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IRLANDA MAGDALENA MALDONADO REA T/V 1°D

ACERCAMIENTO A LAS PRACTICAS EDUCATIVAS Y COMUNITARIAS


SOLEDAD ROMERO SORIA

RELACION ESCUELA COMUNIDAD

Para el análisis de esta relación es necesario conocer el concepto de comunidad y comunidad


educativa. Por comunidad se refiere a que es la relación en contextos territorialmente situados
que pongan a un conjunto de agentes en proximidad.

Dentro del sistema educativo, adquieren una particularidad social.

Existe una comunidad siempre que en un determinado espacio geográfico los individuos se

conocen, poseen intereses comunes, analizan juntos sus problemas y ponen en común sus

recursos para resolverlos.

Según Zugmunt Bauman (2003), se tienen 3 características que permiten que una comunidad
sea como el 'modelo ideal": la primera es que pueda distinguirse respecto de otros grupos; que
sea pequeña; u que sea autosuficiente, que provea las necesidades de quien la conforman.

De acuerdo con esta perspectiva, estas tres características combinan sus fuerzas para proteger
eficazmente a la comunidad de cualquier tipo de ruptura interna y, por lo tanto, del riesgo de
perder cierta homogeneidad y el sentido de “mismidad”.

La inclusión de los miembros en una comunidad dura hasta que ellos satisfagan las necesidades
que la originaron o hasta que se pierda la capacidad de mantener bien altas las motivaciones
de sus miembros para permanecer en esa comunidad.

El concepto de comunidad educativa resulta de fundamental importancia para comprender el


papel central que tuvo el sistema educativo en América Latina –a partir de la conformación de
los Estados nacionales en la segunda mitad del siglo xix– al responsabilizarse casi como único
actor social de la tarea de enseñar.

Una escuela abierta a la comunidad implica una redefinición del concepto de comunidad
educativa, que no lo restringe al escenario de la escuela, sus docentes, alumnos y padres, sino
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que se abre al espacio público local, incluyendo como agentes de enseñanza y aprendizaje a
las familias, iglesias, clubes, organizaciones de vecinos, bibliotecas, organizaciones
productivas, con el objetivo de construir un proyecto educativo y cultural que parta de las
necesidades y posibilidades de la comunidad.

El vínculo establecido entre el sistema educativo, las familias de los niños y/o jóvenes y la
sociedad civil en su conjunto hacia finales del siglo xix y principios del xx se encontraba en
nuestro país bajo el mandato y la potestad de educar. Este “pacto” era coherente con las
condiciones sociales y políticas de las familias y sus expectativas con respecto a la educación
escolar.

La relación sistema-familia estuvo tipificada en función de diferentes variables y/o dimensiones:


a las familias se las clasifica según el origen social, el lugar de residencia, el nivel educativo de
los padres y otras variables; las instituciones educativas son categorizadas en función de la
composición de su matrícula, su ubicación geográfica, su dependencia pública o privada, y las
características del plantel docente.

En la vinculación de la escuela con la comunidad, la familia constituye un actor significativo. No


obstante, la comunidad, como dijimos anteriormente, incluye una diversidad de actores de la
sociedad civil que, junto con un rol activo del Estado en las políticas educativas, pueden
potenciar y dar riqueza a la tarea educativa, y más aún ante situaciones de fracaso escolar que
ponen en clave de pregunta la continuidad de los estudios de niños, jóvenes y/o adultos.

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