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2. Llegados al presbiterio el Obispo inciensa el altar como habitualmente asistido. Mientras tanto el nuevo
párroco y los demás celebrantes ocupan sus lugares (el nuevo párroco a la derecha de la sede episcopal).
Terminada la incensación del altar el Obispo se dirige a la sede desde donde preside la Eucaristía
RITOS INICIALES
Terminado el canto de entrada, el Obispo y los fieles, de pie se santiguan con la señal de la
cruz. Luego el señor Obispo saluda la asamblea con el saludo litúrgico propio de su
ministerio episcopal. Seguidamente se hace la lectura del nombramiento.
El Señor obispo lee la siguiente monición para introducir a la lectura del nombramiento del
nuevo párroco
MONICIÓN
Terminada la lectura del nombramiento, Toda la asamblea se poner de pie. El Obispo, sin
mitra y sin báculo, comienza el rito previsto en el Misal de bendición del agua y aspersión.
En este caso, un monaguillo acerca el agua en un recipiente. El Obispo la bendice, asperja a
los concelebrantes y luego entrega el recipiente al nuevo párroco. El nuevo párroco baja del
presbiterio y asperja a toda su comunidad con el agua bendita como signo de ser pueblo de
bautizados. Mientras el nuevo párroco recorre la nave del templo rociando a la asamblea, se
entona un canto apropiado al rito que se está realizando.
El sacerdote invita al pueblo a la plegaria, con estas palabras u otras semejantes:
R/. Amén.
Una vez acabado el canto, el sacerdote, de pie y de cara al pueblo, con las manos juntas, dice:
R/. Amén.
Se dice: Gloria
Se canta o recita el Gloria y luego el Obispo dice la oración colecta que se tomará de uno de
los formularios de la Misa al Espíritu Santo (cfr. Ceremonial de los obispos 1187) Mirar
Misal Romano
Oración Colecta
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo,
haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre
el bien y gozar de su Consuelo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Antes de la proclamación del Evangelio, el nuevo párroco, (así esté Presente un diácono)
pidiendo la bendición, recibe del señor Obispo el Evangeliario con la siguiente oración ( cfr.
CO 1191)
Terminada la homilía, el nuevo párroco renueva las promesas que hizo en su ordenación.
Éste se sitúa de pie, delante del Obispo, que le interroga con estas palabras (CO 1193):
Obispo
Querido hijo: conviene que ahora renueves delante del pueblo cuyo cuidado se
te confía, las promesas que hiciste el día de tu ordenación presbiteral.
Párroco
Sí, estoy dispuesto.
Obispo
¿Estás dispuesto a ejercer el ministerio de la Palabra, predicando el Evangelio y
exponiendo la fe católica con ciencia y responsabilidad?
Párroco
Sí, estoy dispuesto.
Obispo
¿Estás dispuesto a presidir fielmente la celebración de los misterios de Cristo,
especialmente el sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la reconciliación,
para alabanza de Dios y santificación del pueblo cristiano, según la tradición de
la Iglesia?
Párroco
Sí, estoy dispuesto.
Obispo
¿Estás dispuesto a invocar, junto con tu Obispo, la misericordia divina a favor
del pueblo que se te encomienda, perseverando sin desfallecer en la oración
como nos mandó el Señor?
Párroco
Sí, estoy dispuesto.
Obispo
¿Quieres unirte cada día más estrechamente a Cristo, Sumo Sacerdote, que por
nosotros se ofreció al Padre como víctima santa, y con él consagrarte a Dios
para la salvación de los hombres?
Párroco
Sí, quiero con la gracia de Dios.
Delegado.
¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis sucesores?
Párroco.
Sí, prometo.
Obispo
Dios, que comenzó en ti esta buena obra, él mismo la lleve a feliz término.
PUERTA DE LA IGLESIA
En la puerta de la iglesia el Señor Obispo entrega al nuevo párroco las llaves del edificio
mientras le dice:
Recibe las llaves de esta Iglesia como signo de autoridad. Cuida de abrirla
oportunamente para que los fieles puedan acudir a celebrar los misterios
cristianos y a orar en la presencia del Señor. Procura también que, en la misma
forma que cuidas que las puertas de este templo estén abiertas, abras también,
con tu palabra y con tu conducta, para Dios el corazón de los fieles.
CAMPANARIO
BAUTISTERIO
Esta es la fuente de la vida que mana del costado dé Cristo y limpia los pecados
del mundo. Aquí harás renacer, por el agua y el Espíritu Santo, tanto los niños
que te presenten los padres cristianos como los adultos que se conviertan a la fe.
SEDE PENITENCIAL
Dios ha amado tanto al mundo que le ha entregado su Hijo para que nadie
perezca sino que todos tengan vida eterna. En este lugar el Señor, a través de tu
ministerio, realizará maravillas. Cuida, pues de reconciliar con Dios a los fieles
que después del bautismo hayan recaído en el pecado y a aquellos que acudan a
ti deseando convertirse más plenamente a Dios. Este es el trono de la gracia
para alcanzar misericordia.
El Señor Obispo invita al nuevo párroco a que se siente en el confesionario mientras el coro y
el pueblo cantan unos versos de un canto apropiado. Renuévame Señor…
SEDE PRESIDENCIAL
Terminada la procesión por los diversos lugares de la Iglesia el Señor Obispo, se sienta en la
Sede e invita al nuevo Párroco a acercarse a la sede presidencial mientras le dice:
En la persona del Obispo, Jesús, el buen Pastor, está presente en medio de su
pueblo. Es él, en efecto, quien por medio de nosotros, sus ministros, continúa
anunciando el Evangelio y presidiendo la oración de sus fieles.
Tú, también, como cooperador de tu Obispo, ocupando esta Sede, serás imagen
de Jesucristo, predicarás su Evangelio y presidirás la oración de la Iglesia que
se reúne en esta parroquia.
El Obispo entonces se levanta e invita al nuevo párroco a sentarse unos momentos en la Sede
ALTAR
Finalmente, nuevo párroco recibe la casulla sacerdotal para que se revista y pueda así el
Obispo invitar al nuevo párroco a besar el altar diciéndole:
Concluido el rito de toma de posesión, tanto el Obispo como el nuevo párroco van a sus
sedes respectivas. Los acólitos (monaguillos) que portaban la cruz alta, los cirios, el
turiferario van a sus respectivos lugares. La celebración prosigue como habitualmente a partir
de la oración universal.
Obispo
Integrados a través de la parroquia santuario, en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y
Templo del Espíritu Santo, oremos con fe al Señor que conoce cuáles son las
verdaderas necesidades de, nosotros, su pueblo. Nos unimos en la oración
cantando: Te rogamos, óyenos.
1. Para que la fuerza del Espíritu Santo, que el Padre derramó sobre Jesús y
Él comunicó a sus santos Apóstoles y por medio de ellos a los Obispos,
asista a nuestro Obispo Gabriel Ángel, y le conceda servir a Dios día y
noche y apacentar fielmente esta nuestra Iglesia que le ha sido
encomendada. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
4. Para que Dios venga en ayuda de las familias de nuestra parroquia que se
ven sometidos a diversas pruebas, dé la salud a los enfermos, otorgue su
fuerza a los ancianos y conceda a los incrédulos que conviven con
nosotros descubrir la riqueza de la fe y a los pecadores la gracia de la
conversión. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
Obispo
El pueblo responde:
Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
El pan y el vino son traídos procesionalmente al altar. El señor Obispo recibe los dones y los
entrega al nuevo párroco, quien prepara el altar, luego vuelve a su sitio. La misa prosigue
como habitualmente se celebra.
PLGARIA EUCARÍSTICA I
P te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
estos ✠ dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
Con las manos extendidas, prosigue:
ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que
le concedas la paz, la protejas, la congregues en
la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con
tu servidor el Papa N., con nuestro obispo N.,
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice:
tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos; dando gracias te
bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo:
Se inclina un poco.
O bien:
Puede decir los nombres de los difuntos por quienes se quiere orar.
que nos han precedido con el signo de la fe y
duermen ya el sueño de la paz.
Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.
Después, con las manos extendidas, prosigue:
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo,
concédeles el lugar del consuelo,de la luz y de la paz.
Junta las manos.
[Por Cristo nuestro Señor. Amén.]
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que,
ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
Amén.
El sacerdote añade:
Y con tu espíritu.
Luego el diácono o el sacerdote añade:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como signo de
reconciliación.
CAPILLA DE LA RESERVA EUCARÍSTICA
Terminada la distribución de la comunión el señor obispo entrega al nuevo párroco la llave del
sagrario y le dice:
Recibe la llave con la que se abre este sagrario preparado para reservar el Sacramento
del Cuerpo Santísimo de Jesucristo: cuida de llevar la Eucaristía a los moribundos y a
los demás enfermos; sé asiduo en adorar este sacramento y enseña a tus fieles a visitar
a nuestro Señor Jesucristo, presente en la Eucaristía y a contemplar piadosamente su
misterio pascual y cuida que nunca deje de arder aquí una lámpara para señalar a los
fieles la presencia del Señor.
ORACIÓN DE POSCOMUNIÓN
Que tu Espíritu Santo, Señor, descienda sobre nosotros,
purifique nuestros corazones y los vuelva fecundos
penetrándolos del suave rocío de su venida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Finalizada la Oración de Post Comunión el nuevo párroco dirige unas palabras al pueblo que escucha estando
sentado. .
RITO DE CONCLUSIÓN
Finalizadas las palabras del nuevo párroco sigue la bendición
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al
pueblo.
El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
Y con tu espíritu.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
Amén.