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ORDENACIÓN PRESBITERAL
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RITO DE ENTRADA
Comentador:
Queridos hermanos y hermanas sean todos bienvenidos a nuestra
Celebración Eucarística. Como Hermanos de la Bienaventurada Virgen María
del Monte Carmelo, hoy nos encontramos aquí llenos de gratitud y júbilo, porque
festejamos junto a Ella, a ustedes y a todos los santos y santas del Carmelo la
«Ordenación Presbiteral» de Fray Daniel Ulises González Cabrera que por la
Imposición de Manos y la Oración Consecratoria de Monseñor Walter Guillén
Soto, Obispo de la Diócesis de Gracias, Honduras y nosotros como testigos,
desea comprometerse más y vivir en obsequio de Jesucristo al estilo del Profeta
Elías, nuestro Padre Espiritual, así como a servir a la Iglesia sobre todo a los más
empobrecidos de nuestra sociedad. Empecemos nuestra celebración recibiendo a
nuestros hermanos en la fe cantando con entusiasmo.
RITOS INICIALES
Canto de entrada
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El Obispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:
Acto Penitencial
Yo confieso ante Dios todo poderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado
mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por
mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles y a los
santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Canto penitencial
† Oración Colecta †
Todos: Amén
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LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Miqueas 6, 8
con tu Dios.»
Palabra de Dios.
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MONICIÓN AL SALMO
En el salmo 64 que meditaremos hoy, encontramos el grito confiado ante
nuestro Dios que es misericordioso y que sabemos que camina junto a su
pueblo y que no dudamos que está también con nuestro hermano Daniel en este
nuevo ministerio a él confiado. Unámonos al salmista cantando.
SALMO RESPONSORIAL 64
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MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
La segunda lectura es uno de los pasajes más íntimos y personales del apóstol
Pedro, nos enseña en esta exhortación de aquellos que se vuelven pastores de
almas que es necesario estar atentos del rebaño a ellos confiados, siendo fieles en
su ministerio, o como lo expresa nuestra tradición carmelita, a que “vivan en
obsequio de Jesucristo”. Ahora hacemos nuestra esa experiencia y nos animamos
junto a nuestro hermano Daniel a reflejarlo en nuestras acciones. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la la primera carta del apóstol san Pedro 5, 1-4
Queridos hermanos:
Exhorto a los presbíteros que están entre ustedes, siendo yo
presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo y
copartícipe de la gloria que va a ser revelada. Apacienten el Rebaño
de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino
espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino,
sino con abnegación; no pretendiendo dominar a los que les han sido
encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño.
Y cuando llegue el Jefe de los pastores, recibirán la corona
imperecedera de gloria.
Palabra de Dios.
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MONICIÓN AL EVANGELIO
La Buena Nueva de san Lucas en palabras de Jesús nos enseña que con Él se
cumplen las profecías e indica el programa de su misión, dedicada a los pobres y
marginados, y no sólo de Israel, sino del mundo entero, tal como ya lo hicieron
Elías y su discípulo Eliseo que atendieron a los paganos. Escuchemos atentos
esta Buena Noticia.
pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me
liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los
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hablar, diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura
Monitor:
Reverendísimo Padre, la santa Madre Iglesia pide que ordenes presbítero a este
hermano nuestro.
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El Obispo le pregunta:
¿Sabes si es digno?
Y él responde:
Según el parecer de quienes lo presentan, después de consultar al pueblo
cristiano, doy testimonio de que ha sido considerado digno.
El Obispo:
Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador, elegimos a este
hermano nuestro para el Orden de los presbíteros.
Todos dicen:
Te damos gracias, Señor.
† HOMILÍA †
Comentador:
Fray Daniel ha salido del seno de un hogar cristiano. Sus padres son quienes
ahora les alientan en el compromiso definitivo impartiéndole su bendición.
(Se acercan a sus padres y ellos les bendicen, mientras tanto se dispone la sede
donde el obispo preside el rito de ordenación).
Comentador:
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El señor Obispo interroga ante la asamblea a los elegidos sobre su disposición y
voluntad para asumir libre y responsablemente los compromisos de este
ministerio.
Obispo:
Querido hijo: Antes de entrar en el Orden de los presbíteros es necesario que
manifiestes ante el pueblo tu decisión de recibir este ministerio.
El elegido:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Quieres desempeñar con dedicación y sabiduría el ministerio de la palabra en la
predicación del Evangelio y la exposición de la fe católica?
El elegido:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Quieres celebrar con piedad y fidelidad los misterios de Cristo, especialmente el
sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, para alabanza de
Dios y santificación del pueblo cristiano, según la tradición de la Iglesia?
El elegido:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Quieres implorar, junto con nosotros, la misericordia divina a favor del pueblo
que les sea confiado, cumpliendo así el mandato de orar continuamente?
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El elegido:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Quieres unirte cada día más estrechamente a Cristo, sumo Sacerdote, que por
nosotros se entregó al Padre como víctima santa, y consagrarte a Dios junto con
él para la salvación de los hombres y mujeres?
El elegido:
Sí, quiero, con la gracia de Dios.
† PROMESA DE OBEDIENCIA †
En seguida, cada uno de los elegidos se acerca al Obispo y, de rodillas ante él,
pone sus manos juntas entre las manos del Obispo.
Comentador:
El elegido se acercan al Obispo y arrodillado ante él, pone las manos juntas entre
las manos del obispo como signo de disponibilidad y respeto. Por eso, en estos
momentos hace la promesa de obediencia.
Obispo:
¿Prometes obediencia y respeto a tu Obispo y a tus legítimos superiores?
El elegido:
Sí, prometo
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† LETANÍAS DE LOS SANTOS †
Comentador:
En este momento todos invocaremos la intercesión de los santos por este elegido,
quien, postrado en profunda oración, piden a Dios la fuerza para asumir su
compromiso.
El Obispo, dejando la mitra, de pie, con las manos juntas y de cara al pueblo,
hace la invitación:
Comentador:
Nos ponemos de rodillas.
LETANÍAS
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Santos ángeles de Dios, rueguen por nosotros.
San Elías profeta, ruega por nosotros.
San Eliseo profeta, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
San Juan Evangelista, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Santos Esteban y Lorenzo, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
San Basilio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros
San Benito, ruega por nosotros.
San Bernardo, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa María Goretti, ruega por nosotros.
Santa Clara de Asís, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ruega por nosotros.
San Maximiliano María Kolbe, ruega por nosotros.
San Francisco de Sales, ruega por nosotros.
San Alfonso María de Ligorio, ruega por nosotros.
San Antonio María Claret, ruega por nosotros.
San Alberto de Jerusalén, ruega por nosotros.
Beato Francisco Palau, ruega por nosotros.
Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Beata Isabel de la Trinidad, ruega por nosotros.
Beata María de los Ángeles, ruega por nosotros.
Beata María Magdalena de Pazzi, ruega por nosotros.
San Simón Stock, ruega por nosotros.
San Juan de la Cruz, ruega por nosotros.
Beato Tito Brandsma, ruega por nosotros
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San Nuño Álvarez, ruega por nosotros.
San Oscar Arnulfo Romero, ruega por nosotros.
Todos los Santos y Santas de Dios, rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor
De todo pecado, líbranos, Señor
De la muerte eterna, líbranos, Señor
Por tu encarnación, líbranos, Señor
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor
Por el envío del Espíritu Santo, líbranos, Señor
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos
Monitor:
Permanecemos de rodillas.
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Obispo:
Señor, Dios nuestro, escúchanos y derrama sobre este siervo tuyo tu
Espíritu Santo y la gracia sacerdotal; concede la abundancia de tus bienes a
quienes consagramos en tu presencia. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén
(El elegido se levanta).
Comentador:
Nos podemos de pie.
Comentador:
Mediante la imposición de las manos, el señor Obispo, confiere al elegido el
sacramento del Orden sagrado de los presbíteros. Permanezcamos en silencio y
actitud de oración.
Comentador:
Ahora los concelebrantes imponen sus manos sobre nuestro hermano, como signo
de fraternidad en el ministerio presbiteral. Seguimos en oración y silencio.
† ORACIÓN CONSECRATORIA †
Comentador:
En estos momentos, el señor Obispo invoca la efusión del Espíritu Santo sobre
los nuestro hermano mediante la plegaria de ordenación.
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Obispo:
Asístenos, Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
autor de la dignidad humana
y dispensador de todo don y gracia;
por ti progresan tus criaturas y por ti se consolidan todas las cosas.
Para formar el pueblo sacerdotal,
tú dispones con la fuerza del Espíritu Santo
en órdenes diversos a los ministros de tu Hijo Jesucristo.
Ya en la primera Alianza aumentaron los oficios,
instituidos con signos sagrados.
Así, en el desierto,
diste parte del espíritu de Moisés,
comunicándolo a los setenta varones prudentes,
con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo.
Así también hiciste partícipes a los hijos de Aarón
de la abundante plenitud otorgada a su padre
para que un número suficiente de sacerdotes
ofreciera, según la ley, los sacrificios,
sombra de los bienes futuros.
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la obra de la salvación.
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Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Comentador:
Nuestro hermano es ahora revestido por los presbíteros con la estola y la casulla,
signos de su servicio al altar, de su solidaridad con los más necesitados y de la
misericordia de Dios que manifestará en el sacramento de la reconciliación.
Canto
Seguidamente el Obispo unge con el crisma las palmas de las manos del
ordenado arrodillado ante él y coloca un purificador entre las manos de los
ordenados.
Monitor:
El Obispo unge con el crisma las palmas de las manos del neo-presbítero, manos
que han de bendecir al pueblo de Dios y ofrecer el sacrificio eucarístico.
Obispo:
Jesucristo, el Señor,
a quien el Padre ungió
con la fuerza del Espíritu Santo,
te auxilie para santificar al pueblo cristiano
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y para ofrecer a Dios el sacrificio.
Canto
A continuación, los fieles llevan el pan sobre la patena y el cáliz ya con el vino y
el agua, para la celebración de la Misa. El diácono u outro ministro lo recibe y se
lo entrega al Obispo, quien a su vez lo pone en las manos del ordenado,
arrodillado ante el.
Comentador:
Ahora el ordenado recibe de manos del Señor Obispo la patena y el cáliz, signos
de la ofrenda del Pueblo de Dios.
Obispo:
Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios.
Advierte bien lo que vas a realizar, imita lo que tendrás en tus manos y configura
toda tu vida con el misterio de la cruz del Señor.
† ABRAZO DE PAZ †
Canto
Comentador:
El Señor Obispo y los presbíteros dan a los nuevos sacerdotes un signo de paz
para significar que ha sido agregado a ellos en el Orden. Los familiares lo harán
en el momento de la paz y las demás personas, terminada la celebración.
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Obispo:
La paz sea contigo.
Ordenado:
Y con tu espíritu
LITURGIA EUCARÍSTICA
Canto de ofertorio
Obispo:
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios,
Padre Todopoderoso.
Todos:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia.
Oh Dios,
que quisiste que tus sacerdotes
sean ministros del altar y de tu pueblo,
concede propicio que,
por la eficacia de este sacrificio,
el servicio de tus siervos te sea siempre grato
y logre producir en tu Iglesia,
frutos que siempre permanezcan.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Todos:
Amén.
† PREFACIO †
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En efecto, Cristo no sólo confiere
la dignidad del sacerdocio real
a todo su pueblo santo,
sino que, con especial predilección
elige a algunos de entre los hermanos,
y mediante la imposición de las manos,
los hace partícipes de su ministerio de salvación,
a fin de que fomenten la caridad en tu pueblo santo,
lo alimenten con la palabra,
lo fortifiquen con los sacramentos,
y, consagrando su vida a ti y a la salvación de sus hermanos,
se esfuercen por reproducir en sí mismos la imagen de Cristo
y te den un constante testimonio de fidelidad y de su amor.
Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando llenos
de alegría:
† PLEGARIA EUCARÍSTCA I†
Terminado el santo, solo el celebrante principal, con las manos extendidas, dice:
CP Padre misericordioso,
te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Junta las manos y dice:
que aceptes y bendigas
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Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente,
diciendo:
estos ✠ dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
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la de su esposo, San José; la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
[Santiago y Juan,
Tomás, Santiago y Felipe,
Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo;
Lino, Cleto, Clemente,
Sixto, Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo,
Cosme y Damián,]
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones
concédenos en todo tu protección.
[Por Cristo nuestro Señor. Amén.]
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hacia ti, Dios Padre suyo todopoderoso,
dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a sus discípulos diciendo:
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó este cáliz glorioso
en sus santas y venerables manos;
dando gracias te bendijo,
y lo dio a sus discípulos diciendo:
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al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo;
pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
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Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene
intención de orar. Después, con las manos extendidas, prosigue:
Y continúa:
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Toma la patena con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados,
dice:
El pueblo aclama:
Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Obispo:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo
que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza: Padre Nuestro
Obispo:
Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y
protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
Obispo:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no
tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
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palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
Obispo:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Todos:
Y con tu espíritu
Comentador:
Hermanos y hermanas, la mesa está servida, es el momento de participar del
banquete del Señor. En él encontramos el sustento de nuestro ser y la fortaleza de
nuestra fe.
Les invito a que se apliquen alcohol en gel en sus manos y que mantengamos el
distanciamiento al momento de acercarnos a recibir la comunión. Les pedimos
que, al recibir la comunión, consuman la forma consagrada a un lado del
ministro.
Para aquellos hermanos y hermanas que por alguna razón no pueden recibir la
comunión sacramentalmente, así como para los que nos siguen en esta
transmisión, en este momento haremos la comunión espiritual.
Comunión espiritual:
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ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido,
te abrazo y me uno del todo a Ti.
No permitas Señor que vuelva a separarme de tu presencia. Amén
Canto de comunión
Todos:
Amén.
Comentador:
A continuación, el neopresbitero, se dirige a nosotros con palabras de
agradecimiento. Nos podemos sentar.
RITO DE CONCLUSIÓN
Obispo:
El Señor esté con ustedes.
Obispo:
Dios, que dirige y gobierna la Iglesia, los proteja siempre con su gracia
para que desempeñen fielmente el ministerio presbiteral.
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Todos: Amén.
Obispo:
Que Él los haga servidores y testigos
de la verdad y del amor divino en el mundo y fieles ministros de la reconciliación.
Todos: Amén.
Obispo:
Que los haga pastores verdaderos,
que distribuyan el pan vivo y la palabra de vida, para que los fieles crezcan más
en la unidad del cuerpo de Cristo.
Todos: Amén.
Obispo:
Y a todos ustedes, aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso, Padre + Hijo + y
Espíritu + Santo.
Todos: Amén.
Obispo:
Hermanos y hermanas, pueden ir en paz.
Canto de salida
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