Uijo de David, sino Ilijo de Dios ; y esto es lo que ha- en el cielo; herencia mucho mas segura para los pobres
bla manifestado de un modo tan convincente, que no ha- que para los ricos ; en donde las primeras plazas no se dan
bían sabido que responderle; así que no se atrevieron ya sino á los mas humildes, y donde no se entra sino des-
desde aquel tiempo á hacerlo ninguna pregunta : como lo pués de haberse hecho pequeños como los niños. En fin,
que acababa de decir podía inspirar al pueblo y h sus el Salvador concluye su instrucción por este oráculo, el
discípulos alguna indignación contra los doctores de la cual contiene una verdad práctica que sirve de base á to-
ley, quiso ensenar á lodo el mundo una verdad muy i m - das las virtudes cristianas, que cualquiera que se ensalzare
portante, esto es, que debía siempre practicarse lo que será humillado, y cualquiera que se humillare será ensal-
los ministros del Señor nos predican, sin detenernos en lo zado. El polvo no se levanta sino para caer, y solo se l e -
que bacen, no confundiendo j a m á s sus costumbres con su vanta pisándolo. El orgullo es el mayor enemigo de nues-
doctrina. Los escribas y los fariseos, les decía, están encar. tro reposo y el tirano del corazón humano: no nos soli-
gados de enseñar y de esplicar la ley de Dios- al pueblo: cita á subir muy alto, sino para hacernos dar mayores
no atendáis mas que á lo que os ensenan. Y supuc-to caídas. No hay verdadero mérito, ni por consiguiente ver-
que ocupan osle lugar y que de ellos debéis recibir la dadera gloria, sino en la humildad.
instrucción, poned en práctica los preceptos que ellos
L i oración de la misa de este dia es como sigue:
os esplíquen, aun cuando ellos mismos nolos observen. Su
conducta desmiente su mol-ai, nada hacen menos que lo Perfue, quwsumus, Domi- Continuad, Señor, d á n -
que ordenan á los otros; pero la ley de Dios no deja de ne, betiignus tu nobis obser- donos por vuestra bondad la
obligar porque la esplíquen gentes que no la guardan. mnUm saarlm siihsidiiun: ut asistencia de que necesita-
Aunque el bcraldo que publica la ley del príncipe la viole, qim te anctore facienda cog- mos para observar perfecta-
í a l e y no pierde nada de su autoridad. ¡Buen Dios! ¡cuan uovimus, tenprninip implea- mente el sanio ayuno, á fin
pi'onlo estarla el mundo convertido si los ministros del mus. Per Domimm... de que conociendo cuales
Señor predicasen tanto con sus ejemplos como con sus pa- son las cosas que exigís de
labras! Inúfilmenfe aconseja un padre do familias la virtud nosotros, las hagamos con
a sus hijos y á -sus domésticos, si sus costumbres corres- el ausilio de vuestra gracia.
ponden mal á su moral. Nada hay mas elocuente ni mas Por nuestro Señor, etc.
persuasivo que el ejemplo. Las palabras sin el ejemplo
L a E p í s t o l a e s t á s a c a d a del tercer l i b r o de (os Renes.
dieren los oidos; pero el ejemplo, aun sin las palabras,
habla al corazón y lo conmueve. La palabra de Dios, lo I n diebus U H s : F a c t u s est En aquellos días le dirigió
'"ismo es palabra de Dios en la boca de un apóstol infiel, semo DominiadEliam Thes- el Señor su palabra á Elias
^"een la boca de un discípulo fervoroso; pero ¿rpié no fcifcíi, dicens: Surge, ctvade Thesbita y le dijo: L e v á n -
puede esta misma palabra de Dios en la boca de un minis- in Sarephta Sidoniorum, et tate, y vé á Sarepta, ciudad
tro poderoso en palabras y en obras? Si el pastor quiere manebis i b i : pracepi enim ibi de los sidoníos, y estáte allí,
Poderse, aprovechémonos siempre de sus instrucciones rnulicri vidm;, ut pasca! te. porque yo he mandado á
Para salvarnos. La corrupción de sus costumbres no dis- Surrexit, et aldit in Sarephta. una mujer viuda de allí que
ln,nnycn en nada la santidad de la ley que predica; asi Cumqne venisset ad portam le alimente. Levantóse i n -
como Ja santidad de la ley que predica no autoriza nunca civitalis, nparuit ei mulier medíalamcnlcElias, y fuéá
corrupción de sus cosíumbres. Ellos imponen caigas ridan colligcns ligna, ci vo- Sarepta. Cuando llegó á la
Pesad;as y que no se pueden soportar, añade el Salvador;
cavil eam, d i x i l q m ei: Da puerta de la ciudad, aperci-
ahí
^ é los d e m á s , pero ni aun quieren aplicar un de- milñ paulidum aquw in vasc, bió á la mujer viuda que
0" ^0s Nfós relajados en su conducta son por lo común los ut Iribam. CuiiKjue illa per- hacia leña; la llamó y la di-
as Sevoi"os en su moral. Es muy fácil aumentar la carga gerct ut a¡¡erret, clamavit jo : Dámo un poco de agua
1 o n0 sp |uoo .'lnjin0 (le Jesucristo refiere en se- post tergum pjus , dicens; en un vaso para beber. Cuan-
( j ' 3 milcl'os hechos que muestran el orgullo desmesura- Afjh-'] mihi, obsecro, et bu- do ella hubo Midióla espal-
B los fariseos y de los escribas; ellos afectan una apa- celtam pañis i n manu tua. da , encaminándose para
ocili lollS'osa, un aire devoto, un esterior austero, y Qum respondil: Vivit Domi- Iraérscla, la llamó y la djio:
oorwr ^ ^ 0 t'C csl0 sel)U'C1'0 blanqueado un corazón nus Deus t m s , quia non ha- Trácme también, lo ruego,
^ mpido y una a]ma la mas negra, no tratan mas que beo panem, nisi quantum pu- en la mano un pedacito de
PretetK?5'1'1)lll)lico con s'nSiila''íd.ides estudiadas. Ellos gillus capere potest farinw in pan. A lo cual ella respon-
maesi • ^ 0cil')ai"'os prinieros puestos, y ser tratados como hidria, el p a u h l u m olei i n dió : Vive el Señor lu Dios,
haceV05' >'su orgullo se ostenta en todas parles. Por lo que lecylho: en colligo dúo ligna que no tengo pan , y solo
c l , ^ ^ 0 1 ' " 0 8 ' añado el Salvador, tomad en todas partes MÍ ingrediar, el faciam illud tengo en una olla la harina
0 "'gar, y poned loda vuestra gloria en pasar por los mihi etfdio meo, ut cornada- que cabe en un puñado , y
TOMO IV. -
18
138 MARTES SEGUNDO
niws, et morinmur. Ad quam un poco de aceilc en una r o - antiguo Testamento es una figura del nuevo, «porquo t o -
J'Jlias ait: Noli timere, sei doma. Ahora vengo á ITCO- das las cosas que han sido escritas, lo han sido para nues-
mde, et fue sicul d m s t i : ve- ger aquí dos palos do lefiu tra inslruccion.» (Apost. ad Rom. 25.) Pocos hechos hay
rumtamen mihi primum ¡ac para componerlo, y (pío noS en la Escritura que no sean una lección para nosotros;
de ipsa farhmia subeineri- lo comamos yo y mi liijo, y pocos que no encierren algún misterio. La fé que Dios ins-
cium f m \ m p a r v u h m , et después echarnos á morir. pira á esta mujer todavía pagana, es la primera y la mas
affef a d m e : tibi autem et Repuso,pues, Elias á la m u - preciosa recompensa que recibe do su hospitalidad : i y
filio íuo facies postea, llwc j e r , diciéndola : No temas, do cuántos otros milagros no fué seguido este primer don!
aulcm dicit Dominus Deus haz lo que has dicho; pero La harina y el aceite se mulliplican en su mano ; su hijo
Israel: íhjdria f a r i m non antes haz para mí de la mis- mucre, y Elias le resucita. ¡Buen Dios! jCuánto poder
(k¡}ciet,nec lecythus olei m i - ma harina un panecito, co- tienen con vos una fe viva, y una confianza á toda prue-
metur usque ad diem , m cido bajo de la ceniza, y ba ! pero i cómo seca esta fuente de gracias la falta do
qua Dominus d a l u r m est t r á e m e l e , y después h a r á s confianza! Por mas que el Hijo de Dios nos haya declara-
pltivimn super faciem tenw. para lí y'para la hijo. Porque do de la manera mas clara, la mas precisa, la mas mar-
h é a q u í lo que dice el Sefior eada, que recompensará multiplicadamcnte la mas pccpie-
Qum a b i i t , et fecit j u x t a
ver'mm Elicé, et comedit ipse Dios de Israel: La harina na caridad, los ricos son cada vez mas incrédulos en
el illa et domus ejus: et ex que está en la olla no f a l - orden á este arlículo. Los ménos acomodados son mas ca-
i l l a die hydria farinm non lará,'nisedisminuirá clacei- ritativos. Pobres gentes parten de buena gana con Jesu-
defecit, et lecythus olei non te que hay en la ampolla, cristo lo poco que tienen para subsistir, mientras que otros
est immimtus, j u x l a ver- hasta el dia en que el Señor que abundan en bienes, ó por mejor decir, rebosan de
h i m Domini, quod leeulus debe hacer que caiga el agua ellos, le niegan la mas pequeña limosna. ¡Cosa csírañal
[ u e r a t i n m m u Eli<B. sobre la (ierra. Esta mujer se ven gentes magnificas en los equipajes, espléndidas en
fué, c hizo lo que Elias la ha- las mesas, brillantes en el fausto y en el lujo que prefieren
bla dicho; y comió él, ella y el mantener caballos, que dar á los pobres lo que tal vez
sn familia; y desde aquel dia impediria que muriesen de hambre. So ven gentes sin fa-
no faltó la harina de la olla i milia, Ó cuyos herederos son opulentos, gentes cuyas ren-
ni se disminuyó la ampolla tas son superiores á su gasto, y que sin embargo tienen
del aceite, conforme á l o que siempre las manos y la bolsa cerradas para los desdicha-
dos, que quedarían ricos con una parte de lo superfluo. Se
el Señor habia predicho por
ven ricos beneficiados, gentes ricas con el patrimonio do
medio de Elias.
'os pobres, y que según el espíritu de la Iglesia y de los
Thcsbos era una ciudad de la parte allá del Jordán, en
fieles, no son, propiamente hablando, mas que los ecóno-
la tribu de Gad, y en el país de Galaad. Elias habia nacido
mos de sus gruesas rentas, negar á los pobres la porción
en esta ciudad, y desdo allí vino al reino de Israel, adon-
mas pequeña de ellas, y consumir en gastos disparalados,
de estaba circunscrita su misión, puesto que no se ve quo
no solo su propia hacienda y la de los pobres, sino también
se haya presentado mucho en el reino de Judá. Era uno
con mucha frecuencia la de los acreedores. ¿Y se estrafla
de los que conservaban el culto del Señor en su pureza, en
después de esto, el ver tantos azotes, tan poca religión,
medio de la corrupción y del cisma de las diez (rihus;
tanto desarreglo en este siglo?
g u a r d ó virginidad perpetua. Era de una alma fuerte y
generosa, abrasado de un zelo vivo y ardiente por la glo-
ria del Señor. Este profeta no ba muerto: un turbillon de E l Ecangelio da la misa es tomado del cap. 25 de san Mateo.
fuego en forma de carro lo arrebató el año del mundo de I n illo tempore: Loculus En aquel tiempo : Habló
tfliK), ochocientos noventa y cinco años antes de Jcsu- est Jesús ad turbas, et ad Jesús á las tropas que le se-
cris'o. discipulos suos, dicens: Su- guian, y á sus discípulos, y
per cathedram Moysi sede- les d i j o : Los escribas y fa-
IlEl'LEXIOiNES. runt seribee et pharisoei. Om- riscos están sentados en la
«Esta mujer fué, é hizo lo que Elias la habia dicho.» ma ergo qua'cumque dixe- cátedra de Moisés: obser-
Eslá fé y esta sumisión ciega en una mujer pagana, á la n M vobis, sérvale, et facite: vad, pues, y haced todo lo
palabra de un eslranjero y de un desconocido, confunde serundum opera vero eorum que os dijeren; pero no h a -
la poca fé y la poca docilidad de los cristianos, después nolile [acere: dicunt enim, et gais como ellos, porque ellos
de haber confundido y condenado la incredulidad y la non faciant. Aüigant eahn dicen y no hacen. Porque
¡idocilidad de un pueblo, en el cual habia nacido Elias y oncra gravia etimportabiiut, ellos amontonan cargas pc-
que era de la misma religión que el profeta. ¿ Podia espo- cl iinponuni i n humeros ho- sadas y que no se pueden
nei se á una prueba mas fuerte la fé y la caridad de esta miimm : dígito autem suo llevar, y las echan sobre las
viuda con un estranjero? Ella no tiene mas harina que la nolunteamoveré. Omniavero espaldas de los hombres,
que basta para no morir con su hijo en uno ó en dos dias; opera sua faciunt u l videan- sin que apliquen ni siquie-
y Elias á quien esta viuda no habia visto j a m á s , de quien íur ab hominibus: dilalant ra un dedo para ayudarles.
nunca habia oido hablar, exige de ella que le dé por ca- enmphylucleria sua,ctmag- Por lo demás todas susobras
lidad lodo lo que ella tiene para v i v i r ; y esto sobre una n i f m n t fimbrias. Arnant a u - • las hacen para ser vistos de
simple promesa que la hace, de que Ú verdadero Dios, lem primos reculiliis inece- los hombres; ellos llevan
al que ella no conocía, sabrá indemnizarla cumplidamente. nis, el primas, cathedrasin muylargassuscinlas,yinuy
¡ Qué bien prueba esto el poder de la gracia sobre un co- synogoijis, et salulalioncs anchas las franjas. Aspiran
razón que no la pone obstáculo! Puede decirse que lodo el in foro, el vacarí ab homiai- a j o s primeros asientos CT
Dll CUARÉSMA, 139
bus IkiWi. Vos autem noUt$ las comidas, y á las prime- ceden mis arrebatos y mi cólera? ¿Es un verdadero celo el
focar i llabbi: m u s est enim ras sillas en las sinagogas; que produce mis aversiones y mis vivezas?
Magister tesíer, omnes a u - quieren ser saludados en las Profundícese en el corazón, remóntese hasta el origen
tem vos [raires eslis. Et pa~ plazas públicas, y ser trata- de ese celo impetuoso, que no parece sino un pedrisco, y
trern m l ü e vacare vobis su- dos como maestros por los so verá que esa nube cargada de granizo y de rayos no
per terram: unus est enim hombres. Mas vosotros sa- se ha formado mas que de exhalaciones malignas: un a i é -
Pater vestcr, qui i n coelis est. bed, que no hay mas quo rito regularmente briilanlo y muy real que nos hace som-
Nec vocemini magislri: qtiia uno que sea vuestro Maes- bra, una razón de familia, de interés ó de partido; un dis-
Magister vester m u s est, tro, vosotros todos sois her- gusto que se ha recibido, una afrenta, un despique, una en-
Clirislus. Qui major est ves- manos; y no llaméis á n i n - vidia secreta, son el verdadero y el primer móvil de todos
Irum, eríí mimsíer vcsler. guno sobre la tierra padre esos arrebatos que se cubren con el nombre de celo y de
Qui autem se exallaveril, h u - vuestro, porque no tenéis caridad. Poro Dios que descubre el fondo de los corazo-
miliabitur: et qui se kumilia- mas que un Padre que está nes, que desenvuelve iodos sus pliegues, que tiene tan
verü, exallabitur. en el cielo. No sufráis quo poca consideración á nuestras sutilezas, ¿qué juicio es el
se os trate como maestros; que lince de ellos? ¡Buen Dios! ¡qué de fatigas perdidas!
porque uno solo es vuestro ¡qué de pecados graves disfrazados! ¡qué de talentos mal
maestro, Jesucristo. El que empleados! ¡Y q u é desgraciada es una persona animada
es mayor entre vosotros se- de ú n c e l o falso! ¡qué digna de lástima! ¡Y cuán raro es
rá vuestro siervo^ mas el que vuelvan en sí de un tan lamentable eslravíol
quo se exaltare será h u m i - PU.\TO SEGUNDO.—Considera que hay todavía un celo
llado,' y el que se humilla- falso mas mitigado y mas n r i l . Por mas que se haga, se
re será exaltado.
encuentra en todas partes donde uno está; y es muy raro
que el celo sea tan puro que no esté acompañado de algún
MEDITACION. retroceso á nosotros mismos; es raro que la inclinación,
Sobre el falso eelo. el humor, el natural, el amor propio, no sean como el a l -
ma de lo que se llama celo ó fervor.
PINTO PRIMERO.—Considera que el falso celo tiene toda Se persuade uno á si mismo, y se quiere persuadir h
la malignidad, toda la hiél y todo el veneno de las pa- los d e m á s quo no es mas que la gloria de Dios lo que se
cones mas violentas , y todo esto bajo la máscara de busca y lo quo hace obrar. Pero si no se trata mas que de
l'na caridad muy ardiente, y de un amor de Dios apasio- agradar á Dios en los ejercicios del celo, ¿por q u é esas
nado. ¿Qué se debe esperar do un origen semejante? predilecciones por los empleos, esas direcciones espiri-
El falso celo no es propiamente olí a cosa que una pa- tuales de distinción y de elección, por lo común tan lucra-
sión violenta que el amor propio disfraza para impedir que tivas? ¿Por (pié se limita el fervor y el celo á las buenas
Uno lo advierta, y ponerle en estado de hacer tantos mas obras de esplendor, á la salud del alma de cierta especio
estragos cuanto mas se fie do él. El orgullo os como su de gentes? ¿Por q u é no querer dejar aquel empleo y aquel
primer principio. No hay falso celo que no esté acompa- puesto, cuando la voluntad do los superiores no deja duda
ñado de un gran fondo do vanidad; de aquí viene el des- de que no es ya grato á Dios el que permanezcamos en él?
precio con que se mira el objeto del pretendido celo. Un ¿Por q u é solicitar el favor y el apoyo para mantenerse en
odio maligno, una envidia amarga, y hasta un espíritu él? ¿Tememos que padezca la gloria de Dios, si cedemos
de venganza agrio y mordaz, son como los roeoi les que nuestro lugar á otro? A h , Dios mió, ¡cuántos misterios do
wicieiulen la bilis de los falsos celosos, y que les ponen de iniquidad desenvolverá la muerte á nuestros ojos! ¿pero
tan mal humor contra los defectos imaginarios ó reales de será tiempo entonces de descubrir con utilidad estos mis-
sus hermanos. De aquí es que no hay hereje que no de- terios?
f i n e contra la relajación y que no acompañe sus decla- Es sin duda tener un gran celo el dedicarse mucho al
niac¡ones con injurias; seria, en efecto, demasiadogrose- trabajo; mas si en esa multiplicidad de trabajos no se t r a -
^ el error, si no se sirviese del pretesto de la gloria de baja mas que por Dios, os estrafio que se tenga tanto e m -
Dios y de la salvación de las almas para justificar hasta peño en dar continuamente á entender al público cuanto
Su3 mas furiosos arrebatos. Bajo este motivo especioso y se trabaja, y mendigar por una vana ostentación de sus
Cori tan bello nombre, las calumnias mas negras, las men- sudores una indigna é inútil compasión. Se quiere m u -
|lras mas atroces, las injusticias mas clásicas, las durezas,
chas veces hacerlo todo; pero todo solo: ¿ y no es tal vez
Jas persecuciones, todo pasa, todo es aplaudido, todo se
esto porque se teme un coucurrenle, y se imagina que
autoriza, Npse obra masque por resentimiento, p o r p a -
acaso se dividan los aplausos si otro toma parle con noso-
siou, p0l. venganza, y se cree todavía que se hace un s c i -
tros en las fatigas? ¡Dios mió, cuán sutil es el amor pro-
yi(íio á Dios: ¡cuántas p a s i o n e s é injusticias alimenta esta
pio, cuán cierto que somos siempre el juguete de él, si no
""•'o'macion! ¿poro nos j u z g a r á Dios según nuestros frívo-
tenemos un corazón muy puro, un cspii ilu muy recto!
08 Pensamientos? ¿no tengo yonadaque reprenderme so- Una prueba indudable de un celo falso, es el mirar con
J'6 este artículo? El verdadero celo no fué nunca parcial •disgusto las satisfacciones de los d e m á s . ¿Es mi celo mas
111 amargo. ¿Hay amargura, hay acritud, hay desprecio, puro?
ay dureza? Falso es, pues, este celo. Esos devotos celo- El verdadero celo es el primer fruto de la caridad, y
sos que querrian desde luego hacer que cayese fuego del no puede nacer de ninguna otra fuente. Es dulce, c o m -
elo para esterminar los pecadores, no eslán animados del pasivo, benéfico, es humilde. El primer objeto de nuestro
^ P l r i t u de Jesucristo. ¿Cuáles el principio de donde pro- 0 elo deben ser nuestros propios defectos. La piedad e d i l i -
m MIERCOLES SEGUNDO
cnnle de un hombre celoso, debe ser el primer artificio menor do la conducta de vuestros hijos, y de vuestros do-
d e q u e se h a d e servir para moverlos corazones. Dios mésticos; informaos de tiempo en tiempo si sus conversa-
mió, ¡'jue sentimiento, q u é desesperación en la hora de la ciones son alguna vez licenciosas, si el lodo de su conducta
muerle, cuando en toda la vida no ha sido uno otra cosa es cristiano. Sahedsi frecuentan los Sacramentos todos los
que un bronce que suena ó una campana que no hace mas meses; si hacen oración á Dios regularmente á la mañana
que ruido! Pero ¿no hemos profetizado en vuestro nombre? y á la noche; si leen libros contrarios á las buenas cos-
¿no hemos echado ios demonios en vuestro nombre? ¿ n o tumbres; si están á ta iglesia con respeto; si frecuentan
hemos hecho muchos milagros en vuestro nombre? Enton- lugares sospechosos; si se juntan con malas compañías.
ces yo-les diré ahierlamente, dice el Señor: J a m á s os ho No perdonéis este g é n e r o de faltas. No os fiéis de la v i g i -
conocido, retiraos de m i presencia. (Malh. 1.) ¡Qué de- lancia de un preceplor ó de un ayo.
creto, q u é golpe de rayo para un predicador aplaudido, 2 Sed rígidos sin ser amargos ni austeros; no repren-
pwa un director espiritual de gran reputación, paraunsu- dáis j a m á s con términos injuriosos ni agrios; un poco de
perior rígido, para un señor vigilante, para un gran pre- vivacidad y mucha firmeza no dice mal al zelo; hacedlode
lado, que habiendo hecho cumplir con su obligación á las modo que lodos se persuadan que vuestro zelo es cristiano,
personas que dependían de ellos, hubieren descuidado su y por consiguiente inseparable de la caridad.
salvación! 3 Si estáis á la cabeza de un cuerpo ó comunidad( sed
No permitáis, mi dulce Jesús, que yo sea nnnea de este zelosos por la regularidad, no sufráis la menor relajación;
n ú m e r o . Sea yo mismo el primer objeto de mi celo, y sea pero advertid con dulzura, corregid con moderación y con
siempre conforme á vuestro espíritu el que tuviere con tos decoro, imponed con vuestras palabras, y singularmeule
d e m á s . No tenga mi celo acritud ni amargura sino para con vuestro ejemplo, i Cuántos superiores estarán h o r r i -
mí mismo, tengii la caridad por primer m ó v i l , y por fin blemente castigados en la otra vida,, por no haber sido
vuestra pura gloria. bastante rígidos, ó por no haber sido bastante ejemplares!
JACULATOUUS.—Concededme, Señor, aquella pureza de ¿No tenéis nada que reprenderos sobre este punto ? Sois un
corazón, y aquella rectitud de espíritu, sin la que no es po- particular; no prediquéis la reforma de la comunidad sino
sible agradaros. (Psalm. 50.) por la vuestra. No os perdonéis nada, sed exactos , no os
Mi zelo me ha hecho secar de dolor, cuando veo el des- dispenséis do la menor regla , y entonces habréis ya co-
precio que se hace de vuestra ley. (Psalm. 118.) menzado la reforma do vuestra comunidad. Todo zelo i n -
quieto, acre ó mordaz, es un falso zelo; sea el vuestro d u l -
PROPOSITOS. ce, benéfico y caritativo. Nos e n g a ñ a m o s si nos lisonjeamos
1 Tened zelo, porque es señal de una fé muerta y de de tener zelo por la salud de otro, si no lo tenemos por nues-
una caridad fila el no tenerle; pero que no sea j a m á s tra propia perfección; no amamos por cierto al prójimo
vuestro zelo acre ni indiscreto. El verdadero zelo es siem- mas que á nosotros mismos. Lo que se llama entonces zelo,
pre sabio, humilde, compasivo y moderado. Si es contra no es propiamente mas que una vivacidad del natural, y
el vicio contra lo que tanto nos indignamos, nuestros pro- un puro efecto del orgullo.
pios defectos son objetos dignos de nuestro enojo. Debe-
mos lamentarnos al ver la licencia de las costumbres; pero MIÉRCOLES SEGUNDO DE CUARESMA.
cuando uno no está instituido para corregir los defectos de El introito de la misa de estedia se compone de los dos ú l -
otro, ¿ por q u é reprender con tanta acritud y amargura? timos versículos del salmo 37, y es un í oración corla que
Comencemos por reformarnos á nosotros misinos, y ten- cada uno puede hacer á Dios muchas veces al dia. Debo
dremos entonces el consuelo de haber trabajado eficazmen- notarse que los versículos del introito de todas las misas do
te en la reforma de las costumbres. El modo de reprender la Cuaresma pueden servir de oraciones jaculatorias muy
la licencia de las costumbres por medio de una vida arre- devotas para entre el dia. La misa de esto comienza
glada y edificante, es el único que conviene á aquellos por estas palabras: Dios y Señor mió, de quien únicamenlo
que no están encargados de la conducta de ninguno, y el debo esperar mi salud, no os alejéis de m i , ni me dejéis
Único también que no queda j a m á s sin fruto. Considerad sin auxilio á merced de mis enemigos. Este salmo que co-
hoy sobre lo que debe eslenderse vuestro zelo, y cuáles mienza por estas palabras: « Señor , no me a r g u y á i s cti
son sus cualidades. ¿Veláis sobre toda vuestra familia, so- vuestra ira , » puedo mirarse como un modelo do oracio-
bre lodos vuestros domésticos , y sobre las personas que nes en la penitencia, en el tiempo de enfermedad y en t o -
dependen de vosotros? ¿sois tan atentos, tan vivos para do género de aílicciones; así es que es uno de los que so
exigir de ellos el que cumplan con puntualidad sus obliga- llaman salmos penitenciales, y era uno de los que se can-
ciones de religión, como las que os deben á vosotros? V o - taban todos los sábados en la sinagoga. So cree que Da-
sotros no sufririais que se os hablase fuera de tiempo, que vid le compuso durante la rebelión de Absalon, recono-
se os faltase al respeto; ¿tenéis el mismo zelo con respecto ciendo que sus pecados le habian atraído aquella desgra-
á Dios? Vosotros responderéis do la salud de los que están cia. Este religioso príncipe, perseguido por su propio hijo,
á vuestro cargo; no os íieis demasiado de su buena fé. No trata de apaciguar la justicia de Dios, esponiéndole las pe-
digáis que tienen bastante edad para conocer sus obliga- nas que ha sufrido hasta allí por sus pecados, y la sumi-
ciones. ¿ Razonáis del mismo modo cuando se trata de sión con que los ha recibido. Pide y espera el auxilio del
vuestro servicio? Tened zelo, y no seréis tan indolentes; y cielo contra sus enemigos, siempre pronto , sin embargo,
desde este dia observad las reglas siguientes: 1.0 Que e| á aceptar nuevos castigos. Como todos los pecados son una
buen ejemplo sea la primera lección de vuestro zelo; no rebelión contra Dios,y el pecador es un hijo rebelado contra
hay natura!, ni hábito, ni humor, ni inclinación que no se su padre, parece que el dárnoslo á conocer es la mira quo
rinda á este género de instrucción. 2.° Descended al por- tiene la Iglesia , no lomando para la misa de estos dias de
DE CUARESMA. Ul
peniíoncia mas que las palabras de los salmos que David comenzó el favor de Amán, á quien el rey habia hecho su
coiiipuso en la persecución que sufria de su hijo Absalon. primer'ministro, elevándole sóbrelos príncipes y sátrapas
U Epístola de este día se compone de la oración qae del imperio, mandando que á este favorito se le hicicíen
liizo á Dios el judío Mardoqueo, tio de Estér, reina de los los primeros honores do la córte después de él. En efecto,
persas, por la libertad de su nación, condenada ¿ perecer Amán no se presentaba j a m á s en público sin que todos do-
en virtud de un decreto del rey Asuero, que Aman, su fa- blasen la rodilla delante de él. Mardoqueo solo no lo h a -
vorito y su primer ministro, habia obtenido para que fue- cia, creyendo que la ley de DÍQS, de que era exacto ob-
sen muertos todos los judíos esparcidos en todos sus es- servador, no se lo permitía. Advirtiólo Amán ; supo quo
tados. Esta oración fué oida. No hay una cosa mas á p r o - Mardoqueo le negaba este honor porque era Judío, y de
pósito para un tiempo de penitencia, cual es el de la Cua- tal modo se irritó, que á mas de la resolución que conci-
resma, en que la Iglesia no cesa de pedir á Dios miseri- bió de hacer que pereciese Mardoqueo, determinó también
cordia por todos los hombres condenados u la muerte eter- vengarse de este desprecio en toda la nación judía, espar-
na por el pecado. cida por todas las provincias del imperio, y formó el de-
Mardoqueo, hijo de Jair, de la tribu de Benjamín, de la signio de hacer que en un mismo dia fuesen degollados en
estirpe de Saúl, siendo niño fué sacado de su pais y tras- todas partes lodos los judíos. No le fué difícil arrancar del
portado á Babilonia por el rey Nalmcodonosor, con el j ó - príncipe una órden tan cruel. Le representó que habia un
ven rey Jeconías y toda la nación judía. En la distribucioa cierto pueblo aborrecido de todos los d e m á s , dispersado
que se hizo de todos los cautivos, Mardoqueo fué enviado por lodo el reino y muy poco sumiso; que interesaba al
á Susa, ciudad capital de la Persia, y allí se estableció estado esterminar una nación enemiga de las leyes y de la
con toda su familia. Tenia un hermano llamado Abigail, el religión del pais, y que le suplicaba que mandase por un
cual tenia una hija que se llamó Ester; en su mas tierna edicto que todos los judíos que se encontrasen en el impe-
infancia perdió á su padre y á su madre, lo que obligé á rio fuesen muertos en un mismo dia. El rey sacando de su
Mardoqueo, su lio, á llevársela á su casa y adoptarla por dedo el anillo de que se servia para señalar sus edictos,
hija suya. Encargado de su crianza, la educó en el temor lo dió á Amán dejando á su arbitrio todo este negocio.
del SeFior, en el amor de la religión, en la observancia El cruel ministro se aprovechó de todo su crédito. Ilizo
exacta de los mandamientos de Dios, y en una gran d e l i - eslender un edicto en nombre del rey para esterminar
cadeza de conciencia por las prácticas de la ley de Moi- toda la nación j u d í a , esparcida por lodo el imperio. En él
sés. Habiendo Asuero, que reinaba entonces sobre los per- se mandaba á todos los sátrapas ó gobernadores de las pro-
sas y los medos, repudiado á la reina su mujer, llamada vincias, á todos los jueces y magistrados que hiciesen ase-
^ a s l h ¡ , resolvió con el parecer de sus cortesanos casarse sinar generalmente á lodos los judíos que se hallasen en
COH otra que no le cediese ni en hermosura ni en todas su distrito, sin distinción de edad ni de sexo, el dia 13 dc^
k|s otras bellas cualidades. Dió órden para que se busca- mes de Adar.
en todas las provincias del imperio las doncellas mas Habiendo sabido Mardoqueo lo que contenía este cruel
cabales que se pudiese hallar. Ester fué llevada entre edicto, desgarró sus vestiduras, se cubrió con un saco, y
otras muchas. Agradó al rey, el cual dispuso que inme- puso ceniza sobre su cabeza, sin cesar dia y noche de l l o -
diafátóente se le diesen todos los atavíos necesarios para rar y pedir al Seílor que se compadeciese de su pueblo.
adornarla,y siete doncellas para que la sirviesen. Mardo- Informada la reina de la desolación en que se hallaba su
queo, menos interesado por la fortuna de su sobrina, que tio, quiso saber el motivo. Mardoqueo se lo escribió, e n -
por los peligros en que se hallaba en la córte, redoblaba viándola una copia del edicto; y la dijo que no podia per-
su solicitud. Entre los avisos saludables que la habia dado, derse tiempo, que era preciso hablase al rey y que hicie-
ía habia recomendado mucho que no dijese que era judia; se todos los esfuerzos para salvar al pueblo. Estér le re-
P^ro sin desmentir j a m á s los deberes de su religión. Pa- presentó queestaba prohibido á toda persona bajo pena do
6aba cuasi todo el dia delante del vestíbulo del palacio en muerte el entrar á la cámara del rey sin ser llamada por
^onde estaba su sobrina para saber lo que la «ucedia. Ha- una órden espresa. Que, sin embargo, poniendo toda sil
^'éndose presentado Ester delante del rey, aun cuando no confianza en Dios, estaba resuella á esponcr su dignidad y
w&a cuidado mucho de componerse, le a g r a d ó tanto, que su vida para salvar á su pueblo, y que le rogaba que h i -
afiuel príncipe la puso la diadema sobre la cabeza y la hizo ciese juntar todos los judíos que estaban en Susa, y les or-
P'oclamar reina en lugar de Vasthi. Esta ceremonia se denase un ayuno de tres dias y que pidiesen á Dios por
^o en todo el imperio con gran solemnidad. El rey en el ella. Mardoqueo puso en ejecución esta orden de la reina,
'a de las bodas disminuyó los impuestos, é hizo grandedé y durante estos dias de penitencia y de devoción fué cuan-
'wi'alidades al pueblo y á los grandes de la corte, y po ¡tur do hizo á Dios la oración que la Iglesia ha escogido en esto
parles 110 se oia mas que publicar las raras cualida- dia parala Epístola de la misa. Señor Dios, rey omnipo-
dps y el mérito esfraordinario de la reina Estér. tente, todas las cosas están sujetas á vuestro poder, y no
Su elevación no mudó sus sentimienlos ni en órden á hay quien pueda resistir á vuestra voluntad : si habéis r e -
Su «"oligion ni respecto de su tio Mardoqueo, el cual con- suelto salvar á Israel, á pesar del poder de nuestros ene-
bnuó aun mas en acudir al vestíbulo del palacio de la migos y de todas las medidas que han podido lomar para
r<**aj para estar mas en proporción de asistirla con sus perdernos, nada tenemos que temer. La reina Estér por su
consejos. Habiendo en este tiempo Mardoqueo descubierto p á r t e s e encerró, se puso las vestiduras de luto, se cubrió
,a i n s p i r a c i ó n de dos capitanes de la guardia que hablan con ceniza, pasó los tres dias en un ayuno continuo y ma-
'"fuello asesinar al rey, advirtió de ello á la reina; fueron ceró su cuerpo con el cilicio. Después de lo cual, h a b i é n -
P'^sos los dos oficiales, los cuales habiéndolo confesado, dose ataviado con todo esmero, fué á presentarse a! rey
ucron ahorcados cu el mismo dia. En eslo mismo tiempo que estaba en su trono. Debilitada por el ayuno, deslum-'
m MIERCOLES SEGUNDO
brada con eS esplendor de un príncipe, que entonces b r i - ' nal y la pequefla ambición que era el efecto de ella, y d i -
Haba por todas partes con el oro y la p e d r e r í a , espantada rigiéndose á los dos hermanos les hizo entender que las
pensando en la libertad que se había lomado de presen- plazas en el cíelo no se conceden al simple favor sino al
tarse delante del rey sin haber sido llamada, no bien lo mérito, aunque sea verdad que no haya ningún mérito sin
reflexionó , cuando asombrada por la majestad grave de la gracia: vosotros tendréis lo uno y lo otro, añadió el
un príncipe, cuyo aire solo inspiraba espanto, c a y ó des- Salvador: vosotros combatiréis, conseguiréis la victoria y
mayada. Conmovido el rey de este accidente bajó de su recibiréis la corona qne mi Padre y yo os leñemos pre-
trono, la sostuvo hasta que volvió á recobrar su espíritu, la parada desde la eternidad. La petición que acababa de ha-
a s e g u r ó , y haciéndola tocar el cabo de su cetro, la dijo: cer la madre de los dos discípulos, causó unos pequeños
¿Qué tomes, mi querida Ester? yo soy lu hermano-, la ley aelos y aun alguna indignación en los otros diez que esta-
que prohibe á todos presentarse delante de mí, sin ser i!a- ban presentes, loque obligó al Salvador á darles aquella
mados, no se ha becho para tí. Es bien sabido lo d e m á s preciosa lección de humildad lan opuesta al espíritu del
de esta historia. Amán fué colgado eu la misma horca que mundo, en la que les declara que el medio de obtener el
había hecho levantar en el palio de su casa para Mardo- primer lugar en su reino es el de lomar el último en todas
queo; el edicto que proscribía á lodos los judíos fué inva- las d e m á s partes; y que si uno quiere ser mayor que los
lidado por un nuevo edicto, que á mas les concedía en t o - otros, es preciso que se constituya su siervo y se haga
do el imperio grandes privilegios; Mardoqueo fué nombra- mas pequeño que ellos. En esto debe estribar toda vuestra
do gran-macslro del palacio, y después fué instituido la ansia: tomad ejemplo de mí, a ñ a d e , yo debo ser vuestro
segunda persona en el imperio. modelo; yo no he venido aquí abajo para ser servido, sino
El Evangelio de la misa del dia contiene la predicción para servir á los otros y para dar la vida á los mismos
que el Salvador hizo á sus Apóstoles de su pasión y de su que me darán la muerte.
muerto, y de todas las humillantes circunstancias de que
debia estar acompañada. La oración de la misa de este dia es como sigue:
Habiéndoso puesto Jesucristo en camino para ir á J c r u - Popuhm t u u m , q u m u - S e ñ o r , mirad á vuestro
salen á celebrar su última pascua, ocho ó diez días ánles mus, Domine, propilius r é s - pueblo con ojos favorables,
de la fiesta; viéndose rodeado de una multitud de! pueblo, pice: et quos ab escis carnali- y haced que aquellos á
tomó parte de sus apóstoles, y entabló con «líos una c o n - bus pmcipis abstinere, á quienes mandáis que so
versación parlicuíar do todo lo mas ignominioso que de- rwoñis qwque viliis cessarc abstengan de las carnes,
bia sufrir en aquella capital dentro de pocos días. Vosotros concede. Ver Dominum... cesen también en los vicios
veis, les decía, que vamos á Jerusalen; allí es donde el que dañan á sus almas. Por
Hijo del hombre será vendido y entregado en manos de nuestro Señor Jesucristo,
los príncipes de los sacerdotes, de los doctores y de los etc.
magistrados, quienes con toda justicia le tratan del m o -
do mas infamo y le condenarán como culpable del último La Epístola es sacada del libro de Estér, cap. 43.
suplicio; y porque el derecho do vida y muerto so les ha I n diebns illis: Oravit M a r - En aquellos días hizo
quitado por los romanos, le entregarán para que sea t r a - dochms ad Dominum, d i - Mardoqueo oración al Señor,
tado por ellos con irrisión, para que sea azotado y cruciíi- cens: Domine, Domine Reúo diciendo: S e ñ o r , Señor y
do, y todo esto á la vista de todo el pueblo. Pero no te- omnipolens, in düione enim Rey omnipotente, lodas las
máis nada, este Hijo del hombre tan maltratado resucita- lúa cunda suntposita: el non cosas están sujetas á vues-
rá al tercer dia con todo el esplendor do su gloria. Era esta est qui possít tuen resisten tro poder, y no hay quien
la tercera vez que les predecía su muerte, pero nunca lo voluntaú, sidecreverissalva- pueda resistir á vuestra v o -
había hecho de un modo tan circunstanciado. Por mas re Israel. Tu fecisli coelum el luntad , si hubiereis resuel-
aflictiva que fuese esa predicción, era necesaria para terram, et quidquid cceliam- to salvar á Israel. Vos
prevenirles contra el escándalo de su pasión; pero los bitu continetur. Domiuus om- habéis hecho el cielo y la
apóstoles estaban tan llenos de las ideas de gloria, de p o - nium es, neo est qvi resis- (Ierra, y todas las crialuras
der y de felicidad, bajo las cuales se representabaa los tal majeslati tuce. Et nunc, que están bajo el cielo. Vos
judíos al Mesías, que lodo lo que les dijo el Salvador de Domine Rex Deus Abraham, sois el Señor de todas las
su pasión y de su muerto fué para ellos como un enigma, miserere'populi t u i , quia vo- cosas, y no hay quien re-
y nada comprendieron. Esto lo'dieron bien á entender San- luntnos inimici nostri per- sista á vuestra majestad.
tiago y Juan, hijos del Zebedeo, eu la petición que i n m e - deré, et heredilatem tuam de- Ahora, pues, ó Señor y Rey,
diatamente hicieron á Jesucristo por medio do su madre lere. Ne despidas p a r k m ó Dios do Abraham, compa-
Salomé de las dos primeras sillas para ellos. Esta mujer tuam, quam redemisti tibi de deceos de vuestro pueblo;
sugerida por sus hijos que tenia al lado, se presentó do- JEgypto. E x a u d í deprecatio- porque nueslros enemigos
lante de el, lo adoró con respeto y le suplicó que no l l e - nem meam, et propilius esto han resuelto perdernos, y
vase á mal el quo le pidiese una gracia ; habiéndoselo sorli el [miculo tuo, et con- eslerminar vuestra heredad.
permitido Jesucristo : Maestro, le dijo ella con mucha con- verte Imtum noslrum in gau- No despreciéis esle pue-
fianza, á lo que parece, muy pronto estaréis ya á punto de dium, n i vivenles laudemus blo que habi'is hecho pro-
entraren vuestra gloria ; cuando estuviereis,pues, en ella, nowen'tuwm, Domine; et ne pio, y que habéis rescalado
yo os pido que concedáis á mis dos hijos las dos primeras claudas ora te canentium, de Egipto para que sea
pinjas de vuestro reino, haciendo que sean colocados á Domine Deus nosler. vuestro. Oíd mi oración;
vuestros dos lados, dándoles la preferencia sobre lodos mostraos favorable á una
vuestros discípulos. E! Salvador escusó la ternura mater- nación que habéis heclio
DE CUARESMA. 143
raoslraheredad. Converlid, ¡ Ha mujer del gran inundo, la do aquel jóvon libcrlino,
Sofior, nueslraslágrimas en abrasados por el ardor de una calentura, á punto de con-
alegría, á fin deque emplee- cluir una vida que Dios no les había concedido sino para
IDOS la vida que nos con- él, y que ellos no han empleado y consumido sino para sí;
serváreis en alabar vuestro al fin de una carrera que no ha sido mas que un continuo
santo nombre, y no cerréis estravlo; en la víspera de ir á presentarse delante de un
ja boca de los que os ala- Dios á quien se ha ofendido, y á quien se ha despreciado
ban. Señor Dios nuestro. toda su v i d a ; á la puerta de una eternidad ó feliz ó des-
El libro de Eslér está recibido por los judíos como uno dichada, según el buen ó el mal uso que se ha hecho del
de ios mas canónicos. So asegura que el mismo Mardo- tiempo! ¿Quién puede entonces aquietar una conciencia
qnco fué el que escribió esla historia de su sobrina Ester. justamente alarmada? ¿qué pena no se siente, y q u é p r o -
Los judíos establecieron una fiesta solemne, que se llama pósitos no se hacen? El decreto está ya á punto de p r o -
la fiesta de las Suertes. Esta se celebraba el duodécimo mes nunciai se,luna alma va á ser precipitada á las llamas eter-
del afio santo, que es el sexto del año civil, que so llama- nas. Pero Dios se deja ablandar de las lágrimas de este
ba Adar, y la vigilia era dia de ayuno. El mismo rey moribundo, de las oraciones de las gentes buenas. Dios le
Asnero mandó que esta fiesta fuese en lodo su imperio conserva todavía la vida, vuelve á la salud ; ¿y vuelve á
como un dia de regocijo por la pérdida de Aman y por la obrar mejor? ¿Esa sanidad recobrada cuasi por milagro,
conservación de la reina Estér y de toda la nación judia. es siempre seguida de una verdadera conversión? ¿Es uno
mas cristiano después de haber estado largo tiempo e n -
REFLEXIONES. fermo? ¿De cuántos se puede decir después de su c o n -
valecencia, laúllima condición de esle hombre es peor que
«A fin de que. empleemos la vida que nos conservareis
la primera? ¡Dios miol ¡cuán temible es la corrupción del
en alabar vuestro santo nombre.» La vida no se nos conce-
corazón humano! ¡A q u é pocos convierteja enfermedad!
de mas que para emplearla en amar, cu servir, en alabar
á Dios ; no es otro el fin de nuestra creación, n i tampoco
nuestra conservación tiene otro. Dios podia muy bien no E l E v a n g e l i o de l a m i s a es t o m a d o del c a p . SO de
habernos criado, pero no podia criarnos para otro fin. Dios san Mateo.
P»ede enviarnos la muerte co cada momento, pero no I n illo tempere: Asccn- En aquel tiempo: Cami-
puede conservarnos la vida sino para emplearla en su ser- dens Jesús Jerosohimam^as- nando Jesús á Jerusalen,
v'cio ; hacer otro uso de ella es alejarnos de nuestro fin. sumpsil duodecim discípulos lomó aparte los doce discí-
hay en esto prescripción que temer. El desarreglo de secreto, et a i l i l l i s : Ecceas- pulos, y les dijo : lié aquí
n,H'siias cosUimbres puede muy bien hacernos olvidar midimus JerosolymamyetFi- que vamos á Jerusalen, y el
""estra obligación, pero no puede mudar nuestro fin ú l t i - lms hominis tradetur p r i n d - Hijo del hombre va á ser
mo. Por mas desarreglados que seamos, será siempre ver- pilms sacerdotum et scribis, entregado á los príncipes do
dad que no estamos en el mundo para juntar en 61 g r a n - el condcmnabunl eum morte, los sacerdotes y á los escri-
des Liones, para adquirir honor, para gozar muchos pla- et tradent eum genúbus ad bas, quienes le condenarán
ceres, ni para hacer una gran fortuna ; nosotros no esta- illudendum, et flagellandum, á muerte, y le entregarán
mos en él, Dios no nos deja en él, sino para servirle. Los et crucififjendum, el tertia die á los gentiles, para que sea
reyes y los pueblos, los sabios y los ignorantes, los ricos resurget. Tune accessit ad tratado con irrisión, azota-
Y los pobres, no tienen vida sino con este fin. Es esla una non mater filiorum Zchedwi do y crucificado, y al ter-
verdad fundamental de nuestra religión, y Dios no podria cumftliis suis, adoranselpe- cer dia resucilará. Entonces
dispensarnos de esta obligación ni una sola hora. iBuon tens aliquid ah eo. Qui dixit se acercó á él la madre do
" f o i t ¿á cuántas gentes hará el proceso esla verdad eter- et: Quid vis? Aü i l l i : Dic, ut los hijos del Zebedeo, acom-
na? Dios no nos prolonga nuestros dias, no nos libra de sedeant hi dúo filii mei, pañada de ellos, a d o r á n d o -
aquel accidente, no nos conserva la vida sino para su g l o - u m s ad dexteram luam, el le, y haciéndole cierta pe-
ria- ¿Es este el motivo porque los ordenamos nosotros? u m s ad sinislram i n regno tición. ¿Qué quieres, la dijo
<,No vivimos mas que para la gloria de Dios? ¿Empleamos luo. Respondens autem Je- él ? A lo que ella respon-
nuestra vida, pasamos á lo ménos la mayor parte de nues- sús, d i x i t : Nescitis quidpe- dió: Ordenad que estos dos
lros dias en su servicio? Si no hubiese habido mas que un tutis. Potestis hibere calicem,
hijos mios se sienten, uno á
Sa'0 dia, una sola hora en este dia mal empleada, seremos quem ego hibiturus sum? D i -
vuestra derecha, y otro á la
^ m i i i a d o s de ellos, se nos pedirá cuenta de e.-te l i e á p o cunt e i : Calicem quidrm
siniestra, en vuestro reino.
perdido : ¿Y de cuántos dias, de cuántos meses, de c u á n - meum bibelis: sedere autem
Mas Jesús dijo en contesta-
ad dexteram meam vel sinis-
08 años perdidos serán responsables á la justicia divina, ción. No sabéis lo que pe-
tram, non est rneum darevo-
esas gentes l e placeres , esos ociosos de profesión , esas dís. ¿Podéis beber el cáliz
bis, sed quibus paratum est
Benteg (|H negocios? ¿Cuántos al fin de una vida larga se que yo he de beber ? Dije-
a Paire meo. Et audientes
^ c o n t r a r á n en la muerte sin haber dado al servicio de ron, pues, ellos : Podemos.
decem, indignati sunt de
,os dos dias enteros? ¿Qué espanto, q u é sentimiento no Entonces repuso: En verdad,
duobusfratribus. Jesús autem
^perimenta en una enfermedad peligrosa aquella perso- vosotros beberéis el cáliz
vocavil eos ad se,ct a i t : S a -
nai cuyos primeros años se han consumido en los deSiSr- que yo debo beber; pero el
tis quia principes gentium
'^'s Y en los placeres, cuya edad mas avanzada no ha sido estar sentados á mi derecha
duminanlur cor «ni ; el qui
^'"ipoco mas cristiana, cuya salud se ha gastado por una ó á mi izquierda, no me
majares sunt, poleslalem
^ ' ' " ' p l k i d i u l disipadora de negocios? ¡Qué tristeza, diga- toca á mí el concedcrcslo;
exercenl in eos. Non i ta eril
93 "^j01', qué tribulación, qué desesperación la de aque- esto es para aquellos á quie-
m MIERCOLES SEGUNDO
ínter vos; t e d q u i c u m q w nes mi Padre lo ha deslina- nueslra estima y de nuestro amor; h é aquí lo que lodo
v o l u e r i l i n l e r vos m a j o r f i e r i , do. Oyendo esto los otros cuanto ha habido de sabio y de virtuoso entre los fieles ha
$it vester] m i n i s t e r : et q u i diez, se indignaron contra buscado con empefio; h é aquí lo que toda la iglesia, lo
v o l u e r i t i n t e r vos p r i m u s esse, los dos hermanos: mas Je- que Dios mismo eslima, honra y recompensa tan liberal-
e r i t vesler servus. Sicut F i - sús los hizo venir, y les mente, en los fieles. ¿ S o n m é n o s preciosas lascruces, por-
lius hominis non venit n i - dijo : Yosotros sabéis que que sean desagradables á los sentidos? ¡Ah! se desea un
nisírori, sed m i n i s t r a r e , et los príncipes de las nacio- remedio, por mas amargo que sea, y se compra muy caro
daré a n i m a m suam redem- nes tienen en ellas el p r i - cuando nos persuadimos que él debe prolongarnos algunos
ftionempro multis. mer lugar, y los que son dias esla vida; la esperanza de ganar alguna cosa, el de-
mayores ejercen su poder seo de tener un empleo, inducen á aceptar, á hacer que se
sobre ellas. No ha de ser deseen hasta los peligros de los viajes por el mar, hasta
así entre vosotros; antes los penosos trabnjos de la guerra. El cielo es siempre el
bien, cualquiera que entre premio seguro de las aflicciones sufridas con un corazón
vosotros quisiere hacerse el cristiano; el mismo Dios quiere ser la recompensa. No hay
mayor, dediqúese á servi- otro camino para ir al cielo, ellas son el patrimonio d é l o s
ros ; y cualquiera que q u i - elegidos de Dios; en las enfermedades y en las adversida-
siese tener la primacía, des es propiamenle en donde un Amadeo y lodos lossan-
constituyase como esclavo tos han fabricado sus coronas. ¿Y no tendrán jamás las
vuestro. A la manera que cruces un atractivo para mí? ¿Las he de mirar siempre
el Hijo del hombre no vino con disgusto? ¿Y por q u é título esperaré entonces una r e -
para ser servido, sino para compensa eterna?
servir, y dar su vida por la
Pwrro SEGUNDO.—Considera que en las cruces sucede
r e d e n c i ó n de muchos.
como en los á r b o l e s , cuyos frulos son do un guslo esqui-
silo, aunque la corteza del árbol sea áspera y escabrosa.
MEDITACION. No es cierto que solo se encuentre amargura en el llanto;
S ó b r e l a e t i i m a c i o n que debemos hacer de l a s a d v e r s i d a d e s . no todas las lágrimas son amargas. Si los dichosos del s i -
PCMO PBIMEHO.-—Considera que los cristianos no debe- glo tienen cruces invisibles, ¿ p o r q u é no habrá alegrías i n -
rian hallar placer sino en las aflicciones. Ningún otro f r u - teriores mucho mas dulces que las que hacen tanto ruido?
to deberla ser de su gusto mas que el de la cruz; la sangre Las dulzuras espirituales no son las ménos esqnisitas. El
de Jesucristo la ha quitado loda la amargura. La cruz se corazón solo es el asiento del regocijo. Es preciso que la
ha convertido en el árbol de la vida; el que un fruto tan serenidad y la calma reinen en el alma para hacerla dicho-
escelenle no agrade, es seíial de una mala disposición. sa; las acusaciones ó las alarmas de la conciencia turban
Si no se escucha mas que á los sentidos, si no se con- siempre las fiestas de los dichosos del siglo: su felicidad,
sulla mas que á los ojos, á la razón humana y al amor hablando con propiedad, no consiste mas que en aturdirse,
propio, las adversidades son un objeto de horror; pero ¿es y de aquí procede que en las prosperidades de esta vida no
buen juez en esla materia el hombre animal? ¿Qué nos se halla mas que una falsa alegría. Las almas verdadera-
ensena la fé? ¿Qüé nos dice el Evangelio? lia sido necesa- menle cristianas gustan de regocijo lleno y tranquilo, do.
rio que Jesucristo padeciese para entrar en su propia g l o - una dulzura pura y deliciosa en sus cruces, i Cuan diilce es
ria. Desgraciados de vosotros, ricos, que tenéis vueslro el estar seguros de que se marcha por el camino del cielo!
consuelo (Luc. 6.) en las riquezas; desgraciados de voso- ¡Cuán dulce el encontrar en su suerte y en su estado lo
tros, dichosos del siglo, que vivís alegres, y entre la que hace el carácter de los predestinados, lo que ha sido
abundancia; de vosotros, grandes del mundo, h quienes y es todavía el objeto de las ansias de los mayores sanios!
lodo sonríe. ¿Queréis, por el contrario, tener una justa idea ICuan dulce el nú gloriarse sino en la cruz de Jesncris!o ;
d é l a felicidad; q u e r é i s hallar un hombre feliz, dice el dulzura que se hace senlir en el fondo del corazón mientras
Salvador del mundo? Buscadlo en lasadversidades. Toda dura la vida , que se aumenta siempre en la muerle, y
la religión, por decirlo así, se resiente, cuando se llaman que se esliende aun b á s t a l a eternidad!Imaginad un m o t i -
desgracias á las cruces, y sin embargo ¿bajo q u é otro as- vo de consuelo mas real, ni mas sólido.
pecto se las mira hoy en el mundo? Que un pagano mire Las aflicciones son amargas es verdad , y las aguas de
una quiebra en sus bienes, un pleilo perdido, un revés de Mará lo eran también, antes que Moisés arrojase e n e l l r s e l
la fortuna, como un mal, no es estraño, él raciocina con- madero que Dios le moslró (Exod. 15 ); pero por la viriud
forme á sus principios; pero un ci isliano ilustrado con las do aquel madero misterioso , aquellas aguas amargas se
luces de la fé, educado en la escuela de Jesucristo, i n s - convirtieron en deliciosas para beber. Sabe Dios muy bien
truido en su doctrina, ¿puede ignorar que las adversidades el secreto de endulzar las cruces. Antes de la muerle de
de esta vida son como las arras de la eternidad bienaven- Jesucristo so decia: Maldito todo hombre que es clavado en
turada; que las cruces son el contrapeso de las pasiones, una cruz; pero después que Jesucristo ha querido ser cla-
el remedio eficaz contra las hinchazones del corazón y las vado en ella, nos ha librado de la maldición, y ha dado á
enfermedades del espirilu; que todas tienen su precio, y cslo tronco una virlud maravillosa.
que las aflicciones presentes, como dice san P«blo, que no De este principio han nacido los ardientes deseos de su-
duran mas que un momento, y que son tan lijeras, nos frir que se admiran en" lodos los santos. De esta fuente
producen un peso cierno de gloria, en un alto grado de proceden los torrentes de delicias interiores , superiores á
escelencia, y mas allá do toda medida? lió aquí lo que el lodo sentido , y que inundan todas las almas punlicadas
Salvador del mundo nos propone como un objeto digno de por los sufiimicnlos. ¡ Ah, Dios mió! ¡ cuán poco eslimado
DE CUARESMA 145
es oslo secreto! ¡cuím escondido está cslc tesoro á los sabios dirle al confesor que nos d é nuestras propias cruces ;por
do! siglol Pero se conocerá en la mnerle, se sabrá por toda penitencia ; h e d í a s entonces parte de! sacramento, son do
la eternidad, c u á n precioso era este tesoro, cuán estima- un precio mas elevado y reciben un nuevo mérito. Nada
ble era esto Nocrelo. Dadme una alma ilustrada con las hay mas á propósito para desémpeuarnos de nuesíras deu-
luces de la fé, dadme un corazón que ame á Dios, decia das con Dios que este género de satisfacción; ella es siem-
san Agustín, y él onlemlerá lo (¡ue y o digo , conocerá esta pre de su gusto, puesto que es de su elección. Está uno
verdad y gustará maravillosamente esta doctrina. seguro de que esta os la moneda, por decirlo asi, con que
¡AJi S e ñ o r , y cuándo seré yo de este número! ¿Me con- quiere ser pagado en esta vida. Nos servirla estraordina-
tentaré no mas que con coníesar estas ver dades, aplaudir riamenteun poco de paciencia, do sumisión y aun de ale-
osfas rellexioncs, 110 c s ü n i a i ' ¡ a - a d v e r s i d a d e s mas que en gría, en las adversidades inevitables de esta v i d a ; no so
los otros? ¿ Acaso no quiero yoser del número de vuesd es sufriria poroso mas, se sufrirla aun menos, puesto que so
discípulosV ¿Y cómo ser discípulo vuestro si no se lleva la sufriria con ménos disgusto, y el provecho nos indemni-
cruz, si no so ama la cruz, si no está uno unido toda su vida zaria bien de la pffna. Cosa eslraña ; se siente lodo el peso
á la cruz? Goncededme, S e ñ o r , este amor de la cruz, y de. la cruz, se siente toda su amargura, y por falta de un
bacedme fastidioso, insípido cualquiera otro gusto que el poco de buena voluntad y de industria se pierde iodo el
de la cruz. Dadme vuestro amor , y y o a m a r é la cruz. fruto.
JACüLAToaus.—Sí, Salvador mío Jesucristo; yo me c o m -
plazco en mis enfermedades , en las adversidades, en las JUEYES SEGUNDO DE CUARESMA.
persecuciones, en los estreñios disgustos que sufro por vos. La Iglesia ha escogido el principio del salmo 69 para
( 2. Cor. 12. ) el Introi'o de la misa de-este dia. Es aquella oración tan
Esté y o de continuo cerca de vos y en vuestra presen- interesante que la Iglesia pone al principio de lodos sus
cia , y después de esto que cualquiera se arme contra mí. oficios, y por la que pide á Dios su asistencia y su auxilio
(Job. 1 7 . ) particular en todas las oraciones que hace, para que com-
prendamos la necesidad estrema que leñemos de la g r a -
TROPOSITOS. cia, sin la que ninguna acción por laudable que fuese
1 No bay nadie que no tenga su cruz. Las espinas na- podria ser meritoria para el cielo. Aplicaos, Dios mío, á
cen en toda1; parles, son de todas l<"s estaciones y crecen socorrerme; daos prisa. Señor,, á asistirme. Cubrid de
en lodos los terrenos; nacen aun hasta sobre eltrono mismo. confusión y de vergüenza á los enemigos de mi salvación
No hay condición, no hay estado que no tenga sus cruces; que quieren quitarme la vida del alma. También era d u -
los grandes tienen las suyas, y no son siempre las menos rante la persecución de su hijo Ahsalon, cuando David d i -
Pesadas aunque sean menos visibles. Es una locura el bus- rigía á Dios esta oración. Hemos dicho que la iglesia, con-
car un abrigo contra lodos los vientos y las borrascas; ducida en lodo por el Espíritu Santo, ha cuidado de elegir
¿ q u é edad no tiene sus disgustos? ¿ Q u é fortuna no tiene para la misa de cuasi todos los días de Cuaresma, a l g u -
FUS reveses? ¿ Q u é condición no tiene sus desazones? ¿ Q u é nos versículos de los salmos que David había compuesto
empleo no tiene sus cargas? Hay cruces domésticas, y las durante la insurrección de aquel hijo rebelde que causó
hay estranas ; y en defecto de las unos y de las otras, á su tierno padre una aflicción de las mas sensibles y de
nuestro h u m o r , nuestro natural, nuestro enlendiraienlo, las mas amargas que tuvo j a m á s . Sin duda lo ha hecho
nuestro cora/.on, son fondos inagotables de muchas cruces. así para inspirarnos nuevos sentimientos y un arrepenti-
Considerad la que mas os inquieta en el dia , y haceos de miento mas grande, acordándonos que j a m á s hemos pe-
ella un motivo de mérito. ¿Queréis hacerla lijes a ? Amadla. cado que no nos hayamos rebelado contra Dios, nuestro
Cuantos mas esfuerzos hiciereis para sacudirla, mas pesada Criador, nuestro Redentor, nuestro amable y Uvm P;idre.
seos h a r á . Aun cuando encontraseis el secreto de descar- La Epístola asignada á la misa de este dia está lomada
a r o s de ella, entrará en su lugar otra que os inquiétenlas. de la profecía de Jeremías al cap. 17, en donde amenaza
¿Queréis hacerla dulce? Observad los avisos siguientes: á los judíos con la pérdida de sus bienes y la ruina de su
1.0 Aceptad de buena gana todas las cruces que Dios fuere pais, porque olvidaban y abandonaban á Dios por recurrir
servido daros, y j a m á s dejéis de decirle lodos los días en á los hombres. Pronuncia en ella una maldición contra el
oración de la m a ñ a n a : Divino Salvador mío, puesto (¡ue hombre que pone su confianza en el hombre. Aun cuando
Para ser discípulo vuestro es preciso llevar cada uno su el Profeta hubiese podido hacer relación á la confianza
cruz, yo acepto con todo mi corazón la que vos queréis que los judíos tenían en o) auxilio de los egipcios, cuya
que yo lleve; yo os pido la gracia necesaria, á fin deque protección hablan implorado en vano, en las desgracias de
Yo haga un buen uso de ella para gloria vuestra y salva- que oslaban amenazados de parte de los principes de Ba-
r o n ittia. 2.° Guando nuestro amor propio se rebele, y 1; bilonia; el sentido espiritual y moral mira á la confianza
anflargura se derrame en el corazón, decid con el Salva- que nosotros tenemos en los socorros humanos, en los d i -
*|0r: ¿ Q u é , no beberé yo e! cáliz que m i Padre me ha da- versos accidentes de esta vida, en perjuicio de la que de-
(l0- IJoan. 18,j 3.° Cuando tengáis alguna aflicción, a l - bemos tener en Dios.
guna p ^ d j j ; ^ a]j,nn moiivo desazón, cuando supiereis Jeremías acababa de reprender á los judíos su impiedad
8Woa mala noticia, decid aquellas hermosas palabras de y su irreligión, que llegaba hasta hacer alarde de sus
: ¿ S i hemos recibido los bienes de mano del Señor, mayores crímenes. El pecado de Judá está escrito, les d e -
lIOr qué no recibiremos también los mates? (Job 2., cía, con un buiil de hierro y una pmita de diamante; cs!á
Es una práctica de piedad muy úlil y muy santa, no grabado sobre la labia de M corazón y sobre los estreñios
solo el
aceptar todas mies! ras aflicciones en satisfacción de de sus altares. Lo mismo que si dijera, que para hacer
la
P^na debida por nuestros pecados, sino también el pe- como un trofeo de sus desórdenes, léjos de avergonzar.-e,
TOMO IV, Ío
JCEVES SEGUNDO
(h) ellos, los grabaljnn sobre los ostrümcs tic sus aliares reinaban la suntuosidad y la abundancia. El ü n i c o c o n s u e -
profanos, á ejemplo de los paganos, á fm de que nadie lo que recibía este pobre en su eslrema miseria, era do
pudiese ignorarlos. Ni aun trataban do disimular su idola- aquellos viles animales que se acercaban alguna vez á él
tría con el temor, ni encubrirla con la v e r g ü e n z a : se glo- y le lamían sus llagas, Es chocante el contraslo que bacen
riaban de ella; era pública y declarada; procuraban en estas dos condiciones tan opuestas: ¡qué diferencia entre
algnn modo que sn maldad pasase á la posteridad por me- oslas dos vidas ! mas al l i n , la muerte vino muy pronto á
dio de iuscripcioues: susbijos, dice el rrofola, lian impre- terminar las delicias de la una y las miserias de la otra;
so en su memoria sus altares, sus grandes bosques consa- pero ¡qué diferencia desuertel Lázaro muero en su pobre-
grados á las divinidades paganas. Esto es lo que irritó za ; pero su muerto es preciosa á los ojos de Dios, y los
tanio la ira do Dios contra ellos, l i é aquí lo que dice el ángeles llevan su alma á aquel lugar do paz y de alegría,
Seíior, esclama: Maldito es el bombre que pone su con- adonde las almas santas, libres do las aladuras del cuerpo
fiaoza en el bombre. Esas medidas tan bien lomadas, esos y exentas do toda miseria, reposan con Abraham, como
resortes tan bien montados, esos apoyos manejados con los hijos entre los brazos y en el seno de sn padre. ¿Y no
tanto aríiücio, son fundamentos sobre arena. En vano to- se creería Lázaro catre las manos de los ángeles, y segu-
m.iis esas precauciones, dice el Profeta, que os sugiere la ro do su felicidad oleí na, bien pagado de todo lo que ha-
prudencia de la carne; á Dios es á quien se ha de recur- bia sufrido? ¿Hubiese él entonces querido haber sido d i -
rir : en su auxilio es en el que habéis de poner vuestra choso en la tierra, y ser condenado? El rico no le sobre-
confianza. Mudad de conducta, apaciguad su ira, y no te- vivió mucho tiempo. La muerte vino en medio de sus dias
m á i s , si lo baccis así, á vuestros enemigos. Todo bombre, mas lloridos á concluir aquella vida tan deliciosa. Muere
a ñ a d e , que se apoya en un brazo de carne, y cuyo corazón el rico. Aquel cuerpo tan acostumbrado á los placeres, a l i -
se reiira del Señor, será semejante al tamariz que e;tá en mentado en el lujo y en la molicie, es dado como presa á
el desierto; y p e r m a n e c e r á en el desierto, en la sequedad, la podredumbre y á los gusanos, al mismo tiempo que el
en un terreno lleno de sal y donde no so puede babitar. El alma, hasta entonces esclava de los sentidos y del cuerpo,
tamariz salvaje, de que habla aquí Jeremías, tiene siempre es precipitada en el infierno ¡para ser eternamente presa
un verde pálido, y por mucha agua que le caiga eslá siem- de las llamas. ¡Qué sorpresa! pero ¡qué rabia y q u é de-
pre seco. Leño inútil, fruto que no es bueno para nada; sesperación, pasar en un momento de la prosperidad mas
tal es la prudencia de la carne, tales son los frutos de la bríllaiite, del oslado mas floreciente, de la región do las
industria humana sola. Mucha sal en esas obras del tálenlo, delicias á la región de las tinieblas y del llanto, al centro
en esas medidas tomadas con tanto arte, en esas precaucio- de la desolación, á los fuegos eternos, á la estancia de l o -
nes, en esas prolecciones tan bien manejadas: tamariz sal- dos les suplicios! Desde lo profundo do los infiernos, aquel
vaje, arbusto desnudo, leñoimitil, tierra llenado nitro, de desgraciado vió en espíritu al patriarca Abraham, y á
una esterilidad eterna; al paso que aquel que pone toda su Lázaro que brillaba como el sol, al lado de este patriarca.
confianza on Dios es dichoso. Este se parece á un árbol Este espectáculo redoblo sus penas y su desesperación. En
fructuoso, plantado en un terreno cscclenle, regado conti- medio de la fuerza do sus tormentos se dirigió á Abraham,
nuamente con aguas vivas; que no teme ni la sequedad ni y con gritos lamentables, hijos del dolor mas vivo y de la
la escarcha, cuyas hojas no pierden j a m á s el verde de desolación mas c r u e l , le hizo esla súplica : Padre A b r a -
primavera, y cuyos frutos son de una dulzura esquisita. ham, que me veis on este lastimoso estado, tened compa-
Pocos corazones hay que no estén corrompidos, almenan- sión d e mí, y enviadme á Lázaro, á fm de que mojando la
do el disimulo los encubra; pero j o , dice el Señor, soy punta do su dedo en agua, me deje caer una gota en la
el que profundiza los corazones, el que desenvuelve todos lengua que tengo penetrada toda de fuego. No neguéis
sus pliegues, el que corre el v e l o á todos sus misterios. Yo oslo pequeño consuelo á un desgraciado que en medio de
no me dejo deslumhrar por las eslerioridades engañosas é estas llamas crueles sufre dolores inconcebibles. Sedes-
imponentes; conozco todos los rodeos y todos los arlilicios precian los pobres en esto mundo ; apenas hay quien so
de una política refinada: así que, no recompensaré mas digno lijar en ellos la vista ; un rico creería deshonrarse
que la verdadera virtud y el verdadero m é r i t o ; y en las si se detuviese á conversación con un pobre; en la otra
obras mas plausibles no atenderé mas que al motivo que vida los que fueron mas dichosos en el siglo mendigan sus
las produce. sufragios, piden sus ruegos, envidian su fortuna, y quer-
Desde el octavo siglo ha sido el Evangelio do oslo j u e - rian estaren lugar do aquellos á quienes han despreciado
ves la historia del mal rico y del pobre Lázaro, llabia un tanto. Hijo m i ó , le dijo Abraham, acuérdate que mientras
hombre rico, decía el Salvador á sus discípulos, que ves- has vivido has disfrutado del placer, y que por el contra-
fia de escarlata y de finísimo lienzo , que n :da negaba á rio Lázüro ha estado siempre sufriendo. Ahora se ha cam-
sus sentidos, que tenia lodos los dias una mesa espléndi- biado esta escena : una alegría que nada puedo alterar,
da, sin perdonar cosa alguna para sus placeres, y pasan- una felicidad llena, pura y satisfactoria, es el patrimonio
do una vida deliciosamente. llabia al mismo tiempo un de e. le pobre que has despreciado con tanta dureza ; y
pobre llamado Lázaro, cubierto por todas parles de úlceras, el tuyo es la reunión do todos los tormentos imaginables,
que estaba tendido á la puerta del rico pidiendo las m i - sin que tongas que esperar jamás do él el menor consue-
gajas tpie caian de su mesa, creyéndose dichoso si hubie- lo. INohay comercio alguno do caridad entre los elegidos
se podido obtener este socorro tan débil para apaciguar su y-los reprobes ; toda comunicación les está entredicha.
hambre, y mas bien para retardar su muerte que para Vosoiros ardéis y arderéis para siempre , sin que nunca
sostener su vida ; poro no habia ninguno (pie quisiese ha- recibáis el menor refrigerio. A lo menos, replicó el rico
cerle este pequeño servicio, mientras que los perros esta- iiet^raciado, os suplico (piole enviéis á la casa de mi pa-
ban abundantemente mantenidos en una casa ca donde dre para que avise á mis cinco hermanos del deplorable
Dli: CUARKSMA.
esludo o;! que me hallo, ii fin do impedir que vcagun á nprií aislus. E r i i f o l i u m ejus un árbol trasplantado á la
arder conmigo en esto lugar de tormentos, dotide siiá su- viridey et m tempore sued- orilla do las aguas, que es-
plicios aumenlarian los míos, pues que su triste suerte se- íaíis non m í sollicitum , nec liendo sus raices á favor do
ria el fruto do mis malos ejemplos. Tienen, dijo Ahrabam, aliquandodesinet [acere fruc- su humedad, y que no te-
los libros de Moisés y de los Profetas, y esto les basta; no tum. Pravum esl cor om- me cuando llegare el calor
tienen que bacer mas que lo que estos maestros les ense- nium, el inscrutahile : qúis del eslío. Su hoja estará
nan ; que los escueben y se salvarán. Nó, repuso el des- cognoscel illud? Ego Domi- siempre verde, y ningún
graciado, con ese solo socorro no se liarán mas sabios; nus scrutans cor, et probans incomodo sentirá en el
mas si va á visitarlos algún muerto y les representa lo renes: qui do uniaúque j u x - tiempo de la sequedad, n i
que se sufre en este lugar de suplicios, se espantarán y ta viamsuam^t j t i x t a [ r u o - dejará nunca de dar fruto.
se convertirán. Te engañas , respondió Abrabam. ¿Si no tmn adinveníionum s u a n m : El corazón de todos los hom-
quieren oír la voz do Dios, creerán mas la voz de un fan- dicit Dominus omnipolens. bres está corrompido; es i m -
tasma? Y si los bombres lian llegado basta despreciar las penelrablo ; ¿y quién es ca-
divinas Escrituras, ¿deferirán mejor altestimomo de los paz de conocerle? Yo, que
muertos? soy el Señor, que sondeo los
Siesta relación no contiene una bistoria verdadera, co- corazones y que distingo los
mo lo cree san Ireneo, san Ambrosio, Tertuliano y san afectos ; que doy á cada uno
Gregorio el Grande, no se puede negar al menos que el según su conducta, y con-
discurso del mal rico con Abrabam, no sea una parábola forme al fru!o de sus pensa-
por la cual el Salvador ba querido hacernos una pintura mientos y d e s ú s obras, dice
sensible de los crueles pero inútiles sentimientos, que tie- ci Señor omnipotente.
nen los condenados en la otra vida, y al mismo tiempo en- E! profeta Jeremías eralbijo del sacerdote Ilelcías, d é l a
senarnos que no debemos esperar instrucciones de nues- aldea de Analhoth,gn la Iribú de Benjamin. Comenzóá pro-
tros deberes por caminos estraordinarios, sino por la re- fetizar el año décimolercio del reinado do Josías, esto os,
velación de las verdades que él nos ha hecho conocer en el año 3315 del mundo, y el 629 ántes de Jesucristo.
sus Escrituras. En efecto,¿qué podrían decirnos los muer-
tos vueltos del otro mundo , que no hallemos en el Evan- REFLEXIONES.
gelio? No busquemos fuera de nosotros mismos el origen «Maldito el hombre que pone su confianza en el h o m -
de nuestra ímpenitencia. Sabemos bien lo que debemos bre.» No es csíraño que haya tantos desgraciados en el
bucer y lo que debemos temer ; no hay, pues, que instruir mundo : no lo es tampoco el ver aun todos los dias esas
aI entendimiento; lo que se necesita es domar un corazón revoluciones tan súbitas de familias que veia ya el profe-
abeldé. ta en su tiempo. Yo he visto, decia, un hombre muy des-
reglado en sus costumbres, muy irregular en su conduc-
La oración de la misa de este dia es como sigue: ta; un hombre, que teniendo poca religión, apoyándose en
Prcesta nolis, quwsmms, Concedednos, S e ñ o r , l o s un brazo de carne y retirando su corazón del Señor, que no
Domiw , a u x i ü u m gratice auxilios do vuestra gracia, se apoyaba mas que en la protección d é l o s grandes, en el
tuae ; ul jejunm et oralio- para que aplicándonos, co- número de sus amigos, en su habilidad, en sus talentos,
nibus convcuienkr inlenli, mo debemos, á los ayunos y en su industria, é importándolo poco el ausilio del cielo,
l i b c m m r ' ab hostibus m u - á la oración, seamos libres ponía toda su confianza en el hombre ; yo he visto á esto
tis el corporis. Per ü o m i - do los enemigos de nues- hombre brillando en la prosperidad, elevado como los ce-
Hí(Wi... tra alma y de nuestro cuer- dros del Líbano, colocado en el mas alto grado do fortuna.
po. For nuestro Señor, etc. Todo se le reia, todo le prosperaba, todo lo prometía una
continuación de dichas sin medida: pero ¡abl no hice mas
¿ a Epístola es tomada del cap. 47 de la profecía de que pasar, y ya no existia. Aquel grande y soberbio co-
Jeremías, loso habiacaido en un instante, y aquella preciosa masa,
lime dicil Dominus Deus: Eslo es lo que ha dicho el aquel ídolo de la felicidad humana trabajado con lanto
Maledklus homo , qai con- Seiiur : Maldito el hombre arle, elevado con tantos resortes y tanto trobnjo, sosteni-
H U in homine, el ponit par- que pone su confianza en el do con tantos apoyos, afirmado, al parecer, contra la v i o -
ne)w hrachium swum, el a hombre, que se apoya en lencia de todas las tempestades, se ha desmoronado, se ba
brtnino recedü cor ejus. E r i t un brazo do carne, y cuyo hecho pedazos, ha sido reducido á polvo en un abrir y
ent"í quasi mijrica; in de- corazón se retira del Señor. cerrar do ojos, y aquel dichoso del siglo ha desapareci-
serlo , et non videhit cum Será semejante al tamariz do con tanta precipitación, que no he podido ntaitn en-
J'^em boaum ; sed habitz- que está en el desierto ; no contrar el lugar que ocupaba. Tal es la suerte de esos d i -
m i n siedtate i n deserto , esperimentará nunca el bien, chosos mundanos, do esos artífices de su fortuna. l i é aquí
^ ierra salsuginis el i n h a - sino que habitará en el de- el hombre que no ba tenido necesidad del auxilio del cielo:
wtaUli. Bencdictus v i r , qui sierto, en la sequedad, en él ha confiado en el favor de los grandes, en la m u l l i p l i -
^nfidit m Domino , el erit un terreno lleno do sal ó cidad de sus recursos, en la grandeza de sus riquezas,
boviinus fidváa ejus. E l e r i l inhabit;;b!e. Dichoso el débiles apoyos, brazos de carne, fundamentos caducos.
luasi lignum quod trans- hombre que pone su con- ¿Quién no hubiese creído que aquella ftnnilia cslaba al
P'aiüatwr saper aquas, quod fianza en el Señor, y de abrigo de todas las borrascas, que era superior á todas
m h u m o w n mitfil radices quien el Señor hace la es- las revoluciones do los tiempos? Las herencias se apoya-
«(«s, cí non ibncbit cumve- peranza. Será scíflejanle á ban sobre la vida de un tan gran número de herederos;
H8 JUKVES SEGUNDO
las sustilucionc» ¡han, por decirlo así, mas allá de los s i - ter mala: nunc autein ¡tic cruelmente atormentado en
glos ; los tesoros se acumulaban diariamenlc ; las nuevas cnnsulalur, tu vero cruciaris. esto fuego, üijo mió, le d i -
posesiones qne se adqiiTÍan todos los dias, aseguraban El in his omnilnis, inler nos j o Abraham , acuérdalo que
una fortuna que no debia j a m á s envejecer, y aumenlaban el vos chaos magaum firma- has sido colmado de bie.'
los títulos. Los piés de barro de una estatua compuesta de tum esl: u l / t i , qui volunt nes en vida, y del mismo
tintos melah?s (bella figura de la confianza que se pono hinc transiré ad v o s , non modo Lázaro ha sufrido
en el hombre) han fallado ; no ha sido necesario mas que possinl, nequeinde liuclrans- muohos males; ahora, pues,
tina p e q u e ñ a piedra para traslornarle, para reducir á pol- mcore. Et a i l : Rogo ergo te, él está lleno de regocijo, y
vo aquel coloso. Aquella fortuna cstraordinaria, tan pron- Pater, u l millas eum in do- tú sufres. Además de todo
tamente hecha, no ha pasado á la segunda generación; so mumpulrismei. Ilnbco enim esto, hay entre vosotros y
han visto caer aquellos cedros al primer golpe de viento; quinqué fralres, ut lestclur nosotros un espacio muy
se han visto pobres los hijos de un padre tan rico. Todo illis , ne et ipsi veniant i n vaslo, de suerie que no es
brazo de carne se enflaquece; todo edificio sobre arena hunc locum tormcnlorum. posible ni el ir ninguno des-
tarde ó temprano se conmueve, se desmorona. En vano se Et a i l i l l i Abraham: Ilabent da aquí á vosotros, ni do
toman las medidas mas justas ; se cimenta el edificio por Moysen,et Prophetas. audiant vosotros aquí. Padre, dijo
todo género de medios ; se multiplican los lazos que es- illos. Al Ule dixit: N o n , Pa- entonces el rico, yo te rue-
trechan y que unen ; solo Dios es superior á todas las l e - ler Abraham; sed si quis ex go que le envies á casa do
voluciones; solo Dios es el que eterniza y asegura la pros- vwrluisieritad cos,paenUen- mi padre ; porque tengo
peridad. Dichoso el que ha puesto en Dios toda su confian- (tari) ogent. A i l autem i l l i : cinco hermanos y quiero les
za. (Psalm. 39.) Los que ponen su confianza en el Señor, Si Moysen el Prophetas non avise á fin de que no vengan
son incontestables como la montaña de Sion. (Psalm. 1 2 í . ) aúdiunl; heque si quis ex mor- á este lugar de tormentos.
Sabed, dice el Sabio, que ninguno de los que han espe- iuis resurrexerit, cred.nl. Tienen á Moisés y los Prole-
rado en el Señor, ha sido confundido en su esperan- las, lo dijo Abraham; ó i g a n -
za, (líccl. 2.) Cuakjuiera que pone su confianza en el h o m - los. No, padre mió Abra-
bre, dice Isaías, la pone en la nada. Formas que se lison- ham, repuso el rico;poiquo
jee, y se prometa una continuación de prosperidades'; si volviese á ellos alguno do
error, vanidad, mentira. Desgraciado del que se apoya en los muertos harán peniten-
un brazo de carne. cia. Contestóle por último
Abraham: Si no oyen áMoi-
E l Evangelio de la misa e$ tomado de san Lucas, del s¿s y los Profetas, tampoco
cap. i 6 . crerán aun cuando cualquie-
I n tilo tmpore : Dixit EQ aquel liempo dijo Je- ra de los muertos resuci-
Jesús Pharisceis : Homo q u í - sús á los fariseos: ílabia un tare.
dam eral dives, qid indueba- hombre rico que se voslia
tur purpura et bysso : et de escarlata y do finísimo MEDITACION.
epulabatur quotidie splandi- lienzo, y diariamente tenia
Del infierno.
de. Et eral quídam meiidi- magnífica mesa. ílabia t a m -
cus, nomine Lazarus, qui j c i - bién un pobre llamado L á - PUXTO ruiMEiio.—Considera que á fuerza de oir hablar
cebat adjanuam ejus, ulceri- zaro, que estaba tendido á del infierno, nos acostumbramos insensiblomenle á esta
bus plenus, cupiens snlurari su puerta cubierío do llagas, palabra y á lo que significa, y de aquí es, que no nos con-
de micis, quee cadebanl de el cual se hubiera comenta- mueve ni aun nos espanta. Hay un infierno; y algunos do
mensa divitis , et nemo i ü i do para saciar su hambre mis parientes, algunos de mis amigos, muchos conoüidos
dabat; sed et canes venie- con las migajas que caian mios están ahora sumidos en aquellos estanques de fuego,
bant,el lingebanl ulcera ejus. de la mesa del rico, y n i n - en aquel centro de todos los suplicios, donde están conde-
Faclum cst aalxm ul morere- guno so jas daba; y solo los nados y saben que lo están por toda la eternidad. Seria
tur mendicus, el portaretur perros se le acercaban y l a - necesario podercomprender lo que os Dios, poder concebir
ab Angelisin sinum Ahralioe. mían sus úlceras. Sucedió, qué tormento es el perderle sin esperanza de volverle á
Mortuus est autem et dives, pues, que murió el mendi- poseer. Esta p é r d i d a nos interesa poco al presente, pero se
et sepultas esl i n inferno. go, y fué llevado por los juzga de ella muy de otra manera cuando efectivamente se
Elevans autem oculos sitos, ángeles al seno de Abra- ha verificado. Pensar eternamente que ha habido un f l e -
cum esset i n tormsnlis, v i d i l ham. Murió también el rico, denlor, y que yo no he querido aprovecharme del precio
Abraham a longc, et Laza- y fué sepultado en el infier- de la redención; pensar hasta q u é punió me ha amado Je-
nt.n in sinu ejus : et ipse da- no. Levantando, pues, sus sucristo, y pensar que no puedo amar ya á Jesucristo, ni
mam, d i x i t : Pakr Abraham, ojos cuando estaba en les ser ya j a m á s amado de él. ¡O cruel numiorial ¡O suerte,
miserere mei, et miíle Laza- tormentos, vió do lejos á ó desgracia incomprensihle!
rum, ut iatingat extremum Abraham, y á Lázaro en su Yo estoy condenado, dice un reprobo; yo que tenia tan-
digilí sai in aquam, ut refri- seno , y csclamo : Padre tas razones y tantos medios para ser del número de los
gerct l i n g w m meam , quia Abraham, compadeceos de elegidos. 1Y0 estoy condenado, yo que he sido tan distin-
crucior i n hac ¡lamma. Et m í , y enviad á Lázaro, para guido sobre la tierra por mi nacimiento, por mis empleos,
dixit i l l i Abraham : r¡/t, re- que metiendo la punta de por mis riquezas, por mis talentos, y mo veo confundido
cordare quia recepislibona in su dedo cu agua, refrigere con lodos los malvados, y la mas v i l y mas infame cana-
•vita l ú a , et Lazarus s ' m ü i - mi lengua , porque estoy lla del aniverso! Vo que he sido alimentado en las delicias
DE CUARESMA. U9
y qMf no am;i!ja mas qne el p!acc)-, rno voo condiMiado á ¿Esa mujer mundana, para quien el mundo es un ídolo»
un fut'go cierno; lodos los lormeaios son mi hm-ncia, y el c r é e l o s espantosos suplicios del infierno? ¿Esos l i b e r t i -
iníierno mi habitación por loda la eternidad. ¡O Dios! y no nos, cuya vida es un encadenamiento de pecados, que se
nos sobrecogemos sobre el porvenir! ¡y nos dejamos fas- mofan de las prácticas mas santas de la piedad, que se
cinar por lo presente! ¡y no pensamos cuál será nuestra burlan del infierno mismo y de los que le temen, esos l i -
suerte en la otra vida! bertinos creen el infierno ? ¿Ksas gentes de placeres, qne
Pensar eternameiiie en el bien infinito que se ha perdi- pasan su vida en un continuo olvido de Dios, que no
do, en los males innumerables en que uno se ha precipita- tienen mas que una lijera superficie de religión , to-
do, en los medios fáciles y frecuentes que uno tenia para das esas gentes creen el infierno y la eternidad de ÑUS
evitarlos. Tener ^in cesar delante d é l o s ojos la vanidad y penas.
la poca duración de todo lo que nos ha separado de Dios; ¡Ah, Señor! imprimidme una idea tan viva de esta tan
las dulzuras inefables que hubiéramos hallado en su ser- terrible verdad, que j a m á s mientras me dure la vida pier-
vicio; las penas reales que se han sufrido, aun para con- da de vista el infierno, para no conocerle después de mi
denarse; la diferencia infinita de las que nos habrán r c - muerte, mediante vuestra santa gracia.
liaido d é l a virtud, y las penas que se sufren en medio de JACULATORIAS.—Penetrad mi carne de vuestro temor, ó
aquellas liamas; la diferencia é n t r e l a duración imper- Dios mió, á fin de que esté mas en estado de evitar vues-
ceptible de algunos insípidos placeres criminales, y la tros terribles juicios. (Psalm. 118.)
duración eterna de las penas que les siguen; tener eter- ¿Quién de vosotros podrá habitar con el fuego devoran-
namente en el enlendimienlo el pensamiento de la espan- te? ¿Quién podrá subsistir entre las llamas eternas?
tosa eternidad , sin poder j a m á s apartarle ni un solo mo- (Isai. ;13.)
mento: ¡qué suplicio, buen Dios! ¡qué rabia! ¡qué deses-
peración! ¿Comprendo yo bien todo esto? y si lo com- PROPÓSITOS.
prendo, ¿cómo puedo yo hallar gusto en los placeres? 1 líay un infierno, esto es, un lugar destinado por la
¿como puedo vivir en el pecado y dilatar el hacer peni- omnipotencia de Dios para atormentar eternamente con el
tencia? fuego y con lodos los suplicios posibles á les ángeles reí e l -
PUNTO SEGUNDO.—Considera que después de haber su- desy á todos los que mueren en desgracia de l.;ios, i s de.ir,
frido un condenado en aquellas prisiones de fuego un tras- en pecado mortal. Estos su| licios no deben nunca tener íin,
curso incomprensible de tiempo, lodo ello no será, por ni los condi-nadoslener j a m á s ningnn alivio. Jluchos cono-
decirlo así, ni un instante do la eternidad. El tiempo ha- cidos mios con quienes he vivido están al presente en el
'"'á airninado las casas que hubiereis edilicado, habrá iníierno. Muchos de los qne ahora viven conmigo tendrán
destruido las ciudades que os habrán visto nacer, tiastor- la desgracia de ser condenados, y yo s e r é d e este n ú m e r o
uado los estados en que hubiereis vivido, el Gn de los s i - si muero en pecado, lié aquí lo que muchos grandes san-
glos h a b r á sepultado el universo en sus propias cenizas; tos se decían á sí mismos cuasi todas las horas del dia.
habrán aun pasado después del íin del mundo tantos m i - Tened también vosotros la misma práctica.
llones de siglos como momentos habrá durado el mundo, y 2 Hay un infierno: no hagáis nada, no digáis nada,
todavía no habrá pasado nada de esta e l e r n ú ' a l espantosa. no emprendáis nada que no lo ajustéis, por decirlo así, á
Después de lodaslasrevolucionesde los siglos y de millones este pensamiento. Decios á vosotros mismos en estas oca-
de siglos después de esuj duración inmensa, inmaginablede siones : ¿No hay nada en este proyecto, en este designio,
tiempo en la cual se pierde el entendimiento, si habéis en este negocio, en esta diversión, en este comercio, quo
sido condenados, tendréis tanto que sufrir como teníais d'.'ba coslarme el iníierno? ¿ y q u é me servirá el haber
en el primer momento que habéis sido hundidos en aque- salido bien en todas mis empresas si soy condenado? Lue-
llas ¡lamas. ¡Eternidad, eternidad! ¡incomprensible eter- go q u é sepáis la muerte de alguno, pensad inmediatamen-
nidad! ¿Quién puedo creerte y vivir un solo momento en te (pie el mundo ha concluido para é l : que ha entrado en
eI pecado? ¿y diferir un medio dia, un solo instante su Ja eternidad: yo quiero creer (pie Dios le haya tratado
penitencia? ¿Y se mira después de esto como un acto muy con misericordia y que se ha salvado; pero ¿y si se ha
''croico cuando un príncipe desciende de su trono para i r - condenado? Haced muchas veces estas reflexiones, porquo
S(í á sepultar en un desierto, ó deja su palacio para pa^ar son muy útiles.
sus días en el claustro? Es sin duda un acto muy genero-
So> es una acción grande, es un acto de virtud de un gran VIERNES SEGUNDO DE CUARESMA.
mériio; pero si concebimos lo que es la eternidad desgi a- El introito de la misa de este dia está tomado del últi-'
Clada, loque es un iníierno, no hallaremos de admirable mo versículo del salmo l(í: Por lo que á mí toca, me pre-
0u este hecho sino lo raras que son estas virtudes en el sentaré siempre puro delante de vos, y no estaré plena-
Cristiaiiismo. Desgraciadas victimas de la cólera del Omni- mente coníenlo hasta que os viere perfectamente glorifi-
potente, vosotras no solo haréis estas tristes y aterradoras cado: ó según otra versión, hasta qne me colocáreis en
1 flexiones, f^ino que las esperimentareis todos los m o - vuestra gloría. De este modo concluye David este salmo,
mentos, y en cada momento durante esta eternidad incon- que compuso durante la cruel persecución de S a ú l ; y a l
mensurable. Abismos de fuego inestinguible, encendidos cual se ha dado por titulo- «Oración de David,» porquo
Por la omnipotencia de Dios para castigar al pecador; i n - este profeta pide en él e Dios con una confianza y con un
'erno; caos iníinilo de tormentos eternos, ¿puede conce- fervor particular, y es un modeio de una perfecta oración.
nirse que seas Ui objelo de nuestra fé y que vivamos en David se queja en él vivamente de la mjiisücia de sus per-
a "npenitencia? Hé aquí lo que no creen esas personas seguidores y de las calumnias de que se le carga. Seguro
quvj viven tranquilamente en la molick y cu el pecado. de su iuucencia apela al soberano Juez, y lo toma por los-
1 so VIERNES SEGUNDO
ligo de la rocliiutl do su corazón y de sus inlestciones. Es- pernicioso designio, si Rubén no les hubiese apartado de
ta oración conviene perfeclamenUí á Jesucristo, Cidumnia,- él por sus ruegos y sus amonestaciones. No pudiendo q u i -
do y perseguido crueimcnle por los judíos, á pesar de ia társelo de entre las manos, les aconsejó que lo echasen en
multitud de sus beneficios y de la evidencia de su inocen- una cisterna vieja; era una especio de pozo, abierto en
cia. Sobretodo conviene al oficio de este dia, que nos medio d é l a campaña, que estaba entonces seco, y en don-
representa, si bien bajo de dos figuras distintas, al Hijo de reuniéndose las aguas de las lluvias y de las nieves
de Dios maltratado y rechazado por los hombres á quie- derretidas, servían durante los grandes calores para dar
nes habia sido enviado por el Eterno Padre. La una de de beber al ganado y apagarla sed á los pastores: el d e -
estas figuras está tomada en el Génesis de la persona de signio de Rubén era dejar pasar eí primer fuego do la c ó -
José, hijo muy gaerido del patriarca Jacob, enviado á sus lera de sus hermanos, concediendo alguna cosa á sus ar-
hermanos y vendido por ellos á los egipcios: la otra e» el rebatos, y después sacar á José de la cisterna y volverle á
Evangelio, en donde se refiere la parábola del hijo de un su padre. Siguieron, en efecto, su parecer; el jóven José
padre de familias, que habiendo enviado á su propio hijo, fué echado en el pozo sin que les enlcrneciosen nisus gemi-
el heredero del reino, á unos vasallos rebeldes, le vió dos ni sus lágrimas. A muy poco le sacaron de allí para
todavía mas maltraíado que todos sus favoritos á quie- venderle á unos mercaderes ismaelitas ó á r a b e s , según el
nes, les habia enviado antes para traerlos á su deber. La texto hebreo, que venían de Galaad con sus camellos car-
historia de José, figura de Jesucristo, es el asunto de la gados de resina, de mirra, de bálsamo y de lodo género
Epístola. de aromas que llevaban á Egipto, y recibieron por él vein-
José, el mas jóven de los hijos de Jacob y do Raquel, te sidos, esto es, cerca de treinta libras de nuestra mono-
fué entre todos sus hermanos el que su padre a m ó mas, no da, ó según algunos ejemplares antiguos, treinta piezas do
ooh porque le habia tenido en su vejez, y era el ipas bien plata: «triginta a r g e n í e i s ; » que es el precio en que debía
formado de lodos sus hijos, sino principalmente á causa ser vendido Jesucristo, del que José era figura. Estos
de su modestia, de su dulzura y de su s a b i d u r í a , que era mercaderes le vendieron en Egipto á Pulífar, gefe de la
muy superior á s u edad. Esta predilección escitó contra él milicia ó capitán de los guardias do Faraón, el cual viendo
la envidia y el odio de sus hermanos, que se aumentó que su esclavo nada tenia de servil en sus costumbres, y
por algunos suchos que José les contó en presencia de su descubriendo en él cierto airo do nobleza y mucho fondo
padre, y con motivo de una vestidura que el santo viejo de sabiduría y de probidad en sus palabras, en sus mano-
le habia hecho de lino fino y de varios colores, lo cual no ras y en toda su conducta, descargó en él el cuidado do
habia hecho j a m á s con ninguno de sus hermanos. José su casa, de la cual l e d i ó la superintendencia. Nadie i g -
habia soñado que atando con ellos las gavillas en tiempo nora los acontecimientos de José, la calumnia con que fué
d é l a cosecha, su gavilla oslaba derecha, y las de ellos se ennegrecido, su prisión, do donde no salió sino para Hogar
inclinaban delante do ella como para adorarla: en otra á sor el señor de todo Egipto. ¿Qué figura mas semojanlo
ocasión creyó ver en suefio el sol, ia luna y once esirellas de los malos tratamientos que el Salvador ha recibido de
que bajaban del cielo á la tierra y se postraban delante de los judíos que los que recibió José de sus hermanos, y q u é
el, como para rendirle homenaje. En toda la narración qus figura tampoco mojormarcada del triunfo de Jesucristo quo
hizo de estas visiones, se echa de ver e! candor y la ino- el de José? La malignidad del corazón humano y la e n -
cente simplicidad de José, que sin recelarse de la mala vidia de un espíritu de partido parece durante algún
voluntad de sus hermanos, les cuenta sencillamente unos tiempo que triunfan por algunos sucosos engañosos, y co-
sueños, cuyo sentido comprendieron demasiado, y que no mo queso turba toda la economía de la Providencia, y esta
podian ménos de agriarlos mas cada dia contra él. Aun- misma divina Providencia se sirve de sus protendidos
que Jacob reconoció en estos sueños alguna cosa misterio- triunfos para llegar á sus fines. La inhumanidad, la barba-
sa y sobrenatural, previendo sin embargo el mal efecto rie do los hermanos de José son los caminos de que Dios
que esta narración podia producir en unos corazones e n - se sirve para hacerle subir al trono, así como el horrible
vidiosos y ya ulcerados, de los que no solían en todas las doicidio de los judíos ha sido el medio de que Jesucris -
ocasiones que se ofrecían mas que palabras duras, le re- to se ha servido para manifestar á toda la tierra su di v i -
prendió, censurando su pequefía presunción, si tal vez l l e - Ridad.
gaba á creer que su madre, sus hermanos y él debiesen El Evangelio de la misa de este dia tiene una relación
honrarle algún dia como á su señor y su dueño. Como la perfecta con la Epístola. Acababa o! Hijo de Dios de ochar
madre de José murió antes de su elevación, san Agustín en cara á los judíos los malos tratamionlos quo habian
hace ver que estos sueños, tomados en el rigor de la letra, hecho á todos aquellos que Dios los habia enviado para
no se cumplieron perfeclamente en José, sino solo en la convertirles y para instruirles, cuando les contó una p a -
persona de Jesucristo de quien José ora ¿la figura. Sus rábola qus era la verdadera imagen del indigno compor-
hermanos llevaron mas lejos su odio; resolvieron, pues, tamiento que debían tener con él mismo, con ei cual iban
deshrcersede él para librarse de un censor enfadoso, que á poner el sello á su reprobación.
segun parece, alguna vez les habia desacreditado c o n t á n - Habiendo un padre de familias, los dijo, plantado una
dole á su padre sus malas costumbres. Bien pronto se les v i ñ a , la circundó con un seto , hizo en olla un lagar, y
presentó la ocasión. Un dia en que Jacob le habia enviado edificó una torre, después arrendó su viña á unos v i ñ a -
para que lo trajese noticias de ellos, no bien advirtieron dores, y emprendió un viaje á un país muy remoto, en
que venia, cuando despertándose su envidia y ojeriza se donde permaneció mucho tiempo. Esta viña quo el padre
propusieron matarle: se cree que Simeón fué el primero de familias habia puesto en estado de recibir el cultivo,
de este parecer; así fué también él castigado después en y de dar mucho fruto, os la sinagoga ó la nación judia,
su familia y en su persona. Ellos hubieran ojecutadosu que Dios habia elegido para quo fuese su pueblo favorile-
DE CUARESMA. 151
á quien habia dado sn ley y provisto de todas las cosas cado; la analogía es del todo exacta. En fin la gentencia
necesarias para que diese fi nios de justicia en abundan- fulminada por los mismos judíos contra los viñadores se
cia. Los judíos eran los viñadores por quienes dcbia ser lia verificado por la reprobación de los judíos y por la
cultivada, ó mas bien los que debían cultivarse á si mis- vocación de los gentiles. ¡Qué equitativo es Dios en sus
mos por ta observancia de la ley y la práctica de las vir- juicios, pues 'que fuerza á sus enemigos á que se hagan
tudes que esta misma ley les prcscribia. El padre de fa- justicia, y que ellos mismos pronuncien el decreto de su
milias se babia alejado después de haber alquilado su v i - condenacionl Ellos conocían bien dentro de su conciencia
ña, esto es, que Dios habia dado á su pueblo todo el tiem- que toda esia parábola hacia relación á ellos; así queafia-
po necesario para hacer valer este fondo, y juntar los f r u - dieron, dice San L ú e a s , e s t a ' s ú p l i c a : Aíisíí; no permita
tos que debia exigirles de sn cultura. La cerca que debia Dios que nos suceda tal cosa; Dios nos guarda de una des-
defenderla de los animales y de los pasajeros, eran sus gracia semejante. Sin embargo, el Salvador que e c h á n -
mandamientos que bien observados la defendían del con- doles en cara su crimen,estaba siempre animado del deseo
tagio del mal ejemplo de las naciones estranjeras. Habia de su salvación, les trajo á la memoria un pasaje de la Es-
edificado un lagar y una torre, esto es, su templo y su a l - critura que venia admirablemente á su asunto. Era este,
iar, que debian ponerla á cubierta de todo insulto. Nada aquel en que el profeta, presentándonos la Iglesia bajo
le faltaba á esta viña para llegar á ser muy fértil. ¿ Qué he la figura de un gran palacio que Dios ha construido con
debido hacer por mi viña, dice el S e ñ o r , que no haya he- sus propias manos, dice que la piedra que ha sido de-
cho? y esto por espacio de muchos siglos. Llegado el l i c m - sechada por los que edificaban, es con la que se ha for-
pu de recoger los frutos de la viña , envió el padre de fa- mado la punta del ángulo que reúne todo el edificio. Co-
milias sus criados á los viñadores para que solos pagasen ; mo si dijese el Salvador: vosotros me habéis rechazado
mas los viñadores en lugar de recibirlos con honor, como como inútil, habéis despreciado mi persona y mi doctrina,
enviados de su señor, se apoderaron de ellos, les trataron pero el Señor se burlará de vuestra mala elección: él s a b r á
con la mayor infamia, hiriendo á unos, matando á otros, colocarme en el ángulo de l edificio ; yo llegaré á ser la
aporreando á muchos. El padre de familias envió todavía piedra de enlace que r e u n i r á cnlre sí los dos muros: esto
otros criados en mayor número que los primeros, y t a m -
es, el judío y el gentil en una misma ley, como dice san
poco fueron mejor tratados. Estos siervos del propietario
Pablo, la sinagoga y la Iglesia. Esta piedra del ángulo es
que lian ¡venido á exigir los frutos son los profetas que
Jesucristo, fundamento incontrastable do la Iglesia. Los
Dios ha enviado en diversos tiempos á los judíos, y que
arquitectos que la han rechazado son los escribas y f a r i -
ellos han maltratado y muerto, como Isaías, Jeremías, Za-
seos que han impedido que los judíos estableciesen su fé y
r r i a s y otros en mayor número que se llaman profetas
su confianza en el Mesías.
'nenores, y que han sucedido á los mayores. En fin , el
Era fácil la aplicación de este discurso; pero tos docto-
padrede familias, continúa el Salvador, sabiendo con q u é
res de la ley eran demasiado orgullosos para que secon-
desprecio y crueldad hablan tratado los viñadores á sus
denasen á sí mismos, y por tanto se vió Jesús obligado á
criados, resolvió enviarles la persona mas amada rpic te-
decirles abierlumenlc: A vosolros es á quien se dirige to-
nia, esto es , su hijo único, esperando que tendrían á lo
do este discurso; y os aseguro que en castigo del despre-
ménos respeto al heredero, que por lo mismo era su se-
cio que hacéis de las gracias del cielo, el reino de Dios
ñ o r , pero se engañó en su esperanza. Aquellos desdicha-
que hasta aquí ha estado entre vosolros, no lo estará ya
dos, viendo venir al hijo único de su s e ñ o r , sin que les
mas, y se os quitará, tanto porque vuestra ley y vuestro
quedase duda de que era é l , resolvieron matarle con la
sacerdocio serán abolidos, como porque vosolros no ten-
idea de hacerse dueños de sus bienes, y mantenerse en
posesión de su viña. En efecto , habiéndole aprehendido, dréis parte en los bienes de la ley de gracia (era princi-
le cebaron fuera de la viña, y le asesinaron. Cuando v i - palmente á los-fariseos y á los sacerdotes á quienes Jesús
niere, pues, el dueño para castigar aquellos rebeldes y hablaba): vosolros seréis privados de la luz del Evange-
asesinos, les dice el Salvador, ¿con q u é pena pensáis que lio; esta será llevada á los gentiles, y la sinagoga queda-
los cnsligará? Entonces esclamaron todos que no habia rá enteramente destruida. Los bienes espirituales que yo
bastantes suplicios para castigar unos alentados tan hor- pensaba derramar sobre vosotros, serán trasportados á
ribles, y que no dejarla de hacer en ellos un castigo otros mas reconocidos y mas fieles. Por fin el Salvador,
ejemplar; que era muy claro que alquilarla su viña á otros concluyendo este importaule discurso, sabed. Ies dijo con
v'ñadores que observasen una conducta muy diferente, y un tono de maestro, sabed que el que cayere sobre esta
fiue le pagasen sus frutos á su debido tiempo. Se cree piedra se hará pedazos, esto es, aquellos que continuaren
que fueron los sacerdotes los que dieron esta respuesta , y en despreciarme, y que rehusaren reconocerme; esos es-
Jesucristo confirmándola les dió bastante á entender quo píritus incrédulos, orgullosos, para quienes mi cruz será
Rabian pronunciado esta sentencia contra sí mismos. Era un escándalo, m i doctrina una locura; esos hombres que
difícil no reconocerse en este retrato. Porque ¿quién nove no tendrán otro espíritu que el del mundo, y que chocarán
que los judíos estaban visiblemente designados por los contra mí en su ceguera, serán hechos pedazos, perdidos,
Pifiadores , y Jesucristo por la persona del hijo único? El reprobados: y esta misma piedra aplastará á aquellos so-
sentido de esta parábola fué muy pronto aclarado y p r o - bre quienes cayere, esto es, en el juicio último en el que
l^do, cuando á pesar de las pruebas que los sacerdotes y mi brazo omnipolenle se agravará sobre todos los pecado-
fariseos tenían de la divinidad del Hijo de Dios y de su res, y les h a r á sentir (odo el peso de mi indignación y de
cualidad de Mesías, le condenaron á muerte, á linde per- mi cólera. Esta parábola no solo mira á los judíos: ninguno
manecer como señores eníre el pueblo, y de conservar su de nosotros hay que no pueda hallar en ella un fondo de
crédito en la sinagoga. Jesucristo fué arrojado de su viña instrucciones saludables y un motivo de confusión. Todos
« liando fué conducido fuera de .lerusalen para s e r c r u c i í l - leñemos m í a viña, por decirlo asi, (pie cultivar, osla es
152 VIERNES SEGUNDO
nueslra a l m a . Dios por el bautismo la ha puesto en estado tam te ad eos. Quo respon- en silencio. Un dia que los
de rendir en lo sucesivo mucho fruto: ¡qué do socorros denle: Pra'slo sum, ait ei: hermanos de José estaban
para ello en los sacramentos, en los ejercicios de piedad, Vade, el vide si cuneta pros- en Sichem, donde guarda-
en la oración! las instrucciones no nos han fallado. Dios pera sint erga fratres tuos, Barí losrebañosde su padre,
no üa dejado do enviarnos sus siervos; ¡qué zelosos p r e - el pécora, el rcmmlia mihi Israel dijo á J o s é : T u s b e r -
dicadores! ¡qué sabios y sanfosdirectores! iquéinspiracio- quid agatur. M'mns de valle manos están en Sichem con
nes tan fuertes! ¡qué lecciones tan saludables en los libros llebron, venk in Sichem: i n - nuestros rebaños ; ven y to
de piedad y en los buenos ejemplos! todo esto lo ha des- venilque eumvir errantem i n enviaré á ellos. Pronto es-
preciado y hecho inútil nuestra malicia. Jesucristo mismo agro, el inlerrogavit quid loy, dijo José. Vé, y mira si
b l venido realmente á nosotros en la Kucarislía; pero ¿ha
quarcret. A l i t l i respondü: tus hermanos soportan bien,
sido mejor recibido? ¿por cuántas comuniones sacrilegas
Fratres meos quaro : indica y si los ganados están en
M ha visto renovar en este adorable Sacramenlnlosopro-
mihi ubi pascant greges. D i - buen estado, y vuelve á de-
bios de su pasión y de su muerte ignominiosa? Temamos
xitque ei v i r : Recesserunl de cirme l o q u e hay. Parlió,
que Dios cansado por nuestras infidelidades, y justamente
locoisto: audmautem eosdi- pues, José de! valle de Ui>-
irritado, nos repruebe, y dé á otros mas reconocidos y
eens: Eamusin Dnihain. Per- bron á Sichem. Habiéndose
mas fieles la recompensa y los bienes espirituales que nos
rexilergo Josephpost fratres esíraviado en la campiña,
había destinado.
saos, etinvenileosin Vothain. 1c encontró un hombre y lo
Qmaanmdissentenm procul, preguntó q u é era lo quo
La oración de la íiií'sa de esle dia es como sigue:
antequam accederet ad eos, buscaba. Busco á mis her-
Da , qiuesumus, omnipo- Haced , os rogamos , ó cogilaverunt ilhim occidere: manos, respondió ; (Mitre,
tctis Deus, ut sacro nos p u - Dios omnipotente , que p u - et mutuo loquebantur: Ecce te ruego, donde apacientan
rijkanic jejunio , sinceris rilicados por el sagrado somnialor venU:ve)iUp,occi- los rebaños. Díjole, pues,
menlibus ad sánela ventura ayuno , podamos celebrar damus eum, et mittamus i n aquel hombre : Se han Rio
[acias ¡lervcnire. Per Domi- las próximas fiestas con la Hsternam veterem, dicemus- de este sitio ; mas les o í d o -
num... fidelidad de un corazón sin- que: Ferapessima devoravit cir: Vamos á Dothain. F u é -
cero. Por nuestro Sefior, etc. evm: et lunc appareMl quid se luego José en busca de
ittiprosint somnia sua. A u - sus hermanos , y los halló
La Epislola es tomada del cap. 37 del libro del Génesis.
dievs antemhoe Rubén, nite- en Dothain. Apenas perci-
h\ diebus i l l i s : D i x i t J o - Kn aquellos dias, dijo Jo- batur liberare eum de m a n i - bieron que venia á lo lejos,
seph fralribus s t á s : Audile sé á sus hermanos: ÉSGil» bus eorum, et diecbat: Non ánles que llegase formaron
somnium meum , quod vidl: chad el suefioque he tenido: inlerficiatis animam ejus, ner, el designio de matarle, y so
fmtabam nos ligare manipu- parecíame, que estábamos clfundatis sanguinem ; sed dijeron los unos á los otros:
los i n agro: etquasi consur- todos alando gavillas en el prnjivite eum i n cisternam Ya viene el soñador; venid,
gere manipulam meum, ct campo, y que mi gavilla co- hane, qvo? est i n solitudvie, malémosle, y echémosle en
slare, vestrosque manipulas mo que se elevaba y estaba manusqueveslras sérvate i n - esa cisterna vieja, y dire-
circumstanlesadorare mani- derecha, mientras que las noxias: hoc autcmdice.bat, mos que una fiera pesuña
pulwn memn. ftesponderunt vuestras rodeándola la ado- volens eripere eum de mani- le ha devorado, y eplóiíces
fratres ejus : Numquid rex raban. Dijéronle sus herma- bus etTum , el reddcre p a - v e r e m o s d e q u é l e h a u servi-
nosler cris? aul subjiciemur nos : ¿Que acaso s e r á s di trisuo. do sus sueños. Mas habien-
dilioni lua>2 Uwc ergo causa nuestro rey , ó es que hc- do'oido esto Rubén, buscaba
somniorum atque sermnnum mos de estar sujetos á tu el medio de librarle de sus
invidüc el odii fomilem m i - imperio? Estos sueños y e s - manos, y al efeclo les de-
nislravit. Aliud quoque vidit tos discursos dieron pábulo cía: No le quitéis la vida ni
somnium, quod narransfra- á la envidia y al odio de sus derraméis su sangre: echad-
¿rííms, a i l : Vidi per som- hermanos. Otro sueno luvo le en esa cisterna que eslá
nium, quasi solera, ct l u - todavía, el cual contó tam- en el desierto, y conservad
nam, el slcllas undedm ado- bien á s u s l u T i n a n o s ; Vi, les vuestras manos puras: oslo
rarc m . Quod cum p a i r i dijo, entre el s u e ñ o , el sol, lo decia con el objeto de l i -
suo, el fratribus retulissel, la luna y once estrellas que brarlo de sus manos y v o l -
increpavil eum pater suus, se postraban delante de m í . verle á su padre.
el d i x i l : Quid sibi vult hoc Y habiendo referido este El Génesis es el primer libro de la Biblia, llamado así
somnmm quod vidisli? m m sueño á sus hermanos y á porque comienza por la historia d é l a creación de! mundo.
ego, el moler lúa, elfralres su padre, este le reprendió Su aulor es Moisés. Contiene en cincuenta capítulos la his-
tui adorabimus te mper ter- y ledijo ¡ ¿Que quiere decir toria de la creación del mundo, la genealogía de loé Pa-
ram ? Imidebanl ei igitur ese sueño que has lenido? triarcas, la narración del diluvio, elcalálogo de los des-
fraires sai: pater vero rem ¿acaso y o , tu madre y tus cendientes de Noé hasta Abraham, la vida deAbraham, de
írtritiís cünsiderabat. Cum- hermanos te hemos de ¡ulo- Isaac, de Jacob y de José, la historia de los descendientes
fjue [ralres iUius ht pnscendis rar sobre la tierra? Así es, de Jaci b hasta la muerte de José, de modo que compren-
greíjibus palris momrenlwr Q M sus hermanos habian de la bis'oiia de cerca de dos m i l trescientos reseula y
i n S i í h e m , diwil ad eum h - concebido una violenta en- nueve años desde la creación del muado.
rael: Vratres luí pascunt vidia contra él, mas su pa-
ovesinSichiniis: veni, mit* dre consideraba todo esto
DE CÜARÉSMA. 153
en él intenciones defectuosas; no puede persuadirse quo
REFLEXfONES. ios demás sean mejores que él. Y no creamos que la amis-
«Estos discursos dieron pábulo al odw y á la envidia quo tad mas natural y mejor cimentada sea un baluarte cen-
ya te lenian sus hermanos.o Apenas se encuentran la una tra sus tiros. ¡ Qué estragos no hace en las sociedades y en
sin la otra estas dos malignas y bajas pasiones; las dos na- las familias mas religiosasl Su veneno se esparce por t o -
cen de un mismo principio, el odio sigue á la envidia; y d"s partes. ¡ Qué horror no se debe concebir conlra una
como tienen el mismo principio, tienen también el mismo pasión lan opuesta al espíritu de la religión, y á l a tranqui-
motivo, el mismo objeto y el mismo fm. La envidia es lidad de la vida c i v i l ! • •
la pasión de tas almas bajas, de los genios mezquinos y de
los malos corazones. Es necesario tener todo esto para E l Evangelio de la misa es dc¡ cap. S i de san Maleo.
alligirse de la felicidad de los d e m á s ; el gozar de prospe- I n i l l o tempore: Dixit Je-* En aquel tiempo dijo Je-
ridad hasta para ofender á un envidioso. ¡Pudo darse j a - sús («riíts Jadceorum, e l p r h * sus á la muchedumbre de
m á s una pasión mas irracional! las buenas cualidades de cipibus sacerdotum parabo- los judíos y á los príncipes
otro le irritan; su malignidad no se estrella de ordinario lam hanc: Homo craí paicr de los sacerdotes esta pa-
mas que en la virtud. Es un odio sombrío y enfadoso del familias, qui p l a n l a v ü v i - rábola : Uahia un hombre,
mérito de los d e m á s ; no habria envidiosos si el envidioso neam, et sepem circumdedit padre defamilias, que plan-
no hallase persona que tuviese mas mérito y mas virtud e i : et [odü i n ea tomdar, et tó una viña, la circundó con
que él. Son semejantes á los animales noclurnos, los cua- cedifieavit turrim, et locavü un seto, abrió en ella un l a -
les no pueden sufrir la luz porque descubre lo disformes eam agricolis, et peregré gar, edificó una torre , la
que son, y hé aquí lo que irrita su hiél y su cólera; el profectus est. Cum autem arrendó á unos viñadores,
canto mas melodioso de los otros pájaros, la variedad y ol lempas fructuuni appropin- y se marchó á un pais leja-
brillo encantador de su plumaje les avinagra. El envidio- guassel, nmit senos saos no, ILibiendo llegado el
so estaría contento si no viese ninguno que no fuese mas ud agrícolas , u l acciperenl tiempo de recoger ios f r u -
malo y mas despreciable que él. i Qué pasión, buen Dios, fructus ejas. Et aqricolw, tos, envió sus criados á los
tan odiosa ! Se engañará cualquiera que pretenda apaci- apprehensisservis ejus \ alium viñadores para que les en-
guaría ó endulzarla á fuerza de hacerla bien; al conlrario, cceciderunt, alium occiderunt, tregasen el froto , mas ha-
no hay cosa que mas la exaspere. La moderación misma alium vero lapidaveruní. n e - biendo los labradores hecho
en la prosperidad, !a hace mas mordaz y mas llera. Lo rum misil alios servas piares presos á estos criados, á uuo
que gana el corazón de las gentes la indigna; la buena priorikis, etfecerunl illis s i - hirieron, á otro mataron, á
fortuna la desagrada; la modestia misma la hiere; la re- mililer .'Novissime aulem mi- otro apedrearon. Envióles
pulacion de olro forma su suplicio; basta que cualquiera sil ad eos filium suum, d i - segunda vez oíros criados
no sea desgraciado ó que tenga mórito para que sea c u l - cens: Verebun lur filium metm. en mayor número que los
pado en su tribunal. Sospechas injui'iosas, inlei prolaciones Agricolai aulem videntes f i - primeros, y los trataron del
malignas, burlas picantes, murmuraciones, negras calum- lium, dixerunt intra se: ¡lie mismo modo. Últimamente
nias, supercherías, afrentas, todo lo que puede deslucir, est /teres, venüe, orcidamus les envió á su hijo, diciendo
todo cuanto puede dafiar, de todo se sirve: la injusticia eum, el habebhnus hercdiia- dentro de s í : Respetarán al
mas atroz es uno de los artificios que pone en movimi.'nío, tcm ejus. Et apprehensum ménos á mi hijo. Mas los
cuando no le salen bien los d e m á s resortes de que se vale. cum, ejecerunlextra v'meam, colonos viendo al hijo , d i -
La envidia es tan antigua como el mundo: Abel ha sido su el occiderunt. Cum crgo ve- jeron para s í ; Este es el
primera víctima: José ha esperimenlado toda su maligni- nerit domims vinat, quid fa- heredero ; venid, m a t é m o s -
dad. Por mas []ue se haga, mientras que haya viríud, ha- ciet agricolis illis? Ajunl iíli: le, y nos haremos con su
brá envidia: j a m á s se reconciliará con la gente honrada; Malos mala perdet: et v i - heredad.Y habiéndole apre-
pero la gente honrada debe temer mucho una pasión tan neumsuam locabil alüs agri- hendido le arrojaron fuera
despreciable y tan injusta, sobre lodo después que no ha colis, quireddanl cifrudum de la viña y le mataron.
respetado ni tenido aleucion al Salvador del mundo. lemporibus suis. Dixil illis Cuando viniere , pues, el
(Malíh. 2'7.) La virtud es su enemigo irreconciliable, y la J e s ú s : Numquam legislis i n señor de la viña, ¿qué hará
virtud es también siempre su escollo. De la hinchazón de Scripturis: Lapidem, quem con aquellos viñadores? A
un corazón ulcerado es de donde se forma siempre el ve- reprobaverunt aidificantcs , ésos miserables, le dijeron,
neno con que trata de emponzoñar las mejores acciones. hic facías est i n capul angu- les h a r á perecer miserahlc-
«Sftea hubo envidia sin orgullo, pero lin orgullo v i l , ma- H? A Domino factum est i s - menlc, y alquilará su viña
% o o , enemigo, que no tiende (anto á ensalzarse como á tud, etest mirahile i n oculis a oíros viñadores, que te
ennegrecer, á desacreditar, á abatir c! mérito. No es un nostris. Ideó dico vobis, quía paguen su fruto en su d e b i -
amor de la gloria el que la anima, sino el despecho de auferetur a vobis regnain do tiempo. Díjo'es entonces
hfiliarle en otro. A l a b a r á alguno en presencia de un en- Dei, et dabitur genti facienli Jesús : ¿ N o habéis leido
vidioso es encender su bilis: ¡ q u é rodeos malignos para fructus ejus. Et qui cccidcrit nunca en las Escrituras: La
Que no se perciba sino á media luz la virtud de los demás! super lapidem istum, con- piedra que han reprobado
I q u é de artificios para rebajar el mérilol Su indignación fringelur: super quem vero los que edificaban, esta es la
pasa hasta aquellos que piensan con mas justicia, ó al m é - ceciderit, conleret cum. Et que so ha puesto en la pimía
uos mas caritativamente que él. Jamás mira con buenos cum audissent principes sa- del ángulo? El Señor es el
ojos todo lo que brilla. La demasiada luz hiere los ojos en- cerdotum el pharismi para- que ha hecho esto, y no pue-
fermos. Óbrese enhorabuena por los motivos mas puros; bolas ejus, mgnoverunt quod de ménos de ser admiriible
un envidioso escudriña el corazón y quicio siempre bailar de ipsis diccrei. Et quieren- á nuestros ojos. Por lauto
lOMO IV. 20
/154 VIERNES SEGUNDO
íes eum lenere , limacrunt yo os digo, que seos q i i i - j ¡ Dios mió, q u é caro nos cuestan nuestros errores, y
iurhas; quoniam sicul V r o - lará el reino do Dios , y I cuán lastimosamente desmicnle nuestra conduela á nuestra
phetam eum hahhant. dará á otro pueblo que pro- creencia! Saber lo (pie es la salud eterna, creer lo que ha
duzca sus frutos ; y el qne costado mi salvación, y decir que es demasiado lo que se
cayere sobre esla ijiedra, se pide para salvarse: ¡qué estravagancia mas impía ni mas
hará pedazos; y aplastará á execrable!
aquel sobre quien cayere, PUYIO siiuuNDO.—Considera lo que los santos han he-
llabiemio pues los principes cho y lo que han sufi ido para salvarse. Los unos deses-
de las sacerdotes y los fari- perando de obrar su salvación en el mundo, se han ido á
seos oido esla parábola, r e - buscar en los desiertos mas espantosos un asilo á su ino-
conocieron que hablaba do cencia; los otros precisados porsu estado á permanecer en
ellos ; y tratando de pren- él, han envidiado la suerte de los solitarios, han vivido en
derle, nose atrevieron, por- una vigilancia continua, se han considerado comegentes
que tennieron al p ucblo, el combatidas por la borrasca, y siempre en peligro de per-
cual miraba á Jesucristo co- derse, l i é aquí unas personas sabias que han tenido una
moun profeta. idea justa d e l precio y de la importancia de la salvación:
¿ s o m o s nosotros tan ilustrados, ó mas ilustrados que es-
las grandes almas? Una sania Perpetua, una santa Felici-
MEDITACION.
tas, tantos millones do mártires, han estado persuadidos
Sobre el precio de la salvación. que se les daba ol ciclo por nada, aun cuando les costase
toda su sangre. Nosotros rehusamos una tijera mortilica-
PUNTO PRIMERO.—Considera c u á l es el precio de la san- cion, ni aun queremos verter una lágrima por él. ¿ D e
gre adorable de Jesucristo: esto es juslamenle lo que vale cuando acá ha valido tan poco el cielo?
m i salvación; tal es el precio de la salvación de mi alma. Dios no nos ha impuesto un precepto de que lo demos
Pero ¿ e s esta la idea que tenemos de nuestra salvación? lodo para obtener el cielo; pero ¿ n o hay uno que nos man-
Es un tesoro puesto que encierra lodos los bienes, y da preferir á lodo nuestra salvación? ¿ y el mismo Dios
la fuente misma de lodos los bienes en la posesión de Dios podi'ia dispensarnos de esle precepto? ¿ D o q u é sirve al
mismo; pero que puede muy bien llamarse tesoro escon- hombre ganar todo el universo, si llega á perderse; ó q u é
dido, en razón de que son muy pcos los que reconocen su daria en cambio por sí mismo, si se pierde?
precio ; oculto, puesto que no se quiere dar nada, no so Estas grandes verdades han hecho esos cscelenles m o -
quiere hacer cuasi nada para comprarlo; oculto, puesto delos de santidad, esos grandes ejemplos de mortifica-
que se pierde sin pena, sin embargo de que todo el m u n - ción, de desprendimiento, de penitencia. ¿Pero q u é i m -
do conviene que somos desgraciados desde que lo hemos presión hacen hoy sobre m i corazón y sobre m i espíriln?
perdido. ¡ Q u é lamentable es nuestra conduela ! ¿ l i e m o s Ellas hacen aun todos los dias conversiones, ¿ y p o r q u é
obrado nuestra salvación? ¿ N a d a tenemos ya que sentir? no seré yo del número de los que se convierten? ¿Creo yo
¿ ya somos soberanamente dichosos ? ¿ n o hay nada qi¡e haber liecbo bastante para salvarme? Y s i yo me veo o b l i -
temer? ¿Nos hemos condenado? Aun cuando durante gado á confeíar que no he hecho cuasi nada todavía para
nuestra vida hubiésemos salido bien en todo lo que h u - ello, ¿por qué no empezaré desde ahora? ¿ Creo yo que
biéramos emprendido; aun cuando hubiéremos sido los me salvaré á menor precio, ó que lo que yo he hecho sea
mas dichosos, los únicos dichosos de todos los mortales, de gran mérito ?
lodo so ha perdido, nada se ha hecho: nuestro patrimo- Pero Dios es bueno: Jesucristo ha m e r e n d ó el cielo pa-
nio el supremo mal, el conjunto de lodos los males y de ra nosotros; su muerte p r lodos los hombres les d a á l o -
lodos los males eternos. ¿Que os p a r e c e ? ¿ E s de algún pre- dos un derecho á su gloria, i Qué bello es este principio,
cio la salvación? ¿ m e r e c e nuestras solicitudes? ¿será y qué saludable nos seria si supiésemos sacar de él c o n -
mucho sacrificar alguna cosa para conseguir nuestra secuencias mas justas ! Dios es bueno: ¿ y por q u é somos
salvación ? nosolros tan malos? Dios es bueno ; ¿ y porqué le ofende-
¡ Dios m i ó ! ¿ en q u é consiste nuestra sabiduría ? ¿ q u é mos? Jesucristo ha muerto para salvarnos; ¿ y p o r q u é
se ha bocho nuestra razón ? ¿ d ó n d e está el buen sentido? leíiusamos trabajaren nuestra salvación? Bella correspon-
¿ y á que se reduce nuestra creencia? Se hacen gastos i n - dencia íeria por cierto decir al Hijo de Dios: ¿Señor, no
mensos, se agota, se desparrama aun mas de lo que se habéis trabajado b á s t a n l e ? ¿ y era razón que yo también
liene para comprar un cargo, para tener una tierra, para trabajase? Vos habéis muerto por mí, ¿ para q u é era ne-
adquirir muchas veces un nuevo fondo de inquieluJ, de cesario que yo viviese por vos? ¿ S e alreveria n a d i e á pre-
penas y de disguslos; y por el cielo, para adquirir este valerse de su pasión, mienlras fuese así enemigo de la
fondo inagotable de felicidad, esla fuente perenne de bie- cruz? Apliquémonos el mérito de ella como el Apóstol.
nes eternos, se rehusa con frecuencia el dar aun lo su- ¿ Cuándo diremos como é l : Yo lleno en m ^arac lo que
p e r í l u o ; no se querría dar á les pobres lo que se pierde al falta á los tormentos de Jesucristo?
j u e g o ; una abstinencia, un ayuno de cuaresma parecen Desde este momento, mi dulce Jesús, desde ahora ya no
preceptos muy pesados. ¡A cuántos les parece que la sa- lo difiero. Lo (pie habéis hecho para salvarme me da una
lud eterna es demasiado costosa !y sin embargo ¡qué pro- justa idea del precio de m i salvación, y me ensefia per-
porción hay, buen Dios, entre la bienavenluranza, la feli- fectamente lo que yo debo hacer. Concedcdme vuestra gra-
cidad eterna y lodo lo (pie podemos hacer y sufrir en esla cia, Scílor, para que no sean inútiles nuestras resolucio-
.vida! nes. Desde este momento todo va á ceder á mi salvación.
DE CUARESMA. 155
JACILATOÍIÍAS.—Tlacediueetilonilcr dcnlro de mí que vos cios temporales nos abson en todo el tiempo y todo el
mismo sois mi salud; (Psahu. Bfc ) cuidado, y que no nos ocupan mas que los entrelenimieu-
¡ Qué alegría, Dios mió, cuando pienso que nuestras tos de esta vida. Todo esto es verdad, esla confesión está
aflicciones présenles, que no duran mas que un mnmenlo fundada en razón; pero ¿ d e qué serviría si no va seguida
y que son tan lijeras, nos producen un peso eterno de de una mudanza de conducta? Reformad vuestras cos-
gloria! ( 2 . Cor. 4.) tumbres, domad vuestras pasiones, poned en práctica e s -
tas instrucciones y comenzad desde hoy á llevar una vida
PROPÓSITOS. crisliana.
1 Puesto que no hay verdadera gloria ni bien real
sin la salvación, y que la salvación es la posesión de Dios SÁBADO SEGUNDO DE CUARESMA.
mismo; ¿ podrá creerse escesivo qualquier precio que se
la d é ? ¿ Qué idea no debemos formar de ella? ¿Qué caso Es tanta la relación que tienen entre sí la parábola del
no debemos hacer de ella ? ¿ Es mnclio vender todos sus Evangelio de este día, y la hisloria que se refiere eu la
bienes para comprar este tesoro? ¿Es mucho sacrificarlo Epístola, que no es posible dejar de ver que la intención
todo para obtener esta perla? (Maüh. l í í . ) ¿Qué bien de la Iglesia en esta elección es, que no solo celebremos
no tendremos cuando poseyéremos á Dios? ¿Qué fallará á boy la vocación de los gentiles á la fé, sino también su
nuestra dicha si nos salvamos? ¿Qué objeto mas digno de preferencia sobre los judíos, después que este pueblo col-
nuestra ambición? ¿Qué gloria mas brillante? No se puede mado de bienes se ha hecho indigno, por decirlo así, do
atinar si es falla de fé ó de buen sentido el no compren- su derecho de primogeniíura: este es el senlido alegórico,
der esta verdad; cierlamenle es lo uno y lo otro. Cesad tanto d é l a parábola del hijo pródigo, como de la historia
desde este momento de ser tan poco cristianos y tan poco de Jacob y Esaú. En la una y en la otra se vela miseri-
sabios. Concebid una idea justa de vueslra salvación, y cordia de Dios bien marcada en la predilección del hijo
obrad conforme á esta idea. No emprendáis nada sin haber segundo con preferencia al primogénito. Y como nuestra
consultado este plan. Pesadlo todo en el peso de su sal- salvación la liemos de obrar por la observancia de la ley
vación ; medidlo lodo por esta regla. Asuntos, empresas, divina, por tanto la Iglesia en el introito de la misa de es-
comercio, viajes, eslabiecimienlo, condición, fortuna, car- te dia presenta el carácter y el elogio de esta misma
gos, empico; refiérese todo á Dios, ordéneso lodo á la sal- divina ley.
vación: no hagáis nada, siguiendo el consejo del Apóstol, La ley del Señor es pura, brillante, irreprensible, con-
que no os sirva para la otra vida. Decid á vueslra con- vierte al alma reformando las costumbres, y arróbala a
"ipist oncia , ó mas bien al tentador: Este placer ¡licito, todos los que la contemplan. Ella es fiel en sus promesas;
esto empleo adquirido por tan malos medios, esta hacien- muda el corazón y da la sabiduría á los mas simples. El
da mal habida; todo esto ¿ vale mi salvación? Y la pose- salmo 18 de donde está lomadoesleintroilo, es una esce-
sión de todo esto, que durará basta la muerte, ¿ me i n - lente pieza de moral. David confiesa desde luego que los
demnizará de la perdida de mi alma? i Qué pocas fallas cielos y lodos los cuerpos celestes publican allamcnle la
se cometerían; qué poco habria de q u é arrepentirse, si so grandeza y laomnipolencia de Dios que los ha criado; y
raciocinase siempre así! Se os ha dado ya mía r egla seme- toda la idea que da en seguida de la santidad de su ley,
jante, ¿ la habéis seguido? ¿os aprovechareis mas de esta? es la m a s á propósito para hacer santos é irreprensibles á
2 Tened presente el aprecio que han hecho los santos los siervos do Dios. Los apóstoles y los padres han aplica-
de su salvación, y de todo lo que podia contribuir á do este salmo parle á Jesucristo, partea los predicadores
merecerles una eternidad bienavenlnrada. ¿Por qué otra del Evangelio. Teodorelo reconoce en él tres especies de
fortuna han suspirado? Y para hacerse acreedores á esta leyes ó de-declaraciones de la voluntad de Dios á los
felicidad verdadera, ¡(pié de sacrificios, q u é de combales, hombres. Son, dice, tres veces que nos ensenan cada una
qué de victorias! Recorred todas las edades y todos los en su lengua parlicular á conocer, amar y servir á Dios.
estados, por todas parles i q u é ejemplos tan grandes de La primera es la de la naturaleza que nos habla en las
virtud, de modestia, de mortificación! ] q u é escelenles obras del Criador; la segunda es la de la ley escrita que
modelos de todas las condiciones! Todos estos grandes nos esplica mas por menor su vohmlad y nuestros debe-
santos á quienes nos parecemos tan poco, han sido sabios res ; la tercera es la ley de gracia dada por Jesucristo, y
en no haber sido tan cobardes y tan imperfectos como grabada en nuestros corazones por el Eípírilu Santo,
uosotros. ¿Somos nosJros igualmenle sabios en no ser tal mucho mas perfecta y mas eficaz que todas las otras.
devotos, tan humildes, tan mortificados como ellos? ¿Nos La Epístola que leemos en la misa de este sábado nos
atreveríamos á decir que han hecho demasiado para ser representa la hisioria de Jacob, cuyo nombre se íuferpre-
santos? ¿Nos atreveríamos á pensar que hacemos bastante l¡>: ael que suplanta.') Era hijo de Isaac y de Rebeca;
para merecer la misma recompensa? Es visible que noso- vino al mundo con su herniano Esaú el año 21 (JS, y an-
tros llevamos un camino muy diferente que el de ellos; tes de Jesucristo ISIJS ó 40. Aun cuando eran gemelos,
¿llegaremos al mismo t é r m i n o ? y si nuestro desline es
habiendo nacido Esaú el primero tenia el derecho de p r i -
tan diferente del suyo, cuanlo nuestra vida es desemejan-
mogeniíura ; pero muy poco después vendió ó cedió esla
te á la de estos grandes modelos, ¿ e n q u é vendremos á
prerogativa á Jacob por una escudilla de lentejas; este
parar? Pasad á lo menos un cnaiiode hora hoy ó maflana
derecho, tan precioso en el antiguo Testamento, dicen los
c'n tnedilar s o b r e e s t á s verdades del lodo p r á d i c a s , masli-
padres, consistia en el sacerdocio que estaba ¡¡nejo á la
tad despacio todas estas imporlaules rcllexioues. No os
persona de los primogénitos; en una doble |>orcioii en
contenleis con confesar IViameule, como hacen h8tt(o$ que
la sucesión de los bienes paternos, y en una superioridad
no hacemos nada por nuestra salvación; que los nego-
sobro lodos ^u¿ hermanos. Uabicndose casado Esad con
15G SÁBADO SEGUNDO
una joven cananon, llamada Judíll), contra la voluntad pecado en sus misterios sagrados. Volvamos á temar la
de sus padres, perdió mucho de la grrcia del p r d r o y de historia de nuestra Epístola.
la madre. Sin embargo habiendo llegado Isaac á ser muy Sorprendido Isaac al oir á su hijo, le preguntó cómo
viejo y ciego, le bizo venir para darle su bendición, m i - habia podido hallar tan pronto la caza que habia ¡do á
rándole siempre como el primogénito; por esta ceremonia buscar. Dios ha querido, respondió Jacob, que se me
-entraban los primogénitos en posesión de sus prerogali- presentase inmediatamente lo que deseaba. Era muy o r -
vas. Mas como Esad era gran cazador, le dijo el santo dinario en el anliguo Testamento el referir á Dios todo lo
viejo, que no le daria esta solemne bendición hasta que que sucedía ventajoso durante la vida. Acércale, lijo mío,
lo luibie.so (raido alguna cosa de su caza, y se la hubiese le dijo su padre, á fin de que yo le loque y reconozca si
compuesto á su gusto. Oido esto por Rebeca, dejó que eres mi hijo Esaú; acercóse Jacob, y habiéndole palpado
partiese Esaú, y habiendo llamado á Jacob, le declaró el Isaac, dijo: Por lo que hace á la voz, es la voz de Jacob;
designio que tenia de procurarle esta solemne bendición pero las manos, son las manos de E s a ú . EK muy v e r o s í -
de su padre. Para conseguirlo era necesario adelantarse mil que Isaac reconociese entonces el misterio, y que aun
h ia vuelta del cazador, y presentarse como si fuera él. cuando hubiese caído en el érrov á favor del segundo,
Rebeca dijo á Jacob, que íuéso y lomase prontamente dos quiso bendecirle, y por su bendición establecerle supe-
de los mejores cabritillos del rebaño, á fin deque ella los rior sobre su hermano, y trasferir á su persona todas las
preparase para comerlos su padre, del modo que ella sa- ventajas que pertenecían al primogénito ; como la Iglesia
bia que le gustaba : esta propuesta era demasiado venta- de Jesucristo, aunque segunda, por decirlo así, con res-
josa al segundo para que dejase de agradarle; pero Jacob pecto á la f-inagoga, debia obtener toda la herencia y to-
lemia que si se descubría el nrliOcio le d a ñ a s e : Vos sa- das las bendiciones del cielo, que parecían pertenecer á
béis, dijo á su madre, que mi hermano tiene ei cuerpo osla hija primogénita, y los gentiles, aunque los úllimos
veliudo, y que yo soy lampiño. Si mi padre llega á l o - que han venido, entrar en lugar de los judíos en el reino
carme, y cae en ello, no dejará de creer que yo he que- de Dios. Esta es la realidad cuya figura era la historia de
rido e n g a ñ a r l e , y lengo miedo de atraer sobre mí por esto Jacob.
su maldición en lugar de su bendición, y de este modo me No bien había salido Jacob de la babitneíon de su pa-
arriesgo á incurrir en su desgracia. No lemas nada, hijo dre, cuando entró Esaú, presentándolo lo que acababa de
mió, replicó su madre, yo misma mo cargo con esta m a l - prepararle de su caza, y pidiéndole su bendición. Isaac
dición; haz pues lo que te he dicho; tú ignoras el miste- le respondió que su hijo segundo se le había adelanlado,
rio. Es Visible que ella no lo ignoraba, y que lo que la y ¡pie su bendición con todas las ventajas y prerogalívas
hacia obrar y hablar de este modo era la confianza rpic anejas á ella oslaba ya dada. Esaú desolado, empezó á
tenia do ver cumplido lo que el Señor la habla dicho dar grandes gritos, lloró, se q u e j ó , se enfureció, Isaac,
en el tiempo de su preñez, que el mayor eslaria sujelo al que üuslrado con la luz del Espíritu Sanio dcscubria en
menor. lodo esto la conducta de la divina Providencia, ni se con-
Jacob obedeció, y habiendo (raido los dos cabrilillos los movió, ni menos se indignó. Trató solamente de conso-
dió á su madre, la cual los aderezó á su padre conforme larle, y no pudiendo revocar lo que había hecho, se con-
elia sabia qué le gustaban: en seguida bizo poner á Jacob tenió con desearle alguna prosperidad temporal. Tu
los mas preciosos vestidos de Esaú, que ella guardaba, le bendición, le dijo, consistirá en lo p i n g ü e d é l a tierra y
en el rocío del cielo. Tales son de ordinario las prosperi-
puso al rededor del cuello y cubrió sus manoseen la piel
dades y las bendiciones de los impíos. Dios les concede
de ¡os cabritillos. Asf disfrazado, entró en la cámara lle-
prosperidades temporales en esta vida, que son seguidas
vando lo que su madre habia guisado. Isaac preguntó
en la otra de la desgracia eíerna. Así se ponen á engor-
quién era: yo soy Esaú vuestro hijo primogénito, respon-
dar, dice san Gregorio, los bueyes que deben llevarse
dió Jacob; he cumplido lo que me habéis ordenado ; co-
dentro de pocos días á la carnicería.
med de m¡ caza como lo deseáis, á fin de que me deis en
seguida vuestra bendición. Kl pedia sin mentira llamarse La parábola del hijo pródigo que hace el asunto del
el primogénito, después que Esaú le habia vendido ó do- Evangelio de este dia, tiene mucha relación con la hisloria
nado su derecho de primogenilura. Lo d e m á s , dicen los contenida en la Epístola. El Salvador, que habia venido
inlérpreles, con respecto á las promesas de Dios, no con- especialmente por los pecadores, acababa de animarles y
sislia mas que en circunstancias figuradas que eran ne- convidarles á que se convirlíesen, declarando á lodos los
cesaiias para acompañar y sostener la verdad principal. que le escuchaban la alegría que causa en el cielo la con-
Convenimos en el misterio; pero es difícil juslificar de versión de una alma pecadora. Y para interesarles mas
menlira á Jacob, cuando asegura que es Esfiú. Todo lo que añadió la parábola que sigue.
se puede decir con san Gerónimo, san Agustín y otros Cierto hombre, les dijo, lenía dos hijos. La mayor parle
* muchos sabios inlérpreles, es que Dios permile alguna de los padres antiguos creen que estos dos hijos repre-
vez fallas en los santos, de las cuales no deja de sacar su sentan los judíos y los gentiles, mas esto no impide que
gloria; y aun servirse de ellas para la ejecución de los de- esta parábola pueda también aplicarse á los justos y á los
signios de su providencia, singularmente en el anliguo pecadores; en efeclo, todos los pasos del pecador apare-
Testamento en que la virtud era menos acendrada. Era cen perfectamente marcados en toda la conduela del hijo
aquel un esladn de servidumbre, un estado imperfecto, y desordenado. El mas jóven de estos dos hijos le dijo á su
no es estraño que lo que no era mas que la simple figura padre que le diese su porción, ó su legítima, estoes, dicen
de la ley pura, inmacu'ada, irreprensible de Jesucristo, los padres, la libertad de vivir al antojo de sus pasiones.
se hallase alguna vez acompañado de circunstancias de- I.a libertad por que suspiran los hijos, no es, propiamenle
feoluosas. Solo la ley de gracia es la que csrluye lodo haiilaiido, otra cosa que el liberlinaje. Por mas que se
DE CUARESMA. 157
doliese el padre, viendo el mal partido (juc lomaba su movimientos. Comparando cnlonccs lo que ha perdido co11
liijo, tuvo la condoscendencia de concederle lo que pedia. lo que ha encontrado ; comparando la paz, la dulzura y
Dios no deja nunca de hacer sentir al pecador, por medio todas las Tentajas que gustaba en la casa de su padre, en
de inspiraciones secretas, la desgracia en que va á preci- aquella vida cristiana,* vida igual, t i d a devola, con el
pilarse, alojándose de la casa de su padre; pero Dios no estado horrible de su humillante servidumbre, encuentra
quiere nunca forzar nuestra voluntad. El joven libertino 'a suerte del menor de los criados de su padre infmila-
dejó sin sentimiento alguno á su padre, y habiendo salido mente preferihle á la suya, y lleno de aquella confianza
de sn casa, se fué muy lejos á una tierra eslranjera. que la gracia inspira, se determina, en fin, á irse á arrojar
Cuando uno ha vivido por algún tiempo en la inocencia y entro sus brazos. Ué aquí el primer paso que debe dar el
deja á Dios, no se aleja nunca á medias. Se alejó lo mas pecador que piensa en convertirse. Un rayo do esperanza
que pudo de la vista do aquel buen padre, y un joven que resplandece al través de las tinieblas de sus estravíos,
libertino evita con todo esmero lodo cuanto podria traerle acaba, por decirlo así, la obra de su conversión. Uepreseu-
á Dios á la memoria. Ya no hay frecuencia de sacramen- tándose en su imaginación los rasgos do bondad que ha
tos, ya no hay ejercicios de piedad, el trato con personas visto en su padre, se apodera de él un afecto de contianza,
virtuosas se le hace odioso y pesado. No bien se habia y aunque á su padre es á quien únicamente ha ofendido,
introducido con otros libertinos como él, cuando soltando únicamente en su padre es en quien espera. ¿ Y no piensa
libremente la bifda á sus pasiones, no tardó mucho en d i - en buscar algún asilo entre los amigos quo habia podido
sipar lodos los bienes que le quedaban; perdió todos los adquirir durante el curso de sus devanóos? Falsos amigos,
frutos de una educación la mas bella ; todas las ¡nclina- amigos infieles, quo después de haberse aprovechado de
cianes laiulables del mejor natural; perdió hasla la me- sus desórdenes, hubieran sido los primeros quo habrían
moria de las obligaciones mas comunes de la religión, y censurado su vuelta. Sí, yo quiero ir á m i padre, yo
so cnlrogó á los mayores esresos, y á los mas espaniosos conozco su corazón, tan pronto como me vea entrar en mi
desórdenes. Kl libertinaje no es propio para poder susten- deber, lo olvidará lodo. Si yo no tuviese mas recurso quo
tarse mucho tiempo. Después que el pródigo lo hubo co-
en los hombres me d e s e s p e r a r í a ; envanecidos con su
mido lodo, sobrevino una grande hambre en aquel país,
imaginaria virtud, insultarian mi miseria; mas yo encon-
J el se encontró en una indigencia horrible. El pródigo no
traré en el corazón de mí Padre celestial un fondo de bon-
hubiera jamás conocido la indigeocia, si hubiera permane-
dad, que no han enervado ni ménos agotado mis ofensas
cido en la casa de su padre. El pecador deja áDios porque
contra él. Me amenaza, es verdad, con el fuego eterno;
ci'ee que va á ser dichoso, y no hay estado ni condición
pero tome él mas que caiga en él, quo yo mismo. H é a q u í
mas desgraciada; en un solo dia tiene mas desazones que
ios verdaderos sentimientos do una alma penitente, y si
devorar, y mas sinsabores que aguantar, que todo lo que
los eslravíos del hijo pródigo son el verdadero relíalo de
ha tenido que sufrir en el servicio de Dios por espacio de
los eslravíos del pecador, su vuelta y todos sus pasos son
"luchos años. El pródigo engañado por el mundo, aban-
la verdadera imagen de una alma de verdad penilenlc.
donado de todos sus compnñeros en el vicio, que no son
La vuelta del hijo pródigo sigue inmediatamente, á su
amigos mas que de la bolsa do los jóvenes locos, no sa-
resolución. Voy á partir, dice, y parle; iré á ver á mi p a -
biendo ya que hacerse, se puso á servir á uno de los
habitantes del pais, que le envió á su alquería á que guar- dre, y hélo ya á los piés de su padre. Toda dilación en
dase los puercos, l a habia parecido demasiado duro al materia de conversión es perniciosa : no se convierte el
pródigo el vivir bajo de las leyes del mejor de los padres; que difiere convertirse. Estaba todavía léjos cuando le
y por haberle abandonado se ve reducido á la mas v e r - apercibió su padre, y movido de compasión, corrió á él,
gonzosa esclavitud: tal es la rigorosa esclavitud en que le abrazó, y le besó. Dios hace aquí su retrato después de
gime el pecador por haber sacudido el yugo de la divina haber hecho el-del hijo pródigo. Por grande que hubiese
í e y ; él tiene tantos seílores, como pasiones le dominan, sido la alegría de este padre por la vuelta de su hijo, ¿ n o
''oro ¡ah I q u é señores I Señores duros, implacables, que debia disimularla? ¿ n o debía, á lo ménos, r e p r e n d e r á
exigen de él las acciones mas bajas, que no le dejan repo- osle jóvon libeiiino su alejamiento y sus desórdenes? Así
80 alguno, que le reducen hasta desear el mas despre- es como piensan y obran los ¡ h o m b r e s mas dulces y mas
f í d i l e alimento, i Un joven acostumbrado al regalo de su compasivos; pero Dios ohra de otro m o d o : apenas da
('asa, reducido á mantenerse con ¡as sobras de la comida tiempo al pecador convertido para decirle: Padre raio, yo
('e los puercos! Pecadores, impíos, libertinos, disimulad he pecado contra el cielo y delante do vos; yo no merez-
cuan(o quisiereis vuestro lastimoso estado: vuestra condi- co que se me llamo ya hijo vuestro; tratadme como uno do
c,on no es mejor. El se hubiera dado por contento, si vuestros criados. Prontamente, dice el padre, tráigasele
bubiiTa podido satisfacer su hambre con lo que comían su primera vestidura; póngasele luego un anillo en el
los cerdos, pero no habia quien se lo diese. E x siliquis. dedo; désele el calzado mas primoroso. ¡ Buen Dios! ¡qué
•^'gunos esplican este alimento de los puercos, diciendo misterioso es este pormenor! ¡ q u é consolador! ¡ q u é de
'ine eran vainas de habas, ó garrofas, que es lo que suelen cosas dice! ¿Podrá el demonio servirse del número y de
comer estos viles animales. La estrema miseria á que se la enormidad de nuestros pecados, de la severidad misma
Ve reducido le hace entrar dentro de sí mismo, ó d i g á - de la justicia de Dios, para precipitarnos en la desespera-
,nosIo mejor, la misericordia de Dios que le sigue en lodos ción, y para esfinguir nnoslra confianza? ¡ A h ! la libera-
8ns ostravíos, tiene cuidado de derramar tanta amargura lidad s u c e d e á l a ternura; en la hora misma que »?nlra en
lodos sus placeres, que le obliga por fin á entrar en sí su deber, se le restablece en sus derechos, se le viste tan
ttmm : feliz todavía por no haber- sofocado esta luz de suntuosamenle como si no huhiese disipado su legítima;
J;| gracia, ni haberse endurecido contra estos piadosos si el hijo vuelve pronlo de su r ebelión y de sus d e s ó r d e -
nes, el padre es todavía mas pronto para volverle á su
158 SABADO SEGUNDO
mnisfad. Aun ({iiiorc fine sn alogría se d é á cotiocor por Esau [ratre luo, el diccnlcm lu hermano Esaú , y le de-
«na tiesla. Tradd oi becerro inas gordo, comamos y rega- e i : Affer mihi de vcMlione cia : Tráeme alguna cosa do
l é m o n o s ; porque m i hijo que estaba muerlo, ha resuci- lúa, et fue cibos ut comedam tu caza y compónmela para
tado; oslaba perdido, y se ha vuelto á encontrar. ¡Qué el benedieam libi coram b o - que yo la coma , y te ben-
ventajosas son para mí, Sefior, estas figuras 1 Os habéis mino anleqtmm moriar. Nunc diga en la presencia del Se-
complacido en pinlarosen ellas á vos mismo ; en daros á ergo, fili m i , acquiesce con- ñor ántes de morir. Ahora,
conocer por estos rasgos de bondad que os son tan p r o - siliis m d s : et pergens ad pues, hijo mió , sigue mi
pios y que forman vuestro carácter. Vuestras caricias, gregem, affer mihi dúos hon- consejo, y yéndote al reba-
vuestras liberalidades en favor de un pecador converlido dos opimos, nlfaciam exeis ño, t r á e m e dos cabritos de
son tan escesivas, que llegan, por decirlo así, á dar zelo á escáspatri tuo, quibus Uben- los mejores, para compo-
los justos. ter vescilur: quas cum i n l u - nerlos yo á tu padre, y que
Estaban á la mesa, y la música acompañaba la esplén- leris, el comederil, benedical los coma con gusto; á fin de
dida comida, cuando volviendo el hijo mayor del campo, libi priusquam moriatw.Cui que cuando se IOÍ hubieren
oyó el sonido d é l o s inslrumeníos y se impuso del motivo Ule respondit: Nosti qaod llevado, y comiero de ellos,
de la fiesta. Entró en zelos, manifestó su estrañeza y aun Esau fraler meus homo pilo- te bendiga ántes que mue-
dio algunas quejas á su padre, que lo era igualmente del sus sil, et ego lenis: si altrec- ra. Respondió, pues, Jacob
uno que del otro, después de haber indicado al primero la lavcrit me paler meus , el á su madre* Esaú es h o m -
consideración que le tenia, comenzó á abogar por el se- senserit, timeo ne putei me bre velludo, y yo lampiño;
gundo: ¿Podia yo menos, le dijo, de regalar á tu herma- sibi voluisse illudere, et i n - si mi padre me tocare y mo
no en una coyuntura como la presente? ¿No era preciso ducam super me maledictio- conociere, temo no crea que
darle á entender la alegría que tengo por su vuelta? Pero nem pro benediciione. Ad le he querido e n g a ñ a r , y
¿ q u é necesidad, dices, de hacer una fiesta por un sujeto quem mater: Ü me s i l , ait, atraiga sobre mí su maldi-
tan indigno? Tú hablas como estraHo; no adviertes que isla malediclio, fili m i : t a n - ción en lugar de la bendi-
yo soy su padre, que él es mi hijo: él estaba perdido para lum audi voeem meam, et ción. Repúsole Rebeca: Cai-
mí, yo no le contaba ya en el mimero de los mios, y reci- pergens, affer qumdixi. Abiit ga sobre mí esta maldición,
bo este hijo que habia llorado tanto, cuya pérdida la creia et atlulil, dedilque matri. Pa- hijo mió; segunda ahora mi
segura, y le veo revivir contra toda esperanza. ¿Pedia el r a ú t illa cibos, sicul vdle consejo, y marchando luego,
Salvador animar, solicitar, urgir de un modo mas amoro- noverutpatremillius. Elves- trac lo que tehedicho. Fué,
so y mas eficaz al pecador á que se convierta? ¿podia tibus Esau valde bonis, quas pues, y trajo los cabritos, y
doscubrirnos los scutimionlos de su corazón para con los apud se habebat domi, induit los dió á su madre, la cual
pecadoresde un modo mas atractivo? ¡Oh ! que oslo prue- eum; pelliculasque hoedorum los preparó, como sabia, que
ba evidenlem.mte lo que este amable Salvador nos habia circumdedit manibns, et colli le gustaban á su padre ; le
dicho en otra parte : que hay mas regocijo en el cielo por nuda prolexit. Dedilquepul- vistió con los vestidos pre-
un solo pecador que hace penitencia, que por noventa y mentum, el panes, quos co- ciosos de Esaú , que ella
nueve justos que no tienen necesidad de ella. Pero y vien- xerat, tradidit. Quibus i l l a - guardaba en su casa ; en-
do como es recibido de su padre el pródigo, y con q u é lis, d i x i t : Pater mi? Al Ule volvió las manos de Jacob
prontitud es revestido de su primera ropa en el instante respondit: Audio. Quises tu, con las pieles de los cabri-
mismo de su vuelta, ¿ s e hallarán ministros de Jesucristo fili mi? Dixitque Jacob : Ego tos, y conlasmismas cubrió
que despidan con dureza ai pecador; que lo rehusen por sumprimogenilus tuus Esau: su cuello ; después le dió lo
un tiempo infinito su reconciHaeion con Dios, y que hagan feci sicut prcecepisti mihi: que habia compuesto para
que se frustre su conversión por durezas y dificultades que surge, sede, el comede de ve- comer, y los panes que ella
Dios condena? No deben sin embargo censurarse las dila- natione mea, ut benedical m i - hnbia cocido ; todo lo cual
ciones sabias con que los ministros de la Iglesia difieren hi anima tua. llarswnqne lo presentó Jacob á s u padre,
también alguna vez la reconciliación del pecador. Ellos Isaac ad (ilium suum : Qao- y le dijo : ¿Padre mió? (jué
no ven como el Señor el fondo del corazón, y hay cir- modo, inquil, tam cito inve- hay respondió Isaac; ¿quién
cunstancias en que deben asegurarse por las obras. rtiré p o l u i s l i , fili mi? Qai eres tú, hijo mió? Yo soy,
respondit: Yolunlas fíeifuit dijo Jacob, tu hijo p r i m o g é -
La oración de la misa de este día es como siyue: ut cito ocurreret mihi quod nito Esaú ; hice conformo
D a , qiwsumus , fiomine, Conceded,-Señor , os r o - volebam. Dixitque Isaac: Ac- mo mandaste ; levántate,
t m l r i s cfleclum jejuniis sa~ gamos, un efecto saludable cede huc, ut tangam le. (ili siéntate, y come de mi c a -
lularem t ut casligalio cartús á nuestros ayunos, para que mi, el probem u t n m tu sis za , para que tu amor me
assumpta ad i m l r a r u m vc- la mortificación á que hemos filius meus Esau, an non. bendiga. Volvióle , pues,
gelalionem iranseat anima- sujetado nuestro cuerpo s i r - Acccssil Ule ad p a l r e m , et Isaac á preguntar á su hijo:
ram. Per ü o m í n u m . . . va para mantener el vigor pálpalo eo, dixit Isaac: Yox ¿Cómo , hijo mío , pudiste
y la salud de nuestras a l - quidem, vox Jacob esl; sed encontrar tan pronto que
mas. Por nuestro Señor Je- mams, manus sunt Esau. cazar? A lo que él respon-
sucristo, etc. Et non cognotit eum, quia dió : Dios lia querido que so
piloscB manus s'militudinem mé presentase inmediafa-
La E p í s i o l a es del c a p . t i del l i b r o del Génesis. majoris expresserant Bene- meiile lo que buscaba. E n -
Ju d i 'htis i i l i s : h i x i t R e - En aquellos dias dijo Re- dicens ergo i l l i a i t : Tu es f i - tonces le dijo Isaac: Lléga-
becco f i l i o sito J a c o b : A u d i v i beca á su hijo Jocob: He oído lius meus Esau? Respondit: le acá para que y i te loque,
p a i r e n t t u v m lutjuenicm c u m á tu padre que hablaba con Ego sum. A l Ule: Affer m i - hijo mió , y pruebe si eres
DE CUARESMA.
/n, inqnit, cihos de vea u i o - tú mi hijo Esaú, ó n ó . MIÍ- et libi posl luce, fili nú, u l - hace poco me trajo de la ca-
ne ÍHO, f li m i , u l henvdkal gOse en efecto al padro , y tra quid faciam ? Cui Esau: za que habia cogido, y co-
tibí anima mea. Quos cum habióndulo palpado , dijo Num m a m , inquit, tanlum mí de lodo lo que me p r e -
oblatos comedissct, oblnlil r i Isaac : La voz en verdad es boiedictionem habes, pater? sentó ántcs que tú vinieses?
i'liam vinum. Quo hauslOt la voz de Jacob , pero las mihi quoque obsecro ut benc- Le bendije, y será bendito.
dixit ad m m : Accede ad me, níanos son las manos de dicas. Cumque ejulatu mag- O idas por Esaú estas pala-
vi da mihi oscuíum, fili m i , Esaú. Y no le conoció, por- no ¡lerel, molus Isaac, dixit bras de boca de su padre,
Accessil, el osculalus est emi. que como tenia sus manos ad eum: I n pingüedine t é r - empezó á r u g i r y dar g r a n -
Stutimijiw v i sensit veftínnea- cubiertas con la piel, se se- ros, et i n rore coeli desuper des alaridos , y lleno do
lornmillius f r a g r a n ú a m , he- mejaban á las del mayor. erit benedielio lúa. consternación dijo á s u pa-
nedicens i l l i , a i t : Ecce odor Habiendo , pues , Isaac de dre : Uendiceme también á
fúii mei, sicul odor ngri yle- bendecirle, le d i j o : ¿ E r e s mí, padre m i ó . A l o que
n i , cui benedixil Dominus. tú mi hijo Esaú? Respondió Isaac le respondió : Yino l u
Del libi Deas de rore coeli, el é l : Sí, yo soy. Entonces hermano con e n g a ñ o , y r e -
de pingüedine terree abmulan- volvió Isaac á decirle: T r á c - cibió tu bendición. Enton-
liamfnunenlietTini. MI ser- me, hijo mió, la comida de ces dijo Esaú : Con razón se
viant libipopuli, el adoreul tu caza , á íin de que mi al- ha llamado Jacob , porque
lelribus: eslo dominus f r a - ma le bendiga. Jacob leprc- ya me ha suplantado en
trum luorum, et incurventur senló la comida, y después otra o c a s i ó n ; antes de ahora
unte le fúii malris luce : qui que la hubo comido, le pre- se llevó mi primogenitura,
maledijcerit libi, sil Ule ma- sentó también vino para que y ahora por segunda vez
lediclus: el qui benedixerit ü - bebiese, y habiéndolo bebi- me ha arrobalado mi ben-
l i , benedkiionibus rcplcnlur. do le dijo : Accrcale á mí, dición. Dirigiéndose, pues,
Vix Isaac sermonem impleve- hijo mió, y dame un ósculo; de nuevo á s u padre: ¿iNo
r a l : el eyresso Jacob [oras, Jacob se llegó y 1c besó, é me habéis, le dijo, reserva-
venil Esau, coclosque de ve- do á nú alguna bendición?
inmediatamente que Isaac
valione cibos intulit p a l r i , Respondióle Isaac; L ^ he
percibió el buen olor de sus
dicens: Surge, palcr m i , et constituido tu señor , y he
vestidos, dijo al bendecirle:
cemede de venalione füii tui, sujetado bajo de su dominio
l i é aquí el olor de mi hijo,
"t bcnedic.at mihi anima l ú a . á sus hermanos; le he dado
que es semejante al olor de
fttj'iujiie Un Isaac: Quis enim
un campo fértil y colmado la abundancia del trigo y
e« lu? Qui respondil: Ego
de la bendición d e f S e ñ o r . del vino ; después de eslo,
sum filius tuus primogenilus
Derrame Dios sobre tuscam- hijo mió, ¿qué puedo yo ha-
Esau. E x p a v ü ¡saac slupore
pos el rocío del cielo, y d é cer por lí? A lo cual replicú
vehementi, el ultra quam n-c-
la fertilidad á lus tierras, Esaú : ¿Qué, padre mió, no
di polest, admirans , ait:
para que produzcan abun- tienes mas que una bendi-
Quis i g i l w Ule esl, qui d u -
dancia do trigo y de vino. ción? Yo te ruego también
dum caplam venationem at~
Sírvanle los pueblos, y a d ó - que me bendigas. Y como
l u l i i mihi, el comedí ex ó m -
rente las tribus; seas el se- llorase dando grandes g r i -
nibus priusquam lu venirest
ñor de tus hermanos, é i n - tos, movido Isaac de c o m -
benedixique ei, el m í hene-
clínense delante de tí los pasión le dijo : Tu bendi-
didus. Audilis Esau sermo-
hijos de lu madre. El que te ción consistirá en la ferti-
mtm patris, irrugiit clamo-
maldijere, sea él maldito; y lidad de la tierra , y en el
re magno : el conslernalus.
el que te bendijere, sea col- rocío del cielo que viene de
a i í : Benedic eliam el mihi,
mado de bendiciones. Ape- lo alto.
VMer m i . Qui ait: Venil ger~
nianus luus frnudulenter, et nas Isaac habia acabado de El libro del Génesis es el primero del Pentateuco, que
aceepii benediclioncm tuam. hablar, y Jacob se habia sa- significa cinco v o l ú m e n e s ; este es el nombre que han d a -
•^í Ule s u b j m x i l : Juste v o - lidofuera, vinoEsaii, y t r a - do los griegos á los cinco libros escritos por Moisés. Estos
Ca-lum est nomen ejus Jacob: jo á su padre manjares com- cinco libros son el Génesis, el Exodo, el Levilico, los N ú -
SuPplantavii enim me i n a l - puestos de loque habia ca- meros y el Deuleronomio. El Génesis contiene la histeria
tera vice: primogénita mea zado: Levántate, dijo, padre de cerca de dos mil trescientos sesenta y nueve años des-
('nte tu/ít, et nune. secun- mió, y come de lo que ha de la creación del mundo.
ao surripuit benedicl'micm cazado lu hijo para que me
bendiga tu alma. Díjolo REFLEXIONES.
wicam. Ihirsumque ad p a -
trem.; Numquid non reser- Isaac : Pues ¿quién tfres tú? «Dijole Rebeca á su hijo Jacob. » En el antiguo Tesla-
vasti, ait, el mihi benediclio- Yo soy, le respondió, tu h i - menlo todo es un misterio, todo es una figura del nuevo.
ncn ? Respondil Isaac: Do- jo primogénito Esaú. Sor- Esaú y Jacob, hermanos mellizos, llevados á un tiempo
wiíimm «««in illum conslilui, prendido Isaac de un asom- en el mismo seno, nacidos en una misma hora, ¿ q u é
et f N m fcatres ejus servi- bro vehemente , mayor de suerte tan diversa no le ha cabido á cada uno? El p i i m o -
tí/ii(s subjvgavi: f r u - lo que puede creerse ; ad- génilo se ve privado del derecho de primogenitura y de
Kenlo el vino stabilivi eum, mirando lodo GÍÁO le dijo: todas las prerogalivas y bendiciones que, podia esperar
¿Quién es, pues, aquel que logitimamenle, y de que su padre qneria colmarle, y el
100 SABADO SEGUNDO
menor entra en todos los derechos del mayor, y ocupa m p a t r i : PaUr, damihiporlio- su padre: Padre mío, dad-
Ingar. ¿ Quién no ve claramente representados en esta fi- nem substmtice, qxm me me l a . parto de herencia
gura al pueblo judío y los gentiles ? Dios en toda la eter- conlinyit. Et divisil illis que me pertenece; y en
nidad ha sido padre común de todos los hombres; pero la suhslantiam. Et non posl efecto el padre le dividió la
predilección la habia siempre obtenido el pueblo judio. mullos dies congregalis ó m - herencia. No mucho tiempo
Era este el hijo primogénito en la casa del padre de fa- nibus , adolescenlior films después el jóven hijo, reu-
milias : lodos los favores, todos los privilegios eran para perefjré profecías est i n re- nidas todas sus riquezas, se
él. Él solo estaba ilustrado con el conocimiento del ver- fjionem longinqunm , el ibi partió á un pais muy dis-
dadero Dios; él solo era el depositario do sus secretos dissipavit snbstanliam suam tante, y allí disipó todo su
y de sus ministerios; él solo estaba consagrado á su ver- vivendo l u m r i o s é . E l posl- caudal, viviendo en los de-
dadero culto; ¡ q u é de maravillas obrara el cielo en su quam omnia consummassot, sórdenes. Después que todo
favor 1 i q u é bondad la de Dios con esta nación privile- facía est fames valida i n re- lo hubo consumido, sobre-
giada ! todo esto no obstante la grosería de su parte, la gione illa, el ipse coepit ege- vino una grande hambre en
perversidad de su natural , la indocilidad de su e s p í - re. Et abiil, el adha>.sil uni aquella región, y él se vió
ritu, la ingratitud de su corazón, la eslravagancia de to- civium regionis illas. Et m i - reducido á la miseria, de
da su conducta. Mas al fin, babiendo puesto el colmo á sil illum i n villam suam ut modo que tuvo que acomo-
su iniquidad por el deicidio comelido en la persona ado- pasceret parcos. E l cupiebal darse á servir á uno de los
rable del Mesías, se ha visto suplantada, por decirlo así, implere venlrcm suam de s i - habitantes de aquel pais;
por los gentiles, á los cuales se puede decir que babia co- liquis, quas porci manducü-
el cual le envió á una here-
mo vendido su derecho de primogenilura por su idolatría, banl: et nemo i l l i dabal. I n
dad suya, para que guar-
dando tantas veces un culto sacrilego á sus falsos dioses. se autem rever sus , í l m í :
dase los puercos: en donde
Los gentiles convertidos á la fé ban podido decirle á Dios Quanli mercenarii i n domo
hubiera deseado satisfacer
como Jacob: Nosotros somos vuestro lujo mayor ; esto es, pairis mei abundantpanibus,
su hambre con los hollejos
ego aulem hic fame pereo!
nosotros hemos entrado en posesión de todos los favores que comían los puercos,
Surgam , et ibo ad patrem
que le habíais designado, si hubiese guardado vuestros pero ni aun esto le daba na-
meum, et dicam e i : Paler,
mandamiento?, si hubiese querido reconocer al Mesías. die. Entrado, pues, en sí
peccavi i n ca:lum, et coram
Habiéndose él hecho indigno de vuestros beneficios, bemos mismo , dijo : , Cuántos
te: j a m non sum dignus va-
entrado nosotros en su lugar. A la verdad, nosotros h e - criados en la casa de mi
carí filius luus: fac me sicul
mos venido á la última hora ; pero prontos á obedeceros, padre tienen pan en abun-
unum de mercenariis luis.
hemos sometido nuestro espíritu á la fé desde que hemos dancia , mientras yo aquí
E l surgens, venil ad patrem
visto aparecer su luz, y hemos ido al trabajo desde el pun- perezco de hambre! Voy,
s m m . Cum aulem adhuc
to en que nos habéis llamado. Revestidos con los mas pues, á marcharme; iré á
longé essel, vidil illum pater
preciosos vestidos de E s a ú , pero que él no llevaba ya, mi padre, y le d i r é : Padre,
ipsius, el misericordia molus
esto es, apoderados de los libros santos, deque los judíos p e q u é contra el cielo y de-
est; el acmrrens, ceddil su-
no hacian ya mas que un mal uso, hemos reconocido en lante de tí, ya no soy digno
percollum ejus, el osculalas
ellos el carácter del Espíritu Santo, de que los judíos no de llamarme bijo tuyo; t r a -
est eum. Bixitqm ex filius:
estaban ya animados. Aprovechándonos, pues, de lo mas tadme como uno de vues-
Paler, peccavi i n coselum,
precioso que lenian los judíos, y de que ellos ya no se ser- tros jornaleros; y partiendo
et coram te, j a m non sum
vían, no hemos podido dejar, Señor, de agradaros, y he- luego, fué á b u s c a r á su pa-
digmsvocari filius luus. D i -
chos los queridos de vuestra Iglesia, figurada por decirlo x i t aulem paler ad senos dre. Cuando todavía estaba
así, en Rebeca, os hemos presentado los manjares que ella suos : Cilo proferle slolam lejos, le vió su padre, y
misma habia preparado según vuestro gusto : estos man- primam> et índuile íllum, el movido de compasu n, cor-
jares os han agradado lo mismo que nuestra prontitud en dale annulum i n manum rió á é l , lo cebó sus brazos
obedeceros, nuestro empefio por agradaros, y nos habéis cjus, el cakeamcnla i n pedes al cuello, y le besó. Padre
bendecido. « La voz en verdad es la voz de Jacob; pero las ejus: et adducile vitulum sa- mió, esclamó el hijo, he
manos son las manos de Esaú. » No son las palabras agra- gmatum,eloccidiie, et man- pecado contra el cielo y de-
dables las que atraen las bendiciones ; á las manos es á lo ducemus, el epulemur: quia lante de tí, no merezco ya
que se atiende, por las obras se. conoce el bijo bien quisto. hic filius meus moriuus que se me llame hijo luyo.
No será nadie justificado porque discurra bien de las cosas erat, et revixit: p e m r a l , et Entonces dijo el padre á sus
buenas, sino porque las practique. En materia de salva- inventus est. Et caeperunt criados: Traed pronto su
ción las manos son mas elocuentes y mas persuasivas que epulari. Erat aulem filius primera vestidura, y ves-
la lengua. La voz e n g a ñ a ; por los frutos se conoce el á r - ejus sénior i n agro: el cum tidle con ella; ponedle un
bol. Solo aquel es sincero que pone en práciiea las ver- renirct tí appropinquareldo- anillo en su mano, dadle el
dades ; á este es, dice Santiago, al que hará feliz su con- mm, audivit symphoniam et calzado para sus pies, y
ducta. chorum; et vocavit unum de luego traed el becerro mas
servís, et interrogavil, quid grueso, y comamos y rega-
E l Evangelio de la m m es lomado de sanLucas, cap, Y5. hmc essenl. Isque d i x i l i l l i : lémonos , porque este hijo
I n i l l o Umpore: D i x i l J c - En aquel tiempo dijo Je- Fraler luus i w n i l , el occidií mío habia muerto, y ha r e -
sus phariscBis et scribis f ü - sús á los fariseos y á los es- pater tuus vilulum sagina- sucitado; se habia perdido,
rabolam i s l a m : Homo q u í - cribas esta parábola: Cierto fum, quia salvum illum rece- y lo be vuelto á encontrar,
dam hohuil dúos filios: et hombre tenia dos hijos; el p i l . Indignalus est aulem, et Y empezaron á regalarse.
dixitjadolesceniior ex illis mas jóven de ellos dijo á Estaba, pues, el hijo mayor
D!í CÜABESMA. 1G1
nolcbat inlroire. Patcr errjo on el campo, y al volver, cia que constituía lodo su bien, deja la casa de su podre, y
tüitn rgressus, m p i l r o y a n cuando se acercaba á su quiere ser solo, por decirlo así, el arlííice de su fortuna y
illum. At illirespondens, d i - casa, oyó tocar la música y de su suerte. De este modo obra lodos los días el pecador;
x i l p a t n suo: Ecce tol a n - canlar, y llamando á nnn cansado de ser dichoso en el servicio de Dios, se fastidia
nis servio tibi, et numq-wm de los criados, le preguntó de llevar una vida arreglada. Una tranquilidad muy dura-
mandalum tuum pnvlerivi, qué era aquello; y él le dera le disgusta, y cree hallar en los devaneos un placer
el numquam dedisli milti ha',- respondió : Vino lu herma- do un gusto nuevo. Deja la fuente de agua viva, para i r á
dum ut cum amicis meiscpu- no, y lu padre hizo malar escavar cisternas llenas de cieno. ¡Qué Iranquiiidod mas
larer:sed postquam filius t m s el becerro mas gordo, por- dulce, q u é suerte mas dichosa que la de un hoiübi e de
Me , qui deroravit substan- que le ha recobrado sano y bien! No bien hubo perdido de vista el hijo pródigo á su
liam snam eummeretriñlms, salvo, Al oir esto se llenó de padre, cuando olvidó sus beneficios. En poco tiempo an-
i'eiu'í, oeeidisti i l l i vitulum indignación , y no qnei ia duvo mucho camino, y luego se halló en una tierra eslí an-
snfiimtum. Ál ipsedixit i l l i : enlrar. Salió luego su padre jera, en donde no reíeniéndole ya ningún resto de i c l i -
F i l i , lu semper mecum est, el al encuenfro, y comenzó á gion, de decencia, ni de honor, se abandonó á sus pasio-
omnin mea lua sunt: epula- rogarle que enlrase; mas nes, y vino á parar en ser triste víclima de ellas. Mngnno
r i aule.m, et (¡audere oporte- él conleslando dijo á su pa- se aleja nunca de Dios, que DO se eslravie muy lejos. El
bal , qaia fraíer luus Ido dre: Tantos años hace que primer paso es siempre una caida funcsla. Desde que el
morluus eral, et revixil; pc- le sirvo; nunca he traspa- hombre no se afianza ya en esta piedra inmoble, es luego
rieraly el ínvenlus est. sado (us preceptos, y j a m á s arrastrado por el tórrenle. El descenso es rápido, la decli-
me diste un cabrito para nación viólenla; luego que so ha dado el primer paso, ya
que me regalnse con mis no se camina, se corre, se precipita al abismo. Las perso-
amigos; y apenas vino este nas que han sido mas piadosas, si llegan á pervertirse,
hijo luyo, que ha disipado d a ñ e n los mayores escesos. Se olvida uno de Dios, se o l -
su herencia con las prosti- vida de sí mismo. La fé se eslingue, la razense del i ¡la, la
tui.is, hiciste malar para é! pasión sola es la que reina; ¿y q u é desórdenes no causa
el becerro mas gordo. Hijo en una alma cuando llega á ser esclava de la pasión? Se
mió, le dijo el padre, lú di-gusla una persona religiosa de su oslado; se desvia de
siempre estás conmigo, y su profesión; se aleja de Dios por una vida peco regular;
lodo lo que yo longo es ¡que estravíos. Señor, en pocos dias! la ceguera, la i n -
l u y o ; era preciso , pues, sensibilidad, el abandono de Dios siguen de cerca á los
regalarse y alegrarse, por- primeros desórdenes. Se ve uno muy prcnlo reducido á la
que este hermano luyo ha- última miseria. La necesidad y la pobreza tan poco cono-
bia m u e r l o , y ha resuoila- cida en la casa de su padre, obligó al pródigo á ponerse á
do; estaba perdido, y so ha servir para no morir de hambre. Tal os la suerte de h sque
encontrado. dejan á Dios; se mira su servicio como dettiasiado incómo-
do: ¡ah, Setlor! ¡qué esclavo vil hay mas incomodado ni
mas atormenlado que un libertino! ¡Feliz, si á lo menos la
MEDITACION.
visía de su miseria le inspirase un sincero reírocesol
Sobre la parábola del hijo pródigo. PUNTO SEOiiMio.—Considera con q u é bondad, con qué
sabiduría ordena Dios todas las cosas para la conversión do
PUNTO PRIMERO.—Considera en cuántos errores y en un pecador. El hijo pródigo empieza á entrar en sí mismo:
q u é desgracias se precipita lodo el que, disgustado del este es el primer paso del pecador, que tocado de la gracia,
servicio de Dios, sacude el yugo dulce y lijero del mejor piensa seriamente en convertirse. Nada temen tanto los
•diodos los padres, para no seguir masque su propio mundanos y los libertinos como el entrar dentro de sí
cupi i( ho, su propensión y ia inclinación viciosa de su p r o - mismos; ellos ven entonces tantos desbarros queles esp;;n-
pia libertad, que muy pronlo degenera en libei linaje. Je- lan, oyen tantos remoi dimieiilos que les alarman . y por
^ c r i s l o nos ha descrilo con la mayor exactitud lodos los eslose vive en el mundo en un bullicio continuo: diversio-
Pi'sos del pecador en la paráliola del hijo pródi^c; el iriüs nes, reuniones, paseos, espectáculos profanos, juego.
J<,ven dijoá su padre: «Padre mió, dadme mi herencia,» ¿Con q u é ojos mirará una mujer mundana algunos dias de
y W padre consintió en ello. Siempre fue la juventud la reliro? ¡Oh Dios mió! ¡qué amablees vuestra misericordia!
*,<lad mas funesta para la inocencia. La poca madurez, la Al tiempo que mas os olvida el pecador, y se aleja mas de
«alia do espei iencia, la vivacidad y el ardor de las pasio- vos, vos os acercáis mas á él; las rctlexiones saludables
ncs, la lijereza, el mal ejemplo, lodo concurre en una per- que hace el pródigo sobre el lastimoso estado á que so ve
sona jóven para hacerla sacudir el yugo de la dependen- reducido, la patética comparación de loque es léjos de sa
c,a y des 'arriarla. ¿Qué motivo lenia aquel jóven para dc- casa, y do lo que era en la casa de su padre, le hacen c o -
V**n su padre? Mantenido delieiosamenle, servido por un nocer su locura y su miserableestravío. ¡Dichoso momen-
8|an número de criados, querido, respetado, vivia en la to el en que el pecador á favor de esta luz sobrenatural des
abundancia y sin cuidado. Se prevenian hasta sus mas cubre sus errores, y considera despacio la indignidad do
Pequeñas necesidades; lodo conenn ia á hacerle dichoso y su esclavitud/ Representaos un enfermo que ha estado a l -
'"'"iquilo. y la esperanza de una rica herencia ponia elcol- gún tiempo delirante, después que sosegada ya su san-
mo felicidad; cuando por un capricho insensato re- gre, y calmados los espíritus, descubre ó se le dicen sus
" u n c i a á todas estas ventajas, y cansado de unadependen- eslravagancias. Suponed que uno de los puntos do su locu-
TOM ) IV. 21
162 DOMINGO TRRCIWO
iu consistía e» iütogiitarse que era i c y ; éi afoclaba el aire á propósito para reanimar nuaslra confianza, y escilarnos
de soberaifo, lial)I;ihay inandaba como principo, mierilius á una verdadera contrición. Decios muchas voces á voso-
(jiic oslaba oncadonatlo como un esclavo, y lodos los bom- tros mismos : yo tengo necesidad de convertirme, cierla-
bres do juicio y sus verdaderos y sabios amigos se lamen- menle que no quenia morir en mi error, y en desgracia
taban de oir sus oslravogancias, y deploraban su desgra- de mi Dios, de mi Padre; yo quiero volverme á é l , y si
cia. Cuando la razón no está cautivada por la pasión, por hede hacerlo algún dia, ¿ p o r ipié no hoy? ¿ t e m o acaso
poco juicio que se leuga se condonan ios desórdenes de quesea demasiado pronto, si lo hiciese en esle mismo dia?
una vida desarreglada; ¿un buen talcnío puede onconlrar ¿ temo volver demasiado presto á su gracia, si onlro en
gusto en lo (piedebe causarle berror, y liacerlo gemir por ella menos tarde ? ¿tomo que me perdone muy pronto mis
toda la,e(ertiidad? ¡Ah, Señor! ¡que un poco de rellexion esti avíos, si me los perdona sobre la mardia? Estas r e -
sobre las desgracias inevitables que acompañan al estado llexionesson concluyentes, son sólidas. Uacedlas muebas
de pecador, aun en esta vida, reduciria á muebas almas veces.
de sus estravíos! ¿y por q u é no he de hacer estas rellexio- 2 No permanezcáis j a m á s en pecado ni un momento.
nes en el tiempo que puedo aprovecharmedoellas? ¿ e s p e - Si habéis tenido la desgracia de haber caido en él, pedid
ro á hacerlas á la hora de la muerte, ó durante la eierni- perdón de lodo vuestro corazón en el momonlo mismo, y
dad, cuando me serán inútiles, cuando no servirán mas no paséis el dia, si puede ser, sin confosaros. ¡Qué error,
que para aumentar mis tormentos, mi rabia y mi deses- y al mismo lioiupo q u é peligroso es el dilatar su conver-
peración? ¡Pero q u é eficaces son las que hace el pródigo! sión á un domingo ó á un dia de íiesla ! ¡Cuántos se han
Esto os hecho, no hay mas dilación, no hay m a ñ a n a . Se condenado, solo por haber diferido su conversión no mas
determina á partir para volverse á su padre, y pai te. Ti o- que un dia! Guardaos bien de contar demasiado sobre la
yectos de reforma, conversiones determinadas para mas bondad do Dios, esperando euconlrarla siempre pronta
adelante, flores sin fruto, engaño que adormece al peca- para recibiros á penitencia. Esta no es una confianza, es
dor, y le pierde. «Iré á mi padre.» lTna verdadera contri- si una presunción criminal, que de ordinario os seguida do
ción inspira siempre la confianza. Yo soy pecador, es ver- la impenitoncia final. Observad una conducta mas cris-
dad, Dios mió, pero vos sois m i padre; merezco que me tiana. Coulad con la misericordia del Señor, pero no abu-
castiguéis, y tendréis sobrada razón para perderme; pero séis de ella.
¿dejareis por esto de salvarme? ¿podríais olvidar lo (jue
os he costado? mirad que es un hijo el que reclama vues- DOMINGO TERCERO DE CUAKESMA.
tra misericordia; y si á pesar de lodos mis desórdenes no Comuumcn e se ha llamado esto domingo tercero do
habéis dejado de ser m i padre, por criminal que yo sea, Guresma el domingo del demonio mudo, cuya historia con-
o;acordaie;s también de que yo soy vuestro hijo. El Salva- lione el Evangelio de la misa de este dia. Se le llama tam-
dor, después de habernos hecho ehretrato del pecador en bién eldomiugo Oadi, de la primera palabra del introito,
la persona del hijo pródigo, nos hace el suyo en la del pa- como se lia llamado Reminiscerc. por la misma razón al do-
dre de este hijo convertido. Apenas el padre del pródigo mingo precedente, y LcetareAl cuarlo domingo. Antigua-
percibe á lo léjosá su hijoque vuelve, corre á abrazarle, y mente so llamaba el domingo de los Escrulinios, del exa-
loji s ú\i echarle en cara su ingratitud y sus devaneos, se men de los catecúmenos, que se disponían para recibir el
regocija tanto con su vuelta, que no puede contener su bautismo al fin de la Cuaresma, porque en esle dia se ha-
uiegi ia. Diversión, banquete, festejos, áosto se reduce l o - cia el primero de estos escrutinios. Los griegos le han l l a -
do el enojo, por decirlo así, de un padre tan justnmenle mado el domingo del madero precioso y vivificante, esto
irritado. La liberalidad acompaña á la lernura. Se le res- es, de la cruz, á la cual nombran ellos con la sola palabra
tablece en lodos sus derechos al momento que vuelve á slauroproscinese. Como aquí comienza la semana que me-
entrar en su deber. ¡Oh Dios mió! ¡y después de oslo hay dia la Cuaresma, los fieles han redoblado siempre su d e -
pecadores que rehusen volverse á vos por falta de con- voción y su fervor, á medida que se acercaban aquellos
fianza! días sagrados en que la Iglesia celebra los grandes misle-
No s e r é yo, Señor, puesto que sin demora, y sin temor, rios de nuestra redención, celebrando los misterios de
vuelvo á vos, para no separarme j a m á s de vos con el a u - la pasión, de la muerte y de la resurrección del Salvador
silio de vuestra gracia. del mundo.
jACULATOaiAS.—¡Oh el mejor de lodos los padres! Yo El inlroilo de la misa está lomado del verso diez y seis
no quiero permanecer ya mas tiempo en mi alucinamiento, del salmo t í . Esle salmo, como ya so ha dicho, es una
y me vuelvo á vos para siempre. (Luc. oración afectuosa de un hombre oslraordinariamente afli-
Dichosos, ó Dios mió, los que no se alojan nunca de gido, que perseguido por aquellos mismos á quienes mas
vos. (l'salm. 83). ha colmado de bienes, no halla consuelo en la amargura
de su corazón , sino solo en Dios en quien pone toda su
PROPÓSITOS. conlianza. David vivamente perseguido por su hijo Absa-
1 Reconozcamos en esta paiábola del hijo pródigo la lon, implora el auxilio de Dios en su aflicción, y conside-
locura y los desbarros del pecador, y la bondad infinita rando sus males como unas penas justas por sus pecados,
del Padre de las misericordias. Pero detestando los unos, onlra en grandes sentimientos de penitencia. No hay per-
y a d m i r á n d o l a otra, comprendamos el sonlidoquo en sí sona alligida, pero espoeialníenle en tiempo do lenlaeioncs
encierran. Nodiferais vuestra conversión, y volveos inme- violentas, á quien no convenga esle salmo. Que se encien-
diatamenle á Dios, quien siempre recibe bien, cuando uno da mas y mas cada dia el fuego de la persecución , que
ge vuelve á él de buena í é . Repetid muchas voces esta mis enemigos lo pongan todo por obra para perderme; yo
meditación, leedla de tiempo en tiempo; nada hay mas lendré siempre los ojos fijos on el Señor, persuadido que
M CÜAMSMA. 163
nal librará do los luzoá de mis eiu'iiiigos, y que ton luí que ne á los santos.» El Apóstol quiere que los fieles vivan tan
yo no pierda nunca de vista el punto Qjo del cielo, do este alejados de estos vicios, que ignoi'en hasta el nombro.
astro k'iióíico que regla lodo el universo , no tongo que SanGerónimo quiere que la palabra avaricia en este pasa-
temer ningún naufragio. Pero en vano volveria yo á vos , je signifique todo género de pasiones vergenzosiis. Aun
Dios mió , mis ojos y mi corazón, sino echaseis sobre mí cuando el corazón del hombre esté corrompido, y lá cor-
una mirada favorable. No os enojen, ó Dios de misericor- rupción sea general; la pureza será siempre la virtud fa-
dia, mis pecados; dignaos volver á mí vuestros ojos; des- vorita de los santos, y el rasgo mas brillanle y mejor mar-
tituido de lodo socorro, sea yo objeto de vuestra compasión. cado de los fieles. ¿ Podrán reconocerse por él en el dia
Yo no encuentro mas que infidelidad en mis mejores ami- muchos cristianos? No se oiga nada entre vosotros que
gos , ingratitud en los que mas he colmado de beneficios , ofenda al pudor, ó que pueda conducir á discursos impor-
disimulo y mala fé entre los hombres. Mientras que la linontes y chocarreros. ¿Qué hubiera dicho el sanio Após-
fortuna se me ha rcido, mientras he estado en la prospe- tol, si se hubiese hallado en las reuniones mundanas do
ridad , me he visto rodeado de lisonjeros y corlosanos; nuestro siglo? La inutilidad es lo monos reprensible que
pero me be visto aislado y abandonado luego que becaido hoy se encuentra en las conversaciones de las genios del
en la desgracia. Vos solo, Dios mió, sois lodo mi consuelo, mundo? ¡ q u é licencia tan escandalosa en lo que sirvo do
mi apoyo y mi fortaleza. Nada me sostiene mas queviios- asunto á la conversación I ¡ q u é imágenes tan sucias en
Ira bondad y la vista de vuestra misoricordin. Yo no ceso, las alusiones! ¡qué deshonestidad en los términos ! no se
S e ñ o r , de levantar mi corazón á vos; en vos solo pongo avergüenzan ya de lo que en otro tiempo hacia avoi gomcar
toda mi confianza, ó Dios m i ó ; no esperimente yo, Señor, á IOÍ paganos. Sin esta sal cansa la conversación; intrigas
la confusión de verme abandonado de vos. de amor; historietas, obras do tálenlos depravados por la
La Epístola de este dia es una exhortación quosan Pablo corrupción del corazón , poe.-las galantes . hé aquí lo que
dirige á los efesinos , invitándolos á que sean imitadores de divierte , loque entretiene hoy. ¡Poro q u é de almas pier-
Dios y de Jesucristo, amando al prójimo como Dios nos ha den esas palabras obscenas, esos discursos sobradamenlo
am.'do á nosotros; les amonesta para que arreglen sus libres , esos equívocos emponzoñados, esos chistes, esas
palabras, para que sean reconocidos á las gracias de Dios, chanzas lascivas, esos libros escritos con tanta cultura que
y para que vivan como hijos de luz. abundan en sales é ingenio , pero de donde está entera-
«Sod imitadores de Dios, les dice, como hijos muy mente desterrado el espíritu del cristianismo! Porque v i -
queridos.» El modelo os bien perfecto, es grande; pero el vid persuadidos, continua oí Apóstol, que lodo fornicador,
consejo, por no decir el precepto, no lieno réplica. Jesucris- todo inqmdico y lodo avaro, cuyo vicio es una idolatría, no
10 no nos propone? tampoco olio menos sublime, ni me- tiene derecho alguno á la herencia en el reino de Jesucristo
nos noble. «Sed perfectos como es perfecto vuoslro Padre y de Dio?. ¡Ah Sofior, cuántas gonles renuncian hoy á esta
celestial. (Matlh. ¡3.) ¿Cná! d be serla inocencia, la santidad, herencia ! la impureza es llamada avaricia, porque por
11 poifoccion de un cristiano,toniemloun modelo semejanle? este vicio rehusa el hombro dar su corazón á Dios para
Vosotros habéis recibido la gracia de la adopción, les dice darlo solo á su placer. En el Exodo, en el Levílico, en el
san Pablo; Dios quiere que le llaméis vuestro Padre; íonod, Deuferonomio y en muchos parajes de la Escritura, la for-
pues, la ternura, la conlianza, el reconocimiento, que de- nicación es llamada idolatría; porque en la una y en la otra
ben lener los hijos bien nacidos para con un Padre lan el hombre hace su Dios do la criatura y lodo se lo sacri-
bueno; imitad su dulzura y su clemencia; y como é l os ha fica. No lengais, pues , comunicación con ellos. No hay
perdonado , a ñ a d e san G e r ó n i m o , perdonad también á devoción que no se corrompa por la conversación con los
vuestros hermanos ; tratadlos de la misma manera que libertinos. Nada hay tan contagioso como su trato. San Pablo
Dios os ha tratado á vosotros. San Pablo i:o exhorta á los llama á los impúdicos hijos de tinieblas. En efecto, nada
Efesinos á que imilen las perfecciones de Dios queson i n i - ofusca lanío el entondimienío, nada oscurece tanto la razón,
mitables, como su sabiduna infinita, su omnipotencia o l e , ninguna cosa oslingue m a s í a fé que este malhadado vicio.
Bino su dulzura, su bondad, su paciencia para sufrir á los Talento natural, educación , basta oí senlido comnn , lodo
que le ofenden, su misericordia sin límites, y su inclinación se oscurece, toda luz so apaga en un hombro impuro. Ca-
a perdonar y hacer bien á los que mas le han ofendido. minad como hijos de la luz. La fe es una luz; nuestras cos-
¿Podremos dejar de rendirnos á un motivo como este? ¿ p o - liimbros, nuestros sonlimiontos, nuestras acciones, toda
dremos negarnos á seguir un ejemplo semejanle? « ü m i i - nuestra conducta es la prueba mas sensible y ta ménos
m i d o n u n espíritu de amor, del mismo modo que Jesu- equivoca de nuestra fé. ¡ Buen Dios I ¡cuántos cristianos
cristo, el cual nos ha amado, y se ha entregado á sí mis- serán tratados algun dia como infieles 1 La impureza cslin-
mo por nosotros en cualidad do ofrenda y de víctima do un gue la fé.
olor agradable á Dios.» Prueben vnesíras cocombros,
El Evangelio de la misa de este (lia contiene grandes
vuestras obras y toda vuestra conducta que amáis á Jesu-
lecciones y grandes misterios. Acababa Jesucristo de con-
cristo, así como toda la vida y la muel le de Jesucristo
vertir en casa de Simón el fariseo á la celebre pecadora
prueba cuánto nos ha amado. Dios quiere sor servido por
pública. La conversión milagrosa do aquella alma tan
amor. Nosotros no somos los hijos de la esclava para que
encenagada en el vicio, hizo que muchos se adhiriesen á él
sirvamos á Dios con violencia; somos los hijos do la qno os
y resolviesen seguirle; presonláronle en seguida un pobre
libre; por l onsiguicntc debemos amar á Dios como los h i -
oprimido con tres grandes enfermedades para cuya cura-
jos aman á su padre, temiendo mas desagradarlo, que los
ción no eran bastantes lodos los remedios naturales. Es-
castigos que merecemos por haberle desagradado. « No
taba poseído del demonio, era nimio ,y ciego. El demonio
se oiga entre vosotros ni aun el nombre de fornicación, pj
causa siempre en las almas que poséela ceguera y la sor -
de cualquiera olía impureza, ó de avaricia, como con\ii>-
dera. El hombre poseido no ora mudo ni ciego por n a l u -
16i DOMINGO TEUCEKO
raloza, era e! demonio que lo quitaba el uso do la palabra ella. Reconoced, pmis, por esto mism:» mi poder so-
y de los ojos. Sabe bien el demonio la ventaja y el con- berano sobre (odas las poleslados do las tinieblas, y con-
suelo que se baila en descubrir uno sus penas y sus fla- fesad quo solo Dios puedo arrojar al demonio. No tenien-
quezas á un director Hasírado; por esto pone lodo su estu- do nada que responder los enemigos del Salvador; estoy
dio en foraeu'.ar una falsa vergüenza que cierra la boca: lau lejos , los dijo, de tener la menor alianza con el donio-
mas este mismo es el quo debe inspirarnos ánimo para nio, que por el contrario miro como enemigo mió al que
abrir todo nuestro corazón á aquellos que Dios nos ba no lo es suyo. No hay neutralidad entre Jesucrislo y o l
puesto para que sean nuestra guia en los caminos de la príncipe de las tinieblas: ó lodo del uno, ó todo del olio.
salvación. Se puede también decir (]ue lodo pecador está Toda contemporización en materia de religión y do moral
ciego, i Quó ceguedad mas lastimosa que la de preferir es una ilusión, ¿ S e rehusa creer un solo punto de la fé?
sm placer corto y amargo á la posesión del mismo Dios, Esto basta para ser iníiel. Aun cuando se guardase la ley
fuenle inagotable de lodos los bienes, y por un placer de entera, si se falta á un solo precepto de ella, basta, dice
un momento precipitarse en una eternidad de suplicios! Santiago, para hacerse roo sobre todo lo d e m á s . Somos
J^'sus arrojó al demonio, é inmediatamente babió el m u - castos, poro tenemos orgullo; somos moderados, austeros,
do y recobró la vista. Este milagro le vemos aun repetirse devotos, pero hablamos mal de nuosiros hermanos; hace-
todos los (lias on la conversión de! pecador. Tan pronto mos limosnas, pero rehusamos perdonar; ya no somos
como se perdona el pecado, se ve, se piensa y se babla del lodo de Jesucristo, y por consiguiente nos abandona
de. olía manera que se bacía cuando se vivia en el de- enteramente al demonio. No hay con Dios neutralidad,
sorden. Toda la nmUitud que allí había quedó admirada; no hay división. Somos del mundo, no nos IL-onjecmos de
pero la envidia convierte en mal basta los mayores m i l a - pertenecer á Jesucrislo. Somos de Jesucrislo, luego debe-
gros. El entendimiento se resiente siempre de la corrup- mos ser enteramente opuestos al espírilu del mundo.
ción del corazón. ílalláronse entre aquella muchedumbre ¡Buen Dios! i cuántos q u e d a r á n atónitos en la hora do la
que liabia sido testigo del milagro que Jesucrislo acababa muel le, que creyendo ser de Jesucrislo porque han lleva-
de obrar, algunos que dijeron, que aquel demonio había do su librea, oirán decir á este soberano Juez: «No os co-
sido arrojado en virtud de líelzebub, príncipe de los de- nozco!», por fin, indignado el Hijo de Dios, cansado de la
monios. El fariseo y los doctores ciegos ¡jor la envidia, no obstinación y de la hidocilidad do aquella nación ingrata,
creen ver mas quo las obras del demonio en aquello m i s - la psredice do un modo muy marcado su fatal reprobación
mo en que el pueblo sencillo reconoce claramente los ras- presentándoles la parábola siguiente: «Cuando el espíritu
gos del poder divino. lié aquí lo que debo conso'ar á los miiuindo ha salido del cuerpo de un hombre va por los
siervos de Dios cuando no pudiéndose condonar sus ac- logares á r i d o s , y no hallando donde hacer asiento , v o l -
ciones esteriores, se atribuye t i b i e n quo hacen á otro veré, dice, á mi casa de donde be salido: y encontrándo-
principio que al espíritu de Dios que los anima. Otros le la barrida, parle inmediatamente, y toma consigo otros
pedían algún prodigio celestial, dicesan Lucas: el i n c r é - siete espírilus mas malos que él: entran de nuevo, se ha-
dulo busca nuevas pruebas de religión, á las cuales tam- cen fuertes allí y se establecen en ella; y la última condi-
poco se rendiría, así como el pecador querría para con- ción de este hombre es peor que la primera: lo mismo
vertirse nuevas gracias á lasque rosisliria no menos q u e á sucederá á esla nación perversa.» Jesucristo quiere dar-
las que íienc y que desprecia. Viendo Jesús lo que pen- les á enlonder, quo hace muchos siglos que el demonio
saban, sufrió sin quejarse una calumnia lan negra y tan hacelodossus esfuerzos para hacerse dueño de un pueblo
grosera; y se contenió solamente con decirles con su d u l - que es el único que vive en la religión verdadera; el ú n i -
zura acostumbrada: Yo trabajo en dostrnír el reino de Sa- co que no está sometido á sus leyes, el único que no está
tanás arrojándole de los cuerpos y quitándole las almas sepultado en las tinieblas d é l a idolatría. Que hasta en-
por la santidad de la moral que predico y que y o p r a í tico; tonces siempre lo encontró bien adornado; pero que en
¿cómo, pues, puede él hacer que su poder concurra á castigo del desprecio que hacen de su^Salvador, van á ser
mis designios, contradiciéndose en lai manera á si mismo? abandonados á las potestades del ínGerno, lasque h a b i é n -
El reino de los demonios es ei imperio que ejercen sobre dose hecho dueñas de él con nuevas fuerzas, van á hacer
los hombres. Si ^pues unos conlribiiyen para que sean osle pueblo tanto mas desdichado, cuanto mas querido y
arrojados otros de los cuerpos humanos, ellos se destru- mas favorecido do Dios había sido hasta entonces.¿Y quién
yen á si mi.-smos, y su imperio no puede subsistir. Entre no ve también en la misma parábola el verdadero retrato
vosotros tenéis exorcistas que arrojan alguna vez los de- de esos reinos desgraciados, de esos pueblos quo el cisma
monios invocando el Dios de Abraham : muchos aun de y la herejía han separado de la Iglesia? Sepultados en
vuestros hijos los arrojan en mí nombre, y vosotros sois olro tiempo en las tinieblas del paganismo, los habia ilus-
testigos que mis discípulos han recibido de mí la misma trado la fé cristiana; y habiendo roto por la gracia los l a -
virtud : ¿diréis que todos estos los arrojan en nombre de zos quo los retenían, habían entrado en el seno de la Igle-
ISelzobub"? Y sí yo arrojo los demonios en virtud del O m - sia. En v a n ó s e habia esforzado el demonio por entrar en
nípoleníe, reconoced por este solo rasgo á vuestro Mesías. ellos; él no había vislo en ellos mas que inocencia,pureza
Este raciocinio no tenia réplica. Mas cuando la ceguera es de cosíumbres^levocion, fervor, penitencia. iQué grandes
vohintaria, esclarecen muy poco todas las luces jimt;\s. santos en Inglaterra! ¡quó inocencia y q u é devoción en
El Salvador confundo también la obstinación y la malig- lodos los paisesdel Norte! ¡qué zelo, quó piedad , q u é
nidad de los judíos, por medio de una comparación muy adhesión á la Iglesia de Jesucristo en toda la Alemania! El
concluyeme. Cuando un hombre valiente y bien armado, espíritu de tinieblas ha ido á tomar otros siete espíritus
les dice, guarda la entrada do su casa , solo otro que sea peores quo él ; el espíritu de error, el espíritu de liberti-
mas fuerte que él puede arrojarle y hacerse dueflo do naje, el espíritu do independencia, el espíritu de orgullo,
DK CUARESMA.
el espíritu de imlo.ilichd, el espíritu particular, el espí- m odorem mavitalis. Forni- por nosotros en cualidad de
ritu de división y de cisma; y habiendo entrado en aque- calió nulcm, et omms t m - uiVenda y de víctima do
llas comarcas, hasta entonces tan fértiles en virtudes y en mundilia, aul a v a r i ú a nec olor agradable á Dios. No
santidad, lo han arrasado todo, todo lo han desolado, y so nonihw.tur i n vobis, sicut dc-se oiga entre vosotros ni aun
han establecido allí á mano armada;y la herejía ha hecho cet sanctos: aut turpitudo, el nombre de, fornicación, ó
la última condición de aquellos pueblos desafortunados aul slulliloquiam, aut scur- do cualquiera otra impure-
peor (¡ue la primera. rilitas, (]uw ad rem non per- za , ó de avaricia, como con-
Los fariseos y los doctores do la ley oscuebaban á ,íe- l i n e l ; sed magis graliarum viene á los santos; tampoco
.sncristo sin decir palabra, porque no sabian q u é respon- odio. IIoc cn'un seilole, iníci-lo que ofende al pudor, los
der; pero nada rebajaban de su orgullo, ni de su tenaci- ligentcs quod omnis fornica- discursos necios, ni las b u -
dad; cuando una mujer sencilla, mas ¡lustrada que ellos, íor, aulimmundus, aul ava- fonadas, que no vienen al
ievuntó su voz en medio de la asamblea, y arrebatada de ras quod esl idolorum servi- caso, sino mas bien las ac-
la doctrina del Salvador eselamó: «Dichosas las cntrafias las, non hnbel heredilaiem ciones de gracias. Estad,
que le han llevado, y felices los pechos que has mamado.» ta regno Chrisli et Dei. Ne- pues, bien persuadidos que
cAnles bien, repuso Jesús, bienaventurados los que escu- nio ros seducal inanibus ver- lodo fornicador, todo i m p ú -
chan la palabra de Dios, y la ponen en práctica.» Kl Sal- bis: propler hac cnim venil dico , y todo avaro , que se
vador dió esta respuesta para insli uccion de lodos los que hace esclavo de estos ído-
i r a Dci i n fitios diffidcnt'ur.
escuchaban, y que escuchándole no se hacian ni menos Nolilc ergo eljici parlieipes los , no tendrá la herencia
malos, ni menos dóciles. Estas palabras «níes 6 í m , lejos eorum. Eratis enim aíiquan- en el reino de Jesucristo y
de servir aquí de correctivo, son mas bien una confirma- do lenebra;: nunc autem lux de Dios. No os seduzca n i n -
ción dolo que aquella piadosa mujer acababa de sostener. in Domino. Ut füii lucis a m - guno con frivolos discursos,
Sin embargo , el Salvador sin insistir mas sobre la dicha bulale: fruetus enim hwis porque estas cosas atraen la
singular de su Santísima Madre, toma de ella ocasión para est m omni boniiatc, t t j u s - ira de Dios sobre las perso-
hacer conocer á sus oyentes cuál es la felicidad que les es litia, el veritalc. nas incrédulas. No tengáis
propia, y á que lodos pueden aspirar. Como si les hubie- ninguna comunicación con
se dicho : verdad es que el privilegio y la fortuna de m i ellos. En otro tiempo vivíais
madre es grande, y mayor que lo que pueden compren- también vosotros en las t i -
der los hombres y aun los ángeles. Su eminente santidad nieblas, mas ahora vivís en
s u crédito casi omnipotente cerca de mi Padre y de mí, su la luz en el Señor. Caminad
^"gusia y sublime dignidad de verdadera Madre de Dios, como hijos de luz ; el fruto
uébeil captar la admiración de lodos los espíritus, ganar- de la luz es obrar en todo
le todos los corazones, merecerle todos los homenajes; g é n e r o de bondad, de j u s -
pero sabed, que si ta elección que Dios habia hecho de ticia y de verdad.
e l h para una dignidad tan alia, no hubiese sido acompa- La ciudad de Efeso, metrópoli del Asia menor, era
ñada por su parte de una perfecta docilidad, de una p r o - muy dada á ta idolatría, y sobre lodo al cullo de Diana;
funda humildad, de una fé, de una pureza, de una san- reinaba mucho en ella el vicio de la impureza; eran muy
tidad sin ejemplo, de nada la hubiera servido toda la pre- aficionados losefesinos á la magia, y san Pablo hizo quemar
dilección que mi Padre y yo habí-unos tenido por ella. El en un solo dia por valor de cincuenta mil donarlos de l i -
Salvador quería dar á entender á los judíos que la p r e d i - bros mágicos. El santo apóstol vino allí por primera vez á
lección que Dios babia tenido por el pueblo judio, esco- predicar hacia el año fi i de Jesucristo.
giéndole por su pueblo, no le servirla sino para hacerle
mas desgraciado, haciéndole mas criminal, sino ponían en REFLEXIONES.
pi'ácticalo que él les enseñaba, si no creían su palabra. «No se oiga entre vosotros ni aun el nombre de fornica-
ción ó de cualijuiera aira impureza ; tampoco lo que ofen-
La oración de la misa de esle dia es como sigue : de al pudor, ó los discursos necios, ni las bufonadas.»
Qua'sitmus , omnipolens ' Te rogamos , Dios o m n i - ¡ Qué inq oi lanle esta lección, que necesaria, pero q u é mal
^ews, vota humilium respi- potente, que mires favora- observada en el dia! Ninguna cosa prueba m e j o r í a es-
Ce'- atque ad defnisionnn blemente los deseos y ora- pantosa corrupción de este siglo, que esa licencia desen-
n<>siram dexleum tuce m a - ciones de los humildes, y te frenada con que se dice todo cuanto ofende al pudor; no
P'slnús exlende. Per Domi- dignes eslender , para pro- hay edad, no hay sexo que no manche su lengua con lo
tegernos, el brazo invenci- que mancilla la imaginación y ensucia el corazón . Aquel
ble de lu Majestad. Por pudor que basta ahora nacía con los crislianos, parece quo
nuestro Señor, etc. hoy se ha desterrado del mundo. Los jóvenes, en quienes
parecía como propio patrimonio, ya no lo conocen. Con
l a Epístola es del cap. s de la caria de san Pablo tal que los términos no sean groseros, no se avergüenzan
apúslol á los Efesinos. ya del mal sentido, ni de las sucias imágenes que despier-
Fratros: estole imilalores Hermanos : sed imiíado- tan. En esto brilla el tálenlo, se ríen de eslo, y los hay
fo* skut filü charissmi: ct res de Dios como hijos ama- tan poco crislianos, tan desvergonzados que aplauden todo
(iwbvlaie i n dileelione, siatl dísimos, y caminad en es- lo cpie hace reir. ¿ Q u é se ha hecho aquella vergüenza sa-
f'í Christiis ditexü nos , et pírilu de amor como Jesu- bia y honesta que sienta tan bien á los j ó v e n e s ; aquella
tradidii semeiipsum pro n ú - cristo, que nos ha amado y modesiia eriátispa que servia de ornamento á la virtud;
oblaiionm ct hosliam Deo se ba entregado á si mismo aquella delicadeza de conciencia, que hacia el elogio del
IÜI; DOMINGO TERGKílO
crisliaiiismov1 «¿Cómo se luí e m p a ñ a d o el oro, y nuidado snnl larha>.. Qaidain aulem mucliedumbre (inedo admi-
su precioso color?» (Jerera. 4.) Las palabras se resienten ex eis dlxerunt : la ¡ i n l z c - i'ada. Sin embargo, algunos
de la licencia d é l a s costumbres. Cuando la corrupción ha liub príncipe dwinoniorain de los que allí estaban d i -
ganado el corazón, se muda muy pronto de lenguaje. Su ejicil da'monia. El aln ten- jeron : Este arroja los demo-
lengua manifiesta lo que son. (Matth. 2C.) La simulación íanles, signum de cado quee- nios en virtud de Beelzebub,
reina demasiado en el mundo; pero la corrupción del co- rebant ab eo. Ipse aulem MÍ príncipe de todos ellos; otros
razón se manifiesta demasiado en las reuniones munda- vidil cogitationes coyum, d i - para tentarle le pedian a l -
nas. El alma produce en ellas su retrato. El Apóstol coloca xit eis: Oninc regnum i n gún prodigio del cielo. Mas
los discursos impertinentes y chocarreros en el mismo ór- seipsum divisum desolabUurt viendo Jesucristo lo (pie
d m que lo que ofende los oidos castos. No son, en efecto, el domus supra domwn ca- pensaban , les dijo i Todo
menos perniciosos, sobre todo cuando hieren á la religión. del. s i aulem el S a l a m s i n reino dividido entre sí, será
Se chancea neciamente, se hace burla del modo mas sa- seipsum divisus c s í , quomo- arruinado, y sus edificios
crilego de lo que hay mas santo y mas respetable. Un j ó - do stabü regnum ejus? quia caerán unos sobre otros. Si,
ven libertin;) cree dar muestras de talento, zumhándose dicitis i n Beelzebab me e/ire- pues. Satanás está dividido
con impiedadde la religión, y no lo tiene para ver que por re dnsmonia. Si aulem ego in en sí mismo, ¿ c ó m o per-
esto mismo da «na prueba pública de la mas insigne locura; lieelzehub ejido dwmonia: fi- manecerá su reino? Poniue
y en verdad, ¿ hubo alguna j a m á s mejor marcada? Pero l i i veslri i n quo ejiciml? Ideo vosotros decís, que yo arro-
¿ q u é indignación no causa el oir á esas gentes ociosas, la ipsi judices vestri erunt. jo los demonios en virtud
mayor parte sin religión, cuyos escesos han emlü ulccido Porro si in digilo Dei ejido de Eeelzebub. Ahora bien.
su espíritu, enflaquecido su razón, y depravado el senti- damonia, profeclo pervenil Si yo arrojo los demonios
do común, chancearse con desprecio de las verdades mas in vos regnum Dei. Cúm for- en virtud de Beelzebub,
terribles, y hablar comopnganos de tos misterios mas tre- tis armatus custodil alrium ¿vuestros hijos en virtud de
mendos? ¿ q u é enojo no escita oir á algunas mujercillas suum, i n pace sunl ea, quw quién los arrojan ? Por tan-
cuyo talento es tan limitado, y que nada tienen de grande possidel. Si aulem forlior eo to ellos serán vuestros j u e -
mas que un fondo inagotable de presunción y de desver- ces. Mas si yo arrojo los
viperveniens vicerit enm,
güenza, disputar sobre la gracia, decidir atrevidamente demonios por la virtud de
universa arma ejus aufcrel,
puntos de religión, y rechazar con insolencia las mas san- Dios, no queda duda (pío
in quibus confidebat, el spolia
ha venido á vosotros el reino
tas decisiones de la iglesia? ¿ Q u é hubiera dicho el santo ejus dislrihuel. Qui non est
de Dios. Cuando un hombro
Apóstol de esta imbecilidad estravagante, de esta especie mecum, conlra me esl: el
valiente bien armado guar-
de fanatismo, si huhie.se visto cutre los fieles de su tiempo qui non colligil mecum, dis-
da la entrada de su casa,
la misma licencia, la misma irreligión en las palabras, que pergit. Cúm immundus s p i -
está seguro de todo lo quo
so ve en los cristianos de nuestro siglo? Discursos imper- ritus exieril de homine, a m -
posee; pero si viene otro,
tinentes, fastidiosas y miserables pláticas, conversaciones bnlal per loca imquosa, qxm-
mas fuerte que él, y le ven-
ridiculas, en las que lodo presenta un carácter de i r r e l i - rens réquiem: el non inve-
ce, le despojará de todas
gión y de locura. En efecto, ¿ q u é cosa mas estravagante niens, dicit: Revcrlar i n do-
las armas en que confiaba,
que el someter á unas luces tan limitadas y tan escasas mum meam undé exivi. Et
y distribuirá sus despojos.
como las del espíritu humano, que no puede comprender cúm venerit, invenit cam sco-
El que no es conmigo, es
la estructura de una hormiga, ni de la hoja de un árbol, pis mundalam et ornalam.
contra m i ; y el que no coge
los abismos impenetrables de la divinidad, los misterios Tune vadit el assumit sep-
conmigo, disipa. Cuando el
mas recónditos de nuestra religión, los secretos adorables k m altos spirilus secum n c -
espírilu inmundo ha salido
d é l a gracia, de la predestinación, y lodo lo que las inteli- quiores se; et ingressi habi- del bombre, anda por l u -
gencias celestiales se contentan con adorar sin compren- tanl ibi. E l fiunt norissima gares áridos buscando r e -
derlo? Esta licencia desenfrenada dolos particulares, aun hominis illius p e j o r a p r i o r i - poso, y no hallándole, dice:
legos, en querer constituirse jueces en los puntos de fé, bus. Faclum esl aulem, Volveré á mi casa de donde
y doctores supremos en materia de religión, es la que ha cum'Jim diceret, extollens he salido; y á su vuelta la
dado origen á todas las herejías y lo que las ha alimenta- vocem queedam mulicr de halla barrida y adornada.
do. El espíritu particular ha caracterizado siempre á todos turba, d i x i t i l l i : lieatus veu- Entonces va y toma consiga
los herejes; él lisonjea demasiado el orgullo de las per- ter qui le portavil, et ube- otros siete espíritus peores
sonas del otro sexo, y do los talentos ordinarios y grose- ra, quee suotisli. A l iile d i x i l : que él, y entrando, hacen
ros, para no apegarlos con terquedad á un partido que les Quininimo beali, qui uudiunt asiento en ella, y la última
constituye jueces en materia de religión, y les hace supe- verbum Dei, el cuslodiunl condición de aquel hombre
riores á los mas grandes doctores d é l a Iglesia ; y h é a q u í illud. es peor que la primera. Su-
lo que engruesa todas las sectas, y lo que hace irreduci- cedió , pues, que cuando
bles alas mujeres y á las gentes ordinarias, cuando han hablaba de esle modo,'le-
tenido la desgracia de dejarse pervertir por el error. vantando cierta mujer la
voz de en medio de la m u l -
Eí Evangelio de la misa es del cap. H de san Lucas. titud, le dijo: Dicbosas las
¡ a i l l o lempore: E r a t J e - En aquel tiempo estaba entrañas que te llevaron, y
sus ejiciems deeinonium, el Jesús echando un demonio, y felices los pechos qne te
illad crul mulum. Et cum y este demonio era mudo. (lienm de mamar. Aolcs
ejecissrl dcjemonum , l o m - Y habiendo arrojado al de- bien, repuso Jesús, hiena-
tus cal m u í e l admiruUc monio, habló el mudo, y la
DE CUARESMA. 167
venturados los tftté oyen la de nuestra ternura? Y después del culto debido á Dios
palabra de Dios y la ponen ¿ q u é v e n e r a c i ó n , q u é culto no debemos á la Madre de
en práctica. Dios?
PUNTO SEGUNDO.—Considera qne. la respuesta que dió
MEDITACION. Jesus á estas palabras: «Dichosas las entrañas que te han
llevado,» nos insinúan la eminente santidad de María,
Délas grandezas y prerngalivas de la Santísima Virgen. dándonos á entender qne es mas distinguida todavía por
su fidelidad á lodos los deberes de la religión, que por la
PUMO PRIMERO.—Considera que, como dice san Hnena- preiogativa de madre de Dios: «Antes bien, repuso Jeius,
venlura, Dios [juede bacer una iníinidad de mundos mas bienaventurados aquellos que escuchan la palabra de Dios,
hermosos, mas amplios, mas admirables que el que ba y la ponen en p r á c t i c a ; « y esto nos enseña también que
criado, y en que vivimos; puede hacer asiros mas b r i - el verdadero medio de honrar dignamente á la Santísima
llantes, cielos mas resplandecientes, una tierra mas rica Virgen, es el imitar sus virtudes; el cuko qne la tributa-
en producciones y en maravillas, puede hacer de ellas sin remos entonces será sincero, siendo tan religioso, y nues-
n ú m e r o ; pero por mas que sea omnipotente, no puede tra confianza le será muy agradable, y para nosotros no
hacer una madre mas noble, mas escelenle, mas digna de será ilusoria. A la verdad, la veneración, la confianza, la
nuestra veneración, de nuestra devoción, de nuestrosres- devoción á la Santísima Virgen, han nacido con la Iglesia.
pelos, de nuestro culto, que la Madre de Dios. Así es que No hay ningún verdadero fiel que no tenga un amor filial
el Evangelio para formar lodo su elogio, se contenta con á esta Madre amorosa de los elegidos. Puede decirse quo
decir, que María es la madre, de Jesucristo. ¿,C>ué puedo así como la devoción á la Santísima Virgen crece con la
yo decir, ó bienaventurada Virgen, de vuestra persona y fó, así se ve que esta fé, de que el justo vive, no se debi-
de vuestras grandezas, esclama san Agustín, en vista de lita j a m á s , sin que se debilite la devoción á la Santísima
que lodo lo que podría decir, es inferior á las alabanzas Virgen. Ninguno puede ser afecto á la Madre, cuando es
qu;1 merece vuestra dignidad? ¿ Q u e r é i s saber cuál es la enemigo del Hijo. Las grandezas y las prerogativas de la
escelencia, el niérilo, la sublime dignidad de la Madre? Santísima Virgen, su poder, su crédito, deben fundar
dice San Euquerío; concebid, sí es posible, el mérito y la nuestro consuelo y nuestra confianza. ¡ (Jné dulce es y q u é
escelencia de! Hijo. Concebid lo que es el Hijo de Dios, consolatorio el tener por madre á la Madre, de Dios, y eslar
dice san Gregorio, y concebiréis lo que es su Madre. Con seguros de qne la sirve, por decirlo así, de placer el ser
solo decir que la bienaventurada Virgen es Madre de Dios, nuestra madre! Se sabe bien que Jesucristo solo ba resca-
^'ce san Anselmo, hasta para elevarla sobre todas las gran- tado al mundo con su sangre; pero no puede ignorarse
de/.iis que pueden decirse o imaginarse después de Dios, que la sangre que ha derramado ha sido formada de la
^ ' i ' i n , solo el artífice es superior á su obra, dice el sabio misma sustancia de María, y por consiguiente que María
^edro Damiano; lodo cuanto podéis imaginar de grande, ba suministrado, ha ofrecido, ha entregado para nosotros
de sublime, de escelenle, es inferior á l;i Santísima V i r - la sangre que nos ha servido de redención; y esto es sobre
gen. De aquí lodos los títulos pomposos que la da la Fgle- lo que se funda la Iglesia para atribuirla la cualidad de
siíi, de Reina de los hombres y délos á n g e l e s ; de media- medianera, y lodos los demás títulos que la da. María toma
nera cerca de su Hijo; de abogada omnipotente de los pe- mucha parte, tiene un gran interés en nuestra salvación
cadores para con el Eterno Padre; de estrella de la maña- para mirar con sangre fria nuestra perdición. Sabe ade-
na, puerta del cielo, arca de la alianza. Juzguemos de su más que si no hubiese habido pecadores que salvar, no
gloria por su dignidad; juzguemos do su mérito por la es- hubiese tampoco habido madre del Salvador; lodo esto
celencia y la sublimidad de su gloria. Cuando Dios escogió maiiliene su ternura para con nosotros, y debe autorizar
•> María para elevarla á la divina malernidad, noconsi- nuestra confianza en ella. ¡ Qué ventajas no se sacan de
deró en ella ni la grandeza de su nacimiento, ni los talen- esta tierna devoción! iQué gracias, qne s o c ó n o s no es-
tos de su espíritu, ni las perfecciones de su persona. Es periineiilan de ella durante la vida lodos los siervos
vei'dad que María, aun según el mundo, era la mas c u m - de María! ¡Y (pié confianza, q u é consuelo no sienten en
plida de todas las criaturas; descendiente de David, y de la hora de la muerte! ¡ Qué dulce es vivir bajo del
•anlos otros reyes que contaba entre sus antepasados, ella amparo de una protectora scmejanlc! Pero ¡(jué dulzu-
había heredado toda su gloria ; dotada de las cualidades ra al morir, cuando se ha merecido por la fidelidad en
Plurales qne habia recibido de Dios, era ella, en el len- su servicio su protección 1 Nada hay que pueda asegu-
^ ' j e de san Bernardo, la obra maestra de todos los siglos; rarnos tanto contra el justísimo temor de los juicios de
P^ro nada de lodo esto obligó á Dios á la elección que hizo Dios, y contra los espantos de la muerte, como la confian-
fl« ella puraque fuese madre del Mesías, y para que diese za en la Santísima Virgen, fundada en su bondad, y CQ
" I mundo el Redentor. Lo que decidió, pues, en favor de una perseverante devoción á ella. ¿ Q u é tenemos que te-
M'iría fué su santidad, y las eminentes virtudes que poseía mer, si la Madre de Dios se interesa por nosotros? Ármese
s«l)rc todas las demás. Aquella pureza sin ejemplo, aque- lodo el infierno contra m í ; la protección de Ja Santísima
lla bondad sin taclia, aquella humildad sin limites, aque- Virgen es un fuerte inaccesible á lodos los enemigos de la
lla caridad, aquel amor puro de Dios, que sobrepujaba al salud; es aquella misteriosa torre de David, pertrechada
d é l o s serafines. ¿No tiene razón para esclamar la m n - con todo género de armas; María es la estrella del mar,
J^rde mu-stro Evangelio: Dichosas las entrafias ( p í e t e que arregla la navegación; no hay mas que mirarla á me-
llevado, y felices los pechos que te han dado de nudo para evitar los escollos y el naufragio. Desgraciado
niamai ? Después do Dios ¿ h a y un objeto mas digno de el que mira con indiferencia una Madre tan amable; ¡qué
mieslra a d m i r a c i ó n , de nuestros profundos respetos, digno de lástima es el que no siente ni devoción ni zelo
168 LUNES TERCERO
por la Madre de Dios! pocas seüales hay ménos equívocas Evangelio do la misa del dia, y la Epístola nos enseña quc
de reprobación. los estraños se aprovechan de los socorros que rechazan
Señor, que tan inleresado eslais en la gloria y en el los hijos del reino.
culto de vuestra digna Madre; aumentad en m í , por vues- El introito de la misa es una continuación de la plegaria
tra bondad, mi ternura y mi zelo por aquella en quien he que David, libre de las manos de sus enemigos, y perse-
puesto loda mi confianza después de vos. Yo me dedico guido todavía por sus allegados, hace á Dios.
para siempre á su servicio, seguro de que no podré dejar Ilabiendo sabido David, por su amigo Jonatás, que Saúl
de agradaros, mientras tenga la dicha de ser del número estaba resuello á hacerle perecer y perderle, se retiró al
de sus hijos. palacio de Achis, rey de Gelh. No estuvo mucho tiempo en
JACULATOIUAS.—Virgen Santa, mostrad que sois mi la córte de este príncipe sin que fuese conocido. Resolvie-
Madre. ron apoderarse de é l ; pero habiendo hallado David el
María, madre de gracia, madre do misericordia, efefeft* medio de salvarse, se retiró á ta caverna do Odollam, don-
dednos de continuo contra nuestros enemigos, y recibid- de se dice que compuso este salmo, que comienza por es-
nos bajo de vuestra protección en la hora do nuestra muerte. tas palabras: Compadeceos de mí, ó Dios mió, ya que veis
con qué indignidad me traían los hombres, y que no des-
PROPÓSITOS. cansan en la guerra y en la persecución que me han de-
1 Miradcon qué zelo, con q u é afecto de devoción, dico clarado; mis enemigos me hacen sentir sin cesar los efec-
san Bernardo, ha querido Dios que honrásemos á la S;m- tos de su odio; y el número de estos enemigos se aumenta
tísima Virgen, en quien ha colocado la plenilud del bien todos los dias. Yo alabaré algún dia, a ñ a d e , y por este
como en un gran depósito, desde donde derivasen sobre versículo comienza hoy la misa; yo alabaré algún dia, con
lodos sus siervos las mayores gracias. Así es que no hay la gracia del SefiOir, yo alabaré su fidelidad en cumplir la
santo alguno en la Iglesia que no haya tenido esta tierna palabra que me ha dado, asegurándome una entera liber-
devoción á la Madre de Dios. Dirúise con razón que esta tad : yo espero en él y no temo de modo alguno los esfuer-
devoción caracteriza á los elegidos: tan ordinaria es en zos délos hombres. Esto es lo que con mucha razón podia
las almas justas; y se ha notado también haber habido decir el Salvador, cuando se vió obligado á hacer un m i -
pecadores que habiendo conservado una regular venera- lagro para librarse de las manos de sus parientes en Na-
ción á la Santísima Virgen, en medio mismo de sus d e s ó r - zarelh, como se verá en el Evangelio,
denes, su conversión ha hecho ver tarde ó temprano que La Epístola contiene la historia de Naamán, general del
la devoción á la Madre de Dios j a m á s es infructuosa. Sed, ejército del rey de Siria. Este oficial pasaba por uno de los
pues, uno de sus mas zelosos y afectuosos siervos. Haced mas valientes de su tiempo; habia conseguido muchas
altamente profesión de ser del número de sus hijos. No pa- victorias sobre los enemigos de su nación, y habia s e ñ a -
séis ningún dia,sin darla pruebasMe ello. Imponeos la ley lado su valor en mil encuentros; gozaba de gran favor
de rezar todos los dias el rosario en su honor; esta ora- cerca del rey, y era mirado como la segunda persona del
ción la es eslraordinariamenle agradable; pero procurad reino. En medio de toda esta gloria y de todas estas pros-
rezarle cada dia con nueva atención y con nuevo guslo. peridades, se veia afligido con una lepra que le hacia hor-
2 La Iglesia comienza todas las horas de su oficio con rible, y le impedia disfrutar ios efectos do su alia repu-
el Padre nuestro y el Ave María, y las concluye todas con lacion y de sus cuantiosas riquezas. A la verdad, la lepra
esta bella alabanza : «Dichosas las entrañas que han l l e - de Naamán no le impedia presentarse en la córte, ni el ser-
vado al Hijo único del Padre Eterno, y bienaventurados los vir al rey de Siria, porque los d e m á s pueblos no tenían
pechos que han lactado á Jesucristo nuestro SiTior.» Ha- el mismo horror á los leprosos, que el quetenian los israe-
ceos familiar este corto encomio; conservad la imágen de litas. Era tenida entre ellos la lepra mas bien como una
la Saulísima Virgen no solo en vuestro oratorio, sino t a m - deformidad, que por una enfermedad ; y la misma Es-
bién en las principales habitaciones de vuestra casa; tened critura se sirve con mas frecuencia de la palabra «limpio»
cuidado de celebrar con singular devoción todas sus fies- con respecto á los leprosos, quede la palabra «curado.»
tas. Haced sie npre en estos días alguna limosna, ó alguna (Luc. 4.)
otra buena obra con el mismo objeto, y no omitáis nada «^Habiendo salido de Siria algunos ladrones, hablan l l e -
para inspirar á todos los que dependen de vosotros, y á vado cautiva una muchacha del pais de Israel, la cual fué
todos vuestros amigos, la devoción á la Santísima V i r - destinada al servicio de la mujer de Naamán.» La Siria ha
gen. Tal ha sido siempre la práclica de todas las personas sido siempre fecunda en ladrones, lo mismo que la Arabia
buenas. y todos los demás pueblos del Oriente. Era muy ordina-
rio entre ellos el agavillarse, y hacer incursiones so-
LUNES TERCERO DE CUARESMA. bre los países enemigos, robando todo lo que encontra-
Como la pasión y la muerte del Salvador son el princi- ban, y llevándose siempre muchas esclavas. Del n ú m e -
pal objeto que se propone la Iglesia en todos sus oficios de ro de estas fué una muchacha judía, la cual fué entregada
Cuaresma; no hay dia alguno en toda ella, cuyo olido d i - á la inujerde Naamán para que la sirviese en las Cosas
vino no haga relación en alguna parte á alguna circuns- domésticas. Viendo esta joven el motivo de la aflicción
tancia de la vida laboriosa y paciente del Salvador, ó á de su señor, y sus suspiros : Ojalá, la dijo un dia á su
algún rasgo particular que designe la malignidad de los s e ñ o r a , que vuestro esposo hubiese ido á ver al profe-
judíos, su persecución y su negra ingratitud. El oficio de ta que está en Samarla ; me atrevo á asegurar que h u -
este dia es una prueba de lo que dice san Juan del Hijo de biera sido infaliblemente curado. Naamán llamó á la jóven,
Dios, esto es, que ha venido á su propia heredad y no ha la preguntó; y habiéndose enlerado por ella de la virtud
sido recibido por los suyos. Esto es lo que nos refiere el que Dios habia concedido á Elisoo, y todas las maravillas
DE CUARESMA. <C9
que habia obrado, fué á ver al rey, y le contó lo que babia peño rogó al profeja que acvpíasc los ricos présenles que
sabido de aquella joven. El rey de Siria, que amaba lier- le hacia. Mas el desinterés fue siempre la virtud común de
namenle á su minislro, le ordenó que partiese inmediala- todos los verdaderos siervos de Dios, y sobre todo de los
mente, y le dió una caria de recomendación para el rey bombres apostólicos. Eliseo rehusó constantemente todo lo
de Israel, concebida en eslos t é r m i n o s : « Luego que h u - que Naamán se e m p e ñ a b a en que aceptase , y luvo que
biereis recibido esta carta sabréis que os he enviado á eeder al perfecto desinterés del profeta, Pero antes de r e -
Naamán mi siervo, á fin de que le curéis de su lepra. » tirarse le dijo aquel señor convertido : « Yo os ruego que
Habiendo tomado Naamán diez talentos de plata, que h a - me permitáis llevar dos nuilos cargados de tierra de esto
cen, según se cree, cerca de cuarenta y ocho mil seiecien- pais, porque en adelante vuestro siervo no ofrecerá ya h o -
las libras de nuestra moneda, seis mil piezas de oro y locaustos ó víctimas á los dioses eslranjeros, y solo sacri-
diez mudas de ropa, partió con un gran tren para Sama- ficará al S e ñ o r . » Creia Naamán que el culto del verdade-
rla. Luego que llegó presentó la carta del rey de Siria 5 ro Dios estaba de tal modo vinculado al pais de los he-
Joram, rey de Israel, quien, habiéndola leido, se imaginó breos, queen ninguna otra parte podían ofrecerse sacrificios
que el rey de Siria buscaba soio un pretesto para decla- agradables. Y como no se sentía con bastante ánimo y r e -
rarle guerra, y que este era ei objeto con que le escribía solución para dejar su patria, sus empleos y sus bienes,
pidiéndole que curase á su favorito. Traspasado de dolor, se imaginó que podría igualmente servir á Dios en siria,
desgarró sus vestidos á vista de toda su córte, diciendo: con tal que hiciese llevar allí tierra de Israel. Eliseo
« ¿ Soy yo ocaso Dios para que pueda quitar y dar la v i - animado y conducido por el espirilu de Dios admiró y
da ? ¿ A q u é enviarme asi un hombre, á fln de que le cure alabó su fé y su zelo, y le hizo conocer que el culto del
(le la lepra? Vosotros veis que este príncipe no busca mas verdadero Dios no estaba ligado á un pais, ni á una tierra
que una ocasión para romper conmigo. » ¿ N o es buscar particular, y que se puede amar y servir á Dios en todas
contienda á toda costa, el exigir de mí que haga un m i - partes. La Escritura a ñ a d e que Giezi, criado de¡ profeta,
lagro? que no era tan desinteresado como su señor, fué corrien-
Habiendo sabido el profeta Elíseo la desolación en que do tras de Naamán para pedirle uu talento de plata y dos
se hallaba el rey, 1« envió á decir que por que babia des- vestidos, suponiendo que era de órden del profeta: Naa-
ganado sus vestidos, fue no tenia mas que enviarle aquel mán ipiiso q u e tomase dos talentos, y vino á traérselos.
estraujero, y que él le haría ver muy pronto que aun ba- Habiéndose presentado Giezi por la larde delante de E l i -
bia en Israel un profeta. Asegurado Joram por este men- seo, le preguntó el profeta de dónde venia: Vuestro sier-
saje, suplicó á Naamán que fuéseá ver á Eliseo. Fué, en vo no ha oslado en ninguna parle, respondió Giezi; pero
cfw,io, aquel oficial á ta casa del profeta con lodo su cqui- Eliseo le dijo : Pues q u é , ¿ n o estaba «ni espíritu presente,
P;ij« ; pero quedó sorprendido cuando Eliseo le envió á cuando aquel hombre, ha bajado de su carro para venir
u^cir que fuése á lavarse siete veces en elJordan. C r e y ó - adonde tu estabas? tú has recibido dinero y vestidos para
se ofendido, y comenzaba á retirarse, diciendo en tono de comprar olivares, viñas, bueyes, ovejas, siervos y siervas,
enfado : Creía yo que este profeta vendría á lo ménos á y yo, sí, yo te aseguro que la lepra de Naamán no le se
verme ; me parece que soy persona bastante respetable quitará á tí ni á toda tu raza para siempre. Giezi se se-
para que se tomase esta pena ; pensaba yo que habría i n - paró de su señor todo cubierto de lepra.
vocado sobre mí el nombre del Señor, su Dios, y que to- Los santos Padres reconocen en la curación de Naamán
cándome con su mano curarla mi lepra. ¿No tenemos no- la figura del sacramento del bautismo, que purifica al a l -
sotros aguas en Damasco mejores que lodas las del reino ma de la lepra del pecado. Naamán, gentil, ostranjero,
de Israel? ¿ era necesario andar cerca de cien leguas para enviado á Eliseo por su sierva cautiva, es también la figu-
decirme que fuese á lomar los baños del Jordán, y que ra de la gentilidad llamada al Evangelio, y á Jesucristo
quedaría libre de mi lepra ? Manifestando de este modo su por la sinagoga, que es esclava con sus hijos, como se es-
indignación, ordenó que se volviese á lomar el camino de plica el Apóstol. Naamán se baña siete v e c e s , y queda cu-
Siria. Knloncessus criados, que raciocinaban con mas san- rado enteramente, como para significar los siete pecados
P * fi ia que él, le dijeron : Señor, si el profeta os hubiese capitales, dice Tertuliano, Baya remisión se nos concede
"laudado alguna cosa difícil, hubierais, sin embargo, dé"; por él bautismo. En fin , Naamán restablecido á la pureza
íiido bucerla, y sin duda la hubierais hecho; ¿ p o r qué de uu niño, sin apariencia alguna de lepra, representa el
os habéis de negar á obedecerle, cuando os manda solo efeclo del sacramento, por el cual quedan perdonados l o -
R e b a ñ o para quedar curado de vuestra lepra ? Uimlióse dos los pecados; sin que quede mancha alguna, dice san
Ntaináa á está sabia reconvención. Bajó al J o r d á n , se lavó Ambrosio. En la resolución de Naamán se vé también el
611 él siete veces, é inmediatamente quedó tan bien curado modelo de una conversión perfecta por una mudanza en-
^ue no le quedó en su carne ni una sola señal de lepra. tera de conducta y de costumbres.
La Escritura dice que s u curación fué tan perfecla que su Se ha elegido para osle dia la Epístola que se acaba de
'''Uno. S(. |„|S0 t;¡n icisa, blanca y encarnada como la de referir , porque el Evangelio de esle mismo día habla
lin niño, de modo que todos reconocieron el milagro, bos de la curación milagrosa de Naamán, favorilo del rey de
aféelos de alegría, de admiración y de reconocimiento su- Siria,
cedieron á los de indignación. Naamán volvió á la casa Acababa el Salvador de hacer muchos milagros en el
de! hombre de Dios; y apenas le peí t i rió todavía lejos: «Yo territorio de Cafarnaum, cuando vino á Nazarelh, en don-
W ciertamente, esclamó, que no hay otro Dios en toda la de babia pasado la mayor parte de su infancia y de su j u -
tierra, que el que hay en Israel.« La epístola de la misa ventud. Habiendo ido el sábado á la sinagoga, según su
de este dia concluye aquí por la confesión y la conversión costumbre, se levantó para leer. Los judíos so junlabau
sincera de este señor pagano. Es bien notorio con «pie em- todos los sábados en la sinagoga para orar y oir la leclu-
TOMO iv.
22,
170 LUNKS TEllCERQ
t a y la eÉpUcáekm de la sanfa Escrilurp. El que pobia leer artesano, y no daban mucha importancia á sus palabras ni
si» ponía en pié, y por dtfraQ abría el libro leía algunos á sus milagros. Así también sucede con frecuencia, que
versículos del le\to sagrado, los cuales parafraseaba en los sacerdotes, las personas religiosas, y dedicadas á la
seguida. Levanlóse, pues, Jesucrislo para leer, sea que se Iglesia son escuchadas con ménos interés, miradas con
hubiese presentado por si mismo , sea que hubiese sido mónos veneración y respeto en los pueblos en donde las
invilado á ello por los ancianos. Al abrir, « ul rcvolvil.» han visto nacer y educarse, que en otras parles en donde
El texto griego y laiino significan propianienle desenro- desde luego tas han víslo en el ejercicio de su ministerio ;
llando y desenvolviendo, porque los libros de los judíos, así ígnalmente el Señor hace ménos milagros en favor do
como la mayor parle de los de los antiguos, se componían aquellos que carecen de disposiciones.
de muchas fojas escritas solo de un lado, y cosidas por Al proverbio: Módico, cúrate á tí mismo, en el cual pen-
las eslremidades. Desenvueltas estas grandes fojas forma- saban lodos los de la asamblea, respondió Jesús por otro
ban como una larga'banda que se arrollaba, y de aquí ha que era común entro el pueblo: En ninguna parte tiene
venido la palabra '"volúmcn. Así, en lugar de que noso- ménos estimación un profeta, que en su pais y en su casa.
tros abrimos un libro para leerle, los anliguos le desen- Vuestras historias, añade el Salvador, os ofrecen bastan-
rollaban. El orden que se guardaba en aquella especie tes pruebas de ello; porque decidme ¿cuántas viudas ha-
de asambleas era que tres personas de diverso ran- bia en Israel en tiempo de Elias}' y sin embargo, cuando
go leían delante de todos algunos capítulos de la Escri- el cielo estaba cerrado, como lo estuvo tres años y medio,
tura. El primero que leía era un sacerdote, el segundo ün sin que cayese sobre la tierra ni lluvia ni rocío, y el ham-
simple levita y el tercero un lego. En este último con- bre mas horrible desolaba el pais, ¿ á quién envió Dios á
cepto fué en el que se levantó Jesucristo, y se ofreció á su profeta? ¿ n o fué á una viuda estranjera del pais de
leer. Sidon? ¿Cuántos leprosos había en Israél en tiempo de
El libro que se le presentó fué, según el uso del tiempo, Elíseo? y no obstante aquel hombre de Dios no curó de
una especie de rollo en que estaba la profecía do Isaías, una enfermedad tan incnrable á olro que á Naamán, g e n -
que se leia entonces. Como nada le sucedía fortuitamente t i l , favorito del rey de Siria.
al abrir el libro cayó sobre un pasaje del profeta, que le Todo este discurso del Salvador que debía cscucliarso
miraba á él personalmente, y que decia a s í : « El espíri- como una advertencia saludable, fué muy mal recibido en
tu del Sefior está sobre mí, por esto he recibido la unción una sinagoga en donde habia muchos preocupados de la
de aquel que me ha enviado para evangelizará los pobres; pasión; comprendía bien que Jesucristo quería dejarles,
para curar á los que tienen el corazón oprimido de la y hacer partícipes á otros de sus beneficios, de los cuales
tristeza ; para anunciar la libertad á los cautivos y el r e - juzgaba indignos á ellos; y que por el ejemplo de Naamán
cobro de la vista á los ciegos; para librar á losque están en les daba á entender que tenia designio de ir á predicar á
la opresión; para publicar la llegada venturosa del Señor, los gentiles, en gran desprecio de la sinagoga. Esto les
y el día que hará justicia.» Todos le miraban y escuchaban íri'iló tan fuertemente contra él, que habiéndose levantado
con admiración. Viendo que todos tenían puestos en él los bruscamente, le tomaron con violencia, le condujeron fue-
ojos, tomóla palabra, y habiendo vuelloel libro leshizo ver ra de la ciudad, que estaba edificada sobre la pendiente
claramente que había llegado el tiempo en que se cumplie- de una montaña, y le llevaron hasta la altura de la r o -
se en su persona esta profecía. Les habló con tanta gracia; ca, resuellos á deshacerse de él, arrojándole en aquel pre-
tanta dulzura y tanta fuerza, que estaban todos como esta- cipicio ; tan furibunda es la cólera y el odio de los allega-
siados; y confesando quo nadie j a m á s había hablado como dos. Este género de ejecuciones populares estaban tolera-
él, preguntábanse los unos á los otros : ¿No es este el hijo das, y bajo preteslo de zelo por la ley se quitaba la vida
de J o s é ? Quedaron aun mas sorprendidos cuando tomando á un hombre sinforma de justicia. Pet o Jesucristo que t u -
ocasión de lo que acababa do decirles, comenzó á des- vo á bien dejarse conducir hasta lo alto de la montaña, no
cender á un pormenor que le* desagradaba, y á exhortar- les permitió que ejecutasen su malvado designio ; se des-
les á la práctica de ciertas virtudes que les eran como prendió sin dilicullad de sus manos, y ya que los dejase
desconocidas. Vosotros sin duda, añadió, vais á argiiirmo como ciegos con respecto á él, ya que les quítase repen-
con este proverbio: Médico, cúrale á tí mismo; tú que das tinamente y por milagro las fuerzas y el movimiento, pa-
á otro la salud, no te dejes morir. Nosotros hemos oido só tranquilamente por medio de ellos, y se retiró sin obs-
que has hecho grandes maravillas en Cafarnaum, que táculo. Estos discípulos del demonio, dice san Ambrosio,
no has obrado a q u í : ¿le merecen acaso mas consideración son mas perversos que su maestro; porque aquél se h a -
los eslranjeros que los de tu pais; mas Cafarnaum que bía contentado con persuadir al Salvador, que se precipi-
Nazarclh, que lo debes mirar como tu patria? Nadie se tase, y estos tratan de precipitarle ellos mismos. Aquellos
había atrevido á hacer estas reconvenciones al Salvador; hombres que un momento ántes aphudiau los discursos
pero él que penetraba el fondo de los corazones, les pre- del Salvador, quieren darle la muerte inmediatamente
vino, haciéndoles ver que conocía perfectamente sus mas que les descúbrela corrupción de su corazón. Jesucristo ha
ocultos sentimientos y sus pensamientos mas secretos. Él recorrido muchos parajes en la Judea; ha predicado en
hubiera obrado en Nazarclh milagros tan grandes como muchas ciudades, j a m á s ha perdonado al vicio, enlodas
los que habia hecho en Cafarnaum, si hubiese hallado en partes ha reprendido la corrupción de costumbres, y en
los babilantes las mismas disposiciones y la misma docili- ninguna parte se litin atrevido á emprender, durante el
dad que en aquel pueblo eslranjero. A causa de su incre- c u r ¿ o d e s u predicación, el quitarle la vida, mas que en
dulidad, dice san Maleo, no hizo allí milagros. Como los Nazaretb, que era como su patria. Jesucristo no es de
habilanles deNazarelh le habían visto enlre ellos desde su niiiguuo mas maltratado quo de aquellos á quienes mas
infancia, no le miraban mas que como el hijo de un pobre ia favoiecído, cuando llegan á pervertirse. Un mal saccr-
DECüARimv. 17 1
dolé, un reli^io-íO pcrvorlido, una persona que lia sido de- lit Hileras ad regem Israel, mil piezas de oro , y diez
vota y que da en el libcrlinaje, caen siempre en los ú l l i - i n hec verba: Cum acceperis vestidos nuevos , y llevó
mosescesos,' ya se entreguen á la licencia de ias coslnm- epistolam hanc, scito quod al rey de Israel ias cartas
bres, ya abracen el error. Los habitantes de Nazarclh miserim ad te Naaman ser- del do Siria concebidas cu
quieren ver al Salvador obrar entre ellos los mismos m i - vtan meum, ut cures eum a estos términos: Cuando h u -
lagros que babia obrado en Cafarnaum ; ¿pero no tenian kprd sua. Cumque legisset biereis recibido esta carta,
por ciertos los milagros hechos en Cafarnaum? ¿qué ne- rex Israel Hileras, scidii ves- sabréis que os envió á Naa-
cesidad tenian de verlos para creer en Jesucristo? .Co- limenla sua, et a i t : Arum- man , mi siervo , para que
mencemos por aprovecharnos de las gracias que se nos qnid Deas ego sum, ut occi- le curéis de la lepra. Ha-
han concedido, si queremos obtener otras mas e f i c a c e s . dere possim et vivificare, quia biendo recibido el rey de
Nosotros no salisfaremos en el juicio de Dios, diciendo que iste misit ad me, ut curem Israel esta carta, rasgó sus
otros han tenido socorros mas poderosos que nosotros liomincm a lepra sua? a n i - vestiduras y dijo : ¿Soy yo
para obrar bien. La poca estimación y aun el desprecio madvertile, et videle quod oc- por ventura Dios para poder
que han hecho de Jesucristo sus conciudadanos debe con- casiones qxwrat adversim quitar y dar la vida? ¿á q u é ,
solar á los siervos de Dios, al verse alguna vez despre- me. Quod cum audisset E l i - pírea, enviarme esfe hombre
ciados por aquellos con quienes viven. Los eslraños a d - scus vir Dci, seidisse, videli- para que le cure de la l e -
miran muchas veces la virtud y el mérilo de una persona, cel regem Israel vestimenta pra? Observad y ved que
que por lo común es poco estimada y aun despreciada sua, misit ad eum , dicens: este príncipe no busca mas
por los suyos. Qiiare scidisli vestimenta tua? que ocasión para romper
venial ad me, el sciat esse conmigo. Habiendo sabido
La oración de la misa de este dia es como sigue: prophetam in Israel. Venit Eliseo, himibre de Dios, que
Cordibus noslris, q m s u - Os suplicamos , Señor, crgo Naaman cum equis et el rey do Israel habia des-
mus, Domine, gratiam luam que derraméis benigno curribu^ el stetit ad ostium ganado así sus vestidos, le
henignus infunde: u l sicut vuestra gracia en nuestros domus Elisei: misilque ad envió á decir : ¿I'or q u é has
ab escis carnalibus abstine- corazones , á ün de qne así cum Eliseus n u n t h m d i - desgarrado tus vestidos?
mus, ü a sensus qmque nos- como nos abstenemos de los cens: Vade, et lavare sepiles Venga ese hombre á mí , y
tros a m x i i s retrahamus ex- manjares carnales , aparte- in Jonlune, el recipirl sani- sepa que hay un profeta en
cessibus. Per Dominum... temos lamhien nuestros sen- takmcaro tua, atque m u n - Israel. Vino, pues, Naamán
tidos delosescesosque pue- dabo is. í r a l u s Naaman re- con sus caballos y sus car-
den dañar á nuesíra alma. cedebat dicens : Putabam ros , y se paró á la puerta
Por nuestro Señor Jesucris- quod egrederelur ad me, et do la casa de Eliseo. Enviólo
to, etc. slans invocarcl nomen Do- Eliseo una persona que le
mi ni Dci s u i , et tangeret dijese : Vé , y lávale siete
La Upisíola es lomada del libro cuarto de los Reyes, cap. 5.
manu sua ¡ocum lepra; , el veces en el Jordán, y tu car-
I n dichas i l l i s : Naaman En aquellos dias Naa- curaret n\e. Numquid non ne q u e d a i á curada y limpia.
princeps miHüa; regis Sgrim mán, general del ejército del meliores sunl Abana et Phar- Naanám incomodado se
eral v i r mugnus apud domi- rey de Siria , era un hom- pliarjluvii Damasci ómnibus marchaba diciendo: Creia
num suum , cí honoratus: bre favorito y honrado de su aquis Israel, ut laver i n eis, yo que saldría á recibirme,
perillum cnim dedil Domims señor; poique por él habia el munder? Cumergo vertis- y que pueslo en p i é i n v e c a -
salúlem Sgrur: eral autem el Señor salvado la Siria: set se, et abiret indignans, ria el nombre del Señor, su
W fortis el dives, sed Icpro- era valiente y rico , pero accessernnt a i eum s e m sui, Dios, que tocarla con su
sus. Porro de Sgria egressi leproso. Sucedió, pues, que el locuti sunl e i : Pater, etsi mano mi lepra , y así me
fuerant latrnneuli, el capti- habiendo salido de Siria a l - rem grandem dixisset libi curaría. ¿ N o tenemos en
^«•w duxeranl de térra / s - gunos ladrones , haljinn propheta, cene [acere debue- Damasco los rios de Abana
Tafl puellam p a r m l a m , qiue traido cautiva una doiice- ras: quanlo magls quia nunc y de l-arfar, que son mejo-
c,,«í i n obsequio uxoris Naa- llila niña de Israel, la cual dixit libi: Lavare, el munda- res que todos los de. Israel,
W m , qum ait ad dominam estaba al servicio de la m u - heris? Diwendit, el lavil i n para lavarme en ellos , y
suam ; utinarn [uisset domi- jer de Naartián. Esta joven Jordane sepiles j u x t a sermo- que quede limpio mi cuer-
íi!ls meus ad proplielam, dijo á su señora ¡ Ojalá que nem viri Dei, el restituía est po? Cuando se volvía ya l l e -
fJUi est i n Sawaria, profecto mi señor fuese á ver á un caro ejus , sicut caro pueri no de indignación, se lo
curassct eum á lepra, quam profeta quebay en Samaria, p a r v u l i , et mundatus est. acercaron sus criados , y le
habet. Ingressus est itaqut sin duda quedarla curado Iteiwsusquc ad virum Dei dijeron : Padre,'si el profeta
Naaman ad dominum suram de la l e p r a ( ¡ n e p a d e c e . Fué eum universo cmnilalu suo, te hubiese ordenado una co-
e[ nuniiavil ei, dicens: Sic el pucsNaamáii á versobrees- venit, el slcíil coram eo , et sa difícil, deberías cierla-
Slc locuta est paella de Ierra to á s u señor, y le dijo: Una a i t : Veré scio, quod non sil menle hacerla; ¿cuánto mas
Israel. Dixiiqueei rex Sgriai: jóven de Israel me ha dicho atius Deus in universa térra, habiéndote solo mandado
Vade, et miiiam literas ad esto y es(o. Respondióle el nisi lanlum i n Israel. que te laves , y q u e d a r á s
regem h r a e l . Qui cum p r o - rey de. Siria : Vé , y yo le limpio? Fué y so lavó sieíe
ftotm esset, et tulissel secum d a r é cartas para el rey de veces en el Jordán confor-
decem tálenla argenti, et sex Israel. Partió, pues, Naa- mo se lo habia dicho el va-
millia áureos, et deccm m u - mán de Siria, tomó consigo ronde Dios, y sucarneque-
g l o r i a veslimentorum, detu- diez talentos de piala , seis dó como la caine de un n i -
172 LUNES TERCERO
fio, quedando cnieramcnle danos, si para conseguirla fuese necesario hacerse tantas
limpio. Después de esto v o l - violencias y sub ir lautas incomodidades? Después de esto
vió con toda su cornil iva pa- se mira una Cuaresma como demasiado larga, algunos
ra ver al hombre de Dios, y dias de abstinencia y de ayuno como muy duros, la menor
presentándose á él le dijo: mortificación por Dios como impracticable. Estamos c u -
Estoy cierto que no hay otro biertos de lepra, cargados de pecados, la iniquidad nos
Dios en toda la tierra mas hace deformes; se nos dice : «Lavaos y quedareis l i m -
que el que hay en Israel. pios,» Jesucristo nos prepara un baño saludable de su
El cuarto libro do los Reyes conliene la historia de sangre, se nos exhorta que recurramos al sacramento de
trescientos y ocho años después de la muerte de Josafat la penitencia, por cuya virtud podemos recobrar la ino-
acaecida el año del mundo de 3113, hasta la ruina del cencia, y ¡ rehusamos servirnos de estos medios! ¿ Pero
reino de Juda en 3 Í 1 6 . Los profetas Elias y Elíseo sostu- qué reconvención mas cruel y mas justa que la que se
vieron con fortaleza y con todo el zelo posible la religión puedo hacer á muchas personas religiosas, que obligadas
alterada y vacilante en los reinos do Israel y d e J u d á por por su estado á aspirar á la perfección después de haber
la impiedad de muchos reyes, y por la licencia de los hecho lo mas, se deprimen indignamente en el polvo de
pueblos, a una vida tibia, lánguida, imperfecta, peligrosa para la sa-
lud eterna, y esto por descuidar las observancias mas
REFLEXIONES. iijeras? Nada mas se pide á aquella persona que todo lo
Aun cuando el profeta te hubiese ordenado una cosa ha dejado solemnemente por Dios, sino un poco mas de
dtffct), debei ius ciertamente hacerla, ¿ c u á n t o mas h a b i é n - recogimiento interior, un poco mas de puntualidad, l a o b - ,
dole mandado solo que te laves, y q u e d a r á s limpio ? » sei vancia de las reglas mas p e q u e ñ a s , para gustar de la
¿ A cuántos se les podrá hacer esta reconvención á la dub.ura de su estado, para gozar de té paz mas dulce,
hora d é l a m u e r t e ? ¿ A cuántos seles p u e d e h a c e H u r a n í e para asegurarse la muerte mas preciosa, para sacar todo
el fruto de su grande sacrificio, y la mayor parte quieren
Ja vida? Aun cuando Dios hubiera exigido de todos los
mas gemir toda su vida en la humillante amargura de su
beles que se hubiesen sepultado en el desierto; aun
relajación, que procurarse todas estas ventajas, observan-
cuando hubiese pedido á todos la niortihcacion mas auste-
do lo que ellos mismos llaman minuciosidades. « Aun
ra, la mas severa penitencia para salvarse; aun cuando
cuando el profeta te hubiese ordenado una cosa difícil,
la salvación hubiera debido ser el fruto de un ayuno con-
deberías ciertamente hacerla ; ¿ cuánto mas habiéndote
tinuo; aunque hubiera sido aun necesario para eviiarel
mandato solo que to laves, y q u e d a r á s limpio ? »
infierno dar su vida en el suplicio mas horrible, y aiirK¡uc
no huhiesen podido entrar en el cielo mas que los mártires,
ni hubiesen podido evitar la eternidad desgraciada sino 7:7 Evangelio de ¡a misa es de san Lucas, cap. A .
los penitentes austeros, ¿ habría habido dificultad en deli- I n illo lempore: Dixü Je- En aquel tiempo dijo Je-
berar entre unos fuegos eternos, ó un puñado de dias sús phariswis: Ulique dice- sús á los fariseos: Tal vez
consagrado á los rigores de la penitencia 9 ¿entre privarse tis mihi Itanc smililudinem: me argüiréis con este p r o -
dmante una vida tan corla de todos los placeres, ó quedar Medice, cura teipsim: quan- verbio: Médico, cúrate á tí
privados por toda una eternidad de las delicias celestiales ? la audivimus facía i n Ca- mismo ; hemos oído c u á n -
¿ Q u é hombre, por poco racional quo fuese, hubiera de- jtharnnum, fac el hic i n p a - tos prodigios has hecho en
bido dudar un momento en la elección? ¿ C o n cuánta tria lúa, Ait autem: Amen Cal'arnaum, hazlos también
mayor razón debemos odedecer á Dios, cuando no exige dico vohis, quia nemo p r o - aquí en tu patria. En ver-
de nosotros para salvarnos mas que el amarle con todo pheta acceplus cst i n patria dad os digo, a ñ a d i ó , que
nuestro corazón, servirle y agradarle? En verdad, ¿qué sua. I n veritale dico vobis, ningún profeta es bien re-
es lo que el Señor reclama de nosotros que no sea muy muJtwviduw eranl i n dielms cibido en su patria. Os digo,
dulce y sobradamente fácil? ¿ Cuesta algún trabajo el Elirii i n Israel, cuando clau- pues, en verdad, que en los
amar á un Dios infinitamenre amable,y que nos ama infi- swn cst cwlum a m i s tribus, dias de Elias, cuando el cie-
nitamente ? Pide que guardemos sus mandamientos ; ¿ h a y ct mensibus sex, cum [acta lo se cerró por tres años y
vmo solo que no sea en ventaja nuestra? Jesucristo mismo csset [ames magna in omni seis meses, de modo que so
nos asegura que no hubo j a m á s un yugo mas dulce que Ierra : el ad nullam illarum esperimentó una grande
el suyo, ni una carga mas lijera que llevar. Comparemos missus est Elias, nisi i n Sa- hambre en todo el país, b a -
loque Dios pide do sus fieles siervos, con lo que el mundo, rcphta Sidoncu ad mulicrem hía muchas viudas en Is -
este señor imaginario,exigo do sus esclavos. Comparemos viduam. Et mulii leprosi rael, y á ninguna de ellas
lo que estamos obligados á hacer por una familia, para erant i n Israel sub Elíseo fué enviado Elias, sino á
llenar las obligaciones de un empleo, para hacer una propheta 1 el nemo eorum una viuda de Sarepla en e l
fortuna caduca ; en el ejército, en el comercio, en el ser- mundatus esl nisi Naamon país de Sidon. Muchos le
vicio de un señor, molesto, difícil, caprichoso ; para com- Syrus. Et repleti sunt omnes proses había en Israel en
p l a c e r á un amigo ; para obligar á un ingrato ; para adqui- ñ i synagóga i r a , luce avdien- tiempo de Elíseo profeta, y
r i r reputación y nombre en el mundo. ¡Qué trabajas quo tes. Et surrexcrunl, ct eje- ninguno de ellos fué limpio,
sufrir! | Qué sinsabores que aguantar! | Qué disgustos que cerunl illum extra c h i t a t m , mas que Naamán que era
devorar 1 \ Qué sudores, q u é vigilias! Se aniquila uno con ct duxcrunl illum usque ad sirio. Esle discurso llenó de
gastos eslraordinRrio?, se consume la salud, se abrevia la s u p e r c ü h m montis, svpcr indignación á todos los que
vida, y todo esto sin fruto. ¿ A qué precio tan alto no se q u m civilas illorum erat e.slal¡an en la sinagoga, de
c o m p r a r » la salud, según la opinión misma de los mun- wdifcala, ut pnvcipilarent suerte, que habiéndose le-
DE CUAHESMA. 173
eum. Ips« autem t r m s k n s vnntndo, 1c arrojaron friera pensamientos, y mientras que todo se'les pasa á los i m -
per mcdhait itlorutft, ihat. de la ciudad, y !e llevaron perfectos, todo se pondera y nada se le perdona á una
á la cima de un monte, so- persona devola. Esta dureza se resiste; pero consideremos
bre el cual estaba edificada que nada contribuye tanto á la perfección de una alma
su ciudad, con el designio piadosa, como la solicitud viva y maligna que tantos se
de precipitarle de é l ; pero toman de no dejarla pasar nada. No deben mirarse las per-
él, pasando por medio de secuciones domesticas, las contradicciones, como obstá-
ellos, se fué. culos penosos que hacen mas difícil el camino de la virtud;
son espinas, es verdad, pero que sirven de vallados, y
MEDITACION. que aparlan lodo lo que le es contrario y que puede da-
ñarla.
Sobre las conlradicciones que deben esperar Jas personas
José no hubiera llegado á ser la segunda persona de
hienas.
Egipto, si sus propios hermanos no le hubiesen perseguido.
PUNTO PIUMERO.— Considera que por amargos quesean Las virtudes brillantes y aplaudidas son de ordinario muy
los sinsabores que se esperimentan desdo que «no se de- superficiales y poco sólidas: los climas en donde reina una
dica á una vida sólidamente devota, nada hay mas ven- primavera eterna, no son fecundos mas que en flores y
lajoso á los buenos que esla multitud de contradicciones; en hojas; los inviernos mas largos son ordinariamente se-
nada hay mas saludable. Ellas sirven de contraposición guidos de frutos abundantes.
al veneno de! amor propio. Ninguna cosa debilita ni amor- Si queremos comprender el precio y el mérito de estas
ligua mas las pasiones. pequeñas cruces, no perdamos de vista nuestros modelos.
El remedio es amargo, es cierto, poro es eficaz. Es ¿ Q u é santo hubo sin persecuciones? ¿ Q u é a l m a fervorosa
duro el verse uno hecho el blanco de la malignidad y de sin conlradicciones? Los héroes cristianos, de que el mun-
las zumbas de los hombres indevotos. Si ia virtud fuese do no ora digno, han sido todos maliratados: regocijaos,
el mas malo de los partidos que pudiera uno lomar, ¿ en- dice el Salvador, cuando os cupiere una suerte semejante;
contraría mas conlradiccionos, ni mas obstáculos ? Paré las pruebas y las cruces aseguran la recompensa.
un número pequeño de gentes racionales que alaban ¡Dios m i o l ¡ q u é poco he comprendido osle misterio
mioslra resolución, y aplauden secretamente nuestra elec- consolador ! ¡ que digno de lástima os aquel que merece
f'ion, ¿ cuántos censores injustos, cuántos críticos m a l i g -el precio de agradar á los mundanos! Nó, Señor, yo no
"KS hay que interpretan sinieslramenle nuestras mejores miraré ya las contrariedades, ni estas pequeñas cruces,
acciones, y que pretenden que el principal motivo de como desgracias. Haced por vuestra gracia, que en ade-
nuestra reforma sea siempre la lijereza, el despocho, un lante haga de ellas un sanio uso.
' e v é s do fortuna, la vanidad, ó la desesperación? I.o que JACCI.ATOUIAS.—Sí, Señor, léjos de quejarme nunca de
os mas estraíio, es que fulla poco para que no se atribu- las conlradicciones que se hallan en vuestro servicioí ha-
yan á la devoción lodos los males de la vida. Asi los a m i - rán de aquí adelante lodo mi placer. (2 Cor. 12.)
gos y la mujer do Job atribuian á la piedad de aquel Con tal que osló yo junto á vos, Salvador mió, me i m -
sanio hombre una parle do las desgracias que le hablan porta poco que cualquiera se arme contra mí. (Job. t i . )
sucedido. A esta vida uniforme, á esla probidad exacta,
á la aplicación continua en la oración, se atribuyen todas PROPÓSITOS.
Jas enfermedades, mientras que los mundanos destruyen Hijo mió, dice el Espíritu Santo (Eccli. 2 . ) , cuando en-
Y arruinan su salud por una continuación gravosa de 1ra- trares en el servicio de Dios mantente firme en la justicia
l'iqos, de fatigas, y por todo género de escesos, sin que y en el temor, y prepárate para muchas pruebas y no pe-
uadie lo pondere. No hay que sorprendernos : el mundo queñas contradicciones. Después de haberos consagrado á
no ama mas que lo que le pertenece ; aborrece á todos los la devoción, no os quejois sí se os trata con desprecio ó
T í o no son del mundo. Las contradicciones hacen el con dureza. Toda virtud lisonjeada bastardea. Las escar-
elogio de las personas virtuosas. El siervo no es mas que chas en los caminos de Dios son mas úliles de lo que so
s" señor. Si Jesucristo ha sido el blanco de la conlradic- piensa. El frió y los vientos purifican el aire, y matan los
(>l0'i, q u é siervo de Dios estará exento do ella? ¡ Mi insectos, que en una estación mas blanda lo arruinan todo.
Wos ! ¡ cuan poco comprendo este misterio, y cuánlo No deis motivo á los rmpeifeclos, con vuestros caprichos,
'"énos gusto de él ! vuestra inmortificacion y vuestra grosería, para que pue-
PÜNTO SKGUNDO.—Considera que. no solo la licencia do dan desacreditar la devoción y ponerla á prueba; poro
toa iiheriinos es lo que tiene que sufrir la piedad de las cuando se os tachare de incómodos, porque guardáis r e -
P^sonas buenas; Dios permite para purificar la virtud de gularidad; cuando se os murmure, porque cnmpiís con
8n5 siervos, que sea ejercitada por aquellos mismos que vuestra obligación, porque sois muy reservados, muy r o i i -
f e r i a n ser sus admiradores, sus protectores y susmode- ginsos, porque arreglais'vueslras coslumbres por el Evan-
'os- Los privilegios apenas llegan á los mas fervorosos; golio; bendecid al Señor, y guardaos de afligiros. Si fuese
tos exenciones, las predilecciones recaen de ordinario en del gusto de los imperfectos, decia can Pablo, no mereceria
fevor de los imperfectos. Cosa estrafia: cualquiera cree el aprecio de mi divino Maestro. Animaos en vuestras sen-
tenor derecho para ejercilar la virtud de un homhro do sibilidades, y en vuestra delicadeza, y en lo sucesivo m i -
l'i^n; Imsta el mas vil de esos censores libertinos se atreve rad estas pequeñas amarguras como un favor insigne;
í< lomarse la libertad de poner la virtud á prueba. ellas son un veneno escelonlo contra el veneno de las pa-
Se pesan todas las palabras, se critican todas las accio- siones. Tomad desdo hoy la resolución de ser fieles en
N06, se interpretan las intenciones, sojuzga hasta de los esla práctica. Tened sin cesar presentes á vuestro espíritu
174 MARTES TERCERO
afnettaÉ palabras del apóstol s a n P c d r o [ l Pctr.): Dichosos Léjos de sor rebelde A mi príncipe, vos sabéis, Señur, lo
vosotros, si padecéis alguna cosa por la justicia. que yo he hecho, y lo que estoy pronto á hacer contra
2 La perscGiicion es ventajosa para la virtud; pero los los enemigos del estado. Sin embargo, se me trata como
perseguidores son dignos de lástima. Guardaos bien de un malvado, como un pérfido; hacedme justicia, soberano
aumentar su número por los chistes poco cristianos, ó por Juez, y no me abandonéis.
vuestra dureza con las personas piadosas. Mostrad siem- La Epístola de la misa de este día está lomada de la
pre vuestra predilección y vuestra eslima por la virtud. historia del profeta Elíseo. Se lee en ella el milagro de la
¿ Tenéis domésticos, tenéis hijos, subditos, estáis al trente? multiplicación prodigiosa que hizo de un poco de aceite
Sepan vuestros inferiores, que no estimáis ni el valor, ni en favor de una viuda abrumada de deudas, con el que
los talentos, ni las bellas cualidades, si la piedad no es tuvo bastante para pagar á todos sus acreedores, y para
como la base de ellas. Si tenéis alguna gracia que conce- mantenerse en lo sucesivo con sus hijos. Estando liliseo
der, alguna dispensa que hacer, alguna gratiíicacion que en Samaría, una viuda que había sido mujer de uno do.
dar, sea siempre en favor de los mas virtuosos, la piedad los profetas, vino un dia á esponerle la desgracia á que
debe ser siempre el primer título; si se cuidase do li;icei la estaba reducida después do la muerte de su marido, el
valer, sobro ^.odo con respecto á los niños y á los d o m é s - cual le había dejado pocos bienes y muchas deudas. Ksl.i
ticos, no harian tanto progreso la indevoción y la licencia. pobre mujer alligida le representó, qnc no teniendo con
Hablad muchas veces con elogio, en presencia de vuestros (pie satisfacer á los acreedores de su marido, debían venir
inferiores, del mérito de la virtud; probad con vuestra y apoderarse de sus dos hijos llevándoselos como escla-
conducta lo que la estimáis. Aplaudid la exacta regulari- vos. Tenía derecho el acreedor entre los hebreos, como
dad, y la piednd ediiieanto de los que dan tan bellos en la mayor parte de los otros pueblos, de tomar los h i -
ejemplos. Alabad en presencia de vuestros hijos la m o - jos de un padre que no tenia con q u é pagar, y hacerlos
destia, la piedad, la rogulaiidad de los que son de su misma esclavos, como se ve por el capítulo SÍ) de Isaías y el
edad. Ninguna cosa daña tanto á la perfección religiosa 18 de san Mateo. Elíseo, movido de compasión, le pregun-
como las consideraciones que los superiores tienen con tó q u é era loque tenia en su casa; ella le respondió que
los mas imperfectos, al paso que no tienen las mayores todos sus bienes se reducían á un po¿o de aceite. Vé, la
con los mas fervorosos. dijo el profeta, busca inmediatamente prestadas entre tus
vecinos cuantas vasijas vacías pudieres encontrar; y
MAUTl'S TERCERO DE CUARESMA. cerrándote en tu casa con tus hijos, vierte en ellas t i
El iiitroilo de la misa de este dia comienza también por aceite que tienes, hasta que todas las vasijas queden
la oración que David, perseguido por Saúl, hace á Dios, la llenas, y con esto tendrás para pagar tus deudas. Llena
cual conviene laminen á Jesncrislo, y puede muy bien aquella mujer de confianza, hizo puntualmente lodo lo
aplicnrso al juslo perseguido. Como siempre me habéis que la había prescrito el profela. Tomó prestadas cuantas
oido, Dios mío, os llamo todavía en mi auxilio; escuchad- vasijas le fué posible, y habiéndose encerrado silenciosa-
me, y o i d mi o r a c i ó n ; guardadme como la niña del ojo, mente en su casa con sus dos hijos, hizo que le trajesen
cubridme con vuestras alas á la vista de los impíos que todas las vasijas. Sus hijos se las presentaban, y ella
me persiguen sin cesar. Si Dios le ha oido, ¿.por qué cla- derramaba en ellas del aceite, el cual no cesó de n m l l i p l i -
ma á é l ? Precisamente porque le ha oido, es por lo que carse hasta que todas las vasijas quedaron llenas. Fué i n -
se dirige de nuevo á Dios con mas fervor todavía y con mediatamente á ver á Elíseo para darle cuenta de lo que
nueva confianza. Cornos' dijera, dicen los Padres: Señor, había hecho y contarte la maravilla. V é , la dijo el ptofete,
yo os dirijo de nuevo mis votos y mis súplicas, con lanía •ende ese aceite, paga con él á lodos tus acreedores, y
mayor confianza, cuanto que hasta aquí en todas las oca- con lo demás m a n l e n t e t ú y tus hijos. No tengo otros bie-
siones que os pedí, he esperimentado los efectos de vues- nes mas que un poco de aceite para ungirme, esto es, para
tra misericordia ; vuestras bondades precedentes son para alimentarme. La espresion es un poco fuerte y figurada;
mí como una prenda y una seguridad de las venideras. A pero este género de alegorías es común entre los orienta-
medida que Dios nos oye, dice san Agustín, aumenta en les; la unción en aquellos pueblos se llama una especie
nosotros el amor de la oración; nunca se pide con mas de alimento, y se ve que Moisés y Miqueas amenazan á los
confianza que después de haber sido ya oidos. P o n e d m c á judíos, como una gran desgracia, que no tendrán aceito
Cilbierlo de ta malicia y de los tiros penetrantes de mis para ungirse. Como la Iglesia ha escogido la multiplica-
enemigos, como la gallina cubre con sus alas sus pollne- ción milagrosa que hizo Jesucristo de los cinco panes, con
los cuando se presenta alguna ave de rapiña, y defended- que alimentó cinco m i l personas, para el Evangelio del
me de su persecución, como habéis defendido contra mil domingo siguiente, ha creído á propósito referir en esta se-
accidentes que podrían dañarla la pupila del ojo, la cual mana el milagro que hizo Elíseo, de la multiplicación del
habéis cubierto con tantas defensas, circundándola con aceite.
los párpados y las cejas que son como otros tantos ante- El Evangelio de la misa del dia contiene «na instrucción
murales. Dejaos, Señor, ablandar de mi inocencia, y muy importante en órden á la corrección fraterna, y al
escuchad mi oración. David no niega quesea pecador; modo de hacerla provechosamente. Habiendo vuelto Jesu-
sínlamente [reproscnla á Dios, que sabe todas las cosas, cristo á Cafarnaum poco tiempo después de su Irasíigura-
cuáti inocente está de los crímenes de que se le acusa, y eíon, empleó cuasi todo el que permaneció allí en dar d i -
por los cuales se le hace proceso. Yo vengo á vos, ó Dios ferentes instrucciones á sns apóstoles para arreglar su
mío, en la inocencia, y en la rectitud de mi corazón, á conducta y darles á entender lo que debian á su prójimo.
representaros la justicia de mi proceder, y la calumnia Sobre todo les enseñó el modo con (pie podían reprender
con que SC me difama. Yo no he hecho agravio á nadie, á los que caían en fallas y cuyas ofensas debían siempre.
DE CUARESMA. 175
perdonar, teniendo pnrn con ellos un fondo inagotable de mientos erróneos y de lo qií6 escandaliza á los fieles; la
caridad. Les había Iraido la parábola del buen Pastor, y caridad que debemes tener con nuestros hermanos, debo
la del padre del hijo prodigo, cuando les dijo, que si el inspirarnos este celo por su salud.
ejemplo de un pudro tan bueno y de un pastor tan aman- Si todo lo que habéis hecho privadamente para reducir
te les inspiraba el celo por la salvación de las almas, que- á vuestro hermano, continúa el Salvador, es inútil, dad
?ia que estécelo fuese sabio, benéfico y lleno de dulzura. cuenta á la iglesia, delatadlo á los prelados: si no se cor-
Vosotros debéis portaros con los pecadores, les decia, co- r i g e , si persevera en su estravío, si no oye á esta buena
mo médicos caritativos: debéis curar las llagas que se han madre, miradle como un publicano y un pagano. ¡Cuántos
hecho, nó renovarlas. Mirad, pues, las faltas de otro, nó pasos está obligado á dar un cristiano antes de creerse a u -
con enfado, sino con compasión, sin que esceptueisni aun torizado para romper enteramente con su hermano ó para
las que cometieren contra vosotros; al contrario, mas por abandonarlo, dice un sabio intérprete! Debe primero bus-
estas que por las d e m á s , quiero yo que os acostumbréis á carlo en particular; en seguida es preciso que le busque
arrojar de vuestro corazón toda aspereza, todo resenti- en presencia de algunas personas sabias, que le ayuden á
miento, toda amargura. Si vuestro hermano os ofende, si ganarle, y sean testigos de que nada ha omitido para con-
os escandaliza, id y hacedle ver á solas su falta; como no seguirlo. En fin, debe interesar á la Iglesia en la recon-
debéis tener en esto otro fin qne el de ganarle, baldadle ciliación y en la conversión que desea. ¿Y q u é uso se hace
con bondad y con dulzura, tomad tiempo; procurad que hoy de estas sabias y sanias máximas entre los cristianos?
se persuada de que no traíais ni de desazonarle, ni de En verdad os digo, continúa el Salvador, lodo lo que h u -
vengaros, ni de confundir^, sino de curarle, y que os biereis atado sobre la tierra será atado en el cielo; y t o -
mueve mas el mal que se hace á si mismo, que el que os do lo que hubiereis desatado sobre la tierra, será desa-
ha hecho á vosotros. No se inspiran sentimientos de cari- lado en el cielo; es Jesucrislo el que lo dice: ¿habrá quien
dad si no estamos nosotros mismos llenos de ella. Una se atreva á mofarse de esto oráculo? ¡Qué estado tan ter-
corrección dulce, carilaliva, h e d í a á su debido tiempo es rible el de un cristiano que por su indocilidad diere lugar
siempre saludable, al paso que la que se hace con aspere- á ser atado por los pastores de la Iglesia! sobre todo si
za, con enojo, fuera de tiempo, choca al entendimiento é fuese tan ciego que no conociese su mal, ó se lisonjease de
irrita el corazón. Se reconoce el yerro, se condena la fal- que el cielo, contra la palabra espresa de Jesucrislo, n o r a -
la; pero el modo altanero y duro con que es reprendida, tificaria el juicio de los legítimos pastores. ¡Qué locura y
hace que se Irate de defenderse y aun de justificarse. Po- qué desgracia el mofarse de las censuras tan formidables
cos hay que no recibiesen bien la corrección, si se hicie- de los obispos y aun del vicario de Jesucristo! ¿Nuestras
se siempre con dulzura y con caridad. Jesucrislo nos ha pasiones, nuestras preocupaciones frivolas, nuestras o p i -
dado grandes ejemplos acerca de eslo. Quiere sobre todo niones, nuestras locas ideas prevaldrán sobre los oráculos
(l'ie la corrección se haga en secreto; toda corrección he- divinos en el tribunal formidable del Juez soberano? ¡Ahí
cha en público altera; la publicidad abre tantas llagas ¡qué de o'ro modo se pensará sobre este punto á la hora
en el corazón del que ha fallado, cuantos son los testigos de la muerte, que como se ha pensado durante la vida!
que hay ; parece que se trata mas entonces de confundirle ¡qué triste y q u é espantoso será cuando desaparezcan los
quede darle mi remedio; no se cura la llaga d e s c u b r i é n - prestigios, el conocer que se ha vivido y que se muere en
dola. Si recibe bien vuestra amoneslacion, añade el Salva- el error!
dor, no habréis ganado poco, puesto quehabreiscontribuido Yo amo lanío el espíritu de paz y de caridad, a ñ a d e el
á salvarelalma de vuestro hermano.No solo os habréis re- Hijo de Dios, que en cualquiera parle que veo dos ó tres,
eonciliado con él, le habréis también ganado para Dios, le así unidos y junios en mi nombre, no dejo nunca do ha-
habréis impedido que se pierda é! mismo.°Mas sino os es- llarme en medio de ellos para instruirles, para consolar-
cucha, lomad una ó dos personas que os acompañen, sabias, les y para oir sus súplicas. San Pedro había oido todo esto
discretas, que sean amigas y tengan ascendiente sobre él. discurso del Salvador con su aplicación y fervor ordina-
La caridad es paciente, y la inutilidad de vuestros p i i m e - rios; y como quería guardar exactamente los preceptos de
' os esfuerzos para traer á la razón á vuestro hermano, no su Maestro, en especial el del perdón de las injurias, que
es, da derecho, ni para prorumpiren invectivas contra él, era el que le parecía mas difícil, interrumpió al Salvador
para abandonarle. £ s un enfermo que no habéis podido para preguntarle cuántas veces estaba obligado á perdo-
curar solo, valeos de auxilio para acabar su curación; pe- nar á su hermano que le hubiese ofendido: ¿no será bas-
''o Iraiiuido de cerrar la llaga de su corazón, cuidad de no tante, le dijo, que !e perdone siete veces, estoes, muchas
'1;,( ei le otra nueva haciendo pública su tenacidad. Kl cui- veces? porque esto signilk-a ordinar iamente el mimero do
dado (pie pusiereis en sobrellevarle en este punto, podrá siete veces en la Escritura. San Lúeas nos indica que fué
^ontnoverle; en vez de que haciéndolo con estrépito, lo loque dió motivoá esta pregunta de san Pedro; habia d i -
ta) vez incurable. Es preciso que él vea que esto cho J e s ú s : «Si tu hermano te ofende siete veces al dia,
üfHskó paso es solo efeclo de un nuevo celo y de una ca- perdónale otras tantas.» Pero la espresion de siete veces
"dad mas señalada ; puesto que no admitís estos testigos, no marca un número determinado. San Pedro pregunta si
^'üe san Crisóslomo, sino á lin de que uniendo sus ruegos se hace por fm indigno del perdón un hombre á quien so
a los vuestros, tengan mas efeclo sobre su corazón y m ha perdonado muchas veces. Jesucristo le respondió: «No
espíritu. Lo que el Uijo de Dios ha dicho hasta aquí de la solo le digo que debes ^perdonarle hasta siete veces, sino
eorreecion frütei na. puede entenderse con respecto á las hasta setenta veces siete.» Como si dijera: Perdona tantas
lnJ"i'ias particulares que se nos hacen, y también al e.s- veces \ tanto tiempo como te ofendiere; aun cuando le se
( '»"dalo que se nos da. Lo que sigue parece que no debe ofendiese un millón de veces y mas, perdona siempre.
entenderse mas que de los pecados graves, de los senti- Aquí se ve que la candad infinita de DÍOS,COD nosotros es
476 MARTES TERCERO
la regla d e j a quo dcLenios tener unos con otros. La c a r i - Se cree que el autor del tercero y del cuarto libro de
dad de Dios con nosotros cs*in límites, quiere que la nues- los Reyes sea Esdras, gran sacerdote en el tiempo de la
tra sea sin medida. Dios nos enseña con su ejemplo á cautividad; era hijo de Saraías, soberano pontífice, á
sufrirlo todo de nuestros hermanos, y á perdonárselo l o - quien Nabucodonosor quitó la vida. Habiendo merecido el
do. Acordémonos que nosotros le pedimos todos los dias aprecio de Ai lajerjes Longimano, fué enviado á Judea con
que nos trate del mismo modo que nosotros tratamos á ricos presentes y reedificó el templo, restableció el culto
nuestros hermanos, diciéndole: Perdónanos nuestras deu- del verdadero Dios y las ceremonias de la religión; reunió
das, así como nosotros perdonamos á nuestros deudores, todos los libros canónicos, y escribió los dos últimos l i -
(Matlh.fi.) bros de los Reyes por inspiración del Espírilu Santo,
cerca de cualrocienlos sesenta y siete años antes de Je-
La oración de la misa de esle dia es como sigue: sucristo.
Exaudí nos, omnipotens Oidnos , ó Dios omnipo-
et misericors Deus: ct conti- tente y misericordioso , y REFLEXIONES.
nenlice salularis propilius no- concedednosbenigno los do- «Siempre es útil el conocimienlo y la benevolencia de
bis dona concede. Per Domi- nos de una continencia sa- los siervos de Dios; apenas se frecuenta su trato sin fruto.»
num... ludable. Por nuestro Se- La sabiduría qr.e se halla siempre en sus palabras, la d u l -
fior, etc. zura y la modestia que brilla en toda su conducía, su rec-
titud, sus buenos ejemplos y su crédito con el Señor, son
La Epístola es tomada del ruarlo libro de los Reyes, cap. i .
siempre de un gran socorro. En su trato se aprenden los
I n diebus illis : Mulier V.n aquellos dias cierta deberes d é l a religión y aun el decoro de la vida civil.
(juwdam clamabal ad E l i - mujer se dirigía al profeta Todo es lección, todo es instruceion, lodo es ejemplo en
senmpropheíam dicens: Ser- Eliseo, diciéndole: Mi m a r i - las personas verdaderamente santas; hasta en sus defec-
vus Unís vir meus^iorluus do, lu siervo, ha muerto, y tos naturales, en sus imperfecciones involunlarias nos e n -
csí, eí la nosli quia servus iú sabes que tu siervo fue señan á sacar provecho de ellas. Dios permite alguna vez
tuus fuil limens Dominum: temeroso de Dios: ahora, en sus mayores siervos ciertas imperfecciones que sirven
et e m crcdilor venit wí lollal pues, su acreedor viene pa- para mantenerlos continuamente en la humillación, que
gues (itios meos ad servien- ra llevarse por esclavos á haciéndoles ejercitar grandes virtudes, son para ellos oca-
dum sibi. Cui dixit Eliseus: mis dos hijos. Eliseo la dijo: sión de muchos m é r i t o s ; y por poco que se Ies mire de
Quid vis ut faciam tibi"? Dic ¿Y qué quieres que yo ha- cerca, por poco que se Ies observe, se descubre al través
íjií/it, quid habes i n domo ga por tí? dime, ¿ q u é es lo de estas débiles sombras grandes acíos de virtud que b r i -
tua? Al illa rcspondil: Non que tienes en tu casa? Ella llan con todo su esplendor. La conversación de las verda-
habeo ancüla tua quidquam respondió : Nada mas tiene deras gentes de bien no solo es edilicaale, es también
i d domo mea, nisi purum tu sierva en su casa, sino agradable; ia virtud tiene sus encantos, es dulce, honesta
olei, quo ungar. Cui a i l : Va- un poco de aceite para u n - y aun culta ; y no son propios de ella los defectos que se
í/a, pete mutua ab ómnibus girse. Díjola, pues, Eliseo: la echan en cara. Ignora toda doblez, aborrece todo d i s i -
i'iciíus luis vasa vacua non Vé, pido prestadas entre t o - mulo, y nada es capaz de hacerla desmentir de su exacta
pnuca. Etingredcre,el clau- dos tus vecinos'gran n ú - probidad. Es una calumnia el acusarla de que es tcuaz-
de oslmm lutun, cum intrin- mero de vasijas vacías. É n - mente apegada á sus propios senlimienlos, esclava de su
secus fucris tu, t í (ilii l u i : el trate en tu casa y cierra la propia voluntad, ú n i c a m e n t e atenía á sus intereses, á sus
mitte indé in omniavasa hcec: puerta, y después que eslu- p e q u e ñ a s comodidades, que está dominada déla ambición,
el cum plena fuerint, lolles. vieres dentro tú y tus hijos del orgullo, que'ama la distinción y aspira á los primeros
ÍIJÍÍ itaque mulier, el clansil vierte de ese aceite eu todas puestos. Estos defectos tan groseros pueden sí hallarse en
oslium super se, et super f i - las vasijas, y cuantío estu- personas que se lisonjean de ser virtuosas; pero la viríud
lios suos: i l l i o(]'erebant v a - vieren llenas, las levanta- verdadera está exenta de ellos, la descortesía no entra
sn, el illa infandebat. Cum- r á s . F u é , pues, la mujer, y j a m á s en el verdadero retrato de la devoción. Fl mismo
que plena fuissent vasa, d i - cerró la puerta de su casa, espírilu que conduce á todos los siervos de Dios á desem-
x i l ad filium suuni. Ajj'er mi~ desimes de haber entrado peñar con tanta puntualidad los menores deberes de la
hi adhuc vas. E t i l l e respon- ella y sus hijos; estos la religión, les enseña al mismo tiempo los deberes de la
d i t : Non habeo. Stelüque pteseutaban vasijas, y ella urbanidad, ¿Está uno lleno de espíritu de Dios? ¿ h a y a l -
oleum. Venit autem i l l a , et echaba aceite en ellas. Cuan- guno que posea una virtud eminente? aun cuando sea do
indicavit homini Dei. E l Ule: do estuvieron llenas, dijo á un nacimiento oscuro, y si se quiere v i l ; aun cuando no
Vade, inquit, vende oleum, su hijo: Tráeme mas vasi- hubiese tenido educación, es humilde, dócil, atento,' i n -
cl redde crcdilori l u o : tu a u - jas. Y él la respondió: No (íuliíeiile, dulce y político, al paso que muchos de una ca-
lem el (ilii l u i vivile de r e l i - tengo mas. Y paro el acei- lidad distinguida, de una educación esquisila, se hacen
qno. te. Vino, pues, ella, y dió arrebatados, fastidiosos, duros, desatentos, desde el m o -
cuenta de lodo al hombre de mento en que se eníregan al desarreglo. El espíritu se
Dios, el cual la dijo: Anda, embrutece con las malas costumbres, y la corrupción del
vende el aceite, y paga á corazón corrompe los mas bellos modales. Y si el trato con
tu acreedor; y con lo que los grandes siervos de Dios es tan ventajoso con respecto
le quedare, maulenle tú y á los bienes de la vida civil, lo es mucho mas todavía
tus hijos. con respecto á los ausiüos sobrenaturales en las nocesi-
dades mas mgentes. Eu q u é eslremo tan apurado no se
B E CUARESMA. 177
hallaba aquella pobre viuda, viéndose á pun(o de perder es mas, por decirlo así, que una sola cosa la que se man-
sus dos hijos y verlos en una triste esclavitud; ella cono- da, puesto que so ] uede decir que el amor con que los
cia á Eliseo, recurrió al siervo de Dios que era lodo su cristianos se aman entre sí no es mas que una misma v i r -
recurso. El profeta se movió á compasio:i. Los sanios son tud y un mismo amor, que el amor con que Dios mismo
siempre sensibles á nueslros males y su caridad es s'mu- quiere ser amado. Es una misma cosa laque amamos, ya
prc eíieaz. Ellos llenen crédito con su Señor, á quien nada que a m e m o s á Dios, yaque amemos á nuestros.hermanos
cueslnn los miiagros, y nunca rehusan emplear su crédito con toda caridad cristiana; porque no amamos masque
en favor de los que les piden. Amigos seguros, protectores á Dios en fnueslros hermanos, y porque no amamos á
poderosos, abogados desinteresados, guías fieles, tales son nueslros hermanos sino por Dios. ¡ Qué bueno es el Señor
los siervos de Dios; ¿ y no merece esto que se ambiciono por haber unido tan eslrechameule estos dos manda-
su protección y su benevolencia? mientos!
Este es mi precepto, dice el salvador (Joan 2o.): que
E l Evangelio de este dia es del cap. 18 de san Mateo. os améis mutuamenlo como yo os he amado. Este es el
mándalo de nueslro buen Maestro, dice san Juan (Joan. 3),
l a illo tempore: Dixit Je- En aquel tiempo dijo Je- y si le cumplimos, lodo esíá hecho. La señal, dice el Hijo
sús disripulis suis : Si pecca- sús á sus discípulos : Si tu de Dios, por la que lodos conocerán que sois mis discípu-
veritin te ¡ n ú e r íuus, vade, hermano le ofendiere, vé y los, es si os amáis muiuamente. (Joan. 23.) ¡Oh q u é razón
et corripe ew)i inler te et i p - corrígele á solas; si le oye- lan escelenlo para inclinarnos á amar á nueslros herma-
sum solum. Si te audierit, re, h a b r á s ganado á tu her- nos! ¿ E s necesario que se nos proponga otro mo'ivo? Es
hicraius cris fralrem tuum. mano. Mas si no le oyere, el precepto singular y favorito de Jesucristo; es la señal
Si autem te, non auáierit , loma contigo una ó dos per- por la que se conocen sus discípulos; es lo que podemos
adhibe tecum adhuc unnm vel sonas, á fin de que en el hacer mas agradable á Jesucrisfo.
duos, MÍ í'ii ore duorma vel teslimonio de dos ó II'CJ tes- ¡ Qué error el pensar que se ama á Dios, si no se ama al
Irium testium stet omne ver- tigos se apoye lodo lo que prójimo! Aun cuando no hubiera masque una sola per-
bum. Qmd si non audieril le has dicho. Mas si tampo- sona en el mundo á quien no amásemos como á nosolrcs
eos, dic Ecdcsiai. Si aulem co te oyere, dísolo á la igle- mismos, nos lisonjearíamos en vano de que amábamos á
Ecctcsiam nori audierit, sit sia. Si ni aun á ia Iglesia Dios. Devoción falsa, amor de Dios imaginario, desde qi e
tihi sicul ethnicus el publica- oyere, mírale como un pa- hay n él la menor envidia, la menor aspereza, la mas
rcas. Amen dico vobis, q i m - gano y un pubücano. En lijera aversión en el corazón: ¿ c u á l será, pues, la suerte
cumque aUigavcrüis super verdad os digo, que cuales- de aquellos que retienen la hacienda ajena, ó que se
tcrramí e r m í ligala el in quiera cosas que alareis so- complacen en denigrar la reputación de sus hermanos?
MBíO; et qawcumque solverilis bre la tierra, serán aladas ¿ Q u é deben esperar aquellos corazones malignos, aquellos
super terram, erunt soluta et en el cielo ; y las que de- espíritus acres, que para cohonestar su venganza, ó al
ift coció. Itcrum dico vobis, salareis sobre la tierra, ménos su envidia, ó alguna otra pasión, pretenden no
(juta si dúo ex vobis consen- serán desaladas en el cie- aborrecer mas que los defectos del otro, y quieren hacer
serint super terram, de om~ lo. También os digo, que un mérito de la malignidad de su falso zelo?
n i re quamcimque pelierint, si dos de vosotros se con- La caridad cristiana ignora estos caprichosos rodeos.
fivt illis a Paire meo, qui i n vinieren enlre sí sobre la Es propio de los insectos venenosos el apegarse á las l l a -
(wHs esl. U'oi enim sunt dúo tierra , cualquiera que sea gas; la caridad no percibe mas que las virtudes de sus
velices congregati in nomi- la cosa que pidieien, seles hermanos; escusa, inlerprela en buena parle hasta sus
ne meo, ibi sum in medio eo- concederá por mi Padre, defectos.
fum. Tanc accedensPelrusad que está en el cielo; porque ¡ A h , Señor! ¡ q u é poco me caracteriza á mí la señal
fum, d i x i l : Domine, quolics donde están dos ó tres con- quecaracleriza a vuestros hijos! ¡ y cuáo sensiblemente
peccrihii in me ¡rater meus, gregados en mi nombre, prueba lo poco (¡ue os he amado, la poca caridad que he
et dimittam ci ? usque srp- allí estoy yo en medio de tenido hasta aquí con mi prójimo!
'«ffi? Dixit i l l i J e s ú s : Non ellos. Acercándose enlomvs PUNTO SEGUNDO.—Considera (¡ue clamor de Dios está tan
dico tibi usque seplies; sed Pedro al S e ñ o r , le dijo: ligado con el amor del prójimo, que no puede subsistir sin
usque sepiiKigies seplies. ¿ S e ñ o r , cuántas veces per- esta caridad fraterna. «Si alguno dice que ama á Dios,»
donaré á mi hermano que dice el discípulo amado, «y no ama á su hermano, m í e n -
me Imhiere ofendido; hasta te.» Pero ¿ c u á l debe ser la medida, y por decirlo así, el
siete? Díjolc J e s ú s ; No solo modelo de esta caridad? es el amor que nos ienomos á
te digo hasta siete, sino has- nosotros mismos. ¡ A h , Señor, q u é pocos hay en el mun-
ta setenta veces siete. do que tengan caridad!
Consideremos todas las cualidades de nuestro amor pro-
MEDITACION. pio: q u é atención para buscar uno sus comodidades, para
apartar lodo lo que pueda entrisleeer, lodo lo que pueda
Sobre la caridad cristiana.
d a ñ a r ; q u é ingenioso para ocultar, para disimular sus de-
RBN»D9 imtoBRQ.—Considera de cuánía importancia es fectos; q u é pronto para defender sus inlerosos; q u é ar-
primer mandamiento de la l e y ; a m a r á s al Señor Dios dor para procurarse todas las ventajas: el amor propio
"y0 ron lodo tu corazón y con loda lu alma: el segundo es el mayor de todos los lisonjeros; escusa hasta las i m -
l ú e manda amar á so prójimo como á si mismo, es seiüc- perfecciones mas groseras, aprueba todo lo que lisonjea.
jante al primero. Son dos mandamienlos, pero cuasi no ¿ Conocemos por estas señas el amor que tenemos á nues.-
TOMO I V , 23
178 MIERCOLES TERCERO
Iros hermanos? ¿tenemos con rcspixlo á ellos la misma como hermanos, sino de tener de aquí adelante modos dul-
vokmladjla misma sensibilidad, la misnia-dulzura, lamisma ces y agradables con todo el mundo.Dejemos los ademanes
indulgencia? esas negras envidias, esas frialdades de.-de- altaneros, los términos injuriosos, los tonos eternamente
fiosas, esas malignas interpretaciones, osos juicios impla- encolerizados, las maneras duras y picantes; acordémonos
cables, esas censuras mordaces, esas durezas ¿ prueban que nuestros criados y lodos nuestros domésticos son her-
que amamos á nuestro prójimo como á nosotros mismos? manos nuestros; tengamos una delicadeza eslremada
Sin embargo, es esle uno de los puntos esenciales de !a por los intereses de los d e m á s y por su reputación; escu -
religión; es esta como la Lase de toda la moral cristia- semos siempre á nuestro prójimo, conmuévannos sus des-
na. «En esto os conocerán todos.» (Joan 13.) Esta es la se- gracias, regocijémonos por sus prosperidades, tengamos
ñal por la que se conocen los discípulos ¡ esle es el manda- con lodos una caridad benéfica, constante, universal; sea
miento especial y distintivo del Salvador. No guardarle, es nuestro amor propio, por decirlo así, la regla de nuestra
estaren desgracia suya (Joan. 3.); y no obstante ¿ h a y caridad.
alguno menos observado, mas umversalmente, mas tran- 2 Si la caridad cristiana pide un amor, una compa-
quilamente violado? sión, una benevolencia sincera con todos los hombres, es
Admiramos la caridad cristiana de un san Juan de Dios; fácil comprender cuánto escluye y condena hasta la mas
convenimos en que esta virtud ha brillado, ha sobresalido lijera frialdad, hasta la menor indiferencia. No escuchéis
en todos los santos; que ella es la virtud favorita de todos j a m á s vuestra pasión ni vuestro amor propio para formar
los predestinados; que sin ella no hay ningún derecho al concepto del prójimo. No mantengáis nunca con é l , por
gozo del Señor ; que ella sola entra en el decreto que ha- ningún preteslo, el menor resentimiento. ¿ Le habéis per-
ce los bienaventurados; pero ¿ e s ella hoy la virtud ge- donado siete veces? Si continúa en disgustaros, en ofen-
neral de todos los fieles? ¡ O h D i o s m i o ! ¡ q u é fondo de deros, en dañaros, no dejéis do hacerle bien ; cuanto mas
reíloxioncs, q u é temores tan justos, q u é crueles senti- mal os hace, mas se acrecienta vuestra virtud p e r d o n á n -
mientos ! dole. Yo no os digo, dice el Salvador, que perdonéis las
En q u é error he vivido hasta aquí, Sefior, lisonjeándo- injurias hasta siele veces, esto es, muchas veces, sino has-
me de que os amaba, mientras amaba tan pocoá mis her- la setenta veces siete, es decir, tantas veces cuantas vues-
manos. Mi conducta con el auxilio de vuestra gracia va tro hermano os hubiere desobligado; aun cuando fuese á
á probar de aquí adelante cuánto deslesto mi estravío. todas las horas del dia y todos los dias de la vida( debéis
JACULATORIAS.—Sí, Sefior, permitidme que diga que vos perdonarle si queréis que el Sefior os perdone.
me sois testigo de cuán tiernamente amo á todos mis her-
manos cu las entrañas de Jesucristo. (Ad Philip. 1.) MIERCOLES TERCERO DE CUARESMA.
Si nos amamos mutuamente, Dios está cu nosotros. Llamábase antiguamente este dia el miércoles de las
(1. Joan. 4.} Tradiciones, á causa de las tradiciones recibidas entre los
judíos, de las cuales se habla en el Evangelio, del mismo
PROPÓSITOS. modo que se llamaba el dia precedente el martes de la
1 Qué temible es que la falla de caridad no haga inúti- Corrección fraterna por la misma razón.
les y aun execrablesá los ojosde Diosmuchos ayunos, m u - El introito de la misa eslá lomado del salmo 30, por el
chas oraciones,muchas morlilicaciones y trabajos sufridos cual David arrojado de Jerusalen por Absalonó precisa-
al parecer por Jesucristo, pero sin fruto porfalla de caridad do á relirarse de la corle y de su propia casa, duranfe la
cristiana. ¡Cuántas personas, al parecer, m u y devotas, cruel é injusta persecución de Saúl, implora en su huida
después de mil y mil ejerciciosde piedad, después de ha- el auxilio del cielo, nabiéndose aplicado Jesucristo el sexto
ber pasado su vida en la soledad, óconsumido sus bienes y versículo de este salmo, cuando esclamó espirando en la
sus vidas en servicio del prójimo, se hallarán con las m a - cruz : M Padre mió, en tus manos pongo mi alma, » ha
nos vacías en la hora do la muerte por haber descuidado dado bien á conocer que las persecuciones de David eran
el perfeccionarse en la caridad cristiana! ¿ D e q u é servi- la figura de las suyas. La misa de estedia comienza por
rá el haber destrozado su cuerpo á fuerza de penitencias, el versículo octavo : « Por lo que hace á mí, Señor, yo
el haber ejercido sobre si mismo tantas crueldades, como no espero mas que en vos, » y por tanto « tendré también
los tiranos han ejercitado en los mártires, si no se pueden el gozo de esperimentar los efectos de vuestra misericordia.
sufrir las impeí'fccdones y las perfecciones de sus her- Vos h a b é i s , en efeclo, fijado vuestros ojos en mis aílic-
manos? Yo llevo todas mis cruces con una fortaleza i n - cionos,» y la humillación en que me veis escita todavía
vencible, ninguna persecución me inmuta, hasta me rego- mas vuestra compasión y mi confianza. « Yo he esperado
cijo en medio de las adversidades; pero me aflijo por la siempre en vos, Señor, no permitáis que tenga nunca el
prosperidad de otro, su fortuna me causa pona. Toda mi rubor de haber esperado en vano ; muévaos vucsli'a j u s -
pretendida virtud, toda mi paciencia es como si no fuera ticia para libertarme. »
nada. Yo tengo un placer en servir á los pobres hasta en La Epístola eslá tomada del librodel Exodo; contiene la
los ministerios mas viles; me humillo y no me cuesta tra- segunda tabla del Decálogo, esto es, los mandamientos
bajo el despreciarme; pero tengo una complacencia se- que pertenecen al prójimo. El mandamiento de honrar al
creta e n v e r a otros humilladle : «Nada me aprovecha.» padre y madre, que el Salvador cita en el Evangelio de
Esteriorulades engañosas, falsa apariencia de piedad, h i - este dia, parece haber dado motivo para la elección de
pocresía. No midamos nuesíra d.-vocion sino por la cari- esta Epístola.
dad. Tomemos desde ahora una resolución decidida de so- BabWddo subido Moisés de orden de Dios, en el sexto
bresalir conel auxilio de la gracia en la cal idad cristiana, dia del tercer mes del año sanio, que era el q u i n c u a g é s i -
esto es, no solo de visitar, asistir y honrar á los peltres mo después de la Pascua ó de la salida de Egipto, á la
DE CUARESMA. 179
moníuíia de Sinaí, la cua! aparecía cubierla de fuego, y precepto solo al falso teslimonio protiacido en juicio. Esta
do doode salian contiruianienlo relámpagos y truenos que ley mira á todos los crímenes de falsedad, todas las men-
llenaban de espanto á todo el pueblo, queriendo Dios por tiras, las maledicencias, las calumnias, la oornipcion de
este espectáculo inspirar su temor á un pueblo grosero y los jueces, de los abogados, de los testigos, de los dela-
Ierren», que j a m á s se elevaba sobre los sentidos; le de- tores, de los despachos; en una palabra, todo lo que hiere
claró el Señor sus mandamientos, reducidos á diez puntos, la buena fé y la justicia. « No desearás la casa de tu p r ó -
que por esto ¡lamamos la ley del Decálogo. Los tres p r i - jimo, ^ni su mujer, ni su esclavo, ni su sierva, ni su buey,
meros miran á Dios, y los otros siete conciernen al prójimo; ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca. » Es
conteniéndose toda la ley, como dice el Salvador, en claro que por estos preceptos prohibe Dios todos los de-
estos dos preceptos: Amarás á tu Dios con todo tu corazón, seos injustos de los bienes ajenos. Estos últimos manda-
y á tu prójimo como á lí mismo. mientos, dicen los intérpretes, contienen una especie de
El amor y el respeto que se debe á los padres, son lo suplemento á algunas de las ordenanzas precedentes, en
principal de esta segunda parte del Decálogo. Después de las cuales nos prohibe Dios hacer el mal. Tal vez hubiera
los preceptos que tocan á Dios, propone inmediatamenlc podido creerse que con falque nos abstuviésemos de las
la Escritura el que mira á los padres, porque después de acciones malas, no nos hacíamos culpables por los males
Dios son ellos los que merecen con mas justicia nuestro deseos. Dios nos enseña aquí, que no basta no cometer el
amor, nuestros respetos y nuestra obediencia. « ílonra á adullerio, no malar, no robar, sino que quiere que nos
tu padre y á tu madre. » Este término honrar se toma abstengamos de los malos deseos que nos hacen también
ordinariamente en la Escritura no solo por respetar, sino criminales. « Cualquiera que mira una mujer con ojos
también por hacer bien, servir, proveer de las cosas ne- de concupiscencia, » dice el Salvador, «ha cometido
cesarias á la vida, cumplimentar. Ofreced presentes al ya el adullerio en su corazón.»»
Señor de vuestros bienes, dadle las primicias de todos Mientras que Dios dictaba su ley á Moisés sobre la c i -
vuesfos frutos, y reconoced de este modo su soberano do- ma del monte Sinaí, en medio de la nube de fuego que
mirtio. « Honra á las viudas; » ten cuidado de ellas, cubi la lo alto do la montaña, todo el pueblo que estaba en
asístelas, dice san Pablo escribiendo á Timoteo. Con este la llanura se hallaba en una consternación profunda, es-
término «honra á tu padre y á tu "madrey, prescribe aquí pantado por los relámpagos y por el ruido de los true-
la ley lod(.slos deberes que la naturaleza y la humanidad nos. Oían el sonido de la trompeta, y veian los r e l á m p a -
exigen de los hijos para con sus padres, como son la obe- gos y toda la montaña cubierta de humo; poseídos del
diencia, ta reverencia, el amor, el reconocimiento, los so- temor y del espanto, se alejaron de la falda de la monta-
^oi'i os en sus necesidades temporales y espirituales, y no fia. Cuando advirtieron que bajaba Moisés de ella, escla-
hay maron: Moisés, háblanos t ú ; nosotros le escucharemos de
nada mas espresamente recomendado en la Escritura aquí adelanto con docilidad, pero que no nos hablo el Se-
(iue estas indispensables obligaciones. Dios manda que ñor, no sea que todos muramos en el momento. Moisés
sean castigados con pena de muerte los que maltrataren viéndoles espantados, les s o s e g ó : No temáis, les dijo, el
ó proQi íeren maldiciones contra sus padres ó sus madres. Señ j r ha venido para infundir en vosotros su temor, á fin
No habla solo de la muerte del alma que lleva consigo un de que no pequéis. Habiéndoles así asegurado Moisés,
pecado tan grave, sino de la muerte corporal que merece volvió á subir á lo alto de la montaña, hasta dentro de la
un crimen tan atroz. El Señor para dar una idea mas nube espesa c inflamada en donde Dios lo hablaba. E n -
sensible del mérito do esle (Jeoer y de la escelencia de tonces le dijo el Señor: 116 aquí lo que dirás á mi pueblo:
este precepto, le asigna el mayor de los bienes tempora- vosotros habéis vislo con qué majestad os ha hecho Dios
les, que es una larga vida, la cual promete á los hijos oír su voz; hó aquí lo que os manda so pena do incurrir en
que tributaren á los padres el respeto que les es debido, su desgracia: no haréis ídolos de oro ni do plata; pero
« No matarás. » Los mejores intérpretes creen que de- me erigiréis un altar do fierra, esto c?, formado de c é s -
biéndose tomar los preceptos del Decálogo en toda su es- pedes, sobre el cual rae ofreceréis vuestros holocaustos,
lension, no solo se prohibe por este el homicidio efectivo, vuestras hostias pacíficas, vuestras ovejas y vuestros bue-
sino también las heridas y todo genero de violencia; el yes, en todos los lugares consagrados á la memoria do
odio, los zeios, las querellas, las enemistades, la venganza mi nombre, es decir, que fueron destinados y consagra-
están también comprendidas en la prohibición de matar; dos á mi gloria. Antes de la erección del tahernáculo, y
y que no solo el asesino, sino también los que le aconse- de la fábrica del templo, quería Dios que se le ofreciesen
jan y auxilian, y los que se hacen cómplices de .eu crimen, sacrificios; pero siempre en lugares y sobre altares con-
de cualqueria manera que sea, son culpables de homici- sagrados a esle. folo uso de religión, y de ningún modo
dio. Con la misma estension y en el mismo sentido debe en lugares profanos.
entenderse la prohibición del adulterio. Todo pecado de
El Evangelioque se lee en la misa de esto dia, y que ha
impureza eslá prohibido por esle precepto, dicesan Agu.stin.
dado sin duda motivo á la elección que la Iglesia ha be-
(< No r o b a r á s . » Este preceplo prohibo todo género de
cho de esta Epistola, eslá tomado del capílulo ílí do san
hurtos; la usurpación, la detención de la hacienda ajena,
Mateo.
sea por fraude, por artificio, por violencia ó por seducción,
Habiendo jurado los escribas y fariseos la muerte del
• ^ í , el robo, la rapiña, el peculado, la usura, los fraudes,
Salvador, le observaban malignamente para fraiür de
supercherías, las malversaciones, la mala fé en el
descubrir en él ó en sus discípulos alguna cosa de que
comercio, en el pago de los que trabajan y de los acree-
acriminarle. En cerca de tres años que le seguian á todas
dores, todas estas injusticias están prohibidas espresa-
parles no habian podido descubrir cosa alguna reprensi-
mente por este precepto. « No pronunciaras falso tcstimo-
ble ni en su doctrina, ni en sus costumbres. Habiendo ve-
010 contra tu prójimo. » Tampoco se ha de restringir este
180 M1EUCOLF.S TERCEUO
nido algunos en su seguimiento ú Gulilea, donde se habia de que sabéis tan diestramente aprovecharos contra todas
relirado al saür de Jerusalen, tuvieren el atrevimiento de las leyes de la justicia y de la caridad. Vosotros ensalzáis
preguntarle [ior q u é sus discípulos no se lavaban las m a - de tal modo el mérito de las ofrendas que se llevan allí,
nos ántos de ponerse á la mesa. Se hablan introducido que á creeros hoy, es no solo una escusa legítima para un
entre los judíos, de padres á hijos, ciertas observancias hijo, sino un acto de virtud el decir á su padre ó á su ma-
.supersticiosas de que eran mas religiosos observadores dre: lodo lo que podríais esperar de mi para vuestro a l i -
que do la ley: como por ejemplo, el no atreverse á sen- vio y vuestra subsistencia, está ya consagrado á Dios;
tarse á la mesa sin haberse lavado las manos muchas ve- sos unos bienes de que ya no puedo disponer; he prome-
ces y aun lus brazos hasta el codo; meter muchas veces tido ofrecerlos al templo; seria, pues, un sacrilegio en mí
en el agua las copas en que debian beber, los jarros de el dároslos, y en vosotros el recibirlos.
cobre y los demás vasos; lavaban hasta los lecho? en que Hipócritas, continúa el Salvador, ¿ o s cae bien el pon-
estaban recostados durante la comivla. Los fariseos hacian derar u n a falta, á lo mas contra la urbanidad y la cortesía,
consentir la pureza y la santidad en estas lociones este- mientras que violáis uno de los mayores preceptos de
riores, mienlras que su alma estaba manchada con los Dios? Ciertamente ha hablado de vosotros Isaías con espí-
crímenes mas negros. Pistinguian dos géneros de leyes: ritu proíélico, cuando ha dicho : Este pueblo me honra
la ley escrita, que les importaba muy poco el violar, y la con los labios, pero su corazón está muy léjosde m i . V o -
Iradicioii! que llamaban ley de boca, porque no se habia sotros habláis sin cesar de la ley con énfasis, y sin cesar
dado por escrito, y era un montón de supersticiones de la violáis con impiedad. Sois exactos observadores hasla
que los fariseos hacian ostentación, y que consisiian en las el escrúpulo de no sé qué costumbres que nada signilicaii,
glosas ó interpretaciones que los doctores daban al texto y que la relajación ha introducido, al paso que violáis
de la ley escrita, y que eran por lo común puras inven- desvergonzadamente los eslatulos mas esenciales y los
ciones de su genio y do la corrupción de su corazón. Dios mandamientos de Dios, sustituyéndoles vuestras vanas
dice que es preciso honrar y asistir á su padre y á su ma- Iradiciones. ¿Pensáis que á Dios se le e n g a ñ a ? Dirigién-
dre; la glosa ó interpretación decia: Ofreced á Dios lo que dose en seguida e! Salvador á todo el pueblo que le escu-
vuestro padre necesitado podria esperar de vosotros, y chaba : No es, les dice, lo que entra por la boca lo que
con esto quedáis dispensados de asistirlo. Por este medio mancha al hombre, sino lo quo nace de un corazón cor-
los fariseos interesados y avaros se aplicaban á sí mismos rompido. Lo quo mancha al hombre es lo que dice, lo que
estas ofrendas hechas á Dios. Así es como los santos Pa- desea, y nó lo que come. Las viandas no son malas sino
dres entienden este lugar del Evangelio. Queriendo el l í i - en cuanto están prohibidas; en sí mismas son indiferentes,
jo de Dios hacer patente la hipocresía y la malignidad de y i-.o manchan el alma sino por el mal uso quo se hace
una censura tan mal fundada, en unas gentes que viola- de ellas. Entonces sus discípulos acercándose á él : ¿ S a -
ban sin escnípulo las leyes mas santas: ¿Por q u é , les res- béis, Señor, le dijeron, que lo que acabáis de decir ha
ponde, traspasáis Tosolros los mandamientos de Dios, en chocado furiosamente á los fariseos, y que ha sido para
favor do vuestra tradición tan mal concebida? Así también ellos un motivo de escándalo? Toda falsa doctrina como
ee ven diariamente muchos escrupulosamente apegados á quo no viene de Dios, les respondió Jesús, debo sor
ciertas prácticas esteriores de la religión, mientras que se combatida y esterminada. No todo genero de plantas p r e -
descuidan los deberes mas esenciales y mas indispensa- valece en la tierra que yo he venido á cultivar, que es mi
bles de ella. La loy dice espresamente: Honra á tu padre Iglesia ; solo aquellas que mi Padre celestial ha plantado
y tu madre; esto es, asísteles con tus bienes en sus necesi- en ella, son las que medran : las otras que crecen por sí
dades: añade también, que el que ultraje á su padre y á su mismas, y que carecen de mi cultura y de mis cuidados,
madre sea castigado con la muerte. Vosotros por el con- m u e i en y deben ser arrancadas. Dejad esas almas ingra-
trario, cuando vuestro padre y vuestra madre llegan á tas que no pueden arraigar en ella; son ciegos que con-
pediros algún socorro en sus necesidades, os conteníais dnceú á otros ciegos, y (pie van con ellos á arrojarse en
COü decirles: He consagrado at Señor todos mis bienes, no el precipicio. El escándalo de los flacos os un gran mal,
son ya mios, todo lo que puedo hacer es admitiros á la se debe cuanto sea posible prevenirlo ó quitarlo. Pero
participación del mérito de mi ofrenda; todo lo que he v o - cuando por pura malignidad, ó por una mala delicadeza,
lado y ofrecido os aprovechará como á mí; y por esta es- ó por otras razones todavía mas frivolas ó mas injustas hay
cusa especiosa que ha introducido una avaricia cruel, y quien se escandaliza de lo que no podria callarse sin he-
que autoriza una tradición reciento, dejais morir de ham- r i r ¡a verdad, S1 debo [iasar por cima de osla considera-
bre y de miseria á vuestros padres. Los fariseos por un es- ción, dice san Bernardo, con san Gregorio, san Crisóslomo
pírilu íle interés porsiiadian á los hijos que consagrasen á y san Agustín.
Dios y al servicio del templo lo que hubieran debido e m - Habiendo el Salvador despedido al pueblo, san Pedro
plear para proveer á la subsistencia de sus padres, sosle- con su acostumbrada ingenuidad se tomó la libertad de
niendo que con este don y este pretendido sacrificio de sus pedirle, en nombrede lodos los discípulos, una esplieacion
bienes, de los cuales conservaban no obstante el uso, es- todavía mas clara d é l o que hahia dicho, que la vianda no
taban dispensados de una obligación tan esencial, y que manchaba. Jesús le respondió : ¿ Después de tanto tiempo
locaba entonces á Dios el proveer á la subsistencia de sus como hace que es instruyo, estáis tan poco capaces deen-
padres. No hay cosa mas positiva, les decia el Salvador, lenderme como los d e m á s ? ¿ignoráis que el alimento que
nada mas claro que el mandamiento de Dios, que os o b l i - se toma no sirve mas quo para mantener él cuerpo, sin
ga indispensablemente á asistir con vuestros bienes á pasar al alma, y que solólo que naco de un corazón cor-
vuestro padre y vuestra madre pobres, y sin embargo no rompido es lo que puede mancharla? Del corazón es de
pensáis masque en que so llene el cepo con las limosnas, donde proceden los pensamientos ruines, los malos de-
l)K CUAUESMA. m
seos, lüá adullorius, las fornicaciones, los hurtos, los ho- bis. Aliare de Ierra facietis rael í Yosolros habéis visto
miciiliüs, los Falsos tcstiiuoníos, las blasfemias; hó aquí lo mihi, el ojferetis super eo l i o - que os he hablado desde el
(|iic pi-oíluce un corazón vicioso, y esto es lo que mancha locausta el pacifica vestra, cielo. No haréis dioses de
el alma ; pero el comer sin haberse lavado las manos es oves veslras el boves i n omni plata , ni diosos de oro. Me.
á lo mas un desaseo esiet ior, pero nó un pecado. No hay loco, i n quo memoria fuerit erigiréis un altar de tierra,
verdadera mancha en el hombre sino la del pecado, sin nominis mci. y ofreceréis sobre él vues-
embargo esta es de la que se tiene ménos horror, ¡ Qué tros holocauslos y vuesli^s
estraua contradicción e! tener un cuidado desmedido y hostias pacificas, vueslras
escrupuloso de la limpieza del cuerpo, mientras el cora- ovejas y vuestros bueyes en
zón está lodo corrompido! se huye de un hombre cuyo todo lugar consagrado á ja
esterior descuidado choca, y no da en cara una lengua memoria de mi nombre.
impura, mías manos sacrilegas, unas costumbres corrom- Pentateuco, que significa cinco volúmenes , es el nom-
pidas. bre que los griegos han dado á los cinco libres escritos
por Moisés. lisios cinco libros son el (lénesis, el iívodo,
La oración de la misa de este dia es como sigue: ei Lovilico, los Números y el Deuleronomio. Kl Exodo sig-
F r r n t a n o l i s , qumvn.us, Te suplicamos , Señor, nifica la salida, porque contiene la narración de la salida
Dommc: nt siilulurihus j e - nos concedas la gracia de de los israelitas del Egipto. Abraza la liistoria de ciento
jtniiis erudili a noxiis que- que instruidos por los a y u - cuarenta y cinco años después de la mucríe de José basta
que r ü i i s abslii\enles,propi~ nos saludables, y abstenién- la erección del tabernáculo al pié del monte Sinai.
lialtonna tuam [ocilius impe- donos también de los vicios
REFLEXIONES.
tremus per ü o m i m m . . . perniciosos , obtengamos
mas fácilmente tu miseri- , «Honra á tu padre y á lu madre, para que goces largo
cordia. Por nuestro Se- tiempo sobre la ttei'ra de la vida que le dará el Señor lu
ñor, etc. Dios.» Este mandamiento de Dios es tan conforme á los
sentimientos que inspira la razón, y que produce la natu-
La Epístola es tomada del libro del Exodo, cap. 20. raleza, quo parece no haber habido necesidad de asignar-
limo dicil Domhms Deus: lie aquí lo que dice el le hasta una recompensa temporal para hacerle dulce y
Uonora patrem luum el ma- Sefior Dios: Honra á tu pa- fácil. ¿ Q u é cosa mas natural, qué cosa mas jusla que
irem tuam, ut sis lonqaiviis dre y á tu madre, para que amar y h o n r a r á aquellos á quienes después de Dios d e -
super i e r r a n , qvam Domi- goces largo tiempo sobre la bemos la vida? ¿ Q u é cosa mas racional que asislir con
nus /)fiíís luus dabit tibi. Non tierra de la vida que te dará mieslros bienes en la necesidad á aquellos que nos los lian
Wcidcs. Non mcechaberis. el Señor lu Dios. No mata- dado, 6 por lo ménos nos han puesto en estado de adqui-
Non furtum facics. Non l o - rás. No cometerás adulte- rirlos? ¿ Q u é cuidados no cuesta á los padres el alimentar
queris contra proximum rio. No h u r t a r á s . No dirás y educar á sus hijos, en una edad incapaz de pasarse sin
tuam falsum testimonium. falso testimonio contra lu e! auxilio de otro ? y ¿ q u é gastos y solicitudes, q u é penas
Non concupisees domum pro- prójimo. No codiciarás la y desasosiegos durante muchos años par a sostenerlos, pa-
ccimi tui, nec desiderabis uxo- casa de lu prójimo ; ni de- ra proveer á todas sus necesidades, para darles una edu-
rem cjus, non sermm, non s e a r á s su n m j í T , ni su es- cación á propósito para quesean felices? ¿ q u é no se de-
a n c i l l í m , non bovem, non clavo , ni su sierva , ni su be al amor de un padre que consume su salud, que abre-
a s i m m , nec omnia quwillius buey , ni su asno , ni cosa via aun sus dias para establecer ventajosamente á irnos
sunt. Cunctus autem populas alguna de las que le perte- hijos que deben sobrevivirle? ¿ y q u é no se debe á la ter-
videhat voces el lampades, el necen. Y lodo el pueblo oia nura de una madre que no suspira mas que por hacer d i -
soiiiium buccwte, montmque las voces y los relámpagos. chosos á sus hijos? ¡ Qué espanto á la sola idea del p e l i -
f u m a n t m i et perlcrriti ac y el sonido de la trompeta, gro ! ¡ qué. lágrimas con solo pensar en el riesgo que pue-
pavore concvssi , sleterunt y veia el monte cubierto de den correr! ¡ q u é llantos con que aparezca no masque una
procul, diecntes Moysi: L o - humo : y aterrado y poseí- enfermedad lijera ! Cuando se ama como padre y como
(¡nere tu nobis, et audiemus: do del miedo se escaparon madre, se sienlen con mas intensión los males de los hijos
non loíiuatur nohis Dominus, lejos de la montaña, y dije- que los suyos propios. ¡ Qué cosa mas abominable, q u é
ne forte moriamur. Et a i l ron á Moisés: Háblanos t ú , ingratitud mas mouslruosa que ta de un hijo desnaturali-
Moyses ad popuhm. Nolite y te oiremos; no nos hable zado que falta a! reconocimiento! Ea dureza con los padres
'""<''e: v i enim probaret vos el Señor, no sea que m u r a - se ha mirado siempre entre lodos los pueb.'os como un
vmtt Deus^ e[ U[ ¡error illius mos. Díjole, pues, Moisés al monstruo de impiedad ; pero ¿ q u é países son los (pie i-ro-
e*9ét invobis, el non pecca- pueblo; No temáis, porque duceii hoy tales monstruos? ¿ No se vieron j a m á s entre
r<?<ís. Stelitque poptdus de el Señor ha venido para vosotros esas corazones inhumanos, esos hombres bruta-
hhgc, Moyses autem accessit probaros, é infundiros su te- les, esas almas feroces, esos hijos desnaturalizados, quo
ad caUqinem i n qua erat mor á lin de que nopequeis. olvidando los deberes mas indispensables, softean el amor
1)eus. Dixit prceterea Domi- 0 pueblo permaneció ale- mas natural y los sentimientos mas racionales; desconocen
nus ad Moysen : Ucee dices jado ; pero Moisés avanzó á sus propios padres, desprecian á aquellos por quienes la
{ihis Israel: Vos vidutis qmd hasta la niebla en (pie Dios naturaleza les ha inspirado el mayor respelo, y dejan mo-
de Níft U n t u s sim vobis. estaba. El Señor le dijo ade- rir de hambre á los que les han dado la vida? N ó ; no es
f a t m a déos arqenleos, más á Moisés : He aquí lo entre los bárbaros, es entre los pueblos mas civilizados,
déos áureos facictis vo- que dirás á los hijos de Is- es entre los cristianos en donde se hallan hijos de este ca-
<S3 MIERCOLES TERCERO
rácler. Y de-ípuos de csío liay padfos y madres ¡lan i m b é - quia pbarism, ándito verbo ceptos de los hombre.-;. KIÍ
ciles qa(í se despojan do lodos sus bienes, y se abandonan hoc, scandalizati sunt? At seguida, haciendo ( p í e s e l e
á la discreción siempre ai nesgada do sus hijos que tarde illerespondens, a i t : Omnis acercase la mullitud que lo
ó temprano no dejan de hacerles arrepentir de su tontería. planlalio,\quam non planta- escuchaba, les dijo : Oid, y
A esto les espone la ambición desmesurada de contraer n'í Patcr meus coeleslis, era- haceos cargo de esto. No es
alianzas en que solo se consulta al orgullo y levantar una dicabitur. Sinite i l l o s : cccci lo que entra por la boca lo
casa mas alta que la de sus padres. Si el amor desordena- sunt el duces ccecorum. Cce- que mancha al hombre, sino
do de los padres es castigado lan severamente en esta vida, cus aulem si emo ducalum lo (pie sale de la boca, eslo
¿ á qué horribles casillos no debe atenerse la inhumani- pmslel,ambohi(ovemn ca- e s l o que le mancha. L l e -
dad espantosa de los hijos que enriquecidos con la sustan- dunl. Respondens aulem Pe- gándose entonces á él sus
cia de los padres, les niegan después aun lo necesario? (ras dixit e i : Edissere nobis discípulos, le dijeron : ¿ S a -
Pocos pecados hay que sean castigados con tanto rigor. Se parabolamistam. At Ule d i - bes que los fariseos se han
ven muy pocos de estos hijos desnaturalizados que no x i t : Adhucet vos sine inte- escandalizado, cuando han
vengan á pararen la miseria. Se ve claramente que larde lleclu e s l i s l Non inlelligitis oido lo que has dicho? Pero
ó temprano estos ingratos esperimenlan sobre si la inano quia omne quod i n o s i n i r a t , él les r e s p o n d i ó : Todo lo
pesada de Dios. El menor castigo es el verlos mas maltra- ín venlrem vadit, et in seces- que mi Padre celestial no
tados de sus hijos, que lo que ellos han maltratado á sus sum m i l l i t u r ? Quou aulem ha plantado, será desarrai-
padres. La indignación de Dios estalla ordinariamente so- proceduni de ore, de carde gado. Dejadlos; son ciegos,
bre esas casas cimentadas, por decirlo así, sobre la sangre exeunt, el ea coinquinant ho- y guias de otros ciegos; si
de sus padres. Los azotes del cielo se descargan sobre esos w i n c m : de corde cnim exeunt un cie^o, pues, sirve do
coi azones impíos. Pero ¡ á q u é suplicios tan horribles no cogilaliones malee , homici- guia á otro ciego, los dos
tiene reservados ¡a justicia divina en la otra vida á esos dia, adidleria, fornicationes, caerán en el precipicio. I n -
hijos desnaturalizados 1 furta, falsa testimonia, blas- medialamcníe Pedro le i n -
phemm. Ucee sunt, qum coin- terpeló diciendo: Acláranos
E l Evangelio de e ú e áia es del capitulo i de san Mateo, quinanl hominem. Non lotis mas esta parábola. Y Jesús
aulem manibus manducare, le dijo: ¿ T a m b i é n vosotros
la illo ifíinpor¿: Accesse- En aquel tiempo se llega-
non coinquinat hominem. estáis torpes para entender
r u n l ad Jesum ab .lerosoly- ron á Jesús cierlos escribas
lo que digo? ¿ n o concebís
inis scribai et pharisoei, d i - y fariseos que hablan veni-
que todo lo que entra por la
cenles: Qaare discipuli l i d do deJerusalen, diciéndole:
boca, pasa al vientre, y se
Iransgrediuntar tradilioníim ¿ P o r q u é las discípulos que-
arroja después en sitios se-
seniorum'? Non enhn lavanl brantan la" tradición de los
cretos? mas lo que sale de
manus suas, cum paneni ancianos? ¿ p o r q u é no se
la boca procede del corazón,
manducanl. Ipscautein res- lavan las manos cuando se
y eslo es lo que mancha ai
pondem, ( d l i H i s : Quareet ponen á comer? Mas el Sal-
hombre, porque del cora-
vos transgredimini manda- vador les respondió, y les
zón salen los pensamientos
lum Dei propier iradilionem d i j o ; Y ¿ p o r q u é vosotros malos, los homicidios, los
vestram? Nam Deas d i x i l : quebrantáis el precepto de adulterios , las fornicacio-
Ilonora pnlrcm et malrem. Dios en favor de vuestra nes, los hurtos, los falsos
E l : Qaimaledixerilpalrivel tradición? Porque Dios ha testimonios, las blasfemias.
m a l r i , morle morialur. Vos dicho : Honra á tu padre y Estas et sus son las que man-
aulem d k i i i s : Qummque di- á fu madre. Y e l q u c m a l - chan al hombre; mas el co-
xeril p a l r i vel m a l r i : M u - dijere á su padre y á su ma- mer sin lavarse las manos,
n«s, quodcimque esl ex me, dre, sea castigado con la no mancha al hoaibre.
libi proderil: et non honori- muerte. Mas vosotros decís:
(icahil palrcm suum, aut ma- Cualquiera que dijere á su
írem suam: e l i n i l u i n fecis- padre ó á su madre: Todo MEDITACION.
fís mandaium Dñ propler lo que yo he ofrecido á Dios
Del buen uso del tiempo.
iradilionem vcslram. ¡hjpo- de mis bienes, será en pro-
criuv, beneprophelavit de vo- vecho vuestro, no tiene ya PUNTO PRIMIÍRO.— Considera que esta vida es propia-
bis Isaías, dicens: Populus que pensar en honrar á su mente el dia en que debemos trabajar para el cielo;
hic labüs me honor a l ; cor padre y á su madre, y de después del cual llega la noche cu que nada puede ha-
aulem eorum longe est a me. este modo aniquiláis el man- cerse. ¡ Qué desgracia para el que no ha empleado bien
Sine causa aulem colunt me, dato de Dios, por sostener este dial
ducentes doctrinas, et man- vuestra tradición. Hipócri- Nada hay tan precioso como el tiempo de esta vida; no
dil la bominum, Et convoca- tas, ciertamente ha habla- hay un momento que no valga una elernidad, puesto que
lis ad se lurbis , dixil eis: do de vosotros Islas con cs- la elernidad bienaventurada no es otra cosa (pie el Inilo
Audiic, et iiüelligile. Non pírilu profélico, dijo: Este d é l a s gracias que solo se conceden en el tiempo. La d i -
quod inlrul in os, coinquinat pueblo me honra con los cha infinita, la gloria inefable de que í;ozan los bi-ma-
homiuem; sed quod proccdil labios, pero su corazón está venturados, el precio de la sangre del Redentor, 'todo
ex ore, hoc coinquinat hc- lejos de ral. Ellos me ofre- eslo no es mas que la recompensa, por decirlo así, del
inincin. Tune acceilenlef dis- cen un culto vano ensefian- buen uso que se hace del lie npo.
cipuíi ejus, dixerunl c i : Seis do las doctrinas y los p r e - El tiempo es una cosa tan preciosa, que todosloshono-
DE CUARESMA. 183
ros, lodos los bienes del imindo no valen lo que vale un yo? pero ¡ desgraciado do mí 1 ¿por q u é pensando enton-
inomenlo, y aun cuando no se hubiese empleado mas que ces en el sentimiento que debía tener algún dia por no
Ufl momenio para adquirir los tesoros del mundo, si no haber aprovechado el tiempo, no me aprovecharía enton-
se üa ganado mas que eslo, se puede decir que delante ces de aquel pensamiento, de aquella gracia y de aquel
de Dios, que juzga discretamente de todas las cosas, es tiempo? ¿la juventud, la cualidad, el rango, la dignidad,
haber perdido su tiempo. las grandes rentas, la abundancia eran lílulos para llevar
No hay condenado que no estuviese pronto á dar todos una vjda ociosa, inútil, para perder el tiempo?
los reinos y lodos los bienes del mundo , si estuviesen en ¡Quésabias han sido las almas fieles, cuyos dias han
su poder, por tener un momento de aquel tiempo que ha sido todos llenos; aquellos grandes siervos de Dios; que
perdido en vanas diversiones, y del que no hacemos no- han empleado tan santamente su vida! Considerad al b i e -
sotros mejor uso. Sin embargo, so puede decir con ver- naventurado Nicolás en su propia casa, en el seno de su
dad, que cada momento que no hemos empleado por Dios familia, en el ejército y en el desierto; ¡que aplicación al
luMuos hecho una pérdida mayor q u é si hubiésemos per- cumplimiento de todas sus obligaciones! ¡que horror por
dido todo el universo. toila bagatela y ociosidad! ¡ q u e uso tan santo del tiempo!
Lo que los santos no podrán hacer en el ciclo durante ¡qué regularidad y que penitencia!
la eternidad , por todos los actos mas perfectos de todas Señor, yo mismo me hago todas las reconvenciones que
las vii ludes, que es merecer un nuevo grado de gloria, yo me harán los líeles siervos, y que vos mismo mellareis
lo puedo hacer por un solo acto de amor de Dios en cada por el mal uso que hubiera hecho de un tiempo tan pre-
inslanle. cioso; haced por vuestra gracia que me sean útiles estos
Lo que los réprobos no podrán hacer en toda la eter- seniimientos, haciéndolos cíicaccs; y pues que os dignáis
nidad, con sus llantos, sus sentimientos, sufriendo lodos darme todavía tiempo, voy á aprovecharme de hoy en
los tormenlos mas espantosos, que es ablandar la cólera adelante con el auxilio de vuoífra gracia de todos los
de Dios, y obtener el perdón del menor de sus crímenes; momentos.
yo lo puodo hacer en cada momento con un suspiro, con .TVCUIATORIAS. — llagamos el bien, mienlras tenemos
una lágrima; yo puedo en todo momenlo con un solo acto tiempo. {Ad Galat. C.)
de contrición pcríecla , oblener ol perdón de todos mis Bagáfnos un buen uso de estos dias tan preciosos; y no
pecados. perdamos nn momenlo de un tiempo que Dios no nos con-
¡ Q u é ! mi Dios, ¡del buen ó mal uso del tiempo, depen- cede sino para nuestra salvación.
de la eternidad feliz ó desgraciada! Nuestra salvación no
puedo obrarse mas que en el tiempo. El número de estos PROPÓSITOS.
diüs está determinado, y nada pasa tan de prisa como el
^ m p o ; ¿y se hallan gantes que no emplean este tiempo 1 Al ver la vida ociosa, muelle, inútil de las gentes del
'uas que en inutilidades? ¿que no saben que hacer? ¿ g e n - mundo, y aun de algunos eclesiásticos, ¿no se diría quo
tes que no tratan masque de pasar , de gastar, de perder este decreto irrevocable: «Comerás tu pan con el sudor
el tiempo? ¿ y no soy yo de este número? de tu rostro, hasla que vuelvas á la tierra de donde has
¡Ah, Señor 1 ¿ q u e uso he hecho yo del tiempo? ¡Ah! sido sacado» no mira á todo el mundo, y que hay geoies
mis dias mas bellos han pasado, y se han perdido; el dia privilegiadas? sin embargo, el decreto no esceplua á na-
está en su declinación, la noche se acerca; ¡qué fondo de die. No todos están obligados á llevar «na vida laboriosa:
reflexiones, buen Dios! ¡qué fondo de penas, de espantos, pero ninguno hay que tenga derecho para llevar una vida
de arrepentimiento! blanda"é inútil, la ociosidad y la móJicie están tan p r o -
PUNTO SK^UNDO.—Considera que nuestra salvación no hibidas al principe como al vasallo. Se diría hoy que
pi'-ede hacerse mas que en el tiempo, y que todo el liem- basla ser rico, pertenecer acierta clase, ser de cualidad,
pü de la vida no se nos ha dado mas que para trabajar tener un empleo para tener derecho á perder el tiempo;
en este gran negocio; ¡con q u é cuidado debemos apro- la inquietud misma que se tiene por saber en q u é se per-
vechar este tiempo cuyos momentos son tan preciosos, y derá el tiempo, es por lo común el único cuidado que ocu-
cuya pérdida es irreparable! pa. Se hace una ley, y muchas veces on mérito de no sa-
Sin embargo, ¿lomamos mucho interés por esta p é r - ber nada. Una mujer á quien la fortuna de su marido aca-
dida? ¿la miramos siquiera como una pérdida? ¡Ah! ¡los ba de sacar del polvo, creería dar pruebas de mujer ordi-
^ias decampo, los grandes negocios y cuanto contribuye naria si trabajaba. Evitad un vicio que es el oríjen de
^as á hacernos perder el tiempo, se llama hoy diversión! muchos otros; pero acordaos que se puede perder el tiem-
•"'xamiiiomos q u é uso hacemos nosotros mismos del tiein- po sin estar ocioso. La inutilidad de lodo loque no se hace
P0; ¿ le hemos empleado, le empleamos lodo entero en por la salvación, es una ociosidad criminal. Sean siempre
nuestro gran negocio? vuestra principal ocupación los deberes de vuestro estado;
Llegará un tiempo en que lodo lo daríamos por tener tenéis algún tiempo desocupado, no le dejéis vicio. Las
todavía algunos de los momentos preciosos que perde- obras de caridad, el trabajo de manos, la oración, la lec-
nios) y que perdemos porque se nos antoja; ¡que pesar, tura son ocupaciones dignas de una persona cristiana.
'Juen Dios! ¡que desesperación ver que lodo el tiempo ha Huid la ociosidad hasla en vuestras recreaciones, en vues-
Pasado, y (|Ut. |0(|0 So ha perdido! tros descansos, en vuestras visitas.Una labor sienta siem-
¡Ah! si yo esluviese ahora, diremos en la hora de la pre bien en las manos de una señora cristiana. La rueca
n)|ierte, como estaba tal y tal dia de mi vida, cuando me- y el huso, según el lenguaje de la Escritura, hacen parte
(lil<'ba sobre el buen uso del tiempo, si yoluviese ahora del elogio que el Espíritu Santo hace de la mujer fuerte.
*• m'smasalud, la misma edad, mi Dios, ¿que no haría Y no se diga que la cortesia prohibe osla especie de usos;
184 JÜKVES TÉRGERC
las leyes del siglo no podrán nanea abrogar las máximas cion yo le oiré cuando me invocare, y yo seré efernamenle
de la piedad cristiana. So ven mujeres de la primera ca- su Señor». Dios es nucslra salud, y en vano la buscaremos
lidad, princesas aun de un mérito distinguido que j a m á s en otra parte. La vida, la salud y todos los bienes que pode-
están sin trabajar on alguna pequeña labor, en tiempos y mos desear, se hallan solamente en Dios; él es la fuente de
circunstancias en que personas de condición ordinaria ellos: ¡ q u e locura el esperarlos de otra mano! no tenemos
croerian deshonrarse. mas que acudir á él con confianza, en cualquiera aflicción
2 l'ero cuando uno es de cierta cualidad, cuando está que sea, nos promete su asistencia. Dios es fiel en sus
en cierto rango, cnaiulo ba llegado á cierta edad, no se p r o m e s a s . ¿ A qué, pues, debe atribuirse el que carezcamos
sabe q u é hacer; y q u é ¿ n o tenéis ninguna obligación que de socorro en nuestras necesidades?'^ se recurre á Dios,
cumplir? ¿ n i n g u n a buena obra que practicar? ¿ n i n g u n a sino después de haber probado todos los demás remedios.
oración que hacer? ¿ e s posible que haya pobres enfer- Nuestra falla de fé hace nuestras oraciones ineficaces.
mos en los hospitales, pobres vergonzantes en las casas, Nuestra confianza vacilante es el efecto de nuestras infide-
desdichados en los calabozos; es posible que Jesticrislo lidades. ¿Queremos ser oidos en la aflicción? Guardemos
esté dia y noche sobre nuestros altares, y que haya fieles su ley, escuchemos con docilidad sus palabras. Púiestra
(pie no sepan que hacer? y nolad que no es sino cuando disipación de espíritu nos impide comprender el sentido de
leñemos mas lugar para amar á Dios y para honrarle, sus oráculos, y la corrupción de nuestro corazón estorba
cuando no sabemos q u é hacer: porque cuando uno está sus mas saludables efectos.
abrumado con negocios temporales, cuando se pasa el dia La Epístola de este dia conüenc una reconvención que
entero en vanas diversiones, cuando se trata de ofender á Dios hace á su pueblo por boca de Jeremías, por la vana
Dios y do perder su alma, j a m á s nos cansamos y aun no confiauza que tenia en el cullo esteiior que le rendía, sin
tenemos bastante tiempo. Huid, pues, con horror do la cuidar de agradarle por la pureza de sus costumbres y pol-
ociosidad. Procurad que todos vuestros dias sean llenos. la exacta observancia de sus divinos preceptos. Contaban
Cuidad deque ni aun vuestras recreaciones sean vacías; tanto los judíos con la ventaja singular de que gozaban
acompafiiullas siempre de algunas prácticas de piedad. por tener en su seno, con preferencia á todas las d e m á s
¿Vais á hacer visitas? comenzad por hacer una á Jesu- naciones, el único templo verdadero consagrado al culto
crislo en el Santísimo Sacramento ; una lectura edificante del verdadero Dios, que creían que esta preferencia les
alimenta el a l m a ; la visita de los pobres en las prisiones respondía de la protección de Dios, y que podía suplir á
y en los hospitales mantiene ia caridad. Es una ocupación la inobservancia de la ley, de que no dejaban de recono-
muy digna de una señora cristiana el ocupar sus ocios y cerse culpables. El Señor les declara por su profeta la i n i -
sus" manos en trabajar para los pahres. .lamás está uno quidad de esta vana presunción, y el error de su loca
ocioso cuando se conoce el precio del tiempo, cuando uno confianza.
es verdaderamente cristiano. Ordena Dios á Jeremías que va j a y se ponga á la puerta
del templo de Jerusalen, y que anuncie al pueblo estas
JUEVES TERCERO DE CUARESMA, verdades eternas: Escuchad la palabra del Señor, habitan-
tes de J u d á , todos los que entráis por estas puertas para
Q U E S E LLAMAi MITAD D E C Ü . U I E S M \ .
adorar al Señor: ¿ q u e r é i s q u e j o habite con vosotros en
Siempre se ha mirado osle dia entre los griegos y los este lugar santo; queréis que escuche vuestros ruegos y
latinos como el centro ó el medio de la Cuaresma; pol- que atienda á vueslos vqto.-; queréis que derrame mis ben-
oste motivo le llamamos la mitad de la Cuaresma, como diciones en abundancia? enderezad vuestros cami nos, r e -
que es el vigésimo de los cuarenta ayunos desde el m i é r - formad vuestras costumbres, corregid vm-stra conducta:
coles de Ceniza, y el último de la primera mitad. Los grie- no vengáis aquí sino con un corazón puro, no os presen-
gos le llaman « mesonestimos », esto es, el medio de los téis sino con disposiciones religiosas, y sean vuestro res-
ayunos, porque enire ellos es el primero de la segunda peto y vuestra modestia una prueba de vuestra fé. I'ei o
mitad. Se ignora cual lia sido el misterio y el motivo poi- no pongáis vuestra confianza en palabras de menlira d i -
q u é han erigido su a mesonestimos» en fiesta solemne. Los ciendo: Este es el lemplo del Señor, esta es la casa del S J -
latinos no lum pensado, á la verdad, en hacer dia festivo ñor, aquí está su único lemplo. No era una mentira ni nu
el jueves de la media Cuaresma; pero se hallan indicios error el creer ni el decir que e! templo de Jerusalen era
de que han tratado de hacerle por lo ménos un dia p r i v i - el^lemplo del S e ñ o r ; pero en la boca de los judíos, y cu
1,-giado con la dispensa del ayuno; pero la Iglesia ha con- los sentimientos que concebían gloriándose de que leniati
denado siempre esta licencia, y ha reformado este abuso. esle templo, era un error, una ilusión, una menlira. Ellos
Parece que esta buena iMadre, siempre atenta á las nece- creian que por mas escandalosas que fueTíon las ahomina-
sidades espirituales y aun temporales de sus hijos, v i é n - ciones que se cometieran en el lugar santo, por mas i r r i -
dolos llegar hoy al medio de la penosa carrera del ayuno, lado que pudiese estar el Señor por sus crímenes, era tal
traía por su oficio de obtenerles del cielo nuevos socorros el deseo que tenia de su gloria, que no permitiiia j a m á s
y una nueva protección con el Señor para ia conservación (pie su templo fuese profanado por eslranjeros, y tíiwhó
de su salud hasta el Sin del ayuno. El introito de la misa, ménos que su pueblo favorito fuese arrojado del país que
la oración del dia, la estación, el Evangelio, lodo parece Dios le había dado, y que los judíos estuviesen algún dia
dirigido por esta intención, y la memoria singular que se sin lemplo, sin altar y sin sacrificios. Estamos conr.a-
hace de san Cosme y san Damián en la oración del dia es d.ps, decían, contra las amenazas de J e r e m í a s : tenemos el
una prueba de ello. templo del Señor, esle lemplo solo es para nosotros un
La misa comienza por estas consoladoras palabras: «Yo antemural contra lodo género de desgracias, y aun con-
soy la salud del pueblo, dice el S e ñ o r ; en cualquiera aflic- tra los liros de su indignación. Eran muy ciegos, pues
DE CUARESMA. 185
que no veían que ellos deshonraban mas el templo sa- mer uso que hace de ella es servir al mismo Jesucristo
grado del Señor con su idolatría y sus impiedades, qne ¿Después de nuestras enfermedades hacemos nosotros el
hubieran podido hacerlo los itiGeles quemándole y des- mismo uso de nuesíra salud?
t r u y é n d o l e enteramente. ¿ Q u e r é i s que este templo sea Este milagro hizo gran ruido. Así fué que no bien hubo
mi casa ? no hagáis de él una caverna de ladrones y de pasado la fiesta del s á b a d o , que concluia al ponerse elsol,
impíos. Yo p e r m a n e c e r é con vosotros, como lo he p r o - cuando todo el pueblo acudió en tropa al alojamiento don-
metido; yo habitaré en este templo de un modo par- do estaba Jesús. Todos los que tenían enfermos rompían
ticular ; escucharé en él vuestros ruegos; recibiré vues- por medio de la multilud para traerlos delante de él, per-
tras ofrendas; veré con complacencia vuestros sacrificios; suadidos que con tal qne los tocase, era segura su cura-
me mostraré favorable á vuestros votos, si tenéis cuidado ción. No fué vana su fé. Aunque el número de los que so
de marchar por los caminos de mis mandamientos; si no presentaron fué prodigioso, los tocó á lodos, y todos que-
derramáis en este lugar la sangre inocente; si no adoráis daron curados en el momento. Nosotros no tenemos otros
los dioses eslía ñ o s ; si no profanáis este templo con vues- verdaderos males en la vida, que las enfermedades del
tros malos deseos, con vuestras impiiHifides, con vues- alma; ¿cómo esque el mismo cuerpoy la sangre de Jesn-
tras costumbres del todo paganas. Lo que me arroja de crisloque recibimos en la Eucaristía como un soberano r e -
este templo sagrado, lo que me obliga á mudar esto tro- medio, no obra estas maravillosas curaciones? Fecmulo
no de m i misericordia en un tribunal de mi mas severa motivo de reflexiones sobre las disposiciones de los qno
justicia son los crimenes que cometéis en é l ; las usuras, comulgan sin fruto, y que recibiendo con tanta frccueticia
las violencias que ejercéis en é l ; lo que me obliga á á Jesucristo, permanecen siempre enfermos.
salir de él, es el incienso sacrilego que en él ofrecéis á Llevaron también á Jesucristo un gran número de po-
los ídolos. Vivid como pueblo mió, y yo reinaré en él co- seídos: á la primera palabra pronunciada por el Salvador
mo vuestro Dios; sean puras vuestras costumbres, y mi
con imperio, se veian salir los demonios do los cuerpos
presencia en él será benéfica. No os fiéis de las falsas se-
llenos de furia, sin dejar de publicar altamcnle la gloria
guridades que os dan los falsos profetas de mi protec-
del que les arrojaba. No era su fin el procurarle honor a l -
ción. ¿Queréis que yo permanezca en medio de vosotros,
guno, sino que temiendo aquellos espíritus orgullosos
y que esté con vosotros en esle lugar por todos los siglos?
aparecer vencidos por un hombre cualquiera, gritaban sa-
Sed religiosos, guardad mi ley, no h a g á i s agravio á na-
liendo de los cuerpos: Tú eres el Hijo de Dios; no obslanle
die, y entonces mi templo será para vosotros un gaje eter-
que aun no lenian de estomas que un conocimiento imper-
no de mi bondad y de mi benevolencia.
fecto y fundado en conjeturas. Jesús que no quería tener
El Evangelio de la misa de este dia contiene la historia tales panegiristas, ni que á ellos seles debiese la verdad,
^0muchas curaciones, y en particular del milagro que el les amenazaba y les imponía silencio. Entre las muebaa
^alvador hizo ea favor de la suegra de san Pedro, que se razones que so dan de la prohibición que aquí hace el Sal-
dallaba en cama con una fuerte calentura. vador, es acaso la natural, que los pueblos no estaban to-
Ilabiendo salido Jesús un sábado de la sinagoga de Ca- davía bastante dispuestos para oir hablar de su divinidad.
farnaum, enlm en casa de Simón, esto es, en la casa de Era necesario contemplar su flaqueza, y prepararles poco
san Pedro, ya que esta casa fuese propia de este apóstol, á poco por una larga sucesión de milagros y de instruc-
ya que fuese de su suegra, y que san Pedro, que vivia en ciones. La lección moral que nos da en esto el Salvador
Bethsaida, se hospedase en ella cuando estaba en Gnfar- es el no admitir las alabanzas, y evitarlas por mas bien
naum. Esto pasó antes de la tercera vocación de los a p ó s - fundadas que sean, y aun mirar siempre con rezcloel
toles, yantes de su entera renuncia á lodo lo que poseían; mismo motivo que pudiera autorizarlas, esto es, lo que i l u -
aun no tenia el Salvador mas que cinco discípulos. Luego dieran contribuir á la gloria de Dios.
íjue entró allí le dijeron que la suegra de Simón, su dis- El Salvador pasó cuasi toda la noche en librar los poseí-
cípuIo, estaba peligrosamente enferma con unas grandes dos y curar todo género de enfermos. Luego que amane-
calenturas, y todos le pidieron encarecidamente que le ció, salió scci elametile, y se fué á un desierto, e n s e ñ á n -
volviese la salud. No fué necesario estrecharle mucho, donos con esto, que por sanias que sean las funcioms de
poi que mas ansia tenía él de concederles lo que le pedían, los operarios evangélicos, siempre tienen necesidad do
^ue la que cualquiera de ellos tenía de obtenerlo. Este d i - aprovecharse de las horas de retiro para volverá entraren
vino Médico fué inmediatamente á verla enferma, se acer- sí mismos: para tomar nuevas fuerzas en la oración; para
có al lecho, y con un tono que solo es propio de aquel puriticarse de la imperfección que hayan podido contraer
es el Señor de la muerte y de la vida, mandó á la ca- en el comercio con los hombres; para tratar allí con Dios,
lenuira que la dejase, y en el instante la dejóla calentura. y aprender de él en la oración lo qne ellos deben enseñar
Sintiéndose la enferma no solo sin calentura, sino también
después. No estuvo mucho tiempo solo Jesucríslo en el de-
Perfectamente buena, se levantó, hizo disponer la comida,
sierto; el pueblo salió en busca suya, procurandodelener-
y s<-lgun la costumbre del país sirvió á la mesa al Maestro
le, temiendo que les dejase. Cuando se ha llegado á cono-
Y á los discípulos. La alegría fué tan grande como la ad-
cer á Jesucristo, y se le ama, no se separa uno de él con
^'i'acion. Se conoció entonces bien que"el Salvador no po-
facilidad. Luego que llegó todo el pueblo, le rodearon por
día ver sufrir á los que le aman, sin ser sensible á ello y
todas parles rogándole con instancia que no dejase aque-
Sl,i aliviarlos. El ve todas nuestras necesidades, y quiere
lla ciudad, y nada omitieron para obligarle á que se que-
^ue nosolios se las descubramos. El seno de la divina m i -
dase con ellos. Mas su zelo, paia el cual era el mundo d e -
sericordía eslá siempre pronto á abrirse, pero la oración
masiado pequeño, no se limitaba á una provincia ó á una
es como la clave. Aquella mujer no bien ha recobrado la
ciudad. Por eslo les respondió: Hay en las inmediaciones
salud por la omnipotencia de Jesucristo, cuando ol p r i -
una infinidad de aldeas y de pueblos que tícacn como Ga-

Toan i v . 24
JUEYES TiaiCliRO
í.imv.i 11 ¡i.'.'.'.si.lid do miá iiiáli uccíonos; no os juslo qnc bus vesiris , « sceulo, el us- viuda , ni derramárois en
tlt'jc peieccr á tantos pueblos por no dislrihuii les el a l i - que in seculum : a i l Dominus este lugar la sangre inocen-
mento espiritual que vosotros habéis recibido losprimeros. omnipulcns. te : si no fueseis por vuestra
Si el livitngeiio que os lio anunciado os da una seguridad desgracia en pos de los dio-
cierta del reino de Dios que be venido á establecer, no ses ajónos; habitaré con
debe ser de tal manera propio de vosotros este reino, que vosotros por siglos de siglos
no so estienda también á todas las naciones del mundo, las en este lugar y en esta tier-
cuales se unirán de aquí adelante para no formar mas ra que he dado á vuestros
que una sola Iglesia. Con el designio de reunirías me ba padres : esto dice el Señor
enviado mi Padre, y pam esto be bajado del cielo. De os- omnipotente.
le modo lleno deardor por la conversión de (odo el m u n - Jeremías tiene el segundo lugar entre los profetas: él
do, iba de un lugar á otro predicando en lodaslas sinago- mismo dice que ha sido santificado antes de su nacimienlo
gas de la Galilea, y obrando una infinidad de milagros; en el seno de su madre. Muchos intérpretes entienden es!a
baciendo bien por donde quiera que pasaba, y curándolos anticipada santificación del deslino, de la elección á que
poseidos y los enfermos. (Act. 10.) Dios hizo de él ántes de su nacimienlo para el empleo de
Si la oración de la misa de este dia hace memoria de san Profeta; y el Eclesiástico hablando de él, dice que los j u -
Cosme y san Damián, es poique la estación de los fieles díos han maltratado al que ha sido consagrado Profola
ha sido indicada en Roma en la iglesia deesíos dos santos, desde el seno de su madre.
médicos de profesión, á quienes se invoca para obtener la
continuación de la salud, para la mitad que rcsla de Cua- REFLEXIONES.
resma. «No confiéis en palabras de mentira, diciendo: este es
el templo del Señor.w ¡Qué grosera ilusión! sin embargo es
La oración de la misa de este dia es como sigue: muy común el creer que porque se tiene la ventaja y la
Magnificel le, Dominesane- Seáis, S e ñ o r , glorificado dicha de p e r t e n e c e r á una sociedad augusta por su anti-
' í o m m l u v n m Cosmce el Da- en la bionavenlurada so- güedad, estimable por la perfección de su instituto, cele-
witini bmln snlemnitas: qua lemnidad de vuestros san- bre por el número de sus santos, respetable por la d i g n i -
el illis gloriam sempilmuim tos Ccsme y Damián , en la dad d e s ú s funciones, santa por la escelcncia d e s ú s debe-
el opera nobis inefj'ubiti peo* cual les habéis coronado de res, por la abundancia de sus socorros espirituales, y por
ridenlia eohlulisii. Per D o - gloria cierna, y nos habéis la multitud de sus buenos ejemplos, se puede conlar ÍO-
ím'íiuíH m s t r w n . . . socorrido con vuestra inefa- gm amonio con su s a l v a c i ó n ; y como si la perfección del
ble providencia. Por nues- estado nos pusiese ai abrigo do los peligros, se puede v i -
tro Señor, etc. vir en la tibieza y aun alguna vez en la relajación sin t e -
mer nada. Desengafiémonos, la virtud de nuestros her-
t a Epístola es lomada del cap. 7 del profeta Jeremías. manos n " suplirá j a m á s á nuestras imperfecciones; podrá
I n diebus i l l i s : Faclmn est En aquellos dias d i r i - muy bien merecernos gracias de predilección, sernos á a
verbum Domini ad m e . 4 i - giéndome el Señor su pala- un socorro especial, poro servirá también para hacernues-
a'ñs : Sta i n porta domas Lea me dijo : Ponte en pié tra llojod.ul mi;s criminal h .ciendola menos escusable.
Dowini, el praidica ibi ver- á la puerta de la casa del ¿Qué, so nos dirá un dia, esos grandes ejemplos que t e -
hum islud, el d i c Á u d i l e Señor , y predica allí oslas níais sin cesar á vueslra vista, no debian haberos e n s o ñ a -
verlmm Domini, omnis Juda, palabras, y diles: Escuchad do los verdaderos caminos de la salud? ¿esas virtudes do -
qui ingredmini per parlas la palabra del Señor, toJcs méslicas no os echaban en cara con baslante viveza vues-
has, ut adorelis Dominum. los habitantes de J u d á , que tras irregularidades? oran lecciones mudas, pero fuel les;
Ucee dicit Doaiiaus e x e r ñ - entráis por estas puertas ¿cómo habéis sido tan indóciles á lan concluyenlos ins-
t m m Deus h r a e l : lionas f a - para adorar al Señor. lie truccionos, á solicitaciones tan elocuenles? ¿qué esc usa
cite vias veslras, el studia aquí lo que dice el Señor de daréis á vuestra cobardía? ¿á vista de laníos buenos ejem-
vestra: et habilabo vobiscum los ejércitos, el Dios de I s - plos puede juslilicaros vuestra pusilanimidad? ¿cómo, se
-iit I020 isto. Noide confidere r a e l : Enderezad vues'.ro.-' nos dirá a'gun dia, no habéis podido l o q u e tantos oíros
i n verbis mendiidi, dicentcs: caminos , y corregid vues- lian lioolio? educados en la misma escuela, trasplantados
Templum Domini, lemplum tra conducta ; y hahilüi ó al mismo campo, cultivados por la misma mano, regados
Dumini, tcmplamDomini est. con vosotros en esto lugar. con la misma fuente, li;n!cs otros mas j ó v e n e s , mas delica-
Quoniam si bene direxcrilis No confiéis en palabiasde dos que vosotros, de un temperamento mas delicado, de
vias vestras , el stuiia ves- m e n ü r a , diciendo : Es'e es un natural ménos feliz, con pasiones mas vivas, han po-
i r a ; si [eecriii'i j u d i d u m i n - el templo del Soñor, este es dido con el auxilio de las mismas gracias, que os eran co-
ler virutn el proximum ejus; el templo del Señor, osle es munes con ellos, guardar los mismos votos, las mismas
adeeno', el papilla, et vidace el templo del Señor. Porque reglas, las mismas observancias á que estabais igualmonto,
non feccrilis catumniam; nec sí cuidaseis de rectificar obligados y que vosotros habéis violado con tanta frecuen-
sanguincm innocenlcm ejfu- vuestros caminos, y corre- cia, habéis croido que eran un yugo muy duro, una carga
deriiisin loco hoc : et post gir vuestra conducta; s i b i - demasiado pesada, una sujeción demasiado austera. ¿Qué
íicos a'ieuos «oft am&uíat'm- ciereis justicia entre el v a - confianza mas frivola ni mas vana que el contar con la
ÍÍS i n malam vobismelipsis: ron y su prójimo , si no h i - santidad de un estado cuyas obligaciones no se cumplen?
habitabo vobiscum i n loco is- ciereis violencia al esíran- Habiéndose visto á Saúl desechado por el Señor, después
to, in terraquam dedi p a i r i - joro, al huérfano , y á la de uniwycacion tan marcada; habiéndonos Salomón deja-
DE CUARESMA. 187
do eri la espantosa incerlidumbro de su salvación, d e s p u é s Dios, cuando no esperaba que llegase tan pronto el sobe-
de babor recibido un don tan escelenle de s a b i d u r í a ; ba- rano juez. Llega el Señor pin haberse anunciado; hay que
biéndose un Judas perdido á la visla del Salvador y en la dar cuenta sin estar preparado; es preciso entrar en j u i -
compañía de los a p ó s t o l e s , ¿quién puede contar con la cio sin estar prevenido. Pasado, presonto, porvenir, todo
bondad de su vocación, con sus raros tálenlos, con la san- espanta. ¡Oh, q u é horrible es el encontrarse en el m o -
tidad de su estado, con la proximidad de los socorros, con mento decisivo de su suerte eterna con tantos motivos para
la ventaja de vivir en la casa del Señor y llevar su librea? temer!
No pongamos nuestra confianza en supersticiosas prodic- Todavía la edad nos prometía por lo ménos un afiopara-
ciones, en preocupaciones falsas, en una seguridad pre- prepararnos. Una juventud floreciente, una salud robusta
suntuosa. Noseremos santos en un estado santo, sino cuan- eran como otros tantos garantes de esle tiempo ; se no*
do viviéremos en él santamente. No será la inocencia de daban segurid.ules las mns positivas de que convalecería-
nuestros bermanos la que nos hará agradables al Señor, mos muy pronto de aquella enfermedad; pero Dios no nos
será la nuestra. Las santificaciones pueden venir de una pide nuoslro parecer sobre el número do nuestros dias.
causa e s l r a ü a , el mérito es personal. Basta que nos haya advertidoque vendrá para exigirnos la
cuenta de nuestra administración á la hora que ménos lo
E l Evangelio de la misa es de san Lúeas, cap. r,. ospoi omos: ¡qué imprudencia el esperar á esta hora críli-
l a illo tempore: Surgens En aquel tiempo babien- ca para prepararse! pero ¡qué desgracia el no estar pre-
Jesus de synaíioyo, introivit do Jesús salido de la sina- parado para esla hora! Nuestra causa no se remito ya á
in domum Simonis. Socms goga entró en casa de S i - otra audiencia: no hay ya misericordia, no hay indulgen-
autem Simonis lenebatur mon. La suegra de Simón cia, no hay dilación.
maynis fi'bribus, e í r o g a v e - estaba con una fuerte calen- Aquellos pecados graves aun no espiados; aquellas r e -
runl illum pro ea. Et slans tura, y le pidieron que la conciliaciones, aquellas resliíuciones diferidas, lodos aque-
sup"r illam, imperavil fehri; favoreciese. Acercándose á llos proyectos de conversión, aquellos planes de vida siem-
et dimisil illam. Et conlinuo ella mandó á la calentura, y pre remitidos á olro tiempo, tantos piadosos sentimientos
surgens , ministrabat illis. la calentura la dejó. Y l e - sufocados; tantas urgentes solicitaciones de la gracia no
Cum autern s'd ocridmet, vantándose inmediatamente escuchadas, todo esto so presenta en tropel para oprimir,
omnes, qui hahebant injirmos la enferma se puso á ser- para despedazar, para desesperar con mil penas á una po-
variis languoribus, ducebanl virles. Habiéndose puesto el bre alma.
Ulos ad eum. At Ule singulis sol, todos los que lenian en- ¿Nos atreveremos á decir entonces que no hemos teni-
tnanus imponens , eurahal fermos, fuese cual fuese su do tiempo? ¿y osle número do dias que se han perdido, y
eoS- Exibant aulem dmmonia enfermedad, se los presen- la sucesión de laníos años que so han gnslado en formar
o mu/tis, clamanliíi., el d i - taban, y él los curaba i m - quimeras, no era un tiempo que Dios nos había dudo para
centia: Quia lu es Filius Pei: poniendo á cada uno sus esperarle y para prepnr.ii nos á recibirlo? hemos lenido
el increpans non sinrbat ea manos. Salían los demonios esto tiempo y le hemos empleado en mil otras cosas : he-
loqui , guia sciebant ipsum dé los cuerpos de muchas mos lenido esle tiempo y ie hemos perdido: ¿quién es el
esse Christum. Facía autem personas , clamando y d i - que tiene la culpa? Dios me pide cuenta de tantos talentos
die, egressusibalindem-tam c í e M ó : Tú ores el H;jo de enterrados, (leíanlos preceptos violados, de tantos consejos
locum,cl turba; requirebant Dios; pero amenazándolos despreciados; yo me hallo en una horrible confusión; n a -
eum, et venerml usque ad les hacia callar, porque k i ~ da está proparado; no tengo ni razón que alegar, ni sa-
ipsum: et detinobant illum bian que él era el Ciiílo. tisfacciones que producir: ¿y seré bien recibido condecir,
discederat ab eis. Quibus Luego que amaneció, salió no he tenido tiempo de pensar en ello?
Ule a i l : Quia et aliis c i v i - de la ciudad y se fué á un T i m o SEGDXDO.—Considera con qué inquietud se vivo
tatibus oportetme evangeli- desíorlo. Multitud de gentes cuando hny un pleito de alguna consecuencia. El deseo
tare regnum b e i : quia ideo salieron á buscarle , y l l e - de ganarle, el temor de perderlo ocupan entcramenle la
inissus sur». Et eral prcedi- garon en efecto adonde es- atención. Se consulta, se escribe, se solicita, se toman
caiis in synagngis GalilcBCB. taba; y procuraban dete- precauciones infinitas, se observan todos los pasos de la
nerle á lin de que no se fue- parte contraria; se prepara para responder á todac sus
se de su compañía ; mas él r á c e n o s ; se previenen todas sus progunlas; se medita lodo
les dijo : Es necesario que loque so ha de decir; y ¡oh buen Dios! ¿en qué inqoiéln-
anuncie á otros pueblos el des tan amargas se pasan los dias y las noches si el jnicto
reino de Dios , porque para se difiere?
eslo he sido enviado. Y pre- Tenemos un gran negocio que evacuar, j a m á s hubo uno
dicaba en. las sinagogas de ni mas imporlante ni mas delicado: nuestra suerte eterna
Galilea. depende de él. El dia del juicio, que debe decidir de todo,
nos es desconocido;. solo so nos advierte que tengamos
MEDITACION. preparados todos los cargos, gracias, recaudos, talentos,
Sobre la desgracia que es el salir de este mundo sin estar empleos, años, dias, horas de estos dias, momentos de es-
preparado. tas horas, todo debe ser examinado, todo debe ser juzga-
do en él con una severidad eslrema y no se piensa en ello,
PÜVTO P:IIMEIIO.—Considera cuál debe ser el espanlo, y sin haberlo pensado j a m á s sabemos que viene el S e ñ o r ;
la perlurbacion y la desesperación de un alma en el m o - nos encontramos al pié del tribunal y cuando llega el so-
n'"nlo en que se ve citada para comparecer delante de berano Juez es cuando advertimos su llegada. ¡Qaé turba-
188 VIERNES TERGEKO
cion, buen DiosI ¡quó espanto! ¡qué doloii ¡qué rabial estar pronto para prepararnos á comparecer delante de
Q u é : ¿presenlarso dclanlede Dios para darle cuenta sin Dios en esto mismo dia.
estar preparadas estas cuentas? ¿Ser citados al tribunal 2 Considerad cada dia como si fuese el último de vues-
do Dios sin tener nada para jnslitlcarnos do tantas faltas, tra vida, y no comencéis ninguno sin pensar que puede
de que nos acusa nuestra propia conciencia? ¿sin baber ser que no le concluyáis. Es una práctica muy santa el ter-
hecho nada para ganar á nuestro Juez? Nuestra fé, nues- minar siempre la oración de la mañana y de la noche por
tra razón misma nos hacen el proceso; todo nos asegura un acto de contrición y por el «De profundis.» Es esta una
y nosotros lo vemos , que debemos perderle; y se trata de oración que debéis hacer por vosotros, como por los d e -
nuoslra suerte eterna. m á s . San Pablo se consideraba como si á todas horas es-
Comprendamos, si es posible, las alarmas, los senti- tuviese moribundo: «Quolidio morior.» ( 1 . Cor. 13.) Santa
mientos, la desolación, que debe causar en este momento Teresa no oia j a m á s sonar el reloj, sin que se dijese á sí
tan fatal sorpresa. ¡Ah! ¡si á lo ménos no hubiésemos te- misma: Ta estoy una hora mas cerca del soberano Señor.
nido tiempol pero lo hemos tenido. iSi hubiésemos igno- En fin, procurad desde osle momento poner en buen es-
rado el peligro do ser sorprendidos! pero lo hemos sabi- lado los negocios de vuestra conciencia; cuidad de que es-
do. [Si no hubiésemos pensado nunca en las funestas con- tén bien ajustadas todas vuestras cuentas; que después del
secuencias de la falla de atención y de previsión! pero las Ave María, que debéis rezar todas las veces que oyereis
heñios previsto y todo sin fruto. tocar la hora, podáis añadir estas bellas palabras del Pro-
Dios mió, q u é sabios han sido los santos por haber te- feta (Psalm. 3f!): Mi corazón está, Señor, preparado, yo
nido siempre las lámparas encendidas en la mano. Qué os espero en toda hora. Dichoso el siervo al que cuando
dichoso ha sido un san Abraham por babor pasado c i n - llegue su Señor le encontrase en el ejercicio de esta p r á c -
cuenta afios Solo en el desierto sin pensar mas que en es- tica de piedad. (Matt. 2 4 . )
to momento decisivo, á fin de no ser sorprendido por Tomad hoy la resolución do ser este siervo vigilante y
la llegada del soberano Seííor. ¿Seria posible, Señor, fiel. Por adelantado que uno esté en los caminos del Se-
que después de todas las reflexiones que acabo de ha- ñor, siempre so necesitan estas pequeñas prácticas de
cer, tuviese todavía la desgracia de ser sorprendido? No piedad para prevenir la flojedad, y para despertar el fer-
permitáis, Sefíor, que la resolución q » e yo lome en este vor. La inconstancia en servirse de estas piadosas indos-
momento, sea ineficaz. Do aquí adelante no h a b r á dia ni trias 6 el olvido do ellas debilitan la mejor voluntad, y
hora en toda mi vida en que no piense eu este último mo- producen el disgusto. No os desaniméis; el enemigo de la
mento. salud se aprovecha muchas veces de nuestro enfado. Des-
JACULATOIUAS.—No mo llaméis. Señor, en medio de cuidamos ú olvidamos la mayor parte de estas p e q u e ñ a s
mi carrera, no sea quo mo encuentre sorprendido. prácticas, no nos impacientemos; renovemos diariamente
[Psalm. 101.) nuestra resolución; pidamos á Dios nuevos socorros; d i g a -
Seqúese mi mano derecha y q u é d e s e m e inúli!, si pierdo mos cada dia, y en todas las horas del dia: « desdo esto
j a m á s do vista la celestialJerusalcn. (Psalra. 136.) momento empiezo.» Esta perseverancia eu querer no deja
nunca de producir fruto.
PROPÓSITOS,
VIERNES TERCERO DE CUARESMA,
1 ¿Quó se dh ia do una persona que teniendo un pleito QCE T A M B I E N S E L L A M A DE L A S A M A I U T A N A .

do una consecuencia iníinila, pronto ya para fallarse, Puede decirse que la misa de este dia está llena de mis-
pensase en cosas diferentes, y que en lugar de instruir á terios, y que contiene en compendio toda la economía de
sus jueces, de solicitarles, de prepararse á responder, pa- la salvación. El deseo sincero de un pecador que quiero
sase los dias en divertirse y no se emplease mas que en convertirse, y que es como la primera disposición de su
inutilidades? ¿Nos portamos nosotros mas sabiamente? ¿la convíírsion, se ve cu la plegaria con que empieza la misa,
analogía nos conviene enteramente? i Quó horrible es el la Epístola es una figura de lo que pasa en la conversión
ser sorprendidos en la muerte después de haber sido a d - del pecador, y el Evangelio es el cuadroque la representa.
vertidos cien veces de que lo seríamos! No difiráis el t e - Dad, Señor, decimos en el introito do la misa, una se-
nerlo lodo pronto. Ciertamente no querríais comparecer ñal brillante de vuestra bondad conmigo; vean mis ene-
delante de Dios tal como e s t á i s ; y ¿serán mejores las dis- migos que me socorréis y me consoláis, y queden por
posiciones con que compareceréis? ¿Y viviendo como v i - esto cubiertos ellos de confusión. Señor, atended á m i
vís, tenéis motivo para creer que moriréis tranquilamente? oración, y oidme, porque me hallo en el desamparo y la
No escuchéis al espíritu que os inclina á trasladar para indigencia. Esta es la oración que hace á Dios en el salmo
otro tiempo una conversión, una reforma que deberla es- 85 David perseguido, por Saúl, ó por Absalon, cuando a n -
tar hecha hace ya muchos años. Tenéis alguna reconcilia- daba errante y espucsto á las mayores desdichas durante
ción que concluir, ciertas cuentas que arreglar, algún sa- su desgracia. S¡ el estado lamentable en que se hallaba
lario que pagar, alguna reslilucion que hacer; ya se os entonces el real Profeta es la figura del pecador, la o r a -
ha advertido que no dejéis para otro tiempo lo que no se ción que hace á Dios puedo servir de modelo de la quo
difiere j a m á s sin riesgo. Todo debía estar resuelto, y aun debe hacer al Señor el que está en desgracia suya. San
está todo por hacer. Así es como uno se e n g a ñ a á sí mis- Agustín espone todo este salmo, aplicándolo á Jesucristo
mo toda su vida. No seáis por mas tiempo el juguete de cargado con nuestras iniquidades, el cual caminando á
vuestras irresoluciones; el negocio es de la mayor conse-
padecer, pide á Dios su Padre que le asista, y predice su
cuencia. Consultad hoy m i s m o con un sabio y celoso d i -
resurrección, y la vocación de los gentiles á la fé y á la
rector, y determinad con él lo que habéis de hacer para
Iglesia,
DE CUARESMA. m
La Epístola contiene la historia del milagro que obró dudó si cumplirla su palabra. Por esto, dicen los Padres,
Moisés haciendo que saliese de una roca una fuente viva que Dios irritado de su desconfianza no concedió el milagro
en favor de los israelitas, que hallándose en un desierto al primer golpe, y fué necesario herir dos veces la roca,
seco y estéril morian de sed. Esta agua milagrosa dice esta suspensión del efecto fué el castigo de su duda.
r e l a c i ó n á aquella agua viva que el Salvador ofrecía á la Moisés y Aaron cometieron otra falta en esta ocasión:
Saniaritana en el Evangelio de este dia, lo cual ha hecho Dios Ies bahía mandado que hablasen simplemente á la
elegir esta Epístola, Está tomada del capítulo 20 del libro roca: «Hablad á la piedra delante de ellos.» Sin duda se
de los Números. lo habia mandado asf para que el milagro fuese mas pa-
Habiendo pasado los israelitas cerca dedos años después tente á los ojos del pueblo. Moisés siguiendo mas bien su
de su salida de Egipto por el desierto de Sin, se acampa- espírilu que el orden de Dios, no habló, solo golpeó la pie-
ron en Cados-Bai né. La escasez de agua hizo que el pue- dra; el Señor enojado también por esta inobediencia les
blo murmurase contra Moisés y Aaron. ¿ P o r q u é no nos castigó severamente por ella. Yo os habia escogido, dice
habéis dejado morir en Egipto, les decian? no faltaban Dios, para que condujeseis mi pueblo á la tierra de p r o -
allí sepulcros para enterrarnos. ¿ E r a preciso obligarnos misión; pero porque no habéis Reñido confianza, porque
á hacer un viaje tan largo 'para que viniésemos á morir vuestra fé se ha presentado vacilante á vista do todo el
de sed en este miserable pais, donde no se puede sembrar, pueblo, al cual por osle motivo habéis dado una idea poco
que no produce ni higueras, ni viñas, ni granados, y en ventajosa de m i poder, y con vuestro ejemplo le habéis
donde no so halla ni aun agua para beber? ¿Por que ha- confirmado en su incredulidad y hecho mas ingrato á la
béis traído el pueblo del Señor á este desierto para que memoria de mis beneficios y de mis maravillas, no intro-
muramos en él de sed nosotros y nuestras bestias? Ha- duciréis este pueblo en el pais que y o le d a r é , ni vosotros
biéndose hecho general la m u r m u r a c i ó n , iba á estallar la mismos entrareis en él. Ejemplo formidable que enseña á
rebelión de lodo el pueblo contra Moisés, cuando el hom- todos los fieles, pero singularmente á los ministros de Je-
bre de Dios y su hermano Aaron entraron en el t a b e r n á c u - sucristo, y á todos los que Dios ha encargado de la salva-
lo que habían erigido en medio del campo, y allí postra- ción de los d e m á s , cuánto importa el ser obedientes á sus
dos con el rostro pegado á la tierra: Señor, esclamaron, órdenes, i Cuán temible es que muchos después de haber
cid los clamores de esle pueblo, y abridle el tesoro de conducido á otros por el camino del cielo no entren ellos
vuestra misericordia, compadeciéndoos de ellos; haced en él, y sean escluídos para siempre! «Esta es el agua,»
por vuestra omnipotencia que nazca una fuente de agua llamada « d e contradicción,» en donde los hijos de Israel
viva, á fin de que refrigerados cesen de murmurar contra se amotinaron contra el Señor, y que Ies fué concedida
míyc(X)tra vos. Su oración f u é o i d a . La gloria del eñor para apaeiguar su sedición y sus murmuraciones. El Se-
apareció sobre ellos; vióse al parecer una nube luminosa, ñor no dejó de sacar de esto su gloria, haciendo brillaren
^ en medio de la cual se hizo oir la voz del Señor. Toma ello su poder.
en t u mano la vara, dijo Dios á Moisés, y habiendo reuni-
Eí Evangelio contiene la historia de la conversión de la
do el pueblo junto á la roca de Horeb, habla á la piedra
Samaritana. Celebrada por Jesucristo la primera Pascua
en su presencia, y ella os dará una fuente copiosa que no
en Jerusalen, después de su predicación, viendo que los
se agotará, y proveerá agua con abundancia para el pue-
fariseos comenzaban á tener zelos por las maravillas que
blo y para el ganado, y también para las bestias de carga.
obraba, y por el gran n ú m e r o de sus discípulos, dejó la
Era esta vara el bastón milagroso de que Dios se habia ser-
Judea por algún tiempo, y lomó el camino de Galilea. Co-
vido tantas veces para obrar tantos prodigios por ¡el m i -
mo era preciso que pasase por la provincia de S a m a r í a ,
nisterio de Moisés. El legislador no la llevaba siempre, sino
llegó á una de las ciudades del pais, llamada Sichar, an-
i n e l a dejaba en el tabernáculo, como una cosa sagrada.
tiguamente Sichem, cerca de dos leguas distante de la
Tomó Moisés la vara, y habiendo reunido el pueblo delan-
ciudad deSa.raaria, muy próxima á l a tierra que Jacob h a -
te de ia roca, levantó la voz para que pudiese oirle la m u l -
bia dado en herencia á José, su hijo. A doscientos pasos
Wud: Escucha, pueblo ingralo, les dijo, gente de poca fé,
de la ciudad estaba el célebre pozo do Jacob, que servia do
pueblo rebelde, ¿piensas que no podemos sacar agua de
fuente común. Fatigado el Salvador del camino y del calor
t'sta roca y hacer que nazca una fuente de agua viva de
osta piedra? Entonces Moisés levantando la mano, hirió se sentó junto á este pozo para descansar, en tanto que sus
dos veces la piedra con su vara, y al segundo golpe brotó discípulos habían i d o á la ciudad para comprar que comer.
^na fuente abundante que surtió largamente de agua á Era cerca de la hera de sexta del dia, esto ,es, al medio
lodo el pueblo y á las bestias. dia, cuando una mujer, samaritana de nacimiento y de r e -
ligión, vino para sacar agua. La aversión que tenían los
San Agustín y muchos otros Padres encuentran en estas judíos á lossamaritauos, y los samaritanos á los judíos era
Palabras de Moisés no sé q u é perplejidad que les hace mutua; divididos en religión como en costumbres, no p o -
creer que Moisés temía que la promesa del Señor no t u - dían sufiirse, y no tenian comercio alguno entre sí. Los
viese efecto, y creen que su confianza era vacilante; nó judíos podían sí comprar los víveres do los samaritanos,
í)0rciue dudase del poder absoluto de Dios, sino que duda- pero de ningún modo recibirlos graciosamente, porque el
^a> al parecer, si en esta circunstancia, atendida la m u r - don es una señal de amistad que les estaba proscrita. El
niirac¡on del pueblo y su espíritu de sedición, querría Salvador que tenia ya formado su designio, la dijo si que-
^ios darles señales de su bondad y de su poder, y por lo ria darle de beber. Jesucristo pide á la Samaritana un poco
m ^ m parece provenirle, echándole en cara su credulidad de agua, para producir en ella el deseo de una agua m u -
Y su rebelión. ludispuesf o y perturbado el espíritu del l e - flió mas escelente, que él solo podía darla. Del mismo modo
Sislador á vi-ta de la ingralilud del pueblo, dice el Salmis- el Señor nos pide muy poco en los principios para tener
^ (Psalm. i s ó . ) , descouflóde la promesa del Señor y motivo de colmarnos de sus mayores dones; v concodien-
too VIERNES TERCERO
dolo esto paco, nos ponemos en estado de recibir la pleni- la vergüenza de ver descubierlos sus desórdenes, y de
tudde los dones celestiales que nos prepara. Aquella mujer, sufrir la reprensión de ellos, la hizo echar diestramente á
que por su vestido y por su lenguaje conoció que era j a - un lado el discurso. Señor, dijoella, conozco que sois p r o -
dío, quedó al parecer admirada de su petición, ¿Cómo, le feta, y por lo mismo ninguno como vos puede ilustrarme
respondió, siendo (ú judío, me pides á mí de beber? ¿ i g - sobre una cuestión que hace muchísimo tiempo liene d i v i -
noras que no hay comunicación alguna entre las dijs na- didos en la creencia á losjudíos y á los samaritanos. Es
ciones? No lo ignoro, repuso el Hijo de Dios, tú eres la cierto que nuestros padres han adarado siempre á Dios
que ignoras quién es el que le habla. Si tú conocieses al en el templo, que está edificado aquí sobre la montaña de
que te pide del agua de este po¿o, le habrias tú ya rogado Garizim, sobre la cual se dice queAbraham quiso sacrifi-
que te diese de otra agua viva de que él mismo es !a fuen- car á su bijo, y en la que Jacob erigió un altar á la vuelta
te. Esta respuosta la sorprendió. ¿ Q u é es lo que queréis de su viaje de Mesopotamia; y vosolros los judíos decís
decir. Señor, replicó ella; q u é agua viva es esa que me que no se le debe adorar sino en el templo de Jerusalen;
prometéis, y en dónde e.^tá ia fuente? esta es escelenle,. y ¿quién se e n g a ñ a ? El Salvador, que conocía bien que
no hay otra tan buena en todos estos contornos; ¿seréis aquella mujer con sus cuestiones fuera de propósito, no
acaso mas poderoso que Jacob, nuestro padre, de quiim trataba mas que de alucinarle (pinlura fiel de mía alma
somos nosotros los herederos? él es el que hizo abrir cds pecadora á quien la gracia persigue, y que trata de sus-
pozo para él, para sus hijos y para sus rebaños, y nosotros traerse á la gracia) no se incomoda. Uespondió aun con
sabemos que él apreciaba esta agua, y que no bebia de dulzura y con una condescendencia amable á sus pregun-
otra. Los samariíanos eran como estraños á la raza do Is- tas artificiosas; pero respondió instruyéndola, sin perder
rael, como que era un pueblo reunido de diversos paises de vista su fin, que era la conversión y la salud de aque-
que Sahnanasar trasportó á la provincia. Se lisonjeaban, lla pecadora. Créame, ia dijo, ha llegado el tiempo en quo
sin embargo, do que descendían de Jacob; pero los judíos las práclicas supersticiosas de vues!ra falsa religión y las
los miraban como gentiles, porque hablan juntado las s u - ceremonias judaicas, aunque santas, deben cesar, para
persticiones paganas con las ceremonias judaicas. Viendo dar lugar al soto culto verdadero. El error va á dejar el
Jesas que estaba dispuesta á escucharle, comenzó con su lugar á la verdad, y las sombras á la luz. Las observancias
dulzura ordinaria á instruirla. Cualquiera que bebiere del esleriores del judaismo van á convertirse en un culto i n -
agua de este pozo, respondió el S a l v a d » , no apagará su terior y espiritual, que no estará ceñido ni al lugar ni á los
sed sino temporalmente; pero los que bebieren del agua templos. SJ podrá adorar á Dios en todas parles, con tal
que yo les diere, no tendrán nunca sed, y esta agua llega- que en todas parles se le adore en espíritu y en verdad;
r á á ser en ellos una fuente de agua viva que saltará hasta esto es, que no se haga consistir todo el cullo que se rinde
la vida eterna. De este modo el Salvador, siempre admi- á Dios, y todo el espíritu de la religión en puras cere-
rable en ia conversión de los pecadores, se acomoda al es- monias esteriores: ellas son santas, son aun necesarias;
píritu y hasta á las mismas ¡deas groseras de aquella mu- pero el mérito del culto se toma del espíritu y del corazón
jer. Espera junto al pozo adonde sabia bien que vendría á con quo se rinde: y eslo culio no está ceñido á un lugar,
sacar agua; no la pide de beber sino para trabar conver- ni envuelto en figuras, debe ser puro, afectuoso, desinte-
sación con ella; se sirve de lo que ella le dice para de- resado, religioso, sincero, y como Dios es espíritu, pide
senvolverla poco á poco los mas grandes misterios, y la un cullo verdadero y espiriiual.'
obliga insensiblemente á que le p í d a l a esplicacion de eibs Mienlras que el Salvador desenvolvía tan grandes mis-
inspirándola el deseo de saberlos. terios á ia Samaritana, su gracia adelantaba mucho en su
Señor, responde la S i m a r i í a n a , yo confieso que el agua corazón el milagro de su conversión; ella oslaba encanta-
deque me habláis vale mas sin comparación que todas l i s da y aun conmovida del discurso del Salvador; pero
nuestras; dadme, de ella, y asi q u e d a r é libre para siem- rebusaba todavía rendirse á las urgentes solicitaciones
pre de la incomodidad de la sed y d é l a fatiga de venir á de la gracia, y no sabiendo q u é responder, apela al M e -
sacar agua á esle pozo con tanto trabajo. El Salvador que- sías el cual e n s e ñ a r á á qué es á lo que se debe deferir, y
ría que ella desease h gracia que tenia ánimo de conce- dirá lo que se debe hacer. Viéndola entonces el Salva-
derla, y que ella misma la pidiese. Dios j a m á s nos con- dor con tan santa disposición: Hé aquí, pues, el Mesías
vierte contra nuestra voluntad. La verdadera voluntad de que esperas, la dijo, yo que hablo contigo, soy ese
convertirse es siempreuna disposición necesaria para una mismo.
conversión eficaz. Jesús deseaba conceder á la Samaritana Apenas a c a b ó d e decir esto llegaron sus discípulos. Que-
la fuente de agua viva que la ofrecía; pero quería dispo- daron sorprendidos viéndole conversar con una mujer; sin
nerla para que se biciese digna de ella por la confesión y embargo no se atrevieron á preguntarle el motivo de esta
el dolor de sus pecados, y por el conocimienlo del Mesías. conversación. No obstante, no bien el Hijo de Dios hubo
Estoy pronto á concederte lo que me pides, le dijo el S;d- dicho conclarídad á ia Samaritana quién era, cuando d i -
vador; pero v é , y haz venir á l u marido, á fin de que fundiendo la fé su luz en su entendimiento, y triunfando
partícipe (tela gracia que yo quiero hacerte. No tengo ma- la gracia de su corazón, dejó allí su cántaro, fué corrien-
rido, respondió la mujer. Muy bien has dicho, repuso el do á ta ciudad, y empezó á gritar por todas las calles:
Salvador, porque el hombre con quien vives al presen- Venid á ver un hombre, que me ha adivinado toda mi v i -
te, no es lu marido, lo mismo que los otros cinco con da ; esle el Cristo, este es el Mesías que esperamos, él
quienes has vivido, como si hubieses estado legítima- mismo es; lo que me ha diebo me hace conocer quecs él;
mente casada con ellos. De este modo lo esplica san C r ¡ - lanío dijo que entró en gana á muchas de ir á ver aquel
sóstomo. hombre eslraordinario. Entretanto los discípulos que sa-
Quedó cortada coa estas palabra^ la S í m a r í l a n a ; pero bían que su Maestro Citaba falig ulo y eslenuado, le roga-
DE CUARESMA. Í91
ban que comiese; mas él Ies rííspondió, quo lenia un a l i - gunas veces que el cristiano vacila en la fé, que pierde
menlo que ora mucho mas de su gusto, y le sostenía mas ¡ la fé en medio de los mayores auxilios espirituales, y á
que el que ellos le piTsenialwti; cuya respuesta hizo de- pesar de las luces mas vivas, mientras que el b á r b a r o ,
cir á sus discípulos: ¿Le hnbvá Iniido alguno que coiuer? dócil á la voz de un hombre apostólico, cree y vive con-
¿Queréis súber, les añadió entonces, cuál es este alimento forme á la fé.
con que yo me sustento? es hacer la voluntad de aquel
que me ha enviado, y cumplir su grande obra que es la La oración de la misa de este dia es como sigue:
salvación de ¡os hombres; yo quiero qua vosotros traba- Jejunia nostra, queesumus, Os suplicamos , Señor,
jéis conmigo en ella; bay una gran cosecha en la que he Domine, benigno favore p r o - que recibáis favorablemen-
resuello ocuparos, y en que hay mucho que hacer. Tal sequere: u l sicut ab alimen- te nuestros ayunos , á fin
vez me diréis (pie quedan todavía cuatro meses hasta el lis abstiuemus incorpore, ita deque así como nuestros
tiempo de la cosecha, y yo os digo que está ya muy p r ó - a viliis jejunemus i n mente, cuerpos observan abstinen-
xima. No leñéis mas que considerar todos los pueblos de Per Dominum... cía de los manjares, nues-
la tierra, he aquí el campo que os está destinado; voso- tras almas también se abs-
tros los veréis tan prontos para la cosecha espiritual de tengan de los vicios. Por
que yo os hablo, como están las campiñas para la cosecha nuestro S e ñ o r , etc.
ordinaria, cuando los trigos están amarillos y del todo ma-
duros. En esla especie de cosecha todos los que trabajan La Epístola es lomada del libro de los Números, cap. 20.
tienen su recompensa; el que siembra como el que reco- I n diebus i l l i s : Convene- En aquellos dias se r c u -
ge, cada uno tiene de q u é congralularsc. Yo os envió á runt f l i i Israel adversum nieron los hijos de Israel
bacer la recolección á unas tierras que vosotros no habéis Moyses el Aaron: et versi i a contra Moisés y Aaron , y
labrado ni sembrado. Los que han precedido, quiero de- seditionem , dixerunt: Date habiendo formado una sc-
cir, los patriarcas, los profetas, los doctores que Üios ha nobisaquarn, ulbibamús. I n - dicion dijeron: Dadnos agua
dado á su pueblo para instruirles, le han dispuesto para gressusque 3Ioyses et Aaron para que bebamos. Habien-
que se aproveche de vuestros trabajos, dimissa muhiiudine, taber- do despedido la multitud,
Bientras que el Salvador ihstruia así á sus discípulos, namlvm fwderis corrucrunt Moisés y Aaron entraron en
los habilanles de Sichar, á quienes la Samaritana lesbabia proni i n lerram, clamave- el tabernáculo de la alianza,
anunciado, y de quien les había contado tantas maravi- rvntque ad Dominum, alque se postraron pegado el ros-
Nas, vinieron á verle en tropas: su aire, su modeslia, su dixeruní: Domine Dcus, audi tro con la tierra , y clama-
™ i a i r a , sus palabras, lodo les confirmó en lo que aquella clumorem hajus p o p u ü , et ron al S e ñ o r , diciéndole:
nuijer les habia dicho, llübiéndule rogado,'y habiendo aperi eis thesaurum tuum Señor Dios, oid el clamor de
conseguido que se detuviese dos días en su ciudad, ape- fonicm aquoe vivee, u l satia- este pueblo , abridles vues-
las lo oyeron cuando toda la ciudad creyó en él. No es ti,cesselmurmuratioeorum. tros tesoros , y dadles una
y a , decían á la Samaritana, lo que lú hasdicho lo que nos E l apparuil gloria Domini fuente de agua viva , para
obüga á creer que él es el Mesías; lo que nosotros mismos super eos. Lomtusqueest Do- que saciados cesesuniur-
hemos oido de su propia boca, no nos permite ya dudar n^ÉNi ad Mousen, dicens: muracion. Entonces apa-
que el es el Salvador del mundo, que los judíos y noso- Tolk virgam, el congregapo- reció la gloria del Señor so-
tros esperamos. p u k m , ÍH el Aaron fraler bre ellos ; y el Señor habló
N o e s e s t r a ñ a , diac san Agustin, quela Samarilana no t m s , et loquimini ad pelram á Moisés, y le dijo: Toma la
haya comprendido cu:d era el agua de que Jesucristo ha- cor améis, el illa dabil aquas. vara y congrega al pueblo,
blaba, puesto que los mismos discípulos no comprenden Cumque eduxeris aquam de lú y Aaron tu hermano ; y
cuál era el alimento de que les hablaba á ellos; pero ¿ n o petia,bil)el omnis m u l t i l u - habla á la roca delante do
es luda vía mas sorprendente que el Salvador mire el c u i - do, el jumenta ejws. Tulil ellos, y ella dará aguas.
dado de trabajar en nuestra salvación como la mas urgen- Ufkét Moyses tirgarn , qvce Cuando hubieren salido las
necesidad de su vida, y que nosotros miremos este mis- eralin cons¡ieclu Domiui,si~ aguas de la roca, beberá
'"o cuidado de nuestra propia salvación como un negocio cul prceceperal ei, congrega- todo el pueblo y sus bestias.
que apenas nos interesa 9 Si la Samarilana no hubiese la mulliludim ante pelram: Tomó, pues, Moisés la vara
Creido, no hubiera anunciado á Jesucristo á sus conciuda- dixitque eis : Áudite, rebelles que estaba delante del Se-
danos, y estos no hubiesen atraído el Salvador á su c i u - el increduli: num de pelra ñor, conformé se lo habia
( ^ d . Así por un secreto impenetrable de los juicios de Dios hac vobis aquam pnievimus mandado , y congregada ia
^ salvación de una ciudad, de un reino entero depende ejkere? Cumque elecasset mullítud delante de la roca
algunas veces de la salvación de uno solo. Si aquella m u - Moyses m a m m , percutiens les dijo: O i d , rebeldes é
Jei" mundana, si aquel libertino se convertiesen á Dios, r í r ^ a bis siiicem , egressa incrédulos, ¿podremos ha-
Hioverian tal vez con sus ejemplos á muchísimos otros que sunt aqum larguissima, i l a cer que salgan aguas de es-
Perecerán con ellos. Pero ¡qué docilidad en un pueblo me- ut populas biberel el jumen- ta piedra? Entonces levan-
tboinfie!, al pasoque el verdadero pueblo de Dioslienetan ta. Dixilque Dominas ad lando Moisés la mano , y
Poca i EI samarilano cree en Jesucristo con solo escuchar Moysen et Aaron: Quia non habiendo herido dos veces
sus discursos, y el judío no cree en él, aun viéndole obrar crcdidisíis mihi, uí sanctifi- la roca con la vara, salieron
los mayores milagros. Dos días solos predicó en Sichar, y caretis me coramfiliis Israel, aguasen abundancia, de
se convierten los sarnari;anos: predica, y obra las mara- NO* inlroducetis ¡ios populas suerte que todo el pueblo
^'"as mas asombrosas por espacio de tres años en la Ju- i n t e n a m , quam dabo eis. bebió y todas las bestias.
deaj Y ios judíos le quitan la vida. Así lambicn se ve a l - Uwc É l aqua contradklio- Entonces el Señor dijo á
193 VIERNES TERCERO
nw, uhi j u r g a t i sunt filii I s -
Moisés y Aaron : Porque no sas menores; vosotros esperimentarcis algún dia la con-
rael contra D o m i m m , et me habéis creido como d c - secuencia funesta de vuestra poca fidelidad. Y ¡quiera Dios
sanclifmlus esl i n m. biais hacerlo para santifi- que la eselusion de la tierra prometida del legislador y
carme en presencia de los conductor del pueblo de Israel, no sea una figura de la r e -
hijos de I s r a e l , no seréis probación de muchas almas prevenidas con muchas g r a -
vosotros los que introduci- cias cuasi desde la cuna, colmadas en lo sucesivo de mu-
réis este pueblo en la tierra chísimos dones, privilegiadas para los empleos, y escogi-
que yo le d a r é . Esta es el das para convertir á los d e m á s ! Moisés golpea la piedra y
agua de contradicción , en sale el agua. Por imperfecto que uno sea, Dios no deja de
donde murmuraron los h i - servirse de nuestro ministerio para hacer maravillas. Un
jos de Israel contra el Se- director flojo, poco regular, y que no practica el mismo
ñor, y él fué santificado en lo que ordena á los que dirige , no deja de conducir á la
medio de ellos. perfección aquellos que Dios ha puesto su cuidado. Un
El libro de donde está sacada esta Epístola es el cuar- predicador poco devoto puede mover hasta hacer derra-
to del Pentateuco. Los griegos y los latinos le han i n t i t u - mar l á g r i m a s ; golpea, saca agua de una roca, aun cuan-
lado los Números, porque los tres primeros capítulos con- do él se mueva tal vez muy poco d é l a s grandes verdades
tienen el empadronamiento del pueblo y de los Levitas.» que predica. Un padre de familia, un maestro puede cor-
regir el vicio en los que están sujetos á él, aunque él sea
REFLEXIONES. un malísimo modelo; de este modo saca Dios su gloria de
«Porque no habéis creido como di-biais hacerlo para la misma nada; pero no se hallan ya de estos hombres
santificarme en presencia de los hijos de Israel, no seréis autorizados para convertir á los demás á quienes Dios d i -
vosotros los que introduciréis este pueblo en la tierra que ga: «Porque no me habéis santiGcado en su presencia, no
yo le d a r é . » ¿Qué crimen han cometido Moisés y Aaron seréis vosotros los que introduciréis este pueblo en la tier-
para ser tan severamente castigados? Dios habia dicho á ra que y o l e daré.»
Moisés: Habla á la roca, y te dará agua. Moisés c r e y ó que
bastaba herirla con la vara, con la cual habia hecho ya El Evangelio de este dia está tomado del cap. 4 de san Juan.
tantas maravillas, y que esto modo de sacar agua de una I n illo lempore : Venit Je- En aquel tiempo llegó
piedra era mas conveniente que el hablarla. Dios nada sús i n civilatem Samaría}, Jesús á una ciudad de Sa-
tiene que ver con nuestros razonamientos; quiere\ma obe- quee dicitur Sichar: j u x t a m a r í a , que se llama Sichar,
diencia simple y ciega: no consulta ni proporción ni con- p m d i a m , quod dedit Jacob cerca de la heredad que dió
veniencia cuando quiere hacer un milagro; su voluntad Jowph filio sito. E r a l aulem Jacob á su hijo José. Estaba
omnipolente nu tiene necesidad de socorros. Él dijo : Há- ihi fons Jacob. Jesús ergo f a - allí la fuente de Jacob. Jesús
gase la luz; y fué hecha. La pura nada ha sido el único ligatus ex itinere sedcbal sic fatigado del camino estaba
fondo de donde ha sacado todas las cosas; y tan poco 1c supra fontem. llora eral sentado á la orilla de la
cuesta sacar el agua de una roca, diciendo una palabra, quasi sexta. Venit muher de fuente. Era cerca de la h o -
como golpeándola con una vara. Pero ¡qué caro le cosió á Samariahaurireaquam. D i - ra de sexta. Vino pues allí
Moisés esta üjera desobediencia! Un favorito de Dios tan ctí ei J e s ú s : Darot&tbibere. una mujer de Samarla á sa-
distinguido, tan amado, á quien Dios habia dotado con el (Discipuli enim ejus abieranl car agua , y Jesús la dijo:
don de milagros tan estupendos, con quien Dios conversa- in civitatem, ut cihos cine- Dáme de beber (porque sus
ba tan familiarmente, á quien habia elegido para legisla- rent.) D i d l ergo ci mulicr illa discípulos habían ido á la
dor de su pueblo, de quien Dios se habia servido para Samaritana: Quomodo l a , ciudad á comprar que co-
é a e s l este mismo pueblo de la servidumbre de Egipto, y Judceus cum sis, bibere a me mer). Dijole , pues la mujer
para conducirle á la tierra deliciosa que le habia prome- poscis, quee sum mulicr Sa- samaritana : ¿ Cómo sien-
tido; este hombre estraordinario, este gran siervo de Dios, maritana? non enim conlun- do tú judío me pides de be-
este obrador de maravillas, ¿no introducirá á este pueblo tar Juda;i S u m a r ü a n i s . Res- ber á mí que soy s a m a r ü a -
en el pais prometido, él mismo no entrará en él en castigo pondit Jesús el d i x i l ei: Si na? porque los judíos no
de su ligera desobediencia? ¡Buen Dios! ¡cuántas faltas l i - scires donum Dei, el quis esl, tienen comunicación con los
geras llevan por consecuencias males muy graves! Saúl qui dicit libi, Da miki Libe- s a m a i í t a n o s . Respondióla
contra el orden de Dios reserva algunas ovejas para ofre- r e , tu forsitan petisses ab Jesús, diciéndola: Si tú co-
cerlas después en sacrificio, y él es descebado por el Se- eo, el dedisset tibi aquam v i - nocieses el don de Dios, y
fior, y aun pierde el reino. Una lijera complacencia del vam. Dicil ei mulier: Domi- quién es el que te dice: D á -
rey Exequias en mostrar á los estranjeros sus tesoros, se ne, ñeque in quo kaurias ha- me de beber, puede ser quo
los hizo perder. Si en lugar de tres veces hubiere herido bes, el pateus allus esl: unde tú se lo hubieses pedido á
cinco o seis veces Joas la tierra, hubiera esterminadu la ergo ¡tabes aquam vivam? él, y te hubiera dado una
Siria enteramente. i Q s é castigo se sigue á unas omisio- Numquid tu m i j o r es paire fuente de agua viva. Señor,
nes y á unas faltas, alparacertan lijeras! Siervos de Dios, noslro Jacob, qui dedil no- le dijo la mujer , no tenéis
bis puleum, el ipse ex eo b i - con que sacarla , y el pozo
ministros del Sefior, almas prevenidas de bendiciones,
bit, et filii ejus , el pécora es alto : ¿dónde , pues, te-
personas religiosas, vosotros descuidáis ciertos deberes
ejus? Respondü Jesús, el d i - néis esta agua viva? ¿por
p e q u e ñ o s , ciertos preceptos lijeros; vosotros miráis como
x i l e i : Omnis, qui bibil ex ventura sois mayor que
minuciosidades ciertos puntos de la ley, cuya omisión no
aqua hac, siliel ilerum: nuestro padre Jacob, que
llegará á constituir un pecado grave; vosotros conceptuáis
autem biberü ex aqua, qxiam nos dió este pozo , del cual
un escrúpulo la puntualidad en obedecer á Dios en las co-
DE CUAÍ^SMA. 4 93
cgo daho c i , non siúri u% bebió é l , y sus hijo.5 y sus aliqnis atlulit ei manducare? qué baldabais con ella. En-
M m i u m ; sed aqua , f¡Wm ganados? Respondióla Je- Dicit eis J e s ú s : Meas d'ous tonces la mujer, dejando su
ego dado c i , fiel i n eo fons sús, y la d¡j<): Todo el que est, u l faiiam volunlalem c á n t a r o , se fué á la ciudad,
a/}uw saHenlis in vilam wler- bciie de esla agua , lendrá ejus, qui misil me, ut perfi- y dijo á s u s babilanles: V e -
nam. Didt ad eum mulier: sed olía vez ; pero el que cinui opus ejus. Nonns vos nid á ver á un hombre que
Domine, damilii lianc oquam bebiere del agua qnc da- dicilis, quod adhuc quatnor me ha revelado todas las
ni non silium, ñeque veniain ré , no volverá j a m á s á menses sunl, et messis venil? cosas que be hecho. ¿Será
huc haurire. Dicil ei Jesús: tener sed, sino qnc el agua Ecce dico vobis : Lévale ocu- por venlura este e! Cristo?
Vade, voca virum luum, et que yo le d a i é , llegará á los vcslvos, el videle regiones Salieron , pues , de la c i u -
vine huc. Respondil mulier, formar en él un manantial quia albw sunl j a m ad mes- dad, y fueron á verle.En're-
el d i x i l : Non habeo virum. de agua qnc saltará hasta la sem. Et qui melit, mcrcedem tanlo !e rogaban sus discí-
Dicil ei Jesús : ¡i»ne d'ixisli, vida eterna. Dijolela mujer: accipil, el congregal frudum pulos, diciéndole : Comed,
quia non huheo virum: quin- Señor, dadme de esta agua in vilam eclernam : ut el qui Maestro ; mas él les dijo:
qué enim vitos habuisli, et para que yn no tenga mas seminal simul gandeal, el Tengo yo nn alimento que
mne, quem habes, non, est sed, ni tenga (pie venir aquí qui melit. I n hoc enim est comer que v( solros no co-
tuus v i v : hoc veré dixisú. á sacarla. Vé, la dijo Jesús, verbum v e n m : quia alius nocéis; y los discípulos de-
Dicil t i mulier : Domine, y llama á tu marido, y vuel- esl qui seminal, el alius esl cian entre sí i ¿ l e habrá
video quia prophela es l u . ve aquí. No tengo marido, qui melil. Ego misi vos me- traído alguno que comer?
Paires noslri in moalc hoc respondió la mujer. Has teré, quod vos non laboraslis: Dijoles Jesús : Mi alimento
adorare.'unl , et vos dici- dicho bien , la dijo Jesús, alii htboraverunl, el vos i n es hacer la voluntad de
que no tienes marido ; cinco labores eorum inlroistis. Ex aquél que me ha enviado
tis quia Jcrosolymis est l o -
hondees has tenido, y ahora civilale aulcm illa omhi ere- [):aa consumar su obra, ¿Xo
eus, ubi adorare oportet. Di-
el que tienes no es tu m a r i - diderunl i n eum Samarila- decís vosotros que aun {'al-
cil ei J e s ú s : Mulier, crede
do, lín esto has dicho ver- tan cuatro meses para la
nuhi, guia venilliora, quah- norum, propler verbum m u -
dad. Dijolela mujer: Senor, cosecha? Pues hé aquí que
do ñeque in monle hoc, ñ e - lieris lesli nonium perhiben-
á lo qnc veo , vos sois pro- yo os digo : Levantad vues-
que in Jerosohjmis adorabilis lis: Quia dixil mihi omnia
feta. Nuestros padres han tros ojos, y ved las cam-
l'aírem. Vos adoralis quod qua'cvmque feci. Cum venis-
adorado sobre esta monta- piñas, las cuales están j a
nesciús: nos adoratnus quod senl ergo ad itlum Samarila-
fia, y vosotros decís (pie el
seiinus, quia salas ex Judcms n i , rogavcrunl eum ul ihi blancas, y en disposición de
lugar donde deba adorarse
Cáí- Sed veuit hora, el nunc manerel. E l mansil ihi daos segarse. Y el que siega re-
es Jerusalen. Créeme, m u -
est' cuando veri adoratores dies. E l mullo piares credi- cibe su recompensa, y r e -
jer, la dijo J e s ú s , que ha
Qborabunt l'atrem i n spirilu derunl in cum propler scr- coge fruto ['ara la vida eter-
llegado la hora en que ni en
e' veriiale. Nam el Palcr l a - monem ejus. Et m d i c r i d i - na : á tin de que el que
esta monlafia ni en JiM-usa-
lesquatril, qui adorcnl eum. cebanl: Qui i j a m non p r o p - siembra se regocijo lambicn,
len adorareis al Padre. V o -
Spirilus est Deus: el eos, qui ler tuam loquelam credimus: como el que coge. Porque
sotros adoráis lo que no co-
adorant eum, i n spirilu et ipsi enim audivimus, scimus cu esla ocasión es verdade-
nocéis, nosotros adoramos
veriiale oportet adorare. D i - quia hic esl vere i alvalor ro el proverbio que dice:
lo que conocemos, porque
d l ei mulier: Scio quia Mcs- BMHHÍÍ. uno es el quesiembra y otro
la salud viene de los judíos.
SÍJS venil (qui dicüur Chris- d que coge. Yo os be en-
Pero llegará ol tiempo, y es
í«s). Cum ergo vencrit, ü!e viado á coger lo que voso-
esíe en que estamos ya , en
nobis annunliabil omnia. D i - tros no habéis labrado; otros
que los verdaderos adora-
n l ü 'le-mis : KIJO suni, qui bnn trabajado, y vosotros os
dores adorarán al Padre en
loquor lecum. Et conlinuo halieis aprovechado de su
espíritu y en verdad. Por-
wnerunt discipuli ejus, et que tales son los adoradores ti abajo. Muchos samarilanof;
vimtbanlur quia enm m u l k - que el Padre Lusca. [)¡;)S es de la ciudad creveron en él
re loquebulur. Nemo lamen espíritu, y los que le adoren por el leslimonio que la
d i x i t : Quid quairis, aul quid es preciso que le adoren en mujer daba cuando decia:
loqueris cum ea ? Reíiquil espíritu y en verdad. Hes- Él me ha revelado todas las
er90 hydriam suam mulier, poiulióle la mujer : Yo sé cosas que he hecho. Ha-
e} übiil in cmiaicni, el dicit que el Mesías ¡que signiíica biendo, pues, venido á ver -
lítis hominibus: Venile, el el Cristo) está á punto de le ios samaritanos, le roga-
ydetc hominnn, qui dixil m i - venii1: cuando hubiere, pues, ron que se quedase allí , y
11 omnia quuemmque feci: venido, nos itistrnirá en to- se estuvo dos dias. ¥ m u -
nWnquid ipse esl Chrislus? das eslas cosas. Díjola Je- chos mas creyeron en él pol-
««ieruttí ergo de, civilale, el sús : Pues yo lo soy que ha- los discursos que le oían; y
^ i c b a n t ad enm. Interea blo contigo. Etí aquel mo- decían á la mujer: No cree-
To9<ibani eum discipuli, d i - mento llegarui sus discípu- mos ya en él por lo que tú
^ e s : nabbi, manduca. Ule los y admiraron de que nos has dicho; porque neso -
"Míeiu dicil eis: Ego cibum hablase con una mujer; pe- tros mismos le hemos ordo,
t(*m manducare, quem vos ro ninguno le dijo q u é es y no podemos dudar qiw;
O t i t i s , üicebanl ergodisci- lo qnc lo pregnnlabais, ó do este es verdaderamente el
((d iavicem: Numuii Salvador del mundo.
TOMO i v .
19* VIERNES TERCERO
convertirla. Si habiéndolo escuchado, le hubiese dejado
MEDITACION. bruscamente sin haber querido rendirse á las solicitacio-
De la gráci l . nes interiores de la gracia. Qué desgracia para tantos
PUNTO PRIMEKO.—Considera que la gracin, es aquella grandes santo?, si no se hubiesen rendido dóciles á la voz
agua viva que salta hasla la vida elerna; la única que pue- interior que les llamaba, los unos á la soledad, los oíros
de apagar nuestra sed en esta. ¡ Diclioso el que conoce su | al claustro; estos á romper aquel comercio, aquellos á
iiíérito y su precio ! ¡ Feliz el que sabe hacer buen uso de vencer tal pasión; lodos á trabajar sin dilación en el nego-
ella! La gracia es el don de Dios por esceiencia; ella so- cio de su salvación: ¿ Q u e hubiera sido de estos héroes
brepuja inünitamente á lodos los dones de la nalmaleza; cristianos, de eslos-grandes modelos? Recordemos de nue-
sin ella nada podemos, y con ella lo podemos todo. Esla vo aquellos favores singulares de que Dios nos ha colma-
gracia es la que nos ilustra, nos atrae, nos peisaade, nos do, y que nosotros hemos mirado con tanta indiferencia,
convierte. Este es el don perfecto que nos viene de lo alto, ¡Qué de santas lecturas, hechas al parecer por casuali-
y que desciende del Padre de las luces, que es don sobre dad, y sin embargo tan á propósito ! ¡ q u é de encuentros
todos los d e m á s , don de los dones, que solo Jesucristo ha felfees, imprevistos á la verdad, pero muy proporciona-
podido merecernos, y que recibimos d é l a misericordia i n - dos al designio que Dios tenia de convertirnos! ¡qué de
finita de Dios; don de Dios, que muy pocos conocen : por pequeños milagros, por decirlo así, hechos en nuestro fa-
este don somos lodo lo que somos, como dice el apóstol, vor I una inspiración que uno ha tenido, una reflexión que
si somos acaso alguna cosa delante de Dios. Esta gracia ha hecho, una palabra que ha oido, han sido muchas veces
es el precio de la sangre de un Hombre-Dios, i Compren- la causa de una conversión perfecta. Si hemos tenido la
damos, sí es posible, lo que vale esla gracia ! y sin e m - felicidad de haber sido consagrados al servicio de Dios,
bargo, ¡cosa estrafia ! este mismo don, por una ignoran- examinemos lodo lo que ha pasado en nuestra vocación;
cia grosera, no le conocemos, y por una ingratitud toda- consideremos todas las circunstancias de ella, y admire-
vía mas criminal, no hacemos diligencias para conocerlo. mos con q u é bondad, con q u é sabiduría ha manejado Dios
De aquí es, que con tanta frecuencia le recibimos en vano, todas las cosas para nuestra salud. Convino mucho que
y que lejos de servirnos de él par a glorificar á Dios, y nos hallásemos en tal tiempo con tales personas, y en tal
para santificarnos á nosotros mismos, abusamos de él has- ocasión; que los placeres del mundo no hayan tenido n i n -
ta perveilirnos á nosotros mismos, y despreciar á Dios. gún atractivo para nosotros en el tiempo en que natural-
Por esto nos dice Jesucristo como á la Samarilana: ¡ Si co- mente debían hallarse en ellos mas embelesos ; que no nos
nocéis el don de Dios 1 ¡ O si conociésemos este don tan hayamos dejado deslumhrar con cien oropeles que llaman
cscelenle, tan precioso, tan saludable! ¿lo despreciariamo.s la atención de tantos jóvenes ; que el amor mismo de bis
hasta el punió que lo hacemos ? Por mas precioso, por mas parientes no hayan sido un lazo bastante fuerte para r e -
inestimable que sea este don, Dios lo da, Dios lo derrama lenernos; que el torrente del mal ejemplo no nos haya
con una liberalidad asombrosa. Dios no solo nos hace arrastrado; que la austeridad de una vida que nada lenia
participes de-este tesoro á los pies de los altares, en los que no fuese chocante, no haya sido capaz de desanimar-
dias de fiesta ó en el ejercicio de las buenas obras; en nos; que hayamos tenido bastante generosidad para so-
medio del mundo mismo, en medio de nuestros estravios, brepujar los mayores obstáculos; todo esto son oíros t a n -
hasta este país lejano , va la gracia á buscar al hijo p r ó d i - tos efectos milagrosos d é l a gracia, i O Dios m i ó , q u é i m -
go, para volverle á t r a e r á su padre. Aun cuando la gracia portante es el ser dócil á la gracia y estar prontos para
sea de un gran precio, Diosla derrama con abundancia, y seguir vuestras inspiraciones ! ¡á cuántos llamáis que no
no la niega á nadie. Parece increíble, pero es sin embargo oyen vuestra voz! ¡cuántas gentes son poco exactas en
verdad; no solamente nos hacemos indignos de esle pre- obedécelos y seguiros! El tumulto aturde, el mal ejemplo
cioso don por nuestras infidelidades, sino que le rehusa- seduce, la vida blanda enerva. Los prelestos especiosos
mos tenazmente cuando Dios nos lo da. Nos endurecemos de los negocios, de las dificultades, de la edad, del esta-
contra sus mas fuertes impresiones, sufocamos sus pia- do, de la cualidad, hacen diferir la conversión, y esla d i -
dosos movimientos, cerramos voluntariamente los ojos á lación, hace que se desvanezcan los mejores deseos. ¡Oh,
su luz. Traigamos á la memoria aquel número prodigioso y cuánto importa el estar atentos para escuchar la voz del
de gracias que hemos recibido, y cuyo efecto hemos es- cielo! Pero ¿ d e q u é sirve oírla, si no somos dóciles á ella?
torbado. ¡Cuántas inspiraciones sanias, cuántos buenos Haced, Señor, que yo comprenda tan bien el precio y
deseos, cuántos pensamientos saludables! A la vista de el mérito de este don inestimable de la gracia, que no
aquella muerte imprevista, á la noticia de aquel accidente pierda j a m á s ninguna por mi indocilidad.
pesado, leyendo aquel libro de piedad; en aquel sermón, JACULATOIUAS.—Señor, dadme de esla agua viva que
en aquella enfermedad ; todas estas sanias inspiraciones, salta bástala vida eterna. (Joan. 4.)
todos estos piadosos movimientos interiores que hemos te- Si, Dios mió, yo reconozco que por vuestra gracia soy
nido, pero que no hemos escuchado, que no hemos segui- lo que soy, y espero do vuestra misericordia que podré
do, son otras tantas gracias que hemos perdido. ¡ Qué p é r - decir que no se me ha dado en vano. ( l . Cor. 15.)
dida, buen Dios! ¿ y quién es el que se resiente de ella?
PI NTO SEGUNDO.—Considera q u é desgracia hubiera sido PROPÓSITOS.
para la Samarilana y para lodos los de la ciudad que 1 Haceos cargo en este dia de cuánto precio es la g r a -
creyeron en Jesucristo, si no hubiese ido á buscar agua á cia; puede decirse que la menor no tiene precio; estimadla
la hora en que el Salvador habia concebido el designio de como es debido; pedidla todos los dias al Señor con fer-
ilustrarla, convertirla ó instruirla ; ó si habiendo ido, no vor; recibidla con reconocimiento, y no temáis nada tanto
hubiese querido escuchar 1 1 que no la hablaba, sino para como el dejar de ser líeles á lasque recibís. Aunque las
DE CUARESMA
8¡!nfas inspiraciones sean siempre saludables, no hagáis consideración. Nabucodonosor noles despojóde sus bienes
nada estraordinario, por perfeclo que os parezca, sin el y aun íes permitió que hiciesen adquisiciones en Babilonia,
consejo do vuestro director. Dios pide siempre esta sabia dejándoles vivir según sus leyes y sus costumbres. Joa-
dependencia. Nada hay mas dañoso á nuestra perfección, quín que era uno de los mas visibles entre los judíos cau-
y á la verdadera piedad, que el propio espíritu tan sus- tivos, hizo desde luego un domicilio considerable en la
ceptible f'a ilusión. ciudad. Tenia un jardín delicioso cerca de su casa, los j u -
2 Aunque nuestras infidelidades nos priven de muchas díos le visitaban con frecuencia, y les habia permitidoque
gracias, y por mas que seamos infieles á la gracia, tene- tuviesen en su casa el lugar de su consejo público y de sus
mos siempre la de rogar y pedir nuevas gracias, que nos asambleas.
indemnicen en parte de las que habemos perdido por Habia poco tiempo que los judíos hablan formado su co-
#nueslra culpa. Haced diariamente la oración siguiente: munidad y su policía en el pais de su cautividad, cuando
«Concedednos, Señor, que vuestra gracia nos prevenga, permitió Dios que la castidad de Susana, que era tenida
que siempre nos acompañe y que nos haga pasar nuestros por lamas hermosa de las mujeres, y que tenia todavía
dias en uncontinuo ejercicio de piedad y de buenas obras. mas virtud que hermosura, fuese espuesta auna de las
Por nuestro Serior,etc.» Pocos hay que piensen eu'pedir á pruebas mas duras. Hablan sido nombrados jueces aquel
Dios perdón de haber resistido tantas veces á la gracia, y año dos viejos de quienes el Señor habia querido hablar
de haber sufrido por esto una pérdida irreparable. Estad cuando dijo: «Que la iniquidad habia salido de Babilonia
pesarosos de ello, tened un vivo dolor y una contrición por unos viejos que eran jueces, y que al parecer condu-
sincera, y pedid á Dios que os perdone tantas infidelida- cian al pueblo. Estos viejos iban de ordinario á la casado
des y tantas omisiones. Joaquín, donde iban á buscarles lodos los que tenían
asuntos que presentar en juicio. Hacia el m e d i o d í a , cuan-
SÁBADO TERCERO DE CUARESMA. do ya el pueblo se habia ido, Susana tenia costumbre de
Llámase este dia el sábado de la mujer adúltera, por- ir á pasearse al jardín de su n:arido. Los dos viejosque la
que el Evangelio contiene esta historia, y porque la Epís- veían entrar en él todos los dias, quedaron heridos por el
tola refiere la de la casta Susana, acusada de adulteriopor brillo de su belleza, y concibieron una ardiente pasión
dos infames viejos, cuya calumnia descubrió el jóven Da- por ella, la cual llegó á ser tan violenta que les turbó su
niel. razón, sufocó en ellos el temor de Dios, y tes entregó á los
El introito de la misa tiene una relación perfecta con es- deseos mas criminales y á los últimos escesos de una pa-
las dos historias; está tomado del salmo 5, el cual le com- sión infame. Los dos estaban igualmente heridos del amor
paso David cuando se hallaba vivamente perseguido por de Susana, sin atreverse á manifestárselo, y sin embargo
Si»u! y por sus cortesanos, y en el que pide el profeta á los dos meditaban el medio y el tiempo para encontrarla
Wos justicia de los enemigos que le calumnian. sola. Un dia, habiéndose paseado algún tiempo, dijo el
Sefior, prestad vuestros oidos á mis palabras; atended uno al otro con el designio deque se separase: Yámoños á
álos clamores que dirijo á vos; inclinaos á mi oración, vos casa, porque ya es horade comer; mas no bien se hubie-
que sois mi Roy y mi Dios: siempre recurriré á vos en mis ron separado para irse cada uno á su casa, cuando se v o l -
necesidades, y vos e s t a r é i s también prontoá escucharme. vieron atrás, y no dejaron de sorprenderse encontrándose
El título de este salmo dice: asalmo de David para el fin, los dos en la puerta. Entonces se confesaron el uno al otro
en favor de la que obtiene la heredad.» Es decir, según el amorcriminal de que estaban poseídos, y lomaron entre
la esplicacion de los santos Padres, por la heredera de las sí medid is para satisfacer su pasión brutal inmediatamen-
promesas de Jesucristo, que es la Iglesia, la cual debe s u - te que pudiesen hallarla sola.
ceder á la sinagoga y durar hasta el fin de los tiempos. Bien pr onto se presentó una ocasión tal como ellos la de-
Puede también considerarse este salmo como una oración seaban. Susana no falló al jardín según su costumbre,
cscelenlcpara la mañana y un modelo de los sentimientos acompañada solamente dedos criadas que la servían. Co-
piadosos que debe tener una alma que vive en medio de mo bacía caloren aquel dia, creyendo que estaba sola de-
un mundo corrompido, contra cuyos lazos y calumnias se terminó bañarse, y mandó á sus criadas que la trajesen el
debe pedir á Dios socorro conlinuamcnle, pero sobre todo aceite y los peí fumes, y se saliesen cerrándose la puerta.
al principio del dia. Apenas ellas salieron del j ^ r d i n , cuando los dos infames
, ^ epístola está tomada del capítulo 13 del profeta Da- viejos que estaban ocultos, corrieron adonde estaba Susa-
n i ' I , y contiene la negra calumnia de dos infames viejos, na, la cual quedó estraordinariamente sorprendida. Ellos
que no habiendo podido seducir á una jóven de rara belle- la descubrieron su pasión, y la solicitaron fuertemente pa-
za y de una virtud todavía mas rara resolvieron acusarla y ra que se rindiese á sus infames deseos. No habiendo po-
Perderla. didohacerla consentir, la amenazaron que ¡a perderiim.
Susana era hija dellelcias, deuna familia honesta y distin- Susana l a m ó un suspiré profundo, y entre lamentos y g e -
guida en la Judea. Habia sido educada en el temor de Dios midos esclamó: Por todas partes no veo mas (pie peligros
Por un padre yuna madre,cuya probidad erauniversalmen- y precipicios, porque si coiftíesciendo á vuestros deseos,
10 ''^conocida. Perfectamente instruida en la ley de Moisés» doy la muerte á mi alma por el pecado, y si no condes-
(<e la cual eran ¡eligiosos observadores, cumplía todas sus ciendo, no pudiendo escapar de vuestras manos, estoy se-
ot)'|gaciones y pasaba por la doncella mas cumplida de la gura deque seré apedreada por a d ú l t e r a . P e r o al fin, mas
^ d e a . t a casaron todavía muy jóven con un hombre muy vale morir inocente, que vivir criminal; mejoresqueyo
llco, llamado Joaquín. Habiéndose hechodueño dií Jernsa- caiga en vuestras manos sin haber pecado, que pecar en
en; Nabncodonosor, fueron llevados cautivos á Babilonia Joa- presencia de un Dios á quien sirvo y á quien amo. Dicho
y Susana con el jóven Daniel, y los demás judíos de esto, dió un gran grito, y los viejos despechados gritaron
190 SACADO TERCERO
m i s fiiííilo quo el'a.Uaa Jo ellos fuócorrion la á la puyila blea les c r e y ó , y sobre la fé de osla deposición la casta
del jortlin, y nlirióndola llamó gcnlc qnc sirvióse de lesíi- Susana fué condenada á ser apedreada en el momenln.
go. Lo.s criados de la casa, oyendo giilar en eljardin, Apemisoyó i;) sentencia, levantando los ojos alcielo, escla-
coiricron allá; pero quedaron absortos cuando oyeron á e - mó : | O Dios cierno ! que penetráis hasta lo mas oculto y
cir desvei gonzadatnenle á los dos viejos, que acababan do á quien nada se le esconde : vos sabéis que se ha dicho
eorprender á s u sefiora en adulterio con un joven, (pie l i a - un falso testimonio contra mí, y ' s i n embargo yo muero,
biéntioles apercibido se babia escapado. Pasmó lanto mas por mas que estoy inocenle. No se la permilió ya decir
es'.a aventara á los domésticos, cuanto que miraban á su mas, y fué necesario marchar para irse al lugar d é l a eje-
señora como un modelo de virtud, cuya conduela b.-tbia cución , pero el Señor o y ó s u oración, y cuando la condti-
sido hasta entonces irrof ronsiblo. cian al SÜ[NÍCÍO, stíscitó Dios el espíritu de un joven lla-
Muy pronto se supo en toda la familia lo que acr.baba mado Daniel, que aptmns tenia doce años, queiiendo Dios
do suceder. El marido, el padre, la madre y lodos los confundir por eljuicio de un niño la malicia y la inveterada
parientes quedaron sin sonlido, y Susana no sejustiíicó ¡¡liquidad de aquellos falsos jueces. Esto jóven que so
sino por las lágrimas. Los acusadores eran dos magistra- hallaba en medio de la multilud, esclamó en alia v o z :
dos respetables por su edad, por su reputación de probi- Suy inoconíe de la sangre de esta mujer. Todo el pueblo
dad y por su cargo. El adulterio era entro los judíos un se volvió á él, para saber lo que quería decir esplicándose
crimen capilíd, casligado siempre con la mneiie, sin que de eslemodo. Él se adelantó, y eslando lodos en silencio,
fivse pennUido interceder por el culpable. Como los dos ¿ tan insensatos sois, ó hijos de Israel, les dijo, que así con
jueces se presentaban como denunciadores y como testi- lanía precipitación, y sin haber examinado la verdad,
gos, inmodialamenle se instruyó el proceso, y se pronun- habéis condenado á esta mujer inocenle? volved para juz-
ció el decreto do muerto contra Susana. ílabiéndosejuníado garla de nuevo, porque se ha dicho na falso teslimcnio
al otro dia el pueblo en casa do Joaquín fueron también conlra ella. El pueblo admirado do una resolución seme-
allá los dos viejos : d.'sde luego declararon ante la asam- jante en un nijlo volvió inmediatamente, y á Susana se la
blea, con las formalidades ordinarias de justicia según la condujo de nuevo á la audiencia. Los ancianos que entra-
ley, que ¡enian quo liacer una delación conlra Susana, ban siempre en el consejo, y que hacian las funciones do
l l á g a s e venir á Susana. El modo de proceder en juslicia jueces, admirados del jóven Daniel, cuya sabiduría cono-
<;ÍI;1 enicnces estaba en uso, era este: s e c i í a b a a ! culpable, cian ya, y del quo tampoco ignoraban el es[)lendor de su
se oian los testigos , se pronunciaba la sentencia y se eje- nacimiento, pues era de la sangre de su rey, le bi¿ififon
cutaba sin dilación, y lodo esto en una m a ñ a n a . La casta venir con ellos, y que se sentase en medio de los jueces.
Susana, acompofiada de su padre, do su madre, de sus Cuando estuvo lodo el pueblo reunido, le dijeron, que pues
bijos y loda su parentela, IIÍOIHÍS su marido, que [jor ser el espíriiu de Dios le iluminaba, le rogaban que les hiciese
causa de adulterio no se presenló. Traía el rostro cubierto partícipes de sus luces s ó b r e l a causa de Susana. Entonces
con un velo como culpable, y cubierta do confusión ácaiisa Daniel seníado en medio de los jueces pidió que se sepa-
del crimen de que era acusada. Los dos malvados que á rasen los dos acusadores. Después habiendo hecho llamar
un liempo eran sus acusadores y sus juecesmandaron quo al uno de ellos, le dijo como hombre inspirado ; Viejo
se le quitase el velo para satisfacer de este modo su infamo malvado, lú acabas do poner el colmo á las crímenes. Juez
pasión, dice la Escritura, mirando á placer una mujer tan inicuo, que basla aqni has oprimido á laníos inocentes, y
bermosa. Gomo Susana tenia una delicadeza de lez esti aor- corrompido por el dinero has declarado inocenle al c u l -
dinaria y una bolle/a que llamaba la atención, no bien pable ; si es verdad que has sorprendido á esla mujer ert
bubo fijado en ella la vista toda la asamblea, cuando con- culpa, dime : ¿bajo de q u é árbol la has encontrado con su
movida lanto desu modestia como de su hermosura, lodos mancebo? Bajo do un lentisco, respondió el viejo. Has
se deshicieron en lágrimas. Entonces los dos infames viejos mentido abierlamenle, repuso Daniel; pero tu impudencia
dejando la persona de jueces para tomar la de acusadores va á caer sobre tí. Habiendo hecho retirar á eslo, mandó
y Icsügos, la pusieron sus manos sobre la cabeza. Se que se le trajese el otro. Luego que compareció : Itaza do
usaba de osla fonmdidad entro los judíos, cuando se acu- Ganaan y no de Judá, le dijo Daniel,la belleza de esla m u -
saba á alguno, sobre todo en caso de muerte: los testigos jer es la que le ha seducido, y lu pasión brutal la que ha
[finiendo sus manos sobre la cabeza del culpable decian : pervertido tu corazón y íé ha hecho olvidar quo oras juez:
la malicia es la que le ha atraído este castigo, y nó noso- no es esto tu primer crimen, pero será el último. Tú no
tros; significando por esto quo se descargaban sobre su has hallado en esta verdadera hija de Judá la misma faci-
cabeza do toda la pena desu muerle; en este mismo sen- lidad que encontrabas en las jóvenes de Israel, á quienes
tido se ponia la mano ánles del sacriíicio sobre la cabeza has pervertr'o. Puesto que con lanto desahogo aseguras
do la víctima, trasportando en alguna manera sobre, ella que la has encontrado con un joven, dinos : ¿ b a j o do q u é
'a iniquidad y la pena que se confesaba haber merecido árbol les has sorprendido? Bajo de una carrasca, respon-
por su pecado; y con el mismo espírilu todavía en la ley dió éste, i Qué embuslero que eres ! dijo Daniel. ¿ Con
nueva esliendo el sacerdote *us manos sobre el pan y el lanía desvergüenza calumniáis á los inocentes ? I d , voso-
vino, bajocuyasaparienciasse inmola Jesucristo por noso- tros sufriréis muy pronto la pena de vuestra mentira.
l:os á su Padre en el divino sacrificio, como víclima car- Viendo lodo el pueblo tan claramenle confundidos los dos
gada con nueslras iniquidades. viejos par su contradicción, p r o r u m p i ó á ve,/, en grito, ben-
Teniendo, pues, los dos viejos las manos sobre la cabeza diciendo cien veces al Señor, porque se babia servido de
de Susana, lomando á Dios por testigo de. la verdad de lo un niño para confundir la iniquidad de los viejos, y hacer
que decian, refrieron púbÜcamenie lo que aseguraban Iriunf-r la inocencia de la casia Susana. No hubo necesi-
baljer pasado en el j ^ r d i n en su presencia. Toda la asr.m- dad de olí as formalidades. Los dos viejos malvados fueron
DE CUARKSMA, 107
ni momonlo llcviulfis ÍI! snplii'io y ep^reftdoáu sognn quo Escritura, capaz de cubrir de confusión a sus acusadores,
lo onleimbii la ley de Moisés, cslablecula comía loscalmn- San Gerónimo y muchos iiiléi ¡i¡ eles creen que lo que el
nirdores y los tosligos falsos, los cuales eran condenados Salvador escribía insinuaba á los delatores los pecados de,
a la misma pena fjiic mereeia el crimen de (¡lie falsa- que ellos mismos eran culpables. Mas al fin, persistiendo
mi'iile acusaban á los otros. Helcias y su mi.j!>i* fueron ellos en pedirle una respuesta, se levantó, se volvió á ellos,
á dar gracias á Dios por su bija, con Joaquín su ma- y cerró á lodos la boca con estas palabras : Aquel de v o -
rido y sus parientes, porque al fin habia sido reconocida sotros que eslá sin pecado, tire la primera piedra contra
su inocencia. ella. No quiere decir Jesucrislo que sea necesario eslar mío
Susana y J o s é , el patriarca, son los dos ejemplares mismo exento de pecado para castigar legítimamente el
mas grandes de la casüíbu! para el uno y el otro sexo, crimen de otro ; lo que pretende únicamente por esta ad-
(¡ce lia señalado ia Escritura en el antiguo Testamento. mirable respnesía, es poner á los fariseos en la necesidad
Sasana es también en particular el modelo de la fé con- ó de declararse inocentes y fuera de toda nota, contra el
yugal que las mujeres deben á sus maridos. Esto os sin leslimonio de su conciencia, ó de usar con aquella mujer
duda lo que la Iglesia ha querido propuiiornos, princi- de la jnísma clemencia de que trataban de hacer un c r i -
palmeníe en el cuito qae ha permitido que se le rinda, su men al Salvador. Tal vez eran ellos mismos culpables del
íiesta está señalada para el 20 de enero; y se celebra, propio crimen cuyo castigo pedían, y que el Hijo de Dios
sobre lodo en To'osa, bajo el título de sania Susana de á quien estaba [latente el fondo de su conciencia, les
Jiabüonia. echaba tácitamente en cara con lo que escribía sobre ¡a
El Evangelio de c4e dia refiere la bondad infinita que el tierra. En efecto, se bajó otra vez para conlinuar escri-
Sa!va;.'or liene con los pecadores, en la conversión de la biendo lo que habia comenzado; pero aquellos capciosos
mujer adúllera. acusadores no pudieron sostener masiiempo su presencia,
üabia venido el Salvador á Jerusalen cerca de seis me- se retiraron uno detrás de otro sin decir palabra , los p r i -
s.'..? áules desu muerte, para asistir á la fiesta de los taber- meros los mas ancianos como los mas abochornados, y en
náculos. Los milagros que obró y las instrucciones que dió un momenlo (h-saparecieron lodos, temiendo sin duda que
hicieron gran ruido; movióse con este motivo entre los Jesucrislo revelase su torpeza, y les hiciese ver que eran
judíos una gran división; los unos decian (pac era un pro- ellos mas crimimilcs que la mujer á quien acusaban. L e -
feia, y aun el Erislo ; alros prevenidos, por los fariseos le vaníándose enfonces el Salvador: Mujer, la dijo con aquel
miraban como un seductor, y hasta inlentaron prenderle. aire de dulzura (pie le acompañaba en todas parles, ¿ d ó n -
Kicodemus , que. se hallabi en aquella asamblea, paró el de están los quo te acusaban ? ¿Ninguno le ha condenado?
g )!pe, y el Salvador deseando (pie cesase esta especie de Ninguno, Señor, respondió ella, ¡Si yo tampoco te conde-
emoción popular esciiada con pretesto suyo, salió do Je- n a r é , r e p u s í el Salvador; vele, y no peques mas en ade-
rusalen, y se fuéá su retiro ordinario sobre la montaña lante,
de los olivos, á un cuarto de legua de la ciudad. Al o'ro ¡ Quó admirable os esla conducta del Salvadla-; pero
dia al amanecer volvió a! templo, é inmediatamente cor- qué encantadora y llena de inslruccíones ! El halii;i dicho
rió el pueblo en busca suya. Los escribas y los fariseos que no habia venido á condenar, sino á convenir y sijjvar
que no trataban mas que de disminuir ja ví'neracion que á los ¡locadores. Conociendo, pues, la disposición del co-
el pueblo le tenia, creyeron haber encontrado una ocasión razón de aquella pecadora, su arrepenlimiento, su c o u -
para desacreditarle, y atraerle el odio | e j pueblo : traje- tricíon, se contenta con mandarla que no peque mas. Si
ronle una mujer que habia sido sorprendida en adullerio, aquella mujer no hubiese detestado su pecado, y si no
y habiéndola colocado delante de él, en medio de la asam- hubiese estado perfectamente convertida, es verosímil quo
blea : Maestro, dijeren aquellos hipócritas al Salvador, viendo que sus acusadores se habian retirado, no hubiera
acaba de ser sorprendida esla mujer en adulterio : Moisés permanecido ella (leíanle de su juez ; nadie la relenia, y
nos manda apedrear todas las mujeres convencidas de este la coiil'usiím (pie tenia hubiera debido hacerla huir. Pee®
crimen; vos quo nada ignoráis, y que aun c o r r e g í y es- no hay gana de dejar á Jesucristo cuando uno está verda-
plicais las leyes, decidnos cuál es sobre esto vuestro pa - deramente con vertido. ¡Cuántoconfunde la dulzura de os-
recer, y q u é es lo que debemos hacer? lié aquí cabal- le divino Salvador con una pecadora, el ;'elo duro y amar-
ineule el carácter de la hipocresía ; gritar con Ira los de- go de los fariseos con respecto á los pecadores ! Todos los
sórdenes de los d e m á s ; instar por su castigo; quererlo santos, á ejemplo de Jesucristo, han leníd ) un zelo a r -
refu-iiiar iodo, sin trabajar nunca en su propia reforma, diente por la salud de las almas; pero un zelo dulce, pa-
l o s fariseos creyeron embarazar al Salvador, porque si cífico, compasivo; no escusaban el pecado, pero estaban
deciaquoera necesario perdonar á aquella mujer, habia llenos de compasión y ternura para con el pecador. ¿ D e
derecho para hacerle un crimen porque destruía la ley; dónde nace que los quo ciertamente no son santos, tie-
y si la condenaba se atraía la indignación del pueblo, nen por |o común una severidad siempre desmedida ? No
¿.i'ero, q u é es lo que puede toda la sabiduría humana con- parece sino que prelenden tranquilizar los remordimien-
tra la sabiduría divina? Era este un lazo qiui le íendian, tos de su propia conciencia, imponiendo á los otros las
Seguros de que su respuesta Ies proporcionaría alguna penitencias que conocen bien que deberían hacer ellos
"Valeria para calumniarle; pero aquellos taimados se las mísnios. Se debe, sí, destruir el pecado, pero salvar al pe-
NWao con un hambre-Dios, que pendrando el L n d o cador.
de los coraiones, sabia bien el medio de confundirlos, Je-
8us «(> bajó, y como si no escuehas.í su acusación, se a p l i - ü i opinan de la misa de este dia es como sigue:
Cü a escribir con el dedos ¡bre la tierra. San Ambrosio pa- /'rcr.sííí. ^««'StoHtfs-, OÍÍHÍÍ- Haced, os rogamos, ó
90 mclina á creer que cscribU alguna sentencia de la ¡lokns ü c u s : ul qui se (f///t- Dios omnij.olente, que aqne-
198 SABADO TERCERO
yendo carnem ab alimsiUis líos que se abstienen de las mus: quam ob rem asseniire aceite y los perfumes, y cer-
abslinent, sectando j u s l ü i a m viandas para mortificar sus nobis, el comm;scere nobis- rad las puertas del j a r d í n ,
a culpa j e j m e n l . Per Domi- cuerpos, se abstengan tam- cum. Quod si nolueris, dice- porque voy á bañiinue.
num noslrum... bién de los pecados hacien- mus contra te leslimonium, Apenas habían salido las
do buenas obras. Por nues- quod fueril tecum juvenis, el dos criadas, salieron los dos
tro sefíor, etc. ob hanc causam amiseris viejos, se fueron corriendo
paellas a te. Ingemuil Su- adonde estaba, y la dijeron:
La Epístola es lomada del profeta Daniel, cap. 43. sanna, et ait: Anguslioe sunl Las puertas del jardín están
l a diehus i l l i s : Erat v i r En aquellos dias habita- mihi m d i q u e : si enim hoc cerradas, nadie nos v e , y
habilans i n liabijlone, et no- ba en Babilonia un hombre egero, mors mihi est: si au- nosotros ardemos apasiona-
men ejus Joakim : el accepü llamado Joaquin. Casó con tem non egero, non effugiam dos por t í ; por tanto con-
uxorem nomine Sasannam, una mujer llamada Susana, manus vestras. Sed melius dese iende con nosotros
filinm Ueláce, pukhram n t - hija de Helcías, estraordi- est mihi absque opere inci- y ríndete á nuestros deseos.
ÍHÍS, eí timcnlem Deum: p á - nariamente hermosa y te- den i n manus veslras, quam Porque si no quieres, noso-
renles enim illius, cum essenl merosa de Dios; porque peccare i n conspectu Domini. tros levantaremos un falso
j u s l i , crudierunl filiam suam como sus padres eran j u s - Et exclamavit mee magna testimonio contra tí, y d i r e -
secundum legem Moysi. Erat tos , habian educado á su Susanna: exchmaverunt au- mos que hallamos un jóven
aulcm Joukim dk-cs valde, et hija según la ley de Moisés. tem el senes advrrsus eam. contigo, y que por esto ha-
erat ei pomarium vicimm Era Joaquin muy rico, y te- E l cucurrit unus ad ostia bíais despedido las criadas.
domui suce, et ad ipsum con- nia un jardín lleno de fruta- pomarii, el aperuit. Cum Susana entonces arrojó un
fluebanl Judcei, eo quod essel les, contiguo á su casa. Los ergo.awdissenl clamorem f a - profundo suspiró y dijo : Me
konorabiliur omnium. El judíos se reunían en su casa muli domus i n p o m a r i o , hallo estrechada por todas
consliluli sunl de populo dúo porque era el mas visible de irruerunt per poslicum u l partes; porque si hago lo
senes judices i n illo anuo: de todos. Habían sido elegidos viderent quidnam essel. Posl- que queréis, caigo en la
quibus loculus est Dominus. por jueces del puebio en quam autem senes locnli sunl muerte, y si no lo hago, no
Quia egressa est iniquitas de aquel afio dos viejos, de los erubuerunl s e r ñ vehemenler: puedo huir de vuestras m a -
Babijlone a senioribus j u d i - que habió el Señor cuando quia numquam diclus fuerat nos; pero es mejor para mi
cibus, qui i'idebanlur rerjeve dijo: Ha salido la iniquidad sermo hujuscemodi de Sú~ caer en vuestras manos sin
pnpulam. ¡sli frequentabanl de Babilonia por los viejos sanna. E l facta esl dies eras- M a e t pecado, que pecar en
domum Joakim, et veniebant que eran jueces, los cuales tina. Cumque venisscl popu- presencia del S e ñ o r ; y Su-
ad eos omnes qui habebanl parecía que conducían al lus ad Joakim virum ejus, sana empezó á clamar á
j u d i d a . Cum autem populas pueblo. Estos viejos fre venerunl el dúo séniores ple- grandes voces; los viejos
revcrlisset per moridiem, i n - cuentaban la casa de Joa- ni iniqua cogitatione adver- también gritaban contra
(jredicbatur Sasanna, el am- quín, y allí venían á bus- susSusannam, u l interfice- ella; y uno de ellos corrió á
bulal¿ai i n pomario inri sui. carlos todos los que teniím rent eam. E l dixerunl co- la puerta del jardín y abrió.
E l videbant eam senes quoti- algún litigio. Hacia el me- ram populo: Millitc ad Su- Habiendo oído los criados de
die ingredienlem, et deambu- diodía, luego que se había sannam filiam Helcicc uxorem la casa las voces que sona-
lanlem : el exarserunl in ido el pueblo, entraba Susa- Joakim. Et slalim miserunt. ban en el j a r d í n , fueron cor-
concupisceníiam ejus: el ever- na, y se paseaba en el j a r - Et venil cum parenlibus, et riendo por el postigo á ver
t c r m t scnsum suum , et de- din de su marido. Veíanla filiis , et universis cognalis lo que era. Luego que h a -
clinavernnt oculos suos ut todos los dias los viejos que suis. Flebant igilur sui, et blaron los viejos, quedaron
non vidercnl cce/am, ñeque entraba y se paseaba, y omnes qui noverant eam. asombrados los criados, por-
recordarenturjudiciorumjus- concihieron una ardiente Consurgentes autem dúo s é - que j a m á s se había dicho
torum. Faclum esl fiuíem, pasión por ella ; su razón se niores i n medio p o p u l i , p o - cosa semejante de Susana.
cum observarenl diemaptum, pervirtió, y apartaron sus suemnt manus suas super Llegado el dia siguiente,
ingressa esl aliquando sicut ojos para no ver el cielo, ni capul ejvs. Quce flcns suspe- habiendo venido el pueblo á
lien eí nudiusterlim, cum tuvieron presentes los justos x i l ad coelum: eral enim cor casa de Joaquin, su m a r i -
duahus solis puellis, v o l u i l - juicios de Dios. Como ellos ejus fduciam habens i n Do- do, vinieron los dos viejos
que lavari i n pomario: wstus observaban cuidadosamente mino. E l dixerunl séniores: con la perversa resolución
quippc erat: el non erat ibi el tiempo para poder en- Cum deambularemus i n p o - que habian formado contra
quisquam , pceter dúos senes contrar sola á Susana, su- mario soli, ingressa est hwc Susana de hacerla perder
abscondilos, el contemplan- cedió un día que ella entró cum duabus puellis: el clau- la vida. Dijeron, pues, en
tes eam. Dixit ergo puellis: en el j a r d í n como los días sil ostia pomorii, el dimisit presencia del pueblo i Ha-
Afferte mi/u olcum. et smig- precedentes sin mas com- a se puellas. Venilque ad ced venir á Susana, hija de
mala, et ostia pomarii clau- pañía que d o s c r í a d a s , y que eam adolesccns, qui eral abs- Helcías, mujer de Joaquín;
d ü e , ut laver. C u n autem determinó b a ñ a r s e en el j a r - conditus, et concubuil cum é inmedíalamente la hicie-
egressae essenl puellce, surre- dín; era tiempo de gran ea. Porro nos cum essemus ron venir, y vino allí acom-
x t r m l dúo senes, el accur- calor. Nadie había entonces in ángulo pomarii, videntes p a ñ a d a de sus padres, de
rentnt ad eam , el dixerunl: mas que los dos viejos que iniquilalem, cucurrlmus ad sus hijos, y de toda su fa-
Erre ostia pomarii clausa estaban ocultos a c e c h á n d o - eos, el vidimus eos pariler milia. Todos sus paríenles
s u n l , et nemo nos viáel, el la. Dijo, pues, Susana á sus commmeri. Et itlum qvidrm y lodos los que la conocían,
nos in- coHcupiscentia tai su- dos criadas: Tiaedmc el non quivimus comprchende- te deshacían en l á g r i m a s .
DE CUAKESMA. 109
re, quia forlior mhis erai, Levanlándoso los dos viejos dixit d : Cernen Chanaan, et así sin examinar la verdad,
et apertis osliis, exiüvit: o» medio del pueblo, p u - non Juda, species decepit te, ni conocerla, habéis juzga-
honc aulem cum apprehen- sieron sus manos sobre la el concupiscenlia subverlit do y condenado á osla hija
dissemus , i n l m o g a r i m u s , cabeza de Susana, la cual, cor tuum: sic faciebatis fdia- de Israel ? Volved á juzgar-
quisnam essct adokscens, et llorando, levantó sus ojos bus Israel, et UICB timenles la de nuevo, porque se ha
noluit indicare, m h i s : hujus al cielo, porque su corazón loquebantur vobis; sed filia dicho un falso testimonio
rei lestes snmus. Credidü eis estaba lleno de confianza en Juda non suslinuil iniquila- contra ella. El pueblo volvió
muhitndo quasi senibus et el Señor. Entonces dijeron lem veslram. Nunc ergo dic inmediatamente, y Daniel
judicibtis jiopuli, el condem- los viejos: Cuando nos pa- m i h i , sub qua arbore corn- les dijo : Separad léjos al
naverunt eam ad morlcm. seábamos solos en el jardín, prehendeñs eos loquenles s i - uno del otro, y yo les p r e -
Exclamavit autem voce mag- entró esta mujer sola con bi ? Qui a i t : Sub prino. D i - g u n t a r é . Habiéndolos, pues,
na Susanna, et d i x i t : Deus dos criadas, y habiendo he- xit autem et D a n i d : Recle separado, llamó á uno de
atlerne, qui ahscondilorum es- cho cerrar las puertas del mentitus es et tn i n capul ellos y le dijo: Viejo carga-
cognitor, qtd nosli omnia jardín las despidió , y un tuum: manet enim Angelus do de iniquidades, los pe-
antequam fiant, ÍM scts quo~ jóven que estaba oculto, Domini, gladium hubens , ut cados que has cometido en
niamfalsum leslimonium t u - vino adonde estaba, y coha- secel le médium, el inlerfidat otro tiempo van á caer sobre
lerunl contra me: et ecce mo- bitó con ella. Nosotros que vos. Exdamavit ilaque om- 11, tú que hacías juicios i n -
rior, c-m nihil h o n m fece- estábamos entonces en un nis coetus voce magna, et be- justos, que oprimías á los
n m , qua' isli malitiose com- ángulo del j a r d í n , viendo nedixerunt Dcum, qui salval inocentes, que absolvías los
posuerunt adversum me. una acción tan inicua, nos speranles i n se. E l consurre- culpables, no obstante que
Exaudmt autem Dominus fuimos corriendo á ellos, y xcrunt adversus dúos sénio- haya dicho elSeílor: No ha-
vocem ejus. Cumque ducere- les sorprendimos en el c r i - res (convicerat enim eos Da- r á s morir al inocente y al
tur ad mortem, suscilavit men. No pudimos prender n i d ex ore suo fulsum dixis- justo. Ahora, pues, si has
Dominus spirilum sarictum al jóven, porque tenia mas se tesíunonítím) feceruntgue sorprendido á esta mnjer,
pueri junioris, cujus nomen fuerza que nosotros, y ha- eis sicul male egerant adver- dime: ¿bajo de q u é árbol
Daniel: et exdamavit voce sus proximum: et interfece- les viste hablando entre sí?
biendo abierto la puerta, se
magna : Mundus ego suxn a runt eos, elsalvalus est san- Y él l e - r e s p o n d i ó : Bajo de
m a r c h ó ; mas habiendo co-
sanguine hujus. Et conver- guis innoxius i n die i l l a . un lentisco. Dijole Daniel:
gido á esta, la preguntamos
sus omnis populus ad eum, Justamente va á caer tu
quién era aquel jóven, y
d i x i t : Quis est islc scrmo, mentira sobre tu cabeza;
ella no nos lo ha querido
quem tu loculus es? Qui cum porque h é aquí el ángel del
decir; de todo lo cual so-
staret i n medio eorum, a i l : S e ñ o r , quesera el ejecutor
mos nosotros testigos. Todo
Sic falui filii Israel, n o n j u -
el pueblo les c r e y ó , como del decreto que el Señor ha
dicantes, ñeque quod verum
que eran ya ancianos y j u e - pronunciado contra tí. So-
est cognoscenles, condemms-
ces del pueblo, y condena- parado aquél, mandó venir
lis (iliam Israel? Revertimini
ron á muerte á Susana. En- al otro, y le dijo: Raza de
ad j u d i c i u m , quia [alsum
tonces Susana , dando un Canaan y no de J u d á . la
lesíirnonium loculi sunt ad-
gran grito esclamó, y dijo: hermosura te ha seducido,
versus eam. Reversus est er~
Dios eterno, tú que pene- y la pasión le ha pervertido
go popuhs cum fcslinalione.
tras lo que hay mas escon- el corazón; así os condu-
Et dixit ad eos Daniel: Se-
dido, y conoces todas las cíais con las jóvenes de I s -
p á r a l e illos ah invicem p r o -
cosas aun antes que suce- rael, y ellas temiéndoos se
cul, ctjudicabo eos. Cum er-
dan ; tú sabes que han le- entregaban á vosotros; pero
go divisi essent alter ab alte-
vantado un falso testimonio esta hija de Judá no ha po -
ro, vocavil unum de eis, et
contra m í ; y sin embargo dido sufrir vuestra malicia;
dixit ad eum : Invetérate die-
yo muero sin haber come- ahora, pues, dime: ¿bajo
rum malorum, nunc vene-
tido nada de lo que m a l i - de q u é árbol les habéis sor-
runtpeccala tua, quwopera-
ciosamente han fraguado prendido cuando se habla-
haris prius, judicans judicia
injusta, innocentes oppri- contra mí. Oyó el efior ban? Y él le respondió: Bajo
mens, et dimittens noxios, sus plegarias, y cuando se de una carrasca. Dijole Da-
dicenle Domino: Innocenlem la conducía á la muerte, riel : Justamente va también
et justum non interfides. suscitó el espíritu santo de á caer tu mentira sobre tu
Nunc ergo si vidisti eam, dic un nifio llamado Daniel, el cabeza; porque el ángel del
sub qua arbore videris eos cual á grandes voces escla- Señor está pronto , y tiene
colloquentes sibi. Qui a i l : m ó : Yo soy inocente de la la espada para hendiros por
Sub schino. Dixit autem Da- sangre de esta mujer. Todo medio y haceros morir. I n -
niel: Recle menlüus es in ca- el pueblo se volvió á él, y mediatamente toda la asam-
p u l tuum. Écce enim Angelus le dijo: ¿ Q u é quiere decir blea proi umpió en grandes
Dci, accepla senlentia ab eo, lo que acabas de pronun- voces, bendiciendo á Dios
scindel te médium. Et, amo- ciar? Kstando en pié Daniel que salva á los que esperan
ló eo, jussil venire alium, et en medio de ellos, les dijo: en é l ; y se sublevaron con-
¿ Inseusafos hijos de Israel, tra los dos viejos (les había
2G0 SAMiU) TKRCERO
convonoido Daniol por su última edad; h é aquí lo que forma y cimenta los malos
propia boca de que hnhinn hábitos, que tiranizan desde que prescriben; y hé aquí lo
producido un falso (oslimo- que demuestra la indispens ddo necesidad de mortificar y
n i o ) , y los hicieron pnfiir de domar las pasiones desde muy temprano. Por poco que
la misma pena que hnbian envejezcan se eiisefiorean; si se las nutre algún tiempo,
intenlado contra su prCjimo se llegan á hacer domésticas; y muy pronto de domesti-
quilándoles la vida: y la cas vienen á parar en tiranas.
sangre inocenlc quedó salva
en aquel dia. E l Evangelio de la misa de esle dia es lomado de san Juan,
Daniel es el cuarto entre los profetas mayores. Era capílnlo S.
descendiente de la estirpe de David y d é l o s reyes de Jn- I n Uto tempore: Pemosil En aquel tiempo se fue
d;í. Fué llevado cautivo á babilonia siendo t( davia muy Jesús in monlem Güvcti: ct Jesús al monte Olivóte, y ; ; l
joven, el cuarto año de Joaquia, rey de .ludá, el año de dúuculo i í e n m venil in tem- amanecer volvió al templo,
C06 antes de Jesuci islo. Fué educado en la c ó r t o d e ¡Va- ¡ ¡ k m , el omnis populus venil en donde todo el pueblo vino
bucodonosor, sin perder nada de su religión; n;u¡ ió á la ad emn , el S"dens docebttl k é l ; y habiéndose sentado
edad de ochenta y ocho años. cas. Addumnl o n t r n scriba', les enseñaba. Los esciibas
elpharisa i tuiilienminadtd- y fariseos le trajeron una
REFLEXIOXM: s. terio deprehfnsem : el sla- mujer que había sido sor-
Por lo que se acaba de leer en esta Epístola se ve que la tuerunt eam in medio, el d i - prendida en adulterio, y la
vejez debilita las fuerzas de! espírilu y de! cuerpo, pero xrrunl ei:Mngisler, hceemu- pusieron en medio á e b
no las de las pasiones. Se engnna el que crea que el tiem- Uer modo deprehensa esl i n asamblea. Maestro, dijeron
po las consume; por el contrario se hacen mas imperios;!.-;, addlerio. InleíjeGvlem Mo]¡- á J e s ú s , acaba de ser sor-
mas absolutas, y la edad que hace el enleiiiümienlo mas ses mandavilnobishvjusmo- prendida esta mujer en
madure, hace las pasiones mas violentas, mas destempla- di lapidare. Tu erijo quid d i - adulterio. En la ley de Moi-
das. La larga posesión les sirve de nuevo titulo; un lir.bilo eis? Iloc autem dicebanl ten- sés se nos ha mandado que
inveterado es para ellas una proscripción. Se envejece en lantes eum, n i possent aecu- estas mujeres sean apedrea-
el crimen, cuando uno se ha familiarizado con el pecado, sareeum. Jesús aulem in~ das. ¿ Q u é es lo que tú d i -
y como la última edad estinguo de ordinario la vivacidad clinans se deorsum, difjilo ees? Decían estopara son-
del espíritu, y entorpece la razón, de aquí es que las pa- scribehai in lena. Cum ergo dearlo, y con el fin de po-
siones están siempre ariscas; pierden en ella todo lo que perseverarent inierroganles dorio acusar. Inclinándose
Icbian de vivo y de brilhmie, y solo retienen lo que hay evm, erexit se, el dixit cxs: Jesús hácia la tierra, escri-
en ellas de mas sopo y de mas negro. ¡Cuántos disgustos Q u i s i u p e c a d o csl t e s l n m , bia en olla con el dedo; y
se ahorrarían, cuántos malos pasos so evilarian, (¡ué ve- primus i n i l l a m l a p i d e m m i t - como ellos insisliosen pre-
jez (an dulce nos proporciona riamos, si desde luego nos ÍÍIÍ. Et iterum se inclinans, gunlándole, se enderezó y
aplicásemos á domar estos enemigos irreconciliables do snibebai in ierra. Audientes les dijo: El que de vosotros
nuestro repeso y de nuestra salvación! Las pasiones en tivlem, nnuspostunum exi- oslé sin pecado, sea el p r i -
los viejos son como el luego en la lena seca, que prende hani hi'ñpienles a senioribus'. moro que la tire la piedra; y
fácilmente y al momento se incendia lodo; al paso que el remansil solus J e s ú s , et encorvándose olí a voz se-
en una lefia verde chicharrea mas, pero se apaga tam- mulier in medio stans. E r i - guia escribiendo en la lier-
bién mas pronto. Con la edad se disgusta uno de todo; gens aulem se Jesvs , dixil ra. Mas habiendo oido osio,
solo las pasiones son las que están siempre alteradas; la c i : Mulier, ubi svnt, qtd le se marcharon uno dfs;!iies
decrepitud enerva el espíritu y los sentidos, sin amorti- accusnbanl? nemotecondem- de (¡tro, los ancianos los
guar el fuego de las pasiones. Nunca es la avaricia tan navil? Qua; dixit: Nenio, Do- primeros, y quedó Jesús
á v i d a , ni está tan alarmada como en un viejo; por mas r i - m i m Uixil autem Jesús : solo, y la mujer que eslalia
co que sea, teme siempre morir de hamhre, aunque no Nee ego le condemnabo. Ya- de pié en medio. Eudei e-
lenga mas que dos dias que vivir. Un espíritu suspicaz de, et j a m amplias noli per- z á n d o s e , pues, J e s ú s , la
nunca es mas desconfiado que cuando os viejo, la volup- care. d i j o : ¿Mujer, dónde están
tuosidad jamás domina en un viejo sin quesea con impe- los que te acusaban? ¿ n i n -
rio. La fuerza del espíriíu y de la razón puede servil hvs guno le ha condenado? ¡\¡II -
do freno en cual(¡uira otra edad; habiendo debilitado la gimo, Señor, dijo ella. D i -
vejez y como gastado estos dias, deja á esta pasión toda jola entonces Josus: Ni yo
la impetuosidad del torrente: cuanto mas anciana es esta tampoco le condonaré, Yéte,
infame pasión mas domina, y h edad que sirve de es- y no peques j a mas en ade-
cusa ó de protesto, para alejarse de las maceracionos del lante.
cuerpo y de la ponil-encia, nutre y fortilica un enemigo
que se ve poco incomodado. La cólera se enciende siem- MEDITACION.
pre con facilidad en los viejos, siempre es en ellos aero,
incómoda, ruidosa, se achacan los efectos de las pasio- Sobre la dulzura de Jesucristo.
nes á la llaqueza de la edad; ¿por q u é no achacarlos á la PUMO PIUMKHO.—Considera que la dulzura ha sido
mala voluntad, á l a indevoción, á la cormpeionde las cos- siempre nno de los rasgos mas señalados del retrato del
tumbres, al desarreglo do una vida pasada en la i r r e l i - Salvador; ella es la que forma perfeclameuto su c a r á c t e r .
gión? Ué aqui lo que hace insolentes las pasiones en la Decid á la hija do Sion: hé aqui vuestro Jley que viene á
DE CÜAMSMA. 201
vosotros lleno de un espírifn de dulzura. No temáis, dice su servicio, es que aprendamos de él á ser verdadoi-arneu-
Isaías, que el Salvador se presente nunca airado; su d u l - te humildes y tener dulzura. Puede decirse que esta d u l -
zura será inallerable, y no levaalará j a m á s el tono de la zura ha sobresalido en todos los santos; la paciencia y la
voz: no se oirá su voz en las calles; no apabará de rom pel- humildad, frutos necesarios de la santidad, son insepara-
la cana medio cascada, ni aun a p a g a r á del todo la mecha bles de aquella modestia y de áquella dulzura que ha he-
que humea todavía. Será llevado á la muerte como «na cho en lodos tiempos la virtud tan amable. Carecer de es-
oveja que es llevada al matadero, y ni aun abrirá la boca la dulzura, de esta caridad compasiva, es carecer de v i r -
para quejarse, dice el mismo profeta. Hablando de sí mis- tud. ¡Qué ilusión el creer que es la pura caridad la que,
mo por boca del profeta Jeremías, dice: Yo soy como un nos hace obrar, que es el amor de Dios y del prójimo el
cordero lleno de dulzura. Yo os pido por la dulzura y la (jue anima nuestro zelo, cuando el tal pretendido zelo es-
humildad de Jesucristo, dice san Pablo, en la segunda talla en invectivas, en términos destemplados y mordaces,
Epístola á los corintios. lié aquí el retrato que hace de él en injurias y calumnias! ¡ Qué error el imaginar que es el
clEspírilu S;into; pero nada nos da unn idea mas justa de espíritu de Dios y el motivo de la salud de las almas el
Ja dulzura del Salvador, que el Salvador mismo: ¿(pié que nos anima, cuando se quiere esterminar al pecador!
compasión mas tierna que la suya con los desgraciados? Se debe, á la verdad, aborrecer el pecado, no contemplar
iqué ternura, q u é bondad con todo el mundo! Mas de cinco el pecado, no lisonjear el pecado; pero es preciso tener
milpersonaslesiguen al desierto, sin pensar ensu alimen- entrarías de padre con el pecador. Es un enfermo cuya
to; el Salvador se conmueve á su vista, y no quiere que curación es lo que se pretende, n ó s u muerte. No se trata de
tantas gentes se vuelvan en ayunas, y las provee, y hnce lisonjear al enfermo; pero la caridad cristiana pide queso
para esto el mas brillante de los milagros. La aflicción do usen todos los atemperantes que puedan contribuir á
una madre desolada, de dos hermanas afligidas le en- curarle. Es preciso, sí, algunas veces usar de remedios
ternece hasta hacerle derramar l á g r i m a s . J a m á s hubo un amargos y repugnantes; pero ¿ q u é artificios no emplea
corazón mas compasivo. Y no creamos que su dulzura so- un médico caritativo para endulzarlos? ¡ Cuántas gentes
lo resplandezca con los buenos; ánfesbien brilla singular- ricas al parecer en buenas obras se encontrarán con las
mente con los pecadores. Contemplemos los retratos que manos vacías en la hora de la muerto! El natural, el h u -
Jesucristo hace de sí mismo, bajo la figura de un buen mor, la pasión misma poco mortificada han sido el gran
pastor; ¡con q u é dulzura va á buscar la oveja estraviada, móvil y e! principal resorte de todas esas acciones espe-
con q u é bondad lacargasobresus espaldas para ahorrarla ciosas, á que se daba el nombre de buenas obras; es
hasta la fatiga del camino! ¡Qué idea no nos da de su dul- indudable, pues, que solo la dulzura cristiana, la dulzu-
z,lra en la figura del padre del hijo pródigo! ¡Con q u é r c - ra de Jesucristo, es la que caracteriza todas las v i r -
Socijo, con q u é alegría le recibe! En lugar de aquellos as- tudes.
pectos frios, de aquellas repulsas amargas, lodo es con- Concededme, Seilor, osla dulzura de que vos nos ha-
vites, regocijos, fiestas. Dos do sus apóstoles animados béis dado tan bellas lecciones. No basta que nos la enso-
do un zulo un poco duro quieren que haga descender fue- ñéis, es preciso que vuestra gracia nos la dé : esto es lo
go del cielo, para castigar una ciudad ingrata que no ha que yo os pido, y lo que espero con confianza de vuestra
querido recibirle, ¡con qué bondad les reprende su zelo bondad.
demasiado ardiente y acerbo! Una mujer desacreditada JACULATORIAS.—¡ Cuán grande es la bondad del Dios do
por su mala conducta viene á arrojarse á sus pies; el fari- Israel, con los qi;e le sirven con un corazón recio!
seo murmura de la condescendencia, de la indulgencia tl'salm. I t J )
del Salvador, y el Salvador mismo toma la defensa de la Haced, Sefior, por vuestra gracia que la dulzura y la
pocidora. En fin, consideremos no mas lo que se ha re- paz reinen en mi corazón. (Psalm. V i \ . )
ferido en el Evangelio de este dia con respecto á la m u -
jer adúltera; ella está convencida del crimen de que es PROPÓSITOS.
acusada; sus acusadores piden su muerte: ¡con q u é d u l - 1 Ninguna cosa indica mas una alma inmoi liíicada nue
zura trata el Salvador á aquella pecadora contrita! ¿Mujer, la falla de dulzura. Haced un estudio por adquirir esta
donde están los que te acusaban? ¿ninguno te ha conde- amable virtud que sustenla y embellece todas las d e m á s .
n;>dü? Ninguno, Seíior, responde ella. Ni yo tampoco, re- Nada hay que tanto desacredite la devoción, como el ni;d
pone el Salvador; n ó , yo no te c o n d e n a r é : véte, y no pe- humor y la dureza de las personas que hacen profesión
gues mas en adelante. ¿Puede llevarse mas léjos la d u b u - de piedad. Tened una dulzura inalterable, con todo g é -
,,a? y después de esto ¿ d e b e r á n entrar en nuestro zelo la nero de personas. ¿Tenéis hijos díscolos, doméslicos g r o -
amargura y la dureza? seros, indóciles, indevotos; vivís con esposo p)co cris-
PUNTO SUÜU.NDO.—Considera que el ejemplo de Jesu- liano, de humor c o l é i i c o ? qcordaos que todo so amansa
Cfisto es una lección muy importante, la cual nos e n s e ñ a con la dulzura.
fpie una virtud áspera, enfadosa é incómoda, que un zelo 2 Estudiad vuestro natural, vuestro humor, vuestra
duro y amargo, una caridad acre y poco compasiva son pasión dominante, y por grandes que sean los obsíáculos,
falsas virtudes.El amor propio,el humor, el nalural se cu- llegareis á domarlo todo con el socorro del cielo. No ha-
bren con frecuencia con la máscara de unavirlud puramen- bléis nunca sino con un tono moderado. Evüad lodo !o qm;
'e superficial, y todos los quehacen profesión de piedad, de se resienta de acritud'y de cólera. ¿Tenéis zelo, trabajáis
caridad, dezelo y son tumultuosos, de mal humor, duros é en la salvación de las almas? Tened dulzura, sin la qtig
incómodos, viven en un error muy grcserOvSi se persuaden trabajareis sin fruto. Un zelo amargo choca; un zelo ar-
tener un verdadero zelo, una verdadera virtud. La prime- diefite con dulzura farde ó temprano es eficaz. No hay
ra lección que nos da el Salvador desdo que entramos en pcifOna que no se indigne contra la cólera, nadie que p0

TOMO !V. 26
202 DOMINGO CUARTO
se i ¡ii:!,¡ á ta d u b o f í crislinna, á la cual acompafia la sa- de sus pechos; para que pariieipeis y abundéis de todo
liiduria ([(io w í á anituada del espíritu de Dios. el esplendor desu gloria.» Parece que lalglesiaen el resto
del olicio lia querido elegir los pasajes do la Escritura mas
DOMINGO CUARTO DE CUARESMA.
á propósiio para oscilar en sus hijos una alegría es[)it i -
Siempre ha tenido la iglesia el cuarto domingo de luaJ. La misa se compone toda de cánticos do alegría. Me
Cuaresma una solL'mmilad mas distinguida que ios tres bollonado de gozo al saber que iremos á la casa del Seilor;
precedentes. Era « n o de los cinco domingos del año que así comienza el salmo 121, el cual contiene los sentimien-
Be llamaban principales, porque el oficio estaba inmula- tos de alegría del pueblo judío, cerca ya de salir de la
blemente añojo á ellos, sin que cediese i.Uiica al de cual- cautividad do Rabilonia, ensenándonos el Espíritu Santo
quiera fiesta que fuese. La razón de esta solemnidad espe- por eslas figuras cuáles deben ser nuestros senlimienlos
cial es que en osle dia celebra la iglesia la fiesta del m i - por el cielo nuestra verdadera patria; preparándonos la
lagro de la multiplicación de los cinco panes, el cual lia Iglesia por eslos afectos de alegría p;ira la tristeza de la
sido siempre mirado como uno de los efectos mas brillan- pasión del Salvador que se comienza á celebrar el domin-
Ies del poder de Jesucristo, tanto que movió al pueblo á go siguiente, y al regocijo de la resurrección, figurada
que intentase hacerle rey, y ponerle sobro el (rooo. A n - por el fin do la cautividad de i'aliiloma, iguahuenlo que
tes do lijarse á osle domingo la fiesta d é o s l o milagro, so por la salida do Egipto. La Iglesia con el objeto también
imia con la del primer milagro do Jesucristo, y se cele- de inspirar en esto dia sentimientos de júbilo á sus hi jus
braba su memoria el dia mismo de la Epifanía, porque se adorna con (lores sus altares, y se sirve del órgano para la
creiu por una antigua tradición que la mulliplicacion mi- celebridad de. la tiesta. Es osla una especie do alivio, d i -
lagrosa d é l o s cinco panes en el desierto, Labia sucedido cen los autores mas críticos, que la Iglesia parece quiere
en e»to mismo dia. procurar á los que han pasado felizmente la mitad do la
Además del nombro do «domingo do los cinco panes,» carrera de los ayunos do Cuaresma. So ha elegido lambien
se le ¡lama Inmbien mas comunmente el domingo Lielare, algunas veces esto domingo en Roma para hacer la cere-
do la primera palabra delinlroilo do la misa. «Uegocíjale, monia do la coronación do los emperadores cristianos. El
Jerusalon, y lodos los que la amáis. Reunios para juntar papa Inocencio IY en su sermón sobro eslo cuarto domin-
vuestro regocijo con el suyo; dad salios de alegría losque go, dice que el oficio de este dia está lodo lleno de efectos
habeio gemido en el dolor, á ün de que seáis colmados de de regocijo. Los cardenales dejan este dia el color mora-
las delicias, y sali>fechos con los consuelos que Huyen do do ; pero la mas notable de las señales del domingo L i -
su seno.» Eslas espresioucs de alegría están sacadas del tare es la ceremonia d é l a rosa do oro, que se hace en
capítulo (i6(lo Isaías. Después de liaber ¡uediclio eí pro- Roma en osle dia, y que la ha dado también el uombie
feta de un modo claro y preciso la conversión do los gen- del domingo do la Uosa. Esta ceremonia consiste en la ben-
liles á la fé do Jesucristo, bajo la figura de los judíos, l i - dición solemne que el papa hace de esta rosa do oro en la
bres por Em do la cautividad, y reslituidos á su pais, con- iglesia de Santa Cruz de Jerusalen. Después do la misa el
vida á todo el pueblo escogido á que haga brillar su ale- papa, acompañado do los cardenales con h á b i t o s e n c a r -
gría en la placonlora nueva de la conversión de los nados, vuelve procesionalmeRle llevándola rosa do oroeu
gentiles con los que debe formar una sola Iglesia. ¿Quién la mano, y la envía en seguida á algún príncipe.
ha oido jamás una cosa semejante? dice el profeta: ¿ y La Epístola de la misa do este dia está tomada de las
quién ha visto nunca una cosa como esta'? ¿ Q u i e n hubie- instrucciones do san Pablo á los Oelesdo Galacia, en donde
ra creído, aíiade, que Sion en tan poco tiempo liubiese opone la libertad d é l a ley nueva á la servidumbre de la
podido pioducir un tan gran pueblo? En efecto, ¿ q u é cosa ley antigua, bajo de la (igura do los hijos de Abraham, I s -
hay mas sorprendente, ni mas admirable, que la prodi- mael nacido de Agar é Isaac nacido de Sara. El primero
giosa conversión de los gentiles á la fé de Josucrislo? que era hijo de la sierva, nació según la carne, sin (pie
¿ Q u i é n hubiera podido nunca creer que doce pobres pes- Dios le hubiese promelido; el otro que era hijo dé l a mujer
cadores, gentes groseras, sin letras, sin fuerzas, sin c r é - libre, nació en virtud do la promesa de Dios. Todo eslo,
dito, hayan emprendido el reformar toda la tierra, y per- dice el Apóstol, no es mas que una alegoría, que en oslas
suadir á hombres nacidos en la disolución, criados en la dos mujeres nos representa las dos alianzas, de las cmiles
licencia de las costumbres, entregados al libertinaje de la una es la de los esclavos, y la otra la de las personas
los sentidos, que creyesen los mislerios mas impenetra- libres. A la mujer libre, figura de la Iglesia nuestra ma-
bles al enfendimienlo humano, y los mas inaccesibles á dre, es á la que so ha dicho por el profeta Isaías; r e g o c í -
las luces de la razon, y so sometiesen al yugo de una mo- jate, esléril, que no pares; prorumpe on gritos de alegría,
ral la mas austera? ¡Qué maravilla, que una religión se- tú que has estado lanío tiempo sin llegar á sor madre,
iiicjímlo en menos de un siglo se haya estendido á cnasi porque la que oslaba abandonada, tiene mas hijos que la
todas las parles del mundo; y que á pesar de las oposi- (pie tiene un marido. Por lo que hace á nosotros, herma-
ciones conünuas de la carne y del espíi i l u , sin embargo nos míos, continúa el Apóstol, somos los hijos de la i r o -
de las mas horribles persecuciones persevere esta religión, mesa como Isaac ; no somos, pues, los hijos de la mujer
sin la menor alteración en su moral, ni en su fé, no solo esclava, eslo es, de la sinagoga, sino de la mujer libre, es
después do mas do diez y ocho siglos sino hasta el fin de decir, do la Iglesia, do la esposa de Jesucrislo, y este d i -
los siglos! lié aquí lo que el profeta predocia á la hija de vino Salvador es el que nos ha adquirido esta libertad
Sion, y lo que le hacía decir: «Regocijaos con Jerusalon, con su muerto.
y alegraos on ella lodos los que le a m á i s ; llenos de com- Ismael nada tiene que le distingue. Es á la verdad un
placencia gózaos con ella todos los que lloráis sobre ell;i. hijo dé Abrabam, que ha nacido según el órden natural,
Para que maméis, y os lleneis de ¡os consuelos que Huyen y de una mujer esclava; la cual fué en seguida anoj ui'1
DE CüACESMA. 203
con gu hijo; osle fué después padre de doce hijos de los donde salo se halla el temor filial. Entrelos verdaderos
cuales son descendientes los ismaelitas , los á r a b e s , los hijos do la Iglesia no hay verdadera servidumbre mas
sarracenos y los d e m á s pueblos que no han tenido parte que la del pecado.
en las promesas. Pero Isaac habia sido prometido á También está escrito, continúa el Apóstol, regorijale, tú
Abraham, y Dios le habia dicho que seria su verdadero estéril, que no pares. San Pablo toma estas palabras del
heredero, en cuyo favor se verificarian las promesas que profeta Isaías. Ks'.e profeta, á cuya vista se habían deserij
é i l e habia hecho. Se ve bien claro que en la historia de vuelto todos los misterios del Mesías y de .'a reden-
estos dos hijos hay una alegoría misteriosa, un sentido ción, y que tenia presente el retí ato de ta Iglesia, la feli-
místico y figurado. Los mismos judíos han reconoci- cita por su dichosa fecundidad, cuya posteridad ha sido
do no solo á Ismael c Isaac , sino también en Agar y mas numerosa, mas estendida, mas permanente eicn ve-
Sara, la figura do los dos testamentos ó alianzas. Agar, ces que la de la sinagoga, su p r i m o g é n i t a , qno se vana-
esclava, no ha podido ser madre del heredero, no ha po- gloriaba del número do sus hijos, y que en los principios
dido dar á luz mas que esclavos. Ella es también la figura parecía insultar á la oscuridad y á la esterilidad de la
de la sinagoga, cuyos hijos, es decir, losjudí s, han es- Iglesia. En cuanto á nosotros, hermanos mios, somos hijos
lado sujetos servilmente á la ley y á todas las ceremonias de la promesa, figurados por Isaac; no s e á i s , pues, tan
legales; así es que esta ley ha sido dada y como nacida couardes, tan insensatos , que renunciéis á esla gloriosa
entre el fuego, los truenos y los relámpagos,símbolos na- prerogaliva para haceros vohmlariamenle hijos de Ismael
turales del temor. El Apóstol continúa la alegoría hasta el volviéndoos á entraren la servidumbre de que Jesucrista
fin, siempre con la mira de persuadir á los gálatas, que os ha librado, y sujetándoos por nn error imperdonable á.
la nueva alianza, esto es, la Iglesia de Jesucristo repre- las ceremonias legales.
sentada por Sara, madre de Isaac, no tiene mas que hijos Pero como entonces el que habia nacido según la carne,
libres de la servidumbe de la ley, á la cual la sinagoga perseguía al que era según el espíritu, ssf también suce-
representada por Agar, madre de Ismael, habia sujetado de ahora. Como Ismael perseguía al jóven Isaac; así en
sus hijos hasta la venida del Mesías. eldia losjiulíos carnales é incrédulos persiguen á los cris-
Sina, continúa el Apóstol, es una montaña en la Arabia, tianos. Habiendo sido el Salvador tan maltratado; no era
que tiene afinidad con la Jerusalen do ahora, la cual está de esperar que los discípulos encontrasen un tratamienlo
esclava con sus hijos. Todos saben que el monte Sina ó mas favorable. Sin embargo, ¿qué dice la Esrriínra!''aña-
Sinaí está en la Arabia Pétrea. Esta montaña lo mismo de San Pablo: arrojad ila esclava y á su hijo, puesto que
que Agar, madre de los á r a b e s ó de los ismaelitas, es la no debe tener|jarte en la herencia. Seguid el sentido lite-
figura de los judíos carnales, sometidos servilmente á ia ral y alegórico, el Apóstol da bástanle á entender á los
ley. La relación y la amistad éntrela Jerusalen terrestre y gálatas que los que les persiguen son los falsos Ismaeles,
Agar consiste en que Agar era una esclava, y los judíos los falsos apóstoles los que les seducen, á los cuales deben
representados por la Jerusalen lo son t a m b i é n ; siendo arrojar de en medio de ellos. Según el sentido moral, qufr
eslos tan esclavos en sus observancias de la ley y en su iodo lo que es enemigo de nuestra salvación debe pros-
culto, como Agar é Ismael lo eran con respecto á Abra- cribirse, en cuyo concepto cieñen quitarse inmediatamen-
ham. Por lo que hace á la Jerusalen de lo alto os libre, y te las ocasiones próximas de pecado ; todo lo que puede
es nuestra madre. Hi Apóstol cnliende por estas dos Jeru- ser motivo de caída, debe cortarse, debe evitarse, se debe
salen, la en que habitaban los judíos á su tiempo; eslo es, alejar sin reserva; se debe coarlar el amor propio y domar,
una ciudad material, terrena, representada por la sierva las pasiones.
Agar; y la Jerusalen de lo alto, es decir, la Iglesia de .Je- El Evangelio de la misa de esle d í a , como se ha dicho,
sucristo y esposa suya, figurada por Sara, que los p r o - ya, contiene la'historia de la multiplicación d é l o s cinco
fetas nombran la nueva Jerusalen, y que llaman libre, panes con que el Salvador alimento en el desierto cerca,
celestial, siempre brillante, siempre adornada como la de cinco mil hombres.
esposa del Cordero y eterna. Esta Jerusalen venida d é l o Acababa Jesncris'o de curar milagrosamente al hombre
alto es la esposa de Jesucristo y la madre de todos los fio- baldado de lodos sus miembros, que padeeia treinta y ocho
'es. La Iglesia no tiene mas que hijos libres, herederos de años habia cerca de la piscina. Esle milagro que habia
'as divinas promesas hechas á Abraham en favor de su hecho gran ruido en Jerusalen y en las cercanías , habia
hijo Isaac. Solo este hijo Abraham es la figura dcJesu- dado motivo al Salvador para probar muy á la larga y de
crislo, que era el hijo según el espíritu en quien todas las un modo demoslrativo y sin réplica la aulenticidad de su
naciones debían ser benditas. Agar, figura de iasin-igoga, doctrina. Los fariseos, léjos de rendirse á una verdad laft
no ha tenido mas que hijos esclavos, tales son los judíos patente, no trataban nías que de apoderarse de él, resuel-
sujetos servilmente á la ley; puede decirse que sus miras, los á quitarle la vida; pero como no habia llegado ann el
su culto, su religión misma, iodo era material, lodo era tiempo determinado para esle gran sacrificio, el Salvador,
natural, lodo cí a servil; solo los hijos de la Iglesia son que sabia lodo lo que se tramaba contra él, juzgó oportu-
vwdaderamenle libres ; el privilegio do un culto espiri- no el retirarse. Comenzaba el tercer año de su predica-
tual y sobrenatural, la adoración en espíritu y en verdad ción. Habiéndose reunido con él sus Apóstoles, á quienes
era propia de la nueva «lianza, y si eslo so ha hallado en habia enviado á predicar, á la vuelia de su misión se fué
'os santos y en los justos del antiguo Testamento, es por- con ellos hácia la orilla del mar de Tiberíades, asi llamado
l ^ 8 Por la fé en Je ucristo que habia de venir y por la por la ciudad de este nombre, edificada poco habia sobre
p acía perlenecianul nuevo. Puede asegurarse que solo en este gran logo en honor del emperador Tiberio. Habién-
a '"eligion cristiana es en la que Dios es adorado en es- dose embarcado en él, pasó el lago y se retiró al desierto
pinlu y en v e r d a d , en la que es servido por aiíior, en i llamado de líelbsaida, porque estaba enfrente de la villn
20 i DOMINGO CUARTO
de este nombre , con el fin de que descansasen allí sns que lodo lo que viene de Dios os precioso, y que la m e "
apóstoles de las fatigas de su última misión. Sin embargo moria de los favores del ciclo es de la mayor consecuen-
no pudo ser la partida tan secreta que no se advirtiese, y cia. En este como en muchos otros pasajes del Evangelio,
sin que muchos que Ies hablan visto embarcarse dejasen se ve el cuidado del Salvador para persuadir á sus a p ó s -
de publicarlo. Inmedialamenle corrieron allá de todas toles de la verdad de los milagros que obraba, y también
partes, y no quedó ciudad ni villa en las cercanías de el de los evangelistas en notar todas las circunstancias
donde no saliese un gran número de habitantes, á quienes de ellos.
el deseó de ver á J e s ú s , de cicle y de hablarle hacia al Absorto el pueblo y arrebatado de admiración á vista
parecer olvidar lo largo y la fatiga del camino. de una maravilla tan singular, decia en alta voz: Este es
I l i b i a subido el Salvador á una colina, adonde habia el Profeta que se nos ha prometido, y por el que suspira-
hecho seufar á sus discípulos en rededor suyo. Mirando mos tantos siglos hace. ¡Pobres que gemís en la indigen-
desde allí la gran mnlíilud que venia á él de todas partes, cia! buscad á Jesucristo, adherios á él como este pueblo,
se conmovió á su vista, y para ahorrarle el Irahajo de su- poned vuestra confianza en él y él os aliviará; si no j u z -
bir, lesfudió al encuentro en la llanura con un aspecto que ga que os es conveniente el sacaros de la necesidad, es-
daba bien á conocer el tierno afecto que les tenia. Lo p y - tad seguros que os la hará soportar con aquella especie de
mero que hizo fué darles el alimento espiritual, e n s e ñ á n - alegría que no se conoce bien hasta que se esperimenta.
doles las máximas de la mas alta peifeccion,y echando en Como este milagro sensible arrebató mas y mas la a d m i -
sus corazones las primeras semillas del cristianismo , que ración de aquel pueblo, formaron entre sí la resolución de
ordinariamente llamaba el reino de Dios, disponiéndoles llevaise al Salvador para hacerle rey; pero conociendo
así para la gran fiesta de la Pascua que estaba cerca. Es- su designio, mandó á sus apóstoles que se reembarcasen
taba ya el dia en su declinación, y el soi comenzaba á ba- cuanto antes y pasasen la mar, y habiendo despedido, al
j a r , por esto ¡os Apóstoles le rogaron que despidiese á to- paeblo, se retiró solo y se fué á esconder en el desierto do
da aquella muchedumbre. Acababa de curar todos los en- Bcthsaida.
fermos que se habían presentado, y aun habia tiempo Preguntaré ¿en q u é consiste que habiendo hecho el Sal-
para que aquella gente se retirase alas aldeas vecinas para vador tantos otros milagros, no pensaron los judíos en ha-
alojarse en ellas y lomar algún alimento, porque la ma- cerle rey y reconocerle por el Mesías hasta después de la
y o r parte estaba todavía en ayunas; pero el Salvador pen- milagrosa multiplicación de los panes? Esto consiste, dice
saba aun mas que ellos mismos en sus necesidades. Por san Crisóstomo, que siendo aquel pueblo todo carnal y
esto dirigiéndose á uno de los doce llamado Felipe, ¿con acostumbrado á no representarse el Mesías sino bajo la
q u é compraremos pan, le dijo, para dar de comer á toda idea de un príncipe temporal; y la felicidad que habia de
esta mullitud? Decía esto para probarle, dice el Evange- ser el patrimonio de sus siervos ,sino con relación á los
lista; porque él sabia bien lo que debia hacer. Felipe le placeres de los sentidos y á los bienes de la tierra, cre-
respondió que aun cuando tuviesen doscientos denariosf1) yeron que el milagro que acababa de hacer, era como una
de pan, apenas abría para d a r á cada uno un pedazo. muestra y como el preludio de los grandes bienes do que
Otro de los Apóstoles, Andrés, hermano de S i m ó n , le dijo habia determinado colmarlos; y de lo que podían esperar
en órden á esto: Señor, hay aquí un mozo q u e t í e o e cinco de un Profeta que tenia tanta bondad y poder cuando t u -
panes de cebada y dos peces; pero ¿qué vale esto, añadió viese la autoridad soberana. Ellos esperaban un Mesías
para tanta gente? En efecto, habia allí cerca de cinco m i l que debia reinar sobre lodo Israel y ponerles en una
hombres sin contar las mujeres y los niños. Pero ¿carece libertad perfecta; y viéndose reunidos en muchos millares
u n o j a m á s de algo , cuando está al cuidado de la divina de personas creyeron tal vez, dice san León, que Jesu-
Providencia? Habiendo hecho sentar aquel pueblo en la cristo estaría pronto á ponerse á su cabeza tan luego como
pradera,dijo Jesús á sus discípulos: No os d é cuidado de supiese su resolución, y á poner en práctica los grandes
nada. Después tomaudo aquellos pocos panes y los peces designios de monarquía y de conquista. Esta era la idea
habiendo levantado los ojos al ciclo , y dado gracias á su de toda la nación, y los apóstoles mismos permanecieron
Padre, porque le habia comunicado el poder de obrar t o - en estas preocupaciones hasta después de la bajada del
do género de milagros, los bendijo, y habiendo en segui- Espíritu Santo; entonces empezaron á comprender que el
da partido los panos y dividido los dos peces, se m u l t i p l i - reino de Jesucristo no era de este mundo. Dios en la eter-
caron de tal modo los pedazos en sus manos, que los dis- nidad había resuelto salvar los hombres por la muerte del
cípulos á quienes él los distribuía, tuvieron para dar abun- Mesías; establecer la Iglesia por la paciencia y los traba-
d a n t e t n c n t e á todo el pueblo. Todos quedaron satisfechos, jos; fundar el edificio espiriluid de la santidad sobre la hu-
y aun sobró después de la comida con que llenar doce mildad, y sembrar el camino del cielo de cruces y espinas.
grandes canastas. Los discípulos juntaron estos preciosos El esplendor de las grandezas humanas y del trono no
restos de orden de Jesucristo; que no queria que se per- convenia al Mesías. ¡Qué dulzura para el cristiano que vive
diese nada, y que deseaba se conservase cuidadosamente de la fé tener en vos. Señor, un rey que sabrá contentar
la memoria de tan gran milagro; enscílándooos con esto sus deseos por toda una eternidadI

La oración de ¡a misa de este dia es como sigue:


(') E l ;P. Croissel dico que los doscientos donarlos equi-
Concede quaísumus, omni- Concedednos , os roga-
v a l e n á v e i n l o escudos do la moneda francesa, ([no son
doscicnlos cuarenta realas de la nneslra ; sin emb.wgo son yolens Beus : ut qui ex me- mos , ó Dios omnipotente,
tan varios los pareceres do los esposilorcs solirc. el verda- n'ío noslrce aclkmis (tjjligi- que así como justamente
dero valor del denarib licbreo , cjue apenas puede íijar.so;
mas como por otra p:ii le no es iiiloresaula atiuí e s l a averi
Bitffi Uta'yraliw ( onsolatione somos afligidos por nuestros
guucioi), no creemos dchernus d e l c n e r e n clk>. respiremus. í'cr V u m i m m . . . pecados, respiremos con la
DE CUARESMA.
dulce consolación de vues- nos habia librado de la servidumbre do la ley en la nueva
tra gracia. Por nuestro Sé- alianza.
flor, etc.
REFLEXIONES.
La Epístola es sacada de la carta del apóstol san Pallo
á los Cálalas, cap. 4. «Nosotros no somos hijos de la que es esclava,» es ver-
dad; pero ¡cuan pocos son loscristianos que gozan hoy do
Fralres, Scriplum est: Hermanos mios: Está es- la libertad do los hijos de Dios! Jesucristo rescatándonos
Quoniam Abraham dúos f i - crito que Abrahara tuvo dos nos ha dado esta preciosa libertad; pero ¿ q u é caso se hace
lios habuit: u m m de anciüa, hijos, uno de la esclava , y de ello cuando se la pierde voluriariamenlo y sin pena?
el unum de libera. Sed qui de otro de la que era libre; pe- Esta dulce libertad que nos libra de la tiranía de las pa-
( i i u i l l a , secundum camera ro el que tuvo d é l a esclava, siones, d é l a servidumbre del pecado, de la maligna su-
m t u s est: qui aulem de l i - nació según la carne; y el gestión de los sentidos, del capricho estravnganle, moles-
bera , per repromissionem: que nació de la que cni l i - to ¿ imperioso del mundo, ¿es muy estimada, muy bus-
quoe sunt per allegoriam dic- bre, fué en virtud de la pro- cada, muy amada de la mayor parle de las gentes? ¿se
ta. IIwc enim stmi dúo tes- mesa ; y estas cosas se han conocen sus frutos? ¿se reconocen todas sus ventajas? El
tamenta. U m m quidem i n dicho por alegoría. Porque empeño que hay por dedicarse, por decirlo así, al s e r v i -
monte Sina in servitutem ge- en esto están figurados los cio do tantos senores tan duros, de volverse á aprisionar
ncrans: quoe est Agar: Sina dos testamentos. El uno cele- en los hierros, de vivir en la servidumbre, hace ver cuán
enim mons est in Arabia, qui brado en el monte Sinaí, que irracionales somos, cuán insensatos aun en materia de sa-
conjunctus est et, q m mine engendra esclavos , el cual l u d ; se vive en el pecado sin sentimiento alguno, ¿y hay
est Jerusalem, el servil cu m le representa Agár. En efec- sin embargo una servidumbre mas funesta? nos entrega-
filiis suis. I l l a autem, quw to, Sina es una montana en mos, hasta nos consagramos como victimas desgraciadas
sursum est Jerusalem, libera la Arabia , que tiene afini- al furor de las pasiones y á los capriclios imperiosos del
est: qua¡ est maler nostra. dad con la Jerusalen que es mundo; ¿y hubo j a m á s una cautividad mas dura? Tristes
Scriplum est enim: Lcetare, al p í e s e m e , la cual es es- esclavos de tantos tiranos diferentes, vosotros gemís en
slerilis , quw non paris : clava con sus hijos. Mas secreto y no aparecéis felices, sino mientras que podéis
crumpe, et clama, quee non aquella Jerusalen de lo alto ^ocultarnos la amargura de vuestros disgustos, el aguijón
pariuris : quia mulli filii de- es libre , y esta es nuestra punzante de vuestros remordimientos y la abundancia do
serta'., magis quam ejus, quw vuestras l á g r i m a s ; pero no podréis siempre o c u l t á r n o s l a
madre. Porque está escrito:
haba virum. Nos aulem,fra- vista del estado lastimoso en que g e m í s . Después de haber
Alégrate, estéril,que no pa-
ses , secundum Isaac pi'o- sido el juguete de las pasiones, somos en fin su víctima.
res ; prorumpe en gritos de
fnissionis filii sumus. Sed ¿Vívese en el pecado? ya es uno el blanco de todos los
alegría, tú que no sientes
quomodo tune is, qui secun- disgustos. ¿ S e vive en desgracia del Señor? ¿Quién pue-
los dolores del parto , por-
dum carncm natus fuerat, de calmar tantos y tan justos temores? ¿quién puede r e -
que la que ha sido abando-
persequebatur eum, qui se- chazar tantos accidentes funestos? ¿quién puede endulzar
nada tiene muchos mas h i -
cundum spirilnm i i l a ct el rigor de tan crueles alarmas? ¿qué (lia hay sereno en el
jos que la que ha tenido
mnc. Sed quid dkit Sa ipta- servicio del mundo? ¿qué reposo se halla bajo el yugo de
marido. En cuanto á noso-
f a ? Ejice ancUlam, el filium tros, hermanos mios, somos un tirano semejante? ¿Hubo j a m á s una cautividad mas i n -
ejus: non enim heres eril f i - los hijos de la promesa fi- soportable que la del que pasa su vida en servicio del
hus ancitlai cum filio libem. gurados por Isaac. Pero co- mundo? ¿qué-dependencia mas universal? ¿qué sujeción
Ilaque, fratres, non sumus mo entonces el que habia mas penosa? ¿qué violencia mas servil? es preciso sub ir
ancilUi füii, sed liberw : qua nacido según la carne, per- á unos, contemplar á otros, depender de todos. Son tantos
libértale Christus non libe- seguía al que habia nacido los señores como los compañeros, y en los compañeros do
ravit. según el espíritu , así t a m - la misma suerte y de la misma condición ¡qué de humores
bién ahora. Sin embargo, estravaganles, caprichosos, insoportables, q u é sufrimien-
¿qué es lo que dice la Es- tos, q u é sinsabores que devorar, q u é disgustos que d i s i -
critura? Arroja á la esclava mular y q u é desconfianza tan justa es preciso tener! Por
y su hijo, porque el Lijo de mas que se encubran las gentes del mundo, por mas que
la que es esclava no será los libertinos se disfracen, es muy grosero el artificio para
hciedero con el hijo d é l a que deje de descubrirse. Los degustes se manifiestan al
que es libre. Así que, her- través d é l a m á s c a r a ; sus cadenas bacen demasiado ruido
manos mios, nosotros no so- para negarnos que son esclavos. Comparemos su condición
mos hijos de la que es escla- baja y servil con la dulce libertad, la inocencia, la calma
va sinode la que es libre, y y la alegría pura, llena, inalterable de los verdaderos h i -
esta libertad es la que Josu_ jos de Dios. ¡Buen Dios! ¿no conoceremos j a m á s las dulzu-
cristo nos ha dado. ras puras, la paz inalterable, el placer esquisito, que se
Eos falsos doctores que sembraban la zizafia en la Igle- gusta en vuestro servicio y que no es posible gustar en otra
^a d^ Graiaoia, llevaban la ideadesujetar los fieles, no solo parte? La muerte mi^ma, cuya sola idea es capaz de e m -
a la l(.y ¿ e t¡|-Cjinc¡s¡on> jjjtio también á todas las ob- papar de la amargura mas viva los mas dulces p l a c e n ^
St>1vancia3 légalos, ftft gg lo que obligó á san Pablo á de la vida, esta muerte no puede alterar la paz, la dulce
ItttttttK'e por la autoridad y por la razón que JesucrMo libertad, la felicidad anticipada de las verdaderas gentes;
200 DOMINGO CUARTO.
de bien. No hay nadie dichoso sino mientras que es sanio, que iban á venir para l l e -
cualquiera otra ¡dea de felicidad es quimérica. varle y hacerlo rey, se íuó
segunda vez solo á la mon-
E l Evangelio de esle dia es tomado del capitulo G de
tana.
san Juan.
I n illo tempore: Ahiil Je- En aquel tiempo pasó Je- MEDITACION.
sús trans mure GalilaecB^VLod sús al otro lado del mar de
est f é m a i i s : et sequebalur Galilea, qus es el de Tibe- De los medios que lodos tenemos para obrar nueslra
eum muhitudo magna, quia riades, y una gran multitud salvación.
videbant signa, q i m faciebat le seguia, porque veian los PUNTO Piiomno.—Considera que uno dolos mas crueles
super his, qui infmnabatitur. milagros que hacia en fa- y mas desespcranlcs suplicios de los reprobos es la me-
Sabal ergo i n mmitem Jesús, vor de los que estaban en- moria viva y cierna, la representación clara y detallada
et ibi sedebal cum discipulis fermos. Subió, pues, Jesús de los medios seguros y fáciles que han tenido para obrar
suis. Erat aulem proximum á una montaña, y se sentó su salvación. Yo he podido hacerme santo; Dios así loque-
Paschay dics [estas Juioao- allí con sus discípulos. Es- ría y yo he querido llegar á serlo: comprendemos toda la
r u m . Cum subkvasscl ergo taba próxima la Pascua, dia fuerza de esta convicción; pero ¿concebimos toda su amar-
oculos Jesús, el vidisset quia festivo para los judíos. Ha- gura?
muhitudo m á x i m a venit a i biendo, pues, levantado Je- No hay una sola criatura que considerada en sí mismí»
eum, dixit ad Philippum: sus los ojos, y visto la gran no nos ofrezca un medio para conocer y para amar áDios,
Und¿ ememus panes, n i man- muchedumbre que venia á y si alguna se convierle en un obstáculo, es solo por el abu-
ducenl hi? IIoc a u t m dicebat él, dijo á Felipe: ¿ Con qué so que hacemos de ellas. Los bienes y los males de esta
tcntans c u m : ipse enim scie- compraremos pan para que vida, los mismos castigos de que Dios se sirve para casti-
bat quid esset faclurus. Res- estos coman ? Esto lo decia gar nuestras infidelidades, todo puede servir para nuestra
pondit ei Philippus: Duccn- para probarle , porque el salvación.
torum denariorum panes non sabia bien lo que habia de Las riquezas son como la moneda con que se puedo
sufíicimleis, u l unusquisque hacer. Felipe le respondió: comprar el cielo por medio de las limosnas; la pobreza es
modicum quid accipiat. DÍ- El pan que puede comprar- un título para salvarse; los hombres y la prosperidad pue-
cil ei u m s ex discipidis ejus, se, con doscientos denarios* den presentar ocasiones escolentes para grandes sacrifi-
Andreas frater Simonis Pe- no bastaría para dar un pe- cios ; las desgracias y las adversidades abren un camino
t r i : Esl puer m u s hic, qui dazo á cada uno. Andrés, espacioso para la gloria. Si la salud es un don de Dios, no
habet quinqué panes hordea- hermano de Simón Pedro, lo es menos la enfermedad: sufrir mucho por Dios, es
ceos, el duospisces; sed hwc uno de los discípulos de Je- mayor mérito todavía que el hacer mucho por él. En fin,
qxúdsunl ínter tantos? D i - sus, le dijo: Hay aquí un el enfendíiníenlo es un talento, la simplicidad es una v i r -
cii ergo J e s ú s ; Faeile homi- mozuelo que tiene cinco pa- tud , Dios se complace en comunicarse á las almas sen-
nes discumbere. Erat aulem nes de cebada y dos peces; cillas. En una palabra, puede decirse que lodo se puedo
((cnnm'multum i n loco. Dis- pero ¿ q u é vale esto para considerar como tálenlos. Hasta nuestros defectos pue-
cubuerunt ergo v i r i , numero tanta gente? Daced que t o - den sernos útiles; no tenemos un enemigo mas furioso
quasi quinqué millia. Acce- dos so sienten, dijo Jesus. de nuestra salvación que el demonio; sin embargo, sus
p i l ergo Jesus panes: et cum Habia mucho Ueno en aqtiel mismas astucias y sus teulacicnes queden servir'para
gralias egisset, distribuit sitio. Sentáronse , pues , en nuestra salvación. ¡Qué abundancia de mediosl ¡ q u é
discumhentibas : similiter el nú mero de cerca do cinco mnllilud de santas industrias! todas las cosas, dice ol
ex piseibus , quantum volc- m i l varones. Tomó luego Apóstol, contribuyen al bien de los que aman á Dios.
hant. üt aulem impleti s m t , Jesus el p a n , y habiendo (IVom. 8.)
d i x i l discipulis suis: Colli- dado gracias, lo distribuyó Es necesaria indispcnsablcmentela gracia para hacernos
gile quw superavcrunl f r a g - entro los que estaban sen- santos, sin ella lodos nuestros esfuerzos serán inúliles; os-
menta, ne pereanl. Coll'ge- tados , y lo mismo de los lamos también seguros de que nosotros podemos fallar á
m n t ergo, et impleverunt peces cuanto quisieron. Lue- la gracia; pero que la gracia no nos faltará, y que no hay
duodecim cophinos [ r a g m m - go que se hubieron satisfe- un solo condonado que no lo haya sido por culpa suya, que
torum ex quinqué panibus cho, dijo á sus discípulos: no so haya condenado porque no ha querido servirse de
hordeaccis, qiue superfuc- Recoged los pedazos que los medios que letiia para lograr su salvación ; ¡qué sen-
r u n l his , qui manducave- han quedado para que no limientol
r a n l . l i l i ergo homines, cum se desperdicien. R e c o g i é -
Somos flacos, es verdad, los ^peligros son frecuentes,
ñdissenl quod Jesus fecerai ronles, en efecto, y de los
las tentaciones son violentas; pero leñemos una fortale-
signum, diecbant: Quia hic pedazos que quedaron de
za, una virtud singular en los sacramentos: sacrarnen-
esl rere Propheia, qui ven- los cinco panes de cebada á
tos en los que se nos aplican los méritos de Jesucristo:
lurus esl in mundum. Jesus los que hablan comido, l l e -
sacramentos que nos presentan, por decirlo así, un baño do
ergo cum cognovisset, quia naron doce canastas. Al ver
su sangre, y por medio de los cuales encuentra el alma
venluri essent ut raperenl aquellas gentes el mitagro
tan grandes socorros en todas sus necesidades: sacramen-
eum, el faccrent eum regem, que Jesuc¡ isto habia obra-
los que son unos remedios saludables para todo género do
fugil iterum in montcm ipse do, decían: Esle es sin duda
malos, fuentes iuagolables de lanías gracias.
solus. e! profeta que debo venir al
Seáis euteramontó bendito, glor ificado, alabado ¡ó Sal-
mundo. Mas SÍ bu ndo Jesús
vador mío! por haljcrme dado medios lan poderosos para
DE CÜAHESMA. 207
obrar mi salvadon; pero i c u b t o siento el habérmelos ga mejor al enemigo de la salvación que esta inquietud:
yo mismo hecho inútiles! No permitáis, mi dulce Jesús, Dios no os quiere ahora mas que en el estado en que es-
que esta confesión soa para mí nn nuevo molivo de dolor. táis; no os apliquéis lampoco mas que á cumplir todas
PUMO SECUNDO.—Considera que a d e m á s de los medios sus obligaciones. Considerad como una ilusión perniciosa
comunes á lodos los fieles, encuentra cada uno en su con- todas esas inconstancias del corazón y del espíritu que
dición y en su estado medios particulares para hacerse consumen al alma en vanos sentimientos y en frivolos
santo. La divina rrovidencia ha dispuesto de tal modo to- deseos, después de haber hecho ya la elección de un esta ~
das las cosas y arreglado tan bien todas las condiciones, do de .vida. No penséis mas que en cumplir con puntua-
que lodos son caminos para llegar seguramente á nuestro lidad todos los deberes del estado que habéis abrazado.
último fin. No envidiemos el retiro de los unos ni la t r a n - Considerad hoy en particular lo que mas habéis descuida-
quilidad de los otros; nosotros podemos, cada uno en su do. ¿Os servís de lodos los medios que tenéis en vuestro
propio fondo, hallar los mismos frutos ó á lo menos equi- estado para santificaros? No hay estado alguno en la vida
valentes. No seamos siervos ociosos ni obreros inútiles, po- sin cruces, no hay rosa que no tenga espinas. Las dulzu-
cas tierras hay que no pudiesen dar el céntuplo, pocos t u - ras de una fortuna floreciente, las amarguras de una fami-
lentos que no se multiplicasen ai duplo si se tuviese c u i - lia atrasada, los enredos de una condición tumultuosa, los
dado de hacerlos valer. cuidados de un doméstico, las alegrías y los llantos do
No hay estado, no hay condición sobre la (¡erra, no esta vida, lodo pufde servir para la salvación. Examinad
hay edad en la vida que no haya tenido grandes santos, y qué uso habéis hecho do ello hasta aquí. Igualmente se
eslos santos de la misma edad y en el mismo estado que pierde un bien por falta de atención que de industria; exa-
nosotros, no han ido á buscar en otra pai te otros medios minaos sobre lo uno y lo otro.
para hacerse santos que ios que nuestra edad y nuestra 2 Es una práctica santa y muy útil el hacer todas las
condición nos proporcionan; aun tenemos nosotros mas mañanas una oración para pedir á Dios la gracia de c u m -
que ellos, pues tenemos el auxilio de sus buenos ejemplos. plir con fidelidad las obligaciones do su estado. No puedo
¡Dios mió, será así que todo me predique, que todo me adoptarse ninguna mas bqlla que la que sigue, la cual es
facilite mi salvación, y que todo me eche en cara mí floje- de santo Tomás.
dad y m i indolencia! Y q u é , divino Salvador mió, ¿será O Dios, lleno de bondad y de misericordia, conccdcd-
posible que solo yo sea el que descuide, el que no quiera mc la gracia de que. conozca verdaderamente, desee cou
m salvación? ¿que solo yo sea el que pouga á ella los ma- ardor y trate con un sabio empeño de cumplir perfecta-
yores obstáculos? ¿He aprovechado los medios que he l e - mente todo lo qnc os agrada, y siempre para vuestra^na-
"'dopara hacerme santo? ¿Qué es lo que he hecho para yor gloria. Reglad vos mismo lodas las cosas en el estado
"o serlo? ¡Dios mió,.quién podrá resistir en la hora de la á que me habéis llamado, y dadme á conocer lo que que-
muerte contra estas reconvenciones, sobre todo cuando se réis que haga. Haced que yo conozca todas mis obligacio-
pensare en lo que tantos hombres ilustres han hecho para nes, y que las cumpla con puntualidad y con fruto, Con-
ser santos!" eededme, Señor y Dios mió, que no os desagrade en los
¡Con qué fervor han trabajado tantos santos en su p r o - diferentes accidentes de la vida. Que sea humilde en la
pia perfección, y con que zelo se han aplicado á la sa- prosperidad, y que las adversidades no dehililen j a m á s
lad de los otros! ¡Qué vida mas laboriosa, mas auste- mi confianza. Que no sienta pena ni alegría sino en loque
ra, ni mas inocente! jY á cuántos confundirán estos ejem- me aleje de vos, h me acerque á vos. Que no desee agra-
plos! dar mas que á vos, y nada tema tanto como desagradaros.
Qué poco me he aprovechado, mi dulce Jesús, de los Que me interese poco todo lo que pasa, y no quiera mas
medios que tengo para hacerme sanio; y q u é mal he cor- que lo que viene de vos por amor vuestro, y á vos mas que
i'cspomiido á lodas vuestras gracias! Yo admiro todos los á todas las cosas. Que ioda alegría en que vos no tenéis
dias lo que los santos han hecho para hacerse santos y no ninguna parte me sea amarga, y no encuentre placer sino
"le aprovecho de sus ejemplos. Continuadme, Señor, los en lo que os agrada. En íin, eoncededme, Señor, por
Exilios de vuestra gracia, y desde este momento voy á p o - vuestra misericordia la gracia de que haga lal uso do
Rei' fin á mis infidelidades. vuestros beneficios en esta vida, que tenga la dicha do
JACULATOIUAS.—Yo no viviré ya, Señor, sino para can- poseeros, y gozar de la eterna felicidad en la patria celes-
toi' vuestras alabanzas,; porque en todo lo (pie haheis h e - tial. Por nuestro Señor Jesucristo, etc.
cbo, encuentro incentivos para ello. (Psalm. 118.)
Vos, Señor, me asistís sin cesar, y o n todos ios estados LUNES CUARTO DE CUARESMA.
de la vida encuentro caminos que me conducen con segu- Cuanto mas se acerca el santo tiempo de la Pasión, mas
ndad á vos. (ibid.) escogidas y mas interesantes son las oraciones d é l a I g l e -
sia. La misa de este dia comienza por el salmo 53. «Dios
PROPÓSITOS. mió, salvadme por la gloria de vuestro nombre del peligro
_ 1 Todos los estados de la vida son otros lantoscaminos en que me hallo, y desplegando vuestro poder en favor
diferentes, que según el orden do la divina Providencia, mió, dad á conocer el juicio que hacéis de mi inocencia.
conducen lodos á nuestro último fin. Es una tentación el Escuchad, Señor, la súplica que os dirijo, prestad el oido
"naginurse que seria uno mejor en otra parte que en el á lo que me atrevo á representaros. Aquellos en quienes
estado que se ha abrazado. ¡Qué horror el no ocupar el yo he creido que podía confiar, me han sido contrarios y
etUendimicnlo mas que pensando lo que uno seria si estu- se han declarado contra m í : yo me veo rodeado por lodas
viese colocado en otro destino, y descuidar las obligacio- parles de las fuerzas tremendas de mis enemigos, los cua-
nes de aquel en que está! Apenas hay artificio que 1c sal- tes traUm de quitarme la vidu.v J a m á s se habia visto Da-
208 LUNES CUARTO
vid en un peligro lan evidente, y nunca por lanío se habia líos movimientos y trasportes que no sabe imitar el d i s i -
dirigido á Dios con mas fervor y confianza. Perseguido mulo, y que la naturaleza no puede o m i l i r : ; Ah, señor,
con furor por Saúl, se habia refugiado á las montañas y á yo os suplico que no matéis á este niño; yo consienlo des-
los bosques de las cercanías deZif. Los zifeíios dieron aviso de luego en que se le d é vivo á mi rival! La otra, por el
á S a ú l , quien vino corriendo allí con su ejército. David es- contrario, movida por una maligna envidia y de una ansia
taba acampado de un lado de la montaña, y Saúl con sus secretado que su compañera perdiese su hijo, como ella
tropas lo estaba en el lado opuesto. El peligro no podia ser habia perdido el suyo; nada hay mas justo, clamaba, que
mas grande, y David no esperaba ya salvarse de las m a - el juicio del rey, puesto que no se sabe á cuál de nosotras
nos de su enemigo, cuando recurrió á Dios en quien ú n i - dos pertenece este n i ñ o ; que no sea ni tuyo ni mió, sino
camente ponia toda su confianza. No le salió vana, porque que se parla como lo ha mandado el rey. Reconociendo
en el momento en que iba á ser envuelto, avisaron á Saúl Salomón por esta diferencia de sentimientos cuál era la
que los filisteos hablan hecho una irrupción en el pais, y verdadera madre, pronunció inmedialamente la sentencia
que iban á hacerse dueños de la capital. Inmediatamente en favor de la primera, y la volvió su hijo. Todo Israel
dejó su empresa y se volvió para rechazar á los filisteos. admiró el discernimiento del príncipe y la equidad de un
David espresa en este salmo el embarazo en que por de juicio semejante; todos concibieron una grande estimación
pronto se habia encontrado, despuéstestiÍJLa su gran con- y respeto hácia é l ; y bendijeron á Dios, porque les habia
fianza en el auxilio de Dios, y en seguida le rinde gracias dado un rey en quien habia depositado tanta sabiduría
por haberle librado contra loda apariencia de un peligro para hacer justicia. Por mas artificioso que sea el d i s i -
tan grande. Pongamos también nosotros toda nuestra con- mulo, por mas imponente que sea la falsa piedad, nunca
fianza en Dios, él sabrá ponernos al abrigo de la maligni- podrá contrahacer por mucho tiempo la verdadera virtud,
dad de los hombres. Los zifeños eran sus hermanos; pero sin que se descubran muy pronto el artificio y la máscara.
le ven desgraciado, basta para que se hagan enemigos La verdadera piedad, lo mismo que la naturaleza, llenen
suyos y le entreguen. Nó, la buena fé no reinará jamás rasgos y caracteres que solo imperfectamente se copian.
on el mundo; solo con Dios es con quien puede contarse La falsa virtud se acomoda con la división; no sirve á
sobre seguro. Dios, sino con miramientos y reserva. Se quiere servir á
La Epístola de la misa de este dia refiere la historia del Dios, pero no se quiero desagradar al mundo: son dos
juicio que Salomón hizo entre dos mujeres que disputaban señores muy opuestos; no importa, el falso devoto quiero
sobre un niño, del cual pretendian ser mndre una y otra: servir á los dos. La verdadera virtud aborrece toda d i v i -
naíbi hay que dé una idea mas justa de la sabiduría de sión ; sabe que no es posible servir al mismo tiempo es-
Salomón, que este hecho. tos dos señores, y nunca olvida esle oráculo, á saber: « ó
Dos mujeres que habitaban en una misma casa, y que aborrecerá al uno y a m a r á al otro, ó si respeta á esíe,
la Escritura calificaba de mujeres d ó m a l a vida (algunos despreciará á aquel.»
iiilcrpreles creen que no se les ha dado este nombre sino El Evangelio de la misa de esle dia refiere el zolo con
porque hospedaban estranjeres), llegaron á echarse á los que el Hijo de Dios reprendió á los que profanaban el templo
pies del rey pidiéndole justicia. La una acusaba á la otra con su tráfico, y arrojó de él á los que le hacían un sitio
de que habiendo acostado su hijo junto á ella en su cama, de mercado y de cambios.
le bahia ahogado durmiendo, y secretamente durante la Cerca do seis semanas hacia no mas que el Salvador
noche le habia quitado el suyo que estaba vivo, y puesto habia comenzado á darse á conocer en público por sus pre-
el muerto en su lugar. Esta soslenia que el niño que vivía dicaciones y por sus milagros, cuando acercándose la
era de olla, y que todo lo que esponia su compañera era fiesla de Pascua, que era la mas solemne del a ñ o , dejó la
falso. Los niños no tenían mas que algunos meses y eran ciudad de Cafarnaum, en donde estaba hacia algunos dias,
poco mas ó menos do una misma edad. Cada una sostenía para irse á Jerusalen y celebrar allí esta fiesta. Jesús, co-
su causa con calor; no faltaban razones las mas plausibles mo supremo legislador, podia dispensarse de esta ley;
de una y otra parle, y cada una autorizaba su dicho con pero queriendo instruirnos todavía mas por su ejemplo
las l á g r i m a s . El rey todavía muy jóven, pero que acababa que por sus palabras, fué de los primeros á la solemnidad,
de recibir de Dios el don de la sabiduría que le habia pe- enseñándonos con esto lo que nosotros debemos hacer.
dido, comprendió bien que para descubrir la verdad no Gomo el templo era siempre la primera de sus esladones,
so habia de atener á los llantos ni á las palabras de las se fué allá, y i d entrar en él vió que en el lugar mismo
dos madres, no habiendo nada mas equívoco ni ménos donde el pueblo acostumbraba orar y pedir al Señor, os-
significativo que las palabras y las lágrimas de una mujer laban colocadas mesas para los cambistas y mercaderes
irritada, y que los scnlimieütos maternales, que no era que vendían allí los bueyes, los carneros y los pichones
fácil ni sufocar, ni contrahacer, eran los únicos que podían que servían de víctimas para los sacrificios. De este t r á -
declarar este hecho. Habiendo oido los clamores y las ra- fico sacaban provecho los sacerdotes, y por un vil y s ó r -
zones de una parte y de otra, sin poder determinar sobro dido interés toleraban que se celebrase aquella feria en un
la verdadera madre del nirto que se disputaba, hizo traer lugar tan santo, esto es, en el atrio estorior del templo,
una espada, y habiendo llamado á uno de sus oficiales le en donde ordinariamente se hacían las oraciones por el
mandó que dividiese en dos parles el niño que estaba vivo, pueblo. A visla de una profanación lan escandalosa de la
y que se diese la mitad á cada una de las dos mujeres casa do Dios se llenó el Salvador de un santo zelo, y o l -
que le disputaban, llamándose cada una madre. Al oir esta vidando, si es permilido decirlo así, en este lance su d u l -
proposición la que verdaderamente era madre del niño, zura y su paciencia, dió á conocer su indignación contra
se estremeció de horror, y conmovidas sus entrañas de aquella mnltitud sac|ílega que deshonraba el templo mas
ternura por su h i j o : ¡ A.h, s e ñ o r ! csclamó por uno de aque- augusto y mas santo que habia ca el mundo. Tan impor-
D E CÜARFSMA. 209
tanlo era que se supiese con q u é soveiiJnd cnsligará la que masque todos los otros demostraba el soberano po-
jnsücia divina á los que traían con despreciólas cosas san- der y la divinidad de Jesucristo, era al que ordinariamen-
tas. Junio algunos cordeles, (pie halló por tierra, é hizo te remilia á todos los que le pedian milagros. Ninguno do
do ellos un azote, que puesto en aquella mano capaz de los que allí estaban comprendió entonces este misiei io;
hacer temblar el cielo y la lieira, pareció tan terrible que los mismos discípulos no lo entendieron hasta que ya es-
llenó de espaulo á los que profanaban la casa de Dios. A r - tuvo cumplido. Los judíos creyeron que hablaba del tem-
rojó de aquel lugar sagrado en primer lugar los mercade- plo de Jerusalen, reedificado por Zorobabel, y que lardó
res de bueyes y de carneros, y después los que cambia- en cumplirse hasta su última perfección cuarenta y seis
ban, echando por lien a el dinero y derribándoles los es- años, y esto es lo que les hizo decir: Cuarenta y seis años
critorios. A los que vendian las palomas les trató con mas se han empleado en edificar este templo, ¿ y entres dias lo
dulzura. No los echó á latigazos; solo empleó la palabra reedificarás?
para obligarles á que se retirasen, contentándose con de- Habiendo permanecido el Salvador en Jerusalen to;la la
cirles: Quitad esto de aquí, y no hagáis de la casa de mi octava de Pascua hizo muchos milagros, los cuales fueron
Padre una casa de tráfico. El profeta Zacarías habia p r e - causa de que muchos creyesen en e l ; entre otros Nicode-
dicho mucho t:empo antes, que en los dias de! Mesías no inus, que era un senador de la ciudad, y uno de ios quo
habría mercader en la casa del Sefior. (Zach. 14.) Sus componían el gran Sanhedrin, esto es, el gran consejo de
discípulos que conociaa su eslrema dulzura, quedaron losjudíos. Se asegura que era sobrino de Gamaliel con
sorprendidos al ver una severidad tan grande, la atribu- quien san Pablo, ánles de su conversión, habia hecho sus
yeron al fervor de su zelo, y se acordaron de las palabras primeros estudios. Las instrucciones del Dijo de Dios y sus
do David que decia liablnndo eu persona del Mesías: El milagros le hicieron muy célebre en Jerusalen, no se h a -
zelo que tengo por el honor de vuestra cr a, es como un blaba de él sino con admiración, lodos lo miraban como
fuego devorante que me consume. ¿ Q u é hubiera hecho el un gran profeta, este era el parecer del p ú b l i c o ; pero el
Sefior que arrojó á los que compraban lo necesario para Salvador, que conocia á fondo el corazón de los hombres y
los sacrificios, dice el venerable Beda sobre i'ste pasaje, su inconstancia, hacia poco caso de lodos estos testimonios
si hubiese visto contenderen el templo, abandonarse en él de estima y de veneración, sabiendo bien que la mayor
á risas descompasadas, mantener en él discursos frivolos? parle de los que entonces le miraban y exallabe.n mas, pe-
¿Y qué hubiera hecho, si h ú b o s e visto lo que nosotros v e - dirían su muerte dentro de pocos aflos. Tal es todavía el
mos el dia de hoy en nuestras iglesias, mucho mas san- carácter de aquellos cristianos viles é ingratos, que des-
tas que lo era el templo de Jerusalen; esas inmodeslins pués d;- h ber sido devotos, se bucen liberlinos é impíos.
escandalosas, esas citas criminales, esos aires tan distraí- ¿Cuál será su suerle?
dos, esas posimas tan indecentes ? Jesucristo ve todas
esas sacrilegas profanaciones hasta el pié de los altares La oración de la misa de esle dia es como sigue:
donde reposa, las ve en el tiempo mismo que so inmola de I'rwsla, qumunnis, omrti- Concedednos , os roga-
nuevo por nosotros, y las disimula , pero su paciencia es polens Deus: ul observatto- mos. Dios omnipcl. nle, que
mas temible que lo sería su azote. nes sacras anmia devotinne celebrando religiosamente
Sin embargo, los judíos que no le habian visto aun ha- recolenlcs, el corpore ibi pía- las observancias sagradas,
cor algún milagro, le preguntaron por q u é obraba con ceamus el mente. Per Domi- que anualmente son el o b -
tanta autoridad en la casa de Dios y con q u é milagro les num... jeto de nuestra devoción, os
probaba que era el enviado de Dios en cuaüdad-de profeta. rgrademos por la pureza de
El Sa'vador, que no hacia milagros para satisfacer la c u - nueslra alma y de nuestro
riosidad d é l o s quedmlaban de su poder y de su misión, cuerpo. Por nuestro Se-
no quiso hacer otro á la presencin de aquellos espíritus ñor, etc.
curiosos y malignos que el que acababan de ver; porque,
como dice san Gerónimo, era un milagro ba^lan'e conside- La Epístola es lomada del libro 3 de los Rnjes, cap. 3.
'"able el que un hombre solo, que no aparecía reveslido In dielms i l l i s : Veacrunl En aquellos dii;s se p r e -
de autoridad alguna, hubiese hecho sin la menor resis- é m nntlieres merelrires ad sentaron dos mujeres do
loncia lo que Jesucristo acababa de hacer. Es necesario, regem Salomonem, stelerunt- mala vida al rey Salomen,
^Hiade este l'adre, que un fuego celestial hubiese eníonces que corara eo, quamm una y estando delante de é l ,
uPilfettó en sus ojos, y que la Majestad divina se la liuliie- a i l : Obsecro , m i domine: dijo una de ellas: Os supli-
se visto resplandecer en su rostro. No obstante, se dignó ego él mulier hoec habitaba- co, s e ñ o r , que os dignéis
•"esponder á su pregunta tan poro respetuosa con una pre- mus i n domo una , el peperi oírme. Habitábamos isla
dicción que debía demoslrarsu divinidad, y que ella sola apud eam in cuhicuh: Tenia mujer y yo en una misma
valia por todos los milagros mas portentosos. Destruid auiem die postquam ego pe- casa, y yo he parido en el
este templo, les dijo (esto es, luego que lo huhiercis des- peri, peperit et hoec: el era- mismo aposento donde ella
truido ; porque es un modo de hahlar conum en la Eseri- mus simul, nullusque alius estaba. Tres dias después
lura el servirse del imperativo para espresar lo que debe nobisam i n domo, exceptis que yo, ha paridj también
suceder), vosotros le destruiréis, y yo lo reedílicaré en nobis duubus. Mortum est ella. Eslábarnos, pues, j u n -
lrea días. Hablaba Jesús del templo de su cuerpo, de aquel autem filias mulieris hijas tas en la casa, y nadie lia-
lenizo tan ¿agrado que debían arruinar los judíos, q u i - nocle: dormiens quippe o p - bia en ella mas que no.-o-
tando la vida al Mesías, y que el Mesías, resucitando tres p m s i l eum. E l consurgeus tras dos. El hijo de esta
días dc.spiKs por su propia virlniK debía volver á levah- iulempesKe noc.tis silcnlio, oinjer ha muerto dnrante
tar. A este milagro de su resu.TCccion, que era el único l u l i l lilhun m a m de lalere la noche , porque estando
TOMO I V . 27
210 LUNES CUARTO
mro ancilh. law domientis, filia durmiendo le ha aho- mundo 29S9, basta el 3108. Se refiere en él la muerte do
el r.ollocavit i n sinu sao '• g^do , y Icvimlándose en David, el reinado de Salomón, la construcción del famoso
suum aulem filium, qui erat el silencio de la noche, templo, los palacios que este príncipe hizo edificar, su sa-
m o r l m s , p o s u i t i n sinu meo. mientns yo donnia , ha biduría, su magnificencia y su caída,
Cvmqve surrexissem mane, quitado mi hijo del lado de
ut darcm loe filio meo, appa- tu sierva, y le ha puesto REFLEXIONES.
ruit mortuus: quem düigen- junio á ella, y su hijo rnuer- « N o s e a mío ni tuyo; divídase.» Este es el lenguaje
tins intuens clara luce, de- lo lo ha puesto á mi lado. del espíritu del mnndo y del enemigo de la salud : así es
prehendinonessemeumquem llahiéndome levantado por como habla el amor propio y ei espíritu de la carne; esta es
gemeram. Responditque a l - la mañana para dar de ma- la jerigonza de las pasiones menos violentas. Convenimos
rera mulier: Non esl i l a u l mar á mi hijo, le heencon- en que Dios tiene derecho sobre nuestro corazón, que de-
dicis, sedfilius luus mortuus frado muerto ; y hahiendo- be ser amado y servido; pero la naturaleza pretende ha-
esl: meus autem v i v i l . E le mirado con mas atención cer valer sus derechos; el amor propio no renuncia á sus
contrario i í l a d i c e b a t : Men- cuando fué ya mas de dia, pretcnsiones, y la pasión dominante quiere que una larga
tiris: films quippe meus vivil, he echado de ver que no posesión sea un gran título. Los sentidos se inclinan siem-
et fdius luus mortuus est. A l - era el niño que yo hahia en- pre hacia la propensión natural, y el amor propio está
queinhmcmodimcmlendC' gendrado. Respondióle la siempre por la división. Se quiere ser de Dios sin dejar de
banl coratn rege. Tune rex otra mujer: No es así loque ser del mundo, de sí mis mo y de sus placeres. Por ta m a -
a ü : Ucee dicit: Filius meus dices: tu hijo es el que ha ñana á la misa, y por la noche al j u e g o ; ciertos días al
vivit, et filius luus mortuus muerto, y el (pie vive es el sermón, pero muchos mas á los espectáculos. Se da á Dios
esl. E l isla respondil: Non, mío. La primera por el con- y á la religión una parte de los días de tiesta ; pero con
sed filius luus mortuus est, trario replicaba: Tú eres la un eulto muy superficial : la atención, la afición, la a p l i -
meus aulem vivit. Dixit ergo que miente, porque mi hijo cación son todas para los negocios temporales. La enfer-
r e x : Áfferle mihi gladium. vive, y el tuyo es el que ha medad hace pensar en la salvación : pero la salud lince
Cumque atlulissrnt gladium muerto; y de este modo perder su memoria, y hasta aleja el pensamiento de ella.
coramrege: Dividite, inquit, disputaban delante del rey. Tola la vida es un conjunto de alternativas y contradiccio-
infanlemvivuminduaspar- Entonces dijo el r e y : Esta nes. Dios pide todo el corazoT : queremos sí que tenga su
íes, el dale dimidiam partem dice: Mi hijo vive, y el Itiyo parte; pero no nos alievemos á negar al mundo la suya.
uni, el dimidiampartem a l - ha muerto; y la otra res- La fé, la conciencia, la razón alegan, por decirlo así, por
t e ñ . D i x i l autem mulier, cu- ponde : Nó , sino que es la causa de Dios, y piden que el corazón sea lodo de Dios:
j u s filius erat vivus , ad re- tu hijo ei que ha muerto, y el amor propio, el hábito, la pasión alegan aun con mas
geni [commoia sunt quippe y el mió v i v e : Tráigase, calor por su propia causa. ¿ E n favor de quién r e c a e r á la
viscera ejus super filio suo): pues, una espada, dijo el senlencia ? Dios no puede sufrir la división, ¿ y es el cora-
Obsecro, domine, dale i l l i i n - r e y ; la cual habiéndola zón todo para él ? Así como hay pocos cristianos que as-
fanlem. vivum, et nolüe i n - traído á su presencia: D i v i - piren á una santidad perfecta, así también no hay muchos
lerfcerccum. E contrario illa d i d , dijo, en dos parles, el tampoco que estén determinados á pasar su vida en los
dicebal: Nec mihi , nec tibi n i ñ o q n e está vivo, y dad la últimos desarreglos; el gran número le componen los que
s i l , sed dividatur. Rcspondit mitad á una, y la otra m i - buscan un temperamento entre estos dos estreñios. Tal es
rex, et a i t : Dale huic infan- lad á la otra. Entonces la la disposición en que viven la mayor parle de las gentes
t e m v i m m , etnon occidatur: m u j e r , cuyo hijo estaha en el mundo ; ¿ y está ménos dividido el corazón en el os-
hcec estenimmaler ejus. A u - vivo, dijo al rey (porque lado religioso? Se quiere dar algo al espíritu, y algo á la
divit itaque omnis Israel j u - sus entrañas se conmovieron carne; se quiere vivir cristianamente, poro con blandura,
dicium quod judkassel rex, de ternura por su hijo): R u é - con delicia. Se quiere ser cristiano, pero sin preciarse de
eí limucrunt regem, videntes goos, señor, que se le d é el ser devoto; se quiere ser religioso, sin ser ni regular nj
sapientiam Dei esse i n eo ad niño vivo, y que no se le fervoroso; se pretende edificar entre Babilonia y Jesusalen
fuciendum judicium. mate. La otra por el con- una nueva ciudad, en donde sean reverenciados igual-
trario decia: No sea mío ni menlc la earidad y el amor propio. Se quiere, en fin servir
t u y o ; divídase entre las dos. á dos s e ñ o r e s ; se pretende contentar á Dios y al mundo,
Entonces el rey pronunció dividiéndose, por decirlo así, entre el uno y el otro; pero
esta sentencia: Désela á en vano se pretende; porque esta división no puede con-
aquella el niño vivo, y no tentar ni al uno ni al otro. Para Dios es nada la mitad, y n,)
se le mate; porqao esa es se contentará tampoco el mundo con ella. Dios lo quiere
su madre. Uahiendo sabido lodo, y el mundo q u e r r á mas. No se agrada al mundo, y
todo Israel el modo con que se desagrada siempre á Dios. División criminal en las
había el rey decidido esta gentes del mundo; división horrorosa en los que viven en
contienda, le miraron todos la religión. Tal es el trato de lodos los que viven en la t i -
con temor y con respeto, bieza, i Buen Dios, cuán lamentable es este estado!
viendo rjue la sabiduría de
Dios estaba HQ él para ha- E l Evangelio de la misa de esle dia está tomado del de
cer justicia. san J m n , capitulo 2 .

El tercer libro de los Reyes de donde está sacada es!;) Inillotempore: I'ropeerat En aquel tiempo, como
Epístola, contiene lahisloriadol19 años, desde el año riel Pasrha J u d m r m i , el aseen- estaba pr óxima la Pascua de
DE CÜAKIiSMA.
dit Jesús Jvrosolyinam : et los j u d í o s , fué Jesus á Je- ganos para inspirarnos el respeto á nuestros santos tem-
invcnit i n templo véndenles rusalen, y halló en el tem- plos? Vergonzoso es que los cristianos tengan necesidad
boves, CÍODCS , et columbas, plo vetulcdorL's de bueyes, del ejemplo de los iniieles para a p r e n d e r á ser menos i r r e -
et numularios sedentes. Et ovejas y palomag, y cam- ligiosos. ¿ P o r q u é , en efecto, representarnos sin cesar al
cum fecisset quasi ¡lagellum bia riles que estaban senta- lurco en su mezquita, ó al chino en sfl pagoda, para h a -
de funirulis, omnes ejecif de dos. Habiendo hecho una cernos conocer la modestia con que debemos estar en el
templo, oves qnoque, etbo- especie de azote de cuer- lugar santo? Sin embargo, «los de Nínive se levantarán
ves, et numulariorum ef¡'udit das, los arrojó á todos del en el juicio contra esta generación,» podemos decir, «y
tes, et mensas subverút. Et templo con las ovejas y los la c o n d e n a r á n . » S í , los paganos mismos, los t u r -
his, qui columbas vendebant, bueyes, echó por tierra el cos, los herejes de lodos los siglos se levantarán en el
d i x i t : Auferte isla h i ñ e , et dinero de los cambiantes, y dia del juicio contra tantos fieles, y los condenarán. Mo-
nolile faceré domum Patris derribó sus mesas. A los destos hasta el esceso, circunspectos hasta la superstición
m e i , domum negotialionis. qne vendían las palomas, en unos templos profanos en donde no podían ofrecer v o -
Jlecordali sunt vero disdpu- les dijo: Quitad esto de aquí, tos ni incienso mas que al demonio, y esto solamente por-
l i cjus quia scriptum esl: l e - y no hagáis de la casa de que aquellos templos.eran lugares que i u superstición de-
I m domus ÍWÍC comedil me. mi Padre, casa do tráüco. dicaba á sus ídolos ; la sola noción de templo, la sola idea
Responderunl ergo Judcei, el Acordáronse entonces los de religión ha inspirado á las naciones, aun las mas b á r -
dixerunt e i : Quod s i g m m discípulos de lo que está baras, esta religiosa modestia. Solo los cristianos, solos
ostendis nobis quia hoec f a - escriio, esto es: El zelo de tu los fieles so:i los que faltan á un deber tan justo y lan ne-
ds ? Respondil Jesús, el d i - casa me ha consumido. cesario. El cuerpo y la sangre de Jesucristo que está en
xit eis: Solnitc lemphm hoc, Tomando los judíos la pala- nuestros altares, y toda la majeslad del Dios vivo que v e -
et i n tribus diebus excilabo bra, le dijeion: ¿ P o r q u é nimos á adorar i n nuestros templos , ¿ n o bastará nunca
iltud. Dixerunt ergo Judcei: milagro nos maniQestas la para inspirarnos un culto respetuoso? ¿ t e n e m o s necesidad
Quadraginla et sex amiis autoridad con que haces es- de otra religión que la nuestra para considerarnos obliga-
eedificalum esl tcmplwm hoc, tas cosas? Üijoles Jesus: dos á rendir á Dios los honores que merece? ¿y la fé c r i s -
et tu in tribus diebus excila- Destruid este templo, y yo liana no nos instruye bástanle sobre este punto capital do
bis illud? lile aulem dicebat lo reedificaré en tres dias. la religión? Es mucho lo que sufre nuestra razón, cuando
de templo corporis sui. Cum Los judíos le replicaron: quiere ajustar sobre este artículo nuestra conduela con
ergo resunexissel umortuis, Cuarenta y seis años se tar- nueslra creencia, y nada choc a tanto al entendimiento de
recordati sunt discipuli ejus, dó en edificar este templo, los íulieles, como el comprender lo que creen los cristianos
quia hoc dicebat, et eredide- ¿ y tú lo has de rcedilicar acerca de nuestros divinos misterios, y ver la indevoción,
runt Scriptum , el sermoni, en tres «dias? E r a , pues, la indecencia, la inmodestia, ó por mejor decir, la i r r e l i -
quem dixit Jesús. Cum aulem del templo de su cuerpo del gión con que los cristianos asisten á ellos. Nuestras i g l e -
esseí Jerosolgmis in Pascha que hablaba. Luego (pie sias son la casa del S e ñ o r ; tan augusta por la majestad de
in die [esto , muid credide- hubo resucitado, hicieron Dios que en ella se adora, tan sania por la víctima ado-
runt i n nomine ejus, viden- reflexión sus discípulos so- rable que allí se inmola lodos los dias, tan venerable por
tes signa ejus, quee faciebat. bre lo que les había dicho, los votos que en ella se hacen al Dios vivo, tan respetable
Ipse autem Jesús non crede- y creyeron la Escritura y lo que los mismos ángeles no se presentan allí sino con el
bat semelipsum eis, eo quod que Josus les habia dicho. mas profundo respeto, los demonios no se atreven á acer-
ipse msset omnes , et quia En aquel tiempo que Jesus carse á ella, los paganos mismos no entran eu ella, sino
opus ci non eral ut quis tes- estuvo en Jerusalen duran- ejn pavor y con aquella modestia que la razón sola inspi-
timonium perhiberet de ho- te la Pascua, muchos cre- ra. Los cristianos de nueslros días son los únicos que tie-
í»ine: ipse enim sciebal quid yeron en su nombre, vien- nen la desvergüenza de llevar su impiedad hasta el sun-
cssel i n homine. do los milagros que hacia. tuario, y de no presentarse muchas veces en nuestras
Mas Jesus no se fiaba de iglesias, sino para profanarlas y para insultar, por decilio
ellos, porque los conocía á así, al Dios que adoramos en ellas. ¿Consistirá esto en
lodos; y poique no tenia que ya no les queda á tantos libertinos, á tantas mujeres
necesidad de que nadie le mundanas, tintura idgima de religión que les haga reser-
diese testimonio de los hom- var siquiera el lugar santo, ó á lo mónos el tiempo sagrado
bres, él sabia bien lo que del sacrificio? ¡ Ah 1 le queda un espacio tan vaslo á su
habia en los hombres. licencia desenfrenada; todo es para ellos lugar de disolu-
ción ; dejen, pues, á lo ménos sus templos á Jesucristo.
MEDITACION. PUNTO SÜGUNDO.—Considera (pie por poca féque se ten-
yobre la irreverencia en las iglesias. ga, no puede verse sin estremecimiento la irreligión con
Pu.vro PiiiMEao.—Considera que tal vez no hay cosa qne que se presentan los hombres en nuestros templos. ¿Es
irrite mas al Señor, ni que atraiga mas ínfaliblemenle h s acaso para dar un culto religioso al Dios que está sobre
tristes efectos de su justa indignación, que las irreveren- nuestios aliares, para loque se comelen lan escandalosas
cias que se cometen todos los dias en las iglesias. No hay irreverencias en su presencia? ¿ E n el ánimo de laníos l i -
irreverencia que no sea un manifiesto aten'.ado conlra beiiiuos, es tenido Jesucristo por el Redentor y el sobera-
nuestro Dios, ninguna que no sea una impiedad, tungima no Juez de los mortales? ¿ n o se diria mas bien que le
que no sea un escándalo. ¿ S e r á posible que se haya siem- consideran sobre nuestros aliares no mas que como un
p r e de recurrir á las religiones supersticiosas de los pa- funtacma de divinidad, y como un rey de teatro, los que
212 MAUTES C U A R T O .
no so presentan á los pié.; de los altare.-*, sino con aires piedad ? ¿ Q u é pensarla un turco si fuese testigo de nliea-
hui lones, por decirlo así, é insullanles; los que están con tras irreverencias? Concebid desde hoy sentimientoscris-
tan poca moderación y respeto; los que no seatreverian á lianos sobre un punto tan imp!;rlanle. Comenzad en esle
estar delante de un hombre honrado, delante de un ma- mismo dia á poner en práctica lo que acabáis de prometer
gistrado con la misma indecencia, con la misma negligen- al Señor. Id á la iglesia, aunque no sea mas que para dar
cia, la misma disipación de espíritu, y la misma libertad áDios, á vosotros mismos y al público, una prueba deque
con que asisten al oíicio divino, y al santo y tremendo reconocéis vuestra obligación sobre este artículo: entrad
misterio? Jesucristo sobre nuestios aliares, rodeado con en ella, salid de ella como un hambre que está penetrado
mucha frecuencia de una mullilud de jóvenes libertinos y de la majestad y d é l a santidad del lugar santo.
de una reunión de mujeres mundanas, ¿sufre el dia de 2 Imponeos una ley inviolable: 1.° de no hablar j a -
hoy m.moa oprobios, que en los que en otro liempo cuan- más en la iglesia: 2.° de no estar en ella sino en una pos-
do lo estaba de una (ropa insolente que le cargaba de i n - tura religiosa y cristiana : .i.0 de no presentaros en ella
jurias y de salivas ? Una mujer se adorna para ir á la igle- -sino con toda la decencia que pide ta grandeza de Diosqne
sia, como para ir al teatro: asiste á los divinos misterios bace allí su asiento: no os presentéis allí j a m á s con esos
muchas veces con el mismo espíritu ^ y siempre con los vestidos escolados, oprobio de nuesim siglo, y moda pro-
mismos aires mundanos, con que asiste pocas horas des- [)ia del libertinaje mas desvergonzadn: 4.° no permitáis
pués á Jos espectáculos ó á las tertulias. Mas ricamente nunca que vuestros hijos, aunque sean muy jóvenes, es-
adornada que el aliar ¿ n o podria considerársela como un tén en ella sin moderación y sin respeto.
ídolo animado, espuesío á los ojos del públicc, en medio
del templo de los cristianos ? á lo menos es cierto que ella MARTKS CrAIlTO DE CUYUESMV.
recibe allí mas honor de los libertinos, que eíDios á quien Obligado David por la rebe'ion de su hijo Absalon a sa-
se adora. ¿ E s un motivo de religión, el que reúne en lir de Jerusalcn, abandonado de cuasi todos sus d o m é s t i -
nuestros templos á tantos jóvenes lihei linos á ciertas horas cos y de sus cortesanos, desamparado de lodo el mundo,
de escándalo y de profanación, para oslar presentes á lo representa á Dios el estado lastimoso á que se ve reducido,
que se llama «la bella m i s a , » como si dijéramos la misa y le pide su auxilio conlra unos enemigos lan injustos. «¡O
de doce, de una ó de dos? i qué aires mas disolutos ni Dios m i ó ! » esclama en su estrema alhcion, «oidme y no
mas inmodestos tendrían en cualquiera asamblea profana? despreciéis mi oración ; dignaos considerar el estado en
¿. q u é discursos tan vanos y escandalosos no les ocupan que esloy, y no me neguéis la asistenría que imploro. Mi
en el tiempo mismo en que se ofrece al Señor la víctima espíritu,» continúa el profeta, « n o me representa mas que
divina, ose cantan las divinas alabanzas? ¿ y q u é deseos objetos que me oprimen do tristeza: los gritos de mis ene-
lan sacrilegos no se mezclan, por decirlo así, con el i n - migt s, la vista de los pecad.'iv< unidos para perseguirme,
cienso que se ofrece al Dios vivo ? ¿ es preciso esperar al mesumergeen una estrema t: ¡Uílacion. » Este salmo en
fm de los siglos para ver en el lugar santo la abomina- el sentido ligurado, conviene perfectamente á Jesucristo.
ción de la desolación? ¿ q u é otro nombre se debe dar á las David destronado y arrojado de Jerusalen, representa al
irreverencias que so cometen lodos los dias en nuestras Salvador, rechazado y cnlregado á la muerte por los j u -
iglesias? ¿ q u é padre tan poco ze.'oso de su autoridad s u - díos. Absalon á la cabeza de los revoltosos representa á los
friría que su hijo es'.uviese en su presencia con lan poco sacerdotes sublevando el pueblo contra el Salvador ; la
respeto, como lo ve á sangre fria en la presencia de Jesu- traición, en íin, de Aquilofel, que el profeta no pierde do
cristo? ¿ Q u é señor ¡rufriria de un criado lo que Jesucristo vista en lodo este salmo, representa la de Judas. Por es-
sufre de los heles? Se diría que para acoslumbrar los niños tos dos primeros versículos de este salmo Eíí empieza t a m -
á estas inmodestias se les permite estar y jngnelear en la bién la Iglesia la misa de este dia. A medida que se acer-
iglesia, como no se les aguantaría ni aun en el aposento. ca el tiempo de la pasión, la Iglesia elige en la Kserüm a lo
¿ Y se e s l r a ñ a d e s p u é s de esto que haya tan poca religión que hay allí que dice mas relación con este grande acon-
en la j i r . e ilud ? Dignaos, Señor, concederme la giacia de tecimiento; y este salmo es una espresion tan viva y lan
reparar de boyen adelante con mi respeto y mi devoción semejante á é l , que san Alanasio y Ensebio creen que Da-
las irreverencias que se cometen en nuestras iglesias, y vid en el triste estado en que se hallaba, tuvo un claio co-
que mi ejemplo abrase con el mismo zelo, y anime del nocimiento de la pasión de Jesucristo, y que los términos
mismo espíritu á lodos vuestros heles siervos. tan vivos y lan lastimeros de que aquí se sirve, eran
J.UXIATOIUAS.—Yo comprendo. Señor, con qué^ptofnn- efecío del dolor eslraordinario (]ue senlia, considerando los
do respeto dehemos presentarnos en vuestro santo tem- tormentos (pie el Hijo de Dios debia sufrir algún dia de
plo, (rsalm. 92.). parte de los judíos en la misma Jerusalen.
Conozco, ó Dios mió, cuán terrible es este. lugar. Aquí Como en el Evangelio de la misa de este dia echa Jesu-
es la casa de Dios y la puerla del cielo. (Genes. 28.) cristo en cara á los judíos el desprecio que hacían de la
ley que se vanagloriaban haber recibido de Moisés, la
PROPÓSITOS. Iglesia ha escogido para la Epístola el pasaje del Exodo en
1 La severidad con que Dios castigaba la menor irre- que Dios hace conocer á Moisés que aquel pueblo á quien
verencia en la antigua l e y , debe servirnos de re^la para babia colmado de beneficios, y en favor del que acababa
pensar cuál será el rigor con que castigará la menor i n - de hacer tantas maravillas, le babia olvidado y desprecia-
modestia en nuestras iglesias. ¿Cuál sería el asombro de do, basta sustituirle un becerro de oro en el tiempo mismo
un iroqués que, medianamente instruido de las verdades en que eslava dándole su ley sobre la monlafia.
de nuestra religión, entrase por primera vez en nuestras Habiendo vuelto á subir Moisés hasta lo mas alto de la
iglesias, llenas d'i gentes sin respeto, sin reverencia, sin monlañu, de donde babia tenido que bajar para hacer sa-
DE GUAHESMA. 213
l)er;il pueblo l;i v^lunt^d diiDios, y asogurarle; le (Joclaró á su propio espíritu? ¿ y q u é funestos efectos no produce
d Seflorsus iDanclamienlos; lo dió diversos estilutos de tarde ó temprano un largo comercio con los iníieles? La
jiisíiria, para el casligode los crímenes, para el arreglo de corrupción dol entendimiento pasa muy próulo al corazón,
las cusluiidires, y para las príiclicas de religión y de poli- y dañados los dos, el temor de Dios se pierde, la memoria
cía. Sin embi.rgo, viendoque el pueblo de Moisés lardaba de sus beneficios se csliugue, y seda por último en las
nmpho tiempo en bajar de la montana, c r e y ó que liabia abominaciones mas espantosas. Se pregunta por q u é Dios
pci ecido entre los fuegos y los truenos; y acostumbrado á dijo á Moisés: Déjame, seguir los movimientcs de mi indig-
las supersticiones paganas de que babia sido testigo en nación, esterminaré estos malvados, esle pueblo ingrato
Kgiplo, lleno su espíritu del culto de los ídolos que los é iníiel. Esto no quiere decir otra cosa sino que la miseri-
egipcios adoraban, y dañado también el corazón por el cordia de Diosalegaba, por decirlo así, en favor de aque-
comercioqne babia tenido en aquella nación idolatra, forzó llos pecadores contra su justicia. Dios quiere perdonarles;
á Aaroná que le diese dioses, y le hiciese un becerro de pero quiere que se le ruegue. Dios d i c e á Moisés: Déjame
oro que le sirviese de ídolo. Aarou viendo todo el pueblo hacer, lo cual e-, dice Teodorelo, como si lácilamente le
amotinado y pronto á estallar en una rebelión general, dijese en otro sentido: deten mi cólera con lus ruegos. No
tuvo la llaqneza de ceder á sus sacri'egos deseos. Les dijo diria, déjame obrar, sino que obrarla, si no hubiese que-
que quitasen los zarcillos de. las orejas de sus mujeres y rido perdonar. Diciendo Dios á Moisés, déjame obrar, yo
de sus hijos, y que se los trajesen, creyendo acaso que la voy ñ eslerminarlos, le da ocasión y le inspira el deseo de
repugnancia que tendrían en privarse de estos adornos, suplicarle, y le hace comprender el poder que tendrían las
les baria nuular de pensamiento. Pero ¿ q u é no puede la oraciones que él baria por ellos. (Lib. 0. Mor.) Reconoz-
corrupción del corazón cuando ha pasado hasta el enten- camos aquí el poder y la eficacia, añadamos aun, la ne-
dimiento!' aquel pueblo ineligioso le llevó sin dificultad cesidad «pie tenemos de las oraciones de los santos y d é l a s
aquellos ricos despojos. Se fnnrlió lodo este oro, se formó gentes de bien, y deploremos la funesta ceguera de los
de él un becerro que se colocó sobre un aliar, poco mas herejes, que negando la intercesión y la comunión de los
ó menos coiiio olios liabian visto en lígiplo el dios Apis ú santos se. privan desgraciadamente de uno de los mayores
Osiris, al cual adoraban los egipcios bajo la forma de un y de los mas importantes socorros de esta vida.
buey; y el pueblo msensfflo, liabiéndosclo inmolado vícti- Dios se dejó ablandar de las fervientes plegarias de su
mas y lioloi austos como á una divinitlad, celebró una gran siervo, el cual bajó en seguida con las dos labias de la ley,
fiesta en honor del becerro de. oro con cánticos, festines y y habiendí) echado de ver el becerro de oro y las danzas,
danzas. Knlre los escesos de una idolatría tan vergonzosa entró en uncí ira ta! que las arrojó, y las hizo pedazos al
so deeian á sí mismos los israelitas: «lié aquí lus diosos, ó pié de la montaña, como queriendo indicar con esto que la
'S|';>el; hé aquí los que le han sacado de Egipto.» Tanta alianza que los hebreos liabian hecho con Dios estaba
^•rdnd es que se piehle basta la razón cuando se pierde rola. Esla acción de Moisés, dice S;in Agustín, era un s í m -
f'e vista á Dios, y cuando uno so entrega al desorden y á bolo y una especie de profecía de la supresión ó de la ce-
tos placeres del mundo. sación de la antigua alianza, para dar lugar á otra nueva
Viendo el Señor esta abominación, dijo á Moisés: Baja, que el Mesías habia de hacer algún dia. Moisés arruinó el
porque el pnebio que has sacado de Fgiplo ha pecado aliar, echó al fuego el bec 'n o de oro, é hizo mezclar los
gravemente. So han separado muy pronto del camino (pie polvos con agua, la cual hizo tragar á los hijos de Israel;
les habias mostrado. Se han hecho un becerro vaciado, le es decir, que habiendo reducido á polvo el becerro de oro,
han adorado, le.han inmolado víctimas y han dicho: «lis- echó aquel polvo en el agua de donde bebia el pueblo,
Ios son tus dioses que to han sacado de Egipto.» Veo, a ñ a - como para hacerles conocer la vanidad de aquella prelcu-
dió el Señor, que este pueblo es poco tratable y poco <ló- dida divinidad que no habia podido librarse de ser redu-
(''l: déjame seguir los movimientos de mi indignación, yo cida á polvo, y por este medio inspirarles un soberano
íes esterminaré, y te constituiré gefe de otro pueblo mas desprecio de e'la.
"urneroso y ménos difícil de gobernar. Entonces poslrán- Kl Evangelio de este dia eslá tomado del capítulo 1 de
•¿86 Moisés en la presencia del Señor, le rogó que perdo- san Juan. Ilncia la mitad de la fiesta de los Tabernáculos,
' ^ e á su pueblo, á quien habia librado tan poderosa- insiituida en memoria de las tiendas, bajo de las que se
'itente y de un modo tan maravilloso de la cautividad de liabian acampado los judías en el desierto por espacio do
Egipto, y que no diese logar con esle castigo á que los cuarenta años, y que se celebraba por ocho dias, en el
(>8ipcios y todos los enemigos de su sanio nombre Iriunfa- séptimo mes del año judío, que correspondía á nuestro
S0(i en perjuicio de la verdadera religión, y los insultasen mes de setiembre; hacia la mitad de esta fiesta, esto es,
^ ' l e n d o que no los habia sacado de la cautividad sino el dia feslivo en medio de la octava, que á loque parece
l1i>l'a hacerles perecer en las montañas; le suplicó que se era el sábado, subió el Salvador al templo seis meses a n -
'bordase de las promesas que habia hecho á Abraham, á tes de su muerte, y se p u s o á enseñar: lo hizo con lanía
sane y á Israel en favor de su posteridad, y que se d i g - elocuencia y erudición, que se atrajo la admiración do
,,ase detener los funestos efectos de su justa cólera. lodoe! mundo. Aquellos mismos judíos que estaban mas
¡Qué de ¡iisli-ucciones y misterios saludables contiene enconados contra é!, se decian entre sí: ¿ Cómo se ha he-
Cs',1 hecho histórico ! Ua pueblo nacido en el seno de la cho tan sabio sin haber tenido nunca maestro? Los judíos
^'•'dadera religión, amado de Dios, colmado de sus bene- estaban tanto mas sorprendidos de la ( iencia profunda del
,Ct8»! testigo de tantos prodigios, obrados en su favor y á Salvador, cuanto que sabían bien que jamás habia fre-
Sll> "jos, no bien ha perdido de vista á su conductor, cuentado sus escuelas, ni lenido maeslio alguno de entre
J'-imlo olvida á Dios y cae en la mas grosera de l a s i i U a - ellos. La respuesla que les diójio era ménos espiritual quo
la:S- ¿De q u é no OÍ capaz el hombre cuando so abandona sólida: La dodrina que os predico, les dijo, n.) deja de sor
514 MAUTES CUARTO
mi doctrina, minquo tafl la doclrina de mi Padi e (]ue me que Belén fuese el lugar de su origen. Estaba el Salvado''
ha enviado para ensenárosla: no-os hablo solamente como entonces en aquella paite del templo, donde los doctores
hombre, sino como Bijo de Dios. Los que renuncian á su acostumbraban esplicar la ley. Conociéndolo que el pue-
propia voluntad para hacer la suya, conocerán bien pron- blo pensaba de él, aluó la voz, y enardeciéndose su zelo,
to si yo hablo de mí mismo, ó si es él el que me hace ha- les habló con un tono mas lirme, y les dijo: Vosotros sa-
blar, y si mi doctrina es la palabra d^l hombre ó la palabra béis quién soy yo, y de dónde soy, según el hombre, que
de Dios. Vosotros me confesareis que un enviado que ha- es lo único que aparece á vuestra vista; pero no sabéis
bla de sí mismo, y nó según las inslrucciones que se le quién soy yo, ni de dónde soy según la naturaleza divina.
han dado, busca su propia gloria; y que por el contrario, Vosotros ignoráis que soy yo el Mesías que Dios ha en-
el que trabaja por el honor del Señor á quien representa, viado como lo habia prometido. Vosotros no me miráis
no dice nada que no sea verdad, ni quiere nada que no sea mas (|ue como un hombre, ó á lo mas como un profeta;
justo. y todavía por una malicia detestable no me consideráis
Acusaban los judíos alSalvador de que habia violado la sino como un seductor, no obstante que no podéis igno-
ley, y aun querían quitarle la vida por haber curado en rare! leí-timonio que Juan Bautista ha dado de mí, ni los
un sábado ai paralítico. Jesucristo les hacia ver no solo que milagros que me habéis visto obrar. Todo esto debia da-
conocía sus mas secretos pensamientos y su mala voliin- ros bastante á conocer que no vengo yo de parle de n i n -
lad, sin i también la injusticia y la inconsecuencia de su gún hombrea enseñaros el camino de la salud: que no
conducta; les muestra que si él ha violado la ley curando hay hombre sobre la tierra que haya podido darme esta
un paralítico en un s á b a d o , ellos mismos la violan mucho misiomque no he venido tampoco por mí mismo, sino que
mas, puesto que no tienen facultad en circuncidar un niño en cualidad do Mesías he debido ser enviado por el Señor
el sábado, cuando cae en este dia el octavo después de su soberano del mundo á quien vosotros no conocéis, el cual
nacimiento. ¿ P o r q u é , pues, añadió el Salvador, tralaisde siendo la verdad misma no puedo ni faltar á sus prome-
quitarme la vida? El pueblo sencillo que creyó que esta sas, ni e n g a ñ a r con sus palabras, ni e n c a ñ a r s e en la
palabra se dirigía á él seofendió de ella, porque amaba elección que ha hecho del que ha enviado; y que no os
á J e s ú s , y no tenia parle en todo lo que los sacerdotes y enseña mas que lo que ha aprendido de él. Por lo quo
los fariseos tramaban contra él. No dejó de haber entre la h a c e á mí, si yo dijese que no le conocía, seria un menti-
multitud gentes bástanle insolentes que le dijesen: El de- roso como lo sois vosotros. Como si dijese, dice san Agus-
monio tienes en el cuerpo, y este espíritu de mentira es el tín: Yo soy de la misma naturaleza que él, porque el Hijo
que le hace hablar. ¿ Q u i é n piensa en quitarle la vida?El es de la misma naturaleza que el Padre; y lodo lo que el
S ilvador que no les habia dirigido á ellos esta acusación, Hijo es, lo tiene de aquel de quien es Hijo. Yo he nacido
no se detuvo en rechazar su calumnia y falta de respeto. del Padre como Dios, he sido enviado de él en cuanto
Continuó confundiendo á sus enemigos, diciéndoles: Voso- hombre. Cuando le oís decir, continúa el mismo Santo,
tros me hacéis un crimen de un milagro que os ha sor- él me ha enviado, no creáis que indica una diferencia
prendido á lodos. Yo curé un paralítico, le m a n d é que de naturaleza, sino solo la autoridad del que envía en cua-
echase á andar, que tomase su cama y la llevase á su casa, lidad de Padre.
lo que hacia el milagro todavía mas visible; y como la en- Las palabras del Salvador que debían satisfacer entera-
vidia lo emponzoña todo, me acusáis de que he violado la mente á sus enemigos y hacerles ver cuan dichosos eran
ley, porque be curado á este enfermo en un sábado. No porque tenían un Maestro semejante, no hicieron mas que
juzguéis por lo eslerior; entrad en el espíritu de la lay, y irritarlos. No buscaban mas que una ocasión para prender-
no reprendáis en mí lo que no creéis que se pueda condenar le y perderle. Mas como no habia llegado el tiempo que él
en vosotros. Si no se viola la ley del sábado haciendo en había determinado para inmolarse por la salud de los hom-
él la circuncisión, ¿ p o r q u é s e la ha de violar haciendo ca- bres, ninguno se atrevía á poner la mano en él, y por tan-
minar á un hombre baldado de lodos sus miembros? to no lomaba ninguna precaución para defenderse. El odio
Entre los que oian alSalvador, habia muchos de Jeru- y la rabia de los principales do los j u lios no fueron obs-
salen.que mejor instruidos que el simple pueblo, sabían táculos para quo nnuhos del pueblo creyesen en él, y lo
ciertamente que se conspiraba contra él. Estos se decían reconociesen por el Mesías, Dios encuentra siempre almas
los unos á los otros: ¿No es este aquel hombre eslraordi- dóciles que le indomnicín, por decirlo así, de la pérdida
nario, á quien por todas partes se busca para quitarle la d é l a s almas orgullosis, dolos mundanos voluptuosos, do
vida? pues él habla atrevidamente en presencia de los que los espíritus altaneros ó incrédulos, queso rebelan contra
le buscan, y él mismo publica sus malos designios sin que la moral y la doclrin » do Je-mcrislo. ¡Espíritus imjuietos y
so a t r e v a n á decirle una sola palabra; ¿ s i s e r a porque ha- ílucluanles en puulo de religión, hé aquí lo que debe fija-
yan vuelto sobre sí, y hayan reconocido que es verdade- ros! Sujetad vuestro corazón á las verdaderas prácticas
ramente el Mesías? Sin embargo eslees un hombrea quien que ella enseña; hacedlo triunfaren vuestras coslumbres;
nosotros conocemos lodos; sabemos de dónde es; por el ella cautivará bien pronto vuestro entendimiento, y os
contrario, cuando hubiere venido el Cristo, nadie sabrá de convencerá que no puede venir mas que do Dios.
dónde es. Era !a plebe la que hablaba así. Aquellos judíos
<|ii(" sabían la Escritura, no ignoraban que el Cristo debía La oración de la mina de este diñ es como sigue:
ser de la raza de David, y del pueblo de Belén, en don- Sacrce nobis, qumumus, Haced , Señor , que los
de habia nacido David. Los judíos de Jerusalcn parece Domine, ohservalionis j e j u - ayunos que observamos en
haber ignorado que Jesucristo hubiese nacido en Belén, n í a , et pim conversalionis esle sagrado tiempo de Cua-
ó por lo menos no sabían que sus parientes que habilabau augmentum, ct tuce, propilia- resma, sirvan para hacernos
lodos cu Galilea, pudiesen ser desccudienles de David, y ítonis conítitMt/m proesient adelantar mas y mas GO 'J
DE CUARESMA. 215
auxilium. Per Domimm piedad, y qne nos procuren contra los hebreos. La historia de la vida do Moisés. To-
iwsinm... de continuo Ja
la asistencia de dos los campamentos de ios israelitas en el desierto. Y la
vuestra misericordia. Por alianza que Dios hizo con este pnehlo, del cual se declaró
nuestro Señor, etc. su Dios, su Rey, su Protector, su Legislador y su Padre.

La f i s t o l a es tomada ¿til M)'o del Exodo, cap. 52. REFLEXIONES.


I n diebvs i l l i s ; Lomlus e$t En aquellos dias habló el «Déjame obrar á fin de que mi cólera se encienda con-
Dominus ad Moysen, dicens: Soííor á Moisés , y le dijo: tra ellos.» ¡Qué idea tan alta y tan consoladora nos dan
Desrende de monte: peccavü Baja de la montana, porque estas palabras de la bondad infinita de nuestra Dios! Un
pnpulm tuus, q u m eduxisti tu pueblo, al que has sacado pueblo que Dios por un puro efecto de su misericordia h a -
ds ierra Jigypti. Hecesscrunt de Egipto, ha pecado. Han bia elegido con preferencia á todas las naciones de la tier-
cito de via, quam oslcndisti dejado muy pronto el cami- ra, para que fuese su pueblo muy amado y favorito, en
eis: fecenmtque sibi vüulum no que les hablas mostrado. favor del que acababa de obrar tan grandes maravillas;
conjlaiilem, et adoraverunt, Han hecho un becerro va- un pueblo colmado, repleto de milagros y de beneficios;
«í^tte immoíaníes * hostias, ciado , y le han adorado, y azotes multiplicados sobre los egipcios hasta que hubieron
ü i x e r u n l : Isli sunl d i i t u i , habiéndole inmolado hos- dejado en libertad este pueblo; paso del mar Rojo á pié
I s r a d , qui te eduxerunt lias, han dicho: ¡Oh Israel! enjulo; nube espesa durante el dia para defenderle de los
'de ierra jEgipii. Itursum- hé aquí tus dioses , que te ardores del sol abrasador; nube luminosa que le alumbra
que ait Dominus ad Moy- sacaron de Egipto. Dijo tam- durante la noche en medio de las mas espesas tinieblas.
s e » : Cerno qmd populus bien el Sefior á Moisés: Veo Comida esquisila quts les cae ya preparada en las manos,
isie:diirw cervicis s í í ; d i - que este pueblo es de cabe- m a n á milagroso, pan celestial que satisface sus gustos d i -
tnittc me, ut irascalur furor za dura: déjame obrar á (in ferentes; alianza preciosa con Dios mismo, por la cual so
wieus contra eos, et delcam de que mi colera se enclen- constituye su Dios, su Protector especial, su Legislador y
cos, faciamque te i n genlem da contra ellos y los ester- Padre: en medio de todas estas maravillas y tantas otras
magnam.Moyses aulemora- mine, y yo le h a r é á tí gefe que de continuo se obraban en favor suyo y á su vista,
bal Dominum Deum suum, de una gran nación. Pero este pueblo ingrato é impío olvida en un momento iodos
dicens: Cur, Domine, iras - Moisés rogaba al Señor sn los insignes beneficios, olvida su autor, se rebelaabierfa-
citur furor i m s contra p o - Dios, y le decia ^ P o r q u é , mente contra su bienhechor, contra su Dios, contra su
pulum t m m , quem eduxisti Sefior, se enciende vuestra Padre, y llevando su impiedad basta los últimos escesos,
de ierra jEgypi i n f o r l i l u d i - indignación contra vuestro se hace un becerro de oro, le adora como su Dios, y le
na magna , et i n manu r o - pueblo, al cual habéis saca- ofrece sacrificios. ¿De q u é rayos y de q u é dardos no de-
^«sía? ATe, qumo , dicant do de Egipto con gran forla- be servirse la cólera de Dios lan justamente irritada para
M g y p i n : Cattideeduxit eos, i e z a y c o n mano poderosa? esterminar una nación tan abominable? J a m á s hubo un
ut interficerel i n montibus, et No deis , Seflor , lugar , os pueblo que mereciese mas los mas horribles castiges;
dcleret e térra : quiescat i r a ruego, á quediganlos egip- nunca hubo pecadores mas indignos de la divina vengan-
tua,ctesto placabilis super cios: Los ha sacado m a ñ o s a - za. Dios está irritado, es verdad; su indignación, su ira
nequitia populi luí. Recorda- mente de Egipto para hacer- se enciende contra este pueblo infiel; pero su misericor-
re Abraham, Isaac, el Israel los perecer en las montañas dia, su bondad brilla todavía mas que su enojo. «Déjame
s c n w u m íuoriím, quibusfu- y esterminarlos en la tierra. o b r a r , » dice á Moisés, « á fin de que mi cólera se encien-
rasti per tcmetipsum, dicens: Apacigüese vuestra ira , y da contra e l l o s , » Si hubiera querido tomar venganza, no
MultipUcabo semen vestrum dejaos ablandar para per- diria á Moisés que le dejase hacer; hubiera hecho, h u -
SÍCMÍ sullas cculi: el u n m r - donar la malicia de vuestro biera castigado, hubiera esterminado. ¿Para que, pues,
sum terram hanc, de qua l o - pueblo. Acordaos de Ab r a - prevenir á su siervo sino para advertirle que le des.irme
cutus sum, daba seminives- ham , de Isaac y de .Israel por la oración? «Déjame o b r a r . » Moisés no se oponía;
tro, et possidebitis eamsem- vuestros siervos, á los cua- pero Dios desea que se oponga: Moisés no le rogaba toda-
jper. Placatusqueest Dominus les habéis dichojurando por vía que le perdonase; pero Dios temeque Moisés indigna-
nefaceret malum , quod l o - vos mismo : Yo multiplicaré do de la atrocidad del crimen, no se atreva a suplicar, y
CttttíS fucrat adversus popu- vuestra descendencia como le deje obrar. Dios obra como un buen padre, qne está
ÍMTJI suum. las estrellas del cielo , yo afligido de verse precisado á c a s t i g a r á un hijo criminal,
d a r é á vuestra posteridad y que en el mayor ardor de su ira desea que alguno se
toda la tierra que os he p r o - interponga entre su hijo y él, que le quiten de la mano las
metido , la cual poseeréis varas que ha tomado para castigarle, y que alguna per-
para siempre. Entonces ei sona de autoridad interceda por el hijo criminal, y le s i r -
Sefior se aplacó , y «1 pue- va de pretesto para perdonar al culpable. De este modo es
blo no osperimentó el mal como Dios obra con respecto al pecador. Quiere que las
con que le habia amenaza- oraciones de Moisés sean como un brazo poderoso que de-
do, y el Señor tuvo compa- tenga la mano de Dios, pronta ya pora herir á su pueblo;
sión de su pueblo. ó mas bien inspira, forma en el corazón de Moisés los rue-
Kste libro llamado Exodo de una palabra griega que gos con que queria dejarse ablandar. La misericordia do
s'gniQGa la salida, porque reQere la salida de los isracli- Dios combate contra su justicia, y deíiene los efectos de
tasde ligjpto, es el segundo del Pentateuco. Contiene la esta. En este sentido dicen los Padres, que Dios grila tan
historia do la persecución suscitada por o) rey de Egipio alto y hace tanto ruido cuando amenaza; al hacer anun-
2!G MARTES CUARTO
ciar por un profeta que arma su arco, que aguza sus fle- Jesús i n templo docens, el d i - ¿No es este el que buscan
chas, que su cólera se enciende; que v a á estallar: no se cens: Et me scitis, et unde para matarlo? pues él habla
quiere hacer gran mal, cuando se hace tanto ruido. Dejad- sim scilis: et a meipso non delante de todo el pueblo y
me obrar. A la Santísima Virgen, protectora y refugio de veni; sed est verus, qui misil nada le dicen. ¿Habrán aca-
los pecadores; á los santos Angeles de Guarda, que tanto me, quem vos nescüis. Ego so reconocido los gefes de la
se interesan por la salvación de los que están confiados á scio eum: quia ah ipso swm, nación que este es el Cristo?
su custodia; á los sanios l'atronos, que pueden interceder el ipse me misil. Quccrebant Pero nosotros sabemos de
lan poderosamente por los pecadores, es á quienes pare- ergo eum apprehendere, et dónde es este hombre : mas
ce quií Dios dice: Dejadme obrar para tener una razón de nemo misil in illum manus, cuando viniere el Cristo, na-
perdonar. ¡Buen Dios, q u é gran motivo de confianza para quia nondiun venerat hora die sabrá de dótule es. Cla-
el pecador es vuestra bondad! ¡qué consoladora es vues- ejus. De turba aulem muid mnba, pues, Jesús e n s e ñ a n -
tra misericordia! crediderunl i n cum. do en el templo, y decía en
alta v o z : Vosotros sabéis
E l Evangelio e.; del cap. 7, según san Juan.
quién soy yo , y de dónde
In Ulo tempore: Jnm die En aquel tiempo estando soy ; yo no be venido de mí
feslo medianle, ascendit Je- ya hacia el medio de la mismo ; pero aquél que me
sús i n lemplum , ct docebat. fiesta subió Jesús al templo, ha enviado es verdadero , y
Et n ú r a b a n l u r Judad, dicen- y allí enseñaba. Los judíos vosotros no le conocéis. Yo
tes: Qaomndo hic titteras scit estaban admirados y decían; le conozco porque procedo
cum non didicerü? Rcspon- ¿ Cómo ha podido éste sa- de él , y él es el que me ha
d i i m Jcsas, et d i x i t : Mea ber no hahiendo estudiado? enviado, I5uscab¡m , pues,
d u l r i m non esl mea , sed Dirigiéndose Jesns á ellos, ocasión de prenderle , mas
ejus qui misil me. Si guid les dijo : Mi doctrina no pro- ninguno puso en él la mano,
voluerit volunlalem ejus fa- cede de m í , sino de aquel porque aun no habrá llega-
ceré > cognoscel de doctrina, que me ha enviado. Los que do su hora. De la multitud
u t n m ex Dco stí, an ego a quisieren hacer su voluntad creyeron muchos en él.
meipso loquar. Qui a semet- conocerán si esta doctrina
ipso loqidlur, gloriam p r o - es do Dios, ó si yo hablo de
MEDITACION.
p r i a m queeril: qui aulem mi propia autoridad; el que
quecrit gloriam ejus, qui m i - habla de su propia autori- Sobre el pecado mortal.
sil etm, hic verax esl, el i n - d;id , busca su propia glo-
j u s l i l i a i n Ulo non esl. N o n - ria. El que procura, pues, PÜXTO PtUMRiio.—Considera que el pecado morlal es el
na Moyses dedil vobis l e g m : la gloria de aquel que le mayor delodos los males, y propiamente hablando, el ú n i -
el n m o ex mbls faeü lege.m? ha enviado, dice siempre la co mal que temer. Pérdida de bienes, de honor, de salud,
Quid me qucErhis hüerfice- verdad y no hay en el i n - desgracias, accideules fatales, vosotros costáis muchos
re? Respondit turba, et di? ju.-licia. ¿No os hadudoMoi- suspiros y lágrimas , causáis muchos malos ratos y dis-
x i l : Dcemonium habes: quis s é í la ley , y sin embargo gustos; sin embargo, si con lodas eslas desgracias es uno
te queeril intcrficere ? ñ c s - ninguno de vosotros pone en hombre de bien; si está en estado de gracia, es digno del
¡midit J e s ú s , et dixit eis: práctica la ley? ¿Por q u é me respeto de los ángeles mismos, es dichoso. Por el eonira-
Liium opus feci, el omiies buscáis para quitarme la rio, aun cuando uno tuviese todo lo que desea; aun cuan-
m i r a m i n i : pvoplerea Mopes vida? Tomando entonces la da fuese el hombre mas dichoso del mundo, si está en es-
dedil vobis circumásionem palabra la multitud, le dijo: lado de pecado mortal, ¿que viene á ser á los ojos de
{non quia ex Moyse esl, sed ¿Estás endemoniado? ¿ quién Dios , que es el único que conoce perfectamenle el mérito
ex patribus] i el m sabhnlo le husca para matarle? Ues- de lodas las cosas? un objeto de horror, objeto de indig-
circumádilis homincm. Si pondióles Jesús , y les dijo: nación y de suira. ¿Comprendemos por esto cuál es la
cinumásionent accipil homo Uiia sola cosa he hecho , y malicia del pecado mortal? Apenas un hombre muere
i n sabbato, ut non solmtur todos os habéis admirado. pobre, despreciado , desgraciado, es dichoso si muere en
lex Moysi, mild indigiwmi- Así también porque Moisés pecado morlal, pero ¿ e n q u é viene á parar en la hora de
n i quia totum homiiiem sa- os ha ordenado la c i i n m - la muerte el mas grande monarca del universo, el hom-
m m f e c i in sabbato'} Nolile cision, la hacéis aunque sea bre mas dichoso del siglo, si muere en pecado?
j u d k a r e secundum [aciem, en sábado, no obstante que Considera que todas las desgracias que han sucedido
sed j u s l u m j u d i a u m judica- no venga de Moisés sino de desde el principio del mundo, el diluvio de males que
te. Dicebaat ergo quidam ex los padres. Y si por no vio- inunda toda la tierra, las guerras, la peste, los incendios,
Jerosolymis: Nonne hic esl, lar la ley de Moisés, se cir- las enfermedades y otros cien azotes; la condenación eter-
qaem qaairutil inlerficere? cuncida un hombre en s á - na de las almas; el infierno mismo, ese centro donde se
E l ecce palani loquilar, et bado, ¿por q u é lie vais lan h h úlan reunidos todos los malos , lodo esto es efecto no
n i h i l ci dkunt. Numquid ve- mal tíl que yo haya curado mas que de una culpa mortal; juzgad de aquí q u é mal es
re cognoverunt principes lodo un hombre en sábado? el pecado mortal;
quid hic esl Chrislus ? Sed No juzguéis por lo que se No pueden concebirse criaturas mas nobles y mas per-
hanc scinms mide sil: Chris- présenla por lo esterior, sino fectas que^ los á n g e l e s , y sin embargo un solo pecado
lus aatem cum r e n m l , n m o juzgad según la justicia. A l - mortal, que no había pasado do un coíisentimienlo dado á
scií m i i s i l . Clamahil ergo gftnos de Jerusalen decian: un pensamiento de orgullo, y que no duró mas que un
DE CUAIUÍSMA. 217
inomonlo, precipitó en los infiernos, y condenó !>1 supli- meter un mal lan grande, y resolverme á oféndelos?
cio eterno un gran mímero decrialiirus lan escelenlos (pie .Genes. 39.)
podían dar á Dios lanía gloria por toda la eternidad , y ntoPósiTOS.
que Dios habia criado singulannenle para su gloria. Con-
cibamos después de esto, si es posible, lo que es un pecado 1 «Huid del pecado como de una serpiente,» dice el Sa-
moría!. Este pecado que se cooietc tan fácilmente y cuasi bio, «a la cual si os acercáis os picará.» No tengáis horror
sin remordimienlos; osle pecado lan universal en todas las. de hoy mas sino al pecado. Las enfermedades, la pérdida
edades di' la vida; éfele pecado que se comete basta r i é n - de los bienes, las adversidades y los accidentes mas mo-
dose y sin sentirlo. lestos de la vida merecen poco el nombre de m a l , puesto
Dios mió, ¿conocemos esta religión? ¿lenemos siquiein que todo esto puede ser útil. No deseis nada, no empren-
una lintura de ella? Nos familiarizamos con el pecado, dáis nada á que no acompañe este temor saludable, y h a -
y el menor pecado 11101 lal es el mayor mal » el único mal ced muchas veces al día, ó por lo ménos todas las m a -
qué hay en el inundo; ¿ y se vive un momonlo en pe- ñanas esta bella oración de la Iglesia: «Sefior Dios o m -
cado? líipotcnle, sostenedme con vuestra divina gracia en este
l'i vro SI:GLNDO.—Considera que por mas terrible que dia para que no cometa n i n g ú n pecado, sino que lodos
sea la pena con que üios castiga el pecado, nunca iguala mis pensamientos, mis palabras y mis acciones no se d i -
á toda su malicia. rijan mas que á cumplir vuestra santa voluntad, y que t o -
Un solo pecado do desobediencia privó al primer hom- das sean según las reglas de vuestra justicia; por nuestro
bre de la justicia original, le despojó de todos los dones Sefior Jesucristo. Amen.»
sobrenaturales, le atrajo á él y á loJa su posteridad la 2 No basta tener horror al pecado, es preciso también
mullilud cuasi iníinila de lodo gém'ro d ó m a l e s que nos tener cuidado de inspirar este horror á todos los que. están
harán gemir basta el fin de los siglos. Seis mi! años hace bajo de nuestro mai.dj. La mayor parle de los hijos se-
ya que Dios se venga; su venganza ne está todavía satis- rian lan santos como un san Luis, si lodos los padres fue-
fecha; ella d u r a r á tanto como el mundo; el fuego del sen lan religiosos como la reina Ulanca. No pasaba dia en
iníierno que osle enojo ha encendido durará una eterni- que esta piadosa princesa no dijese muchas veces al j ó \ e u
dad; concibamos, repito , si es posible, por unos efec- rey: Hijo mío, por grande que sea la ternura con que le
tos lan terribles , la malicia de la causa que los pro- amo, querria mas, sin embargo, verle muerto, que el sa-
duce. ber que hubieses de cometer un solo pecado mortal d u -
¡Cuántas personas de una virtud dislinguidn, ricas en rante fu vida. Aprovechaos de esta instrucción; imitad
méritos, que habían llegado á un grado sublime, por este ejemplo. No paséis dia alguno sin que deis una lec-
un solo pecado modal se han condenado desgraciada- ción semejante á vuestríis hijos; anticipaos aunque tengan
mentel uso de razón, para'inspirarlcs este horror al pecado y este
Aun cuando se haya vivido seseóla y ochenta años en temor saludable. ¡Cuánlos vivirían en la inocencia, c u á n -
el ejercicio de la penilencia; aun cuando se hayan pracli- las familias serían felices, si se mirase como una obliga-
cado los actos de las virtudes mas heroicas; aun cuando ción el inspirar desde muy teniprano á los niños este
se haya convertido lodo el universo, y aun cuando se ha- horror al pecado I
ya hecho hasta milagros; un solo pecado mortal destruye,
aniquila, por decirlo así, todo esto en un momento; en MIÉRCOLES CUARTO DE CUARESMA.
un momenlose cae en desgracia de Dios; en un momento
se hace uno horrible á sus ojos; y si se muere en el pe- Llámase esle día el miércoles del ciego de nacimienlo,
cado , se hace eternamenlc objeto fala! de su cólera y de á causa del Evangelio que se lee en la misa : se. llamaba
sus venganzas. también el día del grande Escrulinio, porque en esle dia se
Es, pui'S, innegable que el pecado, propiamente ha- hacia solemnemenle el examen de los catecúmenos que
blando, no solamente, es el único m a l , sino que no puede debían admitirse al bautismo diez y ocho dias después. Se
bab.irotro mal que é l ; ^y se le mira como íal? ¡Ah! el llama este examen el grande Escrulinio, porque era pre-
pecado agrada, el pecado tiene atractivos, y podría decir- cedido y seguido de algunos otros ménos considerables-
so que muchos no hallan gusto en los placeres sino cuando ¡labia onliiianamenle siele escrutinios; es decir, siete dias
están, por decirlo a s í , sazonados por algún pecado. ¿No de Cuaresma,destinados para examinar é inslruirálos que
soy yo de esle número? ^üué. horror he tenido yo hasta pedían el b iulism;); pero el que se hacia en este dia era
aquí del pecado? ¡Ah Señor! si consulto mi facilidad en el principal y el mas solemne, lo que ha dado motivo para
cometerle, y el poco dolor que he tenido de haberle co- que se dé á esle dia el nombre de «feria de los Escrutinios»
melido, ¿ q u é es ío (pie debo pensar? ¿ q u é puedo yo con preferencia á los otros seis. Toda la misa hace reía
decir? cioit al bautismo. El introito: «Yo d e r r a m a r é sobre voso-
¡Yo detesto, ó Dios mío, mi ceguera ! ¡yo admiro, j o tros una agua pura y saludable.» La Epístola de donde
adoro vuestra bondad y vuestra paciencia! Perdonadme eslá lomado esle introito, es un compendio de los efectos
mis desórdenes pasados; mi dolor lo va á dar á conocer del bautismo; y el Evangelio del ciego de nacimienlo á
mi peuiteucia. El pecado es el único mal q ü e yo tengo que quien el Salvador no quiso dar la vista sino con la preci-
temer; ¿ será en efoclo el único (pie temeré ? sión de que fuéso á lavarse en la piscina , représenla la
JACULATORIAS.—Borrad, Señor, miiniquidad", y si soy ceguera espiritual del alma ánles de ser reengendrada por
tan dichoso que ya esté purificado, lavadme todavía mas esle admirable sacramento.
y mas, purilicadme aun m is. (Psalm. ;>0.) A la hora de tercia se hacían venir á la iglesia á lodos
¿Seria posible, ó Dios mió, que yo pudiese j a m á s co- los que debían ser bautizados; se escribían sus nombres y

Toai3 i v . 28
2t8 MIERCOLES CUAUTO
los di; las personas que debi.'m tonoilus on la faente I n u - ¿ y hasla qué [imitono llevaron los mismos sacerdotes la
lismal. SÍ', hacian exorcismos sobre ellos, y la un; ion do idolatría on los dias de los Macaboos, en medio do Jeru-
la saliva. Se Icia la lección del proíela Ezcquie), que es la salon y á la vista del templo? ¿ q u é impiedades, q u é aho-
primera Epístola de la misa, y despuos la de Isaías que es minacioneson tiempo do Jason, usurpador del nombre y
la segunda, con sus graduales. Después se liacia la cere- do ta dignidad do gran sacordolo? Solo en la Iglesia es on
monia de la aberlura de las orejas, como para poner los donde debia cumplirse esta profecía. Solo Jesucristo ha
calecúmenos en estado do escm bar el Evangelio y el s í m - sido el que propiamente ha obrado on sus fieles las uuila-
bolo do la fé que se los iba á osponer, y oslo ha hecho qnc cionos maravillosas quo señala aquí. Él es oí quo quila con
se llamase lambió» osle dia el miércoles de. la abet lura do su gracia el corazón do piedra, aquel corazón duroy torro-
los oídos. La esposicion de! Evangelio era seguida de la no, aquel corazón lodo material y sensual que formaba el
noticia del símbolo, en la cual so proponía á los c a l e c ú m e - carácter de los j u d í o s ; él os el que d'a un corazón do
nos idóneos, y deslinadíis al bautismo próximo, el símbolo c a r n i 1 , esto os, un corazón tierno, un corazón dócil y r e -
de la fó, y esta doble ceremonia era procedida de las re- conocido; él es, on fin, ol que derrama im ospírilu nuevo,
nuncias á las vanidades y pompas del mundo, y á las y arroja el ospírilu antiguo; él nos purifica do nuestras
sugestiones del demonio y de la carno que so les hacia ha- méínchas, y por medio do su gracia nos da fuerzas para
cer. Se pasaba del símbolo i la oración dominical, y oslas porsoverar libremente en el bien.
santas y sagradas ceremonias del grande oscrulinio d u - Con el mismo ospírilu y on o! mismo sentido ha elegi-
raban una gran parlo del dia. Como no debían bautizar do la Iglesia para t i segunda Ep.íslaia do la misa de esto
mas que los adultos, so empleaban muchos dias en las dia, aquel pasaje del profeta Isaías en que d e s c u b r i é n d o -
ceremonias del bautismo. Después que la Iglesia hacroklo nos Dios los tesoros mQnilos de su misericordia, y las r i -
á propósito y aun necesario el conferir el buulisino á los quezas do su bondad, nos manda que nos purifiquemos de
niíios, se han reducido lodas eslas solemnidades, sin omilir nuestras iniquidades, y nos lavemos do nuestras manchas.
ninguna de las principales ceremonias. Lavaos, purificaos. No pide un lavatorio, ni una purifica-
«Guando hubiere sid) santificado en medio de vosotros, ción estorior, como parecía quo lo onlendiau los judíos:
os congregaré de lodas las parles de la tierra, y derrama- quiere una pureza interior, una purificación del alma que
r é S)bro vosotros una agua pura, y vosotros seréis purifi- no sobaco sino por la conversión del corazón, por la peni-
cados do todas vuestras manchas, y os d a r é un espíritu tencia, por la caridad; lo (pío sigue manifiesta bástanle
nuevo. Por esta profecía do E/.equiol comienza la misa de que Dios no habla mas quo de la inocencia ; quitad do do-
esto dia. Se vo basíanle la relación que eslas palabras tie- lante do mis ojos la mrdignidad do vuestros deseos y do
nen con el bautismo, cuyas principales ceremonias se vueslros pensamientos, y cesad do obrar el mal. No basta,
hacian en osle din como so ha dicho. continúa, cesar do obrar el mal; aprended á hacer ol bien,
La primera Epístola os ima figura emblemática de él. á huir el mal, porque en hacer ol bien es en lo que c o n -
Eslá tomada del capítulo 3G del profeta Ezoquiol, on don- siste la justicia. Amad la rectitud, guardad buena fé, y
do Dios promeic á su pueblo sacarle do la Iristo Dauüvidad no hagáis agravio á nadie. Asistid al pobre, haced j u s t i -
en que gomia, derramar sobro él una agua pura, y p u r i - cia al huérfano, defended la viuda, ejercitaos en las obras
ü c a r l e d o todo lo que lo manchaba; lo cual es una pre- de misericordia, haced bien á lodos; y después de esto,
dicción muy clara de! bautismo do Jesucristo, cuya sangro yo os permito que os quejéis do mi severidad, y me acu-
comunica al agua la virtud do borrar el pecado de los séis do que soy un señor duro y austero, Í-¡ OS miro con
que croen on él. Dios dice también por boca del mismo malos ojos, si os despido cuando viniereis á mí, si cierro
profeta, que les dará un corazón nuevo y un nuevo espí- mis oídos á vuestros votos y á vuestras peticiones. En ver-
ritu, arrancando al mismo tiempo de ellos el corazón duro dados digo quo aun cuando vuestros pecados fuesen tan
y terreno de quo oslaban animados, y el cnlendimionto visibles como ia escarlata, y vuestra alma estuviese fon
grosero y craso que les hacia indóciles. Yo eslableceró mi teñida como ol paño teñido do nn rojo vivo, se pondrá
espíritu en medio do vosotros, el cual os ilustrará, os des- blanca como la nievo. S í , aun cuando fuesen tan-rojos
cubrirá el vacío y la nada de los bienes criados, y el falso vuestros pecados c o m í la grana, so blanquearán como la
brillo do lodo lo que deslumhra los sentidos, do todo lo lana mas blanca. No os esto decir que el picado dejonun-
quo agrada, y haciéndoos conocer el precio de los bionoá ca de ser pecado; lo que Dios quiere darnos á entender
espirituales, o? dará ol gusto do ellos, dándoos la i n t e l i - os quo por mas enormes que sean nuestros pecados, por
gencia de los mas altos misterios. La gracia que yo dor- grande quesea su número, luego que el pecador so con-
ramf.rócn vosotros con mi espíritu, os hará guardar mis vierte de buena fé, Dios le perdona lodos sus pecados, y
mandamientos con alegría, os hará marchar por mis ca- on virtud do esto perdón, el alma recobra la inocencia.
minos con fervor, a ñ a d e el S e ñ o r : vosotros seréis mi pue- ¡Qué misericordioso y q u é bueno es nuestro Dios! ¡ Q u é
blo, y yo seré vuestro Dios, y os m i r a r é como el objeto de motivo tan poderoso de confianza ofrecen estas espresio-
mi ternura. nes! Nada osprosa mejor los efectos maravillosos del ban-
A la verdad, después do la vuelta do la cautividad losju- lismo y do la penitencia quo estas comparaciones.
díosdieronménos motivo de queja y denota, espocialmcnlo No tiene ménos relación con el ofoclo do estos sacra-
con respecto á la idolatría y á los demás, desórdenes que ir.cnlos ol Evangelio do la misa do esto dia; en él se con-
con tanta frecuencia se les habían ochado en cara por los tiene la curación del ciego do nacimiento. Nada hay tan
profetas, antes de la cautividad; poro está muy lójos de admirable como esto milagro.
que hayan llenado en rigor loda la idea doporíocciun que Pafiando el Salvador u n sábado por una callo do Jorusa-
aquí y en otros patajes do la Escritura se los traza. ¿ Q u é IQQ vió un hombro ciego do nacimiento; so compadeció do
ilc.-arreglos no habia en el pueblo en tiempo de Nohomías? él, y resolvió curarle. Pero áulos do obrar esto gran m i -
DE CÜARKSMA. 219
lügro, {[¡liso uspontliT á una pi'cgtnilaquc 1c hicieron sus mas visible que se presentase el prodigio, todavía les pa-
discípulos. Maeslro, !c dijeron, ¿eníd hu podido sor la recía increíble. La maravilla era tan estraordinaria, quo
causa de que esle'hombre haya nacido ciego? ¿ e s acaso muchos cuasi se inclinaban á dudar do que fuese é l ; sin
por culpas suyas ó por culpas de sus [¡adres? Crcian ellos embargo, hahia ya mucho tiempo que era conocido para
como lodo lo demás del pueblo que no habia adversida- poder ni aun imaginarquefiiese otro. Él mismo noseocul-
des ni males que no fuesen penas de algún pecad;). Que- laba: Sí, les decía, yo soy el que mendigaba el pan, y á
riendo, pues, Jesús desengañarles é instruirles les declaró quien vosotros habéis dado limosna muchas veces. En l i n ,
que aunque las aflicciones sean muchas veces la pena de fué necesario creerle. Este milagro hizo gran ruido; lodos
nuestros pecados ó de los de nuestros padres, también su- querían ver y preguntar á un hombre que habiendo n a c í -
cede con frecuencia que Dios no las envia sino pata probar do ciego veia ya claro. Deconlinao le haciau referir, c ó -
y purificar á los elegidos, ó por otras razones que sirven mo se habia hecho esto : Aquel hombre, les decía, que se
á los designios de su providencia. Tal es la incomodidad llama Jesús, me ha puesto lodo en los ojos, y me ha man-
que sufre este hombre desde su nacimiento. Dios ha per- dado que fuése á lavarme á la piscina de Siloé. Yo he he-
mitido que este hombre naciese ciego para tomar de aquí cho lo que me ha dicho; he i d o , me he lavado, y
ocasión de manifestar su poder y su misión. Es preciso, veo.
añadió, que mientras es de dia, haga yo las obras del Un milagro lan grande, tan incontestable y tan público,
que me ha enviado. Tómase aquí el dia por el tiempo que léjosde convertir los enemigos del Salvador, les enfure-
el Salvador debia vivir aun sobre la tierra. Este tiempo ció tanto que cuasi habían resuello deshacerse del ciego,
debia ser para los judíos un tiempo de luz si ellos hubie- que era una prueba tan brillante du él. Le preguntan en
sen sabido aprovecharse de él. Viene la noche, prosiguió, dónde estaba Jesiis: No lo sé, les respondió. Le llevan á
en que no se puede hacer nada : Jesucristo por esta noche los fariseos, los cuales le preguntan c.^mo había visto : él
•ndieaba su m uerte, después de la cual iban á sor aban- les repito lo que habia dicho ya á los otros: Me lia puesto
donados á las tinieblas de su ignorancia, y de su ceguera lodo en los ojos, me he lavado, y veo. ¿Pero no era s á b a -
voluntaria, según la amenaza que les habia hecho en otra do cuando te ha curado? añaden. Sin duda, respondió el
parte. Caminad mientras tenéis luz. Vosoy la luz del m u n - que habia sido ciego, pero me ha curado. No es, pues,
do Desgraciado el que no trabaja mientras es de dia. Co- este nn hombre de Dios, dijeron entonces algunos de la
mo aquel dia ora sábado, parece que el Salvador quiso asamblea, puesto que no observa el s á b a d o . ¿Y cómo mi
preparar el espirilu dé los Apóstoles con este preámbulo lio;nbre pecador, decían oíros, puede hacer on milagro lan
para el milagro que quería hacer; como si hubiese dicho: grande? ILillnn lose tan divididos los ánimos, y acalorán-
"o obslanle que sea hoy sábado, y que prevea que mis dosela disputa, se determinó preguntar al que habia sido
enemigos fomarán un motivo de escándalo de lo que yo curada, lo quo él misino pensaba do aquel que le habia
voy á hacer, no debo diferir el dar la vista á este ciego, dado la vista. Por lo quo hace á mí, respondió con reso-
porque mi Padre será glorificado en ello, y esto adelan- lución, no dudo que este sea un hombre enviado de Dios,
tará mi obra. Luego que dijo esto, escupió en fierra, y ha- un gran profeta. Esta respuesta les irriló, se encoleriza-
biendo h e d i ó lodo con su saliva, frotó con ella los ojos del ron contra <M, le trataron de bribón y de impostor, y no
ciego, remedio naturalmeníe mas á propósito para hacer quisieron creer q te hubiese estado ciego. Cuando por en-
que para curar ciegos, dicen los padres. Solo aquel que vidia ó por odio no se quiere rocen cer el mérito, se nie-
ha podido formar el hombre de un poco de barro, es el gan los hechos. Los fariseos acababan de acriminar á Je-
que pudo hacer servir el lodo para la curación de un ciego sucristo por haber curado un ciego en s á b a d o , y ahora
de nacimienlo. En seguida le dijo el Salvador queso fuese conlradicen la verdad de esta curación milagrosa. ¡Cómo
á l a v a r á los baños de Siloé. Eormaban este baño, las aguas descubren claramente estas variaciones el espíritu del ter-
de una fuente que corria por las faldas de la colina deSiou ror, y la malignidad d é l a pasión que domina 1 Sin embar-
;il pie de los muros de Jerusalen. Como el nombro de S i - go de que había pocos hechos ni tan notorios, ni que t u -
loé significa enviado, que es uno de los nombres que la viesen mas testigos, fué necesario aclararlo. So hizo venir
Escriturada al Mesías, no fué sin misterio el que el Salva- al padre y la madre, se los preguntó sí aquel era su hijo,
dor enviase al ciego á aquella fuente. Queria enseñarnos si era verdad que hubiese nacido ciego, y quién pudo h a -
que él es el que nos reengendra en las aguas saludables berle abierto los ojos.
del bautismo, y P! que con su gracia cura nuestra ceguera A los dos [¡rimeros artículos respondieron sin dudar,
espiritual. No tenia necesidad el Salvador, ni del lodo, ni quo aquel era su hijo, y que era sumamente cierto que
de las aguas de la fuente de Siloé para darla vista á aquel habia nacido ciego; en cuanto á lo tercero (porque decir
ciego; sin embargo, se sirvió de aquellos signos sensi- que era Jesús el que le había curado, era lo mismo que
bles, de aquellas ceremonias esteriores para preparar los confesarle por el Mesías), callaron este hecho temiendo ser
ánimos para la institución d é l o s sacramentos, de los cua- maltratados. ¡Que raro es amar la verdad do modo (¡no
les eran figura estas cosas sensibles. La fuente de Siloé, j a m á s se la haga ceder al temor! Nosotros no sabemos,
dicen san Ireneo y san Crisóslomo, era un símbolo del dicen, quién es el que le ha abierto sus ojos: p r e g u n t á d -
bautismo. Los turcos tienen lodavía hoy en veneración la selo, ya tiene edad para poder dar por sí mismo cuenta
fuente de Siloé; creen ellos que sus aguas tienen la de lo quo á él le loca. Admiremos aquí la conducta do la
virtud de curar, ó á lo menos de aliviar los males de los Providencia; Dios hace servir á su gloria la malicia mas
ojos. El ciego obedeció, se lavó y volvió con la \ ¡ s l a . El abominable de sus enemigos. No se han creido de lijero
pueblo quedó admirado del milagro, sin penetrar el misio- los milagros de Jesucristo, puesto que no lo han sido sino
no. Los que desd > luego parecieron mas asombr;tdos fue- después que han sido evaminados con todas las precaucio-
^un los vecinos y los padres del ciego de nacimienlo. Por nes que la envidia mas maHgna ha podido sugerir, y
n o MIERCOLES CUARTO
puede decirse que la incredulidad de los fariseos nos ha ceguera voluntaria es incurable. Dios previene. Dios solí -
quitado todo preleslo de ser incrédiilos. cila, Dios muevo, pero no nos convierte nunca si nosotros
Los enemigos del Salvador creyeron que habiendo i n l i - no queremos.
midado al padre y a la madre podi ian allerar al hijo, y
sacar de él un testimonio que pudiese al menos debilitar La oración de la misa de este día es como signe :
Jos sentimientos de estima, de veneración y de admiración Deus, quiet justis prwmia O Dios, que das á los j u s -
(¡ue teína producido en el púhlico este milagro. Llámanle, merilorum , ct peccainrihus tos el premio de sus méritos,
pues, segunda vez, y le dicen con un tono dulce y lison- perjejunium veniam proe'ies: y á los pecadores por v i r -
jero : Tú no puedes d a r á Dios mayor honor que confesan- miserere suppliñbus í n i s , u l tud del ayuno el p e r d ó n ,
do la verdad : dínos, pues, ingenuamente todo lo que ha reatas nostri confessio i n - compadeceos de los que os
hecho contigo aquel de quien tú hablas, como del autor de dulgentiam valcai perciprre suplican, á íin de que por la
In curación. Tú no le conoces; nosotros le conocemos y ddidorum. Per üominum... confesión de nuestros peca-
sabmnos que es un malvado. Si es bueno, ó si es malvado, dos podamos obtener el per-
respondió, yo no entro á examinarlo ; vosotros juzgareis don de ellos. Por nuestro
como os agradare. Vosotros sois sabios, y yo no lo soy; Señor, etc.
lodo lo que yo s é , y lo que no puedo ocultar, es que yo
era ciego, y que ahora veo. La primera Epístola es lomada del profcla Ezequicl, c. 3 6 .
Pero bien, prosiguieron ellos, ¿ q u é es lo que ha hecho ¡Uve diril Dominas Deus: lié aquí lo que dice e'
contigo? ¿cómo le ha abierto los ojos? Confesemos que Sanctifieetá nomen mcim SaftOf Dios: Yo santificaré
cuesta mucho al incrédulo, para justificarse consigo mis- inagmm, quod pollulum est mi nombre grande que ha
mo, su incredulidad. No se trata de ¡lustrarse con la ver- iuter gentes, quod poUuislis sido profanado entre los
dad, sino de tranquilizarse en su error. El pobre hombre hi medio earum: ut sciant gentiles, y que vosotros h i -
fatigado con tantas preguntas y repreguntas, les respon- genlcs quia ego Dominus, beis deshonrado en medio
dió con un tono resuello é indignado: Os he dicho y vuel- a m sanctifmtus fuero i n v o - de ellos , para que las na-
vo á decir de qué manera me ha dado la vista : os lo he bis coram eis. Tollam quippe clones idólatras sepan que
dicho, vosotros lo habéis oido, ¿ p a r a q u é queréis que lo vos de genlibus, et congrega- yo soy el S e ñ o r , cuando
repita? ¿ a c a s o entraríais en gana de ser discípulos suyos? ho vos de imiversis terris, el hubiere sido santificado d e -
Esta palabra dicha con un aire natural é ingenuo, y sin addacam vos i n terram ves- lante de ellas en medio do
designio de ofenderles, les c h o c ó ; no le respondieron mas tram. E l e(¡'nndani super vos vosotros. Yo os sacaré de
que con injurias; sóaslo tú, si quieres, su discípulo; no- aquam mundam, el munda- entre los gentiles, osreuni-
sotros no queremos otro maestro que á Moisés, á quien sa- bimini ab ómnibus inquina- ré de lodos los pnises , y os
bemos que Dios habló. Este no sabemos quién es, ni de meniis veslris, el abuniver- llevaré á vuestra tierra. Yo
dónde viene. Esto es lo maravilloso, repuso e l hombre que sis idolis veslris muadabo d e r r a m a r é sobre vosotros
había sido curado, que vosotros no sabéis de dónde pro- vos. El dabo vobis cor no- una agua pura, y quedareis
cede este hombre, ni quién es, y él me ha abierto los vían, el spirihmnovum po- limpios de vuestras m a n -
ojos á mí que be nacido ciego. Vosotros mismos nos n a m i n medio veslri: ct a u - chas, y os purificaré de las
enseñáis, que Dios no oye á los pecadores; que no hace feram cor tapideum de carne inmundicias de lodos vnes-
milagros para autorizar la falsa piedad de los hipócrilas, veslra, el dabo vobis cor car- Iros ídolos. Yo os d a r é un
sino que escucha benignamente á los que le sirven con neum. E l spiriiam m m m corazón nuevo , y suscitaré
fidelidad. ¿Por ventura se ha oido j a m á s decir, desde el ponam i n medio veslri: et un espíritu nuevo en medio
principio de los siglos, que nadie haya abierto ios ojos de faciam u l i n prwceplis meis de vosotros; quitaré do
im ciego de nacimiento? Este lo ha hecho; ¿ y vosotros innhuU'lis , et judic.ia mea vueslra carne el corazón do
queréis que sea un malvado?. euslodialis, el operemini. Et piedra, y os daré un cora-
Una reflexión tan juiciosa y tan sabia no les pareció su- hahiiahiiis i n tena , qnam zon de carne. Yo colocaré
portable á aquellos pretendidos doctores. Qué, le dijeron, dedipalrilms veslris: el m í í s mi espírilti en medio de v o -
¿lú que no eres mas que pecador; tú que no fuiste nunca núhi populum, el ego ero vo- sotros, y h a r é que marchéis
nins que pecador; tú eras indigno de ver la luz, y tú le bis i n Dcum: dicil Dominas por el camino de mis p r e -
ingieres á hacer el dodor en esta asamblea? en verdad te omnipotens, ceplos , y (pie guardéis mis
cae bien, miserable, el darnos lecciones. Sal de aquí, y mandamientos , y los pon-
que j a m á s te se vea ya en esta asamblea. El Salvador, gáis en práctica. Habitareis
que no larda mucho en consolar á los que sufren por él, en la tierra que he dado á
habiendo sabido que se le había echado y escoraulgado, le vuestros padres , seréis m i
salió al encuentro, y habiéndole pregunfado sí creía en el pueblo, y yo seré vuestro
Hijo de Dios: ¿Quién es, respondió el ciego curado? d á d - Dios, dice el Seüor omnipo-
mele á conocer para que yo crea en él. Le has visto, le tente.
dijo Jesús: el que habla contigo, ese mismo es. Al oír es- Ezequiel no cesado echar en cara á los judíos sus abo-
tas palabras aquel pobre hombre trasportado de alegría: minaciones y su idolatría. Él predice un pue'do escogido y
Yo creo, Sefior, esclamó, sí, yo creo; y arrojándose á sus fiel á quien Dios dará un corazón y un espii itu nuevo. Esto
pies, le adoró como á su Dios, su bienhechor y su sobe- Profeta fué muerto por un príncipe de su nación, á quien
rano dueño. La fé viva de aquel nuevo discípulo consoló había reprendido porque adoraba los ídolos. El Martirolo-
al Salvador del endurecimiento de los fariseos. El milagro gio romano hace mención de ól en el día 10 de abril.
del ciego curado los hizo á ellos todavía mas ciegos, la
DE CUARESMA, , 221
Señor! ¡ q u é h o r r i b l e monstruosorá el corazón de los h o m -
tM segunda Epístola es lomada del profeta halas, cap. 4. bres, si resiste á una ternura lan iiicomprensiblo, si rehu-
fíwcdkil Dominus Deas: Esto es lo'.que dice el Se- sa convertirse, si os niega su amor!
Lavamini, mundi eslole, a u - ñor Dios: Lavaos, purifi-
El Evangelio de este dia es lomado del capitulo 9 del
fcrte m a l i m cogitalionum c a o í , quitad de delante de
de san Juan.
vcstrarum ab ocutis meis : mis ojoí ia malignidad de
quicscile agen perverse, dis- vuestros pensamientos: ce In iilo tempore: P m t e - En aquel tiempo , pasan-
cite benefacere: quwrile j u d i -
sad de obrar el mal, apren riens Jesús , vidit homiuem do Jesús , vió á un hombro
cium , subvenüe oppresso, ded á hacer el bien. Amad cwcum a m t í v i l a t e : et i n - que era ciego de nacimien-
j a d h alc pupilio, dcfcndile vi-
la equidad, socorred al que terrogaverunt eum discipuli lo , y sus discípulos le h i -
duam. E l venite, el arguite os oprimido , haced justicia ejus: Rabbi, quis peccavit, cieron esta pregunta: Maes-
me, dicit Dominus: si fuerint al pupilo , y defended á la hic, aut párenles ejus, MÍ tro, ¿en q u é ha pecado este
percata vestía ut coainuia, viuda ; y después que h i - cwcus nasceuiurl ñespondil ó sus padres, para na-
quttsi nix dealbabuntw: et si ciereis esto, venid y argüid Jesús : Ñeque hic peccavit, ciese ciego? 1N¡ este ha pe-
faerinl rubra quasi vermicu- me, dice el Señor. Aun ñeque pamitcsejus: sed u l cado , respondió Jesús , n»
las, velut lana alba erunt. cuando vucslros pecados manifeslenlur opera Dci i n sus padres tampoco; ha na-
Si voluerilis, c( audierilis fuesen como la escaríala, se ülo. Me oportel operari ope- cido así para que en el so
me, bona t e r m comedetis: volverán blancos como 1 ra ejus, qui misil me, doñee manilieslen las obras de
dicil Dominus omnipotens. nieve ; y aunque fueren en dies esl: venit nox , qmndo Dios. Es necesario que d n -
carnadoscomo el bermellón, nemo potcst operari. Quan- ranle el dia haga yo las
se quedarán blancos como diu sum in mundo , lux sum obi as de aquél que me ha
la lana mas blanca. Si vo mundi. JIoec cum dixisset, enviado , poique viene la
sotros quisieseis y me oye- expuil i n lerram, el fecil l a - noche, cu ta cual ninguno
seis, seriáis satisfechos de tum ex spulo, el linivit l u - puede hacer nada. Mientras
los bienes de la tierra , dice tum super oculos ejus, et d i - que estoy en el mundo, soy
el Señor omnipotente. xit c i : Vade, lava i n nata- la luz del mundo. Después
Isaías dice 61 mismo que ha sido enviado de Dios, no loria Siloe {quod inlerpreta- de haber dicho esto, escu-
solo para anunciar á Jacob, esto es, á los israelitas su tur Missus). Abiit ergo, el pió en tierra , é hizo lodo
vuelta y su lü^erUnl del cautiverio, sino también para pre- tavil, et venit videns, ¡laque con la saliva, y frotando con
dicarla salud y la conversión de los gentiles. Habla tan vicini, et qui videranl eum el lodo los ojos del ciei;o, le
ciaramcule de Jesucristo, que ha sido siempre mirado mas prius,quia m ndicus erat, dijo : Vé y lávale en el baño
bien como un evangelista, que como un profeta. El Mar- dicebant: Norme hic esl, qui de Süoé ((pie significa en-
tirologio romano hace mención de él el 6 de julio. sedebal, el mendicabal? A l i i viado). F u é , puos, el ciego,
dicebant: Quia hic esl. Alii se lavó, y volvió con vista.
REFLEXIONES. aulem: Nequáquam, sed s i - Así fué que sus vecinos y
«Después que hiciereis esto, venid y argiiidmc.» ¿ P e - niids cst ci. Ule vero d i - los que antes le habían vis-
dia servirse el Señor de una espresion mas amable, mas ceba t : Quia ego sum. Dice- to pedir limosna, decían :
obligante, y que mejor signitique la lernuradcsu corazón? bant ergo ei. Qmmodo aper- ¿No es este el que estaba
Estad verdaderamente pesarosos de haberme ofendido, l i stmt tibi oculi? Uespondit: sentado , y pedia limosna?
detestad vuestras culpas pasadas, tomad una resolución lile homo, qui dicilur Jesús, Los unos decían, él es; mas
firme de no volverme á desagradar, sea verdadera vues- lulum ¡'e.cit, et unxil oculos otros , nó , de ninguna ma-
tra conlricion, eficaz vuestro propósito, y dadme scflales meos, el dix'ú m i h i : Vade ad nera, esunosomojanlo á él.
de vuestro perfecto dolor, y después do esto yo os permilo nataloria ^iloe, et lava. Et Mas él alirmaba, yo soy.
que me acuséis deque falto á mis promesas; que dcscmi- abii, el lavi, el video. Et d i - Preguulábanlo, ¿ cómo le
üeis de mis palabras, y dudéis de mi bondad, si no os x e r m t e i : Ubi est ille? A i t : han sido abiertos los ojos ?
perdono vuestros pecados, si no os vuelvo á mi gracia. Aun Nescio. Adducunt eum ad Aquel hombre , les respon-
cuando vuestros crímenes fuesen en mayor n ú m e r o que phuriswas, qut cmcus fueral. dió, que se llama Jesús, h i -
vuestros cabellos, aun cuando su enormidad hubiesepucs- Eral autem sabbalum guan- zo lodo, me frotó con él los
lo vuestra alma mas negra que la carne de un etíope, mas do lulum [ccit Jesús, el ape- ojos, y me dijo : Yé al b a ñ o
odiosa que la de un leproso, mas distante de la blancura ''uil oculos ejus. Jterum ergo de Siloé, y lávate. Euf, rae
que el rojo del berniellou y de iaescarlata; olla so pondrá i n l ñ r o g a b a n l eum pharism lavé, y veo. ¿Y dónde está
tan limpia como la de una niña, tan blanca como la nieve quomodo vidisset. Ule autem ese hombre , le dijeron? Él
mas relumbrante. Mi gracia os volverá á dar la inocencia, d i x i l eis : /,t¡fum mihiposuit respondió : No s é . En se-
5'seréis del número de mis mas queridos favoritos. ¿Qué super oculos, et lavi el video. guida llevaron á los fariseos
padre tan afectuoso, q u é madre tan tierna, q u é esposo tan Dicebant ergo ex phorisceis el que h;d>ia sido ciego. Era
•ipasionado podrían espresar maseiicazmcnle su índulgen- quídam : Non esl hic homo sábado cuando Josus hizo el
c'í> y su amor? pero ¿ q u é hijo tan desnaturalizado, q u é a neo, qui sabbalum non cus- lodo y le abrió los ojos.
^posa lan irracional podría no rendirse auna ternura tan lodil. A l i i autem dicelmnl: Progimláronle , pues , los
"Cicada, y á un motivo de confianza tan ejecutivo? Es un Quomodo potcst homopecca- fariseos , cómo h^ibia visto;
Wos el que habla así, y son hombres pecadores á quie- lor hcec. signa faceré'? Et á los cuales respondió del
ni's esto Dios dirige uiiosleslimonios tan consolantes, unas schisma crol iníir eos. D i - mismo modo; puso Iodo
ofertas tan votitpyosas y una indulgencia tanali actíva. ¡Ah, cvnt ergo CÍÍKO üerum : Tu sobre mis ojos, me lave, y
222 MIERCOLES CÜAUTO.
quid divisdcillo, qui aperuil veo. Algtmos fie los fariseos tus es totus, el tu doces nos? nosotros somos discípulos
nculos fuos? I.le a u l e i n d i - üecian : L'n hombre que no Et ejecerunteumforas. Audi- de Moisés. Nosotros sabe-
x i t : Qaia prophela est. Non observa el sábado no puede vit Jesús quia ejeccrunl eurn mos que Dios habló á Moi-
crediderunl erqo Jadcei de venir de Dios; mas olios [oras: el cum invenisset eurn, s é s ; mas este no sabemos de
Ulo, quia ctcms fuissct, el v i - tlecian: ¿Cómo puede un d i x i l ei: Tu credis i n F i t i u m dónde procede. Respoiulin-
disset, doñee vocaverunt p á - hombre pecador hacer estos Dei? ¡lespondit Ule, el d i x i l : les el hombre y les dijo:
renles ejus. qui viderat: et milagros? y estaban dividi- Quis es , Domine, u l credam r ú e s alguna cosa maravi-
interrogoverunteos, di(entes: dos entre sí. Entonces pre- in eurn? Et dixil ei Jesús: E l llosa hay en eslo, que vo-
ü i c esl füius vesler , quem guntaron de nuevo al ciego: vidisfi eurn, el qui loquilnr sotros no sabéis de dónde
vos dteitis quia nncus m l u s ¿Y tú que dices del que te lecum, ipse est. A l Ule ait: procede , y él ha ab crio
esV! Quomodo ergo mine videtf lia abierto los ojos? Él res- Credo, Domine. E l procidens, mis ojos. Sabemo-- que Dios
fíespondcninl eis párenles pondió : que es un profeta. adoravil eum. no oye á los pecadores,
ejus | el d i u r u n t : Svimus No quisieron creer los j u - mas si alguno sirve á Dios
quia kic esl filius noster, et díos que hubiese sido ciego, y le obedece, á este sí \é
quia ewcus nalus e s l : quo- y hubiese recobrado la v i s - oye. Desdo el principio de
modo autem nunc videat, ne- la, hasta que llamaron á los los siglos no se ha oido de-
scimus: aul quis ejus aperuil padres del que voia, y les cir rpie nadie haya abierto
óvulos, nos nescimus: ipsum preguntaron: ¿Es este, les los ojos á un hombre ciego
interrógate: cetalem habety dijeron, vuestro hijo, el cual de nacimiento. Si este no
psede se loqnatur. ücccdixe- decís vosotros que ha naci- viniese de Dios, no podría
runt párenles ejus, quoniam do ciego? ¿ c ó m o es que hacer nada. Oyendo esto le
timebanl Judwos: j a m enim ahora ve? Respondiéronles respondieron: ¿Tú has na-
conspiraverant Judwi, ut si sus padres diciendo: Noso- cido todo en pecado, y nos
quis eurn confherelur esse tros sabemos que este es das lecciones? Y le. arroja-
Chrisliim, extra sgnagogam nuestro hijo , y que ha na- ron fuera. Oyó Jesús decir
fierel. I'roplereapárenles ejus cido ciego; cómo ahora ve, que le habian echado fue-
dixerunl: Quia ailalem ha- ó quién le ha abierto los ra, y habiéndole salido al
bet, ipsum interrógale. Vo- ojos, no lo sabemos; p r e - encuentro, le dijo: ¿ C r e e s
eaverunt ergo rursum homi- guntádselo á él mismo, edad en el Hijo de Dios? ¿ Q u i é n
nem, qui fuer al ca'eus, et d i - tiene suficietite para dar es. Señor , respondió, á fin
xerunl e.i: Da gloriam Veo. razón de sí. Esta rcspiies!a de que yo crea en é l ? I.e
Nos seimus quia hie. homo la dieron así sus padres, has \isto, le dijo Jesús, y es
peceator est. D i x i l ergo eis porque temian á los judíos; el mismo que le habla. Yo
Ule: H peccalor est, nescio: porque ya estos estaban creo, Señor, esclamo él en-
v m m scio, quia eoeeus cum convenidos entre s i , que si tonces ; y echándose á sus
essem, modo video. Dixerunl alguno reconocia á Jesús piés le a d o r ó .
ergo i l l i : Quid feeit tilñ? por ei Cristo, se le echaria
Qmmodo aperuil libi oculos? fuera de ia sinagoga; por
MEDITACION.
Jlespondil eis: Dixi vohis esto sus padres dijeron:
j a m , el audistis ! fimi ite- edad tiene bastante, pregun-
Sobre la ceguera espiritual.
r u m vullis audire? Numquid tadle á él. Hicieron, pues,
el vos vidtis discipuli ejus fxe- venir por segunda vez los PLNTO mniKiio.—Considera que enírc todas las enfer-
r i ? Maledixerunl ergo e i , judíos al que habia sido medades del alma no hay ninguna mas mortífera, ni que
et d i x e r u n l : Tu diseipulus ciego, y le dijeron : l)á g l o - se pueda curar menos que la ceguera. Como no vo ei pe-
illius s i s : nos a u k m Moysi ria á Dios. Nosotros sabe- ligro, no busca el remedio. ¿Y á cuántas caídas no está
diseiputi sumus. Nos s á m u s mos que este hombre es un espuesto un ciego? ¿á cuántos pasos en falso, andando d u -
qtda Moysi loeutus esl Deus: pecador. Yo no s é , Ies res- rante esta vida por un camino pedregoso y Heno de p r e -
hunr autem nescimus unde pondió, si es pecador: lo que cipicios? ¿Se puede caminar mucho tiempo sin caer en a l -
sil. Respondil Ule homo , et yo s é üiiicamente es que guno de ellos? La ceguera espiritual abraza lacegucradel
d i x i l eis : I n hoc enim m i r a - yo era ciego, y ahora veo. corazón y la del entendimiento. El desarreglo del corazón
hile est, quia vos neseitis u n - Volviéronle, pues, á pre- es el que principia osla enfermedad, que se comunica muy
de s i l , el aperuil meos ocu- guntar: ¿Qué es lo que hizo pronto al entendimiento. Debe juzgarse de la ceguera del
los : seimus autem quia pec- contigo? ¿Cómo te ha abier- alma, del mismo modo que de la ceguera del cuerpo: la
mtares Deus non a v d i l ; sed to los ojos? Respondióles él causaos semejante, deben ser semejantes los síntomas,
si quis Dei cultor esl, el vo- entonces: Os lo he dicho ya, iguales los efectos. Una abundancia de humores acres y
hmlfitem ejus, fácil hunc y vosotros lo habéis oido; malignos debilitan el órgano de la viste, y concluyen por
ennidii. A secuto non esl au- ¿para q u é queréis oirlo otra estinguirla. Los dolores cesan con la visia. Nb sesientena-
diliini . quia ,¡nis opervit vez? ¿queréis acaso voso- da, pero tampoco se ve ya. La c o i r n p r h n del corazón
üeúhs C(PCÍ nati. N h i cssel tros haceros discípulos su- causa muy pronto nieblas espcs;-s y malignas qné dvBI-
liic a l;co, non poleral [acere yos? Cargáronle entonces lilan y oscurecen los ojos del alma. Al principio molestan
qniiipinin. Ilcsporidenint, et de injurias, y le dijeron: los remordimientos vivos de una conciencia juslamcnle
dixerunl e i : ín peccalU na- Séaslo tú discípulo suyo: alarmada; pero al flfl SU estímulo se embota por la cotsü-
DE CUARESMA.
nuíicion Jcl desarroglo Knlonces l.i razón se ofusca, y et JACUUTOÍUAS. Señor, no permitáis que yo c i e n e j a -
nlma no siente ya dolores; la fe no obra, sus ojos so cs- más los ojos á las luces de la gracia. (Luc. 18.)
tinguen, y llega á quedarse ciega, ó á lo menos las tinie- Iluminad, Señor, mis ojos, y libradme para siempre
blas espesas qiieoüiisan las pasiones la impiden ver la luz, de esta ceguera moría!. {Psalm. 12.)
y en medio dees!as densas (¡nieblas el alma se amodor-
PROPÓSITOS.
r a r e duerme, l'or mas que se advierta, que se clame,
que se baga un gran ruido, el alma está en una especiede 1 Puesto que no hay mayor desgracia en esta vida que
letargo espiritual. La sordera acompaña á la ceguera; la ceguera espiritual , no temamos nada tanto como esta
aunque los truenos crujan, aunque caiga el rayo á lospiéf, desgracia. Por mas incurable que sea en sí, no lo es con
como no percibe los r e l á m p a g o s , aun o n n d o oiga algún respecto al Médico divino de nuestra alma ; pero es preci-
tanto el ruido, siempre cree que el trueno suena distante so que el alma quiera curar. Kl Salvador no ignoraba que
deella. De aquí procede una insensibilidad funesta, que el ciego que clamaba con tanta vehemencia, á su paso por
se convierte muy pronto en un terrible endurecimiento, el camino de Jericó , pedia que le volviese la vista; sin
EnUinces las verdades mas espantosas de la religión, las embargo no quiso dársela hasta después que le hubo d i -
amenazas mas terribles, los mas horribles accidentes no cho : «Señor, que vea.» Ilacedle lodos los dias esla m i s -
mueven. jQné estado, buen Dios, mas funesto! ¿y q u é es- ma y tan corla oración. Mediladdiariamente alguna d é l a s
peranza queda de conversión? grandes verdades de nuestra religión; y cuando advirtie-
PUNTO SEGUNDO.—Considera que hay dos géneros de reis que os mueven poco , temed no sea principio de una
ceguera espirilual^la una que es pecado, y la otra que es ceguera de vuestra alma, que imporla prevenir desde el
el efecto y el castigo del pecado. La primera es una rebe- principio.
lión, una resistencia actual á las ilustraciones saludables y 2 Considerad cuál es e! caso que hacéis de las prácticas
á las piadosas mociones de la gracia, cuando el pecador mas ordinarias de la piedad. La ceguera espiritual nace
cierra voluntariamente los ojosa esta luz viva, y endure- muchas veces de los descuidos lijeros sobre los mas p e -
ce su conuon contra sus mas fuertes impresiones. La se- queños deberes. Todo se debe temer en materia de salva-
gunda es el hábito contraido por esta resistencia frecuente ción, cuando se hace poco caso de las cosas pequeñas. Un
y este es propiamente «n estado de ceguera á que el pe- mal de ojos parece ordinariamente que no es gran cosa;
cador se ha reducido por su obstinación criminal. A fuerza mas si continúa á pesar de los remedios, corre mnchoi ies-
tle cerrar los ojos á las luces de la gracia permite Dios go el perder la vist,i. La negligencia de los deberes pe-
que queden, por decirlo así cerrados. ¿Quéestado, Señor, queños parece de muy poca consideración ; pero si des-
'ñ mas desgraciado, ni mas espantoso? Se desespera deun pués de laníos medios saludables sin fruto alguno; si con-
enfermo cuando se le ve caido en un letargo que le priva tinúa la negligencia y la tibieza ; si violáis vurslras r e -
de todos los sentidos; ¿quedará mucha esperanza de salud glas, vuestras prácticas de piedad sin remordimienlo; si
en un pecador sepultado en una ceguera que le hace i n - no reparáis las consecuencias que pueden seguirse de
sens ble? Todo pecador es ciego, porque al fin si viese la esas frecuentes infidelidades en el servicio de Dios ; si no
justicia y la sanli ad del mandamiento que se viola, la os-sentís movidos de las pequeñas fallas que son ordina-
majestad, la bondad del Dios á quien se ofende, el rigor rias en vosotros ; si después de tantas confesiones, comu-
deí castigo que se merece, !a desgracia en que se preci- niones y meditaciones sin enmienda y sin fruto estáis t r a n -
pita y la enormidad de! crimen que se comete, ciertamente quilos, tcuied caer en esta ceguera.
no habria pecador alguno; pero la pasión ciega, y s e s a -
eriücasu deber, su reposo, sus propios intereses, su salud
JUEYES CUARTO Di; CUARESMA.
misma, la pasión. Pero á lo ménos esta ceguera común á
lodos los pecadores no es mas que accidental, pasa; pero 1.a intención de la Iglesia en todos estos dias ha sido el
cuando uno es ciego por elección, y de propósito delibe- ocuparnos en la consideración de una nueva vida, queJe-
rado; cuando se cierran los ojos á la luz de la gracia, y sucristo puede procurarnos por su muerte. Esto es lo que
por fin, cuando en castigo de nna malicia tan marcada de- la ha hecho elegir para las Epístolas y Evangelios de la
ja Dios al alma en esta horrorosa ceguedad que ella mis- misa de estos dos dias, asuntos propios para hacernos ver
ma se ha atraído, ¿quién la impedirá que caiga en el que él solo es el que vivifica y el que resucita.
precipicio? ¿Estrañarémos después de esto que aquellas & introito de la misa de este dia está lomado del sal-
terribles verdades que han hecho tantos penitentes ilus- mo 104, que es un cántico de acción de gracias por lodos
tres en lodos los estados, aquellas verdades que h m con- los beneficios de que el Señor habia colmado á la nación
venido los mas insignes pecadores y las naciones mas judia, y de los que hace aquí el Profeta un compendio.
b á r b a r a s , que aquellas gracias tan poderosas, que han he- Fué compuesto por David con motivo de la traslación del
cho tantos millones de mártires, no muevan ya al peca- arca, desde la casa de Obededon al tabernáculo ú oralo-
dor, que ha caido en una ceguera tan profunda? ;A c u á n - rio que se le habia preparado en Sion. Es'.e salmo tiene
'osde estos ciegos desgraciados se les ha visto morir en por título esta palabra (rAllelnya.» que significa «alabad
"na insensibilidad asombrosa! al Señor. Ilallelu,» significa en hebreo «alabad;» y «la,»
¡Ah, Señor! que vengan sobro mí todas las desdichas el Señor. La misa comienza por estas palabras: «Regocí-
d« la vida antes que esta ceguera, Castigadme de todos jese el corazón de los que buscan al Señor. Buscad al Se-
'«odos, con tal d.1 que m tenga la desgracia d i vivir y de ñor, y tened ánimo contra todos los accidentes de la vida ;
lll(>rir ciego. Nada OÍ ha costado el dar la vista á aquel aplicaos constantemenic á merecer sus miradas. Cantad
M'ie había nacido cii>go. Curad por vuestra misericordia sin cesar las alabanzas del S e ñ o r ; invocad su nombre;
ttti ceguera. haced conocer la grandeza y la esceloncia de sus obras á
22i JUEYES C (JAUTO
todos los pueblos de la tierra,» y decidles que su miseri- , torio se dejan ver en todas las círcunstancins de esle mila-
cordia prevalece sobre lodo. gro. Resucitado ya el niño, el Profeta le volvió enlerainen-
La Epístola refiere el milagro que bizo el profeta Eliseo fe sano á su madre , la cual trasportada de alegría y de
resucitando el hijo de una mujer de Sunam, en cuya ca- admiración se echó á sus piés , acompañando con abun-
sa acostumbraba á hospedarse. dantes lágrimas sus humildes acciones de gracias.
Pasando un dia Eliseo por la ciudad de Sunam, que no La divitia Providencia, dicen los santos Padres , quiso
estaba lejos de la montaña del Cíirmelo , fuó convidado á darnos en esta relación tan especificada de circunstancias
comer por una mujer que gozaba en aquella población de y de acciones, una figura del gran misterio de la inutilidad
una consideración distinguida. Lo habia instado con tanto de la ley sola y de la necesidad de la Encarnación del
agasajo, que todas las veces que pasaba por allí iba á hos- Verbo. El báculo de Eliseo , puesto por su siervo sobre
pedarse á su casa. Un dia le dijo ella á su marido : Me pa- del niño, dice san Agustín y después de él san Gregorio
rece que esle hombre que pasa tantas veces por aquí, es y san Bernardo, señalaba la ley de Moisés , que no podia
un hombre de Dios y un santo; amueblémosle un aposen- por sí misma dar ni la vida ni la justicia á nadie. Era ne-
to, á fui de que esté cómodamente en él cuando viniere á cesario que el mismo Eliseo , figura de Jesucristo, Señor
visitarnos. Pongámosle en él una cama, una mesa, una s i - de lodos los que habían sido enviados para predicar esla
lla y un candelero. Cierto dia que Eüseo estaba allí hos- l e y , viniese por sí mismo y se encogiese, por decirlo
pedado, dijo á Giezi, su siervo , que supiese de su hospe- a s í , en su Encarnación , para ajustarse y proporcio-
dera lo que podría hacer por ella , en reconocimiento de narse al cuerpo niño ; esto es , de todo el género h u -
todos los servicios que ella le hacia. Giezi le dijo (pie ella mano , que san Pablo dice haber estado en la infancia
no tenia necesidad de nada, porque no tenia hijos ni cuasi bajo de la ley (ad Galat, 4 . ) : f(Cuando éramos niños,»
esperanza de tenerlos. Habiéndola her bó llamar Eliseo, lu son sus palabras, «vivíamos como esclavos bajo de los p r i -
predijo que tendr ia un liijo ónles del íin del a ñ o . Hl suce- meros elementes que han sido enseñados al mundo. Pero
so verificó la predicción. El hijo creció hasta la edad de cuando se han cumplido los tiempos. Dios ha enviado á su
tres ahos, y habiendo ido un dia á ver á su padre en tiem- Hijo:» Hasta dicho tiempo estaba el género humano sin
po de la cosecha , lomó una insolación de la cual murió. vida, s!n fuerza, sin luz. El niño «bostezó siete v e c e s : »
Su madre, llena de confianza en las oraciones del profeta, algunos intérpretes traducen el hebreo, diciendo : «estor-
le puso sobre su lecho, y sabiendo que Eliseo estaba c u - nudó siete veces.» Algunos ven en estos siete dignos de
lonces en la montaña del Carmelo, disimulando su aflic- vida una figura de los sacramentos de la nueva ley , ó de
ción, se fué allá. Habiéndola descubierto desde léjosel los siete dones del Espíritu Santo en la ley de gracia.
profeta, hizo á Giezi, su siervo, que la saliese al encuentro El Evangelio contiene la historia de la resurrección del
y supiese de ella si toda su familia lo pasaba bien. Ella, hijo único de una viuda de Naim, ciudad de Galilea , poco
que no quería descubrir la muerte de su hijo mas que al distante del monte Tbabor.
profeta, respondió que toJa estaba buena. Habiendo elJa El dia después que Jesucristo curó al siervo del centu-
llegado , se echó á los piés de Eliseo , sin hablar mas que rión, se fué á la pequeña ciudad de Naim ^ situada en un
con sus lágrimas. Quiso Giezi retirarla, pero el profeta so estremo de la baja Galilea. Seguíanle sus •discípulos , y
lo impidió diciéndole que estaba afligida, no obstante que mucho pueblo atraído de sus instrucciones y de sus mila-
el Señor nada le hubiese dado á conocer. Luego que ella gros ; la Providencia proporcionaba todo esto, á fin de que
le dió noticia de la muerte de su hijo, dijo á Giezi que l o - hubiese un número mayor de testigos de la maravilla que
mase su báculo , y que se fuese allá , con prohilreion de debia hacer. A pocos pasos de la ciudad encontró un en-
s a l u d a r á nadie en el camino: es este un modo de hablnr tierro ; era d e u n jóven, hijoiinicode una viuda, que ha-
figurado é hiperbólico, para indicar la diligencia con que bía imioito el dia precedente, y que llevaban á enlerrar.
dobia hacerse el viaje. El Salvador del mundo , al enviar Los llanlos de una madre estraordinariamentc afligida por
á sus Apóstoles á predicar el Evangelio, les hace la misma la pérdida de su hijo que era todo su consuelo y toda su
pnihibicion en el mismo sentido. El hijo de Dios, dice san esperanza, movieronelcorazon del Salvador; no pudo verla
Ambrosio, no prohibe el cumplir los deberes de urbani- deshacerse en lágrimas y prcrumpiren suspiros, sin que se
dad, saludando á los (pie nos saludan: quiere solo hacer- movieseácompasion. Noespera el Salvador que se le niegue
nos comprender con q u é diligencia debemos ejecutar lo siempre le enternecen nuestros males ; ¡cuántas veces
que Dios pide de nosotros. Giezi p a r t i ó ; pero la madre .proviene nuestras necesidades y se adelanta á nueslros
afligida no quedó contenta , viendo que no paitia también deseos y á nuestras peticiones! Acercándose Jesús á aque-
Eliseo. Volviendo Giezi, le dijo que había pueslosu b á c u - lla madre desconsolada, la dice que no llore. Después l l e -
lo sobre la cabeza del niño, como se lo había mandado; gándose al féretro y tocándole coa la mano , ordena á los
pero que el muerto no hahia dado señal de vida. Habiendo que le llevaban que se detengan , y dijo al muerto como
entrado Eliseo en su aposento, encontró el cuerpo del niño Señor de la muerte y de la vida : Jóven, levántate, yo soy
tendido en su lecho., c e r r ó inmediatamente la puerta, y el que te lo mando. ¡Cosa admirable! el muerto oye aque-
o r ó al S e ñ o r ; concluida su oración subió á la cama y se lla voz omnipotente y obedece á ella. Kesuciia, se levanta,
acostó sobre el niño, y aplicó sus ojos sobre los ojos del se incorpora, recobra la palabra ', salo del féretro, y des-
n i ñ o i su boca sobre su boca, y sus manos á sus ma- pués de haber dado gracias á su bienhechor, corre á abra-
nos, y k calculó, dice la sagrada Escritura, con su propio zar á su madre. De este modo convirtió el Salvador en
calor"; después habiendo bajado del lecho, dió dos vuel- lágrimas de alegría las lágrimas que el dolor hacia cor-
tas sobre el aposento : volvió á subir al lecho; se encorvó rer de los ojos de la madre, y por un milagro inesperado,
sobre el niño, el cual bostezó siete veces y abrió los ojos. con una sola palabra la vuelve á su hijo vivo. Todos los
Uieo se ve que todo es aquí misterioso. La figm'a y el mis- que fueron testigos de esta maravilla , quedaron poseídos
DE CUARESMA. 225
do asombro y de su sanio pavor t quo Ies obligaba íi cs- amma enm ejus tn a r m n - sus piés, y acercándose Gie-
damar con profundes seuliniienlos de admiración y d«l iudinc est, et Dominus cela- zi quiso relírarla. Mas el
reconocimienlo mas vivo : En verdad tenemos entre noso- vit a me, ct non indicavil hombre de Dios le d i j o : D é -
tros el mayor profeta quo se ha suscitado j a m á s . El mild. Quw dixü i l l i : ÍYHÍH- jala : su alma está llena de
Señor se ba dignado visitar su pueblo, enviándonos el gran quid p e l i i i f ú h m a Domino amargjifa, y .el Señor vme
Profeta que nos babia prometido, y bacer brillar á nues- meo ? mmqidd non dixi l i - la ha oculuuio y. ao me la
tra vista su omnipotencia. bi: Ne illudas me ? E l Ule ail ha dado á cfftb'cer. Enton-
Estos son los pasos que Dios da para mover, para conver- ad Giezi: Accinge lumbos ces la mujer le dijo: ¿Os he
tir y para resucitar al pecador. Se acerca á él, aunque es- tuos, el lolle baculum mema pedido yo un hijo, Señor?
tá muerto, y se conmueve ; lebace o i r s u voz, ya por ios in manu tua, el vade. Si oc- ¿no os dijo ántes bien, no
remordimientos de la conciencia, ya por otras inspiracio- currerit libi bomo, non sála- me e n g a ñ é i s ? Eliseo dijo á
nes secretas ; pasos sin embargo inútiles, si el pecador no les eam: el si salutaverit le Giezi; Cíñete, toma mi b á -
responde á estas preparaciones, si Eos que le llevan, que quispiam , non respondeas culo en la mano y marcha.
le lisonejan , lo seducen , no so detienen , esto os , si las i l l i : el pones baculum mcum Si encontrares alguno en
pasiones no callan, para dejarle oir la voz interior del super faciem pueri. Porro el camino, no le saludes, y
Salvador. maler pueri ait: Yivit Domi- si alguno te saluda no l-p
Los judíos enterraban sus muertos fuera de las ciuda- nus, el vivit anima íua, non respondas, y pon mi báculo
des, y los sepultaban en cavernas abiertas en las rocas. dimillam te. Surrexil ergo, sobre el rostro del niño. Mas
Miraban los sepulcros como lugares manchados y como et secutas esl eam. Giezi au- la madre del niño dijo á
una tierra profana. Los cristianos por el contrario , segu- lem pmcesserat ante eos, el Eliseo: Por el Señor y por
ros de la resurrección , y presumiendo que muchos de posuerat baadmi super f a - tu vida, que no le dejaré
aquellos cuyos cuerpos están enterrados en los cemente- ciem pueri, el non eral vox, basla que vengas conmigo.
rios gozan de la bienaventuranza en el cielo , miran estos negué sensus: reversusque Púsose, pues, encamino, y
lugares con respeto y veneración. Por esto se ponian los eslia ocmrsum ejus, clnun- la siguió Giezi; sin embar-
cemenlerios cerci de las iglesias, y se enterraban los muer- tiavit ei, dicens : Non surre- go babia ido delante de
tos en los templos, lo que procede al parecer de que en x i l pucr. Ingressus esl ergo ellos, y habia puesto el b á -
oíros tiempos se ediücaban las iglesias sobre los sepulcros EHseus domum , el ecce puer culo sobre el rostro del niño,
de los m á r t i r e s . m o r l m s jacebal i n leclulo pero no le babia vuelto ni
ejus: ingressusque davsil os- el sentido , ni la palabra.
La oración de la misa de este dia es como sigue: lium super se, el super pue- Habiendo , pues, salido al
rum, et oravit ad Dominum, encuentro de su maeslro, le
V m - M , qumsumus, omni- Goncedednos, ó Dios o m - El ascendil, el incubuit su- dijo: Ei niño no ha resucita-
poíens Deus : ttí quos j e j m i a nipotente, quo morlilicaudo per puerum, posuilque os do. En seguida entró Eliseo
votiva caslif/ant, ipsa quo- nuestros cuerpos con estos s m m super os ejus, el oculos en la casa y halló el niño
quedevotiosancta iMificH: ut ayunos solemnes, esperi- saos super oculos ejus, et muerto echado en su lecho;
tetrenis affeclibus iniligatis, mentemos al mismo tiempo manus suas super mams cerró inmediatamente l a . '
facüius celestia capiamus. la alegría santa que inspi- ejus: el tncwtm'ií se super puorla, quedándose dentro
Per Dominum... r a l a piedad, á fin deque eum, et mlefacta esl caro él y el niño, y oró al Señor.
disminuyéndose el ardor de pueri. A l Ule reversus deam- Después subió al lecho y se
los afectos de la tierra, sea- bnktvil i n domo, semel huc acostó sobre el n i ñ o ; puso
mos mas capaces de gustar alque i l l u t : el ascendit, et su boca sobre la boca del
las cosas celestiales; por incubuit stíper eum: el osci- niño, sus ojos sobre sus ojos
nuestro Señor, etc. laxitpuer seplies, aperuitque y sus manos sobre sus ma-
oculos. A l Ule vocavit Giezi, nos, se encorvó sobre él, y
La Epístola está tomada del eapilulo i del cuarto libro de el dixü e i : Voca Sunamili- se calentó la carnedo! niño.
los Reyes. dem hanc. Qum vocala i n - Habiendo luego Eliseo baja-
gressa esl ad eum. Qui ait: do del lecho, se paseó y
In diebus i ü i s : Venk n i u - En aquellos días, vino una Tolle fUium luum. Y e n i t ü h , dió dos vueltas por el apo-
lier Sanamilis ad Eliseum mujer de Sonam á ver á et corruil ad pedes ejus , et -sento, y volviendo á subir
in montem Carmeli: cumque Eliseo á la montaña del adoruvil super imam ; íw- sobre el lecho, se acostó de
vidisseí eam vir Dei e contra, Carmelo, y habiéndola visto lilque fiUum suum, el egres- nuevo sobre el niño. E n -
ait ad Giezi puemm s u m í : oJ hombre de Dios, que ve- sa cst, et Eliscus reversus esl tonces el niño bostezó siete
Ecce S m a m i í i s illa. Vade nia á él, dijo á Giezi, su in Galgala. veces y abrió los ojos. E l i -
ergo i n oceursum ejus, el dic criado: Ves allí aquellaSu- seo inmediatamente llamó á
e i : Rectene agitur circa te, namitis, sadla al encuentro, Giezi, y le dijo: Haz venir
et c i ñ a virum l m m ) el circa y díte: ¿Va todo bien en tu á esa Suuamiüs. Ella vino
fdium luum ? Qaa; respondü: casa, tú, tu marido y tu hijo, luego y entró en el apo-
Recle. Cwnquc venisset ad lo pasáis bien? A lo que sento, y Eliseo la dijo: Llé-
virum üciiiimonlcm, appre- ella respondió: Todo va vate á tu hijo. Aíjuella m u -
licndit pedes ejus: el accessil bien. Habiendo liegadoadon- jer se acercó á él, se echó á
Giezi ut amoveret eam. Et de estaba el hombre de Dios sus p i é s , posti ándose pro-
ait homo Od: Dimitte i l l a m : en la montaña, se abrazó á • fundamente hasta la tierra,
29
TOMO IV.
220 JUEVES CUARTO
y habiendo tomado á su bijo | verdaderos siervos de Dios bajo de un aire recogido de
se siilió, y Elileo se volvió un eslerior mortilicado, de una modestia cristiana é inal-
terable , gozan de una paz dulce y'Meüciosa , gustan de
Klisoo, profda célebre, era hijo de Saphat, de la c i u - dulzuras interiores que son inefables , y su alma está
dad de A b e l ; era el discípulo y compañero inseparable inundada de un torrente de alegría desconocido , incom-
de Elias, quien habiéndole encontrado labrando la lierni, prensible á los mundanos. Llegará un dia que todo el
le echó su capa sobre las espaldas, con'orme la orden que mundo comprenda este misterio.
habia recibido de Dios, y en el inslante mismo profetizó
Elíseo. Al desaparecer Elias le dejó el doble espíiiln pro- Bl Evan'jelio de la misa es de san Lucas en el cap. 7.
félico que él habia recibido de Dios, cerca de S'J'i años
ánles de Jesucristo. In i l l o tempore: Ibal Je- En aquel tiempo, camina-
s ú s in civita tem, quee v o c a - ba Jesús á la ciudad do
REFLEXIONES. tur N a ' m : el ibani cum eo Naim , é iban con él sus
discipuii e j u s , e l t u r b a co- discípulos y mucha gente.
«Déjala. Su alma está llena de amargura.D Las afliccio- piosa. Cum a v l n n appropin- Cuando llegaba ct ira de la
nes mudas son siempre las mas amargas ; un dolor r u i - cpiarct porlcB d U l á t í s , ccre puerta de la ciudad, llevaban
doso se alivia con las lágrimas y con los gritos. Se sufre defunclus efferebalur fdius á enterrar un difunto, hijo
sin consuelo cuando se sufre en silencio, ó cuando se d i - únicas mntris sucr.: et hasc único, cuya madre era v i u -
•simula el dolor. Entonces se sienten todas las punzadas de vidua eral: el turba civüa- da, á la cual acompañaba
nn espíritu afligido y de un corazón desabrido. ¡Qué tor- tis mulla cum illa. Qmm una nmiierosa multitud do
mento cuando es preciso devorar uno lodos sus disgustos cum vidisset Dominus, mise- la ciudad. Luego que la vió
sin que la compasión los endulce! La parte que los parien- ricordia molus super cam, el Señor, movido de c o m -
tes y los amigos loman en nuestras adversidades , las d i - dixil i l l i : Noli {lere. Et ac- pasión hácia ella: No llores,
vide ; pero cuando se disimulan estos sentimientos, se su- cessil, et letigil locahm. ¡li la dijo; y habiéndose acer-
fre toda su aspereza, el espíritu se abruma con ellos y el autem, qui porlabant, sletc- cado locó el féretro. Los
corazón nada en la amargura y se anega en ella, y ¡ó buen nml. E l ait: Adolescens, t i b i que le llevaban se detuvie-
Dios! ¿qué estado mas infeliz, q u é tormento? Tal es el dico, surge. E l resedil (¡ui ron. Y dijo: Joven, l e v á n t a -
triste estado de los mundanos. Poco es H gozo que hay eral morluus, elca;pit ¡oqui. te, yo le lo mando. El muer-
en el mundo que no sea arlilicial, ninguno quo no sea Et dedil illum matri suce. to se incorporó inmediata-
amargo y que no esté seguido de senlimienlos y de arre- Accepit autem oiim.es timor, mente, y comenzó á hablar,
pentimientos crueles: el dolor sucede siempre á la alegría. el mngiiifirabanl Dcum , (íi- y Jesus se lo entregó á su
La alegría es un contento, una emoción del alma causada centcs: Quia Prophela mag- madre. Todos quedaron po-
por un placer real y puro, ó por una posesión de un bien mis surrexil i n nobis: el quia seídos do admiración, y p u -
sólido que se goza. Si este placer es imaginario ó superfi- Deus visitavil plebcm suam. blicaban las grandezas de
cial, si este bien es falso ó vacío, la alegría es vana ; á lo Dios diciendo : lia apareci-
do un gran Profeta entro
mas es un sueño agradable que regocija; pero por mas
nosotros, y Dios ha visitado
alegría que cause , el resultado no es mas que un s u e ñ o ,
á su pueblo.
y tan pronto como uno se encuentra despierto , se indigna
contra sí mismo por haber reído durmiendo. Gentes del
mundo, no son mas sólidos vuestros regocijos ; pero los MEDITACION.
disgustos que les acompañan y la amargura en que están
De {a necesidad de p r e p a r a r l e p a r a l a m u e r t e .
empapados no son superficiales. Vosotros los sabéis d i s i -
inular, es verdad, y en este disimulo estriba vuestra feli- PÍIMO rimiEiio. — Considera que la necesidad de pre-
cidad presente; ¿pero tan poco cuesta el disfrazarse sin ce- pararse para hacer una muerte santa, es indispensable:
sar? Se llora bajo de una máscara la mas r i s u e ñ a , y la ninguna cosa hay que sea de tanta consecuencia como la
tristeza concentrada deseca los huesos. Si á lo menos los muerte; ninguna que sea tan difícil como una buena muer-
dolores mudos, las amarguras interiores, las cruces i n v i - te ; sobre todo para quien no se ha preparado á ella d u -
sibles, los disgustos secretos , pudiesen servir de alguna rante su vida. ¿ H a y alguna cosa que sea tan irreparable
utilidad para la otra v i d a , ya se consolarla uno de la v i o - como ima muerte desgraciada? ¿ y hay sin embargo a l -
lencia que es preciso hacerse mientras dura esta ; peí olas guna para que ménos se preparen que para hacer una
cruces invisibles d é l o s mundanos son como la semilla de buena muerte?
los suplicios y de los arrepentimiento.! infructuosos y eter- Si se muriese dos veces, seria menor la imprudencia
nos de la otra vida , gemir en el tiempo y todavía mas en arriesgarse á morir mal una voz ; podríamos reparar la
desdicha durante la eternidad. Confesamos que solo los falta,, quedaríamos todavía en estado ai mismo tiempo de
que se dedican al serviciodeDios, sololasgentes debien son hacer penitencia de una mala vida y de una mala muer-
las que pueden gustar de una alegría pura, de un contento te. Pero no se muere mas de una vez, y la eternidad b i e -
lleno y sólido, de una verdadera felicidad aun on esta vida, naventurada ó desgraciada depende absolutamente de esta
gustando á los pies del Crucifijo un preludio de los gozos muer'.e.
del cielo. Puede decirse en algún sentido que los unos y Cuanto mas hayamos trabajado para el cielo, cuanto mas
los otros están enmascarados ; lasgentes del mundo bajo santa haya sido nuestra vida, mas interés tenemos en aca-
de un esleíior risueño, jovial, llorido, ocultan pesares de- barla santamente, para no perder el fruiode nueslios Ira-
voradoresv «na tristeza mortal; y las gentes do bien , los bajos. Es verdad que una buena muerle es ordinariamen-
m CUAHESMA 217
ttí el f) ulu ÚÜ una vida ¿iinta ; pero no os m e ó o s cioi to qoo ¿ Hay alguna cosa á que el Hijo do Dios, que preveía
muí iniK.Tlu en pecado auiquila todos tos íncl itos do la nuestra negligencia, nos haya exhortado tanto como á c s l a
vida mas santa, y (¡uo lodos los mórilos de la vida mas preparación?
sania no pueden riíspondenios de una luiena inuerle. Y Velad, nos dice (Mal. 2 S . ) , porque no sabéis á que ho-
no obslanle esto ¿ p e n s a m o s mucho en la imierlc? ¿ n o s ra debe venir vuestro Señor. Estad prontos, dice en otra
[irepuMinos mucha para osla muert«? ¿ y al ver nues- parte, y .velad en toda hora ; porque en aquella que ménos
tra indolencia sobro esle artículo, no so diria que no hay pensareis, vendráol Hijo del hombre. Por lo demás lo quo
cosa mas fácil ni mas ordinaria que el hacer una santa os digo á vosotros, añade el divino Salvador, lo digo á to-
imierle ? dos. (íMaríi 3.) Es preciso estar prontos á a b r i r en el mo-
Si no se necesitase para morir bien mas que recibir los mento que llame el Señor. (Mal. 25>)
úllimossacrainenloí, besar el Crucifijo, derramar aun a l - Nadie hay que no convenga fácilmcnlo en que hay ne-
gunas lágrimas, nuestra imprudencia seria tal vez ménos cesidad do preparación para morir bien ; por esto so temo
intolerable; no es siempre difícil hallar un confesor celoso tanto una muerto repentina; pero al fin, ¿ q u é es lo que
y hábil que nos asista cu aquel último peligro; i p e r o c u á n - produce este temor, y á qué preparación nos ha obligado
tos que no han carecido de ninguno de estos auxilios han hasta el presente? Sin embargo, yo puedo morir dentro
muerto cu el pecado! Morir sobre la ceniza y bajo del c i - de pocas horas. Tan poco seguro estoy do qué viviré ma-
licio, morir rodeado de sacerdotes y de santos religiosos ñana, como de que viviré diez años. ¿ S i estuviese hoy en
es hacer una muerte edificante ; pero no es precisamente el último dia de mí vida, os'aria proparado para morir en
en esto en lo que consisto una muerto santa. Ilucer una esto dia ? ¿ S i m u r i e í e esta larde, e&taris preparado pa-
buena muerte es morir después de haber borrado todos los ra ello? ¿ n o tendria nada quo lemer? me estremece
desarreglos de su vida ; es morir en estado de gracia ; es esle pensamiento; ¿ p e r o quien me ha asegurado hasta
morir lleno do una fé viva, de una esperanza firme, de aquí? y si no comienzo desde oslo momento á preparar-
una caridad ardiente ; es morir lleno de horror á todo lo me^ ¡ qué sentimiento 1 ¡ q u é desesperación en aquella ú l -
que el mundo ¡una ; os morir con un amor de Dios que so- tima hora!
brepuje á todo otro amor; ¿y es lodo esto tan fácil á q u i e n No lo permitáis. Señor, y pues que me dais á U ménos
t m poco ba amado á Dios durante su vida ? ¿ á quién ha esta hora, desdo esta hora, Dios mió, voy á comenzar á
pasado toda sa vida sin pensar en morir bien? prepararme para morir bien y á pediros todos los dias la
¡ Cosa eslraña ! Debo uno presentarse en un teatro ó en gracia para ello. '
un púlpilo, dei.o uno dar ulgurta prueba de su habilidad JACCLATORIAS, — llacedmc comprender bien los pocos
y de su ciencia, y se pasan los meses, se emplean los dias que tengo que vivir, para i)ue no difiera ni un m o -
años enteros en prepararse para ello, aun cuando la cosa mento ol prepararme parala muerte. (Psalm. 101.)
sea de tan poca consecuenc ia ; ¿y q u é tiempo, buen Dios, Solo los que temen á Dios mientras les dura la vida,
se emplea mientras nos dura la vida para prepararse á la son los que deben esperar el hacer una muerte santa.
muerte, siendo así que esta preparación pido lodo el tiem- (Eccl. 1.)
po de la vida ?
TUNTO SEGUNDO.—Considera que nunca podrá uno pre- PROPÓSITOS.
pararse demasiado para hacer bien lo que no puede h a -
cerse mas de una vez, cuando de esta sola vez dependo 1 No es eslraño quo tantos mueran mal, siendo tan po-
nuestro deslino eterno. cos los que aprenden á morir bien. La buena muerte os
Si fuese tan poco difícil el hacer una buena umeríe des- una ciencia práctica quo no se aprendo sino durante la
pués do haberse proparado tan poco para morir bien, los vida ; es necesario estudiar mucho tiempo para hacerse
santos hubieran hecho mal en haber hecho tantas diligen- hábil ; un'estudio precipitado no sirve muchas veces mas
cias y en haber empleado en esta preparación toda su v i - (¡¡ic para hacer conocer mas cuánto se ignora. La mejor
da. ¿ P a r a q u é tanto ayunar, tanto orar y den amar' tantas preparación para la muerto es una vida sania. Nuestra v i -
lagrimas? ¿ P a r a qué privarse de todo comercio con el da debo ser una continua preparación para la muerte. Cada
mundo para tenor la ventaja de hacer una muerto sania, dia debo ser para vosotros una nueva lección y un r.uevo
si sin todas estas procauciones, sin ningún preparativo se ejercicio; preguntaos, pues, todas las noches qué progre-
puede morir santamente? sos habéis hecho. Es una práctica de piedad muy útil el
Aquel jóven que en lo mas florido de sus dias renuncia hacer uno todas sus acciones, como si fuesen otras tantas
á lodo lo que mas le lisonjea, y v a á sepultarse en el clans- preparaciones p á r a t e muerte. Misas, oraciones, limosnas,
Iro, ¿ q u é es lo que pretendo sino di sponorso á hacer una obligaciones do su estado, las diversiones mismas, lodo
muerte santa? ¿Nos atreveiíamos á negarle la alabanza, nos puedo servir para hacer una muerto santa, cuando l o -
á no admirar su sabiduría y su resoluciun ? Y q u é , mien- do se hace con esto espíritu. Nos importa mucho saber el
tras que nuestros hermanos, que nuestras hermanas, que arte de moi ir bien ; aun cuando seamos hábiles en todo
nueslros amigos pasan sus dias en el retiro y en los r i g o - lo d e m á s , es como si nada supiésemos si ignoramos es-
res de la penitencia para prepararse á una muerte santa, te arle.
para obtener la gracia final; 1 nosotros en medio del t u - 2 Además de esta preparación general hay otras parti-
multo del mundo y de sus [¡laceres, en un olvido eterno culares quo no se deben nunca descuidar. Primera elegid
de esta muerte, en una ignorancia crasa de la preparación un dia todos los años, el cual consagrareis lodo cntei o á
parala mueMe, esperamos tranquilamente una muerte
eslegran negocio. Os representareis al despertar al so-
cristiana, esperamos estar propalados á la muefle y mo-
berano Juez que os dice estas terribles palabras: Dame
r i r bien!
cuenta de lo que te he encargado; y examinareis en una
m VIERNES CUARTO
nicdilacion por lo menos de media hora, si vuestras cuen- para alimentarse ella y sus hijos, y para mantener (ara-
tas eslán piontas. No salgáis del aposento sin cpie hayáis bien al profeta lodo el tiempo que duró la sequedad. Te-
calculado y arreglado lodo lo que os queda que hacer. No nia aquella mujer un hijo; el cual cayó enfermo, y fué tan
descuidéis nada, mucho mónos esenseis nada ; leñéis que violento el mal que murió de él. La madre desconso-
haherias con un Juez infmilamentc ilustrado y que nada lada se echó á los piés del profeta que aforlunadamen-
pasa, pero que se digna remitirse h vosotros mismos sobre le se hallaba en su casa, y penetrada del mas vivo do-
todos los artículos. Haced una confesión que prevenga su l ) r : Hombre de Dios, le dijo, ¿ n o me habéis conserva-
juicio. Reglados los negocios do la conciencia, arregladlos do la vida sino para darme el disgusto do ver morir á
do la familia. Qué imprudencia esperar á la última en- mi hijo que era todo mi consuelo y toda h esperanza de
fermedad para hacer ¡a disposición do vuestros bienes. mi familia? ¿ n o habéis venido á mi casa sino para des-
Haz tu testamirnto, dice san Aguslin, mientras que tienes cubrir mis iniquidades y para castigarme de ellas? El es-
salud ; mientras que sabes lo que haces; mientras que es- ceso do su dolor no la permitió decir mas, y prorumpio
tás en tí y en libertad de disponer. Recibid la sagrada Co- en gemidos y en llantos. Conmovióse Eüas y la pidió el
muriion como si debiese ser la última de vuestra vida, y cuerpo de su hijo. Le tomó, le llevó al aposento donde él
si puede ser, ejecutad vosotros mismos los legados piado- se reliraba, le puso sobre su lecho, y levantando su voz
sos. Id por la tardo á hacer oración sobre vuestro sepul- al Sefior, le hizo esta corla pero fervorosa oración : Señor
cro, ó al menos en la iglesia en que debéis ser enterrados, Diosmio, ¿ e s posible, que esta buena viuda que tiene la
y donde estaréis cspueslos algún dia á la vista del pueblo. caridad de alimonlarme lo mejor que puede, tenga el dis-
Empleaos en lecturas propias del objeto do esta piadosa gusto de ver morir á su hijo? Luego que dijo esto, se p u -
práctica, y no os ocupéis en lodo este dia masque en el so sobre el niño por tres veces ajustándose á su pequeno
negocio de vuestra salvación. No os mucho un dia todos cuerpo, sin cesar de suplicar al Señor que le volviese Ga
los a ñ o s ; el retiro de un dia. cada mes es también una vida, haciendo que su alma volviese á su cuerpo. El Señor
práctica escelenle para prepararse á la muerte. Cada se- oyó iumódialamenle la oración de su profeta, y volvióla
mana debe tener eí suyo, y no paséis dia alguno sin h a - vida al nifio. Elias le tomó en sus brazos, y habiendo ba-
cer algún ejercicio piadoso, (pie sea una preparación mas jado de su aposentóle puso vivo en las manos de sd m a -
marcada para morir bien. Tened algún libro queensofie á dre. Arrebatada de alegría aquella pobre mujer, le dijo :
prepararse para la muerte. Al fin del segundo tumo del Ahora reconozco por esla acción que sois verdaderamente
Retiro de un dia en cada raes, encontrareis muchas p r á c -Irá hombre de Dios, y que el espíritu del Señor es el que
licar al intento. os hace hablar. La protección de las gentes de bien es
siempre un gran recurso en los accidentes mas pesados
VIERNES CUARTO DE CUARESMA. de la vida. Pero si Dios tiene tanta consideración á las s ú -
plicas de los santos, cuando están todavía en la tierra, que
En este dia, como en el precedente, quiere la Iglesia por sus oraciones liega hasta obrar los mayores m i l a -
trazarnos una imagen d é l a vida nueva ó resurrección de gros, dicen los padres; cuando están en ¡el cielo, en don-
nuestra alma, muerta por el pecado y resucitada por la de su caridad les hace mas sensibles á nuestras necesida-
gracia de Jesucrislo. Con esta mira, sin duda, ha elegido des, ¿ q u é crédito no tendrán cerca de Dios, y qué socor-
para la Epístola de la misa la historia do la resurrección ros, q u é ventajas no se sacarán de su iuíercesion y de sus
corporal del hijo de la viuda de Sarepla, y para el Evan- ruegos?
gelio la historia de la resurrección de Lázaro. El introito Dios, para hacer mas respetables á su siervos fieles, Ies
de la misa hace relación á los dos: está tomado del sal- favorece con el don de los milagros, á fin de que su zelo
mo 18. «En vuestra presencia. Señor, es en donde mi sea mas eficaz, y que se les oiga con mas docilidad. Elias
corazón medita sin cesar vuestra ley; y vos seréis siempre se puso tres veces sobre cuerpo del niño muerto. E l í -
mi auxilio y mi apoyo, como sois mi Redentor. Los fieles seo hizo lo mismo cuando quiso resucitar al hijo de la Su-
publican la gloria de Dios, y esponiondo á vuestra vista namitis; san Pablo lo hizo también cuando resucitó á un
las maravillas que contienen, nos dan la idea de aquel que jóven llamado Eutyches, que habiendo caído de una ven-
las ha formado.» La espresion del profeta es singular, tana muy altase habia muerto; san Gregoiio refiero lo
pero no poroso es menos inslrucliva. No es el corazón el mismo de san Benito cuando resucitó á un niño. El miste-
que refiexiona ni el que medita, es el entendimicnlo. El rio de esta acción nos representa la Encarnación del V e r -
profeta dice que su corazón medita la ley de Dios, para bo, el cual, dicen los Padres, como que se ha restringido,
darnos á entender que su meditación no es puramente se ha humillado, se ha ajustado en alguna maneia á
especulativa, sino también práctica, sin lo cual nada mas nuestra naturaleza revistiéndose de nuestra carne y t o -
inútil que esas estériles meditaciones. Es preciso meditar mando nuestras enfermedades para volvernos la vida. Hay
la ley de Dios para amarla, para observarla con puntua- pocos tipos y figuras en el antiguo Testamento que i n d i -
lidad después de haber reconocido en la meditación su quen de un mod ) mas espreso la unión del Verbo á la na-
santidad, su utilidad, su cscelcncia. Esta observancia turaleza humana en el misterio de la Encarnación. Jesu-
exacta es la que hace nuestra felicidad perfecta. cristo no observó esta ceremonia; era la realidad de lo
La Epístola está lomada del capít ulo H de! tercer libro de que los santos del antiguo Testamento no eran mas que la
los Reyes. Habiendo ido Elias á Sarepta, ciudad do los s i - figura. Quiere resucitar un muerto, no tiene mas que
donios en Fenicia, de orden de Dios, y cuando el hambre mandarle que viva: «yo te lo mando, levántate; Lázaro,
desbiaba lodo él pais, multiplicó milagrosamente un p u - sal fuera.» Los profetas piden á Dios que dé la vida al
ñado de harina y un poco de aceite, de modo que una bue- muerto; Jesucristo habla como Sefior, habla y obra como
na mujer que le hospedó en su casa tuvo suficientemente Dios.
DE CUARESMA. m
El Evangelio roflon; la hisloria de la maravillosa resur- derleimílilmente lazos para í o r p r e n d e r l e ; pero no podrían
rección de Lázaro el amigo de Jesocrislo. quitarle la vida hasta que hubiese llegado el tiempo deter-
No habia salido aun el Salvador de Galilea, cuando minado para ello; y que entonces se entregaría él mismo
luvo nolicia de la enfermedad de un hombre á quien ama- en sus manos. Además, a ñ a d e , Lázaro nuestro amigo
ba mucho ; era ésle el hermano de Marta y de María, l l a - duerme y yo quiero i r l e á despertar. Era bien claro que
mado Lázaro, que habilaba con ellas en el pueblo de Be- el Salvador hablaba de un modo figurado, entendiendo lo
ihania, en cuya casa se habia hospedado algunas veces el quedecia por el sueño de la muerte; porque ¿quién podía
Salvador. Luego que la enferniíulad se presentó peligrosa, figurarse que Jesucristo tratase de emprender un viaje de-
enviaron las dos hermanas un propio á Jesús, con estas dos ó tres jornadas para ir á despertar un hombre que
dos palabras: tíSeflor, el que amáis está enfermo. »Nada dormía? Sin embargo, los apóstoles fueron tan simples que
mas sencillo ni mas modesto que osla espoaicion. Dios no
creyeron que su divino Maestro hablaba solamente del
pifie ni sutileza, ni elocuencia, ni cumplimienlo; bástale
sueño ordinario. Esto obligó al Salvador á decirles abier-
una manifestación humilde de nuestras necesidades, un
ta mente que Lázaro había muerto, y yo me alegro, a ñ a -
Keníimiento de amor vivo y ardiente, una confianza plena
dió, de no haberme hallado allí, porque el milagro que
en él. Como si le hubiesen dicho, dice san Agustín; basta,
voy á hacer resucitándole, va á hacer la fé que tenéis
Señor, que sepáis que nuestro hermano está enfermo, por-
en mí mas pura y mas incontrastable, pero vamos á verle.
que amándole como le amáis no le abandonareis. El Sal-
A! oíroslas palabras, se apoderó de los apóstoles el temor
vador se hallaba entonces en Helhabara, al otro lado del
y quedaron en silencio. Solo Tomás, viendo al Salvador
Jordán, cerca de dos ó tres jornadas del pueblo de Belha-
determinado á partir y á llevar consigo los que tuvicíen
niH, Habiendo leido el billete, Ies respondió, que aquella
valor para seguirle, dijo á sus companeros: Vamos, siga-
enfermedad no les llevarla á su hermano, y que antes
mos á nuestro Maestro y si es necesario muramos con él.
bien servirla para gloria de Dios, puesto que darla ocasión
Es estraño que á una resolución tan generosa baja su-
ai Mesías de probar su divinidad por medio de un milagro
cedido una fé tan débil y tan vacilante en este Apóstol.
pasmoso. El Evangelista añade que Marta y su hermana
No son unos trasportes pasajeros los que nos hacen dignos
María y Lázaro su hermano eran amados de Jesús; el his-
discípulos de Jesucristo, sino solo una caridad sostenida.
toriador sagrado no deja nunca de indicar en particular
Estos ímpetus de fervor son llamaradas que so eslín-
esta augusta prerogaliva de todos los queel Salvador h o n -
raba con una amistad especial; oo hay nada, en efecto, guen, sí el corazón no está abrasado con el fuego del amor
que honro tanto; ninguna cualidad, ningún título e s t á n divino.
glorioso ¡litan honorable como el ser singularmente amado Habiendo llegado á Belhania el Hijo de Dios, halló que
de Jesucristo. Habiendo, pues, sabido el Salvador que L á - Lázaro estaba enterrado había ya cuatro dias. Muchas
zaro estaba enfermo, permaneció aun dos dias en el mismo personas de las cercanías habían ido á ver á Marta y María
lugar. Sabe Jesús á q u é estremo estaba Lázaro reducido, para consolarlas; pero á pesar de esta multitud de conso-
lo ama, y sin embargo difiere dos dias enteros el ir á so- ladores, no lloraban por e s o m é n o s las dos hermanas. Solo
correrle. Parece que Dios está algunas veces sordo á nues- Jesús es e! que puede enjugar las l á g r i m a s ; él solo es el
tros votos, que se olvida al parecer de los males que sufri- que sabe el secreto de consolar en la alliccion. Así es que
mos, pero no por esto desconfiemos de su amor. Él sabe el Marta y María, apenas supieron su llegada, dejaron al ins-
tiempo en que conviene socorrernos, y si difiere el hacerlo tante á aquellos con quienes estaban. «Señor,» le dijo
es para darnos señales mas sensibles de su bondad. Deja Marta apenas se presentó á él, « si hubieseis estado aquí
morir á Lázaro, dice san Crisóstomo, y no llega á líelhania mi hermano no hubiera muerto. » parece, dice san Juan
hasta cuatro dias después que fué enterrado, á fin de que Crisóstomo, que su fé era todavía un poco débil, pues que
el milagro fuese mas incontestable. creia que la presencia del Salvador era necesaria para
impedir que su hermano muriese. Sin embargo, ella no
Habiendo pasado los dos días, dijo á sus discípulos: deja do tener una gran confianza en su bondad y en su po-
volvamos á Judea. Esta resolución les sorprendió, y aun- der. Yo sé, le dice ella, qu^atm ahora lodo lo que pidiereis
que era el Maestro, le dijeron: ¿no hace mas que. un mes á Diosos lo c o n c e d e r á , aunque fuese la resurrección do
que los de Judea querían apedrearos en el templo de Jeru- mí hermano. No se atreve á pedirlo directamenle un favor
saleri el día de la Dedicación y queréis volver allá? El dia tan grande; únicamente le recuerda que puede hacerlo;
no tiene mas que doce horas, les respondió el Salvador, y conociendo la bondad del Salvador, no tiene necesidad
¿qué hay que temer cuando se camina mientras dura el de decirle mas. Está segura, repuso Jesús, que tu herma-
día? ¿debe esperarse á la noche para trabajar ó para ca-
no resucitará. No dudo yo, replicó Marta, que en el último
minar? Los judíos contaban el dia desde la salida hasta la
dia cuando se verifique la resurrección general, resucito
puesta del so!, y le dividían siempre como los demás pue-
también con lodos los demás. Pero ¿por quién resucitará
blos orientales en doce horas iguales, pero que debían ser
sino por mí, le dijo Jesús, que soy la resurrección y la v i -
mas cortas ó mas largas, según la diversidad de las esta-
da? ¿y por qué nu podría yo resucitarle hoy como le resu -
ciones. El Salvador compara aquí ta vida al dia y la muer-
citaré entonces? Este es el sentido que da san Agustín á la
te á la noche, y como el dia debe tener doce horas comple-
respuesta que el Salvador dió á Marta. De este modo
tas, sin que se le pueda quilar nada de su d u r a c i ó n ; del
instruye Jesucristo y afirma la fé de Marta, y la conduce
mismo modo, dice Jesucristo, estando ya designado el
como por grados á confesar como lo hizo, «que, él era el
tiempo que tengo que vivir, nada puede adelantar el mo-
Cristo, el Hijo de Dios vivo que había venido á este
mento de mi muerte. Gomo si hubiese dicho que en lanío
mundo,»
que viviese en este mundo no faltaría la luz; así que no
Viendo Marta que n^ parecía su hermana María, no d u -
temía la malicia de sus enemigo?, los cuales podrían í c n -
dó de que ella ignoraba la llegada del Salvador; por oslo
230 VIERNES CUARTO
Foé COITÍIMKIÜ á su aposenlo y lo dijo en voz baja que Je.sus sepulcro, lo (pleno pudo hacer, dice san Juan Crisóstomo,
había ilegafjo. Imueilialaniente vino María, se arrojó á sus sin un nuevo milagro diferente del primero. Tantas ma-
pies y dcsíiacióndosc en l á g r i m a s : ¡.\!i, Señor, le dijo, si ravillas á la vez causaron una admiración general. Volvió
lui!mTaÍ5c5(ado aquí mi hermano no hubiera muerto! Su Jesús á mandar que desatasen al muerto resucitado y le
llanto y el de toda la multitud qílfl babia ido con ella, en- dejasen andar. A vista de estos prodigios, los judíos pre-
terneció el corazón compasivodel Salvador, el cual se mos- sentes no pndieion menos de reconocer el poder del Se-
tró alterado y conmovido, haciéndonos ver con esto la par- ñor. Lllos habían vislo á Lázaro muerto, le habian visto
to que loma en las aflicciones de los que ama. Preguntó cnlen ado ya de cualro dias, y que sus carnes eslahan ya
en seguida: ¿Dónde se le ha enterrado? Venid, Señor, le fétidas y corrompidas. Ellos mismos habian quitado la
dijeron, y v e d c l l u g a r de susepullura. Habiendo llegado piedra que cerraba el sepulcro; habían visto que á solo
á él, no pudo contener sus lágrimas, lo que hizo decir á el preccplo de Jesucristo había salido Lázaro de el, eu-
los j u d í o s : ¿Veis hasta q u é punto lo amaba? Pero ¿si le vuello todavía en sus paños morluorios, y estrechamente
amaba lan líei ñámente, decian algunos de ellos, por (pié ligado y ajustado con las vendas, como un niño en la en-
no ha impedido que muriese, si es verdad que ha abierto voltura. Se le desata, ve, habla, anda, como y sobrevive
los ojos á un hombre ciego de nacimiento? los judíos m i - imichos años á su entierro y á sus primeros funerales. ¿Le
raban las lágrimas de Jesucristo, dice san Juan Crisó.-to- queda algún atrineberamiento á la incredulidad mas pi,r-
mo,como una prueba de su flaqueza. Si te amaba tanto, de- íiada?FJste milagro convirtió, es verdad, á muchos judíos;
cían ellos, y si es verdad que ha curado al ciego, ¿ p o r q u é pero apenas hubo uno entre los sacerdotes, los escribas'y
no curaba á su amigo? el espírílu de envidia piensa siem- los fariseos que no se encarnizase mas contra el Salvador
pre malignamente, y su habla es siempre en el mismo sen- del mundo. Cuando el entendimiento y el corazón están
tido; se aprovecha d é l a s menores apai'iencias para autori- corrompidos, cuando el error es volnn'arío, los milagros
zar su malignidad. sorprenden pero no convierten.
Fué Jesús al sepulcro acompañado de una mullilud de Si Lázaro muerto y enterrado es la figura del pecador
gente. Los sepulcros de los judíos eran ordínai ¡amenté muerto por el pecado, la resurrección de Lázaro y la sali-
i n a especie de grutas abiertas en las rocas, ó hechas de da del sepulcro es la figura del pecador conveilido por la
fábrica, cuya entrada se cerraba con una piedra labrada y gracia. Ln cristiano convertido y resucitado á la gracia,
proporcionada á la abertura: había en estas grutas m u - debe dar pruebas públicas de ello á Dios y al mundo, al
chas pequeñas celdillas ó nichos capaces para recibir ca- justo y al libertino. Kl pecador penitente debe glorificar á
da uno nn cuerpo. El modo de sepultar entre los judíos era Dios que es el autor de su nueva vida; edificar al ninmlo
cubrir la cabeza y el rostro con un lienzo que se llamaba (pie ha sido testigo de sus escándalos; consular al justo
sudario : el resto del cuerpo se envolvía en una sábana, que ha gemido por sus desórdenes, y confundir con m u
(pie se ajustaba en seguida con muchas vendas desdo las vida ejemplar al libertino que quería hacer sospechosa su
espaldas hasla los píes. Habiendo llegado el Salvador al conversión.
sepulcro no pudo ménos de exhalar todavía algunos suspi- Honrábanse hoy con una fiesta particular en muchas
ros y aun eslrernecerse, nó por la muerlo de Lázaro, sino iglesias do Erancia, las lágrimas que la ternura y la c o m -
mas bien al parecer por la muerte eterna de tantos peca- pasión hicieron derramar á Jesucristo por la muerte di-
dores, de los cuales era Lázaro la íigura, y siiigiilarmenle Lázaro; y se llamaba comunmente esta devoción la fiesta
por ia malicia insigne y por el endurecimiento de los judíos, «de las tíautas Lágrimas.» Se celebraba con mucha pie-
(pie habían de servirse del milagro que iba á hacer para dad eu Vendóme, en la Abadía de la Trinidad, que era
resolver su muerte, l i l Salvador ordenó que se quitase la de padres benediclinos; en Selincour, en Picardía; y en la
piedra que cerraba el sepulcro; y habiéndole Marta dicho Abadía de San Pedro, llamada de la Santa Lágrima. Eu
al oír esto, que habiendo sido enterrado el cuerpo hacia Orleans en la iglesia de San Pedro el Plantador «;le poci-
ya cualro dias, era imposible que no arrojase mal olor, la l l e r ) » ; enChemíllé en Anjou, en la iglesia de San Leo-
repuso el Salvador: No lémais nada. ¿No le he dicho que nardo; en Thiers, en Auvernia, en San Máximo, en Pro-
si creyeses, verías á Dios glorilicado por el mas brillante venza y en otras partes.
de lodos los milagros? Luego que quitaron la piedra, l e - Todavía hoy se celebra con solemnidad la resui reccion
vauló los ojos al cielo, y dirigiéndose á su Padre, le habló, milagrosa de san Lázaro en la Iglesia catedral de Mai se-
dice san Crisóstomo, nó como quien le rogaba, sino como lla, que le reconoce por su primer obispo, su apóstol y su
quien le rendía acciones de gracias, para mosirar que no patrón.
era él como los d e m á s santos y los profetas, que tienen
necesidad de valerse de las súplicas para hacer obras m i - La oración de la misa de este dia es como sigue:
lagrosas, sino que él las hace por su propio poder. ¡So lo
hace, a ñ a d e el mismo santo, sino á fin do que el mundo Deus , qui incffühiUhus O Dios, que renováis el
sepa que obra en nombre y por virtud de su Padre, y p o r mundum renovas Sacramen- mundo por medio de sacra-
coíisiguienle, que él es el Mesías y el Enviado de Dios; por t u : fratslu, qiuüsumus, u l meatos inefables, h í x o l q u u
es'o prueba también su unidad de voluntad y de poder con Ecdcsia lúa, el u;lcrnis p r o - prospere vueslra Iglesia con
Dios su Padre; y si en cualidad de hombre habla como ficiulinslüülis, el k m p o r a l i - vuestras oleí nas institucio-
inCei iur á su i'adre, mezcla siempre algunos rasgos que bas non deslilaatar auxiliis. nes, y que nunca la fallen
mnestian stí igualdad. I'cr Dominum*,. vuestros auxilios en sus ne-
Dospiies de lodo e^lo, esclamó Jesús en alta voz: Láza- cesidades temporales. Por
ro, sal del sepulcro: á estas palabras el muerto resucita, nuestro Señor, etc.
y lleno de vida se levanta, y ligado como oslaba sale del
DK CUARESMA. 231
fia que la conformidad de la conducta con la doctrina del
La Epístola cslá tomada del tercer libro de los Iteyes, predicador. Prueben sus acciones que es un hombre de
cap. 17, Dios, y no se dudará (pie es del Señor la palabra que se
oye de su boca. Se mueve, se persuade, se convierte
fa diebus ilUs : Mgrotavk En aquellos dias cnfei nió cuando se predica tanto con los ejemplos como con las
un liijo de una madre do
films muiieris i m t r i s f a m i - palabras; un zelo que se exhala lodo cu palabras, hace
Has, eteral languor foriisti- familias, y su enforiiu'datl pocos frutos. Jesucristo comenzó por hacer antes que en-
«lits, tía ut non remancrel se hizo lan violenta , que señar. ¿Se signe con grande empeño este ejemplo? El Sal-
i n co halilas. Dix'ü ergo ad murió de ella. Díjole, pues, vador echaba en cara á los fariseos, que alaban cargas
aquella mujer á Elias: ¿Qué
E l i a m : Quid mihi et Ubi, v i r pesadas y que apenas podian llevarse, y las ponian sobre
Dei ? íngressus es ad me, ut es lo que hay en ti y mí, las espaldas de los d e m á s , mientras que ellos ni aun les
rememorárenlur iniquiUilcs hombre de Dios? ¿ h a s ve- aplicaban un dedo. Si esos inmorlilicados doctores de la
mew, et inlerficeres f i l i i mnido á mi casa para reno- ley, si esos delicados directores empezasen por practicar
tneum ? E l a ü ad eam Elias: var la memoria de mis pe- ellos mismos la moral severa que esparcen, hay motivo
Da mihi ¡tlium t m m . Tulit- cados, y para quitar Ir. vida para creer que serian ménos estremados. ¡Qué miseria!
que eum de sinu ejus, et por- á mi hijo? Elias la dijo: DAme ¿Se pretende acaso adquirir fama por una ridicula repu-
t a v ü i n ccenaculum, ubi ipse á tu hijo; y hahiéndole t o - tación de severidad y de reforma que no se comienza por
manebal, el posuil super lec- mado de entre sus brazos, sí mismo? Refórmese ese orgullo secreto que es el gran
lulum suum. Et clamavit ad le llevó al aposento donde móvil y el principal resorte de la mayor parte de las ac-
Dsminum, et d i x i t : Domine habitaba, le puso sobre su ciones; ese esmero de sensualidad en la afectación estu-
Deus meus, etiamne viduum, lecho, y clamó al Señor d í - diada de todas las comodidades d é l a vida. Refórmese esa
apud (¡mm ego ulcumque ciéndole : Sefior Dios mió, malignidad de pensamientos que hace que sojuzgue tan
sttstenlor, afjlixisli, ut inter-¿ es posible que hayas afli- mal del prójimo. Refórmese ese fondo inagotable de envi-
¡¡cere* filiam ejus ? E l expan- gido á esta buena viuda que dia (pie se derrama tantas veces en injurias y en maledi-
dit se, alque mensus est su- cuida de alimentarme lo cencias. El zelo encuentra un gran campo que brozar en
per puerum tribus vicibus, et mejor que puede, hasta q u i - nosotros mismos, ¿por q u é prestarse á otros, cuimdo se
damavit ad Domimm , el tarle la vida á su hijo ? Des- carece de obreros para la cnllura de su propio campo? La
a i t : Domine Deus meus, re- pués de dicho esto, se ochó caridad ciertamente no daña nunca á aquel que la cjei ce,
vcrlulur, obsecro, anima pue- sobro el ni Fío por tres veces, pero seamos santos; muestren nuestras acciones que so-
ñ h n j u s in viscera ejus. Et acomodándose á su cuerpo mos siervos de Dios; juzgue el pueblo por nuestra con-
waudivit Dominus voccm muerto; y esclamó al Se- duela, que somos hombres de Dios, entonces serán eíica-
EUai: el reversa est anima ñor, "diciendo : Señor Dios ces nuestras lecciones y núes!ras instrucciones. Cuesta
pueri intra eum, et revixit. mió, haced que el alma de trabajo el creer que la palabra del Señor se halla verda-
Tulitque Elias puerum, el de- este niño vuelva á su cuer- (lerainenle en la boca de un hombre que la desmiente por
posuil eum de cainaculo i n po. El Señor oyó la voz de su conducta; se observa siempre antes de escuchar. ¡(Jué
infi'riore.m dommn, el tradi- Elias, el alma del niño v o l - fruto no baria un padre ó una madre de familia, cuyos
dil viatrí sum, et ait i l l i :vió á entrar en su cuerpo, ejemplos todos fuesen otras tantas lecciones! Hay indocili-
En vivil ¡ilius tuus. Dixitque y resucitó. Habiendo toma- dad en los hijos, se lamenta el descuido y la poca fidelidad
mnlter ad E l i a m : Nunc in do Elias el niño, descendió en los domésticos, se grita, se reprende, pero se corrige
islo cognovi, quoniam vir de su aposento á lo bajo de poco porque se edifica mal. Los domésticos y los hijos es-
¡k'i es tu, et verbum Uomini la casa, y le puso en mano;; tudian mas las acciones que las palabras de los que Ies go-
in ore tao venan est: de su madre, dici^ndola; biernan; efeen siempre que aquellas deben ser los i n l é r -
Hé aquí tu h i j o , que ya preles de estas. Si las instrucciones espantan, las acciones
vive. La mujer respondió á aseguran; comprendamos cuánto importa practicar lo que
Elias: Por esta acción re- se enseña á los otros y no caer en los defectos que. se r e -
conozco yo ahora que eres prenden.
un hombre de Dios, y que
la palabra del Señor es
verdadera en tu boca. E l Evangelio de la misa de este dia está lomado del cap. 4
Se cree, que Esdras es el autor de los dos últimos libros del de san Juan.
de los Reyes. Se lee en el tercerola muerte de David, el
reinado de Salomón , la construcción del templo y el reino In illo lempore: Eral quí- En aquel tiempo había
sepai iido en tiempo de Uoboam. El reinado de Joroboam dam languens Lazarus a Be- un hombre enfermo llama-
sobre las diez tribus. Achab casa con la impía Jezahel, y tliania, de casiello Mariw, et do L á z a r o , en Relhania,
persigue á los profetas. Elias se presenta en su reinado y Marthce sororis ejus. [María pueblo de María y de Mar-
hace un gran número de milagros en Isixe!. autem eral, quw unxit Do- ta su hermana. (María era
m i m m niifinenlo, ct exlersil aquella que derramó sobre
pedes ejus capillis suis : r u - el Señor un licor odorífero,
REFLEXIONES. jus frater Lazarus i/i/iVi/irt- y le enjugó los ¡ i > con sus
batur). Miserunt ergo sórores cabellos; y Lázaro su her-
f o r e s t a acción reconozco yo ahora que eres un h o m - ejus ad eum, dicentcs: Do- mano, el que estaba enlei -
bré de Dios, y que la palabra del Señor es verdadera en mine, ecce quem amas infir- mo.) Enviaron sus herma-
'u hoca.» Nada prueba mejor la verdad de lo que se ense- matur. Audiens autem Jesús, nas á decir á J e s ú s : S-.mor,
232 CUARTO.
dixit eis: Infirmiins Jiwc non el que amas estí) enfermo. me, ctiam si morluus fuerit, si hubieseis .estado aquí,
est ad moriera, sedpro gloria Oido esto por Jesús , les vivel: el omnis, qui vivit, et mi hermano no hubiese
Dci, MÍ glorificelur Filius Dei r e s p o n d i ó : Esla enfermedad credit i n me, non niortetur muerto; pero yo sé que aun
per eam. Düigebal autem Je- no es para que muera, es sí tn ceternum. Creáis hoc ? A i l ahora todo lo que pidiereis
sús Mariham , et sororem para gloria de Dios, y á (in U l i : Vtique, Domine, ego á Dios os lo concederá. Tu
ejus M a r i a i n , el Lazarum. de que sea glorificado el credidi, quia tu es Christus hermano resucitará, la dijo
Ul ergo audivil, quia injir- Hijo de Dios. Amaba Jesús á Filius Dei v i v i , qui i n hunc J e s ú s , y Marta le respon-
mabalur, tune quidem man- María, á su hermana María mundum venisli. E l eum hcec dió : Yo sé que resucitará en
sil M eodem loco duobus die- y á Lázaro. Después de h a - dixissel, abiit et vocavil M a - el último dia al tiempo de la
bus. Ikinde posl hwc d i x ü ber sabido (jue Lá/aro esta- riam sororem suam sileniio, resurrección. Entonces la
dimpulis suis: Eamus m Ju- ba enfermo, permaneció to- dicens : Magister adesl, et dijo J e s ú s : Yo soy la resur-
daam ilerum. Dicunl ei dis- davía dos dias en el mismo vocal le. Illa u l audivil sur- rección y la vida: el que
cipuli: Rabbi, nunc queere- l u g a r ; y después dijo á sus git cito, et venil ad eum, non- cree en mí vivirá, aun c u á n -
hnnl te Judwi lapidare, el discípulos: Volvamos otra ítem enim veneral Jesús i n do hubiere muerto, y todo
ilerum radis illue? Respondil vez á Judea. Dijéronle en- caslellum, sed eral adhuc i n el que vive y cree en mí,
Jcsvs: Nonne duededm sunl tonces los discípulos: Maes- illo loco, ubi occuirerat ei no morirá para siempre.
h o m diei ? Si quis ambula- tro, hace poco que los j u - Martha. Judwi ergo qui erant ¿ Crees esto ? Sí Señor, le
veril tu d i e , non offendit, díos querian apedrearle, ¿y cumeain domo, et consola- dijo ella; yo he creído que
quia lucem hujus mundi v i - otra vez vuelves allá ? Res- bantur eam, cum vidissent vos sois el Cristo, hijo de
del i si autem amhulaveril i n pondióles Jí sus: ¿ Por ven- Mariam, quia cito surrexit, Dios vivo, que ha venido á
mrte offendil, quia lux non tura no tiene el dia doce ho- el exiil, secuti sunt eam, d i - este mundo. Y habiendo d i -
ras? Si alguno camina de cenles: Quia vadit ad monu- cho esto, se fue y silencio-
esl tu eo. U m a i l , el posl
dia no tropieza porque ve la mentum, u l pinrel ibi. Maria samente llamó á Maria se
hece d i x ü eis : Lazarus a m i -
luz del mundo ; mas si ca- ergo , enm venisscl ubi eral hermana. El Maestro, la
cus nosler d o r m i l : sed vado
mina por la noche, tropieza Jesús, videns eum, cecidil ad dijo, está ahí, y te llama.
ul a somno excilcm eum. D i -
porque le falta la luz. Así pedes ejus, et dicil e i : Do- Ella apenas lo o y ó , se l e -
xcrunl ergo discipuli ejus:
habló, y después les dijo: mine, si fuisses hic, non es- vantó inmediatamente y te
D o m m , si d o r m i l , salvus
Nuestro amigo Lázaro duer- set morluus fraler meus. Je- salió al encuentro: aun no
crit. Dixeral autem Jesús de
me, pero yo voy para des- sús ergo, u l vidit eam p l o - había llegado Jesús al cas-
morle ejus: Uli autem p u l a -
pertarle del suefio, Dijéron- ranlem, et Judceos, qui vene- tillo, sino que permanecía en
verunl quia de dorm'uionc
le, pues, sus discípulos: Se- ranl cum ea, plorantes, i n - el sitio en donde Marta ha-
somni c/tcciYí. Tune ergo Je-
ñor, si duerme, él saldrá de fremuil spirilu , et lurbavit bía salido á encontrarle. Los
sús d i x i l eis manifesté: L a -
la enfermedad. Quería de- seipsum, el d i x i t : Ubi p o - judíos que oslaban en la casa
zarus morluus esl: et gau-
cir Jesús de su muerte, suistis eum ? Dicunl e i : Do- con Maríj^ consolándola, ha-
deo proplcr vas, ut credatis,
aunque ellos juzgaron qua mine, veni, el vule. FA l a - biendo advertido que se
quoniam non eram i b i . Sed
hablaba de un simple sue- crymalus est Jesús. Dixcrunt había levantado con lanía
eamus ad eum. Jñxit ergo
no. Entonces Jesús les dijo ergo Judoei: Ecce quomodo prisa y que halria salido, la
Thomas, quidicilur Didymus,
ciertamente ¡ Lázaro ha amabal eum. Quidam avtem siguieron diciendo: Esta va
ad condiscipulos : Eamus el muerto, y me alegro no ha-
ex ipsis dixerunt: Nonpolc- al lugar de la sepultura
nos, u l moriamurcum eo. Ve- ber estado allí por vosotros,
r a l h i c , qui aperuil oculos para llorar allí. Habiendo,
n i l itaque J e s ú s , el invenil para que c r e á i s : pero v a -
ca'ci m t i , faceré u l hic non pues, María llegado adonde
eum qualvor diesjam i n mo- mos allá. Al oir esto Tomás
moreretur? Jesús ergo r u r - estaba Jesús, apenas le vió
numento liabentem. {Eral au- (llamado también Didimo)
sum fremens in semelipso ve- se echó á sus pies, y le dijo:
tem Bethania j u x t a Jeroso- dijo á los otros discípulos:
n i l ad monumenlum. E r a l Señor, $i hubiesois estado
lymam quasi sladiis quinde- Vamos también nosotros autem spelunca: el lapis su- aquí, mi hermano no hubie-
<im). Multi autem ex Judañs para morir con él. Llegó, perpositus eral ei. Ait Jesús: se muerto. Viéndola Jesús
venerant adMartham e t M a - pues, J e s ú s , y halló que ToUile lapidem . Dicil ei Mar- llorar, y que los judíos que
riam ut consolarentur eas de había ya cuatro dias que. lha , sóror ejus qui morluus venían con ella también l l o -
fratre suo. Martha ergo ut Lázaro estaba enterrado. fuer a l : Domine, j a m foetet, raban, se estremeció su es-
audivil quia Jesús venil, oc- (Distaba Bethania cerca de quatriduanus esl enim. D i - píritu y se conmovió denlro
curril U l i : Maria autem do- quince estadios, como me- cil ei Jesús: Nonne dixi tibi, de sí, y en seguida dijo:
m i scdebal. Dixil ergo Mar- dia legua poco mas de Je- quoniam si credideris, vide- ¿Dónde le habéis puesto?
tha ad Jesum : Domine, s i rusalen.; Muchos de los j u - bis gloriam Dei? Tulerunt Dijéronle: S e ñ o r , venid y
fuisses hic,.fralcr meus non díos habiau ido á ver á Mar- ergo lapidem: Jesús autem, vedlo. Entonces Jesús der-
fuisscl morluus: sed et mne ta y á María, y consolarlas elevatis sursum oculis, dixit: r a m ó lágrimas. A vista de lo
scio, quia qumumquepopos- por la muerte de su herma- Paler, gralias aqo tibi qno- que dijeron los j u d í o s : lié
ceris a Deo, dahil tibi Deus. no. Inmediatamente que niom audisti me. Ego autem aquí hasta dónde le ama-
D'u h Uli Jesús: Picsurget f r a - Marta oyó que Jesús habia sciebam quia semper me a u - ba. Pero algunos de ellos
ter tuus. Dicil ei Marlha: llegado, le salieron al en- dis , sed propler populum, dijeron: ¿El que ha abierto
Sdo quia resurget i n resur- cuerili'í). María permaneció qui circunistat, d i x i : u l cre- los ojos á un hombre ciego
rerlione i n novissimo die. D i - quieta en la casa. Dijo, dunt quia tu me misisli. líate de nacimiento, no podía
x i l ei J e s ú s : Kgosum resvr- pues, Marta á J e s ú s : Sefior, cum dixisset, voce magna haber impedido que este
reclio, el v i t a : qui ci edit i t i
m CUARESMA. 233
damavil: Lazare, vemforas. nuu ieso? J e s ú s , pues, es- ¡ q u é seníimionios y qué temoros nacen de estas luces!
E t s i a i i m prodiil qui fuerat IrLíiiu'ííiéndosei dtí nuevo Se conoce entonces sensiblemente para q u é íin v i v í a -
morluus, ligalus pedes, e£ denlro de sí mismo, fué al mos sobro la (ierra. Dios solo, sí, Dios solo debia ser el
ma)iM.s institis, elfiiciesillius lugar de la sepultura. Era, objelode mi cullo. ¡ Qué sentimienlo haber servido á otro
sudario erat ü g a t a . Dixit eis pues, una cueva abierta en señor, haber amado á otro objeto, haber seguido á otra
Jesús: Sulfíiteeuin, el sinile la peña, y la hablan cerra- guia que á él 1
abire. Mullí ergo ex Juáwis, do con una piedra. Quitad Me sobraban motivos para no haberme engañado; mi
qui veneranl ad Mariam et la piedra, dijo Jesús. Señor, razón me hacia ver bastante lo que debia haier; mi re-
Marlham, et videranl quw le dijo Marta, hermana del poso estribaba en mi regularidad, y mi interés en el c u m -
fecit J e s ú s , credidermit i u muerto, comienza ya á arro- plimiento de mis deberes. ¡ Q u é consolatorio seria para mi
cum. jar lelor, porque hace cua- si hubiese pasado mis dias en el servicio de un Señor tan
tro días que está enterrado. bueno! ¡ A h ! ¡ qué de poderosas solicitaciones ! i (pié de
Jesús la repuso: ¿No le he gracias! y no me he decidido á servirle; he mirado á
dicho, que si creyeres v e - sangre fria á mi Dios, espirando por mí en la cruz; lodos
nas á Dios glorificado? Q u i - sus beneficios no han podido vencer mi indiferencia; no
taron, pues, la piedra, y he querido amarle, y yo muero.
levantando Jesús los ojos, ¿llabia alguna cosa capaz de enlrar en concurrencia con
d i j o : Padre mió, yo os doy un Dios ? ¿ Tenia yo dos señores á quien servir ? Y 'aun
gracias porque me habéis cuando hubiera tenido dos, ¿ á quién debia la preferencia?
oido. Bien sabia yo que Muy desgraciado es aquel á quien no le basta un Dios. Yo
siempre me o í s ; pero lo soy este desgraciado, porque me ha dado gana de serlo, y
que he dicho, ha sido en yo muero.
consideración á la mullilud
Pero ¿ e n servicio de quién he pasado yo mis dias ? ¿ y
que eslán en rededor de mí,
q u é ventaja he sacado de haber servido al mundo? Dis-
á íin de que crean que vos
gustos infinilos, penas continuas, sudores infiucluosos,
me habéis enviado. Después
servidumbre cruel, yugo abrumador, vida consumida y
de haber proferido estas
perdida en la amargura; y de todo eslo, ¿cuál ha sido la
palabras, clamó con un tono
recompensa? Sentimientos desespcranlesT una muerte es-
de voz muy alto: Lázaro,
pantosa, una desgraciada elernidad. ¡Ah, Dios m i ó ! ¿ e s
sal fuera. El que estaba
lodo eslo verdad, y hay pecadores en el mundo?
muerto, salió inmediatamen-
PUNTO SIÍGUNDO,—Considera q u é pesar será para no>o-
te con las vendas que le
tros el percibir que lodo lo que nos ha espanlado, lo que
ligaban los piós y las ma-
nos ha disgustado del servicio de bios no era mas que una
nos, y con el lienzo que le
pura fantasma. Era el respelo humano, y entonces se verá
cubria el rostro. Desaladle,
cuan vano era, y cuán ridículo era el Irabajo: i Ah ! ¿ p o -
Jes dijo Jesús, y dejadle an-
día yo ignorar que Jesucristo asegura que su yugo es sua-
dar. Gran mimero de los
ve y su carga lijera ? Yo veo ahora, dirá el moribundo,
judíos que habian venido á
que he tenido mas que sufrir viviendo licenciosamente,
ver á María y á María, y
que cuanto hubiera sufrido llevando una vida cristiana; yo
que eran lesligos de lo que
veo ahora mi tontería; me carcome el pesar, pero ya no
Jesús habia hecho, creye-
hay tiempo de reparar mi falla, y yo muero.
ron en él. •
He descuidado enleramenlc m i salvación: I09 negoci is
temporales, las partidas de placer, el juego, los e s p e c t á -
MEDITACION. culos han absorvido todo mi tiempo. Yo he juntado g r a n -
des bienes: ¿ y para q u i é n ? Yo me he divertido, yo he
t i n e l o s sentimientos de u n pecador moribundo. pecado; y j o muero sin haber hecho penilentia: IUUTO,
y voy á ser condenado al fuego cierno, condciiado á sufrir
PtNTO PRIMERO.—Considera que por mas crueles que por toda la elernidad el rigor leunido de lodos los supli-
sean los sobresaltos que acometen en la muerte, y los do- cios. ¡Oh q u é d e s e s p e r a c i ó n ! ¡ q u é s e n t i m i e n t o !
lores que se sienten en aquella última hora, nada hay Movido por la lectura de aquel libro de piedad, sobresal-
mas duro, nada alormenla tanto á un pecador moribundo, lado por aquel accidente, convencido, desengañado por
que los vivos y amargos sentimientos que esperimenla aquellas reflexiones tan concluyenles, tan verdaderas,
poco antes de espirar. ejecutado todavía mas por la gracia, y o habia formado d
Durante la vida, la fé de la mayor parte de los crislia- designio de mi conversión, habia hecho el plan de ella:
»os, y sobre lodo de los libertinos, está medio eslinguida. ¿quién me ha impedido su ejecución? Aquel amigo, aipie -
Creen, es decir, no caen en los errores hasla el punto de líos compañeros libertinos, el temor de pasar por (levólo,
ser infieles; pero creen tan débilmcnle, que apenas pue- el mal ejemplo: ¿ y por amor de un amigo, de un liberti-
den llamarse cristianos. no, de un atolondrado, me he condenado? ¡Quién puede
En la muerte desaparecen todas las preocupaciones; comprender el rigor de este despecho, de esta rabia!
las pasiones mas fuerles se eslinguon; la fé se despierta, llonores que me habéis deslumhrado, adornos que me
y hace ver las verdades mas terribles, con tal claridad, habéis costado tanto; placeres que me habéis hecho gemir
que no es posible dudar ya de ellas. Poro ¡oh Dios! lanías veces; alegrías mundanas seguidas de tañías lágri-
TOMO I V . 30
934 SÁBADO CUARTO
mas; ¡cuánlas veces os he condenado! Y ¿ p o r q u é oo ho vid en la inocencia, gino querois morir en el pecado. Pen-
obrado conforme h mis propios senlimienlos? sad muchas veces mientras os dura la vida en estos senti-
¡ Oh 1 si yo hubiese seguido el ejemplo de aquella per mientos horribles. Considerad esta Cuaresma como si fu -so
sena tan virluosa, que mas sabia que yo, no ha esperado la última que vivís. Empleadla en todos los ejercicios do
á la muerlc para an epenlirse. Si, á lo menos, me hubiese la santa penitencia. Ay uñadla exactamente; acompañad esta
converlido un año hace, seis mefes ha, cuando yo eslaba mact'i acion de la carne de una penitencia interior; haced
espanladó leyendo esfas verdades terribles; yo podia h a - limosnas para redimir vuestros pecados. ¡Cuántos de los
berlo hecho entonces, nada me hubiera sido mas fácil de que leerán esto no verán el fin de año I
hacer; pero no quise, y muero con esle senlimienlo.
¡ Q u é sentimiento tan inútil y tan desesperante, Dios SARADO CUARTO DE CUARESMA.
raio I ] Horrible suplicio, el verse cargado de crímenes en
el momento en que se va á comparecer delante de vos! Si Considerando la Iglesia los quince dias que quedan has-
á lo ménos pudiese uno atribuir su desgracia y sus estra- la la Pascua como una íiesla continuada de la Pasión del
víos á una causa estrafla, pero no puede ménos de verse Salvador, se ha mirado siempre este sábado como la vigilia
qne es uno mismo solo el artífice de su perdida; se ve y se de esta tiesta. El introito, la Epístola, el Evangelio, todo el
verá eternamente que se ha condenado uno por haber pre- oficio de la misa de este dia, es una alegoría continua de
ferido un miserable libertinaje de algunos d i a s , á una feli- esto gran misterio, y una especie de preparación que con-
cidad llena, satisfactoria y eterna. tiene al mismo tiempo los motivos consolantes de esta a u -
Mi dulce J e s ú s , que me concedéis la gracia de qne ha- gusta solemnidad.
ga aquí todas estas reflexiones, no permitáis que algún dia La misa comienza por aquellas tiernas palabras del pro-
me sirvan de motivo para un nuevo sentimiento. Pero ya feta Isaías: « Todos los que tenéis sed, venid á la fuente
sé el medio do agolar la fuente de ellos, que es convir- de aquella agua viva,» quesalta hasla la vida eterna, dice
tiéndome inmediatamente. Dadme, S e ñ o r , la gracia para el Señor. El profiMaconvidaá todos los pueblos d é l a tierra
hacerlo, y que no lo difiera un solo momento. para que abracen la fé de Jesucristo, el cual solamente es
JACULATORIAS.— Conservad, Señor, mi corazón en la la fuente de agua viva. Esta divina fuente es la mina que
inocencia por medio de una fidelidad inviolable en guar- puede apagar, todo lo demás solo sirvo para aumentar
dar vueslra santa ley, para que así no me vea yo entre- nuestra sed. Pi'opiamente hablando, la Pasión de Jesucristo
gado á tan crueles desesperaciones en el fia de mi vida. es esta fuenle, que ha corrido, por decirlo así, por tantos
(Psalm. 118.) canales como llagas ha tenido su divino cuerpo; fuente que
Señor, ved aquí que aquel que amáis con tanta ternura, j a m á s se agota. Aunque preciosa esta agua se nos da g r a -
hasta haber dado vueslra sangro por é l , está peligrosa- tis. «Los que no tenéis dinero, hasla que tengáis sed:
mente enfermo. (Joan. 1 1 . ) venid, y refrigeraos, bebed con alegría. Todo esto hace
alusión á la Pasión de nuestro Salvador que ha derramada
su sangre por la salud de lodos los hombres, y que por un
PROPOSITOS.
beneficio tan insigne no exige mas de nosotros que nuestro
t Lázaro alacado de una enfermedad morlal; Lázaro amor.
muerto y enterrado de cuatro dia?, de modo que ya apes- La Epístola está lomada de aquel lugar de la profecía
taba; Marta y María que ruegan al Salvador, y le. repre- de Isaías, en que Dios llama á su Hijo su enviado sobre la
sentan el triste estado á que se ve reducido aquel á quien tierra para salvar al género humano, á quien ha oido
amaba; las lágrimas de Jesucristo sobre el sepulcro del concediéndole la salvación de los hombres, y á quien ha
muerto, señales de su compasión y de su ternura, su r e - asistido en el tiempo que él mismo habia destinado para
surrección, en fin, precedida no solo de emoción, sino esta grande obra. En donde dice que le ha establecido pa-
también de suspiros y de estremecimientos interiores; t o - ra ser el reconciliador del pueblo, para reparar la tierra,
das estas circunstancias tan detalladas, que con tanta m i - romper las cadenas de los prisioneros, comunicar la luz á
nuciosidad ha procurado indicar el Evangelista, son oíaos los que estaban en las tinieblas. «Yo te he enviado para
tantos rasgos bien marcados del cuadro de un pecador que hagas una nueva alianza con mi pueblo,» de la cual
que envejece en el pecado de hábito. Dios no deja de amar la primera no era mas que una débil figur a, « y por me-
á esle pecador, dicen los Padres, puesto que se ha encar- dio de esta alianza vas á hacer que mude de faz toda la
nado y ha muerto por él; también representan el amor do tierra, vas á formar un pueblo enleramenle nuevo. Las
la Santísima Virgen y de los santos, que se interesan por heredades disipadas de que habla el Profeta, son no so-
su salvación, y ruegan por él; pero ¡ q u é no es necesario lamente el pueblo judío, sino también todas las naciones
para convertirle! ¡ q u é de milagros! Jesucristo llora, Je- del mundo que Jesucristo ha rescatado con su sangre, las
fsucrislo se estremece, son precisos muchos esfuerzos para cuales todas componen su heredad. Esta heredad se la
quitar la piedra, y un mandamiento espreso del Salvador habia usurpado el demonio. La corrupción de las costum-
para hacerle salir del sepulcro. Reflexionad seriamente bres y la idolatría hablan disipado la heredad del Señor.
sobre este retrato. ¡Mirad no sea tal vez el vuestro! Con- El Salvador ha venido para junfai la, reunicndolas todas
cebid, por lo ménos, una justa idea del eslremo peligro en en su Iglesia. «Yo le he enviado para decir á los que
gemian entre las cadenas, y en los lazos del pecado
que está un pecador que vive en el hábito del pecado. Es
(puede esto entenderse del pueblo j u d í o , que vivia en el
muy difícil la conversión, cuando se necesita uno de los
desórden y bajo la servidumbre de la l e y ) : » salid de esa
mayores milagros para convertirse,
dura servidumbre, y entrad en la dulce libertad de los
2 Prevenid l ó s e m e l e s sentimientos que tendrá el peca-
hijos de Dios. «Di á todos los que estaban en la ignoran-
dor en la hora de la muerte, haciendo una vida santa. V L
m CUARESMA. r ó o
cia del venladnro Dios cnlrc l:is negras tinieblas de la los, alabad al Seftor,» esclama aquí el Profeta, «salte
idolatría: abrid, por fin, los ojos, y ved la luz.» El Sal- de alegría toda la tierra, y resuenen entre las montañas
vador solo os la verdadera luz, que ilumina á todo el que sus alabanzas; porque el Señor, prosigue, se ha compa-
viene á este mundo, o Se apacentarán en los caminos, y decido en fin, de tantos pueblos miserables que se per-
todas las llanuras les servirán de pastos.» No hay cosa d í a n . » Él mismo quiere ser su consuelo, su salud, su
que mejor represente !a dichosa condición de la nueva Salvador y su Padre. «No obstante, Sion ha dicho: el
alianza, de este pueblo nuevo, del pueblo cristiano, de la Señor me ha olvidado.» Esta era la queja amorosa que
iglesia, que el retrato que Dios hace aquí de él por su dirigían al cielo los judíos en su cautividad, y es la que
Profeta. Libres de la cautividad del demonio por la muer- hacen todavía alguna vez los cristianos en sus aflicciones
(e del Salvador; ilustrados con las luces de la fé, no te- y sus Irabajos. Pero ¿ h a y cosa mas consolatoria que la
mamos morir de hambre en el desierto y penoso camino respuesta que Dios les da? « ¿ P u e d e una madre olvidar á
de esta vida; en la llanura como entre las rocas, y sobre su hijo? ¿l'uede ménos de tener compasión del hijo que
la montaña, en todas parles hallaremos un abundante ha llevado en sus e n t r a ñ a s ? Pero aun cuando se hallase
pasto. La doctrina de Jesucristo, sus sacramentos, su una madre tan dura y tan bárbara que olvidase su propio
Evangelio, su asistencia y su gracia, h a r á n que de nada hijo, yo nunca podría olvidaros.» El Señor es el que ha-
carezcamos. Esta vida es un viaje; la tierra es un des- bla, jBuen Dios! ; qué impresiones tan fuertes deben ha-
tierro ; el cielo es nuestra amable patria: es indispensable cer estas palabras sobre el corazón! ¡qué amor no deben
caminar por tfledio de un destierro espantoso, antes de inspirar a u n Dios tan bueno I i q u é retorno! i q u é con-
llegar á la tierra prometida; hay mucho camino que an- fianza !
dar desde Babilonia hasta la celestial Jerusalen; sin em- El Evangelio de este dia es una inslruccion dogmática
bargo, no temamos nada, el Salvador ha provisto á todo, que hace el Salvador al piteblo y á los fariseos acerca de
él conoce nuestras necesidades, no ignora los peligros, y su divinidad, y una prueba muy sensible del endureci-
sabe lo que es necesario para conservar la vida. «No miento de los fariseos y del pueblo. Su mal corazón no lo
tendrán hambre ni sed, no les q u e m a r á el calor ni aun el retrae: les muestra mas bondad todavía, que el odio y la
del sol, porque aquel que está lleno de misericordia hacia envidia que ellos tenían contra é l . Les descubre los g r a n -
ellos les conducirá, y les llevará á beber á los manantia- des bienes que estaban encerrados en él, y que venia á
les de las a g u a s . » ¿Quién no ve en esta alegórica y p r o - ' traer al mundo. «Yo soy la luz del mundo, les decía, el
fótica pintura la imágen del cristianismo? ¿ q u é multipli- que me sigue no camina en las tinieblas» de la ignoran-
cidad de auxilios espirituales ; q u é abundancia mas cia, del error, de la infidelidad ni del pecado. No hay
consolante de bienes que los que hay en la Iglesia? E n - otro que yo que ilumine, y que guíe en el camino del
cuéntrese uno sediento por la fatiga del camino, por el cielo. ¿ S e r é i s siempre tan insensatos que cerrareis los
ardor de las pasiones, por los combates que es preciso ojos á ta luz de la vida bienavenlui íida á la cual os con-
d a r , y los asaltos que es fuerza sostener; á todas horas duce? Los fariseos escuchaban alenlamenle lo que el
encontraremos esta fílenle de agua viva que no se agola Salvador les d e c í a ; pero dijérales lo que tes dijese, nada
Jamás, y que so saca sin trabajo. «Vosotros,» dice en era capaz de hacerles gustar las verdades elerna.s, por-
otra parte el niismo Profeta, «vosotros sacareis con ale- que mas bien trataban de criticar su doctrina que do
gría aguas de las fuentes del Salvador.» En lugar de las aprovecharse de ella.
aguas que vuestros padres han sacado en el desierto,
Tú das lestimoiiio de tí mismo, le dijeron. ¿ S e te debe-
cuando Moisés hirió la roca y sacó de ella una fuente,
rá creer sobre tu palabra? Aunque yo doy teslimonio de
vosotros beberéis de las fuentes del Salvador. Este Salva-
mí, respondió Jesús, mi testimonio es legílimo y debe ser
dor es Jesucristo; las fuentes que nos abre son su doctrina
admitido. Yo me conozco, y no puedo menos de conocer-
santa, dicen los Padres, sus sacramentos, de donde de-
me; yo sé de dónde he venido, y adónde v o y ; pero v o -
rivan las gracias sobre aquellos que se acercan digna-
sotros no sabéis de d ó n d e vengo, ni adónde voy. No es
mente á ellos, y alejan do sí las malas disposiciones que
posible, ni yo debo esperar de vosotros un testimonio l e -
pueden detener su curso. El mismo Jesucristo nos dice:
gítimo de lo que yo soy; vosotros no me conocéis, ni aun
Si alguno tiene sed, venga á mí, y beba. Aquel que be-
queréis conocerme. Solo yo, y mi Padre que me ha en-
biere del agua que yo lo d a r é , nunca tendrá sed. «Mis
viado, podemos dar este lestimoiío seguro ó infalible.
montanas se convertirán en caminos llanos, y yo r e l l e -
Yo os pruebo mi misión por mis obras, por mi doctrina y
naré los valles para hacerlo todo un camino. No os espan-
por mis milagros, y vosotios os negáis á creerme; mi
ten esas máximas de la mas alta perfección, esos conse-
Padre la prueba por ¡as profecías, y por las sagradas l e -
jos tan puros del Evangelio, y tan contrarios á los sentidos
tras que tenéis en las manos, y vosotros no queréis hacer
y alamor propio; todo- lo veréis allanado, desdo luego
la aplicación de ellas. Vosotros no juzgáis de mi sino se-
que os pongáis en camino; lodo lo hallareis dulce, lodo
gún el hombre esterior, no podéis imaginaros que yo sea
fácil, desde el momento en que lo pusiereis en práctica.
de una condición superior á loque aparezco. Gomo sí d i -
No temáis esliaviaros; yo, yo mismo seré vuestra guia,
jese, dicen los Padres: La falsa idea que habéis formado
yo enderezaré todos los caminos; solo fuera de la Iglesia
del Mesías que debe libraros, hace que la oscuridad de
osen donde se eslravia; las sendas que se siguen enton-
mi nacimienlo, y la tiumildad de mi vida, sean para v o -
ces son las que llevan á la perdición. «Veránsc venir á
sotros un motivo de escándalo. Si os digo que soy Dios, é
la Iglesia del Salvador los pueblos mas lejanos, unos del
Hijo de Dios, recibís esta verdad como una blasfemia; sí
Septentrión, otros del Poniente, y otros del Mediodía.
confirmo la verdad de mis palabras con los prodigios, de-
¿Quién no ve en todas estas espresiones bien signilicadas
cís que los hago en nombre de Beelzebub: vuestra pasión
la conversión de los genrtles á la fé de Jesucristo? «Cio-
os ciega; vuestras preocupaciones os impiden el ver la
2o6 SABADO CUARTO
l u í , y rendiros á ta verdad. Sea que yo juzgue de los de- nosírec devolionis affectus: nuestra devoción no quede
m á s , ó que dé (eslimonio de mí mismo, no pueden menos guia tune nobis prodermil sin efecto; para que los
de serjnslos mis juicios, como que proceden de una sabi- suscepta j c j m ú a , si tuw sinl ayunos que observamos.
duría, y de un conocimienfo que no pueden e n g a ñ a r s e : placita pietati. Per Domi- n o s s e a n ú t i l e s , siendo agra-
además de que yo j a m á s juzgo solo, sino que siempre lo num... dables á vuestra divina vo-
liago con mi Padre queme ha enviado aquí para vivir con luntad. Por nuestro Señor
vosotros, para instruiros y para salvaros. En verdad que Jesucristo, etc.
mi palabra apoyada sobre su autoridad merecacon razón
el ser creida, puoslo que, según vuestra ley, el testimo- La Epístola es tomada del profeta Isaías, cap. 49.
nio de dos personas debe ser creído,
Aquí fué donde los fariseos no pudieron ménos de dar IIwc dicil Domims : I n Hé aquí lo que dice el Sc-
á fonocer su espíritu pérfido y disimulado. Sabían ellos t-m por e plácito exaudivi te, ñ o r : Yo le he oído en e!
bien que el Padre do que Jesucristo hablaba, era su Padre et i a die salutis auxiliatus tiempo favorable, y le lie
eterno, su Dios y su Criador. Jesucristo se lohabia dicho sum l u i : et servavi te, el de-
asistido en el dia de salud.
muchas veces y con bastante claridad, porque no hacia de di te in fwdus populi, MÍ SUS- Yo le he conservado y le he
ello ningún misterio. Sin embargo, fingen que lo ignoran, citares terram ; et possideres establecido pai ahaceralian-
y le dicen que Ies ensenase en dónde estaba su Padre. hemlitatesdissipatas: vt d i - za con mi pueblo; para r e -
CHierian arrancar de su boca, dice san Juan Ci isóslomo, ceres Itis , qui ñ n c t i snnl: parar la tierra; para poseer
alguna cosa que pudiesen hacer pasar en el ánimo dsl E x i l e : elhis, g v i i n tenebris:
las heredades disipadas;
pueblo por una blasfemia á fin de desacreditarle y de ¡{(rclamini. Super vins pas- para decir á los que estaban
perderle. Como el Salvador conocía el fondo de su cora- m i í w , et i n ómnibus planis en cadenas, salid de la p r i -
zón, y toda su malignidad: «vosotros estáis cieg's, pnscua eorum. JSon esurient, sion ; y á los que estaban
les respondió, para no conocer ni á mi Padre, ni á mí. ñeque sitient, et non percu- en tinieblas, ved la luz. Se
Si hubiereis querido ser dóciles á mis instrucciones, h u - tiel eos ceestus et sol: quia apacentarán á lo largo do
bierais sabido quién soy yo, y sfibriais al mismo tiempo miserator eorum regel. eos, los caminos, y todas las 11a-
quién es mi Padre; si quisierais rendiros á las pruebas el ad fontes aquarum p o l a - miras les servirán de pas-
que os doy de mi divinidad, no buscaríais á mi Padre hit eos. Et ponam omnes tos. No tendrán hambre ni
s ó b r e l a tierra, porque sabríais que está en el cíelo. » \ s í montes meos i n viam, et se- sed, y el calor ni el sol no
habló Jesús en *el| tesoro cuando ensenaba en el templo. mita; mem exahnhuniur. Ec- los abrasarán, porque aquel
Llamábase tesoro ó gazofilacio una paite del templo muy reisli de longe venient, el ce-que está lleno de miseri-
frecuentada, en donde esíaban eolocades diferentes cepes ee i l l i a b Aquilone, et mari,
errdía con ellos, les condu-
para recibir las ofrendas del pueblo. No obstante que el el isti de Ierra Áustrali. Lau- eirá y les llevará á beber
Salvador veía bien el peligro que corría su vida, habló en date, eaeli, el exvita, térra; á los manantiales de las
juhilate , montes , laudem : aguas. Entonces convertiré
esta ocajion con mucha firmeza, y de un modo muy cla-
quia consolatus est Dominus todas mis montanas en un
ro y muy preciso de su divinidad, y de su igualdad de
pojmhim suum, et paupenm camino llano, y serán relle-
naturaleza con el Padre. Estaba rodeado de una multitud
suorum miserehitur: Et d i - nos todos mis senderos. Yo
de oyentes, la mayor parte enemigos suyos; les reprende
xit Sion : Dereliquil me Do- veo á estos que vienen de
con una libertad que no le convenia mas que á é l ; habla
minus, et Dominus ohlitus esl muy lejos, los unos del Sep-
siempre como Maestro, aunque tuviese que habérselas
mei. Numquid ohlivisci po- tentrion y del mar de Po-
con gentes feroces y vengativas, de cuya malignidad po-
íesí mulier infantem suum, niente, y los otros de las
día temerse todo. Pero no habiendo llegado todavía su
ut non misereatvr filio uteri lionas del Mediodía. Cielos,
hora, nadie se atrevió á ocharle mano. No teniendo
sui 1 et t i illa ohlita fuerit,alabad al Señor, y tú, liorra,
criatura alguna autoridad sobre él, y debiendo entregar-
ego tamen non obliviscar l u i , llénale de alegría. Montes,
se él mismo voluntariamente á la muerte por la salud de
dieit Dominus omnipotens, haced resonar sus alaban-
los hombres, no podía ser preso hasta tanto que él q u i -
zas , porque el Señor ha
siese. Como no ha llegado todavía la hora qne Dios ha
consolado á su pueblo, y se
señalado para los tormentos de su Hijo, los proyectos
compadecerá de sns pobres.
que sus enemigos forman contra él son vanos. Prosiga-
Mas con lodo eso, ha dicho
mos la obra de Dios, sin que nos inquiete nada de lo que
Sion: El Señor me ha aban-
pueda suesdernos por parte de los hombres: ellos no donado, el Señor me ha o l -
tendrán otro tiempo, ni mas poder para dañarnos que el vidado. ¿ Puede acaso una
que Dios tuviese á bien concederles; y sí es su voluntad madre olvidar á su hijo, ó
abandonarnos por último á su violencia, nopodria olvidar dejar de tener compasión
entonces ni su bondad-, ni nuestra flaqueza. La hora del del hijo qne ha llevado en
justo es el tiempo de prueba; pero no es mas que una sus e n t r a ñ a s ? Mas aun
hora, na es mas que un tiempo m u y corto con respecto al cuando ella lo olvidare, yo
tiempo de la recompensa. no me olvidaré nunca de tí,
dice el Señor omnipotente.
La oración de la misa de\cste dia es como sigue: Isaías, como figura del Mesías, declara que el Señor le
ha enviado, no solo para anunciar á Jacob su vuelta del
Fiat, Domine, qumsumus. Haced, Scfior, por vues- cautiverio y su libertad, sino también para predicarla sa-
fer gratiam tuam fruciuosus Ira gracia, que el ardor de
DE CÜAUESMA ' 237
lud y la conversión de los gonliles. Describe la feücich.d ^ui sequitur me, non ambu- do : el que me sigue no
de Jci usalen después de la cautividad. Dice que los peca- l a l i n ienebris , sed habcbil anda en tinieblas, sino que
dos de Judá son los que le han alraido lodos los niales que lumen v i t a . Dixerunl ergo ci tendrá la luz de la vida. D i -
lia sufrido. Consuela en seguida á Sion, y le predice una phariscei: Tu de teipso lesti- j é r o n l e , pues, los fariseos:
dicha pennanenle. monhm perhibes: teslimo- Tú das testimonio de ti mis-
nium tuum non esl verum. mo, y por tanto lu testimo-
REFLEXIONES. ílespondil J e s ú s , et dixit eis: nio no es legítimo. Respon-
El si ego testimonium perhi- dióles Jesús y les dijo: Aun
« ¿ P u e d e acaso una madre olvidar á su hijo? pues aun beo de meipso , verum est cuando yo doy teslimomo
cuando ella le olvide, « yo, dice el Señor, no le olvida- testimonium meum: quia scio de mí mismo, mi testimonio
ré j a m á s . » ¿l'odia darnos el Seflor una idea mas alia de rmle veni, el quo vado: vos es verdadero, porque sé de
lernnra, que la que nos da por esta espresion, y por esta aulem nescitis unde venio, donde he venido, y adonde
comparación? El amor naturalmente que liene una ma- aut quo vado. Vos secundum v o y ; pero vosotros no sa-
dre á s u hijo, es grande, es ardiente, es compasivo, es tier- atrnem j u d i c a l i s : ego non béis ni de dónde vengo, ni
no; el que Dios nos liene á nosotros, es todavía mas vivo judivo quemquam : et si j u - adonde voy. Vosotros j u z -
y mas perseverante. Una lüadre puede olvidar á su hijo, diw ego, judicium mewn ve- gáis según la carne, yo no
pero Dios no puede olvidar mi almik Qué consuelo, pen- rum esl: quia solus non sum. juzgo de ninguno , y aun
sar que Dios está interesado en mis males, que es sensi- sed ego, et qui misil me, Pa- cuando yo juzgue, m i juicio
ble á mis necesidades, que le merezco mas cariño que el íer. El i n lege veslra scrip- es legítimo, porque no soy
que una madre la mas tierna tiene á un hijo único, her- twm esl, quia duorum homi- solo, sino yo y m i Padre,
moso, y bien nacido, sin que mis defectos, mis eslravíos, num testimonium verum est. que me ha enviado. Y en
mis llaquozns puedan j a m á s sofocar ni estinguir el fondo Ego sum, qui testimonium vuestra ley está escrito,
inagotable de bondad con queme mira. Es un Dios el que perhibeo de meipso, el testi- que el testimonio de dos
me ama, y me ama como Dios. Esla bondad es incom- monium perhibel de me , qui personas es legítimo. Yo
prensible. Pero ¿ e s mas fácil comprender el poco amor, misil me. Valer. Vicebant soy el que doy lestimonio
el poco reconocimiento que tenemos á Dios? Dios declara ergo e i : Ubi est Paler luusf de mí mismo, y mi Padre
que no nos olvidará j a m á s . ¿Nosotros no olvidamos n u n - Respondit J e s ú s : Ñeque me queme ha enviado, da tam-
ca á Dios? ¿Pensamos nosotros en Dios, con esos proyec- scilis. ñeque Palrem meum: bién lestimonio de mí. ¿ E n
tos orgullosos, con esos ambiciosos designios, con esas si me sciretis, forsilunel Pa- d^n le está tu Padre? le d i -
'deas de grandeza y de fortuna, do que se alimenta la ma- lrem meum sciretis. ¡late ver- jeron ellos entonces. Res-
yor parle de la vida? ¿ S e piensa en Dios, en esas asam- ba locutus esl Jesús i n gazo- pondióles J e s ú s : Ni sabéis
bleas mundanas en las que la religión aparece con traba- ¡ikylai'io, docens i n templo; quién yo soy, ni quien es
j o ; en donde la piedad es un término desconocido, ó á lo et nema apprchendil eum, mi Padre; si supieseis quién
menos fuera de uso? ¿ d e las que el espíritu de Jesucristo quia needum venerat hora soy y o , sabríais lambien
está desterrado, y donde las máximas del Evangelio están ejus. quien es mi Padre. Así h a -
prescritas? Olvidado así Dios en el mundo, ¿es á lo m é - bló Jesús en el tesoro cuan-
nos mas honrado en el lugar sanio por los que están en él do enseñaba en el templo,
cou ménos modestia, respeto y decencia, que se presen- y nadie puso la mano en é l ,
tan en los espectáculos profanos? ¿Tiene mucha pjiríe e! porque aun no habia llega-
corazón en osos actos osleriores de religión? ¿El espiriiu do su hora.
tan sanio de esta religión reina en lodos los estados, en
'odas las edades, en todas las condiciones de la vida? La
MEDITACION.
fé se oslingue por la corrupción de las costumbres, y cuan-
do esta corrupción se derrama como torrente; cuando el
De lo poco conocido que es Jesucristo, y lo poco amado que
contagio penetra cuasi á todas partes, cuando el vicio
es de los mismos que le conocen.
rompe cuasi todos los diques; ¿florece mucho la religión?
¿la fe no pierde nada de su vigor? ¿no queda su luz oscu-
k PISTO PRIMEIIO.—Considera que la mayor dicha d e l
recida? Dios nos ama sin otra razón que su pura bondad;
hombre, y en alguna manera su única dicha sobre la t i e r -
¿ p e r o qué razón tenemos nosotros para no amar á Dios?
ra; es conocer á Jesucristo y amarle. Cualquiera otro co-
Nos olvidamos de Dios; pero ¿podemos olvidar los bene-
nocimiento sin esle, es vano é inútil. La vida eterna, de-
ficios de que nos colma? ¿podemos ni aun podremos pa-
cía el Salvador hablando á su Padre, es conoceros por el
sarnos sin su auxilio y su gracia? ¿que dia, q u é hora, q u é
único verdadero Dios, á vos y á Jesucristo á quien habéis
momento de la vida hay que no esté marcado con alguno
enviado. El Hijo de Dios es la fuente de nuestra felicidad.
de sus beneficios? ¿Y nosotros ni aun nos dignamos pensar
Desde que uno se aparta de esta fuente, ya no halla mas
en ellos? ¿Comprendemos bien la iniquidad de esta mons-
que miseria y desgracia. Jesucristo es el único camino que
D uosa indifercDcia?
conduce al cielo; él es el principio de la vida que no debo
j a m á s acabarse; él es la verdad, y fuera de él no hay
/íí Evangelio de la misa de este dia está tomado del mas que error, ilusión y mentira. Comprendamos ahora
capitulo 8 de san Juan. cuánto nos importa conocer bien este camino, fuera del
fn i l h lempore : Lorulus En aquel tiempo dijo Jc- que no hay mas que eslravíos y senderos perdidos que
ext Jesús turbis Jndworum, sus á las turbas de los j u - conducen todos al precipicio. Cuánto nos imporla vivir la
diems: EQO sum km mundi: dios: Yo soy la luz del mun - vida de Jesucristo; el que no liene este principio de vida,
%38 SABADO CUARTO DE CUARESMA.
el que no Ic conoce eslá muerlo, y no es mas que un f i m - obligan á lodo hombre racional á amar á aquellos de quie-
lasma que no liene mas que una vida aparente y superfl- nes depende nuestra fortuna y nuestra dicha; ¿hubo j a -
cial. ¡O Dios mió! ¿qué estado mas lamentable que el de m á s , puede haber j a m á s un objeto mas digno de nuestro
un hombre que no conoce esta verdad suprema, infalible, amor y que con mas justicia posea todos estos títulos?
permanente, eterna? ¡En q u é ceguera vive tan triste y es- Este Redentor, este Salvador, este Maestro, es nuestro
pantosa! Y ¿cuál será su deslino eterno? Sin embargo, Dios, en todo perfectamente á su Padre. Creemos que os-
¿este Salvador, es conocido de muchos? Sin hablar de los le divino Salvador no haya hecho bastante para leslifi-
pueblos bárbaros sumidos á las tinieblas del paganismo; carnos su amor? Quejémonos si nos atrevemos ni auna
de los pueblos civilizados, y aun cultos, que están infalua- imaginar que no ha hecho bastante. j A h ! Jesucristo ha
dos con las tinieblas del error, tcuan poco conocido es hecho mucho mas que lo que nosotros nos hubiéramos
en el día de hoy Jesucristo, aun de los mismos Qeles! Por- atrevido nuncaá pedirle, masque loque podíamos creer:
que ¿puede uno persuadirse que se conoce verdudera- ¿qué razón pues puedo asistirnos para amarle tan poco?
menle á Jesucristo, cuando se violan con tanta seguridad Él es no solamente nuestro Rey, nuestro Salvador, nuestro
sus mandamientos? ¿Cuándo se mira con todo desprecio Dios, es también nuestro soberano Juez. De él dependo
sus consejos y sus máximas mas sanias? ¿Las gentes de! nuestra suerte eterna; lodos los bienes que tenemos, y
mundo, esas personas mundanas e n l r e g r . d a s á s u s deseos, lodos los que podemos esperar y desear, de nadie debe-
esclavas á sus pasiones, animadas de todo el espíritu del, mos esperarles mas que de él. ¿Do dónde pues procedo
mundo; esas personas tan poco cristianas, cuyas costum- que Jesucristo es tan poco amado? Hombres ingratos, v o -
bres corrompidas son el oprobio de la religión, y cuya sotros dais, vosotros abandonáis vuestro corazón á los ob-
conducta y perniciosos sentimientos son el escándalo de jetos mas indignos; el menor beneficio, una palabra o b -
la Iglesia; esas personas que parece so avergüenzan del sequiosa, unos modales atentos y graciosos, estimulan
Evangelio, conocen á Jesucristo? ¿Aquellos mismos que vuestro reconocimiento. Solo esle divino objeto no ha do
hacen profesión do piedad, honran la religión que profe- poder ganar nuestro corazón? Por inútil, por mas indigno
san? ¿Aquellos mismos, en fin, que están consagrados á que sea de él este corazón, sin embargo se digna p e d í r -
él de un modo mas particular conocen verdaderamente á noslo, le desea apasionadamenle, le ambiciona, por de-
Jesucristo, y serán lodos reconocidos por verdaderos dis- cirlo así. « D a m e , hijo mió, tu corazón;» ¿ Y nosotros so
cípulos suyos? Se conoce á Jesucristo, como los judíos, lo negamos? ¿Y nosotros preferimos á él el menor objeto
por decirlo así, leconocian: admiraban sus milagros, ala- criado? ¿Y nosotros somos insensibles, duros aun á todos
baban su doctrina, pero no la seguian. El conocimiento que sus amorosos pasos? [O injusticia ! ¡O ingratiludl ¡ O i m -
debe tenerse de este divino Salvador, debo ser siempre piedad!
un conocimiento prálieo. Se tiene fé; pero ¿es viva esta fé? Esto es hecho. Señor, no me haréis ya mas estas crue-
Juzguemos por las obras, y midamos siempre el conoci- les reconvenciones. El dolor y la confusión que tengo de
miento que nos lisonjeamos tener do Jesucristo por nues- haberos amado tan poco hasta aquí, es de los mas vivos,
tra fé, vos lo veis, y yo espero, mediante vuestra gracia, que
Puxro SEGUNDO.—Considera que si Jesucristo es poco m¡ vida no será ya mas que utj ejercicio del mas puro
conocido con este conocimiento práclico, tan necesario pa- amor.
ra la salud, puede también decirse con sentimiento, que JACULATOIUAS.—Ameos yo á vos, Seflor, que sois toda
no es apenas mas amado este divino Salvador por aque- mi fortaleza. (Psalm. 17.)
llos mismos que hacen profesión de conocerle. Juzguemos Iluminad, Señor, nuestros enlendimientos con vuestras
por la poca devoción sólida, afectuosa y ejemplar d é l a luces: abrasad nuestros corazones con vuestro amor.
mayor parte de las gentes. Convenimos que hay almas
santas, que le sirven en espíritu y en verdad, y que per- PROPÓSITOS.
petuarán en la Iglesia hasta el fin de los siglos, aquellos
grandes ejemplos de virtud que forman uno de sus mas 1 Conocer á Jesucristo sin amarle, sin arreglar nues-
bellos ornamentos. Pero, ¿es muy grande el número dees- tra conducta y nuestras costumbres según las m á x i m a s
tos discípulos fieles? ¿ S e hallan muchas de estas almas del Evangelio, no es conocerle. El verdadero conocimien-
puras que atadas á este divino Maestro por el lazo mas to de Jesucristo, el que se adquiere por los ojos de una
sagrado, arden sin cesar en aquel divino fuego que él fé viva, es inseparable del amor. No nos contentemos con
mismo ha venido á encender sobre la tierra? Conocer este conocimiento estéril. Animemos nuestra fé, y probe-
quien es Jesucristo; hasta qué esceso nos ha amado; lo mos con nuestras obras que le amamos. Pidámosle sin ce-
que ha hecho y sufrido para darnos pruebas sensibles de sar este divino amor, y digámoslo muchas veces al dia,
su amor; lo que hace ann todavía para ganar nuestro co- eonsan Ignacio, esla bella oración: « D a d m e , Señor vues-
razón en el adorable misterio de la Eucaristía; conocer tro amor con vuestra gracia y no necesito m a s . »
todas estas grandes verdades, y no tenerlo á Jesucristo 1 El mismo Jesucristo en el Santísimo Sacramento es
mas que un amor á medias; mirar á Jesucristo con indi- este fuego sagrado que abrasa con su amor todas las a l -
ferencia, ó tal vez con frialdad, ¿no es esta una paradoja mas puras. Hacedle frecuenlcs visitas, y en cada visita
incomprensible? Si el mérito, si la dignidad de la perso- pedidle su amor. No os presentéis j a m á s delante de élt s i -
na, son títulos y motivos para amar á aquellos que reco- no con el respeto y la devoción que exige un Dios real-
nocemos que lo merecen tan justamente; si los beneficios mente presente en la adorable Eucaristía. Rogad á la
reeibídós son unos derechos evidentes é incontestables Santísima Virgen que pida para vosotros á su querido Hijo
para pagar el tributo de nuestro corazón y de nuestro r o - este ardiente amor.
t'Diiojimienlo; si la esperanza de los beneficios futuros,
DOMINGO DE PASION. 239
acaecer después d é l a nueva luna de marzo, así como el
DOMINGO DE PASION. domingo de Pascua después de la luna llena. Estos dos ú l -
timos domingos de Cuaresma, se han distinguido siempre
Siempre se ha contado el domingo de Pasión, con res- de los cuatro primeros: aquellos so llaman domingo de
pecto al oficio, en el número de los mas solemnes, y no Pastan y de Ramos, y estos simplemente domingos de
cerle á ninguna otra solemnidad en la Iglesia. Como no Cuaresma.
hay misterio en nuestra religión que nos toque mas de Los santos Padres distinguen estas dos últimas semanas
cerca y en que el amor que Jesucristo nos tiene aparezca de las cuatro precedentes: aquellas se llaman las semanas
con mas viveza que el de la r e d e n c i ó n ; no hay tampoco de Pasión, porque la Iglesia en lodo este tiempo eslá en
otro que mas nos interese ni que exija de nosotros un r e - mayor duelo, y los fieles dedicados á ejercicios de una de-
conocimiento mas viva y un tributo mas justo de compa- voción mas tierna y de una penitencia mas austera; estas
sión, de imitación, de ternura y de amor. se llaman simplemente semanas de Cuaresma, durante las
La Iglesia comienza hoy á llamar nuestra atención á los que la penitencia y el ayuno se observaban con un poco
preparativos de la muerte de Jesucristo, por la considera- ménos de rigor. Esta distinción se ve manifiesta en los ser-
ción particular del misterio de su Pasión, que no pierde mones de san Lcon, de los cuales unos se intitulan « p a r a
de vista en toda la Cuaresma, pero singularmente en estos las cuatro semanas do Cuaresma» y los otros para el tiem-
úllimos quince dias; de suerte que puede decirse que las po de Pasión: Hay doce para la Cuaresma y diez y nueve
cuatro primeras semanas de Cuaresma están parlicular- para el tiempo do la Pasión. Aquí se vé también que so
menle destinadas á conducir al pecador á que baga p e n i - predicaba mas á menudo los catorce últimos dias de Cua-
tencia por sus pecados, y las dos últimas á hacerle bonrar resma ; que eran mas continuos y mas ordinarios los ejer-
el misterio de la Pasión del Salvador, por la participación, cicios de piedad y las buenas obras, y que se ayunaba con
por decirlo asi, de sus tormentos. Como fué este el tiempo mas austeridad. Eran mas frecuentes las instrucciones que
poco mas ó ménos en que los sacerdotes, los doctores de se hacían á los competentes, estoes, á los catecúmenos,
la ley llamados escribas y fariseos (confundidos y descon- que en el úllimo examen se habían juzgado suficieníemen-
certados por la resurrección de Lázaro, la cual habia a t r a í - te instruidos para recibir el bautismo la víspera de Pascua,
do un gran número de nuevos discípulos á Jesucristo, á y nada se omilia para disponerlos á recibirdignamente esto
quien no se apellidaba ya cuasi por todas partes mas que grande sacramento.
por el Mesías) comenzaron á tramar su muerte, y como se El introito de la misa de esle dia eslá lomado del salmo
cree que en este dia fue cuando quedó determinada ; la 42, en el que David, desterrado y perseguido por Saúl,
•fíU^ia, para manifeslar su tristeza, se viste en él de luto; suspira por su vuelta y por la vista del tabernáculo. Él pido
'luita de sus oficios todo cántico de alegría, cubre sus a l - esta gracia al Señor y se consuela con la esperanza de o b -
' i i i es, y en todas sus oraciones da á entender su dolor y su tenerla ; pero al mismo tiempo ruega al Sefior que haga
aflicción. Con la propia mira emplea en los oficios noctur- patente su inocencia. Compuso David esle salmo al tiempo
nos la profecía de Jeremías, quien parece haber figurado á que Jonatás le declaró que Saúl estaba por último resuelto
la vez los dolores de Jesucristo en su Pasión, y las des- á quitarle la vida. Esto es, sin duda, lo que ha obligado h
gracias ocasionadas por los pecados de aquellos que este la Iglesia á elegirle para el tiempo en que la muerte del
divino Salvador habia venido á rescatar con su muerte. En
Salvador quedó decidida por los escribas, los fariseos y los
algunos lugares la Iglesia toma hasta ornamentos ne-
sacerdotes.
gros, para hacer su luto todavía mas sensible á la vista de
La misa de este dia comienza por el primer versículo
los pueblos, é inspirarles por medio de esto lúgubre apa-
del salmo: «Juzgadme, Dios mió, y pocen medio d é l o
rato, los sentimientos de compunción y de Ipisleza que
que una liga criminal publica para difamarme, haced que
convienen á los misterios que celebra en este santo tiempo.
aparezca a vista de todo el mundo mi inocencia; suslraed-
Y si la Iglesia, dicen los Padres, está sumergida -en la
me al odio de un perseguidor tan injusto como arlificioso,
tristeza y cubierta de luto en estos dias de llanto, ¿ s e r á
puesto que vos sois lodo mi apoyo y toda mi fortaleza.» Se
razón que sus hijos animen los sentimientos de una ale-
vé bien la relación que tiene esle texto con el misterio del
gría prof;ina? ¡Qué eslravagancia tan escandalosa, q u é
dia. «Haced que brille á mis ojos vuestra fidelidad en
impiedad seria si se viesen los hijos presentarse en públi-
vuestras promesas; ella me h a r á caminar sin temor en
co con un brillante equipaje, divertirse con algazara mien-
medio de los mas evidentes peligros, y me conducirá has-
tras que su Madre gime en la aflicción y tiene su corazón
ta la montaña santa y á vuestros tabernáculos. Los Padres
anegado en la amargura! Seguramente se hubiera mirado
entienden por «la luz y la verdad» á Jesucristo. San Cirilo
antiguamente como un apóstata, un cristiano que en tiem-
por (da luz» entiende al Hijo, y por «la verdad» al Espíritu
po de Pasión se hubiera presentado en público con trajes
ostentosos, ó se hubiera atrevido á lomar parte en las fies- Santo. Los mismos rabinos esplican lo uno y lo otro del
las mundanas. Mesías; y es claro que la montana santa , en el sentido
místico, es la Iglesia de Jesucristo.
Llamábanse estas dos semanas de Cuaresma las dos se- Pocos santos hay á quienes la meditación de la Pasión
manas de «Xerophagias» esto es, en lasque no solo estaba de Jesucristo no haya sido familiar, y que no hayan en-
prohibido el uso de los lacticinios, sino también el del pes- conU ado en esle gran misterio un fondo inagotable de for-
cado, y solo se alimentaban los fieles con legumbres se- taleza, de confianza y aun de alegría en las adversidades.
cas. El ayuno era lambien mas riguroso y todo respiraba Se consuela uno fácilmente en sus aflicciones y en sus mo-
en ellas la penitencia. Hay algunos autores que llamím á lestias, cuando mira con los ojos de la fe y con un corazón
este dia el domingo de la «Neomenia,» esto es, de la (clVue- cristiano, á un Dios espirando por no^olros en la cruz. Si
va Lima Pascual,» porque en efecto, no deja nunca de Jesucristo ha sufrido, dice el apóstol san Pedi o, ha sido
2i0 DOMINGO
para darnos ejemplo; y por el ejemplo mismo que nos ha funda en la Escritura misma: su estilo es ajustado, a l e g ó -
dado, nos ha suministrado un motivo poderoso para a n i - rico y todo figurado, conforme al genio y á la costumbre
marnos íi sufrir y nos ha merecido la gracia para ello. El de los orientales.
Padre Elerno dice á cada uno de los cristianos mostrándole Después de haber demostrado san Pablo por medio de
á su Hijo sobre el Calvario/lo que habia dicho e n o t r o l i e m - un razonamiento sin réplica, la indigencia, la impotencia,
p o á Moisés: «Mira este modelo que se le propone sobre esta el vacío de lodo lo mas respetable, mas religioso y m á s
montana y aplícate á imitarlo.» No podrias ser predesti- sagrado que tenia la antigua ley ; después de haber mani-
nado si no fueses la copia de este divino original, y si festado que lodo en ella no era sanio, mas que con una
no te hicieses semejante á Jesucristo crncificaflo; porque santidad puramente legal, puesto que nada era capaz de
(u predestinación la ha merecido él principalmente sobre santificar al alma, borrar el pecado, ni abrir el cielo, cer-
la cruz. Falta, dice san Pablo, alguna cosa á la Pasión de rado á todo el género humano desde el pecado del primer
Jesucristo con respecto á nosotros; es preciso que se le hombre, hacer ver cuán inferior era el sacerdocio levítico
agregue por nosotros lo que le falta, y es la aplicación; al do Jesucristo. Toda la virtud de aquel se reducía á a l -
ella no puede sernos útil si no puede aplicársenos; es gunas purificaciones legales, á procurar algunos bienes
preciso, pues, estar clavado en la cru» con Jesucristo, temporales; el gran sacerdote no entraba mas que una
como el Apóstol; es indispensable estar unido á Jesucristo vez al año en el «Santo de los Santos,» que era la parte
paciente. mas sagrada de un tabernáculo material hecho por mano
Que un Dios, como Dios, obre como señor y como so- de los hombres ; y la entrada de este tabernáculo estaba
berano, dice uno de los mas célebres oradores cristianos; cerrada á todos. Hé aquí el compendio de la virtud y de
que haya criado con una sola palabra el cielo y la tierra; las prerogalivas de! antiguo sacerdocio. Jesucristo, dice
que haga prodigios en el universo y que nada resista á su el Apóstol, habiéndose presentado como el ponlifice de
poder, es una cosa tan natural para él, que no debe ser los bienes futuros, esto es, de los bienes eternos, de los
cuasi motivo de admiración para nosotros. Poro que un bienes espirituales y celestes, do los bienes sobrenatura-
Dios sufra, que un Dios espire entre tormentos, que un les, ha entrado una vez en el santuario, es decir, en el
Dios, como habla la Escritura, guste la muerte, siendo él cielo, y por la triunfante ascensión de su humanidad nos
solo quien posee la inmortalidad, esto es lo que ni los á n - ha abierto á lodos la entrada. También se vió que el velo
geles ni los hombres comprenderán j a m á s . Este es el mis- que cerraba la entrada del santuario en el templo se des-
garró en la muerte del Salvador. El tabernáculo por el
terio de la Pasión de Jesucristo: el cual obligó al profeta
cual, ó con el cual, según el Apóstol, ha entrado Jesucristo
á csclamar: «Llenaos, cielos, de asombro;» porque h é a q n l
en el celeste santuario, es la naturaleza humana deque se
lo que sobrepuja todos nuestros- conocimientos y lo que
ha revestido, y con la que ha subido al cielo, para prepa-
exige toda la sumisión y obediencia de nuestra fé; pero
rarnos allí un lugar, y para tomar posesión de él, dice san
también en este gran misterio ha triunfado nuestra fé del
Juan Crisóstomo, en nombre de todos. «Por un l a b e r n á c u -
mundo: ¿ y cuándo triunfará de nosotros mismos? Ella ha
lo, mucho mas escelenle, mas perfecto y mas sanio,» dice
triunfado de nuestro entcndimienlo: ¿y cuándo triunfará
el Apóstol. En efecto, la carne, la humanidad del Salvador
de nuestro corazón y de nuestras pasiones? Es muy eslra-
es el verdadero tabernáculo del Verbo encarnado : esto
ño que en el tiempo mismo en que todo nos predica la Pa-
hombre es en quien reside corporalmenle toda la plenitud
sión del Salvador, en un tiempo singularmente consagrado
de la divinidad, el que no ha nacido ni sido concebido de
á honrar sus humillaciones y sus tormentos, apetezca un
la manera que los d e m á s ; « nó hecho con la mano del
cristiano el fausto, alimente un fondo de orgullo y de a m -
hombre.» El Espíritu santo le ha formado de un modo so-
bición y viva entre los placeros. La Iglesia nada omite
breriatural en el seno de la Santísima Virgen; « nó de esta
para inspirarnos el espíritu de humildad, de compunción,
creación » : no es el hombre el que le ha formado sino la
do morlificacion y de tristeza santa en estas dos últimas
operación del Espírilu»Santo. El gran sacerdote no entraba
semanas de Cuaresma: sus oficios, su gran loto, sus ora-
en el Sanio de los Santos sino el dia de la espiacion, l l e -
ciones, lodo tiende á hacernos sensibles á los tormentos y vando allí la sangre de las víctimas, esto es, délos machos
á la muerte de Jesucristo. cabríos y de los novillos que habia inmolado por sus pe-
La Epístola de la misa de este dia está tomada del ca- cados y por los del pueblo. Jesucristo, único Pontífice
pitulo 0 de la admirable carta de san Pablo á los he- eterno, no ha entrado en la estancia de los bienaventura-
breos, en la (pie el santo Apóstol demueslra con tanto dos con la sangre de los animales inmolados, sino con m
vigor como elocuencia, la superioridad y la escelencia propia sangre derramada voluntariamente, nó por él, que
infinita de la nueva ley sobre la antigua; y hace ver par era la inoctiocia misma, sino generalmente por la r e m i -
los mismos términos de la ley, la infinita despropor- sión de los pecados de todos los hombres; y por este d i -
ción del sacerdocio do Aaron y de las ceremonias léga- vino sacrificio, por esta sangre adorable derramada sobre
los, con el sacerdocio eterno y el sacrificio de precio el altar de la cruz, sangre de lanueva alianza, ha entrado,
infinito de Jesucristo. Como el santo Apóstol escribía á los no una vez cada a ñ o como el gran sacerdote de losjudíos,
judíos instruidos en su ley, y encaprichados con sus ritos sino una vez para siempre. El efecto de este sacrificio no
y sus ceremonia?, no se sirve mas que de su misma ley, es, como los sacrificios de la antigua ley, el purificarms
para demostrar que ella no era mas que la ,sombra de la de algunas manchas legales y pasajeras; la espiacion que
ley nueva • que todos sus sacrificios de espiacion, de ac- nos aplica, habiéndonos abierto et cielo para siempre,
ciones de gracias, de propiciación, no eran mas que una produce su efecto en la misma eternidad; nos purifica de
débil figura del sacrificio y de la muerte de Jesucristo en todas nuestras manchas interiores, nos da la gracia, la
la cruz, el cual ha sido la única victima capaz de borrar y justicia, la inocencia, nos libra déla muerte eterna, y nos
de quitar el pecado del mundo. Todo su razonamiento se
m PASIÓN. 2ÍI
hace hijos de Dios. SJ llamaba olsantuario del taliernácnlo Después de la lectura do lodos los preceptos de la ley,
«el Sanio de los sanios» , eslo es, el Ingai sanio, la es- y de las promesas h e c h í ^ á los que los observasen, e m -
U u d a santa de los sanios, locnal no conviene propiauienle papó Moisés en la sangre de las víctimas inmoladas una
mas que al cielo, asiento de los bienavcnlurados, solo rama de hisopo y roció con ella el libro, el pueblo, el ta-
venhulero lugar sanio de los santos, cuya enlrada nos ha bernáculo y todos los vasos que servían para el culto de
abierto á todos Jesucristo liabiemlo entrado en él, y del Dios, pronunciando estas palabras: U é a q u í la sangre del
que el santuario del tabernáculo y del templo de Jerusalen Testamento y de la alianza que Dios ha hecho hoy con
era solo ja ligura. vosotros. La verdad debe responder á la ligura; era nece-
Y si la sangre de los macbos cabríos y de los loros, si sario, pues, que el pueblo cristiano figurado por el pueblo
la aspersión hecha con la ceniza de una novilla santifica judio fuese rociado interiormente con la sangre de Jesu-
á los que están manchados,purilicándolossegún la carne; cristo, d é l a cual era figura la de los animales, y por con-
¿ c u á n t o mas la sangre de Josucnato, la cual por el siguiente que Jesucristo derramase su sangre. Mnguu he-
mismo qncíno tenia mancha so ha ofrecida á Dios por el redero entra en posesión de la herencia sino después de
Espíritu Santo, limpiará nuestra conciencia de la impureza la muerte del testador: era preciso, pues, que Jesuciislo
de las obras muertas? muriese, á fin de que pudiésemos entrar en la herencia
Leemos en el libro de los Números que una de las cere- que nos habia prometido.
monias legales era inmolar solemnemenle una novilla roja. El Evangelio de la misa de este dia no tiene menos re-
Después de haberla degollado en presencia del pueblo, se lación que la Epístola con el gran misterio de la Pasión,
la quemaba; lomaba el sacerdote las cenizas, las cuales cuya solemnidad, que continúa hasta la Pascua, comienza
dislribuia al pueblo, para que con ellas hiciese una agua este domingo.
de aspersión, esto es, que esta ceniza puesta en el agua Hallándose el Salvador en el templo, cinco ó seis meses
servia para purificar de las manchas contraídas en los f u - ánles de su muerte, hizo un largo y admirable discurso á
nerales, y por el contacto de un cuerpo muerto. Todo eslo una multilud de gentes que le escuchaban, en el cual les
era misterioso. Los israelitas, nacidos y criados en medio esplicó su unión con el Padre; el carácter y la potestad
de las supersticiones paganas de los egipcios, tenian ne- que habia recibido de é l ; la autoridad y aulenlicidad de
cesidad de esla especie de cn-emonias materiales y sensi- su divina misión; la deplorable ceguedad de los ipie relni-
bles, capaces de borrar en ellos las ideas de las supersti- s d}an reconocerle y recibirle; la cscclencia, en liu, y la
ciones á q u i s t a b a n acostumbrados. Una de las mas r e l i - verdad de su doctrina. Habla estrechado mucho á lus j u -
giosas entre los egipcios era el no matar j a m á s vacas; díos con vivas amonestaciones, y les habia hecho conocer
este animal era sagrado entre ellos, cu consideración de el agravio que le hacian en no creer en él, y un razona-
Isis, á quien adoraban en este vil animal. Para inspirar, miento tan justo y lan concluyenle les hacia inescusables;
sin duda, á los israelitas horror á las ceremonias y supers- porque al fin, los decia, no puede haber mas que dos pre-
ticiones egipcias, les ordenó el Señor que ofreciesen en testos para justificar vuestra obstinada incredulidad; ó los
sacrificio esla novilla, diosa de los egipcios, cuyas cenizas defectos que advertís en mi conducta, ó los errores que
mezcladas con el agua debían servir para la espiacion de descubrís en mi doctrina. Ahora bien, yo os desafio si po-
las manchas legales. Ahora bien, dice san Pablo: si la déis reprenderme en alguna cosa, sea en mi doctrina, sea
aspersión de los toros y de los machos c a b r í o s ; si la asper- en mí vida, no obstante que hace ya tanto tiempo que me
sión hecha con la ceniza de una novilla, santilica á los observáis con tanta malignidad: porque ¿quien de voso-
que están manchados, pmilicándoles según la carne, tros podrá convencerme de la menor culpa? Si, pues, no
esto es, los hace capaces do acercarse á las cosas santas, podeis acusarme de nada; si mis obras y mis leyes son
y participar del culto del Señor, ¿ c u á n t o m a s í a sangre de igualmente irreprensibles; si no os predico mas que la
Jesucristo, Dios y hombre, derramada por un efecto de su pura verdad; si autorizo aun lodo lo que digo por la pu -
elección, do su amor, de su voluntad de redimirnos, nos ¡ reza de mis costumbres y con el esplendor de los mayores
limpiará de nuestras manchas interiores y de nuestros milagros; ¿ p o r q u é no creéis lo que os digo? Considerad
pecados, queel Apóstol llama aquí obras muertas? La razón aquí, hermanos mios, csclama san (iregorio, ja estréma
de esta consecuencia es que los animales no se ofiecian á dulzura de un Dios que se abale hasta moslrar qiiv no es
si mismos: el Espíritu Santo no era el motor intariorde un pecador, aquel que por su poder divino puede jwslilicar
osla oblación, y no servian mas que para un culig figura- a lodos los pecadores.
do, al paso que Jesucristo se oíVece á si mismo, por el mo- No os diré j o aquí, continúa el Salvador, cuál es la cau-
vimieulodel EspirilaSanio,como una víctima sin mancha, sa de vuestra incredulidad : solo os diré que «todo aquel
y nos hace dar al Dios vivo nn verdadero culto. Es decir, que está animado del espírilu de Dios, oye de buena gana
que la oblación de Jesucristo era volunlaria, sania, espi- su palabra; la razón porque vosotros no oís de buena gana
ritual y de un precio infinito: cualidades que fallaban á la palabra de Dios, es porque no sois hijos de Dios.» Esta
los sacrificios de los animales, y á todas las ceremonias reprensión tan bien fundada y tan caritativa, ofendió á los
legales; y por eslo él es el mediador del nuevo Testa- judíos, y no le respondieron mas que con injurias y blas-
mento. Moisés ha sido como el mediador y el ministro de femias, tratando al Salvador de blasfemo y endemoniado.
!-'> antigua alianza eiilre el Señor y los israelitas, la cual Tal es aun lodos los dias el reconocimienlo de los l i b e r l i -
fué conlirmada con la sangre de las victimas inmoladas al uos; advertidles sus estraviós; ellas no responden mas
pié d e l m o u t e S ^ n a í : Jesucristo es el mediador de la nueva, que con injurias. Miraban los judíos cor» un odio y \m dos-
sellada con su propia sangre, que él ha derramado para precio estremo á los samaritauos, á los que coiisidei a!i;,¡i
espiar-nuestros pecados, para reconciliarnos con su Padre, como enemigos de su religión y de la ley de Moisés. Dan,
y merecernos la cualidad de hijos suyos. pues, el nombre de samaritano a! Salvador, porque no se

TOMO v. 31
m DOMINGO
eslradaba como los judíos de aquel pueblo. Uabia perma- maestro, y queriendo darles á entender sin alegoría y sin
necido algunos dias en Sichetn, les había predicado la pa- figura que él era en toda la eternidad como Dios: En ver-
labra de Dios, no les escluia de la salvación, teniendo lanto dad os digo, les respondió, si, yo oslo digo, y es verdad,
interés por su conversión como por la de los demás. Tam- yo soy ántes que Abrabam estuviese en el mundo. Los j u -
poco responde el Salvador á la primera injuria, y se con- díos comprendieron muy bien que el Salvador decía que
tenta con decirles con su ordinaria dulzura que no estaba era tan eterno como su Padre; juzgaron esto como «na
poseído del demonio; que si les decia las verdades con blasfemia, y tomaron piedras para apedrearle como blas-
mas fuerza que lo que ellos quisieran, no debian tomar femo; pero Jesús que quería morir en la cruz y nó ape-
por furor lo que no era otra COSÍI que un zelo caritativo; dreado, desapareció de sus ojos haciéndose invisible, y
que nada le movia mas que la gloria de su Padre, y su salió del templo, reservando el sacrificio de su vida para
salvación; que bien podian cargarle de injurias, pero que el tiempo que su Padre le babia señalado.
no por eso despertarían en él el resentimiento; que en
cuanto bombre no buscaba su propia gloria; que dejaba HIMNO.
todo el cuidado de esto á aquel sobre quien recalan los
ultrajes que á él se le hacían, y que siendo el soberano Vexilla Uegis prodeunl: Ya tremolan del Rey los
Juez no dejaría de vengarle de sus caluinníadores. Que- Fulget Crucis mysterium, estandartes;
riendo templar, por decirlo así, el Salvador esta terrible Qua vita mortem pertulit, De la cruz el mislerio res-
amenaza por una promesa agradable: «Yo os aseguro, les Et mortem vilam protulit. plandece,
a ñ a d e , que cualquiera que observare mis preceptos, no En la cual padeció muerto
morirá j a m á s . » la vida,
Los judíos que despreciaban igualmente sus promesas Y dió al hombre vida con
que sus amenazas, le respondieron con indignación: Nun- su muerte.
ca mejor que ahora conocemos que es el demonio el que Qum vulnerata lanceaí Herida con lanza, cuya
le hace hablar. Abraham ha muerto, los profetas han muer- Mucrone diro criminnm, punta
to también, y i te atreves á decir que los que guardaren Ul nos lavaret sordíbus, Las culpas son, que nuestro
tus preceptos no moriránI ¿ E r e s tú mayor que nuestro Manavít unda et sanguinc. error comete,
padreAbraham? ¿ e r e s mejor que todos los profetas á quie- Para lavar nuestras i n m u n -
nes no ha perdonado la muerte? ¿ q u i é n piensas tú que das m a m é a s ,
eres? Todo este razonamiento rueda sobre un falso p r i n - Manó agua y sangre p o r -
«ipio; ellos suponen que Jesucristo habla de una vida tem- lenlosamenle.
poral, y de lo que habla el Salvadores do la vida del almat Impleta sunt qmeconcinit Ya está cumplido lo que
de la vida eterna. David tideli carmine, David predijo,
Vosotros p e n s á i s , continúa, que lo que yo digo es una Díccndo nationibus: Cuando profetizó á todas las
vanagloria que me a í r i b u j o . No tengo yo que glorilicar-Regnavit a ligno Deus. gentes,
me, bastante me glorilica mí Padre delante de vosotros Que había de reinar Dios
por tan repetidos prodigios; él es el que hace brillar en mi verdadero
su poder por las maravillas que obro á vuestra vista, y {Llegado el tiempo) de un
por la verdad que os anuncio. Y no digáis que este Padre lefio pendiente.
os es desconocido, y que yo os hablo enigmáticamente: Arbor decora et fulgida. Arbol el mas brillante y
este Padre es el Dios que vosotros adoráis y cuyo testimo- Ornala Regís purpura, mas hermoso,
nio os negáis á recibir: puede aun decirse que para voso- Electa digno stípite Por la púrpura real que te
tros es un Dios desconocido, puesto que no reconocéis las Tamsanctamembralangere. ennoblece,
obras que ejecuta por m i . Si le conocieseis, descubriríais Y el contacto de aquellos
en mí persona lodos los caracteres del Mesías, y me reco- miembros santos:
noceríais por hijo suyo: para mí, yo le conozco perfecta- Dichoso el tronco que logró
mente, y haría traición á la verdad, si fuese capaz de de- tal suerte.
cir lo contrario. Pueblo ingrato, vosotros no conocéis á Beata, cujus brachiis Mil veces feliz tú, de c u -
vuestro Dios, ni á aquel que él os ha enviado para dárosle Pretium pependil saeculi, yos brazos
á conocer : yo sí, yo conozco á Dios mi Padre, y si dijese Statera fucta corporis, El que en precio se dió del
que no le conocía, sería tan mentiroso como vosotros d i - Tulilque piu-dam tartarí. mundo, pende:
ciendo que le conocéis. Si le conocieseis, guardaríais fiel- Que hecho peso de aquel
mente sus preceptos: yo los guardo con eslrema fidelidad sagrado cuerpo,
porque le conozco claramente. Se ve que Jesucristo habla Quitas la presa á las t a r t á -
aquí como hombre. ¡De q u é honor no blasonáis, afiade, reas huestes.
porque tenéis á Abraham por padre! Sabed, pues, que este O Crux ave, spes única, Cruz , única esperanza.
gran patriarca, llu&li ado c«n luz divina conoció el día feliz Uoc Passionis lempore, Dios te salve:
en que yo debía venir al mundo; le vió como lo había de- Piis adauge gratiam, En este tiempo en que Je-
seado ardientemente, y dió saltos do alegría. Losjudios, Ucisque dele crimina. sús padece,
que no habían comprendido el pensamiento del Salvador, A los malvados el perdón
le dijeron con un tono despreciante: No tienes todavía c i n - alcanza,
cuenta atlos y quieres hacernos creer que eres del tiempo A los piadosos las gracias
( h Abiaham. Tomando entonces el Hijo de Dios un tono de acrece.
DE PASION. 2V3
Ta, fons sahilif!, Trinilas, Vos, fuente de salud, T r i Quam sacer crúor perunxit, Ser Arca y preparar al mu0-
Collaiulet omnis spiritus: nidadsar.ta, Fusus Agni corpore. do Iristc
Quibus Crucis vicloriam Alábenle las almas reve- El puerto, en que e r i t a s í el
Largiris, adde praeniium. rentes : precipicio;
Amen, A los que de la Cruz das la La sangre del Cordero mas
victoria, sagrada
Dales eterno premio junta- Te roció de su cuerpo desti-
mente. Amen. lada.
Sempiterna sil beata; Sea á la Trinidad supre-
HIMNO DE SAN AMBROSIO. Trinitali gloria, ma dado
Lustra sex quijam peregit, El Redentor del mundo, iEqua Palri, Filioque, Honor, gloria y aplauso
Ternpus implons coi [JOr is, enamorado, Par decus Paráclito: sempiterno;
Sponte libera Rcdcmptor Los seis lustros había ya Unius Trintque nomen Igual al Padre é Hijo mas
Passioni dedilus, cumplido, Laudel universitas. Amen. amado,
Agnus in Crucis levatur Cuando para pagar nuestro Igual al Paracleto coelerno:
Immolandus slipo. pecado. Al nombre del que es Uno,
Quiso ser á las penas ofre- siendo Trino,
cido, Rinda el orbe loor el mas
Siendo sacriücado, cual Cor- divino. Amen.
dero ,
Do la Cruz sacrosanta en el La orfleion de la misa de este dia es como $igue:
madero.
Felle polus ceco languet, Mira al masinocentemal- Quwsumus, omnipotens Suplicámoste, omnipoten-
Spina, c l a v i , lancea tratado. Deus, familiam tuant p r o p i - te Dios, que os digneis echar
Mite Corpus p e r f o r a r u n t : Gustando amargas hieles en tius réspice : ut te largiente, una mirada favorable sobre
Inda manal el c r ú o r : bebida, regatur i n corpore, et le ser- vuestros siervos, y al paso
Terra, pontus, astra, n m n - Con lanza , espinas, clavos vante, cnsledialur i n mente. que liberalmente proveéis ¡i
dus, traspasado, Per Domimm... las necesidades de su dacr-
Quo lavantur ilumino! Manando sangre y agua por po con la asistencia de \ae$~
la herida. Ira gracia, conservéis la
En este mar de gracias tan inocencia de su alma. Por
profundo nuestro Señor Jesucris-
Se lava de sus manchas t o , ele.
todo el mundo.
Crux tidelis, inler omnes Cruz, fárbol el mas noble La Ephlola es del capítulo 9 de la carta de san Patio
Arbor una nobilis; y señalado ú los Hebreos.
Silva talem nulla proferí Entre cuantos la selva ha
Fronde, llore, germine: producido, Fratres, Christm assis- Hermanos mios: Habien-
Dulce ferrum, dulce lignuin. En hoja, Qor y fruto sazo- tens Ponlifex futttromm bo- do aparecido Jesucristo,
Dulce pondus sustinenl. nado, norum,per amplius et per- como el pontífice de los
Y en su bello matiz y colo- feclius tnbcrnaculum nonma- bienes futuros, ha entrado
rido: nufactum, id est, non hujus por un tabernáculo mas
Dulce hierro sostiene, dulce ercatimis ; ñeque per sangui- grande y mas perfecto, el
leilo, nem hircomm, aut vitulo- cual no ha sido labrado por
El dulce peso de m i dulce rum , sed per proprium san- mano de hombres, esto es,
ddefUK gvinem h u r o i x ü semel i n su estrnclura no es de aquj
Flecle ramos, arbor alta. Dobla tus ramas, árbol s á n e l a , wlerna redempúone abajo; ha entrado , digo,
Tensa laxa viscera. elevado. i n m i l a . Si enim sanguis hir- una vez en el santuario, nó
El rigor lentescat i lie Tus entrañas ablanden su corum, et taurorum., et cinis con la sangre de los m a -
Quem dedil nativitas; dureza, vilula; aspersus inquinatos chos cabríos ó de los becer-
El snperni membra Regís Sea el rigor nativo m i l i - sanctificat ad emundationem ros, sino con su propia san-
Tende miti stipíte. gado, carnis, quanto magis san- gre, habiendo con ella ob-
Que próvida le dió natura- guis Christi, qui per S p i - tenido una redención eter-
leza, ritum Sanctum semetipsum na. Porque si la sangre de
Y los miembros del Rey obtulil inmaculaluin Veo , los machos y de los loros,
mas escelente emundabil conscknúam nos- si la aspersión hecha con la
Trátalos muy benigna y tram nb operibus mortuis, coniza de una novilla san-
santamente. ad sñ'iiendum Dee riventi? tifica á los que están man-
Sola digna tu fuisli Tú sola fuiste digna y Et ideo novi reslamenli me- chados, purificándolos se-
l'erre mundi viclimam, mereciste diator est: ut morte inltrce- gún la carne: ¿ c u á n t o mas
Atque porlum pneparan El que- en tí se ofreciese el denle, i n redcmplionem ea- la sangre do Jesucristo, el
Arca mundo naufrago. sawificio, n m p r w v a r i u t t i o m m , quo1. cual no teniendo !nancli«,se
2i4 DOMINGO
eranl sub p r i o r i Testamento, ha ofrecido á si mismo á que á pesar de nuestra indignidad, nuestra nach) y nues-
repromissionm accipian i , qui Dios por el Espíritu S;uilo, tra indigencia, Dios nos haya amado hasta querer que su
vocati s m t , wternai hercdi- limpiará nuestra conciencia Hijo único y eterno, igual en todo á su Padre, se hiciese
talis: tn Christo Jesu Domi- de la impureza de las obras hombre, viniese á ser nuestra víctima, y espirase en la
no noslro. muertas, para que sirvamos cíuz por nuestros pecados; he aquí lo (pie verdaderamen-
al Dios vivo? Y por lo mis- te es incomprensible. Pero ¿ y comprendemos mas el mis-
mo él es el mediador del ts'riode iniquidad, es decir, nuestra i:igi a!i!ud á un bene-
nuevo Testamento, á fin de ficio tan insigne y nuestra incoinprensihle malicia? Un
que habiendo muerto por la Dios se hace hombre por amor de los hombres, y estos
espiacion d é l o s pecados co- hombres corresponden con el desprecio y el aborreci-
metidos en el Testamento miento á este hombre-Dios. Jesucristo se inmola por noso-
precedente, los que son l l a - tros en la cruz; ¿ y con que ojos miramos nosotros este sa-
mados reciban la herencia crificio? ¡ Q u é indiferencia por este Redentor! ¡qué ingra-
eterna, cuya promesa se les titud para con este Salvador! ¿qué caso hacemos de sus
ha hecho en Jesucristo nues- beneficios? ¿ q u é deferencia tenemos á su voluntad ? ¡con
tro Señor. q u é irreligión no nos ponemos en su presencia ! ¿stm las
La epístola á los hebreos, como se ha dicho en otra reglasdentieslras costumbres, sus máximas, sus manda-
parte, es uno do los mas beÜTte y de los mas preciosos mientos, su Evangelio? ¿ c u á l es nuestro ardor por Jesu-
monumentos que posw la Iglesia; la grandeza de las co- ciisfo? ¿ c u á l es nuestra decisión? ¿cuál nuestra ternura?
s;is y la importancia de la materia que contiene, están en Cuando uno piensa el modo indigno con que los judíos le
loda ella sostenidas por la nobleza de las espresiones, y han tratado, con qué malicia le han odiado, con qué cruel-
por la elevación del estilo. En el capítulo 9 demuestra san dad le han perseguido, se ve uno obligado á decir que no
Pablo, por lo que se observaba en la antigua alianza, y por le han conocido. ¿Podrá fundarse en la misma razón nues-
las víclimas imperfectas que en ella se ofrecian, la perfec- tra ingratitud? ¿ y tenemos derecho para decir que Jesu-
(io;i do la nueva, en la que Jesucristo nuestro pontífice, el cristo seria mas amado, mas respetado de los cristianos,
cual se ha ofrecido una vez en sacrilicio por nosotros, pu- si fuese conocido de ellos? ¿Penetramos bien las horribles
rifica nuestras almas del pecado, y que ha sido necesario (onsecuencias de este principio?
que muriese para confirmar su testamento ó alianza.
i : l ¡•cungelio de la misa de este dia es del capítulo 8,
REFLEXIONES. según san Juan.

«Jesucristo ha entrado en el santuario, nó con la san- I n i l h lempore : Diceha En aquel tiempo decia Je-
gre de los machos cabríos y de los loros-, sino con su Jesús turbis Judaorum: Quis sús á los judíos : ¿ Quién de
propia sangre, habiendo con ella obtenido una redención ex vohis arguct me depecca- vosotros me a r g ü i r á de pe-
eterna.» ¿Comprendemos todo lo que esto significa? y sí t o ? S i verilulcm dico vohis, cado ? Si os digo la verdad,
lo comprendemos, ¿lo creemos? Que un Dios se I m a he- guare non credids mihi? Qui ¿por q u é no me creéis? El
cho hombre por el amor que tiene á los hombres , y que ex Dea est, verba Dei audit. que vive según el espíritu
este Dios hombre, para sacar á los hombres de la servi- Proplerea vos non audilis, de Dios, oye la palabra de
dumbre del pecado y do la esclavitud del demonio, para guia ex Deo non eslis. Res- Dios; por esto vosotros no
reconciliarles con su Padre, y hacerles capaces de la he- ponderunt ergo J v d w i , et la oís, porque no estáis ani-
rencia eterna , se haya inmolado por ellos en la cruz, di.rcrunl e i : Nonne bene d i - mados del espíritu de Dios,
no podiendo ninguna otra víctima espiar sus pecados, ni cimus nos, quiasamaritanvs Respondiéronle entonces los
merecerles la vida eterna. Era este el único sacrificio ca- es tu, et dmmmium habes? judíos : ¿ No decimos noso-
paz de apaciguar la cólera de Dios, y de satisfacer á su Jiespondit Jcsns: Ego dmno- tros bien, que eres un sa-
usi icia ; único capaz de hacer que perdiésemos la cuali- ttium non babeo; sed hono- maritano y un endemonia-
dad de esclavos, y que llegásemos á ser hij(¡s de Dios. rifico Patrem meum, et vos do ? Repúsoles J e s ú s : Yo no
Este sacrificio se ha ofrecido, el mismo Jesucristo ha sido inhonoraslis me. Ego antem tengo demonio, yo honro á
la víctima sangrienta; él ha cimentado sobre su sangre la non qtim'0 g l o r m n meam: mi Padre, y vosotros me
alianza que ha hecho entre Dios y los hombres, y habién- est qui queerat, et judicet. habéis deshonrado. Por lo
donos hecho los herederos de los bienes celestiales por su Amen, amen dico vobis : si que hace á mí no busco mí
leslamenlo, ha querido que adquiriésemos el derecho por quis sermoncm meum serm- propia gloria ; hay otro que
su muerte. lié aquí el compendio de nuestra creencia so- veril, morlem non videbil in tiene este cuidado , y que
bre este gran misterio que nosotros confesamos que es aílermim. Dixcrunt ergo J u - hará justicia. En verdad, en
inromprensible; ni esta incomprensibilidad recae sobre deei: Nunc cognovimus quia verdad os digo, si alguno
los efectos admirables de esta muerte ! se comprende fá- dmnoniim habes. Abrabam obedece á mi palabra , no
cilmenie que esta espiacion, esta reconciliación, esla san- morluus est, et prophelce, el morirá jairas. Ahora vemos
(¡liracion y todos los efectos de esta nueva alianza, eran tu dicis: Si quis sermoncm bien, dijeron los judíos, que
debidas á las grandes espensas hechas de parte de un meum srrvaverit, non gus~ estás endemoniado. Abra-
hombre-Dios ¡ lo qoe hay de incomprensible, es el amor tabil morlem in cclerninn. bam ha miiei l o ; los profe-
que ha obligado al Salvador á que hiciese y sufriese lodo JS'amquid tu mrijor es paire tas han muerlo también ; y
lo que ha hecho y sufrido por los Immbres, cuya pérdida nostro Ahraham, quimorlnus !ii dices: Si alguno obede/e
s a l v a c i ó n nada anadian á su feficidad y á su gloria ; y esl? el propkcue morlvi s m t . HIÍ palabra, no morirá j a -
DE PASION. 2i5
Qucm leipsim fads? ñespon- do ese azote, esa desolación universal que se ha estendido
m á s . ¿ Eres lú mayor qat*
dit Jrxus: ego glorifico á l o d a la nación Judía? Jesucristo se ha ocultado, ellos le
Alti ahara nucsd o padre, el
mcipsum, gloria mea nihil ban obligado á salir del templo y abandonarles, y h é aquí
cual lia miierto ? los profe-
csl: esl Valer meus, qui glo~ tas han muerto también; la causa de la espantosa desolación que hace ya mas do
rificat me, quem vos dicitis mil y ochocientos años, h ice de los judíos el mas desgra-
¿por quien pretendes que le
guia Deus vestcr est, et non ciado de todos los pueblos y la evecracion de todas las
tengamos? Si yo me g l o r i -
cognovialis eum : ego autem naciones. Apliquemos este horrendo casligo á un alma de
fico á mí mismo, respondió
n'jri eum : et si dixero qnia lacual se aleja Jesucristo, á un alma que por sus crímenes
Jesús, m i gloria nada vale,
non seto eum, ero similis y por su obstinación en el pecado obliga á este divina
pero quien me gloriíica es
vohis mcndax. Sed scio eum, S a l v a d o r á q u e se retire,y q u e l a a b a n d o n e á s n desgraciado
mi Padre, de quien vosotros
et scrnwncm cjus servo. destino. Ya no hay rocío del cielo que caiga en abundan-
decís que es vuestro Dios,
Abraham pater vester exul- cia sobre esta tierra ingrata: no alumbrando ya cuasi el
y no obstante no le habéis
íavk ut videret diem meum: divino sol sobre su horizonte, ¿ q u é luz puede recibir, q u é
conocido : yo si que le he
tfidft el gavisus est. Dixerunt benignas influencias ?iNo hay ya masque sequedad, espi-
conocido, y si dijere ípxé no
crgo Judwi ad eum : Quin- nas, tinieblas horribles que impiden á esos pueblos des-
le he conocido, seria menti-
quaginia anvos nondum ha- dichados percibirla causade lanías desgracias, que laníos
roso como vosotros; pero yo
les, et Abraham vidisltf D i - siglos hace les hacen gemir. Echemos la vista sobre estos
le conozco y obedezco h su
xit eis J e s ú s : Amen, amen vastos países, en otra tiempo tan afortunados, hoy tierra
palabra. Vuestro padre Abra-
dico volts, antequam Abra- ham tuvo un gran deseo dede maldición; [¡ais de Oriente, tierra de promisión; pais
ham (ieret, ego sum. Tule- de abundancia y de delicias , mientras Dios ha sido
ver el dia de mi venida: lo
ntnt ergo lapides, MÍ ¡ a c e - conocido en él, amado y servido con tanta fidelidad. Pa-
vió y se llenó de alegría:
í'cnf tn eum: Jesús aulem lestina, morada de santos, tierra, en fin, privilegiada en
Dijéronle, pues, los judíos:
abscondit se, el exivil de tem- que Jesucristo ha nacido, y que ha regado con sus sudo-
¿ Apenas tienes cincuenta
plo. res, sus lágrimas y su sangre; ¿en qué ha venido á parar
afios, y has visto á Abra-
todo ese pais después que los judíos han arrojado, por de-
ham? Díjoles J e s ú s : En
cirlo así, de él al Salvador, haciéndole morir, y lo ban
verdad, en verdad os digo,
obligado á elegirse olro pueblo? j O Dios m i ó ! ¡ e n q u é
yo soy antes que fuese Abra-
ham. Al oir esto tomaron se viene á parar cuando nos dejais!
piedras para tirarle. Pero PI NTO SF.GUXOO.—Considera también lo que ha sido do
esas regiones felices de Africa y del ¡Norte, esas islas ver-
Jesús se ocultó y se salió
del templo. daderamenle aforlunadns por el gran número de sanios
que ban criado, y por tantos santos reyes como hanbrillado
MEDITACION. sobre su trono, después que la fé se ha eslíngnido en ellas,
después que la herejía ha arrojado de allí á Jesucristo, y
Sobre la desgracia que es el que Jesucristo st retire de
con Jesucristo la pureza de las costumbres y-la inocencia:
nosotros.
1 q u é caos espantoso de toda especie de sectas y de ii r e l i -
PC.YTO PiuMERO.—Considera que la mayor de todas las gión! ¡ q u é funestas revoluciones! pero ¡ q u é tinieblas tan
desgracias para nosotros es cuando Jesucristo, cansadopor espesas oscurecen ios entendimientos mas brillantes, ha-
nuestras infidelidades, disgustado pornucstra obstinación, cen inútiles basta las luces de la razón para lodo lo quo
indignado por nuestra malicia, se retira por fm, y nos mira á la salud, é impiden que se perciban los mas h o r r i -
abandona á nuestro destino funesta. ¡Qu^ felices somos bles y mas profundos precipicios! No hay mal que sea se-
cuando Jesús está con nosotros! que la tempestad sea de mejante al de la separación de Dios. A la verdad, esle
las mas violentas, que los vientos sean furiosos, que las buen Pastor, este Padre amable no se relira j a m á s , por d e -
olas amenacen en cada momento sumergir la bar- cirlo así, sin que se le obligue á retirarse y ocultarse; pero
ca ; luego que se presenta Jesucristo, luego que se ¡Dios m i o l ¿ q u é castigo hay mas horrible que vuestra
deja ver, lodo queda tranquilo, todo se apacigua. Que ausencia? Yo sé que vos estáis siempre présenle por mas
por falta de todo alimento se vean cerca de cinco mil crímenes que cometa el pecador, porque estáis esencial-
personasen peligro de desfallecer en el desierto, ¿ s e mente en todas partes, pero no estáis entonces como Es-
llalla allí Jesucrislo? nada falla, y con cinco panes de ce- poso, como Padre: corea de un alma á la cual os oculiais,
bada todo el mundo quedó satisfecho. Muere Lázaro en cerca de aquel de quien os retiráis en casligo de los c r í -
«'uisencia de J e s ú s ; pero no bien ha llegado este divino menes, no estáis sino como un Juez severo. Dios, en ver-
Salvador, la muerte vuelve su presa, y Lázaro resucita. dad, calhi entonces, porque obra como si estuviese lejos;
N Í ; Señor, nada puede d a ñ a r n o s , nada hay que temer, calla á la vista aun de sus mayores d e s ó r d e n e s : ya no
cuando vos estáis presente; pero de aquí mismo inferi- hay temor saludable; ya no hay remordimientos; pero
mos cuánta desgracia es la de perderos; ¡ q u é males de- ¿ p u e d e haber im castigo de Dios en esta vida mas t e r r i -
lien caer sobre nosotros, y q u é no tenemos que temer si ble (¡ue oslo silencio:-* ¿ q u é juicio se hace de un enfermo,
Ví>s salís, si vos os retiráis de nosotros! Jesús sale del ciiiindo el médico se retira sin mandarle nada, cuando un
b'inplo de Jerusalcn, y ¿ á q u é funeslas revoluciones, á medico hábil y caritativo le abanduna ? Cuando Dios se
f|i'é desolaciones tan horribles no quedó cspue-lo desde relira de un pecador, cuando este divino Salvador no le
entonces aquel templo? La ciudad se ve asediada, lomada, deja oir su voz, cuando parece haber perdido de vi:-ia á
tiqueada, y aquel grande, aquel magnífico templo, la ma- esla pobre alma ; ¿ e n que debe venir á parar? el demonio
• iivilla del mmid ), queda desiruido. ¿Dii dónde ha veni- habla entoíiccs, las pasiones Ir.iMun, el amor propio h:ib¡a;
246 LUNES
UjdíUi las mnlas inclitiacionps hablan y gritan en alto : el sus desprecios, y lodos los dius crece el número de estos
mundo, el espírilu de;! mundo habla : he aquí los únicos enemigos.» Fácil es ver la relación que hay entre estas
cuya voz se oyó, en tanto que la conciencia, la religión y palabras, con las cuales empieza la misa de este dia, con
Ja fé callan. los dias en que los fariseos, los escribas y los sacerdotes
¡ O Dios m i ó ! ¡ casligadme en esta vida con los castigos judíos, encarnizados contra Jesucristo, no trataban en sus
mas rigurosos, yo a d o r a r é la mano que me azota, y que asambleas de otra cosa que de buscar pretestos y medios
no me afligirá sino para curarme; pero no me castiguéis para quitarle la vida.
j a m á s con vuestro silencio, ni os retiréis nunca de mí por La Iglesia ha elegido para la Epístola de la misa de este
pecador que yo sea! dia la historia d é l a predicación de Jonás á los habitantes
JACULATORIAS.—Dios y Seflor mió, no os alejeisjamás do de Nínive y su conversión.
m í . ,Psalni. 21.) Nínive era una de las mas antiguas y mas grandes ciu-
Señor, no apartéis los ojos de m í ; si fuese yo tan des- dades del mundo. Fué edilicada por Asur , hijo de Sem y
dichado que llegue á desagradaros, no llevéis vuestro enojo nieto do Noé, sobre el rio Tigris, poco después del diluvio;
hasta el punto de alejaros de vuestro siervo. (Psalm. 1C.) pero ella debia su principal acrecentamiento á Niño, uno
de sus reyes, quien la dió su nombre; tenia mas de veinte
PROPÓSITOS. leguas de circuito, y cerca de siete leguas de largo y u n
poco menos de ancho, porque era oblonga. La Escritura
1 Dios se oculta alguna rez á sus mas fieles y á sus dice que habia mas de ciento veinte m i l niños de pechos,
mas queridos siervos; pero nunca está mas cerca de ellos y por consiguiente debia tener mas de ochenta mil perso-
que entonces. Les oculta su presencia sensible, pero solo nas. A esta prodigiosa ciudad fué enviado Jonás por ó r -
para probar, para aguzar, por decirlo así, la punta de so den de Dios para anunciar en ella lo que Dios le habia
amor á él, y para alizar mas el fuego divino que les abra- mandado decirles. Además de que esta gran ciudad esta-
sa. A la manera que una madre se oculta alguna vez por ba en una profunda ignorancia del verdadero Dios, estaba
ternura á su hijo, para obligarle á que le manifieste mas horriblemente sumergida en todo g é n e r o de abominacio-
su amor con sus lágrimas y con sus gritos. Guando Dios nes y de c r í m e n e s . Su pronta conversión y su penitencia
os pone en estas amorosas pruebas, guardaos de espan- llenarán de confusión algún dia á los j u d í o s , y á un gran
taros demasiado, sufrid con resignación y con paciencia es- n ú m e r o de cristianos.
tas sequedades, esta especie de desamparo, y amad en- Sorprendido y espantado Jonás de un precepto seme-
tonces á vuestro Dios todavía con mas fervor y con mas jante , sea que quedase apesadumbrado al ver que Dios
fidelidad. Nunca está Dios mas cerca de vosotros, quisiese transportar sus misericordias de su pueblo á los
2 Pero nada t e m á i s tanto como el obligar á Dios por estranjeros y á los gentiles, ó que considerase las dificul-
vuestras infidelidades á que se aloje de vosotros, y á que tades y los peligros que habia en ejecutar una comisión
calle; este es el mayor de todos los males, y el mas horrible tan nueva, resuelto á no hacer nada, se embarcó para
de todos los castigos. Por esto temed las recaídas frecuen- irse á Tarsis, es d e c i r , muy léjos, y pasar mas allá del
tes, las infidelidades habituales; ninguna cosa temáis Mediterráneo, hasta España ó Mauritania. Habiéndose em-
tanto como la tibieza, la cual ordinariamente es castigada barcado en Joppo y pagado su pasaje, sin otro designio
con este alejamiento de Dios y su silencio. Esas confe- que alejarse de su pais, se puso entre la gente de la t r i p u -
siones frecuenles en que se acusan siempre las mismas lación. Pero el Señor, de quien huia, supo también perse-
fallas lijeras ó graves, hacen muy temible el abuso de guirle. Inmediatamente envió un viento impetuoso, quo
los sacramentos, y este abuso es siempre severamente escitó una horrible tempestad; el buque á cada instante
castigado. Poned atención en esta falla, y no os hagáis corría riesgo de ser hecho pedazos ó sumergido por las
culpables de ella. olas, y todoanunciaba un triste naufragio. A vista del pe-
ligro cada uno invocó á su Dios, porque habia de tantas
religiones diferentes, cuantas eran diversas las naciones
LUNES DE PASION.
de que se componía la tripulación. Entretanto Jonás habia
Cumo es esta la semana que la Iglesia llama de Pasión, bajado á lo mas hondo de la nave, y allí dormia profunda-
todo concurre también en ellaá ofrecernos reflexiones sobro mente. Habiéndolo advertido el piloto, le dispertó, y lo
este doloroso misterio, y todo el oficio de la misa tiene dijo que rogase también á su Dios que se compadeciese de
alguna relación con él. El introito de la de este dia está ellos. Viendo los marineros que la tempestad se aumenta-
tomado del salmo Ji5, que es una fervorosa súplica de un ba, creyeron naciadeuna causa estraordiuaria, y que po-
hombre lleno de aflicción, que se ve en medio de sus ene- dría muy biensucederqueen la tripulación hubiese alguno
migos, los cuales tratan por todos los medios de perderle. que la hubiese atraído por algún crimen secreto: resolvieron
Habiendo sabido David que Saúl con sus cortesanos ha- reducir la aclaración de su rezelo á la suerte, y la suerte
blan jurado su muerte, se refugió al palacio do Achis, rey cayó sobre Jonás; quedóse sorprendido : prcguntósele de
d ct i et h.Al lí fué reconocido por el mayor enemigo de los dónde era, adónde tenia ánimos de i r , y q u é era lo que
fiüsleos; de suerte que su asilo vino á ser para él el m a - babria podido hacer para atraerles una tempestad tan f u -
yor peligro que corrió en su vida. Retiróse entonces á la riosa. Jonás les dijo quo era hebreo, quo servia al Señor
cueva de. Odolam, donde se creequecompuso este salmo. Dios, criador del cielo y de la tierra y de la mar, y Se-
« ¡ Compadeceos de mí, ó Dios mió I Vos que veis la i n - ñor soberano de todas las cosas; les declaró ingonuamen!e
dignidad con que me tratan los hombres, y que me hacen el motivo de su embarque, y les dij ) que no dudaba que
|H gWHfói y me persiguen sin descanso. Incesantemente esta tempestad fuese un efecto de la cólera de su Dios,
me hacen probar mis enemigos los efectos de su odio y que .pieria castigar su desobediencia y su fuga. Toda la
DE PASION. 217
nipulacion, posp'ula de espanto, le preguntó que podrían inundado toda la ciudad.¿Qnién sabe, decia esto principe,
bacer para apaciguar un Dios lan poderoso y tan irritado. si Dios se volverá á nosotros para perdonarnos, si tal vez
Puesto que soy yo solo, respondió Joñas, la causa de esta aplacará su ira y su furor,y revocará el decreto de nuestra
tempestad, echadme en el mar, y e!la se apaciguará, los pérdida que ha pronunciado contra nosotros? Aseguran los
marineros movidos de compasión tuvieron rnucba diíicultad sanios Padres que se hizo ayunar hasta á los niños de pe-
en resolverse á ello; pero a la vista del peligro que crecia cho, y se separaron las crias de sus madres, para impe-
y protestando que eran inocentes de su muerte, le arroja- dirles que mamasen durante los Ires dias. Este ejemplo
ron , aunque á pesar suyo, al mar, y al mismo momento confundirá á muchos judíos y cristianos, que criados en
cesó el viento, y la mar quedó tranquila. Pero el Señor, el conocimiento del verdadero Dios, advertidos los unos
que quería reportar su gloria del castigo de Jonás, y ha- por tantos profetas, los otros por tantos zelosos predica-
cer de él la figura mas semejante de la muerte y de la dores, lodos amenazados lanías veces con la cólera de un
resurrección del Saha Jor del mundo, hizo que en el m i s - Dios irritado por tantos címenes, se han hecho sordos á la
mo momenlo en que Jonás fué arrojado al mar, se hallase voz del S e ñ o r , han peráeverado en el pecado, y han
allí un pez de una grosura enorme (créese que fuese muerto en la impenitencia. «Los ninivilas , decia el Sal-
una ballena, ó una lamia ) que le tragase. En el vientre vador , comparecerán en el juicio con esla nación y la
de este monstr uoso animal se mantuvo tres dias cou tres condenarán, porque luego que Jonás predicó, hicieron pe-
noches sin sofocarse. A l c;ibo d é l o s Ires dias; mandó el nitencia; y he aquí uno que es mas que Jonás.» ¡Qué de
Señor al pez que vomitase á Jonás, y por un prodigio zelosos predicadores durante la Cuaresma! Dios es el que
bien marcado, le arrojó sano y salvo sobre la ribera, en halda por su boca; hace ya cerca de cuarenta dias que
le cual fué Jonás la figura de la sepultura y de la resur- predican, que anuncian la palabra de Dios, que amena-
rección de Jesucristo salido del sepulcro al tercer dia des- zan de su órden, ¿ y cuántas conversiones se han hecho?
p u é s de su muerte, según que el mismo Divino Salvador Una penitencia lan pronta, tan general y lan rigurosa,
nos lo ha querido dar á entender. de la cual dieron los primeros ejemplos el rey y los p r í n -
Después de esta maravilla, mandó e! Sefiorsegunda vez cipes, aplacó la cólera del s e ñ o r , y detuvo los rayos de su
á Jonás que fuese á Nínive, y predicase allí lo que él le justicia. « Vió Dios sus obras, y que se habían con-
inspiraria que dijese á sus habitantes. Jonás no trató ya verüdo, dejando su mala vida; y tuvo compasión de ellos,
de resistir la órden de Dios, habia aprendido á ser obe- y les perdonó.» Notemos aquí que la Escritura no dice
diente y d ó c i l , partió ¡Bmedialamente, y sin detenerse un simplemenle que vió Dios las señales de su penitencia,
solo momento se fué á aquella gran ciudad adonde el Se- poi que podían ser equívocas, sino que añade que Dios vió
ñor le enviaba. Nínive hal)ia sido hasta entonces la man- y consideró que so habían converlído de sus cstravíos;
sión de la primera monarquía del mundo, y la capital del que habían no solo detestado sus pecados, sino que ha-
'niperio de los asirios. Habiendo enlrado Jonás en la c i u - bían mudado de conducta. Hace Dios muy poco caso de
d.id, anduvo por ella todo el dia, clamando pffr las calles: todos esos propósitos, de todas esas confesiones de peca-
Dentro de cuarenta dias Nínive será destruida en- dos, ni aun de esis lágrimas de penilenna, por edifican-
tcramenle. Una predicción lan positiva, hecha con un tono tes que ellas aparezcan; ayunos, austeridades, todo no es
de profeta, por un eslranjero , que se decia enviado de mas que penitencia falsa, si no se muda de vida, si se per-
Dios, causó una conmoción general en el ánimo y en el manece en el vicio, si no se deja el mal camino. El Señor
corazón de aquellos habitantes. Inlrodújose la turbación perdonó á la verdad entonces á aquel pueblo ; pero
en la ciudad , y el espanto se comunicó por todos sus á este mismo pueblo algunos años después habiendo
cuarteles desde el primer dia, y aun ántes que el profeta recaído en sus primeros desórdenes, en el reinado de Sar-
hubiese recorrido la tercera parte de ella. Asustáronse danápalo hijo de Phul, ya no le envió Dios profeta, sino
lodos al oir las amenazas del predicador eslranjero. El que hizo estallar su cólera sobre él de una manera muy
rumor se esparció desde aquel mismo dia en la córle; leí t ibie. Toda la ciudad fué destruida ; el infame rey fué
llevaron la nolicia al r e y , haciéndole presente que las quemado dentro de su palacio, con toda su familia y sus
desgracias que aquel desconocido acababa de anunciar á riquezas'; siempre son funestas las recaídas. Cuando se
la ciudad, podrían ser muy bien un castigo por la corrup- abusa de la misericordia de Dios , se sienten muy p r o n -
ción general (pie reiuab;» lanío en la córle como entre el to los te-ribles efectos de su justicia. Una conversión
pueblo. El rey, que se cree fuese Phul, padre de Sarda- sin perseverancia es siempre seguida de la última des-
nápalo, conmovido al oír una predicción tan amenazadora, gracia.
descendió del trono como fuera de sí, dejó la púrpura y El Evangelio está tomado del capitulo séptimo de San
la diadema, cubrióse con un saco, y s& tendió sobre la ce- Juan, en el cual se vé que cuanto mas probaba el Salva-
niza, clamando por misericordia al Señor. Como los c r í - dor á los judíos con sus palabras y con sus milagros que
menes eran universaíes quiso que la penitencia fuese ge- él era el Mesías, mas se aumentaba el odio y la malicia de
neral. Hizo publicar un edicto por toda la ciudad, impo- los gefes del pueblo contra el Salvador. Alarmados los fa-
niendo un ayuno universal sin escepcion de personas. riseos por haber oido decir públicamente á muchos, que
ÜGcia el edicto que se hiciese a y u n a r á los hombres, los creian que el Cristo, esto es, el Mesías, no podía hacer mas
caballos, los bueyes y las ovejas, sin que comiesen ni milagros que los que hacia Jesucristo, se apresuraron á
bebiesen por espacio de tres dias seguidos, y que lodos buscar á los príncipes de los sacerdotes, les dieron cuenla
los racionales sin escepcion de sexo ni edad, clamasen de loque pasaba,y les dijeron que si no se deshacian cuim-
al Señor con toda su fuerza , implorando su núsericordia. to ántes de aquel obrador de milagros, toda la nación iba
(Na cada uno se conviniese , que UKIOS se apartasen del á creer en él. ¡Buen Dios, y que irracional es la pa-sion! Si
mal camino, y que se renunciase á l a iniquidad que habia se hubiese acusado al Salvador de que era un hombre de
2Í8 LUNES
malas coslumbres. un sedicioso, un homicida fiero , dies- nes espirituales. Compara aquIJcsus una alma llena de
tro y atrevido, hubieran obrado consiguientes en quererle los dones del Espíritu Sanio, al depósito de una fuente, c u -
prender para impedir el que hiciese mas daño, ¿l'ero de ya capacidad, espresada en este lugar por la palabra
que se acusa á Jesucristo? de que hace tan grandes mila- «seno,» derrama el agua en abundancia á todas partes
gros y enian gran n ú m e r o , que no se cree que el Mesías sin agolarse jamás,y esto es lo que significa esta espresion,
pueda hacerlos mayores; y á consecuencia de esta queja dicen los intérprelcs. «Del seno del que cree en m í ,
y por esta deposición, seenvian soldados para que le sor- dice el Salvador, correrán ríos de agua viva , como dice
prendan y le traigan preso. No bien hubieron recibido los la Escritura.» Las palabras del Salvador no se hallan
soldados una orden lan viólenla y tan injusta, trataron lue- materialmente en la Escritura, pero el sentido se encuen-
go de ponerla en ejecución; mas á la primera vista del Ira en muchos parajes de ella, sohretodo en los profetas.
hombre Dios, quedaron poseídos de un asombro respe- «Den a m a r é , dice Dios por Isaías, aguas sobre la tierra
tuoso. Su aire majestuoso , su dulzura , su modestia , en seca, y ríos sobre la que está árida ; d e r r a m a r é mi espíri-
una palabra, solo su presencia les contuvo y les desarmó. tu sobre vuestra posteridad,»
Encantados de oirle olvidaron el designio con que ha-
bían ido. La oración de la misa de este dia es como sigue:
El SaUador que nada ignoraba de todo esto, y que co-
nocía todo lo que pasaba en el ánimo y en el corazón de Sanclifm, quwsumus, Do- Dignaos, s e ñ o r , santificar
sus enemigos : Esperad todavía un poco, les decía ; poco mine , noslra j e j u n i a : el nuestros ayunos , y conce-
es ya el tiempo que debo permanecer con vosotros ; raí cunctarum nobis indulgen- dednos por vuestra bondad
vida temporal de hoy mas no debe ser muy laiga ¡ el l i a m p r o p ü i u s ¡urgiré culpa- el perdón da lodos nnesli os
tiempo de mi misión va á concluir, y yo me vuelvo á mi ruin. Per Dominum... pecados. Por nuestro Señor
Padre que me ha enviado. Imililes pues son lodos vuestros Jesucristo, etc.
perniciosos designios antes que llegue este tiempo, porque
no los podréis verificar. Vosotros me persíguíssiu razón, La Epístola de e le dia es del profeta Jonús, capitulo 3.
no podéis sufrirme á pesar de que no ceso de haceros bien;
mi presencia enciende vuestro odio contra raí, é irrita fn diebus i l l i s : Faclum En aquellos días, habló
vuestros zelos; vendrá tiempo en que me echareis m^nos y esl verbum Domini ad Jonam segunda vez c! Seflor a]
me buscareis, pero no me hallareis. Y donde yo estaré, prophelam smtndo, dicens: profeta Jonás, y le dijo: Le-
vosotros no podréis venir. Surge, et vade in Niniven c i - vántale y vé á la gran c i u -
Sorprendióronsc al oír eslas palabras , bis cuales fueron viUilem magnam: el pmdica dad de Nínlve, y predica
para ellos un enigma. ¿Adonde irá , se decían enlre i» ea prcedicalionem, quam allí lo que yo te ordene quo
sí, que nosotros no podremos ir? Qué ¿habrá tomado la ego locpior a á le. Et surre- la digas. Levanlósc Jonás y
resolución de ir á predicar á los judíos dispersos enii e los ¡cü J o ñ a s , el abiit in N i n i - se fué á Nínivc en cumpli-
gentiles ó acaso á los mismos gentiles? ¿Qué quiere decir, rem juxtu verbvm Domini. miento del ói den del Señor.
cuando nos amenaza, que por mas que le busquemos, no Et Ninice erot civitas mag- Era Nínive una gran ciudad
le hallaremos, porque estará en un lugar adonde nosotros na ilinere trium dicrum. E l que tenia (res dias de cami-
no podremos acercarnos? ¿qué lugar será este tan inacce- ccepil Joñas inlroire in c i v i - no. Habiendo enlrado en ella
sible? Véase aquí, dicen los l'adres, lo que produce la ce- latem ilinere dei vnius : et Jonás, anduvo lodo un dia
guera espiritual , y como impide que haga impresión una damavil, et dixit : Adhic clamando y diciendo : Den-
verdad terrible. La amenaza del Salvador asombra á los quadraginla dies , el ISinive tro de cuarenta días será
j u d í o s ; pero en lugar de entenderla á la letra, la buscan un subverlelur. Et credidernnl Nínive destruida. Creyeron
sentido,que no tiene; en vez do hacerse una aplicación í i ' i «iiiii'tícB in Deum: et los ninivilas á la palabra de
sabia de ella, encuentran hasta en sus dudas con (pie tran- prwdicaverunl j e j u n i u m , et Dios Ordenaron un ayuno
quilizarse. ¿No es esto mismo lo que hacen aun hoy lodos vesliti sunt saccis a majare público, y se cubrieron de
los herejes? usque ad minorem. Et per- sacos desde el mas grande
En las grandcs-fieslas que los judíos celebraban con oc- vcnil verbum ad regem N i n i - hasla e! mas pequeño. Ha-
tava, el primero y el úllimo dia eran mas solemnes, y o r - ve: el surrexil de solio suo, biendo llegado la cosa á
dinariamente en ellos se hacian ceremonias particulares y el objecil vettimentum suum oidos del rey de Nínive, se
sacrificios estraordínarios. En la fiesta de los T a b e r n á c u - a se, el indutus est sarco, et levanló de su Irono, se des-
los, en la cual sucedió todo esto, habia sido costumbre el sedil i n ciñere. E l damavit, nudó de sus vestiduras rea-
llevar al templo con gran solemnidad y ;d son de ínslrn- el dixit i n ¡Sinive ex ore re- les, se cubrió con un saco y
mentos músicos, dos vasos ó urnas de piafa, ln ima llena gis el principim ejus , di- se senló sobre la ceniza. A l
de agua y otra de vino. Kl agua era de la fuente de Siloe, cens: llomines, el jumenta, misnio-líempo hizo anunciar
y esta se derramaba sobre el aliar pidiendo á lüos la fe- et boves, et pécora non gus- por todas parles y que so
cundidad y la abundancia de los frutos de la tierra. A l u - tcat guidquam, nec pascan- publicase en Nínive d e ó r d e n
día, sin duda el Salvador á e s l a ceremonia, cuando decía, tur, el aquam nonbibant. Et del rey y de sus magnales,
en alta voz , en este úllimo dia de la octava: Si alguno operiantur saccis homiw's el que asi los hombres, como
tiene sed, que venga á mí y que beba. Torque yo os ase- jumenta, et clament ad Do- los caballos , los bueyes y
guro que todo el que crea en mí, tendrá dentro d e s í , como minum infortitudine, et con- las ovejas no comiesen nada,
dice la Escritura, una fuente de agua viva, que saldrá de verlalur vir a via sua mala, ni se los llevase á pastar, ni
su seno y j a m á s se agolará. Hablaba oí Salvador del Ks- el !«& iniquitate, quae est i n bebiesen agua; que los
pírilu Santo, fuente inagotable de gracia, de luz y de bie- manibus enrum. Quis scit, si hombres y los animales se
DE PASION. m
convertatur et ignoscat Deus, cubriesen con sacos, y que gada por el diluvio. Nosotros no somos tampoco mas pe-
el revertalur a furore irco rlamason al Señor con todas nitentes ; ¿á cuál de los dos pueblos debemos temer que so
succ, et non pcribimus*! Et sus fuerzas ; que cada uno parezca nuestra suerte? J a m á s hubo tantoí- pecados, nun-
vidil Deus opera eorum, quia se convirliese y dejase su ca tantos pecadores, en ningún tiempo ménos penitencia.
eonversi sunt de via sua ma- mal camino, y la iniquidad Se escucha fríamente á un predicador , conviénese en
la : et miserlus esí populo con que estaban manchadas todo lo (pie dice, alábase su zelo, y se sale del sermón tan
suo Uomims Ücm nosler. sus manos: ¿quién sabe si impenitente como se ha ido á él. Familiarízase con las ter-
Dios se volverá á nosotros ribles verdades, endurécese al tono d é l a s mas espantosas
para perdonarnos, y cederá amenazas. Todo enfermo se epusidera desesperado cuan-
en el furor de su colera, á do ya no tiene sensación. ¡ A cuántos confundirá el ejem-
fin de que no perezcamos? plo de los ninivitas, y q u é crueles sentimientos causará la
Vió, Dios sus obras y queso misericordia de que usó Dios con aquel pueblo convertido,
habian convertido y dejado á los que habrán muerto en la impenitencia!
su mal camino. Y el Señor
nuestro Dios se compadeció E l Evangelio de la misa es tomado del capitulo 7 de san
de su pueblo. Juan.
Jonás, uno de los doce profetas menores , era hijo de
A i n a t h i , de la ciudad de Geth en Ophes , de la tribu de I n i l l o tempore: Mi&runt En aquel tiempo enviaron
Zabulón. Comenzó á profetizar en el reinado de Jcroboam, principes et phariswi minis- los príncipes de los sacer-
segundo rey de Israel , cerca de SUO años ánles de Jesu- tros, uí apprchenderenl Je- dotes y los fariseos. oDcia-
cristo, y hasta mas de cincuenta años después no le man- sum. D i x i l ergo ets Jesús: les para prender á Jesús;
dó Dios i r á Nínive. Ádhuc modicim tempus vo- pero Jesús les dijo: Aun
h'mvim sum: el vado ad estoy con vosotros por un
REFLEXIONES. eum, qui me misil. Quneretis poco de tiempo, y luego voy
«Creyeron los n i n i v i t a s á l a palabra de Dios.» Nada hay me, et non invenietis: et ubi á aquel que me ha enviado.
mas admirable ni mas interesante en materia de conver- ego sum , vos non poteslis Vosotros me buscareis, y no
sión que la penitencia de los ninivilas. Un estranjero', un venire. Dixerunl ergo Judwi me hallareis, y adonde yo
desconocido , un sugeto sin nombre , sin reputación , sin ad semelipsus: Q u o h i c i t u - estoy, vosotros no podéis
elocuencia, dice simplemente á un pueblo inmenso, criado rusest, quia non itiveniemus venir. Dijcronse, pues, al
en los placeres , en la glotonería , en el desorden y su- eum? numquid in dispersio- oir esto los judíos los unos
mergido en los mas escandalosos desarreglos, le dice que nem gentium iturus est, et á los otros: ¿ Adonde irá
v i e n c á a i m n c i a i i e departe de Dios que no tenian mas que doclurus gentes? Quis es hic esto hombre que no le halla-
cuarenta dias para hacer penitencia, después de los cuales sermo, quem d i x i t : Qm;retis remos? ¿ i r á tal v é z a l o s
Nínive iba á ser destruida ; y desde el primer dia de la me, el non invenielis: et ubi que están esparcidos entre
predicación todo aquel gran pueblo, tan disoluto, tan per- sum ego, vos non poteslis ve- los gentiles, y habrá de en-
dido, tan corrompido, se cubre de sacos y de ceniza, ayu- n i r e l I n novissimo aulem señar á los mismos gentiles?
na, llora, gime. El mismo rey y toda su primorosa córte die magno festivitatis stabat ¿ q u é quiere decir lo que
dan los primeros el ejemplo. Espárcese por todas parles Jesús, el clamabat dicens: Si acaba de pronunciar: Voso-
el llanto de la penitencia ; toda la ciudad resuena con los (¡fim sitií, venial ad me, el tros me buscareis y. no me
sollozos que produce el dolor y el senlimiento ; la contri- bibat. Qui credit i n me, sicul hallareis, y adonde yo es-
ción es general; los niños pendientes del pecho de sus dicil Scriptura , ¡lumina de toy, vosotros no podéis ve-
madres participan también d é l a severidad d é l a peniten- ventre ejus ¡luent agua' vivee. nir ? El último dia de la lies-.
cia; y ni aun los animales quedan exentos de ella. He aquí noc autem d i x i l de Spirilu, ta, que era el dia grawdg de
loque produce la palabra do Dios sin arte , sin galanura, quem aceepturi cranl creden- ella, se presentó allí Jesús,
en la boca de un profeta. ¿Ha perdido por ventura esta d i - íes m eum. y dijo en alta voz: Si alguno
vina palabra su fuerza y su virtud? ¿qué sehahecho, pues, tiene sed, que venga á mí,
de Su ificacia? Después de tanto tiempo, que tantos pro- y beba. Del seno del que
fetas enviados de Dios predican, claman, amenazan con los cree en m í , saldrán t ios de
terribles éfccfoé de la colera de Dios, ¿dónde están los pe- agua viva, conforme á lo
cadores convertidos ? ¿ Es acaso difícil encontrar pecado- que dice la Escritura. Ha-
res? Pluguiese á Dios que su n ú m e r o fuese tan raro y tan blaba aqid del Espíritu que
oculto, como es raro hallar almas inocentes. J a m á s el v i - baliian de recibir los que
cio se mostró con ménos vergüenza ni con tanta i m p u - creyesen en él.
dencia ; nanea tal vez se vió tan estendida la corrupción
de las costumbres. Aquella horrible recriminación : «de JIELITACION.
que toda la carne había corrompido sus caminos sobre la
Del juicio particular.
tierra,» ¿es sulo aplicable al tiempo de Noc? Las ame-
nazas de aipiel santo patriarca , no fueron recibidas con PUNTO TUIMEIIO.—Considera que en el momento que uno
tanta docilidad como las de Jonás. Nuestro siglo no es espira es juzgado , y que este juicio decide irrevocable-
tampoco mucho mas dócil. Dios tiene compasión de los n i - mente de nuestro destino, nepreseniómonos un nioribnn-
« i v i t a s ; su penitencia desarma su i r a : mas la i m p e n ü e n - do á quien acaban de administrarle los últimos sacramen-
cia de los contemporáneos de Roó es honiblomente casii- tos, y á quien no resta ya mas que un soplo de vida; es

TOMO IV. 32
250 LUNES
un criminn! qnc va 6 couif^PftCw á'n{e eí sobornno JIIOZ estado, de sus obligaciones; compáranse con aquellos va-
pora dar cuonta dol bui'no ó del mal USÓ que bd IÍCCIÍO nos, aquellos indignos pasatiempos, con aquellos preten-
de todos los momonlos de su vida. I'ensamionlos lijcros, didos derechos de la ambición , con aquellas especiosas
palabras inconsicleradas, sonliniicntos apasionaos, deseos inutilidades que han absorvido la mayor parle del tiempo
desreglados, nccionos poco crislianas , rriras lianianas, de la vida. Mo'eslas, desesperanles comparaciones que no
motivos ménos puros, todo será exatuinado, todo será juz- sirven tnas que para hacernos presenlirel rigor parlicular,
gado, y es m Dios ei que examina y el que lo juzga lodo desenvolviendo á nuestra vista toda la iniquidad de nues-
con el úllimo rigor de su jusíieia. tra conducta.
Concibamos, si es posihle, cuáles serán eníonces los es- Si por lo ménos en tal horrible es:romosupiesen apro-
pantos horribles de su alma que conoce que no está unida vecbarsc estos últimos momentos para recurrir á la san-
al cuerpo mas que por un soplo , y que dentro de dos ó gre y á los méritos del Redentor, para implorar con con-
Iresjnstantes va á comparecer en el tremendo tribunal de fianza la protección de la santísima Virgen ; pero hablan-
Dios. Ella no tiene entonces peor enemigo que su con- do de buena fé, ¿esaquel estado muy á proposito para ser-
ciencia ; ella es la que la representa, aun ánles que espire, virse de estos últimos socorros? ¡Ah! un accidento de
todos sus hechos; ella previene, por decirlo asi , el juicio apoplejía , un mal de corazón ocasionan trastornos y es-
y el decreto. pantos moríales que privan de su acción al alma y la de-
Buen Dios . qué t e n o r , q u é espanto , ver que i onneen jan incapaz de lodo. Y en estos últimos momentos en que
del fondo de la conciencia unamullitud innumerable.de el alma no sabe si está todavía en el camino ó si ha llegado
faltas que hasta entonces habían estado sepultadas en el al término ; en estos tristes momentos en que se agolpan
olvido. ¡Ah , q u é de pecados de la juventud , que se ha- cien objetos funestos , todos á cual mas espantosos;
bían escapado á nuosiras investigaciones! ¡qué de peca- en eslos momentos críticos en que el alma se halla entre-
dos graves que nos hablan parecido acciones indiferentes! gada á los dolores , á las penas de la vida y á ios espan-
y ¡cuántos de los mismos de que nos hemos acusado, que losos horrores de la muerte , ¿estará bastante tranquila,
por falla deconlricion no se nos han perdonado! Todo esto tendrá toda la confianza necesaria para procurar la sal-
se presenta al espíritu en aquellos ñllimos momenios , y vación? ¿podrá encontrar los caminos secretos de la peni-
¡qué turbación, qué susto, á vista de tantos monslruos de tencia? ¿Y yo dilato para esos críticos, para esos peligro-
iniquidad! sos momenlos mi conversión , el negocio tan delicado do
¡Qué de omisiones en los deberes de nuestro estado! mi salvación , el desembrollo del caos , la esplicacion de
¡qué de acciones hasta de piedad que tienen necesidad de los misterios de iniquidad de mi conciencia?
penitencial ¡qué de Sacramentos profanados , y q u é de ¡O divino Salvador mió! si después de todas estas r e -
talentos sepultados! ¡qué de gracias , precio de la sangre flexiones no prevengo por una pronta penitencia el rigor
de Jesucristo, despreciadas ó perdidas! Importunos re- lerrible de este juicio, ¿á qué debo yo alenerme? No per-
mordimientos , conciencia molesta , ¿ q u é pesares y q u é mitáis, pues, mi dulce Jesús, que la gracia que me hacéis
espanto no causáis? Si por lo ménos quedase todavía a l - hoy me sea inúlil; yo conozco su importancia ; haced quo
gún rayo de esperanza de tener un a ñ o , una semana, a l - esperimente inmedialamenlesus efectos.
gunos'dias para arreglar estas cueulas, para reparar estas JACULATOUIAS.—Acusóme, Señor, y desde este instante
fallas, para ganar al Juez por la penilencia y por todo g é - comienzo á hacer peiiitencia en el polvo y en la ceniza.
nero de satisfacciones ; per» está uno seguro , se ve , se (Job. í í . ) •
conoce que el tiempo espira , que no hay mas tiempo. Na enlreis. Señor, enjuicio con vuestro siervo , porque
¡Oh Dios mío! ¿ y no se previenen estos sentimientos? ¿ y no hay un solo hombre sobre la tierra que pueda lison-
no se piensa de continuo en este juicio lerrible [mientras jearse de aparecer inocente á vuestros ojos. (Psalm. 142.)
dura ¡a vida?
Pu.vro SEGUNDO.—Considera cuán difícil es el no sucum- PROPÓSITOS.
bir á los pesares, al dolor, al miedo, en este eslremo tan
desesperado. Conócese que el tiempo va á concluir, y se 1 ¿Queréis prevenir el juicio de Dií s? júzgaos á voso-
ve uno á la entrada de la espantosa eternidad. La incerli- tros mismos, dice el Apóstol; ¿queréis tener favorable al
dumbre de su suet te , el temor de una eterna desdicha, Juez y ventajoso el juicio? examinad sin cesar vuestra
las razones que hay para temerla , reducen alalina á un conciencia. Vo he pasado por el campo del perezoso y
estado que puedeilamarse un anticipado iníiemo. por la viña del insensato, dice el Sabio (Prov. 2 i ) , y lodo
Preséntasele toda la ley de Dios , y lo que es todavía estaba lleno de orligas ; lodo estaba cubierlode espinas, y
mas triste, ve su importancia y su justicia, y concibe su la cerca estaba arruinada. La conciencia de los que no se
dulzura y su facilidad. Vuelta i n sí de todas sus preocu- examinan, es una viiia erial, que se llena de espinas y de
paciones, libre de los ataques impetuosos de tantas pasio- abrojos por falta de cullivo; es preciso lener conlinua-
nes, reconoce y se persuade de lo mal que ha hecho en no menle la podadera en la mano , aplicarse sin descanso á
haber vivido según las máximas del Evangelio. corlar, ó arrancar, y esto es lo que se hace por medio del
Costumbres perniciosas , condescendencias escesivas, examen de conciencia. Este examen es el que, por decirlo
ideas frivolas, leyes imaginarias del mundo, abusos a u - r.sí, corla el vicio por el pié, el que arranca las inclinacio-
torizados, placeres , diversiones vanas y engañosas , ale- nos perversas luego que empiezan á brotar , y el que i m -
grías superficiales, ¡vosotras habéis desaparecido, no sub- pido que echen raices los malos hábilos. E¡uso del examen
sistís mas que en un toitórgo arroponliinienlo! ¡O penas! de conciencia es el medio mas á proposito para prevenir y
¡O desesperación! ¡O suplicio! para caln.ar los espantes que preceden o que acompafian
Conócese enloncos lodo el peso de los deberes de su al juicio particular. Con facilidad se limpia un campo,
DE PASION. 251
njüiid i tutlus los (lias se aivancnn los abrojos, y se i n á - dónde viene e! encai nizumienlo de los sacerdotes, de ios
truye bien un proceso, cuando por muchos dios se lia exa- escrihas, de los fariseos contra este amable Salvador, que
minado cada pieza en particular. Además de vuestro e x á - por donde quiera que ha pasado ha hecho lauto bien? La
men general , haced regularmente lodos los dias vnc.síro envidia es, los zelos son los que habían producido aquel
e\ámeii particular sobre uno de vucslros defectos mas odio mortal que no ha podido satisfacerse sino con su
(¡ominantes. Escoged la pasión quemas os domina, el v i - muerte. La Iglesia toda ocupada en estos días déla Pasión
cio capilal, que puedo llamarse original , poi que es como del Salvador, ha elegido por lo mismo este primero y ú l -
ol origen de oíros muchos; haced de él el asunto de vues- limo versículo del salmo 23 para el introito do la misa de
tro examen particular. Vuestro natural , vuestras imper- este día. 4
fecciones habiluales, vuestras ocupaciones , os darán ma- La Epístola refiere la historia d é l a venganza de los ba-
teria bien amplía. Un general háhil se dirige siempre al bilonios sobre el profeta Daniel, á quien hicieron arrojar
paraje mas débil de la plaza que ataca ; lo mismo hace entre ios leones, por haber destruido los objetos de su ido-
el demonio con respecto al alma. El examen particular latría; en lo cual notan los Padres una de las ü g u r a s de Je-
previene sus astucias , fortilicando aquclio que puede ser sucristo perseguido por Ios-judíos.
invadido primero por el enemigo. Había cerca de cuarer.ía añes que el profeía Daniel g o -
2 Tara asegurar mas el provecho de una práctica de zaba de gran favor cerca del rey de babilonia, del cual
piedad tan importaníe, aprovechaos de los avisos siguien- era el primer ministro y el favorito. Tenían los babilonios
tes : 1.0 Si (eneis defectos groseros, ó esleriores, que ofen- un ídolo famoso llamado ücl, al .cual se sacrificaban diaria-
dan ó escandalicen al prójimo, como arrebatos, inmoitiíi- mente doce medidas de harina del trigo mas puro, cuaren-
caciones visihles etc., comenzad cercenándolos por medio ta ovejas, y seis grandes medidas de un vino esquisilo.
de e s t e e x á m e n . Cuando estos se hubieren corregido, no Era el rey muy devoto de este ídolo, al cual iba á adorar
d u r a r á n estos mucho tiempo. 2.° Fijad á ocho , á quince regul;;rmeule lodos los dias, y se hubiese holgado nuicíio
dias, á lo mas á tres semanas, el tiempo del exámen parli- que Daniel su primer minisli o hubiese tenido la misma
cular. Un tiempo mas largo entibia el fervor, y hace dege- devoción; pero Daniel era muy ilustrado, y siervo muy
nerar muchas v é c e s e ! ejercicio en costumbre. 3.° ¿ Q u e - religioso del único verdadero Dios, para no tener horror
réis corregir un vicio, un defeclo? lomad por asunto de á un culto tan vano. Pregmilóle un día el rey, por qué no
vuestro exámen particular la práctica do la viriud opuesta adoraba al dios Bel. Yo no adoro, le respondió Daniel, á
al lal defeclo ó vicio. ¿Sois coléricos , duros , demasiado los ídolos que no son mas que obras de los hombres; yo
austeros? haced vuestro exáuie» particular sobre la dulzu- no adoro mas que al Dios vivo. Señor soberano de ledo el
ra. i.ü Pedid todos los dias á Dios en la oración de la universo, criador del cielo y de la tierra. Pues si el Dios
mañana , en la misa , y en la visita del Santísimo Sacra- que adoras, replicó el rey, es el Dios vivo, cicrtanienle no
mento , la gracia particular de corregir el defecto , ó de hubo j a m á s otro mas vivo que Bel, puesto que él solo co-
practicar la virtud que constituye el asunto de tuestro me y bebe mas que lodos los oli os juntos. Tú sabes,
exámen. íí." Haced regiiiarmeule este exámen siempre á añadió, lo queso le da lodos los dias á comer, y sabes
la misma hora. 6.° Señalad cada vez el número de las también que no deja ni lomas mínimo. Daniel le respondió
fallas que habéis hecho , para ver el fruto que sacáis de sonriéndose, que estrañaba que su majestad no viese el
este ejercicio. 7.° No os propongáis mas que un delecto, ó
fraude de los sacerdotes, que comian regaladamenle, á
una virtud después d é l a otra. El Señor vuestro Dios, dicela
noa¡bre del pretendido dios Bel, el cual no era mas que
Escritura, acabará con esas naciones (leíanle de vosotros,
una e s l a í u a d e bronce en lo esterior, y de ladrillo en ¡o i n -
poco á poco, y separadamenle, poique todas juntas no po-
terior.
dréis eslerminarlas. (DeuUron. 1.} Todos los tiempos son
Incomodóse el rey, á quien no le gustaba que le enga-
á propósito para desempeñar los ejercicios de piedad; pero
es muy cierto que Dios aprecia con esiremo la pnnluali- ñasen. Inmediatamente llamó á los sacerdolcs de Bel, y
dad con que so desempeñan estos piadosos ejercicios. La les dijo: Sí no me declaráis quién es el que come lodo lo
regla en todas las cosas, es siempre según el espírilu de (pie se emplea para Be!, os hago quitar á todos la vida en
Dios. el inslanle; mas si me demostráis que es el mismo Bel el
que como todo lo (pie se le provee para su alimento, le
costará ¡a cabeza á Daniel, que es quien ha híasfemado
MANTES DE PASION.
contra este dios. Daniel, que estaba presente, dijo que
«Esperad al Señor, obrad con ánimo, soslcneos en vues-
consculia de lodo su corazón en que se llevase á efecto la
tras penas, y esperad con coníianza el auxilio del Señor.
propuesta del rey; los sacerdotes de Bel, que eran en n ú -
El Señor me i n s l n n ó con sus consejos, el vela en micon-
mero de setenta, se vieron lambien obligados á decir otro
servacion; ¿qué lengo yo que temer?» Así habla David lanío. Habiendo ido el rey, sin perder tiempo, al templo
perseguido, y perseguido tan injustamente por Saúl, y con Daniel, fuéron lambien allá los setenta sacerdotes, y
por los mas calilicados de la cóite; pero intrépido en me- después de haber asegurado de nuevo al rey con j u r a m e n -
dio de los peligros por su grande confianza en Dios , f i - to, que era elídelo el que locomia lodo, le dijeron: Señor,
gura que representa al Salvador perseguido y acosado queremes que quedéis convencido por vos mismo. Noso-
por los gefes del puebla. David había hecho á Saúl y á to- tros vamos lodos ásalir; haga vuestra majeslad poner las
da la nación servicios especiales, y la persecución quesu- viandas y servir el vino (leíanle de Bel; cierre en seguida
fi'e no tiene otra causa que una maligna envidia. El Sal- la puerta del lomplo, y séllela con sello real. Si m a ñ a n a
vador I n colmado de bienes á lodo el pueblo judío. Pocos por la m a ñ a n a , abriendo vuestra majeslad mismo el tem-
hay qiiL' no liaban tenido parle en sus bimcíu ios, todas ¡a plo, cncuciui;. que el di.;á Bel no se lo ha comido lodo,
retios ipio no l u y a n sido tcsligos de sus miiagrctí. ¿De eooseuluuos lodos en morir, confonae I? habéis dicho,
MARTES.
Hablaban con lanía sogaridad, porquctenian un s u b l o r r á - f e n i c i o s que habia hecho al estado por sn cxacln probi-
neopor el cual vonian estos Irapaceros todas las noches á dad, y por el don de profecía de que Dios le habia dolado.
(|uilar lo que se habia servido para Bel. Habiendo salido Luego queaqnellos furiosos se apoderaron de Daniel, resol-
todos los sacerdotes, puso por sí misino el rey las viandas vieron arrojarle en el lago de los leones. Habia siete, á l o s
delante del ídolo. Daniel empero, que tenia unconocimien- niales se daban diariamente dos cuerpos y dos ovejas, y
to sobrenatural delodolo que pasaba, habia tenido la pre- este era el suplicio ordinario de los condenados á muerte.
caución de hacer que sus criados trajesen secrctamenle En aquel dia no se les habia dado nada, á fin de irritar
ceniza cernida, la cual hizo esparcir por lodoel templo en mas su hambre, y que Daniel fuese devorado con mas v o -
presencia del rey; y habiéndose todos salido, q u e d ó l a racidad. F u é , en efecto, arrojado el sanio hombreen el l a -
puerta cerrada y sellada. Los sacerdotes, como tenian de go; pero lejos de ser hecho pedazos por la caida, 6 devo-
costumbre, no dejaron de entrar durante la noche con sus rado por los leones hambrienlos, Daniel se halló mas tran-
mujeres y sus hijos, y después de haber comido y bebido, quilo en medio de ios leones, que en medio de aquel pue-
y llcvádose todo lo que se habia ofrecido al ídolo, se r e t i - blo b á r b a r o : estuvo allí seis dias, en cuyo tiempo no ha-
raron. blan querido los babilonios dar de comer á los leones, á
Al otro dia al amanecer vino el rey al templo: hallóse fin deque encaso que al principio hubieren p e r d o n a d o á
íntegro el sello, el cual fué levantado, y habiendo entrado este hombre tan célebre por tantas maravillas, irritados ai
el rey, vió vacía la mesa del altar. Volviéndose enloncesá fin por una hambre tan larga, hiciesen presa de él.
Daniel, le dijo con un tono severo é indignado: ¿Soy yo En este mismo tiempo sucedió, que el profeta Habacuc,
engañado? ¿adónde está el fraude? Yo os ruego, príncipe que iba á llevar la comida á sus segadores, vió un ánge),
mió, le dijo Daniel sonriéndose, que no adelantéis el juicio. que le mandó de parte del Seflor que fuese á llevar aque-
Mirad el pavimenlo, y considerad de quién son estas hue- lla comida á Babilonia, y se la diese á Daniel que estaba
llas. Son, dijo el rey, huellas de piés de hombres, de m u - en el lago de los leones: asombrado algún lanío el buen
jeres y do niños. Descubierta la trampa, fué fácil descu- viejo con esta órden: ¡Ah! esclamó, yo no be estado j a -
brir los s u b t e r r á n e o s por donde venian todas las noches. más en Babilonia, ni sé dónde está el lago de que me ha-
Estalló entonces la cólera del rey contra todos aquellos bláis: el ángel sin volverle respuesta, le lomó por los ca-
embusteros, los cuales fueron muertos en el mismo dia, bellos, y le llevó con la presteza y actividad de un e s p í -
con Bits mujeres y sus hijos; el templo fué demolido, y el rilu áBabilonia, en donde le puso sobre el lago de los leo-
ídolo reducido á polvo. nes. Gritóle entonces Habacuc, diciéndole: Daniel, siervo
En la misma ciudad habia otra divinidad ridicula, cuyo de Dios, recibe la comida que Dios le envia. ¡Qué es eslo;
ídolo era animado. Era esta un dragón monstruoso, al que el Señor se ha dignado acordarse de mí, esclamó Daniel!
adoraban los babilonios. Yo confieso, le dijo el rey á Da- ¡Buen Dios! ¡qué cuidado tenéis de los que os aman! seáis
niel, que Bel era u n dios muerto; pero lú no me puedes eternamenle bendiio. Tomó incontinenti el ángel á Haba-
negar que el dragón que nosotros tenemos en singularve- cuc, y le trasladó al lugar en donde le habia cogido.
neracion, no sea un dios vivo: ¿por q u é , pues, no le ado- El séptimo dia, según la eos!timbre de aquellos pueblos,
ras? Amaba el rey á Daniel, pero como este tiel ministro vino el rey á llorar á su querido favorito sobre su sepulcro
miraba con desprecio todos los dioses de los babilonios, que era el lago, en el cual pensaba, como todo'el mundo,
hubiera el príncipe deseado que hubiese profesado su mis- que habia sido devorado desde el primer dia; pero quedó
ma religión, para que no fuese odioso al pueblo. Señor, agradablemente sorprendido, cuando mirando por curiosi-
respondió Daniel, e! dragón que adoráis como Dios, por la dad á loinlerior del lago, vió á Daniel sentado en medio
mas lamentable de todas las supersticiones, no es mas de los leones. Dando inmediatamente un g r i l o : ¡ Q u é
que un vil animal, qtic si vuestra majestad me lo permile, grande sois, esclamó, y q u é poderoso. Señor Dios de Da-
me ofrezco yo á hacerle morirsin palo ni espada. Habien- niel'.¡cuán visiblemente manifiesta vueslro poder esta
do, en efecto, consentido el rey en ello, lomó Daniel pez, maravilla! Habiendo luego al momento hecho s a c a r á D a -
sebo y pelo, y habiendo hecho cocer lodo esto junto, hizo niel del lago, mandó traer los mas sediciosos de los que
una masa que introdujo en la boca del dragón, y el dra- habian pedido la muerte de Daniel, y los hizo arrojar en é l ,
gón reventó al momento. Viéndole Daniel ya muerto: Hé en donde fueron devorados al momento y á su vista. Es-
aquí, ó principe, le dijo al rey, h é aquí el objeto de vues- te milagroso acontecimiento interesó tanto al rey, que
tro culto. mandó que en todo su imperio se r everencíase el Dios de
Los babilonios hablan llevado muy á mal la demolición Daniel, porque él es, el que es el Salvador que hace prodi-
del templo de Bel, y la destrucción del ídolo; pero cuando gios en toda la tierra, y el que acababa de librar á su sier-
supieron la muerte del dragón, pe exaltó su odio contra vo Daniel del lago de los leones, en el que la malignidad
Daniel.se rebelaron contra el rey, y no guardaron ya mas negra l e h i b i a hecho arrojar.
consideraciones. El rey, decian, se ha hecho judío, y es- El Evangelio de la misa del dia está formado del c a p í -
te judío, hablando de Daniel, se ha hecho rey: el ha der- lulo séptimo de san Juan, en el que se dice que Jesucris-
ribado á Bel; ha muerto el d r a g ó n , y ha hecho morir á los to poco tiempo ántes de su muerte, viendo con que en-
sacerdotes. Habiéndose, pues, amotinado el pueblo, e m - carnizamiento los jtidíos, eslo es, los sacerdotes, los fa-
bistió al palacio, gritando insolentemente al rey: E n l r é g a - riseos y los escribas de Jernsalen, habian tramado su
nos á Daniel, ó de nó, vamos á poner fuego al palacio, y muerte, se habia retirado á Galilea, nó poique rehusase
que perezcas tú y toda la familia real. Estrechado el rey derramar su sangre ; pero no quería prevenir el tiempo
por la violencia de un pueblo furioso, éintimidado por las determinado por su Padre, para la consumación de su
amenazas, se vió obligado, á pesar suyo, á entregarles á sacrificio, y para el cumplimienlo de la grande obra de
su primer ministro, á quien amaba por los imporfnnles su redención. Eácil hubiera sido al Salvador sustraerse
Í)E PASION. 2¿3
por nn milagro á la porseciicion do los judíos; pero cabe- unos sostenían que era un santo; otros que participaban
za deniia religión (pie habia de ser siempre perseguida, de los sentimientos y de la pasión de los fariseos, habla-
no quiso hacer nada que no fuese posible á sus miembros ban de él de un modo poco venlajoso. lié aquí lo que su-
el imilarlo. En la escuela del mundo es una bajeza el ce- cede en todos tiempos. Cada uno piensa, cada uno habla
der uno á sus enemigos: en la escuela de Jesucristo, es s e g ú n el espíritu de que está animado : si el espíritu es
una v i r l u d , es grandeza de alma sufrir su violencia con de Dios, nada mas moderado, nada mas carilalivo que
resignación. Sin embargo, estando próxima la fiesta de sus juicios; mas si uno está animado de un espíritu do
ios 'f abernáctilos, una de las mas célebres entre los j u - partido, todo se interpreta á mala parte. ISo obstante,
díos, la cual ocurría siempre en el mes de setiembre, le nadie se atrevía á lomar abiertamente su partido, por-
dijeron sus parientes (ya que lo fuesen en efecto por la que se temía á losjudíos. El respeto humano ha ejercido
santísima Virgen, ya que pasasen solamente por tales pol- en todo tiempo sn t i r a n í a , y cuando uno le sacrifica sus
las relaciones con san José) que baria mucho mejor en i r deberes y su conciencia, bien pronto le sacrifica su r e -
h Jadea y sobre lodo á Jci usalen, que en permanecer ligión.
por mas tiempo en una provincia tan pequeña como la Ga-
lilea. (Juesi era enviado de Dios, como lo d- cia, si sus La oración de la misa de ede día es como sigue:
milagros eran obras de Dios, y pruebas efertas de la ver-
dad de su doctrina y de la divinidad de su persona, no ifostra tibi, Domine, quee- Haced, Señor, que os sean
debia sepultar en la oscuridad estos dones de Dios, y que sumus, sinl accepta jejunia; agradables nuestros ayunos,
debia presentarse en público : que habiendo muchos dis- quat nos el expiando gratia á fin de que espiando nues-
cípulos en Jndea y principalmente en Jerusalen, era pre- tua dignos efficiant; el ad tros pecados, nos bagan
ciso que los hiciese teiligos de las maravillas que obraba, r m e d i a perducanl ceterna. dignos de vuestra gracia, y
para que de este modo se le aficionasen mas; y por fin, Per Dominum... nos sirvan de remedios para
que en aquella capital era precisamente en donde debia la vida eterna. Por nuestro
dar seriales hriilanlos de lo que él era, y darse á conocer Señor Jesucristo, etc.
en el gran mundo. El desprecio y la mofa lenian mas par-
te en este consejo, que la oslimacion y la buena fé ; por- La Epístola está tomada del capitulo U de la profecía de
que los que ménos creían en Jesucristo, dice el Evangelio, Daniel.
eran sus mas próximos parientes; «coslumbrados á m ¡ - Ln diebus i l l i s : Congrega- En aquellos días, h a b i é n -
•"arle como uno de ellos, de la misma condición, de la m i s - (t sunt Babglonii ad regem, dose congregado los babilo-
|8a familia que ellos, no hablan formado sobre él mas que el dixerunt e i : Trade nolis nios, se presentaron al rey,
'deas comunes, y no podían imaginarse que aquel que Danielem, qui ¡kl destruxil, y le dijeron: Entréganos á
S't-'mpre habia pasado por el hijo de un artesano, pudiese «t draconcm interfecit: atio- Daniel que ha destruido á
s8r el Mesías. El Salvador les d t ó u n a resptiesla mislerio- quin inlerficiemus le, el do- Bel, y muerto al dragón; de
8 « j que pocos comprendieron. Todavía no ha llegado el mum luam. Vidil ergo rex no hacerlo te quitamos á l i
tiempo para mí de ¡ r a l gran mundo; soy demasiada- quod irrucrent m ÍMTÍI vehe- la vida, y á toda tu casa,
mente enemigo suyo, y mi espíritu es muy opuesto al su- menter : el necessitale com- t i e n d o el rey que le estre-
yo para que yo sea en él bien recibido ; por lo que hace pulsus. tradidit eis Danielcm. chaban con tanta violencia,
á vosotros que tenéis su espíritu, y YÍVÍS según sus m á x i - Qui miserunl \eum in l a n m y obligado por la necesidad,
mas, nada lencas que temer; el mundo recibe siempre konum , PÉ eral ibi diebus Ies entregó á Daniel, al cual
bien á sus partidarios. Id vosotros á Jerusalen, para asis- s«x. Porro i n lacu eranl leo- le arrojaron i n m e d í a l a m e n -
tir allí el primer día de la fiesta. To no e s t a r é allí en ese ves septem , et dabanlur eis te en el lago de los leones,
dúo corpora quolidie, et duce en el que permaneció seis
dia. En efecto, el Salvador no fué hasta la mitad de la oe-
o*e$: el tune non data sunt días. Habia en el lago siete
li'va. En las grandes'.solemnidades de los judíos, como era
tis, v i devorarent Danielem. leones, á los que se les d a -
la de los tabernáculos, habia dos días muy solem»es, el
Srat avtem Uabacucprophe- ban diariamenle dos cuer-
primero y el octavo, que era el dia de la octava, tan c é -
ta in Judaea, el ipse coxerat pos y dos ovejas, que en
lebre como el primero. Jesucristo no fué á Jerusalen el
pulmenlum, et inlriveral pa- aquellos días no se les h a -
primer dia de la fiesta: por loque hace á mí, no me ha-
bían dado, para que devo-
llaré en ese dia ; y da la razón de ello, porque sabia que nes in alveolo, el ibal i n
rasen á Daniel. Estaba en
los sacerdotes y los fariseos habían resuelto prenderle el eampum ut ferrcl messori-
en aquel tiempo en Judea el
día de la fiesta, bien persuadidos de que vendría ¡á ella en ¡ms. Dixitque ángelus Domi-
profeta Uabacuc; este habia
pl primer dia, y como no habia llegado aun el tiempo de- «í ad Uabacuc: Fer pran-
preparado que comer , y
bírininado para su gran sacrificio, no quisó entregarse al d i t m , quod habes, in ¡iaby-
puesta la sopa de pan e m -
furor de sus enemigos antes de tiempo. Mí tiempo, les d ¡ - lonem Danieli, qui est i n lacu
papada en una vasija, é iba
Oe, aun no ha llegado; para vosotros que no tenéis nada leomrn. Et dixit Uabacuc:
que temer, es tiempo de que vayáis allá. Cuando se h u - Domine, Dabyíonem non v i - al campo á llevarlo á los se-
biere cumplido el tiempo de mí misión, yo mismo iré á di, el lacum nescio. E l ap- gadores. Aparecióle el á n -
enlregarme á la muerte para cumplir mi sacrificio. Per- prehendit eum ángelus Do- gol del Seilor, y ledijo: Eso
"^lueció el Salvador todavía algunos días en la Galilea; mini i n vértice ejus, el por- que llevas, llévalo á Babilo-
sin embargo, fué á Jerusalen antes del fin de la octava; íartí cum capillo eapitis m i , nía, para darlo á Daniel que
"i"» la ra/on misma que le habia obligado á no ir allá el posuitque eum i n Babylone está en el lago de los leones.
ll' imei dia, le obligó á no presentarse en público los ú l - si'pra Utcnm i n Ímpetu spi- Respondióle Ilabacuc : Se-
'i'tios. Su falla díó que hablar á la muchedumbre: los ritus sui. E l chmavil llaba^ ñor, jamas he estado en Ba-
25 i MARTES
ene dicens: Ikiniel serve Dei, biloni.n, y no só dondo eslá l^rnal, y de lae.slrcma ternura que lienepor todos los qno
íolle prand'mm , quod misil ol Ingo. Enlonccs d htigé] lesirven, ¿ s e puede, sin impiedad, formar una idea tan
iiln Iieus. E l ait Daniel: Re- del Señor le lomó por lo indigna de Dios? Pensad del Señor con sentimientos d i g -
cordalus es m ñ , Deus, t t alio de la cabeza, y a s i é n - nos de sn bondad. Yo s é , ó Dios mió, decia el proiela, yo
non dereUquisli diligentes te. dole de los cabellos, le llevó sé, á no poderlo dudar, que no abandonareis j a m á s á los
Surgensque Daniel, comedit. con la presteza de un espí- que os buscan; pero á los que os buscan, a ñ a d e el
Porro angflus Domini resti- rilu celestialá Babilonia, en Sabio, con la sencillez de un corazón recto. Cosa esti a ñ a ,
luit [Jábame rmfesliin i n lo- donde le puso sobro la aber- nuestro propio corazón nos burla , precisamente cuan-
eo suo. Venit ergo rex die lui a de! higo. Dió voces I l a - do creemos haberlo fijado en Dios. La inclinación natu-
séptimo, ut lugeret Danie- bacnc , diciendo : Daniel, ral que tiene á las criaturas lo arrastra ; el amor propio
lem : et venit ad lacum , et siervo de Dios, loma la co- favorece siempre su retirada, y disfraza dieslramenie su
inlrospexit, et eece Daniel se- mida que Dios te envía. rebelión bajo de los mas especiosos pretestos Motivos do
dens in medio leonum. Et ex- Entonces Daniel esclamó: ¡O zelo, de devoción, decaridad, de todos estos grandes nom-
clamavit vece magna rex, d i - Dios! vos os habéis acorda- bres nos agarramos para entretener los remordimientos
cens : Magnus es, Domine do de m í , y no habéis aban- bajo de tan bellos tííulos. El entendimiento, ordinariamen-
Deus Danielis. E l exlraxit donado á los que os aman. te juguete del corazón, se sirve de su razón y d e s ú s luces
cum de lacu eorum. Porro Y levantándose, c o m i ó ; y para tranquilizar la conciencia. Créese buscar á Dios,'
i l l o s , qui perditionis ejm el ángel del Señor volvió i n - amar á Dios, trabajar únicamente por Dioh, no tener otra
causa fuerant, inlromisil tn mediatamente á llabacnc al mira que la gloria de Dios, y no se busca mas que la
l a ñ a n , el devorali sunl in pimío de donde le habia to- propia gloria, los intereses propios, por un rcfioamienla
momento coram eo. Tune rex mado. El séplimo día fué el sutil del amor propio. Una apariencia, un esterior de v i r -
a i t : Paveanl omnes habitan- tud tan bien contrahecho, lan parecido, haceque se enga-
rey á llorar á Daniel, y ha-
tes i n universa térra Deum
biéndose acercado al lago, ñen sus mismos autores, y de aquí viene aquella seguri-
Danielis : quia ipse est Pal-
miró á lo interior de él, y dad profunda en que se vive. Pero de aquí viene también
vator, faciens signa, et m i -
vió á Daniel que estaba sen- que esos pretendidos siervos de Dios, esos devotos en su
rahilia in térra, qui liberavil
tado en medio de los leo- opinión, esas personas e n g a ñ a d a s por su propio corazón,
Vanichn de laca leomm.
nes. Al momento dió el rey y por sn espíritu particular de materia, de devoción y do
un gran grito diciendo: ¡Qué celo; de aquí viene, digo, que esos pretendidos siervos
grande sois, Señor Dios de de Dios, no esperimentan los cuidados particulares de la
Daniel! É hizo sac^r á éste Providencia, que esperimentan sin cesar los que buscan á
del lago de los leones. Al Dios con rectilnd y con sencillez de corazón. Procedéis sin
mismo tiempo hizo arrojar razón, almas santas,almas fervorosas, decia el profeta, en
en él á los que habían t r a - pensar solamente que Dios os haya olvidado en vuestras
tado de perder á Daniel, y aflicciones, en vuestras persecuciones. Sipermileque seáis
á su vista los devoraron los condenados á echaros en un horno ardiendo, ó en un lago
leones en el momento. E n - de leones, él os proporcionará refrigerio en medio de los
tonces dijo el rey : Reve- fuegos, y los leones se convertirán en corderos de vuestra
rencien con temor lodos los presencia. La casta Susana es calumniada, es juzgada, es
habitadores de toda la lierra c o n d e n a d a , e s t á á punto deserapedrcada;parecehasta allí,
al Dios de Daniel, porque él quc.Diosmira con indiferencia la injusticia que se le hace:
es el Salvador que obra pro- no hay que temer: un niño de doce años desenvuelve todo
digios y maravillas en la el misterio de iniquidad, y la libra. Daniel está en el 'ago
lierra, y ha libradoá Daniel en medio de leones hambrientos, y ni uno solo se alreve á
del lago de los leones. d a ñ a r l e . Un ángel, desde muy lejos, trasporta al profeta
Daniel, descendiente de la raza de los reyes de Judca, Habacuc, para dar al siervo de Dios una comida que aquel
fué llevado caulivo á B ibilonia en la edad de diez a ñ o s : profeta habia preparado para sns segadores. ¿ P o r q u e
fué escogido con tres do sus compatriotas, para que s i r - tantos prodigiosa la vez, sino para enseñar á toda la pos-
\iesen de pajes del rey Nabucodonosor. A los doce años teridad la atención, el cuidado que Dios tiene de los que lo
libró á Susana de la ealumnia de los viejos. Habiendo des- aman, y que solo padecen por su amor? «Siempre he te-
pués esplicado á Nabucodonosor el sueño que habia teni- nido al Señor delante de mis ojos, dice David, persuadido
do, fué hecho prefecto d é l a provincia de Babilonia, y de de que «staba de continuo á mi derecha para soslenermc.
tal modo ganó por su sabiduría la gracia del rey, que El Señor se digna tener cuidado de mí, yo no careceré
aquel príncipe le hizo su primer ministro. j a m á s do nada. » Con esta dulce confianza habla un sier-
vo de Dios, que le dice á Dios: Yos sabéis. Señor, que-
REFLEXIONES. nada hay en el cielo ni en la tierra, que yo ame, que de-
see, q u e m e agrade, sino vos, ó Dios mió. Vos sois el
« ¡ O Dios* vos os habéis acordado de mí, y no habéis Dios de mi corazón, el único objeto de todos mis deseos y
nbnmlotiado á los que os a m a n . » Dios parece alguna vez de todas mis esperanzas. Sirvamos á Dios con osla pureza
que olvida á sus mas fieles siervos, y que abandona á la de amor, amemos á Dios con esta sencillez de corazón,
malicia, á la envidia y al odio d e s ú s enemigos á los que busquemos áDios con osla espiritualidad de motivo, y es-
le aüiMti. Pero, después de todo lo que ha dicho, y de l o - perimenlaremos la bondad infinita de Dios con los (pie lo
d.) lo (pie I n hecho para convencernos de la solicitud pa- aman.
DE PASION. 255
No es cierto que las cruces sean desgracias ni adversi-
El Evangelio es de san Juan en el capitulo 7. dades ; ellas pueden sernos muy ventajosas si queremos
hacer buen uso de ellas, ellas son un esceíenle remedio,
Ja itlo tempere: Ambvta- En aquel liempo andaba pero se le puede convertir en veneno.
balJesüS i n Galilceam: non Jesús por la Galilea, porque Nosotros sufrimos cuasi todas las penas que han sufri-
cnmxolebat in Jadcmm am- no quería caminar por la do los santos; pero ellos han arribado á una santidad emi-
lulare, quia qucurehant eum JmJea á causa de que los j n - nente por el buen uso que han hecho de ellas: muchos
Judminlcrfccre. E r a l antera dios le buscaban para q u i - reprobos han sufrido en este mundo tanto como los mayo-
i n prooñmo dies faslus M - tarlcla vida. Aproximábase, res santos; las mismas adversidades, las mismas calum-
da'orum, Scennpegia. IHxe- pues, la liesla de los taber- nias, las mismas durezas, las mismas persecuciones; pero
tunt autem ad eum fratres náculos, una de las que ce- no han tenido los mismos motivos, ni la misma paciencia;
ejus : Transí /itnc, el vade i n lebraban los judíos. Dijcron- ¿ q u é fruto, qué ventaja hemos sacado de nuestras c r u -
J n d m m , n i t i (tiscipuli tui le sus bermanos: Deja esle ces? Nada mas saludable para las enfermedades del alma
videanl opera tua, quen facís. país, y véte á Judea para que su amar gura; pero es preciso recibirlas con resig-
Nenio quippe i n ocadlo (¡uid que tus discípulos sean tes- nación. Los verdaderos israelitas sacaban siempre puras
fácil, el queerit ipse i n p a - tigos de las obras que baces- las aguas de los ríos del Egipto: los egipcios no hullaban
lain esse: si hcec [aris, ma- Porque ninguno que trata de en ellas mas que sangre; eran los mismos r i o s , pero no
mfesla leipsum mundo. Ñe- darse á conocer, bace nada era el mismo el espíritu, ni la misma la conducta de los
que cnim fratres ejus crede- ocullamenlc ; y pues baces que tomaban aguas.
banl i n eum. Dicit enjo eis tantas maravillas, m u é s t r a - ¿Con q u é disposiciones de corazón y de espíritu recibi-
Jesús: Tewpus meum non- te al inundo. Ni sus herma- mos nosotros las cruces que Dios nos envía ? Míranse por
dum advenit: tempus autem nos creían en él. Díjoles en- lo común como señales de su indiferencia, ó de su cólera;
vestrum semper estparaltm. tonces Jesús : Mi tiempo no y ellas son siempre y en toda ocasión pruebas sensibles
Non polesl mundus odisse ba llegado todavía, mas para de su bondad. El mismo fuego qui3 reduce la paja á ceni-
vos : me autem odit quia ego vosotros siempre es tiempo zas, purifica cloro y le hace mas brillante. No senos p i -
testimonium perlúbeo de i ü o , á propósito. El mundo no den nuevas cruces, nuevas austeridades, mayores peni-
quod opera ejus mala sunt. tencias ; conteníase Dios con que recibamos de su mano
puede aborreceros á voso-
Vos ascendile ad diem [estum con espíritu de penitencia, todo lo que sufrimos en nues-
tros ; por lo que hace á m i ,
imne, ego autem non ascendo tra familia, en nuestro empleo, en nuestro estado. No nos
soy aborrecido de él, por-
<id d k m feslum islum : quia
que doy leslimonio de que pide que hagamos nuevos gastos, desea solamente haga-
*»eum tempus nondum i m -
sus obras son malas. I d v o - mos útiles los que hacemos, sufriendo con paciencia y
pleium est. Ucee enm dixis-
sotros á esta fiesta, yo no con un espíritu cristiano todo lo que sufrimos, i Qué pesar,
*eíi, ipse mansil i n Galilma.
voy á ella, porque mi tiem- buen Dios, para el que hubiere hecho sus cruces infruc-
fU autem ascendemnt fratres
po no se ha cumplido toda- tuosas !
ejus, tune et ipse ascendit ad
vía. Habiéndoles hablado de PUNTO SKCD\DO.—Considera cuánta desdicha es el es-
diem feslum non manifesté,
esle modo, se quedó en Ga- tar sufriendo continuamente, y perder todo el fruto de las
sed quasi i n occulio. Judasi
lilea. Sin embargo, después penas que se sufren. Eslu es justamente la suerte de aque-
ergo qumvcbant eum i n die
de la partida de sus herma- llos que no saben usar de las cruces, ni aceptarlas con el
festo , et d'mbant: Ubi est
nos, fué él también á la fies- espíritu que Dios las envia. No solo pierden su fruto, sino
ille ? Et murmnr mullum
ta, nó á la vista del pueblo, que aumentan su peso; siéntese toda la amargura de los
eral in turba de eo. Quídam
sino como en oculto. Buscá- sufrimientos cuando se toleran con impaciencia y con
enim dicebanl: Quia bonus
banle los judíos durante la disgusto.
est. Álii autem diecbant: Non
tiesta , y decian : ¿ Dónde Si las adversidades fuesen verdaderos males, Jesucristo,
sed seducü turbas. Nemo l a -
men palam loquebaturdc illo está a q u é l ? Y entre la m u - este soberano medico, este maestro benéfico, este buen
propter metum Judaiorum. chedumbi'e so hablaba m u - padre, no las hubiera esparcido tan abundantemente en
cho de él. Los unos decian, todos los caminos; no hay otro mal en todo esto, que la
es hombre de bien, o'ros mala disposición, con que las aceptamos. Quitemos esta
decian, no lo es, á n l e s e n - mala disposición y cesa toda la amargura. La destemplan-
gan ( al pueblo. No obstante za d.' los humores es la que hace que se encuentren amar-
nadie hablaba de él en p ú - gos los manjares mas dulces.
blico porque se temía á los Las cruces d^; que nosotros nos quejamos han sido el
judíos. objeto de la complacencia d é l o s mayores santos. Ninguno
hay que no haya mirada las enfermedades, las pérdidas
MEDITACION. de la hacienda, las desgracias y todas las adversidades do
esta vida como señales de predestinación ; y lo han sido
Del huen uso de las cruces.
en efecto en lodos los qua han sabido hacer uso de ellas.
PUMO PRIMEUO.—Ccnsidera que es inúlil cuanto se haga No consiste mas que en nosotros mismos que sean tales
para huir de las cruces; se hallan enlodas partes. No para nosotros; al mismo liempo son un manantial abun-
hay condición, no hay estado que no las produzca. Cada dante do m é r i t o s ; hácese uno muy pronto rico para el
unollüva la suya; crecen hasta en el trono; y no son las cielo, cuando se sabe sacar provecho de todo.
'"as invisibles la^s que pesan ménos. Todo nuestro estudio Las cruces son el veneno del amor propio. Pocas almas
^'bc cifrarse en hacer buen uso de ellas. hay en mejor disposición para vencer los enemigos de la
25G MIEUCOLES
fialvacion que las atribuladas. La fiierza ee aumenta en la como gracias muy á propósito para elevaros á una virlnd
flaqueza, dice san Pablo; por esto, a i í a d e e l mismo, me eminenle, y lan luego como os suceda alguna cosa desa-
complazco en los oprobios, en las miserias, en las perse- gradable postraos luego en tierra, para dar gracias á
cuciones, en los disgustos estremos que sufro por Jesu- Dios por esle beneficio; besad vuestro crucifijo para tes-
cristo; porque cuando soy flaco, entonces es cuando soy tificar á Dios que recibís de buena gana esta cruz, dad una
fuerte. San Pablo no era inénos sensible naturalmente á limosna al primer pobre que encontréis, en prueba de
los tormentos que lo somos nosotros, y sus cruces no eran vuestro reconocimiento.
ni menos amargas, ni menos pesadas que las nuestras; 2 No basta recibir las cruces con un espíritu y un cora-
pero él las recibía con otro espíritu y con otras disposi- zón cristiano, es preciso que el eslerior corresponda á la
ciones que nosotros. La mayor ventaja de esta vida no resignación inlerior, y para esto practicad los consejos s i -
os el no tener cruces, sino el usar bien de las que se guientes: t 0 Esforzaos á tener un aire mas sereno, un
tienen. rostro mas risueño y modales mas graciosos, el dia que
Buen Dios, ¿ q u é uso es el que yo he hecho hasta aquí hubiereis recibido algún disgusto. 2 . ° En aquel dia no
do las que me habéis enviado? Yo he olvidado igualmente reprendáis ni corrijais á nadie; la amargura del corazón
el precepto queme habéis impuesto sobre el uso que debo se comunica fáciimenle á las palabras. 3.° Si tratáis de
hacer de las penalidades, y el ejemplo que vos mismo rae consolaros, que sea á los pies do Jesucristo crucificado, ó
habéis dado. Yo veo, yo conozco todo el valor de esta p é r - en la Eucaris'ia, repiliendoámenudo estas palabras: «Na-
dida. Pero al fin lo que rae consuela es que no se ha ago- da me es mas ventajoso que esta humillación, Ikmdito
tada todavía el cáliz; todavía tengo que sufrir, puesto que seáis eternamente, ó Dios mió, porque no me castigáis sino
por vuestra misericordia tengo todavía que v i v i r . Yo voy, para salvarme. Vos, Señor, sois todo mi consuelo y mi r e -
con el auxilio de vuestra gracia, á mirar desde ahora las fugio en todas mis adversidades.» 4 . ° En aquel dia haced
adversidades bajo de otro aspecto, resuelto á recibirlas co- una visita á los pobres de los hospitales, ó á alguna perso-
mo seriales de vuestro amor, y á servirme de ellas como na afligida, y consoladlos por motivos de religión, h a c i é n -
de medios de mi salvación. doles conocer el precio y el mérito de los sufrimientos.
J.VCULA.TOIUAS.—Si he recibido tantos bienes de la mano Esta pequeña industria espiritual sirve mucho para forti-
de mi Dios, ¿ p o r q u é no recibiré con el mismo espíritu ficar y tranquilizar un corazón afligido.
los males que no me envía sino para mi bien? (Job. 2.)
Vos, Seftor, me habéis castigado por mis pecados; MIERCOLES DE PASION.
seáis bendito por ello, y haced que yo aprenda á hacer
buen uso de mis sufrimientos, ,Jerem. 31.) El introito de la misa de este dia está lomado del sal-
ino 17, uno de los mas afectuosos y mas patéticos cuyo
PROPÓSITOS. estilo es sublime, y lodo él de una admirable belleza. Da-
vid en medio de la prosperidad de su reinado, y tranquilo
1 Puesto que no hay cosa mas común en lodos los es- en sus estados, describe en él lodos los peligros que ha
tados y en todas las condiciones de la vida que las cruces, corrido; hace de ellos un vivo retrato; cuenta en seguida
importa mucho el saber hacer buen uso de ellas. Son frutos en términos pomposos el modo con que Dios le b i auxilia-
que se dan en lodos los climas y en lodas las tierras, pero do en medio de tantos peligros, y reconoce que no ha triun-
cuyo mérito y su precio le conocen pocos. Los enfermos fado de tantos enemigos sino por una protección muy mar-
los encuentran amargos y los desacreditan, el mal uso cada del S e ñ o r . Además del sentido histórico quemira á la
que hacen los que no conocen su virtud autoriza la falsa persona de David, y su confianza en Dios en medio de tantas
idea que se liene de ellos. Cada uno trata de desemba- persecuciones, so descubren en él manifiestas profecías
razarse de ellos, mas por esto mismo se le multiplican. del reino del Mesías, de la vocación de los gentiles á la fé
Son espinas que en picándose ceban mas. El gran secreto y del triunfo de la Iglesia. San Gerónimo y san Aguslin
es endurecerse contra sus puntas, robustecerse para no dicen que describiendo el profeta en esle salmo sus c o m -
sentir su peso. Todo el mundo pnede poseer esle secreto, bates contra sus enemigos, describe al mismo tiempo las
el cual no consiste mas que en mirar lodas las adversida- victorias de Jesucristo sobre los judíos, y las de la Iglesia
des de la vida como castigos 6 remedios, y muchas veces sobre sus perseguidores y sobre los herejes.
también como caricias de un Dios, qne nos trata como ha «Señor, que me habéis arrancado al furor de mis m a -
tratado á sus mayores favoritos y á su Hijo muy amado. yores enemigos, vos me habéis puesto á cubierto de los
A un ojo cristiano no le cuesta trabajo penetrar esle miste- ataques de los que se levantaban contra m i , y habéis he-
rio. Ye mas allá de la cof leea , y no juzga de la virtud del cho inútiles su malicia y sus malos designios.» ¿Cómo po-
fruto por su belleza. Comenzad desde hoy á adiestraros dría ménos de amaros? « S i , yo os a m a r é , Señor, á vos
en esta ciencia que debe seros tan útil. De hoy en adelan- que sois toda mi fortaleza. S í , el Señor es mi apoyo, mi
te no miréis ya todo lo que se llama desgracias, miserias, refugio, mi libertador.» Déjase ver muy bien la relación
dolores, disgustos, adversidades, sino como dones del que tienen todas estas palabras con Jesucristo, como hom-
cielo: á favor de las luces de la fé no los descubriréis baje bre, principalmente en el tiempo de su Pasión, que ha
de otro nombre. O sois pecadores, y tenéis un juez; ó sois sido el objeto mas interesante de su triunfo.
enfermos, y tenéis un médico h á b i l ; é sois siervos fieles, La Epislola de la misa contiene los preceptos mas de-
y tenéis un Señor que recompensa con liberalidad. Impo- tallados que Dios dió á Moisés para e! arreglo de las cos-
neos una ley desde este dia de recibir lodo lo que os s u - tumbres. Es unaesposicion muy estensa de los principales
cediere molesto., ó como una penitencia de vuestros peca- preceptos del decálogo, singularmente de los que miran
dos., •ó como uu remedio de vuestros males espirituales, ó al prójimo; y lo que hay aun de mas particular es que aun-
DE PASION.
que la ley natural autoriza ya bastante todos estos precfcp- consideres la persona del pobre. » Dios no os aceptador de
los, añade Dios cuasi á cada artículo una consideracion'par- personas; igua lmente ama al rico que al pobre : así es que
tici!]ar,que es, que el que imima estos preceptos, y pres- quiere también que nosotros tengamos una caridad gene-
cribe su observancia, es el Señor y el Dios de aquellos á ral. Siendo Dios el Criador y el Padre de todos los hombres,
quienes los impone: soy yo el que os lo mando: «Yo todos son hermanos y quiere Dios que todos nos miremos
que soy vuestro Señor y vuestro Dios.» como tales. ¡ Q u é indignidad el no dignarse mirar á un
No hay una cosa mas instructiva que el pormenor de los hombre porque está mal vestido, ni tener consideraciones
preceptos que Dios da á su pueblo en este decimonono ca- sino con los ricos! « No consideres la persona del pobre,
pítulo del Levitico, el cual comienza por esla primera lec- dice el Señor, ni honres la presencia del poderoso; juzga
ción, que comprendetodas las d e m á s : ífSed sanios, por- con justicia á tu prójimo. » Estás en alto puesto : juzga á
que yo soy sanio; yo que soy el Señor vuestro Dios.» En tu prójimo con justicia y con la integridad mas exacta,
seguida dice, que cada uno obedezca á su padre y á su sin tener consideración á la cualidad de las personas y sin
madre, y les rinda el respeto qne les es debido. Que ob- dejarle imponer por ia presencia de los mas poderosos.
serve con religión el sábado. Cuando hiciereis la siega en No tengas la baja, la maligna, la perniciosa inclinación de
vuestros campos, continúa, no recogeréis las espigas que murmurar de otro ni en público, ni en secreto. Dios ha te-
se hubieren caido, no cogeréis tampoco en vuestra viña nido siempre horror á estas pestes de la sociedad civil,
los racimos que se han quedado á los vendimiadores, todo execración de loshombresde bien,y enemigos de la unión
esto debe dejarse á los pobres que van á espigar, esto es, de los corazones y de la paz. « Yo soy vuestro Señor y
á recoger las espigas y los racimos perdidos y descuidados vuestro Dios, que os impongo este precepto : No aborre-
después de la siega y la vendimia, porque yo soy el Se- cerás á tu hermano dentro do tu corazón, » Todo está lleno
ñor vuestro Dios que os lo mando así. de ficciones y añagazas en elmundo. ¡ Que de malignidad
Ninguno asechará á su prójimo ni por robo, ni por bajo de unos esteriores risueños, bajo de apariencias i m -
falso testimonio, ni por superchería. Por esto precep- ponentes ! Alábase, lisonjéase, hácense protestas de la mas
to comienza la Epístola del día. No mentiréis. El texto sincera amistad, mientras que se alimenta nn odio mortal
hebreo dice: Nada negareis, no rehusareis volver el en el corazón. Esta maligna simulación es la que Dios con-
depósito que se os hubiere confiado. Algunos i n t é r p r e - dena. Tienes algún motivo de queja contra tu hermano,
tes lo esplican por la obligación de dar limosna. No os dice Dios, franquéate amistosamente con él, sin que ta
haréis mas pobres de lo que sois negándoos bajo de un corazón esté j a m á s ulcerado ni irritado. En fin, si alguno
prcteslo falso de indigencia, á ejercitar la caridad. Nada te ofende, deja al Señor el cuidado de vengarle. No le son
hay mas injurioso á Dios que tomarle por testigo de una indiferentes tus intereses, para que deje impune la injuria
falsedad; él mismo declara en muchos parajes cuánto que te se ha hecho. Olvida aun las injurias recibidas; ama
b o n or tiene al perjurio. No calumniareis á vuestro p r ó - á tu prójimo como á tí mismo: Dios pretende, por decirlo
j i m o . La calumnia es un crimen tanto mas detestable, asi, que los nombres do prójimo y de amigo sean sinóni-
cuanto que j a m á s puede repararse el mal que hace. Por mos. De este modo, con una bondad asombrosa, instruía
masque se desdigan, la persona á q u i e n seha ennegrecido Dios á aquel pueblo grosero, malerral, á aquel pueblo en-
no vuelve j a m á s completamente á su primera blancura. teramente carnal é indócil, á la manera que un buen padre
Puede restituirse la hacienda que se ha robado, auncuando instruye á un hijo en su infancia; no le da mas que lec-
fuese preciso reducirse á pedir lismona, no es imposible la ciones proporcionadas á su pequeña edad, reservando
restitución, pero no puede volverse una reputación ajada, dárselas mas espirituales y mas perfectas cuando llegare
destruida tal vez en el concepto de seiscientas ó mas per- á una edad madura. Esta edad madura era el tiempo tte
sonas. ¿ Y se salvarán muchos calumniadores'? ¡ (Jué a d - la venida del Mesías. Por estovemos cuanto mas espirilua-
mirable es Dios en este pormenor interesante I No diferi- les y mas pcrfcclos son los preceptos de Jesucristo que
i'eis, dice el Señor, hasta elotrodia la paga del mercena- los de la ley antigua. Esla no manda mas que olvidar la
rio que os sirve, de los obreros que han trabajado para injuria recibida ; la ley nueva ordena qne también se ame
vosotros, de los domésticos que tenéis á sueldo. Ya qne os al que nos la ha hecho. Aquella no contiene mas que p r e -
han dado el fruto de su trabajo, no les neguéis el de sus ceptos conformes á la razón natural; los preceptos y las
penas : su salario no es vuestro, es de ellos; j q u é injusti- máximas de la ley de gracia son aun sobre la naturaleza y
cia retener el haber de otro! y mas si es un rico que por la razón.
ahorrar sus propios bienes se sirve d e el de un pobre. No ha- El Evangelio de la misa de esledia refiere lo que pasó
blareis mal de un sordo: no hay cosa mas infame ni mas en Jerusalen durante la fiesta do la dedicación del
injusta que atacar á los que no pueden ni defenderse ni templo , cerca de tres meses y medio ántcs de la mnerle
' «sislir; tal es el vicio de la murmuración. No se murmura del Salvador.
»ino de los ausentes: porque no están en estado de j u s t i - Esta Qesla inslituida solo ciento sesofíla y cuatro fiños
ciarse ni de cubrir de confusión á un murmurador, que lintes de Jesucristo, era muy célebre entre los judíos, y
con la vileza mas maligna no habla mas que de aquellos duraba ocho dias como las demás fiestas de primera clase.
^"e no pueden oirley confundirle. No pondrásningun olís- Celebrábase en memoria de la purificación del templo y
cenlo delante de un ciego, que pueda hacerle caer. Nada su dedicación, hechns en tiempo de Judas Macaboo, g l o -
h-iy, en efecto, mas inhumano que insultar á un desgra- ria de sn nación, y restaurador de su religión y de su
ciado, y añadir con toda intención un nuevo azole á su patria, Habiéndose hecho dueño de la Judea, y en p a r t i -
'«•seria. ; Qué bien marcadas están la sabiduría y la bon- cular de Jerusalen el impío Antíoco Epiphanes, rey de
dad de un Dios en estas santas leyes I i q u é bien se deja Siria, profanó con todo género de abominaciones el sanio
conocer su santidad en el menor de sus preceptos! « No templo. Muchos de los judíos cediendo á la persecución,

TOMO I V . 33
258 MIERCOLES.
apostataban lodos losdias, y ofrocian incienso í>los ídolos. no sois de m i rebaño. Mis ovejas oyen mi voz, yo las co-
Judas Macabco, asombro de su siglo por su zelo por la re- nozco, ellas me conocen; también me siguen con una doci-
ligión, y por su valentía, habiendo deshecho con un p u - lidad perfecta; yo Ies doy la vida eterna, y no perecerán
ñado de gente los ejércitos numerosos de Antíoco, y con- j a m á s , á ménos que ellas mismas quieran perderse. Ellas
seguido siete grandes victorias sobre Apolonio, Serón, creen en mí, y por medio de las gracias que les dispenso
tíorgias, Nicanor, Timotheo, Bacchides y Lysias, volvió las pongo en estado dé hacer su salud. Yo velo continua-
á tomar á Jernsalen, ó hizo publicar el designio que tenia mente sobre ellas, de suerte que todos los esfuerzos del
de restablecer la religión, y reparar el culto del Señor en infierno no son capaces de a r r a n c á r m e l a s , mientras per-
su templo. Ueuriióse el pueblo fiel en el dia señalado; mas manezcan en mi r e d i l ; en él no hay poder en el mundo
apenas vieron hasta q u é punto habia sido profanado el que pueda arrancarlas de mis manos. ¿Quién es capaz do
lugar santo, y que cuanto habia de mas respetable en la sostenerse contra el Omnipotente, contra mi Padre ? Lo
casa del Seflor habia sido ó destruido ó manchado por los que mi Padre me ha dado, es superior á todas las cosas;
gentiles, fué general la desolación. El religioso héroe esto es, el poder y la naturaleza divina que yo recibo do
hizo que inmediatamente fuese lodo restablecido, reparóse mi Padre, y que es la misma que la de m i Padre: es por
el santuario que habia sido cuasi enteramente destruido; consiguienle tan imposible el arrancarme nada de las
edilicósp un altar nuevo; sanlificóso el templo y el atrio; manos, como el arrancarlo de las manos do mi Pa-
hiciéronse nuevos vasos sagrados, y se restableció el dre. Vosotros queréis que yo os hable sin figuras,
santo temploá su primer esplendor y antigua magnificen- sin metáfora, y que os diga quién soy ; os lo diré,
cia. Acabado felizmente lodo, se celebró la dedicación, ó mas no por eso me creeréis. Mi Padre y yo no somos mas
renovación solemne, el dia 23 del mes Casleu, esto es, el que uno.» ¿ Podia esplicarse Jesucristo mas claramente ?
úoveno mes judaico, que muchas veces caia al principio Eslas palabras contienen una declaración tan espresa de
de diciembre. Celebróse la fiesta de esta dedicación por la consuslancialidad del Verbo, y de la divinidad de Jesu-
espacio de ocho dias con gran solemnidad, y quedó esta- cristo, que los mismos judíos no pudieron darlas otro sen-
blecido que todos los años en igual dia se renovase su tido. « Mi Padre y yo somos una misma cosa. » Hé aquí
memoria con octava. Durante esta solemnidad fué cuando la distinción de las personas, y la unidad de naturaleza,
el Salvador vino al templo. Como era invierno y la esta- entro Jesucristo y Dios su Padre. Por esto, porque decia
ción cruda, no quiso Jesús detenerse en los atrios que que era una misma cosa con Dios su Padre, lomaron pie-
estaban descubiertos y espuestos á la lluvia, y se mantuvo dras los judíos para apedrearle como blasfemo. Que bien
en una galería que se llamaba la galería de Salomón por- prueba esto la mala intención de los judíos en la pregunta
que se habia edificado en lugar ó sobre el modelo del que le habían hecho. Pregunlan al Salvador que les diga
antiguo pórtico de Salomón h la entrada del templo. I n - si es el Mesías, se lo dice, y quieren apedrearle. El Hijo
mediatamente se reunieron los judíos al rededor de él, y de Dios, sin alterarse, les dice: Muchas obras buenas ho
le dijeron: ¿ U a s t a cuándo nos tendrás en ansiedad?Si tú h e c h o á vuestra vista por la virtud de mi Padre, ¿ p o r cuál
eres el Mesías dínoslo claramente. ¿ Será acaso un deseo de estas obras maravillosas me a p e d r e á i s ? Como si les d i -
sincero de saber la verdad lo que mueve los labios de los jese : Yo he curado vuestros enfermos, he arrojado los
que hacen esta pregunta? Los judíos comprenden siempre demonios de los cuerpos de los poseídos, he resucitado los
muy bien que Jesucristo se llama el Mesías, cuando se muertos; con cinco panes he alimentado cerca de cinco
trata dehacerle un crimen y perseguirle por este motivo; mil personas; todas estas maravillas son testimonios con-
mas cuando se trata de creerle sobre su palabra, autori- vincentes de quién yo soy, y pruebas concluyenles de la
zada con los milagros que obra, pretenden que no haya verdad do m i doctrina, y de la santidad de m i moral :
hablado nunca con bastante claridad. Del mismo modolos ¿ p o r cuál de estos milagros me queréis apedrear ? Nó,
herejes no buscan en las dispulas, en las conferencias, en no es por esto, respondieron, es porque acabas de pro-
la Escritura misma, en los«scritos de los sanios Padres, nunciar una blasfemia, porque siendo un hombre, quieres
la verdad, sino autorizar su pasión y su rebelión contra la hacerle pasar por Dios. Es pues el nombre de Dios que yo
Iglesia. Uúsqnese la verdad sin pasión, con sencillez y de me atribuyo lo que os escandaliza, y en verdad que no
-buena fé, y se encontrará. El Salvador, que conocía el hay razón para ello. ¿ No está escrito en términos espre-
verdadero motivo y los verdaderos sentimientos deaquellos sos en los santos libros que contienen vuestra ley : « Yo
espíritus malignos y disimulados, los respondió : Os lo he he dicho, vosotros sois dioses? » Si pues la Escritura que
dicho ya bastante, pero vosotros no queréis creerme; y es incapaz de contradicción y de falsedad da á los jueces
aun cuando no os lo hubiera dicho, los milagros que hago y á los magistrados, que no son mas que puros hombres,
en nomhi e y por la virtud de mi Padre, demuestran bien el Ululo de Dios, porque tienen su cargo y su poder del
claro quién soy y o . ¿ No os he dicho que yo era la luz del verdadero Dios de quien son ministros, ¿ q u é razón tenéis
mundo, el Hijo de Dios, el buen pastor, que he venido para juzgar por blasfemo al que ha sido santificado y
para salvar, para dar la vida, para dar la libertad, para enviado al mundo por el Padre, y acriminarme por lo que
rescatar; que debo morir y resucitar; que soy el dueño de he dicho? Yo soy el Hijo de Dios; yo á quien mi Padre
m i vida y de mi muerte; no habéis notado que veo hasta ha engendrado desde la eternidad, á quien ha comunicado
lo mas secreto que pasa en vuestro corazón, y en vuestro su santidad, y á quien ha enviado para ser el Mesías, el
espíritu ? Os he dicho que m i Padre era Dios, y que yo era Profeta esperado tanto tiempo, clSalvadorde los hombres.
uno con mi Padre. ¿ P u e d e Dios hacer milagros para auto- Jesucristo no refiere las palabras del salmo 81 sino para
rizar la mentira y la impiedad? Dios, sin emhargo, ha confundir á los judíos, y nó para esplicar en q u é sentido
autorizado todo cuanto he dicho con milagros; vosotros ha tomado la cualidad de Dios. Si yo no hago obras pro-
pues no creéis, porque no queréis creer, y por lo mismo pias de un Dijo de Dios, de Mesías, de uu hombre Dios,
DE PASION. 25?
no me creáis, yo consiento en ello, decid que blasfemo; ca próximo luo. Non eris yo soy el Señor. No liareis
pero si las hago, dad á las obras el crédito que negáis á criminator, nec susurro i n nada contra la equidad, ni
las palabras; reconoced que puesto que yo b a g ó l a s mis- populo. Non stabis contra juzgareis con injusticia. No
mas obras que mi Padre, es claro que tengo el mismo po- sanguinem proximi tui. Ego paréis la atención en la per-
der, y por consiguiente la misma naturaleza, reconoced, Domims. Non oderis f r a - sona del pobre, ni temáis la
pues, que mi Padr e está en mí, y recíprocamente yo estoy trem tuum i n corde tuo, sed presencia del rico. Juzgad á
en m i Padre, y que mi Padre y yo somos una misma cosa. publice argüe eum, ne habeas vuestro prójimo según la
Yo apelo á mis obras, puesto que en todas resplandece super illo peccalum. Non justicia. No levantéis falsos
visiblemente el carácter, por decirlo así, d é l a divinidad. queeras ullionem, nec memo- testimonios en el pueblo, ni
¡ O Salvador mío 1 Los judíos mismos que os acusan de reris injuriw civium tuorum. en público, ni en secreto, y
blasfemia, son los reos de la mas horrible de las blasfe- Diliges amicum luum sicut no deseéis la muerte do
mias, puesto que no pueden contestaros la cualidad de te ipsum. Ego Dominus. Lc- vuestro prójimo. Yo soy el
Hijo de Dios que os dais á vos mismo, sin pretender que ges meas cuslodite. Ego enim Señor. No abriguéis dentro
Dios puede autorizar con los milagros mas evidentes la sum Dominus Deus vesler. de vuestro corazón el odio
mentira y la impiedad. Admiremos aquí la sabiduría y la contra el hermano, sino r c -
dulce providencia de nuestro Dios que no ha querido obli- prendcdle públicamente, no
garnos á creer misterios superiores á la razón, sin haber sea que se convierta para
hecho él mismo para confirmarnos las obras superiores á vosotros en una ocasión do
la naturaleza, i Qué no deben temer, después de esto, pecado. No tratéis de v e n -
aquellos espíritus indóciles, que no son incrédulos sino garos, ni conservéis el ren-
porque la corrupción de su corazón ha cegado y embru- cor con vuestros hermanos.
tecido su entendimiento! Amareis á vuestro amigo
c o m o á vosotros mismos. Yo
La oración de la misa de este dia es como sigue: soy el Señor. Guardad mis
leyes, porque yo soy el Se-
Samlificato hoc j e j m i o , O Dios, lleno de miseri- ñor vuestro Dios.
Dms, luorum corda (idelium cordia, ilustrad los corazo- El Lcvilico es el tercero do los cinco libros de Moisés ó
miseralor i l l m t r a : et quibus nes de vuestros fieles por delPentateuco. Llámase Levítico porque contiene principal-
devolionis prwstas ajfcelum, medio de este santo ayuno; mente las leyes que miran á las obligaciones de los l e v i -
prwbe supplicantibus pium y escuchad favorablemente tas, y de todos los que debían servir al altar y á los sacri-
benignus audilum. Per Do- las oraciones de aquellos á ficios; la consagración de Aaron y de sus hijos, y las de-
mmnm... quienes habéis dado el ar- más ceremonias sagradas. Después de lo que hace Dios
dor y el deseo de una ver- en él un compendio de los preceptos generales que habia
dadera piedad. Por nuestro dado antes.
Señor Jcsuciisto, etc.
REFLEXIONES.

L a E p í s t o l a e s t á t o m a d a del l i b r o del L c v i l i c o , c a p . i 9 . «No diferiréis hasta el otro dia la paga de los obreros
que trabajan para vosotros, ni de los mercenarios que os
In diebus i l l i s : Loculus esl En aquellos dias habió el sirven.» Es un pecado que clama venganza á Dios el r e -
Domims ad Moysen, dimis: Señor á Moisés, y le dijo: tener el salario de los pobres obreros y de los mercena-
Loquere ad omnem ccelam f,- Habla á toda la congrega- rios. ¡Qué inhumanidad y q u é barbarie, recibir el fruto
liorum Israel, ct dices ad ción de los hijos de Israel, y del trabajo do los que nos sirven, y retener el precio de
eos : Ego Dominus Veus ves- diles: Yo soy el Señor vues- sus sudores! Los tiranos obligan á los cristianos á traba-
ter. Non fatielis furlum. Aron tro Dios. Ño robareis, no jar en las minas ó en las obras públicas sin salario. ¿ Q u é
mcnliemini «ce decipiet m u s - mentiréis, y ninguno enga- no exigen todavía los turcos de sus esclavos? pero ni los
quisque proximum suum. ñará á su prójimo. No os otros han negado j a m á s el alimento por lo menos á aque-
Non perjurabis i n nomine serviréis de mi nombro para llos á quienes hacían trabajar, i Qué injusticia el agolar las
meo, nec polines nomen Dei perjurar, no profanareis el fuerzas, y aun el poco fondo de los artesanos, por los ade-
fui. Ego Dominus. Non fa~ nombre do vuestro Dios. Yo lantos que se les obliga á hacer, y después retener su
des catumniam próximo luo, soy el Señor. No calumnia- paga! ¿No es esto un doble latrocinio? i Q u é c r u e l d a d , ha-
nec v i opprimes eum. Noñ reis á vuestro prójimo, ni le cer trabajar á los obreros que no viven mas que do su tra-
morabilur opus mercenarii oprimiréis con violencia. No bajo, y negarles lo que han ganado con el sudor de su
tui apud le usque ad mane. diferiréis hasta el otro dia frente para vivir! Un jornalero pasa su juventud, gasta
Non maledices surdo, nce co- la paga do los operarios que sus fuerzas y su salud, consume los mas hermosos años
r a m CCPCO pones ojjcndicu- trabajan para vosotros, ni de su vida en el servicio de un señor delicado, eslrava-
íwm: sed timebis Domimm de los mercenarios que os gante, duro, y algunas veces para ue se le paguen sus
Dcum luum, qma ego sum sirven. No hablareis mal estipendios necesita seguir un pleito. Exígense de los d o -
Dominus. Non facies quod del sordo, no pondréis de- mésticos servicios esecsivos; apena se les deja lugar pa-
iniquum cst, nec injusle j u ~ lante del ciego obstáculos ra parecer cristianos. jCon q u é atención y puntualidad so
dicabis. Non consideres pcf- que puedan hacerle caer, quiere ser servido, pero con qué dificultad se pagal ¡con
sonam pauperis, nec honores antes bien temeréis al Se- qué rigor se indemniza sobre el salario hasta de los me-
vuhum poteniis. Juste j u d i - ñor vuestro Dios; porque nores descuidos! Cuanto mas se distinguen por su clase,
260 MIÉRCOLES
por gu autoridad, por eu nacimiento, mas duros son por mea. Pater meus quod dedil se p e r d e r á n eternamente, y
lo común por el jornalero y el artesano. Han puesto los miJii, majas ómnibus est: et ninguno hay que las arran-
infelices su dinero y su trabajo, y ¡y cuántos viajes, buen nemo potest rapere de manu que de mis manos. Lo que
Dios, cuántas visitas tienen que hacer! ¡cuántossinsabores Patris mei. Ego el Pater mi Padre me ha dado, es
que sufrirl ¡cuántas sequedades que oir para hacerse otra unum sumus. Suslulerunl sobre todas las cosas, y na-
vez con ellol Después do muchos meses, de años enteros ergo lapides Judcei, ut l a p i - die puede arrebatarlo de la
de dilaciones, de negativas, apenas se atreven á presen- darent eum. Rcspondil eis mano de mi Padre. Mi Padre
tarse. No se les pregunta lo que se les debe, y se les re- Jesus: Mulla bona opera os~ y yo somos una misma cosa.
cibe como si kesen á pedir una limosna. Hay quien no tendi vobis ex Paire meo ; Al oir esto los judíos, toma-
tiene mas esplendor que el vestido, el cual lo debe aun al propter quod e o n m opus me ron piedras para apedrear-
mercader, y se arrebata y carga de injurias al que viene lapidalis ? Responderunt á le. Díjoles entonces Jesus:
á pedir que le pague. ¡Qué de gentes arruinadas, q u é de J u d w i : De bono opere non Yo he hecho á vuestra vista
familias e m p e ñ a d a s , que de pobres artesanos pidiendo l i - lapidamus le, sed de blasphe- muchas obras buenas por la
mosna por esta especie de robos públicos! Un gran se- mia : et quia tu homo cum virtud de mi Padre ; ¿por
fior cree que un trabajador le falta al respeto cuando le sis, facis leipsum Veum. Res- cuál de eslas obras me ape-
pide su salario: por mas que se presente suplicando, j a - pondil eis Jesus : Nonne dreáis ? Respondiéronle los
m á s es bien recibido cuando pide. Conócese bien que nada scriplum est i n lege veslra: judíos: No es por las buenas
hay mas justo que esto; pero se creerla al parecer deshon- Quia ego dixi, d i i estis ? Si obras por lo que te apedrea-
rado presentándose como deudor. Así un hombre envaneci- tilos dixü déos, ad quos ser- mos, sino porque blasfemas,
do con su clase, con su crédito, con su nombre, una mujer mo Dei ¡actas est, et non p o - porque siendo hombre te ha-
mundana, después de haber perdido al juego hasta el sa- test solví Scriptura: quem ces á tí mismo Dios. Díjoles
lario de los trabajadores y de los domésticos, pagan solo Paler sanclificavil, et misil entonces Jesus: ¿No está es-
con injurias á sus acreedores. No quedo en vuestro i n m m d u m , vos dicilis: Quia crito en vuestra l e y : Yo he
poder hasta el día siguiente la paga de los trabaja- Uasphemas: quia dixi, F i - dicho, vosotros sois dioses?
dores, de los mercaderes y de los jornaleros, l i l Se- lius Dei sum? Si non fado ¿Qué? ¿habiendo llamado la
ñ o r vuestro Dios es el que impono este mandamiento. opera Patris mei, nolite ere- ley dioses á aquellos á quie-
¿Y se observa como es debido este precepto? No solamen- dere mihi. Si autem fació: el nes hablaba, y nopudiendo
te permanece en poder del deudor la paga de los jornalo- si mihi non vultis credere, ser desmentida la Escritura,
ros hasta el dia siguiente; ¿cuántos meses, y á veces operibus credite, u l cognos- me decís á mí, que he sido
cuántos años so está reclamando, sin que se logre co- calis, et credatis quia Paler saníiíicado y enviado al
brarlo? Ese dinero, ese salario que negáis, cuyo pago d i - in me est, el ego in Paler. mundo por el Padre, que
latáis, es precio del trabajo, del sudor del artesano: la san- blasfemo, porque he dicho:
gre do Abel clamaba al cielo pidiendo justicia contra el Yo soy el Hijo de Dios? Si no
asesino; temed que el sudor del jornalero no clame á Dios hago las obras do m i Padre
pidiendo justicia del robo. ¡Qué ¡njusticial Quiérese ser no me c r e á i s ; pero si las
servido en el dia determinado, quiérese la obra, aunque hago, y no queréis creerme
sea necesario trabajar tenia la noche, y después se hace á mí, creed á las obras, á
esperar meses enteros por la paga. fin de que conozcáis y creáis
que el Padre está en mí y
E l Evangelio de la misa es tomado del de san Juan, c. 10. que yo estoy en él.

Tn illo lempora : Facta En aquel tiempo se so- MEDITACION.


sunt EnccemainJerosohjmis, lemnizaba en Jcrusalcn la
Sobre el camino déla perdición.
el hiems eral. E l ambulabat fiesta de la renovación del
Jesus i n templo, in porticu templo, y era invierno. Pa- PUNTO PIUMKHO.—Considera que hay un camino que
Salomonis. Cireumdedcrúnt seábase Jesus en el templo, lleva á la perdición; el número de los que van por él ea
crgo eum Judiei, el dicebant en el pórtico de Salomón, y grande: ¿no somos nosotros de este número? No es difícil
ci:Quousqueanimamnoslram poniéndose los judíos en re- conocer cuál es este pernicioso camino; después de lo que
tollis? s i ta es Christus, dic dedor de él, ledecian; ¿Has- Jesucristo nos ha dicho de é l , es muy difícil e n g a ñ a r n o s .
nobis ¡mlarn. liespondit eis ta cuándo nos has de tener Camino ancho, camino trillado, moral cómodo y compla-
Jesus: Loquorvobis, ct non en ansiedad? Si tú eres el ciente; n ó , vosotros no fuisteis j a m á s el camino de la sal-
credilis : opera, quee ego f a - Cristo, dínoslo claramente. vación. No hay uno entre los santos que no haya tomado
ció i n nomine l'alris mei, Respondióles, pues, J e s ú s : otro camino. Esas avenidas tan floridas y tan llanas atraen
hwc testimonium perhibent Os hablo, y no me creéis. la multitud; pero ¿á dónde conducen? Las flores trastor-
de me. Sed vos non credttis, Las obras que yo hago en nan la cabeza, el ruido aturde, camínase sin desconfianza
quia non estis ex ovibus meis. nombre de m i Padre, dan cuando se camina con mucha compañía, y por camino
Oves mece vocem meam a u - testimonio de mí; pero voso- llano; pero ¿es allí el aire puro? ¿puede uno defenderse
diunt, et ego cognosco eas, et tros no creéis, porque no del contagio que allí reina? ¿y puede ser el cielo el tér-
sequuntur me: et ego vitam sois de mis ovejas: mis ove- mino de un camine que aleja siempre mas de él?
aelernam do eis, et nonperi~ jas oyen mi voz, yo las co- Es ancha la puerta, y espacioso el camino que lleva á
buni i n wternum, el non r a - nozco, y ellas me siguen. Yo la perdición. Formemos el sistema de conciencia que nos
piet cas '/fuisquam de- manu les doy la vida eterna, y no agradare; formémosla moral que senos antoje; h é aquí el
DE PASION. 201
oráculo. Indulgencia universal en favor do las pasiones; alejado de osle camino espacioso, ninguno qne no haya
interpretaciones benignas d é l a ley; libertinaje del corazón mirado con horror esa moral cómoda.
y del espíritu, que tanto debilita la religión, basta cuasi Yo mismo, Seílor, desdo este momento detesto el c a m i -
apagarla fe; licencia de lascostumbres; perniciosas m á x i - no ancho; demasiado tiempo be ido por él, corriendo á
mas del mundo, que proscriben todo lo que alarma losscn- mi perdición, pero puesto, Diosmio, que vuestra pura m i -
tidos, todo lo que incomoda; imperio del amor propio, en sericordia es la que me ba hecho advertir que me estra-
donde el espíritu del Evangelio está cautivo, y en donde viaba, dignaos conducirme de hoy mas por el camino de
el lujo, las pasiones y el placer triunfan ¿tendréis por t é r - la salvación.
mino la felicidad eterna? JACUIATOBIAS .—Haced, Sefíor, que conozca siemprebien
¡Dios mió! j q u é estravagancia el marchar desabogada- el camino que lleva á vos, y ensenadme á seguir los sen-
mente por un camino que conduce infaliblemente al pre- deros de la justicia. (Psalm. M . )
cipicio! ¡qué locura el seguir una moral que Jesucristo ba Alejadme, Señor, del camino de perdición. (Psalm. 118.)
reprobado! ¡qué error el abrazar unas máximas tan opues-
tas á la r d i g i o n ! Tal es la conducta de aquellos que escla- PROPOSITOS.
vos de sus apetitos, no viven mas que s e g ú n sus deseos.
Este camino ancbo y llano que lleva á la perdición, es 1 ¿Es proceder como sabios el elegir un camino por-
esa vida blanda y ociosa, es esa vida mundana y entrega- que es fácil, y está mas trillado, aun cuando se sepa que
da al placer. Este camino ancho, es esa moral relajada nos aleja del término á donde so quiere ir? Tal es la con-
que pretende ensanchar los caminos del cielo, que auto- ducta de aquellos que no quieren mas que directores f l o -
riza todo lo que lisonjea la codicia; es esa moral h i p ó c r i - jos y complacientes, y no gustan de otra moral que la
ta que presentando unas entradas muy estrechas, abro un mas cómoda. Las gentes de cualidad, las gentes ricas, loa
camino muy espacioso, que á favor de esterioridades aus- que pertenecen á clases distinguidas, son por lo común de
teras y reformadas, alojando de los sacramentos, conduce este gusto; quieren ser contemplados hasta en la práctica
insensiblemente al libertinaje. de los mandamientos, basta en el tribunal y en el ejercicio
¡Ah Señor! ¿por q u é camino voy y o , cuando vivo tan d é l a penitencia. Espónense sin disfraz y sin consideración
apegado á mis deseos, y tan poco conforme á vuestra las órdenes del Señor al artesano; pero se necesita d o l a r -
moral? te de la elocuencia para no ofender la delicadeza de los
PUNTO SEGÜNDO.—Considera,.que en materia de salva- grandes cuando se les esponen las verdades de la r e l i -
ción, no es el camino mas seguro el mas trillado: sígnense gión y las máximas del Evangelio. Diríase que se hace
malos guias cuando se sigue á la multitud; no se raciocina odiosa una moral cuando es muy cristiana, es preciso sa-
cuando uno se deja arrastrar; ¿ y es otra cosa lo que h a - ber razonar con cien géneros de correctivos las máximas
cen los que quieren vivir como los demás? de Jesucristo para que agraden: ¿no se diria que es á los
¿Qué regla de conducta mas perniciosa, mas falsa, que paganos á quienes se predica? Exammemos si tal vez so-
la que ha introducido el desarreglo, y que autoriza la mos nosotros cristianos de este carácter. ¿Acaso no hemos
licencia de costumbres? Un estilo contra toda regla, una escogido un confesor flojo, ignorante, complaciente, poco
moda estravaganle, el ejemplo de algunas mujeres m u n - zeloso? ¿no seguimos una moral demasiado indulgente?
danas y de un montón de libertinos; el arte de hacerse Un médico poco hábil, ó que lisonjease nuestromal, ledos-
ricos por medio de usuras reales, que se enmascaran bajo pediríamos; ¿y piden por ventura ménos resolución ó m e -
el especioso titulo de comercio industrioso; un lujo esecsi- nos zelo las enfermedades del alma y su salud eterna? El
vo que confunde todas las condiciones, y que reina cuasi amor propio ciega, el interés aturde; no consultemos n i
en todas partes, bajo del nombre de moda ó de costum- al uno, ni.al otro. No hay mas que una fé en nuestra r e -
bre; ¿son estos los modelos que debe proponerse un cris- ligión, no puede haber mas que una moral. Dios no difie-
tiano? ¿ S e obra como hombre sabio, camínase con seguri- re á nuestros errores, cuando el corazón tiene tanta parte
dad, cuando sin raciocinar mucho sobre el camino que en ellos como el entendimiento. No nos lisonjeemos so-
se loma, sin saberaun á dónde se va, se descansa sobre la bre un punto de esta importancia.
multitud que corre al mismo riesgo? lié aquí lo que signi- 2 El camino que lleva á la perdición es espacioso, y el
fica esa desgraciada máxima, que se ha hecho cuasi la re- número de los que van por él es grande. ¿No nos forma-
gla de las costumbres de muchas gentes: « e s preci- mos un sistema de conciencia á nuestro gusto? Rígidos,
so hacer como los demás.» HÓ aquí la puerta ancha austeros para los d e m á s , ¿no nos aplicamos todala indul-
y el camino espacioso que conduce á la perdición; gencia? Esa vivacidad, ese ardor cuando se trata de nues-
h é aquí la moral emponzoñada que pierde á tantas a l - tros intereses, esa tendencia á sostener nuestros derechos,
mas. ¿nó hacen sospechosa nuestra moral? Esas dispensas del
E n c u é n t r a s e muy estrecha la moral de Jesucristo; pero ayuno, acaso también de la abstinencia y de las demás
¿no nos ha dicho Jesucristo espresamente que el camino austeridades necesarias; esas sumas considerables, con
espacioso lleva á la perdición? Predica el mundo una m o - crecido interés; esa suntuosidad ó delicadeza de mesa; esas
ral mas cómoda; pero es conforme al Evangelio? ¿ p u é d e - diversiones tan multiplicadas; esa continuación en el juego,
se temer el infierno y caminar tranquilamente por el ca- esos reGnamientos en los placeres; ese estudio enfadoso
mino ancho? ¿puédese llevar una vida blanda, una vida por las comodidades; esas interpretaciones demasiado i n -
mundana, y estar seguros sin fascinación? dulgentes de la ley; esas frialdades para observarla; eso
¿Hallaremos uno solo entre los santos que baya llevado gran tren, ese lujo, ¿prueba todo esto que se va por el ca-
este camino? No hay condición en el mundo que no haya mino estrecho? ¿No demuestra mas bien que se sigue el
tenido santos, y ningún santo ba habido que no so b a j a camino de los réprobos, siguiendo á la multitud? lie aquí
JUEVES
un gran motivo de exámen y de reflexiones; pero no pa- mó do parte del rey, que en el momento que se oyese el
séis el dia sin ver en vosotros mismos el fruto por una mu sonido do las trompetas y de los d e m á s instrumentos, ado-
lacion de conducta. rasen todos la estatua, so pena á los que se negasen á obe-
decer de ser arrojados en el instante en un horno de fue-
JUEVES DE PASION.
go. Postráronse lodos á la señal; solo los intendentes de la
La proximidad del gran dia de las misericordias del provincia de Babilonia, Sidrac, Misac y Abdenago (estos
Salvador, y del sacriflcio de su vida que debia h a c e r a eran los tres nombres caldeos que se habían dado á los
Dios su Padre por la remisión de nuestros pecados, obliga tres jóvenes hebreos, Ananías, Misael y Azarías) no cre-
á la Iglesia á acompañar su luto con los sentimientos mas yeron que debían obrar como los d e m á s . Fueron notados,
interesantes de la contrición mas viva. Ella comienza la y denunciados al rey como infractores de sus órdenes; l l a -
misa de este dia por un reconocimiento sincero de nues- mados á su presencia confesaron el hecho, y dijeron r e -
tra iniquidad, confesando que nuestros pecados merecen sucllamente al rey, que ellos no adorarían j a m á s sino al
los mayores castigos; pero la vista de la infinita miseri- verdadero Dios, único soberano Señor del universo, y que
cordia del S e ñ o r í a asegura. « S e ñ o r , todo lo que habéis aun cuando les debiese costar la vida, nunca adorarían ni
hecho, lo habéis hecho por un juicio muy equitativo. Noso- sus dioses, ni su estatua. Esta respuesta irritó de tal modo
tros hemos merecido lodos los castigos, porque hemos á Nabucodonosor, que arrebatado del furor, mandó que, el
pecado contra vos y no hornos guardado vuestros man- fuego del horno se encendiese siete veces mas activo, que
damientos. Pero dad gloria ¿ v u e s t r o nombre, y tratadnos era costumbre encenderlo; y habiendo hecho atar en su
según la grandeza de vuestra misericordia.» Estas pala- presencia á los tres oficiales hebreos, los mandó arrojar
bras están tomadas de la oración que hizo á Dios Azadas, con sus vestidos en el horno. Los encargados de esta ejecu-
uno de los tres jóvenes hebreos de Babilonia, en el horno ción eran soldados desu guardia, escogidosdeentre los mas
encendido adonde habia sido arrojado con sus dos com- robustos. Apenas los hubieron arrojado en el horno, cuando
p a ñ e r o s de Orden de Nabucodonosor. saliendo la llama como un torbellino, envolvió álos soldados
l a Epístola d é la misa es una parte de esta misma ora- y á los caldeos que se hallaron mas cerca del fuego, y en el
ción, referida en el tercer capítulo del profeta Daniel, en mismo punto los consumió. SÍQ embargo los tres hebreos
donde se halla toda esto historia. se mantuvieron en el horno encendido como si estuvieran
Entro los cautivos que fueron llevados de Jerusalen á en un lugar de refrigerio, sin que el fuego hubiese quema-
Babilonia por el rey Nabucodonosor, habia muchos niños do mas que sus ataduras; vélaseles pasear tranquilamente
de la primera calidad, entre los cuales hizo escoger este en medio de las llamas alabando á Dios, y bendiciendo al
príncipe cuatro do los de mejor presencia, y que descu- Señor, que obraba en su favor uno de los mayores prodi-
briesen mas talento, para que sirviesen en palacio enire los gios. Entonces Azarías, á quien los babilonios llamaban
oficiales de su c á m a r a . El primero de los cuatro era Da- Abdenago, manteniéndose en pió en medio del fuego, d i -
niel, el cual por su sabiduría y su talento llegó muy pron- rigió en alta voz, en nombre de lodos, á Dios la oración
to á ser el favorito del príncipe: los otros tres fueron Ana- que constituye el asunto de la Epístola de la misa de este
nías, Misacl y Azaríns, todos cuatro de la sangre de los re- día. Después de haber bendecido al Señor, y espresado el
yes de Judá. Habiéndose prendado de ellos Nabucodonosor deseo de que fuese glorificado en lodos los siglos; d e s p u é s
m a n d ó que por espacio de tres años fuesen amaestrados de haber confesado cuán justos son sus juicios ordenando
en tos ejercicios convenientes á su calidad, y álos empleos los males que habían descargado sobre todo su pueblo y
á que estaban destinados por el príncipe, que quiso t a m - sobre Jerusalen; después de haber reconocido que todos
bién que se les enseñase la lengua y los estilos del pais, afjuellos azotes eran castigos de sus pecados; implora al
y que se alimentasen de las viandas y del vino de su me- fin su misericordia infinita, y suplica en medio de aquel
sa; pero exactos observadores de la ley del Señor, no qui- gran teatro de su bondad, en medio de aquellas llamas
sieron j a m á s tocar á las viandas caldcas, y obtuvieron del que no han podido d a ñ a r l e s , que no abandone á su pue-
oficial encargado de su educación el que les dejase comer blo, y le conjura por su nombre y por su gloria que no
solo legumbres y beber solo agua. Habiendo sido Daniel anule su alianza. «Gasligadnos, Señor, dice, lo merece-
elevado á las primeras dignidades del reino, después de mos; pero de un modo que no padezca vuestra gloria: no
haber interpretado el famoso sueño que habia tenido el apartéis vuestra misericordia de nosotros;» admiremos
rey, no olvidó á sus amados compíiñeros, y todos tres fue- aquí el motivo que presenta para ello, «en consideración,
ron nombrados intendentes de las obras d é l a provincia do dice, de Abraham vuestro muy amado, de Isaac vuestro
Babilonia. Su fortuna no alteró su piedad, ni su zelo por siervo y de Israel vuestro santo. « Tanta verdad es que en
su religión; pero les atrajo envidiosos que resolvieron per- lodos tiempos se ha vivido en la persuasión deque el c r é -
derles. No tardó en presentárseles ocasión paradlo. dito de los santos para con Dios era poderoso, y que cu
Embriagado Nabucodonosor con la altura de su poder, consideración á ellos otorgaba Dios muchas gracias. Acor-
con sus conquistas y todas sus prosperidades, quiso que daos, Señor, continúa, que vos les habéis prometido m u l -
se le rindiesen los mismos honores que se rendían á los tiplicar su posteridad como las estrellas del ciclo, y esta-
dioses del imperio. Para esto huo labrar su estatua de oro mos reducidos á un número mas pequeño que el de c u a l -
fino, de sesenta codos de altura y seis de ancho, y la hizo quiera d é l a s naciones de la tierra; vivimos en la oscuri-
colocar en el campo de Dura, con órden á l o s príncipes de dad; no so ven ya entre nosotros n i reyes sobre el trono, ni
su córte, á los magistrados de las ciudades, á los gober- profetas con autoridad, ni forma alguna de república a r -
nadores de las provincias y á todos ios empleados, de que reglada. Jerusalen está arruinada, vuestro santo templo
se hallasen en la dedicación de la estatua. Hallóse una profanado, no tenemos ni sacrificios ni oblaciones; porque
multitud iucreible en el dia s e ñ a l a d o , á la cual se 1c i n l i - el estado á que nos vemos reducidos, no nos permite apa-
DE PASION. 263
ciguar vuestra cólera, ni recurrir á vuestra clemencia, uariosde plata y la otra cincuenta; mas como las dos eran
ofreciéndoos en vuestro templo sacrificios sangrientos: re- pobres y no tenían con q u é pagar, perdonó á entrambas
cibid, al menos, con bondad el único sacrificio qno pode- la deuda. «¿Cuál de las dos en tu juicio le ama mas?» esto
mos ofreceros, que es un corazón contrito y humillado, que os, ¿cuál de las dos ha debido amar mas á su bienhechor
implora vuestra misericordia. Dignaos, Señor, mirar con para inclinarle á que la perdonase una deuda tan conside-
ojos favorables á vuestro pueblo afligido, y dejaos ablan- rable, y cuál de las dos le deberá estar mas reconocida
dar por nuestros gemidos y por nuestras lágrimas comeen por el beneficio recibido? La pregunta del Salvador en-
olro tiempo por los holocaustos de loscarncrosy de los to- cierra dos sentidos según el parecer d é l o s mejores intér-
ros que se os ofrecian en el templo. «Haced, Dios y Se- pretes. Es claro, responde S i m ó n , que aquel á quien ha
ñ o r , que de tal modo se presente hoy delante de vos el perdonado mayor suma, lias juzgado bien, replica el Sal-
sacrificio que os ofrecemos, que os sea a g r a d a b l e . » Estas vador, y volviéndose hácia la pecadora penitente: ¿Ves
palabras las ha ingerido la Iglesia en el canon de ta misa. esta mujer? le dice, pues iuzga de su amor á su bienhe-
Por On, Azarías, animado del Espíritu Santo, no olvida en chor por lo que ella hace y por la gracia quo yo voy á
esta admirable oración ningún motivo que sea á propósito hacerla: cuando he entrado en tu casa, no me has dado
para interesar el corazón de Dios y desarmar su cólera: agua para lavarme los piés, según nuestro estilo ordina-
confesión sincera de sus desbarros, dolor de haber peca- r i o : ella no cesa de regármelos con sus lágrimas y enju-
do, propósito do conversión, confianza en su misericordia, gármelos con sus cabellos: no mo has dado el ósculo de
de todo se vale en medio de aquel horno, para apaciguar paz, si bien apenas hay quien falta á osla cortesía; y ella
la indignación de Dios sobre todo el pueblo. desde que ha entrado no ha dejado de besar mis piés: no
El Evangelio refiere la conversión de la célebre pecado- has acompañado esta comida de perfumes conforme á la
ra, que se hizo un modelo de devoción, de fervor y de peni- costumbre; y ella ha derramado sobre mis piés un licor
tencia desde el principio de su conversión. oloroso: ¿no son todas estas señales visibles de su contri-
Un fariseo, esto es, uno de los judíos que hacian pro- ción y de su amor? Por tanto «os digo, que se le perdo-
fesión de observar con mas religiosidad los mandamientos nan muchos pecados porque amó m u c h o ; » ó como dice el
de la ley, y de hacer una vida mas santa á los ojos de los testo griego, le han sido ya remitidos. El dolor y la con-
hombres, rogó al Salvador que fuése á comer á su casa. trición sobrenatural que a c o m p a ñ a b a n , ó mejor que h a -
Aceptó el Salvador con el designio que tenia de atraer por bían prevenido las seriales esterioros de penitencia, habian
su dulzura y por su complacencia á unas gentes que no le procurado ya á aquella mujer el perdón del que le da aquí
amaban, y sobre todo el do acabar la conversión de un el Salvador una entera seguridad. «Aquel á quien se le
alma que habia vivido hasta entonces en el d e s ó r d e n , y á perdona ménos,» añadió Jesucristo, «ama ménos.» Estas
la que habia ya locado su gracia. Mientras que estaban on palabras miran á Simón el fariseo, quien léjos de haber
la mesa, recostado cada uno sobre uno de aquellos lechos tenido á Jesucristo aquel amor que obtiene el perdón de
que se ponian al rededor, según la costumbre de los j u - los pecados, ni aun le habia hecho aquellos obsequios de
díos y aun de los romanos, apoyada la cabeza sobre la amistad quepodian exigirse de un amigo. Veia también el
mano izquierda, y el codo izquierdo sobre un almohadón, Salvador las verdaderas disposiciones interiores del cora-
eslendido el cuergo á lo largo, y los pies vueltos sobre zón de Simón, y lo que aquí le dice, es propiamente una
atrás, una mujer muy desacreditada en la ciudad por su lección que le da y que él podía fácilmente comprender.
licencia y su mundanidad, habiéndose informado en d ó n - Por fin, no contento con haber justificado á aquella mujer
de estaba el Salvador, vino, durante la comida, á casa del en público, quiso también este amable Salvador darle á
fariseo, adonde habla concurrido una gran multitud de ella misma una seguridad positiva del perdón de sus f a l -
geníes; atravesó por entro la muchedumbre, y sin hablar tas pasadas, diciéndola: «Yé, tus pecados te son perdona-
mas que con su llanto, so e c h ó ' l l e n a de confianza á dos.» Este decreto consolatorio de justificación suscitóla
los piés del Salvador , los regó con sus lágrimas, los murmuración entre los que estaban á la mesa; dijéronsc
enjugó con sus cabellos, ios besó con respeto, y en voz baja los unos á los otros: «¿Quién es este hom-
d e r r a m ó sobro ellos un perfume do gran precio, cu bre que también perdona los pecados?» porque en fin á
un licor precioso. solo Dios pertenece el perdonar los pecados, ni es osle un
Viendo esto el fariseo, y no sabiendo el motivo, formó poder que pueda conferirse á ningún hombre. Algunos i n -
mal concepto de un hombre quepermilia á una mujer tan terpretan esto en buena parte y pretenden con bastante
desacrediiada que se acercase tanto á él. Si este hombre, probabilidad, que las palabras de los convidados eran
decía él eníre sí, fuese profeta, como se dice, sabría cuál mas bien efecto de su admiración que de su censura. Co-
os la mujer que le besa los piés. mo todos ellos estaban instruidos del milagro que habia
J e s ú s , que leía en el alma del fariseo todo lo que pen- hecho resucitando el hijo de la viuda de Naim, admiraron
saba, no quiso confundirle, echándole encara públicamen- aquí el poder de Jesucristo. Preciso es, decían, que esto
te un juicio tan falso y tan poco caritativo, y se sirvió de hombre sea mas quo un simple profeta, puesto que no solo
una parábola para corregirle. Débese siempre, al repren- resucita los muertos, sino que también perdona los peca-
der el vicio, tener consideración con ej honor de la perso- dos. Sea lo que se quiera de esto, el Salvador no respon-
na: ninguna cosa hay mas cortés, mas atenta, mas c i r - dió nada, mas dirigiéndose á aquella dichosa penitente:
cunspecta que la caridad. Admiremos aquí la bondad del «Tu fé te ha salvado,» la dijo, «vé en paz.» Tú has creido
Salvador, que dando caritativamente la lección al fariseo, en m i ; te habías persuadido que yo podia concederle el
sin desacreditarle, hace al mismo tiempo la apología de perdón de tus pecados; has acudido á mí con esta espe-
aquella penitente. Dos personas, le dice el Salvador, eran ranza. Tú has concebido horror á tus desórdenes pasados;
deudoras de cierto hombre; la una Ic debia quinientos dc- has formado una verdadera conlrkion do ellos: sabe, puest
204 JüEVKS
que lu fó, la confianza y ta amor, son la cansa de tu salva- sicul i n millibus agnorum tras primicias para atraer
ción. Jesucristo, dicen los Padres, opone aquí la fé de esta pingtúum, sicfiat sacrificium vuestra misericordia sobre
mujer á la incredulidad de los fariseos y de lodos los que nostrum i n conspedu tuo ho- nosotros. Muévaos á recibir-
estaban presentes y no quieren creer que Jesucristo fuese die, MÍ placeat l i b i : qmniam
nos benigno el corazón con-
el Mesías. non est confusio confidenti- trito y el espíritu humillado
Piensan muy mal los herejes creyendo apoyar en estas bus i n le. Et mne sequimur con que nos ponemos en
palabras del Salvador su sistema de la fe justificante, por- te in loto corde, el limemus vuestra presencia. Séaos el
que si la fé condujo á aquella mujer á los pies de Jesu- le, el queerimus faciem tuam. sacriíicio que os ofrecemos
cristo, para encontrar en ellos su salud, fué empero la ca- Ne confundas nos: sed fac hoy tan agradable, como si
ridad la que la justificó, como espresamente lo decla- nobiscum j u x l a mansueludi-os ofreciésemos los holo-
ra el Salvador: «so le perdonan su pecados, porque ha ncm jtuam, el secundum m u l -caustos de los carneros y do
amado.» l ü u d m m misericordiui luoe.
los toros, y de mil corderos
Con motivo de este Evangelio, se celebra hoy en a l g u - E l erue nos i n mirabilibus gordos, porque los que po-
nas parles la fiesta de la conversión de la Magdalena ó de (uis, et da gloriam nomini nen su confianza en vos, no
santa María Magdalena penitente, que la mayor parte.de íuo, Domine: el confundan- caen en la confusión. Noso-
las casas de recogidas y de penitentes han tomado por t i - tur omnes , qui ostendunl tros varaos ahora á vos de
tular de sus iglesias y porpalrona especial de sus comuni- servís luis mala, confundan- lodo corazón, os tememos,
dades. lur i n omnipotenlia l ú a , el
y buscamos vuestro rostro.
rohur e o n m coulcratur : el No nos arrojéis de vuestra
L a o r a c i ó n de l a m i s a de esle dio es como s i g u e : scianl, quia lu es Dominus presencia, antes bien tratad-
Dcus solus el gloriosus super nos conforme á vuestra bon-
- Prcesta, qwvsumus, omnt- Haced, ó Dios oranipoten- orbem t e r r a r u m , Dominedad, y según la multitud de
potens Dcus: ut dignilas con- te, que la naturaleza h u - Dcus noster. vuestras misericordias. Ha-
dilionis humanm per ímmo- mana, herida por la intem- ced brillar vuestras mara-
dcranliam sauciala, medici^ perancia, se restablezca á su villas para librarnos, y dad
nalis parsimonia; sludio re~ dignidad por una abstinen- gloria á vuestro nombre.
formeiur. Per D o m i m m . . . cia saludable. Por nuestro Sean confundidos todos los
Scíior Jesucristo, ele. que hacen padecer á vues-
tros siervos, y sean confun-
La Epístola eslá lomada del profeta Daniel, capitulo 3. didos por vuestra omnipo-
tencia. Sea abatida su for-
Ln diebus t ü f á : Oravit En aquellos días , hizo taleza; y sepan que vos solo,
Azarias D o m i m m , dicens: oración al Señor Azaiías, Señor y Dios nuestro, sois
Domine Dcus noster: ne quee- diciendo: Os pedimos. Se- el Señor, el Dios, y el Rey
swmws. Iradas m s in perpe- ñor, encarecidamente, por do la gloria eu toda la
iuum propler nomen tuum, la gloria de vuestro nom- tierra.
el ne dissipes testamentum bre, que no nos abandonéis Daniel disfrutó de un gran favor en tiempo de Nalmco-
t u u m : ñeque auferas miseri- para siempre. No rompáis donosor, deEvilmerodach su hijo, de Baltasar, de Darío el
cordiam tuam h no'ñs prop- vuestra alianza, ni relircis Medo, que le sucedió, y de Ciro. La reputación de Daniel
ler Abraham dilectum luum, do nosotros vuestra miseri- era lan grande, aun cuando vivia, que era como un p r o -
ct Isaac servum ÍUMÍJI, el I s - cordia, en consideración do verbio : « ares mas sabio que un Daniel.» Puede decirse
rael sanclum l u u m : quibus Abraham vuestro muy ama- que Dios mismo ha hecho su elogio, diciendo en Ezcquiel:
loeulus es, pollicens quod do, de Isaac vueitro siervo, «Si se hallasen en una ciudad Ires hombres del m é r i l o d e
multiplicares semen eorum y de Israel vuestro sanio, á Noé, de Daniel y de Job, garantizarían á sus habitantes
sicul slellas cmli, el sicul los cuales habéis prometido del peligro.»
arenam, quee est in litlore que mulliplicareis su des-
maris: quia. Domine, i m m i - cendencia como las estrellas REFLEXIONES.
n'iíi sumus plus quam omnes del cielo, y como la arena «Nos vemos hoy humillados por toda la tierra, á causa
gentes, snmusque humiles i n que está en la ribera del de nuestros pecados; joslo es y religioso este sentimiento,
universa lena hodie propler m a r : porque estamos, Se- pero ¿es tan común como es verdadero? Reconócese la
peccata nosira. Et non est ñor, reducidos á un a ú m e r o humillación, gímese bajo de los azotes con que Dios nos
i n tempore hoc princeps, et mas pequeño que todas las castiga, ríndese bajo el peso de las adversidades; pero ¿se
dux, et propheta, ñeque ho- d e m á s naciones, y nos ve- reconoce la verdadera causa de esto? Una pérdida, una
locaustum, ñeque sacrificium, mos hoy humillados por desgracia, una muerte precipitada, un accidente molesto,
neqve oblalio, ñeque incen- toda la tierra, á causa de traslornan el sistema mejor fundado, hacen que se frus-
sum , ñeque locas p r i m i - nuestros pecados. Nosotros tren lodos los proyectos, arruinan, pulverizan una familia
tiarum coram te, ut possi- no tenemos ya en la actua- floreciente: esos cedros que se elevan hasta las nubes, l e -
inus invenire misericordiam lidad, ni príncipe, ni gcfo, nian raices proporcionadas á su altura; un golpe do v i e n -
tuam; sed i n animo contri- ni profeta, ni holocaustos, ni to ha hecho pedazos su cabeza, y el ardor del sol en m e -
to, el spirilu humilitalis sus- sacrificios, ni oblaciones, ni nos de nada ha calcinado el tronco. Atiu denos el golpe,
cipiamur. Sicul i n holocaus- incensaciones, n i lugar en pregúntase quién ha podido en lan poco tiempo trastornar
to arietum) el taurorum, ct que podamos ofreceros nues- este prodigioso coloso. No falla quien desde luego atribuya
BE PASION. 2(55
^ a estos reveses do Iq forluna á la envidia de los concur- írtn^tí eum: quia peccalrix tro de sí m i s m o : Si este
renles, á la malicia de un enemigo, k los arliflcios de la esl. E l respondens Jesús, di- fuera un profeta sabría sin
mala í e , á la flaqueza de los apoyos, á su inhabilidad, á x i t ad xllum ; S i m ó n , babeo duda quién es la mujer que
su imprudencia. Quiérese siempre que haya habido sub- tibi aliquid dicen. A l Ule a i t : le toca , y cuál es su con-
terráneos que se ignoraban, causas naturales y ocultas de Magisler,dic. Dúo debilores ducta, puesto que vive mal.
nuestras desgracias: una enfermedad penosa, la muerte erant cuidam fceneratori: Tomando entonces Jesús la
de un padre, de un hijo úiiioo, de un esposo, atribúyense unus debebat denarios quin- palabra, le dijo: Simón, t e -
siempre á un sinsabor, á un esceso de disgusto, á la i n - genlos, el alius quinquagin- nia que decirle una cosa.
lemperiadel aire, aldeí-órden de las estaciones, á una i n - ta. Non habentibus illis l i n - Hablad, Maestro, respondió
discreción peco sensata: ¿quién es el que se reconoce y de redderent, donavit u l r i s - él. Cierto acreedor tenia dos
dice, somos humillados y afligidos á causa de nuestros pe- que. Quis ergo eum plus d i - deudores; uno le debia q u i -
cados ? Sin embargo, esta es la caása, y muchas veces ligü ? Rfspondens Simón , nientos denarios de piala y
aun la única de nuestras desgracias ¿Quién piensa en r e - d i x i l : JEsl'mo quia i s , cui otro cincuenta. No teniendo
conocer que la piedra que ha trastornado aquella alta es- plut donavit. A l Uledixit ei: ninguno de los dos de q u é
tatua, que el gusano que ha hecho secar aquella encina Recle judicash. E l conversns pagar, perdonó á uno y otro
tan verde, que el fuego que ha derretido y consumido l o - ad mulierem , d i x i l Simoni: la suma que le debían.
dos aquellos ricos metales, aquella casa tan opulenta, Vides hanc mulierem? M r a - ¿Cuál, pues, de ellos te pa-
aquella forluna tan brillante, es esc contrato usurario, esa v i i n domum tv.am , aquam rece que le ama mas? Yo
hacienda mal adquirida, esa dureza con los pobres y los pedibus meis non dedisli : juzgo, respondió Simón,
desgraciados, ese corazón irritado y ulcerado contra un heee aulem lacrymis rigavit que aquel á quien ha per-
enemigo; es esa impiedad desvergonzada que se lleva pedes meos, et capilUs suis donado mayor suma. lias
basta los pies de los altares, esa poca religión, esas impu- tersit. Osculum mihi non d-e- juzgado bien, le dijo J e s ú s .
rezas y esos crímenes enormes de que ya no se a v e r g ü e n - disti: hoec autem, ex quo Y volviéndose hácia la m u -
zan ; son esos hijos tan mal educados cuyos desórdenes se in iraní, non cessavil oscu- jer , le dijo á Simón. ¿Ves
toleran; es la mundanidad, el lujo escesivo y las intrigas l a r i pedes meos. Oleo capul esta mujer? Yo he entrado
deesa mujer jóven mundana; esos desarreglos de ese meum non u n x i s l i : hmc au- en tu casa , y no me has
marido ían poco cristiano; que es todo esto, ó al ménos lem unrjuento u n x ü pedes dado agua para lavarme los
algunos de estos escesos los que han escitado las lempes- meos. Propter quod dico tibi: piés, ella rae los ha regado
tades, han causado los naufragios, han arruinado las fa- Remütunlur ei peccala m u l - con sus lágrimas , y enju-
niüias, han hecho desaparecerla prosperidad que parecía ta, quoniam dücxil mullum. gado con sus cabellos; lú
baberse hecho hereditaria en aquella casa? No se quiere Cui aulem m i m s dimitlilur, no me has dado el beso, ella
l econocer la mano que hiere, y de aquí es que se sienten minus diligit. Dixit autem desde que ha entrado no ha
los golpes sin fruto alguno. No busquemos, pues, en otra ad i l l a m : Remitluntur tibi cesado de besar mis piés;
parte que en los desordenes de nuestro corazón el origen peccala. Et ceeperuní qui s i - tú no has ungido mi cabeza
de todas nuestras desgracias; agotemos este manantial por mul aecumbebant, dicere i n - con el aceite oloroso, ella
medio de una verdadera conversión '\ Dios y veremos ago- tra se: Quis esthic qui eliam me ha frotado los piés con
tarse nuestras desgracias, 6 á lo ménos vendrán á ser para peccala dimitlil? Dixit a u - un licor fragante: por todo
nosotros todavía mas útiles que la prosperidad, por el tem ad mulierem : Pides lúa esto te digo que se la per-
buen uso que haremos de ellas. te salvam fecil: vade inpace. donan muchos pecados, por-
que ha amado mucho. A
aquel, pues, á quien se le
E l Evangelio de la misa es lomado del capilulo 7 de san'
perdonan ménos, ama m é -
Lucas.
nos. Después de e s t ) , le
En aquel Jiempo , rogó á dijo á la mujer: Tus peca-
Tnillo tempore: Rogabat
Jesús un fariseo que comie- dos te se hfin perdonado. Los
Jcsum quídam de pharisceis,
se con él, y habiendo acep- que estaban á la mesa con
ut manducarct tum illo. E l
tado J e s ú s , se sen!ó á la é l , comenzaron á decir e n -
ingressus dormán phariswi,
mesa en casa del fariseo. tre sí mismos: ¿Quién es
discuhuil. E l ecce m u l i t r ,
Inmediatamente una mujer este hombre que también
qum eral t/i ávilale pecca-
que vivia mal en la ciudad, perdona los-pecados? Por
t r i x , ut cognovil quod aecu-
sabiendo que él [íestíB] es- fin Jesús le dijo á la mujer:
huisset indomo pharisa'.i, at-
taba á la mesa en casa del Tu fé te ha salvado, véte
tulü alabastnim unguenti:
fariseo, tomó un vaso de ala- en paz.
el slans relro secus pfdes
CJMS, lacnjmis ccepil rigare bastro lleno de un licor olo-
V«des ejus, el copillis capilis roso, y estando d e t r á s junto MEDITACION.
sui lergehat, el osculabalur á los pies de J e s ú s , comen-
Sohe el modelo de la verdadera penitencia.
pedes eju$¡ el ungüento u n - zó por legárselos con sus
gcbát. Videns aulem p b a r i - l á g r i m a s , los enjugaba con Pi NTO ruiMEuo.—Considera en esta mujer pecadora el
s«?us, guivocaverat eum, ait sus cabellos, los besaba , y modelo de una verdadera conversión. Movida del estado
intra se, diecns: U i c , si es- los frotaba con el licor. infeliz en que vivia, se rindo en fin á las ejecutivas solici-
setprophela, scirct, ulique, Viendo esto el fariseo que le taciones de la gracia. No piensa en dilatar su conversión
Í*M> el qualis esl mulier, qum habla convidado, decia tlen- para o t r o d i a . A l momento que D i o s l a hizo conocer sus

TOMO I V . 34
£00
«JcsórdtMios y las enfermedades de su alma, toma la reso- alguna ocasión de dar pruebas de su ardiente amor á su
lución do acudir al divino Médico. iCUiántos que arden en buen Maestro, que ella ñ o l a aprovechase? Si le queda a l -
los inQernos estarían ahora en el cielo, si habiendo tenido gún resto de su lujo y de su vanidad, solo se sirve de él
oí mismo conocimiento por las luces de la gracia, la mis- para hacerle públicamente sacriücios. Elige siempre el
ma inspiración, el mismo pensamiento de convertirse, no tiempo en que la reunión es mas numerosa para derramar
hubiesen diferido para otro día de fiesta, para otro tiem- á l o s piés del Salvador sus mas preciosos perfumes. Los
po, para olra ocasión su conversión! ¡Desdichada dilación discípulos mas adheridos al Hijo de Dios se retiran luego
que condena á tantas almas! Magdalena tenia no obstante que leven amarrado y preso, solo san Juan , él discípulo
grandes razones para diferir su conversión; era todavía ainado, es el que le sigue hasta la cruz, y Magdalena. ¡Oh,
joven, gozaba de una salud robusta; una edad mas ma- cuánta verdad es que ella ha amado á Jesucristo, y que
dura, una disposición menos risueña, parcelan un tiempo es uno generoso cuando ama ! No es fácil que se debilite
mas á propósito para una mutación que podía desmentir- su apego al Salvador; ella le ama en la cruz, le ama hasta
se; por lo menos la circunstancia presentaba un grande el sepulcro, y hasta allí corro para rendirle los úllimos
obstáculo. Jesucristo habia sido convidado á comer en casa obsequios; ui los soldados armados, ni una piedra de
do un fariseo, la reunión ertí crande, todas gentes malig- uu peso enorme que cierra la entrada del sepulcro, n i
nas y desapiadados censores, de los cuales e r a d l a dema- el sello público, son ohstáculos capaces de detener su zelo.
siado conocida. Si era necesario convertirse, ¿ p a r a qué Nada cree imposible , todo lo cree fácil á su amor. En fm
con tanto ruido? parece que lo que quiere es mas bien la mas cruel persecución , el peligro visible de un triste
bacer ostentación de su reforma. Parece que dictaba la naufragio, no alteran ni su fé ni su constancia en el servi-
prudencia esperar á que el Salvador estuviese en su casa, cio de su Dios. En la mar como en la tierra , en su patria
la dilación no parecía muy larga; un convite, un feslin, como en un país estranjero , en todas parles se declara
parecía poco conveniente para dar al público una escena p o r d Diosa quien adora y á quien ama. Ninguno j a m á s
semejante. Debe también atenderse á la propia reputa- tuvo una seguridad ménos dudosa y mas positiva del per-
ción. Un estrépito semejante era una conversión muy p ú - don de todas sus pecados que Magdalena; ¿ pero se c o n -
blica y una publicación muy ruidosa en sus desórdenes. tenta con la seguridad que tiene de su p e r d ó n ? Bien lo
Así raciocina el espíritu del mundo y de la carne; mas el sabemos, j a m á s se vió una penitencia mas larga ni mas
espíritu de Dios raciocina muy de otra manera. No bien austera. Diez y siete años en el hueco de una espantosa
ha concebido Magdalena en donde podrá encontrar á su roca , sin otro alimento que algunas raices insípidas y
Salvador, cuando corre allá ; entra en ta sala del festín, amargas; h é aquí cuál fué la vida de una mujer delicada,
.penetra por enlre la multitud, y sin hablar mas que con criada en los placeres, educada , por decirlo a s í , e n la
sus llantos y con sus sollozos, se postra á los pies de Je- mundanidad, pero verdadi'ramcnle convertida. ¡ O q u é
sucristo y los riega con sus lágrimas. No hay cosa mas r e - bello y cscelentc modelo de penitencia! ¿ p c i o se encuen-
suella, no la hay mas generosa que una alma verdadera- tran en el dia de hoy muchas copias de un modelo tan
mente converiida. líl crimen es desvergonzado, el vicio perfecto? Eucuéntranse innumerables que imitan á Mag-
desprecia lodo respeto humano; pero puede decirse que dalena pecadora; pero muy pocos que imiten á Magdalena
la verdadera conversión inspira todavía mas ánimo. Juz- penitente. Una confesión muy superficial, una contrición
guemos del mérito y do la sinceridad de esas conversio- muy dudosa, una penitencia muy lijera, seguida de una
nes aparentes, de esas cobardes, tímidas y siempre per- vida loda mundana, alguna vez mas deliciosa, siempre
niciosas semi-conversiones, que temen hasta que se las muy devola; h é aquí á que se reduce la pretendida con-
tenga por una vuelta del alma á Dios y por un á Dios versión de la mayor parle de los pecadores de nuestros días.
al mundo. Ninguna consideración detiene á Magdalena: ¿Y después de esto se muere tranquilo?
zumbas de lo? lihertinos, censura picanle de los munda-
Ea, S e ñ o r , no permitáis que este gran modelo de con-
nos, interpretaciones malignas, nada es capaz de aterrar-
versión, no sirva mas que para hacerme mas culpable.
la. Ella se mantiene á los piés del Salvador, sus lágrimas
Concedédmela gracia de que no solo deteste verdadera-
son el lenguaje de su contrición, su sentimiento aboga por
mente mis pecados, sino también la de que m i penitencia
olla. Después de un arrojo semejante, después de un paso
sea una prueba do mi sincera conversión, y una seual
como este, poco hay que sea capaz de hacerla volver atrás;
del perdón de mis pecados. ,
nada responde-mejor de su perseverancia que una decla-
jAGULATonus.— Renovad, Señor en mi aquella pureza
ración tan pública. Y hé aquí lo que el demonio teme; él
de corazón, y aquella rectitud de espíritu, que son las se-
no impide que uno se convierta , pero no quiere que se
ñales de una verdadera penitencia. ¡Psalm. SO.)
baga con estrépito; esas consideraciones, ese respeto h u -
Vuestra indignación , Señor, no seria posible que se
mano, esa vergüenza de parecer convertido, es siempre
ensangrentase contra un corazón contrito y humillado.
un recurso para é l ; y h é a q u í en que consisten tantas con-
Dadme, pues, esta contrición verdadera y este espirilu
versiones falsas, ó al ménos esta es la causa de que haya
de penitencia. (Psalm. SO.)
tan pocas que perseveren.

PUMO S E í i i m o . — Considera que no se redujo loda la PROPÓSITOS.


conversión de Magdalena á detestar sus pecados pasados
y obtener el perdón de ellos, siguióse á ella una vida 1 No os contentéis con admirar en la Magdalena
fervorosa, penitente y ejemplar. ¿Qué reforma de costum- un modelo perfecto de una verdadera conversión ; i m i -
bres mas notable, q u é devoción mas afectuosa, q u é fervor tad un tan grande ejemplo. No basta haber detestado
mas perseverante, q u é penitencia mas larga y mas austera, verdaderamente todos vuestros pecados, haber hcaho una
q u é amor de Dios mas perfecto y mas generoso? ¿ Ilubo buena confesión, haber aun reformado vuestras coslum -
DE PASION 207
bres y mudado do vida; es preciso afladir la morlificacion los doctores ó intérpretes de la ley. Todos vivían entrega-
y la penitencia, si queréis perseverar. ((No dejéis do te- dos á una corrupción tan general, y da tal modo endure-
mer, aun por el pecado que cslá perdonado» dice el Espí- cidos en la impiedad, en la idolatría, en la avaricia, en la
ritu Santo. Aun cuando estuviereis tan seguro como la disipación y en todo género de disoluciones, que de nadie
Magdalena, de que Dios os ha perdonado vuestros pecados, fué bien recibida la verdad, é irritándose todos contra el
no dejéis de temer con un temor acompañado de confianza que se la anunciaba, y que trataba de inclinarlos á la pe-
en Dios, al mismo tiempo que de una santa severidad en nitencia para apartarlos males de que estaban amenazados,
vuestras costumbres. dieron en perseguirle de la manera mas cruel, y des-ie
2 No paséis dia alguno de vuestra vida sin hacer ac'.os' entonces formaron el designio de perderle. No se desani-
de contrición por vnesiros pecados< y sin praclicar tam- mó por esto el Profeta. Viendo que no se le quería escu-
bién algún ejercicio de p?niU>nc¡a. Estableced morlilu';!- char dictó á Baruch, su principal discípulo, todo lo que
ciones para todos los a ñ o s , algunas para lodos los meses, habia predicho contra Jerusalon y contra toda la nación.
otras para todas las semanas, y usad alguna lodos Cuando se le manifestó la profecía al rey Joaquín, esto
los dias. príncipe, incomodado por las desgracias que se le anun-
ciaban, desgarró el escrito con un corlaplumas, y lo arro-
VIERNES DE PASION. jó al fuego; pero Dios mandó al Profeta que volviese á es-
cribir las mismas amenazas en otro volumen, y que a ñ a -
La Iglesia en el oficio de la misa de este dia nos anun- diese aun otras muchas. Esta sonta libertad á que le ani-'
cia ya de un modo mas espresivo la pasión y la muer- maba el espíritu de Dios, le espuso, no obs'anle, á las
te del Salvador, para cuya celebrackm quiere que nos persecuciones de los judíos. Fué puesto en prisión des ó
preparemos durante los ocho dias que la preceden. tres veces; y no pudiendo sufrir los corlesancs de Sede-
El introito de la misa está tomado del salmo 30, qne es cías que, á pesar de su prisión, echase continuamente en
una oración humilde, afecltDsn, llena di; confianza, que cara á los judíos sus desórdenes, y les anunciase las des-
David hace á Dios en medio de sus mayores aílicciones, y gracias que les a m e n a z á b a n l e arrojaron en una mazmorra
cuando se veia en el mas inminente peligro de su vida. llena de lodo. Hubiera perecido en ella, si un etíope l l a -
Viéndose David en medio de sus enemigos, sin esperanza mado Abdemelech, á quien su mérito habia dado un lugar
de evitarla muerte que Saúl habia decidido darle; aban- distinguido cerca del rey, no hubiese obtenido de aquel
donado de. sus deudos y de sus aiuigos, qne no scalrevian príncipe el permiso para sacarle de ella. Los de la ciudad
á d e c l a r s e por él; habiéndole proscrüo Saúl, ya sus cne- deAnalhol, pueblo desu nacimiento, fueron, al parecer,
"""gos no le guardaron mas consideraciones, y los g r a n - los mas empeñados en perseguirle. Sus conciudadanos lo
des entraron en la pasión del príncipe. ¿Qué figura mas amenazaron que le quitarian la vida si persistía en profe-
•"arcada, dicen los Padres, de Jesucristo en su pa- tizar en nombre del Señor, mas no por eso perdió el á n i -
sión? mo, para anunciarles los terribles efectos de ia cólera d i -
«Compadeceos, Scfior, de la estrema aíliccion en que vina, de modo que fué como un milagro el que saliese do
me veis sumergido. Libradme, Señor, y sacadme de enlre sus manos.
las manos de mis enemigos, que cnoarnizadameule me Habiendo ido á Jerusalen continuó sus funestas predic-
persiguen con el designio de perderme ; no pase yo por el ciones con el mismo zelo que ánles, diciendo á voz en g r i -
rubor de verme abandonatki de vos, después de haber i n - to, que el templo no garantizaría á la ciudad de la i n d i g -
vocado vuestro nombre. Vo he esperado siempre en vos. nación de! Señor, que la trataría como habia Iratado á S i -
Señor, no tenga j a m á s la confusión de haber esperado en lo; añadieiulo que la reduciría á ser la execración de to-
vano, ánlcs bien ármeos en mi favor vuestra justicia.» dos los pueblos de la tierra. Habiéndole oído los sacerdo-
Se ha observado ya en otra pai te, que habiéndose aplica- tes, el pueblo y los profetas, que eran entóneoslo que fue-
do Jesucristo el sexto versículo de este salmo, nos ha sig- ron después de la vuelta de la cautividad los escribas y los
uiíioado con esto bastante que las persecuciones de David doctores, se arrojaron sobre él, clamando que era preciso
eran ta figura de las suyas. quitarlo la vida en el instante, para impedir así que pro-
La Epístola corresponde perfeclamente al salmo: está fetizase mas en nombre del Señor. Asieron luego de él, lo
formada de las palabras del profeta Jeremías, quien re- llevaron á la presencia del rey, y pidieron su muerte,
presentando también la figura de Jesucristo, pide ser l i - alegando que la habia merecido por haber profetizado
bertado d e s ú s enemigos. Predice qne los que abandonan á contra la ciudad. Reuniéronse para deliberar; y habieiulo
Dios serán confundidos, y los que se retiran de él serán reconocido los senadores q~uc lodo su crimen era, nó el
escritos en la arena, para ser inmediatamente borrados. haber atraído desgracias á la ciudad, sino haber predicho
El profeta Jeremías recibió orden de Dios para que anun- de parte del Señor las que la amenazaban, y haber trata-
eiase al pueblo judío, al rey, á los grandes de la corte y á do de inclinar el pueblo á la penitencia para evitarlas, lo
los sacerdotes, las desgracias que dentro de poco tiempo libraron. Jeremías fué despauiiado absuelto, á pesar del
doblan aíligir á la ciudad de Jerusaleu y á toda la nación; furor del pueblo y del odio do los sacerdotes.
dándoles así el Señor este aviso por media de su Profeta, Lijos de amilanarse por lan injustas persecuciones, y a
para moverles á que aplacasen por la penitencia á la justi- la vista do unos peligros lan frecuentes, se enardeció mas
cia divina, justamente irritada por la corrupción genera] su zelo, y sus predicciones fueron menos vagas y menos
do las costumbres. Mofáronse empero de la profecía y del oscuras. Predijo que la cólera de Dios i b a á estallar inme-
Profeta, Después de haber amenazado al pueblo de su dialameule sobre Jerusalen, y que el insírumenfo de que
ruina próxima y de su cautividad, y siempre inúlilmeplc, Dios so serviría para castigarla seria Nahucodonosor, rey
atacó á los grandes del pais, á los mismos sacerdotes, á de Babilonia. Estas últimas amenazas ya ian precisas, no
268 VIERNES
fueron todavía poderosas para ablandar aquellos corazo- de Lázaro, para no haber hecho grande impresión en los
nes endurecidos. Aun podia haber sido tiempo de apaci- ánimos. Un gran n ú m e r o de los que habían sido testigos
guar al ciclo irritado, si aquel pueblo infeliz hubiese i m - de él, habían creído en Jesucristo, al paso que otros en
plorado la clemencia de Dios, y recurrido á la penitencia. lugar de rendirse á un milagro tan visible, se endurecie-
El suceso verificó muy pronto todas aquellas funestas ron masen su incredulidad. Del mismo modo se ven aun
predicciones. Nabucodonosor hizo adelantar su ejército todos los días gentes que se endurecen en el crimen y en
hacia el Jordán para entrar en Judea. el error, escuchando ó leyendo lo que convierte á aquellos
Habia al otro lado de este riocierlos solitarios, llamados que tienen un corazón recto, y cuyo entendimiento no está
Recabitas del nombre de Uecab, uno de los descendienlesde fascinado por alguna pasión dominante. Los judíos obsti-
Jclhro, suegro de Moisés. Eran gentes dedicadas á una nados habiendo venido de Bethania á Jerusalen, contaron
vida muy austera, que no poseían nada, y queen todo tiem- á los fariseos loque Jesús acababa de hacer, y les confe-
po nuraban bajo de tiendas. Su abstinencia era asombro- saron que este milagro había hecho una grande impresión
sa. Pasaban su vida cantando alabanzas á Dios, acompa- en los ánimos, y engrosaba cada dia mas el número de sus
fiando siempre su canto con la sinfonía. Estandoya Nabuco- discípulos. Este maravilloso acontecimiento alarmó mucho
donosor á punto de entrar en su pnis con su ejército, s? la envidia y el odiode los enemigos del Salvador; creye-
marcharon de allí para ponerse á cubiertode los insultos de ron que ora indispensable juntarse, sin perder tiempo,
los soldados paganos, y habiendo pasado elJordan, vinie- para deliberar. Verificóse, en efecto, la reunión, compues-
ron á refugiarse á J e r u s a l e n como á un asilo. Apenas estu- ta de los pontífices que presidían en ella, do los fariseos,
vieron en la ciudad, queriendo Dios confundir á los judíos y de los escribas. No se pensó mas que en buscar algún
rebeldes á su voluntad y á su ley, con el ejemplo de unas camino para oprimir al Salvador, como si el bien q u 3 ba-
gentes tan exactas y tan religiosamente sometidas al insti- cía por todas partes hubiese sido un mal público al cual
tuto que su padre les habia prescrito, dio órden á Jeremías debiera ponerse un remedio pronto, Yese aquí la relación
para que los tentase y probase su fidelidad, p r e s e n t á n d o - que hay entre la Epístola y el Evangelio del dia. ¿ Q u é h a -
les vino para que bebiesen. Llevólos el profeta á todos al cemos, decían, en q u é pensamos? Este hombre hace m u -
templo, y habiéndoles hecho entrar en la cámara del te- chos milagros, los cuales le dan un crédito ostraordinarío,
soro, hizo que pusiesen delante de ellos lazas llenas de y ha-en creer al pueblo que es el Mesías. Si le dejamos
vino, y les dijo que bebiesen. Escusáronse lodos diciendo obrar, lodo el m u n ' b creerá en él, y muy pronto va á
que habiéndoles su padre Jonadab, hijo de Uecab, manda- ser reconocido por toda la nación como rey de los judíos,
do que j a m á s bebiesen vino, ni ellos, ni sus hijos, ni toda y el Salvador prometido á nuestros padres, y los romanos,
su posteridad, nada seria capaz de hacerles violar este que no pueden reconocer otra dominación que la suya,
precepto. Sirviéndose entonces Jeremías de este ejemplo vendrán á atacarnos como rebeldes, y destruirán nuestra
de los Rccabitas, hizo ver á los habitantes de Jerusalen ciudad, nuestro templo y nuestra nación. ¡ Q u é mal se
que ellos eran inoscusables violando tan insolentemente raciocina,, ó Dios mío, cuando es la pasión ó el espíritu do
los mandamientos de su Dios, y con cuánto derecho los partido el que raciocina 1 Mientras quo los fariseos han
Rccabitas se levantarían contra ellos, y les acusarían en creído que podian desacreditar los milagros del Salvador,
el gran día de las divinas venganzas. Así también debía le han atacado como á un enemigo del verdadero Dios.
servirse J e s u c r i s t o a l g u n d í a , c o n el mismo fin, del ejemplo Hoy que se ven forzados á reconocer su poder, (raían do
d é l o s Ninivílas. Todas estas sabías amonestaciones del perseguirle c o m o á un enemigo del estado. De esta manera
profeta, no produjeron otro efecto que el irritar mas aquel el espíritu del error lo hace servir todo á sus designios
pueblo endurecido. Aproximándose, pues, Nabucodono- para p e r d e r á un adversario temible. Pero ¿ e n q u é ha ve-
sor, fué encerrado Jeremías en una ¡prisión, para impe- nido á parar toda esta previsión de la sinagoga? Kn el mal
dii le que fuese á predicar al templo como lo tenia de cos- mismo que ella creía evitar. Parece que los judíos tienen
tumbre. En íin, después de la loma y delsaq.ueo de Jeru- miedo de quo el pueblo elija á Jesucrislo por rey, y quo
salen, y cumplidos ya todos los males que el profeta les los romanos en tal caso traten á su nación como rebelde y
habia anunciado, léjosde reconocerse aquel desventurado la destruyan; pero el crimen á que los conduce este temor
pueblo, y convertirse de sus estravíos, la tomó con el san- imaginario, atrae muy pronto sobro toda la nación la des-
to profeta, que no cesaba de echarle en cara sus disolu- gracia que aparentaban querer evitar.
ciones y su idolatría, por manera que no pudiondo ya s u - Después que se hubo discutido el asunto. Caifas, quo
frir sus justas y saludables reprensiones, le apedrearon presidia la asamblea en calidad de gran sacerdote, cuyas
en Taplmé. Durante el mayor fuego de las persecuciones principales funciones ejercía en aquel año, l o m á n d o l a pa-
fué cuando Jeremías hizo á Dios la admirable oración que labra : Vosotros no lo entendéis, los dijo, no advertís quo
constituye el asunto de la Epístola de la misa de esto día. es interés nuestro que muera un hombre solo por todos los
Es demasiadamente visible la analogía que se encuentra d e m á s , y que á ménos que lodosqueramos perecer, es i n -
é n t r e l a s persecuciones de Jeremías y las de Jesucristo; la dispensable sacrificar un hombre para salvar á toda la na-
causa del odio y los motivos de los perseguidores son se- ción. El Evangelio añade que no habló así de su cabeza, sino
mejantes; por esto se ha mirado siempre este profeta en que como era gran sacerdote, dijo guiado de un espíi ííu
lodo lo que ha sufrido de parle de los judíos por la j u s í í - proíétíco, que Jesucristo debía morir por la salud de la na-
cia, como la figura de Jesucristo en su pasión. ción. ¡Qué admirable es Dios en los medios que emplea
El Evangelio del día contiene el decreto de muerte, por para ejecutar sus designios! la pasión, el error mismo,
decirlo así, dado en la asamblea de los judíos contra el sirven aquí, según sus miras, de órgano á la verdad. Cai-
Salvador del mundo. fas animado del odio contra Jesucristo concluye que se lo
Era demasiado brillante el milagro de la resurrección debe quitar la vida para salvar al pueblo, y suspalabias l o -
DE PASION. 2G9
madas en el sentido que él las da, son absolutamente f a l - el nombre de compasión de la santísima Virgen, esto es,
sas, puerto qne á la muerte de Jesucristo debe seguirse de la santísima Virgen compaciente, y como participante
la destrucción de la nación judaica. Pero Caifas es el sobe- de todas las humillaciones y de todas las penas de su
rano pontífice, y sus palabras entendidas en el sentido del amanlísimo Hijo, siendo, dice san Bernardo, la pasión dei
Espíritu Sanio, que habla en esta ocasión por sn boca, son Hijo al mismo tiempo la pasión dolorosa de la Madre. En
el decreto de muerte fulminado contra Jesucristo por su algunas partes se le ha asignado á esta fiesta un dia fijo
Padre para la salud de los judíos y de los gentiles. Quedó, en el calendario, con el fin de hacer de ella una prepa-
pues, resuelta la muerte de Jesucristo en esta asamblea: ración para celebrar la pasión de Jesucristo; se la ha co-
ya no se pensó mas en deliberar sobre esto, sino solamen- locado el 18 de marzo, ocho dias antes del 2 ' j , que es el dia
te de tomar los medios seguro* de ejecutar la resolución en que se cree qne el Salvador ha muerto. En otras par-
que babian tomado. les se ha creído mas apropósito hacerla movible, y para
Por secreta que fuese la deliberación, no lo era cierta- darle también mas proporción con la de su Hijo se la ha
mente para aquel á quien nada se puede ocultar. Pero asignado el viernes que precede al Viernes santo. T a m -
como aun no habia llegado el'dia señalado por su Padre, bién se ve en algunos lugares celebrarse la fiesta de las
no quiso el Salvador presentarse ya en los parajes p ú b l i - angustias de la sanlísima Virgen, ó de nuestra Señora de
cos, y se retiró al pais vecino del desierto á una ciudad los siete Dolores, el sábado, víspera del domingo de Ra-
llamada Epbrem, y allí se mantuvo con sus discípulos; ¡co- mos, como dia de la semana singularmente consagrado á
sa estrafía! lo que determina á los judíos para hacer morir la devoción de la santísima Virgen.
á Jesucristo, es el haber resucitado á un muerto después Puédese también referir á este dia otra fiesta llamada
de cuatro dias de enterrado; esto es, porque ha hecho el de la pasión de la santísima Virgen, que era muy antigua
mas grande y el mas sorprendente de todos los milagros, en Oriente, y que se llamaba en Francia «Notre Dame do
y que únicamente podia obrar la omnipotencia de Dios. Es P a m o i s o n » , esto es, nuestra Señora del Desmayo, quo
preciso quitarle la vida porque prueba invenciblemente es poco mas ó ménos la misma qne la de nuestra Señora
que él es el Mesías prometido, y lo demuestra de un modo d é l a Piedad. El cardenal Cayetano testifica queen su tiem-
positivo con el mas admirable de todos los milagros. ¿ P o - po se celebraba esta fiesta con mucha solemnidad, y aun
dían darse m a s á conocer la pasión mas furiosa, la impie- con octava desde el domingo de Pasión hasta el domingo
dad, la irreligión? de Ramos. Todo esto hace ver los senlimienlos de ternura,
de reconocimiento y de veneración quo han dominado
U FESTIVIDAD D E L A COMPASION DE L A SANTÍSIMA VÍRGEN, siempre en la Iglesia hácia las penas interiores de la sfm-
Ó LOS DOLORES DE NUIiSTRA SEÑORA. lísima Virgen, inseparables de las del Salvador. En efec-
En muchas iglesias se celebra en este dia la fiesta de la to, ella las ha padecido por causa nuestra, así como el mis-
compasión de la santísima Virgen, ó de nuestra Señora mo Salvador las habia aceptado por nuestro amor.
de los Dolores, que en algunas otras se celebra b;ijo el t i - No puede dudarse de que ta santísima Virgen estuviese
t i l o de la fiesta de las Angustias de la santísima Virgen, perfectamente instruida acerca del mislei io de nuestra r e -
y en oirás bajo el de la fiesta de nuestra Señora de la dención desde que fué constituida Madre del Salvador, y
Piedad. La parte que la santísima Virgen ha tenido en la de que conociese todas sus circunstancias. Habiéndola
pasión y en la muerte de su divino Hijo, en la que ha sen- elegido el Eleruo Padre para Madre de su Hijo, le habia
tido de la manera mas viva todos los dolores que él ha s u - dado sobre este Hijo lodos los derechos que nna madre
frido, lodos los oprobios de que él ha sido harto, todas las puede tener sobre su hijo. Era, pues, necesario que ella
amarguras que han inundado su alma, todo esto ha dado consintiese en su muerte y en su sacrificio por la salud de
ocasión á esta piadosa é interesante solemnidad. Celebrá- los hombres; este es el sacrificio que ella hizo de este Hijo
base esta fiesta con mucha devoción en toda España, y es amado, cuando fué por sí misma á ofrecerle al templo, en
fiesta de obligación desde que fué aprobada por el papa donde el profeta Simeón la predijo que la pasión del Hijo,
Clemente X : es muy célebre en la iglesia de París, y su seria al mismo tiempo la pasión de la Madre: este niño,, la
oficio es muy selecto y muy propio de esta fiesla. El modo dice, está en el mundo para ser el blanco á la contradic-
afectuoso y tierno con que los Santos Padres hablan de lo ción; como si dijese, que los judíos disputarían, en cierto,
que interiormente padeció la sanlísima Virgen en todo el modo, entre sí, por quién baria sufrir al Mesías mas afren-
curso de la pasión de Jesucristo, que ellos llaman la pasión tas y malos tratamientos, y que vendría á ser el objeto do
y martirio do la santísima Virgen, hace ver bastante la su odio y de su crueldad; y lú misma verás traspasada (u
veneración y la devoción singular que los fieles han pro- alma con una espada, oslo es, sentirás dentro de tí el do-
fesado en todos tiempos á las amarguras de esta Madre lor mas vivo; los ultrajes que se harán á tu Hijo, serán-
afligida, las cuales han movido á la Iglesia á darle el glo- para l i c o m o otras tantas cuchilladas que se clavarán en
rioso Ululo de Reina de los Mártires. La fiesta de la compa- fu pecho. El dolor que sentirás será mas cruel que la
sión de la sanlísima Virgen ó de nuestra Señora de la Pie- muerte misma, y si no mueres con ta Hijo, será para m o -
dad, fué iiislituiJa ó prescrita el año 1423, en el concilio de r i r tantas veces cuantas le vieres sufrir. Por nuestro amor
Colonia, pura reparar en alguna manera lo que los husiias consiente. María en la muerte de su Hijo, y acepta todo lo
habian hecho contra el honor y culto de esta bienaventu- que debe cosfarle la pasión y la muerte de este Hijo que-
rada Madre, contra la que, á ejemplo de los herejes de rido por la salud de los hombres; era, pues, muy justo
lodos tiempos, habian vomitado mil blasfemias, condenan- que celebrando por espacio de quince dias la pasión y
do sobre todo las imágenes que representaban á la sanlísi- la muerte del Salvador de los hombres, hubiese á lo m é -
ma Virgen con su Hijo muerto ch los brazos después de nos un dia consagrado para celebrar la pasión de la san-
haberlo desee i-vado de la Cruz. UJSCIC dado á esta fiesta lísima Virgen, y lodo lo que ha sufrido por uueslro amor,
270 VIERNES
y h é aquí el principnl motivo y el objeto de esta üesía. nos diga en seguida á nosotros mostrándonos á la Señora:
No es posible comprender lo que la sanlísima Virgen ha «lié aquí lu Madre.» ¡ Qué dicha para nosotros el estar bajo
sufrido durante la pasión y la muerte del Salvador, y todo de la protección de una Madre tan poderosa ! ¿ q u i é n será
por la salud de los hombres. «Era un mismo holocausto capaz de arrancarnos de sus brazos? ¿ q u é tentación, q u é
el de Jesús y el de María, dice Arnaldo de Cliartres (De !au- adversidad podrá abatirnos mientras la Madre de Dios t u -
dib. V i r g i n . ) , los dos se ofrecian á un mismo tiempo f i a - viere la bondad de sostenernos? No seremos los primero;
ría en la sangre, por decirlo así, que corria de su corazón, á quienes ha favorecido con su asistencia en las necesida-
y Jesús en la sangre que corría de todas las venas de su des mas urgentes. De cuantos la han invocado ánles de
cuerpo. El amor compasivo hacia en el alma de la Madre, nosotros ¿ s e ha encontrado uno solo que tuviese motivo
lo que los clavos, los azotes y la lanza hacían en el cuerpo de quejarse porque le haya despachado sin alivio? Todos
adorable del Hijo. La Virgen ha sufrido, añade, mas allá han esperimentado cuán dulce y ventajoso es el tenerla
de lo que la flaqueza de su sexo y las fuerzas de la natu- por Madre. i'Ella ha quebrantado la cabeza de la serpiente
raleza humana pueden sufrir; porque estaba mas atormen- antigua', y ios que confian en ella caminan con seguridad
tada con los tormentos de su Hijo, que si ella misma ios sobre el áspid, sobre el basilisco, sobre el león y sobre el
hubiese sufrido, en razón de que amaba mas que á sí mis- dragón.»
ma, lo que era la causa de sus dolores. Los demás han sido Veamos lo que dicen los santos, los cuales pueden j u s -
m á r t i r e s , dice san Gerónimo, porque han muerto por Je- tamente contarse entre aquellos á quienes el Salvador lia
sucristo ; pero María lo ha sido mas que lodos los demás dicho, como á san Juan, «he ahí tu Madre.» Comencemos
muriendo con Jesucristo. María ha sufrido el. martirio en por san Ephren, diácono de Siria, padre muy antiguo y
su corazón, dice Ricardo de San Víctor ( l i b . 3. de laúd. tan célebre, que, como escribe san Gerónimo, después de
V i r g . ) , y esta espada de dolor que ha traspasado su alma haberse leido los libros sagrados, se leian los suyos p ú -
en la pasión de su amado Hijo, se le compula en lugar blicamente en la asamblea de los fieles. Este santo h o m -
del mas riguroso martirio. En los otros mártires, dice san bre, este gran siervo de María, Madre de Dios, en un es-
Bernardo, el grande amor que tenían á Dios endulzaba el celente elogio que hace d'e ella, dice que no hay mancha
dolor que causaban sus tormentos; pero en la Virgen, al en ella y es del todo pura, que es Pieina del universo, y
paso que ha amado mas, mas ha sufrido; su amor aumen- que los que se ven tentados de la desesperación pongan en
taba sus dolores.» ella su esperanza; después dirigiéndose á la misma Señora:
« F u é tan grande el dolor que sintió la santísima Virgen, «Vos sois, dicp, un puerto seguro para los que se hallan
dice san Bernardino de S©oa, que si se hubiese repartido combatidos de las borrascas; vos consoláis á todos; los
entre todas las criaturas capaces de sentimiento, les h u - prisioneros, y los cautivos os drben su libertad ; vos prote-
hiese causado la muerte á todas. Vuestro Hijo, Virgen sanó- g é i s á los huérfanos, alegráis á los enfermos, y puede de-
la, esclama san Buenaventura, ha sufrido en su cuerpo, y cirse que niaguuo se ha salvado sin vos. Cubridme con
vos en vuestra alma ; pero todas sus llagas divididas en vuestras alas, a ñ a d e , fomadmo bajo de vuestra protección
cada miembro de su cuerpo, se encuentran todas reunidas y tened compasión de mí, que no soy mas que lodo y b a -
en vuestro corazón.» ¡O dulcísimo corazón de María ! ¿por sura. Y concluye en fin con estas palabras: Hé aquí lo que
qué te has convertido en un abismo de dolores ? ¿ Cuáles constituye todo el motivo de mi esperanza, ó Virgen p u r í -
deben ser mis sentimientos de amor, do veneración, de sima : yo os saludo, paz, alegría y salud de todo el univer-
sensibilidad y de reconocimiento, considerando este santo so. O Reina de! mundo, dice san JuanDamasceno, admitid
corazón convertido en un mar de amargura y de ajenjo? la súplica de un pecador, que por mas pecador que sea,
Con estos religiosos sentimientos de ternura, de admira- no deja de amaros tiernamente, y de bonraros como aque-
ción y de reconocimiento han honrado los santos las pe- lla de quien espera su consuelo, á quien espone toda ta
nas y la pasión de la Madre de Dios, y con ios mismos de- conducta de su vida, por quien espera entrar en la gracia
bemos nosotros honrarlas á ejemplo suyo. de vuestro Hijo, y cuyo favor mira como una prenda de
La Santísima Virgen ha parido á su divino Hijo sin d o - su salud.»
l o r ; pero no ba sido constituida Madre nuestra, sino, por «Añadamos á estos dos padres griegos dos padres l a t i -
decirlo así, eu medio de los mas vivos dolores de la pasión nos, coídinúael mismo sabio cardenal, san Anselmo en m
y de la muerto de este mismo Hijo. En el Calvario, al pié libro compuesto ex profeso, sobre las grandezas de la V i r -
de la cruz, entre los estragos, por decirlo asi, del dolor gen, dice estas palabras: Aquellos á quienes Dios ha lie-
mas vivo que hubo j a m á s , fué cuando el Salvador, espi- clio la gracia de que piensen con frecuencia en ella y la
rando sobre la cruz, pronunció estas palabras: « H é a h ' amen tiernamente, tienen, á m i parecer, una gran simal
fu hijo; h é ahí tu M a d r e ; » y como san Juan, dicen los de su predestinación y de su salvación, San Bernardo no
Padres, representaba allí á todos los hombres, el Salva- cede á nadie en amor y devoción á la sanlísima Virgen;
dor declaró á todos en la persona de su discípulo, que Ma- veamos cómo habla: Considerad bien, dice, q u é amor,
ría era su Madre, y nos mandó á todos mirarla como tal, qué devoción á María quiere inspirarnos aquel que h;i
honrarla, amarla y servirla con toda la ternura, la con- puesto en ella la plenitud de todo bien. Su inlcnoion es que
fianza y el respeto que deben profesará semejante Madre reconozcamos que en ella tenemos nuestra esperanza, nues-
tra santificación, y por decirlo asi, nuestra salvación, E m -
los que tienen la fortuna de ser dei n ú m e r o de sus hijos.
«Dirijámonos al Salvador, dice el sabio y piadoso car- pleémonos, pues, a ñ a d e , con todo el afecto y con lodos
denal Beíarmino (Dcseptem verbis Domini), y llenos de los deseos de nuestro corazón, en honrar á la incompa-
confianza pidámosle encarecidamente con las lágrimas en rable María, porque asi es la voluntad de aquel que ha
los ojos que nos presente á su sania Madre, y que mostrán • querido que lodos los bienes que gocemos los obtengamos
dola á cada uno de nosotros la diga; <(Ué aquí lu hijo;» que por ella. Queridos hijos mios: esta es la escala por donda
m PASION. 271
los pecadores suben al ciclo, este es el grande apoyo que Pro peccatis sucegentis Por pagar nuestro pecado
yo (engo (después de Jesucristo), este es todo el sosten Vidil Jesum in lormentis, Vió á Jesús atormentado.
de mi esperanza. Las dos mayores lumbreras de la escuela, El ílagellis subdilum. Lleno de azotes sin cuento.
sanio Tomás y san Buenaventura, animados de un mismo Vidil suum dulcem Nalum Morir vió á su Dijo que-
espíritu, no tienen otros sentimientos. María, dice el p r i - Morientem, desolalum, rido,
mero, es bendita entre todas las mujeres, porque ella sola Dum emisil spirilum. De consuelos destituido.
La alejado la maldición, ha Iraido la bendición y ha abierto Hasta dar su último aliento.
la p i u r í a del ciclo. (Opuse. 1. de Salutat. Angélica.) Así Eia Mater, fons amoris, Ea, Madre, de amor fuente.
como todos aquellos i ó bienaventurada Madre de Dios I Me sentiré vim doloris Pon á mi alma tan dolienlo
esclama san üuenavenlura, asi como lodos los que se ale- Fac, ultecum lugeam. Que te a c o m p a ñ e en Ul
jan de vos, ó á quienes miráis con ojos desdeñosos, no llanto.
pueden dejar de perecer; así lodos los que se acercan á Fac, «t ardeat cor meum Haz que arda mi corazón
vos, y á quienes miráis con ojos favorables, no es posible In amando Chrislum Deum, De amor de Dios, que es
que perezcan. (In Hjarelr. l i b . i , cap. 5.) De todo loque Ut sibi complacea m. razón,
queda dicho, concluye el sabio cardenal, puede concluirse Pues eso le agrada tanto.
que la devoción á l a Santísima Virgen no es de las menores Sánela Mater, istud agas, Haz que en mi alma.es-
señales de predestinación, porque es imposible que pe- Crucitixi fige plagas ten de fijo
rezca un hombre de quien el Salvador ha dicho á su Ma- Cordi meo valide. Las llagas del Crucifijo,
d r e : « h é a h í lu hijo,» y que ha recibido con grande afecto Porque nunca las olvide.
de gralilud y de amor esta otra palabra: «hé ahí lu Madre.» Tui Nati vulnerati, Las penas que en tí ha
(Véase la Dominica 14 después de Pentecostés, y la his- Tam dignati pro me pali, causado
toria de los siete Siervos de María, dia 11 de febrero.) Pomas mecum divide. Ver á lu Hijo lan llagado
En loda España, en la iglesia de París, de Colonia y 'en Por mí, conmigo divide.
olías pai tos, en donde se celebra en este dia con mas so- Fac me veré lecum ílere, Haz que yo contigo llore,
lemnidad la íiesta d é l a compasión ó de los dolores de la Crucilixo condoleré, Que en mí la pasión more
santísima Virgen, la Epístola de la misa está (Ornada d é l a s Doñee ego vixero. De Cristo mientras yo viva.
Lamentaciones de Jeremías, en aquel pasaje en que la c i u - Juxta Crucem tecum stare, Junto á Ja Cruz consolarlo
dad de Jerusalen representa al Señor su esl remada aflic- El me libisociare Y en tu llanto acompañarlo
ción, y la amargura en que eslá sumergida, sin que nadie In planclu desidero. Quiero, Madre compasiva.
eslé en oslado de consolaila, ni aun se digne únicamenle Virgo virginum príeclara, Virgen que á todas es-
tener compasión de ella. Mihi jam non sis amara, cedes
El Evangelio que se lee en la misa de esla festividad Fac me tecum plangere. Pues concedérmelo puedes,
contiene la historia de lo que pasó en el Calvario al tiempo Haz que llore cual tú lloras.
de la muerte de Jesucristo, cuando esto divino Salvador Fac, uf poitem Chrisli Haz que la pasión y
recomendó su discípulo amado á su Madre que estaba al mortem, muerte
pié de la cruz, y su 31adre al discípulo amado, |seguii lo Passionis ejus sortera, De Cristo sien la de suerte
refiere el mismo san Juan al cap. 19 de su Evangelio. El plagas recolero. Que logre mi alma mejoras.
Fac me plagis vulneran, Haz que yo mo m o r t i -
HIMNO.
Cruce hac inebrian, fique ,
Slabat Mater dolorosa La Madre estaba llorosa Obamorem Filii. Poramor de Dios lo aplique,
Juxla Crucem lacrymosa, Junto a la Cruz dolorosa, Siendo su Cruz mi ejercicio.
Dum pemlebat Fiiius. De donde su Hijo colgaba. Inllammalus, el accensns, Que inflamado y encen-
Cujusanimam gemenleni, A cuya alma cu lan gran Per le, Virgo, sim defensus dido,
Contrislatam el dolentem pena In<lic J u d k i i . Por tí, ó Virgen, defendido,
Perlransivil gladius. De tristeza y dolor llena Me halle en el dia del Juicio.
Dura espada atravesaba. Fac rae Cruce cuslodiri, Haz que muerte y Cruz de
O quam tristis et afllicla jOL Diosl ¡ c u á n e n t i i s t e - Morle Chrisli p m n u n i r i , Cristo
Fuil illa benedicta cida Confovcri gralia. Me ampare en aquel con-
MalerUnigenili I Se encontraba esla afligida flicto,
Madre del Hijo mejorl Y él me asislacon su gracia.
Qua;nioerebal,eldolebat, [X con q u é melancolía Quando corpus raorielur, Porque cuando el cuerpo
Ellrcmebat, cum videbal Las penas de su Hijo vía! Fac, u l aninutí donetur muera
Kali pumas inciyli. ¡ Cuántas ansias I ¡qué dolor! Paradisi gloria. Amen. En la celeslial esfera
Quis est Lomo , qui non ¿Quién el llanto contu- Goce el alma de la gloria.
fleret, viera Amen,
ChristiMalrern si videret Si á la Madre de Dios viera
l n lanío supplicio ? Puesta en tal desolación? La oración de la misa de la fiesta de los Dolores es como
Quis possel non contris- Y ¿quién no se contris- sigue:
tar] , tara. Deus i n cujus passione, O Dios, en cuya pasión,
Piam Malrcm contemplan Si á la Madre contemplara secundum Simeonis prophe- según la profecía del vene-
Uolenlcm cum Filio? Con su Hijo en lanía aflic- liam> dalcissimam animam rabie Simeón, fué Iraspasa-
ción? gloriosw Virginis et Malris da el alma lernísima de la
272 VIERNES
Marice doloris g l a d m per- gloriosn Virgen Maria vues- La oración que hace aqui Jeremías está llena de ale-
transivit: concede propiiius; tra Madre con una espada gorías, y de grandes sentimientos de religión y de confian-
ut qui transfixionem ejus et de dolor ; concedednos be- za en medio de sus persecuciones. Representa á Dios los
passionem venerando rccoU- nigno, que ya que celebra- mofadores discursos que hacían los judíos; los cuales i n -
mus, gloriosis meriliset pre- mos con veneración la me- sultaban en cierto modo la paciencia del Señor, y se b u r -
cibusornnium Sanctonm cm- moría de su compasión y de laban de sus amenazas, diciendo: « V e n i a l ; » estalle su c ó -
ci fdelüer aslanlium inlerce- sui dolores, nos aproveche- lera, mucho tarda en hacernos sentir sus efectos. «Yo no
denúbus, pas&ionis tuce ejfec- mos de ella, y por los m é - he deseado el día del hombre,» dice, como si dijera, yo no
tum fdicem co)iiec¡mmur. rilos é inlercesion de todos deseo que los males que les he predicho de vuestra parte,
Qui vivis... los sanios que lielmetite han les sucedan, no permita Dios que yo tenga elmenor deseo
permanecido junto á la cruz de venganza. Yo no he deseado j a m á s tií la perdida, ni el
consigamos los dichosos fru- castigo, ni la desgracia de mi pueblo, y si os pido ¡que 'ha-
tos de vuestra pasión. Vos gáis venir sobre ellos un día de desdichas, esto es, que
que vivís y reináis , etc. les hagáis sentir el efecto de vuestras terribles amenazas,
es á fin de que multiplicando sus aflicciones, se convier-
La oración de la misa de este dia es la siguiente tan y se vuelvan á vos.
Cordibus nostris, queesu- Derramad, Señor, b e n i g -
mus. Domine, graliam luam namente vuestra gracia en REFLEXIONES.
benignus infunde: ulpeccata nuestros corazones, á fin de «Todos ios que os abandonan serán confundidos.» Ha-
nostra casligatione volunta- que castigando nuestros p e - bla el Profeta del Señor, y nada puede aplicarse mejor á
r i a cohibentes, lemporaliler cados con un castigo volun- la Santísima Virgen, de quien los Santos Padres han dicho
potius maceremur, quam sup- tario, evitemos por las pe- tantas veces que así como los que la aman conlernura, los
pliciis deputemur (Bternis. nas temporales que sufri- que la honran con perseverancia y la sirven con fidelidad,
Per Dominum... mos aquí, el caer en los su- no pueden perderse; así los que se alejan de ella, los que
plicios eternos. Por nuestro abandonan se culto, los que no tienen confianza en ella, ni
Sefior Jesucristo, etc. la profesan aquella devoción religiosa que reina en todos
los elegidos, no pueden menos de ¡perecer. (Bonav. iu
La Epístola de la misa está tomada dtl profeta Jeremías, Phar.) El que sirviere dignamente á la Santísima Virgen,
capitulo 17. dice san Buenaventura, será justificado y salvo; mas el
I n diebus itlis : Dixit Je- En aquellos dias di jo Jere- que dejare su servicio, morirá en sus pecados. (In Psalter.
remías ; Domine, omnes qui mías: Sefior, todos losqueos Marím.) Jesucristo mismo, el Espíritu Santo es el que ha
te derelinqumt, confunden- abandonan serán confundi- inspirado á todas estas insignes lumbreras de la Iglesia,
tur : recedentes a le i n tena dos, los que se alejan do vos tan grandes afectos de devoción, de confianza, de veneración
scribenlur: quoniam dereli- serán escritos en ia tierra, y de amor á la Madre de Dios; el Espíritu Santo es el quo
querunt venam aquarum v i - porque han abandonado al les ha movido á formar tan magníficos elogios. De aquí
venlium Dominum. Sána me, Señor que es el manantial aquellas espresíones tan nobles, tan ¡patéticas, aquellos
Domine, et sanabor: salvurn de las aguas vivas. Curad- términos tan enérgicos, tan espresivos: «Tú eres, Virgen
me fac, et salvus ero: quo- me, Señor, y q u e d a r é sano, S a n t a , » dicesan Agustín, «después de Jesucristo, la ú n i -
niam laus mea tu es. Ecce i p - salvadme y seré salvo, por- ca esperanza de los pecadores.» Eslamos poseídos del
si dicunt ad me: Ubi est ver- que tú eres mi gloria. Yo respeto y de la veneración, dice san Gerónimo, hacia
bum Domitú ? Venial. Et ego los veo que me dicen: ¿Dón- aquella á quien en algún sentido debemos nuestra salud.
non sum lurbatus, te pasto- de está la palabra del Señor? «Algunas veces somos mas prontamente oidos,» dicesan
rem sequens: et diem homi- cúmplase. Mas por lo que Anseimo, «invocando'el nombre dejUaría, que invecandoel
NÍt non desideravi, tu seis. hace á mí, no me he per- de J e s ú s ; » á manera que con frecuencia se obtienen mas
Quod egnssim est de labiis turbado cuando os sigo como bien las gracias del rey por la inlercesion d é l a reina, que
m á s , rectum i n conspetu tuo á mi pastor, ni he deseado dirigiéndose inmediatamente al rey. De aquí lodos los l í -
f u ü . Non 'sis tu mihi f o r m i - el dia del hombre, vos lo sa- (ulos pomposos y verdaderos de Mediadora, Abogada,
dini, spes mea tu i n die of- béis. Lo que ha salido de Madre de gracia y de misericordia, asilo y refugio de los
flicliouis. Confundanlur qui mis labios, ha sido recto pecadores; de aquí el cantar muebas veces al día la Iglesia
mepersequuntur, et non con- ante vuestros ojos. No seáis aquellas bellas y afectuosas palabras : «Yo os saludo,
fundar ego: paveant ü l i , et para mí un motivo de temor, Reina, Madre de misericordia; yo os saludo, vida nuestra,
non paveam ego: induc su- puesto que sois vos mí es- consuelo nuestro, esperanza nuestra. » Espresíones que
per eos diem affliclionis, et peranza en el dia de la aflic- j a m á s han agradado á los herejes; su aversión á la Madre
dupUci contritione contera ción. Sean confundidos ios es tan antigua como su odio al Hijo; no hay uno que no so
eos, Domine üeus noster. que me persiguen, y no sea haya alejado de María, al paso que lo ha hecho de la ver-
confundido y o : espántense dadera Iglesia. No tiene la santísima Virgen otros enemi-
ellos, y no me espante yo: gos de su culto, que los enamigos de Jesucristo. Hablando
haced que venga sobre ellos de María decía un Padre griego, que no se alejará j a m á s de
un dia de desgracias, y h a - la verdad aquel que dijere todo lo que puede decirse do
cedlos pedazos a b r u m á n d o - grande, de sublime, de magnífico; ánles t i e n , por mas
los con duplicados males, ó que pueda decir, nunca podrá su discurso corresponder á
Señor Dios nuestro. la grandeza de su mérito, ni de su dignidad. ¿ P u é d e s e
DE PASíOiN. 273
lemer el esceso en esle punto, decía el sabio canciller de regioncm j u x l a desei'tum, desde este dia ya no pensa-
la universidad de París, mientras que hablemos de ella in civitatem, quee dicitur ron mas que en quitarle la
como inferior á Dios, y en el rango de las criaturas? no Ephrem , et ibi'morabalur vida. Por tanto Jesús ya no
temáis llevar muy lejos vuestras alabanzas y vuestros pen- cum discipulis suis. se presentaba públicamente
samientos; sabed sí, únicamente, lo que nadie ignora, que entre los judíos, y se fué al
lodos los bienes que ella tiene vienen de Dios, y que ella pais vecino del desierto, á
no es rica sino por ios bienes de su Hijo. Supuesta esta una ciudad llamada Ephren,
verdad, no temáis nada mas, hablando de María, continúa y allí moraba con sus discí-
el mismo Doctor, que el decir muy poco , por grande, por pulos.
estraordioario que parezca lo que se diga, teniendo pre-
sente que de quien se habla es de la Madre de Dios. El MEDITACION.
evangelista únicamente dice de María que es Madre de
De los Dolores de la Sanlisima Virgen.
Jesús; pero diciendo esto, lo ha dicho lodo. ¿Débese l e -
mer, en efecto, decir mucho, ó escederse en el culto que PUNTO PRIMERO.—Considera que no sin razón la Iglesia
se la rinda ? ¿Quién no sabe que es honrar al Hijo, el hon- llama á la Santísima Virgen reina de los mártires. No
rar á la Madre? La devoción que se tiene á María no d i v i - hay ninguno entre aquellos héroes cristianos que haya
de el corazón; por el contrario, le une mas estrechamente sufrido un martirio mas doloroso que esta Madre afligida.
á Jesucristo. La confianza que tenemos en la protección de ¿ Q u e r e m o s tener una idea justa de las penas de la S a n t í -
la Santísima Virgen, no disminuye la conüarua que debe- sima Virgen? Comprendamos, si es posible, cuál ha sido
mos tener en su Hijo, antes bien la aumenta. Nuestro c u l - la ternura, la grandeza, el ardor y la pureza de su amor
to, nuestra devoción, nuestra confianza y nuestro amor á á su querido Hijo. Los tormentos que obran sobre el
la Santísima Yírgen, es una prueba sensible de|nuestra fe cuerpo, pueden endulzarse y aun hacerse deleitables por
en Jesucristo. Guiada de este espíritu, la Iglesia no pier- las dulzuras interiores que Dios derrama en una alma, y
de ocasión alguna de bom ar á la Madre de Dios, autoriza se han visto mártires que hallaron refrigerio en medio de
con placer lodo lo que tiende á aumentar la devoción de los braseros, como sucedió á los tres niños hebreos; pero
los fieles hacia este refugio de los pecadores y mulliplica ¿ q u é es loqua puede suspender ó dulcificarlos dolores
tanto sus fiestas. La que se celebra en este dia bajo el títu- del alma? El martirio del alma es un suplicio sin alivio.
lo de nuestra Señora de la Piedad, ó de los Dolores, y de Cuando la misma alma es la que se siente traspasada,
la pasión de la Santísima Yírgen, debe sernos tanto mas debe ser muy dolorosa la llaga, y tal ba sido el martirio
interesante, cuanto que nosotros somos la causa de que su d é l a Santísima Virgen. Sentirás el dolor mas vivo, lo
alma haya sido traspasada de dolor. habia dicho Simeón, cuando llevó su Hijo amado al t e m -
plo ; los ultrajes que se h a r á n á lu,Hijo, serán para tí co-
E l Evangelio de la misa es tomado del de san Juan, mo otros laníos cuchillos que se clavarán en tu pecho.
capitulo 14. Jamás madre alguna amó á su hijo como la Sanlisima
I n illo lempore: College- En aquel liempo los sa- Virgen a m ó al Salvador; sabemos l o q u e ha sufrido el
runt ponüfices el pharisaii cerdotes y los fariseos j u n - Salvador durante su vida mortal; ¡qué humillaciones,
concilium adversus Jesum, taron consejo contra Jesús: q u é pobreza, q u é persecuciones l y durante su pasión
et dicchant: Quid facimus, ¿ Q u é hacemos, decian, por- ¡qué dolores, q u é oprobios! Concibamos por aquí lo que
quia hic homo multa signa que este hombre hace m u - ha sufrido la Santísima Virgen que ha sido testigo de todo
fácil? Si dimiiliinus eum ste, chos milagros? Si le deja- lo que ha sufrido su querido Hijo. Nunca hubo martirio
omnes credent i n eum : et mos seguir obrando asi, mas largo ; la vida de treinta y tres años del Salvador,
venient Romani, el tollent todo el mundo creerá en él, ha sido la medida de la duración del martirio de su divina
noslrum locum et genlem. y vendrán los romanos y Madre. Sus penas escedicron aun á la vida del Salvadorv
Vms autem ex ipsis, Cai- destruirán nuestro pais y ¿ Q u é no debió sufrir la Santísima Virgen, viéndose en
phas nomine, cum esset pon- nuestra nación. Mas uno de Belén cercana al parlo, y rechazada de lodo el mundo,
tifex a m i illius , dixit eis: ellos llamado Caifás, siendo reducida á retirarse á un establo, sin socorro, sin otro
Yos tiescilis quidquam , neo gran sacerdote en aquel alivio para un Hijo que es Dios, que el aliento de dos v i -
cogilalis quia expedü vobis a ñ o , les dijo : Vosotros no les animales y un puñado do paja? hagámonos cargo
«í m u s vwrialur homo pro lo entendéis y no hacéis r e - cuánto debió sufrir en aquella ocasión, la mas tierna, la
populo, et non tota gens pe- flexión que es interés vues- mas apasionada de las madres, en su persona y en la de
real. Uoc autem a semetipso tro que un hombre muera su querido Hijo. Traigamos á la memoria sus temores,
«OÍI d i x i t : sed, cum esset por la nación, y nó que toda pensando el cruel é impío designio de Heredes de quitar-
pontifex anni illius, prophe" ella perezca. No decia esto le la v i d a ; ¿ q u é no tuvo que padecer en su viaje y en su
tavit quod Jesús morilurus de sí mismo, sino que como estancia en Egipto? Pero ¿estuvo mas tranquila, ó al
t r a t pro gente, et non tan- era gran sacerdole en aquel menos fué mas feliz á lo del mundo en Nazareth? ¡ Q u é
tum pro gente, sed MÍ filios a ñ o , dijo con espíritu pro- santas inquietudes por la falta de todo lo necesario á que
iteí, qui erant disper&i, con- fético, que Jesús debia mo- frecuentemente la reducía su estado pobre y oscuro!
Qregaret i n unum. Ab illo er- r i r por la nación, y no solo ¡ Q u é agonía no padeció en los Ires dias que Jesucristo se
ijo die cogitavermt u l inter- por la nación, sino también quedó en Jerusalen 1 Pero, y ¡ q u é no tuvo que sufrir
ficerenl eum. Jesús ergo j a m para reunir en un solo cuer- viendo la ingratitud con que se pagaban los beneficios de
won tn palam ambulabat po los hijos de Dios que es- su querido Hijo, y sabiendo b a s t í dónde llevaban su odio
aI>ud Judwos, sed abiü m taban dispersos. Así que, y su envidia los escribas y los fariseos! Seria necesario

TOHO, I V . 35
274 SAIÍADO.
conocer la ternura, el ardor, la perfección del corazón de Haced, mi querida Madre, que yo mezcle mis llantos
María, para comprender i o que ella ha sufrido á causa con los vuestros, y que el resto de m i vida participe
de los malos Iralamicntos que se han hetho á su q u e r i - con vos de los dolores que habéis sentido al pié de la cruz
do Hijo. de mi Salvador. (Id.)
PUMO SEGUNDO.—Considera lo que la Santísima Virgen
fca sufrido principalmente en la pasión y en la muerte PROPÓSITOS.
del Salvador. Se ha mirado siempre como el colmo de la 1 Una compasión seca y puramente especulativa es
inhumanidad, y el mas cruel de lodos los suplicios, el poco interesante. Participar de los dolores de una persona
obligar á l o s hijos á ser testigos do los tormentos que se afligida, es sentirlos verdaderamente. Si el Salvador su-
hacian sufrir á su padre, y estar presentes á su muerte, fre y mucre por nuestra salud, también por amor nuestro
líéorlemos, pues, ahora, qué esceso de angustia, y q u é sufre la Santísima Virgen un martirio tan largo y tan
aflicción 'tan morlal seria para la Santísima Virgen el sa- cruel, i Qué dureza, q u é ingratitud mas negra, el tomar
ber con que indignidad, cen q u é ultraje y crueldad era poco interés por lo que la Santísima Virgen ha sufrido por
llevado el Salvador por la ciudad do Jcrusahm, con qué causa nuestra! Vituperaos el haber sido hasta aquí tan
«acrílego desprecio era tratado en casa de los sacerdotes, poco sensibles. ¡ A h ! ¿ q u i é n es el que piensa en honrar,
en la de Pilatos, en la de Ilerodes y en lodos aquellos en reconocer la pasión de la Saniísiina Virgen? ¡cuántos
impíos tribunales. No sufre simplemente como la mas mueren sin haber pensado j a m á s en ellal Reparad este
tierna de las madres, sufre también como una Madre irreligioso olvido, por el zelo que debéis tener de aquí
-tierna que sabe qae aquel Hijo tan querido, á quien se adelante en honrar particularmente, con todo género do
trata con tanta infamia, es verdadero Dios. Presente á la prácticas de piedad, esta fiesta-, celebradla con devoción,
flagelación, ¿ q u é golpe de azote deácarga sobre el Hijo, comulgad con este fin, tened una devoción particular á la
que no descargue sobre el corazón y el alma de la Madre ? Santísima Virgen bajo de este título de nuestra Seflora de
Jesús, cuasi sin figura de hombre, es mostrado á aquel la Compasión.
pueblo b á r b a r o para ver si se le mueve á alguna compa- 2 Es una práctica de devoción muy religiosa el rezar
sión ; y aquel pueblo, horror y execración del género h u - todos los viernes del afío, y todos los dias de esta Octava,
Diano, cual bestia feroz, se pone mas sediento de su san- esto es, hasta el Viernes sanio, la prosa que comienza por
gre, y grita que se le crucifique. ¿ Q u é impresión baria estas palabras: « S t a b a t M a t e r dolorosa.» Imponeos una
gobre el corazón de esta Madre desolada un objeto tan ley de guardar de hoy en adelante esta santa práctica.
triste? ¿ y q u é cuchillos no clavarian en su corazón aque- Honrad singularmente los misterios que se llaman doloro-
llos gritos b á r b a r o s ? Sin embargo, las miras del Eterno sos de esta Sanlisima Reina de los m á r t i r e s : contemplad
Padre no se limitan á que la Santísima Virgen consienta en estos misterios todos los viernes en el rosario. Estos miste-
el sangriento sacriüeio de su querido Hijo, es preciso rios dolorosos son: la agonía de nuestro Seíior en el huerto
a d e m á s que ella lo presencie; que le vea con sus propios de las Olivas; su flagelación; su coronación de espinas;
ojos, exhausto de fuerzas y desangre, sucumbir bajo el su postración bajo del peso de la cruz; su crucifixión. So
peso de su cruz; es preciso que oiga todos los golpes del medita cada uno de estos misterios en cada decena del
marlillo que se dan sobre los clavos que traspasan sus rosario. Alistaos en la cofradía de la Santísima Virgen,
piés y sus manos; es preciso, en fin, que le vea levantado bajo del título de nuestra Señora de los Dolores, l a
en la cruz, ultrajado en la cruz, espirar, en fin, en la Iglesia autoriza estas devociones, y nunca serán dema-
•cruz, en medio de los dolores mas crueles y mas agudos. siadas las prácticas de piedad en que nos ejercitemos para
¿ Q u é llaga, q u é tormento, q u é dolor hay en Jesucristo, honrar á la Santísima Virgen, y para merecer su pro-
que María no haya sufrido en su alma? y á no ser por uno tección.
d é l o s mayores milagros, ¿ n o debia espirarla Madre de
dolor antes que el Hijo? ¿podia por lo menos sobrevivir- SABADO DE PASION.
l e ? ¿ I I u b o , pues, j a m á s martirio mas cruel que el que El sábado después de la dominica de Pasión se ha lla-
ha sufrido por amor de nosotros la Santísima Virgen? mado vacante en el órden del rezo romano; esto es, queno
¿ Y q u é título mas justo, ni mejor adquirido, que el de tenia oficio particular ni estación pública, á causa deque
lU'ina do los m á r t i r e s ? I'ero tengamos presente que ha el papa estaba en este dia ocupado en repartir la limosna
sufrido con tanta resignación, en silencio y sin quejarse á los pobres, con que les proporcionaba el medio de que
por amor de nuestra salud. ¡ Q u é sentimiento de amor, posasen mas cómodamente la Semana Santa y fiestas de
de ternura, de veneración y de reconocimiento no debe- Pascua en los ejercicios de religión y de piedad. Estas l i -
mos tener para con esta Madre de Dios, que ha te- mosnas se hacian en la iglesia de San Pedro en el Vatica-
j i d o como un honor, por decirlo así, el serlo también no, no solo á los pobres de la ciudad, sino también á l o s
nuestra! eslranjeros, y á los pobres enfermos de los diferentes
cuarteles que no podían venir, ó que tenian vergüenza de
Yo os pido, Señor, por la iulercesion de la Santísima
presentarse allí. Hacíase también laceremonia de lavar los
Virgen, estos piadosos y religiosos sentimientos; dignaos
piés á los pobres, anticipando estas dos acciones queahora
•recibir y confirmar para siempre el sacrificio que hago
se hacen el Jueves santo, para que en este dia quedase
totalmente de mí mismo, en obsequio de vuestra Santísi-
mas tiempo para vacar á los oficios y á las ceremonias de
ma Madre.
la Iglesia que son muy largos.
J.VCÜLATOUUS.—O Madre llena de amor, haced que yo
•sienta los golpes de dolor que traspasan vuestra alma, á El introito d é l a misa es el mismo que el de la misa del
fin de que una mis lágrimas á las vuestras, (La Iglesia dia precedente: Interesaos, Señor, en mi aflicción, ella no
eo el himno Stabul Mater.) puede ser mas grande. Toda mi confianza la tengo en vos;
DE PASION. 273
y nunquo parezca que sucumba al número y á la malicia «Acordaos, Seflor, continúa el Profeta, que yo me he
de mis enemigos, y de lodos los que so han unido á ellos presentado delante de vos, para implorar vuestra miseri-
para perderme; vos podéis fácilmente sacarme de sus m a - cordia en favor de ellos, y apartar vuestra indignación de
nos, y toda su malicia y su crueldad no servirán mas que s o b r e e s t é pueblo ingrato.» ¿ N o s e diría que Jesucrisla
para hacer mi victoria mas gloriosa y mas completa con mismo es el que habla?
vuestra asistencia. El Profeta pide á Dios que castigue á este pueblo: « E n -
La Epístola contiene una especie de conspiración quelos tregad , dice, sus hijos al h a m b r e . » No habla asi Jere-
judíos habían formado contra Jeremías, la cual considera- mías, dicen los santos Padres, llevado de un espíritu de
mos comouna figurado la que con el tiempo formaron con- acritud y de venganza, sino movido de un espíritu de zelo
tra Jesucristo, cuya historia refiere el Evangelio de ayer. por la gloria de Dios, y de caridad por aquel desgraciado
Hase dicho ya en el dia precedente, cuál era el ori- pueblo que no habiéndose hecho mejofpor las exhortaciones
gen emponzoñado del odio mortal que los judíos habían y las amenazas, pide el Profeta que se conviertan á-lo m i -
concebido contra este santo Profeta. Anunciábales de nos por el castigo y las aflicciones. Pide que sea castigado
órden de Dios las desgracias que debían sucederles en el pecado, «no fuese que la impunidad sirviese á sus des-
castigo de sus horribles desórdenes. ¿Qué agravio lesha- cendientes deun motivo de escándalo,» dice aquí san Ge-
cia en esto? ¿ni q u é razón tenían por cierto para quererle rónimo. «Vos conocéis, Seflor, todas sus malignas inten-
quitar la vida? Por lo menos hubieran debido aguardar el ciones; y su conspiración contra mí; tratadlos, pues, se-
cumplimiento. Su predicción no era ciertamente la causa gún vuestra severidad, en el tiempo de vaeslro furor.» No
de todos los males con que les amenazaba; por el contra- se espresa aquí, dicen los Padres, el deseo de un zelo
rio, era un medio que Dios les proporcionaba para preve- amargo; es solo una simple profecía, por la cual predice
nirlos: no ignoraban ellos sus crímenes, ¿qué hubiesen, el Profeta en su oración lo que les debia suceder muy
pues, arriesgado en corregirse y hacer penitencia? El su- pronto.
ceso mismo no tardó en verificar la funesta predicción; El Evangelio de la misa de esta dra eslá tomado del ca-
pero ¿se aminoró su odio? lejos de eso, se hicieron mas f u - pítulo duodécimo de san Juan, donde se refiere lo que s u -
riosos y mas encarnizados en conspirar contra él. «Venid,» cedió á Jesucristo el dia después de haber cenado en casa
decían, «formemos nuevos planes contra Jeremías:» por de Simón eí leproso en Bethania, en donde se bailaba L á -
mas irreprensiblequesea en su conducta y ensuscostum- zaro acabado de resucitar, y en donde María su hermana
bres, él nos ha prediebo todas nuestras desgraci ¡s, y es había derramado sus aromas sobre Jesucristo. Esta histo-
necesario perderle. Así raciocina la pasión; j a m á s se dis- ria comienza por la relación del disgusto que tuviéronlos
curre mejor cuando es la pasión laque domina. Nosotros, príncipes d é l o s sacerdotes, al ver que muchos de los j u -
a ñ a d í a n , no dejaremos de hallar sin él sacerdotes que nos díos los abandonaban después de esta resurrección m i l a -
instruirán en la ley; sabios que nos comunicarán sus con- grosa, y creían en Jesucristo. Como Lázaro, esle hombre
sejos, y profetas. Algunos intérpretes dan á estas palabra? resucitado, era un monumento vivo é incontestable del
otro sentido que no presenta menos miserable el raciocinio poder divino de Jesucristo; y como su nueva vida era una
de los judíos: Venid: hagamos que perezca Jeremías; por- prueba visible y permanenle de la verdad del Mesías, los
que mientras él viva, no olvidará j a m á s la ley; no cesará príncipes de los sacerdotes, y los mas calilicados-de la
de echarnos en cara que nosolros la violamos; y nos fati- nación, resolvieron quitarle la vida. «Pensamiento tan es-
g a r á eternamente con ios importunos consejos de su p r e - travaganle como cruel,» dice san Agustín; «¿el golpeque
tendida sabiduría, y con sus molestas predicciones. Venid, quitaría la vida á lLázaro, le quitaría á su bienhechor e l
traspasémosle con los agudos dardos de nuestras lenguas; poder de volvérsela á dar? Como si el que habia podido
desgarremos su reputación con todo género de calumnias. resucitar á Lázaro muerto de muerte natural, no hubicte
Jeremías en todas eslas persecuciones era una figura muy podido resucitarle de muerte violenta.» Todo e l ^ r í m e n d»
espresa de Jesucristo. Cuasi nada se ha dicho deeste san- Lázaro para con los gefes de la Sinagoga consiste en que
to Profeta, que no convenga todavía1 mejor al Salvador per- es amigo de Jesucristo; este milagro vivo, esle predica-
seguido por los judíos. Vosotros d e c í s ; ¿y cómo es que dor mudo, pero persuasivo de la santidad y de la omnipo-
nosolros hemos hecho morir á Jesucristo, siendo así que tencia del Salvador, irritaba la envidia y el odio de los
Pilatos es el que le condenó á muerte, y sus soldados ios sacerdotes porque aumeníaba^el número de sus discípu-
que han ejecutado la sentencia? «Y vosotros también, ó los y la veneración del público.
judíos, vosotros le habéis muerto, dice san Agustín? ¿y Al otro dia que era lunes, cinco días antes de su pa-
cómo le habéis muerto? Con la espada de la lengua, res- sión, el Salvador que iiabia dormido en Bethania, se puso
ponde, vosolros habeis aguzado vuestras lenguas; y ¿ c u á n - en camino con sus discípulos para ir á Jerítsalen, adonde
do os habéis servido de esta espada para darle muerte, seconcurria de todas parles para solemnizarla fiesta de
sino cuando gritasteis: crucificarle, crucificarle?» la Pascua. Apenas estaba á la mitad del camino, cuando
Señor, inclinad hácia mi vuestros ojos, dice J e r e m í a s ^ viendo delante de sí la población de Belhphagé, que eslá
atended á las palabras de mis enemigos. «¿Así se vuelve al pié del monte de los Olivos, envió dos de sus apóstoles
bien por mal?» ¿Quién pudo nunca quejarse así con mas para que le trajesen un borriquillo, y habiendo montado
razón que Jesucristo? «Yo no os he hecho masque bien,» en él, para que se cumpliese hasla en las menores c i r -
les dice; ¡cuántos muertos resucitados! ¡cuántas gentes es- cunstancias la profecía de Zacarías en órden á la enirada
trechadas por el hambre, satisfechas! «¿por cuál de estos que debia hacer el Mesías en Jerusalen, se adelantó hácia
beneficios, de estos milagros, queréis quitarme la vida?» esta capital. Habiendo corrido la voz en el pueblo y entre
¿Debe ser lodo el fruto de vuestro reconocimienlo mi los estranjeros que venía el que habia resucitado á
muerte en la cruz, que pedís con tanto encarnizamiento? ro, le salieron en tropas al encuentro, llevando ramas de
276 SABADO
palmasen las manos, y clamando: ollosanna;» bendito sea rauerle dolorosa é ignominiosa que debo sufrir, sea v o l u n -
el Rey de Israel, quo viene en nombre del Señor. Esta es- taria y elegida por mí, dejaré por eso de sentir todos los
pecie de triunfo convirlió en furor la envidia de los f a r i - temores, y toda la amargura que le son nalurales. La muer-
seos: ¿No veis, se decían los unos á los otros, que todos te, los dolores y los oprobios de mí muerte, serán mucho
nuestros miramientos no sirven mas que para darle valor; mas sensibles y mas crueles para mí que podrían serio
todo el mundo corre en pos de él, y por poco que difira- para cualquiera otro que no sea mas que un puro hombre.
mos la ejecución de lo que se ha resuello en el último con- La sola imagen de ella que se representa, la sola idea que
sejo, todo el pueblo va á declararse por é l , y nosotros yo me formo, sumergen ahora misraomi espíritu en la t u r -
dejamos de ser ya los señores? bación. La perfecta conformidad que se hallaba entre la
Como no era justo, empero, que solos los judíos cono- voluntad humana y la voluntad divina de Jesucristo, no
ciesen al que había venido para salvar á lodo el mundo, disminuía la vivacidad del sentimiento que debía producir
inspiró Dios á los gentiles un gran deseo de verle. Escrei- en la parte inferior la idea de una muerte cruel, y este
bie que estos gentiles eran por la mayor parte prosélitos, senliraíenlo tampoco se oponía á la perfecta sumisión que
y que trataban de abrazare! judaismo, ó por lo menos, tenia á las órdenes de su Padre, á las que él mismo había
que creían y adoraban al Dios de los judíos, único verda- suscrito libremente. Éranle enteramente libres al Salvador
dero Dios; y que por un sentimiento natural de religión, este pavor, esta turbación que aquí manifiesta á la vista
habian venido á Jerusalen para adorarle en aquella fiesta de su pasión, d*l mismo modo que el que pocos dias des-
la mas solemne del año. Dirigiéronse estos eslranjeros á pués manifestó en el huerto de los Olivos; pero quiso sen-
Felipe, uno d é l o s doce apóstoles, á quien conocían, y le tir toda su acritud y toda su amargura, como cabeza nues-
dijeron que deseaban mucho ver á Jesús; habiendo con- tra, dice san Agustín, para servir de ejemplo á sus a p ó s -
ferenciado Felipe con Andrés, se fueron los dos á su buen toles y á lautos millones de mártires. Muéstrales en esto,
Maestro y se lo dijeron. Entonces el Salvador lomando que temo la muerte como cualquiera otro hombre, dice
ocasión de este deseo que los gentiles tenían de verle, do- san Crisóslorao; pero que para obedecer á su Padre, se
claró á sus discípulos grandes misterios. Ha llegado el hace superior á su pena y á su repugnancia por nuestro
liempo, les dice, que el que hasta ahora no se ha llamado amor.
mas que el Hijo del hombre, será adorado de lodos tos Dirigiéndose entonces el Salvador á su Padre, en medio
pueblos como Hijo de Dios; de aquí en adelanlev en toda de sus discípulos y del pueblo que le escuchaba: Padre
la tierra se le rendirán los honores divinos que le son mió, esclamó, el horror natural que tengo á la muerte en
debidos; atraerá á si naciones enteras con mas facilidad la cruz, roe inclinaría á pediros que me dispensaseis de
que atrae hoy este pueblo y este pequeño número de gen- una muerte tan ignominiosa y tan cruel; pero como yo he
tiles quele han reconocido. Pero debiendo ser la conver- venido al mundo para morir en la cruz, y por esta muer-
sión de tantos pueblos el fruto de los oprobios de su pa- te salvar á los hombres, satisfaciendo de este modoá vues-
sión y de su muerte, añadió, que seria semejante al g r a - tra justicia; yo la acepto con todo mi corazón. Acércase,
no de Irigo» que no brota ni produce nada, si no mue- pues, ya el liempo de mi sacrificio, para el cual he venido;
re en la tierra donde se ha sembrado. To soy este g r a - y puesto que TOS queréis que mi muerte sirva para vues-
no, dice, que no debo morir sino parr. resucitar; y por mí tra gloría, yo no pido mas sino que se cumpla vuestra san-
muerte y raí resurrección debo reunir todos los pueblos tísima Toluntad. Haced pues. Señor, que os conozcan vues-
m mi Iglesia. Añadióles también que ellos mismos debían tras criaturas: manifestad á todos los pueblos de la tierra
también morir como é l , á fin de revivir gloriosameflle co- la grandeza de vuestro nombre, y pues que deseáis hacer
mo él; que los que en este mundo aman demasiada su vida, servir á vuestra gloría la ignominia de m i muerte, lo mis-
los que procuran mucho los gozos y las comodidades, los mo que los trabajos de m i vida, disponed. Señor, según
que no viven sino para los placeres de la vida, se hacen vuestro beneplácito.
desgraciados para toda la eternidad, y se procuran-la Esta oración de un Dios que seofrecia lan generosamen-
muerte eterna; que aquellos que por el contrario tienen te á la muerte por la salvación de lodos los hombres, no
una santa aversión á su propia carne, que por amor del podia ménos de ser oida en el cielo. Respondió en efecto
Señor tratan con dureza su cuerpo, que le niegan todas las á ella sensiblemenie el Padre Eterno, por medio de una
dulzuras de la vida, estos la conservan parala eternidad, voz venida del cíelo, que decía: Yo he gloríücado ya m i
y se aseguran una felicidad perdurable. Esla máxima CD nombre cu lí, envíándole al mundo, y dando á conocer pol-
austera, añadió, ella rebela los sentidos y alarma al amor la santidad de lu vida y por el resplandor de tus milagros
propio: pero ¿ d e b e quejarse el siervo de que se le trate que eres mi Hijo; y te glorificaré todavía mas por los p r o -
como á su propio señor ? y cuando el señor no exige de digios que acompañarán á tu muerte, á tu resurrección, á
su siervo mas que lo que ve hacer á su propio señor, tu gloriosa ascensión, y al establecimiento maravilloso de
¿ p u e d e decir que se le exige demasiado? En el mundo, el lu Iglesia. Oyeron esta voz celestial de una manera bas-
s e ñ o r manda l a que él no hace; yo hago siempre el p r i - tante inteligible lodos los que estaban presentes; pero hirió
mero lo que mando. En el mundo el siervo no habita n u n - tan vivamente lodos los ánimos, que algunos la tomaron
ca en la habitación del señor; en mí servicio, en cualquie- por una especie de trueno, y otros creyeron que era la voz
ra lugar que estoy, allí está también el siervo que me de un ángel que había hablado. El Salvador, que no que-
sirve. Viviendo bajo de mis estandartes hay quecombatir, ría mas que instruirles sin satisfacer su curiosidad, les dijo
es verdad; pero la victoria indemniza bien del combate,y que aquella voz no se había dirigido precisamente á é l ,
mi Padre quo corona todos sus trabajos, colma de gloría á sino mas bien á ellos, á fin de que no pudiesen ignorar
lodos los que están en mí servicio. Todo efeto será el fruto que él era el hijo del Altísimo y el Mesías, y que no h a -
de raí muerte; y no penséis, continuó, que aunque la bía venido al mundo sino para santificarle. Esla es-la hora,
DE PASION. 277
añadió, en <}ue va á hacersejusticia al mundo, y el p r í n -
cipe de este mundo va á ser arrojado fuera. Quiere dar á La oracioñ de la misa de este dia es como sigue:
entender Jesucristo por estas palabras, que muy pronto Profícial, queesumus, Da- Haced, S e ñ o r , q u e el pue-
iban á ser condenados el espíritu y las máximas del m u n - mine, plebs Ubi dicaia pice blo que os está dedicado^
do, y destruido el imperio que hasta allí habia ejercido el devolionis affeclu: ut sacm adelante en el fervor de la
demonio en el mundo, por la predicación del Evangelio. actionibu* e n d i t a , qumto piedad; á Dn de que cuan-
Antes de la muerte de Jesucristo, habia obtenido tal i m - majestati luce fit gralior , to mas agradable se haga
periosobre los hombres el demonio, que habia establecido tanto donis potioribus a u - á vuestra majestad por los
su culto por lodo el universo. El verdadero Dios no era co- geatur. Per Dominum. sagrados ejercicios de la re*
nocido mas que entre los judíos, y aun allí muy imperfec- ligion, merezca recibir ma-1
tamente. La idolatría, y con ella todo género de abomina- yores dones de vuestra
ciones, habia inundado toda la tierra; ¡ y cuántas gentes bondad. Por nuestro Señor
estaban por todas partes poseidas de ella ! Mas la muerte . Jesucristo, etc.
de Jesucristo ha destruido el imperio del demonio sobre
la tierra. El paganismo sostenido'de todas las potestades del La Epístola es lomada del profeta Jeremías, cap. i s .
mundo ha caido; la cruzde Jesucristo ha aniquilado todos los I n diebus i l l i s : Dixerunt En aquellos días, los j u -
ídolos; el único verdadero Dios ha sido reconocido, adora- impii Judwi ad invicem: Ve- díos impíos, se dijeron m u -
do y servido por todo el universo. Esto es lo que hizo de- míe, ei cogitemus contra j u s - tuamente: Venid, formemos
cir al mismo tiempo al Salvador, que cuando fuese levan- lum cogitaliones: non enim planes contra el justo; no
tado de la tierra, todo lo atraería á sí; judíos, gentiles, peribit k x a sacerdote, ñ e - por esto careceremos de sa-
griegos, romanos, escitas y bárbaros: el tiempo, intérprete que consilium a sapiente, nec cerdotes que nos enseñen la
seguro de las profecías, ha hecho ver claramente la verdad sermo a propheta: venite, et ley, ni de sabios que nos
de todo esto. J a m á s la fuerza de las armas dió tantos es- percutiamus eum lingua, et aconsejen, ni de profetas
clavos á los conquistadores profanos, como adoradores non attendamvs ad univer- que nos anuncien la pala-
han adquirido á Jesucristo las flaquezas de la crUz, y esta sos sermones ejus. Allende, bra del Señor. Venid, m a l -
es la maravilla que siguió tan de cerca á su muerte. El Domine, ad me, et audi vo- tratémosle con los tiros de
Evangelio dice que el Salvador decia esto para dar á en- cem adversariorum meorum. nuestras lenguas, y no h a -
tender el género de muerte deque habia de morir. Com- ISumquid redditur pro bono gamos caso de todos sus dis-
prendiósele bien, y las gentes de la muchedumbre le dije- malum,quiafoderuñi foveam cursos. Señor, fijad vuestra
ron: Nosotros sabemos por la ley que el Cristo existirá aninm m m ? Recordarequod vista sobre mí, y atended á
siempre; ¿cómo pues dices que Cristo, á quien frecuente- sleterim i n conspectu t u o , las palabras de mis enemi-
mente llamas el Hijo del hombre, será levantado de la MÍ loquerer pro eis bomm , gos. ¿Acaso se vuelve mal
tierra, y concluirá su vida en una cruz? ¿quién es este et averterem indignalionem por bien, pues que han ca-
Hijo del hombre? Aquellas gentes solo consideraban m a - luam ab eis. Propterea da vado una hoya para hacer-
terialmenti loque enseña la Escritura, esto es, que el r e i - filios eorum i n famem, et de- me caer en ella? Acordaos
no del Mesías debe ser eterno; pero les hubiera sido fácil duc eos i n manus g l a d i i : que me he presentado d e -
saber también lo que tan claramente han predicho la Es- fanluxores eorum absqueli- lante de vos para suplicaros
critura y los profetas de las circunstancias de la muerte del beris, et vidu.ee: et inri ea- que tuvieseis misericordia
Mesías. Por tanto el Salvador que, en los que le hacían esta r v m inlerfkiantur m o r l e : j u - con ellos, y que apartaseis
réplica, veia mas ignorancia que malicia, que sin embar- venes eorum confodianlur de ellos vuestra indignación.
go no les consideraba capaces de concebir el misterio de gladio i n p m l i o . Audiatur Por esto abandonad sus h i -
su pasión y de su muerte, se contentó con darles esta res- clamor de domibus eorum: jos al hambre, y hacedlos
puesta tan saludable: «Tosotros tenéis todavía la luz por adduws enim super eos ta- pasar al filo de la espada;
un poco de tiempo; caminad mientras tenéis la l u z . » Como íronem repente: quia fode- pierdan su? mujeres sus h i -
si les dijese; de aquí adelante es ya poco el tiempo que runt foveam , ut caperent jos, y ellas mismas queden
tengo de vivir con vosotros; aprovechaos de esta ventaja, me, et laqueos absconderunt viudas; sean entregados á
y de la facilidad que mi presencia visible ostda para sai- pedibus wieís. Tu autem, Do- la muerte sus maridos, y
varos. Próximo está ya el momento en que los que no h u - mine, seis omne consilium sus jóvenes sean pasados á
bieren creído en mí, serán abandonados á cus tinieblas, y eorum adversum me i n mor- cuchillo en el combate; r e -
á su voluntaria ceguera. Mientras que la luz 03 alumbra, tem: ne propilieris iniquita- suenen sus casas con los
abridle vuestro espíritu y vuestro coraaon; creadlas g r a n - t i eorum, etpeccatum eorum gritos y los lamentos; por-
des verdades que ella os descubre, seguid el camino que a facie l ú a non d e l e á t u r : que vos haréis caer sobro
ella os muestra, no sea que sorprendidos de ¡a nocLe, f . M eorruentes i n conspectu ellos repenlinamente el l a -
seáis como ciegos que caminan sin saber dónde van. La tuo, i n tempore furoris tui d r ó n , porque han cavado
fé simple, humilde y sumisa será para vosotros una luz abutere cis, Domine Deus una hoya para hacerme
que os iluminará y os hará hijos de la luz. Viendo el Sal- nosler. caer en ella, y han tendido
vador la mala disposición de la mayor parte de la asam- y escondido lazos bajo do
blea, y el designio que tenían de prenderle para compla- mis piés. Mas vos, Señor,
cer á los fariseos, y no habiendo llegado todavía la hora conocéis todos los designios
de su muerte, se retiró y se sustrajo de ellos. 1 Qué des- de muerte que han formado
gracia, cuando Jesús cansado, por decirlo así, incomodado contra m í . No les perdonéis
con nuestro endurecimiento, se relira 1 su iniquidad, ni se borro
278 SABADO
j a m á s su pecado (leíanle de dose lan horrorosos y lan disformes á los ojos cristianos,
vuestros ojos: sean arrui- querrían por lo ménos p e r s u a d i r á los simples q u é no hay
nados en vuestra presencia, verdadera virtud sobre la tierra. De aquí aquellas m u r -
y traíadiossegún vuestra se- muraciones, aquellos discursos irreligiosos, aquellas ca-
veridad en el tiempo de lumnias horribles. Pero ¿ q u é puede toda su malignidad
vuestro furor, Seflor Dios contra la verdadera virtud? Ella no puede oscurecerse
nuestro. sino á los espíritus ciegos. Lo que hace la virtud en el co-
Lo que dice aquí el Profeta á manera de imprecación, razón corrompido de los libertinos, lo hace la verdad en
y al parecer como por un deseo de venganza, es una s i m - el espíritu dañado de los herejes; es el espíritu del error
ple predicción, cuya verdad y efecto conocía el Profeta. el que les anima contra los católicos; sus ciernas calum-
Dice que les suceda esto, en lugar de decir, esto les suce- nias prueban sus estravios y sus errores.
d e r á . Este modo de hablar es familiar á los profetas. Por -ti!'
la espresion de ladrón, entiende Jeremías á Nabucodono- E l Evangelio de la misa es tomado del de san Juan,
sor, que muy pronto después conquistó y se apoderó sin capitulo 1%.
ningún derecho de toda la Judea. Todas eslas desgracias I n illo tempore: Cogita- En aquel tiempo, pensa-
que predice el Profeta, y que él mismo vió suceder, eran verant principes sacerdotum ron los príncipes de los sn-
la figura de las desgracias infinitas que debían suceder á wt el Lazarum interficerent: cerdoles dar la muerte á
los judíos en castigo del horrible deicidio cometido en la quia mullipropter ülum abi- Lázaro; porque á causa de
persona del Mesías. bant ex Judceis, el credebant él, muchos judíos les deja-
i n Jesum. I n crastimm a w - ban y creían en J e s ú s . Al
REFLEXIONES.
teni turba mulla, quee vene- otro dia una turba numero-
«Venid, maltratémosle con los tiros de nuestras lenguas, rant ad diem feslum, cum sa que había venido para
y no hagamos caso alguno de todos sus discursos.» Hé audissent quia venil Jesús la fiesta, habiendo oído de-
aquí lo que se reduce todo el odio, toda la rabia de los Jerosolymam: accepermt r a - cir que Jesus venia á Jeru-
enemigos d é l a virtud contra los buenos. Un desprecio i n - mos palmarum, etprocesse- salen, lomó ramas de p a l -
solente de sus sabios consejos y de sus buenos ejemplos; runt obviara e i , et clama- m a s ó l e salieron al encuen-
zumbas picantes, empalagosos chistes, discursos eslrava- bant: Hosanna , benedictus tro clamando: «Hosanna,»
gantes, negras calumnias, hó aquí las armas, hé aquí los qui venit i n nomine Domini, bendito sea el rey de Israel
medios miserables, de que el mundo, el libertinaje y la Rcx Israel. Et invenit Jesús que viene en el nombre del
herejía se sirven para vengarse del agravio que les hace asellum, et sedit super cum, Señor. Y Jesus encontró un
la verdadera virtud con su exacta probidad, y del disgusto sicut scriplum est: Noli t i - borriquitoy se montó en éU
que les causan las gentes de bien con la pureza de sus cos- mere, filia Sion: ecce Rex según lo que está escrilo:
tumbres, con el resplandor de sus grandes ejemplos. «No tuus venit sedens super p u l - No temas, hija de Sion, h é
hagamos caso alguno de todos sus discursos.» Una vida lum asinai. Ucee non cogno- aquí tu Rey que viene mon-
inocente, una conducta irreprensible y religiosa, una s ó - verunt discipuli ejus p r i - tado en un asnillo. Los dis-
lida devoción, son lecciones mudas, pero elocuentes y pa- mum, sed quando glorifica- cípulos no entendieron esto
téticas, de que los mundanos y los libertinos no pueden tus est Jesús, tune recordati al pronto, sino cuando Jesus
gustar, y que les incomodan por la continua censura que sunl, quia hcec erant scripta fué glorificado ; entonces so
hacen de sus estravios y de su insigne locura. Pregúntase de eo, el h m fecentnt ei. Tes- acordaron que estas cosas
¿ d e donde nace que los impíos hayan estado siempre de limonium ergo perhibebat habían sido escritas de é l ,
lan mal humor contra las personas piadosas, no obstante t u r b a , queo eral c m i eo, y que todas le habían así s u -
que la modestia y la moderación de estas, igualmente que quando Lazarum vocavil de cedido. Las gentes que le
su espíritu de retiro y de soledad debiesen ponerlas al monumento , et suscitavit acompañaban cuando man-
abrigo del encono d é l o s libertinos? Pero ¿quién no r e que eum a mortuis. Propterea et dó á Lázaro que saliese del
esto mismo es, quiero decir, esta regularidad de costum- obviam venil ei turba, quia sepulcro, y le resucitó de
bres, esta conducta lan edificante, la que enciende su b i - audierunt eum fecisse hoc entre los muertos, daban tes-
lis? Este contraste pone enteramente de manifiesto lo que signum. Phariswi ergo dixe- timonio de él. Por esto,
hay de mas irreligioso, de mas defectuoso y de mas i n - runt ad semelipsos: Videtis porque el pueblo había oido
digno en la desarreglada conducta de las personas mun- quia nihil profiemus? Ecce que había obrado este p ó r -
danas, y el brillo inamisible de la virtud penetra hasta el mundus totuspost eum abiit, tenlo, salieron á encontrar-
fondo de su conciencia, \ j causa, á pesar suyo, en ella Eranl autemquidam gentiles le. Dijéronse, pues, los fa-
crueles remordimientos. Irritados furiosamente contra los ex h i s , qui a s c e n d e r á n t ut riseos recíprocamente: ¿No
que vienen á turbaras! su funesto reposo, ce arrebatan, adorarent i n die (esto. I l i er- veis que nada hacemos, n i
se alteran, conspiran contra el justo, y querrían estermi- go accesserunt adPhilippum, aprovechamos cosa alguna?
narle de sobre la faz de la tierra, para no verse turbados qui erat a Bethsaida Gali- Ved, pues, cómo todo oj
en su falsa seguridad. En defecto de otras armas, emplean Icece, el rogabant eum, dicen- mundo le sigue. Algunos de
los tiros de sus lenguas para herirles. Mo hay acción l i m - tes : Domine, volumus Jesum los gentiles que habían v e -
pia que ellos no ennegrezcan; no hay obra buena que no videre. Venit Philippus, et nido para adorar en el dia
desacrediten; no hay práctica de piedad de que no se mo- dicil Andrece: Andreas r v r - de la fiesta, se acercaron á
fen néciamcnle. Si su negra malicia no puede oscurecer sum et Philippus dixermt Felipe que era deIJelhsiida
una conduela y una probidad que aplaudo todo hombre Jesu. Jesús autem respondü en Galilea, y le rogaron, d i -
racional, se agarran á la intención y á los motivos; y v i é n - cts, dteens: Venit hora , ut ciéndole: S e ñ o r , nosotros
DE PASION. 279
darificetur Filius homims. descartamos ver á Jesús. teneiSiluz, no sea quo la no-
Amen, amen dico vobis, nisi Felipe fué, y se lo dijo á che os sorprenda; el que
g r a m m frumenti cadens i n Andrés, y Andrés y Felipe camina en las tinieblas no
lerram morluum fueiit, ip~ se lo dijeron á Jesús. Jesús, sabe por dónde va: m i e n -
sum solum manet. S i aulem pues, les dió esta respues- tras tenéis luz, creed en la
mortuum f u e r i t , mullum ta: Ha llegado el tiempo en luz, á fin de que seáis hijos
fi-uctum aflert. Qui amat qyeel Hijo del Hombre va á de la luz. Esto es lo que dijo
animam mam, perdet eam: el ser glorificado. En verdad Jesús; en seguida se retiró
qui odit animam suam, i n os digo, que si el grano d é y se escondió de ellos.
hoc mundo, i n vitam ceter- trigo sembrado en la tierra
nam cuslodil eam. S i quis no muere, se q u e d a r á solo; MEDITACION.
mihi ministral, me sequalur: pero si muere, llevará m u -
De la morlificacion del cuerpo.
el ubi sum ego, Ulic et mi~ cho fruto. El que ama su
nisler m u s e r i t . s i quis mihi v i d a , la p e r d e r á ; mas el PCXTO PRIMERO.—Considera que la maceracion de la
minislraveril, honorifieabit que en este mundo aborre- carne no es únicamente la virtud de los desiertos y de
eum Palcr meus. Nunc a n i - ce su vida, la asegura para los claustros; fruto es de la penitencia que crece en todas
ma mea túrbala esl. Et quid la vida eterna. Si hay alguno las tierras y se da en todas las estaciones. Llevamos con
dicam? I'aler, salvifica me ex que pertenezca á mis sier- nosotros un cuerpo de pecado que es preciso destruir c r u -
hac hora. Sed proplerea veni vos, que me siga; y en cificándole con Jesucristo. Nuestros sentidos están de i n -
i n horam hune. Pater, c l a r i - cualquiera parle que yo es- teligencia con el enemigo de nuestra salvación; no hay
fica nomcn tuum. Venil crgo toy, alli estará también m ¡ uno que no sea, por decirlo así, para nosotros una ocasión
vox de cmlo: Et clarificavi, siervo. Si alguno s e d e d i c a á de pecado, ninguno que no nos tienda lazos. La muerte
el ilerum\ clarificabo. Turba mi servicio, mi Padre le en- ha entrado en nuestras casas, dice el Profeta, porque ha
ergo qua¡ stabat, el audicrat, salzará con honor. Ahora subido nuestras ventanas. Desengañémonos, no es posible
dicebal t o n i l r m m esse fac- nú espíritu está turbado, ¿y conservarse en la inocencia sin la mortificación de los
tum. Aliidicebant: Ángelus ei sentidos. Es necesario macerar la carne con los ayunos y
q u é diré yo? Padre salvad-
heutus est. liespondil Jesús, las austeridades, es indispensable que el recato y la m o -
me de esta hora; pero pre-
el d i x ü : Nonpropler me hmc destia sean como un freno que contengan la licencia de los
cisamente por esta hora he
vox venil, sed propler vos.
venido. Padre mío, glorifi- ojos, por donde se desliza el veneno mas sutil hasta el
Nunc judicium esl mundi,
cad vuestro nombre. Al ins- alma. El contagio apoderado ya de los senlides gana muy
nunc princeps hujus mundi
tante vino una voz del cielo pronto el corazón.
rjicielur [oras. E í ego si exal-
(que dijo]: Yo le he glorifi- Son en verdad temibles nuestras pasiones; sin embar-
ialus fuero a térra, omnia
cado, y le glorificaré toda- go, apenas deben su fuerza á otra cosa que á nuestra i n -
traham ad meipsum {hoc OH-
vía. La lurbaque estaba allí, mortificacion. Nuestra sensualidades la que las nutre; so
íem dicchat, significans qua
y que habia oido el ruido, rebelan contra nosotros luego que nosotros les damos las
morte essel moriturus). Res-
decia que habia sido un armas. Detestemos sus perniciosos designios todo lo quo
pondÁl ei turba: Nos audivi-
trueno: otros decian : es un g u s t á r e m o s ; hagamos resoluciones cuanto quisiéremos; e l
mus ex kge*, quia Christus
ángel que le ha hablado. medio de enflaquecer este enemigo interior es macerar la
vmnel i n w t e r m m : et quo-
Entonces respondió Jesús: carne, mortificar los sentidos, llevar una vida penitente.
modo tu dicis: Oportel exal-
No ha sido por mí por quien ¿Quítase esta cérea? Qué estraño es que la viüa quede
l a r i Filium hominis? Quis esl
se ha hecho oir esta voz, espuesta al robo, que los pasajeros la pisen, que lodo
isie Filius hominis? Dixil ergo
eis J e s ú s : Adhuc modicum sino por vosotros. Ahora se género de animales pasen por ella. El que mantiene d e l i -
lumen i n vobis est. Ambulale v a á h a c e r e l juicio del m u n - cadamente á su esclavo, dice el Sabio, le verá muy p r o n -
dum Imem habetis, ut non do, ahora va á ser arrojado to rebelarse contra él. El alma se resiente siempre de la
vos lenebrm comprehendant: fuera el "príncipe de este disposición del cuerpo; búscanse en lodo sus comodida-
el qui ambulal i n lenebris, mundo, y cuando yo fuere des; llévase una vida blanda y sensual; pásanse los mas
nescit qao vadat. Dum lucem elevado de la tierra, todo bellos dias en las delicias y la ociosidad; nada se niega á
hnbelis, írcdüe in lucem, ut lo a t r a e r é á mí (decia esto los sentidos; refinase todavía sobre la misma delicadeza,
filiilucis sitis. Ila'c heutus para significar q u é género ¿y se quiere que la concupiscencia no diga una palabra,
est Jesús: etabiit, el abscon- de muerte habia de sufrir), que las pasiones estén sometidas á la razón, que al tiempo
dilse ab eis. Dijéronle algunos de la mu mismo que por todas parles se enciende el fuego, pueda
chedumbre : Nosotros he- uno pasearse sin sentir ni aun el calor, como en medio del
mos oido sogun la ley que horno de Babilonia? contar con semejantes milagros, ¿no
el d isto permanece eterna- es quererse aturdir para "perderse con ménos remordi-
mente; ¿ c ó m o pues dices mientos? ¡Y me quejo y o , Señor, me admiro después do
tú que conviene que sea esto de mis enfermedades y de mis caídas!
exaltado el Hijo del hombre? PUNTO SEGUNDO.—Considera si hay uno solo entre los
¿quién esesle Hijo del hom- grandes santos que forman el objeto de nuestra venera-
bre? A esto les dijo Jesús: ción, y que la Iglesia nos propone todos los dias por m o -
Todavía tenéis entre voso- delos, que no haya mortificado sus sentidos, macerado
tros la luz por un poco de su carne y llevado una vida austera. Los que no habian
tiempo. Caminad mientras | j a m á s perdido su inocencia como los que habian pecado.
2S0 SEMANA
los que vivían en el mundo como los que estaban en los que no hay ninguno de los que son verdaderamente vues-
desiertos, el pastor y el artesano como los que hablan na- tros, que no haya crucificado su carne con sus vicios y
cido entre el esplendor y el trono; todos han cruciflcado concupiscencias. (Galat 2.)
su cuerpo y no hay uno que no haya practicado la peni-
tencia. Nosotros nos espantamos al solo nombre de morti-
PROPÓSITOS.
ficación ; la abstinencia y el ayuno de Cuaresma se nos
resisten; ¿ y pretendemos salvarnos? ¿esperamos todos ser 1 De todo lo que hab^s leído, y de todas las reflexio-
santos? [Puede darse confianza mas presuntuosa! nes que acabáis de hacer, concluid , que la mortificación
San Eduardo es jóven, es rey, su vida ha sido siempre del cuerpo os es absolutamente necesaria, y haceos cargo
pura é inocente; y san Eduardo ayuna, macera su carne, cuál es el error y el peligro en que están todos los que
vive entregado á una austera penitencia, y en el dia de pasan su vida en el regalo, que refinan hasta la delicade-
hoy son pocas las gentes del mundo que no tengan horror za, y á quiénes la abstinencia, el ayuno, y las d e m á s
á las austeridades. Edad, condición, motivo de salud, ne- austeridades corporales asustan. No olvidéis nunca aque-
gocios, empleos, delicadeza de temperamento, todo clama llas hermosas palabras de san Pablo, el oráculo que aca-
por dispensa. La religión no ha envejecido, la moral de báis de leer: «Los que pertenecen á Jesucristo, han c r u -
Jesucristo no se ha mudado, los sentidos no se han hecho cificado su carne; luego» ¿ á q u i é n pertenecerán los que la
menos enemigos, el tentador no se ha cansado, las pasio- tratan tan delicadamente? ¿de quién son discípulos? De-
nes no están eslinguidas. ¿Somos nosotros mas privile- sengañémonos, puesto que esas mujeres mundanas, esos
giado. ? ¿Se ha ensanchado el camino del cielo? Digámos- grandes del siglo, esas personas de calidad, esas gentes
lo mejor, ¿ h a b r á muchos que se salven? del mundo, son de la misma religión de los santos, preciso
¡Cosa estraña! Una jóven va á sepultarse en un claustro es que como los santos lleven una vida crucificada. Consi-
con toda su inocencia, y se consume á fuerza de austeri- derad hoy cuales son vuestras prácticas sobre este punto.
dades para merecer el cielo; y su hermana entregada á Reglad con el parecer de vuestro director las penitencias
todos los pasatiempos del mundo, pasa sus dias entre la esteriores que hubiereis de hacer, y no paséis día alguno
molicie y los placeres, y no puede oir hablar de ayuno, de sin hacer alguna mortiíicacion corporal.
mortificación de los sentidos, de Cuaresma; ciertamente 2 Los ayunos de la Iglesia y las abstinencias de p r e -
una de las dos va m a l : comultemos el Evangelio y sabre- cepto deben ocupar el primer lugar. ¡Qué irreligión el
mos cuál de las dos es la que está en el camino de la per- dispensarse de ellos, porque uno es j ó v e n , porque tiene
dición. un temperamento delicado, porque es de calidad, porque
Al abrigo de las borrascas, lejos de los escollos, con las goza de una salud débil; mientras que estas saludes tan
pasiones cuasi eslinguidas en el estado religioso, estas flacas, estas delicadezas de temperamenlo tienen bastante
almas puras no creen todavía poder labrar su salvación' fuerza para pasar las tres y las seis horas al juego, con
sin el ausiliode la penitencia; y almas llenas de pecados, una intensa aplicación de cuerpo y de espíritu que gasta-
esclavas de las pasiones mas peligrosas, en medio de los ría la salud mas robusta! El ayuno incomoda, se dice, la
mayores peligros, creen poderse pasarsin esta salque i m - Cuaresma enflaquece; miserable razón, ridicula aun, en
pide la corrupción, sin estos remedios lan saludables con- quien es cristiano. ¿ E s acaso la penitencia una sensuali-
tra el contagio, sin estas armas tan necesarias contra el dad ? ¿Pretendes acaso lisonjear el gusto y alimentar el
enemigo de la salvación, sin estos frutos dignos de peni- amor del placer cuando se hace penitencia? No os dispen-
tencia. ¡Qué ilusión! iqné estravagancia! séis j a m á s de las abstinencias y de los ayunos de precepto
Conozco, Señor, la necesidad de estos poderosos ausi- sin una estrema necesidad, y aun entonces tratad de reem-
lios y mi pasada delicadeza, cubriéndome de confusión, plazar por alguna buena obra trabajosa el ayuno y la abs-
me hace todavía conocer mas la indispensable necesidad tinencia de que os habéis dispensado. No os contentéis con
que tengo de hacer penitencia: desde este momento d e - las penitencias de obligación; informaos de vuestro direc-
claro la guerra á mi amor propio y mis sentidos, y lleno de tor cuáles podéis hacer de elección y de supererogación,
confianza en vuestra misericordia, espero que una com- lodos los años, todos los meses,' todas las semanas; si
pleta victoria será muy pronto el fruto de las resoluciones consideráis á vuestro amor propio, no hay mortificación
q-io bago ahora. alguna que os convenga, porque ninguna hay que no le
sea contraria. Incomódase tanto por el mundo y por la d i -
JkcuuTOiiiAS.—Sí, mi dulce J e s ú s , clavado estoy en la
versión, ¿y nose ha de hacer nada, nada se ha de sufrir
cruz con vos, y no me s e p a r a r é ya j a m á s de ella. (Galat. i.)
por salvarse?
Yo lo veo, Salvador mió Jesucristo y no puedo dudarlo,

SEMANA SANTA.
La semana que precede inmediatamente al dia de Pas- p o r e s c e l c n c í a . Hánsele dado también otros muchos n o m -
cua ha sido mirada desde el principio de la Iglesia eolre bres. Eusebio habla de ella bajo el nombre de semana de
los fieles como el tiempo mas santo del a í l o , y que exige las Vigilias, porque se pasaban cuasi todas las noches e n -
de nosotros mas devoción y santidad, á causa d é l o s gran- teras en ejercicios de piedad para honrar la pasión del
des misterios cuya memoria celebra la Iglesia, en aten- Salvador, y particularmente aquella noche cruel en la que
ción á los que se ha llamado en todo tiempo Semana Santa se hicieron sufrir á Jesucristo tantos tormentos, y se lo
SANTA- 28!
hartó de oprobios. En aquella noche fué cuando se entre- se contentasen con el ayuno ordinario de los d e m á s dias.
g ó á aquella mortal tristeza que le hizo sudar hasta san- San Epifanio llama á la Semana Santa, la semana de las
gro : en aquella noche fué cuando fué vendido por el a p ó s - xcrophagias ó de los ayunos rigurosos; esto es, en la que
tol apóstala; preso y atado como un malvado; arrastrado los ayunos estaban reducidos á pan y agua, ó á lo mas
por las calles de Jcrusalen; llevado de tribunal en t r i b u - á frutas secas sin condimento ni delicadeza. Las constitu-
nal ; abofeteado; cubierto de llagas y de salivas; abando- ciones apostólicas dicen, que por espacio de seis dias no
nado, en fin, á la insolente barbarie de los soldados, los se comia mas que pan, agua, sal y hortalizas; en las mis-
cuales ejercieron toda la noche sobre su sagrada perso- mas es llamada la Semana Santa, semana de Pascua; esto
na, cuanto la impiedad mas desenfrenada, la insolencia es, la semana que servia de preparación á esta gran so-
mas desmedida, la crueldad mas desencadenada pudo ha- lemnidad. A la verdad, la observancia de esta xeropha-
cerle sufrir de doloroso y do- infame. Para honrar estos gia ó abstinencia de legumbres, de lacticinios y de pesca-
tormentos nocturnos del Salvador, por espacio de muchos do, no era de precepto, como pretendían los monasterios;
siglos pasaban los fieles todas las noches de la Semana pero era tan generalmente practicada, que era vergonzoso
Santa en oraciones, en penitencia y en ejercicios de pie- el dispensarse de ella. En la sucesión de los tiempos quedó
dad, y este fué el motivo para dar á esta semana el nom- reducida á los dos dias que preceden á la víspera de Pas-
bre de «semana délas Vigilias.» Hállase también apellida- cua, después únicamente al Viernes santo, y aun esto el
da con el nombre de «Penal,» ó según el vulgo de Francia dia de hoy no se observa muy escrupulosamente ( l ) .
la semana «Penosa,» á causa de las penas y de los dolo- Las vigilias acompañaban á los grandes ayunos de la
ros de Jesucristo, y en este sentido los griegos la han l l a - Semana Santa^ lamas considerable é r a l a del Jueves al
mado, « d i a s d e dolores,diasde cruces, diasde suplicios,» Viernes santo. Esta se observa todavía por un gran n ú -
y los latinos «semana laboriosa y días de trabajos.» L l a - mero de personas religiosas que pasan toda la noche en
móse también «semana de indulgencia,» en razen de que oración delante del Santísimo Sacramento, para honrar
estos son los dias de las grandes misericordias del Salva- allí con sus oraciones y con los ejercicios de su piedad las
dor, y en que se recibían los penitentes á la absolución, humillaciones del Salvador, y todo lo que toleró de mas
y en seguida á la comunión de los fieles. ignominioso y mas aflictivo en toda la noche que precedió
Pero el nombre de «Semana Santa» y «Semana mayor» á su muerte, y que siguió á la institución de la adorable
es el que se ha hecho universal en toda la Iglesia. 6 i se Eucaristía.
Mama «Semana mayor,» no es, dice san Crisóslotno, por- En los primeros siglos de la Iglesia toda la Semana
que tenga mas dias que las otras ni porque sus dias sean Santa era festiva, lo mismo que la que la sigue, á causa
mas largos, sino porque Jesucristo ha obrado en ella los de la muerte y de la resurrección de Jesucristo, que so
mas grandes misterios. l i a librado á los hombres de la t i - celebraba en estas dos semanas . Así se lee en las constitu-
ranía del demonio; ha satisfecho plenamente á la justicia ciones apostólicas, Phocio, en el compendio de las leyes
divina pornuestros pecados; ha instituido el divino sacri- imperiales y de los cánones, dice que la quincena de
ficio; nos ha vuelto la vida, como lo hizo consigo mismo, Pascua era festiva, y el papa Gregorio IX en su decretal
en la esprc-ion de san Pablo, remitiéndonos todos nuestros de las fiestas cuenta también estos quince días como
pecados; ha borrado el acta que estaba escrita contra no- festivos de obligación. San Crisóstomo dice, que no sola-
sotros, el decreto que nos condenaba, y le ha anulado cla- mente los pastores de la Iglesia mandaban á los fieles
vándole en la cruz; ha conseguido los despojos de los prin- honrar y santificar la Semana Santa, sino también los
cipados y de las potestades, triunfando detíllas en su per- emperadores lo ordenaban cu toda la tierra, haciendo
sona. Esto es lo que ha hecho que se llame á esta semana suspender las causas y los procedimientos criminales, y
la «Semana m a y o r ; » y esta es la razón, añade san C r i - vacar á -lodos los negocios civiles y seculares, á fin de
sóstomo, porque muchos fieles aumentan en estos dias que estos santos dias quedasen libres de la confusión, de
sus piadosos ejercicios. «Algunos hacen ayunos austeros, las disputas y de los embarazos de los procesos, y de todo
dice, otros la pasan en vigilias continuas y otros hacen otro bullicio que hubiera podido impedir el que se e m -
grandes limosnas. Los emperadores mismos honran esta pleasen con sosiego y tranquilidad en la piedad, en el
semana y conceden vacaciones á lodos los magistrados, culto de la religión, en los ejercicios de la penitencia y
á fin de que libres de los cuidados del mundo pasen estos en las buenas obras. No solo entre los griegos fueron en-
dias dedicados al culto de Dios. Honran también estos dias, tredichas toda obra servil y toda abogacía, durante la
enviando á todas partes despachos por los cuales ordenan quincena de Pascua; también los latinos observaban r e l i -
que se abran las puertas de las prisiones. Honremos, s i - giosísimamenlc la fiesta de la Semana Sania y de la « i -
gue siempre hablando san Crisóstomo, honremos, pues, guiente con obligación de guardarla, y así se hacia en
estos dias, concluye, y en lugar de ramos y de palmas, Italia, en Francia y en España. Mas adelante se permitió
ofrezcamos nuestro corazón á Jesucristo.» al pueblo el trabajo de manos, contentándose con prohi-
La Semana Santa se ha considerado siempre como una bir todo ejercicio forense en toda esta semana.
semana de mortificación y de penitencia. Desde los p r i - La Semana Santa se ha considerado siempre como un
meros siglos, los ayunos eran mas largos y las abstinen- tiempo de indulgencia y de perdón. Los príncipes y los
cias raasVigurosas. Ningún cristiano, por poco zeloso que magistrados cristianos, teniendo presente el perdón y las
fuese, sc'dispensaba de este rigor saludable. Algunos pa- gracias que Dios concede á los hombres por los mérilos
saban mas de un dia sin comer; apenas habia alguno que d é l a muerte de Jesucristo, hacían abrir las prisiones d u -
no añadiese algunas otras austeridades á su ayuno. San
Dionisio, obispo de Alejandría, testifica que le era m u y e s -
(') En el dia solo so observa en algunas comunidades
trano queso hallasen gentes que el viernes y sábado santo religiosas.
TOMO IV. 3C
c282 DOMINGO
rante csíos dias de las misericordias divinas, y ccnfoi-
mando, por decirlo así, su policía con la do la Iglesia
DOMINGO DE RAMOS.
fiuccn estos dias reconciliaba los penilenles en el aliar,
ellos perdonaban a los criminales y los absolvían. San Pocos domingos hay en lodo el año mas solemnes en la
Crisóslomo nos refiere que el emperador Teodosio envia- Iglesia que el domingo de llamos, y ninguno tal vez en
ba despacbos de remisión á todas las ciiuladcs para cpie que la religión se presente con mas brillo, y en que la fó
se pusiese en libertad á los presos, y se concediese la y la piedad de los fieles se haga mas sensible. La Iglesia
vida á los reos, en los dias que preceden á la gran fiesta ha creido que debia honrar con un culto particular la e n -
de Pascua. También era costumbre en Francia desde el trada tpiunfante que Jesucristo hizo en la ciudad de Jeru-
siglo v i i conceder semejantes .gracias á los criminales en salen cinco dias antes de su muerte, poi que eslá persua-
la Semana Santa. Habiendo resuelto el rey Carlos V i dida que no carece de misterio. Así es que desde que la
castigar algunos rebeldes, que se custodiaban estreclia- iglesia se vió en libertad por la conversicn de los empe-
mentc en las prisiones, zuamló sin embargo que se les radores á la fé de Jesucristo, instituyó esla festividad. La
diese libertad porque ocurrió la Semana Santa. Esta cos- ceremonia de las palmas, ó de los ramos benditos, de
tumbre no está del todoabolida. El Martes santo, que es el que la a c o m p a ñ ó , no fué mas que el símbolo de las dis-
último día de audiencia, se Irasliere el parlamcnlo á las posiciones interiores con que los fieles deben celebrarla,
prisiones del palacio; allí se hace un interrogatorio á los y una jusla representación de la entrada triunfante que
presos y se da libertad á una gran parle de aquellos c u - hizo el Salvador en Jerusalen, y que los santos Padres m i -
yas causas son mas favorables. Lo mismo se hace todavía ran como una figura de su entrada Iriuufanle en la Jeru-
en Francia el día que precede á la vigilia de Natividad y salen celestial.
á la de Pentecostés (1). De lodo lo que acaba de decirse, La bendición de las palmas y de los ramos, la proce-
se puede venir en conociinicnio de la veneración singular sión pública en que se llevan las palmas, han sido siem-
que ¡os fieles han profesado siempre á esta semana p r i v i - pre tan solemnes en la Iglesia, que los solitarios y los
legiada, en la cual se lian obrado los mas grandes miste- mongos que se retiraban á lo interior de los desiertos des-
rios de nuestra religión, y en la que también el Señor pués de la Epifanía, para prepararse á la gran fiesta de
derrama tan abundantemente los tesoros de sus grandes Pascua lejos de todo comercio humano, no dejaban de
misericordias sobre todos los fieles. Todo nos inclina á volver á su monasterio, para celebrar la de llamos con
posarla coa aquel espíritu de religión que debe animar sus hermanos; y después de haher asistido á la procesión
lodos los actos de ella. La elección y la celebridad de los con su palma, se volvían á su soledad, para pasar allí
oficios; la majestad misteriosa de las ceremonias; el luto toda la Semana Santa, entregados á la penitencia y á la
universa! de lá Iglesia; todo nos predica la compunción, contemplación de los misterios de la pasión.
la contrición, la penitencia, lodo nos instruye. Son estos Puédese íacilmenle concebir cuál ha sido el motivo quo
dias santos por los grandes misterios que cu ellos se ce- ha tenido la Iglesia en la institución de esla fiesta, y lo
lebran; poro cada uno debe santificarlos por medio do que se ha propuesto en la ceremonia de los ramos. Quiere
ejercicios santos. Son dias de indulgencia, dice san C r i - en primer lugar honrar la brillante entrada de Jesucristo
sóslomo; ¿ y se negará un cristiano á perdonar? Los e m - en Jerusalen entre los gritos de alegría, los aplausos y
peradores romanos, por un efecto de su piedad y por una las aclamaciones del pueblo; quiere por un culto verda-
observancia ya antigua, dice el grande san León, abaten deramente religioso, y por un homenaje sincero de todos
y suspenden todo su poder en honor de la pasión y de la los corazones cristianos, suplir, por decirlo así, lo quo
resurrección de Jesucristo; endulzan la severidad de sus fallaba á un triunfo puramente esterior, seguido pocos
leyes, y hacen gracia á aquellos que son reos de diversos (lias después de la mas negra y de la mas infame perfi-
crimines. Justo es, continúa el mismo Padre, que los dia. Con este, espíritu de religión deben recibirse y l l e -
pueblos cristianos imiten también á sus príncipes, y que varse los ramos, y asisíirse á todas las ceremonias de es-
estos grandes ejemplos de clemencia les estimulen á usar tos dias, conformándose así con las intenciones de la
entre sí de indulgencia en la coyuntura favorable de un Iglesia. Las mismas bocas que en este dia*clamaban:
tiempo tan santo, pucsio que las leyes domésticas no de- Salud, gloria y bendición al Hijo de David, que viene en
ben ser mas inhumanas que las leyes públicas. Preciso el nombre del Señor, al Rey de Israel, al Mesías, g r i t a -
es, pues, perdonarse recíprocamente, remitirse las ofen- ban cinco dias d e s p u é s : {(Quítalo , quítalo de delante de
sas y las deudas, reconciliarse y r e n u n c i a r á todo resen- nosotros; sea crucificado cual lo merece un malvado; sea
limiento, si se quiere tener parte en las gracias que Jesu- clavado en una cruz, como si hubiese sido el mas per-
cristo nos ha merecido con su p a s i ó n ; y si queremos que verso de lodos los hombres.)) Para reparar esta cruel i m -
nos perdone nuestras deudas, perdonemos nosotros á piedad quiere la Iglesia que todos sus hijos reciban en
nuestros deudores, y perdonemos de lo íntimo de nuestro triunfo á su divino Salvador, y resarzan en alguna
corazón ledas las injurias. manera la superficial y falsa recepción de los pérfidos
judíos.

(r, E s l o m i á m o se practica on E s p a ñ a cu todas las a u - Pero ninguna cosa ofrece una idea mas justa de esta
dk'uchis, y a mas so c o n s e r v a la piadosa costumbre do fiesta, y d é l a santidad de esla religiosa ceremonia de los
prosoi VlU-al rey ol V ionios sanio tres causas de reos de ramos, que las oraciones de que se sirve la Iglesia para
pena capital, y solire lu que S. M. pone la mano'al liompo bendecirlos. Comienza por aquel grito de alegría, y aque-
do la a d o r a c i ó n do !a croi, nucda el reo contenido en étl I
alisuollo do esta pena.
lla aclamación del pueblo que, llevando palmas en las
manos, y ramas de olivo, habia salido de Jerusalen al
encuentro del Salvador para honrar su enlrada en aquella
DE RAMOS. 283
capitól; claninndo: «Viva el Hijo de David, salud y gloria derramado sobre la tierra. Porque aquel dichoso pueblo
al l\tiy de Israel, bendito sea el que viene en el nombre comprendió entonces que esta ceremonia era una figura
del Señor, hosanna en lo mas alio de los cielos.» Léese en del combale que nuestro Salvador, conmovido de las m i -
s¡'giiida aquel pasaje del Exodo, capítulo ll», en el que serias del hombre, debia dar al príncipe de la muerle para
reíiei e Moisés el segundo campamento que hicieron los dar la vida á todo el mundo, y de la victoria que debia
israelitas, después de su paso del mar Rojo, en Elim, en conseguir muriendo. Con este espñ ilu llevó á su encuentro
donde habia doce fuentes y setenta palmas: «Llegaron, ramos de árboles que representaban su triunfo glorioso, y
dice, los hijos de Israel á Elim, en donde habia doce fuen- la cíiision abundante de su misericordia. También nosotros
tes yselenla palmas, y acamparon junto á las aguas.» To- teniendo presente esta acción y los misterios que !a le nos
dos los sanios Padres dicen que las doce fuentes de agua descubre en ella, nos dirigimos á vos, Señor, Padre Santo,
viva significaban los doce apóstoles, y que los setenta Dios omnipotente y eterno, y os suplicamos humildemente
discípulos estaban significados por las setenta palmas. por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que así como os
Pocos de estos pasajes tan marcados hay en el antiguo habéis dignado por vuestra gracia hacernos miembros
Teslamcnto, que no sean una figura de algunos hechos suyos, nos hagáis también triunfar en él y por él del i m -
del nuevo. Conlimia después la bendición de los ramos perio de la muerte, á fin de que merezcamos tener parto
con la oración siguiente: en la gloria de su resurrección.
«Aumenlad, ó Dios, la fé de los que ponen en vos toda » O Dios, que habéis querido que una paloma anun-
su confianza, y dignaos escuchar favorablemente á los ciase en olro tiempo la paz á la tierra por medio de una
que imploran con humildad vuestra cleincncia. Multipli- rama de olivo, dignaos concederme la gracia de santificar
cad sobre nosotros los efectos de vuestra misericordia. con vuestra bendición celestial estos ramos de olivos y de
Bendecid estas ramas de palmas y de olivos; y así como otros árboles, á íin d e q u e sirvan á todo vuestro pueblo
para darnos una figura escelenle de las gracias que para su salud; por los méritos de nuestro Señor Jesu-
derramáis sobre vuestra Iglesia, habéis bendecido y en- cristo.
l iquccido á Noó al salir del arca, y á Moisés al salir de » Suplicámoos, Señor, conlimia el sacerdote, que ben-
EgtpUl con los hijos de Israel; haced también que cuando digáis estos ramos de palma y de olivo, y que hagáis que
llevamos estas palmas y estos ramos de olivos, salgamos vuestro pueblo, triunfando del enemigo de su salvación,
al encuenlro de Jesucristo enriquecidos de buenas obras, y aplicándose con todas las veras de su corazón í las obras
y por él entremos en el regocijo eterno. de misericordia, haga espinliialmenle en su it^eiior, por
»Os suplicamos, Señor, Padre Santo, Dios omnipotente una piedad sincera y fervorosa, lo que esteriormenle hace
y eterno, que bendigáis y santifiquéis estos ramos de hoy en vuestro honor.
olivo, que habéis hecho nacer del tronco doi árbol, y de « O Dios, que habéis enviado por nuestra salud á este
los que en otro tiempo llevó la paloma un ramo, en su pico mundo á vuestro Hijo Jesucristo nuestro Señor, á fin
cuando volvía al arca, á fin de que lodos aquellos enlre de que abatiéndose hasta nosotros, nos atrajese á vos, y
quienes se distribuyeren estos ramos, al tiempo que los que dispusisteis que á s u entrada en Jerusalen, para que
llevan reciban de vos una protección especial para el a l - se cumpliesen las Escriluras, una muchedumbre de pue-
ma y para el cuerpo; y que lo que es símbolo de vuestra blo l i d , conducido por una sincera piedad, estendiese sus
gracia, venga á ser para nosotros un remedio eficaz de vestidos y echase ramas de palmas en el camino por don-
salud. de pasaba ; dignaos concedernos vuestra gracia para pre-
» 0 Dios, que reunís lo que está disperso, y que después pararle el camino con la fé, y quitar de ól toda piedra do
de reunido lo conserváis, conlimia el sacerdote, así como tropiezo y de escándalo, á fin de que llevando delante de
habéis bendecido al pueblo que llevaba los ramos delante vos los ramos espirituales de las buenas obras, podamos
de Jesús, bendecid también estos ramos de palma y de seguir los pasos de aquel que vive y reina con v o s . »
olivo «pie vuestros íieles siervos llevan en honor de vuestro Concluye el sacerdote la ceremonia de la bendición d é
nombre, á fin de que los que habilen en cualquiera lugar los ramos con esta oración : « Dios omnipolente y eterno,
en (pie hieren guardados, participen dé vuestra bendición, que quisisteis que nuestro Señor Jesucristo entrase mon-
y que vuestra mano proleja y libre de lodos los males á tado sobre un asnillo, y que inspiiasleis á un pueblo i n n u -
los (pie han sido rescatados por vuestro Hijo, Señor Jesu- merable que eslendiese sus vestidos y ecliasc ramos do
cristo, que siendo Dios vive y reina con vos, en unidad del árboles por dondepasaba, cantando en loor suyo: «Hosan-
Espírilu Sanio por lodos los siglos de los siglos. n a » , esto es, salud y gloria : concedednos, si es de vues-
» O Dios, que por un órden maravilloso de vuestra pro- tro agrado, vuestra gracia para que imitemos su inocencia,
videncia, habéis querido serviros de las mismas cosas i n - y merezcamos tener parte en su mérito, por el del mismo
sensibles, para hacernos comprender la economía admira- Señor nuestro Jesucristo. »
bl'e de nuestra salvación; dignaos iluminar el espíritu y Voseen todas estas oraciones el moüvo y el fin de esta
el corazón de vuestros siervos, y dadles un conocimiento fiesta, y con q u é espíritu y con q u é disposiciones debe
útil y saludable de los misterios que nos habéis querido asistirse á la ceremonia de los ramos,los cuales hantenido
representar en la acción de aquel pueblo que conducido en lodo tiempo los fieles la devoción de conservarlos en
por una inspiración del cielo, en tal dia como hoy salió al sus casas con respeto, persuadidos que por la bendición
encuentro del Kedcnlor, y echó ramas de palmas y de que tienen, no pueden dejar de ser saludables. Las ala-
olivos en el camino por donde Iransilaba. Las palmas i n d i - banzas que tributa la Iglesia en las oraciones de la bendi-
c aban la victoria que habia de conseguir sobre el príncipe ción al pueblo judío que salió al encuenlro del Salvador,
de la muerte; y los ramos de olivo publicaban en alguna hacen relación á las santas disposicicnes y á los ser.li-
manera la imciou espiritual de vuestra gracia que habíais mieulos verdaderos de respeto y vcncruciun de que estaba
m DOMINGO
verdaderamente poseído aquel pueblo, que miraba enton- Este domingo se ha llamado con diferentes nombres en
ces al Salvador como el Mesías. Y si algunos días después la iglesia. En el tiempo que se observaban en él los usos
su estima y veneración se cambió en un sumo desprecio de la antigua disciplina, en órden á la reconciliación so-
y en furor, debe atribuirse esto á la impiedad y á los ar- lemne de los penitentes públicos, y al bauiismo de los ca-
tificios malignos do los sacerdotes y de los fariseos, que tecúmenos, se llamaba el domingo de Indulgencia. El
hicieron creer que habían ellos por Gn descubierto que domingo, ó pascua de los « Competentes ó postulantes,»
aquel á quien h a b í a n recibido de buena fé, como el iMesías que eran los que mejor instruidos ya, eran admitidos al
prometido, era un insigne impostor, que les había enga- bauiismo. Se llamaba también eldia de «Lavacabcza, »
ñado con milagros falsos. en latín capüilavium, porque en este dia se hacia la cere-
Por célebre que haya sido la Gesta de hs palmas ó de monia de lavar la parte superior de la cabeza á los que
los ramos, desde los primeros siglos de la Iglesia, se ha debían ser bautizados, especialmente á los niños, para que
creído á propósito reducir toda la ceremonia de ella á la recibiesen en ella con mas decencia la unción santa. Pero
bendición y á una procesión solemne que representa la entre todos los nombres que se han dado á esto domingo,
entrada triunfante de Jesucristo en Jerusalen, igualmente los mas comunes, y los que se le dan todavía universal-
que su entrada triunfante en la mansión de su gloria. Por mente el día de hoy, son el de domingo de Ramos y el do
esto la p r o c e s i ó n se hace fuera de la iglesia, la cual está Pascua florida, á causa de las flores de que se hacían r a -
cerrada nó sin misterio, y no se abre hasta la vuelta de milletes, que se llevaban en varas altas en la procesión, y
la procesión-, cuando el subdiácono ha golpeado á la puerta que se habían bendecido con los ramos de árboles, de don-
con el cabo de la cruz. Esto nos recuerda que el cielo es- de los españoles han dado el nombre de Florida á una gran
taba cerrado á los hombres, y que Jesucristo es el: que nos parle de la América, por haberla descubierto e l d i a de
ha abierta la puerta, y merecido la entrada por su muerte Pascua florida del año de 1513.
en la cruz. En muchos parajes se hace la bendición y dis- Toda la misa de este dia es de la pasión del Salvador.
tribución de los ramos fuera del pueblo, y por esto se ven El introito está tomado del salmo 2 1 , el cual debe enten-
cruces próximas á las aldeas y les lugares, y junto á ellas derse á la letra de Jesucristo. Vesé en él la oración del
mesas de piedra que es en donde se bendicen los ramos, Salvador en la cruz, el retrato do su pasión y de sus d o -
y desde allí se va proeesronalmente á la iglesia (1). lores. Su resurrección está allí pintada, del mismo modo
Antiguamente, hecha ya la distribución de los ramos al que su reino y la vocación de los gentiles á ia fé. Todos
pueblo, y pronta ya á partir la procesión, tomaban dos los antiguos judíos han convenido en que este salmo hacia
diáconos de encima d é la credencia el libro de los Evange- relación al Mesías; y solo después de establecido el c r i s -
lios puesto sobre una rica almohada, y lo llevaban como tianismo, es cuando los judíos modernos han tratado do
se hace con las urnas de las reliquias sobre sus espaldas, eslraviar el sentido. Todas las cirennstancias de la pasión
rodeados de una multitud de cirios, entre continuas i n - y de la muerte de Jesucristo se hallan espresadas clara-
censaciones, precedidos de todo el clero, y seguidos de mente en él. « Señor, no dilatéis mas el venir en mi a u x i -
todo el pueblo que llevaba las palmas y los ramos en la lio, cuidad de defenderme ^ arrancadme cuanto antes de
mano. Todo esto iba acempaíiado de la cruz, de banderas, entre estas bestias feroces y Crueles ; » y en lugar de esta
de banderolas, y de cuanto podia aumentar aun la pompa vida temporal que voy á perder, porque así lo ordenáis,
de esta representación del triunfo de Jesucristo. En algu- haced que inmediatamente resucite á otra nueva. « Dios
nas partes- en lugar del libro de los Evangelios se llevaba mió, Dios mío, mirad el estado en que me hallo; ¿ por q u é
el Santísimo Sacramento de la Eucaristía en triunfo, bajo me habéis abandonado á la rabia de mis enemigos? » Los
la idea deque la presencia real de Jesucristo bajo los sím- pecados de los hombres con que he querido cargarme
bolos de pan, representaria mucho mejor lo que pasó en os piden justicia, y yo voy á satisfacerla abundantemente
su entrada en Jerusalen, y haría mucha mas impresión con mi muerte.
en el pueblo, que la representación de su espíritu bajo la La Epístola está tomada de la carta de san Pablo á los
letra del Evangelio. Lanfranco, arzobispo de Cantorberi Glipenses, en la que el santo Apóstol exhorta á los Geles á
en el undécimo siglo, dice que se llevaba el Santísimo que entren en los verdaderos sentimientos de humildad á
Sacramento en triunfo en esta procesión, cerrado en una ejemplo de Jesucristo , que siendo la imagen esencial y
caja en forma de túmulo. Esta costumbre ha cesado en consustancial de Dios , y por consiguiente el Dios mismo,
todas partes, fuera de Rouen en donde todavía se lleva el se ha anonadado por nuestro a m o r , hasta tomar la figura
copón en una urna, sobre las espaldas do los sacerdotes, de esclavo, habiéndose hecho semejante á los hombres , y
en la procesión de Ramos. El famoso himno : « Gloria, constituídose en la condición del hombre á esception del
alabanza y honor á vos, Rey, d isto Redentor,». que se pecado. ¿Qué motivo mas poderoso para inspirarnos
canta en ella, ha sido compuesto por Theodulfo, 'obispo de el amor á la humildad, y q u é impresión no debe hacer en
Orleans,*cn su prisión de Angers, donde le había hecho nuestro corazón y en nuestro espíritu un ejemplo semejan-
poner Luis el Piadoso, por haber tenido parte en la cons- te? «Se ha anonadado á sí mismo , tomando la figura do
piración de Rcrnardo, rey de Italia. Asistiendo el empe- siervo» y de esclavo. En efecto, iqué abatimiento mas pro-
rador á la procesión del domingo de Ramos en Angers lo fundol ¿No es una especie de anonadamiento el estado en
oyó cantar á dos níílos en la puerta de la p r i s i ó n ; y fué que Dios se ha puesto haciéndose hombre, queriendo ser
tanto lo que le movió, que diú libertad á su autor, y le tratado como el último de los hombres , y espirando en
restableció en su silla. una cruz? El nombre ó íigura do que aquí se sirve san
Pablo, no significa una simple apariencia esterior sin rea-
lidad ; del mismo modo que el nombre de imagen de Dios,
'11 En España ya no so haco esto en ninguna parle, aun-
de que se sirve mas arriba, no signiGca uua representa-
yae cu l o anii¿uo so luso cu luuclws.
DE HAMOS. 285
cíon vacía, una simple semejanza. Por eslos dos (énninos enferma de mantilla, le hicieron subir encima. Una m u l -
entiende el Apóstol la naturaleza divina y la naturaleza titud prodigiosa de pueblo, á quien el rumor de su venida
humana, biposlálicamente unidas bajo una sola persona habia hecho salir de la ciudad para venir á su encuenlro,
en Jesucristo. Por la imagen de Dios entiende san Pablo le acompañaba , y daba lanías pruebas de afecto á su Rey
que Jesucrislo es verdadero Dios en todo igual á su Padre; y á su Salvador, que la mayor parte estendian sus vestidos
y por la figura del esclavo, que es verdadero hombre co- á lo largo del camino para que pasase; muchos cortaban
mo nosotros á escepcion del pecado. El mismo Apóstol lo ramas á los árboles, y las esparcían por el mismo camino;
esplica cuando dice, que siendo el Salvador la imagen de otros venian de todas partes con palmas y ramos de olivo
Dios, no ba creido que el ser igual á Dios , y llamarse tal, en las manos, y lodos generalmente clamaban: Hosanna
baya sido para él una usurpación, puesto que por su natu- al Hijo de David ^ ; bendito sea el que viene en nombro
raleza tlivina era igual á Dios su Padre , así como por su del Señor! ¡Uosanna en lo mas alto do los cielos 1 Hosanna
naturaleza bumana era igual á nosotros. i significa gloria, salud, bendición. Era un grito de alegría,
El Evangelio de la fiesta de este dia. esto es, de la en- y una aclamación del pueblo, que deseaba al Mesías todo
trada triunfante de Jesucristo en Jerusalen, es del capítu- género de prosperidades. Según el hebreo la palabra I ) o -
lo 21 del Evangelio según san Maleo. Habiendo cenado sannasignifica salvadnos ó salvadle; pero además de esta
Jesucristo en Bethania, seis dias antes de Pascua, en casa significación literal, tiene un énfasis particular en lasacla-
de Simón el leproso , en donde se balda hallado Lázaro maciones y en los gritos de alegría , como la de viva el
resucitado, y en donde su hermana María habia derrama- Rey, salud al Hijo de David, larga vida y loda especie de
do sobre su cabeza un esquisilo perfume , salió al otro dia bien al Mesías que viene en el nombre del Señor para l i -
para i r á Jerusalen á consumar su sacrificio. Habiendo lle- bertar á su pueblo. Hosanna en lo mas alto de los cielos,
gado cerca de Betphagé, que estaba al pié del monte de esto es, espíritus celestiales", unid vuestras aclamaciones
los Olivos, á una media legua corta de la ciudad, mandó y vuestros deseosa los nuestros , para atraer todo género
á dos de sus discípulos que fuesen al lugar, y le trajesen de felicidad y de gloria al Hijo de David , al Rey de Is-
una pollina que encontrarian alada á una puerta, y su rael, al Mesías, al soberano Libertador. Este grito de r e -
buchecito con ella; y que si alguno les decia alguna cosa, gocijo está tomado del salmo 117 , que se cantaba en el
le dijesen que el Señor los necesitaba, y que inmcdiala- dia de la fiesta de los labernáculos. Colmad , Señor do
menle les dejada. Este acontecimiento verificó la predic- vuestras liendicioncs, dice David, al que Dios omuipoten-
ción, cumpliéndose entonces la del profeta Zacarías que te ha enviado para reinar sobre nosotros.
representa al Mesías haciendo su entrada en la capital de La Iglesia comienza en este dia á hacernos leer en la
su reino, entre las aclamaciones y los aplausos de los ha- misa la historia de la pasión del Salvador , conforme á la
bitantes de Jerusalen : «Decid á la hija de Sion,» esto es, descripción de san Mateo. Dejamos para los dias siguien-
á la ciudad de Jerusalen, de la que hacia parte la monta- tes, y sobre todo para el Viernes santo las reflexiones que
ría de Sion (los hebreos dan muchas veces á las ciudades pueden hacerse sobro esta historia.
el nombre de bija), decidle: «Mira á tu Rey, que viene á tí
con un espíritu de dulzura, montado sobre una pollina , y La oración de la misa de este dia es como sigue:
sobre su buchecito que lleva el yugo,» ó lo que es lo Omnipotcns sempiterne Dios omnipotente y efer-
mismo, sobre el buchecito que es la cria de la pollina, Deus, qui humano generi ad no, que quisisteis que nues-
como dice el Profeta. Apenas hubo profecía alguna que se imilandumhumilitalis exem- tro Salvador serevistiesede
cumpliese mas visible y literalmente que esta en la entra- plum , Salvalown nostrum nuestra carne, y sufriese el
da iriunfanle de Jesucristo en Jerusalen. El Profeta pro- carnem sumere, eterucem su- suplicio de la cruz, á fin de
mete la venida del Rey Salvador , del Mesías que cí a la biré fecisti: concede propitius, que los hombres no r e h u -
esperanza y el consuelo de los judíos. Los caracteres con ut ctpalicnlicii ipsius hahere sasen imitar ai ménos la
que le designa , y que son los mismos con que le pinta el documenta^ el resurreelio-nis humanidad del mismo Dios;
profeta Isaías, no convienen mas que al Mesías, y se en- consoriia mcreanmr. Per concedednos vuestra gracia
cuentran tan perfectamente en Jesucristo ', que j a m á s h u - cumdem ü o m i n u m . . . . para seguirle en sus tormen-
bieran podido desconocerle los judíos si su endurecimien- tos , á fin de que tengamos
to y su obstinada malicia no les hubieran hecho indignos parte en su gloriosa resur-
de las luces del cielo y de las gracias necesarias para co- rección. Por el mismo Jesu-
nocer y para amar á este Dios libertador. Pero no hay ce- cristo, etc.
guera mas incurable que la que es voluntaria. Pocos sa-
cerdotes, pocos doctores do la ley hubo que no reconocie- La Epístola es una lección sacada de la carta del apóstol
sen siempre en Jesucristo las seríalos características del san Pahlo á l o s de Filipos.
Mesías; pero su orgullo, su insaciable codicia , la disolu- Fratrcs : IIoc enim sentile Hermanos mios : entrad
ción de sus costumbres, sufocaban lodos estos buenos ii* vobis quod et i n Christo en los mismos scnlimienlos
sentimientos , y estinguian todas estas luces saludables; Jesu: qui cum in forma Dci que ha tenido Jesucrislo,
y si resolvieron deshacerse de é l , fué solo por librarse de esscl, non rapinam a r b ü r a - que siendo la imágen de
sus remordimientos demasiado importunos. No bien hablan lus esl csse se ccqualem Deo: Dios , y no habiendo c r e i -
ejecutado los dos apóstoles el órden de su divino Maestro, sed semel ipsum exinanivil, do arrogarse'cosa que no
cuando todos se apresuraron á cuál mas contribuiría á la formam servi accipiens, i n le perteneciese al conside-
pompa y á la alegría de su entrada en Jerusalen. Los dis- smUiiudincm hominum [ac- rarse igual á Dios , se ha
cípulos dieron el ejemplo á los demás ; trajeron la pollina tas, et habilu invenlus u í anonadado sin embargo a s í
con el borriquillo , y habiéndolos cubierto cou sus capas, homo. lluinUiach s m c l i p - mismo , tomando la figura.
2SG DOMINGO
sum, ¡actas ohcd'ms usquead de esclavo, habiéndose he- diferencia! ¡ A h ! | se busca el dia de hoy el cristianismo
inorlrnimorlmaulemcrucis. clio seinejanle á los L o m - en medio de los cristianos l apenas hay mas que un eslerior
l'ropler quod et Dcus exalta- bi es, y halládose en la con- muy superficial, una sombra, por decirlo así, de religión
l i l illum, et donavit i l l i no-
dicion de hombre. Se ha en la mayor parte de los fieles. ¿Con q u é ojos se miran,
me», quod esl super omneno- abatido á sí mismo, habien- con q u é docilidad se escuchan las importantes lecciones
men: ut in nomine Jesu omne dose hecho obediente hasta que tantas veces nos dió el Salvador; aquellas lecciones
genujlectalur ccelcstiam, ter- morir, y morir en una cruz. de humildad, de dulzura, de mortificación, de rectitud, do
resírium , etinfcrmrum, et l'or lo que Dios le ha exal- abnegación, y todo lo que nos ha dicho acerca el perdón
omnís Ungm confitcaiur,
tado. y le ha dado un nom- de las injurias? Tales son los senliraienlos de Jesucristo,
quia Doininus Jesús Christus bre que es sobre todo nom- sus consejos, sus preceptos: ¿ y son ellos la regla de nues-
in gloria est DeiPalris. bre, á fin de que al nombre tros sentimientos y de nuestra conducta? En el dia'de hoy
de Jesús doble la rodilla to- se piensa, se juzga como el mundo, como el amor propio;
do cuanto hay en el cielo, se habla el idioma de la codicia, de las pasiones: nadie
en la tierra y en losabismos, se avergüenza de un desorden tan voluntario, de un estra-
y confiese toda lengua que vío tan universal; pero ¿ c u á l será el t é r m i n o ? «Entrad en
el Señor Jesucristo está en los mismos sentimientos que ha tenido Jesucristo,» si que-
la gloria do Dios Padre. réis ser verdaderamente discípulos suyos. ¿Nos honrare-
Declara san Pablo que de todos aquellos á quienes h a - mos de tenerle, por Maestro si pensamos de otra manera
bia predicado la palabra de salud, y á quienes hahia con- que él, ó si pensando como él vivimos según el espíritu y
vertido, no habia habido ningunos que le testificasen mas las máximas del mundo, tan contrarias al espíritu de Je-
reconocimiento y generosidad que los filipensos. Ellos fue- sucristo y á las máximas del Evangelio?
ron los únicos que le enviaron socorros de dinero á los
panijos en que predicaba; ellos lo sostuvieron por dos E l Evangelio de la misa de este dia, es la Pasión de nucsíro
veces en Tesalónica, y ellos enviaron á Epaphrodita á Ro- Señor Jesucristo, según san M a t e o , ¿ a p . ¿ o y %7.
ma para socorrerle en las prisiones. I n i l l o lempore: D i x i l J e - En aquel tiempo dijo Je-
sús díseípuítí SMÍS; Fcitis, sus á Í-US discípulos: Voso-
' REFLEXIONES. quia post bidmun Pascha tros sabéis que de aquí á
«Entrad en los mismos sentimientos que ha tenido Jesu- jiet, el Filius hominis trade- dos dias se ha de celebrar
cristo.» No habla solamente san Pablo á los fieles de F i l i - (ttr ut crucifigatur. G. Tune la Pascua, y que el Hijo del
pos; habla á todos los cristianos. Los miembros no deben eongregali sunt principes sa- hombre será entregado para
tener otros sentimientos que los de su cabeza. Jesucristo cerdolum, el senioris populi ser crucificado. Entretanto
es nuestra cabeza; ¿ deberemos pensar nosotros de otra in atrium principes sacerdo- los príncipes de los sacer-
manera que é l ? ¿ n o deben ser sus sentimientos la regla tum,qui'tiicchaturCüiphas, dotes y los ancianos del
de los nuestros? y siendo él el camino, la verdad y la v i - el consilium fecerunl ut Je- pueblo se juntaron en la
da, ¿ d e b e r e m o s nosotros estar animados de otro espíritu sum dolo lenerent, et occi- sala del gran sacerdote l l a -
que el suyo? El que no sigue mi camino, seestravia; el derent. Iñcehant nulem: S. mado Caifas, y deliberaidn
que piensa de otro modo que la verdad, vive, en el error y Non i n die [esto, nc forte t u - prender á Jesús por sorpre-
se e n g a ñ a ; el que no vive de esta vida, está en estado de multus f w e l in populo. C. sa y xpiitarle la vida. l ) e -
muerte. Jesucristo es la verdadera s a b i d u r í a ; todo lo que Cum mam Jesús esset i n Be- cian empero: No lo haga-
se le opone no es mas que locura, y nuestras luces no son thania i n domo S i m m i s l e - mos durante la fiesta, no
puras sino en tanto que participan de su espíritu. De aquí prosi, accessit ad eum m u - sea que so suscite una con-
es que ningunas ideas son rectas, sino aquellas de las lier hahens alabaslrum u n - moción popular. Estando,
cuales es Jesucristo el motivo; ningunas máximas verda- guenti preliosi, el e¡¡udil su- pues, Jesús en Beth;inia en
deras, sino las que Jesucristo nos e n s e ñ a ; ningún plan, per capul ipsius recumben- casa de Simón el leproso,
ningún sistema sólido, sino el de la religión de Jesucristo. íts. Videntes autem discipuli, se llegó á él una mujer con
De estos grandes principios saquemos las consecuencias. indignati sunt, dicenles : S. un vaso lleno de un licor
¿Entra el mundo en ios sentimientos de Jesucristo? ¿pien- Ut quid perdilio hwc? potuit odorífero de gran procio, el
sa, raciocina, obra como él? ¿ n o sigue otras máximas que enim istud venumdari mullo, cual le derramó sobre su
las suyas? ¿ a u n las personas consagradas á Dios, y las etdari paupmlnis. C. Scivns cabeza cuando estaba á la
que hacen profesión de discípulos de Jesucristo, las que autem J e s ú s , ait i l l i s : >J< mesa. Visto esto por a l g u -
están dedicadas á la piedad, entran siempre, en los senti- Quid moksli esíis huic m u - nos discípulos, se incomo-
mientos de este divino Maestro? ¿Tenemos la misma idea lieri? opus enin bonum ope- daron y dijeron : ¿Por q u é
de los bienes de esta vida que la que tiene el Salvador? r a í a est i n me. Nam sem- se ha despreciado esto? pues
¿pensamos como él de todo lo que lisonjea las pasiones, de per pauperes habet's mbis- podia haberse sacado n m -
todo lo que impone á los sentidos, de todo lo que deslum- cum : me autem non semper cho dinero de ello, y ha-
hra por su falso brillo y por sus encantos? ¿nuestros j u i - hubetis. Mitlens enim bwc borle d a d o á los pobres. Pe-
cios sobre los males y los bienes de esta vida, son confor- unguenlum hoc i n corpas netrando Jesús lo que m u r -
mes con los suyos? ¿ p e n s a m o s aun d é l o s mismos deberse mcvm, ad sepclimtlum m i m u r a b a n , les dijo: ¿ P o r
de la religión y del negocio do la salvación como él piensa? fecit. Amendico vobis, u b i - q u é dais esta pesadumbre á
¿acomodamos nuestra conducta con la de los santos, ajus- cumque proedicalum fueril esta mujer? lo (pie acaba do
tamos nuestras m á x i m a s á las del Evangelio? ¡Buen Dios! hocEvangelium in loto mun- hacer conmigo es una ac-
¡qué horrible desproporción! ¡qué oposición! ¡ q u é iuüiiita eto , dicetur et quod hwc d o n buena. Siempre l e u -
DE M M 0 3 . 287
f m l i/i memoriaIH ejus. C. dreis pobres entre vosolros, monlem Oliveli. Tune dicit tomó Jesús el pan, lo ben-
Tune ahül m u s de duode- pero á Éli no siempre me illis J e s ú s : tj* Omnes vos dijo, lo pariió, y lo dió á
cim, qui dlvehatur Judas I s - (ciulrois. Derramando este scavdahm paiiemini in me sus discípulos, dicléndoles:
caiioles, ad principes sacer- licor sobre mi cuerpo, me in isla nocle. Scriplum est Tomad y comed, esto es m i
doliim, et ait i l l i s : S. Quid ha preparado para la se- enim: Perculiam paslorem, cuerpo. Tomando en seguida
vullis mihi dure, el ego vo- pultura. En verdad os digo: et dispergenlur oves gregis. la copa, rindió acciones de
his eum iradam? C. A l i l l i que en lodo el mundo y en roslquam autem resunexe- gracias, y se la dió dicien-
consliluerunt ci Irifiinla ar- cualquiera parte de él adon- ro , praicedam vos i n Gali- do: Bebed todos de eslo,
(jenteos. B i exinde quierehat de se predicare este Evan- hcam. C. Respondens aulem porque esta es mi sangre
opporlunilalcm ul eum i r a - gelio, esto que ella ha he- Pelrus, ait i l l i : S. El si que constituye el nuevo Tes-
deret. Prima aulem die azij- cbo se publicará para me- omnes srandalhali fucrinl i n tamento, y que será derra-
morum accesscrunl discipuli moria suya. Entonces uno le, ego numquam scandali- mada por muchos á fin de
ad Jesumt dicenles : S. Ubi de los doce, llamado Judas zabor. C. Ait i l l i J e s ú s : ffc que sean Ies pecados per-
vis paremus tibi comedere Iscariotes, se fué á ver á Amen dico tibi quia i n hac donados. Ahora bien, yo os
Pimhu? C. A i Jesús d i x i l : los príncipes de los sacer- nocle., antequam gallas can- aseguro que en adelante no
^ / í e i n civitalem ad quem- dotes y les dijo: ¿Qué que- let, ler menegabis. C. Ait i l l i beberé ya de este vino,
dam , ct divile ex: Mayisler réis darme y yo os lo en- Pelrus: S- Etiam si opor- hasta el dia en que lo be-
dicil t Tempus rneum prope t r e g a r é ? Obligáronse ellos lueril me mori lecum , non le b e r é nuevo con vosotros en
csl, apinl u> [ocio Pascha á darle treinta piezas de negabo. C. Simililer el om- el reino do mi Padre. Y
eum discipulis meis. & E l piala, y desde aquel m o - nes discipuli dÍTervnl. Tune después de haber dicho el
fecerunl discipuli skul cons- mento andaba procurando venit Jesús cum illis i n v i l - himno , fuéronse hacia el
t i l u i l illis Jesús, elparave- una ocasión oportuna para lam, qua; dicitur Gelhsema- monte Olívele. Díjoles e n -
r u n i Pascha. Vespcre aulem entregarle. El primer dia ni, el dixit discipulis sitis: tonces J e s ú s : Todos vais á
[acta, discuinbcbat rum duo- de los ázimos se llegaron >í< Sédete lúe, doñee vadam escandalizaros en mi esla
di'fiin discipulis suis. E l los discípulos á Jesús y le iliuc, el orem. G. E l ussum- noche, poique eslá escrilo i
edentibus i l l i s , dixil : ^ dijeron: ¿Dónde quieres que pío Pclro, et dmbus fiiiis l e - ÜL-riró al pastor y se disper-
Amen dico vohis, quia uaus dispongamos para comer la bedwi, ccepil contrislari, et sai án las ovejas del rebaño:
veslrum me I r a d ü u r u s esl. G. PaScua? Respondióles Je- mvelus esse. Tune ait UHs: pero cuando yo hubiere r e -
Et conlristati valde, ceepe- sos : Id á la ciudad á un tal Ttislisesl anima mea us- sucitado iré delante de v o -
runl singuli dicere: S. ATu7/t- y decidle : Esto es lo que quead morlem: sustinele hic, sotros á Galilea. Tomando
qvid ego sum. Domine? C. dice el Maestro; mi tiempo el v'ujilate mecum. C. Et entonces Pedro la palabra,
M ipse respmdens, ait : >%< se acerca, yo hago en tu progressus p i m l h m , proci- le dijo : Aun cuando lodog
Qui iidingil mecum manum casa la Pascua con mis dis- dil in faciem suam orans, el se escandalizasen en vos^
in paropside, hic me tradet. cípulos. Hicieron los discí- dicens: ^ Paler m i , sipos- por lo que hace á mí, yo
Eiltus qaidem Iiominis v a - pulos lo que Jesús les habia sibile esl, Iranseal a me ca- nunca me escandalizaré.
dit , síciíí scriplum est de mandado, y prepararon la lix iste: verumlamen non Repúsole Jesus: En v e r -
i l l o : v a aulem homini i i l i , Pascua. Llegada la prima sicut ego voló, sed sicut tu. dad le digo que esta misma
per quem Filius hominis t r a - noche se puso á la mesa con G. Et venit ad discipulos noche ánlcs que el gallo
dettir! bonum eral ei, s i n a - sus discípulos; y estando suos, et invenit eos dormien- cante, me n e g a r á s tres ve-
lus m n fuisset homo Ule. C. comiendo , les habló así: les, et dicil Petro : i$< Sic ces. Aun cuando fuese ne-
Itespondeus aulem Judas, qui Kn verdad os digo que uno non potuisús m a hora v i g i - cesario morir contigo, le
iradidil eum, d i x i l : S. N u m - de vosotros me ha de entre- lare mecum ? Vigilale , el dijo Pedro , no le n e g a r é . Y
quid fffo sum, Rabbi? C. gar. Ellos muy afligidos orate, u l non inlretis in ten- lodos los discípulos dijeron
Ail i l l i : Ta dixisii. C. empezaron gada uno á pre- tationcm. Spiriius quidem lo mismo. Poco después se
C m a n t i b m «tuimi m , acce- guntarle : ¿ Por ventura soy promptus est, caro aulem i n - fué Jesus con ellos á un
p i l Jesús panem, et benedi- yo, Scuor? Mas él les res- firma. G. I l e n m secundo huerto llamado Gethsema-
xit ac fregit, deduque dis- pondió: El que me ha de abiit, el o r a v i l ; dicens : ^ nf, y Ies dijo: Permaneced
cipulis suis, et a i t : ^ Ac- entregar mete la mano en pater m i , si non potesl hic a q u í , mientras que voy
á p i t e , et romedite: Hoc est el plato conmigo. En ver- calix transiré , nisi bibam allá á hacer oración; y l o -
corpus meum. C. E l accipicns dad el Hijo del hombre va i l l u m , fial volunlas lúa. G. mando consigo á Pedro, y
calicem, gralias egit, et de- (á morir) según está escri- Et venit. iterum, el invenit á los dos hijos del Zebedeo,
dil illis, dkens: ^ Bilñleex to de é l ; pero ay de aquel eos dormicntes: eranl enim comenzó á enlristecersc y
hoc omites, ¡lieesl enim san- hombre por quien el Hijo oculi eorum gravali. Et re- afligirse. Dijoles entonces;
gvis meus novi Testamenli, del hombre será entregado: lictis i l l i s , ilenm abiit, el Mi alma está poseída de una
qui pro mullís cffundelur i n muy ventajoso hubiera sido oraiñt lertio, nimdem semo- tristeza mortal, esperad
remissionem peccalorum. Di-' para él, si no hubiese naci- nem dicens. Tune venit ad aquí y velad conmigo. Y
co aulem vobis : non hibam do. Enlonces Judas , que discipvlos suos, et dicil illis: habiéndose adelantado un
amodo de hoc genimine vilis, era el que le entregaba Dormite j a m et requiescí poco, se postró pegado el
usqve in diem i l l u m , cum respondiendo dijo: Maestro, le : ecce apprnpinqudiil ho- rostro conlra el suelo, oran-
ültid bibam V ü b i s a t m novum ¿soy yo acaso? Tú lo has r a , el Filius hominis trude- do y diciendo: Padre m i ó ,
in regno Palris mei. C. E l dicho, le respondió Jesús. tur i n manus peccatorum. si es posible paso este cáliz
hymno d i c t o , exierunt i n Estando , pues, cenando, Surgile, camus; ecce appro- sin que lo beba: sin embaí -

288 DOMINGO
pinqumñt qui me, iradel. C. go no sea como yo quiero lestes, et dketínmt : S. Ilic da, perecerán por la espada.
AdlíüC eo loqucnte, ecce J u - sino como lú. Volviendo dixit : I'ossum destrucre ¿Piensas tú que no puedo 5 o
das, iinus cíe duodedm, ve- donde estaban sus discípu- templum D e i , ct post t r i - r o g a r á mi Padre, y que él no
nit, el cum co lurha mulla los los encontró durmiendo, d m m recedificareMlud. C. me enviaría inmediatamente
cum gkdiis el fuslibus, mis- y dijo entonces á Pedro: Et surgens princeps sacerdo- mas de doce legiones do
si i i prinripibus saecrdotim ¿ N o habéis podido velar h m , ait U l i : S. Nihil res- á n g e l e s ? ¿Cómo pues se
el senioribus populi. Qui a u - una hora conmigo. ¿Velad y pondes ad ea, qum isti a d - cumpliría entonces lo que
tem tradidil eum, dedil illis orad para que no caigáis en versum le. teslificanlur ? G. dicen las Escrituras, s e g ú n
siynum, dieens: S. Quem- la tentación. Verdaderamen- Jesús aulem tacebat. E t p r i n - las que todo esto debe suce-
aunque oseidalus fuero, ipse te el espíritu es fuerte, pero ceps sacerdolum ait U l i : S. der asi? Volviéndose en
esl, léñete eum. C. E l con- la carne está floja. Habién- Adjuro le per Deum vivum, aquel momento Jesús á
fesiun accedens ad Jesum, dose retirado segunda vez, utdicas nobis si tu es Chris- aquella tropa , les dijo: V o -
dixit : S. Ave, Rahbi. C. Et oró y d i j o : Padre, si no es lus Films Dei. C. Dixit Uli sotros habéis venido á mí
osculatus esl eum. frixilque posible evitar el que yo be- Jesús : >J< Tu dixisli. Ve- como si hubieseis venido
Uii Jesús: •£< Amicc, ad quid ba este cáliz, h á g a s e tu v o - rumíamen dieo vobis, amodo conlra un l a d r ó n , armados
venisti? C. Tune accesserunt, luntad. Volvió en seguida videbilis Filium hominis se- de espadas y de palos para
ct mams hijecerunt m Je- (adonde estaban sus discí- den/m a dexlris virlutis prenderme. Todos los di as
sum, el lenucrunt eum. E t pulos) y los encontró dur- Dei, el venientem m m b i - estaba sentado entre voso-
ecce u m s ex his, qui erant miendo, porque sus ojos bus coeli. C. Tune princeps tros , enseñando en el t e m -
cum Jesús, exlendens manum, estaban cargados (de sue- sacerdolum s á d i l veslimenta plo, y no me habéis preso.
exemil ghtdium s m m , el ño) ; y habiéndoles dejado sua, dieens: S. fílasphema- Pero todo esto se ha hecho
pevculiens servum principis se f u é , y por tercera vez v i t : quid adhuc egemus tes- a s í , á fin de que se c u m -
sacerdotum, amputavit au~ repitió la misma oración. tibus ? ecce m n e audislis pliese todo lo que estaba
riculam ejus. Tune ait Uli Entonces volvió á sus discí- blasphemiam : quid vobis v i - escrito por los profetas. E n -
Jesús: Comerle gladium pulos , y les dijo: Dormid deturl C. A i iíít responden- tonces todos los discípulos
tuvrn i n locum m u m . Omnes y a , y descansad. Ved aqu¡ tes , dixermt : S. Rcus est le abandonaron y huyeron.
ertim, qui ucceperint g l a - que ha llegado 1Q hora, y morlis. C. Tune expuerunt Los que tenían preso á Je-
dium , gladio perihunt. An el Hijo del hombre va á ser in faciem ejus, el colaphis s ú s , le condujeron á casa
pulas, quia non possum r o - entregado en manos de los eum cocciderunt: alii autem d e G a i f á s , gran sacerdote,
gare Palrem meum, el exhi- pecadores : levantaos y v a - palmas i n faciem ejus dede- en donde se habían juntado
hfbit mihi modo plus quam mos; mirad que ya se acer- r u n l , dieentes:S. Prophetiza los escribas y los fariseos,
duodedm legiones angelo- ca el que me ha de entre- nobis, Chrisle, quis est qui Pedro le seguía á lo lejos
rum? Quomodo ergo implc- gar. Estando todavía h a - le pereussit? C. Pelrus vero hasta el atrio del príncipe
hunlur Scriiiiura'.; quia sic blando, llegó Judas, uno de sedebal foris in a t r i o : el ae- de los sacerdotes; y h a -
oportel ( m i ? C. I n illa ho- los doce, seguido de un cessit ad cum una ancilla, biendo entrado en é l , se
r a dixit Jesús l u r b i s : >í< gran número de gente ar- dieens: S. E l tu cum Jesu sentó con los oficiales para
Tamquam ad h l r o n c m exis- mada con espadas y palos, Galitcco eras. C. At Ule ne- ver en qué paraba esto. En-
tís cum gladiis et fuslibus enviada por los príncipes gavit coram ómnibus, d i - tretanto los príncipes de
comprehendere me : quolidie do los sacerdotes y por los eens : S. Nescio quid dids. los sacerdotes, y toda la
apud vos sedeham docens in ancianos del pueblo. El C. Exemte autem illo j a - asamblea, buscaban algún
templo, et non me lemistis. que le entregaba les habia nvam, vidit eum alia a n - falso testimonio contra Je-
C. IIoc autem lolum fnclum dado por señal (para que cilla , et o i l his, qui erant sús para condenarle á
esl, ut adimplerenlur Scrip- conociesen cuál era): Aquel ibi : S. E l Me eral cum Jesu muerte; pero no lo encon-
tura; Vrophelarum. Tune dis- á quien yo besare, ese es, Nazareno. G. E l iterum ne- traban , á pesar de haberse
cipuli omnes, relicto eo, f u - prendedle. Y acercándose gavit cum juramento: Quia presentado muchos testigos
gerunt. At Uli tenentes Je- inmediatamente á J e s ú s , le non novi hominem. Etpost falsos. Vinieron, por fin,
sum, duxerunl ad Caipham dijo: Dios le salve, Maestro. pusillum acecsserunl qui sla- dos, que dijeron: Este ha
prineipem sacerdolum, ubi Y le besó. Díjole Jesús: bant, et dixerunl Pelro,: S. dicho: Yo puedo destruir
scrilice et séniores convenc- Amigo ¿ c o n qué intención Veré et lu ex illis es, nam et el templo do Dios, y en
r a n l . Pelms autem seque- has venido? Mientras tanto ¡oquela tua manifestum le tres días volverle á edifi-
hatur eum a longe usque i n ellos se adelantaron , y apo- fácil. C. Tune ccepit detesta- car. A consecuencia de es-
ntrium prinripis sacerdolum. d e r á n d o s e de Jesús le pren- r i , et jurare, quia non no- to , levantándose el gran sa-
E l ingressus i n t r o , sedebríl dieron. A l mismo tiempo visset hominem. Et coalinuo cerdote le dijo: ¿Nada res-
cum minislris, ut viderót fi- uno de los que allí estaban gallas canlavit. Et recorda- pondes á lo que estas gen-
nem. Prinripes aulem sacer- echando mano á su espada, lus esl Petrus verbi Jesu, tes deponen conlra tí? Mas
dolum , el omne concilium la s a c ó , 6 hiriendo con ella quod dixeral: Prius quam Jesús no decía palabra. E n -
qnarebant falsum leslimo- á un criado del gran sacer- gallas cantet, ter me nega- tonces el gran sacerdote le
nium contra Jesum, t i l eum dote le corló una oreja. E n - bis. Et egressus foras,flevit dijo: Yo le conjuro de par-
m o n i traderent: e t n o n i n - tonces le dijo J e s ú s : Vuelve amare. Mane autem fació, te de Dios vivo, que nos d i -
v e n m a ú , cum m u l i i falsi tu espada á la vaina, porque c m s i l h m inierunt omnes gas si tú eres el Gristo, H i -
lestes accessissenl. Novissi- todos aquellos que (de este principes sacerdolum ct s é - jo de Dios. Tú lobas dicho,
me mUtn hencncnl d m falsi iiu;do)h¡ciei en uso de la espa- niores populi adversas Je- le respondió Jesús. Y yo os
DE RAMOS. 289
sum, ut m m morti trade- digo tambion, quo voreis muy tus? C. Sdebal enim quod solros? A. U lo loca el verlo.
m i t . FA VÍHCIUM adduxe- pronto al Hijo del hombre, sen- per invidiam tradidissenl Arrojando c! dinero on el t e m -
r u n l eum, et iradidcrunt tado á ¡a diestra de Dios o m - eum. Sedente autem illo plo, se salió fuera, y se ahor-
PoníioHlatoprmsidi. Tune nipotente , venir sobre las pro I r i b u n a l i , misií ad có. Recogido aquel dinero por
videns Judas qui cum i r a - nubes del cielo. En aquel pun- eum uxor ejus, dicens: S. los principes de los sacerdotes,
didit, quoá damnatus es- to d e s g a r r ó el gran sacerdote Nihil l i b i , el justo i l l i : dijeron {entre s í ) : No es per-
set, p&niteníia ductus, re- sus vestidos , diciendo í Ha multa enimpassa sum ho- mitido ponerle en el tesoro,
tulü b'iginta argenlcos blasfemado; ¿ q u é necesidad dic per visum propter eum. porque es precio de sangre; y
pritiripibus mcerdotum et tenemos ya do testigos? V o - G. Principes autem sacer- después de haber conferencia-
smioribus^dketis: S. Pee- sotros acabáis de oir la blas- dotum et séniores persua- do entre sí, compraron el cam-
cim , tradens sanguimn femia; ¿qué os parece? Mere- serunt populis ut pelerent po de un alfarero para enterrar
juslum. C. Atillidioceruní: ce ia muerfts dijeron ellos. Es- Barahham, Jesum vero á los estranjeros; por lo cual
S. Quid ad nos? tu videris. cupiéronle entonces en el ros- perderent. Respondens au- hasta Ijoy se llama aquel c a m -
C. Etprojcciis argentéis ia tro, diéronle de p u ñ a d a s , y tem pmses, ait illi<t: S. po llacéídama, esto es, campo
templo, recessil; et nhiens, hubo quienes le abofetearon, Quem vultis vobis de duo- de sangre. Cumplióse entonces
laqueo se suspendit. P ñ n - dicióndole: Cristo, muéstranos bus dimitti'í S. Al i l l i d i - lo que habia dicho el profeta
dpes autem sacerdotum, que eres profeta; ¿quién es el xerunt í S. Barabbam. C. Jeremías : Recibieron treinta
acceptis argentéis , dixe- quele ha herido? En esie tiem- Dicit Pilalus UHs: S. QÍÍÍÍÍ piezas de plata, precio on que
r u n t : S. Non lirel eos mil- po estaba Pedro sentado en el igilur faciam de Jesu, qui ha sido apreciado aquel á
(erein rorbonam, quia pre- atrio, y llegándose á él una dicilur Christus? C. D i - quien los hijos de Israel han
timisangumisest. C. Con- criada, le dijo: Tú también es- cunt omnes: S. Crudfiga- puesto en precio, y los han
silio aulem inilo, emerunt tabas con Jesús de Galilea, Mas túr. C. Ait illis pmscs: S. dado por el campo de un alfa-
ex illis agrumfiguli, i n se- él lo negó delante de todos, d i - Quid enim mali fecit? C. rero, como el Señor me lo ha
pulluram peregrinonm. ciendo: No sé lo que me dices. Al i l l i magis clamabant, prescrito. Jesús compareció
Propler hoc vocaíus est Al salir él de la puerta , le dicenles : S. Crucifigalur. ante el gobernador, y el g o -
ager Ule, ¡laccldama, hoc apercibió otra criada, y dijo G. Videns aulem Pilalus bernador le p r e g u n t ó : ¿ E r e s
esl ager Sunguims, usque á los que estaban presen- quia nihil p-oficeret, sed tú, ledijo, el rey délos judíos?
in hodiemum diem. Tmc tes: También este estaba con magis tumullus jieret, ac- Tú lo dices, respondió J e s ú s .
impletum esl quod dktum Jesús de Nazarelh. Nególo repta aqua, lamt manus Después de esto, acusado pol-
est per Jcremiam prophe- él segunda vez, diciendo con coram populo, dicens : S. los príncipes de los saccrdoles
tam, diMntcm: Et aecepe- juramento que no había cono- Innorens ego sum a san- y por los ancianos, no habló
runt Iriginta argénteos, cido á aquel hombre. Poco des- guinejusii hujus: v o s v i - una palabra. Díjole entonces
prelium ap^rretiali, quem pués los que estaban se acer- derilis. C. E l respondens Pilato : ¿No oyes cuántas co-
apprctiaverunl a filiis I s - caron, y dijeron á Pedro: Se- miversus populus, dixit: sas dicen contra tí ? Y no res-
rael: el dcderunl eos i n giiramcnle tú también eres de S. Sanguis ejus super nos, pondió una palabra á ninguna
agrum figuli, sicut consti- ellos, porque tu mismo idioma et super filias noslros. C. de ellas, de suerte que el g o -
íuit milñ Üominus. Jesús maniliesta quién eres: enton- Tmc dimisit illis Barab- bernador quedó cslraordina-
mtem stetil ante p r x s i - ces comenzó á hacer impreca- bam: Jesum autem flagel- riamente admirado. Acostum-
dem, et inlcrrogavit cum ciones, y á jurar que no cono- lalum tradidit e i s , u t c r u - braba el gobernador en el dia
prmes, dicens : S. Tu es cía aquel hombre. Inmediata- cifigereiur. Tune milites solemne de la Pascua remitir
Rex Judtsorum? G. Dicit mente cantó el gallo, y Pedro pmsidis sascipknles Je- un preso al pueblo, el que el
ü ü Jesús : »$< Tu dicis. G. se acordó de lo que Jesús le sum i n prcelorium, con- misino pueblo quería. Habia en
Eteum ac.msareíura p r i n - habia dicho : Antes que cante gregaverunt ad eum u n i - aquel entonces uno famoso l l a -
cipibiis sacerdolum el s é - el gallo me n e g a r á s tres ve- versam cohorlem; el exuen- mado Barrabás. Estando, pues,
nior ibus, nihil respóndil. ces; y habiendo salido fuera, tcs eum, chlamgdem cocci- lodos junios, les dijo Pilato:
Tune d k i t illí Pilatus: S. lloró amargamente. Luego quo neam circumdcderunt ei; ¿Cuál queréis que os suelle.
AtOÍI audis guanta adver- amaneció, hicieron consejo los et pleclcntes coronam 4e Barrabás ó Jesús que se llHina
sum te dkunt teslimonia? príncipes de los sacerdotes y spinis, posuermt super Cristo? Sabia bien que solo por
C. Et non rcspondil ex ad los ancianos del pueblo para capul ejus, et arundinem envidia se lo habian cnlreg;;-
ullum verbum, i l a ut m i - entregarle á la muerte. En in dextera ejus. Et genu do. Cuando estaba ya sentado
raretur prenses vehemen- seguida le trajeron atado, y le flexo ante eum , illudebanl en su tribunal, le envió su mu-
ter. Per diem autem solem- remitieron al gobernador Pon- ei, dkentes ¡ S. Ave, Rex jer á decir: No te mezcles en
nem consueveral prceses cio Pilato. Viendo entonces J u d m r u m . G. Et expuen- nada de lo que pertenece á cs!o
populo dimiUere unum Judas, que le habia entregado, tes i n eum, accepermt hombre santo, porque hoy he
vinctum, quem voluissent: que le hablan condenado, mo- arundinem, el perculkbant sufrido mucho por su causa en
habebal autem tune, v i n - vido de arrepentimiento, v o l - caput ejus. Et postqmm un sueño que he tenido. En-
clum insignem, qui dice- vió las treinta piezas de piala illuserunt ei, exuerunt eum Irelanlo los príncipes de los
balur Barabbas. Congre- á los príncipes de los sacerdo- chlamyde , et induerunt sacerdotes y los ancianos,
galis crgo UHs, dixit Pila- tes y á los ancianos. He peca- eum vestmentis ejus, et persuadieron al pueblo q u e p i - -
tus:S. Quem vultis dimit- do, les dijo, entregando la san- eduxerunt cum ut crucifi- diese á Barrabás, y quo clama-
tam vobisy Barabbam, an gre del justo. Mas ellos le d i - gerent. Exeuntes autem, se por la muerte de J e s ú s . D i -
Jesum, qui dicilur Chris- jeron: ¿ Q u é nos importa á no- invcncrvní homincm Cy- rigiéndose,- pues, á ellos el g o -

TOMO (V. ¿1
290 DOMINGO
m i ü ' i i w , nomiM Simo- bernador, los dijo: ¿Cuál de suií nrundini, et dahat ei y mi túnica la han echado á
uem: hmc anyariaverunt, los dos queréis quo os tmclle? bíbere. Ceteri vero díce- la suerte. Y habiéndose sen-
u i lollerel crwem ejus. Et A Barrabás, dijeron ellos. Re- banl: S. Sine, videamus tado le guardaban. Pusiéronle
vcneruiií in locum, qui d i - púsoles Pílalo: ¿Qué haré an venial Elias ¡iberans sobre la cabeza [oslas pala-
citur Golgoiha, qnoi csl luego de Jesús que se llama eum. C. Jesús aulem ü e - bras que indicaban) la causa
Calvaría: locus. E l dede- Gristo? Sea cruciíicado, res- rum clamans voce magna, de su muerte: Este es Jesús,
r u n l ei v i m m hibrre m m pondieron todos. Dijolesel go- emisil spiriium. [llic ge- rey de los judíos. Cruciíicaroti
f d l e n á x l u m . E l cum gus- bernador : i'ues qué mal lia nullectitur, et pausalur al mismo tiempo con él dos
íaasel, noluil bíbere. l'ost- b<'clio? Pero ellos clamaban aliquantulum.) Et ecceve- ladrones, el uno á su diestra,
quam autcm crucifujeninl mas y mas : Sea cruciíicado. tum lempli scissum est i n y el otro á su siniestra. Y los
n m , diviscrmt vestimen- Viendo Tilalo que todo era duas parles a smnmo u$- que pasaban por allí le car-
ta ejus, sorlem imítenles: inúlil, y que cada vez se ha- quedeorsum: el IrrrAmóla gaban de maldiciones, mo-
u l bupkrelui qaod didum cia mayor el t u m u l t o , hizo csl, et pcirte scíssa' suat, viendo sus cabezas, y diciéu-
est per -ñ'Ophelam dicen- traer agua, y se lavó las ma- et mommenla aperla sunt: dole: lía bien, lú que destru-
tem: Diviserunl sibi vesli- nos á la vista del pueblo, d i - el mulla corpora sanclo- yes el templo de Dios, y le
menta mea, el svper ves- ciendo : Soy inocente de la rum qui donnicranl, sur- vuelves á edilicar en tres dias,
lem meam misenmt sor- sangre do este hombre justo; rexermt. E l exeunles de sálvale á tí mismo. Si lú eres
tera. E l sedentes, serva- vosotros lo veréis. A lo cual monumentis posl resur- el Hijo de Dios, baja ahora do
hanl cuM. El imposuerutil respondió todo el pueblo , d i - rectionem ejus, venerunt la cruz. Los príncipes de los
super capul ejus eausam ciendo; Venga su sangre so- in sanclam civilulcin , el saceidotes, mofándose tam-
ipsius scriplam: llic est bre nosotros y sobre nuestros apparucrunl mullís. Ccn~ bién de él, con los escribas y
Jesús Uex Jutlniorurn. hijos. Knlonces Ies dtó libre á turio aulem, el qui cum eo los ancianos, decian: Kl ha
TMÍIC ci ucifixi sunt cum eo l í a r r a b á s , y á Jesús que habia eranl custodíenles Jesum, salvado á otros, y no puede
dúo hurones; unas a dex- sido azotado , se le entregó viso tcrrwmutu el his, qvw salvarse á sí mismo: si es ei
Iris, et m u s a sinislris. para que fuese crnciGcado, En fiebant, límueninl valdc, rey de Israel, que baje ahora
I'rmlereunles aulem, blus- aquel tiempo también los sol- diecntes: S. Yere Filias de la cruz, y entonces creere-
phemahanl eum moventes dados del gubernador, habien- Dei eral isle. G. Erant uios en él. Él ha esperado en
c a p ü a sua, el diecntes: S. do llevado á Jesús al pretorio, aulem i b i muücres mulla: el auxilio de Dios, líbrele aho-
Valí! qui destruís lemphm juntaron en rededor de él la alongé, qua¡ secut'V eranl ra, si es que le quiere; porqua
Leí, el m l r i d u o illudrea;- corle entera, y d e s p u é s de Jcsum a Galilea;, minis- él mismo ha dicho : Yo soy el
dificas: salva íemelipsum: baberUi despojado, le cubrie- irantes e í : ínter quas erat Dijo de Dios. Los ladrones que
si Filius Dci es, descende ron con un maulo de p ú r p u r a ; María Magdalena, el M a - estaban cruciticados con él, lo
de cruce. C. Simíliter el y habiendo tejido una corona ría Jacobi el Joseph m a - echaban también en cara las
principes sacerdolum i l l u - de espinas, se la clavaron en ler, el maler filiortnn Ze- mismas cosas. Desde la hora
denles cum scribis el se- la cabeza; pusiéronle también bedwi. Cum aulem scro de sexta hasta la de nona, so
nioribus, dicebant: S.Alios una cana en la mano derecha, ¡aclum essel, veuíl quídam estendieron espesas tinieblas
salvos fecit, seipsum non y doblando la rodilla delante homo dices ab A r i m u l l i m i , por toda la tierra, y hácia la
polesl salvum faceré: si dn e l , le decian por burla: nomine Joseph, qui et ipse nona csclamo Jesús con una
Uex Israel esl, dcscendal Salve, rey de los judíos. Y discipalus eral Je.su. llic voz fuerte diciendo : Eli, E l i ,
mine de cruce, el credimus escupiéndole, lomabaula cafia accessil ad Pilalum, elpc- lamma sabaclhani; esto es:
( i : confidil i n Dco: itbcrel y le herían con ella en la ca- t i i l corpus Jesu. Tune P i - ¡Dios m i ó ! ¡Dios m i ó ! ¿ p o r
n m c , si vull eum: dixit beza. Después de haberse mo- lalus jussit reddi corpus. qué me habéis desamparado?
enim: Quia Filius Dci fado así de él, le desnudaron El aarpio corpore, Joseph Algunos de los que estaban
sum. C. Idipsum aulem el del manto de p ú r p u r a , le v o l - involvil illud i n sindonc allí, y le o y e r o n , decian: A
lotroues, qui crucijixi erant vieron á poner sus vestidos, y munda. E l posuil illud i n Elias llama. E inmcdialamenlo
cum eo, ímproperabant ei. le llevaron para crucilicaiie. monumento suo novo, quod uno de ellos echó á correr, y
A sexta aulem hora lene- Al salir encontraron un h o m - excideral i n p e l r a . El ad- lomando una esponja, la llenó
brw ¡aclai sunt super uni- bre de Cirene, llamado Simón, volvit saxum magnum ad de vinagre, y poniéndola en el
rersam lerram vsqae ad y le obligaron á que llevase la oslium monumcnli , et cabo de una cafia, se la a p l i -
horam uonam. E l circa cruz de J e s ú s , y así llegaron abiíl. E r a l aulem ibi Ma- caba para que bebiera; los
horam mnam clamavit Je- al sitio que se llama Gólgota, r í a Magdulene, el altera d e m á s decian : Dejad, veamos
sús voce magna, dicens: esto es, Calvario. Allí le die- María, sédenles contra se- si viene Elias á librarle. En-
)í< E l i , E l i , lammasa- ron á beber vino mezclado pulchrum tonces Jesús dando un gran
lactani? C. Iloc esl: %t con hiél, mas luego que lo grito, espiró. (Aquí todos se arrodillan.) Al mismo tiem-
Leus meas, Deus meas, u l hubo gustado, no lo quwo be- po, el velo del templo se d e s g a r r ó en dos parles de
quid dercliqaisli me? G. ber. Después que le hubieron alio abajo , la tierra tembló , las piedras se h i c i e -
Quídam aulem illíe, slan- cruciíicado, dividieron sus ves- ron pedazos, los sepulcros se abrieron, y los cuerpos
tes el audienles, dícebanl: tidos entre sí, echando suer- do nmchos santos que habían muerto resucitaron; sa-
S. Elium vocul isle. G. tes, para que se cumpliese lo liendo de sus sepulcros después de su resurrección, v i -
E l continuo enrrens unus que se habia ammeiudu por nieron á la sania ciudad, y aparecieron á muchos. E l
exeis, accéptütn spongium el Profeta, cuando dijo: D i - centurión y los que estaban allí guardando á Jesús, vien-
i m p k v i l accío, el impo- vidieron entre sí mis vestidos, do el terremoto, y las cosas que pasaban, quedaron muy
DE RAMOS. m i

espantados, y dijeron : Ks!o Iiombro era verdaderamente fccerunl sicut p r w n p i l iUis los discípulos é hicieren lo que
Hijo ilo Dios. Ilahia allí nnichas imijores que habían se- Jcms. Kl addaxemnl asi- Jesús Ies hahia mandado. T r a -
guido á Joans desde. Galilea, cuidando do él, entre las nam, elpnllnm : el impn- jeron la pollina y el h o n i q u i -
cuales estaba María Magdalena, María, m i d r e de Santiago suerunl svper eos vesli- 11o , y habiéndoles cubierto
y de.T « é , y la madre de los hijos del ZL'IKMIOO. Cerca ya mcnla s m , el eum desvper con sus vestidos, le hicieron
de la noche vino un hombre rico llamarlo José, qne era de sedere feceruni. Plurinn subir encima. Al mismo t i e m -
la ciudad de An'malhea, y él mismo discípulo de Jesús. aitlcm (urba slrarcnnil po innumerables gentes es-
Este fué á ver á l'ilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Píla- veslimenia s m i n via: alii tendieron sus vestidas por
lo mandó que se le diese inmedialamente ; y habiéndole aulem cwdehant ramos de donde habia de pasar, otros
tomado, le envolvió en una s á b a n a muy limpia, le puso en arboribus, el slernebanl i n corlaban ramas á los árbulrs,
un sepulcro suyo nuevo, qne había hecho cavar en una via : lurbm aulem, qna; y con ellas sembraban el ca-
roca, y habiendo llevado rodando una gran piedra, la pmcedebant, el qum se- mino. Las tropas que iban do-
puso á la entrada del monumenlo; se fué, pero María quebautur, clamabanl, d i - lante y las que seguian, cla-
Magdalena y la otra María estaban allí sentadas delante cenles: Hosanna Filio Da- maban : ¡líosanna al l i j o do
del monumenlo. vid : Benediclus, qui ve- David! ¡Rendilo sea el qne
Altera autem dic, qum Al dia siguiente, que era sá- n i l i n nomine Dominl. viene en el nombre del Seííor!
esl posl Parascemn, con- bado, se reunieron los p r í n c i - ¡ ü o s a n n a en lo mas alio de
venerunl principes sacer- pes de los sacerdoles y los fa- los cielos!
dolum el phariswi ad P i - riseos en casa de Pilato, y lo
lalum, dicenles: Domine, dijeron: Señor, nos acorda- MEDITACION.
reenrdoli snmus, quia se- mos que aquel seductor dijo
Sobre el misterio de este dia.
ductor Ule d i x i l adhuc, v i - cuando aun v i v i a : Hesucilaré
váis : Posl ¡res dics resur- al cabo de tres dias. Manda, PCNTO rnntEno.—Considera que j a m á s hubo demostra-
gam. Jtthe crgo cuslodiri pues, queso guarde el sepnl- ción de regocijo mas justa, mejor fundada, y aun se pue-
sepukhrum nsqne m diem cro basta el (creer dia, no sea de a ñ a d i r , mas afectuosa ni mas sincera, que la que. el
tcríiinn : nc ¡orle veniant que acaso vengan los discí- pueblo que habia salido de Jerusalen manifestó en este
discipiili cjus, el [vrenlur pulos , lo roben, y digan al dia á la llegada del Salvador. Movidos do las maravillas
eum, el dicanl píebi: Sur- pueblo: lia resucitado de en- asombrosas que Jesucristo obraba, hacia ya tres afios, en
rexil a morlvis : el erit tre los muertos, Y este error toda la Judea, y de las que la mayor parto do aquellos quo
novissimus error pejor seria peor que el primero. contribuian al triunfo, hablan sido testigos, no podían d u -
priore. M i iSti Pilntus: Respondióles entonces rilato: dar que aquol que venia á Jerusalen no fuese su Salvador,
Uabelis cuslodunn , ile, Tenéis guardia, i d , guardadle su Redentor y su Mesías. Animados de aquel zelo quo ins-
cuslodile sicul schis. l i l i como sabéis. Fueronse innie- pira la veneración y que el amor hace tan generoso, salen
aulem abeunles, munie- dialamenlcal sepulcro, c e r r á - al encuentro de aquel á quien esperaban hacia lautos siglos;
r u n t seputchrinn, siijnnn- ronle bien, pusieron el sello acompañan con deseos piadosos y gritos de viva el Mesías,
tes lapidem, CUÍ>I OíSto- sobre la piedra, y dejaron la do Hosannas, de bendito sea el quo viene en el nombro
dibus. guardia. del Señor, al triunfo del Salvador del mundo; todo resuena
con las aclamaciones de aquel piadoso pueblo. La m u l t i -
E l Evanijelio de la misa de la fiesta de llamos, es lomado del tud, los caminos sembrados de ramas do árboles y de (lo-
de san Mateo, cap. S í . res, los ramos de palmas y de olivos en sus manos, la a d -
I n illo lemporc: Cum En aquel tiempo: A c e r c á n - miración; la veneración, la alegría derramada cu todos los
approphqmsscl Jesús Je- dose Jesús á Jerusalen y h a - corazones, pintada en lodos los rostros; todo concurría
rosohjmis, el venisset lielh- biendo llegado á Bclphagó al para hacer esta enírada del Salvador la mas augusta, la
phaije ad moniem Oliveli, p i é d e l monle Olívele, enviódos mas religiosa, la mas sania qne hubo j a m á s . Fué propia-
tune misil dúos discipulos de sus discípulos, diciéndoles: mente la entrada triunfante del Mesías en Jerusalen, á pe-
SUOS, diecnseis: lie in ras- Id á esa aldea que está enfren- sarde la envidia, del odio y do la maligna obslinacion de
tellum, quod contravos est, te de vosotros, é inmedhita- los sacerdotes y de los fariseos en no querer recorioccrlo.
ctsliilim inveniclis asinam monte hall.-ireis una pollina Entretanto el Salvador entra allí en cualidad do Mesías
aUiijitiam, el p i d h m cum alada, y con ella su bucheci- montado sobre una pollina, como lo habia predicho el pro-
ca: suiche, el addncitemi- lio. Desatadlos y traédmelos» feta Zacarías; toda la ciudad está en movimiento, todo
' ' i : ci si quis vobis aliqnid y si alguno os dijere algo, del anuncia su triunfo. Todo esto era necesario para que se
dixarll, diáie, quia Domi- cidlo quo el Si-ñor los necesita) cumpliesen las profecías. Bastantes veces habia venido el
nus hisopus babel, el con- 5 ' a ' ¡ " S l a n l e los dejará traer. Salvador á Jerusalen, y siempre sin esplendor, sin ruido,
feslimdimillelcos.Uoc au- Todo esto sucedió a s í , para sin distinción que honrase su persona adorable. Uoy o b -
,e»t lolum faclum esl, nt que se cumpliese lo ipio osla- serva otra conduela, porque viene para ser inmolado en
ndímpkrelur quod diclum ba anunciado por el Profeta, ella, para acabar la obra de nuestra r.'dencion , para con-
esiper Propbelam dicen- cuando dijo: Decid á la hija sumar allí su sacrificio, y esla os ta cansa porque entra con
Dicilc filia; Sion: Ecce do Siorí: Mira á tu Roy que tanta solemnidad. Llevábase como en triunfo l a \ í c l i m a
fox luus venúiibimansue- viene á II, en espíriln de dul- que se debía inmolar, y bjó aquí uno do los motivos de esto
'"s, sedens super asinam, zura, montado sobre una po- entrada triunfante. Pero ¿qué frutos tan lisonjeros no d o -
( i p u l l u m (U'mm s u b j u y i - llina, y sobre el buchecillo de blan esperarse de una demostración de respek) y de ale-
Üt-Euníes aulem la que lleva el yugo. I'uéron gría tan general? Sin embargo ¡cuan tristes fueron los i lep-
232 LUNES
los de esta fiesta! Los sacerdotes, los doctores de la lc5r, JACUIATOIUAS.—Hosanna al Hijo de David; bendito sea
el pueblo mismo de Jerusalen, lomaron como un motivo el que viene en el nombre del S e ñ o r ; Hosanna en lo mas
de alarma, en lo que hacia la alegría, el consuelo, la con- alio de los cielos. (Matth. 521.)
fianza de los eslranjeros; poi'iiuc solos los estranjeros que Sí, Señor, aun cuando fuese necesario morir con vos, no
hablan venido á Jerusalen para la fiesta de la Pascua, os n e g a r é j a m á s . (Mallh. 2G.)
fueron los que salieron al encuentro del Salvador y le r e -
cibieron con tantas aclamaciones; los habitantes de Jeru- PROPÓSITOS.
salen ÍJUC babiau sido con mas frecuencia testigos do su
santidad y de sus milagros, ya por temor, ya por orgullo 1 Puede decirse que todas las fiestas solemnes, y sobro
6 ya por respeto humano, no quisieron tener parle en este todo, los dias de comunión, son una especie de triunfo do
triunfo; presagio evidente de la vocación de los estranje- Jesucristo. El concurso edificante de los fieles al templo,
ros y de los gentiles á la fé, y de la funesta reprobación la majestuosa solemnidad del oficio divino, la magnificen-
de los judíos. Asi también fueron solo los habitantes de Je- cia de la Iglesia en la celebración de las grandes festivi-
rusalen los que aclamaron seis dias d e s p u é s : «Quítanoslo dades, todo esto es un tributo de respeto do honor, de r e -
(de delante), quítanoslo, crucifícalo.» ¡O Dios mió, y q u é ligión, de reconocimiento, que tributamos al S e ñ o r ; no
importantes, qué saludables instrucciones nos dais enlodo omitáis nada para contribuir cuanto esté de vuestra parto
este misteriol á él, con vuestro e m p e ñ o , con vuestra devoción, con vues-
PUXTO SEGUNDO.—Considera que lo que pasó en la en- tro fervor, y singularmente con el ejercicio de los actos do
trada triunfanle de Jesucristo en Jerusalen, se renueva religión y de las buenas obras. La modestia, la reveren-
todos los dias en la entrada que Jesucristo hace por medio cia, la devoción, el respeto de cada unoen parlicularcontri-
del sacramento de la Eucaristía en el alma de los fieles. bnye mucho á estas santas solemnidades; haced nn estu-
Esto divino Salvador viene á nosotros en la comunión co- dio en que nadie os escoda en esto, y sobre todo no paséis
mo un rey lleno de mansedumbre. ¡Cuántos le salen al ningún dia de la Semana Santa sin santificarle con nue-
encuentro en esta quincena de la Pascua! ¡Qué de apa- vas obras buenas y nuevos ejercicios de piedad.
riencias de religión! ¡qué de demostraciones de respelot 2 Jesucristo hace su entrada en vosotros por la comu-
jqué de señales hasta de devoción! ¿ y q u é no debería es- n i ó n ; debo, pues, ser triunfante. No cedáis en amor, en
perarse con razón de todo este aparato religioso? ¡qué r e - culto y en adoración al pueblo judío. Pero no permita Dios
forma de costumbres, q u é piedad, q u é reforma de con- que esta entrada de Jesucristo en vosotros sea un preludio
duela! ¡Ah! ¿sucederá acaso entre los fieles lo que en este do su pasión y de su muerte, como lo fué la que hizo el
día sucedió entro los judíos? Jesucristo es recibido como Salvador en Jerusalen cutre las aclamaciones del pueblo.
Mesías y en el mismo dia es olvidado; todavía mas, es No obliguéis al Hijo de Dios á que se salga de vuestra casa
cuasi desconocido. Nota el Evangelio que d e s p u é s de ha- para irse á aposentar en otra parte. Relenedle después do
ber entrado en Jerusalen como en triunfo, el mismo dia la comunión por vuestra devoción y por vuestro fervor.
le abandonaron hasta tal punto que se vió obligado á salir Alejaos de hoy mas do las ocasiones de negarle; dester-
de allí á la caida de la tarde para ir á buscar habitación raos para siempre de esas reuniones en que se hace
tMi Iklhania. ¿No sucede algo de esto aun en el mismo profesión de no reconocerle, y hacedle su estancia en
dia de la comunión? ¡Cuántos terminan, por decirlo así, vuestra alma dulce y agradable por vuestro amor, por
con la comunión toda su devoción, y cuasi toda su religión vuestra inocencia y por la reforma de vuestras costum-
y su reconocimiento! ¡Con q u é desprecio fué tratado el bres.
Salvador divino seis dias después de aquella entrada r e l i -
giosa en Jerusalen! ¡Con q u é crueldad, con q u é i g n o m i - LUNES SANTO.
nia! ¿Se deja pasar siempre tanto tiempo después de la
comunión pascual para maltralaral Salvador? Esas reunio- Como la Iglesia en toda esta semana no se emplea mas
nes mundanas, en las que se a v e r g ü e n z a n tanto de profe- que en la contemplación y muerto de Jesucristo, el oficio
sar el Evangelio; esas partidas de placer tan poco inocen- de la misa de estedia es un vivo é interesante compendio
tes; esos espectáculos tan poco cristianos, digámoslo m e - d é l a s principales circunstancias de esle triste misterio. El
jor, tan paganos, tan profanos; lodos esos lugares en d o n - introito de la misa está tomado del salmo 34, en el que Da-
de el mundo y el demonio so indemnizan tan bien de unos vid, aborrecido, calumniado, perseguido, maltratado, pido
tan cortos ejercicios de devoción, ¿están mucho tiempo á Dios justicia contra los que todo lo ponen en movimiento
desiertos? ¿ S e esperan siempre seis dias sin gritar, por para perderle. No hay cosa que mejor convenga á Jesu-
decirlo así, contra Josucrislo: Quita, quítalo de delante, cristo pronto ya á ser inmolado.
crucifícalo? Consultemos el n ú m e r o de los que perseveran «A vos, Señor, dice el Profeta, es á quien yo pido j u s t i -
en la inocencia, consultemos el número de las conversio- cia contra mis perseguidores; y puesto que mis enemigos
nes ruidosas, consullémonos á nosotros mismos, nucslra son los vuestros, tomad vuestras armas y vuestro escudo
propia esperiencia puede instruirnos perfectamente sobre para combatirlos, y levantaos para venir en mi ayuda; vos,
lodos estos hechos. Señor, que sois la fortaleza de m i salud, sacad vuestra es-
¡Ah, Señor! ¿será posible que después do es*as r e - pada, y poneos entre mí y los que me persiguen. Oiga yo
flexiones me encuentre yo todavía en el caso, y que yo en el fondo de m i corazón que vos sois m i salud.» Que
mismo sea una nueva prueba de esta impía, de esta m o m - David compusiese este salmo con motivo de la persecución
truosa ingratitud? No lo permitáis, Señor, y haced que yo de Saúl, ó con el de la conspiración de Absalon, lo cierto
pierda la vida antes que perder vuestra gracia y vuestro es, que el Espíritu Sanio tenia presente en él al Salva-
amor. dor en su pasión, perseguido, acubado, calumniado y
SANTO. 293
acosado con lanía crueldad como injuslicia. Convione pecados, sangre de las victimas, nada de lodo esto es ca-
sin embargo este salmo también á los justos tentados paz de satisfacer á vuestra justicia ofendida ni apaciguar
por los demonios y perseguidos d é l o s hombres. Con- vuestra cólera irritada por el pecado. Vos no habéis que-
viene lambien á la Iglesia, que j a m á s está sin persecu- rido víctimas ni oblaciones; solo por pura condescen-
ción. dencia, y en atención á la flaqueza de vuestro pueblo la
La Epístola de la misa de este dia está lomada do aquel habéis tolerado. Por este medio habéis querido poner un
pasaje en que el profeta Isaías habla en persona de Jesu- freno á la propensión que este pueblo grosero y malerial
cristo ultrajado, abofeteado, cubierto el rostro de salivas y tenia á la idolatría, y lijar sus espíritus con las ceremo-
harto de oprobios en el dia de su pasión. No se dió j a m á s nias esleriores, no fuese que se dejasen arrastrar al culto
íigura mas semejante á la realidad que la que nos hace el de los ídolos por el comercio que tenían con los paganos.
Profeta de Jesucristo paciente en este capítulo cincuentési- Viendo, pues, yo que lodasestasoblaciones, estos sacrificios
mo, en el qm; después de haber declarado con un estilo de loros y de cabritos os desagradaban, me he ofrecido
vivo y preciso la reprobacitm de la sinagoga y de los j u - á ser yo mismo esta víctima que debía seros inünitamenle
díos á causa de sus iniquidades: Yo os declaro, dice el agradable, y que era la única que podia ser capaz de sa-
Sefior por boca de su Profeta; yo os declaro, que si h a - tisfacer abundanlemente á vuestra justicia, aplacar vues-
béis sido vendidos, culpa es de vuestros pecadoSi y vues- tra ¡ra y borrar el pecado. Vos me habéis formado un
tros crímenes son los que me han hecho repudiar á vues- cuerpo para esto, y sabiendo, Señor, que deseáis que os
tra madre. Hablando Isaías en persona de Jesucrislo, le ofrezca en sacrificio, he entregado este cuerpo á lodos
cuenta en seguida los ultrajes impíos que le han hecho y los ultrajes, á todos los tormentos, á lassalivas, á la muerte
las crueldades inauditas qua han ejercido sobre él hasta misma. Eslo es puntualmente lo que se ha cumplido en la
el úllimo ténuino de la barbarie. Este pormenor profélico pasión del Salvador; él se ha entregado á los verdugos c o -
cuyocumplimienlo en la persona del Salvador se ha visto mo una víctima inocente, como un cordero que no so queja
tan claramente en el dia de su pasión, este pormenor, r e - cuando se le lleva al matadero.
pilo, tan marcado no car ece de misterio. El Profeta, ó mas Yendo Jesucristo por úllima vez á Jerusalen cotí sus
bien. Dios por su Profeta, h a querido dar á entender que discípulos, les previno de todo lo que debia succderle, y
loque ha determinado, por l¡n,al S e ñ o r a romper su alian- les predijo basta las menores circunstancias de ello,
za con el pueblo judío, á no mirarle mas como su pueblo, a Veis aquí, les dijo (Luc. 18,), que vamos á Jerusalen,
*» rechazarle, á reprobarle y á repudiarla sinagoga, es el y se cumplirán todas las cosas que han escrito los profetas
modo indigno, infame, cruel, con que han tratado al Me- de el Hijo del hombre, porque será entregado á los g e n -
sías, á quien no han querido escuchar ni recibir, á quien liles, tratado con irrisión, azotado, y cubierto de salivas. )*
han ultrajado hasta el cslremo,y á quien han hecho mo- Desde el momenlo de su encarnación habia acoplado el
r i r en una cruz. Salvador lodo oslo, y ahora dice : « Ué aquí, Dios m i ó ,
«El Sefior mi Dios me ha abierto el oido;» como si d i - que vengo para hacer vuestra voluntad. (Is. 53.) » El
jera, me ha revelado un gran misterio, y por mas increí- Señor, a ñ a d e el Profeta, es m i prolector; ¿ q u é tengo yo
ble, por mas incomprensible que me haya parecido, yo que temer? yo no puedo ser confundido. Yo he presentado
me he rendido, «y no le he contradicho.» Este misterio mi rostro como una piedra durísima, y yo sé que no
tan poco verisímil, que escandaliza hasta al Profeta, eran seré trastornado; el que me justifica está cerca de mí, y
los ultrajes sangrientos que debían hacer un dia los judíos yo soy inseparable de é l ; acúseseme, calúmnieseme,
al Mesías, pedido con tanto ardor y esperado con lanío condéneseme, m i juez conoce mi inocencia y está de m i
tiempo. Isaías no podía cumprender como lo que Dios le parte. Yo seré oprimido á la vista de mis enemigos; pero
revelaba acerca de los dolores y de la pasión del Salvador con la protección del Altísimo, esta opresión esterior será
pudiese j a m á s suceder; tan opuesto le parecía esto á la el molivo de mi gloria. El mismo Profeta esplica todavía
razón, á la religión, á los verdaderos intereses d é l o s mis- mas. eslo, cuando en seguida dice hablando del Mesías :
mos judíos. ¡Québdespues do haber suspirado tantos s i - « Ofreciendo, sacrificando su vida por el pecado, verá su
glos por la venida del Mesías; después de haberlo tan ar- generación durar hasla mas allá délos siglos. (Uebr. 10.)»
diente y afectuosamente pedido, esperado, deseado, cuan- Gomo si dijera : puesto que se ha dignado entregarse y
do esto Rey de Israel, cuando este soberano liherlador, sufrir la muerle por la salud de los hombres, lodos los
este divino Salvador hubiere ya venido, ¿debe ser odiado, hombres han venido á ser siervos é hijos suyos. Él les
perseguido, ultrajado, abofeteado,«ubier'to desalivas, en- comunica su cualidad de Hijo de Dios por la gracia de
tregado á la muerte por este mismo pueblo? lié aquí lo que adopción ; y por un pequeño pueblo sumamente reducido
le era lan duro creer al Profeta. Lo creyó sin embargo queso ha negado á reconocerle por su Salvador, por su
apenas Dios se lo hubo revelado, y luego hizo el pormenor líey, por el Mesías, será reconocido por lodos los pueblos
de la mayor parte de las circunstancias de la pasión, tan de la lierra, y se verá conslituido cabeza de la Iglesia
dolorosa como ignominiosa para el Salvador del mundo, cristiana que debe subsistir hasta mas allá de los t i e m -
el Mesías. pos.
«He entregado mi cuerpo á los que me h e r í a n , y mis Únanse entre sí lodos mis enemigos para perderme; sa-
mejillas á los que, por último de los desprecios, me ar- cerdotes, doctores de la ley, fariseos, pueblos á quienes el
rancaban el pelo de la barba. No he desviado mi rosiro de demonio concite contra m í , juntaos también con todas las
los q u e m e cubrían do injurias y de salivas.» El Hijo de polislades d é l a s tinieblas, moved lodos los resorles, e m -
Dios, hablando por boca de David, habia dicho: Sefior, plead hasla la autoridad romana; el Señor mi Dios eslá de
bien veo que todos los sacriücios que se os ofrecen no pue- mi parte, yo no temo ni los juicios n i la malicia de los hom-
den seros muy agradables : hülü»auslos, hostias por los bres; loda su malignidad no puede manchar mi inocencia,
29 i LUNES
yo Iriunfarc del munJo y del infierno. Toda esta nube de cen profesión de piedad, hablan siempre on lenguaje do-
enoüiigos encarnizados para perdonne, so desvanecerán, voto, y por lo común preleslan motivos religiosos y plau-
se consumirán, caerán hechos pedazos, corrompidos, y sibles. No era por caridad con los pobres por lo que aquel
serán comidos de gusanos, al paso que yo hallaré en la traidor decía esto, le daba muy poca pena su miseria; por
ignominia de mi muerle, una vida gloriosa, impasible y otra parle, tampoco estaba encargado de hacer las limos-
cierna. « ¿ Q u i é n de vosolros teme á Dios y oye la vez de nas; era el Salvador mismo el que las hacia; pero como
su s i e r v o ? » Jesucristo es el que habla por boca de su Pro- Judas era el deposilario de la bolsa, y como Jesucristo, en
fela, á sus fieles discípulos: Vosotros que teméis al Señor sefial do una benevolencia particular, le habia confiado el
y que escucháis mi voz, no os espantéis do las amenazas cuidado de la pequefia despensa, y de recibir como ecóno-
de los malos; meten mucho ruido, pero hacen poco mal. mo las caridades que le hacían para sus necesidades y las
Esperad en el Señor, y nada será capaz do doflaros. Dios de sus discípulos, robaba sccrelamenle, y separaba lo mas
os conservará en medio de los mayores peligros; en me- que podia en provecho suyo, meditando sin duda mucho
dio de las oscuridades mas espesas él mismo os servirá de tiempo habia dejarla compañía do los apóstoles. V siendo
guia. Mas con respecto á los que no quieren seguirme, que la suma de que trataba do consideración, seníia babor
son indóciles á mi voz y que no quieren creerme, yo com- perdido la ocasión de hacer un latrocinio tan fuerte.
padezco su suerte. Por mas pecadoi-cs que hayáis sidoi Como todas estas quejas, ya que se hiciesen interior-
por mas pobres, por mas abandonados, aborrecidos, per- mente y en secreto, ya quo hubiesen sido á las claras, no
seguidos, por mas oprimidos que podáis veros, poned toda se ocultaban al Salvador del mundo, lomó también nbier-
vuestra confianza en Dios, contad con su bondad, apoyaos lamente la defensa de su piadosa sierva, y justificó su ac-
en su misericordia iníinita, y nada temáis, porque seréis ción. a ¿ P o r q u é censuráis, les dice, una acción que será
auxiliados. alabada hasta el fin de los siglos? Dejadla aprovechar
El Evangelio do este (lia refiere lo que pasó la víspera este precioso licor para el dia de mi sepultura.» Con estas
de la entrada solemne que hizo el Salvador en Jemsalen, palabras quiso dar á entender Jesucri«to que estaba p r ó x i -
cuando á su Tuelta de Ephrem so detuvo en Belhania, en mo el tiempo de su muerte, y que María, derramando so-
donde estaba Lázaro, á quien habia resucitado de eulrc bre él este perfume, desempeñaba con antelación un deber
los muertos. La veneración con que miraban á Jesús en que la piedad y la coslumbrc exigian que se tributase h
aquella villa, sobre todo después del milagro de la resur- los muertos antes de sepultarlos. El Salvador predice aquí
rección de Lázaro, hizo que cada uno so apresurase á r e - bien posilivamenle su muerte próxima, y para hacer ver
cibirle creyéndose muy dichosa en tener tal huésped. Mas que su pensamiento está todo ocupado en ella, quiere quo
el Salvador se fué á casa de Lázaro y de sus hermanas, en so considere la acción de María como el embalsamamiento
donde se le habia preparado la cena, y adonde hablan acu- de su cuerpo, cuya muerte y sepultura presiente ella para
dido muchas gentes, para ver al que todos miraban ya co- dentro do pocos d í a s ; es como si dijese: Aquí bay nn
mo al Mesías. Lázaro era uno de los que comían con él á la presagio de mi próxima muerte; ella mo traía como un
mesa, y Marta como la mayor de las dos hermanas le ser- hombre á quien so le tribuían los úllimos servicios; ella
via. Apenas so habia acabado de servir la mesa, cuando comienza á embalsamarme como á un hombre que va á
María, que escedia á lodos los demás en amor á Jesucristo) ser colocado en el sepulcro. Da querido con anticipación
quiso servirle un plato tanto mas esquisito cuanto que era hacer el gasto de mi scpiillura, y si ha prevenido el dia
mas precioso, y al mismo tiempo encerraba mayores mis- de ella, es porque tiene motivo para temer que los autores
terios. Era un vaso lleno de un licor sacado de la espiga do mi muerte la impedirán entonces el tributarme este ú l -
del nardo, esto es, de un licor odorífero muy esquisito y timo obsequio. Por lo demás, añadió, os he dado bástanlo
de gran precio. El nardo es una planta c u y a cafía termina á conocer cuánto eslimo la limosna que so da á aquellos á
en espiga; el aceite, ó el licor cslraido de la espiga, era quienes una dura necesidad les obliga á pedirla; pero te-
mas eslimado que el que se sacaba de las hojas, lil vaso, ned presente que j a m á s os fallarán este género de pobres,
pues, que llevaba Magdalena estaba lleno y contenia una al paso que debiendo'yo permanecer ya poro tiempo visi-
libra de este aceite estraido d é l a espiga del nardo pisíico, ble sobre la tierra, no debéis llevar á mal el que se apre-
esto es, del nardo puro, que no estaba falsificado, y como sure á ofrecerme esta clase de homenajes. KulreJanlo, h a -
el Salvador estaba tendido sobre uno de aquéllos canapés biendo corrido la noticia de su llegada á Bcthania en lodo
que se ponían al rededor do la mesa, según la coslumbrc el país comarcano, acudieron mnebos judíos, no solo por
de losjudíos y de lodos los orientales, se llegó á ungir los tener la satisfacción do ver á Jesús á quien se esperaba
piés de Jesucristo con e! precioso licor, con el que so em- con impaciencia, sino también por ver con sus ojos á L á -
balsamó toda la casa, y después los enjugó con sus cabe- zaro, á aquel hombre de milagro á quien el Salvador ha-
llos. Esta profusión no fué del gusto de todos. Judas, aquel bia resucitado cuatro días después de haber sido puesto
indigno discípulo que debía muy pronto entregar á su buen en el sepulcro. Jesús merece, sin duda, por sisólo quo so
Maestro, fué el primero que m u r m u r ó do ello, y su mal le vaya á ver, y la perfecta pureza deintcanon no se con-
ejemplo, como sucede de ordinario, le siguieron algunos viene bien ni aun con una especie de curiosidad piadosa.
otros; y como á la murmuración se la colora siempre con ¿ Q u é s e r á , pues, do las miras bajas é interesadas que con
a l g ú n motivo especioso en la apariencia: ¿ A q u é viene, lanía fivcuencia so mezclan en nuestras buenas obras, y
esclamó, el perder un licor de tan gran precio ? ¿ n o valia aun en la misma profesión quo se hace de la piedad ? Sa-
mas haberle vendido, se hubieran sacado Irescienlos de- bemos que el Salvador osla realmente en nuestros altares
narios de plata (esta suma corresponde á ciento cincuenta para recibir allí nuestros votos y nuestros homenajes; qno
libras de nuestra moneda) que podrían haberse repartido está cu los hospitales, en las cárceles, en las casas do los
á los pobros? Las pasiones, especialmenle en los que ha- pobroa, para recibir allí el consuelo y el socorro; pero
SANTO. 295
¿ n o s «iprcsnramos mucho para ir á visitarlo? ¿ E s grande logas profanactonos, las irrisiones impías, los insultantes
la mucluidíiinbre que va á los hospifalcs y á las prisiones, desprecios al Santo de los santos, ¿ h a n sido cscesos c o -
para asistir y consolar, por decirio así, á Jesucristo en la metidos solo por los habitantes de Jerusalen? ¿ e s t a s i m -
pegona de los pohres? Y si alguna vez corremos á nuestros piedades han pasado ya? j A h t Jesucristo por un esceso
lomplos, ¿ e s siempre solo por ver á Jesucristo y rendirle de amor y de bondad, nos ha dado su cuerpo en la adora-
nueslros lióme najes por lo que corremos? ble Eucaristía: « Yeisme aquí que estoy con vosotros hasta
todos los tiempos, hasta la consumación de los siglos. »
La oración de la misa de este dia es como sigue: (Matth. 2 8 . ) Él mismo nos declara que lo que nos da es
fía, qutmonus, omni- G Dios omnipotente, que su propio cuerpo; pero a ñ a d e , este es m i cuerpo « q u e será
patots ¡mis: ut, qui in íoí sabéis que nuestra flaqueza es entregado.)) ( 1 . Cor. 11.) ¿No ha sido entregado este cuer-
advn sis ex uoslm infir- la causa de que s u c u m b a m o s á po adorable mas que á los insultos de los j u d í o s ? Este
m i t a k dc¡icitíius, interce- tantos males como por todas cuerpo precioso en quien habita corporahnente toda la
denle unigemii Füii tui partes nos oprimen, dignaos divinidad, ¿ n o ha sido el blanco masque de los ultrajes
passionc, respiremns. Qui concedernos que respiremos de los gentiles? El cuerpo de Jesucristo está realmente so-
lecum vivit,.. animosos por los méritos de la bre nuestros aliares; está allí para ser adorado de todos
pasión de vuestro Hijo único, los cristianos; está para ser ailí indemnizado de los ultra-
el cual siendo Dios vive y r e i - jes que ha recibido de los judíos, por la fé, por la piedad,
na, etc. por el respeto y las adoraciones de los fieles, Pero ¡ Dios
miol ¿ n o sois todavía allí ultrajado por eslos mismos fie-
La Bphlola es del cap. 59 del profeta Isaías. les? ¿ n o se renuevan allí todos los dias los malos trala-
I n diebus ülis : Dixít En aquellos dias, dijo Isaías: mienlos que recibisteis de los judíos en el tiempo de vues-
haia.r. iHmdmts Deus apc- El Señor mi Dios me ha abierto tra pasión? y loque debo, por decirlo así, seros todavía
ruit mihi aurcm, ego au~ el oido, y yo no le contradigo, mas sensible, es que los que así ohran no son judíos cie-
tcm non conlradko, re- ni me he retirado atrás. Yo he gos y obstinados, son cristianos que hacen profesión de co-
trorsnm non rtlm. Corpus entregado mi cuerpo á los que noceros, son vuestros propios hijos. Recordemos en nues-
meum dedi pemüientibus, me berian, y mis mejillasá los tro ánimo todas las indecencias, todas las irreverencias,
tí genas vuas vellenlibus: que las mesaban: no be apar- lodos los actos de irreligión de que hemos sido testigos en
faciem meam non averli tado- m i rostro de los que use nueslros templos, y quién sabe si también actores. Repre-
ab iucrepanlibus, el coits- cubrían de injurias y de sali- sentémonos aquellos aires orgullosos, y me atrevo á decir
pacnlibus i n me, Domhms vas. El Señor mi Dios es mi insuHanles, con que se entra en nucs'.ras iglesias; las pos-
Deus auxiliatormeus, ideo protector; y por esto no be sido turas tan irreligiosas, las inmodestias, las irreverencias
non sum eonfnsus: ideo confundido. Yo he endurecitio con que parece burlarse de la paciencia de un Dios que
pusui faciem meam u t pe- mi rostro como una piedra d u - calla. ¿ÍNo se diria que se Irala á Jesucristo sobre nuestros
ÍJ'Í/WÍ duriss'nnam, et scio rísima, y yo sé que no caeré altares, con lanío desprecio como se haria á un rey de
quonum non confundar. en la confusión. El que m e j u s - teatro, cuando se habla, cuando se ríe, cuando se le insul-
Juxta est qui jmtificat litica está junto á m í ; ¿ quién ta inclinándose delante de él á media rodilla? Pero ] y
me, quis wnlradicet mihft es el que se declara contra mí? cuántos insultos secretos! ¡cuántas profanaciones i n v i s i -
Stemus sííJíí/i, quisestad- Presentémonos junios delante bles! ¡ cuántos besos traidores en lautas comuniones sacri-
v ñ s a r i u s meus? accedal del juez: ¿quién es mi adver- legas! ¿No se hallan sacerdotes en la nueva ley que l e t r a -
ad me. Ecce fíomims üeus sario? Llegúese á mí. Hé aquí ten todavía con mas indignidad que lo hicieron ios de la
(luxilialor meus: quis est el Señor mi Dios que viene en antigua? ¿No tiene razón el Salvador para decir, á vista
qui condemnet me? Ecce de la ingratitud, de la indevoción, de la irreligión de tan-
mi auxilio: ¿quién me conde-
omnes quasi vcstimentim tos líeles indignos, yo be entregado, yo ho abandonado
n a r á ? Todos ellos se gastarán
conicrmur, tinea comedet mi cuerpo á los que me h e r í a n ? Y ¡cuántas quejas no tie-
como un vestido, y la polilla
eos. Quis ex vobis timens ne derecho para producir esto divino Salvador, este Dios
los consuminj. ¿Quién de v o -
Dominum, audiens vocem oculto, de tantos herejes sacrilegos, que imitando á los j u -
sotros teme á Dios, y quién
servi sui? Qui ombulam díos, por su falla de fé, y por su furor y su rabia, sobre-
oye la voz de su siervo? El
in íenebris, el non esl l u - pujan, por decirlo así, á las hlasfemias y á las injurias de
que camina entre tinieblas, y
men eí, speret in nomine que este divino Salvador ha sido cargado y como bario d u -
no tiene l u z , espere en el
Domiai, et i m i l a t u r su- rante su pasión! ¿ Q u é no deben hacerlas almas piadosas,
nombre del Sefíor, y apóyese
per Deum s u m í . los siervos fieles, para reparar con su fervor y con su r e -
en el Señor su Dios.
Ueliricndo el profeta Isaías todo lo que ha sufrido de ligión tantos ultrajes? Demos nosotros pruebas de nuestra
los judíos, sus insultos y sus ultrajes, y todossus males tra- fé, por nuestra devoción y por nuestros respetos.
tamientos, no tanto habla de sí mismo, corno de Jesucristo,
d« quien él era la figura, y cuya persona, acciones y tor- E l Evangelio de la misa de este dia es de san Juan,
'nentos represenlaba. capitulo 1%.

Ante sex dies l'tischw Seis dias ánles do ia pasión


REFLEXIONES.
venit Jesús Bethaniam, fué Jesús á líelhunia, en donde
('Yo he entregado mi cuerpo á los que me herían, p ¿No ubi Lazarus fuerat mor- había muerto Lázaro, el cual
Sc ha enlregudo el Señor mas 'que.á los insultos do los j u - Unís, qncm suscitavii Je- había resucitado. Dispusiéronle
^"s? ¿Son solos los judíos los que le han fallado al res- sús. Fecerunt autem ci allí de cenar: Marta servia, y
peto. ^ han uiu-ajado, han rehusado conocerle ? las s a c r í - («'íwtm i b i : el Martha m i - Lázaro era uno de los que ce-
LUNES
nisírabat, Lazarvs vero naban con él. María lomó una mandamientos do Dios. ¡Hubo j a m á s una ilusión mas c r i -
vnns eral ex disannbenti- libra (le aceite de olor de un minal 1 Por mas obligado que uno esté á romper un comer-
hus non eo. Mnria crgo nardo puro y de gran precio, cio poco inocente, á alejarse de una ocasión próxima de
aceepit Hhram tingucnli y con él ungió los piés de Je- pecado, á no ver mas una persona cuya conversación .es
nnrdi pislici pretiosi, et sús y se los enjugó con sus ca- peligrosa á la inocencia y funesta á la salud, una falsa de-
nn.rü pedes Jesu, el exler- bellos; y toda la casa quedó licadeza de conciencia, fecunda en ospedieníes, da confian-
sít pedes cjns capillis s i m : embalsamada con este licor. za: la reputación de la persona peligrosa y la nuestra
el domvs impleta est ex Entonces Judas Iscariote, uno propia, deben hacer pasar por encima de lodos los peligros;
adore unguenli. Dixil crgo de sus discípulos, el que debia seria desacreditar á una persona romper del todo-con ella.
m u s ex disñpulis cjns, entregarle, dijo: ¿Por q u é no Por l i n , se halla uno desgraciadamente empeñado en un
Judas Tscarioies, (¡ui eral se vendió este licor en tres- partido; el orgullo, el interés, el libertinaje, la pasión, nos
eum iradilurus: Qmre cientos denarios de plata y se han estraviado del camino de la verdad; pues por delica-
hoc unguenlum non vcmil ha dado á los pobres ? No dijo deza de conciencia se pretende perseverar hasta la muerte
(recentis dennriis, el da- él es'.o porque se interesase en su eslravio: quiérese morir en la herejía por amor á la
Um est egenis? Dixil a u - por los pobres, sino porque era verdad. No hay luterano, no hay calvinista que no sacuda
tem hoc non quia de ege- ladrón, y estando encargado hasta la mas mínima duda sobre la rebelión contra la Igle-
nis perlinebat ad eum; de la bolsa, tenia á su dispo- sia, y esto por motivo de conciencia; es decir, q m p o r u ñ a
sed quia fur eral, et lócu- sición lo que en ella entraba. pretendida delicadeza de conciencia se vive y se muere cu
los habens, ea qnai miite- Díjoles, pues, J e s ú s : Dejadla el error. ¡Buen Dios! ¡ h u b o j a m á s ilusión mas grosera,
banlur , porlabnt, Dixil aprovechar este licor para el mas perniciosa, mas horrible! Pero cuando se llega á caer
ergo Jesús : Siniíe illum, dia de mi sepultura; siempre en la ilusión, ya no se conoce mas ni grosería, ni cstravío,
i n dicm s c p d l u m mea} tenéis pobres con vosotros, ni malicia. Judas nos ofrece un grande ejemplo de esta
servclillud. Paupercs enim pero á mí no me tenéis siem- verdad.
semper habelis vobiscum: pre. Habiendo sabido un gran PI'XTO SEGUNDO.—Considera en este desgraciado Apóstol
me aulem non semper ha- número de judíos que estaba bien marcados todos los rasgos do la falsa delicadeza de
belis. Cngnovil crgo tur- allí, fueron allá, no tan solo conciencia, de la ilusión y del error. Magdalena, abrasada
ba mulla ex Judwis quia por Tesas, sino por ver á L á - del amor mas generoso á su Salvador, no deja pasar n i n -
illic est: et vencrunl non zaro, á quien habia resucitado guna ocasión do darle públicamente señales de él: Seis
propter Jesum tanlum, sed de entre los muertos. dias antes de la muerte de Jesucristo, cenando en Bethania,
vt l a z a n m ú d e r e n t , quera derrama sobre los piés del divino Salvador esencias de
s u s á l a v i l a mortuis. gran precio, y lavándolos tanto con sus lágrimas, como
con este precioso licor, los enjuga con sus cabellos; todos
MEDITACION. quedan ediGcados, y toda la casa embalsamada con este
licor odorífero. Judas es el único que desaprueba una ac-
De la falsa delicadeza de conciencia.
ción tan santa y se escandaliza; el motivo que tiene para
ítiSTO pimmiu).—Considera que la falsa conciencia tiene ello es la caridad, y la causa de su murmuraciones la pre-
sus delicadezas como la buena; muchas veces afecta ser lendida delicadeza de su conciencia. Oyéndole hablar, la
aun escrupulosa; pero en lo que lisonjea la pasión domi- pura caridad por los pobres es la que mueve su queja;
nante, de la cual es la protectora y el apoyo, ella no deja una economía sabia y religiosa es la que le eslimula; el
de colorar siempre sus ilusiones con motivos deslumbra- amor de la pobreza evangélica es la que le anima. ¿ P o r
dores y especiosos. Unas veces es zelo por el bien públi- q u é se ba de perder esto, puesto que se podia sacar m u -
co, o i r á s es amor de la verdad, otras es delicadeza por !a cho dinero de ello y darlo á los pobres ! ¿ No se diría que
justicia. Compélese á un pobre deudor sin misericordia, es la pura caridad la que le hace hablar, y que este dis-
quiérese quedar pagado hasta el úllimo dinero, sea cual- cípulo no piensa mas que en aliviar la indigencia de los po-
quiera la indigencia en que se encontrase el deudor, no bres? No obstante, lo que lo hace murmurar es la avari-
se escuchan ni razones, ni escusas, ni ruegos; ciéiranse cia, y el ansia de robar este dinero es lo que le obliga á
los ojos al estado misorablo á que se le reduce; muéstrase hacer esta advertencia. Le impoilaban muy poco los po-
duro, insensible á la ruina de toda una familia, ¿ q u é m o - bres; pero habiendo ya resuelto hacer traición á su buen
tivo puede tener un hombre racional para una dureza tan Maestro, y entregarle á sus enemigos por el dinero, h u -
bárbara ? ¿pero le fallará j a m á s preteslo á la avaricia, á la biera deseado que so hubiese vendido aquel licor precioso,
codicia, á la pasión del i n t e r é s ? Greeríase hacer agravio con la esperanza de que estando encargado de la pequeña
á sus hijos, á sus herederos, á su propia familia, á sus de- despensa, se le habría confiado á él, y hubiera tenido oca-
beres, si se disminuyese algo (le la deuda. Rehúsase el sión de robar también esta suma. El vicio y la virtud tienen
perdonar una injuria atroz, ó si se afecta perdonarla, nose muchas veces el mismo lenguaje, y nosotros nos e n g a ñ a -
quiere ver ni que nos ha ofendido; pero ¿ q u é es lo que mos hasta en nosotros mismos. Nada contrahace mejor la
puede jusliticar una conducta tan opuesta al precepto de buena conciencia que la falsa; motivos de religión, razones
Jesucristo, umi severidad tan poco cristiana ? La delicadez,! de piedad, protestos de caridad y de zelo, todo se pone
de una falsa conciencia. Es una persona de malascoslum- por obra para dar confianza, para tranquilizar, para enga-
h m , se dice, de un natural maligno y peligroso, con ñ a r , para seducir. ¡Cuántos hay que no obran mas que
quien la prelendida prudencia corla lodocomcrcio; por de- por pasión, mientras se lisonjean de obrar por virtud!
licadeza de conciencia sojuzga mal del prójimo; por d e l i - ¡ cuántos son el juguete de su mal corazón y de su falsa
cadeza de conciencia se viola uno de los mas esenciales conciencia! Cuando la corrupción del corazón bfl ganado el
SANTO. 297
cnlondimienlo, la conciencia se porviorle muy pronto. carne, á ejemplo del Apóstol, lo que falta á los dolores de
Cuanto maslalcnto hay, es mas incurable la ilusión: j a m á s Jesucristo, principalmente en estos dias do llanto, de luto
os el error tan pernicioso como cunmlo es efecto de la y de penitencia.
i i n ü g n i d a d del corazón, y d é l a perversidad del enlcndi- El introito de la misa de este dia está tomado de la e p í s -
mionto. ¿Y por q u é seremos tan ingeniosos y tan indus- tola de san Pablo á los gálalas, en la que el sanio Apóstol
triosos para perdernos? ¿ p o r q u é no obraremos con senci- después de haberles dado un gran mimero de preceptos
llez, con rectitud, sobre todo en materia de salvación? morales, que son un compendio de toda la moral ci isliana;
¿ Creemos que la pasión, por mas disfrazada, pormas en- después de haberles descubierto el verdadero motivo por-
mascarada que e s t é , p u e d e e n g a ñ a r á Dios? Engañémonos que todos los falsos apóstoles querian obligarles á que se
á nosotros mismos cuanto queramos, Dios no puede ser sometieran todavía á las ceremonias legales: No son tan
e n g a ñ a d o . Contemplemos esa multitud de herejes y l l o - eficaces, les dice, para estrecharos á lomar la circuncisión,
remos su suerte; pero no dejemos de temer por la nuestra. sino para evitar la persecución que Jos judíos han decla-
¡Cuántos sugelos hay por otra parle hábi.les, y de un ca- rado á los que, como nosotros , creen que las ceremonias
rácter escelentc para el comercio y el trato del mundo, legales están abrogadas. Aquellos falsos apóstoles creían en
que sin embargo en materia de religión desbarran toda Jesucristo , pero no creian que la ley de la circuncisión
su vida! pues pocos de ellos son los que no obstante no se quedó abolida por el bautismo: No creáis, añade el santo
forman una falsa conciencia, á cuyo abrigo viven y mue- Apóstol, que sea zelo de vuestra salud , ó amor de la ver-
ren tranquilamente al parecer en el eslravío y en el error. dad, ó la gloria de Jesucristo lo que les anima ; es la v a -
No permitáis, Señor, que yo caiga j a m á s en tan lamen- nidad, el respeto humano, el amor propio. ((Quieren glo-
table ceguera, ya en cuanto al dogma, ya en cuanto á Ja riarse en vuestra carne,» esto es , quieren tenerla necia
regla de las costumbres. Concededme vuestra gracia para gloria de haberos sometido á la ley d é l a circuncisión; un
que os sirva con simplicidad y con rectitud, y no permi- temor cobarde , servil , interesado , los impide predicar
táis que caiga j a m á s en la ilusión. como nosotros la cruz de Jesucristo y la eficacia de la fé,
JAcmATOiiiAS.—Renovad, Señor, en mí aquella pureza para de este modo no verse perseguidos de los judíos por
de corazón, y aquella rectitud de espíritu, sin la que no es la cruz de Jesucristo. Los cristianos estaban espuestos á las
posible dejar de estraviarsedel verdadero camino. (Ps. 50.) persecuciones de los judíos y de los paganos. Los judíos
No me arrojéis de vuestra presencia, y haced siempre les perseguían porque abrogaban las ceremonias legales,
me iluminen las luces de vuestro santo espíritu. (Idem.) y reconocian por Mesías al que sus padres habian crucifi-
cado : los paganos porque inlroducian una religión nueva,
PROPÓSITOS. que condenaba todas las d e m á s . Los falsos doctores de
1 La falsa conciencia tiene sus delicadezas como la que habla aquí san Pablo, no eran ni judíos, ni cristianos,
buena, y esto es lo que á muchos les e n g a ñ a , r u é d e s e ni paganos, putslo que reconocian á Jesucristo por el Me-
aun asegurar que las delicadezas de la falsa son mas te- sías, se sometían á la ley de la circuncisión, y no adora-
naces, y de aquí nace la dificultad de convertir á los que ban los ídolos. Habiendo instruido san Pabló á los fieles
han caido en esta ilusión. Temed un mal tan pernicioso, de Galilea sobre este punto de fé tan importante, declara
y de ordinario tan incurable. Haced un estudio en servir á altamente que por lo que hace á él hace consistir toda su
Dios con rectitud y simplicidad. El orgullo es por lo co- gloria en predicar á Jesucristo, y Jesucristo crucificado, el
mún el origen funesto do las ilusiones del entendimiento cuales p á r a l o s judíos un escándalo , y una locura para
y de las del corazón. Tened, pues, un corazón y un en- los gentiles; pero que es la fortaleza y la sabiduría de
tendimiento dóciles. No hagáis nada sin el consejo de un Dios para lodos los verdaderos fieles. «Con respecto á mí,
sabio y santo director; desconfiad sieipprc de vuestras pro- dice, no permita Dios que me glorie en otra cosa que en la
pias luces; y decid muchas veces á Dios, tomando aquellas cruz de nuestro Señor Jesuerislo.» Del sentido de estas
hermosas palabras delPmfeta: «Criad, ó Dios, en mí im palabras del Apóstol ha formado la Iglesia el introito
corazón puro, y renovad en mi interior el espíritu de rec- de la misa de esle dia.
titud. » aNada nos conviene mas que poner nuestra g'oria en ta
2 Uno de los medios para no dejarse sorprender de esta cruz de nuestro Señor Jesucristo , en la cual está nuestia
delicadeza de conciencia, es buscar á Dios con sinceridad. vida, nuestra resurrección, y por la que hemos sido salvos
Desconliad coníinunmetite de vuestro propio espínln; no y libertados. ¿Hay muchos cristianos el dia de hoy que
leáis jamás ningún libro sospechoso. Tened horror á lodo, pongan su gloria en la cruz del Salvador? esto es ¿qué no
espíriiu de partido y de cabala. Haced Profesión de una tengan oirá ambición que hacei se semejantes á este d i v i -
simplicidad verdaderamente cristiana; tened siempre una no modelo? Por el contrario huyese de la cruz , llénese
caridad universa!; no juzguéis á nadie; júzgaos severa- horror á la cruz , y se está muy léjos de poner en ella su
mente á vosotros mismos, y aplicaos á la reforma de vues- gloria ; sin embargo en la cruz es en donde se halla la
' i as costumbres. Ved aquí cuál debe ser el continuo objeto salud y la vida, mientras que en los honores y en los pla-
de vuestro zelo. ceres de esta vida no se encuentra sino la muerto.
«Dios tenga misericordia de nosotros, y derrame sobre
MARTES SANTO.
nosotros sus bendiciones en abundancia. Difunda sebre.
Al paso en que se acerca el gran dia en que se complo- nosotros la luz de su rostro. «Esta espresiones bástanle co-
,ó 'a grande obra de nuesira redención con la muerte en mún en la Escritura para indicar la bondad y la benevo-
|a cruz del Salvador del mundo, exhorta ta Iglesia á lodos lencia, y para decir que se digne mirarnos con ojos favo-
los fióles á que no se glorien mas que en la cruz , inslru- rables, y nos haga sentir los efectos de su misericordia y
IUL'"to glorioso de nuesira salud , y á que cumplan en su de su eslraordinaria bondad con nosolros. El salmo CC es

TOMO I V . 38
MABTIÍS
Jiña viva y devota oración qnc Onviü hace iVDios en favor bien desenvolver los motivos mas especiosos, y que descu-
de su pueblo , y por la cual pide el Profeta que todas las bres toda su malignidad , á pesar de lodos los pretcslos
naciones conozc;in y alaben al Señor. mas plausibles con que se cubren y se disfrazan, tú cono-
La epístola de ia misa do este día nos representa una ces la malicia de mis enemigos , que bajo de su vana y
figura de Cristo paciente , y condenado á muerte en el frivola apariencia de religión, tratande impostor y de m a l -
árho! de la ero/, por los mismos de su pueblo, en la per- vado al que tú has enviado, á aquel cuya Inocencia cono-
sona del profeta Jeremías. ces ; déjame verla ivenganza que debes tomar de ellos.
Este santo hombre, que era sacerdote, habla repren- Vea yo la iniquidad de los judíos , su endurecimiento, su
dido muchas veces á los judíos por su iníideüdad con Dios, impenilencia castigada , sus designios confundidos y tu
y les habia amenazado con las penas con que debian ser justicia vengada. Vea yo al justo, á quien ellos pretendían
castigados por sus desórdenes y por su r e b e l i ó n ; pero esterminar d é l a tierra de los vivientes , triunfar do su
ellos en bigardo aprovecharse de sus caritativas amones- crueldad y de su furor, triunfar de la muerte misma. Vea
taciones, se habían irritado contra él , y habian jurado su yo á todos los que han conspiradopara perderle, humilla-
pérdida. La analogía es bastante justa entre la figura y la dos, anonadados, y á él exaltado por aquellos mismos qno
realidad. I.o que el Profeta dice después á Dios con este no le han maltratado, sino porque se han obstinado m a l i -
motivo, y la Iglesia aplica en este dia á Jesucristo , hace closamenie en desconocerle. El Profeta, dice san G e r ó n i -
la analogía todavía mas perfecta, mo , solo habla contra los que debían permanecer en su
Scfior, dice J e r e m í a s , vos me habéis hecho ver cuáles endurecimiento. No desea él la desgracia de sus herma-
son los pensamientos do mis contrarios , y cuáles son sus nos ; está por el contrario apesadumbrado, su pérdida lo
perniciosos designios contra mí. Todas las iglesias convie- hiere niucho mas que los malos tratamientos que ha sufri-
nen, dice san Gerónimo, que estas palabras y las siguien- do de ellos. Querria que Dios les castigase para obligar-
tes miran á Jesucristo y á su pasión. Contra él es contra les á convertirse; pero previendo su tenaz obstinación,
quien so forman designios de muerte; este divino Salva- anuncia las desgracias que deben sucederles en castigo
dor es el que como cordero manso , conducido para ser de su endurecimiento y de su impenjtencia, Gomo el Sal-
víctima, va á la muerte sin resistencia , sin quejarse , sin vador predice la destrucción entera de Jerusalen y la del
proferir una palabra. Ko hay d u d a , dice el mismo Padre, templo en castigo de la ceguera voluntarla de los judíos:
que Jeremías es visiblemente aquí la figura de este divino ¡O si á lo menos, esclama después de tantas infidelida-
Salvador, Aquí comienza ásufrir de parle d e s ú s herma- des pasadas, hubieses sabido conocer en este dia, lo que
nos, y á representar en su persona aquel divino original únicamente era capaz de darte la paz; si tú hubieses sa-
que se ha calificado como hombro de dolores. «Yo soy bido conocer que estaba en medio de tí la verdadera fuen-
como un cordero manso,» sin hiél, sin aspereza, sin ma- te de tu felicidad! Pero estas verdades no están ahora á
licia, «conducido para ser víctima)) por loe pecados. Yo tu alcance; tú no las ves, nación desdichada, porque has
ignoraba entonces lodo lo que se tramaba contra mí, y no querido ser ciega, y no has querido ver la luz que te i l u -
sabia lo que querían decir cuando decían : «Pongamos minaba.»
lefio en su pan, esterminémosle de la tierra de los vivien- La Iglesia ocupada toda en esta santa Semana de la pa-
tes, y sea borrado su nombre de la memoria de los h o m - sión de Jesucristo , su mayor cuidado es de llenar en ella
bres.» Poco después que «os habéis dignado, Sefíor, dar- el entendimiento y el corazón de todos los fieles ; y como
m e la inteligencia» de una espresion tan figurada , «com- cnlre todos los misterios de nuestra religión no lo hay mas
prendo» que ellos han resuelto quitarme la vida en un l e - interesante que este, desea que sus hijos no ignoren la
ño. Tertuliano , san Cipriano , Lactancio , san Gregorio, mas mínima circunstancia de él. Con este mismo fin los
san Gerónimo, y los demás santos padres entienden todos cuatro historiadores sagrados , que nos han dado la histo-
este lugar del Profeta , de la muerte de Jesucristo en la ria de la vida de Jesucristo en el Evangelio , se han como
cruz. Los propios términos de pan y de leño desenvuel- repartido entre sí el pormenor de los principales hechos
ven por sí mismos el misterio, y su esplicacion gira sobre de ella , habiendo querido en esto el Espíritu Santo que
la verdad del misterio de la Eucaristía. Jesucristo ha de- les dirigía, formar de todos cuatro una historia completa;
clarado en términos espresos , claros y preciosos que él pero en cuanto á la pasión del Salvador, cada uno en par-
era «ol pan vivo, que era el pan de vida que habia bajado ticular se ha aplicado á hacer una narración detallada y
del cielo: el pan que yo daré , a ñ a d e , es mi propia entera, y solo algunas menudas circunstancias, cual ras-
c a r n e ; » y esta misma carne que será Inmolada sobre la gos parliculares , distinguen cada cuadro. No queriendo,
cruz por la salud y por la vida del mundo. Cuando los j u - pues, la Iglesia que ignorásemos nada de este gran miste-
díos han dicho por Jeremías : «pongamos leño en su pan, rio, por el cual se ha obrado h\ grande obra de nuestra
csterminéraosle de la tierra,» han dicho de Jesucristo: salud , nos hace leer en estos santos días la historia de la
preciso-es deshacernos de ó ! , y para esto clavemos su pasión de Jesucristo , segnn los cuatro evangelistas , quo
cuerpo , que é l dice que es el pan vivo bajado del cielo, ha distribuido según el órden del tiempo qne han escrito.
clavémosle en el leño de la cruz, y por este medio lo es- Así el domingo de Ramos nos hace leer la historia d é l a
terminarémos de este mundo, «Pero t ú , ó Dios de los pasión de! Salvador , según san Maleo ; el martes la m i s -
ejércitos, esto es, Dios justo, Dios soberano , juez ven- ma historia , según san Marcos ; el miércoles, según san
gador de los crímenes, que castigas la iniquidad; tú que Lucas, y el viernes santo, según san Juan, que es el quo
juzgas con todo el rigor de la justicia ; tú que no te do- ha escrito después de los demás evangelislas. Ninguna
jas deslumhrar por esrerioridades imponentes, ni porapa- cosa y nada tan útil para la salud, dice san Agustín, como
ricncias engañosas , sino que penetras al interior del a l - el pensar todos los días en lo que ha padecido un Dios
ma, y ves el fondo del corazón ; tú , en ün , que sabes hombre por nuestra salvación, Nada mas á pióposilo para
SAMO. 209
obligarnos l\ sufrir con paciencia y aun con alegría cuanto pié do la montaña. Eulróse en el huerto de la granja de
hay de mas crudo y ele mas sensible en osla vida, que el Gclhsemaní, que era el lugar adonde iba IHUOIKIS veces
acordar de continuo á nuestro espíritu la memoria de la con sus discípulos, el cual conocía Judas muy bien, de
pasión del Salvador, dice san Isidoro. Seguro es, decia suerte que no dudaba que ¡c oncoulraria en él. No lo i g -
O r í g e n e s , que no podrá reinar el pecado en un corazón noraba J e s ú s : le hubiera sido muy fácil retirarse á otra
que piensa frecuenlemente en la pasión del Salvador. parte; pero habiendo llegado ya la hora marcada de su
Todos los Padres de la Iglesia y los doctores convienen sacrificio, se detuvo allí, para inmolarse él mismo á su
que los tormentos que el Salvador se ha dignado sufrir Padre sobre el altar de su corazón, siendo á un tiempo el
por nuestro amor, son incomprcnsihles al entendimiento sacerdote, el ministro y la víctima de su sacrificio. En t o -
humano; y que su pasión es un misterio de humillaciones das las demás partes puede decirse que sus enemigos t u -
y de dolores que sobrepuja á toda inteligencia criada. vieron parteen la inmolación; a q u i e s c í Salvador solo el
Seria necesario comprender lo que es el Hijo de Dios, que voluntariamente reúne en su alma y sobre su cuerpo
igual en todo á su Padre, y hecho semejante á nosotros lodo lo que los lormeulostMmon de mas cruel, lodo lo que
por su encarnación, para tener una justa idea de lo que la muerte tiene de mas doloroso, lodo lo mas horroroso, lo
este Dios-hombre ha sufiido por r e s c a t a r á los hombres. mas opresivo, lo mas sensible que un hombre puedo su-
Seria preciso penetrar ta profundidad d e s ú s humillacio- frir. Entrégase á un sobrecogimiento de temor y dé es -
nes, la vivacidad y el número de sus dolores, la delicade- panto capaz de quitarle la v i d a ; y reuniendo su imagina-
za de su carne, la estension y la penetración de su espiri- ción á la vez lodos los objetos alliclivos, la traición de un
l u , y al mismo tiempo la desproporción infinita de la apóstol péi fido, la fuga de los apóstoles fieles, las rechi-
reunión de lodos sus tormentos, con la dignidad infinita flas, los ultrajes, las imprecaciones de un pueblo furioso,
de su adorable persona. Todo es csceso en la pasión de losinsultos ignominiosos del mas injusto de los tribunales,
Jesucristo, dice santo T o m á s ; esceso de malicia en los j u - del mas indigno de los magistrados, las irrisiones insolen-
díos, á quienes habia colmado de todo género de bienes; tes, los oprobios, la barbarie, la impiedad de parte de los
csceso de crueldad en sus verdugos, que le hacen sufrir soldados, las calumnias escandalosas, las injusticias
tormentos inauditos, y que no dejan espacio alguno sin horribles, una monstruosa preferencia, los azotes, las es-
llaga ni sin suplicio en su delicado cuerpo; esceso de pinad, tos clavos, la cruz, lodo so présenla, todo se hace
ignominia en los ultrajes que se lo hacen, en las i r r i s i o - sentir, todo abruma al mejor de los corazones, y á la mas
nes y aprobios do que se le carga; esceso de tristeza y tierna de las almas. Jesús parece como que sucumbe bajo
de amargura, á que él mismo se entrega, y que le cau- de un peso tan enorme; ni aun puede, al parecer, d i s i -
san un sudor desangre; esceso, en fin, de dolores, los mular el esceso d e s ú s penas: «Me cubre, dice, una t r i s -
cuales no hubiera podido j a m á s sufrir sin milagro. Sa- teza mortal.» Esta tristeza mortal á que el Salvador so
bed, dice santo Tomás, que la grandeza do sus dolores abandona, es mas el efecto de nuestra ingratitud y del
fué proporcionada á la pena que merecian los pecados de poco fruto que tantos malos cristianos reportarían de su
todos los hombres; y esto, porque no solamente quiso el muerte, que del cáliz amargo que iba á beber. Si pide á
Señor destruir el pecado por la fuerza de su poder, sino su Padre que le libre de lo que él mismo habia acopiado
también por las reglas de su justicia: así es que quiso tan voluntariamente, es para que comprendamos que
que hubiese una igualdad perfecta entre la deuda y la siente toda su amargura. Y á la verdad, lo que irrita su
paga, entre el pecado y su pena; esto es lo que ha hecho dolor, es ver el abuso sacrHego que harán tantos pecado-
c r e e r á muchos sabios i n t é r p r e t e s , que el Salvador lia su- res de las gracias que va á merecerles con su sangro. Él
frido él solo tantas penas temporales, cuantas merecian quiere salvar á lodos los hombres, y la mayor parle do
sufrir en esta vida lodos los hombres juntos por cada uno los hombres se p e r d e r á n ; acepta todos los tormentos, y
de sus pecados: de suerte que. sus dolores fueron tan hasta la'muerto mas ignominiosa, para la espiacion do
grandes que aun cuando no hubiera sido mas que sim- nuestros pecados, y la tierra estará cubierta de pecado-
plemente hombre, igualarian y aun sobrepujarian todas res ; muere por su pueblo, y este desdichado pueblo no so
las penas que la justicia divina hubiera tenido derecho aprovechará do su muerte.
para exigir de lodos los pecadores después de la remisión El temor y la estreñía tristeza á que so ha entregado el
de sus pecados. Así es, que en la pasión del Salvador Salvador, habia por un efecto natural recogido la sangre
declara el Padre Eterno que ha gravado su brazo sobre su al rededor del corazón; pero habiéndola rechazado, y
propio Hijo, á causa de los crímenes de su pueblo. derramado con violencia por todo el cuerpo, el amor y el
Pero nada nos descubre mejor los tesoros que están en- deseo ardiente que tenia de nuestra salud, so dilató en
cerrados en la pasión del Salvador, que la historia senci- un sudor tan abundante que quedó la tierra regada con
lla de la misma pasión. No hay mas que seguir el porme- ella. ¡Y q u é ! ¿ l a n í a sangro derramada á consecuencia
nor que hace de ella el Evangelio, y ver con ojos cristia- del esecsivo amor que Jesucristo nos tiene, no a r r a n c a r á
nos todo lo que Jesucristo ha sufrido en loslres principales j a m á s una lágrima de nuestros ojos?
Vatros de su pasión, esto es, el huerto de los Olivos, la La llegada del pérfido Judas á la cabeza de una compa-
ciudad de Jcrusalcn y el Calvario. ñía de soldados y de galopos, armados con espadas y con
Habiendo salido el Salvador do Jerusalen, después de palos, oprimió el corazón del buen Maestro, y el beso
habn- celebrado la última Pascua con sus apóstoles, so traidor que aquel infamo apóstata le dió en señ^il do wi
" etiró á la montaña de los Olivos, en donde tenia de cos- traición, hizo una llaga en su corazón divino, que le lasti-
tumbre orar durante la noche, y no permitió que le acom- mó hasta el último suspiro de su vida. Abrazando enton-
P'tiiasen mas que san Pedro, san Juan y Santiago, iloj;m- ces por última vez él Salvador á aquel infeliz, y hablan-
•w ¿ l o s d e m á s en la ulJoa do (lelhscmaiii que oslaba ai dolo todavia con uu tono de padre : Amigo mió, lo dice,
300 MAR IES
¿con un beso le alro.ves á enlregarmc? ¡ Q u é ! Judas, mi
amado discípulo, á quien he distinguido con lanías seria- La Epístola es del profeta Jcrcmias, cap. í t .
les de amistad; Judas, tu que has sido lesligo de tantos hx diebus illis: Dixit Je- En aquellos dias dijo Jerc-
milagros como yo he obrado; Judas, uno de mis mas remias: Domine, d e m n s - m í a s : Señor; vos me habéis
queridos apóstoles, ¿con un beso me entregas á mis mas trasti m i h i , el cor/novi; revelado y dado á conocer sus
mortales enemigos? ¿ Q u é corazón hubiera sido tan b á r - tune oslendisli mihi slu~ designios, y yo los he conoci-
baro que no se hubiera conmovido y enternecido con una dia eorum. E l ego quasi do; y yo me he conducido
queja tan amorosa? Pero Judas es insensible á una recon- agnusmamuelus,quipor- como un cordero manso que
vención tan afectuosa. ¡O Dios m i ó ! ¡ d e q u é no es uno talur ad victimam: el non llevan para que sea víctima,
capaz cuando os abandona después de haberos conocido! cognovi guia cogitavernnt cual si hubiese ignorado la
¡ O h , y q u é cierlo es que la insensibilidad signe muy de super me consilia, dicen- conspiración que habían fer-
cerca á una comunión sacrilega! Facilísimo hubiera sido á ies : Mittamus l i g n u m i n mado contra m í , diciendo:
Jesucristo sustraerse de las manos de aquella tropa de p ama ejus, el cradamus Pongamos leño en su pan; es-
malvados, como tantas veces lo había hecho de las d é l o s eum delerra viventlam, el terminémosle de la tierra de
que Icnian orden de prenderlo cuando aun no había llega- nomen ejus non memore- los vivientes, y bórrese su
do su hora. Pero hoy que ha llegado ya el tiempo que él tur amplias. Tu cmtcm, nombre de la memoria de los
había determinado para su sacriücio, sale él mismo al Domine Sabaolh,quijudi- hombres. Mas vos, ó Dios do
encuenlro de los que le buscan, y no bien les ha dicho cas jaste, el probas renes los ejércílos, que juzgáis se-
que es él mismo á quien tienen orden de prender, cuando el corda, videum ullionem gun la justicia, y que sondeáis
su voz, á manera de un rayo, los arroja á tierra; lanía luam ex cis : tibi cnim re- los ríñones y los corazones,
verdad es, que sí él mismo no se hubiese entregado h la velari causam meam, Do- haced que yo v e i el castigo
rauorle por la salvación de los hombres, j a m á s hubieran mine Deas meas. que debéis ejercer sobre ellos;
podido prenderle las potestades do las tinieblas: « S e porque yo he puesto en vues-
ofreció porque q u i s o , » dice Isaías. tras manos la justicia de mi
¿ Q u é estado mas sanio ni mas perfecto que el del causa. Señor Dios mío.
apostolado? ¿ q u é vocación mas cierta ni mas milagrosa El estilo de Jeremías, dice san Gerónimo, no es elevado
que la de Judas? ¿ E n dónde podía estarse mas al abrigo como el de Isaías y de Oseas, y algunos oíros profetas; pe-
de las borrascas d é l a s pasiones, de las astucias del ene- ro la simplicidad del estilo queda bien recompensada por
migo, y del contagio del mal ejemplo, que á la vista mis- la sublimidad de los scnlidos que encierra. El líspírilu San-
ma de Jesucristo y en compañía de los apóstoles? Sin io se ha servido con especialidad de osle profeta para dar-
embargo, Judas tan bien llamado, en un estado tan santo, nos un retrato el mas semejante de la pasión de Je-
instruido por el mismo Jesucristo en la escuela de los san- sucristo.
tos, colmado de sus beneficios, testigo de sus milagros;
Judas se pervierto; Judas comete el crimen mas horrible REFLEXIONES.
que se ha imaginado j a m á s ; Judas se condena. Después «Yo me he conducido como un cordero manso que l l e -
de esto, ¿ q u i é n no trabajará con temor y con temblor en van para quesea víctima.» Siemprefué la mansedumbre
el negocio de su salvación? Judas se digna llamar todavía uno de los rasgos mas marcados del carácter de Jesucris-
á aquel traidor con el nombre de amigo, aun cuando le to; pero j a m á s apareció en él esla virtud con mas esplen-
entrega. ¡O Dios mío I ¡ q u é violento es para vos el dejar dor q u í en lodo el curso do su pasión, y singularmenlo
que nos perdamos; cuánto sentís el vernos perecer! Ha- sobre el Calvario. Ni fué tampoco una mansedumbre do
biendo el Salvador permitido queso levanlascn aquellos á flaqueza y de inanición, que produce la cstenuacion,ó quo
quienes solo su presencia y su sola voz habia echado por la necesidad adopta. La impotencia hace algunas veces
tierra, se entrega á ellos, y permile que se le ate como un dulce y tratable hasta el despecho mas irritado, y á los
malhechor, y se le lleve ante los tribunales, en medio de hombres mas coléricos los amansa. Pero esla mansedum-
la gritería del pueblo. ¡Cuán lamcnlable seria nuestra bre aparente no fué j a m á s una virlud. No es de esla natu-
suerte, mi amable Salvador, si pudiésemos consideraros raleza la de que Jesucristo nos da un ejemplo tan singular
á sangre fría en el laslimoso estado á que os ha reducido en medio de sus humillaciones y de sus dolores. Los cor-
la ternura con que nos a m á i s ! [Ahí este amor es el que deles que le alan á la columna, y los clavos que le fijan en
os ata mucho mas cslrechamenle, que las cuerdas con la cruz, no habían ligado su poder. El Salvador bajo de
quo os vemos ligado. ¿Y este mismo amor no nos atraerá aquel granizo de azotes, en medio del lorrenle de i n j u -
á vos? rias, de ultrajes y de oprobios de que se ve como inunda-
do, puede muy bien decirse que nunca apareció mas gran-
La oración de la misa de este dia es como siyue: de, nunca mas poderoso; nunca pareció mas Dios,por de-
cirio así, que en el profundo abismo do sus humillaciones
Omnipolens scmpilerne Dios omnipotente y eterno: y sobro el Calvario: «Verdaderamente este hombre era
Deus, da nobis i l a Domi- conceded nos vuestra gracia hijo de Dios.» (Maro. i H . ) esclama allí admirado el Cen-
nica; fassionis Sacramm- para celebrar los misterios de turión. Por esta paciencia divina, y por esta dulzura ine-
ta peragere: u l i a d t ü g m - la pasión de nuestro Señor, de fable, se ha mostrado tal como era este divino Salvador.
liam pt.rcipere mcreamar. modo que merezcamos obtener David habia tenido mansedumbre durante su vida; pero
I'cr eamdem Domiaum el perdón de nuestros pecados en su muerte ordenó á su hijo que traíase con rigor á los
noíslrum... por el mismo Jesucríslo nues- quo él habia perdonado. Isaías, Ezequíel y Jeremías h a -
iro Señor, etc. bían sido moderados y aun pacientes, pero su taansedum-
SANTO. 301
brc se prescnlaba muy rígida, hasta forzada parecía al- potcslis illis benefaccrc : toca á mí. Siempre tendréis po-
gunas veces; y los deseos que al parecer lenian do ver á me autem non semper ha- bres con vosotros, y podréis
sus enemigos humillados, afligidos, anonadados, por mas betis. Quodbahiúlimc, fe- hacerles bien cuando quisie-
que sean misteriosos, alteran su dulzura,y su paciencia la c i l : prwvenit ungere cor- reis; pero á mí no siempre me
dejan ver como al vislumbre. Solo la mansedumbre de cs- pus meum in seputlumm. tendréis. Ella ha hecho lo quo
le divino Cordero, es la que nunca se desmienle. Hasta en Amen dico vobis: Ubicum- p o d í a , ha embalsamado mi
la cruz, un momento antes de espirar pide á su Padre que que pmdicatum fuerit cuerpo con anticipación para
perdone su muerte á los que basta entonces han estado Evangctiurn islud i n u n i - la sepultura. En verdad os d i -
tan sedientos de su sangre, esctisando su crueldad con su verso mnmln, el qmd fecit g o , que en cualquiera lugari
ignorancia. En esta escuela es en la que tantos millones de hwc, narrabilur i n memo- en todo el universo que se pre-
mártires han aprendido á ser pacientes, y todos los sanios riam ejus. C. E l Judas I s - dicare este Evangelio, se con-
á conservar toda su vida una mansedumbreinídterable.La cariotes, unus de duode- tará también lo que ha hecho
lección es universal, sin embargo son muchos los que la fii/t, abiil ad summos sa- en memoria de ella. Entonces
ignoran. Esos humores acres y molestos; esos aires alta- cerdotes, ni proderet eum Judas Iscariote, uno de los do-
neros c imperiosos; esos tonos eternamente secos é impa- illis. Qui audienles, gavisi ce, se fué á buscar á los p r í n -
cicntes; esos modales orgullosos y austeros, no caracteri- sunt; el promiserunl ei cipes do los sacerdotes para
zan j a m á s la verdadera virtud. En v a n ó s e trata de autori- pecuniam se daluros. E l entregarles á ¿Jesús. A l e g r á -
zar el mal humor con el nombre de zelo; si es el espíritu de quwrebal quomodo illum ronse mucho oyendo esto , y
Jesucristo el que leanima, debe ser dulce. Nunca fué i n - opportune Iruderel. E l le prometieron que le darinu
cómoda y mucho menos colérica la piedad cristiana. Cuan- primo die Az¡¡moruin dinero; y ya en lo sucesivo
do hay en ella algo de hiél ó de amargura, ya es pasión, quando Pnsrha i i m i o l a - no buscaba mas que una oca-
i Qué error! pretender escusar uno su mal humor con la bant, dicunl el discipali: sión oportuna para entregarle.
indocilidad de un niño, ó con la tontería de un domúslico; S. Quo vis eamus, el pa~ En el primer dia de los A z i -
estos frutos salvajes nacen en nuestro propio terreno. No remus tibi u l minilnci's mos, en que se sacrificaba el
hay cosa que demuestre mejorun espíritu grosero y un co- Pascha? C. E l millit dúos cordero Pascual, le dijeron sus
razón inmortificado, que la impaciencia. La mansedum- ex disciputis sais, el dicil discípulos ; ^ A d o n d e quieres
bre no solo hace el elogio de la virtud, la demuestra. No cis: )%< lie i n civilatem, et que vayamos á preparar lo
hay virtud cristiana sin mansedumbre. occurrel vobis homo lage- necesario para que comas la
nam aquw bajulans, se- Pascua ? Y envió dos de sus
E l Evangelio de la misa es la Pasión de nueslro Señor Je- quimini eum : el quocum- discípulos, y les d i j o : Id á la
sucristo según san Marcos, cap. 4 i . que inlroirct, dicile domi- ciudad, y se os presentará un
h \ tilo I m p o r e : E r a l En aquel tiempo: Debía ce- no domus , quia Magisler hombre que lleva un cántaro
Pascha el Áziima post b i - lebrarse la Pascua y los Azi- dicit: Ubi esl refeclio mea de agua; seguidle, y en c u a l -
dumn: el quaircbant suni- mos de allí á dos días ; y los ubi Pascha cum disciputis quiera parle que entre, decid
•ni sacerdotes el scrihoe príncipes de los sacerdotes meis manducem ? E l ipse al dueño de Ja casa : El maes-
quomodo Jcsum dolo tenc- con los escribas , buscaban vobis demonslrabil cxna- tro dice : ¿En donde eslá el
rent, cí occiderent. Dice- como prender á Jesús por cuhm grande slralum , el lugar en donde he de comer la
bani aulem: S. iVon i n die sorpresa , y quitarle la vida. illic parale nobis. C. Et Pascua con mis discípulos ? Y
¡esto , ne ¡orle lumultus Pero d e c í a n : No se haga es- abierunl discipuli ejus , el él os mostrará una gran sala
ficret in populo. G. El c i m to durante la fiesta, no sea veneruiH i n civilatem; ct bien amueblada; haced allí los
csset Jesús Bclkamw i n que acaso suceda alguna con- invenerunt sicul dixcral preparativos. Tueion á la c i u -
domoSimonis leprosi, el moción popular. Estando pues, illis, et paraverunt Pas- dad sus discípulos, y habiendo
recumheret: venit mulier Jesús en Hethania en casa de cha. Vespere autem fado, llegado á ella, todo lo encon-
habens alabaslrum u n - Simón el leproso, sentado á la venit cutn duodecim. E l traron según se Ies había d i -
guenli m r d i spiani pre~ mesa, vino una mujer con un disnniibenlibus eis, et cho, y prepararon lo necesario
tiosi, Ct fraclo alabaslro, vaso lleno de un licor oloroso manducaniibus, a i l Jesús: para la Pascua. Hacia la caída
cjj'udil super capul ejus. compuesto de la espiga del ^ Amen dico vobis, quia de la tarde vino allí con los
Erant aulem (¡uidam i n - nardo, y de un suhído precio, unus ex vobis Iradct me, doce ; y oslando á la mesa
digne [érenles iutra seme- y i'ompiendo el vaso lo der- qui manducal mecum. C. mientras que comían, habló
Hpsos, et dicentes: S. Í7t r a m ó sobre su cabeza. A l g u - Al ilti capenmt contrista- Jesús de este modo : En ver-
(¡uid perdilio isla ungnaui nos indignados de esto, dije- r i , el dicere ei singulalim: dad os digo, que uno de los.
/"«cía cst ? Poleral enim ron dentro de sí mismos: ¿ A S. Numquid egol C. Qui que comen conmigo me entre-
Hngnentum islud v e m m - qué viene el perder este licor, ail i l l i s : Unus ex duo- g a r á . Quedaron todos contris-
tl<'ri plus qaam Irccenlis puesto que podían haberse sa- decim, qui inlingil mecum tados (al oír esto) y cada uno
denariis, el dari pauperi- cado de él mas de trescientos manum in calino. El E i - de ellos le dijo : ¿Por ventura
C. Et frewebanl i n denarios de plata , y haberlo Hus quidemhominis vadil, soy yo? Respondióles Jesús :
eant. Jesús aulem d i x ü : dado á los pobres ? Y m u r - sicul scriptum cst de co : Uno de los doce que mete con-
^ Sinile eam : quid ü l i muraban allameíitecontra ella. VÍG autem homtni i l l i , per migo la mano en el plato. A
^ I f s t i e s t i s ? lionum opus Mas Jesns les dijo : Dejadla quem Filius hominis t r a - la verdad, el Hijo del hombre
0Pfraia esl i n me. Sinupcr quieta, ¿ por q u é ia incomo- dciur! lionum eral ci, si va (á consumar su carrera)
m m pauperes Itahclis r o - dáis ? Lo que acaba de hacer non essel natus homo Ule. según está escrito de él; mas
Jíscum; el cum volucrüis, es una buena obra, por lo que C. Et manducaniibus illis, ay do aquel hombre por quien
302 MARTES
acccpit Jesús panem, el el Hijo del hombre será entre- u l n o n inlrelis i n tenlatio- dido velar siquiera una hora?
bcnediccns fregil, el dedil gado; seria muy venlajoso nem. Spirilus quidem Velad y orad, á lin de que no
m , ct a ü : ifc Sumiie,hoc para el tal hombre no haber promptus esl, caro vero os veáis envueltos en la ten-
cst corpus meum. C. Et nacido. Mientras que comían, infirma. C. E l ilerum tación. Yerdaderamenle el es-
acwp lo ca lice, gra l ¡as (ornó Jcsns el pan, y después abiens o r a v i l , eumdem píritu está fuerte, pero la car-
agens dedil e i s : el hibe- de haberlo bendecido lo partió, sermonem dicens. E l r e - ne está flaca. Retiróse segunda
r u n í ex illo omnes. E l u i l y se lo dió diciendo : Tomad , versus, denuo invenit eos vez, y repitió la misma ora-
illis : »í< Uic est sanguis eslo es mi cuerpo. Tomó en dormienles (erant enim ción ; y habiendo vuelto, los
meus novi leslamenli, qui seguida el Cáliz, y dando gra- oculi eorum gravali) et encontró de nuevo durmiendo
p r o mullís effundclur. cias, se lo d i ó ; lodos bebieron ignorabant quid responde- (tenían sus ojos cargados de
Amendico vobis, quiajam de é l , y Ies dijo : Esta es mi reni ei. Et venil ter lio, et suefio) y no sabían q u é res-
non bibam de /toe genimi- sangre, la cual constituye el ait illis : >J< Dormite j a m , ponderle ; volvió pues por ter-
ne vilis, usque i n diem nuevo Testamento, y será der- el requiescite. Sufficit: ve- cera vez, y les dijo : Dormid
»7í««i, cum Uhid bibam ramada por muchos. En ver- nit hora : ecce Filius ho- ya, y reposad. Basta; ha l l e -
novum in regno Dei. C. Et dad os digo, que no beber é ya minis tradetur i n manus gado la hora; el Hijo del h o m -
h y m m diclo, eociemnt i n mas en adelante de este vino, peccatormi. Surgile, ea- bre va á ser entregado en m a -
moutem Olivarum. E l ait hasta el dia en que lo beberé mus. Ecce, qui melradet, nos de los pecadores; levan-
eis Jesús : Omnes sean- nuevo en el reino de Dios. Y propeest. C. E l , adhucco taos, varaos; ved aquí ya cer-
dalizabimini i n me in noc- dicho el cántico se fueron á ^ loquenle, venil Judas Isca- ca el que me ha de entregar.
tc isla ; quia scriplum esl: montaña de los Olivos. Díjo- riotes, unus de duodecim, Aun estaba hablando cuando
Perculiam pastorem, el les Jesús : Todos os escandali- el cum eo lurba mulla cum llegó Judas Iscariote, uno do
dispergentur oves. Sed zareis por causa mia en esta gladiis et lignis, á sum- los doce, seguido de un gran
postquam resurrexero, noche, porque está escrito : mis isac.erdolibus, el scri- número de gentes, armadas
pmcedam vos i n Gali- Heriré al pastor y se dispersa- bis, elseniqribus. Dederat de espadas y de palos, envia-
Iceam. C. Pelrus aulem rán las ovejas; pero cuando aulem tradilor ejus s i g - das por los príncipes de los
ail i l l i : S. Et si omnes hubiere resucitado, iré delan- mm, eis, dicens: S. Quem- sacerdotes y de los ancianos.
scandalizali fuerinl in le, te de vosotros á Galilea. Aun cumque osenlalus fuero, El que entregaba á Jesus, Ies
sed non ego. C. E l a i t U l í cuando lodos, le dijo Pedro, se ipse cst, leneiecum, el d u - había dado una señal, dicíen-
Jesús : %<Amen dico libi, escandalizasen porcausa vues- cite cante. C. E l eum ve- do : Aquel á quien yo b e s á r e ,
quia tu hodic i n noele hae, tra, yo no me escandalizaré. nisset, slalim accedms ad ese es; prendedlc y traedle
priusquam gallus voccm En verdad te digo, le replicó eum, ait : S. Ave Rabbi. con precaución. Luego, pues ,
bis dederil, ter me es ne- Jesús, que tú mismo, boy en C. Et osculutm cst cum. que llegó adelantándose hacia
galurus. C. A l Ule a m - esta noche, antes que el gallo Al i l l i manus injecerunlin Jesus : Salve, Maestro, le dijo;
plius loquehalur : S. Et haya cantado dos veces, tres cum, ct temerunt eum. y le besó. Inmediatamente se
si oporlueril me simul veces me n e g a r á s . Mas Pedro Unus aulem quídam de echaron sobre él, y le pren-
commori libi, non le ne- insistió diciendo : Aun cuando circvmslanlibus educens dieron. Uno de los que estaban
gaba. C. Cimliler aulem fuese necesario morir contigo, gladium, percussit servum allí tirando la espada, dió con
el omnes dicebanl. E l ve- no te n e g a r é . Y lodos los de- summi sacerdotis, et a m - ella á un criado del gran sa-
nerunt in pratdivm cui no- más dijeron lo mismo. En se- p v t a v i l i l l i auriculam. Et cerdote y le corló una oreja.
men Gelhsemani. E l ait guida fuéron á una heredad respondens Jesus, s i l i l l i s : Dirigiéndose entonces Jesus á
discipnlis mis : ífr Sede- llamada Gelhsemani, y dijo á >í< Tamquam ad talronem la multilud, les dijo : Vosotros
te hic doñee orem. C. Et sus discípulos : Permaneced existís cum gladiis et l i g - habéis venido á prenderme
assumit Pelrum, et Jaco- aquí mientras yo voy á orar. nis comprehendere me? como á un ladrón, con espa-
bum, ct Joannem secum : .Tornó consigo á Pedro, San- Quolidie trian apnd vos das y palos. Todos los días es-
ct ccepit pavere, et teedere. tiago y Juan, y comenzó á te- templo docens, el non me taba entre vosotros, e n s e ñ a n -
Et ait illis: •£< Trislis est mer y verse abrumado del te- tenuistis. Sed ul implcan- do en el templo, y no me ha-
anima meausque ad mor- dio. Mi alma, les dijo está po- íur Scriplurce. C. Tune béis preso, pero ha sucedido
lem : suslinete hic, et v i - seída de una tristeza mortal ; discipuli ejus reUnqucntcs así á fin de que secumpliesen
gilalc. C. Etcumproces- manteneos a q u í , y velad. Y cum, omnes fugerunt. las Escrituras. Entonces sus
sisset paululum, procidit habiéndose adelantado un po- Adolesccns aulem quídam discípulos le abandonaron y
super lerram ; ct orabati co se postró en tierra, y roga- sequebalur eum amiclus huyeron todos. Cierto jóven
ut si fieri possel. transi- ba (al Padre) que si podía ser, sindonesvper nudo: el le- que le seguía , cubierto solo
ré ab co hora, el d i x i t : no viniese sobre él aquella nuerunt eum. A l Ule, re- con una s á b a n a , fué Itfpbien
)$( Abba, Paler, omnia l i - hora. Padre m i ó . Padre mió, jecia sindona, nudvs p r o - preso; pero soltándola sábana
bi possibilia sunt : irans- decía, todo es posible para l í : fugil ab cis. E l adduxo- escapó desnudo d e s ú s manos.
fer calicem hunc a me, sed apartad de mí este cáliz; pero runt Jesum ad summum Condujeron inmedialamenle á
nonquodegovolo, scdquod sin embargo, no sea lo que sacerdotem, et scribw, et Jesus á casa del sumo sacer-
tu. C. E l venil, et inve- yo quiero, sino lo que tú quie- séniores. I'elrus autem á dote, donde se juntaron los
nil eos dormienles. Et a i l res, liabieiido venido adonde Ion ge sccutus cst cum us- sacerdotes, los escribas y los
I'elro : ^ Simón, dormís? estaban los discípulos, los ha- que iniro i n airinm summi ancianos. Pedro le siguió de
non poluisli una hora v i - lló durmiendo, y dijo á Pedro: saardolis, el sedebal n m lejos hasta el atrio del gran
gilare? Vigilale, el orate, Simón, ¿duermes? ¿no haspo- minislris ad ignem, ct ca-' sacerdote; sentóse allí ceicu
SA: 303
lefaciehat se. Summi vero del fuego con los oficiales pa- sel iUum ancilla, c v p i r ban presentes : También es
sacerdotes, et omneconci- ra calenlarse. Enlre lanío los dicere circumslanlibus : este de ellos. Mas él lo negó
lium qumrebant adversus príncipes de los sacerdoles, y Quia hic ex illis est. At segunda vez, y poco tiempo
JettEfñ lesiiuionium, u l todo el consejo, procuraban Ule iterum ncgavil. Et después los que allí se halla-
<tm m o n i iraderent, nec* teslimonios conlra Jesús para post pusillum rursus qui ban dijeron á Pedro : Segura-
invcni<.bant, M u l l i emm condenarle á muerte, y no los slabanl, dicebanl Pelro : mente eres tú de esta gente,
teslimonium falsum dice- encontraban; porque aunque S. Verc ex illis es : nam porque eres también galdeo.
bant adversus eum : et muchos liacian falsas deposi- el Galilceus es. C. lile au- Pero él empezó á hacer impre-
convenientia teslimoma ciones conlra él, no concorda- tem cwpit anathematizare caciones, y á decir con j u r a -
non erant. E l quidam ban sus lestimonios. Presen- et jurare. Quia nescio ho- mento : No conozco á ese h o m -
stmjentes, féutúm leslimo- táronse entonce^ algunos que minem islum, quem dici- bre de quien habláis, fi inme-
nium farebant adversus traían .contra él un falso testi- lis. Et stolim gallus ite- diatamente cantó otra vez el
eum, dicentes : S. Quo- monio , diciendo : Nosotros rum canlavil. E l recorda- gallo y Pedro se acordó de la
üiam nos audivimus eum mismos le hemos oido decir : tusest M r u s verbi, quod palabra quo Jesús le habia
diceulem : Egn dissolvam Yo destruiré este templo, fa- dixeral ei Jesús : l ' r i u s - dicho: Antes que el gallo can-
lemplum hoc m a m fac- bricado por manos de hom- quam gallus cantct b i s , te dos veces, me n e g a r á s tú
(MI/I, el fer iriduum aliad bres, y en tres dias volveré á ter me negabis. Et ca'pil tres veces; y comenzó á l l o -
non manu faclum cedifiea- edificar otro que no será obra flere. Et confeslim, mane rar. Luego que amaneció, los
bo. C. Et non eralconve- de las manos de los hombres. (•ü)\silium farienlcs summi príncipes de los sacerdotes
niens leslimoninm illorum. I'ero tampoco habia concor- sacerdotes cum seniorihus, tuvieron consejo con los a n -
Et exurgens sumnnis sa- dancia en este testimonio. En el scribis, el universo con- cianos y los escribas, y con
cerdos i n médium, inler- tal estado, levantándose el cilio, vincientes Jesum , todo el concilio; y después de
rogavit Jesum, dicens : S. gran sacerdote en medio de duxerunl, et tradiderunl haber hecho atar á Jesucristo,
Non respondens (fuidquam la asamblea, preguntó á Jesús, l'ilato. Et interrogavit le llevaron y le entregaron h
ad ea, guce libi objkiuniur y le dijo : ¿Nada respondes á eum JHlalus t S. Tu es Pilato. Pilatole p r e g u n t ó des-
ab his? C. Ule autem ta- lo que estos deponen contra ñex Judoeorum? C. A l Ule de luego : ¿Eres tú el rey do
eebat, el nihil respondit. tí? Pero Jesús guardaba silen- respondens, a i f i l l i - . ^ T u los judíos? Tú lo dices, le res-
Rursum s m m u s sacerdos cio, y nada respondió. Pre- dicis. C. Et aecusabanl pondió J e s ú s . ' M i e n t r a s tanto
inierrogabat cum, el d i - guntóle de nuevo el gran sa- eum summi sacerdotes i n los príncipes de los sacerdotes
ñ l e i : S. Tu es Chnsius cerdote, y le dijo : ¿Eres tú el mullis. Pilalusaulem r u r - le acusaban de muchas conas;
Filius Deibenedicli? C. Je- Cristo, Hijo de Dios bendito? sum interrogavit eum, d i - y Pilato le preguntó de nuevo;
sús autem dixü i l l i : ^ Yo soy, le dijo Jesús, y vos- cens. : S. Non respondes ¿ Nada respondes ? le dice.
Ego sum et videbilis F i - oíros veréis al Hijo del hom- quidquam? Yidein quanlis Mira de cuantas cosas te acu-
húm hominis sedeníem á bre sentado á la diestra de le accusanl. C. Jesús au- san. Mas Jesús no dió respues-
dexlris virtulis Dei, el ve~ Dios omnipotente, venir sobre tem ampllus nihil respon- ta alguna, de suerte que P i -
menlem cumnubibus cteli. las nubes del cielo. Entonces dit, ita u l miraretur Pila- lato estaba admirado. Tenia,
C. Sunmus autem sacer- desgarrando el gran sacerdo- tus. Per diem aulem fes- pues, de costumbre en el dia
dos, scindens veslimenta te sus vestiduras, d i j o : ¿Qué lum solebat dimiüere illis de la fiesta, el soltarles el pre-
sua, a i t : 5. Quid adhuc necesidad tenemos ya de tes- i m n n e x v i n c l i s , quem- so que ellos le pedían, fuese
desideramus leslesf A u - tigos? Vosotros habéis oido la cumque pelissent. E r a l el que fuese. Habia uno llama-
dislis blasphemiam : quid blasfemia; ¿ q u é o s parece? To- autem qui dicebaltir l i a r a - do Barrabás, quo estaba en
vobis videlur? C. Qui om~ dos al punto pronunciaron que bbas, qui cum seditiosis prisión con otros sediciosos, y
nes condemnavmuU eum era reo de muerte. Al mismo eral vinclus, qui i n sedi- que habia hecho un asesinato
esse reum mortis. Et CQJ- tiempo algunos comenzaron á lione feceral hornicidinm. en una sedición. Habiendo s u -
p m t n l quidam conspucre escupirle, á cubrirle el rostro, El cum ascendissel turba, bido la multitud, comenzó á
eum, el velare faciem ejus, y á darle de pufiadas, dicién- coepil rogare, sicut sem- pedir lo quo siempre se les
et eolaphis eum ecederc, et dole : Muéstranos quo eres per faciebat illis. Pilalus concedía. Dirigiéndose enlon-
dicere ei : S . Propketiza. profeta. Y los soldados le abo- autem respondii eis, el d i - ces Pílalo á ellos, les dijo :
C. E l minislri alapis cum feteaban. Enlre (anta, estando xit : S. Vulüs dimitlam ¿Queréis quo os suelte ol Iley
ccedebant. E l cum esset Pedro abajo en el atrio, vino vobis liegem J u d í r o r u m ? de los Judíos ? Porque sabia
Peirus i n atrio dcorsum, alli una criada del gran sacer- C. Sciebat cnim quod per que solo por envidia se le h a -
venit una ex aneillis sum- dote, y viendo á Pedro que se invidium tradidissent eum bían entregado los príncipes
mi sacerdotis : et cum t?¡- calentaba, después de haber- summi sacerdotes. Ponli- do los sacerdoles. Mas estos
disset Pelrum cakfacien- le mirado bien, dijo : Tú tam- fices autem conciiaverunt conmovieron al populacho &
tem se, aspidens iUum, bién estabas con Jesús Naza- (nrhain, nt magis Barab- íln de que solicitase mas bien
flt' i S. E t tu cum Jesu reno. Pero él lo n e g ó , dicien- bam dimitterc eis. Pilalus la libertad de Barrabás. V o l -
Nazareno eras, C. Al Ule do : Ni s é , ni entiendo lo que aulem iterum respondens, viendo á tomar Pilato la pala-
negavil, dicens : S. Ñeque quieres decir. En seguida se oh illis : S. Quid ergo bra, les dijo : ¿ Q u é queréis
scto, ñeque novi quid d i - retiró al vestíbulo, y cantó el vullisfuciam Ilcgi Jmhvo- que haga con el Rey d é l o s Ju-
caS- C. E l exiii [oras ante gallo, llabiéndole divisado rum? C, A i i l l i ilcram cla- díos? Ellos de nuevo gritaron i
atrUm,et gallas cantavit. también otra criada, dijo i n - maverml i S. Cnicifiqe Crucifícale. ¿ Pues qué mal ha
Rursus autem cum vidis- medialamenle á los que csla- etm. C. Pilalus vero dice- hecho ? les decía Pílalo ; pero
304 MARTES
bat illis : S. Quid evhn ellos clamaban con mas fuer- rex Israel descendat n m c la cruz el Cristo, el rey de
maU[ccil?C. A l i l l i m a g i s za : Crucifícale. Entonces P í - de cruce, ut videamu*, et I s r a e l , para que nosotros lo
damahnnl : S. Crucifuje lalo, deseoso de dar gusto al credamus. C. Et qui cum veamos y creamos. Y los que
enm. C. Pilatus mttcm vo- pueblo , puso en libertad á eo crucifixi erant, convi- estaban crucificados con él, le
hns populo salisfacere, líarrabás, y después de haber liahantur ei. E l facía ho- cargaban igualmente de i n j u -
dimisil illis Jiarahbmn, el sido azotado J e s ú s , se le en- r a sexta, lencbrce factoe rias. Llegada la hora de sex-
tradidil Jeswnjlagellis cm- tregó para (pie fuese crucifica- sunt per totam terram ta, se eslendieron por toda la
s w n , wí crucifiyerctur. do. En el momento le lleva- usque i n horam nonam. tierra (espesas) tinieblas, bas-
Milites autem duxerunt ron al atrio del pretorio , y E l hora nona exclamavit ta la hora de nona, y á la ho-
eum i n alrium p r n l o r i i , reuniendo toda la cohorte, le Jesús roce magna, dicens: ra de nona esclamó Jesús en
el convocant tolam cohor- vistieron con una capa de púr- »J< Eloi, Eloi, lamma sa- alta voz : E l o i , Eloi , lamma
( m , el Induunt eum p u r - pura ; le pusieron una corona bacthani? C. Quod est i n - sabaclhanit lo cual significa :
pura, el i m p o m n l eiplec- que ellos mismos tejieron de tcrpreialum : Deus ¡Dios mió '. i Dios mió ! ¿poi-
tenles spineam coronam. espinas, y comenzaron á sa- meus, Deus meus, ut quid q u é me habéis desamparado?
E l cccpñ'unt salutare eum: ludarle de este modo : Salve, dereliquisli me? C. Et q u í - Algunos de los que allí esta-
Ave, Rex Judworum. E l rey de los j u d í o s ; y al mismo dam de d r m m s t a n ú b v s ban y lo oyeron, decían : M i -
percuticbant capul ejus liernpo le herían en la cabeza audicntes, dicebant: S. rad como llama á Elias. A l
arundine : el conspuehant con una c a ñ a , encupianle , y Eece Eliam vocal. C. Cur- mismo tiempo uno de aquellos
eum, el ponentes genua, arrodillándose le adoraban. rens aulem unus,' el i m - satélites echó á correr; empa-
adorahanl eum. E l p o s l - Después de haberse así mofa- plens spongiam aceto, cir- pó una esponja en vinagre, la
quam illuserunl ei, exue- do de él, le quitaron el manto cumponensque cálamo, puso al cabo de una c a ñ a , y
rwní i ü m n purjmra, et de p ú r p u r a , le volvieron á po- potum dahat ci, dicens: se la daba á beber, diciendo :
induerunl eum veslimentis ner sus vestidos, y le sacaron S. Sinile, videamus si ve- Esperemos, y veamos si viene
suis ; el cducunt illum ut fuera para crucificarle. Acer- nial Elias ad depanendum Elias á quitarle de la cruz.
crucifigerent eum. E l a n - tando á pasar por allí un hom- eum. C. Jesús autem emis- Mas Jesús, después de haber
gariaverunl pmlcreuntem bre de Cirene, llamado Simón, sa voce magna expiravit. dado un gran grito , espiró
quempiam Simonem Cyre- padre de Alejandro y de Rufo, (Ilic genufleclilur, et pau- [Aquí todos se arrodillan). En
nwum, venientem de villa, que volvía de su casa de cam- safur aliquanlulum.) E l el mismo momento el velo del
palrem Alexandri, el Rufi, po , le obligaron por fuerza á velum templi scissum est t e m p l ó s e desgarró en dos par-
n i lollei'el crucem ejus. E l que llevase la cruz de Jesús. in dúo, a summo nsque tes de alto abajo, y el centu-
pcrducuntiílurn i n Galgo- Por Dn, condnjóronle basta el deorsum. Yidens autem rión que estaba al fíenle de
tha locum : quod est i n - lugar que se llama Gólgola , Centurio, qui ex adverso él, viendo que había espirado,
lerprelatum Calvario; l o - que significa Calvario; allí le slabat, quia sic clamans dando un gran grito, esclamó:
cus. Et dahant ei libere ofrecieron vino m i n ado, mas expirasset, a i l : S. Veré Cierlamenle esto hombre era
myrrhalum vinum : el non no le bebió. Después de ha- hic homo Filias Dei eral. Hijo de Dios. Había allí t a m -
accepit. Et crucÁfigentes berle crucificado dividieron C. Eranl autem el midie- bién algunas mujeres que lo
eum, diviserunl vestimen- sus vestidos , echándoles á la res de longe aspicientes : miraban de léjos, entre las
ta ejus, mittentes sortera suerte para ver lo que cada inler quas eral Maria cuales estaban María Magdale-
super eis, quis quid tolle- uno lomaría. Era la hora de Magdalene, el Maria Jaco- na, María, madre de Santiago
ret. E r a l autem hora ter- tercia del d í a , cuando clava- bi minoris el Joseph w a - el menor y de J o s é , que le
tia, et cracifaerunl eum. ron á Jesús en la cruz, y la ter, et Salome : et cum es- seguían cuando estuvo en Ga-
E l eral lilulus causcB ejus causa de su muerte estaba es- sel in Galila:a , seguehan- lilea, y cuidaban de él. Uabia
inscriplus : Rex JudiCO- crita en estos términos : Rey lar eum , el minislrabanl también otras muchas que h a -
i'um. Et ctnn eo cruci/i- de los judíos. Crucificaron ei, el aliw mullas, qtm s i - blan subido con él á Jcrusa-
gunl dúos ¡airones tunum también con él dos ladrones , vnd cum eo ascenderant len.
á dexlris , el alium a s i - uno á su derecba y otro á su Jerosolymam.
nislris ejus. E l impleta izquierda , cumpliéndose así E l cum j a m sero esscl Y cuando ya la tarde decli-
est Scriptura, quw. d i á l t la Escritura que decía : Ha s i - factum (quia eral Paras- naba (porque era el dia d é l o s
E l c u m iniquis reputalus do puesto en el número de los ceve, quod est ante sabba- preparativos, que es la vigilia
esl. K l pradercuntes hlas- malvados. Los que pasaban lum] venit Joscph ab A r i - del sábado). José de Arimalca,
phemabant eum, movenles por allí, le cargahau'de maldi- malhcca nobilis decurio, noble decurión, y que espe-
r.iipita sita, el diccnles : S. ciones, moviendo la cabeza, y qui el ipse eral expectans raba también el reino de Dios,
Yah'.qui dcstruis templum diciéudole: ¡Vaya! tú que des- regmm Dei : et audacter fué sin ningún t e m o r á casa de
Dei, el i n tribus diebus truyes el templo de Dios, y en í n l r o k ü ad Pilatum , el Pílalo, y le pidió el cuerpo de
rca'diftcas : sulvum fac le- tres días lo vuelves á edificar, petiít corpas Jesu. Pilatus Jesús. Eslrafiaba Pílalo que
metipsum dcscendens de sálvale á tí mismo, bajando de aulem m r a b a l u r si j a m hubiese muerlo ya, y habien-
cruce. C. Simililcr el sum- la cruz. Mofábanse también obiisset. E l accersito Cen- do hecho venir al centurión,
m i sacerdotes illudenles, los príncipes do los sacerdo- turione, interroyavit eum le p r e g u n t ó si efeclivamente
ad allerulrum cum scribis tes, diciéndose mutuamente si j a m mortuus esset. Et había ya muerlo; y cerciora-
dkebant : S. Alios salvos con los escribas : Ha salvado cum cognovisset a Centu- do por el centurión, dió á José
fecil, scipsuin non potcst á otros, y no puede salvarse á rione, dona vil cor pus Jo- el cuerpo de Jesús. José com-
salvum [acere. Chrislus sí mismo. Descicnd.i abora de scph. Joseph autem raer- pró una s á b a n a , en la que en-
SANTO. 305
catas smdonem, el depo- volvió á Jesús dospnes de ha- ¡Ah, mi dulce Jesús! ¡qué Iraslorno es este! ¿Vos o p r i -
nens cwn, involtil sindo- berle (|Utladú de la cruz. Des- mido de tristeza, á vista de lo que debéis sufrir por mis
ne, et posuit eum i n mo- pués le puso en un sepulcro, pecados; y yo que he pecado, pretendo pasar mis d í a s e n
numenlo , quod eral cxci- abiorlo en la roca, y trajo r o - la alegría?¿Vos arrastrado con infamia sin decir una pala-
sum depeira. el a d v o h ü dando una piedra hasla colo- bra; y yo reviento en quejas, y me resiento con los mas
(apidem ad oslium monu- carla en !a entrada del se- vivosdeseos de venganza, con solo imaginarme que no so
menti. pulcro. me ha honrado tanto como deseo? ¿Creeré yo lo que aca-
bo de meditar, sin que me enternezca una verdad tan
interesante? ¿Qué presagia entonces mi insensibilidad?
MEDITACION.
PUNTO SEGUNDO.—Considera que es preciso que hayan
sido escesivos los dolores de Jesucristo en el huerlo de los
De la pasión de Jcsueristo en el huerlo de los Olivos.
Olivos, puesto que de todas las penas que el Salvador ha
PtLYro PRiMEiio.—Considera lo que pasa en el primer sufrido en su pa&ion, puede decirse que esta es la única do
teatro de la pasión del Salvador. que se ha quejado.
Aunque j a m á s sintió en su alma otras pasiones que las No espera á que sus verdugos vengan á derramar su
que él escitaba en ella, quiso entonces por nuestro amor sangre; quiere convencernos que él mismo es el que con
entregarse á las mas crueles y á las mas violentas Él c o - plena voluntad se entrega y se inmola por la salud de los
mienza su pasión por los dolores interiores y por el s u - hombres; y de esto estamos bien convencidos. Del lugar
plicio del corazón. de su oración hace un altar que riego con su sangre; el
Una multitud deobjetos á cual mas tristes y mas espan- amor solo hace aquí propiamente el oflcio de sacrificador;
tosos se presenta á su imaginación, y le hace sentir anti- este amable Salvador postrado sobre su aliar es la vícti-
cipadamente toda su pa.-ion. ma de este doloroso sacrificio, y el ardor en que arde su
Se representa del modo mas vivo, con qué ignominia corazón es el fuego; y todo esto se hace por nosotros; por
v a á ser arraslrado por las calles de Jerusalen cual si fuese nuestro amor va á consumarse este sangriento sacrificio.
un malvado, cubierto de salivas, desgarrado con los azo- Descúbrese bien, mi divino Salvador, que vuestra pa-
tes, y coronado de espinascomo un impostor; clavado en sión es el efecto de vuestro amor, y lo único que encontra-
On en una cruz, como el oprobio del género humano, y la mos en ella que no es de vuestro agrado son nuestras i n -
execración de su pueblo. ¿Qué impresión no debió hacer fidelidades y nuestra ingratitud, y esto es también otro de
en el espíritu y en el corazón del hombre-Dios una i m a - los motivos de vuestra mortal tristeza.
gen tan espantosa? ¿Y q u é impresión hace en el mió? No es el cáliz, aunque demasiado amargo, el que Jesús
¡Qué tristeza y q u é dolor cuando se representaba la ne- rehusa beber. Por lo que hace á los azotes, los oprobios,
gra traición de su discípulo, la horrible ingratitud de un la corona de espinas, los clavos y la cruz, habia ya mucho
pueblo colmado de sus beneficios, y el cobarde abandono tiempo que todo esto era el objeto de sus mas fervientes
de sus apóstoles! Seria necesario poder comprender la deseos, para que ahora lo mirase como un objeto de hor-
bondad, la (ci nura, la sensibilidad del mejor de los cora- ror, y le causase una repugnancia tan horrible. Solo, pues,
zones que j a m á s bubo, para concebir lo que debió sufrir la perfidia de Judas, la reprobación del pueblo judío, la
Jesucristo por la viva y sensible representación de este es- perdida de tantos reprobos, nuestros propios pecados,
ceso de ingratitud. nuestros desórdenes, son la causa de su tristeza y de su
En efecto, es tan estremado el esceso de sus penas inte- disgusto.
i'iores, que no pudo disimularle, y lo declara él mismo á Sí, Señor, nuestros desórdenes, presentes entonces á
sus apóstoles. Yo sufro. Ies dice, y mi tristeza es tan e s - vuestro espíritu, era lo que os aíligia; pero ¿ y no os con-
ti aoidinaria y tan sensible, que es capaz de causarme la solaré yo nunca con mi conversión y con m i penitencia?
muerte, los apóstoles son testigos de ella, y léjos de c o n - ¿ S e r e d u c i r á toda mi religión á algunos sentimientos pa-
solarle s e duermen. ¡O mi dulce Jesús! ¡esta indiferencia sajerosde compasión, al paso que con mis pecados contri-
es para vos un tormento cruel, y para mí una cruel infa- buyo tan poderosamente á aumentar vuestra tristeza? y
mia! estas reflexiones que yo hago ahora, y que debo á los
El Salvador vuelve ni lugar de su oración, y redoblan- méritos de esa sangre preciosa de que os veo empapado,
do su fervor, redobla sus penas; nada se esconde ni á su ¿no vendían á ser para mí algún dia un nuevo motivo de
imaginación, ni a su corazón; r e ú n e en su idea todos los condenación, si no me aprovecho de ellas? Un apóstol per-
tormentos, todas las circunstancias de su pasión; penetra vertido es el que entrega á Jesucristo, y le entrega con un
lodo su rigor, percibe muy despacio toda su amargura. beso. ¡Ah, Señor! ¿en q u é lugar, en q u é estado en la
El espanto se apodera de é l , y le reduce á una postración tierra estaremos en perfecta seguridad, y q u é pretesío
que le lleva hasta el deliquio. ¡O mi dulce Jesús! ¡cuánto puede j a m á s sufragarnos para no temer? ¡Obi ¡qué difícil
cuesta el amarine con tanto esceso! ¡cuándo os a m a r é es, q u é rara la conversión de un discípulo, de un apóstol
yo con menos indiferencia! pervertido! Así un alma que ha servido á Dios, que ha
Pero lo que acibara su dolor, es el ver por un conoci- gustado de Dios, y que se estravía, cae en los mas p r o -
miento anticipado, elesti año abuso que h a r á n tantos pe- fundos precipicios, y con dificultad vuelve de sus eslra-
cadores de las gracias que él Ies va á merecer con su san- víos.
gre. Nuestros pecados, nuestra insensibilidad, nuestra i u - No permitáis, mi divino Salvador, que me suceda seme-
tí' atitud son las que en parte constituyen la causa de su jante desgracia. Movido del estado sangriento á que os
tlolor, esto la traición de Judas, esto elendurecimienlo de han reducidomis pecados, recurriré todavía á esta sangre;
6* propio pueblo. mi conüaiua estriba en esta preciosa sangre, y á ella es-

TOMO I V . 39
300 MIFJICOLKS
pero dfber mi salvación y todas las gracias que os pidie- bunal de la penitencia para detestar vuestros pecado?-; r e -
re, y que yo espero de vuestra misericordia para ser del pasad todos los años de vuestra vida en la amargura de
número de los elegidos. vuestro corazón, cuanlas veces hiciereis oración á Dios ó
JACULATORIAS.—Sí, Sefior, vos os habéis constituido el asistiereis á la misa. Muchas personas lo hacen á lodas
Salvador y el esposo de nuestras almas, á costa de vues- las horas; la práctica es fácil; una ojeada sobre todas las
tra sangre. (Exodo 4.) iniquidades pasadas, con vivosentimienlo de haber desa-
¿Por q u é , Señor, tenéis vuestra vestidura roja con vues- grado á Dios solo por su bondad iníinila, apenas pide mas
tra sangre? (Isaías 63.) que un momento, y esta santa práctica trae una utilidad
muy grande: comenzad desde hoy á hacérosla familiar.
Hiorósrros.
í La vista sola de nuestros pecados causa á Jesucristo MIERCOLES SANTO.
wna tristeza mortal, y anega su corazón en la amargura, y
eslos mismos pecados apenas pueden arrancarnos una l á - En esle día propiarmmle comienza el gran lulo de la
grima. Estamos cargados de pecados, ¿pero estamos muy Iglesia ; porque en él fué cuando se reunieron los prínci-
inconsolables? ¡Cosaestrafia! pecase, y se queda imolran- pes de los sacerdotes, los escribas -b doctores de la ley, y
q m l o ; ¿ y q u é (listeza, q u é vivo dolor sigue á nuestros pe- los ancianos ó magistrados, paca deliberar sobre los m e -
cados? ¿ilállanse mucLo? pecadores que [Hiedan decir c o - dios de verificar, por fin, la prisión de Jesucristo, y en él
iiioí)avid: Vos s a b é i s . Señor, cuánto llatilo me. lian costa- quedó resuella su muerte. Por esto, después del Yieines
do ya mis pecados; j o los lloraré lodo el resto de mi v i - sanio, no hay oli o que eslé mas parlicularmeiile consa-
da, y emplearé en llorarlos hasta el tiempo destinado para grado á la pasión de Jesucristo. El Miércoles sardo fué
mi reposo? ¡Qué gran motivo de asombro y de embarazo cuando se dictó el decreto de muerte contra este divino
es esta rareza de contricioíi! Examinad cuál ha sido hasta Salvador, y el Viernes santo coando se ejecutó
aquí la vuestra. ¿ H a s i d o verdadera? Muy difíciles que se esta cruel é injusta sentencia. Esto es lo que ha m o -
b a j a detestado sinceramcnle'una falla que se comete á vido á la iglesia ( s e g ú n san Aguslin y los d e m á s san-
sangre fi'ia poco después de esta pretendida detestación. tos Padres) á eslablecer la estación, ó sean ciertas
La contrición para ser verdadera debe ser interior, sobe- oraciones, y el a u i n o de los miércoles como de los vier-
rana y universal; esto es, que es preciso que el dolor esté nes del a ñ o , cuyos dias han sido siempre mirados por
.en el corazón, que sea oscilado por la fé y por un movi- los fieles como (has singularmenle consagrados á los ejer-
miento del Espírilu Sanio, y nó por un puro motivo natu- cicios de la penitencia.
ral; que sea mayor que cualquiera otro dolor que poda- Dos dias ánles de la Pascua fué cuando los judies tuvie-
mos senlir, aun cuando no sea tan sensible. Tiénese un ron esle consejo de iniquidad. Convínose en é l en que so
dolorsoberano cuando le es á uno mas doloroso el haber lomarian medidas á pi opósilo para apoderarse con segu-
ofendido á Dios, que-el-haber perdido lo que tenia mas ridad y con maña de Jesucrislo ; que era preciso quo
amado en el mundo, y se preliere Dios á todas las cosas: esto se hiciese duranlc la noche, para que los que le se-
llénese un dolor universal, cuando se detestan universal- guían por el día no estuviesen en disposición de defen-
mente lodos los pecados mortales queso han cometidosin derle; y que no se Baria duranlc la liesta, no fuese quo
cscepluar uno solo. ¿Ha lonido siempre vuestra contrición so susciíase alguna conmoción popular por esle motivo.
estas condiciones? ¡Cuántos se imaginan haber tenidocon- Pero sabiendo el Salvador que su hora habia llegado, h i -
Iricion, poi que han recitado de labios afuera un acto de zo ver que él mismo era el que disponía, así del (lempo
contrición que han aprendido de memoria, oque han c n - como de la manera de su muerte; porque habiéndose p r e -
conírado en su devocionario! Nada prueba mejor el vacío sentado el infeliz apóstala Judas para tratar con ellos
y la falsa apariencia de nuestras conlriciones que nueslra sobre la enlrega-de su Maestro, les hizo mudar y adelan-
poca emnienda; di-sengañémonos, es una señal de no b a - tar sus resoluciones.
ber formado verdadera contrición,cuando no hay verdade- El introito de la misa de esle dia está lomado del segundo
ra conversión. ¿Queréis conocer si detestáis verdadera- eapílulo de la caria de san Pablo á los íilipenses, en la que
menle el pecado? mirad si detestáis verdaderamente lodas el santo Apóslol, d e s p u é s de haberles desenvuelto el gran
las ocasiones; si las huís; si os valéis de todos los preser- misterio de las profundas humillaciones de Jesucrislo,
vativos para no caer; si recurris á la oración. ¡Cuántas verdadero Dios y verdadero hombre, les hace ver la glo-
malas confesiones por la falla de verdadera contrición', ria inmensa que ha seguido á estas asombrosas humilla-
¡cuántas confesiones nulas! Examinad hoy con cuidado,si ciones;}' que si este divino Salvador se ha humillado sin
todas las que habéis hecho están exentas de este'defeclo; medida, ha sido á proporción exaltado y glorificado:
señalad los punios quees necesario inmediatamente r e m e - ((One á la invocación del nombra de Jesús dobla la rodilla
diar, y lomad lodas las medidas para que de hoy en ade- todo lo que-hay en el cielo, en la tierra, y en lus infiernos,
lanle no necesite vuestra cond ición de pcnilencia. porque el Señor ha sido obediente hasta morir, y morir en
2 Ordinariamente so cae en el error de emplear todo la cruz; y que por esto, nuestro Seiíor Jesucrislo está en
el tiempo en pensar en los pecados, sin eseilarse á la con- la gloria de Dios Padre, » esto es, que Jesucristo, Dios y
Iricion que debe tenerse de ellos. Es necesario, pues, hombre, está verdaderamente en el cielo, á la diestra de
emplear á lo menos lanío tiempo en escitarse á la contri- su Padre celestial, gozando de la gloria que le es debida
ción, como en hacer el exámen. Aplicaos á hacer frecuen- como Dios, y de la que justamenlo se ha adquirido por
lemenle. durante el dia, actos dcconlricion; hacéoslos fa- " sus tormentos como Dios y hombre. « Escuchad, S e ñ o r ,
miliares para quo no os coja de nuevo el hacerlos en las mi oración, y lleguen hasta vos mis clamores: » estas
cercauías d é l a muti le. No esperéis á estar al p i é d e l l r i - palabras están tomadas del profeta David sumergido en
SANTO. 307
la aflicción mas viva, y en este concepto ügura de Jesu- su derrota; pero por fin ha llegado el tiempo de rescatar
cristo. á mi pueblo. El combate ha sido violento, la victoria ha
Como el sábado signienlo es dia de órdenes, la Iglesia, sido sangrienta, yo me he encontrado í*a!o con un enemigo
como se ha diclio en olra parle, lee siempre el miércoles tan formidable, y no he esperado socorro de nadie.
que las precede dos Epístolas en la misa. Las dos que ha La fuerza sola do mi brazo es la que me ha salvado.
elegido para este dia están tomadas del profeta Isaías. La A mi valor solo, á mi sangre, es á lo que yo debo mi
primera anuncia la llegada de! Salvador, pedido y espe- victoria.
rado tanto tiempo había, que viene en fin á salvar á s n P.ii ece que el Profeta pasa en seguida de la vicloria del
pueblo, sacándole de una cautividad tan larga y tan dura, Salvador sobre todo el infierno, á las gloriosas conse-
de la cual era no mas que figura la de Babilonia. cuencias y á los frutos maravillosos de esta señalada vic-
«Decid de parte del Señor á la bija de Sion, esto es, loria. El demonio habia subyugado cuasi loda la tierra.
decid á Jerusalen,» que tomándose aquí por el pueblo que ¡ Qué de templos sacrilegos ievanlados en su honor pol-
el Salvador venia á rescatar, signilka por consiguienie á los paganos, y q u é número de ídolos infames en k s mis-
todos los hombres, « decidle,que por fin se han concluido mos templos! La idolatría cstendida por loda la tierra, r e i -
todos sus males, puesto que ha venido su Redentor, su naba con imperio en todas parles : los re;.es, los empe-
Libertador y su Salvador, y va á concluir su grande obra, radores eran los mas zelosos defensores del paganismo.
que es la redención del género humano, cuyo cumpli- El Salvador después de haber vencido y deíJii niado el
miento y pciTeccion es la recompensa de sus trabajos y de infierno, ha triunfado do lodos sus partidarios; sus discí-
sus tormentos. En el nacimienio de Jesucristo, los ángeles pulos sin armas, sin fuerzas, sin auxilios humanos, por
enviados del cielo se contentaron con decir á los pastores, sola la virtud de su nombre, han purgado toda la tierra
que Ies habia nacido un Salvador: mas aquí el Profeta de los ministros de la impiedad; su cruz ha triunfado de
mirando á este Salvador, nó ya naciendo, sino muriendo; todos los pueblos idolalias. ¿ Pnédense olvidar, después
nó comenzando á trabajar en la obra do nuestra reden- de esto, las misericordias iníinilas de nueslro Dios? ¿ y
ción, sino consumando esta grande obra, nos le anuncia qué alabanzas, q u é acciones de gracias no deben t r i b u -
y nos le repi esenla cargado con el frulu de sus trabajos, tarse al Señor por lanías maravillas ? .
y Ucrando consigo la recompensa de sus penas y de sus La segunda Epístola de la misa de esie dia-i, tomada del
tormentos, que es nuestra Redención. Quién es el que capitulo í)3 del profeta Isaías, mas parece una historia qne
viene de^Edom, esclama por el Profeta ; quién es este con- nna predicción do la pasión de Jesucristo, y al leerla se
quistador que viene dcBosra, con su ropa lefiida en san* creería oir mas bien un hisloi'Ía(lor sagrado (pie cuenta
gre, que encanta y que deslumhra con la belleza y el res- lo quo ha sucedido, que un profeta que predice lo que
plandor d e s ú s vestidos, y que marcha con tanta majestad, debe suceder al Salvador del mundo. Comienza IMUÍUS
intrepidez y fortaleza ? Edom, esto es, la Idumea, está s i - quejándose de la eslraña incredulidad de los judíos y de-
tuada entre la Arabia Pétrea y ta Judea, d é l a que la c i u - su ceguera, no habiendo querido creer ni á su palabra ni
dad do Rosra era antiguamente la capital. Los idumeos á sus milagros. « ¿ Quién es, dice, el qne ha dado fe á lo
descendían de Esa.ii, eran enemigos de los israelitas, y quo se nos ha oido decir? ¿ y á quién se ha dado á cono-
habiéndose juntado á los caldeos en tiempo de Nubuco- cer el brazo del S e ñ o r ? El brazo del Señor indica aquí e-I
donosor, coutiidnycron no poco á la toma de Jerusalen, y poder divino que brillaba en los milagros de JcsucrisUi.
á la cautividad de los judíos en Babilonia. El Profeta nos El es la palabra y el brazo del SeFior, porque en él reside
representa al Salvador bajo de la persona de un conquis- la sabiduría y !a fortaleza; sin embargo, apenas ha en-
tador que vuelve de la Idumea, cubierto todo de sangre contrado en su propriopuebio, masque oidos sordos á su
después de haber triunfado de los enemigos de su pueblo. voz, y corazones endurecidos. Eslo es lo qne obligó al
Quién es, pues, osle héroe, dice, todo cubierto de sangre, evangelisla san Juan á decir, que después de tanlos mila-
y cuya sangre da un esplendor tan grande á su triunfo? gros como el Salvador habia hocbo á su vista, « no creian
Soy yo, respondo el mismo Salvador ; soy yo, que he sa- en él, á fin, a ñ a d e , de qne se niiuplieso lo que habia
lislecho plenamente á la justicia divina con mi sangre, y cichoel profelaísaías.o Noeran infieles losiudíos en conse-
que he emplcadu lodo mi poder y todas mis fuerzas para cuencia de la predicción do I s a í a s ; su infidelidad vohm^-
salvar á los hombres. ¿ Y por que eslá roja toda vuestra taria y obstinada oslaba ya présenle al EspíriUi Santo que
llinica ? y por q u é vuestros veslidos se parecen á los de se la habia hecho predecir. Después de este preludio que
los que pisan la vendimia en al lagar ? Esto consiste en tan exactamenlc conviene a! retrato tan semejanleque va
que he sido solo para pisar la uva, sin que ninguno de á hacer do Jesucristo en su pasión, toca como de p;iso la
todas las naciones del mundo me haya ayudado. El Pro- verdadera causa del error de los judíos, que habiéndose
fe'.a hace siempre hablar al Salvador de los hombres en figurado siempre un Mesías rodeado del esplendor, de la
sentido alegórico y figurado. No ha habido patriarca, ni grandeza y del poder de la tierra, han dosconecido á Jesu-
hombre tan santo y querido do Dios, que haya podido cristo en su abatimiento. Os engañáis, les dice, represen-
j a m á s quebrantar h cabeza de !a serpiente infernal, ni p i - lándoos al Salvador como nn grande d é l a lierra, criado
sar como se pisa la uva al enemigo de la salud á quien entre los honores del mondo, en la a'imulam ia y en la
el pecado habia hecho tan poderoso en el mundo. No ha brillantez; os engañáis represenlándooslo como un alio
habido mas que yo, ni podia haber otro que yo que p u - cedro; « él se elevará dolante del Señor como un arbo-
diese destruirla. Yo solo he triunfado de todo el infiei no lillo, y como un renuevo que sale de una lierra seca.
con la fortaleza de mi brazo : no eslralieia, por lanío, si Aparecerá á los ojos de los hombres sin belleza y sin l u -
aun llevo sobre mis vestidos las sefialcs de una victoria cimicnlo. ((Nosotros le hemos visto» en el lastimoso e,>l«-
lan sangrienla. Hace UIULLIO tiempo ya que yo meditaba do en que vosotros le habéis írnoslo, « y nos ha cos'-ado
308 MIERCOLES
trabajo reconocerle, tan desfigurado oslaba. » Esle divino necesario para satisfacer plenamente á la justicia divina
Salvador, el mas hermoso de Jos hijos de los hombres, ofendida por el pec.:do, era necesario una víctima ino-
« nos ha parecido un objeto espantoso, un hombre de do- cente y de un precio infinito ; era preciso que un hombre
lores que sabe bien lo que es sufrir, en fui, el último de que j a m á s hubiese podido pecar, sufriese en su persona la
los hombres. Cnanto mas lo hemos considerado, minos lo pena debida al pecado para restablecer los hombres en la
hemos conocido. « Su rostro estaba como escondido bajo gracia, y esto es lo que ha hecho esle divino Salvador.
de un montón do sangre, de cardenales, de salivas ; cau- Así es, que por su muerte mereció la conversión de los
saba horror el verle, y apenas hemos podido persuadir- impíos y de los ricos, esto es, de los mismos judíos que
nos que fuese él m i s m o . » En medio del asombro profundo han cometido la impiedad de quitarle la vida, y de los
que nos ha causado un objeto tan sorprendente, hemos gentiles que pareciau los señores de la tierra. Por mas que
considerado do dónde podia venir esta deformidad y esta fuese la inocencia misma, Dios ha querido oprimirle con
reunión de males sobre su persona adorable, y hemos re- los males. Comprended, pecadores, el mal tan grande q » e
conocido que esto ha sido porque efectivamente «ha toma- es el pecado, al ver con q u é rigor trata Dios á su propio
do sobre sí nuestras flaquezas, y se ha cargado volunta- Hijo, solo por haberse cargado con la apariencia del pe-
r i a m e n t e » por nuestro amor con la pena debida á nuestros cado, sin tener consideración á su inocencia. Por lo d e m á s ,
pecados, « c o n nuestros dolores, » y con todo lo que no- su gloria corresponderá á sus humillaciones, y su triunfo
sotros debíamos sufrir de la jusla cólera de Dios su Padre. al esceso de sus dolores. Y pues ha tenido á bien dar su
Él es en efecto, dice el apóstol san Pedro ( 1 . Petr. 2.), vida por el pecado de los hombres, ¿ q u é dichosa y q u é
«el que sobre el lefio de la cruz ha llevado nuestros peca- larga posteridad no verá ? ¿ qué de millones de mártires
dos. Le hemos tenido, continúa el Profeta, por un leproso, no darán su vida por la gloria de su nombre ? No sola-
y como un hombre herido de la mano de Dios, y reducido mente subsistirá su iglesia hasta el fin de los siglos, á
á la humillación mas profunda. » Hombres ingratos, reco- pesar de todos los esfuerzos del infierno; él verá en el
noced aquí las obligaciones infinitas que habéis contraído cielo por toda la eternidad en el número infinito de elegi-
con este divmo Salvador, pues si ha sido traspasado de dos el fruto de lo que ha padecido ; ¿ cuántas gentes so
llagas, lo ha sido únicamente por nuestras iniquidades; justificarán por su doctrina? La multitud innumerable de
si ha sido despedazado á golpes, ha sido porque se ha santos que han triunfado bajo de sus órdenes y por su
dignado tomar sobre s i la pena de nuestros pecados : él gracia de todas las potestades del infierno, compondrán su
ha querido que el castigo que debíamos sufrir antes de ser córte en el cielo. A la invocación sola de su nombre d o -
reconciliados con sn Padre, para después obtener la paz, blará la rodilla todo cuanto hay en el cielo, en la tierra
recayese sobre él. Así que, por sus heridas y por la san- y en los infiernos. Y no habrá uno solo de sus siervos que
gre que ha derramado, hemos sido nosotros curados de no entre en su reino, cargado con los despojos de la
las llagas que el pecado habia abierto en nuestra alma. muerte m i s m a , á la cual ha vencido con la suya, ylodo esto
Comprended, hombres sujetos á tantas miserias, com- porque se ha entregado él mismo á la muerte y ha sido
prended á este Redentor de lodos los mortales; nosotros puesto en la clase de los malvados; hé aquí el fruto de su
después del pecado de nuestro primer padre, andábamos muerte. Por fin, concluye el Profeta, no contento con haber
todos errantes como ovejas descarnadas, arrojados del tomado nuestros pecados sobre sí, ha llegado su bondad
paraíso terrestre; estábamos espuestos á todo género de hasta el estremo de rogar por los violadores de su ley,
penosos accidentes; lejos del redil, cada uno se habia los cuales hallan siempre en él un fondo de misericordias
desviado por seguir su propio camino, y cada uno hallaba infinitas, y pasando todavía su bondad mas allá de todos
cu su camino mil peligros, y cuasi á cada paso un preci- tos límites, ha pedido también por los que le han quilado
picio, efecto lodo necesario de la ceguedad causada por el la vida. Mas de seticicntos años ántes de Jesucristo era
pecado. Esle buen Pastor ha resuelto dar la vida por lodo cuando Isaías hacia su retrato con unos colores tan
el rebaño..El Señor le ha cargado, queriéndolo así él mis- vivos. Un Evangelista no hubiera hablado con mas
mo, con la iniquidad de todos nosotros. Si ha sido ofrecido claridad.
é inmolado á la justicia de su Padre, es porque él mismo La historia de la pasión que se lee en la misa de oslo
lo ha llevado á bien; tampoco ^a salido, por tantor de su dia, ha sido escrita por san Lucas. No se dará aquí mas
boca, ni justificación contra los falsos testimonios deque que un compendio de ella con las reflexiones que sugiere
se le ha cargado, ni mm-muracion, n i queja. Será Ileviulo el asunto. Comienza por estas palabras: Acercábase la
á la muerte cual oveja que es llevada á degollar sin que fiesta de los Azimos; esto es, de los panes sin levadura,
dé un balido; y cual un cordero que está mudo delanlo llamada Pascua. El miércoles, víspera del dia en f|uo el
del (|tie le lrasf|uila, así también este Cordero divino que Salvador celebró la Pascua por última vez, convino Judas
q u í t a l o s pecados del mundo será inmolado sin a b r i r l a con los judíos en entregarles á Jesucristo. Hase visto el
boca. En ü n , él ha muerto en medio de los dolores ; y á modo con que aquel impío apóstata ejecutó sn infame de-
pesar de habérsele reconocido inocente, no ha dejado de signio. Habiéndose los soldados apoderado de Jesús on el
ser condenado á muerte contra toda justicia. No obstante huerto de los Olivos,, le alaron, y tratándole con la mayor
todo esto,, osle hombre de dolores, y tratado como el ú ' l i - ignominia, le condujeron en la misma noche á Jernsalen,
mo de los hombres, es nuestro Dios, porque ¿ quién es el con linternas y hachas encendidas^ entre un ruido tumul-
que podrá cotilar su generación eterna? ¿ quién es capaz tuoso, que indicaba á lodo el mundo que llevaban algún
de comprender el misterio inefable de su e n c a r n a c i ó n ? preso famoso. ¡Cuál fué la sorpresa, y cuáles los senti-
No os escandalicéis por los oprobios de que ha sido harto, mientos de desprecio de todo el pueblo, cuantióse vió quo
ni aun por la ignominia de su muerte. Yo le he licrido, era Jesús aquel gran Profeta, á quien se habia recibido,
dice el Señor, á causa de los pecados de su pueblo. Era tres dias habia, eu aquella misma ciudad como el Mesías,
SANTO.
el que acababa de ser preso de órden do los sacerdotes y muerte contra él en el ánimo del juez: «reo es de muerte.»
del magistrado, como un insigne imposlorl Esta ocurren- lié aquí, pues, al Santo de los santos, la inocencia minina,
cia impuso tanto en el momento los ánimos, que toda la el Criador del Universo y el Salvador de todos los h o m -
veneración se convirtió en indignación, y en el instante bres condenado á muerte por medio del mas enorme de
vino á ser el divino Salvador el objeto de la execración todos los atentados, por el mas impío de todos los tribu na-
pública. Llevósele desde luego á casa de Anas, que era les y contra toda especie de derecho y de justicia, iAy, Se-
gran sacerdote; llamábase también Anano, y tenia el p r i - ñor; nosotros clamamos injusticia, venganza, al menor
mer rango entre los judíos; poro como Caifas, su yerno, agravio que se nos hace, y el Hijo de Dios no dice palabra
era claque en aquel año desempeñaba las funciones del viéndose condenado á muerte por malvados é impíos!
gran sacrificador, Anás le envió al Salvador para que le Determinada ya la muerte, retiróse cada uno, y el Sal-
formase el proceso, y le condenase. Prevenido Caifas de vador quedó todo el resto de la noche abandonado á la
que se le llevaba al que él aborrecía, y contra quien liabia crueldad de los soldados y á la insolencia de los sirvien-
ya pronunciado el decreto de muerte en el concilio que se tes, que no solamente hicieron de él objeto de su diver-
babia tenido algunos dias antes para proporcionar losme- sión, sino que mirándole como una víctima v i l , destinada
dios de deshacerse de él, había reunido en su casa los sa- ya á la muerte, le trataron del modo mas bárbaro del
cerdotes, los escribas y los ancianos que se consumían por mundo; losunos le escupían en el rostro, los otros le aco-
verle á sus piés, y poder satisfacer sobre el sus zelos y su saban á puntapiés; estos le vendaban los ojos, y a ñ a d i e n -
rabia. Entre tanto Pedro avergonzado de haber abandona- do la burla mas impía y mas injuriosa : Falso Mesías, 1c
do tan cobardemente á s u buen Maestro, le seguia á lo l e - decian abofeteándole, adivina quién te hiere: en fin, todos
jos. El temor le habia hecho huir, y el amor le habia he- iban á porfía á quién le cargaba mas de injurias, y le m a l -
cho volver; pero este amor era todavía muy débil para trataba mas con golpes.
hacerle declararse por discípulo suyo. ¡Dios m i ó ! ¡qué ¡ O sabiduría eterna ! i O poder sin límites! ¡ O sobera-
funestas consecuencias traen los m i r a m i e n t o s m u n d a n o s á no Señor del Universo, ante quien deben doblar la rodilla
la piedad y á la religión; y cuánta verdad es que un temor todas las potestades del cielo, de la tierra y de los infier-
irracional de pasar por discípulo de Jesucristo, tarde ó nos! ¡Vos hecho el objeto de la insolencia de un monlon
temprano hace infieles y algunas veces también apóslalasl de malvados, y el juguete de una canalla desenfrenada!
Caifas para salvar las apariencias preguntó á Jesucristo Concibamos, si es posible, las injurias é ignominias que
acerca de su doctrina; respondióle el Salvador con su acos- recayeron sobre Jesús, y lo que debió sufrir este Cordero
tumbrada dulzura, que él habia predicado siempre en p ú - divino el resto de la noche en medio de aquellas bestias
blico, y que si queria quedar peifectamenle instruido de feroces. Habiéndose juntado al amanecer los enemigos del
su doctrina, no tenia mas que preguntar á todos los que Salvador, de quienes se componía el consejo de los judíos,
le hablan oído. Una respuesla tan sabia y tan modesla se determinó que para hacer á Jesús mas odioso aun á l o -
merecía un aplauso universal, mas sin embargo le atrajo do el pueblo era preciso hacer que fuese juzgado y conde-
una insigne afrenta. Uno de losoticiales de justicia le des- nado á muerte por Pilato, que mandaba por los romanos
cargó una gran bofetada: era esto tratar como vil esclavo en Judea. Condiijose al Salvador á aquel tribunal profano,
al Rey do los reyes; no obstante un tratamiento tan injus- las manos atadas á la espalda, cual si fuese un perverso,
to, se aprobó hasta el término de aplaudirse en toda la sa- atravesando por Jerusalen cuyas calles estaban llenas de
la. Este ultraje fué uno de los mas sensibles que se hicie- gente.
ron á Jesucristo. Por esto el divino Salvador, que nada ¡Qué espectáculo! Jesús con la cabeza desnuda, el ros-
ansiaba mas que sufrir, no pudo sin embargo en osla oca- tro magullado con los golpes, las manos atadas á través
sión dejar de dar á conocerlo sensible que le era. Temió de una multitud de pueblo que le cargaba de imprecacio-
no se creyese que habia faltado al respeto debido al pon- nes; conducido al gobernador pagano, para recibir de él
tífice del Sefíor, y esto fué lo que le movió á decir: Si he su último decreto de muerte; ante un juez estranjero quo
liabljulü mal, nir.ostrame c u q u é ; pero si nada he dicho noconocia mas que de los delitos mas enormes. Pesemos
quesea conin) el respeto, ¿ p o r q u é me hieres de estemo- todas estas circunstancias. ¡ Ah, mí Dios! ¿ c u á n d o cura-
do? Algunos de la hez del pueblo, sobornados por los ene- rán nuestro orgullo vuestras huuiillaciones, y servirán de^
migos del Salvador, depusieron contra él; pero por mas freno á nuestra ambición? Muy justo seria que ellas nos.
que se valieron de todos los artificios para calumniarle, hiciesen ménos delicados en punto de honor, y mas
se contradecian tan visiblemente lodos los falsos testimo- humildes.
nios que producían, que j a m á s pudo hallarse cosa alguna El juez pagano descbbrió muy pronto la inocencia del
que diese algún aire de verosimilitud, ó algún colorido á pretendido criminal, y la verdadera causa del odio de los
la cahuauia. Solo la pasión, el furor y la injusticia eran judíos y de su escandalosa injusticia. No habiendo podido
Jas que podían condenar á Jesucristo. la calumnia presentarle criminal en materia de religión,
Resolvió entonces el gran sacerdote preguntarle sobre pi elenden los judíos hacerle pasar en este tribunal por
nn punto muy delicado, y al que se persuadió con fuuda- criminal de estado; pero caducan luego todas sus acusa-
mí'uio que Jesús no podía dejar de responderle. Vo te ciones. Pílalo reconoció y declaró públicamente su inocen-
Conjuro, le dijo, por el Dios vivo, que nos digas sí eres tú cia, y esto lo hizo sin duda para no verse obligado á j u z -
^ Hijo único de Dios, el Mesías? Sí, respondió el Salvador garle; y para ganarse un amigo á espensas del inocente,
s'n detenerse; yo soy el que tú dices. No necesitaba de le envió á Ilerodes, telrarca ó gobernador de Galilea. He-
pruebíis osla respuesta; su vida, su doctrina y sus mila- redes deseaba ya nuicbo tiempo habia ver á Jesús, pero
ííp8? La probaban suíicienlemcnte. Este oráculo tantas vo- solo por un motivo de curiusidad; asi es que d Salvador
c*-"s eouíinuado por el Eterno Padre, fué un decreto, de no se dignó responder una sola palabra íi tedas sus viuuis
310 MIERCOLES
cucsliono?, y toiío con-clnyó por injurias y burlas morda- fcrenlc? Sabemos que lo que sufre es por nuestro amor.
ces, y el que era la «abidm ía eterna fué tratado de loco ¿La veremos sufrir á sangre fria?
por Heredes y por toda su córlc. ¿Preciso era, Señor, Esta noche comienza el oficio de las tinieblas. Celebra
que no hubiese ningun Iribunal, ningún estado en el m u n - la Iglesia en estos tres últimos días las exequias del Salva-
do en donde no fueseis maltratado, odiado de los sacer- dor. Llámase oficio de tinieblas á los maitines que comien-
dotes, maldecido del pueblo, despreciado de los grandes zan en el oficio de las ferias mayores de la Semana Santa,
y perseguido de lodos? Por mas que se le declara inocen- esto es, del jueves, viernes y sábado santo. La solemnidad
te, se insiste en que muera. Pilato queria librarle; pero de las preces cantadas después del cántico Bene.diclus en la
el respeto humano se lo impide. Era costumbre conceder oscuridad de la noche, estando apagadas todas las l á m p a -
la v i d a á un criminal, á elección del pueblo, la víspera de ras y los cirios, ha dado márgen á que se d é á todo el ofi-
la Pascua. Pilato les propone á Jesús y á Barrabás. ¿ H a - cio el nombre de tinieblas.
bía muebo que deliberar para la preferencia? Jesús, el La palabra maitines, propiamente hablando, no convie-
Santo de los santos, que habia dado la vida á tantos muer- ne sino a! oficio de laudes, que segun su antigua inslilucion
los> y la salud á tantos enfermos; y B a r r a b á s , malvado do debe cantarse por la mañana al amanecer, y que por lo
profesión, ladrón público, gefe de facción, y que habia s i - mismo se llaman laudes, ó alabanzas matutinales. De aquí
da presa por haber poco tiempo habia muerto á un h o m - es de donde ha venido la palabra maitines, la cual no se
bre; tal es el concurrente de J e s ú s : ¿ y sobre quién recae- ha atribuido al oücio de la noche, que antes de esto se
rá la elección? Si es el mundo el que debe hacerla, cier- llamaba oficio nocturno, hasta después que el uso de can-
tamente Jesús será olvidado, despreciado, pospuesto,con- tar por la mañana el oficio do la noche se ha introducido
denado. En efecto, danos á B a r r a b á s , se oye clamar por en. la mayor parte de las iglesias catedrales.
lodas partes, y crucifica á J e s ú s . Juicio del mundo,elección Púnese durante el oficio de tinieblas un candelero trian-
de la pasión, grilosdela irreligión y de la injusticia. Pero gular en el que se colocan quince cirios, los cuales se apa-
¿ q u é mal ha hecho? replica el gobernador; y ¿ e s acaso gan sucesivamente al fin de cada salmo. Es esto todavía
la religión ni la razón á quienes se consulta, cuando no un resto de la antigua costumbre de la Iglesia, que ella re-
se obra mas que por pasión ? Insíslesc en pedir su muer- nueva en estos tres días. Anlíguamenlc no se ponían can-
te. l'jiloiitTs el juez pagano creyó que el medio de apaci- deloros sobre los altares. Sin embargo, el uso de las l u -
guar su rabia, ó á lo menos de endulzarla, era poner al ces, de los cirios y de las l á m p a r a s , es de la primara a n -
Cordero inocente en un estado que causase lástima al mas tigüedad para todas las iglesias del mundo. Poníanse estas
bárbaro, y mandó que Jesús fuese desgarrado á azotes. luces en gran n ú m e r o , s o b r e a r a r í a s suspendidas, ó sobre
Ejecutóse la orden con tanta crueldad, que al mismo Pila- maderos elevados, (pie üiuninaban todo el coro y aun toda
to le causó horror, y pensó que bastarla mostrarle para la Iglesia, ó engrandes candeleros fijos cerca del altar,
cslinguir todo furor y toda rabia. Habiéndose, pues, p r e - sin hablar de los candeleros que llevaban los acólüos. Los
sentado al pueblo sobre un balcón, hizo adelantar al Sal- candeleros fijos eran de diversas figuras; los unos en for-
vador, y mostrándosele en un estado tan lastimoso, les d i - ma do cruz, otros eran triangulares, oíros tenían m u -
j o : lié aquí el hombre que me habéis entregado para q u i - chas ramas; venso todavía de esta última figura en
tarle la vida; juzgad si puede restarle mucho tiempo que la iglesia de León y en otras parles. La costumbre
vivir. Miradlo, ¿podéis r e c o n o c e r l e ? ¿ t e m e r é i s t o d a v í a que de apagar los cirios al fin de cada salmo, en los ofi-
en adeliinfe quiera hacerse vuestro rey? ¿Le creéis en es- cios de linieblas de la Semana Santa, es muy antigua.
tado de dogmatizar? Dejadle concluir á fuerza de sus do- Muchos dan un sentido espiritual á esta ceremonia, y d i -
lóles y de su eslenuacion un resto miserable de vida. Un cen que estos cirios que se apagan sueesívamenle repre-
espectáculo lan lúgubre y tan patético solo sirvió para senta los apóstoles y los discípulos de Jesucristo, que el
irritar mas á aquellos leones furiosos; la sangre del s a l - Salvador llama la luz del mundo, y que desaparecieron y
vador les puso todavía mas encarnizados en quitarle aquel huyeron sucesivamente al tiempo de la pasión de nuestro
resto de vida. Oyóse por todas partes gritar: Que sea Señor. El cirio queso conserva encendido, y que se oculta
crucificado, que muera; y Pilato después de haber protes- diiranle las preces que se dicen de rodillas después del
tado públicamente que no tenia parte en aquella escanda- Benedictus, y que se vuelve á sacar concluidas las preces,
losa injusticia, entrega en fin aquel Cordero sin mancha sirve para encender la lámpara que debo arder dehmte
p:;ra que sea inmolado. ¡ O h , y q u é bien se ve que el del aliar, para no dejar sin luz al Santísimo Sacramento.
pecado de lodos los hombres de que se ha cargado este El sentido espiritual de este cirio escondido, y vuelto á sa-
divino Salvador, es el que con lanto encarnizamienlo soli- car encendido después del oficio de tinieblas, es, segun
cita su muerte, y que la satisfacción de este pecado es lo muchos intérpretes, para significar la muerte de Jesucristo
que le inmola; de c o n s i g ü e n l e la pasión, la injnslicia, la y su resurrección, el cual, aunque muerto y sepullado d u -
iniquidad pública es lo que lo condena á mnerle, y lo rante los tres días, fué siempre la verdadera luz que do
que sofoca todos los sentimientos do humanidad en el podia estinguirse; y que por esto se loma el c i ñ o que esta
pueblo. á la cabeza del candelero triangular que représenla a Jesu-
Aun cuando una falsa prevención nos hiciese ver no mas crisio. El ruido que se hace al fin del oficio, no era antn
qua una ficción en lo que se lee en esta historia, no podría guamenle mas que la señal que el oficianle, golpeando so-
menos de enternecernos. Eslamos, empero, seguros d é l a bre su libro, ó sobre su asienlo, daba al clero y al pueblo
realidad. Este tejido de injusticias, de oprobios, de supli- para que se fuesen. Otros pretenden que se hace así, no
cios y de crueldades hasta entonces inauditas, es cierlo; solo para significar la confusión que hubo en toda la tierra
la persona adorable que sufre tantas crueldades y lanías en la muerte del Salvador del mundo, sino también para
infamias nonos es desconocida. ¿ D e b e , pues, sernos indir dar á entender con este palmoleo un aplauso universal eu
SANTO. 311
la rosiKTCCckHi tic Jcsucirslo, qne fué SH triunfo glorioso
tiobro ki niuci lo y sobre el infierno, y que por esto el c i - La or-acion que se dice ántcs de la segunda Epístola es como
rio encendido y oculto aparece al tiempo que se dan los sigue:
golpes. Deus, qui pro nobis F i - O Dios, que has querido
linm íuum crucis palibu- que tu Hijo sufriese por noso-
Dícenseen Ja misa de rsle día dos oraciones principales; la lum subiré voluisti, v i iui-- tros el suplicio de la cruz pa-
qne se dice ántcs de la primera Epístola es como sigue ^ nwt á nobis expelieres po- ra libramos del poder de nues-
Presta, qucesumiis, om- O Dios omnipotente, rogá- testalem : concede nobis tro enemigo , concédenos a
nipotcns ü n i s : ut qui nos- mosto nos concedas que seamos famulis luis, u l resume- nosotros , siervos tuyos , la
Iris excessibus incesmnler libres de los males que ince- Honis gratiam consequa- gracia de que participemos de
afllhjimtr , per u n i g m l i santemente" nos alligen por wur. Per eumdem Domi- su resurrección. Por el mismo
r i l i i lui passionem libere- rmestros pecados, mediante la mm... nuestro Señor Jesucristo, etc.
mur. Qui lecum v i v i t . . . pasión de tu único Hijo , que
siendo Dios, vive y reina, etc. La segunda Epístola está tomada del profeta Isaías, del
cap. 53.
l a primera Epístola está lomada del profeta Isaías, In diebus ilíis : Dixit En aquellos dias dijo I s a í a s :
cap. 62. I s a í a s : Domine, quis ere- Señor, ¿quién es el que lia
nwcdicü Dominus Deus: l i é aquí lo que dice el Se- didil m d i l u i nostro? et creido lo qne nosotros hemos
Iñcilc filia: Sion : Eecc fior : Deckl á la bija de Sion : brachinm Domini cui re- oido?y,y á quién se ha dado á
Sakator luus v e n i l : cece Mira á tu Salvador que viene, velutum est ? E l ascendil conocer él brazo del Señor? Él
'merces ejus cum co. Quis y que trae consigo su recom- sicut virgullum coram eo, se elevará deianle del Señor
est isle,qui vmñlde Edom, pensa. ¿Quién es esleque v i e - el sicut radix de térra » i - como un arbolillo, y como im
únclis vestibus de Bosral no de Edom, y que sale de t i e n l i : non esl species e i , vastago que sale de una tier-
Iste formosuH in slola sua, Bosra con sus vestidos teñidos neque decor : et vidimus ra seca. ¡No hay en él hermo-
gradicns i n muhitudine «n sangre? Hermoso es (sin eum, el non erat aspechis, sm-a ni esplendor. Nosotros 1c
fortiludinis suoi. Ego, qui embargo) bajo de esle bábito, oí drsideravimus eum. hotnos visto, y nada habla en
loqnor j u s t i i i a m , et pro- y hace aparecer en su mar- Despcclum, el novissimum él que llevase en pos de sí
pugntilor surn ad salvan- cha la grandeza de su fortale- virorum, virum dolorum, nuestras atenciones; hemos
dum. Quarc ergo rubrum za. Yo soy el que anuncio la et scientem infirmitatem : llegado hasta desconocerle. Le
esí indumenlum t u m i , ct justicia, y el que tengo el po- ci quasi absconditus v u l - hemos visto despreciado y I r a -
m í i ' m e n í a iua sicul cal- der para salvar al mundo. í?(s ejus ei despethts, m i - lado como el último de los
(aiiiium in torcutari? Tor- ¿ Kn q u é consiste que está r o - de nec reputacimus eum. hombres. Un hombre de dolo-
rulur catcari snhts, el de j a lu vestidura, y que tus ves- Verc languores nostros i p - res que ha pasado por todo
genlibus non est v i r me- lidos parecen á los de los que se íu/i(, el dolores nostros g é n e r o de miserias. Su rostro
cum : cahavi eos in furo- pisan la uva en el lagar? Yo ipseportavit :et nos p u l a - estaba desfigurado, de modo
re meo, et conculcavi eos he estado solo en el lagar, sin vinnis eum quasi lepro- que no lehemos conocido. Ver-
in i r a mea: eí aspersus que ni uno solo de todas los sxm, el percussum a Deo daderamonte ha llevado nues-
esl sanguis eonm super naciones me haya a c o m p a ñ a - et humiliatum. Ipse aulcm tras llaquezas, y ha cargado
vesiimenla mea, et omnia do. Yo los he pisoteado en mi vulneralusest propterini- sobre sí nuestros dolores. Le
indumenta mea inquina- cólera ; su sangre ha salpica- quitíilcs nostras, allritus hemos tenido por un leproso,
t'í. Diee enim vltionis i n do mis vestidos, y han quoda- esl propter sedera noslra: y como un hombre casligado
corde meo, amus redemp- do manchados con ella. Porque disciplinapacis nostrwsu- por Dios y humillado; ísin em-
Itonismecevenü. Circums- b é aquí que ha llegado ya el per eum, et Uvore ejus sa- bargo) ha sido cubierto de 11a-
pexi, et non erat auxilia - • dia en que he resuelto ejercer «aít sumus. Qmnes nos gas por nuestras iniquidades,
tor : quamni, el n o n f u ü mi venganza, y el tiempo de quasi oves erravimus, ha sido maltratado por nues-
q u i a d j u v a m -.cisalvam r e s c a t a r á mi pueblo. Yo he unvsquisqnc in viam suam Iros crímenes. El castigo que
m h l brachium m a m , et mirado por todas partes si a l - declinavil: et posuit Do- debía d á r n o s l a paz ha recaido
indignatio mea ipsa a u x i - gnno vendría para ayudarme, m i m s m eo iniquilalem sobre él, y hemos sido curados
l i a t a e s t m i l á . M conculca- y no |ie visl0 /, nadie. Yo he omniumnoslnm. Oblalus por sus cardenales : lodos es-
N populos in furore meo, buscado auxilio , y no le he est quia ipse ro/uíí, el non tábamos como ovejas descar-
el inebriavi eos in indig- encontrado; así es que solo mi aperuil os s m m : sicut riadas; cada uno se habia es-
nmione mea, et delraxi i n brazo me ha salvado, y mi ovis ad occisionem duce- traviado por seguir su propio
terram virlutem eorum. indignación me ha provisto de íwr, elquasi agms coram camino, y el Señor le ha car-
Miseralionum Dominire- armas. Yo he aterrado los tondente se obmutescet, el gado á él con la iniquidad de
cordabor, laudem Domini pueblos en m i furor, los he non aperici os s m m . De lodos nosotros. Él se ha ofre-
Mpcr omnihus, qwB red- embriagado en mi cólera. Yo angustia, el dejudicio s u - cido porque él mismo ha que-
didit nobis Dominus Deus he anonadado su poder. Yo htutus est : generañonem rido, y no ha abierto su boca :
noster 1,0 olvidaré j a m á s las miseri- ejus quis enarrabil? quia será llevado como una oveja á
cordias del Sfefioft Yo alabaré ubscissus esl de térra v i - la muerte, y no dirá una pala.
al Señor nuestro Dios por todos ventium : propter scelus b r a , como un cordero mudo
los beneficios que hemos reci- populi mei percussi eum. delante del que le trasquila.
bido de él. El dabil impios pro sopvl- Ha muerto en medio do los do-
312 MIERCOLES
tura, el divitem pro mor- lores , dospucs de haber s i - es la suerte de nuestro divino Salvador. Es el hombre de
te sita : eo qnod iniquila- do injaslamcnle condenado. dolores, todos los sufre, y en medio de estos dolores es
tan non feeerit, ñeque do- ¿Quién contará su generación? t ratado como el último y el mas despreciable de todos los
¡us fueril in ore ejus. E l Porque ha sido corlado de la hombres. Nos compadecemos de un v i l esclavo á quien
Üominus voluü conterere tierra de los vivientes. Yo le vemos padecer; el mas malo de lodos los criminales nos
cum initifírmilalc : si po- he llorido (dice Dios) á causa mueve á lástima cuando le vemos espirar en el suplicio.
sueril pro peccato animam de los pecados de m i pueblo. Esle instinto tan natural á lodos los hombres, solo ha fal-
sUam, videbil semen l o n - Él dará los impíos por precio tado en favor del Salvador. Diríase que durante su pasión
¡jenvum, et voluntas Domi- de su sepultura, y al rico por se han trastornado todas las leyes de la naturaleza y de la
n i M m a m ejus dirigelur. recompensa de su muerte; por- razón. ¡Buen Dios! ¿ y por q u é no nos acordamos de esle
Pro eo quod laboravit a n i - que no ha cometido pecado, y punto de nuestra creencia en tantas ocasiones en que nues-
ma ejus, videbil, et salu- la mentira no se ha hallado tro orgullo nos hace obrar tan poco cristianamente? ¿ q u é
rabitur : i n scienlia sua j a m á s en su boca. Pero el Se- no puede la envidia sobre aquellos corazones que ha infes-
juslificabit ipse justus ser- ñor le ha querido destrozar en tado con su veneno? ¿ y están mas exentas que las demás
vus meus mullos, el i n i - su flaqueza. Si él da la vida las almas mas religiosas al parecer? Hubiera estado el Hijo
quilales eorvm ipse porta- por el pecado, verá una larga de Dios ménos espueslo á la persecución de los sacerdotes
bit. Ideo dispertiam ei y dichosa posteridad, y la v o - y á los tiros calumniosos de los escribas y de los doctores
plurimos : et forlium d i v i - luntad del Seíior será cumpli- d é l a ley, si hubiese profesado ménos santidad, si hubiese
det spolia , pro eo quod da felizmente para é l : verá el obrado ménos prodigios. Siempre será la virtud el blanco
t nidldit i n mortem a n i - fitilo de las penas que su alma déla envidia. Las gentes de bien deben esperar, á ejemplo
mam svam, et cum scele- h a b r á sufrido, y q u e d a r á l l e - de Jesucristo, ser perseguidas de mil maneras; pero ay
ratis reputalus e s l : e l i p - no de satisfacción. ÉÍ es mi de aquellos que ejercitan la paciencia de los buenos. ¡Qué
sepeccala mullorum luHí, siervo fiel y justo, que justiü- brillante aparece la paciencia del Salvador en medio de
et pro iransgressoribus cará por su doctrina á i n n u - lantas crueldades! Durante su pasión, se encuentra en t o -
rogavil. raerables, y llevará sobre sí das las circunstancias en que es mas difícil callar. Hacen-
sus iniquidades. Por esto le sele injurias tan visibles; dirígense contra él tan negras y
d a r é en herencia gentes innu- tan falsas acusaciones; hácensele sufrir indignidades tan
merabk'^, y él distribuirá los brutales y tan inhumanas, que no es el menor de sus p r o -
despojos de los fuertes, porque digios el que haya podido tolerar todo esto sin decir una
se ha entregado á la muerte, palabra. ¿ Q u é bellos pretesíos no habia, al parecer, para
y porque ha sido puesto en la que hubiera confundido la malicia de sus enemigos con
clase de los malvados; ha l l e - sus palabras? el procurar la gloria de su Padre, el soste-
vado el pecado de muchos, y ner la santidad de su doctrina, el evitar el escándalo. Es-
ha rogado por los violadores tréchasele, se le pregunta ; y Jesús no dice una palabra.
de la ley. ¡Oh, y q u é cosas tan grandes dice esle silencio; y q u é be-
Isaías ha tenido siempre en todas sus profecías por llas lecciones nos ofrece I Pílalo reconoció la inocencia de
primero y principal objetóla venida del Mesías, su pasión Jesucristo, quiso salvarle, y con lodo le condenó. ¡ Oh Dios
y ta redención del género humano. Jesucristo, su pasión, mío, q u é distancia hay entre conocer el bien y praclicarle!
su muerte, sus victorias, su Iglesia, aquí es en donde se ¡entre conoceros y amaros! ¡ Ah! todo el mundo cristiano
vcriíican todas las grandes y nobles espresiones de este os conoce; ¿ y hay muchos que os amen? Dilato quería
Profeta. Si I s a ú s hubiese cscriío después de la muerte de salvar á Jesucristo cuya inocencia conocía; pero no queria
Jesucristo, no hubiera podido hacer una pintura mas j u s - desagradar á los judíos, cuyas amenazas y cuyo furor te-
ta, mas parecida, ni un relíalo mas verdadero d e s ú s tor- mía. Desdichada política, fal^a prudencia de los hombres,
mentos, de su causa y de sus frutos, qne el que ha resu- por la cual siempre es sacrificada la religión á la ambición
mido en las dos Epístolas de la misa de este día. y al interés.

DEFLEXIONES. E l Eiangelio de la misa es la Pasión de nuestro Señor Jesu-


cristo, según san Lucas, cap. 2 2 .
«Un hombre de dolores, y tratado como el último de
todos los hombres.» lié aquí todo lo mas fuerte, lo mas ad- Inillotemporc :Áppro- En aquel tiempese acerca-
mirable, lo mas enérgico que puede decirse, para espre- pinquabal diesfeslus Azy- ba la tiesta de los Azimos, l l a -
sar el dolor mas vivo, la pena mas estraordinaria, el s u - morum, qui dicilur ¡'as- mada Pascua , y los príncipes
plicio mas cruel que puede sufrir un hombre. Un hombre cha : el queerebaul p r í n - de los sacerdotes en unión con
de dolores es un hombre cuyo corazón está anegado en la cipes sacerdolum et scri- los escribas buscaban cómo
amargura, y el espíritu oprimido de aflicciones; es un ba>, quomodo Jesum inter- quitar la vida á J e s ú s ; pero
hambre amasado, por decirlo así, en dolores y trabajos. firerenl : timcbanl vero temían al pueblo. En este
Pero lo que pone el colmo á la miseria, es cuando el opro- plebem. Inlravit aulcm tiempo entró Satanás en J u -
bio y el desprecio acompañan á las penas. Es por lo ménos S a t a n á s i n Judam , qui das, apellidado Iscariotes, uno
una especie de alivio en los males, cuando uno se vecom- cognominabalur Iscario- de los doce ,-el que inmedia-
padeeido, cuando se ve honrado en medio de los dolores; tes, unum de duodecim. tamente se fué á tratar con los
pero es el colmo de la aflicción y de la desolación, cuando Et a b i i l , et locutus esl príncipes de los sacerdotes y
cum principibus sacerdo- con los magistrados acerca de
los mayores dolores están acompañados de injurias, do
lum el maqislratibus , los medios de eulregarle. Ale-
desprecios, de insultos y de ultrajes todavía mayores. Tal
SANTO. 313
quemadmodum illum tra- gráronse mncho, y se obliga- est, m d i t : verumtamen menzaron á preguntarse unos
deret eis. Et gavisi sunt, ron á darle dinero, y él por su ves homirñ i l l i , per quem á otros quién de ellos debia
el pacti sunt pecuniam i l l i parle quedó también obligado; tradetur! C. Et ipsi ccepe- hacer una acción semejante.
daré. Et spopondit. Et y desde entonces andaba bus- runt qumrere inter se, quis Suscitóse al mismo tiempo e n -
qumrebat opporlumlalem cando ocasión oportuna para esset ex eis, qui hoc factu- tre ellos una disputa sobre
MÍ traderet illum sine lur- entregarle á escusas del pue- ras esset. Facía est aulem quién de ellos debia pasar por
Us. Vcnil aulem dies A z y - blo. Habiendo, pues, llegado etconlentio inter eos, quis el m a y o r ; mas el Señor les
morum , i n qua neccsse el dia de los Azimos, en el cual eorum viderelur esse m a - dijo : Los reyes de las nacio-
eral occidi Pancha. Et m i - era preciso inmolar la Pascua, jar. Dixil aulem eis : nes mandan en ellas como se-
sil Petrum, et Joannem , envió Jesús á Pedro y á Juan: Reges genliumdomínantur ñores, y los que tienen potes-
diccns : >J( Euntcs p á r a t e I d , les dijo, preparadnos la eorum : el qui polestatem tad en ellas se llaman benéfi-
nolis Pascha, ut manda- Pascua para que la comamos. habent super eos, benefui cos. Vosotros no habéis de
cemus. C. A t ü l i d i x e r m t : Dijeron ellos: ¿Y dónde quie- vocanlur. Vos aulem non hacer así, sino que el que es
S. Ubi vis paremus? C. E l res que la preparemos? Al en- sic : sed qui majar est in mayor entre vosotros, h á g a s e
dixit ad eos : ^ Ecce i n - trar en la ciudad , les respon- vobis, fiat sicul m i n o r ; el como si fuese el menor, y el
troeuntibus vobis incivita' dió, encontrareis un bombre qui prwcessor est, sicut que obtiene el primer lugar
ícm, occurrel vobis homo que lleva un cántaro de agua; minislrator. Nam quis pórtese como el que sirve.
quidam amphoram aqum seguidle á la casa donde en- major est, qui recumbit, Porque ¿ q u i é n es el mayor,
porlans : sequimini eum trare, y allí diréis al duefío do an qui minislrat? nonne el que está á la mesa, ó el que
tn domum, i n quam t / i - la casa : E^to es lo que te d i - qui recumbit? Ego autem la sirve? ¿acaso no es el que
í r a t :etdicetis patrifami- ce el Maestro : ¿Dónde esl,á el in medio veslrum sum, si- está á la mesa? Sin embargo,
Has domus : Dicil tibi M a - aposento en que he do comer yo estoy entre vosotros como
cut qui minislrat : vos
giskr : Ubi cst diverso- la Pascua con mis discípulos ? ei que sirve; pero vosotros sois
autem estis, qui pevman-
r i u m , ubi Pascha cum Y él os mostrará un gran co- los que habéis permanecido
sislis mecum i n l e n t a ú o -
discipulis meis mandúceme medor bien amueblado, ha«ed
nibus meis : et ego dispo- constantemente conmigo en
E l ipse oslendel vobis coe- allí los preparativos. Uabion-
no vobis sicul disposuit las pruebas que he tenido.
naculmn magnum s l r a - dof pues, ellos ido, todo lo
mihi Paler mcus regnum, Por tanto, yo os preparo el
lum , et i b i parale. C. encontraron según se les ha-
ut edalis et bibalis super reino como mi Padre me lo
Euntes aulem, invennunt bía dicho, y prepararon
nensam meam i n regno ha preparado, á fin de que co-
sicut dixil illis, el p a r a - Pascua. Guando llegó la hora
meo, et sedealis super máis y bebáis en mi mesa en
verunt Pascha. Et cum se puso á la mesa, y con él los
thronos judicanies duode- mi reino, y os sentéis en t r o -
facía esset hora, discu- doce apóstoles, y les dijo :
cim tribus Israel. C. A i l nos como jueces de las doce
''MÍÍ, cí duodecim aposloli Tenia yo un deseo estremo de
autem Dominas : ^ S i - tribus de Israel. En seguida
cum eo. E l a i l illis : comer esta Pascua con voso-
món, Simón, ecce Solanas dijo el Señor : Simón, Simón,
Desiderio desideravi hoc tros ánles do padecer; por-
expclivit vos u l cribrarel Satanás os ha acometido para
Pascha manducare vobis- que os aseguro que ya no la
sicut iriücum : ego anlem acribaros como se acriba el
c u m , anteqmm paliar. comeré mas , hasta que ella
rogavi pro le, ut non de- t r i g o ; pero yo he rogado por
Dico enim vobis, quia ex tenga su cumplimiento en el
f eiat fiies lúa : et tu a l i - tí, á fin de que tu fé no decai-
hoc non manducaba illud, reino de Dios. En seguida t o -
quando conversas, confir- ga : y lú t a m b i é n , cuando h u -
doñee implealur i n regno mando el cáliz, dió gracias y
ma fralrcs tuos. C. Qui bieres vuelto sobre t i , confir-
•Oci. C. E l acceplo cálice, d i j o : Tomad, repartidlo onde
vosotros; porque os aseguro dixit ei : S. Domine, te- ma á tus hermanos. S e ñ o r , le
gralias egit, el d i x i l : • &
que ya no beberé de este vino cum paratas sum el i n dijo Pedro, pronto estoy á ir
Accipüe, el dividite inler
hasta que llegue el reino do carcercm, et i n mortem con ligo á la prisión y á la
vos : dico enim vobis quod
non bibam de generaiione Dios. Tomando después el iré. C. A l Ule d i x i t : muerte. Mas Jesús le respon-
v ü i s , doñee regnum D á pan, dió gracias, lo partió, y Dico tibi, Pclre, non can- dió : Yo lo aseguro. Pedio,
venial. C. E l acccpio p a - se lo dió, diciendo : Esto es mi labit hodie gallus, doñee que no cantará hoy el gallo
ne gradas egit, et freyit, cuerpo, que se lia entregado ter abneges nosse me. C. sin que bayas negado tres ve-
et dedil eis, dicens : ^ por vosotros. Uuced oslo 60 El dixit eis : ^ Quando ces que me conoces. Entonces
llúcestcorpus.meum, q u o i memoria de mí. Igualmente misi vos sine sácenlo, et volviéndose á sus discípulos .
pro vobis datar : hoe faci- lomó el cáliz, después de ha- pera, et calceamenlis, les dijo : Cuando os envié sin
in mcam commemora- ber cenado, y dijo : Esto es numquid aliquid defuil vo- saco y sin alforja, ¿os faltó a l -
lionem. C. Similürr et el cáliz del nuevo Testamento bis? G. A l i l l i d i x e r m t : guna cosa ? Nada , dijeron
calicera, postquam coena- on mi sangre, que va á ser S. N i h i l . C. [Axil ergo eis: ellos. Díjoles enloncps : Pues
**<, dicens : ^< ff*6 est den amada por vosotros. En >í< Sednunc qui hcibel sac- ahora el que tenga un saco,
Cfilix novum Teslamcnlum tanto, la mano del que me culum , tollat simililer et tome también la alforja; y el
w sanguine meo, qui pro entrega está conmigo en ta peram; el qui non habet, que no lo tiene, venda su ca-
i'o&í.s' fundetur. Verumla- mesa. Por lo que hace al Hijo vendat lunicam suam, et pa y compre una espada; por-
^en ecce mams tradenús del hombre, se va según está emat gladium. Dico enim que en verdad os digo, que es
me, mecum est i n mensa. decretado; pero desgraciado vobis, quoniam adhuc hoc, preciso que se cumpla toda-
El quidem Filias hominis, el hombre por quien será en- quod scriptum est, opor- vía lo que está escrito en m i
Mcundum quod defmitum tregado. In;nedialanicntc co- lel impleri i n me: Et cum persona ; esto es : Ha sido con-
iniquis depuialus cst. Ele- tado en el número d é l o s m a l -

TOMO I V . 40
MIÉRCOLES
M i ea, q m snnt d« m í , tados: y todas las cosas que manus i n me: eed hac est dos los dias optaba (on voso-
fineiñ habenl. C. ^lí HH ne lian anunciado de mí van á hora veslra, el poiestas tros en el templo, y no me
d i x e r m l : S. Domine, ec- cumplirse. Señor, dijeron los lenebrarum. G. Compre- echasteis mano; pero esta es
c,e d m gladii /tic. C. A l discípulos, aquí hay dos espa- hcndcnles aulem eum, du~ vuestra hora y el imperio de
Ule d i x ü eis : ^ Satis est. das. Y él les respondió : l í a s - xerunl ad domum p r i n c i - Jas tinieblas. Habiéndole l u e -
G. E l egressus ibat secun- la. Habiendo salido después pis sacerdotum. Petras go preso, le llevaron á casa
dum consuetudinem i n se encaminó según su coslnm- vero sequebulur a longe. del príncipe de ios sacerdotus,
mintem Olivarum. Seculi bre al monte de los Olivos, y Accenso aulem igne i n y Pedro le segnia á lo léjos.
smt, aulem Ulam el disci- sus discípuhjs fueron también medio a l r i i , el circnm*e- Encendido fuego en medio del
j m l i . E l cum pervenisset con él. Luegoque llegó á aquel dealilms i l l i s , eral Pelrus atrio, y sentados que fueron
mi locum, d i x i l illis : •£< sitio, les dijo : Orad, para que in medio eorum. Quem en rededor de él, Pedro se p u -
Orale, ne inlreiis i n icn- no os arrastre la tentación. Y cum vidisset aticilla quai- so también entre ellos. Vién-
uuionem. C. El ipse avul- en seguida se apartó de ellos dam sedenlem ad lumen, dole una sirvienle delante del
sus est ah eis qmnlurn á distancia de un tiro de p i e - el cum fuisscl i n i u i k i , ííí- fuego, después de haberle re-
jaclus esl lapidis : el po~ dra, y habiéndose puesto de x i l ; S. E l hic cum Ülo parado bien, dijo : Este hom-
silis genibus orabat, d i - rodillas hizo esta o r a c i ó n : eral. G. A l Ule negavit bre estaba también con él. Pe-
ceiis : •£< Pater, si vis, Padre mió, si queréis, apartad eum, dicens : S. Muiier, ro él negó á Jesús, diciendo :
tratiafer mlicem islum a de mí este cáliz; sin embargo, non novi iliam. G. Elpost Mujer, no le he conocido. Ha-
me : verunttamen nnn mea no se baga mi voluntad sino pnsilhm alius videns eum, biéndole visto poco tiempo
voluntas, sed lúa fial. C. la vuestra. Apareciósele en- d i n l : S. E l l u de illis es. después o t r o , le dijo : ¿ T ú
Apparuil aulem i l l i ánge- tonces un án^el venido del cie- G. Pelrus vero ait : S. O
también eres de aquella gente?
lus de cáelo, conforWns homo, non sum. C. E l i n -
lo que le fortiíicó. Viéndose Hombre, no lo soy, respondió
lervallo fado quasi h o m
eum. E l faclus i n a g o n í a , reducido á un estado como de Pedro. Cerca de una hora des-
unius, alius quídam affir-
p r o l i x i m orabat. E l faclus agonía, continuaba mas y mas pués decia otro afirmaliva-
mabal, dicens : S. Veré el
esl sudor ejus, sicul gullat en ia o r a c i ó n , y al mismo menlo : Este sin duda estaba
hic cumíllo eral : nam et
sanguinis decurrcnlis i n tiempo le sobrevino un sudor también con él, porque es ¡ía-
Galilaius est. G. E l n i i Pe-
terram. E l cum surrexis- como de sangre que corria lileo. Hombre, dijo Pedro, no
trvs : S. Homo , nescio
selah oralione, el venhsot hasta la tierra. Habiéndose le- sé lo que quieres decir. É i n -
'fuiddicis. G. Et continuo,
ad disdpulos suos, invenit vantado después de la oración, mediatamenle , y hablando él
adltuc illo loquenle, can-
eos dormientes pro; t r i s - volvió adonde estaban sus dis- todavía, cantó el gallo; y v o l -
lavil gallus. Et convct'sus
t ü i a . E l ait i l l i s : %t Quid cípnli s, á los cuales encontró viéndose el Señor, miró á Pe-
Dontínus , respexil Pe-
dorrnilis? Surgite; orate, que se babinn dormido, o p r i - dro. Acordóse entonces Pedro
Ir um. E l recordulus est
ne inlreiis i n tenlalionem. midos de la tristeza. ¿ P o r q u é de lo que el Señor le habia d i -
Pelrus verbi Domini, sicul
C. Adkuc eo loqimle, ecce dormís? les dijo ; levantaos y cho : Antes que el gallo canto
d í x e r a l : Quía priusquam
lurba : el qui vocabalur orad para que no os veáis sor- me n e g a r á s tres veces. Y h a -
gallas cantet, ler me ne-
Judas, unus de duodecim, prendidos de la tentación. Ha- biéndose salido fuera lloró
gabis. E l egressus foras
antecedebat eos : el appro- blando estaba todavía, cuando amargamente. Entretanto los
Pelrus, flcvil amare. Et
pinquavil Jesu u l oscula- bé aquí una muchedumbre, á que lenian preso á Jesús le
virí, qui tcuebant iüum ,
retur eum. Jesús autem cuya cabeza iba uno de los do- illudebunl eí, cmdenles. E t trataban con la mayor irrisión
diril i l l i : Juda, óscu- ce llamado Judas, el cual se velaverunt eum, elpercu- y l e . b e r i a n . Vendáronle los
lo Filium hominis tradis ? acercó á Jesús para besarle. úebant facíem ejus : et i n - ojos, y dándole golpes eo el
C. Videntes aulem h i , (¡vi Jesús entonces le dijo : Qué es terrogabanteum, dicentes: rostro, le decian : Muestra que
circa ipsum erant, qnod esto, Judas; ¿ c o n un beso en- S. J'i opheiiza, qnis esl eres profeta, ¿quién es el quo
fulurum eral, dixeruntei: tregas al Hijo del hombre ? qui lepercussil? G. E l o l i a te ha berido? diciendo blasfe-
S. Domine, si pereulimus Eiilrelanlo los (pío estaban en mulla blasphemanles dice- mamente otras muchas cosas
in gladio'f C. E l percussit rededor de él, viendo lo que banl i n eum. E l ul faclus contra él. Luego que amane-
m u s ex illis servum p r i n - debia suceder , le dijeron : est dies, convencrunt s é - ció se congregaron los ancia-
ripis sacerdotum el ampu- Señor, ¿ herimos con la espa- niores plebis , et principes nos del pueblo, los príncipes
lavil auriculam ejus dex~ da? Y al mismo tiempo uno de sacerdotum, el scríba;, el de los sacerdotes y los escri-
teram. Respondens aulem ellos hiriendo á uno de los duxerunt illum in conci- bas, y babiéndolii hecho traer
Jesús, u i l : Sinile us- criados del príncipe de ios sa- iium suma , dicentes : S. á su concilio , le dijeron : Si
que huc. C. E l cum l e l i - cerdotes, le cortó la oreja de- S i t ú e s Chríslus, dicno- tú eres el Cristo, dínoslo. Y él
gisset auriculam ejus, sa~ recha, Üíjole J e s ú s : Tente allá. lis. G. E l a i l illis : entonces les respondió: Si os
navil eum. Dixil autem Y habiendo tocado ia oreja le vohis dixero, non credelís lo digo, no me creeréis : si os
Jesús ad eos, qui veneranl sanó. Entonces Jesús dirigién- m i h i ; si autem el ínter- pregunto á mi vez no me res-
ad se, prindpes sacerdo- dose á los príncipes de los sa- rogavero, non reítpondebí- ponderéis , ni me dejareis i r
tum, el magistratus letn- cerdotes, á los oficiales del tis mihi, ñeque dinnilelis. libre. Por lo d e m á s el Hijo del
p l i , el séniores : ^ Quasi templo y á los ancianos que Ex hoc autem a i l Ellius hombre estará muy en breve
ud lidronem exislis cum habían venido á prenderle, les hom'ms sedeus i i dextris sentado á la diestra de Dios
gladiis el [uslibust Cum dijo : Habéis venido á buscar- virliilis Dcí. C. Dixerunt oiimipolenle. Dijéronle, pues,
gaulidie vobiscum fuerim me como si fuera un ladrón , aulem omnes : S, Tu crgo todos entonces : ¿ L u e g o tú
in templo, non cxtcndislis con espadas y con i:alos : l o - e r t s c l Hijo do Dios? A lo cual


SANTO. 315
n Viliuí; Dei? C. Qui a ü : respondió : Asi es, como voso- p o p u k m : et ecce ego co- dijo : Vosotros mo habéis p r e -
fu dicitis-, (¡uia cgo tros lo decís, que yo soy. A ram vobis inlerrogans, sentado este hombre como un
aum. C. A l i l i i d i x e r m l : coníccnencia do esto dijeron : m l l a m eausam inveni i n revoltoso que conmovía al
S. Quid adhuo desidcra- ¿ Qué necesidnd tenemos de homine islo ex his, in qui- puehlo, y vosotros mismos
mm testmonium? ijtsi otros leslimonios , puesto que bus eum acensa lis. Sed veis que le he preguntado en
enim andivirnus de ore nosotros mismos acabamos de ñeque Uerodes, m m r e m i - presencia vuestra, sin que h a -
i'jits. C. E l surgens omnis oírselo decir de su propia bo- si vos ad itlwm, et ecce n i - ya enconírado en él nsolivo al-
iimfiUudo eontm, dnxe- ca? Toda la nuichodumbre que hil digmm morte actum guno para condenarie por los
rtmt illum ad Pitulum. allí estaba reunida se l e v a n t ó , est ei. Emendatmn ergo puntos de que lo acusai?. Nt
Cwperunt aulem illum ac- y lo llevaron á Pilato , ante i l h m dimiltam. C. Neccs- tampoco Uerodes ha encontra-
ensare, dicentes : S. Hunc quien empezaron á acusarle, se autem habebat dimitie- do cosa ninguna, puesto quo
invenimm subvertentem diciendo : Hemos encontrado á re eis per diem festum , habiéndoos enviado á él, veis
(jenim nosíríiírt, et p r o - este hombre que alborotaba umm. Exelamavit autem vosotros mismos que no le ha
hihentem tributa dari Cai~ nuestra nación, prohibía pagar simtd universa turba, d i - tratado como un reo de muer-
sari, ct dicenlem se C h m - el tributo al Cé:^ar y se daba á cens- •: S. Tolle hunc, ct te. Le aplicaré, pues, algún
tum liegm esse. G. l ' i l a - sí mismo el nombre do Cristo dimilíe nohis Barabbam. castigo, y le dejaré en liber-
(us autem inierrogaiñt y de Rey. Preguntóle, pues , G. Qui eral propter sedi- tad. Dcbia el gobernador por
mm, dicens: S. Tu es Ilex l'ilato : ¿Hres tú, le d i j o , el tionem quamdam faetam la Pascua darles libre un reo :
Judceorum? G. A l Ule res- Rey de los judíos? Tú lo has in civitale et homicidimn , mas toda la muchedumbre
pondens, a i t : )J< í'M d i - dicho, le respondió. Enseguida esclamó á una voz, diciendo :
missus i n carcerem. Itc-
ds. C. Ail aulem Pilalus dijo Pilato á los príncipes de
rum aulem Pilalus locu- Quilanos de en medio á cstet
ad jirimipes sacerdolum, los sacerdotes y á la multitud
tus est ad eos, volens d i - y danos libre á Barrabás. Era
ct turbas : S. N i h i l inve- que allí se habla agolpado :
mitiere Jesum. At i l l i suc- éste un hombre que habia sido
rnó causa; in hoc homim. Yo no encuenlro en este h o m -
clamabant, dicentes : S. preso por haber esettado una
C. A l i l l i invalescebant, bre motivo alguno para con-
Cruciflge, crucifige eum. sedición en la ciudad, y haber
dicentes : S. Commovet denarle. Mas ellos instaban con
G. lüe awlem terlio d i x i i hecho en ella un homicidio.
popidum, docens per u n i - mayor fuerza , diciendo : Es-
ad illos : S. Quid enim Pilato, que quería salvar á Je-
versam Judwam, incipiens cita al pueblo á la rebelión ,
malí fecü iste? m l l a m sns, les habló por segunda
á Galilwa usque huc. G. sembrando su doctrina por to-
eausam monis mvenio í» vez : pero ellos grifaban con
Pilalus autem audkns da !a Judea, desde Galilea
eo : corripiam ergo i l l u m , mas esfuerzo: Crucíficalí», c r u -
G a t i l m m , interrogaoü si hasta aquí. Oyendo Pilato
ct dimiilam. G. At i l l i ins- ciíicalo. Por tercera vez so
homo C a l i l m s esset. Et nombrar á Galilea, preguntó
tabanl vocibus magnis dirigió i \ ellos, y les dijo :
ni cogmvil quod de Ilero- si aquel hombre era galileo,
poslulantes ut crucifigere- ¿Qué mal es el que ha hecho
dispoleslale esset, remisit y cuando entendió que Jesús
tur : et involescehanl v o - este hombre? Yo no hallo en
eum ad llerodem, qui et era de la jurisdicción de He-
ces corum. E l Pilalus ad- ét ningún crimen digno do
ipse Jcrosolymis eral illis rodes, le remitió al mismo Ue-
judicavit fteri petiíionem nuierJe; así que, le castigaré y
diebus. Ikrodes aulem, rodcs que por aquellos (lias se
eorum. Dbmsil autem illis le dejaré libre. Mas e l k s
viso Jesu, gavisus est m i - hallaba en Jerusaien. Viendo
eum, qui propter h o m i d - multiplicaban las instancias ,
de. E r a l enim cvpiens ex Uerodes á Jesus se alegró m u -
cho , porque habia mucho dium et sedilionem missus pidiendo á grandes voces cpie
multo tempere videreeum,
tiempo que deseaba verle, en fuerat i n carcerem, quem fuese crucificado. Y' prevale-
fo quod audierat mulla de
razón de que habia oido ha- peicbant : Jesum vero t r a - ciendo sus gritos, dispuso P í -
eo, el sperabat s i g m m
aliquod videre ab eo fíeri. blar muchas cosas de él, y es- didil v o l m t a l i eorum. Et lalo el acceder á 811 petición.
JnU'rwfjabat aulem evm peraba verle hacer algún m i - enm ducerenteum, appre- Dióles libre al que ellos que-
m u l í h fiermonibus. A l i p - lagro. Hizole muchas pregun- henderunl Simonem quem- rían y que había sido preso
se nihil i l l i rcspondebal. tas, pero Jesús no le dló nin- dam Cyrencnsem, venien- por una muerte y por una se-
Slabant autem principes guna respuesta. Micnlras l a u - lem de villa : et impnsue- dición, y les entregó á Jesns
saccrdolum, el smbai to los príncipes de los sacerdo- runt i l l i crucem porlnrc para que hiciesen de él 'Io que
conslanler acensantes eum. tes y los escribas persisüan post Jesum. SeffucbaUtr quisiesen. Guando le Hevahan,
Sprecit autem illuni fiero- tenazmente acusándole. Mas autem illum muha turba aprehendieron cierto hombre
des a m exercitn suo : et Uerodes, con la gente de su populi, el mulicrum, qrm de Gireno , llamado Simón,
illusil indiilum veste alba, guardia , le despreció; y ha- plangebant, et lainmUt- que venia dé su casa de cam-
ct remisit ad Pilalum. Et biéndole hecho poner una t ú - bantur cnm. Comer sus po, para que llevase la cruz
f'icli sunt amici fícrodes et IIlea Manca, se burló de él y le autem ad illas Jesús, d i - detrás de Jesus. Segnia, pues,
Pilalus h i ipsa dic i nam volvió a Pítalo. Desde aquel x i l : )J< Filiai Jerusatcm, á Jesns nna gran muchedum-
(intea i n m i e i eranl ad i n - mismo dia quedaron reconci- nolite jkre super me, sed bre de! pueblo, y mujeres que
mem. Pilalus aulem con- liados Uerodes y Pilato, que super vos ipsas flete, el lloraban y se lamentaban de
voc.aiis principibus sacer- ántes eran multiamenle ene- snper liíios veslros. Quo- él. Volviéndose entonces á
dolum, et m a g i s l r a ú h u s , migos. Habiendo Pilato llama- niam ecce vmienl dies i n ellas : Hijas de Jerusaien , las
el plebe, d i x ü 'ad Utos : S. do inmediatamente á los p r í n - quibus dicent: Beata; sle- dijo, no lloréis por mí. llorad
Obtulisiis mihi hunc ho- cipes de ios sacerdotes, los riles, et venlres, qvinon sí por vosotras mismas y por
nüncm , quasi uvertentem magislradüs y el pueblo ; les genuerunt, el uhera, qnce vuestros hijos; porque hé aqni
non hutavermt! Tuncin- que viene el tiempo en que se
31G MIERCOLES
dpient dicere montibm : dirá : Dichosas las estenios y expiravit. (Ilic genuflec- por medio. A este tiempo es-
Cadite super nos; et coUi- las entrañas que no Lan l l e - titur, etpausaturaliquan- clamó Jesús con una gran voz:
bus : Operile nos. Qaia si vado hijos , y los pechos que tulum.) Videns aulem Cen- Padre mió, en vuestras manos
i n viridi tigno hosc faciunt, no han laclado. Entonces co- lurio quod faclum f u e r a l , encomiendo mí alma. Y d i -
i n árido quid fiel? C. Du~ menzarán á decir á los m o n - glorificavil Deum, dicens: ciendo estas palabras, espiró.
cebanlur autcm et alii dúo tes : caed sobre nosotros, y a S. Veré hic homo justus (Aquí todos se arrodillan.) E n -
nequam cum eo, nt interfi- los collados, cubridnos : por- eral. C. E l omnis turba tonces el centurión, que ha-
cerenlur. E l postquam ve- que si esto se hace en el lefio eorum, qui simul aderant bía visto todo lo quo había pa-
nerunt i n locum, qui vo- verde, en el seco ¿qué se ha- ad spectaculum istud, et sado, dió gloria á Dios, y dijo:
cnlur Calvariw, ibi cruci- r á ? Conducíanle, pues, y con videbanl quee fiebant, per- Verdaderamente este era un
fixerunl eum; el latroncs, él otros dos criminales para cutientes pectora sua r e - hombre santo. Todos los que
unum a dexlris, et alie- quitarles la vida; y cuando ya ver lebanlur. Siabant au- hablan estado presentes á este
rum a sinisiris. Jesús au~ hubieron llegado al sitio l l a - tem omnes noti ejus a Ion- espectáculo, y que considera-
íem d i c e b a t : l ' a t e r , d i - mado Calvario, crucificaron ge, et múlieres, quw secu- ban lo que acababa de suce-
mitte illis : nonenim sciunt allí á Jesús y con él á los dos ke eum erant á G a l i l m , der, se volvían dándose golpes
quid faciunt. C. Dividen- ladrones, uno á su derecha y hwc videntes. en el pecho. Todas las perso-
tes vero vestimenta ejus , otro á Su izquierda. En esto nas conocidas suyas, y las
miscrunt sortes. E l slabat tiempo decía Jesús : l'adre mujeres que le habían seguido
populus spectans, el deri- m i ó , perdonadles, porque no de Galilea , estaban en pié á
debant eum principes cum saben lo que hacen. Dividie- un lado viendo lo que pasaba.
eis, dicentes : S. Alios sal- ron los soldados sus vestidos , Et ecce v i l nomine Jo~ Y hé aquí que un oficial lla-
vos fecit: se salvum fiat, sacándolos á la suerte. El seph, qui eral decurio, v i r mado José, hombre de p r o b i -
si hic est Chrislus Dei pueblo, que presenciaba el boms et justas : hic non dad y muy virtuoso, quo no
electus. C. Illudebanl a u - espectáculo, y los principales consenserat cpnsilio, el ac- había lomado parte en el de-
tem et milites accedentes, de la nación con é l , se mofa- tibus e o n m , ab A r i m a - signio ni en los escesos de los
et acelum ojferenles ei, el ban , diciendo : A otros ha tha>a civilale Judwce, qui judíos, natural de Arimathea,
dicentes: S. Si tu es Rex salvado; s á l v e s e , pues, á sí expeclabat et ipse regnum ciudad de la Judea, y que es-
Judaorum, salvum tefac. mismo, si es el Cristo elegido Dei. Ilic accessit ad P i l a - peraba también el reino de
C. E r a l autcm et svpcrs- de Dios. Burlábanse también lum, elpeliil corpus Jesu: Dios, fué á verse con Pílalo y
criptio scripta super eum de él los soldados, y acercán- et depositum involvit sin-' le pidió el cuerpo de J e s ú s , y
litleris graxis, et latinis, dose le presentaban v i n a g r e , done, el pomit eum i n mo- habiéndole bajado, le envol-
el hebraicis : Ilic est Kcx y le decian : Si tú eres el Rey numento excisso, i n quo vió en una sábana y le puso
Judaiorum. Unus autem de los judíos, sálvate la vida. nondum quisquam positus en un sepulcro, abierto en
de Ais, qui pendebant, l a - Veíase escrito sobre su cabeza fueral. una roca, en el cual ninguno
tronibus, blasphemabat en g r i e g o , en lalin y en he- había sido puesto todavía.
eumy dicens : S. Si tu es breo : Este es el Rey de los j u -
Chrislus, salvum fac l e - díos. Uno de los ladrones que MEDITACION.
melipsum, el nos. C. Iles- estaban cruciücados blasfema-
De la pasión de nuestro Señor Jesucristo en la ciudad de
pondens autem altcr, i n - ba contra é l , diciendo : Si tú
Jerusalen.
crepabal eum, dicens : S. eres el Cristo, sálvate á tí y á
Ñeque tu times Deum, quod nosotros. Mas el otro, toman- PoMOPHiMERO.—Considera cuál debió ser la confusión
i n eadem damnalione es. do la palabra, le reprendía : del Salvador del mundo cuando se v i ó atado como un c r i -
E l nos quidem juste, nam Qué, le decia, ¿tú tampoco te- minal, llevado con infamia por las calles de Jerusalen co-
digna faclis rescipimus: mes á Dios, no obstante que mo un malvado , cargado do oprobios y de maldiciones
hic vero nihil rnali gessil. estás condenado al mismo su- por todo aquel pueblo que ya no le miraba sino como un
C. Et dicebat ad Jesum : plicio ? Y por lo que hace á impostor, un falso profeta, un encantador, ¡líuen Dios! ¡qué
S. Domine, memento m e i , nosotros, no es sin causa, por- ignominiosa os esta primera escena! ¡qué suplicio puede
aun veneris i n reynum que redijimos la pena que darse mas amargo, ni mas humillante! Sin embargo, esto
tuum. C. Et dixit i l l i Je- merecemos por nuestros c r í - no es todavía mas que'el preludio.
sús : >í< Amen dico t i b i : menes ; pero él no ha hecho Nosotros no ignoramos la multitud espantosa de tormen-
Ilodie mecum eris in p a - ningún mal. Y volviéndose á tos, á cual mas crueles, que se hicieron sufrir á Jesucris-
radiso. C. E r a l autcm fe- J e s ú s , le dijo : Señor, acor- to ; nos lo representamos hasta en su pormenor; sabemos
re hora sexta, el lenebm daos de mí cuando huhiereis todas sus circunstancias ; pero al través de esta barbarie
factee sunl i n uniwrsam entrado en vuestro reino. En inimaginable de malos tratamientos, en medio de aquella
terram usque i n horam verdad te digo, le respondió granizada de azotes; por mas desfigurado que esté Jesu-
nonam. Et obsmralus est Jesús, que hoy mismo estarás cristo, no le confundamos con el resto de los hombres:
s o l : et velara templi scis- conmigo en el paraíso. Era reconozcamos por en medio de las llagas , bajo la corona
sum est médium. Elcla- cerca de la hora de sexta, y las de espinas, sobre la cruz, á nuestro Criador, nuestro Sal-
mans vocc magna Jesús, tinieblas se estendieron por vador, nuestro Dios y nuestro Padre.
n i l : ij< Pater, i n manus toda la tierra hasta la hora de ¡Jesucristo , el soberano Juez de todos ¡os mortales , la
luus cornmendo spii ilum nona; el sol se oscureció, y el inocencia y lasanlidad misma á los piés de un juez iinpío>
meum. C. E l hcec dicens, velo del templo se d e s g a r r ó que le condena á muerte como al mas infame de todos los
SANTO, 317
criminales! ¡Josncrislo, d Rey de la gloria á quien adoran Jesús que sufre, la dulzura inalterable de su rostro en me-
todos los ángeles desde el primer instante de su vida mor- dio de todas sus crueldades, la tranquilidad de su corazón
tal, y á cuyo nombre dobla la rodilla cuanto hay en el y su misma ternura con sus enemigos , á pesar de tanta
cielo, en la tierra y en los infiernos, entregado á la inso- dignidad y ultrajes; q u é gran remedio debe ser todo esto
lencia de un montón de canalla por espacio de una noche contra los arrebatos de nuestras pasiones, contra los sen-
entera, abofeteado , injuriado , escarnecido por malvados timientos de la venganza y de la ira! Amor propio, deli-
que hacen do él un juguete y le tratan como rey do farsa! cadeza humana , orgullo de la vida, ¿subsistiréis aun á
¡Jesucristo, el Señor soberano del universo, el Salvador vista de este objeto?
del género humano alado á una columna y desgarrado á ¡O amable Jesús! ¿era necesario sufrir tanto para per-
azotes como el mas v i l , el mas infame de lodos los es- suadirme quo me amáis? ¿Concibo yo bien cuánto me
clavos! amáis? y si lo concibo, ¿cómo yo os amo tan poco? ¿Puedo
¡Jesucristo , objeto de las complacencias del eterno Pa- asegurar yo. Señor, quo os amo? ¡Ah, Señor! ¿de q u é me
dre ; la alegría y la felicidad de lodo el cielo ; el paraíso sirve la justicia que yo me hago , si mi corazón no nimia?
de las almas santas, clavado en una cruz, espirando en el pero eslajinudanza debe ser obra vuestra ; sea, pues, hoy
mas doloroso y el mas ignominioso de todos los suplicios! y el fruto de vuestros tormentos y de vuestra sangre.
h é aquí, dulce Jesús mió, lo que habéis sufrido por mí; h é JACULATOUUS.—¡ Cuánta verdad e s , S e ñ o r , que os h a -
aquí lo que yo creo ; h é aquí lo que yo os cuesto ; ¿y q u é béis cargado con nuestras iniquidades , y que habéis que-
impresión hace en m i corazón loque yo medito, lo que yo rido sufrir toda la pena que merecían! (Isai. 53.)
creo? ¿ Qué d a r é yo á este Dios de bondad por todos los beno-
Una gota de su sangre podía rescatarnos; una lágrima ücios queho recibido de él, y por todo lo que se ha digna-
de Jesucristo podía lavar todas nuestras faltas. ¿Por q u é , do sufrir por mí ? Yo aceptaré con toda voluntad el beber
pues, tanta sangre? ¿No era esto mas que suficiente, ado- su cáliz. (Psalm. 115.)
rable Salvador mió? S í , nos r e s p o n d e r á , éralo para apla-
car á mi Padre ; éralo para estinguir el odio de mis ene- PROPÓSITOS.
migos; éralo para borrar todos los pecados de la tierra; 1 Las gentes del mundo miran las maceraciones de la
éralo para apagar todo el fuego del inüerno ; éralo para carne como frutos de países eslranjeros que no pueden
mereceros mi gloria; pero ¿es bastante para mover vuestro darse mas que en los desiertos ó en los clautros : si los
corazón y para inspiraros el menor sentimiento de grati- ven entre las personas del siglo, los consideran como fini-
tud? Esta reconvención ¿no está bien fundada? ¿Y quién tos raros que no crecen sino muy resguardados y á fuerza
podrá en la hora de la muerte y por toda una elernidad de cultura : se admiran, se alaban, y á lodo esto se redu-
desdichada resistir á esta reconvención? ¡Ah Seilor! q u i - ce todo. ¿Desde cuándo las austeridades corporales no son
tadme este corazón de bronce, y dadme un corazón de mas que para los religiosos y los devotos , y de ningún
carne. modo para las gentes del mundo? ¿Son menos violentas
PUNTO SEGUNDO.—Considera si te ha movido mucho lo las pasiones , ménos temibles en el corazón do los mun-
que acabas de leer; y si permaneces insensible , exa- danos, que en las almas puras y mortificadas? ¿Ilay dos
mina sí os verdad ; mas aun, si es posible que lo creas. Evangelios? San Pablo castiga su cuerpo con duras aus-
Enterneceríase cualquiera leyendo una historia seme- teridades, y le reduce á servidumbre, no sea que , dice,
jante, aun cuando estuviese prevenido de que lo que leia después de haber predicado á los otros , venga él mismo
era una fábula : aquí estamos seguros de la realidad; á hacerse reprobo ; y personas cargadas de pecados a l i -
osle tejido de injusticias , de oprobios , de suplicios , de mentan sus pasiones éntrelos placeres, lisonjean sus cuer-
crueldades, es cierto ; la persona adorable que sufre tan- pos, se estremecen al solo nombre de mortificación , se
tos rigores no nos es desconocida ; ¿deberá sernos i n d i - desmayan á la vista de un instrumento de penitencia:
ferenle? Y sabiendo que si padece es solo por nuestro ¡mi Dios! ¡qué bien prueba esta conducta lo pequeño del
amor, ¿podremos verla sufrir á sangre fria? ¿Pienso yo número de los elegidos! Si en esas reuniones mundanas
en el Dios que adoro y en el Señor á quien sirvo , cuando en donde lodo brijla , en donde no se habla mas que de
soy tan delicado sobre el punto de honor, cuando huyo placeres , se pensase en hablar de cilicios ó de semejantes
tanto de la cruz, cuando paso b s días en los placeres y en aiLstcridades, se haria reir ; pero en la muerte , ¿no hará
la molicie? llorar y gemir el haber tenido horror á estas penitencias?
Jesucristo es el hombre de dolores , el hombre de las En cualquier estado en que os halléis, tenéis necesidad de
humillaciones , está harto de oprobios , y ¿yo quiero ser macerar vuestra carne con las austeridades. Informaos
su discípulo y vivir entre conlenlos? Jesucristo todo lo de un director sabio y zeioso cuáles son las que os convie-
sufre sin decir palabra ; ¡qué no nos acordemos nosotros, nen : no escuchéis á una seductora delicadeza que persua-
en tantas ocasiones, do este punto de nuestra creencia! diéndonos que las penitencias no son á propósito para n o -
Pilato conoció la inocencia de Jesucristo, quiso salvarle sotros , probaria por lo mismo que nosotros no somos ;\
Y no obstante le condenó. ¡ 0 Dios mío, q u é distancia hay propósito para el cielo. No p r a c t i q u é i s , sin embargo,
t'ntre conoceros y amaros! ¡Ah! lodo cristiano os conoce. ningunas por lijeras que sean sin consejo y sin permiso;
¿Y hay muchos que os amen? Pilato quería salvar á Jesús, la indiscreción en el fervor puede ser tan nociva como la
cuya inocencia conocía ; pero no quería desagradar á los cobardía en una vida tibia. Cuando se sigue á una buena
judíos , cuyas amenazas y furor temia. ¡Desgraciada p o - guia, no es lan fácil eslraviarse.
lítica, ciega prudencia del siglo , por la cual la religión 2 Si vuestra delicadeza se alarma por esta práctica,
siempre es sacrificada á la ambición y al interés! anímaos con la reflexión que hacia san Agustín para ven-
it>¡oá mió! ¡qué gran remedio deben ser la paciencia de cer su cobardía: « ¿ y tú no podi ás lo que estos y estas? »
318 JÜEVÉS
l'or q u ó c o n el auxilio de la ffncia no podré yo hacerlo dia en que la memoria de la pasión del Salvador participa
qne han hecho y hacen aun lodos los dias tantas personas de la solemnidad , y mezcla su luto con la alegría espiri-
de m i edad, do mi sexo y de mi condición? ¿ l o que hace tual de la fiesta. Por esto, hácia la mitad del siglo x m , le
mi hermano en el estado religioso? ¿ l o que practica mi pareció mas á propósito transferir la fiesta particular del
hermana en el monasterio? ¿En virtud de q u é título, do santísimo Sacramento del Jueves santo al jueves después
q u é privilegio estaré yo exento de ello? ¿ F s porque ellos de la octava de Pentecostés , para celebrarla con toda la
son mas inocentes, mas santos que lo que lo soy yo? Por magnificencia y la solemnidad que pide un misterio que
esto mismo debo dispensarme menos de estas penitencias. hace nuestra felicidad, que contiene la fuente de todas tas
Comenzad siempr e por observar con mas regularidad los gracias, y que puede llamarse el tesoro de nuestra r e l i -
ayunos do la Iglesia y las abstinencias que presenhe; gión. Reservamos para aquel dia el hablar mas H la larga
pero no paréis en esto; añadid también ciertas p e q u e ñ a s de este adorable misterio.
austeridades. Nada contribuye tanto para debilitar y do- El lavatorio de los piés es una do las principales cere-
mar las pasiones, y no hay cosa que asi consuele en el fln monias del Jueves santo. Habiendo dicho Jesucristo á sus
do la vida. discípulos que si él les lavaba los piés, siendo su Señor y
su Maestro, también ellos debían lavarse los piés los Uh^a
JUEVES SANTO. á los otros; se ha considerado siempre este órden como un
EN lodos tiempos ha sido el Jueves santo nno de los precepto de humildad, y como una lección que era muy
dias mas solemnes de la Iglesia, á causa de los grandes oportuno el observar á la letra. Losirtimeros cristianos
misterios que en él se han obrado. Los griegos y los de- se la impusieron como una ley de caridad con respecto á
m á s pueblos del Orianle le han llamado por escelencia los huéspedes que recibían, á los cuales nunca dejaban de
« e l d i a de los misterios.» Celébrase en él el misterio de lavar los píes inmediatamente después de su llegada. La
la humildad y del abatimienlo de Jesucristo en el lavatorio misma práclica se conservo mas religiosamente todavía en
d é l o s pies; el de su amor incomprensible á todo enfea- los monasterios. No queriendo la Iglesia dejar que se per-
dimicnlo criado en la institución de la divina Eucaristía, y diese esta costumbre, creyó deberla establecer como una
del sacerdocio sagrado de la nueva ley. Su oración m i s - práctica sagrada, que redujo á sus principales ministros,
teriosa, que fué como su primera oblación; su agonía como quienes ocupan mas particularmente el lugar de Je-
sanííricnla en el huerto de los Olivos, la cual fué como el sucristo, por su clase de superioridad. Establecióse, pues»
preludio do su pasión; y su prisión voluntaria que fué la la costumbre de que así como el abad ó el prior lavaba
primera escena. Pero el objeto principal de la flesla del los piés el Jueves santo á lodos sus religiosos á ejemplo de
Jueves santo, es la institución del misterio de la Eucaris- Jesucristo, el obispo ó la cabeza del cabildo los lavase á
tía. Esta fiesta ha comenzado con la institución de este lodo el clero; como se aumentase todos los dias el número
augusto sacramento, y puedo decirse que su celebración de éste , se redujo á doce, que era el número de las per-
es lan antigua como la Iglesia. El lulo mismo y la tristeza sonas á quienes el Salvador habia lavado los piés. El so-
en que está la Iglesia durante estos dias consagrados á la berano pontifiee como vicario de Jesucristo, ha mirado
pasión del Salvador, c e d i ó , por decirlo a s í , desdo enton- siempre esta santa ceremonia como un deber de religión
ces al regocijo espiritual, en que parece que consiste la de que no podia dispensarse. El mismo lava los piés h
verdadera noción de esta fiesta. La Iglesia también sus- doce sacerdotes pobres, á cada uno de los cuales les ida
pende hoy su lulo en la celebración do la misa, por el en seguida una buena limosna, y los despide tan enler-
color y la magnificencia de los ornamentos, cantando el necídos por un ejemplo lan edificante, como gratos por su
cántico « Gloria in cxcelsis » El mismo rigor del a y u - caridad. En Narbona cada canónigo lava los piés á doce
no do la Semana Santa fué mitigado desde los primeros pobres; lo que multiplica el número alguna vez hasta dos-
siglos, á causa de la solemnidad de este dia , permitiendo cientos. Como la acción de Jesucristo no era un acto de sa-
tomarla comida antes de nona como en los ayunos o r d i - cerdocio, los legos se han creido con tanto derecho para
narios. La fiesta del Jueves santo por mucho tiempo fué imitar el ejemplo de humildad que les ha dado este divino
obligatoria de precepto , y hubiera continuado esta o b l i - Salvador, como los papas, los obispos y los religiosos. Las
gación si la Iglesia no hubiera trasladado la fiesta del San- personas mas calificadas, los reyes y los emperadores se
tísimo Sacramento, del Jueves sanio al Jueves después de han impuesto un deber , y mirado como un honor, el l a -
la santísima T r i n i d a d , para hacerla así todavía mas so- var en este dia los piés á doce pobres, y servirlos por sí
lemne. El concilio de Tréveris, celebrado el año do 1543, mismos á la mesa , después de esta santa ceremonia,
redujo la fiesta del Jueves santo á la clase de las medias acompañando siempre este acto de humildad con una rica
fiestas, en las que la mañana está destinada al servicio d i - limosna. Las maíi grandes princesas no ceden en piedad y
vino y á los demás ejercicios de piedad , y desdo medio en liberalidad á los mayores príncipes en esla práctica de
dia al trabajo para el pueblo. El uso mas comunmente r e - religión tan editicanle. Vense en este dia las reinas y las
cibido h o y , es dejar la fiesta á la devoción de los particu- emperatrices lavar los piés íí doce mujeres pobres, por el
lares , recomendándoles la asistencia al oficio divino , y mismo motivo de religión y de piedad.
que vigilen después de medio dia las estaciones con aquel Es también una costumbre , umversalmente establecida
espíritu de religión y con aquella devoción que pide una en toda la Iglesia, elegir el Jueves santo , esto es , el día
práclica de piedad lan santa y tan útil. de la instilucion de la adorable Eucaristía, y del sacrificio
Por solemne que fuese la fiesta d é l a institución d é l a augusto de nuestra religión , para consagrar los santos
adorable Eucaristía , que forma lo principal de la celebri- óleos, que deben servir para las unciones santas. Esla con-
dad del Jueves sanio, ha creído la Iglesia en lo sucesivo, sagración , una de las mas augustas eeremomaís de la
que esta gran tiesta estaba demasiado comprimida en un Iglesia, consiste en las solemuidades do las tres bendicio-
SANTO. 319
nes quo hace el obispo, tío las cnales la primera es la del en las casas de Caifas, Pilato y ü e r o d e s , y sobre el Calva-
« óleo de los enfermos » para el sacramento de la Eslre- rio, sino también por todas las irreverencias y los sacri-
mauncion. La sefíunda es la del «santo crisma » para e' legios cometidos en las iglesias desde la institución del
sacramento del Bautismo, cuya unción se hace en la par- Santísimo Sacramento. Puedo fácilmente deducirse di>
to superior de la caheza; de la Confirmación, que se hace aquí con q u é espíritu deben hacerse estas visitas. R e s é r -
en la frente; y de la Ordenación, que se hace en las ma- vase una hostia consagrada para el dia siguiente , porque
•nos; y para otras consagraciones, cuales son las de los el Viernes santo no ofrece la Iglesia el santo sacriticio de
altares, de las iglesias, de los reyes, y de otras personas la Misa, y para representar la muerte de Jesucristo de una
que se consagran. La tercera bendición es la del « óleo de manera mas sensible en el oficio , consume el sacerdote
los catecúmenos, » del cual se sirve también para los sa- por la comunión el Santísimo Sacramento del cuerpo y de
cramentos del Jtautismo y del Orden , para la consagra- la sangre de Jesucristo, que ha estado espuesto veinte y
ción de los reyes, y para otros usos santos. cuatro horas á la adoración de los fieles: habiéndonos de -
Los santos Padres mas próximos al tiempo de los Após- jado este divino Salvador la Eucaristía como un memorial
toles, prueban baslautemetite que estas bendiciones de los de su pasión.
sanios óleos y del sanio crisma, son de tradición apostó- El oficio de la misa de este dia comprende la memoria
lica. « H a y alguno enfermo entre vosotros, dice Santia- de todos estos grandes misterios. El introitot'stá lomado
go, haga venir á los presbileros de la Iglesia, y quo oren del.capítulo C de la Epístola do san Pablo á los gálalas:
sobre é l , ungiéndole con el aceite en el nombre del S é - «Nosotros debemos colocar toda nuestra gloria en la cruz
flor. » La unción del óleo que , viviendo nuestro Señor, de nuestro Señor Jesucristo, en la cual está nuestra salud,
empleaban los Apóstoles para curar los enfermos, y de nuestra vida, nuestra resurrección, por la cual hemos sido
que se ha hablado en san Marcos , se ha mirado siempre salvos y rescatados. Compadézcase Dios de nuestras m i -
en la Iglesia como un preludio, y corno la figura y la re- serias, y derrame sus bendiciones sobre nosotros. Vuelva
presentación del sacramento de la Estrcmauncion. « U n - sus ojos compasivos sobre tantos miserables mortales , y
gían con el aceite tá muebos enfermos, y sanaban. » Estas háganos sentir los efectos de su misericordia.» Como he-
(res bendiciones se hacían en la misa que se llamaba cris- mos sido rescatados por la cruz , solo en la cruz de Jesu-
mal. El óleo de los enfermos no tiene ninguna mezcla. El cristo es en donde tenemos la gloria verdadera, mediante
la conformidad que ella nos da con este divino Salvador.
santo crisma se compone de aceite y b á l s a m o : los g r i e -
gos modernos después de su crisma mezclan en él m u - La Epístola de la misa es del capítulo 11 de la pr imera
chas esencias y perfumes. Poi' lo que hace cá las sagradas carta que san Pablo escribió á los fieles deCorinto , en la
ceremonias que acompañan á la bendición ó consagración cual refiérela institución del sacramento de la Kncaiisiía
particular del santo crisma, puede decirse que apenas hay por Jesucristo en la última cena, y el crimen y el castigo
en la Iglesia ningunas queso Ies haya dado mas aparato, de ios que se acercan á él indignamente. Además de 'o
luulo en la Iglesia latina como en la griega. El concilio de- que han dicho los evangelistas de la consagración que nues-
Meanx dió un decreto en el ano do 84;;, prolubiendo á tro Señor hizo entonces de su cuerpo y de su sangre con
todo obispo el que hiciese el santo crisma en ningún otro el pan y el vino para hacerse él mismo alimento de nues-
dia mas que en la feria quinta de la semana mayor, que tras almas, san Pablo escribiendo á los corintios, ha hecho
lleva el título especial de la cena del Señor y de Jueves la historia de todo lo que pasó en este gran misterio, se-
santo. gún que él testifica haberlo aprendido del mismo Jesucris-
Llámase también el Jueves santo dia de «Indulgencia to, líe aquí lo quo dió ocasión á las reprensiones que
6 Jueves santo,» porque en los primeros siglos se recon- les da.
ciliaban en é! los pecadores públicos, dándoles la absolu- En los primeros tiempos do la Iglesia, los fieles, ya fue-
ción d e s ú s pecados, de donde ha venido nuestra palabra se para representar la última cena que Jesucristo celebró
vulgar de «absolución general;») en seguida so les ad- con sus apóstoles, al fin de la cual instituyó la Encarislia,
iniüa en la Iglesia que se les habia cnlredicbo desde el ya para mantener la unión entre si y tener ocasión do
día de la Ceniza después de haberles impuesto una peni- practicar la caridad con los pobres, hacían unos pequeños
tencia por sus pecados. Como en la Iglesia se reconcilia- festines, á los cuales daban el hombre de «Agapes,» pala-
ban en este dia los penilenles , así también los príncipes bra griega que quiere decir candad mutua, y los hacían
y los reyes, dice san Eloy, daban libertad á los presos, y en los lugares mismos donde so juntaban para la celebra-
concediau gracias. Las demás ceremonias de la Iglesia en ción de los santos misterios y para comulgar. Abusaban
este dia se reducen al silencio de las campanas, á la.visita los corintios de esta costumbre en mas de una manera. Eri
de las iglesias, y á reservar el sanltsimo Sacramento para primer lugar, no siempre guardaban en estas comidas r e -
el dia de m a ñ a n a . Así como la ceremonia de locar todas ligiosas la debida templanza ni el recato conveniente; en
las campanas cuando se dice : « Gloria in excelsis Deo...» segundo lugar, en vez de esperarse los unos á los otros, y
es para hacer esta misa mas solemne, así también la ce- poner en común lo que cada uno habia traído, los que
sación del sonido de las campanas debe mirarse como una llegaban primero comenzaban desde luego á comer, y los
señal de la profunda tristeza y del gran luto de la Iglesia ricos se separaban de los pobres; lo cual era conírario al
en eslos tres dias. espíritu y al fin de estas comidas, que era la caridad fra-
La visita de las iglesias que lan religicsamentc se hace terna, la cual, seguñ Jesucristo, debía animar y caracte-
en todas partes el Jueves santo, es una especiede satisfac- rizar á sus discípulos, y nivelar, en cierto modo, todas las
ción pública que dan los líeles á Jesucristo, no solo por lo condiciones. Esta conducta irregular de los corintios no
(iue ha sufrido de ignominioso y doloroso, duranlesu pa- podia dejar de ocasionar incomodidades, y de escitar mur-
sión cu el bucrlo de los Olivos, en las calles de Jcrusalcn t muraciones; pero el mayor mal era, que acercándose á la
320 JUEVES
sania mesa con semejanles disposiciones, muchos so ha- me lo que ha traído, sin dar parle á los d e m á s ; yde aquj
cían reos de un horrible sacrilegio. procede que los mas ricos comen opíparamente, mientras
Tertuliano en su apologético esplica el origen de estos que los pobres en cuyo favor se habían establecido estos
religiosos festines. El nombre de nuestras cenas, dice, ma ágapes se mueren de hambre. ¿No tenéis casas para co-
niQesla la razón de su establecimiento. Dáseles un nombre mer y beber? ¿Es acaso para que ostentéis la glotonería,
que en griego significa caridad. Cualquiera que sea el ó para que insultéis á los que no tienen quecomer, para lo
gasto que se haga en ellas, se mira como una ganancia, que seos permite venir á tomar esta comida en la Iglesia?
como un gasto en favor de la piedad. Es un refrigerio con ¿Qué desprecio no haríais de esta Iglesia, de esta reunión
que se alivia á los pobres; todos comen con modestia en de los fieles, de la que los pobres son miembros como vo-
ellas, y la comida termina con la oración. Como estos á g a - sotros, si no vinieseis á ella mas que para insultar su i n -
pes ó festines de caridad se'Tiacian por la noche para hon digencia con vuestros escesos? Siempre se ha dado el n o m -
rar la cena que hizo Jesucristo con sus apóstoles cuando bre de iglesia al logaren que los fieles se reunían, ya
instituyó la Eucaristía, la cual se verificó la larde en que que fuese una simple sala, ó una casa particular, ó un
principiaba el dia de la Pascua, conforme á la costumbre templo consagrado al verdadero Dios. La Iglesia en esto
recibida entre los judíos, y entre lodos los pueblos del pasaje puede también indicar la reunión de los fieles.
Oriente, de comenzar el dia al ponerse el sol; esta cir ¿ Qué queréis que os diga? ¿ que os alabe? continúa
cunstancia de la noche, junta al aparato sunluoso con que el Apóstol; nó ciertamente, en eslo no os alabo. El uso de
los judíos nuevamente convertidos celebraban el feslin, estas comidas de caridad es laudable ; pero el abuso que
para representar mejor el de la Pascua legal; lodo esto hacéis de ellas es criminal. No pretende san Pablo repro-
dió molivo á los paganos para acusar á los cristianos de bar ó prohibir absolutamente los á g a p e s , únicamente
que cometian impurezas en estas reuniones nocturnas. Esta quiere enseñar á los fieles á distinguirlas de las comidas
palabra á g a p e , que significa amor y caridad, fortificaba ordinarias, y á que no las miren sino como un medio esta-
la sospecha y la calumnia, y esto fué lo que obligó á la blecido para mantener la caridad mulua, que Jesucristo
Iglesia á abolir enteramente los á g a p e s , á causa de los quiso inspirarnos sobre todo, al instituir el sacramento
abusos que se cometian en ellos. El concilio de Carago ce- de la Eucaristía, que es por esce!encia un sacramento
lebrado el aflo de 397 los condenó, y la Iglesia se ha visto de amor.
obligada en la sucesión de los tiempos á prohibir todas las Queriendo el santo Apóstol corregir los abusos que r e i -
reuniones nocturnas por mas piadosas que hayan sido. naban en estas juntas, en las que se comulgaba, refiero
De la manera con que se hacen los ágapes en vuestras la institución de la adorable Eucarislía, á fin de que esto
reuniones, decia el Apóstol escribiendo á los corintios,sin les mueva á acercarse á ella con respeto y con las disposi-
unión y sin caridad, no es imitar aquella cena del Señor, ciones que pide el mas augusto de todos los sacramentos,
a l ü n de la que instiluyó el sacramento de la Eucarislía. y el mas tremendo'de lodos los misterios. Del Señor mismo,
«Comer la cena del Señor,» no significa aquí recibir el dice, Ife aprendido lo que os he enseñado yo también, y
cuerpo y la sangre de Jesucristo, sino hacer una comida que os vuelvo á decir aquí, para que no lo perdáis nunca
en memoria y á imitación de la cena que hizo Jesucristo de la memoria. Las palabras « d e lo que os he enseñado
antes de la institución del Sacramento. San Crisóstomo yo también, » demueslran claramente que los apóstoles
cree que la comunión precedía á los á g a p e s ; pero según ensenaban muchas eos is en parlícular á los fieles sobro
san Agustín los á g a p e s precedían á la comunión; y esle la religión, que no todas han sido escritas, y que las sabe-
último parecer, á lo ménus con respecloá los corintios, pa- mos de ellos solo por tradición. No es, pues, de los hombres,
rece mas conforme al texto del Apóstol. Ciertamente, el a ñ a d e , ni aun de los otros apóstoles, de quienes sé yo lo
abuso que la Iglesia particular de Corinlo hacia de esta que os he enseñado locante á este artículo importante de
práctica en el tiempo mismo de los apóstoles, demuestra nuestra fé. El mismo Jesucristo es el que me ha revelado,
bastante la razón con que la ha variado la Iglesia univer- que la misma noche en que debia ser entregado á la
sal. San Agustín testifica que el uso decomulgar el Jueves muerte, después de haber lavado los piés á sus apóstoles,
santo después de haber comido, era común en África y en para que entendiésemos con q u é pureza y con q u é ino-
Egiplo, á ejemplo de Jesucristo q u é instiluyó esle saci a- cencia debemos acercarnos á la santa mesa, lomo el pan,
menle después de la cena de la Pascua. Con lodo eso nota y dando gracias á Dios su Padre por el milagro perma-
el mismo Padre que el uso universal de toda la Iglesia en nente que iba á obrar, á la manera que lo había hecho
su tiempo era el comulgar en ayunas. Es evidente, dice cuando quiso resucitar á Lázaro, partió el pan y d i j o :
el santo Doclor, que la primera de todas las comuniones «Tomad y comed ; esto es mi cuerpo, que será entregado
del cuerpo y de la sangre de Jesucristo no se hizo en a y u - por vosotros: » como si dijera, eslo es realmente el m i s -
nas por los apóstoles. No por esto empero debe criticarse mo cuerpo que va á ser entregado por vosotros á la muer-
la práctica santa de la Iglesia, que quiere y ordena que te, y que debe espirar en la cruz de aquí á algunas horas.
no se comulgue sino en ayunas. Es el Espíritu Santo elquo Tomando en seguida el vino en un cáliz, dijo : « Este
quiere que por respeto á un tan grande y augusto Sacra- cáliz es el Testamento nuevo por mi sangre; esto es, por
mento, los que comulgan no hayan lomado nada todavía esta sangre por la cual establezco la nueva alianza con los
cuando comulgan; tal es el uso de la Iglesia en todas par- hombres. Del mismo modo que la anligua alianza fué
tes. confirmada por la sangre de los becerros y de los toros,
San Pablo reprende, pues, á los corintíes por el modo así la nueva ha sido sellada por la sangre del Salvador.
lan poco religioso y aun escandaloso conque ejercitaban Ninguna alianza solemne se hacia en el antiguo Testamento
una práctica tan santa de piedad. Deja ya de ser una co- sin efusión de sangre y sin sacrificio; asi Jesucristo quiero
mida de earidad, les Uicc el Apóstol, cuando cada unoco- que la alianza que hace cou-el pueblo nuevo, esté c í m e n -
SANTO. 321
íada en su propia sangre. Cuantas veces hiciereis esto, Jesucristo, dice san Juan, hacia la tarde á Jerusalen, ce-
añade el Salvüdor , boBtdlo en memoria de mf. Como si lebró la cena con sus apóstoles, según la ley lo prescribia.
nos dijera, haced eslo, y acordaos que todas las veces Dislínguense como dos cenas en esta ceremonia legal :
que lo hiciereis, haréis realmente lo mismo que yo acnbo la primera, en la que no se servia mas que el cordero
de hacer ; las mismas maravillas, los mismos milagros, pascual, el que debia comerse con las ceremonias pres-
la misma víclima ; puesto que la sustancia del pan y del critas por la ley; y la segunda, que era una cena o r d i -
vino se destruirá, y nada quedará de ella, sino la aparien- naria, en la cual en razón de no ser suficiente por lo
cia del uno y del otro, y bajo de esta apariencia subsis- común un cordero pascual para satisfacer una familia
tirá esle mismo cuerpo que va á ser inmolado, y esta mis- enlera, era permitido servir y comer lo que sequeria.
ma sangre que va á ser derramada por la remisión de los Fué, pues, acabada la cena legal, cuando sabiendo Jesu-
pecados. Después de haber referido san Pablo la inslitu- cristo que habia llegado su tiempo de pasar de este m u n -
cion de este adorable misterio escita en los corintios refle- do á su Padre, quiso darnos al fin de su vida temporal
xiones saludables, y al mismo tiempo les da lecciones una señal de su amor que sobrepujó á todas las que nos
ioiporíanles. Tened présenle, les dice, que cuanlás veces habia dado hasta entonces. En efecto, después de haber
comiereis de este pan, y bebiereis de esle cáliz, anuncia- celebrado la cena legal, se levantó Jesucristo solo de la
reis la muerte del Señor, basta que el venga. No diferen- mesa, y habiéndose quitado el manto, tomó un lienzo con
ciándose el sacrificio incruento de Jesucristo sobre nuestros el que se ciñó : echó en seguida agua en una palancana,
altares, del sacrificio sangriento del mismo Salvador so- y comenzó á lavar los piés á sus discípulos y enjugárselos
bre el Calvario, mas queenla manera, debe despertaren con el lienzo con que estaba ceñido, después de lo cual se
el espíritu de los que participan de él la memoria de la volvió á poner á la mesa para la cena ordinaria; al fin de
muerte de Jesucrislo. Por eslas palabras, « basta que él la que fué también cuando instituyó el Sacramento de la
venga » nos quiere decir san Pablo que el sacramento deí Eucaristía y el sacerdocio de la nueva ley. Dice el Evan-
aliar d u r a r á basta el fin del mundo. Nótese también que gelista que cuando el Salvador llegó á san Pedro para
el Apóstol dice : « Cuantas veces comiereis este pan ; » lavarlelos piés, absorto el Apóstol al v e r t í sus piés á su
pero no dice, y que bebiereis de esle vino, sino «que be- divino Maestro, le dijo con su acostumbrada ingenuidad :
biereis de esle cáliz; » porque en efecto después de h ¡ Qué es esto, S e ñ o r ! ¿ vos me habéis de lavar los piés á
consagración no hay ya vino en el cáliz, sino sangre, y si mí que soy un hombre miserable, indigno de estar en el
llama siempre al cuerpo de Jesucristo pan, es porque el número de vuestros discípulos?
Salvador se ha llamado á sí mismo pan vivo, y pan de Nó, divino Maestro mió, no lo consentiré j a m á s . No
vida: «Yo soy el pan vivo.» (Joan. 6.) El que come este desagradó al Salvador el ver en él estos sentimientos do
pan, dice en otra parle, vivirá eternamente. humildad; mas le dijo que esta ceremonia era un misterio
De todo lo que acabo de decir, continúa el sanio Após- que él no comprendía entonces, w bien en adelante lo
tol, es fácil comprender, q u é crimen es, y q u é horrible comprenderla; y que si no se dejaba lavar los piés no ten-
sacrilegio el recibir en pecado la Eucaristía. ¿ Q u i é n no dría parle en su reino. Espantóle esta amenaza, y le obligó
ve que cualquiera que come de este pan, ó bebe de este á esclamar: Si no basla lavarme los p i é s , estoy pronto á
cáliz indignamente , es tan criminal como si hubiese dejarme lavar las manos y la cabeza. Jesucristo, dicen los
muerto á Jesucristo, y hubiese derramado su sangre? No Padres, quería dar á entender á san Pedro y á todos sus
dice san Pablo, el que comiere de este pan, y bebiere de discípulos con qué pureza áe debe llegar al misterio de la
este cáliz, sino el que comiere de este pan, ó bebiere de Eucaristía, lo cual comprendió bien el Apóstol cuando Je-
este cáliz, para dar á entender que es permitido comul- sucrislo instituyó el Sacramento. Muchos creen (pie el l a -
gar bajo de una sola especie, como después lo ha decla- vatorio de los piés era la figura del sacramento de la Pe-
rado la Iglesia. Examínese, pues, á fondo el hombre á sí nitencia, y esto era lo que san Pedro no comprendía e n -
mismo antes de acercarse á la sagrada mesa, y si se en- tonces. Respondiendo el Dijo do Dios á lo que el Apósto]
cuéntra reo de algún pecado mortal, por mas contrición le habia dicho, esloes, que estaba pronto á dejarse lavar
que presuma tener, recurra al sacramento de la Penitencia las manos y la cabeza : El que sale del baño, le dijo, no
ánles de comulgar. Esto es lo que el sanio concilio de licne necesidad de lavarse mas que los piés, para limpiar
Trenfo ha definido, ftmdado en la práctica antigua de la el polvo que haya podido tomar caminando; por esto
Iglesia desde su establecimiento, y en el leslimonio cons- vosotros estáis limpios, aunque nó lodos: indicando por
tante de los santos Padres en todos los siglos. Añade san esta espresion que lodos los apóstoles, á escepcion de Ju-
Pablo, que n o e s t r a ñ a que haya entre ellos lanías enfer- das, estaban libres de lodo pecado grave, y que solo t e -
medades y tantas muertes repentinas, las cuales son m u - nían necesidad de ser purificados de sus imperfecciones y
chas veces el castigo de las comuniones sacrilegas. Si de algunos pecados lijeros. Es á la verdad un espectáculo
nosotros nos juzgamos á nosotros mismos sin misericordia, muy tierno, y un acto de humildad que admira, el ver á
no seremos juzgados; esto es, no seremos castigados de Jesucristo á los piés de Judas ; pero Judas insensible viendo
este modo, como profanadores de la sangre de Jesu- á Jesucrislo á sus piés, es un ejemplo que debe hacer t e m -
crisle. blar. Después que el Salvador hubo lavado los piés y vuel-
El Evangelio de la misa de estedia no contiene mas to á lomar su manto, se puso á la mesa, y les dijo: ¿ C o m -
que la ceremonia del lavatorio de los piés, que según prendéis bien lo que acabo de hacer con vosotros? Voso-
^os intérpretes fué una preparación para la comunión. tros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo
El primer dia de los Azimos, esto es, de los panes sin soy. Si pues yo, siendo Señor y Maestro, os he lavado los
'evadura, en el cual debia inmolarse el Cordero Pascual piés, ¿ o s costará á vosotros trabajo el humillaros mulua-
(«ste dia comenzaba al ponerse el sol), habiendo venido menlc, y ambicionareis, como lo hacéis, los primeros

TOMO I V . 41
322 JUEYES
puestos? No haya, pues, ya entre vosotros disputas por el TANTLM Eneo SACRA- Demos pues á TAN AITO SA-
IJiimor lugar; sírvaos de lección eOcaz el ejemplo que MENTUM CRAMENTO
acabo de daros, y acordaos de lo que tantas veces os he Yeneremur cernui : Culto y adoración todos r e n -
dicho, qu3 cualquiera que se humilla será exaltado. Et antiquumdocumentum didos,
La Iglesia para honrar hoy la institución de la Eucaristía Novo cedal r i l u i : Y ceda ya el antiguo docu-
y la del Sacerdocio, quiere que, á ejemplo de Jesucristo, Praístet fides supplemen- mento
soberano Pastor, oomulguen lodos los sacerdotes en la m i - lum A los ritos de nuevo inslitui-
sa, de mano de su prelado ó de su cura, y los superiores Sensuum defectui. dos:
de mano de'su superior. Esta comunión siempre es solem- Constante nuestra fé d é suple-
ne. No se da paz en la misa de estedia, á causa de que en mento
él ñió en el que Judas entregó á Jesucristo por uu beso Al defecto de luz de los senti-
sacrilego, dos.
Genitori Genitoque Al Padre con el Dijo sea
m m DE SANTO TOMÁS DE AQÜINO. Laus etjubilatio; dado
Salus, honor, virlus quo- Júbilo, aplauso y gloria eter-
Pange lingua gloriosi Cante la voz del cuerpo g l o - quo, namente;
Corporis mysterium, rioso Sil et benedictio : Salud, virtud y honor iuler-
Siinguinisquc. pretiosi. El misterio sublime y elevado Procedenliab utroquo minado;
Quera in rnundi pretium, Y de la sangre escelsa que , Coinparsillaudatio. Amen. Bendición y alabanza reveren-
ErucUis ventris generosi, amoroso, te :
Rexeffuditgcniium. En rescate del mundo ha der- Y al Espíritu, de ambos aspi-
ramado, rado,
Siendo fruto de un vientre ge- Sea gloria y loor no diferente
neroso Amen.
El Rey de todo el orbe, mas
sagrado. •La oración de la misa de este dia es como sigue:
Nobis datus, nobis o a - Dado para nosotros y na-
tus ciendo Deus , a quo et Judas 5 Oh Dios! de quien Judas
Ex intacta Virgino, De una Virgen intacta y reca- reatus sui pvenam, el con- ha recibido el castigo de su
Et ¡n mundo conversatus, lada, fessionis suce lalro prce- pecado, y el ladrón el premio
Sparso verbi semine, Conversando en el mundo y mium sumpsit : concede de su confesión, haced que
Suí moras incolatus esparciendo nolis luce propitialionis nosotros esperimenlemos el
Miro clausit ordine. La semilla verbal mas acen- elfectum : ut sicul i n pas- efecto de vuestra misericordia;
drada, sione sua Jesús Chrisíus para que así como nuestro Se-
Con órden admirable y estu- Dominus nosler diversa ñor Jesucristo ha tratado en
pendo utriusque intulil slipendia su pasión al uno y al otro se-
El tiempo concluyó de su mo- merüorum ; i t a nobis, g ú n su m é r i t o , así también
rada. oblato veluslalis errore, destruido lo que hay en noso-
In supromae nocte coo- En la noche sagrada de la resurrectionis suwgraliam tros del hombre viejo, nos dó
nje Cena, largiatur. Qui tecum v i ~ parle en su resurrección g l o -
Recumbens cum fratri- Sentándose á cenar con sus vit... riosa, el que siendo Dios vive
bus, hermanos, y reina, etc.
Obsérvala lege plene Observada la ley en que se
La Epístola está tomada de la primera carta del apóstol
Cibis in legalibus, ordena
san Pablo á los cristianos de Corinto, cap. y / .
Cihum turbo) duodena) La comida legal á los Ancia-
Se dat suis manibus. nos, Fralres : Convenienti- Hermanos mios : Del modo
A si mismo en manjar á la do- bus vobis i n m u m , j a m que se verifican vuestras j u n -
cena non est Dominicam cwnam tas, no es ya comer la cena
De Apóstoles se entrega con manducare. Unusquisque del Señor. Porque cada uno
sus manos. enim suam camam p m s u - se pone desde luego á comer
Verbum Caro, panem De nuestra carne el Yerbo mit ad manducandum. E t lo que tiene para cenar, do
verum, revestido alius quidem esuril, alius tal manera que mientras uno
Yerbo carnem eflicit; Uace con solo haberlo pro- autem ebrias esl. N u m - se muere de hambre, otro se
Fitque Sanguis Christi , nunciado, quíd domos non habetis entrega á la glotonería. ¿Aca-
merum, Que el pan sea en su carne ad manducandum et b i - so para hacer esto, no tenéis
El si sensus déficit convertido, bendum? A u l Ealesiam casas donde comer y beber, ó
Ad firmandum cor s i n - Y el vino en su propia sangre Dei coniemnüis,et confun- despreciáis la Iglesia de Dios ,
cerum. trasformado; düis eos qui non habent? y pretendéis avergonzar en
Sola fides sufficil. Y si á desfallecer llega el sen- Quid dicam vobis ? Laudo ella á los que nada tienen?
tido. vos? I n hoc non laudo. ¿ Que queréis que os diga ?
Con la fe el corazón es con^ Ego enim accepi a Domi- ¿Qué os alabe? Nó por cierto,
firmado. no, quod el tradidi vobis, en esto no os alabo. Porque yo
SANTO. 323
(¡fuouírtm Domims J e s ú s ,
be aprendido del Señor loque los ardores divinos que debo producir necesariamente la
in (¡na nocte iradebatur, Umibien os be enseñado, eslo vianda celestial con que se alimentan? ¡ Qué paradoja tan
accepil panem, el gratias es, que el Señor Jesns en la eslraña I Llévase el fuego en el seno, y no se sienten ios
rotaba, noche en que fué e n -
agcns [regil, ct d m í : A c - ardores; y alimentándose con este fuego divino, aun se
cipite, el mandúcale : hoc tregado, lomó el pan, y dan- permanece todo hielo. Toca solamente con su mano Jesu-
csl corpus m e m t , quod do gracias lo partió y dijo : cristo á un enfermo y le cura; la mujer que había tocad J
pro vobis tradelnr : hoc Tomad y comed , esto es mi la fimbria de su vestidura recobra inmediatamente la sa-
facile hxmcam commemo- cuerpo , que será entregado l u d ; no me sorprende; me sorprendeiia mucho mas si es-
rationem. Simililer el ca- por vosotros : haced esto en te solo contacto no hubiese obrado al punto el milagro.
Hcem , postquam «znavit, memoria de mí. Del mismo En efecto, ¿ q u é asombro , q u é sorpresa no hubiera cau-
dicens : Uic calix novum modo, después de cenar, l o - sado si cuando el Uijo de Dios tocó solamente el féretro
lestamcntum esl i n meo mó el cáliz y dijo : Este cáliz donde estaba el jóven muerto que llevaban á enlei rar, no
sanguine, Hoc facile, qtio- es el Testamento nuevo por mi hubiese resucitado el muerto , y si la mujer que bahía
liesmmque bibelis, i n sangre; cuantas veces bebie- tocado la fimbria de su vestido no hubiese sido carada ?
meam commcmoralionem. reis de él, hacedlo en memo- y ¿ h a y ménos motivo para admiramos al ver que la ma-
Qmtiescumque enim man- ria de mí. Porque cuantas ve- yor parte de los que se acercan con frecuencia á nuestros
ducabüis panem hiuic, et ces comiereis de este pan y sagrados misterios, que tantos sacerdotes qno todos los
mlicem bibelis , morlem bebiereis de este cáliz, anun- dias tienen esta divina víctima en sus manos , y que so
Domini onnunliabitis do- ciareis la muerte del S e ñ o r , alimentan con ella , sean siempre los mismos , eslo es,
ñee venial. Raque q u i - basta que él venga; y así cual- siempre imperfectos, siempre tan enfermos espiritualmen-
eumque manducaveril p a - quiera que comiere de este te, siempre tan indevotos, tan groseramente imperfectos,
nem hwnc, vcl biberit cali-' pan ó bebiere deeste cáliz i n - puede ser también tan viciosos, y no pocas veces aun
dignamente, será reo del cuer- mas indignos cada dia de acercarse al aliar y á la sagra-
cem Domini indigne, rcus
po y la sangre de Jesucristo. da mesa? No es la fimbria dol vestido d e l Salvador lo que
erit corporis el sanguinis
Examínese, pues, á fondo el
Domini. Probet aulem ahora tenemos la dicha de locar, es el cuerpo y In san-
hombre á si mismo, y después
seipsum homo : el sic de gre de Jesucristo lo que tenemos entre las manos, lo que
de hacerlo asi coma de este
pane illo edat, el de cálice se recibe, lo que se come; ¿ y permanecemos tan l á n -
pan, y beba de este cáliz;
hibal. Qai enim manducat guidos , tan enfermos, cada dia mas indevotos , mas i r r e -
poique el que como y bebe
el bibil indigne, judicium ligiosos, como si j a m á s le hubiésemos locado? ¿ C o m p r e n -
indignamente, come y bebe
sibi munducal et bibil non demos esta paradoja? ¿ q u é pasión hemos vencido des-
su propia condenación, por no
dijidUninscorpus Domini. pués de tantas comuniones? ¿ q u é vicio hemos corregido?
disiingiiir el cuerpo del Se-
Ideo inler vos mulli infir- ¿ q u é virtud hemos adquirido? Una sola comunión pueda
ñor : por eso hay muchos d é -
m i , el imbecilles, et dor- ser bastante para hacer un santo; nosotros podemos con-
biles y enfermos entre voso-
miunl muid. Quod si nos- tar un número considerable de ellas , y somos lan c o l é -
tros , y mueren muchos. Si
tnetipsos dijudicaremus, ricos, tan ambiciosos, lan avaros, tan murmuradores, lan
nosotros nos juzgamos á noso-
non ulique judicaremur. indevotos; acaso mas perversos que lo que éramos ánfes
tros mismos, sin duda no se-
immjudicamur aulem, a que hubiésemos tenido la forlona de recihir este divino
remos juzgados ; pues al mis-
Domino corripimur, MÍ alimento. Esta reflexión debe espantar á todo aquel (¡no
mo tiempo que do este modo
nou cum hoc mundo dam- tenga religión; y por desgracia hay demasiado fundamen-
nos juzgamos, nos corrige el
nemur. lo para hacerla. En efecto , ¿ q u é puede sernos saludable
Señor para que no seamos
condenados con el mundo. si el cuerpo y la sangre preciosa de Jesucristo no nos sir-
En las juntas de los primeros cristianos, después de la ven ya de nada? ¿ q u é otro remedio podrá sernos eficaz,
lectura de los libros santos y de la oración, se ofrecía el si este es inútil? ¡Buen Dios! ¡ quó pasmo para un sacer-
divino sacriücio y todo el mundo comulgaba : en seguida dote poco devoto , para una persona religiosa poco regu-
se hacia en común la comida de caridad que los griegos l a r , cuando llegue un dia en que manifestándose está ter-
llamaban «Agapes.» San Agustín ha creido que «Cena rible verdad á través de todas sus imperfecciones, se mos-
del Señor» en este pasaje, significa la cena Eucarisiica trare con todas sus consecuencias 1 No se piensa en una
lomada en rigor. verdad tan espantosa; ¿ y en q u é es en lo que se piensa ?
la inapetencia que tenemos de este divino alimento ¿ i n -
dica mucha salud? y la languidez , la flaqueza y fas en-
liEFLEXIOXES. fermedades acompañadas do tantas r e c a í d a s , después do
«Por esto hay muchos débiles y enfermos,, y mueren tantas comuniones, ¿ n o nos presagian una muerte p r ó -
muchos.» No hay, en efecto, cosa mas admirable que el xima? ¿ y estamos tranquilos? ¿ y no pensamos en ello?
ver tantos enfermos espirituales, y aun muertos, entre los ¿ q u i é n nos asegura? v a l d r í a , pues, mas alejarse del
que tienen la dicha de comulgar á menudo, i Qué de altar y de la comunión si ella debe sernos lan dañosa.
gentes se alimentan del cuerpo y la sangre de Jesucristo! Miserable raciocinio, error grosero. Se trata de dejar, ó
¿ Uubo j a m á s un alimento mas saludable, ni un remedio los vicios, los hábitos criminales , los defectos, las imper-
mas eficaz para lodo género de males? ¿ d ó n d e están las fecciones , ó el cuerpo y la sangre del mismo Jesucristo,
curaciones? Aquí está el pan de los fuertes: ¿ d ó n d e están y se concluye que vale mas alejarse de Jesucnslo, que
las almas generosas, terror de Ies enemigos do su salud; dejar los malos hábitos y la indevoción. Midilemos bien
aquellas almas que cuentan el número de sus victorias por no solo la impiedad, sino también el ridículo dé lan sa-
el de sus combates? ¿Dónde están las almas abrasadas en crilega preferencia.
324 JUEVES
vos faciaíis. fin de que vosotros hagáis lo
E l Evangelio de la misa es tomado del de san Juan, en el mismo que yo he hecho con
cap. 13. vosotros.

Ante diem festum Pas- Antes de la üesla de Pas- MEDITACION.


chce, sciens Jesús quia venil cua, sabit'ndo Jesús qne habia
Sobre la institución del Santisimo Sacramento.
hora ejus, u l transeat ex llegado su tiempo para pasar
hoc mando ad l'atrem ,* de esle mundo al Padre, como PUNTO PRIMERO. — Considera que en todos los misterios
a m dilcxisset suos, qui hubiese amado á los suyos aparece el amor inmenso que Dios nos ha leriklo; pero
erant m inundo, i n finem que estaban en el mundo, los puede decirse que la institución del Santísimo Sacramento
dilexil eos. E l ccena [acta, a m ó hasta el Gn, y después de es el milagro y la obra maestra de su amor, y como el
cum diabolus j a m misisscl la cena, habiendo el demonio compendio de lodos los demás misterios; sea que se con-
i n cor, wt traderet eum inspirado á Judas, hijo de S i - sidere el motivo que Jesucristo ha tenido para instituir el
Judas Simonis Iscariotes: món Iscariote, qne le entre- Sanlísimo Sacramento, sea que se atienda á todas las eir-
sciens quia omnia dedil ei gase, sabiendo que su Padre cunslancins que concurren en esta institución, lodo nos
Paler i n manus, el quia lo liabia puesto lodo en sus maniBesta un amor incomprensible, lodo nos da á conocer
á Dea exivit, et ad Deum manos, que habia venido de el esceso increíble de su amor. Este amor apareció escesivo
v a d ü : surgil a ccena, et Dios, y que volvia á Dios, se en el misterio de la Encarnación, en el cual el Verbo so
ponil veslimenta sua : ei levantó de la mesa, dejó sus unió hipostálicamenle á la naturaleza liumana; en la E u -
cum accepisset ñ n t e u m , vestidos, y lomó un lienzo con caiistia el mismo Verbo que se ha unido á la humanidad
p m c i n x i l se. Dcindemiitit quo se ciñó. Después puso santa, se une verdadera y realmente á cada hombre en
aquam i n pelviin, el e x - agua en una palancana , y particular. Apareció inefable esle amor en su nacimiento
pit lavare pedes discipuh' comenzó á lavar los piés de en un establo : i q u é cuna para un niño que es Dios ! en
r u ú , et extergere Huleo, sus discípulos , y limpiarlos la Eucaristía esle hombre-Dios se abale, se anonada bajo
quo eral proecinclus. Ye- con el lienzo con que estaba las especies de pan y de vino, en un espacio cuasi i n d i v i -
nit ergo ad Simonem Pe- ceñido. Llegó, pues, á Simón sible, y lodo esto para satisfacer el amor inmenso que nos
trum. Et dicil ei Petras: Pedro, pero Pedro le d i j o : tiene. Su vida pobre, humillada, oscura por espacio do
Domine , tu mild lavas ¿Tú, Señor, me lavas á mí los treinta años, es un misterio admirable; p e r o ¿ qué misterio
pedes? Itespondil Jesús, el p i é s ? Respondióle Jesús, y le mas admirable que Jesucristo sobrenuestros altaros, hasta
dixit ei : Quod ego fació, dijo : Lo que yo bago no lo el fin de los siglos, en el estado mas humillado, el mas os-
tu nescis modo, scies au~ comprendes tú ahora ; pero lo curo que pudo imaginai1 j a m á s hombre alguno? Piérdese
tem postea. Dicit ei Pe- c o m p r e n d e r á s después. No y se confunde el entendimiento en la escena trágica de la
tras : iVon lavabis mihi permitiré, Señor, j a m á s le d i - pasión del Salvador ; su muerte es un misterio verdade-
pedes i n (elermm. Res- jo Pedro, quo me lavéis los ramente incomprensible; ¿ p u e d e un Dios omnipotente dar
pondit ei Jesús : Si non la- p i é s . Si no lo lavo, le repuso una señal mas maravillosa de su amor á nosotros? Pues
vero le, non habebis p a r - Jesús, no tendrás parte con- porque no puede al parcoer dar una señal mas grande de
tein mecum. Dicil ei Simón migo. Entonces Simón Pedro su amor á nosotros, quiere que esle prodigio que no se ha
Petras : Domine, non tan- le dijo : S e ñ o r , lavadme, no obrado mas que una vez sobre el Calvario, so perpetúe
tam pedes meos, sed et solo los piés, sino también las sobre nuestros altares en la adorable Eucaristía, y todo
manus, el caput. Dicit ei manos y la cabeza . Díjole Je- esto por satisfacer el amor estremo que nos tiene. Pero
Jesús : Qui lolus esl, non sús : El que sale del baño no ¿ cuál es el motivo, y cuál el ñn de la institución de este
indigel nisi u l pedes lavet, tiene necesidad de lavarse mas misterio? El motivo es satisfacer el deseo inmenso c i n -
ied est mandas totas. Et que los piés, porque con esto comprensible que tiene de darse á sí mismo lodo á noso-
vos mundi eslis, sed non queda enteramente limpio ; asi tros, y de la manera mas íntima. Diriase que tieoe on nada
omnes. Sciebal enim quis- que vosotros osláis limpios , lodos los bienes que nos ha dado, lodos los benelicios do
nam essel qui traderet aunque no lodos. Sübia bien que nos ha colmado, si no se. diese todavía á sí mismo; y
eim : proplerea dixit : quién era el que debía entre- lo hace haciéndose nueslro alimento : y nos hacemos en
Non estis mundi omnes. garle, y por esto dijo : No l o - verdad muy ricos, pueslo que, como dice san Agustín,
Poslquam ergo l a ú t pedes dos estáis limpios. Luego, Dios se hace una posesión nueslra. Verdad es que el fiel
eorum, et accepil vesli- pues, que les hubo lavado los posee á Jesucristo por la fé, en el idioma de san Pablo ;
menta sua; cum recubuis- piés, y volvió á lomar sus ves- pero esta no es mas que una posesión de conocimiento, y
sel ilerum, dixit e i s : Sci- tidos, se puso olía vez á la de un conocimiento muy oscuro. El justo le posee por la
tis quid fecerim vobis? Vos mesa, y Ies dijo : ¿Compren- caridad ; pero es una posesión que se hace por la confor-
vocalis me, Magisler et déis lo que he hecho con voso- midad d é l a s voluntades, y rió por la unión de las sustan-
Domine : et bene d i á l i s : tros? (Guando me habíais) me cias. M á s e n l a coimmion poseemos á Jesucristo por una
sum elenim. Si ergo ego llamáis Maestro y Sefior, y posesión muy íntima, muy verdadera, muy real; le po-
lavi pedes veslros, Domi- decís bien, porque lo soy. Si, seemos con un dominio lan absoluto, que no podríamos
nas el Magisler, el vos pues, yo siendo S c ñ o r y Maes- poseerle mas absolnlamente Jesucristo en la Eucaristía es
debelis alter allerius lava- tro, os he lavado los pies, nueslro propio haber; es al mismo tiempo nuestro a l i -
re pedes. Exemplum enim también vosotros debéis lava- mento, nuestro médico y nuestro remedio, nuestra guia,
dedi vobis, ut quemadmo- ros los piés los unos á los otros. nuestro viático, nueslro Uedenlor, y el precio de nueslro
dum ego feci vobis, tía el Porque os he dado ejemplo, á rescate. El ün que se propone es que seamos todos suyos,
SANTO. 325
que no amemos mas que á él, que en él hallemos nuestro no nos apresuramos & hacerle la córte, á indemnizarle en
consuelo en las adversidades, nuestra fortaleza en las alguna manera con nuestras adoraciones,con nuestro res-
mayores tentaciones, nuestro valor en los combates con pelo, con nuestra devoción, de lodas las ignominias que
el enemigo de nuestra salud, nuestra patria en este lugar ha sufrido durante su pasión, y desde la institución de
de destierro, nuestro camino en el viaje que hacemos, y este adorable misterio?
la verdad que debemos escuchar y que debemos seguir. He aquí, Seflor, lo que de hoy en adelante será el m o -
David llama á este divino alimento, el compendio de las tivo de mi confusión, de mi senlimienio y de mis lágrima?;
maravillas del S e ñ o r ; san Agustín, el término de la o m - y yo espero con el auxilio de vuestra gracia reparar con
miiolencia de Dios; santo Tomás, el mayor de lodos los mi amor y con mi culto mis irreverencias pasadas y tul
milagros, y la reunión de todas las maravillas. Dios solo olvido.
que las hace, puede comprenderlas, nosolros no podemos JACLLATOKUS.—Yo os tengo realmente presente en la
masque admirarlas, y amar al que las hace. Eucarislia, ¡ ó Dios de mi corazón ! Nada tengo ya que
PCMO SEGUNDO.— Considera que no hay cosa que así desear ni en el cielo ni en la tierra. (Ps. 72.)
Ofrezca una alta idea del esceso del amor que hace obrar Vos habéis cuidado de prepararme un alimento contra
á Jesucristo todos estos milagros en la ¡nslilucion de la lodos los esfuerzos de mis enemigos. (Ps. 32.)
Eucaristía, que la circunstancia en que los hace la víspera
de su pasión y de su muerte. Hace propiamente aquí su PROPÓSITOS.
lestamenlo, por el cual nos deja en herencia su cuerpo, 1 Puede decirse que la Iglesia no nos propone hoy
su sangre, su alma, su divinidad, se deja lodo á sí mismo; otra cosa que el amor eslraordinario que Jesucristo nos
si huhiese tenido alguna cosa mejor y mas preciosa, tam- testifica en la Enoarislía, y las ignominias que ha sufrido
bién nos la Inibiera dado. Nos da este don inestimable a l - desde la institución maravillosa de este adorable sacra-
gunas horas antes de su muerte, esto es, teniendo presen- mento; ya de parte de los judíos en todo el curso de su
tes en su imaginación todos los tormentos que los hombres pasión que comenzó inmediatamente después; ya de parlo
lo preparaban ; todos los oprobios con que hahian de d é l o s malos cristianos por sus irreverencias y sus comu-
hartarle dentro de pocas horas; lodos los ¡nstrumenios de niones sacrilegas. La solemnidad y la celebridad pomposa
su pasión, azotes, espinas, cruz, ignominias, dolores, su- de la feslividad de este gran misterio eslá reservada h
frimientos, la muerte, en fin, en una cruz. Y á la vista de otro tiempo. Entrad, pues, en el espíi itu de la Iglesia, no
lodos estos tormentos instituye Jesucristo el sacramento omitiendo nada para reconocer este amor, y para reparar,
de la Eucaristía; es decir, el milagro mas incomprensible ciianloos sea posible, con vuestra devoción todos estos
de su omnipotencia, de su bondad y de su amor. ¿ P u e d e sacrilegios y lodas estas profanaciones. Comulgad hoy
concebir el entendimiento humano este prodigio? pero ¿ y con nuevo fervoren acción de gracias por la institución de
no seria otro aun mas incomprensible, si el corazón del este adorable misterio, y por la concesión de un beneficio
hombre por quien se ha obrado este prodigio, negase á tan insigne.
Jesucristo su reconoeiiuienlo y su amor? Pero ¿podría 2 La visita de las iglesias, a d e m á s de este primer mo-
suceder que el Salvador ignorase el poco reconocimiento tivo, debe dirigirse á reparar lanías indignidades y tantas
con que los hombi es corresponderían á un beneílcio tan irrevei encías cometidas. Propiamente estas visitas son
insigne ? De ningún modo. Todo le era conocido : entonces una pública satisfacción que damos á Jesucristo en el San-
mismo estaban presentes á s u espíritu todos los desprecios, tísimo Sacramento. Evitad un delecto (pie es muy común
lodos los sacrilegios, todas las irreverencias, lodas las en un acto de religión tan importante: guardaos bien do
profanaciones horribles que se cometerian contra su sa- hacer estas visitas con un espíritu disipado y del lodo
grado cuerpo. Tenia delante d e s ú s ojos los horribles es- mundano, 'que nada llene de religioso mas que la cos-
cesos á que se arrojaría contra este divino Sacramento la tumbre. Yisitad las iglesias en silencio; sea vuestra m o -
malignidad diabólica de los herejes; todas las comuniones destia una prueba de vuestra piedad, y vuestra devoción
indignas de laníos malos crislianos; todas las sacrilegas la de vuestra fé. Entrad en las iglesias con los ojos bajos,
irreverencias que se cometerían en nuestras iglesias. A como un vasallo que habiendo fallado al respeto á su
pesar de esta muliiiud espantosa de ultrajes, de impiedad, príncipe, va á pedirle perdón, y reparar su falla con su
de irreligión, Jesucristo inslituye este misterio de amor Inmiillacion y su respeto. Deteneos algún tiempo en cada
que debía serla memoria continua de su pasión, y que iglesia considerando lo que Jesucristo ha padecido durante
por la malicia de los hombres debía renovar, por decirlo su pasión, y lo que padece todavía de parte de los herejes
así, todas las ignominias de ella. ¿ Comprendemos bien y de los malos cristianos en la Eucarislia. Pensad cuánlas
el escoso del amor infinito que el Salvador nos testifica en irreverencias, profanaciones y sacrilegios se han cometido
la Eucaristía ? Pero ¿ podemos tampoco comprender el en la iglesia en donde os halláis : esta misma consideración
esceso de nuestra ingratitud hacia este amable Salvador? debe obligaros á permonecer mas tiempo en aquella
Jesucristo no tiene necesidad de los hombres, y sin em- iglesia en que vosotros mismos habéis fallado mas veces
bargo es lanío lo que los ama, que le parece nada el que- al respeto, y en vuestra parroquia. Acompañad estas r e -
darse encerrado por ellos en una hostia hasta el fin de los fleMoties con un verdadero senlimienio y un arrepenli-
s'8los: tanto aprecia el placer que tiene de estar con ellos. miento vivo; ¡con cuánta razón podría regarse con lágrimas
Los hombres por el contrario no pueden pasarse sin Jesu- el pavimento de las iglesias 1 En el camino empleaos en
Cristo, y sin embargo le aman tan poco, que tienen por meditar los ultrajes que sufrió el Salvador, cuando fué
^ d a esla maravilla; tan poco caso hacen de. la dicha que llevado por las calles de Jerusalen en medio de la gritona
,ltínen de tener continuamente á Jesucristo en su compañía, del pueblo. Después de haber visitado todas las iglesias
^sucrislo habila corporalmcnlc con uosolros, ¿y nosolros que pudiereis, pasad cuanto mas os sea posible de la nochü-
326 , VIERNES
en la iglesia en donde debéis ecr enterrados, y allf dilatad probando el antiguo, Mámase esle día Parasceve, palabra
vuestro corazón en la presencia de Jesucristo, detestando griega que significa preparación, en razón de (pie en este
vuestras indevociones y todas vuestras irreverencias en día preparaban los judíos todo lo necesario para celebrar
el lugar santo. Dispensa Dios en este dia grandes favores el sábado. Entre los griegos, se líamnba el Viernes santo
á lodos los que desempeñan con fidelidad y con fervor la Pascua « Slanrossima,» eslo es, de Jesús crucificado, y
todas estas prácticas de piedad tan interesantes. el domingo siguiente Pascua « Anaslassima,» es decir, de
Jesús resucitado. La festividad de esle dia ha sido s i m 1 -
VIERNES SANTO. pre como una solemnidad de llanto, de lulo y de peni-
El Viernes santo, llamado también por escelencia el tencia en la Iglesia, y en medio de la mitigación, por no
gran Viernes á causa del gran misterio de nuestra r e - decir relajación, que con el trascurso del tiempo se ha i n -
dención consumado en este dia y cuya memoria celebra trodneido en el ayuno de Cuaresma, puede decirse que
hoy la Iglesia, so ha mirado en lodos tiempos como el mas en nada se ha alterado el rigor del ayuno del Viernes
santo, el mas augusto y el mas venerable de todos los santo: propiamente habhindo, este es el único dia en que
dias, y el que los cristianos han celebrado siempre con se observa, especialmente en las casas religiosas, y aun
mas religiosidad y con una devoción mas sensible. Este en algunas casas de seglares, la « xerophagia,)) eslo es,
es el gran dia de las misericordias del Señor, pneslo que el ayuno reducido á viandas secns, ó á las raices, y m u -
es el dia en que este divino Salvador quiso, por un esceso chos también ayunan á pan y agua.
du amor incomprensible á todo entendimiento criado, su- Desde el tiempo de los apóstoles no hay misa en esle
frir los mas crueles suplicios, y espirar ignominiosamente día. El gran luto tte la Iglesia, y la muerte del Salvador,
en la cruz, á fin, dice el texto sagrado, de que fuí'semes son la causa de que no se ofrezca el divino sacrificio. A n -
curados por sus llagas, lavados con su sangre, justificados tes que se adelantase el oficio de la noche de Pascua af
por el decrelo de su misma condenación, y que h a l l á s e - sábado, lampoco habia misa en este d i a : « En eslos dos
mos en su muerte el principio de nuestra vida. Este es el dias, dice el papa Inocencio I , no se celebran Sacramen-
gran dia de las espiaciones; en el cual ha espiado Jesu- los.» El cuarto concilio de Toledo celebrado en el año do
cristo con su sangre todos los pecados de los hombres. C33, dice que el Viernes santo se cerraban en España
Todo el que no fuere afligido en este dia de espiacion, todas las puertas de las iglesias para indicar la profunda
decía el Señor, perecerá en medio de su pueblo, ü u e r i a tristeza y la aflicción en que estaba sumergida la Iglesia;-
Dios que en el dia solemne destinado para las espiaciones sin embargo manda que se celebre el oficio, y se predi-
de su pueblo, se entregasen todos á los sentimientos de que en él la pasión. Antiguamente el clero y el pueblo
dolor, y si habia alguna alma tan endurecida que no en- comulgaban el Viernes santo, cuyo uso ya no se observa
trase en la alliccion común, ordenaba que fuese estermi- el dia de hoy mas que en algunas antiguas abadías.
nada, y que no se la contase mas entre su pueblo. Este es El oficio de este dia, y que se ha sustituido en lugar
el grág dia de las espiaciones : ¿ no es este el dia en que de la misa, os uno de los mas augustos y de los mas pa(é-
Dios tiene derecho para decir, tedoel que no fuere afligido licos; todo él inspira compunción, devoción, y una r e l i -
en este dia perecerá ? y mientras que el amor de un Dios giosa tristeza. En todas sus ceremonias y oraciones se
le hace tan sensible á nuestros intereses, ¿ q u é s e r i a si deja senlir el espíritu del misterio y de la religión : todo
nosoíros nos hiciésemos insensibles á sus tormentos? Se- se resiente do la triste solemnidad del dia, que es el
mejante insensibilidad ¿ no eonstituiria un carácter de de la muerte del Salvador, cuyas exequias celebra
reprobación ? la Iglesia.
No hay dia alguno en el año mas respetable, ninguno, Estiéndese sobre el altar una simple sabanilla, que es
por decirlo así, mas cristiano, ni mas distinguido que el la i m á g e n del sudario en que fué envuelto el cuerpo del
Viernes santo. Su celebridad ha nacido con la Iglesia. Salvador después de haberle bajado de la cruz. Poslrado
Todos convienen en que los apóstoles instituyeron las fies- el sacerdote y pegado su rostro con la lierra, da á en-
tas de aquellos misterios que se habían verificado á su lendercon esta poslma la amargura en que está sumer-
vi.sla ; ¿ q u i e n pues no ve, dice san Agustín, que la fiesta gido su corazón, la cual debe ser común en esle dia á
del Viernes santo ha precedido á todas las d e m á s ? Se todos los fieles. Comienza por leer dos Epístolas: la una
puede decir que la Iglesia ha consagrado, en cierto modo, es del profeta Oseas, y la olra eslá tomada del pasaje del
lodos los viernes del a ñ o , para que sean como una octava Exodo en que Moisés describe la ceremonia del cordero
perpelua de la fiesta y del misterio del Viernes santo; á pftfGDftl, figura de, Jesuciisto ¡nmulado en esle dia por
la manera que todos los domingos son la octava del m i s - lodos los hombres; porque así como al cordero pascual se
terio de la ilesurreccion y del sanio dia de Pascua; y siguió el fin de la servidumbre en que los israelitas v i -
conducidos de este espíritu los príncipes crislianos prohi- vían en Egipto ; así la muerte de Jesucrislo verilicada
bieron el ejercicio del foro y los juicios el Viernes sanio, en este dia nos ha librado de la servidumbre del pe-
por respeto á la pasión del Salvador, y aun quisieron que cado.
e:-la observancia se comunicase del Viernes santo á todos No hubo j a m á s una profecía mas clara , nías precisa
los viernes del a ñ o . ni mas acabada de la muerte, d é l a resurrección del Sal-
Este día constituye una dublé época ; esto es, el fin de vador y del establecimíenlo de la Iglesia, que la del pro-
la antigua alianza, y el principio de la nueva. La moerté feta Oseas, que es el asunto d é l a primera Epístola de este
de Jesucristo ha sido el nacimienlo de la Iglesia, y la dia, y por donde comienza el oficio que hace veces de
sepultura, por decirlo así, de la Sinagoga ; y su sangre, misa. « U¿ aquí lo que dice el Señor : En el esceso de su
como un diluvio de bendiciones celestiales, ha renovado aflicción so a p r e s u r a r á n á recurrir á m í : venid, dirán,
leda la lierra, suscitando un nuevo pueblo de Dios, y r e - volvámonos al Señor. Él nos ha castigado por nuestros
SANTO. 327
pecados, esperemos que nes aitrará con misericordia : su todos vuestros sacrificios, y que la ciencia do Dios, d co-
juslicia es la que nos ha herido, su misericordia nos c u - nocimiento de Dios que se adquiere por la fé, me es mas
r a r á . Conforme al senlido alegórico es el género humano agradable que lodos los holocaustos que pudierais ofre-
el que se ha atraido por el pecado el diluvio de males que cerme.
ha inundado toda la tierra por espacio de cualro mil ailos, La segunda Epístola está tomada del libro del Exodo.
y el que no podia quedar libre de la servidumbre en que Habia mucho tiempo que los israelitas gemían bajo de la
estaba, sino por aquel que le habia condenado. Era á la opresión de los egipcios, cuando Dios movido de los c l a -
verdad necesaria la sangre de un hombre-Dios, para c u - mores de su pneblo oprimido, envió á Moisés á Egipto para
rar todas las llagas del hombre, y esto es lo que el Pro- que intimase de su parte al rey Faraón que dejase en l i -
feta nos predice, y lo que se ha verificado en el misterio bertad á su pueblo. Acompañado Moisés de su hermano
que celebramos, liste divino Salvador, dice, « nos dará la Aaron se presenló delante del rey , le declaró el órdea
vida en dos dias, y el tercero nos resucitará,» y en ade- de Dios; y habiéndose negado á obedecerle, le hirió á él
lante viviremos á su vista, y no nos mirará ya sino con y á su reino con muchos azotes conforme al poder y al
ojos de piedad, y será nuestro Dios, y nosotros seremos orden que habia recibido del Señor. Endurecido Faraón,
su pueblo. Entonces, mediante una fé viva, sabremos se obstinó en no dejar ir á los israelitas. Mas Dios, áníes
quién es, y le seguiremos con^mpefio y con fidelidad, y de dar el último golpe, el cual debía romper sus cadenas
le reconoceremos mas y mas cada dia. Él se comunicará y sacarlos de su larga cautividad, hiao que Moisés les d i -
á nosotros, nó en medio de relámpagos y truenos, como jese de su parle que se dispusiesen para celebrar !a Pas-
c« el monte Sinaí, sino como un rocío suave de la prima- cua,.esto es, el tránsito del Señor. Contiene esta Ep sto-
vera, ó como una lluvia fecunda del oleíio que cae sobre la lo que Dios le ordenó locante á esta célebre cere-
la tierra para hacerla fértil en flores y frutos: su aparición monia.
s e r á semejante á la de la aurora que inspira la alegría. El mes en que estáis, les dice, será de aquí adelante
Esta profecía, lomada en su sentido propio y literal, j a m á s para vosotros el primer mes del a ñ o . Era esto hacia el
se ha verificado en todo rigor en los pueblos hebreos, d i - equinoccio de la primavera, y en él se fijó para lo suce-
cen tos intérpretes. En vano se buscaría en la historia el sivo el principio del año santo de los israelitas; porque
número de dos dias después de los cuales debia recibir la el año civil comenzaba siempre hacia el equinoccio del
nueva vida, y el tercero en el que debia resucitar. Oseas otoño, como entre los egipcios. En el décimo día de esto
insinuaba en esto la resurrección de los fieles rescatados mes, dice el Señor, tomará cada uno un cordero para su
por la sangre de Jesucristo: designaba en este pasaje familia, y si la familia no es tan numerosa que pueda
del modo mas espreso la resurrección del mismo Salvador, comer un cordero, reúnase ó de la parentela ó del vecin-
quien, como dice san Pablo, nos ha dado la vida cuando dario el número de personas que sea suficiente para v e r i -
estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha resuci- ficar esta ceremonia. Este número fué determinado por lo
tado también con Jesucristo ( Ephes. 21.), y en su persona ménos á diez. El cordero pascual no debia tener mas que
nos lia dado no lugar en el cielo. ( 1 . Cor. l ü . ) A este pa- un a ñ o ; debia ser sin defecto, y sin mancha. El término
saje del Profeta alude el Apóstol cuando dice: Que el hebreo significa perfecto. Los apóstoles y los Padres de la
Salvador ha resucitado al tercer dia según las Escrituras. Iglesia nos hacen notar la semejanza del cordero pascual
A.parecerá el Salvador como la aurora, continúa el Profeta: con Jesucristo, que es el único Cordero sin mancha, i n -
Jesucristo en su resurrección ha sido el sol naciente que. molado por nosotros en la erm?, el cual con su sangre nos
ha disipado todas ¡as tiniehlas del error y de la idolatría; ha librado de la servidumbre del pecado, nos ha puesto
vendrá á nosotros comoana lluvia quecae oportunamenle á cubierto del ángel esterminador, y sirve aun todos los
sobre « n a tierra seca, la cual sin ella j a m á s hubiera l l e - dias de alimento á todos los fieles en el sacramento de la
vado fruto alguno. « ¿ Qué h a r é por tí, Efraim ? ¿ Qué Eucaristía". Le guardareis, dice Dios, hasta el dia 14 de
h a r é por tí, Judá ? » La Judea estaba dividida desde la este mes ; era el mes llamado Misan, que corresponde á
muerte de Salomón en dos reinos, el de J u d á , que no com- nuestro mes de marzo; y toda la multitud de los hijos de
prendía mas que dos tribus, y el reino de Israel que Israel lo inmolará por la tarde. Esta inmolación del cordero
comprendía las otras diez; y porque Jeroboam, primer pascual era la figura mas marcada delsacrificio sangriento
rey de las diez tribus, era de la tribu de Efraim, se en- del Salvador del mundo. Tomarán su sangre, añade el
tiende que Dios se dirige á lodos los judios, cuando les Señor, y se pondrá en el uno y otro poste, esto es, á los
dice por su Profeta: ¿ Qué mas podéis pedirme que lo dos lados, y en lo alto de las puertas de las casas en que
que acabo de hacer ? Como si dijese : la muerte del Me- le comieren, á fin de que el ángel que debía quitar la vida
sías debe poner fin á vuestra cautividad, y su resurrección a los primogénitos de los egipcios, no entrase en las casas
debe daros una nueva.vida^ ¿ q u é mayor maravilla po- que tuvieren esta señal. Mo era esto, dicen los Padres,
déis esperar de mi bondad ? Si yo no hubiese tenido con- porque los ángeles tuviesen necesidad de esta señal para
sideración mas que á vuestras oraciones, á vuestras obras distinguir las casas de los hebreos de las de los egipcios;
de caridad tan poco constantes, ó á vuestra penitencia tan pero era necesario hacer comprender por medio de alguna
lijera, jamás hubiera llevado tan léjos mi compasión y cosa sensible á aquel pueblo grosero, la protección espe-
m i misericordia con vosotros; á mi bondad sola es á quien cial que Dios concedía á sus familias. San Gerónimo parece
debéis una maravilla tan grande. Por mas que os he ame- indicar que coa esta sangre se marcaba una señal de
nazado por mis profetas y os he predicho todos los males cruz; loque sí es cierto es que la sangre del cordero pas-
con que habia resuelto castigar vuestras impiedades, no cual era la figura y el símbolo de la sangre de Jesucrislo,
por eso habéis sido ménosindócilcs. Sabe, pueblo ingrato, que nos libra mucho mas eficazmente del poder del ángel
que yo prefiero el sacrificio del corazón y la caridad á esterminador, y poniéndonos á cubierto de la cólera d t i
328 VIERNES
Dios, noshaco dignos de su misoricordia. Haréis asar es(c en el estado espantoso á qnc le babia reducido la mas
cordero, continúa el Sohor, nada comeréis de él crudo, ni bárbara de las flagelaciones, la cual había hecho una sola
cocido en agua, sino solamente asado al fuego; comeréis llaga de todo su cuerpo, hubiese dehido dejar satisfecha la
la cabeza, los pies y los intestinos; todo debe consumirse rabia y el furor que aquel pueblo cruel tenia contra un
en aquella noche, sin reservar cosa alguna para el otro hombre divino que no les había hecho mas que bien, y
dia, y si quedare algo se quemará y se reducirá á cenizas que había obrado tantas maravillas en su favor? Sin em-
para evitar que sea profanado. Le comeréis con pones sin bargo, un objeto tan lamentable no hizo mas que irritar
k'vndura, y con lechugas silvestres. Cuando le comáis su crueldad : la sangre que corría por todas partes encen-
tendréis ceñidos los riíiones, calzados los piés, el báculo día todavía mas su furor. No bien había sido condenado
en la mano, á la manera de unos viajeros prontos á partir, á muerte el Salvador, contra toda justicia, cuando cada
y le comeréis de prisa, porque esta es la Paéciia, esto es, uno quería tener parte en la ejecución de tan injusto de-
el tránsito del Señor. Todo es misterioso, todo figurado creto. ¡ Con qué barbarie se arrojan aquellos furiosos sobre
en esta célebre ceremonia tan detallada, y j a m á s hubo el divino Cordero ! Despójasele de sus vestidura?, y como
«na figura deJesncristo inmolado por nosotros en la cruz, la sangre tenia pegada á su cuerpo la púrpura con que le
mas espresa, mas signitkaliva ni mejor simbolizada que hahian revestido por mofa, a r r á n c a s e esta ropa con vio-
esta inmolación del cordero pascual á la salida de Egipto lencia, y con ella se arrancan tamhien los pedazos de su
con todas sus ciicimstancias. Es el tránsito que el Señor carne; vuélvenscleá poner sus vestidos á fin de que fuese
ba hecho hacera su pueblo de la cautividad en que vivia, mas conocido, y aunque estaba y a sin vigor y exhausto de
á un estado libre, del Egipto á ta (ierra de promisión; y fuerzas^ so lo cargó con su cruz bajo cuyo peso s u -
por Jesucristo inmolado, del estado servil del pecado a! cumbe.
dichoso estado de la gracia. Es claro que la libertad m i - Todo aparece estraordinario en la pasión de Jesucristo.
lagrosa de los judíos que se hizo en esta primera Pascua, ¿ A quién j a m á s le hubiera ocurrido un hecho tan b á r b a r o
no era mas que la figura de la libertad del género humano como el de hacer llevar á un criminal su madero? ¿ pero
de la servidumbre del pecado por la muerte de Jesucristo, quién se hubiera nunca atrevido á cargar con una carga
cuya memoria celebramos en este dia. La sangre del cor- lan pesada, especialmenle á un hombre agotado de fuer-
dero pascual preservó á los hebreo? de la carnicería (pie zas por tantos tormentos, de los que muchos eran mas que
en aquella misma noche se hizo en las casas de los egip- sulineules para quitarle la vida? Pero por mas flaco, por
cios; y la sangre de Jesucristo, dicesan Pablo, nos ha l i - jnas apurado que estuviese el Salvador, quería él mismo
brado á nosotros de. la cólera de su Padre. Él es, según llevar su cruz, para hacernos ver la necesidad indispen-
san Pedro, el Cordiíro sin mancha y sin lunar, cuya sangre sable que todos tenemos de llevar la nuestra : pero ¿ no
nos ha salvado. Él mismo para cumplir en su persona lo eran todas nuestras cruces la que llevaba él solo? Sale
que había sido predicho de él, bajo la figura del cordero Jesús de Jerusalen con aquella pesada carga s ó b r e l a es-
pascual, fué á Jerusalen para ponerse en las manos de los palda : r í n d e s e ; cae arrodillado á cada paso ; es necesario
que debian inmolarle el décimo dia de la luna, esto es, un nuevo milagro para no espirar bajo de tal peso. H n -
el mismo dia en que según la ley debían proveerse del biérase tenido compasión de una bestia de carga, viéndola
cordero. F u é inmolado el dia t i , " y espiró en la cruz á la abrumada con la que llevaba; pero para Jesucristo no hay
misma hora en que se comenzaba en arpiel dia la inmo- ninguna compasión, ningún senlimiento de humanidad.
lación del cordero pascual. No se le rompieron las piernas Cuanto mas se le ve sufrir, mas encarnizados están para
como se acostumbraba á hacer con todos los que eran procurarle nuevos tormentos. Llega por fin Jesús al lugar
crueilicados, lo cual sucedió, dice san Juan, á fin de que destinado para servir de altar al mas sanio de lodos los
se cumpliese la Escritura que pmhihia quebrantar ningún sacrificios. Desnúdasele segunda vez, y sacándole con
hueso del cordero pascual. Comíase el cordero pascual violencia sus vestidos se abren de nuevo todas sus llagas:
para acordarse, dice la Escritura, del tránsito del Señor. se le estiende sobre la cruz, y por un escesode crueldad,
Nosotros comemos á Jesucristo, después de haberte ofre- cuasi desconocido hasta entonces á los mas fieros tiranos,
cido á su Padre en el sacrificio de la misa, que es la con- se le traspasan los piés y las manos con gruesos clavos,
linuacion real del sacrificio de Jesucristo en la cruz. El pan que se hacen entrar en la cruz que le sostiene, á golpe do
sin levadura, esto es, insípido, y las lechugas silvesíres y martillo. ¡ O Dios! basta picar un nervio para causar
amargas con que se comia el cordero pascual, dan á en- horrií)les convulsiones : ¿ q u i é n , pues, no ve el concursa
tender con bastante espresion que la mortificación dehe d é l o s mas vivos dolores que es capaz un cuerpo de sufrir,
siempre acompañar á la sagrada Comunión y á la cele- cuando contempla rotos,, desgarrados, traspasados con
bración del divino sacrificio; es este uno de los frutos de gruesos clavos las manos y los piés que no son mas que
la memoria y de la celebración del misterio doloroso de su un tejido de nervios, de músculos, de venas y de arterias?
pasión. Concibamos, sí es posible, lo que padece Jesucristo. Pero
Después de estas dos Epístolas se lee inmediatamente la ¡qué tormento, ó Dios mío! i q u é escoso de dolores cuando
historia de la pasión según san Juan, quien habiendo sido levantan la cruz y la dejan caer en el agujero abierto en
testigo de todo lo que ha pasado en ella, asegura que dice la peña ! ¡qué dolorosa sacudida la de un cuerpo empujado
la verdad, y que se debe creer su testimonio. por su propio peso, y que entre tanto permanece suspen-
Todo es admirable, pero lodo es incomprensible en la dido por Ires clavos! ¡ Cuánta verdad es que el morir en
pasión de Jesucristo, tanto la rabia y la inhumanidad de la cruz es morir tantas veces cuantos son los momentos
los judíos, como el amor y la paciencia del Salvador. En que se vive en ella! Triste y cruel estado en que Jesus so
medio de la multitud de crueldades y de oprobios, ¿ quién mantuvo por tres horas. Entonces fué, como dice san Pa-
no hubiese creído que solo la vista de este hombre-Dios, blo, cuando el Salvador de los hombres; estando clavado
SANTO. 320
en la cruz, clavó consigo en ella la cédula de nuestra con- Santo abandonaba un templo en donde Dios no debia ya
denación, para borrarla con su sangre, y al mismo tiempo ser adorado en espíritu y en verdad. En medio del terre-
desarmó las potestades y los principados, llevándose sus moto acaecido al tiempo de morir el Salvador se abrieron
despojos, triunfando de ellas en su persona á la vista de muchos sepulcros, pero no resucitaron los cuerpos hasta
lodo'el mundo. después de la resurrección de Jesucristo que debía ser el
Pero por lo ménos entonces ¿ fué compadecido de la primogénito de los muertos, y se cree que subieron al
multitud que había concurrido al espectáculo? pe. ninguna cielo con él en cuerpo y alma. A vista de tantas maravi-
manera. Apenas es levantado el Salvador á la vista de llas se dieron por entendidos los corazones mas duros, y
todo el pueblo, cuando se le insulta, se le carga de opro- se ablandaron. Los judíos se retiraron dándose golpes de
bios, de ultrajes y de mil maldiciones, sin que se ahorren pecho, y detestando su endurecimicnlo y su error; y el
contra él imprecaciones ni blasfemias. ¿ Qué paciente se centurión, esto es, el oficial que había quedado con algunos
ha visto j a m á s cargado de imprecaciones y de injurias soldados para impedir que robasen el cuerpo de Jesús,
sobre el suplicio en el cual se le veia espirar? Todo es conforme al órden que se le babia dado, admirado de esto
singular, inaudito, increíble en la muerte del Salvador. maravilloso espectáculo, e s c l a m ó : « Verdaderamente este
Pero su dulzura, su paciencia y su caridad son todavía hombre era el Hijo de Dios. »
mas admirables. El ruega á su Padre por los que le q u i - ¡Ah, Señor! ¡qué caro que os cuesto! i \ q u é precio
tan la vida, muere por ellos, y para ellos pide misericor- habéis rescatado mi alma! ¡ O divino Salvador m í o ! ¿ pue-
dia. Es un Dios el que sufre y muere; pero que sufre y do veros en esa cruz, y no mezclar mis l á g r i m a s , á lo m é -
muere como Dios. Una paciencia tan maravillosa, una nos, con vuestra sangre? ¿puedo acordarme que mis
dulzura tan estraordinaria conmueve á uno de los c r i m i - pecados son los que os han clavado en ella, y contentarme
nales que morían á sus lados. ¡ Feliz conversión, pero con un dolor imperfecto de mis fallas? Los corazones mas
conversión espantosa 1 Y q u é , Señor, ¡ en el dia de vues- duros se ablandaron por fin en vuestra muerte ; ¿ y solo
tras grandes misericordias, en el momento mismo en qué el mío p e r m a n e c e r á insensible? Nó, mi J e s ú s , yo sienlo
morís para la espiacion de todos los pecados, y por la ya los efectos de vuestra gracia, tiempo es ya que m i co-
salud de todos los hombres, de dos pecadores que Labian razón se rinda á un objeto tan tierno. Acordaos que habéis
diferido basta la muerte el convertirse, los dos á vuestros prometido que cuando fueseis levantado en la cruz todo lo
lados, los dos teñidos con vuestra sangre que corría de alraeriais á vos; vedme aquí. Señor, pronto á seguiros;
vuestras llagas, no hay mas que uno que so convierta, no cumplid en mí vuestro oráculo; no os resistirá ya mí co-
hay mas que uno que se salve", y el otro se condena! razón ; vos habéis muerto por m í ; justo es que, por lo m é -
¿Quién puede diferir su penitencia hasta la muerte, y nos, yo no viva mas que para vos.
lisonjearse de morir penitente? Todo es misterioso en la historia de la pasión, pocas
La santísima Virgen tenia mucha parle en este gran sa- circunstancias hay que no encierren algún misterio, m u -
crificio, y amaba á su Hijo con estraordinaria ternura para chas ménos que no sean alguna inslruccion. Trátase,
que le abandonase en aquel apuro. ¿Quién es capaz de pues, de dar aquí el sentido moral ó alegórico de ciertos
concebir, cuál seria el dolor del Hijo y de la Madre en pasajes de osla historia sagrada, según la esplicaciou de
aquella cruel circunstancia? Allí puntualmente fué en los sanlos Padres y de los mas sabios intérpretes. ESIÜS
donde se verificó la predicción de Simeón, y en donde fué cortas interpretacionos se han reservado basta aquí para
traspasada su alma con una espada que le causó un dolor no interrumpir el hilo de la historia.
mas amargo que la muerte. En fin, en medio de los dolo- Aunque el alma de Jesucrislo goza continuamente de la
res., de las humillaciones, de los oprobios de que csíüba bienaventuranza, y vió á Dios intuitivamente., esta visión
harto, viendo el Salvador ejecutados ya los decretos del beatífica no impidió el que sintiese verdaderamente aque-
cielo, plenamente satisfecha la justicia divina, vcrificüdos lla tristeza -escesiva, aquel temor, aquel tedio morlal do
todos los oráculos de los profetas, cumplida la grande obra que hablan los evangelistas. Todos estos movimientos le
do la redención, pagadas todas las deudas de los hombres eran libres, y él mismo los hacia nacer; pero quiso sentir
responsables á la justicia divina, y su amor estremo á toda su amargura, reservando lodo el alivio para aquellos
estos mismos hombres satisfecho; dijo con una voz mori- que en lo sucesivo debían padecer por sú amor.
bunda : Todo está consumado; y bajando al mismo tiempo Cuando el Salvador- dijo á su Padre que si era posible
la cabeza, para consumar su. sacrificio, puso su alma, pasase lejos de él aquel cáliz, no ignoraba que su muerto
como en depósito, en las manos de su Padre, diciéndole : estaba resuelta en los decretos eternos de Dios, y él mis-
Padre mió, en tusmanos entrego mi alma; y en el momen- mo babia suscrito voluntariamenteá ella; ni es esto arre-
to espiró. Acaeció entonces un temblor de tierra universal; penlirso : la volunlad humana no está aquí opuesta á la
el velo que separaba las dos parles del templo se desgan ó voluntad divina. El Salvador solo deja a p a r e c e r í a repug-
por medio : este rompimiento índica con bastante eviden- nancia que todo hombre tiene naturalmente á los tormen-
cia el entero cumplimiento de lo que significaban las tos, y que Jesucristo sintió con mas viveza que lodo h o m -
figuras de la antigua ley; que el cíelo se nos abriría pol- bre ; prueba es de esto su sudor como de golas de sangro
la muerte de Jesucristo; que se disiparían las sombras de que corre basta la tierra. Todo esto ha sido para prevenir
la l e y ; que la anligua alianza con el pueblo judío quedaría la duda que pudiera suscitarse sobre sí la naturaleza d i -
i'ota por este deicidio; que se daría al pueblo cristiano vina en Jesucristo abstrajo todo sentimiento de dolor á la
por las luces de la fé, la inteligencia de los mas grandes naturalezaliumana: el Salvador denauestra perfectamente,
misterios do la rejigion. Dice san Efren que al mismo en todo lo que pasa en el huerto de los Olivos, quo ha
íífiWW de rasgarse el velo se vió salir una; paloma del sentido lodo el rigor, toda la amargura de los dolores con
íoiido del santuario, como para signiticar que el Espírilu mas vivacidad que hubiera podido j a m á s sentirla ningún

TOMO I V .
330 VIERNES
hombre. La repugnancia natural de la parff,jnferior hace un á n g e l , queriendo ensenar á lodos los fieles, con sn
nacer el deseo natural de no padecer; pero la sumisión ejemplo, á vencer nuestras repugnancias y á esperar de
perfecta de la parle superior á las órdenes de Dios, Dios el socorro en nuestras penas. No las ignora, y está
dice san León, le sobrepone al deseo de la parle pronto para socorrernos, haciendo invisiblemente con
inferior. nosotros, nuestros ángeles de guarda, el mismo oficio
Viendo san Pedro que se'apoderaban de su divino que hizo visiblemente aquel ángel que vino á consolar al
Maestro y que se le alaba, dejándose llevar de su natural Salvador, durante su tristeza mortal.
fogoso y del ardor de su zelo, echó mano de una espada Queriendo el Salvador que nos penetrásemos bien do
para defenderle, y arremetió á uno de ios criados del cuánta era la amargura y cuel el esceso de los dolores
gran sacerdote, llamado Maleo, el cual, queriendo esqui- en que espiraba, un momento antes de morir, e s c l a m ó :
var el golpe, se halló con una oreja cortada; pero fué ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿ p o r q u é me habéis desemparado?
curado sobre la marcha por el Salvador, que reprendió Esta queja no es ni efecto de la desconfianza, ni una r e -
severamente á san Pedro por su zelo mal entendido. No convención que el Salvador hizo á su Padre, ni una queja
había Jesucristo ensenado á sus apóstoles á servirse de de la injusticia de su castigo: seria una blasfemia decir
las armas, antes Ies habia prohibido hasta el que llevasen que el Salvador se ha quejado á su eterno Padre por h a -
varas. Este aconlecimiento sucedió por haber interpretado berle tratado tan cruelmente, siendo como era la inocen-
mal unas palabras del Salvador, y no haberse peneti ado cia misma. Nada ha padecido Jesucristo que no lo haya
de su verdadero sentido. padecido vohintnriamenle. Él se habia cargado libremcnlo
I)espiies de haber recordado Jesucristo á sus apóstoles de nuestros pecados, él ha querido libremente sufrir toda
que mientras habia estado con ellos nada les habia fallado, la pena : por su propia elección ha preferido la muerto
ejtié babian sido bien recibidos en todas partes y que ba- mas dolorosa y la mas ignominiosa, á una vida dulce y á
binn tenido muy poco que sufrir, les habia advertido que una deliciosa prosperidad. Estas palabras son un testi-
era llegado el tiempo en que carecerían de todo, y serian monio de los escesivos dolores entre que espiraba en sa-
perseguidos de todo el mundo. Para hacerles comprender tisfacción de nuestros pecados. Quería el Salvador decla-
este estado de persecución en que dehian encontrarse, se rar por sí mismo el esceso de los tormentos que padecía,
sirve, según su costumbre, de tm modo -de hablar a l e g ó - y cuyo rigor no lo endulzaba ningún milagro que embo-
rico y figurado, y les representa lo que sucede en un tiem- tase su punta, para hacernos comprender mejor el rigor
po de miseria y de guerra. Hácese entonces provisión de de los juicios de Dios y lo que le costaba la obra de nuestra
víveres y de dinero, y nadie va sin armas. «Cuando os be redención. Puede también decirse que es mas bien una
enviado, les dice, sin dinero, sin alforja y sin calzado, súplica que una queja loque dirige aquí Jesucristo á sti
¿ o s ha faltado alguna c o s a ? » Nada, le respondieron Padre. Padre mió, Dios mió, haced conocer á todos los
ellos; pues ved aquí el tiempo en que va á llegar para hombres por qué me habéis entregado y abandonado á
vosotros lo que sucede en un tiempo de miseria y de unos tormentos tan horribles, á una muerte tan dolorosa
guerra, en el que cada uno llena su bolsa de dinero para como ignominiosa. Haced conocer á todos los hombres ía
hacer provisiones de boca; y si faltan sacos, se buscan causa porque me tratáis con tanto rigor, que no es otra
para llenarlos de grano; y del mismo modo, en este tiem- que sus pecados que yo he cargado voluntariamento
po de guerra se vende hasta la capa para comprar una sobre m i ; y si la sola apariencia de pecado, el solo título
espada para tener con q u é defenderse. Vosotros vais á de caución os obliga á exigir de m í , que soy muestro
veros muy pronto en tiempos tan penosos; tendríais por Hijo muy amado cti quien tenéis todas vuestras compla-
tanto necesidad de las mismas precauciones y de los mis- cencias, una satisfacción tan rigurosa, ¿ qué será de ellos?
mos auxilios, si vuestro recurso estuviese cefiido á los re- Si así so trata el leño verde, lleno de jugo y sin tacha,
cursos humanos; pero es en m í e n quien estribará todo ¿ q u é se hará con el lefio seco ? Esta espresion, « u l quid,»
vuestro apoyo y vuestro único recurso; y así no tenéis parece que autoriza esta última interpretación, que es una
necesidad de hacer los mismos preparativos para el tiem- de la mas literales y que se acerca mucho al sentido que
po de la persecución. No impone aquí Jesucristo un pre- san Cipriano da á estas palabras.
cepto á sus discípulos de proveerse de armas y de dinero, Algunos santos Padres han creído que el Hijo de Dios
solo les advierte de las riiiserias y de los peligros á (pie ántes de espif-ar, quizo autorizar y cumplir la profecía do
estarán espuestos en lo sucesivo. No habiendo penetrado David, sirviéndose de las primeras palabras del salmo 2 1 ,
los apóstoles el pensamiento del Salvador, tomaron dema- todo el que se refiere á Jesucristo moribundo, en las (pie
s a d i a m e n t e á la letra loque tes acababa de d e c i r , y esto el Profeta hace decir al Salvador en la cruz: « D i o s m i o ,
fué lo que les hizo decir que habían preparado dos Dios mió, considerad el estado en que estoy : por q u é me
espadas. Conociendo el Hijo de Dios que no eomprende- habéis abandonado á la rabia de mis enemigos ? Los pe-
rian lo que habia querido decirles hasta después de su cados con que yo he querido cargarme son los que os
resurrección, no juzgó á propósito el darles mayor espli- obligan á tratarme c e ñ í a n l o rigor.»
cacion, d é l a cual no eran todavía capaces; por esto inter-
La Iglesia en este día, á ejemplo de Jesucristo, ruega
rumpió el discurso, diciéndoles: «Basta. Vosotros com-
solemnemente por todo género de estados y condiciones;
prendereis en algún tiempo que las únieas armas de que
por sus hijos fieles, como por sus mayores enemigos;
deberéis serviros en las persecuciones son la dulzura, la
estas oraciones se llaman solemnes ó sacerdotales ; todas
confianza en mí y la paciencia.»
estáti precedidas de una genuflexión (escoplo cuando se
Después de todas las humillaciones á que se ha sujetado pide por los judíos), para hacerlas mas eficaces por este
voluntariamente el Salvador, no debe parecer eslía ¡o act» de profunda humildad. La primera de estas oracio-
que haya querido recibir, por decirlo así, el consuelo de nes es por la Iglesia en genera!; la segunda por el Papa,
SANTO. 3G1
que PS su cabeza visible ; la tercera por los obispos, los El término de adoración de la ernz es común á los g r i e -
síicerdott's, los diáconos, los subdiáconos y todos los de- gos y á los latinos desde los primeros siglos d é l a iglesia,
más órdenes clericales inferiores ; por los confesores de y solo desde el nacimiento de las nuevas herejías es
la fé, por las vírgenes, las viudas y por todo el pueblo de cuando los enemigos de la Iglesia han afectado escanda-
Dios; la cuarta por el rey ó el soberano del pais donde se lizarse de él. No hay cosa mas común entre los fieles que
halla; la quinta por los catecúmenos, esto es, por los que el saber y estar bien persuadidos que el culto supremo no
se disponen para el bautismo; la sexta es para pedir á es debido sino á Dios solo, y que siempre es á Jesucristo
Dios que purgue al mundo de todos los errores, que pre- á quien se adora cuando nos postramos delante de la cruz,
serve á su pueblo de las enfermadades, del hambre y de en la cual ha estado clavado Jesucristo. Aquel cuerpo
lodos los d e m á s azotes; q u e d é la libertada los esclavos adorable, unido hipostáticamente á la divinidad; aquella
y á los prisioneros, que asista á los viajeros, que d é la sangre preciosa con que la cruz ha sido teñida; esto es
salud á los enfermos y haga que lleguen felizmente á lo que constituye el objeto principal de nuestro culto.
puerto de salvamento todos los que están en el mar; nada Sei ia una idolatría el referir la aóoracion al leño en sí
demuestra mejor las entrañas de ternura y de caridad de mismo, y separado de Jesucristo; porque el leño no es
la Iglesia nuestra buena madre: la séptima es por los Dios, y solo Dios debe ser el objeto de nuestro culto supre-
herejes y los cismáticos, á fin de que Dios se digne disi- mo. Cuando la Iglesia dice hoy mostrando la cruz á todo
par las tinieblas de su entendimiento y de su corazón, y el pueblo: «Venid, a d o r é m o s l a ; » cuando canta : «No-
abrirles los ojos para que vuelvan al seno de la Iglesia ; sotros adoramos. Señor, tu cruz,» no pretende por estas
la octava es por los pérfidos judíos, pidiendo á Dios que palabras adorar con el culto de latría mas q u e á Jesucristo
les quite el espeso velo que les tiene ciegos y obstinados, clavado en la cruz. En otras ocasiones se ha esplicado bas-
y les baga en fin reconocer por su divino Salvador á tante sobre esto, y el atribuirle otra doctrina en esta ma-
Jesucristo, á quien siempre han rehusado reconocer. teria, es ó ignorancia ó malignidad, y siempre una ca-
Esta oración es la única en que no se doblan las rodillas lumnia atroz. Estas palabras : « B é aquí el leño de la cruz,
á causa de la impiedad de este pueblo, que se arrodillaba en el cual está clavado el que es la salud del mundo ;
por irrisión delante de Jesucristo, ultrajándole y t r a t á n - venid, a d o r é m o s l e : » no tienen otra significación queesla:
dole con sus zumhonas genuflexiones como rey de teatro; Postrémonos delante de la cruz para adorar á Jesucristo,
Ja novena y última es por los paganos, rogando al Señor que ha sido clavado en ella por nuestra salud. A la verdad
que destruya en todo (¡1 universo el resto del paganismo el término adorar en nuestra lengua parece consagrado
que condena todavía á tantos desgraciados pueblos, á para signilicar comunmente el honor y culto soberanos
quienes el demonio tiene aun en sus cadenas. que solo á Dios se le deben ; pero en latín , como en hebreo
y en griego , tiene una significación mas esfensa. Signi-
Después de la lectura d é l a s dos profecías y d é l a histo-
fica én general postrarse é indicar su respeto, lo cual con-
ria de la pasión del Salvador, que es en lo que consiste
viene á otros que á Dios, y todos los dias no? postramos
la primera parte del oficio, acabadas las oraciones solem-
delante de los hombres sin adorarlos ; la KscriUu a Sania
nes que constituyen la segunda, sigue la adoración de Ja
nos ofrece muchos ejemplos. No se ha de juzgar, pues,
cruz, que es la tercera parte del oficio de este dia. T e -
de la fé de la Iglesia por la palabra adorar que puede
niendo el sacerdote la cruz, cuhierta.con un velo en sus
tener muchos sentidos, cuando se encuentra usada en las
manos, descubre una pai te en un eslremo del altar, otra
oraciones públicas, sino por el sentido que la Iglesia la da,
im poco mas adelante; y habiendo llegado por Qn al medio
y por la declaración solemne que hace de su creencia.
del altar la descubre enteramente, diciendo cada vez que
Ahora bien, la Iglesia ha protestado siempre que no ado-
la descubre: «He aquí el leño de la- cruz, en el cual está
raba mas q u e á Dios solo.
clavado el que es la salud del mundo: » á lo cual se res-
ponde; « venid, adorémosle.» Esta santa ceremonia de Nadie duda que la adoración de ía cruz en el Viernes
d e í c u b r i r ta cruz en tres parajes diferentes, dice el abad santo es de tradición apostólica. Los padres de la mas re-
Uuperlo, signiíicaque el misterio de la cruz que ha sido un mota antigüedad y los concilios mas antiguos hablan de
(iscandalo para ¡os judíos, una locura para los gentiles, ella como de una ceremonia piadosa establecida en toda la
pero que es la fortaleza y la sabiduiía de Dios para los Iglesia. Es una práctica, dice el diácono rústico, estable-
cristianos, nos ha sido revelado despees de haber estado cida y recibida en toda la Iglesia , el adorar la cruz de|
oeullp por tantos siglos; y que este adorable misterio no ha Salvador. Era esta una de las reconvenciones que Juliano
sido predicado ai principio .mas que en un rincon.de la apóstala hacia á los cristianos. Tertuliano, Miuucio Félix,
Judea, después públicamente.en todo el pais, y por último san Cirilo de Alejandría, dicen que los paganos acusaban
en toda la tierra. En la adorac ión solemne de la cruz se á los cristianos porque adoraban la cruz; y en san Criscs-
hacen tres genuflexiones como para reparar por tres actos tomo, san Gerónimo, san León, san Gregorio, T e o d m - í o ,
de religión los tres insignes desprecios, y por decirlo así, y en multitud de otros Padres, se hallan pruebas ciertas
las tres solemnes irrisiones, las (res afrentas que se h i ñ e - de la tradición de la Iglesia en esto punto. ¡Pero ¡con q u é
ron á Jesucristo : en casa de Caifas, en donde fué tratado sentimientos de religión, con qué respeto, y con qtfé afec-
como un falso profeta y un insigne seductor; en el preto- tos de amor, de contrición y de una devoción la mas tier-
rio y en la corte de Uerodcs, en donde fué mirado como na , debemos hoy hacer esta adoración de la cruz , y be-
un rey imaginario y tratado de loco; en el Calvario, en sar las sagradas llagas de nuestro S e ñ o r , puesto que so-
fin, en donde fué mirado como el mas perverso de lodos mos nosotros los que las habernos abierto , y él no las
los impostores, pues que habia llegado su temeridad conserva mas que como señales ciernas del esceso de su
hasta el esceso de atribuirse la augusta cualidad de Mesías, amor á nosotros!
*le Hijo de Dios y de Salvador. En muchas iglesias, durante el oficio del Viernes sanio.
333! VIERNES
están todos descalzos í no solo los sncerdoles, los mongos Virgo maler alligal : t a Virgen pura, y Madre maá
y todo el clero, sino también el pueblo, dice Lanfranco en Et Dei manes pedesque amante.
sos estatutos. El santo abad de Clara val (Cave) j a m á s Stricla cinsil fascia. Envuelve el cuerpo mas her-
oficiaba el Viernes santo sino con los piés desnudos; y la moso y agraciado,
misma práctica so observa todavía con grande edificación Fajando con amor y con cari*
por los señores condes de León, y aun por el arzobispo ño
cuando oficia, y no hay ninguno que no tenga los piés Los bellos piés y manos del
desnudos en el altar durante el oficio del Viernes santo. Dios Niño.
Sempiterna sitbeataí Sea á la Trinidad suprema
HIMNO. Trinílali gloria; dado
iEqna Palri, Filioque; Honor, gloria y aplauso sem-
Pange lingna gloriosi Cante la voz y aplauda la Par Deus Paráclito : piterno ;
Laurcam certaminis, gloriosa Unius Trinique nomen Igual al Padre, é Hijo mas
Si super Cmcis trophooo Victoria del certamen mas sa- Laudetuniversitas. Amen. amado,
Dic triumphum nobilem : grado : Ignal al Paracleto coeterno :
Qualiter Redemptor orbis Digna de la Cruz santa y m i s - Al nombro del que es Uno,
Immolalus vicerit. teriosa siendo Trino,
El trofeo mas noble y s e ñ a l a - Rinda el orbe loor el mas d i -
do : vino. Amen.
Y como el Redentor del mundo
Primera Epístola.
entero
Venció, sacrificado en un ma- ncccdicit Dominus : I n Esto es lo que dice el S e ñ o r :
dero. tribulatione siia mane En el csceso de su aflicción se
De parenlls protoptasti El supremo Hacedor com- consttrgent ad me: Venite, darán priesa para recurrir á
Fraude factus condolens, padecido el revertamur ad Domi- mí : Venid , dirán, v o l v á m o -
Quando pomi noxialis Del engaño de Adán, que des- num, quia ipse ccppit, et nos al Señor, porque él nos ha
In necern morsu r u i t : dichado sanahit nos : Vitificahit tomado (hajo de su protección)
Ipsc lignum tune nolavit, En la nmerlo incurrió (porque nos post dúos dics : i n die y nos salvará; nos ha herido y
Damna ligo i utsolveret. atrevido terlia suscitabit nos, et nos c u r a r á . Nos volverá la v i -
Del fruto mas fatal comió un vivemus in conspficlii ejus. da dentro de dos dias , y el
bocado), Sciemus, seqvemurque, ü t tercero dia resucitará y v i v i -
Un árbol señaló, que el de- cognos<:amus D o m i m m : remos en su presencia. Ten-
sempeño quasi dUttcülum prmpara- dremos la ciencia del S e ñ o r ,
Fuese del grave dafío de otro tus est egressKS ejus, et y le seguiremos para conocer-
lefio. veniet quasi imber nohis le. Se levantará como la auro-
Hoc opus nostroc sala- De la salud el órden reque- lemporanms, et serotinus ra, y vendrá á nosotros como
lis ría t e r m . Quid faciam tibi, un rocío de lo larde, que cao
Ordo depoposcerat, Esta obra de piedad tan csce- Ephraim ? Quid faciam á su tiempo sobro la tierra.
Mulliformis prodiloris lente, l i b i , Juda? Misericordia ¿Qué puedo yo hacer contigo,
Ars ut artem fallerét, vestra quasi nubes matuti- Efraim? ¿Qué puedo yo hacer
Para que el arte al arte y osa-
Kt medelnm ferret inde, na, et quasi ros maneper- contigo, ó Judá? Vuestra m i -
día
Hoslis undo lujserat. transiem. Proplerhoc do- sericordia es como una nube
Burlase del traidor mas inso-
lavi i n prophetis, et occidi de la m a ñ a n a , y como el r o -
lente,
eos i n verbis oris m e i : el cío que desaparece luego que
Y allí se remediase nuestro
judicia tua quasi luxegre- nace el sol. Por esto he es-
daño.
dicluf. Quia misericor- puesto los profetas á los tor-
Donde hirió el enemigo con
d i a m v o M , et non sacrifi- mentos y á la muerte , para
su e n g a ñ o .
eium ; et scienliam Dei, anunciaros mi palabra, á fin
Qnandovenilergosacri Cuando el tiempo sagrado y
plus quam holocausla. de que vuestra justicia brille
Plenílodó temporis, misterioso
como la luz. Porque yo quiero
Missusest ab arce Patris Se cumplió, como estaba pre-
mas la misericordia que el sa-
NATUS, orbis Conditor; finido.
crificio , y la ciencia de Dios
Atqne ventro virginíili Fué enviado del alcázar ma-
(me es mas agradable) que los
Carne amictus prodiit. jestuoso
holocaustos.
Del Padro celestial su Dijo
querido : Créese que Oseas es el mas antiguo do todos los p r o -
Y nació, por los hombres h e - fetas, cuyas profecías tenemos escritas. Profetizó en tiem-
cho humano. po de Jeroboam, segundo de este nombre, cerca de ocho-
Del vientre de la Virgen sobe- cientos años ántes del nacimiento de Jesucristo , y con-
rano. tinuó hasta el tiempo de Ezechías rey de J u d á , y por con-
Yagit Infans ínter orcta Llora , gimo y solloza el siguiente ha desempeñado las funciones de profeta cerca
Condilus praesepia: tierno Infante de nn siglo.
JUembra pannis involuta En un duro pesebre reclinado:
SANTO. 333
• remanebil quidquam ex eo de esta manera : Ceñiréis
La oración que $e dice después de esta primera Bpislola, es usqne mane. Si quid resi- vuestros lomos, tendréis c a l -
como sigue: duum fnerü, igne combu- zados vuestros piés, tendréis
¡Oh Dios! de quien Judas relis. Sic autem comedelis los báculos en las manos, y 1c
Deus , a quo et Judas
ha recibido el castigo de su illum : Renes vestros ac- comeréis do priesa, porque es
tcatus sui pccnam, el con-
pecado, y el ladrón el premio cingelis, et calmmcnia la Pascua (esto es, dítmMifo)
féssionis suce /airo proe-
mium smnpsit : concede de su confesión, haced que habebitis i n pedibus, l é - del Sefior.
nobis tuce propitialionis nosotros esperimentemos el ñenles báculos i n mani-
efjectum : ut sicut i n pas- efecto de vuestra misericordia, bus, et comedelis festinan-
sione su a Jesús Chrislus para que asi como nuestro Se- ter : esl enim Phase (id
Donúnus nosler diversa ñor Jesucristo ha tratado en csí, transüus] Domim.
utrisque intulit slipendia su pasión al uno y al otro se- Los judíos comenzaban el mes con la nueva luna. El
m c r i l o r u m ; ita nobis, gún su mérito, asi también , mes de que aquí se habla es el que ellos llaman Msan, el
ablato wtustatis errore, destruido lo que hay en noso- cual comienza con la luna do marzo. Dios quiso que fuese
resurrectioms sucegraliam tros del hombre viejo, nos d é en adelante p á r a l o s israelitas el primer mes del a ñ o , en
largialur. Qui tecum v i - parle en su resurrección glo- memoria de su libertad milagrosa que sucedió el l i de
vil... riosa, el que siendo Dios vive la luna, por supuesto del mes de marzo.
y reina, etc.
REFLEXIONES.
Segunda Epístola. Además del sentido literal y alegórico contenido en es-
I n diebus illis : Dixit En aquellos dias dijo el Se- la Kpístola, tiene también un sentido m o r a l ; todo es m i s -
Dominus ad Moysen et fior á Moisés y Aaron en la terioso en el pormenor de ceremonias para comer el cor-
Aaron i n térra AZggpti : tierra de Egipto : Este mes se- dero pascual. Si Dios quiere que esta víctima, figura de'
Mensis isle vobis p r i n c i - rá el principio de vuestros me- divino Cordero , sea sin mancha , no exige menos pureza'
p i u m mensium , primus ses, y el primero do los meses é inocencia en una alma que come realmente el cuerpo y
erit i n mensibus anni. Lo~ del año. Hablad á toda la reu- la sangre de Jesucristo en la comunión. Esta sangre ado-
quimini ad universum CCB- nión de los hijos de Israel y rable tiene mucha mas virtud que la sangre del cordero
tum fdiorwn Israel, el d i - decidles : En el décimo dia de pascual, que no era mas que la simple figura; pero es
dle eis : Décima die men- eslc mes tome cada uno de necesario que las señales de esta preciosísima sangre no
sis hujus lollal umsquis- vosotros un cordero por fami- sean borradas por el pecado que ennegreciendo al alma
que a g m m per familias et lia y por. casa; mas si el n ú - hace que desaparezca de ella todo lo que impedia el quo
domos suas. Sin autem mero de la familia es demasia- pudiese recibir d a ñ o : el pan.sin levadura, y las lechugas
wiíwor esl numerus u l suf- do corto para poder comer un amargas con que se obligaba á comer el cordero pascual,
ficcrc possil ad vescendum cordero, llamará á su mas p r ó - demuestran muy bien que sin la mortificación no es posi-
(ujiinm, assuntet vicinum ximo vecino, hasta el número ble conservarse en la inocencia con que debo uno acer-
s m m , quijunclus est do- de personas que sean suficien- carse á los santos altares y á la sagrada mesa. Una alma
mui suce, j u x t a numerum tes para comer el cordero. Es- sensual no permanece mucho tiempo sin pecado. La Pas-
animarum quw su(¡iccrc te cordero debe ser sin man- cua de los cristianos es infmitamenle mas santa que la de
possunt ad esum agni. cha, macho, y que no tenga los israelitas; debe también celebrarse con disposiciones
E r i t autem agnus absque mas que un aflo. Lo mismo mucho mas santas. Dios les prohibía comer el cordero
"macula, masculus, anni- observareis si es un cabrito, y crudo, ó cocido en agua. Esta crudeza y esta carne co-
culus, j u x t a quem r i h m le guardareis hasta el dia ca- cida, indican bastante el carácter de las pasiones, y el de
tollctis ct hcedum. Et ser- torce de esto mismo mes. E n - un corazón muelle, de una alma floja, que comulgan con
vabitis e i m usque ad tonces lodo el pueblo de Israel disgusto. Todo debia estar asado al fuego. Solo el amor es
qmrtamáccimam diem le inmolará por' la larde; y el que puede dar á una alma aquel gusto, aquel fervor
mensis hujus i immolabit- tomando de su sangre, la pon - que son las disposiciones necesarias para acercarse con
que eum universa m u í i i - drán á los dos lados, y en lo fruto á la adorable Eucaristía. Debia quemarse todo lo que
tudo füiorum Israel ad alto de las puertas de las casas sobraba á i é l ; esto es, que el fuego divino de que el alma
vesperam. E l sument de en donde lo comieren; y en la debe estar abrasada al salir de la comunión, todo lo debe
sanguine ejus, ac ponent misma noche comerán la car- consumir. Debia comerse el cordero pascual con prontitud
super ulrumqm poslem, ne asada al fuego con panes y de priesa , lo cual puede signiíicarnos con qué fervor,
et i n superliminaribus do- sin levadura , y lechugas sil- con q u é empeño , con q u é hambre debe comulgarse. La
morum, i n quibus come- vestres. No comeréis cosa a l - indiferencia, el poco ardor por comulgar , indica siempre
deni illum. E l cdenl car- guna de él crudo, ni cocido en un disgusto espiritual, señal cierta de que uno está enfer-
nes noele illa assas i g n i , agua, sino solo asado al fue- mo. Cada comunión debia aumentar nuestra hambre. En
el azymos panes cum lae- go; CQmereis la cabeza con los fin , debia comerse el cordero , á guisa do viajero pronlo
tucis agreslibus. Non co- piós y las e n t r a ñ a s , y no rom- ya para partir. En efecto , ellos salieron inmediatamente
medelis ex eo crudum peréis ninguno de sus huesos; de Egipto, y hé aquí lo que da á entender bastante con
quid, nec coctum aqua, sed nada conservareis de él para qué disposición debo comulgarse, es decir, prontos y del
tantum asswn i g n i : ca- el dia siguiente, y si alguna todo resueltos á salir del Egipto, á mudar de conducta, á
p u l cum pedibus ejus ct cosa quedíyc la quemareis al reformar la vida y las costumbres, á dejar los hábilos pe-
iniesiinis vorabilis. Nec fuego. Para comerlo lo haréis camiiiüsos. Si no os este el fruto de nueslra comunión
33i
pascual, si después do la comunión permanecemos aun en Caiphas, qui consilium conocido del gran sacerdoío,
el Egipto, ¿ q u 6 debe pensarse de semejante c o m u n i ó n ? dederat Judais : Quia ex- entró en el alrio de su casa
pedü unmu hominem mori con J e s ú s ; mas habiéndose
£1 Evangelio es la Pasión de n u a l r o Señor Jesucristo, se-
pro populo. Scquebatur quedado Pedro fuera de la
gún san Juan, cap. 2 2 .
autem Jesum Simón Pe- puerta , el olio discípulo que
I n illo lempore : Egres- En aquel tiempo salió Jesús tras, et alias disdpulus. era conocido del sumo sacer-
sus est Jesús cum discipu- con sus discípulos para i r al Discipulus autem Ule eral dote, salió, y habiendo habla-
lis suis trans torren (em otro lado del lorí enle do Ce- notas ponlifici, et i n t r o i - do á la portera, hizo entrar á
Cedrón, ubi crathortus, drón, en donde Labia un huer- vit cum Jesu in alrium Pedro : díjole entonces la por-
in quem i n l r o m t ipse, et to en el cual entró él y sus ponlificis. Pclrus autem tera á Pedro : ¿No eres tú
disdpuli ejus. Sciebat a u - discípulos. Judas que le en- slabat ad ostium foris. lambien do los discípulos de
tem et Judas, qui tradebal tregaba, sabia también el l u - E x i ñ t ergo disdpulus esle hombre ? Nó, la dijo él.
eum, locwn; quia frequen- gar , porque frecuentemenle alias, qui eral notas pon- Los domésticos y los oficiales
ler Jesús convenerat iíluc se juntaban en él Jesús y sus tifici, el dixit ostiario}, et estaban calentándose al fuego,
cum discipulis suis. Judas discípulos. Habiendo, pues, introduxil Petrum. Dicil porque hacia f r i ó ; y Pedro
ergo cum accepisset cohor- Judas tomado una cohorte, y ergo Petro ancilla ostia- lambien estaba con ellos ca-
tem, el á pontificibus et gentes enviadas por los pon- ria : S. Numquid et l u ex lentándose. Entonces el gran
pliarisieis ministros, venit tífices y los fariseos, vino allí discipulis es hominis i s - sacerdote preguntó á J e s ú s
Hluc cum luternis, et fasd- con linternas, hachas y armas. liusl G. jjíctl Ule : S. Non acerca de sus discípulos y de
bas, et armis. Jesús i l a - Enlre lanío sabiendo Jesús sum. C. Stabant autem su doctrina ; y Jesús le res-
que sciens o m n i a , quee lodo lo que debia sucedcrlc, servi el ministri ad p r u - pondió : Yo he hablado abier-
ventura erant super eum, se adelantó y les dijo : ¿A nas, quia frigus eral, et lamenle á lodos : siempre he
processü, et d i c ü eis : ií< quién b u s c á i s ? A Jesús de calefaciebant se : eral a u - enseñado en la sinagoga y en
Quem quairilis? C. Res- Nazareth, le respondieron tem cum ds et Petras el templo en donde lodos los
pondcrunl ci : S. Jesum ellos. Yo soy, les dijo Jesús. stans, ct calefacicns se. judíos se juntan, y nada ho
Nazarenum. C. Dicil cis Judas que le entregaba estaba I'ontifex ergo interrogavit dicho ocultamente. ¿ P o r q u é ,
Jesús : >J< Fgo sum. C. lambien con ellos. Apenas Je- Jesum de discipulis suis, el pues, me preguntas? PregunUi
Slabat autem el Judas, sús les hubo dicho : Yo s o y , de doctrina ejus. Itespon- á los que me ban oido, sobro
qui tradebal eum, cum i p - retrocediendo cayeron en tier- dit ei Jesu* : Ego p a - lo quo les he dicho : ellos sa-
sis. Vt ergo dixit eis, Ego ra. Por segunda vez les pre- lum loculus sum mundo : ben lo que yo Ies he ensefia-
sum, abierunl relrorsum, guntó Jesús : ¿A quién bus- ego semper docui in syna- do. Dichas eslas palabras, uno
el cedderunl m terram. c á i s ? A Jesús de Nazareth, le goga, el in templo, quo de los oficiales que estaban al
Herum ergo interrogavit volvieron á responder. Os he omnes Judcei conveniunt: lado de Jesús le dio una bofe-
eos : >$< Quem quoerilis ? dicho ya, les dijo Jesús, que et i n oceulto locutus sum tada, diciendo : ¿Do este mo-
C. l i l i autem dixerunl : S. soy Y0' Y Vues que es á mí á nihií. Quid me interrogas? do respondes al gran sacerdo-
Jesum Nazarenum. C. quien buscáis, dejad ir á es- interroga eos, qui audie- te? Repúsole Jesús, y le dijo :
Itespondit J e s ú s : >í< Dixi tos : para que se cumpliese la runt quid loculus sim i p - Si he hablado fuera de p r o p ó -
vobis, quia ego sum : si palabra que habia dicho : No sis : ecce hi sciunt, quee sito, m u é s t r a m e en q u é eslá
ergo me qvcerilis, sinile he perdido ninguno de los que dixerim ego. G. Ucee au- el mal ; pero si he hablado al
hos abire. G. Ul implerc- me diste. En eslo Simón Pedro tem cum dixissel, m u s caso, ¿por q u é motivo me hie-
tur sermo, quem dixit : que tenia una espada, la sacó, assistens ministrorum de- res? Envióle Anás alado á ca-
Quia quos dcdisli v i i h i , y dando con ella á un criado dil atapam Jesu, dicens: sa de Caifas , gran sacerdote^
non perdidi ex eis quem- del gran sacerdote, le corló la S. Sic respondes ponlifid? Como estuviese Simón Pedro
quam. Simón ergo l'etrus oreja derecha; llamábase Mal- G. Respondit ci Jesús : *¡i todavía calentándose, le dije-
hubens gladium eduxit eo el criado. Jesús, empero, Si male locutus sum, tesli- ron algunos : ¿No eres lú lam-
eum: et percussit pontifi- le dijoá Pedro : Vuelve lu es- moniam perhibe de malo: bien de sus discípulos? Él lo
cis servum, et absddit a u - pada á l a vaina; q u é , ¿no he si autem bene, quid me negó, diciéndoles : No lo soy.
riculam ejus dcxleram. de beber el cáliz que m i Padre ccedis? C. Et misil eum Uno de los domésticos del gran
E r a l autem nomen servo me ha dado? Inmedialanicute Anuas ligatum ad Cai- sacerdote, pariente de aqudf á
Malchus. Dixit ergo Jesús la cohorte y su comandanle y phamponlificem. Erat au- quien Pedro habia corlado la
Petro : i & M i t l e gladium los oficiales de los judíos, se tem Simón Petras stans, el oreja, le d i j o : ¿Pues q u é ? ¿no
tuum i n vaginam. C a l i - apoderaron de Jesús y le ala- calefadens se. Dixerunl le he visto yo con él en el
cem, quem dedil mihi Pa- ron. Lleváronle primero á ca- ergo e i : S. Nvmquidet lu huerto? Pedro lo negó tercera
ter, non bibam illum? C. sa de Anás, porque era sue- ex disdpulis ejus es? C. vez, ó imnedialamenlo cantó
Cokors ergo, et tribunas, gro de Caifas, gran sacerdote Negavit Ule, et d i x i t : S. el gallo. Llevaron, pues, á Je-
et ministri Jndceorum en aquel aíío. Este mismo iVon sum. C. Dicil ei unus sús de casa de Caifas al preto-
comprehenderunt Jesum, Caifas era el que habia dado á ex servisponlificis, cogna- r i o ; era eslo por ia m a ñ a n a ,
et ligavermi eum, et a d - entender á los judíos, que con- lus ejus, cujas absddit y ellos no entraron en el pi e-
duxerunt eum ad Annam venia que muriese un hoinbre Petras auriculam : S. torio, para no mancharse y ú
primum : eral enim socer por la nación. Seguía á Jesús iVrom¡e ego te vidi in horto íin de comer la Pascua. Salió,
l'aipha;, qui crat ponlifcx Simón Pedro con otro discípiir cum illo? C. llenan ergo pues , Pilalo afuera adonde
unm Ulius. E r a l aulcm lo, y eslo discípulo que era neguvil Petras; el slatim ellos estaban, y les dijo: ¿Cuál
SANTO. 335
gallas cantaml. Adducunt es el crimen de que acusáis á Clamaverunt ergo rursum Salve, rey de los j u d í o s ; y Ic
ergo Jesmn ¿t Caipha i n esle hombre'? Si esle hombre omnes, dicentes : S. Non dalian de bofeladas. Saliendo
prcplorinm. E r a l aulem no fuese un. malhechor, le hunc, sed Rarabbam. C. olra vez Pilato fuera adonde
mane : et ipsinon inlroie- respondieron, no te le h u b i é - E r a l aulem Barabbas l a - esta han los j u d í o s , les dijo :
runt i n pralurium , u l ramos entregado. A lo que P í - iro. Tune ergo apprehcndit Veis aquí que os lo traigo fue-
non conlaminarentur, sed lalo les repuso: Tomadle, pues, Pilalus Jesum, elflagclla- ra para haceros ver que no en-
wí manducarent I'aacha. vosotros mismos y juzgadle vit. Et milites pleclenles cuentro en él motivo alguno
Exivit ergo I'ilalus ad eos según vuestra ley. Mas los j u - coronam de spinis, impo- para condenarle. Salió, pues,
foras , el d i x i t : S. Quam díos le dijeron : Nosotros no snctmit eapüi ejus : el Jesús con la corona de espinas
accvsationeni ujferlis ad- tenemos potestad para quitar vesle purpurea circumdc- y con el manto de p ú r p u r a , y
versus homincm ¡tune? C. la vida á nadie. Todo esto su- derunt eum. Et veniebanl Pílalo les dijo : Ué aquí e|
fíesponderunl, cí dixerunt cedió así á fin de que se c u m - ad eum, el dicebanl : S. hombre. Luego que le vieron
ci : S- ¿ i no» essel hic pliesen las palabras que Je- Ave, Rcx Judaiorum. C. los pontífices y los ministros,
malffaclor, non libi i r a d i - sucristo habla dicho para s i g - Et dabanl ei alapas. E x i - clamaban y d e c í a n : Crucifíca-
dissemus eum. C. Dixit nificar do qué muerte habia vit ergo iterum Pilalus fo- le , crucifícale. Díjoles Pílalo:
ergo eis I'ilalus : S. Acei- de morir. Entrándose en se- ras, el dicil eis : S. Erce Tomadle vosotros y crncificad-
pile eum vos, et secundum guida Pilato en el pretorio, adduco vobis eum [oras, u l l e , porque yo no hallo en <i
legem vestram judicale hizo que fuese allí J e s ú s , ai cognoscatis quia m t k m por q u é condenarle. Respon-
eum. C. Dixerunl ergo ei cual le dijo : ¿ Eres tú el rey invenio i n eo eausam. C. diéronle los j u d í o s : Nosotros
Judtxi : S. Nobis non lüet, de los judíos ? Respondióle (Exivit ergo Jesús porlans tenemos una ley , y según es-
inleificere quemquam. C, Jesús : ¿ Dices tú esto como coronam spincam, et p u r - la ley merece la muerte, por-
Ul sermo Jesu implerelur, salido de t i , ó le lo han dicho pureum vcstimenlum:] Et que se ha hecho pasar por el
quem d i x i l , significans gua algunos otros de mí? ¿Por ven- dicit eis : S. Ecce homo. Hijo de Dios. Oyendo Pilato
mor le essel morilurns. I n - tura soy yo judio? replicó P í - C. Cnm ergovidisscnleinn estas palabras temió mas t o -
Iroivil ergoüerum in p r w - lalo. Tu nación y los grandes ponlijices et ministri, cla- davía , y entrando en el pre-
torium I'ilalus \ el voca- sacerdotes te han puesto en mabanl, dicenles:S. C r u - torio, dijo á Jesús : ¿De dónde
r i í Jesvm, et d i x i l e i : S. mis manos : ¿ q u é has hecho? cifige , crucifige eum. C. eres t ú ? Mas Jesús no le dió
Tu es Rcx Judceorum? C. Mi reino, le respondió Jesús, üieil eis Pilalus : S. Ac- respuesta. Díjole Pilato : ¿ A
Respondit Jesús : A ¡ e - no es de este mundo. Si mi cipile eum vos, el cruciji- mí no me hablas? ¿no sabes
melipso hoc dicis, an alii reino fue e de este mundo, g i t e : ego enim non inve- que tengo poder para hacerlo
dixerunl libi de me? C. mis soldados no dejarían de nio i n eo eausam. C. Res- crucificar, así como también
Respondit Pilatus : S. combatir para que yo no fuese ponderunt ei Judmi : S. le lengo para dejarle iüire?
Numquidego Judceussum? entregado á los j u d í o s ; pero iVos legem habemus, el Nada podrías contra mí, lo re-
Gens lúa, clpontifiees i r a - mi reino no es de aquí. Enton- secundum legem debet mo- puso entonces Jesús, si no lo
diderunt te m i h i : quid fe- ces le dijo Pilato; Luego ¿ t ú r í , guía Filium Dei se fe- se hubiese dado de lo alto el
cisli? C. Respondit Jesús : eres rey ? Respondióle Jesús : cit. C. Cum ergo audisset poder i por eslo el que me ha
Regnum meum non cstde Tú mismo lo dices que yo soy Pilatus hunc sermonem, entregado á tí, es mas c r i m i -
hoc mundo. Si ex hoc rey > Y yo nacido y venido magis timuit. Et ingres- nal. Desde aquel momeólo
mundo essel regnummeum al mundo para dar leslimonio sus est prcetorium iterum; buscaba Pílalo un medio para
minislri mei uliqne de- de la verdad. Cualquiera que et dixit ad Jestm : S. l i n - ponerle en libertad ; pero los
certarent u l non traderer es partidario de la verdad oye de es l u ? C. Jesús autem judíos gritaban, diciendo : Si
Judccis; nunc aulem reg- mi voz. ¿ Qué cosa es la ver- responsinh non dedil ci. perdonas á este hombre no
num meum non est. hinc. dad? lo dijo Pílalo. Y dicho Duit ergo ei Pilatus : S. eres amigo del César; pueslo
C. Dixil üaque ei Pilalus : oslo volvió á los j u d í o s , y les Mihi non loqueris? nesds que cualquiera que pretendo
S. Ergo Rex es tu? C. d i j o : Yo no encuentro en él quia poleslatemhabeo cru- hacerse rey, se declara con-
Respnndü Jesús ; Tu ningún motivo para condenar- cifigere te , et potcstatrm tra el César. Al oír Pílalo qno
dicis quia Rex sum ego. le. Uay , empero, un uso es- habeo dimitiere te? C. Res- se espresaban en estos t é r m i -
Ego in hoc natus sum, et tablecido entre vosotros, que pondit Jesús : ^ .YOÍI ftiftw nos, llevó fuera á Jesús, y so
ad hoc veni i n mundum , os dé libre un reo en la so- k r e s poieslalem adver- senlg en su tribunal en el l u -
M leslmonium perhiheam lemnidad de la Pascua: ¿ q u e - sum me ullam, nisi Ubi gar que en griego se llama
vcrilati : omnis, qui esl réis , pues , que os suelle al dahmcsscldcsuper. Prop- Líthostrotos, y en hebreo Gab-
ex veiiiale, audit vocem Rey de los j u d í o s ? Entonces lerea qui me tradidit libi, balha. Era la víspera del s á b a -
meam. C. Dicil ei Pilatusr. lodos esclaraaron de nuevo: majus peccatum habet. C. do de Pascua, cuasi la hora do
S. Quid est veritas? C. Él Nó á este, sino á Rarrabás. E l exinde qumcbat Pila- sesla, y les dijo á los judíos :
cuín hoc dixisset; iterum Era Barrabás un ladrón. En- tus dimitiere eum. Judaii Dé aquí á vuestro rey. Mas
exivü ad Judms, el dicit tonces Pilato tomó a Jesús , y autem clamabant, dicen- ellos esclamaron : Quítanoslo
eis:S. Ego nultaminvenio le hizo azotar. Los soldados en Ies : S. Si hunc dimiUis , dedelanle, crucifícalo. ¿ C r u c i -
inco eausam. Esl autem seguida formando una corona non es amicus Ca'saris. ficaré, pues, á vuestro Rey?les
consueludo vobis ut u m m de espinas se la pusieron en la Omnis enim qni se Regem dijo Pilato, Nosotros no l e ñ e -
dimiiiam vobis inPascha cabeza; cubriéronle con una fácil, conlradicil Ccesari. mos otro rey que al César,
vuhis ergo dimiiiam vo- capa de púrpura , y a c e r c á n - C. Pilalus aulem cumau- respondieron los grandes sa-
bis Regcm Judaeonm ? C. dose después á 61, le decian: dissei hos sermones, addu- cerdotes. Entonces se le en-
33 o VIERNES
xit foras /csMíii, el sedit tregó para que fuese crucifi- ejus , 3íaria Cleophm , et volvieron en nna rama do
pro I r i b u m l i , i n loco qtd cado. Inmediatamente so apo- María Magdalene. Cum hisopo y se la acercaron á la
dicilur Lilhostrolos, he- deraron de Jesús, y le lleva- vidisset ergo Jesús m a - boca. Habiendo Jesús locado
braicc aulem Gabhatha. ron, y cargado con la cruz que trem, el disripulum slan- el vinagre, dijo: Todo está
Erat a u t m Parasceve debia servir para cruciücarle tem, quem diligebat, dicil cumplido; y bajando la cabeza
P&tckaf, hora quasi sexta, so encaminó al lugar llamado matri suw : ^ Mulier, ec- entregó su espíritu. (Aquí to-
el dicil Jadeéis : S. Ecce Calvario, y en hebreo Golgo- ce filius tuus. C. Dcinde dos se arrodillan.) Como era |a
liex vester. C. UU aulem tha, en donde le crucificaron, dicil discipulo : >J< Ecc£ víspera del sábado, á fin de que
damabant : S. 'folie, l o l - con él otros dos, uno á cada maler lúa. C. E l ex illa los cuerpos no quedasen en la
k , crucifiije cum. C- Dicil lado, y Jesús en medio. Es- hora, aceepil eam diseipu- cruz el dia del sábado (era es-
eis l ' ü a l u s : S. Itegem ves- cribió Mato un rótulo y le lus i n sua. Postea scicns te s á b a d o un dia muy solemne)
trum crucifujam? C. Res- bizo poner sobre !a cruz, lió Jesús quia omnia consum- pidieron los judíos á Pilato que
pondermt ponlifíces : S. aquí lo que oslaba escrito en mala sunl, ut consumma' les mandase quebrar las pier-
Noahabemus Itegem, nisi él : Jesús de Nazareth, rey de retur Scriptura, d í x i l : nas, y los quitasen de la cruz.
Cmarem. C. Tune ergo los judíos. Leyeron muchos Sitio. C. Vas ergo eral Vinieron, pues, los soldados,
tradidil eis illurn ut c r u - judíos este rótulo, porque el positinn aceto plenum. l i l i quienes quebraron las piernas
cifigerelur. Susceperunt lugar en donde Jesús fué c r u - autem ¡rpongtam plenam al primero, y al otro que oslaba
autem Jesum , et eduxe- cificado estaba cerca de la aceto, hyssopo cirannpo- crucificado con él. Llegando
runt. E l hajulans sibi ciudad : estaba escrito en he- ncnles, oblulerunt o r i ejus. después á Jesús y viendo que
crucem, exivit i n eum, breo, en griego y en latin. Cum ergo accepissel Jesús estaba ya muerto, no le que-
qui dicilur Calvarioe, lo~ Decíanle á Pilato los grandes acelum, d i x i l : ffr Con- braron las piernas; pero uno
cum, hebraice autem Gol- ¿sacerdotes de los j u d í o s : No summalum esl. C. E l i n - de los soldados le abrió el cos-
golha : ubi crucifixeYunl escribas rey de los judíos : s i - clinato capile tradidil s p i - tado con un golpe de l a n í a , ó
eum, ct cum eo alios dúos, no que él ha diebo ; Yo soy e| r i l u m . (Hic genullectilur inmediatamente salió de la he-
liinc el hinc, médium a u - rey de los judíos. Respondió- et pausatur aliquantu- rida sangre y agua. Y el que
tem Jesum. Swipsit autem les Pilato : Lo escrito, escrito. lum.) J u d c ñ ergo [quo- lo ha visto, ha dado testimonio
el ü l u h m Vilatus, et po- Después de haber crucificado niam Parasceve erat], u l de ello: y su testimonio es ver-
suit super crucem. Eral á J e s ú s , lomaron los soldados non remanerent i n cruce dadero, y él sabe que dice la
autem scriplum : Jesús sus vestidos, de los cuales h i - corpora sabbalo (eral verdad, á fin de que creáis
Nazarenas, Rex JiicUuo- cieron cuatro partes, para ca- cnim magnus dies i l l i sab- también vosotros. Porque todo
rutu. Ilunc ergo tilulum da soldado la suya : tomaron bati) rogaverunl Pilalvm esto ha sucedido así, para que
mttUt .lad'Porum legermt: también su túnica ; era esta ulfrangerentur eorum m i - se cumpliese la Escritura: Na
quia prope civüalem eral sin coslura, y tejida de una r a , el lollerentur. Vene- romperéis ni uno de sus hue-
¡ v a i s , ubi crucifixus esl pieza de alto abajo; ^dijeron, r u n l ergo mitiles : el p r i - sos; y además otra Escritura
Jcsus : el eral scriplum pues, ellos entre sí : No la ha- mi quidem fregerunl ent- que dice: Vieron al que han
hebraice, grcece, el l a t i - gamos pedazos, sino echemos r a , el allerius, qui cruci- traspasado.
ne, fíkebant ergo Pílalo suoi les y veamos á quién le fixus esl cum eo. Ád J o
ponlifíces Judaiorum : C. loca ; á ün de que se cumplie- sum autem cum venissent,
Noli seribere, Rex Judmo- se lo que dice la Escritura : ut viderunt eumjam mor-
n m ; sed quia ipse d i x i l : Parlieron entre sí mis vestidos luum , non fregerunl ejus
Rex sum Juda'orum. C. y sobre mi túnica han ochado crura; sed unus niiHiuin
Respondit P ü a l u s : S. suertes; esto es puntualmente lancea ¡alus ejus aperuil,
Quod scripsi, scripsi. C. lo que hicieron los soldados. el continuo exivit sanguis
Milites ergo cum crucifi- Entrelanto la madre de Jcsus, el aqua. E l qui vidit, tes-
.risscnl eum, acceperunl la hermana de su madre y timonhm perhitmil : et
vesllmenta ejns [ct fece- María, mujer de Cleofas, esta- verum est testimonium
runt qualuor parles -.uni- ban cerca de la cruz con María ejus. E l Ule scít quia vera
niiqiie miliñ partcm) el Magdalena. Habiendo aperci- dicií : u l el vos eredatis.
lanicam. Eral autem tu-^ bido Jesús á la Madre y al dis- Facía sunl enim hcec u l
nica iñconsuliüs, desuper cípulo que amaba, que estaba Scriptura impleretur i Os
contextaper lolam. I ñ x e - allí, dijo á su Madre. Mujer, non comminuelis ex eo. Et
runt ergo ad invicem. S. ves ahí á tu hijo. Después dijo iterum alia Scriptura d i -
i\Ton scindamus eam, sed al Discípulo: Mira ahí á tu ma- cil : ' Videbunl m quem
sorlia-mur de illa cujas s i l . dre; y desde aquella hora él la transfixerunl.
C. Ul Scriptura implere- tuvo por tal. Después de esto,
l u r , dicens : l ' a r l i l i sunl sabiendo Jesús que lodo estaba Posthcec autem rogavit Después de todas oslas cosas,
vesiunenla mea sibi : el i n cumplido, para que tuviese Pilaíum Joseph ab Arima- José de Arimathea (que era
veslem meam miserunt perfecto cumplimiento la Es- thwa [eo quod essei disci- discípulo de Jesús, aunque
sorlem. E l mitiles quidem critura, dijo: Tengo sed. Habla pulus Jesu, oecullus au- ociillo por temor de los judíos)
hax feccrunl. Slabmil av- allí un vaso lleno do vinagre, tem propter melum J u - pidió á Pilato que le permitiese
temjuxta crucem Jesu ma- y habiendo los soldados empa- deeorum] u l loUeret corpus quitar de la cruz el cuerpo de
icr ejus, el sóror malris pado en él una esponja, la en- Jesu. E l permisit l'ihuns. Jesús. Pílalo se lo permitió.
Venit ergo, ct lulil corpus Por tanto vino.á quitar el cuer-
SANTO. 337
Jesn. Venit a u t m et A'i- po de Jesús. Nicodemus, que nidad? ¿ a m a m o s mas la cruz? ¿ e s t a m o s mas conmovi-
cocíemus, qui vcneral á á ía primera vez Labia ido de dos? ¿ hemos derramado muchas l á g r i m a s ?
Jesum norte p i m i n n , fc- noche á ver á Jesús, vino tam- Que la pasión, que la muerte ignominiosa y amarga de
rens m i x l m a m myrrlice., bién allí , llevando consigo un hombre-Dios, asombre á los pueblos b á r b a r o s ; que
et aloes, quasi libras ccn- cerca de cien libras de una parezca increible á los paganos; que no puedan ellos
tum. Acceperunl ergo cor- composición de mirra y aloes. comprender que un Dios pudiese amar hasta este esqeso
pus Jcsu , et ligavertmt Tomaron, pues, el cuerpo de á los hombres , nada do esto nos debe parecer estrafio;
illud Untéis m m aromati- J e s ú s , y le envolvieron en pero que un cristiano mire con ojos enjutos é indiferentes
bus, sicut mos erat Judaiis lienzos con drogas aromáticas á Jesucristo en el Calvario; que la imágen de Jesucristo
sepeliré. Erat aulem i n según acostumbraban á sepul- en la cruz se encuentre «n todas parles, ménos en el co-
loco, ubi crucifixus est, tar los judíos, lliibia, pues, un razón de la mayor parte de los cristianos; que lodos los
horlus : el i n horlo mo- buerto en el lugar en donde afios se asista á sangre fría á la celebridad de osle gran
ninncnlum novum, i n q m habia sido crucificado, y en misterio; ¿ s e asombrarían ménos los paganos á vista de
mndum quisquam positus este huerlo un sepulwo nue- nuestra insensibilidad y do nuestra ingratitud , que á la
eral. I b i ergo propier Pa- vamente abierto , en donde vista del precio de nuestra redención ? ¡ Dios mió I i quó
rascevem J u d m r u m , quia ninguno habia sido colocado. impresión no deberla hacer esta reflexión bien meditada'.
j u x l a erat monumenlum, Allí pusieron á Jesús, á causa PUNTO SEGUNDO. — Considera que el Salvador ha hecho
pomeruHl Jesum.' deque era la víspera del sába- de su cruz una c á t e d r a : no es menester, por decirlo a s í ,
do de los j u d í o s , y el sepul- mas que ojos para aprender las lecciones que nos da en
cro estaba cerca. ella; son sus llagas las que allí nos dan estas lecciones:
allí confunde nuestra necia vanidad , nuestro orgullo ; allí
MEDITACION. condena altamente nuestra molicie y nuestra sensualidad;
allí nos echa en cara de una manera viva yurgctUe nues-
De la pasión de meslro Semr Jesucristo en el Calvario. tra dureza y nuestro amor propio. El Crucifijo debe ser
PUMO PUIMIÍRO. — Considera el espectáculo que aquí se el símbolo de la vida cristiana, y el espejo mas fiel do
nos presenta: Jesucristo abrumado bajo de una pesada todos los cristianos; viéndonos en él lal como somos, vea-
cruz que lleva sobre sus hombros : Jesucristo espirando monos cuales deberíamos ser. ¡Dios m i ó , q u é elocuente
sobre la cruz. lié aquí la prueba de su amor, el objeto de es vuestro silencio en la cruz I
nuestra fé, el precio de nuestra r e d e n c i ó n ; pero ¿ y no es « C u a n d o yo fuere levantado de la t i e r r a , » decía el
al mismo tiempo la prueba de nuestra infidelidad, el mo- Salvador, « l o d o l o a t r a e r é á mí. (Joan. 12.) » Es necesa-
tivo de nuestra reprobación, y la medida do nuestra i n - rio estar muy apegado á la tierra para no ver en nosotros
gratitud ? el efecto de osle oráculo. Él se ha verificado en tantos
¡ Qué prodigioso concurso de dolores , de amarguras) pueblos b á r b a r o s ; en tantos príncipes infieles ; en tantos
de ignominias y do tormentos para Jesucristo moribundo pecadores endurecidos después de su conversión : ¿ y q u ó
en el Calvario I Si se le desnuda antes do estenderle so- impresión hace el día de hoy este divino objeto en la m a -
bre la cruz, es para renovar en aquel momento todos los yor parte de los cristianos? ¿ despierta nuestra fé la vista
dolores de su pasión , renovando todas sus llagas. Habia do un Crucifijo? ¿ a m o r t i g u a nuestras pasiones? ¿ e s para
ya perdido el sagrado cuerpo toda su sangre, pero aun nosotros un remedio eficaz contra ellas ?
Conservaba todos sus nervios, instrumentos del senti- Jesucristo crucificado es un escándalo para los judíos,
miento y del dolor: para desgarrar pues á la vez lodos una locura p á r a l o s gentiles ( 1 , Cor. 1.); pero ¿ l e miran
los nervios, se le traspasan los pies y las manos con todos los cristianos como la fortaleza de Dios, y su sa-
gruesos clavos, y se lo clava sobre aquel lecho de dolor. b i d u r í a ? ¿Podemos decir como san Pablo : Por lo que á
Concibamos toda la ostensión y la dureza de estos dolo- mí loca, g u á r d e m e Dios de gloriarme de otra cosa que de
res : comprendamos , si es posible, loda la crueldad do la cruz de Jesucristo, por quien el mundo está crucificado
este suplicio. para mí, y yo lo estoy para el mundo? ¿ S e r i a mirado un
Parece que el divino Salvador quiero sufrir á cada Crucifijo con alegría y con respeto en esas reuniones m u n -
raomenlo lodos los dolores juntos; una cruz levantada con danas; en esas academias de juego y de ociosidad; por
frecuentes sacudidas; un cuerpo que pesa, por decirlo esas personas que constituyen una especie de honor en
a s í , sobre sus llagas , y que no está suspendido mas que ser poco cristianas? Sin embargo este será el último ob-
por unos clavos; esta sola idea hace estremecer ; y lal es jeto que se Ies p r e s e n t a r á , el único en el que buscarán el
el estado en que Jesús pasa las tres últimas horas-de su consuelo contra los espantos de la muerte , en aquel m o -
vida. menlo en el que deberán comparecer ante el soberano
Los oprobios de que se le carga , las injurias que se le Juez. Aquella mujer mundana, arjuel hombre vasm y poco
hacen, igualan al esceso de los dolores que sufre; asi es religioso, aquel libertino , se tendrán por muy dichosos
que no muero hasta haber sido harto de ellos. Pero ¿ p o r en espirar teniendo y aun besando el Crucifijo. Dulce con-
q u é , adorable Salvador mió , uoa muerte tan dolorosa y suelo para aquel para quien Jesucristo crucificado no ha
tan bumillunle? Vuestro Padre no pide estos cscesos, sido una locura ni un escándalo.
nuestra redención puede hacerse á ménos precio; ¿ tanto Presentarásenos al fin de nuestra vida esto Jesús m o r i -
era necesario para confundir nuestro orgullo, para con- bundo por nuestro amor; ] q u é consuilo 1 pero se nos p r e -
denar nuestra sensualidad, para hacernos amar la cruz, sentará muriendo en una cruz , esto es , diciéndonos por
para ablandar la dureza del corazón mas b á r b a r o ? pero tantas bocas como llagas, lo que él ha hecho y sufrido
lodo esto ¿ ha disminuido nuestra ambición y nuestra va- por nuestro amor, y lo que nosotros debemos hacer por
TOMO i v . M
338 SABADO
amor de ól. ¡ A h ! dulce Icsus mió, doci.lmc hoy con efi-
cacia , lo que vuestras sagradas llagas me echarán en SABADO SANTO.
cara entonces sin frnlo. Mi conciencia me hace ya oslas El Sábado santo, que también se llama el Sábado m a -
reconvenciones, y todo mi recurso está ya en vuestras l l a - yor, se ha mirado siempre en la Iglesia como uno de los
gas. «Mirad á la Ggtira de vuestro Cristo: » esto es lodo dias mas solemnes aun ántes de haberse adelantado los
lo que longo que representaros. Padre eterno; mirad si los oficios de la noche del domingo de Pascua al dia que los
rayos qite yo merezco pueden pasar al través de este me- precede. Propiamente el oficio del Sábado santo es la
diador; mirad si puede subsislir vueslro enojo presen- conlinuacion de las exequias del Salvador, y en parlicular
tándoos osla víctima ; al ubrigo de esta ernz, en esta cruz de su sepultura. La iglesia aun está de gran luto. Su pro-
es donde yo quiero vivir; y yo espero que me concede- fundo silencio, y la cesación del divino sacrificio que co-
réis ía gracia de que muera amando, abrazando y besan- mo en el Viernes santo tampoco se ofrece en este dia, lodo
do con confianza esta cruz. esto indica su alliccion. Está únicamenle ocupada en llorar
I v c m n i a i A S . — Corijprendo , Señor., lo que significan la miierle del divino Esposo, en honrar el misterioso des-
esas llagas en medio de vuestras manos. [Zachar. l í í . ) canso que Jesucrislo g u a r d ó en este dia en el sepulcro, y
No permita Dios qne yo me gloríe en adelante de otra a! mismo tiempo su descensión á los infiernos , esto es,
cosa, que de la cruz de Jesucrislo. ( Gal. C. } como dice san Pabl >, á los lugares mas bajos de la tierra.
El alma sanlísima de Jesucristo, de la cual j a m á s se se-
PROPÓSITOS. paró la divinidad, del mismo modo que de su cuerpo ado-
1 No perdáis j a m á s de vista este divino objeto, « y rable, que. fué puesto en el sepulcro; esta alma santísima,
obrad conformes al modelo que se os ha presentado en la repilo, inmediatamente después de so muerte, descendió
monlafía. (Rxodo 2 3 . ) » Aun cuando Dios exigiese de no- efectivamente á los lugares mas s u b t e r r á n e o s ; allílriimíó
sotros el sacrificio de nueslra vida , ¿exigirla demasiado deles d e m o n i o s á quienes acababa de vencer enteramen-
después (le lo qne ha hecho por nosotros? Nuestra salva- le.por su-muerte, y les hizo sentir las Iriéles consecuen-
ción cuesla bien cara ; la sangre de Jesucrislo es el precio cias de su derrota. Allí consoló á las almas del purgatorio,
de ella; ¿ n o s parecerá pues muy costoso, si para salvar- dándoles esperanzas de que pronto se verian libres de sus
nos , tenemos que privarnos de alguna lijera salisfaccicn, dolorosos calabozos; y a l l í , en fin, sacó de entre aquellas
si es necesario derramar algunas l á g r i m a s ? « M i r a d , y tinieblas las almas de los santos patriarcas y de los d e m á s
obrad. » Cuando de aquí en adelante esperimenlaseis a l - juslos, esto es, de todos aquellos á quienes Dios con ante-
guna dificultad en obedecer la voz del Seflor, mirad á Je- lación habia hecho misericordia, y concedido la remisión
sucrislo en la c r u z , y ved si os atreveréis á negarle lo de sus pecados en virtud de los méritos de Jesucristo^
poco (pie os pide. Esta práctica es escclente para vencer pero que. !io podían gozar plenamente del efecto de esla
mies'ra repugnancia , y confundir nuestra cobardía. No misericordia hasta que Jesucrislo hubiese satisfecho á
os contentéis con los pequefios sacrificios indispensables Dios su Padre, con 1» efusión de su sangre, por los peca-
de la ley. Determinad todos los años el Viernes santo a l - dos de todos los hombres. De estos dichosos predestina-
gún pequeño sacrificio que ofrecer á Dios duranlo el año dos se formó inmediatamente el alma del Salvador como
(ó aua cuando no sea mas que en este dia j ; por ejemplo una córtc que llevó en seguida con el en triunfo al cielo,
privaros de lal diversión , de tal j u e g o , de tal fruta, de cuya entrada estaba cerrada á los hombres basta q u é Je-
(al adorno. De no hablar á nadie de los agravios que os sucristo la hubiera abierto por su muerte. La parle de l u -
hubiere hecho, dolos disgustos qne os hubiere causado, gares subterráneos en donde estaban los que babian
del motivo que os hubiere dado para quejaros de él. P u é - muerto en gracia de Dios ántes de la muerte de Jesucrislo,
dese también enlender por esta palabra sacrificio deltas es lo qne la Escritura llama el Seno de Abraham y noso-
práclicas de piedad algún lanío penosas, como el i r á pié tros decimos Limbo. Nota Durando que la razón porque
todos los sábados á visitar alguna capilla distante en la la Iglesia ha consagrado lodos los sábados del año al culto
cual sea bonriida la sanlísima Virgen de un modo p a r t i - singular y á la devoción especial de la santísima Virgen,
cular, ayunar un dia en la semana, visitar los pobres e n - es porque estando muerto Jesucrislo, y dudando todos los
fermos en los hospitales, hacer una limosna, visitar.cada discípulos de su resurrección, se halló toda la fé en sola
semanales pobres encarcelados, ele. Y tened présenle la santísima Virgen; ella sola fué la que durante el sábado
qne en la hora de vuestra triúcrle nada os consolai á lanío conservó cuidadosamente el precioso depósito de la fé;
como el sacrificio que Imbiereis hecho regularmente en ella sola fué fiel.
aquel último a ñ o . Todo el oficio del Sábado santo, según el espírilu d é l a
2 Es una devoción muy laudable el llevar siempre Iglesia, no se dirige mas que á honrar el doble misterio
consigo la imagen del Crucifijo, no movidos do una v a - de la bajada del alma de Jesucrislo á los infiernos, y del
nidad indigna que se alreva á bacer de la cruz de Jesu- descanso dü su cuerpo adorable en el sepulcro. Este
crislo un dije, o un adorno de lujo, sino por motivo de re- oficio no se terminaba hasta después de la hora de nona,
ligión, y para tener en este juadoso y consolante objelo la cual se cstendia hasta el poner del sol, y entonces co-
un remedio contra todas nuestras pasiones , y s e ñ a l a d a - menzaba con el nuevo dia el oficio solemne de la gran
meale contra nuestro amor propio y nuestro orgullo, un vigilia de Pascua. Era esta la primera de todas las vigilias
memorial que escite nuestro fervor, y un modelo que. ar- del año en dignidad, y es también la primera por su anti-
reglo nuestra conducta. Muchos santos lo llevan sobre el güedad con respecto al eslablccimienío de la Iglesia : ella
corazón, y pocos hay que no lo hayan tenido con frecuen- ha pasado siempre por la mas célebre y la mas indispen-
cia á la vista, sobre lodo cuando han hecho sus oraciones. sable de todas, era también la mas larga, porque juntaba
inmedialamente el oficio de la gran (iesla de Pascua al
SANTO.
suyo. Como el dia civil entre los judíos empezaba sieuipre Sefior, y e:i nombre del Esimilu Sanio; dignaos cooperar
al poner del sol, por eslo esta célebre vigilia coiuenzaha con nosotros, y asistidnos con vuestro auxilio contra lus
la tarde del Sábado santo á la puesta del sol. íbaso en- tiros inllamados del enemigo, y derramad sobre nosotros
tonces á la iglesia; y había pocos fieles que no pasasen la luz de vuestra gracia celestial. Vos que siendo Dios v i -
en ella toda la noebe en ejercicios de piedad. El oficio ijnevís y reimiis con el mismo Jesucristo vuestro Hijo único, y
era muy largo, la lectura de las lecciones tomadas del con el Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
antiguo Testamento, las instrucciones, las ceremonias, las La bendición de los cinco granos de incienso des'iin:;dus
oraciones, ocupaban basta el amanecer en que comenzaba para colocarse en el cirio pascual, no es menos signiíica-
el oficio de Pascua, al que seguia la misa en la que los tiva del sentido y del misterio, y del espíritu de Indo el
fieles que estaban todos en ayunas, los unos desde la misterio. Os suplicamos, ó Dios.omnipoteníe, continúa el
austera y módica comida del Viernes santo, y muebos aun sacerdote, que este incienso reciba una efu.-ion abundante
desde el Jueves, conmlgaban. Después de lo cual se reti- de vuestra bendición. Encended vos mismo el fuego que
raba cada uno á su casa para descansar un poco y volver debe iluminarnos en esta noche, vos que renováis el mun-
eu seguida á la iglesia. Esta religiosa costumbre subsiste do por las operaciones invisibles de vuestro poder, á íiu
aun entre los herejes. Pero desde que la Iglesia latina, de que no solo el sacrificio que se os ofrece en esta noche
conducida siempre por el Espíritu Santo, ha crcido con- reciba las impresiones secretas de vuestra luz, sino qicc
veniente por muchas razones el prohibir las reuniones también sean arrojados todos los artificios y toda la m a l i -
nocturnasv el oficio del Sábado santo se ha adelantado co- cia del demonio de cualquiera lugar adonde se llevase
mo el de las d e m á s ferias m a y o r e s á la tarde del dia prece-
cualquiera de las cosas que aquí santificamos, y que por
dente ; y todo el oficio del Sábado santo, que hasta la misa una asistencia particular se haga sentir allí la virtud do
está dedicado á la memoria de la sepultura del Salvador, vuestra divina Majestad. Por Jesucristo nuestro Seíior.
se termina por la maílana en el oficio de nona. Entonces
Todas estas ceremonias demuestran bastantemente cuál
comienza el oficio de la gran vigilia de Pascua; mas la
es el espíritu de la Iglesia en todas estas misteriosas cere-
Iglesia al mudar el tiempo de celebrarla, no ha mudado
monias, y con qué espíritu de religión se debe asistir á
las ceremonias ni las oraciones.
ellas. Asegúrase que durante mucho tiempo se vio todos
Comienza, pues, este oficio por la bendición solem- los años en Jerusalen en la Iglesia del santo Sepulcro un
ne del nuevo fuego, después de apagado el antiguo. milagro el Sábado santo con motivo de este nuevo. fuego.
Todo es misterioso en estas santas ceremonias. Apa- Este prodigio consistía, en que esi^nrfo apagadas todas las
gado el fuego antiguo, parece quererse representar l á m p a r a s , en el momento en que se cree que Jesucristo
l a ley antigua estinguida y abolida en la muerte del resucitó, se encendía milagrosamente una de ellas, á vista
Salvador , y en el fuego nuevo la ardiente caridad de una multitud innumerable de testigos, que la devoción
tjue debe ser como el alma de la nueva ley. Uabien- y la maravilla atraían de todas parles. Odolríco, obispo de
do muerto Jesucristo, luz del mundo, estuvo, por de- Orleans, á su vuelta de una peregrinación que bahía he-
cirlo a s í , esta divina luz como estinguida por espacio cho á Jerusalen en 1033, testifica haber traído ia l á m p a r a
de tres dias. En el momento, pues, en que el Salvador que el fuego del cíelo había encendido el año que él esta-
resucitó á una nueva vida, volvió á aparecer el nuevo ba allí, y haberla comprado al patriarca Jordán para hacer
fuego del que es como el símbolo y la figura el que hoy con ella un presente á su iglesia.
se saca del pedernal. Las oraciones de que la Iglesia se En honor de la santísima Trinidad, de la que es Jesu-
sirve para bendecir solemnemente el nuevo fuego, de- cristo la luz, inmediatamente después de ¡a bendición del
senvuelven por sí solas lodo el misterio, igualmente que
nuevo fuego, se enciende un cirio que se divide en tres, y
el sentido místico y moral.
se convida en alto al pueblo á que d é gracias á Dios por
¡Oh Dios, dice, que por medio de vuestro Hijo, el cual el conocimiento que nos ha dado Jesucristo de este adora-
es la piedra angular de vuestra Iglesia, habéis derramado ble misterio. « Esta es la luz de Cristo : » nuestra fé es
en los corazones de vuestros fieles el luminoso fuego de propianiente la luz de Jesucristo. «Demos gracias á Dios,»
vuestra candadl santificad este nuevo fuego que para se responde. ¿ Qué acciones de gracias tan infinitas no le
nuestro uso hemos sacado del pedernal, y concedednos debemos por un bemeficio tan insigne? El cántico de
la gracia de que durante estas fiestas de Pascua, estemos alegría que comunmente se llama el Exullcl... (') jorque
de tal modo abrasados en deseos del todo celestiales, que comienza por esta palabra, escomo un grito de alegría de
qon corazones puros podamos llegar á la solemnidad de toda la Iglesia por la nueva agradable de la resurieceiun
las fiestas de la eterna gloria. Pur el mismo Jesucristo del Salvador. Por esto se cantaba en el momento en que
nuestro Seíior. el dia comenzaba á apuntar, y á la manera que los ángeles
Seüor Dios, Padre omnipotente, luz eterna, criador de anunciaron á los hombres el naciniienlo dichoso del Salva-
toda l u z : bendecid esta como la habéis bendecido y san- dor por un cántico celestial, «Gloria á Dios en lo mas alio
tificado iluminando á todo el mundo, á Gn de que h a g á i s de los cielos,» hoy la Iglesia anuncia su triunfante resurrec-
nacer HO fuego divino que nos abrase y nos ilumine; y asi ción, convidando á toda la córte celestial á que celebre con
como iluminasteis á Moisés al salir de Egipto con una luz ella este glorioso triunfo. Dé ya salios de alegría tuda la
milagrosa, dignaos también iluminar nuestros corazones y tropa celestial de los ángeles, y celebre con un santo r e -
nuestros sentidos, para que algún dia podamos llegar a la1 gocijo nuestros divinos misterios. Uosuenc por todo el
luz eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. universo la trompeta sagrada que nos anuncia nucslra sa-
Señor, Padre Santo, Dios omnipotente y eterno, noso- lud, y publique la insigne victoria de un monarca tan
tros bendecimos este fuego en vuestro nombre, en nombre
de vuestro Hijo único Jesucristo, nuestro Dios y nuestro \\] E u España la AuQ&ica.
340 SABADO
grande. Regocíjese también la licrra, viendo lucir sobro pues, ó Padre eterno, en consideración do esta noche sa-
ella una luz lan hrillantc ; y los rayos brillantes de gloria grada, el sacrificio de esto incienso que vuestra santa
qiio por todas parles esparce el Rey eterno, háganle sentir Iglesia os ofrece en esta misma noche por las manos de
la dicha que tiene de haber sido por fin libertada de las sus ministros, en la obl.icion solemne de este cirio, enya
espesas (¡nieblas que estaban esparcidas por todo el m u n - materia han proporcionado las abejas. Aquí el diácono co-
do. Salle de júbilo la Iglesia nuestra madre, viéndose loca los cinco granos de incienso en el cirio pascual en
adornada con el brillo resplandeciente de una luz tan forma do cruz; después conlinuando bajo de la misma
grande. Resuene este templo con las voces de alegría do alegoría de la columna de fuego milagrosa que alumbraba
todo el pueblo, reunido en él para la celebración de una á los israelitas durante la noche, y que por el dia p o n i a á
fiesta tan magnífica. Todo este cántico de alegría no es todo el pueblo á cubierto de los ardores del s o l : ahora es,
mas que un continuo entusiasmo: por esto, hermanos raios continúa, cuando reconocemos las singulares ventajas de
muy amados, continúa el diácono, vosotros que estáis esta columna de cera, que un fuego brillante y sagrado
aquí presentes, y que acabáis de ser iluminados con la ad- va á encender en honor de la divina Majestad ; y aunque
mirable claridad de esta santa luz, unid vuestras plegarias este fuego bendito se divida después en tantas partes,
á las mias, á fin de que así unidos, obtengamos que der- cuantos son los sugetos á quienes va á comunicar su ardor
rame sobre nosotros los rayos de su divina luz, y que sin y su luz, nada pierde por esta comunicación, a l i m e n t á n -
atender á mi indignidad, me conceda la gracia de p u b l i - dose de la cera derretida que ha producido la abeja para
car todas las alabanzas de este cirio misterioso consagrado componer la sustancia de esta misteriosa llama. Y aquí es
á su honor y á su nombre. Levantemos nuestros corazones cuando se encienden las l á m p a r a s .
á Dios, y démosle eternas acciones de gracias: es muy ¡O noche verdaderamente dichosa, prosigue e í diácono,
justo el juntar el sonido d é l a voz con los afectos del cora- que despojando á los egipcios, ha enriquecido á los h e -
ton para alabar al Dios invisible, Padre omnipotente, y á breos! El sentido literal cae sobre lo que pasó en la p a r -
su Hijo único nuestro Señor Jesucristo, el cual ha pagado tida de los israelitas de todo el Egipto ; pero el senliifo
por nosotros al Padre eterno la deuda de Adán, y ha bor- alegórico nos representa á los cristianos enriquecidos, por
rado con su misma sangre el acta que estaba escrita con- decirlo así, con los despojos de los judíos, que negándose
tra nosotros, y el decreto que nos condena como culpa- á reconocer al Mesías, y quitándole la vida, han perdido
bles á consecuencia del pecado del primer hombre. Ué para siempre la cualidad do pueblo escogido, y todas las
aquí, pues, las fiestas de la Pascua, en las cuales es inmo- bendiciones que abandonando a la sinagoga, han pasado
lado el verdadero Cordero, cuya sangre consagra y santi- á la Iglesia. Noche en la cual el cielo se une á la tierra, y
fica las puertas de las casas de los fieles. Esta es la noche, Dios á los hombres. Os suplicamos, pues. Señor, que esto
6 Dios roto, en la cual sacasteis en otro tiempo del Egipto cirio consagrado en honor de vuestro nombre arda toda
á nuestros padres los hijos de Israel, y les hicisteis pasar esta noche, para que se disipen sus tinieblas; y que ele-
el mar Rojo á pié enjuto. Esta es la noche que ha disipa- vándose su luz como un perfume agradable se mezcle con
do las tinieblas de los pecados con el resplandor de una la de las antorchas-celestiales: encuéntrele todavía encen-
columna luminosa. Esta es la noche que separando hoy dido el astro de la mañana ; aquel astro, digo, que no t i e -
por todo el mundo á los que creen en Jesucristo, de los ne ocaso, el cual habiendo resucitado, y volviendovictorio-
vicios del siglo y de las tinieblas del pecado, los restable- so de los infiernos, ha hecho que luzca sobre lodo el g é n e -
ce á la gracia, y los hace entrar en la sociedad de los san- ro humano una luz tan brillante en perfecta serenidad. Os
tos. Esta es la neche en la que Jesucristo, rolos ya los l a - suplicamos, Señor, que concediendo á nuestros dias la
zos de la muerte, se ha levantado victorioso del sepulcro. tranquilidad de una paz dichosa, os digneis entre el r e -
Nada hubiese, en verdad, servido pata nosotros el que gocijo de estas fiestas pascuales, conservar por una pro-
hubiese nacido, si no hubiésemos tenido la dicha de que tección especial á todos vuestros fieles siervos, á todo el
clero y á todo este devoto pueblo, con nuestro santísimo
nos hubiese rescatado, i O efusión admirable de vuestra
padre el papa, y nuestro prelado. Echad también una m i -
bondad sobre nosotros! ¡O esceso incomprensible de vues-
rada favorable sobre nuestro piadosísimo monarca ; y co-
tra caridad inefable t Para rescatar al esclavo habéis en-
nociendo los votos y los deseos de su corazón, haced, 6
tregado á vuestro Hijo. ¡ O pecado de Adán, detestable á
Dios, por una gracia especial de vuestra bondad y de
la verdad por su malicia ; poro que ha sido cierlamcnle
vuestra misericordia, que goce d é l a tranquilidad de una
la ocasión del roas grande de todos los bienes, pueslo que
paz inalterable, y que con lodo su pueblo consiga una vic-
ha sido borrado por la muerte del Salvador! ¡ O culpa á la
toria celestial sobre lodos los enemigos de la salvación.
verdad desgraciada por sus tristes efectos; pero en algún
Esta gracia os pedimos lodos por el mismo Jesucristo nues-
«cntido feliz, puesto que nos ha procurado un Redentor
tro Señor, vueslro Hijo, que siendo Dios vive y reina con
tan magnífico! ¡ O noche verdaderamente dichosa, que
vos en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
sola ha podido saber el tiempo y el momento en que Je-
Así sea.
sucristo ha resucitado! Esta noche es de la que está escri-
to: La noche será para mi tan d a t a como el dia, y esta Descúliresc demasiado el influjo del Espíritu Santo en la
noche luminosa con su resplandor no contribuirá poco ni santidad de esta bendición solemne del cirio pascual y en
esplendor de mi triunfo. La santidad de esta dichosa no- la celebridad de esta augusta y misteriosa ceremonia,
che destruye los crímenes, lava las ofensas, restablece á para no creer que sea ella obra suya. No es posible dudar
la inocencia á los que la habian perdido, vuelve la ale- que no sea de tradición apostólica, aun cuando no se h i -
gría'A los que estaban en la aflicción, disipa los odios y ciese con esta majestuosn publicidad en los tiempos de
las enemistades, restablece la paz y la unión en los cora- persecución, en los que los emperadores paganos leuian
zones, y somete á Dios los imperios del mundo. Recibid, como cautiva á toda la Iglesia. Pero luego que pasaron
SANTO. m
aquellos tiempos sombdog, y so dió la paa á l a % l c s ¡ a , so es la figura do la Iglesia, ftiera do la cual no hay salud.
vieron desenvolverse sus.sagradas ceremonias, y celebrar- La tercera lección refiere la historia del sacrificio de Isaac,
se SOS oGcios con aquel orden, aquella religión y aquella esto es, la historia de un padre comosacrificadyr,yde un
majestad, que indican la alta sabiduría y la sublimo san- hijo como víctima: j a m á s hubo figura mas significativa del
tidad del Espíritu divino que las dirige. Créese que fué el sacrificio de Jesucristo.
papa Zozimas el que ordenó la solemnidad de la ceremonia La cuarta lección es la historia del paso milagroso de
del cirio pascual, y se atribuye á san Ambrosio la bendi- los israelitas por el mar Rojo al salir de la servidumbrede
ción tal como la tenemos. Este cirio misterioso no solo re- Egipto para ir á la feliz tierra promolida, en la que corrían
presenta la nube y la columna de ftrego de que ya se ba como rios de leche y miel. Lo q«e allí sirvió para la sal-
hablado en la bendición, sino también la luz de la fé que vación del pueblo de Dios, sirvió para la pérdida de los
nos ilumina, y el fuego divino de ia caridad que Jesuorislo enemigos de este pueblo. ¿Quién no ve en esta figura la
ha venido á encender en la tierra y o n el cual quiere imágen del triunfo de la Iglesia sobre lodos los enemigos
que se abrasen lodos los hombres. En su resurrección fué de Jesucristo?
propiamente cuando se encendió este fuego divino, y co- La quinta lección está tomada del profeta Isaías, por c u -
menzó á esparcirse por el mundo esta luz sobrenatural, y ya boca el Señor, después de haber denotado en q u é c o n -
esto es lo que parece que significan aquellas palabras de siste la herencia que promete á los que debe adoptar por
la bendición: «Alégrese la tierra iluminada con tantos Jesucristo resucitado, convida á todo el mnndo á abrazar
resplandores. 'Alégrese también la santa madre Iglesia la fé, áfin de que puodan recoger el fruto d e s ú s prome-
adornada con los brillos de tanta l u z » . El sabio Durando, sas, y paiiicipar de esta herencia como coherederos con
obispo de Monda, en su Racional de los oficios divinos, dice Jesucristo en el lenguaje de san Pablo,
que los cinco granos de incienso que se ponen en el cirio La sexta lección contiene la profecía de Raruch. Esto
pascual en forma de cruz, significan las cinco llagas, cuyas discípulo del profeta Jeremías declara á los hijos de Is-
cicatrices ha querido el Salvador conservar en sn cuerpo rael, que entonces gemían en la cautividad de Rabilonia,
glorioso; y que dan bástanle á entender que la mortifica- que la cansa de todas sus desgracias procede de que han
ción es una especie de sacrificio ofrecido á Dios en olor dejado al Señor su Dios, alejándose de sus caminos. En
de suavidad, en el que el fuego del amor divino es el que
seguida, prediciendolos la venida de Jesucristo: «Él es,»
consume la víctima.
les dice, «el que es'nueslro Dios : ningún otro qne él, por
A l a bendición del cirio pascual sé siguen doce lecciones de quien todo ha sido hecho, ha sabido hallarel camino de la
la santa Escritura que ordinariamente se llaman profecías, verdadera sabiduría; él es el que ha encontrado todos los
cuya lectura es interpolada de cánticos y de oraciones, caminos de la verdadera sabiduría. Él la ha dado á Jacob,
l a s relaciones espiriliuilcs, místicas y morales rjue tienen su siervo, y á Israel su pueblo muy amado. Después do
con la solemnidad del dia, y sobre lodo con la ceremonia esto, este Dios hecho hombre soba dejadover s ó b r e l a
del bautismo, del que puede decirse que el Sábado sanio tierra y ha conversado con los hombres.»
es la gran liesla, dan una idea bastante jiista del gran La séptima lección, tomada del profeta Ezeqnio!, nos r e -
misleiio (lormi'slia rege o oración, la cual se llama la Pas- presenta el misterio d é l a redención de los hombres, bajo
cua, esto es, el pasaje del Egipto, por decirlo así, á la tier- de la imágen alegórica del estado lanienfable en que so
ra de promisión; del estado do esclavos á la cualidad de hallaba el género humano á la venida del Salvador, Un
hijos de Dios; del estado del pecado al estado de la gracia. vasto campo lleno de huesos secos se presenta á la vista
Lóensesin título, porque como' era principalmente á losca- del Profeta, el cual oye una voz que le dice: «Hijo del
tecúmenos á los que se les leian, no se les leian mas que hombre, ¿piensas tuque estos huesos podrán volver á v i -
bajo del título de palabra de Dios, sin nombrarlos los es- vir?» El milagro no parecía muy posible; sin embargo, el
critores sagradoscuyos nombres, cualidad y mérito igno- milagro so hizo. Dios mismo descubrió al Profeta el mis-
raban, terio. aTodos estos huesos,» dice el Señor, «representan la
t a primera de estas lecciones, tomada del Génesis, es de casa de Israel.» Los israelitas dicen: Nuestros huesos es-
la creación del mundo, y principalmente de la formación tán desecados, no nos resta esperanza alguna, somos per-
del hombre á imágen de Dios, la cual había sido borrada didos sin remedio. Oye sin embargo lo que yo te mando
por el pecado, y se repara en el bautismo d é l a regenera- que les anuncies: Confia, pueblo mió: «Yo abriré tus so-
ción en Jesucristo por el mérito de su muerte y de su re- pulcros, y te h a r é salir de tus sepulcros;» y te llevaré á la
surrección gloriosa, que ba disipado las tinieblas que es- tierra de bendición que le he prometido, y sabrás por
taban esparcidas por toda la tierra. Esta lección es una v i - propia espericneia que yo soy el Señor. Esta profecía no so
va representación alegórica de la redención, bajo deí nom- ha cumplido propiamente hasta la muerto y la resurrec-
bre histórico de la creación. ción del Salvador.
La segunda lección contiene la historia del diluvio. Ha- La octava lección está tomada del pasaje de Isaías, en
biendo llegado la malicia do los hombres hasta el último que se dice que siete mujeres asirán á un hombre, á quien
osceso, y corrompido toda carne su camino sobre la tier- no pedirán otra cosa ¡sino que puedan llevar su nombre, y
ra, resolvió Dios anegar, por decirlo así, la iniquidad en ser así libres del oprobio. Habiendo predicho e l Profeta la
las aguas del diluvio, no conservando en el arca mas que ruina entera de la sinagoga y de Jerusalen, nos da aquí la
«n pequeño número de almas justas, las cuales debían en verdadera imágen de la Iglesia, cuya cabeza y esposóos
lo sucesivo repoblar lodo el universo. Hablando con Jesuorislo: el número siete significa en la Escritura un n ú -
propiedad, solo en la sangre de Jesucristo es en don- mero indefinido; y estas almas significan aquí las almas
de la*iniquidad ha sido verdaderamente anegada , y rescatadas por Jesucristo y purificadas con su sangro, las
destruido el pecado, según la profecía de Daniel. El arca. cuales constituyen toda su gloria y su felicidad en ser po?
3i2 SABADO
toda la eternidad las esposas del Cordero sin mancha. rum f&eonio p r m e n ^ vuestros profetas habéis ma-
La novena lección es del Exodo, en la que se nos repre- tium temporum declaras'- nifestado los misterios de e4os
sento el sacriflcio de Jesucristo inmolado en la cruz, bajo ti mysleria : avge po- tiempos; aumentad por vues-
de la figura del cordero pasciral, cuya sangre, estampada puli t v i vota placatus : ira bondad el ardor de los vo-
Cíi ln puerta de las casas, preservó á los israelitas de la quia in millo fidelium, n i - los y de las oraciones, porque
tunno del ángel esterminador, y cuya carne sirvió de a l U si ex lúa impiratione, ninguno de vuestros fieles
nienlo á todos los que salieron de Egipto pasando por en- proveniunt quanmlibet puede adelantar en la virtud,
Ire-ía-s aguas del marftojo. Esta es la figura mas espresi- incrementa virlutum. Per sino por ta inspiración y el att-
va de la Pascua de los ci islianos y de los efectos maravillo- Duminum... xilio de vueslra gracia. Por
sos del Cordero de Dios, inmolado por nosotros en la ci nz, nurstro Señor Jesucristo.
y hecho el alimento del verdadero pueblo de Dios en la La misa de este dia no se celebraba basta la noche ha-
adorable Eucaristía. E í l e m u n d o es mi mar borrascoso y cia la hora de la resurrección del Salvador, eslo es, al
lleno de escollos; y los enemigos de la salvación que íiay amanecer, y se llamaba la misa pascual de la vigilia. En-
que combalir dmanle el via^; d e c a í a vida, no exigen un esta (¡esta anticipada, la Iglesia deja sus vestiduras de luto
socorro menor ni un alimento menos prodigioso. y denota bastante por sus cánticos de alegría, por el brillo
La décima lección es I;i del profela J'oná&, en la que él y la magnificencia de sus ornamentos y por el sonido de
mismo está representado como una figura de Jesucristo, las campanas, la alegría que tiene de ver á su Esposo salir
lanío menos equívoca, cnanto qneel mismo Jesucristo nos del sepulcro, y triunfante d é l a muerte volver á lomar una
le ofrece como figura suya. En efecto, la muerte, la sepul- nueva vida, eterna, gloriosa, brillante é impasible. Omítese
tura y la resurrección del Salvador al tercer dia, se indican el introito de la misa, porque lodo el pueblo estaba ya
con bastante claridad por el modo con que el Profela, que reunido, y porque las letanías mayores que se acaban do
se habia como cargado él solo con la iniquidad de toda la cantar para invitar á todos los santos á que unan sus c á n -
tripulación, fuéarrojado al mar, tragado por el pez y arro- ticos de alegría á ' l o s nuestros, sirven de introito. Esta
jado tres dias. después vivo en la ribera; á lo cual se siguió misa no es la misa del sábado, sino de la noche del s á b a -
inmediatamenle la eonversion de los ninivilasá la sola pre- do al domingo, en la cual resucitó el Salvador. Por eslo
dicación de J o n á s . en la oración y en el prefacio no se hace mención mas qno
La undécima lección está sacada de aquel pasaje del de esta noche sagrada, como si esta misa se dijese todavía
DiMiüM onomio en q«(! se ñola que Moisés escribió su segun- al fin de la noche. No se daba la paz, porque el Salvador
do c á n t i c o , y lo enseñó á los israelitas poco antes de su no la habia aun anunciado á sus discípulos, y por la mis-
muerte; y como en él describía muy á la larga todos losfa- ma razón también se omite el Agnus Dei, porque á aque-
vores que habian recibido de Dios desde su salida de Egip- lla hora no se le creia aun resucitado.
to, espresando al mismo tiempo su estrema ingratilud y las La Epístola está tomada de aquel pasaje de san Pahlo,.
penas con que Dios Ies habia easligado, quiso (pie esle en donde dice á los coiosenses que si por el bautismo es-
compendio histórico se guardase a l i a d o del arca de la tán muertos y resucitados en Jesucristo, deben llevar una
alianza para que sirviese de testigo contra ellos. La igle- vida del todo nueva y en alguna manera toda celestial;
sia nos refiere hoy este hecho para darnos la misma lec- que no deben ya tener afición sino poc el cielo; deseos ni
ción, y advertirnos con cuánta severidad merecemos ser aun pasiones mas (pie para las cosas del cielo, conside-
castigados si hacemos inútil el bien infinito de la reden- rándose en adelante como ciudadanos de esta patria ce-
ción por lamas negra y la mas escandalosa de las ingrati- lestial que viajan por la tierra, la cual debo ser p w *
I ndes. ellos un lugar de destierro. Vosotros estáis muertas, al
La duodécima y última lección está lomada del libro de mundo y al pecado por el bautismo, y no debéis ya vivir
Daniel, en la que se refiere la historia de la injusta perse- mas que en Jesucristo, y en él es en el que vuestra vida
cución escilada contra lostres jóvenes hebreos, su conde- debe estar como escondida ; como si se dijera, que la vida
o a c i o n á s e r quemados en un horno por no haber querido de los.cristianos debe ser una vida pura, una vida m o r t i -
adorarla eslalua del rey de Babilonia, y el milagro que ficada que anime la fé y que alimente la caridad; de
Dios hizo en su favor, habiéndoles servido el fuego de re- suerte que lodos los cristianos resucitados con la cabeza
frigerio lejos de abrasarlos, y convertídoseles el borno en de que son miembros, deben poder decir como san Pablo:
oratorio, en donde alababan á Dios y cantaban sus ;i!alj¡ui- Yo vivo; pero no soy yo el que vivo, es Jesucristo el que
zas. Como este milagro puede decirse que era un tipo del vive en mí.
gran número de maravillas semejautes que debian suce- Después de esta Epístola, que es como una lección que l a
der en la Iglesia, en la que hablan de verse lautos millones Iglesia da á todos los que han recibido una nueva
de generosos mártires deJesucris'.o predicar su divinidad vida por ol bautismo, comienza propiamente la solemni-
y caniar sus atabiinzas en medio de tos fuegos de tan erne- dad pascual por la AHeluya, cuyo canlo estaba inlerrum-
íes persecucioaes, la Iglesia termina las lecciones del ofi- pidu desde la víspera de septuagésima en que la Iglesia
cio de esle dia por esta pcofélica historia; y tal vez por la habia entrado en la aflicción y en el luto de la peiiileuda.
misma razón la lee en el trascurso delaiTo todos los sábados Es este un c iútico de alabanza, de acción do gracias y de
de las cuatro témporas.. regocijo, el mas corlo.de los cánticos, compuesto de dos
palabras bebreas, lo que significa y espresa con mas ener-
Tudas estas lecciones se Icrpiimn con la oración siguiente : gía que nosotros podríamos hacerlo en nuestra lengua: es
Omnipotens sempiler- Dios omnipolen e y eterno, como si dijera : «Alabemos á Dios; démosle gracias, ha-
JIC ücux, spes m i c u mua- única esperanza del mundo, gamos brillar nuestra alegría. Allcluya.» Este cántico de
d i , qui prophetarum tuo- que por las predicciones de atogcffl se ha lomado del Apocalipsis. Era tan familiar a
SANTO.
los fieles dorante el tiempo pascual, qne era el saludo ra de un joven vestido con una ropa blanca, su rostro b r i -
ordinario que se hacian mudiamcnle los unos á los otros. llaba como un relámpago y su ropa resplandecía mas que
Conformábanse en esto con el espíritu de la Iglesia, que la blancura de la nieve : estaba sentado sobre la piedra
en todo este santo tiempo lo repite con mucha frecuencia que habia sido puesta por tapa á la entrada del sepulcro,
en sus oficios. Este uso en la Iglesia romana data desde la cual habia él derribado al lado derecho. Al principio
el tiempo del papa san D á m a s o : créese que san Gerónimo, quedaron poseídas de espanlo; pero calmándolas e! á n -
que lo habia vislo establecido desde mucho tiempo en la g e l : ¡No temáis, lasdijo^ no tenéis 'motivo para temer,
iglesia de Jerusalen, lo trajo á Roma. Como anliguamenle vosotras que abrasadas de amor á vuestro Salvador solo
no se cantaba la Alleluya, .m3sqtie en el tiempo pascual, veníais á rendirle los úllimos honores. Aquellos'que ha-
So/omcno dice que era una especie de juramento entre el biéndole perseguido basta el fin no le guardaban aquí en
pueblo, en lodo lo restante del aflo, por el cual se proles- el sepulcro sino para hacer inútil, si hubieson podido, la
taba la verdad de la cosa de que se trataba, así como de- predicción que habia hecho de darse á sí mismo una nue-
seaban poder oir y cantar Alleluya en la fiesta de Pascua. va vida después de su muerte ; esos son los que tienen que
El Evangelio de la misa refiere el sanio empeño con qne al temer: por lo que hace á vosolras, sé yo bien cuál es el
fin de la noche del s á b a d o , esto es, al amanecer del d o - religioso molivo^on que buscáis á Jesús Nazareno, que ha
mingo, que era el primer dia de la semana y el tercero sido crucificado, el cual no está aquí. Vosotras pensabais
después d é l a mdfirtedel Salvador, las santas mujeres que encontrarle todavía en el sepulcro; ha salido d e - á glorioso
habían profesado una devoción mas tierna, mas ardiente ty Iriunfante, y después de haber resucitado á laníos muer-
y mas generosa á Jesucristo durante su vida, se apresu- tos, se ha l esucilado á sí mismo. Si dudáis de elhx, no le-
raron por i r al lugar de su sepultura para rendirle los ú l - mais, pasad mas adelante; venid, mirad el lugar CA d o n -
timos obsequios después de su muerte. La Gesta del s á b a - de se le habia pueslo, á lin de que conveiicidíis de la
do concluía siempre después de las seis de la tarde. Hacia verdad de su resurrección, vayáis á llevar esta agradable
el fin, pues, de la noche, María Magdalena y María madre noticia á sus discípulos, y señaladamente á I»edro. Decid-
de Santiago y de José, con Salomé madre de los hijos del les también que áutes que ellos puedan ir á Galilea, esla-
-Zebedeo Juan y Santiago, tomaron las drogas aromáticas, rá él allí para dejarse ver de ellos^omo se lo -habia p r o -
el bálsamo y aceite olorosos que hablan comprado desde metido.
las seis de la larde, eslo es, desde que terminó la fiesta
El amor diligente de aquellas santas mujeres las condujo
del sábado, á cuyo tiempo se abrian las tiendas, las cua-
desde, ántes del dia al sepulcro de su querido Maestro, y
les estaban cerradas todo el sábado. Luego que tuvieron
el Señor envió allí un ángel para (pie las instruyese de su
con que embalsamar el cuerpo de Jesús, se pusieron en
resurrección. El fervor y la solicitud con Dios no están
camino antes del dia, y á favor de la claridad de la luna
mucho tiempo sin recompensa : solo las devociones frías,
que estaba en su lleno, para i r á ofi ecer los últimos obse-
las almas cobardes y perezosas son esdwidas de la sala de
quios á su buen Maestro, sin pararse en la promesa que
las bodas, porque llegan siempre tarde. La resurrección
les habia hecho de resucitar al lercer dia; no h a b i é n d o -
de Jesucristo inspira á las almas fieles una alegría espiri-
les permitido ser mas diligentes la fiesta del s á b a d o q u e co-
tual y muy dnlce, al paso que llena de espanto á sus ene-
menzó á las seis de la larde del viernes. Ellas no llegaron
migos. Cuando uno es verdaderamente de Dios, una v e r -
al sepulcro hasta cerca do salir el sol. Antes que hubiesen
dadera piedad, una conciencia pura dan á las fiestas de
llegado hubo un gran temblor de tierra, y en aquel m o -
mento resucitó Jesús. El lerremolo y el trastorno de la Pascua y á los d e m á s misterios de todo el a ñ o , aquella
piedra que cerraba la entrada del sepulcro, sucedieron dulce alegría que es un gusto anticipado de los regocijos
mieniras que las santas mujeres estaban todavía en el ca- del cielo; mientras que una falsa piedad, una devoción
mino. Oyeron el ruido que espantó á los guardias, y sin- aparente j a m á s es mas triste ni siente minea menos unción
tieron bien eJ terremoto que obligó á huir á los soldados. ni fervor que en estas grandes solemnidades.
Habiendo llegado allá, quedaron muy sorprendidas de no Como en esta noche se daba solcmnemenle el bautismo
encontrar ni los guardias ni la piedra enorme que cerraba á los niaosy á los adnllos, estos comulgaban todos al fin
la entrada de la prfiiiiN'Q g m i a (jlR. ggfvk como de vestí- de la misa, y después de la comunión se les daba leche y
bulo á la segunda en donde estaba el sepulcro. La primera miel, que se habían bendecido ántes, para significar quo
gruta tenia nueve pies y medio de largo, y n n poco ménos se les miraba todavía como niños tiernos, incapaces do
de ancho. En esta primera gmta fué en donde eslaha la olio alimento que leche y miel. Hacíase lambíen estopara
guardia en la que apareció el ángel á los soldados en el darles á entender que por el baulísmo y la comunión h a -
momento del temblor de tierra que les obligó á huir. Esta bían adquirido el derecho de entrar en la lierra de los v i -
primera gruta daba paso á otra ménos vasta, abiería en la vos, eslo es, en la Jerusalen celestial (pie Dios habia pro-
'"oca; tenia esta seis piés de largo y cinco de ancho ; su melido á sus elegidos bajo el nombre de im i tierra que
altura era de cerca de ocho piés. La entrada era baslanle manaba leehe y miel. También en este día bendice el papa
estrecha, como (jue no tenia mas qne tres piés y algunas los Agnus D 'í, que son unas medallas de cera nueva ben-
pulgadas de altura y cerca dedos piés de ancho. Estaba dita ó de la cera del cirio pascual del año precedente,
f-errada con una piedra de un peso enorme, en la cual los amasada con el óleo sanio, á las cuales la bendición del
sacerdotes habían pueslo el sello. En esta segunda gruía Sanio Padre da virlnd singular conlra las borrascas, las
er? en donde se había colocado el cuerpo sagrado de Je- tempestades y los arlíücíos dañinos de los espíritus m a -
sucrislo. Habiendo, pues, llegado las piadosas mujeres y lignos. *
"o habiendo encontrado soldados, entraron desde luego en
!a primera gruía. Alliadvii líeronun ángel bajo de la figu-
3U SABADO
do ; esto lo dice lodo. Cuando uno no os do las ovejas de
¿ a orooon que se d i o dafnes de esta primera Epístola es Dios, está sordo á su voz; ni aun se conoce esta voz cuan-
como sigue ; do uno no está en el redil. De aquí nacen aquellas g r a n -
Deus, qui hanc sacra- O Dios, que ilustras y so- des dificultades para convertir á un mundano, á una m u -
físsii/iam noclem gloria lomuizas es(a sagrada noche jer que no está animada mas que del espíritu del mundo.
Dominicce resurrectionis por la gloria de la resuircc- De aquí es que son tan pocos los herejes que se convier-
illuslras : conserva i n n o - cion de nuestro S e ñ o r , con- tan. Pero liase resucitado con Jesucristo, ya se hace uno
va familia; luce progenie serva eu los nuevos hijos de todo espiritual. Las pasiones estinguidas, ó á lo menos
adoptionis spiriluin,quem tu Iglesia el espíritu de adop- mortificadas, no tienen fuerza para oscilar rebeliones en
dedisti: uí corpore el men~ cion que les hemos conferido, el hombre interior. Un corazón purificado por la gracia,
te renovali, puram l i l i á fin de que renovados ch el no es ya un fondo fecundo en malignas exhalaciones. El
exkibeanl servilulem. Per cuerpo y en el espíritu, te s i r - aire es muy puro para que pueda formar nubes; la fó es
eumdcmDominum... van con pureza de corazón; muy viva para que sufra nieblas; el cjelo bajo del cual se
por el mismo Jesucristo nues- vive entonces es muy sereno, y la mar en que se ha e m -
tro Señor, etc. barcado goza de mucha calma, para que pueda privar al
alma de toda la libertad de pensar, y de obrar como c r i s -
La Epístola está tomada de la carta del apóstol san Pablo á tiano. Ella descubre entonces el vacío y la nada de los
los colosense-s, cap. 3. bienes criados, el falso brillo de los honores mundanos,
Fralres : Si consurre- Uermanos mios : Si habéis el veneno de los placeres que encantan. Ciudadanos do la
eistis cum Christo , qua resucitado con Jesucristo, bus- patria celestial, no puede mirarse la tierra sino como un
stirsum sunl qvmrite, nbi cad lascosasdel cielo, en don- lugar de destierro. No se suspira mas que por el cielo, no
Chrislus esl i n dcxlera de Jesucristo está sentado á la se hallan otros bienes sólidos que los del cielo, no hay
Dei sedens : qna; sursum diestra de Dios. Gustad de las gusto mas que por las cosas del cielo, lodo olio gusto es
ÍUJI£ sapite, non qnm su- cosas del cielo, y nó de las do un gusto eslraño , es un gusto depravado que siempre es
per tcrrani. Morlui enirn la tierra; porque estáis muer- sefial segura de una alma enferma. El espíritu y las m á -
estis , et vita veslra est tos, y vuestra vida está es- ximas del mundo causan lástima á los que verdaderamen-
abscondila non Christo i n condida en Dios con Jesiu ris- te han resucitado. Este puñado de dias en que consiste la
Dea. Cum Chrislus appa- to. Cuando Jesucristo, que es vida mas larga, deja de tener atractivo luego que se lo
r u r r í í , vita veslra, tune vuestra vida, apareciere, lam- compara con la eternidad. Todo es prestigio para el quo
el vos apparebilis cum bien apareceréis con el en la no ha resucitado con é) Salvador. Digimhídcs brillantes,
ipso i n g l o r i a . gloria. empleos grandiosos, tesoros inmensos, todo doslumbra,
Los falsos apóstoles querian persuadir á los fieles de todo encanta' á un corazón carnal, á un espíritu terreno.
Colosos, f]»c estaban obligados á guardar las ceremonias Por la resurrección espiritual se desvanece el prestigio,
legales, y sobre todo la circuncisión; San Pablo les de- cae el encanto, y desmascarado el fantasma, no es ya
muestra aquí que estando muertos y resucitados en Je- mas que un fantasma, y como tal aparece. iQué desgra-
suca-isto y con Jesucristo por el Bautismo , no estaban ya cia para aquellos que. en estas fiestas de Pascua no espe-
sujetos á las prácticas de la ley judaica. Que si habían re- rimentan los efectos saludables de la resurrección! ¡ Des-
sucitado con Jesuci islo , debian llevar una vida toda nue- graciado el que persevera en sus tinieblas! Dios no hace
va y toda espiritual por la fé. maravillas sino en favor de los que han salido de Egipto.
El maná no es mus que para los quo han pasado el mar
REFLEXIONES. Rojo, y han sido purificados con la sangre del cordero.
«Si habéis resucitado con Jesucristo, buscad las cosas
E l Evangelio de la misa es de san Mateo, cap. 28.
del cielo, gustad las cosas del cielo.» Cuando uno ha r e -
sucitado con Jesucristo , gusta poco lo que es de la tierra; Vesperc autem sabbali, A l fin de la noche del s á b a -
npeaas puede tener otros deseos ni otra solicitud que pol- quee lucescil i n primasab- do, en el primer dia de lase-
las cosas del cielo. La resurrección espiritual produce en buli, v m i l María Magda- mana, María Magdalena, y la
el alma cuasi los mismos efectos que la resurrección cor- lene, el altera M a ñ a vide- otra Maiía, fueron para ver el
poral producé en el cuerpo. Es una nueva v i d a , es un re sepulchrum. E l cece sepulcro, y de repente se s i n -
hombre nuevo que nada retione de las imperfecciones del Wnii'iitol'us facías est lió un gran terremoto, porque
antiguo. ¡Qué brillante luz en su entendimiento! ¡ q u e maqnus. Angelus cnim un ángel del Señor bajó del
pureza de deseosen el corazón! i q u é regularidad de cos- Domini descendit decwlo : cielo y acercándose (al sepul-
tumbres y de conducta durante la vida ! Los deseos tei re- el aeeedevs revoltil l a p i - ero) trastornó la piedra, y se
nos no nacen sino de un fondo corrompido. Un coiazon dem, el sedebat super eum: sentó sobre ella. Su rostro era
agitado por las pasiones produce todas esas nieblas es- eral anlem nspeclus ejus semejante á un relámpago, y
pesas que oscurecen el entendimieato. Todo es terreno en sicul fulíjvr, el vestimen- su vestido á la nieve. El egc
un hombre poco cristiano. Verdades sublimes, santas, lum ejus sicut nix. I ' m panto q u e c a u s ó á los guardias
m o r a l , espiritualidad práctica, es un lenguaje que no en- limoreautem ejus exterri- los aturdió, y quedaron como
tiende una alma terrena. De aquí aquellos corazones d u - íi sunt custodes, el faeli muertos. Mas dirigiéndose el
ros, aquellos enlendimiewtos cerrados , aquellas tenaci- suní velnl morlui. ¡tes- ángel á las mujeres, les dijo i
dades en el m a l , aquellas cegueras espirituales, acpiellas pondens aulem ángelus, No temáis ; yo sé que buscáis
impcnilencias finales. La noción mas justa de una perso- d i x i l mulieribus : Nolile á Jesús que ha sido crucilica-
na mundana , es decir que vive segun el espíritu del mun- limcre vos: sdo cnbn quod do; no está aquí, porque b^
SANTO. 3i)
Jesnm, r¡m m i r i j i n i s esl, rosm-ilado, spgnn que lo ha- drian en remover y quitar la piedra que cerraba la entrada
quwritis: non est /tic : svr- bla promolido. Venid, y ved del sepulcro. Fsle solo obstáculo d e b í a , al parecer, ha-
r e x ü enim, simt dixit. el paraje en dondo so había cerlas volver a t r á s ; un cuerpo de guardia , una piedra de
Vcnüc, et videle lonun, colocado al Señor. Ahora, id un peso enorme, el sello del magistrado, oran razones
vM posilus eral Donmus, con lendo á decir á sus discí- poderosas para no pasar adelante. Sin duda lo hubieran
E l filo c m l c s , dicitc dis- pulos y á Pedro que lia resn- sido para quien no hubiera tenido masque un amor do
ripulis ejun quia surrexil: cilado, y qnc va á Gnlilca de- Dios lánguido y flaco; pero para el que ama á Dios sin
el ecce prircedit vos m Crt- lante de ellos. Allí, pues, le reserva , y que no busca mas que á Dios, la confianza le
Ulflpam : ibi eumvidebüis. veréis. Yo os lo profetizo. inspira un ánimo maravilloso , y le sirve para acometerlo
Ecce prondixi vobis. lodo.
PUNTO SECUNDO. —^ Considera cuán poco farda Dios en
recompensar á una alma que no le busca mas que á él,
MEDITACION.
y que no está animada mas que de su espíritu. No hay
Sobre el mislerio de esle dia. cosa que así obligue al Señor á hacer milagros, que un
amor generoso y una viv-a fó. No detiene, á aquellas san-
PL\TO PRIMERO.-—Considera la profunda tristeza y afiie- tas mujeres ni el temor de hallar soldados que las i m p i -
rion do que estaban poseídos todos los discípulos del diesen el acercarse al sepulcro , ni la imposibilidad do
Salvador desde el dia de su muerte. Su fe sepullada, por quitar ellas solas una piedra, que muchos hombres juntos
decirlo a s í , con t'K apenas sostenía su esperanza ; su amor no hubieran podido remover; pero apenas se han deter-
á la verdad, á su divino Maestro, no estaba eslinmiido, minado á pasar adelante, los soldados son puestos en f u -
pero no podia masque dar lágrimas. Toda la fe se encon- ga, y el sepulcro se abre. Do este modo se allanan en el
traha solo en la santísima Virgen; ningún otro babia (pie servicio de Dios los mayores obstáculos, y desaparecen las
no dudase de su resurrección. Magdalena y las otras m u - ditlculiades mas repugnantes, luego que se forma la r e -
jeres piadosas se apresuran para ir á rendirlo los últimos sohiciou de vencerlas; apenas Dios ve queso le busca con
obsequios; pero notemos que no son mas que las que le rectitud, con ardor, con ánimo y buena fé. Dios deja que-
babian seguido hasta el Calvario, y cuya fidelidad había sean probados por algún tiempo sus mas fieles siervos.
oslado espuesta á la prueba do las ignominias de la cruz. Tinieblss, arideces, obstáculos, tentaciones, lodo pone á
¡Qué ánimo inspira el amor de Dios, cuando os sincero y prueba nuestra fé y nuestra virtud ; dichoso el que perse-
ardiente! ¿ y q u é lo puede detener para ser fiel en las vera en amar á Dios y en buscarle; feliz el que lleno de
adversidades? ¡Dios mió! que liberal sois, q u é pronto es- confianza nose desanima. El S e ñ o r , apenas tarda en-re-
táis á recompensar á los que os aman con ternura! Ru la compensar á estas almas generosas. Ellas tienen el con-
Magdalena y en las otras mujeres vemos la verdadera suelo de saber las primeras que su buen Maestro ha re-
imagen de un alma verdaderamente convertida , de un a l - sucitado, y son elegidas para que sean los primeros he-
ma generosa y fervicnle, de un corazón abrasado en amor raldos do su gloriosa y triunfante rcsmi eccion. Ningún
de DÍOÍ. ¿ Qué santa impaciencia no les inspira el deseo de soldado parece por a l l í , ningún obstáculo , ninguna difi-
volver á ver á Jesuciisfo, y de rendirle todavía los ú l t i - cultad se presiMita, La piedra de un peso enorme que-
mos obsequios? ¿Deliberan mucho tiempo si se pondrán cerraba la enlrada del sepulcro, está (pillada ; en lugar
en cainino para buscarle? ¿ C r e e n oilas , como la mayor de un cuerpo de guardia terrible^ encuentran ángeles que
parte do las almas cobardes, que siempre le hallarán pron- las aseguran, que las consuelan, que las instruyen de
to? Era necesario toda la autoridad d é l a ley para templar que Jesucristo ha resucitado , y las convidan á que por
su ardor; el respeto que tuvieron al sábado, suspendió sus sí mismas lleguen á cerciorarse entrand ) en el sepulcro.
conatos y su zolo ; pero solo sirvió para acrocenlnr sus 1 O que liberal y qué prontamente es recompensada la
santos deseos. ¡ Dios mió I ¡ q u é poco se teme, q u é poco perseverancia en el servicio de Dios ! Las solicitudes , el
se delibera, cuando se ama mucho ¡ Apenas espira el s á - zelo i el fervor , y las lágrimas de aquellas siervas líeles
bado van á proveerse do perfumes; no esperan al dia pa- do Dios, obligan al Señor á que haga muchas maravillas
ra ponerse en camino; previenen la salida del sol; su amol- en su favor. No esperimenlamos nosotros lo mismo, por-
les sirve de guia al través de las tinieblas. ¿Consultan aca- que somos flojos en el servicio de Dios, porque le ama-
so su delicadeza? ¿ e s n i c h a n !a timidez natural á su sexo, mos ¡toco, porque, no nos atreveríamos ni aun á asegurar
ni otras cien razones falsas que se presentan á su idea, que lo amamos. Quemase ser todo de Dios, eslo es , no
para disuadirlas de su designio? Una piedad menos sólida, se quiere , sino quo se querría , si Dios quisiera conten-
un amor do Dios ménos puro, hubiera sido ménos gene- tarse con un corazón dividido, si Dios quisiera ser servido
roso, y se habría dejado persuadir; poro so difiere poco á nuestro antojo , y nó según que él lo pide; quern'a-e
á los senlimiontos humanos, cuando se siguen los atrac- llegar á ta perfección, pero por el camino que nos agrade.
tivos de la gracia. Dios no quiere esos espíritus muertos é Ouiérese que la p: udencia humana sirva de guia , y como
irresolutos quo vacilan siempre sobre sn conversión. Dios si no hubiese que contar mas que con las propias fuerzas,
rechaza esas almas libias, esos corazones tímidos, ipie se pierde el ánimo á la menor dificultad. Desconfíase,
parece que no cuentan masque sobre sus propias fuerzas; por decirlo a s í , do la bondad de Dios y de sus promesas,
esas semivoluulados que no sirven mas quo para adorme- y se querría que Dios comenz;jse por allanarlo todo ántes
cer y para entretenernos. Pero, ¿acaso aquellas siervas de ponerse en camino; querríase que se levantasen los
generosas de Dios no han provisto las dificultades, é i g - obstáculos, que la piedra se quitase ántes de emprender
notau tos obstáculos? De ningún modo. Apenas so han el viaje. Fiémonos en la palabra del Seiior. Él podia apla-
puesto en camino cuando Ies ocurre la dificultad que l e u - car la tempestad, y calmar las olas antes que san Pedro se

TOMO I V . 44
316 DOMINGO
hubioso puesto sobro las oguns para ir adonde él oslaba; cua en una santa a l e g r í a ! Encuéniransé familias honr.1-
sin embargo quiso ejercitar su fé y su confianza. das que algunas veces por su pobreza no tienen que comer
Goncededme, S e ñ o r , la una y la otra. Cien veces bo el dia de Pascua, y aun algunas que por falla de ropas no
querido ponerme en camino para buscaros, y cien veces pueden presentarse en la Iglesia. ¿ Q u é bien no haréis si
bo vuelto a t r á s , espantado por dificultades por la mayor con vuestra liheralidad cristiana proveéis á unas necesi-
parle imaginarias. Mi cobardía y mi poca fé ban aumen- dades tan urgentes? Una rica limosna hecha con eslecs-
tado mi flaqueza. Un poco mas de confianza en vuestra pírilu, es un manantial de bienes para la otra vida y para
bondad me hubiera inspirado mas fortaleza; dadme esta fe osla»
y esta confianza, y yo espero quo bien pronto sentiré los
efectos de vuestro auxilio. DOMINGO DE PASCUA.
JACULATORIAS.—Esto es hecho, Soflor, yo me levan- Este es el dia feliz, dice el Profeta, quo ha hecho el
taré, yo d a r é vuelta á la ciudad sin temor alguno, y bus- SeBor: celebremos este dia con todo el gozo y alegría que
caré por las calles y por las plazas públicas al que amo nos sea posible. ¿Hubo nunca un motivo mas justo de r e -
con todo mi corazón. (Cantic. 3.) gocijo que la resurrección del Salvador? Este misterio es
N ó , Señor', y tengo gran confianza en vos, de que aun la prueba invencible de todos los d e m á s ; es el fundamen-
cuando viese todo el infierno formado en batalla contra mí, to de nuestra r e l i g i ó n , el gaje seguro de nuestra felici-
no lemeiia. (Psalm. 26.) dad, la base de nuestra fé y de nuestra esperanza. Jesu-
cristo resucitado, dice San Alanasio, ha hecho una fiesta
PROPÓSITOS.
continua de la vida de los hombres: ya no debe turbar
1. La Iglesia no renueva lodos los años la memoria de nuestro reposo ninguna pena, ningún temor; nuestra es-
los mis!crios mas augustos de nuestra religión , sino para peranza ya no es vacilante ni incierta; y pues que nues-
renovar la piedad y el fervor en los fieles. Entremos, tro Señor vuelve á vivir para no morir mas, nosotros no
pues, en el espíritu de la Iglesia en estas grandes solem- podemos morir sino para volver á vivir. Hemos llorado á
nidades. No os contentéis con tomar parto en la alegría de Jesucristo; justo es que habiendo sentido los dolores y las
la Iglesia, en este dia de regocijo espiritual; procurad ignominias de su muerte, tengamos parte en la gloria y
con vuestra piedad que esta alegría no sea para vosotros en la alegría de su triunfo. Manifieste su alegría lodo el
una alegría superficial é indilorcnte: solo la pureza do universo, dicen los profetas; resuene lodo el mundo en
conciencia es la que produce la alegría interior, se nece- este dia dichoso con voces y cánticos de alegría para cele-
sita un corazón pino para sentir el gozo que inspira la so- brar un triunfo que debe hacernos á todos felices. (Joel, 2.)
lemnidad de nuestros misterios, una conciencia ulcerada La muerte está vencida, el infierno deja libres sus mas
turba todas las fiestas con sus remordimientos. ¿ Q u e r é i s ilustres cautivos; la tierra, antes del tiempo de la resti-
gozar la alegría pura do la fiesta de Pascua ? purificad con tución general, so ve forzada á volver á muchos santos los
esmero vuestro corazón por la penitencia, y celebrad es- despojos de sus cuerpos para honrar la pompa de su v i c -
ta gran fiesta con suma devoción. Consagrad la mayor toria ; el cielo envia sus ángeles para anunciar á todos los
pai te del Sábado sanio á la oración y á las buenas obras; fieles la gloriosa y triunfante resurrección de su Reden-
y ilcspuos de medio dia pasad también la mayor parte en tor ; los apóstoles salen por fin de las tinieblas de su igno-
la Iglesia; asistid al oficio de completas, y á la salutación. rancia y de su incredulidad para reconocer y adorar la
2 Es una práctica muy santa el levantarse por la m a - divinidad de su Salvador, á quien ven en este dia victorio-
ñana ántcs de salir el sol. La opinión universal es que el so de la misma muerte.
Salvador resueiló al amanecer. No puede dudarse que es- Todo el cristianismo está fundado en la creencia do
te es un tiempo sagrado, y por decirlo a s í , privilegiado, este misterio; todo gira sobre esta verdad fundamental.
en el que Dios derrama abundantemente sus gracias sobre «Si Jesucristo no ha resucitado, dice san Pablo, en vano
•las almas fiólos que pasan en oración estos dichosos m o - predicamos, en vano creemos.» Si Jesucristo no ha resu-
mentos. Muchas personas emplean la media noche en citado, dicen los Padres, todas sus promesas son vanas,
ejercicios de piedad. Procurad, pues, levantaros mañana toda nuestra esperanza viene á tierra, nuestra fé se des-
por la mañana , cerca do las tres, para honrar el momen- vanece, se estingue. Por mas que la divinidad de Jesu-
to afortunado en que resucitó Jesucristo. Meditad algún cristo hubiese sido comprobada suficientemente, ya perlas
liempo sobre la resurrección. Rezad el oficio parvo de la obras sobrenaturales que habia hecho durante el curso de
santísima V i r g e n , para felicilar á esta bienaventurada su vida mortal, ya por los oráculos de los profetas que tan
Madre por el Iriunfo glorioso de su amado Hijo nuestro exactamente se referían todos á las diversas circunstan-
Salvador. Es muy probable (pie en el momento de su r e - cias de su vida , de su pasión y de su muerte; los demo-
surrección apareciese el Salvador á su querida Madre; nios arrojados de los cuerpos , los ciegos curados, los
teslificadla la parte que lomáis en su a l e g r í a : ella ha t o - muerlos de cuatro dias resucitados; aunque tañías mara-
mado mucha en vuestra redención y en vuestra salvación. villas le autorizaban al parecer bastantemente en la cuali-
No os contentéis con regocijaros vosotros con una santa dad de Hijo de Dios que tomó , con todo eso era necesario
alegría en este dia de triunfo y de solemnidad, procurad que resucitase, para que una verdad tan importante que-
que so regocijen muchos mas con toda la Iglesia. Podéis dase fuera de todo ataque á lodos los tiros do la calum-
hacer esto con vuestras limosnas; bacedlas boy liberal- nia. Puede, pues, asegurarse que la revelación de la d i -
mente, sobre todo á pobres familias vergonzantes. i Q u é vinidad de Jesucristo estaba aneja principalmente á su r e -
consuelo os d a r á , y cuánto mereceréis delante del Señor, surrección. Esta es la prueba que él mismo daba. El Evan-
si con vuestra^ piadosas larguezas procuráis á laníos po- gelio está lleno de las espresas declaraciones que tan
bres vergonzantes los medios de pasar las fiestas de Pas- frecuentemente hacia á sus discípulos , no solo de los
D E UESURUECCíON. S47

oprobios de su muertu, sino de sus gloriosas consecuen- 1 establecidos paca quitar á la resurrección los medios de
(•¡as, y singularmente de la resurrección de su cuerpo al difundirse por el mundo, quitan á sus enemigos el me-
tercer dia. No bastaba habérselo confiado á sus discípu- dio de contestarla. Según sus miras , lo hecho eran oli os
los, si lo hubiera reservado d e s ú s enemigos; por tanto tantos obstáculos á la impostura; según las miras de Dios,
tambicnse ío manifestaba á estos cuando se presentaba la oran otros tantos apoyos á la verdad. Sin los soldados,
coyuntura. Unas veces se servia de espresiones misterio- hubiera sido necesario que los apóstoles hubiesen sido los
sas y íiguradas para despertar su atención y su curiosi- primeros denunciadores de este prodigio ; gentes sospe-
dad. Vosotros rae p r e g u n t á i s , les decía, con quéautoridad chosas é interesadas en publicar esto hecho ; en lugar de
arrojo á latigazos á los que por un tráüco indigno p r o - que los mismos soldados son los que , testigos oculares de
fanan el templo; destruid, pues, este templo, y yo le la resurrección , la denimcian á los pontífices y confunden
volveró á cdiCcar en tres dias. Y el templo de quo habla- de este modo su malignidad. Porque acusar, como ellos
ha era, dice san Juan, su propio cuerpo. Después que h u - lo hicieron , la negligencia y el sueño de tos soldados, es
biereis destruido por una muerte cruel é ignominiosa es- un efugio r i d í c u l o , dicesan Agustín, que hace lodavía
te templo visible, quo es mi cuerpo , yo mismo lo resta- mas inconleslable la milagrosa resurrección del Salvador.
bleceré ai tercer dia en el mismo estado , y en un estado Porque si los soldados velaban, ¿cómo han podido dejar
todavía mas perfecto. Vosotros me p e d í s , les decia en á sangre fria romper c! sello, trastornar la piedra y robar
otra parte , un nuevo milagro para convencer vuesli a i n - el cuerpo? Si dormían , ¿ s o n admisibles para negar el
credulidad ; los quo he hecho , y de cuya mayor parto prodigio? La ficción es muy grosera para que tenga ni el
habéis sido testigos, podrían bastaros; pero yo h a r é uno menor vislumbre de probabilidad. ¿ E s verosímil quo todo
que pondrá el sello á todos los d e m á s , y que ningún un cuerpo de guardia se haya dormido ? ¿ q u e ni uno solo
hombro puede hacer sino Dios. Este será el quo represen- •de tantos soldados se haya despertado al ruido que nece-
tó en figura el profeta J o n á s , arrojado con vida del vien- sariamente ha debido hacer un gran número de gentes
tre de la ballena. No obstante quo eran figuradas, los j u - para remover la piedra, para sacar el cuerpo del sepul-
díos comprendieron bien estas espresiones, tanto se pene- cro y hacerle pasar por una aberlura lan estrecha á fuer-
traron de su verdadero senlido , que apenas murió fuéron za do brazos? i q u é letargo á prueba de lanío ruido y tan-
incontinenti á Pilato y le dijeron : «Nos acordamos que to tumulto! Pero, y ¿ q u i é n ha podido inspirar un ánimo
aquel seductor ha dicho muchas veces durante su vida tan repentino , un atrevimiento tan peligroso á un puñado
quo resucitarla al tercer dia ; » preciso es por consiguien- de pobres pescadores que hablan huido apenas supieron
te prevenir el error y cerrar todos los caminos á la impos- la prisión del Salvador, y de los que el mas determinado
tura , lomando todas las precauciones posibles para impe- había jurado que no era su discípulo , cuando una criada
dir que sea robado del sepulcro. En efecto , tomáronse es- le acusaba de ello ? Mas aun; si los discípulos se ven r e -
tas precauciones: la autoridad del príncipe, la desconfianza ducidos á robar el cuerpo do su Maestro, era preciso quo
de los sacerdotes, los artificios de los fariseos, la vigilan- estuviesen convencidos de que no podía resucílarse, des-
cia de los guardas, el sello de los magistrados , todo se pués de tantas seguridades como les habia dado, y viesen
puso por obra para impedir cualquiera sorpresa ; y lodo claramente que no era mas quo un insigne impostor. Si
sirvió á despecho de ellos para hacer mas incontestable y es un impostor sobre este artículo esencial, ¿ q u é quieren
mas sensible la verdad de la resurrección. Si Pilato so hacer de su cuerpo ? ¿ q u é pueden esperar del resto de
hubiese contentado con enviar simplemente su guardia y sus promesas ? ¿ q u é interés lenian en e n g a ñ a r á toda una
dar las órdenes para que se velase en derredor del se- nación por sostener un impostor que les habla enga-
pulcro , los j u d í o s , dice san Crisóstomo, hubieran podido ñado á ellos? ¿ C u á n t o mayor por el contrario les r e -
desconfiar de la fidelidad de unos soldados estranjeros sultaba de ganar las potestades, y aun ser recompen-
que no les reconocían como s e ñ o r e s ; y para quitar este sados de los escribas y de los fariseos, descubriendo
protesto á su incredulidad, Dios quiere que Pilato lo deje ellos mismos la impostura ? No teniendo ya nada que es-
lodo á la disposición de los j u d í o s , tan encaprichados en perar de un hombre muerto que les ha e n g a ñ a d o , ¿se bu
la idea do abolir la memoria del Salvador, y tan intere- hieran espuesto sin provecho alguno á los mas horrorosos
sados en falsificar la predicción de su resurrección. Así es tormentos? «Decid que vinieron sus discípulos de noche y
que para ello nada omiten; la piedra sola con que cuidan lo han robado estando vosotros durmiendo.» ¿Podían ser-
de cerrar la entrada del sepulcro, hubiera bastado por virse los judíos de un artificio mas-grosero, ni de una i r a -
su peso enorme para asegurarles. No contentos con haber pacería mas marcada? A fuerza de quererla disfrazar, ma-
establecido una guardia de soldados aguerridos y de con- nifiestan mas su negra malicia. Porque al fin si los solda-
fianza al rededor del sepulcro, ponen el selló sobre la dos so han dormido, ¿quién no ve que deben sor castiga-
piedra. lié aquí el sepulcro cerrado, sellado , y por de- dos por un descuido tan criminal? y si los discípulos, cs!o
cirlo a s í , sitiado, i Qué aparato mas glorioso para la ma- es, aquellos pobres, aquellos tímidos pescadores han sido
jeslad del Salvador l dice un santo Padre ; ¿ pero hay a l - tan atrevidos que han forzado el cuerpo de guardia; si han
guna cosa mas brillante para la gloria de ¡a sabiduría y osado arrebatar un cuerpo puesto en depósito bajo del so-
fiel poder de Jesucristo ? porque en este mismo cuidado llo público, ¿qué investigaciones se han hecho? ¿qué cas-
tan perspicaz y tan vivo de los judíos para procurar cuan- t i g ó s e ha exigido de imcrímen tan enorme? Se recompen-
to pudiese ser obstáculo á su designio, dice uno de los s a largamente la pretendida negligencia dolos soldrdo>,y
mas célebres oradores cristianos, encuentra con que con- no se dice una palabra á los que se los acusa de un crimen
fundirlos. Quiere que aquellos furiosos nada tengan que tan atroz. ¡Qué pruebas (an brillantes, dicen los Padre*,
acusarse respecto de la vigilancia , á fin de que en nada son d é l a verdad de este misterio, la irregularidad do osla
tengan que recusarlo respecto de la verdad. Los guardias conducta, estas contradicciones, estos artificios, estas s u -
3i8 DOMINGO
posiciones éiiirililessulüí.'/.'is! ¡Qué pruebn lan incontesta- superiores á las fiestas de los santos; y el papa san León
Wc de la divinidad do Jesiui islo cá la verdad de cslu gran queriéndonos dar una justa idea de esta gran solemnidad,
mislerio, y fior consiguiente do la verdad, de la santidad, dice, que entre todos los dias que so hom an con un culto
d é l a infalibilidad de nuestra religión que él La estableci- particular en la religión cristiana, no hay ninguno mas a u -
do! Así es que en virtud de la segundad y de la fé de esta gusto ni mas escelente que el d é l a fiesta de Pascua, de la
resiirreccion tan milagrosa del Salvador, el cristianismo cual reciben su dignidad, y por decirlo asi su consagra-
se ba multiplicado, el Evangelio ha hecho en el mnndo pro- ción todas las d e m á s solemnidades de la Iglesia, Conforme
gresos iníinitos, y la divinidad del Salvador, á pesar del á este espíritu, en los ocho 6 nueve primeros siglos lase-
inliei noy de (odas sus potestades, basido creída hasta los mana entera de Pascua se componía de tantas (¡estas como
últimos conGnesdel mundo. Jamás predicaban los apóste- dias; y propiamente no era mas que una sola fiesta solem-
les á Jesucristo sin que produjesen su resurrección como ne y festejada que duraba ocho dias. El concilio segundo
una prueba sin réplica. En el primer sermón que hizo san de Macón celebrado en el año 5*65 renueva espresamente,
Tedi o en medio de Jerusalen cincuenta dios después que y recomienda de un modo singular la cesación del traba-
Jesucristo habla resucitado, y por medio del que convirtió jo y de toda obra servil durante los seis dias que siguen al
á tres mil judíos; en este s e r m ó n , repito, no habló de otra domingo de Pascua, no debiendo emplearse esto por los
cosa que de este misterio, sin que ni un escriba, ni fari- fieles mas que en celebrar con devoción y con una santa
seo, ni sacerdote se atrev iese á desmentirle. El que os p r e - alegría el írimil'o do nuestro Redentür,y darle gracias por
dicamos, decian altamente los apóstoles, es el que voso- el beneficio do la redención. (fNinguno, durante estos seis
tros habéis crticilicado, el que ha espirado en la cruz, y e í dias lan sanios,» dice el Concilio, «se atreva á hacer obra
que se lia resucitado á si mismo después de tres dias. La alguna servil, sino antes bien, reunidos todos juntos en la
evidencia de esta resui reccion es la prueba evidente de iglesia, no cesen do celebrar con alegría por medio do
todas las verdades de fé y la demostración de lodos los de- himnos y cánticos la fiesta de Pascua, y asistiendo todos
m i s i g ¡ f | ( f ú ^ ; Puedo decirse que en el nacimiento de !a los dias al divino sacrificio no cesemos do alabar y dar
Iglesia toda la fuerza del zelo dolos apóstoles se r e d u e l a á gracias á nuestro Salvador, singularmente por la m a ñ a -
dar testimonio al público de la resurrección del Salvador. na, á mediodía y la noche.» (Can. 2.) Teodulfo, obispo de
Ellos no se calilican.al parecer mas que de testigos de la Orleans en el siglo i \ , después de haber ordenado en su
resurrección del Señor, ¿lis necesario asociarse un nuevo Capitular que se comulgase el Jueves santo, quiere que se
discípulo cu lugar del pérlido Judas? no se procura otra co- comulgue también todos los dias de la semana de l'ascua.
sa sino que haya sido como ellos testigo de la resurrección El concilio de Maguncia, a ñ o de 813, ordenacuasi lo mis-
de Jesucristo. Y en efecto, añade san Lucas, todo el mundo mo. (Can. 41.) El de Meaux en Sijamenaza basta con es-
se rendía á la fuerza do osle testimonio. Toda la religión, cumunion á los que violasen la santidad y la solemnidaddü
todo el Evangelio están contenidos, por decirlo así, en es- estos ocho dias. (Can. 11.) En fin, el concilio de EngeJ-
te solo articulo de nuestra fé. ¿Jesucristo ba resucitado? heim en Alemania renovó en el siglo siguicnlo el mismo
Luego es el Hijo do Dios; luego es Dios, como él mismo nos decreto en orden á la celebración déoslos ocho dias de so-
lo ha asegurado; sus palabras son oráculos de verdad; su lemnidad (Can. 97), y hasta el principio del siglo x i no so
Evangelio es la única regla de las costumbres; su Iglesia redujeron estos ocho dias do fiesta á solos Iros.
el único camino do la salud; su religión la única religión
Siendo la fiesta de Pascua no solóla mas solemne délas
verdadera que puede haber en el mundo.
fiestas de la Iglesia, sino también la época célebre que fi-
Por la eseelencia de este misterio juzguemos de la so- ja el tiempo de todas las d e m á s , era necesario que se ce-
lemnidad de la tiesta do este dia. La tiesta de Pascua es la lebrase el mismo dia eu lodo el mundo críslíano. Los j u -
primera y la mas augusla'de ledas las fiestas de la r e l i - díos han celebrado siempre su Pascua el 14 do la luna do
gión cristiana. La Iglesia la ha mirado siempre en particu- marzo en memoria de su libertad de la cautividad deEgip-
lar como el dia del Señor por esceleneia, y la lia con- to. La Iglesia celebra la Pascua en memoria de la resur-
signado el nombio augusto de Domingo, después de ha- rección del Salvador el domingo después del plenilunio de
ber trasferido á ella iodos los honores y los deberes del s á - marzo, elcual cae inmediatamenle después del equiniH i io,
bado que hasta entonces había sido el día singularmente de la primavera, conformándose couelconcilio de Kicea,, á
consagrado al Seílor. No se ba contentado con circunscri- fin de no enconlrarso con los judíos.
bir la solemnidad al dia de la Uesurreecion ni á los t é r m i - Antes del concilio de Nicea celebrado el año de 325, los
nos de una octava ordinaria; ha querido que los regocijos cristianos del Asia celebraban la Pascua el dia 1 i de la
esiiu iluales de la fiesta conlinuasen loscincuenta dias,que luna, en cuyo dia había sido Cristo crucificado, mientras
oslo queso llama tiempo pascual, y que durante el a ñ o , que en el Oceidenle no so celebraba sino el domingo. Esta
el primer dia do la semana, que por oslo ha ocupado el diferencia de usos osciló á mediados del siglo u grandes
lugar del sábado, nos renovase la memoria del misterio de cuestiones entre los occidentales y los asiáticos; preten-
la Uesurreecion, celebrase en algún modo la solemnidad, diendo estos que debía celebrarse la Pascua el dia 1 í de
y cada domingo fuese como la octava perpetua do la fiesta la luna de marzo como los judíos, lo cual hizo que se Ies
de Pascua. llamase cuarto-deeimanos; y sosteniendo aquellos que no
San Basilio dice que la fiesta de Pascua escomo el p r i n - debía celebrarse sino en el domingo. El papa Víctor ame-
cipio de la íiesia de la eternidad, ó á lo ménos como la r e - ' ria?6 reparar de su comunión á las iglesias de Asia que se
presonlaeior) de la tiesta de la eternidad bienaventurada. obsliuabaii en conlbrmarsü con los judíos. Terminóse eu
(Uros sanios Padre» la llaman la fiesta de las fiestas. La üii esle debate por el celebre concilio ecuménico do Nicea
tiesta de. Pascua, dice san Gregorio Nacianceno, es tan su- que declaró que la Pascua debía celebrarse en toda la
peiiui á todas las demás iicslas del S e ñ o r , como estas son Iglesia el domingo después del 14 de la luna de marzo,
DE RESURRECCION. 3i9
esto es, el domingo dospuos de la luna llena, que concur- se cantaba en las procesiones que se hacían al amanecer,
ro precisamente en el eqninocoio do la primavera, ó ¡ n - comenzaha por estas palabras: « Salve dia festivo... » c u -
mcdiatamenle después de este equinoccio, el cual se fijó yo primer dístico era intercalar, con el « G l o r i a , alaban-
desde entonces invariablemente al 21 do mazo, y de aquí z a . . . » del domingo de Ramos , y el « Cruz fiel... » del
viene la variación del dia do Pascua, porque la luna cuyo Viernes santo. En fin todo está lleno de una santa a l e g r í a ,
dia 14 cae en clequinoci io pertenece al mes precedente, todo inspira en el oficio pascual aquel santo regocijo do
y el 14 de la luna de marzo es siempre el que se halla en que la Iglesia está penetrada. Salmos, himnos , cánticos,
el equinoccio, ó inmediatamente después del equinoccio; antífonas, versículos, todo concurre á celebrar con solem-
de consiguiente como el primer dia de esta luna se en- nidad el triunfo del Salvador en este dia , y el mas inte-
cuentra constanlemenle entre el 8 de marzo y el Ti de resante y el mas consolador de los misterios. Esto es lo
abril, la Pascua nunca puede subir mas arriba del 22 do que ha hecho decir á san Gregorio que la fiesta de Pascua
marzo, ni retrasarse mas allá del i l i de abril; en este i n - es no solo la primera y la mas interesante de todas, sino
tervalo ea en el que rueda necesariamente. que es también la solemnidad de las solemnidades, por-
Es sabido qncel nombre de Pascua viene de la palabra que aliriéndonos el cielo nos hace gozar anticipadamente,
hebrea Pesar/t, que significa pasaje, y que entrelosjudíos por la fé , por la esperanza y por la caridad, de los rego-
significaba el paso del mar Rojoá la salida de Egipto, y el cijos celestiales. Nada eslrafio debe sernos que la Iglesia
paso del ángel esterminador, el cual viendo la sangre del celebre con tanta solemnidad un misterio que mira no so-
cordero pascual sobre las puertas de los israelitas pasaba lo como el fundamento de nuestra f é , sino también como
sin hacerles ningún mal, al mismo tiempo que entraba en la causa y el símbolo de la vida eterna y bienaventurada
las casas de los egipcios para quitar la vida á todos los que es el objeto de nueslra esperanza. La Cuaresma que
primogénitos de los hombres y de las bestias. Enlre los ha servido de preparación á esta fiesta , era la figura do
cristianos la palabra Pascua tiene la misma significación; la vida penitente y laboriosa que debemos llevar en esto
pero en un sentido mucho mas espiritual y con relación al lugar de destierro; la fiesta de Pascua representa la vida
misterio, del cual no era mas que la figura el paso del á n - gloriosa que debe ser la recompensa de la vida presente.
gel y de los hebreos. Propiamente significa el paso de la Por esto la Iglesia en lodo el oficio do esta semana entra
muerte á la vida en la resurrección de Jesucristo; de la ya en espíritu en la patria celestial. No quiere alabar á su
servidumbre del pecado á l a dichosa libertad de hijos de Dios con los himnos ordinarios; cu lugar del himno repite
Dios en los cristianos; do la ley anticua á la ley nueva, y sin cesar la « Alleluya )J que cantan eternamente los b i e -
del desierto de esta vida, dicen los Padres, á la verdadera navenlnrados en la gloria, dice san Juan. « Yo o í , » a ñ a d e ,
tierra prometida que es el cielo, á la cual nos dan dere- «como la voz de muchas turbas en el cielo , que decian
cho la muerte y la resurrección del Salvador. ALLELUYA. A nuestro Dios es á quien pertenece la cualidad
de Salvador, la gloria y el poder. Asi sea, ALLELITA. Can-
En muchas iglesias, y especialmente en muchas comu-
tad incesantemente alabanzas á nuestro Dios, vosotros que
nidades religiosas, se tratado honrar h o y el moraentoglo-
sois sus siervos, ALLELÜYA , » y repelían : «ALLELUVA ; por-
rioso en que Jesucristo resucitó, con procesiones que se
que el Señor nuestro Dios omnipotente ha tomado pose-
haeeu al amanecer al rededor de las iglesias, ó en los bap-
sión de su reino.» llegocijémonos, hagamos resaltar nues-
tisterios, y con la misa de resurrección que so celebra en
tra a l e g r í a , y rindámosle la gloria, lié a q u í , según san
un altar levantado fuera de la iglesia, para hom ar lasanla
Juan , lo que pasa cu el cielo, y esto es lo que la Iglesia
solicitud de las tres Marías que antes del dia fueron al se-
trata do imitar en la tierra con esta frecuento repetición
pulcro del Salvador. Los griegos y los orientales hacen
de la palabra ALLELUYA durante el tiempo pascual.
una especie do fiesta particular, que llaman la fiesta del
íriunfo de Jesucristo que sale gloi ioso del sepulcro. Al El introito de la misa de este dia está tomado del ^ a l -
amanecer, ya que la aurora comienza á esclarecer, sevan mo 1Í18. ilabla Jesucristo á su Padre en el dia de su triun-
» la iglesia, • y después de algunas oraciones y lecturas fo : «Yo he resucitado, » le dice , «sin haber jamás de-
se canta un cántico de la resurrección, durante el cual jado de estar contigo: alabanza á nuestro Dios. Has eslen-
el sacerdote olicianle hesa la imágen de Jesucristo re- dido tu mano sobre m í , j a m á s se ha ostentado tu poder
sucitado; la da on seguida á besar al mas respetable inlinilo en mi con mas brillantez que en el triunfo de mi
del concurso, el cual (a comimica al siguiciile, y asi resurrección. Gloria eterna le sea dada; tu ciencia se ha
de uno en otro. Las mujeres hacen lo mismo en su es- hecho admirar; alabad á Dios, s í , no ceséis decantar en
trado, y esta santa ceremonia pasa Iiasla los niños. El que su honor cánticos de alabanza. » Como no hay otro qno
la d a á besar dice: «Jesucristo ha r e s u c i t a d o ; » el que la t ú , Sefior , que me conozca perfeclamenle dice el Salva-
recibe responde: «Verdaderamenle ha resucitado. » No dor; como no hay ninguno sino yo que conozca perfec-
solamente en la Iglesia era en donde se daba esta señal tamente lo que tú eres, tu poder inlinito, tus divinas per-
de a l e x i a cristiana; en todos estos tres dias no so salu- fecciones y tu esencia; tii has hecho conocer en este dia
daba de otro modo en las calles y en las casas. En Occi- lo qno yo soy : lú has conocido mi muerte y mi resurreo-
tlente se observaha la misma ceremonia. Para saludarse, cion. Tú has conocido el f i n , la cansa y el mérito de mi
decia: « El Sefior ha resucitado v e r d a d e r a m e n t e ; » y muerte, por la cual he satisfecho plenamenlo á tu justicia;
^ respondia : « Rindamos á Dios eternas acciones de gra- y DO ignoras que en virtud del mismo divino poder que
c'í,s. » Servíanse de esta ocasión para reconciliarse por me es común conligo, ho resucitado glorioso y triunfante
('1 lioso de paz, que estaba muy en uso. En lo sucesivo no de la muerte y del sepulcro.
s" dió este beso mas que cu la misa, hasta que por ú l -
La Epístola de la misa de esfe dia so ha lomado de la
''Otó se ha redundo á solos los mmislros del altar y á los
pi imeia caria que san Pablo escribió á los coriulios. H e r -
elérigos. El himno ó cántico de regoejj mas común que
manos mios, les dice, desprendeos de la anligua levadura
330 DOMINGO
para que lleguéis á sor una pasla nueva. Acababa el san- cerca de la salida del sol llegan al sepulcro. Cuando se
to Apóstol de reprender á los fieles do Corinlo, porque to- acercaban á é l , se dijeron unas á o i r á s : ¿ Y quién nos
leraban entre ellos á un incestuoso público , que el mismo quitará la piedra que está delante de la entrada del sepul-
e n t r e g ó á Satanás y e s c o m u l g ó , á fin de que en adelanto, cro? ellas habían sido testigos del trabajo que les hahia
estando separado del cuerpo de la Iglesia, como un miem- costado á muchos hombres el removerla y traerla rodando'
bro d a ñ a d o , no tuviesen ningún comercio con él. ¿ I g n o - para cerrar la entrada del sepulcro. Si estas santas m u -
ráis , les dice , que un poco de levadura echa íi perder la jeres hubiesen tenido menos amor á Jesucristo , la dificul-
masa entera? y lomando de aquí ocasión para hacerles tad que so les ofrecía las hubiera detenido en su casa;
comprender cuál es la pureza y la inocencia que Dios exi- pero cuando se ama verdaderamente al Señor , nada se
ge de lodos los cristianos, cortando del cuerpo de la Igle- halla imposible en su servicio. Sábese que la Providencia
sia el miembro podrido, les dice: Sabed que debéis alejar tiene recursos infinitos, y que nuestra confianza la obliga
toda inmundicia de vuestro corazón , para que asi estéis á que los emplee. A una alma cobarde la detienen en el
puros y sin tacha, tales como deben ser los cristianos p u - camino de la virtud las menores diücullades; una alma
rificados y reengendrados por el bautismo, que tiene la fervorosa nada encuentra que no sobrepuje fácilmente con
diriia de celebrar una Pascua continua, en la que el m i s - el auxilio de la gracia. ¿ D o cuánto consuelo, de cuántos
mo Jesucristo es la víctima. P o n g á m o n o s , pues, en oslado bienes se hubieran privado, si escuchando la razón na-
de participar de este celeslbil banquete por medio de una tural se hubiesen desanimado á vista de una dillcullad tan
vida pura é inocente, y enteramente diversa de la que razonable? No se necesita mas que una resolución gene-
llevábamos ánles de nuestra regoiieracion. El Apósiol, d i - rosa en el servicio de Dios para allanar y aun hacer desa-
ce un sabio i n t é r p r e t e , hace aquí una alusión continua á parecer todos los obstáculos. En un momenlo sucede un
lo que practicaban los judíos ánles de comer el cordero gran terremoto, y un ángel bajado del cielo, p r e s e n t á n -
pascual. Con el cuidado mas escrupuloso purgaban su ca- dose en la primera gruta en donde estaban los soldados
sa de toda levadura y de todo lo que estaba fermenlado. de la guardia, les inspira tal espanto que todos h u y e n , y
i'or la levadura debe entenderse aquí el pecado y todo lo trastornando el ángel al mismo tiempo la piedra, se sienta
que mancha el alma. Los judíos lenian por manchada toda sobro ella. Poco después llegaron las santas mujeres, las
una masa de pasta por poca levadura que se le mezclase cuales quedaron agradablemente sorprendidas de no e n -
durante los siete dias de Pascua. Ilabia pasado esto como contrar allí soldados; pero lo quedaron mucho mas cuando
proverbio para significar que las compañías mas santas presentándose á la puerla de la primera gruta, apercibie-
perdían su r e p u t a c i ó n , y se ponían á riesgo de ver i n - ron abierta la entrada de la segunda en donde se había
troducirse muy pronto en ellas el d e s ó r d e n , luego que puesto el cuerpo del Salvador, y un ángel sentado sobre
sufrían impunemonle consigo genios de malas costumbres la piedra que se habia puesto para cerrarla. El brillo res-
plandeciente del espírilu celestial bajo la forma de un j ó -
y de una vida escandalosa. Esta espresion, « E p u l e m u r , »
venlas detuvo, y aun les inspiró algún susto; estaba su
celebremos nuestro banquete, no significa un b a n q u e t e ó
rostro tan brillante que despedía de sí rayos semejantes
una acción particular, para la cual exija san Pablo de los
á los r e l á m p a g o s , y sus vestidos aparecían blancos como
cristianos esta virtud y esta pureza tan exacta; significa
la nieve. Advirliendo el ángel la admiración de las muje-
todo el tiempo de la vida, el cual todo debe pasarse en la
res que se acercaba al espanto: Tranquilizaos, les dice,
inocencia y la santidad. Entiéndese también de la comu-
nada tenéis quo temer; vosotras venís á buscar el cuerpo
nión pascual. « E p u l e m u r : » Hagamos la Pascua crisliana
del Salvador para embalsamarle; ¿ y por q u é venís á bus-
comiendo la divina Eucaristía, que es el verdadero cordero
car entre los muertos al que está v i v o , y aun es el autor
Pascual, n ó c o n l a vieja levadura, con las disposiciones
de la vida? « No está aquí, ha resucitado.» Acordaos quo
viciosas con que estabais ánles de haber abrazado la f é , y
os dijo un d i a , estando con vosotras en Galilea, que era
haber sido despojados del hombre viejo, para revestiros
necesario que el Hijo del hombre fuese entregado en m a -
del nuevo. Acercaos sí á la sagrada mesa, comed el Cor-
nos de los pecadores, que fuese crucificado, y que resu-
dero divino que se ha inmolado por nosotros; pero comedie
citaría tres dias d e s p u é s de su muerte. Todo esto ha s u -
con las disposiciones que pide un alimento tan santo, coa
cedido como él lo habia predicho; podéis convenceros por
un corazón p u r o , una fé viva , una conciencia l i m p i a , y
vuestros propios ojos; hó aquí el lugar en donde se le ha-
con la ropa nupcial que es la que indica una pureza tan
bia puesto; entrad sin miedo, y no hallareis mas en él
grande. que el sudario en que habia sido envuelto. Y asi conven-
El Evangelio de la misa do este día contiene en com- cidas por vosotras mismas de su gloriosa resurrección,
pendio toda la historia del misterio. volveos, buscad á sus discípulos que están reunidos , y
Pasado el sábado que había comenzado el Viernes san- dadles esta dichosa nueva, sobre todo á Pedro á quien ha
to á las seis de la tarde, y habia durado hasta el sábado á elegido cabeza de su Iglesia, y que está impaciente por
la misma hora , María Magdalena, María, madre de San- verle resucitado. El á n g e l , dicen los intérpretes, nombra
tiago el menor, y S a l o m é , madre de los hijos del Zcbe- á Pedro en particular, tanto porque estaba reconocido como
deo , no habiendo podido acabar de preparar el Viernes el primero de los doce, cuanto porque habiendo tenido la
por la tarde todas las drogas aromáticas de que necesita- desgracia de negar á su buen Maestro, hubieran podido
Í):tn para embalsamar el cuerpo del Salvador, según la imaginarse los demás discípulos que habia caído de su p r i -
costumbre de los J u d í o s , no bien hubo concluido el s á - macía, ó él mismo hubiera podido creer que Jesucristo no
bado , cuando por la larde fueron á acabar de proveerse le miraba ya sino como un apóstata. Para asegurarle, para
de lo que les era necesario para ir al otro dia por la m a - consolarle y para hacerle comprender, dicen san Juan Cri-
ftana al sepulcro. Impacientes de rendir osle último ob- sóslomo y "san Gregorio, que su dolor y sus lágrimas no
sequio al Salvador, parlen de Jerusalen al amanecer, y
D E RÉSUnRECCION. 351
habían eido vanas, quiso el Dijo de Dios que fuese avisado natural : de hoy mas debes ya pensar y obrar A» un modo
en particular. mucho mas perfecto, y no imaginarle que yo deba vivir
Quedaron las sanias mujeres do tal modo sorprendidas entre vosotros como viven los que he resucitado. Yo apa-
«le loque veían y de lo que oian» que aparecieron todas receré corporalmenle muchas veces entre vosotros; me
cortadas. Vueltas en sí de su asombro, entraron en el se- manifestaré á vosotros ; pero de una manera siempre m i -
pulcro y le hallaron vacío. Mientras ellas estaban conster- lagrosa, hasta que habiéndoos instruido suficientemente,
nadas se les presentaron dos ángeles. Esto objeto renovó y enseiládoos á no mirarme ya con los ojos corporales,
su espanto; salen entonces del sepulcro y van á decir á sino con ojos do la fé, suba al cielo para scnlarme á la
los discípulos lo que han visto. Pedro y Juan corren al diestra de mi Padre, y prepararos allí el lugar que os he
sepulcro para ver con sus ojos lo que las mujeres Ies de- merecido por mi muerte; esto es lo que le mando que v a -
cían ; sígnenles ellas; entran en él los dos discípulos y no yas á decir á mis discípulos. Nótese que en todas las apa-
encuentran allí mas que los lienzos. Todos asombrados; riciones del Salvador nada ha hablado de la sanlísima
agitado su corazón con diversos sentimientos, y como Virgen, porque Jesucristo en el momento de su resurrec-
suspendido cn're el dolor y la alegría, la admiración y el ción se la habia aparecido, siendo muy justo que fuese la
temor, se vuelven, Magdalena fué la única que quedó primera que tuviese parte en el gozo y en la gloria de su
cerca del sepulcro, no pudiendo resolverse h volver sin triunfo, y estando por otra parle perfeclamenle instruida
saber lo que habia sido del cuerpo de su divino Maestro: en estos mislerios, no tenia necesidad de estas lecciones.
su zelo, su solicitud, su ardiente amor ñ Jesucristo la ocu- «No pienses en tocarme, dicesan León, de una manera pu-
paban de tal modo quo no pensaba ya en lo que las habia ramente temporal, y con el mismo afecto material que lo
dicho el á n g e l ; está toda embebida en el objeto de su hacias antes; de hoy mas debes ya obrar de una manera
amor, que ella cree que lo han robado, y que quiere h a - mucho mas perfecta. Cuando yo hubiere subido á mi Pa-
llar á loda costa. Su empeño mismo la hace desconfiar de dre, pensarás de mi de un modo mucho mas justo. Enton-
sus propios ojos: cree q ü e la primera vez no ha mirado ces me reconocerás verdadero hombre, y me c r e e r á s ver-
bien; vuelve á entrar, deshaciéndose siempre en lágrimas, dadero Dios.» Inmediatamente aquella santa enamorada
y habiéndose bajado para verde nuevo el sepulcro, ve dos fué corriendo á conlar á los discípulos lo que la habia s u -
ángeles vestidos de blanco que estaban sentados en el s i - cedido. En seguida se presentó Jesucristo á las otras san-
lio en donde habia sido colocado el cuerpo de Jesús, el uno tas mujeres en ol camino. En el mismo dia apareció el
á la cabeza y el otro á los pies. vista de los ángeles no Salvador á los dos discípulos que iban á Emaú^, y á san
la indemnizó de la pérdida que creia haber hecho en Pedro ánles de diñarse ver de los demás apóstoles; quiso
aquel á q u i e n bascaba. Mujer, la dicen, ¿ p o r q u é lloras? darle esta señal de distinción, como cabeza de los a p ó s t o -
Porque han robado. Ies responde, á mi Sefior, y no sé les y de loda la Iglesia. En fin, la tarde del mismo dia
donde le han puesto. San Crisóstomo cree que Magdalena de su resurrección se dejó ver de todos los discípulos
notó entonces en los ángeles una veneración súbita como reunidos.
si adorasen á alguno. Volvióse para ver quién era, y vió
á Jesús que estaba allí; poro todavía no creyó que fuese La oración de la misa (le este die es como sigue :
61. «Mujer, la dijo el Salvador, ¿qué tienes que llorar? ¿á Dms, qui hodierna die O Dios, que en el dia de hoy
quién buscas?» No lo ignoraba; pero le gusta que le abra per ünigenitum tuum wler- nos habéis abierto la entrada
uno su corazón, que se le diga que se lo ama; quiere quo nilatis nobis adilum, de- de la eternidad por la victoria
se muliipliqnen, que se renueven las pruebas y los testi- riela mor te , mmrsti : que vuestro Hijo único ha con-
monios do nuestro amor. Magdalena al pronto creyó que DOÍO nostra, qnce pr&ve- seguido sobre la muerte : fa-
era el hombre que cuidaba del huerto en que estaba el se- niendo aspiras, eliam ad~ voreced con vuestro div ino a u -
pulcro. Seftor, té dijo, si eres tú el que le ha quitado, d i - juvando prosequere. Per xilio las oraciones y los votos
me donde lo has puesto, y yo iré á lomarlo. Guando uno eumdem Dominum... que vos mismo nos habéis ins-
esta verdaderamente tocado de una cosa, se imagina que pirado , previniéndonos por
todos saben el motivo que nos hace llorar. Este conato, este vuestra gracia. Por el mismo
amor, esta perseverancia hechizaron al Salvador, y no Jesucristo nuestro Señor, etc.
pudo diferir por mas tiempo el manifestarse á Magdalena.
María, la dice; á esta sola palabra Magdalena reconoce al La Epístola es de la primera carta del apóstol san Pallo á
Salvador, y trasportada por la alegría mas viva do que es los corialios, cap. 5,
capaz el corazón: ¡Ah divino Maestro m i ó ! esclama, y ar-
Fratres: Expurgaleve- Hermanos mios : Desemba-
rojándose á sus piés los tenia abrazados. Entonces Jesús
lus fcrmenlum, tilsiiis no- razaos de la anligua levadura,
la dijo: «No pienses en t o c a r m e : » quo es como si la h u -
va conspersio, sicul cs- para que seáis una pasta nue-
biese dicho, dicen los Padres, no te detengas en tocarme
tis azymi. Etenim Pas- va, según conviene que seáis
así, como si no debieses verme ya mas sobre la ( i m a ;
cha nostrum mmolalus (oslo es) sin levadura. Porque
sosiégale; tendrás tiempo de verme y de hablarme des-
est Chrislus. Ilaqueepule- nuestra Pascua es Jesucristo,
pacio, puesto que aun no estoy á punto de dejaros para
mur non i n fermento vc- el cual ha sido inmolado. Por
subir al cielo: todavía estaré por algún tiempo visiblemente
í m , ñeque i n feruicnto oslo celebremos nuestro ban-
con vosotros para consolaros, para animaros y para ins-
tikíHtieb elnequüia;, sed iu quete no con la anligua leva-
''uiros. V aunque me ves con el mismo cuerpo que me
azymis sinccrüalis (t ve- dura de la malicia y de la i n i -
^as visto ánles de mi resurrección, no me mires ya con
ritátii. qnidad, sino con los ázimos de
m nii.smos sentimientos naturales, elévale por la fé á otros
la siticeridad y do la verdad.
senliniientos mas espirituales, y á un conocimiento sobre-
352 DOMINGO
Habiendo sabido san Pablo que habia entre los fieles se habia uno reconciliado sinceramente: hansc proscrito
de Corinto un incestuoso público que so toleraba, les es- las ocasiones próximas; pero no so cree hacer mal m
cribió que él escomulgaba á aquel desdichado, y le c u - concurrir á ciertas reuniones mundanas. Condénase el
tregaba á S a t a n á s ; (le consiguiente, que no tuviesen n i n - vicio, pero se contempla el respeto humano: dómanse las
gún comercio con él en adelante. Y toman lo ocasión de pasiones violentas, pero se halaga la pasión favorita ; se
la I'aseua que ilehian celebrar muy pronto, les exhorta esceptúa siempre alguna pasión; y hé aquí la levadura
que no se conleuten con haber cortado este miembro po- antigua que corrompe toda la masa. ¿ O u e r c m o s q u e nues-
drido, sino que se puriíiquen do la levadura de sus vicios tra conversión persevere? «Desprendámonos de la antigua
para celebrar la Pascua con toda la pureza y devoción levadura para llegar á ser una masa nueva, según con-
que debían. viene á nuestro estado, que consiste en estar sin levadu-
ra,» Errores, ilusiones, flaquezas, pasiones, inclinaciones,
REFLEXIONES. amor propio, todo desaparece, todo lo estingue una ver-
«Desembarazaos do la antigua levadura.» ¿ E n q u é con- dadera resurrección.
siste que haya tan pocas conversiones verdaderas, ha-
biendo laníos que se quieren convertir? Esto consiste en SECUENCIA
que hay pocos que celebren el divino banquete con los
ázimos de la sinceridad y de la verdad de una nueva vida; Yictimae Paschali l a u - A la Víclima Pascual
pocos que cuiden de desprenderse de la antigua levadura. des Rindan lodos los crislianos
Por poca razón y reflexión que haya, conoce uno sus Inmolenlchrisliani. Homenajes sempiternos.
dcsarroglos, siéntese la corrupción del propio corazón, Pues Cristo ha resucitado.
liorrorízaso uno de sus desórdenes. Hay pocos hijos Agnus m l e n ú t oves : El Cordero á sus ovejas
pródigos que no lamenten por fin su infelicidad, que no Christus innocens Patri Redimió ya, restaurando
echen menos la casa de su padre. El tiempo de Cuaresma reconciliavit pecca- A la amistad de su Padre,
ea el que lodo concurre á espantar al pecador y á mo- loros. El Inocente al culpado.
verle, en el que todo convida á sola penitencia; el tiempo Mors el vita duellocon- Con admirable valor
do Pasión y el de Semana Santa trastornan los pecadores fixere mirando: dux Vida y muerte batallaron;
mas endurecidos. Estos dias do misericordia son demasia- vilio morluus, r e g - Murió el Autor de la vida,
do claros para que no se advierta en ellos el peligro; son nat vivus. Y salió vivo y triunfando.
muy tranquilos para que no se haga oir en ellos la voz de María, ¿dinos q u é viste
Dio nobis, Maria, quid
una conciencia juslamenle alarmada. La santidad, la ce-
vidisti in via? En el camino? Vi vacuo
lebridad de nuestros mayores misterios, el ejemplo edifi-
Sepulchrum Christi v i - De Cristo vivo el sepulcro,
canle de tantas gentes buenas, las amorosas solicitaciones
vcnlis , el gloriam Y la gloria do mi amado.
de la gracia que Dios derrama con mayor abundancia en
vidi resurgentis.
estos santos dias: todo concurre á inspirar en el alma el
Angélicos lestes suda- Y v i celestes testigos.
deseo do convorlirse; lodo contribuye á proporcionarle
rium el vestes. Los vestidos y el sudario :
los medios; lodo tiende á hacer eficaz este deseo. Resuél-
Ya Cristo resucitó.
vese en ña uno á morir al pecado para resucitar con Jesu-
Mi esperanza y mi regalo.
cristo; detéslanse, confiésanse las iniquidades, rómpenso
Surrexil Christus, spes Antes que lleguéis vosotros
los lazos, e m p r é n d e s e una vida nueva. lié aquí al parecer
mea : pnecedet vos A Galilea, llegado
una perfecta conversión, cimentada por el cuerpo y la
in Galiboam. Habrá ya mi dulce D u e ñ o ;
sangro de Jesucristo en la comunión pascual; hé aquí una
Allí le veréis bien claro.
verdíidara resurrección, según todas las apariencias; ¿ en
Scimus Chrislum sur- Que Cristo de entre los
q u é consiste, sin embargo, que haya tan pocas conversio-
rexissoa mortuis ve- muertos
nes que perseveren? Las mejores resoluciones se desva-
re : tu nobis , victor .Resucitó confesamos:
necen, los antiguos lazos so anudan de nuevo, los hábitos
Rcx, miserere. Rey vencedor, por quien sois.
vuelven, lodo aquel nuevo edificio que parecía iba á ser
Amen. Alleluia. Perdonad nuestros pecados.
eterno viene á tierra, y las recaídas hacen que so dude
muy prontos! la resurrección ha sido verdadera. ¿Dedon- E l Evangelio de la misa de este dia es tomado del capitu-
de nacen oslas tristes revoluciones después de unos pasos lo ÍG de san Marcos.
al parecer sinceros? No se ha cuidado do desprenderse
I n illo tempore: Maria En aquel tiempo : María
d é l a anticua levadura. No ha faltado precaución para no
Magdalene, el Maria Ja- Magdalena , Maria madre de
ponerla nueva en la masa; pero se ha descuidado el re-
cobi, el Salome emerunl Santiago, y Salomé, compra-
gistrar y el quitar toda la antigua, y esta poca levadura
a r ó m a l a , u l venientes un~ ron drogas aromáticas para ir
que ha quedado, que se ha escapado de la investigación,
gerent Sesum. E l mide á embalsamar á Jesús. Salie-
ba corrompido la masa entera. Hase uno resuelto á con-
mane una sabhdtorum ve- ron muy de mañana el primer
verlirse: la confesión ha sido entera, la contrición sincera,
munl ad monumenttm, dia de la semana, y llegaron
nada mas decidido que los propósitos: hase uno desterrado
orto j a m solé. Et dicchaia al sepulcro salido ya el sol.
de los lugares vedados y aun de los sospechosos; so ha
ad ini'icem : Quis revolvet Decíanse ontretanlo la una á
entredicho todo comercio contagioso, toda conversación
nobis lapidemabostiomo- la otra : ¿Quién nos quitará la
demasiado libre; pero se ha dejado en el corazón «n fon-
do de inclinación, qm> se mira solamente como natural, ó
(') E s t a SECUENCIA SO ilice lodos los días hasta ol Domin-
un resto de aversión hacia aquellas personas con quienes
go biyuiciito usoluaivo.
DE RESÜRUECCION. 353
mmentif E l nsjñdentcs, piedra qnc csíí» (leíanle do la de sus tormentos. Nada os ya capaz do atormentarlo. Jo-
vidcrunl rexolulum l a p i - onli iula del sepulcro? Pero m i - sucrislo ha resucitado; la muerto ya no tiene potestad so-
d m . E r a l quippe magnus rando hacia él, vieron (¡ue es- bre é l , porque si ha muerto para espiar nuestros peca-
valík. E l inlrocmles i n taba quitada : era en clVclo la dos, no ha mueilo mas (pie una vez; pero cuando v ¡ \ e
monumenlum, vidcrunl piedra demasiado grando; y ya , vive para Dios , esto es, vive con una vida divina,
j a v e m n sedenlm v i dex- entrando en el sepulcro vieron gloriosa , inmortal, y soba resuciiado á sí mismo para no
iris, cooperluiu slola a m - un joven sentado á la parte morir ya mas. Por una cruz en la cual ha sido inmolado
dida, cldbíilupucruiü. Qui derecha, vestido con una ropa oslo divino Cordero, ¡ en cuántos altares so ofrecerá á.sí
dicit Uüs : Nolile expa- blanca , y so espantaron. No mismo por su gloria! por un pueblo miserable y lan poco
vcsccre. Jesum qwvriiis lomáis, les dijo; vosotras bus- numeroso sopulladoen uinancon del mundo, que se ha
Nazarenuii), crucifi cion : cáis á Jesns Nazareno, el cual negado á reconocoi le por su Mesías y por su Rey, ¡ con
surrexil : no ti t i l hic:ecce ha sido erncificado; resucitó , q u é fé y con q u é piedad será reconocido y adorado como
locus ubi posuerunl cum. no está aquí : este es el lugar único verdadero Dios por todas las na, iones del mundoí
Sed i l e , dicüe dtsdpulis en que lo pusieron ; i d , pues, Veráse todo el poder do la orgullosa Roma doblar sus r o -
ejus, el Pclro, quia ffúh ahora, y decid á sus d i s c í p u - dillas al nombro do aquel Hombre, Dios á quien Jerusalon
ccdil vos i n Gulilvcani: ibi los y á Pedro, que estará an- ha quitado ta vida en una cruz. Veráse toda la sabiduría
cum videbilis , sicuí d i x i l tes que vosotros en Galilea ; de la Grecia reconocer su locura, y (pie no hay verdade-
vohis. allí es donde lo veréis, confor- ra sabiduría sino en la doctrina del Salvador. En Gn , por
mo él os lo ha dicho. un apóstol quo ha apostatado , i q u é innumerable m u l t i -
tud do santos anacoretas y do sanios religiosos, q u é pro-
MEDITACION. digioso n ú m e r o do hombros apostólicos 1 Judas ha liccho
traición á Jesucristo, una turba de malos sacerdotes , de
Sobre el misterio de la Resurrección.
escribas y do fariseos lo han hecho morir como un impos-
PONTO nmiEiio.—Considera cuál fué la gloria de Jesu- t o r ; y mas de diez y siete millones de mártires han dado
crisloen el momenU) de su triunfante resurrección. Seria su sangro y su vida por la gloria de su nombre , y han
necesario que fuésemos capaces do comprender el esceso conlii mado la fé do su divinidad tanto con su muerto como
de sus dolores y la profundidad inmensurable do sus l i u - con sus milagros. S e á i s , S e ñ o r , clernamen!e bendito, y
m ü l a c i o n c s , para concebir la gloria de su triunfo. Tres lodas las inleliííencias cclesliales unan sus cánticos de
dias habia que el Salvador cstaba muerto, y que su sa- alegría á los nuestros para celebrar la gloria y el triunfo
grado cuerpo estaba en el sepulcro (liabiendo querido que de vuestra porleutosa resurrección.
permanecióse todo esto tiempo en el sepulcro, para que PUNTO sr.GtiNDo.—Considera que j a m á s hubo regocijo
no so pudiese dudar do la verdad do su muerte), cuando mas justo que el que hoy so ostenta cu el semblante do
al amanecer del otro dia siguiente al s á b a d o , que,con mo- todos los fieles. La simple memoria de la resurrección del
tivo de esto misterio llamamos nosotros ¡d sanio dia del Salvador del mundo debo ser para ellos motivo do una
domingo , dia del Seílor por escelencia , volviendo la a l - eterna alegría. Esto dia no solamcnlo os la m a s grande
ma (leí esto divino Salvador del limbo, gloriosa y t r i u n - do lodas las iiesías, es el principio do una (iesla quo n u n -
fante do lodo el iníierno , se reunió á su santísimo cuerpo, ca debe concluirse. Jesucristo resucitado, dicen los santos
del cual j a m á s so habia separado la divinidad ; y comuni- Padres , ha hecho do la vida de los hombres una fiesta
cándolo todas las cualidades do un cuerpo glorioso y continua. En efecto, bien comprendido este misterio, ya
resuciiado; oslo es, la impasiliilidad, la inmortalidad, la no debe turbar nuestro reposo ningún dolor , ningún l o -
agilidad , la penetrabilidad, etc., salió e>le divino ciierp ) mor, oinguna desgracia; nuestra fé es incontraslible,
lleno de vida del sepulcro , sin necesidad de que se 1c apoyada sobre un fnndamenlo somejnníe ; nucslro amor á
quitase la piedra. Kn aquel momciito vinieron lodos los esto divino Redentor halla en o l e mislerio con que hacer-
ángeles á adorar á su divino Señor y á su Rey , y cele - so todos las dias mas puro y mas ardienlo, y nuestra es-
brar su triunfo. Es muy probable que en aquel mismo p n an/a nada tiene ya do vacilante ni de incierta , puesto
momenlo ^m^tma á su santísima Madre, que liabiendo quo si nuestro Maestro resucita para no morir mas , noso-
tenido mas parle ¡fa en SUá humillaciones , debia tros no podemos ya morir sino para resucitar; y pues él
(cncr también mas parle que ninguno en su gloria. Con- triunfa del pecado y del infierno, nosotros no podemos ya
cibamos, si es posible, cuál seria el gozo inefable do es- resucitar sino para ser elcrnamcnlc bienaventurados, si
la divina Madre, volviendo á ver en estado de gloria á sn quereinós. ; Q u é motivo de consuelo, q u é alegría para
divino l l i j o : de q u é tórrenlo do dulzura , de consuelo y todos aquellos tieles discípulos, cuando vieron al Salva-
de alegría quedaría entonces inundada susanlísima alma. dor resucitado I Nosotros no nos hemos e n g a ñ a d o , cuando
Eulrdanlo , habiendo un ángel oscilado un gran terremo- nos hemos juntado con é l , podían decir ; antes bien he-
to, quitóla piedra del sepulcro, á fin do que las santas mos obrado con prudencia cuando lo hemos , dejado lodo
mujeres y los apóstoles que debian llegar muy pronto pa- por seguirlo. Por mas superiores que sean al entendimien-
ra ofrecer sus últimos obsequios á su buen Maestro, v i e - to humano los dogmas de la religión quo nos ha e n s e ñ a -
sen que habia resucitado, mientras que huían los guardas do ; por mas coutiai ia (pie sea á los sentidos y al amor
espaulados. ¡Buen Dios 1 ¡quién pudiera comprender la propio su moral; ¡cuan desgraciados hubíérLimos sido, si
íí'oria y todas las maravillas de esta trinufanlo resurrec- no lo hubiéramos c r e í d o ! Nosotros no tenemos menos m o -
c i ó n , fundamento incontraslahlo de nuestra r e l i g i ó n , ba- tivo (pie ellos para alegrarnos ; el benoílcio es c o m ú n ; la
sa sólida de nuestra fé y de uncslra esperanza! lio aquí a! liosla debo ser general. Jesucristo ha muerto por noso-
Salvador, bien indemnizado de lodas sus humillaciones y tros , motivo poderoso para quo amemos la cruz y los do-

TOMO I V .
35 i LüXÉS
lores; poro Jesucristo ha rosneilado , soberano motivo de
espdranza, de conlianza y de regocijo , puesto que su r o - LUNES DE PASCUA.
surreccion asegnra nuestra recompensa.
¡ O divino Salvador m i ó ! inspiradme esta alegría, y ha- liase dicho ya que la octava entera de Pascua era uní»
ced que vuestra resurrección sea el modelo de la mia; sola fiesta compuesta do ocho dias; y que el segundo con-
que yo haya muerto al pecado, y que no viva ya mas cilio de Macón, el de Meaux y el concilio de Constanlino-
que para vos. S í , Dios mió , yo creo que habéis resucita- p l a , llamado i n Trullo, porque se celebró en una sa-
do, y espero que me resucitareis tamhien, y que rae ha- la del palacio imperial llamado rru/lMí» á causa de su em-
réis esta gracia para vivir con vos en el cielo. bovedado en forma de copa , todos estos concilios y m u -
JACULATORIAS.—Yo sé que mi Redentor vive, y que yo chos otros prohiben bajo de graves penas toda obra servil
resucitaré de la tierra en el último d i a , y que veré á mi durante estos ocho dias , y mandan que esta fiesta de ocho
Dios con esla misma carne. (Job, 19.) dias se celebre con una piedad ejemplar. La reducción do
lié aquí el dia venturoso que ha hecho el Seilor, cele- los siete dias de fiesta á los tres que hoy se guardan, no
brémosle con júbilo y alegría cristiana. (Psalm. 117.] se hizo hasla el lin del siglo x i ó principios del x n . No por
esto deja de ser toda la semana solemne y privilegiada en
PROPÓSITOS. sus oficios; y como la Iglesia celebrando la triunfante r e -
1 ¿ N o sabéis, dice san Pablo, que hemos sido hnuli- surrección del Salvador, nos hace celebrar al mismo
zados en la muerte do Jesucristo, esto es, que este divino tiempo nuestra resurrección , es decir, nuestra regenera-
Salvador nos ha lavado y purificado del pecado con su ción por el bautismo , toda esla semana no es otra cosa
que la continuación de esta doble fiesla: por esto entro
sangre?Debemos, pues, estar verdaderamente muertos
los griegos se llama Diaccnesima , esto es , renovación ó
al pecado, para no vivir mas que una vida nueva á ejem-
estado do nueva vida en la resurrección , y no pasa mas
plo de Jesucristo resucitado. Porque si hemos sido enger-
que por un dia que dura toda la octava. Nosotros la llama-
lados en la semejanza de su muerte, continúa el apóstol,
mos también semana Pascual, ó las ferias m albis, esto
lo seremos también en la de su resurrección; esto e3,flue
es, de los vestidos blancos, á causa de la ropa blanca que
así como un engerto muere, ó vive dependienlemenle del
llevaban toda la semana de Pascua los neóíilos bautizados
ÍII bol en donde so ha engertado, del cual saca todo su j u -
el SMtado santo.
go ; así también , estando unidos á Jesucristo por el bautis-
mo , como miembros de un mismo cuerpo, es preciso que Todos los dias de esta semana se han celebrado siempre
por su resurrección sea el principio y el modelo de nues- en la Iglesia con una solemnidad muy distinguida, aun
tra resurrección espirilual á la vida de la gracia, como ha después que ya no son festivos. Cada dia tiene su misa
sido por su muerte el principio y el modelo de nuestra particular: siempre es la historia y una nueva prueba de
muerto espiritual al pecado. Y puesto que el que esUá la resurrección del Salvador, y no hay ninguna que en
muerto está libre del pecado, esto es , así como la muer- alguna de sus partes no haga mención de la regeneración
te natural nos descarga do toda servidumbre, del mismo del nuevo hombre. La solemnidad del lunes y la del m a r -
modo la muerte espiritual debe librarnos de toda sujeción tes de Pascua, es igual á la del domingo de Resurrección.
y servidumbre con respecto al pecado. Y como Jesucristo Como el Señor propiamente por su resurrección es por la
que ha resucitado no muere mas , del mismo modo h a - que nos ha introducido en aquella dichosa región en la
biendo vosotros muerto al pecado en estos sanios (lias, no que corren rios de leche y miel, y de la que la tierra pro-
debéis vivir ya sino para Dios en Jesucristo , y no morir metida no era mas que la figura; el introito de la misa do
mas por el pecado. Meditad bien hoy esta importante lec- este dia está tomado del capítulo 13 del Exodo y del s a l -
ción de san Pablo , y tomad todos los medios, hasta sa- mo 102, y refiriéndonoslo que Dios ha hecho en nuestro
crilicarlo todo para no perder mas la vida de la gracia. favor, nos enseña lo que nosotros debemos hacer para
reconocer un beneficio tan grande, y para agradecerle.
2 Si hay algún dia en el año que deba consagrarse
todo entero al S e ñ o r , es ciertamente el santo dia de Pas- «El Señor os ha hecho entrar en una tierra abundante
cua que por csceloncia se llama el dia del S e ñ o r : e m - en leche y m i e l : » ¡ q u é alabanzas y qué acciones de gra-
pleadle lodo , sin dar nada al mondo, á vuestros place- cias no debéis rendirle! claro es que por esla ahundancia
res, ni á vuestros negocios; echad fuera hasta el menor de leche y m i e l , de que está inundada aquella tierra, nos
pensamiento de todo esto. Un padre , una madre de fa- quiere representar el Espíritu Santo las dulzuras celestia-
milia deben tener mucho cuidado de que sus hijos y sus les y las delicias espirituales, de las que en el idioma del
domésticos empleen también lodo este dia en el servicio Profeta están hartos los bienaventurados en el cielo, y las
que, según san Pablo , son superiores á loda idea y á todo
de Dios: no exijáis de ellos hoy mas que los servicios i n -
cuanto puede imaginarse. De esta región afortunada, de
dispensables. Oraciones , lecturas piadosas , uso de los
esta mansión de los bienaventurados, de esta celestial Je-
sacramentos, oficios divinos, visitas de las iglesias y de
rusalen , de esta tierra prometida es de la que Josucrislo
los pobres : h é aquí lo que debe ocupar hoy á lodo cris-
nos ha abierto la entrada por su resurrección: nosotros
tiano. Aun cu mdo h a y á i s verificado ya tal vez vuestra
adquirimos el derecho do entrar en ella por el bautismo,
comunión pascual, no dejéis de comulgar también en es-
que es nuestra regeneración espirilual, con tal que guar-
te sanio dia. No faltéis á la misa parroquial, y si puede
demos la ley nueva que Jesucristo nos ha dado, y que en
ser, asistid también á las vísperas y al sermón á la par-
.el dia de su resurrección ha sustituido en lugar de la an-
roquia ; al menos pasad allí una hora ó media por la l a r -
tigua. « N o cesemos de alabar al S e ñ o r » y de tributarle
d e , y no os dispensyis de asistir á la salutación.
gracias por un beneficio tan señalado. « Cantemos las ala-
banzas del Señor, é invoquemos su nombre; demos á c o -
DE PASCUA. 855
nocor la grandczíi de sus obras á todos los pueblos de la los envió á Joppe, Entre tanto Dios instruyó á san Pedro
Uen a. » David cxhoi la aquí á lodos á alabar y dar gracias do lo que debia hacer por medio de aquella maravillosa
á Dios por lodos los beneficios de que nos ba colmado, visión que fué como él grito de vocación de los gentiles á
íísíe salmo es un cántico de acción de gracias alieno por la fé. Habiéndose retirado el Apóstol á medio día á la azo^
título « A l l e l a y a , » alabanza, alabanza al Seflor. Créese lea, que formaba el techo de la casa en donde estaba alo-
que este salmo es uno de los que se llaman proféticos r y jado (eran llanos los lechos en aquel pais, y se retiraban
se aplica á la libertad de la cautividad de Babilonia; y en á ellos para lograr mas reposo, y estar mas apartados del
efecto, le cantaron los judíos á su vuelta de esta cautivi- ruido), fué en un momento arrebatado en espíritu; vió el
dad. En este sentido le toma la Iglesia, y le emplea en el cielo abierto , y que de él bajaba una cosa en forma de
inlroito de la misa. un mantel suspendido por lascualro puntas, y que des-
La Epí.-jto!a está lomada de los Hecbos de los Apóstoles, cendia desde el cielo hasta la tierra ; habia en aquel man-
y coíiliene un compendio del gran misterio de la resur- tel de todo género de animales c u a d r ú p e d o s , reptiles do
rección , y de la vocación de los gentiles á la f é , en la la tierra y pájaros del cielo. A l mismo tiempo una voz le
persona de Cornelio, cenlurion, y de un gran número de decia : Levántale, Podro, mata, y come. Según los i n t é r -
sus domésticos y de sus parientes que creyeron en Jesu- pretes esta especie de mantel representaba la Iglesia, y
cristo, y fueron instruidos y bautizados por san Pedro. las cualro punías del mantel figuraban lascualro partes
llübia en Cesárea un oficial romano que mandaba una del mundo, y las diferentes naciones que habian de abra-
parte de una legión romana llamada Itálica. Era bonibre zar el cristianismo y componer la Iglesia sin dislincion del
de una probidad universalmenle reconocida, y no obstante judío y del gentil. La respuesta de san Pedro manifiesla
estar educado en las supersticiones paganas, las miraba bien que lodos aquellos animales eran inmundos, esto es,
con sumo desprecio y no adoraba mas que a! único v e r - de los que prohibía comer la ley de Moisés. La compara-
dadero Dios. La Escritura dice que era hombro religioso, ción que Dios quería que Pedro comprendiese entre aque-
esto es, temeroso de Dios, que bacia grandes limosnas al llos animales y los infieles , que eran tenidos por impuros
pueblo, y que practicaba una vida (an ejemplar que se le y por inmundos , coníirma esta aplicación. No h a r é t a l .
habria tenido por un fervoroso cristiano, aun antes que S e ñ o r , respondió el santo A p ó s l o l , no comeré.lo que es
hubiese tenido conocimiento de la religión cristiana. Santo inmundo é impuro. No llames impuro ni iomundo, repuso
Tomás cree que Cornelio cuando se le apareció el ángel la voz, lo que Dios ha purificado. Uasta tres veces se r e -
tenia ya la fe sobrenatural del verdadero Dios con la fé pitió la visión, después do lo que habiéndose recogido a l
implícita en Jesucristo. Sea lo que quiera, una virtud tan cielo el mantel, desapareció. Vuelto en sí san Pedro de.su
rara en un militar, fué sin duda una bella disposición para estasis, no sabia aun lo que quena decir lo que habia v i s -
la gracia singular que recibió. to, cuando llegaron los enviados de Cornelio. EiUouces el
Estando uu dia este oficial en oración, hacia las tres do Espíritu Santo le dijo ínlei iormente: Baja; ahí hay tres
la larde (era esta hora el tiempo de la oración y del sacri- hombres que te buscan, y no obstante que sean eslranje-
ficio de la.larde para los judíos, y es probable que Corne- ros, vé con ellos sin titubear; porque soy yo el quo te los
lio á ejemplo suyo consagraba también aquel tiempo á la he enviado ; júntate sin temor con ellos. Ilabiendo sabido
o r a c i ó n ) , tuvo en ella una visión en la cual vio clara- por ellos lo que habia sucedido á Cornelio , comprendió
menle un ángel de Dios, que llamándole por su nombre: fácilmente lo que significaba su visión; y al otro dia por
Cornelio, le dijo, tus oraciones y tus limosnas, como otros la m a ñ a n a partieron para Cesárea. Entretanto Cornelio,
tantos sacrilicios do escelenle olor, han subido hasta Dios, que los esperaba, habia reunido en su casa á sus parien-
él los ha recibido y quiere recompensarlos liberalmenle. tes y amigos, deseando, movido por su zolo ya cristiano,
El ángel no tuvo reparo en hablar así á un hombre todavía que tuviesen parle en la gracia que el Señor quería ha-
pagano é idólatra. Cornelio después de haber leído los l i - cerle. Cuando Pedro entraba le salió Cornelio al encuen-
bros sagrados que sin duda habia podido obtener de los Iro, se echó á sus p i é s , y le a d o r ó : la palabra « a d o r a r »
judíos, se habia ya hecho fiel. Él creia en un Dios y en un no se loma a q u í , lo mismo que en otros pasajes de la Es-
Mesías, y que esto Mesías seria el Salvador de los hom- critura , mas que para indicar la postura humillada del
bres, y baria el oficio de mediador entre Dios yeitos; cenlurion, y su profundo respeto á san Pedro. La asam-
pero no sabia aun nada mas. No tenia todavía ningún co- blea era numerosa; y después de los saludos ordinarios:
nocimiento distinto de Jesucristo Uedenlor del mundo, y Yoíolros s a b é i s , les dijo el Apóstol, qne es cosa abomina-
necesitaba un maestro que le inslruyese sobre este punto ble para un judio el formar sociedad con un eslranjero, ni
de fé tan necesario para la salvación. Bien pudiera el á n -
tener con él comercio alguno; pero Dios me ha hecho vet-
gel haberle hecho este servicio tan importante; pero el
en una visión que á ningún hombre debe tratarse como
Seuor, que acostumbra enseñar a los hombres por medio
profano y eslranjero para el cielo. Por esto luego que so
de los mismos hombres, hizo que el ángel solo le intimase
me ha llamado he venido sin lilubear: decidme, pues, os
el que imuedialamcnte enviase á Joppe á suplicar á cier-
ruego, ¿ cuál es el motivo por que me habéis hecho venir?
to S i m ó n , apellidado Pedro, que viniese á su casa; que le
Hace cualro dias, le dijo entonces Cornelio, que á esta
hallaría en casa de uu tal Simón , curtidor de profesión,
misma hora estando en mí casa en oración se presentó de
cuya casa estaba próxima al m a r , y que de él sabría lo
improviso delante de mí una persona, cuyo vestido era de
que debia hacer. Habiendo desaparecido el ángel, Corne-
una blancura resplandeciente, y me dijo: Que mis oracio-
bo no difirió un momento la ejecución de las órdenes quo
nes habian sido oidas, y que mis limosnas no se habian
habia recibido del cielo. En la misma hora envió dos de
despreciado delante de Dios, y que te enviase á buscar
sus domésticos y un soldado, hombre temeroso de Dios, y
para queme instruyeses. Ahora, pues, á lodos nos tienes
después de haberles contado lo que acababa de suceder,
aquí delante de t i , prontos á oir lo (pie el Señor te manda
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qiK! nos digas. Sogun el loxto griego parece que Cornelio ha obrado en lodos los paises de los judíos, y singular-
Labia ayunado y orado por espacio de oualro dias, cuando mente en Jerusalen; y no obstante por la ingratitud mas
Dios le hizo esla gracia Entonces toínamlo Pedro la pala- negra y mas escandalosa, contra toda justicia y contra t o -
bra: En verdad, les dijo, estoy convencido que Dios no dos los sentimientos de la religión, le han quitado la vida
hace escepcion de personas , sino que se agrada de todo en una cruz como á un malvado, siendo la inocencia mis-
el que le teme y hace obras de justicia, de cualquiera ma ; pero Dios le ha resucitado tres dias después, y ha
nación que sea. querido que saliendo del sepulcro vivo y glorioso, se de-
Dios ha enviado á predicar su palabra, continuó, á los jase ver, nó de todo el pueblo, porque quiero salvar á los
hijos do Israel, anunciando la reconciliación y la paz por hombres por la fé, sino do nosotros á quienes ha escogido
J e s u c r i s í o , el cual es el Sefior de lodos. San Pedro co- y destinado antes de todos los siglos para publicar como
mienza á anunciar á Jesr.ci isío á Corneüo , y desde luego líelos testigos loque ha hecho por la salud de todo bl g é -
se lo anuncia como Dios, al paso que en sus discursos á nero humano; á nosotros, digo, que hemos bebido y co-
los judíos le habia anunciado solarnenle como el Mesías y mido con él después de su resurreccioti; á nosotros á .lino-
el libertador de Israel. La paz do que habla san Podro es nes ha mandado que prediquemos al pueblo, y hagamos
aquella abundancia de bendiciones, aquella dichosa felici- sabor á toda la tierra que él es á quien Dios ha establecido
dad, que es el fruto de la muerte y de la resurrección de juez supremo de los vivos y de los muertos, y'esto es, I U T -
Jesucristo, y que los á n g e l e s hahian anunciado en su na- rnanos mios, lo que hacemos. Nosotros lo declaramos a l -
cimiento. Vosotros sabéis , hermanos mios, a ñ a d i ó , que tamente con los profetas que han hablado de ello antes
esta palabra lia sido publicada por toda la Juden, comen- qne nosotros, y que lodos á una voz teslifican que en su
zando por la Galilea después del bautismo que Juan ha nombre y por sus méritos, lodos los que creen en él o b -
predicado. San Pedro quiere indicar oquí únicamente, tendrán la remisión de sus culpas. Todavía hablaba san
que san Juan se habia presentado en cualidad de precursor, Pedro, cuando descendió visiblemente el Espírilu Santo
y habia nmmeiado á Jesucristo, sogun la predicción de los sobre todos los que le escuchaban, probablemente en for-
profetas, antes que el Salvador mismo se presentase. Sabéis ma de lenguas de fuego, poco mas ó ménos como lo había
como Dios ha dado la unción del Espíritu Santo y de su hecho sóbrelos apóstoles el día de Pentecostés. Esta ma-
virtud á Jesús de Nazarelh, el cual por todas pai tos por ravilla sorprendió á los judíos que habían acompañado al
donde ha pasado ha hecho bien , y ha curado á lodos los santo Apóstol; no podían ellos concebir cómo se había
que estaban bajo de la opresión del demonio, porque Dios derramado lambien la gracia del Espíritu Santo sóbrelos
estaba con él. Nótase que entre tantos milagros como el gentiles, y loque aumentaba su asombro era el oiiios ben-
Salvador ha obrado durante su vida mortal, no leemos decir al Señor en diversas lenguas. Pero el hombre de
que los haya hecho j a m á s para castigar á sus enemigos, Dios que tenia un corazón de padre para todos los pueblos
ni para hacerse lemer; era siempre su bondad la que po- de quienes (lebia ser el Pastor universal, les dijo: ¿Y q u é
nía en movimiento su poder para el alivio de los desdi- es lo que nos detiene para no dar el bautismo á estas gen-
chados; la compasión y la bondad han sido siempre su tes que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que noso-
carácter. Un sabio del paganismo esceptuaba para hacer- tros? y en aquella misma hora fueron todos bautizados.
les bien á los jóvenes y á los viejos, á aquellos porque Ni aun los judíos convertidos podían persuadirse que la
no pueden todavía dar pruebas de su reconocimienlo, á gracia del Evangelio debiese comunicarse á los gentiles.
estos porque á poco tiempo los han olvidado ya. ¡Ouó d i - Fué necesario un milagro tan grande, dice san Crisósfo-
ferente es el espíritu de. Jesucristo de esta moral interesa- mo, para convertirles sobre este artículo. Por él hizo Dios
da ! Dábase en la antigua ley la unción del óleo á los re- ver que es el dueño de sus dones, y haciendo que bajase
yes , á los sacerdotes y á los profetas. Jesucristo había ^ e este modo el Espíritu Santo sobre los gentiles, aun an-
recibido ta unción de la misma divinidad , que habitaba tes de que hubiesen sido bautizados, ensenaba á san Podro
en él en toda su plenitud , y qno estando unida personal- y á los otros judíos, que no podia ya escluirse á nadie d«
mente con su hnmanidad le consagraba de una manera la gracia del bautismo. Comprendió perfectamente esto el
divina. Esla unión era la que distinguía de un modo par- Apóstol, cuando dijo: ¿ P u e d e negarse el agua del bautis-
ticular la m o n a r q u í a , el sacerdocio y la misión de Jesu- mo á los que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?
crisío; os la que hace que Jesucristo sea verdaderamente El Evangelio refiere la aparición del Salvador á los dos
Dios, Hijo de Dios, Mesías, Salvador y Rodenlor del g é - discípulos que iban á la aldea de Emaús en el mismo dia
nero humano. La unción del Espíritu Santo de que habla de la resurrección.
aquí san Pedro, indica principalmente la cualidad de Me- No obstante que era incontestable y evidente el U'sli-
sías ó ilc Iley del cielo y de la tierra, que el Padre ha monio de los apóstoles y de las santas mujeres á quienes
tomunicado al Hijo. Jesucristo resucitado se había aparecido, aquellos discí-
Vosotros habréis sin duda oido hablar de las grandes pulos, empero, de quienes todavía no se habia dejado ver
maravillas que Jesacnslo ha obrado ea toda la Judea; tan el Salvador, no podían < roer (pie liubio :o resucilado, y
revestido estaba de la fortaleza y de la omnipotencia de trataban de visionarias á aquellas santas mujeres. De este
Dios. Como líey del cíelo y de la tierra, y como Mesías, numero eran los dos discípulos que en aquella misma l a r -
había recibido la unción divina del Espíritu Sanio. Su ocu- de iban hácia la aldea de Kinaús, distante cerca de Iros
pación por espacio de tres años ha sido el recorrer las v i - leguas de Jerusalen; llamábase el uno Cleafas, y del otro
llas, los lugares y las ciudades para anunciarles el reino se ignora el nombre. Por el camino iban hablando de lo
do Dios, haciendo bien á todos, dejando por donde quiera que acababa de suceder en la persona de su buen Maes-
que pasaba senaleulesu bondad y de su poder. Nosotros tro. No podían dudar que no fuese enviado de Dios, ba-
hemos violo con uueslros ojos las briilaules maravillas que bieudo sido ellos mismos testigos de la santidad de su v i -
DE PASCUA. 357
da y de sus milagros; poro la ignominia de su nincrle era El Salvador se compadeció de la fé moribunda de aque-
para ellos un rnislerio (jue no compreiulian, y no daban fó llos dos discípulos vacilantes, i Qué ciegos sois! hombres
á todo lo que so decia de su resurrección, teniendo por poco sensatos en materia do religión, les dijo ; i q u é poco
suefios y vanas imaginaciones las apariciones publicadas. comprendéis lo que los profetas han dicho del Mesías! ¿ N o
Mientras conversaban entre sí de un asunto tan triste, era necesario, anadió, que el Cristo, esto es, el Mesías,
vieron venir detrás de ellos un hombre que luego se juntó padeciese de este modo, y que por este camino de los s u -
con ellos: ora el mismo Jesucristo; pero ellos no le cono- frimientos y de las humillaciones entrase en su gloria?
cieron porque «lenian los ojos como vendados,» dice el Costábales mucho trabajo á los discípulos conciliar el
Kvangelio; esto es, porque ei Salvador impedia que su oprobio y la infamia de la cruz en donde hablan visto es-
cuerpo hiciese en los ojos de b s discípulos la impresión pirar á Jesucristo, con la resurrección y el reinado glorioso
que hubiese debido hacer naturalmente, ya que Jesucristo del Mesías. El Salvador les hace ver que puesto que su
apaivcioso en efecto bajo do una figura oslrafia, ya que muer te no había sido predicha por los profetas con menos
íiuhiese impreco alteración en la vista de los viajeros. i)es- claridad que su resurrección gloriosa, habiendo visto el
pu.'S de haberse sahiJado según coslumbre, les preguntó cumpümienlo de las profecías de su muerte, no debían
Jesús cuál era el asunto de s^conversacion, y de qué pro- dudar que lo que so habia predicho de su resurrección
venia la tristeza que so dejaba ver en su semblante, ¿l'ues dejase también de cumplirse; y para convencerles, l i n o
q u é , le respondió Cleofas, serias tú el único eslranjero en- el Salvador la bondad de referirles por sí mismo todo lo
tre todos los que han concurrido á Jerusalen para la fiesta que hablan predicho del Mesías los patriarcas de la anti-
do la Pascua, que no supiese lo que ha pasado allí en estos gua ley, todo lo que habían dicho Moisés y los profetas;
dias? ¿Pues qué es lo quo ha sucedido de cstraordmario, esplicándolcs y haciéndoles ver que lodo esto se habia
repuso el Salvador? E s t r a ñ o e s , replicó Cleofas, que igno- cumplido en la vida, en la pasión, en la muerte y en la
res lo que ha sucedido á aquel grande hombre, Jesús Na- resurrección de aquel Jesús Nazareno que era el asnnío
zareno, de quien jamás buho b&tbüjúate ; aquel Profeta tan de su conversación.
poderoso cu obras y en palabras delante de Dios y de l o - Enlivíanto se hallaron cerca de la aldea adonde iban.
do el pueblo. Nosolros hablábamos de la manera indigna Enlonces el Salvador hizo ademan de querer pasar mas
y atrozmente injusta con que ha sido tratado por nueslros adelante; pero los dos discípulos le detuvieron como por
sacerdotes, por nuestros pontífices y por nuestros prime- fuerza, rogándole que tuviese á bien quedarse con ellos
ros magistrados, los cuales por una envidia sin ejemplar, en la aldea, porque se hacía tarde. Punhiatmonte era esto
habiéndole entregado á Pilato, le han hecho condenar i n - lo que el Salvador despaba; porque aunque Dios tenga a l -
justamente á morir en una cruz, habiendo el mismo Püato gunas voces el designio de hacernos las mayores gracias,
reconocido y publicado sn inocencia. Loque pone el colmo quiere, sin embargo, que se le niegue: la oración entra
á nuestra aíliccion es que nosotros le mirábamos como el ordinariamente como condición para sus beneficios. No se
iít'dculor de nuestro puehlo, y esperábamos que nos res- hizo mucho de rogar el Salvador; entró con ellos en la
tablecería á nuestra primera lihertad, y ahora nos encon- casa, que so cree haber sido la de Cleofas, y habiéndose
tramos frustrados en nuestras esperanzas; porque ha puesto á la mesa con ellos, tomó desde luego uno de sus
muerto, y no nos queda ya otra sino que debe resucilar. panes sin levadura, pues que no era permitido á los judíos
A la verdad, él nos había predicho su muerte y todo lo que el comer otros en los siete dias quo duraha la fiesta dn
ha sucedido; pero nos bahia también asegurado que tres Pascua, y habiéndole bendecido, esto es, dicen los Padres
dias después de su muerte saldría vivo del sepulcro, y hoy y los intérpretes, habiéndole consagrado en su cuerpo,
es el tercer dia, cuasi pasado ya, sin que hayamos visto del mismo modo qne lo había hecho en la institución de
el cumplimiento de su promesa. Sin embargo de (pie, a ñ a - la Eucaristía en la última cena, lo partió y so lo presentó.
dieron, ha habido a! gunas buenas mujeres del número de Abriéronse en aquel momento sus ojos, oslo es, cono-
las (pie le soguían y creían en él como nosotros, que nos cieron enlonces en el aire, en las formas del rostro y en
han nioioruli-aijo mucho, porque habiendo parlído muy de 311 voz, que el que les hablaba era verdaderameiiíe el mis-
mañana para ir á su sepulcro, no han encontrado en ftl el mo Jesucristo; pero desapareció inmedialamente de su
cuerpo, y ellas también nos han referido que se les hahian vista, hncióndose repentinamente invisible. Si su alegría
allí aparecido angeles \;xs aseguraban que bahía ivsu- fue >ciisil)le, no fue méuos vivo su sentimiento. Echábanse
Cltódo, y que lo veríamos vivo m (Jalíloa. También algu- en cara su ceguera: ¿Es posible, se decían entre sí, que
nos de los nues!ros han ido al sepulcro y han hallado qne hayamos conversado tanto tiempo con él, sin conocerle?
las mujeres habían dicho la verdad, y que el cuerpo no bas luces con que ilumi iaba uueslio enlenilimienio, es-
estaba allí. Pero ¿ q u i é n h a d e creer ima raaravilla tan plicándonos el verdadero sentido de la Escritura, y aquel
grande sobre unos testimonios tan débiles? fuego estraordinario que abrasaba nuestro corazón mien-
Cuando no hay mas que una fé (laca, uo puede haber tras que nos hablaba, ¿ n o nos decían (pie era é l ? La ansia
una esperanza viva; la esperanza vacila siempre con la íé. y el conato de dar parte á los hermanos de lo que les
«Nosotros esperábamos,'.» dicen, como si dijeran que ya acababa de suceder, les hizo partir al instante para v o l -
apenas esperan. Estas palabras demuestran bien cuál era verse á Jerusalen. Allí encontraron á los apóstoles y á los
'a idea y la disposición d e l e s p i i ü u de aquellos discípulos; discípulos reunidos, los cuales, apenas les vieron, les d i -
ellos no tomaban la redención de Israel mas que como una jeron (pie el Sefior habia resucitado verdaderamente, y
'iherlad do la servidumbre corporal; esperaban que el (pie habia aparecido á I'edro. Ellos por su [¡arte Ies conta-
•Mcsias debía ¡ihcrlarles del yugo de los romanos, y rosia- ron lo que les habia pasado en su viaje, y como habían
Idecer su antiguo gobierno. materia de religión las luces reconocido á su divino Maestro en la fracción del pan, esto
¿oíasdel eníeudimioutü huinuno, sin las de la 1c, ostra vían. os, al darles la Eucarislía. Este divino Sacrameuío es siom-
358 LUNES
pre una fuente de luces para quien le recibe dignamente. reccion del Salvador, segim el pensamienlo de san C r i -
sóslomo , con la historia de la Iglesia naciente.
La oración de la misa de esle dia es como sigue:
REFLEXIONES.
Deus, ^ui soíeímij'írttf; 0 Dios , que por medio de «Él mismo nos ha mandado que prediquemos al pue-
Paschad mundo remedia la solemnidad do la Pascua blo, etc.» Que doce pescadores pobres, groseros, que
conlulisli: popuhm i m m , habéis dado al mundo el r e - cuasi habian envejecido en la mas espesa ignorancia,
quwíiumus, cmksli dono medio soberano de todos los gentes de un genio, de un corazón encogido, de una alma
prosequere; ut et perfec- males, dignaos derramar so- naturalmente baja y tímida, sin educación , sin recursos,
tam liberlalem consequi bre vuestro pueblo vuestros sin otro arte que el de la pesca y de las redes ; que estos
mercalur, el ad vitam pro- celestiales dones; á fin de q ú e doce pescadores hayan podido convencer al universo, que
ficiat sempiiernam. Per recibiendo de vos la perfecta Jesús Nazareno, el cual habia espirado en la cruz , había
Dominmn noslrum... libertad, se adelante siempre resucitado , es un prodigio que á primera vista parece tan
mas y mas en la vida del cie- sorprendente como el de la resurrección. Pero cuando se
lo que no debe nunca acabar. para la reflexión en que unos hombres que no lenian un
Por nuestro Scflor Jesucristo, interés en fingir, no han podido querernos e n g a ñ a r con
etc. peligro cierto de su v i d a ; que unos hombres tan i n c r é d u -
los durante la vida de su Maestro, no han podido sor en-
I.n Epístola está tomada de los Hechos Apostólicos, capi- gañados después de su muerte y creerle resucitado sin
tulo 10. tener para ello las pruebas mas manifiestas; en fin , que
/ n diehus itlis : Stans En aquellos dias estando unos hombres tales como estos , que obraban los mayores
Piirus m medio ptebis, d i - Pedro en pió en medio de la milagros para establecer la fé de la resurrección , no han
x i t : Viri [raíres, vos sci- reunión , dijo : Hermanos podido en efecto e n g a ñ a r n o s ; ¿ no tenemos motivo para
tis quod faclum est verbum mios, vosotros habéis oido ha- estrañar que baya habido incrédulos , que hayan podido
per universam J u d m m : blar de lo que ba sucedido en resistir á su testimonio? Y bien ¿ n u e s t r a creencia es mas
incipicns enim á Galilwa loda la Judea, y que ha co- cristiana? ¿ y creyendo á Jesucrislo verdaderamente r e -
post baplismumy quod menzado por la Galilea des- sucitado, somos nosotros mas cristianos? Como el miste-
prmlicavilJoannes, Jesvm pués del bautismo (¡ue Juan ha rio de la resurrección encierra, por decirlo a s í , ó á lo-
á Nazareth : qnomodoun- predicado. Como Dios ba da- mónos confirma lodos los misterios ; la creencia de est&
xit tum Deus Spirilu Sone- do la unción del Espíritu San- misterio ha convertido h lodo el universo. Nosotros l o
to, el virtule, qui pertran- to y de su virtud á Jesús Na- creemos , ¿ pero q u é efecto produce boy en el espíritu y
siil benefaciendo, el sa- zareno, el cual por donde quie- en el corazón de los cristianos la fó de este misterio ? La
nando omnes opprcssos i \ ra que ha pasado ha hecho resurrección del Salvador es ta prenda segura , y debe
diabolo, quoniam Ikus bien, y ha curado á lodos los ser al mismo tiempo el modelo de la nuestra. Ella es el
erat cum illo. Et nos les- que estaban bajo la opresión fundamento de nuestra f é , debe serlo también de nues-
tes sumus omnium, quat del demonio, porque Dios es- tra esperanza , y la una y la otra deben reglar nuestras
fecil in rpgione Judoeorum taba con él. Y nosotros somos costumbres ¿ Y e n dónde se halla el dia de hoy esta r e -
el Jerusalcm, quem occi- testigos de todas las cosas que forma? Muertos al pecado por la penitencia que debe ser
derunl suspendentes i n lia hecho en la Judea y en el fruto del grande ayuno que acabamos de hacer , una
lifjm. Ilunc Deus suscita- Jerusalen, y de que los judíos nueva vida debe ser el efecto ordinario de la fiesta de
v i l tertia die, el dedil cum le han quitado la vida c l a v á n - Pascua; ¿ p e r o hay muchos que hayan resucitado? Es
manifestum (ieri non om- dole en la cruz. Dios le ha r e - necesario saber primeramente si hay muchos que hayan
n i populo , sed lestibus sucitado al tercero dia, y ha muerto al pecado , á, los háhilos criminales del pecado, á
p r m o r d i m ú s a Deo : no~ querido que se dejase ver, nó las ocasiones peligrosas y volunlarias del pecado; si hay
bis, qui manducavinms el de lodo el pueblo, sino de los muchos que hayan resucitado á la gracia : la mudanza, la
bibimus cum i l l o , post- hombres destinados para ser reforma es visible después de una verdadera resurrección.
quam resurrexit a mor- testigos de ello; á nosotros que ¿Reconócese mucho en los fieles después de esta .fiesta?
luis. E l prcecepit nohis hemos bebido y comido con ¿Y los que se han dispensado de los saludables rigores de
prwdicare populo, el les- él después de su resurrección. la pcnilencia, gustarán en la Pascua dulzuras espirituales
íificari, quia ipse esl, qvi Él mismo nos ha mandado que de una santa resurrección ?
consiilulus est a Deo j u - prediquemos al pueblo, y tes-
dex vivorum el morluo- El Evangelio de la misa es del cap. 24 según san Lucas.
tifiquemos que él es a quien
rum. Iluic omnes prophe- Dios ha establecido juez dolos I n illo lempore : Dúo En aquel tiempo, dos de los
Iw testimonium perhibent, vivos y de los muertos. Todos ex discipulis Jesu ibanl discípulos de Jesús iban á un
rcmisswnem peccalorum los profetas dan testimonio de ipsa die in castellu,m,quod caserío llamado Emaús, dis-
accipere per n o r m i ejus,que todos los que creen en él, eral i n spatio siadiorum tante de Jerusalen como se-
omnes qui credunl i n eura. reciben por su nombre la re- sexaginla ab Jerusalem, senta estadios. Iban hablando
misión de los pecados. nomine E m m a ü s . Et ipsi de todo lo que acababa de su-
Después de haber escrito san Lucas en el Evangelio loqtiebanlur ad inviccm de ceder. Mientras que ellos ha-
la vida de Jesucristo y de su santísima Madre , de la que his ómnibus, quee accide- blaban y razonaban entre sí,
puede decirse ha sido el confidente, ha querido darnos r a n l . Et faclum esl, dum se les juntó el mismo Jesucris-
en los Hechos de los Apóstoles el Evangelio de la Resur- fabularenlur , el secum to y caminaba con ellos; pero
D E PASCUA. 359
r/H&reríni : ipse Jesús ellos lonian los ojos como ven- benedixit, aefregit, el por- desapareció de so vista: sobre
oppropinquans ibat cum dados de modo quo no le co- rígebat illis. Et aperli lo cual se dijeron el uno al
iilis : omli aulem illoruin nocían. Díjoles pues : ¿ Q u é sunt oculi eorum, et cog- o t r o : ¿ N o sentíamos nuestro
(cnrhantur, ne eum agnos- viene á sor de lo que habláis, neverunt eum : E l dixe- corazón inflamado cuando nos
ecrciit. E l oit ad illos : y por q u é estáis trisles? Res- runt ad inricem : Nonne hablaba por el camino y nos
Qui sunl Id sermones, quos pondióle uno de ellos que se cor nosíram ardens erat esplicaba las Escrituras? Y par-
confertis ad inrirem am~ llamaba Gleofas: Qué, ¿eres lu in nobis, dum hqucrelur tiendo en la hora volvieron á
huíanles, el eslis trisles? acaso el vínico estranjero en i n via, et aperiret nobis Jerusalen , y hallaron á los
K l respondáis naus , fui Jerusalen, que no sabes loque Scripluras? E l surgenles once apóstoles , y á los que
nomen Cleophas, dixü ei : allí ha pasado en estos dias? eadern hora, regressi sunt estaban reunidos con ellos,
Tu solus pere.grinus es i n ¿Qué es ello? les dijo; y ellos i n Jcrusalcm : el invene- que les decían : El Señor ha
Jentsalem, el non cogno- le respondieron : En orden á r u n l congrégalos undecim, resucitado verdaderamente, y
visli qum facía sunl i n i l l a J e s ú s Nazareno, que era un et eos qui cum illis eranl, ha aparecido á Simón. Ellos
his diehus? Quibus Ule d i - profeta poderoso en obras y en dicenles : Quod surrexit por su parle les refirieron lo
x i l : Quce ? E l dixermt : palabras delante de Dios y de Dominus veré, et apparuil que les habia pasado en su
De Jesu Nazareno, qui fuit lodo el pueblo , y como los Simoni. Et ipsi narrabant viaje, y como le habían cono-
vir prophela, polens i n principes de los sacerdotes y qum gesta erant in via : et cido en la fracción del pan.
opere el sermone coram nuestros magistrados le han quomodo cognoverunl cum
Deo et omni populo : el entregado para que fuese con- in fractiom; p a ñ i s .
quomodo einn iradiderunl denado á muerte , y le han
summi sacerdotes el p r i n - crucificado. Nosotros e s p e r á - MEDITACION.
cipes noslri i n damnatio- bamos que seria el libertador
n m morlis , el cruñfixe- de I s r a e l , y ahora cumplen Sobre la resurrección espiritual.
rnnt eum. Nos aulem spe- Ires dias que estas cosas han Vvsro PIUMERO.—Considera que la resurrección corpo-
rabamus quia ipse essel sucedido. Por otra parte, a l - ral de Jesucristo debe ser el modelo de la resurrección
redcmplurus Israel : et gunas mujeres de las que es- espiritual de lodos los fieles. Consideremos las principales
nunc super Imc omnia, taban con nosotros nos han circunstancias do la resurrección del Salvador, y con-
lerlia dies esl hodie quod sorprendido; porque habiendo frontémoslas con las que deben acompañar á nuestra re-
hcec ¡acta sunt. Sed et mu- ido antes del dia al sepulcro, surrección espiritual. 1 . ' Jesucristo habia muerto verda-
Uercs quoedam ex noslris y no habiendo hallado en él deramenle en la cruz, y á fin de que la verdad de esta
ierruernnt nos, quoe ante su cuerpo, han venido á decir muerte fuese mas visible é incontestable, habia querido
lucem [uerunl ad monu- que ellas han visto ángeles que que su cuerpo adorable, siempre unido á la divinidad»
vienlum , el non invento dicen que está vivo. Algunos permaneciese tres dias sepultado en el sepulcro, ántcs de
eorpore ejus, vencrunt, de nosotros han ido al sepul- darle por su resurrección una nueva vida. Tal debe ser
dicenles seeliam visionem cro y han hallado lo que han
nuestra muerte espiritual, antes de nuestra resurrección
angelorum vidisse, qui d i - dicho las mujeres ; pero á él
á la gracia. Es preciso estar verdaderamente muertos al
cunl eum viverc. E l abic- no le encontraron. Hablóles
pecado, y muertos en la cruz, esto es, por una verdadera
runt quídam ex noslris ad entonces Jesús de este modo :
y sincera penitencia. Hay muchos que parece haber muer-
monumenlum : el i l u i n - Ceníes sin razón, y duros pa-
to al pecado en estas Cestas; pero no es mas que una
venerunt sicut mulicres ra creer lo que han dicho ios
muerte aparente , puesto que el afecto y el apego secreto
dixerunt: ipsum vero non profetas : ¿ no era necesario
al pecado subsiste siempre, aunque imperceptiblemente,
invenerunl. E l ipse dixit (pie el Cristo padeciese de este
en el fondo del corazón ; por esto la resurrección de estos
ad eos j O stuhi, el lardi modo, y así entrase en su glo-
pecadores no es mas que una resurrección aparente. La
corde ad credendum i n ria? En seguida, lomando la
verdad del la resurrección depende de la verdad de la
ómnibus, qum heuti sunt palabra , comenzando desde
muerte , y de aquí nace qwe hay tan pocas conversiones
prophctoBl Nonnehcp.c opor- Moisés y todos los profetas, les
veedaderas, aunque haya tantas conversiones aparentes:
tmí pati Christum, et iía esplicó las cosas que miraban
¿ y cómo puede uno resucitar si no ha muerto ? Y de aquí
inlmre i n gloriam suam? á él en todas las Escrituras.
Entretanto se hallaron en las ían pocas conversiones verdaderas y tan poca reforma de
E l incipicns a Moyse , el
coslumbres, á pesar de ser tantas las confesiones y las
ómnibus prophelis, iníer- inmediaciones de la casa de
comuniones que se hacen en la quincena de Pascua. Pocos
prelabatur ülis i n ómni- carneo,, y el Salvador hizo de-
bus Scriplum, qvM de i p - moslracion de pasar adelante. h a y , por poca religión que tengan, que no tengan deseo
so erant. Et appropinqua- Detuviéronle ellos como por de resucitar en este santo tiempo con Jesucristo; confiésa-
ventnt caslello quo i b a n l : fuerza, diciendo: Quédate con se , c o m ú l g a s e , lisonjéase de haber resucitado; la alegría
et ipse se fmxil longius iré. nosotros, porque se hace tar- pintada en el rostro de estos cristianos parece que anuncia
E l coegerunt illum, dicen- de, y el dia declina; de modo su resurrección á la gracia ; pero si ha faltado la verdade-
fes : Mane nobiscum , quo- que Jesús entró con ellos. Es- ra contrición en las confesiones ; si el hábito del pecado
ñ a m advesperascit, el i n - tando con ellos á la mesa, l o - no ha sido mas que suspendido ; si solo se han aflojado,
clinaia esl j a m dies. Et mó el pan, lo bendijo , y ha- sin haberlos rolo, los lazos desgraciados que atan al pe-
inlravü cum ülis. E l [ac- biéndole partido se lo presen- cador, á lo mas no se ha hecho otra cosa que mortilicar
lum cst, dum recumberct tó. Abrienjn.so enlonces sus al hombre viejo sin haberle muerto; lisonjearse de m u e r -
eis, accepil panem, el ojos, y le conocieron; pero él to , sin haber sido crucilicado: falsa resurrección , pues,
á causa de la falsa penitencia. La alegría que la mayor
3G0 MARTES
parlo de los pecadores cspcriincnfan en eslas sanias IVs- vivir en adelante con una vida verdaderamente cristia-
lividados, no es una alegría espirilual, rogocíjanse á lo na , efecto y prueba cierta de una verdadera r e á u r r e c -
mas de que La pasado la. Cuaresma. ¡ Dios mió ! ¡ qué de cion.
ilusiones, aun en nuestras prelendidas devociones, y en Haced , S e ñ o r , por vuestra misericordia que yo espe-
mientra penitencia !.¿ Queremos resucilar verdaderamente rimenle esto mismo, y que todas eslas circnnsfanciascon-
á la gracia? muramos ántcs verdaderamente al pecado. soladoras acompañen de hoy mas mi resurrección; esto es
PUNTO SKGUNDO.—Considera que resucitando Jesucristo lo que , lleno de confianza , espero de vuestra bondad i n -
vuelve á lomar en verd id el mismo cuerpo que tenia finita y de vuestra gracia omnipolente.
cuando murm ; |n>ro ¿ qnó gloriosas cualidades no le co- JACULATORIAS.—lio hallado, en fin, al que mi alma ama
munica dándole una nueva vida? Segunda circunstancia con ternura ; le poseo, y no le p e r d e r é ya. (Canl. 3.)
de la resurrección del Salvador, y esto mismo es lo que ¿Quién nos separará j a m á s del amor de Jesucristo?
delje suceder en nuestra resurrección espirilual. No se p i - {Rom. 8 . )
de que mudemos de condición ni de estado al convertir-
nos , y entrar en una vida totalmente nueva, si el estado PROPOSITOS.
y la condición en que nos hallamos nada tiene do incom- 1 La alegría es inseparable de la resurrección espi-
patible con la s a l v a c i ó n ; porque si lo son es indispensable ritual. La paz del corazón, la alegría de una buena con-
la mutación de estado : lo que exige la verdadera resur- ciencia, el amor que tiene á Jesucristo una alma espiritual-
rección espiritual es que el estado, la condición en que menle resucitada , la dulce confianza que tiene en su m i -
Dios nos ha puesto sean sanliücados por las cualidades sericordia, lodo esto hace que se goce desde esta vida un
cuyo modelo presenta la resurrección del Salvador. A g i - preludio d é l a s alegrías celestiales; no omilais nada para
lidad , c l a r i d a d , impasibilidad, inmortalidad, tales fueron hacer de ello una dichosa esperiencia. Y para esto procu-
las cualidades gloriosas que Jesucristo comunicó á su san- rad que todas las circunstancias de la verdadera resur-
to cuerpo en su resurrección. La pesadez que se siente, rección que acabáis de medilar, acompañen vuestra r e -
las diflcullades que se encuentran, la tibieza , la langui- surrección espiritual. No os contentéis con haber muerto
dez, aquella devoción cefiuda, inquieta , enfadosa, que al pecado por medio de vuestra sincera penilencia; morid
se csperimenla después de l;i pretendida conversión , l o - de nuevo á él todos los días por una nueva y cada vez mas
do eslo prueba bien que no hay mas que una conversión, sincera contrición.
una resurrección falsa. Una alma verdaderamente resuci- 2 La resurrección da una vida totalmente nueva ; pro-
tada esperimenla todo lo contrario. Esperiméntanse , á la curad en toda vuestra conducta que parezca que habéis
verdad , las dificultades que se encuentran al principio en olvidado la antigua. No concurráis ya á esos lugares p r o -
el nuevo camino de la v i r t u d , pero se esperimenla al mis- fanos y mundanos, que por lo couuin son el sepulcro de
mo tiempo un nuevo valor, una nueva resolución que es- la inocencia. El lugar santo, las iglesias, las casas de los
tá pronta á emprenderlo todo en los caminos de Dios y en pobres, prisiones, hospitales, los lugares donde so ejer-
el curso de una vida verdaderamente cristiana, llállanse cita la caridad , sean en donde sea preciso ir á buscaros y
Tíigunas dilicullades que sobrepujar, pero solo son en or- donde, so os encuentro. En fin, sea uno de los rasgos mas
den á los senlidos y al amor propio; y al mismo tiempo marcados de vuestro verdadero reléalo la alegría espiri-
se siente un valor que inspírala gracia y que hace que en tual , madre de la dulzura , de la afabilidad, do la compa-
las mismas dilicullades se encuentre dulzura. La alegría,
lo mismo que la resurrección, es toda espirilual. E n c u é n -
trase un nuevo gusto en todo lo que Dios pide de nosotros, MARTES DE PASCUA.
y un verdadero disgusto en todo lo que agrada al espíritu La solemnidad do este tercer dia no es mas que la con-
del mundo. So piensa, se juzga muy de otra manera que tinuación d é l a del primero, puesto que no es mas que la
ántes de los regocijos y d é l a s máximas mundanas. H á l l a - misma celebridad, el mismo inisterio , la misma tiesta. El
se una dulzura , un placer en cumplir con los deberes de introito de la fiesta de ayer nos anunciaba el derecho que
cristianos, y una satisfacción , una paz superior á todo lo nos habia adquirido el Salvador por su resurrección á la
que puede pensarse en los ejercicios de piedad y de«re- tierra prometida , inundada de leche y de miel; esto"es, á
ligion. 3.a líabiendo resucitado Jesucristo, ya no so en- la celestial Jerusalen , dulce mansión de los bienaventu-
contró su cuerpo adorable en el sepulcro. ¿ E n q u é pen- rados, y ahora nuestra patria celestial. El introito de la
sáis cuando venís á buscar á vuestro Maestro en el sepul- misa de hoy nos descubre las principales ventajas de esta
cro? dicen los ángeles. ((Resucitó , ya no está aqui.» Hé rica herencia que nos ha merecido Jesucristo. «El Señor
aquí lo que debe decirse, después de eslas fiestas, de les ha dado á beber la agua de la sabiduría , » aquella
una persona cspiritualmente resucitada. ¿ E n qué pensáis agua viva que salla hasta la vida eterna. Hechos hijos
cuando venís á buscar á esc hombre en las concurrencias adoptivos del Padre celestial, no se verán ya lórzadosco-
mundanas; á esa mujer en las academias do placer y de mo esclavos á abrirse cisternas en donde no encontraban
juego ; á esos amigos en los espectáculos profanos, en los mas que una agua cenagosa , incapaz de apagarles la sed;
lugares de la disolución , que deben mirarse como ios se- en adelante encontrarán en la casa del padre do familias,
pulcros de tantas gentes? Ha resucitado verdaderamente; esto es, en la Fglesia, una fuente de agua viva que i l u -
no puede ya estar aquí. í .aEn fin, Jesucristo ha resucita- minará su entendimiento, y les dará la inleligenciade las
do , y ya no muere mas; la muerte no tiene ya poder so- verdades mas sublimes, y el don de la sabiduría que les
bre él. Este es el efecto de «na verdadera resurrección es- enseñará el camino del cielo y evitará el que se estravicn.
piritual , y la señal mas segurado una verdadera conver- Bendigamos al Señor por una misericordia tan grande.
sión. Perseverar en la gracia y en la práctica de la piedad; Este don de la sabiduría no será pasajero, ántcs bien
DE PASCUA. 3G1
«pcrmnnccet'íi en los hijos de D i o s : » esta fuente no se profetas. En seguida el que presidia la asamblea convida-
agolará en la Iglesia. Las mas crueles persecuciones , los ba á alguno, y en especial á los eslranjeros , á que hicie-
«'scomhros, por decirlo a s í , de tantos millones de cuer- sen alguna instrucción af pueblo sobre lo que so acababa
pos do m á r t i r e s , no lian podido hacerle tomar otro curso; de leer. Después de la lectura ordinaria el que presidia
la fuente de agua v i v a , esta agua saludable de la sabidu- envió á decir á los dos apóstoles que si tenian alguna pa-
ría no podia encontrarse en las sodas; no se halla ni labra de consuelo que decir al pueblo, se les oiria con
puede hallarse mas que en la verdadera Iglesia; solo los placer. Levantóse entonces san Pablo, y haciendo señal
hijos de la Iglesia son los que se sacian con elia. Bendi- con la mano que se guardase silencio, les hizo el discurso
gamos elernamenle al Señor. Kl mundo, cuya pretendida que se contiene en esta Epístola.
sabiduría no es mas que locura , despreciará altamente á A vosotros, hermanos mios, hijos de la estirpe de Abra-
los hijos de Dios, que son verdaderamente los hijos de la ham, y á vosotros los que teméis á Dios (estas palabras so
la l u z ; pero la sabiduría pura, santa y verdadera, cuya dirigían á los prosélitos y á los gentiles que creían en el
fuente han encontrado , les colmará de gloria eternamen- verdadero Dios, y que concurrían el sábado á las sinago-
t e ; no cesemos de Iribuiar acciones de gracias á Dios por gas para instruirse y para oír hablar de la l e y ) á vosolros
un beneficio tan singular, y cantemos sus alabanzas con es á quien yo dirijo mi palabra. Vosolros sabéis que Dios
una santa alegría. « Cantad las alabanzas del S e ñ o r , i n - ha sido siempre el protector particular de nuestra nación;
vocad su nombre, dad á conocer la grandeza de sns obras que ha escogido y amado á nueslros padres, hasta darles
á todos los pueblos de la t i e r r a . » La Iglesia no puede con- la preferencia sobre lodos los pueblos del mundo. Vosotros
tener su alegría en todo el tiempo pascual; así es que c o n - no ignoráis todas las maravillas que ha obrado en favor do
tinuamente tiene en la boca cánticos de alegría y de ac- este pueblo escogido. ¡Qué de prodigios para sacarle de.
ciones de gracias, y su reconocimiento por el beneficio la servidumbre de Egipto; con q u é bondad sufrió su mala
de la redención la lleva hasta querer inspirar sus mismos conducta en el desierto por espacio, de cuarenta a ñ o s ; q u é
sentimientos á todos los pueblos de la tierra.
de victorias conseguidas ; cuántos enemigos vencidos para
En la Epístola de la misa de este dia se vo á san Pablo ponerles en posesión do la tierra prometida! ¿ Qué pro-
predicando á los judíos de Anlioqm'a de Pisidia , achacar tección mas señalada que la que les franqueó bajo del go-
el crimen cometido en la persona de Jesucristo á los judíos bierno de los jueces por espacio de cerca de cuatrocientos
de Jerusalen, los cuales no conociendo á Jesús ni que- cincuenta a ñ o s ? Y ¡ q u é bondad la que les dispensó bajo
riendo conocerle como quien era, ni entendiendo las pala- del dominio de los reyes, y sobre lodo en el de David, de
bras de los profetas que se leian todos los s á b a d o s , las eslerey según su corazón ! De su estirpe ha hecho Dios,
hablan dado cumplimiento persiguiéndole hasta hacerle consiguiente á su promesa, que naciese para Israel un Sal-
morir en la cruz; pero que al tercer dia aquel Jesús c r u - vador, el cual es J e s ú s , cuya venida ha anunciado Junu
cificado por los judíos habia resucitado y sehabia presen- Banlisla: ese admirable precursor del Mesías, prometido
tado á un gran número de hermanos que estaban vivos y (autos siglos hace, nada ha omitido para dar á conocer el
daban testimonio de esta verdad. divino Salvador á quien anunciaba. Vosotros no me cono-
Habiendo recibido la fe, de Jesnctisto.por la predicación céis, decía á los judíos que iban en tropas al desierlo para
de los apóstoles, la ciudad de Antioquía, capital de la S i - o i r l c ; vosolros me tenéis por el Mesías; no lo soy ; es el
ria , veía crecer lodos los días el número de fieles; y en que va á presentarse después de mí, del cual no soy digno
esta iglesia tan floreciente fue en donde estos lomaron por ni aun de desatarle sus zapatos. Uablaba no solo á sus
primera vez, hácia el ano 43 de Jesucristo, el nombre oyentes, sino también á vosolros, mis amados hermanos,
de «crisinnos.» Babia en esta iglesia muchos profetas y dignos hijos de Abraham; á vosolros lo mismo que á ellos
doctores , entre los cuales estaban Saulo , que muy luego dirigía esta palabra de salud. También ha sido enviado á
lomó el nombre de Pablo, y Bernabé. Habiendo escogido vosolros la palabra eterna, el Verbo divino. Ya se habia
el Ksijírilu Santo á san Pablo y san Bernabé para que manifcslado bastante por sus profetas, cuyas predicciones
fuesen á predicar á los gentiles, partieron sin dilación los leéis lodos los sábados eu vuestras sinagogas. En íin, se le
dos apóstoles, y la primera población en donde se deiu- ha visto, se le ha oído á él mismo, y los brillnnles milagros
vieron fué en Seleucia. ciudad marítima do Siria, poco que ha hecho, demuestran sobradamente quién era; mas
distante de Antioqnía; de allí pasaron á la isla de Chipre, no obslanle que ha venido á su propia heredad, no ha sido
predicando en todas parles con mucho f m í o , y haciendo recibido por los suyos. El pueblo de Jerusalen, y no ménos
muchos milagros. Habiendo partido de Pafos san Pablo y sus cabezas, no han querido reconocerle por el Mesías, y
san B e r n a b é , se embarcaron con m u c b o s í i e l e s q u e se ha-
ellos han realizado, condenándole, las palabras do los p r o -
bían agregado á ellos. Llegaron á Peigo , ciudad de Pan-
fetas que se leen todos los s á b a d o s ; y por una impiedad,
filia , y pasando adehmlc fueron á Antioquía de Pisidia, en
una injusticia que j a m á s ha tenido semejante, sin hallar
donde habia un gran número de judíos cslablecidos que
nada en él que mereciese la muerte, pidieron á Pílalo que.
hacian allí un gran comercio. Ilabia en el Asia muchas
le quitase la vida. Por este medio han ejeculado entera-
ciudades que se denominaban Antioquía : contábanse has-
mente, sin saberlo, todo lo que habia sido dicho de él en
ta doce; esta estaba en Pisidia, provincia del Asia menor,
los libros de los profetas; y hartándole de oprobios y h a -
con la Frigia a! norte y la Panlilia al mediodía. Habia en
ciéndole espirar en la cruz, han servido también en a l g u -
la ciudad una sinagoga célebre. No dejaron ¡os dos a p ó s -
na manera sin saberlo á su gloria; porque habiendo sido
toles de i r á ella el s á b a d o , y habiendo entrado en ella
puesto en el sepulcro. Dios le ha resucitado al tercero dia,
tomaron lugar, s e n t á r o n s e , y oyeron la lectura. Acoslum-
y su muerte ha sido nuestra salud y su triunfo. Esta noti -
hraban los judíos leer todos los sábados en sus smegttgps
cia es incontestable, tiene tantos testigos como discípulos
un capítulo de la l e y , y añadir á él algún pasaje de h -
tenia. Todos los que habían venido con él do Galilea á Je-

TOMO I V . 7iG
36? MARTES
1118.1100, lo han visto ranchas reces después do su resur- sabio inlórprete, no consistió en haber creido después de
rección; y ahora todavía dan un teslimonio público é i r r e - haber visto, sino en haber rehusado el creer si no veía, y
cusablo do olio. Este misterio ha sido la consumación do no haberse rendido al testimonio de todos los discípulos.
la grande obra de la redención de los hombres, la cual fué Tanta era la alegría que tenían, dice el Evangelio, que t o -
ánles promolida á nuestros padres, y nosotros os ammeia- davía no creían, y estaban lodos asombrados. Una alegría
mos hoy. La promesa está cumplida por la resurrección de estraordinaria de improviso suspende e l ánimo y el racio-
Jesucristo, la cual es una prenda y una seguridad de la cinio, y aun inspira una especie de desconfianza. No puede
nuestra. La resurrección es el cumplimiento y como el uno persuadirse que se posea realmeníe lo que se desea
compendio de las promesas. Es en efecto la prueba de los demasiado: la posesión súbita de un bien que se deseaba
d e m á s misterios, el fundamento de las-verdades que ardientemente, y que apenas se atrevía uno ya á esperar,
creemos, la prenda y como las arras de los bienes qce de- ordinariamente hace que se fie uno con diticultad hasta de
bemos esperar. sus propios ojos: tal era la disposición de los apóstoles.
El Evangelio del dia es la relación que hace san Lucas «No creían por el gran gozo» que les poseia. Estas pala-
da la aparición de Jesús resucitado á todos sus apóstoles y bras indican mas gozo y emoción en el corazón, que des-
á los d e m á s discípulos reunidos hácia el principio de la confianza é incredulidad en su euleudimiento. La dificultad
noche, después que los viajeros do Emaús habían vuelto á que tienen los apóstoles y discípulos en rendirse á las prue-
Jerusalon, y hubieron contado lo que les habia sucedido bas tan visibles do lo resurrección del Salvador, ha con-
en su viaje. Era esta la quinta aparición en el primer dia tribuido para hacer inconlestable la verdad de este miste-
de su rcsiirreccion. rio, mucho mas que hubiera podido hacerlo una precipi-
Ilabia aparecido el Salvador en este dia á Magdalena, á tada credulidad; pero queriendo el Salvador acabar de
sus compañeras cuando volvían del sepulcro, á san Pedro convencerles, les preguntó si tenían alguna cosa que co-
y á los discípulos que hablan ido á E m a ú s ; mas no quiso mer. Inmedíaíamente le presentaron un pez asado y un
dejar pasar el dia sin conceder á lodos los apóstoles y á panal de miel. Aunque en el estado glorioso en que estaba
los discípulos reunidos la misma gracia. Los de Emaús no el Salvador no tenia necesidad de alímenio, comió verda-
hacian mas que llegar, y apenas habian contado á toda la deramente para convencer á sus apóstoles de la realidad
asamblea su dichosa aventura, cuando Jesucristo se p r e - de su cuerpo. «El que comiese, dice san Agustín, prueba
sentó en medio de ellos. Ilabia entrado en la sala estando fué de su poder, nó de su necesidad.» ¿Quién no a d m i r a r á
cerradas todas las puertas: esto era la tarde del domingo aquí la bondad y la complacencia iníínila del Salvador con
mismo de la resurrección; era de noche, y estaban ya á lodos sus discípulos? No contento con haberse manifestado
punto do ponerse á la mesa ; pero ánles habian cuidado á algunos en particular, se dejarer de todos, se presta y
de cerrar bien todas las puertas para no sor sorprendidos se acomoda á su flaqueza; les convence de la verdad do
y mallralatlosde los judíos. A este tiempo, pues, fué cuan- su resurrección por todos los caminos que pueden exigir.
do el Salvador se presentó repentinamente «n medio de Se muestra, les habla, les asegura, responde á sus dificul-
ellos. Ies saludó, segun su cosíumbre, diciéndoles : La paz tados, resuelve sus dudas, quiere que se cercioren por sus
sea con vosotros: yo soy; no temáis. Tenían en verdad ojos y por sus manos de la realidad de su cuerpo; come y
necesidad de ser asegurados, porque bien que esta visita bebe con ellos sin embargo de que no tenia necesidad ni
tan inesperada les regocijase y reanimase su esperanza^ de lo uno ni de lo otro. ¿ Tenemos nosotros la misma con-
sin embargo, una aparición tan súbila les habia asustado, descendencia, la misma complacencia con los flacos? ¡Dios
y el miedo se babia de tal modo apoderado de ellos, que mío! ¡ c u á n d o aprenderemos del Salvador á ser dulces y
creían no ver mas que un fantasma ó un espiritu revestido, limnildes de corazón como é l l
como los ángeles, de un cuerpo aparente ó supuesto. No lo Lo que cuenta san Lucas de Jesucristo en la continua-
ignoraba el Salvador; por tanto les aseguró con bondad y ción delEvangelio de este dia, puede mirarse como el com-
una afabilidad amable: No temáis, hijos mios, les dijo, no pendio de las instrucciones que el Salvador dió á sus a p ó s -
os entreguéis á l a s ideas que os atribulan y que aumentan toles, en las conversaciones que tuvo con ellos en lo suce-
vuestro espanto. Vosotros no podéis comprender cómo un sivo. Es probable sin embargo que en esta aparición les
cuerpo pueda entrar estando cerradas las puerlas, y pen- dijese alguna cosa en general. Viendo, pues, Jesucristo á
sando que en mí no veis mas que un espíritu, teméis el ser los apóstoles y á los discípulos vueltos ya en sí de su asom-
e n g a ñ a d o s ; n ó , hijos mios, tranquilizaos : yo soy vuestro bro y tranquilos en su presencia: Si renováis en vuestro
Salvador, vuestro Maestit), vuestro Padre: este cuerpo que ánimo, Ies dijo, lo que me habéis oído decir cuando estaba
veis, no es un cuerpo fantástico ó estrafio, es el nrómo con vosotros ántes de mi muerto, os acordareis que lie
cuerpo que ha sido clavado en h» cruz; mirad todavía las predicho lodo lo que ha sucedido, que era necesario que
cicatrices en mis manos y en mis p i é s : no os fiéis de lodo lo que ha sido escrito de mí en la ley de Moisés, en
vuestros ojos , aplicad la mano, tocad este cuerpo, y las profecías y en los salmos se cumpliese. Abrióles e n -
convenceos que aquí no hay fascinación en vuestros ojos, tonces el entendimiento para que comprendiesen las Escri-
ni el airo configurado en un cuerpo, sino que lo que hay turas. En efecto, no basta que Dios nos hable de las Escri-
aquí es un cuerpo palpable, un cuerpo real, que es mi turas, es preciso que nos d é también la inteligencia de
propio cuerpo, compuesto de carne y de huesos, lo cual ellas; esto es lo que hizo entonces el Salvador en favor do
no puede tener ni contrahacer un espíritu. Después de lo sus apóstoles y de sus discípulos: hablando á sus oídos,
cual levantando la fimbria de su vestidura les mostró sus iluminaba su entendimiento, y les hacia comprender lo
piés y sus manos. Ilay motivo para creer que los apósto- que nunca habian podido creer, ni aun pensar, esto es,
les y discípulos tocaron efectivamente y manosearon el que, era necesario que el Crislo, el Mesías sufriese todo lo
cuerpo dis Jesucristo. El pecado do Santo Timiás, dice un que habian visto sufrir al Salvador, afrentas, calumnias.
DE PASCUA. m m
oprobios, irrisiones, flagelación cruel, crucifixión tan igno- promissio facía e s l : q m - mesa hecha á nuestros pa-
ininiosa como dolorosa; que era necesario, en fm, que niam hanc Deus adimple- dres, nos la ha cumplido Dios
muriese en la cruz, que fuese encerrado en el sepulcro, y vil ¡iliis nostris, resusci- á nosotros que somos sus h i -
que al tercer dia resucitase. lié aquí, les dijo, las condi- íaws Jesvm Chrislwn Do- jos, resucitando á Jesucristo
ciones con que Dios mi Padre quería que yo entrase en n i m m nostnm, muestro Señor.
mi propia gloria: no debia yo sorel Salvador de,losbomrí San .Lucas rujs representa en los Hechos de los Apósto-
bres, sino mediante mis tormentos y m i muerte; y por mi les el cumpUmieiilo de muchas cosas que habia prediebo
gloriosa resurrección he triunfado de todo el infierno y de el Hijo de Dios, la descensión del Espíritu Santo, la muta-
la muerte misma, y he abierto el cielo á los misinos h o m - ción prodigiosa que ha obrado en el entendimiento y en d
bres para quienes estaba cerrado por el pecado que yo be corazón de los apóstoles, y en partieular el leslimonio que
espiado. Esto es lo que yo quiero que vayáis á predicar á ellos kan dado de su resurrección.
todas las naciones del mundo, exhortándolas á la peniterv»
cia, y prometiéndolas de mi parte, y en mi nombre la r e - REFLEXIONES.
misión de sus pecados. Quiere el Salvador que siis a p ó s ^ «Los que habitaban en Jerusalen, y sus principales ca-
toles prediquen á lodos los hombres la remisión de los bezas, no reconociendo á Jesús han dado cumplimiento,
pecados; pero al mismo tiempo la penitencia, porque no condenándole, á los vaticinios de los profetas.» Losjndlos
hay pecado que se perdone sin una penitencia sincera; sin. entregan á Jesus a la muerte á fin de hacerle pasar por un.
penitencia no hay remisión de los pecados. seductor; han recurrido á los gentiles para hacer su muer-
te mas ignominiosa, y á él mas criminal á los ojos de l o *
La oración de ¡a misa de esle dia es como sigue pueblos; loman las precauciones mas seguras y las inas;
Deus, ^tti Ecclesiam O Dios , que renováis sin; estudiadas para impedir que sus discípulos pudiesen r o -
luam novo semper foelu cesar vuestra Iglesia por los barle del sepulcro; cierran la entrada con una piedra s ü -
w u l i i p l k a s : emeede [amu- nuevos hijos que le dais : digr ficienlo por sí sola para hacer cuasi imposible esto robo;
Us luis i MÍ sacramentum naos hacer que vuestros sier- ponen en ella el sello público, y cokean al rededor del se-
vivendo letieant, quod fide vos conserven mediante una pulcro un cuerpo do guardia. No era necesario tanto para
preceperunt. I'er Domi- vida verdaderamente cristiana alejarde él á un puñado de pescadores, que muy léjos do
mm... la gracia del bautismo que han pensar no solamente en acercarse al sepulcro, ni aun se
recibido por la fé. Pov nuestro atrevian á comparecer en público. Y el mismo suplicio
S e ñ o r Jesucristo , etc. que es el cumplimiento de las profecías, le da á conocer
por el Mesías;, y todas estas medidas tomadas con la p r e -
l o Epístola de este dia es tomada del libro de los . ¡lechos caución mas sutil vienen á servir de prueba la nias convi-
de los Apóstoles^ cap. 13. ceute de su resurrección, y los soldados tan-vigilantes son
los primeros predicadores y los heraldos de su Iriunfo.
hx dichas illis : Surgens En aquellos días, levanlán-
¡Vanos proyectos de los hombres, ellos no son otra cosa que
Paulus, el manusilenlium dose Pablo c indicando con la
locura y flaqueza cuando se forman contra vos, ó Dio»
indicens, a i t : Yirifratrcs, mano que guardasen silencio,
¡ilii gencris Ahraham, el dijo : Hermanos mios , hijos mió! Los príncipes de los sacerdotes, losdoctores de ialeyv
los oráculos-del ccncilio, los gefes del pueblo, ¿podian l o -
qui i n volñs timent Deum, de la estirpe de Abraham, á
mar medidas mas propias para impedir, para prevenir l o -
vohis verbum saluús l a i - vosotros y á los que temen á
do lo que podía favorecer la creencia de la resurrección
jus missum cst. Qui enim Dios entre vosotros es á quie-
dcISalvador? ¿Qué previsión mas-sabia, qué? precauciones
hnhilabant Jcrusalem, et nes se dirige esta palabra de
mas eficaces contra la artimaña, contra la astucia, contra
principes ejus ignorantes salud. Porque los que habita-
los artificios? pero ¿qué puede (oda la prudencia mundana
Jesum, et voces prophcla- ban en Jerusalea. y sus p r i n -
contra los designios de la Providencia y d é l a sabiduría do
rum, qum per omne sab- cipales cabezas no recono-
Dios? Todo eslo sirve maravülosamenlc para probar ¡n--
batumlegnnim\jiidicanles ciendo á Jesús han dado c u m -
venciblemente y para publicar umversalmente la verdad >
implivermu : el nutlam plimiento, condenándole, á los
de osle misterio. Sabiduría humana, ¿cuándo dejarás de-
causam monis invenieníes vaticinios de los profetas, que
e n g a ñ a r ? y nosotros ¿cuándo dejaremos de ser los jugues-
i n eo, pelierunt a Pilalo, soleen todos los sábados, y sin
tes de las ilusiones de nuestro entendimiento y de nuestras
ut Ínterfcercnl eum. Cum- hallar en él cosa alguna que
escasas luces? ¿Sobre q u é giran lodos esos ambiciosos de-
qvte. consummassenl om~ mereciese la muerte, pidieron
signios, lodos esos vastos y pomposos planes de fortuna?
Müt, quee de eo scripta á Pilalo que le quitase la vida ;
consultemos esos sueños profundos, esas meditaciones es-
w a n t , deponcnles eum de y después que hubieron eje-
tenuanles, ese estudio continuo y sombrío de un h o m -
Hgm, posiicrunt eum i n cutado enteramente lodo lo
bre que quiere adelantarse, de una persoaa que quiere
'"lonumenlo. Deus vero que habia sido escrito de él, hacer fortuna. Recorramos lodos los estados, en el campo
s u s d t a v ü m m a morluis fué quilado de la cruzy pues-
como en la corle, entre los grandes como entre el pueblo:
tenia áie : qid visas esl to en el sepulcro. Pero Dios le sabiduría humana, propia industria, apoyo de los h o m -
íJcr dies mullos fctj$ qui resucitó al tercero dia, y apa- bres, favor, habilidad, estos son los ídolos á quienes so
simul ascenderani cum eo reció por espacio de muchos consulta, y en quien se pone toda su confianza; perocon
de Galilaiain Jcrusalem : dias á los que le hablan segui- el Señor no se cuenta para nada. Esas gentes de negocios
qniusque mne sunt (estes do de Galilea á Jerusalen, los embarcadas en un mar lleno de escollos y célebre en nau-
ad plebem. E l nos eualcs hasta ahora dan testi- fragios, ¿consultan mucho al Señor ántes de entrarse á
vobis annunt\amus. eum, monio de. ól al pueblo. Os alta mar? todas esas pereonas que se forjan lautos sisle^
qua¡ ad paires nostvos re- anunciamos, pues, que la pro-
MARTES
mas de engrandeciinienío y do fortuna, ¿ s e dirigen á Dios
en lodas sus ambiciosas cmpi esas? ¡Ali! no se piensa en MEDITACION.
eslo, porque se cuenta poco con sus auxilios y con su p r o -
tección. Póncnsc en movimionlo todos los medios h u m a - De las señales de la verdadera resurrección espirilual
nos, y se deja á los devotos el procurar los divinos, con PCNTO PIUMERO.-—Considera que las señales seguras de
los cuales cuentan. Que los paganos se apoyen no mas la verdadera resurrección espiritual son, por decirlo así,
que en su prudencia, no es de e s l r a ñ a r , ellos tienen por los efectos d é l a resurrección. La resurrección de Jesucris-
divinidad á la fortuna; pero que los cristianos observen ia to á la vida gloriosa es el modelo de nuestra resurrección
misma conducta ¿no es preciso clamar impiedad, i r r e l i - á la nueva vida de la gracia. La resurrección de Jesucris-
gión? Y después de esto ¿se estrañan tan estraordinarias to comprende dos cosas: una mulacion de estado, y la
revoluciones como suceden? Estrañemos todavía m a s í a s constancia en este estado. Nuestra resurrección á la nueva
que no suceden; en la otra vida es en donde Dios se reser- vida debe también incluir particularmente una mutación
va el castigo. de estado; por esto nos dice san Pablo que para partici-
par de la resurrección de Jesucristo, es preciso, como é l ,
E l Evangelio es del de san Lucas del cap. 1h. caminar en una nueva vida, revistiéndonos del hombre
hx illa tempore i Stelit En aquel tiempo apareció nuevo. ¿De q u é sirve llorar, gemir, acusar ios pecados,
Jesús i n medio discípulo- Jesús en medio de sus discí- humillarse por la penitencia, si no se muda de vida? Llan-
r u m s m r u m , el dicit eis: pulos, y les dijo : La paz sea tos inútiles, vanos gemidos, confesión infructuosa, sacri-
Vax vobis : ego sum , no- con vosotros : yo soy : no (Ü- lega, si no se sale del estado de pecado. Ni aun basta el
litc timere. Conlurhaii ve- mais. Pero en medio de la mudar de estado; la resurrección á la nueva vida debe i n -
ro, el cmtervüi, existima- turbación y del espanto en que cluir la constancia en este estado, la perseverancia. Ha-
¿aní se spirilum videre. estaban , creian ellos que no biendo resucitado Jesucristo ya no muere. Del mismo m o -
Et d i x i l eis : Quid íurbali veían mas que un espíritu. do, si hemos resucitado verdaderamente á la gracia, no
estiSy et cogilationes as- Díjoles : ¿ Q u é motivo tenéis debemos ya morir por el pecado, sino que á ejemplo de la
cendunt i n corda veslra? para estar tan atribulados? ¿ y resurrección del Salvador, la nuestra debe ser a c o m p a ñ a -
Videte m a m s meas el pe- por q u é os apuráis con esos da de la vida en la gracia. Si hemos resucitado verdade-
des, q u i a cejo ipse s u m : pensamientos que tenéis? M i - ramente á la nueva vida, no debemos ya vivir sino para
palpate, el videle : quia rad mis manos y mis p i é s ; yo Dios y en la gracia y amistad de Dios. La Escritura hace
spirilus carnem, el ossa soy, tocad y ved. Un espíritu mención de tres géneros de resurrecciones: la primera es
non ftaíiet, siml me videlis no tienecarne ni huesos, como la de Samuel, el cual por un encantamiento pareció p r e -
habere. E t cum hoc d i x k - veis que yo tengo; y habiendo sentarse resucitado á Saúl. Era fácil e n g a ñ a r s e , y efecti-
sel, oslendit eis manus el dicho esto, les mostró sus ma- vamente se e n g a ñ ó ; y el que veiay creia quecra Samuel,
pedes. Ádhuc aulem illis nos y sus piés. Tan grande era halló poco después que no era en la realidad mas que un
n o n credenlibus, el m i r a n - el gozo que tenian que todavía fantasma. Tal es la pretendida resurrección de un gran
tibus p m gaudio, d i x i l : no se determinaban á creer, y número de pecadores que al parecer han resucitado en es-
IJubelis hic aliquid, quod estaban lodos como asombra- tas fiestas, porque parece que han detestadosus pecados;
manduceim'? At i l l i obiu- dos. Dijoles , pues : ¿ Tenéis pero esta aparente resurrección desaparece con las cere-
lerunt e i p a r í e m pi$cis as- alguna cosa que comer? Pre- monias de la fiesta. La segunda fué la resurrección de L á -
si,elfavummellis.Etcim sentáronle parte de un pez zaro. Era, en efecto, verdadera; pero era imperfecta
manducassel coram e i s , asado y un panal de miel, y puesto que Lázaro no había resucitado verdaderamentesi-
sumens reliquias , dedil habiendo comido delante de no para morir, y tal es la resurrección de innumerables
eis. E l d i x i l ad eos -.líocc ellos, lomó lo que quedaba, y gentes, que habiendo resucitado verdaderaraenteá l a g r a -
sunt verba, qúm loculus se lo d i ó ; después les dijo : cia en estas fiestas de Pascua por una sincera penitencia,
SMÍÍÍ ad vos, cum adhuc Eslo es lo que y o os decía cuan- no perseveran y recaen en el pecado, al cual habían r e -
essemvobiscum, quoniam do estaba aun con vosotros, nunciado. En fin, la tercera especie de resurrección es la
necesse esl implcri omnia, que era necesario que secum- de Jesucristo, única verdadera y perfecta, y que ú n i c a -
quoe scripla sunt i n lege pliese lodo lo que ha sido es- mente debe ser el modelo de la nuestra, si queremos que
Moysi, el Prophetis, et crílo de mí en la ley de Jlui- lo sea, puesto que Jesucristo es el único que ha resucitado
Psalnm. de me. Tune ape~ sós, en ios profetas y en lós verdaderamente para no volverá morir. ]Cuán lamentable
r u i t illissensum, u l i n l e l - salmos. Abriólos entonces el es el hacer grandes gastos, y no sacar de ellos utilidad
ligerenl Scripluras, E t d i - entendimiento para que com- alguna! Consideremos á cuál de estos tres géneros de r e -
p i l é i s : Quoniam sieserip- prendiesen las Escrituras, y surrecciones es semejante la nuestra. Muchas confesiones
ium est, et sic oporlebat Jes dijo : Así está escrito, que en la Pascua; pero ¿hay muchas conversiones? ¡Buen
Chri'slumpali, et resurge- era necesario que el Cristo Dios! ¡qué de resurrecciones aparentes! j q u é d e resurrec-
re a morluis lerúa die, et padeciese de este modo , que ciones imperfectas! ¡Cuan pocas verdaderas y perfectas
prcedicari i n nomine ejus resucitase al tercero d í a , y resurrecciones! Juzguemos por los efectos, que son la
pamilenliam, el remissio- que se predicase en su n o m - pruelja de ellas.
nem peccalorvM in omnes bre la penitencia y la remisión
gentes, de Jos pecados á todos los PUNTO SEGUNDO.—Considera que no basta haber resuci-
pueblos. tado verdaderamente á una nueva vida por la gracia; es
preciso valerse de todos los medios para conservar esta
nueva vida, y precaver y evitar todo lo que pueda hacer
que se pierda ó se debilite. Una de las causas ordinarias
D E PASCUA. 305
de nuestras recaídas es qüo cohlainos demasiado con milagros. No volváis á caer ya en el pecado, no sea que os
nuestras resoluciones, con nuestro fervor, con nuestra dis- suceda otra cosa peor. Esto es también lo que os dice eí
posición presente. Semejantes en esto á los que han esta- Salvador, y lo que debéis deciros sin cesar á vosotros mis-
do peligrosamente enfermos, y habiendo recobrado las p r i - mos. Para evitar esta desgracia tomad todas las medidas
meras fuerzas, y con ellas un nuevo vigor, cuentan tanto necesarias para conservaros en esta nueva vida que habéis
con su salud, que se esponen sin temor á los mas grandes recibido por vuestra resurrección. Estad continuamente
peligros do perderla: no tienen reserva alguna, ningún alerta, acordaos que estáis en pais enemigo y sobre un mar
r é g i m e n de vida tan necesario para conservar su robustez. célebre por los naufragios. No perdáis j a m á s de vista e l
S i g ú e s e su apetito, cométense muchos escesos, espónese cielo: huid hasta de las menores ocasiones de pecado, y
«in precaución á un aire frió, muchas veces hasta conta- desconfiad de vosotros mismos.
gioso; diríasc que ya no se debe n i G i i r , poi que se ha es- Además de la fuga de todo lo que puede serviros de
tado mas.peligrosamente enfermo; nada scrchusa, desa- ocasión de pecado, a d e m á s de una fidelidad constante en
fíase todo, y se muere á la primera recaída, la cual se ha lodos vuestros ejercicios de piedad, y una delicadeza es-
acelerado por las indiscreciones y la imprudencia. Haga- quisita de conciencia, acercaos con frecuencia á los sacra-
mos la aplicación; la analogía es perfecta. ¿Dedónde vie- mentos; tened una devoción diaria y tierna á la santísima
nen tantas recaídas funestas después de las santasso!crmu- Yírgen y . á vuestro ángel do guarda: esta constante devo-
dades de la Pascua? do nuestra falsa seguridad, de nues- ción es un poderoso medio para obtener de Dios la gracia
tras indiscreciones, d é l a facilidad, de la imprudencia, déla tan necesaria de la perseverancia. Pensad frecuentemente
temeridad con que sin preservativo nos esponemos al pe- en lo que vale la gracia, que es el precio de toda la sangre
ligro. Hase resucitado á la gracia p o r u ñ a penitencia sa- de Jesucristo. ¡ Q u é desdicha perderla! Es un tesoro,
ludable, base recobrado una nueva vida, siéntese un nue- guardaos bien de esponerlc, conservadle con cuidado, y
vo fervor, gústase de Dios, tiénese devoción; son poco sacrificadlo todo, bienes, honor, salud, la vida misma a n -
equivocas estas señales de salud y de una renovación es- tes que perderla gracia. Pedid todos los dias la perseve-
piritual. Duermen las pasiones y el enemigo de la salva- rancia y la gracia final; es este un puro don de Dios que
ción no se atreve á removerlas; sin embargo no por eso es necesario pedirle todos los dias.
está menos atentoá nuestra p é r d i d a . En esta seguridad y
con tan buenas disposiciones de nada se desconfia. V u é l - DOMINGO DE CUASIMODO.
vese al gran mundo, espónese al aire corrompido, mez-
Este Domingo tan privilegiado en la Iglesia es propia-
clase indiferentemente con lodo género de compañías. No
mente el fin de la célebre octava de Pascua, la cual no era
permita Dios que en todo esto intervengan malos fines; ha-
masque una fiesta que duraba ocho dias. Observábanse
cese siempre con la resolución especiosa de ser de Dios, y
estos siete dias de fiesta principalmente por los neófitos ó
de sacrificarlo todo por conservarse en la inocencia. A la
recien bautizados, á fin de fortificarles con auxilios espi-
verdad el pecado grave causa horror, pero no asustan ya
rituales, dice san Juan Crisóslomo, contra lodos los c o m -
las faltas tijeras. É n t r a s e , por decirlo así, en el mundo y
bates que tendrían que sostener después del bautismo;
en sus partidas de placer, familiarízase unocon los objetos,
puesto que el demonio j a m á s nos hace una guerra mas
coinclonse indiscreciones en materia de diversiones, no es
ya uno tan rígido observador de su arreglo de vida. Dis- cruda, que cuando nos ve enriquecidos con mayores dones
pénsase de muchas prácticas de devoción, no se acerca del cielo. En esto c o n s o l é que cada uno de los siete dias
con tanta frecuencia á los sacramentos, ni se guardan ya tiene todavía Evangelios y misas propias, á fm de que pue-
los sentidos con tañía vigilancia. La conciencia á la v e r - da predicarse en todos ellos. San Agustín dice que esta
dad da sus latidos, pero la voluntad que se tiene de perse- octava de fiesta se había establecido no solo para la so-
verar asegura. En fin, nuestro propio corazón nos hace lemnidad de la fiesta de la resurrección, sino también
traición. Muérese uno cuasi sin percibir que está enfermo, para que contribuyese á fortificar el nuevo nacimiento de
y en un momento se pierden todas las ventajas de la r e - ios que habían sido reengendrados, y su infancia espiri-
surrección. tual; por esto se les obligaba á comulgar lodos estos ocho
dias, y en cada uno de ellos se les hacia una nueva ins-
No permiiais, Señor, que me suceda esta última desgra- trucción. Habiendo cesado hácia el siglo X I I I el uso de no
cia. Haced por vuestra misericordia que yo viva continua- conferir el bautismo mas que en la Pascua y Pentecostés,
mente en el, temblor y en el temor de perder la gracia. se redujo á tres el número de siete dias de fiesta.
Yo os prometo mediante los auxilios de esta gracia tener Los griegos llaman á este domingo el Domingo nuevo,
tanto horror á las ocasiones del pecado, como al pecado en atención á lodos los que han sido reengendrados, por-
mismo. que es la primera vez que los neófitos, dejando ya el h á -
JACULATORIAS.—Traspasad m i alma y mi carne con vues- bito blanco, comparecen en la iglesia con el hábito o r d i -
tro santo temor, á fin de que yo evite vuestros terribles nario como el común de los fieles. Danle también el nom-
juicios. (Psalm. 118.) bre de Anti-Pascual, esto es, el domingo que está en opo-
Yo vivo, pero no soy ya yo el que vivo, es Jesucristo el sición al domingo de Pascua, cuya octava y solemnidad
que vive en mí, (Ad. Galat. 1.) termina.
Entre los latinos se califica este domingo con diversos
PROPÓSITOS.
nombres. En los mas antiguos sacramentarios se llama la
1 Cuanto mas consolatorias son las señales de nuestra Octava de Pascua, y está considerado como el término no
resurrección, tanto mas nos interesa el hacer sus frutos eter- solo de esta célebre octava, la mas solemne de todas las
nos. Estáis ya libres del demonio, estáis curados, decia el octavas de la Iglesia, sino también de la quincena pascual
Salvador, á aquellos en cuyo favor acababa do hacer estos de la cual hacia la abertura el domingo de Ramos, y á la
366 DOMINGO
que esle domingo ponía el sello; de aquí ha venido el nom- de lencr partidarios que sostienen lo que sus leyes, sos
bre de Pascua cerrada, que es el que se le da todavía en costumbres, sus máximas han prescrito en él. Hasta la
Francia. Ei nombre de domingo de Cuasimodo es en el dia muerte de Jesucristo, el demonio ufano por la desgracia
de hoy el mas común y el mas usado: está lomado de la en que el hombre había incurrido por el pecado, á nada
primera palabra del inli oito de la misa de este dia. Por fin, tenía consideración en el mundo, había erigido un impe-
entre los eclesiásticos se llama el domingo «in Albis», esto rio cuasi absoluto sobre esle hombre en desgracia de Dios,
es, el domingo que sigue á la semana en que los neófitos hasta hacer que se le erigiesen altares, se le diesen i n -
llevan el hábito blanco en señal de la inocencia que h a - ciensos, se le hiciesen votos, y en todas partes reinasen
bían recibido en el bautismo. «Hoy, dice el padre san sus tiránicas leyes y sus perniciosas m á x i m a s . De aquí los
Agustín, queda terminada la solemnidad de la Pascua, y templos, los ídolos, los sacrificios: de aquí el torrente de
por esto los neófitos mudan de h á b i t o ; bien entendido, la idolatría quebabia inundado el universo. Habiendo que-
que no porque muden el hábito blanco, deben abandonar dado exenta del contagio general por una singular p r e d i -
j a m á s la blancura de su alma » , que consiste en la inocen- lección de Dios sola la nación judía, aun esla en casi t o -
cia. No por esto deja de ser aun la solemnidad de este día dos los siglos había también sido tocada de é l . Jesucristo
la fiesta, por decirlo así, de los nuevamente bautizados; á por su muerte había ciertamente vencido á este fuerte a r -
ellos principalmente hace relación el introito y la Epístola mado, y triunfado de todas las potestades, de todos los
de esle dia. señores de este mundo, de este lugar de tinieblas; pero el
También en esle dia, especialmente en Roma, distri- mundo, acostumbrado á vivir bajo de esle tirano, había
buían los diáconos á los fieles después de la comunión, los retenido sus máximas y su espíritu. Por esto aunque la
«Agnus Dei» de pasta de cera que el papa había bendecido religión cristiana baya purgado el mundo del paganismo,
los cristianos han tenido siempre que combalir el espíritu
Rolemnemente, como se ha dicho en otra parte, y que ha-
y las máximas del mundo que se han atrincherado enlrc
bía comenzado él mismo á repartirla víspera entre el A g -
los ihundanos. Pero los verdaderos hijos de Dios han con-
nus Dei y la comunión. En todos tiempos ha dado Diosa
seguido y consiguen aun lodos los días la victoria sobre
estas medallas de cera una virtud singular sobre los e s p í -
esto mundo perverso: y esla victoria que hace victoriosos
ritus malignos, contra las injurias del aire, y contra las
del mundo, de las máximas perniciosas del mundo, del
enfermedades contagiosas: la bendición especial del sobe-
espíritu contagioso del mundo, es nuestra fé. El mundo
rano pontífice les imprime esta eficacia, y esta es la causa
inspira el amor del placer, de las riquezas, de los falsos
porque en lodas las naciones se conservan con tanta ve-
honores, de las comodidades de la v i d a ; la fé de los cris-
neración entre los fieles.
líanos les inspira senlimicntos del lodo contrarios, y esla
El introito de la misa está tomado de la primera Epís-
moral, aunque opuesta á los scnlidos, á las inclinaciones
tola del apóstol san Pedro. «Como niños que acaban de
de la carne, al amor propio y á las máximas del mundo,
n a c e r » , sean vuestros primeros acentos «alabanzas al Se-
ha triunfado de todas. las preocupaciones á pesar de su
ftor», y acciones de gracias á este Padre de las misericor-
prescripción. Los hombres mas orgullosos y mas sensua-
dias por los señalados beneficios de que os ha colmado.
les han abrazado la doctrina del Evangelio en el claustro
Dirígese propiamente la Iglesia á los neófitos, y es esta y en los dcsíerlos, en medio del mundo mas brillante y
una especie de exhortación que les hace. «Desead con ar- hasta en el Irono mismo: sabios dol mundo, grandes del
dor la leche pura de la s a b i d u r í a » , y no ceséis de prorutn- mundo, partidarios del mundo, lodo ha cedido, todo se ha
pir en cánticos de alabanzas y en bendiciones á un Dios rendido, todo se ha sometido al yugo de Jesucristo; á la
que del fondo de las tinieblas os ha llamado á su admira- fé, animada por la caridad, es á quien se debe esta victo-
ble luz, á vosotros que ántes no erais pueblo de Dios, y ría. ¿Quién es el que consigue la victoria sobre el mundo,
ahora lo sois. «Desead sinceramente la leche.» Sigue continúa el santo apóstol, sino el que cree que Jesús es
siempre la misma alegoría á la infancia espiritual d é l o s Hijo de Dios? Ciertos pretendidos sabios paganos, ciertos
neófitos, que no habiendo mas que ocho días que habían pretendidos espíritus fucrlcs se han jactado, hasta han
nacido por el bautismo, tenían necesidad de ser alimenta- hecho ostentación de despreciar el mundo, y al mismo
dos con leche, pero con una leche pura y sin mezcla. Te- tiempo han sido esclavos suyos ; solo la fé de los cristia-
ned ansia por la doctrina santa y pura del Evangelio. A l - nos ha podido subyugarle. Hansc visto gentes fuera de la
gunos santos Padres enlíenden por esla leche pura la Ku- Iglesia que han podido despreciar los h o n o r ^ s j las rique-
carinlin, la cual, en efecto, es la leche de los flacos y el zas; pero ¿ s e han hallado quienes hayan resistido á los
alimento sólido de los que son fuertes; por eslo se les daba atractivos del deleite, quienes hayan tenido ánimo para
lodos los días de la octava á los recien bautizados. Tened perdonar las injurias, quienes hayan llevado la caridad
hambre de esto divino alimenlo, á fin de que por medio hasta amar con ternura á sus mas mortales enemigos?
de esta leche, dice el sanio Apóstol, crezcáis basta llegar Nótese que el Apóstol no dice simplemente que la fé es la
á la robustez. que ha conseguido esta victoria ; en este caso el hereje
La Epístola de la misa de este día está lomada de aquel podría lisonjearse de poder tener parle en esta victoria;
pasaje de la primera carta de san Juan, en que este a p ó s - sino que dice «nuestra fé,» la f é q u e tenían los apóstoles y
tol sienta que los que han nacido de Dios quijdan victorio- los primeros fieles y que no se encuentra mas que en ia
sos del mundo, y que esla victoria es el efecto de la fé Iglesia romana; solo la fé de los católicos es la í é d e los
que tenemos en Jesucristo; eslo es, que lodos los hijos de apóstoles y de los primeros cristianos. El mismo Jesu-
Dios, los verdaderos cristianos constituidos verdaderos h i - cristo, afiade el Apóstol, es el que ha venido en el agua y
jos de Dios por el bautismo, quedan victoriosos del m u n - en la sangre, lo que prueba que es lan verdadero hombre
do, victoriosos del imperio que el demonio había estable- como verdadero Dios: Juan Bautista no ha venido mas que
cido en el mundo, y en donde no deja, aunque vencido,
D E CUASIMODO. 367
en el agua, esto es, con-solo el bautismo del agua; asi es su divino Maestro no crecriaquo habia resucitado: a ñ a -
que su bautismo no quitaba el pecado del mundo; Jesu- diendo aun que no se contenlaria con ver en sus manos las
cristo no ha venido en el agua sola, sino con el agua de su señales de los clavos que las hablan traspasado, sino que
bautismo y con la sangre de su pasión, la cual ha dado a queria también meter el dedo en la abertura que estos cla-
su bautismo de agua toda su eficacia para la remisión de vos habían hecho , y la mano en la llaga de su costado.
los pecados. El designio del Apóstol en esta Epístola es de- Permitió Dios esta criminal obstinación en un Apóstol
mostrar que Jesucristo nuestro Salvador es juntamente adherido por otra parte á la persona del Salvador , y que
verdadero Dios y verdadero hombre; y que como el Pa- hasta habia asegurado que estaba pronto á dar su vida
dre, el Yerbo y el Espíritu santo, que no son entre sí mas por la gloria de su buen Maestro, para que fuese una
que una misma cosa, dan testimonio en el ciclo d é l a divi- nueva prueba de la verdad de s^i resurrección. La incre-
nidad del Salvador del mundo; tres cosas también en la dulidad de T o m á s , dicen los Padres, no ha servido poco
tierra, á saber, el espíritu, el agua y ta sangre, dan testi- á la fé de los fieles. Un hombre de este carácter no estaba
monio igualmente de que Jesucrislo es tan verdadero ciertamente dispuesto á creer lijeramente. La infidelidad
hombre como verdadero Dios. El espíritu de Jesucristo es de santo Tomás nos ha sido mas ventajosa que la fé sen-
el que nos vivifica; el agua del bautismo es la que nos pu- cilla de los demás apóstoles, dice san Gregorio, porque no
rilicu; la sangre del Redentor es la que espia nuestros pe- habiendo querido creer sino después de haber visto y t o -
cados y nos reconcilia con Dios; y estas tres cosas no son cado, ha afirmado nuestra f é , y ha desvanecido de nuestro
mas que una, esto es, la misma persona, el mismo hombre entendimiento hasta las menores dudas.
que es Jesucristo nuestro Seilor. El testimonio de un Dios Dignóse Jesús tener esta condescendencia con un dis-
es mucho mas grande y mas auténtico que el do los h o m - cípulo á quien trataba de curar de su incredulidad. Le
bres. Ahora bien, si no deja de creerse el de los hombres, concedió lo que cuasi siempre había negado á los fariseos
con mucha mayor razón debe creerse el que Dios mismo y á los d e m á s judíos cuando le pedían ciertas pruebas de
ha dado públicamente de su propio Hijo, ya en el Jordán su misión que no juzgó á propósito el concederles. P u é -
al tiempo de su bautismo, ya en el monte l a b o r e n su tras- dese atribuir esta diferencia de conduela á la diferente
ligm acion, y ya en el templo después de su entrada so- disposición de sus corazones. Los fariseos aborrecian á Je-
lemne en la ciudad de Jerusalen. Jesucristo ha dado de sí sucristo, y no querían que fuese lo que ya tantas veces y
mismo este glorioso testimonio en muchas ocasiones, y so- tan evidentemente les habia probado que era, y de lo que
bre lodo delante de Caifas y delante de l'ilalo; en Dn, el no pedían nuevas pruebas sino para combatirlas; al paso
Espíritu santo le ha dado visiblemente, apareciendo sobre que santo Tomás en una situación absolutamente contraria
él en forma de una paloma y descendiendo sensiblemente de entendimiento y do corazón, amaba en el fondo á su
en forma de lenguas de fuego sobre los apóstoles, h a c i é n - Salvador, deseaba ardientemente su r e s u r r e c c i ó n y su
doles publicar en diversas lenguas y probar con milagros gloria, y el mismo deseo tan grande que tenia le impedia
la divinidad de Jesucristo. De todo lo que concluye el el creerla sin tener con que asegurarse sensiblemente: un
Apóstol, que el que creo en el Hijo do Dios, el que cree deseo demasiado grande de ver llegar una cosa que se a n -
que Jesucristo es verdadero Diog y verdadero hombre no sia con ardor, hace que se resista uno á creer aun á aque-
puede errar, puesto que él lleva en si mismo el testimonio llos que nos dicen que ha sucedido. Por el ansia con que
de Dios. Todo esto puede referirse al estado de los recien se desea que ella sea, no se quiere creer que haya sido,
bautizados, en razón de que habiendo recibido el bautismo hasta cerciorarse por sus propios sentidos; tal era acaso
del agua, de la sangre y del Espíritu santo, han nacido la incredulidad de osle Apóstol: sin embargo esto no podía
de Dios por esta regeneración y han quedado victoriosos justificarla , y Jesucristo le reprende de ella , aunque en
del mundo, que es con Satanás el enemigo que han tenido lénninos llenos de mansedumbre y de ternura después do
que combatir y del que han triunfado por la fé. haberfe concedido todas las pruebas que pedia de su r e -
El Evangelio de la misa de este dia contiene la historia surrección.
de una aparición de Jesucrislo resucitado, acaecida pre- Ocho días d e s p u é s , esto es , el domingo siguiente que
cisamente ocho días después de su resurrección. A l pa- era el primer día de la semana, estando junios los discí-
recer la hizo principalmente en favor de santo Tomás, pulos y habiendo cen ado las puertas de miedo de que los
único de los apóstoles que por no haberse hallado con los judíos no viniesen á insultarles , estando también Tomás
d e m á s , no le había visto todavía resucitado. con ellos, se apareció Jesús repentinamente en medio
San Crisóstomo cree que habiendo huido los apóstoles de ello?, y les dijo: La paz sea con vosotros: osla era la
cuando el Salvador fué preso en el huerto, se reunieron manera con que ordinariamente saludaba; la alegría fué
unos después de otros á medida que se repararon de su general,; pero Tomás quedó muy sorprendido cuando este
espanto. Tomás no había vuelto aun la larde del dia de su divino Salvador , que venia principalmente para reducir
resurrección cuando se apareció el Salvador á toda la r e u - la oveja descarriada , dirigiéndose á é l : Tú no quieres
nión , estando cerradas las puertas. A su vuelta por mas creer , le d i j o , que yo he resucitado', si no metes tu mano
que le contaron todo lo que habia pasado en su ausencia, en mis cicatrices: yo quiero que te convenzas de la v e r -
las circunstancias de la resurrección de Jesucristo, su dad de m i resurrección por el testimonio de tus ojos y de
aparición á Magdalena, á las otras mujeres, á Pedro, á los tus manos, y que dejes de ser incrédulo. Mira en mis piés
discípulos que iban á Emaús, en fin, á todos los hermanos y en mis manos las aberturas que han hecho los clavos:
juntos en la misma tarde; Tomás no pudo rendirse á tantos no te fies de tus ojos, mete en ellos tu dedo, adelanta t u
tfsliinonios, tan poco sospechosos: declaró que no defori- mano y métela en m i costado , y no seas incrédulo sino
• ia mas que á su propia esperiencia; y que á ménos que fiel. No hay motivo para dudar que Tomás no haya m e -
no viese con sus ojos y locase con sus manos el cuerpo de tido las manos en las llagas del Salvador. Jesucristo quiso
368 DOMINGO
que locase su cuerpo este discípulo i n c r é d u l o , á fin de Canlemos el mar Rojo ya pa-
convencerle á 61 de una manera sensible, y dar á todos sado C).
los fieles una prueba incontestable de su resurrección. Divina cujus Cbarilas Su ardiente Caridad tanto
Santo Tomás confuso por su terquedad, y penetrado del Sacram propinatSangui- se esplica.
dolor mas vivo y de la contrición mas perfecta de su falta, nem, Que nos brinda su Sangre ge-
se arrojó á los pies del Salvador, y animado de una fó v i - Almique membra Corpo- nerosa,
v a , e s c l a m ó : Yo conozco, divino Maestro m í o , que sois ris Y el Amor en ofrenda miste-
verdaderamente mi Señor y mi Dios. Contento el Salva- Amor Saccrdos imraolal. riosa
dor con la vuelta de esta oveja descarnada, le reprende á Los miembros de su Cuerpo
la verdad, pero como buen pastor y como padre: Porque sacrifica.
me has visto, le dice con un airo sereno y con un tono de Sparsum cruorem pos- Las puertas que con sangre
voz lleno de dulzura y que reanimaba su confianza, por- tibus son rociadas (2)
que me lias visto has crcido; pero sabe que serán biena- Vaslator horrcl Angelus: El ángel exonera del castigo :
venturados los que no habiéndome visto no se negaron á Fugitque divisum mare : Abrese el mar , é incauto el
creer. Santo Tomás creyó con una fé divina: él creyó aun Merguntur hostes ílucti- enemigo
mas de lo que veia, puesto que creyó la divinidad do Je- bus, Se anega enire sus olas en-
sucristo, que no caia bajo de los sentidos; y aun aquí se crespadas.
ve la confesión mas espresa de la divinidad de Jesucristo, Jam Pascha nostrum Ya Cristo es nuestra Pas-
que aparece en el Kvangelio. Pero quiso el Salvador darle Chrislns est, cua verdadera
á entender que su fé hubiera sido mas perfecta, si sin es- Paschalis idem Victima, Es Víctima Pascual la mas pre-
perar prueba sensible se hubiera atenido desde luego |á la Et pura puris mcntilms ciosa, ll .
palabra de Jesucristo, y á l o q u e le habia dicho tantas Sinceritatis azyma. Es ázimo sin mercla de otra
veces de su resurrección y de su d i v i n i d a d , durante su cosa
vida mortal. «Dichosos los que no vieron y creyeron. » Para el alma devota, fiel, sin-
¡ Qué consolatorio es este oráculo para lodos los (icios! cera.
Aquí estamos se&alados, particularmente nosotros, por el O vera ene]i Victima, ¡O Víctima del cielo escla-
Salvador, dice san Gregorio, nosotros que no habiéndole Subjecla cui sunt tártara, recida.
visto en su carne mortal, le contemplamos solamente con Soluta mortis vincula, Que al abismo sujetas de tal
los ojos del entendimiento, y le conservamos invisible- Recepta vitic p r á m i a ! suerte.
mente en nuestro corazón, con tal que nuestras obras Que rompes las prisiones de la
corr(ig.pondan á nuestra fé. Porque hacer profesión de co- muerte
nocer á Dios y negarle con las obras, es ser fiel no mas Y nos logras los premios de la
que de nombre. vida!
Concluye san Juan la historia de esta aparición, dicien- Victor subaclis inferís Ya Cristo del infierno victo-
do que el Salvador ha hecho todavía en presencia de sus Troph;oa Christus e x p l i - rioso
discípulos muchos otros milagros que no están escritos en ca!, Ostenta sus trofeos, ya las
esle l i b r o , y que estos se han escrito á fin de que creamos Coeloque aperto, subdi- puertas
que Jesús es el Cristo Hijo de Dios, y que creyéndolo tal tum Del cielo están al hombre abier-
teng;imos la vida en su nombre. En efecto, en ningún olro Regem tenebrarum trahit. tas,
hay salvación; porque bajo del ciclo no hay otro nombre Y avasallado el rey mas tene-
dado á los hombres en virtud del que debemos ser salvos. broso.
Es como si dijera que de todas las apariciones, por modío ü t sis perenne raenti Para que al alma seas fiel
de las cuales quiso Jesucristo asegurar á sus discípulos do bus consuelo,
la verdad de su r e s u r r e c c i ó n , no ha creído necesario el Paschale Jesu gaudium Y alegría pascual, Jesús ama-
santo Evangelista referir mas que estas , las que le han A morte dirá criminum do,
parecido suficientes para convencer á los fieles de que Je- Vitae róñalos libera. De la muerte terrible del pe-
sucristo es el Dijo de Dios y el Salvador de los hombres- cado
Las d e m á s apariciones que ha hecho con bastante fre- Li bra á los renacidos para el
cuencia hasta el dia de su gloriosa ascensión todas se han cielo.
ordenado á otro objeto que el de probar su triunfante re-
surrección ; ya para establecer á san Pedro por vicario
suyo y cabeza de su Iglesia , y ya para instruirles sobre (1) E^to alude h c m n d o Dio.s o r d e n é [ef. é l Exodo) ol a r i -
los misterios y otros puntos de la religión. gel quo rociase con sangre las puertas do ios hebreos, para
que s u s pi i m o g ó i i i l os fuefien exentos de la muerte quo d e -
biao sufrir los de los egipcios. Esta saugro es ligura de la
HIMNO. quo d e r r a m ó el Cordero i n n i a c u l í u l o de Dios, con la c u a l
rociado el g é n e r o humano, estíi libre de la muerto c i e r n a ,
si so aprovecha de ella.
Ad regias Agni dapos A l manjar del Cordero ¡n- gD Esto es: Cantemos las glorias de su r e s u r r e c c i ó n p a -
Slolis a m i d i candidis maculado sada ya l a tormenta de sus penas. O bien. Canlérnoslc por
l'osl transitum maris U u - Lleguémonos con blancas ves- habernos sacado del cautiverio del demonio, significado en
F a r a ó n , y f r a n q u e á n d o n o s el paso íi la tierra de p r o m i s i ó n ,
bii tiduras,
eu que oslíi simli'jlizrtda la gloria, d e s p u é s do haber pasa-
Chrislo canamusPrincipi. A Cristo sumo Rey de las al- do ol mar Bermejo en el que so siniholi/.aban la P a s i ó n del
turas Salvador, lu Penilcncia, y e l Eautismo.
DE CUASIMODO. 3G(J
Doo Palri sit gloria, Sea gloria á Dios Paclro
Eí Filio qui a morluis omnipotenlc, REFLEXIONES.
Sun cxit, ac Paráclito Al Hijo Soberano, que glorioso «Esta victoria que hace vicloriosos del mundo es la fé..>
lu senniilerna siocuia. Resucitó triunfante y victo- Preciso es que haya el dia de hoy muy poca fé entré los
Amen. rioso, fieles , puesto que es tan rara esla victoria , y que lejos
Y al Espíritu Santo o l e í n a - de estar vencido el mundo, reina con imperio cuasi en
Bréales Aruen. todas parles. Jamás hizo tantos progresos el espirilu del
mundo; nunca fueron sus leyes mas umversalmente
aplaudidas: ¿ e n q u é siglo se vieron nunca mas que en
La oración de la n m a de esle die es como siíjnc
esle tan generalmente establecidas sus perniciosas m á x i -
l'tmta, qucEsumus, Dignaos, ó Dios omnipoten- mas? No solo sobre el trono encuentra vasallos el espíritu
omnipatem D e u s u i qui te, concedernos que liahiendo del mundo; no es ya la córte la única región donde nace.
Pctscha&a fieáta prnuimus; concluido estos (lias consagra- Pocas condiciones hay ; ningún estado, sin escepluar los
luec, te largienle, moribus dos á la solemnidad d é l a Pas- mas sanios, en donde osle enemigo de Jesucristo y de su
et vila leneamus. Per Do~ cua, conservemos siempre tk Evangelio no tenga inteligencia. Déjase ver, por decirlo
minum... espíriln en nuestras acciones asi, su ídolo hasta en el lugar santo: ingenioso para dis-
y en toda la conducta de nues- frazarse, disimular, doblegarse, se desliza por todas par-
tra vida. Por nuestro Señor, tes, y en todas es escuchado, aplaudido, aprobado, y
etc. autorizadas sus falsas máximas. Por mas que Jesucristo lia
declarado que el mundo es su mayor enemigo y (pie na-
/.a Epístola es lomada de la primera carta de san Jwím, da hay mas contagioso que el espíritu del mundo ; por
cap. 5. mas que ha condenado sus m á x i m a s , proserilo sus con-
Charissimi : Omne, Amadísimos mios: Todo lo templaciones, descubierto la malignidad de su esli/rilu,
quod orium esl ex Dco, que trae su origen de Dios, analematizado sus partidarios , el espíritu del mundo sub-
vinoit mundum : el luec vence al mundo; y esta victo- siste en todas partes , y por todas prevalece sobre el es-
esl victoria, qua) vincit ria que hace victoriosos del píriln y las máximas del Evangelio. ¿Adonde no ceden á
mmdum , fides noslra. mundo, os nuestra fé. ¿Quién este tirano la conciencia y aun la religión minina ? ¿ a d o n -
Quis esl, qxá vincit m u n - es el que consigue la victoria de no se encuentra la fé débil y aun reducida á una espe-
dum, nisi qui a r d i l quo- sobre el mundo, sino el que cie de servidumbre por esto que se llama mundo? Se
wam Josus esl Fiíius Dei? cree que Josus es el Hijo de trata de emprender un comercio, de abrazar un estado,
llic est, qui venit per Dios ? Este es el mismo Jesu- hay que formar un establecimiento; ¿ e s el espíritu de
aquam el sanguinem, Je- cristo que ha venido por el Dios, son miras ó motivos do religión los que se consul-
sv« Cliristus : non i n aqua agua y por la sangr e, nó con el tan ? ¡ Ah ! No hay otro oráculo en verdad. Sin embargo,
solum, sedin aquaci san- agua sola, sino con el agua y ¿sabemos si es siempre esle oráculo el único á quien se
guiñe. E l Spir'úus esl, qui con la sangre. El Espíritu da consulta? Ll mundo os el que regula las condiciones j á
tc.íilifiiiitur, (¡nouiiim testimonio de que el Cristo es su tribunal os al que se llevan todas las causas ; apenas so
GhristiÉs est vcriias. Quo- la verdad. Poique hay (res mira mas que al mundo en la elección que se hace, no se
niam tres sunl, qui lesli- que dan teslimonio en el ciclo; ambicionan otros sufragios. ¿ Q u é dirá el m u n d o ? ¿ q u é .
monium danl i n o v i o : el Padre, el Verbo y el Espíri- pensará el mundo? No es del gusto del mundo; es preci-
l'aier, Ycrhum, eíSpiriius tu Santo, y estos t-es son uno. so seguir al mundo ; es necesario acomodarse al mundo;
Sunctus : el hi tres u m m Hay también tres tpie dan tes- esle es el mundo ; así se vive en el mundo; vivir de otro
svnl. E l tres snnl, qui limonio en la tierra : el Espí- modo es pasar por salvaje, es hacerse el objeto y la f á -
lestmoniumdant i n lena: ritu, el agua y la sangre, y es- bula del mundo; ó es necesario desterrarse para siempre
Spintutt el aqua, et san- tas tres cosas no son mas que del mundo , ó es indispensable seguir sus máximas , sus
guis, el h i tres unumsunl. una. Si aceptamos el testimo- modas y su espíritu, y h é aquí como se raciocina el dia de
St teslimonium hoininina nio de los hombres, mayor pe- hoy en el mundo. ¿Pero no hay motivo para preguntar si
(¡ccipimvs, teslimonium so tiene el testimonio de Dios. los que así raciocinan son paganos? Porque ¿ q u i é n no ve
Dei mujus esl, qnoniam Porque esle es el teslimonio de (jue j a m á s se raciocinó así en el cristianismo? ¿Quiénes
Ipsiifieatus esl de Filio Dios, el cual liene lanío mayor son los verdaderos fieles ? ¿ Adonde está hoy la fe q ü e h a -
suo. Qui credit in Filinm peso, cuanto que se dirige á ce victoriosos del mundo ? Y si nuestra fe está tan debili-
D e i , hahet teslimonium (esliíicar desu propio Hijo; que tada, ¿ c u á l será nuestra suerte?
Dei i n se. el que cree cu el Hijo de
Dios, tiene en si mismo el tes- E l Evangelio de la misa es lo que sigue del de san Juan,
timonio de Dios. cap. 12.
Créese que san Juan escribió osla carta desde la c i u -
I n illo lempore : Cum En aquel tiempo, á la caida.
dad de Efcso. Está dirigida á todos los lióles para instruir-
sero essel die Uto una sab- de la tarde del primer dia da
les contra los artilicios de los herejes, que negaban la ne-
balorum, el ¡ores essent la semana, estando cenadas
cesidad de las buenas obras; que igualmente negaban la
elausa;, ubi erant discipu- las puertas d é l a casa en donde
divinidad de Jesucristo, ó creían que Jesucristo no habia
U coinjreqali propler m - estaban reunidoslos discípulos,
venido mas que en apariencia. Levántase contra los falsos
lum judeeorum, venit Je- porque tenían miedo de l o s j u -
doctores , y demueslra que el carácter de los verdaderos
sús, et slelit i n medio, el díos, se presentó Jesús en m e -
''cíes es la f é , la inocencia y la caridad.
d i x i l eis : l'ax vobis. Et dio do ellos, y les dijo: La paz
TOMO I V . 47
370 DOMINGO
cura hoc dixisset, oslendit soa con vosotros. Y h a b i é n d o - fué reputada á justicia. Creyó que tendría un hijo; aun-
eis manus, el lakis. Ga- les dicho esto, les mostró sus que su edad avanzada y la de Sara, su mujer, le repre-
visi sunt ergo discipuli, manos y su costado. A l ver los sentase esta promesa naturalmente imposible. Creyó quo
viso Domino. D i x i l ergo discípu'os al Señor se llenaron este hijo tendría una larga posteridad: aun cuando se
cis i t c n m : Pax vobis. Si- de gozo, y por segunda vez les prestó prontameníc á inmolar este hijo en cumpiimienlo
m l misil me Paier, elego dijo: La paz sea con vofo'.ros. del órden que Dios le dió para que se le ofreciese en sa-
millo vos. Jhcc cum dixis- Yo os envió, como mi Padre me crificio, esperó conlra toda esperanza. De este modo ha
sel, insufllaml, el d i x i l ha enviado; y dichas estas pa- querido Dios que la fé fuese como el alma del j u s t o , y
: Accipile Spirilum kibi as, sopló sobre ellos, y les que no se le pudiese agradar sin la fó. La fé es la base
anclum: quoram remise- dijo: Recibid el Espíritu Santo: de las cosas que tenemos que esperar, y la convicción do
\ i l i s peccata, remiltuniur aquellos á quienes perdona- las que no vemos. La fé humilla el entendimiento del h o m -
J t : el quorum retinueri- reis los pecados, les serán per- bre; en el sacríücio de la razón humillada y como anona-
ftíf, reknla sunl. Tlwmas donados; y aquellos á quienes dada es en lo que consiste la esencia y el mérito d é l a fé.
aulem, unus ex duodccim, los retuviereis, les serán rete- Si este sacrjíicio nos parece difícil, pensemos que sin la
qui dichur Didgmus, non nidos. Uno de los doce llamado fé ya no tiene la razón guía segura , ni las pasiones freno
eral cum eis quando venil Tomás, esloes, Dídimo, no es- bastante fuerte que las contenga. No solo nos es necesa-
j e s ú s . Dixerunl ergo eiaiii taba con ellos cuando vino Je- ria la fé para humillar nuestro entendimiento: ninguna
discipuli: Vidimus Domi- sús. Dijéronle, pues los otros otra luz puede descubrirnos las verdades sobrenaturales
num. lile aulem dixil eis : discípulos: Uemos visto al Sc- que únicamente pueden bacornos felices. Podemos por las
h'isi videro i n manilms fior. Mas él les respondió: Si luces de la razón conocer la existencia de un primero y
y o no veo en sus manos las soberano Ser, la existencia de un Dios; pero solo por la
cjus fixurain clavorum, el
aberturas que han hecho en fé podemos tener una idea menos imperfecta de esle Ser
millam digilum mcum i n
ellas los clavos, si no meto mi infinito, y oír sus divinas órdenes. Puedo decirse que la
l o c u m ' d a w r u m , eí m i t -
dedo en el lugar de los c l a - verdadera religión no ha podido ni ha debido fundarse
i r m manummeam inlatus
vos, y mi mano en su costado, mas que sobre la fé. Por la fé ofreció Abel á Dios mas vic-
pjus, non credam. Etposl
no lo creeré. Ocho dias después, timas que Cain , y por ella ha merecido ser llamado el
dics acto, tíerui» erant
estando todavía los discípulos Justo. Por la fé ha sido Enoc sacado de este mundo sin
discipuli ejus i n t u s , el
retirados en la casa y estando gustar la muerte, habiendo querido Dios desde entonces
Tlwmas cum eis. Yeniljc-
Tomás con ellos, vino Jesús darnos en su persona una prueba de la inmortalidad y do
sutjanuis clausis,el sle-
eslando las puertas cerradas, la felicidad eterna. Si Noé no hubiese c r e í d o , no se h u -
l i l in medio, el d i x i l : Pax
y poniéndose en medio de ellos biera salvado del diluvio. San Pablo demuestra en su car-
esbis. beindedicil Thomw:
les dijo : La paz sea con voso- ta á los hebreos que no ha habido un santo en el antiguo
Lífcr digitum luum huc,
tros; y en seguida dijo á T o - Testamento que no haya sobresalido en la f é , y que por
el vide manus meas , el
más : Introduce aquí tu dedo la fé han sido amados de Dios, y han tenido la dicha de
affcrmanumiuam, el rm'í-
y mira mis manos; alarga tu agradarle. Tanta verdad es que sin la fé es imposible
Ic ia laíus meim : el noli
mano y métela en mi costado, agradar á Dios. Pero esta fé divina ha triunfado mucho
esse incredulus, sed fxdelis.
y no seas y a incrédulo, sino mas en la Iglesia; ella es la que ha sometido y subyuga-
Piespondil Thomas, el d i - i i d . Inmediatamente esclamó do el universo: y ¡cuántas maravillas han acompañado
x i l e i : Domims meus , eí Tomás : Señor mió y Dios esle triunfo! ella es la que ha poblado los desiertos y los
Seus meus. Dixil ei Jesús: mió. Díjole entonces Je.^iis : chiusíros de una infinidad de santos; ella la que ha ane-
Quia vidisli me, Thoma, Tomás, porque me has visto gado, por decirlo a s í , la idolatría en la sangre domas
credidísli: beali qui non has c r e í d o : bienaventurados los de diez y siete millones de m á r t i r e s ; ella es, en íin, la
v v ' j ' r u n l , el crcdiderunt. que no han visto y han ereido. que con la gracia de Jesucristo llenó el mundo de héroes
í l u l l a quidem, el alia sig- Muchos otros milagros hizo to- cristianos; y el cielo de predestinados de todas condicio-
na fedt Jesús i n coiispeclu davía Jesús en presencia de- nes, de lodos sexos y de toda edad. Admiremos la virtud
d i s á p u l o n m suorum, quce sús discípulos, que no están de la fé divina ; comprendamos bien cuán necesaria es
non sunl scripla i n libro escritos en esto libro. Mas estos para la salud, y examinemos si esta divina virtud ípie ca-
hoc. Hcec, aulem scrtplü se han escrito á ün de que racteriza á todos los elegidos, es la quo forma nuestro ca-
sunl, ul crcdalis, quia Je- creáis que Jesús es el Cristo rácter.
sús esl Chrislus l'ilins Hijo de D¡o>, y para que cre-
D d : el u l credcnles, v i - yendo tengáis la vida en su PUNTO SEGUNDO.—Considera que aun cuando la fé sea
tam habealis tu nomine nombre. una virtud del entendimiento, la poca fé es un vicio de la
ejus. voluntad. No todas las infidelidades están únicamente en
el entendimiento, las hay también en el corazón. La razón
MEDITACION. porque no se cree, es porque no se quiere creer. Es cier-
to que es necesario creer para amar á Dios ; pero no lo es
De la Fe. ménos que es preciso amar á Dios para creer bien. No
Perno PUIMERO.—Considera que el justo vive de la fé; es la razón la causa de la incredulidad de los hombres,
sin la fé no hay verdadera justicia ; por la fé vive el j u s - puesto que nunca se ha visto un hombre de razón dudar
to en esta v i d a , y merecerá vivir eternamente en la olra. de las cosas de la religión, si ánles no estaba corrompido
La ley es santa, la observancia de la ley es indispeníable; en sus costumbres. De aquí nace que ninguno dolos he-
pero no hay virtud,, no hay mérito sin la fé. Abraluim rejes se convirtió de buena fé, si no so ha preparado para
creyó á la palabra de Dios , dice san Pablo, y su fé le esta gracia con una vida arreglada e inuconlc, y que j a -
DE CUASIMODO. 371
m á s so haya visto católico apóstala, qno por otra parle no olvidéis que la moral del Evangelio es tan do fé como el
fuese muy mal cristiano. De aquí es también que j a m á s dogma. Si es preciso creer un Dios en tres personas, no lo
se ha visto abandonada la Iglesia, sino por los hijos que es ménosel creer firmemente que es necesario mortificar-
la deshonran, y que ella misma hubiera debido separar se, perdonar de buena voluntad las injurias, hacer limos-
de su cuerpo míslico h causa de la corrupción de sus cos- na, aborrecer la carne y domar las pasiones. Haced á
tumbres. Kn esto consiste aquella aversión, aquel odio que menudo estas reflexiones practicas.
han tenido siempre todos los herejes al soberano pontilice; 2 La fé se ha dado como un suplemento, por decirlo
lo que atacan en é l , no es propiamente ni su rango, ni su asi, á la razón, para elevarnos sobre la razón. De aqui es
superioridad; lo que no pueden sufrir es el derecho, la que mas bien ayuda ella á la razón, que esta la ayuda á
obligación que tiene de velar tanto sobre las costumbres ella. Haced un estudio en tener una fé pura, humilde, sen-
como sobre la doctrina. Sea enhorabuena tan ensalzado cilla: ¿ l e está bien á un entendimiento tan limitado como
como so quiera, con tal que los pierda de vista; pero lo el nuestro, que no puede comprender una hormiga, pre-
que disgusta á un corazón corrompido, lo que incomoda tender adquirir razones sensibles de los mas sublimes mis-
á un hombre libertino, lo que pone de mal humor á una terios? Guardaos bien de querer fortalecer vuestra razón
alma poco cristiana, es la cualidad importuna de censor criticando las verdades do la religión. No leáis j a m á s n i n -
univereal y de juez de las costumbres de los cristianos, y gún libro sospechoso, ó que proceda de una fuente empon-
sobre lodo de los ministros de la Iglesia, que reside en el zoñada- Huid las críticas desmedidas que no sirven mas
vicario de Jesucristo, como reside en los obispos respecto que para hacer dudar de todo. Nada debilita tanto la fó
de sus ovejas particulares, y esto es lo que en todos tiem- como esta pretendida ciencia, cuando quiere ella medirlo
pos ha engrosado todos los cismas. Tengamos costumbres todo con sus sombrías luces, y pesarlo todo en la balanza
puras, é infaliblemente tendremos una fé viva. ¿ C o r r ó m - de su flaca razón. Someteos con una sumisión humilde,
pese el corazón? Inmediatamente comienza á dudar el en- entera, universal, ciega aun á todas las decisiones de la
tendimienlo. Declámese cuanto se quiera contra esta ver- Iglesia; y á cualquiera que no escucho á la Iglesia, m i -
dad , pocos hay que no la esperimenten : bambolea la fó radle como un pagano y un publicano.
luego que la virtud se desmiente. Creamos con simplici-
d a d , puesto que nuestra fé se apoya en la infalibilidad de DOMINGO SEGUNDO DESPUES DE PASCUA.
la palabra de Dios. Piérdese nuestro limitado entendimien- Llámase comunmente este domingo el domingo del
to luego que sale de su es.fera. l A h , y q u é limitada es Buen Pastor, en razón del asunto del Evangelio que se lee
esta eslera 1 ¿ y cómo se atreverá á sublevarse contra la en la misa. Parece que la Iglesia en la misa de este dia
ciencia de Dios? La demasiada crítica siempre ha debili- se ha propuesto celebrar, por decirlo así, ó á lo menos
tado la fé. Creamos con docilidad, esclavizando nuestro honrar particuiarmento la mansedumbre del Salvador del
entendimiento bajo de la obediencia do Jesucristo. Santo mundo. El introito, la Epístola, el Evangelio, todo nos
Tomas no so ha llamado dichoso porque ha visto las c i - predica la bondad de este Padre de las misoi ieoi dins, el
catrices de Jesucristo resucitado, sino porque ha creido ejemplo de mansedumbre de este divino Redentor, la ca-
lo que no veia. Bienaventurados los que creen con la s i m - ridad estrema que este buen Pastor tiene por sus ovejas,
plicidad cristiana que caracteriza á todos los santos. por las cuales ha venido, no solo para conducirlas al r e -
Concededme, Señor, esta fé viva, esta fó simple, esta d i l , sino también para dar su vida por ellas. Aunque la
fé exenta de todas las perplejidades, de todas las dudas, mansedumbre sea uno de los rasgos mas bien marcados
puesto que el dudar ya no es creer. del verdadero retrato del Salvador, y aunque haya hecho
JACULATORIAS.— SI, divino Salvador mió, yo croo fir- de ella como su virtud favorita durante su vida mortal,
memente que vos sois mi Seflor y mi Dios. (Joan. 20.) puede decirse que j a m á s se ha ostentado mas sensible-
Yo creo, S e ñ o r ; fortaleced mi poca fó. (Marc. 9.) mente que después de su resurrección. No hay que traer
á la mente sus diversas apariciones, sus instrucciones,
PROPÓSITOS. sus reprensiones mismas y todas sus palabras.
t De todos los estados el mas miserable es el de un No obstante que la solemnidad particular de la gran
cristiano que cree poco : valdría mas, por decirlo así, no fiesta de Pascua se termina en su octava, esío es, en el
creer nada; es mas fácil convertir un infiel que un medio domingo de Cuasimodo, sigue del mismo modo llamándo.- e
cristiano. ¿ E n q u é consiste quo se creo á la h o r á d e l a tiempo Pascual, el cual dura hasta el sábado de la octava
muerte? No es otra la causa sino que se ha perdido enton- de Pentecostés. Tiene de peculiar suyo el tiampo Pascual
ces la esperanza de todas las cosas del mundo; que el velo el que se le considere por los cristianos como una espeem
se ha roto; que las pasiones están apagadas ; vense sí en- de fiesta; «festividad perpetua y continuada,» dijo el autor
tonces desesperados, pero pocos ateos. Una pasión en un del sermón atribuido á san Agustín: nó porque los c r i s -
corazón al cual ha enervado y a la relajación, es como un tianos cesasen en sus trabajos naturales y ordinarios d u -
fuego que se aplica á una materia húmeda ; escita un t m - rante estos cincuenta dias, sino que esla fiesta consistia en
mo espeso que ciega la razón y la impide el ver las cosas hallarse con mas frecuencia en la iglesia, en asistir todos
sobrenaturales. ¡Cosa e s l r a ñ a ! nos ciega la pasión aun los dias al divino sacrificio, y en comulgar á lo méíios t o -
con respecto á los objetos sensibles, ¿ s e r á e s l r a ñ o que nos dos los domingos. Con el mismo espíritu observa la Iglesia
«bsorva el conocimiento de las cosas espirituales y divinas? en todo este tiempo Pascual en sus oficios de feria el mis-
llácese uno fiel, desde que so hace hombre de bien. Co- mo rito que en el de los dias de las fiestas, y cuasi son las
menzad por purificar el corazón, y prontamente será i l u s - mismas solemnidades. En todo este tiempo el oficio es mas
trado el entendimiento con las luces de la fé. Domad vues- alegre, cargado por todas partes de Alleluya, no se arro-
H as pasiones, y ya no tendréis dificultad en creer, y no dilla cuando se reza el oficio divino, y todo eslo en memo-
372 DOMINGO SEGUNDO
ria de la rcstiiToccion; no se aynna según los c á n o n e s , y que nacen en todos los estados, de esas aflicciones que
en muchas iglesias no se dice mas que un noclurnodc tres derraman tanta amargura en todas las edades y en todas
salmos y de tres lecciones como la semana de Pascua. las condiciones d é l a vida. Si tuviésemos un gefe, criado
San Ambrosio llama á lodo el tiempo Pascual una octava en las prosperidades mundanas y en las delicias, harto do
de semanas: porque las siete semanas hacen cuarenta y honores y de gloria, según el espíritu y el gusto del m u n -
nueve dias, y la octava semana es la de Pentecostés. Estos do, podríamos tal vez quejarnos de la dureza de nuestra
cincuenta dias se celebran lo mismo que el domingo, y condición; pero cuando se ve á nuestro soberano Maestro,
por tanto, dice este Padre, el oücio es lodo semejante al de nuestro Roy, nuestro Dios, nuestro modelo, nacido en una
los domingos. Y corno en el domingo no se ayuna y se ora condición oscura, en la mas eslrema pobreza, criado en
á Diosen pie, dice Tertuliano, la Iglesia en todo el tiempo las humillaciones, harto de penas y do oprobios, ¿ t e n d r e -
Pascual guarda también la misma costumbre. Desde el s i - mos motivos para quejarnos? Si ha sido necesario que el
glo n de la Iglesia se ha mirado como una falta gravo, Maestro, el Hijo único, e! heredero de la gloria padeciese
como una especie de irreligión el ayunar el santo dia para tomar posesión y entrar en ella; ¿ nos atreveremos
del domingo, el cual se ha considerado siempre como la nosotros, miserables esclavos, á mirar con oslrafieza que
octava perpetua de la fiesta de la Resurrección. ¿De quién se nos la baga merecer, que se r?os la d é al mismo precio
han aprendido los herejes de estos últimos tiempos á no y sobre el mismo título? Pero al fin, se dice, que los i m -
ordenar los ayunos públicos mas que en el santo dia del píos sean tratados con dureza, que vivan en la aflicción,
domingo? «Todo el tiempo que el esposo está con ellos, de- pase, nadie tiene derecho para sindicarlo; pero (pie los
cía el Salvador (Marc. 2.), no pueden a y u n a r . » Por esto justos, que las almas inocentes pasen su vida entre el llan-
no se ayuna en la Iglesia hasta después de la Ascensión. to y las humillaciones, repugna altamente. ¿Y habrá algo
Los convidados al festejo y á la ceremonia de las bodas en- que replicar cuando se considere que este Hombre do do-
trelos judíos, pasaban los primeros dias del malrimonio lores, tratado toda su vida como el último de los hombres,
entre el regocijo y los festines; eran llamados los amigos es la inocencia misma, el que j a m á s ha cometido ni podido
del esposo: «¿Por ventura pueden entregarse al llanto los cometer pecado alguno? ¿ S e ha quejado d é l o s malos
amigos del esposo, cuando esle está con ellos? (Malth. 9.)» tratamientos que se le h a c í a n ? ¿ h a declamado contra la
Jesucristo es el verdadero esposo de la Iglesia con la cual injusticia? ¡Con q u é paciencia se entregaba al que le con-
ha contraído la alianza mas estrecha. Así es que mientras denaba injustamente! Jesucristo, aunque ¡nocente, ha
sus discípulos tenian la dicha de poseerle, no era justo que querido padecer por los pecadores; ¿ q u é no debemos,
estuviesen ailigidos. Luego que le perdieron de vista por pues, hacer nosotros para espiar nuestros propios pecados,
su gloriosa ascensión al cielo, su vida no fué ya mas que y para completar en nuestra carne, á ejemplo de san Pa-
una sucesión de penas, de trabajos, do persecuciones y de blo, lo que falta á los tormentos de Jesucristo? ¿ q u é no
penitencia. Todo el tiempo Pascual es propiamente el tiem- debemos hacer para hacernos semejantes á él, á aquel quo
po que los amigos de esle divino Esposo han estado v i s i - sobre el madero de la cruz ha llevado nuestros pecados en
blemente con é l ; y por esto la Iglesia pasa todo este tiem- su cuerpo, á fin de que muriendo á los pecados, vivamos á
po en un santo regocijo y en una alegría espiritual. la justicia, esto es, á aquel que ha muerto en la cruz para
espiar nuestros pecados, que ha llevado en su cuerpo la
El introito de la misa de esle dia comienza por estas con -
pena de nuestros pecados, á fin de reconciliarnos con su
soladoras palabras del salmo 3 2 : «Toda la tierra está l l e -
Padre? La sangre que ha corrido de las llagas de Jesu-
na de los efectos do la misericordia del Seflor, b e n d i g á -
cristo ha sido como un bálsamo sagrado q u é ha curado
mosle porque con tanta abundancia derrama sobre noso-
todas las llagas de nuestra alma. Desterrados d é l a casa de
tros los tesoros de su misericordia. Con una sola palabra
nuestro Padre y fuera del redil, después de la desobedien-
ha producido los cielos, y esta maravilla tan brillante la
cia del primer hombre, éramos como ovejas errantes; esto
ha obrado en nuestro favor, y estos ciclos mismos anun-
divino Pastor ha venido á reunimos on el r e d i l ; éramos
cian altamente su poder y su bondad para con nosotros:
ovejas descarriadas, porque cada uno seguia las ilusio-
no cesemos, pues, de bendecirle y de cantar sin cesar sus
nes de su entendimiento, y las pasiones predominantes do
alabanzas.» Después de haber ensalzado David en el sal-
su corazón. Por el mérito de su muerte hemos vuelto fe-
mo o í la dicha de los que viven en la inocencia, exhorta
lizmente al pastor y al obispo de nuestras almas. La pala-
en este á los justos á que alaben al Señor, y les ofrece
bra obispo dice algo mas que la de pastor; significa o r i g i -
los motivos en el poder y en la sabiduría do Dios omnipo-
nariamente celador é inspector, y espresa mejor el sobe-
tente, y sobro todo en su misericordia que se hace a d m i -
rano dominio do Jesucristo que la do pastor, que es un
rar en todas sus obras.
término de bondad y de ternura. A vista de un ejemplo tan
El asunto de la lípfsíola que se lee en la misa de esto escelente, no hay nadie que no tenga por que confundirse,
dia, está tomado de la primera cqrta de san Pedro, en la midiendo nuestra inocencia, nuestras adversidades y nues-
que nos propone la paciencia y la mansedumbre de Jesu- tras penas con la inocencia, la cruz y los dolores de Je-
cristo como el modelo de la que debemos tener en todos sucristo.
ios accidentes molestos de esta vida. Ninguna cosa mas
p r o p i a l i i mas eficaz para inspirarnos esta paciencia y esta Fácilmente se advierte la relación que ticn'e el Evange-
mansedumbre que el ejemplo del mismo Jesucristo. « J e - lio de !a misa de este dia con la ¡ípístoia. Después de ha-
sucristo, dice el Apóstol, ha padecido por nosotros, deján- ber hecho el Salvador el verdadero retrato de los sacer-
doos un ejemplo, á fin deque sigáis sus huellas.» ¿Puedo dotes, de los doctores d é l a ley y de los fariseos, haciendo
darnos una lección de paciencia mas eficaz que el ejemplo el de los mercenarios y de los malos pastores que huyen
del mismo Jesucristo? Quójanse en el mundo de esa i m m - viendo venir el lobo, y que en lugar de apacentar las ovo-
dación de adversidades, do esas cruces tan abundantes jas las degüellan para mantenerse ellos mismos, haco
DESPUES DE PASCUA. 373
a qn( el suyo con los colores mas vivos. «Yo soy ellmen padece e! rebaño. «Yo, añade el Salvador, yo soy el buen
paslor,» dice, y lo prueba de una manera que no admite pastor, yo conozco mis ovejas, y mis ovejas me conocen.»
réplica: el buetípastor ama tanto á sus ovejas, que no solo Después de haber sabido, hermanos mios muy amados,
las lleva á apacentar á pastos escogidos y abundantes; no contimía el mismo san Gregorio, el peligro que corremos
solo vela incesantemente sobre el rebaño, temiendo que nosotros los pastores, reconoced también por las mismas
alguna oveja no salga de ellos, ó que entre algún lobo; no palabras de Jesucristo, cuál es al que vosotros estáis es-
solo evita que se eslravien cuando van al campo, sino que, puestos. Mirad si sois verdaderamente del número de sus
si una sola se estravia, deja el rebaño para i r á buscar á ovejas; mirad si os babeis salido de su r e d i l ; mirad si te
la que se ha perdido, y habiéndola encontrado, la carga conocéis bien con un conocimiento práctico ; quiero decir,
sobre sus espaldas y la vuelve á traer al aprisco. Estién- por el amor y por la práctica do las buenas obras y nó por
deso todavía á mas, dice, la solicitud y la ternura del buen una simple y estéril creencia.
Pastor, porque da su vida por sus ovejas: juzguemos si Tengo todavía otras ovejas , dice el Salvador, que no
escaseará sus cuidados y sus penas; mientras que el mer- son de este rodil, al cual es preciso que yo las traiga; ellas
cenario, el que no es el pastor, al que no pertenecen las oirán mi voz, y no habrá mas que un aprisco y un pas-
ovejas, viendo venir e! lobo huye y abandona á la rabia tor. Todo el universo ha visto el cumplimiento de esta p r o -
del lobo las ovejas que debía defender: huye, aíiade el fecía. Las otras ovejas son los gentiles, las cuales no eran
Señor, porque es mercenario, y no mira mas que su per- del aprisco do los judíos , que eran á quienes hablaba .Ié-
sona y su propio interés, y de ningún modo el de sus sucristo. Los gentiles convertidos á la fé no han formado
ovejas. *" mas que un mismo rebaño con los judíos que han recono-
¡ Qué lecciones tan importantes en esta sencilla alegoría! cico á su Mesías. Obra solo de una religión toda divina era
Jesucristo se pinta en ella á sí mismo; pero no nos da un el romper el muro de división que separaba á estos dos
retrato raénos semejante do los falsos doctores y de los pueblos. Jesucristo, soberano pastor de las almas, no
malos pastores. El buen pastor da su vida por sus ovejas, tiene mas que un solo r e b a ñ o , un solo aprisco, y no pue-
se espone á lodos los peligros por salvar á su rebauo, su- de tener dos. Desgraciadas las ovejas que se separen de
fre las incomodidades de las estaciones, nada le importa el esté r e b a ñ o , que dejen este aprisco; siempre son presa ó
hambre y la sed con tal que paste su r e b a ñ o . Jesucristo de algún mercenario ó del lobo.
ha llevado mas léjos su solicitud: no contento con sacri- Con ocasión de este Evangelio los obispos que son los
ficar su reposo, su gloria misma, se ha ofrecido en la cruz verdaderos pastores de sus diocesanos, establecidos por
como una víctima á su Padre, para rescatar con su sangre Jesucristo sobre su r e b a ñ o , esto es , sobre los fieles, con-
y con el sacrilicio de su vida unas ovejas que habiéndose vocan su sínodo en cada un año en esta semana, que se
estraviado estaban h merced del lobo, bajo del poder del llama la semana del Buen Pastor. Este sínodo es una con-
demonio. Este divino Paslor, dice san Gregorio, nada sa- vocatoria que hace el obispo de todos los curas de su d i ó -
tisfecho con haber dado su vida por su rebaño, quiere cesis, para formar algunos reglamentos, hacer algunas
todavía alimentar y saciar con su propia carne las ovejas correcciones, y para conservar la pureza d é l a s costum-
que ha rescatado, y nada omite para su salvación. Tal es bres en su diócesis. Hacíanse en otros tiempos dos veces
el irlrato y el modelo del verdadero pastor, muy diferente al a ñ o ; á saber, esta semana y en las calendas de n o -
do el del mercenario y del ladrón. Este, dice íésucristo, viembre, esto es, cerca de seis en seis meses.
no salla el vallado sino para robar, degollar y hacer estra-
go ; el mercenario no usa de maneras tan violentas, pero La oración de la misa dcesle dia es como sigue e
no daña menos al ganado. Gomo no busca mas que su Deus. qui i n F i l i i luí O Dios, que por la prodigio-
propio interés, como no escucha mas que su pasión, ni líWinlilgtc, jacontem mun- sa humildad de vuestro Hijo
lleva otra mira que lo que le acomoda, le da muy poro d t m crexisli: fidelibus luis habéis levanlado al mundo c a í -
cuidado del rebaño, ¿ Quién no ve en el retrato que bace perpetuam concede I w l i - do, derramad en el alma da
el Salvador del ladrón que entra con destreza en el coto, y tiam; u l , quos perpetuce vuestros fieles una alegría p u -
el mercenario que sacrifica su rebaño á sus propios inte- mortis cripuisli casibus, ra , constante y perpetua, á fin
reses, el carácter bien marcado del hereje, de Jos falsos gaudiis [acias perfruiscm- de que aquellos á quienes h a -
doctores y de los directores mercenarios? Acaso tienen piicrnis. Pereumdem D o - beis librado de caer en la des-
bastantes luces para ver de tiempo en tiempo que el ca- m i m m noslrum... gracia eterna, gocen median-
mino por donde conducen las ovejas no es seguro, y que te vuestra gracia de la felici-
los pastos en donde las apacientan están emponzoñados. dad perdurable. Por el mismo
Nadales importa con tai que allí satisfagan sus intereses; Jesucristo Señor nuestro, ele.
les mueve muy poco la pérdida de las almas. En la calma
de la Iglesia, continúa san Gregorio, algunas veces parece La Epislola eslá tomada del capitulo 4 de la primera cartxi,
que vela el pastor mercenario en guarda de las ovejas, lo del apóstol san Pedro,
mismo que el verdadero pastor; pero si so presenta el lobo, Charissimi : Christus Ucrmanos mios muy ama-
luego se conoce el espíriíu con que el uno y el otro guar- passus esl pro nobis^vo- dos: Cristo ha padecido por
daba su ganado. Cuando el lobo arrebata y dispersa las his relinquens ewemplum, nosotros , dejándoos ejemplo
«vejas, estoes, cuando las almas perecen por haberse sali- ni sequaminivestifiiaejus. para que sigáis sus huellas. E l
do del redil, ¿ s e ve en el pastor mercenario un gran zelo Qui peccalum non fecit, que no ha cometido pecado, y
l»;»ra hacerlas entrar otra vez? Siendo tal vez él ei p r i - nec inventas esl dolus in cu cuya boca no se ha encon-
mer estraviado, y no buscando otra cosa que las ventajas ort! ejus : qui cum maledi- conlrado nada falso; que cuan-
esleriores, mira con indifereacia los males iulcriorcs que
ccretur, non maleáicebal i do se le maldecía, no corres-
374 DOMINGO SEGUxVDO.
a m palereiur, non com- pondía del mismo modo; que trecho, sigamos las huellas de Jesucristo: él ha padecido
winalmiur : iradebat au~ en sus padecimientos no ame- por nosotros, dejándonos un grande ejemplo á íiu de
temjudkanli se injusm : nazaha al que lo condenaba i n - que sigamos sus vestigios. Estravíase, piérdese uno s i -
gut peccala nostra ipse jnstanuinte; (jue en oí madero guiendo cualquiera otro sendero.
p e r l v l a i n corporesuo su~
do la cruz ha llevado en su
per lignum : ut peccalis cuerpo nuestros pecados, á fin E l Evangelio de la misa es lo que sigue tomado del de
mortuiijusiiliai vivamus: de que quedando muertos al san Juan, cap. 10.
aijus tivure s a m l i eslis. pecado vivamos á . la justicia; I n illo íemporc : Dixü En aquel tiempo dijo Jesús á
L r a ü a cnim sicut oves er- aquel, en íin, en cuyas llagas Jesús phariswis : Ego sum los fariseos : Yo soy el buen
m n i e s , sed comersi eslis liemos sido curados. Porque pastor bonus. Bonuspas- pastor. El buen pastor da la
nunc ad pastorem et epis- erais como ovejas errantes, lor animam suam dalpro vida por sus ovejas. Pero el
copum animarum veslra- mas abora habéis vuelto al que ovibus suis. Merccnarius mercenario, el quq no es pas-
rum. es el paslor y el obispo de í m í m , et qui non estpas- tor y á quien no pertenecen
vuestras almas. í o r , cvjus non sunt oves las ovejas, ve venir el lobo,
El fin principal del apóstol san l'edroen esla carta es proprke, videl lupum ve- abandona las ovejas, y huye;
el coníirmar en la fé á los fieles á quienes escribia. Exhór- nientem , el d i m i l l i l oves, entretanto el lobo las arreba-
tales á que sufran con paciencia los males que les suce- et fugil; et lupus rapit, el ta, y las dispersa. El merce-
dan, á ejemplo de Jesucristo. dispergit oves, mercena- nario huye porque es merce-
rms autem f u g i l , quia nario , y no tiene interés por
REFLEXIONES.
•mereenarius est, et non lo quemira á lasovejas. Yosoy
«Jesucristo ha padecido por nosotros, dejándoos ejem- perlinelad eum de ovibus. el que es buen pastor; yo co-
plo para que vosotros sigáis sus huellas,» ¿ S í g n e s e m u - Ego sum paslor bonus; et nozco m i * ovejas, y mis ove-
cho este ejemplo? y Jesucristo después do haber hecho cognosco meas, et cognos- jas me conocen. Como m i Pa-
lodos los gastos de nuestra redención, después de ha- cunl me mem. Sicut novit dre me conoce, así yo conozco
berse puesto al frente de todos los elegidos en cualidad me Paler, et ego, agnosco á mi Padre, y doy mi vida por
de cabeza nuestra, ¿ e n c u e n t r a muchos que sigan sus Palrem, el animam mcam mis oveja.';. Otras ovejas ten-
huellas? En medio de esto él mismo es el camino, y fjoíio pro ovibus meis. Et go , aunque no son de este
cualquiera que no le sigue se eslravia. Este camino es es- alias oves habeo, quw non aprisco, y es necesario que yo
trecho, es escabroso, está sembrado de cruces, es ver- suní ex /toe ovili : el alias las traiga á é l ; ellas oirán mi
dad; pero es el camino que nos ha enseñado Jesucristo, y oporlet me adducere , el voz, y no habrá mas que una
que él mismo ha llevado ; es la ley evangélica , penosa á vocem meam audicnt, el cabana y un pastor.
los sentidos y al amor propio. El Salvador no nos ha en- [iet u m m ovile, el m u s
señado otro camino; por el contrario nos dice positiva- paslor.
mente que cualquiera otro aleja de la saliwi, y conduce á
una eternidad desgraciada. Hállanse ciertamente muchos
MEDITACION.
oti-os caminos, todos muy espaciosos, llanos, floridos,
pero ninguno de ellos, aunque tan risueños y tan anchos, De la misericordia de Dios con los pecadores.
conduce sino á la perdición; el número de los que entran
PUNTO PITMEIIO.—Considera que nada hay , al parecer,
por estos es muy grande, nos dice él mismo. Apoyámo-
que el Salvador nos haya querido persuadir tanto como
nos algunas veces , con respecto á la salvación, en que
la misericordia y la bondad que tiene con los pecadores-
seguimos la costumbre, y que hacemos lo que hacen los
Su encarnación y los misterios de su pasión y de su muer-
d e m á s ; esta es la jerigonza ordinaria de los mundanos,
te , sus discursos, sus espresiones, las parábolas de que
la máxima dogmática del mundo; vívese, ó b r a s e , p i é n -
so ha servido , sus ejemplos, todo nos predica, todo nos
sase, hablase como los d e m á s ; pero el obrar como los
demuestra esta misericordia y esta predilección, por de-
demás es obrar como el mayor n ú m e r o ; y el mayor n ú -
cirlo a s í , hácia los pecadores. Su misericordia es el mas
mero según la sentencia de Jesucristo toma el camino de
glorioso de sus atributos, y aun puede decirse que es su
la perdición. No hay camino mas fácil de andar qne el de
atribulo favorito. En efecto, ¡ u n Dios haberse dignado
la perdición: es ancho, es espacioso, todo en él es c ó m o -
hacerse hombre por salvar á los hombres que se hablan
do, todo r i e , todo agrada, todo lisonjea. De aquí es que
perdido por el pecado I Comprended, si es posible, el
nada hay mas fácil que el perderse en el mundo; vívese
misterio inefable de la Encarnación, y comprendereis
en él como si fuera imposible condenarse, nasla en el es-
entonces la grandeza inmensa y la incomprensibilidad de
tado religioso hay caminos anchos. No es Jesucristo quien
su infinita misericordia; pero puede decirse que nunca se
los ha e n s e ñ a d o ; no son los santos fundadores los que
descubren mas los tesoros de la misericordia de nuestro
los han hallado ni trazado; no es el instituto ni las reglas
Dios que en las parábolas de que se ha servido el Salva-
los que los han dictado; este descubrimiento funesto se
dor para pintárnosla, y la manera dulce y obligante con
d e h e s ó l o á la relajación. Desgraciados los que la siguen;
que ha obrado. Si ha hecho el retrato del pecador en la
] y quiera Dios que no sea el mayor n ú m e r o ! ¡ Qué error!
persona del hijo p r ó d i g o , se ha pintado á sí mismo en la
digámoslo mejor: ¡ qué barbarie! el imaginarse que por-
manera solícita, amable, preveniente, con que el padre
que se camina en numerosa c o m p a ñ í a , nada hay que te-
de este hijo perdido le recibe. No espera que llegue á la
mer : como si no fuese una verdad de fé que el número de
casa; apenas le percibe á lo léjos, corre á é l , le abraza,
los que caminan á la perdición es el mayor. ¿Queremos
y ni aun le echa en cara sus eslravíos; la alegría que le
labrar nuestra salvación? caminemos por el camino es-
causa el ver que vuelve á é l , le hace olvidar sus d e s o í -
DESPUES DE PASCUA. 375
donos. Su conduela corresponde á sus palabras. ¿En dón- nación y el apego al pecado , parece como que no sufre
de se ha oslenlado con tn¡is brilio la mansedumbro y la ya la justicia do Dios el que se trate con misericordia á un
misericordia del Salvador con los pecadores qne en la mu- pecador tan monstruoso. «Vendrá tiempo en que invoca-
jer a d ú l t e r a ? Satisfecho con Ja humillación y la conlri- rán mi misericordia, y yo no los escucharé. Se levaulai án
cion de aquella pecadora, ¡con q u é bondad la absuelve! dé m a ñ a n a , y no me encontrarán. (Piov. 1.)»
¿Mujer, la dice, nadie le ha condenado? Nadie, Señor. Mucho espero , S e ñ o r , en vuestra misericordia , y yo
Ni yo (ampoco le condenaré ; v é t e , y no peques mas en he formado la idea mas justa de ella para que jamás me
aáétante. Pero sin s a ü r d e nuesiro Evangelio, ¿ q u é prue- suceda semejante desgracia. S í , Dios m i ó : vos sois m i -
ba mas brillanle ni mas señalada de la misericordia de sericordioso, y por lo mismo vengo á vos desde este mis-
Dios con el pecador, que el símbolo del buen pastor qne mo momento; y como el deseo que tengo de convertirme
es su verdadera imagen ? Yo soy el buen pastor. Este es un efecto de esta misericordia, me g u a r d a r é bien do
pastor que movido de la pérdida de una sola oveja qne abusar de ella difiriendo mi conversión un solo momento.
habiéndose estraviado se ha puesto en peligro de ser JACULATORIAS.—Yo cantaré para siempre las misericor-
devorada, deja noventa y nueve para ir á buscar la que dias del Señor. (Psalm. 8 8 . )
se ha perdido. Habiéndola encontrado la carga sobre sus Haced , S e ñ o r , que yo sienta Iqg efectos de vuestra m i -
espaldas para ahorrarla el trabajo de andar, lleno de sericordia, y viviré. ; Psalm. 118.)
eonlenlo por haberla vuelto á encontrar. ¿ Pero á qué títu-
lo quiere ser reconocido por el buen pastor? no lo ignora- PROPOSITOS.
mos ; dando su vida por sus ovejas, alimentándolas con 1 La misericordia de Dios debe preservaros de caer
su propia carne. ¿Puede darnos el Salvador una idea mas en la desesperación; pero yo os tengo por desesperado,
jnsla de su bondad, de su mansedumbre ^ de su miseri- decia un gran siervo de Dios, si os sirve de ocasión para
cordia? caer en la impenilencia. La misericordia de Dios nos sal-
PUNTO SECUNDO.—Considera que si la gran misericordia vará , inclinándonos á amar á Dios y á detestar de lo í n -
de Dios con los pecadores es para estos un gran motivo timo de nuestro corazón todo lo que le desagrada ; nos
de confianza, no por esto debe servirles de ocasión para salvará inspirándonos un horror y un dolor eslremo do
perseverar en sus pecados. Nada hay mas pernicioso ni nuestros pecados, y una confianza en la bondad de Dios
mas criminal que la falsa conüanza. No salva la miseri- que nos escite á la penitencia. Tal debe ser el efecto de la
cordia á aquellos para quienes es ella misma un motivo de confianza que debéis tener en la misericordia de Dios. Es-
<]ue se condenen. ¿ P a r a q u é se ostenta la misericordia de peradlo lodo de su bondad; pero no difiráis un solo dia
Dios? Para inspirar al pecador el deseo sincero devolver- vuestra penitencia. Detestad diaramente vuestros pecados,
se á é l ; porque este es uno de los efectos de la misericor- y de dia en dia reanimad vuestra confianza en su miseri-
dia de Dios, y por tanto no hay señal mas lija de que no cordia; pero guardaos bien de cometer j a m á s , una falla,
J'ay ya misericordia para un hombre, que cuando se pre- por lijera que parezca á la vista, con la esperanza de ob-
vale do ella como de una razón para no convertirse. La tener el perdón por la misericordia de Dios; no hay cosa
misericordia debe inspirar la confianza, pero una conGan- que así irrite su justicia.
za inseparable del arrepentimiento. Apenas puede ir mas 2 La gran misericordia de que Dios usa con nosotros
léjos la malicia qne basta abusar de la bondad de Dios, debe ser el motivo, y como la medida de la que nosotros
de la paciencia y de la misericordia de Dios para perseve- debemos tener con nuestros hermanos. Sed indulgentes
rar en el crimen. ¿ Q n é , porque Dios es bueno, puedo yo con todo el mundo , y cuando la pasión , el interés, la r a -
Iranquilamenle ser malo? ¿ p o r q u e Dios es misericordio- zón misma os inclinen á castigar, no dejéis de pensar en
so, quiero yo ofenderle impunemente? Dios es paciente, la bondad de Dios con vosotros por mas pecadores que
y por eso no debo yo temer en apurar su paciencia; Dios seáis , y en la misericordia con que os perdona. Nunca r e -
68 misericordioso, y por lo mismo nada arriesgo en u l - prendáis sino con dulzura; corregid las faltas; pero j a m á s
trajarle; cuando me hubiere cansado de ofenderle, en- con palabras desabridas, ni con términos de desprecio.
tonces recurriré á su misericordia. Si Dios fuese mas se- Es necesario que la indulgencia sea prudente y siempre
vero y menos bondadoso, yo seria ménos malo, yo le cristiana; un s e ñ o r , un superior deben siempre ser un
tendría mas consideración. ¡Hombre impío i ¡comprendes padre; es preciso velar sobre todo, informarse de todo;
bien la malicia y la impiedad que encierra esa falsa con- pero corregir con discreción, con moderación, y disimular
(ian/.a! ¡concibes ya si la justicia , digo mas, si el honor muchas cosas, corrigiéndolas por otra parte.
de Dios no eslá interesado en castigar con el último rigor
un crimen tan horrible que incluye en su obstinación la DOMINGO TERCERO DESPUES DE PASCUA.
malignidad, por decirlo a s í , de todos los d e m á s ! Dios es Todo el tiempo Pascual es, por decirlo a s í , una fiesta
infinitamente misericordioso, es verdad; y esta infinita continua que inspira á los verdaderos fieles un regocijo
misericordia se demuestra bien en la bondad con que re- espiritual, tal como el que sienten los esclavos cuando aca-
cibe á los mayores pecadores, luego que arrepentidos se ban do ser rescatados después de una larga cautividad.
vuelven á él con sincera contrición y confianza. N ó , Dios Hemos salido de la esclavitud mediante la muerte y la r e -
no se retrae ni por el número de los pecados, ni por la surrección del Salvador, justo es que disfrutemos la ale-
enormidad de los mayores c r í m e n e s , con lal que encuen-
gría pura y perfecta que debe inspirarnos nuestra dichosa
l|'e en el pecador el sentimiento sincero y sobrenatural de
libertad en todos los dias que se llaman tiempo Pascual, y
haber pecado, y en esto es en lo que resplandece su g r a n -
puntualmente es esto mismo lo que nos inspira la Egle&a
de misericordia. Pero cuando ve que la idea misma de
en sus oficios.
esla infinita misericordia alimenta en el pecador la i n d i -
La misa de c#tc dia comienza perlas palabras del sal-
376 DOMINGO TERCERO.
mo 03 , el cual puedo llamnrso mi cíiulico de nlopría, quo. Los cristianos, dice san Justino m á r t i r , escribiendo á
los judíos no Besabftd de canlai' d e s p u é s de su caulividad. Diognetes, están en el mundo como en un destierro: con-
« P u e b l o s de toda la t i e r r a , demostrad al Seilor vuestra sidéranse como ciudadanos de la Jerusalen celestial. Es-
alegría , celebrad su nombre con vuestros bimnos, dadle tán en medio de las ciudades, pero como viajeros; toman
]a gloria (pie le es debida, )> no ceséis de bendecirle y de parle en las cosas de esía vida, pero como gentes que es-
darle gracias, de cantar sus alabanzas, de amarle y de peran otra; viven en una tierra eslranjera como en su ca-
gloriíicarle. «Decid á Dios : Qué terror inspiran , Señor, sa , y en su casa como en una tierra eslranjera. Viven en
viieslras obras: cuando os place desplegar vuestro poder, la carne, pero no viven según la carne ; moran sobre la
hacéis ver demasiado á nuestros enemigos que en vano se tierra , y su comercio es en el cielo. Tal es la pintura que
lisonjean de resistiros. » Nada conviene mejor (pie estas hace san Justino de los cristianos : ¿. es esta la nuestra ?
espresiones á un tiempo en que la Iglesia celebra el t r i u n - «Guardad entre los gentiles,» continúa el Apóstol, «una
fo do la resurrección del Salvador, la gloriosa victoria que conducta r e g u l a r , » á íin deque al mismo tiempo que
ha conseguido sobre todos sus enemigos; el terror y el olios no omiten nada para desnci editaros en el mundo ha-
espanto que ha causado á los soldados que guardaban su blando mucho mal de vosotros , se llenen de confusión al
cuerpo en el sepulcro, . y á lodos los que habian contri- verse desmentir ante todo el mundo por el bien qno h a -
huido á su mucrlo, y babian tomado tantas medidas para céis. Cárgucscnos enhorabuena de injurias, ennegrézca-
impedir, ó á lo menos para hacer inútil su resurrección senoscon las calumnias mas horribles, impóngansenos c r í -
gloriosa. menes enormes como lo hacían los paganos con los p r i -
Este salmo de donde está sacado el introito de la misa meros cristianos; suframos nosotros con paciencia y en s i -
tiene por título: «Cántico ó salmo de la Resurrección.» lencio como lo ha hecho Jesucristo; una conducta sabia,
En efecto, lodo él puede perfectamente aplicarse á la r e - irreprensible , cristiana , aunque muda , es la mas elo-
surrección de Jcsucrislo, según el parecer do san Agusiin cuente y la mas concluyentc de todas las apologías. La
y de otros santos Padres. Aquí da gracias á Dios lodo el maledicencia , el odio, la pasión pueden maltratar y aun
pueblo judio por su libertad. Los judíos libres de su cau- despedazar á las gentes de bien; pero la malicia mas ne-
tividad son la figura de los gentiles en particular, y de gra no será capaz de oscurecer ó debilitar la inocencia;
todos los hombres libres de la esclavitud del demonio por ella se deja ver á través del humo negro y espeso que l e -
el bautismo. vantan las pasiones, y tarde ó temprano se le hace j u s t i -
La Epístola do la misa contiene una exhortación p a i é - cia. Observemos con lodo el mundo una conducta r e g u -
lica que san Pedro hace á los fieles para moverles á que l a r ; no respondamos á la malignidad de nuestros adver-
se consideren como estranjeros y viajeros en este mundo, sarios, mas que por la pureza de nuestras costumbres , y
llabirndonos Jesucristo por su muerte y su resurrección por la regularidad do una conducta edificante que j a m á s
becbo bijos adoptivos de Dios y coberederos de la gloria se desmienta.^Sea en todas parles pura, santa y ejemplar
que nos ha merecido, nos ha becbo al mismo tiempo c i u - la conducta de los cristianos , y muy pronto será todo el
dadanos de la patria celestial: «Vosotros no sois ya es- mundo cristiano. Siempre que se nos acuse de otra cosa
que de ser cristianos, de ser mas modestos, mas reserva-
tranjeros ni a d v e n e d i z o s , » dice el Apóstol, «sois de la
dos , mas devotos que los d e m á s , tales acusaciones deben
ciudad de los santos y de la casa de Dios. » Debemos,
honrarnos. Al fin , nuestros enemigos h a r á n justicia á
pues, mirar el cielo como nuestra verdadera patria; so-
nuestra virtud delante de Dios, á lo menos en el dia de su
mos ciudadanos do é l ; osla vida no es mas que un viaje
visita , esto es , en el gran dia del juicio.
que hacemos por un pais estranjero; la tierra os para no-
sotros un lugar de destierro, y el mundo es para todos los «Someteos á todo género de personas» mirando á Dios;
cristianos una tierra estrafm. La vida es muy corta para sea al r e y , como soberano de lodos , sea á los magistra-
creer que el viaje debe ser largo; con frecuencia se loca dos, como á quienes han recibido la autoridad del prín-
su término cuando apenas se ha comenzado. En este con- cipe, y son sus enviados para adminisliar justicia. Era
cepto, dice el apóstol san Pedro, yo os conjuro como es- una acusación muy común en los primeros siglos contra
Iranjeros y viajantes, que os abstengáis de los deseos de los cristianos el decir que inspiraban á los pueblos el es-
la carne que hacen la guerra al espíritu. Llama aquí sr.n píritu de rebelión contra las potestades legítimas y el des-
Pedro deseos de la carne que hacen la guerra al espíritu, precio de los dioses. Por lo que hace á este último capítulo
aquellos movimienlos involuntarios de la concupiscencia, era evidente; los cristianos no adoraban mas que al único
aquella propensión, aquella inclinación a! mal de que son Dios verdadero, y miraban con horror á los ídolos; peroso-
esclavos los pecadores, y que se convierte en ocasión de localumniosamente podia acusárseles de que eran rebeldes
mérito p á r a l o s justos por la violencia que se hace para á los príncipes, aun á los paganos. La religión cristiana no
resistir á ella. En este mismo sentido dice san Pablo en su inspira mas que sumisión, fidelidad y dependencia; se vo
Epístola á los romanos, que ve en los miembros de su bien la solicitud y el zelo con que los apóstoles san Pedro
cuerpo una ley que se opone á la ley de su espíritu. y san Pablo se han aplicado á inspirar á lodos los fieles
(Rocíi 1.) Esta ley del espíritu osla ley do Dios, la voz de oslo espiritu.de obediencia y de sumisión. No hay pretes-
la concienciados piadosos movimientos de la gracia, las to, no hay razón que autorice j a m á s la rebelión contra su
inspiraciones santas que nos mueven á la justicia y á la príncipe. Su polcslad es la del mismo Dios. Si abusan de
virtud. Dentro de nosotros tenemos osle enemigo doméstico, su poder, si su vida es poco cristiana, si tienen la desgra-
esta concupiscencia, esta inclinación al m a l , contra la cia de profesar una religión falsa, no es esto una razón,
cual es preciso eslar continuamente sobre aviso. La guer- dice Tertuliano, para negarles la obediencia que les es de-
ra es continua; no hay paz, no hay treguas; es preciso bida. Ellos han recibido de Dios el derecho que tienen
siempre combatir para no ser nunca vencido. para mandarnos. No basta tampoco obedecerles, es p r e -
DESPUES DE PASCUA. 377
ciso amarles, honrarles, desearles todo género de pros- de los mas ínstruclivos y mas minuciosos que tenemos de
peridades y de bendiciones en esta vida, y la salvación en la moral cristiana.
la otra. No se contenta san Pedro con una simple obe- El Evangelio de la misa de este dia contiene una parle
diencia : quiere qno esta proceda de un motivo de amor de aquel admirable discurso que el Salvador hizo á sus
de Dios, ó como habla san Pablo, por conciencia. Los mo- apóstoles después de su última cena la noche misma de
tivos de temor, de interés ó de necesidad, pueden contener su pasión, en el que después de haberles dicho que habia
á los subditos por algún tiempo; la religión cristiana les llegado su hora, esto es, el tiempo de consumar su grande
propone motivos mas nobles, mas sublimes, mas intere- obra, que era la de la redención y de su ascensión al
santes, que obligan siempre y en todas circunstancias. El cielo, les consuela sobre su partida, con la seguridad que
temor, el interés, hasta el mismo amor al príncipe pueden les da de envrarles en su lugar al Espíritu Santo, y les
entibiarse y desaparecer; pero e! órden de Dios, el motivo anima á sufrir valerosamente las persecuciones que el
de religión, la ley de la conciencia j a m á s pueden faltar. mundo suscitará contra ellos. Después de haberles decla-
«Porque la voluntad de Dios es que obrando bien, hagáis rado que muy pronto subirá al cielo, y que no le verán ya
callar la ignorancia de los que juzgan sin conocimiento y de una manera sensible, les promete que volverá á ellos
sin razón,» y que solo forman sus juicios por pasión y por y que los visitará, nó por sí mismo, sino por el Espíritu
capricho. Quiere Dios que por una vida pura, santa y consolador, que les consolará de su ausencia, y les sos-
ejemplar cerremos la boca á los quo murmuran de noso- tendrá en sus aflicciones.
tros. ¿Trátase de hacer sospechosa nuestra fidelidad? Dentro de poco tiempo, les dice, no rae veréis ya , y
rindamos una obediencia pronta y perfecta á todas las poco tiempo después me volvereis á v e r , porque rae voy
personas constituidas en dignidad. ¿ S e nos acusa de c r í - á rai Padre. Como era en la misma noche de su pasión
menes monstruosos? seamos irreprensibles en nuestras en la que Jesucristo decía c s t o á sus apóstoles, muchos han
costumbres, llevemos una vida pura é inocente, esta es la creidoque el Salvador hablaba de su ausencia durante los
mejor de todas las apologías. Obrando como personas tres dias que debía estar en el sepulcro, y que le volve-
libres, no usemos do nuestra libertad como de un pretesto rían á ver inmediatamente después de su resurrección, lo
para hacer el m a l . Dios nos ha dado la libertad; no abu- cual les causaría una alegría que les indemnizaria bien
semos de ella para perdernos, antes bien hagamos un de la tristeza que les habría causado su ausencia. Sin
buen uso de ella. i Q u é sentimiento por toda la eternidad embargo, lo que signe hace ver que Jesucristo entendía
beber podido ser eternamente dichosos con el auxilio de también de la privación de su presencia visible sobre la
la gracia, y haberse atraído por haberla despreciado una tierra después de su ascensión, y de las persecuciones que
desgracia eterna! Honrad á todo género de personas. El tendrian que sufrir sus discípulos en el mundo. Los a p ó s -
honor y el respeto se deben á nuestros superiores á cau- toles no comprendieron desde luego el misterio. ¿Qué es
s3 do su digidad. Nuestros ¡guales y nuestros inferió- lo que quiere decir por esta alternativa de presencia y au-
o s son nuestros hermanos, todos son hijos del Padre sencia que nos predice? se decían en secreto unos á otros,
celestial, todos son her ederos de Dios y coherederos de no entendemos lo que dice. El Salvador les previno: nues-
Jesucristo, No debemos nunca despreciar á nadie; el des- tras necesidades y nuestros deseos, si son justos, equiva-
precio es siempre una injuria; no hay hombre por vil y len para con él á unas verdaderas súplicas. Querer pe-
abyecto que pueda ser á los ojos de los hombres, cuya dirle, es ya haber pedido; muchas veces es hasta haber
alma no haya costado tanto á Jesucristo como la del ma- obtenido lo que se desea. Vosotros discurriréis, les dice,
yor príncipe; aquel que nos parece despreciable, es m u - sobre lo que yo acabo de deciros; dentro de poco tiempo
tilas veces un objeto querido y agradable á los ojos de no rae veréis ya, y poco tiempo después me volvereis á
ÍMos. Amada vuestros hermanos. De cualquiera nación, ver. Esto es todavía para vosotros un enigma, muy pronto
de cualquiera condición, de cualquier humor quo sean sabréis el verdadero sentido de ello. Mi muerte, mi r e -
son nuestros hermanos. La diversidad del pais, de la surrección , mis frecuentes apariciones, mi ascensión al
condición, del natural, del genio, no puede debilitarla cielo, la descensión del Espíritu Santo sobre vosotros os
obligación del precepto; todos somos, por decirlo así, de desenvolverán todo esto misterio ; y ninguna cosa os lo
una misma familia con respecto á Dios, todos tenemos hará entender mas que lo que tendréis que sufrir por la
derecho á la misma herencia, todos pertenecemos á la gloria de mi nombre. Todas las potestades del infierno y
misma patria que es el cielo. «Temed á Dios;» el temor de la tierra se sublevarán contra vosotros, os perseguirán
de Dios es el principio de la verdadera sabiduría. Respe- á lodo trance; parientes, amigos, compatriotas , domésti-
tad al rey, él escomo la imagen do Dios; nosotros le de- cos, estranjeros, todo se desencadenará contra vosotros;
hemos el honor, el respeto, la sumisión, la fidelidad, la seréis mirados como la cosa mas v i l del mundo, como la
obediencia: el Apóstol coloca este deber inmediatamente escoria de lodos los hombres; mientras que el mundo se
después del quo debemos á Dios. En fin, «siervos, estad a l e g r a r á , viviréis vosotros sumergidos en la tristeza. Nó,
sumisos á vtífestros señores con toda especie de respeto: mis queridos hijo?, yo no os disimulo cuál ha de ser vues.
no solo á los que son buenos y moderados, sino también tro patrimonio sobre la tierra; vosotros no sois de mejor
á los que son de un humor díscolo.» Por mas d u r o , mo- condición que yo que soy vuestro Padre, por eso no seréis
lesto y arrebatado que sea el señor, basta que sea el se- tampoco mejor tratados del mundo que yo lo he sido. V o -
ri0r para que tenga derecho á ser servido con fidelidad, sotros pasareis vuestra vida en la aflicción, vuestra alma
Y ser obedecido en todo lo que manda, y quo visiblemen- estará llena de amargura, mientras que el mundose rego-
te no sea contrario á la ley divina; cuanto mas duro es el cijará, y todos los dias serán dias de fiesta para las g e n -
servicio, es mas meritorio, obrando en él por un motivo tes del mundo; pero consolaos, la escena no será muy l a r -
Santo. Puede decirse que esta Epístola es un compendio ga, vuestra tristeza se convertirá rauy pronto en alegría,

TOMO iv. 48
378 DOMINGO TERCERO
así como por el conlrfirio m alfgrfft se cambiaríi muy
pronto en tristeza; con osla diferencia , qne vosotros por La Epístola está sacada de la primera del apóstol san Pe-
algunos dias de llanto endulzados con tantos consuelos i n - dro, cap. 2.
teriores, obtendréis una alegría que nadie podrá quitaros, Charissimi : Obsecro Amadísimos mios : Yo os
gozareis de una felicidad eterna que os hará pronto o l v i - vos, taniquam advenas el ruego que como advenedizos y
dar lodo lo que hubiereis sufrido por mi amor en esta vida; peregrinos ahslinere vos a viajeros os abslengais de los
y al contrario, por algunas horas de placeres acompa- carnalihus dcsiileriis, quee deseos de la carne que hacen
Aados, ^ mejor d i c h o , empapados en tanta amargura, mUiiant adversas a n i - la guerra al e s p í r i t u , guar-
que los mundanos no han gustado mas que como de mam, conversationem ves' dando entre los gentiles una
paso, ¡ q u é dmaciot) infinita de senli.mienlos, de l l a n - tram bíter gentes habenles conduela arreglada; de suerte
tos, de amargos arrepcntimionlos, de desolación, de bonam : u l in, eo , quod que al tiempo mismo que de-
suplicios, de rabia 1 Consolaos , vuestra tristeza ape- deirectanl de vobis l a m - testan de vosotros como de
nas d u r a r á , y será muy pronto seguida de un con- quam de malefacloribus, unos malhechores, llegando á
timlmiiionto perfecto. Cuando una mujer está do parto ex bonis operibus vos con- consideraros de parle de vues-
gime, padece, porque aquella es la hora de su trabajo; sideranles , glorificenttras buenas obras, glorifiquen
pero luegoqneha pasado, ya no hay mas que a l e g r í a ; o l - Deum i n die visitalionis. á Dios en el dia de su visita.
vida sus dolores, porque ha dado un hijo al mundo. Del Subjecti igkur estáte omni Someteos, pues, por Dios h
mismo modo á vosotros ahora os afecta la tristeza á cansa humanes creatum propler lodo g é n e r o de personas, sea
de mi muerte y de todo lo que debo afligiros en vuestra Deum: siveregiquasiprce- al rey, como al que es supe-
vida y acabo de predeciros; pero me volvereis á ver muy cellenli; sive dncibus tam- rior á lodo; sea á los magis-
pronto, no solo resucitado, sino también en el cielo, donde quam ab eo missis ad vin~ Irados , como á enviados del
i r a k é ido ya para prepararos un lugar en 61. Así como ha- dictammalefaelorum, lau- príncipe para hacer justicia de
breis tenido parteen mis trabajos, enmis dolores y en mis dem vero bonorum ; quia los malos y para honrar á los
ste est voluntas Dei, ut buenos. Porque esta es la vo-
ignominias, así también la tendréis en mi gozo y en mi
benefaexentes obmulescere lunlad de Dios, que portándoos
gloria, y esto gozo puro, lleno, satisfactorio, j a m á s se
facialis imprudentinm ho- bien, hagáis callar la ignoran-
a l l e r a i á , n i esta gloria se oscurecerá por ningún acci-
minuinigmranliam:qua- cia de los imprudentes; obran-
(lenlc.
sí Hberi, ct non quasi ve- do como personas libres, pero
¿ Q u é se han hecho los perseguidores de los apóstoles,
lamen habenles matiúa;, sin hacer uso de vuestra l i -
dice un sabio intérprete? El tiempo de su poder y de sus
libertatem, sed siml serví berlad como de un protesto
goces ha pasado, y el de sus suplicios no pasará j a m á s .
D á . O mixcs honorate: ¡ r a -
para hacer el mal, sino con-
Hace diez y ocho siglos que los apóstoles después de a l -
lernilalem diligüe : Dmm ¿luciéndoos como siervos dy
gunos arlos de una vida trabajosa gozan en el cielo de la
timele : regem honoriftea- Dios. Honrad á lodo género de
felicidad mas pei fecta; y de aquí á cien m i l millones de
te. Servi, subdiii estáte in personas ; amad á vuestros
años esta felicidad será todavía nueva para ellos, nuevo
omni íimore dominis, non hermanos, temed á Dios, res-
gusto, nueva dicha, nuevo encanto. Entretanto, esos Ge-
tanlum bonis el mndeslis, petad al rey. Siervos', estad
ros y crueles perseguidores de los apóstoles y de los dis-
sed eliam discolis. ¡ I m sumisos á vuestros señores con
cfpnlos de Jesucristo, hechos el oprobio y la execración de
est enim gralia : i n Chris- lodo género de respeto, no so-
los ángeles y de los hombres, rabian entre los mas h o r r i -
to Jesu Domino noslro. lo á los que son buenos y mo-
bles suplicios, y arden en las llamas sin esperar j a m á s el derados , sino también á ios
menor alivio. que son de un humor acre;
Ve un cristiano una concurrencia profana, en donde el s i - porque todas estas cosas son
glo reúne lo que hay en él de mas brillanle, y se dice á sí agradables á Dios en Jesucris-
mismo: de lodos estos hombres tan dichosos en la aparien- to nuestro Señor.
cia que adornan hoy la escena del mundo, ¿cmintos que- Algunos historiadores han creido que esta primera
darán de aquí á cincuenta años, y dónde estarán entonces Epíslola habia sido escrita en hebreo por san Pedro y t r a -
los que hubiesen desaparecido de ella ? ducida en griego por san Marcos; pero la opinión mas co-
m ú n es queso escribió en griego, aunque dirigida á los
La oración de la misa de este dia es como sigue : hebreos convertidos, en razón de que en todas las pr o v i n -
cias en que estaban dispersos se hablaba el griego.
M W ; f r i erranlihus, O Dios, que descubrís la
vt m viam possinl rediré luz de vuestra verdad á los
justilice, verilalis tuce l u - qne están eslraviados, á fin de REFLEXIONES.
men ostendis : da ennelis, que puedan volver al camino «Yo os ruegoque como advenedizos y viajeros os absten-
<¡ui christinna jirofessione de la justicia, conceded vues- gáis de los deseos de la carne. » El raciocinio" del apóstol
censentur, €f Uta respue- tra gracia á lodos los que lle- es ctmcluyenle. La carhe no desea mas que bienes terre-
re, quee hxtic inimica sunt van la cualidad de cristianos, nos y perecederos, falsos bienes. Todas sus inclrnaciones
n o m i n i , ct ea, quee sunt para que rechacen de sí lodo se reducen á la tierra de donde ha salido; el fiel, pues, no
a p a , seclari. Per Domi- lo que es contrario á un nom- debe mirar esta tierra sino como un ' pais eslranjero para
num... bre tan snnto, y abracen lodo él y como un lugar de destierro. ¡ Huen Dios, q u é poco
lo que exige de ellos una pro- apreciada es esta verdad! Nosotros estamos en la tierra
fesión tan digna. Por nuestro como viajeros, y el viaje no d^be ser muy l a r g o ; cada dia
Señor Jesucristo, etc. andamos una jornada de camino hacia nuestro término.
DESPUES DIÍ PASCUA 379
Los unos tienen «n poco mns do cammo ( \ m antlar, los ejus ad i n i icem : Quid est discípulos : ¿ Qué quiere de-
uli os están tumos alejados ; pero todos al Uírminar su pe- hoc, quod dicil mbis, Mo- cirnos con esto. Dentro de po-
regrinación llegan á la i n w r t e . Aroonlonemos títulos dicum, et non videbilisme; co tiempo no me v n e i s ya, y
solire títulos ; seamos poderosos en dominios y en tesoros; el ü e r u m modictm, et v i - poco tiempo después me v o l -
lodo esto á lo mas son liluios que estamos inccisados á de- debilisme, el qvia vadoad vereis á ver, y yo me voy á
j a r para que los disfrulen los que nos sobrevivan, porque Palrem? Diccbant ergo : mi Padre? Decian, pues, ellos:
nada podemos llevar cón nosotros del pais que dejamos. Quid esl hoc, quod dicil, ¿ Qué es lo que quiere decir
¿ Qu.é se pensaría de un eslranjero qno viajando con á n i - Modicum ? nescimus quid esto, dentro de poco tiempo?
mo do volver á su casa, se detuviese en lodos los lugares loquilur. Cognovil autem Nosotros no entendemos lo que
quo le agradasen? ¿ Q u e encantado en uno de la dulzura Jesús, quia voíehant enm quiero decir. Conoció muy
del olima, hiciese ediíicar en él una casa magnífica; hechi- inlerrognre, el d i x i l eis : bien Jesús que ellos deseaban
zado en el otro do ta fertilidad de su territorio comprase De hoc qumrkis inler vos preguntarle, y les dijo : Voso-
allí campos, jardines y praderas ? <, Sin duda se diría, que quia dixi, Modicum, el non tros cuestionáis sobre lo que
estranjero no piensa ya tornar á su pais, ni volver a ver videbilisme; el üerum mo- yo acabo de deciros; dentro
su patria ? De ningún modo : tiene precisión do dejar al dicum, el videbiiis me. de poco tiempo no me veréis
otro dia esta región tan deliciosa, no ignora que su es- Amen , amen dico vobis : y a , y poco tiempo después
tancia en ella no debe ser larga, sabe ciertamente que no quia filorabitis, el ¡lebilis volvereis á verme. En verdad,
hace mas que pasar por ella, y que no debe volver ya vos, mundus autem gau- en verdad os d i g o , vosotros
nunca á ver «n pais en donde hace tan grandes gastos para debü : vos vero contrisla- seréis atligidos y llorareis, pe-
alojarse con mas comodidad. Duda aun con razón, si ten- bimini, sed Irislilia vesica ro el mundo se regocij.-u á ;
drá tiempo ántes de su partida para ver acabar el m a g n í - verletur i n gaudium. M u - vosotros estaréis sumergidos
fico edificio que hiciera edificar, si permanecerá lo necesa- Her cum p a ñ i , tristüiam en la tristeza , pero vuestra
rio para recoger la primera cosecha de las tierras nueva hahei , quia venil hora tristeza se cambiará en ale-
mentó compradas. Esta comparación hace eco; se conoce, ejus : cum autem pepcrc~ gría. Cuando una mujer está
aunque no se quiera, el ridículo de los irracionales empe- r ü pucrum, j a m non me- de parlo padece, porque ha
fios de este estranjero, que se apura por edificar y por h a - minit pressurm proplcr llegado su tiempo; mas luego
cer adquisiciones de que tal vez no debe gozar, ó á lo minos gaudium, quia natus esl que ha dado á luz á su hijo,
deque no debe gozar sino muy pocosdias durante su viaje. homo in mmdam. E l vns olvida lodo lo que ha pasado
Si tiene hacienda, ¿ p o r q u é no se da prisa para volver á i g ü u r mine quiílcm tristi-' por la alegría que le causa el
su casa? ¿ p o r q u é no guarda sus tesoros para el lugar eu tiam habelis, ü e r u m au- que ha nacido un hombre al
que debe hacer su morada ? ¿ Puédese menos de censurar tem videbo vos, el gaude- mundo. Del mismo modo-,
üna conducta tan poco sabia, y de mirarla como una i m - bil cor vcslrum; et gau- pues, vosotros ahora osláis
becilidad de espíritu ? ¿ A cuántos puede decírseles con r a - dium veslrum nemo tollet poseídos de la tristeza ; pero
zón como el profeta decia á David: lú eres este, tú te por- a vobis. yo volvere á veros, y se ale-
tas tan neciamente como este viajero: el mundo no es nuosr g r a r á vuestro corazón y nadio
tro verdadero pais; el cielo es nuestra verdadera patria; os quitará vuestra alegría.
lodos somos eslranjeros en este mundo, y no obslanlc se
obra como si él debiera ser nuestra mansión eterna. ¡ Qué
MEDITACION.
locura no pensar que nuestra vida no es mas que un viaje
que hacemos por la tierra, y que todos somos en ella es- Que en este mundo no hay n i puede haber verdadera alegría
tranjeros y caminantes! ¿Considéranse como tales esas sino en el corazón de los buenos.
gantes del mundo, esas personas del lodo lerrenas, esas
almas ambiciosas, esos cristianos absolutamente munda- PI NTO PRIMERO.—Considera que no hay cosa mas u n i -
nos? Pero eníonces ¿habríase de vivir en la ociosidad, no versal ni mas común en el mundo que la alegría, y sin
emprender nada , abandonarlo todo durante esta vida? embargo nada es mas raro que la verdadera a l e g r í a . T o -
falsa consecuencia: loque debe concluirse es, que mien- do respira alegría, lodo tiende á la alegría, todo el mundo
tras dura esta vida es menester aprovechar el tiem- amala a l e g r í a , y nada hay mas umversalmente abor-
po y c u m p l i r las obligaciones do su estado para procu- recido que la tristeza : estrocha demasiado el corazón pa-
rarse la bienaventuranza en el cielo; que es preciso ra que no sea odiosa; quiérese alguna cosa que le dilate;
negociar con los bienes ó los males de la región en que el alma busca naturalmente lo que la regocija, todo lo que
vivimos, y con todo lo que puede sernos de alguna utilidad la contetita, todo lo que embelesa, todo lo que agrada. El
en la otra vida. placer dejaría de ser tal si no causase regocijo. Todo lo
que es Irislc incomoda, aflige y desagrada. Puede decirse
que esta satisfacción , este contento, osla agradable emo-
$ i Evangelio de la misa es tomado del de san Lucas, capi-
ción del alma, cansada por la posesión de algún bien quo
tulo 4G.
esperimenta, es el gran resorte quo de ordinario la hace
Jn Uto i m p o n : Dvñt En aquellos dias dijo Jesús obrar. El mundo es la región en donde la alegría parece
^'sus discipulis suis : A/o- á sus discípulos : Dentro de que reina oon mas soltura y libertad. Todo ríe en ól, ó á lo
<l>cim, e l j n m non videbi- poco tiempo no me veréis ya, ménos todo parece que r i e : lodo aire sombrío, todo lo que
ti* me : et üerum modi- y poco tiempo después me seresienlcde la tristeza está deslerrado de él. La alegría
w n , el videbilis vie: quia volvereis á v e r ; porque me hace, por decirlo así, la felicidad del mundo ; mírase con
rado ad Palrem. Dixc- voy á mi Padre. Dijéronse i n - lástima á todos los que no participan de ella. Está tan a u -
r u n i crgn ex discipatis mcdialainenle unos a otros sus torizada en el mundo que induce cierto género de descre-.
-

380 DOMINGO TERCERO


dito el no presentarse con ella, y de aquí nacen tantas alegría de embriaguez y de pasión, de esa alegría muelle
alegrías simuladas. Todo lo que alimenta el comercio en y juguetona con que están emponzoñados los sentidos d'
el mundo, ocupaciones, diversiones, reuniones, lodo es en los mundanos. La alegría que goza es una alegría racio
en él ó el efecto, ó la fuente de esta satisfacción que se nal, siempre pura, siempre igual, y que arrebata al alm;
busca. sin turbarla; es una alegría que viene de una región ente
Juegos, espectáculos , paseos, conviles, fiestas, todo ramente espiritual, y por consiguiente conforme a la na
tiende á inspirar esta alegría. El fausto, la suntuosidad, el íuraleza del alma, y única capaz de satisfacerla, de con -
lujo, cuasi no lienen otro objeto ni otro fin: al ver todo lo tentarla y de hartarla. Libre de la tiranía de las pasiones
que pasa en el mundo, ¿ q u i é n no diria que la alegría es por la victoria que se ha conseguido sobre los enemigos dt
el patrimonio de los mundanos? Sin embargo; á pesar de nuestro reposo; penetrado de las grandes verdades de la
toda su farsa y de lodos sus artificios, el fondo do triste- fé, que hacen tan fácil y tan dulce todo lo que se présenla
za que les roe se deja ver al través d é l a máscara y del ar- crudo en el sen icio de Dios; ayudado de las gracias del
tificio. El mundo es la región del llanto; puede decirse Uedentor que hace el yugo tan lijero, y que proporciona
que las lágrimas son el único rocío que cae sobro esta el goce de las dulzuras que los mundanos no pueden ni
tierra estéril, asi es que no crecen en ella mas que abro- imaginarse, ni comprender, ¿ q u é alegría no gusta en el
jos, espinas y cruces. Todo lo que se llama diversiones no servicio de un Señor que no quiere ser servido sino por
son mas que invenciones, y como artes establecidos para amor, que él mismo allana lo escabroso del camino por
poner, por decirlo así, la alegría en comercio; es una es- donde nos conduce, y que siendo omnipotente, se a [¡lira,
pecie de tráfico de juego en que cada uno espera ganar la por decirlo así, para recompensar nuoslros débiles servi-
alegría, pero en el que cada uno pierde su reposo, su l i - cios? ¿ q u é eslado mas dulce, q u é condición mas dichosa
libertad, su tranquilidad, la paz de su conciencia, y en que la de una persona que es toda de Dios, y cuyos inte-
donde se gana en cada partida mucha inquietud y disgus- reses toma Dios de su cuenta, á quien Dios favorece, y á
to, ü o aire s o m b r í o , triste y melancólico no fué j a m á s quien ama? La alegría mas pura y la mas perfecta solo es
bien recibido en el mundo; hay alegría en el mundo, es pali imonio de las gentes de bien. Alegría dulce, alegría
verdad; pero por mas que se d i g a ^ o r masquese haga, no tranquila, alegría abundante, que nada puede turbar, y
es mas que una alegría artificial que se consume, y que que es necesario gustar para tener una justa idea de ella.
desaparece con el disfraz. Ni aun el disfraz basta ya eldia Nada digo de la unción secreta con la que Dios endulza el
de hoy en el mundo para presentarse en él con un aspecto yugo de su l e y ; de aquellos momentos dichosos en que
alegre, es preciso pintarse también el rostro para agradar; se comunica á las almas justas; de aquella esperanza tan
pero porraasquese h a g a , n i a r t i l ¡ c i o , n i arrebol, n i a ñ a g a - dulce que les inspira como preludio de las alegrías del cie-
zas podrán suavizar los disgustos. Hay alegría en el mun- lo ; de aquellos rayos de luz que les descubren con toda
do, ó á l o m ó n o s , el estudio ordinario do los mundanos es claridad la vanidad del mundo y sus falsas a l e g r í a s ; do
el hacer creer a los simples que es una alegría dulce, una aquellas l á g r i m a s tan consoladoras que derraman alguna
alegría satisfactoria y tranquila; perose distingue lo fingido vez ajos piésdel Crucifijo, en las que encuentran un placer
del aire natural; si hay alegría, es una alegría inquieta, mas puro y mas esquisito que en las mas agradables fies-
tumultuosa, una alegría amarga, y como dice la Escritura tas del mundo. Este es lo que no pueden comprender los
una alegría de ajenjo y de hiél. De aquí naco aquel mal mundanos; y esto es, sin embargo, lo que hace gustar á
humor q u e a c o m p a ñ a esas partidas de placer, esas diver- las almas santas una alegría tan pura y tan dulce, que el
siones, esas fiestas mundanas; demasiado esperimontan pensamiento de la muerte hace todavía mas deliciosa,
los domésticos y los hijos la amargura y los disgustos de mientras qua este pensamiento solo es capaz de empapar
esta especie de regocijos. Engáñese en hora buena cuan- en la mayor amargura la alegría mas triunfante de los l i -
to se quiera oon tan brillantes eslerioridades, solo podrá bertinos.
hacerse con los que sean tan simples que quieran enga- Haced, Señor, que yo guste de esta santa alegría, pues-
ñ a r s e con ellas. Ríese en elmundo, cuando hay acaso mas to que ya no quiero buscar otras. To detesto toda alegría
gana de llorar; ríese y no se piensa mas que en divertirse, mundana, y solo trato de hallar toda mi alegría en vues-
mientras el alma puede estar sumergida en una tristeza tro servicio.
mortal. Todo el arte consiste en tener una alegría t u m u l - JACUUTOUIAS.—Yo lo s é , y lo veo, Señor, que no se ha-
tuosa y multiplicada que estorbo el que se sientan por a l - lla sino desgracia y amargura en alejándose uno de vus.
gunos momentos los disgustos y la amargura;del cor azón, (Jerem. '¿.)
y vó aquí porque no hay alegría en el mundo que no sea Por lo que á raí toca, toda m i alegría y m i bien consisto
alborotada y quisquillosa, no hay pura y verdadera ale- en estar unido á m i Dios. (Psalm. 1 t . )
gría.
PUNTO SEGUNDO.—Considera que no hay ni puede ha- PROPOSITOS.
ber verdadera alegría mas que en el corazón de los bue- 1 He considerado la risa como una locura, dice el Sa-
nos; ella es el fruto de la buena conciencia, una alegría bio, y he dicho á la a l e g r í a : ¿ p o r q u é tratas de enga-
pura, llena, satisfactoria, sólida, no puedo nacer de otro ñ a r n o s ? Es como si dijera: yo no he encontrado mas que
fondo. Una persona verdaderamente ciistiana, un corazón error, locura, vanidad en las risas y regocijos de este
puro, un hombre de bien que pone toda su ambición en mundo. Salomón después de haber concedido á su cora-
agradar á Dios, y su gloria en cumplir con sus obligacio- zón todo cuanto podia deleiiarle, y de haber sido el mas
nes, y que ocupado enteramente en el negocio de su sal- feliz del mundo, concluye que la a l e g r í a es la herencia
vación, no estudia mas que en sobresalir en la ciencia de única del hombre de bien, y la aflicción la del pecador.
Jus santos, esperimcnla una alegría muy diferente de esa No olvidéis nuucaesta verdad, meditadla con frecuencia,
D E S P U E S D E PASCUA.
aleccionad con ella á vueslros hijos, y acoslinnbraos á m i - propia y peculiar su Palrocinio. Los intérpretes de sus
rar con láslima las alegrías del mundo. Uuid de los fesle- votos fueron los carmelitas descalzos de la congregacioo
jos mundanos: os una práclica de piedad muy úlil el e m - de España, que siguiendo fielmente el espíritu de su santa
plear entonces mas tiempo en el servicio de Dios. madre Sta. Teresa de Jesús, dirigieron á la silla de san Pe-
2 Estudiad cada dia mas en servir á Dios. Es un a r t i - dro sus humildes ruegos, para que concediese celebrar la
ficio del demonio el inclinar los cristianos á que se d i - Gesta del Patrocinio de san José. En efecto, el dia 6 de abril
viertan mas en el tiempo pascual, y al mundo a que m u l - del año de 1682 concedió benignamente el papa Inocen-
tiplique en este tiempo sus fiestas. Por vuestra parte, cio X I que en la Dominica tercera después de la Pascua de
guardaos bien de caer en este Inzo. Sed mas fiel que nun- Resurrección pudiesen celebrar esta festividad, dando ú
ca en vuestros ejercicios de piedad, y sobre lodo en los lodos los cristianos el consuelo espiritual de enviar al cielo
dias santos del domingo. Em|iloadlos en buenas obras; sus votos, alegrándose del poderoso patrocinio que disfru-
asistid perennemente al servicio divino y á la oración; po- tan en el santísimo y virginal Esposo de la Madre de Dios
ned toda vuestra atención y vuestra aplicación en agradar y Madre de los pecadores.
b Dios, y no constituyáis vuestra alegría sino en Henar con «Que los santos q u é reinan con Cristo ofrecen á Dios
fidelidad los deberes de cristiano. sus oraciones por los hombres, que es bueno y útilinvocar-
los humildemente, y acogerse á sus ruegos, á su favor y
EL PATROCtNIO DE SAN JOSÉ, auxilio para alcanzar beneficios de Dios por los méritos de
CUYA F E S T I V I D A D S E C E L E B R A E N L A DOMINICA H l D E S P U E S D E su hijo Jesucristo nuestro Señor, que es nuestro solo R e -
PASCUA. dentor y S a l v a d o r , » es un dogma de féconocido siempre
En los primeros siglos de la Iglesia, sin embargo deque en la Iglesia, establecido en los concilios, y singularmen-
por institución de los sagrados apóstoles y de los prelados te en el de Trenlo, cuyas son estas palabras. (Sess. 23.)
que les sucedieron, se celebraba la memoria de la Virgen Ignoramos el grado de gloria y valimiento, para con
María, y la de los mártires que derramaron su sangre pol- Dios que tiene cada uno de los bienaventurados; pero
la confesión de Jesucristo, no encontramos que se tributa- conjeturando prudentemente de sus virtudes y dignidad
se veneración alguna en las liturgias al glorioso san José. que nos son notorias, es preciso afirmar, que el Palrocinio
Sin duda las mismas causas que movieron á nuestro Dios de san José es de los mas poderosos que tenemos en el cie-
para llevarse do este mundo al santo patriarca antes de lo. De dos principios podemos deducir esta verdad, que
que el Uijo de Dios manifestase al mundo su doctrina, y son el poder y la voluntad de favorecernos, yambos están
obrase nuestra salud en medio de la tierra, le movieron afianzados en la gran santidad de nuestro santo patriarca,
también para que su Padre putativo estuviese sin el culto y en la dignidad de Padre putativo del Hijo de Dios, á que
de los fieles por muchos centenares de años. La causa de le destinóla eterna Sabiduría, y de Esposo de la Reina tic
la divinidad de Jesucristo, que impugnaron tantos herejes, los ángeles. Porque, ¿ q u é dignidad no contiene en sí ser
y la de la virginidad perpetua de su sacratísima Madre, pe- esposo de María? Si el Discípulo amado del Señor es elo-
dían que no se espusiese por entonces á los ojos de los giado sin término solo por haber tenido la dicha de reci-
fieles, todavía rudos y tiernos en la fe, la festividad de un birla á su cuidado, ¡cuál será la dignidad de aquel que
justo con el nombre de Esposo de la Virgen y de Padre de fué verdadero marido suyo; que tuvo en ella legítimo do-
Jesns. Fortalecidos los cristianos en la doctrina del Evan- minio y potestad, que fué su señor y cabeza; que la c u i -
gelio, y bien instruidos en sus dogmas, les proveyó la dó, la alimentó, y tuvo en su compañía hasta su dichosa
Iglesia de todas las ayudas que podia suministrarles la muerte! Si el Bautista fué santificado en el vientre de santa
religión en sus trabajos, y les señalo las fuentes donde Isabel luego que María la saludó, ¡cuánta gracia, cuántos
podian beber dulcísimos consuelos en sus Iribulaciones. dones, cuánta santificación causaria en nuestro Santo la
Enseñóles que los bienaventurados son en el cielo unos conversación continua de su Esposa! Si es imponderable
poderosos intercesores para con el Padre de misericor- la venturosa dignidad del santo Discípulo porque la llamó
dias, por cuyos méritos é influjo les concedo liberalísima- madre, ¡ cuánto será la do san José, á quien la Virgen lla-
mente el tesoro de sus gracias. maria señor y esposo! ¡O sumamente admirable sublimi-
Aunque el nombre desan José se halla en algunas l i - dad de J o s é ! ¡ ó dignidad incomparable, que la misma Ma-
turgias griegas y latinas de tiempos muy remotos, es dre de Dios, Reina del cielo y Señora del mundo no se des-
constante que su íeslividad no fué ordenada en la Iglesia deñase de llamarle señor I Así csclama el devotísimo Juan
latina hasta que el papa Gregorio XV lo mandó, arreglán- Gerson, Esta dignidad se percibe todavía con nuevos b r i -
dose sin duda al espíritu de la misma Iglesia, que cele- llos de grandeza y de poder, atendiendo á que Dios mismo
braba ya á este gran santo de tiempo inmemorial, como con una particular providencia le destinó para esposo do
se deduce de los breviarios Muzárabe, el de Milán y otros María, como sienten uniformemente todos los Padres. El
muchos. Y es digno de notarse, que el fervor y cuid.ido mismo Dios dijo que la mujer habia de ser una ayuda del
de.su culto se ha debido siempre con especialidad al sa- varón hecha á su semejanza ; de lo cual se forma esta r e -
grado orden mendicante de Carmelitas, quienes tanto en flexión, que es muy obvia: Si María es semejante á José,
el Oriente, cuando florecía allí la cristiandad, como y es al mismo tiempo la mas pura criatura, ¡ q u é masgra-
Occidente, cuando en el siglo x i decayó notablemente, c i a , q u é mas dignidad y poder luvo ni tendrá hasta la con-
conservaron siempre una particular devoción á san José, sumación de ios siglos! ¡cuánta será la d i g n i d a d , c u á n t a la
celebrando su festividad con sumo esmero. La esperien- gracia y cuánto el poder de este Santo para decir con ver-
cia hizo conpeer á los fieles cuán provechosa les era la i n - dad (pie es semejante á su Esposa! Y si la semejanza es
tercesión del Esposo de María; y asi para desahogar sus causa de amor, ¡ cuánto seria amado de la Señora quiea
corazones clamaron á fin de que luvicde una festividad lauto se la parecía en las virtudes y en la gracia!
382 DOMINGO TERCERO
Sabia María, dice san Bornardino de Sena, cuánta era ¿cuál será fa que se suponga en el santo Patriarca? Por
la unidad malrimonial en el amor espiritual: sabia que san este título «estaba sujeto Cristo á san José,* como dice san
José le Labia sido dado por el Espíritu Santo por esposo Lucas (cap. 2 . ) : y así como en el Seílor arguye esta suje-
suyo, por fiel custodio de su virginidad, y para ser parti- ción una humildad infinita, dice Gerson, así en el santo
cipante en el amor de caridad y obsequiosa soliciíud de la José denota una dignidad incomparable. Con razón escla-
prole divina que babia de nacer de su seno: y por tanto, lo ma el gran padre san Agustín (Serm. t i de Nativ. Dom.);
amaba sencillísimamente con todo el abinco de su v i r g i - «Gózate,, José santo,.gózate y complácete en la virginidad
nal corazón. Mas siendo del varón ó del marido lo que es de María, pues mereciste tú solo poseer, juntamente con
de la mujer, creo quo la bienaventurada Virgen comuni- los honores y privilegios del matrimonio, la gloria de un
caba á su esposo lodo el rico tesoro de su corazón» eslen- virginal afedo; pues por amor á esta angelical virtud, do
dióndose su liberalidad á donde llegaba la capacidad de tul modo te separaste de los derechos que tenias sobre tu
nuestro Santo. Hasta aquí son palabras do san Bernardi- santísima Esposa, que en premio eres llamado Padre del
no: de donde puede inferirse la dignidad, la grandeza y Salvador.» ¡Cuántos favores podemos pensar que baria
esclarecidos merecimientos del bienaventurado Esposo, Jesús á su Padre pulativo! j q u é don, q u é privilegio le r e -
Porque si la mujer prudente es un don de Dios, como se servaría 1 Si al Discípulo amado le llenó de gracias con
dice en los Proverbios (cap. 1Ü ) : si es bienaventurado el solo reclinarle una vez sobre su amoroso pecho, y llamar-
varón fiel que logra una mujer bonesta y virtuosa, y es le hijo de su Madre santísima; José que continuamente le
esta el premio que le concede el Señor en remuneración hablaba, le tenia en sus brazos, le estrechaba á su pecho,
do sus buenas obras, como dice el Eclesiástico (cap. 26.); y gustaba sus dulcísimos ósculos, ¡ q u é privilegios, (¡ué
¡ c u á n t a sera la ventura, el mérito y la dignidad de quien dones no recibiria 1 Por eso dice Juan Gerson en la oraci* n
mereció la mas prudente, la mas santa de todas las muje- de la Natividad do la .Virgen que predicó en el concilio
ros, de quien mereció á la mismaMade de Diosl ¡cuánto Constanciense, que se puede creer piadosamente, que esto
será su poder, su virtud y su valimiento! Mídalo aquel santo fué sanlificado en el vientre do su madre: y afirma
Dios de bondad, que supo y quiso darle lanía gracia; que que se contiene así en el oficio jerosolimitano de este san-
á nosotros los mortales solo nos es permitido admirarlo sin to; y que no solo este beneficio, sino el de haber subido
llegar á comprenderlo: y el mejor modo de conocer la d i g - en cuerpo y alma glorioso al cielo juntamente con Jesu-
nidad de san José, es el sencillo con que dijo san Gregorio crislo. Y á la verdad, prosigue este piadoso varón, si e'
Nacianceno las virtudes del marido de su bermana Gorgo- mismo Ci'islo afirmó, que en donde él estuviese, allí había
nia: ¿ Q u e r é i s saber, dice este Santo, quién fué eslegran- de estar su servidor y ministro, sin duda que san José está
do varón ? Yo os lo diré en pocas palabras. Fué un digno en cuerpo y 'alma en el cielo, y tanto mas inmediato al
marido de Gorgonia. Déla misma manera podemos decir, trono de la Majestad, cuanto fué mas cercano y esmerado
y con infinita mas r a z ó n : ¿ Q u e r é i s saber quien es J o s é ? en el ministerio con que lo sirvió en la tierra después do
Es un digno esposo de María; y con esto parece que está María.
diebo cuanto se puede desear para formar concepto de la De todo lo dicho se infiere cuánto es el poder de
alteza de su dignidad y de la grandeza de su patrocinio. san José para favorecernos, y se puedo tonnar el s i -
Esta consideración cobra nueva fuerza atendiendo al t í - guiente raciocinio : Si justainente tiene el padre dominio
tulo de Padre de Cristo. Prescindamos de la gloria y d i g - PD los bienes del h i j o , luego so puedo decir de esto
nidad que le podría resultar, de que este Ululo de Padre le sanio Patriarca, que tiene en cierto modo á su arbitrio
convenga propiamente sin oí adilo de putativo ó existima- y en sus manos toda la potestad de Jesús para favorecer
do. El sabio varón Cornelio Í\ Lapide prueba con mueba á sus devotos: luego tiene un poder , á cuya ostensión
erudición y solidez que á san José le conviene propiamente no puede poner limites la necesidad mas eslrema; un
el lilulo de Padre de Cristo, y cita on prueba de su modo poder tan vigoroso que no se le puede representar ne-
de pensar á muebos teólogos de reputación, y al gran pa- cesidad ó calamidad que no sea inferior á su beneficen-
dre san Agustín. Las razones que para ello propone, ya de cia ; un poder en fin, que junto con una voluntad finí-
la familia y genealogía de d i s t o ; ya del derecbo togtttmo sima , con que siempre está pronto á oir nuestras mise-
con que el Santo poseía el cuerpo santísimo de la Virgen, r í a s , forma un patrocinio completo y perfeclísimo: un
y de consiguiente aquella pnrisima sangre de que fué for- patrocinio con lanía confianza, seguridad y poderío.como
mado el que unió y llevó á sí el divino Verbo; ya del de- que sus súplicas á Jesús y á María se pueden reputar por
recbo de posesión común al esposo y á la esposa acerca preceptos de un marido á su m u j e r , y de un padre á
de los bienes legítimamente adquiridos durante el m a t r i - su hijo. Así lo dice su enamorado devoto Juan Gerson en
monio ; ya porque Jesús tenia el derecho filial respecto de la admirable obra que compuso de san José,titulada la Jo-
san José, por elcual leperlenecia el reinode Judá, y decon- sefina, obra dulcísima, poema precioso en verso latino,
siguiente san José también había de tener el derecbo pa- que dedicó á su h é r o e , y de que no tenemos que tener
terno, y otras semejantes, son razones bastante bien fun- envidia los e s p a ñ o l e s , teniendo en nuestra lengua otro
dadas y que ningún teólogo cuerdo podría lachar de f r i - poema de no inferior m é r i t o , y dirigido igualmente á ce-
volas. Pero sin recurrir á ellas, y quedando el titulo de lebrar las glorias de san J o s é , compuesto por el sabio
san José en el de Padre putativo de.Cristo, es suficiente para maestro Valdivieso, que con tanta aceptación anda, no
argüir de él una dignidad y un poder casi inmenso que ha- solo en las manos de los eruditos, sino también en las do
cen admirable su patrocinio. los verdaderos devotos.
De luego á luego basta para llamarle de algún modo No basta que un sugeto pueda favorecernos y librarnos
padre del Salvador del mundo; y si este título en María enteramente de calamidad y de miseria, si su voluntad no
arguye una dignidad sobre todos los ángeles y serafines, ¡ se inclina á tan piadosa ejecución: así como no basta t a m -
DESPUES DE PASCUA. 383
pDCO querer protoger á lino, y darle auxilio en sus fatigas, posible quo no ee conmuevan sus entrañas piadosas, te-
si falla poder y fuerzas para poner por obra lo que se niendo una alma formada do la misma piedad y i c n m -
quiere. Por l a n í o , habiendo ya declarado algún lanío ra ? ¿ cómo es posible que no sea pronto y seguro el
cnán grande es el pader y valimiento del patriarca san patrocinio de quien nos ama como á hijos, y no de-
J o s é , resta decir algo de la pronlilud y fineza de su v o - sea otra cosa que libertarnos de la opresión y de la m i -
luntad, para que así se pueda formar concepto de la seria?
grandeza de su patrocinio, y con cuánta razón le pro- Ni esto quiere decir que sea precisamente necesario
pone con festividad especial la santa madre Iglesia ser desdichados para hallar pronto el patrocinio de san
ú los fieles sus hijos para su consolación y provecho. M u - José; por(|ue su generoso espíritu se rige por mas favo-
chas razones se piulieran traer para ver (pie nuestro Santo rables motivos. El asemejarse á su sacratísima Esposa, el
tiene una Volnnfad sencilla y vonladera de favorecer á sus seguir las huellas y el ejemplo de aquel que no se desde-
devotos; pero sin mas que considerar la piedad del santo ñó ser reputado por hijo suyo y colocó en el nombre do
Patriarca y nuestras propias miserias, hallaremos sufi- Jesús ó Salvador todo el timbre de su gloria: el con-
ciente fundamento para deducir lo que deseamos. No tiene currir por su parle, como tan interesado en ello, á que
duda, que cuanto mayores son las aflicciones de un des- logre toda la eficacia la sangre que vertió Jesucristo
dichado, otro tanto mas mueven los corazones humanos á por nosotros, y que no nos sea su pasión estéril por
la compasión. Nunca esperiraentó el pueblo de Dios mas nuestra flaqueza: su alma misma ricamente abastecida de
pronta la protección divina, que cuando el cautiverio de todas las virtudes y dones del Espíritu Santo, son el m o -
lígipto llegó á lo sumo de la opresión: cuando se vió per- tivo mas poderoso de la fuerza de su voluntad. Verá á su.
seguido de un rey pérfido y soberbio: cuando en el de- dulcísima esposa María tan pródiga de piedades y mise-
sierto llegó á secarse de sed: cuando en Babilonia gemia
ricordias, que á semejanza de la granada, como se dice
entre la dureza de las cadenas y grillos; cuando Netulia
en los Cantares, abre su seno para derramar el fruto de
estaba cercada de la sed, de la hambre y de la fiereza do
su protección, aunen los mas perezosos en solitaria: ¿ y
los asirios, y cuando por todas parles le oprimían las des-
estará el santo Esposo mirando tanta piedad con rostro
gracias; entonces las mismas miserias arrancaban del
sereno y con entrañas de dureza? Verá á su santísimo
corazón del Todopoderoso la misericordia , aunque por
hijo Jesús ofrecerse en víctima por el hombre: tomarle
olía parte tuviesen sus ingratitudes irritada su j u s -
como solícito pastor sobre sus hombros para librarle de
ticia.
la perdición; saltar los montes y los collados para socor-
Aunque el hombre quiera cerrar los ojos de la razón rerle, y darle su sangre echando á las espaldas y al o l -
para no conocer cuánto distamos en este valle de lágrimas vido sus ingratitudes y sus yerros, ¿ y no abrirá san José
de la verdadera felicidad y ventura, se la h a r á n percibir el seno de su piedad? ¿ y tendrá cerrada su boca el s i -
y confesar sus mismas pasiones, y la inquietud perpetua lencio para que no [Ji'ontincie súplicas por nosotros? Mira-
con que vive. ¡Cuántas miserias no» afligen! ¡ c u á n t o s p e - rá nuestra perdición, verá desperdiciada en nosotros la
ligros nos cercan! ¡cuántas penas nos ahogan! ¿Adonde sangre preciosa que él alimentócon su trabajo , que cui-
volvemos los ojos que no nos sorprenda el temor? ¿ q u é dó con tanto esmero, y que del cielo le fué singularisima-
paso fijamos que no nos haga estremecer el precipicio? mentc encargada como de un valor infinito, ¿ y se estará
Nuestros tratos, nuestras ocupaciones, nuestros ejercicios, ocioso, sin precaver, en cuanto le sea posible, nuestros
las mismas personas con quienes comunicamos, ¿son otra precipicios, sin socorrer nuestras miserias, y sin esplicar
cosa que una continua cadena de tropiezos, y una serio con nosotros la poderosa virtud de su patrocinio? Es tan
de desconfianzas, de sustos y de peligros? Vemos á Saúl al contrario, que, según san Bernardo, él mismo abre su
que corre riesgo de perecer estando durmiendo; y lo pecho para que de sus piedades se surtan y provean todos
mismo le sucede á David, cftindo por el contrario, estaba largamente.
sujeto á un continuo cuidado y vigilancia; la comida es Es dificultoso apurar del todo esta materia, y por otra
un peligro para el aborrecido Esaú; y no comiendo, e n - partees ello de suyo l<m clara, y está tan apoyada con
cuentra Jonatás el mismo peligro: Noé pierde el juicio y la esperiencia, quo aun cuando faltaran razones en su
la razón bebiendo; y el no beber lleva á Ismael á la abono, ó no fueran bastantes las dichas, suplirían por
muerte; en l á m a r éa sepultado Jonás en el vientre de una todo las mismas obras. Uombres, mujeres, ancianos, j ó -
ballena; y corriendo por la (ierra, queda Absalon colga- venes, ¿quién podrá negar que apenas ha abierto la boca
do de una encina pasado el corazón á lanzadas. En todas para implorar el patrocinio de san José, cuando ya ha
parles, en todo tiempo, en todas circunstancias es nues-
visto con alegría que le enjuga las lágrimas con benefi-
tra suerte infeliz; necesitamos de patrocinio y ayuda , y
cios? Cualquiera que sea verdadero devoto delSauto, y
es tal nuestra infelicidad, que aun cuando el hombre so
quiera repasar su memoria, hallará que muchas veces le
apartase del ruido y comercio de los d e m á s hombres, y
sacó del ahogo, que le libró del apuro, que templó sus
habitase en un yermo, donde ni fieras ni serpientes h u -
miserias, que remedió sus desgracias, y que previno su
biese que le persiguieran, allí mismo tendria que guar-
total ruina. Esto mismo han atestiguado muchos devotos
darse de sus pasiones, se veria acosado de toda suerte
de san José; .pero los acaecimienlos de santa Teresa de
de desventura, y tendria consigo todas las lástimas solo
Jesús, y sus recomendaciones sobre este punto son de
con tenerse á sí mismo. Siendo, pues, tanta nuestra des-
tanto peso, que bastará citar á esta gran santa , y al mis-
ventura; si cuando clamamos, clamamos con una voz
mo tiempo gran maestra de espíritu, para que quede s u -
flaca, formada é n t r e l a s angustias de nuestro corazón;
licienlemenle comprobado con la autoridad y con ejem-
¿cómo es posible que deje de moverse á piedad el que es
plos , cuanto se ha dicho de lo poderoso que es el patro-
^'guoesposo de la Madre de misericordia? ¿ c ó m o será
cinio d é san J o s é , de la lina voluntad con que favorece á
381 DOMINGO TERCERO
los que scle encomiendan; y últimamente de lo provechosa suelo do los cristianos que san José es M protector, sn
que es esla devoción, tanto para los males del cuerpo amparo, su sombra y su refugio: que su patrocinio no
como para los del alma. solamente es seguro, sino también poderosísimo: que la
En el capítulo sexto de la vida de la santa Madre, es- representación de nuestras miserias , su piedad y ternu-
crita por ella misma, después de haber dicho la necesidad ra , el ejemplo de su misericordiosísima Esposa y de su
en que se hallaba, sigue de esta manera, y con estas elo- Hijo, los intereses de la sangre del Unigénito de Dios v e r -
cuentísimas palabras: «Tomó por abogado y señor al glo tida por noslros; y ú l t i m a m e n t e , la esperiencia testifica-
rioso san José, y encomendóme mucho á é l : vi claro qne da por los santos, lodo está acreditando una voluntad fi-
ansí de esta necesidad, como de otras mayores de honra y nísima, un patrocinio seguro, tan lleno de firmeza como
p é r d i d a de alma, este Padre y Señor mió me sacó con ajeno de todo recelo. Demos, pues, infinitas gracias á
mas bien que yo le sabia pedir. Ni me acuerdo hasta aho- Dios, que quiso prepararnos en su Padre putativo un p r o -
ra haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer; tector en nuestras miserias y trabajos. Demos gracias á
es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha he- nuestra madre la Iglesia, que solícita y amorosa nos pro-
cho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los pone esla festividad para que de ella saquemos copiosos
peligros que me ha librado, ansí de cuerpo como de alma. frutos, no solamente para el cuerpo, sino también para
Que á otros santos parece les dio el Señor gracia para el espíritu. Y ú l t i m a m e n l e , procuremos aprovecharnos de
socorrer en una necesidad; á este glorioso Santo tengo es- las larguezas con que el cielo manifiesta su misericordia
periencia que socorre en todas, y que quiere el Señor y beneficencia hacia nosotros: bien seguros, de que si no
darnos á entender, que ansí como le fué sujeto en la tierra recibiésemos en vano la gracia de Dios, como nos amones-
(que como tenia nombre de Padre siendo ayo le podía ta el apóstol san Pablo , serán tan opimos y copiosos los
mandar), ansí en el cielo hace cuanto le pide.... Quema frutos que sacaremos del patrocinio de san J o s é , que ni
yo persuadir á lodos fuesen devotos de este glorioso Santo las asechanzas del enemigo común podrán enredarnos en
por la grande esperiencia que tengo de los bienes que sus lazos; ni los pasatiempos y falsedades del mundo afi-
alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras cionarán nuestros corazones; ni el fuego de la concupis-
le sea devota, y haga particulares servicios, que no la vea cencia ennegrecerá con su humo pestífero nuestras almas;
mas aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran ni nos abatirán los trabajos , miserias y desventuras; ni
manera á las almas q u e á él se encomiendan. Paréceme las prosperidades y fortuna henchirán nuestros pechos do
ha algunos a ñ o s , que cada a ñ o , en su d i a , l e pido una vanidad y de soberbia ; en una palabra, seremos con el
c:»sa, y siempre la veo cumplida: si va algo torcida la «Patrocinio d é san J o ^ é » verdaderamente venturosos,
peticioi, él la endereza para mayor bien m i ó . . . . Solo p i - verdaderamente felices y verdaderamente cristianos.
do por amor de Dios que lo pruebe quien no me creyere,
y verá por la esperiencia el gran bien que es encomendar- La misa es del Patrocinio de san José y en honor de este
se á este glorioso Patriarca, y tenerle devoción. En espe- santo, y la or ación la siguiente :
cial personas de oración siempre lo hablan de ser aQcio- Deus, qxá incffabilipro- O Dios, que por una p r o -
nndas.... Quien no hallare maestro que le enseñe la ora- videntia bealum Joseyk videncia inefable te dignaste
ción, tome este glorioso Santo por maestro, y no errará sanelissimee Genilricis tuce elegir al bienaventurado José
el camino.» sponsum eligen dignatus para esposo de tu santísima
Todas las sabias, altísimas y elocuentes obras de esta es; p m s t a , qmsumus, u l Madre; c o n c é d e n o s , que ya
gran Santa están recomendando la misma devoción con qtiem froleclorem venera- que en la tierra le veneramos
pahbras semejantes á las que quedan referidas , que no mur i n íerrts, inUrcesso- por nuestro protector, merez-
pueden ser ni mas sólidas, ni mas sencillas, ni mas vivas rem huhere mercamvr i n camos que interceda por noso-
y afectuosas para recomendar el patrocinio de san José. ccetis : Qui vivis el r ^ g - \fos en los cielos : Tú que v i -
La misma Santa refiere en diversos lugares de sus obras ñ a s cum Dco Putre in ves y reinas con Dios Padre en
los particulares beneficios que consiguió de Dios por la «míate 5piníws Sancli, unidad del Espíritu Santo por
mediación de este gran Santo; pero entre todos merece Deus, per omnia s w u l a todos los siglos de los siglos.
una particularísima atención el que la misma Santa refie- sa'culorum. Amen. Amen.
re en una cai ta que escribió á un hermano suyo desde la
La Epístola es del cap. 49 d d Génesis.
cárcel de Toledo, en donde se hallaba presa de órden del
nuncio , que la juzgaba una mujer hechicera , bruja , en- Films accrescens Jo- Dijo que vas creciendo, ICHÓ,
g a ñ a d o r a y andariega , como se esplica la misma Santa. seph , films accrescens et hijo que estás creciendo y
Allí esperimentó toda la fineza con que este santo Patriar- decoras aspectu. F i l i a dis- hermoso de semblante. Las
ca socorre a sus aficionados y devotos; allí entre los hor- currerunt svper murum ; doncellas corrieron sobre el
rores de la cárcel v¡ó la Santa queso rompían los cielos, sed exasperaverunt eum, muro; pero le exasperaron , y
y que bajaba san José cercado de resplandores y de glo- et j u r g a l i sunt, invide- riñeron con él, y le tuvieron
ria á consolarla, y darla cuenta del dia en que hablan de runtqne i l l i habenles j a c u - envidia los flecheros. Su arco
tener fin sus trabajos, y comenzarían sus prosperidades, la. Sedil i n forti arcus se apoyó sobre el (Dios) fuer-
como efectivamente se c u m p l i ó : y en agradecimiento á ejws, el dissolula s m t uin- te, y las ligaduras de sus b r a -
tamaño beneficio dedicó la Santa el convenio de mon- cwía irachiorum et m a - zos y de sus manos fueron de-
jas Carmelitas de Toledo al glorioso patriarca san José. m u m illius per manus satadas por las manos del po-
De lodo se infiere, que bien se atienda á las razones, polentis Jacob : inde pas- deroso (Dios) de Jacob : de allí
bien se consúltela autoridad , ó bien se quieran examinar tor egressus est lapis I s - salió el pastor y la piedra de
los ojemplus y la esperiencia , siempre resulla para con- rael. Veuspatris tui erü Israel. El Dios de tu padre
DESPUES DE PASCUA. 38ii
adjutor (HHS, et Omnipo- será lu ayudador, y el O m - son justos y razonables. Se ciega miserablemente para no
teas bcncdicel libi bciicdic- nipotenle le bendecirá con las advertir en aquellos protectores que lo d e s t i n ó l a dhina
tionibiis cali desupcr, be- bendiciones de lo alto del cie- misericordia, que pueden favorecerle con todas estas ven-
npdkúonibusabtissíjocen- lo , con las bendiciones del tajas. Deseamos un patrocinio para precaver nueslras des-
tis deorsum, benediciioni- abismo (pie yace abajo, con dichas y ruinas , y alcanzar beneüci )s y venturas; pero
bus ubenm el v u l m . lie- las bendiciones de los pechos apelamos por el á lo: hombres, que ó no pueden prote-
nediclioncs palris l u i eon- y del vientre, ¿ag bendiciones gernos, siendo ellos por sí miserables y flacos, ó c a s o q u o
forialoí sunl bennlktioni- de lu padre stlFbiepujan á las nos favorezcan, suele ser para nuestro daño, y nunca pu-
bus palrum cjus : doucc de sus padres; hasta tpie ven- dieran ser para nosotros mas crueles ,• que cuando al pa-
venir el detidciium eoUiam ga aquel que es el deseo de recer quieren hacernos dichosos. Eslá bien que se desee
(eleinormn : ¡ianl i n cupi- los collados eternos : caigan con ansia un favorecedor en las desvenlnras , un media-
le Juseph, el in vértice N a - sobre la cabeza de José, y so- nero en las prelensiones, un prolector en la forlima, y uno
z a r m inler f r a l m suos. bre, la corona del Nazareno como columna y estribo donde se puedan colocar con se-
entro sus hermanos. guridad las esperanzas; ¿pero en dónde se hallarán tantos
bienes?
REFLEXIONES Yerra enormemente quien consiente enconlrarlo en el
Los palriarcas anlignos lenian la loable coslnmhrc de mundo, y siempre será una verdad eterna la bendición de
llaniai- á todos sus hijos al liompodo morir, y á cada uno Jacob á su hijo : «El Dios de lu padre será lu a y u d a d o r . »
lo liaban su beodicion. Como hablaban por la mayor par- Ha Dios enjugará sus lágrimas el alligido, templará sus m i -
lo inspirados de Dios , cada bendición era una profecía serias el menesteroso, encontrará el triste la risa y el gus-
del bien ó del mal que habian de esperimcnlar en el resto to, poder el flaco, certeza el mal seguro, estmiacion el
<lc su vida, y á las veces en estas bendiciones se c o n t é - despreciado, grandeza el abatido, el peí ador misericordia,
nian altísimos mislerios, que liííiirabau en sombra las cljuslo gracia, y lodos amparo seguro y ventura comple-
verdades que cumplió después Jesucristo, ya en su mis- ta sin rozólos. ¡ O Dios, y cuán errados han sido mis pasos
ma persona , y ya en la doctrina de su ley , de que hizo cuando los he dirigido á las criaturas, para ohlener de ellas
promulgadorcs á los sanios apóstoles. En la Epístola que los bienes que no podía encontrar sino en tí solo! Aunque
propone hoy la Iglesia nuestra madre se contiene la ben- esla luz y este convencimiento hayan venido larde á mi a l -
dición que dió Jacob al irenor de sus hijos J o s é , y on ella ma, yo haré quo de aquí adelanle. so regulen por ellos
a d e m á s de ensenarlo las divinas cualidades que habia de lodos mis deseos, y que no so estravic mi corazón.
tener el prometido, del cual fué figura José , le da á en-
tender implícilamente en dónde habia de colocar su con- E l Evangelio es del cap. 3 de san Lucas.
lianza para hallar un patrocinio seguro contra las adver- I n Ulo tempore : Fac- En aquel tiempo sucedió.
sidades de esta vida. Por eso le dice: «El Dios de tu padre lum est aulemcum bapli- que bnuüzándose todo el pue-
será lu ayudador , y el Omnipotenle te bendecirá con las zarelur omvis populits, el blo , y liabiénduse baulizado
bendiciones de lo alto del cielo y con las bendiciones del Jcsu baptízalo, el orante, Jesus, y oslando ésle orando,
abismo.» Toda la conlianza deben constituirla los hombres operlum fsí ccelum ; ct se abrió el cielo : y bajó el Es-
en Dios, si quieren tjue sus deseos logren el fin á que an- descendit, Spirilus Sanctns píritu Sanio sobre él en forma
helan: porque solo Dios es el que sabe lo que les es con- corporali specic sicul co- corporal como una paloma; y
veniente, y solo él tiene poder para dispensarles benefi- lumba i n ipsum; ct voxde se oyó del cielo esta voz : Tú
cios. El mismo Dios quiso misericordiosamente ensanchar cwlo [acia est: Tu es l ' i - eres el Hijo mió amado, en lí
miesims corazones y ampliar mas miesiras esperanzas, lius Nleus dilcclus; tu te me complací. Y el mismo .Je-
haciendo que los justos sus amigos y amados suyos fue- compUimi viihi. Et ipse sús comenzaha ya á (ener cer-
sen también para nosotros tinos poderosos inlercesores, Jesús eral inrijiiciis fuátá ca de Ireinla afios, hijo, segnn
que lo liiciescn présenle nuestras miserias, y que en alea- annoruffí ti iijinia, ui p u - se creía, de José.
ción a sus merecimientos lograsen mas fácilmente el re- tabalur, flius Josepb.
medio de nuestras penas y fatigas. Estas nos rodean y nos
afligen continuamente mientras vivimos esta vida mortal MEDITACION.
y trabajosa. Como no tenemos en este mundo cosa algu-
Sobre la vanidad del favor humano.
na que sea capaz de saciar un corazón que fué hecho para
amar á Dios, vivimos despedazados por nuestros mismos PUNTO PKIMHUO.—Considera cuánta es la debilidad de
deseos , que siempre que no se terminen al fin debido, los hombres para darle ayuda y favor en tus necesidades,
causan en nuesíra alma una inquietud miserable, y la d i - y por cuántas bajezas tienes que pasar para haber de con-
sipan en trabajosas é infelices pretensiones. seguirle. El hombre, débil, ílaco y miserable por su naln-
El hombre por sí mismo m es capaz de darse paz en sus raleza, no muda de constitución aunque se siente en undo-
pensamionlos ; sino que continuamente lucha con un I r o - rado trono; aunque adorne sus miembros con oro, p ú r p u r a
Pol de vanidades que le quitan el sosiego, deseando lion- y piedras preciosas; aunque le cerquen muchos criados
a s , riquezas, puestos, dignidades, y subir siquiera un es- pendientes de sus labios para ejecutar sus órdenes ó sus
p i ó n sojj,^ ei en qUe se halla. Conoce fácilmente que caprichos; aunque por su voluntad, finalmente, se r e g u -
en el mundo no hay un protector ó medianero que pueda len y dish ibiiyan las fortunas de los oíros hombres, y f e
forle la mano con la felicidad de discernir si le será ó nó repartan las dignidades. Tu corazón, lus pasiones, tus de-
conventcnle el logro de lo que pretende, y con la volun- seos, lu irisíeza, tus remordimientos , la inquietud de tu
luJ y poder necesarios para satisfacer sus deseos cuando conciencia, la poca seguridad de la justicia de tu alma, no

TOMO I V . 49
386 DOMINGO TERCERO.
están on la mano de ningún hombro, ni caon bajo del po- l» mismo abalimionlo, lu deshonor mismo? ¿ K e r á s to-
dt-r de ninguna jurisdicción criada. Si estos afocíos le ha- davía tan necio que conociendo todo esto quieras seguir con
cen infeliz y miserable, en v m o procurarás el favor huma- esa pretensión caprichosa que le ha costado ya laníos I r a -
no, pensando que esto pucdi? hacerle venturoso. Lo quo bajos, y que será acaso la ruina de l u familia?
r,o tiene para s!, mal podrá darlo á sus favorecidos. \ín me- PLNTO SEGUNDO. — CoiiMtlera (pío aun cuando el favor
dio de aquellos resplandores con que brilla la grandeza, humano sea para tí lan elicazy efectivo, queconíra su í e s -
hay'unns tinieblas densísimas en (pie están envueltas las lumbre verilique con los efectos las esperanzas que tienes
almas dé los que la disfrutan ; en medio de aquella gran concebidas, en eslo nada mas ha hecho que doblarle un
copia de oro y abundancia de todas las cosas, apenas en- peso que te oprime, agravarte mas el yugo, y hacerte res-
cnenlran una que les cause un pequeño gusto, y con (pie ponsable de mil maneras delante de Dios y delante de los
den una salisfaccion á su alma. Esta misma abundancia hombres. Al mismo tiempo que le veas favorecido, te ve-
los aumcnla los deseos, y estos les mulliplican las necesi- rás nuevamente ligado con unas fuertes cadenasque se l l a -
dades, que por su multitud son tan insaciables como una man gratitud ; pero que en realidad no son otra cosa quo
sola m la baja fortuna. Si le fuera posible ver claramente unos lazos que atan mas fuertemente á lu alma la miseria
el corazón de un poderoso, de quien tal vez esperas favor, y la desvenlura. El que hizo un favor, le mira como un
auxilio y consuelo, quedarlas lastimado viendo las feos esclavo de sus caprichos, y ó los has de seguir ciegamen-
pasiones que le despedazan, ios cuidados que le carcomen, te, ó has de quedar con el remordimienlo de haberle sido
las necias esperanzas que le entrelienen, los deseos que ingrato. Pero supongamos por un momento que tengas v a -
le atormentan, los disgustos que le martirizan, y el lleno l o r para resistir á sus injustas pretensiones; supongamos
de miseria y de desvenlura en quo '.vive sumergido. Si que aquel que le favoreció es lan comedido y ajustado que
duerme, es con un sueño interrumpido, q u e j a m á s pueden deja en tu mano la responsabilidad del cargo que lograste;
Irmiquilizar la holanda y los brocados : si vela, una m u l t i - ¿ e v i t a r á s por eso los peligros (pie traen consigo los pues-
lad de negocios enfadosos le disipan, y hacen que descui- tos y dignidades? ¿ no es cierto que en los lugares encum-
de de sí mismo por atender á los intereses ajenos: si se brados hieren los rayos mas fi ecuenlemente y con mas
sienta á la mesa, la salud débil y los humores enfermi- violencia ? ¿no ves como los huracanes arrancan los altos
zos le hacen insípidas las mas esquisitas viandas t si va en y robustos pinos que están en las cimas de las montañas,
fin al espectáculo, al festin, al pasatiempo, la misma cos- cuando en los valles se burlan los humildes juncos de su
tumbre de disfrutarlo se lo hacen zonzo, faslidioso, can- bravura ? Trae á la memoria aquel árbol frondosísimo de
sado y aun molesto. ¿ Y es posible que has de poner en eslraña grandeza y hermosura (pie vió on sueños el rey
este hombre l u esperanza para que le d é consuelo, para de Babilonia, y de que habla Daniel en el cap. i ; verás
que le libre de miserias, para que te haga venturoso? que su misma grandeza fué la causa de su ruina. Eslo e n -
¿Y esto á cuánta costa? A costa de humillaciones, de seña que los puestos y altas dignidades no son otra cosa
bajezas, de m i l sufiimienlos vergonzosos, que compara- quo un recinto de peligros, y un imán que atrae hácia sí
dos con el bien que pretendes, son, realmente un mal m u - las desgracias.
cho mayor que el que estás padeciendo. Unas veces (o Pero considera eslo mismo cgn una razón superior á la
finges humilde, otras le aparentas modesto, otras afectas humana filosofía ; mira la superioridad, la dignidad, el
una afabilidad risueña, olías le ves precisado á simular cargo con los ojos sobrenalurales de la fé; prccisamenle te
con el semblante benigno y amoroso un secreto despecho estremecerás cuando consideres que ha de llegar un din
que está royéndote el corazón. Tienes que frecuentar ios en que le pida cuenta estrecha de todo un JUCÍ recto, i n f i -
palacios, esperar por mucho tiempo en las antesalas, con- nitamente sabio, y delante de quien nada podrán ni h
fundido con una multitud de truhanes, que como le ven adulación, ni la mentira, ni el artificio, ni el soborno.
humillado, se alreven á tratarte con la altanería de siis se- Esta consideración hacia á los ¡Crisóslomos, á los Ambro-
ñ o r e s : ¿ q u e m a s ? Te constituyes en una necesidad de sios, á los Agustinos huir las dignidades con mas empeño
hacer traición á tu alma, á tus ideas, á t u s conocimientos, que el que ponen muchos mortales en conseguirlas. Esta
para lisonjear á aquel personaje de quien esperas la d i g - misma consideración hizo que san Bernardo escribiese al
nidad, el puesto, ó acaso mucho menos. Porque- ¿ c ó m o papa Eugenio, admirándose de que hubiese aceptado la
es posible que lú te atrevas á llamar blanco á lo blanco, ni liara, diciéndole [Episl. 2;,,7.): «Considero la altura del
á decir bueno á lo bueno, si oyes que lo llama o reputa puesto, y temo la caida: miro la cumbre de la dignidad
por negro y por malo? ¿cómo osarás manifestar la verdad, en quo estás, y veo á su lado un profundo despeñadero
aunque le la hagan conocer m i evidencia lus estudios, que acaba en el abismo.» Lograste lu pretensión; u\
delante de aquel que deseas tener benévolo, y ves que se favor te ensalzó; ¿ pero te dió talento y fuerzas para cumplir
declara partidario d e l a m e n l i r a ? Pero aun esto es poco: exactamente lus obligaciones? te eximió de la responsabi-
ose hombre cuyo favor pretendes, le desprecia, y llevas lidad de las cargas? ¿ n o se puede decir con verdad que
con paciencia sus desprecios. Ese hombre lo insidia , y pretendiste tu misma inquietud, l u opresión, tu peligro y
lleno de rubor bajas los ojos haciendo el sacriíicio mashu- lu ruina?»
milJantc y vergonzoso que puede hacerse á la ambición ó JACULA.TOUUS. — Los que tuvieron la dicha de conocer
al capricho. Y este hombre exige de tí una graliUid antici- lu sacrosanto nombre, deben, Señor, poner en lí toda su
pada, que apenas puedes veriticar con tantas bajezas, con confianza; bien satisfechos de que j a m á s desamparas
taniossinsabores, con laníos sufrimientos, cnanlos basta- á aquellos que te buscan como á proleclor y padre.
rían para hacerle su esclavo. ¿ Y un favor de tan poca u l i - (Psalm. 9.)
lidail, un favor tan inútil y lan vano le has de comprar á Mi Dios es mi ayudador, mi proleclor y mi patrono, y
lanía costa? ¿ m e r e c e tanto aprecio lu misma inquietud) en él solo esperaré, (rsalm. 17.)
DESPUES DE PASCUA. 387
vo á la gloria del Señor, que ha obrado tantos prodigiosen
PROPOSITOS. mieslro favor;» y no ceséis do multiplicar vuvslras ala-
Tüdiis las cosas de oslo mundo dice e.l Esfrifita Sanio quo banzas en su honor, do bendecirle, de glorificarle y darle
si>ii \ anidad de vanidades; poro cnlre (odas ellas apenas gracias. «El Señor ha hecho brillar á vista de las naciones
hay una á qm eon mas razón lo cohveaga (.¡ue al favor que su fidelidad,» su omnipotencia en sus maravillas, su mise-
con lanía ansia solicitan los hombres do sus semejantes. ricordia en sus beneficios, librando á su pueblo de una es-
Cuando me vea oprimido, cuando las Irihulaciones aneguen clavilnd tan peligrosa. Cantad al Señor un cántico nuevo,
mi corazón, me servirán eslas rellexiones J conocimienlos porque ha hecho nuevos prodigios en vuestro favor, l i -
para buscar alivio en donde pueda seguramente encon- brándoos de la cautividad y do la servidi!mbi*o por c a m i -
trarle. La razón y la esperiencia me han enseñado que fue- nos inesperados, y por una misericordia de que no os h u -
ra de Dios y de sus sanios no se encuentra consuelo ver- bierais atrevido á lisonjearos; tantas maravillas de su piar-
dadero; que las pretensiones humanas, además de los le, con razón merecen vuestras acciones do gracias. Como
trabajos, sinsabores y bajezas quo traen consigo, no pro- la servidumbre do Egipto y la cautividad de Babilonia no
ducen mas frutos quo nuevas fatigas, nuevos cuidados, y eranolra cosa que la figura de la servidumbre fatal del
la responsabilidad tremenda delante del Juez de vivos y pecado bajo de la cual vivíamos, la libertad y m a n u m i -
muorlos, que se veriíicará sin remedio en el dia terrible de sión de oslas esclavitudes eran la figura de la dichosa l i -
la muerto. Ya es tiempo de conocer al mundo y do deles- bertad que felizmente nos ha adipiirido Jesucristo con su
lar.sus e n g a ñ o s ; ya es tiempo do entrar en cordura, y de muerte y con su gloriosa resurrección. iQué motivo, pues,
decir á mí corazón: Dios solo es tu tesoro y tu riqueza. La mas justo de alegría, de acciones de graciasy de amorc-
mayor dignidad es contentarlo con aquella suerlo en que le sos trasportes! Dios, dice el texto sagrado, <dra manifes-
ha puesto su adorable Providencia, liarlo tiempo has per- tado al mundo á su Salvador, la Sabiduría eterna, su
dido corriendo neciamente tras do una sombra que siempre Hijo único, su Verbo, la fuente de todo bien y de toda j u s -
huye de tí. Favor especial del cielo ha sido ei que hayas ticia, nuestro Redentor, y nos le ha manifesiado singu-
conocido tu locura ánles de que te la hiciese conocer un larmente en el diado su resurrección á todas las nacio-
precipicio. Si hubieras logrado lo que pretendías, acaso le nes, lia difundido la luz del Evangelio \ m lodo el mmulo.
sucedería loquea la ignoranlo mariposa, que ;des!umbra- Los pueblos quo vivían en las tinieblas han percibido, en •
da con los resplandores de la llama, ella misma hace d i l i - fin, esta gran luz, y la luz so ha descubierto á los quo
gencias para convertirse en cenizas. De boy mas Dioses hahilaban en ia región do la sombra y de la muerte.»
mi ayudador, mi proleclor y patrono, y en úl solo espe- (Isaías 9.)
raré. El Señor ha empleado la virtud do su diestra y toda la
fortaleza de su brazo para conservar su pueblo y para sal-
DOMINGO CUARTO DESPUES DE PASCUA, varnos. Quiero decir, que el Señor para sacarnos de la
Nada particular ofrece este domingo, sino lo que es co- cautividad, para salvarnos no ha empleado una fner/aes-
m ú n á todo el tiempo pascual; esloes, la renovación de la tfafia, ha venido él mismo en nuestro auxilio: con su pro-
alegría espii ilual. que es el efecto de la resurrección del pia muci to y con su triunfante resurrección, es con lo qae
Salvador, y una continuación del fervor que debe ser el ha vencido al inlierno, destruido el imperio dL'l demonio y
írulo en el corazón de los tieies. Los griegos le llaman el del pecado, y nos ha librado do la mas durable todas las
domingo de «Semi-Penlocoslcs; esloes, de la semana quo servidumbres.
divido los cincuenta dias quo hay desde Pascua hasta Pen- La Epístola de la misa do este dia está lomada de la
tecostés, pues que el miércoles siguiente es el dia \ igési- Epístola católica del apóstol Santiago, obispo de Jcrusa'en,
moquiuto desde el domingo de Resurrección. Aunque la queso apellida hermano, esto es, primo do Jcsuciislo,
Iglesia convida á lodos sus hijos á las demostraciones de cuyo xlesignio principal es hacer ver que la fé no puedo
ima alearía santa que la gracia produce en una conciencia salvarnos sin las obras, aun cuando seamos juslilicados
tranquila y en un corazón puro, convida principalmente á perla fé. Lo f|ue conslilnv o el asunto de la Epístola de la
los genliles á que celebren con cánticos de alegría su vo- misa de esledomingo, es el pasaje en quo esto Apóstol d e -
cación a la fé, y á que reconozcan con hiinnos de acción clara á lodos los fieles que toda gracia y lodo don viene do
de gracias el bem-íicio singular (pie el Señor les ha hecho lo alto, y desciende del Padre de las luces, que es la fuen-
tacándolos de las espesas linieNas del paganismo. No te do todo bien. Esle Apóstoles llamado el Menor para
íormando ya los judíos y los g é ^ t i e a sino nn solo pueblo distinguirle de Santiago hermano de san Juan, el cual es
en la Iglesia por la vocación á la le del Salvador, deben mayor que él, por decirlo así, en el apostolado, y que por
tener los mismos seniimienios y el mismo idioma; á esla la misma razón se llama el Mayor en los fastos de la Igle-
unión d é l o s dos pueblos hace alusión la Iglesia en la ora- sia. Llámase católica su Epístola porque no se dirige á n i n -
ción de la misa de este dia, que es una de las mas bellas
guna iglesia particular, sino que es común á todas bis que
oraciones que pueden dirigirse á Dios, y ipie deberla es-
profesan la fé de Jcsuciislo, ó á lo ménos á las que so
lar continuamente en la boca y en el corazón de los líeles.
componian de judíos convertidos al cristianismo, y espi r-
El introito de la misa está tomado del salmo 97, quo es cidas entonces en cuasi todas las parles del mundo, a !o
una acción de gracias por la libertad del pueblo judío de cual alude el nombre do «católica,» que signiüca propia-
la cautividad de Egipto ó do la cautividad de Uabilonia, ó mente universal.
lal vezde alguna otra calamidad. El real Profela, con bas- dTodo favor insigne,» dice el santoApóstol, «y lododon
l.mte verosimilitud, designa bajo de osla ligura la reden- perfecto viene do lo alto.» Era un error muy común entre
ción de los hombres por Jesucristo, cuya venida predice. los judíos el creer que muchas bellas cualidades, y aun
"Cantad, dice, hijos de los hombres, un cántico nue- muchas virtudes, crecian dentro do nosotros como da
388 DOMINGO CUARTO
miDslra propia cosecha, y que oran fi nios do nueslro libre esto lo ha hecho por un puro efecto de su bondad. Podía
alhodrio. Los fariseos sobro lodo creian poder por si mis- Dios dejarnos en las tinieblas de la muerleen que h a b í a -
nios resistirá la concupiscencia, y praclicar la ley sin ne- mos nacido: mas este Padre de las luces se ha dignado l i -
cesidad do la oración ni do la grada. Sanliago previene á bremente reengendrarnos por el bautismo é iluminarnos.
los fieles contra osla perniciosa presunción; y como aque- ¡Qué confianza no debe inspirarnos esta pura misericordia!
llos á quienes se dirige principalmente su cariase hahian ;.y viniendo de él lodos los bienes, y no pudiendo deri-
criado en el judaismo, temiendo no esluviesen imhnidos varse de otro que de él, debemos temer que nos los nie-
en esto error, les enseña desde luego que lodo eliden que gue, después de habérnoslo dado todo, dándonos su Hijo
hay en nosotros viene de Dios, y que no bay verdadera (pie es la fuente do todos los dones? ¿Cómo no nos h a b r á
virtud que no sea un don de s u misericordia. No nos a í r i - dado todas las cosas con él? Nuestra dependencia de el
buyamoscl mérito do nuestras buenas obras, ni pensemos eonslilnyo nuestra abundancia y nuestra dicha. Los he-
que con solo nueslras fuerzas podemos resistir á los hala- la eos, á quienes escribía Sanliago, habían recibido mas
gos de la concupiscencia; para esto necesitamos del auxi- ahiindautemente que tos otros el e-pírilu deDiosy sus do-
lio sobrenatural de Dios, y de aquella gracia que no niega nes. Eran los primeros d é l a Iglesia cristiana, y los primo-
á nadie. E s menesler esta gracia para querer el bien, para ros llamados á la fé. La salud babia salido de Sion, y la
hacer el bien, para perseveraren el bien; sin este auxilio palabra dclScñor de Jerusalen. Eran como los primogénitos
no hay bien alguno que sea merilorio de la vida eterna. ylos priniLM'os herederosde la familia de Jesucristo. Todas
Luego toda gracia, todo don escelente viene de! Puch e de estas prerogalivas, esta predilección debían inspirarles
las luces. Llama á Dios Padre de las luces, poi que 61 es, una nueva confianza en el Padre de las misericordias, y
dice san Agustín, el que ilumina á Iodo el que viene al una fidelidad mas exacta.
mundo, y el que imprime ( n nuestras almas las verdades Después de haber enseñado Santiago á los fieles que
de salud, el que nos inspira el amor, y el que nos le hace (odos los bienes y todas las gracias vienen del Seilor, se
poner en práctica con el auxilio de su gracia. aplica en esta Epístola á reglar sus costumbres y su con-
Después de haber indicado Santiago en los versículos ducta, para que por la práctica de las vírludes crislíanas
precedentes el origen del mal, dice un sabio intérpreie,in- pudiesen merecer estos dones. «One todo hombro, les
dica d del bien, y enseña que lodos los bienes de la nalu- dice, este pronto para o i r ; que no hable fácilmente, y quo
raleza y de la gracia, por escelentes que sean, nos vienen no sea propenso á encolerizarse. Son muy imporlanles es-
do lo alio y descienden del Padre de las luces. Esta propo- tos fres puntos de moral. Oir mucho y hablar poco, es
sición asegura dos verdades importantes: la una, que lodo siempre señal de s a b i d u r í a ; y la modestia y la reserva son
lo (¡ue viene de Dios es bueno y escelenle; lo cual destru- inseparables de la verdadera virtud. Esos grandes habla-
ye la impiedad de Manes que hace á Dios aulor del peca- dores, esas gentes que dogmatizan tanto, no suelen ser
do: la otra, que todo loque nosotros leñemos bueno, pia- siempre los mas poderosos en obras; nó los que. predican
dosos deseos, buenos pensamientos, obras de justicia y de ó escuchan la ley, sino los que la practican, son justifica-
caridad, (odoesto viene de Dios como de su origen; lo cual dos delante de Dios. En consecuencia de osla verdad re-
rt»fula el error de Pelagio, que hacia al hombre autor de comienda Santiago la mansedumbre, y la paciencia á Iodos
todo el bien sobrenatural qnehaco. los fieles. La cólera es una pasión, luego es contraria á la
Todo don «perfecto, continúa el Apóstol, desciende del virlud. Lisonjéase uno á las veces de que no obra sino por
Padre de las luces, el'cual no se muda, y en quien no hay zelo, y no es mas que el movimiento de su pasión el que
ni aun sombra de alleracion. ¡Qué dulce es depender en se sigue. Dios no ha elegido nuestros arrebatos para ejer-
lodo de un Señor semejante! iqué consolatorio el que cer su venganza, para esto ha eslablecido jueces y potes-
nuestra fol lona y nuestra suerte dependan de él! Con nin- tades. El zelo ardienle, el zelo amargo en los particulares
guna criatura se puede contar seriamente; todo se doble- que no están deputados para la reforma de los otros, no es
ga al menor viento,lodo fallo, todo cambia sobre la tierra; propiamente otra cosa que una ira disfrazada : cuando se
solo Dios no está sujeto á la vicisitud ni á la mutación. limita á reformarse á si mismos, entonces podrá pasar por
Siempre amará la inocencia, siempre recompensará la v i r - zelo; pero luego que el zelo sale de su esfera y se derra-
tud, siempre tendrá horror al vicio, y siempre castigará ma como torrente por la tierra del vecino, ya es estrago,
el pecado. El humor, la aversión, el capricho son los g r a n - ya es pasión. « Por esto, concluye el mismo Apóstol, r e -
des resortes que mueven á obrar á los hombres, y son el nunciando á todo lo que es impuro, y á todos los escesos
principio de s u s variaciones y de sus mudanzas. Dios está de la iniquidad, recibid con un espírilu de mansedumbre
exento de todos estos defectos. Siempre es la sabiduría la palabra que se ha plantado en vosotros, y quo tiene la
misma, siempre la justicia, la misericordia, la bondad. virlud de salvar vuestras a l m a s ; » que es como si dijera;
Torque «por sola su voluntad,» a ñ a d e el Apóstol, (mos ha puesto que deseáis la sabiduría, y que queréis ¡legar al
engendrado por la palabra de la verdad, á fin de que en puerto de la salud, alejad de vosotros lodo lo quo puede
alguna manera tengamos el primer rango entre lo q u e é l impediros el llegar á este fin, todo lo que puede suscitar
ha creado.» Para inclinar á los fieles á que se dirijan á nieblas y borrascas en vuestro corazón. ¿Queréis vivir en
Dios, á que pongan toda su confianza en Dios, Saníiagoles la calma y gozar de un cielo sereno? vivid en la inocencia;
ha«e notar que Dios Padre no ha enviado por necesidad á dominad las pasiones lan enemigas do vuestro reposo, y
su Hijo único, su Yerbo, para reengendrarnos, y para e n - tan opuestas al espírilu de Jesncristo; ignorad hasta el
sefrmios el camino de la salud. Siendo el Verbo hecho nombre mismo do la impureza; vivid en una grande ino-
carne La verdad por esencia, no ha podido menos de cnse- cencia; arrojad de vuestro corazón la codicia, la avaricia,
íiarnus la verdad en todos los misterios sagrados que mis el demasiado amor de vosolros mismos. ¿ Q u e r é i s que las
ha esplicado, y en la doclrina que nos ha dictado, y lodo verdades que se os han enseñado, que la divina palabra
DESPÜKS DE PASCUA. 380
qno so os ha predicado, que el espíritu do Jesncrislo que corazón de tristeza, que os ha sobrecogido á lodos. ¿Do
lüisido como ingerido on el vuestro, produzcan imicho este modo debéis mirar lo mas ventajoso que hay para
l'rulo? leáed aquella didznra cristiana que, en algmia ma- vosotros? Os digo la verdad: os interesa queyo m e vaya,
nera, caracteriza las almas puras. El fruto de osla divina y que os prive de osla presencia corporal que hace que el
palabra osla salud. amor que me tenéis sea monos espiritual y menos perfec-
El Eviingelio de la misa do esto dia está lomado do aquel to. Por otra parto, si yo no me fuese, el Espíritu Santo, que
p;i.s;ije de san Juan, en que viendo el Salvador que se es el consolador, y el maestro que os he prometido, no
acercaba su ascensión al cielo, prepara sus apóstoles para vendria, y yéndoine yo, os le enviaré. Abora bien, voso-
esta separación sensible que debía privarles de su presen- tros no ignoráis cuánto importa que venga ; porque él os
cia corporal y por consiguiente debia afligirles. Les hace el que ha de convencer a! mundo sobre el pecado, sobre
ver que es necesario que los deje, y que el don que les hará la justicia y sobro el juicio. El Espíritu Santo por la pre-
les indomiiizaró bien de esta satisfacción puramente natu- dicación de los apóstoles y por los milagros que o b r a r á n ,
ral de que gozaba n viéndole corporalmente con olios. convencerá al mundo de pecado; esto es, hará conocer
Todo el tiempo que Jesucristo estuvo visiblemente con cuál ha sido la corrupción de costumbres, y el lamentable
sus apóstoles desde su resurrección hasta su ascensión, lo error en que han vivido los hombres hasta aquí, sumergi-
empicó en instruirlos en los grandes misterios de la r e l i - dos en la ignorancia del verdadero Dios, en los desarre-
gión, de los cuales se babian hecho ya mas capaces desde glos mas horribles y en una corrupción de costumbres
que en su primera a|iaric¡on los hubo dado el Kspírilu San- universal; hará conocer cuán criminales son los hombres,
io. Esta comunicación, esta infusión del Espíritu Santo era en particular los judíos, por no haber creído en Jesucristo
necesaria para espiritualizar, por decirlo así, gentes tan después de tantas maravillas. Estos espíritus orgullosos y
materiales, y hacerles capaces de las verdades que hasta esos corazones indóciles, que habrán resistido tanto tiempo
entonces les hablan sido tan incomprensibles. á las luces de la f é ; conociendo al Gn la virtud del e s p í -
El Salvador en este admirable discurso, tan inslruc'ivo rilu de Dios por los brillantes prodigios que obrará, y por
y tan Heno, que hizo á sus apóstoles después de la última la admirable santidad que comunicará á los fieles, confe-
cena, Labiéndoles hecho un compendio de cuanto aflictivo sarán para confusión suya, que se ban engañado cuando
y horroroso debia sucederles en el esiableciniiento mara- no han querido creerle, iíl mismo Espíritu Santo les con-
villoso de su Iglesia, les a ñ a d e : No me habia aun fran- vencerá también de la justicia y de la inocencia del Hijo de
queado ántes con vosotros, porque micnlras que yo oslaba Dios, haciendo ver que aquel á quien han condonado tan
en vuestra compañía nada teniais (pie temor; pero ya no injustamente á muerte ha resucitado y ha subido al ciclo
es liempo de ocultaros nada. Ha llegado mi hora, y yo es- para reinar aüí elernamenle con su Padre. En fin, conven-
toy en vísperas de dejaros, por esto os he manifestado sin cerá al mundo y á todos sus partidarios d é la equidad del
embozo, y aun sin figura, todo lo que tendréis que sufrir juicio hecbocontra el demonio queso babia como atribuido
en el mundo; pero no temáis nada, aunque vais á perder el imperio del mundo, en donde reinaba con lanía tiranía
mi presencia corporal, yo estaré siempre invisiblemente yse habia hecho erigir tantos altaros; conocerán la justicia
con vosotros. Acércase el tiempo en que debo volver al con que ha sido destruido el reino de osle tirano, a b ü i d o
ciclo , de donde be venido. Yo me voy á cquel que rae ha sus leyes perniciosas é injustas , condenado sus falsas
enviado, y ninguno de vosotros me pregunta ¿adóndejvas? máximas y estinguido su poder, no solo por la destrucción
Estji pequeña reconvención que Jesucristo hace aquí á sus de la idolatría, sino también por el estahleciniiento do una
apóstoles, es una lección imporlanle que les da el Salva- religión tan santa, la cual será la obra y !a obra maestra
dor, lo mismo que á nosotros. «Porque os he dicho quemo del Espíritu Santo, y el fruto do la predicación del Evan-
voy, estáis alligidos, la Irisieza se ba apoderado de vues- gelio. Estos son los tres efectos principales de la venida
tro corazón,)) os habéis lodos conslornado; poro lo que así del Espíritu Santo que yo os enviaré. Él convencerá al
os afecta no es mas que la pérdida de mi presencia sensi- mundo del pecado de los judíos y de lodos los que han
ble, sin que iengais presente en ninguna manera la gloria rehusado creer en mí, después de las brillantes ó inconlos-
Hiie voy á recibir subiendo al cielo en donde debo estar lables pruebas de mi divinidad ; convencerá al mundo de
sentado á la diestra de mi Padre, ni las grandes ventajas Injusticia, haciendo ver á los judíos y á los paganos que
que debéis reportar do mi gloriosa ascensión. Vosotros es- no habrá justicia ni verdadera virtud mas que on la r e l i -
tais apegados á los sentidos, y no os mueve mas que lo gión cristiana; convencerá on fm al mundo del juicio, des-
sensible; por esto ninguno de vosotros piensa en pregun- truyendo el imperio que tenia el demonio en el inundo
tarme sobre la esceleuda, sobre la felicidad de aquella sobie el espíritu y el corazón de lodos k a pueblos, por las
dulce mansión de los bi maventurados, en donde Dios bace falsas y perniciosas máximas que babian tenido fuerza do
osloiitacion de su majestad, en donde mi sagrada huma- ley hasta la venida de Jesucristo.
nidad va á recibir toda la gloria que le es debida, de don- Después de una instrucción tan importante y que viene
de he de enviaros el Espíritu Santo, el cual dehe dar la á S'M-el compendio, por decirlo así, de nuestra religión,
última perfección á mi grande obra, y derramar sobre añade Jesucristo que aun tenia muchas cosas que deciiies;
vosotros todos mis dones. Yo os digo que me voy á aquel pero que no estaban todavía en disposición de compren-
que me lia enviado, que vuelvo al cielo de donde he veni- derlas, y que no qneria cargar su ontendiiuienlo de lo que
d o ; y en lugar de regocijaros conmigo, tanto á causa do no podia aun digerir: que les reservaba el conocimiento de
la felicidad que debo recibir allí, cuanto á causa de la ven- ellas hasta la venida del Espíritu de verdad, el cual Ies
t e a que os resultará de mi exaltación, os afligís, no decís enseriaria todas las verdades necesarias para su perfección,
palabra, os veo pensativos y en profundo silencio. El pen- para su salvación y para la de los d e m á s . Habia dicho el
samiento solo de mi partida os ha llenado de lal modo el Salvador á sus apóstoles, que les habia descubierto lodo
300 DOMINGO CUARTO.
lo que eran capaces de compreniler ántes de haber reci- solo Dios, liará conocer esla divinidad por medio del don
bido la plenitud del Espíritu Santo, y aquolla inteligencia de inteligencia que comunicará á los líeles, y por las m a -
sobrenatural que era uno de sus principales dones; pero ravillas que les h a r á obrar en m i nombre.
habia aun muchas mas cosas misteriosas, cuyo verdadero
sentido no eran todavía capaces de comprender. Estos t a oración de la misa de esle dia es corno sigua:
grandes misterios, estas verdades superiores al alcance Deus, qni fidelium men- O Dios , que unís lodos los
del entendimiento humano eran: la unión sustancial de la Ics un'ws efficisvohintñtis: fieles en un mismo espíritu y
divinidad y de la humanidad en la persona adorable de dapopulis luis id amare en una misma voluntad; ha-
Jesucristo; la espiritualidad do su reino eterno y tempo- quod prcecipis, i d deside- ced por vuestra iníiuila mise-
ral ; su estado de humillación y do gloria, de poder y de rare, quod promitlis : ut ricordia que amemos lo que
flaqueza, de víctima por los pecados del mundo, y do inlcr mundanas varielales nos mandáis, y deseemos lo
hombre sin pecado. Era necesario que viniese el Espfrilu ihi noslra fixa sint corda, que nos promeieis , á fin de
Santo para que les diese el donde inteligencia; para que ubi vera sunl guudia. Per que entre la inconslancia y la
disipase todas sus oscuridades, y para que concillase todas Dominum noslrum... instabilidad de las cosas de es-
estas contradicciones aparentes; y esto es lo que ha hecho te mundo, permanezcan BÍCIU-
el Espíritu Santo, esta es su obra. pre lijos nuestros corazones allí
«Guando venga aquel Espíritu do v e r d a d , » continúa el donde se encuentra la verda-
Salvador, a os enseñará todas estas verdades,» y os co- ra alegría. Por nuestro Señor,
municará una inteligencia clara de todos estos misterios. ele. •
«Xo hablará do sí mismo, es decir, así como el Hijo nada
La Epístola de la misa está (ornada de la de Sanliagn, ca-
dice de si mismo, esto es, así como lo que este dice no
pitulo 4.
lo dice solo, sino que su Padre lo dice con é l ; del mismo
modo el Espíritu Santo nada dicede su propia autoridad, Charissimi : Omne da- Amadísimos mios : Todo fa-
esto es, absolutamente solo , porque procediendo del Hijo íum oplimum, et omne do- vor insigne y todo don perfec-
lo mismo que del Padre , y recibiendo de ellos la misma m m perfectum desursum lo viene do lo alto, y descicn-
naturaleza y la misma ciencia, nada dice, nada puede de- est, c( descendens a Pairo de del Padre de las luces , el
c i r , sino lo que el Hijo dice con su Padre, no siendo las l u m i m m , apud qtiem non cual no se muda , y en quien
tres divinas personas mas que un solo I)ios : así que no est iransmutalio, nec vi~ no hay ni aun sombra dealle-
penséis que el Espíritu Santo deba enseñaros una doctrina cissilvdinis olumbruiio. ración. Porque de su plena
diferenle de la mia ; es la misma doctrina, de la cual os Volunlariecnint gemil nos voluntad nos ha engendrado
dará un conocimiento mas perfecto y os desenvolverá el verbo verilalis , tíí simus por la palabra de la verdad, á
verdadero sentido. El Salvador se habia esplicado en otra tiíiííum aliquod crealum fin de que tuviésemos en algu-
parte poco mas ó menos en el mismo sentido, cuando de- ejus. Scids , fralres mei na manera el primer lugar en-
cía á los j u d í o s : Mi doctrina no es mia , sino de aquel que diledissimi. Silaulem om- Iré lo que ha criado. Vosotros
me ha enviado. Todas estas maneras de hablar nos dan nis homo velox ad audien- lo sabéis, hermanos mios muy
una idea muy clara del misterio adorable de la Trinidad, d m n , tardus aulcm ad amados, que lodo hombre cs-
probándonos un solo Dios en li es personas. Itquendum, el tardus ad té siempre pí enlo á esenchar,
Por Gn , «el Espíritu Sanio os dará á conocer clara- m i m . I r a cnim v i r i j u s i i -
que no sea fácil para h a b l p ,
menlo el porvenir,» a ñ a d e el Salvador, llenándoos del ¿irtm I k i non operalur. y que no sea propenso á la
ospírilu de profecía, necesaria en el nacimiento de la Propler quod abjicienles cólera. Porque la justicia de
Iglesia que vosotros debéis establecer. «Todo lo que hará omnem immundiliuvi et Dios no es la obra de la cólera
(Este Espíritu Santo será para mi g l o r i a , porque es mi Es- a b u n d a n ü a m malilia;, i n del hombre. Por esto reniin-
píritu,» como es Espíritu de mi Padre; poique tendrá par- mansueludinesusdpile i n - ciando á lodo lo que es i m p n -
lo en lo que á mí pertenece , y os lo dará á conocer. Cuasi stíum verbum, qnodpo- ro, y á lodos los escesos de la
lodos los i n t é r p r e t e s , después de los santos Padres, no íesí salvare animas ves- iniquidad , recibid con un es-
dudan que Jesucristo por estas palabras, «tendrá parle tro*, pírilu de mansedumbre la pa-
en lo que á mí pertenece,» haya querido indicar que el labra que Se ha planlado en
Espíritu Santo procede del Hijo como del Padre, y que los vosotros, y que tiene la virtud
dos le comunican la naturaleza y las perfecciones divinas de salvar vuestras almas.
que el Hijo mismo recibe del Padre por su generación Santiago, llamado el Menor, era hermano del apóslul
elerna, y que el Espíritu Santo tiene por su eterna p r o - san Judas , hijo de Aifeo y de María , prima de la s a n t í -
cesión de los dos. Es como si dijese el Hijo de Dios : El Es- sima V i r g e n , y á causa de este parentesco , según la cos-
píritu Santo vendrá como un enviado, que no habla en Umibre de los j u d í o s , es llamado algunas veces hermano,
su nombre y solo por si. Gomo procede de mi Padre y de estocs, primo de miestro Señor. Apellídase l a m b i e r u l
m í , y nosotros somos los que le enviamos, así como lodos Justo: fué escogido por los demás apóstoles para gober-
Iros tenemos la misma naturaleza divina, así también te- narla iglesia de. Jerusalen. San P a b l ó l e llama una de las
nemos una misma voluntad, y perianto lodo lo que os columnas de la Iglesia. Fué martirizado el año 62 de Je-
enseñará es mi doctrina , y no os dirá nada que mi Padre sucristo después de haber gobernado su iglesia veinte y
y yo no os dijésemos ; él es el que me glorificará, hacien- nueve años.
do conocer á los hombres mi divinidad, que es la n ü s m i
REFLEXIONES.
que. la suya y la de mi Padre, porque eslas tres personas,
el Padre, el Yerbo y el Espíritu Santo no son mas que un «El cual no se muda, y en quien no hay ni aun sombra
D E S P U E S DK PASCUA. 391
de aboi rarion.» ¡Quó bnono es servir i\ un Señor que no vohis wl ego vadam : si yo me vaya, porqno si yo no
está snjeto h mudimza , al humor veleidoso , al capricho; enim non abiero, Paraeli- me voy, el Consolador no ven-
qué bueno hacer uní! fortOfla que no eslá sujeta íi la revo- lus non vcnirl nd vos : si drá á vosotros ; mas si mo
lución! Todos esos altos y bajos de que están llenos los m t m abiero, m t t a m c w n voy, os le enviaré. Y cuando
caminos del mundo , cansan , fatigan, apuran. Es muy ad vos. Et i v m vencril hubiere venido argüirá al
triste el tener siempre que combatir contra la inconstan- Ule, arguct mundwn de mundo de pecado, de justicia
cia y contra la inslal)i!idad..nay se priva , se domina , se ¡meato , el de j u s l i l i o , ei y de juicio : de pecado, p o r -
ve uno colocado en el primer rango; mafiana se encuentra de judieio De feeealo (fid- que no han creido en m i ; de
al nivel del pueblo. Por mas precioso que sea el metal de dem, quia non crediderunl justicia, porque me voy á mi
que está hecha la estatua, sus piés en todas parles son de in me : de j u s l i l i a vero, Padre y no me veréis mas; y
barro. Los árholes que están en alto no solo tienen que te- quia ad l'tílrem vado , el de juicio, porque el principo
mer las lenqieslades. Un pequeño gusano basta para que j n m non videbitis me : de do este mundo eslá ya juzga-
se sequen. No hay condición en el mundo á cubierto de judieio aulem, quia prín- do. Todavía lengo muchas co-
las borrascas, ni aun la hay qne no envejezca en su p r i - eeps hujus n n m d i j a m j u - sas que deciros, pero no estáis
mer lustre; la continuación de las prosperidades se mira diealus est. Adhuc mulla ahora en estado de compren-
como una maravilla siempre rara, y ninguno hay com- habeo vobis diccre : sed derlas. Cuando v e n g a d Espí-
plelamenle dichoso en el mundo. ¡ Q u é variación en los non polesiisportare modo. ritu de verdad os enseñará to-
dias y en las estaciones I las nieblas suceden á la sereni- Cum aulem venerit Ule das las verdades. Porque no
dad , y las borrascas á la calma ; no es menor la incons- Sp'uiius vei-ilatis, doeehil hablará de su propia autoridad,
tancia que se esperimenta en el corazón y en el espíritu. vos omnem verilatem :non sino que dirá todo lo que h a -
Hoy goza uno de favor, se le agrada, se aplaude , t r i u n - enim loqtielur a semeiip- b r á oido, y os hará conocer
fa ; un dia después no es ya del gusto del s e ñ o r , se le so, sed quereumque audiel, las cosas venideras. Él es el
desprecia. ¿ Perdió acaso sus buenas cualidades y su m é - loquelnr, el qvw ventura que me glorificará , porque
rito? De ninguna manera, el mismo hombre sigue el cur- suut , annnnliabit vobis. tendrá parte en lo que á mí
so de la rueda sobre que se apoya. ¡ Quó de revoluciones Ule me clarifirabit : qtña me pertenece, y os lo anun-
en las condiciones, en los estados, en las familias! Pocos
de meo aexipiel, ct annun- ciará.
favoritos hay que no tengan dias críticos; ninguno que no
Habit vobis.
oslé amenazado do la desgracia; ¿ y cuántos hay que
mueren en la gracia del p r í n c i p e ? se pierde muchas v e -
MEDITACION.
ces, cuando so ponia mas ahinco para conseguirla. La
mutación caracteriza lodo lo que se llama mundo; por Del mundo.
mas que se trabajo, por mas que se haga, nadie puedo
Peroro PIUMERO. — Considera q u é cosa es el mundo á
lijar su fortuna ni su felicidad en el servicio del mundo.
quien se ama hasta la locura, á quien so lomo hasta el
Este secreto no se encuentra mas que en la escuela de Je-
esceso, á quien se sirve con infinita solicitud, á quien se
sucristo , está reservado á la ciencia de los santos el e n -
contempla hasta el e s c r ú p u l o ; el mundtrv de quien todos
señarlo. Dios es el único Señor «que no se, muda , y en
se quejan y que no hace justicia á nadie; que no tiene
quien no hay ni aun sombra de alteración.» ¡Qué venta-
ninguna consideración al m é r i t o , que llena el universo de
ja, q u é dulzura el servir á un Señor semejante! En su ser-
descontentos y de desgraciados, y que no tiene servidor
vicio se agrada siempre , á no ser que se quiera desagra-
que no sea su esclavo ; el mundo cuyas estravaganlcs
dar. Jamás tienen parlo en su favor el humor ni el capri-
máximas son oirás tantas leyes muchas veces contrarias
c h o , la "virtud conserva siempre su m é r i t o , y este mérito
es siempre reconocido y liboralmente recompensado. Nin- al buen sentido, y siempre opuestas á Jas máximas del
guna de las revoluciones de estado, de condición, ni de Evangelio. Si el mundo es un fantasma que no subsiste
familia pueden influir sobre él justo ; se sobrepone á las mas que en la imaginación, ¿no somos unos insensatos en
nubes que forman el rayo, y los vapores malignos que formarnos un señor lan incómodo de las fantasías de otros
forman las nieblas no pueden llegar á él. En el servicio y un ídolo formidable de nuestras propias ideas?- SÍ el
de Dios nada cambia; subsiste siempre la misma moral, mundo es una cosa r e a l , ¿ q u é derecho tiene para impo-
las mismas m á x i m a s , el mismo espíritu. \ Qué dichoso es nernos leyes tan duras? ¿de quién le viene la autoridad?
el que está en el servicio de un Señor t a l , que no está su- ¿por q u é fatalidad hemos nacido esclavos suyos? Cierta-
jeto á ninguna mudanza! mente cuando so raciocina sin preocupación, cuando so
mira de cerca lo quo es el mundo, se llena uno do i n -
dignación contra sí mismo por haber deferido tanto á él
El Evangelio de la misa es lomado del de san Juan, capí- y baber sido su juguete tanto liempo. El mundo, que
lulo 1G. tiene tanto imperio sobre los espíritus y sobre los corazo-
In tilo tempore : Dixil En aquel tiempo dijo Jesús nes, no es otra cosa, propiamente hablando, que esa m u l -
Jesús diseipulis s u i s : Va- á sus discípulos : Yo.me voy titud lumultunsa de gentes de diferentes caracteres y de
do ad eum, qui misil me; á aquel que me ha enviado, y diferentes guatos que no se acomodan á las máximas de
el nemo ex vobis interro- ninguno de vosotros me pre- Jesucristo: no tienen otras miras que sus intereses, no
(jai me: Qao mdis? Sed gunía : ¿Adóndo vas? Maspor- conocen otra regla que sus pasiones, ni olro objeto de
quia hite loeutus sum vo- (pie os he hablado de este mo- sus solicitudes que los bienes, los honores y los placeres
Us , irisiitia implevil cor do , se ha llenado de tristeza de esta vida; gentes por lo común de un espíritu vano y
m i r u m . Sed ego v a h a - vuestro corazón. Por tanto os turbulento, do un corazón falso, maligno y corrompido,
t m dlco vobis : expcdil digo la verdad, os interesa que y de una ambición desmesurada; que no se apacientan
DOMINGO QUINTO
masque de quimera?, qnc no siguen mas q n c á sus pa- lienen mas necesidad que ella de reformarse, y que no
siones, y que solo se ocupan de cien, pasatiempos á cual tienen ni bailante fortaleza de espírilu, ni bastante juiem
mas frivolos; genios queporlo común no lienen otro m o - para hacerlo. Un j o v e n , un militar que arregla sus cos-
rilo que el de saber e n g a ñ a r , entre las que los mas hábiles tumbres, da una lección picante de reforma á lodos sus
son los que mejor saben aprovecharse de las desgracias do compañeros de desórden, á quienes su ejemplo hace sentir
otro, y los mas diclio^os bis que mejor saben disimular las vivamenlela indispensable necesidad que lienen d e c o í i -
suyas. Es una especie de secta casi universal de gentes, verlirse. Concíbese, un secreto disgusto de ver (pie los qno
que por la mayor parle no se conocen los unos á los oíros, no eran mejores que nosotros, se hayan hecho mas sabios.
y se desprecian lodavía mas cuando se conocen; que con- Crece el despecho con los remordimientos, y esle es el
vienen solameiile en que lodos hacen profesión de no ser verdadero origen de las censuras y de las zumbas que so
devotos, y á favor de esta ignominiosa confesión creen te- hacen de la virtud en el mundo; y esto es lo que debe es-
ner derecho para zumbarse neciamente de ia virtud mas perarse mientras haya libertinos en el mundo. Pero ¿debe
ejemplar, mofarse irreligiosamente de las práclicus mas temerse, debe deferirse mucho á este fantasma? ¿ Q u é ver-
respetables de piedad, honrarse de sus desarreglos, d u - güenza no debe lener una persona cristiana de su cobar-
dar cuasi de todo, desacreditar y aun perseguir las per- día en el servicio do Dios? Respetemos enhorabuena á
sonas mas arregladas, y para no lener religión sino por todas las personas que obtienen un rango, que ocupan un
costumbre ó por bien parecer. Reina entre estas gentes el lugar distinguido en el mundo ; pero miremos como un
disimulo hereditario, baso sobre la cual giran todas sus soberano desprecio el espíritu y las máximas del mundo,
c n s a ñ a d o r a s y artificiosas eslerioridades. Prodigan mil !an contrarias al espíritu y á las máximas de Jesucristo.
alabanzas, en tanto que con una risa burlona y desdeñosa Tal es. S e ñ o r , la resolución que hago, y la gracia
se burlan de la sencillez y de la bobería de los que las que os pido y espero obtener de vuestra iníinila bondad.
creen. Hacen m i l ofertas de servicio, y muchas veces JACL'I.ATÜIUAS.—Apartad mis ojos de la vanidad que
aquel que las hace, es ci peor enemigo. Miran la reclilud reina en el mundo, y haced que camine con valor por el
y la buena té como la virtud de los imbéciles ; la modes- camino que conduce á vos. (Psalm. 118.)
tia, la docilidad y la piedad cristiana como señales de un En el mundo no hay otra cosa que vanidad y nada.
genio escogido, y todas las máximas que reinan entre ellas (EccI. 1.)
ludas son opuestas á la verdadera sabiduría, todas per-
niciosas á la salud, lié aqu( el retrato mas parecido del PROPÓSITOS.
mundo, de esto mundo por el cual no ha rogado Jesu- 1 Míranse los buenos en el mundo como genios s i m -
cristo, de esle mundo al cual ha convencido el Espíritu ples, groseras, inútiles, porque nose hallan en todas las
Sanio de iniquidad y de injusticia, de este mundo, diversiones; desterrados en el mundo del comercio de aque-
en f i n , cuyos juicios tememos tanto, de este mundo á llos que en él se llaman genios de suposición, como i n d i g -
quien tnnlo contemplamos, y puede ser sirvamos como nos de presentarse en sus brillantes reuniones, son, según
esclavos. ellos,gentes que no saben vivir y á quienes miran con lás-
PINTO SUCUNDO.—Considera con qnó aprecio, ó por tima.Pero esperad un poco; esos diasplacenleros so oscu-
mejor decir, con q u é desprecio debe mirarse un m u n - recerán; ese brillo (pie encanta y ese tumulto que alurde,
do enemigo declarado de Jesucristo, perseguidor i m - caerá. Llantos y amargos arrepentimientos sucederán ¡i
placable1 de su e s p í r i t u , un mundo tan opuesto á las lodos esos falsos placeres, á lodos esos festines tan poco
máximas del Evangelio. Sin embargo, esle es el ídolo á cristianos; la muerte pondrá en claro quién ha sido el sa-
quien se aprende á ofrecerle votos casi desde la cuna; bio, y quién es el que se ha e n g a ñ a d o . Si queréis ser ver-
este es el fantasma tan espantoso, cuya indignación tanto daderos discípulos de Jesucristo, declaraos altamente con-
se procura evitar; este es el mundo, cuyos sufragios y tra el espíritu y las máximas del mundo; guardaos de
a plausos se buscan con lanío afán; el mundo, cuyos j u i - avergonzaros j a m á s del Evangelio ; no hagáis ostentación,
cios y censura tanto se teme. ¿Es posible, Dios mió, que pero sí profesión de piedad.
unos hombres que aman tanto la independencia reciban 2 Tened horror á ese respelo humano, tan indigno de
vahmlariamenle la ley de tantos géneros de gentes? Pero un cristiano, que impide muchr.s veces que se haga lodo
;,es posible (pie cristianos instruidos en la escuela de Jesu- lo bueno que puede hacerse para dar buen ejemplo. Decid
cristo no arreglen cuasi toda su conduela sino conforme á con frecuencia tá vuestros hijos, á vuestros amigos y en
las máximas de esle mundo estravaganle ? las personas ciertas ocasiones: ¿ q u é viene á ser esto mundo? ¿ p o r q u é
virtuosas que 'viven en este pais enemigo son no po'ías hemos de seguir los eslilos y las máximas del mundo? ¿por
veces tan cobardes que llegan á avergonzarse del Evan- q u é nos hemos do s u j e t a r á sus indignas leyes? Sea pues
gelio; como si en medio de una nmllilnd de enfermos ó el Evangelio vuestra regla de coslumbres. Prohibios cuan-
de insensatos debiese avergonzarse un hombre sabio de lo pudiereis todas esas fiestas pnramcnle mundanas; e m -
lener salud ó de lener juicio. No se atreven á aparecer de- plead ese tiempo en hacer la córte á Jesucristo.
votos en la compañía de aquellos que hacen oslentacion
de no serlo. Temense las fastidiosas burlas, las mordaces DOMINGO QUINTO DESPUES DE PASCUA.
( buladas de e.-aos miserables censores. ¿Es posible que los Parece que la Iglesia ha querido aprovecharse de la re-
cristianos teman los juicios inicuos ó las injurias do los prensión que Jesucristo daba á sus apóstoles, cuando ha-
liberlimos'? Éto se necesita mucho mas para conocer qué biéndoles declarado que habia llegado el liempo en que
es lo que pone de tan mal humor contra los buenos á esos era necesario que les dejase para volver á su Padre, en
criiicos despreciables. Una mujer que se reforma es una lugar de regocijarse de su triunfo y de la gloria de que
censura insoportable á otras ciento que saben bien que iba ú lomar posesión en el cielo, se habian abandonado á la
DESPUES DE PASCUA. 393
tristeza mns amarga. La Iglesia entrando en el senl'ulo del los judíos con vertidos los unos estaban escandalizados de
Hijo de Dios como gobernada por su espíritu, parece que una doctrina semejante, y miraban á san Pablo como ene-
redobla su alegría é inspira á sus hijos los sentimientos de migo de la ley, sin hacerse caigo de que el sanio Apóstol
un gozo cada vez mas sensible, h medida que se acerca no habla mas que de las ceremonias legales de la antigua
mas al dia de la ascensión gloriosa del Salvador. ley, y de ningún modo de la observancia de la ley evan-
«Publicad las voces de la alegría, las cuales deben gélica; otrosorrastrados del mismo error, miraban la nue-
resonar por todas partes; publicadlas basta los eslremos va ley como inútil, y se figuraban que para salvarse basta-
de la tierra. El Seflor lia librado á su pueblo;» le ha saca- ba tener fé. Para curar Santiago aquellos espíritus, espli-
do de la cautividad; le ha vuelto á su dulce patria; t r i b ú - ca á los fieles los verdaderos sentimientos del apóstol
tense por siempre alabanzas, gloria, bendición y acciones san Pablo, y demuestra aquí que la fé sin las buenas
de gracias á aquel por quien hemos recobrado por On la obras es inútil, conforme á lo que escribe san Pablo á los
libertad, y que nos ha abierto la celestial Jerusalen. romanos: «No ya aquellos que oyen la ley son justos de-
«Pueblos de toda la tierra, testificad vuestra alegría al Se- lante de Dios, solo serán justificados los que practican la
flor: celebrad su nombre con vuestros himnos; dadle la ley (Rom. 2);» esto es, los que practiquen la ley, sean j u -
gloria» que le es debida, «y no ceséis de alabarle.» Por díos, sean gentiles, ya que hayan recibido la ley de Moi-
este desahogo de alegría y con este cántico de gozo co- sés, ya que no la hayan recibido, serán justificados, 116
mienza hoy la Iglesia la misa.'Este introito está tomado de por las obras solas, sino por sus obras hechas por la fé, y
Isaías. Describiendo este Profeta el misterio de nuestra con la gracia que Dios les hubiere otorgado. (Galat. 3.)
redención, en la narración que hace d é l a libertal del pue- «La fé que obra por la caridad,» poi que sin esla caridad
blo judio de la cautividad de Babilonia, la cual era la fi- viva y activa lodo lo demás de nada sirve, como se e s p ü -
gura, convida á todas las naciones del mundo á que se ca el mismo Apóstol. ( 1 . Cor. 13.)
derramen en regocijo, y que por todas partes se oigan sus Poique si alguno oye la palabra sin ponerla en prácti-
voces de gozo y sus cánticos de alegría. (Isai. 48.) «Anun- ca, se le comparará ó uno que ve su rostro natural en un
ciad esta nueva, y publicadla hasta los confines del m u n - espejo, y que luego que se ha visto se relira y se olvida
do. Decid en todas parles. El Señor ha rescatado á Jacob de su figura. El Evangelio, dice san Bernardo, es un es-
su siervo.» A esta predicción de Isaías es á laque alude la pejo fiel, á nadie e n g a ñ a , cada uno se ve en él tal comees:
Iglesia en las palabras del introito. Mas espiritual que lo por mas que uno quiera ocultar sus defectos, la divina pa-
eran entonces los apóstoles (inconsolables por la pérdida labra nos los demuestra: secreta vanidad, amor propio
<jue iban á hacer de la presencia corporal del Salvador)en sutil, pasión disimulada, eslerior engañoso, todo disfraz
la víspera de celebrar su gloriosa ascensión at cielo, ex- aparece en esle espejo, la menor arruga se descubre, en
horta á sus hijos á que se regocijen por una separación nada e n g a ñ a . Pero ¿ d e q u é sirve mirar al espejo si no se
corporal que debia serles lan ventajosa, puesto que debia hace mas que como de paso, y un momento después de ha-
perfeccionar su fé, y abrirles la enirada de la palriaceles- berse visto se olvida uno de las manchas que tiene en el
tial. Poi que, como dice el gran pontífice san León, la as- rostro? Sin embargo ¿queremos ser dichosos? tengamos
censión triunfante de Jesucristo es una prenda segura de sin cesar delante de los ojos la ley del Kvangelio, que nes
la nuestra. Tomando la cabeza posesión de su gloria, ase- l i b r a d o la servidumbre de las ceremonias legales y nos
gura el derecho y l:i esperanza que á ella tiene todo el hace hijos de Dios. Nó, ella no ros ocultará ningún defec-
cuerpo. ¿No es justo que ostentemos nuestra alegría con to, ella nos descubrirá lo que nuestro amor propio nos
acciones continuas de gracias? oculta. No la miremos como de paso, ánlessí escucliémos-
Llámase es'.e domingo el domingo de las rogaciones, la con el designio de practicar lo que ella nos dice, y de
porque los tres dias que siguen están consagrados para quitar los defectos que ella nos descubre; este es el medio
dirigir súplicas solemnes al Señor, las cuales se llaman de asegurar nuestra salud. En esta comparación de que
también letanías mayores; y también porque el Evangelio se sirve el Apóstol, el espejo es la palabra de Dios que nos
d e e s l e dia es una invitación ejecutiva que nos hace el Se- representa lo que somos y lo que debemos ser: el rostro
flor á que Ic espongamos todas nuestras necesidades y le del hombre es el estado interior de su conciencia: los l u -
pidamos con confianza. Como el dia de mañana está s i n - nares del rostro son los pecados de que está manchada la
gularmente dedicado á la fiesta de las rogaciones, se tras- pureza del alma: mirarse en el espejo es oir la palabra de
lada á él su historia. Dios, y notar en ella la diferencia de lo que somos, y de. lo
La Epístola de la misa do este dia está lomada de la ca- que debamos ser según el Evangelio: olvidar el estado en
lúlica de Santiago, la cual fué también el asunto de la que uno se ha visto, es poner en olvido las verdades que
Epístola del domingo precedente. Después de haber ex- se nos han predicado: en fin, no l a v á r s e o s desiuidarcl
hortado el santo Apóstol á los fieles á que se instruyan con corregirse y borrar con las lágrimas de la penitencia la
cuidado en las verdades de nuestra religión, les declara inmundicia de nuestros pecados.
a q u í que no basta escuchar y aprender todas las verdades También advierte Santiago á los fieles que si alguno
del Evangelio, si no se ponenen práctica. «Poned en p r á c - piensa que liene religión, no refrenando su lengua, sino
tica,» hermanos mios, les dice, «la palabra, y no la es- engañándose á si mismo, su religión en este caso es una
cuchéis solamente, engañándoos á vosotros mismos.» religión frivola. Los judíos convertidos á la fé, á quienes
Hadan entonces mucho ruido entre los fieles las Epísto- eslá escrita esta carta, estaban todavía tan encaprichados
las de san Pablo. Muchos habían creido que las buenas en la observancia de sus ceremonias legales, que no cesa-
obras no eran necesarias para la salud, y que bastaba la ban de prorumpir en quejas, y i.un algunas veces en i n j u -
1¿ sin las buenas obras. Desuelle que tomando mal el rias contra los que no las observaban. Desplegaban sus
pensamiento de san Pablo abusaban de su doctrina. Eutrc zelos y su pasión en agrias invectivas, y todo bajo del pre-

TOMO iv. 50
391 DOMINGO QUINTO
losto de zelo por la roligion, y oslo fii6 lo que obligó al sa de mas consuelo que el estar segiiros de que todas
Apóstol á dccii l^s, (¡lie HI pretendido zelo era una ilusión; vuestras peticiones serán eficaces? Vosotros poseéis el se-
que la verdadera piedad ronsisle en pensar siempre bien creto para ser siempre oidos. Pedid en mi nombre;
desu prójimo, y uojuzgar nunc a ni hablar mal de nadie; y vuestra oración será siempre oída. ¿Qué es, pues, loque
que el verdadero zelo es inseparable d é l a circunspección, podrá turbar j a m á s vuestra alegría, si estáis seguros de
(U'. la modeslia y de la caridad. Por fin, concluye con una obtener infalildemenle lodo lo que pidiereis?
lección que encierra otras mudias nías: la religión pura y Hasta aquí, continúa el Salvador, os he hablado en pa-
sin mancha delante de Dios, les dice, la sólida piedad, ol rábolas, esto es, de una manera figurada y enigmática,
z-clo verdaderamente cristiano, no consiste en dispulasni porque no erais todavía capaces de comprender los gran-
en vanas especulaciones, sino en la práctica constanle de des mislerios de la religión. Esta es la lillima conversación
una ardiente caridad. Visitar los huérfanos y las pobres que tendré con vosotros antes de mi muerte. Os he habla-
viudas en sus alliccioncs, ejercitarse continuamenleen las do en términos figurados y oscuros, me he servido de
nbrns de misericordia, y preservarse d é l a inmundicia de ciertas parábolas cuyo sentido no habéis podido penetrar.
este mundo corrompido en que vivimos; lié aqni loque De aquí adelante me esplicaré con vosotros sin figuras; os
prueba visiblemcnle que somos crisiianos, esto es lo que hablaré claramente de mi Padre después de mi resurrec-
honra la religión que profesamos, y io que constituye una ción; os descubrirésin enigmas y sin parábolas el miste-
pi ncha de ella, t b inefable de la Trinidad, el de mi Encarnación, el demi
Kl Evangelio de la misa de este dia es una parte de pasión, el de mi muerte, lodo l o q u e c o n c i e r n e á la econo-
aquel admirable discurso que hizo Jesucrislo á sus discí- mía de la salvación y al establecimiento de mi Iglesia, y
¡iilos después de lacena la víspera de su mucrle, ene! vosotros comprendereis lodo lo que yo os d i r é , en virtud
que este divino Salvador, desptics de habci ics dicho que de la inteligencia que os dará el Espíritu Santo. Entonces
ib i á dejarles para acabar la grande obra do su salvacioa vosotros mismos tendréis un acceso inmediato á estePadre
con el sacrificio de su vida, les predice que su ausencia iníinilamcnle bueno, é mlinilamente liberal; no tendréis
no seria larga, porque denlro de lies (lias le volveiiin á que pedirle en mi nombre para ser oidos. No tengo nece-
ver en un estado muy diferente del en que le habían sidad de deciros (pie yo rogaré á mi Padre por vosotros y
visto. Que por lo que miraba á ellos se verian en ver- (pie uniré mis ruegos á los vuestros; vosotros debéis estar
dad en la desolación y en la tristeza; pero que su tris- seguros que os amo mucho fiara que j a m á s os olvide, pe-
teza se couveiiiria en unn alegría que nadie seria capaz ro aun cuando yo no concurriese para que obtengáis loque
de quitarles. Esto bastará, les decia, para enjugar t o - pidiereis, basta que me hayáis amado y que hayáis creído
das vuestras lágrimas, para calmar todas vuestras i n - en mí partí obligar á mi Padre á que os acuerde el efecto
quietudes, y para indemnizaros con muclias ventajas de de vuestras peticiones. ¡Oh, y cuánla verdad es que noliay
lodo lo que hubiereis padecido por mi amor. Fntonces verdadera probidad, verdadera sabiduría ni verdadera
mas que nunca comenzareis á gozar del favor de mil'adre. justicia sino la que está fundada en el conocimiento y en el
El Espíritu Sanio os colmará de sus dones, y os instruirá amor de Jesuci islol El Padre no ama sino á los que cono-
tan períeclamente en todas las cosas, que no tendréis ya cen y aman á su Hijo; á nadie oye sino en virtud d é l o s
necesidad de tenerme visiblemente cerca de vosotros para meriios de su Hijo. Vana sabiduría, probidad simulada,
consultarme en vuestras dudas. Por lo que hace á mi Pa- fantasma de hombre de bien, cuando el conocimiento y el
dre, él os ama, porque vosotros me a m á i s , y os aseguro amor de Jesucristo no son el alma déosla pretendida sabi-
(«i verdad que no os n e g a r á nada d é l o que le pidiereis en duría, de esta aparente probidad; ninguno es hombre de
mi nombre y por m i s m é r i t c s . Ved aquí, os enseño un nue- bien si no es verdaderamente crisliano.
vo modo de orar muy fácil y muy eficaz, el cual no sella- Viendo el Salvador á sus apóstoles movidos y penetra-
rá común hasta que m i r e i n ó s e hubiese establecido en el dos de las verdades que acababa de e n s e ñ a r l e s , les hizo
cielo, en donde yo seró vuestro mediador, siempre pronto en dos palabras un compendio, por decirlo así, de los mas
á apoyar vuestras peticiones. Mi Padre no podrá ne- grandes misterios de nuestra religión. «Vo he salido de
ganue nada, ni tampoco á vosotros siempre que lo pidie- mi Padre,» les dice, «y he venido al intuido ; así también
reis en mi nombre. Ilaslaaquí nada habéis pedido en mi dejo el mundo, y me vuelvo á mi Padre.» Eslas pocas pa-
nombre. Pedir en nombre del Salvador, dice san lirego- lalirus encierran los principales artículos de nneslra fé en
rio, es pedirlo que es verdaderamente úül para la salva- érden á la persona del Hijo de Dios. Su generación eter-
ción. Losaposloles habian pedido al Salvador muchas co- na : dVo he salido de mi Padre : » su encarnación, (dio ve-
sas: san Juan y Santiago le habian pedido los dos prime- nido al mundo:)) su resurrección y su gloriosa ascensión,
res puestos en su reino; san Pedro le bahía pedido la c u - «me vuelvo á mi Padre.» Hé aquí en pocas palabras toda
ración de su suegra; pocos de sus apóstoles hahian dejado la economía de la redención del género humano, y el
de pedirle algún favor, ó para sí mismos, 0 pera sos ami- eomnendio de nuestra creencia. No habiendo comprendi-
gos; pero el Hijo de Dios cuenta por nada todo loque no do los apó>loIes el sentido de d é l a s palabras de Jesucrislo:
se dirige á la salvación ó á la perfección. ¡Bienes lempo- «Dentro de poco tiempo no me veréis y a , y poco tiempo
rales, vanos honores, salud corporal, vosotros no sois ob- después me volvereis á ver, porque me voy á mi Padre;
jetos dignos de la atención de Dios! ¿A cuántos cristianes querian p r e g u n t á r s e l o , pero conociendo el Salvador su
podria hacerse el dia de hoy la misma reconvención que pensamienlo habia prevenido su deseo , y se habia espli-
Jesucristo hizo á sus discípulos? ¿Cuántos no han pedido cado mas claramente. Esto fué lo que obligó á los apósto-
aun nada en nombre del Salvador? «Pedid y recibiréis;» les á decii : «Ahora estamos convencidos de que sabes t o -
la promesa que os hago, dice el Salvador, debe inspirar á das las cosas, y no tienes necesidad de que nadie le pre-
vuestra alma un gozo lleno y perfecto, lin efecto, ¿ q u e c o - gunteo para aclararle sus dudas, porque tú las sabes aun
DESPUES DE PASCUA. 395
ántcs que le se proiKmgan; lú desctibres lo mas socrelo templo. La Epístola habia sido escrita poco tiempo ántus
del corazón , « y eslo es lo que nos hace creer que has sa- de su muerte, hacia el año 62 de Jesucristo.
lido de Dios.» Solo Dios es el qno puede penetrar el fondo
del corazón, y desenhrir los mas secretos pensamieníos; RKFLEXIOINES.
así es , quenada nos confirma mas en la fé en que estamos «Si hay alguno que no haga mas que escuchar la pa-
de que lú eres el verdadero Mesías, y el verdadero Uijo labra , sin ponerla en ejecución , á este lal se le coniiKira-
de Dios. rá á un hombre que mira su rostro natural en un espejo,
(pie luego que se ha visto se retira , y se olvida inmedia-
La oración de la misa de esle dia es como sigue: tamente lo que era. «Pocos libros espirituales liay , pocos
De.us, a q m hona cunda O Dios, que sois el aulor y discursos crislianos que no sean espejos heles , en donde
priH'cdunt , laryire su¡)- la l'uenle do lodo bien, supli- cada uno puede verse lal como es. En efecto , por poco
plicibus luis : u l cotjile- c á m o o á con el mayor encare- tálenlo (pie uno tenga , se reconoce fácilmente eti el re-
mus, te inspirante, qua: cimienlo que os digneis con- trato que hace un predicador cristiano y h á b i l ; hállase
recta sunl, el le gubcrlian- cedernos la gracia de que uno pintado al natural en la lectura que hace de un libro
te, eadem [adamas. Per conozcamos lo (]ue debemos ha • de piedad. Están lan marcados sus rasgos, sus defectos,
Dominum... cor, y la de hacer lo que de- sus desarreglos, sus pasiones, su humor eslravagante,
bemos. Por nuestro Scftor Je- su natural inmortüicado , la irregularidad de su conducta,
sucristo, etc. lodo se ve allí lan semejante que no puede uno menos do
reeonocerse en ello. Nuestra conciencia nos dice en cada
/,(( Epístola está tomada de la del apóstol Saníiago, capi- página y en cada carácter : « lú mismo eres » de quien
tulo I . aquí se hace el relíalo ; tu mal humor, tu ira . tus arre-
Charissimi: Eslole [ac- Amadísimos hei'manos : batos, tu avaricia, tu dureza con tus hermanos, tu numda-
tores verbi, elnonaudilo- Practicad la palabra, y no os nidad , tu molicie, esto e.j lo que aquí se pinta. Yo me leo
res lantum, [áltenles vos- conlcnteis solo con oírla, en- en esle retrato, yo me veo en esle espejo; contra mis h á -
metipsos. Qaia siquis a u - gafiándoos á vosotros mismos: bitos viciosos, contra mis intrigas criminales, declama
ditor est verbi, et non [ac- poique si hay alguno que no también el predicador , él habla de la inulilidad , del poco
tor, hic comparabilur viro baga mas que escuchar la pa- fruto de mis confesiones y do mis comuniones ; ese peca-
eonsideranii vullum n a l i - labra , sin ponerla cu ejmi- dor eüdiirecido y clernanietile rebelde á la gracia ; esa
vitaíis sum v i spceulo : cion, á este tal so le compara- mujer mundana tan escandalosa ; ese hombre embriagado
consideravil cnim se, cí rá á un hombre (pie mira su en el cuidado de los negocios temporales , y que ni p i e n -
statim oblilus esl quulis rostro natural en un espejo, sa en el de su salvación ; esa persona devota en aparien-
[ueril : qui autem perspe- que luego que se ha visto se cia , y en el fondo lan inmorlilirada , lan imperfecta; eso
xeril i n legem pcrfeclam relira, y se olvida iumediala- jóven aturdido; ese libertino mas pagano que cristiano;
itbertatis, et permauscril menle lo que era. Mas el que esc soy yo. Por mas que se quiera aplicar lo que se iee ó
in ea, non auditor oblivio- considera con aleucion la ley se oye á cualquiera otro , la conciencia no cesa de clamar:
sus factus, sed [ a d o r ope- peiiecla, que vei daderamenle tú mismo eres. El retrato es muy semejante para que no
ñ s , hic beatas Í i i [ a d o s u o libra, y se apegare á ella, nó hiera; el espejo es muy fiel para que en él se vea olra
e ñ l . Si quis aalem p u í a t como un homhre que escucha i m á g e n . Se ve uno a l l í , roconócenso allí las manchas, l ; i
se religiosum esse, non re- y que olvida , sino como un deformidad , las irregularidades de los rasgos nos chocan;
[renans linguam suam, hombre que pone por obra lo vemos en ellas toda su fealdad , y la gracia interior nos
sed seducens cor saum, que contiene, esle será biena- inspira el horror. ¿ Q u i é n no diría que d e s p u é s de ha-
hujus vana est religio. Re- venturado en su couducia. Si berse uno visto en esle espejo, (al como es ; que al salir
ligio munda, d iminaru- alguno piensa que liene r e l i - del sermón que lanío nos ha movido ; después de haber
lata apnd Deum el Palrem, gión, no poniendo freno á su hecho aquella lectura tan patética que nos fcg horroriza-
líate esl : Visitare piijiillos lengua, sino eni;afiándose á sí d o , íbamos al momento á trabajar, á reformar las cos-
H viduas i n tribululioan mismo, su religión es bien tumbres, á reparar las malas confesiones , á roslituir la
e o m m , el iinmumlalum frivola. La religión pura y sin- hacienda tan mal adquirida, á romper aquel h á b i t o ,
secuslodirc ab hocsarulu. mancha delante de Dios nueso aquella intriga criminal ; quién no diría que después de
l i o Pudre, es esla : visitar ls- haberse uno visto lan feo, tan irregular, lan horrible en
huérf;iiios y las viudas cri su este espejo f i e l , iba sin demora á lavar estas manchas , á
aflicción, y preservarse de la reformar lodos estos rasgos ii regulaies, que iba en fin á
inmundicia de esle siglo. convertirse y á reformarse? pues n á d a m e n o s que esto.
Kralau universalmenle eslimadala virtud d e S a n t i a í í o Todo esto nos ha hecho eco , nos ha movido basta arran-
(pío ella le adquirió el nombre de Jtislo. VA sumo ponüíice carnos l á g r i m a s , nos ha espantado; pero apenas nos he-
Anauo, hijo del célebre Anano ó A n á s , fué i-l que le hizo mos visto y retirado, cuando nos hemos olvidado de lo
(pillar la vida, llízosele subir á m i paraje muy elevado del que somos. Un negocio á que volvemos á aplicarnos cu
lempio; preguulóseie allí lo que se debía creer de Jcsu- cuanto salimos de a l l í , una diversión que se renueva,
erislo; y él respondió en a l t a v o z : Que era el lljide una conversación que se tiene , una noticia que se oye,
Dios , sentado á la dieslra del Padre, de donde debia ve- una persona que se ve , un libro profano que se lee, nos
nir á juzgar á los vivos y á ios muerlos. A estás palabras hace olvidar el retrato horrible que acabamos de ver de
'michos creyeron en Jesucrislo.; pero los dodores y los nuestro interior, de nueslra alma; aquel proyecto, aquel
fariseos le precipitaron ellos mismos desde lo alio del aparato de conversión se esliugue en su nacimienlo , y
39 i* DOMINGO QUINTO
paluda la Pascua, acabado el reliro espiridial, después Dios es en quien no tenemos confianza, al paso qne c u a l -
de todas estas bellas esperanzas, nos quedamos tales, y quiera otro apoyo, por débil que sea, nos parece incon-
puede ser que peores que éramos ántes. ¡ Dios m i o l ¡ qué trastable. Eos sabios del mundo se apoyan en su pruden-
funesto es este olvido! TA retrato que se ha olvidado v o l - cia , como si fuese infalible. F.os ricos cuenlan con su oro,
verá A parecer, el espejo so presentará otra vez á nuestra los jóvenes con su edad, las personas robustas con su sa-
vista en la hora de la muerte; cerrados nuestros ojo? á lud ; como si fuesen todas estas cosas fundamentos m u y
todos los objetos esteriores, no se abrirán entonces nuts sólidos. Confíase tanto en el favor, en la autoridad, ei>
que para vernos tales como hemos sido, y tales como so- los amigos, que no se duda emprenderlo todo con tales
mos. Pero ¡ D i o s m i o ! ¡ q u é triste, q u é espantoso, q u é apoyos. Todos los dias esperimenlamos la impotencia y la
desesperante será el verse con tantas irregularidades y infidelidad de las criaturas, sin que esto pueda rebajar
tantas manchas sin tener tiempo de lavarlas y do repa- nada lá confianza que tenemos en ellas: no dejamos de
rarlas ! volver á confiar en esas cañas que tantas veces se han
doblado, que tantas veces se han hecho pedazos en nues-
El Evangelio de la misa es tomado del capitulo 46 del de tras manos. ¿ E n q u é consiste , pues , que esperamos tan
san Juan. poco en el S e ñ o r , en este Seílor cuyo poder es inmenso,
I n tilo tempore : Dixil En aquel tiempo dijo Jesús á y su fidelidad tan probada? ¿ E n q u é consisto que á pesar
Jesús dimputis suis : sus discípulos : En verdad, en de todo lo que creemos acerca de la bondad y de la ter-
Amen , amen dico vobis : verdad os digo, que si pidie- nura de este Salvador para nosotros, tenemos tanta d i f i -
«i quid petieritis Patrem reis alguna cosa á mi Padre cultad en poner nuestra confianza en el ? Esto consisto en
i n nomine meo, dabit vos. en m i nombre, os la concede- que no cuidamos de traer á la memoria , de meditar los
Usque modo non pelistis rá. Hasta aquí no habéis pe- motivos y las razones que tenemos para colocar en él toda
quidqmm i n nomine meo. dido nada en mi nombre : pe- nuestra confianza. Acordémonos de lo que Dios ha hecho
Petüe, etaccipielis,utgau- did , y recibiréis, para que en su favor, y de lo que ha dicho. Misterio incomprensi-
dium vestrum sil plemm. vuestro gozo sea completo. Os ble de la Encarnación , nacimiento oscuro, vida pobre y
Umc i n proverbiis loculus he dicho todas estas cosas en laboriosa, tormentos esecsivos, muerte ignominiosa, y
sum vobis. Vcnit hora, p a r á b o l a s ; es llegado el t i e m - para hacer este sacrificio perpeluo , compendio milagroso
n m j a m non i n proverfyiis po en que no os hablaré mas de todas las pruebas, de todos los milagros de su amor en
loquar vobis , sed palam en p a r á b o l a s , sino que os diré el adorable sacramento de la Eucaristía. ¿ Qué nos pare-
de Paire anmnliabo v o - con claridad todo lo que tiene ce? ¿nos ama este Dios? este Dios , este Salvador, ¿ m e -
bis. I n Uto die i n nomine relación con mi Padre. Voso- rece nuestra confianza ? Tan justo como quisiéremos esto
meo petetis : et non dico tros pediréis entonces en m i juez, es nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestro Pa-
vobis quia ego rogabo Pa- nombre, y no os digo que r o - dre : quiere que su misericordia sea el mas brillante y
trem de vobis : ipse enim g a r é á mi Padre en favor vues- el principal de sus divinos atributos ; esto es lo que o b l i -
Pater amat vos, quia vos tro; pues qtic mi Padre mismo gaba á decir al santo Job : « S í , aun cuando Dios me m a -
me amastis, el credidistis, os ama , porque vosotros me tase , yo no dejaría de esperar en él.» Despnes de lodo lo
quia ego a Deo a á t i i E x i - h a b é i s amado, y habéis creído que Dios ha hecho por nuestra salud , ¿ podríamos con
«t a Paire, eiveni i n m n n - que he salido de Dios. Yo he razón no esperar en sn misericordia ? Por grandes peca-
dma : i t w u m rclinguo salido de mi Padre, y ho ve- dores que seamos, la vista de su cruz y de su sangre der-
mundum, et vado ad Pa- nido al mundo ; otra vez dejo ramada por nosotros ¿ no debe calmar todos nuestros te-
trem. Dicunt ei disdpuli al mundo, y me voy á m i Pa- mores, y reanimar toda nuestra confianza? Pero si á lo
ejus : Ecce nunc palam dre, Dijéronle entonces sus que este Dios Salvador ha hecho, añadimos lo que ha
loqur.ris, et proverbium discípulos : Ahora hablas cla- dicho para hacernos esperar en é l , ¿ q u é es lo que puedo
nutlum dicis: nunc scimus ramente y no le sirves de pa- trastornar nuestra fé y nuestra confianza? Yo os lo digo
ipiia seis omnia , el non rábolas. Ahora estamos con- en verdad: si pidiereis alguna cosa á mi Padre en mi nom-
opusest t i h i u l quis l e i n - vencidos de que sabes todas bre, os la concederá. Parece como que t e m é i s , ó agotar
í e r r o g e t : i n hoccredimus, Jas cosas, y que no necesitas mis tesoros, ó cansar mi paciencia ; hasta aquí nada ha-
quia a Deo existi. que nadie le pregunte, y esto béis podido en mi nombro. Pedid y recibiréis i yo no os
es lo que nos hace creer que digo que r o g a r é á mi Padre en favor vuestro; m i mismo
has salido de Dios. Padre os ama, y no podrá negaros nada. Busquemos,
imaginemos términos mas afectuosos, espresíones mas
MEDITACION. tiernas, mas eficaces, para escitar nueslra confianza.
PUNTO SEGUNDO.—Considera que Dios se ha obligado h
De la confianza en Dios.
asistirnos en todas nuestras necesidades, á protegernos en
PuM0PRiMF.no.—Considera cuán poderosos son los mo- todos nuestros peligros, á concedernos lodo lo que espe-
iivos que tenemos para tener una entera confianza on Dios, rásemos de su bondad, y so ha obligado á ello en todas
y cuán eficaces deben ser para un espíritu y para un c o - maneras. Nos ha dado su palabra, y la ha dado en l é r m i -
razón cristiano. Nada h a y , al parecer, á que Jesucristo nos tan claros y tan enérgicos, que no puedo dudarse ni
se haya obligado mas fi ecuenlemenle ni con mas solemni- de su bondad, ni de su voluntad, sin a c u s a r á Dios de do-
dad que á oir nuestras oraciones, y cuanto pidiéramos á blez y de e n g a ñ o . Sabemos que Dios no puede mentir.
su Padre en su nombre; y sin embargo apenas tenemos Creemos el misterio de la Trinidad, porque el Señor ha
confianza en Dios, ó á lo menos nueslra confianza en Dios dicho que en la naturaleza divina hay una trinidad de per-
es siempre vacilante, i Cosa cslraíia ! Parece que solo eu sonas que no destruye la unidad. E! mismo Dios ha dicho
D E S P U E S DE PASCUA.
en lórminos todavía mas claros que nos concederá todo to os pidiere, y enlonccs pedidle sin desconfianza, y es-
lo que lo pidiésemos; que aun sin esperar que. so le pida, perareis en él sin dudar.
vela sobre lodas nuestras necesidades para p r o v e e r á ellas; 2 Ninguna cosa nos hace tanto daño como esta falta de
declara que cualquiera que espera en él, no será defrau- confianza en Dios; esle defecto hace todas nuestras o r a -
dado en su esperanza; declara que no hay peligro tan ciones infructuosas; seríamos omnipotentes para con el
grande, necesidad tan ejecutiva do que no saque á los que Señor, si no careciésemos do fé y de confianza en él. No
recurrieren á su bondad. Toda la sania Escritura eslá llena dejéis de escilar diariamente vuestra confianza, y espe-
de estas promesas. ¿Tememos qne Dios falte á su palabra? cialmente en vuestra oración d é l a m a ñ a n a . En el discurso
¿Dudamos de su sinceridad? ¿Quién ha esperado en é!, del dia repetid muchas veces esta corla oración del Pro-
dice el Profeta, que haya sido e n g a ñ a d o ? Dios prometo á feta: «En vos. Señor, he puesto toda mi esperanza; no
Abraham que poblará la tierra de sus descendientes; su seré yo confundido.» Antes de pedir nada al Señor, reani-
hijo Lsaac. según la promesa del Señor, debe ser el padre mad vuestra confianza con esta oración. Sea vuestra de-
do lodo esto pueblo. Sin embargo, Abraham recibe órdon voción favorita; y vuestra principal virtud, vuestra entera
do Dios para que degüello á esle hijo único, sobre el cual confianza en Dios.
eslribaban todas las promesas del Señor, y este patriarca
LAS ROGACIONES.
mira como un deber la obediencia. Pero ¿ y en q u é ven-
drán á parar las promesas de Dios? Es(o no le embaraza. Los tres días que siguen al quinto domingo después de
Dios le ha prometido una larga posteridad, y en verdad Pascua, y preceden inmediatamente á la fiesta de la A s -
que un hijo muerto no parece que pueda ser padre de una censión, están coní>agrados por la Iglesia á rogativas p ú -
nación entera. ¿ P e r o es posible que Dios haya engañado blicas y solemnes, a c o m p a ñ a d a s de ayunos ó de abstinen-
á su siervo, ó que haya de hacer traición á su palabra? cias, y de procesiones para pedir á Dios que se digne ben-
Aun cuando fuera necesario trastornar lodo el universo y decir los bienes de la tierra, y proveer á todas nuestras
crear un nuevo mundo, el Señor no se desraenlii á j a m á s : necesidades.
puede hacerlo lodo, y lo hará todo, ántes que dejar de ha- San Mamerto, obispo de Viena en el Delfiuado, estable-
cer lo que ha prometido. Estaba bien persuadido de esta ció las rogativas públicas en su diócesis el año de 4 0 1 , con
verdad la mujer cananea; así por mas que el Hijo de Dios el motivo siguiente.
la rechace, como indigna de la gracia que le pedia, y aun- Desde que los borgoñones se habían hecho dueños do
quo se sirva de términos duros, nada la desanima, su con- esta parle do la Galia Vicnesa, que hoy so llama el Delíi-
lianza persevera á pesar do la repulsa; por mas que la nado y la Saboya, no se habia pasado a ñ o , ni estación en
despida, persiste en pedir, y ella obtiene y es atendida el año, en que c! pais no se hubiese visto afligido con a l -
con elogio. ¿ E n q u é consiste que teniendo tantas razones gún nuevo azote, y la desolación era general. Eran muy
para tener una entera confianza en Dios, tenemos tan poca? frecuentes allí los terremotos, y los edificios mas sólidos
¿qué es lo que nos la eslingue? ¿ q u é es lo que la sofoca? no podían resistir á tan crueles sacudidas. Las bestias sal-
no otra cosa sino nuestra cobardía, nuestra infidelidad en vajes desolaban toda la c a m p i ñ a ; una infinidad de lobos
el servicio de Dios. Nosotros so lo negamos todo á Dios; rabiosos entraban hasta las ciudades y en las casas en m e -
no podemos persuadirnos que quiera oir nuestras súplicas dio del dia, y devoraban á lodos los que encontraban: ca-
y concedernos nuestras peticiones: nuestras infidelidades da dia, dicen los historiadores, parecía producir algún
son las que cstinguen toda nuestra confianza, nuevo indicio de la indignación divina. Los incendios eran
Comenzad, Señor, por concederme la gracia qne os p i - muy frecuentes; pocas semanas habia en que no fuese
do con confianza á pesar de mis infidelidades pasadas, la alguna casa en Viena reducida á cenizas. La noche do
cual consiste en serviros de aquí en adelante sin reserva. Pascua del año de SIO, mientras que todo el pueblo oslaba
Nó, Dios mió, yo no quiero negaros nada, y espero que reunido en la iglesia mayor con su obispo san Mamerlo
me concederéis lodo lo que os pidiere para m i salvación. para la celebración de los sagrados misterios, prendió el
JACDLATOUUS.— En solo Dios está toda mi gloria, mi sa- fuego en la casa del ayunlamíenlo, que era un edificio
lud, mi apoyo y nú esperanza. (Psalm. 61.) magnífico muy elevado, sobre una eminencia que domina-
Mi mismo Dios se ha consliluido el apoyo de mi confian- ba loda la ciudad. Cada cual lemia por su casa, y el so-
M , mi refugio y todo mi consuelo. (Psalra. 93.) bresalto fué universal. Todo el mundo salió de la iglesia
y se interrumpió el oficio divino. El santo obispo permatio-
ció solo dolante del altar, en donde poslrado y deshecho en
PROPÓSITOS.
lágrimas, rogó fervorosamente al Señor qne libras© á su
1 No hay qne buscar otra causa de nuestra falta de pueblo de tantos azotes, y para aplacar la cólera de Dios
confianza en Dios, que nuestra ingratitud y nuestra poca hizo voto de establecer lodos los años las rogativas, ú ora-
devoción. Cuando no cesa do desobligar á alguno, no es ciones públicas, y las procesiones en su diócesi. Sobre la
posible creer que la persona desobligada, por mas llena marcha cesó repenlinamenle el fuego, cuando parecía quo
de bondad que se la suponga, quiera complacernos. Pro- iba á consumir toda la ciudad. La alegría que esle acon-
piamenlo el testimonio de nuestra conciencia es el que tecimiento maravilloso causó en los ánimos, hizo volver á
debilita nuestra confianza en Dios y la hace tan vaci- lodo el mundo á la iglesia. San Mamerlo después de haber
lante. ¿ E n q u é consiste que las almas fieles, que los concluido los santos misterios, y dado públicamente h u -
sanios tienen todos tanta confianza en Dios? Esto con- mildes gracias á Dios por un favor tan visible, declaró á
sisle en que su conciencia no les arguye de rtitlgand su pueblo el voló que habia hecho, y les exhortó á quo
desobediencia considerable. ¿ Queréis tener esta fuerte, uniesen la penitencia á la oración. Todo el mundo aplaudió
esta entera confianza en Dios ? No le neguéis nada de cuan- los medios que habia loraado el sanio obispo para aplacar
308 DOMINGO QUINTO
la cólera de Dios, y no quedó duda á nadie que la cstin- dañarnos Ó turbarnos. Este es el Un que la Iglesia se pro-
cion súbita y milagrosa del incendio se debía á las oracio- pone en estas rogativas públicas.
nes y al voto del santo prelado. Habiendo pues conferen- Sidonio Apolinardice que antes desanMamerto se cele-
ciado sobre ello el santo obispo con el clero, se lijaron es- braban ya una especie de rogaciones ó preces públicas y
tas rogaciones á los tres dias quo preceden á la Gesta de procesiones , las cuales se hacian con poco ó r d e n , y con
la Ascensión, y ordenó que todos tres dias fuesen dias de menos devoción todavía; pero que san Mamerto habia ins-
ayuno. Por la primera vez se celebró esta función de pe- tituido otras mucho mas fervorosas, con mas órden y dis-
nitencia con mucho aparato, y todavía mas devoción. Que- ciplina, y en un tiempo determinado. Se ve en la hisloriu
riendo san Mamerto contemporizar con la flaqueza de los de la vida de san Germán, obispo de París, escrita por For-
que no hubieran podido sufrir la fatiga de una marcha tunato, que estas rogativas ú oraciones públicas se llama-
demasiado larga en ayunas, se contentó con sciialar para ban las letanías, es decir, que en el siglo v i se celebraban
la estación, ó termino de la primera procesión, una iglesia las rogaciones como en el dia de hoy. Decíase la misa quo
de fuera que no estaba muy lejos de las murallas d é l a se llamaba de las rogaciones, hacíase la procesión, y en
ciudad. Todo el mando se halló en ella, y la multitud os- ella se cantaban las letanías. Esta palabra « letanías » es
tentó una devoción tan edificante, un corazón tan contrito un nombre que viene del griego, y significa oración p ú -
y tan humillado, y un fervor tan general, que habiendo blica. Es una forma de oración lacónica y concisa que so
parecido muy corto el término de la primera procesión, se canta en honor dq los santos, de los que contiene ciertos
pidió que el término de las procesiones que debian hacerse elogios ó atributos, al fin de cada uno de los cuales se les
en los dias siguientes fuese mas léjos. hace una invocación en los mismos términos, la cual sirvo
Conocióse bien desde la primera vez cuánto habia de estribillo ('). Las letanías de los santos ó de la santísima
agradado á Dios la devoción y la penitencia del pueblo Virgen que se cantan en las procesiones , lienen por res-
do Viena. No volvieron mas á sentirse temblores de puesta esta corta oración : « Uuega por nosotros; » y
tierra, no parecieron mas lobos, la campiña no fué ya cuandu se invocan las personas de la santísima Trinidad,
nunca asolada, y no hubo ya en adelanto que quejarse se dice : « Ten misericordia de nosotros. » Todas comien-
de la intemperie del aire, ni del desarreglo de las esta- zan por estas dos palabras griegas : « Kyrie eieíson ¡ »
ciones. Señor, ten misericordia de nosotros. Hállase también cu
Era muy interesante esta piadosa institución para que un antiguo llilual romano que alguna vez se cantaban l e -
quedase reducida á la ciudad, ó á la sola diócesis de Vie- tanías en las que no se decia mas que i Kyrie eieíson : »
na: la mayor parle de las iglesias de las Gallas se deci- lo cual se repetía hasta cien veces, y otras tantas « Christe
dieron á imitar un ejemplo tan santo. Las rogaciones v i - eieíson. Llámanse « Letanías mayores » las d é l a Gesta de
nieron á ser una tiesta de obligación en cuasi todas las san Marcos, instituidas por el papa san Gregorio el año de
diócesis, á fin de que lo que habia servido de remedio, ri90, en las que después de la invocación d é l a divina m i -
fuese en lo venidero un preservativo. Considerando los sericordia se invocan los santos, y se les pide su interce-
obispos la sabiduría de la institución de las rogaciones, sión y sus oraciones para con Dios. De suerte que desde el
hecha por san Mamerto, creyeron que no podian hacer siglo v, y aun antes, se ha dado el nombre de letanías á las'
cosa mejor que conformar.-e con ella por el tiempo, pol- oraciones que ya se rezaban en las procesiones, en las quo
las oraciones, y por lodo lo dem'is. El concilio de Oiieans se dirigían los fieles á Dios para esponerle sus necesidad es >
celebrado el a ñ o de «11 ordenó quo las rogaciones se h i - y á los santos para suplicarles que intercediesen por n o -
ciesen en toda la Francia en el mismo tiempo y de la mis- sotros para con el Padre de las misericordias.
ma manera que se hacian en Viena. Esta coslumbre pasó La procesión de una iglesia á otra cantando las leíanlas
ú España hacia el principio del siglo va, pero no se hizo es una de as circunstancias de las rogaciones. En esta ce-
obligatoria ni de oficio para toda la Iglesia latina hasta remonia eclesiástica, siguiendo al clero el pueblo, une sus
que el pap i hizo de ella una ley de disciplina eclesiástica oraciones n las de los ministros del Señor para imploi or su
que está hoy en uso en todas parles. El papa León I I I fué misericordia. El origen de las procesiones es muy antiguo.
el que estableció en Roma y por todas partes las rogacio- Ellas han estado en uso en la Iglesia desde luego que pa-
nes hacia el fin del siglo v m , sin obligar á los fieles al saron las persecuciones, y nada ha podido después inter-
ayuno en razón de hacerse dentro del tiempo Pascual. rumpir esta piadosa práctica. San Juan Grisóstomo, quo
Cario Magno y Carlos el Calvo han promulgado leyes para vivia en el siglo i v , hacia á su pueblo de Constantinophi
la observancia de las rogaciones, prohibiendo trahajar en que hiciese procesiones en las quo se llevaba la cruz con
estos dias, lo cual se ha observado mucho tiempo en la hachas encendidas, y se cantaban preces para pedir á Dios
Iglesia galicana. El ayuno que se observaba al principio la conversión de los herejes y los socorros del cielo en las
cun mucha regularidad, se ha convertido después en s i m - necesidades públicas. Léese poco mas ó menos lo mismo
ple abstinencia por consideración al tiempo Pascual que en la vida de san Porfirio, obispo de Gaza en Paleslina,
es un tiempo de regocijo; pero la práctica constante en que murió hácia el año de 423. Precedía la cruz al clero
toda la Iglesia católica para la observancia de las roga- que iba do dos en dos, al cual seguía el pueblo canlando
ciones, ha sido siempre el a c o m p a ñ a r estas preces p ú b l i - salmos. San Ambrosio habla de las procesiones que so
cas con espíritu do penitencia y de compunción, y ser-
virse de las letanías para pedir á Dios, por la invocación (i) L a IÍ,'!O»ÍÍI ile E.-paña n o a d i w i l e psira las preces p ú -
d é l o s santos y su intercesión, la remisión de los pecados, blicas las l'elauiasdo quo butbi* a'l»' 01 p- ^ui.vsel; a s í quo
los socorros necesarios tanto espirituales como corporales, en la (lejos s;mUw y t'ii l a d o la rocomomlacion d^j a l m a
SB hace simplemenlo la i n v o c a c i ó n do lossunlo.s sin elo-
ía paz de la Iglesia y del Estado, la conservación de los
iílos oí alriliuios, y con sola la respuesta á cada uno de lu
bienes de la tierra y la separación de lodo lo que puede oraciuu: fftwa»,<¡ r v i j i d p T nosAruS.
DESPÜES DE PASCUA. 399
.icoslunihraban linccr on Milán píira implorar la miscricor- cion de gracias. En seguida espone David los peligros on
flia dt» Dios La que se hizo on Milán en tiempo de esle sanio que se ha visto; después describe en términos pompo-
prelado para Inisporlar las reliquias de san Gervasio y san sos el modo con que Dios le ha socorrido y libertado do
Trolasio, es una de Ins mas célebres. San Ambrosio y san ellos; en fin, después de haber ensalzado las gracias que
Aiíiisiin refieren el insigne milagro do que fueron lestigos ha recibido, concluye con las alabanzas y acciones de g r a -
en la persona de im ciego que recobró la vista durante la cias. San Gerónimo dice que este salmo, describiendo los
procesión por el conUiclo de las reliquias. Y el venerable combales de David contra sus enemigos, figura las v i c -
iteda en la vida de san Cnrberlo, hablando de la procesión lori is de Jesucristo sobre los judíos, enemigos moríales
de ¡as rogaciones, hace mención de las reliquias que se del Mesías, y las do la Iglesia sobre lodos sus persegui-
llevaban en ella, como de una cnstumhre establecida en dores.
loda la Iglesia, banfrancohabla de las leíanlas, d é l a cruz, La Epístola de la misa de esíe dia está sacada del c a p í -
del agua bendita, del libro de los Evangelios, y de las r e - tulo quinto de la Epístola del apóstol Santiago; es,una ins-
liquias que se llevaban en las procesiones de las rogacio- trucción abreviada de las disposiciones con quo so debe
nes, y en las que se bacian en tiempo de calamidades p ú - oran, y del fruto que debe sacarse de la oración.
blicas. Las procesiones mas solemnes son las del Santísimo Confesad vuestros pecados el uno al otro, y rogad los
Sacramento, las de las Rogaciones, d é l a ÍHirilicacion y de unos por los oli os para qne os salvéis. No basta deloslar
los llamos, y las que se hacen en Francia el dia de la vuestros pecados en el fondo del corazón , dice el sanio
Asunción de la santísima Virgen por voto de! r e y ; las que Apóstol: este dolor inlerior y sobrenatural, esta verdadera
se hacen estraordinariamenle por el jubileo, y las que se contrición es sin duda necesaria, pero no basta para obte-
hacen para aplacar la cólera de Dios en las calamidades ner el perdón dolos pecados mortales; es preciso decla-
públicas. Las procesiones son mas frecuentes en el tiempo rarlos, confesarlos con humildad al sacerdote, que es el
pascual, porque es menester pedir á Dios su bendición único que tiene poder para absolvernos: es un juez y es
sobre ios frutos de la tierra, que corren entonces muyeres necesario insiruirlc del proceso; es nn médico y es preciso
riesgos. De aquí ha venido la religiosa práctica de las declararle nueslras llagas y nuestras enfermedades, á Ou
gentes de la campiña de hacer en esta estación tan fre • de quo nos aplique los apáralos y los remedios necesarios.
cuentes procesiones. « C o n f e s a o s u n o á o t r o vuestros pecados.» Tor estas pala-
Dii todo lo que acaba de decirse con respecto á las roga- bras, dicen los intcrpreles y sanios Padres, declara v i s i -
ciones, á las plegarias públicas, á las santas reliquias que blcmenlo el santo Apóstol el precepto divino de la confesión
se llevan en las procesiones y á todas las domas prácticas sacramental. (Cornel. á Lapide.) Uno do los mas sabios
de religión, cuasi tan antiguascomo la Iglesia, ¿qué d e r c - intérpretes dice que Santiago no se ha servido de esla cs-
llexiones nacen céntralos herejes, cuyas sedas tan contra- presion «uno á otro,» sino para hacer la práctica de la con-
rias á este primitivo espíritu del cristianismo, se atreven fesión mas fácil y el precepto mas suave. No obstante que
todavía á condenar unos usos nacidos, por decirlo así, con solo al sacerdote sea á quien debemos confesar nuestros
'a Iglesia, y au'ori/ado.s por la práctica de lodos los sanios pecados, se sirvo el santo Apóstol del término « u n o á otro»
en todos los tiempos? para hacernos comprender mejor que aquel á quien do-
Aunque los tres dias que preceden á la fiesta de ¡ h As- claramos en secreto todas nueslras miserias, está también
censión sean lodos tres de rogaciones, la Iglesia, sin e m - sujeto á las mismas flaquezas y á las mismas tentaciones
bargo, no ha asignado oficio particular mas que á esta sc- que nosotros, y es capaz de caer en los mismos desórdenes.
gmida feria. El introito de la misa de este dia está toma- « Uno á o t r o , » porque aunque el carácter sacerdotal eleva
do díd salmo I T . Como es este un dia do rogaciones, esto al sacerdote sobre el lego y lo da el poder de absolver a l
es, de súplicas solemnes para obtener del Señor todos los pecador, no le saca de la clase de los hombres; y por mas
auxilios espirituales y temporales que necesilamos, la Igle- sublime que sea la dignidad del sacerdote, siempre se v e -
sia comienza la misa por un verso del salmo mas á p r o p ó - rifica que la confesión se hace do hombre á hombre, « e l
silo para inspirarnos la confianza que debo acompañar á uno al otro,1» lo que demuestra á los mismos sacerdotes la
todas nuestiMs petiemnes para que sean eficaces, y sin la obligación que tienen lambien ellos de confesarse, S¡ se
m a l no seremos j a m á s nidos. Este salmo es un cántico do han visto pecadores que han declarado sus culpas á s i m -
acción de gracias de David | Dios, en el que después de ples legos, son estos actos do humildad muy laudables y
haber referido todos ios peligros á que ha estado espueslo que pueden obtenerles del Sefor la gracia para formar una
y las victorias que ha conseguirlo sobre todos sus enemi- contrición perl'ecla ; pero esto acto do humildad, por l a u -
gas por una protección especial, protesta quo nada será dable que sea, j a m á s podrá equivaler á una confesión sa-
j a m á s capaz de alierar su confianza hi debilitar su amor h cramental. .
Dios. «Mi voz,» dice el Profeta, « h a podido penetrar bas- « Orad los unos por los oíros para que os salvéis.» El
ta lo mas alto del ciclo, que es su templo y su mansión or- Apóstol recomienda aquí la oración mutua para con Dios,
dinaria ; mis clamores han llegado á é l : los ha oido y me la cual, teniendo por motivo la caridad, le es siempre
ha escuchado: » ¡ q u é confianza no debo tener en él, y qué agradable, y el mismo motivo la hace lambien eficaz.
acciones degracias no debo rendirle ! «Yo os a m a r é , Se- Dios escucha do buena gana las súplicas que hace-
ñor, á vos que sois Inda mi fortaleza: el Señor es mi apo- mos por nuestros hermanos ; y lo que no oblendríamos
y o , mi refugio, mi libertador.» Con tales sentimientos no para nosotros mismos , lo alcanzamos mi;chas veces
podrá Dios menos de oir nuestras peticiones. Todo este sal- cuando es la caridad la que nos mueve á pedirlo pa-
mo es de los mas nobles y mas cristianos aféelos, y su es- ra ellos. «La oración constante del justo,» añade,
tilo es bello y admirablemenl'c elevado. Comienza por las « p u e d o mucho para con Dios.» Habla de los justos
•dabanzas magníficas del Señor, y por la mas humilde ac- que viven aunen la t i e r r r a ; ¿ c u á l , pues, debe ser Ja
400 DOMINGO QUINTO
eficacia de las oraciones do los santos en ol cielo, y sobro á una persona conocida que acababa de llegar de la oamp}-
lodo de la Reina de los sanios, en í a r o r do aquellos por fia; yo os aseguro que si con todas las escusas que aquel
quienes se inlercsan? Ninguna cosa auloriza mejor que hombre pudiese alegar, por mas que le dijese : vienes
esle pasaje la invocación de los santos. muy larde, mi puerta está cerrada, todos mis criados es-
« Elias era, como nosotros, un hombre snjolo á las fla- tán recogidos, yo no puedo levantarme, vuelve mañana á
q u e z a s . » Santiago, para probar la fuerza y la eücacia de cualquiera otra hora; yo os digo que si á pesar de todo es-
la oración, trac el ejemplo de Elias, el cual por su oración lo su amigo continúa llamando y no se desanima por
tuvo cerrado el cielo por espacio de tres años y medio sin la negativa, su amigo concederá á su importunidad lo que
que cayese una gota de agua, y por su oración le abrió le costaba trabajo c o n c e d e r á la sola amistad. Se levanta-
en el momento que creyó que era necesario para m a n i - r á , le abrirá la puerta y le dará no solo los tres panes que
feslar la gloria y el poder de Dios, y para tratar de conver- le pide, sino todo lo que puede necesitar para regalar á su
tir al impío Acbab, que no se aprovechó de esta doble huésped. En este ejemplo se presenta una importante lec-
maravilla. P o r ü n , el santo apóstol concluye esta admirable ción. Tiene Dios mas deseo de darnos lo que necesitamos,
Epístola, exhortando á todos ios fieles á que tengan unaca- que nosotros mismos tenemos de obtenerlo: quiere ú n i -
ridad cristiana con sus hermanos y un verdadero zelo por camente que nosotros le pidamos y que perseveremos en
su salvación. Hermanos mios, les dice, si alguno do voso- pedir. Jesucristo quería conceder al ciego de Jericó la g r a -
tros llega á eslraviarse del verdadero camino y otro le cia que le pedia, y á la cananea la curación de su hija;
vuelve á entrar en 61, sepa el que redujere á un pecador pero quería para esto que el uno y la otra se lo pidiesen
de su descarrío, que salvará su alma de la muerte elenia y con importunidad. Todo lo concede Dios á la perseverancia,
cubrirá un gran n ú m e r o de pecados; esloes, que volviendo porque ella es una prueba visible de nuestra fó y de la
á traer al pecador al camino de la salvación, tendrá el m é - conlianza que tenemos en su poder y en su bondad.
rito de habersalvado un alma y alcanzará fácilmentede la La falla de perseverancia es una especie de despecho
misericordia deDios el perdón de sus propios pecados. Es- que indica nuestra poca conGanza y la flaqueza de nues-
to es lo que escribía san Pablo á Timoteo: Atiende á tí mis- tra fé.
mo, y trabaja en la salvación do los d e m á s ; porque con- « N o nos exhortaría tanlo el Salvador á que le pidiése-
duciéndote así, tú le s a l v a r á s á tí mismo, y salvarás á los mos, dice san Agustín, si él mismo no desease conceder
que te escuchan. Esto es lo que inspira aun lodos los dias lo que se le pide. Avergoncémonos de nuestra inconstan-
tanto zelo á l o s h o m b r e s apostólicos, que sin que les detengan
cia y de nuestra cobardía» continúa este Padre, «Dios tie-
los mas fuertes y masdulces vínculos de la carne.ydela san- ne mas gana de darnos, que nojolros de r e c i b i r . » En
gre;sin que Ies conmuevan los amigos quehayque aban- efecto, el Salvador después de haber traído este ejemplo
donar para siempre, ni los encantos dclapalria; sin que les familiar que tan bien espresa el deseo que tiene de con-
asusten los peligros espantosos, ni les desanime la cruel- c e d é r n o s l o que le pedimos, y que nos hace ver lan sen-
d;iil de tantos pueblos inhumanos, hacen esos grandes sa- siblemente que el medio de obtener es pedir con perseve-
crificios de sus comodidades, de sus talentos, de su vida, rancia , a ñ a d e : « Y yo os digo t a m b i é n : pedid y se os
y pasan los mares para ir á llevar la luz de la fó á las na- d a r á : buscad y encontrareis: llamad y se os abrirá.» No
ciones mas b á r b a r a s . Solo el amor de Jesucristo, solo el dice el Salvador que muchos serán o í d o s : « t o d o s ; » no
Espíritu Santo, solo el zelo ardiente de la mas pura cari- esceptúa á nadie, con tal que, como dice en otra parte,
dad que inspira la única verdadera religión, eslo quepue- se pida en su nombre lo que conviene á la salvación;
de (jl)rar eslos milagros de la caridad cristiana, ¿Cuántos porque todo lo que es contrario á la salvación es un
ministros, cuántos doctores de las nuevas sectas se han gran mal para pretender que Dios, que es la fuente
visto entre los cafres ó entre losiroqueses, al paso 'que l o - de todo bien, nos lo conceda.
•dos los dias se ven tantos nuevos mártires en estos países? « Si alguno de vosotros pide un pan á su p a d r e , » a ñ a -
Salo la verdadííra Iglesia es la que puede inspirar este de el Salvador, « ¿ l e d a r á por ventura su padre una pie-
zelo m a g n á n i m o . dra?» si le pide un pez, ¿ l e d a r á una serpiente ? 6 si le
Como es esle un día de rogaciones, el asunto del Evan- pide un huevo, ¿recibirá acaso un escorpión de manos de
gelio de la misa es lo que Jesucristo dijo á sus discípu- su padre? Si pues vosotros, que sois tan inclinados á
los acerca de la eficacia de la oración. hacer mal y tan poco propensos á hacer bien, os sen-
Instruyendo el Salvador á sus discípulos sobre muchos tís naturalmenle incitados á dar á vuestros hijos lo
punios de perfección, les aseguraba que para ser santas y mejor que tenéis, [con quó caridad, con q u é liberalidad
peifeclos era menester pedir á Dios con fervor la gracia pensáis que vuestro Padre celestial d e r r a m a r á sobre v o -
para llegar á serlo. Pedid esta gracia, les decia, y se os sotros las mayores misericordias, y singularmente su santo
c o n c e d e r á ; buscad y hallareis; llamad á la puerla y se os Espíritu que es la fuente de todos los bienes!
a b r i r á . A nadie e s c e p t ú o ; yo os digo que generalmente No hay cosa mas espresa en el Evangelio; ninguna mas
serán oidos todos los que pidieren. Pero una de las con- sólidamenle establecida en la religión que la infalibilidad
diciones para ser oidos es la perseverancia en la oración, de la oración: ¿en q u é consiste, pues, que Dios se mues-
y para hacernos ver el mérito y la eficacia de esta pei-se- tre todos los dias tan poco favorable á nuestros deseos,
verancia , considerad lo que pasa todos los dias entre v o - dice el mas célebre de lodos los oradores cristianos? ¿cuál
sotros. Ilabia un hombre que teniendo un buen amigo, r i - es la causa de que rogamos y no nos oye? ¿de dónde viene
co por otra parte y liberal, no creia poder obtener de é l , que pedimos y nada alcanzamos? Esto consiste en que no
en una ocasión ingente, todo lo que le pedia, cuando á pedimos lo que debemos pedir; en que no pedimos como
media noche iba á llamar á su puerla para que le diese debemos pedir. Nosotros pedímos ó cosas perjudiciales á
tres panes que necesitaba, porque tenia que dar de cenar | la salvación, ó bienes puramente temporales6 inútiles
L A S ROGACIONES. 401
para la salvación, ó aunque sean gracias, las pedimos de
tal modo que lejos do sanliücarnos, servii ian mas bien UEFLEXIONES.
para aparlarnos del camino d é l a salvación. ¿ Q u e r e m o s «La oración constante del justo puede mucho.» En n o -
que nucslras oraciones sean efleaces? No pidamos mas que sotros consiste, con el auxilio de la gracia, el ser tan p o -
lo que puede servir para nuestra salvación, y pidámoslo derosos con el Seíior. Seamos buenos, seamos justos , y
con las condiciones y con las disposiciones que convienen fácilmente seremos oidos de nuestro Dios, ya que pida-
ñ la oración. Oremos con humildad, oremos con atención nios por nosotros, ya que pidamos por los d e m á s : Dios se
del espíritu y afecto del corazón; oremos con confianza y ha obligado á no negar nada á sus siervos. Pero si ta o r a -
con u n a f é viva; oremos en ü n , con perseverancia. « Dios ción continua y perseverante del justo tiene gran poder
resiste á los orgullosos, dice Santiago, y da gracia á los para con Dios, ¿qué no podrá para con él la oración de
humildes.« La atención del espíritu y el afecto del corazón, los santos que están en el cielo, y singularmente la i n -
dice santo Tomás, son como el alma de la oración. « P i d a - tercesión de la santísima Virgen, la cual todo lo puede
mos con fó, dice Santiago, y no vacilemos. Espera , dice con su querido Hijo? El crédito del justo os grande: en
Isaías, espera todavía.» Dios concede muchas veces á la consideración á él, detiene Dios los mayores azotes y obra
perseverancia lo que parece negar al principio al fervor las mas estupendas maravillas. Señor, le dice Abraham,
de la oración. Sílbese vivir b i e n , s e g ú n san Aguslin, ¿si halláreis por lo menos diez justos en Sodoma, no per-
cuando se sabe orar bien. donareis á esta infame ciudad? Si yo encontrase en ella,
responded Señor, diez hombres de bien, diez justos, por
La oración de la misa de este dia es como sigue : mas irritada que esté mi justicia, por mas horribles que
rrwsta , ^wícsumus, Uaced, ó Diosomnipolcnlo, sean los crímenes de sus habitantes, no la destruiré, yo la
omnipolens Dcus : wí ^ui que los que en nuestras aflic- perdonaré en consideración á estas almas inocentes.
in afjlicíionc riostra de ttia ciones ponemos nuestra con- ¿Cuántas veces desarmó Moisés la cólera de Dios, pronla
pietate covfidmus, contra fianza en vuestra bondad,sea- ya á estallar sobre su pueblo? El mismo Dios dice que per-
adversa omnia tua sem- mos .«ieinpre forlalecidos por dona á oslo pueblo ingrato y rebelde á sus órdenes, en
per prolcclione muniamur. vuestra divina protecciuii con- consideración á Abraham, á Isaac y á Jacob, sus íie'.es
Per Domiíwm.., tra todas las adversidades de siervos. ¡Y de cuántas desgracias no preservan aun lodos
esta vida. Por nuestro Señor, los dias los buenos, los pueblos manchados con los c r í m e -
etc. nes enormes que cometen tantos impíos y tantos pecado-
res! No se necesitan mas que diez justos, por decirlo así,
La Epístola está lomada de la del apóstoi Santiago, capi- para detener la indignación divina. ¿Qué no debe el p ú -
tulo 5. blico á las fervorosas oraciones de laníos santos religiosos
Charissimi: Confttemi- Amadísimoshermanos: Con- cuya inocencia se manliene á favor de los rigores de la
ni alterulnmi peccaiaves- fesad vuestros pecados el uno mas austera penitencia, y que hacen revivir en el claus-
tra , et orate pro invkem al otro, y orad los unos por los tro, en medio de las mas grandes ciudades, aquellos m i -
Mí salvcmiui : muUnm otros para que os salvéis, por- lagros de santidad que apenas se creian posibles en otro
enim valct deprecalio j u s l i que la oración constante del tiempo sino en los desiertos? ¿qué no debe el público á J a s
assidua, Elias homo eral justo puede mucho. Elias era santas oraciones de lanías esposas de Jesucristo, que e n -
similis nobis passibilis : hombre como nosotros, sujeto cerradas en el estrecho recinto de un monasterio no con-
ct oroíioiic orai'il u i non á las enfermedades; sin e m - versan cuasi mas que con Dios, pasan sus dias en los dos
Vluercl super lerram , et bargo, oró para que no llovie- ejercicios d é l a saniidad y de la justicia, y haciendo en la
non plüit amos tres, et se sobre la tierra, y no llovió tierra el oficio de las celestiales inteligencias desarman
menses scx. Et r u r - en tres años y seis meses. Ro- con sus vólos y susoraciones la ¡ra del Señor y atraen m i l
sum o r a v i l , el cvlum gó segunda vez, y el cielo dio bendiciones sobro los grandes y sobre los pueblos? en fin,
dedil pluvium, et ierra de- la lluvia , y la tierra llevó su ¿qué no debo el público á esas personas devolas, á esas
dil fruclum sunm. Fralres fruto. Hermanos mios, si al- almas escogidas, cuya vida inocente, aun en medio de un
mei, si qnis ex vobis erra- guno de vosotros llega á cstra- mundo corrompido, encanta el cielo y atrae las mas d u l -
verit a veriiaté, el con- viarse del verdadero camino y ces míluencias sobre la tierra? ¿á esas almas escondidas
rerlerit qnis eum, scire algún otro le volviese á atraer en la soledad de una vida oscura, pobre, humillada,cuyas
debet quoniam qni conver- á él, sepa osle que el hombre d aciones penetran los cielos y van á palrocinar, por de-
l i fcceril peccalorem ab que redujere un pecador de su cirlo así, la causa de los pecadores á los pies del trono
enore vice suw, salvabil e s l r a v í o , salvará su alma de del Padre de las misericordias? Algnn dia so sabrá cuánto
unimam ejus a morte, et la muerte y cubrirá un gran fué el influjo de la oración constante y fervorosa de estas
operiet mulüiadincm pec- número de pecados. almas santas, y q u é tesoro, q u é felicidad es para una
catorum. ciudad, para un reino el poseer estos fieles siervos do
l<\ Epístola de Santiago es un admirable compendio Dios, que el mundo por lo común desprecia , y de que él
Je los principales puntos de la moral cristiana, y de m u - no es digno.
chos dogmas. Ilablaen ella de la necesidad do las bue-
nas obras, d é l a confesión de los pecados, de la Estrema- El Evangelio de la misa es de san Lucas, cap. u .
"ncion. Extorta á los Heles á la paciencia y á la oración, In illo tempore'. Dixit En aquel tiempo dijo Jesús
a i y a eficacia ensalza. Su estilo es ajustado y sentencioso, Jesús discipulis sais: Qnis á sus discípulos : Si alguno de
Cl ^'ese que escribió esta carta en griego; en ella cita la vcslrum habcbil a m i n m , vosotros tuviese un amigo, y
sania Escritura s e g ú n la versión de los Selenla. el ibil ad illum media noc~ liiése á buscarle á media n u -

TOMO I V . 51
402 L A S ROGACIONES.
te, cí Jiert tlli . A m m , che, y lo dijese : Amigo mió, «porque pedís mal.» Estráftaso que después de lodo lo
commoda mihi tres panes, préstame Ircs panes , porque que ha dicho el Salvador acerca de la inlifabilidad de la
qnoniam amicus m u s ve- uno de mis amigos que va do oración sean tan pocos oidos, y deberia parecemos mas
ítj't de via ad me, el non camino, ha llegado á mi casa, estraflo, si pidiendo tan mal como lo hacemos, fuesen mas
habeo quod ponam aule y no tengo con que obsequiar- eficaces nuestras oraciones; no acusemos al Señor de
i ü u m , eí Ule deinlus res- l e ; y este amigo r e s p o n d i é n - que restringe sus promesas y encarece sus gracias; nues-
pondens, dicat: Noli mihi dolé desde adentro de su ca- tros frivolos motivos, nuestras malas disposiciones y aun
moleslus C5sc,//ím ostium .«a, le dijese : No me imporlu- nuestra poca religión en nuestras peticiones, le fuerzan,
clausum esl, el pueri mei nes, mi puerta está cerrada, y por decirlo así, á no escucharnos. Nosotros sabemos que
niecum sunl in cubili : n o ñ mis criados y yo estamos ya ios pecadores no merecen que Dios atienda á sus peticio-
possum surgen, et daré acostados; yo no puedo levan- nes, y perseveramos voluntariamente en el pecado; y esta
tilñ. E l si Ule persevera- tarme á d á r t e l o s ; si, no obs- perversa voluntad es la que impide que sean oídas nues-
veril pulsans : dico vobis, tante esto, el otro se empeñase tras peticiones. Pero, amadísimos hermanos, decia san
el si mndabit illisurgens, en llamar, aun cuando este no Juan, si nuestro corazón no nos arguye, tenemos un ac-
eo quod amicus eju$ s i l , se levantase para dárselos en ceso libre para con Dios, y todo lo que pidiéramos lo a l -
propler improbilatem l a - fuerza de la amistad , yo os canzaremos de él, porque guardamos sus mandamientos
men ejus surget, et dqbit aseguro que para evitar la y hacemos continuamente lo que le agrada, y tales la
ilíi quoiqmt kabel neces- importunidad se levantaria y condición para que todas nuestras oraciones sean eficaces.
sarios. Et ego dico vobis : 1c daria todo lo que necesita- La oración pide un espíritu bumilde. ¿Se le ocurre á nadie
Petile, el dubilur vobis: se. Y yo os digo también : pe- el faltar al respelo al mismo tiempo que se presenta una
queerile , et inveuielis : did y se os d a r á ; buscad y en- súplica al principe? ¿Qué suplicante omite los menores
p ú l s a t e , et aperittur v o - contrareis; llamad y se os deberes del decoro? Naturalmente es uno atento, respe-
bis. Onmis enim, qui petit, a b r i r á ; porque cualquiera que tuoso y aun culto cuando se pide á los hombres. ¡ C o s a e s -
accipit: el qui quceril, i n - pide recibe; el que busca h a - t r a ñ a ! solo cuando se pide á Dios nos dispensamos de
venil : el pulsanli aperie- lla; y se le abro á aquel que estos deberes esenciales. Y, hablemos de buena fe, esas
tur. Quis aulem ex vobis llama. Si alguno de vosotros posturas lánguidas y descuidadas, esos aires de inquietud
patrem petilpanem'.num- pide á su padre un pan , ¿ le y de disipación, ese disgusto, ese tedio que acompañan á
quid lapidem dabil illi? dará por ventura una piedra? nuestras oraciones, ¿son señales de un corazón humilde,
Autpiscem : numquid pro O si le pide un pez, ; le d a r á religioso y crisliano? | A h | ¿No parece muchas veces que
visee serpenlem dabil illi? su padre una serpiente en l u - mas que pedir á Dios es insultarle? Queremos que Dios
Aul si peticril ouwm; gar de un pez? ó si le pide un nos oiga, y nosotros no nos oímos á nosotros mismos
numquid por ñget illiscor- huevo, ¿ l e dará acaso iia es- cuando pedimos; queremos que üios se ocupe de nuestras
pionem? Siergovos, eum corpión ? Si pues vosotros, oraciones, al paso que nosotros ni aun pensamos, en ellas
s ü i s mali, noslis bona da- aunque sois tan malos, sabéis cuando las hacemos; ordinariamente no son mas quo
la dare(iHisveslñs: quan- dar buenas cosas á vuestros nuestros labios los que honran á Dios; pero ¿ q u é parle
tn magis Paier vesler de hijos, ¿con cuánta mas razón tiene el corazón en unas oraciones que solo se recitan por
ríelo dabil spirilum bomm vuestro Padre celestial dará el rutina? Muévese pero el Señor de las alabanzas que se lo
petentibus se? buen espíritu á los que se lo dan, de las necesidades que se le esponen, y de los votos
piden? que so le hacen con un corazón ocupado de cualquiera
otra cosa, y un espíritu distraído. No echemos la
M D I T A C ON. culpa á nadie mas quo á nosotros si nuestras peticio-
nes son tan poco eficaces.
De la oración. PUNTO SEGUNDO. — Considera que la perseverancia es
TINTO PRIMERO. — Considera que la oración es una absolutamente necesaria cu la oración, porque ella indica
conversación con Dios, cu la que admitida el alma, por la confianza que se tiene en Dios, tan necesaria para orar
decirlo a s í , ó introducida en el santuario, adora la s u - bien. Es menester perseverar en la oración, pero nó en el
prema majestad de su Dios, se humilla delante de este so- hábito de orar mal. Dios quiere ser importunado, pero
berano Señor del universo, le espone con confianza sus quiere serlo por quienes lo hagan con las disposiciones
necesidades, le descubre sus tentaciones y sus flaquezas, convenientes. Pocos milagros bay que Jesucristo no se
y penetrada d é l o s mas vivos sentimientos de respeto, d e haya dignado atribuir á la fó y á la confianza de los s u -
amor y de reconocimiento, trata de honrarle, tanto por plicantes. Dios nada niega á una conílaza perseverante y
su profunda sumisión á sus órdenes, como por su confian- auna piedad humilde. Creed quesera oida vuestra ora-
za y por sus votos. ¿Qué otro acto de la religión pide m a - ción, dice el Salvador, y recibiréis infaliblemente lo quo
yor atención y mas confianza? Nada ha omitido el Salva- pidiereis.
dor para inspirárnosla. Estad seguros, nos dice, que Los que no carecen ni de respeto ni de atención en sus
«cualquiera cosa que quisiereis pedir en mi nombre, lo peticiones, pecan muchas veces en los motivos. Pocos hay
recibiréis infaliblemente. (Malth. 1 1 > El oráculo es muy qtie no sean interesados, ménos todavía que sean confor-
espreso, y la proposición no puede ser mas universal. No mes con la voluntad de Dios. No sabes lo que pides, decia
bay mas que pedir; Jesucristo lo promete lodo, y á lodo el Dijo de Dios á la madre de los hijos del Zebedeo. Nues-
género do personas: «Todo el (pie pide recibe. (Malth.1.}» tras m i r a s , nuestras intenciones ¿son rectas? ¿ s o n puros
iX-i q u é consiste, pues, que son desechadas lanías peti- nuestros deseos? ¿ son cristianas todas nuestras peticio-
cioiK-á? «Pedís y no recibís,» dice el apóstol Santiago, nes? Yo le eoncedo de buena gana la s a b i d u r í a , dijo OioS
LA ASCENSION. 403
á Salomón, «porque me la has pedido; i y porque no me cho de pedir con atención, con confianza, con humildad,
has pedido mas que la sabiduría, al d á r t e l a , te d a r é tam- con devoción: acordémonos siempre cuando oramos, que
bién con ella una vida larga y feliz, te colmaré de bienes es un Dios á quien pedimos y á quien hablamos. Es una
y de todo g é n e r o de prosperidades. Dios proveería abun- práctica muy santa el recogerse algunos momentos antes
dantcmenlo á todas nuestras necesidades, si nuestras ora- do la o r a c i ó n , y reflexionar sobre el acto do religión que
ciones fuesen siempre cristianas. Queremos tener dema- se va á hacer, y la Majestad formidable ante quien v a -
siada parlo en nuestros proyectos; nuestras pasiones tras- mos á presentarnos.
tornan con mucha frecuencia las disposiciones de la Pro- 2 No hay acto mas común ni mas ordinario' que la
videncia; un corazón cristiano no pide j a m á s inútilmente. oración, y tal vez no hay ninguno con que Dios sea menos
Pida un pecador á Dios con un corazón sincero su conver- honrado. En lodas parles resuenan las alabanzas del Se-
sión; pida á Dios un padre ó una madre do familias la con- ñ o r , y los volos que se le hacen; pero el corazón y el e.-
versión y la salvación de sus hijos y la suya propia; pida píritu ¿ piden de concierto con los labios? ¿ y no puede
cada uno á Dios con perseverancia una fó viva , una c a r i - acaso decirse, que á la verdad se rezan muchas oracio-
dad ardiente, la victoria de sus pasiones, la gracia final, nes, pero que se hacen muy pocas? Evitad de hoy mas
y serán todos infaliblemente atendidos. La oración es es- este efecto tan pernicioso. Haced todas vuestras oraciones
célente con la penitencia, decia Tobías. La pomiencia da con mucha atención y respeto. Orad siempre en una pos-
valor á la o r a c i ó n ; el espíritu do mortificación la h a - tura humilde y religiosa. No os carguéis de muchas o r a -
ce siempre eficaz; pierde toda su virtud y su fuerza ciones vocales ; pero las que hiciereis hacedlas con m u -
en el regalo , en la inmortificacion , en los placeres. ¿Qué cha devoción. Pedid con confianza y con perseverancia.
pueden pedir á Dios esas personas mundanas que miran No nos concede Dios alguna vez lo que le pedimos, para
con tanto disgusto las m á x i m a s del Evangelio? ¿ P u e d e n darnos alguna cosa mejor. Haced, cuanto os sea posible,
ser muy sinceros los votos que se hacen al Sefíor, mien- todas vuestras oraciones á una hora arreglada.
tras el corazón está ea el mundo t Los términos mas res-
petuosos y mas devotos son injurias, especialmente en ór-
ílcn á Dios, cuando se piensa de otro modo que se pide; LA ASCENSION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
y ¡ qué oración v i e n e á ser , buen Dios, la de aquellos c u - La fiesta de la Iriunfanlo ascensión del Salvador al cic-
yas costumbres y conduela desmienten todo lo que sus lo, es la celebración del misterio mas glorioso y mas c o n -
labios dicen á Dios I i Quó fondo de rcílcxiones salen de solatorio de nuestra religión, y como el que pone el sello
todas estas verdades para aquellas personas consagradas á todos los d e m á s . El Hijo de Diosen su Encarnación ha-
á Dios, cuyo principal empleo en toda su vida es, por de- bita declarado la guerra á todas las potestades del infier-
cirlo a s í , el pedir á Dios; si después de lanías oraciones no, comenzando, desde entóneos la grande obra de nues-
son tan imperfectas y tan poco regulares; siempre tan
tra r e d e n c i ó n : su. vida ha sido un continuo combale que
indevotas ; siempre tan esclavas de sus pasiones; siempre
no se ha terminado hasta su muerte; y su gloriosa resur-
tan inmortiGcadas ; siempre tan frías , tan insensibles en
rección ha sido el día célebre de su.victoria : á la manera
la celebración de los divinos misterios I ¿ q u e frulo sacan
quo los conquistadores difieren algunos días su entrada
de sus oraciones? y lanías oraciones, todas infructuosas
triunfante en la capital para tener tiempo de hacerlos
é inellcaces, ¿indican un gran mérito en losquo las ha-
preparativos, asi el Salvador no quiso hacer su entrada
cen?
triunfante en el cielo, quo era la mansión do su gloria,
Ensenadme, Setior, á orar , y comenzad á darme la hasla cuarenta dias después de su victoriosa resurrec-
gracia , con que corrija mis malas disposiciones y quite ción.
los obstáculos que impiden el fruto do tantas oraciones, á En estos cuarenta dias fué cuando el Salvador convenció
fin de que no haga inútil para mí un auxilio tan pode- á sus discípulos deja verdad de su resurrección por medio,
roso. de muchas señales sensibles; les hizo ver quo estaba vivy
JAcm.AToaiAs.—Haced, Señor, que mi corazón se abra- en frecuentes apariciones; comió muchas Yeces con.ellos,
se en vuestro amor , y que esto divino fuego inflame mi y Ies habló del reino de los cielos, oslo es, do lodos los.
oiaci'ín. (Psalm. 88. ) misterios de la religión, de que se habian hecho ya mas
Elévese hasla vos, Scnor, mi o r a c i ó n , á la manera capaces desde que habiéndoseles aparecido el mismo.dia
que el humo del incienso que se quema sobre vuestros a l - de su resurrección, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid
tares. (Psalm. 140.) el Espíritu Santo. Y aunque sea cieitp quo hasta el dia do
Penlecoslés no r e c i b i é r o n l o s discípulos la pleíiihid de
PROPOSITOS.
dones del Espíritu Santo, y qne estas palabras no deben
1 Oran muchos todos los diassin orar. Dios no oye ni entenderse propiamente mas que con respecto á la potes-
atiende mas que el idioma del corazón. Muchas palabras tad de las llaves, y al poder de absolver en el sacramen-
sin atención, sin afecto, sin d e v o c i ó n , significan muy todela penitencia ; puede5U!.embargo decirse que su e n -
poco para aquel que cuenta pomada lodo culto puramen- lendimienla quedó desde entonces mas ilustrado, que fue-
te esterior. El Salvador no atiende mas que á la ie y a la ron ya menos groseros, y que. se hicieron mas capaces da
devoción interior de aquella pobre mujer enferma que t o - entender las grandes verdades de que el Salvador no les
ea la orilla de su vestido. ¿ Estáis viendo la mullilnd quo habia hablado hasta entonces sino de una manera figura-
os oprime, le dicen sus discípulos, y pregunlais quien da y misteriosa. En estos cuarenta dias fué, pues, cuando
mo ha locado ? Aquella mullitud tumultuosa hace poca íesucristo instruyó á sus apóstoles de todo lo que debían
impresión en é i ; es menester que hable el corazón y que saber, principalmente para el establecimiento y gobierno
la fe obre, si queremos que Dios nos oiga. Cuidemos m u - de la Iglesia j y les prescribió muchas cosas que no están
40i LA ASCENSION
espresas cu b Escritura , y qtíe no han llegado á noso- ya visto. Que era menester que lodo lo que había sido
tros sino por Iradicion-. escrito de él, ya en la ley de Moisés, ya en los Profetas,
Acercándose el lérmino de su mansión visible sobre la en los Salmos y en los demás libros sagrados, se cumpliese
tierra, hizo venir el Salvador los once apósloles desdo (Ja- exactamente. Les citó pasajes de ellos, y habiéndoles es-
jilea á Judca , y hahiemlo llegado el dia on que debía su- clarecido el entendimiento para que comprendiesen el sen-
bir al cielo, qn<i era e! cuadragésimo después de su resur- tido, les mostró que según las Escrituras el Mesías debia
reccion , estando lodos juntos en Jerusalen , se les apare- sufrir una muerte vergonzosa y cruel, y resucitar tres dias
ció cuando estaba á la mesa , y se sentó á ella con ellos. después. Les presentó en seguida un plan en general de
Comió , como tenia de costumbre hacerlo cuando se Ies su Iglesia, y les dijo que debia tener predicadores para
aparecia , nó porque tuviese necesidad de alimento, sino instruir á todas las naciones, comenzando por los habitan-
solo para darles esta prueba sensible de que habia ver- tes de Jerusalen para exhortarles á la penitencia, y para
daderamento resucitado, y para mostrar su poder, dice prometerles de su parte y en su nombre la remisión de
san Agustín, y lareolidad de su presencia. Después de la lodos sus pecados. A vosotros es, añadió, á quienes yo he
comida los hizo un largo discurso , que era como el com- elegido para esto grande misterio. Id á anunciar por toda
pendio de las lecciones que los habia dado, y un epitome la tierra el misterio de mi resurrección, y todas las mara-
de lo que debian hacer, de las maravillas que dehian ver, villas de quo habéis sido testigos oculares. Id á predicar á
de todo lo cual dentro de pocos dias debia darles el Espí- lodos los pueblos las grandes verdades que yo os he en-
ritu Snnlo una inteligencia mas cii cunstanciada y mas senado. Yo pondré palabras en vuestra boca, y una sabi-
perfecta. duría á la que todos los pueblos ligados contra vosotros no
Vosotros sabéis, fes dijo, que se me fea dado todo poder podrán resistir ni oponer cosa alguna. Nada t e m á i s : yo
en el cielo y en la tierra. Jesucristo habla principíilmcnie estaré con vosotros hasta el fin de los siglos, y á pesar del
del poder que trnia eu cualidad de Mesías, para el go- furor y de la rabia de lodos vuestros enemigos, en medio
bierno de su reino espiritual y de la Iglesia. Vosotros, del fuego de las persecuciones, no se perderá un solo ca-
pues, iréis, como ya os he dicho otra vez, por lodo el m u n - bello de vuestra cabeza. Es verdad que muy pronto esta-
do á predicar el Evangelio á todas las naciones : no está rcís revestidos de la fortaleza de lo alto, porque voy á e n -
limitada vuestra misión á un solo pueblo; instruid indife- viar sobre vosotros el don de mi Padre que se os ha p r o -
rentemente á lodo?, y bautizadlos en el nombre del Padre, metido; hasla entonces permaneced retirados en Jerusa-
del Uijo y del Espíritu Santo; enseñadles á observar to- len, para prepararos á recibir este insigne favor. Porque á
das las cosas que yo os he mandado. El que creyere y la verdad, Juan ha dado un bautismo do agua; pero veso-
fuere bautizado, se salvará ; el que, por el contrario, no Iros recibiréis el bautismo del Espíritu Santo dentro de
creyere, se condenará. Y á fin de quo los que creyeren pocos dias. No habla aquí el Salvador del sacramento del
puedan trabajar con mas utilidad en la conversión de los bautismo do la ley de gracia. Créese comunmente que las
infieles, yo les daré el poder do hacer milagros. Arroja- apóstoles le habian ya recibido del mismo Jesucristo. D é - '
rán los demonios en mi nombre; hablarán lenguas que beuse, pues, entendéroslas palabras de la efusión estraor-
j a m á s han aprendido; m a t a r á n las serpientes y los insec- dinaria de gracias y de dones espirituales de que fueron
tos mas venenosos ; aunque .les den á beber los venenos como inundados los apósloles en el dia de Pentecostés, y
mas morliferos, no les h a r á n ningún efecto ; curarán l o - por medio do esta espiritual inundación lavados y purifi-
do género de enfermos con solo el contado d e s ú s manos. cados de las menores manchas, ilustrados y abrasados por
Algunos intérpretes creen que el Salvador hizo estas pre- aquel torrente de fuego divino, y dotados de lodos los
dicciones á sus apósloles algunos dias ántes de su ascen- dones celestiales. Este Espíritu consolador descenderá so-
sión. Sea como quiera, lodo esto se ha cumplido, y estas bre vosotros como un rio de luego y de luz que os i n u n -
predicciones se verificarán aun lodos los dias en la I g l e - dará en alguna manera; quedareis como sumergidos en
sia hasta el fin do los siglos. Esta promesa del don de los este torrente, en estas aguas vivas de la gracia, en esto
milagros, se ha hecho á la Iglesia en general y para cier- fuego vivificante. El agua en el baulismo de san Juan s i g -
tas ocasiones. Así es que en todos tiempos so ha visto nifica la gracia, sin que la obre; pero en el baulismo do
cumplida, cuando esto ha podido ser necesario para el Jesucristo la significa y la obra; para el bautismo del Es-
bien de la Iglesia y para el adelantamiento de la religión. píritu Santo es menester un símbolo mas perfecto. Es este
En lodos tiempos ha habido, y h a b r á hasta el fin dolos s i - un baulismo de fuego que obra la gracia de una manera
glos en la Iglesia, obradores de milagros ; pero adviértase tanto mas abundante, cuanto que el fuego tiene mas virtud
que estos taumaturgos no se hallan mas que en la Iglesia para purificar, para ilustrar y para inllamar.
católica, apostólica, romana : ninguna secta herética ó cis- Todos los discípulos del Salvador, que eran en número
málica hay desde el nacimiento de la Iglesia en donde se de ciento y veinte, comprendieron bien, por todo lo que
haya hecho j a m á s un milagro ; Dios no puede autorizar acababan de oír, que su divino Maestro estaba ya á punto
cen prodigios el cisma y el error. de dejarles para volverse á su reino. Lo que el Salvador
En esta última aparición, que sucedió el dia mismo de acababa de decir con respecto á «la promesa del Padre,»
la ascensión, fué cuando el Salvador reprendió á sus após- que él mismo los habia anunoiado, trajo á la memoria de
toles de su poca fé, y les echó en cara de una manera los apósloles un nuevo reino, y el restablecimiento de h
dulce y llena de bondad el trabajo que habia costado á nación tantas veces reiterado por los profetas. Mas como
muchos el rendirse al testimonio de los que le habian visto todas sus ideas se limilaban á un reino temporal, semejan-
después de resucitado. Ees hizo memoria de lodo lo que te á los de aquí abajo, y no concebían otra cosa mas gran-
Ies habia dicho cuando todavía estaba con ellos acerca de de que el mandar y reinar sobre la lierra, fué también la
su iimcrte y de su resurrección, cuyo cumplimicnlo habian única cosa que pidieron al Salvador para su nación, que
LA ASCENSION.
lanío licmpo había gomia bajo de un poder eslranjero. Se- jos, y llevarán las luces de este Evangelio hasta los climas
ñor, le dijeron, ¿ e s ahora cuando debéis restablecer el mas remotos de la tierra.
pueblo de Israel en su primitivo esplendor, y ha llegado Uabiendo concluido el Salvador esta úllima conversa-
ya el tiempo de volverle á dar reyes, que vuelvan á sen- ción, llevó á aquella bienavenlurada grey fuera de la c i u -
tarse en el trono los hijos de Abraham, herederos de Da- dad, á la parte de Belhania, y les hizo subir la montaña de
v i d ? Después de beber triunfado tan gloriosamente do los Olivos, distante cei'ca de dos mil pasos de Jerusalen.
vuestros enemigos, ¿podríais dejar por mas tiempo á este Habiendo llegado á lo alto de la montaña, levantó Jesús
pueblo en la servidumbre? los ojos y las manos al cíelo, después fijándolos on sus
Kl Salvador les respondió con su ordinaria mansedum- amados discípulos, que estaban todos reunidos en rededor
bre, escusando su grosería, porque no habiendo aun des- de él, Ies bendijo; y en aquel momento, mientras que sus
cendido sobre ellos el Espíritu Santo, tenian muy poca i n - corazones ardían en un nuevo fuego divino, lodos entor-
teligencia para penetrar bien las cosas espirituales y d i - necídos basta derramar l á g r i m a s , fijos amorosamente en
vinas. Contentóse con insinuarles dos verdades imporlanlos él sus ojos, le vieron todos elevarse poco á poco al cielo.
que no debian ignorar. La una era que el reino de Israel, Entonces redoblando con sus lágrimas sus votos, su ter-
do que hablaban los profetas, y que él había venido á es- nura, sus trasportes de amor, le adoraron con el mas p r o -
tablecer, y en el cual queria darles los primeros cargos, fundo respeto, y le siguieron con los ojos, sin dejarle de
no consistía en un poder soberano que hubiesen de tener mirar hasta que le perdieron de vista, y una brillanle nube
los judíos sobre los demás pueblos, sino en mi imperio que le envolvió le sustrajo á sus miradas. Era esta nube
absoluto do Dios sobre ellos, y sobre todos los pueblos que como un velo muy trasparente que no se les ocultaba en-
llamaría á su Iglesia. En esta nueva Iglesia que acababa teramente de la vista ; y sin embargo, era suficiente es-
de suceder á la sinagoga, y que él llamaba su reino, era peso para impedir que "el estraordinario resplandor de su
en donde debía cumplise todo lo que había prometido en cuerpo glorioso les deslumhrase. Veíanle subir poco á po-
otro tiempo por sus profetas. En esta Iglesia era en donde co, hasta que por fin habiéndose recogido la nube bajo de
debía reinar en efecto mas absoluta y mas universalmcntc sus piés, y ocultándolo del todo, le perdieron de vista.
que nunca, tanto s ó b r e l o s entendimientos por la fé. como Desapareció, pues, en un instante; mas aunque ya no le
sobre los corarones por la caridad, hasta que en los ú l t i - veían, continuaban fijos sus ojos en la nube sobre la cual
mos tiempos reuniese el pueblo judío y el pueblo cristiano era llevado, y que le servia do carro de triunfo. Hubieran
bajo de la misma ley, en la misma Iglesia. permanecido así mucho tiempo arrebatados de la admira-
l a otra verdad era que en este reino, todo espirilual, ción, y como eslasiados, si dos ángeles vestidos de blanco,
debian suceder grandes cosas que resplandecerían en lo semejantes á los que se habían aparecido cerca del sepul-
sucesivo, pero que era inútil querer saber cuándo sucede- cro al tiempo de su resurrección en forma humana, no les
n'an; que faabia aconlecimienfos cuyo conocimiento se hubiesen hecho volver en si de un asombro tan profundo.
reservaba su Padre, esto es, que Dios no quería revelar á Queriendo consolar estos enviados del Altísimo á aquellos
los hombres; y que eran secretos en que no les convenia discípulos del Salvador, afligidos por una separación que
el quererse ingerir. Que si los había elegido por un favor tanto les costaba: Hombres de Galilea, les dijeron, ¿poi-
especial pnra que fuesen sus principales ministros, no lo qué permanecéis ahí con los ojos fijos en el cielo? J e s ú s ,
había hecho por su habilidad, ni en virtud de sus grandes vuestro divino Maestro, á quien habéis tenido la dicha de
talentos; que no exigía de ellos mas que una entera su- poseer tanto tiempo visiblemente sobre la tierra, la ha de-
misión á su voluntad, y una obediencia perfecta. Que de- jado, por fin, para ir á l o i m r posesión de su reino en el
bian estar seguros que servían á un buen Señor, i g u a l - cielo. No creáis que por eslo os deja; él oslará siempre
roénte bueno y poderoso, que no les empefiaria en nin- con vosotros hasta el fin de los siglos, como os lo ha pro-
gún empleo sin darles los medios y los tálenlos necesarios metido ; aunquo de una manera invisible, no por eso os
para cumplir Uiguamenle con e l ; que como él ya sabia asistirá menos eficazmente. En el gran día del juicio v o l -
que ellos mismos no tenían mas que ílaqueza, por eso les verá visiblemente del mismo modo que le habéis visto hoy
preparaba un grande auxilio; que dentro de pocos (lias subir á su gloría. En aquel último día del mundo descen-
(lescemk-ria del cielo sobre ellos el Espíritu Santo, el cual derá desde lo mas alio de los cíelos con una pompa y una
les inspiraría un ánimo y un don de fortaleza y de sabi- gloria semejanle á la de su ascensión que vosotros habéis
duría que nada seria capaz de resistir. Adquiriréis enton- visto con vuestros ojos: entonces h a r á justicia á todos los
ces una perfecta inteligencia de las verdades sublimes y hombres, y se la hará á sí mismo, y hará senlir igual-
de los grandes misterios que tanto trabajo os costaba com- mente su dulzura á los buenos, y el rigor de la justicia á
prender; entonces se desvanecerán todos vuestros temo- los malos.
res, y tendréis ánimo para predicar mi divinidad y^rni Los discípulos escucharon atenlamenle y con sumisión
Evangelio en medio de Jerusalen y en el templo. Vosotros lo que los ángeles Ies dijeron. Costábales, á la verdad,
le predicarois con intrepidez á presencia de mis mas mor- mucho trabajo el retirar sus ojos de un lugar en donde
íales enemigos; en todos los pueblos de la Judea, en la estaba el objeto de su amor y su soberano bien. Sin e m -
Samaria, donde reinan tantos siglos haco la superstición bargo, obedecieron y se retiraron á Jerusalen, según que
y la impiedad, y no limitareis á esto solo vuestro zelo; el Salvador se lo había ordenado, para esperar allí el don
con el tiempo llevareis mí nombre mas allá de los mares, del cielo, y aun la fuente de lodos los dones, pasando los
é iréis á aunciar mi Evangelio hasta los últimos cstremos dias y las noches en la oración y en el reíiro ; leniendo a
del mundo; y si después de vueslros días quedan todavía su cabeza á la santísima Vígen, que había asistido con l o -
pueblos que instruir, vuestros sucesores animados del mis- dos sus apóstoles á la gloriosa y Iriunfanlo ascensión de
mo ¿elo y del mismo espíritu, continuarán vueslros traba- su querido Hijo, y era lodo el consuelo do aquella nociente
406 L A ASCENSIOX
Iglesia. ¡ Qué vil y quó despreciable parece ya de hoy huellas de Jesucristo, que se Velan en el lugar desdo
mas la (ierra á los discípulos! esclamá un sabio y piadoso donde subió ai cielo. Adamnan, apellidado Celudio, abad
interprete; ¡ q u é disgusto debe causar en aquellos que en un monasterio de Irlanda que vivia al fin del siglo v n , y
el triunfo de su buen Maestro han visto brillar algunos rayos que hizo el viaje de la Tierra Santa cuya descripción ha
de su gloria 1 Preciso es enviarles ángeles para advertir- hecho el venerable Beda, que vivia en el propio siglo,
les que desprendan sus ojos del cielo. ¿ A cuántos cristia- testifican lo mismo. San Guillcbaldo, obispo do Aychslet,
nos cobardes no seria menester cebarles en cara otra cosa que hizo el mismo viaje el afio 724, asegura haber visto
muy diferente? Siempre encorvados bácia la tierra, no él mismo estas sagradas huellas; esta maravilla subsiste
dirigen j a m á s una sola mirada bácia su patria celestial. todavía en nuestros dias s e g ú n el testimonio de todos los
Jesucristo no desapareció en un instante, ni se sustrajo peregrinos que han hecho el viaje de Tierra Sania; y lo
furtivamente d é l a vista de sus discípulos, que eran e n n ú - que ensalza aun mas el milagro es, que cuando la ciudad
mcro de ciento y veinte, sino que se elevó por sí mismo de Jerusalen fué lomada por Tito, el a ñ o 10 de Jesucristo,
p o c o á p o c o , por sus propias fuerzas, sin necesidad para habiendo acampado mucho tiempo el ejército romano en
ello de auxilios estrafios. Quiso que cada uno le viese s u - la montaña d é l o s Olivos, ni los movimientosde los solda-
bir al cielo para hacer incontestable esta maravilla; y así dos, ni los piés de los caballos, ni los trabajos del campo
como habían quedado lodos plenamente convencidos d é l a pudieron borrar ni romper estas sagradas huellas, lo cual
verdad de su resurrección por sus frecuentes apariciones se ha mirado siempre como un segundo milagro.
y por sus conversaciones familiares por espacio de cua- Hizo Dios otro brillanlísimocon motivo de estas mismas
renta dias, quiso también que lodos fuesen testigos ocu- sagradas huellas. Habiendo santa Elena, madre del gran
lares de su gloriosa ascensión y del entero cumplimiento Constantino, hecho ediücar la célebre basílica d é l a Ascen-
de lo que se les babia predicho, y do lo que él les r e - sión sobre la parte del monte de los Olivos, desde donde
cordaba tantas veces, á saber: que habiendo, venido del se sabia que el Salvador habia subido al cielo, ordenó que
d é l o á la tierra, debia por fin dejar la tierra para volver el pavimento de esta magnifica iglesia fuese muy rico, y
al ciclo, «Yo he salido de m i P a d r e , » ]es decía, «y he ve- sobre lodo el paraje en donde subsistían las huellas del
nido al mundo; ahora dejo el mundo, y me voy á mi Pa- Salvador; mas cuando se trató de cubrirlo de m á r m o l no
dre.» Estas pocas palabras, como se ha dicho en olí a par- se pudo conseguir; lodo lo que allí se ponía era arrojado
te, contienen los principales artículos de nuestra fé, t o - fuera, y rechazado muy lejos por una virtud invisible que
cantes á la persona del Hijo de Dios. Su generación eterna parecía salir de la tierra, y no podia sufrir nada sobroella
«yo he salido de m i Padre:» su encarnneion «he venido después de haber sustentado los sagrados piés del Salva-
al mundo:» su resurrección triunfante y su gloriosa as- d o r Añade san Gerónimo que cuando quiso acabarse la
censión, «me voy á mí Padre.» En efecto, no habiendo ya bóveda de esta magnífica basílica, no fué posible tampoco
nada que retuviese al Salvador en la (¡erra, penetró cnun cerrar el paraje que correspondía perpendicularmenle á
momenlo todos los cielos, y fué á sentarse como Hijo ú n i - las buellas del Salvador; de suerte que se vieron obliga-
co de Dios á la diestra de su Padre, en el mismo trono en dos á dejar libre y al descubierto et espacio por el cual el
el que comunica á su santa humanidad toda la plenitud de divino Salvador se habia elevado de la tierra, y habia sido
su gloria. recibido en la nube, lo cual proporcionaba á la piedad do
El Padre Eterno, dicen los inlérpreles, no ocupa en el los Beles que venían alli en tropas de todas parles el c o n -
templar el camino que habia llevado para subir al cielo. El
cwlo na sitio particular, no está sentado en un trono mate-
milagro del (cebo y de la bóveda no concluyó sino con el
riiil en el que pueda asignarse derecha ni izquierda, en
edificio de esta antigua iglesia cuando fué arruinada pol-
que haya silla ni escabelo. Si la Escritura en algunasoca-
los sarracenos; mas el d é l a impresión de las sagradas
siones se sirve de semejantes modos de hablar, es para
huellas subsiste todavía hoy, y es el objeto do la venera-
acomodarse A nuestro modo de concebir, y al alcance del
ción y de la devoción de los fíeles.
pueblo a c o s t u m b r a d o á considerar á Dios como unmonar-
ca sentado en un trono en medio de una corle nu merosn. 7<o se duda que la gloriosa ascensión de Jesucristo se-
Sírvese de estos términos i sentado y derecha» para s i g - ria acompañada de aquella bienaventurada Iropa d e p r e -
nificar y dar á entender el poder soberano de Jesucristo, deslinados que el divino Salvador habia liberladodel l i m -
y su igualdad perfecta con su Padre, «Está sentado á la bo en donde esperaíwn la redención de Israel laníos san-
diestra de Dios (Matlh. 16.);» esto es, goza de una gloria tos patriarcas, tantos zelosos profetas, tantas personas
igual á la de su Padre, y ejerce sobre todas las criaturas amadas de Dios y muertas en su gracia, las cuales segui-
OJI poder absoluto. rian á este divino conquistador, victorioso del infierno y
Al subir al cielo el Salvador, se dignó dejar lashuellas de la muerte, y habiéndose unido á toda la córlc celestial
de sus pies impresas en la roca, ó la tierra sobre queso que le habia salido al cncuenlro, servirían como de corle-
hallaba cuando se elevó al cielo. Estas sagradas huellas jo á la pompa del mas augusto do lodos los triunfos. «Si
siempre se han conservado allí, no obstante que ¡os fieles nosotros queremos celebrar dignamente y con devoción la
van allí todos los dias á lomar tierra de aquel sitio para ascensión gloriosa del Salvador,» dice san Agustín, « s u -
llevarla por devoción á su casa. Esto lo asegura posiliva- bamos con él, sigámosle con el corazón á fin do que en
mentesan Gerónimo, que vivia en el cuarto siglo, y habi- llegando el día de sus promesas le sigamoscon el cuerpo.
Vosotros, que sois miembros de Jesucristo,» a ñ a d e elmis-
taba en aquellos lugares. San Sulpicio Severo y san Pau-
mo Padre, «esperad que loque veis verificado en vuestra
lino de Ñola, que vivian el uno y el otro al mismo tiempo
cabeza, se cumplirá también en vosotros. La ascensión do
que san Gerónimo, nos aseguran también !o mismo, y so
Jesucristo es nuestra propia elevación,» dice san León,
pretende que san Agustín estaba persuadido de la misma
«porque el cuerpo tiene derecho para esperar la misma
maravilla cuando decía que se iba ó Judca á adorarlas
Í A ASCENSION. 407
gloria qotí ha recibido ya su cabeza. «Pero ¿qué motivo que hay de cierto ee que cata fiesta es nna de las cuatro
mas justo de alegría que el triunfo de Jesucristo ea el c i e - mas antiguas do la Iglesia, y san Agustín no dudaba de
lo, puesto que su gloria es en alguna manera la nuestra? manera alguna que procediese de los mismos apóstoles,
«Nuestra naturaleza, aunque humilde por sí,» aftade este en razón de que ya en su tiempo, en lodos los países que
sanio papa, «se baila elevada en Jesucristo sobre toda la habían abrazado la fé de Jesucristo, se celebraban gene-
milieia celestial, sobre todos los órdenes d é l o s ángeles y ralmente las fiestas de la Pasión, la Pascua, la Ascensión y
de los arcángeles, y mas elevado aun que todas las potes- la de Pentecostés. Habiendo subido el divino Salvador al
tades y las sublimes inteligencias de la celestial Jerusa- cielo el cuadragésimo día después de su resurrección, no
len; se halla, en fin, colocada en el trono mismo del Padre podía ménos de ser en jueves > puesto que la resurrección
celestial.» fué en domingo.
Admiremos en este glorioso misterio el cumplimiento y El introito do la misa de este dia, que está tomado
la perfección de toda la economía de nuestra salud. Los del principio del libro de los Hechos de los Apóstoles, lo
hombres debían ser rescatados por la sangre de un Dios; mismo que la Epístola; y el Evangelio qne es el final
el Hijo de Dios se ha hecho hombre 5 ha nacido á fin de del de san Marcos, contienen toda la historia del gran
tener con que rescatar á los hombres; ha muerto para pa- misterio de la Ascensión, del modo que la hemos refo-
gar á precio de su sangre la redención de los mismos ído.
hombres; ha resucitado para probarles que es un Dios el «Galilcos, ¿ por q u é permanecéis como estáticos con
que ha muerto por ellos, y para enseñarles que deben los ojos fijos en el cielo ? Jesús que de entre vosotros ha
resucitar también como é l , y que el fruto de su redención subido al cielo, vendrá del mismo modo que le habéis vis-
debe ser la gloria eterna de su cuerpo y de su alma; ha to s u b i r . » No cesemos de bendecir al Señor Dios nuestro
subido, en fin, al cielo para gozar allí de la gloria que ha por una maravilla tan grande y tan consoladora; acompa-
merecido, y para preparar á los elegidos la que merece- ñemos su triunfo con cánticos de alegría, y convidemos á
rán por el fruto de su muerte, y con los auxilios de su todas las naciones para que celebren su nombro y p u b l i -
gracia. quen sus victorias.
No solo por vos, S e ñ o r , entráis en vuestro reino, t a m - « Pueblos esparcidos por el universo, palmotend, ma-
bién por nosotros entráis, esclama un gran siervo de Dios. nifestad con millares de gritos de alegría la parte que l o -
Vos subís allá como nuestra cabeza, y vais allá, según la máis en la gloria de vuestro Dios en el dia de su triunfo.»
promesa que nos habéis hecho, á preparar á vuestros ele- Por aquí comiénzala misa. Acaso no tenemos cosa mejor
gidos los asientos que les eslán destinados. Vos subís allá marcada en la Escritura, en el salmo í t í , que la ascensión
como nuestro mediador, y vais á presentar por nosotros á gloriosa de Jesucristo. Según el parecer de muchos i n t é r -
vuestro Padre los frutos de aquella redención sobreabun- pretes, esle salmo se compuso para la ceremonia de la
dante que ha reconciliado al cielo con la tierra. Vos subís traslación del arca, desde Caríathiarin á Jerusalen, ó de la
como nuestra guia, y mostrándonos el término á que de- casa de Obededon al tabernáculo, ó del tabernáculo e r i g i -
bemos aspirar, nos trazáis el camino por donde debemos do por David,al templo edificado por Salomón. Parece e m -
marchar. Gefe adorable de esta Iglesia mililanlc que ha- pero mas probable que este salmo se hizo para la vuelta
Lds formado en lalierra á costa de los trabajos de vuestra del arca á la montana santa, después de alguna célebre
vida mortal, nos dais parte en la gloria de la Iglesia triun- victoria. Sea lo que quiera lo que diese motivo para c o m -
fante que pensáis reunir en el cielo, y cuya felicidad poner este cántico, el arca conducida en triunfo á la m o n -
eterna debéis hacer vos mismo. Nosotros somos miembros taña santa es una figura muy espresiva de Jesucristo s u -
vuestros, y dondequiera que está lá cabeza deben también biendo al cielo; y los pueblos vencidos nos representan
estar con ella los miembros. Mediador omnipotente, nada perfectamente á los gentiles sometidos á la Iglesia * con-
podemos sin vos. Si debemos Jirigijnos á vos sin cesar, es cluye este salmo por una profecía clara del reino de Jesu-
porque solo por vos podemos l l e g a r á conseguirlo. Vos nos cristo. Descúbrese "visiblemente en lodo este salmo que
habéis prometido que no nos dejaríais huérfanos en la el Espíritu Santo tenia por objeto la ascensión del Salva-
tierra; acordiios que os habéis obligado á pedir á vuestro dor del mundo. Mirad á este Dios victorioso de todos sus
Padre por nosotros; acordaos que delante de él nos ha- enemigos, miradle como sube en triunfo al cielo al sonido
béis reconocido por hijos vuestros, por vuestro rebaño, de las trompetas y al ruido de las aclamaciones; pueblos
por vuestra heredad, por vuestra conquista: conservad do toda la tierra, unios al triunfo de vuestro Dios: can-
esta conquista que tanto os ba costado; cultivad esta he- tad, cantad sus alabanzas ; celebrad la gloria de nuestro
redad que habéis adquirido con vuestra sangre; conducid Rey; pero celebradla con respeto y la atención que m e -
este rebaño que habéis reunido con tantos cuidados, y no rece un Dios, soberano Rey de toda la tierra. El Dios o m -
permitáis que ninguna oveja de él se eslravie del redil: nipotente sentado ahora en su trono reinará en adelante so-
proteged, en fin, estos hijos que tanto amáis todavía. bre todas las naciones, y recibirá sus homenajes. {Yo veo
ya en espíritu que por la fuerza que ha emiunicado á los
Algunos autores han creído que la fiesta de la Ascensión
que lo representarán en el mundo, sujetará hasta á los
habia sido la primera de las que so presume haber sido
príncipes de los pueblos, y no será solamente el Dios de
instituidas inmediatamente por los apóstoles, porque p r o -
Abraham, sino que será el Dios de todos los reyes de la
piamente desde este diafuó cuando comenzaron á daralgu
tierra.
na forma á la Iglesia en sus reuniones, y á reglarlos actos
esteriores de la religión; y porque siendo la gloriosa aseen La esplicacion de la Epístola y del Evangeliode la misa
sion del Salvador al ciclóla cosa que mas impresión debía do este día está ya suficientemente hecha en la historia
hacerles, parece que debía ser la primera que debía presen que se ha dado del misterio.
tarse á su idea como un objeto do regocijo y do fiesta. Lo Está acompañado el oficio de este día de una procesión
403 U ASCENSION.
solemne ( ' ), cuya inslitucion parece nada tiene de co- omnipoiens [Dcus : vt qui lente, qne así como creemos
mún con las do las rogaciones, no obstante que también hodierna die Unigenilum por la fe que vuestro Hijo ú n i -
pido la Iglesia á Dios en esta la bendición de los nuevos tuum Rcdemplorem nos- co nuestro Salvador ha subido
frutos del año. La procesión del dia de la Acension se esta- trum ad CCRIÚS ascendisse hoy al cielo, así también n o -
bleció principalmente con el designio de representar y de credimus ; ipsi quoque sotros habitemos allí en e s p í -
bonrar al mismo tiempo la marcha de los apóstoles con mente in calestibus halñle- ritu por el ardor de nueslros
Jesucristo desde Jerusaien basta el monte de los Olivos mus. Per eumdem Domi- deseos. Por el mismo Jesu-
para ver allí subir á nuestro Señor al cielo, igualmente num... cristo Señor nuestro, etc.
que la vuelta de todos los discípulos desde aquel monto
hasta Jerusaien para prepararse por el retiro y la oración La'Epístola de esle dia es lomada del libro de los Hechos de
á recibir al Espíritu Santo.
los Apóstoles, cap. / .
HIMNO. Primum qnidem sermo- Teófilo, en mi primera
Salutis humana; Sator, Autor de la salud el mas nem feci de ómnibus , ó obra he referido lodo lo quo
Jcsu, voluptas cordium, amante, Tkeophile, qxi(Bccepit Jesús hizo y enseñó Jesús hasla el
Orbis redempti Conditor, J e s ú s , del corazón placer fe- [acere, el ducere usque i n dia en qne dando por e! Es-
£t casta lux amanlium: cundo, diem, qua pmdpiens píritu Santo sus órdenes á
Criador y .Redentor do todo el AposloHs per Spiritum los apóstoles que babia ele-
mundo, Sanclum , ^uos elegitx as- gido, ascendió al cielo. Mos-
Y del alma amorosa luz b r i - sumplus est : quibus et tróse él mismo á ellos después
llante : prcebuil seipsum vivum do su pasión , y les conven-
Qua victus es clcmen- ¿Qué clemencia, Señor, posl passionem suam i n ció con muchas pruebas que
tia, pudo vencerte mullís argumentis, per estaba vivo , apareciéndose-
DI noslra ferres crimina? A lomar nuestras culpas á tu dies quadraginla appa- Ies por espacio de cuarenta
Mortcm subires innocens, cargo? rens eis, et loquens de reg- dias, y hablándoles del reino
A nioi tc nos u l tolleres? ¿A sufrir de la muerte el tran- 110 Dci. Elconvescenspra- de Dios. En seguida comien-
ce amargo cepil eis, ab Jcrosolymis do con ellos les mandó que
Por librarnos, piadoso, de la ne discederent, sed expec- no saliesen de Jerusaien,
muerte? tarent promissionem Pa- sino que esperasen la pro-
Perrumpis infernum Desciendes al infierno apre- i ñ s , quam audislis [ i n - mesa del Padre, la cual,
chaos; surado; quü] per os meum : quia dice, habéis oido de mi pro-
Vinctis catcnas delrabis; A los presos desalas las p r i - Joames quidem baptiza- pia boca; porque , á la ver-
Vi(;t(ir triumpho nobili siones : t'ít o^Míi, vos aulem hap- dad, Juan ha administrado el
Ad dexteram Palris sedes Cual vencedor con triunfos y tizabimini Spiritu Sánelo bautismo del agua; pero v o -
blasones non posl mullos hos dies. sotros recibiréis el bautismo
A la diestra del Padre estás Igilur qui convenerant, del Espíritu Santo dentro do
sentado. interrogabant eum, diecn- pocos dias. Dicho esto, los
Te cogat indulgentia, Muévanse tus piedades amo- les : Domine, si i n lempo- qne 'se h a b í a n reunido le
Ul (himna noslra sarcias, rosas re hoc restitues regnum hicieron esta pregunta: Se-
Tuique vullus competes A resarcir loa daños padeci- Israel? Dixil aulem eis: ñor, ¿es ahora cuando habéis
Uiles beato lumine. dos. Noncsl m l r n m nosse tém- de restablecer el reino de
Para que. con tu rostro e n r i - pora vel momenta, qum Israel? No os toca á vosotros,
quecidos Patee posuh i n sua potes- les dijo , el saber lo que su-
Gocemos de las luces mas d i - late : sed accipietis v i r t u - cederá en los tiempos y m o -
chosas. lem supervemenlis Spiri- mentos de que es el Padre
Tu dux ad asirá et se- Sed á los cielos guia y fiel lus Sancli i n vos, el eritis absoluto señor; pero vosotros
mita, sendero, mihi lestes i n Jerusnlem, recibiréis la virtud del Espí-
Sis niela noslris cordibus, Sed para nuestras almas norte el in omni Judcea el Sa~ ritu Santo, el cual descen-
Sis iaci yinaiimi gaudíum fijo, maria , rt usque ad u l l i - derá sobre vosotros, y voso-
Sis dÚJoc vil;e prícmium. Sed de nuestra tristeza rego- mum teme. E l c i m hwr, tros daréis testimonio de mí
Amen. cijo. dixissel, vilknlibus ilUs, en Jerusaien, en la S a m a r í a
Sed de la vida el premio ver- elemtus e s l : el nubes m s - y hasta los confines de la
dadero. Amen. crpii eum ab oculis eorum. tierra. Luego que los dijo
Cioiujiic intucrcniur i n cos- esto, le vieron levantar del
l a oración de Ja misa de csíf dia es como sigue: lum cuntem illam, ecceduo suelo, y una nube lo ocultó
Concede, quoesumus, Concedednos, ó Dios omnipo- v i r i aslitcrunt j u x l a illos á su vista. Estando ellos mi-
in veslibus albis, qui et rando como subía al cielo,
dixerunl : Viri G a l i l w i : he aquí que dos varones
(i) Kn E s p a ñ a no hay la c o s l u m b n i de hacer p r o c e s i ó n en quid statis aspicientes i n vestidos de blanco aparecie-
esto dia, sino la de cantar soloninemcnte la parte del oficio ccelum? Ilic Jesús, qui as- ron cerca de ellos, los cua-
divino llamada .Yona, concurriendo á esla los í l c l e s para
suni^(us est a vobis i n les dijeron , Galílcos , ¿ q u é
hacer o r a c i ó n ; porque se cree piadosamcnlo que á esta h o -
ra se s u b i ó Jesucristo á los ciclos. cailum, sic nenietquemud- hacéis asi, fijos en [el ciclo
LA ASCENSION. 409
wodum vidisiis cum em~ vucslros ojos? Jesús que do muchas veces la carrera concluye en el principio. Misdias,
i m i n ccelam. cnlre vosodos ha ascendido decia el santo Job, se han cortado con mas presteza qua
al cielo, venf3rá del misino corta el tejedor el hilo de la tela; mi vida no es mas ipie
modo que le habéis vislo su- un soplo: lal es la triste mansión de los mortales; y sin
embargo todavía los hombres tan apasionados porsu bien-
Después de haber dado san Lucas, en el Evangelio que eslar gustan tanto d é l a tierra con todos lossiasaboresquc
escribió, la hisloria de la vida de Jesnciislo, en esle libio ella proporciona, que miran el cielo con indiferencia. Es
inlitulado Hechos de los Apóstoles nos presenta la historia cierlo que liay gentes en el mundo que se afanarían poco
de la fundación y del establecimiento de la Iglesia. Eses- por ver á Dios; gentes para quienes el paraíso no tendría
te libro una relación fiel y compendiada de los progresos muy grandes atractivos, sí pudieran ser eternamente lo
que hizo el cristianismo en los veinte y nueve ó treinta que son. Esto es muy eslrafio; pero hay todavía otra cosa
años primeros ¡mnedialüs á la ascensión del Salvador. mucho mas eslraña. No solo se preferiría el vivir eterna-
San Agnslin y san Grisóstomo creen que Teófilo, á quien menlc en la tierra, á la ventaja de vivir para siempre en
dirige el Evangelio y los Hechos, era un sujeto de calidad, el cielo, sino que esta poca vida que tenemos aquí abajo,
ó un gobernador de provincia convertido al crislianismo. aunque corla, aunque penosa, aunque frágil, no dejamos
Otros creen que Teófilo es un nombre general que signifi- de preferirla á la eterna felicidad de la otra vida. Dos
ca lodo hombre que ama á Dios. días de pasatiempos nos hacen olvidar este cúmulo de bie-
nes infinitos; algunos placeres fastidiosos nos quitan el
REFLEXIONES. gusto de estas delicias inefables ; prefiérese á la ¡posesión
«Viéronle subir al cielo, y una nube le ocultó á su v i s - de un Dios el menor objeto criado. Jesucristo ha ido á pre-
la.» ¿Qué es lo que buscaríamos, y q u é podríamos amar pararnos un lugar en el c i e l o : ¿trabajamos mucho para
sobre la lierra? Jesucristo ha subido al cielo, debe haber llenarle? ¿ S u s p i r a s e mucho por la celestial Jerusalen ?
llevado Consigo todos nuestros deseos. ¿ Q u é podemos en- Menester es tener una alma muy baja; digamos mejor,
conlrar en la lierra que merezca ocupar nuestro corazón? preciso es que nuestra fé sea muy lánguida para estar lan
Eorniados para el cielo, no debemos suspirar ya masque contentos en el lugar do nuestro destierro.
por aquel lugar de reposo y de eterna felicidad, por aque-
lla palria celestial. La tierra se presenta como una m a n - E l Evangelio de la misa de esle dia está lomado del que
sión muy triste, y lo es en cfeclopara cualquiera que c o - esenhio san Marcos en su cap. 46.
noce la felicidad de la otra vida, para cualquiera que ama I n illo lempore : Re- En aquel tiempo , estando
verdaderamente á Jesucristo. Para mí el vivir es estar en cumhenlibm undecim dis- los once discípulos á la mesa,
Jesucristo, decia san Pablo, y el morir es para mí una ga- ciputis apparuil illis Jesús: se Ies apareció J e s ú s , y les
nancia. Todo cristiano debia pensar y debía hablar del el exprohravit increduliia- echó en cara su increduli-
mismo modo, i Cosa cstraíia 1 La tierra en que vivimos no tem eorum, et d u r ü i a m dad y la dureza de su cora-
está sembrada mas que de cruces, ni produce otra cosa cordis; quia iis, qui vide- zón, porque no habían c r e í -
que abrojos y espinas. Si nace alguna rosa no se puede rant eum resarrerisse, do á los que le habían vislo
coger sin picarse, y apenas se goza de ella cuando se non credidervnt. E l dixit resucitado. Después de esto
marchita. ¿ Q u é dia hay sereno? ¿ q u é dia de calma? A eis : Emúes i n mundum les dijo: Id por todo el m u n -
las borrascas suceden las nieblas. No hay estación sindias universum, pmdicate do , predicad el Evangelio á
nublados, ni clima sin vientos impetuosos, sin tempesta- Evangclium omni creatn- todos los hombres, el que
des. Si al menos el comercio del mundo nos indemnizase m . Qui cmlideril, n b a p - creyere y recibiere el bau-
con su dulzura de la amargura esparcida umversalmente tizalus fuerit, salvus erit: tismo se salvará; mas el qua
en toüos sus frutos; pero ¿quien no sabe que el mayor qui vei'o non cmlideril, no creyere se c o n d e n a r á . Los
enemigo de nuestro reposo y de nuestra felicidad es el co- rundcinnabüur. Sú/na au~ que creyeren se darán á co-
mercio de la vida civil? ¿ reinan acaso en ella la rectitud, tem eos , qui crediderint, nocer por los milagros siguien.
la sinceridad, la buena fe? Puédese muy bien decirse que hwc sequcnUir : I n nomine tes: arrojarán los demonios (du
en el dia de hoy la vida civil en el mundo es un comer- meo dmmonia ejicienl : los cuerpos) en mi nombre;
cio de interés, de superchería, de artificios y de pasiones; Unguis loqucnlur novis : h a b l a r á n nuevas lenguas; m a -
cada uno estudia no mas que en sus propios intereses, serpenles lollcnl : et si nejarán las serpienles ; y si
cada uno traía solo de elevar su fortuna sobre las ruinas mortiferum quid hiberinl, bebieren alguna cosa capaz de
de la de otro, y enriquecerse con sus descalabros. Esta- non eis nocebit : svyer quitarles la vida, no les d a ñ a -
mos en este mundo comoen pais enemigo, donde todo hay cpgros manus imponent, et r á : pondrán las manos sobre
que temerlo. La tierra propiamente es la región del llan- bene habebunl. E l Domi- los enfermos, y estos recobra-
to. ¡Qué de inquietudes mudas! ¡ quede gemidos secre- ñus quidem Jesús , posl- rán la salud. Y después de ha-
tos ! ¡ qué de cruces invisibles ! Las que mas se muestran quam lomtus est eis, as- berles hablado así, el Señor
no son ni las mas amargas ni las mas pesadas; nada hay sumptus est i n ceelum, et Jesús fué arrebatado al cielo,
mas amargo, nada hay roas punzante que un disgusto sedet a dexlris Dei. l i l i y allí está sentado á la diestra
que se sufoca dentro del corazón; así que ninguno parece auiem profeeli prcedicave- de Dios. Ellos pues partieron á
mas dichoso en esle mundo que el que mejor sabe contra- runt ubique, Domino coo- predicar por todas partes coo-
hacerse, y mas conoce c i a r l e de disimular sus disgus- peranle, el sermonem con- perando con ellos la gracia del
to*. Tal es la región en que habitamos, tal es nuestra luan- firmmieseqtienlibus signis. Sefior, y confirmando lo que
«ion: afortunadamente no es de larga duración. ¡ A h ! decían con los milagros que
apenas estamos en el camino y ya vemos el término, y seguían á sus palabras.

TOMO I V . 52
410 LA ASCENSION.
si es posible, toda la magnificencia, la pompa y la majes-
MEDITACION. tad del triunfo de Jesucristo en todo el misterio de este
dia : confesemos que la propiedad mas esencial de la g l o -
Sobre el misterio del dia. ria del Salvador es la de ser incomprensible. \ Qué sania
alegría no debe producir este misterio en el corazón de un
PUNTO PB^EUO.—Considcrn qnc j a m á s hubo kimifo, ni verdadero cristiano!
tampoco puede haberlo mas pomposo, mas glorioso, mas PINTO SKOODO. — Considera que la ascensión gloriosa
magnifico ni mas augusto f|iio el del Salvador del mundo del Salvador al cielo no es solamente un misterio de a d m i -
en su ascensión al ciclo. Knliénik'se por esla palabra ración, es también un misterio de acción y de práctica. Je-
«irinnfo » una ceremonia ó solemnidad decrelnda para sucristo deja la tierra, y por esto nos indica que el cielo es
honrar á un general viclorioso, disponiéndole una entrada micslra ú r i c a patria, y qne no estamos en la tierra mas
que como en un lugar de destierro. Nosotros debemos
m a g m ü c a e n la capilai. El Itiunfador era conducido en un
cano coronado de laurel, precedido del senado, entre las considerarnos aquí como viajeros, como estranjeros. Puesto
aclamaciones de la mullilnd de ciudadanos, que iijan do- (pie babiendo subido al cielo Jesucristo, ostá allí sentado
lante del triunfador publicando sus victorias. En esto con- á la diestra de su Padre, decia san Pablo á.los colosenses,
sislia aquella tiesta célebre que se hacia en honor del con-debemos desprendernos de la tierra para no suspirar mas
qnislador, la cual deslucian siempre las lágrimas de los que por el cielo, ni apegarnos sino al cielo. De allí debe
reyes cautivos que marchaban cargados de cadenas detrás nacer el disgusto á todas las cosas terrenas; de allí el des-
del carro, y qnc inlernimpiim con sus gemidos los gritos precio de lodo lo que lisonjea, de lodo lo que brilla en e l
de alegría y las aclamaciones del pueblo. Imagen muy i m - mundo, de iodo lo que deslumbra. líienes, honores, d i g -
perfecta; idea indigna aun del triunfo de Jesucristo y de nidades, empleos de distinción, grandes herencias, ¿ qu6
la que debemos tener de su gloria. Si el mérito y la gloria es lo que leiu'is que sea sólido, que pueda satisfacer un
de la victoria depende de la cualidad y de las fuerzas de corazón que solo Dios puede llenar? Vanidad de vanida-
des, eslo es, cuasi nada en el mundo. Solo en el cielo es
las potestades vencidas, ¿ q u é victoria mas gloriosa que la
que Jesucristo ha conseguido de todas las potestades del en donde podemos hallar la verdadera gloria; nuestra
infierno y de la muerte misma, á las cuales estaban suje- línica felicidad. El misterio de la Ascensión es un misterio
tos todos los hombres, y de las que eran esclavos todos de. deseos : subiendo Jesucristo al cielo, nos invita á que
de cualquiera condición qne fuesen, príncipes, reyes, e m - le sigamos; donde eslá nuestro tesoro, allí debe estar
peradores y conquistadores? El vencedor del inlierno y de nuestro corazón. Jesucristo es nuestra cabeza, nosotros
la muerte hace hoy su entrada triunfante, nó en una ca- somos sus miembros : debemos, pues, mirar el estado de
separación de él como un estado violemo para nosotros,
j/ilal de provincia ó de nn reino pai licular, sino en el cielo
hasta el trono de Dios mismo. Nó en un carro de madera (ín verdadero siervo de Dios, un verdadero fiel vive con
ó de metal, lirado por hombres ó por animales, sino que paciencia, y muere con alegría. Jesucristo es nuestra guia,
él marcha el primero, y nos manda que le sigamos ¡ t o -
se eleva de la tierra por su propia virtud, y lo que le sirve
m a r otro camino es descarriarse. Este divino Salvador ha
de carro y de trono es una mihe luminosa, milagrosa, b i i -
llantisima. Pero | qué acompañamiento, buen Dios 1 Todos becbo todos los gastos del viaje; la gloria de que toma
los santos patriarcas, tantos reyes piadosos, y aquella posesión es nuestra herencia; pero para l l e g a r á la misma
multitud de elegidos que desde la creación del mundo no gloria qne Jesucristo, es menester merecerla como Jesu-
esperuhnn en el limbo mas (pie ta victoria de su libertador cristo, es necesario padecer como Jesucristo. Esto es lo (pie
y la venida del Mesías, su muerte y su resurrección para ha hecho decir á san Pablo : « Yo cumplo en mi carne lo
salir de su prisión, para ser pues!os en libertad y para que falla á los tormentos de Jesucrislo ; » eslo es, lo que
acompañarle en su gloria. ¡ Qué alegría tan pura y satis- él quiere que yo sufra por su amor, y en salisíaccion de
factoria en toda aquella gloriosa tropa que le sirve de co- mis pecados, á fin de que pueda llegar á la gloria que me
mitiva, y que rodea su carro luminoso! i qué cánticos de ha merecido con sus padecimieníos , con la condición de
regocijo mas universales ni mas armoniosos l i qué. h i m - que yo llenarla la porción de trabajos (pie me ha destina-,
nos de gozo, q u é btMidiciones, (pié alabanzas, que alectosd o ; porque si ba sido necesario que Jesucrislo padeciese
de gratitud, todos á cual mas afectuosos, á cual mas sin- para enlraren su gloria, ¿ q u i é n se alrcverá á pretender
la misma gloria sin padecer? no se alcanza esla gloria sino
ceros, no acompañan á esle divino Uiunlador! l'ei (i ¿ (|iiien
puede espresar, quién puede ni aun comprender todo el mereciéndola; pero también estamos seguros de que no ta
resplandor de su triimfo? Todo el cielo s a l e á su encuen-mereceremos sin obtenerla. Pero no toda suerte de traba-
tro, todos los espíi ilus bienaventurados, todas las inteli-jos conducen á la gloria del cielo; es preciso quesean
gencias celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, poicsla- trabajos por la justicia y por Dios; trabajos santificados
des, querubines, ss'i alines, todo lo que compone la cói le por nueslra sumisión á la voluntad de Dios. Todos ¡os días
del mismo Dios, sale á recibirle, á adorarle, á reconocerlese padece por el mundo; cuesta mucho el dislingiiirse, el
por su tey \ su soberano, y no cesan de esclamar : Se- adquirir lama en el mundo; ¿ y q u é recompensa se recibe?
rwr, que habéis rescatado con vuestra sangre á todos los ¿ y nos negamos á sufrir por el cielo, no obsfanle que el
hombres, « vos sois digno de lomar el libro y de abrir sus premio de nuestros sufrimientos será la posesión de Dios
sellos; digno es el Cordero, (pie ha sido inuerío, de reci-mismo ?
bir la potestad, la divinidad, la .sabiduría, la for taleza, el Haced, Señor, que lomando parte boy en la gloria y en
bonor, la gloria y la bendición. Al q m está sentado en e( el regocijo de vuestro triunfo, parlicipe también de vues-
trono y al Cordero pertenece la bcoaicion, el bonor, la tros dolores para tener algún dia parte en vuestra gloria,
gloria y el poder en los siglos de los siglos. » Concibamos, que ha sido el premio de ellos.
DOMINGO DKBPUFS DK LA ASCENSION. Í W
J.\cnATOui\s.—AfiaculiiiC!, Sofior, á vos por vuestra hocha presa de las mas violentas tempestades, entre el
gnldflh, y corifró ¡\ vos sin dilación, (('.ant. 1.) fuego de las mas furiosas persecuciones, nada temo
Como un ciervo sedienlo busca la ftuenlÉ en que [inoile porque vos sois lodo mi auxilio, mi apoyo y mi fortaleza;
saisfacer s« sed; así mi alma, disgnslada de osla vos no abandonareis j a m á s á vuestra amada esposa, y
región de l á g r i m a s , suspira por vos, ó mi divino Sal- nunca os liareis sordo á sus ruegos y á sus votos, üli cora-
vador , que tan grociosaiuentc me invitáis á seguiros. zón en defecto de mi voz os ha espnesto muchos veces mis
(Tsalm. 4 1 . ) peticiones : mis ojos que os buscan, como naturalmenle,
en mis necesidades., se lian fijado en vos; yo no cesaré,
PROl'ÓSITOS. Señor, de implorar vuestra asistencia. Yo no puedo con-
1 El misterio de la Ascensión es para nosotros un m i s - templaros, divino Esposo mió, sino en el cielo: allí t a m -
terio de esperanza y de conlianza. Si Jesucrislo lia subido bién es adonde se dirigen lodos mis deseos; allí es donde
al cielo, es para trazarnos el camino, y abrirnos la e n í r a - se dirigen todas mis miradas; no apartéis de mí vuestros
da en él. «Yo voy,» dice, « á preparar vuestros sitios, y ojos, ni rechacéis mi corazón.
deseo t]ue donde yo be de eslar, ostei?; l;onb¡en vosotros Kslc salmo lo compuso David en medio del mayor fuego
conmigo.» Kl Salvador ba subido al cielo, nos ba prepa- de la persecución. Perseguido aquel religioso principo
rado allí un lugar, desea ciertamente que le llenemos, y acórrimamente por Saúl, se mantuvo siempre intrépido en
que estemos allí non 61 eternamente, i Qué desgracia para medio de los mayores peligros, apoyado en su confianza
nosotros; pero al mismo tiempo q u é malicia mas criminal, on Dios y en la seguridad que tenia de que el Señor no
ni bfaé locura mas insigne quo el rebusar este lugar y es- podia faltar á s u s promesas. El Señor me instruyo con sus
ta mansión dichosa! lié aquí el senlimienlo nioríal y de- consejos, dice, él vela en mi conservación, ¿ q u é es lo que
sesperante quo tendríamos por toda la elernidad, si luvié- yo tengo quo lemer? ¿ q u é os lo que. puedo d a ñ a r m e ?
semos la desgracia de no seguirle. Tomad , pues, boy la Ninguna cosa conviene mejor á la Iglesia, que eslamlo to-
resolución eficaz do seguir á Jesucristo sin apartaros jamás davía, inmediatamente después de la ascensión del Salva-
de él. No miréis ya la lierra sino como un lugar de vues- dor, como en la cuna, parecía lenerlo iodo que temer de la
tro destierro. Suspirad sin cesar por el cielo, y pti todoí nube de enemigos que la rodeaban, y (pío comootras tan-
los acontecimientos molestos de esta vida dirigid frecuen- las beslias feroces parecia que la debian tragar en su na-
tes miradas bácia aquella patria celestial, y consolaos cimiento ; pero habiéndole prometido el Señor que en t o -
pensando que nada tendréis qnc sufrir ni quo lemer en el dos tiempos velaria por su conservación, nada tiene que
cielo en donde so os espera. temer.
2 Nada omitáis en este dia para contribuir, por decir- La Epístola (le la misa de osle dia está tomada de la
lo así, cuanto pudiereis al triunfo de Jesucristo, no solo primera de san Pedro, en la que este santo apóstol baco
con la alegría espiritual que debéis tener de verle en- un admirable compendio de las principales virtudes c r i s -
trar en triunfo en la mansión de su gloria, sino también tianas. Es esta una lección práctica á lodos los fieles en
Con losados de virlml y de misericordia que debéis ejer- que les da reglas de conducta, enseñándoles á vivir segim
cilar en este dia y durante la octava. Dad limosna para el espíritu de Jesucristo y las máximas del Kvangelio. Es-
bonrar el triunfo del Salvador. Pero imitad á los a p ó s - ta instrucción es muy á propósilo para la circunstancia del
toles y á los discípulos, tratando de prepararos como lieiupo. No lenicndo ya visiblemente consigo los fieles á
olios con el retiro para recibir el FNpirilu Santo. Tratad su buen Maestro, y no habiendo descendido todavía so-
de hacerle en este tiempo. Si se da algún retiro público no bre ellos el Espírilu Santo, la Iglesia suplía /> los dos con
falléis á él, y hacedle con cuidado; si no, hacedle voso- los avisos espiriluales que les da por medio de esla Epís-
tros mismos cada uno en parlicular. No hay tiempo alguno tola, en la cual el apóstol san Pedro exlioi la á los fieles á
on el ano que pida mas retiro ni mas recogimiento que que usen de precaución, de sabiduría y moderación en to-
este, ninguno que sea mas á propósito para ello. Redoblad das las cosas; á que inslen en la oración ; que se amen en-
vuesiras adoraciones, y haced cuanto os sea posible para tre s í ; que mulnamcnle se correspondan con lodo g é n e r o
poneros en oslado de recibir el Espíritu Santo quo el Sal- de deberes de caridad y de atención ; en fin, á que cuan-
vador ha promcíido enviaros. to les sea posible, no hablen ni obren sino por el espíritu
de Dios.
DOMINGO DESPUES DE LA ASCENSION. Conducios prudenlemento en todo, dice el santo A p ó s -
El domingo comprendido denlro de la octava de la As- tol, y no os contentéis con orar durante el d i a , pasad
censión es una confinnacion de tk solemnidad y de la ce- también en oración una parte do la noche.-Acababa san
lebridad de este glorioso misterio; lodo loque se dice en Pedi-o de decirles que la muerte, que es el fin de todas
el oficio y on la misa tiene relación con él. las cosas con respecto á cada uno en particular, estaba
« Escuchad, ó Dios mió, los clamores que os dirijo » ' próxima. Que siendo la vida tan corta y tan incierta como
en este lugar fio destierro, en donde no puedo bacer olí a es, debíamos considerar cada uno de nuestros dias como
cosa que gemir después queos babeis ausentado. Perdién- el último, y vivir en cada uno como querríamos haber v i v i -
doos de vista, be. perdido todo mi consuelo; pero sabien- do en aquella última bora; observad, pues, les dice , una
do que estáis en el cielo, siento que se aumenta mi con- eonducta prudente y verdaderamente cristiana; sed so-
fianza. Vos sabéis la ternura de mi corazón para con un brios, templados, irrepiensibles y mollificados. No os
esposo tal como vos; los suspiros de una esposa tal como adormezcáis jamás en el negocio de vuestra salvación, es
yo, no pueden dejar de moveros-y do enterneceros. En demasiado importante y de muy grande consecuencia pa-
medio de una tierra eslranjera, espuesla á todos los tiros ra descuidarlo, y pues quo no sabéis q u é dia ni á q u ó
Jo mis enemigos, agitada sin cesar por m i l borrascas, hora debe venir el Señor, velad sin ccear á fin de que os-
m DOMINGO
eis pronlos para abrirle en el inomenlo que llame. No ce- dice, ya para esplicnr los misterios divinos y las verda-
seis de orar, y á ejemplo de nuestro Señor Jesucristo pa- des del cristianismo en la predicación, ya para instruir los
sad también una parte de la noche en oración. Este es el neófitos ó los catecúmenos en la doctrina cristiana y en las
tiempo mas á propósito para recibir los mas grandes favo- máximas del Evangelio, ya para consolar á los hermanos
res del Padre de las misericordias. Pero sobre todo, a ñ a - en sus aflicciones, ya para hablar las lenguas ó para i n -
de, tened etilre vosotros una caridad mutua que nunca so terprelaiias, baga todo esto como si Dios hablase por su
res.Vie, porque la oaridad cubreinnumerables pecados. Este boca. Acuí'i dese que no es palabra suya la que predica,
fuego sagrado consume, por decirlo asi, la herrumbre de sino la de Dios. Nosotros, decia san Pablo, no somos como
nuestra alma, y sirve en gran manera para purificarla de muchos que corrompen la palabra de Dios; nosotros h a -
svs manchas, alcanzándola del Señor el perdón de ^us blamos de pai le de Dios, delante de Dios, en Jesucristo.
pecados. Vosotros sabéis que el precepto favorito del Sal- Esta misma instrucción da aquí san Pedro á los fieles,
vador, y el que debe, por decirlo así, caracterizar a sus singularmente á los que se han encargado del ministerio
discípulos, es la caridad mutua. «Este es mi precepto, que d é l a palabra de Dios. Bella lección para los predicadores
os atneis mutuamente como yo os he amado. » Poseyendo que se predican á sí mismos, y que no tienen otras miras
osla virtud, puede decirse que poseéis ó que muy pronto que agradar y ser aplaudidos,. Que deslumbi ados con el
poseeréis todas las d e m á s , [jorque la oaridad es paciente, falso brillo, con una vana elocuencia, no estudian masque
bondadosa, dulce, indulgente; lejos de echar en cara á su en cómo han de deslumhrar á los que deberian mover y
prójimo sus defectos, ni de hacer de ellos un motivo do convertir. De aquí tantos discursos floridos y lan pocas
queja ó do m u r m u r a c i ó n , los sufre y los escusa ; en lugar predicaciones cristianas: de aquí aquella elocuencia estu-
do publicarlos, los encubfe, y querría con lodo su cora- diada sin unción y sin fruto. Si alguno está encargado de
ion sustraerlos al conocimiento del público. La caridad no algún misterio, ejérzalo como por la virtud que Dios co-
es envidiosa, no piensa mal de nadie, y hace bien á lodos. munica; de suerte que Dios sea honrado en todas las co-
Uno de los principales efectos de la caridad, continúa san sas por Jesucristo nuestro Señor. Habla e! Apóstol de los
Pedro, es la hospitalidad con los hermanos y con los es- ministerios eclesiásticos en general, y aun de las obras
Iraños. Como lodos los primeros cristianos estaban abra- de caridad y de los servicios que los legos pueden hacer á
cados de una caridad muy pura y muy ardiente, se dislin- los pobres. Cada uno ha recibido de Dios su propio don;
guian lanío por la hospitalidad con lodo vi mundo, que en empléelo, pues, cada uno conforme á su vocación y segim
los primeros siglos los mismos paganos no los designaban el órden de sus superiores. Desempeñe su ministerio con
sino diciendo de ellos que eran gentes que recibían M un zelo puro, ardiente y desinteresado; llene todos los de-
modo mas caritativo y mas gracioso á lodos los estranje- beres de él con puntualidad y con un espíritu de religión;
ros. listo mismo espíritu es el quo conduce á los órdenes no busque mas que la gloria de Dios sin ningún retorno
religiosos mas antiguos que reciben aun á los pasajeros sobre sí mismo; en fin, concluye el santo Apóstol, compor-
con una cordialidad tan caritativa. Añade todavía san Pe- taos de una manera lan prudente, lan caritativa, lan i r r e -
dro : Sin dar muestra qlguna de disgusto; para prevenir prensible y lan cristiana, que todos los que os vieren que-
á aquellas almas naturalmente avaras é interesadas, que den edificados y alaben al Señor. La vida de un cristiano
cuando se ofrece la ocasión ejercitan la caridad, reciben debe hacer el elogio del crislianismo; y la santidad, sobre
también á los eslranjeros, hacen limosna; pero con un todo de los ministros de Jesucrislo, debe ser una de las
aire tan poco grato, con palabras lau poco obligantes, pruebas mas brillantes y mas sensibles de la verdad do
con rostro lan adusto, qqe se nota bien quo su caridad nuestra religión.
es imperfecta y mezquina. No solo debo aparecer vues- El Evangelio de este dia no tiene ménos relación quo la
tra caridad en la parte que debéis dar á los d e m á s Epístola con las circunstancias del tiempo y de la festivi-
en vuestros bienes temporales, sino que como hucuos dad. Su asunto es el fin del admirable discurso que hizo
ecónomos de los diversos bienes espiriluales con quo el Salvador á sus apóstoles después de la última cena.
píos os ha favorecido, debéis comunicarlos con tan- Acababa el Hijo do Dios de hacer una descripción razo-
ta mayor facilidad y zelo, cuanto que los bienes espiritna- nada y circunstanciada de lodo lo que había hecho en fa-
les son mucho mas provechosos. En los primeros tiempos vor de los judíos para probarles que era su Salvador y su
de la Iglesia comunicaba el Espíritu Sanio sus dones so- Dios, su Rey y su Mesías; acababa de ducir que les bahía
brenaturales á cada uno de los fieles segun su voluntad; demostrado invenciblemente por la santidad de su vida,
á los unos el espíritu de profecía; á otros el don de len- por la autenticidad de sus milagros, por la pureza de su
guas; á este el don de curar las enfermedades; á aquel doclrina y por los oráculos de los profetas, que él era el
el discernimiento de los espíritus; á otros, en On, o| don quo les había sido prometido, y que no debian esperar
de consejo. Estos dones del Espirita Santo, que se llaman otro que á él; que tantas maravillas lan estraordinarias
gracias gratuitas, se conceden principalmente on utilidad ^que, segun el testimonio de los profetas, estaban reserva-
del prójimo, y seria obrar contra la intención del que es das solo al Mesías, condenaban su ceguera, que sin esto
el autor de ellas el sepultarlas en algún modo dentro de hubiera sido perdonable: ellos me han visto, a ñ a d e el
sí mismo, y hacer inúliles unos dones que deben los hom- Salvador, ellos me han oido en cien ocasiones, y lejos de
bres derramar con la misma liberalidad con que Dios se creer en mí, y de seguirme, se han coligado conlra mí y
Iqs ba comunicado; y no siendo los dueños de ellos, sino contra mi Padre; pero era necesario que cumpliesen lo
los simples dispensadores, deben emplearlos segun la v o - que dice uno de los libros de su ley: «ellos me lian abor-
luntad de aquel de quien los han recibido. recido sin motivo», me han perseguido por pura malicia.
Ileduce el Apóstol todos estos dones de! Espíritu Santo Si ellos, pues, me han tratado así á mí, no debéis esperar
id ministerio de la palabra y de la acción: si alguno habla. quo os traten de otra manera; poro nada temáis, del cielo
DESPUES DE LA ASCENSION. 413
os vcndr;'« un auxilio poderoso. Yo os enviare el Esplríln Por lo d e m á s , os he hablado de este modo á fin do que
Santo para que os consuele en todas vuestras aflicciones, cuando hubiere llegado el tiempo os acordéis que os he d i -
os fortifique en todos los combales á que os espusieren, y cho lodo lo que debia sucederos.
os defienda de las persecuciones mas violentas. Yo os e n - Jesucristo anuncia á sus discípulos lodos los males quo
viaré este Espíritu consolador; p o r q u e é l procede igualmente deben sufrir por haberse unido á él, y de este modo sabe
del Padre y de mí, y recibe de los dos, por su procesión, hacérseles fieles. ¡ Buen Dios! si el mundo pudiera ser tan
la divinidad, la cual no se divide en las Ires personas. sincero, si fuese capaz de presentar de antemano todo lo
Cuando hubiere venido este Consolador que yo os enviaré que hay que sufrir en su servicio, ¡ cuán pocos sectarios
del seno del Padre, Espíritu de verdad que procede del tendria ! Predicando así el Salvador tantas cruces á los
Padre. No aQade el Salvador que procede del Padre y de que le sirven, daba bien á entender que en él solo con-
m í , no obstante que sea verdad que procede igualmente sistía el hacerlos dichosos s e g ú n el siglo; preciso es, pues,
del Uijo que del Padre, porque se acomoda á la manera de que sea gloria suya y ventaja nuestra que llevemos una
concebir tan grosera todavía de sus apóstoles; no hubie- vida paciente, una vida crucificada: las cruces, en verdad,
ra hecbo mas que confundir sus ideas, si en este pasaje son amargas; pero su frulo es muy dulce.
les hubiese diebo que el Espíritu Santo procedía de él co- Los griegos llaman á este dia el domingo de los tres-
mo del Padre. Uabia probado bastante esta verdad en todo cíenlos diez y ocho Padres del santo concilio de Nicea,
lo que habia dicho para establecer su divinidad, y singu- porque han elegido este dia móvil para honrar sn memo-
larmente diciéndoles que él mismo Ies enviaba este Espí- ria, á mas de la fiesta que hacen también en un dia iijo
ritu consolador, daba bastante á entender en esto que, del aQo, que es el décimo del mes de j u l i o .
guardada la debida proporción, el Espirito Sanio era con Llámase también este domingo entre los latinos, y p r i n -
respecto á é l , y con respecto á su Padre, lo que un hijo cipalmente en Roma, el domingo de las Rosas, porque o r -
en órden al que lo engendró; esto es, que emanaba del dinariamente se empieza entonces á ver florecer las rosas,
uno y del otro en su manera del todo inefable, y que no que se echaban en la iglesia en donde estaba la eslacion
es posible conocer sino con las luces del mismo Espíritu de los fieles en este dia, sobre todo cuando el papa ofi-
Santo. «Cuando viniere, pues, este Espíritu, dará testi- ciaba en ella. Esta d^r.o ninacion puede haber tenido tam-
monio de mí,» tanto por los prodigios que o b r a r á , como bién un motivo y un sentido mas espiritual y alegórico;
por las luces que comunicará á los fieles sobre las verda- tal vez se le llamaba el domingo de las Rosas, á cansa de
des que os he anunciado. Convencerá á los judíos de que el Evangelio promete las flores, por decirlo así, de los
injtisiicia, de infidelidad y de pecado, y á todos los hom- consuelos mas dulces, en medio de las espinas mas p u n -
bres de mi divinidad y de mi soberano poder. Vosotros zantes y mas espesas. Las rosas nacen y se dilatan en m e -
que seréis instruidos por ese divino Maestro, y que desde dio de las espinas; así los discípulos de Jesucristo entro
que yo he comenzado á darme á conocer á los hombres, las adversidades y las cruces gozan de la alegría mas p u -
habéis estado conmigo, publicareis cerno fieles testigos mi ra y del placer mas esquisito.
doctrina y mis obras por toda la tierra.
Os be prevenido todas estas cosas como necesarias para La oración de la misa de este dia es como sigue:
precaveros contra las persecuciones, no sea que cuando Omnipotens sempiterne O Dios omnipotente y eter-
llegaren os inmutéis, y sean para vosotros ocasiones de Deus , fac nos libi semper no, haced por vuestra gracia
escándalo. Os he hablado del odio que os tendrá el mundo, el devotam gerere volun- que nuestro afecto y nuestra
os he predicho todo lo que debe sucederos molesto, á fin Uitem , et Alajestati luce voluntad no se consagre sino á
do que estéis preparados para soslener los malos trata- sincero corde senite. Per vos solo , y que sirvamos á
mientos que tendréis que sufrir. Mis enemigos, que por lo Dominum... vuestra Majestad divina con la
mismo lo serán vuestros, no se contentarán con arrojaros fidelidad de un corazón s i n -
d e s ú s sinagogas, y trataros como cscomulgados, como i m - cero. Por nuestro Sefior, etc.
píos y hombres sin religión; les cegará la pasión hasta tal
punto, que los que empaparen sus manos sacrilegas en La Epístola está tomada de la primera del apóstol san Pe-
vuestra sangre, creerán hacer un sacrificio agradable á dro, cap. í .
Dios. Como por una obsiiuacion nacida de un error volun- Charissmi; Eslotepru- Amadisimos hermanos, o b -
tario, y por una pura malicia que los tiene furiosos, no denles, el vigilóle i n o r a - servad una conducta pruden-
quieren conocer ni á mi Padre ni á mí; por esto nltrajaráii tionibtts. Ante omnia a u - te, y velad en las oraciones,
crueimenle á los que como vosotros h a r á n profesión de tem mutuam in vobisme- Pero sobre lodo (ened cutio
ser siervos fieles del Hijo y del Padre. Pero cuando los vie- tipsis charitatem conti- vosotros una caridad mutua,
reis mas desencadenados contra vosotros, y mas encarni- ntuim hahentes : quia cha- que nunca se resfrie , porquo
zados para perderos, os bastaré para no temerles el acor- ritas operü muhiludinem la caridad cubre un gran n ú -
daros que el Maestro á quien servís os ha predicho todas peccatorum. Hospitales in- mero de pecados. Practicad
estas cosas, que nada le es desconocido, y que no os ha vicem sine murmuratime: con gusto la hospitalidad los
empehadoensu servicio sin representaros todos los peli- umisquisque, sieut accepit unos con Jos otros , sin dar
gros que estaban anejos á él, y lodo lo que tendríais que graliam , ín allernlrum mueslras de que os incomo-
padecer en él. Yo he previsfo lodo el mal que os sucederá, illam administrantes, s í - dáis. Pórtese cada uno con res-
y os he dicho ya que cuidaré de enviaros el Espírilu conso- cut honi dispensalores pecto á los demás , según el
lador que no solo os dará el ánimo y la fortaleza nocesa- miüdformis graliwlh'i. Si don que lia recibido, como
• iospara sufrir lodos los lormenlos, sino que os hará sen- quis loquilur , quasi ser- buenos ecónomos de los diver-
tir una dulce alegría en medio do todas vuestras penas. mones D e i : si quis m i n i i - sos dones de Dios, Si alguno
4ii DOMINGO
Hat, tamqmm ex virlulü, lialila, hágalo como un hom- del amor del siglo. Llenémosle del amor de Dios, h a g á -
quam admiuislrat DCHS, bre que ainuncia la palabra de mosle por este medio el mas rico en verdaderos tesui os.
u l i n oumihus honariftee- Dios ; si alguno está encarga- No ( iiesta trabajo hablar de Dios, cnlrelcnersc con Dios,
lur Deus per Jcauin Chris- do do al^un minislerio, ejér- cuando se lo ama. Un corazón lleno del mundo, y ocupa-
tum Dominum noslrum. zalo como por la virtud que do de los deseos terrenos, se seca muy pronto luego q u «
Dios comunica, de suerte que se habla de Dios.
Dios sea honrado en todas las
E l Evangelio de la misa está lomado del de san Juan, capí-
cosas por nuestro Seííor Jesu-
í i É p S Í : Wróp-.í •.-Í : .'pristo. tulos 45 y i G .
Dirige san Pedro su Epístola á las iglesias do Asia, I n illo impon? : u i x i t En aquel tiempo dijo Jesús
del Ponto, do Galacia, de Bitinia, quo eran nuiy n\uneio- Jesns discipvlixsuis: Cum á sus discipulos: Cuando v i -
s is, pero que sufrian mucho du parle do los judíos i n c r ó - venerü l ' a r a c l ü u s , quem niere el Consolador que yo os
dulos y do los gentiles; les consuela, les instruye y les c(¡o m i t U m vohis a Paire, enviaré del seno del l'adre, c'
anima. Cuando dice que está cerca el dia del Señor, i n - Spiritumverilalis, qui a que es el Espírilu de verdad,
dica con esto la próxima ruina de Jerusalen; io (pie hace Paire proccdil, Ule testi- que procede del l'adre, d a r á
creer que esta Epístola se escribió en liorna onlre el año monitan perhihebit dv. me: leslimonio de mí, y vosotros
43 y 30 de Jesucristo. el vos lestimonivm perhi- también daréis testimonio por-
bohiñs, qvia abimiio me- que habéis oslado conmigo
REFLEXIONES. cum eslis. Ilceclocuiussum desde el principio. Os he h a -
&Si alguno habla hágalo como un hombre que anuncia vobis, wt non seandalize- blado de este modo, á fin de
la palabra de Dios.«No prelende el Apóstol que todos los m i m . Absque syníuiofjis que no os escandalicéis. Os
Heles sean predicadores, sino que quiere (pie todos los [acienl vos : sed venil ho- pondrán fuera de las sinago-
predicadores si^an ministros fieles do la palabra que anun- ra, u l ofiiius, ^m' interficit gas; y so acerca también e'
cian. Pretendo que todas nuestras conversaciones, todos vos, arbilretur obsequium tiempo en que cualquiera (¡ue
nueslids enirenimientos, todos nuestros discursos sean seprceslare Deo. E l hwc os hiciere perecer, se i m a g i -
cristianos. Nada mas justo, nada deheria ser mas común: facieni vobis, quia non no- nará qne hace un servil io á
¿(pié cosa mas racional que el que un cristiano no hable veruvt Patrem , ñeque Dios. Y obrarán asi con voso-
como pagano, sino como cristiano? Sin embargo, ¿ s o n me. Sed hmc loculus m m tros, porque no conocen ni á
editicantes lodos mi es tros discursos? ¿En.quó se cnlrelio- vobis, u l cum vencril hora mi l'adre ni á m i : mas yo os
nen en esas frecuentes conversaciones, en esas asambleas corum , reminiseamini, be hablado de este modo para
mundanas? Si alguno habla, ¿ l o hace como un hombre quia ego d i x i vobis. que cuando llegare el tiempo
que anuncia la palabra de Dios? esto es, ¿tiene Dios m u - os acordéis que os hedicho es-
cha parto en todas esas conversaciones? Se pasan las ho- las cosas.
ras enteras en conversar; pero ¿ d e q u é ? de m i l bagatelas,
htift«nftóó'sise-1 üilÜMt
y muchas veces también do asuntos q u é á muy poco tiem- MEDITACION.
po se reducen á nada. Un cuento, una historia, un s u e ñ o ,
lié aquí lo que ocupa el descanso, por no decir la ociosi- De las contradicciones y pruebas á que están espuestos
dad de ciertas personas que creen tener talento, porque los buenos.-
saben Hablar mucho sin decir nada. Qué cosa mas lamen- -¿"Iwtitó In » » m A i i 0 í m H Í t M ^ > ) u í i p r í • • . • *>;•. •.
Uible que las conversaciones de esas tertulias brillantes, PLNTO PIUMEBO. —Considera quo es necesario que nos
do esas mujeres mundanas, cuyo talento se agola en los persuadamos que no puede dejar de cumplirse la palabra
discursos mas pequeños y mas vanos. Una moda, un l o - de Jesucristo: Discípulos mios, vosotros seréis maltrata-
cador, un adorno, una joya ocupan todos esos grandes dos, y aun s e c r e e r á que m a l l r a t á n d o o s s e hará un s e r v i -
genios. Apenas pasarían entre niños entretenimientos tan cio á Dios. Aunque esla verdad se verifica lodos los dias,
frivolos y lan vacíos. Examínese de cerca , pésese lo quo no deja, sin embargo, de sorprender. Que el desarreglo
forma el fondo de esas conversaciones mundanas que ab- de las costumbres escite la indignación y la persecución
contra los libertinos; que una devoción fingida devuelva
sorven una gran parte de la vida; ¿ q u é es lo que se halla-
todos los humores, y encienda la bilis de todo el mundo;
rá en ellas de s ó l i d o , de cristiano ni aun de racional? Si
nada hay que sea mas justo. Los impíos y los hipócritas
so le quita la m u r m u r a c i ó n que es la sal de lodos los m i -
son objetos del odio de Dios y de la aversión do los h o m -
serahles pasatiempos, todo lo que en ellos se dice es tan
bres de bien; pero que se rebelen también contra la ver-
fastidioso, lan l á n g u i d o , tan pueril, que costaría trabajo
dadera piedad, y que la piedad cristiana sufra una espe-
creer, si no se viera, que gentes de razón fueran capaces
cie de persecución en medio mismo del cristianismo, son
de ocuparse de lanías inutilidades. Ah Señor, si se ha de
estos unos hechos quo solo la esperiencia hace creíbles, y
dar cuenta de la menor palabra ociosa que se hubiera d i -
que parecen opuestos á la religión, igualmente que á la
cho, bqué cuenta habrá que dar de laníos discursos y c n -
razón y al buen sentido. Sin embargo, nada bay mas co-
Irelenimientos lan poco cristianos? «De lo que abunda el
mún ni mas ordinario. Parece que desde que uno hace
corazón habla la boca. (Matlh. 12.) » Seria , pues, muy
profesión de piedad.desde que se declara por la devoción,
cstraño que se hablase bien cuando se vive mal. La len-
desde que se muestra siervo fiel del Señor, se hace el
gua no solo da á conocer el pais de donde uno es, sino
bkmeo de la malignidad del corazón humano, de las zum-
también el vicio que tiene. ¿Nosenos oye j a m á s hablar de
bas do los indevotos, de la envidia misma de los méuos
oíra cosa que de bagatelas, de placeres, de adornos, de
desarreglados, de la persecución de los mundanos, y m u -
uej[Ooios del munJo? señal que nuestro corazón está lleno
chas veces basta de la calumnia. Pondóranse los mas pe-
DESPUES DE L \ ASCENSION. 415
qnefios dtífoclos; inlerpi útansc en mala parle las mejores adversario. El silencio mismo parece que agravia á la v i r -
acciones; so nos acusa do orgullo y de singularidad, i n - tud, puesto que la hace presa do la m u r m u r a c i ó n . Toda»
medialamente que se advierte que somos mas regulares, estas razones son plausibles; sin embargo, Dios quiere que
mas reservados, mas virtuosos que los d e m á s . ¿ Ks uno se haga el sacrificio; cuesta mucho el callar, y no es pe-
observador fervoroso de la l e y , tiene un fondo sólido de queña victoria el no deferir á todas estas razones. Pero
piedad, es verdaderamente declarado siervo de Dios? ¡ q u é de desgracias, buen Dios, son siempre el fruto de
Todos ic huyen, mírasele como un censor incómodo de esta victoria ! Un silencio exacto, una paciencia manejada
las irregularidades de otro. Por mas aislado que eslé;-por entonces con prudencia sirven maravillosamente á la pie-
mas caritativo, modesto, humilde y piadoso que aparezca; dad. Dejemos á Dios la justificación de sus siervos; no se
ia misma virtud qne se reconoce en é l , enardece á los perderá uno solo de sus cabellos. Dios se encarga de de-
mas tímidos para que digan mal d e é l . Cada cual conspira fenderlos. ¿Quién tenia mas razón y mas interés en j u s t i -
á moiiUicarle ; imagínase que se hace un servicio á Dios, ficarse que Jesucristo? Sin embargo, no dijo una palabra
hartándole de sinsabores. ¿Murmurase de una persona de- para ello. ¡Buen Dios! q u é bella lección es para mí, y para
vota? Todos lo aplauden. ¿Preséntase en una sociedad de todos los qne sufren en vuestro servicio, vuestro silencio
donde no le permite ausentarse el deber de la buena c r i a n - en medio del fuego de la mas violenta y la mas injusta de
za? Kscandalízanse de él. ¿Deslicrraso de las partidas de las persecuciones! Nos seria fácil confundir á todos nuestros
diversión qne el Evangelio proscribe, y en donde reina el enemigos; parece aun que seria gloria nuestra el hacer b r i -
espiriui del mundo? g r a d ú a s e l e do salvaje y enemigo de llar uueslra inocencia, y aniquilar á todos los que con las
to.la sociedad. ¡Cosa esírafia! Hasta el aprecioqm; s« hMfl mas negras calumnias se esfuerzan en desacreditarnos.
Pero el Hijo único de Dios, el Redentor del g é n e r o huma-
d é l o s buenos, es muchas voces una ocasión para ellos de
no, el autor de una nueva religión tan pura, tan divina,
nuevas pruebas. ¿Ueconóceseen una comunidad una per-
tan santa, el lley del universo, el Mesías, Jesucristo calla,
sona de una piedod singular, esto es, mas humilde, mas
Jesucristo sufre sin decir una palabra; y después de esto,
morliíicada que las oirás, pronta á someterse á todo sin
¿clamaremos coulra la justicia de los que nos maltratan?
replica? ya |)Ui'do akm'rsc á todos los desahogos del des-
Este silencio lan instructivo, esta paciencia tan heroica es
precio. Si hay ¡ilgo penoso y desagradable, si los imper-
la que ha enseñado á callar á tantos santos; ella es la qne
feclos rehusan algim empleo, c a r g a r á sobre él. La ¡dea
ha movido á pedir á Dios tan de corazón por sus perse-
que se tiene de su mortilicacion hace que se considere po-
guidores, como por los que Ies hacían los servicios mas
co sn virtud. Tiénonsc consideraciones inlinilas con los
importantes. ¿Y cuándo harán impresión en nosotros estos
impeiTeclos y los indevotos, y Dios permite que apenas
ejemplos.
las haya p á r a l o s mas viiluosos. A un hombre de buena
voluntad se le sobrecarga con frecuencia, mientras que Desdo ahora. Señor, estoy ya resuelto á mirar l e -
los que no quieren hacer mas de lo que se les antoja es- das eslas pequeñas contradicciones como oíros tantos
tán ociosos, y en su ociosidad criliean á sn placer todo lo favores de un ¡n ecio inestimable. Haced, 6 Dios mió, que
que hacen Jos (pie trabajan. El amor propio padece en mis resoluciones sean eüeaees, y que me crea dichoso por
una suerte tan desigual; p e c ó l a virtud saca en ello su ser tratado como vos lo habéis sido.
partido, y por mas incomoda que sea esta distinción, hace, JACI LATOIUAS.—Levantaos, Señor, y no dejéis que tome
no obslanle, honor á la piedad. No hay razón para decla- cuerpo la insolencia de vuestros enemigos. (Psalm. 9.)
rar contra esta injusticia a p á r e n l e . ¿Puede hacérsenos mas El pobre desahuciado de lodo el mundo pone en vos, ó
honor en el mundo (pie ponernos al nivel, par decirlo así, Dios mió, toda su confianza, y halla en vos una protección
con Jesuurislo? Si el Setlor ha sido tratado de eslo modo, que le indemniza bien de todo lo que ha sufrido de los
¿tiene derecho el siervo para [quejarse de que se le trate hombres. (Psalm. 0.)
como á su Sefior? Toda virtud aplaudida es muy sospe-
chosa, «Los que (piisieren vivir piadosamente en .lesucris- PROPÓSITOS.
to serán perseguidos.» Ks menesler (pie se verilique este 1 ¿ H a b é i s l o m a d o el parlido de s e r v i r á Dios sin con-
oráculo. Deberíamos mas bien quejarnos cuando no t u - sideración y sin reserva? dice el Eclesiástico, esperad
viéramos parte cu é l . muchas y crudas pruebas: porque no se espera según se
PI^TO SKíaiNDc—Considera que si las persecuciones son dobia, por eso se sienten algo mas. Es un error el mirar
amargas, el fruto de ellas es muy dulce. Ks un fuego que las contradicciones, los amargos sinsabores que se hallan
purilica, y que consumiendo las horrni as del oro le pone en el camino de la perfección como obstáculos pesados que
mas hriüaule. A la verdad, cuesta vencerse en estas oca- hacen el camino mas malo, ó á lo menos mas difícil. S( a
siones y callar. Cien razones, ludas á eual mas plausibles, espinas que sirven do vallado, y que rechazan lodo lo que
se agolpan en apoyo del amor propio, y la vivacidad de es enemigo y que puede d a ñ a r . (Juardaos bien de temer
nueslro espíritu fatiga mas que la malida del espíritu de loque puede la virtud, lo que laalimenla, y lo que hace
otro. Verdad es que muchas veces la moderaeion de tos honor. Mirad esos sinsabores, esas zumbas, esos desprecios
personas virtuosas hace á los libertinos mas alrevidospara que hacen de vosotros los que odian mas vuestra virtud
ci itioary morder, listas almas cobardes abusan de la man- que vuestra persona; mirad, repito, las pequeñas m o r l i t i -
sedumbre y d é l a paciencia d é l a s personas virtuosas para cacioues que os procuran como kn beneficio insigue que
satisfacer los deseos do sus corazones malvados; con faci- os hacen, é imponeos una !e\ de no quejaros nunca de el.
lidad se echa de ver alguna vez que una respuesta viva, 2 Es una cobardía criminal y aun indigna de un h o m -
acompañada de un poco de hiél, librarla para siempre de bre de bien el omitir el bien y la práctica de la virtud,
la persecución; una palabra á punto alerraiia á los imper- lemiemlo las burlas de los liberiinos y de los muiKlanos.
fectos; pero esto seria herir la virtud, nudtraUmdo á su Guardaos bien de jusliücaros ó do quejaros. Eslo seria lo
i 16 DOMINGO
mismo qnc si alguno ?c acalornsc mucho para mcslrar que sucristo; en aquel dia fomó como posesión de la herencia
no os un defecto reprensible el Icner una nariz y dos ojos. prometida á los descendientes de Abrabam , y entró en to-
En eslos lances guardad un profundo silencio; perseve- dos los derechos que habia perdido la sinagoga , y en 1o-
rad en vuestros ejercicios de piedad sin decir una pala- daslas prerogativas que el Salvador la habia concedido.
bra ; conducios siempre en ella por un motivo puro, y Justo, pues, era que fuese una d é l a s mas solemnes. No se
praclicadla del modo mas perfecto. No despreciéis las bur- duda, según se ha dicho, que los mismos apóstoles la ha-
las de los immdanos por orgullo, pero no liabais caso de yan instituido por sí mismos entre los primeros fieles, pur
ellas sino por virtud. Tener demasiada sensibilidnd en el interés que tenían de no dejar en el olvido un aconte-
esto es señal de una virtud muy débil, y muebas veces cimiento tan glorioso para ellos y tan ventajoso para la
aun de una virtud falsa. Iglesia: san Lucas refiere la ansia que tenia san Pablo de
hallarse en Jernsalen para celebrar la (iesta de Pentecos-
DOMINGO I)E PENTECOSTES.
t é s ; es muy probable que seria la Pentecostés crisliana,
La fiesta de Pentecostés crisliana fué figurada por la de puesto que no se ve que los apóstoles hayan celebrado las
Pentecostés judaica. Es la única , con la de la Pascua , cu- fiestas de los judíos.
yo verdadero origen cnconlramcs en el antiguo testamen- Nunca hubo una analogía mas perfecta entre la figura
t o , y cuya institución inmediata, por consiguiente, pode- y la realidad que la que se halla entre la fiesta de Pente-
mos atribuir al mismo Dios que mando celebrar la Tas- costés de los judíos y la de los cristianos. La primera fué
cna y la de Penieooslés á su pueblo, como las dos p r i n c i - prescrita para el dia quincuagésimo después de la cere-
pales solemnidades del culto religioso que debia t r i b u - monia de la Pascua ó del cordero pascual; y la segunda
tarle. se celebra el dia quincuagésimo después de Pascua. Aque-
La fiesta de Pentecostés , dice Eusebio, es la mas g r a n - lla fué, según los Padres, la publicación d é l a ley de Dios,
de de todas las del aiio. En efecto, ella es la perfección de hecha sobre la montaña del Sinal, el dia quincuagésimo,
la grande obra de la redención, la consumación de lodos entre el ruido de los truenos, de los relámpagos y de la»
los misterios de la religión, la publicación solemne de la trompetas, que fué el motivo principal de la Pentecostés
nueva l e y , y como el último sello de la nueva alianza. El judaica: esta es la publicación de la ley nueva , dada á
Esnírilu Santo ha sido enviado , dice san Agnslin, ix fin do los apóstoles por el Espírilu de verdad al cabo del mismo
que la virtud de este mismo Espíritu consumase la obra número de dias, entre el ruido de un viento impetuoso y
que el Salvador habia comenzado, para que conservase entre el brillo relumbrante de una exhalación infiamada,
lo que el Salvador habia adquirido, y para que acabase que es lo que hace el principal objeto de la fiesta de Pen-
de santificar lo que el Salvador habia rescatado. tecostés de los cristianos. San Agustín prueba por la m i s -
Entre todas las criaturas no hay ninguna, dicen los Pa- ma Escritura , que el dia do Penlccosies, esto es, el quin-
dres , que haya llamado mas la atención de Dios , por de- cuagésimo después de Pascua, fué el en que se dió á Moi-
cirlo asi, ni que le haya costado tanto como el hombre. sés la ley de Dios sobre la montaña del Sinaí. En el dia
Diríase que todas las tres Personas divinas se han compla- de Pentecostés fué cuando se cumplió la promesa que Dios
cido en perfeccionarle y hacerle admirable, y hacerse a d - habia hecho en otro tiempo por el profeta Jeremías, cuan-
mirar ellas mismas en esta obra maestra. El Padre le bos- do dijo que nos daría una nueva ley mucho mas perfecta
quejó, si podemos esplicarnos de este modo, criándole; que la primera, que tantas veces habin sido violada. Pero
el Hijo le perfeccionó rescatándole; y el Espíritu Santo le h é a q u í la nueva alianza que, cuando llegare el tiempo,
ha concluido santificándole. El Padre formando al hombre, haré yo con la casa de Israel. IS"o la esciibiré en tablas
dice un piadoso orador cristiano , l e d i ó l a razón para co- do piedra; la imprimiré , la escribiré yo mismo en el
nocer, el apetito para amar, la libertad para obrar con corazón. Nose me servirá ya con un temor servil, sino per
m é r i t o ; el Hijo reformando ó este mismo hombre, le ha amor: j o seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. El profeia
dado la fé para conducir su razón , la caridad para recti- Ezequiel anuncia también , y espresa este gran misterio
ficar su apetito, la gracia para fortificar su libertad ; y o l en términos todavía mas claro--y mas precisos'; Derrama-
EspiriUi Santo para dar las últimas pinceladas á esta obra, r é , dice el Señor, sobre vosotros una agua pura', y que-
a ñ a d e la inteligencia á la fé, el ardor y el zelo á la c a r i - dareis purificados de todas vuestras inmundicias: alude
dad , y la fortaleza y la magnanimidad á la gracia : de á las diferentes aspersiones usadas entre los judíos, las
siiorto que puede decirse que el Padre nos ha hecho hom- cuales purificaban de las inmundicias legales, y eran figu-
bres ; que por Jesucristo hemos llegado á ser cristianos; ras del bautismo y de la penitencia, que nos lavan Ce
y que el Espíritu Santo es el que nos hace santos, y en mientras iniquidades en virtud del mérito de la sangre de
esto es, en algún modo , en lo que estriba todo el fondo Jesucristo, y por la aspersión invisible del Espírilu Santo y
de este gran, misterio. de su gracia. Entonces os daré un corazón nuevo y pondré
La descensión del Espíritu Santo sobre los apóstoles, un espíritu nuevo en medio de vosotros ; os quitaré ese
que es el motivo de la solemnidad de este dia , es propia- corazón de piedra, ese corazón d u r o , ingrato, indócil;
mente la Gesta de la consumación de lodcs los misterios de os daré un corazón flexible, dócil, reconocido; os d a r é ,
hi religión ; ta época célebre de la publicación de la ley y en fin, mi e s p í r i t u , y entonces os a g r a d a r á mi l e y , y
del establecimiento de la Iglesia. Esta Iglesia habia sido marchareis con alegría por el camino de mis preceptos:
formada por Jesucristo antes de su ascensión al cielo j pe- nada se os hará difícil en mi servicio, y guardareis mis
ro estaba todavía, por decirlo así, en la cuna durante los mandamientos con fidelidad y con alegría. Todas estas
diez dias, en los que los apostóles y los discípulos estaban predicciones se han verificado exactamente, y se han cum-
encerrados en el c e n á c u l o ; hasta el dia de Pentecostés no plido tan visiblemente estas promesas en el dia de Pente-
se mostró por primera vez al público esta esposa de Je- costés por la venida del Espíritu Santo, que no se necc-
DE PENTECOSTES. 417
sitan, al parecer, mas qno las luces do la razou para que- Santo producía interiormente en cada uno de los discípu-
dar convencidos d é l a publicidad y tle la verdad de ieslo los, y que debia producir en el corazón de los primeros
gran mislerio, el cual se ha cumplido de la manera s i - fieles llenándolos de sus dones. En efecto, todos los a p ó s -
guiente. toles y discípulos llenos del Espíritu Santo se sintieron en
Ilabiondo llevado el Salvador á sus apóstoles y discípu- el mismo instante abrasados todos de aquel fuego divino,
los al morric de los Olivos el dia de. su gloriosa ascensión ilustrados con luces sobrenaturales que les daban una i n -
para que fuesen testigos de su triunfo, les prometió que teligencia perfecta de los misterios mas altos y de las ver-
les enviarla el Espíritu consolador, el cual derramaria so- dades mas sublimes, animados de un valor y de un Si.nto
bre ellos todos sus dones, que quedarian llenos de ellos, atrevimiento desconocido para ellos; en fin, como muda-
y entonces comprenderian todas las verdades que les ha- dos de pronto en otros hombres.
bía enseriado. Que abrasados entonces con este fuego d i - Jerusalen estaba enlonces llena de un gran número de
vino, iluminados con las luces mas puras de la gracia, se judíos, que de todas partes habían concurrido allí para so-
verían animados de an valor que no conocían, do una for- lemnizar las fiestas de Pentecostés; pues aunque la dis-
taleza que les haría sobrepujar sin trabajo todos los obs- tancia de los lugares pudiera dispensarles de hallarse en
táculos. Que predicarían con una santa .libertad y un r e - Jerusalen , aun en los dias de las grandes festividades,
sultado maravilloso su nombre y su Evangelio en medio había, sin embargo, imicbos á quienes traía aellas su pie-
de Jerusalen, en toda la Judea, la Samaría y en toda la dad y devoeion, y aun por esto les llama la Escriiiiia
tierra. Pero que para prepararse á recibir un don tan gl an- « virí religiüsi : » hombres afectos á la religión. Estos j u -
de del cielo, les mandaba que fuesen á encerrarse en Je- díos forasteros se unieron á los de la ciudad, y acudieron
rusalen, y que pasasen allí los diez días que restaban en al ruido que habían oído, de modo que el cenáculo ó la
retiro y en oración. Ejecutóse esta orden religiosamente y casa se vio muy pronto rodeada de una multitud cuasi i n -
con puntualidad. Habiendo subido Jesucristo al cielo del finita de genios de toda suerte denaciones. Los apósíoles,
modo que hemos dicho en el dia de la Ascensión, se r e t i - que no deseaban mas que comunicar el fuego divino de
raron á Jerusalen, y se encerraron en una gran casa que que estaba sti eorazou abrasado, tío esperaron á que les
habían elegido para lugar de su retiro todos los once a p ó s - sacasen de su retiro, ellos mismos se presentaron delante
toles y los d e m á s discípulos en número de ciento y veinte de todo aquel pueblo allí reunido, el cual quedó cslraor-
en que consistía entonces toda la Iglesia , teniendo á su dinariamenle sorprendido ai ver á aquellos pobres pesca-
cabeza á la sautisima Virgen, la cual constituía enlonces dores, que apenas sabían la lengua del país, gentes i d i o -
todo su consuelo. El paraje nías sanio de" aquella casa era tas, estúpidas y groseras, predicar públicametile á Jesu-
el ccuáculo, que era una gran sala en un lugar retirado en cristo con un valor, una elocuencia y una unción, que
lo mas alto de la casa, lejos del tumullo y á propósito movía á lodo el mundo; creció mucho mas el asombro,
para hacer oración. Esta sala fué la primera iglesia de los cuando todos aquellos diferentes pueblos, de un idioina tan
cristianos en donde celebraban sus asambleas, en una de diverso cada uno, advirtieron que cada uno les cnlendia,
las cuales se resolvió llenar en el colegio apostólico la plaza no obstante (pie no hablaban mas que una sola lengua,
vacante por la apostasía y por la muerte del traidor Judas, que era la siríaca. El don do lenguas que entonces reci-
habiendo quedado elegido san Matías para llenarla. bieron lodos los que habían recibido el Espíritu Santo,
«Habiendo llegado el dia de Pentecostés.» Era esta una consistía en que podían entender y hablar las diferentes
de las tres principales íicstas de los judíos. En aquel dia de los pueblos con quienes debían tratar; y lo que hay aun
ofrecían áDios panes hechos con los primeros frutos de la mas portentoso es que hablando ellos una sola lengua les
nueva cosecha. Llamábase esta fiesta «Pentecostés ó quiti- entendian todos los diferentes pueblos que les escuchaban,
quagésimo día,» porque se celebraba el dia quincuagésimo de modo que cada uno creía que hablaban la lengua de su
después de le fiesta de Pascua, como ya se ha dicho, en pais, sin que luiblasen mas que la suya que era la siríaca.
memoria de haber dado Dios su ley sobre el monte Sinaí, Verificáronse, pues, entonces dos milagros en los a p ó s t o -
cincuenta dias después de la primera Pascua y la salida de les, el uno que hablasen en griego, en persa y en roma-
Egipto. Hallábanse reunidos todos los discípulos con la no, cuando hablaban á un griego, á un persa ó á un romano
Madre de Dios en el sitio en donde acostumbraban á ha- en particular: el otro, que hablando á lodos estos diferen-
cer su oración, á las nueve de la m a ñ a n a . En medio de su tes pueblos en general, cada uno de ellos les oia hablar su
oración so oyó repeminamente un gran ruido, como de un i lengua, no obstante que en realidad no hablaban enlonces
viento impetuoso, que hizo temblar toda la casa, el cual mas que ta nativa suya. Esto fué lo que asombró á aque-
se oyó en toda la población. Este ruido, este viento, esta lla multilud, y lo que les obligó á esclamar en medio de
impresión sensible eran símbolos d é l a presencia de la d i - su asombro : ¿ Qué es esto? ¡ Jamás se ha visto cosa se-
vinidad, como en otro tiempo en el Sinaí los truenos, los mejante 1 « ¿lisias gentes no son lodos galileos? ¿Cómo,
relámpagos y la montana que humeaba manifestaban la pues, les oímos hablar la lengua de nuestro país? » No-
mojeslad de Dios que en cierto modo se sensibilizaba á to- sotros, á la verdad, todos somos judíos, sí no de nacimien-
do el pueblo. Mas prodigioso aun fué ¡o que sucedió al lo, al menos de religión; pero de país y de idioma somos
misino tiempo. El viento ó turbillon que venia del cielo muy diversos : los unos son parios, los otros medos, m u -
fué acompañado de una especie de globo de fuego, cuyas chos son persas, los hay de Mesopotamia, de Judea, de
llamas separándose repentinamente en forma de lenguas Capadocia, de la provincia del Ponto, de la Asía menor,
de fuego se esparcieron sobre toda aquella santa congre- de Erigía, de Panfilía, de Egipto y de la l i b i a que está
gación, y se lijaron sobre la cabeza de cada uno de ellos. próxima a Cii eue; muchos lian venido basta de liorna a l -
No era un fuego real y malerial, solo eran signos eslerio- gunos de la isla de Creta ó de la Arabia; pero lodos cuan-
t"es y apariencias sensibles de los efectos que el Espíritu tos estamos aquí, ya judíos naturales, ya prosélitos, esto

TOMO I V . 53
418 DOMINGO
es, gentiles cfue lian abrazado oí judaismo, les hornos oido, y lodos los demás apóstoles de una condición lan v i l , do
cada uno en nuestra lengua, exaliar y publicar las mara- un talento tan ciaso, de una ignorancia lodavía mas c r a -
villas incomprensibles que Dios ha hecho, y de que no sa, convertirse en el momento que han recibido el Espl*
habíamos oido nunca hablar. Tan grande fué su sorpresa, rilu Santo en los doctores mas profundos y mas ilustra-
que se miraban unos á otros, y poseídos de una admira- dos, en los predicadores mas persuasivos y mas elocuen-
ción que les embargaba, se preguntaban : ¿ Qué quiere les, en los héroes mas magnánimos de toda la a n t i g ü e -
decir todo e s o ? dad, en los oráculos del mundo; tan penetrados de las
Habiendo advertido san Pedro la esli añeza que osla ma- luces de Dios, y tan consumados en la ciencia del reino de
ravilla causaba en todos los ánimos, levantó la voz para Dios, como habían sido hasla entonces ignorantes , llenos
que lodos le oyesen; y como vicario de Jesucristo y cabeza de errores ó incrédulos. ¿No fué en verdad una mutacíen
visible de la Iglesia comenzó á desenvolver el misterio de la mano del Altísimo, el verlos en Jerusalen predican-
que so c u m p l í a : Vosotros lodos, les dice, que os gloriáis do verdades que habían hecho profesión no solo de no
de haber nacido judíos ó que habéis abrazado el judaismo, creer, sino de contradecir, mientras queno hubieron re-
y que estáis hoy reunidos en Jerusalen , escuchadme. La cibido el Espíritu Santo? ¿Qué trabajo no le costó al d i -
causa de estas maravillas de que sois testigos, y que os vino Maestro para hacerles entender la doctrina celestial
causan tanla admiración, no es lo que algunos de vosotros que había venido á establecer sobre, la tierra, á pesar del
piensan; lo que tanto admiráis en nosotros, todo lo que cuidado que puso para darles una inteligencia perfecta de
acabáis de oir no es i m efecto de embriaguez; vosotros ella? todo lo que miraba á su divina persona era aun os-
sabéis que en los dins festivos, como es el que celebramos, curo para ellos; sn humildad les chocaba, su cruz era para
no nos es permitido beber ni comer ántes del medio dia, y ellos un escándalo, no concebían nada de sus promesas;
todavía no son mas que las nueve. Sabed, pues, que aquí en lugar de la verdadera redención que debían esperar
so cumple la promesa que el Sefior habla hecho á su pue- de él, se ligui'aban una quimérica, esto es, una reden-
blo por su profeta Jocl, de que en los últimos tiempos lia- ción lemporal, cuya vana esperanza les seducía, lié aquí
rla que descendiese su Espíritu sobre toda carne, sobre quiénes eran estos hombres groseros, ignorantes y car-
sus siervos y siervas; que les daría el don de profecía, nales ántes de haber recibido el Espirita Santo. Sí, dice
el de milagros, y que les colmaría de sus dones (los t é r - san Juan Crisóstomo, estos son los sugetos que elige el
minos profecía, sueño, 'visión, signilican aquí en gene- Espíritu Santo para hacer de ellos los doctores de la
ral todo g é n e r o de revelaciones y de dones particulares religión y los oráculos del mundo; de esto carácter
del Espírilu Santo): todo esto acaba de cumplirse en la era menester que fuesen. Si hubieran sido menos
persona de aquellos en quienes acabáis de admirar lanías idiotas y ménos groseros, no hubieran ofrecido una
maravillas. En seguida, aprovechándose el santo Apóstol prueba tan bi ülanle y tan convincente de la divinidad de
de la disposición en que se hallaba el pueblo, y de la Jesucristo, de la virtud omnipotente del Espíritu Santo,de
atención con que se le escuchaba, Ies hizo un discurso la verdad y de la autenticidad d é nuestra religión, y de la
tan sólido, tan enérgico, tan patético, que no se sabia si santidad y de la veracidad de su doctrina.
el que hablaba era un hombre, ó era un á n g e l . Prueba en
Asi es que osla maravilla hizo desde luego tanta impre-
el sobre, todo la divinidad de Jesuci islo de la manera mas
sión en los ánimos, que el fruto de esta primera predica-
eficaz del niundo; les dice lodo cuanto es capaz de per-
ción de san Pedro fué la conversión de tres m i l personas.
suadirla á los mas incrédulos, recorre lodas jjas pruebas,
Nadie ignora los prodigios admirables que siguieron á este.
la establece sobre el teslimonio de los profetas, y su r a -
¡Qué de milagros y que de conversiones milagrosas en
ciocinio no admite replica. INo disimula su felonía y su
medio mismo de Jerusalen! ¡Qué de pórtenlos en toda la
deicidio en ta persona de su Salvador, del verdadero Me-
.ludea, la Samaría y en todo el mundo consiguientes á la
sías á quien han crucificado; demuestra su gloriosa y
palabra de Jesucristo! Eran menester milagros para esta-
Iriunfante resurrección; en la Escritura sania encuentra
blecer la Iglesia de Jesucristo: no faltarán tampoco mila-
loda la hisloria evangélica hasla la descensión del Espírilu
gros en lodos tiempos en esta Iglesia; pero ¿no puede de-
Santo : en ella halla todas las circunstancias de que está
cirse que el eslablecimienio y duración de esta misma
. a c o m p a ñ a d o este úllimo misterio, hace valer loslexlosque
Iglesia es un milagro suhsislenle, el mas grande, el mas
cita, desenvuelve el verdadero .sentido de las figuras que
patente y el mas convincente de todos ¡os milagros?
refiere, descubre el sentido que encierran oculto, apoya
Doce pobres pescadores, tales como acaban de pintarse,
.su esplicacion con raciocinios tan fuertes, tan concluyentes
sin. armas, sin dinero, sin apoyo, forman el designio de
y (anjuslos que se diria que habla envejecido en el esludio
establecer en todo el mundo una nueva religión, y comen-
d é l o s libros santos , y que se habla formado por un largo
zar destruyendo y proscribiendo lodas las demás religio-
uso en el ejercicio de hablar y de discurrir, según todas
nes de todo el mundo. Propóncnsc el hacer adorar en loda
las reglas de la elocuencia. Aun cuando no hubieia ha-
la tierra no mas que á un solo Dios en tres personas, esto
bido otra maravilla (pie esta en el mislerio de este dia,
es, tres personas realmente distintas, cada una Dios como
liubiera sido suíicienlemenle para convencer á los e s p í r i -
la otra, sin que haya ni pueda haber mas que un solo
tu? mas incrédulos.
Dios: hacer creer que este Dios se había hecho hombre,
Pedro, aquel pobre pescador, aquel hombre tan igno- que habia muerto en una cruz para rescatar á los h o m -
rante y lan grosero, que j a m á s supo otra cosa que ma- bres, que habiendo resucitado al tercero dia, cuarenta días
nejar unas redes, que cuasi ha envejecido en una barca y después habia subido al cielo, de donde debía volver aun
Hin la pesca; aquel apóstol límido y cobarde hasta negar al fin de los siglos para juzgar á todos los hombres, r e -
á sn buen Maestro á l a s ó l a recenvencion de una criada ó coir.pciisaiKlo con una felicidad eterna á los que habiendo
de unciiadu: Jiiaw. S a n ü a g o , Bartolomé, Tomás, Andrés creído (odas esfus verdades y Observado sus mandamien-
PENTECOSTES. 419
lus liubioscrr maorlo on su gracia, y para castigar con el El introito de la misa de este dia es como elcompemlio
mas hoi riblo y el toas inimaginable do lodos los suplicios de todo esto gran misterio. Está tomado del primer capi-
por toda la eternidad á lus qnelmbieren muerto en estado tulo del libro de la Sabiduría, y no hay cosa mas clara
de pecado mortal. Si á lo menos á esta incomprensibilidad ni mas esprestva. •$) Es|jíi ilu Santo del Señor,» dice, «ha
do los dogmas se bubiesen propuesto agregar una moral llenado lodo el universo: y como él contiene en sf todas
dulce, sensual, voluptuosa, acomodada á los sentidos, y las cosas, liene la inteligencia de todas ellas, y sobre lodo
tan carnal como la que reinaba tantos siglos babia en todo de todas las lenguas;» y este don milagroso es el que ba
el universo, hubiera podido creerse queso hallai ian gen- comunicado élodos aquellos sobre quienes descendió, \ a
tes que bubieran diebo: Déjesenos vivir como queramos, y quienes llenó en este dia de sus dones. Bendigamos sin
nosotros creeremos todo lo que so quisiere. Pero la moral cesar á la Trinidad adorable, y démosla eternas gracias
que ban resuello bacer abrazar es, á la verdad, la mas san- por un beneficio tan grande; bendigamos al Padre de
ia que puedo imaginarse, la mas pura, la mas racional; quien procede esle Espíritu Sanio, al Hijo que nos le ha
pero «1 mismo tiempo la mas austera, la mas contraria al enviado, al mismo Espíritu Santo que se ha dignado llenar
amor propio, la mas enemiga de la sensualidad y d é l o s hoy á todos los apóstoles y á lodos los discípulos, y que
sentidos. Los hombresson naluralmenle soberbios, y esta anima todavía á toda la Iglesia y la animará en lodos
nueva religión quiere que el fundamento del edificio es- tiempos.' ((Levántese Dios.» prosigue, «y disípense sus
piritual en todos los.que la sigan, sea la bumildad mas enemigos;» muéstrese este Dios omnipotente, '«y huyan
profunda. Loshombres son carnales, naturalmente entre- delante de él los que rehusan obedecerle, y sacuden el y u -
gados á sus pasiones, esclavos de su amor propio,y todos go de sus leyes.» Es este el principio del salmo %%,, el cual
nacen con la inclinación al pecado; son naturalmente afe- debo entenderse de la venida de Jesucristo ó del Espírilu
minados, voluptuosos, interesados, vengativos, coléricos; Santo, de sus victorias, de los misterios cumplidos en la
la nueva moral exige una mortificación continua, una p u - persona del Salvador y del establecimiento de la Iglesia
reza sin mancha, un desinterés perfecto, una candad por sus apóstoles. Hace relaeion en él el profeta de d i -
universal, compasiva, benéfica, una dulzura y una pacien- versos prodigios del ¡uillguo Testamento, que fueron la fi-
cia que se eslienda hasta perdonar de lodo corazón las i n - gura de lo que debia suceder en el nuevo. Mnguua cosa
jurias mas atroces; exige, en l i n , esta moral una vida on podia convenir mejor á. la festividad.
todo santa, siempre crucificada, j a m á s indulgenle con los La Epístola del dia contiene la historia del mislerio. se-
sentidos, con el amor propio, ni con la menor de las pa- gún que acabamos de contarla; y el Evangelio está loma-
siones. Decir, pues, que doce pobres pescadores, los mas do del discurso que Jesucrislo hizo á sus apostóles la v í s -
ignorantes, los mas desnudos do lodos los talentos, los pera de su muerle después de la última cena, como lo r e -
mas viles, los mas despreciables de Iodos los hombres se fiere san Juan. «Si alguno me ama, dice el Salvador, pon-
proponen hacer creer todo esto, hacer abrazar lodo esto; drá en práctica mi palabra: mi Padre le a m a r á , le vigilare-
y ¿á quiénes? á los romanos, á los griegos, á los escitas, mos y eslableccrcmos en él nuestra morada.» Acababa de
á l o s persas, á los indios, á los egipcios, á los africanos, á hacer el Salvador un admirable discurso á sus apóstoles
los galos, en una palabra, á lodos los pueblos de la.tierra para prevenirles en órden á la ignominia de su muerle,
habitable; esta sola proposición hace reir, y parece á la y para consolarles de su ausencia les babia prometido que
razón sola una eslravagancia lastimosa, una locura queda obtendrían todo lo que pidieran en su nombre, y que él
compasión. Sin embargo, esle designio que formaron los les enviaría del seno do su Padre otro consolador quo
apóstoles desde el dia mismo de Pentecostés, por mas es- era el Espíritu Santo. Acababa también de decirles que el
Iravaganíe, por mas imposihle que entonces pareciera, se que le amase seria amado de su Padre, que 61 mismo te
ba ejecutado, y nosotros vemos el milagro. Todos estos amaria tiernamente y se daría á conocer de él. Dicho esto,
pueblos han creído, han abrazado esla ley santa, soban san Judas se tomó la libertad de decirle: ¿ Kn qué consis-
s o m e l i d ^ á esla moral austera, á pesar de la corrupción del te. Señor, que os ocultáis á las gentes del mundo, y os
corazón humano, sin embargo del orgullo del espíritu, no dignáis manifeslaros á nosotros? Eslo lo hago, respondió
obslante todas las preocupaciones del interés y del naci- el Salvador, porque los que me aman guardan mis p r e -
miento. La religión cristiana ha visto espirare! paganismo ceptos, y se conducen según mis máximas. Por oslo ga-
on medio de los fuegos que por todas parles se encendían narán de tal modo el corazón de m i Padre y el mió, (peno
para eslerminar á los cristianos. La sangre de mas de solo vendremos á ellos, sino que estableceremos en ellos
diez y seis millones de mái iircs ba sido como la semilla nuestra morada por la gracia de la perseverancia que Ies
de los fieles. No solo lian abrazado la fé las ciudades, has- concederemos. Da aquí razón Jesucristo por qué no se da
ta los mas vastos desin-ins se han poblado de santos ana- á conocer al mundo, esto es, á los mundanos, á las genios
coretas. La cruz se ha planlado hasta sobre ta corona de que no viven mas que según el espíritu del mundo, de la
Jos emperadores, y ha hecho su mas bello ornamento. manera con que promete darse á conocer á sus apóstoles.
Después de esto ¿se buscará ó se pedirá un milagro mayor? Esto es, porque el mundo no le ama, y la señal do que el
Esle milagro es permanente, él subsistirá hasta la consu- . mundo no le ama es que no guarda sus mandamioulos. Esla
mación de los siglos, y este milagro es el efecto maravi- doctrina celestial que yo he venido á enseñar á la tierra,
lloso de la descensión del Espíritu Santo en este dia. Tal les dice, no es, sin embargo, mia solamente, es también
ba sido la virtud del misterio que celebramos, ta) el fruto la palabra y la doctrina de mi Padre; ella nos es común
de la fiesta de Pentecostés. ¿Kstrañaremos que lalglesiala á losdos. Esto, añade el Salvadores lodo lo que tenía que
celebre con tanta solemnidad, y que con Ensebio la haya deciros antes do dejaros; pero el Espíritu Sanio, esle d i -
llamado con razón la mas grande de todas las festividades vino Consolador que mi Padre debe enviaros en mi nom -
del a fio? bre y á petición mia; el Espíritu Sanio, digo, que os ser-
420 DOMINGO
virá dc macslrofin mi lugar, os rocordarcá oporlunamen- m á s lo que os he dicho en el principio; esto es, qnc por la
te y os dará la intoligencia perfecta cío las verdatles que observancia exacta de los preceptos se prueba el amor.
os hn onsefiado, y que no habéis podido comprender. Él La fiesta de Pentecostés nosetermina con este solo dia,
os desenvolverá lodos eslos grandes misterios tan supe- continúa toda la octava, lo que dió motivo á q u e e s l o s siete
riores al enlendimienlo bumano; os hará comprender las dias se llamasen una semana de fiestas , del mismo modo
grandes verdades de la religon, que ahora os parecen pa- que sucedía antiguamente con la semana de Pascua. El
radojas; os dará la inteligencia y el verdadero senlido de mismo tiempo Pascual debía al parecer concluir en la v i -
todas las figuras de la Escritura, y de todas las alegorías gilia de Pentecostés en la quo se comienzi ya á ayunar;
y parábolas de que yo mismo me he servido para acomo- pero como la vigilia de Pentecostés era el dia solemne
darme al alcance tan limitado de vuestro eníendimienlo en que la Iglesia conferia el bautismo, del mismo modo y
naturalmente craso y grosero. Estas luces sobrenaturales, con la misma solemnidad que el sábado santo, se continuó
esta perfecta inteligencia será uno de los principales do- en favor de los neófitos la solemnidad de la Pascua toda la
nes del Espirilu Santo, al cual mi Padre y yo hemos como semana de Penlecoslés. Hacíaselcs venir al oficio lodos los
dejado la última perfección de la obra d é l a redención, que dias ; cantábase un cántico de alegría por su nacimicnlo
es propiamente mi obra. «Yo os dejo la paz:» Dejar ó dal- espiritual; decíase la «Alleluya» todo este tiempo, y para
la paz en el eslilo d é los hebreos es saludarse y desear no fatigarles se abreviaba el oficio , y de aquí es qua el
lodo g é n e r o de prosperidades. Jesucristo al dejar á sus oficio de la semana de Pentecostés no tiene mas que un
apóstoles les da, nó una paz como la que el mundo da, nocturno, esto es, tres salmos y tres lecciones, y en la nona
que no consiste mas que en vanos deseos de bienes frivo- del sábado siguiente es cuando concluye el tiempo Pascual.
los y pasajeros; la paz que yo os doy, les dijo, es una paz Asegúrase quo desde el principio inmediatamente des-
sólida y eficaz que lleva consigo la seguridad de recibir pués de la descensión del Espíritu Santo sobre los a p ó s t o -
todos los bienes que podéis desear. Gozad tranquilamente les, la casa en donde habia acaecido esta maravilla se con-
de esta dulce paz, y guardaos de dar entrada á vuestro virtió en iglesia, la cual propiamonV) es la primera iglesia
corazón á la inquietud y al temor por mi salida de este d é l o s cristianos; confírmalo san Cirilo, obispo de Jerusalen,
mundo. Si miráis á vuestro propio interés, acordaos que que vivia en el siglo iv , y la llama la iglesia de los a p ó s -
yo os he dicho que no os dejo sino para volver muy pronto toles ; y san Epifanio testifica que fué exenta como m i l a -
á vosotros; y si el amor que me tenéis os hace desear lo grosamente en el saqueo de la ciudad en tiempo de Tito.
queme es mas ventajoso, tenéis motivo para regocijaros, Y era común opinión que san Estéban y los otros diáconos
puesto que no os dejo sino para ir á mi Padre, al cual en habían sido ordenados en esta iglesia, en la que los a p ó s -
cuanto hombre soy inferior en dignidad, en poder y en toles congregaban lodos los primeros fiqles.
perfección; pero que quiere darme en su reino tanto mas
honor, cuanto menos he recibido en el mundo. Es claro HIMNO DE SAN AMBROSIO,
que en todo lo que dice el Salvador, no habla de sí mis- Ven, Espíritu Santo enamo-
Ycni, Creator Spirilus,
ino mas que en cuanto hombre: habia hablado bastante rado,
Montes luorum visita,
de su divinidad, por la quo es lodo iguala su Padre, pues-
Implo superna gralia, Visita de tus siervos las po-
to que el Padre y él no son mas que uno. Y cuando dice
Qua3 tu creasli , pectora. tencias,
aqni, «el Padre es mayor que y o , » no habla de sí mas
Llena do tus divinas influen-
que como hombre, ni tampoco estaban afligidos los a p ó s -
cias
toles sino de su separación como hombre. «Os he dicho
Y de gracia las almas que has
esto ahora,» prosigue, y he creído deberos advertir con
criado.
tiempo de mi vuelta á Dios mi Padre, nó para afligiros, ni
Qui diccris Paraclilus, Tú eres Abogado y Ocl con-
para endulzar mis penas, escüándoos á que toméis parte
Altissimi dormm Dei, suelo,
en ellas,sino «áíiudeaíirmii'Oí en la f é s o b r e l o (¡uc n:i;a á
Fons vivus, ignis, Chan- Don de Dios soberan* y esce-
mi persona y á mi doctrina.» Nada prueba mejor que el que
tas, lenle,
hablaesDios, que elcumplimienlocon todas sus circunstnn-
Et spiri'.uulis unclio. Caridad, fuego hermoso, viva
cias de lo que ha predicho. Por lo demás eslíid bien persua-
ftlenle
didos que haga loque hiciere el demonio, este pretendido
Y espirilual unción toda del
príncipe de esle mundo; haga lo que hiciere contra mi y
cielo.
vosotros por el ministerio d é l o s que se han hecho esclavos
Tuscpliformis m u ñ e r e , Tú, que con siete dones res-
suyos;él no tiene poder alguno con respecto á mi, y que aun
Dígitos Palcrmo dexlcne, plandeces,
el que ejerce su malicia sobro mis siervos, es solo porque
Tu rile promissum Patris, De la diestra del Padre pode-
yo se lo permito para procurarles mayor mérito. Perianto,
Sermone dilans gullura. roso
quiero permitirle que se encarnice contra mí, á fin de quo
Eres dedo, promesa, don g r a -
el mundo vea hasla qué punto amo yo á mi Padre, (pie
cioso,
deseando que yo satisfaga plenamente á su justicia por los
Que, las lenguas de voces en-
pecados dolos hombres con la efusión de mi sangre, y que
riqueces.
los reseate con mi muerte en la cruz, yo no padezco ni
Accendc lumen sensi- Enciendo tu luz bella en los
mnei o sino por hacer su voluntad y agradarle. Si muero no
bus, sentidos.
moriré sino porque quiero, y á fin de conformarme en esto
con la voluntad de mi Padre, y para que el mundo sepa Infunde amorem cordibus, Infunde al corazón tu amor
lnlirma noslri corpoiis ardiente,
(pío amo á mi Padre, y que ejecuto pimtualmeii'e lnS
Virtule ü r m a u s perpeli. Con'virlud roboiandü perma-
órdenes que me ha dado. Ni vosotros debeis olvidar j a -
neule
DE PENTECOSTES. 421
Los desmayos del cuerpo pa- sa est, quoniam audiebat innumerable, la cual quedó
decidos. vnusquisqve lingua sua admirada al oir que cada uno
Bosíem repellas l o n - Aliuyenla al enemigo mas illos loqumtes. Stupehant de los discípulos hablaba á ca-
gias, perverso, a u t m omnes, et miraban- da uno en su lengua. Todos
Paccraque dones proti- Danos pronto la paz firme y tur, dicen íes : Nonne ecce pasmados y llenos do asom-
conslanle: omnes t'síí, qui loqumtur, bro decian : ¿ P o r ventura es-
nus:
Siendo nuestro Adalid, yendo Galilcei stmt, et qaomodo tas gentes que hablan, no son
Duclore sic lo prscvio
adelante. nos audivimus unusquis- lodos galileos? ¿Cómo es que
Yiteinus oainc noxium.
Evitemos así todo lo adverso. que linguam nostram, i n cada uno de nosotros les he-
Per lo sciamus da Pa- Concédenos quo al Padre qua nati sumus? Partid, mos oído hablar la lengua de
conozcamos el Medi, et Etamithw, el nuestro país nativo ? Partos,
v trcm,
Por 11, y al Hijo amado confe- qui habitant Mesopola- medos. elamitas, los quo ha-
Noscairms alqne Fiünm,
semos, m i a m , J a d m m , et Cap- bitan la Mesopolamia , la Ja-
Toquo ntríusque Spirilum
padociam , Ponlum t et dea, la Capadocia, el Ponto, el
Credamus omni lemporo. Y á tí, Espíritu de ambos, ve-
Asiam, Phrygiam, et Pam~ Asia, la Frigia, la Panfilia, el
neremos,
phyliam , M(¡\fptmi, et Egipto y los cuarteles de la
Y en lodo tiempo Orines le
partes Lybice, quee esteir- Libia en las cercanías de Cire-
creamos.
ca Cyrenen, et advenís re, y los quo han venido de
Deo Patri sil gloria, Sea gloria á Dios Padre om-
Romani, Judwi quoque, et liorna; los judíos como los pro-
Et Filio, qui a morUiis nipolento,
Proselytí, Creíes, et A r a - sélitos, los de Creía y los do
Snrrexil, ac Paráclito, Al Hijo soberano, que glorioso,
bes : audivimus eos loquen- Arabia, lodos acabamos do
In Stcculorum saecula. Resucitó triunfante y victo-
tes nostris linguis magna- oírles referir en nuestras len-
Amen. rioso,
Ua Dei. guas las cosas maravillosas
Y al Espíritu Santo elerna-
mentc. Amen. que Dios ha hecho.
El libro de los Hechos de ios Apóstoles contiene la his-
La oración de la misa de este dia es como sigue i toria de la Iglesia desde él dia de la ascención del Salvador
Deus, qui hodierna die O Dios, que habéis instrui- hasta la libertad de san Pablo, desafíos después de su l l e -
corda fdelium Sancli Spi- do é iluminado en este dia los gada á Roma ; esto es , un espacio de treinta anos , des-
ritas illustratione doevisti corazones de los fieles, derra- do el 33 hasta el Cí de Jesucristo, ó sea desdo el año 20
da nobis i n codem Spirilu mando en ellos la luz del l í s - de Tiberio basta el ü de Nerón.
recia sapere, et de ejus píritu Santo; haced que el
semper eonsolalione gau- mismo Espíritu ¡lustre nuestras REFLEXIONES.
derc. Per D o m i m m . . . i n almas por la impresión de su «Quedaron lodos llenos del Espíritu Santo, y comenza-
unilate cjusdem Spirilus verdad, y que lasconsuele sin ron á hablar en diferentes lenguas.» Hablase siempre « n a
Sancti Deus... cesar por una santa y celes- habla nueva cuando se ha recibido el Espíritu Sanio. Pro-
tial alegría. Por nuestro Señor duce este Espíritu en el alma una luz tan viva , una inte-
Jesucristo, etc. ligencia lan pura de las cosas sobrenaturales, luce en ella
una claridad tan resplandeciente, que pensando absoluta-
La Epístola está tomada de los Hechos de los Apóstoles ca- mente do otro modo que habia pensado basta entonces,
pitulo 2. no es eslraño que hüblc una lengua diferente. ¡Qué acon-
Cmn compler'cntur dies Completos ya los dias de tecimiento mas singular! poro ¡qué mutación mas admira-
Pentecostés , cnint omnes Pentecostés, eslando todos los ble! ü q puñado de genles de un nacimienta oscuro , do
discipuli pariter i n eodem discípulos congregados cu un una educación todavía mas baja, de un genio aun mas d u -
loco : ct facius est repente mismo lugar, se oyó ropenii- ro y mas grosero, sin conocimiento de las letras, sin n i n -
decáelo soms, tainquam namonle venir del cielo romo guna linlura de los misterios de la Escritura , criados en
advenienlis spiritus vehe- el ruido de un viento impe- una ignorancia crasa de la ley, á quienes Jesucristo mismo
«icntís, el re.pkmt lolam tuoso , que resonó en lodíi 16 apenas habia desbaslado en li es años de inslrucciones, de
domum , ubi eranl seden- ca.s;i en que linhitaban. En lecciones, de cultura ; una mano tan buena podia sin duda
tes. E l apparucmnl illis el mismo momento aparecie- formarlos, ilustrarlos, pulirlos, pero era necesario un m i -
disperlila; lingiKV tam- ron como lenguíis de luego lagro para mudarlos y para hacerlos siquiera hombres un
quam ignis, sedilque supra dispersas que so fijaron sobre poco monos groseros, y discípulos un poco mas racionales
singulos e o n m : et replcli cada uno do ellos. Quedaron y un poco masdóciles. Jesucristo no juzgó á propósito ha-
sunl omnes Spirilu Sanc- entonces lodos llenos del Es- cer eslo milagro ; dejó al Espíritu Santo que lo hiciese , y
í o , eteceperunt loqui variis pfritn Santo, y comenzaron á que por medio de él diese la última mano á l a obra do
linguis, prout Spiritus hahlar en diferentes lenguas, nuestra sanliücacion y al establecimiento d é l a Iglesia quo
S á n í t o s d a b a i eloqui tfíi», según les hacia haldnr el Es- era como su obra maestra. En efeclo, no bien habia apa-
Eranl aulem in Jerusalcm píritu Santo. Hallábanse en recido el Espíritu Santo , lan pronto como los apóstoles y
habitantes Judm, v i r i r e - Jerusalen judíos de todas las los discípulos quedaron llenos de é l , inmediatamenle b r i -
l'giosi ex omni nalione, naciones quo están debajo del lló en ellos, estalló, resplandeció de todas maneras el fue-
qua¡ sub ccelo est. Pacta cielo, gentes afectas á la r e l i - go sagrado de que habian sido abrasados. Aquellos igno-
uuieui hac voce , cúnvenit gión. Al ruido que se habia rantes se íraslorman en el niomenlo en doctores profun-
,nultitudo, et mente confu- hecho , se juntó una multitud dos, profetas iluminados, maestros célebres de la vida os-
DOMINGO
piritiial, y en oríiculos de lodo el universo. ¿ Qué ánimo, Fove quod est frigidum, De mi amor; á Vos vuelva
<jué intrepidez, qué magnanimidad mas heroica? Ko temen Rege quod esldevium. Lo que en mi se desvia de sa
ya las acusaciones ni las reconvenciones de una criada, centro.
nrrostrnn los peligros mas espantosos , desprecian los tor- Da tuis Ddel i bus, Dad al que en Vos confia,
mentos mas terribles , so presentan sin temor delante de In te coníidentibus, Dad á vuestro fiel siervo
los tribunales mas pavorosos , y en ellos predican animo- Sacrum &eplenariuiu. De celestiales dones
samente la divinidad de Jesucristo, la gloria de sus h u - El septenario número de efec-
millaciones y de su muerte en la cruz, y lodo lo que hay tos.
de mas opuesto á las pasiones y á los sentidos en la mo- Da virlulis mcrilum. Dadnos de las virtudes
ral cristiana. Menester era un milagro semejante para es- Da salulis exilum. El mérito y el premio;
tablecer en el mundo una religión toda divina ; pero t o - Da perenne gaudium. Dad salud á nuestra alma,
dos estos milagros eran frutos necesarios del Espíritu Amen. Alelluia. Y dadnos íiualmeuto gozo
Sanio. ¿Reconocemos en nosotros iguales frutos? Ellos, eterno.
pues, han de ser los que nos indiquen si hemos recibido Amen. Aleluya.
el Espíritu Santo. ¿Qué se hubiera pensado de los a p ó s -
toles si después d é l a descensión del Espíritu Santo, en este E l Evangelio de la misa de esle dia es de S. Juan, cap. H .
dia no hubiesen hablado mas que su lengua natural, y h u - I n illo tempore: Dixit En aquel tiempo dijo Jesús
biesen permanecido tan cobardes y tan imperfectos como Jesús disdpulis suis: Si á sus discípulos: Si alguno me
ánles? ¿Qué debemos pensar de nosotros mismos , si en quis düigü mey[sermonem ama g u a r d a r á mi palabra, mi
esta fiesta no nos hacemos ni mas espirituales, n i mas do- meum servabil, el Pater Padre le a m a r á , le visitaremos,
votos, ni mas fervorosos? meus dí%c{ eum, el ad y estableceremos en él nuestra
eum veniemus, et mansio- morada : el que no me ama no
SECUENCIA. H nem apud eum faciemus: pondrá en práilica mis pala-
Veni, Sánele Spirilus, Venid, oh Santo Espirilu, qui non diligil me, sermo- bras. Por lo d e m á s , la palabra
Et emilte coeütus nes meos non serval. Et que habéis oido no es mia, s i -
Y enviad desde el cielo
LUCÍS tua3 radium. sermonem, quemaudistis, no del Padre que me envió. Os
De tu luz sacrosanta
mnest mcus, sed e.jas, qui he dicho estas cosas mientras
Un puro- rayo que penetra el
misil me, l'atris. tlaic la~ he estado con vosotros. Mas
pecho.
culus sum vobis,apud vos el Consolador, el Espíritu San-
Veni, pater pauperum, Venid, padre de pobres,.
manens. l'araclilus aulcm to que el Padre enviará en m i
Veni, dalor munerum, Venid liberal dueño
Spirilus Sanctus , quem nombre , él es el que os ins-
Veni, lumen cordium. De celestiales dones,
miltel Paler i n nomine truirá en lodas las cosas , y os
V e n i d , del corazón amante
meo, Ule vos dicebit .om~ h a r á pensar en todo lo que yo
fuego.
nia, etsuggeretvobis om- os hubiere dicho. Yo os dejo
Consolalor oplimo, Del pecho atribulado
nia, quaicuniqucdixcrovo- la \ m , os doy mí paz : no os
Dulcís hospes anima1, Consolador escelso,
bis.Pacem rciinquo vobis, la doy como la da el mundo :
Dulce refrigerium. Y del alma afligida
pacem meam do vobis: no os turbéis. Habéis acabado
llefugio suave, dulco refrige-
non quomodo, mundus de oirme decir : yo me voy y
rio.
dat, ego do vobis. Non vuelvoá vosotros. Si meamais,
In laboro requies, Descanso en los trabajos, .
turbelur cor vcslrum, ne- os alegrareis porque me voy al
I n aistu temperies. En el bochorno intenso
qne , formidel. Avdisíis Padre , porque nú Padre es
Di fletu solalium. De la aflicción alivio,
quia ego dixi vobis: Vado, mayor que yo. Ahora os lo d i -
Y del llanto dulcísimo consuelo
Cl venio ad vos. Si dilige- go ánles que las cosas suce-
O lux beatissima, ¡O bienaventurada
relis me, gauderelis w í t - dan, á ün de que creáis cuan-
Reple cordi's intima Luz de esplendor eterno!
que, quiavadoad Palrem: do lodo esto sucediere. Ya no
Tuorum Ddelium. •Llenad á vuestros fieles
quia Paler major me esl. me queda apenas tiempo para
Del corazón los mas profundos
E l mne dixi vobis prius- hablar con vosotros. He aquí
senos.
quamfial: u l cum farAum que viene el príncipe de eslo
Riñe tno numinc Sin Vos, solo es el hombre fueril, credatis. Jam non mundo , y ningnn poder tiene
IfÁil est in homine, La nada, de que fué hecho: multa loquar vobiscum: sobre m í ; poro para quo el
Níbilesl innoxium. Todo sin Vos es nada. venil cnim princeps mundi mundo sopa que yo amo á m i
Pues sin Vos nada hay santo, hujus, et i n me non hnbel Padre, y que ojéenlo las ó r d e -
nada recio. quidquam. Sed uteognos- nes que mi Padre mo ha dado.
Lava quod cst sordi- Lavad lo que está inmundo, cal mundus quia diligo
dÚIB, Regad lo que está seco; P a t r ó n , ct sicul manda-
Higa quod est aridum, Y, médico divino. lum dedil mihi Paler, sic
Sana quod cst saucium. Sanad en mí lo mucho que hay fació.
enfermo.
Fleclc quod cst rigi- Doblegad lo inflexible, MEDITACION.
dum, Y fomentad lo ycrlo
Sobre el misterio del dia.
(1) Esta SKCUENCU SC dice lodos los d í a s basla ol s á b a d o
PUNTO PKIMERO. — Considera cuántas maravillas se a d -
siuuion lo iiuliiaive.
M PENTECOSTES. 423
íniran en el mislerio de este dia. KlEspíritu Sanio, é l divino tros, si estamos dispuestos como ellos lo estaban para re-
Consolador, la tercera persona de Ja adorable Trinidad cibir oslo don celestial del Espíritu do Dios, puesto quo
desciende mitagrosamenlc sobre los apóstoles y sobre l o - Jesucristo con su muerte lo ha merecido para nosotros lo
dos los discípulos reunidos, y de unos bombres groseros mismo que para los apóstoles. Sea puro nuestro corazón,
^ ignorantes, hace en un momcnlo los doclores mas ilus- esté vacío del amor de las criaturas, y muy pronto se l l e -
trados y mas hábiles en lodo género de conocimientos. nará de este divino Espíritu. Siendo el Espíritu Santo
Infundesplcs en un momcnlo la ciencia de la religión , la siempre el mismo, deben lambien sentir los que le reciben
inteligencia perfecta de los misterios mas sublimes y mas sus mismos efectos. Es el Espíritu Sanio un espíritu d«
profundos; poseen toda la ciencia d é l a l e y ; penetran el verdad que nos iiustra, un espíritu de santidad quo :;os puri
verdadero sentido de toda la Escritura. Aquellos hombres fica, un espíritu de fortaleza que nos anima y noshaceso-
tan despreciables hasta entonces por la oscuridad de su bri'pujar lodos los obsláculos y lodos las dilicullades.
nacimiento, por la bajeza de su condición, por la torpeza Como espíritu de verdad, nos desengaña de nucslros
de su talento, por la rusticidad de sus costumbres, se en- errores; como espíritu de santidad nos desprende de nues-
cuentran repentinamente dotados de un don de sabiduría tros empeños criminales; y como espíritu de fortaleza,
tan perfecto y tan eminente, (pie toda ta sabiduría humana nos hace Iriunfar de nuestras flaquezas. No se limita el
se ve precisada á callar delante de ellos, á rendirse y r e - Espíritu Santo áenseñarnos algunas verdades en particular,
conocer que ella no habia sido mas que una locura. Aque- como pueden hacerlo los hombres; este Espíritu divino e n -
llos hombres lau t í m i d o s , tan cobardes, se baliau en un seña y persuade al mismo tiempo sin escepcion toda verdad,
instante animados de un esfuerzo heroico, y de una intre- enseña sin distinción á toda clase de personas, lo cual solo
pidez que eclipsa cuanto h a y de grande y de magnánimo pertenece áDios, Este divino Espíritu no solo es esencial-
en la historia. J a m á s hubo un milagro en que resplande- mente santo,- es también Espíritu santificador, esto es,
ciese mas la omnipotencia de Dios; nunca hubo prodigio fuente y principio de santidad en lodos aquellos á quienes
cu (¡ue se ostentase mas visiblemente el carácter d é l a v i r - se comunica, y esto es lo que signilica la espresion mis-
tud del Altísimo. Venios á Pedro, pescador de profesión, teriosa de queso sirvió el Salvador el dia de su ascensión,
que apenas sabia leer, comparecer en presencia de lodos cuando dijo á sus discípulos que dentro de pocos dias se-
los doctores de Jenisalen, demostrarles que aquel Jesús á rian bautizados en el Espíritu Santo. Purificar y santificar
á quien ellos han quitado la vida cincuenta y tres dias ha- es el efecto propio del bautismo. En fin; el Espíritu Santo
cia en una cuz, era el Hijo de Dios, su Sefior soberano, el es en nosotros el principio inmedialo y sustancial de todas
verdadero Mesías. Todos los demás apóstoles, tan natm a l - las operaciones de la gracia; por él somos reengendrados
nienle tímidos y cobardes como este, no temen ni amena- en el bautismo ; por él somos reconciliados en la peni-
zas, ni tormentos, anuncian con una valentía de héroes la tencia; por el Espíritu Santo se ha dilatado la caridad en
divinidad de Jesucristo, predican su religión, y en pocos nuestros corazones. De aquí la clara inteligencia y persua-
dias hacen que triunfe la fé en toda la Judea, y poco tiem- sión d é l a s verdades de la fé en todos los que reciben el
po después en lodo el inundo. ¡Buen Dios, q u é admirable Espíritu Santo. De aquí la pureza y el fervor de la devo-
sois en vuestras obras! ¿ y buscamos milagros? gentes de ción. De aquí la caridad y el zelo que inspira tanta gene-
poca fé, pedimos prodigios; ¿hubo jamás uno mas visible, rosidad en la práctica de la virtud, y que obtiene la per-
mas admirable, mas concluyenle que este? ¿puede haber severancia. Por estos efectos consolatorios podremos no-
nunca uno que mas iulerose? No se trata aquí de uno de sotros venir en conocimiento si hemos recibido el Espirilu
aquellos milagros secretos, particulares, oscuros; es un Santo. ¿E-> nuestra fé universal? ¿es nui'slra devoción fer-
milagro públiro, universal, hecho en favor de lodos los voro.sa? ¿sentimos nuevo aliento en los caminos de Jesu-
discípulos de Jesucristo á quienes el temor tenia encerra- cristo? Si nuestra fe es todavía limitada y lánguida; si
dos, y que hasta aqm.1! motílenlo no se liallahan capaces de nuestra devoción permanece flaca; si no tenemos mas zelo
percibir el menor misterio de ta religión, que ignoraban que ántes por la salvación de los demás y por nneMni
la ley, que j a m á s habian comprendido nada en el idioma piO[)ia salvación, tenemos gr an motivo para temer quo no
tigurado y misterioso de los profetas. No se obra en sei i clo hayamos recibido este don celestial.
esto prodigio; verificnse en medio del dia, en la solemni-
Haced ó Dios mió, por vuestra gracia y por vuestra
dad de una tiesta quo habia reunido en Jerusalen muchos
misericordia que no encontremos en nosotros esta triste
millares de personas, de loda especie de naciones, y lodas
prueba; suplid vos, como os lo pedimos, el defecto de
de diferente idioma, p:.ra que fuesen otros lautos testi-
nuestras disposiciones. Concedednos vuestro Sanio Espíritu
gos de esta maravilla. El ruido eslraordinanode un viento
y pronto quedaremos renovados y aun mudados en oíros
¡mpeluoso queso oye en toda la ciudad, pero que no se
hombres.
hace sentir mas que en la casa en que están reimidos los
JACULATOIUAS.— Concedednos, Sefior, vuestro Sanio
discípulos de Jesucristo, atrae á olla todos los eslranjeros
Espíritu, y todo quedará renovado. ¡Psalm. 103.)
y los habitantes para ser testigos del milagto. Presentán-
dose los apóstoles y los discípulos, descubren la maravilla, No permitáis, Señor, que se aparte j a m á s de mí vuestro
de?enuielven el misterio, esplican su sentido, y publican Espíritu Santo. ^ Psalm. riO.)
las grandezas de Jesucristo en todo género de lenguas,
PI'.Oi'ÓSITÜS.
i Buen Dios, qué prueba mas clara, mas fuerte, mas sen-
1 Es el Santo Espíritu el Espirilu de santidad quo
¿iftíé; mas incouleslable de la verdad de nuestra religión
y de ía Iglesial
aiiinia la iglesia de Je¿ucristo y la conduce ; y el Sanio
t'spirilu es el quo debo animar y dirigir á lodos los fieles.
lM;\To sicoiiNDO.—Considera que lo que se ha cumplido Él es el que debe ilustrarnos, vivilicarnos, conducirnos,
poi' primera vez en los apóstoles, debe cumplirse en noso- fortificamos, abrasamos con el fuego divino de que él es
DIA SEGUNDO
la fuente. ¡Qué dichosos son los que reciben el Espíritu lebren dignamente las fiestas ordenadas por el Seftor en
Sanio! Veamos lo que pasa hoy en los apóstoles. En nadie memoria de sus beneficios; hace hablaren 61 al mismo
consiste mas que en nosotros el lograr ¡la misma dicha. Dios que por la relación de sus gracias pretende obligar
Josucrislo nos ha prometido este don precioso que es el al pueblo á que le sirva, y (pie a! mismo tiempo se queja
origen de lodos los dones, y si no le recihimos a t r i b u y á - de la ingratitud de este pueblo. Nada conviene mejor á la
moslo á nosotros mismos. Procuremos que nneslra devo- solemnidad de este dia. El versículo mismo del salmo que
ción nuestro amor á Jesucristo, nuestro fervor, nuestro sirve de introilo, significa que la nueva ley no se ha dado
nuevo deseo de llegar á la perfección de nuestro estado y solo á los judíos, sino también á los gentiles y á lodos los
toda nuestra conducta nos pruebe que hemos recibido el pueblos de la tierra. «El Señor les ha alimentado, dice,
Espíritu Santo , y que nuestros sentimientos, nuestros con la harina mas pura del trigo, y les ha saciado con
deseos y nuestras palabras digan que hemos quedado lle- miel que ha salido de la piedra. Pueblos, cantad regoci-
nos de ól. jados las alabanzas del Señor, que os ha protegido, y en
2 Es una práctica de piedad muy saludable y común quien masque nunca debéis poner toda vuestra confianza.
é n t r e l a s personas virtuosas el renovar hoy después de Celebrad alegres la gloria de! Dios de Jacob, que lo es
la comunión los votos y los empeños del bautismo. Esta también vuestro, y que ha hecho ver bien claramente en
ceremonia cristiana debe hacerse con mucho fervor. Deba la maravilla que acaba de obrar cuánto ama á los hom-
comenzarse por dar gracias á Dios por el bien que nos ha bres, en cuya salvación ha lomado tanto interés. Bendecid
hecho reengendrándonos por este sacramento, h a c i é n d o - sin cesar al Dios de las misericordias, y no dejéis de ala-
nos hijos de la Iglesia, hijos adoptivos de Dios, sus he- barle.» El Señor ha alimentado á su pueblo con la harina
rederos y discípulos amados. En seguida se renueva todo mas pura del trigo, y le ha saciado con miel que ha salido
lo (jue se ha prometido en el bautismo; dícese el Credo, de la piedra. Todo esto debe entenderse alegóricamente
que contiene todos los principales artículos do la fé; pro- d é l o s dones y gracias espirituales que Dios derrama so-
téstase á Dios que se cree firmemente lodo lo que la Iglesia bre sus siervos; y do la sania Eucaristía, que es el ver-
cree, y en particular la presencia real de Jesucristo en la dadero pan vivo y la miel de la piedra, la cnal no es otra
adorable Eacaristía; renunciase al espíritu del mundo,á sus que Jesucristo, dice san Pablo. Jesucristo no solo es el pan
pompas y á lodas sus máximas. Declárase á Dios que no de vida, sino lambíen una fuente inagotable de dulzura
se quiere vivir sino según las máximas del Evangelio, el para lodos sus siervos fieles. « ¡ Q u é mullilud de dulzura,
cual será en lo sucesivo la regla de nuestras costumbres y ó Dios mío, esclama el Profela, reserváis para los que os
de toda nuestra conducta. Renovad lambiou nuestra c o n - aman, que os temen y que os sirven con fidelidad 1»
sagración y nuestra dedicación á la sanlisima Virgen, ha- La Epístola de la misa es sacada del capítulo 10 de los
ciendo una nueva profesión y protesta de ser siervos su- Hechos de los Apóstoles, en donde san Pedre, después de
yos, poniéndoos do nuevo bajo su protección especial, haber hecho un compendio de la vida, de la muerto y de
lomándola de hoy mas por madre querida nuostra, sin la resurrección de Jesucristo, en casa del centurión Cor-
omitir nada para hacernos dignos de ser del numero de nelio en Cesárea, tuvo el consuelo de ver bajar al Espíritu
sus hijos. Si os halláis en el estado religioso, renovad los Santo sobre aquel oficial y s ó b r e l o s demás gentiles que
votos de religión; si estáis adscriplos á alguna sociedad, componían aquella piadosa reunión, aun ántes de que h u -
como la del Rosario, la del Escapulario, etc., renovad biesen recibido el bautismo, lo cual pasmó á los fieles que
también el voto y las obligaciones que habéis contraído en eran judíos de origen y so hallaban présenles. Esta m a -
ella. Renovad igualmente vuestra devoción á vuestro á n - ravilla les convenció que Dios habia resuello comunicar
gel de guarda y sedle fiel. también á los gentiles la gracia del Espíritu Santo, y la sa-
lud que habia traído Jesucristo en favor de lodos los h o m -
DIA SEGUNDO DE PENTECOSTES. bres, sin distinción ó aceptación do personas.
La semana de Pentecostés que comprende lodo el es- Después de la visión misteriosa que luvosan Pedro es-
pacio de su octava, se termina en el sábado siguiente; sin tando en Joppe, habiendo recibido el espreso qüe el cen-
embargo, no deja por eso de contener ocho dias enteros, turión Gornelio le habia enviado, vino á Cesárea, en donde
porque se la hace comenzar en la Iglesia per el sábado pre- halló encasa de este oficial una reunión numerosa que le
cedente, según se acostumbracon la de la Pascua.y esto en esperaba, y que estaba dispuesta á oír de su boca lo que
consideración á los nuevos bautizados, á quienes, por d e - el Señor quería enseñarles en orden á su salud. Uabién-
cirlo así, se les hacían los principales honores de la fiesta. doles prevenido desde luego el santo Apóstol lo eslraño
El abad Kuperlo ha hecho la aplicación de los siete oficios que podría parecer el verle entre ellos, siendo bien sabido
de Pentecostés, á los siete dones del Espíritu Santo. Los cuán distantes estaban los judíos de mantener comercio a l -
seis dias que s\gnan al domingo de la fiesta eran en olro guno con los eslranjeros, estándoles absolutamente p r o -
tiempo cuasi tan solemnes en la Iglesia como el primero. hibida esta especio de comunicación, añadió: Pero Dios
Aparece por el concilio de Maguncia celebrado el año me ha dado á conocer que ya no hay pueblo sobre la lier-
de 813, que estos seis dias eran fiestas de obligación, ra que deba pasar por inmundo, lo cual me ha determina-
hasta que la fiesta de siete dias quedó reducida á (res, do á venir aquí, tan pronto como he sabido que lo desea-
hácia mediados del siglo x , á lo cual no contribuyó bais y que el S e ñ o r í o q u e r í a . Pero bien, añadió, ¿ q u é
poco el haberse fijado á esta semana el ayuno de tas servicio es el que yo puedo haceros? ¿cuál es el motivo
cuatro t é m p o r a s , y la necesidad que el pueblo tenia de por q u é me habéis llamado? Tomando Gornelio la palabra,
trabajvu;. le refirió sencillamente lo que le habia sucedido; como so
El introito de la misa de osle día osla tomado del sal- le hiibia parecido el ángel, la orden que lo habia dado de,
mo 80, en el cual exhorta el Proíola á los judíos á que ce- parle de Dios para que le enviase á buscar á Joppc á casa
DE PENTFXOSTES. . 42;i
de nn cnrlidor llamado Simón, á fin de que le onsefiase el nosotros?» y en ol momento Ies bautizó á lodos en el
ciiminodel cielo. Para eslo, pues, nos ves aquí reunidos, nombro y en la virtud de Jesucristo nuestro Señor. No
le dijo, y prontos á escucharte, y para saber de tu boca basta, dice san Cipriano, haber recibido el Espírilu Santo,
lado lo que el Señor te ha mandado que nos digas. Absorto es necesario también el bautismo, y san Pedro quiso que
san l'edro al vor una conducta tan admirable de la Provi- los que estaban ya llenos del Espíritu Sanio fuesen t a m -
dencia con un estranjeio y con un genlil, esclamó lleno bién bautizados, á lin de observaren lodo el mandamien-
de alegría y de admiración : Hasta ahora no se habia Dios to de Dios y la ley evangélica. Y bé aquí la primera época
manifestado liberal mas que con los juüíos, y {«recia que y el principio de la Iglesia cristiana compuesta de los gen-
sus gracias estaban reservadas solo para ellos; pero ya tiles convertidos á la le de Jesucristo. Pregúntase ¿ s i C o r -
estoy convencido que en cualquiera nación, sea la que nelio y los de su familia, banlizados por san Pedro, fue-
quiera, el que le teme y hace obras de justicia le es agra- ron los primeros do los gentiles convertidos á la le? 1.a
dable. Ilabiéndules hecho en seguida el sanio Apóstol un opinión común es que totes de Cornelia ningún gentil ha-
compendio bastante circunslanciado de la vida de Jesu- bia recibido el t.spírilu Santo, n i el bautismo, ni habia
cristo, de su predicación y de sus milagros, y habiéndoles creido en Jesucristo. Toda esta historia, como se reliei c n i
probado iiivcnciblenienle que era el .Mesías por tanto tiem- los lícchosdelos Apostóles, prueba bastante que.nose abrió
po esperado, verdadero Hijo de Dios y el Salvador del la puerta del Evangelio á los gentiles hasta la conversión
mundo, les contó como los sacerdotes, los doctores d é l a de Cornelio, y que este oficial ha sido el primero de los
ley y los fariseos, llevados de una envidia maligna hablan gentiles convertidos á la fé de Jesucristo. La casa de Cor-
tramado su muerte, y que por mas que Pilato, ante quien nelio , en la cual se habia obrado esta maravilla, se con-
le hablan acusado, reconoció su inocencia, no pai arun virtió en una iglesia que santa Paula visitó por devoción
hasta hacerle morif en la cruz con la injusticia mas atroz; el año 38a.
pero que al tercer dia habia resucita do como él mismo lo ha- El Evangelio de la misa de este dia contiene lo que Je-
bia predicho;qiie elloseran todos testigos, como que liabian sucristo dijo á Mcodemus, á saber: que Dios ha amado
bebido y comido muchas veces con él, hasta su ascensión al al mundo hasta el punto de dar á su Hijo único por la sa-
cielo, en donde tiene el asiento de su gloria. Por lo d e m á s , lud de los hombres, á fin de que los que crean en él sean
añadió, nosotros hemos recibido de este gran Dios la órden salvos.
de predicar al pueblo que Jesús es el juez soberano de los Era Nicodemus un célebre fariseo muy distinguido por
vivos y de los muertos. Así lo declaramos altamente con su buen talento y por su sabiduría, y uno de los que com-
los profetas que han hablado de él antes (pie nosoti-os, y ponian el .sanedrín, esto es, el supremo consejo de los j u -
que lodos á una voz leslifican que en su nombre y por sus díos. Habia oido predicar al Salvador, aprobaba mucho su
méritos obtendrán el perdón de sus pecados lodos los que doctrina, y no admiraba menos sus milagros. Ansiaha
creen en él. mucho por lener una conversación particular con Jesu-
Aun no habia concluido san Pedro de hablar cuando el cristo, pero uo lenia la suficiente resolución para ir á v i -
Kspírilu Santo, bajo la forma de una nube luminosa, des- sitarle en medio del dia. r n é l e , pues, á ver de noche para
cendió visiblemenle sobre lodos los que lo escuchaban, y que le ilustrase en sus dudas, recibir sus insli uccioni s, y
en el instante se Ies oyó á lodos bendecir al Señor y glo- declararse del número de sus discípulos. Díjole, pues, Je-
rilicarle en todas lenguas. Admiró estiaordinariamonle sús que para entrar en el reino de Dios, esto es, para ha-
esta maravilla á algunos fieles que el Apóstol habia Iraido cer profesión del cristianismo era mencsler ser reeligen^
consigo de Joppe, poique eran judíos de origen, y como diado, y vivir con una vida del lodo nueva. Al principio
Laclan todavía grande asunto de la circuncisión, no po- entendió Nicodemus estas palabras en un sentido grosero
dían concebir cómo se habla difundido la gracia del Espí- y material ; pero esplicándole el Salvador el verdadero
ritu Santo sobre genlcs incircuncisas hasta comunicarles sentido de ellas, le enseñó que esta regeneración era cs-
el don de lenguas. Quería Dios manifestar en esto que él pinlual, y (pie se, hacia en el bautismo por la infusión del
es el dueño de todos los dones, y que si ha querido que Espírilu Santo que hace de! hombre carnal por su primer
en el órden común y ordinario dependiesen de la acción nacimiento un hombre espiritual. Quenada debe parecer
de sus ministros, puede cuando le agrade comunicarlos imposible en esta renovación espiritual, como que es el
de un modo estraordinario, haciendo descender así al Es- Espíritu Santo el que la comunica á quien 1c place, y que
píritu Sanio sobre los gentiles, aun antes de haber sulo aunque eslo se hace de un modo invisible, sin que se se-
bautizados, y de que se les hubiesen impuesto las manos. pa por q u é camino entra en un c o r a z ó n , con lodo sabe
De este modo enseñaba á Pedro y á los otros judíos que no bien darse á entender y hacerse sentir, y que así es como
podía cscluirse de la gracia del bautismo á los que cre- se hace esta regeneración espiritual por medio de la cual
yendo en Jesucristo, como estos creían, habían sido santi- el hombre carnal queda cambiado en un hoinb;e espiri-
ficados también por el Espíritu Sanio. Comprendiólo per- tual, y en alguna manera un nuevo hombre. Como Nicode-
fectamente el Príncipe d é l o s apóstoles, y por esto decía mus no comprendía aun bien todoesfo, le hizo entender el
algunos días después á los discípulos en Jenisaleu : « S i Salvador que era vergonzoso que un doctor de la ley i g -
Dios les ha hecho la misma gracia que á nosotros, que he- norase unas cosas tan claramente marcadas en la Escri-
mos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para tura. A mas de que, añade el Salvador, vosotros los fari-
oponerme á Dios?» Así que el santo Apóstol, que tenia un seos sois inescusables, sí por lo menos no os rendís á
corazón de padre para lodos lo? pueblos, de quienes de- mi testimonio, puesto quenada os digo de que no esté
bía ser el pastor universal, e s c l a m ó : o ¿ Q u é ^ obstáculo perfectamente instruido. Pero no es eslraño (pie r e h u -
hay para que no se confiera el bautismo del agua á los séis el creerme cuando me esplico en el idioma del cielo,
que han recibido el Espíritu Santo del mismo modo que cuando os negáis « creerme sobre las cosas mas paipa-

TOMO IV. ú
426 DIA SEGUNDO
ble?, y que están al nlcnnco do todo el mundo. JÍÍSU- le apegados á sus falsas tradiciones y h sus proocnpíicio-
a i s t o continúa en segnida hablnndo de su divinidad, de nesabsolutamente terrenas, han cerrado los ojos á la luz
s i i ' encarnación , y de la necesidad de M muerte pa- de este divino sol que lonián delante. Han querido mas
ra la salvación de los hombres, y esto es lo que consti- atribuir al demonio los milagros del Salvador, que reco-
tuye el asunto del Evangelio de la misa do este dia. nocerlo por el Hijo de Dios y por el Mesías. El desarreglo
«Dios ha amado al m u n d o , » dice el Sefior, «hasta dar á d e s ú s costumbres es loque les ha impedido el que abrie-
su Hijo único, á lin de que todo el que crea en él, y que sen los ojos á esta luz divina , «porque todo el que obra
viva conforme á sus máximas, no perezca, sino que o h - mal, aborrece la luz.» Ellos no han querido abrir los ojos
leníra la vida eterna. Porque no es de presumir que el Pa- á ella, temiendo que les descubriese su deformidad y la
dre, que es infinilamenle bueno , haya enviado á su Hijo corrupción de su corazón. Los fariseos se han desencado-
único con el carácter principalmcnle dfejtfec rigoroso para nado contra Jesucristo; los sacerdotes han concebido con-
castigar á los hombres por el contrario, le ha enviado co- tra él un odio implacable, porque descubría los errores
mo un mediador poderoso para obtenerles sus gracias. de su doctrina y la corrupción de sus costumbres. Todo
Dios podia condenar á los hombres á las justas penas que predicaba la santidad y la divinidad de Jesucristo en Je-
merecen sus pecados; sin emb.irgo, ha enviudo á su Uijo sucristo mismo. Ellos han cerrado los ojos, dice el Evan-
solo para ponerlos á todos en estado de salvarse; por m a - gelio, y tapado sus oidos para no ver ni oir la verdad,
nera que si algunos se pierden, se pierden únicamente por «porque sus acciones eran malas.» Al contrario, añade el
su culpa, y contra la voluntad sincera que Dios tiene de Salvador, aquellos que sirven á Dios, que cumplen sus
procurarles su salud. Este es propiamente el motivo y el deberes, que tienen probidad y rectitud , no temen ser
fin que Dios se ha propuesto en e! misterio do la encarna- i l u n ú n a d o s , porque siendo sus obras s e g ú n Dios, no les
ción del Yerbo; pero como el hombre es una criatura ra- sirven nunca de motivos de confusión. Por esto los buenos
cional y libre, no ha querido Dios forzar su voluntad, y se serán siempre aborrecidos de los libertinos y de los que
ha contentado con satisfacer plenamente á la justicia d i v i - viven según el espíritu del mundo; por esto los imper-
na, á la cual no podia satisfacer ningún puro hombre; y fectos tendrán siempre una secreta antipatía contra las a l -
b ibicmlo ya osle divino Salvador puesto por este medio al mas fervorosas; por el mismo principio los herejes esta-
hombre en estado de salvarse, con tal que corresponda á rán siempre do mal humor contra los católicos. La verda-
las gracias que Jesucristo le ha merecido con su muerte, dera religión, la sólida piedad , la virtud cristiana son
no trata de hacer ninguna violencia á su libertad. So con- una luz pura, brillante, que deslumhra y hiere los ojos
tenta con dar generalmente á todos las gracias necesarias enfermos. Aléjase de si la l u z , cuando se considera uno
para procurar su salvación, cuyas gracias no niega j a m á s deforme y horrible; y siempre serán del gusto de los pe-
á nadie. Esta es la rellcxion que hace san Agustín sobre cadores la oscuridad y las tinieblas.
este lugar de nuestro Kvangolio. «Nada te queda que ha- . . b . a?» (w •'.•.»
cér á este divino Médico,» dice este Padre, « p a r a que el La oración de la misa de este dia es como sigue:
enfermo sea curado; él mismo so procura la muerte no
fíeus, qux opostolis luis O Dios, que habéis difundi-
queriendo seguir el parecer del médico, ni observar sus
Sithcbmdedisii Spirilum: do el Espíritu Santo sobre
preceptos, l i a venido el Salvador al mundo, ¿ y por q u é
concede plebi luce fice jie vuestros apóstoles, conceded á
s« ha llamado Salvador del mundo, sino para salvar al
íilionis efjcclum; t n q u i - vueslro pueblo lo que con h u -
mundo, y nó para juzgarle? ¿No quieres que Jesucristo
bus dedisli fidem, l a r g i a - mildes ruegos os pide, á fin
te salve? Tú mismo eres entonces el que le juzgas,» y el
ris el pacem. Per Vomi- do que aquellos á quienes l l a -
que le condenas al fuego eterno.
num... i n uniktle ejusdem masteis á la fé, gocen de una
Por lo d e m á s , cusndo el Salvador dice que no ha v c - Spiritus Sancli Deus... paz inalterable. Por nuestro
uid-o para condenar al mundo, debe enleuderse esto do Señoi Jesucristo, etc.
su primera venida y del motivo de su e n c a r n a c i ó n , lo
cual no obsta para que un dia pronuncie el decreto de La Epístola está tomada de los Uechos de los Apóstoles,
condenación ^OHlra los que hubieren hecho inútiles los cap. 40.
designios de misericordia (pie habia formado sobre ellos: I n diebus illis : Apa- En aquellos dias, habiendo
«El (pie crea, pues, en él y guarda sus mandamientos riens l'etrvs os sunm, d i - Pedro tomado la palabra, dijo:
no será condenado : por el contrario, el que no quiere ni x i t : Viri fralres, nobis Hermanosmios, clSeñor mismo
creer en él ni obedecerle, lleva ya en sí mismo su con- prmepit Dominus predica- es el que nos ha mandado que
d e n a c i ó n ; » él mismo se hace sn proceso, su concienna re populo , et tcslificari predicásemos al pueblo, y d i é -
íe sirve de acusador, su incredulidad y su ceguera v o - qnia ipse est, ^uí c o i ^ t i - semos testimonio de que él os
luntaria son lasque le condenan. lulns eét a Deojudex i i - á quien Dios ha establecido
Aparece tan justa su condenación que no puedt> que- vorum el m o r t u u n m . juez de vivos y de muertos. De
jarse dte ella j porgue osla luz divina (pie ilumina á las a l - ¡ímc omnes prophclaí les- él teslilican todos los profclas,
mas mucho mejor que la del sol á los cuerpos, esta luz limtmium perhibcnl, re- que todos los (pie creen en éj
increada se \r\ maniíostado á los ojos de los hombres; pe- mimonem peccatornm ac- reciben por su nombre el | o r -
ro los hombres ciegos por sus pasiones lian cerrado los cipere. per iwmen ejus om- don de los pecados. Aun ha-
ojos para no verla. Jcsuci islo lia venido al mundo como nes, qui eredunt in evm. blaba Pedi o, y el Espíritu San-
una luz viva. Su doctrina toda divina, su vida toda sania, Adltuc loque/nle l'clro ver- to descendió sobro todos los
sus milagros los mas brillantes que j a m á s se han obrado, ha ha'C, ceeidil Spiritus quo oian el discurso, y los j u -
ofnviatum leslimimio indudable en su favor. Eon todo eso Sükávllt sv¡ier omnes, qui díos lides que habian venido
los judíos han preferido las tinieblas á la luz. Tenazmeu- audicbaHl vcrbum. El ob- con Pudro quedaron asombra-
DE PENTECOSTES. 427
stupverunl ex ch'i'umdsio- dos al vor que la gracia dol medio apagada, si nos hallamos todavía animados y He-
ne fidcks, qui veneran l rnm Ksplritu Sanio se habia difun- nos del espíritu del inundo, ¿ debemos estrañar que el
retro : quia el in naliunes dido tarnbit'n sobre los genti- Espíritu Santo no descienda sobre nosotros? Ciei lameiile
yralitiSpiritusSancti <•//«- les ; porque les oian hablar no tiene lugar en que colocarse. Vaciemos nuestro cora-
sa est. Avdiebant enim nmebas lenguas y publicar las zón delespíi ilii del mundo , que le llena de deseos terre-
illos loquenles linguis, el grandezas de Dios : entonces nos qtye le ocupan, y entonces no dejará de descender el
maguificanles Deum. Tune Pedro dijo : ¿ Q u é obstáculo Kspínlu Santo sobre nosotros como sobre aquellos. Yo
respondü Pctrus : JfiUWf puede babor para que no so veo bien, decia san Pedro, que Dios no hace escepcion
quid aqvam quis prohibe- administre el bautismo de ngua de personas; quiere sinceramente la salvación de lodos
re poiest, «( non bupli- á los que ban recibido el Es- los hombres, pero es menester que los hombres no se
centur h i , qui Spirilum píritu Santo como nosotros? Y hngan indignos de la snlvacion por los obstáculos que po-
Sanrtum acceperunt ¡sicut los hizo bautizar en el nombre nen á la gracia y á los dones del EfpMHu Santo. Uno de
i't nos? Et j u s s ü eos bap- del Señor Jesucristo. los mayores obstáculos á las operaciones saludables de
tizari i n nomine Domini este divino Espíritu , es el espíritu del mtmdo. Donde r e i -
Jesu Chrisli. na este espíritu mundano , no es posible quo se halle el
Sin embargo de quo lodos los apóstoles estaban desti- Espíritu Santo. ¿ Q u e r e m o s estar llenos del Espíritu Sim-
nados á anunciar el Evangelio y la fé de Jesucristo , tanto io? seamos su templo ; sea puro el corazón , vacío de las
i\ los judíos como á los gentiles, habiendo muerto el Sal- criaturas, vacío de sí mismo, y muy pronto eslará lleno
vador por la salud de lodos los hombres , quiso no obs- y abrasado de esto fuego divino.
tante Dios que fuese san Pedro el que como cabeza de la
Iglesia recibiese los primeros gentiles á la f é , y les abrie- E l Evangelio de este dia es del cap. 3 de san Juan.
se la puerta del Evangelio.» I n ülo tempore t Di-xit En aquel tiempo dijo JPSHS
Jesús Nicodemo : Sic Deus h Nicodemus : Dios ha amado
REFLEXIONES. dilexil mundum , wt F i - al mundo hasta dar á su Hijo
«Aun hablaba Pedro, y el Espíritu Santo descendió lium suum nnigenilum único, á fin de que todo el que
sobretodos los que oian el discurso.» i Con q u é solieitud dar e l : u l omnis, qui r r e - crea en él no perezca , sino
se apresura Dios á derramar sus gracias y sus favores dil M eum, non pereat, que tenga la vida eterna. Por-
mas singulares sobre los que le aman, luego quo les ve sed haheat viUrn ater- que Dios ho ha enviado su H i -
adornados de santas disposiciones! Tiene Dios mas deseo nam. Non enim misil Deus jo al mundo para condenar al
de hacernos santos, que nosotros de llegarlo á ser. Él ha- FUium s v i m i n mundum, mundo, sino para que el m u n -
ce , por decirlo a s í , todos los gastos, y solo espera que u l judicel m m d m n , sed ul do se salve por él. El que cree
nosotros queramos sacar toda la ventaja que podemos de sakelur muvdus per i p - en é l , no es condenado ; pero
ellos. El festin está pronto , todo el gasto está hecho ,-todo sum. Qui credit in c«m, el que no cree ya es conde-
eslá preparado; pero ellos no han hecho caso; se mar- nonjudicalur : qui autem nado , porque no cree en el
charon, el u n o á su quintería, el otro á su tráüco. El ape- non credil, j a m jiidirolus nombre del Hijo único de Dios
go á los bienes de la tierra bace que los judíos miren con esl: quia non a r d i l i n n o - La causa, pues, de la conde-
indiferencia el lomar parle en las bodas del Salvador; mine vnigeniii F i l i i Dei. nación es que la luz ha venido
desprecian la divina alianza que se les ofrece con Jesu- lloc esl autem judicium : al mundo, y los hombres han
cristo, y los bienes intinilos que deben seguir á ella. F i - quia /ua; m i l i u mundum, amado mas las tinieblas que
delísimos imitadores de los judíos , queremos mas entre- et dilexeruni homines ma~ la luz, porque sus obras eran
garnos á los vanos placeres del siglo y á nuestros nego- gis icnebras quam lueem : malas. Porque todo aquel que
cios temporales, que el hallarnos en el banquete delicio- erant t n i m eorum mala tibra mal, aborrece la luz te-
so á que Jesucristo nos convida. No es esto decir que es- opera. Omnis enim qui miendo que se descubra lo quo
tén entredichos los negocios temporales á los cristianos; male o g i l , odil lueem, el hace; mas el que se conduce
pero el ocuparse de estos cuidados cnando se trata de non venitad lueem, utnon por la verdad, viene á la luz,
participar de los sacramentos, que son el alimento de arguanlur opera ejus : qui á fin de que sus obras, orde-
nuestras almas, es despreciar á Jesucristo que en aquellos autem fueit veritatem, t e - nadas según el espítitu do
momcnlos felices nos llama á su mesa para formar, ó pa- m í ad lueem, vt manifes- Dios, se manifieslen.
ra estrechar los nudos que nos onen á el. No atribuyamos tenlur opera ejus, quia in.
ó otros que á nosotros mismos, si no esperimenlamos los Deosunt facía.
mismos efectos del Espíritu Santo que se hicieron tan sen-
sibles y tan visibles en los que escuchaban con tan santas MEDITACION.
disposiciones el discurso del apóstol san Pedro. Estaban
ya convertidos á la fé, aun antes que estuviesen bautiza- Cuánto nosha amado Dios, y cuán poco le amamos nosotros.
dos. Su fé viva y pura los hacia fieles. !No habían recibido
PCIVTO Piinmiio. — Considera que Dios ha amado al
aun el bautismo de agua , pero habían ya recibido los d u l -
mundo hasta darle á su único Hijo, á fin de que todo el
ces efectos del bautismo de amor y de deseo por la san-
que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna.
ia disposición en que se hallaba su corazón en aquella
Comprendamos, si es posible, todo lo que dicen estas pa-
reunión bienaventurada. Nosotros hemos recibido el bau-
labras, y veamos si puede decirse ni concebirse cosa a l -
tismo de agua, y tenemos la dicha de ser hijos do la I g l e -
guna que nos dé una idea mas alta del amor inmenso que
sia. Pero si nuestro corazón eslá frió, si está helado con
Dios nos tiene. Manifiéstase este amor por los bienes que
rt-speclo á Diosf.si nuestra fé solo es «na fé lánguida y
senos hacen, y por losqucsc nos quieren hacer; pruébase
428 DIA SEGUNDO
\) >v lo ; Vncíicios, La oivncion es uno dft los mns scfialiidos, currir en su desgracia? ¿ S e reconocerá por estos indican-
p(;ro IÜ rodoricion es mucho mas insigne. C)iic un Dios nos tes que amamos á Dios? Sin hablar de ese gran n ú m e r o
haya dado su propio Hijo para rescatarnos, y que este de inüeles que no aman á Dios, ¿cuántos hay entre los
Hijo, Dios como su Padre, sea nueslro rescate y el precio mismos fieles que le amen? Esos libertinos que apenas
de nnc-lra redención : comprendamos el sentido de lodos tienen religión, y que viven en la licencia mas desenfre-
estos l é n n i n o s ; comprendamos el mérito de este incom- nada, ¿aman á Dios? Esas personas mundanas ó esclavas
prensible misterio. Confesemos por lo ménos que el amor de sus pasiones, ó idólatras de sí mismas, ¿aman á Dios?
(|ue Dios nos lia tenido es superior á todo lo que se puede ¿Es amado Dios de tantas gentes que diariamente le sacrili-
pensar, á lodo l o q u e puede decirse mas justo, esto es, can á un vil interés,á un placer; que viven en un desprecio
quii Dios nos ha amado como Dios, l'ero el íin de este habitual de su ley y de sus máximas; que hacen tan poco
iiicoin|n-eiisible bcneücio es tan adodrablo como el be- caso de su amistad, y que temen aun ménos su desgracia?
nelicio mismo. Dios nos ha dado á su propio Dijo, Esas personas que Dios como que se ha reservado por una
para q'ie sb Rft! pordicsein^s y para hacernos eler- predilección particular, que ha llamado al estado eclesiás-
namenle dichosos, i Dios mió 1 ¡cuáles serian nuestros tico y religioso y que le están singularmente consagradas;
senlimicnlos de admiración, de amor y de reconocimiento esas personas coimadas de beneficios, obligadas por pro-
si n o í penetrásemos como se debe de l o q u e medita- fesión á amarle, á alabarle, á servirle, ¿le aman mucho?
mos! Consideremos la vida y la muerte del Uedentor: r e - Si la morliticacion, si la exacta observancia de las reglas,
corramo-i todos los misterios de nuestra religión, la Eucaris- si la devoción, si el desprendimiento de lodas las cosas,
tía, los d e m á s sacramentos, y el Iin detodos estos medios si el olvido del mundo, si el fervor, son las señales y la
(pie es la eternidad bienaventurada; hé aquí lo que Dios ha medida del a m o r á Dios, ¿es Dios amado ardientemente do
hecho para probamos el esceso de su amor. ¿Qué nos pa- todas las personas religiosas? ¡Qué ingratos somosl ¿ N o
rece? ¿ha hecho bastante? ¿pedia hacer mas? ¿creemos, ha hecho Dios bastante para merecer nuestro corazón,
S e ñ o r , lodas estas maravillas? ¿ y na tiene nuestra (e de- decia Moisés á todo el pueblo? ¿Son menester nuevos be-
que reconveiiirnos sobre esto? diríase que todo esto no es neficios, nuevos milagros?
aun bastante para nueslro Dios. El Hijo , después de ha- ¡NTó, Dios m i ó , no se necesita mas; habéis hecho bastan-
Dernos dado lodo lo que liene^odo lo que es, su cuerpo, te para probarnos vueslio amor; pero necesito nuevas
su sangre, su vida, quiere todavía subir él mismo al cielo gracias para que yo dé pruebas del mió.
para enviarnos del seno de, su Padre el Espíritu Santo, JACÜI.VTORIAS. — Yo os a m a r é , S e ñ o r , á vos que sois
como si el amor que nos tiene no hubiese quedado satis- mi fortaleza; esto es hecho; yo os a m a r é porque cuento
fecho, si la tercera Persona de la adorable Trinidad no nos con vuestra gracia y con vuestro auxilio. (Psalm. 1 7 . )
hubiera dado en particular una nueva prueba. El Padre Abrasadme con el divino fuego, do que el Espiiitu
da á su único Hijo ; ol Hijo habiéndose encarnado da su Sanio es la fuente: haced que mi corazón sea todo inflama-
sangre y su vida; y el Espíritu Sanio desciende visíbie- do con él. (Psalm. 2 3 . )
menlcsobre los hombres para colmarlos de sus dones. Hé
aquí á Dios lodo ocupado, por decirlo así, para probar- TROPOSITOS.
nos hasta q u é esceso nos ama. Hombres insensibles á
unos beneliciüs tan insignes, á un amor tan incomprensi- 1 Amarás al Señor tu Dios con lodo lu corazón, con
ble, ¿qué os parece? ¿Nos ha amado Dios bastante? Que- toda tu alma, con todo tu ospírilu, con todas tus fuerzas;
jémonos si ha podido hacer mas de lo (pie ha hecho. ¡Ah! esto es el primer mandamiento y la base de lodos los
Dios ba hecho mas de lo que nosotros mismos nos h u b i é - demás; no cumplirlo es violar toda la l e y ; no hay salva-
ramo.s atrevido á desear, mas de lo que podiamos creer. ción para quien no guarda este precepló: sin que nos d e -
V este Dios que es ¡nrmitamenle amable., y que nos ama tengamos ahora en averiguar si hay muchos aun cnlro
inünilamenle, ¿es amado de nosotros? los mismos que hacen profesión de llevar una vida mas
regular que le guarden, ¿podemos decir como el jóven del
PINTO SEGIÍMIO. — Considera que no es un motivo po- Evangelio: "Yo he guardado todo eslo desde mi juventud,»
queño para amar á Dios el ver enán poco es amado. Pare- ó como san Pedro: Vos sabéis, S e ñ o r , (pieos amo? Pre-
ce increible: un Dios inílnilamente amable nos permite gunlémonos á nosotros mismos, examinémonos , y si no
que le amemos: ¡qué honor para una vil ei iaínra! ¿Debe podemos darnos con verdad una respuesta semejante,
nueslro corazón, puede no estar conlinuamente abrasado veamos de-lanto de Dios si debemos estar tranquilos sobre
de este divino amor? ¿qué otro objeto puedo moverle 11 el negocio de la salvación.
orHfiarlc un momenlo?De este modo piensa lodo espíritu 2 Dios nos demuestra su amor por sus beneficios; p r o -
racional. ¡Ah! Dios nos permite amarle; ¿ y quien es el bémosle el nuestro con nuestras buenas obras, y por de-
(pie se apresura á darle su corazón? Dios nos manda que cirlo así, con nuestro" servicio. Si hemos recibido el E s p í -
le amemos, ¿ y es obedecido exactamente? El amor so ritu Sanio estaremos abrasados con el fuego del divino
produce de mil maneras; el cnlendimiento no se ocupa amor, y nueslro amor se manifestará por nuestras obras;
mas (pie del objeto anwdo; j a m á s se cansa de hablar de tengamos el consuelo de ver que amamos á Dios, amando
él; no encuentra gusto mas que en lo que, á él le adrada; á los pobres. Visitemos durante estas fiestas á los pobres
todo lo que es conlrano á sus sentimientos noschoca; ¿¡Jg en los hospitales y en las cárceles: Dios nos ha colmado
lodo esto puede concluirse (pie amamos á Dios? ¿Con (pié do sus dones, dándonos su Espíriln Santo ; seamos pues
cuidado, con q u é solicilud nos aplicamos á lodo lo que le nosotros generosos con los pobres, (riiardémonos IIIIK lio
cumplace? ¿con q u é calor tomamos sobre nosotros sus i n - de pasar estas tiestas en partidas de placer ó en el campo
U'ivses? ¿qué iiupiielud sentimos á la niepior sospecha de El espíritu del mundo, el demonio es el (pie ba inlrodin ido
hubede desagradado? ¿(pié aprehensión nos causa el i n - los abusos incligiosos y chocanles de irá.pQsar en el cam-
DE PENTECOSTES. Í29
po las fiestas de Pentecostés para hacer inúliles, para so- bian sido convertidos á la fé d« Jesucristo por la predica"
focar los dones del Espíritu Santo, que pudiéramos liaher cion del diácono san Felipe.
recibido en eslu gran solemnidad. Pasemos estos tres dias Después de la muerte de san Esteban, el primero de los
en el pueblo, empleados en la oración y en los ejercicios mártires, se levanto una furiosa persecución contra los
de las buenas obras. Asistamos á los oficios de la Iglesia, apóstoles y los discípulos de Jesucristo y contra toda la
y sea nuestra devoción una prueba de que hemos recibido Iglesia. Permitió Dios esla primera tempestad para llevar
el Kspíritu Santo. la luz de la fé á los pueblos vecinos, porque hasta enton-
ces no se habia predicado aun á Jesucrislo masque en Je-
DIA TERCERO DE PENTECOSTES. rusalen, y toda la Iglesia habia estado encerrrada e m d
Como las tres fiestas de Pentecostés no son mas que lugar de su nacimiento. Creyóse, pues, que era menester
una misma solemnidad y una misma tiesta, el oficio de la dejar pasar el primer fuego de la persecución; y dispo-
Iglesia en estos tres dias se dirige siempre á un mismo niendo la divina Providencia todas las cosas para la g l o -
fin, que es el conducir los fieles á que bendigan al Señor, ria de Dios, inspiró á los apóstoles que permanecie.-en so-
y á que le den gracias por el don insigne que nos ha h e - los en Jerusalon, y que enviasen los discípulos á la Jndea
cho enviándonos el Espíritu Santo, este poderoso consola- y á Samarla. Fué esta la pfimera misión fuera de la c a p i -
dor de las almas fieles, y á despertar nuestra alegría es- tal, y se supo muy pronto la abundante cosecha que se
piritual á vista de las maravillas que han acompañado este recogía de esta primera semilla del Evangelio.
don tan señalado. Habiendo bajado á Samaría Felipe, uno de los s i e l e d i á -
«Recibid la alegría de vuestra gloria.» Estas son las conos, comenzó á predicar allí á Jesucristo crucificado,
consoladoras palabras de que se compone el iníroilo de la con tan buen éxito, que el pueblo, no menos hechizado de
misa de este dia, por las cuales la Iglesia da «na idea sus discursos que sorprendido de sus milagros, le seguia
abreviada de todo el mislcriode esla gran fiesta, «Recibid en tropas y le escuchaba con placer. Muchos endemonia-
la alegría de vuestra gloria,» esto es, gustad de aquella dos quedaron libres, y los demonios forzados á salir do
alegría pura, aquella alegría espiriloalqueelEspfriluSan- los cuerpos testificaban con alaridos espantosos la virtud
to ha venido á derramar en vuestro corazón, haciéndoos divina de aquel en cuyo nombre eran arrojados, y su p r o -
verdaderos discípulos de Jesucristo é hijos adoptivos del pia flaqueza é impotencia. Yeianseen toda la ciudad para-
Padre celestial. Bendecid sin cesnr al Pudre de las miseri- líticos curados; veíanse cojos enderezados, y que camina-
cordias, á este Dios de todo consuelo; no paréis de darle ban sin apoyo, y ciegos que recobraban milagrosamento
gracias, porque os ha dado al fin el Espíritu consolador, la vista. Disputábase sobre quién bendeciría mas alto al
este don cclesiial, liiente de lodos los dones; este Espíritu Señor, y quién daria mayores señales de una alegría es-
de sabiduría, de consejo, de luz y de fortaleza, que glo- traordinaria. Los mas malos se veian como forzados á t o -
rificando al Señor, os colma de una gloria que ninguna mar parte en el regocijo público. De este número fué un
cosa puede oscurecer, y que borra toda la falsa gloria do mágico célebre é insigne impostor, llamado Simón, que
la tierra. «.\o dejéis de dar gracias á Dios, que os ha lla- habiendo morado largo tiempo en Samaría, habia hecho
mado al reino de los cielos:» alabad á este Padre celestial creer al pueblo que él era la gran virtud de Dios; y los
que ha ¡imado al mundo hasta el estremo de darle á su samaritanos infatuados y hechizados con sus sortilegios lo
propio Hijo; alabad á osle Hijo único del Altísimo, vuestro escuchaban como un oráculo. Mas el santo diácono t r i u n -
divino Salvador; alabad al Espíritu Santo, principio del fó del ministro de Satanás. Supo tan biea d e s e n g a ñ a r á
divino amor, luz de los corazones, consumador de tantas los que el encantador habia embaucado, que lodos creye-
maravillas, y no ceséis de bendecir á osle Dios Criador, á ron en Jesucristo, y lodos recibieron el bnulismo. No hubo
este Dios Salvador, á esío Dios Consolador, «alleluya, uno, hasta el mismo mágico, que no se convirtiese; c r e y ó
alleluya, alleluya.» y se hizo baulizar con los d e m á s . Habiendo llegado á Jo-
rusalen la fama de la conversión de los samarilanos, re-
«Pueblo mió, escucha lasitislrucciones que voy á darle,
solvieron los apóstoles que se habían quedado allí, y quo
presta lus Btdttt á mis palabras.» Échase bien de v e r l a
querían sostener la obra del Señor, enviarles á Pedro y á
relación que tiene el primer versículo del salmo 77 cort la
Juan para afirmarles en la fé, y para arreglar todas las
festividad de este dia, y lodo este introito con el misterio.
cesasen esla nueva Iglesia.
Uno de los primeros efectos de la descensión del Espírilu
Santo ha sido la publicación de la nueva ley, y el fi ulo la El principal motivo del viaje de los dos apóstoles á Sa-
observancia de esta misma ley. La ley es santa, y solo maría fué á fin de dar el Espírilu Santo, por la imposición
observándola se bacé uno santo. Este salmo es como el de las manos, á los que acababan de ser barnizados, a d -
compendio de la historia de los judíos desde Moisés hasta ministrándoles el sacramento do la Conlinnaciou, lo cual
David. El Profeta hace en él una contraposición conlinua san Felipe, que no era mas que diácono, no podía hacee
de la bondad de Dioscon su pueblo, y de la ingralilnd del en razón de que este privilegio no se habia concedido mas.
mismo pueblo con Dios. Enlre. muchas cosas que se encu- que á los apóstoles y á sus sucesores que son los obispos.
bren bajo del sentido literal de este salmo, eslá figurado Cuando se dice que san Pedro fué enviado por los otros
en 61 el reino de Jesucristo, bajo del de David; y la tribu apóstoles, no se ha de pensar que san Pedro haya estado
de Juda preferida á la de Efraim, nos représenla el Bti del somelido á ellos, ni que ellos hayan ejercido nunca sobro
íiuliiíiio Testamenlo y el principio de la nueva alianza. él una autoridad despólica. Habiendo Jesucrislo establecí-.
I>a Kpfstola do la misa de este dia hace la relación del do á san Pedro cabeza de la Iglesia, siempre ha sido reco-
v''lit!que san Pedro y san Juan, enviados por los demás nocido gefe del colegio aposlólieo y vicario de Jesucrislo;
apóMotoi hicieron á Samarla para conferir el Espírilu asi es que siempre se le ha vislo en cualidad de gefe y de
Santo á los que habían recibido la palabra de Dios, y h a - principe de los apóslotes llevar en lodo la palabra como
Í30 DIA TERCRRO
Inl. Él es el primero que on ol día de Pcntocoslós al salir no siendo ya necesarios los milagros, los dones han sido
del cenáculo anuncia públicamenlc á Jesuci i.sto, y con- invisibles ó interiores, siempre proporcionados á la dispo-
vierto á mas do Ircs mil personas. Él es el primero que sición del sugeto. Por lo demás, cuando so dice que n i n -
predica la fé á los geuliles, y hauliza al cenlurion Cornelio guno de los samaritanos bautizados había recibido todavía
y h los que estaban con él, que fueron las primicias del el Espíritu Santo, no debe esto entenderse de la gracia
gentilismo admitido al Evangelio. Por esto la espresion santificante, la cual habían recibido ya en el bautismo,
«fué enviado,» es lo mismo que decir, le rogaron que sino de aquella plenitud de gracias que se comunicaban en^
fuese, él mismo á Samaria para dar allí el Espíritu Santo lonces visiblemente co el sacramento de la confirma-
por la imposición de las manos; como si en una población ción.
ó en una comunidad se depnlase al gefe para un negocio El Evangelio d é l a misa do este dia refiero lo que Jesu-
importante y honroso: no leemos que todavía bubieso cristo ha dicho del pastor y del ladrón de las ovejas, el
ejercido esta función augusta ninguno de los apóstoles; cual se reconoce en quo este no entra por la puerta en e l
porque so qneria que la cabeza, el príncipe de los a p ó s t o - redil, manifestando que él mismo es la puerta por donde
les fuese el primero que ejercitase este sagrado ministerio. deben entrar el pastor legítimo y las ovejas.
Se le suplica, dice el sabio Belarmino, que se digne pres- Habiendo dado vista el Salvador al ciego de nacimiento,
tarse á aquellos que lo consideran como su maestro. En acababa de demostrar á los escribas y á los fariseos quo
esta misma manera envió la Iglesia de Anlioqnía á san ellos estaban también ciegos, y que su ceguera era tanto
Pablo y san Bcrnabó á Jerusalen, para que consultasen mas triste, cuanto que era mas criminal, puesto que era
con los demás apóstoles sobre negocios importantes. voluntaria. Esa ceguera voluntaria, les decía, es la que os
Habiendo llegado los dos santos apóstoles á Samaría so impide el reconocerme por el Mesías, por mas que mis pa-
pusieron en oración para que los samaritanos convertidos labras, mis obras, mi doctrina y mis milagros os digan
recibiesen el Espíritu Santo, porque no babia aun descen- tan claro que lo soy. Pero no hay peor ciego que el
dido sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido que está bien hallado con serlo. De este modo vosotros
bautizados en el nombre del Señor Jesús. Cuando so dice mismos verificáis cada dia mas lo que me habéis oído decir,
que los samaritanos habían sido solo bautizados en nombre esto es, que yo había venido para hacer manifiestos los de-
de nuestro Señor Jesucristo, no es decir que se les bubieso signios de la Providencia en el discernimiento de los bue-
conferido el bautismo en el solo nombre del Salvador: los nos y de los malos, de los fieles y de los incrédulos, el
apóstoles no so servían de otra fórmula que la que Jesu- cual debía hacerse á la venida del Mesías, á fin de que los
cristo les había enseñado, que era en nombre de las tres que son ciegos vean, y los que ven se vuelvan viegos; esto
Personas divinas. Es este un modo de hablar compenJiado es, que los gentiles, que siempre han vivido en tinieblas,
que significa que los samaritanos no habían aun recibido abrirán los ojos, y recibirán la bizque les iluminará,
el sacramento de la coníirmacion, y que solo habían reci- mientras que los judíos, que viven en la luz, cerrando los
bido el bautismo instituido por nuestro Señor Jesucristo. ojos al astro que les ilumina, caerán en las tinieblas, y no
Entonces les impusieron las manos, y Dios, que en aque- verán mas la luz. ¿Qué sirve tener la luz de las santas Es-
llos primeros tiempos qneria dar á conocer con señales crituras, si no so quiere hacer la aplicación de ellas y se
exteriores y sensibles los misterios de la gracia, les envió rehusa el entenderlas? Vosotros os creéis hábiles, pero ¿ d o
bajo de una forma visible su santo Espíritu sobre todos los q u é os sirve vuestra pretendida habilidad? ¿de q u é os
que habían recibido el sacramento de la confirmación. servirán tampoco todas vuestras luces? para haceros rné-
Créese quo esta forma visible bajo de la cual el Espíritu nos escusables y mas criminales. No basta estar en el r e -
Santo descendió sobre los que acababan de ser confirma- d i l , es menester haber entrado en él por la puerta; cual-
quiera que entra en él por otro sitio, ó que fuerza la e n -
dos era una especie de lenguas de fuego, semejantes á las
trada, es un ladrón disfrazado ó un salteador declarado.
en que descendió sobre los apóstoles y los discípulos en el
Jesucristo es la luz del mundo, el buen pastor, la puerta
dia de Pentecostés, si bien tal vez esto sucedió aquí con
por donde se entra en el redil; lodos los que eran enemi-
rnénos ruido.
gos de Jesucristo, como los escribas, los malos sacerdotes,
La imposición do las manos de que aquí se habla, por
los fariseos, eran otros tantos ciegos voluntarios, malos
la cual se recibe el Espíritu Santo, no siendo otra cosa que
guias, falsos pastores, mercenarios, que no se habían i n -
el sacramento de la confirmación, y siéndolos obispos los
teresado en el redil mas que para robar, para enriquecer-
únicos ministros ordinarios de este sacramento, pertene-
se y para degollar. El Salvador nos representa aquí l a l g l e -
cía á los apóstoles, que eran obispos, y nó á Felipe que no
sia como redil, en el cual no se puede entrar sino por él, y
era masque diácono, el imponerlas. La imposición de las
los fieles como ovejas, de las cuales es él el verdadero y
manos es una ceremonia simbólica de que usa la Iglesia
buen pastor. Jesucristo quería dar á entender á los judíos
para conferir el sacramento de la confirmación y para a d -
que la sinagoga iba á ser reprobada, y que la Iglesia, do
ministrar el del ó r d e n . Por el primero se recibe espíritu
la que él mismo es la puerta, la luz y el pastor, contendría
de fortaleza para confesar con confianza y con generosidad
el linico pueblo escogido y amado, y que así solo los quo
el nombre de Jesucristo y todas aquellas gracias sobrena- creían en él entrarían por él en este misterioso redil; y por
turales (pie, segnn la espresion de san Cipriano, perfec- consiguiente los fariseos 'porque á ellos era á quienes ha-
cionan y concluyen, por decirlo así, al cristiano en su fe. blaba el Hijo de Dios) no eran mas que intrusos, falsos
En los primeros días de la Iglesia, Dios con la infusión del pastores, ladrones y mercenarios, puesto que rehusaban
Espíritu Santo comunicaba las gracias milagrosas que son creer en él. Jesucristo hace aquí el retrato, y pinta el ca-
fnilos suyos; ninguno recibía visiblemente el Espíritu rácter de todos los falsos doctores, que no teniendo voca-
Sanio (pie no recibiese el don de lenguas, el don de pro- ción entran furtivamente y sin misiou en el redil, y no son
fecía y el don de milagros. En la sucesión de los tiempos,
DE PENTECOSTFS. 431
mas quo intrusos qao lodo lo corromt)pn y lodo lo pierden, de Dios hubo á quienes 61 mismo aulorista on mnebos l u -
como los s i i m l i a á los fariseos. gares! Declara solamente que los que se Lan atribuido la
«El que entra por la puerta, continúa el Salvador, es el autoridad y el nombro de Mesías, como Teodas y Judas el
verdadero pastor. Luego que llama le abre el portero, las Galileo, de quienes hace mención Gamaliel, c ó m e s e dice
ovejas oyen su voz, se reúnen en rededor de él, las acari- en los Ilechos de los Apóstoles, no lo eran en efecto, pues-
r-ia, las mira con placer, y cuando es tiempo las lleva á to que no tenían ninguna do las cualidades de este buen
pastar. Las llama por su nombre , las hice salir des- pastor, de este pastor por escelencia, bajo de cuya idea ha
pacio para que la confusión 6 la priesa no las hiera; va sido predicho el Mesías por los profetas, y del que dice el
delante de ellas, y anda poco a poco, no sea que se cansen, Salvador, veis la realidad en mi persona. No busquéis,
ó se constipen; si alguna se descarria por poco que sea del pues, otro camino ni otra puerta que yo. Los que entraren
rebaño, la llama, y ellas lesiguen porque conocen su voz. por m i , que creyeren en m i , que siguieren mis pasos, h a -
Kl verdadero pastor dirige su voz á las ovejas, eslo es, en llarán en esto camino su segundad y su salud. «Yo soy la
el sentido moral, las instruye en público y en particular; puerta.» La espresion es figurada, pero contiene un gran
las ilustra en sus dudas; las consuela en sus penas, las senlido; es como si dijera: Seguid enhorabuena vuestras
conduce con seguridad; y por sus cuidados y vigilancia sectas, guardad cuanto q u e r á i s vuestras tradiciones f a r i -
impide que las devoren los lobos. El verdadero pastor l l a - saicas; falsos senderos, caminos engañosos que estravian
ma á sus ovejas por sus nombres, eslo es, las conoce á á las guias y á las que andan por ellos. La ley misma de
todas, conoce sus males, sus llaquezas, sus necesidades y Moisés, santa á la verdad, pues que procedía de Dios,
ii todo provee. El verdadero pastor marcha al frente del pero pasajera é impotente, cesa hoy para dar lugar á la
rebano, esto es, le da ejemplo, le hace ver en sus costum- que yo vengo á publicar, y que es la única qne conduce
bres la práctica de las verdades que predica. El Salvador al término d é l a salvación eterna y de la gloria. Yo soy,
b.i hecho aqni el retrato de todos los verdaderos pastores, pues, el camino que conduce á la vida, cualquiera olio es-
haciendo el suyo. (ravia y conduce á la perdición.
Pero si un estraño, prosigue, se présenla para condu- «Si alguno entra por mi,» si cree en mí, si pone sn c o n -
cirlas, lejos do seguirle, huyen de él, porque no estando fianza en mí, «será salvo. Que entre ó que salga, nada
acostumbradas á la voz de los eslrañosles temen y descon- le fallará j a m á s . » El Salvador sostiene siempre h misma
fían de ellos. Un pastor que se alejase demasiado de su alegoría. Las ovejas no salen del redil sino para i r a los
rebano, ó que descargase sobre olro el cuidado que deberia pastos; y cuando los pastores las vuelven á traer e « c u e n -
tomar por sí, seria mirado como un pastor cstrailo. ¿ P o - tran durante el invierno en el redil con que alímenlarse.
drian sus ovejas poco acuslumbradas á oirte conocer su Del mismo modo que el pastor lleva sus ovejas é pastar y
voz? viéndole sin celo para socorrerlas, no se unirian á él, las vuelve al redil, así Jesucristo vela sóbre la conduela
no se curarian de seguirle, se alejarían, se estraviarian. de los fieles, y provee á todas sus necesidades. Entrar y
Un padre, una madre de familia son los pastores de « u s salir en el estilo do la Escrílnra indica también todas las
hijos; ¿qué cuenta no tendrán quedar á Dios, si los aban- acciones de la vida : cuando uno está al servicio de un Se-
donasen á eslrafios? ñor tan bueno, nada hay que temer: el Salvador es un
Esta paráboladebia haber servido de grande instrucción buen Padre y provee á todo. «El ladrón no viene mas que
para los fariseos á quienes so dirigía; pero ellos no cora- para robar, para degollar y para causar estragos. Pinta
prendian su sentido. Cuando el corazón eslá corrompido, Jesucristo aquí álos falsos profetas y falsos pastores, y en
el entendimiento tiene poca penetración y poca luz. El pei'sona de estos á todos los heresiarcas, cuya doctrina
Salvador tuvo, empero, la bondad de descubrirles y de es- eslá siempre emponzoñada, y que j a m á s hauontrado o»
plicarles esíe enigma. el redil por ta puería: así es que no han entrado mas que
«En verdad os-digo, que yo soy la puerta del redil» en para rohar, para degollar y para causar esiragos. Por lo
donde está encerrado el rebaño del Señor. Por mí van las que hace á mí «yo he venido, concluye el Salvador, á fin
ovejas á su pastor. Yo soy-el camino, la verdad y la vida; deque lasovejas que mi Padre me ha dado lengan la vida,
nadie va al Padre sino por mí. ¿Qué es entrar por la puer- y una vida ahundante en todo género de bienes. Yo las
ta, dice san Aguslin, sino entrar por Jesucristo, que ha g u a r d a r é día y noche; yolas defenderé contra los lobos;
•dicho: Yo soy la piuTi;i; y q,,,, es ^ ¡ ¡ f [,or Jesucristo, las escogeré buenos paslos; las p o n d r é al abrigo, y d u -
sino caminar sobre sus huellas, imilar su conducta , se- rante el calor las llevaré á las fuentes de las aguas mas
guir sus máximas, y estar animado de su espiritu? El puras, y nada podrá dañarlas e s l a n d o o o n t m u a m e n l e á mi
nomhre de ovejas que, conviene á los fieles, <lice un sabio vista.
intérprete., Jes advierte que la inocencia y la docilidad Sé*
ben fonnar-su verdadero c a r á c t e r , como el nombro de La oración de i a misa de esle dia es como sigue :
pastor dice á los que están honrados con él, que la v i g i - A d s ü m h i s , quasttmus, Os suplicamos. Señor, que
lancia y la bondad delie cóñslituir también el suyo. Domine, virétti Spirilvs conünuamenle nos asistáis con
«Todos los (pie han venido antes que yo,» que se han Suncli: (¡ucc el corda nos- la virtud del Espírilu Santo,
ingeridoá coiiducirl-as.sm misión, y que han querido pasar (ra c/mejucr e,x]mrgct, vt para quepm iíieadas por su m ¡ -
por el Mesías promelido de Dios, «no han sido mas que (tb omnilms lucaivrudrer- sericordia las manchas invisi-^
salteadores y ladrones:» asi es que las verdaderas ovejas SIS. Per Uomimm nos- bles de nueslroscorazones qms-
no les han escuchado. No quiere decir por eslo Jesucristo I n m . . . É múUúe ejus- demos lambien libres de lodos
que no hayan tenido ánlcs de él los judíos hombres envia- demSpiritus Sancti Dcus.. los males de esla vida. Por
dos de Dios que eran sus pastores legítimos. ¡ Cuántos nuestro Señor Jesucrislo, elo,
santos patriarcas, en efecto, cuántos profetas iluminados
43-2 DIA TERCERO
es evidente que todos los fieles están ignalmonle obliga-
La Epístola eslá lomada del libro de los Ilechos de los dos á recibirle. Y bien ¿reconocen lodos esta obligación?
Apastóles, cap. 8. Muchos la ignoran porque ignoran los efectos de esle sa-
I n diebus illis : Cum En aquellos dins : IIi)1)íendo cramento. La confirmación liene de común con lodos los
audisscnl aposloli, sabido los apóstoles que osla- demás sacramentos, que si no encuentra algún impedi-
«•aní Joosolyittis , quod ban en Jerusalen, que Samaria mento en el que le recibe, le comunica una nueva gracia;
rccepissenl Sumaria ver- habia recibido la palabra de y liene de particular, lo que le distingue de los d e m á s , el
bum Dei, miserunt ad eos Dios, les enviaron á Pedro y á perfeccionar, por decirlo a s í , la gracia del bautismo.
Petrutn et Joaanem. Qai Juan; los que babiendo llega- Siendo, pues, todos los que han sido hechos crislianos
m m venissent, oraverml do allá oraron por los samari- por el baulismo todavía flacos como niños recien nacidos,
p r o ipsis , MÍ atcipereni tanos, á fln de que recibiesen reciben por el sacramento de la confirmación la fortaleza
Spiritum Sanctum : non- el Espíritu Santo, porque aun para resistir á lodos los ataques del mundo y el diablo, y
dum enim i n quemquam no babia descendido sobre quedan tan plenamente confirmados en la f é , que son ca-
illorum venerat, sed bap- ninguno de ellos, sino queso- paces de confesar y de glorificar altamente el nombre de
íizati tanlum crawl i a no- lanieiile habían sido bautiza- nuestro Señor Jesucristo, y de aquí es sin duda el h a b é r -
mine Domini Jcsu. Tune dos en el nombre del Scfior sele dado el nombre de confirmación. Este sacramenlo es
imponebant w a m s super J e s ú s . Entonces ¡raponian las el que confiere aquella fortaleza que viene de lo alio, que
Utos, et accipiebanl Spiri- manos sobre ellos, y recibian el Salvador prometió á sus discípulos, y de la que fueron
tum Sanctum. el Espíritu Sanio. revestidos los apóstoles el dia d é l a descensión del Espírilu
Cuando san Felipe fuéá predicar á Jesucristo á Sama- Santo. La mudanza maravillosa que se hizo en ellos , se
ria , no habia sido aun anunciado el Evangelio á los gen- renueva en todos los que reciben el mismo don del cielo.
liles. El primero que les predicó la fé en Cesárea fué san La Iglesia ve en ella la conlinuacion de los verdaderos
I'edro. Y san Lucas asegura que los que fueron dispersos fieles. ¿Somos noso'ros de esle n ú m e r o ? Consultemos
predicaron, s í , la fé en todas parles, pero solo á los j u - nuestra generosidad, nuestra fidelidad en materia de re-
d í o s : « Nisi solis judaíis. » Mas los samaritanos aunque ligión : consultemos nuestra fé, nuestra devoción, nues-
separados de los judíos en hábitos y en religión no eran tro zelo ; ¡de cuántos se puede decir «han sido solo bau-
mirados como gentiles. Esperaban el Mesías, se tenían por tizados , pero no ha descendido todavía sobre ellos el Es-
descendientes de Abrabam y de Jacob, admitían la c i r - píritu S a n t o ! »
cuncisíon, y leían las Escrituras , y por lodo esto no eran
considerados como genliles.» E l Evangelio de la misa es tomado del de san Juan, capi-
tulo 10.
REFLEXIONES. I n illo tempore : Dixil En aquel tiempo dijo J e s ú s
«Les imponían las manos, y recibian ol Espíritu San- Jesús pharisceis : Amen, á los fariseos : En verdad, en
io.» Ninguna cosa demuestra mejor la necesidad del sa- amen dico vobis : qui non verdad os digo : el que no en-
cramento de la contíi macion ni su escelencia que este he- intrat per osliuni in ovile tra por la puerta en el redil,
cho. ¿ Q u é debe, pues, pensarse de aquellos que descui- ovium, sed asrendü aliun- sino que sube por otro paraje,
dan elrecihir este sacramento? ¿ y será perdonable la de> Ule[ur cst et lalro. Qui es un salteador y un ladrón ;
negligencia de los padres en este punto ? Se estraña el aulcm intrat per ostium, mas el que entra por la puerta,
desarreglo de las costumbres , la licencia de los j ó v e n e s , pastor est ovium. Huic ese es el pastor de las ovejas.
ia flojedad que se nota en el servicio de Dios; a d m í r a s e el ostiarius aperit, el oves A esle es á quien el portero le
ver tan poca fé en la tierra, el ver que esta luz pura se vocemejus audiunl, etpro- abre, y las ovejas oyen su voz.
eslingue en la mayor parte de los cristianos. ¿ S e ha r e - prias oves vocal nomina- Llama á sus propias ovejas ca-
cibido el Espíritu Santo? ¿Cuántas gentes mueren sin ha- íim, et educit eas. Et cum da una por su n o m b r é , y las
ber recibido el sacramento de la conürmacion ? ¿ y c u á n - prúprias oves emiserü, hace salir. ¥ cuando ha hecho
tas mas todavía de las que le han recibido tienen cuida- ante eas v a d ü : el oves salir á sus propias ovejas mar-
do de conservar sus frutos, que son los dones del Espírilu illumsequnlur, quia sciunt cha delante deellas, y las ove-
Santo, y una abundancia de gracias que se hace sentir vocem cjus. Aliemm au- jas le siguen, porque conocen
siempre en aquellos que no ponen obstáculo á ellas, y lem non sequuntur, sed su voz. Pero al pastor que no
que renuevan su memoria de tiempo en tiempo? Todo fuqiuul ab co : quia non es propio no le siguen, sino
cristiano debe crecer espiritualmenle, debe aspirar á la vovcriinlvoceinaiiaiorum. que huyen, porque no cono-
perfección de la religión crisliona ; luego está obligado á Hoc proverbium d i x i l eis cen la voz de los que no son
ser confirmado con el santo crisma, que es el que da esle Jesús. l i l i a u t m noncog- sus pastores. Díjoles Jesús esta
acrecentamiento y osla perfección. Luego no hay nadie noverunt quid loquerelur p a r á b o l a , pero ellos no c o m -
que pueda dispensarse de esta primera obligación. Por- eis. D i x i l ergo eis iterum prendieron lo que Ies decía.
que así como uno de los fines de la naturaleza es que l o - Jesús : Amen, amen dico Por esto volvió á decirles : En
dos los niños que nacen, crezcan y lleguen á una edad vobis : quia ego sum os- verdad , en verdad os digo,
perfecta, noobstante que no lodos lleguen siempre á e ü a ; lium ovium. Omnes quol- que yo soy la puerta del redil :
del mismo modo , dice el Catecismo del concibo de Tren- quot venerunb, (ares sunt lodos los que han venido son
t o , el designio de la Iglesia nuestra común madre es que et latrones : et non audic- salteadores y ladrones , y las
la gracia que hace al hombre cristiano, se perfeccione en r u n l eos oves. Ego sum ovejas no les han escuchado.
losquo ha reengendrado por el bautismo. Como, pues, ostium. Per me si quis i n - Yo soy la puerta ; si alguno
oslo no se hace sino por el sacramento de la confirmación, troicrií, sahabitur : et i n - entra por mí, se s a l v a r á ; c u -
DE PENTECOSTES. 433
g m ü e l u r , el egredietur, el si mientras que los otros tenían oí don de lenguas y er:-
I r a n í , saldrá y hallará lo? pas-
pascua irweniet. Fur non tos. El ladrón no viene sino lendian á lodos los pueblos d é l a s diferentes naciones que
vemit nisi MÍ furetur, et para robar, para degollar y allí había , y eran igualmente entendidos de ellos, hubie-
mactet el perdal. Ego m d para hacer eslragos. Yo he sen permanecido mudos y no hubieran podido hacerse e n -
utvitam habeant, clabun- venido á (in de que tengan la tender? ¿ S i cuando los apóstoles mudados, por decirlo
daiitius habeant. vida, y de que la tengan abun- a s í , en otros hombres, predicaban á Jesucrislo con lanía
dan le mente. inlrepidez, ellos hubieran tenido miedo de manifestarse y
no hubiesen tenido un valor semejante? en fin, ¿ s i lan
MEDITACION. cobardes y lan imperfectos como antes se hubiesen ocul-
tado y no hubiesen llevado después una vida mas regular
Sobre los dones y los [rulos del Espirilu Sanio.
ni mas fervorosa que la que habían tenido antes de Pente-
PUXTO PIUMEIIO.—Considera que el Espíritu Santo es la costés ? ¡ Uuen Dios! ¡ cuánto debe eslremecernos esta r e -
fuente de todos los dones celestiales ; no hay pues que flexión á vista de nueslra poca devoción ! Si después do
admirarse si los que le reciben están llenos de ellos. No eslas grandes solemnidades; si después de todas estas
es posible que descienda á una alma, sin que la enriquez- grandes fiestas nos hallamos lan indevotos; si las pasiones
ca con sus dones mas preciosos. Acompáilanlc sus tesoros, no han perdido nada de su vivacidad; si el espirilu del
y asi como el fuego no puede separarse de su luz y de su mundo ejerce siempre sobre nosotros el mismo imperio;
calor, así tampoco el Espíiilu Santo puede venir á un ¿ podemos creer (pío hemos recibido el Espíritu Santo ?
corazón , sin que el alma quede toda iluminada y abrasa- ¿ E s el legitimo Paslor el que ha entrado en el redil? ¿ o í -
da. De aquí aquella claridad, aquella luz pura, aquella mos su voz? ¿ l a seguimos? ¿ l e leñemos por conduclor y
inteligencia lan v i v a , tan eslensa de (pie fueron dolados guia? ¿ Q u é se puede pensar de esas personas lan flojas
lodos los discípulos el dia de Ventéeosles. Aquellos h o m - en el servicio de Dios, tan inclinadas y como arrastrad.is
bres lan groseros, aquellos genios lan materiales y lan l i - al placer, lan poco movidas de las verdades de ntieslra
mitados, aquellos espíritus lan duros y tiin indóciles, so religión, tan débiles en las ocasiones mas insignificantes,
convierten en un instante en oráculos de todo el universo, tan sujetas siempre á los mismos vicios? Sordos á la voz
doctores de las naciones y la luz del mundo. Nada se resis- de Dios y sordos también á la de la conciencia, ¿ d ó n d e
te á su p e n e t r a c i ó n : oscuridad de las profecías, sutilezas están en ellas los frutos del Espíritu Santo? y si este d i v i -
de la sabiduría humana, sofismas de las escuelas, la i m - no Espíritu no ha venido á nuestro corazón en estas fiestas,
penetrabilidad misma del corazón humano; lodose desen- ¿ c u á n d o le recibiremos? ¿ E s posible que no nos asusle
vuelve á su e s p í r i t u , todo cede á ia vivacidad , á la es- un estado tan peligroso, y que se pase toda la vida en
tensiondesus conocimientos. Su sabiduría corresponde una seguridad lan lastimosa ?
á sus luces | no hubo puede ser nunca gentes mas sabias
No permitáis, Salvador divino, que yo permanezca m u -
ni mas eruditas. Su valor no cede ni á su penetración ni á
cho liempo en esle miserable estado. Dadme á conocerlo-
su ciencia. Aquellos hombres tan tímidos, aquellos cora-
do m peligro con tal viveza que no pasen eslas fiestas sis
zones naturalmente cobardes y embrutecidos, no bien han
que esperimento los dulces efectos de vueslra gnicia, y
recibido el Espíritu Sanio, cuando se encuenlran revesti-
que no esté mucho tiempo privado de vuestros dones.
dos de la fortaleza de lo alio y animados de una magna-
JACULATORIAS;—Goncedcdnos, Señor, vuestro Espirilu
nimidad desconocida á todos los pretendidos héroes de la
Santo, y muy pronto quedaré convertido en otro hombre.
hisloria. Intrépidos delante de los tribunales y en medio
(Psalm. 103.)
de los mas grandes peligros, los suplicios mas crueles,
Dadme, Diosmio, la pureza de corazón lan necesaria pa-
el fuego, el hierro, las torturas y los polios , ninguna co-
ra reeihir vuestro Espíritu Sanio y para esperinienlar l o -
sa puede inmutar su ánimo. Su fé es superior á lodos los
dos sus dones, (l'salm. 50.)
artificios del infierno , y su amor á Jesucristo es inallera-
ble é invencible. Los frutos corresponden á estos dones PROPÓSITOS.
maravillosos-, véase la conversión de lodo el universo:
1 línagínansc muchos que todo está hecho con abste-
i q u é de pueblos convertidos á la f é , q u é de naciones b á r -
nerse de toda obra servil duranle las fiestas. Eslo no es
baras conquistadas para Jesucristo, q u é inmenso país so-
masque la menor de nuestras obligaciones en ellas, l i e -
metido al Evangelio! todo esto pueden unos pescadores,'
mos fallado al principal de nuestros deberes, cuando eslas
unos hombres simples, llenos del Espirilu Santo; tales son
grandes solemnidades no producen en nosotros mas qne
los frutos de todos sus dones, y lo mismo deberían ser
una cesación del trabajo. No pasemos pues la de Penlecos-
lodos los fieles; ¿ y q u é es lo que impide que no lo sea-
léssin tener parle en los dones del Espirilu Sanio, sobre
mos?
todo en el don de consejo, de fervor, de ánimo y de for-
PUNTO SEGUNDO.—Considera en qué consiste que noso- taleza. Pertrechémonos contra los artificios del demonio
tros no esperimentemos los mismos efectos y que no r e - en estos tiempos de relajación : cuidemos mucho de que
cibamos los mismos dones, sobre lodo en los dias privile- en lugar de ver acabar con las fiestas nueslra devoción, so
giados en que el Espirilu Santo desciende sobre los fieles. haga cada dia mas generosa y mas ferviente, y estemos
Él no es ménos rico ni ménos liberal; ¿en q u é consiste que alerta mas que nunca contra las tentaciones.
nosotros somos siempre pobres ? ¿ se hubiese pensado í El demonio nada omite después de las mas grandes
y q u é se hubiese dicho, si habiendo descendido el Espí- solemnidades de la Iglesia para hacernos perder lodo el
ritu Santo sobre los fieles que estaban reunidos en-el ce- fruto de ellas. Tomemos hoy una resolución decidida de
n á c u l o , hubiese habido algunos pseluidos de sus dones? ser mas religiosos y mas devotos que lo hemos sido antes
¿ Q u é se hubiera pensado de aijuellos pobres discípulos, de las licslas. Las primeras ocasionas son siempre c i i l i i as,

TOMO I V . 55
434 LA FIESTA
Declarémonoa desde luego por la virlud. Toda condescen- es el fundamento de nuestra religión, el carácter de nues-
denda con el espíritu del inundo es perniciosa al alma. tra profesión, el mas augusto de nuestros misterios. En
Tuda esla octava es una fiesta continuada; arreglemos estas tres palabras, en el nombre del Padre, del Hijo y del
desde este dia todos nuestros ejercicios de religión y .sea- Espíritu Santo, consiste todo el fondo y el tesoro de nues-
mos muy exactos en ellos. No dejemos de visitar lodos los tra creencia. El Salvador del mundo ha constituido en ellas
días por la larde al Santísimo Sacramento, y decir allí las una parte esencial del primero de todos los sacramentos, y
leUmias dula santísima Virgen y el «Yeni, Grcalor.» lia querido que entrasen en la composición de cuasi lodos
los d e m á s . La primitiva Iglesia se servia de eflas c ó m o d o
LA FIESTA ])E LA. SANTÍSIMA TRIMDAD. un sello público y universal para distinguir á los fieles; y
L.v fiesta de la santísima y adorable Trinidad es el fin y para conformarnos con sus sentimientos las colocamos no-
a consumación de todas las íiestas. Gomo el objeto p r i n - sotros al principio de todas nuestras acciones, para quedo
cipal y primitivo de todo el culto que tributamos á Dios este modo sean como otros tantos testimonios del culto que
es la adorable Trinidad , un solo Dios en tres perso- rendimos á la adorable y santísima Trinidad. Así es quo
nas, es evidente que no bay fiestas en la religión cris- en esta fe, dice san Agustín, consideramos como el mas
tiana que no sean verduderamenle fiestas de la santísi- precioso tesoro de la Iglesia; esta fé es la que justifica los
ma Trinidad, puesto que todo lo que se boma en ella, sea pecadores, santifica los justos, bautiza los catecúmenos,
en los santos, sea en Jesucristo mismo en su bumanidad. corona los mártires, consagra los sacerdotes y salva á lodo
no debe servir mas que de medios para bonrar á la santí- el mundo. Creer un solo Dios en tres personas, sin que la
sima Trinidad, y elevarnos á ella como al verdadero y al multiplicidad de las personas multiplique la naturaleza d i -
único término de nuestro culto. vina, la cual es indivisiblemente la misma en las tres, y
. Un solo Dios en tres personas realmente distintas entre sin que la distinción diga ninguna desigualdad en las per-
sí, que no teniendo mas que una misma naturaleza, no fecciones, las cuales son las mismas en las tres personas
tienen tampoco mas que la misma divinidad; cada una es divinas ; esto es lo que creemos, y esta fé es el fundamento
Dios, y no hay mas que un solo Dios en estas tres perso- de toda nuestra esperanza, dicen los Padres, el principio
nas divinas. El Hijo no es el Padre, no obstante que sea de toda la santidad, y según la espresion del concilio de
« n a misma cosa con el Padre. El Espíritu Santo no es ni Trento, el principio y la raiz de nuestra justificación. Este
el Padre ni el Hijo, aunque no sean los tres mas que un es el misterio tan sublime y tan impenetrable á todo en-
nvismo Espíritu Santo, indivisible y simplicisimo. Aunque tendimiento criado, que no debia revelarse sino á los hijos
d Hijo sea tan poderoso como el Padre, y el Espíritu San- de la nueva alianza. Dios, es verdad, se habia.dadoá co-
to tan poderoso y tan sabio como el Padre y el Hijo, todos nocer á los israelitas, pero puede decirse que no les habia
tres juntos no tienen ni mas poder ni mas sabiduría que enseñado mas que su nombre; les habia revelado que era,
tiene uno solo en esta Trinidad adorable; la misma dura- y que era todopoderoso, inmenso, elerno; pero no habia
ción, el mismo poder, la misma inmensidad. La primera una sola criatura que no les pudiese e n s e ñ a r esta verdad,
persona engendra la segunda, sin que por esto tenga so- la cual, por otra parle, estaba como grabada en el alma
bre ella ninguna ventaja, ni rango, ni antigüedad ; la ter- de todos los hombres. Mas el conocimiento de lo que Dios
cera procede de las otras dos, y sin embargo no es de es, esta Trinidad de personas sustancialmcntc unida á la
menor edad que ellas. En el Padre es una perfección el unidad de naturaleza; la generación eterna del Yerbo, la
engendrar; lo es en el Hijo el conspirar con el Padre á la etei Ha procesión del Espíritu Santo, y la identidad de
procesión del Espíritu Santo que procede del Padre y del naturaleza en el Espíritu Santo, en el Hijo y en el Pa-
Hijo: estas dos perfecciones no se hallan en la tercera per- dre ; era no secreto reservado para nn pueblo mas q u e r i -
sona, y sin embargo no es menos perfecta que las otras do todavía; para los discípulos, para los alumnos del Sal-
dos; lodo es igual aquí en perfecciones, en poder, en d i g - vador del mundo. Era necesario también que hubiese ve-
nidad, en escelencia; todo aquí es incomprensible, y por nido el Espíritu Santo á iluminar con su luz divina unos
lo mismo todo es indudable, puesto que si este Ser sobera- entendimientos naturalmente incapaces de llevar su vista
no y supremo, si este Ser increado, inlinito, pudiese ser á tanta altura, y que el nombre sobrenatural de la fé h u -
comprendido por un espíritu tan pequeño, tan limitado biese sometido y reducido á esclavitud el entendimiento
como el nuestro, no seria Dios. ¡ Q u é ! este entendimiento bajo la obediencia de Jesucristo y de su religión.
tan pequeño, cuyos alcances son tan cortos que ignora las Este misterio inefable, este misterio adorable ha sido
cosas mas comunes, y que no puede comprenderse ni á sí revelado, y todo el universo lo ha creído. Por mas incom-
mismo ni la menor de las obras del Criador, ¿ podrá com- prensible que sea á todo entendimiento criado, los judíos,
prender el modo de ser de este Ser infinito, que se apura, jos romanos y los griegos, el Asia, la Europa, la América
por decirlo así, en conocerse á sí mismo? Este misterio es y el África, han abrazado esta f é ; todo el universo ha con-
tanto mas creíble, cuanlo es mas incomprensible. Noso- fesado que no hay mas quo un solo Dios, aunque haya
tros comenzamos v e r d a d e i a m e n t é á conocer alguna cosa tres personas divinas: que el Padre se distingue del Hijo,
de la grandeza de Dios, dice san Aguslin, cuando recono- que el Padre y el Hijo se distinguen del Espíritu Santo,
cemos que tíos es imposible el comprenderlo que es, y su aunque lodos tres tengan la misma divinidad, la misma
juanera de ser. Dios, dice en oti a parte, me ha mandado naturaleza divina. Que lodos tres son sabios, todos tres i n -
creer este misterio incomprensible, pero no me ha permi- mensos, todos tres eternos, y que no obstante no tienen
tido profundwarle; y esta verdad muestra la necesidad de mas que una misma eternidad, una misma inmensidad,
la fé en la religión. una misma s a b i d u r í a : que no solo son igualmente pode-
Un solo Dios en tres personas: tal es el sumario de nues- rosos é igualmente buenos, sino también que no tienen
tra fe, dice el mus celebre de los oradores cristianos i este mas que una misma bondad y un mismo poder : quo á
DE LA SANTISIMA TRINIDAD. 435
lodos Ires les debemos igual obediencia, y que sin embar- becho que no se baya celebrado en la Iglesia una fiesta
go no leñemos mas que un Seíior y un duefio. Que el Pa- particular de la sanlisima Trinidad, no fuese que esta es-
dre no llene principio; que el Hijo es engendrado del Pa- pecial solemnización pareciese una limitación de la fiesta
dre ; que el Padre y el Hijo no engendran al Espíritu San- universal, y se creyese que la celebración continua de la
to, sino que le producen; pero que no obslanle este órden fiesta de la adorable Trinidad estaba sujeta á la revolución
de producción no hay ni primada, ni preeminencia entre anual de las demás fijándola á un dia delerminado.
las divinas personas; que la una no depende de la otra, En efecto, siendo todas las fiestas del año como otras
aun cuando haya una manera diferente de proceder la tantas festividades de la divina Trinidad, puesto que, h a -
de la otra. La unidad de Üios demueslra la unidad del blando con propiedad, Dios solo es el fin principal y el ob-
objeto de nuestro culto. Adorando al Hijo, adoramos al jeto primario de nuestro culto, parecía poco necesario es-
Espíritu Santo y al Padre. Este es el principal artículo de tablecer una fiesta particular, como si se hubiese querido
nuestra creencia, el compendio del mas sublimo y del mas reducir al mismo Dios á la condición de sus santos. Esla
grande de lodos nuestros misterios, y el objeto particular consideración sin duda ha sido la causa de haberse diferido
de la solemne fiesta de este dia. tanto tiempo la iostitucion de esla fiesta particular en la
Esla tiesta es la mas antigua de todas, aim cuando su Iglesia universal. A ta verdad, se la veia establecida en
celebridad particular sea bastante reciente; en todos los muchas iglesias particulares sin que la iglesia romana la
siglos ha sido una fiesta de religión, aunque no haya te- celebrase. El papa Alejandro HI da la razón de eslo cuando
nido una solemnidad determinada, ni oficio particular hasta dice, que la fiesta de la Trinidad se celebraba con diversi-
el siglo xiv en tiempo del papa Juan XXÍI. Desde que hubo dad en muchas iglesias particulares, celebrándola las unas
mundo y criaturas racionales é intelectoales, dice el autor el dia de la octava de Pentecostés, y las otras el domingo
del tratado de las fiestas de la Iglesia, el mundo ba sido que precede inmediatamente al primer domingo de a d -
un templo consagrado á la adorable Trinidad; toda la d u - viento. Pero que la Iglesia romana, que no censuraba por
ración de los tiempos ba sido su tiesta. No hay días en el cierto esta piadosa institución, no tenia dia parlicular para
a ñ o ni hora en el dia en que la iglesia no haya hecho dar celebrarla fiesta d é l a Trinidad,porque la celebraba lodos
testimonio y gloria en todas sus oraciones á la unidad de los dias del a ñ o , no siendo lodo el oficio divino olía cosa
Dios y á la Trinidad de las personas. U;i ordenado aun que un tributo de alabanza y de acción de gracias que pa-
una fórmula de glorificación quese llama de Oxologia, eslo gamos diariamenle á la Trinidad divina, teiniiiiándose t o -
es, el Gloria Palri, para honrar en todos momentos y ce- dos los salmos, lodos los cánticos, lodos los himnos por
lebrar distintamente las personas del Padre, del Hijo, y del esla devota fórmula de oxologia : Gloria sea dada al Padre
Espíritu Santo, y por esta profesión do fé, en forma de glo- y al Hijo y al Espíritu Santo.
rificación, termina todos sus salmos, sus responsorios y Yese en el concilio de Salgunstadl, cerca de Maguncia,
sus himnos. Jamás ha tolerado que ninguno de sus hijos celebrado el ano de 1022, que habia ya entonces «na
ignorase que el misterio de la Tritiidad comienza y termi- misa particular en honor de la santísima Trinidad : Ksló-
na todas sus ceremonias de religión y todas sus oraciones. ban, obispo de Lieja, que vivía en el mismo siglo, com-
El divino sacrificio comienza por esla religiosa invocación, puso un oficio en honor de este misterio, y habiendo sido
y en el nombre de la adorable Trinidad bendice y despide consultado sobre este punió el papa Alejandro I I , contestó
al pueblo el sacerdote. Ninguna bendición se da en la Igle- que según el ordinario del rilo romano no habia dia a l -
sia que no sea por la invocación y en nombre de la s a n t í - guno destinado en particular para celebrar la fiesta de la
sima Trinidad; ninguna ceremonia sagrada se hace que no Trinidad, como ni tampoco la unidad de Dios; porque l o -
sea en honor de estas tres adorables personas; ninguna dos los domingos, todas las fiestas y todos los dias del año
acción cristiana hay que no deba comenzar y concluir por estén principalmente consagrados al culto de unsolo Dios
estos actos de religión, ni tampoco acto alguno de religión en tres personas. No desaprueba el papa esla fiesta p a r t i -
que no sea como consagrado por la memoria y por la ali ibu- cular, solo trata de formar un decreto universal. El aulor
cion á este adorable misterio. Y si es verdad que adoramos dri Mierologio, que vivia en el mismo siglo, dice que el
íi todos los santos con relación á Jesucristo como miembros célebre Alcuino, que florecía en el siglo v m , compuso en
suyos, también lo es que adoramos á esla Trinidad divina el reinado de Cario Magno una misa de la Trinidad para
en el mismo Jesucristo unido sustancialmente, ó mas bien el domingo; una bajo el título de la divina Sabiduría, eslo
uno en sustancia con su Padre y el Espíritu Sanio. Los per- es, del Yerbo, para el lunes, del Espírilu Santo para el
sonas divinas son inseparables las unas do las otras aun martes, de la caridad para el miércoles, de los ángeles
en nuestras devociones y en nuestro culto. Eslas verdades para el jueves, de la cruz para el viernes, y de la sanli-
bastan para hacernos comprender que no hay fiestas en sima Yirgen para el sábado ; lo cual hizo á r uego de san
la religión cristiana que no sean venbuleramonte tiestas do Bonifacio, arzobispo de Maguncia, á fin de que los sacer-
la santísima Trinidad, puesto quo todas las solemnidades dotes de los pueblos nuevamenleconverlidos, poco instrui-
en la Iglesia, la celebración de los misterios, las de las dos en los oficios de la Iglesia, pudiesen mas fácilmente
fiestas en honor de los santos y de la misma Reina de los decir misa todos los dias.
santos, todo no es, según el espíritu de nuestra religión,
Aunque la fiesta parlicular de la santísima Trinidad no
otra cosa que medios para honrar á la santísima Trinidad,
estuviese todavía establecida en todas parles por la auto-
y elevarnos á ella como al verdadero término de todo nues-
ridad de la sania Sede, lo estaba ya sin embargo en m u -
•ro culto. Así es, que puede decirse, que dirigiéndose to-
chas iglesias particulares de Francia y oirás partes. El
das las fiestas del año principalmenlo á honrar á la santísi-
abad Ruperto, que vivia á principios del siglo XIÍ, habla
ma Trinidad, venian á ser como la fiesta general y perpe-
ya de ella como de una fiesta establecida en su tiempo :
tua de ella, y es lo que por espacio de laníos siglos ha
dice también que se celebra inmediatamente después de
43G LA FIESTA -

la HCS'II ÜL1 Pentecostés, porque los apóstoles comenzaron primero para que se le retribuya? Entendimiento huma-
á pretiiear este divino mislerio por lodo el mundo desde no , que no te comprendes á tí mismo, y que te pierdes
luego (¡!ie liubieron recibido el Espíritu Sanio. Mas hasta el cuando intentas comprender la menor, la mas pequeña de
ponliíU üdo de Juan XX1Í, á principios del siglo x i v , la las obras del S e ñ o r , ¿ cómo te atreves á llamar á tu t r i b u -
liesla [nu'licular de la santísima Trinidad , establecida ya nal á l a sabiduría misma de la divina Providencia? Y lo
en la ni;;yor parle de las iglesias particulares, no so hizo que es una insolencia digna del último castigo, ¿cómo te
una tiesta solomne en toda la Iglesia universal, ni se lijó atreves á criticar la conducta impenetrable de sn infinita
por el soberano poniífice al domingo que sigue inmediata- sabiduría ? Humillémonos á vista de la profundidad inson-
menie á la fiesta de Pentecostés, siendo como el fin y la dable de los decretos divinos. Contentémonos con saber
consumación de lodas las fiestas, y como la celebración de que todo es infinito en Dios, que todo en él es infinitamente
todos los misterios. sabio, infinitamente justo, y que si Dios es infinitamente
« Bendita sea la Trinidad santa y la indivisible Unidad : amable, también nos ama infinitamente : si su sabiduría y
cantaremos sus alabanzas, porque nos ha mirado con m i - su ciencia es infinita, lo son también su bondad y su m i -
sericordia. » Por estas piadosas aclamaciones y con este sericordia. Nosotros merecemos, á la verdad, las recom-
corto cántico de alabanzas comienza la misa de este dia. pensas del S e ñ o r ; pero es él el que nos las hace merecer
Como nunca debemos cesar en todos losdias de la vida de por la gracia con que nos previene y con que nos ayuda.
bendecir, alabar y dar gracias á la santísima Trinidad por Solo á favor do sus dones podemos enriquecernos con sus
todos los beneficios que de ella recibimos en lodos los mo- recompensas. Corona sus propios dones, cuando corona
mentos, la Iglesia nos da una fórmula para ello en este i n - nuestros méritos. Si nos recompensa por justicia, es des-
troito. Este cántico, en algún modo, está sacado del capi- pués de habernos prevenido por pura misericordia; y á lo
tulo 12 del libro de Tobías. « Bendecid al Dios del cielo, y único á que deben limitarse nuestras curiosas y pobres i n -
gloriíicadle delante de los hombres, » dice el ángel Ra- vestigaciones en orden á los secretos impenetrables do la
fael á aquel santo hombre, después de haberle vuelto á su Providencia, es á vivir persuadidos que si no hay km san-
to en el cielo que no reconozca por toda la eternidad que
hijo; « bendecid al Dios del cielo, porque ha hecho brillar
debe su salvación á la misericordia divina, no habrá t a m -
con vosolros su misericordia. »
poco un réprobo en el infierno que no confiese eternamen-
« Señor, soberano dueño nuestro, qué grande sois,
te que él mismo ha sido el artífice de su reprobación. Con-
q u é inmenso y superior á todos nuestros pensamientos 1
cluyamos con el Apóstol que solo Dios es el omnipotente y
¡ q u ¿ admirable aparece en toda la tierra la gloria de
el principio y fin de todas las cosas; que solo él es infini-
vuestro nombre! » Por este entusiasmo y este trasporte de
tamente bueno, infinitamente justo, infinitamente ilustra-
admiración comienza y concluye David el salmo 8, en e'
do, infinitamente sabio. Que nosotros no somos por noso-
cual alaba la grandeza de Dios, su poder, su misericordia
tros mismos mas que flaqueza, tinieblas, nada. « Sea,
y su bondad con nosotros, lo cuai conviene perfectamente
pues , á Dios la gloria en todos los siglos.» ; Qué pobre-
á la celebridad de esta fiesta.
za, q u é imbecilidad querer, por decirlo así, que Dios nos
Por Epístola se lee hoy el lugar en que san Pablo esori-
dé razón de sus secretos, de sus misterios, y , si se permite
bivndo á los romanos, esclama, á vista del abismo y de la
decirlo así, de su divinidad I
profundidad de los tesoros de la sabiduría, de la ciencia y
de las perfecciones infinitas de Dios : ¡ Gran Dios, « q u é El asunto del Evangelio de este dia está tomado del ú l -
incomprensibles son vuestros juicios, y qué superiores á timo discurso que Jesucristo hizo á sus apóstoles, antes
cuanto puede penetrarse son vuestros caminos! » El m o - •de dejarlos para subir al cielo, y por el cual concluye san
tivo do la admiración que manifiesta aquí el Apóstol, dice Mateo su sagrada historia.
un sabio intérprete, es la conducta impenetrable de mise- Estando ya el Salvador á punto do subir al cielo, reunió
ricordia y de justicia que Dios ha observado con respecto á sus apóstoles y discípulos sobre el monte Olívete para
á los judíos y á los gentiles, haciendo servir la increduli- que fuesen testigos de su gloriosa ascensión, y comuni-
dad de los unos á la vocación do los otros, y la vocación carles la misión. «Se me ha dado, les dice, todo poder en
de estos al arrepentimiento y la conversión de aquellos," el cielo y on la tierra.» Habla aquí Jesucristo principal-
no llamando ni salvando á nadie sino por misericordia, ni mente del poder que tenia en cualidad de Mesías para el
desechando ni condenando á ninguno sino con justicia ; gobierno de su reino espiritual y de la Iglesia, cuyo poder
disponiendo de la] modo las cosas que todo se ve concur- en toda su estension no lo ejerció propiamente hasta des-
r i r al cumplimiento de sus designios y á la manifestación pués de sn resurrección. En virtud de este poder soberano,
de sus atributos. Los tesoros de la sabiduría y de la cien- continúa el Salvador, «os envió como mi Padre me ha e n -
cia indican el conocimiento perfecto é infinilo que Dios viado. I d , pues, por lodo el mundo; andad y predicad mi
tiene de todo lo que sucede á los elegidos, á los réprobos, Evangelio á todos los pueblos de la tierra,» sin escepcion
y la sabiduría con que dispone, conduce y gobierna todas de nación alguna. Ninguno debe ya mirarse como cstran-
ias cosas para bien de sus elegidos y para gloria suya. El j e r o , á ninguno escluyo de mi redil. Habiendo dado m i
entendimiento humano se pierde en esta admirable eco- sangre y habiendo muerto por todos los hombres, lodos
nomía de la sabiduría y de In providencia divina. Dios nos deben tener parte en el beneficio de Ja redención. «Andad,
oculía los secretos resortes de su conducta en todo admi- predicad mi Evangelio por todo el universo; vuestra m i -
sión se estiende á toda la tierra. Instruid á todos los pue-
rable ; pero seguros de que está llena de misericordia y que
blos en todo lo que no pueden ignorar sin ser escluidos
la proporciona á n u e s t r a s n e c e s i d a d e s , ¿ q u e r r í a m o s que la
para siempre d é l a bienaventuranza eterna: luego quo
proporcionase á la flaqueza de nuestras ideas? « Porque
los h a y á i s instruido, «baulizadlos en el nombre del Padre,
¿quién lia penetrado los pensamientos del S e ñ o r ? ¿ ó quién
del Hijo y del Espíritu Santo.» Vosotros sabéis lo que yo
lia . ido consejero suyo? ¿ ó quién es el que le ha dado
DE LA SANTISIMA TRINIDAD.
os he ensefíado: oslo mismo es lo que debéis enseriarles, dedil i l l i , et retribuetnr ei? consejero? ¿6 quién es el que
y lo que ellos deben practicar para ser eternamente dicho- Quoniam ex ipso , et per lo ha dado á él primero para
sos. «Contad con que yo estoy con vosotros hasta la con- ipsum, el i n ipso sunl om- que se le retribuya? Porque
sumación de los siglos.» La misión délos apóstoles, l i m i - nia : ipsi honor et gloria todas las cosas son de él, y por
tada hasta entonces al pueblo judío, está aquí estendida á m sécula. Amen. él, y en él; á él sea el honor y
todas las naciones. Notase que no obstante que los apósto- la gloria en lodos los siglos.
les recibieron entonces la orden de ir á predicar el Evan- Amen.
gelio á lodos los pueblos del mundo, á los paganos como Habiendo referido san Pahio como Dios por una elec-
tu los j u d í o s , creyeron sin embargo, que aun por algún ción gratuita ha reservado algunos de los judíos para sal-
tiempo no debian predicar mas que en la Judea. El Espí- varlos por la fó en Jesucristo, dejando á los d e m á s , se-
ritu Santo, que les condncia, era el que les inspiraba esta gún la predicción do los profetas, en la ceguera á causa
deferencia. Espera ron á que Dios les determioase por alguna de su incredulidad, y poniendo en su lugar á los gentiles
señal estraordinaria, que efectivamente se verificó descen- por una bondad gratuita, esclama; ¡O q u é incomprensi-
diendo visiblemente el Espíritu Santo sobre el centurión bles son ios secretos de la divina sabiduríai
Cornelio. «Contad con que yo estoy con vosotros hasta la
consumación de los siglos.» Estas palabras son una p r o - REFLEXIONES.
mesa bien espresada de la perpetuidad de la Iglesia. Je- «iO profundidad de los tesoros de. la sabiduría y de la
sucristo por ella se obliga á ser siempre su cabeza invisi- ciencia de Dios!» Todo es profundidad de los tesoros d é l a
ble, y á dar á los apóstoles y á sus sucesores todos los a u - sabiduría y de la ciencia de Dios, a todo entendimiento
xilios necesarios para el cumplimiento de su ministerio. humano, en los misterios de nuestra religión. La Iglesia
Todas las sectas heréticas se han estinguido las unas des- nos obliga á creer que hay tres personas en solo un Dios.
PIIBS de las otras, y la Iglesia católica ha hecho frente á Es esta una verdad incomprensible, yo convengo en ello,
todas; ella las ha visto nacer, y las ha visto m o r i r á todas. dice un gran siervo de Dios; pero porque sea incompren-
Ninguna ha sobrevivido, en ninguna manera, á su autor; sible, ¿es por eso menos creíble, deja por eso de ser una
ninguna hay que no haya sido alterada en la mayor parlo verdad? ¿No es por el contrario visible que Dios lieue
de sus puntos esenciales, que no haya variado después de una manera de ser del todo diferente que la de las c r i a -
la muerte del heresiarca. Les costaría mucho trabajo á turas, é infinitamente elevada sobre todas nuestras con-
Wiclef, á Lutoro y Calvino el reconocer hoy SH obra. Uno cepciones? ¿Qué Dios seria el nuestro, si no fuese, 6 no
ó dos aíios después de la muerte de Lulero se contaban tuviese mas que lo que nosotros pudiésemos comprender?
ya mas de ciento y diez variaciones hechas en su secta. ¿ y si su esencia infinita y su modo de ser fuesen tan l i m i -
Solo la Iglesia católica apostólica romana, la Iglesia de tados como nuestro entendimiento? Los mislerios de la
Jesucristo, fundada sobre la piedra angular, estoes, sobre Trinidad, de la Encarnación del Yerbo, de la Redención
Jesucristo, es incontrastable ó invariable. Este el efecto de son incomprensibles al entendimiento humano, y por esto
la promesa qtie su Esposo la habia hecho de estar con ella mismo son mas creíbles. La sola razón humana me dice
hasta el im do los siglos, y sin la que no hubiera podido que debe haber tanta distancia entre el modo de ser de
mónos de sucumbir. un Dios y nuestro gonio , cuanta es la que hay e n -
tre la criatura y el Criador. ¿Y hay alguna cosa en Dios
l a oración de la misa de este dia es corno sigue : que no sea superior á nuestro alcance? i Podemos c o m -
Omnipotens sempiterne O Dios omnipotente y eter- prender cómo llena todos los lugares, siendo indivisible?
Deas, qui dedisli fnmulis no , que disteis á conocer á ¿de q u é modo son presentes para él el tiempo pasado y el
luis i n confessioneverce f i - vuestros siervos por medio de futuro? ¿ y cómo ha hecho todas las cosas de la nada? Él
dei, aiternm Trinitülis g l o - la luz de vuestra fó la gloria da todo el movimiento á todo lo que se mueve, y sin
r i a m agnoscere, el i n p o - de la eterna Trinidad, y que embargo es ínmutiible; él abraza en sí una justicia
lentia majeatalis adorare adorasen en ella la unidad de infinita con una infinita misericordia. Sufre mil desórde-
nnilatem t qua'sumws , wt vuestra naturaleza soberana; nes en el mundo, que en nadie mas que en él consiste el
fjusdrm fidd firmimtc, ab haced nos firmes en esta mis- impedirlos, y con todo eso no puede gobernarse con m a -
onmilms semper munia- ma fé, á fin de que permanez- yor sabiduría. ¿Eslrailaremos si el Ser de Dios encierra
imtr adversis. Per Dotni- ca tnos incontrastables en todos cosas q u e á nuestro pequeño talento le parecen tan opues-
num nostrum... los males y accidentes de la tas, puesto que sus mismos juicios son tan impenetra-
vida. Por nuestro Sefior Jesu- bles y tan profundos que el genio mas privilegiado def
cristo, etc. mundo se pierde en ellos? ¿Hemos comprendido j a m á s
cómo siendo omnipotente, y teniendo una voluntad sin-
La Epístola e s l i sacada de la que escribió san Pablo á ios cera de s a l v a r á lodos los hombres, y habiendo muerta
romanos, cap. 41. generalmente por todos, se condenan sin embargo tantos?
O allitudo diviliarum ¡O profundidad d é l o s teso- ¿Hemos comprendido nunca por qué Dios permite que un
sapimicp el scicniicp. m i l ros de la sabiduría y de la santo caiga y se condene, al mismo tiempo que levanta á
quam mcomprehensibilia ciencia de Dios! tcuán incom- un. pecador y le salva? ¿por q u é ántes de todos los s i -
suni judieiaejus, el inres- prensibles son sus juicios, y glos ha resuello iluminar á ciertos pueblos, y dejar i \
lignbiles vice ejus! Quis cuán invesligabies sus cami- otros en las tinieblas? ¿ por q u é convierte naciones b á r -
cnim cognovit scmvm l)o- nos! Porque ¿quién ha pene- baras que estaban sepultadas en el paganismo , mienlras.
}«iní? Autquis consiliarius trado los pensamientos del que permito que pueblos enteros, que oslaban en el seno
fjus fuit t A:\il quis prior Seuor ? ¿ ó quién ha sido su de la Iglesia, salgan de ella y se entreguen á lodo g $ i
i 38 LA FESTIVIDAD
nero do errores? ¿Tía habido Jamós enlendimienlo lan sulfl, yo os comprendiese, Dios mk), no seríais ya ío que sora, ó
tan penelraute, que no se haya perdido en la considera- no seria yo ya lo que soy. Pero no comprendiéndoos reco-
clon de lodos estos misterios, si ha sido tan temerario nozco que sois mi Dios y que yo soy vuestra criatura. En
que haya querido profundizarlos? ¿No nos vernos, pues, efecto, lodo es y lodo debe ser incomprensible en Dios. Y
ya precisados á vista de una conducta tan misteriosa á para hablar con propiedad, como dice san Agustín, lo
cerrar los ojos, renunciar á todas nuestras débiles luces, único que podemos conocer de Dios es esta cualidad de
confesar nuestra ignorancia y esclamar con san Pablo: incomprensible. Ahora bien, ningún misterio hay de la r e -
«¡O profundidad de los tesoros do la sabiduría y de la ligión cristiana en que se deje ver mejor esta incompren-
ciencia de Dios! ¡cuán incomprensibles son sus juicios, y sibilidad que en el de la Trinidad, y por esto los profetas
cuán invesligables sus caminos!» Dudar de la verdad de que han tenido las primeras revelaciones acerca de él le
uno solo de nuestros misterios porque es incomprensible, han dado siempre este carácter, representándonosle unas
es dudar de todos los d e m á s , puesto que ninguno hay que veces como una luz inaccesible, otras como una oscuridad
nuestro entendimiento pueda comprender. ]Buen Dios, y impenetrable, y otros como un abismosin fondo, para s i g -
cómo prueba evidentemente la necesidad de la f é , la niliearnos que la unidad de Dios en la Trinidad de las per-
misma incomprensibilidad de todos nuestros misteriosí sonas divinas, es el gran misterio de la incomprensibilidad
do Dios; y por consiguiente puede decirse que el misterio
E l Evangelio de la misa de esle dia es lomado del que escri- de la Trinidad es el mas fácil de concebir y de creer, y que
bió san Maleo, cap. 28. es lambfen en el que nuestra fé rinde mas honor á Dios
In illo lemporc : Dixil En aquel tiempo dijo Jesús por el sacriíicio que le hace de toda nuestra razón, y aun
Jesús discipulis svis : Da- á sus discípulos : Se me ha nuestra razón misma nos conduce á hacerle este saci ificio.
ta esl mihi omnis poleslas dado lodo poder en el cielo y Nó, Dios mió, no son velos sombríos los que os ocultan á
i n calo el i n tena. Eunles en la l i e n a . Andad, pues, en- mis ojos, es vuestra luz brillantísima; y como la misma
ergo, docete omnes gentes, seflad á todas las naciones. luz del sol es la que me deslumhra cuando quiero m i -
haplizanles eos in nomine Baulizadlas en el nombre del larle de hito en hilo, así como quiero considerar vuestra
Patria, el F i l i i , el Spirilus Padre, del Hijo y del Espíritu divina esencia, no es menester para que os ocultéis á mi
Sancti : docentes eos ser- Sanio , y eiiseñadics á obser- mas que vos mismo. Yo os creo, ó inefable Trinidad; yo
vare omnia qumcumque var todas las cosas que os he os adoro; yo os amo. Este misterio es el motivo d é l a a d -
miración, de la alegría y de la felicidad do todos los bie-
manduvi vobis. El ecce ego prescrito. Y contad con que j o
navenlurados en la patria celestial; él será- también el o b -
robiscum sum ómnibus estoy con vosotros en todos
jeto de mi culto y de mi amor en esle lugar de deslierro.
diebus, usque ad consum- tiempos hasta la consumación
malionem seculi. de los siglos. PUNTO SEGUNDO.—Considera qae es muy singular en
nuestra religión el que cuando se nos instruye en el cris-
MEDITACION. tianismo y se nos dan los primeros elementos de la Jé,
se comienza por lo mas elevado de ella y mas difícil de
Sobre el misterio del dia.
creer, que es el misterio inefable de la Trinidad. En las
PcxTOi'tiiMRRO.—Considera que cuanto mas incompren- ciencias humanas al principio se enserian las cosas mas
sible es á nuestro entendimiento el misterio de la T r i n i - comunes y mas fáciles do comprender; pero cuando se
dad, Umlo mas indudable es. Un solo Dios en tres perso- trata de la ciencia de un cristiano, la primera lección es
nas, realmente distintas, y tres personas en un solo Dios. el compendio de todas las oscuridades que se encuentran
Unidad de naturaleza, Trinidad de personas. Padre, Hijo en ella; es menester, por decirlo así, que la fé haga su
y Espíritu Santo. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espí- ensayo por su obra maestra, esto es, por saber y confe-
ritu Santo es Dios, y no hay mas que un solo Dios, una sar el adorable misterio d é la Trinidad. Hay irn solo Dios
misma divinidad, una misma majestad, una misma inmen- en tres personas; esta es la primera verdad que se enseña
sidad, una misma eternidad, un mismo poder, una misma en la escuela cristiana, porque la fé de las tres personas
esencia. De tal modo, no obstante, que el Padre no es el divinases el fundamento de toda mioslra esperanza, la
Hijo, el Hijo no es el Padre, y el Espíritu Santo no es el Pa- fncnle de todos nuestros m é r i t o s , el principio de toda
dre ni el Hijo. He aquí el objeto de nuestra fé. De todos los nuestra santidad, y como se esplica el concilio de Trenlor
misterios de nuestra fé, ninguno hay que sea mas incom- el principio y la raizdetodala justificación de los hombres.
prensible al hombre que el misterio de la Trinidad; n i n - Por esto la fórmula de la f é q u e pronunciamos confesando
guno que mas sobrepuje á nuestra razoo, y ninguno sin la Trinidad y que está concebida en estos términos: en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíriiu Santo, es tan
embargo que contente mas nuestra razón, la cual me dice
santa, lan augusta y tan venerable en nuestra religión,
que la esencia de Dios debe ser incomprensible, y que es
Hé aquí p o r q u é , según la institución de Jesucristo, entra
cierto que nosotros no formamos j a m á s idea mas alta ni
en cuasi lodos los sacramentos de la ley de gracia; en el
mas digna de la grandeza de Dios, que cuando confesa-
nombre de las tres divinas personas recibimos la bendi-
mos que es incomprensible á todo entendimiento criado,
ción de los sacerdotes, de los pastores, do los prelados, y
Nó, Dios mió, yo no os comprendo ni soy capaz de c o m -
en el mismo debemos comenzar y concluir todas nuestras
prenderos. Aun cuando yo agotara todas las fuerzas y t o -
obras y nuestras oraciones, para enseñarnos que no hay
das las potencias de mi alma; aun cuando empleara todas
gracia, no hay salud, no hay justificación sino por la fé de
las de los ángeles y de todos ios espíritus mas perfectos
este inefable misterio. Por eslo el sacerdote, en ios últimos
que podéis criar; aun cuando yo os viese lan perfectamente
momentos de nuestra vida, viene á sostener el alma c r i s -
como los bienaventurados y como la misma humanidad de
tiana en el nombro de la santísima Trinidad; y tratando do
Jesucristo; nó, Señor, yo no os comprenderia j a m á s . Si
DEL SS. SACRAMENTO. 439
animarla para qno vaya á comparecer delanlc de Dios. la lumna no tenia otro ejercicio mas continuo que esto. Si
dice: Parte, alma crisliana, en el nombre del l'adroque le todas las veces que hemos pronunciado estas venerables
lia criado, en el nombre del Hijo que te ba rescatado, en el palabras: Gloria al Padre, al Hijo y al Espírilu Santo; en
nombre del Espíritu Santo que le ba santiíicado. Nombres el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Sanio, lo h u -
ouuiipoteníes para poner en fuga á las legiones inferna- biésemos hecho con el mismo respeto y la misma devo-
les, para hacer inútiles todos sus esfuerzos, y para atraer ción que aquel sanio anacoreta, ¡cuántos mérilos h u b i é r a -
sobre nosotros en aquel tránsito tan peligroso las g r a - mos adquirido delante de Dios! No descuidéis, pues, esta
cias y auxilios del cielo quetanto necesitamos, i Qué pie- santa práclica. No pronunciéis j a m á s los nombres de eslas
dad no debemos tener con la adorable Trinidad! jcon c u á n - adorables personas sino con un religioso respeto, y cuan-
ta frecuencia debemos invocarla! ¡ y cuál debe ser el culto tas veces hiciereis la señal de la cruz hacedla con atención.
que la.demos! ¡ Ah Señor, esclama el sacerdote pidiendo Y puesto que este acto de religión es nuestra profesión do
por un moribundo. Dios vivol Verdades que imploro fé, ¿deberá hacerse sin reverencia?
vuestra clemencia en favor de un pecador; pero vos sa-
béis, Dios de misericordia, que por mas pecador que sea,
LA FESTIVIDAD DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO,
lia confesado vuestra augusta Trinidad; ha reconocido el
Padre, el Uijo, y el Espíritu Santo, y se ha interesado en COMUNMENTE LLAMADA
la gloria de estas tres divinas personas. ¡ Qué consuelo
entonces para un moribundo el haber confesado, adorado,
LA FIESTA M DIOS;
amado esta Trinidad adorable!
Ó SOLEMNISIMA FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISU.
Yo tengo, Señor un verdadero sentimiento do haber
tenido hasta aquí tan poca tlevocion, tan poco zelo por este
gran mislerio: mi culto, mi confianza y mi amor, con el La festividad del Santísimo Sacramento del aliar ó de la
auxilio de vuestra gracia, van á ser de boy mas la prueba Eucaristía, no solo es la mas brillante, la mas pomposa y
de mi fé. una de las mas célebres entre todas las solemnidades, sino
jAOTLATORfAS.—Gloria al Padre, al Uijo, y al Espírilu que también es la mas antigua y la primera de todas las
Santo. (La Iglesia.) fiestas de la Iglesia. Todas las d e m á s , al menos las mas
Uendigamos sin cesar al Padre, al Hijo, y al Espírilu solemnes, son de institución apostólica; mas esta ha sido
Santo. (Ibid.) instituida por el mismo Jesucristo en la ñltinia cena la v í s -
pera de su pasión. Su institución es la misma que la del
PROPÓSITO. divino sacrificio, y puede decirse que el precepto que i n -
1 No hay costumbre mas santa n i mas religiosa que timó el Salvador á sus apóstoles y en su persona á toda la
la de poner al fíenle de todas nuestras obras esla augusta Iglesia deque hiciesen en memoria suya lo que él acaba-
profesión de fé: en el nombre del Padre, del Hijo, y del ba de hacer, ha hecho la fiesta de la cena del Señor y del
Espírilu Sanio, haciendo sobre nosotros la señal de Ja cruz, Santísimo Sacrainenlo tan antigua como la misma Iglesia.
para no emprender ni ejecutar nada que no sea en virtud Por ella ha comenzado la Igleíia; su nacimiento dala on la
de estos dos grandes misterios sobre los cuales gira toda institución y la celebración de este divino sacrificio, de
tmeslra religión, la santísima Trinidad y en seguida la Ke- donde ba seguido la comunión de losíieles, reunidos p a -
dencion, por la Encarnación del Verbo; práclica que senos ra la fracción del pan o lasuncion del cuerpo de Jesucris-
ha trasmitid-o de los apóstoles cuya tradición es constante, to y para la oración. Sin sacrificio no hay religión, no hay
de, la que ninguno de los fieles se ha dispensado j a m á s . Iglesia, hiede también decirse que la fiesta de la Eucaris-
iGon qué espírilu de religión, con q u é devoción y q u é res- tía ha sido perpelua en la Iglesia, lo mismo que la de la
pelo debe guardarse esla santa práclica! ¡qué falla es sanlísima Trinidad, y que no ha h;ibido día en que no se
el no observarla sino con indiferaicw y aun el descuidar- la haya celebrado. I'oi que así como la santísima Trinidad
la! No liay acto de religión que sea mas ordinario; pero es el objeto esencial y primilívo de nuestro culto en todas
tampoco ninguno ordinariamente mas irreligiosamente las solemnidades de nuestra religión, así también la Euca-
observado. Diríase muchas veces que se hace la señal de ristía es el sacrificio perpetuo y el culto mas sanio que se
la cruz por irrisión. Un geslo irregular de la mano, pura- da á Dios en todas las fiestas. Y eála « s la razón por que
mente de motwda, es en lo que ha degenarado el dia de se ha tardado tanto tiempo en establecer en la Iglesia una
boyuna práctica tan sania y tan religiosa. Llorad en la fiesta particular para celebrar estos dos grandes misterios,
presencia de Dios si sois culpables de esla irreligión, y habiendo sido todos los dias del año la fiesta de la s a n l í s i -
resolveos á no haocr j a m á s la señal de la cruz sino coa ma Trinidad que se adoraba, y la de la divina Eucarislía
respeto, ni pronunciar j a m á s los nombres sagrados de las por la cual se la adora.
tres divinas personas sino con una devoción respetuosa De aquí es que en ios primeros dias de la Iglesia, lodos
que sea una prueba <le vueslra religión y de vuestra fé. los dias del a ñ o , dicen los Padres, eran considerados por
Tened una tierna y conslanle devoción á Id* santísima los fieles como dias de fiesta, pues que todos comulgaban
Trinidad. No ceséis, á ejemplo de la iglesia, de repetir en ellos; y por tanto, según Teiiuliuno, san Crisóstomo y
este sagrado versículo: Gloria al Padre, al Hijo y al Espí- san Isidoro, todos los dias se han llamado ferias en la
r i l u Santo; porque no podemos decir cosa atgumi que le Iglesia. San Jusüuo dice que en todas las fiestas de los
sea mas agradable á Dios, ni otra que sea mas á propósito primeros cristianos cuasi toda la solemnidad consislia en
para ganarle el corazón, que esla afectuosa plegaria que la celebración de la misa y en la comunión; cada dia era
tiene mas virtud y fortaleza, por decirlo a s í , para santifi- una fiesta, y no había fiesta, por decirlo así, que no fuese
carnos que todas las d e m á s . San Simeón Stylila en su co- la fiesta del Santísimo Sacramenlo. El divino sacrificio
440 LA FESTIVIDAD
que se ofrecía hecia entonces, romo lo hace todavía hoy, cuidaban del hospital que acababa do edificarse al pié de
el fondo y como la principal celebridad de todas las Des- la montaña. Esta alma inocente, prevenida casi desde la
tas. Celébresela tiesta de los mártires ó do los otros san- cuna por las mas dulces bendiciones del Señor, hizo en
tos, dice san Crisóstomo. celébrese cualquiera otra fiisla, poco tiempo tan grandes progresos en la virtud, que llegó
el viernes, el sábado ó el domingo, siempre es el mismo á ser la admiración de su siglo. Era difícil encontrar una
sacrilicio el que se ofrece; siempre es la misma victima humildad mas profunda con un mérito tan raro; ni una
sagrada la que se inmola, siempre es el divino saci iticio el inocencia mas perfecta con las austeridades mas rigurosas.
que hace ta principal solemnidad deldia. Dislínguense á El amor del retiro y de la vida oscura fué siempre su pa-
la verdad, añade eslePadre, las grandes fiestas por la mag- sión dominante, y las comunicai iones íntimas que tenia
nificencia y la riqueia de los ornamentos con que en con Diosen la oración, la proporcionaban lodos los dias los
ellos están decoradas nuestras iglesias, y por la mullilnd mayores contentos: parecía haber nacido con ella la ter-
cstraordinaria del pueblo que se reuneen ellas con regoci- nura hacia la santísima Virgen; pero su virtud favorita,
j o ; pero en el fondo lo que hace toda su celebridad, su dig- y que formó siempre su carácter distintivo, fué una devo-
nidad, su regocijo, es el divino sacrificio que se ofrece ción estraordinaria al Santísimo Sacramento. El sacrificio
«mellas. El Santísimo Sacramento del aliar es el tesoro de la misa abrasaba de tal modo su corazón en el fuego
que se llamaba en la primitiva Iglesia el soberano bien de del divino amor, y hacia una impresión tan viva en su es-
la vida presente, en quien encontramos lodos los bienes; y píritu, que j a m á s asistía á él que no permaneciese lodo el
como la posesión del soberano bien es lo que hace en el tiempo que duraba en una especie de estasis. Cada comu-
cielo una fiesta eterna, asi también la posesión de la ado- nión era para ella un nuevo banquete del divino Esposo, y
rable Eucaríslia hace en la tierra una fiesta continua de las lágrimas que allí derramaba manifestaban bien que
todos los d í a s . gustaba una fruición anticipada de los gozos celestiales.
«Haced esto en memoria de mí,» dice Jesucristo. Este Meditaba incesantemente sobre esta prenda inestimable
sacramento no solo debe recordarnos la memoria de la que Jesucristo ha dejado en la tierra por el amor inmenso
muerte del Salvador, sino también de todos los d e m á s mis- que nos tiene, y no podía comprender cómo los cristianos,
terios de su vida. Con este espíritu la Iglesia después de poseyendo este tesoro, pudiesen amar alguna otra cosa.
estas palabras del cánón do la misa; « Cuantas veces h i - Hubiera ella querido que todas las riquezas del mundo so
ciereis eslo, lo liareis en memoria de m í ; » a ñ a d e : «Por lo hubiesen empleado para adornar nuestras iglesias y para
qno acordándonos, Señor, de vuestra pasión, de vuestra enriquecer el altar santo, cuya magnificencia debía oscu-
resurrección, igualmente quedo vuestra gloriosa ascen- recer los tronos mas preciosos de los mayores príncipes.
sión, ele.» Estaba ella ocupada en unos sentimientos, tan justos y tan
No hay misterio alguno de Jesucristo de que no sea r e - religiosos, cuando tuvo una visión que no comprendia, y
presentación y memoria el Santísimo Sacramento, ni t a m - que no dejó de inquietarla. Yió la luna en su lleno, en la
poco hay alguno que no se celebre dignamente por la d i - cual se advertía una brecha. La Escritura santa tanto en el
vina Etscaristía en el sacrificio de la misa. ¿ Q u é solemni- viejo como en el nuevo Testamento nos ofrece .muchos
dad hay en la Iglesia que no sea, por decirlo así, la fiesta ejemplos de estas imágenes enigmáticas, en las quo,
del Santísimo Sacramento? y ciertamente puede decirse acomodándose Dios á nuestro modo de pensar, nos descu-
queofrecer el divino sacrificio es celebrar su fiesta, puesto bre un sentido especial y misterioso bajo de alguna cosa
que es celebrar solemnemente la memoria de su institu- material y sensible. No comprendiéndola piadosa Juliana lo
ción, y hacer en memoria de Jesucristo lo que él mismo que significaba esta visión, c r e y ó que era una ilusión del
hizo en su última cena. El divino sacrificio es lo mas res- demonio que quería distraerla de la oración. Nada omitió
petable, lo mas santo, lo mas solemne de todas las fiestas. para librarse de ella; oración, lágrimas, austeridades, n i n -
Todas ellas, dice san Juan Crisóstomo, son la fiesla de este guna cosa pudo hacer que esta imágen desapareciese de
divino sacrificio. De suerte que la misma razón que por su vista. Nunca se ponía en oración que no volviese á p r e -
tanto tiempo habia impedido que se celebrase en la Iglesia sentarse la visión. Ninguno de sus directores hubo quo
una fiesla particular en honor de la santísima Trinidad, acertase á interpretársela. Todo su recurso fué Ja oración.
h.Mix impedido también, como ya se ha dicho, que se ce- En ella, por fin, la dió Dios á entender que la luna signifi-
lebrase una en particular en honor de la adorable Euca- caba la Iglesia, y que la brecha indicaba la falla de una
ristía ; hasta que por fin la divina Providencia, previendo fiesta particular del Santísimo Sacramento que en el tiem-
sin duda que en los últimos tiempos se levantarian sectas po presente necesitaba para la perfección d é l a disciplina,
impías que combatirian y aun profanarían con todo g é n e r o y para el buen órden, por decirlo asi, de la misma Iglesia.
de impiedades este divino misterio, inspiró á la Iglesia que Uevelóla Dios al mismo tiempo que la habia escogido para .
aumentase su selemnidad por medio de una fiesta particu- que solicitase con los ministros de la Iglesia la inslitucion
lar, y por una octava de las mas solemnes. Véase la his- de esta fiesta particular y solemne del Santísimo Sacra-
toria de su institución. mento, cuyo fin era honrar la divina Eucaristía con un
La bienaventurada Juliana, priora de Monle-Gornillon, cullo mas solemne, y reparar en alguna manera por me-
cerca de Lieja,. fué el instrumento de que Dios se sirvió dio de esta pública celebridad las irreverencias y la falla
para suscitarlas primeras ideas de esta nueva solemnidad. de respeto á este adorable misterio. Asustóla esta comi-
Esta santa religiosa habia nacido el año de 119:1 en la a l - sión, y aunque no podia dudar que la revelación venia do
dea de Retines, en el distrito de la ciudad de Lieja. de Dios, su profunda humildad la hacia sin embargo rezelar.
padres muy ricos, á quienes perdió á la edad de cinco Permaneció todavía cerca de veinte años en silencio, t r a -
anos. Habiéndosela llevado desde entonces su tutor áMon- tando de suplir con el aumento de su devoción á l a adora-
te-Curnillon, la puso á pensión con ciertas religiosas que ble Eucaristía, lo que la Iglesia no habia aun establecido.
DEL SS. SACRAMENTO. U1
Habiendo, pues, sido elegida en el ano de 1230 priora mo hombre se procurase la bienaventurada inmoralidad
de la casa doMonle-Cornillon, se sintió inlcnormentc es- comiendo este pan de vida. Aunque se celebre lodos los
citada con mas viveza á declararse sobre este asunto; y dias la fiesta del Santísimo Sacramento, dice este gran pa-
temiendo resistir á la voluntad de Dios que tan claramen- pa, ofreciendo el divino sacrificio, nos parece mny á p r o -
te se la habia manifestado, se franqueó en fin particular- pósito el asignar un dia cada a ñ o , consagrado muy p a r l i -
mente á un canónigo de San Martin de Lieja, el cualosta- cularmente por una de lasfiestas mas solemnes, aun cuando
ba tenido en gran reputación de santidad, y en quien ella no fuese mas que para confundir la abominable impiedad
tenia mucha confianza. Después de haberlo declarado lo y la estrema locura de los herejes de estos úllimos t i e m -
que ella creia que Dios le habia dado á conocer en órden pos. A la verdad, conlinúa el mismo papa, la Iglesia cele-
á la institución de una fiesta particular en honor do la ado- bra esta fiesta con solemnidad en el Jueves sanio, que os
rable Eucaristía, le rogó que trabajase con todo zelo de el dia en que Jesucristo inslit lyó este divino Sacramento;
acuerdo con las autoridades eclesiásticas, religiosos y teó- pero está entonces tan ocupada en llorar la muerle del
logos, acerca de un eslablecimienlo que debia ser tan glo- Salvador, y en tantas otras ceremonias sagradas, que no
rioso á Jesucristo y tan ventajoso á la Iglesia. Encargóse puede atender con la intensión debida á la solemnidad de
con gusto de la comisión el sanio canónigo, y la ejecutó estedivino misterio, la cual debe celebrarse con una ale-
con un éxito maravilloso. Uno por uno aprobaron todos y gría sania, y una pompa del lodo estraordinaria, para
aplaudieron un designio tan conforme al espíritu de la de e 3 t e modo hacer senlir mas la gloria y la dicha que
Iglesia. Los que se mostraron mas zelosos en favor de esta tenemos de poseer el cuerpo vivo de Jesucristo, nuestro
institución fueron los frailes predicadores de Lioja, y su Salvador y nuestro Dios. Y si la conmemoración que hace-
prior Fr. Uegu, llamado de Santo-Amor, que fué después mos todos los dias de muchos santos, ya en la misa, ya
cardenal; Guido de León, obispo de Cambray, y el arce- en las letanías, no impide que la Iglesia les asigne un dia
diano de la iglesia de Lieja Santiago Pantaleon de Troyes, en el año para celebrar su fiesta parlicular con mas so-
que fué después obispo de Verdun, patriarca de Jcrusaien, lemnidad, con mayor razón debe hacerse esto con el m i s -
y en fin papa con el nombre de Urbano I V . La bienaven- terio mas augusto y mas grande de nuestra religión que
turada Juliana tuvo muy pronto el consuelo de ver esta- es la adorable Eucaristía: « á f i n , » a ñ a d o , «de que lodos
blecida esta fiesta en toda la diócesis de Lieja en virtud los fieles traten en esta fiesta particular, en osla solemni-
de un mandamiento ó decreto del obispo Roberlo dado el dad estraordinaria, de reparar con su devoción y con su
año de 1 2 i 6 , y celebrada con una solemnidad y devoción culto su negligencia, su falla de reconocimiento y de res-
estraordinaria. No obstante hasta el año de 1262 no llegó peto, y sus irreverencias á este divino misterio. Nos no
á ser esta gran festividad una de las primeras solemnida- podemos dejar de tener presente lo que el Señor ha reve-
des de toda la Iglesia. lado á personas de virtud eminente, esto es, cuánto inte-
rés liene en que esta fiesta se celebre universalmenle en
El papa Urbano IY que siendo todavía arcediano de la
toda la Iglesia, de lo cual hemos sido instruidos antes que
iglesia de Lieja habia aprobado mucho la institución de esta
fuésemos elevado á la suprema dignidad en que ia m i -
fiesta, como hemos dicho, no bien se vió elevado al sobe-
sericordia de Dios nos ha colocado. Así que para avivar
rano pontificado, cuando pensó en hacerla una fiesta de pre-
mas la fé de los fieles y hacerla mas brillante acerca de
cepto. Las solicitaciones de muchos grandes prelados y las
este augusto Sacramento, además del honor que lodos los
súplicas urgentes de una santa reclusa llamada Eva, que
dias se le tributa, mandamos que todos los años se cele-
habia sobrevivido á la bienaventurada Juliana, su amign,
bre una fiesta parlicular con toda la celebridad posible, y
y que no ora monos favorecida que ella de los dones del
con toda la pompa y magnificencia que es debida al sa-
cielo, inclinaron al papa á que hiciese osle establecimien-
grado cuerpo de Jesucristo, en quien reside suslancial-
to; pero las turbulencias de la Italia, y las necesidades
menté toda la divinidad; designando para esta augusta
ladavía mas urgentes de la Iglesia, retardaban de dia en
solemnidad el jueves después de la octava de Pentccosíés,
dia la ejecución, cuando un prodigio, dice san Antonio,
á fin de que en aquel dia se apresuren á porfía el clero y
acaecido en Bolsena en la diócesis de Orbieto, determinó
el pueblo á dar muestras nada equívocas de su fé viva y
al papa á espedirla bula. El prodigio consistió en un cor-
de su tierna devoción al Santísimo Sacramento, por medio
poral que q u e d ó todo ensangrentado con la sangre de Je-
de un culto público mas religioso, y de cánticos de ala-
sucristo por algunas golas que habiaa caido en 61 do un
banzas;» exhortando en seguida á lodos los prelados y al
cáliz, por descuido de un sacerdote que decia misa en la
clero, á quienes se dirige la bula, á que celebren todos
iglesia de Santa Cristina. La bula fué espedida el año de
los años esta fiesta con toda magnificencia y dignidad:
12C2, y comienza por estas palabras: «Transilurus dchoc
recomiéndales este gran pontífice, que exhorten ó los fie-
mundo ad Patrcm Salvator noster Dominus Jesús Chris-
les desde el domingo precedente á que se preparen con
lus.» Desde el principio da en ella el papa una idea su-
todo género de buenas obras para esta insigne solemni-
blime del amor inmenso que el Salvador nos testifica en
dad; y sobre todo, á que se pongan en estado de c o m u l -
este divino Sacamenlo, y.de los bienes infinitos que están
gar dignamente el dia de la fiesta. «Por lo que h a e e á
encerrados en la sagrada Eucaristía. Después de h a b é r -
Nos,» a ñ a d e , «no queriendo omilir nada para escitar á
noslo dado todo Jesucristo, dice, se da á sí mismo. <(¡ O
todos los fieles con dones espirituales á que celebren esXa
inimaginable liberalidad, esclama, en l a q u e el don que
gran fiesta con todo el celo y fervor que pide este Dios
se nos da, es la persona misma del que nos lo dal ¿ P u e d e
oculto, concedemos á todos los que verdaderamente con-
i r mas allá la liberalidad, cuando dcspues.do habernos da-
tritos y confesados asislieren á las primeras vísperas de
do lo q u é tiene, se da á si mismo? Jesucristo se hace nues-
la fiesta, á maitines, á misa y á las segundas v í s p e r a s ,
tro alimento, á fin de que así como el hombre se habia
cien años de indulgencia por cada vez, y cuarenta añes
procurado la muerte comiendo del fruto, prohibido, ol mis-

TOMO I V . 50
44a LA FESTIVIDAD
porcada una do las horas menores y c¡en días de i n d u l - el mismo Dios no podría hacer nada mas grande ni mas
gencia á todos los que asistieren á vísperas, á maitines, respetable que esto augusto Sacramento, que el sacrificio
y á la misa y á las horas menores del oficio divino duran- de la misa. Institución divina, oblación santa, víctima do
te la octava.» un precio infinito, inmolación del cuerpo y d é l a sangro
El papa Clemente V confirmó solemnemente en el con- adorable del hombre Dios, pontífice igual en todo á Dios
cilio de Viena, celebrado el a ñ o de 1311, la bula de i n s - mismo. ¿ P u e d e imaginarse alguna cosa mas divina, mas
titución que el papa Urbano IV habla espedido; el papa digna de nuestro zelo, de nuestros respetos y de lodo
Juan X X i l hizo lo mismo cinco años después, y desde en- nuestro culto ? Aquí se ve la obra maestra de la sabiduría,
tonces esta fiesta se celebró con mas solemnidad aun en de la omnipotencia y de la bondad de Dios, y esle es &
toda la Iglesia universal. Santo Tomás de Aquino, a d m i - objeto principal de toda festividad. No se debe, pues,BStra-
ración de lodo el mundo cristiano, y una de las mas b r i - f i a r q u e l a Iglesia se deshaga, por decirlo a s í , en cánticos
llantes lumbreras de la Iglesia, fué quien compuso el o f i - de alabanzas, de gratitud y d e a l e g r í a , ni que los fieles par-
cio, el cual está mirado como uno de los mas devotos, de ticipando del mismo espíritu nada omitan para contribuir
los mas concluidos y de los mas bellos que tenemos, tanto en lodo el mondo crlstianocon su zelo y con su piedad á la
por la energía de las espresiones, como por la doclrina de magnificencia y á la solemnidad do esla fiesta. Todo el ofi-
todo e! misterio eucartstico. cio do este dia tiene una relación maravillosa con esta r e -
L o q u é da todavía mayor brillantez á esla fiesta, y lo quo ligiosa celebridad.
la distingue aun de todas las d e m á s , es la procesión so- El introito de la misa tomado del salmo 80 desenvuelvo
lemne en la que el cuerpo de Jesucristo es conducido en desde luego todo este misterio. « L e s ha alimentado,» d i -
triunfo por las calles con grande aparato y con una mag- ce, «con la flor del trigo, y Ies ha hartado con la miel do
nífica y religiosa pompa. Machos atribuyen esta institu- la p i e d r a . » ¡ Q u é a l a b a n z a s , q u é acciones de gracias, y
ción al papa Juan XXH, nó porque no se llevase ya en p r o - qué bendiciones no debemos al Señor por un beneficio tan
cesión el Santísimo Sacramento desde el siglo x i ; pero señalado, por un favor tan insigne t El mismo Jesucristo
ripenas se hacia esto mas que el domingo de llamos para dice que él es este pan esquisilo, este pan de vida que da
honrar el humilde Iriunfo de la entrada de Jesucristo en la inmortalidad. « E l que come de e s l e p a n , » a ñ a d e , « n o
Jerusalen, y aun entonces se llevaba encerrado en-unaca- morirá. » ¡Qué virtud! pero ¡qué dulzura en estopan celes-
ja ó especie de sepulcro. La procesión que se hace en es- tial ! Ciertamente es alimentarnos con miel en abundancia
te día con tapia pompa y solemnidad es una parte princi- el darnos á comer su propia carne: ella es verdaderamen-
pal de esla gran festividad. Llévase en ella en Iriunfo á teja miel que sale d é l a piedra misteriosa, que no es otra
Joeucrislo, realmente presente en la adorable Eucaristía, que Jcsncristo, como dice san Pablo. Notemos que el
pretendiendo la Iglesia por este grandioso triunfo cele- Profeta en este salmo exhorta á los judíos á que celebren
brar el que Jesucristo ha hecho conseguir á su Iglesia debidamente las fiestas ordenadas por el Señor en memo-
sobre los enemigos de este misterio, y reparar en alguna ria de sus beneficios, flace también hablar al mismo Dios
manera losultrajes ignominiosos que se le hicieron en las que por la relación de sus gracias trata de obligar a su
calles de Jerusalen, y los que recibe aun lodos los dias de pueblo á que le sirva con fidelidad, y que se queja al mis-
parle de los malos cristianos en las iglesias. Los erro- mo tiempo de la ingratitud de este pueblo. Pero [después
res impíos do Bercngario, arcediano de Angcrs, acerca de de haber hecho un compendio de todas las maravillas quo
la realidad del cuerpo de Jesucristo en el Santísimo Sa- Dios ha hecho en su favor, concluye David el salmo por la
cramento, fueron sin duda uno de los motivos de esta ins- que sola vale y pesa aun sobre todas las d e m á s : «Les ha
titución; y por esto se hace esta procesión con tanta mag- alimentado con la flor del trigo, y les ha hartado con la
miel de la p i e d r a . » Como si dijese, gobernado por el es-
nificencia y solemnidad en Angers, en donde Berenga-
píritu profétito de que estaba animado: Después de tantos
r i o , primer autor de esla h e r e j í a , habia enseñado sus er-
prodigios hechos en favor de su pueblo, el Señor ha hecho
rores á principios del siglo x i . La traslación del Arca des-
una maravilla que pone el colmo á todos sus beneficios:
de Gariathiarim á la casa de Obededon, y desde allí l u e -
esta consiste en que les ha como embriagado de dulzuras
go á Jerusalen, hecha con tanta pompa y solemnidad, á
alimentándoles con el pan celestial que es el pan de vida.
la cual asistió el rey David, seguido de un numeroso pue-
«Cantad con regocijo las alabanzas del Señor, que nos ha
blo , era la figura de la procesión solemne que la Iglesia
protegido siempre; celebrad con alegría la gloria del Dios
hace en este dia llevando el Santísimo Sacramento , y de
de Jacob. Entonad cánticos en su honor : tomad vuestras
la alegría cristiana quo acompaña esla fiesta. Ninguna, en
panderetas, vuestras arpas y vuestros laúdes. Nada hay
efecto, hay en todo el a ñ o que se celebre con tanta pom-
que mejor convenga á la celebridad de esta fiesta.
pa y solemnidad ; ninguna tampoco en que la fé y la pie-
dad-de los cristianos deban brillar mas. Es esla el triunfo La Epístola do la misa de este dia está lomada del ca-
de Jesucristo y el d é l a religión, es el triunfo d é l a Iglesia. pitulo 11 de la primera carta del apóstol san Pablo á los de
El Santísimo Sacramento del altar es el fin de lodos los Corinto, en la que refiere el Apóstol la inslitucion del sa-
d e m á s ¡ el medio mas seguro y mas eficaz para llegar á cramento de la Eucaristía hecha por Jesucristo, y como la
la perfección; una fuente fecunda de los dones del cielo; ha sabido de Jesucristo mismo. «Yo he sabido, dice,
el gaje y como un guslo anticipado de la felicidad de los del mismo Señor lo que os he ensenado á vosotros:» Que
bienaventurados; el gérmen de la inmortalidad; el mas el Señor Jesús en la noche misma en que fué entregado,
iluslre testimonio del amor de Jesucristo; el compendio, tomó el pan, y dando gracias lo partió y dijo : Tomad y
por decirlo asi, do toda la religión, y el tesoro do la comed : esto es mi cuerpo, qne será entregado por voso-
Iglesia. tros. No son los hombres ni aun los apóstoles, dicesan Pa-
Nneilra religión no tiene cusa mas santa ni mas divina, blo, por quienes yo he sabido lo que he enseñado en órden
DEL SS. SACRAMENTO. U3
á la Eucaristía; el mismo Jesucristo es el que m e l ó ha r e - toles hasta nuestros dias siempre ha creído toda la Iglesia
velado. No omite la circunstancia del tiempo; la misma que el cuerpo de lesncrislo so ha ofrecido en sacrificio
noche, dice, en que el Salvador fué entregado por uno de real y verdaderamente, se ha distribuido á los fieles en la
sus a p ó s t o l e s , abandonado á sus enemigos , y tratado comunión, y está realmente presente en la Eucaristía; y
con la última crueldad, entonces fué cuando instituyó el nosotros no podemos hablar sobre la presencia real de Je-
divino Sacramento, la prenda mas preciosa de su amor y sucristo en el Santísimo Sacramento de un modo mas claro
el testimonio mas brillante de su ternura. Este Sacramen- mas formal y mas exacto, que lo han hecho los Padres de
to, propiamente hablando, ha sido el testamento de este los primeros siglos.
amable Padre, por el cual seda todo él mismo á sus hijos «Diráseme tal vez, dice san Ambrosio: este pan que so
pocas horas antes de su muerte-, cuando sus hijos le tra- nos da á comer en la comunión es del pan usual y ordi-
tan con mas ignominia; san Pablo desciende en seguida á nario^ Verdad es que ánles de las palabrassacratucutales
un pormenor muy prolijo de todo lo que pasó, en la ins- este pan era pan; pero después de la consagración, en l u -
titución de esta maravilla. Nótese que tanto este Apóstol gar del pan se contiene el cuerpo de Jesucristo. De esto
como todos los evangelistas han cuidado de referir hasta no debe babor duda entre nosotros. ¿Pero cómo puede su-
las menores circunstancias de esta institución. El Salvador ceder, conlinúa el mismo Padre, que lo que espanseu
lomó el pan. Jesucristo no pudo lomar otro pan que el el cuerpo de Jesucristo? y responde: Por la consagración,
sin levadura, que era el único deque era lícito usar que no contiene masque las propias palabras de J c s ü c r i s -
cuando se celebraha la Pascua : con razón, pues, en la to nuestro Señor; porque, a ñ a d e , en todo lo que precede
Iglesia romanase consagra con pan sin levadura. Da g r a - á la consagración, cuaiulo el sacerdote alaba y bendice al
cias á su Padre por el poder que le ha comunicado : era Señor ó cuándo por el rey y por el pueblo, habla en su
esta la práctica ordinaria de Jesucristo antes de obrar nombre; pero cuando llega á la consagración, el sacer-
ciertas maravillas estraordinaiias, d e j a s que eslas ac- dote no habla ya en su nombre, sino que es ;el mismo
ciones de gracias eran siempre corno el preludio. Des^ Jesucristo el que habla por boca del sacerdote: lo que; obra
pues, habiendo partido el pan que tenia en sus manos: T o - pues, este sacramento, es propiamente hablando, la pala-
mad, les dice, y comed, esto es mi cuerpo, quesera entre- bra del mismo Jesucristo: aquella palabra, d i g o , que ha
gado por vosotros. No dice: Tomad y comed estopan, sino hecho todas las cosas de nada, l i a hablado, continúa el
lomad y comed, esto es mi cuerpo; como si dijera, la sus- mismo Padre, y todas las cosas han sido hecha?; lia
tancia que yo os presento bajo de estas especies, es m i . mandado, y todas han salido de la nada. Para responder
cuerpo, no es ya pan. «Puesto que el Yerbo eterno, la ahora á la pregunta, digo, que ánles de la consagración
verdad misma dice: Esto es mi cuerpo. Convenzámonos de no habia el cuerpo do Jesucristo, no había mas que pan
ello, dice san Juan Gi'isóstomo; creámoslo sin que nosque- ordinario; pero después de la consagración, lo repito, no
deduda; mirémoslo con los ojos de una fó viva.» Esto es hay ya pan, sino que es el cuerpo de Jesucristo.» Si san
mi cuerpo; tal es la virtud y la fuerza de las palabras de Ambrosio hubiese tenido que responder á los proteslanles
la consagración, el producir en cualidad de causa eficien- de nuestros dias, ¿hubiera podido hablar de un modo mas
te lo que espresan. Para que este género de proposiciones claro y mas espreso?
so verifiquen, basta solamente que la cosa que designan
San Cirilo,patriarca de Jorusalcn, que vivía en el siglo
exista cerca de donde se pronuncian. Lo que Jesucristo \
iv, esplícando á su pueblo las principales verdades de la
tomó en sus manos no era. mas que pan; pero no bien hubo
religión: «La. doctrina de san Pablo, dice, sobre el divino
pronunciado eslas palabras: Esto es mi cuerpo, cuando
misterio d é l a Eucaristía, debe bastar para afirmar vuestra
toda la sustancia del pan quedó aniquilada, y no quedó
creencia e n ó r d e n á estOvaugusto Sacramento.» Este g r a n -
otra sustancia en lo que Jesucristo daba á comer á
de Apóslol nos decia en la lectura que acabáis de oír, que
sus apósloles que su propio cuerpo, el mismo que den-
la noche misma en que el divino Salvador debia ser e n -
tro do algunas horas debia ser entregado á sus enemigos,
tregado, tomó el pan , y dándole las gracias, lo partió y
harto de oprobios, azotado y crucificado. No quedaba del
dijo: «Tomad y comed, esto es mi cuerpo.» Y del mismo
pan oirá cosa que las apariencias, el" sabor, el color, la
modo, lomando el cáliz, dijo: «Uehed, esto es m i s a n g r e . »
figura , el peso, oí gusto, lo que comunmente se llaman
Habiendo, pues, dicho Jesucristo del p a n q u é habia tomar
especies. Nada tenemos en el nuevo Testamento mas for-
do, ESTO ES MICUEIIPO, ¿quién después de estose atreverá
mal, preciso, ni ma.fiujarcado que la realidad del cuerpo
á concebir la menor duda? Y pues que el mismo Jesur
y sangre de Jesucristo en ta adorable Eucaristía. Cuantas
cristo ha dicho tan aíirmativamenle, ESTO ES MI SANGUE, ¿á
veces se babla de este divino misterio, ya en el capitulo G
quién le pasará j a m á s por el pensamiento el dudar de una
de san Juan, ya en todos los. d e m á s evangelistas igual-
verdad tan clara, y ,decir que no es realmente su sangre?
mente que en san Pablo, siempre se habla de una presen-
Y, q u é , dice, ¿aquél que ha convortido el agua en vino
cia y de una suncion real y corporal del cuerpo y de la
en las bodas de Caná, no merecerá que 'creamos que
sangre de Jesucristo. El sentido de figura no se espresa
convierte el vino en su preciosa sangre? Bajo de las espe-
en ninguna parle; por el contrario se escluye positiva-
cies, pues, de pan y vino, conlimia el mismo Padre, nos
mente, puesto que el cuerpo que Jesucristo da á comer á
da el Salvador su cuerpo y su sangre. De modo (pie n o -
sus apóstoles era el mismo, según su palabra, que el que
sotros llevamos verdaderamente á Jesucristo en nuestro
entregó á las ignominias de su pasión y suplicio de la cruz
propio cuerpo cuando recibimos el s u y o . » Se han abo-
para rescatarnos. «Esto es mi cuerpo, el cual será entre-
lido los panes de proposición del antiguo Testamento,
gado por vosotros.» Ahgra bien,nadie, á no ser maniqneo,
«Nosotros en el nuevo no tenemos mas que este pan c e -
so atreverla á decir que el cuerpo del Hijo de Dios solo
lestial y este cáliz de salud, que snuülican el alma y el
haya sido entregado á la muerte en ügura. Desde los após-
cuerpo. Por tanto, concluye, guardaos bieu de peusíu"
444 LA FESTIVIDAD
que lo que veis no es mas que pan y vino. Son realmen- ducir? El endurecimiento, sin duda, y ordinariamente la
te! el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Necesario, pues, impenitencia final.
es que la fé corrija la idea que os ofrecen los sentidos. Como el Evangelio de la misa de este dia es el mismo
Guardaos, pues , de juzgar por la vista ni por el gusto; que el dia de la octava, para no hacer demasiado larga
la fe es la que os ha de hacer mirar como segura é i n d u - la historia de esta festividad, se traslada su esplicacion á
dable la verdad que afirma que el cuerpo y la sangre de este último dia.
Jesucristo es lo que recibís.» Hasta aquí son palabras de
san Cirilo- Esta ha sido la fé de los primeros fieles en ór- HIMNO PANGE LDÍGÜÁ GLORIOSI, ele
den ala Eucaristía. ¿De q u é e s p í r i t u , pues, ha nacido la
creencia de los herejes de estos últimos tiempos? Siempre Véase el Jueves Santo, p á g . 3 á a .
se ha creido en la Iglesia, desde los primeros dias de su Sacris solemniis
nacimiento hasta nosotros, que la sustancia del pan y del Juncta sint gaudia,
vino so convierte en la sustancia del cuerpo y de la san- Et ex pruecordiis
gre de Jesucristo; y esto es lo que la Iglesia llama Iran- Sonent preconia;
sustanciacion , oslo es, mudanza de sustancia ; cuya ma- Recedanl velera.
ravilla se verifica por la virtud omnipotente de las pala- Nova sint omnia;
bras de Jesucristo, que pronuncia el sacerdote en nombre Corda, voces el opera.

del Salvador. Si Dios ha podido convertir la mujer de Lol Noclis recolitur

en estatua de s a l , la vara de Aaron en serpiente, y el Coena novissima,
agua en vinq en las bodas de Caná, decian los Padres de Qua Chrislus credilur
la Iglesia cuando instruían á los nuevos bautizados para Agnum et azyma
su primera comuniou, ¿ p o r q u é no podrá este mismo Dcdisse fralribus,
Dios convertir el pan y el vino en su sagrado cuerpo y Juxta legitima
en su sangre preciosa en el Sacramento de la Euca- •
Priscis indulta palribus.
ristía ? Posl Agnum lypicum,


« U a c e d e s t o en memoria de mí.» Pronunciando estas Explotis cpulis,
palabras, dicen los Padres, ordenó el Salvador de sacerdo- Corpus Dominicum
tes á sus apóstoles. Cuantas veces comiereis de este pan, Dalum discipulis,
dice Jesucristo, y bebiereis de este cáliz, esto es, de lo Sic lolum ómnibus
que se contiene en esto cáliz, anunciareis la muerte del Quod lotum singulis
Señor hasta que él venga. No diferenciándose el satrilicio Ejus fatemur manibus,
incruento de Jesucristo mas que en cuanto á la manera del Dedil fragiiibus
sacrificio sangriento del mismo Salvador, debe recordar Corporis ferculum;
muy particularmente en el espíritu de los que participan Dedil el Iristibus
de él la memoria de la muerto de Jesucristo. Por estas Sanguinis poculum,
palabras: « h a s t a que venga,» nos indica san Pablo que picens: Accipile
el sacramento de la Eucaristía d u r a r á hasta el fin del Quod Irado vasculmn,
mundo. Omnes ex eo bibile.
«Cualquiera, pues, que comiere de este pan, ó bebiere Sic sacrificium
de este cáliz indignamente,» dice el santo Apóstol, « s e Islud ¡nstiluit,
h a r á reo de crimen contra el cuerpo y la sangre de Jesu- Cujus officiura
.crislo;» estoes, el que hiciere una comunión sacrilega Commilti voluil
no será ménos criminal que si hubiese quitado la vida á Solis presbyteris,
Jesucristo, y hubiese derramado su sangre. Nada prueba Quibus sic congruil
mas demostrativamente la presencia real del cuerpo y de Ut sumanl et denl Cidcris,
la sangre de Jesucristo que esta espresion del Apóstol, así Pañis angelicus
como también por ella se manifiesta que, según el mismo Fil pañis hominum; ^
san Pablo, es permitido el comulgar bajo de una sola es- Dal Pañis coelicus '
pecie. Si el crimen de los judíos que derramaron la sangre •
Figuris lerminum :
de Jesucristo nos causa horror, el de los cristianos que la O res mirabilis,

profanan con sus comuniones sacrilegas no debo causar- Manducat Dominum
nos ménos. No es un sacrificio lo que ellos ofrecen, dice Paupcr, servus el humilis
ean Juan Crisóstomo, cometen un asesinato; no toman un Te, Trina Deltas
aliento, sino un veneno. «Porque aquel que come y que Unaque, poscimus,
bebe indignamente, come y bebe su condenación por no Sic nos tu visita,
discernir el cuerpo del Sefíor:» quiere decir que tiene en Sicut le colimus :
sí mismo la prueba visible de su crimen ; su proceso, por Per tuas semitas
decirlo así, eslá ya lodo instruido. Este divino Salvador Duc nos quo lendimus,
es su juez, este pan de vida es el decreto de su muerte. Ad lucena quam inhabilas.
Sacrilegio, traición, negra ingratitud, hipocresía que cla- Amen.
ma al cielo; i q u é de c r í m e n e s , buen Dios, en una sola co-
munión hecha indignamente! ¿Y q u é efcclos puede pro-
DEL SS. SACRAMENTO. 445
Suis Iradendus ennulis.
HIMNO.—SANTO TOMAS DE AQU1NO. Prius in v i t e ferculo
A eslas solemnidades tan sagradas So Iradidit discipulis.
Corresponda el placer y la alegría: Quibus sub bina specie
-.
Suenen las alabanzas publicadas, Carnem dedil ct Sanguinem
Que á la voz generoso el pecho cnvia Ut dupliois substantte

Huyan las cosas viejas ya veloces, Totum cibaret hominem.
Sea nuevo ya todo en este dia, Se nascens dedit socium,
El corazón, las obras y las voces. Convescens in edulium;
Hoy hacemos recuerdo y fiel metnoria Se moriens in prctium,
Re aquella Cena mística, ó figura. Se regnans dat in p r a m í u m
En que Cristo, Rey sumo de la gloria, O salutaris Hostia,
El cordero y el pan sin levadura Qnai coeli pandis ostium:

Dio conforme á la ley, á sus hermanos I1;; Bella preraunt hoslilia.
; ^ • ; • • - -
Tues así lo ordenaba la Escritura Da robur, fer auxilium.
Revelada por Dios á los ancianos. Uno Trinoque Domino
Después de este Cordero misterioso Sil sempiterna gloria,
• El banquete legal ya concluido. Qui vitam sine termino
Su Cuerpo á los discípulos piadoso Nobis donet in patria.
Dió en sagrado manjar, bien entendido, Amen. I

Que, dando todo á todos con sus manos,
Todo do cada cual fué recibido : Saliendo el Verbo eterno y no dejando
Así lo confesamos los cristianos. La diestra de su Padre, tan divino
Como á frágiles, flacos, desvalidos A su obra presuroso caminando,
Su Cuerpo, liberal, les dió en comida; Al término llegó de su destino ('),
Y c o m o á tristes, pobres y afligidos Antes que el vil discípulo alevoso (í).
Su Sangre sacrosanta dió en bebida, Le entregase á la muerte deicida,
Diciendo : Recibid la mas preciosa A sus propios discípulos piadoso.
Prenda del Cáliz santo de la vida; En sustento se dió de eterna vida.
Rebcd todos mi Sangre generosa. Dióles su Carne y Sangre verdadera
Así fué el Sacrificio celebrado, Bajo de dos especies; porque todo
Y por el mismo Cristo instituido, El hombro en cuerpo y alma recibiera
Cuyo oficio tan alto y elevado Un total alimento de este modo.
Es á los sacerdotes cometido, Naciendo se nos dió por compañero,
A quienes pertenece solamente En la mesa, en manjar el mas precioso,
• Sumirle con respeto el mas rendido, En rescate, muriendo en un madero,
Y repartirle al pueblo dignamente. Y en g a l a r d ó n , reinando majestuoso.
El que es Pan de los Angeles hermoso O sacrificio y Hostia saludable,
Se hace ya de los hombres alimento; Que las puertas del cielo nos franqueas;
Este Pan celestial y prodigioso La guerra nos oprime formidable :
Da á la sombra y figura cumplimiento. Todo nuestro favor y esfuerzo seas.
¡O admirable piedad! ¡oh maravilla! Al Señor Trino y Uno sea dada
Pues recibe tan alto Sacramento Alabanza sin fio la mas gloriosa :
El pobrecillo, el siervo, el que se humilla Quien la vida perenne ilimitada
A lí, Dios Trino y Uno, reverentes Nos conceda ep la patria deliciosa.
Con afectos humildes te rogamos. Amen.
• Ilustres con tus luces refulgentes
La oración de Xa miso de este dio es como sí//we
A los que tan re'ndidos te adoramos :
Y por lus sendas rectas y caminos fleits, (jai notis mh 5o- O Dios, que habéis dejado
Guíanos á la luz, adonde vamos, cromenío mtroíii/i V a m o - la memoria de vuestra Pasión
Pues habitas sus rayos tan divinos. nis tuce memoriam r e l i - en un misterio tan admirable :
Amen. q u i s l i : trihue, queesumus, concedednos la gracia de que
ita nos Corporis el San- de tal modo reverenciemos los
HIMNO.—SANTO TOMÁS DE AQU1NO.
guinis tui sacra mysíeria sagrados misterios de vuestro
Yerbura supernum prodiens, neneran, uí redemptionis Cuerpo y de vuestra Sangre,
Nec Patris linquens dexteram, tuaifruclum i n nobis j u g i - que sintamos continuamente en
Ad opus suum exiens, teu senliamus. Quivivis el nuestras almas el fruto de la
Venil ad v i t e vesperam. regnas... redención que nos habéis m e -
In raorlem a discípulo recido. Vos que vivís y r e i n á i s ,
etc.

(ti A losApóslolcs, á quienes (y á nosotros en ellos] hizo (1) A s u P a s i ó n siicrosanla.



sus Ucrmauüd el misericordioso Dio» y Hedcnlor Jesús. (2, Judas, o í traidor.
446 LA FESTIVIDAD
ca verdad cristiana que no habia sido atacada todavía.
La Epístola está tomada de la primera de san Pallo á los Menester es estar muy ciego, ser muy ingrato, y todavía
Connít'os, cap. / / . mas impío, para negarse á creer este misterio del amor
Fratres : Ego enim ac- Hermanos mios : Yo he inmenso deun Dios, tan bieamarcado, tan clara y tan i n -
cepi a Domino , quod el aprendido del Sefior lo que os venciblemente establecido. Tero las herejías nunca se han
Iradidi vobis , quoniam he e n s e ñ a d o : que el Señor Je- levantado mas que contra las verdades mas señaladas do
Dominus Jesús i n qua noc- sus en la misma noche en quo la fé. La Eucarisiía es la prenda masbrillante del amor do
le tradebatur, accepü p a - ¡ha á ser entregado, lomó el Dios á los hombres, y una fuente de salud, y por tanto
n e t í t , el gratias agens, pan , y dando gracias, lo par- no hay que admirar que el demonio haga tantos esfuerzos
f r e g i l , el d i x i l : Acdpile, fió y dijo : Tomad y comed, para debilitarla y combatirla, «Esto es mi cuerpo, el cual
el m a n d ú c a l e : hoc esl cor-' esto es mi cuerpo, el cual se- será entregado,» no solo á la muerte, sino también á las
pas tneum, quod pro vobis rá entregado por vosotros; ha- sacrilegas persecuciones de los herejes; «Tomad y co-
írodetur : hoc [acite i n ced esto en memoria de m í . med: no os contentáis, pues, ó Salvador mió, oon nues-
meam commcmorationem. Del mismo modo, después de tras adoraciones en este divino Sacramento; queréis t a m -
Similiter el calicm, posl- haber cenado, tomó el cáliz y bién que hagamos de él nuestro alimento; queréis que el
q m m ccenavil, dicens: Uic dijo: Este cáliz es el Tesla- conocimiento de nuestras necesidades se sobreponga al do
calix novum testamentum mentó nuevo por mi sangre. nuestra indignidad y de nuestra miseria, y el amor al te-
esl in meo sanguine: hoc Haced esto en memoria de mi mor que nos retenga. Si es un error imperdonable del en-
facite , quotiescumque bi~ todas las veces que bebiereis lendimiento el negarse á creer la realidad del cuerpo y de
belis, in meam commemo- de él. Porque todas las veces la sangre de Jesucristo en la Eucaristía, es otro tan c r i m i -
r r t í t o n m . Quotiescumque que comiereis de este pan , y nal y tan grosero de la voluntad, por decirlo así, el ale-
enim mandumbitis panem bebiereis de este c á l i z , anun- jarse de esta sagrada mesa, y el escusarse con protestos
hunc, el calicem hibelisy ciareis la muerte del Señor, frivolos de asistir á este divino festín. No se diga que el
mortem Dominiannunlia- basta que él venga. Cualquie- respeto es el que aleja; escusa artificiosa que no puede en-
bitis doñee venial, liaque ra, pues, que comicco do este g a ñ a r mas que á los simples; ni se diga como los convi-
quicumque manducaverit pan, ó bebiere de este cálizin- dados al festín del Padre de familias: « compré una here-
p a n m hunc, vel biberit- dignamente, será reo de c r í - dad; m e h e c a s a d o : » mejor diria, mi corazón está dis-
calicem Domiai indigne, men contra el cuerpo y la san- gustado de este divino alimento, yo no encuentro gusto
reus erit corporis et san- gre de Jesucristo. Así qne, mas que en los manjares que el mundo me prepara, sus
guinis Domini. Probelau- examínese el hombre á fondo, salsas estimulan demasiado mi apelilo para, que no los
tem seipsum homo : et sic á sí mismo, y hecbo esto co- prefiera á este pao vivo ; pero yo soy indigno, dice otro,
de pane tí/o edat, et de ca- ma de este p a n , y beba de es- de esta comida celestial, la cual pide una pureza que yo
lice bibal. Qui enim m a n - te cáliz; porque el que come no tengo, y nna dévoeion que mees desconocida. Este de-
ducal, el bibil indigne, j u - y bebe indignamente de él, fecto le encuentra el eotendimiento para favorecer las i n -
d i á u m sihi manducal, ¿l come y bebe su condenación clinaciones malignas del corazón. Por libertino que sea
bibil, non dijudicans cor- por no discernir el cuerpo del cualquiera no ignora que habiendo do asistir á este festín
pus Domini. Señor. sagrado debe llevarse la ropa nupcial; pero precisamente
el revestirse de esta ropa de inocencia es- lo quo no se
Queriendo san Pablo corregir los abusos que se h a - quiere hacer. Sería menester dejar ese hábito criminal,
bían insensiblemente introducido entre los fieles de Corinto hacer aquella restitución, perdonar aquella injuria, sería
en las reuniones que se hacían para celebrar, la cena del necesario, en fin, vivir en la inocencia; pero es-mas c ó -
Señor y la institución ó fiesta de la divina Eucaristía, les modo el vivir en el pecado, y esta es la verdadera razón
refiere exactamente de q u é modoinstituyó el Salvador es- por que se desaprueba y acaso se condena la comunión
te divino Sacramento, lo que contiene, y el crimen y el frecuente. Pero ¿ y comulgando raras veces se hace con
castigo de los que se acercan indignamente á él. mas inocencia? Muy enferma está el alma cuando está
desganada del cuerpo y de la sangre de Jesucristo. No se
REFLEXIONES.
debe j a m á s comulgar indignamente, esto seria comer su
«Tomad y comed, esto es mi cuerpo, el cual será en- condenación; pero es menester quitar, debe alojarse cuan-
tregado por vosotros.» SI, de Jesucristo mismo es db quien to sea obstáculo para una santa comunión..
hemos recibido la fé de la realidad de su cuerpo y de su
sangre en la Eucaristía. Una tradición constante la ha tras»
SECUENCIA.—SANTO TOMÁS DE AQIJINO.
milido hasta nosotros, lodos los evangelistas y san Pablo
nos la han manifestado. A nadie le ha pasado por el pen- Lauda, Sion, Salvalorem:
samiento el dudar de ella en los once primeros siglos de Lauda Ducem et Pastorem
la Iglesia. Habiendo agotado inútilmente el demonio todos In hymnis et canticis.
sus artificios para destruir la fé sobre los principales mis- Quantum potes, tantum aude;
terios de la religión, s ó b r e l a divinidad de Jesucristo, so- Quia major omni laude,
bro la unidad de su persona, sobre la multiplicidad de su Nec laudare suílicis.
naturaleza, sobre la neocsidad de su gracia, sobre la au- Laudis thema specialis,
gusta cualidad de la Madre de Dios; viendo en fin la m a - Pañis vivus et vitalis
lignidad del infierno apurados todos sus tiros, y arruina- Uodie proponitur.
das todas sus baterías, vomitó sus blasfemias contra la d i - Quem in sacr¿c mensa Cüena;^
vina Eucaristía y la realidad del cuerpo de Jesucristo, ú n i - Turbio fratrum duodena;
DEL SS. SACRAMENTO 447
Dalum non ambigitur. Tu, nos bona fac videro
SU laus plena, sit sonora, In Ierra viventium.
Sit jocunda, sit decora Tu, qui cuneta seis el vales,
Menlis jnbilalio. Qui nos pascis hic mortales,
Dies cnim solcmnis agittir, Tuos ibi commensales
I n qua mensaj prima recolilur • Coberedes et sodales,
Ilnjus insfilutio. Fac sanctorum civium.
ín hac mensa novi Regís, Amen, Alleluia.
Novum Pascha novtc legis,
Pítase vetus terminal. Alma, en bímnos y cantares
Velnstalem novilas, Alaba á tu Salvador,
Umbram fugat verilas, Alaba á tu Capitán
Noctem lux eliminal. Y á lu divino Pastor.
Quod ¡n coena Chrislus gcssit, Cuanto alabarle pudieres,
Facicndum boc expressil Tanto alejes el temor;
ín sui mcnioriam. Que escede á toda alabanza,
Doctís sacris institulis, Y no es bastante tu voz.
Panem, vinum, in salntis Como un asunto especial
Consecnamus Qosliam. De alabanza y santo amor
Dogma dalur christianis, Se propone en este día
Quod i n Carnem Iransil pañis, El Pan vivificador.
Et vinum in Sanguinem. El cual de la mesa sacra
Quod non capis, quod non vides, De la Cena que hizo Dios,
Animosa firmal lides, A la fraternal docena
Pncter imita ordinem. No hay duda que se le dió.
Sub diversis specicbus, Sea plena la alabanza
Signís lantum et non rebus, De apacible y claro son,
Latent res eximia;. Y respondan caslos ecos
Caro cibus; Sanguis, polus : Al gozo del corazón :
Manet lamen Christus lolus Hoy es el día solemne
Sub utraque spccie. Cuyo feliz resplandor
A súmente non concisus. De aquella primera Mesa
Non confraclus, non divisas; Recuerda la institución.
Integer accipilur. En esta Mesa de Ley
Sumil nnus, sumunt m i l l o : Nueva,y de Nuevo Señor,
Quantum isli, tanlum ille : Con la nueva Pascua, y a
Nec sumptus consumilur. La Pascua vieja acabó.
Sumunt boni, sumunt mali; Da la novedad de mano
Sorte lamen ina;quali, A la antigua tradición,
YÍUT, vel inlerilus. Uuye á la Verdad la sombra,
Mors est malis, vita bonis : Dcslierra á la noche el Sol.
Vide parís sumplíonís Lo que hizo Cristo en la Cena,
Quarn s i l dispar exitusl Eso mismo hacer m a n d ó
Prado demum Sacramento, Con ceremonias espresas
Nc vacilles, sed memento En memoria de su amor.
Tantum esse sub fragmento, Enseñados por el órden
Quantum tolo legilur. Sagrado que nos dejó.
Nulla reí fit scissura; Consagramos pan y v ino
Signi lantum fit fractura, En Hostia de salvación.
Qua nec status, nec slalura Dase á los cristianos dogma,
Signati minuitur. Que, pasa del pan la flor
Ecce Pañis Angelorum A ser carne; y Sangre el vino
Factus cibus viatorura : En la transuslanciacion.
Veré Pañis filiorum Lo que no miran los ojos,
Non mittendus caníbus. Ni lo alcanza la razón,
In figuris praesignalur, Animosa lo asegura
Cam Isaac immolatur : La fé, en órden superior.
Agnus Pascbae depulatur : Debajo de diferentes
Dalur Manna palríbus. Especies (de cosas nó,
Bone Pastor, Pañis vére, Sino de señales solas),
Jesu nostrí, miserere: ¡GRANDE COSA se escondió!
Tu nos pasco, nos l u c r e : Bebida solo y vianda
448 LA FESTIVIDAD
La Sangro y la Carne son; e t e g o i n i l l o . Sicut misil ól. Como el Padre que vive
Pero Cristo todo queda me vivens Paler, el ego me lia enviado, y como yo v i -
En una y otra oblación. vivo propler Pulrem : el vo por el Padre del misino mo-
No le parte el qnelc'come; qui manducal me, et ipse do el que me come vive tam-
Sin quiebra ni división vivet propler me. Hic est bién por mí. Este es el pan que
Entero á Cristo se lleva p a ñ i s , qui de codo deseen- ha venido del cielo. Nó como
Aquel que le recibió. d i l . Non sicut manducave- el m a n á que han comido vues-
Uno le recibe, y m i l ; runt paires veslri m a m a , tros padres, y han muerto. El
Cuanto llevan de valor et morlui sunl. Qui m a n - que come de este pan vivirá
Los m i l , tanto lleva el uno; dücut hunc panem, t'ú'Cí eternamente.
¡Ni comido se gastó! M (Bternum.
Los buenos, como los malos,
Reciben la Comunión, MEDITACION.
Pero con desigual suerte
Del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
De vida, ó mortal horror.
Es muerte para los malos, PUMO PRIMERO.—Considera que entre todo lo magnífico,
Quien vida á los buenos dió lo maravilloso y lo estraordinai io que Dios ha hecho para
¡Advierte en una comida testificarnos el esceso de su amor, el adorable Sacramen-
ElOn desigual de dos! to de la Eucaristía es el compendio de estas maravillas,
Y en fin, al partir la Uoslia y un testimonio perpetuo de un amor todavía mayor. Que
No vaciles de temor; Dios se haya dignado tomar un cuidado singular sobre
Que tanto encierra el pedazo, su pueblo; que haya hecho tantos prodigios en favor su-
Cuanto el lodo en sí e n c e r r ó . y o ; que haya suspendido l a s ó l a s para abrirle un camino
No hay quiebra de cosa allí. por medio de las aguas ; que le baya alimentado en el de-
Que fué sola la fracción sierto con un maná celestial; que se haya dignado ser so
De la s e ñ a l : lo encerrado defensor y su guia ; que haya querido sensibilizar su m a -
Nada se d i s m i n u y ó . jestad divina por medio de los truenos y de los r e l á m p a -
¡Mira de Angeles el Pan gos, y su presencia por una nube en el templo ; todas es-
Ya manjar al viador! las son otras tantas puchas de una bondad muy amable;
Sin duda Pan de los hijos; pero que Jesucristo, sin tener consideración á lo que so-
Nó para los perros, n ó . mos nosotros y á lo que os é l , haga,para teslificarnos su
Señalóse en la figura, amor todos los milagros que hace en la adorable Eucaris-
Cuando e n s a y ó Isaac la acción : tía ; que se digne encerrarse, reducirse á-un espacio cua-
Comióse el Pascual Cordero : si indivisible y reproducirse al mismo tiempo hasla lo i n -
Maná á los Padres llovió. finito ; despojarse do su majestad, y no despojarse ni
Buen Pastor, Pan verdadero, ocultarse tan enteramente, bajo de las apariencias de pan
y vino, sino para servirnos de alimento; permanecer dia
Tennos, J e s ú s , compasión;
y noche encerrado sobre el altar en un copón, y todo esto
Tú nos acude y sustenta,
para estar real é incesantemente presente con nosotros ;
Señor, y defiéndenos'.
¿ q u é os parece ? ¿ e s esto amarnos con ternura ? ¿ no es
Tú, en la tierra d é l o s vivos,
esta una prueba harto brillante de un amor grande? y es-
Libres de'bumana pasión,
te esceso de amor á unas criaturas tan viles ¿ n o es una
Haznos ver aquellos bienes,
maravilla todavía mas incomprensible que la misma E u -
Que ellos solos bienes son.
caristía? Por mas ternura que tenga un soberano á un f a -
Tú, que lodo cuanto hay sabes,
vorito suyo, no olvida nunca que él es el s e ñ o r ; siempre
Omnipotente S e ñ o r ,
tiene consideraciones que guardar en los mayores testi-
Y nos sustentas a c á
monios de amistad én órden á sus vasallos. Hay ciertos
En la mortal condición.
aires, cierto rango, cierto decoro de que no se despoja
Ponnos á tu mesa, y haz
j a m á s el príncipe, aun en medio de la familiaridad mas
Que heredando igual favor.
tierna. Solo el amor cslrenio que Jesucristo nos ha testi-
De tus conciudadanos santos
ficado en la Eucaristía es el que no guarda medidas. Esto
Gocemos la comunión. divino Salvador, este Señor inünilamcnlc grande, se e n -
Amen. Aleluya. trega, se prodiga sin distinción á sus vasallos, á quienes
mira como hijos suyos. Diríase que se olvida de sí mismo
E l Evangelio de la misa es lomado del cap. 6 del que es-
en este adorable misterio, y que no se acuerda mas que
cribió san Juan.
de nosotros. ¡ Q u é prodigio, buen Dios! pero ¡ q u é de m i -
I n illo lempore : Dixit En aquel tiempo dijo Jesús
lagros en esta sola maravilla! La sustancia del pan y del
Jesús lurbis Judoeorum á las turbas de los j u d í o s : Mi
vino aniquilada sin destruir los accidentes; el cuerpo do
inca veré est cibus : et carne es verdaderamente c o - Jesucristo reproducido á un mismo tiempo en mil parajes
sanguis mcus veré esl p o - mida , y m i sangre es verda- diferentes, y siempre lodo entero en una especie cuasi i n -
l u t . Qui manducal mcam deramente bebida. El que co- divisible ; un Dios sometido á la palabra de un simple sa-
carncm, et bibit meum me m i carne y bebe mi san- cerdote, el cuerpo y ía sangre de Jesucristo realmenlo
sanguinem, in m manet, gre pcrmanccQ en mi y yo en
DEL SS. SACRAMENTO. 449
presente sobre nuestros altares, espuesto á todas las i r r e - fi ido y q u é no sufre aun lodos los dias este divino Salva-
verenuias, á los insultos y á ¡as profanaciones sacrilegas dor de laníos fieles indignos que tan vilmente h Iralan?
de los impíos y de los libertinos, distribimlo, en íin, i n d i - ¡ Qué profanaciones en el lugar santo! ¡ q u é falta de res-
ferentemente á lodos los fieles. Hé aquí lo que Jesucristo pelo ! ¡ q u é comuniones sacrilegas! ¡ q u é irreverencias
hace para testificarnos sn amor; bé aqní el objeto de nues- mas monsliuosasi A la verdad la Iglesia trata en esle di i
tra creencia ; el entendimienlo se confunde y se pier de en y por loda la octava de darle una pública satisfacción, y
esta mnlíipiicidad de maravillas, lodas á cual mas incom- reparar con su culto público tantas impías profanaciones «
prensibles. ¿ N o era bastante que un Dios se bubiese he- pero i cu;m pocos son los cristianos que entran en el es-
d i ó hombre para rescatar á los hombres? ¿ No era b á s - píritu de la Iglesia! ¡ cuán pocos contribuyen á la pom-
tanle que este Dios hombre hubiese dado su sangre y su pa de su triunfo ! ¡ enán pocos piensan en indemnizarle de
vida por la salud de los hombres? i A h ! es oslo mucho los desprecios y de los insultos que ha recibido I
mas de lo que no;otros nos hubiéramos atrevido á pedir, | Buen Dios, (pie no pueda yo reparar hoy y durante
mas de lo que hubiéramos podido creer, l'ero que esle esta octava todas las ignominias que habéis sufrido t n
divino Salvador después de habérnoslo dado todo, se dé este adorable Sacramenlo de vuestro amor ! \ que no ten-
también á sí mismo ; que qniera ser aun nuesíra comida ga yo (autos corazones como estrellas hay en el cielo, y
sagrada; que un Dios hombre después de habernos res- hombres en la tierra ; y en cada uno de estos corazones
catado por sn muerte, quiera todavía alimenlarnos con su tanto amor á vos, como el que tienen todos los ángeles y
carne; hombres ingratos, ¿ c o m p r e n d é i s bien esta mara- todos los santos! Aun seria poco en comparación del que
villa? m e r e c é i s ; aun seria poco en comparación del que y o d e -
I'UJÍTO SECUNDO.—Considera que por mas admirable, seo. Celestiales inteligencias, ángeles bienaventurados,
por mas incomprensihle (pie sea el amor inmenso que Je- que rodeáis estos altares, yo os conjuro que adoréis y
sucristo nos testiüca en el Santísimo Sacramenlo, hay to- améis por mí á esle Dios de amor, y le digáis que yo pe-
davía otra cosa al parecer mas eslraordinaria y mas i n - no de sentimienío de amarle lan poco , y de deseo de
comprensible, y esla os la indiferencia, la fi iahiad, la i n - amai'le cada dia mas. Yo mismo. Señor, vengo á leslili-
gratitud de los fieles para con Jesncrislo en feste augusto cárosle delante de vuestro santuario, y aquí es donde quie-
Sacramento. Es, en verdad, maravilloso é inconcehible re venir de continuo á esplayar mi corazón, y abrasarme
que un Dios nos ame hasta este punto; pero al Iin, es mi de nuevo con el fuego de vuestro divino amor.
Dios el que nos aína, y nos ama como Dios : pero que en UcuuTQRUS.—lie hallado al que ama mi alma, yo le
nosotros no se vea mas que fastidio, y aun desprecio de poseo en ¡a Eucaristía, no me separaré ya de él. ( Caul. 2).
este Dios en el misterio mismo en que nos prueba lan efi- Mi amado es todo para mí, y yo soy todo para el.
cazmente hasta (]ué esceso nos ama, ¿ e s fácil do com- ICanl. 3.)
prender esle misterio do iniquidad ? ¿ Qué turco, q u é pa-
gano, qué b á r b a r o , instruido de lo que creemos en esle rnorósiTos.
adorable iiiislcrio, podría imaginarse j a m á s que a m á s e - 1 Hemos visto cuál es el tnolivo de esta solemne fies-
mos tan poco á Jesucristo? Esle divino Salvador para na- la, y el fin que la Iglesia se propone en esla augusta so-
da necesila á los homhros ; sin embargo, cuenta por nada lemnidad', Cnámonos , pues , á sn espíiiln, V contribuya-
el éslar encerrado en una hostia consograda hasla el íin tupa cuanto nos sea posible á la solemnidad de esla fiesta.
de los siglos; tanto es lo que ama á los hombres, tan Comulgad hoy, y las mas veces (pie os fuere posible en la
grande es el placer que esperimenla en estar con ellos. octava, y siempre con una devoción mas Berna y con
Los hombres por el contrario no pueden pasarse sin é l ; nuevo fervor. Asistid á la procesión para contribuir al
sin embargo, cuentan por nada la gracia que les hace en triunfo de Jesncrislo, y con la ¡dea de reparar, cnanto os-
estar con ellos, tan poco la aprecian, tan poco caso hacen lé de vuestra parle, con vuestra modestia y con \neslra
de la dicha que es el estar con él. Esas personas ociosas, piedad, los ultrajes que JeMicrislo ha snlrido en este ado-
laslidiadas aun de su ociosidad, (pie lan raras veces j con rable misterio. Asislid lodos los dias á ta reserva, y sed
lanío disgusto se presentan en nuestros templos ; esas solícitos por recibir muchas veces cada dia la bendición
gentes del mmulo que dan lastres y las cnalro horas á del Santísimo Sacramenlo. Jamás se recibe con las dispo-
los especláculos profanos, y la mayor parle de su vida a! siciones que se debe recibir, sin que se reciban grandes
juego, á las diversiones, á "las reuniones mundanas, y que tesoros de gracias. Asistid lodos los dias á la misa con
no parecen mas que una vez á la semana á los ¡liés de los aquel espíritu de religión quo píde osle gran sanilieio.
altares, y esa con tedio y con trabajo, ¿ a p r e c i a n mucho Muchos se imponen una obligación de asistir diariamente
la ventaja y el honor que nos cabe en poder rendir nues- en la octava al oficio divino.
tros homenajes á Jesucristo , realmenle presenil1 en esos 2 Cs una práctica de piedad muy úlil el hacer en cada
mismos altares todos los dias y á lodas las horas del dia ? un dia de la octava muchas visitas á Jesncrislo en el San-
¿ Concuerda en esle punto nueslra creenci;! ? No hay ne- lísimo Sacramento, por lo ménos dos cada dia. Muchos
cesidad de recordar aquí la triste memoria (1(> los ultrajes hacen mas, y lo ménos que deben hacer las personas re-
que ha sufrido este divino Salvador en sn pasión, m de lo ligiosas son cinco cada dia; pero cuidad de hacerlas de
que ha tolerado de ignominioso en esle Sacramenlo de modo que sirvan para reparar las que en otro tiempo ha-
parle de los herejes; nadie ignora hasta q u é escesos de béis hecho con peco respeto y con tanla indevoción. No
impiedad y de infamia ha llegado su rabia diabólica con- hay cosa mas edificante, no t i hay mas cristiana que
tra el cuerpo de Jesucristo en nuestros aliares. ¿ Y qué acompañar al Santísimo Sacramenlo cuando se le lleva á
bemos hecho nosotros para reparar estas impiedades i n - los enfermes. Los principes no salen j a m á s de sus palacios*
jttWQsasj estos horribles sacrilegios? pero ¿ (pié no lia su- sin que lleven una comitiva y una córte numerosa. ¡ A h !

TOMO I V . 57
450 LA FESTIVIDAD
Jesucristo salo de su templo para ir á casa de los enfer- Sois muerte al pecador
mos; ¿ q u i é n es el que se apresura para a c o m p a ñ a r l o ? Que os llega á recibir;
¿ q u é córte se hace á Jesucristo y á nuestras iglesias? Re- Daisal justo el vivir
glad de hoy mas la conducta que queráis conservar sobre Con fino y tierno amor :
este punto. Si estáis en el mundo, decid todos losdias de ¡O inefable Señor,
la octava el oficio pequeño del Santísimo Sacramento, y Que en un mismo manjar
decidle de hoy en adelanto el jueves de cada semana. Sabéis la vida y muerte dar!
•íti''; LETRILLAS Sois fuego abrasador,
EN HONRA DEL SANTISIMO SACRAMENTO. Pastor, Cordero y Pan,
Esposo, Rey, Galán,
Ál fm de cada una puede decirse Padre nuestro y Gloria Pa- Dios, Hombre y Redentor:
tri para mayor devoción. Prodigio tal mayor
En Pios no pudo hallar
Altísimo Señor, Que mas al hombre pueda dar
Que supisteis juntar,
Precioso candeal,
A un tiempo en el Altar
Que al alma justa y fiel
Ser Cordero y Pastor :
Sois mas dulce que miel,
Confieso con dolor Mas bello que el panal:

Que hice mal en huir La gloria celestial
De quien por mí quiso morir. Espero en Vos, mi Dios,
Cordero celestial, Para reinar sin fin con Vos.
Pan nacido en Belén, .
Si no le como bien -Í & Ü (M M ^ . ^ . Í : - / . . ; . ! ! ; . v - i i . - • • do M
Me sucederá mal : DOMINGO INFRAOCTAVO DEL SS. SACRAMENTO,
Sois todo piedra imnn. Y SEGUNDO DESPUES DE PENTECOSTÉS.
Que an astra el corazón Este domingo es propiamente la continuación d é l a fiesta
De quien os rinde adoración. solemne del Santísimo Sacramento y de la celebridad del
El manjar que se da triunfo de Jesucristo en la Eucaristía. Toda la octava no es
En el sacro V i r i l mas que la fiesta, esto es, una sola fiesta solemne que d u -

Me sabe á gustos m i l , ra ocho dias. Siendo por otra parle siempre solemne el
Mas bien que no el maná : domingo, aumenla también la devoción y la celebridad de
Si el alma limpia está la fiesta.
Al comer de este pan, El introito de la misa del dia está tomado del salmo 175
La gloria eterna le d a r á n . que es un cántico de acción de gracias que David da á
Recibe el Redentor Dios por haberle sacado de tantos peligros y haberle
En un manjar sutil puesto generosamente bajo de su protección, con la que
El pobre, el siervo, el v i l , no teme ya á sus enemigos, y á la cual reconoce que debe
El esclavo y señor : todas las victorias que ha conseguido. Nosotros podemos
Perciben su sabor decir que toda nuestra fortaleza está en Jesucristo en el
Si con fé viva van; Santísimo Sacramento. Tenemos en la Eucaristía un ante-
Si no, veneno es este pan, mural que no es capaz de forzar nunca todo el infierno.
Yenid, hijos de Adán, ¿ Q u ó protección mas ilustre ni mas segura que este divino
i.
A un convite de amor Salvador en nuestros altares? La Eucaiislía es nueslro
Que hoy nos da el Señor, apoyo, nuestro consuelo, nuestro refugio, lodo nuestro r e -
De solo vino y pan : curso en todos los peligros de esta vida. Movida la Iglesia
De tan dulce sabor. de este espíritu, comienza la misa de este dia por el versi-
De tal gracia y virtud, llo de este salmo que tan bien ospresa los vivos y afectuo-
Que sabe, baria y da salud. sos sentimientos de reconocimiento y de amor deque de-
ben estar poseídos todos los fieles al acordarse de los gran-
El pan que hoy se nos da
des auxilios y de los bienes infmhos que hallamos en oí
Del cielo descendió;
Santísimo Sacramento. «El Señor se ha hecho mi protec-
Es pan que vivo está,
tor» de una manera muy singular, haciéndose mi alimen-
Es manjar celestial
to: ya no me veré estrechado por mis enemigos, porque
Que Dios nos regaló,
«el Señor me ha puesto en franquía.» Yo reconozco sin
Y él mismo preparó
que me quede duda que «el esceso de su amor inmenso
Dentro de un vientre virginal.
es lo que me ha salvado.» El testimonio mas brillante de
•r.i - i.' I'.' Los Angeles al ver
su ternura es la prenda de mi salud. También yo a m a r é á
-(ídoqui Tal gloria y mojeslad
mi Salvador con todo mi corazón, con toda mi alma, con
Con profunda humildad
todas mis fuerzas. ¿ Y cómo podría yo, ó Dios raio, des-
Adoran su poder :
pués de haberme dado una señal tan prodigiosa de vues-
Sin poder merecer
tro amor, no amaros con lodo mi corazón, ó amaros solo á
La dicha de gozar
medias ó con reserva? «Yo os a m a r é , Señor, á vos que
De tan rico y divino manjar.

DEL SS. S A G a A m Y T O . 45f
sois mi fortaleza. El Seflor es m i apoyo, mi refugio y mi señal es e! amor y la perfecta caridad que tenemos á núes
lihoitador. Iros hermanos. Por esta señal es por lo que el Salvador
La Eucaristía es el pan de los fuerles; es el pan celes- quiere que se conozcan sus verdaderos discípulos: astees
tial, el pan divino, el pan de vida, del que no era mas su precepto favorito: mi precepto especial, dice él mismo,
que la figura el que el ángel trajo á Elias, y le dió tanto es que os améis unos á otros, como yo os he amado. San
vigor para continuar su camino. «A los que escitamos y Juan acababa de decir que por el beneficio inestimable de
exhortamos al combate por la fé, decia san Cipriano escri- la redención hemos pasado de la muerte á la vida ; con
hiendo al papa Gornelio, no dejamos que entren en el cam- esto declara que en vano nos lisonjearíamos de esta ven-
po de batalla sin que estén ántes furlalecidos, y como ar- taja si no amásemos á nuestro prójimo como á nosotros
mados con el cuerpo y con la sangre de Jesucristo por la mismos ; sin esta caridad cristiana se vive en un estado
comunión. Nosotros debemos salir de la santa mesa como de reprobación, porpuc «el que no ama está en un estado
leones, dicen los ladres, respirando el fuego divino que de muerte.» En efecto, no es amar á Dios el aborrecer á..
enciende en las almas el cuerpo y sangre de Jesucristo; sus hermanos, i Qué ilusión, q u é error, buen Dios, lison-
¿ y q u é ánimo, q u é fortaleza no debe escilar? jearse de que se os ama, de seros agradable, alimentando
La Epístola do la misa de este dia está tomada del ca- en el corazón un odio secreto contra su prójimo \
pítulo 3 de la primera Epístola canónica de san Juan. Aca- «Cualquiera que aborrece á su hermano es un h o m i -
baba de referir el Apóstol el ejemplo de Cain, que arras- cida, y vosotros sabéis,» a ñ a d e , « q u e ningún homicida
trado de la envidia mas maligna que hubo j a m á s , mató á tiene en sí la vida eterna.» El odio es un veneno que da
su liermano Abel, no pudiendosulrir que Dios diese á Abel la muerte al alma desde el momento que se ha apoderado
señales de preferencia, aceptando sus ofrendas que eran del corazón. Cualquiera qiio aborrece á su hermano se da
sanias, al paso que reprobaba las suyas, porque eran ma- á sí mismo la muerte; es también el odio por sí mismo
las é indignas de la majestad de Dios. No babia cosa mas asesino de inclinación de aquel á quien aborrece. Es una
injusta que los zelos que había concebido Cain contra su pasión que de su naturaleza tiende á la destrucción de su
hermano. objeto. Por reservados, por disimulados que sean sus d e -
«No estrafleis, hermanos mios, continúa el santo Após- seos, siempre le agrada la muerte de un enemigo, y sin
tol, que el mundo os a b o r r e z c a : » si vosotros fueseis tan buscarla la desea. Esto es lo que ha hecho decir ásan Ge-
malvados como él, el mundo no os aborrecería. Siempre rónimo que cualquiera que aborrece no deja de ser h o m i -
han sido los buenos el objeto del odio y del desprecio de cida, aunque no se sirva de esp-nda ni de veneno para dar
los malos. La vida pura, inocente, religiosa de aquellos» la muerle; y vosotros sabéis, añade san Juan, que ningún
es una censura incómoda de los desórdenes de eslos; h é homicida tiene en sí la vida eterna^ esto es, la vida de la
aquí lo que les pone de tan mal humor contra aquellos gracia, que es como la semilla de la bienaventurada eter-
cuya virtud condena tácitamente el desarreglo de sus cos- nidad.
tumbres y de su conducía. Siempre habrá Gaínes en el ¿Queréis conocer si verdaderamente amáis á vuestros
mmulo, mienli-íis que en el hubiere Abeles. No son los de- hermanos, prosigue, y si les profesáis la caridad cristiana
fectos que su les escapan á los buenos lo que altera la b i - que tanto se nos recomienda? Mirad si estáis en disposi-
lis do los perversos, son muy comunes y muy ordinarias ción de dar vuestra vida por su salvación, como Jesucristo
las irregularidades en loa mundanos y en los libertinos ha dado la suya por salvarnos; porque también nosotros
para que se ofenda su pretendida delicadeza; «todo el debemos dar la vida por nuestros hermanos. Esto es lo
mundo está sumergido en la iniquidad y en la malicia,» y que hacen aun tqdos los dias los que pasan los mares, y
sobre esto artículo los mundanos son u.#y inclinados y van á esponersc á los mayores peligros de la vida para
están muy acostumbrados á perdonárselo lodo. Lo que los convertir á los infieles y á los herejes, renovando en estos
irrita contra las genios virtuosas es la probidad, la ino- úllimos tiempos aquella caridad cristiana de los primeros
cencia de los que no son de otra condición, ni profesan siglos que hacia decir á los paganos, hablando de los p r i -
otra religión que los libertinos. La demasiada luz hiérelos meros cristianos, según lo refiere Tertuliano: «Mirad Có-
ojos enfermos, y esto os lo que atrae á los buenos el odio y mo se aman, y hasta dónde llega su caridad , que e s t á n
las persecuciones de los malos. No debéis, pues, admira- prontos á dar su vida los unos por los otros.» Esto es l o
ros si el mundo os aborrece; vosotros no sois del mundo. qne también hemos visto nosotros en nuestros dias en l a
El mundo mira como enemigo todo lo que no es como él. persona de esos héroes cristianos, á quienes los horrores
«Nosotros sabemos que hemos pasado do la muerle á la de la muerto no han sido capaces de detener para que h a -
vida, poique amamos á nuestros hermanos.)» La caridad yan espuesto su vida por la salud de sus hermanos, á
caracteriza á todos los discípulos de Jesucristo, y j a m á s fué quienes el riesgo del contagio mas horrible ponía en pe-
el carácter de los partidarios y esclavos dtd mundo. Noso- ligro de morir sin auxilios espirituales. ¡Cuán léjos están
tros sabemos, dice el sanio Apóstol, qne hemos pasado de de esta caridad cristiana los que niegan á las necesidades
la muerte á la vida, esto es, que por la misericordia de estreñías de sus hermanos hasta lo que tienen superíluo!
Dios hemos llegado á ser hijos suyos, y por esta cualidad Todo el que teniendo bienes do este mundo y viendo á su
tenemos derecho á la vida eterna, somos herederos de hermano necesitado cerrase su corazón para con él, ¿cómo
Dios y coherederos de Jesucristo. El inocente Abel debe puede abrigar en sí el amor de Dios? Ricos del mundo que
servirnos de modelo. A la verdad, la predcslinacion de sois duros para con los pobres; grandes del mundo que
cada uno en particular es un secreto que Dios se ha r e - consumís en el lujo, en banquetes espléndidos , en caba-
servado, y á no ser por una revelación, nadie puede pene- llos y en soberbios equipajes lo que seria suficiente para
trar este misterio. Sin embargo, dice el Apóstol, yo quiero que no muriesen de pura miseria un número infinito de
Jar una seiial poco dudosa de vuestra predestinación; esta infelices, y para hacer dichosa una prodigiosa multitud
452 DOMINGO INFRAOGTAVO
do faiiiüias pobres que perecen por fnlía de socorro; ¿ p o - casa; no quiero ver puestos vacíos á mi mesa. En cuanto
déis lisnijearos do que tenéis la caridad cristiana? ¿ y se á los que yo habia tenido la bondad de convidar desde el
podrá l acionalmenle esperar sin ella 80R8^gtÜr la salva- principio A mi festín, se han hecho indignos, y yo asegu-
clon? Bs una falta grave, dice san Ambrosio, el no asislir ro que ni uno de ellos gustará de él.
á uno de nuestros bermanos que sabemos que está en la Es evidente que esta parábola en el sentido literal mira
úllima miseria y en una pobreza eslrema. á los judíos y á los gentiles, y su objeto es demostrar la
«Mis queridos bijos,)) concluyo el santo apóstol, que economía de la conducta amable y del lodo misericordio-
conocía mejor que nadie la necesidad indispensable de esta sa del Salvador en el establecimiento de su Iglesia. I.os j u -
virtud, « n o se reduzca vuestra caridad soloá las palabras, díos habían sido los primeros convidados á este banquete
ni esíó solo en la lengua, sea sí efectiva y verdadera.» misterioso que significaba el reino do Dios, quees la Igle-
Obsérvanseen el mundo muchas demostraciones de amis- sia. Eran, por decirlo así, los amigos del Padre de familia.
tad, muchos cumplimientos, grandes ofertas de servioios, Pero habiendo rehusado los principales de la nación re-
y on medio de todas estas h a z a ñ e r a s protestas, y de bo- cibir la gracia del Evangelio, so han escluido á sí mismos
llos senliinieníos de compasión, de solicilud y aun d i ter- de la bienaventuranza eterna. Solo algunos pobres pesca-
nura, ¡cuán poca caridad cristiana se encuentra! Muchas dores, publícanos, mujeres pecadoras, algnnog de la ínfi-
palabras oficiosas, cortesanas, y en estopara todo. Cuando ma plebe han aceptado el convite que se les habia hecho.
no se ama aj prójimo mas que de palabra, ¿se ama á Dios Tales han sido los primeros discípulos de Jesucristo y las
de lodo corazón? El amor que Jesucristo nos leslifica en el primicias delcrislianismo. Esloes lo que quiere dar á e n -
misterio de la Eucaristía, en el que nos da no solo todo lo tender Jesucristo, asignando como uno de los caracteres
que tiene, sino también todo lo que es, y en donde renue- de su venida en cualidad de Salvador y Mesías, que él
va conlinuamenle el sacrificio do su vida que ha hecho á Evangelio se ha anunciado á los pobres. En fin, no h a b i é n -
su Padre por nosotros, es ciertamente un gran modelo, y dose aun llenado la sala del banquete con los judíos con-
al mismo tiempo un gran motivo de la candad cristiana vertidos á la fé, Dios ha enviado á todas partes predica-
que debemos tener con nuestro prójimo. dores para que anunciasen el Evangelio á los gentiles y
El Evangelio de la misa de este día no tiene ménos re- los pusiesen en el camino de la salud. Hallábanse los j u -
incido con el gran misterio cuya fiesta se continúa. Contiene díos en la ciudad en donde habían sido reunidos por los
la parábola de los convidados que se escusan de asistir al patriarcas y los profetas del aniiguo Testamento, y por l a
f'esün, y cuyo lugar se llena por otros que no habían sido ley que Dios les habia dado; hallábanse á la verdad por
llamados al principio. las calles, por las encrucijadas y las plazas públicas, esto
es, muy desordenados por la corrupción de las costum-
Comiendo Jesucristo un sábado en casa de uno de los
bres y por la inobservancia d é l o s mandamientos de Dios;
principales fariseos, tomó ocasión de una palabra que d i -
pero sin embargo permanecían en la ciudad; esloes, en la
jo uno de los convidados, sobre la felicidad do ios que es-
sola, entonces, religión verdadera; continuaban siendo
tarán on el festín en el rejno de los cielos, para hacer la
aun hasta cnlonces el pueblo privilegiado; así es que por
parábola siguiente:
un efecto de esta predilección son los primeros convida-
Figuraos, les dice, un hombre rico que hace preparar
dos, y se les ha predicado ántes que á los d e m á s pueblos
una gran cena á la cual convida mucha gente. Ilahiendo
oí Evangelio. Eos sacerdotes, los fariseos, los doctores no
llegado la hora, einia uno de sus domésticos á d e c i r á los
han querido hallarse en j l festín, y han sido escluidos do
convidados que todo está pronto, y que se Jes espera. Mas
él para siempre; solo un puñado do gentes pobres de su
en lugar do darse ellos priesa, y de agradecer por l o m é -
nación han s i ( ^ inlroducidos en la sala. ¡Qué de reflexio-
nos el favor que les hace, contestan solo con escusas tan
nes se agolpan sobre su desgracia!
vanas como frivolas. Dice uno que ha comprado una here-
dad, y que tiene precisión de i r á verla; otro que ha com- A la repulsa de los judíos, por decirlo así, deben los
prado cinco paros de bueyes, y que va á probarlos; el gentiles el haber sido convidados: á vosotros era, se ha
tercero da por escusa de su negativa que se ha casado, y dicho á los judíos, á quienes debía anunciarse, primera-
que no le es dado dejar aquel día á su nueva esposa: t o - mente la palabra de Dios; pero puesto que la rechazáis, y
dos, en l i n , se oscusan, y le envían á decir quono los es- vosotros mismos os juzgáis indignos de la vida eterna, hó
pere. ¿Qné pensáis que hace el señor cuando ce le dice lo aquí que vamos á volvernos de parle de los gentiles.
que ha pasado? En prueba de su resenfimienlo, y ofendido «Precisadles,» estoes, en el sentido literal, bacedles una
de un desaire semejanle y de una ingnUilud lan indigna: dulce violencia, no forzando su voluntad; Dios no quiere
Anda, ie dice al criado, vé inmediatamente á las calles, á siervos que solo por fuerza y á pesar suyo estén en su
las phmis públicas de la ciudad y á las enerncijadas, y servicio, sino solo aquellos que lo estén á fuerza de m o -
tráeme lodo lo que encontrares de pobres, baldados, cie- gos y de invitaciones. En el sentido figurado esta espre-
gos y cojos; ejecitíósc sobre la marcha el orden. Víéronse sion significa la fuerza d é l a gracia que jamás deslruye la
entrar en la sala del festín multitud de pobres que daban libertad, y la fuerza de. la predicación del Evangelio que
saltos de alegría al verse llamados á una mesa tan buena. persuade. De esto modo obligaron al Salvador los discípu-
Aunque fué grande el número, quedaron, sin embargo, los que iban á Emaús á q u e se detuviese en el caslillo: «le
muchos sitios vacíos. Sabido esto por el sefior: Vuélvase detuvieron como por fuerza.» De este modo habia obliga-
inmediatamente, dice, sálgase á los enminos reales, y á do Eot á los tres ándeles á que fuésen á alojarse en snca-
sa. De este modo fué como san Pablo quiso que su discípu-
lo largo d é l o s vallados, recójase todo mendigo y estran-
lo Timoteo predicasv! el Evangelio: -(Predica la palabra,
jeroque se encuenlre, para que no quede ni un solo pues-
ejecuta en la ocasión y fuera deocasion; emplea las repren-
to vacio; ruégueseles que vengan,obligúeseles, fuérceseles
siones, los ruegos, las amenazas; siempre con mucha d u l -
aun en alguna manera á q u e entren hasta que se llene mi
BEL SS. SACRAMENTO. 453
/ u n y paciencia: y no cosos de ¡nslruir y convencer elen- homicida est. Et s hermano os « n homicida, y
tcntfiinienío para ganor d corazón.» En este mismo senti- quoniam omnis homicida vosotros sabéis que ningún h o -
do debe entenderse esta oración de la Iglesia: «Dignaos, non kabel mtam a¡[miam micida posee en si la vida
Señor, por la fuerza de vuestra gracia convertir nuestros i n semeAipso manentcm. eterna. Lo que nos da á cono-
corazones f ornias que estén endarecidos.» Sálese á bus- In, hoc cognovimus chari- cer cuál es la caridad de Dios,
car á los eslranjeros á los caminos reales y á lo largo de lalem D c i , ijuoníam Ule es que ha dado sn vida por
los vallados. Estaban los gentiles fuera del recinto de la animam suam pro nobis nosotros ; y nosotros debemo3
ciudad, hallábanse en e! camino ancho que conduce á la fiosuit: el nos debenmspro también dar nuestra vida por
perdición, y los vallados de que se guarecian no podian fratribits animas poneré, nuestros hermanos. Todo el
defenderles de las borrascas y de las tempestades. T e r l u - Qui habuerit subslanliam que teniendo bienes de esto
liano no exigia de los paganos otra cosa mas que el que hujus m u n d i , et vidcrit mundo , y viendo á su herma-
se presentasen á escuchar las verdades del Evangelio, fralrem s m m neccssita tem no en la necesidad, cerrare
persuadido de que por rebelde que fuese su voluntad, se hahere, el clauserit rísoc- su corazón para con é l , ¿ c ó -
vería obligada á r e n d i r s e á la fuerza de la verdad. Esla es r a tátt ab co : qmmodo mo puedeabrigaren sí el amor
la dulce violencia á que alude Jcsucrislo por estas pala- charitas Dei manet in co? de Dios ? Hijitos mios , no es-
bras; «Precísalos á entrar.» Fuerza, violencia, que no Filioli nwt, non diligamus té nuestro amor tan solo en
hiere j a m á s la libertad. verbo , ñeque lingua , sed las palabras, ni en la lengua,
El sentido moral de toda esta parábola es el hacernos optre et verilale. sea sí efectivo y verdadero.
comprender que no consiste en el Señor el que no nos sal- Los que creen que esta Epístola do san Juan ha sido
vemos; él lia heclio todos los gastos, da su gracia á todos; escrita contra los discípulos de Simón y de Cerinlo, la m i -
pero no todos corresponden á la gracia. La ambición, el ran como una especie de prefacio y de preludio de su Evan-
intL-rés, el amor del placer Lacen imililes muclias solicitu- gelio. Deja ver el sanio Apóstol en cuasi todas sus líneas la
des. Dios llama. Dios convida, hasta solicita para que se ardiente caridad de qne él estaba todo abrasado. Clama
venga á esta misteriosa cena, y á todo nos escusamos. La fuertemente contra los falsos doctores, y demuestra qne e l
concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos carácter de los verdaderos fieles es la fé, la candad y ta
y el orgullo de la vida reinan con demasiado despotismo inocencia.
en el mundo, para que encuentren ningún obstáculo en él.
Se conoce luf obligación que nos liga al Salvador, no deja- REELEXIONES.
mos de ser sensibles á su invitación; pero yo no puedo,
«No esté nuestro amor solo en las palabras.» No amar
n i é g o l e que me esenses. Yo tendria gusto en hallarme en
á Dios y á ntteslro prójimo mas qne con las palabras, es
él, pero los negocios del comercio, los embarazos y las c i r -
disimulo, hipocresía, desprecio, puede también aOadirse
custancias dei tiempo, una familia, un viaje, un prado, aun
impiedad. ¿.Ignórase que Dios conoce peifeclamente, los
una partida de diversión me impiden cumplir con este de-
verdaderos senlimieníos del corazón, y que sin el culto i n -
ber de religión. Mi propensión, mi inclinación, un largo
terior cuenta pomada la articulación de la voz y el m o v i -
hábito, e! respeto humano, e! mundo, el ejemplo, lodo ar-
miento esterior de los labios? Decir á Dios que se le ama
rastra, y el mandamiento deDiosy la salvación tienen que
mientras que el corazón desmiente nuestras palabras, es
ceder á lodo. ¿ Q u é debe esperarse de una conducta tan
creer que el Sefior es tan limilado como el hombre en sus
irreligiosa? Ninguno de los que estaban convidados gusta-
conocimientos, tan poco penetrante en sus luces, tan fácil
r á de mi cena.
de ser e n g a ñ a d o como nosoiros; juzguemos q u é impiedad
seria esta. Vivir persuadidos de que Dios ve nuestro cora-
l a oración de la misa de esle dia es como siijue:
zón, y qne conoce perfectamente todo lo que pasa en él,
Sancli n o m i m tui, Do- naced, Sefior, que tengamos y tener la Vergüenza de decirle que se le ama, ¿ n o e s esto
mine, timorem pariter et de continuo un temor respe- un insulto y un sacrilego desprecio? ¿Nos atreveríamos á
amorem fac nos liabcre tuoso y un amor ardiente a docirle á un hombre que le a m á b a m o s , sí supiésemos quo
perpeluvm : quia num* vuestro santo nombre, pues- conocía nuestra frialdad en orden á él, nuestra aversión,
qnam tua gubermiiime to que no abandonáis j a m á s á la poca estimación que de él hacíamos? Se harían muchos
desliluis, qnos in solidita- los que habéis eslaldecido en menos cumplimientos, si mntnamenle conociésemos noes-
te (UCB dilerlionis instilvis. la solidez de vuestro amor. tros pensamientos. Si somos tan poco sinceros con res-
Per ü o m i m m noslrum Por nuestro Señor, e!c. pecio á Dios, no hay mucho que estrañar el qne lo seamos
Jesum Chrislum FUium con respecto á los hombres. Verdad es que el disimulo y la
íwum... mala fé es el dia de hoy una de las mas ordinarias, de las
mas comunes cualidades de las gonlesdel mundo. ¿Y hay
La EpistoJa está sacada de la primera carta del apóstol san acaso mas sinceridad en las pniteslaciones graciosas, en
Juan, cap. ,1. los testimonios de amistad, aun entre los que hacen profe-
Charissimi : Nolitc n ú - Mis muy amados ; No eslra- sión de piedad? Jamás se ha visto mas atención, mas c i -
r a r i , si odit vos mundus. fieis que el mundo os aborrez- vilidad, mas cortesía qne en el dia de hoy: pero nunca
Nos sñnms quoniam ca ; nosotros sabemos que he- ménos amistad sincera; El interés es el gran móvil qne da
Irnnslaii sumus de marte mos pasado de la muerto á la impulso á toda la máquina. La mas fuerte pasión es el r e -
ad vitnm, quoniam d i l i g i - vida, porque amamos á nues- sorte que obra con mas fuerza. ¡Buen Dios, enán cierto es
wws fratres. Qui non d i l i - tros hermanos; el que no ama que la caridad cristiana de la cual habéis hecho v m ^ l i o
fpt, v m é t in morte : om- está en un estado de muerte. precepto especial, vuestro mandamiento favorito, del quo
qui odit f r a l w n s m m , Cualquiera que aborrece á su habéis declarado que debía ser semejante al mandamiento
DOMINGO 1NFRAOCTAVO
de amar á Dios, sobre el que gira toda h l e y ; cuan cíerlo la figura, es la comunión. Este es clbanqnefo divino en e l
es que esta caridad indispensable está cuasi proscrita en que sirsen de manjar y de hehida el cuerpo y la sangre
el mondo, y como desterrada del comercio de la vida c i - de Jesucristo; el Salvador es el que lo ha preparado y con-
vil ! La jerigonza del disimulo y de un bien parecer oticio- vida á todo el mundo. Pero ¿cuántos se cscusan y se n i e -
so, pero vacío y estéril, ba tomado su lugar. No bien se gan á concurrir á é l ? Yo he comprado una casa de campo,
lia enseñoreado del corazón del bombre, cuando se rinde dice el uno, y no puedo ménos de i r á verla. Yo me he
voluntariamente esclavo de su amor propio y d e s ú s pasio- casado, dice otro, y es bien claro que m i escusa es legíti-
nes: «No sea, pues, nuestro amor de p a l a b r a : » digan ma. Otro dice: Yo he comprado cinco pares de bueyes,
nuestros sentimientos y nuestras obras mejor que nuestras preciso es que v a y a á probarlos. De aquí, dice san Grego-
palabras si amamos á Dios, y si amamos á nuestros her- r i o , los tres grandes principios de nuestra indevoción, do
manos. Decir que se ama á Dios, y no guardar sus manda- nuestro alejamiento de la comunión y de nuestra repug-
mientos, es mentira. Decir que se ama á sos hermanos, y nancia. El apego á los bienes de la tierra, el interés y e l
no tener para con ellos mas que dureza ó indiferencia, es amor del placer son los aciagos lazos que nos encadenan
mojiganga: las obras son un testimonio poco sospechoso y nos detienen. Por mas que Jesucristro nos envia sus d o -
de nuestros verdaderos sentimientos. mésticos y sus siervos que nos digan que todo está p r o n -
to, y que nos espera á comer en su me^a donde él mismo
El Evangelio de la misa está lomado del de san Luco», quiere servirnos su precioso cuerpo, no se hace caso de u n
cap. 14. pan divino y de un m a n á enteramente celestial; nos gus-
In tilo tempore : Dixit En aquel tiempo dijo Jesús tan mas las cebollas de Egipto. Estamos pegados á la t i e r -
JiSus pharisaiis par a b ó - h los fariseos esta pai'ábola : ra por muchas parles: el corazón es demasiado terreno, y
la m hanc : Homo quídam Cierto hombre dió una gran el entendimiento apenas es tampoco mas espiritual. Nos
fecit ctenttm magnam, et •cena , y convidó á nuu lios. decidimos al servicio del mundo, y este señor, enemigo
vocavü mullos. E l misil Cuando fué tiempo de cenar declarado de Jesucristo y de nuestra salvación, no se c o n -
scrvum suum hora ccence envió á su criado , que dijese viene á permitir á sus esclavos el que se hallen en esta d i -
dicere invilalis u l veni- á los convidados que viniesen, vina mesa. Los negocios temporales, el comercio, absor-
r e n l , ^ « t a j a m parala porque todo estaba pronto. ven lodo el tiempo, y sufocan poco á poco todo espíritu do
sunl omnia. E l capcrmt Kmpcznron enlonces lodos á religión. Los dias de trabajo no bastan ; un insaciable i n -
simul omncs excusare. P r i - escusnrse. Díjole el primero : terés, una codicia dominante quiere también aprovechar-
Ue comprado una casa de cam- se de los días de fiesta. El dia santo del domingo apena»
mas dixit e i : Villam m i ,
es para la mayor parte de los hombres el dia santo del Se-
el necesse ¡tabeo exire, el po, y me es preciso ir á verla;
ñ o r ; las fiestas campestres y lo mas espinoso de los ne-
vidcre iltam : rogo le hube ruégelo que me escuses. El
gocios se deja para los domingos y dias festivos. La c o -
me excusalum. E l aller olio dijo : l i e comprado cinco
munión no es cosa que interesa á la mayor parle de las
dixit : Juga boum emi pares de bueyes, y voy á p r o -
gentes; pide demasiada preparación y cuidado, y hay otras
quinqué, el eo probare i l l a : barlos s ruégele que me escu-
cosas que hacer. En fin, aun cuando no tuviésemos mas
rogo le habe me excusa- ses. Yo me he casado, dijo
que la funesia pasión del placer, es innegable que los l a -
lum. Et alius d i x i l : Uxo- otro , y por esto no puedo i r
zos que produce son muy fuertes y muy multiplicados; el
rem duxi, el ideo non pos- allá. Volviéndose el criado,
obstáculo es muy grande para ir á participar de los d i v i -
sum venire. Et reversus dió cuenta de lodo á su seílor.
nos misterios. Cuando agradan los placeres carnales ó
serntíi, nunliavit hwc do- Enlonces airado el pudre de
impuros, la comunión causa tedio. Por mas que el e s p í r i -
mino suo. Tune iratus p a - familias dijo á so siervo: I n -
tu mundano aduzca cien preteslos plausibles, son vanas y
ler familias, d i x i l servo mediatamente sal á las plazas
frivolas escusas, siempre uncen do uno de estos fondos.
suo : E x i cito i n plateas y calles de la ciudad, y tráelo
Siempre hay tiempo para hallarse en todas las parlidasy
el vicos civitaiis: el p a n - acá los pobres, los paralíticos,
reuniones á que el mundo nos convida; pero si se trata
peres ac débiles, el emos los ciegos y los cojos. Señor,
del hanquete sagrado, al cual nos convida el Salvador, j a -
el claudos inlroduc huc. dijo el criado , está ejecutado
atól hay lugar. Por mas que se nos represente que esle es
Et ait servus : Domine, lo que ordenasteis, y todavía el festin de Jesucristo, que es el pan de vida el que allí se
fnclum esí M£ imperasíi, el queda lugar. Díjole el sefior nos d á , y una vida celestial y eterna, cede siempre al pan
adhuc locas esl. E l ait do- de nuevo á so siervo : Vé á los terrestre de un puñado de dias. Ni la dignidad, ni la m a -
minus servo : E x i i n vías caminos y por los vallados , y jestad del que nos convida, ni el precio infinito del alimen-
el sepes : et compelle i n - á los que encuentres precísalos to divino que allí se nos da, ni los auxilios y la fortaleza
trarc, ut implealur domus á enlrar á fin de que se llene que allí se encuentra, ni los medios de salud que se hallan
mea. Vico autem vobis, mi casa; porque yo os aseguro allí, ni las dulzuras puras y esquisitas que gustan en é]
quod nemo virorum i l l o - que ninguno de los que liabian las almos santas, nada basta para vencer la repugnancia,
rum qui vocati sunl, gus- sido convidados gustará de mi .sefial visible de reprobación. ¡Cuántas gentes no comul-
labil cwnam meam. banquete. garían j a m á s , si bajo pena de pecado y de escomunion no
soles forzase á comulgar al ménos por la Pascua ! y ona
MEDITACION. comunión hecha por fuerza ¿ e s una prenda de salud ?

Sobre las escusas que alejan á muchos de la comunión. PUNTO SEGUNDO.—Consider a que no es ménos frivola la
h vi o i-uiMEno. — Considera que el verdadero banque- escusa de aquellos que so alejan de la comunión por un
te celestial al cual están convidados lodos los fieles, y de prelesto de respeto y de humildad, respeto simulado, h u -
el que la cena de que habla el Evangelio no era mas que mildad imaginaria y engatlcsa; puesto que una humildad
DEL SS. SACRAMENTO. 455
sincera y religiosa sería una verdadera y santa disposi- •fíttvwt'ih-iMu ttb'ñ'i m ,?cif» odio Mbímn*)! *» n» .*«>
ción del alma para comulgar. Nosotros no somos dignos PROPÓSITOS.
de comulgar con frecuencia ; ¿ p e r o el retiro de la comu- 1 Es mal modo de raciocinar el decir: yo no quiero co-
nión nos hace mas dignos'? No se siente uno bien dis- mulgar, porque me repulo indigno de ello ; debe, por el
puesto; ¿ y qué se hace para tenerlas disposiciones nece- contrario, decirse : quiero trabajar cuanto me sea posible,
sarias ? Cuanto mas uno se aleja de la sagrada mesa, me- con el auxilio de la gracia, para hacerme ménos indigno
nos dignamente se acerca. Pocos hay de los que solo co- de comulgar, por la inocencia de mi vida y por mi devo-
mulgan una vez al a ñ o , que no hagan una comunión i n - ción. El creerme indigno y por tanto hacer lo posible para
digna. Os abstenéis de la comunión, dice san Francisco no serlo, es en alguna manera acercarse dignamente. « S i
de Sales, no morís, es verdad, de veneno, pero morís do » los mundanos os preguntan por q u é comulgáis con fre-
hambre y de inanición. Por mas que se haga un mérito de » cuencia, dice san Francisco de Sales en su admirable l i -
los motivos especiosos que alejan de la comunión, la ver- » bro de la introducción á la vida devota, decidles que es
dadera razón para ello es el que no se quieren corregir los » para aprender á a m a r á Dios, para purificaros de vnes-
defectos, ni romper los lazos que son el verdadero obstá- » Iras imperfecciones, para libraros de vuestras miserias,
culo que lo impide. Conócese bien que comulgando masa » para consolaros en vuestras aflicciones, para adquirir
menudo seria necesario reformar las costumbres, romper » fuerzas contra vuestras flaquezas. Decidles que dos es-
ciertas aficiones poco inocentes, vivir con mas regularidad, » pecies de gentes deben comulgar á menudo: los per-
corregir ciet tos defectos, reformar el lujo, domar las pa- » fectos, porque estando bien dispuestos hariau un gran
siones , mortitícar el natural, ser mas religiosos y mas » mal en no acercarse á la fuente de la perfección y de
devotos, en fin, llevar una vida menos mundana y mas » la santidad; y los imperfectos, á fin de corregirse pa-
cristiana, y esto es lo que no se quiere hacer y lo que tam- « ra llegar á ser perfectos. Los fuertes para no enflaque-
bién da margen á todos esos vanos pretestos que tanto » cerse, y los flacos para llegar á ser fuertes. Los enfer-
alejan de la comunión, y de que se vale el amor propio pa. » mos para curarse, y los sanos i ara no caer enfermos; y
ra tranquilizar y para enervar los remordimientos de una » que por lo que hace á vosotros, como os consideráis i m -
conciencia todavía cristiana. Conoce muy bien el demonio » perleclos, flacos y enfermos, necesitáis comunicar á m c -
de cuan grande auxilio es para el alma este divino Sacra- » nudo con aquel que es vuestra perfección , vuestra for-
mento, para que no se valga de todo género de medios á »taleza y vuestro médico. Decidles que las gentes del
fin de alejar á los fieles de la sagrada mesa; así es que l o - » mundo, que no tienen muchos negocios, deben comulgar
dos sus artificios tienden 6 a impedir que se comulgue, ó » con frecuencia porque tienen comodidad para ello; y los
t hacer que se comulgue indignamente. Comúlgase rara » que están cargados de negocios no deben hacerlo con
vez por el temor de comulgar mal; pero ¿ e s t e largo inter- » m é n o s frecuencia , tienen necesidad de mayores a u -
valo de una comunión á otra sirve de disposición para ha- » xilios, y que el que trabaja mucho y se fatiga mucho,
cer una comunión mas santa y mas fervorosa ? ¿ üácese » debe también comer viandas sólidas y comer á m e n »
uno mas fuerte contra las lenluciones poi que se abstenga » do. Decidles que comulgáis muchas veces para api en-
del pan de los fuertes ? Privándose de este alimento divino » der á comulgar bien, porque apenas se hace bien lo que
que manliciie las vírgenes, ¿ s e hace mas religioso, mas » se hace pocas veces.» Seguid este sabio consejo. Co-
mortificado, mas puro? Después de haber pasado los tres, mulgad con frecuencia siguiendo el parecer de vueMro
los seis meses sin comulgar, ¿ s e siente uno mas abrasado director, y procurad que cada comunión sea una prepa-
en el fuego del amor divino? ¿ m a s corregido de sus de- ración para la comnnion siguiente.
fectos? ¿ h á l l a s e en mayor inocencia? ¡ Q u é ilusión,
buen Dios 1 ¡qué error imaginarse que estará uno en me- 2 No es posible, dice el Sabio, llevar fuego en el seno
jor disposición para resistir al enemigo, r e h u s á n d o l o que y no abrasarse. El amor divino ha encendido , por decirlo
nos sirve de escudo tonlra sus tiros 1 i Cteer que siempre así, sobro nueslros aliares un gran brasero en la adorable
se encontrará lugar en el lianquele celestial, después de Eucaristía, y acercándose á este fuego sagrado es como
haberse privado de él portan vanas escusas! La comunión los santos se han abrasado en un amor ardentísimo y ter-
frecuente pide una vida pura, santa, fervorosa; pero la pri- nísimo á Jesucristo. Acercaos, pues, á él cuanlas veces (s
vación de la comunión ¿ n o s dispensa de este fervor y do lo aconsejare vuestro director, y vivid lan sautamenle quo
esta santidad? Se traía de dejar los vicios 0 la comunión, podáis acercaros con frecuencia. No dejéis nunca de p r e -
y se determina dejar mas bien la comunión que los vicios. pararos para la comunión desde la víspera. Todos los l i -
¡ líuen Dios, q u é inicua preferencia ! ¡ q u é impiedad! bros de piedad están llenos de prácticas santas para la co-
m u n i ó n ; adoptad una constante. Pero siempre es la mas
i Ah, S e ñ o r ! ¡ no [jermilais j a m á s que yo observe una útil la que sugiere el corazón, y en la que él tiene m;s
conducta tan monstruosa y tan chocante! Uaced, ó Dios mió, parte. Emplead lodo el día de Ía>comunion ó en prepara-
por vuestra gracia que yo viva en adelante de un modo ros para ella, 0 en dar gracias. No dejéis de asistir, si es
lan cristiano que esté en estado de comulgar con la mayor posible, á los divinos oficios, y pasad una media hora á la
frecuencia. tarde delante del Santísimo Sacramento.
JACULATORIAS.—Jamás nos alejamos , S e ñ o r , de vues •
Ira mesa sin que nos 'pongamos en peligro de perecer. DIA DE LA OCTAVA
(Psalm. 1 1 . ) DK LA FESTIVIDAD
Cuanto mas nos acercamos á este divino Sacramento,
mas fortaleza y mas luz recibimos. (Psalm, 33.)
DEL SANTISIMO SACRAMENTO,
Ó DEL CORPUS.
Lasfiestassolemnes de la Iglesia tienen su octava, esto
456 DOMLNGO INFIíAOCTAVO
cu, su solemnidad dura ocho djas, en cada uno de loscua- la propia carne de Jesucristo ? El que come esta carne, d i -
les se celebra siempre la misma fiesta. E! dia octavo es tan c e s a n Cirilo, y bebe esla sangre, se hace un mismo c u e r -
célebre comoe! primero. La iglesia ha tomado esta regla po y una misma sangre con Jesucristo. ¡Quó gloria [¡ata
del antiguo leslamenlo. Mandando el Señor á Moisés que los cristianos y q u é amor de Diosl continúa este Padre; por
haga celebrar la tiesta llamada de los Tabei nácalos ó de la participación de los divinos misterios venís á ser una
las Tiendas con mucho aparato y solemnidad, le dice 1 lí misma carne, por decirlo así, y una misma sangre con Je-
primer dia será celebérrimo y santísimo, y el octavo no sucristo. Me atrevo á decir, dice san Agustin, que aunque
cederá al primero en celebridad, en devoción y en culto; el poder de Dios es infinito, no ha podido darnos nada
y san Juan llama á este último dia el gran diii de la tiesta mas grande ; aunque sn sabiduría es ilustradísima, no ha
(Joan. 1.) Este es el espíritu de la Iglesia celebrando k sabido hallar un medio masescelenle de hacernos l)i(:n; y
festividad d é o s t e dia, r¡ue es el último de la beta va de la aunque sus riquezas son inmensas, no ha tenido con que
fiesta de Dios; renovando en algún modo en él la solemni hacernos un presente mas magnílico. ¿ S e r i a eslo así, si
dad del primer dia do la tiesta. Llámase vulgarmenleeslo como se atreven á sostener los protestantes, la Eucarislia
dia el de la tiesta menor de Dios, porque se deja en liber no fuese mas que la figura del cuerpo y de la sangre de
tad al pueblo de que trabaje no obstante que en algunos Jesucristo y nó la realidad? Esta es la refiexion que h » c c
parajes se guarda. Como en este úllimo dia termina toda ta el santo Doclor: Diciendo Jesucristo, dice él, el que c o -
solemnidad del triunfo de Jesucristo en el Santísimo Sa- me mi carne y bebe mi sangre eslá en mí y yo en él,
cramenlo, la Iglesia evliorla á lodos sus hijos á que redo- demuestra con toda claridad que no habla de comer su
blen su fervor, su culto y su devoción haciendo llevar en cuerpo y beber sn sangre, en signo ó en figura , sinn
triunfo á Jesucristo en las procesiones particulares que hoy verdadera y realmente. Asi es , dice en otra parte
so hacen en los pueblos. el mismo santo doctor, que nadie come esta c a r n e t í m que
Ninguna fiesta, en verdad, deben celebrarlos fieles con antes la haya adorado, y no solamente no se peca a d o r á n -
mas e m p e ñ o , mas zelo y mas devoción que esta. Su obje- dola, sino que seria im pecado el no adorarla, l'orque al
fin, la carne que el Salvador nos da á comer en la Kuca-
to es Jesucristo en la adorable Eucarislia; el motivo de re-
ristía, es la misma que tenia viviendo visiblemente entre
conocimiento es el amor inmenso que en ella nos testifica;
nosolros. ¿ En qué consistió, pues, prosigue aun hablando
el motivo de justicia son los ultrajes sacrilegos que le ha-
e! mismo Padre, en qué consistió que habiendo diclio Je-
cen los herejes en este estado humilde en que su amor le
sucristo quo su carne es verdaderamente un alimento, y
ha puesto, y las frecuentes profanaciones do ios malos
que si no se come su carne, si no se bebe su sangre no se
cristianos; los bienes infinitos que hallamos en este tesoro
obtendrá la vida, se escandalizaron muebos de sus discí-
inagolable do las gracias y de'las misericordias del Señor
pulos y dijeron: «Duro es este discurso ; quién es el que
dktben escitar nuestro zelo, reanimar nuestra fó y abrasar
puedeoirlo con s e r e n i d a d ? » Esto consistió, dicesan Agus-
nuestro corazón con el fuego del divino amor. ¿Ignoramos
lin, en que ellos entcndieiotl lo que el Salvador les decia
•Éodo lo que contieno, lodo lo que nos dice, todo lo que nos
de un modo enteramente carnal y en mal sentido. Creye-
arguye este divino misterio? ¿ l'odia darnos Jesucristo una
ron ellos que trataba de darles su carne á pedazos, y que
prueba mas sensible ni una prenda mas brillanle del csce-
quería que la comiesen como se comerla un cadáver. Des-
so de su amor? ¿Hubiésemos exigido j a m á s de su amor
de entonces muchos de sus discípulos se retiraron y no le
escesivoá nosolros una maravilla tan incomprensible? pe-
siguieron mas. Si Jesucristo no hubiese querido hablar
ro ¿ hemos olvidado todo lo que ha sufrido de los malos
mas que de la figura do su cuerpo y de su sangre en la
cristianos y del furor impío de los herejes en este misto-
Eucaristía, ¿hubiera dejado de esplicar su pensamienlo á
l i o de amor?
aquella multitud de discípulos á quienes la suncion de su
Este es el mas grande de lodos los milagros de Jesucris-
carnehubia chocado tanto? ¿ H u b i e r a dejad» perder tan-
to, dice sanio T o m á s : el milagro de su amor? nosotros, tas gentes q u e j e hablan seguido hasta entonces , por no
dice san Cirilo. Si alguna cosa pudiera alterar mi íé so- decirles que esta suncion de su carne no era mas que en
bre este misterio, dice un gran siervo de Dios, no seria cier- figura; quo lo que leí escandalizaba no era mas que una
tamente del poder inQnitoque Dios ostenta en 61 de loque manera de hablar alegórica ; que este pan vivo de que les
yo dudarla, mas bien seria d ü l a m o r estremo que en él nos acababa de hablar no era, en s u modo de sentir, mas qiie
testifica. ¿'Cómo lo que es pan se convierte en carne sin la figura de su cuerpo vivo; y que así como no se hablan
dejar de aparecer pan? ¿cómo el cuerpo de un hombre escandalizado cuando le habian oido decir que él era la
se halla á un mismo tiempo en muchos lugares? ¿cómo verdadera vid , tampoco debían ofenderse cuando decia
puede, eslar encerrado en un espacio cuasi indivisible? á que su carne era verdaderamente un alimento que les ha-
todo esto no longo mas que responder que Dios todo lo bía de dar á comer? El Salvador, que tanto interés tenia
puede. Pero si se me pregunta cómo puede componerse por la salud de aquellos que le seguian, no les desengaña
que Dios ame á una crialura tan flaca, tan imperfecta, tan acerca de la realidad y de la verdad que les escandaliza.
ingrata, tan miserable como el hombre, confieso que no Se contenta con reprender su modo de concebir grosero y
tengo re&poesta alguna que dar, y que es una verdad que carnal, diciéndoles: Vosotros creéis que yo os hablo de
sobrepuja á todo entendimiento criado. Esto es lo que ha comer mi carne como se comen las demás viandas; nó,
hecho decir á san Bernard i que el sacramento del Altar es' mi carne debe ser alimento de vuestras alnias y nó de
el amor de los amores, esto es, el efecto del mas grande vuestros cuerpos. Aun cuando deba dárseos verdadera-
de lodos los amores. ¿ Q u i é n no q u e d a r á Irasporlario de mente, será sin embargo de un modo enteramente m i l a -
admiración esclama san Cirilo, considerando que este groso, y no aprovechará sino á aquellos que tuvieren una
pan mudado nó en apariencia sino realmente, n ó c n figura fe viva y un corazón puro. Eslc milagro solo mi omnipo-
tino en su naturaleza, se hace por la umuipolencia de Dios
DELSS SAGIUMENTO. * 457
Icncia puede o!)rarlo. Para creer esta maravilla es menes- la realidad de la Eucaristía, esto es , que ha sido consa-
ter Ja fó; «y hay entro vosotros,» dice á sus discípulos, grada? Por lo que hace á nosotros que creemos firmemen-
«quienes no creen. Muchos de sus discípulos se retiraron.» te la divinidad de Jesucristo, creemos también firmemente
Esta deserción hasta de los discípulos, después de la es- el misterio adorable de la Eucaristía; lo que vale tanto
pticacion que Jesucristo acabaha de darles, es ciertaiuenie, como si este gran santo dijese: No puede creerse la d i v i -
como ya se ha dicho, una prueba evidente de que ellos nidad de Jesucristo, sin que se crea la realidad del cuerpo
siempre tomaron sus palabras por una promesa de darles y de la sangre de Jesucristo en el sacramento de la Euca-
realmente su cuerpo á comer y su sangre á beber. Si t o - ri -tía: y negar la realidad del cuerpo y de la sangre de
das estas cosas, en órden á este misterio, no hubieran de- Jesucristo en la adorable Eucaristía, es negar la divinidad
Imlo suceder mas que en ligura, la bondad y aun la justi- de Jesucristo.
cia del Salvador, dicen los Padres, exigían que les desen- Y pues que el Yerbo d i c e : Esto es mi cuerpo, persua-
g a ñ a s e , puesto que su error y su crimen solo hubiera dámonos de la verdad de estas palabras, dice san Juan
estado en tomar las palabras de su Maestro en el sentido Crisóstomo que tlorecia en el siglo iv de la Iglesia, y á
que naturalmente debian tener. Por lo d e m á s , los discípu- quien los papas llaman el Agustín de los griegos. Creamos
los de que aquí se habla no eran del número de los setenta y miremos á Jesucristo con los ojos de la fé en este sacra-
y dos. Aun no los liabia escogido Jesucristo. mento. Jesucristo está realmente en este adorable miste-
La participación del cuerpo y de la sangre de Jesucristo rio; pero invisiblemente bajo de las especies visibles. Este
on la Eucaristía, dice san Basilio, es necesaria para alcan- divino Salvador se acomoda á nuestra naturaleza. Si no
zar la vida eterna. No hay verdad de fé mejor estableci- tuviésemos cuerpo, nada habría corporal en los dones que
da, ninguna mas claramente esplicada por la fé unánime Dios nos hace; mas porqi#nueslra alma está unida á un
de todos los siglos, que la de la realidad del cuerpo y de cuerpo, Jesucristo se nos ha dado invisiblemente, pero
la sangre de Jesucristo en el santísimo Sacramento. bajo de apariencias visibles y sensibles. Cuántos hay que
«Los herejes,» dice san Ignacio mártir, que vívia en el dicen: Yo quisiera ver á nuestro SeOor revestido con el
siglo i , y que ha sido uno de los principales discípulos de mismo cuerpo en que vivió sobre la tien a ; quedaría yo
los apóstoles, y parlicukumente de san Juan; «los here- encantado al ver su rostro, sus vestidos y hasta su calza-
jes,» dice « s e abstienen de la Eucaristía, porque no quie- d o : Y yo os digo, responde este gran santo, que 61 mismo
ren confesar que sea la propia carne de nuestro Salvador realmente es el que tocáis y poseéis: desearíais ver sus ves-
Jesucristo la misma que h;> padecido por nuestros pecados, tidos, y es á él mismo á quien tenéis: no solo os permite
y que Dios ha resucitado; y negando este don do Dios, que le toquéis, sino también que le recibáis dentro de v o -
tienen la desgracia de morir en su obstinación.» Exhortan- sotros, que le comáis.
do en seguida á los fieles á que no falten nunca á la asam- San Ambrosio, san Agustín, san Gerónimo , que en el
hlea, estoes, á la iglesia los dias de comunión: Acordaos, siglo v eran las luces y los oráculos del mundo cristiano,
les dice, que el pan divino que coméis es el remedio e í i - hablan del santísimo Sacramento dei altar, como lo babia
caz para conseguir la inmorialidad, y el soberano antídoto hecho siempre la Iglesia en los siglos precedentes, y con:o
que preservando al alma de todo lo que puede darla muer- lo hace todavía en el presente; y seria nunca acabar si
te la conserva la vida. hubiera de referirse todo lo que confunde, y hace tan las-
San Justino, uno de ¡os mártires mas ilustres del s i - timosa la impiedad y la ceguera de los herejes de estos
glo if, en su célebre apología en favor de los cristianos, últimos tiempos. ¿ Q u é sentimientos de lástima y de com-
refiere lodo lo que se practicaba en la celebración de nues- pasión no deben causarnos aquellos que imitando á los fal-
tros sagrados misterios y en la comunión: Por lo d e m á s , sos discipulcs de Jesucristo que se retiraron, dicen como
dice, este divino alimento, que nosotros llamamos Euea- ellos: Duro es este modo de hablar; quién hay que pueda
risüa, no se da sino á aquellos que creen verdaderamente tolerarlo? Por lo que hace á nosotros, fieles verdaderos,
que está aquí el cuerpo y la sangre de Jesucristo, y que dice san Juan Crisóstomo, responded como san Pedro; ¿.\
se han preparado para ella lavándose en el bailo de la pe- quién iremos? Vos tenéis palabras de vida eterna. Creed
nitencia : porque solo á los que viven la vida de la gracia, la palabra de Jesucristo; considerad cuánto os honra e l s i r
es á quienesJt-sucristo se da á comer; por esto no le reci- admitidos á la mesa del Hijo de Dios. No hay para noso-.
bimos como un pan ordinario , sino que, así como por la tros otro sentimiento en esta vida, dice el mismo santo,
omnipotencia de Dios el Hijo de Dios se ha hecho hombi;o, que el estar privados de este divino alimento , de e-t. s
y ha lomado un cuerpo como el nuestro por nuestro amor, manjares deliciosos.
asi también sabemos que por la misma omnipotencia de La misa de esto dia es la misma que la del primer dia
Dios, este cuerpo y esta sangre del Hijo de Dios hecho de la fiesta. «Les ha alimentado con la flor del trigo, y les
hombre se hace nuestro sagrado alimento. Sabemos pol- ha bailado con la miel de la piedra.» ¡Qué pas'or, escla-
los mismos apóstoles que habiendo dicho Jesucristo: Esto man aquí los Padres, ha mantenido j a m á s á sus ovejas con
es mi cuerpo, esto es mi sangre, y habiéndoselo dado á su propia carne! Esta es la flor del trigo, pero del trigo de
comer y á beber, les mandó que hiciesen lo mismo en los elegidos. ¡Que dulzuras no gustan en este banquete las
memoria de él. almas puras! J a m á s fué tan éáé& la miel en ia boca, c o -
San Ireneo, obispo de León, tan célebre en el siglo n i , mo lo os Jesucristo para un corazón puro. Al salir de esla
escribiendo conlra las h e r e j í a s : Después que Jesucristo, divina mesa, seamos, dicesan Juan Crisóstomo, como leo-
dii'e, habiendo tomado el pan comnn, y habiéndole con- nes que no respiran mas que fuego y llamas; hagámonos
síigrado, ha asegurado que era su verdadero cuerpo, como terribles á los demonios, y no pensemos ya en otra cosa
111 Iglesia lo ha recibido de los mismos apóstoles; ¿cómo que en el amor inmenso que nos testifica Jesucristo on la
los herejes, que niegan la dividad dei Yerbo, podrán creer divina Eucaristía, Nadie, pues, se acerque á esh !;;asa sa-

TOMO I V . 58
458 DIA DE LA OCTAVA
grada con disgusto, con negligencia, con frialdad. Vaya creer en el quo el Padre ha enviado. Déjase entender
lójos de este banquete sagrado todo falso discípulo, todo muy bien en estas palabras qne el Salvador quería s i g n i -
profanador, lodo el que no esle revestido de la ropa nup- ficarles quo para llegarse al gran misterio de la Eucaris-
cial. La mesa sacrosanta no admite tan indignos convida- tía de que les hablaba era necesario una fé perfecta, y
dos : este divino alimento es solo para los discípulos; el su respuesta manifestó bastantemente que la mayor pai te
mismo Jesucristo , conümia el mismo santo, es el que lo d é l o s que leoian no tenían una fé bastante pura, ni una
La dicho; «Yo celebro la Pascua con mis discípulos.» Es- idea adecuada al gran don que quería hacerles; así quo
tos son les que deben alimentarse con la flor del trigo puro inmediatamente replicaron: ¿ Qué milagros haces para
y d é l a miel que se gusta en esta divina mesa. Aquí se da, mostrar tu poder, y obligarnos á creer tu palabra? Si h u -
añade san Juan Crisóslorao, aquí so da ta misma oena que biésemos visto alguno que durase largo tiempo, y quo
Jesucristo bizo con sus apóstoles la víspera de su pasión; hubiera sido útil generalmente á todo el pueblo, tal como
no hay ninguna diferencia, es el mismo Salvador, los mis- fué el del m a c á del desierto, inmediatamente le hubieras
mos manjares, el mismo milagro. Porque no debemos hecho dueño de la adhesión de nuestros á n i m o s ; pero
pensar que aquella la baya hecho Jesucristo, y que esta ¿(¡ué tienen de ordinario unos milagros que se obran en
la haga un puro hombre; el mismo Jesucristo es el que un momento, y que á tan pocos aprovechan? Es muy
hace las dos. probable que los que hablaban asi, no se habían tal vez
Como se ha dado ya la esplicacion de la Epístola en el hallado en el desierto cuando con cinco panes satisfizo á
dia de la Desla, bastará dar en esle dia la del Evangelio. cinco mil personas; y es visible que fueron de los que h a -
Esto no es olía cosa que una csposicion del gran mis- biéndole oído hablar en seguida mas posilivamento sobre
terio de la Eucaristía. Q u e r i á i d o Jesucristo disponer los el misterio de la Eucaristía, se retiraron y no volvieron á
ánimos, á (in de que concibiesen el milagro que quería ser discípulos suyos.
hacer antes de su muerto de la real Iransustancion del pan El m a n á , le dijeron, que nuestros padres han comido,
y del vino en su carne y en su sangre para que sirviese era, según la relación de nuestras antiguas Escrituras, un
de ahuienlo y de bebida á nuestras almas, habló muchas pan quo diariamente venia del cielo, el cual fué el a l i -
veces á sus discípulos de un alimento enteramente divino mento ordinario del pueblo en los cuarenta años que per-
que quena darles; el cual alimentando el alma y comu- maneció en el desierto, y por el que hemos venido en co-
nicándola la vida de la gracia, la procuraria también la nocimiento de la santidad y de! poder de nuestro ilustre
vida bienaventhrada por toda la eternidad. Para una m a - legislador Moisés, y en que a d e m á s se funda la deferencia
ravilla tan estupenda era necesaria esta preparación de que damos á su testimonio,como de un hombre manifies-
los á n i m o s ; así que el Salvador hizo un discurso bastante tamente enviado de Dios. Este mal razonamiento do los
largo para disponer aquellos entendimientos todavía tan judíos causó al Salvador mas bien compasión por su i g -
groseios á creer una verdad tan admirable y tan impor- norancia, que indignación por su incredulidad. Dijoles
tante. Ni comenzó á hablarles del misterio de la Eucaristía con mucha dulzura, pero con un tono afirmativo y como
hasta después de baber hecho el milagro de la multiplica- maestro, que el maná que Maisés había d a d o á sus padres
ción de los citt. o panes, con lo cual parece que el Salva- no era propiamente el pan del cielo, sino solo su figura;
dor quiso convencerles do su omnipoloncia, antes de h a - que el verdadero pan del cielo era el que les daba Dios su
blarles de un misterio en el que era absolutamente nece- padre, y que no había otro que este que hubiese descen-
saria esta omnipotencia, y en el que aparecía de un modo dido del cielo para darla vida al mundo. Si así es, le d i -
tan claro. jeron, si Dios se digna darnos á comer esle pan celestial,
Viendo Jesucristo el an^ia con que le seguían , dijo á haz de modo que no carezcamos j a m á s de él. No esperaba
los que estaban junto á él; Vosotros no me buscáis a t r a í - Jesnci isto, por decirlo así, mas que esta ocasión para
dos tanlodelos milagros (pie me babeis visto hacer, sino descubrirles el misterio de los misterios. Hablóles de 6!
mas bien por los panes que habéis comido. Los panes tan claramente, quo es necesario cegarse á sí mismo
que yo os he dado os han satisfecho , y los habéis encon- y llevar hasta el esceso la tenacidad para no creerlo.
trado de un gusto delicioso. Esto es lo que os atrae, esto No tenemos en nuestra religión una verdad de fé quo
es todo lo que buscáis. Elevad, pues,mas vuestros pensa- Jesucristo baya esplicado con tanta claridad, ni de un
mientos y vuestras esperanzas; desead un alimento mucho modo mas sensible.
mejor, un alimenloque hace vivir eternamente. El que lo «Yo soy, les dice, el verdadero y el solo pan de vida:»
da, y á quien se lo debéis pedir, es el mismo que os habla; el que viene á mí no tendrá mas hambre, y el que cree
es á un mismo tiempo Hijo de Dios, é Hijo del hombre, el en mi no tendrá mas sed. Pero yo soy el que os lo be
cual-hasta ahora nada os ha dicho qne su Padre no haya dicho, vosotros me, habéis visto, y sin embargo no c r e é i s .
aprobado y como sellado con su sello; de esle mismo Pa- ¡Qué bien cuadra esta espresion del Salvador á los
dre ha recibido el poder para hacer lodos los milagros herejes! Viendo el Hijo de Dios que muchos murmuraban
que habéis visto, y que son señales sensibles de la d i v i n i - do él, porque había dicho: Yo soy el pan vivo quo he
dad, cuya plenitud reside corporalmente en él, y obra bajado del cielo, tuvo á bien el esplicarles la verdad de
todas las maravillas que hace. este misterio, confirmando en los mismos términos mas
Esle discurso les dió bien á entender que el pan de que claros lo que les había dicho: «Yo soy el pan de vida.»SÍ,
Jesús hablaba no era de la misma especie que el pan co- y un pan muy diferente que el m a n á , el cual no ha podi-
m ú n ; y despeitó en ellos una ansia l a i d o comerle, que do j a m á s librar de la muerte á vuestros padres quo co-
inmediatamente preguntaron q u é era preciso hacer para mían de él en el desierto, ni ha podido ser para ellos una
hacerse dignos de ello. Lo que debéis hacer, respondió prenda de la vida eterna. Solo el pan vivo que ha bajado
entonces el Salvador, es tener una fé viva y entera, y del cielo es el que da la vida; yo soy este pan vivo , y os
DEL SS. SACRAMENTO. 450
prometo que los que se hicieren dignos de este pan, v i - vosotros. Sí, yo soy el pan de vida; vuestros padres han
virán para siempre. comido el m a n á , y han muerto. Aquí está el pan bajado
Comienza aquí Jesucristo (\ hablar positivamente do la del cielo, á fin de que si alguno come de él, no muera.
siüiciü!) real y verdadera de su cuerpo. Son tan espresas Yo soy el pan vivo que he bajado del cielo; si alguno co-
las palabras de que se sirve, que los j u d í o s , aunque acos- me de este pan vivirá eternamente. Me esplique, ¿ y voso-
linnbrados a un estilo figurado y metafóric o, no pudie- tros comprendéis mi pensamiento? Este pan celestial de
ron menos de tomarlas en el sentido propio y literal; y e l que os hablo, y que yo os d a r é , es mi carne. Dice el pan
Salvador, lejos de dulcificar ó de modificar loque acaba- celestial que yo os d a r é , porque no habia instituido toda-
ba de decir, continúa esplicándose en términos todavía vía el sacramento de la Eucaristía; y aquí esplicaba este
mas fórmalos y mas manifiestos. S í , les dice, «el pan que misterio quo no debía instituir hasta la víspera de sn
yo os d a r é es mi propia c a r n e . » Estas palabras tan espre- muerte. Disputáis entre vosotros, les dice el Salvador, c ó -
sas, tan claras hicieron toda la impresión que debian ha- mo puede ser que yo os dé á comer mi carne. Cierlamen-
cer naUiralmentc. ¿ Cómo puede ser, se deeian «nos á le que si Jesucristo no hubiese querido hablar mas que do
otros, que este hombre nos dé á comer su carne? Kn ver- la figura de su carne, este era e! lugar en quo debía es-
dad , si este divino Maestro, cuyas palabras son otros tan- plicar su pensamiento; lo esplica en efecto, y del modo
tos oráculos, no hubiese querido dejar á los fieles masque mas claro, pero es para no dejar duda alguna sobre la
una figura de su cuerpo, y no darles mas que el pan co- realidad. En verdad, en verdad, responde Jesús (notemos
mun, ¿hubiera podido ver y oir á sangre fria y sin espli- que cuando Jesucristo quería decir alguna cosa que me-
carse la dispula que se suscitó entre sus oyentes y sus reciese una atención particular, ordinariamente lo hacia
didpulos? ¿No era fácil y necesario para sosegar los á n i - con estas espresiones: «en verdad, en verdad es d i g o ) : »
mos conmovidos, decirles que este pan misterioso deque en verdad, en verdad os digo, responde Jesús, si no co-
hablaba no debía ser mas que una figura de su propia méis la carne del Hijo del hombre, ni bebéis su sangre^
carne? Mas como aquí se trataba de uno de los puntos no tendréis la vida en vosotros. El que come mí carne y
principales de la fé y de una verdad importante conlra la bebe mi sangre, añade, tiene la vida eterna. « Ponpu1 mi
que debian suscitarse y vomitarse tantos errores en los s i - carnees verdaderamente comida, y mi sangre es verda-
glos sucesivos, Jesucristo confirma con términos todavía deramente bebida.» Y como entre todas las maneras de
mas espresivos y mas fuertes lo que habia sentido en o r - unión no conocemos otra mas íntima que la que se baco
den á este divino misterio. Sí, dice el Salvador, disputad por el alimento, añade Jesucristo: «El que come mi carne
manto quisiereis, y mirad mi proposición como una ver- y bebe mi sangre está en mí, y yo en é l : y como yo vivo
dad incomprensible: en verdad, en verdad, os lo repito, por mi Padre, del mismo modo el que me come vivirá t a m -
si no coméis la carne del Uijo del hombre, y no bebéis su bién por m í ; esto es, que así como Jesucristo cs uno con
sangre, no tendréis la vida en vosotros; y vivid persuadi- su Padre por razón de la naturaleza divina, y por su Pa-
dos que el que come mi carne y bebe mi sangre tiene la dre le ha sido comunicada esta vida divina, así también,
vida elerna. ¡Qué prueba tan concluyente de la realidad guardando la debida proporción, él se hace el principio de
del cuerpo de Jesucristo en el Santísimo Sacramento es una vida espiritual y divina en aquellos que se unen á él
esta verdad, tantas veces repelida y espresada en t é r m i - por la participación de su cuerpo y de su sangre: «Este
nos tan claros á unas gentes á quienes se les hacia tan es el pan que ha venido del cielo : el que come de este
dura! Y como si el Salvador no se hubiese aun esplicado pan vivirá eternamente.»
bastante, a ñ a d e : «Porque mi carne es,» nó en figura, s i -
Enseñaba Jesucristo este misterio en la sinagoga do Ca-
no «verdaderamente una comida, y mi sangre es verda-
farnaum. Muchos de sus discípulos, bien penetrados d»Í
deramente una b e b i d a . » Al oíros hablar así, ó Salvador
sentido de esta verdad, no pudieron resolverse á creerla:
mió, esclama el sabio intérprete que queda ya citado, no
tanto les chocaba la realidad del cuerpo de Jesucristo en
temo pronunciar que si yo estoy engafiado, sois vos el
la Eucaristía, que dejaron al Salvador. Esto no les llamó,
que me e n g a ñ á i s ; el hereje rehusa adoraros bajo de las
les dejó quo se fuesen, contentándose con decir, que sabia
especies de pan, porque no comprende cómo podéis estar
bien (¡ue entre los que le seguían habia quienes no tenían
allí; y ¿ c o m p r e n d e mejor cómo sois uno en tres personas?
fé. « l l a y algunos de vosotros que no creen.» dijo á sus
¿ o s habéis esplicado con mas claridad acerca del misterio
verdaderos discípulos: « p o r q u e , » afiade el Evangelista,
de la Trinidad, que lo habéis hecho sobre el de la Euca-
«siempre habia conocido á los que no creian.» Y d i r i -
ristía? ¿ y queriendo enseñarnos que estáis realmente pre-
giéndose á los apóstoles les d i j o : ¿Queréis también voso-
sente bajo las apariencias de pan y de vino en la Eucaris-
tros marcharos? lo cual hizo decir á san Pedro en nom-
tía, podíais hacerlo de un modo mas preciso, mas espreso,
bre do lodos; «Señor, ¿ y á q u i é n iremos? Vos tenéis
ni en términos mas claros?
palabras de vida elerna: como si dijese: no es posible
Diríase que como si Jesucristo rezelase no haberse es- ser salvo ninguno, sino so creen vuestras palabras.
plicado bien todavía sobre la realidad de este misterio, á Por incomprensible que sea al entendimiento humano el
la manera que cuando tememos no haber sido bien enten- misterio que acabáis de enseñarnos, nosotros creemos que
didos en lo que hemos querido decir, repetimos muchas nada hay tan cierto como é l , puesto que estamos persua -
veces la misma cosa y con espresiones diferentes para didos que sois el Mesías, el Uijo único de Dios vivo, y que
hacer comprender mejor el verdadero sentido, así Jesu- nada os es imposible porque sois omnipotente.
cristo hace lo mismo tocante á la Eucaristía. Yo soy el La fiesta que celebramos durante esta octava ha sido
pan de vida, el pan vivo que ha descendido del cielo. instituida en honor del cuerpo de Jesucrislo. Era justo
¿ M m m i n a n los judíos conlra él, porque ha dicho que él que este cuerpo adorable, unido suslancialmenle á la d i v i -
cs éá pan vivo? Jesús les responde: No m u r m u r é i s entre nidad, que habia sido tan mallratado en la tierra, recibió-
460 DIA DE LA OCTAVA
se, on fin, el honor y ol cu'lo que le era debido. Esla es hoc facite, quotiesenmque las veces que bebiereis de 61,
sin duda una de las razones que movieron a! Hijo de Dios bibelis , i n meam comme- Porque todas las veces que co-
á instituir este adorable misterio. El honor que el Verbo morcilionem. Qmtiescum- miereis de este pan, y bebie-
habia hecho á ln carne contrayendo con ella «na alianza que cnim manducabitis pa- reis de esle cáliz , anunciareis
tan estrecha en su encarnación, por la cual el Verbo se nem hunc, el caiicem bibe- la muerle del Señor, hasta que
ha hecho carne, pedia que esta carne unida al Verbo fuese iis , mortem Domini a n - él venga. Cualquiera, pues,
honrada y adorada sobre la tierra; y las humillaciones nantiabitis doñee venial: que comiere de esle pan , ó
estremas á que habia sido reducido en su pasión y duran- Itaque quicumque manda- bebiere de este cáliz indigna-
te su vida mortal exigían que fuese el objeto del culto re- caverit panem hunc , vel mente, será reo de crimen
ligioso mas perfeclo en el mundo cristiano; y para sa- biberit caUcem Domini i n - contra el cuerpo y la sangre
tisfacer á este doble deber, se hace hoy la ceremonia digne, reus erit corporis el de Jesucristo. Así que, examí-
de llevar con pompa el cuerpo del Hijo de Dios: 1.° En sanquinis Domini. Probel nese el hombre á fondo á sí
memoria de haberse llevado el Señor á sí mismo, cuando autem seipsum homo : el mismo, y hecho esto coma do
distribuyó á sus apóstoles su carne y su sangre en su ú l - sic de pane illo edal, esle pan, y beba de este cáliz;
tima cena, dice uno de los mas celebres oradores cristia- el de cálice bibat. Qüi porque el que comey bebe i n -
nos. 2.° En acción de gracias por haber ido é! mismo en enim manducat , el bibit dignamente de él, come y bebe
otro tiempo recorriendo las ciudades y las aldeas. 3.° Pa- indigne, judicium sibi su condenación por no discer-
ra ofrecerle una reparación auléntica por los oprobios que manducat, el bibit : non nir el cuerpo del Señor.
sub ió en las calles de Jerusalen ruando fué conducido de dijudicans corpus Domini.
tribunal en tribunal. 4.° Para tributarle el honor que le Refiere san Pablo en este undécimo capítulo de su p r i -
os debido por las victorias que ha conseguido sobre la he- mera carta á los corintios la institución que Jesucristo h i -
rejía cu el Sacramenlo adorable de su cuerpo. Para darle, zo del sacramento de la Eucaristía, y el crimen y el castigo
en tin, como una pública satisfacción por tantas sacrilegas de los que se acercan indignamenle á ella. El pormenor á
profanaciones, tañías irrever encias y faltas de respeto, que, á ejemplo de los evangelislas, desciende en todas las
laníos ultrajes como ha recibidoy recibe aun todos losdias circunstancias, basta para confundir la impiedad de los
en la Eucaristía. ¿ C u á l , pues, debe haber sido en esta oc- herejes que se han rebelado contra una de las verdades do
tava, y sobre lodo en esto último dia, la ocupación de un fé mejor establecida, mas claramente esplicada y la mas
alma üel, conformándose, como debe hacerlo, con el es- notable de todas las verdades de nuestra religión.
píritu y los sentimientos de la Iglesia, á lin de honrar con
ella la carne adorable del Uedcnlor? REFLEXIONES.
«Haced esto en memoria de mf. » Si ánles de la venida
La oración de la misa de esle dia es como sigue : del Salvador del mundo, cuando el Señor no se presenta-
Deus, qui nolis sub Sa~ O Dios, que habéis dejado ba sino entre el fuego y los r e l á m p a g o s , ni hablaba sino
cramenlo mirabili Passio- la memoria de vuestra Pasión con la voz del trueno; en aquellos dias de rigor en que
nis ÍMCB memoriam r e l i - en un misterio tan admirable: Dios exigia un culto lan respetuoso, y en que casligaba
q u l s l i : iribue, qnwsumus, concedednos la gracia de que con tanta seveiidad las p e q u e ñ a s faltas que se cometían
tía nos Corporis el San- de tal modo reverenciemos los contra el respeto que se le d e b í a ; si en aquel tiempo, repi-
guinis tui sacra mysicria sagrados misterios de vuestro lo, se hubiese previsto por un espíritu profélico lo que no-
venerari, ut rcdcmplionis Cuerpo y de vucslra Sangre, sotros hemos visto después ; si los israelitas, dice un gran
tuep. fruclnm in nolis que sintamos continuamente siervo de Dios, hubiesen comprendido bien el sentido de
jngiter sentiamus. Qui l i - cu nuestras almas el fruto de tantas figuras, como el sacrificio deMelquisedec, el m a n á ,
t i s el regnas... 4 la redención que nos habéis los panes de la proposición, el pan deGedeon, el de Elias;
merecido. Vos que vivís y r e i - sise les hubiese dicho que este Dios lan terrible entonces,
náis, etc. se abatiría hasta venir á nuestr os altares, que su amor le
llevaría hasta darse á comer todo entero bajo de las apa-
La Epístola esid tomada de la primera de san Pallo á ¡os riencias de pan, haciéndose nuestro sustento; si se les h u -
Corintios, cap. U . biese dicho que se dejarla encerr ar dia y noche en nues-
Fralres: Eyoenim ocee- Hermanos mios : Yo be tros tabernáculos, y e s p o n e r á las irreverencias y á los u l -
j)t a Domino, quod el Ira- aprendido del Sefior lo que os trajes de sus siervos, ¿lo hubieran creído? sin embargo,
áidi vohis, qnoniam Do- he e n s e ñ a d o : que el Sefior ha llegado á verificarse lo que les hubiera parecido aun
m i m s Jesús i n qua nocte Jesús on la misma noche en mas increíble, y que lo es en efecto á la razón nalural:
tradebalur , accepit p a - que iba á ser entregado, tomó ¿ h u b i e r a n podido j a m á s creer que abatiéndose de esle
nem, el gratias agens, el pan, y dando g í b e l a s , lo modo, dándose, prodigándose así un Dios á los hombres,
f r e g i t , el d i x i l : Acépile, partió y dijo: Tomad y comed, no hubiese reportado de ellos olra cosa que la indiferen-
1 el mandúcate : hoc cst esto es mi cuerpo, el cual será cia? ¿ q u e estos hombres nc se dignarian hacerle la corte;
corpus meum , quod pro entregado por vosotros ; haced que Imsla llegarían á olvidarle y maltratarle, y que un
vobis tradetur : hoc fa ite oslo en memoria de mí. Del Dios convertido en su alimento ser ia recibido con disgusto?
in me'ám commmoralio- mismo modo, después de ha- Confesemos que osla indiferencia, este disguslo on ios
nem. Simililer el cálice ni, ber cenado, tomó el cáliz y d i - cristianos oslan incomprensible como el mismo misterio de
pnstquam cwnavit, dicens: j o : Este calizos el Testamen- la Eucarislía. Apenas puede darse, otra razón de un hecho
His calixmvum testamen- to nuevo por mi sangre. Haced tan poco verosímil y tan ver (lader o sin embargo, que atr i -
lum est in meo sanguine: esto en memoria de mí todas buyéndolo á falta de fé, y que la fe de este misterio está
DEL SS. SACRAMENTO.
cuasi cslinguida en la mayor parle de los ücles. Pero en que un Dios se agola, per decirlo así, para probarnos su
¿coinprénilonsc las consecuencias de esla verdad? No amor por sus liberalidades. Yo lo confieso, ó Dios mió, yo
creer la presencia real de Jesucristo en el Sanlísimo Sa- me pasmo, me sobrecojo cuando pienso en esta maravilla;
crametilo es ser hereje; creerla, y mirar á Jesucristo en yo no puedo volver en mí de mi asombro cuando considero
este divino Sacramento con indiferencia, con tedio, con todo lo que hacéis aquí por nuestro amor. Pero ¿no tengo
poco respeto, y alejarse de el es impiedad, es irreligión. motivo para asombrarme, y para sobrecogerme mas, cuan-
No hay temperamento, no hay medio entre estas dos ver- do considero que todo esto no es capaz do hacer ene ame-
dades. Creer que Jesucristo está realmente presente en mos ardientemente á Jesucristo? ¿ Q u é amor tan singular
nuestros aliares, y no pensar en él ni dignarse visitarle, no nos testifica en el momento de su encarnación? ¡ q u é
no tener ningún conato, ninguna hambre de un alimento ternura en el día de su nacimiento I i q u é bondad en todo
tan esquisilo, de este pan vivo que es la fuente de la vida el curso de su vida mortal I ¡ y q u é esceso de amor i n m o -
eterna, ¿ n o es irreligión? No choca lanío esto desorden lándose por nosotros en la cruzl pero todas estas pruebas
porque se ha hecho común, pero nó por eso es menos c r i - admirables de su amor, ¿ n o se encuentran renovadas y
minal; y esla irreligión de que apenas hay ya quien se como reunidas en la Eucaristía? Jesucristo se disfraza en
avergüence ¿ n o es la causa de lodos los azotes que la c ó - ella bajo d é l a s apariencias de pan; allí renace, por decir-
lera de un Dios juslameulc irritado descarga sobre lodosu lo así, en la oscuridad; allí es inmolado y ofrecido muchas
pueblo? Que los paganos hayan profanado nuestros tem- veces al dia en sacrificio. Todo esto no es ya para resca-
plos y despreciado los mas sagrados misterios, deben sí tar á los hombres; está ya plenamente cumplido el miste-
hacernos gemir los ultrajes que en esto se han hecho al rio de la redención; el Redentor posee una gloria llena é
Seflor; pero aquí no es tan eslraua la abominación de la incapaz de acrecentamiento; no vive, pues en la Eucaris-
desolación : que los herejes, estos discípulos traidores y tía de un modo tan inefable, sino para satisfacer el amor
apóstalas, osla raza de víboras vomiten las mas horribles inmenso que nos tiene; ¿ y q u é otro fruto puede sacar do
blasfemias contra Jesucristo, y que no cesen de gritar: esta muerte sacramonlal, que el placer de inmolarse él
«quítalo, quítalo, crucifícalo,» su rahia y su furor diabó- mismo sin c e s a r á su Padre por nuestro amor? Si á lo m e -
lico deben si escitar nuestras lágrimas y nuestra indigna- nos hubiese comparecido en nuestros altares con aquel aire
ción ; pero ¿ q u é puede esperarse de unos enemigos los mas de majesíad y con aquel esplendor tan conveniente á su
furiosos del Salvador, y de quienes se sirve el inlicrno pa- adorable persona, si se hubiese disfrazado ménos, seria
ra ultrajar á Jesucristo en la Eucaristía? Mas lo que es tan mas respetado, es verdad, pero seria también mas temido,
eslraiio como impío, es la manera indigna con que es tra- y su amor no se acomoda con un temor que espanta. Todo
tado Jesucristo on nuestros altares por sus propios hijos, lo (pie puede disminuir ó debilitar la solicitud y la confian-
por los que se llaman üeles. Yo no sé si tenemos algo en la za es contrario á un amor grande. El Salvador divino t i e -
Iglesia mas admirable ni mas chocante. ne sus delicias en estar con los hombres; oculta todo lo quo
puede servirles de razón ó de preleslo para alejarse de él.
E l Evangelio de la misa es lomado del cap. 6 del que escri- Los príncipes de la tierra no derraman sus liberalidades
bió san Juan. mas que en ciertos tiempos y sobre ciertas personas; Je-
sucristo en el Santísimo Sacramento lo da lodo, en lodo
Jn illo tempore : Dixit En aquel tiempo dijo Jesús
tiempo y á lodos. Venid todos á mí los que estáis trabaja-
Jesús lurbis Juda'.orum: á las turbas de los j u d í o s : Mi
dos y sobrecargados, y yo os aliviaré. ¿Podía presentar-
Caro mea vereest cihus: el carne es verdaderamente c o -
nos un motivo que mas nos interesase? basta ser pobre,
sanguis meusvere elpolus. mida, y mi sangre es verda-
estar afligido, para tener derecho de beber en esla fuente
Cfui maniiucaí meam car- deramente bebida. El que co-
de todo bien. La miseria y la adversidad son para nosotros
tiem, et bibil meumsan- me mi carne y bebe mi san-
un nuevo molivo de confianza, y con tai (pie no oponga-
guinem, i n me mauel, el gre permanece en m í , y y o
mos obstáculo á ella podemos estar seguros de ser bien
e y o i n i l l o . Sicat misil me en él. Como el Padre que vive
recibidos. En Un, después de habernos dado todos los b i e -
vivens Ihilcr, el ego vivo me ha enviado, y como yo
nes deque él es la fuente, este divino Salvador dándose á
propler I'atrem : et qui vivo por el Padre, del mismo
sí mismo en el Sacrametilo para miesira comida, nos da en
manducat me, el ipsevivel modo el que me come vive
ella el manantial de todos los bienes, lié aquí uno de hs
propler me. U k esl pañis, también por mí. Eslees el pan
principales artículos de uu esl ra fé; es!o es lo que creemos:
qui de coelo descendil. Aron que ha venido del cielo. N6
¿quién no diría después de esto que nuestro respeto, nues-
sicut manducaverunt p a - como el maná que han comi-
tras ansias, nuestra hambre, nuestro amor á esle divino
ires veslri manna, el do vuestros padres , y lian
Salvador iban á ser sin medida, sin límites? ¡Ahí sucede
mortuisunl. Qui manducat muerto. BU que come de este
todo lo contrario: parece que hubiéramos amado mas á
hnncpancm, vivet HUNvr- pan vivirá elernameule.
Jesucristo, si él nos hubiera amado ménos. lié aquí uu
mm.
mislerio tan incomprensible como la misma Eucaristía.

MEDITACION. PUNTO siiüiNDO.—Considera si es posible amar ménos


á Jesucrislo y respetarle ménos que lo que hacen la m a -
De nncslra ingralitud con Jesucristo en el Sanlisimo Sacra-
yor parle de los cristianos con esle augusto Sacramento.
mento.
Sin traer a q u í á la memoria todas las profanaciones, lodos
PUMO PUIMERO.—Considera cuán imposible es al enlen- los malos tralamienlos, todas las impiedades, todos los
«limieiilo humano el comprender el esceso de) amor i n - desacatos de un furor diabólico y sacrilego que ha sufrido
«Hitiso, iuiitiilo, incomprensible que Jesucristo nos testifica d é l o s herejes, cuya idea solo causa honor; ¿ d e q u é m o -
ea l i (jiviua Eucaristía. Es esle un misterio, j un misterio do lan indigno no es tratado aun todos los dias por la m a -
4631 DIA DE LA OCTAVA DEL SS. SACRAMENTO.
yor parlo de los quo se llaman fieles? ¡ Q u é indiferencia, i JACULATORIAS.—¿Hasta cuándo, Dios mió, sufriréis qne
qnó olvido del divino Salvador! Todas las reuniones, todas vueslros hijos os ultrajen, aun mas que vuestros enemigos?
las plazas del pueblo, todos los juegos públicos y los sitios (Psalm. 73.)
do los espectáculos no se vacian: y Jesucristo ¿ t i e n e m u - ¡ Q u é culto (an santo y tan respetuoso nose os debo,
cha concurrencia todos lo? días y á lodas las horas del dia Señ )r, en vuestra propia casa y en vuestra presencia!
en nuestras iglesias donde reside noche y dia? ¡Qué sole- (l'salm. n.)
dad, buen Dios, en vueslro palacio cuasi todo el dia ! y si
se concurre alli en cierlos dias, ¡qué falla de respeto! ¡qué PROPOSITOS.
irreverencias! Estáse allí sin atención, sin modestia, sin 1 Créese que Jesucristo eslá realmente presente en la
devoción, y podría decirse aun de muchos sin religión. Eucaristía; créese que uueslras iglesias son el sanluario
Esos ademanes mundanos, esas posturas afeminadas y de la dividad; míranse nueslros altares como el trono del
muchas veces indecentes, esas conversaciones profanas, y Dios vivo; y ¿ s o l ó s e ve un tedio criminal por esle pan
acaso hasta escandalosas, ¿indican una gran fé, un amor d i v i n o ? ¿ y se falta al respeto en el lugar santo? ¿y lodos
gi ande? Al ver en nuestras iglesias esos jóvenes l i b e r t i - los dias se cometen cien irreverencias en nuestras iglesias,
nos y esas mujeres mundanas, ¿ so dirá que creen que y todo eslose hace por cristianos que están prontos, dicen
Jesucristo eslá allí presente; que vienen allí para pedir á ellos, á derramar su sangre por la fé de la presencia real
su Dios, y para implorar su misericordia ? ¿ nose dirá mas de Jesucristo en la Eucaristía? lié aquí loque no se puedo
que su presencia escandalosa en aquel lugar es solo para comprender; h é aquí lo que nos daría vergüenza de i m a -
insultar á su Dios? A la verdad, por poca fé que uno ten- ginar y creer, si nuestra propia esperiencia, si nuestros
ga, ¿ p u e d e mirar sin estremecerse la irreligión conque ojos no nos presentasen todos los dias tales monstruos do
se presentan en nuestros templos? ¿ s e trata de- rendir un irreligión. Penetrados de un vivo dolor por la memoria de
culto respetuoso al Dios que está en nueslros altares con vuestra indevoción y de vuestras irreverencias, igualmen-
un comporlamicnlo tan irreligioso en su presencia? En el te que de las de los d e m á s , no concluyáis esta octava sin
concepto de tantos libertinos ¿ p a s a Jesucristo por su Re- ofrecer á Jesucristo una reparación por lanías indignida-
dentor, por el supremo Señor del universo, por su sobera- des. Comulgad hoy para reparar por medio de una piedad
no Juc2? ¿ n o se creerá mas bien que ellos no le miran eterna y de un nuevo favor tantas comuniones frías, sin
sobre nuestros altares sinohcomo un fantasma de divinidad fruto y sacrilegas. Pasad ante el Sanlísimo Sacramento
y comoim rey de teatro? Jesucristo en nueslros altares, lodo el (iempo qne pudieieis. Asistid á la procesión con es-
rodeado con mucha frecuencia de un montón de jóvenes píritu de penitencia, y con el fin de dar una pública sa-
indevotos y de mujeres poco cristianas, como en otro tiem- tisfacción á Jesucrislo por tantas profanaciones como se
hacen de la adorable Eucaristía; este es uno de ios p r i n c i -
po lo estaba de una tropa insolente de judíos, que le car-
pales motivos quo ha tenido la Iglesia para instituir esta
gaban de injurias y salivas; ¿ s u f r e el dia de hoy ménos
célebre y augusta solemnidad.
oprobios que entonces? ¿ o s preciso esperar al íin de los
siglos para ver en el lugar sanio la abominación de la de- 2 Haced hoy la reparación pública siguiente delante
solación? ¿ q u é otro nombre debe darse á las irreverencias del Sanlísimo Sacramento, y cuando la recitéis prodirad
quo en él se cometen? ¿ q u é padre por poco zeloso que que el corazón lenga mas parte en ella que la lengua.
fuese de su autoridad sufriria que su hijo estuviese en su O Jesús, mi Dios y mi Salvador, que por un esceso del
presencia con tan poco respeto, como se ve á sangre fria mas ardiente y del mas prodigioso de lodos los amores os
que se hace á la presencia de Jesucristo? ¿ q u é amo su- habéis consliluido en estado de víctima en la adorable
friría de un criado lo que Jesucristo sufre de la mayor par- Eucaristía, en donde os ofrecéis por nosotn s en sacrificio
le de los fieles? n á c e s e callar á un niño cuando grita ó l l o - á vuestro Padre un millón de veces cada dia; ¿cuáles de-
ra en la casa de una persona decente á quien se hace visi- ben ser vueslros senlimicntos en este estado, no encon-
ta; y en el día de hoy, desde sus primeros años se les trando por tanta fineza en el corazón de la mayor parle de
acostumbra, por decirlo así, por una indulgencia criminal los hombres mas quo dureza, frialdad , olvido, ingralilud
á estar con inmodestia en las iglesias desde luego que y desprecio? ¿ N o era bastante, Salvador mío, haber e m -
pueden i r á ellas. ¡ Cosa eslraña ! la presencia de un ídolo prendido un camino tan duro para salvarnos, aun cuando
inspiraba á los paganos un respeto y un recato que llega- hubierais podido testificarnos á mucho ménos costa un
ba á ser superstición. Cualquiera postura ménos decenio, amor escesivo? ¿No bastaba haberos abandonado nna vez
una palabra dicha por lijereza, una risa involuntaria era á la insolencia desenfrenada, á la bárbara impiedad, á la
un crimen imperdonable: no les era permitido senlarse; crueldad inaudita de los judíos? ¿Por q u é esponei os aun
lodo eseilaba al respeto. ¿ S e r á posible, buen Dios, que lodos los dias en ol sacramento de la Encarislía á todos los
los paganos nos den lecciones en materia de religión, y improperios , á lodos los ultrajes, á lodas las sacrilegas
que su moderación supersticiosa enseñe su obligación á profanaciones de que podía ser capaz la malicia do los
los fieles ? ¿ puede i r mas lejos la ingralilud á un btpMftMi hombres y do los demonios? ¡ Ah , mi amable Salvador!
tan grande? ¿será creíble semejante ingratitud en un cris- ¡De q u é senlimienlos debe eslar poseído vuestro divino
corazón á vista de laníos sacrilegios, de laníos ultrajes y
tiano ?
profanaciones!
Yo rae lamento. Señor, con tanto mas dolor, juanlo que
yo mismo me reconozco sobradamente culpable de esta Penetrado de un vivo dolor y de un estremo sentimien-
impiedad. Mas yo espero con el auxilio de vuestra gracia to por lodos estos vilipendios, vedme aquí postrado y ano-
repararen lo que me queda de vida mí conducta pasada, nadado delante de vos para daros una pública satisfacción
y que mi reconocimiento, mi amor y mí respeto serán en á la vista del cielo y de la tierra por todas las irreverencias,
lo sucesivo una prueba visible de mi fé. desprecios y ultrajes que habéis recibido sobre nuestros
DOMINGO TERCERO DESPUES DE PENTECOSTES. 403
allnros desde la institución do esto adorahlo Sacrainenlo. leerso esto dia en la misa el Evangelio en quo se relioi e
Con un corazón humillado y despedazado de dolor os pido la solicitud con que ios publícanos y los pecadores p ú -
mil y mil veces perdón de todas estas injurias. ¡ Que no blicos procuraban oir á Jesucristo. Habiendo murmurado
pued;i yo, ó Qios mió, regar con mis lágrimas y lavar con de esto los fariseos, dieron ocasión al Salvador para p r o -
mi sangre todos los lugares en que vuestro sagrado cuer- ponerles la parábola consoladora de la oveja eslraviada,
po lia sido lan horrihlemente ultrajado, y recibidas con que con tanto zelo va el pastor á buscar, dejándose las
un desprecio tan eslrafío las señales de nuestro amorl noventa y nueve en el redil. Toda la historia del oficio do
¡fjue no pueda yo con algún nuevo género de homenaje, este domingo está llena de los rasgos de la bondad de
do liunullacion y do anonadamiento reparar tantas sacri- Dios con el pecador, y de la confianza que debe inspirar-
legas profauacioues! ¡quo no pueda por algunos momen- nos una misericordia tan oficiosa.
los ser dueño del corazón do lodos los hombres para r e - La misa de esto dia comienza por osle versillo del salmo
parar en alguna manera con el sacriücio que os baria de 2 í : «Volved, ó Dios mió, vuestros ojos hácia m í : dignaos
ellos el olvido y la insensibilidad de lodos los que no han favorecerme con una de vuestras miradas; destituido de
querido conoceros, ó que hóbiéndoos conocido os han ama- todo socorro, miradme como objeto de vuestra compasión.
do tan poco, y con tanto ultráje os han despreciado l Considerad mi abatimiento y los males que yo padezco, y
Pero ¡ó divino Salvador m i ó ! loque me cubre todavia sírvanme al menos estos para espiar lodos los pecados que
maü de confusión, lo que mas debe bacenne gemir es quo be cometido.
yo mismo be sido del número de estos ingratos. Dios mió: Es verisímil que este salmo fué compuesto durante la
vos que veis el fondo de mi corazón, sabéis el arrepenti- rebelión de Absalon. Arrojado David de Jerusalen, y per-
miento que tongo de mis ingratitudes, y el senlimionloquc seguido á lodo trance por aquel hijo rebelde, abandonado
me aflige por haberos tratado tan indignamente. Vos sa- de todos sus cortesanos, insultado por Semei, y obligado
b é i s la disposición en quo estoy de sufrirlo todo, y de ha- á salvarse á pié como el mas vil de ios esclavos, reconoce
cer cuanlo esté de mí parte para repararlas. Vedme aquí, que todos estos males son penas justas por su pecado, y
S e ñ o r , con e l corazón contrito y humillado, postrado á señaladamente por su adulterio. Confiesa que su pecado
vuestros pies, pronto á i-ceibir de vuestra mano cuanto os es grande; pero reconoce que es mas grande todavía la
agradare exigir de mí para la reparación de tantos ultra- misericordia de Dios, y penetrado de los mas vivos sen-
jes. Castigadme, S e ñ o r , castigadme, yo bendeciré cien timientos do confianza en esta infinita misericordia, tanto
veces , yo besaré la mano que ejerciere tan justo castigo por lo ménos como de amargo dolor de su pecado, toma
sobre mí. ¡ Q u e no sea y e una víctima á propósito para ocasión de la enormidad de este mismo pecado para tener
reparar tantas injurias, y para indemnizaros en algún mo- mas confianza en esta divina misericordia: « Aplacaos so-
do de tantos sacrilegos desprecios ! Por lo ménos ¡ó Dios bre mi pecado, porque es muy g r a v e . » Como si dijera :
m i ó ! dignaos recibir esta reparación pública que yo bago Yo estoy persuadido, Señor, que esta rebelión de mi hijo
en unión de la que vos hicisteis á vuestro Padre sobre el J lodos los males que yo padezco son justos efectos de mi
Calvario, y de la que vuestra divina Madre os hizo al pió pecado. Grande es, en verdad, este pecado, yo conozco
de vuestra cruz. Perdonadme tantos vilipendios, tantas toda su enormidad ; pero cuanto mas grande es, es mas á
irreverencias cometidas en vuestra presencia en el sa- propósito para hacer brillar vuestra bondad, que siempre
cramento de la Eucaristía; y haced eficaz por vuestra g r a - predomina en todas vuestras obras. Perdonando, pues, á
cia el vivo y ardiente deseo que tengo y la resolución en un pecador lan grande como ye, es como se ostenta vues-
que estoy de no omitir nada en el resto de mis á m para tra misericordia. Todo este salmo está lleno de admirables
amaros con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas sentimientos de confricion, de humildad y de penitencia,
mis fuerzas, y de ofreceros todo el respeto y todo el cuHo y en todo él brilla la confianza de este ilustre penitente.
que os es debido en el Santísimo Sacramento. Amen. «Yo levanto mi corazón á vos, S e ñ o r : en vos solo, Dios
Es una práctica piadosa, muy santa y muy ú t i l , el ha- mió, pongo toda mi confianza ; no pase yo, Sefior, por la
cer esta reparación todos los jueves ó todos los viernes del confusión de verme abandonado de vos.» Levantar el a l -
año delante del Santísimo Sacramento. ma hacia algún objeto, es una manera de hablar bástanlo
ordinal ia en la Escritura; y significa el deseo ardiente que
DOMINGO TERCERO DESPUES DE PENTECOSTES. uno tiene, la viva confianza que le anima en la bondad do
aquel que puede conceder lo que se le pide. En este sen-
Como el primer domingo después de Pentecostés está tido hablando Jeremías de los israelitas cautivos en Babi-
consagrado á la solemnidad de la fiesta de la santísima lonia, los cuales suspiraban por la vuelta á s u amada pa-
Trinidad, y el segundo concurre siempre en la octava del tria, á la que no debían volver, dice que aquel pueblo no
volverá á la tierra, hácia la cual eleva su alma. « E l e v e -
Santísimo Sacramento, el primero (fue sigue iumediala-
mos nuestros corazones y nuoslras manos al cielo hacia
menle á ía celebración de todas estas tiestas es siempre
el S o ñ a r , » dice en otra parte. Fácil es ver la relación que
el tercero ; y por consiguiente por el domingo tercero
tiene el principio de la misa de este dia con todo el resto
después de Pentecostés es por donde empiezan nuestros
del oficio, el cual gira todo sobre la bondad do Dios con
ejercicios de piedad para todos los domingos que quedan
el pecador, y sobre la confianza del pecador en esle Pa-
basta el Adviento.
dre de las misericordias, en este Dios de toda consolación.
Los griegos llaman á este domingo el segundo de la
doctrina ó predicación de Jesucristo, ó en otros términos, La Epístola que se ba elegido para la misa de esle dia,
ol de «Cristo docente;» por los latinos es llamado el d o - está tomada de la exhortación quo hace san Pedro á los
mingo de los Publicanos y de los Pecadores , y coraun- fieles para inclinarles á que se humillen delante de Dios,
loente el « d e la oveja d e s c a r r i a d a , » con motivo do á que reposen en él y velen sobre sí, á fin de no dar m o -
464 DOMINGO TERCEUO
livo al onomigo de nueslra salvación, quo nos observa y pero con todas eslas virtudes no dejéis de velar siempre.
da viu'llns continuamotitc alrededor de nosotros, para No contéis ni con vuestra piedad, ni con la seguridad
aproveoliarsc de lodas las ocasiones de d a ñ a r n o s . del estado que habéis abrazado, ni con los auxilios que
c Humillaos,>; pues, dice el sanio Apóstol, «bajo de la tenéis, ni con la buena voluntad de que estáis animados,
mano poderosa de Dios, á fin de que os exalte en el tiem- ni con vuestra inocencia: velad incesantemente, estad
po de su visitación » rorrnando arpií san Pedro un com- siemiire sobre las armas, porque vuestro enemigo el de-
pendio dfi la vida cristiana, comienza exhollando á los monio, semejante á un león que ruge, da vueltas por l o -
iielesá que tengan humildad, la cual debe ser la virtud dos lados buscando á quien devorar. Estáis, es verdad,
fiindamcníal de los cristianos, puesto que ella es la base como en un coto y en el aprisco á la vista de Jesucristo
y el sólido fnndanienlo de todas las virtudes cristianas. vuestro divino pastor ; pero este m i s m o buen Pastor os
Sin ella se edilioa sobre arena movediza. Por mas que el exhorta á que oréis y veléis para que no seáis sorpren-
edificio de la perfección oslé apuntalado con cien p r á c t i - didos por el león rugiente que no duerme, y que da vuel-
cas de piedad, lodas á cual mas especiosas, sin una h u - tas de continuo para devorar á cualquiera que sale del
miidad sincera y profunda todo bambolea, todo se hunde, redil, y aun para entrar en él apenas encuenlre la mas
el edificio y los puntales. Humillaos, pues, bajo de la m a - pequeña brecha ; y si entra, ¡ q u é estrago que hace!
no del Omnipotente, adorad sus órdenes, obedeced su v o - Manteneos, pues , en el aprisco, esto es, en la Iglesia
luntad, someteos á las leyes de su providencia. Recono- católica, apostólica y romana ; luego que se sale uno
ced en su presencia que nada podéis sin su auxilio, que de ella, ó por la apostasía , ó por el cisma, ya está
vuestra salud está en sus manos, que no tenéis bien algu- devorado. No es bastante permanecer en el aprisco, es
menester «na vigilancia eterna , y oslar dia y noche aler-
no (pie no bayais recibido de su pura liberalidad; espíritu,
ta conlra un enemigo que está al pié del muro buscan-
tálenlo, bellas cualidades, penetración, ciencia, genio:
do algún subterráneo por donde introducirse en la pla-
todas eslas ventajas son puros dones, son bienes de los
za, ó para volar alguna mina, y dar en seguida el asal-
cuales le debéis el capital y Jos réditos. « Dios resiste á
to. Kl demonio no se cansa, y j a m á s duerme. Sutil, hábil y
los orgullosos, y da su gracia á los humildes.» ¡ Cosa es-
aslulo observa los parajes débilc.-!, y conlra ellos dirige
traña I estamos convencidos de nueslra pobreza ; nueslra
siempre todos sus esfuerzos. Por poco que descuidemos
ignorancia, nuestros defectos, nuestras flaquezas, todo nos
el reparar las brechas ó el fortificar los puestos mas des-
predica, todo nos da á conocernueslra nada; nada hay,
cubiertos, la plaza es lomada. Hesistidle, consliluyendo
h;isla nuestro mismo orgullo, que no nos humille ; mas
vuestra fuerza en la fé. Las almas que así lo hacen
en tanto, aunque nos vemos así humillados, no somos
son las que vencen al demonio y al mundo. Tomando en
por eso mas humildes: sin embargo, es menester ser h u -
todo encuentro el escudo de la fé, es el medio por el
mildes pura ser exaltados en el tiempo de la visitación,
cual se eslinguen todos los tiros encendidos del espíritu
esto es, en el dia decisivo de nueslra suerte eterna, en el
maligno. La fé es la que nos descubre los bienes infinitos y
que por mas virtud que hayamos tenido, nos hallaremos
eternos que debemos esperar, los males que debemos evi-
todavía cargados de deudas. Sola la humildad puede en-
tar, y los medios de que debemos servirnos para ello.
ternecer á nuestro soberano Juez : ella es la que le de-
Ella es la que nos inspira la confianza en Dios, el espíritu
sarma. Un corazón generoso, un corazón noble fácilmente de oración, la vigilancia y el temor saludable de los ene-
perdona á un criminal que ve á sus piés. migos de nueslra salud. Sin la fé no hay mas que flaqueza,
Tenéis un Dios que es también vuestro Padre, descar- tinieblas, ilusión y error. Por esto el demonio deja muy
gad en él lodo lo que puede inqnielaros. Dios ha tenido tranquilos á los que han perdido la fé, ó que no están ya
cuidado de vosolros antes que fueseis, dice san A g u s t í n : en la Iglesia. Siendo la fé el fundamento de la salvación,
¿ o s olvidará por ventura ahora que os ha criado? Procu- no tiene mucho empeño en arruinaran edificio que llaquea
rad s e r v i r á Dios con fidelidad, y no lengais cuidado por por el fumbimento. Los crislianns perseguidos á quienes
lo venidero. \ Cuántas inquietudes , temores y disgustos iba dirigida esla Epístola podían creer que no sucedía lo
nos ahorraríamos, si tuviésemos una verdadera confianza mismo en las demás iglesias, sino que gozaban en lodas
en Dios, y conlásemos firmemente con su providencia! parles de la paz de que estaban ellos privados, lo que h u -
Dios quiere, si.-que seamos solícitos en p r o v e e r á nues- biera sido paradlos el colmo del desconsuelo. Desengáña-
tras necesidades, y no condena una sabia previsión. Las les, pues, el Apóstol de esla falsa idea, y les manifiesta
vírgenes necias son repudiadas por no haber tenido c u i - que la persecución que suscitan contra ellos el mundo y
dado de hacer en tiempo su provisión de aceile. Es me- el infierno es enmun á todos los fieles derramados sobre
nester obrar, dice un gran santo, como si el éxito de- la tierra. Sabed, les dice, que lodos vuestros hermanos
pendiese solo de nueslra induslria; y sin embargo es pre- esparcidos por el mundo tienen quo sufrir lo mismo. No
ciso contar con la divina providencia, como si para nada os desaniméis, cual si estuvieseis solos en el combate. Je-
sirviesen lodos nuestros cuidados y toda nuestra induslria. sucristo está á vuestra cabeza, y todos vuestros hermanos
Sirvamos á Dios con fervor, y estemos tranquilos en órden repartidos por lodo el universo combaten con vosotros, y
á lodos los acontecimientos de la vida, porque él mismo tienen los mismos enemigos (pie vencer. ¿ S e r i a juslo quo
tiene cuidado de nosotros. Dios todo lo ve, lo futuro como v solros permanecieseis en inacción, mientras que toda la
lo presente; Dios es omnipotente, y nos ama; lomando Iglesia de Jesucrislo está á las manos, por decirlo así, con
pues á su cargo el cuidado de nosotros, nada leñemos que el enemigo, con todas las potestades de las tinieblas? El
temer mas que nuestra desconfianza ; ella es la que de- ciisíianismo no quiere almas cobardes. Toda la vida, dice
tiene muchas veces el curso de los beneficios y do las Job, es una guerra conlinua sobro la tierra. No hay paz,
gracbis de Dios sobre nosolros. no hay tregua con unos enemigos que no la quieren sino
« Sed sobrics,» vivid con modestia y con templanza;
DESPUES DE PENTECOSTES. 405
á riesgo de nuestra salud. Vivimos en medio de peligros, dores y escitase su confianza. Sabia mezclar el amor con
hasta la muerte habitamos en pais enemigo; es necesario el temor, y si de una parle imponía á sus oyentes, por otra
lener de continuo las armas en la mano para combatir y les movía, les consolaba y les ganaba de tal modo por su
para defendernos, y el cielo no se da por recompensa sino dulzura que j a m á s dejaban d e c i r l e . No había nadie, has-
á los victoriosos. La carne, las pasiones, las tentaciones ta los publícanos, gentes desacreditadas entre los judíus y
que nacen en nuestro propio terreno son enemigos tanto miradas como pecadores públicos y escandalosos, que no
mas peligrosos, cnanto que son enemigos domésticos que procurasen su conversación , y que no lo escmhnsen con
nosotros mismos alimentamos. Nuestro propio corazón nos placer. Por esto eran siempre recibidos con dulzura y con
hace traición: mieslros sentidos están de acuerdo con cariño. Los escribas y fariseos murmuraban de esto, y de-
nuestras pasiones; tenemos que combatir contra nosotros cían altamente que un hombre como Jesucristo, que hacia
mismos. (2. ad Tim. 3.) Pero Dios, autor de toda gracia, una vida tan santa y tan perfecta, no debía sufrir qnc se
que nos ha llamado en Jesucristo á su eterna gloria, nos le acercasen los pecadores, ni debia tener con ellos co-
hará perfectos, firmes é incontrastables, luego que h u b i é - mercio alguno. La indignación y las murmuraciones deles
remos sufrido un poco. Llama el Apóstol á Dios autor de fariseos, dice san Gregorio, nos hacen ver que así como
toda gracia, esto es, de todo don perfecto, de todas las la verdadera justicia está llena de compasión, así la falsa
gracias que ha derramado sobre su Iglesia dándola el Es- no tiene mas que dureza y acritud. No hubo hipócrita que
píritu Santo; desea que este Dios de bondad y de miseri- no quisiese esterminar á todos los pecadores, y cuyo zelo
cordia acabe en los fieles lo que su gracia ha comenzado no respirase muertes y rayos. No es esto decir, a ñ a d e
en ellos, que los sostenga en sus aflicciones, que los asista este Padre, que á los justos no se les vea también algunas
en las pruebas, que los afirme en el bien, que les conceda, veces indignados contra los pecadores ; pero hay nmcha
en fin, el don de la perseverancia, á fin de qno Etogoietl á diferencia entre la indignación que procede del orgullo, y
la gloria, y merezcan las coronas que solo serán concedi- la que nace del zelo puro de la gloria de Dios y de la s a l -
das á aquellos que hubieren combalido hasta el fin. Como vación de las almas. Cuando los justos reprenden llevados
si les dijese: por la gracia de Jesucristo habéis sido lla- de su zelo, conservan en el corazón la dulzura inseparable
mados á la fé, y habéis entrado en el seno de la Iglesia; de la caridad; aborrecen el pecado, aman al pecador y
pero no basta esto, es preciso sostener esta dic hosa voca- aprecian á aquellos á quienes corrigen, al paso que aque-
ción con la práctica de todas las virtudes, y sobre todo con llos á quienes una falsa opinión de su mérito hincha de
una generosa paciencia en medio de las adversidades y de orgullo, desprecian á todo el mundo, y no tienen compa-
las persecuciones, que, como el fuego que purifica el oro, sión de los flacos, y tal es el carácter de todo espíritu de
lejos de abatiros ó de consumiros deben hacer mas pura y partido. Los fariseos eran de este n ú m e r o , dice este sanio
mas brillante vuestra virtud. No basta tampoco el haber doctor, y por tanto el Salvador íes propone de continuo,
sido llamados á un estado tan santo, ni aun el haber b r i - y ordinariamente bajo de alguna parábola, el maravilloso
llado en él con el resplandor de vuestras virtudes; es me- ejemplo de su dulzura.
nester perseverar hasta el lin, puesto que la gloria no se «Este h o m b r e , » decían, «recibe los pecadores, y como
da como recompensa sino á la perseverancia final. Yo es- con ellos. » Esto es todo lo que aquellos hipócritas echa-
pero en la misericordia de nuestro Dios, que él acabará su ban en cara al Salvador. Jesucristo para confiindii les les
obra; la afirmará contra los vientos y las bonaseas de h\ responde con una parábola fundada, á la cual no saben
persecución, y la hará eterna por ia gracia de la perseve- q u é replicar: compárase á un pastor que corre Iras do una
rancia. A él esa quien pertenece la gloria y eh soberano oveja descarriada; á tina mujer que busca con anhelo una
poder en los siglos de los siglos. Teniendo Dios el supremo dracma que ha perdido; á un padre que lamenta los de-
poder y no pudiendo resistirle cosa alguna, no debéis te- sórdenes de un hijo libertino. Los pecadores comparados
mer la malicia de los hombres : ellos no dejarán piedra á la-oveja descarriada, detrás do la cual se corre, á la
por mover para espantaros, para trastornaros y perderos; dracma perdida que busca con tanta diligencia, lodo esto
pero tened una confianza firme en su bondad, y lodos los juslilicaba admirablemente su conducta, y cubría de con-
hombres juntos no son capaces de arrancaros uno solo de fusión la falsa delicadeza de los fariseos.
vuestros cabellos sin su permiso, ni toda su malicia pro- El raciocinio del Salvadores del todo conduycnle y sin
ducirá otro efecto que aumentar vuestro mérito, y hacer réplica. «¿Quién de vosolros,» les dice, « q u e tiene cien
mas brillante y de mayor precio vuestra virtud. Pero no ovejas, si pierde una, no deja las nóvenla y nueve en la
dejéis de dar á Dios toda la gloria que le es debida; y por pradera , y va á buscar la que ha perdido hasta que la
mas virtud que tengáis, por mas obras buenas que hicie- e n c u e n t r a ? » Esta oveja ; dice san Agustín, se htíhh per-
reis, reconoced que todo bien procede de él. dido ella misma saliéndose de la manada, y siguiendo sus
El Evangelio refiere la solicitud con que los publícanos caprichos, y no podía reducirse otra vez si la misericordia
y los pecadores públicos venian á oir a Jesucristo, hechi- del pastor no la hubiera buscado. No hay pecador que
zados de la dulzura y la bondad con que este divino Sal- allá en el fundo de su corazón no perciba la voz del Dios
vador les recibía, y del zelo sobre lodo que Ies manifesta- de bondad que le busca , que le llama, que le invila, y le
ba por su salvación, mientras que los orgullosos c hipócri- solícita para que se vuelva á é l , poro cuando uno se halla
tas fariseos no se dignaban ni aun consentirlos un momento bien en sus estravíos, cuando deja gritar al pastor que l l a -
en su presencia. ma, y se complace en estraviarse cada día mas, ¿ e s acaso
J a m á s proponía el Salvador cosas difíciles y de una alta dócil á esta voz? ¿piensa volver á su deber? ¡ Qué a l e g r í a ,
perfección, sin que tratase de suavizar las dificultades por dice el Salvador, para el pastor cuando encuentra su ove-
algún temperamento, y ordinariamente por medio de a l - ja eslraviada! Guárdase bien do maltratarla, ni aun la
guna parábola cuyo sentido alegórico animase á los peca- lleva por delante hacia él ganado , quiere ahorrarla lodo

TOMO i V 59
461 DOMINGO TKRCERO.
el trabajo do la vuelta, y contando por nada la fatiga que dia Jesucristo manifeslarnos bajo de figuras mas scnsibloí!
ha tenido para buscarla , la carga él mismo sobre sus es- ni mas espresivas el empeño que tiene en volver á traer h
cspaldas. i Qué bien se pinta el Salvador en esta figura, y sí al pecador, los pasos que da para ello, y la alegría quo
q u é bien hace en ella su retrato! «Y luego que llega á su esperimenla cuando ha triunfado de él por su gracia? Yo
casa, reiinea sus amigos y á sus vecinos, y les dice: Re- no so, ó Dios mió, loquees mas incomprensible, ó vuestra
gocijaos conmigo, poi que lie encontrado mi oveja q u e b a - bondad para con los hombres, ó la insensibilidad de los
bia p e r d i d o . » Q u é os parece, ;.PS perdonable esta alegría hombres para con vos. Vos no tenéis necesidad alguna de
en un pastor que ama su rebaño? El mercenario, un boin- mí, y me buscáis infaligablemenle, á pesar de haberes) o
bro asalariado, ama demasiado su reposo, y muy poco á despreciado, y aun cuando me he declarado enemigo
sus ovejas para que corra en seguimiento de ellas cuando vuestro. Todo mi bien, toda mi felicidad depende de estar
se estravian; solo el c^pirilu deJesncrislo, solo la caridad unido á vos; v al tiempo que vos me prevenís, me buscáis,
ci isliana inspiran un verdadero zelo, asi como á él es dado me solicitáis de la manera mas viva, mas dulce, masama-
el sentir la dulce alegría que causa la conversión del pe- ble para que vuelva á vuestra amistad, yo no puedo r e -
cador. solverme á ello, os resisto, buyo de vos. ¿Qué ventajaen-
« S a b e d , pues,» conlimia el Salvador, « q u e l a conver- conlrais, ó Dios mió, en la conversión de un pecador, para
sión de un pecador es un motivo de alegría para toda la que ella sea para vos un motivo tan grande de regocijo?
córte celestial. Sí ^ la perseverancia de noventa y nueve ¿cómo podéis ser tan sensible á la adhesión de una c r i a -
justos en su inocencia» por agradable que ella sea, no tura v i l , que pretendáis, por decirlo así que los ángeles y
causa tanto placer, por decirlo así, 'iá todo d cielo co- almas bienaluradas os feliciten por ella? Así es, y «yo os
mo la conversión sincera del pecador. » La vuelta de un lo digo,» a ñ a d e el Salvador, «que entre los ángeles de
alma á Dios es una íiesla muy dulce para lodos los e s p í r i - Dios h a b r á un regocijo grande por la conversión de un
tus celestiales : como conocen lo que vale, no pueden ver solo pecador.» ¿I'odia Jesucristo darle al pecador motivos
que se pierda sin lamentarse de ello. Si pensásemos que de confianza en su misericordia mas obligantes? ¿y qué.
el alma del mas v i l de los hombres ba sido rescatada al pecador, por poca razón y poca religión que tenga podrá
precio d é l a sangre de Jesucristo, ¿podríamos permanecer desesperar del perdón, aun á la vista de la enormidad do
insensibles á su pérdida? ¿Y se puede conocer á Jesucris- sus crímenes? Aquí, dice san Gregorio, nos asegura el
to y creer en él, sin ver con dolor el abuso indigno que se Salvador que «habrá una grande alegría en el cielo porla
hace de su sangre? Por estas palabras, «que no tiene ne- conversión de un solo pecador que hace penitencia,» y en
cesidad de p e n i t e n c i a , » debe entenderse que no están en otra parle asegura el Señor por su profeta, «que desde el
pecado mortal, y no tienen necesidad de mudar entera- dia que pecare el justo, no se acordará mas de su justi-
mente do costumbres, ni de voluntad para entrar en la cia.»
amistad y en la gracia de Dios, puesto que siendo justos ¿Concebimos, hermanos mios, añade el santo doctor, la
no la han perdido. No quiere esto decir que los justos es- conducta admirable de la bondad divina? A fin de conte-
tén esceptuados de toda penilcncia : no debiéndose consi- ner á los que están en pié, les amenaza con el castigo si
derar, ni aun las almas mas santas, absolutamente exen- llegan á c a e r ; y para estimular á los que han caido á que
tas de todo pecado, deben pedir perdón al Señor todos los bagan esfuerzos para volverse á levantar, les promete, si
dias. lo hacen, su divina misericordia: amedrenta á los prime-
No babiacosa mas á propósito para justificarla conduc- ros para que su virtud no les inspire presunción; lisonjea á
ta de Jesucristo con los pecadores, y para condenar las los otros para que sus crímenes no les sumerjan en la de-
injustas murmm acionrs de los fariseos, que una compa- sesperación. Si somos justos, temamos la cólera de Dios
ración tan concluyente. Reíiere a d e m á s otra segunda el para no caer; si somos pecadores, tengamos confianza en
Salvador, que no podia dejar de hacer impresión en los Dios para volvernos á levantar.
ánimos mas groseros. NOTA.—La diaema era una pieza de plata que pesaba
Cuando de diez piezas de plata se pierde una, se con- una dracma, estoes, una o c b a v a ó una octava parledeuna
suela uno fácilmente con las nueve que le quedan; del onza, y que podia valer cerca de diez sueldos de nuestra
mismo modo parece que podría muy bien dejarse perder moneda í1). Esta suma, aunque pequeña en sí misma, es
un alma, cuando se salvan noventa y nueve: sin embar- sin embargo de consideración para una persona q u e i or
go, se piensa y se dice constantemente lo contrario: por- todo caudal no tiene mas que diez piezas de piafa.
que, si á una mujer que tiene diez dracmas llega á per- ...
dérsele una, ¿se consuela acaso fácilmente? Nada de eso. La oración de la misa de este dia es como sigue :
Enciende inmediatamente una luz para buscarla, barre
todos los rincones y escondrijos del aposento, todo lo r e - Prolector in te speran- O Dios, protector de los quo
mueve basta que la encuentra. Las nueve que la quedan ftltM fíeus, sine quo nihil en vos esperan, y sin cuyo i n -
no la causan tanto gusto como sentimiento la produce la est validum , niliü sane- flujo nada hay firme ni santo
pérdida de una sola. Pero ¿ba vuelto á enconlrarhi? ¡Que l i n n : undiiplica supernos en ningún hombre; haced que
gozo no esperimenla! Lo comunica á todas sus amigas y á misericordiam t u a m ; u ( , sintamos mas y mas los efec-
sus vecinas; cuéntales la pena que ha sub ido, la inquie- te redore, le duce, s í c tos de vuestra misericordia, á
tud que tenia, la solicitud y la ansiedad con que la ba transcamus perbona tem- fin de que siendo nuestro c o n -
buscado, pero que al fin ha sido también grande el rego- p o r a l i a , ut non amilta- ductor y nuestra guia , p á s e -
cijo que lia tenido cuando la ba encontrado; las invita á
que la feliciten por ello, y á que tomen parle en su alegría.
lo K q u i v a l e c i U r e nosolios ó poco mas de dos r e a l e s v e -
¿Podia Jesucristo, dice un sabio y piadoso intérprele, p o - llou.
DKSPUES DE I]ENTECOSTES. 4G7
vms aiterm. Per Domi- mos de tal modo por los bienes los; las borrascas y las tempestades estallan por lo común
mm mslrum... lemporalesy perecederos, que en las alturas. Si tal vez se goza en ellas d« alguna calma,
no perdmnos los eternos. Por apenas a& mira desde tan alio sin que la cabeza se desva-
nuestro Sefiur Jesucristo, etc. nezca. De aquí tan frecuentes caídas y tan tristes revolu-
ciones. Lo que en el mundo se llaman grandes fortunas,
La Epístola está lomada de la primera carta del apóstol son no mas que grandes palabras que significan muy po-
San Pedro, cap, 5. co. Una tierra que se ha comprado; algunos derechos de
Charissimi : Ilumilia- Mis amadísimos hermanos: preeminencia que se han adquirido; litulos antiguos ([ue
n m ú su6 poíenti mam Huiuillaos bajo de la mano po- se han trasladado á una nueva familia; un cargo de m a -
ÍJCÍ, u l tos exullet m tem- derosa de Dios á fin de que os gistratura ; un empleo en el ejercito; una rica herencia
porc visitulioms : omnem exalte en el tiempo de su v i - que saca á uno del polvo de su condición ; un genio supe-
solicitudinem veslram silacion, descargando en él rior c industrioso; la amistad de los grandes; el favor del
projicienles in eum, quo- todo lo qui! puede inquietaros príncipe; lodo esto da un nuevo lustre que lisonjea, que
ninm ipsi cura est de vo- porque él mrsmo cuida de vo- brilla, que deslumhra; pero en resumen, no es lodo ello
bis. Sohrii estáte, elvigi- solros. Sed sobrios, y velad; á lo mas otra cosa que un barniz sobre un vaso de tierra.
late : ^uía adversarius porque vuestro enemigo , el Por masque haya nacido grande, no por eso se deja de
vester diabolas tamquam demonio, semejante á un león ser hombro, y por consiguiente flaco, enfermo, mortal, y
leo rugiens circuit, quw- que r u g e , da vueltas por todos toda la grandeza humana viene á parar en un puñado de
rens quem devoret : cui lados buscando á quien devo- ceniza. Puédese nacer sobre el trono; pero no hay monar-
resislile fortes in fide : rar. Resistidle afianzándoos en ca alguno que desde Ú trono no descienda al sepulcro. La
$cimtes eamdem passio- la fé, estando persuadidos que mas elevada superioridad, la nobleza mas esclarecida, «o
nem el, quce in mundo est, todos los demás hermanos es- esceptúan de las enfermedades. Nunca son las pasiones
vestrw fralcrnilali fieri. partidos por e! mundo tienen mas fieras ni mas imperiosas que en la prosperidad y en
l)eus aúlem omnis graliaí, que sufrir lo mismo que voso- la abundancia. La enfermedad y la muerte no respetaron
qui vocavit nos in celcr- tros. Mas Dios , autor de toda j a m á s á los grandes. La autoridad mejor establecida, y
mm suam gloriam in gracia , que nos ha llamado en el poder mas estenso, no estuvieron nunca al abrigo d é l a s
Chnsto Jesu , modicum Jesucristo á su eterna gloria, adversidades y de las humillaciones: todo nos h u m i l l a ;
passos ipse perfidel, con- , él mismo nos hará perfectos, hasta la misma grandeza. Nuestro propio corazón, nnes-
¡irmabit, solidabilque. Ipsi nos confirmará , y nos hará Ira imaginación, nuestro espírilu, son nuestros tiranos en
gloria, et imperium in se- incontrastables, después que defecto de otros. Un avaro es pobre en medio de sus teso-
cula seculormn. Amen. h u b i é r e m o s sufrido un poco. ros. ¿Hubo j a m á s algún ambicioso contento en su eleva-
c i ó n ? la soberanía tiene sus altos y sus bajos, y la corona
A él sea dada la gloria y el so-
sus cruces y sus espinas. No hay dia sin niebla sobre la
berano poder en los siglos de
t i e r r a ; aun los mas serenos se ven con frecuencia turba-
ios siglos. Amen.
dos con tempestades inesperadas. La calma no es fruto
Kstando el príncipe de los apóstoles san Pedro en Roma,
natural de esta vida ; por eslo, en todos los sexos, cu t o -
en donde habfa establecido su silla corno centro de la r e l i -
das las edades y en todas las condiciones encontramos un
gión, escribió en cualidad de cabeza do la Iglesia osla p r i -
fondo de inquietud, de flaqueza, de pena y de disgusto
mera carta á las iglesias de Asia, del Ponto¿ de Galacia y
que nos humilla. Son estas las pruebas indelebles y los
de Hilinia, que tenían mucho que sufrir de parle de los
efectos propios de nuestra nada. Y después de esto ¿ p u e -
judíos obstinados y de los gentiles; anunciales que está
de sernos penoso el humillarnos bajo d é l a mano podero-
próximo el dia del Señor, lo cual debe entenderse de la
sa du nuestro Dios? i A h ! que en efecto nos cuesta dema-
ruina próxima de Jerusalen, que Jesucristo habia p r e d i -
siado, y eslo es lo que debe humillarnos mas. Nuestro
cho tan claramente en castigo do la ceguera y de la obsti-
orgullo natural es una de nuestras mas sensibles humilla-
nación de los judíos por ei deicidio que hablan cometido.
ciones. Ninguna cosa prueba mejor nuestra pobreza, nues-
tra imbecilidad y nuestra flaqueza. Riese uno cuando ve
REFLEXIONES.
un mono vestido de h é r o e ; laméntase cuando se encuen-
«Humillaosbajo de la mano poderosa de Dios.» Propia-
tra con un moribundo que no cesa de decir que va bien; le
mente hablando j a m á s podrá el büinbi e humillarse, en r a -
da lástima de un hombre de nada, que se imagina que es
zón de que por bajo que eslé, está siempre en su lugar; y
un gran príncipe. Solo pues en la verdadera humildad es
no siendo por sí mismo otra cosa que nada, para h u m i -
en donde se cifra propiamente toda la sabiduría.
llarse como debe seria necesario que se pusiese bajo de
¡a nada. Nuestra humildad se mide con relación á nuestro
orgullo. Queremos subir mas alio de lo que debemos; no El Evangelio de la misa de este dia está lomado del de
podemos sufrir el vernos al nivel de los d e m á s , y sin con- san Lúeas, cap. 43.
sultar ni la equidad, ni la razón, ni aun el buen sentido, Inillo tempore : Eranl En aquel tiempo, como los
aspiramos siempre á salimos do nuestra esfera i m a g i n á n - appropinquanlesad Jesum publícanos y los pecadores so
donos que estaremos mejor en olro grado. Nos hallamos publicani et peccatores, « í acercasen á Jesús para oirle,
naturalmente inquietos en el que hemos nacido, mientras audierent illum. El mur- murmuraban los fariseos y lus
sabemos que hay uno superior. Hácense toda la vida es- nmrabant pharisaei et escribas; Este hombre, decían,
fuerzos para elevarse; caminase, t r é p a s e , fatígase para scriba:, dicentes : Qaiahic recibe á los pecadores, y c o -
llegar adonde se ve que han llegado ya otros, sin adver- peccatores recipil, et man- rae con ellos. Inmedialamen-
tir que los puestos mas elevados no son los mas t r a n q u i - ducal cuín iltis. Et ait ad le el Salvador les dijo esta p a -
/iCS DOMINGO TERCERO
illospar<iliolam islam, d i - nil>uJ;i; ¿ Quiáa hay onlre vo- ricordia con los pecadores. Compárase aquí á un padre de
cens: Quis ex vobis homo, sotras, dueflo do cien ovejas, familias quo teniendo cien ovejas las conserva con cuidado
(¡ui habt'l cenlum oves, el que si so Je pierde una, no de- y las ama á todas con ternura: provee á todas sus necesi-
siperdidn i l unarn ex illis, ja las noventa y nueve en la dades, vela continuamenlc sobre su querido rebaño, y nada
nonne dindilel nonaginla- pradera , y va á buscar la que omite para que ninguna se le descarrie; él mismo las l l e -
novcm i n deserto, el vadit se le ha perdido hasta que la va á pastar á los mejores pastos; impide que el lobo se
ad illam, quwperieral, do- oncuenIra? Habiéndola encon- acerque al rebaño. Pero si al fin, á pesar de toda su v i g i -
ñee inveninl eam? El cum trado, la carga lleno de gozo lancia ysns cuidados, llega una sola á descarriarse : ¡buen
inveneril eam, imponü i n sobre sus espaldas, y apenas Dios! ¡ q u é inquietud la de este caritativo pastor! y ¿ q u é
humeros saos gaudens : el llega á su casa convoca á sus no bace, q u é trabajo no se loma para encontrar y v e l v e r á
veniens dommn, cortvocat amigos y á sus vecinos, y les traer á la oveja descarriada? Diríase que la conservación
amicos et manos, dicens dice : Regocijaos conmigo , de las noventa y nueve que quedan en el redil no le da
i l l i s : Congratulamini mi- porque he hallado mi oveja tanto contento como senliiniento le causa la pérdida deuna
h i , quia inveni ovem que habla perdido. Dígoos, sola: á todas las deja para correr tras de esta sola; pero
ineam, qum perieral? D i - pues, que habrá aun mas g o - por fin la ha encontrado: ¡ b u e n Dios , qué gozo, q u é pla-
vo vobis quod ila qaudium zo en el cielo por un solo pe- cer! Lejos de incomodarse y de echarla delante de él pa-
m í tu ccelo snper uno pec- cador que hace penitencia, ra volverla, él mismo la carga sobre sus espaldas para
ralore p^Hilentiam agen- que por noventa y nueve jus- ahorrarla todavía la fatiga del camino. Cargado con tan
te, quam svpcr nonaginta- tos que no tienen necesidad de dulce peso, entra como entrrunfo en ta majada; y no con-
novan justis, qui non i n - penitencia. ¿ O q u é mujer hay tento con no haberla perdido, quiere que lodos sus amigos
digent pcenilenlia. Aut que teniendo diez monedas, si tomen parle en su alegría. Bajo de esta imágen so pinta á
quw mulier hubens drack- pierde una, no enciende la a n - sí mismo este amable Salvador: ¿ podemos hallar ni ima-
mas deccm, si pvrdiderií torcha, barre la casa, y la bus- ginar un tipo, unos rasgos, una espresion, una figura mas
drachmam m a m , nonne ca con toda diligencia hasta propia para inspirarnos la mas dulce confianza? Pues hó
accendil lucernum, etever- ha'uerla encontrado? Y cuando aquí aun otra que no debe inspirar menos reconocimiento
r t t domurn, el q n m i l d i l i - ya la halló, convoca á sus ami- y deseo de convertirse a! pecador Una madre de familias
gi'nter, doñee invenial?El gas y vecinas, y les dice: pierde una moneda, y por eslo se halla inconsolable. ¡ Qué
cum invenerit, convocal fatigas no se toma para volverla á encontrar! Enciende la
Congratulaos conmigo porque
luz, busca, vuelve á buscar, remueve todos los muebles do
árnicas el vidnas, dicens: encontré la moneda que habia
la casa, no deja rincón ni escondrijo que no e s c u d r i ñ e :
Congralulamini milñ, quia perdido. De este mismo modo
llega por último á encontrarla : ¡qué demostraciones hace
inveni dnwhmam, quam yo os lo aseguro, habrá un
de regocijo, q u é gritos da de alegría ! Dirían que habia
perdideram? Ha dico v o - gran regocijo entre los á n g e -
perdido toda su hacienda y la ha recobrado: pues de oslo
bis : gaudium cril coram les de Dios, por la conversión
modo, a ñ a d e el Señor, se regocijan en el cielo por la vuel-
Angelis Dei super uno pec- de un solo pecador que hace
ta y la conversión de un pecador que después de haberse
catorepa;nitentiam agente. penitencia.
abandonado y perdido por el pecado, se rindo en fin á la
gracia. Y después de eslo, ¿ s e quieren oíros motivos pa-
MEDITACION. ra convertirse?
I)c la alegría que causa en el cielo la conversión de un pe-
PUNTO SECUNDO,—Considera cuan inescusable es un pe-
cador.
cador, que después de unas solicitaciones tan ejecutivas,
PUNTO PRIMEIIO.—Considera que nada hay mas conso- y de una bondad tan señalada de parte de Dios, no se con-
latorio para los pecadores, nada mas inleresanle, ni que vierte, aun difiere el convertirse. ¿ Q u é es lo que puedo
mas deba escilarsu conflanza y acelerar su conversión, servir de prelesto y de escusa á su obstinación, por poca
que la parábola del Evangelio de este dia. Habia ya dado religión que tenga? ¿ p u e d e ignorar el peligro en que está
á conocer el Salvador en muchas ocasiones su bondad sin- de ser eternamente, infeliz si vive en el pecado? y si no lo
gular para con los pecadores, el deseo que tenia de su ignora, ¿ q u é es lo que puede retener á una persona á
salvación, y aun el empeño con que ansiaba el verlos con- quien resta aun un vislumbre de buen sentido, una tintura
vertidos; sus palabras, sus obras, sus parábolas, todode- de religión; q u é es lo que puede retenerla en el precipi-
moslraba las e n t r a ñ a s de misericordia que abrigaba este cio, cuando se le presenta la mano que puede sacarla de
divino Salvador. Yo nohe venido, decia, á l l a m a r á losjns- é l ? ¿ q u é puede moverla á perseverar en el estado de pe-
los, sino á los pecadores; los que están sanos nolienenne- cado, cuando Dios la ofrece su gracia? ¿ Q u é es lo quo
cesidad de médico; los remedios son para los enfermos. Si puede retener al pecador? ¿Es la severidad de un Uios,
hace el retrato del pecadoron los estravíos del hijo pródigo, justamente irritado por sus desarreglos y sus desórdenes?
hace también el suyo en el del padre de aquel hijo perdido, mas después de la parábola de nuestro Evangelio, ¿ p u e d e
que lerecibecon u n a a l e g r í a , un ansia, una liesta,que causa dejar de ver anticipadamente la alegría que tendrá todo el
zelos aun á su hermano. En fin, el misterio de la Encarna- cielo por su conversión y su vuelta ? ¿ Podiá ofrecer el
ción del Verbo, del nacimiento del Salvador, su vida mor- Salvador ninguna cosa mas á propósito para calmar nues-
tal y su muerte, son pruebas muy clásicas del amor quo tros temores, animar nuestra timidez, serenar aun nuesti a
Dios tiene á los hombres, y del deseo activo que tiene de confusión, é inspirarnos una dulce confianza en su miseri-
la salvación de los pecadores; pero la doble parábola que cordia, que esta parábola? Todo el cielo debe concebir mas
proponeen este Evangelio sobrepuja, al parecer, á lodos alegría por nuestra conversión, que la que tiene por la
Jos demás rasgof, aunque lau notables, de su tierna mise- perseverancia de los justos; el mismo Dios celebra, por
DESPUES DE PENTECOSTES. 4G9
decirlo aaf, una flosla por nuestra vuelta á 61. Tan terrible razón puede llamarse este cuarto domingo el domingo do
como es p;ifa el pecador cuando muere en el pecado, t;m la confianza en Dios, pues que lodo el oficio de este dia nos
dulce, compasivo, misericordioso, amable ó indulgente es ofrece grandes motivos para ello, ya en el introito de la
cuando el peoiidor detesta sus pecados mientras le dura la misa, ya en la Epístola y el Evangelio, en donde todo ins-
vida. La muerte en el pecado enciende los fuegos eternos pira esta dulce confianza.
ó irrita la cólera de Dios, y arma su venganza por toda la La misma comienza por este versículo del salmo 26: El
eternidad contra el pecador muerto en su desgracia; al pa- Señor me instruye en sus consejos; él vela en mi conserva-
so que la conversión del pecador, su dolor sincero, su ar- ción; «el Señor es mi luz, mi guia, mi apoyo, mi salud;»
repentimiento, desarma su cólera , reanima, por decirlo loda mi confianza la tengo puesta en él; «¿á quién, pues,
así, toda su bondad para con el pecador, y le hace olvidar temeré?» ¿ Qué enemigo puede espantarme, ni q u é peli-
todos sus crímenes. Y á vista de Iodo esto, ¿ s e diíiere la gro puede hacerme temblar? Bajo de una protección se-
conversión, se vive y se muere en el pecado? mejante no podré perecer. Imagina alguno que sea mas
¡Ah Señor! emplead toda vuestra misericordia p a r a i m - poderoso que nuestro Dios, dice san Aguslin, y entonc es
pedir que mesuceda semejante desgracia. Desdeestemis- tendrá fundamento tu temor y In desconfianza. «El Señor
modífl quiero,mediante vuestra gracia, regocijar al cie- es erdefensor de mi vida,» y como dice el lexto hebreo,
lo con mi perfecta conversión y mi vuelta á vos. el SeOor es la fortaleza de mi vida; ¿ p o d r á n estremecer-
jACULAToaus.—He andado errante como una oveja me ya los mayores peligros?» Ligúense contra mí lodos
descarriada; buscad, ó Dios raio, á vuestro siervo. mis enemigos, véame yo en medio de las olas, agitado por
(Psalm. 118.) los vientos mas furiosos, y amenazado á cada momento
Señor, salvad á una oveja estraviada, á un siervo que de un U iste naufragio; siendo el Señor el defensor y la for-
pono en vos toda su esperanza, (l'salm. 83.) taleza de mivida, nada hay i\m\ ptreda espantarme. A g r a -
viarla, ciertamente, á la omnipotencia, á la sabiduría iníi-
PROPOSITOS. nita y á la hondad incomprensible de mí divino Prolector
1 Cuanto mas bueno es el Señor para el pecador, mas si yo lemiese. Mi temor seria una insigne desconfianza; ¿ y
criminal es el pecador si persiste en su rebelión contra un puedo yo ser capaz de esto después de haber visto t a n -
Padre tan bueno: ninguna cosa demuestra mejor la j u s t i - tas veces que los mayores esfuerzos de mis enemigos han
cia del castigo riguroso con (pie Dios castiga una malicia sido inútiles contra esta omnipotente proleccion ? ¿ Qué no
tan obstinada, como la obstinación impía del pecador en han tentado los enemigos de mi salvación para perderme,
su pecado. Penetrad bien todo el sentido de una parábola ó al menos para turbarme y amedrentarme? ¡cuántas ve-
tan consoladora. Vosotros habéis entristecido, por decirlo ces arrebatados del deseo de perderme, se han precipita-
así, largo tiempo á todo el cielo con vuestra vida licencio- do sobre mí como otras tantas bestias feroces, prontas
sa; podéis, pues, hoy regocijarle con vuestra sincera con- para devorarme I vanos proyectos, inútiles esfuerzos, f r i -
versión á Dios; no diiírais ni medio dia, ni un momento, volas tenlalivas: ellos han pasado por la confusión de ver
el proporcionar á las santos ángeles un gozo que os es tan frustrados srrs perversos designios, y se han visto obliga-
ventajoso. Si todavía no os habéis convertido, convertios dos á reconocer su debilidad. Toda esta nube fecunda en
en este momento, haciendo un acto de contrición perfecta granizo y en piedras se ha desvanecido cuando estaba pa-
y una buena confesión. Si os habéis ya convertido, ratili- ra aniquilarme. ¡ O h , q u é dichoso es el que pone toda su
cad vuestra conversión por la renovación de la penitencia confianza en Dios ¡Si, aun cuando yo viera todas lasfuerzas,
interior, y por nuevos actos deconíricion que debéis r e - lodas las potestades do la tierra y del infierno reunidas de-
petir muchas veces en este dia. lante de mí como un cuerpo de ejército, yo memnnlondria
2 No os contentéis con una conversión afectuosa, dad intrépido: la protección del Señor es» «na mur alla que n o
pruebas de ella por los efectos; ofrecedlas hoy mismo, ya piiLHb'n forzar todas las potestades juntas. David tenia una
haciendo una confesión mas amplia, ya haciendo una v i - larga esperiencia de esto, y por lo mismo jamás podía tener
sita de cortesía á aquellos con quienes os habéis reconci- una confianza incierta en la proleccion de Dios. Un Goliath
liado, ya ejercilándoos en obras de misericordia. Haced ufano por sn monstruosa talla, y por la fuerza enormede su
una profesión mas declarada de piedad y de regular idad. brozo, vencido, aterrado, muerto p o r u n n i ñ o , sin otras a r -
Practicad algunas visitas al Santísimo Sacramento en jas masque una honda. Un ejército formidable de filisteos, hasta
iglesias, sobre lodo en aquellas donde mas habéis concur- entonces siempre victorioso d é l a s tropas de Israel, balido,
rido en otro tiempo durante vueslros desarreglos, y estado deshecho, disipado por este ungido del Señor; toda la m a -
con mas irreverencias. Dad alguna limosna eslraordinaria lignidad de la envidia de Saúl eludida; en fin, David vic-
con el fin de reparar las injusticias qne hubiereis podido torioso de todos sus enemigos, pacífico ya en su trono des-
cometer, y que no podéis absolutamente conocer; y pen- pués de tantos peligros, tantas persecuciones y contratiem-
sad muchas voces, durante esto dia, q u ó es lo que signifi- pos, ¿ p o d i a tener menos confianza en la bondad y en la
can las dos paráholas que serelieren en el Evangelia de la protección de su Dios?
misma. La Epístola de la misa de estedia está tomada de aque'
pasaja d é l a carta do san Pablo á los romanos, en qito
CUARTO DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTES.
el santo Apóstol dice que aquellos que han recibido por
Si el domingo precedente se llama con razón en los lec- el bautismo el espírilu de adopción, que nos hace hijos
cionarios antiguos el domingo de la misericordia y do la de Dios y herederos con Jesucristo de la gloria futura por
bondad de Dios con los pecadores, porque todo el oficio de lo cual suspira todo fiel, cuentan pomada lodo lo que hay
la misa, estoes, el introito,la Epístola y el Evangelio no que sufrir sobre la tierra para merecer ta recompensa ([no
predican masque esta gran misericordia; por la misma nos está preparada en el cielo, adonde deben dirigirse l o -
470 DOMINGO CUARTO
dos nuestros deseos. Ordénase loda osla Epístola á inspi- lo!. Llámase el Mesías en la Escritura, el deseado de las
ramos un gran fondo de confianza y de ánimo en las ma- naciones. Habia largo tiempo, dice el sabio intérprete que
yores adversidades. hemos citado repetidas veces, habia mucho tiempo que los
aEsloy persuadido, dice el santo Apóstol, qne las aflic- gentiles sentian el peso d e s ú s miserias; gemían y se h a -
ciones del tiempo presente no tienen proporción alguna llaban tanto mas oprimidos, cuanto que leuian ménos a u -
con la gloria futura que resplandecerá en nosotros.» Seria xilios que los judíos para salir de ellas. Habíalo Dios
necesario comprender en esta vida l o q u e e s esta gloria; permitido así, para manifestar á.su tiempo los tesoros do
seria necesario gustar sos dulzuras inefables, dulzuras sus misericordias sobre ellos. Llegó por fin el dichoso mo-
castas, llenas, satisfactorias, que sobrepujan todo cuanto mento en que debían ser reconciliados con su Dios. Las
puedo pensar ó conocer el entendimiento humano; seria gracias que se les habían comunicado hacían sus miserias
necesario, en fin, estar como sumergido en el torrente de mas pesadas y mas sensibles, y les obligaban á dar en
delicias con que Dios embriaga á sos elegidos, para ver la cierto modo los gritos que anunciaban su nacimiento es-
infinita desproporción que hay entro lo que sufrimos en piritual al Evangelio. «Porque sabemos, dice, que hasta
este lugar de destierro , y la recompensa que nos está aluna todas las criaturas gimen y sufren los dolores del
preparada en la patria celestial. Por algunas sombras de parto.»
humillación, ¡ q u é h o n o r , q u é gloria, buen Dios, en el cielo El hombro no ha sido criado mas que para Dios, este
en donde el menor de las santos es objeto de la admira- es nuestro E n ; Dios no ha podido criarnos para otro quo
ción, del respeto, de la mas profunda veneración de los para sí, y cualquiera otro fin que no sea este, es incapaz
mas grandes monarcas del mundo: por algunos amagos de satisfacernos. No tenemos masque consultar sobre esto
de dolor, ¡qué torrente, qne abundancia de dulzuras la á nuestro corazón. Dios solo es el centro de nuestro des-
que Dios reserva para los que le sirven ! En fin, por a l - canso, fuera de él está nuestro corazón en una agitación
gunos momentos de dolores y aflicciones que huyen, una continua. La propensión natural á t o d o hombre; la estre-
felicidad pura y perfecta que j a m á s debe acabarse. ma pasión que tenemos á ser dichosos,no puede satisfacerse
Nuestras aflicciones presentes, dice san Pablo, que no d u - aquí abajo. Después de mas de seis milaiios que hace quo
ran mas que un momento, y que son tan Tijeras, nos pro- los hombres trabajan para ser felices, ninguno ha podido
ducen un peso eterno de gloria en un alto grado de es- hallar todavía un reposo lleno y perfecto que haya lijada
ceiencia superior á todoencarocimiento. ( 2 . Cor. 4 . ) Y lodos sus deseos: siempre queda un vacío infinito que no
ciertamente la vida comparada con la eternidad no es mas son capaces de llenar lodos los objetos criados; no ha sido
que un instante indivisible é imperceptible. La misma el hombre hecho para ello: menester es que se eleve hasta
proporción que h iy entre un punto de tiempo impercepti- Dios, y desde el momento que toma este partido, encuen-
ble y toda la eternidad incomprensible, esa misma es la tra una paz, una dulzura que no ha encontrado en otra
que hay entre las aflicciones de esta vida y la gloria de parle; señal evidente de que Dios es su fin, y el centro de
la oirá. Esto es el dichoso hechizo que cambia en lágrimas su reposo ;«H¡cístenos , S e ñ o r , para tí, dice san Aguslin,
de alegría las que haco derramar el dolor durante esta y nuestro corazón psláinquieto hasta que repose en t í . »
vida; yo peso lo que padezco con lo que espero, dice san Solo, pues, en el cielo se encuentra el perfecto descanso,
Agustín, y encuentro el peso de mis padecimientos infi- la felicidad plena y perfecta; por ella suspira naturalmen-
nitamente, mas lijero que el peso de gloria que producen. te lodo hombre, aun cuando la mayor parlo no conozca en
Todavía queda un momento de tribulación; pero el reposo donde está el centro de su reposo y de su felicidad. Los
que sucederá á nuestras penas, será eterno. Aquí abajo judíos eran los únicos que poseían este conocimiento. Do
no se bebe mas que gola á gota el agua amarga de la los d e m á s pueblos puede decirse que lo deseaban sin sa-
tribulación; en el cielo seremos inundados en un torrente ber en donde se hallaha. Jesucristo ha venido á mostrarle
de dülicias que no se agotará jamás. Aunque la gloria de á todas las naciones de la fierra, y el cristianismo las en-
la otra vida no tenga proporción alguna con nuestros tra- sefia donde eslá, y donde se encuentra esta felicidad i n -
bajos considerados en sí mismo; sin embargo, Dios bu separable del soberano bien, por la cual suspira natural-
querido que esta gloria inmensa fuese adquirida con ellos mente lodo hombre, y que no es posible encontrar aqu
abajo. Esta dicha, esta felicidad de la otra vida es la quo
á título de recompensa y do justicia. Pero para hacérnosla
hacía gemir todavía mas á los apóstoles y á todos los p r i -
merecer nos hace entrar en la participación de los méritos
meros fieles por el ardiente deseo que tenían de que se les
de Jesucristo, y realza por su gracia el mérito de nuestros
llamase de este lugar de destierro para ir á gozar de aque-
trabajos.
lla gloria celestial, de la cual tenían tan alta idea. Cuanto
Por esto lo que mas esperan las criaturas, continúa san mas ilustrado está uno con las luces de la fé, con mas ar-
Pablo, es que brille esta gloria de los hijos de Dios. San dor ama á Jesucristo , y mas suspira por la mansión de la
Aguslin cree que por las criaturas deben entenderse aquí celestial Jerusalen. «Yo deseo con ardor, decía san Pablo,
lodos los fieles que suspiran por el fin de las miserias de no vivir mas,ni estar mas que con Jesucristo.» (Philip. 1 )
esta vida, y que descubriendo á favor de las luces de la fé En el mismo sentido dice aquí el santo Apóstol, quo no
la felicidad que les está preparada en el cielo, y que es son solo los gentiles los que suspiran por su libertad: «No-
el objeto de su esperanza , desean con ansia, esperan con sotros mismos que hemos recibido las primicias del Evan-
una santa impaciencia, piden con fervor el dichoso m o - gelio; nosotros que hemos sido santilicadns por el Espí-
mento que debe ponerlos en posesión de esta bienaventu- ritu Santo, esperamos también el entero cumplimiento do
rada herencia. Otros muchos santos Padres sienten que nuestra adopción,» esto es, la gloria , que es la perfec-
bis criaturas significan aquí lodos los hombres, y singu- ción y el efecto de la adopción. Nosotros suspiramos sin
larmente los gentiles, cuya vocacioná la fé,que debe ser el cesar por la patria celestial, y nos lamentamos viéndo-
principio de su libertad, comienza ya á anunciarla el Após-
DKSPÜES DE P E N T E C O S T E S . 471
nos lodavla detenidos en esle lugar de nuestro destierro. bian fatigado y sudado mucho, sin haber cogido nada;
La pesca milagrosa que Jesuci islo concedió á san Pe* una vez sola echan la red por mandato de Jesucristo, y
dro en en el mar de Tiberíades es el asunto del Evange- sin trabajar mucho sacan bastante cantidad de peces para
lio de este dia. llenar dos barcas. La pesca es aquí la figura del ministe-
Habiendo recurrido el Salvador la Jadea, la Galilea, la rio evangélico: para ejercerle con fruto es preciso ser
comarca llamada «Decápolis,» porque comprendia diez l l a m a d o á é l por Jesucristo, estar animado de su espíritu,
dudados, y el pais del otro lado del Jordan, haciendo por y no trabajar en él sino por mándalo. Trabíijase, t ó m a n -
todas partes mucho bien, y obrando en todas un gran n ú - se grandes fatigas, pero todas inútiles cuando es el hom-
mero de milagros, se vio muy pronto seguido de una m u l - bre solo el que trabaja J a m á s se gana cosa alguna, a n -
titud que no le dejaba descansar. Estando un dia en la tes se pierde lodo, trabajo, estudio, sudores, cuando en
orilla del lago de Genesarelb, que también so llamaba el trabajo se busca uno á sí mismo. ¡Cuántos h a r á n algún
mar de Tiberíades, viendo que la multitud que le sofoca- dia esta triste confesión! Intrusos en el sagrado ministe-
ba crecía por momentos, advirtió cerca de él dos b; reas ria, ¡qué de trabajos sin frutos I animados de un espíritu
atadas á l a orilla, mientras los pescadores habian saltado de vanidad y conducidos por miras poco puras, movidos
en tierra para lavar sus redes. Habiendo entrado en una por una vivacidad enteramente natural, ¡ q u é de zelos
de las dos, que era la de Simón, pidió á este que la ale- infructuosos, ó al menossin mérito! Cuando no se obra mas
jase un poco de la ribera, y sentado en ella desde allí que por el natural, cuando no se hace mas que la propia
inslruiaal pueblo. No sin misterio, entre las dos barcas, voluntad, cuando no se sigue otra cosa que el humor y el
eligió Jesucristo la de Simón. «Porque ¿qué otra cosa , » capricho, se trabaja, se fatiga uno mucho ; pero siempre
dice san Gregorio, «nos indica la barca de Pedro, á la se fatiga de noebe y sin fruto. Hay cierta clase de perso-
cual sube Jesucristo para i n s t r u i r á ! pueblo, sino la Igle- nas que al parecer debian estar muy ricas en buenas
sia que debe ser confiada al cuidado de P e d r o ? » Solo, obras y en méritos, «varones de r i q u e z a s , » como habla
pues, en esta Iglesia confiada á Pedro y á sus sucesores, ej Profeta; pero que no habiendo trabajado mas que por la
dicen los intérpretes, es en donde Jesucristo nos instruye: noche, no han sido ricos ni poderosos mas que como un
ella es la fuente pura en donde bebemos la verdad sin sueño, y no habiéndose disperlado hasta la muerte se han
mezcla; fuera de esta barca no hay mas que peligros y encontrado con las manos vacías, y todos sus trabajos
naufragio; fuera de esta sola Iglesia no hay salvación. perdidos. San pedro y san Andrés llaman á los de la otra
Después que el Salvador hubo instruido á aquel pue- barca para que vengan á participar con ellos de la pesca
blo, ansioso de la palabra de Dios, hizo un magnífico m i - que habian hecho: ¡desgraciados los ministros de Jesu-
lagro, cuyas circunstancias todas son oíros tantos miste- cristo que llevados de unos zelos criminales queman mas
rios. Díjole á Pedro que se engolfase y avanzase á alta ver perecer una parle del rebaño que parlir sus solicilu-
mar y le mandó que echase las redes para pescar. No des con otros, con solo el objeto de llevarse ellos solos el
era en la Judea, significada por la orilla, en donde el honor!
Evangelio debia hacer las mayores conquistas: era sí en «Asombrado Simen Pedro de este milagro se arroja A
alta mar en donde debia hacerse la abundante y maravi- ¡os piés de Jesús, y todo fuera de sí esclama: Alejaos de
llosa pesca ; esto es, en medio de las naciones, y hasta en mí, Señor, porque soy un pecador » indigno de ponermo
el centro del paganismo era en donde Jesucristo debia triun- en vuestra presencia. Estas palabras no significan otiaco-
fal" por la conversión de los gentiles. «A vosotros e r a , » de- sa que un respeto profundo del santo Apóstol al Salvador,
cían san Pablo y san Bernabé hablando á los judíos, « á y un temblor sanio producido por un milagro tan insigne.
vosotros era á quienes debia ammeiarse primeramente la En este mismo sentido hablaba el Centurión cuando no so
palabra de Dios ; pero pues la rechazáis, y vosotros mis- creia digno de recibir ensti casa á Jesucristo. Siempre son
mos os juzgáis indignos de la vida eterna, por esto nos agradables al Sefior esios humildes senlimienlos. Nada
conveiiiinosá los gentiles.» hay que nos haga ménos indignos de estar con Jesucris-
«Señor,» 1c respondió san Pedro, « h e m o s trabajado to que la convicción en que estamos, y la confesión s i n -
toda la noche» que era el tiempo mas a propósito para cera que hacemos de nuestra indignidad; esta es la dis-
la pesca, « y no hemos cogido nada;» sin embargo,aun- posición que debemos tener cuando recibimos á Jesucristo
que naluralmenle no debiésemos esperar de dia suerte en la sagrada comunión. Ninguna cosa gana tanto el cora-
mas ventajosa, voy á echar la red en virtud de vuestra zón de Dios, como una humildad pura y sincera. Esta v i r -
palabra. Echóla, en efecto, inniedialameníe ; su fé, aun- tud apenas se encuentra separada de las d e m á s , y sobre
que débil todavía y naciente, le elevó sobre su razen y su todo de la verdadera contrición. Santiago y Juan y todos
esperiencia; y no dejó por tanto de ser recompensada l i - los d e m á s que estaban con Simón Pedro no quedaron m é -
beralmenle, No bien hubo arrojado la red, cuando se l l e - nos pasmados de la maravilla de que habian sido testigos;
nó de peces en tan prodigiosa cantidad que la red se su admiración llegó basta una especie de pavor lleno de
romnia, y los mismos pescadores no teman fuf i za para respeto que ordinariamente causa la vista de una cosa
sacarla, de modo que fué necesario que hiciesen señas á maravillosa é inesperada; pero el Salvador les aseguró, y
sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que dirigiéndose á Pedro le dijo: No temáis, yo os he escogido
viniesen á ayudarles. Vinieron, pues, y encontraron una para otra especie de pesca; no serán ya peces los que c o -
pt'sca tan abundante que las dos barcas se llenaron, y de geréis sino hombres. La pesca material y sensible que h i -
tal modo las cargaron que falló poco para que no se fuésen zo aquí san Pedro fué como el símbolo del ministerio
a fondo. Todo es misterioso, y todo eslá lleno de instruc- apostólico y espiritual á que el Ilijo de Dios los elevaba
ción en esta milagrosa pesca. Pedro y sus compañeros por su elección, á la manera poco mas ó ménos que en
habian de su molu propio pescado toda la noche, se h a - los sacramentos se sirve Jesucristo de los signos sensibles
472 DOMINGO CUARTO
para significar la gracia espiritual qne obran. La gracia nífiesta bien que es el Espíritu Santo el que la ha dictado.
acompañó á esta divina vocación, y desde este momento
habiendo san Pedro, san Andrés, Santiago y san Jnande- REFLEXIONES.
jádolo todo para siempre, no dejaron ya mas á su buen dEstoy persuadido que las aflicciones del tiempo pre-
Maestro. Hasta aquí, aunque los apóstoles habían abraza- sente no tienen proporción alguna con la gloria futura que
do ya la doctrina de Jesucristo y se habían declaradodis- resplandecerá en nosotros.» Ninguna con respecto á la
cipulos suyos, no había aun renunciado á lodo lo que po- duración; porque ¿qué es un puñado de (lias que dura la
seían, conservaban todavía su casa, su barca y sus redes, vida mas larga, comparada con la duración eterna quo
y se ejercitaban en su tráfico.ordinario. Esla fué í a t e r c e - debe ser la medida déla gloría futura? Ninguna con res-
ra y última vocación en la que lo abandonaron todo para pecto al número y á la cualidad de las aflicciones que pue-
adherirse únicamente á Jesucristo. den padecerse en esla vida. El Apóstol no habla simple-
mente de las aflicciones de un estado ó de una condición
La oración de la misa de esle dio es como sigue:
particular: habla de las aflicciones del tiempo presente, de
Da nobis , queesumus. Concedednos, Sefior , por las aflicciones que nacen con nosotros, cuyos principios al
Domine; ut et raundi c w - vuestra bondad que el curso ménos traemos dentro de nosotros mismos al nacer. El
sus pacifire nobis luo ordi- de esle mundo, que está so- cuerpo tiene sus aflicciones, dolores, alteración en la san-
ne díri'/atur : el Ecclesia metido á las reglas y á las ó r - gre, desarreglo en los humores; ¡ah, Dios mío! ¡á q u é
tua tranquilla devolione denes de vuestra divina Pro- infinito número de enfermedades no eslá suji-to el hombro
Iwlelur. l'er Dominum. videncia , sea quieto y t r a n - durante su vidal enfermedades heredilarias; enfermeda-
quilo , á fin de que gozando des crónicas, accidentales, incurables; predominación do
vuestra [glesia de reposo y de algún humor, flaqueza de los resortes; no hay sentido a l -
sosiego os testifique con su guno que no eslé sujeto á algún trastorno en sus ó i g a n o s .
alegría el ardor de su piedad. Lo mismo que alimenta el cuerpo le consume, hasta el
Por nuestro Señor Jesucristo, sueño le faliga, muchas veces le daña el mismo descanso.
etc. El espíritu tiene sus aflicciones, y no son estas las meno-
res: dudas sospechosas, temores, espantos, perplejidades,
ta Epislola que hoy se lee en la misa es del cap. s de la lodo es suplicio, tanto mas ínsoporlahle, cuanto que no
caria del aposlol san Pablo á los Romanos. tiene remedio. ¡Cuánto no nos hace sufrir nuestra imagi-
Fralres: Exislimo quod Hermanos mios: Estoy per- nación! ingeniosa para alormentarnos á falla de motivos
non suní condigna?, passio- suadído que las aflicciones del reales, ¿cuántas fantasmas no nos présenla con que nos
nes hujus temporis ad f u - tiempo presente no tienen pro- hace padecer? ella tiene el secreto de iriquielarnos solo
(HTvm» gloriam, quw re- porción alguna con la gloria con sus imágenes. Puede decirse que la imaginación es el
velabilur i n nohis. Nam futura que resplandecerá en tirano de todos los hombres, ninguno hay que no sea su
expeclalio crealura re- nosotros. Así es que lo que es- esclavo, ninguno que no le deba la mayor parte de sus i n -
iieíuítonem fliorum Del peran mas las criaturas es quietudes y de sus disgustos. Las aflicciones, en fin, del
expeclat. t'anííaít enim que brille la gloría de los hijos tiempo présenle son universales. Kl corazón sienlo viva-
crealura subjccia esl non de Dios , porque ellas están menlo todas las del cuerpo y del espíritu, y él tiene tam-
volens , sed propler etm, suj etas á la vanidad , nó de su bién lassuyas particulares, las cuales sonlanlo masamar-
5111 subjecil eam i n spe : grado, sino por disposición de gas, cuanto que eslinguen lodo vislumbre de consuelo y
quia el ipsa crealura libe- aquel que las ha sujetado á de gozo. Siendo las aflicciones de por vida, son frutos do
rabilur a servilule cor- ella en la esperanza de que se- todas las estaciones y de todas las (ierras. Los dias mas
rupíionís i n íiberlaiem ráu libres algún día de la cor- bellos suelen oscurecerlos las nieblas mas densas, y ¿qué
glorioe filiorum Dei. Sci- rupcion a que estaban sujetas, edad, q u é condición es la que goza de una calma durade-
mus enim quod omnis para pasar á la libertad que ra? Los grandes viven entre el esplendor y la abundancia;
c r a t í u r a tíif/emíscít, et hace la gloria de los hijos do pero ¿son por esto sus días masserenos? sujetos á las m i s -
p a r l u r i l usque adhuc. ffnk Dios. Torque sabemos que has- mas enfermedades que el mas vil de sus súbdilos, ¿está
so/«m autem i l l a , sed et la ahora todas las criaturas su corazón ménos destrozado por sus pasiones? ¿su espíritu
nos ipsiprimilias s p i r ü u s gimen y sufren los dolores del está siempre tranquilo? Las inquíeludes, los temores, los
habenles, el ipsi inlra nos parto. Y no solamente ellas, disgustos y las enfermedades no respetan ni los grandes
qemimus, adoplionm f i - sino lambien nosotros mismos nombres, ni la púrpura ni el trono; y si las aflicciones í n -
liorum Dei expectantes, que tenemos las primicias del toi iores no fut'sen invisibles, lo que nos parece un objeto
redemplionem corporis espíritu. S í , nosotros mismos do envidia lo veríamos con frecuencia como un motivo do
nosiri : i n Chrislo Jesu gemimos dentro de nosofrosí compasión. En cualquiera estado, pues, que nos encon-
Domino noslro. esperando la adopción de los tremos, no pensemos en ponernos al abrigo de las afliccio-
hijos de Dios, y la libertad de nes; tratemos sí de hacer que nos sean fructuosas. El buen
nuestro cuerpo en Jesucrislo uso que hiciéremos de ellas para el cíelo es el único se-
nuestro Sefior. creto para que no sean menos amargas; sobre todo si te-
La Epístola de san Pablo á los romanos pasa por la mas nemos presente la gloria que debe ser el fruto y la re-
sublime y mas sabia de todas las que ha escrito el santo compensa de este buen uso. No hay proporción entre las
Apóstol. La doctrina de la gracia, de la predestinación, de humillaciones, las penas, las adversidades, las cruces de
la reprobación, y lodo lo mas elevado del dogma, está es- esla vida y la eternidad bienaventurada, la corona de
pbeado en ella con uaa precísioo y una li.u pieza que ma- gloria, la felicidad plena, salisfacloria, inalterable, que
DESPUES D E PENTEOOSTRS. Í73
cstíi proniRlida á los que sufi on con corazón y espli iln terram navibus, reliciis tierra lo dejaron todo, y le s ¡ -
crisliano. Kn esle mundo no senlimos las aflicciones mus omnibus secuti sunl eum. guieron.
que gota á gola, inienlras que por toda la eternidad esta-
remos como sumergidos, [wr decirlo así, y como anegados MEDITACION.
en un torrente de delicias puras. Aquí cada dia abrevia
De la renuncia que debemos hacer de todo lo que mas ama-
Induración de nuestras aflicciones; en el cielo en cada
mos por amor de Jesucristo.
momento se goza toda la eternidad de una dicha llena,
que es y será siempre de un nuevo gusto, sin que. pueda PL'STO PHIMERO. — Considera que el Evangelio no anun-
nunca acabarse. A q u í . o n l m , enduIzaDios con la unción de cia mas que la humildad, la morlificacion y la penitencia,
su gracia las mas duras penas; en el cielo se complace ni predica en todas partes otra cosa que la renuncia á las
Dios en embriagarnos, por decirlo asi, en cada momento mas dulces aficiones del mundo, hasta decirnos que si no
con su propia felicidad, según la espresion del Profeta. nos aborrecemos á nosotros mismos, no seremos j a m á s
discípulos de Jesucristo. ¿ Q u é n o s parece?conforme á este
El Evangelio de la misa de esle dia es según san Lucas, ca- plan ¿tiene Jesucristo el dia de hoy muchos discípulos?
pitulo 5. ¿ Q u é c o s a mas loable, ni mas justa, que el amar á sus
In illo tentpore : Cum En aquel tiempo: Agolpán- prójimos? Dios hasta nos ha impuesto un preceplo de ello;
tüNía tVntfi-eíit fa Jesum, dose el pueblo en (ropas para sin embargo, cuando se líala de los intereses de Dios, es
«í avdirenl rérbum Dei, el oir la palabra de Dios, oprimía renunciar á él el no renunciar al amor de la carne y da
ipse slabat sems stnynum íi Jesús que estaba á ta orilla la sangre, el no aborrecerse á sí mismo. Si alguno viene á
Ccnesurclh. El vidü duas del lago de Genesaretli. Vi('i, mí (esta espresion comprende lodos los estados y (odas las
naves stanles secus stag- pues , allí dos barcas paradas; condiciones de las personas cristianas), si alguno viene á
w»)» pxmiiorcs uniem hablan salido de ellas los pes- mí sin a b o r r e c e r á su padre, á su madre, e l e , sin abor-
desmiderant, ti lav^banl cadores y oslaban lavando sus recer á su propia persona, no puede ser mi discípulo. No
relia. Ascendcus aulem in redes, llaliiendo enliado en hay nada mas positivo, nada mas claro. Esle oráculo no
unam navm,qu(e eral Si- lina de las barcas , que era la tiene necesidad de esplicacion; ¿ p e r o es muy de mieslro
monis, rogavil eum a ter- de Simón , Ic rogó que se alo- g u s l o c s t a m o r a l ? ¿ e s t á muy en uso en el dia de h o y ?
ro reducere pméBwii El jase un poco de la ribera ; y ¿Ceden siempre los iníereses de familia á los deberes
sedens, docebal de navicu- balúéndosc sentado, inslruia d é l a religión? ¿No se escucha j a m á s la carne y la sangro
la Ivrlm. Ul í K ^ i íl au- al pueblo desde dentro de la en perjuicio de la conciencia? En los negocios, en los pla-
tem loqui, dixil ad Simo- barca. Luego que hubo aca- ceres, en los proyectos de eslablccimienlo y de fortuna,
nem: ¡)uc in alinm, ella- hado su discurso , dijo á S i - ¿es Dios solo á quien se consulla, es él solo á quien se es-
xale relia veslra in caplu- m o n : Llévanos á alta m a r , y cucha? ¿ n i n g u n a otra cosa entra eu concurrencia con él?
ram. El respondens Si- echa lus redes para pescar, Cierlamenle que Dios merece bien poco, si no merece lodo
ttioji, dixit illi : Pmcep- S e ñ o r , 1c respondió Simón, nuestro corazón. ¿Y q u é impiedad no es colocar el arca
tor, per lolam noclem la- toda la noche nos hemos fali- con el ídolo de Dagon en el mismo templo? \ Dios miot
borantes, mkU cepimus : gado y nada hemos cogido; ¡qué mal concuerdan nuestras costumbres con nuestra
tu verbo aulcm Uto laxa- pero pues vos me lo mandáis creencia! Nosotros creemos á vuestras palabras, y nada
ho relé. El cumhor fecis- echaré la red. Y habiéndolo hacemos de lo que ellas significan. Nuestras obras des-
sent, eonchiHeruní piseium hecho a s í , cogieron lan gran mienten visiblemente nuestra fé.
mulliludinem copiosam : cantidad de peces, que se les No permitáis, Salvador mió, que esta confesión solo sirva
nmpcbalur avlem rete rompia la red. Kiiloáces hicie- para hacerme todavía mas criminal. Vos me asegurai - que
corun». Et annuerunl so- ron sehas á sus compañeros,
debo aborrecerme si quiero ser discípulo vuestro. Sí, quie-
ciis, fpá eranl in alia na- que estaban en la otra barca, ro serlo, yquiero que mi conducta do hoy en adelante sea
vi,.ui venirení,el adjuva- para que viniesen á ayudar- una prueba de mi sincera voluntad,
rení eos. El vencruni, el jes. Vinieron en efecto j y se PIÍXTO SEGUNDO.— Considera cuán grosero y pernicioso
imptevernnl ambas navi- llenaron las dos barcas de seria el error de aquella persona, que oyendo estas pala-r
cillas, itn ut pene merge- . suerte que cuasi se iban á fon-brasde Jesucristo: « S i alguno viene á mí, y no aborrece
renlur. Quod cum vidercl do. Viendo esto Simón Pedro á s u padre y á su madre, etc., y aun á su propia persona,
Simón Pelrus, proridil ad dijo á J e s ú s : Apartaos de mí,no puede ser mi discípulo,» se persuadiese que seria ver-
genua Jcsu, dicens : Exi a S e ñ o r , porque soy un peca- dadero discípulo de Jesucristo, sin tener esle odio evan-
me , quia homo peccalor dor: á vista de la pesca que gélico, amándose únicamente á si mismo, y no pensando
si'm, Domine. Stuporcniin acababan de hacer, tanto él mas que en su ambición, su placer y sus propios intere-
ñrnnndcdcnil eum, el om- como los que oslaban con él se ses. Prescindamos por un momento de nuestras antiguas
nes qui cura illo crant, i n hablan asombrado eslraordi- preocupaciones. No hagamos caso de la autoridad de
cuplura piacivm , quam nanamente , igualmente que nuestro amor propio: ¿ h a c e m o s por ventura otra cosa?
ceperanl. S'militer aulem Santiago y Juan, hijos del Z e - ¿ Q u e r e m o s acaso otra cosa que lo mismo que condena-
Jaeobum et Joannem, (i- bedeo , (pie eran compañeros mos?
Uos Zebedaú, qui eran socii de Simón. Jesús entonces dijo ¡Ah! estamos de tal modo llenos de nosotros mismos,
simouis. EtaitadSmo- á S i m ó n : No temas, de hoy
'an esclavos de nosotros mismos, que somos, por decirlo
nem Jesús : Noli limere : en adelante la pesca que ha-
así, nuestro ídolo, á quien ofrecemos sin cesar algún sacri-
ex hoc jam homines cris rás será de hombres. Y ha-
ficio, á quien hacemos votos, á quien sacrificamos nuestra
capiens. Et snbducüs ad hiendo echado las barcas á
propia salud, sacrificando hasta los intereses de Dios.

TOMO I V . GO
474 DOMINGO QUINTO
Comparando nucslra conducta con la de los m á n i r e s , absolutamente necesario. La mortificación de los sentidos
¿ no se diria que aquellos tenían otro Evangelio? Digámoslo es el suplicio del amor propio; privaos de todas las satis-
mejor: nosotros no tenemos otro Evangelio; pero ¿ n o es facciones que no tienden mas que á hacerle mas fiero. Por
la mas ridicula de las eslravagancias, tener valor para l i - mas contrario que sea á la devoción, suele avenirse con
sonjearnos do ser discípulos del mismo maestro, y de se- muchos de los que hacen profesión de devotos. Uacedlc
guir la misma doctrina que los m á r t i r e s ? Si yo paso m i una perpetua guerra.
vida entre la alegría y los placeres; si no busco mas que lo
que halaga mis sentidos y mi codicia; si alimento y sigo DOMINGO QUINTO DESPUES DE PENTECOSTES.
mis pasiones; si no me ocupo mas que de satisfacer m i Como la denominación del oficio de la misa de los do-
amor propio, ¿sirvo yo al mismo dueño que los mártires? mingos después de Pentecostés se les ha dado del asun-
¿ s i g o la misma ley ? ¿ Q u é razón tengo yo, pues, para es- to del Evangelio que se lee en ella, este quinto do-
perar la misma recompensa ? Una mujer que vive en la mingo se llamaba antiguamente el domingo de la pes-
molicie, ¿ t e n d r á la misma bienaventuranza que una santa ca, porque se leia en él la historia que el Evangelio
I n é s ? Un hombre que no ansia mas que por los placeres, refiere de la pesca prodigiosa que hizo san Pedro en virtud
¿ s e r á tan dichoso como un san Timoteo? de la palabra de Jesucristo, y que hace ya muchos siglos
Vos me mandáis, Señor, que me aborrezca. ¿Y tengo yo es el asunto del Evangelio del domingo cuarto. Llámasele
acaso un enemigo mayor do mi verdadero bien que yo hoy el domingo de la perfección de la ley de Jesucristo,
mismo ? ¿ Qué odio, pues, mas racional? ¿No es en verdad sobro la ley antigua que se habia dado á los judíos por el
amamos e! aborrecernos de esto modo? ministerio de Moisés; porque el Evangelio que la Iglesia
Conccdedrae, Señor, este odio santo de la carne y de ha fijado á este dia, declara que la mayor perfección de
la sangre, este odio saludable de mí mismo, y que no o l v i - la antigua ley no basta para la salvación de Jos fieles; que
d-! j a m á s que quien ama alguna cosa tanto como á vos, Dios exige de ellos una justicia mas exacta, una fé mas
no os digno de vos. pora, una piedad mas espiritual, una caridad mas gene-
JACULATORIAS.—Yo no puedo serviros ni amaros, Señor, rosa y mas universal, una santidad, en fin, mas perfecta
si no me desposo con vuestra cruz, y si no me aborrezco que la que pedia á los judíos. La Epístola tiene una perfec-
para no amar mas que á vos. (Exodo 4.) ta relación con esta obligación, en razón de que es un
¿Deseo yo, ni apetezco otra cosa que á vos, Dios mió, compendio muy instructivo de la perfección cristiana y de
en la tierra ni en el cielo? (Psalra. las mas esenciales obligaciones del cristiano.
El introito de la misa está tomado del salmo 26, que
PROPÓSITOS. tiene por titulo Salmo de David antes que fuese ungido.
1 Comenzad desde este día á amar á Dios con aquel David recibió la unción real hasta tres veces. La primera
amor de preferencia, que le asegure de l a l modo el p r i - por mano de Samuel en Belén, en casa de su padre J e s é ;
mer lugar en vuestro corazón, que para conservarle estéis la segunda en Hebron después de la muerto de Isboset,
en disposición desacriGcarle bienes, placeres, amigos, pa- cuando fué reconocido por rey de todo Israel. Este salmo,
rientes, la vida misma; y para esto tomad una resolución en el que el santo rey reconoce una protección de Dios tan
firme de no querer ni emprender cosa alguna, sin que visible y tan marcada contra sus enemigos, no podía h a -
antes lo consultéis con Dios, siguiendo siempre su volun- ber sido compuesto en su primera unción, cuando David,
tad. No os üeis do vuestras luces; el amor propio ciega. todavía jóven, no tenia otros enemigos mas que las bes-
No hagáis nada de consideración, sin que primero toméis tias feroces que perseguían á los rebaños que guardaba, y
parecer de un sabio y celoso director. cu el dia de esta unción real fué cuando el Espíritu de Dios
2 Examinad si estáis demasiadamcnle apegados á se difundió sobre él, como dice la Escritura. No pudo, pues,
vuestra familia, ó á vuestros intereses temporales. T i é n e - este piadoso príncipe haber compuesto este salmo sino en
sc algunas veces ciertas predilecciones por los hijos, las la ceremonia de la segunda unción, ó lal vez en la torce-
cuales introducen la disensión y los zelos en las familias. ra, cuando victorioso de lodos los peligros que habia cor-
Las amistades particulares no son menos odiosas, ni me- rido tanto por parte de Saúl, como por parle de los p a r t i -
nos perniciosas en las comunidades; todas estas distincio- darios de Isboset, hijo de Saúl, se vió por fin pacífico
nes, todas estas preferencias, son efectos de nuestro amor poseedor de todo el reino de Judá y de Israel, y en estado
propio. Tengamos un amor reglado á nuestros parientes y de i r á rendir á Dios en el tabernáculo humildes acciones
á nosotros mismos, no se esclavice nuestro corazón á la de gracias. Como la confianza que tenia en Dios era la que
pasión, y entonces no cometeremos ya injurias. Dios debe le habia mantenido siempre intrépido en medio de los pe-
preceder á todo, este es su propio lugar. Sufocad aj mis- ligros, esta misma confianza es la que le estimula á i m -
mo tiempo ciertas sensibilidades, corregid cierto refina- plorar la misma protección y ol mismo auxilio para todos
miento de delicadeza y de blandura, que [inu-ban que os los accidentes de la vida.
amáis demasiado. El amor propio es un enemigo astuto y «Oid, ó Diosmio, los clamores que dirijo hacia vos:
doméstico, tanto mas temible, cuanto menos se descoi.fía continuad socorriéndome; sed siempre mi protector o m n i -
de él Cuando mas lisonjea, entonces nos vende. Siempre potente, mi apoyo, mi refugio. ¿Podréis. Señor, rechazar-
de inteligencia con nuestras pasiones, turba sin cesar nues- me , cuando pongo en vos solo la esperanza de mí sal-
tro reposo, y pone en gran peligro nuestra salvación. To- vación? Si Dios ha protegido de un modo tan particu-
mad hoy la resolución de no contemplarle mas, de com- lar á este santo rey, también es verdad que este santo
batirle sin descanso hasta vencerle. Él se desliza en todas rey ha tenido toda su vida la mas perfecta confianza
partes; no le perdonéis en ninguna: se nutre de nuestras en Dios. Puede asegurarse que era esta su virtud favo-
convenieBoias y comodidades; cercenad todo lo que no es rita , y son muy pocos los salmos que tenemos de él en
DESPUES DEPEJSTECOSTES. 475
qne no resplandezca su confianza en Dios. «Kl Señor es ficios les ganan, quedan bástanle castigados de su odio
nú luz y mi s a l u d ; « él me ilustra, me deíiende, me sus- por la vergüenza y la confusión que conciben; si continúan
trae á los lazos de mis enemigos, vela en mi conservación; aborreciéndoos á pesar de vuestros beneficios, quedáis
¿ á quién pues, t e m e r é ? Por eslos dos versículos de bien vengados por la confesión que se ven precisados á
este salmo comienza la misa de este dia: cuanto mas obli- hacer de vuestra virtud y de su miseria. «Tú eres mas
gación tenemos de aspirar á la perfección, tanto mas de- justo que yo,» decia en semejante caso Saúl á David. Y
bemos orar con confianza ; y cuanto mas difícil es el l e - no penséis que se Irale aquí solo de un deber de consejo y
vantar el ediOcio de la perfección cristiana, tanto mas de- de perfección, os un precepto; «puesto que habéis sido
bemos contar con la gracia de Dios y sus auxilios. llamados para llegar á ser herederos do la bendición.« lista
La Epístola de la misa está tomada do la primera de es la vocación de todos los cristianos, y la señal por la cual
san Pedro, en la cual el santo Apóstol exhorta á los fieles á se conocen los discípulos de Jesucristo, los verdaderos
que presenten entre sí una perfecta unión, una bondadeom- fieles. Su carácter consisto en ser humildes, modestos, ca-
pasiva, una caridad universal, un afecto lleno de ternura, rilalivos, benéficos, en colmar de bienes á los que mas les
y una dulzura propia para ganar los corazones; á que no injurian. Tal ha sido la vida de los primeros cristianos; tal
vuelvan mal por mal, sino que deseca todo género de bie- es todavía el dia de hoy el espirilu del cristianismo.
nes á aquellos mismos que los maldicen, teniendo presen- «El que desee gozar do la vida, y ver dias felices, r e -
te que lodos hemos sido llamados a eshi perfección, á fin frene su lengua para que no diga nada malo, y sus labios
de recibir de Dios la bendición que nos pono en posesión para que no profieran nada falso.» Estas palabras del san-
de la herencia. Exhórtales también á que eviten la murmu- to Apóstol están lomadas del salmo 33: « ¿ Q u i e r e e l h o m -
ración y la mentira; á sufrir por la justicia; á no temer los bre, dice David, vivir dichoso, y ver pasar sus dias con
males de que puedan verse amenazados;.en fin, á que por regocijo? prohiba á su lengua la m u r m u r a c i ó n , y no p r o -
nada se turben, sino qne en. lodo lance den gloria y tes- fieran nunca sus labios mas que la verdad. Como es el
timonio á la santidad del Señor, por una vida inocente y mismo Espíritu Santo el que animaba á los profetas y á l o s
una conducta ¡rreprensiblei apóstoles, no es estraño que tengan los mismos senlimien-
Después de haber dado el santo Apóstol saludables a v i - los, y que digan muchas veces lo mismo. El freno de la
sos, en particular á personas de ciertos estados, descien- lengua, la reserva, la circunspección, la moderación en
do aquí á las obligaciones comunes á todas las condiciones; hablar, la caridad, la sabiduría en las palabras, todo esto
y el pormenor tan preciso que hace de ellas, es una corla ha sido siempre recomendado como absolutamenlo nece-
lección que encierra todá la perfección cristiana. Comienr saria para la piedad y para la felicidad de la vida. Si hay
za por la oración, cuyo ejercicio recomienda á todos los fie- alguno que no peque en la palabra, este, dice el apóstol
les como un medio seguro y eficaz para obtener los so- Sanliaga,.esun,hombre perfecto. El freno d é l a lengua ha-
corros del cielo en todas sus necesidades: oTened lodos, ce al hombre dócil; y como el timón aunque pequeño ar-
dice, un mismo espíritu,» así como todos debéis tener el regla el derrotero do los mayores navios, á pesar de la
mismo fin y el mismo principio: como la caridades el v í n - violencia de los vientos y de l a s ó l a s , así también, a ñ a d e
culo de la perfección, profesaos unos á oíros una bondad y el Apóstol, la lengua es á la verdad un miembro muy pe-
un amor que se interese en las diferentes disposiciones de q u e ñ o , mas ella hace cosas estrepitosas. Ved como un po-
gozo ó de tristeza en que se encuenlren los d e m á s ; y co de fuego es bastante para abrasar un gran bosque;
pueslo que debéis amar á vuestro prójimo como á voso- pues de otro modo la lengua os también un fuego, es una
tros mismos, doleos de todas sus afficciones como os do- reunión do lodo géuero de iniquidades. No hay bestias s a l -
léis de las propias vuestras, y compadeceos de lodos sus vajes, ni clase alguna de animales, á quienes el hombro
males. Tened misericordia; pero lened presente que la no reduzca, y que no haya reducido; pero la lengua n i n -
misericordia no consiste solamente en una ternura del alma guna puedo reducirla sin la gracia. Es un mal incapaz do
sobre las miserias de oli o, sino que se estiende á un de- reposo, eslá liona de un veneno mortal: es el mismo Após-
seo verdadero de remediarlas; en este concepto, no os tol el que sigue hablando! Nada (urba tanto nuestro repo-
contentéis con ser sensibles, ni aun con gemir sobre los so, nada causa lanías divisiones y enemislades como la
males; aliviadlos con vuestros consejos, con vueslro c r é - lengua; nada descubre tampoco mejor el interior de un
dito, con vuestras limosnas; la misericordia dice algo mas hombre por mas que disimule; la lengua larde ó tempra-
que la simple compasión. Sed modestos y humildes, j a - no quila el velo á la hipocresía, ella habla igualmente el
m á s hubo verdadera humildad sin modestia: es muy na- idioma de todas las pasiones, y el de la virtud.
tural el dar el primer lugar á los que se esliman mas que
« Evito e l fiel el m a l , » continúa san Pedro, y « haga el
á sí mismos. Es uno contenido, circunspecto, discreto en
bien. » Nobasla el no ser malo, es menester ser virtuo-
sus palabras, en sus juicios, en sus acciones, cuando os
so. El siervo de que habla el Evangelio no había m a l -
modesto; lodo lo es cuando es humilde; la humildad y la
versado, ni había hecho mal uso del talento que había re-
modcsíia forman en parle el carácter do los verdaderos
cibido ; le habia conservado cuidadosamente; sin e m -
cristianos. «No volviendo mal,por mal, ni maldición por
bargo , es reprobado por no haberle hecho producir,
maldición.» La ley cristiana que ordena que amemos á
f Qué error imaginarse que con tal que no so haga
nuestros enemigos, y que hagamos bien á los que nos ha-
mal, ya puede uno vivir seguro en conciencia! En el
cen mal, está muy lejos de permitir que volvamos mal por
crislianismo es un mal el uo hacer bien. «Busque la
mal, y que nos venguemos. Por el contrario, añado san
paz y sígala. » Cuando no se goza de paz consigo mismo,
Pedro, bendecid á los que os maldicen, porque haciendo
aponas puedo conservarse con los demás. La paz es un
esto, según, la espresion de san Pablo, amontonareis car-
bien lan grande, que para conservarla con aquellos con
bones ardiendo sobre su cabeza. Porque si vuestros bene-
quienes vivimos debe uno sacrificar sus propio* intereses
47G DOMINGO QUINTO.
temporales, su placer y hasta sus rosenlimienlos. «Porque que les habla llamado; cuando tomándolos aparte, como
el seílor, » prosigue el Apóstol, «tiene puestos los ojos en si no se huhiese csplieado con bastante claridad en público,
los justos, y abiertos sus oidos para escuchar sus ruegos.» les repitiójo que acahaba de decirles , pero en términos
El Señor, que es el Dios de la paz, y enemigo de la d i - todavía mas fuertes y mas espresivos. Yo os digo, pues,
sensión, de las enemistades y del desorden, mira siempre añadió, que si vuestra virtud no es muy superior á la de
con-ojos favorables á los hombres de bien, al paso que los escribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cie-
mira con indignación á los que obran mal. En todo este los. La virtud aparente de los hipócritas tiene mucho b r i -
razonamiento demueslra muy bien san Pedro, que el es- llo y poco fondo; toda ella consisto en eslerioridades, sin
piritn de paz y de mansedumbre debe, por decirlo así, ca- que haya nada en el corazón ; e n s e ñ a n , predican, dicen
racterizar á los buenos, á los Ocles verdaderos, y que los mucho, pero nada hacen.
espíritus turbulentos, los corazones llenos siempre ife Los escribas enlre los judíos eran los doctores de la
las almas inquietas que no pueden ni vivir en paz, ni de- ley, cuyo oficio era esciibirla, leerla y esplicarla al pue-
jar vivir á los d e m á s , son objeto do la indignación de Dios, b l o ; sus decisiones eran recihidas .con el mismo respeto
y deshonran la augusta y santa cualidad de heles que les que la ley de Dios. Eran muy distinguidos, ocupaban
(lislinguo. un lugar superior aun á los sacrilicadores, y estaban t e n i -
Tened zelopor el bien, servid á Dios con fidelidad, dos en gran veneración enlre el pueblo, que no podia i m a -
cumplid vneslros deberes de cristianos con pimUmlidad, ginar que los que poseían tan bien toda la ciencia de la
haced el bien con la mira de agradar á Dios, vivid piado- ley de Dios, y que la esplicaban á los d e m á s , no la guar-
«a é iiiocenlcmenle, y nada temáis. Toda la malicia de los dasen, ni fuesen tan santos como parecían. Como no se
hombres y do los demonios no pueden d a ñ a r n o s . Todos habla d é l o s « e s c r i b a s » ántes de Esdras,sc cree que este
los que quieren vivir piadosamente en Jesucristo, pade- nombre no se les dió hasta después d é l a vuelta de la cau-
cerán persecución; pero bienaventurados los que padecen tividad de Babilonia.
por la justicia. Si hubieras obrado bien, dijo Dios á Cain, Los «fariseos» formaban una seda particular entre los
¿ no hubieras recibido la recompensa'? No tenemos que te- judíos. Llamábanse así porque estaban separados de l o -
mer otra cosa que el pecado, este es el único mal que pue- dos los demás por su género de vida ; hacían una profe-
de dafiarnos. No temamos ni lo que la malicia lione de mas sión oslcntosa de una observancia mas rígida d é l a ley, y
espantoso, ni lo que la crueldad tiene de mas tcnihlc. de una santidad afectada de que hacian alarde. La pala-
Conservemos la tranquilidad, mantengamos una paz i n a l - bra «fariseo» se deriva de la voz « f a r i s » , que en lengua
terable en medio do las mas violentas lempesiades. Todo caldaica significa separado. Créese que esta secta comen-
ol que, llena de confianza en la bondad del Altísimo, bus- zó hacia él tiempo de Esdras, porque entonces comenza-
caso en él un asilo, bajo la protección divina estará á c u - ron los judíos á tener inlérprctes de sus tradiciones. Otros
bierto de todos los niales. Santifiquemos en nuestros co- creen que no se establecH) hasta el tiempo de los Maca-
razones al Sefior Jesucristo, esto es, vivamos con (al ino- beos. Sea como quiera, el «fariscismo » es aun en el dia
cencia, procuremos que nuestro corazón sea tan puro, de hoy, como lo era en tiempo de Jesucristo, la seda do-
nuestra conducta tan edificante y tan santa, que no solo minante en la religión de los judíos, porque todo el gran
habite el Señor en nuestros corazones como en su templo número de tradiciones que están en su « Talmud » viene
santo y sagrado, sino que los mismos infieles reconozcan de los fariseos. Los que pertenecrau á esta secta ayuna-
que el Dios de los cristianos es muy santo, puesto que sus ban el segundo y el quinto dia de la semana, practicaban
discípulos llevan una vida tan pura, tan santa y tan per- á lo eslerior grandes austeridades, con lo cual imponían
fecta ; y que él es único Dios verdadero, puoslo que la al pueblo ; anadian nuevas cargas á la ley, y sostenían
probidad, la buena fé, la inocencia y todas las virtudes (enazmente la autoridad de las pretendidas tradiciones,
no se encuentran masque en sus siervos. Nuestras cos- cuya mayor parte habían forjado ellos mismos, tiran muy
tumbres deben glorificar al Señor, y toda nuestra conduc- exactos en pagar los diezmos como les mandaba la ley,
ta debe hacer el elogio de nueslra religión. Santificare- y por una afectada supererogación daban también la t r i -
mos á Jesucristo en nuestros corazones, sr somos sanios gésima y la quincuagésima parte de sus frutos, a ñ a d i e n -
como nuestro l'adre celestial es santo ; nosotros pedimos á do muchos sacrílicios voluntarios. Pero el orgullo y la h i -
Dios toflo.s los dias que su nombre sea santificado, esto es, pocresía corrompían todas las acciones de los fariseos,
que Dios sea reconocido, adorado y i> lorÍlicado en toda la que no pensaban mas que en hacerse dueños del espíritu
tierra; nada', pues, conlribnye mas para hacerle conocer, de los pueblos, y ganar la estima y la benevolencia de
amar y servir en todas partes, que la verdadera piedad los grandes. Por esto tenían tal crédito en la nación, que
do los cristianos. «Así c o m o , » dice el Eclesiástico, « h a - ellos eran sus oráculos y sus maestros. Querían ocupar
béis sido santificado en vuestros siervos, por la virtud y la los primeros puestos en las asambleas y en los festines, y
santidad, que ha brillado en olios, á vista de lodos los miraban como un crimen el que no se les saludase en las
pueblos: así también admiramos la fuerza omnipotente plazas públicas. Jesucristo describe el carácter y el ver-
de vuestra gracia eu su conversión.» dadero retrato de ellos : Hilos l i g a n , dice, cargas pesadas
El Evangelio ostá tomado del capitulo B de san Maleo, y que no pueden llevar, y las ponen á cuestas á los de-
«•1 cual es como un compendio de toda la perfección del más ; sin embargo ellos no quieren aplicar ni un dedo pa-
santo Evangelio. ra ayudar á sostenerlas. Hacen todas sus obras, a ñ a d e ,
Acababa el Salvador de pronunciar aquel admirable para ser vistos de ta hombres ; usan de vendas muy a n -
discurso que había hecho á sus (üscipulos de las ocho bie- chas, y llevan sus franjas muy largas. Estas vendas eran
naventuranzas, en el cual les había dado la idea mas alta unas liras de pergamino , sobre las cuales escribian los
de la perfección cristiana y del minbtcrio evangélico á judíos algunas sentencias ó preceptos de la ley, á fin de
DESPUES DE PENTECOSTES. 477
conservarlos así mejor en su memoria; alaban una en la á las penas mas rigorosas. Queriendo, pues, Jesucrislo
fiTnle, y olra al pliegue del brazo izquierdo. Los fariseos dar á entender á aquel pueblo grosero, cuán gran pecado
afectaban llevar estas vendas muy anchas, y mayores que es el odio contra el prójimo y cuán severamente se casti-
los (k'iiií'is judíos, l'orlas franjas que llevaban muy largas ga en el tribunal de la justicia divina según sus diferentes
se entienden ciertos cordones en forma de borlas ó bello- grados de malicia, se sirve de la diferencia sensible de la
tas de color violado, do los cuales se hace mención en la jurisdicción de estos tribunales para dar una justa idea de
ley. La vestidura de los judíos tenia cuatro faldones de la gravedad del pecado, por el rigor de los diferentes s u -
cuyos cabos pendían estos cordones, y servían para dis- plicios á que estos diferentes tribunales condenaban los
lincuir el pueblo judío d é l a s demás naciones; como los mayores crímenes. Aunque interior, aunque mudo el odio,
fariseos afectaban en todas las cosas nna vana singulari- no es por eso menos grave delante de Dios, ni dejará de
dad, basta en la longitud de estas franjas la procuraban. recibir el mismo castigo á proporción que sufrirá un c r i -
Ellos son los que han corrompido toda la ley por un mon- minal en el tribunal del juicio, en el cual se condena á
tón de ridiculas tradiciones imaginarias. Es verdad que muerte á los homicidas. Porque si el odio se manifiesta á
ellos reconocian la inmortalidad del alma, y olra vida des- lo eslerior en arrebatos y palabras ofensivas é injuriosas,
pués de esta ; pero admitían al mismo tiempo una especie hasta tralar á un hombre de mentecato, fatuo, hombre de
de mclcinpsícosis, ó trasmigración de las almas, y toda poco tálenlo, en este caso será castigado de Dios tan se-
su doctrina correspondía á la corrupción de PUS costum- veramente como lo eran los criminales acusados al t r i b u -
bres. Tales eran los escribas y fariseos, cuya falsa pie- nal del consejo adonde se llevaban los crímenes de primer
dad yorgullosas austeridades reprueba el Salvador. orden y todas las causas mayores. Y si el despreciar so-
« H a b é i s oido,» prosigue Jesucristo, « q u e se dijo á lamenle á uno y tratarle de hombre de poco juicio es tan
vuestros anlepasadcs no matarás; y e! que matare merece- gran pecado en el juicio de Dios, ¿ q u é pecado será el ar-
r á ser condenado por el tribunal del juicio.» Esle tribunal rebatarse hasla llamarle loco, insensato ? Merecerá cier-
eslableddo en las ciudades considerables, se componía de tamente á los ojos de Dios, á proporción lo que merece
veinte y tres jueces. Juzgaba las causas criminales, y po- delante de los hombres un crimen que hace al que le c o -
día condenar á muerte: La ley, pues, impuesta á vuestros mete digno de ser condenado á que se le queme vivo. El
padres, que prohibe el homicidio, condena la acción, dice Salvador da á entender por esta gradación de diferenles
el Salvador, sin hablar de la voluntad de ejecutarla | y pecadas, pero todos inferiores al homicidio, cuán distan-
vuestros doctores, los escribas y fariseos, limitan esle tes esluban los escribas del verdadero sentido de la ley,
precepto á la sola proliibicion del b o m i f i d í o ; « p e r o yo puesto que el menor de eslos pecados merecía una pena
os declaro, que el odio, las injurias-, las cahinmias, pne- igual á la que aplicaban al homicidio, y que una injuria
den hacer á un homhro homicida delante de Dios, y d i g - atroz merecía hasta el fuego del inlierno. « G e h e n m e
no del último casligo. Moisés no os ha hablado material- ignis.»
mente mas que del homicidio efectivo, mas yo que soy San Gerónimo nos instruyo sobre el verdadero origen de
vuosiro soherano y primer legislador, vuestro supremo este nombre (rcbenna, y su siguílicacion. Dice que habla
Juez, os declaro que la cólera y el odio que concebís, ó un ídolo d e B a a l ó d e Moloch, próximo á Jerusalen, en un
que mantenéis en vuestra alma, es un crimen grave, pues- valle que se llamaba Gehcnnon, esto es, el valle de los h i -
to que ofende á una persona á quien debéis amar c o m o á jos de Ennon, en el cual iban á sacrificar y quemar los
vosotros mismos; una persona que estáis obligados á hijos en honor del diablo. El ídolo de Moloch era un busto
querer como hermano, que tiene el mismo Padre que te- de bronce monstruoso cuya cabeza era de vaca, y sobre su
néis vosotros en el cielo. medio cuerpo tenia siete grandes aberturas, por donde se
«Pero yo os digo que cualquiera que-monta en cólera introducían las víctimas en otros tantos hornos, en los cua-
contra su hermano, merecerá ser condenado por el tribu- les'se cuidaba de mantener un gran fuego día y noche; y
nal del juicio : el que dijere á su hermano hombre de po- de aquí es que el infierno, ó el lugar de las llamas eter-
co juicio (roeai, merecerá ser condenado por el íiihuiial nas, se ha llamado «Gehenna;» y de aquí también nace,
del consejo; y el que le llamare hombro insensato, m e - que osla misma palabra se ha aplicado á todo género de tor -
recerá el suplicio del fuego.» mentos, fatigas y dolores. Dice san Gerónimo que Jesucristo
Para penetrar bien el sentido de las palabras del Sal- es el primero que se ha servido de ella para esprosar m e -
vador, es menester saber que habiatres tribunales ó g r a - tafóricamente el fuego del inlierno y los tormentos de los
dos de jurisdicción entre los judíos, á los cuales se lleva- condenados, en lo que él llama gehenna de fuego. ¿ D e s -
ban todas las causas. El primero era el del juzgado infe- pués de esto debo mirarse como un pecado leve una aver-
rior compuesto de tres jueces solamente, en el cual solo sión, un odio en el corazón que estrella en injurias?
sojuzgaban las faltas poco considerables y se casiigahan Inferid de aquí, continúa el Salvador, cuánto imporla el
con penas lijeras. El segundo era el tribunal que se l l a - sofocar desde luego que nace, toda idea de odio y todo
maba del juicio , establecido en todas las ciudades consi- resentimiento de venganza. Sea cualquiera la injuriaquese
derables, compuesto do veinte y tres jueces, el cual j u z - nos baya hecho, debemos perdonarla y reconciliarnos con
gaba de las causas criminales y podía condenar á muer- nuestros enemigos. Ninguna cosa hay mas agradable á
te. El tercero era el iribimal del consejo ó simplemente el Dios que el sacrilicio; pero le agrada mucho mas, que si
gran consejo llamado Sanhedrin, establecido solamenle hemos ocasionado algún disgusto á uno de nuestros her-
en Jerusalen , compuesto de setenta y dos personas de manos le demos prontamtMite una justa satisfacción; por-
las mas distinguidas de la nación. Llamábase también el que nuestra reconciliación lo complace mucho mas (pie
•'•ibunal soberano adonde se llevaban las causas mayores nuestro sacrificio. Si estando ya al pié del altar, prontos á
y juzgaba en üllimo recurso, condcnaiulo á los criminale? ofrecer nuestro presente al Sefior, nos acordamos d e a l g u -
478 DOMINGO QUINTO
na falla cometida contra la caridad del prójimo, ó de a l g u -
na acción, aunque sea inocenle, que haya laslimado á La Epístola de la misa está tomada de la primera carta del
nuestro hermano, «dejemos allí nuestra ofrenda,» y mar- apóstol san Pedro, cap. 3.
chemos á reconciliarnos con él, después de lo cual po- Charissimi : Omnes Mis muy amados hermanos:
dremos volver con confianza á hacer nuestra ofrenda, y Dios unánimes i n oralione es- Permaneced todos unánimes
la recibirá con agrado. Aun cuando ofreciésemos al Señor tole, cumpalientes, frater- en la oración; sed compasivos,
la mitad de nuestros bienes como Zaqueo, si no'le s a c r i ü - nitalis amatares, miseii- amadores de la caridad fra-
camos al mismo tiempo nuestros resentimientos contra cordes, modesti, humiles, terna, misericordiosos, mo-
nuestro hermano, no puede moverle nuestra ofrenda. La non reddentes malum pro destos , humildes, no volvien-
caridad pura y cristiana es la que valora las mejores malo, nec malediclum pro do mal por m a l , ni maldición
acciones. Sin la caridad no hay virtud, ni aun acto a l - malediclo, sed e contrario por maldición , sino por el
guno de religión que sea meritorio y que agrade. Si yo benedicentes : quia i n hoc contrario bendiciendo á todos,
luviese el don de profecía, dice san Pablo, si tuviese la i n - eslis, ut benediclionem he- puesto q ü c hemos sido llama-
teligencia de los misterios y una ciencia universal; si l u - redilale possidealis. Qui dos para llegar á ser herede-
A i e s e l a fé mas cabal y mas perfecta que puede darse; si cnim vull vilam diligere, ros de la bendición. Porqoo el
distribuyese lodos mis bienes en la subsistencia de los po- el dies videre bonos, coer- que desea gozar d é l a vida , y
bres; si entregase mi cuerpo hasta para ser quemado y ceat linguam suam a ma- ver dias felices, refrene su
me fallase la caridad; todo esto no me serviría de nada, lo, el labia ejus ne l o - lengua para que no diga nada
seria reprobada toda mi pretendida virtud. Ilanse visto quantur dolum . Dcclinel a malo, y sus labios para que no
héroes cristianos cargados de palmas y de laureles dis- malo , el facial bomm : profieran la mentira. Evite el
puestos ya para ser inmolados, y sin embargo rechazados inquira t pacem el sequatur mal y haga el bien; busque la
eam. Quia oculi Domini paz y s í g a l a ; porque el Señor
de Dios por no haber querido reconciliarse con sus herma-
super justos, el auresejus tiene los ojos fijos sobre los
nos. No hay sacrificio agradable al Señor si falla en él el
in preces eorum : vullus justos , y los oidos abiertos
fuego de la caridad, ¿(^ué daben, pues, pensar esos pre-
aulem Domini stiper fa~ sus oraciones ; mas el rostro
tendidos devotos que conservan en e! corazón un desa-
denles mala. E l quis est del Señor se ostenta indignado
brimiento lenaz, en medio de una brillantez falsa de bue-
qui vobis noceat, si boni sobro los que obran mal. ¿Y
nas obras? ¿Y q u é debe pensarse de aquellos ministros del
cemulalores fueritis? Sed el quién es el que os puede d a ñ a r
Señor que se atreven á ofrecer el divino sacrificio con un
si quid p<tlimim propler si sois zelosos del bien? pero
corazón ulcerado?
justitiam, beali. Timorem aun cuando padecieseis a l g u -
¡Notemos que Jesucristo no dice, si os acordáis que te-
autem eorumne timuevitis, na cosa por la justicia , dicho-
néis alguna incomodidad contra vuestro hermano; sino,
et non conlurbemini. Do- sos vosotros. Por lo demás no
si os acordáis que vuestro hermano tiene algún sentimiento m i m m autem Chrislum temáis la fiereza de los malos,
contra vosotros; es decir, que aunque no hayamos tenido sanclificaU in cordibus ves- ni os dejéis poseer de la t u r -
intención de ofender á nadie, si no obstante, sin quererlo tris.
nosotros, hemos dado motivo á alguno para que se ofen- bación.; santificad ánles bien
da, consultemos mas bien á su corazón que á su entendi- al Señor Jesucristo en vues-
miento; basta que esté incomodado con nosotros, aunque tros corazones.
sea sin razón, Dios quiere que nada omitamos para en- Aunque san Pedro dirige su Epístola á todos los judíos
dulzarle, y para curarla llaga que le ha abierto sn deli- que hablan abrazado la fé de Jesucristo, no por esto ha
cadeza por causa nuestra; ¿ q u é no debemos, pues, hacer dejado detener presentes á los gentiles convenidos; y el
con mas razón, cuando la ofensa ha sido maliciosa y v o - fin que se ha propuesto, que es el confirmar en la fé á los
luntaria? ¡Buen Dios! ¡á cuántos perderán la envidia, los fieles, consolarlos en sus aflicciones, é inclinarlos á que
resentimientos, el odio y la cóleia! lleven una vida santa y perfecta, conviene á todos.

La oración de la misa de este diaes como sigue:


Dcus, qni diligentihus le O Dios, que habéis prepa- «Evite el mal, y obre el b i e n . » Contentarse con evitar
hmm i a r m b i l i a prwparas- rado los bienes celestiales é el mal sin hacer el bien, no fué j a m á s una vida cristiana.
t i , infunde cordibus nos- invisibles para aquellos que ¿ Q u é señor seocomodaria con un siervo que se contenta-
iris l i d «morís affeclum: os aman; derramad en nues- se con no injuriarle, ni hacer pedazos sus muebles, sin
ÍÍÍ te in ómnibus el super tros corazones el movimiento quererle prestar ningún servicio, ni serle bueno para na-
omnia diligentes, promis- y la impresión de vuestro da? En nuestra religión no basta no ser malones menes-
siones lúas, quee omne dc- amor, á fin de que amándoos ter ser bueno. Siempre es un gran mal el no hacer el bien
sidnium superant, conse- en todas las cosas y mas que que debe hacerse. El siervo h a r a g á n de quien.se ha h a -
quamur. Per üoimnum... todas las cosas, podamos go blado en el Evangelio, no fué condenado por haber hecho
zar algún dia de la felicidad mal usode su talento, sino solo por no haberle hecho p r o -
que nos habéis prometido , la ducir poniéndolo en el banco; y las vírgenes necias per-
cual sobrepuja todos nuestros maneciendo vírgenes no fueron rechazadas por el divino
anhelos y deseos. Por nuestro esposo de la sala del festín, sino por haberse dormido
Señor Jesucristo, etc. cuando debieron haeeri-us provisiones. ¡Qué de cristianos
tendrán la misma suerte, por no haber sido mas labono-
gos, por no haber sido mas sabios! El vicio inunda, es
verdad; el libertinaje cunde en todas las edades,'en lodos
DESHJKS DE PENTECOSTES. 479
los sexos y en lodos los estados; pero al íin la disolución hcl aliquid adversum le, ció del fuego. Así que, si p r e -
no es universal; hay verdaderos israelilas, aun en medio relinqve ibi munus tuum sentando vuestra ofrenda al
de Babilonia: pero entre los fióles, es pequeüo el n ú - ante aliare, et vadepi'ius altar os acordáreis que vuestro
mero de vírgenes necias, y de siervos haraganes? Evítase reconñliari fratri t m : eí hermano tiene algún motivo
el mal, tiene uno un testimonio secreto de que no ha he- tune veniens offeres munus de queja contra vosotros , de-
cho agravio á nadie. No remuerde la conciencia ni de i n - tuum. jad allí vuestra ofrenda delan-
justicias ni de impurezas, ni de calumnias; pero ¿ e s t a te del altar, é id ánles á r e -
conciencia tan tranquila sobre el mal que no ha hecho, conciliaros con vuestro her-
está muy consolada sobre el bien que debia hacer? Ase- mano,, y entonces volved en
g ú r a s e uno porque no es tan perverso como otros muchos; seguida á presentar vuestra
pero ¿tendrá motivo para estar seguro por el número y ofrenda.
el mérito de las buenas obras que no se han hecho? El pe-
cado causa remordimientos y merece castigos; pero ¿es MEDITACION.
iiiétiüs pecado la falta de virtud en aquel que está obliga-
do á cumplir todos los deberes de la justicia? Un hereje, De la caridad que debe tenerse con el prójimo.
un pagano puede evitar el m a l ; pero un cristiano ¿puede
PCNTO PIUMF.RO.—Considera que no hay cosa que Jo-
salvarse sin buenas obras? El siervo fiel es recompensado
sucrist» haya recomendado tanto, después del manda-
con la bienaventuranza eterna, porque ha llenado con
miento de amar á Dios, como el de amar á nuestro próji-
puntualidad hasta las mas pequeñas obligaciones, y el t í -
mo, llegando hasta cuasi equiparar estos dos preceptos.
tulo que da derecho á todos los elegidos á la herencia
«Amarás á tu prójimo c o m o á tí mismo.» Sin embargo,
del Padre celestial es el haber visitado á los pobres enfer-
acaso no hay precepto mas mal observado que este.
mos y á los encarcelados, y haber santificado sus dias con
¿Ámase al prójimo como se ama uno á sí mismo? Conside-
el ejercicio de las obras de misericordia. ¡Buen Dios! iqué
remos el amor que nos leñemos á nosotros mismos, y po-
error el imaginarse que basta evitar el mal, sin obrar el
dremos fácilmente comprender cuál es la caridad que te-
bien! jY cuántas personas seculares, acaso también ecle-
nemos con nuestro prójimo. ¡Qué atención, buen Dios,
siásticas y religiosas, serán escluidas de la mansión de los
para conservar y para aumentar nuestra hacienda! ¡Qué
bienaventurados, por no haber hecho el bien que Dios exi-
solicitud para procurarnos el placer, y todo cuanto gusta
gía de ellas! ¡Qué de acciones de piedad omitidasl ¡Cuán-
al amor propio! ¡Qué indulgencia para con nosotros mis-
tas buenas obras descuidadas! icuánlos actos de virtud,
mos! ¡Qué delicadeza sobre el punto de honor! ¡Con q u é
cuánlas obligaciones de! estado olvidadas! El padre de f a -
rigor soslione uno sus derechos y sus inlcrescsí ¡Con q u é
milias no quiere siervos desidiosos; recompensa á la ver-
eslima miramos nuestra reputación! Siempre alerta con-
dad á los últimos que han llegado, tan libcralmenle algu-
tra todo lo que puede d a ñ a r n o s ; siempre industriosos pa-
vez como á los que han trabajado desde la primera hora;
ra buscar todo lo que nos puede acomodar, y para echar
pero todos han trabajado, todos se han hecho dignos del
fuera todo lo que puede inquietarnos y darnos pena. Ja-
salario por su fervor y por su piedad. «La recompensa
más se halla satisfecho nuestro amor propio, así es que
que yo tengo de dar, dice el Sefior, está conmigo, para
siempre está trabajando por satisfacerse. Nuestros de-
dar á cada uno según sus obras.» (Apoc. 22.) «No se lle-
seos crecen con los años, y ptiede decirse que nuestro
va la corona sino el que ha combalido según las reglas»
amor propio no envejece nunca. Este amor, pues, tan a r -
con que debe hacerlo. (2 Timolh.)
diente de nosotros mismos debe ser, según el mandamien-
to del Señor, la medida, y como el modelo del amor que
Ll Evangelio de la misa de este dia es lomado del cap. debemos lener al prójimo: juzguemos, pues, por nuestra
san Maleo. conducta y nuestros sentimientos del amor que tenemos
á nuestros hermanos. ¿Ilubo j a m á s una indiferencia mas
In illa tempore : Dixil En aquel tiempo dijo Jesús
á sus discípulos; Si vuestra común? ¿una fr ialdad mas constante? ¿una insensibilidad
Jesús discipulis suis : iVtsi
virtud no es superior á la de mas dura? ¿un olvido mas universal y mas marcado? ¡Qué
abundaverit jmiilia ves-
los escribas y fariseos, no en- sensibilidad en nuestros mas pequeños males! ¿ e s igual
Ira plus quam scribarum
trareis en el reino de los cie- la que tenemos en los males del prójimo ? ¿ n o s conmove-
et pharisceorum , non í n -
los. Habéis oido que se ha d i - mos mucho á la vista de sus miserias? ¿ q u é parle toma-
trabüis in regmm cmlo-
c h ) á vuestros antepasados : mos en sus adversidades? ¿ q u é r e g o c i j o en su prosperi-
rum. Andistis , ^wia dtc-
No m a t a r á s ; mas el que ma- dad ? Digamos mas bien lo que con no peca frecuencia es-
(um est anliquis : Non oe-
tare (á su prójimo) merecerá perimenlamos, ¿ q u é disgustos, q u é despecho, que envi-
cides : qui aulem ocdderit,
ser condenado en el tribunal dia no nos causa! ¿ y no es efecto de una secreta antipa-
reus erit judicio. Ego au~
del juicio. Yo empero os digo, tía? lo que inspira lodos estos sentimientos tan poco cris-
iem dico vobis : quia om- tianos es la pasión, es la disposición de un coraron m a -
nis , qid irasdtur fratri que cualquiera que se encole-
riza contra su hermano, m e - ligno loque los produce. No se ama al prójimo, si no se
SMO, reus erit judicio. Qui le ama c o m o á sí mismo; no se le ama, digámoslo mas
aulem dixeril fratri sito, recerá ser condenado por el
tribunal del juicio. El que d i - exactamente, se le aborrece. De aquí la indiferencia, la
mea i reus erit concilio. insensibilidad, el disgusto, la dureza que llega alguna vez
jere á su hermano (para i n j u -
Qui aulem dixenl fatue : á producir un gozo maligno en sus desgracias. De aquí
riarle) necio , m e r e c e r á ser
reus erit gehennoe ignis. Si las palabras duras, los términos ofensivos, las injui ius que
condenado por el tribunal del
ergo offers munus iv.umad el Señor condena á suplicios tan crueles. Qué os parece,
consejo; y el que le llamare
aliare , et tí/i recordalus ¿ e s t e segundomandamienlo, semejanlc al primero, ama-
insensato, merecerá el snpli-
fueris, quia fraler tms ha-
480 DOMINGO S E X T O
ras á la prójimo como á U mismo, se guarda romo se de- cortesano, ni mas fecundo en ostentosas hazañerías de
be? iBucti Diosl si cualquiera que se encoleriza contra su amistad, pero conócese hoy esta jerga; ella no es otra cosa
hermano merece ser condenado por el tribunal de juicio, que un comercio de ficción y de monada, y cada cual sé
esto es, á u n a pena muy rigorosa; si cualquiera que d i - paga en la misma moneda. En el fondo no hay mas que
ce á su hermano, necio, merece ser condenado por el t r i - disimulo, hipocresía. Mirad con horror este vicio tan ge-
bunal del consejo, es decir á uno de los castigos mas neral y tan contrario al espíritu del cristianismo. Acos-
crueles; si el que le llamare insensato merece el suplicio tumbraos á tener una verdadera caridad con vuestros her-
del fuego, ¿ q u é d e b e n esperar los maldicientes, los ca- manos, no esceplueis á ninguno, y en toda ocasión que so
hininiadorest los que desgarran la reputación del prójimo ofrezca dadles pruebas de ella. La verdadera caridad es
y ennegrecen á sus hermanos? ¡Ah Señor! ¡á cuántos con- siempre efectiva. Una caridad estéril no fué nunca verda-
denará la falta de caridadl dera caridad.
TINTO SEGUNDO.—Considera lo que dice san Juan: El 2 Tened un corazón tierno y sensible á las miserias de
que no ama á su hermano, esto es, á su prójimo, está en otro; regocijaos en su prosperidad, tomad parte en todas
estado de muerte. ¡Cuántos viven en el pecadol Sin duda sus aflicciones y complaceos en consolarle en su miseria.
este estado de pecado es el que ha hecho decir á Jesucris- No habléis nunca mal de nadie, imponeos una ley de es-
to, que si al presentar vueslra ofrenda al altaros acordáis cusar hasta sus mayores defectos. Un corazón verdadera-
que vuestro hermano tiene alguna cosa contra vosotros,es- mente cristiano fija poco su atención en la diferencia de
to es, que le hubierais dado motivo para incomodarse, le condiciones cuando se trata de hacer un servicio. ¡ Cosa
hubiereis causado algún disgusto ó algún sinsabor, ya con e s t r a ñ a ! vense gentes que van á servir á los pobres n i los
vuestras palabras, ya con vuestra conducta, debéis dejar hospitales, y se creerian deshonradas si fuesen á visitar á
vuestra ofrenda delante del altar, ir ánles á reconciliaros un pariente pobre; desde luego que se tiene aceptación de
con vuestro hermano y venir en seguida á presentar vues- personas, no hay ya caridad. Tened una caridad tierna y
tra ofrenda; sin esto aun cuando ofrecieseis toda vuestra ha- compasiva á vuestros domésticos; son lambien hermanos
cienda al Señor, seria rechazado vuestro presente, vuestra vuestros. Estended este amor benéfico á todas las personas
ofrenda seria reprobada. ¿ Q u é deben pensar, según esto, afligidas, y en particular á los parientes pobres, á los po-
aquellos cristianos duros, vengativos, llenos de hiél contra bres vergonzantes, y á los pobres presos.
su prójimo, q u é deben pensar de sus pretendidas buenas -ÍMai»¡»{ •••••• •: r • - ¿ í J \¡>di:ú w'•Tm.Jtob&nt.iaomniM
obras? ¿Y con q u é cara, con q u é imprudencia se atreven á DOMINGO SEXTO DESPUES DE PENTECOSTES.
acercarse al altar, ó á la sagrada mesa, teniendo un corazón Contiene tantos misterios el oficio de este domingo, quo
helado para con sus hermanos y hasta Heno de ira contra el su historia oo puede ménos de ser muy interesante, y l l e -
prójimo ? i Qué error el creerse en buena conciencia,y que na de saludables instrucciones. El segundo milagro do la
se vive con unas disposiciones cristianas, porque no se multiplicación d é l o s panes, cuando con siete solamente y
aborrece al prójimo, porque no se le hace ningún agravio, unos pocos peces satisfizo Jesucristo á mas de cuatro m i l
sino que solo se le mira con la mayor indiferencia ! «El personas, es el asunto del Evangelio de este dia, y en cuya
que no ama, está en un estado de m u e r t o . » No basta, consideración se llama este-domingo el de la multiplica-
pues, el no quererles mal, es menester también quererles ción milagrosa de los siete panes, diferente de la que r e -
bien y hacerlos bien. No basta el no estar irritados con fiere san Juan cuando el Salvador con solo cinco panes y
ellos, es necesario tener con ellos una caridad ardiente dos peces satisfizo á mas de cinco mil personas. La Epísto-
y benéfica; es preciso, en fin, que el amor que nos la nos enseña cuál es la virtud del bautismo, y sus mara-
tenemos á nosotros mismos, sea la medida y el modelo villosos efectos; y c u á n inocente y edificante debe ser la
de la caridad que debemos tener á nuestro prójimo. vida de los que han sido bautizados. Esto nos dará ocasión
¡ En q u é lamentable estado se hallan, pues, lodos los que para esplicar las ceremonias del bautismo, todas á n i a l
conservan una frialdad h a b ü u a l con el prójimo! ¡Buen mas misteriosas y mas santas, y cuyo sentido ignoran un
Dios! i á cuántos condenará la falta de esta caridad gran número entre los fieles.
cristiana! Está tomado el introito de la misa del saérao 27, que es
No quiero y o . Señor, ser de este número , y y ó es- una oración afectuosa del justo en la aflicción, el cual po-
pero, mediante el auxilio de vuestra gracia, amar de hoy ne loda su confianza enaios, bajo de cuya protección nada
en adelante á mi prójimo como me amo á mí mismo, y mi tiene que temer. Puede aplicarse esle salmo á ¡os justos
conciencia no será >a engañada por mi propio corazón. perseguidos por los impíos, á Jesucrislo tan maltratado por
JACULATORIAS.—Si, Señor, yo estoy persuadido que el los judíos, y á la Iglesia perseguida por los paganos y pol-
que no ama á su prójimo, se halla en un estado de muer- los herejes. David, inspirado por un espíritu profélico, pa-
te. (Juan. 3.) rece haber tenido présenles estos tres objetos manifestan-
Si nos amamos mutuamente, yo sé, ó Dios mió, que vos do sus sentimientos durante la persecución injusta que su-
fria de parte de Saúl, ó de su hijo Absalon, ó previendo lo
habitáis en nosotros. ( 1 . Joan, i.)
que sufriria su pueblo algún dia durante su cautividad en
PROPÓSITOS! Babilonia.
1 No solo está resfriada el dia de hoy la caridad, puede «El Señor es la fortaleza de su pueblo, y á su prolec-
lambien decirse que está eslinguida; aun entre los que cion especial es á la que el pueblo y el rey deben su sa-
componen una misma familia es muy rara. ¿Vióso nunca lud. Salvad, Señor, á vuestro pueblo: vos que le habéis
nías indiferencia, mas antipatía, ménos caridad? Si esta elegido por vuestra heredad, derramad sobre el vuestras
virtud consistiese en cumplimientos y en VÍUIOS ofrecimicn- bendiciones; cuidad do conduciile, y haced que siempre
los, no seria muy rara; jamás hubo siglo mas culto, mas triunfe de sus enemigos. Yo no cesaré de dirigiros, Señor,
DESPUES DE PENTECOSTES. 481
mis clamoroí:; rospondedme. Dios mió, porqni? si perma- la gracia, como ha sido por su muerte el principio y el
necéis silenciuso, me consideraré como aquellos á quienes modelo de nuestra muerte espirilual al pecado. La púa
encierra el sepulcro, que ya no pueden hacerse oir, ni pe- muere, por decirlo así, separada del árbol del cual habia
dir socorro.» La ingenuidad con que el profeta representa nacido, y resucita unida al Ironco del cual saca lodo su
á Dios sus necesidades, su confianza en su misericordia y alimento y su jugo. Precisóos, pues, que el bautismo pro-
en su auxilio, tan marcada en todos sus salmos, que la duzca en nosotros lo mismo que representa por su ceremt -
Iglesia elige cuasi siempre para el mtroiío de la misa de nia; esto es, que así como la ceremonia del bautismo re-
la mayor parle do los domingos del a ñ o ; todo esto nos de- présenla la muerte, la sepultura y la resurrección gloriosa
muestra con q u é simplicidad debemos esponer á Dios de Jesucristo, lo que se ve admirablemente bien en un
nuestras necesidades, y cuál es la confianza de que deben engerlo, puesto que la púa muere separada de s u tronco
estar animadas nuestras oraciones. primitivo, es sepultada ingeriéndola en el nuevo, y r e s u -
La Epístola contiene lo que san Pablo escribe íi los r o - cita cuando arroja hojas, flores y frutos unida al nuevo
manos en órden á la vida nueva de los que han sido árbol, del mismo modo es menester que por el bautismo
bautizados, los cuales habiendo muerto al pecado por el participemos de estos tres oslados. Que sea por inmersión,
bautismo deben tener gran cuidado de no dejarle revivir o por aspersión, es preciso que no solo estemos muertos á
jaimás. la vida del pecado que habíamos recibido de Adan, la cual
«Todos cuantos, dice, hemos sido bautizados en Jesu- ha destruido Jesucristo con su muerle en la cruz, sino que
cristo, todos liemos sido bautizados en su m u e r t e : » como es necesario que seamos también sepultados como lo fué
si dijera, que solo por la sangre de Jesucristo, y por los Jesucristo después de su muerte; esto es, que seamos tan
.méritos de su muerte, hemos sido lavados y limpios de, la insensibles á lodos los atractivos del pecado, como lo es
mancha del pecado, y que el bautismo no solo adquiere un cuerpo en el sepulcro á lodos los incentivos de los pla-
loda su eficacia de la muerte de Jesuci islo, sino que él es ceres de la vida: y como por la resurrección lomó Jesu-
el símbolo y la figura de ella. Por el bautismo representa- cristo una vid/i nueva, impasible, gloriosa, inmortal, del
mos la muerte y la sepultura de Jesucristo, y por consi- mismo modo la nueva vida de la gracia que recibimos
guiente debemos estar verdaderamente inuerlos a] pecado, por el bautismo, debe estar exenta de la flaqueza de la r e -
para vivir una vida nueva enteramente á ejemplo de Je- caída y de la muerle espiritual del alma que causa el pe-
sucristo resucitado. «Como por el baulismo, contimia el cado. Esto es lo que el sanio Apóstol prueba siempre ale-
sanio Apóstol, hemos sido sepultados con él para morir, góricamente en todo el resto de la Epístola.
del mismo modo resucitemos y salgamos con él de esta El hombre viejo, dice, ha sido crucificado con Jesucris-
especie de sepulcro para glorificar á Dios el resto de nues- to. El hombre viejo es el hombre tal como nace de Adán,
tros dias por la santidad de una nueva vida. » Alude san con el pecado y los hábitos viciosos que le inclinan al
Pablo á la inmersión en las aguas del bautismo, que es la pecado. Eslft hombre viejo es el que ha sido crucificado
figura de la muerte y de ¡a sepnllura del Salvador. con Jesucristo, esto es, que. habiendo Jesucristo satisfecho
El baulismo que boy se administra por la aspersión, se plenamente á la justicia de su Padre por su mnei le en la
administraba en la primitiva Iglesia sumergiendo'entera- cruz, ha destruido y como dado muerle al pecado; de mo-
mente en el agua lodo el cuerpo, de suerte que venia á do que el pecador, por la aplicación que se le hace en el
quedar como sepultado en las aguas, como Jesucristo lo bautismo de los mérilos de la muerle del Salvador, obtie-
fue después de su muerle en el sepulcro. Esta inmei sioa ne la remisión de sus pecados y escomo mudado en un
de lodo el cuerpo representa de un modo mas sensible la hombre nuevo por la infusión de la gracia santificante,
sepullura del cuerpo del Salvador. Ahora bien, asi como mediante la cual deja de ser esclavo del demonio y se
el Salvador no salió glorioso del sepulcro sino para no v i - hace hijo de Dios; de pecador se liace ji-sío; de hijo do
vir ya mas que una vida del todo espit ilua), impasible, ira. hijo amado con derecho á la herencia, heredero da
inmortal, gloriosa; del mismo modo no debí1 el criMhuiu Dios, cohei eilei o del mismo Jesucristo, y lié aquí lo que
salir de este baño saludable, de es!a especie de sepulcro san Pablo eDliemle cuando dice que por el baulismo, es'o
en el que ha sido sepultado sumergiéndole en el; no debe, es, por !a aplicación que se nos hace en [este sacramenlo
repilo, salir deeslebafio, sino para llevar una vida pura, de los méritos de la muerte de Jesucristo, queda dcstrni-
inocente, resplandeciente en virtud, una vida enleramente d o e l cuerpo del pecado, lo que debe entenderse princi-
contraria al espiriluy á las máximas del mundo, una vida, palmvnle del pecado de origen, que es como el tronco y la
en fin, cristiana, animada del espíritu de Jesucristo. raiz de lodos los d e m á s , y que el santo Apóstol llama cuerpo
Otra comparación hace todavía san Pablo, que esplica de pecado. GotDQ la muerto natural nos descarga de toda
aun mas el sentido de la primera. «No solamente, dice, servidumbre y de todo empeño civil, porcpie no muerto no
hemos sido sepultados como Jesucristo; hemos sido tam- es mas esclavo; del mismo modo, dice san Pablo, la muer-
bién engertadosen la semejanza de su muerte, y por con- te espiritual debe librarnos de toda sujeción y de (oda ser-
siguiente debemos ser también comoengerlados en la se- vidumbre con respecto al pecado. Estamos muertos al
mejanza de su resurrección.» Admiremos la fuerza, la pecado por el bautismo, luego no debemos ya ser escla-
energía y el sentido maravilloso de este término: engerla- vos del pecado.
dos: « c o m p l a n t a t i . » Así como una púa vive dependiente- Continuando san Pablo la misma comparación de nues-
mente del árbol en que está engerlada y de donde saca tra muerte espiritual al pecado, con la muerte y la sepul-
toda su savia y su jugo, así también estando unidos á Je- tura de Jesucristo; y de nuestra resurrección á la vida de
sucristo por el bautismo, como miembros del mismo cuerpo, la gracia, con la resurrección gloriosa del Salvador del
es menester que él sea por su resurrección el principio y mundo, exhorta patéticamente á lodos los fieles á que no
eI modelo de, nuestra resurrecciun espiritual á la vida de pierdan esla nueva vida. «No ignoráis, les dice, que Jesu-

TOMO IV. Cl
m DOMINGO s m o
cristo, quo ha rcsiicilado, no mueva ya, y que la muorío puerta de ta iglesia á los que so presentan para recibir v\
no letidrá ya dominio sobre él.» Tal es el modelo de nues- bautismo, es porque son indianos de entrar en ella á cansa
tra resurrección y de nuestra perseverancia en la vida de del pecado original, que los hace hijos y esclavos del de-
la gracia; y como Jesucristo por su resorreccion no vive monio. El lugar santo no admite mas que á los fieles ; la
ya mas quo una vida divina, gloriosa, inmortal, así t a m - casa de Dios no está a'bierla mas que para sus hijos, n á -
bién los que h;in resucitad,) por el bautismo á la vida de la seles á los baulizados un padrino y una madrina, para
gracia no deben ya perdi-rla; no deben vivir ya masque que estos presenten á la iglesia á aquel que debe ser bm-
para Dios; para atoar y servir á Dios; su vida espiri- tizado, le impongan el nombre, y sean testigos del bau-
tual debe ser una vida pura, una vida cristiana; « p o r - tismo; para responder en su nombre á la Iglesia, dicen
que, como el ninmo Apóstol escribia á los colosenses, ha- los Padres, y ser como su caución de quo cumplirá las
béis sido muertos, y vuestra vida eslá escondida en Dios promesas que hacen por é l ; en fin, para encargarse, cu
con Jesucristo.» Como si les dijera: vuestra vida está es- defecto d e s ú s padres, de su instrucción en los puntos ne-
•condida en Dios: el mundo ve en vosotros una vida o r d i - cesarios de la religión, y velar sobre su conducta. Por
naria y común, no es esta de la que yo hablo; hablo de oslólos concilios, y singularmente el primero de Milán,
una vida enteramente espiritual y divina, escondida á los ordenan que los padrinos y las madrinas sean gentes de
ojos de los hombres y únicamente conocida de Dios; esta bien y buenos católicos, y prohiben al padre y á la madre
es la vida de la fé y de la caridad que anima todas vuestras quesean padrinos o madrinas del que es bautizado, no
acciones y las hace agradables á Dios. En l i n , Jesucristo solo á causa de la alianza espiritual que contraen los pa-
no vive ya mas que una vida gloriosa. «Así también voso- drinos y Las madrinas con la persona que tienen en las
tros consideraos en verdad muertos por el pecado, pero fuentes bautismales, y con su padre y su madre, sino tanw
que vivís por Dios en Jesucristo nuestro Sefíor.» Muriendo bien porque siendo el bautismo un nacimiento espiriiunf
al pecado por el bautismo y la penitencia, espresamos en parala persona que es reengendrada, la Iglesia quiere
nosotros los tormentos y la muerte de Jesucristo; perseve- quelenga, por decirlo así, una madre y un padre espiri-
rando consiantemente en la vida de la gracia, imitamos el tual á quien el niño deba el respeto y la obediencia. Es
ejemplo de la resurrección de Jesucristo. Hermanos mios, muy estraño quo teniendo los padrinos y las madrinas
concluye san Pablo, resucitados por el bautismo á la vida obligaciones tan importantes, las descuiden el dia de hoy
de la gracia, guardaos bien de perder nunca esta nueva hasta el punto de ignorarlas. ¡Qué cuenta tendrán que dar
vida por el pecado. á Dios de una negligencia tan irreligiosa ! En Francia se
designaban aniiguamente dos padrinos y una madrina
En toda esla Epístola traía san Pablo de inspirar á todos
para un niño, y dos madrinas y un padrino para una nifia;
los lides m deseo ardiente y etícaz de conservar la gracia
mas en el dia el uso universal en !a Iglesia es el de de-
del bautismo como el mas precioso de todos los tesoros, y
signar solo una madrina y un padrino.
de darles una idea justa de los efectos maravillosos del
bautismo, cuyo mérito y precio ignoran la mayor parte de Instruido ya el sacerdote por el padrino ó la madrina
los mismos crisiianos. No conlribuye poco esta ignorancia del nombre que so le quiere poner al niño que debe ser
tan universal en el dia de hoy, al desarreglo de las cos- bautizado : ¿ Qué pides , le dice , á la Iglesia? — La fé,
tumbres que tanto reina en el mundo. 5 Cuántos hay que responde el padrino por el niño. No quiere Dios en su ser-
no tienen mas que una noción vaga é imperfecta de este vicio gentes que le sirvan por fuerza ; quiere que los quo
sacramento, basa y principio de la religión cristiana! Das- adopt,1 por hijos suyos, le quieran de buena voluntad
la solo penetrarse bien del sentido mislei i o s o y moral delo- tener por padre; quiere, s í , que se exhorte , que se so-
das las sanias ceremonias que le acompañan, para formar licite, hasta que se apremie , en cierto modo; pero no
de él una alta idea; es vergonzoso que los fieles ignoren lo quiere abrir su casa sino á aquellos que desean y piden
que les hace cristianos; y para remediar esta criminal i g - voluntariamente entraren ella : dirígese siempre el sacer-
norancia he creido 6 propósito csplicar aquí estas sagra- dote en esta ceremonia al que debe ser bautizado ; él mis-
das ceremonias, y desenvolver el misterio y el sentido mo es el que debe responder siendo adulto, y si es niño
do ellas. responden por él y en su nombre el padrino ó la m a d r i -
na. «¿Y para q u é debe servirte la fé que pides?» conti-
Esplicacion de las ceremonias del bautismo. núa el sacerdote. «Para merecer la vida e t e r n a , » respon-
Llévase á la iglesia una vela apagada delante del niño de el padrino ó la madrina. «La vida eterna,» repone el
que debe ser bautizado, para indicar que siendo todavía sacerdote , «es esta : a m a r á s al Seiíor tu Dios de todo tu
corazón y de toda tu alma , y a tu prójimo como á tí mis-
aquel niño esclavo del demonio por el pecado original en
mo; este es el primero y el mayor de los mandamientos.»
que ha sido concebido y en que ha nacido, está aun en las
Como si dijera, no basta simplemente tener fé para me-
tinieblas. El bautismo únicamente es el que las disipa, y
recer la vida eterna. En nuestra religión es necesario
por esto se ha llamado el b a u ü s m o <nlumiiiacion,» y el
creer, y es necesario al mismo tiempo obrar conforme á
dia eu que so bautizaban solemnemente todos los c a t e c ú -
lo que se cree. La fé de un cristiano no debe ser pura-
menos en la iglesia, se llamaba la fiesta de las santas l u -
mente especulativa , debe ser práctica. Para merecerla
ces: en el mismo sentido la fé se llama un don y una i l u -
vida eterna es preciso creer sus misterios, seguir su mo-
minación del Espíritu Santo, y por la misma razón también
ra!, y guardar sus mandamientos. Ahora btetí , toda la
en la mayor parte de las diócesis, la vela que precede al
moral cristiana se contiene en este precepto, que es la
niño que va á ser bautizado, se lleva apagada cuando se
base y el compendio de todos los d e m á s : a m a r á s al Se-
va á la«iglesia, y encendida cuando se vuelve de ella.
ñor tu Dios; nó á medias y con reserva : Dios no quiero
San Cárlos en su admirable instrucción sobre el baüUs-
un corazón dividido, sino que quiere que le amemos con
nW dice, que la razón porque el sacerdote detiene á la
DESPUES DE PENTECOSTES. 483
lodo nuoslro corazón ; es'o es , sin división : que le ame- persona del que se quiere bautizar, significan que el b a u -
mos con loda nuestra alma; esto es, que le ameraos solo tismo adquiere toda su virtud y toda su fuerza de la cruz
á ó! con imamor de preferencia , que no amemos á n i n - de Jesucristo, y de los méritos de su pasión. Se le da el
guna criatura como á é l , ni con é l ; que amemos á nues- nombre de un sanio, el cual por este hecho se leconslilnv e
tro prójimo como á nosotros mismos, pero por amor de él. su protector particular después de Jesucristo, y que a l
V.\ amor que nos tenemos á nosotros mismos debe ser la mismo tiempo debe ser su modelo. Hácense sobre los que
medida del que debemos tener á nuestro p r ó j i m o , y de deben ser bautizados muchos exorcismos para arrojar al de-
la observancia de este doble mandamiento depende la monio, bajo de cuya potestad se hallan por el pecado o r i g i -
observancia de lodos los d e m á s , asi que ese! primero nal, dicen san Cipriano, san Agustín y san Gregorio de Na-
y el mas grande de todos; y para dar á entender el va- cianzo; y si se bacen eslos mismos exorcismos sohreaque-
lor de esta primera lección, el sacerdote repite tres veces l!os á los cuales no hay mas que suplir las ceremonias del
estas importantes palabras: «La vida eterna es esta: ama- bautismo, no obstante que ya nocslán bajo la posleslad del
láa al Señor tu Dios de lodo tu corazón y de toda tu alma, demonio, pueslo que han sido bautizados, es para impedir
y á tu prójimo como á tí mismo ; este es el primero y el que se acerque á ellos y les d a ñ e ; lo cual hace ver de
mayor d é l o s mandamientos.» cuánta consecuencia son estas santas ceremonias.
En seguida elsaceidolo. sopla tres veces sobre el niño Como en los primeros siglos de la Iglesia cuasi no se
que dclm ser bautizado, diciendo en cada una de ellas: bautizaban mas que adultos, se tenia gran cuidado de j i r e -
«Sal de esta a l m a , espíritu inmundo, y cede el lugar al parar para el bauiismo, por medio de repelidas instruc-
EspiriUi Santo , nuestro consolador , » nuestro abogado, ciones, las personas racionales que pedían este sacramen-
nuestro maestro. Esta ceremonia de soplar Ires.veces so- to. Llamábaseles los catequizados ó catecúmenos á causa
bre el niño en honor' de la santísima Trinidad , se hace, de estas instrucciones: la palabra catecúmeno es una voz
dicesan Aguslin, para arrojar al demonio por la virtud griega que significa una persona que se instruye, se cale-
del Espíritu Santo, que se llama soplo de Dios ; sopla en quiza. Uabia propiamente dos especies de caleciimenos, á
forma de cruz, para denotar que debe ser arrojado el de- saber, los que eran solamente «oyentes,» que era el nom-
monio por los méritos de Jesucristo criiciücado. bre que se les daba; y los que esluban suficientemente ins-
No es menos misteriosa la ceremonia que sigue á esta. truidos, álos cuales se les llamaba «compele ni e s . » No so-
Hace el sacerdote la señal de la cruz sobre la frente y so- lamente se distinguían los catecúmenos por el nombre sino
bre el pecho del n i ñ o , nombrándole por su nombre, d i - también por el lugar: colocábanse con los penitenlentes en
ciendo estas palabras-: «Recibe el sello de Dios Padre el pórtico que estaba al eslremo opuesto d e l c c r o ó d e l santua-
omnipotente, sobre la frente y sobre el corazón, á fin de rio. No se les permitia tampoco asistir á la celebración d é l a
que cumplas todos sus mandamientos , y guardes todos Eucaristía. Después d é l a s oraciones y el sermón, les i n t i -
sus preceptos.» 'Después soplando tres veces sobre el ros- maba un diáconoque se retirasen, diciéudoles: «Idos, cate-
tro del niño, le dice: «Otra vez soplo sobre t í , c a t e c ú - cúmenos, concluyóse para vosotros.» No se quería que fue-
meno, en virtud del Espíritu Santo, i\ fin de que todo lo sen testigos de los sagrados misterios, poi que no estando
que hay en ti de vicioso y corrompido , por la invasión do bautizados ni habiendo recibido el Espíritu Santo, no eran
los espíritus malignos , quedo enteramente purgado por capaces de comprenderlos, y porque se les qneria con-
la virtud y la gracia de este divino Espíriiu, y por el ducir á esta comprensión por grados. Dábase parledelpan
misterio de este exorcismo.» bendito á los catecúmenos, para que asi tuvics m una e s -
«Dignaos, S e ñ o r , por vuestra b o n d a d , » conlinúa el pecie de comunión con los fieles. La Iglesia en e! día d i -
sacerdote, «oir benignamente nuestras oraciones, y to- rige esta palabra á los niños que son presentados al bau-
mar bajo de vuesira protección al que habéis elegido por lisaio, lo mismo que á los adultos que lo piden: á escep-
uno de vuestros hijos; conservadle por la virtud de la cion de la instrucción, de que los niños son incapaces , las
cruz del S e ñ o r , cuya señal acabamos de imprimirlo, pa- mismas ceremonias se practican con los adultos que con
ra que al paso que crezca en edad, conservando siempre los niños. Volvamos, pues, á las ceremonias del bautismo.
cuidadosamente estas primeras prendas que le dais de Después de los exorcismos sobre el que debe ser bautiza-
vuestra gloria, merezca llegar á la gloria de ta espiritual do,le poneel sacerdote sal en la boca, diciendo estas pala-
regeneración por la exacta observancia de nuestros man- bras: «N. (aquí el nombre del que se bautiza) recibe la sal
damientos. Por Jesucristo nuestro Señor.» de la sabiduría que te sirva para llegar á la \\du eterna.
Déjase ver fácilmente que la cruz que se hace en la Amen.» Jesucristo ha querido que todos los sacramen-
frente del que debe ser bautizado significa que un cristia- los lúesen signos sensibles de la gracia inlerior é invisible
no léjos de avergonzarse de la cruz de Jesucristo, debe por qu;» producen en el alma del que los recibe; y la I g l e -
el contrario preciarse de ella, poner su gloria en las I l u - sia, animada del espíritu de Jesucristo, ha cuidado du
minaciones y en los sufrimien'o.s, para asemejarse mas á que todas las sagradas ceremonias que acompañan n
este divino modelo; avergonzarse de la cruz, es avergon- los sacramentos fuesen también símbolos sensibles. Es
zarse de ser cristiano. Háeese también la señal de la cruz el símbolo un signo y una especie de emblema ó repre-
sobre el corazón por dar á entender que un cristiano debe sentación de una cosa moral, indicada por las i m á g e -
amar la cruz, dehe poner loda su confianza en Jesucristo nes ó propiedades d é l a s cosas naturales. La propie-
crucillcado y que no le basta llevar la cruz en la frente, dad de la sal es que no teme corrupción alguna, y aun
sino que es menester que ella sirva de freno á todas sus preserva de ella las viandas que con ella se sazonan; y
pasiones, que sazone también sus placeros, y que el amol- sirve maravillosamente para darles gusto, por lo cual es
de la cruz sea el contraveneno del amor propio. Todas las el símbolo de la sabiduría. Pone, pues, el sacerdote sal en
demás señales de la cruz que el sacerdote hace sobre la la boca del que va á bautizar, para significar la verdade-
m DOMINGO SEXTO.
ra sabhhin'a, que es la ciencia de la salud, el gusto do su herencia, no quiere dispensar esta gracia tan singular
Jas cos;¡s del cielo, la iMcomipl.iliilidad de las cosíumhres sino con ciertas condiciones, las cuales son : el renunciar
que la I;í'esia pide por ellos, y (pie deben ser inseparables á S a t a n á s , á su espíritu, á sus pompas y á sus obras;
de la vi la cristiana, y por esto, dice san Aguslin, emplea creer el mislerio adorable d é l a Trinidad, el de la.Encar-
la Iglesia sal en es(a ceremonia. nación, de la Pasión de Jesucristo, de su líesurreccion y
«Dios de nuestros padres, Dios autor y origen de loda de la Eucaristía; en una palabra, lodo lo que cree la Igle-
verdad, os suplicamos bumildemeníe, dice el sacerdote, sia católica, apostólica, romana. El bautismo, dicen los
que os digneis mirar con ojos favorables á vuestro siervo, á Padres , es un empeño recíproco en que se obligan Dios y
fin de que, habiendo gustado por la primera vez este mis- el hombre. « ¿ Renuncias á S a t a n á s ? » dice el sacerdote al
terioso alimento de sal, no permitáis que sufra largo tiempo n i ñ o , nombrándole por su nombre, y él responde, « r e -
la hambre del alimento celestial. Haced, Señor, que toda su nuncio; » esto es, yo declaro que desde ahora y para
vida sea su espíritu fervoroso, que se alegre con la espo- siempre abandono el partido del demonio, y no quiero ya
nmza, y quo j a m á s se desmienta á sf mismo en vuestro nunca p e r t e n e c e r á su servicio. « ¿ R e n u n c i a s á sus obras,
servicio; y dispensadle la gracia deque llegue á las sagra- es decir, á todos ios p e c a d o s ? » — « Renuncio.— ¿ R e n u n -
das fuentes de la regeneración, á fin de que con todo el cias & las pompas del demonio, » esto es, á las vanidades,
resto de los fieles merezca recibir la eterna recompensa al espíritu y á las máximas del mundo?— Sí, « renun-
que nos habéis prometido. Por Jesucristo nuestro Señor. cio » de lodo mi c o r a z ó n , y este empeño solemne, estas
Amen.» promesas las hago á la faz d é l a Iglesia; como si dijera:
Elabiendo en seguida recitado el sacerdote aquel pasaje Pongo por testigo al cielo y á la tierra de que no quiero
del Krangelio , según san Mateo , donde se dice , que ha- servir loda mi vida mas que á Jesucristo. Quiero guardar
biendo sido presentados al Salvador unos niños para que sus mandamientos ; no trato de seguir mas que sus m á x i -
mas; prometo que su Evangelio será la regla de mi con-
sobre ellos impusiese sus manos y orase, los echaban fuera
duela ; m i r a r é con horror, mientras me dure la vida, el
los discípulos, pero Jesús les dijo : Dejad esos niños, y no
espíritu y las máximas del mundo ; me someto á creer to-
Jes impidáis que vengan á mí, porque el reino de los ciclos
dos los misterios que Jesucristo ha revelado; quiero seguir
pertenece á los que se parecen á ellos; y después de haber
sus máximas y sus ejemplos ; me coloco en el número do
puesto las manos sobre ellos se salió de aquel lugar : ha-
sus discípulos, á él es á quien tomo por maestro, y no
biendo, pu es, recitado el sacerdote este pasaje del Evan-
quiero en adelante amar ni servir mas que á él. Esloes
gelio, introduce al catecúmeno ó al nifio en la iglesia, d i -
lo que todos los cristianos han prometido y jurado solem-
ciendo : ( a q u í el nombre del que se bautiza) « entra en
nemente á la faz de los aliares y de toda la Iglesia, y so-
la casa del S e ñ o r ; su minisiro es el que le lleva á su pre-
bre esto serán juzgados. Todos los cristianos eslán HgadftS
sencia, para que tengas la vida eterna. Amen. »
á una promesa tan solemne. ¡Y cuántos mueren sin haber
Dice luego el sacerdole la oración Dominical, y recita el
pensado en ello, y sin haberlo j a m á s ratificado! sin e m -
Símbolo, que rezan con él el padrino y la madrina en
bargo, esla obligación y estas promesas deben decidir do
nombre del niño : el Símbolo, porque la Iglesia no recibe
nuestra suerte eterna.
al bautismo sino aquellos que hacen profesión de creer en
Ji sucristo, y de vivir en la fe de la Iglesia ; la oración Do- Hechas todas estas promesas, unge el sacerdole con el
minical, porque la Iglesia quiere asegurarse deque aque- óleo sagrado de los cateciimenos el pecho y las espaldas
llos que recibe en et número de sus bijo.-i, se servirán toda del que va á bautizar, diciendo : « Yo le unjo con el óleo
su vida d* esta fórmula de oración que Jesucristo mismo de salud en Jesucristo nuestro Señor, para que tengas la
nos ba e n s e ñ a d o . Adviértase que al tiempo mismo que se vida eterna. » Esta unción se hace en forma de cruz, y
introduce al catecúmeno en la iglesia es cuando se va r e - significa la gracia que fortifica al cristiano en los trabajos
zando el Símbolo, para ('enolar que solo la profesión de la y los combates de la vida espiritual; y que le endulzan,
verdadera fé es la que puede merecernos la entrada en la dice san Cirilo, el yugo de Jesucristo á que se somete.
Iglesia, la gracia del bautismo, y por fin la eletnidad Esta unción sagrada, dice san Ambrosio, indica que por el
bienaventurada. Aquí el sacerdote tomando con el dedo bautismo empezamos á ser como atletas de Cristo. U n -
pulgar un poco de saliva, (oca con ella Jas orejas y las gíanse los atletas con aceite para combatir en los juegos
narices del niño, diciendo aquella pali.bra siríaca ó c a l - públicos, y esta unción les servia para la victoria. Por esto,
daica, de que se sirvió Jesucristo para curar á un hombre dice san C á r l o s , nos enseña la Iglesia que no obtenemos
sordo y mudo : « Rphpbela : sean abiertas tus orejas » á la gracia del bautismo por nuestros méritos, sino por un
la doctrina de Jesucrislo, « y tus narices para (pie sientas puro beneficio de la misericordia de Jesucrislo. Son bien
el buen oJor. » La Iglesia, dice san Carlos, pide que aquel sabidas las propiedades del aceite; sirve de remedio para
que va á ser bautizado oiga la voz de Dios y sus manda- las llagas, suaviza é, ilumina ; todo eslo nos da á entender
mientos, « á fin de que esta divina doctrina (pie el Señor el misterio de esta unción. En fin, después de haber pre-
guntado al que va á ser bautizado si cree en Dios Padre
nos ha e n s e ñ a d o , entrando per sus oidos, pase á su cora-
todopoderoso, criador del cielo y de la t i e r r a ; en Jesu-
zón, y.sienta eh él su dulzura. » Pide lombien « que sepn
crislo su único Hijo nuestro S e ñ o r , que ha nacido y pade-
discernir e! buen olor del malo, » esto es, « la sana doc-
cido por nuestra salud; en el Espíritu Santo, en la santa
Irina de la que está corrompida;» la una y la otra entra
Iglesia calólica, la comunión de los sanios, la remisión do
por los oidos, y es muy interesante tener este discerni-
los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna ;
miento. Para significar esla doble gracia, se hace esta santa
y después de haber respondido á lodos estos artículos,
ceremonia sobre el órgano del oido y el del olfato.
N Creo; » se le preguniasi quiere ser bautizado, pues que
Como por la gracia del bautismo nos admite Dios en su
la Iglesia no concede el baulismo tino á Jos que Je desean
servicio, ñus adopta por hijos suyos, y nos da derecho á
DESPUES DE P E N T E C O S T E S . 485
y lo pifien ¡ habiendo respondido el catecúmeno, ó el pa- al bautismo, por la autoridad de Tertuliano, de san Ba-
drino ó la madrina en nombre de! nifio, « quiero, » el sa- silio, de san Ambrosio, de san Agnslin y de todos los Pa-
cerdolo !e bautiza en la forma ordinaria, diciendo : « Yo lo dres de la primera ociad de la Iglesia, que las refieren t o -
bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu das como un ejemplo de las cosas que hemos recibido por
Sanio. » Después haciendo la unción del santo crisma en tradición de los mismos apóstoles. ¿ S e r á , pues, escusa-
forma de cruz con el dedo pulgar sobre la cabeza del que ble la ignorancia de los fieles sobre unos puntos tan inte-
acaba de ser bautizado, hace esta oración : « Dígnese vi resantes, que pueden llamarse los rudimentos de nuestra
Dios omnipotente, padre de nuestro Señor Jesucristo, que religiun? Las personas verdaderamenle cristianas no de-
le ha reengendrado por el agua y el Kspírilu Sanio, y que jan de celebrar lodos los años el aniversario del dia de su
le ha perdonado y remitido lodos tus pecados, concederle bautismo, y de renovar con nueva devoción los votos y las
la unción del sanio crisma y del óleo de salud para que promesas que hicieron en é l .
consigas la vida eterna. Amen. » llácese esta unción en la Como el Evangelio de la misa de este dia refiere el se-
cabeza del nuevo bautizado, para significar que el bau- gundo milagro de la multiplicación de siete panes y unos
Usmo le hace en alguna manera, según la espresion del pocos peces, semejante poco mas ó menos al primero do
Apóstol, miembro de una nación escogida, de un pueblo ¡a miiltiplicacion de cinco panes de cebada, referido en el
santo, y de! real sacerdocio; como si le dijese : Tienes cuarlo domingo de cuaresma, nos remitimos á la esplica-
derecho para o f r e c e r á Dios hostias puras y santas; tus cion del Evangelio de aquel dia, para no hacer demasiado
vo'os, tus oraciones, tus obras de misericordia y de peni- larga la historia do este.
lencia son otros tantos sacrificios de alahanra y de accio-
nes de gracias que ofreces al Señor, segnn la espresion La oración de la misa de este dia es como siyue:
del profeta. Tii eres de una estirpe real, puesto que, en
Deus virlutum , cujus Dios de las virtudes , de
calidad de cristiano, participas del reinado de Jesucristo,
esl lolum quod est opti- quien únicamente depende lo-
y debes reinar con él en su reino en la mansión de la
mmi : insere pecloribus do verdadero bien; imprimid
gloria. San Carlos alega también otra razón de esta unción
noslris amorem tui nomi- en nuestras almas el amor de
que so hace en la cabeza del nuevo bautizado, á íin, dice,
IU'.S, et prcesla in nobis reli- vuestro santo nauibre, y h a -
que sepa que desde aquel dia ha sido unido por el bautismo
(¡ionis avgmentum : ut ced quo crezca en nosotros el
ii Jesucrislo su cabeza, en cualidad de miembro de su
qucp. snnl bona, JIUirías; amor y el zelo de la religión,
cuerpo místico; y que asi como la palabra Cristo significa
«c pictalis sludio , qmv para que cultivando vos mis-
el ungido del Señor, quo.procede también de la palabra
sunt mUrita, custodias. mo las semillas de la virtud
crisma, del mismo modo la palabra cristiano se deriva de
Per Dominum... que habéis plantado en noso-
la do Cristo. tros, las conservéis después
La antigüedad do estas unciones aparece por toda la de haberlas cultivado, inspi-
tradición. Todo lo que la Iglesia consagra á Dios de un rándonos el estudio y el amol-
modo particular, lo consagra por ta unción de los santos de la piedad. Por nuestro Se-
óleos y del santo crisma. Los cristianos, pues, están ente- ñor Jesucristo, ele.
ramente consagrados á Dios, dicen los padres, por estas
unciones. Son templos de Dios, y por consiguienle deben El Evangelio de la misaestá tomado de la del ajióslol
corresponder por la santidad de su vida á la santidad de san Pablo á los Romanos, cap. 6.
osla consagración. Púnese un lienzo blanco sobre la cabe- Frolres : Quicnmque Ilermanns mios: Todos y
za del nuevo bautizado, diciendo: « Rccihe este vestido baptizali sumus in Chris- cualquiera do los que hemos
blanco, esla ropa santa y sin mancha, para que la lleves to Jesu, in marte ipsius sido bautizados en Cristo Je-
delante de nuestro Señor Jesucristo, á fin de que, conser- baptizati sumus. Con- sús , hemos sido bautizados en
vando basta el fin la inocencia de quo ella es el símbolo, sepulli enim sumus cum su muerte. En efecto, por el
obtengas la vida eterna. Amen.» illoperbaplismum innwr- bautismo hemos sido sepulta-
Dábanse en otro tiempo vestiduras blancas á los nuevos (em : ut quomodo Cliris- dos con él para morir, á fin de
bautizados, lo cual se Ince todavía hoy cuando so bauti- íus surrexil a morluls per que como Cristo ha resucitado
zan adultos, para denotar la inocencia que se habia reci- gtoriam Palris, ita el nos por la gloria del Padre, del
bido en el bautismo; y los llevaban por espacio de siele in novilale vVce amhule- mismo modo también camine-
dias, para significar que un cristiano debe conservar esla mvs. Si cnim comptantali mos lodos en una vida nueva.
inocencia loda su vida y no perderla j a m á s por el pec ado, faeli sumus simíliludini Porque si hemos sido ingeridos
líl lienzo blanco que en él dia se pone sohre la cabeza del mnrlis ejus : simul el re- en la semejanza de su m u e l -
niño que se ha bautizado, dice san Ambrosio, equivale á surrextionis erimus. floc le, lo seremos igualmente eii
aquellas vestiduras. Kn fin, dásele un cirio encendido al scienles, quia vetus homo la de su resurrección: sabien-»
nuevo bautizado, para enseñarle que habiendo recibido la noslcr simul cruó^xus est, do que nuestro hombre viejo
luz de la fé, debe cuidar mucho que no se eslinga, y que ni dcstrualur corpus pee- ha sido crucificado con é l , ii
él mismo debe ser, por decirlo así, una luz que arda y quo cali, el ultra non servia- fin de que sea destruido el
luzca por c! resplandor de sus virtudes y por el ardor de mws peecalo. Qui enim cuerpo del pecado , y que no-
W caridad. « En otro tiempo erais las tinieblas m i s m a s , » morluus esl, justificatus sotros de hoy mas no seamos
«tecia san Pablo á los fieles de Fieso; «ahora sois ta luz en est a peccato. Si antem ya esclavos del pecado; pues-
""estro Señor. Caminad como hijos de la luz.» morlui sumus cum Chris- to que el que ha muerto, está
''"ede venirse en conocimiento de la antigüedad de las to , credimus quia simnl lihre del pecado. Y si nosotros
wremonias que preceden, que acompañan y que siguen eliam i'tremuj cum Chris- oslamos muertos con Jetuci i * -
48G DOMINGO SEXTO
lo : gcicnles quod Chrislus lo, tnmbien oreemos que v i v i - de la primera inocencia, ¿(pié remedio queda, qué recurso
resurgcns e x m o r l u i s , j i m
remos con 61: sabiendo que hay? El único recurso es la penitencia; asi es; pero sefHfl
non morilur, mors i l l i u l -
Jesucristo que ha resucilado, san Ambrosio, ¿no es en la actualidad la verdadera peni-
tra non dominabitur. no muere y a , y que la muer- tencia tan rara como la inocencia baulismal?La penilenna
Qaod enim m o r l m s esl te no tendrá ya mas poder so- sola puede repararlos rasgos borrados por el pecado. Pe-
percato , mortuus est se~ bre él. Porque aunque ha ro ¿de qué edad es fruto la penitencia? Muérese á la g r a -
m d : quod aulem vivit, v i -muerto por el pecado, ha cia todos los dias; con frecuencia aun muchas veces ai dia,
r i t Deo. l i a el vos exisli-
muerto solo una vez, mas por un montón de recaídas, y la resurrección espiritual
mate.'vosmorluos quiiem cuando vivu ya , no vive sino del alma se difiere hasta la muerte. ¿Y es esto á lo que
csse peccato, vivcntes «M- para Dios; así también voso- nos exhorta el santo Apóstol? ¿En cuántos se encuentra l l e -
k m Deo, i n Chrislo Jcsit tros haced cuenta que estáis no de vida en la hora dé la muerte el hombre viejo des-
Domino noslro. muertos para el pecado, pero truido en el bautismo? ¿Vívese hoy en el mundo pai'a Dios?
que vivís para Dios en Jesu- ¿Ilállanse muchos ñeles que no vivan mas que para Dios?
cristo nuestro Señor. ¿y después de esto se estraíla que sea tan pequeño el n ú -
Sarv Pablo en este capitulo comprende en pocas pala- mero de los elegidos?
bras una lección interesante sobre el baulismo, la cuales
un compendio instructivo de toda la moral cristiana. Esta El Evangelio de la misa de este dia está lomado del de
sola Epístola de la misa de osle dia, bien meditada, puede san Manos, cap. 8.
síü-vir do asunto de meditación para todos los dias del I n illo íempore : Cum En aquel tiempo: Como se
aíio. turba multa esseteum Je- hallase con Jesús una gran
s u , «ec haherent quod muchedumbre que no tenia
REFLEXIONES. manduenrent, convoc.atis nada que comer, llamó á sus
((Porque aunque ha muerto por el pecado, ha muerlo discipulis, ait illis : M i - discípulos y les dijo : Me c o m -
solo una vez; mas cuando vive ya, no vive sino para Dios.» sereor super turbam, quia padezco do esa multitud, p o r -
JAsncrisío es el divino modelo que todos debemos copiar.- eccejam triduo snstinent que hace tres dias que no me
Las copias pueden ser á la verdad m a s ó ménos perfectas, me, nec habent quod man- dejan y nada tienen que co-
pero todas deben ser semejantes: la salvac ion, la predesti- ducenl : et si dimisero eos mer, y si les despido á sus ca-
nación gira sobre esta semejanza: «los ha predestinado jejmos in domum suam, sas en ayunas, les fallaiv.n las
también, para que sean confurmes á la imagen de su Hijo, dfficienl in via : quídam fuerzas en el camino , porque
(llum^ 8 > Esloes, para que expresen en sí mismos la enim ex eis de lonye vene- algunos han venido de lejos.
imagen de Jesucristo por su paciencia en las aflicciones, runt. Et responderunl ei Respondiéronle sus discípulos:
por la perseverancia en la inocencia, y por la práctica de disripuli sui : linde illos En un lugar desierto como es
todas las demás virtudes deque el Salvador les ha dado el quis polerit hic saturare esle, ¿ d e dónde podremos ha-
modelo; á ün de que Jesucristo, que es el Hijo único por panibus i n soütudine? Et cer pan para satisfacerlos? Y en
naturaleza, tenga muchos hermanos por adopción, á los i n l e r r o g a ñ l eos : Qaol pa- seguida les p r e g u n t ó : ¿ C u á n -
cuales comunique el derecho de entrar en la herencia de nes hubetis? Qui dixerunt: tos panes tenéis? Siele, le d i -
los hijos. Ahora bien, uno de los rasgos mas marcados de Septcm. El prw.cepil turba: jeron. Oido esto, ordenó que
osle divino modelo es, que habiendo muerto una sola vez discumbere super terram. aquella mullitud se sentase
por nuestros pecados, vive por siempre para Dios. Noso- E l accipiens sepiera panes, en tierra. Inmediatamente t o -
tros hemos muerto a! pecado por el bautismo, el cual no gratias agens, fregil, el mó los siele panes, y dando
se reitera; no debemos pues morir ya por el pecado: he- dabat discipulis suis , u l gracias los partió y los dió á
mos resucitado á la vida de la gracia por la vu lud de es- apponerent : el apposus- sus discípulos para que los s i r -
te sacramento; no debemos ya perderla por la recaída en m n l turhae. Et habebant viesen á las tropas, y así lo
el pecado. La pérdida de la inocencia bautismal borra toda pisciculos paucos: el ipsos hicieron. Tenían también unos
esta semejanza preciosa con el divino modelo. ¡Buen Diosl benedixil, el jussil appo- pocos peces, los cuales ben-
¡qué pocos retratos se encuentran en el dia de hoy éntrelos n i . E l manducaverunt, et dijo y m a n d ó que se les sir-
ci istianos que se os parezcan! Hay muchas copias, pero Sfííttraíi s « n í , et svslnle- viesen. Toda la multitudcomíó
pocas que sean semejantes; el pecado borra los principa- runt quod superaverat de y quedó satisfecha, y de los
les trazos. ¿Se ballau en eldia muchos queconsei ven has- fragmenlis, seplem spor~ pedazos que quedaron se l l e -
ta la muerte su inocencia bautismal? ¿Está nueslra resur- tas. Erant aulem qui naron siete espuertas. Y el n ú -
rección tan s e g u í a contra la muerte, como la de Jesu- manducaverant , quasi mero de los que habían comi-
cristo? Parece, por el contrario, que en estos tiempos el qualuor millia : et dimisit do, era de cerca de cuatro mil
pecado previene en los niños al uso de la razón. Deben, eos. personas; y los despidió.
sin duda, esta prematura malicia á los malos ejemplos
quejes dan los domésticos y los padres. En otros iiempos MEDITACION.
había al parecer una edad privilegiada; mas hoy puede
decirse que el pecado es de todas las edades. No se espe- Del cuidado que Dios liene con los que se dedican á su servi-
ra á que la razón se desenvuelva; previénenla las pasio- cio y le siguen.
nes, las cuales restablecen muy pronto al demonio en to-
PINTO PRIMKKO.— Considera que no puede uno ser d i -
dos sus antiguos derechos: tales el fiuto de una mala
choso en la tierra, sino en el servicio de Dios. ¿Qué tene-
educación y de los malos ejemplos. Pero en esta corrup-
mos que temer OMI BB Señor semejante? Él ama tierna-
ción general de las costumbres, en esle triste naufragio
mente á todos sus siervos; ¿qué puede fallar bajo la pi o-
DESPUES DE PENTECOSTES. 487
teocion de un SoRor omnipotente á quien todo obedece, efectos de su providencia tan benéfica, culpémonos á no-
Iodo cede? Dichosos los que se han consagrado á vos, Se- sotros mismos, á nuestra poca fé, h nuestras continuas
ñor, esclama el Profeta; vos les servís de asilo contra l o - desconfianzas, á nuestras infidelidades, á nuestra flojedad
dos los accidentes de la vida, y bajo la protección divina en el servicio de Dioa, á nuestro poco fervor y devoción, á
están á cubierto de todos los males. El Señor se digna nuestra poca confianza. Nosotros le damos muy poco al
tomarme bajo su tutela, yo no careceré j a m á s de nada Señor; aim cuando no nos pide sino lo mas fácil y lo mas
en los escelcules pastos adonde me ha conducido. Sea- justo, se lo negamos cuasi lodo; y lo poco que le damos
mos íieies en servirle y en seguirle, ¿El que mantiene se lo damos con lanío disgusto, que no parece dárselo sino
b los pájaros del cielo, dejará morir de hambre á los por fuerza y de mala gana. Esto es lo que debilita, lo que
que están en su servicio? aunque fuera necesario obrar apaga nuestra confianza. Aquel pueblo corre en pos de Je-
los mayores milagros, no dejará que j a m á s falte nada á sucristo; el deseo de oirle, y el placer de seguirle, hace
sus siervos. Basta para prueba reflexionar con atención que se olvide hasta de las necesidades de la vida. Léjos
sobre lo que reliere nuestro Evangelio. Una multilud de de quejarse ni de murmurar, en lugar de desanimarse
m e a de cuatro mil personas siguen al Salvador al desier- por lo largo del camino, ó por la falta de todas las cosas
to, y ocupados únicamente con el placer de verle y de en el desierto, no piensa ni en la fatiga ni en su debilidad,
oirle, se olvidan hasta de su alimento y no piensan en bus- no piensa ni aun en volverse; pero también esperimenta
car que comer; mas este amable Salvador no los olvida. inmediatamente los dulces efectos de la divina providen-
Él solo piensa en sn subsistencia. Me compadezco de esta cia. Bella lección; pero censura muda y muy elocuente
muchedumbre, dice á susdiscípnlos, porque hacetres dias pata laníos cristianos que no siguen á Jesucristo jnas que
que no me dejan, y no llenen nada que comer; si los des- de léjos, poco tiempo, y quejándose eternamente del ir a-
pido á sus casas sin tomar alimento, les fallarán las fuer- bajo que su imaginación les abulta, y (pie su poco a m o r á
zas en el camino, porque algunos han venido de lejos. Jesuerislo les hace demasiado duro. Sirvamos á Dios n ti
Pensemos, meditemos, consideremos todas estas palabras: üdelidad, y le set viremos con confianza ; sirvámosle con
no hay una que no indique el fondo de bondad inagotable confianza, y él sabrá proveernos en todas nueslras m<-
de que está lleno su corazón en favor de los que no le de- cesidades. Esta es, SeFior, la doble gracia que os pido: el
jan. Ninguno de los apóstoles piensa en las necesidades que os ame sin división, que os sirva sin relajación, y que
de aquellas gentes, solo piensan en sí mismos; pero Jesu- os siga sininlerrupcion; y yo espero en vos que me dis-
cristo las ama con mucho estremo para que deje de pen- pensareis el favor de velar sobre mi salvación.
sar en ellas. Siéntese movido de compasión de todo aquel JACLIATORUS. — E l Señor se digna cuidar de mí, y na-
pueblo, ve sus necesidades, no oye que nadie se las r e - da me faltará. (Psalm. 22.)
presente, y él por sí las previene. Fija su consideración en
Ninguno de cuantos han puesto su conGanza en Dios ha
lo largo del camino y en la faíiga para andarlo, piensa en
sido confundido. (Eccles. 2 . )
los accidentes que podrian sucederles, y medita al mismo
tiempo en los medios de prevenirlos. -Y a vista de esto, PROPÓSITOS.
¿podremos dejar de tener confianza en su bondad, tenien-
1 ¿Podia Dios exigir do nosotros una condición ma.í
do la dicha de estar en su servicio? Su conocimiento no es
fácil ni mas suave para colmarnos de sus bienes, que el
un conocimienlo seco y estéril; conoce sus necesidades y
que pongamos en el toda nuestra confianza ? Sin embargo,
provee á ellas. ¿ E s necesario hacer un milagro para satis-
muchos no la llenan. No ssamos nosotros de este mimero.
facer su ternura ? nada le cuesta el hacerlo. Con siete pe-
Delerminémcnos á seguir á Jesucristo con confianza, y es-
queños panes y unos pececillos satisface á aquella m u - temos persuadidos que nada nos fallará ; pero sigámosle
chedumbre hambrionla. i líuen Dios! i q u é cuidado tenéis con el mismo zelo, con el mismo conato y la misma gene-
de los que os sirven, y q u é liberal sois para con vuestros rosidad que el pueblo del Evangelio, y contemos segttra-
siervos I menleconsu protección. No nos desanimemos |ior d i f i -
PUNTO sEGUNno.—Cünsidera que todas las maravillas cultades pequeñas, ni por lo largo del camino ; el amor de
Jesucristo sostiene con facilidad y da fuerzas; c o n s a g r é -
mas patentes quo Jesucristo ha ohrado durante su vida
monos á Jesucristo sin reserva, y él proveerá á todas nues-
mortal, son pruebas y símbolos de los milagros, por de-
lras necesidades.
cirlo así, espirituales é invisibles que hace todos los dias
en favor de sus siervos desde que ha subido al cielo. Su 2 Un medio para que Josncrislo provea á todas nueslras
ternura para con nosotros no se, ha debilitado por su t r i u n - necesidades espirituales y corporales, es que nosolros
fo. Además de que está continuaimmle con nosotros, vela mismos proveamos á las de los pobres. Seamos generosos
desde el cielo sobre todas nuestras necesidades, las cono- en dar limosnas; nada obliga tanto al Salvador á que nos
ce perfectamente, y provee á ellas con el mismo cuidado, dispense grandes bienes como la caridad. Visitemos los po-
la misma bondad y la misma benevolencia. Amadísimos bres en los hospitales y en las cárceles, y hagamos cuan-
hermanos mios, decia san Pedro, poned toda vuestra con- tos servicios eslén en nuestra mano á aquellos á quienes
fianza en Dios, servidle con buen ánimo, con ternura, con podamos ser útiles. Permanezcamos lo mas que p u d i é r e -
Gdelidad, y uo temáis que os olvide en vuestras noY.esida- mos con Jesucristo en el santísimo Sacramento, y tendre-
des, ni que permita que os falte todo lo que necesifáreis; mos parle en sus liberalidades.
«descargad en él lodo loque puede inquietaros, porque él
tiene cuidado de vosotros. ( l . P e l r . 3 . ) » Ahora bien, si el DOMINGO SEPTIMO DESPUES DE PENTECOSTES.
Señor tiene cuidado de nosotros, si quiere que confiemos «Pueblos esparcidos por el universo, dad palmadas,
on él, ¿temeremos ó que carezca de poder, ó que falle á espresad con repetidas voces de alegría la parle que t o -
su palabra? y si tal vez no espcrimcnlamos los dulces máis on la gloria de vuestro Dios; porque él es el Sefior,
488 DOMINGO SEPTIMO
él es el Allísimo. Rey grande y í e n ible, cuyo imperio so plicado á los nuevos fieles sus deberes y s i n obligaciones,
eslicnrle sobre loda la tierra.» Estas son las palabras de y haberles hecho conocer la diferencia d d estado funesto
entusiasmo, los clamores de alegría, las aclamaciones que del pecado.en que hablan entrado por oí bautismo, signi-
la Iglesia ha elegido para el introito de la misa de esle ficándoles esto en la comparación del estado de servidum-
dia, y que son tan propias do un día de triunfo. Este s a l - bre con el de la mas dulce libertad; les exhorta á (pie na-
ino, que se cree Labor sido hecho por la vuelta del Arca da omitan para llevar una vida pura, fervorosa, ejemplar,
d e s p u é s de alguna célebre v i c t o r i a , « s una profecía clara que corresponda á la santidad del Evangelio, de que ha-
del triunfo de Jesucristo sobre todo el inGerno, y de la cen profesión, y á que sean lanío mas sanios, cuanto que
Iglesia sobre los gentiles y sobre las herejías todas. La tienen mas medios de llegar á serlo. Para obligarles á la
Arca llevada en triunfo sobre la montana santa, es una fi- práctica de las buenas obras, san Pablo les representa que
gura muy espresiva de Jesucristo subiendo al cielo; y los en la ley de gracia encontrarán una abundancia de auxi-
pueblos vencidos entonces por los judíos, nos representan lios, que la ley de Moisés por sí misma no proporcionaba,
perfectamente á los gentiles y á todas las naciones del y que no pueden hallarse mas que en la ley de Jesucristo.
mundo sometidas á la Iglesia. En efecto, ¿qué triunfo mas Por lo d e m á s , a ñ a d e , la liberlad que este divino Salvador
brillante, q u é victoria mas completa que la de la fé? Sub- ha venido á procuraros, no consiste en vivir en la inde-
yugar pueblos enteros por la fuerza de las armas no es pendencia, sino solo en cambiar de señor. Como habéis
una gran maravilla: un torrente impetuoso inunda f.icii- hecho obras de muerte y de condenación , mientras que
inenle lodo un pais. Lo que snjcla los pueblos enteros es la habéis estado bajo de la esclavitud del demonio y del pe-
multitud y la valentía de los soldados; no siempre son los cado, hoy que estáis bajo de la ley de gracia debéis hacer
conquistadores los que tienen la mayor parle en la victo- obras de justicia ; y puesloqueos habéis sometido al yugo
ria. Después de lodo, las cadenas no sujetan mas que á los del Evangelio, en esle mismo hecho eslais obligados á ha-
cuerpos: ¿ q u é victorioso, q u é conquistador ha podido su- cer todo lo que él prescribe.
jelar j a m á s el corazón y el espírilu de sus esclavos? Así
(diablo como hombre, dice , á causa de la flaqueza do
es que lampoco hay victoria de los héroes que sea entera
vuestra carne;» como si dijera: conociendo vuestra flaqueza,
y completa. La parle mas noble del hombre, que es el
no os pido nada sublime, ni que pueda pareceros demasiado
alma, queda siempre rebelada después que el general de
difícil ; os pido solamente que hagáis para agradar á Dios
«B ejército lo ha subyugado y lo ha vencido lodo; en me-
lo que tantas veces habéis hecho para agradar al mundo,
dio de los hierros ella es libre y siempre enemiga. Solo
para satisfacer á vuestras pasiones, para llegar al cabo de
Jesucristo, solo Dios es el que ha podido subyugar todos
vuestros frivolos y quiméricos designios. Renovad en
los pueblos, someterlos á su imperio, reducir, por decirlo
vuestro ánimo la memoria de lodo lo que habéis tenido
así, á servidumbre el espíritu y el corazón, y hacer p u -
que sufrir en el servicio del mundo : ¡ qué sujeción á sus
blicar y recibir por todas parles sus divinas leyes, sin el
duras y cstravaganles leyes I ; qué violencia , q u é inco-
auxilio de la multitud ni de las armas. Por severas que
modidad mas universal! Uállanse en él tantos señores
hayan sido eslas leyes , por incomprensibles que hayan
como concurrcnles, á quienes es menester contemplar, y
sido los dogmas de la religión, por opneslo que haya sido
á quienes es preciso no desagradar. ¿Qué mas dura ser-
el Evangelio al corazón humano, lodo se ha sometido;
vidumbre que la del pecado? ¿Qué tiranía mas cruel que
griegos y romanos , escitas y gaulas , pueblos bárbaros,
la de las pasiones? Cuesta mucho satisfacerlas. No hay
pueblos civilizados y cultos, todo ha cedido, todo se ha
estado alguno que no nos constituya en mayor esclavitud
humillado, lodoso ha sometido voluntariamente al impe-
que el estado de pecado; ninguno en que haya masque
rio de Jesucristo, y el corazón y el espíritu han sido su
sufrir, y mas violencia que hacerse ; y de todos estos t r a -
gloriosa conquisla. Esta es la que debe llamarse victoria
bajos , de todas eslas sujeciones , de todas estas penas
insigne, vicloria completa, triunfo milagroso, el único que
¿qué frutos, q u é ventajas se reportan? turbaciones, temo-
deimiestra visiblemente la divinidad del conquistador, la
res, inquietudes de espírilu, amargura, disgustos m o r í a -
s;iiilid;id omnipotente de la ley, la verdad inconteslable de
les, Irisleza en el corazón, suplicios eternos desde esta v i -
nuestra religión , la aulenticidad del Evangelio de Jesu-
da. Dios nos promete una eternidad bienaventurada , una
cristo y la suprema autoridad d é l a Iglesia. ¿Y el profeta
vida llena de dulzuras espirituales, una liberlad aun en su
que tenia presente esta maravilla no tenia molivo para es-
servicio , acompañada de una dulce paz; y esto que. no
clamar: Palmolead, pueblos de la tierra, por vuestra d i -
exige de nosotros todos los trabajos , toda la incomodidad,
chosa suerte ? sallad de alegría acordándoos de vuestra
lodos los sinsabores amargos que se hallan en el servicio
felicidad, y con vuestras aclamaciones celebrad una viclo-
del mundo : y después de lodo esto , ¿rehusaremos servir
ria tan admirable. Este parece que es el intento de la Igle-
á Dios , guardar sus mandamientos , vivir según las m á -
sia en el curso del afio, despertando de tiempo en tiempo
ximas del Evangelio? «Hablo como hombre.» Me aver-
nuestra fé con estos rasgos escogidos de los libros santos,
güenzo de proponeros estos motivos naturales é interesa-
y recordando al espirilu, cu el oficio de los domingos, es-
dos ; ¿debe ser Dios amado y servido por otro molivo que
tos milagros permanentes.
por el honor y el placer de agradarle? ¿El mismo Dios no
es un motivo suficiente para obligarnos á amarle? pero yo
La Epístola de este dia está tomada de la inslniccion
me acomodo á vuestra llaqueza, y las consideraciones c a -
que san Pablo da á los fieles de Uoma, para que en la vida
ritativas y de compasión que guardo con vosotros deben
nueva de la gracia observen una conducta diferente de la
inclinaros á obrar por motivos mucho mas perfectos;
que llevaban cuando estaban en la servidumbre del peca-
«porque así como habéis hecho servir los miembros de
do. Después de haber hecho el sanio apóstol un resúmen
vuestro cuerpo á la impureza y á la injusticia para come-
compendiado, pero patético, de las grandes ventajas d é l a
ter el crimen, así también hacedlos servir ahora á la j u s -
ley de gracia sobre la ley antigua; después de haber es-
DESPUES DE P E N T E C O S T E S 489
licia para llegar á ser sanios. Dios os ha perdonado vues- para predecir lo Culuro, sino también unos doctores escla-
tros pewidos, pero no os ha dispensado de la obligación recidos é inspirados de Dios para enseñar al pueblo, y en
de hacer penilencia. Vosotros por el banlismo liabeis lle- este senlido deben lomarse los de que habla el Evangelio
gado á ser templos de Dios , menester es purificar este de este dia.
templo que habia sido manchado con tantas almminano- Jesucristo después de aquel admirable discurso que hizo
nes é inmundicias: la gracia del baulismó le ha blan- á sus discípulos y á una muchedumbre que habia concur-
queado, preciso es que la penilencia le adorne. La i m p u - rido con él á un valle, situado al pié de una montaña, en
reza, el orgullo, la inlemperancia , \ lodos los demás v i - donde habia pasado toda la noche en oración; después
cios , habían hecho de él un objelo de horror á los ojos de de haberles enseñado las bienavenluranzas; eslo es, las
Dios: es necesario que por la humildad , la pureza, e! fuentes de la verdadera felicidad, y de haberles impuesto
ayuno , y por la práctica de todas las virtudes cristianas, muchos preceptos y muchas máximas espirituales que
lleguéis á ser un objelo de complacencia á sus ojos, n á - comprenden cuasi toda la moral cristiana, quiso prevenÍJ -
celes entrar luego el santo Apóstol en mía reflexión muy les contra los lazos y los arliticios de los herejes, y de l o -
ó propósito para d e s e n g a ñ a r á todo hombre de buen sen- dos aquellos de quienes se serviria el demonio para per-
tido, en órdon á los placeres y vanos honores de esta v i - derlos, por medio de sus esterioridades hipócritas é impo-
da : Vosotros os habéis entregado á lodos los deseos c r i - nentes. No hay en verdad cosa mas fácil que el imponer
minales de vuestro corazón; os habéis constituido víctimas á las almas sencillas con un esterior devoto, estudiado y
de vuestras pasiones : ¿qué no habéis hecho y sufrido pa- edificante. Gomo !a caridad forma siempre una parte del
l-a agradar á un mundo, á un tirano de quien voluntaria- carácter de las almas buenas, no pueden creer que los que
mente os habéis hecho esclavos? «¿y q u é Ventaja habéis no manitieslan mas que bondad sean malos. Un aire «*o-
encontrado en estas cosas de que ahora os avergonzáis? deslo y mortificado, una afectación devola y austera, des-
Porque en lo que ellas vienen á parar es la muei lo.» El de- lumbran; y como no se desconfía de ello, fácilmente es
sarreglo de las costumbres , los placeres criminales cues- uno on^-uiado. Conociendo el Salvador cuán peligroso era
tan mucho , y no dejan mas que arrepenlimicnlos y dis- esle arlilicio, y previendo los grandes males que hacían
gustos, ¿Qué ventajas sacan los pecadores mas aforluna- en lodos tiempos estos bipóci ilas artificiosos, quiso pre-
dos de sus pecados? El placer que ha sido como la ílor do venir á sus discípulos, y enseñarles á conocer los lobos
ellos, ha pasado en un instante ; los remordimientos, bi disfrazados bajo de, la piel de ovejas. Esto nos demueslra
confusión, la vergüenza, frutos amargos do la iniquidad, cuánto importa el no dejarse e n g a ñ a r de ellos, y q u é des-
permanecen. ¿Qué Ies queda á todas estas víctimas des- gracia es para una olma el caer en semejante lazo.
graciadas del iníierno de todas sus injuslicias, de su l i -
Guardaos, dice el Salvador, de los falsos profetas que
cencia desenfrenada , de tollos sus pecados? Una deses-
vienen á vosotros disfrazados en ovejas, mas en lo inlericr
peración eterna, mas sensible qne las mismas llamas que
son lobos rapaces. No hay cosa que mas seduzca que el
las devoran : hé aquí los frutos de sus crimenes. Y aun
arlilicio de que so sirven ; un esterior que'nada presenta
cuando el pecado hiciese al hombre feliz sobre la tierra,
que no sea laudable, engafia. Un aire de piedad, de mor-
¿qué puede sanar uno en eslo, cuando se pierde por toda
lilicacion, de dulzura y de modestia, no es algunas veces
una eternidad?
otra cosa que una eslerioridad de oveja de que se vale un
«Por lo que hace al presente , estando como estáis l i - falso doctor, para e n g a ñ a r con mas seguridad bajo de esta
bros del pecado , y sujetos á Dios , la ventaja que-cn ello máscara.
tenéis os conduce á vuestra santitícacion, y termina en la Ya desde el tiempo de Jesucristo eran en gran número
vida eterna. Kslocs lo que se gana en el servicio de Dios: estos falsos doctores, y causaban un mal inüuilo en el
una paz del corazón inalterable, una conciencia Iranqnila, pueblo, imilando, en lodo lo que imponia, á los verdade-
una alegría interior sin mezcla, unrt vida llena de las sa- ros profetas. Los antiguos y verdaderos profelas vcslian
tisfacciones mas puras, i y qué consuelo en la muerte y muy sencillamenle, y tiacian una vida muy austera: l l e -
por toda una eternidad ! una felicidad sin medida, sin i n - vaban vestidos de pieles, ayunaban rigorosiimenle, y se
tervalo, sin Hmiie. «Porque el estipendio del pecado, cubrían con sacos y cilicios. Tales eran Jeremías, Isaías
continúa el santo Apóstol, es la m u e r t e : mas la gracia y Juan Bautista. Los falsos profelas se vestían del mismo
que se recibe de Dios, es la vida eterna en Jesucristo modo, presenlábiinse á la vista del pueblo grandes ayuna-
nuestro Señor. ¡Qué dueño tan magnífico y liberal es el dores, predicaban con énfasis la penitencia; nada habia
Señor, esclama un sabio y devoto intérprelel Recompensa mas fácil que el ser engañados por ellos. El Salvador,
con la vida eterna una fidelidad de pocos afios , y alguna pues, nos enseña aquí á conocerlos y á desenmasca-
vez de pocos dias ; y aun esta fidelidad es siempre debi- rarlos.
da á la gracia. Son sus propios dones , dice san Agustín, Los conoceréis, dice, por sus frulos. Jamás fué equívoca
lo que recompensa cuando recompensa nm s'ra fidelidad. esta prueba. ¿Cógense racimos de las espinas, ni higos
Justa idea, continúa, la que san Pablo nos da aquí del pe- de los cardos? Júzgase de la naturaleza del árbol por los
cado : es un tirano que tiene á su sueldo míseros esclavoí; frutos que produce; como es el fruto, así es el árbol, y
les promete las mayores ventajas, y después de haberlos tal como es el árbol, tal es también el fruto; la prueba es
arrebatado la libertad , y hecho esperimentar mil penas, r e c í p r o c a : y como no es posible que un buen fruto venga
el estipendio que les paga es la muerte. de un árbol malo, tampoco es posible que un árbol bueno
El Evangelio de la misa de este dia nos enseíla á cono- produzca un fruto mato. No os fieij de esterioridades
cer los falsos profetas, y nos exborla á que estemos alerta deslumbradoras, dice san Gregorio, porque los lobos
í-ontra sus seductores artificios. La voz profeta entre los pueden cubrirse con la piel de las ovejas. Verdad es
hebreos t u solo significa irnos hombres inspirados do Dios quepo! poco que b Ies observe de cercase descubre muy

TOMO I V . C2
490 DOMLNGO SEPTIMO
pronto la arlimafla. Una piel sobrepuesta no da ni la voz, tn su» dispositione non no se engaña en su conducta;
ni las ¡nclinadonos (Id aiiiiüíil á queiuM tcncce por nalu- faUilur : te supplices exo- humildemente os suplicainos
raleza. Una luimiidad sincera, una caridad universal, una ramus ; ut naxia cuneta que apartéis de nosotros todo
piedad sin artificio, una dulzura sin añagaza, una ausle- submoveas, el omnia nobis lo que puede d a ñ a r á nuestras
ridad de vida sin ostentación, un celo que nada liene de profutura concedas. Per almas, y nos concedáis lodo
escesivo, nada de amargo, distinguen al verdadero pastor Ztóí/uimwí... lo que puede servirlas para ln
á quien so debe seguir, del lobo de quien se debe huir. eternidad. Por nuestro Señor
Desconüemos de un zeio que no pierde nunca de vista sus Jesucristo, etc.
propios intereses; de nn zelo que impone cargas pesadas,
á que no q u t r r i a ól aplicar un dedo ; de mía piedad sin La Epístola está tomada del cap. 6 de la del apóstol san
caridad, de una caridad acompañada de aceptación de Pablo á los Romanos.
personas. Los cardos no pueden llevar bigos, ni los espi- Pralres : Humanuindi- Uermanos mios : Hablo co-
nos racimos. Pero ¿ q u é se bace de un árbol que no da co, propler i n f i r m i l a l m mo hombrea causa d<; la fla-
buen fruto, dice el Salvador ? «Se corta y se arroja al carnís m i r a ? , sicut enim qneza de vueslra carne. Por-
fuego.» No babla aquí el Salvador de un árbol estéril; ba- exhibuistis membra vestra que asi como habéis hecho
bla de un árbol que lleva frutos, pero malos frutos. T e r r i - serviré inmundiliw, el i n i - servirlos miembros de vues-
ble lección para aquellas personas que bacen muchas q u ü a l i a d i m q u i l a t e m , i l a tro cuerpo á la impureza y á
obras buenas en la apariencia, pero que no producen mas nunc exhíbele membraves- la injusticia para cometer el
que frutos ásperos, de mal gusto, frutos podridos por la ira serviré jusliliw i n crimen , así también ahora ha-
faUji de pureza de intención, por sus malos motivos. Gen- sanclificalionem. Cum cedlos servir á la justicia para
tes ricas en apariencia, pero que nada encuentran sus ma- enim servi cssetis percali, que ¡leguéis á ser sanios. En
nos á la hora de la muerte. Personas zelosas que pueden liberi fuistis justiiiee. efecto, cuando erais esclavos
decir: «Señor, Soúor, ¿ n o hemos profetizado en vuealro Quem ergo fructum ha- del pecado, habíais sacudido
nombre? ¿ n o hemos hecho muchos milagros en vuestra buislis tune i n ülis , tn el yugo de la justicia. ¿Y q u é
v i r t u d ? » Y á quienes se r e s p o n d e r á : Retiraos de m i , quibus nunc cruhescUis? ventajas habéis encontrado en-
porque j a m á s os he conocido. Vuestras pretendidas buenas Nam finis iUorum mors tonces en lascosasdeque aho-
obras han sido frutos de un corazón dañado por las pasio- esí. Nunc vero 4iberati a ra os avergonzáis? porque t o -
nes y por vuestro amor propio. Un árbol malo lleva f r u - peccato, servi autemfaeli das ellas novan á parar sino
tos ; pero no puede llevarlos buenos. ¿ico, habelis fruclum ves- á la muerte. Ahora, pues, ya
«No todos los que me dicen, Señor, Señor, entrarán en trum i n sanclificationem, libres del pecado y sujetos á
el reino de los cielos ;» quiere decir, que los que hacen finem.verovium celcrmm. Dios, reportáis de ello el f r u -
profesión de cristianos y creen en Jesucristo no se salva- Slipcndia enim • peccaíi, lo de vuestra santificación ,
r á n , si no a ñ i d e n á su creencia la observancia de losman- mors. Graíia autem Dei, que lleva por Gn á la vida
damienks no basta creer el Evangelio es preciso seguir sus t i f a a'terna : i n Chisto eterna: porque el estipendio
m á x i m a s ; y hub'ardeDios con unción, h a b l a r á Dios con Jesu Domino nostro. dei pecado es la muerte; mas
confianza, sin hacer lo que manda, es un error que con- la gracia que se recibe do
dona á muchas gentes. Vosotros decís á Dios, SeDor, Se- Dios , da la vida eterna en Je-
ñor, dice el nuevo autor de las Reflexiones morales, pero sucristo nuestro Señor.
si vosotros le reconocéis por vuestro dueño, y no le obede- Esta KpMola es continuación de la del domingo prece-
céis, es lo mismo que pronunciar vosotros mismos el de- dente. Libres por la gracia del bautismo de la servidum-
creto de vuestra condenación. ¡Cuántos hay que creen bre del pecado, exhorta el santo Apóstol á los fieles á quo
haber hecho lodo lo que deben para su sanliíicacion, por- lleven una vida cristiana, propia del estado de gracia en
que han estado mucho tiempo al pié de los altares, ó den- que han entrado.
tro de su oratorio! ílencsler es el orar; necesario es el orar
mucho; preciso aun, en cuanto sea posible, el orar siempre;
HEFLEXIONES.
pero la oración que no nos hace mas heles á nuestros de- « ¿ Y q u é ventajas habéis encontrado eníonces en las
beres, mas sumisos á la voluntad du Dios, masdulces, mas cosas de que ahora os avergonzáis? I n vergüenza, el pe-
caritativos, mas humildes, mas mortiíicados,mas ejem- sar y el arrepentimiento son los únicos frutos del pecado;
plares, seria una pura ilusión, y no nos abrirla el cielo. no se debe esperar de él otra cosa. Es una serpiente, dice
«El que hace la voluntad de mi Padre celestial,» dice el el Sabio, que lisonjea, pero que pica; es un veneno prepa-
Salvador, «ese es el que entrará en el reino de loscielos.» rado (pie se traga con placer, pero que tardo ó temprano
Esto es loque caracteriza el valor y el mérito de las mejo- causa crueles dolores; si se previesen bien todas las con-
res acciones. Lo que parece mas laudable á los ojos de JpS secuencias funestas del pecado, habría pocos pecadores.
hombres, suele ser algunas veces reprobado por el Señor. ¿ Q u é ventajas se sacan de vivir enemigo de Dios, enclavo
Kl justo vive de la fe, pero la fé sin la caridad os muerta, del demonio, víctima de m i l remordimientos, destinado á
sin las buenas obras es inútil para la elernidiid. Es menes- las llamas eternas? El estipendio del pecado es la muerte;
ter que el corazón y la conducta correspondan á la fé y á solicitándonos el demonio al pecado no nos promete otra
as palabras. Las manos, y nó la voz de Jacob, son las recompensa. Satisfácese uno cuando peca, pero ¡ q u é cara
que atraen la bendición. cuesta esta criminal satisfacción 1 Impureza, injusticia,
venganza, ¿ d e (pié sinsabores no vais seguidas; y de q u é
La oración de ¡a misa de ente dia es romo t iyue : vergüenza, de q u é amargo pesar, de q u é espantosa d e -
Deus, cujusprovideiilia O Dios, cuya providencia sesperación, de q u é rabia por toda la eternidad? El peca-
DESPURS DE PENTECOSTES. 491
(5o os una injuria insigne hecha á Dios, y al mismo tiempo cus aulemsunl lupi rapa- mas en su interior son lobo»
el lirano mas cruel del hombre pecador. Puede decirse que ees. A fructibus e o n m rapaces. Por sus frutos los co-
el pecado mismo es la pena y el castigo del pecador. E m - cognosectis eos. Numquid nocereis. ¿Cógense por v e n -
bruteciendo el entendimiento, atormenta horriblemente el colligunt de spinis uvas, tura racimos de los espinos,
corazón; arma, por decirlo así, todas las furias contra el awí de Irihulis ficus? Sic ni tampoco higos de los car-
hombre pecador. Adormécese, atúrdese con el tumulto y omius arbor bona fructus dos? Así es-, que todo árbol
el desarreglo; mas esto no es otra cosa que una pócima bonos fácil : mala axilem bueno da buenos frutos, y t o -
que suspende por algunas horas, por algunos <lias, nó el arbormalos fruclus fácil, do árbol malo los da malos ;
sentimiento, sino la razón y el buen sentido; no se racio- Nonpolest arbor honama- un árbol bueno no puede dar
cina ya cuando se peca; pero al ün el adormecimiento no los fruclus faceré : ñeque malos frutos , ni uno malo Ue-
dura siempre; vuélvese de él, despiértase, y ¿ q u é ver- arbor mala bonos fnielns varios buenos. Todo árbol q u é
güenza, q u é indignación, qué despecho no se concibe con- faceré. Omnis arbor, quee no da buenos frutos, será cor-
tra su propia tontería? ¡Buen Dios! ¡ q u é terribles tormen- íion fácil frurium bomm, lado y arrojado al fuego ; por
tos causa la sola memoria de una vida pasada en el desar- excidelur el in ignem m i l - los frutos, pues , los habéis de
reglo y en el vicio! No hay crimen que no Heve consigo telur. Igilur ex fructibus conocer. No todos los que mo
ÜII suplicio. Salud arruinada, bienes disipados, familia eoTtm cognoscetis eos. Non dicen Señor , S e ñ o r , entrarán
atrasada, reputación mancillada, nombre desacreditado, omiu's, qui diñl mihi Do- en el reino de los cielos, sino
vosotros no sois el único gaje, por decirlo así, el único mine. Domine, inirahil in aquel que hace la voluntad de
estipendio del pecado.¡Quéconfusión mashorrorosa, q u é regnum coelorum: sed qui mi Padre celestial ; este es el
sentimiento mas amargo, cuando se ve, cuando se siente facit voluntatcm Palris que entrará en el reino de los
la pérdida que se ha hecho de un Dios, fuente de todos los ííiei, qui i n coelisest, ipse cielos.
bienes, cuando se compara la duración eterna de la pena inlrabil in regnum coelo-
con la brevedad del placer; la sabiduría de los hombres
de bien con la eslravagnncia de los libertinos; la felicidad
incomprensible d é l o s santos con la desgracia infinita de MEDITACION.
una alma condonada! No hay pecador alguno que larde ó
temprano no se avergüence de su pecado; no hay reprobo De la verdadera devoción.
que por toda la elerm'dad no se llene de rabia al acordarse
PUXTO PIUMERO.—-Considera que el desencadenarse tan»
de su vida criminal. ¿ Q u é se han hecho al presente todos
lo el dia de hoy contra la verdadera devoción, consiste en
aquellos insignes pecadores, aquellos mundanos altaneros,
que no se la conoce, y se la confunde con cierta hipocresía
aquellos libertinos insólenles que hacían ahirde d e s ú s de-
eslerior que agravia sobremanera á la verdadera piedad.
s ó r d e n e s ? ¿ D e q u é les ha servido aquella licencia desen-
Ilay falsos devotos que se cubren con la máscara de la
frenada, aquel libertinaje Iriunl'aníe, aquel desprecio o r -
verdadera devoción; pero esta máscara no e n g a ñ a mucho
gulloso do las leyes mas sanies, nqnella ostentación d e s ú s
tiempo; por poco que se les considere de cerca, luego se
propios c r í m e n e s ? ¡Con q u é arrogancia se mofaban de las
descubre su falsedad. Los lobos cubiertos con la piel de
mas terribles amenazas de un Dios omnipolenle! ¡ Con q u é
oveja no tienen mas que la p i e l , y al través de esta piel
impiedad hacían burla de las mas espantosas verdades de
dejan siempre entrever su humor feroz y carnicero. Su voz,
la religión! ¡Con q u é irreligión se vanagloriaban de sus
su alimento, su marcha, todo los descubre. Los cardos no
delitos! Estos arrebatos de impiedad se han calmado en
llevarán mmea higos; el fruto no desmiente jamás la na-
el lecho de la muerte; estos escesos viólenlos de un liber-
turaleza del árbol; los espinos no dejan nunca sus puntas,
tinaje desmedido se han estinguidoen el sepulcro; los fue-
y por mas verdes que sean sus hojas, la aspereza de su
gos del infierno han becbo recordar á la razón, han resta-
fruto es insoporíablé. Por mas que la falsa devoción con-
blei ido el buen senlido, han becho, por decirlo así, r e v i -
trabaga la verdadera, sus frutos son muy contrarios para
vir aquella fé cuasi eslinguida por el libertinaje; y enton-
que pueda uno engañarse luego que de cerca uno observe
ces ¿ d e qué nos ha servido, esclaman con el Sabio, « d e
su color, y haga la prueba por el gusto. No hay cosa mas
q u é nos ha servido acpiet orgullo,» aquella jactancia i m -
amable, mas dulce, mas respetable que la verdadera pie-
pía, que nos ba conducido ¡i despreciar los buenos ejem-
dad, su a i r e ñ o es ni austero ni desagradable; no consiste
plos, los avisos saludables, los remonlimienlo? importunos
en escesos de un zelo desmedido; aborrece la ostentación
de una conciencia justamente alarmada? ¿ Qué fruto hemos
y el fausto; es humilde, modesta, benigna, decorosa, sen-
sacado de aquellos tristes placeres, de aquella rebelión
cilla, sin afectación, sin gazmoñería, sin doblez. Enemiga
criminal de las pasiones, de aquellas sniisfacciones odio-
de todo disfraz, gana el ánimo por su reciimd, y el cora-
sas? El placer ha pasado, la vergüenza y el arrepenti-
zón por su dulzura. Majestuosa por su simplicidad, cuanto
miento estéril no p a s a r á . ¡Duen Dios! ¡ rpié amargo es un
mas humilde es, es tanto mas respetable: su mérito no
arrepentimiento; q u é cruel cuando no debe acabarse j a -
depende del capricho ó de las ¡deas estravagantes de los
más, y cuando siempre es sin fruto y sin remedio!
hombres: su principio es la virtud sólida; la gracia es el
alma; y Dios solo el objeto, el motivo y e! fin. Sin razón
E l Evangelio es d& san Maleo, cap. 7. se piensa que la rusticidad es natural á la devoción, por-
I n Ofa temfore i Dixit En aquel tiempo, dijo Je- que alguna vez so encuentra en los que hacen profesión
/?s«s disdpulis s é s i M - sus á sus discípulos: Guardaos de devotos. La descortesía es un defecto que condena la
lendite a falsis prophetis, de los falsos profetas que v i e - verdadera piedad. La devoción no afecta , os verdad, un
f Ü ve.imni ad vos i n ves- nen á' vosotros disfrazados con aire de escesiva cortesía, pero no olvida las menores aten-
ciones, ni el mas poqueflo de los deberes. Animada del
l i m n t i s ovium, inlrinse- las eslerioridades de ovejas;
402 DOMINGO SEPTIMO
espíritu de Jesucrisío, mira con horror el espírilu del mentable. Omitir los deberes de su estado , no guardar
iiiuntlo; liaccí imn giitfrra ¡tTeconciliable al amor propio, y las reglas en el estado religioso que se ha abrazado, para
gu cjcrcii^o ordiiiiuio es la moi'lilicacion de los sentidos y hacer olías buenas obras, es, s í , trabajar mucho, pero
de las pnsionos. La voluntad de Iiios es el gran móvil que todo en balde. I'or mas santo que sea el zelo, deja de sor
la hace ojear; Jesucristo en la cruz el gran modelo que se meritorio luego que es incompatible con los deberes que
propone; el Evangelio su ley ; la vida de los sanios su prescribe nuestro estado. Dios quiere ser servido confor-
escuela; y su aplicación y estudio consisto en la práctica me á su voluntad, y nó conforme á nuestra inclinación y
de las virtudes cristianas. l i l pensamiento de la muerte la capricho; solamente ejecutando con puntualidad las ó r d e -
consuela, el de la otornidad la ocupa, y el único objeto de nes de su Señor, es como agrada el siervo.
sus votos os el cielo. Una piedad estudiada y artificial De este modo y con esta condición quiero yo (ambien,
apenas va mas que poreaminosostraviados y eslravagan- Señor, agradaros. Las obligaciones de mi estado s e r á n
les. La verdadera piedad no sale nunca de su estado. La de hoy mas las primeras q u e , medíanle vuestra santa
humildad, la modestia, la mansedumbre, una mortifica- gracia, me propongo cumplir, y mi mayor devoción con-
ción continua, una caridad sin límites, un deseo puro do sistirá en hacer vuestra voluntad.
a g r a d a r á Dios, una puntualidad en cumplir con sus obli- JACÜHTORIAS.—Enseñadme, Señor, á que en todo haga
gaciones, una fégenerosa y universal, una confianza en vuestra voluntad, puesto que vos sois mi Dios. (Psalm. 142),
Dios sin r ^ e r v a , una perseverancia inalterable y superior Renovad en mí, Señor, la pureza del corazón y la rec-
á l o J o s los acontecimientos, tales son los rasgos mas s e ñ a - titud del e s p í r i t u , sin las que es imposible que yo os
lados de la verdadera devoción; consideremos si os osle ol agrado. (Psalm. íiO.)
carácter de la nuestra.
PUNTO SEGUNDO.—Considera que para agradar á Diosos PROPOSITOS.
necesario querer las cosas en el mismo orden que Dios las
quiere, porque su voluntad debe ser regla de la nueslra, 1 Una persona sólidamente virluosn, es una persona
como que ella os el principio de todo bien. Do aquí es, sin amor propio, sin doblez, sin ambición. Es una persona
que el hombre justo no medirá Jamás su condición por su severa siempre consigo misma, y que no se perdona cosa
devoción , sino que siempre reglará su devoción por la alguna, al mismo tiempo que es indulgente con los d e m á s ,
condición á que Dios le llama, y la hará consistir sobre en cuyo favor todo lo escusa. Atenla sin afectación, c o m -
todo en cumplir perfectamente todas las obligaciones de placienle sin bajeza, oficiosa sin interés, exacta observa-
su estado. No tanta ostentación de piedad, no tanta refor- dora de la ley sin escrúpulo, unida á Dios sin violencia.
ma esterior, no tantos lamentos por la relajación do loa Un hombre verdaderamente devoto, es un hombre quo
d e m á s , sino mas caridad, mas desinterés, mas buena f é , siente bajamente de sí mismo, que eslima á lodos los de-
mas mortificación , mas sentimientos bajos de sí misaio, m á s , porque no ve en ellos mas que las virtudes que tie-
rnénos vivacidad sohre o! punto de honor, ménos dureza nen, y no considera en sí mas que los defectos á que está
sohre las miserias do otro, mónos delicadeza para su per- sujeto. Como no se gobierna sino por las máximas sobre-
s o m , estos son los puntos capitales y como el fundamento naturales, nunca cree que los que le desprecian le hacen
de la verdadera devoción. ¡ Qué ot ror el buscar uno su agravio, porque no cree se le deba el honor que le r e h u -
perfección fuera de su estado ¡ Las condiciones son dife- san. Instruido en la escuela de los santos, prefiere las mas
rentes; pero la obligación de cumplir en ellas todas sus pequeñas obligaciones de su estado, á las acciones mas
obligaciones es la misma ; no toda devoción es á propósito brillantes por su elección y por su gusto. En fin, es un
para lodo género de condiciones. Lo que serviria para la hombre que nutre su inocencia con los ejercicios de la
santidad do l o s ó n o s , seria un obstáculo para la salud de penitencia. Siempre contento, siempre afable, siempre en
los otros. Son las diferentes condiciones, según el Kvango- paz, siempre con una igualdad de humor inalterable, á
quien no engríen los mas faustos sucesos, ni a b á l e n l o s
lio, como otros tantos árboles que deben lodos llevar fruto,
accidentes mas funestos ; porque sabe que los bienes y los
pero cada uno e l f r u l o d e s u especie; y esto es puntual-
males de esta vida vienen siempre de una misma mano,
mente lo que hace nuestra cobardía y nuestras infidelida-
y como la única regla de su conduela es la vohmlad de
des mas inescusables. Si fuese necesario adquirir la per-
Dios, hace siempre lodo lo que Dios quiere, y quiere siem-
fección propia de un estado diferente de aquel á que Dios
pre lodo lo que Dios hace. Tengamos continuamente esto
nos ha llamado, costaría esto mucho y la virtud seria pe-
relralo y este espejo á la vista, y consideremos de tiempo
nosa; pero ¿ q u é escusa le queda á ninguno sabiendo quo
en tiempo si nueslra devoción se parece á este modelo.
la verdadera devoción consiste en el cumplimiento d é l a s
obligaciones de su estado ? Una persona religiosa no está 2 Confrontemos frecuentemente nuestra devoción con
obligada para santificarse, mas que á observar exacla- osle retrato, y corrijamos los defectos que notáremos en
menlo sus votos; d e s e m p e ñ a r con puntualidad todos sus nuestra conducta. Apreciemos como se debe las obliga-
deberes, y guardar sus reglas; su perfección, por decirlo ciones mas pequeñas de nuestro estado, y consideremos
con precisión, consiste en la perfecta observancia de todas q u é reglas de nuestro instituto son los que guardamos
sus reglas. Un padre, una madre de familia halla, por de- con flojedad. No hay cosa pequeña en el servicio de Dios;
cirlo así, reducida su perfección á la práctica de las o b l i - sirvámosle con fervor; no sea nueslra devoción, ni enfa-
gaciones de su casa; omitirlas para ejercitarse en otras dosa, ni floja, ni variable. Nada hay que así agravie á la
buenas obras, aunque sean de mayor perfección, es una verdadera devoción como el mal humor y los defecíos
ilusión. Correr á las iglesias y á los hospitales, mientras groseros de los que pasan por devotos.
que el cuidado de la educación de los hijos queda aban-
donada á discreción de los domésticos, es una ilusión l a -
DESPUES DE P E N T E C O S T E S . 493
á Dios, y obligarnos á ocuparnos en continuas acciones do
DOMINGO OCTAVO DESPUES DE PENTECOSTES. gracias.
Como la Iglesia nuestra buena madre en nada tiene tan- La Epístola está tomada del capítulo octavo de la de san
to em peno como en la salvación de sus hijos, renne todos Pablo á los romanos. Habiendo hecho ver el Apéstol cuán
los domingos á los líeles para darles lecciones importantes diferente debe ser la vida de un cristiano de la deun h o m -
de salud, para reanimar mas su fé, renovar su fervor, pre- bre carnal, nos advierte que aunque la concupiscencia y
venirles contra los peligros, animarles contra los esfuerzos las pasiones no quedan enteramente cstinguidas por la
y ¡as astucias del tentador, consolarles en sus males, y gracia del bautismo, quedan no oblante muy derribadas,
soslenerles en todos los accidentes molestos de la vida. y no tienen mas imperio sobre nuestro corazón que el
Ella les alimenta con el pan de la palabra de Dios, les for- que nosotros les damos voluntariamente. Cita en segui-
lilica con el uso de lossacramenlos, y recordándoles cada da las razones que tenemos para contenerlas sujetas, y
domingo la memoria .de las grandes verdades de la r e l i - demuestra que debiendo ser un fiel un hombre entera-
gión, procura siempre, por medio de aijuellos rasgos mas mente espiritual, no debe vivir según las inclinaciones do
señalados do la bondad y de la misericordia de Dios con la carne.
nosotros, escitar nuestro amor y nuestro reconocimiento «No somos deudores á la c a r n e , » dice, « p a r a que v i -
liácia él, é indinarnos á que pongamos en 61 toda nueslra vamos según la c a r n e . » No debemos nueslra vida á la
confianza. A esto precisamente se dirige todo el oficio de carne. Nacemos hijos de ira, puesto que nacemos esclavos
la misa de este dia. El introito nos trae á la memoria los del pecado; solo á Jesucristo debemos nueslra libertad;
mas señalados beneficios del S e ñ o r ; la Epístola en pocas somos reengendrados por el bautismo ; debemos, pues,
palabras nos presenta el retrato de un hombre espiritual, vivir para Jesucristo, según su espírilu y sus máximas.
tal como debe serlo todo verdadero fiel; el Evangelio nos En virtud de este nuevo nacimiento del agua y del espíri-
enseña el buen uso que debemos hacer para el cielo de los tu, no esíamos ya sujetos á la carne, al pecado, á la con-
bienes terrenos, y en ol ejemplo de un recaudador, i n - cupiscencia ; no tiene ya esta imperio alguno sobre noso-
fiel, pero ingenioso y previsor, quiere el Salvador darnos tros, y únicamenle Jesucristo es el que debo reinar en
á entender la industria piadosa por medio de la cual de- nuestros corazones. Desgraciados de nosotros, si renun-
bemos hacer servir á nueslra salvación los falsos bienes ciando á la dichosa liberlad de lujos de Dios, nos some-
de este mundo, de los que no tenemos , por decirlo asi, leaios de nuevo al imperio del pecado. Jesucristo por los
mas que la administración, y con los que, sin embargo, méritos de su sangre y do su muerle ha hecho pedazos
podemos ganarnos amigos y poderosos prolectores en la nuestras cadenas, y ha destruido el imperio del demonio.
otra vida. Esta induslriosa sabiduría, este buen espírilu, Este enemigo mantiene, á la verdad, todavía alguna infe-
junto con un corazón acomodado á él, es lo que pedimos á ligencia en la plaza ; nuestro amor propio, nuestros sen-
Dios en la oración de la misa de este dia, la cual debe ser tidos, nuestro mismo corazón pueden hacernos traición, y
una oración diaria para todos los fieles. nosotros debemos conlinuamenle desconfiar de ellos; pe-
Nosoíros, Señor, nos a mordamos de todos los beneficios ro á menos que nosotros no quonunos introducirle en el
do que habéis colmado á vuestros siervos; «hemos recibi- fuerte, serán inútiles lodos sus esfuerzos ; es un perro r a -
do vuestra misericordia en medio de vuestro templo; » en bioso, dice san Agustín, que está encadenado ; puede l a -
medio do vuestro pueblo, como traducen los Setenta, san drar, puede chillar, pero no puede morder sino á los quo
Crisóslomo, Teodoreto y san Agustín. ¡ Qué de maravillas, se le acercan demasiado. «El que ha nacido de la c a r n e , »
ó Dios mío, no habéis obrado á favor nuestro ! ¡ q u é s o l i c i - decia el Salvador á Nicodemus, « e s carne ; pero el que ha
tud, q u é bondad, cpié providencia paternal 1 ¿Podríamos, nacido del espíritu es espírilu. A este oráculo alude a q u í
ó Dios, olvidar nunca i un Señor tan benéfico, ó dejar de o! sanio Apóstol. Solo eu el cristianismo es en donde Dios
confiar cu un Salvador, en un Padre semejante ? Vtieslrn tiene adoradores que le adoren en espírilu y en verdad;
gloria ha penelrado, ó Dios m i ó , hasta las eslremidades solo en la religión cristiana es en donde se hallan hombres
de la tierra; en todas partos se os alaba de un modo pro- espiriluales. Por esto el pueblo judío, auncpie pueblo esco-
porcionado á la grandeza ile vuestro nombre; exáltase, gido y privilegiado, no obslanle que él solo fué el que tuvo
sobretodo, ese brazo jusliiiero que se h» armado para el conocimiento del verdadero Dios, y al que Dios eligiú
nuestra defensa. Es bien patente que el salmo 4 1 , que en por su pueblo, era todavía un pueblo enteramenlc carnal.
sentido literal puede entenderse de la protección de Dios Esta maravillosa mutación del hombre en hombre espiri-
sohre .lerusalcn y sobre el pueblo judío, no debe entender- tual, debía ser la obra del Salvador; era necesario un Re-
se en el sentido figurado sino de la protección singular de dentor que fuese hombre y Dics á m mismo tiempo par:*
Dios sobro la Iglesia. Solo en el cristianismo donde puede obrar esta insigne maravilla ; la ha obrado, en efecto, y
decirse que la gloria de Dios ha penelrado hasta los confi- el hombre cristiano es la obra maestra de este hombro
nesde la tierra, y que el Señor es alabadoen todos los pue- Dios.
blos de un modo proporcionado á Ja grandezn de su sanio «Porque si vivís,» conlinúael Apóstol, «?egun la carne,
nombre. Antes de Jesucristo no era Dios conocido masque moriréis:» esto es, si seguís los deseos de la carne y los
en la Jude.i, y solo después de la tenida de es(e divino movimientos de la concupiscencia, si hacéis las obras de
Salvador ha sido llevado y predicado á ledas las naciones la carne que significan todo pecado grave, peí dei eis la
del mundo el conocimiento del verdadero Dios, y los pre- vida de la gracia; moriréis con una muerle espiritual des-
dicadores evangélicos han anunciado á Jesucristo por todo de esta vida, que será seguida en la olra do la muerte
ol universo. La memoria de esta maravilla, de esta gran eterna; de la eterna condenación. Por el contrario, si mor-
misericordia es lo que nos recuerda el inlroilo de la misa tificáis las obras do la carne, esto es, si os mollificáis, si
«le este domingo, para despertar nueslra fé y nuestro amor reprimís las malas inclinaciones de vuestro corazón, si
49i DOMINGO OCTAVO m
IÜS Lacéis morir en vosotros, y no cometéis el pecado á de las penas y de la justicia divina, con tal que compren-
que os solicita la concupiscencia, si domáis vuestras pa- da las disposiciones señaladas por el santo concilio de
siones, en una palabra, si mortificáis por el espirilu las Trento. El temor saludable es un don de Dios , lo mismo
obras de la carne, viviréis una vida enleramente espiri- que el amor; mas estos dones no son iguales aunque v e n -
tual, vida snbrenalmal, vida cristiana sobre la tierra, la gan de la misma mano. El temor, dice san Aguslin, co-
cual será seguida de la bienaventuranza en el cielo. Víve- mienza, por decirlo así, la conversión, y la caridad la aca-
se según la carne, cuando se hacen las obras do ella, ba. Muchos profetas y patriarcas de la antigua ley han
cuando se vive según el espíritu y las máximas del m u n - servido á Dios por amor: habíaseles ya desde entonces co-
do; y esta vida no tiene otro término que el inOerno. V í - municado por anticipación el espíritu del Evangelio, m i -
vese según el espíritu de Jesucristo, cuando se vive con- rando á los méritos de Jesucristo; mas hoy debe reinar
forme al espíritu y las máximas del Evangelio. La vida del umversalmente este espíritu en todos los fieles, pueslo
espíritu es la vida de la gracia, y ayudados de esta g r a - quo en virtud de la gracia de adopción que hemos adqui-
cia nos mortificamos, domamos las pasiones, reprimimos rido por Jesucristo, no solo debemos llamar á Dios nues-
las malignas impresiones de la concupiscencia, y dejamos tro S e ñ o r , sino Padre nuestro. «Habéis recibido,» dice el
de obrar las obras de la carne. Apósiol, «el espíritu de adopción de los hijos de Dios en
«Porque todos los que obran por el espíritu do Dios, virtud del que clamamos Abba, Padre.» Orno si dijese el
son hijos de Dios;» y puede añadirse que no hay propia- Ap<ístol: Nosotros hebreos llamamos al SeRor en nuestra
mente otros hijos de Diosqno los que están animados del lengua siríaca «abba,» quo en vuestra lengua significa
espíritu de Dios, que obran por la dulce impresión de este «padre.» Porque esto mismo espirilu, a ñ a d e , da teslimo-
divino espíritu, que siguen sus luces y sus movimientos. nio al ne.eslro de quo somos hijos de Dios, sobre todo des-
Si nuestras obras, por mas laudables que sean, por mas pués que ha derramado en nuestros corazones su santo es-
buenas qnc parezcan, tienen otro motivo, nacen de Otro píritu. La nueva alianza que Dios ha hecho con nosotros
principio, son obras vacías, obras defectuosas, obras por medio de Jesucristo, es lo que nos da este derecho. No
muertas, por las cuales nos dice Dios: «No os conozco.» es esto decir que el dulce testimonio de una buena con-
No así las de aquellos á quienes el espíritu de Dios hace ciencia deba darnos una entera y absoluta certidumbre de
obrar, dice san Agustín, nó por fuerza ni con violencia, nuestra justicia, dice el sabio intérprete qm1 hemos cita-
sino exhortando por medio de sus dulces inspiraciones, do repelidas veces, como falsamente piensan los herejes:
ilustramlo con sus vivas hiecs, ayudando cotr los auxilios lo que únicamenle quiere decir el Apóstol es, que la con-
do su gracia. «Sabemos,» conlinúa el Apósiol, «que t o - fianza <¡iie los verdaderos fieles tienen de ser del número
das las cosas concunen al bien de los que aman á Dios.» de los hijos de Dios no es ni vana ni presuntuosa, puesto
Si no obraseis nada, «si nada hicieseis,» a ñ a d e el sanio (p;c está fundada en la inspiración y en el testimonio del
Doctor (serm. 13. do verb. Aposl.) «no podría decirse que E. píritu Santo. Todos aquellos á quienes el Espírilu Santo
cooperabais con el Espíritu Sanio.» El hombre coopera á da inleriormente este testimonio, son verdaderamente h i -
su conversión con e! Espíritu Santo; mas no coopera sino jos de Dios; pero nadie sabe con una entera certeza siefec •
con el auxilio de la gracia. tivamente el Espíritu Santo les da esle.testimonio. «Ko sa-
Por lo d e m á s , «vosotros no habéis recibido el espíritu be el hombre,» dice el Sabio (Ecd. 9.), «si es digno de
de servidumbre de modo que viváis de nuevo en el te- amor ó de odio :» y tiene mucha razón, por tanlo, el Após-
mor.» Nó, no es ya un espíritu de temor el que debe ha- tol para exhortar á los fieles á que trabajen en su salva-
ceros obrar como si continuaseis esclavos; el motivo que ción con temor y con temblor, ( t l i i l i p . 2.) «Y si somos h i -
debe conduciros, y debe ser como el alma de todas vues- jos,» concluye san Pablo, «somos también herederos; h e -
tras obras, después que habéis llegado á ser hijos adopti- rederos, digo, de Dios, y coherederos de Jesucristo.» Esta
vos del Padre celestial, es el espíritu de amor. El espíritu augusta cualidad de hijos de Dios es la que nos da riere-
de la ley de Moisés era un espíritu de temor; el espíritu cho á la herencia de nuestro Padre. Pero es menester que
del Evangelio de Jesucristo es un espíritu de amor. La seamos hijos sumisos y respetuosos si queremos conser-
antigua ley liabia sido promulgada entre luirnos y r e l á m - var este derecho. Un padre, tiene derecho para deshere-
pagos que siempre inspiran terror; la ley nueva nació so- dar á los hijos rebeldes. Nosotros no seremos reconocidos
bre el Calvario, sufriendo el Salvador la muerte por efec- por verdaderos hijos de Dios, sino en tanto que fuéremos
to de su grande amor : era raro en el rinliguo Testamento conformes á la imagen de Jesucristo.paciente.
el que se sirviese á Dios por puro amor; el temor de los El Evangelio de la misa-de esle dia contiene la p a r á -
castigos era el principal motivo que animaba á aquel pue- bola del administrador, infiel en verdad, pero ingenioso
blo carnal, á aquellos siervos medio esclavos; en el nuevo para procurarse amigos que puedan servirle de escudo
quiere Dios ser servido por amor. El espíritu propio de la en su desgracia. El fin de esta parábola es inclinarnos
ley de Moisés era un espíritu de terror y de amenaza, y á hacer amigos para el cielo por medio de las limosnas.
bajo de esta idea es como la representa el Apóstol. La ley ílabia un mayordomo de la casa de un hombro do cua-
nueva por el contraria, siendo una ley de gracia, quo nos lidad, decia un dia el Salvador á sus discípulos, el cual
comunica por sí misum el Espíritu Santo, y nos eleva h la habiendo disipado el caudal de su señor, fué acusado do
dignidad de hijos de Dios, nos hace encontrar en la cari- malversación en su encargo. Informado el señor de ello,
dad un motivo mas eficaz y mas noble para obedecer. No le hizo presentar, y le dijo : ¿qué es lo que oigo decir do
es esto decir que no sea el mismo Espíritu Santo el autor tí? a s e g ú r a s e m e que has disipado mi caudal, que has
del temor saludable, y del amor puro y sobrenatural; así hecho mal uso del dinero que te he confiado, y que no
lo ha definido la Iglesia, enseñándonos que en la ley nne- tienes cuidado alguno de mis negocios; no puedo por tan-
va, que es una ley de amor, no debe escluirse el temor to servirme de un hombre de quien lodos se quejan. Pro-
DESPUES DR P E N T E C O S T E S . 495
p á r a l e , pues, para darme cuenla de lu adminislracion; alenlos para llegar al cabo de sus designios, para e n r i -
porque no puedo conlumarle ya la confianza de cuidar quecerse, para elevarse, para prevenir una desgracia, que
mis bienes. Fácil es comprender el sentido moral de esla los hijos de la luz para asegurar una felicidad cierna.
parábola. ¿Quién no sabe que lodos somos responsables ¡Qué \ e i g ü e n z a el vernos obligados á servimos de esla
al S e ñ o r ; lodos somos sus arrendadores y sus ecónomos? comparación, de esle contraste de conduela para escilar
Todos los bienes que poseemos son de él, nosolros mis- nuestrozelo, y precisados á decirnos á nosotros mismos:
mos somos suyos, y debemos un dia darle cuenla, no so- hagamos por los bienes eternos, lo que hacen los munda-
lo de los bienes esteriores que leñemos á nuestra disposi- nos por los bienes perecederos; y lo que ellos hacen lodos
ción, ricas berencias, lerrenos dilatados, cuantiosas r e n - losdias para perderse, hagámosloal ménospara salvarnos!
tas, sino también de ruieslro liempo, de nuestra salud, «Y yo os d i g o , » concluye el Salvador, «tratad de gana-
de nuestros tálenlos, de las íaculíadcs de nuestro cuerpo ros amigos en el cielo por el buen uso de vuestras rique-
y do nuestra alma; en íin de lodo lo que tenemoSj y de t o - zas, las cuales no son otra cosa que bienes falsos y m u -
do lo que somos; lodo esto son bienes, son fondos que de- chas veces frutos de vuestras injusticias: emplead en
bemos beneíiciar, y de que hemos de darle cuenía. A d - buenas obras los bienes que Dios os ha conliado; y de qac
ministradores inüelcs, apenas hay uno de nosolros que no debéis darle cuenta. El administrador no pudo sin fallar
sea acusado delante de él de haber disipado lo,s bienes á |a justicia emplear, como aquel lo hizo, los bienes de su
I¡UÜ nos habia confiado, y de haber hecho mal uso de olios, señor en procurarse amigos para el liempo de su desgra-
y nueslro acusador es nuestra propia conciencia. «Dáme cia; pt»ro Dios nos permite, nos manda aun que emplee-
cuenta de l u administración.» En la hora de la muerte, cu mos los bienes cuyo uso nos ha concedido o n procurar-
el momento de nueslro juicio particular es cuando cada nos amigos en ei cielo. Dios, dice san Aguílin, noaulori-
uno de nosolros recibirá esla órden. ¡Gentes mundanas, za aquí la injuslicia; no aconseja que se empleen en bue-
dad cuenta del uso que habéis hecho de vuestra salud, de nas obras los bienes mal adquiridos. J a m á s fué permitido
vuestro liempo, de vuestros lalen'.cs! ¡Grandes del mun- hacer limosnas con el caudal de olio. Lo qiift, se posee
do, dad cuenla de esos grandes bienes, de esos empleos injustamente no debe darse á los pobres, sino que debo
biillanles, deesa auloridad, de esa magmíicencia! ¡Minis- volverse á aquel, á quien se le ha quilado : lo que el Sal-
nislros de la Iglesia, dad cuenla deesas pingües rentas, vador quiere darnos á enlender en este pasaje es, que ea
palrimonio de los pobres, de que no erais mas que uíios lugar de emplear las riquezas en procurarnos la falsa
administradores, de esos tálenlos que debisteis hacer fruc- amistad de los grandes, en leru r muebles preciosos, una
liticar! ¡Personas religiosas, dad cuenla de todas las ven- mesa deücada y espléndida y equipajes suntuosos; e n
lajas temporales y espirituales que habéis recibido de mi lugar de emplear los bienes en gastos desalmados, en el
bondad en vuestro oslado! Todos hemos recibido; todos, juego, en el lujo y on diversiones que larde ó temprano
pues, debemos uu dia dar cuenla de nuestra administra- obligan al soberano Señor á arrojarnos de su servicio,
ción. ¡Duen Dios, y cuántos desgraciados! y á reprobarnos como adminisíradores infieles; ponga-
mos en manos de los pobres los bienes que no pasan e n
Viéndose perdido y sin recurso el recaudador de nues-
la otra vida sino por ci comercio de la caridad. Por medio
tra parábola, ¿qué haré yo ahora, dice, porque mi señor
de este cambio aseguramos su juslo valor en el cielo; sin
me va á quitar el manejo de su hacienda? ¿ q u é partido
él lodos los bienes terrenos perecen cutre nuestras m a -
tomaré? ¿Ponerme á cavador? no lengo fuerzas para aza-
nos. Son de ningún valor pér el cielo los bienes d é l a
donar la tierra; ¿pedir limosna?debe serme muy vergon-
tierra, y solo por el comercio de la limosna logramos que
zoso; mi edad no me permiie tampoco aprender u n o ü c i o ;
nos sean útiles en la olra vida. Esle es lo que el Salvador
en tal eshemo le ocurre un espediente, i/igenioso á la
ha querido enseñarnos en esla parábola. Es esta una lec-
verdad, aunque injusto. Resuelve ganarse amigos á es-
ción importante para todos; pero lección, sin embargo,
pensas del mismo caudal de su amo, á íin de encontrar
deque 'muy pocos quieren aprovecharse. «Mammón» es
por lo menos una acogida en su casa cuando hubiere per-
una palabra siríaca que significa riquezas, tesoros. La pa-
dido su empleo. Habiendo, pues, hecho venir uno á uno
labra «iniquidad» que se añade aquí á la de riquezas, no
á los deudores de su señor, les preguntó en particular á
solo signilica los bienes mal adquiridos, sino principal-
cada uno cuánto era lo que debían: uno r e s p o i i d i ó q u e d e -
mente los bienes falsos, las riquezas engañosas, fuente or-
bia cien barriles de aceite; y el olro cien medidas de trigo.
dinaria de iniquidad. El sabio Maldonado cree que para
Volvióles al uno y al otro sus obligaciones, haciéndoles for-
hacer una aplicación justa de osla parábola es menester
mar otras nuevas en las cuales redujo los cien barriles de
que estas palabras, «cuando llegareis á faltar, cwm defe-
aceite del primer deudor á cincuenta, y las cien medidas
certíis, «se entiendan nó de la muerle, sino del oslado del
de trigo del segundo á ochenta. Por esle medio, aunque
hombre pecador sobre la tierra, cuando desprovisto de m é -
iiijusto, se aseguró un recurso en caso de necesidad en ca-
rito y privado de la gracia, se halla como sin funciones
sa de aquellos á quienes acababa de agraciar; lo cual sa-
y degradado de sus antiguos privilegios. Entonces la l i -
bido por el señor, no pudo ménos de admirar la agudeza
mosna y las oraciones de ios pobres son el medio mas
de su mayordomo que tan bien habia sabido proveer á su
eficaz para que oblonga la gracia y vuelva á enlrar en el
seguridad á cosía de su amo, y hasta le alabo por haber-
camino de la salvación.
se conducido con lanía habilidad y obrado con tanta ad-
vertencia en órden á su ialei és particu.ar. Todo oslo, con-
cluye el Salvador hablando á sus discípulos, y en su per- La oración de la misa de este dia es como sigue :
sona á nosolros, lodo esto os demuestra que las gentes
Largire nobis, q u m n - Haced, S e ñ o r , por vucslra
del mundo, los hijos del siglo corrompido son mas h á b i -
mus. Domine, semper spi- misericordia , que vuestro es-
les, mas iuduslriüsos, mas vigilanles, mas ardieuies, mas
í iíum coyilandi qiue recta píritu ¡ios inspire siempre sau-
496 DOMINGO OCTAVO
sunt, propiiius el agendi: los pensamientos, y nos haga la de ambición, de lujo y de vanidad: sus discursos c i l l c -
ut qui sine le esae non obrar conslanlemente acciones ramente mundanos, sus ejemplos muchas veces pésimos,
possumis, secundum te santas, á fin de que los que son los modelos que se le presentan. ¿Y después de esto
vtvere valeanms. Per l)o- no podemos nada sin vnosli a eslrañaremos que sea tan universal la corrupción de las
mííium nosín/m... gi acia , vivamos siempre con- costumbres, y que se eslinga el espíritu de la religión?
formo á vuestro espirilu. Por «Mi espíritu no permanecerá en el hombre,» decía Dios
nuestro Señor Jesucristo, etc. poco antes del diluvio, al tiempo que su indignación j u s -
tamente irritada iba á estallar de la manera mas terriblo
l a Epístola es de la que escribió el apóstol san Pablo á los sobre todo el universo: mi espíritu no peruiiinecerá mas
Romanos, capitulo 8. en el hombre; porque el hombre no es mas que carne, ni
Fratres í Debüores su- Hermanos mios: No somos vive sino conforme á la carue. ¿Tiene el dia de hoy m é -
m t « non carni, v t semn- deudores A la carne, para que lios motivo el Señor para hacernos esla len ihie amenaza?
dum carnem vivamus. Si vivamos según la carne. Por- ¿ y en q u é siglo con mas razón que en este ha podido Dios
enim secundum carnem v i - q u é s ! viviereis según la car- decir que la malicia de los hombres era grande sobre la
xerilis, moriemini: si a u - ne , moriréis; mas si condu- tierra, y que todos los pen ja mi etilos de su corazón se o r -
tem spiritu [acta carnis cidos por el espíritu morlili- denaban á toda hora hacia el mal ? ¿ En q u é siglo ha po-
mortificaverHis , vivelis. cáreis las obras de la carne, dido decirse con mas verdad, que luda carne b;d)ia c o r -
Quicumque enim spiritn viviréis; puesto que lodos los rompido sus caminos sobre la tierra? esto es, ¿ q u e el es-
Dei aguntur, i i sunt filii que obran conforme al e s p í r i - pirilu de la carne esparcido en casi todos los hombres ha
Dei. Non enim atcepistis tu de Dios, son hijos de Dios. inundado la tierra con todo género de pecados? ¿ Q u é
spiritum servitutis iterum No habéis tampoco recibido el edad, qué condición, q u é estado hay en que no dominen
in limore, sed accepistis espíritu de servidumbre de el amor de los placeres, la codicia, la ambición, el lujo y
spiritum adoptionis filio- modo que deba ocuparos de el d e s ó i d e n ? Cuasi en lodas parles no reina masque el
r u m , i n quo clamamus: nuevo el temor, sino que ha- espíritu del mundo; por do quiera triunfa la iniquidad.
Abba (Pater). Ipse enim béis recibido el espíritu de Mas bien nos avergonzamos en el mundo de parecer cris-
spirilus lestimonium red- adopción de los hijos , en v i r - tianos, que de ser pecadores en sus reuniones. Un l i b e r t i -
dil spiritui nostro quod tud del que clamamos, Abba, no* una mujer mundana reputan como un mérito el ser
sumus filii Dei. Si autem Padre; porque este mismo es- poco recatados, tener poca religión, dudar de las verda-
pirilu da testimonio á nuestro
f i l i i , eí heredes t heredes des mas esenciales, no tener ni remordimientos ni e s c r ú -
quidem Dei, coheredes au- espíritu de que somos hijos de pulos. El vicio parece que ha franqueado todas las barre-
tem Chrisli. Dios. Y si somos hijos, luego ras ; dirfase quo es nn tór renle que ha forzado, trasbordado
somos también herederos; he- todos los diques de la religión, d é l a educación, y hasta del
rederos digo de Dios, y cohe- buen sentido. La soledad, el desierto, hasta el lugar sanio,
rederos con Jesucrislo. este asilo sagrado de la piedad cristiana, se resienten do
Esla Epístola es todavía continuación de la del domingo la inundación. ¿ Q u é es lo que en el dia sirve de antemu-
precedente. Declara san Pablo á los Beles que habiendo ral, de abrigo á la rectitud, á la buena fé, á la modestia ?
sido reengendrados por el bautismo, por esta regenera- Una sola familia se halló exenta de aquella universal i n i -
ción han nacido á la vida d é l a gracia, hijos adoptivos de quidad, así es que solo aquella familia dichosa-fue la quo
Dios; y por consiguiente, como hijos de Dios, tienen de- se salvó en el tiempo del diluvio. ¿ N o es esla una figura
recho á su herencia; bien entendido que deben vivir nó bien marcada de la corrupción tan general de nuestro s i -
según la carne, sino conforme al espíritu de Dios, del cual glo, y del pequeño número de los elegidos? ¿Y lo es me-
deben estar animados. nos visible de la justa indignación del Señor y de los ter-
ribles azotes de su justa c ó l e r a ?
KEILEXIONES.
El Evangelio de la misa de este dia está tomado del de san
«Si viviereis según la carne, moriréis.» Vivir según la
Lucas, cap. 16.
carne, propiamente hablando, es vivir según el espíritu
del uiunilo, seguir sus máximas, ser partidarios de todos Jn illo tempore : Diüít En aquel tiempo, dijo Je-
sus caprichos, obedecer á todas sus eslravaganles leyes. Jesús discipvlis suis p a - sús á sus discípulos esta pa-
Vivir según la carne, es ser uno esclavo d e s ú s pasiones, rabolam lianc : ¡lomo quí- rábola : Un hombre rico tenia
prestarse, abandonarse aun á las inclinaciones de la con- dam erat dives, qui hahe- un recaudador, el cual fué
cupiscencia, dar toda la libertada sus sentidos. Vivir según bat villicum : el h k diffa- acusado delante de él como
ta carne, es seguir los deseos de la carne. La vida de la maius est apud ilium disipador de sus bienes. Hizo-
carne es la vida del pecado, y esta vida es la muerte es- quasi dissipasset bona i p - le comparecer, y le dijo :
piritual del alma. Vivir según la carne, es emplearse uno sius. E l vocavil i l l u m , el ¿ Qué es lo que oigo decir de
en las obras de ella, y las obras de ja carne son el peca- ait i l l i : Quid hoc audio ti ? Dáme cuenta de tu recau-
do. ¡Cuántos, buen Dios, viven hoy según la carne! acaso de te? redde rationemvilli- dación , porque ya no es po-
no reinó nunca mas despólicamente el espíritu del mundo. catiunis luce : j a m enim sible que sigas recaudando.
Sus leyes prevalecen s ó b r e l a s d é l a religión, y sus máxi- non poteris villicare. Aü Al oir esto el recaudador, dijo
mas sobre las del Evangelio. Apenas la razón se ha desen- autem villicus hura se: dentro de s í : ¿ Q u é h a r é y o ,
vuelto en un niño, cuando el espíritu del mundo se apode- Quid [aciam, quia domi- pues mi amo me quila la r e -
ra de é l ; cuasi no se le dan otras lecciones; al lado de m s meus aufe.rl a m e v i l - caudación? Cavar la tierra no
sus padres no encuentra acaso sino una perniciosa cscue- licationem? foderenon va- puedo; pedir limosna me es
DESPUKS DE PENTECOSTES. 497
¡eo, mmdicare m k M , bochornoso. Mas ya sé lo que que ellos? No es ya á un pobre al que se le niega el so-
Sao quidfaciam, « í , cutn h a r é , para que cuando estu- corro, es al mismo Jesucristo: no es á un hombre v i l y
amotus fuero a villicálio- viere privado de.i empleo , abyecto al que yo despido con dureza, es al Sefior dei
ne, reñpiant me í» domos tenga quienes me reciban en universo, es al Redentor y Juez soberano de todos los
sms. CoHvocatis itaque sus casas. Habiendo , pues, hombres al que yo desprecio; y no pensemos que el po-
singulis debiloribus domi- htpfea venir uno á uno á ios bre nos pide una pura gracia cuando nos pide la limosna,
nt sut, dicebat primo ; deudores de su sefior, dijo al es un derecho lo que exige, y nosotrosdebemos pagársele.
Quantum debes domino primero: ¿Cuánto debes tú á Todos nuestros bienes son de Dios por derecho de sobe-
meo? A l Ule d'txit : Cen- mi amo ? Cien barriles de ranía; debérnosle pues el tributo y el homenaje. Dios h i -
tum cados o k i . Vixilque aceite, le respondió, üijole el poteca esle tributo y estos fi ulos para la subsistencia de
ifU : Accipe caulionem recaudador: Toma tu obliga- los pobres. Dios sustituye los pobres para exigir en su
luam : et sede cito, acribe ción, rómpela inmediatamen- nombre este tributo. Y después de oslo ¿ s e considera por
quinquaginta. Deinde alii te y haz una de cincuenta. En nada el no asistir á los desgraciados? ¿se mira como i n d i -
dixit : Tu vero quantum seguida dijo á otro: ¿ Y Ui ferente el negar la limosna?
debes? Qui ait : Cenlum q u é es lo que debes? el cual ¡Ah! ¡ya comprendo. Dios mió, p o r q u é n o echareis otra
coros trilici. Aü i l l i : Ac- respondió que cien medidas cosa en cara á los reprobos que el haber negado la limos-
cipe Hueras ÍÍÍÍIS, et sen- de trigo. Toma, pues tu póli- na, puesto que esta denegación es «na injusticia, una i n -
t í ocloginía. E l laudavil za , le dijo el recaudador, y juria que se hace á vuestra persona; es una impiedad es-
dominus vilUcum iniquila- haz otra de ochenta. Alabó, candalosa de que acaso me hallo demasiadamente culpa-
lis qiiia pmdenter fecis- pues, el señor á esle recau- ble!
sel : quia filii hujus seculi dador inicuo , porque había PINTO SEOINDO.—Considera que la limosna es una do
pntdenliores fdiis lucis in obrado con destreza; poique las señales mas ciertas de la predestinación, así como la
generalione sua sunt. E l los hijos del siglo son mas pre-
dureza con los pobres es un signo visible de una reproba-
ego vobis dico, facile vo- cavidos en sus negocios que
ción poco dudosa.
lts amicos de mammona los hijos de !a luz. Y yo os d i -
La misericordia de Dios es el fundamento mas sólido
iniqnitatis : ut, cum defe- go t a m b i é n : Emplead en pro-
de nuestra salvación; y ¿quién nos asegura mas esle fun-
ceritis , recipiani vos ia,
curaros amigos por medio de damento que la misericordia con los pobres? Bienaventu-
ceierna tabernacula.
las riquezas que hacen injus- rados los que ejercitan la misericordia, dice el Salvador
tos, á fio de que cuando llega- (Malth. S.), porque ellos alcanzarán misericordia. De la
reis á fallar os reciban en las misma medida, dicetambien, de que os hubiereis servido,
• moradas eternas. se servirá él para vosotros. Dad y se os dará (Luc. 6); so
• d e r r a m a r á en vuestro seno una medida llena, bien reple-
MEDITACION. ta, y que después de agitarla todavía rebosará.^
La limosna, decía Tobías, purifica niieslras almas do
De la limosna.
sus pecados alcanzándonos un verdadero dolor. (Tob. 12.)
PpíTo PRIMERO.—Considera que la limosna en nuestra Después de todo, haced limosna, decia el Salvador ;Liic. 11),
religión no es un simple consejo, sino un precepto. ¡Qué y seréis purificados de lodos vuestros crímenes, por la g r a -
grosero error es el creer que la caridad cristiana sea una cia de la conversión que ella os obtendrá. Redime tus p e -
obra de supererogación 1 cados con tus limosnas, decia Daniel al rey. (Dan. 4.) Y á
Jesucristo nos ha impuesto un precepto espreso de hacer la verdad, la única ventaja que las riqliezas proporcionan
limosna, y es tan rigososo este mandamiento que bastará á los ricos para su salvación, é n t r e l o s muchos obstáculos
no haberle cumplido para ser reprobado de Dios, y oir es- que á ella les oponen, es la de poder pagar lo que dehen á
te formidable decreto: I d , malditos, lejos de m i , al fuego la justicia de Dios, poniendo estas riquezas en manos do
eterno.—Y ¿ p o r q u é ? — P o r q u e tuve hambre, dirá el Se- los pobr es. ¡Cuántos prolectores poderosos y amigos s i n -
fior, y no me habéis dado de comer; porque no tenia ves- ceros, no pueden ganar por ellas para con DiosI
tido, y no me le habéis proporcionado. Un Dios tan bueno Dichoso aquel, dice el Profeta (l'salm, 40), á quien la
y tan justo no r e p r o b a r á j a m á s á los hombres por haber compasión hace atento á las necesidades del pobre; porque
omitido simples consejos,- sino por haber violado sus pre- no solamente le g u a r d a r á el Sefior en lodos los peligros
ceptos. Después de esto ¿ s e dirá que la limosna no es mas de la vida, no solo le hará feliz en la tierra, sino que en el
que un acto de devoción ? En verdad os digo, dice el Sal- último día de su vida, en el momento crítico y decisivo do
vador del mundo, cuantas veces hiciereis estas cosas con la eternidad, le asistirá Dios de un modo particular, y le
uno de los mas pequeños de mis hermanos, lo habéis he- librará de los lazos y de las asechanzas del enemigo. ¿Y
cho conmigo mismo. ¿No hay motivo para estiañar que qué. Señor, después de todas estas seguridades de vues-
haya todavía en la Iglesia gentes que carezcan de lodo tra liberalidad, todavía se niega la limosna?
entre los cristianos persuadidos de este articulo, uno de Se cree empobrecerse aliviando á los pobres. ¡Ah! la l i -
los mas importantes y mejor fundados de nuestra creen- mosna únicamente es la que fija las fortunas, la que n u -
cia, á saber, que lodo el bien que se hace á los d e m á s , se tre la abundancia en las familias; ella es la que perpetúa
hace á la persona misma del Salvador? las prosperidades. Menester es tener muy poca religión,
¿Podia Jesucristo hacer un partido mas ventajoso á los preciso es que nuestro corazón sea muy malo, para ser p o -
pobres que ponerse en su lugar? ¿Podia la Providencia co caritativos.
"signarles un fondo mas abundante para su subsistencia; ¡Dios mío! cuánto sentimiento tengo por haber conocido
y si hübiese fé entro nosotros, habría gentes mas felices hasta aquí tan poco la virtud de un medio tan eficaz! Si yo

TOMO I V . G3
m DOMINGO NONO
• o e e t o y e n estado do dar n i M h o , «epero quo lendreis por olvido. En fin, tened s i e m p r e en Yueslra c a r a el teso-
consideración h los sentimientos de mi corazón, y al deseo ro de los pobres, esto es, u n a bolsa, en la c u a l d e p o s i t é i s
que tengo de serviros y de honraros en la persona de los alguna cosa s i e m p r e que c o b r á r e i s vuestras rentas, ó h i -
pobres. ¿Y q u é , Señor, puedo yo h a c i é n d o l e s bien h a c é - c i e r e i s alguna ganancia en el c o m e r c i o . Este fondo debe
roslo á vos, y d u d a r é aun si os lo he de hacer? ser independiente de vuestras limosnas o r d i n a r i a s , y lo
JiCDLATORus.—Dichoso aquel á quien lacompasion ha- llamareis el tesoro de los p o b r e s , porque de é l sacareis
ce atento á l a s necesidades del pobre. (Psalm. 4 0 . ) . con q u e asistirlos estraordinariamenle en sus necesidades.
N ó , n ú Dios, j a m á s nos empobrecerá el daros á vos.
(Proverb. 28.) " DOMINGO NONO DESPUES DE PENTECOSTES.
Parece que la Iglesia en este noveno domingo d e s p u é s
PROPÓSITOS.
de Pentecostés se propone persuadir á los fieles que todas
1 ¿Queréis dejar bienes á vuestros hijos, pasar vuestra las desgracias ruidosas que suceden en el mondo, las es-
vida con abundancia, trasmitir aun los frutos de vuestros trepitosas revoluciones que hacen á tantos llorar, los azo-
sudores y de vuestra industria, las p r o s p e r i d a d e s mismas, tes terribles de la cólera del Altísimo, las desolaciones ,
hasta una larga y dichosa posteridad? Haced limosna, las aflicciones públicas, son todas estas cosas castigos v i -
dad l i b c r a l m e n l e á los pobres, a b r i d vuestra bolsa á los sibles d é l a corrupción de las costumbres, del desprecio
infelices. Pocos preceptos hay m a s positivos, pocas r e - que se hace de la l e y , y de la irreligión de los pueblo».
compensas mas s e g u r a s . No solamente no empobreció j a - La Epístola nos trae á la memoria las rigorosas penas con
m á s á n a d i e la l i m o s n a , sino que puede decirse que hay que Dios ha castigado la insigne ingratitud y la porfiada
pocas fortunas bien cimentadas, pocas prosperidades l a r - indocilidad de un pueblo privilegiado, colmado de bienes,
gas, que no sean la recompensa de la caridad de los hijos, criado en medio de los mayores milagros; pero al que el
ó do la de sus padres. Tomemos hoy la resolución de no número de tantos beneficios habia hecho todavía mas i n -
dejar pasar dia alguno sin santificarle con alguna obra de grato y mas irreligioso, y que con sus crímenes enormes
caridad. Si t e n é i s bienes, pagad el d i e z m o á vuestro Dios, habia obligado á Dios á descargar sobre él todo el rigor
y mirad los pobres como los recaudadores de lo que á él de su indignación : y por este pormenor abreviado, pero
le pertenece. ¿Estáis imposibilitados de hacer limosna? vivo, nos advierte el santo Apóstol que esto no era mas
Honrad al menos á los pobres, y hacedles todo género do que una figura instructiva de lo que debe suceder á los
servicios; procuradles todos los socorros que pudiereis se- cristianos que imitaren los desórdenes de los judíos ; y
g ú n vuestro estado. Si t u v i é s e m o s una v e r d a d e r a f é , una que cuanto mas favorecidos han sido del S e ñ o r , tanto
fe viva y activa, pocas personas habria que nos pareciesen mas deben esperar el ser castigados con mayorseveridad,
mas respetables que los p o b r e s , porque v e r í a m o s s i e m p r e aun desde esta vida, si a b a n d o n á n d o s e á sus deseos de-
en su persona á Jesucristo. pravados abusan de las misericordias infinitas del S e ñ o r ,
2 Arreglad vuestras limosnas con proporción á vues- é irritan su justicia con su vida licenciosa. El Evangelio
tros bienes y á vuestras rentas. ¿ Q u é q u e d a r á las mas ve- de la misa tiende al mismo fin, y confirma la misma v e r -
ces para dar á los pobres, si las limosnas se arreglan con dad. Hácenos el Salvador en él un retrato vivo é intere-
relación á lo s u p c r í í u o ? Hay pocos que crean que tienen sante de las desgracias espantosas de Jcrusalen y de toda
nada superfluo. Los quo mas espenden en el juego, en la nación j u d í a , y esto en castigo de su impía tenacidad
m u e b l e s , en equipaje, en banquetes, son, por lo c o m ú n , en no querer reconocer al Mesías. Las l á g r i m a s del Sal-
los que ménos limosnas hacen; y d e s p u é s de esto ¿ s e vador á vista de aquella ciudad desventurada son una
pílraflan las revoluciones de forluna que sepultan en el prueba muy sensible de su ternura, y deben convencer-
polvo á los que rehusan á su Dios el írihuto de sus b i e - nos de que nuestros crímenes y nuestra infidelidad son los
nes? Esíableccd lo que debéis dar todos los años, lodos que nos atraen todas nuestras desgracias. El introito do
los meses, todos los dias, á aquél de quien lodo lo espe- la misa tiene mucha relación con la Epístola y el Evange-
ráis, y á quien debéis vuestros bienes y vuestra vida. No lio, y al mismo tiempo tiende á inspirarnos mucha con-
sirvan los revesos de los tiempos sino para haceros mas fianza en la misericordia de Dios, aun á vista (le nuestra
caritativos, este es el medio de que os sean poco sensi- ingratitud. Cuasi lodos los domingos del año se ve á la
bles sus efectos. El mimero de vuestros hijos, y otras cien Iglesia muy solícita de inspirarnos esta virtud.
razones doméstica?;, deben ciertamente hacer que refor- « H é aquí el Dios lleno de bondad que acude á mi so-
méis vuestros gastos en el lujo, en las diversiones, en el corro, y que loma visiblemente mi defensa contra mis
juego ; pero j a m á s en las limosnas. Tenéis orho hijos: enemigos. Apartad, Señor, y haced que recaiga sobre
en verdad que no abandonaríais el noveno k Dios os lo mis enemigos el mal que ellos me preparan ; haced que
hubiese dado; poned, pues, en lugar suyo á J e s u c r i s ^ perezcan, y que de este modo se convenzan de vuestra
y e) gasto que os haria el noveno dadlo h los pobreT fidelidad en proteger al inocente. Dios mió, por la gloria
No j u g u é i s , y lo que creyereis que hubu-rais perdido de vuestro nombre, salvadme del peligro en que me e n -
aquel dia en el juego, d i s í r i b u i d l o en obras de caridad. cuentro, y desplegando vuestro poder en favor mió, dad
Os viene gana de comprar un mueble sin el cual p o d é i s á conocer el juicio que hacéis de m i inocencia.» Vendido
pasaros; dar por gusto una comida ; h a c e r algún gasto David por los zifeos, y cercado por el ejército de Saúl que
do pura vanidad, 6 de capricho ; privaos de esla vana sa- habia resuello perderle, compuso este salmo, en el cual
tisfaccioo, y aquella suma ítadta cu los pobres á aquel implora el auxilio del cielo para librarse de un peligro tan
que quiere daros por ella el céntuplo. Pocas c o m u n i d a - inminente; y en efecto fué oido, y romo por milagro que-
des, y aun familias, hay que no puedan socorrer á a l g ú n dó libre de las mano» de Saúl. La cosa pasó del modo s i -
pobre con lo que en ellas se despordicin pW negligencia ó guiente.
DtSrüES DE PENTECOSTES. 499
Habiendo deshecho David el ejército do los filisteos que emponzoñada de nuestras miserias y nuestros pecados.
sitiaban la ciudad de Ceila, y quo arrasaban toda la cara- Ella hace al hombre desgraciado por sus propios dgaeosi,
pina, entró en la ciudad quo acababa de librar; pero ha- y mas desgraciado aun por el goce de los bienes que ella
biendo sabido que Saúl venia con todo su ejército para le estimula á procurar; pero ella no le hace culpable, sina
sorprenderle en la ciudad, se retiró al desierto de Zif con por su consentimiento en el m a l ; y si esto enemigo d o m é s -
los pocos que lo acompañaban. Mas habiendo advertido los tico es poderoso, la gracia de Jesucristo, que j a m á s nos
zifeos á Saúl (pie David se hallaba en sn pais, y que no te- falta, es todavía mas poderosa para hacernos alcanzar lu
nia mas quo i r allá con sus tropas, porque sin duda se victoria. «No os h a g á i s idólatras, como lo hicieron algunos
apoderaria de é l ; viéndose David vendido y perseguido de ellos, según lo que está escrito: Sentóse el pueblo para
por todas partes, se retiró al pió de la roca del desierto de comer y beber, y se levantó en seguida para j u g a r . » La
Maon. Entró Saúl en el desierto con todo su ejército; y ha- libertad que os conceded Evangelio para asistirá los Con-
biendo cogido todas las avenidas- cercó á David, ó iba ya vites de los paganos, lejos de haceros mas disolutos, debe
á cogerle, cuando llegó un espreso á decir á Sanl, quo poj' el contrario haceros mas reservados. Guardaos de que
aprovechándoselos filisteos de su ausencia, liabian hecho el comercio quo se os permite con gentes sujetas á m i l v i -
una irrupción en el pais, y causaban en él un destrozo cios no os sea ocasión de pecado. Sírvaos de instrucción el
horrible. Esta triste nueva le obligó á abandonar á David ejemplo de la disolución y do las impías cstravagancias
para ir á oponerse á los filisteos; y David reconociendo de los hijos de Israel: es muy raro que las comidas muy
una protección singular do la divina Providencia en eslo frecuentes con gentes corrompidas no degeneren en desór-
recurso tan inesperado, compuso esto salmo en acción do denes; j a m á s la glotonería mantuvo la inocencia y la
gracias por un beneficio lan grande. virtud.
¿ a Epístola d é l a misa de este dia refiere lo que san Pa- «Guardémonos también, contimia el Apóstol, de ser
blo dice á los corintios, esto es, que todo lo que sucedía h fornicadores, como lo fueron algunos de ios que en un so-
los judíos eran figuras de las verdades evangélicas quo lo dia perecieron en número de veinte y tres mil.u No hay
miran á nosotros. pasión mas tiránica que la de la impureza, no hay vicio
En este décimo capitulo hace san Pablo un compendio al que siga mas de cerca el castigo, no hay cosa que sea
de las maravillas que Dios habia obrado en favor de su castigada lan rigorosa ni tan prontamenlo como este pe-
pueblo, y al mismo i i e m p o refiere las terribles penas con cado infame. Habla aquí san Pablo de los crímenes quo
que ol Señor castigó tan rigorosamente el abuso impío cometieron los israelitas con las hijas de Moab. Viendo lía-
que los judíos habian hecho de lan señalados beneficios. lac, rey d é l o s moabitas, acampado el ejército de los israe-
El designio del Apóstol es advertir á los corintios para litas en una gran llanura cerca del J o r d á n , envió á buscar
que no abusasen de las gracias que Dios les habia hecho; á Balaam, famoso mago, para quo maldijese todo aquel
y para esto les propone el ejemplo do los israelitas, los 'ejército. Persuadido Balaam que los hebreos serian inven-
cuales no habiendo hecho el uso que debían do los favo- cibles mientras que guardasen la ley del Señor, aconsejó
res do que Dios les habia colmado en el desierto, perecie- á los moabitas que enviasen á sus hijas al campo para que
ron lodos en él, y no tuvieron Ja dicha de entrar en la indujesen al crimen á los soldados y oficiales, y las orde-
tierra prometida. Afín deque no presumáis de vosotros nasen que cuando viesen á los hebreos poseídos de tin
mismos, les dice el Apóstol, y contando demasiado con las amor impuro, les obligasen a ofrecer sacrificio á sus í d o -
ventajas que os da sobre aquellos la ley de gracia, no te- los. Este consejo, inspirado por el demonio, fué exacta-
máis como se debe el desagradar á Dios; no quiero que mente ejecutado. Los israelitas pasaron fácilmente de la
ignoréis que nuestros padres han pasado lodos el mar Rojo impureza á la idolatría ; dedicáronse, dice la Escritura, al
á pié enjuto; que han tenido una nube que durante el dia culto de Beelfegor. San Agustín cree que losgefes del pue-
los ponia á cubierto de los ardores del sol, y durante la blo y loe oficiales del ejército autorizaron non sus ejem-
noche los iluminaba y Ies servia de guia. Que queriendo plos lan infames desórdenes, y que por eslo mandó Dios á
Dios proveer á su subsistencia en aquel vasto desierto, ha- Moisés que les hiciese morir en los patíbulos. Veinte y tres
cia que les lloviese todos los dias un maná de un gugto mil hombres perecieron en aquel dia, y solo el zelo de
delicioso, que con razón debía hacerles olvidar los puer- Einees pudo impedir que Dios no esterminase enteraraenta
ros de Egipto. ¿ Y q u é fuente de agua viva no sacó de una todo aquel pueblo manchado> con la impureza y la idola-
roca para refrigerarles su sed? ¿ y qué otras maravillas no tría. La impureza, en efecto, cuasi estingue la fé y la r a -
obró el Señor en favor de este pueblo ? Todos estos asom- zón, y conduce á todos los vicios y á todos los cscesos.
brosos benefieios no eran mas que la figura de los que Dios «Guardémonos también de tentar á Jesucristo, como le
es ha hecho en la ley nueva. Era aquel el pueblo esco- tentaron algunos do aquellos á quienes hicieron perecer
gido, el pueblo privilegiado, el pueblo muy amado : voso- las serpientes.» El crimen de los judíos en esta ocasiónfuó
tros lo sois mucho mas que é l ; pero no contéis tanto so-
que habiéndose enojado el pueblo por lo dilatado y fati-
bre esta bondad de Dios para con vosotros, que descuidéis
goso del camino, habló contra Dios de an modo que daba
el agradarle; y guardaos bien de que así como los bene-
bien á entender quo dudaba de su poder y de su providen-
ficios de que Dios les habia colmado eran la. figura de Us
cia; y también contra Moisés, diciendo : « ¿ P o r q u é nos
que vosotros habéis recibido en la ley de gracia i su i n f i -
has sacado de Egipto para que murames en el desierto
delidad y sus crímenes sean también la figura de los vues-
por falla de pan y de agua, pues que no tenemos mas que
tros, y de que los males con que Dios en este caso os cas-
el m a n á , alimento insípido y lijero?» Según Moisés, los j u -
tigaría hubiesen estado figurados en los suyos. Para evitar
díos murmuraron conlra Dios.; según san Pablo, fué contra
esta desgracia no nos inclinemos como «filos al mal. Tene-
Jesucristo; prueba bien positiva de la divinidad de Jesu-
mos en nosotros mismos la concupiscencia funesta, fuente
cristo, puesto que eo el sentir del sanio apóstol, Jesucria,
500 DOMINGO NONO
lo es el Dios, contra el cna! hablaron lan indignamente los que al mismo tiempo Ies inclina á que tengan una confian-
hebreos, y al que tentaron con sus quejas. Tentar á Jesu- za en Dios todavía mas grande, asegurándoles que Dios no
cristo es quejarse y desconfiar de su providencia; es ha- permitirá quesean nunca tentados mas allá de sus fuer-
blar ahiertamenlo contra Dios, insultándole como si nada zas : Dios, lleno siempre de bondad, proporciona sos a u x i -
tuviésemos que temer; es provocarle á que nos castigue. lios en razón á los esfuerzos de nuestros enemigos. J a m á s
Asi es, que Dios justamcnlo irritado les convenció bien lo que nos hace caer es una fuerza superior; por flojedad,
pronto de su poder haciendo que en ol momento apareciese y nó por pura flaqueza, es por lo que siempre somos v e n -
un n ú m e r o prodigioso de serpientes que los hicieron pe- cidos. La gracia no falta j a m á s á nadie, siempre es propor-
recer; y no permitiendo que ninguno de ellos, á escepcion cionada á la fuerza del enemigo i ninguno es vencido sino
de dos, entrasen en la tierra p r o m e t i d a á sus padres. « E s - por su culpa, y el Dios siempre fiel á sus promesas, y que
tos hombrea ingratos que me han tentado ya diez veces,» j a m á s podria m a n d a r á nadie ninguna cosa imposible, os
dice Dios. Por aquí se ve que tentar á Dios, y murmurar proveerá también en la lenlacion de medios en abundan-
contra Dios, según el modo de hablar de la Escritura, es cia para poderla sostener; y con tal que vosotros mismos
una misma cosa. no os espongaís á ella, ni arrostréis el peligro por vuestro
« G u a r d a o s , en fin, de m u r m u r a r , como murmuraron gusto. Dios hará que saquéis provecho de vuestras tenta-
algunos de los que el ésterrainador hizo perecer,» continúa ciones, y llegareis á ser fuertes para resistir á ellas en lo
el apóstol. No m u r m u r é i s contra los que el Señor ha es- sucesivo; porque cuanto mas violentas son las tentaciones,
tablecido para gobernaros, y que para esto están en lugar son también mas poderosos las auxilios de la gracia.
suyo, porque esto es murmurar contra el mismo Dios. E¡ Evangelio de la misa de este dia nos demuestra t o -
Eran muy frecuentes estas murmuraciones entre los judíos, davía mejor que la Epístola, que todas las desgracias q u e
y por tanto Dios les castigó con.mucho rigor y do una ma- nos suceden debemos siempre atribuirlas á nuestros peca-
nera ruidosa, unas veces encendiendo milagrosamente dos, y que la mayor parle de ellasson penas con que Dios
fuego que les consumiese, como cuando se quejaron con- nos castiga.
tra el Sefíor por la fatiga del camino, en cuya ocasión un Dirigiéndose Jesucristo á Jerusalen para consumar allí
fuego enviado por Dios consumió cerca de quince mil hom- su gran sacrificio,y el gran misterio de noeslra redención,
bres (Núm. I I ) ; otras veces por medio de la peste, como no bien hubo apercibido la ciudad, cuando movido de un
cuando se rebelaron contra Moisés y Aaron; otras hacien- nuevo sentimiento de ternura por la triste suerte de sns
do que se abriese la tierra para tragarlos, como á Coré, habiíanles, y por el deicidio que iba á poner el colmo á
Dathan y Abiron, en castigo de su rebelión. San Pablo su reprobación, no podo detener sus l á g r i m a s . Estas l á -
asegura que estos castigos fueron ejecutados por el ángel grimas de Jesucristo en medio de su triunfo, y la predic-
eslerminador, del cual se ha hablado en el libro de Judilh. ción que hace de su muerte al tiempo que lodo el mundo
y on el do la Sabiduría. le colmaba de bendiciones, y le acompañaba con cánticos
«Todas estas cosas que les sucedían eran figuras,» de a l e g r í a , son una prueba incontestable de que conocia
continúa san Pablo; « p e r o se han escrito para instruirnos el porvenir, y quo debía morir por elección soya. Estas
á nosotros que hemos venido en estos últimos t i e m p o s : » lágrimas no indicaban en él ninguna flaqueza indigna de
como si dijera, que todas las cosas acaecidas á los judíos su majestad; eran del lodo voluntarias, y pruebas sensi-
son otras tantas lecciones para los cristianos', á fin de que bles de la ternura de su corazón, y do su compasión por
nos sirvamos de ellas para arreglar nuestra conducta. nuestras desgracias. En todo el curso de su pasión no v e r -
« G u á r d e s e , pues, de caer aquel que cree mantenerse tió Jesucristo ni una sola l á g r i m a . El Evangelio que no se
firme.» El temor y la desconfianza de sí mismo, junto con olvida de decirnos que sudo sangre y agua, al represen-
una gran confianza en Dios, son los dos guardianes de la társele todo lo que debía sufrir, no nos dicoquo baya Ho-
v i r t u d ; sírvenla de antemurales y de apoyo, en ve/ de que rado ; n ó , el Salvador no da sus lágrimas sino á nuestros
la presunción la socava por sus fundamentos y la arruina. males. La muerto de Lázaro, la ruina de Jerusalen, la
Creerse firme, es no pocas veces hallarse en vísperas de reprobación de los j u d í o s , h é aquí el motivo do sus l á -
alguna caída. Este aviso saludable lo dirigía san Pablo grimas.
principalmente á aquellos que pasaban por mas ilustrados «¡Oh sí en este día, que es para tí de bendición, cono-
entre los corintios, ó á lo menos que se creían tales. Si los cieses al menos las cosas que eran capaces de darte la
directores, los que sirven de guias á los otros, no son muy paz!» Como si dijera el Salvador: Ciudad desafortunada,
humildes, devotos y mortificados, están en mas peligro si después de tantas infidelidades pasadas, pudieses al
quo aquellos á quienes conducen por los caminos de Dios, ménos comprender que este día se cumple la profecía
«No se apodero de vosotros ninguna tentación que no que te se había anunciado por el profeta Malaquias: « De-
esí<i al alcance del hombre. «Queriendo siempre san Pablo cid á la hija de Sion: h é a q u í tu Rey que viene á tí en es-
confirmar mas á los corintios en los piadosos y necesarios píritu de m a n s e d u m b r e . » O según algunos intérpretes:
seniiouenlos de humildad y de desconlianza de sí mismos, Ciudad desventurada, ¿por qué tanto tiempo hace has
les dice que no debían contar demasiado sobre su virtud; cerrado los ojos á la luz? ¡Oh! si al ménos los abrieses hoy
que aun no habían pasado por pruebas muy crudas, que que es para tí un dia de gracia y de paz; en osle dia en
?on las que dan á conocer al hombre el fondo de su fla- que la voz del pueblo fe convida á reconocer y á recibir á
queza y lo ridiculo de su [(resunción. Jín muchos ejempla- tu Salvador; lú podrías por tu penitencia prevenir las des-
res d é l a Vulgata se lee «apprehendil,» en lugar de «appre- gracias que le amenazan, y que serán la consecuencia de
hendat. Desea también que Dios les libre de aquellas ten- tu endurecimiento. Pero eres ciega, y quieres serlo. Sabe,
taciones violentas y eslraoi dinarias, que esponen la v i r - pues, ciudad desgraciada, que puesto que recibes lan
tud á pruebas eslraaas y á lembles peligros: es verdad mal la visita del que únicamente puede hacer tu felicidad,
DESPUES DE PENTECOSTES. 501
í)íos le visilará biea pronto en lodo e furoi de su ira: el Salvador venia á visitarte como rey lleno de dulzufá, y
tiempo de tu ruina no está muy lejos. Tú verás dentro de como padre lleno de ternura, hubieses sabido conocer al
pocos años que te sitiarán los enemigos, circunvalarán que venia á traerte la paz; esto es, lodo género de f e l i -
tus murallas, te e n c e r r a r á n , te acosarán, te estrecharán cidad! tus enemigos no hubieran circulado lus murallas,
por todas partes, y habiéndote forzado á rendirte, pasa- no le hubiesen encerrado y eslrechado por todos lados, no
rán tus habitantes á cuchillo, arrasarán tus muros y ar- le hubiesen arruinado á ti y lus babilanles , hasta no dejar
r a n c a r á n por loscimientos tus soberbios ediücios: tu m a g - piedra sobre piedra en el recinto de lus murallas. «Todo
níüco templo s e r á deslruido, sin q u é dejen de él piedra esto sucederá porque no has sabido aprovcharle del t i e m -
sobre piedra; y todo esto por no haber querido conocer po en que has sido visitada.» Jesucristo predice aquí dos
el tiempo de la visita de tu Salvador; este tiempo de ben- cosas; la ruina absoluta de la ciudad y del pueblo judío,
diciones predicho por lodos Jos profetas, y tan ardienlc- y t i causa de esta ruina. Y puesto que el suceso ha v e -
mentc deseado por lodos los buenos. rificado la primera hasta en la menor de sus circunstan-
No se ha hecho predicción alguna mas precisa ni mas cias, ¿quién es capaz de dudar de la verdad de la segunda?
especificada, ni ha habido alguna que se haya cumplido tanta verdad es que todas las desgracias de los judíos
mas á la lelra en todas las circunstancias que el último s i - son el castigo de su obstinación en no haber querido r e -
tio de Jerusalén, cerca d e c u u r e n l a a ñ o s después , cuando conocer al Mesías, como era cierto que su ciudad seria
Tito, hijo del emperador Yespasiano, á la cabeza de mas eulcramenle destruida, según se lo predecía Jesucristo.
de cien mil hombres, impelidos mas bien por un poder Tal fué la suerte funesta de una ciudad, de una nación
por tanto tiempo tan amada de Dios y tan colmada de sus
superior, como él mismo lo dijo, que por un motivo de
favores, tan enriquecida con sus beneficios, tan distingui-
venganza ni otra cosa ninguna, vino á sitiar aquella ca-
da entre los demás pueblos, por no haber sabido conocer
pital en el tiempo de la solemnidad de la Pascua, que
ni aprovecharse del tiempo de la visita del Salvador.
había reunido en ella infinidad de pueblos-de todas par-
Símbolo espantoso, cuadro horrible, pero natural, de las
tes. Viendo aquel general la dificultad de envolver loda la
desgracias que amenazan á todos los pueblos que abando-
ciudad con su ejercito á causa d é l a desigualdad del ter-
nan ta fó; tristes presagios de los terribles castigos con que
reno y la vasta estension de su recinlo, y no pudiendo por
tarde ó temprano aflige Dios las almas infieles á la gracia,
otra parte levantar terraplenes contra los muros y los
que no quieren conocer la visita del Salvador, ó que abusan
fuertes á causa de la escasez de maderas, lomó la resolu-
de ella.
ción de cercar loda la ciudad de una gruesa muralla, de-
fendida de espacio en espacio con alias torres y reductos,
á fin de que viéndose los judíos sin medio ni de salvarse, La oración de la misa de este dia es como sigue:
ni de recibir socorros por fuera, se viesen obligados, ó á l'aleanlauresmiserim- Estén, S e ñ o r , abiertos los
rendirse voluntariamente, ó á perecer de hambre dentro dia; tum, Domine, preci- oidos de vuestra misericordia
la ciudad. Su ejército trabajó allí con tanto ardor que en Inis supplicantium, et MÍ á los ruegos de los que la i m -
pocos días quedó acabada una muralla tan vasta con todos petentibus desiderata con- ploran ; y á ün de que les con-
sus fuertes. Mientras que los sitiadores mataban á todo el cedas , fac eos, quee tibi cedáis lo que os piden, haced
que se presentaba de los sitiados, una hambre, la mas sunt p l a c i l a , postulare. que no os pidan sino lo que os
horrible que j a m á s se ha conocido, desolaba toda la c i u - Per Domimm... agrada. Por nuestro Señor Je-
dad. Viéronse madres alimentarse con la carne de sus sucristo , etc.
propios hijos, á quienes ellas mismas habian degollado,
y hombres que por espacio de algunos dias se alimenta- La Epístola e s l i lomada de la primera carta del apóstol
ron también de carne humana. En fin, después de cinco san Pablo á los Coiintios, cap. 40.
á seis meses de sitio, aquella soberbia ciudad, la maravi- Fratres : Non simus Hermanos mios : No nos de-
lla del universo, fué lomada por los romanos un sábado concupiscentes malorum, jemos arrastrar del mal como
ocho de setiembre; el templo tan famoso fué enteramente sicut et i l l i concupierunt, lo hicieron los israelitas. No os
destruido, y loda la ciudad robada, saqueada é incendia- ñeque idolalricB efficiami~ h a g á i s idólatras como algunos
da cuarenta años después de la predicción del Salvador. n i , sicut quídam ex ipsis: de ellos lo hicieron, según lo
Joscfo, que ha hecho la enumeración d é l o s que perecie- quemadmodum scriplum que está escrito: Sentóse el
ron durante el sitio de J e r u s a l é n , dice que fueron un m i - cst: Sedit populus mandu- pueblo para comer y beber, y
loo y cien mil personas, y nóvenla y siete m i l fueron h e - care, el bibere, et surrexe- después se levantó para diver-
chos prisioneros. Apenas quedaron l astros de aquella opu- rmtl ludere. Ñeque f o r n i - tirse. Guardémonos también
lenta ciudad qne babia sido la reina del Oriente y la silla cemur, sicut quidam ex de ser fornicarios, como lo fue-
de la religión de los judíos, por espacio de mas de mil y ipsis fornicati sunt, et ce~ ron algunos de ellos, délos que
cien afíos, desde que David la había hecho capital de la dderunt una die tñginti pcrecicroncn unsolo dia veinte
Judea. El mismo Tito confesó que una virtud superior, iría miília: Ñeque tente- y tres m i l . No tentemos tam-
una mano invisible le empujaba para que arruinase en- mus Chrishm, siml quí- poco á Jesucristo como lo l e n -
teramente aquella asesina de los profetas, cumpliéndose dam eorum lenlavermt, taron algunos de ellos, los
á la letra lo que habla sido predicho por el Hijo de Dios, et a serpenlibus p¿rie- cuales perecieron por las ser-
esto es: «Que no quedada en ella piedra sobre piedra.» r u n l . Ñeque mumurave- pientes. Cuidemos, en fin, de
no murmurar como lo hicieron
Tal ha sido la funesta suerte de aquella infeliz ciudad por r i l i s , sicut quidam eo -
rwtn murmuraverunt, et algunos de ellos, y á quienes
no haber querido reconocer al Salvador, y hace mas de
el esterminador hizo perecer.
raÜ y setecientos años que permanece sepultada entre sus periermt ab extermina-
tore. Ucee autem omnia ia Todas estas cosas que les s u -
ruinas, ¡oh si en este dia dichoso para t i , en el que el
502 DOMINGO NONO
figura coniingehant UUs : cedian eran solo figuras; pero rar en medi'o de los apóstoles en un infame apóstata, y en-
scripia sunt aulem ad ban sido escritas para instruir* trega á su buen Maestro. Orígenes, conocido en todo el
correplioncm noslram, i n DOS á nosotros los que hemos mundo cristiano por sus sabios escritos; Orígenes, abra-
quos fines seculorwn deve- venido en el fin de los siglos. sado en el deseo del martirio en sus primeros años, por su
ncrunt. Ilaque quise exis- Así que, el que so cree estar orgullo viene á dar en los errores mas groseros, y se le
limal síare, vidcat ne ca- firme, miro no caiga. No os mira hoy como uno de los her esiarcas mas odiosos. Tertu-
dat. Tentatio vos non ap- seduzca tentación alguna, que liano, en l i n , aquel grande hombre, oráculo do su siglo,
prehendat, nisi humana: no esté al alcance del hombre. tan célebre por su apología de los cristianos y por otros sa-
fidelis aulem Deus est, Dios que es fiel no permitirá bios escritos, muere montañista. Después de eslos ejemplos
qui non p a t i d u r ms ten- que seáis tentados mas de lo tan notables, ¿quién es el que puede vivir tranquilo y en
l a r i supra i d , quodpoles-qac alcanzan vuestras fuerzas, una l;irga segundad? ¿ q u é virtud hay á prueba de lodos
ííi, sed [adel eúam cum sino que en la tentación os los peligros? ¿ q u é inocencia, q u é retiro, q u é soledad hay
lentalione provenlum, ut proveerá de medios en abun- que esté al abrigo de la tentación? ¿ Q u é devoción exenta
possilis sustinere. dancia para poderla sobrepu- de riesgo? ¿Y q u é fervor, q u é zelo, q u é edad tampoco
jar. puede contarse segura contra todo género de c a í d a s ? Po-
Como la libertad que la nueva ley daba á los cristianos cos hay que no hayan sido testigos de la caducidad do
de conversar y aun de comer con los paganos podia po- nuestra virtud, y que no hayan visto ejemplos de nuesira
nerlos en peligro de seguir sus malos ejemplos y aun de flaqueza. Tiene pues mucha razón el santo Apóstol para
caer en la idolatría, les advierto san Pablo que estén muy decir: Guárdese no caiga, aquel que cree mantenerse
sobre sí, y no cuenten tanto sobre su conversión á la fó firmo.
que no teman de continuo el pervertirse, y por estoles cita
el ejemplo de los israelitas, y los castigos terribles con quo E l Evangelio de la misa de este dia está tomado del de
Dios les aüigíó por sus pecados. san.Lucas, cap. i d .
I n illo tempore : Cum En aquel tiempo: Como Je-
REFLEXIONES. appropinquarel Jesús Je- sús se acercase á la ciudad de
«El quo so cree estar firme, mire no c a i g a . » La pre- rusakm, viiens civitatem, Jerusalen, fijando en ella la
sunción inseparable del orgullo y de una devoción apa- jleml super illam, dicens: vista, lloró fobre ella, y escla-
rente es el origen ó al menos la ocasión de muchas caídas. Quia si cognovisses et t u , m ó : ¡ O si al menos en este
En materia de moral, nunca está uno mas próximo á caer et quidem in hac die lúa, día que te se ha concedido co-
que cuando no se teme la caida. Una alma santa os siem- quee ad paccm tibi : nunc nocieses las cosas que podían
pre timorata. Cuando uno es verdaderamente devoto es auíem abscondita sunl- ah traerle la pazl Pero por aho-
humilde, y cuando es humilde siempre desconfía de su ocidis luis. Quia venienl ra están escondidas á tus ojos.
propia virtud. Solo las almas llenas de la ¡dea de sí m i s - dies i n l e : el c i m m d a - Porque vendrá un tiempo dos-
mas, y de su pretendido mérito, son presuntuosas, y las hmt te, et coanguslahunt graciado para tí, y tus ene-
caídas mas funestas son el efecto ordinario de la presun- le undique : el ad lervam migos circunvalarán tus m u -
ción. Pocos siglos hay que no hayan ofrecido tristes ejem- proslerncnt te, el (H'm rallas : le e n c e r r a r á n , y te es-
plos de nuestra ílaqueza. Ilanse visto columnas de la Igle- («os, qui in. te sunl, et non trecharán por todas partes.
sia bambolear en medio, de la calma; navios ricamente relinquent in te l a p i d m Te arruinarán á t i y á tus ha-
cargados, que después de una larga y feliz navegación, super lapidern : eo quod bilanlos, y no dejarán piedra
después de haber resistido á las tempestades mas furiosas, non cognoveris lempus v i - sohre piedra en el recinto de
y á las olas embraveerdas que parecían deberlos absorver, sitalionis lum. Et inqrcs- tus muros, porque no has sa-
después de haber salvado los bancos de arena, y los s i - sus i n templum, cwpiteji- bido aprovecharte del tiempo
tios mas peligrosos del mar, naufragaron tristemente en ccre véndenles i n i l l o , et en que has sido visitada. Y ha-
medio del puerto, ó en alta mar hallándose en la mayor ementes, dicensillis: Scrip- biendo entrado inmediatamen-
te en el templo, comenzó á
bonanza. David mismo, aquel hombre según el corazón de lum e s l : Quia dormís mea
echar á los quo vendían y
Dio?, que había escapado de tantos peligros, tan fiel en las domus oralionis cst. Vos
compraban en 61, diciéndoles:
mas grandes pruebas, da una caída funesta en medio de aulem fecislis illam spe-
Está escrito: mi casa es casa
la abundancia y de la paz. Salomón, aquel rey tan sabio, luncam l a l r o m m . E l eral
de oración, y vosotros habéis
lar» ¡lustrado, tan religioso, cuya sabiduría y piedad le ha- docens quotidie in templo.
hecho do ella una cueva de
cían la admiración de su siglo; Salomón, el oráculo de sil
ladrones. Y todos los días en-
tiempo, cuyos escritos son la obra del Espíritu Santo, y á señuba en el templo.
quien Dios había dado la sabiduría como patrimonio; Sa-
lomón, en fin, de quien Dios, por decirlo así, había hecho
el elogio; Salomón, después de haber como envejecido en MEDITACION.
la práctica de la virtud, cae en los escesos mas vergonzo-
Qué desdicha es el no corresponder á la gracia.
sos, y después de haber edificado un templo tan magníllco
al verdadero Dios, consiente que á sus propias espensasse PUNTO PRIMERO.—Considera que hay tiempos y circuns-
levanten templos á los falsos dioses, y él mismo se hace lancías críticas y delicadas, de las que importa muchísimo
idólatra. Judas, llamado por el mismo Jesucristo al apos- aprovecharse para la salvación. Aunque todos los dias y
tolado, criado en la escuela del divino Salvador, colmado todas las edades sean propias para trabajar en el grande é
de sus favores y de sus beneficios, educado á su vista, y importante negocio do nuestra salvación, es cierto sin e m -
hasta dotado con el don de los milagros; Judas viene á pa- bargo que la divina Providencia nos proporciona ciertas
DI SPUES DE PENTECOSTES, 503
gracias on ciertas circunslancias, de las que depende loda compendio á cada particular. Uay tiempos, y circunstan-
nuestra felicidad, ó loda nuestra desventura eterna. ¡ D i - cias de tiempo, de las cuales puede depender loda la eco-
choso el que sabe aprovecharse de estos auxilios particula- nomía d é l a salvación de cada uno de nosotros en p a r t i -
res; desgraciado el que abusa de ellos! Toda la economía cular. El no saber conocer estas visitas de benevolencia, de
de la salvación depende de nuestra correspondencia acier- misericordia y de favor, es arriesgarlo todo, es esponerse
tas gracias que en ocasiones son mas importantes. Resis- á la última desgracia, es perderlo todo. Penetrémonos de
tir en ciertos tiempos á ciertas gracias es arriesgarlo lodo, cuánta consecuencia es el aprovechar estas ocasiones favo-
y aun muchas veces es perderlo todo' Si la Samaritana no rables, estas circunstancias del tiempo, estas iluslracione»,
se hubiera aprovechado del encuentro del Salvador; si se estas piadosas emociones do la gracia. El sermón que se
hubiese contentado con verle, con oirle, y haciendo poco acaba de oir, la lectura de un libro de piedad, aquel ac-
caso de los avisos saludables que la daba, hubiese sofoca- cidente funesto que ha sucedido, aquella inspiración que se
do los Jlamamientos interiores de aquella gracia preve- ha tenido, son muchas veces circunstancias muy críticas
niente, solicitante, convincente; aquella pecadora endu- para la salvación, son medios saludables de predeslinacion,
recida hubiera muerto en su pecado, y hubiera sido r e - vienen á ser como la visita del Salvador que tanlo i m p o r -
probada eternamente. Si Zaqueo se hubiese dado por sa- ta conocer. ¡A cuántos se les presentaba en ella abierto el
tisfecho con ver pasar al Salvador, ó habiendo tenido la camino que les debia conducir á la salud I ¡Cuántos t a m -
fortuna de recibir á Jesucristo en su casa, no se hubiese bién se han estraviado por haber cerrado los oj os á esta
aprovechado de tan ventajosa circunstancia para conver- divina luz! ¡ Cuántos se han perdido desgraciadamente por
no haber querido aprovecharse de esta desgracia! P o d r á -
tirse y para volver sin detenerse la hacienda mal adquiri-
seles decir á la mayor parte de los que habiéndose con-
da, ¿ d e q u é le hubiera servido la visita del Salvador? Y
denado serán por toda la eternidad victimas desdichada»
¿ c u á l hubiera sido su suerte? En Gn, si los apóstoles, aque-
d é l a indignación divina: ¡ O h si hubieseis sabido conocer
llos pobres pescadores, hubiesen sido sordos á la voz del
las cosas que eran capaces de daros la paz, de colmaros de
Hijo de Dios cuando los llamó ; si no hubiesen dejado en el
l o d o g é n e r o d e b i e n e s , d e p r o c u r a r o s u n a f e l i c i d a d e t e r n a ! ¡Si
momento lo poco que poseian; si hubieran permanecido
hubicseissabidoaprovecliaros de aquellafuerte inspiración,
en su barca con sus redes, ¿ q u é serian hoy los apóstoles?
de aquella luz interior lan viva, de aquellas advertencias
En fin, sin salir de nuestro Evangelio, ¿ q u e terribles des-
que Dios os daba en tantos lances 1 ¡ Si hubieseis sabido
gracias no vinieron sobro el pueblo judío por no haber
aprovecharos de aquella enfermedad , de aquella desgra-
querido reconocer el tiempo de la visita del Salvador, el
cia, de aquella ocasión favorable lan á propósito para con-
tiempo de la venida del Mesías? ¿ á q u é escesos no les ha
vertiros, y por tanlo tan eficaz para daros la paz 1 Vosotros
conducido aquella ceguera voluntaria, aquel obstinado en-
estaríais ahora en la mansión de los bienaventurados,
durecimiento? El pueblo tan amado de Dios, la nación pri-
colmados de alegría, y á cubierto de todos los temores: al
vilegiada, única que conocía y adoraba al verdadero Dios,
paso que después de haber llevado una vida lan criminal,
á la que lodos los profetas habian predicho que este Dios
y por lo mismo una vida triste, (innulluosa, amarga, ge-
vendría y aparecería visiblemente entre ellos para hacerlos
mís entre los fuegos inestinguibles del infierno, presa de
dichosos y sacarlos de la servidumbre, este pueblo, r e p i -
lodos los suplicios mas rigorosos , victimas eternas de la
to, ha sido reprobado; Dios se ha hecho efectivamente
cólera lerrible de un Dios irritado, y estoporque no habéis
hombre, ha nacido y ha vivido entre ellos; los milagros sabido conocer el tiempo en que fuisteis visitado amoro-
que ha hecho han sido demasiado ruidosos para no con- samente por el Señor, y en que os ofrecía su gracia.
vencerles de que él era el Mesías prometido y esperado.
Ellos no han querido aprovecharse de un tiempo tan pre- i Ah, S e ñ o r ! ¿ n o es este el tiempo precioso de vuestra
cioso, han resistido á sus solicitaciones, á sus instruccio- visita, el momento feliz en que me convidáis para que me
nes y á sus milagros. ¿Pero hasta q u é punto ha llegado su convierta? La meditación que acabo yo de hacer, ¿ n o es
impieJad? Han hecho morir en una cruza este Dios Salva- uno de aquellos puntos críticos , uno de aquellos medios
dor ; y ¿qué desolación lan lerrible no se ha seguido á este importantes de donde pende tal vez mi salvación? Haced,
(leiciclio? La ciudad de Jerusalen destruida hasta sus f u n - S e ñ o r , por vuestra gracia que por lo menos no sea inútil
damentos; e! templo abrasado, demolido, sepultado para para m í , y que todas estas roíloxiones no me ofrezcan j a -
siempre entre sus propias ruinas; los pueblos degollados; más un motivo de sentimiento.
la nación dispersa por lodo el universo, y por todas partes J.u;m.AToniAs.—No quiero y a . S e ñ o r , diferir el conver-
hecha el horror y la execración do todos los hombres: hé tirme; yo conozco que la volunladque tengo de sor v i de
aquí lo que ha producido el desprecio impío de las bonda- hoy en adelante todo vuestro, es un efecto de la gracia.
des del S e ñ o r ; hé aquí el triste efecto de una obstinada (Psaim. 1 6 . )
resistencia á la gracia. Comprendamos bien cuál es la dos- Si oyereis hoy la voz del S e ñ o r , obodecedle fielmente,
dicha á que conduce el abusar de la misericordia del Sal- y no endurezcáis vuestro corazón, resistiendo á la gracia.
vador. (Psalm. ti4.)
PUNTO siuiONDO. — Considera que lo que ha sucedido á
PROPÓSITOS.
aquellos grandes hombres que deben servir de ejemplo de
la justa cólera de Dios contra los que abusan de su bondad, 1 Puesto que todos los acontecimientos de la vida pue-
las tragedias y los horrores quehan afligido á la nación j u - den ser medios de salvación, cuidemos de no inutilizar
día, como consecuencias de su desgracia porno haber sabido ninguno. Sobretodo, atendamos á la voz del Señor; Dios
reconocer la visita que el Salvador la hacia para colmarla habla de muchas maneras. Habla por medio de sentimien-
dtí bienes, y haber despreciadotan.tercamentcla graciado tos vivos é interesantes ¡.habla por la boca de los supe-
^sta visita; todo esto, repito, sucede todos los dias en riores y de los directores; habla por los predicadores y los
50 i DOMINGO DECIMO
libros de piedad; por aconlecimicntos aun imprevislcs, y hombres que oran de un modo diferente en el templo, la
también por los movimienlos ¡oleriorcs de la gracia. No se Iglesia en el introito de la misa nos representa un modelo
líala aquí sino de la conversión y de la peí feccion en ma- de oración muy conforme al que nos ofrece el humilde
leria de moral; por lo que mira al dogma y á la f é , Dios publicano.
no habla sino por la Iglesia, y de ninguna manera por el «Cuando he clamado al Señor ha oido mi voz,» esto
espíritu p;irlicular. Rindámonos á sus amorosas solicita- es, mi oración, « y me ha librado de los que no se acer-
ciones, tengamos cuidado de conocer siempre sus visitas, can á mí sino para d a ñ a r m e ; él que es antes de todos IQS
de sacar provecho de todo lo que él nos enseña. siglos, y será por toda la eternidad, les ha humillado.
2 No nos contentemos con conocer su voz y su visita, Poneos enteramente en las manos de Diqg, y él os a l i -
es menester poner en práctica sus lecciones. La humildad, m e n t a r á . Oid, Dios m í o , mi oración, y no desechéis mis
la caridad cristiana, la mortificación, la puntualidad exac- ruegos; dignaos considerar el estado en que estoy, y no
ta en cumplir todas las obligaciones de nuestro estado, me neguéis la asistencia que imploro.» Estas palabras es-
la piedad, elzelo por la salvación de nuestros hermanos, tán tomadas del salmo S í . David, obligado por la rebelión
en una palabra, la victoria sobre nuestras pasiones y so- de su hijo Absalon á salir de Jerusalen, representa á Dios
bre nuestro espíritu, y las máximas del mundo, son el el triste é infeliz estado en qüo se halla, y en este estado
asunto ordinario de todas las que nos hace. Veamos cuál humilde le pide su socorro. Este salmo en el sentido f i g u -
es el punto de moral que mas nos toca, y de que mas ne- rado conviene perfectamente á Jesucristo. David destro-
cesidad tenemos, y apliquémonos la instrucción que nos nado y arrojado de Jerusalen representa al Salvador r e -
corresponde. Tenemos á Jesucristo en la adorable Euca- chazado y condonado á muerte por los judíos. Absalon, á
ristía, en donde son muchos los que le desconocen: haga- la cabeza de los revoltosos, representa á los sacerdotes
mos ver por nuestro deseo de comulgar, por nuestras fre- sublevando al pueblo contra el Salvador; en fin, la t r a i -
cuentes visitas, cada vez mas devotas y mas respetuosas, ción de Aquilofel, según los i n t é r p r e t e s , representa la de
que le reconocemos allí realmente presente. Judas. Nótase que David en una y otra fortuna no ha es-
tado nunca sin cruz y sin tribulación, no obstante que en
DOMINGO DÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES. lodo tiempo haya sido un hombre según el corazón de
Dios, y siempre fiel en el cumplimiento de sus deberes.
ADVERTENCIA. En la Dominica después de la ^ m n e í o n ¿ Q u é no ha tenido que sufrir contra toda justicia de parte
de nmslra Señora celebra la Iglesia la fiesta del glorioso SAN de S a ú l ? Elevado sobre el trono, victorioso de todos sus
JOAQUÍN, ^adre demeslra Señora, que comunmente suele enemigos, ¿ q u é no ha tenido que tolerar hasta de su pro-
concurrir en la Dominica d é á m a después de Pentecostés. pio hijo? Allá desterrado de la córte , perseguido, erranlo
por los desiertos ; aquí obligado á salir de su capital, y
Llámase el domingo décimo después de Pentecostés el huir á pié para no verse entregado á los insultos y á la
domingo de la humildad, ó sea el domingo del fariseo y inhumanidad de un hijo rebelde. De este modo templa
del publicano, á causa del Evangelio que se lee en la misa, Dios las dulzuras de esta vida en sus elegidos. Los m a n -
en el cual hace Jesucristo el paralelo entre el orgulloso tiene en las humillaciones, á fin de que una sucesión no
fariseo y el humilde publicano, por medio de una p a r á - interrumpida de prosperidades no corrompa su corazón, y
bola que propuso á los que erigiéndose en jueces ponían el orgullo no Ies haga indignos de sus gracias. Las adver-
suconGanza en sí mismos, despreciando á los demás como sidades en esta vida son necesarias para purificar el alma
imperfectos y pecadores en comparación de ellos. Déjase en el fuego de las tribulaciones, y para preservarla del
conocer bastante que el designio del Salvador es el ense- contagio por medio de una humildad perseverante.
ñarnos por medio de esta parábola, que sin la humildad La Epístola de la misa de este dia está tomada de la p r i -
no hay justicia ni virtud erisliana; y que la inocencia debe mera de san Pablo á los corintios, en la que el santo a p ó s -
tener por base la humildad, la cual la sirve también de tol declara quiénes son los que tienen el espíritu de Dios,
apoyo y de defensa. La Epístola es como el preludio r a - y quiénes los que no le tienen. Hé aqui lo que dió ocasión
zonado de esta parábola, y confirma la necesidad que te- á san Pablo para escribirles lo que les dice en esta E p í s -
nemos de esta importante virtud, sin la cual todas las de- tola, En los primeros días de la Iglesia, el Espíritu Santo
m á s son defectuosas. San Pablo en esta Epístola trae á la derramaba sus dones libcralraente y de un modo sensible
memoria á los fieles de Corinloel lastimoso estado en que sobre la mayor parle de los que eran bautizados: el don
.estaban antes de su conversión á la fé. Ninguna cosa h u - de lenguas era muy común en los nuevos convertidos; el
milla tanto al hombre como la vista de su propia miseria; de los milagros no era ménos conocido entre ellos. Veían-
nuestro amor propio que produce nuestro orgullo, lleva se un gran número de fieles que hablaban todo género do
también en sí el contraveneno, náceles notar el apóstol, lenguas, y otros á quienes el Espíritu Santo daba una
que lodos los dones espirituales, todas las diferentes ope- ciencia infusa y la gracia de las curaciones. Pero como el
raciones del Espíritu Santo son puros dones, y por consi- hombre abusa frecuentemente de los mayores dones de
guiente que seríamos muy injustos en enorgullecemos. Dios, muchos no siempre hacian el buen uso que debían
Cuanto mas nos enriquece el Salvador con sus favores, de eslos dones espirituales, y abusaban de sus ministerios.
tanto mas humildes debemos ser; los tesoros de la gracia La mayor parle, en verdad, hacian do ellos un cscelenlo
no se conservan mas que por la humildad. No tiene ménos uso para la conversión de los gentiles, y para la edifica-
relación con esta virtud el introito de la misa, i n s p i r á n - ción é instrucción d é l o s fieles; mas otros abusaban de
donos siempre una humilde confianza en la bondad de ellos para alimentar su vanidad : hacian alarde y no se
Dios, que es á un tiempo nuestro Criador, nuestro Salvador servían de ellos sino para lomar de aquí motivo para su
y nuestro Padre, Como el Evangelio nos representa dos ostentación. Los que hablaban diversas lenguas, se í n t e r -
DESPUES D E PENTECOSTÉS. 50;
nimpian á cada paso unos á otros en las reuniones, y h a - calo al ministro corresponder á la santidad de su minLste-
blaban a l g u n a s v e c e s l r e s ó c u a t r o á u n tiempo; otras veces rio y á ia dignidad de su empleo, por la dignidad, por la
hablaban todos diferentes lenguas, sin que nadie interpre- regularidad, por la santidad de sus costumbres y de su
tase lo que d e c í a n , y esta confusión era siempre un m o - vida.
tivo de murmuración y de escándalo : los que habian r e - «Las operaciones son diferentes, pero es el mismo Dios»
cibido dones mas escelentes , llevaban su presunción a l - el que obra todas estas cosas en todos. Aquí parece que
gunas veces al mas alto grado, y parecía que despreciaban distingue el Apóstol los dones espirituales en gracias, en
á los d e m á s ; aquellos, por el contrario, que los babiau ministerios y en operaciones. Las gracias se atribuyen á
recibido menores, se encelaban muchas veces de los que la bondad del Espíritu Santo, dice un sabio i n t é r p r e t e ; los
los habian recibido mas brillantes. Es muy natural al hom- diferentes ministerios para el gobierno de la Iglesia, á la
bre el abusar de los mas preciosos dones de la gracia, sabiduría del Hijo; los milagros y las operaciones natura-
luego que deja de eslar alerta sobre su propio corazón. les, al poder del Padre. Mas en estas tres adorables per-
Los corintios mas sabios y mejor intencionados escribieron sonas, así como es la misma la divinidad, es la misma
cu osla ocasión á san Pablo, para preguntarle el uso que bondad, la misma s a b i d u r í a , el mismo poder. Como los
debía hacerse de los dones espirituales; por q u é señales ministerios son diversos, las gracias para cumplirlos son
podía conocerse el espíritu de Dios, y de qué medio podían diferentes; pero Dios exige de todos los que las reciben el
valerse para corregir estos abusos tan contrarios al verda- mismo reconocimiento y la misma fidelidad. «El don v i s i -
dero espíritu del Evangelio.. ble del Espíritu Santo se concede á cada uno de por sí pa-
((Vosotros sabéis,» les responde e! santo Apóstol, «que ra bien.» Es un talento que es menester no enterrarlo; es
mientras estuvisteis envueltos en las tinieblas del paga- un don espirilual para utilidad pública; i q u é abuso tan
nismo, os dejasteis conducir» como ciegos «por los que os criminal sería el apropiársela y no hacerlo servir mas que
llevaban á adorar los ídolos,» á estas estatuas mudas é para la ostentación y la codicia 1 .
incapaces de haceros ningún bien. Yo os aseguro, pues, Desciende san Pablo en seguida á la relación individual
que entonces no teníais el espíritu de Dios, ni estabais ani- de las gracias particulares. El Espíritu Santo, dice, con-
mados sino del espíritu del demonio que se gozaba de cede al uno el hablar el lenguaje de la sabiduría, este es
vuestra imbecilidad y de vuestra tontería. Los que dicen propiamente el don de consejo ; á otro el lenguaje de la
anatema á Jesucristo, esto es, niegan su divinidad, rehu- ciencia, este es el don de inteligencia; á otro este mismo
san reconocerle por el duefio del universo, único Diosver- Espíritu Santo da la fé, esto es, aquella v i v a , aquella fir-
dadero, Salvador y Redentor del genero humano, y ver- me confianza en Dios, que nos asegura que no nos negará
dadero Mesías, como hacen los idolatras y los judíos, y en la necesidad su asistencia para obrar las cosas mas ma-
como lo hicisteis vosotros mismos en otro tiempo, no tie- ravillosas, y este es propiamente el don de los milagros;
nen este divino espíritu. Aquellos por el contrario, que á otro la gracia de las curaciones, y aun el don de resu-
reconocen al Señor Jesús, que confiesan su nombre, que citar los muertos; á este el don de profecía, de pronosti-
le adoran como su Dios, que le aman como su Redentor y car lo venidero, y de interpretar las divinas Escrituras; á
su Salvador, que le sirven como su soberano Señor, co- algunos el discernimiento de los espíritus, tan necesario
mo no pueden hacer todo esto sin ser inspirados de Dios, en el gobierno y en la dirección de las almas; á otros el
todos estos tienen el espíritu de Dios; porque nadie puede don de las lenguas, y el de entenderlas aunque no se s u -
reconocer á Jesucristo por el Mesías, por el Señor del uní- piesen hablar. «Todas estas cosas las obra el mismo Es-
verso, por el verdadero Hijo de Dios y Salvador de los píritu Santo, dividiéndolas á cada unosegun le agrada.»
hombres, adorarle y servirle en esta cualidad sin que sea El Espíritu Santo reparte sus dones, dice el mismo i n t é r -
inspirado por el Espíritu Santo. La fe es un don de Dios, prete, á fin de que la necesidad mutua una mas cslrecha-
y solo el Espíritu Santo es el fjue nos hace creer las verda- - m e n t e á los fieles, y los haga mas humildes. Sí h u b i é r e -
des cristianas, así como el espíi itu de tinieblas ú n i c a m e n - mos recibido unos dones tan brillantes, temamos el abuso
le es el que nos hace dudar de las verdades de la religión que pudiéramos hacer, y la cuenta que tendríamos qno
y nos induce al error. dar de ellos. Si no los hemos recibido, pensemos que h u -
«Pordiferentes quesean los dones espirituales, todos bieran podido habernos hinchado de orgullo, y que la h u -
se derivan del mismo principio. El Espíritu Santo es el mildad es mas preciosa que lodos estos talentos, los cua-
que. los comunica como quiere y á quien quiere.» Todos les son en provecho de los d e m á s . Estos dones son g r a -
estos dones son igualmente preciosos, aunque los ministe- cias puramente graluilas, diferentes de la gracia justifi-
rios son diferentes; no hay empleo en la Iglesia que no cante que nos hace santos y justos delante de Dios. Llá-
sea honorítico, y que no deba referirse á la utilidad co- mase gracia puramente gratuita, la que no santifica al que
mún de los fieles y á la gloria del Señor. Da san Pablo la recibe, aunque se le confiera como remuneración por
aquí esta lección á los corintios, porque los que tenían em- Dios. Puede sin embargo serle útil al que se le confiere
pleos superiores despreciaban algunas veces á los que es- para su salud, pero principalmente mira á la santificación
taban en un rango subalterno. Los ministerios son diferen- del prójimo; tales son la gracia de ios milagros, el don
tes; los unos son elevados al obispado, los otros al sacer- de la sabiduría , el del discernimiento de espíritus, el de
docio: estos sirven en un grado inferior, aquellos e n f i m - ciencia, el don de lenguas; pueden poseer estos dones, y
ciones menos brillantes aun: sin embargo lodos son m i - no ser santos por el mal uso que se hace de ellos. Con l o -
nistros de un mismo Señor, todos concurren al mismo fin, do es raro que el don de lenguas, el de profecía, el de los
todos pertenecen ai mismo Señor, y aunque los empleos milagros, no estén acompañados de una santidad eminen-
sean diferentes, y los talentos desiguales, las funciones te. La Iglesia las mira como pruebas de santidad en la
son igualmente santas por la santidad del ministerio. T ó - canonización de los santos, mas esto es después de haber

TOMO iv. 64
506 DOMINGO DECIMO
icnido pruebas ciertas do la heroicidad d e s ú s virtudes. se conformaban con este uso délos fariseos, los antiguos
Estos dones visibles del Espíritu Santo eran muy ordina- cristianos ayunaban el miércoles y el viernes, lo que prac-
rios en los primeros siglos de la Iglesia, eran entonces ne- tican aun boy muchas comunidades religiosas, y muchas
cesarios milagros brillantes para convertir á los judíos y personas piadosas en el mundo, añadiendo á la absti-
á los paganos. No es esto decir, dice el venerable líeda, nencia de carne del viernes y del sábado, la del miérco-
que estos dones hayan cesado enteramente en lo sucesivo. les. Yo pago el diezmo de todos mis bienes, continuaba,
No hay siglo alguno do la Iglesia en que no haya habido no solo de los frutos mayores de la tierra, como está o r -
taumaturgos, sobre todo cuando á Dios le ha agradado denado por la ley, sino que también pago por superero-
enviar hombres apostólicos para convertir á los gentiles. gación el diezmo de la yerbaluiena, del hinojo, del co-
San Francisco Javier, d é l a Compañía de Jesús, es en los mino y de las legumbres menores; en fin, yo me distingo
últimos tiempos una prueba muy solemne de esta verdad, del resto do los hombres por mi exacta probidad. ¿ Q u é
y la Francia ha visteen el siglo pasado, y ve todavía en el es lo que encontramos en esta odiosa ostentación, dice san
presente (téngase presente que esto se escribía en el si- Agustín, que tenga ni aun una sombra de oración? Viene
glo xvm) un beato Juan Francisco Regis, de la misma para rogar y so alaba; y esto mismo es lo que hacen to-
Compañía de Jesús, célebre por un número prodigioso de dos los herejes : vanas ostentaciones de regularidad y
milagros que Dios obra aun todos los días por su interce- de pretendida reforma; orgullosas declamaciones contra
sión. los abusos; eternas lamentaciones por la relajación; cen-
El Evangelio de la misa de esto dia es del capítulo 18 sores implacables del género humano; proclamadoresdes-
de san Lucas, en el que refiere el Salvador una parábola Vergonzados de su pretendida justicia y de su secta. No
de las mas instructivas, !a cual en el contraste del fariseo hay cosa que mas se parezca á un fariseo que un hereje;
orgulloso y del humilde publicano nos presenta un ver- el mismo orgullo, el mismo odio contra Jesucristo y sus
dadero retrato de la humildad cristiana y del vicio con- verdaderos discípulos, el mismo espíritu de error, la mis-
trario, y nos demuestra cuáles son los efectos respectivos. ma impudencia, la misma inhumanidad.
Instruyendo el Hijo de Dios al pueblo, que se habia r e u - El publicano del Evangelio es de un carácter muy dis-
nido alrededor de 61, vió algunos de los mas principales, tinto. Manteníase á la entrada del atrio de los judíos, sin
que so lisonjeaban de llevar una vida mas regular, y que atreverse ni aun á levantar los ojos al cielo, dándose g o l -
le escuchaban con bastante atención; á estos principal- pes de pecho; su corazón contrito y humillado no cesaba
mente les dirigió esla parábola, en donde se ve el precio de repetir estas palabras: Señor, sed propicio para con un
y la eficacia de la humildad. «Cierto día,» Ies dijo, osu- pecador como yo. Este signo del dolor de los pecados, y
bieron al templo juntamente dos hombres para orar, el esla indicación de la penitencia golpeándose el pecho, no
uno era fariseo, y el otro era publicano.» Hase dicho ya solo es común y ordinario en la Iglesia, f ino que se usaba
en otra parle que los fariseos era una secta célebre que se ya en la misma sinagoga. Él es un signo esterior de una
levantó en Judea hacia el tiempo de los Macaboos, y á c u - contrición interior y do un vivo arrepentimiento. Hé aquí
yos individuos se les dió el nombre da fariseos, que sig- dos oraciones bien diferentes; así lo fueron' también en
nifica gentes separadas de todos los d e m á s por un género su efecto. El publicano, dice el Salvador, se fué jnslificado
de vida que engafiaba al pueblo, y de la que bacian alar- á su casa : Dios, que oye la súplica de los humildes con
de sus vanos y orgullosos sectarios: afectaban delante de tanto mas placer, cnanlo es mayor el horror que tiene á
las gentes una modestia estudiada, una regularidad este- los soberbios, tuvo misericordia del humilde publicano;
ríor que imponía, y todo no era mas que como unos se- aceptó su arrepentimiento, escuchó sus votos, oyó su ora-
pulcros blanqueados, Henos de basura- y podredumbre. ción y le perdonó en el acto sus pecados, al paso que r e -
El orgullo era el alma y el gran móvil de todas sus accio- probó al orgulloso fariseo, el cual con aquella imprudenle
nes. El publicano era enlre los romanos un arrendador de vanidad puso el colmo, por decirlo así, á su iniquidad y á
jos impuestos y de las rentas públicas. Este nombre era su malicia. Así que al entrar en el templo el publicano era
muy odioso entre los judíos, con él designaban un gran acaso mayor pecador que el fariseo; pero al salir del
pecador, un hombre de mala vida, un usurero de proto- templo, el publicano se halló justificado, y el fariseo sa-
sion; era, en fin, un género de vida propio de gentes muy lió mas criminal. Así sucede, concluye el Salvador del
desacreditadas, por la corrupción de sus costumbres y mundo; así sucede que cualquiera que se ensalza será
por sus violencias. Esto era loque se entendia por un fa- humillado, y cualquiera que se humilla será ensalzado.
riseo y por un publicano. Volvamos, pues, á nuestro Así el pecado que sirve para humillar al hombre, sirve
Evangelio. también para sacarle de la humillación por la confusión sa-
Dos hombres, decia el Señor, subieron juntamente al ludable que le inspira. Nada debe humillar tanto al hombre
templo para orar, el uno era fariseo y el otro publicano. como su orgullo, y solo descendiendo á su nada es como
El fariseo, en lugar de orar y de humillarse delante de encuentra el fundamento de una verdadera grande/a, y
Dios, se puso á ponderarle lajusticia de sus obras, porque el secreto de ensalzar su bajeza. Por poco que se eleve,
manteniéi:<L)se en p i é : Yo os doy gracias, Seílor, decia se le trastorna la cabeza. La opinión escesivamenle v e n -
dentro de sí mismo, de que no soy yo como el resto do lajosa que tiene de sí mismo, do su pretendido mérito, de
los hombres, y particularmente como este publicano que su propia escelencia, en que consiste el orgullo, es una
está aquí. Él y los otros son ladrones, malvados, a d ú l t e - prueba de pequeñez de espíritu y de locura. Dios se com-
ros; por lo que hace á m i , tengo religión, ayuno dos v e - place también en confundir á las almas vanas, y elevar á
ces en la semana, a d e m á s de los ayunos prescritos por los que hacen un estudio en abatirse.
la ley. Créese que estos dos días de que habla el fariseo
eran el lunes y el jueves, y por esto, y por no parecer que
DESPUES DE PENTECOSTES. 507
que comunmente se llaman gracias gratuitas , las cuales
La oración de la misa de este dia es como sigue se conceden en favor del prójimo; les manifiesta el santo
Veus, quí omnipoteu- O Dios, que sañalais de un Apóstol que todos estos dones, aunque diferentes entre
tiam luam parcendo ma- modo especial vuestro poder s(, lodos nacen de un mismo principio, que es el Espíriln
rime et miserando m a n i - inünHo en los efectos admira- Santo; y por consiguiente que todos deben eslimarse
Mtíis : multiplica super bles de vuestra bondad; der- igualmente,»
nos misericordiam tuam, ramad mas y mas sobre noso-
« í ad lúa promissa m r - tros las riquezas do vuestra ItEFLEXIONES.
wntes, caksiium bonorum misericordia, á fin de que ha- « Las gracias son diversas, mas el Espíritu es el mismo.»
facías esse consortes. Per biendo suspirado sin cesar so- No debe haber zelos entro los diferentes ministerios, n i
Dominum nostrum Jesum bre la tierra por los bienes tampoco negligencia ó dejadez en el ejercicio do las sa-
Chrislum Filium luum,.. celestiales que nos habéis pro- gradas funciones. En el supuesto que los diferentes dones,
metido, nos concedáis la gracia gracias, talentos y empleos vienen todos de la misma m a -
de que gocemos de ellos en la no y que es el mismo Espíritu el que los distribuye, lodos
gloria por toda l a eternidad. deben tener el mismo fin, todos merecen nuestra eslima.
Por nuestro Señor Jesucristo, Por esto puede decirse con verdad que nada hay pequeño
etc. en el servicio de Dios. ¡ Qué error el no estimar los e m -
pleos en la Iglesia, sino con relación al e s p l e n d o r ó á la
La Epístola es de la primera que el apóstol san Pablo escri- preeminencia del lugar en que se ejercitan ! Sü dignidad
U ó ú los Corintios, cap. í S , procede de su principio y de su fin. Los coros de los á n -
Fratres : Sdlis guo~ Hermanos mios; Vosotros gedes en el cielo son diferentes en dignidad, según la es-
niam cum gentes esselis, sabéis que cuando erais gen- celcncia y la dignidad de su ministerio; pero todos son
ad simulacra muta prout tiles, os llevaban á que adora- respetables, como que todos son ministros del Altísimo,
ducchamini cuntes. Ideo seis los ídolos mudos. Por tan- Los dones del Espíritu Santo son puras gracias : don de
nolum vobis fado , quod to os hago saber que ninguno consejo, don de sabiduría, don de lenguas, don de ciencia,
itcmo i n Spiritu Dci l o - que habla inspirado del espí- hasta el don d é l o s milagros, lodo se ha dado por utilidad
quens, dicit anathema ritu de Dios, dice anatema á del prójimo, y de ningún modo para la gloria particular y
Jesu. Et nemo polest d i - J e s ú s ; y ninguno puedo tam- en provecho solo del sugeto á quien el Espíritu Santo ha
cen, Dominus Jesús,- n i - poco decir Jesús es el ScDor, enriquecido con estas gracias puramente gratuitas. ¡.CuáU
t t i n Spiritu Sancto. D i - sin que esté inspirado del Es- pues, debe ser su reconocimiento 1 pero ¿ de q u é crimen
visiones vero gratiarum píritu Santo. Son, sí, diversas no se hace reo el que entierra estos tálenlos, ó si solo una
s m t , idem autem S p i r i - las gracias, mas el Esplriln es vana reputación es todo el fruto que saca de un lesoro'de
tus. Et diiisiones minis- el mismo. Los ministerios son que no es mas que administrador? «La ciencia h i n c h a , »
tralionum sunt, idem au~ diferentes, mas el Señor es el dice el Apóstol; pero toda hinchazón está llena ó de po-
tem Dominus. Et divisio- mismo; las operaciones son dredumbre ó de viento. No hay cosa mas vana que la g l o -
nes operationum sunt, distintas, pero es el mismo Dios ria que se busca, y de que uno so llena por unos bienes
idem vero Deus, qui ope- el que obra en todas las cosas. que solo se han recibido en depósito. ¿ Qué tienes que no
r a l u r omnia i n ómnibus. El don visihle del Espíritu San- hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿ por q u é le glorias
Vnicuique autem datur to no se da á cada uno sino de ello, como si no lo hubieses recibido?» Pocos hay do
mamfeslalio Spirilus ad con utilidad. Concédese el Es- aquellos que tanto so han distinguido por su raro saber,
utüitatem. Alii quidem píritu á unos para que hablen por su alta sabiduría, que tarde ó temprano si viven m u -
per Spirilum datur sermo el lenguaje de la sabiduría; y cho tiempo, no vengan á parar en otros tantos objetos do
sapienticB : aíit autem el mismo Espíritu se concede lástima, después de haberlo sida-de envidia, por las fla-
sermo scimlice secundum á otros para que hablen el len- quezas, y muchas veces por las imbecilidades de una ve-
eumdem Spirilum : alteri guaje de la ciencia. A oíros jez prematura. ] Cuántos do estos grandes hombres se
fides i n eodem S p i r i t u : el mismo Kspíritu les da fé, y han visto portarse como niños , aun ánles de ser d e c r é p i -
alii gratia sanilalum i n á otros este propio Espíritu da tos, complaciéndose Dios en convencernos por medio do
wno Spiritu : a l i i operaiio la gracia de las curaciones. A estes ejemplos tan frecuentes, lo mal que hacemos en
virtulum . alii prophelia, otros el poder de obrar m i l a - enorgullecemos por una ciencia queso eslingne, se des-
a l i i discrclio spirituum, gros ; á otros el don de profe- vanece con el trastorno de una fibra ! Pues h é aquí, no
a l i i genera linguarum, cía ; á estos el discernimiento obstante, lo que hace tan altaneros á esos grandes genios
a l i i inlerprelalio sermo- de los e s p í r i t u s ; a esotros el que j a m á s aciertan á conocer lo pequeños que son. La
num. Ucee autem omnia don de lenguas; á otros el don emulación de los talentos es la mas delicada, la mas cie-
operalur unus atque idem de interpretar la divina pala- ga, y acaso la roas difícil de curar; nada ensoberbece
Spirilus, dividens singulis bra. Todas estascosaslas obra tanto, sin embargo de que nada deberia humillarnos tan-
prout vull. el mismo Espíritu, r e p a r t i é n - to como esta enfermedad cuasi incurable, i nidícnla vani-
dad del hombreI no se humilla, aunque nada es mas que
dolas á. cada uno según le polvo y ceniza, y habiendo sido formado no mas que do
agrada. un poco de lodo; este lodo que todo lo debe á la mano
Dabicndo sabido san Pablo que una de las causas de omnipotente que le ha formado, se gloria de las ventajas
las divisiones que turbaban la Iglesia de Gorinto procedía que lia recibido de ella , y no pocas veces pretende arre-
de que se preferían los irnos á los otros, en razón de los batarle loda la gloria. Lo q u e n ^ da reputación, lo ijuo
diferentes dones que babian recibido del Espíritu Santo y
508 DOMINGO DECIMO
nos dislinguc de los demás son dones de Dios, y el res- limitado no admira ni aprecia mas lo que él cree con-
plandor de estos dones debe servirnos para descubrir mas siderable, como aquellas gentes groseras que j a m á s salen
nuestras sombras. Es verdad que el orgullo es siempre la de su aldea; pero cuando la gracia perfecciona el espíritu
señal de un genio pequeiio : las almas grandes, los su- y el corazón, cuando á favor de unas luces sobrenaturales
gelos de un mérito mas distinguido , son ordinariamente vemos lo que somos y lo que podemos ser, cuando vemos
mas humildes ; solo unos entendimientos supcrüciales y la multitud de defectos, el fondo de debilidades, la i n c l i -
limitados son los que están llenos de una falsa eslimado nación natural al mal, la flaqueza para el bien, la i n d i -
sí mismos. El orgullo humilla á cualquiera que tiene sn- gencia de que estamos cercados, ¿ p o d e m o s menos de des-
íicienles luces para conocer su presunción y su vanidad. preciarnos? ¿ p o d e m o s sin llenarnos de rubor , sufrir que
se nos alabe? ¿ N o es una imbecilidad de espíritu, no es
El Evangelio de la misa está tomado del cap. 18 de san una especie de locura el llenarnos de satisfacción cuando
Lucas. se nos tiene por lo que no somos, é incomodarnos cuando
In illo tempore : Dixil se nos reconoce por lo que somos? tal es el ca-
En aquel tiempo dirigió Je-
Jesús ad quosdam, qui in sús esta parábola aciertas gen- rácter del orgullo. La humildad se complace mucho en que
se confidebant tamquam tes que presumian de sf mis- nadie se engafie en el concepto en que forma de nosotros;
jusli, et aspernahaalur mos como si fuesen santos, y ¿ q u é cosa mas conforme á la sana razón ? Queremos ser
teteros, paraboíamistam i despreciaban á los d e m á s . S u - eslimados, y este mismo deseo tan frivolo prueba cuán
Dúo homines ascenderunt bieron dos hombres al templo poco estimables somos. ¿ Q u é injusticia mas visible que
tu templum ut orarent : exigir del público un tributo que no se nos debe?
para orar; el uno era fariseo,
«ñus phariswus , el aller y el otro publicano.,El fariseo, « ¿ Q u é tienes, dice el Apóstol, que no hayas recibi-
publicanus. Phariswas manteniéndose de pié, hacia do? y si lo has recibido ¿ por q u é te glorias de ello como
slans, hec apud se orabat: si no lo hubieses recibido? ( l . C o r . 4 . ) > ¿ E s necesario
para sí esta oración; Dios mió,
Deus, gralias ago tibí, yo os doy gracias porque no acaso atormentar mucho nuestro entendimiento para e n -
quia non sum sicul cele- conlraren nosotros de q u é humillarnos? Error en el e n -
soy como el resto de los h o m -
ri hominum : raptores, tendimiento, pasiones en el corazón, enfermedades en el
bres, los cuales son ladrones,
injusti, adulteri : veht cuerpo, flaqueza de la imaginación ; lodo es pobreza, todo
injustos, adúlteros ; ni tampo-
etiam hic publicanus. Je- co tal como este publicano. Yo es humillación en el hombre; hasta sus cualidades mas
juno bis in sahbala : deci- brillanies dejan entrever las sombras. No es menester mas
ayuno dos veces en la semana
mas do omnium, quwpos- y pago el diezmo de todos mis que bajar á los sepulcros para convencernos que el mayor
sideo. Et publicanus a Ion- monarca, como el mas pequeño de sus vasallos, no són
bienes. El publicano por su
ge slans, nolebat nec ocu- mas que polvo y ceniza. ¿ I ' o r q u é , pues, « s e enso-
parle, retirado á lo léjos, ni
los ad (oehm levare : sed berbecen la tierra y la ceniza?» (Kccles. 10.) Cierlamen-
aun se atrevía á levantar los
pemttiebat peclus smm, ojos al cielo, ó hiriéndoíe el to no hay nada que tanto deba humillarnos con nuestro
dieens : Deus , propilius propio orgullo; ¿ y con todos estos motivos de humildad,
pecho decia: Dios mió, sed
esto mihi peccalori. Dico propicio á un pecadorcomo yo. Señor, me cuesta todavía trabajo el ser humilde, y serlo
vobis , descendit hic jus- Este, pues, os aseguro, se v o l - teniendo delante de los ojos un Dios humillado para curar
tificatus in domum suam mi orgullo ?
vió á su casa justificado, al
ab illo : quia omnis, qui contrallo que el otro; porque PUNTO SEGCNDO.—Considera que además de los motivos
se exallal, humiliabitur : cualquiera que so exalta será que tenemos para humillarnos, las ventajas que son inse-
et qui se humiliat, exalta- humillado, así como el que se parables de esla importante virtud deben con mucha razón
hilur. humilla será exaltado. inclinarnos á ser humildes.
No hay virlud alguna sin humildad; pero ¿ q u é virlud
hay quesea difícil á una alma humilde? La gracia, dice
MEDITACION.
el apóstol Santiago (Jacob. 4 . ) , se l o b a dado con p r o -
fusión. Témese á D i o s , dice el Sabio-(Prov. i i , . ] , cuando
De la humildad cristiana.
uno es humilde: créese para mérito y para gloria, y el
PÜNTO PiUMEfio. — Considera que la humildad cristiana edificio de la perfección crisliana sube muy alto, cuando
es la virtud de ¡ l a s ' a l m a s grandes, de los genios su- tiene por fundamento una profunda h u m i l d a d : la h u m i l -
blimes ilustrados con las luces mas vivas de la fé. dad crisliana es siempre una prenda de salud. (Ps. 3 3 J
¡Qué error el confundir esla noble virtud con la p u - ¿ S o b r e quién fijaré yo mis miradas favorables, dice .Dios
silanimidad de las almas tímidas;! La humildad cristia- por su Profeta (Isai. 6 C ) ; en favor de quién ahriró los
na no es aquella oscura y floja ociosidad de un corazón tesoros de mis misericordias, sino en favor de un corazón
fastidioso y de un espíritu medio apagado; es un conoci- humilde, y de un espíritu humillado ?
miento vivo, es una persuasión práctica de su propia i n - Puede decirse que la humildad es la que desarma la ira
digencia y de su nada que le inspiran a uno sentimientos de Dios, la que gana el corazón de Dios, la que obliga, por
conformes á sus luces, y le hacen concebir un verdadero decirlo así, á Dios á que haga las mayores maravillas. La
desprecio de sí mismo, inspirándole una conüanza en Dios Santísima Virgen no atribuye ni á su virginidad, ni á su de-
tierna y respetuosa. voción, ni á tantas oirás virtudes que poseía en el mas a l -
No hay cosa mas racional ni mas noble que estos senti- to grado, la gracia de haber sido elevada á la dignidad
mientos bajos que uno tiene de sí mismo, porque son ver- sublime de Madre de Dios, sino á su humildad; «porque
daderos. Es menester tener talento para conocer que tene- alendió á mi humildad. » Seamos humildes, no salgamos
mos muchos defectos y poco mérito. Un genio superficial y nunca de nuestra nada, y aquel Dios que de nada ha he-
DESPUES DE PENTECOSTES. 509
cho lodo este vasto universo, ec servirá de nosotros para les si fueseis ménos orgullosos; comenzad desde este m o -
hacer maravillas. mento á poner en práctica las reglas siguientes : 1 E s -
Miremos á l o s apóstoles, atendamos á los mayores san- cusad con caridad los defectos de otro, y no consintáis
tos, y veremos que lodos han sido los mas humildes, i Qué j a m á s que los que dependen de vosotros traben conversa-
de maravillas no ha hecho un san Francisco de Paula en ción sobre tales defectos. 2.* Cuando se os hubiere falta-
los pueblos y en las casas de los grandes; él ha sido el do á alguna cosa locante á vuestra persona, á ciertos de-
prodigio do su siglo! ¿ y hubo j a m á s un hombre mas h u - beres, á no sé q u é atenciones; cuando se hubieren o l v i -
milde? ¡Cuando curarán nuestro orgullo y nos inspirarán dada de haceros ciertos servicios de poco momento, no
gusto á la humildad tan grandes ejemplos, motivos tan perdáis el mérito do estas pequeñas humillaciones : la
poderosos, razones todas á cual mas interesantes! falta de memoria ó de disposición de un doméstico; la
¡ A h , S e ñ o r ! ¿ p u e d o yo veros humillado hasta morir impolítica de cierta especie de gentes; el mal corazón do
en una cruz, y puedo yo verme hinchado de orgullo y no laníos amigos falsos os ofrecerán todos los dias muchas
ser humilde? i A h ! demasiado que puedo, y mis senli- ocasiones para ejercitaros en estos pequeños sacrificios:
mientos y mi conduela prueban bastante lo que yo soy; alarmaráso el amor propio, padecerá el orgullo; pero
pero todo lo espero de vuestra misericordia. Vos queréis ¡ q u é tesoro de méritos si sabéis aprovecharos de estas
que aprenda de vos á ser humilde de corazón; haced que frecuentes pero preciosas humillaciones 1 3.11 Deciosá m e -
llegue á serlo; ya os lo pido y lo deseo con todo mi co- nudo vosotros mismos con san Bernardo: Yo adoro un
razón, Dios humillado por mi amor hasta la muerte de la cruz,
JAOJL.VTOIUAS,—¿Me atreveré á hablar á mi Sefior ¿y yo no soy humilde?
y mi Dios, yo que no soy mas que polvo y ceniza ?
(Genes. 18.) DOMINGO UNDÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES.
Yo estoy humillado, y paso mis dias en la tristeza. Por Llámase comunmente en la Iglesia Romana este do-
esto, Dios mió, tendréis compasión de m i , y me salvareis. mingo el domingo del «Sordo-Mudo» curado por Jesucris-
[Ps. 68.) to, porque el Evangelio de este dia refiere la historia de
este milagro. Como todas las maravillas de la vida del
PROPÓSITOS. Salvador eran pruebas visibles de su omnipotencia y de su
1 La humildad sin la humillación no es por lo común divinidad, y al mismo tiempo pruebas evidentes de la san-
otra cosa que el conocimiento y la eslima que tenemos del tidad de la religión que venia á establecer en el mundo;
mérito y de la importancia de esta v i r t u d ; pero no siempre la Iglesia ha escogido para la Epístola á la misa de este
es la virtud misma. No somos humildes porque conozca- dia aquel pasaje de la carta que san Pablo escribió á los
mos las razones que tenemos para serlo. Las virtudes mo- corintios, en donde después de haberles dado cuenta del
rales son prácticas. La prueba mas segura y menos e q u í - modo con que les había anunciado el Evangelio; les de-
voca de la virtud de la humildad, es la alegría en la h u - clara que no les ha enseñado y como dado en depósito
millación. Si esta imporfanle virtud no consistiese mas masque lo que él mismo había recibido de Jesucristo, y
que en humillarse de palabra, las espresiones ménos sin- por el compendio que les hace de los principales miste-
ceras probarían que muchos que se alimentan del orgullo rios de nuestra religión les da una idea justa de la esce-
son humildes. Cosa estraña ; tenemos defectos crasos que lencia del Redentor, de su divinidad, y de la bondad infi-
saltan á los ojos, y no podemos sufrir que se nos advier- nita que ha tenido con los hombres. El Evangelio no es
tan; ¡qué despecho si se repara en ellos! Mira uno con una prueba menor de esto, no pudiendo ser el milagro
desprecio sus propios defectos y los de los otros, y cada asombroso quereílerén sino el efecto deesla omnipotencia
uno quiere que de los suyos no se hable. Corregid hoy un que no puede convenir mas que á Dios solo. El introílo d é l a
vicio tan común. ¿No leñáis tanta virlud que améis la h u - mÍ9a espresa perfectamente los senlímientos de un cora-
millación ? sed al ménos bastante cristianos para recibirla zón animado de una fé viva en este divino Salvador, y l l e -
con mansedumbre y con paciencia; no os justifiquéis en no de una santa confianza en su bondad y en su omnipo-
aquellas ocasiones de poca importancia, en las que el tencia.
amor propio es maltratado, y vuestra vanidad se ve aja-
«Yo veo al Sefior en la nueva Sion; allí ha remitido á
da. Os alegrareis de haber callado; no perdáis por un a i -
los hombres, y los une por unos mismos sentimientos y
re desabrido, por una palabra violenta, por una indigna-
por unas mismas leyes: él Dios de Israel inspira valor y
ción demasiado manifiesta, el mérito de una peqnefía h u -
fortaleza á su pueblo, y le hace formidable á sus enemigos.
llacion, que es un remedio soberano contra la exaltación
Preséntese, nada mas, este Dios, levántese y disperse sus
del ánimo.
enemigos; muéstrese este Diosomoipotenle, y huyan de su
No siempre es el natural ó el mal humor el que hace presencia los que sacuden el yugo d e s ú s leyes. Todo esto
á l o s s e f l o r e s tan delicados y poco pacientes; con mas salmo, uno de los mas magníficos y mas admirables quo
frecuencia el origen de estos fogosos arrebatos es un o r - David ha compuesto en un estilo sublime y elevado y
gullo secreto. La humildad del corazón es inseparable de que es una alegoría conlinua, todo eslo salmo, repito, de-
la penilencia y de la mansedumbre. No podemos sufrir be entenderse de la vida de Jesucristo, de sus milagros,
una palabra poco respetuosa ; nos incomodamos por la d e s ú s victorias, de los misterios realizados en su perso-
poca exactitud de un doméstico; nos choca la cachaza na, y del establecimiento de la Iglesia por los apóstoles.
de nuestros dependientes; su poca deferencia á nuestras El Profeta hace en él la relación de diversos prodigios del
Edenes nos pone do mal humor. Llamad como quisie- antiguo Testamento que fueron figura de lo que debía s u -
r«is esas impaciencias, esas asperezas, coloradlas con el ceder en el nuevo, y en particular de todas las maravillas
protesto que os dé la gana, vosotros seríais mas p a c i ó n - que debia obrar el Salvador. El milagro cuya historiare-
54 0 DOMINGO UNDECIMO
flore el Evangelio do este dia, ha determinado á la Iglesia paflado á BU predicación, y que si han creido las grandes
para hacer la elección de este salmo, que propiamente es verdades que les ha anunciado , no ha sido lijeramentc
uno do los mas bellos cánticos que leñemos en honor de como gentes que se dejan llevar de la novedad sin exa-
las maravillas y de los misterios de Jesucristo. Todos los men , y que son tan fáciles para abandonar la fe, como
santos Padres griegos y latinos, que lo esplican según la lo han sido para abrazarla. Por mas incomprensibles que
alegoría y el sentido místico, lo aplican á la venida, á la sean nuestros misterios , por mas sublimes que sean las
resurrección y á la ascención del Salvador, á todos los m i - verdades de nuestra religión , por mas austera que sea su
lagros que ha obrado, á la predicación de los apóstoles, moral, nunca me he servido para persuadiros todo esto
á la conversión milagrosa de los gentiles y á la destruc- de términos escogidos, ni de maneras de hablar seducti-
ción victoriosa del paganismo. Si el Profeta habla en él de vas y estudiadas; no he empleado para ello los artificios
la salida de Egipto y de la publicación de la ley, no es de una elocuencia alucinadora. Yo os he enseñado con
sino por alegoría á la libertad del cautiverio del pecado, toda sencillez lo que á mi mismo se me ha enseñado por
que ha sido el fruto principal de la venida del Salvador y el Sefior, que siendo la verdad por esencia, no puede ser
d é l a publicación del Evangelio, cuyos hechos estaban allí e n g a ñ a d o , ni e n g a ñ a r n o s . Os he dicho desde luego que
Ggurados. Esto es lo que movió á comenzar esto cántico Jesucristo nuestro Salvador ha muerto por nuestros peca-
por unos términos entusiasmados y con espresiones enfá- dos conforme á las Escrituras, esto es , como lo babia
ticas, t Levántese Dios y disperse sus enemigos: huyan de predicho por los profetas, y singularmente por Díiniel (pie
su presencia lodos sus adversarios.» Desaparezcan los i m - con tanta precisión marca el tiempo de su muerte; y «pa -
píos delante del Señor, como el humo se desvanece en el sadas setenta y dos semamis de a ñ o s , será Jesucristo
aire, ó como la cera que en un momento se derrite al fue- condenado á muerte (Dan. c. 9) :o lo cual sucedió preci-
go; «mas los justos, por el contrario, alégrense y regocí- samente en el tiempo señalado según los cálculos de la
j e n s e » viendo á su Dios y su libertador. «Pueblos lides, mas exacta cronología ; por Isaías que predijo el fin de su
celebrad su gloria, cantad salmos en su honor.». Todo muerte, esto es, por los pecados de los hombres (cap. 53);
este salmo es un cántico de regocijo, un cántico de ale- y las circunstancias de su muerte: «será llevado á la
gría continua para celebrar las maravillas del Salvador y muerte como una oveja sin quejarse, y será cubierto do
la pompa de su triunfo. llagas sin decir palabra.»
La Epístola de la misa de este dia puede mirarse como Os he enseñado , cfmtinúa el santo Apóstol, que h a -
un compendio do las pruebas mas brillantes de nuestra biendo muerlo este divino Señor, fué sepultado ; que ba
r e l i g i ó n , y de las verdades fundamentales del cristianis- resucitado al tercero dia , conforme á las Escrituras, co-
mo. Gomo la verdad do la resurrección de Jesucristo es el mo un testimonio de los mas persuasivos y de los mas
fundamento sólido y la base de nuestra creencia , no es de concluyentes. No hay cosa que persuada mejor al enten-
eslrañar que los apóstoles se aplicasen con tanto ahinco dimiento en órden á las verdades incomprensibles, que el
á demostrar esta importante verdad, que tanto interés ver que han sido predichas; porque solo Dios es el quo
lenia el infierno en debilitar, pero cuya evidencia no ha- puede conocer y pronosticar lo venidero: la predicción es
bía podido oscurecer lodo el infierno: así es que no hay un motivo muy poderoso para creer una verdad annquo
dogma alguno mejor establecido , ninguna verdad mas á no se la pueda comprender. La resurrección de Jesucristo
menudo ni mas útilmente sostenida. Hubia entre los cris- era una verdad demasiadamente esencial en nuestra r e l i -
tianos do Corinto ciertos espíritus d a ñ a d o s , que no abri- g i ó n , para que no hubiera sido predicha y figurada en
gaban sentimientos muy ortodoxos en órden á la resur- muchos pasajes de la Escritura. David, I s a í a s , Oseas , y
rección. Como este artículo era, por decirlo así, el funda- en particular el profeta Joníis, nos la han anunciado en
mento de todo el cristianismo, san Pablo se aplica á es- mas de un pasaje. No se contenía san Pablo con esta prue-
tablecer esta verdad en el capítulo quince de su carta con ba, sacada de la predicción; trae también el testimonio
todo g é n e r o de razones, y al mismo tiempo prueba la de los que han sido testigos de ella, y este testimonio no
resurrección futura de los muertos por la resurrección de tiene réplica. Os he dicho, a ñ a d e , que el Salvador resu-
Jesucristo , la cual confirma con muchos testimonios. citado ba aparecido á Ccfns,y después á los once. El
Voy á poneros á la vista uno de los puntos capilales y santo Apóstol no refiere aquí en particular todas las apa-
mas importanles del Evangelio que os he predicado, que riciones de Jesucristo, sino solo aquellas que juzga mas á
habéis recibido por una gracia especial de Jesucristo, y propósito para hacer impresión en el ánimo do los fieles
en el cual os mantenéis con tanta fidelidad á pesar de los de Corinto. Después de haber referido san Lucas la apa-
artificios seductivos de los falsos doctores, que os des- rición del Salvador á los dos discípulos que iban al cas-
lumhran con sus sofismas. Vosotros sabéis que solo cre- tillo de Emaus y la vuelta de estos á Jerusalen , dice , que
yendo las verdades que os he antinciado os salvareis; no habiendo enconlrado estos dos discípulos á los once a p ó s -
bay que esperar salud fuera de esta creencia; porque á toles, y á los que estaban con ellos, todos j u n i o s , y h a -
menos que no h a y á i s c r e i d o en vano, debéis acordaros de biéndoles contado lo que acababa de sucederles, supieron
q u é manera os he predicado. «Mis predicaciones,» dice en de ellos quo el Señor había resucitado verdaderamente, y
otra parte, «nada tenían parecido á los mañosos discursos que habia aparecido á S i m ó n . (Luc. 2 i - ) Os he dicho
de la sabiduría humana , « a n t e s bien, el Espírüu Santo y también, continúa aun el santo Apóstol, quo después apa-
su virtud eran visibles .en ellas , » y esto á fin de que «la reció á mas de quiuienlos hermanos al mismo tiempo , de
sabiduría humana no fuese el fundamento de vuestra fé, los cuales algunos han muerlo, pero todavía están muchos
sino la virtud divina.» A esto alude san Pablo cuando d i - en el mundo. Uabla aquí san Pablo de la aparición que
ce aquí á los fieles de Corinto que se acuerden de q u é hizo el Salvador á todos los discípulos que se congrega-
manera les ha predicado, de las maravillas que han acom- ron en la montaña de los olivos, cuando el Salvador subió
DESPUES DE PENTECOSTES. 5M
;il cielo. ¡ Quó nube de testigos y do pruebas para esla- 1 grandes que Dios obra por BU ministerio, las miran desde
lilccer el solo milagro de la resurrección de Jesucristo! el fondo de su nada. La humildad fué siempre la virtud
Con lodo , dice aqui un sabio intérprete, no era necesario favorita de todos los santos. Cuando el perseguidor do Je-
menos para c o n v e n c e r á ! mundo de una verdad, que por sucristo , convertido en apóstol suyo , anuncia á los h o m -
una consecuencia necesaria le obligaba á creer lodos los bres su resurrección, ¿ q u é podía oponer la incredulidad
misterios, y á practicar todas las máximas del cristianis- para enervar su testimonio? Su conducta, sus trabajos, la
mo. San ¿Pablo a ü a d e que muchos de los que se habían persecución misma que él habia suscitado contra la I g l e -
bailado en esla aparición vivian aun , .á fin de que pudie- sia, son otras tantas pruebas de la sinceridad y de la ver-
sen , si querinn , asegurarse por si mismos de un hecho dad de su predicación, dice un sabio intérprete. No se le
tan importante. puede acusar de haber creído con lijereza lo que predica,
«Después de esto,» continúa san Pablo, « a p a r e c i ó á y se ve bien claro que ha sido necesario un milagro m u y
S a n í í a g o ; después á todos los apóstoles.» El Evangelio no marcado para hacer un apóstol del que era el mas violento
habla de esla aparición; pero los Padres, siguiendo la an- y el mas pertinaz de los perseguidores de Jesucristo. Re-
tigua tradición , nos relieren que Santiago , dicho el Me- conoced, pues, pueblos incrédulos, la fuerza victoriosa de
nor, hijo de Cleofas y de Marúi, primo del Salvador, y por la gracia del Redentor; porque « l o que yo soy, lo soy por
lanto llamado hermano del Señor, según el uso de los j u - la gracia do Dios,» que se complace muchas veces en ele-
d í o s ; los Padres, repito, nos refieren que este apóstol, que gir lo mas llaco para con el mundo, para confundirlo
fué el primer obispo de Jerusalen, y que era también mas fuerte, á fin de que ninguno tenga de que gloriarse
apellidado el Justo, habia resuelto después de la mnorle delante de él. Siendo, pues, tan indigno dei apostolado,
de su divino Maestro no tomar alímenlo alguno hasta ha- como acabo de decir, solo por un favor enteramente g r a -
berle vislo resucitado, y que el Salvador por una bondad tuito, y por una bondad del todo particular de Dios, soy
singular hacia este fervoroso apóstol se le apareció inme- yo apóstol. En mi vocación, no ha sido ciertamente á mis
diiitamenle después do su resurrección, y habiéndole col- méritos á l o q u e ha tenido el Señor consideración, sino
mado do alegría con su presencia, le dió por si mismo pan solo á sn pura misericordia; lo poco que soy, y todo el
que había bendecido, diciéndole que tomase de aquel a l i - bien que hago, lo debo á la gracia, sin la que nada soy,
mento, pues que ya veia á su Salvador resucitado. ni puedo nada. Por la gracia de Dios soy todo lo que soy,
o Por lin,» y en último lugar, prosigue el santo apóstol, y de mí mismo no puedo gloriarme mas que de mis h u -
« a m b i e n me ha a p a r e c i d o á mí que no soy masque un millaciones y de mi nada. ¿ Q u é somos, en efecto, en el
aborto.» Siempre fué la hnmildad el carácter común do órden sobrenatural sin la gracia? Flaqueza, ignorancia,
todos loss;inlos. Los mayores entre ellos han sido siempre pecado, y todavía entre tantas miserias se desliza el o r g u -
los mas humildes. Cuanto mas los ha dislinguído el Señor llo, para poner el colmo á todas ellas: ninguna cosa, en
con los favores mas siihlmies, lunlo mas liüjanicnte han efecto, prueba lanto nueslra imbecilidad y nuestra nada
sentido de si mismos; las gracias mas brillantes descubren como nuestro orgullo. Pero ¿ q u é no somos, y q u é no po-
siempre la profundidad de nueslra nada. San l'iiblo se lla- demos con la gracia? ¡Qué luz, q u é sabidnr/a, q u é animo,
ma á si mismo un aborto, para significar por esla esprc- qué forlalezu I Todo lo puedo, dice en otra parle el mismo
siun que no había nacido ai cristianismo ni sido llamado al apóstol, en aquel que me da la fortaleza; y ciertamente
apostolado sino después de todos los demás, cuando toda- la gracia que me ha dado no ha quedado sin efecto. ¿Quó
vía se hallaba informe, como de ordinario están los niños no ha hecho en mi? j q u é mutación tan porlenlosa! De un
que vienen al mundo trabajosamente, ó antes dei t é r m i - perseguidor obstinado de Jesucristo y de sus siervos, ha
no, eslQ es, antes de haber podido recibir el aumento y hecho un apóstol; el amor tierno á osle divino Salvador
la forma conveniente. Los demás apóstoles habían sido ha sucedido al furor con que le aborrecía ; la fé mas a n í -
alimentados mucho tiempo por el Salvador con sus divinas niosa, á la incredulidad mas terca; y el celo mas ardiente
instrucciones; san Pablo habia sido llamado al apostolado por estender la fé de Jesncristo, á la pasión mas violenta
estando todavía por l i m a r , por decirlo a s í , desfigurado (¡ue jamás hubo y que yo tenia por eslingnírla. Dios ha
por su tenaz apego al judaismo. A la verdad, el Señor ha- querido hacer ver en la persona de san Pablo lo que puede
bia suplido en él lo que le faltaba con su gracia y con sus la gracia de Dios en un corazón que no pone obstáculo á
revelaciones, qae en menos de nada le formaron el doctor ella, y que dice como este apóstol: Señor, ¿ q u é queréis
de las naciones, y una de las lumbreras mas brillantes de qué haga ? Rindámonos con docilidad á las dulces impre-
la Iglesia ; pero san Pablo, como todos los grandes santos, siones do la gracia, y tendremos el consuelo de poder de-
no mira en si mismo sino lo que tiene de su propia cose- cir muy pronto como é l : «la gracia que Dios me ha con-
cha, y lo que en sí descubría mas defectuoso, reconocien- cedido no ha quedado sin efecto;» pero para esto, es m e -
do humildemente que toda la ciencia y la inteligencia que nester también decir sinceramente como é l : « Señor, ¿qué
poseía, y cuanto bueno podía adornarle, era un puro don queréis que h a g a ? »
de Dios. Poseído de los sentimientos mas bajos de sí m i s - El Evangelio de la misa de este dia refiere la curación
mo, en medio de todas las maravillas que obraba, este milagrosa de un hombre sordo y mudo: lodo es misterio-
gran santo no pierde nunca de vista lo que ha sido, reco- so en esla historia.
nociendo siempre que todo lo que es, lo debe á la gracia. Habiendo dejado el Salvador por un poco tiempo la J u -
«Porque,» dice, « y o soy el menor de los apóstoles, que dca, de la cual no estaba muy contento, vino hacia los
no merezco este nombre, habiendo perseguido la Iglesia confines del país de Tiro y de Sidon, sin ruido, y al pare-
de Dios.» Tal ha sido siempre el carácter de los mayores cer como queriendo ocultar su llegada á aquellos cstran-
santos; no consideran en si mismos mas que el mal que jeros; pero una luz tan resplandeciente no podia estar es-
ban hecho, ó que han podido hacer; las maravillas mas condida mucho tiempo. Los pueblos de aquellos contornos
512 DOMINGO UNDECIMO
eran cananeos, desceadientes de Canaan, y por consi- desala; el sordo oye la voz de su médico; el mudo habla
guiente gentiles, y confinaban con la Judea; había entre con una realidad que asombra y llena de regocijo á todos
ellos algunos que se llamaban siro-fenicios, á causa de los que estaban piesenles. ¡ Q u é de misterios á cual mas
que ocupaban la región de la Fenicia que constiluia e n - instructivos en un solo milagro I Notemos aquí que el Sal-
tonces una parle de la verdadera Siria. Allí fué en donde vador se contenta con decir á los oídos « E p h p h e l a , á b r e -
una mujer siro-fenicia, llamada comunmente la Cananea, le; j que no dice á la lengua desátate, porque basia que
mereció por su perseverancia que el Salvador hiciese elo- el pecador oiga la palabra de Dios: inmediatamente habla,
gio de su fé, y que líbrase á sa hija de un demonio de desálase la lengua luego que el corazón es movido. Es
que estaba poseída. El Hijo de Dios no se detuvo allí m u - muy difícil convertir á un pecador cuando no quiere óir
cho tiempo; solamente quería dar á entender que había hablar de su estado, ni esplicarse él mismo con aquellos
venido principalmente para convertir á los judíos, según que podrían sacarle de él. El Salvador gime, levanta sus
se les había prometido; pero que igualmente había venido ojos al cíelo, loque hacia ordinariamente antes de obrar
también para los genlilcs, aun cuando no debiesen ser los mayores milagros. Todo esto demuestra la dificultad
llamados á la fé, sino después que los judíos se hubiesen de aquella curación. El Hijo de Dios no tenia necesidad do
bocho indignos del Evangelio. hacer todas estas ceremonias para volver la palabra y el
Volviéndose, pues, Jesús del pais de Tiro, se fué por oído al sordo mudo, no éra mcnesler mas que el que q u i -
Sidon, esto es, pasó solamente por el territorio de los s i - siera que hablase y que oyese; pero quería el Salvador
donios; y encaminándose hacia el mar de Galilea, atrave- instruirnos y enseñarnos al mismo tiempo que es nece-
só una parle del país de la Decápolís. Llamábase así una sario levantarlos ojos al cielo, que es preciso gemir, esto
comarca de la Galilea en Judea. Eslendíase desde el es, que es menester orar y hacer penitencia por esla es-
monte Líbano hasta cerca del mar de Galilea, y tomaba pecie de pecadores. Quería también el Salvador enseñar
su nombre de diez ciudades principales que contenía, las á sus discípulos por estas ceremonias las que ellos debían
cuales son: Dan ó Cesárea de Filipo, Cades, Neftalí, Asor, observar en ta adminislracion del sacramento del Bautis-
Sefer, Cafarnaum, Corozaim, Beihsaida, Jotapale, Tibe- mo, y en efeolo comprendiéronlo perfeclamcnlo los a p ó s -
riades y Bethsan ó Scilopolis. Habiendo llegado el pueblo toles después de la venida del Espíritu Santo, y asi lo en-
á entender que Jesús había llegado al pais, le salió al en- señaron luego á la Iglesia. En la esplicacion que se ha dado
cuentro. Lleváronle un hombre que era sordo y mudo. en lahisloria del sexto domingo después de Pentecostés,
Este pobre daba grandes gritos, con algunas palabras ha podido verse lo que significan eslas misleriosas cere-
confusas y poco articuladas, como hacen por loconum los monias. Todo lo (pie el Salvador ha hecho y dicho duran-
mudos, arrojando impetuosamente la voz, sin poderse dar te su vida pública en la tierra ha sido para nuestra
á entender. Pidiéronle al Salvador que le locase con su ínslruccion.
mano y le curase. Hizo en efecto lo que deseaban; pero No es menos saludable la órden que dió el Salvador á
conciertas ceremonias de que no acostumbraba servirse todo el pueblo de que no hablasen de la maravilla de que
cuando hacia otros milagros. Quería mostrarnos el .Salva- habían sido testigos. La humildad ha sido siempre el ras-
dor en estoque sus menores acciones eran mislerios que go mas brillante y mas señalado de Jesucristo y de todos
debemos reverenciar, instrucciones mudas de que nos sus verdaderos discípulos. Sabía bien que se publicaría;
debemos aprovechar, y ejemplos que debemos seguir. pero queria enseñarnos que en 'el ejercicio de las buenas
Quería al mismo tiempo con estas ceremonias hacernos ohras, sobre lodo en los actos de esplendor que acempa-
comprender que no hay demonio mas peligroso que el ñan algunas veces las funciones del divino ministerio, no
que nos cierra la boca, y nos impido descubrir las llagas se ha de buscar la gloria delante de los hombres, ni he-
del alma. No hay tampoco pecador mas difícil de convertir mos de tener olí a mira que la gloria do Dios; eslo es todo
que el que está sordo á la voz de Dios. Estas dos enferme- lo que debemos proponernos en los servicios que hacemos
dades del alma son cuasi incurables; es menester un gran al prójimo.
milagro para curar esta sordei a espírílual; no hay una se- San Juan Crisóslomo, san Gerónimo y los d e m á s santos
ñal mas visible de reprobación que cuando un pecador re- Padres creen que nuestro Señor no prclendia imponerles
husa oír la voz de Dios que le llama y le ofrece su m í s c - una obligación estrecha de que no habiasen de los mila-
ricordía; ninguno está en mayor peligro que el que no gros, cuando les prohibía publicarlos: era mas bien una
quiere descubrir las llagas de su alma al médico caritativo lección de humildad y de modcslia que les daba, que un
que las puede curar. preceplo riguroso que Ies imponía; ni tampoco ellos t o -
La primera cosa que hizo el Salvador fué sacar á aquel maron la prohibición que les había bocho, mas que como
hombre de é n t r e l a mullilud. Esta especie de pecadores krespresion de un simple deseo, lan ordinario en las a l -
apenas se convierten, mientras permanecen en medio del mas humildes, de evitar el esplendor y la alabanza. T o -
lumulto del mundo; necesitan de retiro; 61 solo puede poner dos los que estaban presentes no podían imaginarse que
al pecador en estado de oir la voz del Señor. En la soledad aquel fuese un mandamiento absoluto que les obligase á
es en donde Dios habla al corazón del pecador. Habiendo callar: por otra parte, su admiración era demasiado g r a n -
pues el Hijo de Dios tomado aparte á este hombre sordo y de y demasiado general para que pudiese contenerse , ni
mudo, le melé sus dedos en los oídos, le loca la lengua dejar de publit arse; por mas que el Salvador traíase de
con su saliva; después levantando los ojos al cielo suspira huir del honor que le reportaba, era imposible que les
por él y por lodos los pecadores, figurados en este enfer- cerrase la boca. «Cuanto mas se lo prohibía, mas allamen-
mo, y habiendo pronunciado esla palabra siríaca, que era te hablaban y mas se maravillaban: honor, gloria, ala-
la lengua del pais, «Ephphela,» que significa ábrele, el banza, esclamaban en un santo trasporle de admiración,
enfermo se halló curado: sus oídos se abren, su lengua se bendición, salud á este hombre estraordinario que «todo
DESPUKS D E PENTECOSTES. 513
lo hace con perfección:» 61 ha dado oidos á los sordos, Cn'into habia algunosque no abrigaban sentimientos m u y
lengua á los mudos, vista á los ciegos. Nuestras acciones ortodoxos en o r d é n a l a resurrecion. Siendo, pues, esto
son las que deben hacer nuestro elogio. Cuahiuiera otro artículo como el fundamento de toda la religión, seaplica
titulo de alabanza es vano. san Pablo á establecer la verdad de él en este capítulo,
con pruebas á las cuales nada habia que replicar.
ta o r a c i ó n de l a m i s a de esle d i a es como s i g u e :
O m n i p o w i s sr.mpitcrne O Dios omnipotente y eter- IlEFL EXIONES.
Deus, qui abundanlia no, que por un escesode bon- «Voy á poneros á la vista el Evangelio que os he predi-
jñelalis tuee et merka dad sobrepujas los méritos y cado, que vosotros habéis recibido, en cuya creencia
s i i p p l i c u m excedis el v o t a : los deseos de los que te piden, permanecéis , y por el cual os habéis de salvar.» ¿Este
effmde super nos m i s e ñ - derrama sobre nosotros los Evangelio puesto á la vista será un objeto mny consolante
cordiam Imnn, u l d i m i u a s efectos de tu misericordia ; y para todos los cristianos? ¿ l e s asegurará contra los espan-
qum conscientia m e l u i t , el éignaÜé perdonarnos lo que tos de la muerte? y próximos ya á ir á dar cuenta á Dios,
a d j i c i a s quod o r a l i o n o n nuestra conciencia nos hace ¿hallarán lodos en este libro de salud con que justificar
p r t e s u m i t . Per D o m i n u m . . temer, y concedernns lo que su conducta? ¡Ah! poner ante los ojos de un mundano
por nuestras oraciones no nos que muere, de un religioso tibio imperfecto que ha r e c i -
atreveríamos á prometernos. bido los últimos sacramentos, poner á la vista de un liber-
Por nuestro Scfmr Jesucristo, tino que espira este Evangelio, regla suprema de las cos-
• etc. tumbres; conforme al que hemos de ser juzgados; en c u -
yos preceptos y máximas se halla todo lo que se necesita
La E p i s l o l a t s t A l o m a d a del cap. 15 d é l a p r i m e r a c a r í a del para instruir nuestro proceso, del cual depende en algún
a p ó s t o l san Pablo á los C o r i n t i o s . modo nuestro destino eterno: ¿no es anunciarle su triste
suerte, ponerle á la visla el decreto de su condenación,
Fraíres : Nolum vobis Hermanos mios: Voy á p o -
lanzarle en la desesperación, adelantar su suplicio? A p á r -
facio E v a n g e l i u m , quod ñeros á la vista eA lívangelio
tanse los ojos de este Evangelio durante la vida porque no
p m d i c a v i v o b i s quod c l a c - que os he predicado, que vo-
cepislis i n quo et s l a l i s , solios habéis recibido, en cuya se quieren obedecer sus mandamientos, ni seguir sus con-
per quod el s a l v a m i n i : creencia permanecéis, y por sejos, ni arreglar á sus máximas las costumbres; apenas
qua r a l i o n e p m d i c a v e r i m el cual os habéis de salvar; se mira ya el Evangelio en el mundo mas que como unos
vobis, si tenelis, n i s i f r u s - voy á deciros, si os a c o r d á i s , antiguos derechos de la religión, títulos añejos que lia
ira credidislis. Tradidi y si no creisleis en vano, de derogado la costumbre, que no tienen ya fuerza de ley
e n i m vobis i n p r m i s quod q u é manera os he predicado.
sino entre un pequeño número de elegidos, que apenas
el accepi: q u o n i a m C l i r i s - Antes de todo, os he hecho sa- tienen vigor mas que en el claustro. El espíritu del
íus m o r l u u s esl p r o pee- ber lo que á mí mismo se me mundo ha sustituido en su lugar máximas del todo con-
crtíts n o s l r i s secundum ha ensenado, esto es, que Je- Irai las, leyes absolutamente opuestas, costumbres perni-
S c r i p t u r a s : etqnia s e p u l - s u e n s í o ha muerto por nues- ciosas que tienen lugar de leyes. Diríase en el dia de hoy
tus esl, el quia r e s u r r e x i l ti-os pecados , según estaba que la irreligión ha prescrito hasta este punto el desen-
i c r l i a d i e secundum S c r i p - anunciado en las Escrituras : freno; y la corrupción de Uh costumbres ha prevalecido
furas : et ^itía visus est que ha sido sepultado; que ha sobre la santidad del Evangelio. Cuasi no se a v e r g ü e n -
CephcE, tí post hoc ande- resucitado el tercer dia, con- zan ya del vicio, aun en medio del cristianismo: la inde-
cim : deinde visus esl p l u s forme á las Escrituras; que ha voción, la mala fé, la venganza, la impureza, la ambición,
q u a m quingenlis / r a i n - aparecido en seguida á Cofas, pasan hoy, por decirlo así, por costumbres del siglo. El
bus s i m u l : ex quibus y desiiues de él á los once; vicio lo ha inundado todo: ¿y estrafiamos que aguas tan
nmlli manml usqae a d - lut-go ha aparecido á mas de corrompidas infecten el aire, y causen tantas enferme-
huc , q u i d a m a u l e m d o r - q u i n i e n í o s h e r m a n o s á i i n (iem- dades contagiosas? Trátase mas bien de entretenernos y
m i e r u n l : deinde visus est po, de los cuales viven toda- adormecernos que de curarnos. De aquí los juegos, los
Jacobo, deinde aposlolis vía muchos, y algunos han o-pectáculos profanos, los bailes, las comedias, las d i v e r -
ó m n i b u s : novissime a u - muerto; después de esto ha siones enteramente paganas, que parece han ocupado ya
tem omnium tamquam aparecido á Santiago, y luego el lugar de los ejercicios de religión. El tiempo que la c o -
a b o r t i v o , visus est el m i - a lodos los apóstoles por fin, y dicia no absorve, se destina á los placeres. ¿One pruebas
h i . E g o enim s m n m h ú - en último lugar, ha aparecido de religión dan hoy tantos jóvenes libertinos, tantos c r i s -
mus a p o s l o l o r u m , q u i n o n también á mi que no soy mas tianos ociosos, taqtas mujeres mundanas? La modestia, el
s u m di'jnus vocari A p o s - que un aboi to. Porque yo soy pudor, la devoción, habían formado siempre el carácter y
toíits, q u o n i a m persecu-el mas pequeño de lodos los el adorno de un sexo piadoso; ahora parecen de moda el
tus s u m Ecclesiam D e i . apóstoles, que no merece el lujo, la licencia, la indevoción. Compongamos estas m á x i -
G r a l i a autem D d sum i d nombre de apóstol, habiendo mas tan humildes, tan puras, tan perfectas del Evangelio:
quod s u m ; et g r a t i a ejus
perseguido la Iglesia de Dios. abnegación de sí mismo, humildad de corazón y de e s p í -
ti» me vacua non f u i l . Así que, lo que yo soy, lo soy ritu, mortificación rígida de los sentidos, victoria conti-
por la gracia de Dios, y su nua d é l a s pasiones, piedad perseverante sin artificio,
• gracia queme ha sido dada, no vida inocente sin apariencia, amor de las cruces , ejerci-
ha quedado en mí sin efecto, cios amados de penitencia, horror de las menores fallas,
tino de los puntos capitales del Evangelio ha sido siem- caridad ardiente, fé generosa é inalterable: compongamos
P t é la verdad de la resurrección. Entre los cristianos de esto cuadro con el quo cada dia trazan nuestras cos-

TOiííQ I V . 05
DUMLXGO ÜNDFX1MO
lumbres y nuestra conducta á los ojos de Dios y aun á los es estraordiuario, si no es milagro. Así es que la snnlidád,
de los houibres; ¡cjuó oposición, buen Dios! ¡qué despro- que es un frulo, por decirlo así, que naco en todos los ter-
porción, q u é conlrasle! Véase el Evangelio de Jesucristo renos, no se da y a , si se cree á nuestro amor propio y á
que hemos recibido, de que hacemos profesión, por el nuestra imaginación, masque en los lugares inaccesibles.
cual nos hemos de salvar; veamos nuestro retrato Pero, ó Dios mió, ¿quésignifica ese precepto tan p r e c i -
formado no mas que con los colores de nuestros propios so que nos habéis impuesto de queseamos perfectos como
vicios. Santidad del Evangelio; corrupción de mieslras nuestro Padre celestial? ¿Qué edad, Señor, ó qué estado
costumbres; regias de perfección; irregularidad, impiedad habéis dispensado de esta ley? Y si hay un solo cristiano
aun de nuestra conduela: ¡qué oposición mas monslriiosa que no pueda ser sanio, ¿poriquéproponer univorsalmcnlo
ai mas atrozl y con lodo esto se vive en una perfecta se- á lodos un modelo semejanle?
guridad. Recordemos muchas veces la memoria del Evan- Es cierto que Dios quiere verdaderamente que cada uno
gelio que hemos recibido para comparar ¡os deberes que sea santo; pero no es menos verdad que nadie llegará j a -
nos impone con nuestra conducta, y los bienes que nos más á ser sanio sino llenando perfectamente los deberes
promete con las penas á que nos obliga. No somos tan i m - particulares de! estado en que Dios leba puesto. Toda idea
píos ni tan ciegos que no las creamos : ¿seremos tan i n - de santidad que no es de este carácter, es falsa. Las p r á c -
sensatos que creamos en vano, esloes, que uo arreglemos ticas de piedad poco proporcionadas y poco convenientes á
nuestras costumbres á nuestra creencia? nuestro estado son puras ilusiones de nuestro orgullo ó del
amor propio. El enemigo de la salvación se burla con estos
El Evangelio de este día es del cap. 7 de san Marcos.
relumbrones de la credulidad de un alma simple : toda de-
In illo lempore : Exiens En aquel tiempo: Volviendo voción que nos saca de nuesiro lugar es un estravío.
Jesús de finibus Tijri, v t - Jesús del pais de Tiro, fué por - ¡ Dios m i ó ! ¡ q u é error mas grosero i Pero ¡ y q u é error
m í per Sidonem ad viare Sidon báciael marde Galilea, mas universal 1 Quiérese representar cualquiera otro per-
Galilwa:, inter medios fines atravesando por los confines sonaje que el que nos conviene; quiérese servir á Dios do
Lecapoleos. E í a d d u m n t ei de la Üecápolis. Presentáronle todos modos, ménos como él manda. Un doméstico que no
surdum ct m u l i m , et de- un hombre sordo y mudo, sirviese mas que por su capricho, no servii ia mucho t i e m -
precabanlur eum, u l tm- suplicándole que le impusieso po. La observancia d é l o s preceptos, la inocencia, la mor-
ponai i l l i mamim. E l ap~ las manos; Jesús sacándole de liücacion y todas las virtudes cristianas convienen á todo
prehendens eum de turba entre Ja multilud, loinándoie género de gentes; pero no todas ¡as prácticas de piedad
i'eorswm, misil digilus suos aparte, le metió sus dedos en convienen á todo el mundo. La apiieacion continua á la
in aurículas ejus : et ex- los oidos, y habiendo escupido oración, la abstracción de los negocios seculares, el o l v i -
puens , teiigil Unguam con su saliva le tocó la lengua; do de sus parientes son virtudes propiaíi de personas r e -
ejus : el susjñciens i n cce- d e s p u é s , levantando los ojos ligiosas; pero un artesano, un magislnido, un padre de
/'wm, ingemuil, el a i l i l l i : al cielo, dió un suspiro, y le familias serian reprensibles si descuidasen los deberes de
Ephpkeln, quod esl ada~ d i j o : E p h p h c í a , que quiere su condición. Precisamente en la puntualidad en cumplir
per iré. E l slalim apcrlcB decir, á b r e l e ; é inmediata- estos deberes, en la tidelidad, en hacer loque Dios manda
sunt aures ejus, et solu- mente se abrieron sus oidos, es en ¡o que consiste, por decirlo así, la perfecion crislia-
tum est vinculum lingual ; e desató su lengua, y habló n a ; ¡qué error e l no colocarla jamás sino en la soledad y
ejus, el loquebaiur recle. libremente. Trohibióles Jesús en los desiertos, ó sobre la cima de las mas altas monta-
Et p r m e p i l i l l i s ne cui d i - que eslo lo dijesen á nadie; pe- ñas! Puede decirse que la santidad está al alcance de to-
ccrenl. Quanto aulem eis ro cuanto mas les mandaba do el mundo; la virtud cristiana nace en todos los terrenos
prwcipielmt, tan lo magis [que callasen), tanto mas lo del Padre de familias; el que no lleven lodas las tierras
plus pradicalant : el eo predicaban, y tanto mas Í.O este frulo, es falta únicamente de los obreros.
amplius admirabanlur, maravillaban. Todo, decian, ¡ Q u é consolador es el saber que puede uno hacerse
dicenks : Bene omnifccil: lo ha hecho bien ; ha hecho santo en todos los estados; que la santidad propia de cada
et surdos fecü audire , et oir á los sordos, y h a b l a r á los estado es fácil I pero i q u é aflictivo es y q u é triste ei no h a -
mulos loqui. mudos. berse hecho santo I
PUNTO SEGUNDO.—Considera cuán bueno es Dios por ha-
MEDITACION. ber ligado la santidad de cada uno á los-deberes de su es-
tado respectivo; ¿podia, en efecto, haberla acercado mas
De la verdadera piedad propia de cada estado.
á cada condición, podia tampoco hacerla mas fácil, y á
PUNTO PRIMERO.—Considera que cada uno mira la santi- nosotros mas inescusables?
dad con respecto al estado en que no está, y pocos se apli- ¿ lístá uno en el estado religioso? La mas alta santidad
can á adquirir la virtud propia del estado en que se bídlan. consiste en la perfecta observancia de su inslitulo. Está
El pobre piensa en los grandes medios que lienert los ricos uno elevado á los primeros empleos, ¿ q u é mérito mejor
para sanliíicarse; los ricos creen que no es fácil bacerse que cumplir todos los deberes, y q u é virtud mas briilaulo
sanios sino en la pobreza ; la vejez parece á los jóvenes el que la que está unida á sus buenos ejemplos? La oscuri-
único tiempo á propósito para hacer por su salud; llégase dad del nacimiento, lo bajo de la condición, la pobreza, la
íi viejos, y se cree que la estación de la santidad ha pasa- enfermedad, las desgracias son los medios mas eficaces
do ya con la juventud. Las gentes del mundo creen que para llegar á una eminente santidad; ni la prosperidad
su estado es poco a propósito para la santidad; las mismas fué j a m á s un obstáculo para ella. ¿Es menester ser humil-
personas religiosas apenas consideran la santidad masque de, manso, paciente, caritativo? Se puede ser en todos los
ea lo sublime y lo maravilloso; uadti les parece santo si no estados. ¿Sou necesarias ías cruces para enírar en ei c i é -
DESPUES DE PENTECOSTESi. 515
lo? Dios por una providencia sapienK-iima las ha esparcido nes j a m á s vemos la santidad al alcance de nuestras fuer-
Mbiindantemcnle en todas las condiciones: no hay masque zas; nuestra imaginación nunca nos la pinta sino allá co-
Jncer un santo uso de ellas. ¿ S e necesitan buenas obras? mo en una lontananza y con colores poco comunes. Esta-
¿ C u á n t a s no puede uno hacer sin salir de su casa? Las mos en el mundo; no se considera posible la santidad sino
atenciones de la familia son los principales deberes de la atrincherada en el claustro al abrigo de las maceraciones
virlnd. y austeridades del estado religioso. Tenemos la dicha de
l'or mas laudables, por mas preciosas que sean lodas haber abrazado la vida religiosa; piérdese el ánimo en el
las prác'.icas de devoción, j a m á s esteremos seguros de qno camino de la perfección, porque se nos representa la san-
hacemos las que Dios quiere de nosotros, sino cuando nos tidad ceñida solo á l a s acciones brillantes, á los milagros
empleamos en las que son propias de nuestro estado. Es- de penitencia, á los dones de contemplación sublime que
tas solas son las que nos corresponden. ¡No les loca á los so admiran en la vida de los mayores santos. Conijamos
siervos el elegir sus ocupaciones, tócale al Seflor el deter- hoy esta falsa idea, y depongamos nuestro error; descu-
minar el servicio. Los trabajos mas penosos, las solicitu- bramos este tesoro dentro de nosotros mismos. Vivamos
des menos interesadas se esliman poco si ellos no las lian persuadidos de que nuestra perfección está ligada á las
elegido. ¿ Q u é sirve el hacer mucho si con ello se desa- obligaciones de nuestro estado. El Espíritu Santo alaba á
grada? la mujer fuerte por haber hilado, porque ha velado do
Qué ilusión la do aquellas personas que descuiden los continuo sobre sus criados, ha sido cuidadosa para pro-
deberes ordinarios de su estado por satisfacer á su preten- veer á las necesidades de su familia, y ha tenido una r e -
dida devoción, la cual no es propiamente entonces mas ligiosa sumisión á la voluntad de su esposo. Tal debe sor
que un relinaniienlo de amor propio disfrazado. Aun cuan- el elogio de una señora cristiana. Dios no aprueba nues-
do Inibiésemos omitido todas las obras de supererogación, tras largas estaciones eti la iglesia ó en los hospitales, si
visitas de enfermos, ejercicios de candad, mortiíicaciones nuestra familia padece algún d e ' i i i m n í o por nneslta a u -
penosas, habremos cumplido todos los deberes cuando h u - sencia. No hay virlud sin el érden; nosoíros le trastorna-
biéremos desempeñado perfectamente los de nuestro esta- mos desde que descuidamos las obligaciones de nuestro
do, « l í a hecho bien todas las cosas.» Este es el elogio estado. Hay tiempo para lodo; pero hagamos tedas las
qne se hacia de Jesucristo, y este es el que debe hacerse cosas en su tiempo. Seamos zelosesde la salvación de otro;
de todos los verdaderos cristianos, de lodos los santos i ha pero no desalendamos la micslra. No tomemos sino del
llenado pcrfectamenle lodos los deberes de su estado, ha tiempo que tenemos libre, el que empleemos en las obras
cumplido con puntualidad y con fervor hasta los mas pe- de supererogación. Hagamos limosnas; pero de: pues de
queños, los menores preceptos. Esta es la prueba mas se- satisfechos los trabajadores, y pagadas nuestras deudas.
gura do una verdadera virtud. Cualquiera otra idea de de- Esla lecciones do las mas importantes. No hay devoción
voción es falsa, aun cuando uno hubiese hecho lodas las sise abandonan las obligaciones desu oslado.
obras de piedad, aun cuando hubiese puesto en ejercicio 2 Sea siempre este artículo el primero de n u e s b o e x á -
el zelo mas ardiente, aim cuando Imhiose gastado su vida men de conciencia; tengan siempre el primer legar en l o -
en la práctica de las obras de misericordia, no es uno un das nuestras confesiones las faltas contra las obligaciones
siervo bueno y liel, si no se han cumplido las obligaciones de nuestro estado, y no contemos por nada las buenas
de su estado. Busquemos en todas las condiciones ningún obras, aun las que mas honran, si faltamos ó nuestros
sanio que no haya marchado por este camino; cualquiera primeros deberes, que muchas veces son de ningún es-
olro eslravía. Qué consuelo el hallar cada uno en su con- plendor, pero siempre de un gran precio. ¿Somos religio-
dición, en su estado, en su edad, esta abundancia de g r a - sos? Estudiemos nuestras obligaciones, y seamos exactos
cias, esta mulliplicidad de auxilios, esta multitud de me- observadores hasta do las menores reglas, ü n gran zelo
dios y de ejemplos; pero ¡ quésenlimienlo, buen Dios,qué es muy loable; los rigores d é l a penitencia sirven mucho
desesperación el no haberlas conocido, ó el no haberse para la perfección; pero si haciendo bien las cosas á que
querido servir de ellas I no estamos obligados nos dispensamos de las que Dios nos
Yo, Señor, me lo echo ya en cara, y conozco todo el pide; s i á vuelta de un zelo tan ardiente, (an vivo y tan l a -
mal que me he hecho por haherme forjado una imaginaria borioso violamos habilualmcnle las observancias religio-
imposibilidad de llegar, sin salir de mi estado, á una v i r - sas; si exhortando á los demás con tanta elocuencia 6 que
tud eminente. Yo encuentro en mis obligaciones ordinarias sean fervorosos, puntuales, mollificados, somos nosotros
con que hacerme santo, mediante el auxilio de vuesli a gra- poco sumisos, poco exactos, poco humildes; ¿no habrá na-
cia ; haced que de hoy mas ella me sirva para que saque da que echarnos en cara? Es demasiado inlci esanle este-
provecho de todo. consejo para que no lo pongamos en práctica. Informémo-
JACULATORIAS.—Sí, Dios mió, yo estoy seguro de hacer nos de un sabio y celoso director lo que tenemos que r e -
siempre lo que os agrada, cumpliendo íielmente todas las formar en este punto.
obligaciones de mi estado. (Joan. 8.)
¡Qué bondad la del Dios de Israel para con aquellos DOMINGO DUODÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES.
que le sirven con un corazón recto! (l'salm. l í . ) Llámase el domingo duodécimo después de Pentecos-
tés, el domingo del caritativo Samarilano, ó en otros t é r -
PROPÓSITOS.
minos, el domingo del prójimo, á causa de la parábola
I Es un artificio ordinario del enemigo de la salud, que constituye el asunto del Evangelio de este dia. La
para darnos la idea de la santidad, el presentarla como un Iglesia que distribuye á sus hijos lodo el año el alimento
frulo de paises eslrauos, y que solo crece en lacinia de las espiritual por medio de sus insírucciones espirituales, por
íHoniañas mas altas. A favor de eslas falsas preocupacio- la celebración de nuestros sagrados mislerios, y por lo»
516 DOMINGO DUODECIMO
ejemplos de los snnlos, que cada din nos pone á la vista aprovechándose de sn ausencia, dogmatizaban impune-
como otros laníos modelos de perfección, cuida de darnos mente, y que para introducir mejor sus errores no cesaban
cada dooiingo lecciones mas escogidas y mas imporlantes en todas las juntas de hablar mal de é l , de desacreditarle,
para todos los liólos á quienes reúne particularmente en y hasta de condenar su doctrina, se vió obligado á hacer
este dia, y este es el motivo que lia tenido en la elección su apología refiriendo el modo milagroso con que habia
meditada que lia hecho de los Evangelios para cada do- sido convertido y llamado al apostolado, los favores es-
mingo. La caridad con el prójimo era una virtud muy traordinai ios de que le habia colmado el Señor, y cuál era
esencial al cristianismo para haberla olvidado. Habietulo la escelencia de su ministerio, cuyo valor ensalza por la
impuesto Jesucristo un precepto de ella, que puede llamar- comparación que hace d é l a ley antigua con la ley nueva,
se su precepto favorito, y queriendo que sea tan ordinaria y por el testimonio brillante de las conversiones milagro-
y tan familiar á sus discípulos que se la intima como un sas que ha hecho, y de que los mismos corintios eran una
mandamiento de distinción que los caracterice; la Iglesia, prueba por su piedad. Pero, a ñ a d e , ¿ q u é hemos devolver
conducida siempre por el espíritu de Jesucristo, renueva ahora á comenzar nuestro elogio? ¿ ó tenemos necesidad,
hoy esta importante lección, y nos enseña en el oficio de como algunos, de cartas de recomendación, para vosotros
la misa de este dia quién es nuestro prójimo, y cuál debe ó de vuestra parle? Tan lejos estoy de tener que mendi-
ser con respecto á él la caridad compasiva, operante y gar sufragios estraños para justificar mi apostolado, quo
efectiva de todos los fieles. El Evangelio d é l a misa contie- con solo mostraros á vosotros mismos tengo hecha m i
ne esta instrucción; la Epístola es como el exordio, en el apología y mi elogio. Vosotros sois para mí una carta de
cual san i'ablo, realizando la santidad de su ministerio por recomendación ; pero una carta viva, que yo llevo graba-
Jesucristo, que da á sus ministros los talentos propios pa- da en m i corazón, y que da fe á lodo el mundo de mis
ra sus funciones, designa bien la caridad infinita que este trabajos, y de los resultados de mi misión. Basta para
divino Salvador tiene con todos los hombres, en cuya sa- gloria mia ver el estado florecienle de esa Iglesia, ser tes-
lud vela continuamente; comparándose él mismo al carita- ligo de vuestro fervor, y saber que soy yo el que ha sido
tivo Samarilano, que no quiere que el enfermo carezca de vuestro Apóstol.
nada de cuanto pueda necesitar, y encarga de ello al posa- Ahora bien, si yo cuento con vuestra perseverancia, no
dero á quien le confia, como el Salvador confia la salud es vana mi confianza, pues que estoy asegurado de todo
de nuestras almas á sus ministros. No tiene menos rela- lo que digo «por la confianza que tengo en Dios por Jesu-
ción con esto el introito de la misa. Es una oración afec- cristo. » l'orque, á la verdad, yo reconozco que soy i n -
tuosa y llena de confianza que David hace á Dios, en me- digno del ministerio que ejerzo, y que ios efectos de vues-
dio de las desgracias á que se ve reducido, y por la que tra fé y de mi predicación, igualmente que la propagación
implora su caridad y su misericordia. del Evangelio y el progreso que habéis hecho, son m u y
«Aplicaos, Dios m i ó , » dice, « á socorrerme, daos p r i - superiores á mis fuerzas; por tanto yo refiero toda la g l o -
sa, S e ñ o r , á asistirme: cubrid de confusión y do v e r - ria á Dios, y reconozco que si vosotros sois como el sello
güenza á mis enemigos, que me buscan para quitarme la de mi predicación, mi corona y mi gloria, es todo un p u -
v i d a . » Los santos Padres esplican este salmo de Jesucris- ro efecto do la bondad de Jesucristo, y de Dios su Padro.
to, de quien David en muchas cosas es la figura. Viéndose «Nó porque por nosotros mismos seamos capaces de con-
este profeta perseguido y castigado sin cesar por sus ene- cebir cosa alguna como nosotros mismos; sino que si so-
migos, que hablan jurado perderle, pone toda su confian- mos capaces de alguna cosa, esto viene de Dios. » Lo quo
za en Dios, implora su auxilio, pide su asistencia, y le su- dice aquí el Apóstol debe entenderse de aquellas cosas
plica que confunda á los que le persiguen tan injustamente. que miran á la salud eterna, y que son meritorias, como
San Atanasio, san Ambrosio, san Gerónimo y san Agustín dice el concilio de Orange ; y en este sentido es de fé, no
no le esplican solamente de Jeo'icristo, perseguido cruel- solo que no podemos ejecutar bien alguno , 'pero que n i
mente por los judíos, sino también de lodo^ sus siervos, aun somos capaces de formar el designio de hacerle sin la
cuya pérdida ha jurado el enemigo de-la salvación. Asal- divina gracia del Salvador; sin la fé, sin el auxilio sobre-
tados de miHenlaciones, espueslos á mil peligros, conti- nalural de Dios, somos con respecto al bien meritorio, lo
nuamerile agitados por lasolfis, en un mar borrascoso l l e - que el sarmiento separado de la copa, esto és, para nada
no de escolios, espueslos enlodo momento á un triste bueno. Pero si nosotros nada podemos de nosotros mismos
naufragio, ha querido el Espíritu Santo enseñarles la fór- para el cielo, lo podemos todo, dice el santo concilio do
mula de imacorta, pero eficaz oración, muy á propósiio Tiento, con el auxilio d é l a gracia. Pero así como es ver-
para atraerles el auxilio celestial, del que tan grande ne- dad que nada podemos hacer bueno y meritorio con res-
cesidad tienen en medio de tan grandes peligros. La Igle- pecto á la salvación sin la gracia de Jesucristo, así t a m -
sia gobernada por el mismo Espíritu pone también la bién es falso quo no oblemos verdaderamente por nues-
propia oración al principio de todas sus horas. Instruida de tra libre cooperación á la gracia, y seria un error no
la necesidad que todos tenemos de la asistencia del Señor menos criminal y grosero querer inferir de estas palabras
para obrar el bien, y para merecer su benevolencia, co- que todas las acciones de los infieles son pecados, cuando
mienza todas sus oraciones por esta : « Dios mió, venid en se dice aquí que nosotros no podemos de nosotros mismos
mi auxilio; apresuraos. Señor, á socorrerme. Esta es tam- formar pensamiento alguno bueno, dice un sabio i n t é r -
bién la oración que todos los fieles deben hacer al p r i n c i - prete; es menester que esto se entienda d é l o s pensa-
pio de (odas sus empresas. mientos santos y meritorios que nos conducen á la fé, á la
La Epístola de la misa del dia está tomada de la segun- conversión, á la salvación, y de ningún modo de los pen-
da o M t i do san Pablo á los de Corinto. Habiendo sabido el samientos laudables y de u n ó r d e n natural, cuyo fin no es
Apóstol que algunos falsos apóstoles, herejes malignos, otro que un bien y una bondad del mismo orden y de la
DESPUES DE PENTECOSTES. 17
misma naturaleza. Talos han sido, spgnn san Ag«st¡n,loá muy inferior al de aquel primer legislador; y de esle m o -
buenos pi-nsamienlos dé los anliguos filósofos, y los de los do inspirando el desprecio del ministerio de la nueva ley,
jmehlosqne no reronocian á Jesucristo, ni la verdadera re- lo inspiraban d é l a ley misma. El santo Apóstol prueba por
ligión; como cuando piensan que deben amar y h o n r a r á la escelencia de la ley la dignidad del ministerio, é ins-
sus padres, y hacer bien á los miserables. I'ero sin los pira por la comparación que hace de la ley nueva con la
auxilios de la gracia no podemos hacer nada que nos con- antigua, la estima, el respeto y la justa idea que debe for-
duzca á la salud eterna. marse de los ministros de las dos. Si, pues, la ley de Jesu-
((También por el auxilio de su gracia nos ha hecho el cristo es superior en santidad, en dignidad, en escelencia
Sefior á propósito para el ministerio de la nueva alianza, á la ley antigua, ¿cuánto mas respetables son los minis-
eonlinúa el santo Apóstol; nó por la letra,» esto es, por la tros de Jesucristo, que los ministros del antiguo Testa-
ley de Moisés escrita sobre la piedra y en los lihros de la mento? Porque un ministerio que confiere el Espíritu Santo
antigua ley, «sino por el espíritu» de la ley nueva, que con la verdadera justicia, y que no debo concluir j a m á s ,
nos da el Espíritu Santo, y la gracia para hacer lo que tal como el de Jesucristo, es sin duda mucho mas glorioso
ella manda. La ley de Moisés matubiba el bien y prohibía que un ministerio de servidumbre, de condenación y do
el mal, pero no daba la fortaleza para practicar el tino y muerte, y cuya duración era tan limitada como ha sido la
evitar el otro. La ley de Jesucristo enseña con mucha mas d é l a antigua alianza. Si, no obstante eslo, la gloria de
perfección lo que se debe evitar y lo que se debe hacer, y este ha sido tan brillante que ha llegado hasta deslumhrar
al mismo tiempo da la gracia y la fortaleza para obrar co- los ojos de los que miraban á Moisés, luego que se p r e -
mo es debido; « p o r q u e la letra mata, y el espíritu vivifi- sentó en el campo, ¿ c u á l debe ser á los ojos de los fieles
c a ; » es decir, la ley de Moisés causaba la muerte; ya el esplendor del ministerio enlcramenle divino de la ley
porque era una ley de rigor que castigaba de muerte las nueva ?
Irasgresiones mas tijeras, ya porque siendo eslraordiua-
El Evangelio d é l a misa de este dia está lomado del ca-
riamente pesado el yugo que imponía, daba por lo mismo
pítulo décimo de san Lucas, en el que el Salvador da lec-
ocasión á una infinidad de pecados que causaban la rnuor-
ciones imporlaulísimas á todo el pueblo, y en particular á
ledel alma, sin dar socorros poderosos para evitarlos. «El
sus discípulos. «Dichosos los ojos que ven lo que vosotros
espíritu, al contrario, vivífica;» esto es, que la ley de Je-
veis,» les d e c í a ; creedme, muchos profetas, muchos reyes
sucristo es una ley de amor y de dulzura, que tiene la
han deseado con ardor el verme como vosotros me veis,
fuerza de comunicar por sí misma la gracia del Espíritu
conversar conmigo y oírme como vosotros, y no se le ha
Santo en la cual consiste la vida del alma. «La letra ma-
concedido esta gracia. ¡Qué desgrada para los que no se
l a , » es decir, que la ley escrita no era la causa ciei fa-
aprovecharen de la ventaja que tienen de poseerme! En
lliente del pecado; no inducía íi pecar; solamente daba
esto, un doctor de la ley, muy satisfecho de la eslima que
ocasión para que se hiciesen muchos pecados, por el gran
gozaba y de su suficiencia, se levantó, y creyendo emba-
número de ceremonias legales, todas santas á la verdad,
razarle: «Maestro, le dijo, ¿ q u é debe hacerse para me-
á que sujetaba á ¡os judíos, y las cuales hubieran podido
recer la vida eterna ? o Su pregunta era capciosa ; porque
omitir impunemente si la ley no se las hubiese prescrilo;
decía 61 entre s í : Si dice que es preciso observar la ley y
esto es lo que hacia decir á san Pablo que donde no hay
las ceremonias legales, es inútil (pie nos venga á anunciar
ley, no hay trasgresion; el espíritu vivifica; pero la ley
el reino de Dios como una cosa nueva. Si responde que
escrita, cargada de tantos preceptos, todos impneslos bajo
no debe observarse la ley, se le debe convencer de preva-
de penas tan graves, dando las luces para conocer el mal,
ricación y mirársele como un falso profeta. Pero el Salva-
no da por si misma las gracias para evitarlo. El espíritu,
dor, á quien nada estaba escondido, confundió con su res-
por el contrario, vivifica, esto es. la ley nueva, la ley de
puesta la malicia del pretendido doctor, haciéndole ver
gracia no sujeta á todas estas ceremonias legales, pres-
que no carecía de conocimiento para saber lo que debía
cribe lo que se debe evitar y lo que se debe hracer, y da
hacerse, sino de buena voluntad para hacer lo que debía.
al mismo tiempo, por los méritos de la sangre de Jesu-
¿ Ignoras lo que está escrito en la ley? le responde el Sal-
cristo, los auxilios necesarios para ejecutarlo.
vador: «¿Qué l e e s ? » — A m a r á s al Señor In Dios, repuso el
Por todo eslo, ensalza infinitamente san Pablo á los m i - doctor, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas
nistros de la nueva ley, sobre el miníslerio d é l a ley anfi- fus fuerzas y con todo lu espíritu; y á lu prójimo como á
g u a ; «porque si lo que estaba escrito en la piedra, dice, tí mismo.—«11 is respondido bien, le dijo el Salvador. Haz
siendo un ministerio de muerle, ha sido no obstante lan lo que acabas de decir y vivirás.» Guarda bien estos dos
colmado de gloria,» que los hijos de Israel no podían lijar principales mandamienlos. Ama á lu Dios sin miramiento,
sus ojos en el rostro de Moisés á causa del resplandor que sin reserva, ama á tu prójimo como le amas á tí mismo, y
despedía de él, y sin embargo do que debía pasar aquella alcanzarás la vida bienaventurada que no tendrá fin.
l e y ; ¿cómo no eslará mucho mas colmado de gloria el Lleno el doctor de una opinión ventajosa de sí mismo,
minisleiio del Espíritu? En efecto, si un ministerio que y temiendo que se conjeturase el maligno motivo que h a -
condena es en algún modo glorioso, con mas razón debe bía inducido á preguntar al Señor sobre una cosa que se-
estar lleno de gloria el miníslerio que justifica. Escríbia gún aparecía de su propia respuesta no ignoraba, quiso
san Pablo á unos hombres nuevamente convertidos, á quie- desvanecer toda sospecha que hubiera podido concebirse
nes unos falsos hermanos encaprichados en el judaismo, de su mala fé, haciendo ver que aun cuando no ignorase
fl'icrian sujetar á todas las ceremonias legales; por cuya lo que estaba escrito en la ley, tenia con lodo una dificul-
razón ensalzaban infinilamente el ministerio de Moisés, de tad que era la que le habia obligado á hacer su pregunta.
'luien Dios se habia servido para dar la antigua ley, al Maestro, replicó pues el doctor, ¿ quién es mi prójimo?
paso qnc envilecian el minisleiio del santo Apóstol como Este doctor, que era del número de aquellos escriba^
18 DO>lINGO DÜODRCIMO
4iob('r!)ios poco versados en la ley, y quosin embargo pre- ducta le había pintado: ¿Cuál de ellos lo pareCc á tí, le
tendían entenderla mejor quo nadie , j a m á s habia com- dijo, es el prójimo de aquel judío tan maltratado por los
prendido la obligación del precepto de la caridad con el ladrones? ¿ e s ' e l sacerdote que le ha visto sin decirle una
prójimo. Encaprichado como lodos los demás en sus ?u- palabra? ¿ e s el levita que ha pasado sin compadecerse de
persliciosas y falsas tradiciones, estaba tan lleno del espi- el? ¿ ó es el samarítano que movido de compasión y Heno
rita del judaismo y tan supersticiosamente apegado á la de caridad ha hecho en favor suyo servicios tan importan-
idea de su nación, que no reconocía como prójimo á nin- tes?—Lo es ciertamente, repuso oí doctor, el que le ha
guno que no fuese j u d í o , y abrigaba una absoluta aver- tratado con tanta caridad; los otros dos han obrado como
sión á todos los d e m á s pueblos , sobre todo á los pueblos verdaderos b á r b a r o s . — Pues he a q u í , concluyó el Salva-
de Samaría. El odio era recíproco entre estas dos naciones; dor, el modelo que debes tú seguir. Ueconoce que ni la
y lo que prueba bien basta donde llegaba la ceguedad de parentela, ni la alianza, ni el país ó la condición constitu-
estos pretendidos doctores es que cubrían con el protesto yen el prójimo; por grande que sea la antipatía enlre los
de la ley el aborrecimíenfo que los judíos tenían á todos dos pueblos, encuentras, no obstante, en el samarítano la
los d e m á s pueblos, como si Dios, que es el I'adro común cualidad de prójimo con respecto al judío enfermo; no ha-
do todos los hombres, les hubiese prohibido el ejercitar gas, pues, ya diferencia enlre el compalriola y el estran-
con los eslranjeros los oficios de la caridad y el amarlos á jero ; Dioses el Padre c o m ú n , y es preciso que todos se
todos como hermanos. Este era el error de un pueblo infa- amen muluamente como hermanos. Sabe que el amor del
tuado con sus falsas tradiciones ; lo era principalmente el prójimo debe eslenderse indiferentemente á lodo g é n e r o
de este orgulloso doctor, (pie no habiéndose dirigido al do personas. No olvides j a m á s una lección tan importanie;
principio á Jesucristo "para aprender de él la verdad, sino ponta en práctica y vivirás.
para tantearle y hallar en q u é censurarle su doclrhia, vién- El venerable Beda y muchos intérpretes creen que Je-
dose confundido no conlinuó tampoco en hacerle nuevas sucristo refiere aquí mas bien una hisloría , que una sim-
preguntas, contentándose con pregunlarle quién era el pró- ple parábola. El camino de Jerusalen á Jericó estaba muy
jimo á quien debía amar como á sí mismo. Aprovecbóse desacreditado por los robos y los asesínalos que en él so
de esta coyuntura el Salvador para darnos una idea justa comelian. Estaba siluado en el Iránsilo el valle de Adom-
de la palabra prójimo, por medio de una parábola que nin, dice san Gerónimo, llamado de los Sanguinarios á
instruyó á aquel ignoranle doctor y le c e r r ó la boca. Iti/.o causa do la sangre que allí se derramaba, lo cual hacia
entrar en ella de propósito á un samariluno para eusefiar aquel camino muy peligroso y cuasi inlransilable. Los le-
á los judíos que bajo el nombre de prójimo debían com- vitas propiamenle son les descendientes de Lev! , y en es-
prender á todos los eslranjeros y aun á sus eneiyigus, sin to sentido los mismos sacerdotes, como perlenecienles
eseeptuar á los samarilanos, á quienes aborrecían de todos á e s l a tribu , podían llamarse levitas; pero como en
KMtéffto, y con los que había mucho tiempo no tenían co- esta tribu el sacerdocio estaba vinculado á la sola familia
mercio alguno. de Aaron, quedó el nombre de levitas á los que compo-
Cierto hombre, le dice, quo iba de Jemsalen á Jericó, nían las d e m á s familias, y estos eslaban destinados á
cayó en manos do unos ladrones, que no contentos con servir y ayudar á los sacerdotes en sus funciciies.
robarlo su dinero, le despojaron y dieron tantos golpes Es evidenle que el Salvador en esta narración ha que-
que le dejaron por mueito en el sitio. Sucedió por casua - rido darnos á entender que lodo aquel que necesita nues-
lidad, que pasando por allí un sacerdote, vió á aquel po- tro auxilio es nuestro prójimo; y que la l e y , dice san
bre magullado á golpes, lodo ensangrentado; pero no hizo Agustín, que obliga á amar al prójimo como á sí mismo,
caso, y pasó adelante: poco d e s p u é s vino un levita, el es general, y á nadie escluye de los deberes de la ca-
cual reparó en aquel hombre que moría y pedía socotro; ridad.
pero léjos do enternecerse, conlinuó su camíüo sin pres-
tarle auxilio alguno, l'or fin, poco después pasó un sama- La oración de la niisa de este dia es como siym t
t itano, que mas caritativo que el sacerdote y el le^ta no Omnipotens et miseri- Dios omnipotente y sebe-
pudo mirar sin compasión el lastimoso estado en que se cors Deus, de. enjus m u ñ e - ranamenle misericordioso, sin
hallaba aquel judío, y á pesar de ser estranjero, y como re venil, u l libi a fidelibus cuya gracia no podrían vues-
semarilano enemigo del herido, se movió á piedad, se acer- tuis digne el landabiliter tros fieles siervos haceres ser-
có á él, y vendó sus llagas después de haberlas lavado con serviatur : Iribue, q u m u - vicio alguno agradable y d i g -
aceite y vino; no contenió con haber hecho con él este oficio mus, nebis* wí <>d fromis- no de vos; dignaos sostener-
de caridad, lo puso sobre su caballo, le llevó á la posada siones tuas sine offensione nos de tal manera, que sin
mas inmediata y pasó allí lodo el dia cuidando de él. Al currumus. Per Donmium.. caer por nuestra flaqueza, cor-
siguiente sacó de su bolsa dos piezas de plata, las dió al ramos sin cesar en busca de
hospedero, le recomendó el enfermo, rogóle que cuidase los bienes que nos habéis pro-
de él, y le prometió que á su vuelia le pagaría lodos los metido. Por nuestro Scfior Je-
gastos que huhiese hecho para su curación, y le abonaría sucristo, ele.
lo qno le pidiese por su trabajo.
La Epístola está lomada de la segunda caria del apóstol
Nada podía decirse m a s á propósito para instruirá nues-
san Pablo á ¡os Corintios, cap. 3.
tro doclor. La parábola era sencilla é ingenua 5 tratábase
do hacer la aplicación de ella, y el Salvador quiso que Fralres : Fiduciam l a - Hermanos m í o s : Por Jesu-
foOM el mismo doclor el que la hiciese. Preguntóle, pues, k m liabemus per ChrisUm cristo es por quien leñemos
¡ o q u e pensaba de aquellas tres clases de personas cuyo ad Deum : non quod su(fi- lan gran confianza en Dios: nó
retrato acababa de hacer, y cuyas disposiciones y con- cieníes simus cogitare a l i - porque de nosotros mismos
DESPUES DE PENTECOSTES. 19
quid a vohis, qmsi ex no- seamos capaces de concebir y descubrirlo á los fieles ; ¿ ella sola pcrlenece el dere-
his :sed sufjicientia nostra cosa alguna como de nosotros cho de interpretar y de e n s e ñ a r ; ella sola no puede errar,
ex Deo csl : quiel idóneos mismos; sino que si somos puesto que el líspírilu Santo es quien la anima , quien la
nos fecil winislros novi capaces do algo, esto viene de cominee, quien la ilumina ; fuera de su escuela no hay
testamenli; non l i l l n a , sed Dios que nos ha liedlo á pro- mas. que ignorancia, ilusión, falsedad, estravagancia;
Spirilu : Hilera enim oeei- pósito para el ministerio de la fuera de la Iglesia no hay mas que tinieblas; y si aparece
dit, Spirilus aulc.m viviji- nueva alianza, nó por la letra, alguna luz, solo pueden ser sombríos vislumbres que pro-
cal. (Juod si minisíratio sino por el espíritu ; porque ducen las malignas exhalaciones, falsos brillos, fuegos
morlis lilícris defórmala in l;i letra mata y el espíritu v i - fatuos que llevan todos al precipicio, y que no pueden
lapidibus, fuil i n qloria, vü'.ca. I'orque si lo que estaba hacer otra cosa que estravíar. Ilecordemos todos los he-
tía «( non possent inlen- escrito en la piedra, siendo un rejes desde el nacimiento do la Iglesia, no hay uno que
dere filii Israel i n fadem UIÍMÍSUTÍU de muerte, fué tan no haya seguido su propio espíritu y sus propias luces en
M o y s i , propler g l o r ü m lleno de gloria que los hijos perjuicio de la verdad. Obstinados en no querer escuchar
vullus ejus, quee evacua- de Israel no podían fijar su á la Iglesia , ¿ e n q u é espantosas eslravagancias , en q u é
lur , quomodo non marjis vista en el rostro de Moisés a lamentables errores no han c a í d o , no siguiendo mas que
las débiles luces de su propio espíritu? No hay siglo a l -
mnisiraiio spirilus eril M causa del resplandor quede él
guno que no produzca Irisles ejemplos de ello. ¡ Oué do
f/loria? h'am si m i n i s í r a - despedía, cuya gloria sin em-
absurdos en sus sistemas! ¡ q u é de liberlinajc en su m o -
tio damnalionis gloria esl: bargo debia pasar, ¿cuánto
ral ! ¡ qué de variaciones en sus dogmas! ¡ q u é de i n e l i -
muUo\magis abundul m i - mas lleno de glotia estará el
ministerio del espíritu? En gion en sus sectas! ¡ q u é de corrupción en sus cosUim-
nisierium jusliliw in glo-
efecto, si un ministerio que bresl en las colonias de la rebelión y del error, la policía
ria.
condena es glorioso, con mas civil ha reglado toda la religión , si se puede llamar r e -
razón debe abundar en gloria ligión un montón de errores, de contradicciones y de r e -
el ministerio que justifica. glamentos arbitrarios; sectas donde no se sabe lo que se
Habiendo sabido san Pablo que algunos falsos apósto- cree, y en donde ordinariamente no se cree nada. Tales
les, y entre ellos también algunos j u d í o s , sembraban en han sido hasta hoy , y tales serán hasta el fin de los s i -
Corinlo falsas doctrinas, y pretendían judaizar el cristia- glos todas las herejías: sin embargo, ninguna hay que no
nismo, escribió esta segunda carta á los fieles de aquella se lisonjee de poseer la Escrilura; pero concebida, inter-
Iglesia hacia el año '¿1 de Jesucristo. pretada según el espíritu particular de cada uno. Una him-
ple mujer, pobre de talento, de corlo alcance, imbécil,
f i r t * l Vf\v& ••• •••• • l .'• ! Mjgiwj ^«íHliij '• imagina que está inspirada y pretende entender la Escri-
REFLEXIONES.
tura santa tan bien como un concilio; ella interpreta , en-
fl.a letra mala, y el espíritu vivifica.» No hay beresiar-
seña , profetiza, y se la escucha ; ¿no es esto lo que se ha
ca, no hay hereje á quien la letra, por decirlo así, no ha-
visto en nuestros días entre los herejes fanálicos? á la
ya i i m o i í o por el abuso que han hechodela Escritura san-
verdad, el fanatismo es inseparable do todas las sectas
ta. Entregados por un secreto orgullo á sn propio espfi ilu
h e r é t i c a s ; no hay ningún ignorante que no se crea doc-
lian seguido los errores, y han sido los juguetes de todas
tor. Tanta verdad es que la letra sin el espíritu de Jesu-
las í^aquezas. Como Dios en las divinas Escriluras ha ha-
cristo mata : solo el espíritu vivifica ; pero solo el espíri-
blado á los hombres , los ha habbdo, por decirlo así, en
tu de Jesucristo y de la Iglesia , y de ningún modo el es-
el lenguaje de los hombres; pero los términos, las espre-
píritu particular.
siones, el idioma con que los hablaba, encerraba el sen-
tico de Dios. La letra no es mas que la corteza bajo do la
cual está ocullo un sentida míslko y enieiamenle divino. L l Evangelio de la misa es lo que signe del cap. 40 del
Ahora bien, solo el Espíritu divino es el quebajo de la letra Evangelio según san Lucas.
humana puede descubrir el sentido espiritual, el cual pol- I n illo lempore : Dixit V.u aquel tiempo dijo Jesús
lo común es el solo verdadero: el entendimiento del hom- Jesús discipntissuis: fíca- á sus discípulos: Dichosos los
bre no puede pasar de la corteza sin desbarrar, y no l i o c u l i , qui vident quee ojos que ven lo que vosotros
viendo mas que lo que la letra presenta naturalmente á su vos videtis. Dico enim vo- veis; porque yoos asegure que
entendimiento, no concibe sino lo que está á su alcance; bis, quod m u l l i propheta; muchos profetas y reyes de-
si va mas léjos, se e s t r a v í a ; solo, pues , el espíritu de et reges voluermt videre searon ver lo que vosotros
Dios es e! (pie enliemle, el que penetra el verdadero sen- qum vos videlis, el non v i - veis, y no lo han visto, y oír
tido de la habla divina. En esto consiste que antes de la derunl; ct audire quas a u - lo que vosotros ofs, y no lo
venida del Salvador el pueblo judio nunca tuvo mas que dilis, el non avdierunt. Et han oido. En esto un doctor
una inteligencia baja, material y grosera de la Escritura; ecce, quídam legispcriíus de la ley, se levantó con á n i -
nada concebía que no fuese terreno y natural. Los pa- surrexil lentans illum, et mo de sondearle : Maestro, lo
triarcas, los profetas y algunos otros santos del antiguo dicens : Magisler, quid f a - dijo, ¿qué haré yo para poseer
Testamenlo fueron únicamenle los que penetraron el sen- ciendo vilam aHernampos- la vida cierna? lU-spondióle
tido espiritual de los libros santos; pero esto fué una re- sidebo ? A l Ule dixil ad J e s ú s : ¿ Q u é es lo que está
velación especial de Dios. Así es que solo Jesucristo es el eum : I n kge quid srrip- escrito en la ley ? ¿ Cómo lees?
que. ha podido darnos la inteligencia, y dejando su e s p í r i - tum esl ? quomodo legis? Contestó él entonces: A m a r á s
tu á su Iglesia, la ha dejado con el depósito de la fé la i n - Illerespondens, d i x i l : D i - al S e ñ o r ' tu Dios con todo lu
teligencia de las sanias Escriluras; ella sola tiene el dere- ligcs Domimm Deum luum corazón,con toda lu alma, con
cho inenajcnablc de conocer el verdadero sentido de ellas, ex tolo ccráe luo, el exlo- todas tus fuerzas, con todo tu
520 DOMINGO DUODECIMO
la anima l ú a , el ex o m - cntendimienlo, y á l u prójimo sus consejos y con su ayuda cu todas sns necesidades ;
nibus viribus luis, el ex como á tí mismo. Has respon- eslos son los frutos de una caridad pura , compasiva, e l i -
oHiiu menlelua : e l p r o x i - dido Inon, dijo Jesús.: hazos- caz, que no encuentra mayor placer que el de hacer bien
tnum luum sicul tcipsum, lo y vivirás. Mas queriéndose á lodos los quese halliin en la indigencia, y sobre lodo"
Dixilque tí/i : ñecle res- jusliQcar, le dijo á J e s ú s ; ¿ Y en consolar á las personas afligidas y aliviarlas en sus
pondisli-.hoc fac, el vires, quién es mi p r ó j i m o ? Sobre necesidades. No hay virtud mas ordinaria en todos los
lile aulem volens juslifira- lo cual lomando Jesús la pa- sanios : ella es como natural á una alma verdaderamente
rc seipsum, d i x i l ad Je- labra, dijo: Cierto hombre que crisliana. Cuando hay una piedad sólida, cuando se ama
sum : E l ffi» esl meus iba de Jerusalen á Jericó (•ayo verdaderamente á Dios, se encuentra un placer tan esqui-
proximus? Susdpiens a u - en manosdeunosladrones (pie silo en derramar liberalmente las limosnas en el seno de
tem J e s ú s , dixit : ¡lomo le despojaron, y después de los pobres, en consolar á los desgraciados, en visitar á las
quídam desccndebal ab Je- haberle llenado de heridas le personas afligidas, en aliviar á los que padecen, que se
rusalem i n Jericho, e t i n - dejaron medio muerto. Suce- diria que las buenas obras llevan consigo su recompensa,
cidü i n lalrones,qui etia m dio que por acaso un sacerdo- y hacen gustar tantas dulzuras interiores á las personas
despoliaverwit eum : eí le llevaba el mismo camino, y caritativas, como ellos hacen sentir á los que, favorecen.
plagis imposilis, abiervnl visto aquel hombre pasó ade- Pero y ¡ qué consoladoras son las dulzuras que cansan las
semivivo relicto. Accidü lante: lo mismo hizo un levita, obras de misericordia en la hora de muerte á las perso-
aulem wí sacerdos quídam que estando cerca de aquel nas carilativas ! puede asegurarse que no hay cosa que
dcscenderet eadem vía : el sitio, y habiéndole visto, pasó así consuele y asegure á un moribundo, como la memo-
viso illo , prcelerivil. S i - también. Mas un samai ilano ria dulce de las obras de misericordia que ha practicado.
m ü i l e r el levita cum essel que viajaba, se llegó á él, y Disipanse los espantos de la muerte á la sola imagen de
secus locum , el tideret viéndole (como estaba) le mo- las grandes limosnas que se han hecho durante la vida.
evm, perlransiit. Sama- vio á compasión : acercóse á ¿ Q u é cosa de mas consuelo cnlonces que el acordarse de
r í t a m s aulem quídam iter él, y vendó sus llagas después aquellos pobres á quienes se ha visitado en los hospitales,
facims, venit secus eum : de haber derramado sobre de aquellos pobres vergonzantes á quienes se ha consola-
et videns c u m , misericor- ellas aceite y vino. Púsole en do, á quienes se ha prolongado la vida con sus limosnas,
día motus esl. Et appro- seguida sobre s u caballo, l l e - de aquellos presos de quienes se ha cuidado, y de los
pians alligai'it vulne- vóle á una posada, y cuidó do cuales se han constituid'), por decirlo así, los abogados,
ra ejvs , infundens uleum él. Al dia siguiente sacó de s u los patronos, y como los padres ; en ü n , de todos aquellos
et t'inum ; el imponens bolsa dos denarios de plata, infelices de quienes pueden considerarse como salvadores?
tV/uíu i n jumcnlum sidtm, los cuales dió al posadero, d i - Los actos de religión, por mas santos que sean, son á la
d u x i l i n stalmhm, el cu- ciéndole : Cuida de este h o m - verdad de un grande auxilio en la hora de la muerte : uso
ram ejus egit. Et altera bre, y lodo lo que adelantares de los sacramentos, ejercicios de piedad, oraciones, lodo
dieprotulil dúos denarios, de mas, yo le lo p a g a r é á mi esto consuela ; pero lodo esto no asegura. Si alguna cosa
cí dedil stabulario, el ait vuelta. ¿Cuál de eslos tres le puede asegurar entonces, puede decirse que son las obras
Curam illius habe : et parece que ha sido el prójimo de misericordia hechas por motivos puros y sobrenatura-
quodcwnque supererogave- de aquel hombre que cayó en les, i Dios mió, q u é poco se conoce el dia de hoy el pre-
r i s , egocum rediero, red- manos de los ladrones? Aquél, cio y el mérito de esle g é n e r o de obras buenas !
dam übi. Quis h o n m respondió el doctor, que le ha
PUNTO SEGUNDO.—Considera cuán agradables son á Dios
írium videlur libí p r o x í - tratado con caridad. A lo cual
y cuán necesarias á lodos los fieles las obras de miseri-
m n s f u ¡ s s e i l l i , q u i incidit repuso Jesús al doctor: Yé, y
cordia, puesto que solo sobre ellas se funda, por decirlo
fu lairones ? Al Ule d i x i l : haz tú lo mismo. así, el derecho que tienen los elegidos para enlrar en p o -
(Jui fecit misericordiam i n sesión de la herencia celestial después de su muerte.
ilhna. E l a i l üli Jesús : «Yenid, benditos de mi Padre, poseed el reino que tenéis
Vade, el l u fac simililer. preparado desde la creación del mundo.» Quiere el Señor
que se se sepa á q u é título reciben una recompensa tan
MEDITACION. grande : poi que tuve hambre, dice, y me habéis dado de.
comer; tuve sed, y me disteis de beber ; no tenia donde
De las obras de misericordia.
alojarme, y me habéis recibido en vuestra casa ; me f a l -
PUNTO P.UMEUO.—Considera que la misericordia es un taba el vestido, y me lo habéis dado ; estuve enfermo, y
enternei imiento del alma á vista de las miserias de otro, me visitasteis ; estuve en prisiones, y me habéis ido á
y un deseo vivo y ardiente de remediarlas. El enternecer- ver. Los justos, a ñ a d e el Salvador, le responderán e n -
se únicamente á vista de lo que padecen los demás sin el tonces:. Señor, ¿ y cuándo os hemos visto con hambre, y
deseo de aliviarles, no es una virtud cristiana ; es solo un os hemos dado de comer, ó que teníais sed, y os hemos
mo\ imieulo natural, señal de una alma buena, el cual en dado de beber? ¿ c u á n d o hemos visto que no sabíais en
la mayor parle de los hombres no está mas que en los donde alojaros, y os hemos recibido en nuestra casa, ó
sentidos, los cuales se conmueven por los objetos, y no I que carecíais de vestido, y os lo hemos dado? ¿ c u á n d o
pueden negar esle homenaje á la naturaleza. Por obras de os hemos visto enfermo, ó en prisión, y os hemos ido á
misericordia se entienden los efectos de esta virlml mo- ver?—Sabed, responderá el Señor, y os lo digo en ver- *
ral, que segun Jesucristo debe caracterizar á todos los dad (continúa hablando Jesucristo), si, os lo digo en ver"
cristianos, y que consiste en amar á su prójimo como se dad, que cuantas veces habéis hecho estas cosas con uno
ama uno á sí mismo, y en socorrerle con sus bienes , con de los mas pequeños de mis hermanos que están aquí, lo
DESPUES DE PENTECOSTES. 521
habéis hecho conmigo mismo. El decreto de condenación jo á los que lo han menester, corregir á los que yerran»
por el que el soberano Juez precipita á los réprobos al instruir á los ignorantes, consolar á los afligidos, olvidar
fuego eterno, no se funda en oli o motivo que en su insen- las injurias, perdonar las ofensas, rogar por los vivos y
sibilidad por los males y las necesidades del prójimo. ¿Y por los muertos, y por los que nos pers-iguen. No hay
podemos creer esta gran verdad, y permanecer duros en nadie que no pueda cumplir con alguna de estas obras da
6rden á las miserias de otro? ¿. y pasar un dia sin s a n t i ü - misericordia, muchos aun con todas. Determina las que
carle con algunas obras de misericordia ? El Señor en puedes hacer, y cuya omisión le h a r á desesperar á la hora
aquel dia tan terrible en que el Juez soberano dará á cada d é l a muerte, y en adelante sé fiel en ejercitarte cada dia
uno según sus obras, en aquel dia decisivo de nuestra en alguna si es posible.
suerte, eterna, el SeBor no hace mención alguna de las 2 Si tienes parientes pobres ó afligidos, no dejes do
maceraciones del cuerpo, de las práclicas de devoción, verlos y asistirlos con preferencia; son tus parientas y de-
de las oraciones; nó poique no haga caso de ellas, nó ben ser preferidos en tus buenas obras. Cosa cstraña : so
porque no le sean muy agradables, y que no sean medios ven alguna vez gentes que se avergüenzan de i r á ver á
de salud, igualmente que aclos de virtud dignos de r e - sus parientes pobres, como si su visita debiera deshon-
compensa, sino que el Salvador ha querido que compren- rarlos ; nada hay mas opuesto al espíritu de Jesucristo, y
damos cuál es la necesidad de las obras de misericordia, á la caridad cristiana, que esta mal entendida v e r g ü e n z a .
cuál su mérito, y que sin esta caridad cristiana Dios hace Iráse mas pronto á visitar á los pobr es en el hospital, que
poco caso de todas las demás virtudes. En medio de lodo á un pariente pobre á su casa; la verdadera causa de es-
esto, esta candad se ve el dia de hoy muy debilitada entre la preferencia no es mas que una secreta vanidad. La v i -
los cristianos; míransc las obras de misericordia como sita de los pobres en el hospital hace siempre algún h o -
unos actos heroicos propios solo de un pequeño número nor; mas un pobre que es pariente nuestro humilla á una
de gentes devolás ; pero ¿ podrán considerarse como sim- alma orgullosa. Guardaos bien de dar oidosá una vani^
ples consejos, puesto que ellas constituyen ios motivos dad tan necia ; informaos si tenéis algún pariente que pa-
de una seníencia decisiva ? No hay cosa mas abandonada dezca, y no paséis el dia sin visitarle y asistirle. Si a l g u -
que las obras de misericordia ; porque la caridad que de- no de los que os han ofendido se halla afligido ó misera-
be caracterizar á los cristianos está cuasi eslinguida. ble, visitadle, socorredle, preferid esta obra de caridad á
¡ Cuántos hay que j a m á s han puesto los piés en un hospi- todas las d e m á s ; este es el espíritu del Evangelio y del
tal ! Esas personas tan opulentas, tan adornadas, tan mag- cristianismo. En fin, imponeos una ley de no pasar dia a l -
níficas en muebles, en vajillas, en caballos, ¿ alivian, v i - guno, ó á lo ménos ninguna semana, sin practicar algu-
sitan á los pobres presos, á los vergonzantes, que que- na obra do misericordia; semejante práctica es acaso la
darían ricos con s o l ó l o superíluo de tantos r i c o s ? i A l i señal mas segura de predestinación y de salvación.
Señor I si la caridad cristiana es tan rara en el dia de hoy,
si está cuasi eslinguida, ¿cuál es nuestra f é ? DOMINGO DÉCIMOTERCIO DESPUES DE PENTECOSTES.
Comprendo bien, Señor, cuánta razón habéis tenido pa- Como el Evangelio de la misa del dia es siempre elqne
ra decir que es pequeño el número de los elegidos. Pero sirve de título y da el nombre á los domingos después do
j ó Dios m í o ! aun cuando fuese mas pequeño que lo que Pentecostés, se ha llamado por tanto comunmente á este el
es, yo quiero ser de este número p e q u e ñ o ; os pido vues- de la curación de los diez leprosos; los griegos y los l a -
tra gracia, y con su auxilio espero que la resolución que tinos convienen en esta denominación del décimoíe: cío
hago de pasar el resto de mis dias en el ejercicio de las domingo. Podria también llamarse el domingo de la i n -
buenas obras será eficaz, y me h a r á menos dudosa mi gralilud, puesto q u e d e los diez leprosos que fueron m i -
salvación. lagrosamente curados por el Salvador, no hubo mas que
JACULATOUUS.—Bienaventurados los que hacen obras uno solo que viniese á dar gracias á su bienhechor, sin
de misericordia, porque ellos alcanzarán misericordia. que los otros nueve hubiesen parecido mas. «Solo es-
(Malíb. ¡i.) te extranjero e s , » dice el Salvador, «el quo ha vuelto y
Dichoso aquel que movido de compasión atiende á las ha dado gloria á Dios.» La atención que el Salvador h a -
necesidades del pobre y del afligido; porque si él se halla ce aquí sobre el reconocimiento de este estranjero, quo
en aflicción, acudirá el Señor á su auxilio. (Psalm. 40.) fué el único de los diez que volvió á darle gracias, es una
instrucción misteriosa. Uase dicho ya que la Iglesia r e ú n e
PROPÓSITOS. á los fieles todos los domingos, no solo para orar y asis-
1 No se entienden aquí por buenas obras sino ciertas tir al divino sacrificio, sino quo también para alimentarlos
acciones particulares que miran á la caridad, como a l i - con el pan de la divina palabra, é instruirlos en las g r a n -
viar á los desgraciados, consolar á los afligidos, socorrer des verdades de la religión, les da cada domingo una
á los pobres. En este concepto toda buena obra es una lección particular sobre algún punto de la moral y del
acción buena, mas no toda acción buena es una buena dogma. La lección de moral se contiene ordinariamente
obra. Hay siete obras do misericordia espirituales, y otras en el Evangelio del dia, y la del dogma se halla en l a
tantas corporales, por medio de las cuales se socorre al Epístola. El introito d é l a misa es por lo común una oración
prójimo en sus necesidades del espíritu y del cuerpo. Las que puede servir de modelo para enseñarnos á orar bien.
corporales son visitar los encarcelados y á los pobres en- El introito de la misa de este dia está tomado del s a l -
fermos en los hospitales, dar de beber á los que tienen rao 73. Previendo el profeta las desgracias que debían
sed, dar de comer á ios que tienen hambre, rescatar los suceder á todo el pueblo, dirige á Dios una piadosa de-
cautivos, vestir á los desnudos, hospedar á los pobres, se- manda, llena de amor y de confianza; quéjase á Dios en
pultar los muertos. Las espirituales son dar buen conse- nombre del pueblo de la desolación de Jerusalcn y de

TOMO I V . C6
DOMINGO, BECIMOTERCÍO
t o i k la n a c i ó n , é implora t i ÍÚJXÜÍO del cielo. E s l e s n l m o a l l á f u é recibido como un á n g e l de Dios, y como lo h u b i e -
conviene perfectamente á la Iglesia perseguida no solo r a sido Jesucristo m i s m o , s e g ú n él mismo lo d i c e : « S i n
por los paganos, sino m u c h o mas tiempo t o d a v í a por I03 que mis humillaciones,)> a ñ a d e , « n i mis flaquezas os h a -
h e r e j e s , que no cesan aun de p e r s e g u i r l a . T e n s e en el y a n d i s g u s t a d o . » Pero t u r b ó s e m u y pronto la tranquilidad
rasgos vivos y elocnenlcs, espresiones fuertes, grandes y y el fervor de aquella Iglesia n á d e n l e , por el falso celo
p a t é t i c a s que convienen admirablemente al asunto, y que y la e n v i d i a de los j u d í o s que san Pedro habia converiido
(raen á la memoria los escesos y los sacrilegios de les h e - allí á l a f ó , antes que san Pablo hubiese ido á predicar á
r e j e s ; h é aqili algunos de ellos: « L e v a n t a d cuanfo^ántes, los gentiles, fistos falsos h e r m a n o s , mas bien j u d í o s que
Señor, ia mano c o n l r a nuestros enemigos, p a r a que s u c r i s t i a n o s , encaprichados c a s u anligua l e y , no p o d í a n
orgullo quede abatido para s i e m p r e : ;ÍIU! ¡ c u á n t a s i m - sufrir que san Pablo habiendo converiido á ios gentiles á
piedades h a n cometido en el l u g a r s a n i o ! » i en vuestro la fé de Jesucristo, no les hubiese obligado á g u a r d a r las
templo! ¡Con q u é insolencia han profanado el l u g a r s a n - ceremonias legales. Comenzaron á d e s a c r e d i l a r a l santo
io, en el c u a l c e l e b r á b a m o s nosotros fiestas en vuestro h o - a p ó s t o l para desacreditar mejor s u d o c t r i n a ; trataron de
nor! ellos han enarbolado sus estandartes en el l u g a r mas hacerle pasar por un intruso en el ministerio del aposto-
alto del templo, igualmente que en las e n c r u c i j a d a s , sin lado, y no hallando nada reprensible en s u conducta, ni
h a c e r diferencia entre lo sagrado y lo profano. Hanse a n i - en s u s costumbres, se a g a r r a r o n á lo que p a r e c í a defec-
mado los unos á los otros para e c h a r las puertas abajo á tuoso é irpegular en su a i r e , en s u voz y en toda su p e r s o -
golpes de h a c h a s , como hubieran derribado ios á r b o l e s en n a . D e s p u é s de haber procurado hacerle á él despreciable,
«na floresta; han volcado las puertas á hachazos y á g o l - comenzaron á predicar la o b l i g a c i ó n de o b s e r v a r e n el c r i s -
pes. Esta nación i m p í a , y (odas sus sectas, aunque d i f e - tianismo l a l e y de M o i s é s . Los g á l a t a s , pueblo simple y
rentes entre si en dogmas, en e r r o r e s , en intereses, han g r o s e r o , se dejaron persuadir de los h a l a g ü e ñ o s d i s c u r -
convenido s i e m p r e en este a r t í c u l o ; todos han dicho u n á - sos de aquellos falsos doctores; sin embargo, muchos se
nimemente: « A b o l a m o s en la tierra todas las fiesüts del opusieron á estas novedades, de lo que r e s u l t ó m u y p r o n -
S e ñ o r . » ¿ Q u i é n no ve en esta muestra el verdadero r e - to un cisma en aquella I g l e s i a . H a b i é n d o l o advertido s a n
trato de los herejes de los ú l t i m o s siglos? T a l es el salmo Pablo, y queriendo c o r l a r el curso á un m a l tan g r a v o , e s -
del c u a l ha tomado la Iglesia las palabras que componen c r i b i ó á los g á l a t a s con toda la fuerza y la vehemencia que
•el introito d é l a m i s a d o e s f e d i a : « A c o r d a o s , S e ñ o r , de e x i g í a semejante abuso. Comienza por establecer i n v e n c i -
l a alianza que hicisleis en olro tiempo con nuestros p a - blemente su apostolado, como que ha sido llamado á 61
d r e s , y no o l v i d é i s para s i e m p r e á vuestro p o b r e p u e b l o . » por el mismo Ji'sucnsU». R e í i e r c su c o n v e r s i ó n m i l a g r o s a ,
A c o r d a o s , S e ñ o r , de todas las m a r a v i l l a s que obrasteis en y prueba la aulenlicidad de su m i s i ó n . Desciende luego a l
nuestro favor ; acordaos que sois nuestro Criador, n u e s - origen del m a l , y á lo q u a habia dado l u g a r á aquellas
tro protector, nuestro l i b e r t a d o r ; no o l v i d é i s que sois contestaciones y al c i s m a . Demuestra por un raciocinio,
nuestro Dios, y nosotros somos'vuestro pueblo; vuestro a l cual nada h a y que r e p l i c a r , y por diversos pasajes do
honor e s t á , en cierto modo, interesado en s o c o r r e r n o s , la E s c r i t u r a , que ni la c i r c u n c i s i ó n ni la l e y de Moisés s i r -
puesto que nuestros e n e m i g o s son los vuestros. L e v a n - ven y a para n a d a ; que las bendiciones prometidas á A b r a -
taos, S e ñ o r ; vuestra causa igualmente que la nuestra es ham son para los fieles que h a n c r e í d o en J c s u c r i s l o ; que
la que os pedimos encarecidamente que d e f e n d á i s , y que propiamente hablando, solo el S a l v a d o r divino y sus d i s -
no r e c h a c é i s las s ú p l i c a s humildes de los que os buscan c í p u l o s son los verdaderos hijos de A b r a h a m , y los h e r e -
con todo s a c o r a z ó n . ¿Perqué ¡ ó Dios m i ó ! nos h a b é i s deros de las bendiciones y de las promesas. Que en la E s -
abandonado, como si nada t u v i é s e m o s que e s p e r a r de vos? critura es preciso distinguir el sentido h i s t ó r i c o y carnal,
¿ p o r q u é e s t á i s tan irritado contra las ovejas de vuestro y el s e n ü d o a l e g ó r i c o y e s p i r i t u a l , q u e es al que p r i t í c i -
r e b a ñ o ? ¿Está per ventura ¡ó Dios m i ó ! encendida para p a l m e n í e ha al.emlido e! E s j ú i l u Santo ; quo los j u d í o s
s i e m p r e contra nosotros vuestra i r a ? ¿ n o a c a b a r á n j a m á s c a r n a l e s , esto es, s e g ú n la c a r n e , e s t á n figurados en A g a r
estos m a l e s ? ¿ h a b é i s arrojado p a r a s i e m p r e este pueblo, é I s m a e l , y al contrario ios cristianes en S a r a é I s a a c ; que
en olro tiempo tan querido, tan privilegiado, que vos m i s - por la fé hemos entrado en la dichosa libertad de hijos de
mo b a b r i s conducido por el desierto, y como buen p a s í o r Dios, y herederos de las bendiciones y las p r o m e s a s ; q u e
alimentado con el pan de los á n g e l e s ? E n todo este salmo los hebreos bajo de la ley no han sido mas que esclavos;
so ve un modelo perfecto de una o r a c i ó n afectuosa y l l e - que s e g ú n la E s c r i i u r a el esclavo debe ser arrojado con s u
na de confianza, m u y á propósüo para todas las c a l a - hijo, porque el hijo de la que es esclava no s e r á heredero
midades p ú b l i c a s , y para pedir a l S e ñ o r que se digno con el b i j ó de la que es libre. Por lo que hace á nosotros,
h a c e r que cesen los azotes b;\jo de los c u a l e s g i m e el a ñ a d e , no somos hijos de la e s c l a v a para que estemos s u -
pueblo. jetos á los preceptos serviles de la antigua l e y , sino de la

L a E p í s t o l a d é l a misa de este dia e s ' á lomada de l a i n s - que es l i b r e , esto os, de la l e y de g r a c i a , y osla dichosa

t r u c c i ó n que s a n Pablo da á los g á l a t a s para enseñarles libertad es la que Jesucristo nos h a dado, y la que v u e s -

que la ley no j u s l i l i c a , y que no puede niguno j u s l i i i c a r s c tros falsos doctores quisieran d e s t r u i r , ó a l menos i n u t i l i -

sino por la f é , la c u a l e s c o m o la vida dol justo. Para c o m - zar si pudiesen. S u s perversos designios y sus p e r s e c u c i o -

prender toda esta E p í s t o l a , y entrar en el verdadero s e n - nes h a n sido figuradas en la E s c r i i u r a , y su cumplimiento

tido del a p ó s t o l , conviene s a b i u - q u e habiendo predicado lo veis bien claro en el d í a ; porque a s í como entonces el

s a n Pablo la fé do Jesucristo en G a l a c i a , que era u n a p r o - que habia nacido s e g ú n la c a r n e , eslo es, I s m a e l , p e r s e -

vincia del Asia menor, entro la Capadocia y la F r i g i a , c o n - g u í a al que lo era s e g ú n el e s p í r i t u , eslo es, I s a a c , a s í s u -

virtió allí tan g r a n n ú m e r o de gentiles, que en poco t i e m - cede a h o r a . S a b e d , pues, c o n t i n ú a el santo a p ó s t o l , que la

po f o r m ó una I g l e s i a considerable. L a p r i m e r a vez que f u é ley no se ha dado á vuestros padres sino para detener s u s
DESPUES DE PENTECOSTES.
Irasgresioncs; igualiiienlu los que vivían bajo do la ley la nueva alianza; puesto que ninguno, ni en una ni cu
oslaban soinetitlos á la maldición fulminada lanías veces otra alianza, ha podido salvarse sino en contemplador! y
conlra los que no observaban las ceremonias legales. Je- por los méritos de Jesucristo, listo es lo que hace decir
sucristo solo es el que nos ha librado de esía maldición aquí á san l'ablo, quo la Escritura no dice que las prome-
por la luuerle que lia querido sufrir en la cruz: Jesucristo,sas hayan sido hechas á Abraham y á los que nacerán de
les dice , nos ha eximido de la maldición de la ley , ha- él, sino á Abraham y al que debia nacer de él, que es Je-
biéndose hecho por nuestro amor un objeto de maldición, sucríslo. f.a promesa, dice santo Tomás, es histórica y fi-
según lo que estaba escrito: maldito el hombre que eslá gurativa: histórica y literal en Isaac y su posteridad se-
clavado en una cruz. En fin, les hace recordar que por la gún la carne; figurativa y espiritual en Jesucristo y los
fé, y nó por la ley, han recibido los dones soljrenafuraies fieles. San Pablo tenia toda la autoridad necesaria, dice
del Espíritu Sanio , lo cual con respecto á ellos era ana este gran doctor, para dar al texto figurativo un sentido
prueba evidente de que la ley no era de modo alguno ne- determinado y cierto, y capaz de fijar nuestra fé.
cesaria para recibir la gracia de la jusliíícacion. Habla de «Ué aquí, pues, lo que yo digo : habiendo hecho Dios
la ley de Moisés, en cuyo lugar ha snstiUiido la ley de Je- como un contrato y una alianza con Abraham, por la cual
sucristo que es la única que ahora debemos seguir, lié promete á su generación espiritual, esto es, al que debia
aqui lo que desenvuelve el verdadero sentido de la E p í s - nacer de él, que es Jesucristo, todo género do bendicio-
tola. nes; la ley que no se ha dado hasta cuatrocientos treinta
«Las promesas se han hecho á Abraham, y al que de afios después, no ha podido anular ni desvanecer la p r o -
él nacerá.» No se ha dicho, advierte san Pablo, y á los mesa hecha á Abraham. Ahora bien, si por la fé', inde-
que nacerán de él como si fueíen muchos, sino como si so- pondienlemenle de la ley, hemos llegado á ser herederos
lo se tratase de uno, y al que nacerá de él, esto BW, á de los bienes celestiales, luego no será ya por la prome-
Cristo, llabia Dios hecho dos especies de promesas á Abra- sa, la cual queda vana y nula por la ley. Sin embargo á
ham : las unas miraban á su propia persona; las otras á Abraham y á su linaje es á quien se han prometido las
su linaje y á su posteridad. Dios cumpliólo que habia pro- bendiciones independientemente de la l e y ; no es, pues,
metido á la persona de Abraham, colmándole de bienes la ley la quejustilica y la que da la herencia, sino la fé.
temporales, y concediéndole con una numerosa posteridad « ¿ D e q u é eirve, luego, la ley, si sin ella puede uno
una vida tan dichosa como larga; pero su justicia, su obe- justificarse y llegar á ser heredero do las bendiciones
diencia y su fé no debía recompensárselo sino en el cielo. prometidas? La ley, responde san Pablo, se ha esta-
Por lo que hace á su posteridad, se la puede considerar, blecido á causa de los crímenes que fee cometían.» Aquel
dicen los inlérpreles, según la carne, y según el espíritu: pueblo, enloramenle carnal y grosero, cometía m i l fallas
Isaac es el hijo de Abraham según la carne, y Jesucristo graves lodos los días sin temor y sin remordimiento. Pa-
en cuanto hombre es su hijo según el espíritu, y á Jesucris- ra darles, pues, á conocer estas faltas, é instruirles do
to propiamente es á quien se dirigen las promesas hechas ellas, se les ha dado la ley á Gn de que reconociesen, vio-
á Abraham y á su estirpe, y solo en Jesucristo es en quien lándola, los enmones de que so hacían culpables, y se
se ha cumplido esta promesa: «Todas las naciones de la contuviesen por lo ménos, por el (emor del castigo ordo-
tierra serán benditas en el que saldrá de tí.» Es evidente nado por la ley. No se habia dado en efecto la ley para
que esta promesa no se ha cumplido en Isaac, puesto quo merecer las bendiciones y la herencia prometidas en v i r -
los hebreos no lenian comercio alguno con las naciones tud de la alianza contratada, sino para que sirviese como
extranjeras, á las cuales miraban con horror. Estas ben- de luz para reconocer las fallas, y como de freno para e v i -
diciones universales y sobreabundantes no soban cumpli- tarlas. Esta ley no se habia dado mas que basta la venida
do sino en Jesucristo, verdadero Isaac inmolado en ta cruz del que debía nacer, esto es, hasta la venida de J e s u c r í s -
por todas las naciones, por lodos los hombres, y del que •lo, que modianlesu espíritu y su gracia nos da bastante á
el primer Isaac no era mas que la figura: en Jesucristo conocer hasta las faltas mas tijeras, y al mismo tiempo
únicamente es en quien han sido benditas todas las nacio- nos da la fortaleza para evitarlas; así que, habiendo v e n i -
nes: no era tampoco la raza d é l o s judíos ¡a que debia do Jesucristo, la ley antigua que losángelos habían i n t i -
imilliplicarso como las estrellas del cielo, y como la are- mado por el ministerio de un mediador que es Moisés, tío
na que está en la orilla del mar; nada fué mas limitado es ya necesaria para la salvación en cuanto á sus precep-
que la Judea; débé pues entenderse esta promesa do la tos y ceremonias legales.
generación espiritual de Jesucristo, que son los cristia- Pero me direís, continúa san Pablo, ¿luego la ley os
nos, y se ha cumplido en la Iglesia y de ningún modo en conlra las promesas de Dios? De ningún modo. Las p r o -
la sinagoga. mesas se han hecho índopondionlomenle de la ley, y la
No entra aquí san Pablo en el pormenor del cumpli- misma ley es como un efecto do las promesas, puesto quo
miento de las promesas hechas á la estirpe carnal de ella es una señal de la protección de Dios sobre los hebreos,
Abraham; limítase á la estirpe espiritual, que es Jesucris- á quienes se ha dado para que les sirviese do luz, de fre-
to, dice san Agustín, en cuanto que ella es la que forma no y 'de g u í a ; mas osla ley no tenía la virtud do justíficar-
toda la Iglesia de los fieles de lodos los siglos, de cual- los por sí misma; recordábalos las promesas, y los hacia
quiera nación y de cualquiera país que sean. Si los pa- entender que no debían ver los efectos y el cumplimiento
iriaicas, los profetas, los santos del antiguo Testamenlo de ellas según su verdadero sentido, yino por la fé de Je-
han tenido parteen las bendiciones de la generación es- sucristo. «Mas la líscriluraí afiade san Pablo, lo ha suje-
pirilual, no es en cualidad de hijos de Abraham, según tado todo al pecado, á fin de que por la fé en Jesucristo se
la carne, sino solo como imüadores de su fé, y como per- cumpliese la promesa con respecto á los que c i e y o s o n . »
tenecientes ya á la generación espiritual do Josucríslo y á La ley, dice san Crisóslomo, ha convencido á los que han
524 DOMINGO D E C I M O T E R C I O
vivido antes de la fé, que vivian en el error, acerca de un Jesús no podía admirarse de nada, conociendo todo lo que
gran número de punios de moral. Ella ha hecho ver á los debía suceder aun antes que sucediese; quería solo a b r i r -
judíos que vivian bajo de la ley que eran prevaricadores; nos los ojos para que viésemos niiostra ingratitud para con
en fln, ella les ha hecho esperar; pero no les ha dado el Dios. Dichoso aquel, dice san Agustín, que á ejemplo de
remedio eficaz á sus males. Este no le han podido ohtener este samaritano, considerándose como estranjero con res-
sino por la fé en Jesucristo. La antigua ley no se ha pro- pecto á Dios, le da muestras del mayor reconocimiento
mulgado, concluye el santo Apóstol, para justificar á los por los beneficios mas pequeños, persuadido que nada es
hombres, sino para hacerles conocer su flaqueza, y que se tan gratuito como lo que se hace por un estranjero y un
penetrasen mejor de la necesidad que tenian de la fé de desconocido. Tenía también el Salvador la ¡dea de indicar
Jesucristo, su Iledentor y Mesías, y que no hahiaotro m e - por estas palabras cuan diferente seria con respecto á él la
dio que esta fé para a d q u i r i r l a herencia. conducta de los gentiles de la del pueblo judío, el cual no
El Evangelio de la misa de este dia contiene la cura- debía pagarlos favores tan insignes de que habia sido c o l -
ción milagrosa de diez leprosos cuya historia es como s i - mado sino con la mas insigne y la mas negra de todas las
gue: ingratitudes. « Levántate, » le dice, « v é , tu fé le ha sal-
El Salvador, que por donde quiera que pasaba iba h a - vado. » Seguramente los otros habían tenido fé, puesto
ciendo bien, y que obraba maravillas por todas parles, que sin replicar habían obedecido y habian sido curados;
yendo á Jerusalen para la fiesta de la Dedicación, pasó por pero el reconocimiento de este le atrajo otras nuevas g r a -
medio de la Samarla y de la Galilea. A l tiempo de entrar cias, y e s verosímil que el Salvador promete aquí alguna
en un pucblecillo vió venir hacia él diez leprosos, que de- cosa particular á este samaritano, con respecto al bien de
teniéndose léjos, porque la ley les prohibía comunicar con su alma y á su conversión. Figura insirucliva de lo quo
nadie, inmedialamenlequele vieron desdo donde estaban, sucede todos los días en el cristianismo. Muchos hay que
gritaron diciendo: Jesas, Maestro nuestro, compadeceos de reciben de la misericordia del Señor curaciones milagro-
nosotros. Luego que el Salvador hizoalto en ellos: I d , les d i - sas, y muchos pecadores convertidos beneficios singula-
jo, mostraos á los sacerdotes. La ley establecía jueces de esta res, gracias particulares; pero pocos se portan con un
enfermedad á los sacerdotes, á los cuales tocaba el decla- verdadero reconocimiento, y por esla negra ingratitud so
rar silos que se les presentaban estaban atacados de ella, hacen indignos de nuevos favores.
6 si estaban bien curados. Aquellos cuya curación esta-
ba reconocida ofrecían desde luego dos gorriones, y ocho La oración de la misa de este dia es como sigue:
dias después ofrecían dos corderos y una oveja, y si eran Omnipolens sempilernc Dios omnipotente y eterno:
pobres un cordero ydos tórtolas. Enviando Jesucristo los Deus, da nobis fidei, spei aumentad en nosotros siempre
leprosos á los sacerdotes, les daba á entender que que- el charitatis augmentum: mas y mas la fé, la esperanza
d a r í a n curados en el camino, puesto que no debían irse á et] MÍ mereamur assequi y la caridad; y á fin de quo
presootar a los sacerdotes sino á fin de que estos pronun- quod promitlis , fac nos' podamos adquirir lo que nos
ciasen sobre su curación, y que no pudiesen dudar de su amare quod prwcipis. Per prometéis, haced que amemos
misión con un testimonio tan seguro como el del milagro. Dominum... lo que nos m a n d á i s . Por nues-
Cumplieron con gusto los leprosos lo que el Salvador tro Señor Jesucristo, etc.
les- mandaba; no dudaron un momento en tomar el camino
La Epístola es del cap. 3 de la carta de san Pablo apóstol á
de Jerusalen como si ya hubiesen quedado enlcramente
limpios de su lepra. Su fé recibió sobre la marcha su re- los gálatas.
compensa, y apenas se pusieron en camino cuando todos Fratres : Abrahce dictee Hermanos mios: Las p r o -
se hallaron perfectamente sanos. El regocijo que les cau- swnt promissiones, el se- mesas se han hecho á A b r a -
só sn curación, hizo que se olvidasen de aquel á quien se mini ejus. ¡Son dicü el se- ham, y al que nacerá de él.
la d e b í a n ; de los diez que eran, no hubo mas que uno á miruí/ws, quasi i n m u l l í s ; No ha dicho á los que nacerán,
quien ocurriese el pensamiento de volver á dar gracias á sed quasi i n uno : el semi- como sí hubiesen de ser m u -
su insigne bienhechor, y aun este era samaritano, y por m luo , qui est Chrislus. chos, sino cual si no se trataso
consiguiente mirado como gentil y estranjero; los otros Uoc aulem dico, teslamen- mas que de « n o , y al que na-
nueve» que eran judíos, no fueron tan reconocidos. El sa- tum confirmakim a Deo : cera de tí, el cual es Cristo. Ué
maritano, pues, volvió al mismo sitio sin dejar de alabar queepost quadringentos et aquí, pues, lo que yo digo. La
en alta voz la bondad del Salvador, y eialfar su omnipo- Iriginta annos facía est alianza que el mismo Dios ha
tencia. Luego que llegó á donde estaba Jesucristo, se pos- lex, non i r r i t u m fácil ad ratificado, no la anula la ley
tró á sus piés, pegado su rostro con la tierra, y le rindió emcuandam promissio- que se ha promulgado cua-
mil acciones de gracias por su curación. nem. Nam si ex legekere- trocienlos y treinta años des-
Recibióle Jesús coa su acostumbrada dulzura; pero sig. l í a s , j ' a m tiorn ex promis- pues, de suerte que sea vana
nificó bien lo quo le llamaba la atención el paso que aca- sione. Abrahce aulem per su promesa. Porque sí el de-
baba de dar, y la ingratitud de los otros que no estaban repromissionem donai'tt recho de heredar está f u ñ -
menos obligadoí! que él á hacer lo mismo. Por esto dijo en í a i s . Oiitd igitur lex? dado en la l e y , ya no lo está
alta voz : Q u é , ¿ no han sido diez los curados? ¿ d ó n d e Proplcr transgressiones en la promesa ; ahora bien, á
están, pues, los o^os nueve? ¿ P r e c i s a m e n t e no hay otro posila est, doñee veniret Abraham se lo ha dado Dios
que este estranjero que haya sido agradecido, y que haya semen, cuipromiscrat,or- por la promesa; ¿ p a r a q u é
dado gloria y gracias á Dios por el beneficio recibido? La dinataper angelosinma- sirve, pues, entonces la ley ?
sorpresa que demuestra aquí el Salvador, no es efecto de nw medialoris. Mediator Esta se ha establecido á causa
una estrañeza verdadera, ó de una especie de ignorancia: aulem unius non est: Dcus de los crímenes basta la veni-
DESPUES DE PENTECOSTES- 525
autem m u s est. Lex ergo da del que debia nacer, y en za, inmortalidad bienaventurada para los verdaderos fie-
adversus promissa Dei? favor de quien se habia hecho les, para aquellos que incontrastables en la fé no se dejan
J4ÍISÍÍ. 5í enim data m e l la promesa; y los ángeles la llevar acá y allá á todo viento en materia de doctrina, ni
lex, quce posset vivificare, han ¡nlimado por el ministerio seducir por la malicia de los hombres, ni por las astucias
veré ex lege esset j u s l i l i a . de un mediador. Ahora bien, de que se sirven para empeñarlos en el e r r o r ; sino que
Sed conclusit Scriptura el mediador no lo es de uno poniéndola verdad en práctica creen de lodos modos en
omnía subpeccalo, ut p r o - solo, y sin embargo Dios rio es aquel que es la cabeza y «1 Cristo. Pero para los que q u i e -
missio ex (ide Jesu Chrisli mas que uno. ¿Luego la ley ren contradecir, que se aferran á no rendirse á la verdad,
daretur credentibus. * es contra las promesas de Dios. que permanecen obstinadamente en el error y en el eslra-
Nada menos. Porque si la ley vío,no hay mas que ira, indignación y desventura eterna.
se hubiese dado de modo que Carácter de los herejes, que no rehusan el rendirse á la
pudiese justificar, la justicia verdad sino por un espíritu de indocilidad y contradicción.
vendría efectivamente de la Ahora bien, si este espíritu de división, de rebelión , de
ley. Pero la Escritúralo ha su- obstinación, subleva tan justamente contra ellos á las
jetado todo al pecado, á fin de potestades de la tierra, ¿qué deben esperar de la indigna-
que por la fé en Jesucristo se ción de Jesucríslocuando vendrá á juzgarlos? Entonces sa-
cumpliese la promesa en los brá muy bien humillar á estos corazones rebeldes, á estos
que creyeren. espíritus indóciles, y vengar á la Iglesia su esposa del
Queriendo san Pablo que los gálalas convertidos com- desprecio que h a b r á n hecho de sus juicios: no hay nieblas
prendiesen bien que la ley dada á los hebreos por minis- que oscurezcan la fé, que no nazcan do la corrupción del
terio de Moisés no les podía justificar, les propone el corazón, y que no condense el orgullo. De aquí nace la
ejemplo de Abraham, que no pudo haber sido justificado ceguera que impidiendo ver el estravío, causa la tenaci-
por la ley, la cual no se dió hasta cuatrocientos y treinta dad en el error. Quitad la corrupción del corazón y el o r -
aiios d e s p u é s ; y que así, aquel santo patriarca no fué j u s - gullo del espíritu, dicen los Padres, y ya no habrá here-
tificado sino por la fé en Jesucristo : « Abraham creyó á jes. J a m á s se arraigó el error en un espíritu humilde ni
Dios, y esto le fué imputado ajusticia. (Ad Rom. 4 . ) » en un corazón puro.

REFLEXIONES. E\ Evangelio de la misa de este dia estd tomado del do


san Lucas, capitulo 47.
« A fin de que por la fé en Jesucristo se cumpliese la
promesa en los que creyeren. » Toda nuestra salud se I n illo tempore : Dum En aquel tiempo: Yendo Jc-
apoya en la fé en Jesucristo : la fé en Jesucristo es la base tret Jesús i n Jerusalem, sus á Jerusalen, por medio de
de nuestra salvación; de la fé vive el justo, y por ella transibal per mediam Sa- la Samaría y de la Galilea, al
hizo todas las obras de la ley : aun cuando hubiese tenido mariam et G a l i l m m . E t entrar en un pueblecillo d i v i -
probidad, buena fé, rectitud, aun cuando hubiese sido cumingrederetur quoddam só diez leprosos, que mante-
irreprensible en sus costumbres, aun cuando hubiese tenido caslellnm , oceurrerunt ei niéndose á lo lejos esclamaron,
caridad con los pobres, sin la fé en Jesucristo hubieran decem v i r i leprosi, qui diciendo: Jesús, Maestro nues-
sido virtudes aparentes, bellas cualidades puramente na- steterunt a longe : et le- tro, compadeceos de nosotros.
turales, frutos agrestes y nunca maduros de un árbol s i l - vavermt vocem, diceníes: Luego que los apercibió : I d ,
vestre. La promesa de la herencia ha sido hecha á aquel Jesu pmceptor , miserere les dijo, mostraos á los sacer-
que debia nacer de Abraham, esto es, á Jesucrislo; es me- nostrt. Qms u l vidit, d i - dotes; y cuando iban queda-
nester ser miembro de su Iglesia para ser del número de m i : Ite, oslendite vos sa- ron curados. Uno de ellos, i n -
sus hijos. To:lo miembro separado del cuerpo se pudre. cerdotibus. Et factum est, mediatamente que se vió c u -
Puede muy bien embalsamársele, esto es, conservarse ar- d i m irenl, mundati sunt. rado, volvió adonde habia par-
tificiosamente su color y su consistencia. La carne se con- Vnus autem ex illis , ut t i d o a l a b a n d o á D i o s e n alta voz,
serva; pero el miembro está muerto desde que no perte- vidit quia mundatus est, y se arrojó á los pies de Jesús,
nece á la cabeza, y no pertenece á la cabeza desde que regressus est, cum magna pegado su rostro contra el sue-
está separado del cuerpo. Terrible y espantosa verdad vocemagnificans Detm,et lo dándole repetidas gracias;
•para todos los herejes, para todos los cismáticos, esto es^ cecidil infaciem ante pedes era este un samaritano. Dijo
para todos aquellos á quienes la Iglesia de Jesucristo se- ejus , gratias agens : et entonces J e s ú s : ¿No eran diez
para de su cuerpo. Por mas que se lisonjeen de que perte- hic erat samaritanus. los curados? ¿ d ó n d e están los
necen al cuerpo , si el cuerpo no les reconoce por miem- Respondens aulem Jesús, otros nueve? ¿Solo este es-
bros suyos, y si no son ya miembros, ¿ c ó m o p e r t e n e c e r á n dixit : Nonne decem m u n - tranjero es el que ha venido á
á la cabeza? Los apóstoles lamentaban la suerte desgra- dad sunl ? el novem ubi dar gloria á Dios? Después lo
ciada de aquellos que habiendo sido reengendrados por SMTII? Aron esl inventus qui dijo á é l : Levántate, vé, tu fó
las aguas saludables del bautismo, instruidos por el espí- retítrei, et dar el gloriam te ha salvado.
ritu de verdad en la escuela de Jesucristo, habían cerrado t)eo, nisi hoc alienigcna.
los ojos á la luz para no caminar mas que en las tinieblas, E l a ü i l l i : Surge , vade :
y a b a n d o n á n d o s e á su propio espíritu, no tenían ya por quiafides tita te salvumfe-
guia mas que al espíritu del error : Estaban entre noso- cit.
tros, decían, sin p e r t e n e c e r á nosotros ; llevaban el nom-
bre de crislianos, sin tener el espíritu de cristianos. Todo
género de bendiciones, dice el Apóstol, gozo, confiau-
52G DOMINGO DÉG1MOTERC10
pero ya le detesto: aumentad mi dolor, y perdonadme
MEDITACION. mis pecados.
Prvro SKr.cN¡>o.—Considera que. nos e n g a ñ a m o s l l a -
Que no hay otro mal verdadero en la tierra mas que el mando males á lo que puede coulribuir á nuestra felicidad.
pecado. Todo, menos el pecado, puede ser úiil á una alma fervo-
rosa.
PLNTO PRIMERO. — Considonvqne la lepra se ha mirado Las desgracias, las persecuciones, las enfermedades,
siempre en el sonlido moral como la figura y la imagen la pobreza, la muerte misma, todo puede servir para h a -
del pecado. La analogía es bástanle clara: la lepra es cernos felices, puesto que todo esto puede servimos para
una efusión de sangre alterada y cot rompida , que cor- hacernos santos.
rompe todo lo esterior del cuerpo; es una especie do c á n - Pocos sanios hay que no deban, por decirlo así, á las
cer universal, que apenas secura sino por milagro, y que persecuciones, á la adversidad, á los padecimientos, algún
pone enfermo y horrible todo el cuerpo. La lepra.hace la grado, por lo menos, de su elevación cu el cielo. ¿Qu.; no
voz enronquecida y cascada; el pulso del enfermo es pe- deben los mártires á los suplicios ? Vuestros parientes,
queño y pesado, lento y relraido. El rostro del leproso se vuestros amigos os perseguirán, dice el Salvador, pero no
parece á un carbón medio apagado, grasiento, lustroso é por esto seréis desgraciados: toda la malicia, toda la r a -
hinchado, sembrado de barros muy duros, y causa hor- bia de los mas crueles tiranos no es capaz de arrancaros
ror; sus ojos están encarnados é inflamados; su lengua un solo cabello de vuestra cabeza. Cuando es uno agrada-
está seca, negra y ulcerada; toda su piel está cubierta ble á Dios, cuando Dios le quiere , ¿ q u é es lo que tiene
de úlceras ó escamas como el pez; todo su cuerpo exhala que temer? ¡ Qué error el mirar el aborrecimiento dv' parto
una hediondez horrible, y llega á tal grado do insensibili- del mundo como un mal I cuando si el mundo nos abor-
dad que puede atravesársele un brazo y las partes mas rece es porrpie amamos á Dios, porque le servimos. j O u é
sensibles sin que esperimente dolor alguno; en fin, lodo favores, q u é venlajas no ofreció el mimdo á san Yicnilc
su cuerpo se pudre y mucre, por decirlo así, ántes que para pervertirle! y cuando rechazó todas sos seducíoras
muera el enfermo, el cual siente un calor maligno lan promesas, i con q u é suplicios tan crueles no le amenazó !
grande que arde en medio del mayor frió. No es posible Pertt ¡con q u é ánimo despreció aquel santo las caricias y
hacer un retrato mas semejante del pecador que el del los tormentos del tirano! el tormento mas crudo lo errcuen-
leproso, ni se necesita hacer la aplicación; no hay nada tra en sus caricias i pierde la vida ántos que perder la
que se eche de ver tanto como esta semejanza; por tanto amistad de su Dios; ¿ c u á n d o pensaremos nosotros asi?
puede llamarse el pecado la lepra del alma. Comprenda- ¿cuándo raciocinaremos conforme á estos principios?¿Pasa
mos, pues, de aquí, q u é mal es el pecado; no hay verda- el dia de hoy oí pecado por el mayor de todos los males?
dero mal sobre la tierra mas que aquel que j a m á s puede ¿se le mira como un mal por aquellos que se complacen,
mirarse como un bien, que es el único que nos priva del que tal vez tienen como un honor el cometerle? Llámase
verdadero bien, y hasta de la fuente de todos los bienes, un mal la pérdida de. la hacienda, una aflicción, una per-
y (al os el pecado. secución, una desgracia, que son sin duda unas fiienlcsde
De cualquier modo que so mire el pecado, siempre es bendiciones según los designios de la Providencia. Tero
pecado. Juzguemos do él como juzga Dios: el pecado será ¿se mira el pecado como un gran mal cuando se le consi-
eternamente el objeto de su odio y de su indignación; lo dera como un medio de hacer foríuna?
será también eternamente de nuestro arrepentimiento, ¿y ¡ En q u é ceguedad he vivido hasta aquí. Dios mió! per-
cómo puede serlo hoy de nuestra solicitud y do nuestra donadme mis iniquidades, dignaos escuchar mis votos.
complacencia? Haced, Señor, que ántes sufra lodos los tormenlos; snje-
Todo lo que llamamos males en la tierra, no lo son sino ladme á todos los males de esta vid:i antes qm; yo cómela
en tanto que son consecuencias del pecado. El pecado es j a m á s un solo pecado.
el que ha inundado la tierra de tantas desdichas: él es el jAcrr..VTOims. — j Desgrariados de vosotros, hombres
que ha encendido el fuego del infierno; solo el pecado es impíos, que habéis abandonado la ley de vueslroDios!
el que hace desgraciados, la alegría y la tranquilidad se (liccles. i l . )
encuentran dondequiera que reina la inocencia. Siendo ¡Qué horrible os caer en las manos del Dios vivo, y lle-
Dios un bien infinito, constituyendo él mismo todo bien, gar á ser el objeto de su i r a ! (Ilebr. 10.)
nunca podria comunicar otra cosa. Solo el pecado produce
todo mal privándonos de este bien . Esta es la verdadera PROPOSITOS,
idea del pecado. Pero ¿es menor mal el pecado, es menos 1 Concibe lan grande horror al pecado, que eslés
pecado porque tengamos de él otra idea? pronto á perder los bienes, la salud, la vida misma ántes
Las reuniones divertidas de las que está siempre des- que perder la gracia. Sol íamos muy dignos de láslima si
terrada la inocencia; los regocijos del carnaval, siempre esluviésemos en otra disposición. Pero porque de nada
tan criminales; los espectáculos, los placeres profanos, sirven los mejores sentimieulosH no se reducen á la p r á c -
origen fatal de tantos desórdenes; ¿ p r u e b a todo esto que tica, siempre que nos sucediere alguna cosa sensible, ó
se mira el pecado con horror? y las mismas personas que que aconteciere á los demás alguna desgracia, lomemos
viven encenagadas en tales desarreglos, ¿viven siem- la santa costumbre de decirnos á nosotros mismos: no
pre con mayor inocencia? familiarízanse con el pecado; hay mal sino el pecado; consolémonos; esta pérdida de
pero ¿se acostumbrarán también á la pena que debe se- la hacienda ó de la salud puedo sernos ventajosa: pre-
guirle? servadnos, Señor, de todo pecado; ningún olro mal l o -
¡.\b Señor, q u é mal he conocido hasta aqui el pecado! memos.
DESPUES DE PENTECOSTES. 537
2 Sirva mono;; (l** lodos los accidentes molcsíos qno acordaos do él en vuestra morada: uno solo de los dias
puccílen eii b vida para decir á nuestros hijos, á nueslros que yo pasaré en osle santo lugar, me será inünilaracntc
amigos, a nuestros domésticos, qno no hay pro¡)iamei!le mas dulce que otros mil que estuviere en cualquiera otra
mas que un solo mal que temer sobre la tierra, y que este parle.»
es el pecado. Sea este nuestro proverbio favorito, líepilá- Arrojado David de Jerusalen por Absalon, espone enes-
moslosin cesar á Éuésttai liijos; digámonoslo á nosotros le salmo el deseo ardiente que tiene de volver á ver el
misinos cien veces al dia, y no nos pasemos ni aun las fdabernáculo;» estoes, el lugar santo en que Dios quería
mas pequeñas mentiras oficiosas, ni las restricciones nien- que le pidiesen, antes de haber edificado Salomón el f a -
lales, quo son verdaderas mentiras disfrazadas, ni las me- moso templo de Jerusalen. Filón describe este «taberná-
nmvs iinpacieneaas. Todo lo que pueda alterar, por poco culo» del modo siguiente: Era un edilicio compuesto de
q a t sea, lacarid-id, debo sernos etilredieho. La demasia- cuarenta y ocho tableros de cedro revestidos de oro maci-
da iadnigoncia ton nosotros mismos al tiempo que tene- zo, bajo do cada uno de los cuales había n i basamen'.o
mos fan po(;a coa los demás, es por lo común el origen de de plata, y encima unchapitel de oro. Estaba rodeado con
mticlias fallas. Todo lo que puede hacer algún agravio al diez piezas de tapicería de diferentes colores preciosos, do
prójimo, por lijero que sea, y cuanto tenga la sombra so- jacinto, de p ú r p u r a y de escarlata; cada una tenia veinte
lamente de pecado, debe causarnos horror. La imagen codos de largo y cuatro de ancho: la longitud del t a b e r n á -
sola do im monstruo horrendo espanta. Repitamos muchas culo era de treinta codos, y tenia diez de ancho; circun-
veces oslas hermosas palabras: «Quiero mejor morir, que dábale un pavimenfo de cien codos delargo y cincuenta de
manchar j a m á s mi alma.» No nos contentemos con tener ancho, cerrado con sesenta pilaritos de cedro revestidos
borroral pecado, tengámosle también á las ocasiones del de plata. La arca estaba colocada en medio del tabernáculo
pecado; huyamos de ellas tanto como del pecado mismo. en el secreto oratorio, y estaba dorada por dentro y por
No se detesta el pecado, cuando no se tiene horror á la
fuera, sobre la cual babia una como cubierta qne se llama-
ocasión.
ba «propiciatorio,» porque aplacaba la cólera de Dios: r o -
deábanla muchos velos, colocados con broches y argollas
DOJJLNGO DÉGOIOCUARTO DESPUES DE PENTECOSTES. de oro. Llamábase este tabernáculo en la Escritura el
fdabernáculo del Señor,» ó í<el tabernáculo» porescelencia.
ADVEÍITENCIA. En la Dominica 3* del mes de seliembre,
David suspira por este lugar santo adonde él iba para d i -
qm sude concurrir comunmente con la decimacuarta después
latar allí su corazón en la presencia de Dios: de este m o -
de PeMcmtés, celebramos la fiesta de los DOLORES DE MES-
do nosotros, durante nuestro destierro en esta vida, debe-
TUA. SüÑOllA.
mos suspirar por los tabernáculos eternos; esto es, por la
Ei dominga decimocuarto después do Peníceosiés so ha mansión de los bienaventurados en el cielo, nuestra ama-
llamado comunmente en la Iglesia latina el domingo de da patria. Busquemos cuanto quisiéremos nuestro reposo,
los dos Amos ó de la Providencia, á causa del Evangelio nuestra felicidad durante esta vida; no la encontraremos
qne se lee en la misa de este dia, y qne se leia ya en en ninguna parlo. La tierra, maldita por el Señor, no
licaipo de san Gregorio, Está tomado del capítulo 6 de puede producir otra cosa que abrojos. El Irono mismopor
san Mateo', en el que el Salvador declara la imposibilidad mas brilíanle, por mas rico, por mas elevado que sea, no
de servir al mismo tiempo á dos señores, como son Dios y puedo hacer á un bomlire feliz. La fortuna mas florecien-
el mundo; no siendo posible agradar al uno sin desagra- te, la mas larga prosperidad, la gloria mas brillante pue-
dar al otro, y que os una quimera el querer contentar á los den deslumhrar, pero no pueden satisfacernos plenamen-
dos, Jesuci isio exhorta en seguida á sus discípulos á que te. Después domas de seis mil años que hace que los
no se afanen tanto por las necesidades de la vida; les dice hombres trabajan por ser felices, ninguno ha podido ha-
qu:' ¡emendo Dios eomo tiene tanto cuidado de las criatu- llar todavía un reposo lleno y perfecto, que haya fijado
ras inanimadas, no es posible que las racionales queden todos sus deseos; queda siempre un vacío infinito que no
olvidadas; que conoce todas nuestras necesidades, y que pueden llenar lodos los objetos criados; no ha sillo hecho
no permitirá que carezcames de nada de io preciso con ol hombre para ellos. Es menester que se eleve hasta
tal qae nosotros pongamos en él toda nuestra coníianxa, y Dios; y desde el momento en que loma este partido, halla
qne esta religiosa eoníianza debe particularmente distin- una paz, una dulzura que no ha encontrado en otra parle,
guir á los heles de los gentiles. No es inénos interesante la seíial evidente de que Dioses el fin y el centro de, su re-
inslruceion que contiene la Epístola: está lomada de aquel poso. Aun cuando uno fuese el mayor favorito del mas
pasaje de san Pablo á los gálalas en que el Apóstol les grande monarca del mundOi y bailase todas las dulzuras
instruye y les previene en orden á ios deseos, á las obras y todas las venlajas en su servicio, todo esto seria una fe-
y á los frulos do la carne, la cual combate de continuo con- licidad quimérica, una dicha imaginaria: un solo dia en el
tra el espíritu; y sobre la necesidad de crucificar su carne, pavimento del tabernáculo, un solo dia pasado en el servi-
y no dejarse conducir sino por el espíritu. El introito de cio de Dios proporciona mas dulzuras verdaderas, causa
la misa tiene una perfecta relación con los dos asuntos; es mas bienes y procura una tranquilidad, una felicidad mas
una corta oración á Dios nuestro protector omnipotente, en -real que cien años pasados en el servicio del príncipe mas
virtud de los méritos de Jesucristo, la cual concluye por poderoso de! universo.
la sincera confesión que hacemos de que no hay honor, La Eia'stola que se leia ya en la misa aun antes del ' s i -
gloria; ventaja ni verdadera dicha sino cu el servicio de glo de Cario Magno es una regla admirable de conducta,
I>ius, que es el mejor de todos los padres. no solo para los gálalas á quienes escribe san Pablo, sino
«O Dios, protector nuestro, miradnos, fijad vuestra vis- todos ios lióles. Exhórtales el sanio Apóstol á que vivan
bi sobre el que habéis ungido rey de vuestro pueblo, y como hombres cspii iluales, según las lucos y ía dirección
DOMINGO DECIMOCUARTO
del Espíritu Santo, y do ningún modo según los deseos de suyo , la rebelión de la concupiscencia y los malos deseos
la carne, los que j a m á s se satisfacen sin dar la muerle al involuntarios; y por el bien que querría hacer y que no
alma. hace, aquella prontitud y aquella perfección en el cumpli-
¿Queréis no realizar los deseos de la carne? Ies dice: miento de la ley de Dios á la cual se opone la turbación
caminad conforme al espíritu, esto es, seguid las i m - de las pasiones. I.as almas mas santas y mas fervorosas
presiones y los piadosos movimientos de la gracia. La no están exentas de esta contrariedad de deseos. Esto es
concupiscencia es aquel apetito desreglado que ha queda- lo que hace decir al mismo Apóstol, que le es muy m o -
do en el hombre después y como consecuencia del peca- lesto el verse sujeto á esta guerra continua ; «quién m©
do. Nacemos con este enemigo doméstico. Podemos d e - librará de este cuerpo de muerle ? «esto es, de esta suje-
debililarle con el auxilio de la gracia, pero no podemos ción á las concupiscencias de la carne. Es esta, dice un
destruirle: es menester que incesantemente tengamos las sabio intérprete, una esclamacion que el Apóstol pone en
armas en la mano para combatirle; es menester velar dia la boca del pecador oprimido bajo el peso de su iniquidad,
y noche para no ser víctimas de sus sorpresas; es un y de la cual reconoce que ni la ley natural, ni la voz de
peso que arrastra tras de sí; es una sirena que encanta; es su conciencia, ni la ley escrita son capaces de librarlo.
una raizde pecado. Eí medio de contener esta inclinación, « Poique si es el espíritu el que os conduce,» prosigue el
de resistir á sus encantos y de impedir que brote esta raiz Apóstol, « l u e g o no eslais ya bajo la ley.» Gomo si dijera,
emponzoñada, dice el Apóstol, es caminar según el e s p í - que habiendo recibido por el bautismo la gracia y el Es-
rilu de Jesucristo, es vivir conforme á las máximas del píritu Santo que os conduce, no eslais ya sujetos á lodas
Evangelio, es mortificar todas las pasiones, las cuales pue- las ceremonias legales, á las cuales quieren sujetaros los
den considerarse como hijas de la concupiscencia; porque falsos doctores, para hacer inútil, si pudiesen, la nueva
ja carne pelea contra el espirilu, así como el espíritu pelea alianza y la ley de Jesucristo.
contra los deseos de la carne, n á c e n s e la guerra el uno al Os he dicho, conlimia el Apóstol, que la carne tiene sus
otro, y no hay paz ni aun tregua entre estos dos enemi- deseos, que son conlrarics al espíritu ; y que el espíritu
gos. La carne y el espíritu indican aquí los dos principios liene los suyos, contrarios á la carne : fácil es el conocer
de todas nuestras acciones morales. La carne ó la concu- unos y otros por sus obras; y « ¿ q u é cosa mas visible quo
piscencia, dice Teodoreto, es el principio de las acciones las obras de la carne? fornicación, impureza, impudici-
malas; el espíritu ó el movimiento de la gracia es el prin- cia, lujuria : vicios abominables que matan al alma e m -
cipio de nuestras buenas obras; son demasiadamente con- bruteciéndola; origen desgraciado de laníos crímenes,
trarios estos dos principios para que j a m á s estén de acuer- todos á cual mas enormes, todos á cual mas horribles,
do. De aquí aquella natural inclinación al mal que la causa detestable de la condenación de tantas almas. Del
conciencia condena: de aquí aquella inspiración, aquel mismo fondo nacen el culto de los ídolos, los envenena-
deseo de hacer el bien, que la concupiscencia conlrana: mientos, las enemistades, las contestaciones, los zelos, los
de aquí aquella ley en nuestros senlidos y en nuestros arrebatos de la cólera, las querellas, las disensiones, las
miembros, de que bahía el Apóstol, que se opone sin ce- cabalas en malcria de doctrina ; esto es, un espirilu do
sar á la ley del e s p ú i t u . La gracia ilumina, scjicila, y partido del cual nace el error, el cisma y la herejía, y
aun estrecha para que se haga el bien; la concupiscencia que alimenta el liberlinaje; espíritu de cábala en materia
clama todavía mas alto que la voz de la gracia, y emplea de doctrina, que oscureciendo las luces de la razón mis-
los sentidos, las pasiones, el amor propio, y todo lo pone ma, eslingue la fé, sofoca lodo sentimienlo de religión, ó
por obra para estinguir esta luz, y para hacer ineficaz ó inspira una rebelión tenaz contra la Iglesia. Todo e s p í r i -
inútil la voluntad de hacer el bien. A la verdad, nuestra tu de pai tido y de cábala en materia de doclrina, es un
libertad queda siempre entera á pesar de las poderosas fruto de la carne. Las envidias, los homicidios, los esce-
solicitaciones de la gracia y de la rebelión de la concu- sos del vino, las disoluciones y cosas semejantes, nacen
piscencia ; pero ¿ h a c e m o s siempre buen uso de esta l i - lodas de la misma fuente; la carne es la madre de lodas
bertad? En esta guerra continua entre el espíritu y la las pasiones, de lodos los c r í m e n e s ; así se ve que todos
carne, ¿ q u e d a siempre la victoria de parle del espíritu? los que se entregan á estos deseos, vienen á parar en hor-
¿ y no estamos nunca de inteligencia con el enemigo de ribles escesos. Luego que domina la concupiscencia, r e i -
nuestra salud, sofocando nosotros mismos los piadosos nan lodas las pasiones con imperio; nada hay que las de-
movimientos de la gracia ? La carne tiene deseos contra- tenga, y todas se derraman como tórrenles. « Esto s u -
rios al espíritu, dice el A p ó s t o l ; demasiado que lo espe- puesto os digo, como ya os lo he dicho,» afiade el sanio
rimentamos : y el espíritu los tiene contrarios á la carne; Apóstol, «que los que hacen tales obras, no poseerán el
nuestra conciencia nos lo da baslante á conocer. Uácense reino de Dios.» r ó r m e s e el sistema que se quiera, Dios
la guerra el uno al olio, añado el Apóstol, de suerte que no consulta mas que el suyo. J a m á s dejan de tener algún
nosotros no hacemos todo lo que quisiéramos hacer; es- motivo plausible los deseos de la carne; no faltarán nunca
to es, que la inclinación al mal, junta á la rebelión de las en ellos el falso zelo, la emulación, la cólera. «No hay n i n -
paciones, nos conduce con frecuencia á resislir á las luces guno que no crea, decin el Salvador, hacer un servicio á
de la razón y á los movimientos de la gracia, por manera Dios sacrificándoos á su pasión.»
que conociendo el bien, queriendo aun el bien , si bien Si nosotros estamos animados del Espíritu Santo, cami-
con una voluntad débil, cedemos á la inclinación natural nemos según el espíritu. Los frutos del espíritu, conlimia,
que tenemos al m a l , pero siempre libremente y por con- son tan opuestos á las obras de la carne, que no es posi-
secuencia por culpa nuestra. «Yo lingo el mal que no ble e n g a ñ a r s e . El fruto del espíritu y de la gracia es la
quiero,») dice san Pablo escribiendo á los romanos. San caridad, el gozo, la mansedumbre, la fé, la modestia, la
Agustín cnlicndo por el mal que el hombre buce, á pesar continencia, la castidad. Cuando uno eslá animado del
DRSPÜKS DE PENTECOSTES. 529
espíritu de Dios, tiene una cai idndcin límites y sin medida, rejado de él el amor do Dios. Mammón es una palabra s i -
so compadece de las flaquezas del prójimo, lodo lo escusa ríaca, que significa dinero, tesoro, ganancia. Tomase aquí
en los d e m á s , al paso (pie nada se perdona á sí mismo, y como una divinidad, porque en efecto los hombres lodo lo
toma parte en todos sus males. Kl justo vive de la le, pero sacrifican á las riquezas.
de una fé humilde, simple, activa. El gozo y la paz inte- Como la necesidad del dinero para todas las urgencias
rior, frutos ordinarios de la buena conciencia, no se hallan de la vida sirve ordinariamente de prelesto para j u s l i l i -
sino en un corazón puro. Una dulzura superior á todos los car la pasión de tenerlo, el Salvador declara aquí que si
acontecimientos de la vida, un fondo de bondad inagota- nosotros sirviésemos á Dios con fidelidad, con fervor y con
ble, una paciencia á toda prueba, una pureza de corazón conflanza, nos veríamos libres de muchas iffquieludes ; y
y de cuerpo, sin tacha, caracterizan á todas las gentes de el Dios omnipotente que vela tan eficazmenle sobre las ne-
bien. «Con respecto á los que tienen estas c u a l i d a d e s , » cesidades do las criaturas mas viles, proveería abundan-
dice el Apóstol, « n o hay ley ; » como si dijera, que la ley tetneute á todas las nuestras. Reposad seguramente en
antigua se acabó para los que viven según las n m i m a s todo sobre aquel de quien tenéis la vida que es preferible
del Evangelio. No habiéndose promulgado la ley antigua alalinicnlo, y el cuerpo que vale mas que el vestido: no
sino á cansa de las prevaricaciones, ni habiendo sido es- temáis que después de babores dado la vida, os niegue lo
tablecida sino conlra los que no guardaban los manda- que es necesario par conservarla. De cuántos cuidados y
mienlos de Dios, es inútil para los que cumplen con fideli- fatigas, muchas veces inútiles, nos ahorraríamos si fiáse-
dad todos los deberes de la justicia, y caminan sin cesar mos en nuestras necesidades sobre la Providencia. ¿ E l
por los senderos de la santidad. «Los que pertenecen á que provee á las de los pájaros, olvidará las de los hom-
Jesucristo, » concluye san Pablo, «han crucificado su car- bres? El Padre celestial que mantiene á aquellos sin que
ne con sus vicios y concupiscencias; » los verdaderos dis- se tomen cuidado alguno para hacer sus provisiones,
cípulos de Jesucristo, léjos de seguir los deseos de la car- ¿proveerá manos á la subsistencia de los que le conocen,
ne, ni hacer sus obras, la crucifican con una mortifica- leam:iu y le sirven, dice san Juan Crisóslomo? No c o n -
dena aquí el Salvador los cuidados justos y racionales
ción conlinua. Su estudio ordinario es el de reprimir
que deben ponerse para la propia conservación, seria ten-
todos los ímpetus de las pasiones, mortificar los sentidos,
lar á Dios el no valemos de los medios que la Providencia
y sofocar lodos los deseos d é l a concupiscencia. ¡No hay
nos proporciona para procurarnos las cosas necesarias
virtud sin mortificación ; ella es el alimento de la inocen-
para la vida: condena solamente la inquietud, la descon-
cia, fel amor del placeres el veneno del alma. La vida
fianza, la solieilud escesiva. Es menester obrar como si
blanda no fué j a m á s una vida cristiana. No hay cristiano
lodo el éxito dependiese de nuestras diligencias, dice un
que no deba d e c i r : «Yo estoy clavado con Jesucristo en
gran santo, y es menester contar con la divina Providen-
la c r u z . »
cia como si toda nuestra diligencia no sirviese para na -
El Evangelio de la misa de este dia está sacado del
da. Cuando hemos hecho prudenlemenle de nuestra parle
sexto capítulo del Evangelio según san Mateo. Es la con-
lo que depende de nosotros para proveer á nuestras ne-
tinuación de aquella instrucción admirable qno hizo el
cesidades, nuestras inquietudes en órden á esto son lan
Salvador á sus amados discípulos, en la que, después de
vanas como las del que quisiese añadir un codo á s u e s -
haberles ensenado como debe hacerse la limosna y la ora-
talura natural. La ansiedad y la estraordinaria inquietud
ción, les da un modelo de esta. Después cvliorlándolos á
son lan reprensibles como la indolencia y la inacción.
que no se consideren sobre la tierra sino como eslranjeros,
Guando no se cuenta con el auxilio del cielo y do la Pro-
les hace ver que tampoco se debe suspirar mas que por los
v i d e n c i a r e íraliaja perdiendo mucho; y si nuestras d i l i -
l)icncs celestiales y eternos, y que solo en el cielo es, por
gencias y nuestras fatigas son muchas veces eslériles, no
decirlo así, en donde se debe hacer fortuna. Las riquezas
echemos la culpa mas que á nuestra poca confianza y r e -
son el ídolo á quien dirige cada uno sus votos;' la pasión
ligión. ¿Pensamos acaso que con nuestra actividad poda-
de juntar tesoros sobre tesoros, es un tirano que hace m u -
mos tener todo lo que nccesilamos sin el concurso y el au-
chos esclavos • es un señor durísimo que manda con i m -
xilio de la divina Providencia? Dios se complace en con-
perio, y al que se'le sirve siempre perdiendo ; sin embar-
fundir nuestro orgullo y nuestra presuntuosa industria.
go, se le sirvo. Pero ¿ p u e d e servirse á Dios al mismo
¡ Qué de resortes no se hacen j u g a r ; q u é de máquinas no
tiempo que se sirve al mundo, que se sirve á ¡acodicia, quj
se ponen en movimiento para llegar á ser poderoso , para
se sirve al dios de las riquezas, ó para hablar con (oda
hacer una fortuna brillante! vigilias, aplicaciones,inli igas,
precisión, al mismo tiempo que se entrega el corazón á la
industrias de nueva invención, sistemas, compañías, t r a -
codicia, y que se sacrifica el reposo, la salud, la salvación
mas; lodoso lienta, de lodoso echa mano; no hay cosa
misma á la avaricia ? Desengañémonos; Dios no sufre d i -
que parezca mas seguro, ni que se presente mas plausible
visión; siel corazón pertenece á otro, ya no es deél. «Nin-
(pie el plan que se ha hecho, que las medidas que se han
guno puede servir ádos señores. Si sirve á u n o , es menester
tomado, cuando lodo el edificio viene abajo , lodos los
que abandone al otro.» Son demasiado opuestos entre sí,
grandes preparativos se desconciertan; no es menesler
son de un caráclcr muy diferente para que puedan tener
mas que una pequeña piedra para trastornar el gran co-
siervos comunes. Amar al uno es aborrecer al otro, pues-
loso, y después de tantos cuidados, tantos proyectos, t a n -
to que los servicios que exigen son enteramente opuestos.
las penas, nos encontramos inmediatamente sin nada. Dios
Dios pide un corazón vacío de lodo afecto á los bienes
se burla asi de nuestras orgullosas empresas: queremos
terrenos; y el mundo pide un corazón abandonado á los
subir hasta las nubes por nuestras propias fuerzas ; llama-
deseos de los bienes criados. ¿ P u e d e Dios llenar un co-
mos á gritos la opulencia de las cuatro partes del mundo;
razón al que posee el amor d é l a s riquezas? Luego que el
la abundancia se raucslra y la miseria sigue.
demonio da las riquezas es el dueño de un corazón, es ar-

TüMO I V . G7
530 DOMINGO Dí-CIMOCUAIITO
¿ Qué gnsfos no se hacen, quó solicilud no se pone pnra sumus, Ecclesiatn luam Iglesia, por medio de una
vestirse con magniünencia, para adornarse con esplendor? propidalione perpetua : asistencia continua de vuestra
Se apura e! arte, se agolan también los tesoros para b r i - el quia sine te labitar h u - misericordia ; y porque sien-
llar, para deslumbrar, para hacerse atlmirar; y una flor, mana mortalitas, íwts do el hombre flaco, cae á cada
un lirio que nace en medio de los campos sin cultura, so- semper avxiliis el absira- paso si vos no le sostenéis:
brepuja en esplendor, en belleza, en arreglo, en propor- halur a noxiis, el ad salu- concedednos vuestro divino
ción, en matices del encarnado, del verde, del azul, del laria diriyalur. l'er Do- auxilio que nos retire sin cesar
blanco, del amarillo, en todo cuanto el arte puede hacer minum... de todo lo que puede d a ñ a r -
mas relumbrante y mejor proporcionado. El arle mas fino nos, y nos conduzca á todo lo
y mas esquisitono puede igualar á la naturaleza; un cla- que puede servirnos para nues-
vel, un tulipán, la flor mas campestre está mas pomposa, tra salvación. Por nuestro Se-
nías esplcndidamerte vestida, brilla con mas esplendor ñor Jesucristo, etc.
que el mas grande de los reyes. «Ahora bien, si Dios v i s -
te de este modo á una yerba del campo, que hoy es y m a - La Epístola eslá lomada de la que escribió el apóstol san
ñana se echa al horno, ¡ cuánto mas lo hará con vosotros, Pablo á los g á l a l a s , cap. 5.
gentes de poca féí ¡Qué justa que es esla r e p r e n s i ó n ! Fratres-.Spirituambula- Hermanos mios: Caminad
¡ q u é irracional nuestra poca confianza en la Providencia I te, et desideria carnis m n conforme al espíritu, y no eje-
Nosotros vemos como estiende sus cuidados hasta sobre perftciclis. Caro enimeon- cutareis los deseos de la carne.
una flor que nace hoy y que mañana no es mas que una cupiscil adversasspirilum; Porque la carne tiene deseos
yerba seca que se arroja al fuego ; y ¿ t e m e m o s que nos sphitus aulcm adversus contrarios á los del espíritu, y
olvide habiéndonos formado á su imagen, escogido para c a n i m ; kcec enim sibi el espíritu los tiene opuestos h
su servicio, y destinado para una eterna felicidad? Noso- inviccm adversanlur : «t los de la carne. Hácense la
tros nos vemos privados de muchos socorros oficiosos, por- now qumumque, vullis, guerra el uno al otro, de mo-
que carecemos de confianza. Nuestras inquietudes, nues- illa ¡ a ú a í i s . Qaod si spiri- do que no hacéis en todo-lo que
tras solicitudes, nuestra desconfianza, nuestros temores í« ducimini, non eslíssub quisierais hacer. Si es el espí-
prueban nuestra poca fé. «No os inquietéis, pues, a ñ a d e lege. Manifesla sunl aulem rilu el que os conduce, no es-
el Salvador, ni digáis, ¿ q u é comeremos, q u é beberemos, opem carnis : q m sunt tais bajo de la ley. Ahora bien,
con q u é nos vestiremos? Estas ansias tan apuradas son es- fomicotio , imnimdilia, las obras de la carne son bas-
cusables en los p a g a n o s , » que no saben lo que es Dios, ó impudicitia, l u x u r i a j d o - lanle visibles; las cuales son la
que no lo saben sino confusamente, porque el error y el lomm servüus, veneficia, fornicación, la impureza, ta
pecado les perturban la vista; por consiguiente no cono- inimiciiiee t cmtentiones, impudicia, la lujuria, el cullo
cen ni desean mas que los bienes visibles y perecederos, cemulationes, irce, rixee, de los ídolos, los envenena-
é ignoran los tesoros de su providencia que con tanta bon- dissensiones, seclm, m u í - mienlos, las enemistades, las
dad se derraman en lodo el universo; mas á vosotros que dice, homicidia, ebrietates, contestaciones, los zelos. los
sois los hijos de Dios, los herederos legítimos de su reino comessaiiones, el his s i - arrebatos de cólera,'las que-
eterno, os seria muy vergonzoso el ocuparos de lo que m i - m ü i a , qumpmdico vobis, relias, las disensiones, las c á -
ra al vestido y al alimento, como si este fuese vuestro sicut p r w d i x i ; quoniam balas en materia de doctrina,
principal negocio: debe bastaros saber que vuestro Padre qui talla agunl, regnum las envidias, los homicidios,
celestial no puede ignorar la necesidad que tenéis de ello, Dei non consequenlur. los escesos del vino, las diso-
y que amándoos tanto como os ama, y sabiendo lo que os Fructus aulem spiriias luciones, y las cosassemejan-
falla, es imposible que os vea padecer sin asistiros. No est : c/iariíds, gaudium, tes á estas. Sobre lodo lo cual
desconfiéis de su providencia, y él tendrá cuidado de pro- p a x , jmiienlia, b:nigni- os digo, como ya os lo he d i -
veer á todas vuestras necesidades. «Sea el primero de fas , bonitas, longanimi- cho, que los que hacen tales
vuestros cuidados buscar el reino de Dios y su justicia, y tas, mansuetudo , fides, obras no poseerán el reino de
todo esto lo tendréis por a ñ a d i d u r a , » Ocupémonos sobre modestia , conlinentia, Dios. El fruto empero del es-
todo del cuidado de merecer el cielo, y de adquirirlas v i r - caseas. Adversus hujas- píritu es la caridad, el gozo,
tudes que nos le aseguren. Dios por su parte se encarga de modi non esl lex.. Qui a u - la paz, la paciencia, la dulzu-
darnos todo lo demás. No nos dispensa Dios por esto de tem sunt Ckrisli, carnem ra, la bondad, la longanimi-
trabajar, y hacer todas las diligencias necesarias para p r o - suam crucifmrunt cum dad, la mansedumbre, la fé,
veer á Jas necesidades de nuestra familia y de todos aque- vitiisel concapiscentiis. la modestia, la continencia, la
llos que dependen de nosotros. La negligencia en esto no castidad. Con respecto á los
seria perdonable; pero no debe mirarse como el negocio que tienen estas cualidades,
principal, y frecuentemente el único, la solicitud de los no hay ley. Mas los que per-
bienes temporales; debemos trabajar, debemos aplicarnos tenecen á Jesucristo, han c r u -
á llenar lodos los deberes de nuestro estado; debemos dar cificado su carne con sus vicios
su tiempo á los negocios temporales; pero todo eslo debe y sus concupiscencias.
oslar subordinado al grande é impoi lanle negocio, el cual San Pablo habla á los gálatas en algunos pasajes c o - -
es propiamente nuestro único negocio, eslo es, el de la mo si hubiesen sido j u d í o s ; mas en todo el resto de la car-
salvación. ta muestra bastante que hablan sido convertidos del pa-
ganismo, pues que les dice que eo otro tiempo no conocían
á Dios, y que adoraban divinidades que no merecen este
La oración de la misa de este día es como sitjue :
nombre. San Gregorio cree que esla caria se escribió des-
Custodi, Domine, qum~ Conservad, Señor, vuestra
DESPUKS DE PENTECOSTES. 53
de Kfeso, Ires ó cuatro aflos después de su conversión.
E l Evangelio de la misa es de san Maleo, cap. 6.
REl-LEXIONES. Ja illo tempore : Dixit En aquel tiempo dijo Jesús
«Los arrebatos de la c ó l e r a : » Este os uno de los frutos, Jesús discipalis suis : Nc~ á sus discípulos: Ninguno pue-
según el santo Apóstol, de la concupiscencia y de la car- mo polesl dmbus domhús de servir á dos señores, por-
ne; de este fondo nacen las espinas, cuya picadura está serviré : aut enim u m m que ó aborrecerá al uno y
siempre envenenada, y cuyas puntas no se embotan. «La odio liabcbit , et aheruni a m a r á al otro, ó si respeta á
cólera y el furor, una y olio son execrables,» dice la Es- diliget :auiunum susline- aque!, despreciará á este. No
critura. (Ecl. 27.) Y ((¿quién puede sostener la violen- bit, el allerum contcmnel. podéis servir á Dios y al d e -
cia de un hombre arrebatado? (Prov. 2 7 . ) » Es eslrauo Non poteslis Deo serviré, monio de las riquezas. Por
que los tristes efectos de esta pasión desenfrenada no s i r - el nummonw. Ideo dico esta razón yo es digo, no os
van mas que para desacreditarla, sin que logren debilitar- vobis, ne sollicüi silis a n i - inquietéis , ni con respeto á
la. Querellas sangrientas, procesos imprudentemente i n - ma? vestra: quid manduce- vuestra vida sobre lo que ha-
tentados, enemistades inmortales, pérdida de bienes, ac- iis , ñeque corpori veslro béis de comer, ni en órden á
cidentes, golpes funestos, desgracias que ni aun la muerte quid induamini. Nonne vuestro cuerpo sobre lo que
termina: tales son los frutos amargos de la cólera. D u é - an'niniplus esl quam esca: habéis de vestir. ¿Por ventura
lese uno después, se contiene, se lamenta; pero ¿ d e q u é cí corpus plus q m m vesti- no es mas la vida que el a l i -
sirve sujetar la mano después que se ha tirado la piedra? menlum? hespidle volali- mento, y el cuerpo mas que el
El fuego apagado no deja otra cosa que negros carbones y lia cceli, quoniam non se- vestido? Mirad los pájaros d o l
cenizas. Condesa uno que se ha arrebatado, detesta su vio- rwnt, ñeque melunt, ntque cielo, no siembran, no siegan,
lencia ; pero ¿ d e q u é sirve esta confesión? la calma no du- congrcgani in horrea : el ni recogen en los graneros, y
ra mucho tiempo. La acritud, la destemplanza del humor, Pater vesler cceleslis pas- vuestro Padr e celestial los a l i -
causa muy pronto nuevos escesos; y las nubes espesadas, cil illa. Nonne vos magis menta. ¿ N o valéis vosotros
nuevas tempestades. La cólera procede de la estrema sen- pturis estis iliis? Quis a u - mucho mas que ellos? Y ¿quién
sibilidad que nos causa todo lo que nos hiere: el orgullo lem veslram cogilans p o - de vosotros, á fuerza de pen-
es el que la oscila y la enciende. Por mas que se acuse el lesl adjrcere ad staluram sar en ello, puede añadir un
natural, la bilis, el temperamento, el hombre humilde suam cubilum unum? Et codo á su estatura? Y acerca
j a m á s montó en cólera. Nunca hay tempestades si no hay de vestimento quid sollicili del vestido ¿ p o r q u é o s inquie-
recios. La dulzura, que es la contraposición de ella, es estis? Considérate lilia táis ? mirad los lirios del cam-
inseparable de la humildad cristiana. La cólera es incom- agri quomodo cresemt : po como crecen; ellos no t r a -
patible cen la inocencia ; un corazón que se irrita tan fá- non laborant, ñeque nent. bajan ni hilan, y sin embar-
cilmente, es un corazón dañado, (t'rov. 27.) ¡Qué pa- Dico autem vobis, (/«o- go, yo os digo que Salomón
sión mas odiosa ni mas indigna de un hombre de bien, niam nec Salomón i n o m - aun en medio de toda su glo-
y de un hombre cristiano, que la cólera! Los pueblos un n i gloria sua cmpertvs esl ria, no se ha presentado tan
poco civilizados, aunque paganos, la han mirado con hor- siculumm existis. Si a u - oslenlosamente adornado co-
r o r ; los mas bárbaros la han reprobado, luego que han lem foemm a g r i , quod mo uno de estos lirios. Ahora
llegado á ser fieles. La cólera es un frenesí, corto á la ver- hodie esl, el eras i n cliba- bien, si Dios viste de este m o -
dad, pero que no pertenece por eso menos á la locura; siem num i n i t l i l u r , Deus sic do una yerba campestre, que
pre va acompañada de furor, y de una especie de enajena- veslit; quanlo mngis vos hoy es, y que mañana se ar-
ción de espíritu. No hay pasión mas umversalmente conde- modicce fidá? Nolile ergo roja al horno, ¿cuánto mejor
nada, y ninguna reina mas umversalmente, porque no la sollicili esse , dicenles : lo hará con vosotros, gente de
hay que nos domine mas pronto. Cuasi siempre es d é l a Quid mnnducabimus, aut poca fé? No os inquietéis, nj
misma edad que nosotros. Se lisonjea cu los niños; se su- qvid bibemus,aut qvoope- digáis ¿ q u é haremos para co-
fre en los j ó v e n e s ; basta se escusa con la viveza de la riemur ? hwc enim omnia mer y para beber, y de qué
edad. A la verdad, nna piedad sincera comienza desde gentes inquirunl. Scitenim nos vestiremos? Porque los
luego por domar este Cero enemigo, y eslo mismo prue- Patervester, quiahis ó m - gentiles son los que se inquie-
ba cuan rara es la piedad verdadeia. Lo mas singular es, nibus indigelis. Quoerite tan sobre todas estas cosas, y
que nos servimos de una máscara de piedad para disfra- ergo primum regmm Dci, vuestro Padre cclesliai sabe
zar esta pasión ; y eslo es lo que ha hecho decir, que no tí j v s l i l i a m ejus : et hcec que tenéis necesidad de ellas.
hay cólera mas maligna que la de un devoto. Agraviase omnia adjicienlur vobis. Buscad, pues, primeramente
á la religión sirviéndose de un nombre tan sanio para de- el reino de Dios y su justicia,
signar gentes que lo son tan poco. La virtud no tiene y todas estas cosas se os da-
Inel, y un hombre de, bien no se encoleriza sino contra sí rán por añadidura.
mismo. Sus defectos son el cbjelo único de su bilis ; la
sensibilidad, la acritud, la cólera, no se hallan nunca con
MEDITACION.
la verdadera devoción. Hay también cóleras mudas; es-
tas no hacen tanto ruido, pero hacen todavía mayor mal. Que no es ¡tosiblc servir á Dios y a l mundo á un mismo
No nos ha herido el rayo, cuando se ha oido el trueno; tiempo.
lo temible es cuando ni aun se ve el relámpago. Esas c ó -
leras tumultuosas y de ruido son criminales; pero su PUNTO PIUMEBO.—Considera que es muy cstraño que
malignidad cesa con el ruido. amando los hombres la libertad tanto como la aman,
quieran sin embargo murtiplicar sus bienes, sujetándose á
muchos señores, los que naturalmente les cuesta trabajo
532 DOMINGO DECIMOCUARTO
ol sufrir á uno solo. No obstante que es demasiado cierto corazón puro, un corazón humilde, y desprendido de todos
que se hace muy pesado el yugo, no habiendo que aguan- los bienes criados. La modestia, la dulzura, la mortifica-
lar mas que a u n señor, por la mas estrafla de las estra- ción, y una caridad sin límites y sin medida; una rectitud
vaganciasse cree aliviarlo sujetándose al servicio de dos. sin disfraz y sin artificio; la buena fé y lajsimplicidad, de-
Kl yugo del Salvador nos parece molesto cuando es solo, ben caracterizará todos los discípulos de Jesucrislo. No hay
y nosotros creemos endulzarle tomando todavía el del virtud alguna de estas que no sea indispensable; ningún
mundo; como si añadiendo á una carga otra nueva, p u - siervo de Dios debe mirar e! mundo sino como el enemigo
diese disminuir el peso. Conócese, convicnese que Dios irreconciliable de Jesucrislo; y por consiguiente, todos
os nuestro soberano Señor, pertenecemos á él por muchos ellos deben tenerle horror, odiar su espíritu, sus leyes, sus
títulos, él es el que nos ha criado, y no nos ha podido máximas: ¿qué mayor incompi.tibili.lad que la de estos dos
criar sino para 61. Pertenecémosle inajenablemente por ol señores ? ¿ q u é nos parece ? ¿ podemos servir á los dos á
derecho de creación, de conservación y de redención. un mismo tiempo? ¿ al mundo, á sus máximas, su espíri-
Hechos esclavos después de haber sido sacados de la na- tu, y sus leyes enteramente contrarias á las del Evangelio?
da, Dios á mucha costa nos ha rescatado para tenernos en El orgullo, la ambición, la vanidad, forman el carácter del
su servicio; él es el que nos alimenta, el que nos manlienc espíritu del mundo. Una fortuna mediana no fué j a m á s
y nos conserva, y nos ha prometido un rico, un precioso del gusto de los mundanos. Preciso es hacer lodos los es-
salario después de liaberie servido. ¿ Hubo j a m á s un sier- fuerzos en el inundo para salir del polvo, y elevarse sobre
vo obligado, empeñado con su señor, con mas títulos sus iguales. Nó, nunca se está contento mientras que se ve
que lo que nosotros lo estamos al servicio de Dios? Sin un puesto sobre aquel que se. ocupa. El orgullo es la p r i -
embargo, p o r u ñ a conducíala mas indigna, la mas injusta, mera cualidad, y la ambición la lección primera que se
la mas eslravaganle que puede concebirse, no estamos recibe en el servicio y en la escuela de este allísimo sefior.
con servir á Dios solo. Convenimos que es el mejor, el Las riquezas son el Ídolo universal al cual dirigen los
mas dulce, el mas grande, el mas poderoso y el mas l i - mundanos lodos sus votos. El amor del placer es como el
beral de lodos los señores; que solo él es el que puede ha- alma de todos sus deseos. La molicie, la sensualidad, la
cer nuestra fortuna; nosotros no la esperamos de ningún impureza misma, no solo están autorizadas en el servicio
otro. Conviénese en que el mundo es el mas duro, el mas del mundo, sino que cuasi en ellas consiste todo su salario.
ingrato, el mas pobre de todos los amos; que nada liene La sencillez, la buena fe, la rectitud, están desterradas
que dar aun cuando lo prometa; que su servicio es una de él; y la mortificación, esta virtud tan necesaria y tan
vergonzosa servidumbre; que no merece por ningún de- recomendada en el cristianismo, caus;i bettúr á los n u m -
recho el nombre de señor; que en su servicio no hay mas danos. El lujo y la compostura, la vanidad, son la librea
que esclavos; que es propiamente un tirano, y que no sa- de los siervos, ó por mejor decir, de los esclavos del m n u -
be hacer otra cosa que desgraciados. Sin embargo, á pe- do. A este liranose sacrificad reposo, la salud, la salva-
sar do esta convicción, conürmada lodos los dias con cen- ción. Después de esto concordemos el servicio de estos dos
tenares de ejemplos, pocos son los que quieran tener á Dios señores. ¡ Qué impiedad q u é locura el imaginarse que so
por su único senor. Quiérese servir á Dios; pero se quiere puede agradar á los dos! Busquemos lodos los espedien-
también servir al mundo, se quiere partir los servicios. No tes (¡nonos agradaren, usemos de todas las contempori-
somos tan impíos ni tan irreligiosos que nos neguemos á zaciones posibles, el espíritu del mundo estingue el espí-
servir á Dios; pero i cuán pocos son los fieles verdaderos ritu del Evangelio: ¿ queremos servir al mundo ? Dios nos
que no quieran servir mas q u e á Dios solo! Quiérese tam- rechaza de su servicio: ¿ q u e r e m o s agradar al mundo?
bién servir al mundo, sométese á sus duras leyes, tómase desagradamos necesariamente á Dios. Quimera, locura
su librea con placer, hácese profesión de seguir su espíri- insigne el querer conceder alguna cosa al espíritu, y otro
tu y sus máximas. El nuevo señor es duro, su servicio es poco á l a carne; vivir crislianamente, pero con blandura y
amargo é ingrato; no importa, se le sirve con gusto, se deliciosamente; ganar los bienes del cielo, gozando los de
ama su yugo por mas gravoso que sea; se quieren hasta la tierra; agradar á Dios, sin desagradar á los hombres;
sus sinsabores y sus desgracias; no nos quejamos, mucho en una palabra, caminar sobre este méiodo, es llevar un
menos nos desanimamos, mienlras (pie no cesamos de camino que Jesucrislo no ha trazado, igualmente alejado
quejarnos de la pretendida pesadez del yugo de Jesucrislo: del camino estrecho y del camino ancho; y edilicar entro
por mas dulce, por mas lijero quesea, nos cansamos de Babilonia y Jerusalen una nueva ciudad, en donde la ca-
su servicio, i Buen Dios ! ¡ que locura ! ¿Hubo j a m á s una ridad y el amor propio fuesen iguaimeníe reverenciados.
piedad mas eslravaganle? De este modo pretenden los mas moderados unir estos dos
esíremos.
PUNTO SEGLNUO.—Considera q u é nadie puede servir á
dos señores á un tiempo, sobre todo tan opuestos como No es esto, Señor $ o que yo.prelendo hacer: yo quie-
son Dios y el mundo; es menester necesariamente dedicar- ro serviros á vos solo, y j a m á s tendré otro señor sobe-
se á uno solo. Es imposible servir á Dios y al mundo al rano sino á vos. Yossolo reinareis de hoy masen mi co-
roismotiempo; y aun cuando esío se pudiera, ¿ s e deberla razón.
esto intentarlo? Consideremos la incompatibilidad de es- JACULATOIUAS.—Sí. Dios mió y mi Señor Jesucristo, yo
tos dos servicios, por la oposición de estos dos señores. Sus confieso que vos solo sois Santo, vos solo sois Señor , vos
leyes, sus máximas son tan contrarias, que no es posible solo sois Allísimo. (Eccles. Hymn. Miss.)
dejar de ver que no se puedo amar al uno sin aborrecer ni No olvidaré yo jamás este precepto: Temerás al Señor
otro, y el querer agradar al uno y al otro es desagradar á tu Dios, y á él solo servirás. (Deuter. G.)
los dos. Jesucristo pide indispensablemente de lodos sus
siervos una pureza perfecta, una inocencia sin lacha, un
DESPUES DE PEMECOSTÉS. 533
d é l a s mejores disposiciones para la oración es el conocer
PROPÓSITOS. uno sa pobreza y su necesidad. Cuando todo nos r i e ,
1 Como hay pocos cristianos qno aspiren de veras á cuando lisonjea todo , estamos contentos. Apenas salo uno
unasanlidad perfecta, así también nuede asegurarse que de sí mismo cuando reinan la abundancia y la prosperi-
tampoco hay muchos que oslen determinados á pasar sn dad; pásase una fácilmente sin auxilio oslraño , cuando
vida en un desarreglo escandaloso; el gran número es do todo florece en el propio suelo. Mas cuando lodo este es-
aquellos qno buscan un temperamento entre estos dos os- plendor tan salid'aclorio se estingue; cuando la pobreza
tremos, y que querrian, si fuese posible , concordar en sí nos asalta; cuando nos vemos abandonados y hasta abor-
mismos la conciencia con la concupiscencia, el mundo con recidos de lascrialuras, recurrimos á Dios con confianza
r>ios. Se fjueri'ia sor mundano sin dejar do ser cristiano; y con fervor. La oración es siempre v i v a , cuando es h u -
se quiere servir á Dios, y satisfacer á los deberes esencia- milde; y siempre eficaz, cuando parte de un corazón h u -
millado y contrito. Los honores , las riquezas tienen en-
Ios do la religión, sin renunciar al espíritu y á las m á x i -
mas del mundo: israelita en Jerusalen , medio gentil en cantos que suspenden muchas veces la f é , y que debili-
' Babilonia ; así es como se pivlondo contentar á Dios tan siempre la devoción; las adversidades la despiertan;
y al mundo, dividiéndose, por decirlo a s i , entre el uno y ninguna cosa nos hace acudir á Dios mas afecluosamonle
el otro; pero en vano so pretende, porque esla división que la persecución. David perseguido por Saúl ó por A h -
no puedo contentar ni al uno ni al otro. Para Dios nada salon reconoce su nada, la cual perdía de vista en la
sirvo la mitad, para el mundo tampoco será b á s t a n l e ; prosperidad y sobre el (roño; durante, pues, esta perse-
poro el m o n d ó s e contenta con menos; por poco que so cución , esla aflicción, cuando se vió en este abandono
lo d é , os lo mismo que no dar nada á Dios, que negárselo universal de las criaturas, es cuando recorro á Dios. Este
lodo. Penolrómonos bien de esta impoitanlo verdad, ella rey afligido y perseguido j a m á s tal voz huhiora podido á
es de la mayor consecuencia. Declarémonos por verdade- Dios con tanto ardor y confianza , si no se hubiese visto
ros siervos do Dios , llenemos todos los deberos de tales, en tan grande aflicción : Conservadme , «6 Dios mío, sal-
y désenos muy poco de que el mundo chille. Nosolros no vad á vuestro siervo que pono en vos solo toda su espe-
toneinos mas (pío un señor que es el mismo Dios; sirvá- r a n z a ; » movido de mis clamores, Si'ñor, compadocoos
moslo con fervor, con ompefio y con lirlolidad. de un siervo que no cosa dia y noche de implorar vues-
2 Guardemos, s í , las alenciones del decoro ; pero no tra misericordia : consoladlo, puesto que en su aflicción
seamos j a m á s esclavos do las estravnganles máximas de y en sus ponas ponchen vos solo su confianza, é implora
vneslro auxilio. Se ha dicho ya en otra parle, que levan-
los mundanos. Acordémonos de continuo que estamos en
lar su alma, que es ta esprosion de que usa David , « k -
el servicio de Dios. ¡Qué indignidad ! ¡ q u é bajeza el s u -
v a i i animam mcam,» hácia alguna cosa , os un modo do
jetarnos á las quiméricas leyes do un montón de liberti-
hablar muy ordinario en la Escrilura para esprosar el de-
nos , ó de mujeres mundanas, á quienes complaco el i n -
seo ardiente que tenemos del objeto de nuestros voto?.
ventar modas , mudar los estilos , proscribir ó auloi izar
Pocos salmos hay mas afectuosos que este. Habla en él
conforme á sn capricho y á su mal gusto! No admitamos
un siervo de Dios que derrama su corazón delanlo del
nunca como regla de nuestra conducta mas que las m á x i -
Señor con onlera confianza. Un crisliano en el tiempo do
mas del Evangelio , y por modelo la vida do los santos.
la tentación no podría hacer una oración mas bolla; no
En todo lo que debemos hacer no consultemos mas que. á
hay nada mas vivo , mas patético, ni mas tierno, que es-
Dios, á nuesira salvación, á nuestra conciencia. Dester-
te salmo 8:;. Hallándonos en la aflicción ó en la desola-
remos para siempre de nuestro entendimiento y de nues-
ción, él debe ser nuesira oración ordinaria.
tro corazón aquella máxima indigna de un crisliano: Así
se vive en el mundo; así debe obrarse cuando so vive en La Epístola, como hemos dicho, os un pormenor ins-
el mundo. Ignoremos esta jerigonza indigna do una lengua tructivo de los puntos mas importantes de ía moral cris-
cristiana. En l i n , en medio del mundo acordémonos siem- tiana; os una lección escelonle que interesa á lodos los
pre que somos cristianos. lióles, y que mira á todas las edades y á todas las condi-
ciones.
DOMINGO DECIMOQUINTO DESl'üES DE «Si estamos animados del espírílu de Dios,» nos dice
PENTECOSTES. el santo Apóstol; sí no vivimos según la carne , ni según
Llámase osle domingo en la {glesia el domingo del h i - los perniciosos deseos do la concupiscencia ; si SOITK S
jo do la viuda de Naim , cuya milagrosa resurrección os el verdadoramenlo cristianos , vivamos de un modo onio-
asunto del Evangelio que so loe en la misa del dia , y que ramenle cristiano; «si el espírílu de Jesucrislo os el que
está en uso en liorna desde el siglo v n . La Epístola de es- nos anima, caminemos también según este espírilu. No
to dia es continuación do la que se leyó en la dominica seamos ávidos de vanagloria , » acomeliéndonos unos á
precedente. San Pablo da en ella instrucciones circuns- o í r o s , leniéndonos envidia , llevados de una emulación
lanciadas de la moral cristiana con tal precisión , que en secreta lan contraria á la caridad. Si no hubiese orgullo,
pocas palabras dice mucho; esta sola Epístola da las r e - no habria división, conlostacion ni querella. La causa
glas de su conducta á todos los iieles. En toda la Escrilu- ordinaria de la diversidad do senlimionfos os una v a n i -
ra no leñemos cosa mas llena ni mas instructiva que olla. dad secreta. Por mas que se forjen motivos plausibles
El introito es una corla poro afectuosa oración qjie el a l - de nuesira tenacidad, es seguro qno osíaríamos muy
ma hace á Dios, animada do una viva confianza en su pronlo acordes , si o! orgullo no patrocinase la cau-
misericordia. sa: la envidia, los zelosson siempre los primeros frutos
«Escuchad, Sonor, mi oración, y o í d m e ; porque estoy del orgullo. «Hermanos mios ,» añado, «si alguno se
en el desamparo y en la indigencia,» añade David. Una ha dejado sorprender hasta cometer alguna falla, vosotros
5;U DOMINGO DECIMOQUINTO
qtiesois cspirilnales dndlc buenos consejos, pero con un príncipe; ¿ somos nosotros ménos imbéciles cuando cree-
espíritu do mansedumbre. » Algunos doctores, animados mos que somos alguna cosa mas que nuestros hermanos?
de un falso zelo y de un espíritu do orgullo, habiéndose De nuestro propio fondo no tenemos otra cosa mas que la
metido á dogmatizar, hablan introducido la turbación y la nada, y propiamente hablando de ninguna otra podemos
división en aquella iglesia. No hay hereje, no hay cismáti- gloriarnos. Una vanidad necia, lejos de elevarnos sobre
co sin parlidarios. Abusando de la simplicidad de aquellos los d e m á s , nos pone siempre inmediatamente bajo de todos.
nuevos fieles, hablan arrastrado á muchos al error. San Examine bien cada uno lo que ha hecho y lo que hace,
Pablo exhorta á los sacerdotes y á todos los que estaban y así no se gloriará sino de lo que es en sí mismo, y nó de .
animados del espíritu de Jesucristo á que vuelvan á traer lo que son los d e m á s ; nuestras enfermedades/nuestras
al redil á aquellos que hablan caido en los lazos; que Ies flaquezas dicen lo que somos. No descubrimos con tanta
den la mano, y los retiren de sueslravío, n o e c h á n d o l e s e n perspicacia los defectos de otro, sino para tenor el maligno
cara su falla con acritud, sino representándoles su caida placer de creernos exentos de ellos, y arrogarnos por esla
t o n espíritu de dulzura y de caridad. Guardémonos bien buena opinión de nuestra pretendida virtud un derecho
de abrigar un zelo amargo, que lejos de curar las llagas de superioridad sobre los demás. Desengañémonos, mies-*
las exacerba y las cancera; y para esto que conside- tras vanas imaginaciones no serán nunca títulos de noble-
re cada uno su propia flaqueza, y reflexione que no por za. No se funda nuestro mérito ni sobre las virtudes , ni
haber sido mas fiel, es por eso menos capaz de semejan- sobre los defectos de otros; « l o q u e consliluye nuestra
tes desacuerdos. La vista de lo que somos, no debe fasci- gloria,» dicesan Pablo(2 Cor. l ) , « e s el testimonio de nues-
narnos para no ver lo que podemos ser. «No hay pecado, tra conciencia,» fundado sobre la conducta que h u b i é r a -
dice san Agustín , de que no sea uno capaz, si Dios no mos observado en este mundo, viviendo en él con un c o -
nos tiene do su mano.); El conocimiento de nuestra propia razón simple y sincero delante de Dios, nó según la p r u -
flaqueza inspira siempre mas compasión que aspereza dencia de la carne , sino según la gracia de Dios, p r i n c i -
contra los pecadores. Siempre es un orgullo secreto loque palmente en loque á nosotros nos toca. Nuestras obras y
causa la amargura y la dureza en el celo. Cuando uno nó las de otro son las que nos acompañan y formarán nues-
piensa que ha sido pecador, ó á lo ménos que puede ser- tro retrato. Las buenas ó las malas cualidades de los de-
lo, se compadece de los que lo son. Nada inspira lanto el más no constituirán j a m á s nuestro c a r á c t e r ; cada unode-
espíritu de mansedumbre para con los pecadores como el be ser juzgado por el bien ó por el mal que hubiese he-
conocimiento espi'rimental de nuestra propia flaqueza. Je- cho. ¡ Qué locura el creerse uno bueno, porque los d e m á s
sucristo, dicen los Padres, no quiso dar las llaves del r e i - son malos! «cada uno llevará su c a r g a . » No se nos pedi-
no de los cielos á san Juan, porque habla vivido siempre rá cuenta de los talentos que los demás han recibido, sino
en la inocencia ¡ y las dió á san Pedro, que no obstante de los que se nos han entregado á cada uno do nosotros;
su fervor hahia esperimenlado sobradamente su propia las fallas de otro no nos justiíicarán á nosotros. «Aquel
flaqueza en su caida; y «tú también,») le dijo por lanío el que se hace instruir, d é parte de todos sus bienes al que
Señor, « c u a n d o una vez hubieres vuelto en tí, confirma á le instruye. «Muchos entienden este lugar de la limosna
tus hermanos.» Un ministro del Señor probado, instruido que debe hacerse á los que nos instruyen; pero san G e r ó -
por sus propias caldas, tiene mas compasión de las caldas nimo y santo Tomás le esplican en nn sentido espiritual.
de los olios, y sin contemplar nunca el pecado, contem- Que el que se instruye en la fé, dicen, escuche á su maes-
pla siempre al pecador. «Guardándoos cada uno de voso- tro con docilidad, é imite sus buenos ejemplos. No os ha-
tros,» aftade el santo apóstol, « n o sea que vosotros m i s - gáis de tal modo discípulos de los que os instruyen, qu©
mos seáis también tentados.» Los que son tan severos con os impongáis una ley de imitar hasta sus defectos; p o r -
los otros, no siempre lo son consigo mismos. Muchos van que, como dice el Salvador, los escribas y los fariseos es-
por un camino ancho, mientras que á los d e m á s solo les tán sentados en la cátedra de Moisés: observad, sí, y ha-
m iestran senderos muy estrechos. Para confundir esta ced todo lo que os dijeren; pero no obréis como ellos,
hipócrita severidad permite Dios muchas veces que estos cuando ellos no hacen lo que dicen.
implacables médicos espirituales se vean atacados del mal, «No os engañéis, nadie se mofa de Dios impunemente.»
para el que ellos ordenaban remedios impracticables; y Formas que nos alimentemos de nuestras propias ideas,
(jue aprendan por la necesidad que tienen ellos mismos de por mas que nos formemos un sistema de conciencia á nues -
indulgencia, a tenerla con los demás pecadores. tro gusto. Dios no juzga sino conforme al suyo. Podemos
« Llevad mutuamente la carga,» continúa el santo a p ó s - e n g a ñ a r á los hombres, pero ¿ p r e t e n d e m o s e n g a ñ a r á
tol, y de este modo cumpliréis la ley de Jesucristo. Esta Dios? Enmascárase la hipocresía, pero esla máscara no
divina ley está fundada sobre la caridad, y osla caridad puede sostenerse delante de los ojos de Dios. Todos esos
recíproca entre los cristianos es la que los conduce á a l i - aires artificiosos de una devoción puramente esterior, t o -
viarse mutuamente los unos á los otros. Los socorros m u - das esas añagazas de devoción no sirven mas que para
tuos alivian las cargas particulares; nada disminuye tanto hacernos mas criminales. Dios desenvuelve todos los plie-
su peso como la caridad cristiana, y en alguna manera es gues y repliegues del corazón humano; Dios hace un d i s -
participar de la aflicción de nuestros hermanos el compa- cernimiento justo y preciso de todos los motivos que nos
decernos de sus aflicciones. La dureza del alma es una escilan á obrar; Dios penelra el fondo de la conciencia.
prueba de su orgullo. Esto es lo que hace decir al apóstol, ¡Qué impiedad 1 ; q u é estravagancla el quererle alucinar!
que si alguno se imagina que es algo, no siendo nada, se ¿y el vivir de otro modo que lo que se hace profesión de
engaña á sí mismo. El orgullo, la eslima ventajosa de sí creer, no es quererse burlar de Dios? « L o q u e el hombro
misnm es una especie de locura. Nos reimos, tenemos lás- hubiere sembrado, eso es lo que cogerá.» No hay cosa
tima de un v i l artesano , que se imagina que es un gran mas miserable que la falsa conciencia : ¿ q u é se gana con
DESPUES DE PEATECOSTES. 535
engañar á los d e m á s ; con e n g a ñ a r s e á sí mismo por un los designios de su misericordia para nuestra salvación.
falso brillo de pietlnd? ¿ d e q u é sirven todos esos for- Habiéndose acercado Jesucristo, vió el a c o m p a ñ a m i e n -
zados raciocinios paca colorar el error en que se está, y to fúnebre. Los llantos de una madre esccsivametrle afli-
para justificar la relajación en que se vive? Porque que- gida por la perdida de su bijo, que era lodo su consuelo
ramos aulonzar nuestra conducta, por mas irrogidar que y su esperanza, le conmovieron sensiblemente. No pudo
sea, ¿será por eso menos defecluosa? ¿Deferirá Dios m u - verla derramar l á g r i m a s , ni oir sus gemidos, sin enter-
cho á nuestras opiniones cuando sean contrarias á la san- necerse y moverse á compasión; y dirigiéndose á squella
tidad y á ta severidad de su moral?, ¿ y seremos juzgados madre desconsolada: No llores, la dijo, consuélate, el
dignos del reino celestial, porque nos creamos santos á motivo de tus lágrimas y de [u dolor se acaba, puesto quo
nuestros ojos? La recolección corresponde siempre á la se- yo voy á volver la vida á (u hijo. Detiénese lodo el acom-
mentera: ¿ s e ha sembrado grano malo? no se puede co- pañamiento á estas palabras, lijan todos la vista en el Sal-
ger sino zizaña: ¿ n o se hacen mas que obras de tinieblas? vador, y cada uno espera á ver el efecto de esta prome-
no se puede coger otra cosa que corrupción. ¿ S e vive en sa. Acércase Jesús al féretro y le loca con la mano; los
espíritu, esto es, según el espíritu de Dios? se recogerá la que le llevan se detienen por respeto, cuidadosos de lo
vida eterna. «No nos cansemos de obrar el bien, porque que iba á hacer. La esperanza de una maravilla tan g r a n -
no cansándonos, cogeremos el fruto á su tiempo.» Durante de suspende lodo afecto de dolor; lodos callan, cuando el
esta vida sembramos para la olernidad; en la muerte es Salvador dirigiéndose al muerto, le dice en tono de sefior:
propiamiíntecuando se coge, y entonces cogeremos loque «Jóven, levanta!^, yo le lo mando:» al instante se levanta
hayamos sembrado, ¿liemos seguido en la vida los deseos el muerto, y se sienta: mira todo aquel lúgubre aparato y
de la carne; hemos vivido según el espíritu del mundo? los que están en rededor de él, y con un tono ü r m e les
corrupción, sentimientos infructuosas , desgracias eternas; habla. Peto su mayor solicitud es por dar gracias á su i n -
b ¿ aquí nuestra cosecha en la muerte. ¿"Hemos llevado signe bienhechor, líaja del féretro, y llega á postrarse á
una vida inocente, pura, mortificada, una vida espiritual los piés de Jesucristo, de cuya omnipotencia acaba dees-
y cristiana? la cobecha será la felicidad eterna. « La vida perimenlar una prueba tan brillante. Mas el Salvador, mas
cierna es para aquellos que obrando constantemente el solícito todavía, por decirlo así, de acabar de perfeccio-
bien, aspiran á la verdadera gloria, al honor sólido y real, nar el gozo de aquella madre afligida, él mismo la pre-
y á la inmortalidad: luego mientras tenemos tiempo ha- senta á su bijo. y se lo vuelve con vida. Puédese imaginar
gamos bien á lodo el m u n d o , » y principalmente á los que cuáles serian los afectos de alegría de la madre y del h i -
componen la familia do los fieles, llagamos lodo el bien j o , y cuáles también los sentimientos de admiiocion do
que podamjs mientras estamos en esta vida; en la muerte toda la reunión que allí estaba; lodos llegaron á postrar-
no será ya tiempo de hacerlo. En la muerte solo h a b r á se á los piés del Salvador llenos de respeto; todo resonó
vanos pesares, estériles deseos , promesas, sentimientos con los gritos de alegría, de alabanzas, de bendiciones;
frivolos; el dia va declinando, ios nuestros están contados, todos se apresuraron á ir á la ciudad para publicar el m i -
y se marchan; hagamos el bien mienlras que tenemos lagro. Todos los que fueron testigos de esta maravilla que-
tiempo. Comencemos por hacer bien á lodo el mundo y daron poseídos de asombro y de un santo pavor, que les
principalmente á nuestros hermanos, no solo asistiéndoles obligaba á esclamar con los afectos mas profundos de r e -
con nuestros bienes, sino también edificándoles con nues- conocimiento á Dios : En verdad tenemos un gran profeta
tros buenos ejemplos; es esta una especie de limosna de entre nosotros; el Sefior,. lleno de misericordia, se ha d i g -
obligación, de la cual nadie está exento. nado visitar á su pueblo, y hacer brillar á nuestra visla su
omnipotencia en la persona de este hombre enteramente
El Evangelio de la misa de este dia contiene la historia
divino.
de la resurrección del hijo único de la viuda de Naim,
con todas las circunstancias de este gran milagro. Todas las circunstancias de esla maravilla demuestran
Habiendo el Salvador salido de Cafarnaum, en donde visiblemente la autoridad soberana y absoluta con que el
habia curado de una manera tan milagrosa al siervo del Salvador hacia los mayores milagros. No manda al muer-
Centurión, paso por una ciudad llamada >'aim : era esta to que resucite y se levante como un simple profeta, como
ciudad pequeña, situada bácia el estremo de la baja Ga- un hombre animado del espíritu de Dios, como puro h o m -
lilea, á dos millas del monle Tabor, entre la Galilea y la bre; no habla como hombre sino como Dios: la ley probi-
Samaria. En el dia está enteramente arruinada, y noque- bia mancharse tocando un muerlo; pero no prohibía tocar
da de ella mas que unas pocas casas, que habitan algunas un muerto para volverle la vida; una acción tal purifica-
familias de árabes eslraordinanunienle salvajes. Cuando ba al mismo muerlo sacándole del estado de corrupción.
se acercaba, pues, el Salvador áesta ciudad, vió innume- «Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.» Los habi-
rable gente reunida para los funerales de un jóven, hijo tantes de Naim reconocen aquí á Jesucristo por el Mesías,
único de una viuda. Allí fué donde su palabra omnipoten- por el gran profeta prometido de Dios por Moisés: «El Se-
le que el día ántes habia sacado del lecho á un paralítico, fior suscitará de cu medio de vosotros y de entre vuestros
hizo salir un muerlo del féretro. No es una casualidad la hermanos, eslo es, de la misma nación que vosotros,
que hizo que el Salvador enconlrase á aquel jóven á quien un profeta como yo, y aun mucho mas grande que y o ,
llevaban á enterrar: fué su bondad la que le condu- á quien escuchareis» y obedeceréis. (Deut. 18.) « S i r v c n -
jo allí para darle la vida. Así también esos accidentes se de los mismos términos y de la misma espresion de
imprevistos que convierten á los pecadores en lo fuerte que Zacarías, padre de san Juan Bautista, se habia ser-
do sus desórdenes y en el tiempo en que menos lo pen- vido para designar al Mesías : Bendito sea el Señor Dios
a b a n , no son de manera alguna imprevistos de par- de Israel, porque ha visitado y rescatado á su pueblo.
lf' de Dios. Su providencia los ha proporcionado según San Lucas añade que lo que los habitantes de Naim decían
53G DOMINGO DECIMOQÜIMO
del Salvador, y lo que acababa de hacer, <(se estendió por operemur bomm ad om- denos haremos la recolección
toda la Judea y por lodo el pais circunvecino.); No es es- MI , máxime axitem ad á su debido tiempo. Mientras,
trafio que en loüa la Judea resonase la faina de este m i - domésticos ¡idei. pues, que tenemos tiempo,
lagro y de laníos otros; pero que lodos estos milagros tan hagamos bien á lodo el m u n -
conocidos, tan inconleslablos, no hubiesen podido e v i t a r á do, y principalmente á los que
Jesucristo la muerte mas ignominiosa, es un prodigio de componen la familia de los
ceguera, de ingratitud, de estupidez, de impiedad en el fieles.
puehlo que fué autor de ella, que no es posible compren- Habiendo introducido entre los fieles de Galacia la mo-
der. ral estremada y severa de los falsos apóstoles, no solo la
división y la turbación, sino también la relajación ; san
La oración de ia misa de este dia es como sigue :
Pablo después de haberles dado á conocer el veneno es-
Eccksiam (uam, Domi- Señor, dignaos purificar y parcido en la doctrina de aquellos falsos doctores, les da
ne , miíeraíio cotilinuaía fortiíícar vuestra Iglesia por estas saludables instrucciones para hacer revivir entre
mundel et muniat; cicuta una conlimiacion n o i n l e m n u - ellos el fervor y la pureza de la moral cfisliana.
sine te non polesl salva pida de vuestra misericordia;
consisíere, tuo semper m u - y porque ella no puede sub- REFLEXIONES.
ñere yubernelur. Per Do- sistir sin vuestra gracia, con- «No os engañéis, nadie se burla do Dios.» No hay co-
minum... ducidla y soslenedla siempre sa mas odiosa, y puede aun decirse que no la hay mas
por vuestra bondad. I'or nues- impía, que la disimulación y la mojiganga en materia do
tro Señor Jesucristo, etc. religión y de piedad, ¿Qué idea se ha formado de Dio?,
cuando se pretendo engañarlo por tlti eslerior hazañero,
La Epístola está tomada de la del apóstol san Pablo á los y por yna ostenfacion que solo sirve para e n g a ñ a r á los
gúlatas, cap. 5 y C. simples? Podemos burlarnos del público fascinándole con
Fralres : Si spiritu v i - Hermanos míos : Si estamos un aparato artificial de v i r t u d ; podemos sorprenderle y
i'i/)Mi.s, spiritu et ambulc- animados del espíritu, carni- embelesarle con palabrotas y falsos protestos de reforma;
mus. Non el'ficiamur i n a - nemos también según el espi- podemos aun, por un artificio secreto del amor propio,
n t j gloriw cupidi, imicem r ú a . No seamos ávidos Áé va- alucinarnos á nosotros mismos. No es una cosa eslraordi-
prococaiUes , invicemin- nagloria, acometiéndonos unos naria que el entendimiento sea el juguete del corazón; las
videntes. Fratres , cí si á otros, y teniéndonos envidia pasiones, y sobre todo la de la sensualidad y ia del o r g u -
prceocnipaíus fuerit homo muluamente. Hermanos mios, llo, tienen resortes secretos que remueven ai titiciosamcn-
in alifjuo delicio, vos, quí si alguno so ha dejado sor- te la máquina. El espíritu de tinieblas sabe el arle de
spirilnales eslis, hujus- prender hasta el punto de co- Irasformarse en.ángel de luz. Los pretcslos, los motivos,
modi inslruile i n spiritu meter algún pecado, vosotros aun los mas cspeciüios, hacen impresiones sobre el alma,
/cniíflíís,consic/erans íeíp- que sois espirituales, dadle á las cuales es difícil no ceder, y todavía mas difícil el
no ser engañado de ellas. Entrégase uno á ciegas á las
sum, neel tu tenleris. A l - buenos diclámenes con unes-
mas groseras ilusiones; abraza atolondradamonle el error,
ter alterius onera pórtale, pirilu de dulzura, g u a r d á n -
le sostiene con tenacidad, se rebela contra las potestades
et sic adimplebitis legem doos cada uno de vosotros, no
legítimas establecidas por Dios, y se imagina todavía que
C h m l i . Nam siquis exis- sea también que vosotros c a i -
lo hace un servicio. En una palabra, es uno esclavo de
limat se aliquid esse, eum gais en la misma tentación.
la concupiscencia y de los deseos de la carne, y se figura
nihil sit, ipse se seducü. Llevad la carga los unos do
que VÍVT conforme el espíritu de Dios y á las máximas
Opus auícm suum probel otros, y por este medio enm-
mas puras del Evangelio. La pasión es el primor móvil de
unimquisquc, ct sic in se- plireis la ley de Jesucristo.
lodo: el espíritu de interés, de ambición, aun el de ven-
melipso tantmn glorium Porque si alguno cree que es
ganza, es el alma do tedas las acciones, y por una cegue-
habebil, el non in altero, algo, no siendo nada, se enga-
ra lamentable, por una contumacia maligna se loma la
Unusquisque enim onus fía á sí mismo. Ahora bien,
pasión por virtud, y la acritud, la animosidad, la ene-
svum porlabit. Commtmi- examine cada uno bien lo que
mistad, el odio mismo por zelo. En medio de este d e s ó r -
cel dutem is, qui calechi- ha hecho, y así no se gloriará
den de corazón y espíritu se vive en una seguridad sopo-
zafnr verbo, et qui se ca- sino sobre lo que son los de-
rífera, como si Dios debiese estar muy satisfecho de nues-
techizat, in omnibas bonis. m á s , pues que Ciiida uno lleva-
tros servicios.; Se vive tranquilamente en Ja molicie y en
Xolile errare : Deus non rá su cargo.Mas el queso ha-
los placci cs; y á favor de algunas apariencias muy super-
irridetttr. Quce enim se-• ce instiuir, dé parle en lodos ficiales do buenas obras, y de una máscara de piedad, se
minaverit homo , hoBG et sus bienes á aquel que le lleva una vida enteramente mundana. «No os engañéis,
meíeí. Quoniam qui semi- instruye. No os engañéis, na- nadie se burla de Dios i m p u n e m e n t e . » Dios si que se
naí in comesua, de carne die se burla de Dios. Porque burlará de nuestas ilusiones y de nuestras añagazas. La
el melet corruplionem : qui lo que el hombre hubiere sem- máscara no dura mas que hasta la hora de la muerte; el
au le ni seminal insph'iiu, brado, eso r e c o g e r á ; así, el prestigio se desvanece á vista del sepulcro; el disfraz se
de spiritu melet vitam que siembra en su carne, de borra con el sudor frió con que se espira. Dios castiga
(cternani. Bomm autem la carne cogerá la corru[)ciün; entonces de un modo muy severo el desprecio que se ha
facienles, non dejiáamus : el que siembra en el espíritu, hecho de la santidad y de la religión. El fuego eterno su-
í e j ^ o r c enim suo melé- del espíritu cogerá la vida cede á la comedia que so ha representado. ¿Cómo pode-
mus, non defiricntcs. E r - eterna. llagamos el bien sin mos ignorar que Dios penetra el fondo del corazón, y per-
go i u m tempus habmus, cansarnos, porque no c a n s á u -
DESPUES DE PENTECOSTES.. 537
milc quo los hombros BO dejen fascinar con engañosas suplicio! ¡Qué turbación, q u é desói den no causan en el al-
apariencias? ma de un pecador los crueles remordimientos que despier-
ta en ella este pensamiento! porque entonces es cuando se
E l Evangelio de la misa es según el de san Lucas, copi-
siente toda su vehemencia, y cuando se penetra todo su
lulo 7.
senlido.
I n illo lempore: Ibat En aquel tiempo: Iba Jesns Es preciso morir; eslo es, es preciso dejar su hacien-
Jesús i n civitatem, quee á una ciudad llamada Naim, da, su casa, sus cargos, sus amigos: es preciso decir
vocalur Naim: el ibanl seguido de sus discípulos y de adiós para siempre á todos los placeres de la vida; es p r e -
cum eo discipuli ejus, el una multitud copiosa. Cuando ciso comparecer delante de Dios, y darle cuenta de sus
turba copiosa. Cum au- se acercaba á la puerta de la deseos y de sus obras para ser juzgado de ellas. ¡Cuántas
lr.nl appropinquarel por- ciudad, h é a q u í que llevaban cosas hay quo dejar, cuántas que llorar, cuántas que ha-
tee civilalis, ecce defunctus á enterrar un m u e r t o , hijo cer, cuántas que temer, y para todo eslo no hay mas que
e(¡erehalur fúxus unicus único de una viuda, á la cual un momento! El proceso está instruido, las pruebas de l o -
malris su(c : el hasc vidua acompañaba mucha gente de dos los hechos van en la propia conciencia. Un Dios i r -
crat: et turba civilalis la ciudad. Luego que el Señor ritado está á punto de juzgarle, y devengarse por sí m i s -
mulla cum i l l a . Quam la vió, movido de compasión mo de tantos insultos. El pecado mismo, sí, el pecado que
cum vidisselDomhms, m i - de ella: No llores, la dijo ; y tenia tantos encantos, no es ya mas que un monstruo, y
sericordia motus super acercándose al féretro le locó. se levanta contra el pecador. ¡O muerte de los pecadores,
cam, dixil i l l i : Noli flere. Detuviéronse los que le lleva- q u é funesta eres! La memoria de lo pasado espanta; la
E l accessil, el leliyil locu- ban, y él dijo: Joven, l e v á n - vista de lo presente, abruma; el temor de lo venidero con-
lum. (íli'aulem, qui por- tale, yo te lo mando. Inmc- duce á la desesperación. ¡O muerte de los pecadores, ter-
labanl, síeterunt. ) E l dialamenle el muerto se sen- rible muerle, muerte cruel que vale ella sola por un i n -
a i l : Adolescens, libi divo, tó, y comenzó á hablar, y Je- Gerno!
surge. E l rcsedil qui eral sús le entregó á su madre.
PWÍTO SEGUNDO.—Considera q u é consuelo tan dulce,
morluus, el caipil loqui. Todos quedaron poseídos del
q u é sentimientos de alegría causa la noticia de habersa
E l dedil illum malri sute. espanto, y publicaban las
ganado un pleito importante; la de la vuella de un largo
Acccpil aulem omnes l i - grandezas de Dios, diciendo:
y Iriste destierro; la noticia, en fin, de una victoria c o m -
mor: el magnijicabanl Un gran Profeta ha aparecido
pleta que nos asegura una corona ; todo eslo se halla, se
Deum,diccnlcs: Quia Pro- en! re nosotros, y Dios ha v i -
esperimenta, se siente en la muerte de los justos, y cien
phcla magms surrexil i n sitado á su pueblo.
veces mas que todo eslo. Es un Irisle destierro que con-
nobis, el quia Deus v i s i -
cluye, una continuación de males que cesa, una vicisitud
tavü plebem suam.
de borrascas, de temores y de peligros que espira; una fe-
MEDITACION. licidad pura, llena, satisfactoria, eterna, quecomienza ;
un manantial de inquietudes, de sentimientos, de disgus-
La muerte es dulce para los buenos, y terrible para los pe- ios, que se agola para siempre.
cadores.
Las almas de los justos están en la mano de Dios, la
PUMO Piminim.—Considera que es lan natural el que muerte no las afligirá. Si Dios nos sostiene, quién nos
á una vida buena siga una buena muerte, y á una vida derriba, q u é hay que temer? La vista de un Dios i r r i t a -
desarreglada una muerte funesta; como es natural el que do es propiamente la que hace la muerte ospanlosa; Dios
nn árbol bueno produzca buenos frutos, y que nno malo solo es el que puede hacerla dulce. Muércse siempre con-
los produzca malos. La muerle - es el eco de la vida, esto tento cuando se mnere santo.
es, repite lielmente toda la vida, ó digámoslo mejor, lal Cuando no está uno apegado á la vida, se la deja sin
como uno ha sido durante la vida, tal se encuentra en la pena y sin sentimiento; y cuando uno piensa que no mue-
ninerte. re sino para vivir para siempre, se muere hasta cen p l a -
Eslravagancia seria el esperar que un hombre que j a - cer. ¿Podrá temerse mucho el caer en las manos de Dios,
m á s durante su vida lia sabido hablar otra lengua que la cuando se le ha amado y se le ama? Cuando uno le ama,
de su pais, en la muerte hablase una lengua estranjera : está siempre seguro de que es amado de él tiernamente.
no seria menor maravilla haber sido uno toda su vida Jesucristo no nos da su precioso cueipo y su sangre sola-
mundano, libertino, irreligioso, y esperar el morir cris- mente para alimentarnos con 61, sino también para ha-
tiano. cernos vivir por é l ; y esta vida eterna comienza siempre
Si sucede alguna vez que algún pecador muere bien, en el momento de la muerle.
¿no se mira esto como una especie de milagro? ¿los mis- ¡Cuánto consuela al juslo moribundo la memoria de lo
mos libertinos lo miran de otro modo? ¡Qué desconsuelo, pasado! ¡cuánto le agrada lo presente! ¡ de qué alegría no
buen Dios, el no poderse salvar sino por milagrotLos m a - colma á una alma santa la esperanza tan bien fundada en
los deben contar mas para su salvación sobre estos .mila- las misericordias de Dios, de una eternidad bienaventura-
gros, que los enfermos desesperados sobre las curacio- da I La muerte de los justos es como una fruición anticipa-
nes milagrosas para el reslablecimiento de su salud. da de la bienaventuranza eterna.
Es preciso morir: ¡qué decreto! está ya dado, y es i r - A la verdad, la vista de sus pecados puede ser para un
revocable: es preciso morir. ¡O palabra terrible para un hombre de bien un motivo juslo de temor; pero la vista del
hombre que no ha pensado j a m á s e n la muerte, que toda su Crucifijo asegura maravillosamente á una alma pura: las
viili» ha mirado con horror el pensamiento d é l a muerle oraciones de la Iglesia, el auxilio de los santos, y sobre t o -
á quien solo el pensamiento de la muerle ha parecido un do de la Reina de los sanios, la presencia de Jesucristo

TOMO t v . GS
538 DOMINGO DECIMOSEXTO
iDistno, lodo cslo inspira á l o s jn.*los en el úllimo momenlo un medio poderoso para alcanzar la gracia de morir con la
cierta confianza tin la inisoricordia de Dios, que ni la (en- muerte de los justos. Pocas iglesias hay en donde no haya
lacion, ni la tribulación misma, ni el honor natural do la cada mes una indulgencia en favor de los muertos. No
muerte, son capaces de inmularlos. omitamos nada para ganarla en alivio suyo. El zelo que
¡Buen Dios! ¡ q u é diferencia entre la niucrle de los j u s - tuviéremos por consolar estas almas afligidas no dejará de
tos, y la muerte de los impíos! Pues mientras dura la vida, sernos ventajoso. Nosotros tendremos también necesidad
es cuando se opla á ella. de sufragios de los fieles después de nuestra muerle; ten-
Cosa eslrafia. Eslimamos tanto á los sanios, alabamos- gamos pues mucha caridad con estas almas sanias durante
tanto á los sanios; ¿ c u á n d o pues seguiremos-sus ejem- nuestra vida, si queremos que Dios nos aplique las oracio-
plos? ¡Dios m i ó ! ¿ p o d r é darme por contento con haber nes y buenas obras que se hicieren por nosotros después
tt'imlo piu'h con ellos senlimienlos de eslima y de venera- de nuestra muerle. Pero ¡ q u é dicha, q u é consuelo para
ción, sin haberme mmea impuesto la obligación de imitar nosotros, si hemos tenido la fortuna de librar, ó de aliviar
su conducta? ¿Hubieran sido ellos tan dichosos, se hubie- solamente, una sola de aquellas almas sanias; qué socorro
ran hecho sanios, si hubiesen vivido como vivo yo? debemos esperar de ella, desde luego que ya gozare do
No permitáis, Señor, que estas reflexiones sean para Dios en eí cielo! Hagamos lodos los dias, si se puede, una
mí un nuevo motivo de sentimiento en la última hora, y limosna por las almas del purgatorio, y digamos por ellas
que mienlras que yo ruego por las almas, que por faltas á lo ménos una voz al mes el oficio de difuntos.
tan lijeras padecen penas lan horribles, descuide la peni-
tencia saludable que, aiuiqub tijera, puede por vueslra DOMINGO DECIMOSEXTO DESPUES DE PENTECOSTÉS.
misericordia librarme de l;ui o ueles lormenlos.
ADVERTENCIA. En h Dominira í." de octubre celebra la
JACULATORIAS.—Dichosos los muertos que mueren en el [(jksialafeslmddd del Rosario de la Virgen H a r í a .
Sefior. (Apoc. 1 4 . )
Tenga yo la dicha de morir con la m u f i l e de los justos, liase podido ver ya bien, por lo que se ha dicho en la
y sea mi fin semejante al suyo. (Num. 23.) historia de los domingos precedentes, que el asunto del
Evangelio de la misa del dia da el nombre distintivo á los
PROrOSlTOS. domingos después de Pénlecoslés. El domingo décimosexto
!
1 Examinemos cómo hemos hecho hasta aquí nuestros se llama en toda la Iglesia latina el domingo del H i d r ó -
deberes con respecto á las almas del ¡nu gatorio. Tenemos pico. Proviénele esle nombre del asunto del Evangelio que
allí amigos, parientes, todos los fieles que eslán allí encer- se leia yn en este dia en Ruma desde el tiempo del papa
rados son nuestros hermanos: ¿ q u é liemos hecho para san Gregorio, y quo se lee en cuasi todas las iglesias do
aliviarlos? ¡So carecemos de medios: el padre que tíos ha Occidente.
educado con lanía soliciüid; la madre que nos amaba con El inlroilo de la misa osla tomado del mismo salmo qu;1
lanía ternura, y que acaso padecen todavía por habernos el del domingo precedente. No hay cosa mas afectuosa ni_
amado con esceso, gimen desde su muerte enlre aquellos mas tierna que esta oración, y debe ser familiar á todas las
fuegos terribles, é imploran nueslro socorro ; los que nos personas afligidas, y á los que padecen alguna tentación
han dejado lan cuanliosos bienes; los amigus que nos han violenta.
hecho tantos servicios impoi lanles; lodas aquellas almas Dejaos mover, Señor, de mis clamores y de mis i á g r i -
afligidas, pacieníes, abandunadas lolalmenle por muchos mas, compadeceos de una alma que no cesa en todo el dia
a ñ o s , olvidadas, todas estas claman, levantando sus ma- de implorar vuestro auxilio y vuestra misericordia. Coníie-
nos, por decirlo así, y sus ojos hacia nosotros: ¡O vosotros soque no merezco ser oido, y que la voz do mis iniquida-
que nos habéis testificado tanta amistad, cuando vivíamos des es mas fuerte que la do mi ctmlricion y de mis l á g r i -
todavía enlre vosotrosI ¡O vosotros que ahora podéis á mas; pero muévaos á lo ménos mi perseverancia y mi
poca costa hacernos grandes sen icios, tened compasión de imporlimidad, é inclíneos ú que tengáis compasión de mí.
nosotros! Examinemos, pues, hoy lo que hemos hecho por Dios quiere que se leruegue con perseverancia y con cierta
ellas: ¿ q u é oraciones, q u é limosnas, q u é buenas obras, es;K'ciede importunidad. Hay un género de violencia que
cuántas misas hemos hecho decir por su descanso? ¿ l i e - es agradable á Dios, dice Tertuliano, y esta es la que se
mos cumplido con ios legados piadosos de que estamos en- le iiace con una oración perses eranle, cual lo hizo David
cargados? ¿fiemos hecho las restituciones que debia nues- implorando todo el dia la misericordia y el auxilio del Se-
tra hereneia? ¡Cuántas pobres almas padecen en el pur- fior. El pensamiento de la bondad y de la iníinila miseri-
gatorio, hace ya un gian número de años, por la dureza y cordia do Dios le sirve también de un nuevo motivo para
la avaricia impía de sus herederos y de sus hijos! ¡Que redoblar su confianza. Lo que me obliga, Señor, á pediros
crueldad ! pero ¡qué crimen ! No pase eí dia sin que nos con p 'rseverancia, y á creer que me oiréis, es que yo sé
hadamos desembarazado de unos deberes tan importantes. que sois un Dios lleno de bondad, lleno de man.-odumbre,
2 Impongámonos una ley para (pie no pase dia algimo lleno de misericordia con los que os invocan: porque,
sin hacer alguna oración particular, aunque no sea mas ¿quien es el que habiendo puesto en vos loda su esperan-
que un «De profundis,» por las almas del purgatorio, l í a - za, no ha sido oido? Yo espero, Señor, quo seré de esle
gamos decir hoy una misa, si podemos, ó á lo ménos o i - n ú m e r o : n ó ; vos no estableceréis para mí un nuevosisie-
gámosla por ellas. Sean por su alisio todas las buenas ma ; sois incapaz de mudaros, y por consiguiente vuestra
obras, todas las limosnas que hiciéremos en este dia. Es misericordia será siempre vuestra cualidad favorita, la (pie
una práctica de piedad muy laudable el concluir siempre á nuestra vista brillará siempre mas que todas las demás
la oración de la noche con uu responso por los muertos. La de vuestras maravillas; y yo mismo seré una nueva prue-
caridad que, se ejercita con aquellos dichosos cautivos, es ba para loda la tierra del esceso de vueslra bondad con

i
- DESPUES DE V\ ijNTKCOSTES.
loa prnulorcs. Esto lo repite imich.'is veces el santo profeta pruebas de la verdad y de la santidad de la religión que
80 lodos los salmos, y señaladamenle en el salmo 145, predico. ¿ Q u é interés tendría yo en sufrir tanto, si os
cuando dice: «El Señor es bueno, tierno, compasivo, es anunciase fábulas? Es menester que esté bien convencido
paciente y lleno de misericordia, es bueno con todas sus de la verdad de mi religión para predicar á lanta costa.
criaturas, y su misericordia se esliendo sohre todas sus Si yo no encontrase mas que honor; si no recibiese mas
o b r a s : » no bay ninguna que á su manera no publique que aplausos; si mi zelo fuese lucrativo para este mundo;
cuan bueno es Dios. «El Señor está siempre cerca de los si viviese entre la abundancia y los placeres, tendríais
que le invocan con una verdadera conlianza en su bon- motivo para desconfiar de las máximas duras y de la m o -
d a d , » y si no concede inmediatamente lo que se le pide, ral austera que os enseño : el honor y las ventajas tempo-
es porque se complace en que se le niegue. Para ninguna rales que me resultarian, no podrían menos de debilitar
cosa es David mas elocuente que para publicar la bondad vuestra fé y de haceros sospechosa mi doctrina j pero
y la mansedumbre de nuestro Dios, y para exaltar su m i - cuando no se gana sobre la tierra por predicar esta doc-
sericordia sin límites. El introito de la misa de este dia dice trina mas que trabajos y persecuciones, es menester que
lodo esto, en las palabras que quedan dichas al principio. el predicador esté bien cierto de su infalibilidad y de su
Concluye este introito por donde comienza el salmo 83^ certeza. Con esta mira, y para alcanzaros la fortaleza y la
« S e ñ o r , inclinad ^vuestros oidos, y escuchad mi oración, perseverancia, á pesar de lodos los males que m o v é i s p a -
porque estoy en el desamparo y en la indigencia.» IMra decer en las funciones de mi ministerio, doblo yo mis r o -
que la oración sea elicaz, debe ser humilde, perseverante dillas en presencia del Padre de Jesucristo, nuestro Señor
y llena de una confianza que no se debilite. Ka Iglesia tiene y nuestro Dios, á fin de que os ilumino, y que no miréis
cuidado de darnos todos ios domingos después de i'enle- como un mal los trabajos y las persecuciones que acom-
coslés un modelo perfecto de una oración corta en el i n - pañan la predicación del Evangelio, sino que las conside-
troito de la misa; no hay mas que reunirías todas, y se réis mas bien como una dicha en órden á la eternidad. San
hallarán en ellas oraciones escelentes para todas las ne- Gerónimo espücando este lugar dice, que lo que los infieles
cesidades. miran como una desgracia, nosotros lo recibimos como un
La Epístola de la misa de este dia está lomada de arjupl favor. Se ve aquí .por la postura con que ora san Pablo,
pasaje de san Pablo á los efesinos, en donde el Apóitol, que el uso de orar arrodillados viene desde el nacimiento
siempre perseguido, siempre entre las cruces y los l o r - de la Iglesia, y del tiempo d é l o s mismos apóstoles; san
rnentos, exhorta á los Goles á que no se escandalicen ni Pablo ha orado muchas veces de rodillas; san Esteban oró
se desanimen á vista de los males que lo ven sufrir por de rodillas, y queriendo san Pedro r e s u c i t a r á Thabita, se
ellos, en las funciones de su ministerio. puso de rodillas y oró. «Yo ruego al Señor, añado san
Pablo (Actor. 9 . ) , que s i g n ó l a s rquezas de su gloria,
« Ruégoos que no os dejéis abatir, les dice, por las t r i -
os dé por medio de su espíritu un aumento de fortaleza »
bulaciones que padezco por vosotros; porque esto es lo
para el hombre interior: le pido sin cesar « q u e Jesucristo
que constituye vuestra gloria.» Si san Pablo ha trabajado
habite en vuestros corazones por la fé, á fin de que a r r a i -
mucho por la salvación de las almas, también ha sufrido
gados y afirmados en la caridad podáis comprender con
mucho. El mismo hace una relación de una parte de sus
lodos los santos cuál es la anchura, la longitud, la allura
padecimientos, escribiendo á loscoriiitios: l i e sufrido, Jes
y la profundidad.» El texto no espresa cuál es la cosa de
dice, persecuciones de parte de los judíos y de los genti-
la cual desea que se conozcan estas dimensiones espiri-
les, y de parte de los falsos hermanos, prisiones, suplicios,
tuales. San Crisóstomo dice, que el santo Apóstol pide á
naufragios, peligros de parle de los ladrones, peligros de
Dios queconceda á los efesinos la inteligencia dolos g r a n -
parle de mi nación, peligros de parte de los gentiles, pe-
des misterios de la fé que él les ha predicado, y singu-
ligros en la ciudad, peligros en la soledad, peligros en el
larmente del gran misterio de la vocación de los gentiles
mar. Ilesufrido treinla y nueve azotes de los judíos, he sido
del que les ha hablado hasta aquí. Compréndese bien la
apaleado, apedreado una vez, tres veces he naufragado;
longitud, si se atiende á que Dios habia resuelto en la eter-
¿ q u é do fatigas» q u é de trabajos, q u é de miserias no he
nidad llamar por fin á los gentiles á la fé de Jesucristo,
pasado? en las vigilias sin descanso, en ei hambre y en la
hacerles su pueblo favorecido, y formar y Henar con ellos
sed, culos ayunos continuos, en el frió y en la desnudez;
su Igle?ia. Compréndese también la anchura, si se consi-
a d e m á s de lo que padezco por parte de fuera, la pesadez
dera que esta vocación mira á todos los pueblos del u n i -
d é l o s negocios de cada dia que están á mi cargo, el cui-
verso, en vez de que la antigua alianza no mira mas que
dado do las iglesias. Estas persecuciones tan frecuentes,
al pueblo judío. La niíevajnira á todas las naciones de'la
estas humillaciones tanconlinuas, estos tormentos , estas
tierra ; habiendo Jesucristo derramado su sangro y sido
cruces podían e s p a n t a r á los nuevamente convertidos á la
muerto por la salvación de todos los hombres, no hay nin-
fé, como eran los efesinos, y espantándoles, debilitar en
guno escluido del beneficio de la redención. Mas habiendo
ellos la estimación que hablan hecho de san Pablo y de su
muerto el Salvador por todos los hombros, ¿ e n q u é consis-
doctrina. El santo Apóstol previene la tentación, y les ha-
te que no se salvarán todos los Iwmbres, y aun que, los
ce ver que cuanto raas atormentado y mas Heno de traba-
elegidos para esto son en número tan pequeño ? ¿ Por que
jos le vean, en mas estima y veneración deben tener su
los unos so mantienen en las tinieblas del error, y los otros
ministerio. Los males que sufrimos, les dice, contribuyen,
abren los ojos á la luz? aquí es menester esclamar: O ( t l -
á vuestra gloria, puesto que tenéis el consuelo y aun po-
tüudo! ¡ O profundidad de los tesoros d é l a sabiduría y de
déis vanagloriaros de que vuestro Apóstol nada os ha pre-
la ciencia de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus juicios,
dicado, de que no haya estado pronto á dar testimonio á
y qué superiores á toda comprensión sus caminos! San Pa-
cspeiisas desu vida. Mi constancia en los trabajos y mi
blo pide al Señor que haga comprender á los efesinos, nó
perseverancia, mi zelo eu medio de los padecimieulos son
5i0 DOMINGO DECIMOSEXTO
el fondo de un misterio incomprensible á todo espíritu b u - sus palabras y sus discursos, y á quién encontraría mas
mano, sino la incomprensibilidad, por decirlo a s í , de es- que censurarle: aquellos espíritus negros y artificiosos
te mismo misterio, reconociendo que Dios no bace nada envenenaban todo lo que decía y todo lo que hacia, sin
que no sea con una sabiduría infinita; y que así como esceptuar ni aun los actos de caridad mas maravillosos y
no llama ni salva á nadie sino por misericordia, así t a m - mas laudables.
poco recbazani condena á nadie sino con justicia; dispo- Apenas se habian sentado á la mesa, llevaron un h i -
niendo las cosas de tal modo que todo viene tá concurrir al drópico y lo pusieron delante de él. Es probable que fuese
cumplimiento de sus designios, y á la manifestación de con designio formado el presentar al principio de la comida
sus atributos. Por la altura ó sublimidad de este miste- aquel enfermo. El Salvador no ignoraba su intención da-
rio puede entender el Apóstol todas las ventajas espiri- ñada; veía sobradamente el veneno oculto en su alma;
tuales de su vocación á l a f é , infinitamenle superiores á pero como siempre, obraba con mucha sabiduría y d u l -
todo lo que se llama bienes, honores y fortuna sobre la zura; quiso antes de curar el enfermo ó corregir su i n i -
tierra. quidad, ó confundir su malicia. Prevínoles, pues, y les
« Q u e conozcáis t a m b i é n , » prosigue el Apóstol, «la ca- preguntó si era permitido curar los enfermos en s á b a d o .
ridad de Jesucristo, la cual supera á todo lo que alcanzan Esta pregunta que ellos no esperaban les desconcertó;
nuestros conocimientos, para que quedéis llenos de Dios porque si respondían que esto estaba prohibido, preveían
p l e n a m e n t e . » Yo ruego al Señor, dice, que os d é á cono- bien que les apuraría vivamente con ventaja, y los haría
cer hasta q u é esceso nos ha amado Jesucristo. A la ver- ridículos, como sabían que lo había hecho mas de una
dad, este amor inmenso del Salvador es superior á todos vez. Confesar que la cosa era permitida , era aprobar p ú -
nuestros conocimientos y á todas nuestras ideas, es i n - blicamente aquello mismo de que pensaban hacerle un
comprensible ; pero por poco que conozcamos cuanto nos crimen. No sabiendo, pues, q u é responder, tomaron el
ha amado Jesucristo, es muy difícil que nosotros no le partido de callar. Entonces Jesús, que antes de hacer
ameraos; y por este amor puro y ardiente con que ama- nada se habia precaucionado sabiamente contra la ca-
remos á Jesucristo, seremos llenos de Dios plenamente, lumnia, y les había hecho conocer que no había olvidado
no solo en esta vida, animados de su espíritu y de su g r a - la solemnidad deldia, tomó al enfermo por la mano, lo
cia, sino especialísimamentc en el cielo, en donde poseere- curó y le despidió con admiración de todos los que habían
mos á Dios perfectamente. Una prueba de que conocemos sido testigos del milagro. No hubo uno de los fariseos que
poco el amor que Dios nos tiene, es el poco que nosotros se atreviese á decir una palabra; mas porque su silen-
le tenemos á el. Si conociésemos hasta qué pimío nos ha cio no era efecto de un verdadero arrepentimiento,
amado este divino Salvador, y con q u é ternura nos ama, sino de un bochorno maligno , c r e y ó que era menester
¿ c u á l seria nuestro fervor y nuestra diligencia en hacerle obviar todas sus quejas, convenciéndoles por su propia
la c ó r t e e n elSantísimo Sacramento? ¿ c u á l nuestra íideli- conducta de la justicia de su proceder y de la malignidad
dad en guardar sus preceptos y en seguir sus consejos? de sus murmuraciones.
¿ c u á l nuestra solicitud por agradarle? Por último, conclu- ¿Quién de vosotros, les dijo, si ve caer su buey ó su
ye el santo Apóstol: «Al que por sola su virtud, esto es, asno en una boya en un s á b a d o , no se apresura inmedia-
por su espíritu y por su gracia que obra en nosotros, es tamente á sacarle de ella? ¿Hay quien croa que por res-
poderoso en todo mucho mas de lo que nosotros podemos peto al dia haya de dejarse el buey ó el asno en la hoya?
pedir ni pensar, sea dada la gloria por la Iglesia y por Je- El Salvador les dejó hacer la aplicación; era muy fácil y
cristo en los siglos. A m e n . » De este pasaje de san Pablo muy justa para no confundirlos. Veían ellos que conocía
es de donde la Iglesia ha tomado la conclusión ó fórmula sus mas secretos pen-samientos, y cuanto abrigaban en su
con que termina todas sus oraciones. Como el mismo es- corazonr nada tenían que responder á una paridad de
píritu de Dios que animaba á san Pablo y á los demás razón sin réplica. Así es que quedaron mudos, pero no
apóstoles es el que anima á la Iglesia, pocas de sus p r á c - se hicieron mejores. De este modo se aprovechaba el d i -
ticas hay que no baya tomado de estos primeros doctores vino Salvador de todas la& ocasiones para corregir ó para
de la religión que son sus maestros. inslruir, pero siempre con su dulzura y su piudencia
El Evangelio de la misa de este día está lleno de ins- ordinaria, contemplando las personas y reprendiendo al
trucciones y de misterios. Cuanto mas se aumentaba la mismo tiempo sus defectos.
gloria del Salvador entre el pueblo, crecía también mas El mismo espíritu de zelo y de caridad fué el que obli-
la envidia y el odio que le tenían los escribas y fariseos. gó á darles también una lección tan importante como la
La vida pura, sania y perfecta del Salvador, el conoci- pasada, para corregir una vanidad necia que todos los
miento que tenia del interior de las gentes y de la malig- fariseos tenían cuando se ponían á la mesa; apenas había
nidad del corazón de los fariseos, b. pureza de su doctrina, uno que no se apresurase con descaro para colocarse en
sus milagros , todo irritaba los zelos moríalos que habian el lugar mas distinguido, y esta afectación ridicula era
conerbido contra él. Como no habían hallado basta en- común á lodos. Habíalo advertido el Hijo de Dios al po-
tonces prelesto mas especioso para calumniarle que el de nerse á la mesa. Y para rebatir su orgullo y su ambición
que, según ello?, na guardaba escrupulosamente el s á - de presidir les dió esta lección dg humildad, que el evan-
bado, porque hasta entonces en aquel día curaba á los gelista no llama parábola sino porque tenia un sentido
enfermos; se sirvieron también de una comida á que b a - íigurado; y porque lo que prescribe aquí el Sefiar á los
bia sido convidado en un sábado por uno de los mas con- que son convidados á un festín, se debe aplicar á las de-
siderables de la seda. Allí encontró cuasi tantos adversa- más coyunturas de la vida.
rios y censores como convidados. Iban á c u á l masespia- Cuando seáis convidados á las bodas, les dice, no os
liasus acciones, á quién observaría con mas malignidad colocareis en el primer lugar, no sea que otro ñ u s digno
DESPUES DE PENTECOSTES. 541
de consideración que vosotros baya sido lambien convida- f r m l e l csse inlcntos. Per cados á los santos ejercicios
do; y que el que os ba convidado á ios dos, se vea obliga- Dominum... de las buenasobras. Por nues-
do á deciros: Tomaos ta pena de bajar mas abajo, y ceded tro Sefior Jesucristo, etc.
á este vuestro sillo; porque ¿ q u é confusión os causaría es-
to en la asamblea ? Nada os perjudicarla tanto. Para evi- La Epislola es de la de san Pablo apóslol á los Efcsinos,
tar esta afrenta, escoged siempre el lugar méuos bonroso, cap.
á fin de que el que os ha convidado, viendo vuestra humil- Fratres : Obsecro vos Hermanos m í o s : Os suplico
dad y prendado de vuestra modestia, os diga: Amigo, no es ne dcficialis tu tribulatio- que no os dejéis abatir por las
este vuestro íitio, subid mas arriha; entonces quedareis nibus meis pro vobis ; tribulaciones que sufro por vo-
honrado á la vista de lodos los que os acompañaren á la (¡UCP est gloria vestra. Uu- sotros, locual constituye vues-
mesa. Nada hay que temer, dice san Uernardo, por aba- j ü s m g r a t i a (léelo gemía
tra gloria. Con esta mira, yo
tirse uno cuanto pueda; pero por poco que «no se engria, mea ad Patrem Dumini doblo las rodillas delante del
arriesga siempre el engreírse mas de lo que debe. Pero nosiri Jesu Christi, exquo Padre de Jesucristo, nuestro
Jesucristo, dice un sabio intérprete, ¿quiere aquí autorizar omnis paternilas i n coelis Señor, del cual loma su n o m -
á los fariseos para que se abatan precisamente con la m i - el i n ierra nominaíwr, uí bre iodo cuanto tiene la cuali-
ra de procurarse honor, ó de evitar la confusión ? Nó, este del vobis secundum d i v i - dad de Padre en el cielo y en
motivo es muy bajo y aun vicioso para dar mérito, y seria tias gloria suce, virlule la tierra : á fin de que, s e g ú n
esto humillarse por un motivo de orgullo. Conocía bien el corroborari per Spiriium las riquezas de su gloria, os
Salvador que los fariseos no eran gentes que se moviesen ejus in inlcriorem homi- dé por medio de su espíritu un
por razones espirituales; se acomodó, pues, á su flaqueza, nem, Chrislum habitare aumento de fortaleza para el
y solamente para corregirlos de la ansia vergonzosa que per [ídem in cordihus ves- hombre interior. Que Jesu-
tenían por las presidencias, so aprovecha del vano deseo tris : i n charitale radica- cristo habite en vuestros cora-
de ser eslimados que nota en ellos. Como si á un hombro t i et fundali j « i possitiszones por la fé; que estando
inlcmperaníe, á quien se trata de hacer sobrio por el amor comprehendere cum ó m n i - arraigados y afirmados en la
( k la salud, se le dispusiese así por un motivo puramente bus sanelis, q m sit laiilu- caridad, podáis comprender
naluial á la templanza cristiana. La humildad eslerior es do, et longiludo, el subli- con lodos los santos cuál es la
un paso para llegar á la humildad del corazón. milas, etprofundum : sci-
anchura, la longitud, la altu-
re etiam supereminentem
Ksla instrucción, que se llama aquí parábola, en el sen- ra y la profundidad; y que
scienlia} charilatem Chris-
tido literal mira particularmente á los judíos. Ellos habían conozcáis lambien la caridad
ti, u l iinpleainiui i n mn-
sido convidados los primeros al banquete celestial por la de Jesucristo, la cual es muy
nem pleniludinem Dei. E i
predicación del Evangelio; ellos mismos se bwn escluido superior á nuestros conoci-
autem, quipotens est o m -
de la felicidad eterna por una orgullosa prevención en su mienlos, para que seáis llenos
nia faceré sitperabundan-
favor, dicen los Padres. Algunos pobres solamente, los p u - de Dios plenamente. Por ú l l í -
ter guam peiimus, aul i n -
blícanos, las mujeres pecadoras, los gentiles mismos con mo, que al que por su virlud
telligimus, secundum v i r -
un corazón contrito y humillado han aceptado el convite que obra en nosotros lo puede
lutem , quae operatur wt
que se había hecho á ellos; y reconociéndose indignos de todo, mucho mas allá de nues-
nobis : ipsi gloria in Ec-
un favor tan insigne, manleniéndoseen el último puestosin tras peliciomís y de nuestros
rlesia, et i n Ckrislo Jesu,
atreverse á levantar los ojos como el pubücano, y perma- pensamientos, sea dada la glo-
in omnes generaliones se-
neciendo en lo mas bajo del templo, han merecido qnese ria por la Iglesia y por Ji'sa-
cular um. Amen.
les baya diebo; Snhid mas arriba, ocupad las primeras crislo en toda la sucesión de
plazas de quese han hecho indignos los judíos por su o r g u - los siglos. Amen.
llosa obslinacion. De lodo su discurso concluye el Mijo de Los Padres y los intérpretes reconocen que la Epístola
Dios: «Porque cualquiera que se eleva sera humillado, y de san Pablo á los efesínos es una de las mas difíciles y
cualquiera quese humilla será ensalzado.» Es muy estrafío mas espirítuales. Espone el Apóstol en ella los principales
que conciin iendo todo ú humillarnos, sea tan rara la ver- misterios de nuestra fé, la redención y la justificación por
dadera humildad, l'ara ser uno humilde no es menester Jesucristo, la predestinación y la vocación de los gentiles
mas que conocerse: no hay virtud que cueste menos, y á la fé, y todo el misterio de la nueva alianza.»
sin embargo no hay ninguna de que mas se carezca. Nada
debe humillarnos mas que nuestro orgullo. Cuando lo REFLEXIONES.
queremos de veras, dice san Bmiardo, no hay cosa lan « A fin de que conozcáis también la caridad de- Jesu-
fácil como el humillarnos. Si aspiro á ensalzarme, inme-
cristo, la cual es muy superior á nuestros conocimientos.»
diatamenle encuentro mil obstáculos á mí engrandeci-
Ámase poco á Jesucristo, porque se conoce poco cuanto
miento; mas si quiero aljalírme, nadie se me opone. La
nos ama Jesucristo: se le mira con poca ternura, porque so
humildad crisliana es el origen de nuestro reposo, así
piensa poco en lo que él ba hecho por nosotros. De todas
como el orgullo lo es de nuestros disgustos.
las pruebas del amor, á laque los hombres acoslumbran
ser mas sensibles, es á los beneficios; ya porque nada í n -
La oración de la misa de este dia es como signe : dica mas el ardor y la generosidad de la pasión del que
ama, ya porque nada agrada tanto á nuestro humor, na-
Tua nos , (jvasumus, Concedednos, S e ñ o r , que turalmente interesado, como un amor que nos es útil; y
Domine, gralia $emper el vuestra gracia nos prevenga y por tanto Jesucristo también ha querido valerse de este
prcBvenii.a el sequalur : ac nos acompafie siempre, y que medio para obligarnos á amarle. Él nos ha prevenido, nos
bonis operibus jogilcr nos tenga incesantemente apli- ba colmado de mil beneficios, de los que el menos con-
DOMINGO DECIMOSEXTO
siderable sobrepuja á cuanto nosolros podamos merecer, á illum die sabbali? E l non sea el dia del s á b a d o ? Y ellos
cuanto podamos esperar, á cuanlo podamos racionalmen- polerant ad hwe respon- no sabían q u é responder á es-
te desear. ¡ Cosa e s t r a ñ a ! lodo el mundo recibe sin cesar deré 'illi. Dieelmt autemel to. En seguida habiendo ad-
beneficios de Dios, todo el mundo conviene en el esceso tté innitHos pnrabolam, vertido (pie elegían ellos los
incomprensible de su amor, del cual son unas pruebas b r i - inlcndrns quomodo primos primeros puestos de la mesa,
llantes sus mismos beneficios; y sin embargo, ¡enán pocos accuhilus cligerent, dieens dirigió á los convidador esta
se dejan ganar por estos beneficios! ¡ cuán pocos son agra- ad illos : Cum invilalus p a r á b o l a : Cuando fuereiscon-
decidos al esceso do su amor 1 Nosotros á fuerza de oir ha- fneris ad nuplias , non vidades á las bodas, les dijo,
blar de la Creación, de la Encarnación, de la Redención, discumbas i n primo loco, no toméis el primer lugar, no
del sacramento d é l a Eucaristía, nos acostumbramos á es- m forte honoratior le s i l sea que haya sido convidado
tas palabras y á las cosas que ellas significan; sin embar- invilalus ab ü l o : e( vc- otro de mayor considei acinn,
go, no lia y un hombre por poco racional que sea que no niens is , qui te el illum y aquel que os ha convidado á
se sintiese desde luego trasportado de amor y del mas v i - vocavit, dical tíbi : Da los dos, venga y os diga: De-
vo reconocimiento á otro hombre, de quien supiese haber huic locum : el tune inci- jad ese lugar para este, y en-
recibido la centésima partí! del menor de estos favores. pias cum rubore morissi- tonces tengáis que sufrir ta
Aun cuando este Dios hombre no nos hubiese querido res- Dtmt locum tenere. Sed vergüenza de descender hasta
catar, no hubiera sido ni ménos santo, ni menos poderoso, cum vocatus fueris, vade, el último puesto. Sino cuando
ni ménos feliz: no obstante, él ha lomado tan i) pechos recumbe i n novissimo l o - fuereis convidados, colocaos
nuestra salvación, queal ver solameníc lo que ha hecho y co : u t , cum vencril qui en el ultimo lugar, para que
el modo con que lo ha hecho, se diría que toda su felici- te i n v i l a v i t , dicat libi : cuando el que os ha convi-
dad depondia de la nuestra. Podiendo rescatarnos á m u - Amice, ascende superius. dado viniere, os diga : A a i i -
cho menor coste, ha querido merecernos la gracia de la Tune eril tiiñ gloria coram go, venid mas arriba; y en-
salud por la muerte, y por la muerte mas vergonzosa y simul discumbentibus : tonces recibáis un honor á
mas cruel, cual era la muerte de cruz; y pudiendo a p l i - quia omnis, qui se exal- vista de los d e m á s que esláa
carnos sus méritos de mil maner;:s, ha elegido la que mas t a l , humüiabihir : el qui con vosotros á la mesa ; por*
le costaba, ha elegido la del mas prodigioso de todos los se ¡mmüiat, esaltubilur. que todo el que se exalta será
abatimientos, el cual ha causado en el cielo y en toda la humillado, y cualquiera que
naturaleza un asombro que no podremos j a m á s compren- se humillare será exaltado.
der debidamente. Y toda esto se ha hecho para mover
unos corazones naluralmeníe sensibles al menor beneficio MEDITACION.
y á la menor señal de amistad. Un nacimiento pobre, una
Del orgullo.
vida laboriosa, oscura, humillaciones llenas de oprobios,
una muerte infame y la mas dolorosa, son maravillas en VISTO pimiEuo. — Considera que el orgullo es una opi-
un hombre Dios, que nosolros olvidamos, y estas cosas son nión escesiva que uno tiene de sí mismo, de su propio
jiislamente los efectos del amor que nos tiene Jesucristo. mérito, de su propia cscelencia; es Htl deseo ardiente y
¿Conócese en el cristianismo la altura, la anchura, la pro- desarreglado de que lodos los demás tengan la misma
fundidad incomcnsurable de la caridad incomprensible de opinión de nosotros. El orgullo es por lo común el vicio de
Jesucristo? No podemos ignorarla, seria ignorar nuestra un talento limitado, de un genio mezquino; un mérito
religión el ignorar los principios de ella. Y si la conoce- real, un gran genio está ménos espuesto al orgullo. Un
mos, ¿cómo puedo componerse que amemos tan poco á buen entendimiento se paga poco de oropeles, su pene-
Jesucristo? tración va muy lejos para que deje de descubrir ta fla-
queza y aun la nada sobre que estriban las mas bellas
• E l Evangelio de la misa de este dia está lomado del de cualidades, y para que no perciba cuantas sombras hay
san Lucas, cap. i 4 . entre estas mismas cualidades. Sus propios defectos le h a -
í$ iüo tempore : Cum En aquel tiempo: Enlró Je- cen mas impresión que sus virtudes. Un enlendimienío
inirarel Jesús i n domum sús en casa de un g e í e d e los menguado, como que nunca sale de su esfera, no está lle-
cujusdam principis phari- fariseos en la que estaba con- no masque de sí mismo, y no hallando nada que no lo
sceorumsabbalo manduca- vidado á u o m e r , y los mismos pan zea común en todo lo que hacen los demás, solo a d -
re pancm} elipsi observa- que allí estaban le observaban. mira lo que él hace. Pero si el orgullo es el efecto de utv
bant cwn. E l ecce homo En esto se presentó delante de genio pobre, no es ménos la prueba del poco mérito del
quídam hydropicus eral él un hidrópico. Jesús enton- sugeto. Una alma grande tiene una idea demasiado exnc-
ante iltam. E l respondens ces preguntó á los doctores de ta de la perfección, para que ignore lo que hay defectuo-
Jvsus , d i x i l ad legisperi- la ley y á los fariseos: ¿ Es so en lo que el pueblo admira;, una alma ordinaria no se
tos el p k a r i s m s , dicens : permitido curar en sábado? prenda mas que de lo que ella tiene bueno, sin pensar
Si Ucel sabbalo curare? Mas ellos no respondieron una que lodo bien procede de Dios : {(Desgraciados de voso-
At i i l i tacuerunl. Ipse ve- palabra. Tomando, pues, Je- tros,» dice el Profeta, «que sois sabios á vuestros propios
ro apprehensum sanavil sús al enfermo, le curó y le ojos.» Cuando esta pasión ha llegado á dominar en un co-
eum, ac dimisit. E l res- despidió. Después de. hecho razón, produce muy pronto en él todas las demás. Que
pondens ad illos, d i x i l : esto se volvió á ellos, y les d i - de pasiones q u e d a r í a n , sí no cstínguídas, al ménos ador-
Cujus vestrum asim(s,aut jo : ¿Quién de vosotros si su mecidas, si el orgullo no las despertase; que de familias
bos i n puteum cadet , el asno ó su buey cae en un po- vivirían aun en una estrecha unión, si el orgullo no h u -
non conúnuo cxirahc', zo, no k saca de él aimquo biese encendido sordamente el fuego do lu discordia que
DESPUES DE PENTECOSTES. 43
lia consumido en pleitos la hacienda mas saneada, y que toda nuestra hacienda; aun cuando destruyésemos nuestro
inspira á fós dos partes un furioso cncarniramicnlo para cuerpo y nuestra salud con las maceraciones mas asom-
perderse nmliiamente. Pocas pasiones hay que no deban brosas, si el orgullo se mezcla en estas buenas obras y en
á esle lo que ellas üonen de mas vivo, de mas punzanfe y estas penitencias, no son mas que frulos coirompidos. Los
de mas amargo: el orgullo es el que comunica á la ira su fariseos eran liberales en limosnas, y de una austeridad
iiereza, y á la envidia toda su desconfianza y su maligni- de vida estremada; pero el orgullo y la ostentación forma-
dad; es el vicnlo que enciende ei odio; que causa tan fu- ban su carácter, y esto é r a l o que irritaha alSalvadorcon-
neslos incendios. La codicia debe al' orgullo todas las i n - tra ellos.
quietudes que produce; ¿ y de q u é otras fuentes nacen la Yo detesto, Señor, con lodo mi corazón un vicio que es
mayor parle de nueslras tribulaciones, de nuestros dis- el origen de lodos los d e m á s . Hacedme, ó Dios mió, la g r a -
gustos y de nuestras murmuraciones ? E! orgullo es pro- cia de inspirarme siempre un nuevo horror contra él.
piamente el lirano del entendimiento y del corazón h u - iicciAToniAS.—Alejad de mí, Señor, el espíritu de or-
mano; ¿estuvo j a m á s Iranquilo un orgulloso? ¿ q u é c a l m a , gullo que tanto aborrecéis. [Ecles. 23.)
qué dia sereno bobo nunca en una alma orgnllosa? Esta No permitáis, Señor, que el orgullo se apodere de m i
pasión no se halla Lien sino en las alturas, esto os, en l a entendimiento ni de micorazon. (Psahn. 33.)
región de los vientos. ¡Jluen Dios, q u é digno de lástima
es un hombre orgulloso ! Dios se complace en confundir á PROPÓSITOS.
los soberbios y m liacerlos desdichados. 1 Enorgullecerse, mirar á l o s demás con desprecio,
PUMO SEGUNDO.—Considera que así como la humildad porque está uno magníficamente alojado, ricamente vesti-
es siempre amable, así tampoco hay nada mas odioso que do, porque tiene un suntuoso tren, un bisabuelo de gran
el orgullo. No obslanle, por mas odiosa, irracional y per- mérito, ó porque su nombre y sus armas se encuenlivn
niciosa que sea esta pasión, ninguna hay que sea mas co- en viejos registros; ¿hubo jamás una opinión masmal f i n -
mún y universal; no solo reina sobre el trono, domiHatam- dada de nuestra propia cscelcncia? Desengañémonos, el
bien frecuentemente con imperio en las condiciones mas m é r i l o d e b e ser personal, las virtudes no son hereditarias.
viles; penetra hasta las soledades; se desliza hasta en el Un adorno hril-lante, un vestido bordado de oro, una no-
lugar santo. No es la única obra suya la hipocresía. ¡Qué bleza antigua, no son iucompalibles con un talento men-
de motivos tan poco puros no vician las mejores acciones! guado, y con un mérito todavía mas menguado. Las esta-
¡qué de retrocesos no hace uno de tiempo en tiempo sobre tuas de madera o de tierra se doran. Coloqúese una esta-
su propia virtud! ¡qué de secretas complacencias en su tua de madera en los nichos mas altos; enlodas parles se-
propio mérito! Así es como esta pasión artificiosa trata de rá de madera. El mérito personal, por real que sea, noda
familiarizarse insensiblemente hasta con la devoción. El derecho para despreciar á nadie. El mérito mas insigne
orgullo mas suíil y mas fino sabe deslizarse diestramente pierde todo su brillo y queda oscurecido por el orgullo.
hajode los viejos harapos^ por decirlo así, de la humildad; Concibamos un horror constante á este vicio. No solo no
cüiilrahace ei aire y el tuno de esta v i r l u J ; se prevale y despreciemos j a m á s á nadie de cualquiera condición que
aun se alimenta de sus privilegios; ninguna pasión sabe sea; hagamos áhtes bien un estudio en sercorteses, urba-
representar lautos personajes como esta. Hay pocas v i r t u - nos, afables con todo el mundo, aun con los criados. No
des que no deban desconfiar de ella; no obstante, de ella les hablemos nuncasíno con dulzura. Cuanto masdistingui-
al parecer es de la que se desconfía menos. No hay o r g u - dos y ensalzados seamos por nuestro nacimiento, por
lloso que crea que lo es; no hay falsa piedad, ni falsa de- nuestra chise, por nuestra dignidad, pornueslro propio
voción, que no sea orgullosa. La virtud aislada es insípida mérito, mas complacientes, mas dulces, mas átenlos, mas
al que no tiene masque la corteza de ella; el orgullo esco- afables debemos ser. Nunca fué un gran mérito el ser a l -
mo la sal que la da el gusto. Cualquiera es devoto con pla- tanero,
cer, mientras que lo es con suceso. Por mas que se diga
2 ¿ N o hay algún vano, altivo, soberbio, que no se
que no se busca otra cosa que la gloria de Dios, apenas
pregunte alguna vez á sí mismo por qué lo.es? La mayor
perdemos de vista la nuestra; las obras de caridad que
parle de las gentes, y sobre todo las mujeres, no encon-
nos hacen mas honor, por penosas que sean, son las que
trarán apenas otro principio de la opinión escesivamenlo
nos parecen mas fáciles; n á d a s e n o s hace costoso en la
buena que tienen de sí mismos, y del desprecio que h a -
práctica de la virtud, en tanto que la virtud es aplaudida.
cen de los d e m á s , que razones del todo contrarias, que
Tsose siente e! peso y ¡a fatiga, sino de loque es oscuro ó
deberían mas bien servir para humillarnos. Toda persona
secreto. Se deja el lujo de los vestidos; pero en esta mo-
humilde, modesta, de cualquiera condición que sea, es
destia ¿se busca solo la oscuridad y la humillación? ¿Poi-
siempre respetable ; por el contrario, nada inspira ni me-
qué tanta afectación y tantas distinciones en la misma de-
rece lanío desprecio como el orgulloso. Pidamos á Dios sin
voción? Un corazón humilde nunca desea la singularidad.
cesar que nos conceda una entera victoria sobre un ene-
Nada se quiere por ostentación; pero no se incomoda uno
migo tan odioso y tan dañino. Para esto lomemos hoy
demasiado cuando ha sido descubierto. So oculta, deci-
mismo con firmeza es(a resolución. I.0 No hablar j a m á s
mos, el poco bien que hacemos; pero fácilmente perdona-
de nosotros mismos, ni en bien, ni en mal. (Ecles, 19.)
mos á los que lo publican. ¡Cosa estrafia! el orgullo nos
2.u Alábenlos siempre á todo el mundo, ó no digamos pa-
sigue hasta en las victorias que conseguimos del orgullo
labra , ó hablemos siempre venlajosamente de aquellos
mismo; lodo le sirve de pábulo y de alimento, bástala h u -
mildad. ¿Qué vicio mas peligroso ni mas temible? El or- de quien hablamos. 3.° Seamos afables con todos, sean
gullo lo emponzoña lodo. Aun cuando tuviésemos una ca- inferiores ó iguales. í.0 Tengamos sobre todo una especie
ndad magnífica; aun cuando distribuyésemos en limosnas de respeto á lodos los pobres. E>.0 No tuteemos j a m á s á
nadie ¡ nada da á conocer mas el orgullo y la rusticidad
544 DOMINGO DECIMOSEPTIMO
qneesta facilidad. 6.° En fin, moderemos siempre el tono turada felicidad, á que lodos aspiramos, sino viviendo en
do nuestra voz; un tono demasiadamente elevado siempre la inocencia, y no hay tal inocencia sin la observancia-de
es indicio de una hinchazón del corazón que choca y de- los mandamientos. Algunos creen que David compuso es-
sagrada. le s.iimo en los desiertos, en donde le obligaba á vivir
oculto la persecución de S a ú l ; lo que sí es cierto es, que
DOMINGO DECiMOSÉl'TIMO DESPUES DE
ninguna cosa podía sostenerle mejor, ni endulzar sus po-
PENTECOSTÉS.
nas, que los sentimientos de que está lleno este salmo;
E.sle domingo se ha cualificado hace mucho tiempo por ni tampoco la hay mas á propósito para consolarnos y
el domingo « d e l amor de Dios,» á causa del asunto que sostenernos en esle lugar de destierro, que los sentimien-
la Iglesia ha elegido para la misa del dia. La Epístola es- tos de devoción que por todo él están esparcidos. Contie-
tá lomada de la carta que san Pablo escribió á los efesi- ne cíenlo setenta y seis versículos, y no hay uno solo en
nos; es una exhortación interesante que les hace, ¡neli- que no se espresc la ley Dios, en diferentes términos,
nándoles á la dulzura, á la paciencia, á la paz, á la unión, todos en el mismo sentido : í e y , testimonio, camino, man-
á la caridad necesaria para sufrirse los unos á los otros ; damiento, discursos, preceptos, juicios, ordenanzas, ver-
á la unión que debe formar un solo espíritu en aquellos dad, palabra, justicia; y todos estos diferentes términos
que son todos miembrus do un solo cuerpo ; que no tie- no significan mas que la misma ley de Dios, de cuya exac-
nen mas que un Señor, una fé, un bautismo, un Dios que ta observancia depende la bienavenlurada eternidad, quo
reside en lodos por su espíritu y que á lodos esliende su es el objeto de los deseos de todos los hombres.
providencia. Todos los fieles que habia en los primeros La Epístola de la misa de este dia eslá tomada del c a p í -
dias de la Iglesia no formaban mas que un corazón y una tulo cuarto de la de san Pablo á los efesinos. Exhórtales el
alma, y á e s l a paz, á esta conformidad de sentimientos, santo Apóstol que no tengan todos mas que un mismo es-
á e s l a caridad mutua, carácter distintivo de todos los cris- píritu, así como lodos no hacen mas que un mismo cuer-
tianos, es á lo que exhorta el santo Apóstol á los fieles de po ni tienen mas que un mismo Señor, una misma fé y
Efeso. un solo bautismo.
El inlroilo d é l a misa está tomado del salmo 1 1 8 , en el «Yo os ruego, yo que estoy preso por el Señor, que
n i a l encuentra san Agustín tantas instrucciones como pa- observéis una conducta digna de vuestra vocación.» Cua-
labras, y al que san Amhrosio llama el alfabeto de los lifícase san Pablo llamándose prisionero de Jesucristo
cristianos, porque en él hallamos los elementos y los p r i n - nuestro Señor, gloriándose de sus prisiones, y mirando
cipios de lodos nuestros deberes; y así como á los nifios el honor que tenia en sufrir y estar en cadenas por amor
seles hace aprender el alfabeto desde su juventud, así, de Jesucristo, como la época mas gloriosa do su vida. En
dice san Hilario, seria bueno con tiempo meditar y esiu- efecto, nada hay mas honorífico ni mas venlajoso que el
diar este salmo, y penetrar todo su senlido : lodo él es padecer por los intereses y por la gloria de Dios. El santo
muy á propósito para inspirarnos el amor á la ley de Apóstol se presentador decirlo así, cargado de hierro por
Dios y á todas las observancias religiosas, y esto es sin Jesucristo á los efesinos, para moverlos, para obligarles
dud;i lo que ha movido á !a Iglesia á hacer de él su ora- á que reciban con mas docilidad sus instrucciones, y pa-
ción diaria, puesto que este salmo solocompone todas las ra animarlos con su ejemplo á la práctica de la virtud y
horas menores. al amor do los sufrimicn'os. Nada hay mas elocuente ni
«Justo sois, ó Dios mío, y vuestros mandamientos están mas persuasivo que el ejemplo. San Pablo Indice todo en
llenos de equidad.» Tratad á vuestro siervo según vuestra dos palabras, cuando exhorta á los efesinos á que obser-
misericordia. Por mas atenciones y por mas fidelidad que ven una conducta digna de la escelencia y de la santidad
tengamos en cumplir nuestros deberes, y en satisfacer desu vocación, « á fin,» les dice, «de que caminéis d i g -
con puntualidad á nuestras obligaciones, mientras que namente en la vocación á que sois llamados.» Ser llama-
vivimos pecamos todos en muchas ocasiones, y por lanío do al cristianismo, es ser llamado á una santidad eminen-
UMicmos de continuo necesidad de la misericordia del Se- te: ¿qué inocencia, qué pureza de costumbres, que r e g u -
fíor; y esto es lo que hace decir en otra parte al mismo laridad de conducta no exige de lodos los fieles la augus-
Profeta : « Señor, no entréis en juicio con vuestro siervo, ta cualidad de cristianos? Sed sanios, como vuestro Padre
porque no hay s ó b r e l a tierra un solo hombreqnese atre- celestial es sanio: la santidad de Dios mismo es el que so
va á lisonjearse de comparecer inocente en vueslra p?-e- nos propone. ¡Quépureza mas perfecta! ella condena has-
sencia. Dichosos los que siempre están en los caminos de la el menor deseo impuro, hasta el menor pensamiento
la inocencia, y que marchan fielmente en la ley del Señor.» criminal. No quiere ni aun que se sepa el nombre. ¡Qué
Este salmo no es otra cosa que un tejido de senlimienlos mortificación tan constante de todos los sentidos! ¡qué m o -
de eslima y de afecto á la ley Dios. Como esla ley es el desüa, q u é circunspección, q u é reserva! no hay vicio que
camino por donde se va á la bienaventuranza, David co- no esté proscripto, no hay imperfección que no esté con-
mienza esle cántico, tan lleno de unción, anunciándola á denada. ¡Qué amor de Dios mas perfecto! ]qué caridad
los que observen punlualmente esla ley. Todos quieren ser con el prójimo mas universal y mas sincera! ¿Se pre-
felices; este es el fin que se proponen los buenos y los sentó j a m á s una idea de perfección mas sublime que la
malos, dice san Agustín. No es estraño que los buenos que nos da nuestra religión en el Evangelio? No hay cris-
observen la ley y vivan bien para llegar á h bienaventu- tiano que por su vocación al cristianismo no esté obligado
riinza, dice esle Padre ; pero sí lo es que los malos pre- á caminar incesantemente á esta perfección. lié aquí el
tendan la misma felicidad viviendo mal y no guardando espíriln de la l e y ; h é a q u í el espíritu de Jesucristo ; ajus-
la ley, y que tan pocos pongin los medios para alcanzar temos este espíritu con el del mundo; ajustemos esla obli-
lo que lodos desean. Nadie debe esperar esla bienaven- gación de una vida tan sania , Con la vida blanda , con
DFSPUES DE PENTECOSTES. 545
la vida mundana de la mayor parle do los cristianos. hijos do Dios; todos, por decirlo así, de una fortuna igual,
«Siendo perfectamotile humildes, dulces, pacientes, lodos tiernamente amados del Padre celestial para con
sufriéndoos los unos á los otros con caridad.» San Pablo quien no hay aceptación de personas, y que derrama
esplica aquí mas por menor las principaies virtudes á que abimdantemen te sus beneficios sobre lodos; en fin, todos
Ies obliga su vocación á la fé. Pone con razón la humildad ciudadanos de la misma patria, adonde, después del via-
á la cabeza de las virtudes cristianas, como que es el fun- j e d e esta vida, debemos i r para vivir plenamente dicho-
damento de lodo el edificio espirilnal y de la perfección sos por una eternidad; todas estas razones, ¿ n o deben
cristiana. Esta virtud desconocida ú los filósofos, dice san formar entre nosoli os una unión perfecta é ínlima? Tal
Agustín, poco conocida de los judíos, despreciada de los ha sido la que reinaba entre todos los fieles durante los
mundanos, es tan necesaria para la salvación, que sin primeros días de la Iglesia; lal era la que san Pablo exi-
ella las virtudes mismas degenerarían en vicios. Sabia gía de todos los crislíanos de Efeso; tal era la que Jesu-
bien el Apóstol que cuando uno es humilde, es dnlce, afa- cristo pedia á su Padre para todos sus hijos, cuando le pe-
ble, paciente, se sufren fácilmente los hombres los u n o s á dia que conservase todos los que le había dado, y que for-
los otros con aquella caridad compasiva y prevcnienle, la mase tan gran unión entre ellos que no fuesen mas que
cual no podría subsistir con el orgullo. «Cuidando de una misiua cosa ; «á fin,» dice, «que sean una misma co-
mantener vuestros ánimos unidos por el vínculo de la sa, como nosotros lo somos.» Jesucristo quiere que sus
paz.» Vivid entre vosotros c o m o ^ i no tuvieseis todos mas discípulos estén de tal modo unidos entre sí por los víncu -
que «una alma y un espíritu.» Tal es la unión que debe los de la caridad, que en algún modo sea esta unión i m a -
reinar entre los verdaderos fieles. El espíritu de Dios que gen de la unión sustancial que 61 tiene con su Padre; así
debe animar á todos los cristianos es el vínculo de la paz, es, que sin exigir de nosotros una santidad igual á la de
Estemos animados de este espíritu, y no habrá j a m á s en- su Padre, quiere sin embargo que la santidad de su Pa-
tre nosotros división, no h a b r á ni mal genio, ni disensio- dre sea modelo de la nuestra, para hacernos comprender
nes, ni pleitos, ni querellas. El amor propio, la pasión á q u é grado de perfección quiere que aspiremos, y cuán
del inteiós, el espírilu del mundo y la ambición, son la grande, ínlima é imperturbable exige que sea la unión y
madre de todos los cismas. El espíritu de Dios es el alma la caridad entre los fieles. San Pablo recomienda esla
y el vínculo do la paz. «Sed un mismo cuerpo y un mis- unión á los efesinos, prueba con muchas razones su nece-
mo espíritu, asi como sois llamados á una misma espe- sidad indispensable, y demuestra invenciblemente su cs-
ranza siguiendo vuestra vocación.» Tres grandes motivos celencia. La unión y la caridad cristiana han caracteriza-
de la unión indisoluble é inalterable que debe reinar en- do en todos tiempos á los fieles; ella ha hecho la admira-
tre todos los cristianos: ellos no componvn lodos mas que ción de lodos los paganos: nosotros hacemos profesión de
m i s ó l o cuerpo del cual es la cabeza Jesucristo: deben la misma religión; pero ¿son en el día de hoy la unión y
estar animados, instruidos é ilustrados por el mismo Es- la caridad el carácter distintivo de todos los cristianos?
píritu Santo que Dios ha difundido en toda la Iglesia, y por Los cismas, la división, las enemistades que reinan hoy
consiguiente en todos los fieles: han sido lodos llamados en el cristianismo, ¿ prueban que somos verdaderamen'e
á la posesión de los mismos bienes, lodos coherederos de cristianos ?
Jesucristo, todos herederos de Dius mismo; vivimos l o - El Evangelio de la misa de este día está lomado del c a -
dos con la misma esperanza de la vida eterna; todos sier- pítulo 22 de san Maleo, en donde se lee que habiendo el
vos del mismo Señor, y con una misma familia; lodos ali- Salvador cerrado la boca á los saduceos, confunde á los
mentados á la misma mesa, y con los mismos manjares; fariseos que se valian de todo para sorprenderle.
¿qnó vínculos mas estrechos, mas sagrados, mas i n d i - Antes de la cautividad de Babilonia no se sabe que ha-
solubles? Solo el demonio es el que puede turbar esta ya habido secta paiticular entre los judíos. Únicamenio
paz. «No hay mas que un SeFior, una fé y un bautismo.» ocupados en el estudio de sus leyes y de las ceremonias
Otros motivos, oíros empeílos de esta unión santa é i n d i - de su religión, lodos tenían los mismos senlimienfos, y no
soluble que debe reinar entre nosotros. N'o tenemos mas pensaban en otra cosa mas que en vivir bien. Hacia e l
que un Señar soberano, somas siervos del mismo Sefiof tiempo de los Macabeos fué propiamente cuando por el
que es Jesucristo; no leñemos mas que una fé, con rela- comercio que tenían con los filósofos paganos, y con los
ción á los objetos que i l l a nos propone p ira creer; profe- pueblos encenagados en todo género de vicios y de erro-
samos la misma religión, es una ó indivisible, el objeto res, se suscitaron entre ellos tres sedas que pusieron el
d é l a fe es en todos el mismo, la misma doctrina, la mis- colmo á las iniquidades de la nación judía. Estas tres sec-
ma moral, el mismo Evangelio. Todos hemos sido reen- tas eran la de los fariseos, la de los saduceos y la de km
gendrados por las aguas del bautismo, que es con res- esenos. Los fariseos tomaron su nombre de una palabra
pecto á nosotros el seno de la misma Madre, puesto que hebrea, que significa separación, como ya se ha dicho,
por el bautismo renacemos todos en Jesucristo, y por esto porque por un orgullo odioso se separaban de los d e m á s
mismo venimos á ser hijos del mismo Padre, y en este es- israelitas. Esta seda se acercaba mucho á la de los estoi-
pírilu es en el que decimos lodos Padre nuestro, que estás cos: los fariseos achacaban mucho al deslino, casi no de-
en el ciclo. «No hay mas que un Dios y un Padre, que es jaban al lumbre la libertad de hacer el bien y el mal, y
sobre todo, y está en todas las cosas y en todos nosotros.» eran muy dados á la aslrologia; eran austeros en la apa-
No hay mas que un Dios, y este Dios único es nuestro Pa- riencia, altaneros, arrogantes, y el orgullo parecía carac-
dre, y el Padre de lodos, que para con iodos tiene igual leríslico de su secta. Los esenos eran entre los judíos una
providencia, un amor perpetuo igual con todos. Ser de especie de filósofos que vivían oon ellos en perfecta unión;
una misma familia, hijos de un mismo Padre, todos de una miraban con mucho horror la codicia y la avaricia, todo lo
uíisma condición con respecto á la anguila cualidad díí poseían en común, de modo que entre ellos no había uno

TOMO iv. 69
546 DOMINGO DFXIMOSEPTIMO
mas rico qm el otro. Vivían como hermanos en una ente- texto mismo do la ley, que dice que no hay mas que \m
ra igualdad de bienes y íle condición;-no vendian ni com- solo üios, y que se le debo amar con todo el corazón ^ con
praban nada entre s í ; lodo su comercio se reducía á cam- toda el alma y con todo el enlendimienlo. Este es el p r i -
biar las cosas, dando cada uno lo que lo era superfluo; mero y el mayor de los preceptos de la l e y ; pero hay un
recibían en su casa á los de su secta, y les daban parle segundo semejante al primero, el cual manda que se ame
en todo lo que tenían, como de bienes comunes. Afecta- al prójimo como á sí mismo. Estos dos preceptos son
ban llevar los vestidos muy blancos; estaban vestidos po- inseparables; contienen ellos en compendio toda ia susíancia
brcmenle ; pero cuidaban de estar siempre muy aseados. y toda la perfección de la ley. Cuando la ley dice que debe-
Eran tan vanos como los fariseos; no se casaban, pero no mos amar á Oíos con todo nuestro corazón, con loria nues-
por oslo eran mas castos. En fin, lo acbacaban todo al tra alma y con todo nuestro entendimiento, dicesan Agus-
deslino y á la iutluenoia de los astros. tín, comprende todo lo que somos, y no nos deja ni tiem-
tos saduceos eran los mas disolulos de lodos estos sec- po ni permiso para ocupar nuestro corazón con el amor de
tarios; negaban lenazmenle la existencia de todas las sus- ninguna otra cosa. Estas diversas palabras, con todo vues-
tancias cspiiiltiales criadas. Negaban la inmortalidad del tro corazón, con toda vuestra alma, con todo vuestro e n -
alma, y por consecuencia la resurrección do los cuerpos; lendimienlo, sirven para dar á conocer mejor la obligación
por lo demás concordaban bastante con los samarilanos, que lodo hombre tiene de amar á Dios sinceramente , ar-
cuyos errores adoptaban, á escepcion de que ellos venían dientemente y con preferencia á todas las cosas. Amareis
á adorar á Dios en Jerusalen, y tomaban parle en los sa- á vuestro prójimo, esto es, á lodo hombre, como os amáis
crificios de los judíos, lo cual detestaban los otros. Obser- á vosotros mismos, del mismo modo que vosotros os amáis,
v á b a n l a ley para gozar de las ventajas temporales que teniendo con él las mismas consideraciones que queréis
prometía, y para evitar los suplicios con que se castiga- que se tengan con vosotros, y tratándole en lodo como
ban las trasgresiones durante esta vida. Recbazaban lodo querríais que se os tratase á vosotros. Y así como el amor
género de tradiciones, en lo cual eran diametraimente que os tenéis á vosotros mismos no es un amor superlícial
opuestos á los fariseos, que las preferían á la ley misma. ni de cumplimiento, sino un amor real y eficaz que os hace
Parece que los fariseos han querido imitar á los esíoícos, sensibles á vuestros males, que os inclina á tomar todos
y los saduceosá los epicúreos. Entre estas dos sectas ba- los medios para aliviarlos; así también el amor que de-
hía una enemistad y una guerra irreconciliable; y si los béis t e ñ e r a vuestro prójimo debe haceros sensibles á l o -
saduceos eran mas impíos en sus dogmas, al ménos te- dos sus males, moveros á procurarle lodos los socorros
nían ménos vanidad é hipocresía en sus costumbres. San que pudiereis, á asistirle, á consolarle y á lomar parle en
Gerónimo dice que Ilillel fué e! gefe del fariseísmo. San todas sus penas. «Todo lo que los libros santos nos man-
Epifanío cree que los esenos ó jesenos, como é! los Mama, dan ó nos prohiben,» dice san Agustín, «lodo se reduce
era una secta de samarilanos, y que su nombre lo d e r i - á este doble mandamiento; esto es el compendio y el r e -
vaban de Jessó hermano de Üavid, cuyo nombre, según sumen de toda la ley.»
el santo, significa médico ; cualidad que conviene á los El doctor confesó ingenuamente que no se podía decir
esenos, que preíendian pasar por los médicos de las a l - nada mejor; que no había efectivamente masque un solo
mas. Se ha dado por gefe de los saduceos á Sadok, dis- Dios, y que era verdad que el amar á Dios y al prójimo
cípulo de un doctor llamado Antígono. Sea lo que quiera del modo que habia dicho, era una cosa mas perfecta que
de los autores y del principio de estas sectas, lo que es el ofrecer holocaustos y sacrificios al S e ñ o r ; y que cuando
cierto que por diferentes y opuestos que fuesen entre sí se ama á Dios tan perfectamente, no puedo ménos de ob-
en dogmas, en costumbres y en supersticiones, todos ios servarse con exactitud toda ia ley y todas las ceremonias
sectarios preíendian tener á su favor las santas Escrituras. legales. Mas como e! divino Maestro quería acabar de ins-
Tanta verdad es que j a m á s ha habido herejes que no ha- truir á muchas otras gentes, que convencidos do lo que
yan prefendído autorizar los mas groseros errores por el decía no se atrevían á preguntarlo mas, les previno, y él
abuso que hacían de la Escritura. Estos son los enemigos mismo les preguntó, dirigiéndose á una tropa de fariseos
que Jesucristo ha tenido que combatir durante el tiempo que estaban allí reunidos: ¿ Q u é os parece, les dijo, del
de su vida pública, y los enemigos también á quienes con- Mesías; de quién pensáis que debe ser hijo? Respondié-
templó ménos. ronle que debía ser de la estirpe de David. Los judíos no
Acababa el Salvador de confundir y de hacer callar á veian cosa mas grande en el Mesías que la cualidad de hijo
los saduceos que habian creído cortarle, preguntándole de de David , la cual en efecto le conviene por razón de su
cuál d é l o s siete maridos con quienes se había casado una humanidad. Esto es lo quo dicen vuestros doctores, r e p u -
viuda, seria mujer en la otra vida : cuando uno de los mas so el Uijo de Dios, y dicen bien; pero no lo dicen todo:
célebres entre los fariseos, que pasaba por el mas hábil porque si el Mesías no es mas que simplemente hijo de
enlro los doctores do la ley, llegó á preguntarle con de- David , ¿ c ó m o el mismo David le llama mi Seflor? ¿Poi-
signio de sorprenderle; «Maestro,» le dijo, (i¿ cuál es el qué hablando como profeta, dice en sus salmos: El Señor
mayor mandamiento de la l e y ? » La pregunta que aquí ha dicho á mí Señor, siéntale á mi derecha hasta que
hace este doctor era, al parecer, del número de las cues- haga á tus enemigos el escabel do tus p i é s ? esto es, s i é n -
tiones que entonces dividían los ánimos en todas las sec- tate á mí derecha, y allí verás postrados á tus píes lodos
tas. Los unos daban la preferencia en la ley al que man- Uis enemigos. Si, pues, David,.continúa el Salvador, l l a -
daba observar el s á b a d o ; los otros sostenían que era la ma al Mesías su Seflor, ¿cómo es hijo de David? Claro es
ley de la eircuncisiou; y oíros querían que fuese la ley que Jesueríslo quería hacerles ver que llamándole David
que ordenaba ofrecer los sacriCeios. El Salvador, que pe- su Sefior, habia también indicado su naturaleza divina,
netraba lo mas seci elo del corazón, les respondió por el según la cual es hijo de Dios y Dios mismo, y que siendo
DESPUES DE PENTECOSTES. 17-

hijo (ID David es lambion hijo de Dios. Ninguno pndores- mas sino como las nieblas y las nubes mas espesas con
pondtírlo, y desde aquel dia nadie so alrevió á pregunlarle respecto al sol, no pueden e m p a ñ a r su resplandor. La no-
mas. che no es mas que para aquellos que han perdido de vista
este hermoso astro; y si en ól aparecen alguna vez man-
La oración de la misa de este dia eí como sigue : chas, cstiis no están mas que en los ojos ; j a m á s en el S.Q!.
Da, queesumus, Domine, Conceded, Señor, h vuestro La fé es una, y no puede haber nunca mas que una fó, así
po¡)ulo [no diabólica v i t a - pnoblo que evitando el conta- como no hay mas que un solo Dios, un solo soberano Se-
re contagia : eí te solum gio dehiuindo y del diablo,se ñor, un bautismo, j Qué desgracia para todos los herejes!
Deumpura mente swíari. una con un corazón p u r o á vos Solo en la Iglesia católica, apostólica, romana, es en domle
i'er Domimm... solo que sois su Dios. Por nues- reside esta fó. Para perder la fé no es necesario no creer
tro Señor Jesucristo, etc. nada; basta errar en un solo punto en materia de fe para
no tener esta fé, que no siendo mas que una é indivisible,
La Epístola está tomada de la de san Pallo á losEfesiaot, no puede sufrir ni duda, ni perplejidad, ni escf-pfion. Esta
cap. i . fé es la que desde el tiempo de los apóstoles ha hecho que
Fralres: Obsecro DOS ego Hermanos mros: Yo os rue- se despojen de sus bienes á tantos fieles, y ha prohibido
vindusin Domino, M¿ d i g - go, yo que estoy preso por el el apego á los bienes de la tierra á todos los cristianos.
ne amhulelis vocaííone, Señor, que observéis una con- Esta fó es la que ha declarado una guerra eterna á todos
qua vocati eslis, cura om- ducta di^ua de vuestra voca- los sentidos, y la que ha vencido al mundo. Ella es la que
n i humilitate el mansue- ción ; siendo perfectamente ha hecho lan generosos á tantos millones de mártires, y la
tadine, cum patienlia, humildes, dulces, pacientes; que ha poblado los desiertos y los claustros de tantos pe-
supporlanles invicem i n sufriéndoos los unos á los nitentes fervorosos. Esta fó es la que aun da todos los (lias
rharitate, soltidli servare otros con caridad, cuidando tantos santos á la Iglesia. La fé no es masque una, y esta
unilalem spirilus el v i n - de mantener vuestros ánimos fé invariable; ¿ es acaso esta la fé de las genles del mundo,
culo pacis. U m m corpus, unidos por el vínculode lapaz. de esas personas tan Hojas en el servicio de Dios, de esas
el mus spirilus, sicul vo- Sed un mismo cuerpo y un personas cuyas costumbres, cuyos sentimientos, cuya co.n-r
c a ú eslis in una sp» voca- mismo espíritu, así como ha- ducta corresponden tan. poco á la santidad y á l a s máximas
lionis veslrce. Ums Domi- béis sido llamados á una mis- del Evangelio? ¿ e s a s gentes tan poco devotas, tan poco
m s , una fides, unum bap- ma esperanza, según vuestra fervorosas, lan poco religiosas, que llevan una vida tan
tisma. Unus Deus et Pa- vocación. No hay mas que un poco inocente, lan poco cristiana, tunen esta f é ?
ler omnium. qui est super Dios y un Padre que es sobre
omnes, el per omnia, el i n todos, y en todas las cosas, y El Evangelio de la misa es lo que sigue del de san Maleo,
ómnibus nobis : qui est en todos nosotros; el cual es cap. 23¡.
benedielus in sécula socu- bendito en los siglos de los s i - In illo tempore: Acces- En aquel tiempo: Se r e u -
lorum. Amen. glos. Amen. serunt ad Jesumpharisati, meron los fariseos cerca de
Los efesinos, antes de su conversión á la fe de Jesucristo, et interrogavil eum unus J e s ú s ; y uno de ellos, que era
vivían a b a n d o n a d o s á sus pasiones, y divididos entre sí
ex eis legis doctor , ten- doctor de la ley, lo preguntó
por eternas disensiones. San Pablo les exhorta mucho en lans eum : Magisttr, quod con el designio de sorprender-
esta Epístola á la mortificación de las pasiones, á la unión esl mandatum magnvm le : Maeslro, le dijo, ¿ c u a l ea
y á la caridad fraterna. in lega? Ait i l l i Jesús : D i - el mandamiento grande en la
liges Dominum Dcum tuum ley? Dijole Jesos: Amarás al
REFLEXIONES.' ex tolo corde tuo, el in lula Señor tu Dios con lodo tu co-
«No hay mas que una fé.» Nosotros creemos lo que c m a n anima lúa, el i n tola men- razón, con toda lu alma, con
los primeros cristianos; creemos lo que han creído los san- te lúa. JIoc esl máximum todo tu entendimiento; este es
t )s, y lo que han creído les ha hecho santos. Nuestra re- elprimum mandatum. Se- el mas grande y d primer
ligión no se ha alterado ni en el dogma, ni en la doctrina, cundim aulem simile esl mandamiento. Mas hay el se-
ni cu la moral. La fó es la misma, el mismo el objeto de ta hiiic : Diliges proximum gundo semejante á este: A m a -
íé, las mismas verdades d e l a f é , los mismos misterios. La tuum , sicul leipsum. La rás á tu prójimo como á tí
fe no envejece, no está sujeta ni á la vicisitud de las cosas bis duobus mandalis u n i - mismo. Toda la ley y los p r o -
humanas, ni á las revoluciones, ni á las mudanzas. Todo versa lex pendel, el p r o - fetas se reducen á eslos dos
se altera en la sucesión de los tiempos, lodo se debilita. phctOB. Congregalis aulem mandamientos. Como se ha-
Las monarquías nacen, tienen su apogeo, y se ve en se- phariswls , interrogavil llasen allí reunidos los f a r i -
guida su declinación. Todas las cosas tienen sus edades, y eos Jesús , íií'mis ; Quid seos, les hizo Jesús esta p r e -
lodo camina á su fin. Solo la fe de la Iglesia es invariable. vobis videlur deClirklo? gunta: ¿ Q u é pensáis deGrisT
Los pueblos pueden perder la fe; pero Ja fó nunca pierde cujus filius est? Dlcunt ci : lo? ¿ D e quién es hijo? De
nada por el desarreglo, y la apostasía de los pueblos. Las David. Ait U l i s : Quomodo D;IVÜI, le dijeron. ¿ E n q u é
costumbres pueden corromperse; pera la fé de la Iglesia ergo David inspiritu vocal cunsisfe, pues, les replicó, que
es inalterable. Ella ha visto nacer y morir todas las here- eum Dominum , dicens : David inspirado le llama su
jías y todas las sectas. Los astros mas brillantes del mundo Dixit Dominus Domino Señor , diciendo : El Señor
cristiano pueden eclipsarse; las mayores lumbreras de la meo : Sede a dexlris meis, ha á dicho á mi Señor : Sién-
Iglesia pueden estinguirse; las luces, empero, de la féson doñee ponuni inimicos luos tale á mi diestra hasta que yo
siempre puras. Las tinieblas del error ofuscan la claridad scabellum pedum tuonm? haga de tus enemigos el esca-
í^el entendimiento; mas con respecto a la fó no son á lo Si ergo David vocal eum bel de tus piés? ^ S i , pues,
5i8 DOMINGO DECIMOSEPTIMO
Dominuin, qnomodo f i l m David le llama so Sefior ¿cómo Dios, eslrátíase aun cuán poco amado es, y embelesados
ejtis «st? Et Tierno poterat os que es hijo suyo? Y n i n g u - con tan juslos y pios sentimientos nos imaginamos que le
ei responderé verhum: ne- no podia responderle una sola amamos. Muchos se e n g a ñ a n , y algún dia se sorprende-
qucausvs fnit quisquamex palabra, y desde este dia na- rán al ver y conocer que su amor de Dios no ha consistido
i^la die eum atnplius i n - die se atrevió á preguntarle. «las que en la idea; el corazón conserva su dominio inde-
terrogare. pendiente del entendimiento.
Conócese q o i Dios merece ser amado; confiésase que es
MEDITACION.
menester ser muy ingrato para no amar á Dios; pero por
De los defectos que se hallan enel amor que nos lisonjeamos haber pensado y hablado así ¿ s e puede decir que so le
tener á Dios, ama? Nuestro propio corazón nos desmenliria al instante.
La caridades paciente, dicesan Pablo (2 Cor. 32.), está
resto PIUMEIIO.—Considera que la mayor parte de los llena de bondad. La caridades zelosa, no hace nada fuera
cristianos solo se aman á sí mismos, cuando mas se lison- de tiempo, no se bincha; no es ambiciosa, no busca sus
jean de que aman á Dios. Nada hay que sea mas ingenio- propios intereses; no se irrita; no piensa mal de nadie;
so para disfrazarse que el amor propio; toma todasnerto no se alegra de la injusticia ni del mal de otro; se alegra
de nombres y de m á s c a r a s ; una veces es fervor, caridad, si de aquello que es según la verdad, y de la prosperidad
justicia; otras es devoción, zelo, y ann se presenta con fre- de sus hermanos; es dócil, humilde, graciosa, constante.
cuencia bajo el título tan respetable de an^or de Dios. N u n - ¿Reconocemos nuestra devoción y nuestro amor á Dios en
ca está el amor propio mas tranquilo que cuando está este retrato?
vestido con estas máscaras; la virtud le sirve siempre do Amamos á Dios, decimos, de lodo nuestro corazón, por-
abrigo. que este es el primero de todos los mandamientos y la
Pero ¿ e s fácil el engañarnos con ól? El amor de Dios base de lodos los d e m á s ; y no podemos sufrir nada por
tiene un carácter inimilablc: es puro, desinteresado, ge- amor de Dios: amamos á Dios, y no amamos á nuestro
neroso, constante, enemigo de laspasiones, dnlce, pacien- prójimo y le tratamos con aspereza, y no podemos recon-
te, mortiQcado, humilde. Y cuando uno es orgulloso, i n - ciliarnos con nuestros hermanos. Amamos á Dios, y en
morlificado, impaciente; cuando no tiene masque r e l á m - cien ocasiones violamos sin remoi dimienlo las ói denes de
pagos de fervor, caprichos de devoción; cuando no busca Dios; preferimos nuestras inclinaciones á la voluntad de
mas que sus propios intereses, su satisfacción, su propia Dios; sacrificamos tos intereses de Dios, nuestra concien-
gloria, ¿ s e ama á Dios? cia, nuestra religión, á nuestros propios intereses, á nues-
Hay personas que hacen profesión de amar á Dios, y que tras pasiones, á nuestra gloria. Amamos á Dios: ¿ s o s t e n -
j a m á s están de mas mal humor que cuando le sirven. De- dremos esta proposición en el tribunal de Dios? Si fuese
sazonados, inquietos, impacientes, hasta coléricos, cuando amar á Dios, amar los honores, los placeres, amarse á sí
se lisonjean de amar mas á Dios; los días de devoción y mismo, muchos podrían decir que aman á Dios; ¿ y no se-
de fiesta no son para ellos los mas serenos, ni los mas ríamos nosotros de ese número ? Consultemos mas bien á
tranquilos. Diriase que los ejercicios de piedad irritan su nuestras obras que á nuestros sentimientos y á nuestros
mal humor; y personas tan imperfectas ¿ pueden lisonjear- conocimientos. Es menester poderle decir á Jesucristo co-
se de que aman á Dios? mo san Pedro: Vos sabéis que os amo; vos que no podéis
Los efectos mas ordinarios del amor de Dios son una e n g a ñ a r o s , conocéis que mi corazón está abrasado de un
dulzura inalterable, una humildad sincera, una paciencia vivo y ardiente amor á vos: es menester que nuestra h u -
á prueba de todo; las adversidades le escilan, el fuego de mildad, nuestra pacirncia, nuestra dulzura, nuestra m o r -
la persecución le abrasa, la mortificación le nutre. Es un lilicacion, nuestra caridad con el prójimo, nuestro fervor,
error el pensar que el amor de Dios ignora los deberes de nuestra perseverancia, puedan decirnos á nosotros quo
la civilización y del decoro; no hay cosa que inspire tanta amamos á Dios; cualquiera otro testimonio sobre este p u n -
atención, caridad y aun cortesía como la verdadera pie- toes sospechoso. Dios mismo apenas entiende otro idioma.
dad. ¡ Ah Señorl ¡cuánto tiempo be vivido en ci error, lison-
Los enfados nacen de un corazón agitado é inquieto: el j e á n d o m e de que os amaba ! mis defectos tan multiplica-
amor divino tranquiliza el corazón, y derrama sobre ól dos y tan groseros, hubieran podido abrirme los ojos y
una unción interior qne le ablanda, le endulza, basla ha- descubrirme la ilusión, si ella hubiese sido menos volun-
cer al espíritu dócil y flexible. Esta resignación perfecta á taria; pero pues que os dignáis concederme la gracia de
la voluntad de Dios, esta alegría espiritual es el fruto ne- que conozca enán poco os be amado hasta aquí, conce-
cesario del amor divino: la paz del alma que produce la dodme la de que os ame con todo mi corazón desde c i t e
inocencia, es la que causa la igualdad de humor, la d u l - momento.
zura inalterable, la generosidad, la magnanimid de ánimo, JACULATORIAS.—¿Quién nos separará j a m á s del amor de
bi reunión de virtudes en lodos los que aman verdadera- Jesucristo? ¿será la tribulación ó la angustia? {Rom. 8.)
mente á Dios. Tales son las señales del verdadero amor Estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni otra c r i a -
de Dios. Y ¿ reconocemos por ellas el n ú e s l r o ? ¿ amamos tura alguna podrá separarnos del amor de Dios, que está
á Dios con rectitud, con perseverancia, con fidelidad? fundado en Jesucristo nuestro Señor. (Ibid.)
¡ Dios uño, q u é de ilusiones hay en la devoción!
PROPÓSITOS.
PUNTO SEGUNDO.—Considera que en materia de devoción
I El amor de Dios no estuvo j a m á s ni ocioso, ni flojo;
y de amor de Dios se toman muchas veces los conocimien-
tos y las luces del entendimiento por los sentimientos encuentra ejercicio hasta en el reposo. Este fuego sagrado
y los ardores del corazón. Conócese cuan amable es que el Salvador ha venido á traer á la tierra, se cstinguc
DKSPUES DE PENTECOSTES. 549
desde que deja de obrar. Es prenso que caliente, quo floreciente. El introito de la misa es una oración que la
¡luniine, que abrase. Un corazón frió, un entendimienlo Iglesia hace á Dios para suplicarlo que conceda la paz del
t iego, una alma sepultada en sus imperfecciones, están corazón y de la conciencia á lodos los que le sirven con
poco abrasadas de este divino amor. Magdalena calla fervor y con fidelidad, á fin de que gusten la dulzura que
postrada á los piés del Salvador; pero los riega con sus se halla en su servicio. La Iglesia para formar esta o r a -
l á g r i m a s , los enjuga con sus cabellos, los besa y los frota ción, por la cual comienza la misa de esto dia, ha tomado
con el licor oloroso. Es menesler quo las obras digan que las palabras del capitulo 36 del Eclesiástico.
so ama á Dios; cualquiera otra voz se oye poco. El amor «Conceded, Señor, la par á los que esperan en vos, á
divino allana todas las dificultades, ó íi lo menos las so- fin de que vuestros profetas aparezcan verídicos y fieles,»
brepuja. Los que niegan á Dios cíen pcqueflos sacrificios y que no parezca que han prediebo en vano. « O í d l a s
que les pide, ¿ p u e d e n decir que le aman? Tendamos boy plegarias do vuestro siervo y las de lodo Israel vuestro
mismo el consuelo de probarnos á nosotros mismos que pueblo. Mo be llenado de regocijo cuando se me ha bocho
amamos á Dios. Veamos qué es lo que nos pide tanto tiem- saber quo iremos á lacasadel Soñor.» Estas últimas pa-
po hace: nuestro director, nuestro propio coi azon, nuestra labras están tomadas del salnn 1 2 1 . Contiene osle salmo
conciencia nos lo dicen bastante: no nos apuremos por los sentimientos del pueblo judío, cuando se vió cerca de
bailar una materia de sacrificio. Dios nos pide que le sa- salir do la cautividad de llabilonia. Los judíos cautivos on
crifiquemos aquel pequeño resentimiento, aquella partida una tierra oslraña, no cesaban de pedir á Dios que les
de placer, aquella pasión al juego, aquella visita poco ne- proporcionase la vuelta á su pais, y suspiraban sin cesar
cesaria, aquel refinamiento en la compostura, ole. Pos- por su libertad. Habiendo sabido que Ciro habia dado un
liados en este momento á los piés de nuestro crucifijo,
edicto para ponerlos en libertad, y para volverlos á es-
digamos á Dios que por su amor vamos á ver hoy mismo á
tablecer en su qutJhda patria , el primer objeto do su ale-
aquella persona á quien mirábiimos con frialdad, que
gría y de sus acciones do gracias es que volverán á ver el
queremos privarnos de aquella visita, de aquella reunión,
templo del Soñor. No hay cosa mas bolla ni mas laudable
de aquel juego; que le hacemos el sacrificio de aquel
que este piadoso sentimiento, el cual demuestra un fondo
adorno, y que esto lo hacemos para probarle que le ama-
admirable do religión. Enséñanos el Espíritu Santo por
mos; mañana nos será fácil darle alguna otra prueba.
eslasfiguras cuáles deben ser nuestros afectos por el cielo,
2 Las personas que hacen profesión do piedad no nuestra verdadera patria. Compuso David esto salmo mo-
di'bi'n omitir esta práctica. Si las víctimas que tienen quo vido do un espíritu do profecía, previendo la alegría quo
inmolar no son de gran valor, no son por eso de menor algun dia tondria el pueblo al volver á ver el templo de
mérito, y muchas veces cuesta mas el sacrificarlas. ¡So es, Jorusalon después de una cautividad tan larga. Esunacs-
por ejemplo, una reunión mundana, una pasión por el presion del gozo y del contento, dice san Crisóslomo,
juego, un resentimiento, una gala, pero será un apego á quo causó á los judíos cautivos la feliz noticia de su l i -
un mueblecillo poco conveniente ó superfino; una pequeña bertad y de su vuelta á Jorusalen. San Hilario, sanAguslin
indiferencia ó frialdad, efecto ordinario de una envidia y san Gorónimo aplican á la dicha de ir á la Jorusalen ce-
secreta; será una lijera inmortificacion ó defecto de edu- lestial, lo que el Profeta dice aquí do la terroslre. En efec-
cación , una grosería del natural, una desigualdad de h u - to, ¿qué alegría no debo causar á un fiel el dulce pensa-
mor, una falta de mansedumbre, una delicadeza escesiva. miento de la eterna bionaventnranza?
Determinemos hoy cuál de estas víctimas queremos dego- «Recompensad , S e f i o r , » dice el toxío, « á los que es-
llar, y sea hoy este pequeño sacrificio la prueba de nues- peran en vos.» Ilocomponsnd la paciencia , el ardor y la
tro amor á Dios y zelo. Un espejo, un adorno del aposento conlianza do un pueblo que á posar do tantas rovolucionos
ó d é l a cama, ciertos muebles demasiado curiosos causa-
y desgracias os ha sido siempre fiel. El autor habla aquí
rán no poca pona en la hora de la muerte á personas
del pueblo judío , que después de la cautividad de Babilo-
religiosas , que hubieran podido á poca costa adquirir
nia no cayó en la idolatría; y también parece insinuar (pío
un mérito pura con Dios privándose de ellos durante
habla del Mesías, como si dijese: El zelo y la fidelidad,
su vida.
S o ñ o r , con que lodo el pueblo os sirve , moroco que por
recompensa lo concedáis él Mesías, el Salvador lan de-
DOMINGO DÉCUIOCTAVO DESPUES DE seado : enviadle este Redentor , á fin de que tantas pro-
rENTEOOSTKS. fecías como nos le han prometido no sean vanas, y que
aparezca que los profetas han dicho la verdad. Eslo es lo.
Nada tiene de particular este domingo. El asunto del que le mueve á decir: «0¡d las plegarias do vuestros sier-
Evanijelio que se ha elegido para la misa del d i a , y que vos, y las de lodo Israel vuestro pueblo, » ó como dice
refiero la historia de la curación del paralítico, á quien el te\to , «oid las súplicas de vuestros siervos.»
el S ilvaiior mandó que llevase su cama para prueba del La Epístola del dia está tomada del capitulo primero
milagro, le habia dado el nombre del domingo del pa- do la primera do san Pablo á los corintios, en la quo el
ralitico que lleva su lecho. Contiene esto Evangelio una de santo Apóstol da gracias á Dios por los dones que so lo
las pruebas mas convincentes de la divinidad de Jesucristo; han concedido,
lodo en él es milagroso, todo es instructivo, hasta las me- «Yo no ceso de dar gracias á mi Dios por vosotros, de
nores circunstancias. La Epístola refiriendo las gracias la gracia que os ha hecho por Jesucristo.» La gracia que
singulares y espléndidas que Dios habia becbo á los co- Dios babia hecho á los corintios , y por la que san Pablo
r'»lios por Jesucristo, los tesoros espirituales de quo les da gracias á Dios, era la gracia do su vocación á la fe do
babia colmado, sobre lodo por el don de la palabra y de Jesucristo, al cristianismo. En efecto, esta es la mas i n -
la ciencia, es al mismo tiempo un elogio de aquella Iglesia signe de todas las gracias, pueblo que sin la fó no hay
550 DOMINGO DECIMOCTAVO
salvación. Loscorintiüs hubian oslado sopullados en las la caridad, la pureza, todas las vidudes crisíianns^
tinieblas do la idolatría ; y como aquulla ciudad, capital « Por donde lo que so ha anunciado de Jesucristo se ha
de la Acaya , y aun de toda la Grecia , era una do las mas verificado en vuestras perdonas.» Como si dijora ¡ que por
o|)ulfntas de todo el Oriente, la idolatría , madre de to- estos dones y por oslas gracias, la verdad de la doctri-
dos los v i r i o s , reinaba en ella con mas imperio. Aun na de Jesucristo que el Apóstol les habia predicado, y
cuando aquella ciudad hubiese caido mucho de su antiguo de que les habia dado testimonio , se habia confirma-
esplendor , sin embargo estaba todavía entonces bastante do y fortificado visiblemente entre ellos. Los dones
floreciente para merecer que Cicerón la llamase luz de , sobrenaturales del cielo , el don de lenguas, el don de
toda la Grecia. profecía, el don de ciencia, el don de milagros, han dado
El primero que v i n o á ella á predicar el Evangelio fué testimonio á la verdad de su predicación, y son pruebas
san Pablo , hacia el año 52 de Jesucristo, cuando á resul- evidentes de la escoloncia de su fé, y de la verdad de la
las de haber sido arrojado de Eilipos vino á Atenas , y de religión cristiami. «Do suerte que con respecto á los dones
Atonas á Corinto. Permaneció allí diez y ocho meses, de gracias, añade el santo Apóstol, no carecéis do ningu-
animado y fortificado por la aparición de Jesucristo, que no que os afiance en la esperanza que tenéis de que apa-
lo aseguró que él se habia elegido un gran pueblo en rezca Jesucristo nuestro S e ñ o r ; » que es como si les dijese:
aquella ciudad. El suceso verificó muy pronto la predic- Vosotros habéis sido abundanlemonte provistos do lodos
ción. La le hizo prodigiosos progresos entre los corintios, los dones de gracias necesarias para sosteneros contra t o -
y la iglesia de Corinto llegó á ser en poco tiempo una de das las pruebas, y contra todos los esfuerzos del enemigo
N i mas numerosas y de las mas florecientes de la Acaya. de vuestra salud, y para perseverar en la fé y en el ser-
San Pablo, que habia hecho allí tan célebres conversiones vicio de Dios hasta la venida de Jesucristo. Por esta veni-
lanío de judíos como de gentiles, comienza la carta que da del Salvador debe entenderse no solo el juicio último y
Ies escribe dando gracias al ScDor por un favor tan s e ñ a - universal, sino también el juicio particular al fin de la
lado. Relia lección para muchas gentes, que habiendo r e - vida. Las gracias estraordinarias y magníficas que el Señor
cibido de Dios una gracia semejante, pasan toda su vida os ha hecho desde vuestra conversión, os responden de
sin haberle j a m á s dado gracias por ella. ¿ Y no somos no- las que está pronto á haceros si sois fieles en su servicio
sotros de este número ? Un cristiano y un católico no debe hasta la muerte. Sin embargo estad conlinuamenle alerta,
nunca pasar un solo dia de su vida sin dar gracias á Dios no os relajéis, corresponded con una fidelidad generosa y
por haberle hecho nacer de padres cristianos , y haberle constante á todos eslos favores, no sea que todos estos
alimenlado en el seno de la Iglesia , mientras que laníos dones con que tan libei alíñenle os ha enriquecido el Señor,
otros viven y mueren en la infidelidad , ó en el cisma y sirvan para vuestra condenación y vuestra pérdida si no
en la herejía. perseveráis, y si contando demasiado con su bondad lle-
Yo le doy gracias, continúa el Apóstol, de que por él gaseis á desmentiros y relajaros en su servicio: «El es
habéis sido enriquecidos con lodo genero de bienes, con el que os afirmará por su gracia hasta el fin, sin que se os
lodos los dones de la palabra y de la ciencia. Estos bienes pueda acusar en el dia que viniere Jesucristo nuestro Se-
y estos dones con los cuales , dice san Pablo, habían sido ñor.» Es evidente que estas palabras deben tomarse en un
enriquecidos los fieles, son a d e m á s las gracias actuales, sentido condicional. Ellas significan, dicen los intérpretes,
los dones eslraordinarios del Espíritu Santo que Dios co- que Dios no dejaiá de dar á los corintios todos los auxilios
municaba con lanía abundancia á los primeros fieles; los necesarios para afirmarse mas y mas en el bien, y en la
dones de lenguas y de profecía , el de la inteligencia de práctica de todas las virtudes cristianas, hasta la venida
las santas Escrituras y de los misterios de la religión, ol de Jesucri?to, esto es, hasta el fin do la vida, con tal quo
don de la predicación , y aun el de los milagros. Estas por su parte no pongan obstáculo á la gracia por su ingra-
gracias singulares y brillantes no eran tan raras como en titud hacia Dios, y por el pecado. Las gracias por las (¡no
el d i a , en los primeros dias de la Iglesia; Dios las repar- el Señor nos afirma en la virtud, no deben obstar para
tia con mas liberalidad. Y como los corintios tenían naíii- que lo temamos todo do nuestra flaqueza. «Trabajad, dico
ralmenle mas dificultades que vencer para adquirir el r e i - el mismo Apóstol {Philip. 2.), sin cesar en vuestra salva-
no de Dios que los demás pueblos de Oriente, por su lujo, ción con temor y temblor.» La sabiduría do Dios nos deja
cu molicie y su altivez , eran necesarias para convertirles la libertad de usar ó de no usar de los auxilios que su bon-
gracias sobrenaturales mas estraordinarias; por tanto dad nos ofrece; «convida á fas coronas y á los premios,
Dios se las habia concedido con mas abundancia. ¿Quién dico san Crisóstomo, pero no traca rastra á los que r e h u -
ha pasado por vuestro país , dice san Clemente papa en la san ir por olios.» Las gracias estraordinarias y brillantes
carta que les escribe , quién ha pasado por vuestro país, deben hacernos humildes y reconocidos, mas no flojos y
y no os ha felicilado por los bellos conocimientos, y por presuntuosos. Cuantos mas talentos hemos recibido, dice
Ja ciencia tan perfecla y lan cicria que Diosos ha comu- san Gregorio, mas cuenta tenemos que dar á Dios del r e -
nicado? Déjase ver muy bien, a ñ a d e , que habéis recibido caudo; y cuanto mas ricos seamos mas tenemos quo per-
con plenilud la efusión del Espíritu Santo. Sin embargo, der, y mas interés leñemos en no perder lo que hemos
no quiere decir san Pablo que cada fiel de Corinto hubiese ganado. ¡ Cuántas luces brillanles do la Iglesia se ha visto
recibido lodos estos dones, sino solamente que se hablan que las apagó el viento, por no haber sabido ponerse al
comunicado abundantemente á la iglesia de Corinto. Esta abrigo á favor de una humildad profunda! ¡Cuántas na-
ciudad era la mas rica de la Grecia ; pero el Após- ves ricamente cargadas han perecido contra una roca, ó
tol no felicita á los corintios sino por sus riquezas ospi- en un banco do arena! «El quo croa, pues, estar firme en
rilnales, y esías son, también las únicas que debe csti- pié, dico en otra parto el mismo Apóstol ( I . Cor. 10.),
luar un cristiano; la gracia santificante, la humildad, g u á r d e s e no caiga.» Tal es la importante lección que da
DESPUES DE PENTECOSTES. 551
íiqlii san Pablo á los corintios, y goneralmonlo á lodos «Hijo mió, le dijo, anímale, tus pecados te son perdona-
los fieles. dos.» ¡Qué de votos no se hacen entre los cristianos por
El Evnngelio de h misa de eslc dia está lomado del ca- la salud y por los favores temporales! ¡Cuan pocos piden
pdnlo nueve de saii Maleo, en donde se refiere la historia á Dios la gracia de una sincera penitencia! Muchos alcan-
de la curación milagrosa del paralitico á quien lesuci isto zarian la salud del cuerpo si fuesen solícilos en recobrar la
mandó que llevase la cama. salud del alma, y si antes de haber recurrido á los reme-
Habiendo dejado ol Salvador el territorio de los gerase- dios de su enfermedad comenzasen por detestar sus fallas
nos, en donde liabia permitido á una legión de demonios y se confesasen.
'arrojada del cuerpo de uno ó dos poseídos que entrase Eslas palabras (tlus pecados t e s ó n perdonados,» cho-
en un rebaño de puercos y que los anegasen, pasó el mar caron á los doctores de la ley y á los fariseos, y lomaron
de Galilea y vino á la ciudad de Cafarnuum, pero secreta- de ellas motivo de escándalo; no se atrevían, empero, á
meale y sin ruido. No obstante, no pudo de lal modo ocul- descubrir su pensamiento, y se conlent-aban con decir pa-
tar su llegada que no se supiese, y que en un momenlo ra sí mismos: ¿Quién es este hombre? ¿ q u é es lo que
no se, esparciese la noticia por toda la ciudad. Inmediata- piensa? «él blasfema.» La pretendida blasfemia consislia
mente concurrió á verle una muchedumbre tal, que ni la en que el Salvadorse atribuía el poder de perdonarlos pe-
casa ni el vestíbulo eran capaces para conlenerla. Los cados, lo óual solo pertenece á Dios. ¿Quién puede per-
discípulos que veian tantos oyentes reunidos, y que sabían donar los pecados sino solo Dios? Decían verdad, y por
que Jesits no dejarla de darles instrucciones y distribuir- lanío el Salvador pretendia darles una prueba evidente de
les el pan de la palabra según tenia de costumbre el ha- su divinidad, confirmamlo claramente lo que Ies decía por
cerlo, le prepararon una silla, y ai mismo tiempo ofrecie- un milagro visible, habiéndoles ántcs demostrado que co-
ron asientos á los fariseos y á los doctores de la ley ó es- nocía el fondo de los corazones y penetraba los pensamien-
cribas que habían venido de muchas poblaciones de Galilea, tos secretos, lo cual no es propio mas que de Dios,
<Je Judea, y aun de Jerusalen, y que hallándose en Gafar- En efecto, Jesús, que sin seflal alguna conocía el inte-
naum tuvieron mucha complacencia en oírle. Habiéndose, rior del hombre, les hizo ver en esta ocasión que nada ha-
pues, todos sentado, les hizo el Salvador un discurso muy bía oculto para él. « ¿ P o r qué, les dice, formáis malosj a i -
inslruclivo y mny patético sobre los principales puntos de croa dentro de vosotros? ¿ Q u é es mas fácil decir: tus pe-
la ley, y habló con tal fuerza y tanta unción, que lodos cados te son perdonados; ó decir, levántate y echa á a n -
convinieron que él solo poseía la plenitud de la ciencia y de d a r ? » Como si les dijera: voso'ros convenís en que nadie
la sabiduría. puede perdonar Tos pecados sino solo Dios. Ahora bien, si
Al fin del sermón se le presentó un gran número de yo os demuestro visiblemente que tengo poder para per-
enfermos; los curó á todos, siendo testigos de ello lodos donar los pecados, ¿ m e mirarois como un puro hombre?
los que allí se habían reunido, de manera que su poder no Tengo, pues, este poder, y es tan fácil para mí el perdo-
apareció, puede ser, j a m á s con mas esplendor que en nar los pecados, como el dar en el instante la salud á csle
aquella coyuntura. Pero en lo que mas principalmente se hombre tullido de todos sus miembros, y hacer que ande
ostentó su divinidad fué en la curación milagrosa de un en la hora. Dios no podría hacer un milagro para autorizar
paralítico. Viniéronle á presentar, atravesando la m u l l i - un blasfemo, y confirmar el error y la impiedad. Si, pues,
lud, un pobre hombre baldado de lodos sus miembros ; de yo curo á vuestra vista este paralítico, pruebo con este m i -
suerte que mas bien parecía un hombre muerto que vivo. lagro que tengo poder para perdonar los pecados, y que
Traíanle cuatro hombres en un lecho, los cuales viendo no me es mas difícil el perdonarlos que el volver á oslo
que no podían romper por el concurso, y ya desesperan- infeliz baldado el uso de sus miembros: «A. fin, pues, de
do de conseguirlo después de haber hecho m i l esfuerzos que (¡uedeis convencidos sensiblemente del poder invisible
en vano, resolvieron bajarlo por el techo á la habiiacícn que tengo de curar todo género de enfermedades, l e v á n -
donde estaba Jesús. Se ha advertido ya en otra parle que tate, dijo entonces al paralítico, y para hacer ver que estás
los techos de las casas eran llanos en todo el Oriente, de perfectamente curado, « t o m a tú mismo lucarna, y vélo
modo que podía pasearse por ellos. Un antiguo intérprete con ella á tu casa.» A estas palabras del Omnipotente el
a ñ a d e , que en medio del lecho de cada casa había un es- paralítico se levanló, cargó sin ningún auxilio su lecho so-
cotillón que se abria hacia fuera cuando sequeria subir bre sus espaldas á vista de todo el concurso, y pasando por
al terrado, ó ventilar la habitación por dentro. No podien- medio de la multitud se fué sallando de gozo á su casa.
do, pues, los que llevaban al paralílíco entrar en la casa Pocas pruebas, parece, que ha dado Jesucristo, en lodo el
á causa de la mnllitud, subieron al lecho por ima escalera curso de su vida mortal mas brillantes ni mas patentes que
eslerior que conducía á él, abrieron el escotillón, y con esta de su divinidad; menester es ser mas que ciego para
cuerdas bajaron el lecho del enfermo al aposento en donde no quedar convencidos de ella. Notemos que el milagro
estaba el Salvador. visible que hace curando instantáneaiuenle á aquel hombro
Jesucristo que veia su fé tan viva en su corazón, como tullido, no lo hace mas que para probar el poder invisible
ardiente se mostraba en lo eslerior, y que se complacía que tiene de perdonar los pecados en la tierra: t í sciniis.
mucho en su caridad y en las sanias disposiciones del en- Dios no podría hacer un milagro para probar la mentira y
fermo, no lardó en cnnccderles loque deseaban; pero pa- el error, así es que todo el pueblo quedó poseído do una
ra enseñarnos que os menester preferir siempre la salud admiración que llegaba ya á ser una especie de pavor san-
del alma á la del cuerpo, la primera gracia que hizo al pa- to. Oíase e s c l a m a r á toda la gente allí reunida: «Gloria,
•"«litico, aun sin que él la pidiese, fué perdonarle sus peca- alabanza eterna al Dios omnípolente, que ha dado lal po-
dos, después de haberle hecho la de que concibiese un der á los hombres.» Es probable que los judíos, siempre
vivo arrcpenlimiento y una contrición vci dadera de ellos. groseros y materiales, no comprendiesen la mayor p;:rie
m DOMINGO DECIMOCTAVO
cipio de su conversión. Nada en efecto debe hacer mas
una verdad tan visible; y que no pudicndo concebir que
impresión, ni mover mas á los que después de haberse
aquel á quien vcian como verdadero bombre, pudiese al
converlido verdaderamente, y después de haber guslado
misino tiempo ser verdadero Dios, no consiilerasen toda-
las dulzuras que se hallan en el servicio de Dios, dejan
vía á Jesucrislo mas que como un hombre maravilloso y
de ser quienes fueron, y olvidando las gracias de predi-
eslraordinario, y esto es lo que les hacia alabar á Dios
lección que han recibido, y los insignes beneficios deque
porque habia dado á los hombres, decian, un poder se-
han sido colmados, vuelven á sumergirse en el d e s ó r -
mojanle. Jesucristo perdonaba los pecados y hacia m i l a -
den; nada, repito, es mas á propósito para cubrir de con-
gros, no solo como hombre, sino como Dios en virtud del
fusión á estas almas ingratas é infieles que la memoria de
poder que la naturaleza divina comunicaba á la humani-
estos mismos beneficios.
dad con la cual estaba unida suslancialraente, y con la que
Cuesta trabajo comprender cómo un gran desarreglo de
no hacia mas que una sola persona que era la persona del
coslumbres pueda suceder á una piedad ejemplar, y que
Verbo. I'or consiguiente el Dijo del hombre obraba estas
después de haber sido devoto de buena fé, venga á pa-
maravillas en su propio nombre y por su propia virtud ; á
rarse en libertino de profesión ; cómo esas Incestan vivas,
diferencia de los demás hombres que no las obran sino en
Um claras, que hacen ver la virtud con un brillo tan her-
nombre de Jesucristo y en virtud de un poder estraño.
moso, puedan eslinguirse lan absolutamente, sin que se
La oración de la misa de este día es como sigue sienta á lo ménos que se ha quedado uno ciego; cómo
b i r i g a l corda nnslra, Os suplicamos. Señor, que pueda perderse el gusto á la piedad hasta el eslremo de
quwsumus, Domine , lúa: mováis y conduzcáis nuestros mirarla con horror, sin que el alma advierta que está e n -
tnísmiíionis operalio : corazones mediante la divina ferma ; y cómo después de haber servido á Dios muchos
qttia tibi sine le placeré operación de vuestra gracia; años con fervor y con edificación, pueda uno retirarse de
uonpossumus. l'er Domi- porque sin vos no podemos su servicio sin sentimiento y sin inquietud. Todo esto pa-
num... agradaros. I'or nuestro Señor recería imposible, si ejemplos frecuentes no probasen de-
Jesucristo, ele. masiado lodos los dias que no lo es. La corrupción del
corazón pasa muy pronto hasta el espíritu: déjase de
La Epislola está tomada de la primera de san Pablo á los pensar bien luego que se deja de vivir bien. Cuando llega
Corintios, cap. 4. á perderse el gusto á las grandes verdades de la religión,
Fratrcs : Gralias ago Hermanos mios: Yo no ceso muy pronto se las pierde también de vista ; nunca es pe-
Deo meo semper pro vobis de dar gracias á mi Dios por quefio el estravío, cuando después de haber conocido el
i « gralia Dei, (¡um dala vosotros, por la gracia que os buen camino se aleja de él por disgusto, i (Jué diferencia
esl vabis i n Chrislo Jesu : ha hecho por Jesucristo, pues de costumbres, de senlimientos y de conducta, buen Dios,
f¡md i n ómnibus diviles por él habéis sido enriqueci- entre una persona verdaderamente piadosa, y la misma
farti es lis in illo, i n omni dos con lodo género de bienes, cuando vive en el desarreglo ! Dulce, humilde, atenta,
verbo, e l i n omni scienlia. con todos los dones de la pa- oficiosa, caritativa, poique lodo esto es cuando es since-
Sicul teslimonium Christi labra y de la ciencia, por don- ramente virtuosa. ¡ Que sabiduría , q u é prudencia, q u é
coniirmalam esl in vobis : de lo que se ha annnciado de probidad en toda su conducta! Aquella señora penetrada
ita u l nihil vobis dcsit i n Jesucristo se ha verificado en d é l a s grandes verdades de la r e l i g i ó n , no encontraba
ulla gralia cxpeclaníibus vosotros. De tal modo que con alegría verdadera sino en los ejercicios de una sólida pie-
rcvelalionem Domini nos- respecto á los bienes de gracia dad, y vivia en el mundu sin seguir sus máximas. La re-
t r i Jem Christi , ^u» el de nada carezcáis, mientras gularidad de sus costumbres, su modestia, su aplicación
confirmabit vos usque in / i - que esperáis que aparezca Je- á sus deberes, su afabilidad, daban un nuevo lustre á to-
« m sme c r i m m ' , i n die sucristo nuestro Señor , el das sus bellas cualidades. La envidia respetaba su virtud,
ndveiHm Domini noslri cual os confirmará hasla el se la proponía en el mundo como modelo de una señora
Jesu Christi. fin, para que no seáis acusa- cristiana. Aquella persona religiosa al salir de su novicia-
dos de crimen en el dia en que do se hacia admirar de los mas auliguos por su exacta
vendrá Jesucrislo nuestro Se- puntualidad, por su tierna devoción, por su fervor, por
ñor. su mortificación, por su modestia. ¿ Q u i é n hubiera dicho
que una virtud tan sólida debería perderse algún dia?
F u é escrita esta Epístola desde Efeso, algún tiempo
Pero por haber descuidado el reparar una viga, dice el
ántes que san Pablo partiese para ir á Macedonia, hacia
Santo, repasar el tejado, cerrar una brecha, lodo el e d i -
el año líC de Jesucristo. Divídese en dos parles: en la
ficio se ha hundido ; una pequeña hendidura en el navio
pi inici a les da el Apóstol una viva corrección, con m o t i -
le conduce á un triste naufragio: aquel oro lan puro ha
vo de sus divisiones y de un incesto cometido entre ellos;
perdido lodo su precio, perdiendo su esplendor ; aquella
en el resto de la caria responde á diferentes cuestiones
virtud tan pura, tan brillante, se ha oscurecido. Aquellos
que los corintios le habían propuesto.
vasos de elección y de gloria han tenido la suerte de los
DEFLEXIONES. vasos de barro, que á la primera caída se hacen pedazos.
«Ilübeis sido enriquecidos con lodo género de bienes.» Salomón pervertido, y un apóstol convertido en apóstata,
San Pablo para hacer agradable la caridad y la viva cor- prueban demasiado, que cuando se ha guslado de Dios,
rección que habia dado á los corintios, comienza su carta cuando uno ha sido verdaderamente devoto y ha dejado
recordándoles lodos los dones sobrenaturales, y todas las de serlo, no se hace nunca malo á medias. Diríase que la
gracias singulares de que Dios les habia colmado abun- fe, el buen sentido, la educación, la razón misma se pier-
dantemente, y con que les Labia enriquecido desdo el prin- den con la devoción. Aquel jóven lan sabio, tan racional,
DESPUES DE PENTECOSTES. 553
lan bien educado, no es ya nada de esto desde que no es completamente ; es menester que el corazón quede con-
devoto. Aquella seflora cristiana no es ya conocida desde tento, y fuera de Dios no puede menos de estar itiquieU).
que se ha hecho mundana. Aquella porsonn religiosa j o - Fatigámonos, cansámonos, consumímonos en el servicio
ven ha llegado á ser un motivo de escándalo desde que del mundo; ¿ q u é condición hay sin disgustos? no hay
ha caido en la relajación. «Acordaos, dice el Apóstol, de dia sin niebla ; no hay empleo que no sea una f arga ; por
aquellos dias antiguos, en que llenos de las luces de la fe, mas que se haga, lodo disgusta, todo cansa ; únicamente
sosluvisleis el gran cómbale de las pasiones.» Pero sobre es dulce y lijero el yugo de Dios. Mi razón sola no podría
todo, ; q u é sentimientos produce en el fln de la vida la decirme lo contrario ; y ¿ yo dudo, Señor, yo delibero
memoria de aquella virtud estinguida, y de aquellas g r a - para serviros?
cias tnn preciosas de que se ha hecho un abuso tan per- En el servicio del mundo todo es duro, y lodo es i n -
nicioso i fructuoso; no hay gozo que no nazca en medio de las espi-
nas, lodo pica. ¿Qué dia hay en calma en este mar? todo
E l Evangelio de la misa de esle dia es loque sigue lomado en él son escollos, y ¡cuántos tristes naufragios suceden!
del de san Maleo, capitulo 9. ¿Qué no se sufro en 61 por las pasiones de los d e m á s , y
In, illo lempore : Áscen- En aquel tiempo: Habiéndo- q u é no tenemos que sufrir por nuestras propias pasiones?
ácns Jesús i n naviculam, se metido Jesús en una barca En el servicio de Dios, eslos tiranos están por lo menos
transfretavil, el veníl i n pasó el lago, y entró en su aherrojados, lodo es llano en sus caminos; el cielo está en
d v ü a i e m suam. E l ecce ciudad: luego que llegó, algu- él siempre sereno; y ciertamente, cuando la conciencia es-
offerchant ei paralulicum nos le presentaron un paralíti- tá en paz, ¿qué mas dulce calma? ¡Ahí ¡cuánta verdad es,
jacentem i n l i r i o . S i v i - co tendido cu sucama, y vien- Señor, que estos mislerios están escondidos á los sabios y
dens Jesús fidem illorum, do Jesús su fé, dijo al paralí- á IOÉSVprudentes del siglo, y que solo á los humildes es á
dixit paralytico : Confide, tico: Hijo mió, anímale, tos quienes se revelan estos secrelos! ¿En quién consiste. Se-
fili, remilluntur libi pecca- pecados te son perdonados. Al ñor, que yo no los conozca? Haced que yo lo esperimenle,
ta l ú a . E l ecce quidum de miíino tiempo algunos de los estoy pronto á sacrificarlo lodo, á hacer cuanto sea ne-
scribis dixerunt ititra se : escribas dijeron para s i : Este cesario para gustar tan dulces y tan consoladoras ver-
I l i r blasphemal. E l cum hombre blasfema. Viendo Je- dades.
vidisset Jesús cogüaliones sús lo que pensaban: ¿ P o r PUNTO SEGUNDO.—Considera que hay pocas verdades
eorum, d i x i t : Üt (¡mi co- que Ies dice, hacéis malos j u i - prácticas mejor probadas, ni mejor demostradas que está.
ghaiis mata in cordihus cios dentro de vosotros mis- ¿Cuál es el mundano que esté contento con el sefior á
veslris? Quid esl [acüiusy mos? ¿ q u é es mas fácil decir, quien sirve? ¿Cuántas quejas no se oyen todos los dias
diccre, üimiltunlur tibi tus pecados tesón perdonados, sobre lo que se ha sufrido en el servicio del mundo? Y al
peccala l ú a ; an diccre. ó -decir, levántate y anda? contrario, no hay santo alguno que no esté conlenlo, que
Surge, el amhuhi? Ut au- Pues para que sepáis que el no se vea basta colmado de gozo en el servicio de Dios.
lemscialis, quut Filius Hijo del hombre tiene poder ¿Se ha encontrado j a m á s ni uno solo de lodos ellos que se
homiais babel poteslalem para perdonar los pecados so- haya quejado de que ha tenido mucho que sufrir en él; do
i n Ierra dimülendi pecca- bre la tierra : Levánlalc, dijo que no ha sido bastante recompensado; de que Dios no lia
la, lunc a i l paralylico : entonces al paralítico, toma tu sidouusenor bueno? No hay proporción alguna ende,
Surge, lolk l e d i m luwn, cama y véte á lu casa. Levan- nueslros trabajos y la recompensa.
el vade, i» doimm tuam. tóse, en efecto el paralítico, y La soledad, la peuilenciay las cruces son tesoros ocul-
E l surrexil, el abiil i n do- se fué á su casa. Viendo esto los á los sabios del mundo; pero ¿ q u é mauanlial mas
mum suam. Videntes a u - el pueblo quedó poseído del abundaute de dulzura, de paz y de consolación interior
lem turba;, timuervnt, úl temor, y en alta voz alabó á para las gentes buenas? Su modcslia, su moderación, su
glorificavcrnnt Ueum, qui Dios que Labia dado tal poder igualdad do humor, son las imágenes de la tranquilidad
dedil poteslalem lalem ho- á los hombres. del alma, y de la alegría del corazón. iCuándo nos con-
minibus, ducirá á esta fuente el deseo de la felicidad!
MEDITACION San Pablo, primer ermitaño, pasa noventa años en la
mas espantosa soledad, desconocido de los hombres, y
Que no hay verdadera [clicidad sobre la tierra sino en el únicamente ocupado en Dios: ¿se queja san Pablo del Se-
servicio de Dios. fior á quien ha servido? ¿ s e le debe tener á él láslima? lia
PUNTO PRIMEHO.—Considera que no hemos sido criados ignorado loque pasaba en el mundo. ¡Cuáníosgrandeíliay
sino para conocer, para amav y para servir á Dios ; lue- en el mundo que queman haber tenido la misma suerte!
go no podemos ser felices sino sirviendo á Dios: cualquie- Noventa años pasados en el servicio del mundo, ¿causan
ra olía ¡dea de felicidad es q u i m é r i c a ; cualquiera que la lanío consuelo en la hora d é l a muerle?¿No llevan Iras de
busque ca otra parte que en Dios, se alimenta de la i l u - sí ningún sentimiento? ¿Son objeto de la admiración y de
sión y del error. la veneración de lodos los fieles en todos los siglos? ¡Cosa
Jesucristo ha dicho que « s u yugo es suave, y su car- eslraña! Uacemas de seis mil años que está demostrando
ga tijera.» El mundo piensa y dicelo contrario ; ¿ q u i é n esta verdad la fé, la razón y la esperiencia, y no hay for-
se engaña ? ¿ a quién debemos creer ? Jesucristo lo ba ma de creerla. ¿Será estraño que haya tantos desdicha-
dicho?luego es verdad; pero ¿ n u e s t r o s deseos y nues- dos?
tras solicitudes prueban que creemos este oráculo? No quiero yo, Señor, engrosar el número de ellos; es-
Para ser felices es menester que nuestros déseos que- toy bien convencido de que solo es posible ser felices en
den satisfechos; ningún bien criado hay que los llene vuestro servicio. Tampoco quiero tener ya olio señor, y

TOMO IV. 70
m DOMINGO DECIMONONO
todos los cristianos á que se renueven en espírilu, y á
toda mi ambición, todo mi plnccr de hoy en adelanto será
vivir con gran pureza de coslumbres, figurada en el ves-
el de serviros.
tido de boda de que se ha hablado en el Evangelio. El
JACULATORIAS.—¡Qué dulzuras, Sefior, hacéis g u s l a r á
introito de la misa tiene la misma relación, y exhortando á
los que os temen! [I'salm. 30.)
los fieles á guardar la ley de Dios con puntualidad, y con
UnsoIo*dia pasado en el servicio de Dios, es mas satis-
fervor, les recuerda que Dios solo es nuestra salud, y que
factorio que m i l otros en cualquiera otra parle. (Ps. 83.)
en cualquier aflicción que nos hallemos no tenemos mas
PROPÓSITOS. que recurrir á él con confianza. El mismo Señor nos de-
1 Impongíimonos una ley de no hablar j a m á s de la de- clara que nos oirá, y que será para siempre nuestro Se-
voción sino con respeto, y en términos que demuestren la ñor, nuestro Dios y nuestro Padre.
estimación que hacemos de ella; no hablemos de d í a sino «Yo soy la salud de mi pueblo, dice el Señor; en c u a l -
como del origen de nuestra verdadera felicidad. El ene- quiera aflicción en que se halle, yo le oiré cuando me i n -
migo de Jesucrisío y de nuestra salvación es el que ha i n - vocare; y s e r é para siempre su Señor.» Nada hay lan
troducido la falsa opinión de que cuesta mucho el ser de- consolanle como esta declaración y esta promesa de parte
voto; que el servicio de Dios es muy duro; que hay mu- de nuestro Dios; nada tampoco que mas culpe de su i n -
chos monstruos que domar; que todo es preciso hacerlo justicia á los judíos ingratos y á los cristianos infieles, ú n i -
en él á costa de sudor y de violencia. Esla jerigonza, lan cos artífices de su reprobación.
común en el dia de hoy, desanima á muchas almas t í m i - «Oye, pueblo mio,la instrucción que voy á darte, apli-
das, mantiene á los libertinos en sus desórdenes, es i n j u - ca l o s o i d o s á mis palabras.» Este salmo es como el c o m -
riosa al Señor á quien servimos, y hace mas mal de lo pendio de la historia de los judíos desde Moisés hasta
que se cree. Un san Pablo on el desierlo; un san Luis en el David. Uacc aquí el Profeta una contraposición continua
trono; tantos mitiones de santos y sanias, de toda condi- de la bondad de Dios con respecto á su pueblo, y de la
ción y de todo estado, piensan y hablan de otra manera ingratitud de este mismo pueblo con su Dios. Además de
en materia de devoción, que los libertinos y las mujeres muchas cosas ocultas bajo del sentido literal de este salmo
-mundanas; ¿á quiénes se debe creer? Nosotros, dicen, no enlerameute misterioso, so ve en él el reino de Jesucristo
hemos j a m á s esperimentado estas dulzuras, ó al menos es- figurado en el de David; y la tribu de Judá preferida á la
la felicidad en la práctica de la virtud; pero, y ¿qué han de Efraim nos representa el fin del antiguo Testamento y
hecho para hacerse dignos de ella? Consérvase aun el dc- el principio del nuevo, en el cual los gentiles han sido l l a -
Vravado gusto por los fastidiosos placeres del mundo, per- mados al festín de las bodas, y desechados los jiulíos que
manécese lánguido, enfermo, y se querria gustar ya la se han hecho indignos de él por su impiedad y por la mas
dulzura de los gozos del cielo. Sirvamos á Dios con fervor, negra de las ingratitudes. Esta alegría sin duda es la que
y muy pronto le serviremos con placer. ha movido á la Iglesia á elegirle para el introito de la m i -
2 Amemos y practiquemos el recogimiento interior. sa de este dia.
Sin é l , la piedad es superíicial. Huyamos el tumulto y la La Epístola esfá tomada del capílulo cuarto de la de
disipación; amemos el retiro; el aire del gran mundo es san Pablo á loe efesinos. Habia tomado el santo Apóstol
siempre contagioso para la salud, á menos que no sea Dios con estraordinario empeño la salud y la perfección do
el que nos esponga á él; ann en este caso nos obliga al re- aquella Iglesia naciente. Conociendo las necesidades espi-
cogimiento, como preservativo necesario. Comencemos por rituales de aquellos nuevos fieles, les instruye cuidadosa-
evitar el demasiado roco con el gran mundo; morlitique- mente en todos los misterios de la fé, y en los punios mas
mos nuestra curiosidad con respecto á las noticias y r u - esenciales de la moral crisliana.
mores que corren por la población. Esta pequeña m o r t i - Efeso era una ciudad muy dada á la idolatría, á todo
ficación sirve de, grande auxilio para el recogimiento. género de supersticiones, y singularmente á la magia.
Vemos en los Hechos de los Apóstoles que san Pablo hizo
DOMINGO DÉCIMONONO DESPUES DE PENTECOSTES. quemar allí en un solo dia libros mágicos por valor do
cincuenía mil denarios; los cincuenta mil denarios hacen
Habiendo elegido la Iglesia para el Evangelio de la misa veinte y cinco m i l libras de nueslra moneda, no tomando
de este dia la parábola del rey que biza el l'cstin para ce- el denario mas que bajo del pié de diez sabidos de Francia
lebrar la boda de su hijo , del cual se hicieron indignos que es el valor ordinario del denario romano í1). El liber-
los primeros que hablan sido convidados, se ha llamado tinaje correspondía á todas las supersticiones; el vicio, la
el domingo délos convidados á la boda; podríase también licencia y la disolución reinaban allí con mas imperio que
añadir, y de la parábola de la reprobación de los judíos. en cualquier otra ciudad. Uabia siJo menester curar el
No hay ninguno, en efecto, en que esté mejor designada entendimiento de sus errores, y el corazón de la corrup-
esta reprobación. Yese también en ella la ligura de la re- ción. La gracia del Señor habia obrado esla doble mara-
probación de los malos cristianos, en el que no habiendo villa porministerio de san Pablo. Los efesinos habian abra-
rehusado el honor que el rey le hacia, se puso á la mesa zado la fé con mucha generosidad; la inocencia y el fer-
sin tener el vestido de boda, y fué severamenlc castigado, vor reinaban en aquella Iglesia á pesar del mal ejemplo
habiendo sido arrojado fuera y condenado á las tinieblas. de los conciudadanos, y de los artificios de los falsos doc-
La Epístola del dia , en sentido figurado, tiene mucha r e - tores y de los falsos hermanos. Era preciso nutrir aquella
lación con esta parábola. Es una exhortación patética que piedad y renovar con frecuencia aquel espíritu do fervor
san Pablo hace á los efesinos, á fin de que se despojen del
hombre viejo y se revistan del nuevo, esplicámloles las (i) E n l n í nosotros equivale oí denario ix c u a r e n l a m r s . ,
cualidades del uno y del otro, exhortando en su persona á c j i l ó e s , un real y s e i s t n r s . de v c l l o a .
DESPUES DE PENTECOSTES.
que os como el alma do la virtud ciisliana, y eslo es lo beza la verdad misma, lodos sus miembros deben abor-
qiu; hace aquí el santo Apóstol. recer lo falso.
«Uenovaos en el espíritu,» y revestios del hombre nue- «Cuando os enojéis guardaos de cscederos de modo
vo que ha sido criado á semejanja de Dios en la verdade- que pequéis.» Los efesiuos eran naturalmente coléricos.
ra justicia y en la verdadera santidad. Todos los princi- La verdadera piedad no destruye el natural, pero le cor-
pios prometen mucho. Los primeros pasos se dan siem- rige ; no estingue las pasiones, las doma y aun las baco
pre con vigor, pero luego nos enlibiamoay nos detene- s e r v i r á la virtud y á la perfección. Sobre este principio
mos: es menester recordar con frecuencia los mismos ob- san Pablo recomienda á ios efesiuos, nó.el que no se i r -
jetos, los mismos motivos que nos han obligado á entrar riten, sino que si su bilis se enciende en medio de tantas
en la carrera para continuar su curso. Nada hay lan es- contradicciones, en medio de tantas ocasiones como su
puesto al cansancio como el fervor en el camino de la presentan en el comercio del mundo, cuiden mucho de so-
perfección. La pesadez del cuerpo, por decirlo así, fatiga focar los primeros movimientos, y de reprimir todos sus
al espíritu; la continuación del trabajo adormeced alma- ímpetus, de suerte que j a m á s lleguen á ofender á Dios.
Combálese con generosidad, pero cuando es menester ve- «No se ponga el sol sobre vuestra ira. » Como si les d i - -
lar continuamente para no ser sorprendidos por un enemi- j e r a : luego que conozcáis que esta pasión toma fuego, so-
go que no duerme, hay gran peligro de cansarse; es ne- focadla en su nacimiento, apagad su primera chispa, ella
cesario renovarse sin cesar en espíritu, y decir cuasi en es capaz de causar un grande incendio, y antes que se
todo momento como el Profeta : Lioci: mne corpi. Yo re- concluya el dia estad ya perfectamente reconciliados con
nuevo á todas horas mi resolución de ser de Dios, mis pro- aquellos que hubieran podido daros motivo para incomo-
pósitos de servir á Dios, yo comienzo con nuevo fervor. daros. Débese, sin embargo, reprender cuando está uno
Sin esta renovación interior, el espíritu de devoción, por obligado á ello por estado, por empleo, y aun por c a r i -
decirlo así, se gasta muy pronto, y esto es lo que san Pa- dad ; pero á e s d e que la pasión so mezcla en ello, ya la
blo recomienda aquí á los fieles de Efeso: '(Vestios de reprensión se hace sin fruto. «No-deis entrada al demo-
hombre nuevo.» Este nuevo hombre, del cual les dice el nio.» El enemigo de la salvación, siempre atento á apro-
Apóstol que se revistan, es aquel hombre espiritual ó i n - vecharse de todas las ocasiones, da vueltas de continuo
terior, aquel hombre inocente, aquel hombre nuevo reen- en rededor de la plaza; no necesita mas qne el descuido
gendrado por las aguas del bautismo; es el mismo Jesu- de un cuerpo de guardia, oí quose duerma un centinela,
cristo, á quien debemos retratar en nosolros mismos por una lijera brecha, un subterráneo para introducirse á la
la pureza de nuestras costumbres y la inocencia de nues- fortaleza. Este enemigo formidable, flno y astuto, no ha
tra vida: desuerte que cada uno de nosolros pueda decir menester grandes preparativos; penetra fácilmente las
con verdad como el Apóstol: «Vivo yo, no soy ya yo el verdaderas disposiciones del corazón por las mas lijeras
que vivo, es Jesucristo el que vive en mí.» No hay pre- faltas esleriores; el mas pequefío arrebato le da ocasión
destinado que no retrate en su persona este divino proto- alguna vez para encender en el corazón un odio criminal;
tipo, no le hay que no sea conforme á la imágen del Hijo y un poco imis de familiaridad, un. amor impuro. Reno-
del Padre Lterno; y como este es la misma justicia y san- vaos, pues, en espíritu, estoes, sinceramente y n ó e n apa-
tidad, es menester que el nuevo hombre, del cual debe- riencia. Si la renovación inlerior es verdadera, todo el
mos revestirnos, no se contente con una justicia y una san- esterior quedará muy pronto reformado. Procuraos la dul-
tidad aparente, sino que tenga una verdadera justicia i n - ce consolación de ver los efectos de esta renovación en
terior y una verdadera santidad. San Pablo dice que de- toda vuestra conducta : así que, el que defraudó la ha-
bemos estar revestidos de dos virtudes que encierran cienda do otro, no solo no la defraude mas, sino que en
todas las d e m á s , las cuales son esenciales á Dios hombro, adelante asista á sus hermanos con sus propios bienes.
puesto que Jesucristo es esencialmente santo y justo por Desterrad de entre vosotros la ociosidad, origen fecundo
su persona divina^ por lo que hace á nosotros no pode- de muchos males. Un hombre ocioso, dice el Sabio, h u -
mos mas que estar revestidos de ellas. yendo del trabajo, entrega su corazón á mil deseos i n -
«Por lo cual, dejando la mentira, hablad todos con justos. (Prov. 21.) El hombre ha nacido para el trabajo
vuestro prójimo el idioma d é l a verdad, porque somos to- como el pnjaro para volar. (Job. 5.) Por esto, el que por
dos miembros los unos de los otros.» Reina demasiado en una desidiosa pereza vivia de la caridad de los fieles, ó
el mundo la simulación, para que en él se vean dominar acaso aun con la indaslria de otro, trabaje con sus manos
la rectitud, la buena fé y la sinceridad. Solo en el cristia- en alguna ocupación honesta; á fin de que no solo tenga
nismo es en donde reina la verdad. Está desterrado de él él con que vivir de su trabajo, sino que tenga también con
todo lo que es doblez; no hay hombre de verdad, decian que aliviar á los que carecen aun de lo necesario, y no
los mismos paganos, sino el cristiano. Esta simplicidad, pueden trabajar. Advirtamos que el Apóstol quiere que so
esta verdad, esta rectitud es la que recomienda aquí el trabaje para vivir, y aun para tener con que hacer limos-
Apóstol á los fieles de Efeso. Cuando uno está revestido na ; pero que se trabaje en alguna cosa honesta ; pros-
del hombre nuevo es verdadero en sus sentimientos, en ci ibiendo por esta espresion todo oficio, todo ejercicio i n -
sus demostraciones de amistad, en sus palabras, y en to- digno del cristiano, tales cuales son ciertas profesiones
do el comercio de la vida civil. La razón que da San Pa- incompatibles con la salvación, y contrarias á ja santidad
blo es singular; porque, dice él, somos todos miembros del cristianismo.
los unos d é l o s otros. Todos los fieles no forman mas que El Evangelio de esto dia contiene una parábola llena do
un cuerpo que es la Iglesia, y este cuerpo místico solo misterios y de lecciones.
tiene á Jesucristo por cabeza. Ahora bien, esta cabeza es Acababa Jesucristo de proponer muchns parábolas al
la que dirige á lodos los miembros; siendo pues esta ca- pueblo que le escuchaba: la de ta higuera infructuosa,
556 DOMINGO DÉC1MONONO
que había maldecido; la del hombre que tenia dos hijos, justa severidad castigó el rey semejante insolencia : i n s -
y quo dirigiéndoácal primero le dijo : Hijo m i ó , vé a Ira- truido, pues, el rey de lo quehabiu posado , se initó de
bajara mi vifla: No quiero , respondió; pero habióndose tal modo que en la hora envió sus (ropas,-que habiendo
luego arrepenlido fué; después habiendo dicho lo mismo pasado á cuchillo á lodos aquellos asesinos, y llevádolo
al o l i o , 1c r e s p o n d i ó : Voy allá, s e ñ o r , y no fué: la ter- todo á fuego.y sangre, redujeron su ciudad á cenizas. El
cera parábola era la de un padre de familias, cuyos v i ñ a - crimen y el castigo de los criminales no fué parle para
dores después de halier muerlo á muchos siervos suyos, que el rey omitiese la boda de su hijo : Y puesto que el
mataron también al hijo Í]UC dehia heredar la viña. Todas festín, dijo entoncesá sus criados, está ya preparado, y
estas parábolas eran figuras muy claras de la reprobación que los que estaban convidados primeramente se han he-
de los judíos y do la vocación de los gentiles, á los cuales cho indignos de asistir á é l ; salid á todas las encrucijadas,
debia trasferirse el reino de Dios, para no ser compren- y generalmente á todos los que encontrareis en ellas con-
dido de todo el mundo. Ni hubo tampoco entonces n i n g u - vidadlos á la boda. Ejecutóse inmediatamente la ó r -
no de los p r í n c i p e s , de los sacerdotes, ni do ios fariseos, den. Todo' lo que so halló bueno y malo fué convida-
n i do los escribas, que no viesen claramente que el Salva- do, y la sala se llenó muy pronto. Instruidos todos p e r -
dor hablaba de ellos; ninguno hubo que no se reconociese fectamente de que j a m á s debo asistirse al festin de las
bajo de la figura de la higuera infructuosa , y en e! r e - bodas sino con un vestido decente , ninguno dejó de po-
trato del hijo inobediente y de los viñadores asesinos é nerse el vestido de boda. Uno solo, mal aconsejado, vino
impíos. Como ellos no podían sufrir estos retratos, bas- á ellas con un vestido sucio y andrajoso. Habiendo entra-
tante parecidos y al mismo tiempo odiosos, ni estas r e - do el rey en la sala para ver los que estaban colocados,
primendas demasiadamente amargas, aunque justas , h i - vió aquel hombre en un estado tan poco á propósito: A m i -
cieron desde entonces lodo cuanto pudieron para prender- go m i ó , lo dice, ¿cómo has entrado aquí sin haberte
le; pero no habiéndose atrevido á ponerlo en ejecución puesto el vestido de boda? Lleno de confusión no supo
por temor al pueblo que le mimba con venenicion, se r e - q u é responder. Inmediatamente mandó el rey á los oficia-
tharon llenos de hiél y de rabia. les de justicia que le prendiesen, y que atado de piés y
Veia bien el Salvador el veneno y la hiél oculta en su manos ie arrojasen en un horrible calabozo, imagen de
alma ; pero sin que se alterase en nada su tranquilidad y aquel lugar de tinieblas donde no se esperan mas quo
su dulzura , no dejó de continuar sus instrucciones con su llantos, desesperación, rechinar de dientes, y en el que
zelo ordina-rio , y propuso á los que habían quedado una se hallan reunidos todos los suplicios. Todo esto es espan-
nueva parábola, todavía mas clara y mas instructiva que toso , concluye el Salvador ; pero lo que hay mas deplo-
las precedentes. rable es que de esta multitud infinita de gentes que Dios
«El reino de los cielos, » les dijo, «es semejante á un llama á la bienaventuranza eterna , solo un pequeño n ú -
rey que para celebrar la boda de su hijo, envió á sus cria- moro son los elegidos para entrar en ella.
dos para que luciesen venir á los que estaban convidados Esta parábola tiene dos relaciones : mira á los judíos,
á olla,» Estas bodas son'las de Jesucristo con la Iglesia, pueblo escogido, pueblo tan amado y tan privilegiado, que
que es la sociedad de los fieles tantas veces significada en lia sido convidado el primero á reconocer al Mesías, á
la Escritura bajo del nombre de esposa del divino Salva- asistir á las bodas del Cordero, y á tener parte en todas
dor. Envió el rey á sus criados para que hiciesen venir á las bendiciones prometidas; pero que ha reusado todos
los que hahian sido convidados á ellas: los que son convi- estos graciosos convites, ha maltratado á los que hahian
dados saben muy bien que los convites de un rey valen sido enviados de Dios para convidarles, tales como los pro-
tanto como si fuesen preceptos; no ignoran que es para fetas, Juan Bautista y los apóstoles, y ha obligado al Se-
ellos un honor grande el comer á la mesa del principe. ñor por su tenaz é impía repulsa á llamar á los ffenliles á
Además, el mismo príncipe, no contento con haberles la fé, y reprobar á este pueblo desdichado, hecho por
mandado convidar, les emia á decir por sus criados que tanto el oprobio y la execración de todo el universo y el
todo está pronto, y que no lieuea mas que venir para asis- objeto de la indignación y d é l a cólera divina.
tir á la boda. Los criados enviados á avisarles cumplen Las encrucijadas indican muy bien los pueblos gentiles
su comisión; sorprendidos de no hallar en los convidados separados del camino de la salvación. En el mismo sentido
mas que disgusto ó indeferencia, les hacen presente el dice san Pablo escribiendo á los romanos, que la caída de
perjuicio que se hacen, y las tristes consecuencias de su los judíos ha dado ocasión á la salud de las naciones: su
repulsa; les estrechan , les ruegan y nada omiten para [uM ilida ha hecho la riqueza del mundo entero, y su d i -
obligarles á quo vayan; pero inútilmente. Aquellos i n g r a - minución ha sido la abundancia de los gentiles : « Los que
tos desprecian igualmente el obsequioso convite del pii>i- han sido convidados,» dice el Salvador, « s e han hecho
cipo, y las ejecutivas solicitaciones de los criados ; y para indignos» i Cuántos en el cristianismo se hacen aun todos
manifestar todavía mas el poco caso que hacen de un con- los dias indignos de su vocación y de las gracias singula-
vite tan honroso, el uno se va á su casa de campo, el otro res que Dios tenia designio de concederles, si hubiesen
á su tráfico, algunos otros mas brutales y mas soberbios correspondido á las primeras gracias 1 Salid , pues, á las
no contentos con haber maltratado de palabra á los que encrucijadas, y todos los que hallareis en ellas convidad-
el ptíncipe les había enviai^o á convidarles, so arrojan, los á la boda. Dios no pierde nada j a m á s por nuestras i n -
llenos de furia, sobre ellos y los matan. dignas repulsas. « D e las piedras, decía el Salvadora
Después quo el Salvador demostró de un modo tan sen- los judíos, puede Dios hacer nacer hijos de Abrabam. »
sible hasta q u é punto habia llegado la ingratitud y la i n - No nos prevalgamos de la santidad de nuestros padres;
solencia de unos vasallos que habían olvidado el respeto ella no nos puede servir mas que para condenarnos si no
debido á su soberano, quiso mostrarles también con q u é los imitamos, y Dios puede muy bien hallar nuevos sier-
DESPUES DE PENTECOSTES. 557
vos mas fieles que los primeros cuando estos dejan su cuín daré diabolo : qui fu- bre vuestra ira. No deis entra-
servicio. A los judíos desechados de Dios por sos QÑfHBél rabalur, j a m non [uretur: da al demonio. El que usurpa-
ha sucedido olro pueblo, que por su fidelidad á la gracia maejis autem laborel, ope- ba la hacienda de otro, que
ha lleg.ulo á ser la estirpe de Ahrahain y el pueblo de la rando manibus suis, qvoá no la usurpe ya, ántes bien
nueva alianza. Dios manda á los apóstoles que conviden á bomm est, u l habealunde trabaje con sus manos en a l -
le boda á todos los qae encontraren. Dios no hace escep- irilmat necessilatem p a - guna ocupación honesta para
cion de personas; quiere que lodos los hombres sean c o n - lienti. tener con que socorrer al que
vidados a la salud, á l a gracia del Evangelio. Los a p ó s t o - tiene necesidad.
les después de haber protestado contra la incredulidad de Creen los ¡nfórpretes que san Pablo ha tratado en esta
los judíos se vuelven hácia los gentiles, y llevan la salud Epístola de combatir no solo á los cristianos que judaiza-
con las luces de la fé hasta las estremidades de la tier- ban, sino también á los que habiéndose convertido del pa-
ra . Cuando la Inglaterra y los paises del Norte se h i - ganismo conservaban cierta secreta inclinación á la idola-
cieron indignos del reino de Dios , rebelándose con- tría, á la magia y al libertinaje.
tra la Iglesia, el Evangelio fuó anunciado ¿i jos pue-
blos del Oriente, y la Iglesia de Jesucristo vió estenderso Rlí FLEXIONES.
sus conquistas á las Indias, al Canadá, alJapon y á l a « No se ponga el sol sobre vuestra i r a . » Pocas pasiones
China. hay mas odiosas ni mas indignas de un hombre de bien y
La segunda parle de la parábola mira á los cristianos y de un cristiano que la ira. Los pueblos mas bárbaros la
que no deben de tal modo contar sobre la predilección y han reprobado luego que se han hecho fieles; la dulzura,
sobre la bondad del Seílor, que descuiden sus deberes y la afabilidad y la moderación son inseparables de la v i r -
la inocencia de su vida. No es uno mas dichoso por haber tud. La cólera es un frenesí contra la verdad, que consti-
sido admitido en la sala del festín, si so presenta en ella tuye una verdadera locura: va siempre acompañada de f u -
sin vestido de boda. El terrible castigo de uno de los con - ror y de una especie de enajenación del ánimo. En efecto,
vidados es una gran lección para todos los fieles. Ni la ¿ q u é significan esas emociones imprevistas del alma, que
ü i l f c ü i del lugar y de la profesión, ni la abundancia do no la dejan tiempo de deliberar; lodos esos arrebatos i m -
auxilios espirituales, ni los de los buenos ejemplos nos petuosos, tan semejantes á los accesos de una fiehre ar-
asegurarán un lugar en la mansión de los bienaveninra- diente, y á los encendimientos que se dejan ver en el rostro
dos. En vano pretenderemos que las virtudes de otro sean alterado; esas miradas furiosas, esas palabras ofensivas,
méritos nuestros: la santidad es personal, y si no esta- osas furias violentas, siempre prontas á deshacerse en tor-
mentas? ¿, son estas señales de un hombre sabio'? Todo el
mos vestidos con la ropa d é l a boda , si no vivimos y mo-
mundo conviene en que nada debe esperarse do la razón
rimos en la inocancia, seremos sacados de la sala y d é l a
de un hombre colérico; la agitación d é l a sangre no es el
mesa de la boda para ser precipitados en el infierno.
único efecto de su bilis; no hay pasión que muestre ni que
La oración de la misa de este diacs como sigue : pruebe tanta flaqueza de ánimo como esta (Eccles. 75.) ;
Oninipotens el misert- Dios omnipotente y lleno de pero ¡ q u é estragos, q u é resultados tan funestos 'se sigue»
rors Dms, universa nobis de tastos arrebatos! ¡si á l ó m e n o s esta pasión violenta no
misericordia, separad de no-
adversantia propiiiatus tomase las armas mas que para defender la justicia y la ra-
sotros todo lo que puede con-
zón! por el contrario es siempre su enemiga. Una palabra
exelude : u l mente et cor- trariar á nuestro verdadero
fuera de propósito, escapada sin designio ; una necedad
porepariler íxpeáiíu jfiMC bien, á fin de que no fenirmlo
de un criado, sin malicia, ordinariamente una nada es lo
lúa sunt, lihcris mentibus nada ni en el cuerpo ni en el
que ocasiona tanto estrépito. 116 arpií frecuenlemenle la
exequamur. Per Domimm alma que nos impida ir á vos,
chispa que causa un grande incendio, U»a pequeña nube
noslrum... cumplamos sin obstáculo todo
en medio de un liempo sosegado estalla en truenos y en
lo que mira á vuestro servicio.
rayos. ¿ Q u é virtud puede crecer en un suelo sujeto á t a n -
Por nuestro Señor Jesucristo,
tas borrascas ? No hay cosa mas estéril que las montanas
etc.
quede tiempo en liempo vomitan turbillones de fuego.
La Ep{sLola es del cap. 4 de la caria de san l'uhlo apóstol á ]Bucn Dios! ¡ c u á n d o se conocerá la sinrazón de una pa-
los Efesinos. sión tan irracional I ¿ q u é eslima, qué autoridad aun puede
conservar en su familia ó con sus domeslicos una persona
/'rrttres : Renovamini Hermanos mios: Renovaos
que no puede dominar su mal luimorr n i prevenir ó á lo
spiriiu mentis m í m f , el en espíriin, y revestios del
menos reglar sus primeros movimienlos? Esos aires siem-
induile novum hominem, hombre nuevo, fpie ha sido
pre duros, esos tonos elernanunte amenazadores, esos
qui secundum fíewn crea- criado á la .semejanza de Dios,
torrentes de injurias, ¿endulzan mucho los ánimos? ¿ g a -
tus esl i n j a s l ü i a et sanc- en la verdadera justicia y en
nan los corazones ? ¿ I l á c e s e ninguno mas respeUiblo á
íitale veritutis. l'ropler la verdadera santidad. Para lo
fuerza de estar colérico y siempre pronto á prender fuego
quod deponeníes menda- cual, dejando la mentira, ha- con la menor chispa? ¿ e s uno mas amado? ¿está mejor
civm, loqnmiiú verihdem blad lodos con vuestro próji- servido? ¿ e s menester comeler una falla para reprender
umsquisque ofcnj próximo mo el idioma de la verdad, otra? olvídase alguna cosa á un criado, á un hijo, á un
suo : quoniam sumus i n - porípie somos miembros los domestico; ¿ y no se les puede advertir su obligación sino
vicem membra. ¡rascuui- unos de los otros. Cuando os poniétidose furioso? el mal humor desagrada e irrita, la
ÍU, et nolile peccare •: sol irrilareis, guardaos de llevar cólera espanta, aturde, pero no corrige. ¿ H a b r á de ser
non occidut super i r a t u n - vuestra ira hasta pecar por su siempre la pasión la que pueda corregir el vicio? ¿ P o r
diam vcslram. Nolile lo- csceso. No se ponga el sol so-
RJ56
DOMINGO DECIMONONO
q u é no ge han de reparar las faifas con dulzura ? Un tostm veslcm nuptialem? At Ule de boda, alenal le dijo: Amigo
debe reprender como padre que corrige, y nó como ene- ohmutuil. Tune dixit rex mío, ¿cómo has entrado a q u í
migo que se venga ; si es el amor de la virtud el que nos ministris : Ligalis mnni- sin tener puesto el vestido de
hace lan zclosos de la perfección de los demás , es preciso bus, tí pedibus ejus, m i l - boda? Y el h o m b r e q u e d ó m u -
que nuestro zelo comience por nosotros: el medio de tener lile eum i n lenebras exte- do. Entonces el rey dijo á sus
una ira justa 6 inocente, dice el Profeta, es no encolerizar- riores : ibi erit ¡lelus et oficiales: atadlo de pies y m a -
so sino contra sí mismo, contra sus propios defectos. ¡Qué stridor dendum. íhilii nos, echadlo fuera en las t i -
ilusión la de pretender lisonjearnos que tenemoá piedad, enim sunt v o c a t i , p m u i nieblas ; allí no h a b r á mas
mientras que se alimenta la pasión que viola las leyes vero elecli. que llantos y crujir de dientes;
mas sanias, y destruye las máximas mas puras! Cualquie- porque son muchos los llama-
ra quo se irrita contra su hermano, dice el Salvador del dos, pero pocos los elegidos.
mundo, merece ser condenado. La dulzura, la afabili-
dad, la paciencia son virtudes ordinarias en las gentes de MEDITACION.
bien. Es menester siempre mezclar el aceite con el vino
para curar las llagas. Sobre el pequeño número de los que se salvan.

PUNTO PRIMEIIO.—Considera que no solo es pequeño el


E l Evangelio de la misa de este dia eslá tomado del de san
número de los quo se salvarán eon respecto á la m u l -
Maleo, cap. 2 2 .
titud cuasi innumerable de infieles, de herejes y do
7)i i//o tempere : Loque- En aquel tiempo: Hablando cismáticos, sino también con respecto á la muchedumbre
balttr Jems principibus Jesús á los príncipes d é l o s sa- asombrosa de fieles que se pierden en el seno mismo de
sacerdolum et pharisaíis cerdotes y álos fariseos en pa- la Iglesia. Pocas verdades hay mas terribles, y ninguna
i n parabolis, dicens ; Simi- rábolas, les dijo: El reino de acaso mas clara ni m;is sólidamente establecida que esta.
le fadum cstregmmccelo- los cielos es semejante á un Entrad por la puerta estrecha, nos dice el Hijo de Dios,
n m homini regi, qui fecit rey que celebraba las bodas de. porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva
nuplias filio suo. E l misil su hijo, el cual envió á sus á l a perdición, y grande el n ú m e r o de los que entran por
servas suos tocare invita- criados para que hiciesen v e - ella, i Qué angosta es la puerta, q u é estrecho el camino
tos ad m p t i a s , et nolebanl nir á los que estaban convi- que conduce á la vida, y q u é pocos son los que dan con
venire. Iterum misil altos dados a e l l a s ; mas estos no la entrada 1
seruos, dicens : Dicite t'n- quisieron i r . Envió de nuevo Muchos son los llamados, dice en otra parte (Mallh. 2 0 ¡ ;
i'íírtíts : Ecce prandium otros criados, y les d i j o : De- pero do eslos mismos llamados son pocos los elegidos.
meum paravi , í « u n mei, cid á losque están convidados: Habiendo esla terrible verdad, que el Salvador repetía con
et allilia occisa stmt, et lié aquí que está ya prepara- tanta frecuencia á sus discípulos, movido á alguno de ellus
omnia parala : venile ad do mi feslin; mis bueyes y las á hacerle esla pregunta : Señor, ¿lan pequeílo es el n ú m e -
nuplias. l i l i autem negle- aves que be cebado están ro de los que se salvan ? (Luc. 13.) El Hijo de Dios para
x e r u n t : el abierunt, aims muertos; lodo eslá pronto; v e - no espantar á los que le escuchaban , pareció como quo
i/t villamsuam, aliusvero nid, pues, á la boda. Mas estos queria eludir la cuestión, conlenlándose con decirles por
ad negoliationem suam : no hicieron aprecio, y se mar- toda respuesta: Hijos mios, la puerta del cielo es estrecha
reliquivero tenuerunt ser- charon, el uno á su quintería, (ibid.); haced todos los esfuerzos que pudiereis para entrar
vas ejus , et conlumelns el otro á su tráfico. Los otros por ella.
a(Jeclos occiderunt. ¡lex au- se apoderaron de los siervos, El a p ó s t o l , lleno del espíritu de su divino Maestro
tem cum audisset, ir alus y después de haberles hecho ( l . C o r . 10), compara indifercritemenle á lodos los cris-
est: el missis exercilibus mil ultrajes les mataron. Guan- tianos á los que corren en la l i d : todos corren, dice, pero
suis , perdidit homicidas do el rey supo esto se irritó, y solo uno es el que lleva el premio de la carrera; y para
illas, et civiialem illorum enviando sus tropas hizo pe- darnos bien á entender que hablaba de los fieles, trae el
succendit. Tune a i l servis recer á los asesinos, y quemó ejemplo de los israelitas, en cuyo favor habia hecho Dios
suis : Nuptim quidem p a - su ciudad. Entonces dijo á sus un número prodigioso'de maravillas. Todos hablan sido
rata; sunt, sed qui invita- ciervos: Todo eslá preparado bautizados, dice, por ministerio de Moisés en la nube y en
tierant, nonfuerunt dig~ para la boda; mas los que es- el mar, y de mas de seiscientos m i l hombres capaces do
n i : ile ergo ad exilus v i a - taban convidados no fueron tomar las armas, sin contar las mujeres y los viejos, (pío
rum : et quoscumque i n - dignos. I d , pues, á las encru- hablan salido de Egipto para i r á la tierra de promisión,
venerilis, vocatc ad n u p - cijadas de los caminos, y á solamente dos, Caleb y J o s u é , entraron en ella. ¡ E s p a n -
lias. Elegressi seni ejus lodos los que encontrareis en tosa figura! ¿ y son ménos espantosos los ejemplos?
i n vias, congregaverunt ellasconvidadlos para la boda. De lodos los habitantes del universo una sola familia so
omnes, quos hmnerunt, Salieron en efecto los criados libró de las aguas del diluvio. De cinco grandes ciudades
malos etbonos : el impletce á los caminos, y reunieron l o - que fueran consumidas por el fuego del cielo, solas cua-
sunl nuplice discwnben- dos los que encontraron, bue- tro personas se salvaron del incendio. De tantos paralíticos
lium. Jnlravit autem rex nos y malos,.de suerte que los que esperaban al rededor de la piscina, no era masque
v i videretdiscumhcnles, et asientos del feslin quedaron uno el que se curaba cada vez. Isaías compara el númei o
vidil ibi hominem nonves- llenos. Habiendo el rey entra- de los elegidos al pequeílo número de aceitunas que que -
tilum vesle m p l i a l i . E l do para ver Jos que estaban dan en los olivos después de la recolección, y á los pocos
ait i l l i : Amicc, quomodo colocados, advirtió en uno que racimos que se escapan á l a vigilancia de los vendimiado-
huc inlrasti, non habens no estaba vestido con la ropa res. ¡ Uucn Dios! aun cuando fuese verdad que de diez mil
DESPUES D E P E N T E C O S T E S . 559
personas solo una diíbiora condenarse, yo di-bcria aun forzados por la misma razón á confesar que habrá pocos
temblar y temer no fneso yo este desgraciado. ] A h 1 tal que se salven.
vez de diez mil apenas se salve una ; j y yo vivo trao- jMi dulce Jesús, que habéis muerto por la salvación do
quih»! ¡y yo nada temo ! todos los hombres, no permitáis que yo sea del n ú m e r o
¡Ah, <lnlce Jesús mió! ¡qué temible es esla letárgica de los que se pierdan! Si, divino Salvador mió, perezca
seguridad! Yo marclio por el camino espacioso con la mnl- el que quiera; por lo que hace á mí, aun cuando no debie-
liUid : ¿ y espero llegar al término de! camino estrocho? ra haber masque un hombre solo que se salvase en todo
¡ Qué conüanza tan irracioni;l! el universo, sabiendo que yo puedo ser este, quiero, con
PCNTO SKGÜNDO.—Considera que aun cuando la fé no el auxilio de vuestra gracia, serio y o .
nos enseñase osla terrible verdad, supuestos cicrlos prin- JACULATORIAS.—i O mi Dios ! ¡salvad á vuestro siervo
cipios del Evangelio en que convienen lodos los cristia- que pone en vos solo su esperanza! ( Psalm. 85.)
nos, bastarla la sola razón para convencernos que el n u - [ Ah, S e ñ o r ! i q u é estrecho es el camino que lleva á la
mero de los que se salvan debe ser pequeflo. vida, v q u é pocos son los que hallan la entrada de él!
Instruidos de las verdades de nuestra religión, infor- (Matfe ü.)
mados de los deberes del cristiano, convencidos de nuestra
PROPÓSITOS.
inclinación al mal y de la licencia do las costumbres de
las gentes del siglo, ¿ p u e d e concluirse que habrá muchos 1 Es evidente que serán pocos los que se salven, en
que se salven? atención á la multitud asombrosa de cristianos que se pier-
Para salvarse es preciso necesariamente vivir según las den. Mas aun cuando este número debiese ser todavía
máximas del Evangelio : y ¿ e l número de los que en el mas pequeño de lo que es, es preciso, á cualquier precio
día de hoy viven segnn estas máximas es muy grande? que sea, ser de este número pequeño. Para esto tomemos
Para salvarse es menester declararse altamente discí- unad'esolucion decidida de poner en movimiento lodos
pulo de Jesucristo, i A h ! ¡cuántos hay en el dia de hoy nuestros talentos y toda nuestra industria, do no omitir
que se avergüenzan de parecer tales! es menester renun- nada para un negocio de esla consecuencia. El camino que
ciar 6 en el efecto é con el afecto á lodo lo que se posee, conduce á l a vida es estrecho: por masque el amor p r o -
es menester llevar su cruz lodos los dias. i Qué inalterable pio, que todas las pasiones esciamen, no hay dos caminos.
pureza! ¡ qué delicadeza do conciencia! ¡ q u é humildad Resolvámonos desde este momento á hacer los últimos es-
lan sincera! ¡ q u é probidad tan edificante! ¡ q u é piedad fuerzos para cnlrar por la puerta estrecha. Huyamos do
tan sólida! ¡ qué rectitud! ¡ q u é caridad se necesitan pnra todo director, de lodo doctor blando, porque son malas
ser discípulos de Jesucristo! ¿Y por estas señales son mu- guias. El camino es estrecho, representémonosle aun es-
chos los que podrán reconocerse por tales? cabroso, difícil, í o b r e lodo cuando se va por 61 cargados
El mundo es el enemigo irreconciliable de Jesucristo; con una cruz; peí o ¿ h a y en q u é escoger cuando es único?
no es posible servir á un tiempo á estos dos s e ñ o r e s : j u z - Jesucristo no nos ha enseñado otro; no hay uno de los que
guemos ahora, ¿ c u á l de los dos tiene mas que le sirvan ? se han salvado, que no le haya seguido. ¿ H e m o s nosotros
No basta el no vengarse para conseguir la salvación, es encontrado algún otro? Este camino es poco frecuentado;
menester también amar á los que nos maltraían ; no basta guardémonos bien de ir con la multitud: el lumullo quo
condenar las malas acciones, es preciso igualmente mirar causa, y el polvo que levanta, impiden que se vea su es-
con horror los menores pensamientos criminales. No solo travío; pero sin duda con la multitud nos perdemos. U u -
no es permitido retenerlos bienes de otro, es preciso tam- yamosdel gran mundo, miremos con horror sus máximas,
bién asistir á los pobres con los propios bienes. La ley y sobre todo la que quiere que se viva y se obre siempre
cristiana reprueba todo fausto, todo lujo, toda ambición; la como los demás. No nos presentemos j a m á s en los espec-
modeília debe ser el mas bello ornamento de una persona táculos ni en los bailes; evitemos por religión lodas las
cristiana. ¿Reconócense muchos cristianos por este r e - partidas de placer y las reuniones mundanas; é impon-
trato? gámonos una ley, y hagamos como un punto de honor de
Sabemos cuál es el primer mandamiento d é l a ley de pertenecer al pequeño número de almas piadosas, h u m i l -
Dios: Amarás al Señor tu Dios con lodo tu corazón, con des, fervorosas, que se complacen en sus deberes, quo
toda tu alma, con todas tus fuerzas, con todo tu espírilu, viven en el recogimiento; á quienes el mundo no puede
y á lu prójimo como á ti mismo. Este es el primero de los echar en cara otra cosa que el ser muy modestas, muy
mandamientos, y la base de lodos los d e m á s : raílexione- reservadas, muy religiosas, que el no concurrir á sus
mos todas estas palabras, y concluiremos que deben ser placeres ni á sus fiestas. Acordémonos que el reino de los
pocos los que se salven, porque no hay muchos que guar- cielos no es dado mas que á la pequeña grey. Es, pues,
den este mandamiento. una verdad que aunquo todos sean llamados son pocos los
El Evangelio es la regla de las costumbres; ¿cuántos escogidos, porque hay pocos que vivan según las leyes y .
viven el dia do hoy segnn las máximas del Evangelio? las máximas del Evangelio. No tengamos otra regla por
Para entrar en el cielo es menester, ó no haber perdido donde ordenar nuestra conduela que este Evangelio, y
j a m á s la gracia, ó haberla recobrado por una sincera pe- cueste lo que cueste, es menester que seamos del peque-
nitencia : ¿ y es muy grande el número de los justos, ó de ño rebaño.
los verdaderos penitentes? conforme pues á todas estas 2 No sabejs, decia san Pablo ( 1 . Cor. 9), que los quo
pruebas sacadas de nuestra propia razón, juzguemos si corren en la l i d , todos corren á la verdad; pero uno solo,
debe haber muchos que se salven; ó mas bien concluya- es el que lleva el premio: corred de manera que lo obten-
mos que aun cuando el Hijo de Dios no se hubiera esplicado gáis. Para eslo, además de los avisos precedentes, obser-
tan claramente sobre oslo pequeño n ú m e r o , nos vemos vemos los que signen: 1 " llagamos de continuo la c ó r l e á
5(30 DOMINGO VIGESIMO
Jt'sucnsío en el Saiilísimo Sacramenlo. Pongamos toda merecen nuestras faltas. S í , Señor, yo reconozco vuestra
nnostra conQanza en esto divino Salvador, y profesémoslo justicia siempre adorable, vuestro juicio siempre equitati-
vin amorlierno y rcspeluoso en esle adorable mislerio. 2.0 vo en las aflicciones domésticas y en los azotes públicos;
La frecuente comunión con las disposiciones necesarias nueslros pecados son los que encienden contra nosotros
asegura, por decirlo así, la salvación, y alimenta al alma vuestra justa i r a : nosotros somos los que escítamos las
con el pan d« los fuertes. « P o r q u e ¿ q u e es lo que el Señor borrascas que nos hacen gemir, y los que ponemos en
bueno y escelenle que dar á su pueblo, sino el trigo vuestra mano, por decirlo así, los azotes que nos hacen
de los elegidos,» dice el profeta Zacarías? (Zach 9.) 3.° derramar tantas lágrimas. Enfermedades populares, muer-
Una devoción tierna y perseverante á la Santísima Virgen tes repentinas, miseria aflictiva, pérdida de bienes, aflic-
ha sido mirada siempre en la Iglesia como una señal v i s i - ciones, pobreza, amarguras; nuestro propio suelo es el
ble de predestinación. San Juan Damasceno la llama la que produce lodos los vapores malignos que forman estos
«prenda segura de nuestra salvación. (In N . 15. V.) Los rayos, Pero, al ü n , en nuestra humillación podéis hallar
que hubieran ganado la gracia de María, serán conocidos vuestra gloria. Nosotros sabemos que nunca os acordáis
como conciudadanos suyos por los habifantcs del paraiso; mas de vuestra misericordia, que cuando estáis mas aira-
y el que estuviere marcado con este sello, será escrito en do, (llabac. 3.) Adoramos y bendecimos vuestra justicia;
el libro de la vida. (Bon. in sal. 10.)» Recemos todos los pero imploramos vuestra gran misericordia, y os suplica-
(lias la «Salve Regina» para obtener por la poderosa i n - mos que no pongáis en ella límites ni medidas. Para i n -
lorcesion do la Santísima Y/rgen la gracia de ser del pe- clinar hacia nosotros vuestra ternura es menester toda
queño número de los que se salvan. vuestra bondad, y sobre su estension infinita, sobre su fon-
do inagotable apoyamos la esperanza de nuestro perdón.
DOMINGO VIGÉSIMO DESPUES DE PENTECOSTÉS. jO q u é dichosos son los que coutinuamente andan en loa
El vigésimo domingo después de Penlecostós puedaIla- caminos de la ley del Señor, que guardan con una fideli-
dad invariable lodos vuestros mandamientos, que se a p l i -
mnrse el domingo del oficial de Cafarnaum, que es el
can sin cesar al conocimiento de vuestra voluntad, que
asunto del Evangelio de la misa de este dia. Todo es i n s -
andan dia y noche en la inocencia y que lodo su ardor es
Iruccion en este Evangelio, lo mismo que en la Epístola.
por agradaros i No hay otro medio para ser felices.
Aquel instruye el entendimienfo ; esta el corazón. Jesu-
cristo nos enseña cuán viva debe ser la f é ; y san Pablo La Epístola os continuación de la del domingo preceden-
ni;m puras deben ser las costumbres. Así es como la I g l e - te, y corresponde perfeclamento á los sentimientos que
sia escoge para los domingos del año lo que es mas á pro- inspira el inlroilo de la misa.
pósito para despertar nuestra fe, y alimentar nueslra es- «Guardaos, hermanos mios, escribe san Pablo á los
peranza. efesinos, guardaos y caminad con precaución.» Vosotros
El ¡nlroilo de la misa está lomado de la oración que hizo estáis en un pais enemigo, e¡ camino es difícil, hay malos
á Dios Azarías, uno do los tres jóvenes hebreos, que por pasos, los precipicios son frecuentes, lodo en él está lleno
haber rehusado cons'antemente tributar á la eslálua de de lazos. ¡ Qué vigilancia, buen Dios, q u é atención, q u é
Mabucodonosor los honores debidos al solo verdadero Dios precaución es precisa lomarl ¡ Pero qué locura el caminar
fueron arrojados en un horno ardiendo, el cual se convir- como aturdido por un camino tan peligroso! y ¿ q u é p r e -
tió para ellos en un lugar de refrigerio en donde cantaban caución loman las gentes del mundo en esas reuniones, en
las alabanzas al Señor, y en el que Azarías hizo á Dios la esas ocasiones crílicas en donde todo tienta? « P o r l o q u e
oración de la cual están tomadas las palabras de que se hace á vosotros, mis queridos hermanos, continúa el santo
íi r.na el introito de la misa. Apóstol, andad por el camino da la salud, nó como gentes
sin razón» que no piensan, n i en los peligros que se e n -
«Nada habéis beclio. Señor, con nosotros, que no sea
cuentran en el camino, ni eu el término d<? é l ; «sinocomo
juslisimo.» Por nuestros pecados hemos merecido los cas-
personas racionales,» que previendo todas las dificultades,
tigos que sufrimos: por mas pesada que sea ja mano que
los malos pasos y los obstáculos, toman como gente sabia
nos hiere, por estreñios que sean nuestros males, todavía
todas las medidas para llegar al término con seguridad.
no igualan á nuestra iniquidad. «Confesamos, Señor, que
hemos pecado, y que hemos desobedecido vuestros man- San Pablo les sugiere el verdadero medio para ello,
damienlos,» despreciado vuestra santa ley, y violado lodos exhortándoles á rescatar cou el buen uso del tiempo p r e -
vuestros preceptos. Pero, ó Dios lleno de bondad, vos sois sente, tantos bellos dias, tantos años perdidos: que esco-
aun mas misericordioso que nosotros criminales. Nada mo si les dijera: todo el tiempo que no habéis empleado en
contribuirá mas á la gloria de vuestro nombre que la i n - el imporlante negocio de la salvación, que es propiamente
dulgencia con que tratareis á esle pueblo ingrato y rebel- vuestro único negocio, es un tiempo perdido; debéis h a -
de. Reconocemos que son enormes nuestros pecados; pero Ser lodos los esfuerzos, emplear toda la solicitud, ponerlo
sabemos que vuestra misericordia es infinita, y que noso- lodo por obra para reparar u n í pérdida tan grande. Fl
tros no podemos, agolarla. Inclinaos, Señor, á nuestros único medio que os resta para rescatar, por decirlo así,
gí-midos y á nueslras lágrimas, y dignaos tener miseri- esos dias lan mal empleados y de que Dios, sin embargo,
cordia con un pueblo que habéis amado tanto. e s p e d i r á una cuenta lan terrible, es redoblar el paso en
De esto modo debe pensarse, y así se debe, hablar en el camino de la salud, santificar lodos los dias y todas las
lodos los accidentes molestos, en todas las aflicciones y horas de estos dias, por un aumento de fervor y por una
en todas las calamidades públicas. Bendito seáis, Señor, piedad enteramente nueva. El santo Apóstol parece que
hace aquí alusión al ardor, á la codicia de aquellos merca-
por todaslas adversidades que nos suceden; por mas se-
deres que todo lo ponen por obra para reparar con una
vero que sea el castigo, nueslros pecados merecen mucho
ganancia presente la pérdida que han sufrido en los años
mas, y siempre nos castigareis mucho ménos que lo que
DESPUES DE P E N T E C O S T E S . 5Gi
pnsados, ó tal vozlambien á aqucílcs viajeros, qne debien- pueblo que está consagrado al Seflor, y los hijos de Israel
do llegar en dia preciso al término de su viaje, y h a b i é n - que tienen el honor de acercarse á su santo templo.» San
dose divertido algún tiempo en el camino, doblan el paso, Pablo quiero que se medite, quo se entretenga uno á sí
aguantan el mal tiempo, so quitan hasta las horas del mismo con salmos, himnos y cánticos espirituales, d i r i -
descanso, y hacen un esfuerzo para llegar á tiempo á su giéndose estos cánticos y estos salmos al Señor; pero (pie
término. esto sea de lo íntimo del corazón. Sea enhorabuena la o i a -
Continúa san Pablo sus avisos saludables á los Deles de cion que se hace la mas religiosa, la mas sagrada, la mas
Efeso, y en sus personas á lodos los cristianos, sosteniendo santa, si no sale del corazón, inútilmente se pronuncia con
siempre la misma alegoría. «Por esto, les dice, no obréis los labios. Dios no oye mas que la voz del corazón.
imprudontemente, sino comprended bien la voluntad de «Dando continuamente gracias á Dios Padre, en nom-
Dios.» lié aquí en pocas palabras el gran secreto de la bre de Jesucristo nnestroSeñor, por todas las cosas:» pues-
vida espiritual. Todo nuestro mérito no consiste en hacer to que nada sucede sino por un órden de la divina provi-
mucho, sino en hacer lo que Dios quiere y de la manera dencia, debemos estar persuadidos que todo loque sucedo
que Dios quiere. El medio de reparar el tiempo perdido, es por nuestro bien. Enfermedad y salud, prosperidades y
no es el hacer lodo género de obras buenas; las obras no desgracias, bienes y males de esta vida, lodo contrihnyo
son buenas, sino en tanto que agradan á Dios; los prime- á la gloria del Señor, y á la ventaja de sus elegidos. « P a -
ros deheres que Dios pide son los de nuestro estado, estos ra los que aman á Dios, dice san Pablo en otra parte, to-
os menester cumplirlos con fidelidad. Una madre de fami- das las cosas contribuyen á su b i e n . » Es propio do la v i r -
lias que descuida el gobierno de su casa, el cuidado de sus tud de los cristianos, dice san Gerónimo, el dar gracias á
Lijos, por visitar los hospilales, ó por estar en la iglesia, Dios por todo lo que les sucede, aun por lo mas molesto.
no hace lo que Dios exige de ella. La voluntad de Dios es «En fin , añade el santo Apóstol, manteneos en una
que ella comience por cumplir toilos los deheres de su es- sumisión mutua por el temor de Jesucristo.» Ordenando
lado. Si le queda algún tiempo, puede emplearlo en hue- san Pablo á todos los fieles que cada uno en su estado sa-
nas obras. Apliquémonos á hacer con fervor y con puntua- tisfaga perfectamente á sus deberes, como lo hace en la
lidad lo que Dios quiere de nosotros en todas las cosas; coniinuacion de este capitulo, les da en o^to una lección
muy pronto seremos entonces sanios. general que puedo servirles mucho para hacer mas fácil
Después de haber dado el santo Apóstol estos avisos ge- esta puntualidad, inspiiándoles esla subordinación l;m
nerales, desciende al pormenor de algunos vicios capitales necesaria en todas las condiciones. Quiere que osía su-
que deben mirarse con horror por todos los fieles. «Guar- bordinación indispensable la tengan por el temor de Jesu -
daos de los escesos del vino, que conducen á la impure- cristo, porque con respecto á los fieles no hay motivo a l -
ü a . » Era muy ordinario en Kleso el vicio de la intempe- guno mas poderoso; cuando se ama á alguno se teme de-
rancia. San Pablo no podia, al parecer, inspirar mas hor- sagradarlo, y este saludable temor es el que recomienda
ror á los fieles contra él, que diciéndoles que el vino en- á lodos los cristianos.
ciende los ardores impuros. La castidad no se aviene con La historia de la curación del hijo de un señor do la
la embriaguez. Los escesos del vino causan siempre estos c ó r l o d e Ilerodes Antipas, tetrarca de Galilea, e s l o e s
incendios; la impureza se nutre con el vino. «Obrad de príncipe que gobernaba en arpie! pais con autoridad so-
modo que os llenéis del Espíritu Santo.» El Apóstol, dice berana, y á (¡uien se da también el nombre de rey, co-
san Gerónimo, opone aquí la santa embriaguez, por decir- mo se ha dicho en otra parle, esta historia , repitu, cons-
lo así, del Espíritu Santo, á la embriaguez de la intempe- tituye el asunto de! Evangelio de la misa de este dia.
rancia. No hay cosa mas incompatible; cuando el Espíritu Habiendo vuelto el Salvador á Galilea, al salii-de Sa-
Santo llena una alma, la inspira la sabiduría, la dulzura, maría, fué segunda vez á Cana, en donde h. Ida Iieclio su
h modestia, el pudor y la castidad : la estravagancia, el primer milagro convirtiendo el agua en vino. Allí fué en
furor, la impureza, la desvergüenza, son los efectos natu- donde un hombre de calidad (era un señor de la corle de!
rales de los escesos del vino. Si vosotros eslais llenos del rey Herodes, que habitaba en Gafarnaum, en cuyo pueblo
Espíritu Santo, continúa el santo Apóstol, os entretendréis acaso tenia algún empleo), habiendo sabido que Jesús es-
con los salmos, himnos y cánticos espirituales, dirigiendo taba en Caná, poco dislante de aquella ciudad, vino á
estos cánticos y salmos al Seíior en el fondo de vuestros verle, y le suplicó con instancia que tuviese la bondad do
corazones. De la abundancia del corazón habla la boca. Un tomarse el trabajo do ir á su casa á curar á su hijo quo
hombre animado de! espíritu de Dios, apenas encnenli a estaba gravísimamenle enfermo, y que se moria. El Sal-
gusto en los enlretenimienlos profanos: esto es, lo que ha- vador que trataba siempre de curar mas bien las enferme-
ce decir al santo Apóstol en otra parte, que un cristiano no dades del alma quo las del cuerpo, no quiso dar al hijo la
debe tener conversación que no í-ea do Dios. La Iglesia, salud basta no haber curado al padre de su poca fé. Aquel
llena de esto espíritu, en todos tiempos ha puesto en la señor creia verdaderamente quo Jesucristo podia curar á
boca de los fieles cánticos espirituales para onlrelenor sn su hijo enfermo; porque si no lo hubiera creído no habría
piedad y su alegría inferior, y para desterrar de toda bo- venido de tan léjos para pedirlo la curación milagrosa; pe-
ca cristiana los cánticos profanos, herencia adquirida de ro era aun imperfecta esta f é , pues que creia que el Sal-
los paganos, llállanse en los salmos tan bellos sentimien- vador tenia necesidad de trasportarse al lugar en donde
tos de religión y de piedad, que nada parece mas á pro- oslaba el enfermo paracurarle. Esla fé vacilante, esta m e -
pósito para mantener la do los fieles; por esto la Iglesia dia féfuó entonces tan común en cuasi lodos ios que a d -
desdo sn nacimiento ha hecho de ellos su oración ordina- miraban y seguían á Jesucristo, que obligó á este divino
ria, y obliga á todos su» ministros á que esta sea también Salvadora hacera todos una pequeña reconvención:
la suya: «Cante cánticos de alabanza, decia David, este «¿ Q u é , les dice , será necesario que yo haga siempre

TOMO IV. 71
m DOMINGO VIGESIMO
cosas oslrnordinarins para qno croáis, rio modo qno si no • .•

veis milagros, no creéis n a d a ? » ¡Cosa eslía ña ! yo hallo La Epístola esld tomada del capilvlo 3 de la del apóstol san
docilidad y hasla fé en ei espíritu y on el corazón ile los ' Pablo á los Efesinos.
eslranjcros, en Tiro, en Sidnn y en Samaria, sin que ten- Fratres: Vidcte qmmo- Hermanos mios: 5! ¡ra d rom o
ga necesidad de obrnr prodigios ; ¿ y entre vosotros,;! do cante ambulelis : non camináis con precaticicn. n ó
menos que no se vean maravillas, nada se cree? AlgMuos qnasi insipienles, sed u l como gente sin razón, sino co-
inlérpreles traducen estas palabras diciendo: Si vosotros, sapientes : redimen tes tem- mo persomis racionales, res-
gentes de calidad, gentes de córle, cnlre quienes la íé es pus , qmn'um dies mali catando el liempo, porque los
lan remisa, no veis olios milagros, ó como si el Salvador suul. I'roplerea nolite fie- dias son malos. Por esto no
dijera : Vosotros gentes ricas, gentes de calidad, gentes de r i imprudentes, sedinlelli- obréis imprudenlemenle , y
córle, tenéis ordinariamenle una fé tan lánguida, lan va- genles , qucu sil voluntas procurad comprender bien
cilante, que á ménos que no veáis milagros no creéis. Esla Dei. E l nolite inebriari r i - cuál es la voluntad de Dios.
queja, o mas bien esta reconvención saludable, aunque ño , ÍÍI quo eU Ivxuria : Guardaos de los escesos del
justa, hizo poca impresión en e! ánimo de un padre afligi- sed iinplemini Spirilu vino, que conducen á la i m p u -
do que no pensaba mas que en la curación de su hijo. Kn Sánelo , loquenles vobis- dicicia ; ántes bien obrad de
lugar de responder á lo que el Salvador le d e c í a : ¡Ah, metipsis in psalmis, et modo que seáis llenos del Es-
Seíior! le dijo, con las lágrimas en los ojos, si no os dais hymnis, el canticis s p i r i - píritu Santo, enlreteniéndoos
priesa á venir, acaso no llegareis í i l i e m p o ; mi Lijo-se tualibus, canlimtes elpsnl- vosotros mismos con salmos,
muere, y no le hallareis con vida. Esta perseverancia en lenles i n cordibus vestri- himnos y cánticos espiritua-
pedir y en rogar a g r a d ó á Jesucristo: Vé, le dijo, v é ; tu bus Domino, gratias agen- les, dirigiendo estos salmos al
hijo está sano : consuélate, fu oración ha sido oida. Cre- tes semper pro ómnibus, Señor de lo ínfimo de vuestro
yólo el padre, y sin replicar mas, habiendo hecho una i n nomine Domini noslri corazón; dando gracias conti-
profunda reverencia al Salvador, se volvió. Apenas habia Jesu Cltrisli, Deo el l ' a l r i . nuamente á Dios Padreen nom-
llegado á la mitad del camino encontró á algunos de s u s Suhjecti inricem in limore bre de Jesntrislo nuestro Se-
criados que le sallan al enctienfro para hacerle saber que Chrisli. ñor, por todas las cosas. Man-
su hijo estaba curado, y ya sin la fiebre. Fácilmente pue- teneos a d e m á s en una sumisión
de comprenderse cuál seria su alegría. Ualiia notado bien mutua por el lemor de Jesu-
la hora en que Jesús le habia dicho alirmativanienle, que cristo.
su hijo calaba bueno y libre de la enfermedad. Por esto Entre muchas instrucciones importantes que san Pablo
lo primero que les preguntó fué la hora en que el enfer- da á los crislianos deEfeso, les exhorta siempre á que redi-
mo se habia encontrado sano: Ayer, le dijeron, le dejó la man el liempo perdido, empleando los pocos dias que les
calentura íi la séptima hora del dia, esto es, una hora des- quedan en los ejercicios de piedad que él les enseña ea
p u é s de meció dia, y en el inslanle se hallo perfectamente esla Epístola.
sano, y como si no hubiese estado enfermo. Inmediala-
menle se acordó el .señor que aquella era precisamente la REFLEXIONES.
hora en que el Salvador le habia dicho: Vé, tu hijo está «Rescatando el liempo, porque los dias son malos.» Es
bueno. Desde entonces creyó él y toda su casa que Jesns muy precioso el tiempo para quo no sean los dias muy apre-
era el Mesías ¡ti omelido, y su fé no fué ya imperfecta. San ciables; ni son tampoco malos los dias, sino por el mal uso
Cirilo cree que la pregunta que desde luego hizo el señe r que hacemos de este liempo. Seria necesario conocer el
á sus domésticos sobre la hora en que su hijo se habia en- precio inestimable del liempo para comprender la p é r d i -
contrado curado, no fué (auto una prueba de su poca fé, da (¡ue se hace empleándole mal. Es el tiempo una cosa
cuanto una señal de su zelo por instruirse y conlirmarse tan preciosa, que todos los honores, todos los bienes del
en su creencia. mundo no valen lo que vale un momento; y aun cuando
Jíl padre creyó, y con é! creyó toda su casa ; esto debe no se hubiera empleado nías que un momento para a d -
convencer á las cabezas de faniifia y á toda persona de quirir lodos los bienes del mundo; aun cuando no ha j a
autoridad, dice un intérprete, de lo (¡ue pueden sus ejem- mas que esto, puede decirse que delante de Dios, (pío
plos en aquellos que están sujetos á ellos, y cuánto deben juzga sanamente de todas las cosas, es haber perdido el
temer dárselos malos. Todrá uno ser poco dócil á las lec- tiempo. No hay reprobo en el infierno que no estnviesu
ciones mas patéticas; pero con dificultad se resiste por prontoá dar todos los reinos y lodos los bienes del mundo,
mucho liempo a! ejemplo. si fuese dueflo de ellos, por tener un momento de aquel
liempo que ha perdidoen bagatelas, y que nosotros perde-
La oración de la in'taa de esle dio es como sigue : mos también del mismo modo. Concibamos, si es posible,
Largire, quawnnus. Señor, os suplicamos que loque es la gracia, el premio de la sangre y de la muerto
Domine, fidelibus luis i n - movido de los ruegos de vues- de un Dios; concibamos lo que vale la posesión de un Dios
daffjCiüiamplaralns e.í p a - tros Cíeles, les concedáis el en la mansión de los bienaventurados; el liempo no se nos
cem : ut pariler (ib ó m n i - perdón de sus ofensas y la ha concedido sino para que cada momento procuremos un
bus mundentar oj¡i'nsis, el verdadera paz; á fin de que, aumento de gracia; para merecer con el auxilio de esta
secura tibi menle dcscr- puriocados por vuestra gracia misma gracia el reino d é l o s cielos, la estancia de los b i e -
viant. l'er Doiniiniin... di- lodos sus pecados, os s i r - navenlmados, la posesión del mismo Dios. Es, pues, i n -
van con la tranquilidad de una negable que cada momento que no hemos empleado para
santa confianza. Por nuestro Dios, hemos hecho mayor pérdida que si hubiésemos per-
Señor Jesucristo, etc. dido todos los tesoros de la tierra, l o que los santos no
D E S P U E S D E PKiNTECOSTES.
podrán hacer on el cielo, dmatile la eternidad, con todos ei Jesús, Filius luus viv'U:
Jos aclos mas perfectos de atnor do Dios, que es merecer un el credidil ipse , el domus
nuevo grado de gloria, lo puedo yo hacer por un solo ac- eji's tota.
lo de caridad en cada momento. Lo que los reprobos no •
MEDITACION.
podrán hacer durante la eternidad con sus llantos, con sus
lamentos y con lodos sus incomprensibles lormenlús, que De la pronta obediencia á la w z de ¡ños.
es aplacar Ja ira de Dios, y ohlenerel perdón de sus c r i -
inenes, lo puedo yo hacer encada momento. Comprenda- PUNTO ruiiiiíRO.—Considera cuánto importa ser fieles á
mos, pues, el mérito, el precio, el valor inestimable de es- Ja gracia; la curación del alma, la salvación depende de
te tiempo que perdemos sin pesar ni cuidado, i Cuan pre- esta fidelidad. Hay dias afurlimados, hay momentos feli-
cioso se presenta en la hora de la muerte el tiempo que ha ces en que la gracia hace impresión, en que la voz de Dios
pasado para nosotros! pero ¿ d e qué consecuencia nos pare- se deja oir: i q u é desgracia el hacerse entonces el sordo!
ce entonces la pérdida irrrepai ahleque hemos hecho de él? ¡el empeñarso en ser incrédulo! Si el padre deque halda
Enojosa ociosidad, ¡qué de tesoros me has hecho perder! el Evangelio no hubiese creído en el momento lo que el
visitas inútiles, vanas y fastidiosas conversaciones, diver- Salvador le decia,si no hubiera sido dócil, tal vez su hijo
siones frivolas i cuánto mecoslais! ¡O Dios mió, si tuviese no hubiera sanado mmca. lié aquí que todo lo hemos d e -
«na hora de aquel tiempo tan mal empleado! dice uno que jado, decía san Pedro á Jesucristo en nombre de todos les
se eslá muriendo, ¡ q u é uso no haria yo de él 1 pero yo he apóstoles, esto es, á la primera palabra vuestra, en el mo-
tenido aquellas horas, he tenido á m i disposición muchos mento de la inspiración, al primer destello de vuestra gra-
meses y muchos afíos, y por mi pura necedad he perdi- cia lo hemos dejado lodo: quien dice lodo, nada esceplúa.
do aquellos preciosos dias; ¿ q u é se debe, pues, ahora pen- Barca, redes, padres, amigos, todo lo mas amado que (e-
sar del tiempo que se emplea, que se pierde desgraciada- níamos en el mundo. Esta generosa fidelidad, esta proníi-
mente en el juego, en los espectáculos, en los entreteni- lud es Ja que gana el corazón de Dios; cii'indose duda en
mientos tan vacíos y aun criminales, en las reuniones materia d o t é , nada se cree; cuando deliberarnos Iraián-
immdanas? i A h ! las dos terceras parles de la vida son dosede la conversión, no nos cunverlimos. La u n i w r s a -
perdidas: el tiempo aun menos mal empleado exige acaso lidad de donación en el sacrificio ccnsiiluye el holocausto,
penitencia. ¡Ducn Dios! ¡cuál será nuestra suerte! « O b r e - y esto es lo que agrada verdaderamente ai Señor.
mos bien, ya que tenemos todavía tiempo.» líescalemos Desgraciado aquel que no obedece con prontitud á la
el tiempo perdido, empleando en buenas obras el poco que voz del Señor; desgraciado el que parte su corazón entre
nos resta. Dios y las criaturas. Dios llama: y ¿ s e delibera, se consul-
ta Ja inclinación, las pasiones, la carne y la sangre, el
E l Evangelio de la misa es lo que sigue del cap. 4 del de san amor propio, para saber do ellos, por decirlo así, si se
Juan.
aceptará el partido que Dios nos ofrece? ¿ s i se entrará
I n illa levifore. : E r a l En aquel tiempo : Ilabia en su servicio? Esas semivolunlades, esos deseos inefica-
quidem regulus, cujus fi- cierto señor, cuyo hijo estaba ces, esas indeterminaciones odiosas, ¿signiíici'.n otra cosa?
lms ivfirmahalur Cophar- enfermo en Cafarnaum. Sabi- Dios me llama en el interior del corazón. ¿Dios me llama?
m u m . Ilic cuín audisset do por este señor que Jesús y ¿ yo no sé si le obedeceré? ¿ y yo dudo si me he de r e n -
quia Jesús ndvenirel a J u - habia venido de Judea á Gali- dir á su voz? Uace un mes, hace seis, tal vez muchos años,
d m i n G a l i l m m , ahiü od lea, fué á verle, y le suplicó que Dios pide el sacrificio, nó de todos nuestros bienes ó
eum , eí rogabal emn vt que viniese á curar á su hijo de nuestra propia vida: ¡ ah ! ¿deberíamos negársele si
desecriderel, el savarct ¡i- que se moria. Díjole, pues, nos lo pidiese? pero lo qrre nos pido es solo el sacrificio
lium cjris: mipiehat enim Jesús : Vosotios, si no veis de un placer, de una diversión, de un apego vano y f r i -
n w r i . Dixil eryo Jesús ad milugros y cosas prodigiosas, volo, de una nada; nosotros se le negamos, y no quere-
eum: Nisi signa el p m h - no creéis. El señor volvió á mos tener ni aun es!a deferencia á las órdenes de nuestro
gia videritis, non credilis. i n s t a r á Jesús, cliciéndole: V e - Dios, no estamos dispuestos á agradarle. ¿Comprendemos
IHcil adevm rcgvlus : Do- nid, Señor, ánfes que mi hijo bien la malicia de esla negativa y la gravedad de osla i n -
ruine, dcscende j:riusquam muera. Vé, le dijo; tu hijo juria? Sin encargo, el Dios á quien negamos eslá reforma,
morialitr ftlius mus- Dicit vive. Creyó lo que Jesús le d i - este pequeño sacrificio, esla nada, es el Dios de quien es-
ci Jesús : Vade, filius tuus j o , y se fué. Cuando aun es- peramos gracias conlinuns, el perdón de muchas faltas y
t i v i l . Credidil homo ser- taha en el camino, encontró á el de la denegación misma que le hacemos todos Jos dias
moni, quem dixil ei Jcsus, sus criados que le hicieron sa- de sus propios bienes. Confesemos que nuestra eOndoeta
el ibal.Jam aulem eo des- Jjerquesu hijo estaba sano. eslá llena de contradicción, de ¡rreügion y de injusticias.
cendente, s e n i cecurre- Informóse de ellos á qué hora ¡Cuándo abriré yo. Señor, los ojos para ver mis os-
runt c i , cí nunliaverunt hahia mejorado el enfermo, á travíos, y para eslr cmecerme todo lo que debo de mi l a -
dicentcs , quia filias ejus lo cual le respondieron: Ayer mentable é irreligiosa conducta, si no lo he hecho basta
viverel. Inlerrogabal ergo á la séptima hora del dia le de- el presente!
horam nb eis, in qua me- jó la liebre. Conoció el padre PUNTO SEGUNDO.—Considera que no brsla romper Jos
livs liabuerit. Et d i x m i n l que aquella ero la hora en que lazos que nos alan , desprender nuestro corazón, dejar-
e i : Quia heri hora septi- Jesús le hnhia dicho: Tu hijo lo todo, vencerlo iodo; inútilmenle nos pondríamos en es-
»i<n reliquil m m febris. vive, y creyó él y toda su casa. tado de marchar, si no siguiésemos á una buena guia.
Cognovil ergo pater, quia Todo lo hemos dejado, dicen los apóstoles al Salvador del
illa hora eral, in qua dixil mundo, y os hemos seguido : hé aquí propiamente lo que
m DOMINGO VIGESIMOPRIMERO
consliliiye su mérito. Solo en esla imitación, según pare- PKOrÓSlTOS.
ce, furnia Jesucristo el derecho á la recompensa : Voso- 1 «I.os deseos matan á los perezosos,» dice el Sabio,
tros que me habéis seguido, les responde, juzgareis á to- porque son mas bien deseos imaginarios que verdaderos:
do Lsr.lel. Y e n efecto, ¿ d e q u é servirla haberlo dejado imaginámonos querer lo que conocemos que es bueno y
todo, y no seguirle? Este desasimiento quita los obstácu- necesario; pero realmente no queremos, puesto que nada
los; pero la virtud no se adquiere sino siguiendo á esto queremos hacer para adquii irlo. Guardémonos no suceda
divino modelo. lo mismo con los deseos infructuosos que tenemos en
¿ Q u é lección mas imporlanle para las personas r e l i - nuestras meditaciones y en nuestras lecturas. Los deseos
giosas? pero ¡ q u é desgracia para ellas, si después de ha- reales y eficaces alimentan al alma, porque son el manau-
ber roto tantos lazos, después de haber hecho aun tantos lial de las buenas obras ; pero los deseos imaginarios y
sacrificios, se hallasen al fin de su carrera sin haber se- pasajeros la matan , porque enlreleniéndola con mil pro-
guido á Jesucristo! ¿ podrán todas decir con confianza á yectos de conversión, todos á cual mas inútiles, son cau-
este divino Salvador, á esto soberano Juez, lo hemos de- sa, por decirlo así, de que se muera sin llegar á ejecutar-
• jado lodo, y os hemos seguido ? ¿ y en q u é vendrán á los. En este sentido se ha dicho que el infierno está lleno
parar las que no tuvieren derecho para decírselo? de buenos deseos. No nos contentemos con decir, esto es
Pocos hay aun en el mundo que no estén obligados á verdad, nada mas conveniente, nada mas ordinario: exa-
dejar muchas cosas por Jesucristo ; ninguno que no deba minemos seriamente lo que nos dice nuestro corazón ; y
¡ndispensahlemente desprender su corazón del afecto á si hemos verdaderamente renunciado á todo lo que p o -
todo lo que posee, si quiere ser discípulo de Jesucristo; seemos, en el sentido que Jesucristo lo entiende y lo e x i -
ninguno que no deba renunciar á sf mismo ; pero todo el ge indispensablemente de todos los que quieren ser discí-
mundo ¿ podrá decir que ha seguido á Jesucristo? pulos suyos, esto es , si estamos dispuestos á sacrificar
Seguir á Jesucristo es ser humilde de corazón; es ser hasta lo mas precioso y querido que. tenemos en el m i m -
puro, inocente, dulce, mortificado, caritativo ; es llevar do antes que desagradar á Dios. El entendimiento en esto
su cruz lodos los dias, hacerse todos los dias violencia, como en otras muchas cosas es con frecuencia el juguete
domar el amor propio y las pasiones todos los dias; es del corazón ; lisonjeámonos de no estar apegados á n i n -
seguir las máximas de Jesucristo, y tener horror á las gún bien criado, y somos esclavos de ellos. El trabajo que
m á x i m a s del mundo. cuesta el pagar á los trabajadores y á los domésticos, el
Aquella persona religiosa, tan poco mortificada, tan hacer las restituciones, satisfacer los legados piadosos y
poco exacta, tan poco regular, ¿ h a b r á seguido á Jesu- hacer limosnas, no prueba un gran desprendimiento. No
cristo? ¿ l l a h i á seguido á Jesucristo aquel hombre tan nos equivoquemos, hagamos hoy sin mas dilación lo que
vano, tan ambicioso, tan carnal, tan sensual y tan coléri- deberíamos haber hecho ya hace mucho tiempo. Las per-
co? aquella mujer mundana, cuya ocupación ha consisti- sonas religiosas están obligadas á un gran desapropio ; no
do en los adornos y ta vnnidníl, y que pasa los dias en H basta que sea simplemente afectuoso, debe ser real. Cer-
ociosidad, en los placeres, en la molicie ; aquella mujer cenemos hoy mismo lo que algún dia debe alarmar nues-
tan indevota, tan poco cristiana, ¿siguen á Jesucristo? tra conciencia y bacer nuestro proceso.
¿ le sigo yo mismo ? 2 Los buenos deseos deben siempre ir acompañados do
¡ Cosa admirable! cada uno espora la recompensa, aun- las prácticas morales. No es posible que no haya mucho
que son tan poros los que cumplen las condiciones que superfluo en todo ese aparato de adornos. Quitemos boy
pide: cada uno quiere decir con los apóstoles ¿ q u é habrá algunas de esas piezas inútiles, ó al menos poco necesa-
para nosotros? pero pocos son los que pueden decir como rias; la modcs'.ia cristiana encuentra muchas supcríluas,
ellos: os hemos seguido , y todo lo hemos dejado por no c s p c i e m o s á que un revés de fortuna, la edad ó lamuer-
vuestro amor. Porque ¿ q u i é n hay que no pretenda con- le nos despojen de ellas; hagamos por nosotros mismos
seguir el cielo? ¿quién hay que no crea estar algiin dia este pequeño sacrificio. Pocas personas hay que no hallen
en la gloria de los bienaventurados, y lener pai to en la el dia de hoy alguna cosa que quitar ó que reformar si
misma recompensa? y ¿ s o b r e q u é asegurarnos esla dicha? quieren prestarse dóciles á la gracia. Si, pues, hoy oimos
¿en qué estriba esta confianza? la voz de Dios, obedezcámosla lieimenle, y no endurez-
Estriba^ Señor, en vuestros méritos infinitos, en vuestra camos nueslroscorazones, relmsando ó Irnsladando á otro
uiisenVordia, en vuestra bondad ; aunque yo sé también día lo que Dios nos inspira que hagamos hoy. ¡Qué senti-
que debo estribar en vuestras palabras y en vuestros miento para los que habiendo leido esto, no hubieren sa-
ejemplos. Hasta aquí ha sido falsa esla confianza pivsim- cado ningún fruto de ellol
tuosa; pero ¡oh amable Jesús mió I ella va á hacerse real
y perfecta haciéndose cristiana y racional. Preciso es i u - DOMINGO VIGÉSIMOPR1MERO DESPUES DE PENTE-
disfieiisablemetile imitaros y seguiros para lener deredio COSTES.
á vuestra recompensa ; esto es lo que estoy resuelto á
Llámase este dia el domingo de los dos deudores ó del
hacer de aquí adelante, mediante vuestra gracia, á'la perdón de las injurias, desde que se ha tomado para ^
cual no quiero resistir por mas tiempo. Kvangelio de la misa la parábola de los dos deudores, se-
JACiu.vnaiAS.—Atiaedme, Señor, en pos de vos, á^fin gún la refiere san Mateo, la cual nos enseña á perdonar a
de que os siga á largos pasos, siguiendo vuestros ejem- nuestros hermanos de lo íntimo de nuestro corazón las
plos. (Canl. 1.) ofensas que hemos recibido de ellos, si queremos que Dios
Si hoy oimos la voz del StSDf, obedezcámosla sin d i - nos perdone los pecados que hemos cometido contra él. La
lación, l'salm. a.¡ Epístola que precede á este Evangelio está tomada delsex-

DESPUES DE PENTECOSTES. 565
lo y úllimo capílnlo de la carta do san Pablo á los cristia- fervorosa oración, de la cual ha lomado la Iglesia las pala-
nos de Efcso, en la que después de haber exhortado á to- bras que forman el introito de la misa de este domingo. 'i¡
dos á cumplir con las obligaciones de su estado; á los h i - «Todas las cosas están sujetas, Señor, á vuestro poder,
jos á obedecer á sus padres, y á los siervos á sus scflores; y ninguna hay que pueda resistirá vuestra voluntad; por-
á los padresy madres igualmente íjue á los s e a o r e s á q u e que vos habéis becho de nada todas las cosas: vos habéis
tengan presentes sus obligaciones con sus hijos y con sus hecho el cielo, la tierra y todas las criaturas que están
siervos; les advierte que para resistir á los enemigos i n - bajo del cielo : vos sois el Señor de todas las cosas.» La
visibles de nuestra salvación, es menester revestirse con Iglesia repite aquí el mismo salmo de que se sirvió el do-
las armas de Dios, lascuales stMiala circunstanciadamente, mingo precedente; este salino está lleno de tan bellos sen-
y concluye su carta encomendándose á sus oraciones. timientos de estimación y de afecto á la ley de Dios, que
El introito do la misa está tomado de la oración quehizo debería ser familiar á todos los fieles: «Dichosos aque-
h Dios Mardoqueo con el pueblo judío para suplicar al Se- llos, dice David, que siempre están en los caminos de
fior que se dignase mirar las lágrimas y los gemidos do un la inocencia, y caminan con fidelidad en la ley del Se-
pueblo consagrado singularmente á él, y al que el orgullo ñor. » La protección milagrosa que Dios ostentó en favor
de un solo hombre quería perder enteramente y cslcrmi- del pueblo judío en el tiempo mismo en que el orgulloso
narlo en todas parles cu un sulodia. s Aman habia jurado su pérdida, y el buen éxito que tuvo
Es bien sabida la historiado la reina Estór, sobrina do la oración de Mardoquco y de Eslér, han determinado sin
Mardoquco. Hahicndo rehusado éste, por motivo de reli- duda á la Iglesia á elegir también hoy para el introito de
gión, rendir á Aman, favorito del rey Asnero, unos hono- la misa el primer versículo de este salmo.
res que su conciencia no le permitía tributarle, cayó de La Epístola, como hemos dicho, está tomada del capi-
tal modo en la desgracia de a(]uel primer ministro, el mas tulo C de la carta desan Pablo á los fieles de Efeso, en
orgulloso de los hombres, que para vengarse de la pre- la que el santo Apóstol les anima al combate que tenemos
tendida falta de respeto de Mardoquco, resolvió que con que sostener toda nuestra vida contra los enemigos do
éste pereciese toda la nación judía. Publicóse el edicto de nuestra salud, los cuales son tanto mas temibles, cuanlo
proscripción contra todos los judíos existentes en el impe- que están siempre de inteligencia con nuestro propio co-
rio de los persas, fijando el dia para esta cruel carnicería. razón, con nuestros sentidos, nuestras pasiones y nuestro
Decia el edicto que el dia 14 de Adar, que era el d u o d é - amor propio.
cimo mes del a ñ o , fuesen degollados lodos los judíos, «Forlaleccos en el Señor, les dice, y por su virtud
hombres, mujeres y niños sin perdonar á ninguno. Ua- omnipotente.» San Pablo después de haber dado instruc-
biendo sabido Mardoquco loque contenía el edicto cruel, ciones particulares á cada condición, se dirige á todos los
desgarró sus vestidos, se cubrió con un saco, puso la ceni- fieles do Efeso en genera!, y les exhorta á resistir con v a -
xa sobre su cabeza, y fué clamando por toda la ciudad, pon- lor á todas las tentaciones, conlando siempre con la pro-
derando lo horrible que era el querer deslruir de eslemo- loecion omnipotente del Señor, y poniendo en él toda sti
do una nación inocente. Llegó lamentándose de esta ma- confianza, o Ilcveslíos con las armas de Dios, á tin de que
nera hasta las puertas del palacio, y allí redobló sus cla- podáis eslar proparados contra las emboscadas del demo-
mores y sus quejas. Avisada de ello la reina Esíér, su so- nio. » Por las armas de Dios enliendc san Pablo la fé, la
brina, le envió al conuco Arach para que le dijese el mo- caridad, la confianza en Dios, la vigilancia, la oracion,',la
tivo de su aflicción. Mardoquco la informó por medio dees- morlificacion, la penitencia, el fervor, el ejercicio de las
te oficial de lo que contenia el edicto que Aman habia buenas obras, el uso frecuento de los - sacramentos ; en
arrancado al rey, y aun la envió una copia de él, dicién- una palabra el mismo Jesucrislo. Emplea san Pablo desde
dola al mismo tiempo (¡ue no habia otro medio de salvar á luego esta meláfora, que es'.á lomada de la guerra y de
los judíos que el que luése á ver al rey, y ella misma i n - las armas ; « p o r q u e las a m i a s con que nosotros combati-
tercediese por su pueblo. L a reina envió el eunuco para mos, » dice escribiendo a los corintios, « n a d a (ienen de
que dijese á su lio que estando prohibido á todos bajo pena la carne, sino que adquieren su fortaleza de Dios mismo
de muertcel entrar á ver ai rey sin ser llamados, no podia para destruir las forlalezas e n e m i g a s . » Quiere el sanio
hacer lo que deseaba de ella. ¡Waidcqueo rogó al eunuco Apóstol que los fieles se consideren en esta vida como en
que dijese á la reina que en una ocurrencia semejanle no una guerra conlinua, y como tropas que eslán sobre las
tanto debia considerar su seguí idad, cuanlo lasalvacicndo armas, y que tienen al frente los enemigos. Les exhorta á
su nación: que si ella abandonaba á su puebloen laleslre- que se armen, por decirlo asi, con todas las piezas, y que
mo. Dios encontraria muy bien algim oli o medio gara l i - so cubran con todas las armas espii ilualcs para no ser
brarle, pero que la perdería á ella con toda su r.v.a para asaltados de improviso. En toda esla Epístola conlinua san
castigar su indiferencia; y que, en fin, acaso Dios no la Pablo eslaalegoría. ¿Queréis saber cuáles son los ene-
habia elevado al trono sino para ponerla en estado de migos contra quienes tenéis que combalir ? « No es v o n l r a
obrar en una ocasión como esta. Movida Estér deesla la carne y la sangre, » esto es, contra los hombres o r d i -
amonestación, previno á su lio que hiciese j u n t a r á todos narios; contra enemigos débiles compuestos de carne y
los judíos que estaban en Susa, y les ordenase un ayuno de huesos, los cuales pueden vencerse con las armas m a -
de tres dias, y que rogasen Á Dios por ella y por su pue- teriales, sino que toda nuestra vida tenemos que combalir
blo; que por su parle iba á hacer lo mismo con todas las conlra todas las poleslades del inlierno, conlra toda la
doncellas que la servían, y que después de esto iría á ver violencia de las pasiones, contra el espíritu y las máximas
al rey sin ser llamada, aun cuando debiese costaría la v i - del mundo que reina con imperio. Enemigos tanto mas te-
da. Mardoquco puso cu ejecución la orden de la reina; y mibles, cuanto son mas espiriluales, mas tenaces, mas
durante el ayuno, en su humillación dirigió á Dios esta malignos, mas üuos, mas acostumbrados á vencer. ¿ Q u e -
5C6 D O M I N G O VIGIÍ S1MOPMERO
reís, pues, no ser vencidos? combatid siempre bien arma- todos sus oficiales, para ver y examinar él mismo sus
dos; «lomad las armas de Dios, á íin de iiuc podáis re- cuentas. Habiendo ^pasado lo que cada uno le debia, se
sistir en el tiempo malo y sosteneros, estando provistos pasmó de hallar uno que le era deudor de diez mil talen-
de todo.» El dia malo es el dia de! combale, el dia de la tos, esto es, de una suma cscesiva ; Jesucristo quiere i n -
lentacion, tiempo peligroso, siempre funesto para las a l - dicar por esto de cuántas faltas y pecados son deudores á
mas flojas, y que son sorprendidas y asaltadas de impro- Injusticia divina, aun aquellos que pasan y son en efecto
viso. Esos crisiianos enflaquecidos á quienes el espíritu siervos de Dios. Por masque esta suma fuese cscesiva, el
del mundo ha corrompido ya, y á quienes las pasio- príncipe quiso ser pagado sin que fallase un óbolo: y ha-
nes tratan como esclavos, ¿ estarán en estado de ven- llando á su servidor insolvente, mandó no solo que se lo
cer en el tiempo del combate ? ¡ Que carnicería ^ o h a r á n embargase en la hora lodo lo que tenia, sino que se le
eslos crueles enemigos en los que encontraren cuasi sin vendiese á él mismo con su mujer y sus hijos hasta que
armas I quedase satisfecha la deuda. Viéndose aquel desgra-
«Manteneos, pues, con ánimo, teniendo la verdad por ciado perdido sin recurso, reducido á la última deses-
cintura al rededor de vuestros lomos, y la justicia por co- peración, lecurrió á la bondad y clemencia de su S e ñ o r ;
raza; tened también el calzado en vuestros piés para estar echóse á sus piés y bañado en lágrimas le suplicó que lo
prontos á i r á predicar el Evangelio de paz ;» para ir á diese tiempo, prometiéndole que le pagaría toda la suma :
anunciarle á lodos los pueblos del universo, si no con «Dadme tiempo, » decia, « y yo os lo p a g a r é lodo.» E n -
vuestras palabras, al menos con vuestros ejemplos. Quie- ternecióse aquel buen señor, y movido de compasión, sin
re san Pablo que todos los cristianos se consideren como obligarle á nada, le perdonó toda la deuda.
soldados de Jesucristo armados con todas las piez«s, esto El primero que este servidor encontró, saliendo de pa-
es, revestidos de las armas espirituales, que son la le, la lacio, fné uno de sus compañeros que le debia una suma
justicia, elzelo y la caridad. Hace al parecer alusión el muy p e q u e ñ a , eran cien denarios que no hacían mas que
Apóstol aquí á aquel lugar de Isaías : «La justicia será la un talento; era, en efecto, notable la diferencia de un ta-
cintura de sus lomos ( b a í a s 1 1 ) ; y l a f é , la inocencia y lento á diez m i l . Apenas le divisó, cuando olvidando el
la caridad el talabarte de que estará siempre ceñido. T o - modo con que acababa él de ser tratado, le asió, y tenién-
mad en toda c o m p o s t u r a , » continúa el Apóstol, «el es- dole del cuello le ahogaba, diciéndole: « P á g a m e lo (pie
n i d o de la fé, por medio del que podáis eslinguir los dar- me d e b e s ; » n ó , yo no le h a r é ninguna gracia; echóse
dos ardientes del espíritu maligno.» Los dardos ardientes éste á sus piés, temblando y abrazándole las rodillas:
d f l maligno espíritu son los malos deseos y los estímulos « Dadme tiempo, » le decía, « y le pagaré toda la suma.»
de la carne, que no estando eslinguidos causan en el alma Pero el acreedor implacable, duro é insensible á sus rue-
un funesto incendio. A la menor chispa, con el mas lijero gos y á sus llantos, no quiso escucharle, y habiéndole h e -
conscnlimienlo prende fuego la concupiscencia. Todos los cho prender por la justicia, hizo que se le pusiese en p r i -
dardos del demonio son ardientes; prenden fuego en el co- sión hasta que le hubiese pagado su deuda. Una acción tan
razón, y dan la muerte al alma. Una fé viva es un escudo b á r b a r a , y un tratamiento tan inhumano por una suma de
impenetrable, embota lodos los dardos, y la gracia estingue cien denarios, y por un hombre á quien acababa de per-
el fuego. «Tomad además el casco de la salud; » Jesucris- donársele una deuda de diez mil talentos, hizo gran ruido.
to es nueslia salud , según el idioma de la Escritura; su Todos los d e m á s servidores indignados por un modo de
espíritu , su amor , su protección omnipotente pueden lla- obrar tan violento, fueron á ver al señor, y le contaron el
marse el casco de la salud. Amemos á Jesucristo, tenga- hecho. El príncipe montó en cólera, y habiendo hecho ve-
mos una entera confianza cu Jesucristo , estemos anima- nir á su presencia á aquel perverso servidor: Desdichado,
dos del espíritu de Jesucristo , y seremos invencibles. Pe- le dijo lleno de ira, acabo de perdonarle por pura bondad
ro no nos contentemos con tener armas con que defender- todo loque me debías, no obstante que era un suma cs-
nos, y eslar siempre á la defensiva; «sirvámonos de la cesiva, y esto solo porque me rogaste; ¿por qué no de-
espada del espíritu , que es la palabra de Dios.» Con esta bías tú también por igual motivo haberte compadecido de
divina palabra pondremos en fuga á todas las potestades tu compañero, como me compadecí yo de tí. y p e r d o n á -
del infierno. Practiquemos esta divina palabra , vivamos dole lo que te debia? Vé. alma dura, lú eres indigno
según el espíritu y las máximas del Evangelio, y seremos de toda gracia, y por tanto no se le h a r á ; después d i r i -
formidables al demonio. giéndose á los oficiales de justicia: Póngasele en p r i -
El Kvangelio está formado del capítulo 18 de san Ma- sión, les dijo, y no se le suelte hasta que haya pagado
leo. Acababa el Salvador de establecer y de esplicar á s u s toda la suma que me debe.
fipóstoles el importante precepto del perdón de las i n j u - No hay necesidad, añadió el Salvador, de que yo os
rias, el cual es uno de los mas csencialesde la moral cris- esplique esta parábola : vosotros comprendéis bien que
tiana y de la religión. No contento con habérselo esplica- este príncipe, este señor significa el Padre celestial, que
do, quiso hacerles todavía mas sensible esta verdad por en la hora de la muerte loma cuentas á cada uno de toda
medio de una parábola que hacia ver claramente que si su vida ; nadie hay que no sea deudor á la justicia divina,
no perdonamos á nuestros hermanes, no debemos espe- y que no tenga necesidad de misericordia: no debéis,
rar el perdón de parte de Dios. pues, esperar para vosotros mas que lo que vosotros h u -
El reino de los cielos, les dice, es semejante á un rey biereis hecho con los d e m á s . No os engañéis, no hay m i -
que quiso tomar cuentas á sus sirvientes; esto es, según sericordia para rimen no bubierc becbo misericordia; si
el estilo de la Escritura : Dios obrará con nosotros como un vosotros no perdonáis á vuestros hermanos de lo íntimo
rey que toma cuenta á sus domésticos. Figurémonos, del corazón sinceramente todas las ofensas que habéis re-
l)ueá, un principe que ordena que vengan á su presencia cibido de ellos, no debéis esperar el perdón.
DESPURS DE PRMRCOSTES. 5r,7
Dios nos perdona, i\ fin do que nosolros perdonemos, lutis asswnite : et gla- en toda coyuntura el escudo
dicesan Agustin; y si nosolros no perdonamos, hará re- dium s p i r i t v s , quod est de la fé, por medio del que
vivir la deuda. Imilemos la conduela de nuestro Padre, si verbum Dei. podáis eslinguir los dardos a r -
no queremos ser desheredados. Aparece claramente por dientes del espíritu maligno;
el Evangelio, a ñ a d e el mismo l'adre, que los pecados lomad además el casco de la
in'nlonados reviven, es decir, la pena del pecado, como salud, y la espada del e s p í r i -
lo esplica santo Tomás, cuando no tenemos compasión y tu, que es la palabra de Dios.
caridad con nuestros hermanos: son nolahles las pala- Después de haber reformado san Pablo con su celo y
bras de este santo doctor: « Q u e renacen los pecados per- su dulzura ordinaria los defectos d é l o s fieles de Efeso, les
donados para el que no tiene caridad con sus hermanos, da reglas de conduela para ordenar sus costumbres. Da
nos lo enseña en el Evangelio clarisimamenle el Señor en avisos saludables á los padres y á las madres, á los amos
aquel criado, al cual vuelve á pedir su señor la deuda per- y á los criados, y concluye su carta encomendándose en
donada.—Si nosotros no perdonamos de huena gana sus oraciones.
la ofensa que so nos ha hecho. Dios nos pedirá cuenta de
REFLEXIONES.
nuevo de los pecados que se nos habian perdonado,» d i -
cesan Gregorio. A la verdad Dios no revoca los dones que «No es contra la carne y la sangre contra quienes te-
ha concedido, y la culpa de un pecado perdonado no pue- nemos que combatir, sino contra los principados y las po-
de r e v i v i r ; pero la pena debida á eslos pecados, que es testades.» Por la carne y la sangre entiende san Pablo
propiamente la deuda debida á la justicia divina, aun aquí los hombres, los cuales no serian mas que enemigos
cuando hubiese sido perdonada, dice sanio Tomás, pue- compuestos de carne y de hueso como nosotros; y por con-
de revivir por nuestra ingralilud y nuestra falta de ca- siguiente enemigos que nada podrían influir sobre nuestra
ridad. alma y sobro nuestro corazón. Su fuerza, sus asliicius y
todos sus arliíicios se circunscriben á una esfera mas pe-
La oración de la misa de este dia es como SUJUOÍ
queña , y no es tan difícil el ponerse á cubierto de su»
Familiam tuam , quee • Señor, guardad á vuestros dardos. Los enemigos espirituales contra quienes tenemos
Sttmws, Domine,, continua siervos por una conlimia asis- que combatir toda ía vida son mucho mas temibles; son
pielaie cuslodi: ut a cune- tencia de vuestra bondad, álin enemigos que no se descubren sino por sos ataques, y c u -
(ti adversitaiibus, le f r o - de qnelihres por vuestra pro- yos dardos no se ven sino por las heridas que hacen. Te-
legenle, stt libera, et in lección de lodos los males no nemos, empero, que combatir, dice en otra parte el m i s -
bonis aclihus luo nomini busquen en todas sus buenas mo a p ó s t o l , contra la carne y la sangre, esto es, confia
síí devola. Per Dominum obras mas que la gloria de los deseos de la carne, contra los ímpetus de nuestra p r o -
nostrum... vuestro nombre. Por nuestro pia concupiscencia , contra nuestros malos deseo?. Noso-
Señor Jesucristo, etc. tros mismos somos, por decirlo a s í , nuestros mas formi-
dables enemigos; nuestros sentidos nos seducen, nuestras
La Epístola es de la que escribió el apóstol san Pallo á los
pasiones nos hacen una guerra mortal, y debemos des-
Efemos, cap. 6.
confiar continuamente de nuestro propio corazón, siempre
. Fratres : Canforlamini llermanos m i ó ? : Fortificaos de inteligencia con nuestros propios sentidos. Los princi-
in Domino, et i n polentia en el Señor, y por su virtud pados, las potestades, los dominadores de las tinieblas, los
virtutis ejus. Lndmle ros omnipotente revestios con las espíritus malignos que están en el aire, todo esto signifi-
armaturam Dei, utpossi- armas de Dios, á fin de que ca poco mas ó menos una misma cosa, estoes, las potes-
tis store adversus insidias podáis oslar sobre aviso contra tades del infierno, el tentador que se halla en todas p,ir-
diaboli: quoniam non est las emboscadas del demonio; les, que nos sigue hasta el lu^ar santo, hasta el mismo
nobis colluctatio advenus porque no es contra la carne y pié del altar, hasta en medio de la práctica de nuestras
carncm et sanguincin : sed la sangre contra quienes tene- buenas obras. No hay asilo contra sus malignos intentos,
adversus principes et po~ mos que combatir, sino con- no hay abrigo contra sus tiros. Por esto decia el Salvador
testates, adversus mundi tra los principados y las po- á sus apóstoles: Orad y velad sin cesar; velad y orad á
rectores tenebrarum ha~ testades, contra los domina- fin de que no os veáis enredados en la tentación, para que
rum contra spiriluaüa ne- dores deesle mnndo, de este no seáis sorprendidos del enemigo, ni vencidos en la sor-
quitim, t » cwlestibus. lugar de tinieblas, contra los presa. Si las almas mas inocentes, si los discípulos mas
I'ropterea aecipite arma- espíritus malignos que están fervorosos tienen siempre que temer, y deben orar y v e -
turam Dei, ut possitisre- en el aire. Por lanío lomad las lar de continuo, ¿ q u i é n asegura á los cristianos flojos é
sislerc i n die molo, et m armas de Dios, á fin de que imperfectos? Esas personas mundanas, que no respiran
ómnibus perfecti slare. podáis resistir en el dia malo, mas que algazara, esas gentes de placer tan joviales y t o -
Ertjo succincti limbos ves- y sosteneros hallándoos pro- dos los que pasan su vida en la ociosidad y en la molicie,
tros in veníale , el induli vistos detodo. Manteneos, pues ¿están á cubierto de todos los peligros para que se dis-
loricam j u s l i t i a , el cal- con buen ánimo, teniendo la pensen de velar, de orar y de temer? Nuestra vida, dice
ceali pedes i n pra'paralio- virtud por cintura en vuestros la Escritura , es una guerra y una tentación cominua; es
ne Evangelii pacis : in lomos, y la justicia por coraza, preciso, pues, estar siempre alerta. ¡Cosa eslraña ! y en
ómnibus símenles scnlam teniendo igualmenle el calza- medio de tantos peligros nada desconlian la mayor parte
fidei, i n quo possilis om~ do en los p i é s , para estar d é l o s hombres. ¿Cómo pueden dormir así con un sueño
nia tela nequissimi Ígnea prontos para i r á piedicarel ¿an profundo en medio de tan gran peligro, y agitados de
extinguere : et galeam sa- Evangelio de la paz; tomando una tempesiad tan violenta? linos soldados sin ai mas y
568 DOMINGO ViGESlMOPIUMERO
cogidos do improviso ¿re.sisliríui un asalto? no hay per- minus e j m , tradidii cum hasta qtio pagase toda !a den-
sona do virtud tan eminenlo que no tenga que temer por tortortbus , quoadusque da. De este modo se portará
su salvación ; no hay órden religioso, no hay estado tan reddercl universum rfctt- con vosotros mi Padre celes-
santo, no hay lugar tan retirado, no hay soledad tan es- tum. Sicel Patcrmeits ecc- tial, si no perdonare cada uno
pantosa en donde podamos pasarnos racionalmente sin las lesñs faciel vuhis , si non de vosotros á su hermano de
armas do Dios , ni permanecer seguros sin escudo, sin rmiserilis v misijuis(¡ve lo íntimo de su corazón.
tahalí, sin casco, sin coraza. No hay santo tan grandeque f r n l r i suo decordibus I M -
en medio del ejercicio de la mas austera penitencia no ha- ím.
ya temido el peligro: ¿quién inspira ¿i esos religiosos
flojos é imperfectos, á esas personas enteramente munda- MEDITACION.
nas una seguridad tan tranquila?
Del perdón de las injurias.
El Evangelio de la misa de esle din está tomado del que es-
Prrvro PIUMEKO.—Considera que no podemos esperar
cribió san Maleo, cap. 48.
con confianza de. la misericordia de Dios el perdón de
In illa tempore, Dixit En aquel tiempo dijo Jesns nuestros pecados, sin;) en alguna manera sobre el perdón
Jems discipulis suispara- fi sus discípulos esta parábola: de las injurias que so nos han hecho. La parábola de esle
Lolam hanc: Ássimilalum Es semejante el reino de los dia es una lección, una promesa, y tina amenaza. Ni) liay
esl regmm a d o r m í homi- cielos á un rey que quiso to- hombre que no sea responsable á la justicia de Dios,
ni regi, qui voluil raíto- mar cuentas á sus servidores. ninguno que no esté cargado de deudas. Un solo pecado
nem j m w e cum servís Habiendo, pues, comenzado á venia! merece penas que no pueden imaginarse, y el me-
svis. E l cum coepisset r a - examinar las cuentas, se le nor pecado mortal merece nada menos que un mlierno
lioncm poneré, oblalus esl presentó un servidur que le eterno. «No entréis en juicio ¡ ó Dios m í o ! « decia David
ci unns, qui decebal ei de- debía diez mil talentos. No te- horrorizado al solo pcn.samieolo de esta verdad: «No en-
cem mülia lulenta. Cum niendo él con que pagar, or- tréis en juicio con vuestro siervo, porque no hay hombre
oxilem non haberct unde detió el schor que se le ven- sóbrela tierra (pie pueda lisonjearse de comparecer ino-
reddercl,jussil eumdomi- diese con su mujer, sus hijos cente á vuestra vista:» sin embargo tarde ó temprano es
«ws tjus venumdari, et y toda su hacienda, y que la menester darle cuenta. Dios no puede dispensar á ningu-
vxoremcjus, el filias, et deuda quedase cubierta. A r - no. Nuestras deudas son escesivas, y puede asegurarse
omnia, qu<B habebat, el roj;'indoseeníonees el servidor que lodas las maceracíones del cuerpo, durante toda la
reddi. l'rocidens autem á sus piés, le suplicaba y le vida, no bastarían para satisfacer á la justicia de Dios, ni
sermsille, orabateum,di- decia: Dámo tiempo, y lodo aun por las menos criminales. Todos los suplicios del ¡n-
cms : Paiicnliam habe i n le lo p a g a r é . Entonces el señor Gorno por toda una eternidad no pueden espiar una sola
me, et omnia reddam libi. de este servidor, compade- culpa mortal. ¿Qué hombre hay , Señor, que no sea i n -
Miserlas aulcm dominus ciendose de él, le dejó ir y le solvente? y ¿qué medio para pagar (mas deudas que es-
servi illius , dimisil cuín, perdonó toda la deuda. Mas ceden todo nuestro fondo? Es verdad que en la sangro
et debitum dimisil ei. cuando aquel servidor hubo de Jesucristo tenemos un fondo de tesoros inagotables;
pero es menester que so nos apliquen estos méritos, y que
Egrcssus autem servus Ule salido, encontró uno de los
se nos permita sacar de este fondo infinito. El Salvador
invenit unum de conserris que servían con él, el cual le
nos ha enseñado el medio en la parábola de nuestro Evan-
suii, qni dehebat ei cenlum debía cien denarios de plata;
gelio. ¿Hamos recibido alguna injuria? ¿nos han ofendido
dcnarÍos,et lenenssuffoca- y teniéndolo agarrado del
nuestros hermanos? ¿somos acrcedoresde alguno? Perdo-
bal cum, dicens : Redde cuello le sufocaba, diciéndole:
nemos , y se nos p e r d o n a r á . El oráculo ha hablado; Jesu-
qmd debes. Elprocidens P á g a m e lo que me debes.
cristo mismo nos ha enseñado este secreto maravilloso de
conservus ejus , rogabat Echándose este á sus pies, le
satisfacer á Dios todas nuestras deudas. Por infinita que
cum, dicens : I'alicnUain suplicaba y le decia: Dame
sea nuestra desproporción entre lo que debemos á la j u s -
habe in me, ct omnia red- tiempo, y yo te lo pagaré todo;
ticia divina, y lo que se nos debe, Dios se da por pagado,
dam libi. I l h autem no- pero el otro no quiso, sino que
por satisfecho, luego que hemos perdonado á nuestros
luit : sed a b i i t , eí v m i l fué y le hizo poner en prisión
deudores la suma que nos debían; desde entonces satis-
eum i n carcerem, doñee hasta que le pagase. Viendo
face Jesucristo todo lo que debíamos á su Padre, aplicán-
reddercl debitum. Viden- los demás servidores lo que
donos sus méritos y sus tesoros. ¿Hemos comprendido
tes autem c o m c m ejus, pasaba, se afligieron en eslre- nunca bien, comprenderemos j a m á s el esceso de esta m i -
qnoR fiebant , conlrislali mo, y refirieron á su señor sericordia? ¿Podemos tener un medio mas fácil para de-
sunlvalde, et venerunt, et lodo lo que habla sucedido. sempeñarnos ?
narraverunt domino suo Entonces su señor le hizo lla-
omnia, quee facía fueranl. mar y le dijo: Siervo perverso PUNTO SEGUNDO. — Considera que esta es una condición
Tmc vocavil illum dorni- le he perdonadotoda la deuda indispensable. ¿Queremos que el Padre celestial nos per-
sws suus,ctail i l l i : Serve porque me lo suplicaste, ¿ n o done nuestros pecados? perdonemos nosotros las ofensas
neqvam , omne debicum debías tú también haberte que nos han hecho. «Si tenéis alguna cosa contra alguno,
dimisi libi, qnoniam r o - compadecido detu compañero, dice el Salvador, perdonadle á fin de que vuestro Padre,
gaslime; nonne ergo opor- como yo me compadecí de t í ? que está en el cielo, os perdone también vuestros pecados
luil ct te misertri conser- Inmediatamente su señor l l e - (Marc. 11.); porque si vosotros no perdonáis, vuestro Pa-
vi tui, sicul et ego l u i m i - no de indignación le entregó dre que estáen el cielo no os perdonará tampoco vueslros
¿crías üttm? E l iralus do- los ejecutores do la justicia pecados. D é l a misma medida deque os hubiereis servido
DKSPÜES DE P E N T E C O S T E S . 5G9
para los otros, so servirá para vosotros. (Luc. C.)» Con mente, esto es, perdonemos de lo íntimo de nuestro cora-
tanto ititerús ha tomado este precepto del perdón de las zón con sinceridad, sin reserva. Y así como queremos que
injurias, que de él ba querido baeer uno de los principales Dios olvide nuestras ofensas, olvidemos también lasque
artículos del modelo de oración que nos ba e n s e ñ a d o . nosotros perdonamos. Seamos amigos de los que eran
«PiM'dónanos nuestras deudas, como nosotros lo hacemos nuestros deudores, y á quienes hemos perdonado sus
á nucslros deudores. (Maüh. C,)» Ninguna cosa se repite faháis, apresurémonos á c o m p l a c e i l e s y á servirles; apa-
en el Evangelio con mas frecuencia ni mas claramente rezca por nuestra conducta atenta, graciosa y servial,
que esta importante y consoladora máxima; no hay medio que estamos perfectamente reconciliados con ellos. Tene-
mas seguro, mas fácil, mas eficaz para obtener el perdón mos necesidad de que Dios haga lo mismo con nosotros ;
de nuestros pecados, y tampoco hay nada mas preciso ni «y con la niisma medida que midiéremos, seremos m e -
mas positivo que la amenaza que sigue á esta promesa: didos.»
« S i vosotros no perdonáis á los hombres sus ofensas,
DOMINGO V1GÉSIMOSEGÜNDO DESPUES DE
tampoco vuestro Padre celestial os perdonará á vosotros
vuestros pecados. (Ibid. j» Tengamos presente que es un I'ENTECOSTES.
Dios el que habla. Y después de esto ¿cuesta trabajo el
ADVERTENXIA. En la Dominica 3." denoviemhre que sve~
perdonar las injurias? ¿se mira como difícil el preceplo do
le concurrir con la vigésimasegunda después de Pentecostés,
perdonar las injurias? ¿ h a y quienes dicen que no puoilcn
celebra la Iglesia la fiesta del PATUOCLMO DE NLESTUA SE-
resolverse á perdonar? Pero estos ¿son cristianos ó infie-
ÑORA.
les? A menos deque noeslemos furiosos, que m hayamos
perdido absolutamente el uso de la razón y del sentido liase dado á este domingo el nombre de domingo del
común; ¿podemos no querer que Dios nos perdone nues- tributo al César, porque el Evangelio que se dice en la
tros pecados? pero ¿podemos desear que Dios nos perdo- misa de estedia habla de esto. Habiendo lomado los f a r i -
ne, y no querer perdonar las ofensas que se nos han he- seos entre sí la resolución de sorprender á J e s ú s , al m e -
cho, y tener fé y ser fieles? No perdamos de vifeUl esla nos en sus palabras, ya que no hallaban nada que repren-
contradicción de nuestra fé y nuestra conducta; ¿podemos der en sus obras, no cesaban de tenderle lazos, h a c i é n -
querer verdaderamente que Dios nos perdone, sin querer dole preguntas capciosas. La que le hicieron en órden al
nosotros perdonar? tributo que los judíos pagaban al emperador, era delica-
La mas urgente de mis necesidades. S e ñ o r , es la de da ; pero la respuesta del Salvador que leia en su corazón
descargarme de las deudas inmensas que he contraido los malos designios que en él abrigaban, no sirvió mas
con Vos por el pecado. Me aírevo, pues, á pediros que me que para cubrirles de confusión haciendo brillar su s a b i -
las perdonéis, « orno yo perdono sinceramente todas las duría divina. La Epístola contiene una demostración de la
que han contraido mis hermanos conmigo. Yo s é que no ternura con que san Pablo miraba á los fieles de la c i u -
hay proporción alguna entre mis pecados y las injurias dad de Filipos en Macedonia, los cuales por su parle le
que he podido haber recibido; pero ¿ q u é es tan poco la correspondían afectuosos, y le habían dado señales m u y
indulgencia que j o reclamo, comparada con la infinita claras de su reconocimiento por las gracias espirituales
misericordia de un Dios? que les habia procurado desde su conversión, asistiéndole
jACULAToaus.—Perdónanos, S e ñ o r , nuesíras deudas, en sus necesidades é interesándose en sus prisiones, en
como nosotros perdonamos á nuestros deudores. (Matlh. 6.1 sus persecuciones y en la firmeza del Evangelio.
Dadme tiempo, y yo os lo p a g a r é todo. (Ibid.) El introito de la misa está tomado del salmo 129, que
es una oración de los judíos oprimidos de miserias d u -
PROPOSITOS. rante su cautividad en Uabilonia; en él confiesan sus pe-
1 Podría Dios dejar de hacer con nosotros lo que e x i - cados al Señor, y reconocen con h u m i l d a d , que por
ge que hagamos con nuestros hermanos; pero que noso- grandes que sean los males que padecen , merecen toda-
tros pretendamos dispensarnos d é l o s deberes de caridad vía mas á causa de sus iniquidades; pero que saben que
que nos impone para con nuestros hermanos, después de la misericordia de Dios es todavía mas grande que su m a -
no haber puesto él límites á su caridad con nosotros, esto l i c i a ; estoes lo que sostiene su confianza en la bondad
es el esceso de la injusticia. Siervo perverso, yo te he per- infinita de Dios.
donado toda la deuda, porque me lo 'has suplicado; ¿ n o Yo s é , Dios m i ó , cuán criminal soy en vuestra presen-
debias tú también haberle compadecido de tu c o m p a ñ e - cia , convengo en que mis pecados son sobre mí cabeza;
ro, como yo me compadecí de t i ? No nos acarreemos es- « y si vos examináis con rigor nuestras iniquidades , ah
la repulsa; seamos generosos, ardientes y solícitos para S e ñ o r , ¿ quién podrá sufrir vuestros juicios ? pero, ó Dios
perdonar todo agravio, toda itijuria que nos hubieren he- de I s r a e l , » no hallando en nosotros sino razones para
cho, acoidándonos que nuestra generosidad, nuestra l i - perdernos, « l a s halláis abundantemente en vos para sal-
beralidad en este punto debe ser como la medida, por de- varnos : » de aquí es que «por mas profundo que sea el
cirlo así, de la de Dios con nosotros. abismo de miseria en que he caido, clamo confiadamente
2 Como se trata de alcanzar del Señor, ol perdón de á vos, S e ñ o r ; no s e á i s , ó Dios m í o , inexorable á mi voz.
lodos nuestres pecados, perdonando nosotros todas las La Iglesia ha colocado este salmo entre los penitencia-
ofensas que nos han hecho, concedamos el perdón, r e m i - les, es decir, en el n ú m e r o de los siete que inspiran la
tamos todas estas deudas de buena gana y con generosi- compunción y el espíritu de penitencia , y que al mismo
dad. Prevengamos nosotros mismos á nuestros enemigos, tiempo son como el efecto de ella. Créese que David, m o -
así como nosotros tenemos necesidad de que Dios nos pre- vido de un vivo arrepentimiento por su doble pecado con
venga por su pura misericordia. PerdoDcmos gencrosa- Ilersabé , le compuso en testimonio de su contrición , y

XOMO I V . 72
570 DOMINGO VIG ESIMQSEGUNDO
para snpíicar a] Sofíor qne le perdonase por su infinita confianza ; la razón que da de e l l a , dice lodo esto: « Po
misericordia. Encfecln, csln salmo está lleno do senli- l o q u e , » dice, «os tengo en el corazón por la parte que
mientos de conlricion, do humildad , de devoción y de os lomáis todos en mi gozo, mientras que estoy entre ca-
confianza, los cuales inspira al recitarle. No hay acaso denas , mientras que defiendo y establezco el Evangelio.»
otro mas á propósito para ahiandar al SeRor y desarmar No funda san Pablo la confianza que tiene de su salvación
sn i r a ; por esto se reza comunmente por el alivio de las simplemente en su ternura para con é l ; sino en la parte
almas del pnrgalorio , tanto a cansa de estas palabras: que toman en sus trabajos y en sus padecimientos , que
« Destlc el fondo del abismo en que he caido , dirijo ba- él llama su gozo, y en la propagación de la fé y del
ria vos, Señor, mis lamentos, » lo cual nos da la idea de Evangelio, asistiéndole en sus necosidades, y coniribu-*
una alma encerrada en nn profundo y sombrío calabozo, yendo cuanto podiau á su establecimiento con su virtud
cuanto porque en él se habla con frecuencia de la miseri- eslraordinaria , con la pureza d e s ú s coslunibresy con su
cordia del S e ñ o r , del perdón de las iniquidades y de la perseverancia.
esperanza do los juslcs. «Dios me es testigo d e c u á n tiernameníoos amo á lodos
Para entrar en el sentido de la Epístola que san Pablo en bis enlraíias de Jesucrislo.» Toma san Pablo á Dios por
escribió á los fieles de Filipos, la cual ha sido elegida pa- testigo del amor espiritual que Ies profesa ; Dios sabe que
ra la de la misa de esle dia , -es menester tener presente os amo, nó simplemente porque me habéis dado pruebas
qne los filipenses, que son un pueblo de Macedonia , ha- de vuestra caridad en (odas mis necesidades , esle seria
bian sido converlidos á la fé por san Pablo, á consecnen- un amor natural de puro reconocimiento; os amo en Jesu-
ria de una visión que el santo Apóstol tuvo en sueños en crislo , porque vosotros amáis liernamente á Jesucristo,
Troade. Comenzó esta Iglesia por la conversión de una que es el único motivo de vuestras caridades; porque sois
inercadera de púrpura , llamada Lidia , y en poco tiem- verdaderos discípidos de Jesucristo, y porque él os ama
po á aquellas primicias siguió una gran cosecha. P r e m l i é - tiernamente como verdaderos discípulos suyos; y «la ora-
ronle allí con su dlscipfilo Silas, azotáronle con varas, y ción que, yo dirijo á Dios es, que vuestra caridad se haga
tuvo mucho queiufrir ; pero el á n i m o , el zeloy la fideli- mas y mas ilustrada y prudente en lodo senlido.» El
dad de los filipenscs le indemnizaron mucho de sus pe- amor de Dios no solo abrasa el corazón, ilumina tamílica
nas. Aquellos nuevos fieles tuvieron siempre á la doctrina el entendimiento, y proporciona conocimientos qne no p o -
y á la persona del santo Apóstol un apego que j a m á s se drían adquirirse con el estudio , y que son superiores al
dosminiió. Rechazaron conslan'.emenle á los doctores del alcance de los mayores genios : «á fin de que juzguéis lo
j u d a k n o que le seguían por todas partes para corromper que es mejor, que vuestra conducta sea pura é inocenle»
con la mc/cla de la religión judaica la doctrina del Evan- luis'a el dia de Jesucristo, esto es, hasta el último suspi-
gelio , y fueron los únicos <lc (oda la Grecia que contri- ro de la vida. Cuanto mas ama uno á Dios, mas ÍIUSIIÍK'O
buyeron á su subsistencia; y habiendo sabida qne oslaba está. El amor puro de Dios da el don de consejo, de i n -
preso en Roma, ta enviaron una suma considerable de d i - teligencia y de fortaleza : siempre hay lalenlo cuando se
nero por Epafrodilas, y por esta liberalidad les da g r a - ama á Dios. No es un lalenlo superficial que se exhala to-
cias en esta carta , en la que les felicita por su perseve- do en vanas apariencias; es un lalenlo maduro, sólido,
rancia en la pureza de la fé , su constancia en las perse- fecundo , que descubriendo el bien nos inclina á hacerle,
cui iones, y el desprecio que hahian hecho de los falsos y nos enseña «á llenarnos de los frutos de justicia, que
apóstoles que querían seducirles. Les consuela en seguida, vienen por Jesucristo, á la gloria y á la alabanza do
y so consuela él mismo con ellos de los males que pade- Dios; » y hé aquí lo que san Pablo desea á los fieles de
cen por Jesucristo, por la consideración de las grandes Filipos.
recompensas que les estaban preparadas, y les exhorta El Evangelio de este dia está lomado del capítulo 22 de
á que huyan siempre mas y mas do los falsos predica- san Maleo, el cual descubriendo la malicia d é l o s fariseos,
dores. demuestra con toda claridad la sabiduría infinita del S a l -
«Estoy seguro qne el que ha comenzado en vosotros tan vador del mundo.
buena obra , la peifeccionará hasta el dia de Jesucristo;» Acababa el Hijo de Diosdoconlnr la parábola del feslin
estoes, tengo una firme conüanza que Dios, que os ha que hizo un rey para las bodas de su bijo, al cual se nega-
hecho la gracia de convertiros recibiendo con docilidad el ron á concurrir los primeros convidados, y llenaron sus
Evangelio , y teniendo una fé viva que os hace seguir tan puestos los eslraños. La mayor parle de los judíos, y sobre
porfeetamente todas sus máximas , os concederá también lodo los fariseos á quienes se enderezaba esta parábola,
la gracia de la perseverancia final, sin la que no es po- comprendieron todo el sentido de ella, y no pudiendo s u -
sible salvarse , puesto que «no hay salvación sino para el frir las acusaciones de su conciencia, se retiraron silencio-
que fuere conslaulo hasta el fin. (Maflh. 10.)» El dia de samente con la rabia en el corazón, resuellos á ponerlo l o -
Jesucristo , en el modo de hablar de la Escrilura , es el do en acción para perderle. Como el odio que lenian contra
dia de la m u e t i e , el momento decisivo de nuestra suerte él les sugiriese mil arfilicios para desacreditarle en el con-
eterna, en el que se hace el juicio particular que decide cepto del pueblo, tuvieron consejo entre sí en ói den á los
de nuestro destino en la eternidad, «Así como yo debo medios de sorprenderle en sus palabras, y sacar de él a l -
sentir de este modo de lodos vosotros » San Pablo mira á guna respuesta censurable que pudiesen emponzoñar, y
lodos los fieles do Eibpos como verdaderos predestinados. de la cual pudiesen formarle un crimen.
El fervor de que estos heles babian dado testimonio des- El medio qne tomaron fué el de enviarle algunos d e s ú s
de el principio de su conversión , y la fidelidad con que discípulos con otros de los herodianos, que con un rostro
hahian perseverado hasta entonces en la fé y en la cari- modesto y un aire de probidad le tendiesen un lazo. Eslos
dad , eran motivos que inspiraban al Apóstol osla just-» discípulos de los farisecs estaban, á lo que parece, en la
DESI ÜES Dlí PJÍNTEGOSTKS. 571
swlfi fi)r¡s;iica, en el grado do los que se llaman propo- tro Señor soberano y vuestro Padre. Palabras misteriosas,
nenlt-s on la secta protestante, candidatos ó estudiantes, y que fueron una ¿HMJ lección para los fariseos y para lo.s
tales era menester que fuesen, á lin de que pareciese que herodianos, dando á entonder á aquellos por el sobrescri-
la pregunla que hacian no era mas que para instruirse. to do César que llevaba la moneda de piala que le presen-
I*or lo que hace á los herodianos, algunos inlérpretes creen taban, que eran muy necios en lisonjearse de que oí an l i -
que eran d é l a córte de Ilerodes, porque como la pregunta bres, cuando la moneda que corría en el país declaraba
quedeliia hacerse al Salvador miraba al principe, era muy bastante que estaban sujetos y que eran Iributarios: y d i -
á propósilo el tener genle de la córlc por testigos. Sin em- ciendo á estos que la obligación que tenían de pagar el
bargo es mas probable que estos herodianos eran ciertos tribulo al príncipe, no los dispensaba de dar á Dios lo que
sectarios, que según Josefo no se diferenciaban de los fa- le debían como á su Seílor soberano. Vosolros debéis á C é -
riseos sino por su preocupación escesiva por la libertad. sar un tribulo de dinero, y á Dios un tríbulo de adoración,
Créese que esta secta nacida en el reinado de Ilerodes, de amor, de respeto, de sumisión y de alabanza. Dios os
apellidado eltirande, habia tenido porgefe á Judas el Gau- manda que paguéis al príncipe el tributo que le d e b é i s ;
lonita ó el Galileo. llablaseles dado el nombre do herodia- pero ¿estáis por esto menos obligados á cumplir con vues-
nos, porque habiendo creído desde luego que Ilerodes el tros deberes de religión para con Dios, amarle con lodo
Grande era el Mesías, sobrepujaban todavía á todos los er- vuestro corazón, guardar sus mandamientos con fidelidad,
rores de los fariseos, lo cual según san Marcos obligó á servirle con fervor y creer su palabra ? Satisfaced, pues, á
decir al Salvador: «Guardaos de la levadura de Heredes.» esta doblo obligación/ Los príncipes lienen derechos que
Diferian de los fariseos en cuanto á l o s tríbulos que se pa- Dios les ba dado; pero Dios tiene derechos que se ha r e -
gaban á los romanos; los fariseos los pagaban, mas con servado, y que no se le pueden negar: la verdadera pie-
mucha repugnancia; los herodianos al contrario sostenían dad sabe conciliar los unos y los otros, y es innegable
que estos tributos eran indispensables. El designio de los que los príncipes no líenen vasallos mas fieles ni mas s u -
enemigos del Salvador ora hacerlo decir alguna cosa que midos que aquellos á quienes una piedad sincera hace líe-
pudiese servir de protesto para acusarle como reo de esta- les y sumisos á Dios. Añade el Evangelio que los fariseos
do, y que fuese como tal castigado con el último suplicio.. y los berodianos admiraron su respuesta, y dejándole se
El lazo estaba bien concertado. Toda la intriga consislia en retiraron. Vana admiración que nada produceen el corazón.
embarazarle por una pregunta capciosa, preguntándole si Esto mismo sucede aun lodos los dias entre los cristianos.
los judíos podían en conciencia pagar el tribulo al empe- Admírase lo que se lee, sorprende un predicador, alábanse
rador. Esperaban ellos que sucedería una de dos cosas. O los sanios, aprécianse las máximas del Evangelio, y h oslo
declarará á los judíos tributarios del emperador, decían se reduce lodo. ¿Somos sino, después de esto, mas virtuo-
ellos, y con oslo ofenderá á toda la nación, haciendo ver sos, mas religiosos, mas devotos? paga el entendimiento,
que no puede ser el Mesias, puesto que hace esclavo al por decirlo así, el tríbulo; pero el corazón permanece on
pueblo judío; ó declarará al pueblo exento de todo tributo, sus estravíos y en su rebelión. El entendimiento es cristia-
y en esto caso los berodianos le acusarán á los romanos no, y pagano el corazoo.
como un sedicioso, rebelde ai César y convencido de r e -
belión. La oración de ta misa de estedia escomo sigue:
Para disfrazar mejor su perversidad, le saludaron al
pi incipío con respeto, y comenzaron por alabar su since- Dens refugium nostrum O Dios, refugio y forlaléza
ridad y su rccíiUid. Maestro, le dijeron, sabemos que d i - el virlus : adesto pus Ec- nuestra, dignaos oír los pia-
ces siempre verdad, y que eiisoñas el camino de Dios en clesiw lúa: preeibus, awc- dosos ruegos de vuestra Igle-
espíritu de verdad, sin respeto humano y sin consideración tor ipse pietniis, et prcas- sia, y ya que la haboís dado
por ninguno, sea el que sea, porque no haces acepción de ía ; u l quod fidcliter peü~ la misma piedad que la i n c l i -
personas; nos dirigimos, pues, á tí para (píenos instruyas MÍMS, cfficaciier consequa- na á pediros, haced por vues-
sobre un punto, sobre el cual ios ánimos están divididos, mur. l'er Dominurn... tra misericordia que obíonga-
y en el que parece interesarse la gloria de Dios. Dínossin- mos lo que os pedimos con una
coramenle lo que te parece de esto: «¿os permitido pa- buena fé. Por nuestro Señor
gar el tributo al César, ó nó?» Era este tributo la capita- Jesucristo etc.
ción que los romanos colectaban en la Judea, desdo que
esta provincia se habia hecho tributaria dol imperio. La Epislolaestá tomada de la de §an Pablo d los Filipcnses,
Josucrislo quiso hacerles ver que conocía poi foctamente cap. i .
todo lo que abrigaban dentro de su corazón, y que bajo de
la máscara de su eslerior seduclivo descubría su maligni- F r a i r e s : Conftdiimts in normanos míos: Yo conGo
dad y su hipocresía. «Uipócrilas, los dijo, ¿por q u é t r a - Dninitio Jesu* qnia quiew- que aquel que ha comenzado
íais do sorprenderme? Moslradme la moneda con quo pa- p i l in vobis opus bomm, en vosolros una obra tan bue-
gáis el t r í b u l o ; » y le presentaron un denario rocano. perfiviet usque i n diem na, la perfeccionará hasta el
Era osla una moneda eslranjera, marcada con el soilo del Ckristi Jesu. Sicut estmi- dia de Jesucristo. Así debo \ o
emperador, y que llevaba su sobrescrílo. Como queria h i j u s l u m hoc sentiré pro pensar de todos vosolros, en
convencerles por sí mismos: « ¿De quién es esta figura, les ómnibus vobis : eo q m d razón de que os tengo on el
dijo, y el nombre escrito al rededor?-Del César, le res- habeam vos i n carde, el i n corazón por la parle (pie lodos
pondieron.—Si, pues, es del César, repuso el Salvador, vinculis wcis, el w defen- lomáis en mi gozo, mientras
dad al César lo que pertenece al César; pero no olvidéis sione, el confirmaúone que estoy en cadenas, que de-
el dar á Dios lo que debéis á Dios,» vuestro Criador, vues- Evangcdi, socios gaudii fiendo y eslublczco el Evan-
572 DOMÍNGO VIGESIMOSEGÜNDO
m d omnes vos esse. Tes- golio. Porque Dios rae es tes- en la otra fortuna; amigo, en fin, desinteresado, que ama
ü s enim mihi est Deus, ligo dccuiin liernamente os he la persona y nó los títulos, y cuya amistad nunca es mas
quomodo mpiam omnes amado á todos en las enlraüas ardiente que en los tiempos ménos serenos y mas frios de
vos i n visceribus Jcsu de Jcsucrislo; y la oración que la vida. La amistad de las gentes de bien fundada ú n i c a -
Chrisli. El hoc oro ut yo lingo es para qu? vueslra mente en la virtud no conoce vicisitudes. En la aflicción
charilas vestra magis ac caridad se haga nías y mas comeen la prosperidad, en la humillación como en la for-
magis abundel i n scientia, iiustrgda y prudente en todo tuna mas brillante tiene la misma solicitud, no relaja nunca
el i n omni scnsu : u l p r o - sentido, á fin de que juzguéis sus vínculos, siempre es igualmente viva. Un verdadero
hetis poliora, u l silis sin- lo que es mejor, que vuestra amigo es un tesoro inestimable, según el Sabio, tesoro
ceri et sine fífj'ensa in diem conducta sea pura é ¡nocente desconocido en el mundo. No se halla mas que en el co-
r / í r í s í i , repleli fruclujus- hasta el diade Jesucristo, Que razón de las personas sólidamente virtuosas; la amistad
lilicp. per Jesum Christum, para su gloria y alabanza de de estos no tiene altos y bajos; es una amistad sin artifi-
in gluriam el laudcm Dei. Dios seáis llenos de los frutos cio, porque es verdadera, y no es verdadera sino porque
de justicia que vienen por Je- tiene la virtud por motivo y por principio, y el verdadero
sucristo. bien por objeto y por fin.
Respira toda esta Epístola un aire de afecto y do ter-
nura de que es difícil no participar al leerla. Fué escrita E l Evangelio de la misa es lo que sigue del de san Maleo,
en Roma en la primera prisión del Apóstol, y llevada por cap. 2 2 .
Epafrodito, cuando roslablecido en su salud, volvió á Filr-
lipos el año 61 áe Jesucristo, ó de otro modo, de la era Jn t7/o lempore: Abmn- En aquel tiempo: H a b i é n -
cristiana. tes pharisa;i, consilium dose retirado los fariseos, d e -
m c r m l , u l capnenl Jesum liberaron entre sí sobre los
REFLEXIONES. in sermone. E l m i l l m l ei medios de sorprender á Jesús
discípulos suos eum llero- en lo que dijese. A consecuen-
«Dios me es testigo de cuán tiernamente os he amado dianis , dicenles : Magis- cia de esto le enviaron algunos
á todos en las e n t r a ñ a s de Jesucristo.» Hé aqní cuál debe ter, scimus quia verax es, de sus discípulos con los he-
ser la fuente y el modo de la amistad. No hay propiamente el viam Deiin verilale do- rodianos que le preguntasen :
amistad verdadera en la tierra, sino la que tiene á Dios por ces, el non est Ubi cura de Maestro, sabemos que siempre
principio, y por modo la virtud. Lo que los hombres han aliquo :non enim respicis dices la verdad,y que ense-
llamado amistad, no es mas por lo común que un comer- personam hominum : dic ñas el camino de Dios en es-
cio de interés en el que el amor propio se propone siempre ergo nobis quid libi vide- píritu de verdad, sin conside-
ganar alguna cosa. Apenas so presta el corazón sin el fin tur, licel cemum daré Cíe- ración á nadie, porque no ha-
de alguna utilidad. Si es la simpatía, la inclinación la que sari, annon? Cognila a u - ces acepción de personas. D i -
forma el lazo, entonces es un puro amor propio. Se ama tem Jesús nequilia eorum, nos, pues, loque le parece en
u n o á sí mismo, y nó á un amigo. De aquí procede que la a i t : Quid me tenlalis, h y - esto: ¿ e s lícito pagar el t r i -
verdadera amistad es tan rara. Por lo ménos es siempre pocriue ? osiendite mihi buto al César, ó n ó ? Viendo
inconstante, caduca; pocas hay á prueba de la mala for- numisma census. A l i l l i Jesús su maldad, les dijo: U i -
tuna ; todavía ménos que se sostengan en la desgracia ; y obtulrrunt ei denarium. pócritas, ¿ p o r q u é tratáis do
aquel amigo tan solícito, tan ardiente, tan vivo en tanto E l ait illis Jesús : Cujus sorprenderme? mostradme la
que la pierogativa de nuestra clase ó la idea de nuestro est imago hmc , et svper- moneda del tributo. P r e s e n t á -
crédito lisonjeaba su esperanza, apenas nos conoce desde scriplio? Dicunt e i : CíCía- ronle un denario de plata, y
luego que no nos ve ya en situación ni en estado de satis- n's. Tune a i l illis : Redditc Jesús les d i j o : ¿ D e quién es
facer su codicia ó su ambición. Puede decirse que la amis- ergo quae sunt Cwsaris, está figura, y el nombre que
tad en el mundo no se alimenta mas que á nuestro costo Ca;sari: el qua; sutil Dei, está escrito al rededor? De
y costas. ¿Llegamos á ser inútiles? ya no hay amigos; Deo. César, les respondieron. E n -
debilitase á lo ménos mucho la amistad en la enfermedad tonces les d i j o : Dad, pues, al
y en la vejez; estingnese siempre con el esplendor de la César lo que pertenece al C é -
persona: en el mundo hay muchas demostraciones y pro- sar, y á Dios lo que es de Dios.
testas de amistad, pero pocos amigos. No hay en la tierra
verdadera amistad sino la que Dios cimenta, y la que MEDITACION.
mantiene la virtud. Siendo el nudo sspiritual, no hay mie-
Del estado del pecado mortal.
do que se desale. Las nubes ni las nieblas no pueden apa-
gar los fuegos celestiales, no pueden ni aun oscurecerlos. PUNTO PRIMERO.— Considera que de lal modo está desfi-
Las tempestades mas violentas no trastornan sino lo que gurada una alma por el pecado mortal, que ya no es co-
pertenece á la tierra, no disipan mas que las parelias, que nocida. El hombre criado á imagen y semejanza de Dios
muchas veces se toman por soles. Ninguno es verdadero pierdo por el pecado mortal todas sus facciones, aparece
amigo sino el que nos ama en las e n t r a ñ a s do Jesucristo, espantoso á los ojos de Dios, es el objeto de su indignación
esto es, que su amistad no se funda mas que en la v i r - y de su ira, y desconocido por su deformidad. Dios mismo
tud y en la candad cristiani. Amigo recto y sincero que pregunta í ¿De quién es esta figura? ¿ e s la del hombre
ignora toda simulación; amigo seguro y fiel con el que que yo he criado á mi semejanza? Todas las facciones es-
j a m á s se cuenta en falso; amigo verdadero y constante, tán borradas en ella: él no está animado de mi espíritu,
superior á ludas las revoluciones, invariable en la una y desde que no eslá en estado de gracia. A la verdad que
DESPUES DE PENTECOSTES. 573
no puede estar el hombre en un estado mas infeliz sobre sarmientos secos é inútiles, que no son buenos mas que
la tierra que en el estado de pecado mortal. Que rebose en para ser arrojados al fuego. Las vides no dan fruto, sino
bienes, que esté rodeado del esplendor, que lodo se le na, mienlras están unidas á la cepa.
que se halle repleto de honor y de placeres, que se vea i Qué bien han conocido y percibido los santos esla i m -
en la cima de la grandeza, y aun sobre el trono, él es i n - portante verdad! ¡Qué no han hecho, q u é no han padeci-
feliz en sumo grado, si está en estado de pecado mortal. do para no separarse j a m á s de la cepa misteriosa! Hono-
Lo que es un cadáver á la vista del pueblo en un lecho do res, placeres, tesoros, vano resplandor, con qupel mundo
gala, es im homhre en estado de pecado mortal á los ojos deslumhra y encanta, desgracias, persecuciones, suplicios
de Dios, aun en medio de la abundancia y de los honores. espantosos conque el demonio trata de asustarnos, nada ha
Todo el hrillo del mundo no puede impedir la corrupción: sidocapaz de trastornar su fé, ó dearrancarles de ella. Los
los gusanos no respetan ni la nobleza de la sangre, ni la sanios Tihurcio, Valeriano y Máximo lo han sacrificado
delicadeza de las formas. Las drogas olorosas y los perfu- todo antes que perder la gracia : y ¡ cuántos hay que todo
mes pueden conservar las carnes de un cuerpo muerto; lo pierden por un solo pecado mortal!
pero no pueden impedir que sea cadáver. Un alma en es- ¡ Mi Dios! ¡ en q u é miserable estado he vivida ! ¿ y q u é
tado de pecado mortal es todavía una cosa peor; todos los seria yo ahora si hubieseis arrojado al fuego esta rama ar-
tesoros del universo, todas las tiestas del mundo no son rancada? reunidla á la cepa por vuestra gracia, divino
parte para que no sea abominable y objeto de horror á l o s Salvador; en esto voy á trabajar desde este momento.
ojos de Dios, i Y se vive tranquilamente en esto estado I ¡y JACIÍI-ATORUS. —No me arrojéis de vuestra presencia, y
se vive en él complacidos! ¡ y se persevera en él I haced que luzcan siempre sobre mí las luces de vuestro
Un homhre en estado de pecado mortal, es un hombre Espíritu Santo. (Psalm. SO.)
en desgracia de Dios, degradado de todo mérito para con ¿Quién nos separará j a m á s de la caridad de Jesucristo?
Dios, que ha decaído de lodos los derechos que le daba la (Rom. 8.)
gracia, despojado de todos sus privilegios; y si muere en PROPOSITOS.
este estado infeliz, el infierno va á ser su morada eterna, y 1 La suma desgracia es estar en estado de pecado mor-
su herencia los llantos, la rabia y los fuegos eternos. tal. Cualquiera otra desgracia es tolerable: ninguna hay
¿ Cuál seria la desolación de un cortesano que supiese que no tenga alguna mitigación, algún recurso ó en esta
que el príncipe le miraba ya con tedio? Un hombre, pues, vida ó en la otra ; aquella únicamente es la que no tiene
en estado de pecado mortal es un objeto de horror á los consuelo. Si la misericordia del Salvador no conniviese la
ojos de Dios: si la ¡ra del Omnipotente no estalla sobre él, malicia del enemigo de la salvación de los hombres, ¿se
es un puro efecto de la misericordia, que no debilita por eso verían miií'hos pecadores sobrevivir al estado de pecado?
los derechos ni el rigor de la justicia, ün hombre en pe- ¡ q u é de funestos accidentes! ¡ q u é de golpes imprevistos!
cado mortal es un criminal condenado al último suplicio. ¡qué do muertes repentinas! Ignórase la verdadera causa
A la verdad se difiere la ejecución para darle tiempo de de la mayor parte do las desgracias que suceden durante
obtener su gracia ; pero ¿ q u é se debe pensar de un c r i - la vida : algún día se sabrá que el origen de todas ellas
minal de lesa majestad divina que podiendo alcanzar esla estaba dentro de nosotros mismos. Se peca, se vive en el
gracia persevera en estado de pecado mortal? ¿ y no es pecado, y ¿ e s l r o u a m o s que aquel negocióse haya desba-
este mi retrato? ¿ y cuál será mi destino? ratado , que aquella empresa se haya frustrado, que la
PUNTO SKGILNDO.— Considera que el estado de pecado división reine en aquella familia, aquel hijo único haya
mortal es un estado sumamente infeliz, porque entonces, sido muerto? Deberíamos mucho mas bien estrañar que
haga lo que quiera el pecador, su pecado destruye lodo viviendo en el pecado se baya salido de aquel mal paso,
su méi'ilo delante de Dios, llaga yo lo que hiciere, decía de aquel pleito, de aquella enfermedad , si no se supiese
san Pablo, aunque tuviese toda la fe que se necesita para que eslas pretendidas ventajas son muchas veces efectos
hacer mudar de sitio á las m o n t a ñ a s ; aunque distribuyese de una ira de Dios mas irritada. Acaso no castiga Dios al
toda mi hacienda para atender á l a subsistencia d é l o s po- pecador con mas severidad que cuando le deja dormir en
bres; aunque entregase mi cuerpo hasta ser quemado; si la prosperidad. Si alguna vez tenemos la desgracia decaer
me falta la caridad, si no estoy en gracia de Dios, trabajo en el pecado, tengamos la fortuna de volvernos á levantar
en vano, todo lo que puedo padecer y hacer nada me sirve en la hora. No esperemos á un domingo, á una fiesta p r ó -
para el cielo, porque el estado de pecado es un estado de xima para confesarnos: a d e m á s de la contrición que de-
muerte. Y en un estado de muerte ¿ c ó m o hacer obras de bemos formar inmediafamenle, recurramos sin dilación al
vida? y si no son obras de vida ¿ d e q u é pueden servir médico espiritual, busquemos el remedio; y si leyendo
para la eternidad? esto nos acusa de algo nuestra conciencia, no pasemos el
lil pecado mortal reduce al hombre á la nada en el ó r - día sin aprovecharnos de la gracia que Dios nos haco.
den de la gracia. ( 1 . Cor. 13.) Ahora bien, de nada, nada Todo lo arriesgamos si omilímos esta práctica.
so puede esperar. ¡ Buen Diost i q u é pérdida hace un pe- 2 Es un error grosero , sostenido en oleo tiempo por
cador durante su vida! Dios no apreciará j a m á s lo que ha Wiclef, y condenado solemnemente en el concilio de Cons-
hecho en estado de pecado mortal. tanza, el decir, que supuesto que todo lo que se hace en
Nuestras obras no son meritorias para la eternidad, s i - este estado de pecado mortal de nada sirve para el cielo,
no en cuanto están consagradas por Jesucris'o. Y bien, es iiu'Uil hacer buenas obras, las cuales por lo mismo eu
para esto es menester que estemos unidos á Jesucristo por consecuencia del pecado y en el estado de pecado vendrían
la caridad; mienlras (pie esta unión subsiste, nuestras á ser malas y criminales: error, herejía, menlira. Nó, por
obras reportan de ella una virtud particular; mas si esta mas desorden que cause en el alma el pecado, nunca l l e -
unión desaparece por el pecado, venimos á quedar como ga su malignidad hasta este esUcaio. Aun cuando estuvie-
574 DOMINGO VIGESIMOTIÍRCRÍIO
scraos cargados delante de Dios con todos los crímenes, aflicción os haya olvidado, 6 que yo quiera dejaros siem-
podemos todavía en este estado hacer obras virtuosas. pre en la cautividad y en el destierro. «Yo pienso en voso-
Honrar á Dios, socorrer á los pobres , obedecer á los s u - tros,» nó como enemigo irritado, sino como padre ; «mis
periores, practicar otros m i l deberes de piedad y de j u s - pensamientos son pensamientos de paz y nó de desola-
ticia; y no solo podemos, sino que debemos, porque el ción ; reanimad vuestra confianza mas que nunca en m i
oslado de pecado no nos dispensa de ellas. ¿ T e n e m o s ia bondad: «vosotros me invocareis,» y yo no permanece-
desgracia de estar en estado de pecado mortal ? no sola- ré sordo á vuestros ruegos, « os oiré y os sacaré do la
mente no omitamos los ejercicios de piedad que teníamos cautividad y de todos los parajes d é l a tierra.» El sentido
costumbre de hacer, sino antes bien hagamos otras nuevas literal de estas palabras es el fin de la cautividad de Ba-
obras buenas; oremos, ayunemos, maceremos nuestro bilonia después de setenta anos, y la vuelta de los israe-
cuerpo, visitemos los pobres, hagamos mayores limosnas, litas h sa querida patria por la cual suspiraban ; y el sen-
fin de disponer á Dios, por decirlo así, á que nos conce- tido moral es el fin de las miserias de esta vida sobre la
da una gracia de conversión. A mas de las obras de o b l i - tierra, en donde los cristianos deben considerarse como
gación, que no podemos omitir aun en el estado de peca- en un lugar de destierro, y en donde las almas justas sus-
do sin hacernos reos de otro nuevo pecado, ¿ no es justo piran sin cesar por su patria celestial. El salmo que ter-
que tratemos también por medio de obras de superero- mina este introito concuerda perfectamente con esta p r o -
gación de mover la misericordia de Dios, y aplacar su j u s - fecía de Jeremías. Por fin, « Señor,» dice David, vos ha-
ticia? En este sentido se postraba Magdalena á los piés do béis tenido compasión de vuestro pueblo, «habéis dado
Jesucristo y los regaba con sus l á g r i m a s ; el publicano vuestras bendiciones á vuestra heredad, y habéis puesto
pedia al Señor que tuviese misericordia de é!; las oracio- fin á la cautividad de J a c o b . » Predice aquí el Profeta el
nes y las limosnas de Cornelio, el centurión, habian s u b i - fin de la cautividad de los judíos en Babilonia, y le pide á
do hasta la presencia de Dios, y le habian hecho acordar Dios en nombre del pueblo. Todo este salmo 8 i en el sen-
de di. Pero cuidemos siempre de prevenir estas obras con tido figurado debe entenderse do ia cautividad y de la
muchos actos de contrición, y recurramos cuanto antes al redención del genero humano.
sacramento de la Penitencia. La Epístola es una continuación de la del domingo p r e -
cedente en la que exhorta san Pablo á los filipenses á que
DOMINGO YIGÉStMOTERCERO DESPÜFS DE
estén siempre alerta contra los discursos artificiosos y se-
PENTECOSTES.
ductores de los falsos apóstoles, cuya idea era aniquilar
La curación milagrosa de la hemorroisa, esto es, de una la ley cristiana sometiéndola á la de Moisés; y por esto no
mujer que padecía ílujo de sangre, ha dado el nombre de cesaban de desacreditar á san Pablo, diciendo por todas
distinción á esle d o m i n g o ; podia también llamársele el partes que no tenia ni c a r á c t e r ni misión; que era ene-
domingo de la resurrección do la hija de un gefe de la s i - migo de la ley, y que enseñaba una mora! errónea. Del
nagoga, supuesto que el Evangelio de la misa de esle dia mismo modo han obrado después todos los herejes, desa-
refiere la historia de estos dos hechos milagrosos que die- creditando en el concepto del pueblo á tos santos doctores
ron grande honor al Salvador, é hicieron callar por algún y legítimos pastores de la Iglesia, no omitiendo cosa a l -
tiempo el odio y la envidia de los fariseos y de los escri- guna para hacer valer su secta y sus errores.
bas. La Epístola contiene lo que san Pablo escribió á los ((Imitadme, hermanos mios,» los dice, « y observad á
fieles de Filipos, exhortándolos en términos muy fuertes á los que se conducen con arreglo al modelo que os he d a -
quu evitasen el trato de ciertos doctores falsos que, apro- do en mí mismo.» Seguid mi ejemplo, obrad en órden
vechándose do su ausencia, no omitian nada para perver- á la observancia del sábado, de la circuncisión y de las
tirles, predicándoles nó la ley de Jesucristo, sino el puro d e m á s ceromonias legales, con los mismos sentimientos
judaismo. Eran estos judíos convertidos, á la verdad, á la que y o , y no escuchéis sino á los que hablan del mismo
fé de Jesucristo; pero que no tenian de cristianos mas modo que yo, y que imitan mi conducta; porque hay
que el bautismo. Tenazmente encaprichados en sus cere- muchos que tienen otra conducta, que piensan y hablan
monias legales, somelian el Evangelio de Jesucristo á la de muy diferente manera que y o . «De estos es de los que
ley de Moisés, y no siendo propiamente ni judíos ni cris- yo os decia con frecuencia, y todavía os lo digo ahora con
tianos, predicaban una religión monstruosa. El santo após- las lágrimas en los ojos, que son enemigos de la cruz do
tol advierte á los fieles de Filipos, que se guarden de aque- Jesucristo. El santo Apóstol habla de aquellos judíos con-
llos seductores, que no se alaban tanto sino para echar el vertidos en apariencia, que sin carácter y sin misión so
polvo en los ojos de los simples; y después de haber ingerian á dogmatizar, hacían de apóstoles, y eran ver-
desmascarado su hipocresía y manifestado el veneno que daderos hipócritas, que bajo ta apariencia de zelo sembra-
derramaban con sus errores, exhorta á los filipenses á que ban por todas parles el error; los cuales para evitar la
no olviden las instrucciones que él les ha dado, y que con- persecución de tos paganos y el odio de tos judíos mez-
serven acerca do la religión los mismos sentimieníos y las claban el judaismo con el -crislianismo, y querían hacer
mismas practicas que él. El introito de la misa está toma- p a s a r á los cristianos por una secta de judíos reformados.
do del profeta Jeremías, en el capítulo 29, en el que h a - Por esto ensoñaban la necesidad de (a circimcision y la
blando el Señor á su pueblo por el Profeta, le promete el observancia del sábado, juntando las observancias lega-
fin de la cautividad y la vuelta á su querida patria. No les al Evangelio. Los judíos no se cuidaban de perseguir
puede darse una cosa mas consolante para los fieles, que á los que profesaban públicamente su religión ; y los pa-
la manera con que Dios se espüca aquí para consolarnos ganos nada lenian que decir contra una religión tolerada
en este lugar de cautividad y destierro. en el imperio, y a u l o r í i a d a por los edicios do los empe-
íío creáis, dijo el Seiior, que porque yo os dejo en la radoies; pero por esta mezcla monstruosa el escándalo
DESPUES DE PENTECOSTES. 575
de la cruz desaparccom con respecto h. los judíos, y la ni mas fina. Su constancia en la pureza do la fé, á pesar
sania locura de Jesuci islo crucificado quedaba proscrita de lodos los artificios de los falsos apóstoles, les había
con respecto á las gentiles. Esla esla causa porque el san- merecido este aprecio y esta ternura del sanio Apóstol,
to Apóstol liama a estos falsos apóstoles enemigos d é l a de quien los filipensos hacían en parle la gloria por su
cruz de Jesucristo y de su Evangelio. En efecto, no tiene piedad que j a m á s se había desmentido, y por la regula-
el Salvador enemigos peores que estos lobos reveslídos de ridad de su conducta y la pureza de sus costumbres. Con-
corderos, que estos falsos doctores que quieren pasar por cluye la Epístola exhortando á Evodia y á Synlyca á que
apóstoles; seclucíores execrables, «cuyo fin es la última tengan armonía enlre s í ; éranoslas dos mujeres de g r a n -
desgracia,» puesto que tendrá la suerte de los paganos, de auíoridad, que hacían grandes servicios á esta Iglesia,
y «que tampoco tienen otro Dios que su vientre. » Este es y que habían tenido algunas diferencias, y ei santo Após-
uno de los motivos de su prolendido zelo y el fin de sus tollas exhorta á la paz y á la unión. Synlyca está en el
incursiones. Ellos recorren las iglesias, seducen á los sen- número de las sanias , y el Marlirologío hace mención de
cillos para que les den bien do comer, y vivir deliciosa- ella el 22 de julio. Recomienda san Pablo al fiel compa-
menle, porgue no tienen otro Dios que su vientre, ni otros ñero de sus trabajos apostólicos, que contribuya á su per-
ejercicios de piedad que la glotonería. Gloríanse de lo fecta reconciliación, y que provea á todas sus necesida-
que debería cubrirles de confusión; é ignorando las de- des. Era este alguno de los mas considerables y de los
licias del cielo, no tienen gusto mas que por las cosas de mas acomodados entre los fieles de Filípos, enyo nombro
la tierra; gentes sensuales, espírilus terrenos y materia- se ignora. Tal vez seria el obispo de Fiüpos; era el único,
les, no suspiran mas que por las comodidades de la vida. al parecer, á quíen mejor convenia el que las asisliese en
Todos los falsos doctores en materia de religión no son se- sus necesidades, y el restablecer entre ellas la armonía
veros mas que para los d e m á s , al paso que son muy i n - que se había alterado a l g ú n lanío. San Pablo le reco-
dulgentes para si mismos. mienda á eslas dos virtuosas mujeres que le habían a y u -
«Por lo que bace á nosotros, hermanos mios,» continúa dado en el ministerio evangélico : esto es, que habiéndose
el santo Apóstol, «todo nuestro comercio es con el cielo,» convertido desde el principio á la fé, habían conlribuido
de donde también esperamos al Salvador, nuestro Señor después mucho á la conversión de los otros. Como en la
Jesucristo, que dará á nuestro cuerpo tan abyecto por sí Grecia y aun en todo el Orienle las mujeres se presenta-
mismo, tan estenuado por el ayuno, por la penitencia y por ban rara vez en público, losApósíoles apenas podían t r a -
tado género de austeridades una forma nueva, hasta hacer- bajar en la conversión de las personas de este sexo sino
le semejante á su cuerpo glorioso , en fuerza de aquella por medio de las mujeres ya cristianas, y esto es lo que
acción, do aquella virtud con la que puede ejercer su impe- Evodia y Synlyca habían hecho con mucho zelo y buen
rio sobre todas las cosas. Aunque el puro amor de Dios ha- éxito, y estoes lo que san_Pablo entiende cuando dice:
ya sido siempre el gran móvil que ba hecho obrar á los san- «Asístelas, te ruego, á las que han trabajado conmigo, y
tos, no ha dejado, sin embargo, deescitarsuamor y su zelo me han ayudado en el ministerio evangélico con Clemen-
IÜ esperanza ta» bien fundada de la felicidad celestial. te y los demás companeros de mis trabajos, cuyos nom-
«Pídole, hijo mió,» decía al mas jóven d e s ú s hijos la bres están en el libro de la vida » No podía san Pablo dar
madre de los Macabeos, « pídole, hijo mió, que mires al una idea mas alia de la virtud y de la santidad de sus
cíelo,» y fe acuerdes de la recompensa que está prome- queridos compañeros, qnc á lo que parece componían et
tida á lu fidelidad. San Pablo exhorta con frecuencia á clero de aquella nueva iglesia. Es muy probable que el
los fieles á que se acuerden que no están en la tierra s i - Clemente de que habla aquí el santo Apóstol, es aquel san
no como viajeros y eslranjeros, y que el ciclo es su ver- Clemente que fué tan fiel compañero de san Pablo, y que
dadera palria, y la Iglesia dirige á Dios esta afectuosa sucedió después á san Pedro, después de san Lino y san
oración: Ilaced, Señor, que enlre la instabilidad de las Cielo, en la cátedra de Itoma, cuya fiesta celebra la I g l e -
cosas d é l a [ierra no pierdan j a m á s de vista nuestros co- sia el 23 de noviembre.
razones la mansión de los bienaventurados; y « q u e siem- Ei Evangelio de la misa de este día contiene dos m i l a -
pre permanezcan fijes allí en donde se encuentra el ver- gros de Jesucristo, uno en favor de una mujer enferma do
dadero gozo.» La mansión de los bienaventurados, la ce- un flujo de sangre, y otro en el de uno de los gefes de la
lestial Jerusaíefl es nuestra p a l r i a , allí es donde reina sinagoga, al cual le resucitó una hija.
Jesucristo nuestro Salvador, y en donde nosotros debe- Acababa el Salvador do librar á un endemoniado f u -
mos reinar eternamente con él. Estando nuestro tesoro en rioso de una legión de demonios, á los cuales habla per-
el cíelo, allí debe estar nuestro corazón. Los eslranjeros mitido entrar en una piara de dos mil puercos que pasta-
y ¡os viajeros so ocupan gustosos de su querida palria : ban allí cerca, lodos los que se precipitaron en el mar de
un cristiano debe tener toda su vida su comimicacíon con Tíberiades en donde so anegaron. Las genles del pais,
el cíelo, no solo poi que de allí es de donde nos vienen mas movidas de la pérdida do su piara que del milagro
todos los auxilios, sino también poi que allí es el tc'rniino obrado on la persona del poseído, pidieron al Salvador
tic nuestros trabajos, la suciedad de todos nuestros de- queso retirase de su pueblo. El Salvador, que no quiero
seos, el dulce objeto de nuestra esperanza. (Psalm. 16.) permanecer sino con los que quieren estar con él, les dejó,
«Asi que, hermanos mios muy amados, vosotros que y habiendo atravesado el lago, volvió de la parle de acá
Í OÍS ei objeto de mis deseos, mi gozo y mi corona, estad del Jordán á la Galilea. Apenas hubo desembarcado,
siempre,amadísimos mios, como lo e s t á i s , unidos cons- cuando el pueblo que le esperaba en la ribera se reunió
tanlemente al Señor. Este elogio hace mucho honor á los en rededor de él, manifestándole su gozo y el ansia que
ü ü p e n s e s , y da una alia idea de su virtud ; y san Pablo tenia de oírle.
no podía a í p a r e c e r alabarles de una manera tan delicada Mientras que el Salvador hablaba al pueblo en la ribo-
576 DOMINGO VIGESIMOTERCEUO
ra, uno de los gofes de la sinagoga do Cafarnaum, llama- ¿ por q u é laníos llantos y lanío ruido? no lloréis, esta j o -
* do Jalio (era el rahino que presidia en las asambleas), vencita duerme, no está muerta. Quería decir el Salvador,
lenlendo una hija de cerca de doce años en ios últimos de que aun cuando estaba verdaderamente muerta, no era
Ja vida, atravesó por entro la muchedumbre, se acercó á para mucho tiempo, y que el estado en que estaba no do
Jesucristo, se arrojó á sus pies, le adoró, y le suplicó con bia mirarse mas (pie como un suefio, del cual le era á él
instancia que fuese á su casa porque habia dejado á su tan fácil hacer que saliese, como á cualquiera le es fácil
bija m u ñ é n d o s e , y acaso en el momento que hablo, a ñ a - el despertar á una persona que duerme. Mas los que esla-
dió, habrá ya muerto. Pero con tal que queráis lomaros el ban presentes no lo comprendieron, y se burlaran de él.
trabajo de venir á casa, y tocarla solamente con la mano, Decía, sin embargo, verdad, porque una muerte á la que
longo una firme confianza de que infaliblemente la v o l - lan de cerca debía seguirla resurrección, no debía mirar-
vereis la salud y aun la vida. El Salvador lleno de bon- se mas que como un sueño. Luego que hubo hecho retirar
dad y de complacencia, tratándose de hacer bien, no de- á lodos, Jesús acompañado solamente del padre y de la
liberó ni un momento, y partió con este hombre. Siguióle madre de aquella jóven, y de sus tres queridos apóstoles
lodo el pueblo que se habia reunido en rededor de él. Co- Pedro, Santiago y Juan, entró en la cámara en donde es-
mo lodos querían estar cerca de él, le estrechaban lan taba el cuerpo de la difunta, y tomándola por la mano, la
fuerlemente que no podia adelantar sino con trabajo. dijo con un tono solo propio del soberano Señor de la vida
Estando en el camino llegó una mujer que habia doce y d é l a muerte; Levántale, hija mía; y en el instante se
«ños se bailaba muy incomodada con un flujo de sangre, levantó viva y enteramente sana. Todos los que la habían
sin haber podido conseguir alivio alguno á pesar de todos visto muerta, testigos oculares de su resurrección, queda-
los remedios que le habían administrado. Habiendo oído ron al principio como atónitos, tanto les sobrecogió la a d -
hablar de las maravillas que obraba el Salvador, concibió miración; pero vueltos muy luego de su asombro, r o m -
lan perfecta confianza en el, que decia dentro de sí mis- pieron en grilos de alegría, en bendiciones y en alaban-
ma: Si puedo tocar aunque no sea mas que la fimbria de zas, que resonaban en toda la casa. Por mas que el S a l -
su vestido, quedaré curada. Ocupada de este pensamicn- vador les prohibió que hablasen de ello, dice san Marcos,
io, se ingirió en la multitud, avanzó p o c o á poco por en- inmedialamente se publicó el milagro por toda la ciudad,
tre el tropel, y habiendo llegado detrás de él bastante y lodo el mundo admiró el poder eslraordinarío de este
cerca para locar su ropa, locó solamente la franja de quo hombre Dios. El Salvador, dice un intérprete, prohibien-
estaba adornada, según el uso del pais, y en el momento do que se publicase un milagro que no podía quedar se-
se sintió curada. creto, no quiere, á lo que parece, mas que mostrar á sus
En efecto, el Salvador que no ignoraba lo que sucedía, ministros la humilde disposición de corazón en que deben
se detuvo, y habiéndose vuelto, se dirigió á la mujer y la estar, cuando es del agrado de Dios obrar por medio de
dijo: Anímate, hija mia, tu fé te ha curado; el suceso verifi- ellos conversiones estraordinarías, ó hechos milagrosos.
c ó l a palabra, porque ella no volvió mas á sentir su mal. Tal ha sido la disposición interior en que han estado lodos
San Marcos añade que conociendo el Salvador en si los santos, aun cuando hacían los mayores milagros; la
mismo la virtud que habia como salido de él, se volvió á santidad mas baillanle es inseparable de la humildad.
la mullilud que leseguia y dijo: (f¿ Q m ¿ " ha locado mis Es una de las tradiciones mas antiguas que la mujer que
vestidos? A lo que respondieron sus discípulos: j S e ñ o r ! fué curada del flujo de sangre, que la habia molestado
este pueblo nos acosa de tal modo quo nos oprime, ¿ y por espacio de doce años, era de la ciudad de Paneades,
preguntáis quién me ha tocado ?—Yo sé bien loque digo, por otro nombre Cesárea de Filipos, en la alia Galilea,
replicó el Salvador, alguno hay queme ha locado con una hacía el nacimiento del J o r d á n ; los griegos han dado á
fe y con unas disposiciones interiores muy otras de las esta mujer el nombro de Verónica, y muchos han creído
de los que me oprimen; y diciendo esto, miraba al rede- que después de este milagro fué una de las díscípulas del
dor de sí, como para ver la persona que habia hecho esto. Salvador, y que hallándose en Jerusalen al tiempo de la
No obraba así porque ignorase lo que pasaba, sino porque pasión del Hijo de Dios, fué la que, viéndole abrumado
quería que se supiese de la boca de la misma persona en bajo del peso d é l a cruz con que se le habia cargado, echó
cuyo favor acababa de hacer el milagro, la diferencia que sü velo ó su pañuelo sobre su rostro para enjugarle, en el
hay de acercarse á él con una fé viva, ó acercarse sin dis- cual quedó impresa la imágen del Salvador.
posición. La mullilud estrecha á Jesucristo, por decirlo Ensebio dice haber visto en Cesárea de Filipos el m o -
así, en nuestras iglesias, en el altar, en la sagrada misa; numento de esta santa mujer. Consistía este en su estatua
sin embargo, pocos le tocan de modo que merezcan ser de bronce, colocada sobre una columna de piedra, delan-
curados. te de la puerta de la casa en donde habia habitado. Esta-
Mientras que el Salvador hablaba á esta mujer, vinie- ba representada de rodillas, estendidos los brazos y en
ron á decir al gefe de la sinagoga que su hija acababa de postura de suplicante. Enfrente estaba la estatua del Sal-
espirar, y por tanto no era ya necesario que Jesús se l o - vador del mismo metal en pié, y tendiendo la mano hacia
mase la incomodidad de venir á la casa para curar la en- esta mujer. El mismo historiador a ñ a d e que en la base,
ferma. Era muy viva su fé para que hiciese caso de seme- bajo de los píes de la estatua del Salvador, nacía una plan-
jante advertencia: llegó á s u casa con el Salvador; no se oía la de especie desconocida, cuya yerba crecía insensible-
sino llantos, sollozos, grilos lastimeros. Los tocadores de mente como las d e m á s , y que luego que locaba á la fran-
flauta, que en aquel tiempo se hacían venir para cantar al ja de la ropa de la eslalua, adquiría la virtud milagrosa
son de sus inslrumenlos composiciones lúgubres y propias de curar toda especie de males. Esle monumento del be-
de los funerales, estaban ya allí. Inmediatamente hizo Je- neficio del Salvador y del reconocimiento de esta santa
s ú s que cesase lodo aquel estruendo, diciendo: Retiraos: mujer subsistió en aquella ciudad basta el reinado de
DESPUES DE PENTECOSTES.
Juliano Apóstala. Haslaclprincipiodelreinatlo de Constan- conmigo, y me han ayudado
cio se habian contentado con trasladarla á la sacrislia de en el ministerio evangélico con
la iglesia de la ciudad, donde era visitada por devoción Clemente y los demás compa-
de los pueblos mas lejanos; mas el impío Juliano que ñeros de mis trabajos, cuyos
aborrecia hasta las imágenos del Salvador, no pudiendo nombres están en el libi o de
sufrir esle objeto de la vcncrai ion de los fieles, liizo sacar la vida.
la estalna fuera de la ciudad el arto 3G"2 por los png;inos, San Policarpo, en la carta que escribe á los filipenses,
quienes babiéndola arrastrado por las calles, la hicieron parece asegurar que san Pablo les habia escrilo inucbas
mil pedazos, do suerte que solo pudo salvarse la cabeza carias ; pero es constante que no les escribió mas que es-
do la estatua del Salvador. ta. Es bástanle ordinario en todas las lenguas el hablar
en plural tratándose de una sola caria.
La oración de la misa de este dia es como sigue :
Ahsolve , quimmus, Perdonad, Señor, las ofen- REFLEXIONES.
Domine , i m r u m delicia sas de vuestro pueblo, á fin de «Porque muchos viven como aquellos, de los cuales os
populorum : «l a peccalo- que vueslra g r a c i * nos libre decia yo con frecuencia, y lo digo todavía ahora con las
rum noslrorum nexibus, de la desgraciada servidum- lágrimas en los ojos, que son enemigos de la cruz de Cris-
qvw pro voslra frogilila- bre del pecado que nosotros to, cuyo fin es la muerte eterna.» No presenta san Pablo
te conlmximus , tua be- misinos hemos conlraido por en el relí alo tan espanloso que aquí hace, el de los liber-
nignilale übcremur. Per la fragilidad de nuestra natu- tinos públicos, d é l o s impíos de profesión, de los enemigos
Dominum... raleza. Por nuestro Señor Je- declarados del crislianismo; es sí el de aquellos pretlica-
sucristo, etc. dores del Evangelio, el de aquellos cuyo aire devoto y aun
austero imponía al público; doctores de una moral muy se-
La Epístola esld tomada de la que san r a l l o escribió á los vera, que no contentos con la sublime perfección de la ley
Filipcnses, cap. 3. de Jesucristo y con la santa severidad del Evangelio que-
Fralres: ¡milalores mei Hermanos mios; Imiladme, rían imponer un nuevo yugo y nuevas austeridades, su-
eslole , et obsérvale eos, y observad con cuidado á los jetando á los cristianos á la mayor parte de las ceremo-
qui ita nmbulanl) sicut que se conducen s e g ú n el mo- nias duras de la antigua ley. La libertad que el Salvador
habelis formam. noslram. delo que tenéis en m f ; porque habia concedido de comer de (oda especie de viandas, les
Mullí eiúm ambulante muchos viven como aquellos, escandalizaba. Querían que además de la observancia de'
quos smpe dicebam vobis de los cuales os decia yo con santo dia del domingo se observase también el s á b a d o , y
{mne autem et ¡leus dico) frecuencia, y lo digo todavía otras muchas observancias legales. Tal ha sido en lodos
inimicos crucis Christi : ahora con las lágrimas en los tiempos el carácter de todos los herejes ; tal será en lodos
quomm finis inleritus, ojos, que son enemigos de la los siglos venideros su genio y su verdadero relrato;
quorum Deus venler e s l : cruz de Cristo; cuyo fin es la grandes predicadores de una severidad escesiva bajo un
muerto eterna; que no tienen aspecto imponente, de una apariencia estudiada y de una
el gloria tu eonfusione ip~
otro Dios que su vientre; que ariilkiosa piedad. ¿Hubo j a m á s alguno de estos que no
sorum , qui terrena sa-
se glorian de su propio des- clamase contra la relajación verdadera ó falsa de los De-
piunl. Noslra autem con-
honor; que no llenen guslo s i - les? ¿ H u b o alguno que comenzase por reformarse á sí
versatio i n eoelis esl : u n -
no en las cosas terrenas. Por mismo? Refórmanse en el eslerior, porque esta aparente
de eliam Satvalorem cx-
loque hace á mí, mi Iralo es reforma hace honor, y da en los ojos de los sencillos. Los
peclamus Domimm nos-
con el cielo de donde espero arríanos clamaban contra los abusos en materia de r e l i -
i r u m Jesum Chrislum,
al Salvador, nueslro Señor Je- g i ó n ; los nestorianos conlra la pretendida superslicion;
qui reformabit corpus h u -
sucristo, que d a n á mi cuerpo los pelagianos conlra los preleiuiidos errores del liempo;
mititalís nostrep. configu-
tan abyecto por sí mismo una los luteranos, los calvinistas, contra la pretendida relaja-
raltun corpori claritalis
forma entera men te une va, has- ción de la Iglesia. Todos han predicado la moral severa;
sua>, secundum opera tio-
la hacerle semejante á su cuer- pero ninguno hay que no haya llevado una vida licencio-
tiem , qua eliam possit
po glorioso, en virtud de aque- sa. «Os lo he dicho muchas veces, y os lo digo todavía con
subjicere sibi omnia. ¡ l a -
lla acción por la que puede las lágrimas en los ojos: son enemigos de la cruz de Jesu -
que, fralres mei charissi-
ejercer su imperio sobre todas cristo, cuyo fin es la última desgracia;» y su suerte ta re-
m i el desideraliss'mi, gau-
las cosas. V asi, hermanos probación eterna. Ministros del demonio, todo su estudio
dium meum el corona mea:
mios carísimos, vosotros que consiste en seducir. Lobos bajo de la piel de ovejas, lodo
sic slate i n Domino, cha- su zelo no lira masque á devorar y á perder. Desgracia-
sois el objeto de mis deseos,
r i s s i m i : Evodiam rogo el dos, esclama el apóstol san Judas , «porque se han preci-
mi gozo y mi corona, perma-
Synlychen deprecor i d i p - pitado en el camino de Caín :« los zelos, la envidia, el or-
neced, como lo estáis, a m a d í -
sum sapere in Domino. gullo, han sido el principio de lodos los errores en malc-
simos mios , conslantemenle
Eliam rogo ad le, germa- ría de religión, y su efecto natural el furor y el asesinato.
unidos al Señor. Pido también
ne compar, adjuva illas, «El sórdido amor del lucro les ha hecho caer en el error
á Evodia y ruego á Synlyca
quai mecum laboravcrunl que tengan unos mismos sen- de Balaam.» Dios les ha abandonado á los devaneos de su
in Evangelio m m Clemen- timientos en nuestro S e ñ o r ; y c o r a z ó n , por tanto sus costumbres han sido siempre cor-
te el ceteris adjuloribas á It también, mi fiel c o m p a ñ e - rompidas, y lodos sus esfuerzos han terminado en hacer-
meis, quorum nomina sunt ro, le suplico que las asistas, les perecer en una rebelión conlra la Iglesia, como lado
i n libro vita;. porque ellas han trabajado Coré. Gentes que no piensan mas que en tratarse bien a

TOMO IV. 73
S78 DOMINGO VIGK SIMOTERClíRO
si mismos, mienlra* que para otros no predican mas que sion d é l o s bionavenlurados, ó de eor precipitado en los i n -
la severidad ; ó como dice san Pablo, oque no tienen otro fiernos, condenado sin esperanza do retorno á las llamas
Dios que su vientre,» esto os, sus pasiones, su amor p r o - eternas. Esto es de lo que selrala cuando se habla de la
pio, su sensualidad. Jamás se pierde la fé sin que se pier- salvación. <,Es esto de alguna consecuencia? ¿ m e r e c e
da el espíritu de Dios sobre la carne. Aparentad cnanto este impoilanle negocio nuestra aplicación y nueslroscui-
quisiereis la compostura; la máscara puede ocultar, pero dados'?
no puede quitar la deformidad del rostro. Solo en la Igle- ¡ Ah 1 m u é r e s e : ¿ y de q u é sirve en la muerte el haber
sia católica, apostólica, romana, es donde se baila la ver- sido rico, poderoso, feliz según las ideas de las gentes
dadera y sólida piedad. del mundo? muérese ; y en la muerte lo perdemos lodo;
todo nos deja ¡ la vida mas dichosa y la mas larga no pa-
E l Evangelio de la misa de este dia está sa.cado del de san rece enlonces mas que un sueño : muérese ; y en la muer-
Maten, cap. 9. te, nobleza, dignidades, empleos, honores, lodo desapa-
Inillotempore-.Loqucnte En aquel tiempo, hablando rece, todo se reduce á unos vanos títulos; porque ¿ q u é es
Jesús adlurbas, ecce p r i n - Jesús á la muchedumbre que lo que yo voy á ser? Si soy santo, esta sola cualidad rno
cepsums accessil, et adu- leseguia, un gefe de la sina- indemnizsMe la pérdida de todas las demás ; pero si soy
rahaleum,dicens: Domine, goga se acercó á él y le a d o r ó , condenado, si el infierno debü ser mi eterna morada, si
filia mea modo defunctápst: diciendo: Seíior, mi hija acaba desde mi lecho paso al fuego eterno, ¿ q u i é n me consola-
sed veni, impone m a m m do morir; pero venid, ponel rá en mi suerte, quién me resarcirá mi pérdida, y una
tu:im super eam, el vivel. vuestra mano sobre ella, y v i - pérdida que es obra mia, pérdida sin recurso y sin r e -
Et surgens Jesús, seque- virá. Y levantándose Jesús le torno?
hatur eum , et discipuli siguió con sus discípulos. A l ¿Y se piensa á sangro fría en el negocio de la salva-
cjus. E t cece mulicr, quee mismo tiempo una mujer que ción ? ¿ y pasamos un solo dia sin trabajar en é l ? ¿ y hare-
sanguinis fluxum palieba- había doce años padecía un mos acaso todas estas reflexiones sin que nos hagamos
tur duodecim annis, acces- flujo de sangre, se acercó por mas prudentes?
sit r e t r o , et tetigit f i m - detrás, y locó la franja de su ¡Cuáulo lamento, ó Dios mío, mi ceguera y mi error!
briamvestimenli ejus.Di- vestido. Decia ella para s í : Si La mayor parle de mis días han pasado ya, y acaso no he
cebat enimiaira se: Si te- yo loco aunque no sea mas comenzado todavía á trabajar en este negocio ; ¿ y q u é no
tigero tanlum vestimen- que su ropa, quedaró sana, merezco si difiero para olro dia el trabajar en él ?
tum pjus , salva ero. A l Habiéndose vuelto Jesús , y PUNTO SEGÜMJO,—Considera ¿ d e q u é sirve hoy á esos
Jesus conversas, et vidms viéndola, la dijo: Confia, hija, ricos condenados el haber tenido gruesas rentas, el haber
eam, d i x i l : Confute, filia, tu fé le ha curado; y en la ho- llevado grandes nombres, el haber poseído hermosas tier-
fides tua te sulvum [ccit. ra quedó curada la mujer. ras? Porque ¿qué es lo que puedeequivaler á haberse ellos
Et salva [acta esl mu/ier Cuando llegó Jesús á la casa perdido para siempre ? Yo be perdido el cielo, dirán, ho
ex illa hora. E l cum ve- del gefe de la sinagoga, viendo perdido á Dios, todo pues está perdido, y perdido siu
nisset Jesús in domum los locadores de flauta y una recurso.
principis, el vidissel t i b i - multitud que hacian gran r u i - l A h ! ¡cuánto han ganado tantos millones de mártires
c'ms , el turbam lumul- do : Retiraos, Ies dijo, porque perdiendo la vida por Jesucristo 1 Un suplicio de algunos
luanlcm, dicebat; Recedi- la jóven no está muerta, sino momentos, á lo mas de algunos d í a s ; aun cuando se h u -
te : itofi estenim morlua que duerme. Y se mofaban de biesen pasado muchos años en medio de los mas crueles
pvella, sed dormit. Et de- él. Luego que hubo heclio r e - suplicios, no tienen proporción alguna las aflicciones del
ridcbanl eum. E l rain lirar á la muchedumbre, entró tiempo presente con la gloria futura. ¿ S e puede nunca
c/ccía esset turba, i u h a - J e s ú s , la tomó por la mano, comprar demasiado cara la posesión, ta felicidad del mis-
v i l : e l tenuitmamm cjus. y se levantó la jóven. El pro- mo Dios? ¡Dios mío 1 ¡ q u é sabias han sido esas personas
E l surrexil paella. lUexiil digio se divulgó inmediala- penitentes y mortificadas, esos santos, en haberlo sacrifi-
fama hcec i n uniiersam mente periodo el jiais. do lodo para conseguir su salvación! Grandes del m u n -
terram illatn. do, dichosos del siglo, ¿ vuestros sentimientos y vuestra
conducta locante al negocio de la salvación prueban quo
MEDITACION. sois sabios? •
San Marcelo era papa, y después de haber sufrido un
De laimportancia de la salvación.
destierro y muchos tormentos por la fé de Jesucristo, fué
PUNTO PKIMEHO. — Considera si tenemos algún negocio condenado á concluir sus días en una caballeriza. ¿Y pen-
mas importante, si le tenemos que sea de mayor conse- só j a m á s en quejarse de su suerte ? En una prisión tan r e -
ctiencia, si podemos j a m á s tener ninguno que nos interese pugnante halló la gloria del martirio. ¡ Ah ! ¡ que es encon-
tanto como el de nuestra salvación. trar la vida el perderla por Dios! ¡ Qué poco aprecian sus
No selrala do perder ó de ganar un pleito, del cual de- propios intereses las gentes que pasan sus días entre p l a -
pende lodo nuestro bien temporal; no SQ trata de ser d i - ceres, que llevan una vida muelle y mundana !
chosos ó desgraciados por toda ta vida ; semejante nego- El mal rico es sepultado en el inlierno: Lázaro pasa del
cio seria inlercsante, es verdad; mas no por esto seria hospitalá la gloria, ¿ Q u é importa para su fortuna que ha-
de una consecuencia infinita. Ser desgraciado, sufrir bas- ya sido pobre, desconocido, maltratado? La salvación
ta la muertw seria una gran desgracia ; mas al fin no seria equivale á todo, y sin la salvación la fortuna mas c o m -
SÍQ recurso. Trátase de una felicidad ó Ue una desdicha pleta es nada.
eterna ; trátase de poseer á Dios elernamente en la man- ¡ Mucho os he costado, divino Salvador mío, para que
DIÍSPÜES DE PENTECOSTES. 570
así IBC pierda f Yo confu'so con el mas vivo senlimionlo el compendio de las inslrucciones contenidas en todas las
f)(u> lo he meivcido, y que mi pérdida os inovilalde, si do demás, de las cuales es esla como el epílogo y una corta
«(pií adelante no liabajo mas on mi salvación quo lo he recapitulación. El introilo de la misa del dia os el mismo
beclio hasta ahora. Pero esto es hecho, Salvador divino, que el del domingo precedente. Como algunos do los d o -
mi partido está lomado, desde este momenlo va á ser mi mingos quo preceden pueden ser supernumerarios, no se
salvación el objeto do mis cuidados, de mis solicitudes, de Ies da mas que un introito comim.
mi aplicación; este es mi único negocio; yo no quiero «Mis pensamientos,» dice el S e ñ o r , «son pensamientos
wmpanne de hoy en adelante mas que del negocio de mi de i az,); de dulzura y de misericordia , y «nó de i r a » y
salvación; propiamenle hablando, yo no tengo otro nego- de desolación. «Vosotros me invocareis, y yo no c« o i -
cion que este, él se llevará todas mis atenciones. r é ; yo os reuniré de en medio de todos los pueblos y de
JACULATOKIAS.—¿De q u é me servirá haber ganado lodo todos los lugares» en donde os habláis dispersado. « Do
el universo, si al fm vengo á perderme? (Malih. 16.) lodos los lugares á .'oscuales os a r r o j é , » dice el texto,
¿ Qué puede darse en cambio de lo que vale mi alma? para dar á conocer á los judíos que su cautividad y todas
(Ibid.) sus desgracias eran justo castigo de sus pecados, y que no
debían atribuirlos á ninguna otra causa. Por esto, luego
PROPÓSITOS. que so vuelven á Dios por medio de una sincera peniten-
1 Renovemos cada dia en la oración de la mañana la cia, Dios se deja ablandar, les perdona, y les hace dfeir
deprecación que acabamos de hacer; y digamos muchas por el profeta Jeremías que va á sacarlosdesu cautividad.
veces al dia, cuando nos ejercitamos en nuestro empleo, Los sanios Padres hacen aquí una reflexión que debería
cuando comenzamos alguna obra, cuando nos aplicamos abrirles los ojos y mover el corazón de este pueblo ciego
á nueslro trabajo: ¿ d e q u e me servirá todo esto, si no p r o - y endurecido, haciéndoles ver que han perdido la prero-
curo mi salvación? Esta práctica es muy útil, y conviene gativa de pueblo muy amado y pueblo escogido, llevando
á toda clase de personas. al colmo su iniquidad por el mas horrible de todos los
i Impongámonos una ley inviolable de hacer cada mes crímenes.
un dia de retiro. No es mas que un dia, ¿ y quién puede Dios había promelido á David conservar su estirpe por
racionalmente negarse á dedicar un dia en todo c! mes al todos los siglas, y hacer durar su trono tanto como los cie-
importanle negocio de la salvación, el cual exigirla toda los. Esta promesa no podía entenderse de la estirpe de Da-
la vida? Hállase tanto despacio para los negocios tempo- vid según la carne. Su trono estaba trastornado desde él
rales, para nuestros placeres, para nuestros amigos, ¿ y tiempo do Sedéelas y de Nabucodonosor; hacia ya m.is de
solo para la salvación de imestra alma ha de fallar siem- dos mil años que no subsistía, l'orque aunque Zorobabel á
pre? Cuasi toda la vida se pasa en arreglar cuentas, exa- la vuelta de la cautividad había tenido alguna autoridad
minar libros, hacer valer los fondos, y percibir intereses en su nación, nadie so atreverá á decir que hahia reinado,
temporales. Será mucho dedicar cada mes un dia á exa- ni aun que había gobernado con una autoridad absoluta.
minar las cuentas qne hemos de dar á Dios? ¿ e n q u é es- En el tiempo mismo de Josucrislo no h;d)ia ya entre los
lado está nuestra conciencia? ¿ q u é uso hemos hecho, judíos mas que una sombra de m o n a r q u í a , y aun esta
qué fruto hemos sacado de los tálenles recibidos? ¿ p o r fantasma de monarquía no subsistía en la estirpe de David,
q u é caminos podrán repararse las pérdidas espirituales supuesto que Uerodes que llevaba el nombre de rey era
que se han hecho? Puede decirse q u e d e esta práctica idumeo y descendía de Esaú. Desde el sigla de Josucrislo,
depende la perseverancia y la salvación de muchos. ó á lo mas un siglo después, no se ha distinguido ya la
estirpe ó familia de David; ó eslá absolutamente cstingui-
da, ó de lal modo se halla confundida entre el rosto de la
DOMINGO YIGESIMOCUARTO i ULTIMO DESPUES DE
nación, que no es ya posible distinguirla , ni probar su
PE.NTECOSTÍSS.
existencia. Así quo la promesa hecha á David de un r e í -
El vigésimocuarto domingo después de Penlecostés es nado perpetuo no se ha cumplido sino en Jesucristo, incon-
siempre el último del año eclesiástico , aun cuando hay lestablomonte de la estirpe de David. Este divino Salvador
reina y reinará eternamente, no solo como Dios, sino t a m -
mas do veinte y cuatro después de Pentecostés, poique
bién como hombre-Dios; ejerce su reinado sobre el verda-
entonces después del vigésimolcrcero se colocan los do-
dero Israel, sobre el pueblo escogido que son los cristia-
mingos que han quedado después de la Epifanía ; pero el
nos, y sobro toda la Iglesia, en la que ejerce su domina-
vigésimocuarto se reserva siempre para el úlfimo, y para
ción espiritual por medio do sus ministros. «Si su posteri-
terminar el ano eclesiástico, que habiendo comenzado por
dad llega á abandonar mi ley, si violan la santidad de mi
el primer domingo de Adviento, concluyo siempre por el
ley,» yo lomaré la vara para castigarlos sus iniquidades;-
vigésimocuarlo después de Pentecostés. Por oslo la Iglesia
los castigaré rigorosamente sus crímenes enormes; mas
ha escogido para este dia el Evangelio del juicio i'i'liino,
no por esto fallaré á la alianza que he contraído con Da-
eegun san Mateo, que ordinariamente se llama el Ev.-mgi'-
vid. No a p a r t a r é por esiojui misericordia de su padre, ni
lio del fm del mundo. La Epístola que precede á es(c !'.v,;ii-
retractaré la palabra que le be dado. Les afligiré; permi-
gelio está lomada de la exhortación que hizo san Palilo á
tiré quo sean arrojados de su país, que anden dispersos
los heles de Colosos para inclinarlos á llevar una vida dig-
entre las naciones, queso vean abrumados de adversida-
na de Dios, aplicándose á agradarle en todas las cosas,
des y miserias; poro después de algún tiempo me dejaré
dando frutos de toda especie de obras buenas, y creciendo
ablandar, mi indignación cesará, los rounii é sacándolos de
mas y mas en la inleligencia espiritual y en la pi áclica de
lodos los parajes del mundo, y concluirán sus desgracias
la voluntad de Dios, que os en lo que consiste loda la per-
y su cautividad, El suceso verificó la predicción. Dospuus
fección cristiana. Se puede decir que esla Epístola es como
530 DOMINGO YIGESLMOCUARTO
de setenta años de dispersión y de servidumbre, reunió cribió esta carta para desengañarles de estos errores, y
Dios al [jueblo y Je restableció en su pais. Sus pecados para confirmarles en la fé y en la caridad, en la esperanza
babian sido graves, el castigo ha sido severo; pero al fin y en todas las d e m á s virtudes que les hablan inspirado
después de este número de aíios de penitencia Dios se ha los verdaderos apóstoles. Yo no ceso , les dice, de rogar á
compadecido de ellos. ¿ Q u é nuevo crimen tan horrible ha Dios por vosotros, y pedirle que tengáis un pleno conoci-
podido cometer después este desvenlurado pueblo para miento de su voluntad con toda la sabiduría y toda la i n -
ser arrojado tantos siglos hace de su pais, para haber l l e - teligencia de las cosas espirituales ; esto es, de las verda-
gado á ser el horror y la execración de todo el univefso, des de la religión, para que no caigáis en los errores y en
errante, esclavo é infeliz por toda la tierra ? no hay cier- los lazos que os tienden los que solo tratan deseduciros:
tamente otro á que atribuirlo sino al deicidio cometido en « a fin de que tengáis una conducta digna de Dios, pro-
la persona de Jesucristo, al cual no han querido reconocer curando lodos los medios de a g r a d a r l e ; » es decir, una
por el Mesías. Y si el crimen de idolatría, dicen los Pa- conducta digna de Jesucristo vuestro Salvador, digna de
dres, que ciertamente es el mas enorme, añadido á todas vuestra vocación, una conducta verdaderamente crisliana;
sus iniquidades, no ha sido castigado mas que con una y para esto «debéis fructificar en lodo género de obras
cautividad de setenta aflos, ¿ c u á l debe ser el crimen por buenas,» y crecer lodos los dias en virtudes, en perfección,
el cual este desdichado pueblo está proscripto y cautivo en conocimiento y en amor de Dios, en constancia y fide-
mas ha de diez y ocho siglos? No puede ser otro que el lidad en su servicio, sin dejaros deslumhrar ni sorprender
de uo haber querido reconocer á Jesucristo por su Salva- por los artificios de los (pie bajo del prelesto de llevaros á
dor; no puede sor otro que el haber hecho morir en la Dios os alejan de é l : fortilicándoos con toda la fortaleza
cruz al Hijo de Dios, su Rey, su Redentor y su Mesías. Los posible por la participación de su poder glorioso, sufrién-
mas hábiles de los rabinos y de sus pretendidos doctores, dolo todo con paciencia, con constancia y con alegría.»
aturdidos y llenos de confusión por la fuerza de un racio- Después do haber pedido san Pablo á Dios la sabiduría y
cinio tan justo y tan concluyente, han tratado de salir del la inteligencia para los eolosenses, esto es, la gracia para
embarazo, diciendo que el pecado tan enorme por el cual conocer los secretos de la voluntad de Dios en la reconci-
la nación judía ha sido reprobada de Dios, consiste en ha- liación de los hombres con él, y los secrelos adorables do
ber algunos judíos reconocido á Jesucristo por el Dijo de la divina Providencia, pide también la gracia para cono-
Dios y el Mesías. ¡ Ridicula respuesta , miserable efugio! cer en cada ocasión lo que Dios exige de ellos en la p r á c -
Si Jesucristo hubiese sido un impostor, ¿hubiera podido tica de sus mandamientos, y que lleven frutos por el ejer-
la nación judía ofrecer á Dios un servicio mas meritorio cicio de todo g é n e r o de obras buenas. Una vida infructuo-
que haciendo morir coa la muerte mas cruel y mas infame sa y estéril en virtudes, j a m á s fué una vida crisliana. No
á esto impostor, y persiguiendo y castigando basta con la basta aun llevar frutos, dice el apóstol, en la primavera,
muerte á ios que le reconociesen por el Mesías ? La muer- que es una estación calmosa y pacífica; es menester l l e -
te de Jesucristo debia ser para el pueblo judío un ma- varlos en la estación de los frios y de las tempestades; es
nantial de nuevas bendiciones, y el celo de sus gefes m e - menester que la fidelidad y la viriud de un cristiano sean
recia ser recompensado por Dios, y debia atraer sobre á prueba de las tentaciones mas violentas, y esta genero-
toda la nación una protección mas brillante y mas s e ñ a - sidad, esta paciencia , esta alegría , aun en las adversida-
lada. Es menester no tener sentido común, es preciso ser des, esta perseverancia es la que desea el sanio apóstol á
muy ciegos para uo ver que únicamente el haber recibido ios eolosenses. Sobre lodo quiere « q u e rindan ;rcciouesdo
latí mal al Mesías , es lo que Ies ha atraído las últimas gracias á Dios Padre, que por su luz, esto es, por su n t -
desgracias y la maldición universal. j o , que es la luz del mundo y el esplendor de la g l o -
La Epístola está tomada del capítulo primero de la de ria de su Padre, «nos ha hecho dignos de participar do
san Pablo á los eolosenses. «No cesamos de rogar á Dios la herencia de los sanios.» Jesucristo nos ha merecido
por vosotros,» les dice el santo apóstol, « y pedirle que la gracia de la adopción, la herencia de la bienaventu-
lengiiis un pleno conocimiento de su voluntad con (oda la rada inmortalidad. Los eolosenses eran gentiles con-
sabiduría y la inteligencia de las cosas del espíritu.» Puede vertidos á la fé. San Pablo quiere que tengan siempro
asegurarse que la Iglesia en sus primeros dias ha tenido delante de los ojos el precio intínilo de esta grande g r a -
mas que sufrir de los falsos apóstoles convertidos de! j u - cia, considerando que los judíos, que eran los hijos y los
daismo (pie de los gentiles. Estos peligrosos seductores legílimos herederos, han sido por su culpa y por su i n -
que pueden llamarse ios herejes de los primeros tiempos, credulidad escluidos de la dicha á que los gentiles han
recoman todas las iglesias para hacer prosélitos en ellas. sido llamados por un favor singular de la pura misericor-
No bien hubo recibido la fó la ciudad de Colosos, cuando dia de Dios. ¿ Q u é favor mas insigne, q u é misericordia
eslos falsos apóstoles vinieron á sembrar en ella la zizaña, mas escesiva que el habernos sacado del poder de las t i -
predicando la necesidad do la circuncisión y de las obser- nieblas para hacernos pasar al reino de su Hijo muy amado,
vancias legales; y mezclando la filosofía platónica con el «en el cualhallamoso por medio de su sangre «la remisión
judaismo, Iraiaban de inspirar á aquellos fieles, todavía de los pecados, que hace la redención? En otro tiempo erais
sencillos y nuevameníe convertidos, un culto supersticioso las mismas tinieblas,» como escribía á los efesir.os, «y ¡-hora
de los á n g e l e s : y bajo del velo de una falsa humildad les sois la luz en nueslro Sefior, Vosotros Viváis ánt* s en IHS t i -
bac'iim entender que siendo Dios inünilamente superior á nieblas de la idolatría y en la ignoi ancla, estubaisen el er-
irjsotrüS, era necesario d i r i g i r nuestras preces nó á Dios ror del pecado, m á s ahora estáis iluminados con la luz dé la
ni á Jesuorisío , sino á los ángeles, por cuya mediación f é ; Jesiicrisío es el (pie os ha librado de la sei vkUimbi e (k1
htjm Dios dado en otro tiempo la ley á Moisés. Informado pecado, que es el principe de las tinieblas, de la r.odu.,
san Pablo de lo pasaba entre los eolosenses , les es- del paganismo, del error y del pecado, y os ha hecho pasi.r
DIíSPUES DE PENTECOSTES.
al reino de s« Hijo muy amado; 6 como dice el griego, al esle Profeta en los capítulos séptimo y nono de su profe-
reino del Hijo de su amor; «caminad, pues, como hijos d é l a cía la ruina entera de Jerusalen, cuya época, según é l ,
luz.» Jesncrislo es el que nos ha rescatado de la muerte: está señalada después de la muerte de Jesucristo en el
él es el que nos ha lihrado de la servidumbre del pecado, tiempo en que la abominación de la desolación eslaria en
y nóla ley de Moisés. Si la ley hubiera podido salvarnos, el lugar santo, lo cual sucedió durante el sitio de, la ciudad
hubiera sino inútil que viniese el Hijo de Dios al mundo. porlos romanos, por los asesinatos y las infamias que se
Ved, pues, si os conviene el sujetaros todavía á una ley comelieron en él; y cuando después de tomada la ciudad,
tan vacía, tan ineficaz, tan impotente. «La ley que ha pre- colocaron allí los romanos sus insignias cargadasde figu-
cedido,» dice el mismo Apóstol en su carta á los hebreos, ras de sus falsos dioses.
«ha sido reprobada, porque era débil ó inútil, incapaz de San Agustín, san Gerónimo, el venerable Beda y la
salvarnos, o mayor parle de los intérpretes creen que el Salvador en
El Evangelio de este último domingo predice la ruina esle pasaje del Evangelio mira á estos dos grandes aconte-
de Jerusalen y el fin del mundo, al que debe seguir i n - cimienlos: la ruina entera de Jerusalen y el juicio univer-
medialamente el juicio universal, del cual es como el pre- sal en el fin del mundo, y por eslo acaso añade estos pa-
ludio. labras: «El quelee» esta profecía, «que trate de compren-
Acababa de hacer el Salvador una descripción espanto- derla)» bien, y de conocer su sentido, distinguiendo los h e -
sa de todas las desgracias que debian suceder á la ciudad, chos. Como la corrupción universal de toda carne habia
de Jerusalen y á toda la nación, y se habia esplicadodc precedido al diluvio, del mismo modo ta iniquidad, esto es,
una maneta tan precisa ó tan clara, que habiendo salido todo género de vicios, de abominaciones y de impurezas
del lempio, le detuvieron sus discípulos algunos momentos que enlonces inundaron como torrente toda la tierra, pre-
para que notaso la tnagniíiccncia de él, como para decir- cederian á estos dos acontecimientos. La abominación de
le; ¿Será posible que un edificio tan suntuoso, y que pasa la desolación fué la horrible profanación que los mismos
por una de las maravillas del mundo, haya de ser ente- judíos hicieron del templo durante el sitio de Jerusalen,
ramente destruido, y que Dios pueda j a m á s abandonar y cuando habiéndose apoderado del lugar santo una tropa
reprobar este santo templo? La respuesta que Jesús les dió de bandidos cometieron en él lodos los desórdenes imagi-
acabó de consternarles: Admirad cuanto quisiereis. Ies d i - nables. Esla abominación de la desolación sucederá t a m -
ce, la riqueza, la magnificencia de este soberbio edificio; bién en el fin délos siglos, por la horrible profanación (¡i:e
lodo lo que os be predicho sucederá dentro de poco tiem- se hará entonces de nuestros sagrados misterios y de lodo
po; lodos esos grandos edificios serán destruidos hasta Ies lo mas sagrado de la religión. La profanación de las cosas
fundamentos, y no quedará piedra sobre piedra.Estas pa- sanias es la muestra déla mayor indignación de Dios y la
labras picaron la curiosidad de sus mas familiares discí- señal mas segura de su próxima venganza.
pulos. Pedro, Santiago, Juan y Andrés se lomaron la l i - «Los que estuvieren en la Judea en aquel tiempo, h u -
bertad de hacerle en particular tres preguntas: 1 E n q u é yan á los montes.» Yo aconsejo, pues, á los que se halla-
tiempo debian suceder estas desgracias: 2.a Cuál debian ren enlonces en la Judea que dejen la campiña, y se va-
ser los presagios y como los anuncios de ellas: 3.* Cuál yan á las alturas; y al que estuviere sobre el terrado, que
debía ser la señal de su última venida, y de la consuma- no baje para tomar nada de su casa; y al que se encontra-
ción de los siglos. El Salvador luvo la complacencia de reen el campo, que no vuelva atrás para lomar su vestido.
r e s p o n d e r á estas preguntas, pero de una manera instruc- Estas palabras en el sentido literal significan el peligro de
liva al mismo tiempo que misteriosa. Dióles bástanle á en- los que no podrán huir en un tiempo en que solo en la f u -
lenderque no estaba lejos el tiempo de estas desgracias ga habrá salvación. En un sentido espiritual dan á conocer
sobre Jerusalen, y se dignó indicarles las señales y t e r r i - la desgracia de los que en la víspera de i r á comparecer
bles fenómenos que debian preceder á su venida y á la delante de Dios, ya sea en vísperas del juicio particular,
consumación de los siglos; pero a c o m p a ñ ó s n s respuestas ya al aproximarse el juicio universal, en el tiempo en que
de saludables avisos, pues haciéndoles saber cuáles de- el enemigo de la salud lo pone todo por obra para perder-
bian ser las señales deesta general desolación, les instruyó los, no tendrán virlud alguna, arrasli ando todavía por la
de todo lo que debian hacer los que se hallasen en aque- tierra sin conocer aun la perfección crisliana; ó que subi-
llas críticas y horrorosas circunstancias. Después de ha- dos al lecho, eslo es, habiendo hecho algún progreso en la
berles adverlido, j en su persona á todos los fieles, que virlud, engañados ó vencidos por el tentador descienilen
esluviesen alerta contra los a r l i í i n o s d é l o s seductores, de para volver á sus antiguas costumbres, y no tienen perse-
que habrá en grnn número en aquellos últimos tiempos; verancia.
después de haberles dicho que otras de las señales de las « ¡Ay do las mujeres que en aquel tiempo se hallaren
últimas desgracias serian las guerras, el espíritu de d i v i - p r e ñ a d a s , y de las que tuvieren hijos al p e d i o ! » A la
sión que reinará por todas parles, las enfermedades con- letra Imnenla aquí el Salvador la desgracia de los judíos
lagiosasque despoblarán el universo, la hambre que hará durante el sitio de JiMMisalon, en cuya épora se vió reali-
p e r e c e r á muchas gentes, la irregularidad de las estacio- zado todo lo mas funesto que les habia predicho. La deso-
nes, la intemperie del aire, los temblores de tierra, hace lación sobrepujó á lodo lo mas horroroso que puede i m a -
el Salvador un l etr ato muy vivo de todo lo que debe ser- ginarse. En el .sentido espiritual se duelo el Salvador de
vir de presagio y de aparato al dia d e s ú s venganzas: co- la desdicha de aquellas almas tibias, de aquellas almas
mienza porlos crímenes enoi mes y el torrente de iniquidad flojas, que en la víspera de haber de presentarse ante su
que inundará enlonces toda la tierra. tribunal, estarán preñadas, por decirlo así,de buenos de-
«Cuando viereis en el lugar santo la abominación de la seos, grandes proyectos de conversión, designios inútiles
desolación de que ba hablado el profeta Daniel,» Describe cnloncoo,de una vida perfecta; ¡ que peligro aun para
58a DOMINGO V I G ESIMOGUARTO
aquellos que no alimcnlar/in mas que viitndes naciente?,ó sos, y aun con prestigios que se tomarán por milagros,,
tan débiles que serán incapaces de resistir á la tentación! serán capaces de arrastrar á muchos al error. No fallaron
Sin embargo, «pedid que no tengáis que huir en invierno de estos impostores durante el sitio de Jerusalen; Jos g e -
ó en el dia del sábado.» Durante el invierno los dias son fes de los facciosos que sabían la debilidad del pueblo, los
cortos, los caminos están malos, los viajes son incómodos; suscitaban ellos mismos para e n g a ñ a r l e . Es innegable que
tiempo poco á propósito para una fuga precipitada. Lot> d Anlicristo aparecerá al Gn del mundo, y seducirá á m u -
judíos creían que no les era permitido el sábado andarinas chos con sus prestigios. Aparecerán falsos cristos y falsos
que una media legua: todas estas espresiones figuradas profetas que harán cosas tan estraordínarías y tan prodi-
daban á entender que no seria ya tiempo entonces de giosas, que los mismos elegidos, si fuera posible, serian
evitar los tristes efectos de la cólera divina; era necesario engañados. El S e ñ o r , dicen los intérpretes, no solo ha
haber prevenido estas desgracias por la penilencia; era querido designar aquí los emisarios del demonio, suscita-
preciso haber reconocido al Mesías. La hora de la dos para seducir á los fieles al Gn del mundo, sino t a m -
muerte es un tiempo muy poco á propósito para con- bién los herejes de todos los tiempos que con sus enga-
vertirse. ñosos artificios han hecho laníos esfuerzos p«ra destruir
«La desolación será grande, y tal que no la hubo s e - la religión, dándose á sí mismos por enviados de Dios y
mejante desde el principio del mundo basta ahora, ni la por profetas. A la verdad. Dios siempre ha tenido un c u i -
habrá j a m á s igual.» Esta predicción se ha verificado ple- dado particular de su Iglesia. Ella ha visto nacer y morir
namente por la guerra que los judíos se hicieron á sí m i s - todas las herejías, y las puertas del infierno no prevale-
mos con sus divisiones domésticas; por las persecuciones cerán j a m á s contra ella. Dios ha provisto á su seguridad
quo sufrieron de parle de todos sus vecinos; y por los completamente; son torrentes impetuosos que haciendo
males que les hicieron los romanos durante la última guer- estragos pasan rápidamente; son furiosos que no respiran
ra. Josefo cuenta un millón y cien mil muertos, y noventa mas que muerte y carnicería, y cuyos dias abrevia el Se-
y siete mil prisioneros. Confiesa también que los crímenes ñor. Una vez que ha hablado la Iglesia, dice aquí un sabio
de los sediciosos, quese hablan apoderado del templo, lle- intérprete, yo no escucho ya albombre, aunque su piedad
garon á tal esceso, que si los romanos no hubieran venido esterior sea la mas estraordinaria; ni al hombre obrador
para esterminar una raza tan corrompida y tan impía,la tier- de milagros, sí me enseña locontrario. Porque cualquiera
ra s e abria abierlopara tragarlos,ó Dios habria enviado un que no habla como la Iglesia, á pesar de toda la san-
nuevo diluvio para anegar, ó fuego del cielo para consu- tidad que aparente y do lo maravilloso de sus obras, no
mir una ciudad tan criminal. La desolación que precederá es ciertamente en el fondo mas que un hipócrita y un
al Gn del mundo no cederá en nada á la que ha precedido seductor.
á la entera ruina de Jernsalcn; « y si el número de aque- «Como el relámpago parle del Oriente, y se deja ver
llos dias no s e hubiese disminuido, nadie hubiera que- hasta el Occidenle, del mismo modo será la venida del
dado salvo; pero se disminuirá á causa de los elegidos.» Hijo del h o m b r e : » como sí dijora, dicen los Padres, como
En efecto , si el sitio de Jerusalen hubiese durado mas no es posible que apareciendo el sol sobre el horizonte no
tiempo, no hubiese quedado un solo judío en la ciudad; ilumine en un momento todo el hemisferio, lo mismo suce-
pero en favor do los judíos que habían abrazado el Evan- derá con la venida del ¡Jijo del hombre, esto es, que des-
gelio , y que hubieran todos perecido en aquella des- pués del cumplimiento de lodo lo que el Salvador acaba
venturada ciudad, abrevió Dios el número de los días do de decir acerca de la ruinado Jerusalen, su reino espirilual
tribulación . Según algunos inléi pretes, miraba laminen se estonderá con esplendor por toda la tierra, por la p u -
Dios á los cristianos de los siglos venideros, impidiendo la blicnoion del Evangelio, el cual será predicado en todos
entera destrucción de toda la nación j u d í a . Quería Dios los pueblos, y abrazado por todas las naciones. Era nece-
que estos desgraciados restos , despreciados, dispersos, sario que la justicia de Dios castigase del modo mas ter-
ciego-;, subsistiesen para verificar en todos los siglos las rible, como Jesucristo lo había predicho, aquella nación
profecías, y para que sirviesen á todos los pueblos de mo- ingrata é impía que se había negado á reconocer al Me-
numento eterno de la verdad de lodo lo que Jesucristo les sías, y que había llevado su malicia hasta hacer morir en
había predicho. Todo lo terrible que ha sucedido en la la cruz á su Salvador : después de lo que, esta verdadera
destrucción de Jerusalen, no es mas que una figura, por luz que ilumina á cualquiera que viene al mundo, debía
decirlo a s í , de cuanto funesto y espantoso debe suceder brillar por toda la tierra, y ser reconocida y adorada por
en el fin del mundo. Allá eran los hombres que querían todo el universo. Puede decirse que la dispersión y las
arruinar y domar un pueblo rebelde; aquí será un Dios el desgracias de aquel pueblo, maldito por todas parles, es
que desplegará toda su ira para esterminar á todos los en todas ellas una prueba permanente de la venida del
hombres y para hacer secar por el susto á todos los peca- Mesías. Su segunda venida, dice san Agustín, no será ni
dores antes de juzgarlos. La consternación y el miedo se- menos brillante ni menos súbita que la primera, no obs-
rán tan grandes que serian capaces de hacer caer en la tante todas las señales y lodos los presagios del fin p r ó -
desesperación, y perder la confianza aun á las almas mas ximo del mundo : quiere decir, que el Señor vendrá á
¡iiocentes, sí Dios en favor de ellas no abreviase aque- juzgar á los hombres cuando ménos lo esperen. Pocos hay
llos dias de desolación. también á quienes la muerte no coja de improviso. « E n
«Entonces, si alguno os dice, aquí está el Cristo, ó bien cualquiera parte que esté el cuerpo, allí se c o n g r e g a r á n
allá e s t á , no creáis nada de esto.» Advierte Jesncnslo también las águilas.» Este es un proverbio sacado de Job,
aquí á sus apóstoles, y en sus personas á lodos los heles de que se sirve aquí Jesucristo para significar que de todas
para que no se diíjim e n g a ñ a r por los falsos profetas, que las pai tes del mundo vendrán los fieles que hubieren abra-
á favor de su eslerior engañoso, de sus discursos capcio- zado el Evangelio á reunirse á su gefe pr.ra componer el
DESPUES DE PENTECOSTES. 583
onorpo místico de la Iglesia. Y oslo es lo qno ha sucedido terrible del último juicio, y de el que el rigor con que ha
por la publicación del Evangelio, y lo que sucederá al fin castigado á los judíos puedo ser la Imágeu raénos deseme-
del mundo, cuandohabiondo resucitado lodos los liouibres, jante y la mas viva. Ha sido menester que Jesucristo fue-
los jtistos se reunirán y acercarán rápidamente á su Señor, se humillado, perseguido, y que padeciese ántes de entrar
quien por su virtud divina los atraerá mas fuertemente, en su glorhi. El cristianismo, la Iglesia que él ha dado á
que los cuerpos muertos atraen las aves de rapiña y las luz en la cruz, le ha procurado una gloria que le indem-
águilas. niza en alguna manera de sus humillaciones; pero esta
«Inmediatamenlo después de esíos dias de tribulación gloria no aparecerá propiamente en todo su esplendor,
el sol se ose m e c e r á , la luna no lucirá mas, las estrellas ni su poder se ostentará con una majestad deslumbrado-
caerán del cielo, y las virtudes celestiales se desordena- ra hasta el dia del juicio último. No habrá nada, hasta las
r á n . Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del criaturas inanimadas, que al sentir que se acerca, no
hombre.» Es indudable que todos estos fenómenos tan ad- manifieste temor, y no le inspire á todos los espíritus. El
mirables convienen igualmcnle á las dos venidas predi- sol se oscurecerá, la luna perderá su luz, las estrellas se
c b a s a q u í por el Salvador del mundo. Estas espresiones ó estinguirán^ el cielo se conmoverá, los mismos ángeles
maneras de hablar biperbólicas son muy frecuentes en la encargados de reglar sus movimientos estarán en algún
Escritura ; ordinariamente las usan los profetas para pre- modo asombrados al ver mudada toda la faz del universo:
decir la ruina y las calamidades de los pueblos. Así es lasólas del mar agitadas por los vientos furiosos parecerá
que valicinando el Salvador las desgracias que debian que amenazan á la tierra de ana general inundación. La
suceder muy pronto á los judíos, ha hecho también a l u - tristeza y la muerte pintadas en el rostro desecará hasta
sión á lo que sucederá en el fin del mundo. « E l sol se los huesos, y el espanto difundirá la desolación en toda la
oscurecerá, la luna no lucirá mas, las estrellas caerán del tierra. «Enlonccsaparecerá la señal del Hijo del hombre.»
cielo, y las virtudes celestiales se d e s o r d e n a r á n . Todas Esta señal de la llegada del soberano Juez, dicen los Pa-
estas espresiones sacatlas del estilo figurado de los Profe- dres, s e r á el estandarte de su cruz. Brillará esta cruz en
tas, muestran que los judíos serán abandonados de Dios y los aires, y será un espectáculo agradable, á la verdad, ¿
entregados á su ceguera, que no serán ya iluminados por los que la llevaren grabada en el corazón, pero muy ter-
el Espíritu Sanio, que se estinguirá la luz que lucia sobre rible á los que la hubieran mirado con horror durante su v i -
ellos; tinieblas espantosas y una noche oscura vendrá so- da. Pero ¡qué sentimientos de temor y de susto no inspira-
bre toda la nación, la sinagoga no será ya verdadera igle- rá en el alma de todos los hombres la voz atronadora de
sia. En el mismo sentido entienden también los Padres y los ángeles que llamará á todos los muertos para que ven-
los intérpretes las señales que deben preceder al üllimo gan á comparecer ante el tribunal del supremo Juez para
juicio. Es evidente que no debe entenderse sino en sentido oir allí el decreto fulminante de su eterno destino!
figurado la caida de las estrellas, supuesto que la menor
«Aprended,» añade el Salvador, «una parábola loma-
do ellas es mucho mas grande que toda la tierra: podría
da de la higuera.» Cuando sus hojas aparecen, conocéis
acaso entenderse por esta caida de las estrellas, la caida
que está próximo el eslío; del mismo modo cuando viereis
moral de aquellos grandes hombres, que habrán sido m i -
todas estas cosas, sabed que el Hijo del hombre está p r ó -
rados como astros, y que sucumbiendo desgraciadamente
ximo ya á la puerta. Por esta comparación, que era un
entonces á la tentación, se eslinguirán tal vez en gran n ú -
proverbio entre los judíos y todos los pueblos de OrienlG,
mero en aquellos tiempos de calamidad. La entera des-
advierte Jesucristo á sus Apóstoles y á todos los judíos
trucción de Jerusalen y de la religión de los judíos será
convertidos á la fé, que estén atentos á todas las señales
la señal, como hemos dicho, de la venida Iriimfnntede
que acaba de darles, á fin de que no se vean envueltos
Jesucristo, esto es, del triunfo del Evangelio por toda la
ellos mismos en las calamidades públicas; también es una
tierra, y el presagio también en los últimos tiempos de su
advertencia que da el Salvador á los crislianog de los ú l -
venida «con gran poder y con gran majestad.» Tanto co-
timos tiempos para que no sean sorprendidos por el dia
mo Jesucristo ha parecido débil, humillado, yaundespre-
terrible de su ira. «En verdad os digo, que no pasará esta
ciable, en su primera venida, otra tanta majestad y poder
generación sin que lodo oslo suceda.» Con respecto á la
ostentará, otro tanto h a r á brillar su gloria en la segunda :
ruina de Jerusalen puede entenderse por esta generación
«Al mismo tiempo enviará sus ángeles con la trompeta, y
el siglo en que el Salvador vaticinaba todas estas calami-
una voz estrepitosa reunirá sus elegidos de las cuatro par-
dades ; y en efecto, lodo lo quehabia predicho se vié c u m -
tes de la tierra,» de un estremo del cielo al otro. Estos á n -
plido en el espacio de cuarenta años. Con respecto al fin
geles ó enviados en el sentido figurado son los Apóstoles
del mundo, se debe entender por esta generación, ó la ú l -
y los ministros del Evangelio que han anunciado la nueva
tima edad del mundo y de todo el género humano, según
ley por toda la tierra. Entonces todas las naciones de la
san G e r ó n i m o ; ó la Iglesia, según san Crisóstomo, la cual
(ierra, esto es, todas las tribus, todos los judíos obsiina-
debe subsistir, á pesar de todas las persecuciones, hasta
Boa harán publico su dolor al ver con q u é gloria, con q u é
el fin del mundo.
poder el Hijo del hombre aparecerá verdaderamente Hijo
de Dios, después de haber sometido á s í , por medio de «El cielo y la tierra p a s a r á n , mas por lo que hace á
doce pobres pescadores, todos los pueblos del mundo. mis palabras, no pasarán. « Hé aquí la última edad del
mundo; y yo os digo en verdad, que no concluirá sin que
Es cieno, dicen Jos Padres, que haciéndonos el Salva- hayan sucedido todas las cosas que os he dicho. Mis pala-
dor un retrato tan vivo de todas las desgracias que debian bras son oráculos que no pueden e n g a ñ a r . El cielo, a u n -
anunciar la entera ruina de Jerusalen, y la reprobación que incorruptible, y la tierra, aunque inmoble, pueden
del pueblo judío en castigo de su obstinación y de su d w - perecer y volver á caer en la nada; pero lo que yo digo
cidio, ha querido al mismo tiempo darnos una idea bien no puede fallar, supuesto que todo lo que debe suceder
584 DOMINGO VIGESIMOCUARTO
Lasla el fin de los siglos me está presente; lo mas esta in regmm Filii dileciionis nos ha Lecho dignos de par-
ble en la naturaleza está sujeto á la mudanza, y solo las suai; in quo habemus re- ticipar de la herencia de los
verdades que yo os anuncio es lo que hay constante y demplionem per sangui- santos; que nos ha sacado del
eterno. nem ejus, remissionem poder de las tinieblas, y nos
Comienza y concluye la Iglesia el año eclesiástico por peccalorum. ha trasladado al reino de su
el Evangelio del fin del mundo y del último juicio, cada Hijo muy amado, en el cual
uno de eslos Evangelios, el uno según san Mateo, el otro tenemos por su sangre la re-
según san Lucas, termina por estas palabras: «El cielo misión de los pecados que ha-
y la tierra p a s a r á n ; mas por lo quebace á mis palabras, ce la redención.
no pasarán;» quiere decirnos que el pensamiento d Algunos autores han creído falsamente que san Pablo
juicio último debe acompañarnos toda la vida. San G e r ó - había escrito esta carta á los rodios, célebres por su famo-
nimo y muchos otros grandes santos le tenían siempre so coloso del sol; pero es indudable que ha sido dirigida á
presente, y esta terrible verdad era el asunto ordinario de los colosenses de Frigia, llabian estos sido convertidos por
su meditación diaria. Como la Iglesia alimenla todos los Epafras, discípulo de los apóstoles. San Pablo no los había
días á sus hijos con el pan de la palabra de Jesucristo, visto; pero habiendo sabido los errores que ciertos falsos
dándonos cada dia su Evangelio, nos advierte el primero apóstoles les predicaban, les escribió para instruirles y
y el último dia del a ñ o , que el cielo y la tierra y todas las volverles á atraer á la pureza de la fé.
cosas pueden estar sujetas á la mudanza, que todo os ca-
duco, que todo puede hasta dejar de subsistir; pero que el REFLEXIONES.
Evangelio de Jesucristo es eterno é inalterable. La verdad «A fin de que observéis una conducta digna de Dios,
de su palabra no depende ni del humor ni del capricho de procurando Iodos los medios de agradarle » Hé aquí en
los hombres, ni de la vicisitud del tiempo, ni de las revo- alguna manera en compendio toda la moral cristiana. Una
luciones de la naturaleza. Todo lo que Jesucristo nos ha conducta digna de Dios es la conducta de un hombre abra-
dicho es infalible y lo será eternamente. Créase ó nó; sado en amor de Dios, y que procura agradarle por todos
praclíquese ú omítase. Todas las palabras de Jesucristo los medios. Es la conducta de un hombre sin amor propio,
son «ráculos; creámosle ó no le creamos, no hay propia- sin interés, sin ambion; de un hombre en todo tiempo so-
mente verdad sino lo que Dios nos dice. vero consigo mismo, que nada se perdona, y dulce con los
d e m á s , en cuyo favor lodo lo escusa. Atento sin afectación,
La oración de la misa de este dia es como sigue, complaciente sin cobardía, obsequioso sin interés, eslraor-
dinariamente exacto sin escrúpulo, conlinuamenle unido á
Excita, quwsumus. Do- Os suplicamos, Seflor, que
Dios sin fatiga. J a m á s ocioso, sin ostentar demasiada soli-
mine, tuorum fidclium vo- escileis por vuestra gracia las
citud: j a m á s escesivamente ocupado, y todavía menos dis-
lúntales : ut dxvini operis voluntarf'cs de vuestros fieles,
traído por los negocios, porque conserva siempre su c o -
frucium yropensius exe- á fin de que produciendo con
razón libre, no ocupándole mas que con su gran negocio,
quenlcs, pielalis (UÍC re- fervor el frulo de las buenas
que es el negocio de su salvación. Lleno de sentimientos
media majora percipianl. obras, reciban de vuestra
bajos de sí mismo, siempre aprecia á los demás porque no
Per Dominum,.. bondad mayores auxilios y re-
mira en ellos mas que las virtudes que tienen, al paso
medios mas eficaces para sus
quo en sí mismo no considera mas que sus defectos. No
males. Por nuestro Sefior Je-
conduciéndose sino por las máximas sobrenaturales, no
sucristo, etc.
piensa que los que le desprecian le hacen agravio, porque
L a Epístola es del a ¡ m t o l san Pablo á los colosenses, l o - no cree que se le deba el honor que le hacen. Es un h o m -
mada del cap. 4. bre siempre en paz, siempre igual, á quien no hinchan los
sucesos prósperos, ni abaten Jos mas terribles accidentes,
Fralres : Non cessamus Hermanos mios: No cesa-
porque sabe quo los bienes y los males de esta vida v i e -
pro vohis orantes ct postu- mos de rogar á Dios por voso-
nen siempre de la misma mano. Y como la sola voluntad
lantes : u t m p l e a m i n i ag- tros, y pedirle que as conceda
de Dios es la regla de su conducta, hace siempre lo que
nilione volmlatis Dei, i n un pleno conocimienío de su
Dios quiere, y quiere siempre todo lo que Dios hace. No
omni sopientia el intellec- voluntad, con toda la sabidu-
considerándose mas que como estranjero en la (ierra, lodo
iu s p i r i t a l i , ut ambulelis ría y toda la inteligencia do
su comercio es con el cielo. Dios solo es su tesoro, y así
dique Deo p e r o m n i a p l a - las cosas del espíritu, á lin de
centes ; i n omni opere bo- que observéis una conducta es que no suspira mas que por la posesión de Dios. Y co-
mo todo su deseo, toda su ambición es agradarle, (oda su
no fructificantes , el cres- digna de Dios, procurando t o -
aplicación es fructificar por todo género de obras buenas,
centes i n scienlia Dn : i n dos los medios de agradarle;
y todo su estudio adelantar en el conocimiento de Dios. En
omni virlute conforlali sc- fructificando por todo género
efecto, cuanto mas se conoce á Dios, mas se le ama, y el
'cundum potentiam clarita- de obras buenas, y adelantan-
amor no fué j a m á s ni ocioso, ni infructuoso. Esta es la con-
tis ejus , i» omni palien- do en el conocimiento de Dios;
ducta digna de Dios que san Pablo pide á los colosenses, y
t ia ct longanimitate cum pertrechándoos de toda la for-
en su persona á todos los fieles. ¿ Y es esta la conducta de
g m d i o gradas agentes taleza posible por la participa-
los cristianos de nuestros d í a s ? La conducta tan poco cris-
Deo Patris qui dignos ción de su poder glorioso; su-
tiana de los mundanos, de esas gentes esclavas de sus pa-
nos fecit i n p a r l e m sortis friéndolo todo con paciencia,
siones, de esas mujeres que se confundirían con las muje-
sttnctorum in lunúne : qui con constancia y con alegría;
res paganas, ¿es una conducta digna de Dios? La vida y la
fi ipnil NOS de potestale tributando acciones de gracias
conducta tan poco edificante de esas personas consagradas
ic>iclraruin, el translulit á Dios Padre, que por su luz
DESPUES D E P E N T E C O S T E S . 585
á Dios por su estado ¿ e s digna de Dios ? Y e! gusto, el curabitur, el luna non da- tosdias de tribulación ei sol
dia de hoy lan general, por el mundo y por el placer, la bit lumen s u m í , et stellce se o s c u r e c e r á , la luna no
.relajación tan universal, el diguslo de la devoción, tan co- cadent de coelo, et virtutes a l u m b r a r á , las estrellas cae-
luun en estos tiempos, la aversión y basta el desprecio de cedorum commovebuntur: rán del cielo, y las virtudes
las máximas mas sagradas del Kvangelio, todo esto ¿ p r e - el lunc parebitsignum F i - celestiales se c o n m o v e r á n .
senta una conduela digna de Dios, y un gran deseo de lü hominis i n ccelo : et Entonces la señal del Hijo del
agradarle? Pero i Dios m i ó ! con una conducta tan i n d i g - tune plangent omnes t r i - hombre aparecerá en el cielo;
na de vos y del nombre docristiano ¿qué es lo que nos ha- bus terree: el videbunt F i - entoncestodas las naciones de
ce confiar? ¿con unas costumbres tan poco cristianas no lium hominis venienlem i n ia tierra h a r á n público su d o -
nos privamos del derecho que hemos adquirido por el bau- nubibus cceli cum virtute lor, y v e r á n venir al Hijo del
tismo á la herencia de ios santos ? multa et majesiale. Et hombre sobre las nubes con
mittet angdos suos cum gran poder y majestad. A l
El Evangelio de la misa de este dia es lo que sigue, toma- tuba et voce magna ; et mismo tiempo enviará sus á n -
do d d capitulo 24 de san Maleo. congregabunt electos ejus geles con la trompeta, y una
a qualuor ventis , a sum- voz estrepitosa c o n g r e g a r á
In, illo íempore : Dixit En aquel tiempo dijo Jesús mis mlorumusque ad t é r - sus elegidos de l a s c u a t r i p a r -
Jesús discipulis suis¿ Cum á sus discípulos: Guando v i e - minos eorum. Ab arbore tes de la tierra, de un estre-
videritis abominaLionem reis en el lugar santo la abo- autemfid disdle parabo- mo del cielo á otro. Ahora
desolaíionis, qum dicta esl minación do la desolación de lam : cum j a m ramus ejus bien, ateHded á una parábola
a Danielepropheta, stan- que ha hablado el profeta Da- tener (uerit, et folia nata, tomada de la higuera s cuando
íem i n loco sancto: qui le- niel (el que lee, que compren- scitis quiaprope est ces- Comienza á tener ramas t i e r -
git} intelligat: (iwc qui da}: los que estuvieren en la tas : ita et vos cum vide- nas, y brotan las hojas, cono-
i n Judma swní, fagiant ad Judea, buyan á los montes; el ritis hwc omnia , scitole céis que está cerca el estío:
montes: et qui i n tecto, que entonces se hallare sobre quia prope esl i n januis. del mismo modo vosotros,
non descendat tolíere a l i - el techo, no baje á tomar cosa Amen dico vobis : quia non cuando viereis todas estas co-
quid de domo sua: et qui alguna do su casa; y el qu» pmteribil generatio hcec sas, sabed que el Hijo del
i n agro, non revertalur se encontrare en el campo, no doñee omnia hmc fiant. hombre está próximo y á la
tollere lunicam suam. Va; vuelva atrás para tomar su Coelum et térra transi- puerta. En verdad os digo que
aulem pmgnantibus u vestido. ¡ \ y de las mujeres b u n t , verba autem mea no pasará esta generación sin
nutrientibm in illis diebus! que en aquel tiempo estuvie- nonpmteribunl. que esto suceda. El cielo y la
Orale aulem u l non fiat ren p r e ñ a d a s , y de las que tierra p a s a r á n ; pero mis p a -
fuga vestra i n hieme, vel alaciasen sus Lijos! Sin em- labras no p a s a r á n .
sabbalo: m í m í n tune bargo, pedid que no tengáis
tribulalio magna, qualit que huir en invieino ni en el
MEDITACION.
non fuü ab inilio mundi dia del sábado. Porque la de-
usque modo, ñeque fiel. solación será grande, y tal
Sobre la gran verdad que todo p a s a r á ; pero la palabra do
Et nisi breviati fuissent que no la habrá habido se-
Dios no p a s a r á .
dies ü l i , non fieret salva mejante desde el principio del
omnis caro: sed propter mundo hasta ahora, ni la ha-
PUNTO PRIMERO.—'Considera que todo pasa; todo está
electos breviabuntur dies brá j a m á s . Entonces, si algu-
sujeto á la caducacion en el mundo: grande/as mundanas,
i l l i . Tune si quis vobis d i - no os dice, ahí está el Cristo,
monarquías poderosas cimentadas con la sangre de tantas
x e r i t : Ecce hic est Chislus, ó allá está, no lo creáis; por-
victimas de la ambición, leyes aqlorizadas con los sellos
aut íWfó, nolite crederc. que aparecerán falsos cristos
mas sagrados, edictos, decretos, usos, todo está sujeto á
Surgent enim pseudochrisli y falsos profetas, que harán
la revolución, todo se altera con el tiempo, todo se gasta,
et pseudoprophetce, et da- cosas tan estraordinarias y
todo muda; de suerte que Salomón ha dicho con razón i
I m l signa magna el p r o - tan prodigiosas que los mis-
que «nada hay estable bajo del sol. (Ecl. 2 . ) » Hablando
digia, i l a ut i n errorem mos elegidos, si fuera posible,
David de los cielos que son la obra de las manos del Se-
inducantur ( s i fieri p o - serian engañados. Vosotros
ñor, de la tierra que 61 mismo ba sentado sobre sus fun-
test) etiam eieeli. Ecce veis que os lo he dicho con
damentos, y comprendiendo bajo de estos dos objetos lodo
p m d i x i vobis : Si ergo anticipación. Si, pues, os d i -
lo que hay mas firme y mas durable en el mundo, escla-
dixerinl vobis: Ecce in de- jeren : liólo allá, en el desier-
ma: todo esto perderá un dia toda su belleza, todo su
serto est , nolite exire : to está ; helo aquí en lo inte-
brillo, todo se gastará como un vestido; pero «vos, ó Dios
ecce i n penelralibus : «o/t- rior de la casa, no creáis na-
mió, permaneceréis siempre el mismo.» Todo tiene sus
tecredwc. Sicut enim f u l - da. Porque así como el r e l á m -
edades, y todo envejece. «Vos mudareis todas las cosas,
gur exit ab Oriente, el pa - pago parte del Oriente, y se
dice el Sabio, como se muda una capa vieja (Ecl. 2.); todo
reí usque i n Occidentem : deja ver basta el Occidente,
muda, lodo pasa; pero vos, Señor, repite David, no m u -
i l a m í et adventus F i l i i del mismo modo sucederá la
dais, y ios años no pasan para vos. (Psalm. 1 0 1 . ) » Del
hominis. Ubicumque [uerit venida del Hijo del hombre.
mismo modo todo se desmiente á escepcion de.la palabra
corpus, illic congregabun- En cualquiera parte que esté
de Dios; sus oráculos son infalibles, y nada puede debi-
tur et aquilos. Statim a u - el cuerpo, se congregarán
litar ni alterar la verdad y la santidad de sus máximas y de
lem post iribulalionem también las águilas. Pero i n -
sus leyes. Todo lo que el Salvador ba dicho es verdad;
dierum itlorum , sol obs- modiulamente después de es-
sus consejos, sus preceptos son oráculos que la verdad

TOMO IV- 74
58G DOMINGO Y1GESIMOCUAUTO
esencial y eterna ha pronunciado. Sulilice y refine el en- mos lo que Dios pide ? ¿ Creemos que nuestros pretesto?,
tendimiento del hombre cuanto le agradare; ponga en nue.strüs escusas , ó por hablar con mas justicia, nuestras
tortura su razón para eludir lodo lo que le parece demasia- repulsas, debilitarán la infalibilidad del oráculo? ¿ N o s
do incómodo al amor propio en la ley del Señor, y dema- será admitido el decir: nosotros hemos respetado la pa-
siado severo en el Evangelio: !a verdad de lodo lo que el labra de Jesucristo; hemos vivido persuadidos que lodo
Salvador nos ha dicho subsistirá eternamente. C o r r ó m - lo que ha dicho es verdad; hemos creido que no habia
pase cuanto se qtiiera la palabra de Dios con falsas inter^ otro camino para ¡r al cielo que el que nos ha e n s e ñ a d o ;
pretaciones; disfrácesela con vanas sutilezas; fórmese cada pero nosotros no le hemos seguido, porque el mayor n ú -
uno á sa gusto un sistema de conciencia cómodo é i n d u l - mero de aquellos con quienes hemos vivido llevaban otro,
gente, apoyado en mii autoridades; parezca haber pros- y la multitud nos ha arrastrado consigo ? Nó , no ignora-
crito por el no uso las máximas mas santas del Evangelio; mos que todo pasa, que nosotros mismos pasamos t a m -
siempre será verdad que no oslamos en este mundo sino bién en cada momento; que los bienes y males de esta
para trabajar en el negocio de nuestra salvación, y que vida pasan ; pero la palabra de Jesucristo no pasará ; l o -
propiamente no tenemos mas que este solo negocio. Sicm^ do lo que él ha dicho del juicio ú l t i m o , del rigor y de la
pre será verdad que el camino que conduce á la vida es duración eterna de las penas del infierno ; de la felicidad
estrecho; que hay pocos que vayan por este camino es- y de los gozos inefables de los santos en el cielo; del m é -
trecho; que es menester llevar su cruz todos los dias; que rito de los sufrimientos y de las adversidades de los j u s -
es menester hacerse violencia á todas las horas del dia. tos en esta vida, todo es verdad , lodo es infalible, y l o -
Siempre será verdad que el Evangelio es la única regla de do lo que es contrario á estos oráculos no es mas que e r -
las costumbres; que el espíritu y las máximas del mundo ror é ilusión. ¿ Cuál s e r á , pues, la suerte de aquellos que
son enteramente opuestos al espíritu y á las m á x i m a s de no hayan creido estas grandes verdades, ó que las hubie-
Jesucristo; que es en vano que el hombre se lisonjee de ran alterado? ¿ c u á l será el destino de aquellos qne ha-
pertenecer al número de los discípulos de Jesucristo, si biendo tenido fé no hubieran vivido conforme á su creen-
vive según el espíritu y las m á x k n a s del mundo. En fin, cia? ¿ Q u é desdicha la de aquellos que no hubieren
siempre será verdad que una vida blanda, deliciosa, m u n - muerto en el seno de la Iglesia católica , apostólica, r o -
dana, no fué j a m á s una vida cristiana; que es preciso dar mana , única depositaría, do la verdadera fé y de la pa-
cuenta á Dios de lodos los talentos que se han recibido; de labra de Jesucristo, ó que habiendo vivido y muerto en
todo el bien que se debia hacer y no se ha hecho; de todo su seno no han seguido su moral I En su escuela es en
el mal que se ha hecho, y aun de todas las palabras ocio- donde debe aprenderse loque es necesario creer, y lo que
sas. Que la relajación debilite la fe; que el libertinaje su- es menester hacer para salvarse.
foque los sentimientos de religión ; que los malos ejemplos Este será t a m b i é n , SeQor, todo mi estudio, mfdianlo
adormezcan: las verdades del Evangelio no envejecerán el auxilio de vuestra gracia. Vos sois la verdad, el cami-
j a m á s ; todo lo que Jesucristo ha dicho es verdad; sus pa-. no y ta v i d a ; escuchando con docilidad vuestra divina
labras no p a s a r á n ; nuestra religión es tan invariable en palabra, y caminando con fidelidad por este camino, es-
su moral como en sus dogmas. ¡Ah, Seflor, en q u é ven- pero que me haréis la gracia de que llegue á aquel dicho-
d r á n , pues, á parar tantos malos cristianos I so lei iuino que es la vida eterna y el colmo de todas las
PUNTO SEGUNDO.—Considera que si las palabras de Je- felicidades. Amen.
sucristo son tan infalibles; si sus amenazas son tan segu- JACULATORIAS.—Dichosos los que oyen la palabra de
ras corno sus promesas ; si lodo lo que contiene su Evan- Dios, y la ponen en práctica. (Luc. 11,)
gelio es palabra de Jesucristo; si lo que co»tienen de san- Vuestra palabra, Señor , será de hoy en adelante una
to y perfecto laníos libros de piedad no es mas que un antorcha que conducirá mis pasos ; una luz que me dos-
esti acío del Evangelio: ¿ q u é deben pensar , ó mejor, q u ó cubrirá el camino que debo tomar. (Psalm. 118.)
no deben temer tantas personas para quienes todos estos
auxilios y estas lecciones son inútiles? ¡Quó cuenta tan PROPÓSITOS.
terrible no IcndWm que dar á Dios los que abusaren de
lanías instrucciones saludables y de tan poderosos socor- 1 El cielo y la tierra p a s a r á n ; desvaneceránse las
ros 1 Sin hablar de tantas otras obras piadosas , llenas del grandezas humanas; vendrán al suelo las fortunas mas
espíritu do Dios y de unción , ¿ qué auxilios no han po- brillantes por mas bien .cimentadas que estén; placeres,
dido hallar en estos ejercicios do piedad para lodos los honras, dignidades, riquezas, lodo tiene sus edades, todo
dias del a ñ o ? ¿ q u é ejemplos tan grandes de virtud en la tiene sus períodos; cuando se ha llegado al fin de In su-
vida de tantos santos, tan propios para confundir nuestra bida, es preciso descender, solo á fuerza de r e m ó s e subo
flojedad, para hacernos volver de nuestros eslravíos, pa- rio arriba ; pero apenas se deja de bogar, se desciende.
ta servirnos hasta de guias, ó al ménos de modelos? Todo envejece cada dia .y en cada hora; lodo pasa con
¿ q u é leccknes de conducta mas saludables y mas segu- rapidez, todo se nos escapa, y nosotros pasamos también,
ras que las que habrán encontrado en el Evangelio y en pero las palabras de Jesucristo no p a s a r á n . Todas sus
la Epístola de cada dia? ¿ q u é de verdades práclicas en lecciones son verdades, y todas estas verdades son eter-
las reflexiones y en las meditaciones sobre las Epístolas y nas. Seguir al mundo, es dejarnos llevar del torrente en
Evangelios? por fin , ¿ d e j a r á n algún protesto á nuestra donde nos anegamos; seguir la inclinación de las pasio-
cobardía y á nuestra ignorancia todas estas práclicas de nes, es correr á nuestra p é r d i d a ; apoyarnos en las cria-
piedad tan circuiistanciaílas y puestas al alcance de lodo turas, es asirnos á u n junco que se dobla, á una caña que
género de personas? Instruidos de lo que Dios pide do nos hiere al romperse. Penetrémonos bien de esla impor-
nosolrofc, ¿ q u é e s lo que puede asegurarnos, si no hace- tante verdad. Meditémosla sin cesar, y no perdiendo j a -
DESPUES DE PENTECOSTES. 587
más de vista las verdades del Evangelio, ejercitémonos to- el fundamento de nuestra conducta? ¿qué fruto hemos
dos los dias en la práctica de lo que nos ensefia, que es lo sacado de ellas? ¡quécuenta no tendremos que dar de t a n -
que Jesucristo nos ha dicho. tas lecciones que se nos han dado, si nonos hemos apro-
2 Como es hoy el último dia del año eclesiástico, vechado de ellas! Se nos ha mostrado el camino del cielo;
destinemos una hora, ó á lo menos inedia de la tarde, para ¿hemos adelantado mucho en é l ? Se nos ha enseñado la
recordar por mayor en nuestro espírilu todas las verda- ciencia délos santos; ¿hemos aprovechado mucho en ella?
des de dogma y de moral práctica que hemos encon- Y después de haber visto tan grandes ejemplos do virtud,
trado en esta obra. Todas estas grandes verdades después de haber leido tantas prácticas sanias, ¿ n o s he-
sacadas del Evangelio no p a s a r á n . El mundo verá p a - mos hecho mas cristianos y mas santos? Supuesto, pues,
sar sus partidarios y sus esclavos; el tiempo verá pa- que las palabras de Jesucristo no deben p a s a r j a m á s , , '•-
sar las modas, los usos, las máximas del mundo; pero reglemos de hoy en adelante nuestras coMimibres y nues-
las de Jesucristo no pasarán. Nosotros las hemos hallado tra conducta á sus palabras, y comenzando de nuevo á
circunstanciadas, esplicadas en esta obra; tal vez han leer esta obra tomemos una resolución firme de adelan-
sido ellas el asunto de nuestra lectura diaria, y ellas han tar todos los dias en la vida cristiana.
debido ser el de nuestras reflexiones; ¿han sido pues ellas

FIN DEL TOMO CUARTO 1 ULTIMO.


' Vi

INDICE •

D E L A S DOMINICAS Y O T E A S F E S T I V I D A D E S CONTENIDAS E N E S T E

TOMO CUARTO.


Tkg.
Adverlencía de los editores. 8 El Evangelio y Meditación: De los obstáculos que im-
Fiestas movibles. 6 piden á la gracia el producir sus efuctos. 66
Tabla de lasfiestasmovibles. 6 Domingo de Quincuagésima, y su historia. 68
Historia del domingo. 7 El Evangelio y Meditación: Que los pecadores cruci-
Primer domingo de Adviento, y su historia. 9 fican de nuevo á Jesucristo en sí mismos. 1J
El Evangelio y Meditación: Sobre la venida del Hijo Miércoles do Ceniza, y su historia. 13
de Dios como Salvador y como Juez. 12 El Evangelio y Meditación: Sobre la ceremonia de la
Segundo domingo de Adviento, y su historia. 13 ceniza. 17
El Evangelio y Meditación: De la vida blanda. Ifi Jueves después de Ceniza, y su historia. 79
Tercer domingo de Adviento, y su historia. 18 El Evangelio y Meditación: Sobre la fé viva. 8á
El Evangelio y Meditación: Cuan poco conocido es Viernes después de Ceniza, y su historia. 84
Jesucristo, y cuán poco amado de aquellos mis- El Evangelio y Meditación: Del amor que debemos
mos que le conocen. 21 tener á nuestros enemigos. 88
Cuarto domingo de Adviento, y su historia. 23 Sábado primero de Cuaresma, y su historia. 89
El Evangelio y Meditación: Sobre el deseo ardien- El Evangelio y Meditación: De las persecuciones y
te que debemos tener de la venida del Sal- tempestades que han agitado á la Iglesia en to-
vador. 26 dos los siglos. 93
Domingo entre Navidad y la Epifanía, y su historia. 28 Domingo primero de Cuaresma, y su historia. 95
El Evangelio y Meditación: De la voluntad que Dios Himno de Vísperas en el oficio cuadragesimal. 98
tiene de salvar á todos los hombres. 32 El Evangelio y Meditación: Sobre las tentacio-
Segundo domingo después de la Epifanía, y suhis- nes. 100
toria. 34 Lunes primero do Cuaresma, y su historia, 101
El Evangelio y Meditación: Cuánta fortuna tienen El Evangelio y Meditación: Del juicio universal. 104
aquellos por quienes se interesa la Santísima Martes primero do Cuaresma, y su historia. 106
Virgen. SI El Evangelio y Meditación: Del respeto debido á las
Tercer domingo después de la Epifanía, y su his- iglesias. 109
toria. 38 Miércoles primero de Cuaresma, llamado también
El Evangelio y Meditación: Sobre la confianza en miércoles de las Témporas, y su historia. 110
Dios. Al El Evangelio y Meditación: Sóbrela recaída. 114
Cuar to domingo después de la Epifanía, y su his- Jueves primero de Cuaresma, y su historia. 116
toria. El Evangelio y Meditación: Sobre la oración. 118
El Evangelio y Meditación: Sobre la falla de confian- Viernes primero de Cuaresma, llamado también vier-
za y de fó. W nes de las cuatro Témporas, y su historia. 120
Quinto domingo después de la Epifanía, y su his- El Evangelio y Meditación: Sobre que no se debe
toria. 41 contar sino con Dios. 122
El Evangelio y Meditación: Sobre la falsa virtud. .'JO Sábado primero de Cuaresma, llamado comunmen-
Sexto domingo después do la Epifanía, y su his- te de las cuatro Témporas, y su historia. 124
toria. Bí El Evangelio y Meditación: Sobre que no podemos
El Evangelio y Meditación: Sobre el pensamiento de ser felices ni aun en esta vida, sino estando con
Ja muerte. K5 Jesucristo. 126
Domingo de Sepluagésima, y su historia. 56 Domingo segundo de Cuaresma, y su historia. i¿8
El Evangelioy Meditación: Sobre las diversiones del El Evangelio y Meditación : Sobre el misterio de la
carnaval. 60 trasfiguracion. jai
Domingo de Sexagésima, y su historia. 62 Lunes segundo de Cuaresma, y su historia. 132
590 ÍNDICE DEL T. IV.
El Evangelio y Meditación: Sobre la imponilencia es el que Jesucristo se retire de nosotros.
final. m Lunes de Pasión y su historia. 216
Martes segundo de Cuaresma, y su historia. El Evangelio y Meditación: Del juicio particular 249
13G
El Evangelio y Meditación : Sobre el falso zelo. Martes de Pasión y su historia. 251
138
Miércoles segundo de Cuaresma, y su historia. El Evangelio y Meditación: Del buen uso de las
U0
El Evangelio y Meditación: S ó b r e l a estimación que cruces. 255
debemos hacer de las adversidades. 143 Miércoles de Pasión y su historia. 265
Jueves segundo de Cuaresma, y su historia. 145 El Evangelio y Meditación: Sobre el camino de la
El Evangelio y Meditación : Del infierno. 148 perdición. 260
Viernes segundo de Cuaresma, y su historia, U9 Jueves de Pasión y su historia. 262
El Evangelio y Meditación; Sobre el precio de la El Evangelio y Meditación: Sobre el modelo de la
salvación. 153 verdadera penitencia. 265
Sábado segundo de Cuaresma, y su historia. 155 Viernes de Pasión y su historia. 26,9
El Evangelio y Meditación: Sobre la parábola del La festividad de la Compasión de la Santísima V i r -
hijo pródigo. 180 gen ó los Dolores de nuestra Señora. 269
Domingo tercero de Cuaresma, y su historia. 162 Himno Sabat Maler. til
El Evangelio y Meditación: De lasgrandezasy pre- El Evangelio y Meditación: De los Dolores de la San-
rogativas de la Santísima Virgen. 166 tísima Virgen. 273
Lunes tercero de Cuaresma, y su historia. 1G8 Sábado de Pasión y su historia. 27 í
El Evangelio y Meditación: Sobre las contradiccio- El Evangelio y Meditación: De la mortificación del
nes que deben esperar las personas buenas. ni cuerpo. 278
Martes tercero de Cuaresma, y su historia. 114 SEMANA SANTA. 280
El Evangelio y Meditación: Sobre la caridad c r i s - Domingo de Ramos y su historia, 282
tiana. m El Evangelio y meditación: Sobre el misterio de es-
Miércoles tercero do Cuaresma, y su historia. ns to día. 286
El Evangelio y Meditación : Del buen uso del Lunes Santoy su historia, 292
tiempo. 182 El Evangelio y Meditación; De la falsa delicadeza de
Jueves tercero de Cuaresma, que se llama mitad de conciencia. 2»«
Cuaresma, y su historia. m Martes Santo y su historia. 297
El Evangelio y Meditación: Sobre la desgracia que El Evangelio y Meditación: D é l a pasión de Jesucris-
es el salir de este mundo sin estar preparado. 187 to en el huerto do los Olivos. 301
Viernes tercero de Cuaresma, que también se llama Miércoles Santo y su historia. 306
do la Samarilana, y su historia. 188 El Evangelio y Meditación: De la pasión de nuestro
El Evangelio y Meditación: De la gracia. 192 Señor Jesucristo en la ciudad de Jerusalen, 312
Sábado tercero de Cuaresma, y su historia. 19d Jueves Santo y su historia. 318
E l Evangelio y Meditación: Sobre la dulzura de Je- Himno de santo Tomás de Aquino. 322
sucristo. 200 El Evangelio y Meditación: Sobre la institución del
Domingo cuarto de Cuaresma, y su historia. 202 Santísimo Sacramento. 324
El Evangelio y Meditación: De los medios que todos Viernes Santo y su historia. 326
tenemos para obrar nuestra salvación. 206 Himno. 832
Lunes cuarto de Cuaresma, y su historia. El Evangelio y Meditación: De la pasión de nuestro
El Evangelio y Meditación: Sobre la irreverencia ea Señor Jesucristo en el Calvario. 334
las iglesias. 210 Sábado Santo y su historia. 338
Martes cuarto de Cuaresma, y su historia. 212 El Evangelio y Meditación: Sobre el misterio de este
El Evangelio y Meditación: Del pecado mortal. 216 dia. 344
Miércoles cuarto de Cuaresma, y su historia. 211 Domingo de la Resurrección de nuestro Señor Jesu-
El Evangelio y Meditación: Sobre la ceguera espiri- cristo, ó sea Domingo de Pascua y su historia. 346
tual. 221 Secuencia Viclimw Paschali etc. 352
Jueves cuarto do Cuaresma, y su historia. 223 El Evangelio y Meditación: Sobre el misterio de la
El Evangelio y Meditación: De la necesidad do prepa- Resurrección. 352
rarse para la muerte. 226 Lunes de Pascua y su historia. 854
Viernes cuarto de Cuaresma, y su historia. 228 El Evangelio y Meditación: Sobre la resurrección es-
El Evangelio y Meditación: Sobre los sentimientos de piritual. 358
un pecador moribundo. 231 Martes de Pascua y su historia.
Sábado cuarto de Cuaresma, y su historia. 234 El Evangelio y Meditación: De las señales de la
El Evangelio y Meditación: De lo poco conocido que verdadera resurrección espiritual. 364
es Jesucristo, y ló poco amado que es de los Domingo de Cuasimodo y su historia. 365
231 Himno Ad regias Agni etc. 368
mismos que le conocen.
239 El Evangelio y Meditación: De la fé. 3C9
Domingo de Pasión y su historia.
Itimno. 242 Domingo segundo después de Pascua y su historia. 371
Himno de san Ambrosio. 213 El Evangelio y Meditación: Do la misericordia de
Dios con los pecadores. 374
Et Evangelio y Meditación: Subre la desgracia que
INDICE DEL T. IV. 59»
Domingo tercero después de Pascua y su hisloria. 315 Domingo quinto después do Pentecoslés, y su his-
El Evangelio y Meditación: Que en este mundo toria.
no hay ni puede haber verdadera alegría sitio en El Evangelio y Meditación: De la caridad que de-
el corazón de los buenos. 379 be tenerse con el prójimo. 119
El Patrocinio de san José, cuya festividad se cele- Domingo seslo después de Pentecostés, y su his-
bra en la dominica 111 después de pascua. 381 ria. 480
El Evangelio y Meditación: Sobre la vanidad del El Evangelio y Meditación: Del cuidado que Dios
favor humano. • 383 tiene con los que se dedican á su servicio y le
Domingo ruarlo después de Pascua, y su bisloria. 381 siguen.
El Evangelio y Meditación: Del mundo. 391 Domingo séptimo después de Pentecostés, y su his-
Domingo quinto después de Pascua, y su historia. 892 loria. i87
El Evangelio y Meditación: De la couüaza en Dios. 39C El Evangelio y meditación: De la verdadera de-
Las Rogaciones, y su historia. 39T voción. 491
E! Evangelio y Meditación : D é l a oración. 101 Domingo octavo después de Pentecoslés, y su his-
La Ascención de nuestro Señor Jesucristo, y su his- toria. 493
toria. Í03 El Evangelio y Meditación: De la limosna. 496
Himno Salulis humancB etc.. 408 Domingo nono después de Pentecostés, y su h i s -
El Evangelio y Meditación : Sobre el misterio del toria. 498
dia. ¿09 El Evangelio y Meditación. Qué desdicha es el no
Domingo después de la Ascensión, y su historia. íll c o r r e s p o n d e r á la gracia. 502
El Evangelio y Meditación: De las contradicciones Domingo décimo después de Pentecoslés, y su his-
y pruebas á que están espuestos los buenos. 414 toria. SO 4
Domingo de Pentecostés, y su historia. 41G El Evangelio y Meditación: De la humildad cris-
Himno Vcni, Creator etc. 420 tiana. 508
Secuencia V m , Santíe Spirilus etc. 422 Domingo undécimo después de Pentecostés, y su
El Evangelio y Meditación: Sobre el misterio del historia. 509
dia. 422 El Evangelio y Meditación: De la verdadera piedad
Dia segundo de Pentecoslés, y su historia. propia de cada estado.
El Evangelio y Meditación: Cuánto nos ha amado m Domingo duodécimo después de Pentecostés, y su
Dios, y cuán poco le amamos nosotros. historia. 515
Dia tercero de Peníccostés, y su bisloria.
m El Evangelio y Meditación: De las obras de miseri-
429
El Evangelio y Meditación: Sobre los dones y los cordia. 519
frutos del Espíritu Santo. Domingo décimolercio después de Pentecoslés, y su
La fiesta de la Santísima Trinidad, y su historia. 434 hisloria. 521
El Evangelio y Meditación: Sobro el misterio del El Evangelio y Meditación: Que no hay otro mal
dia. 438 verdadero en la lion a mas que el pecado. ¡25
La festividad del Sanlísimo Sacramento, ó Cor- Domingo decimocuarto después de Pentecoslés, y su
pus, y su hiíloria. 439 historia. ¡27
Himno Pange lingua etc. 444 El Evangelio y Meditación: Que no es posible ser-
Himno Sacris Solemnüs etc. 444 vir á Dios y al mundo á un mismo tiempo. 531
Himno V t r b u m S u p e r m m etc. 445 Domingo déeimoqotnlé después de Pentecostés, y su
Secuencia Lavda, Sion etc. 446 historia. 533
El Evangelio y Meditación: Del Santísimo Sacra- El Evangelio y Meditación : La muerte es dulce
, mentó de la Eucaristía. 448 para los buenos, y terrible para los peca-
Letrillas en honra del Santísimo Sacramento. 450 dores. 537
Domingo infraoctavo del Sanlísimo Sacramenlo y Domingo décimosexto después de Pentecostés, y su
segundo después de Pentecostés, y su historia. 450 historia. ¡38
El Evangelio y Meditación: Sobre ¡as escusas que El Evangelio y Meditación: Del orgullo.
alejan á muchos de la comunión. 454 Domingo décimoséptimo después de Pentecostés, y
Dia de la octava de la festividad de! Santísimo Sa- su historia. ¡44
cramento, y su histeria. 455 El Evangelio y Meditación: De ¡os defectos que se
El Evangelio y Meditación: De nuestra ingratitud hallan en el amor que nos lisonjeamos tener á
con Jesucristo en el Santísimo Sacramento. m Dios. ii7

Domingo tercero después de Pentecostés , y su his- Domingo decimoctavo después de Pentecostés, y su


toria. 463 histotia. 5Í9
El Evangelio y Meditación: Que no hay verdadera
El Evangelio y Meditación: De la alegría que cau-
•567 felicidad sobre la tierra sino en el servicio de
sa en el cielo la conversión de un pecador.
Dios. 553
Domingo cuarto después de Pentecostés, y su his-
469 Domingo decimonono después de Pentecostés, y su
toría. historia.
El Evangelio y Meditación: De la renuncia que de- El Evangelio y Meditación: Sobro el pequeño n ú -
bemos hacer de todo lo que mas amamos por mero de los que se salvan.
amor de Jesucristo.
ÍNDICE DEL T. IV.
Domingo vigésimo después de Pentocosléa, y su his- mortal. 872
toria. 560 Domingo vigésimotercero después de Pentecostés,
El Evangelio y Meditación; De la pronta obediencia y su historia. BT4
á la voz de Dios. 563 El Evangelio y Meditación: De la importancia de
Domingo vigésimoprimero despnes de Pentecostés, la salvación. 578
y su historia. 86 i Domingo vigésimocuarto y último después de
El Evangelioy Meditación: Del perdón de las injurias. B68 Pentecostés, y su historia. 579
Domingo vigésimosogundo después de Pentecostés, El Evangelio y Meditación: Sobro la gran verdad
y su historia. 569 que todo p a s a r á ; pero la palabra de Dios no p a -
El Evangelio y Meditación ; Del estado do pecado sará. 583

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