Está en la página 1de 25

Ritual de Ordenación Diaconal

“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor


de todos” Mc 9, 35

Sem. Rigoberto José Franco Santamaría


Sábado 27 de enero del 2019
Parroquia San Pedro Apóstol, Diócesis de Zacatecoluca

Monición de Entrada Buenos tardes hermanos:

Bienvenidos a esta Celebración Eucarística; fiesta de fe y de amor en la que el Señor se


hace presente, para darnos vida en abundancia a través de su Palabra y a través de su
Cuerpo y de su Sangre. Nos reunimos para acompañar con nuestra oración al seminarista
Rigoberto José Franco Santamaría que hoy recibe el Sagrado Orden del Diaconado; paso
importante en la vida de este hermano nuestro que, respondiendo a la llamada del Señor,
quiere consagrarse al servicio de Dios y de su Santa Iglesia. Con alegría y esperanza,
comencemos la Eucaristía poniendo sobre el altar del Señor todos los deseos de nuestros
corazones, invocando su santo Nombre y glorificando su presencia real en medio de la
comunidad que lo alaba y bendice. Nos ponemos en píe para recibir a nuestro Obispo
Mons. Elías Samuel Bolaños y sacerdotes concelebrantes. Unamos nuestra alegría
cantamos.
RITOS INICIALES
Estando todo dispuesto se inicia la procesión por la iglesia hacia el altar según el modo acostumbrado. El
ordenando precede al diácono portador del libro de los Evangelios que ha de utilizarse en la Misa y en la
Ordenación.
Siguen los demás diáconos, si los hay, los presbíteros concelebrantes y, finalmente, el obispo, con sus dos
diáconos asistentes ligeramente detrás de él. Llegados al altar, y hecha la debida reverencia, todos se dirigen
a su respectivo lugar. Mientras tanto se entona el canto de entrada.

Cuando llegan al altar, el Obispo dejando la mitra y el báculo, con los ministros hacen la debida reverencia,
besa el altar y lo inciensa. Después se dirige a la sede.

El ordenando deberá estar sentado en la primera banca junto a su familia y revestido sólo con alba. Se
utiliza la Misa de ordenación de diáconos

Terminado el canto de entrada, el Obispo y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el


Obispo dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.

Saludo
El Obispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:
El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos
colma con su alegría y con su paz, permanezca siempre con todos
ustedes.
El pueblo responde: Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL
El Obispo:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos
nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, el Obispo emplea la siguiente invocación:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que


he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los
santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios,
nuestro Señor.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde: Amén.

CREDO
El candidato se presenta ante el Obispo para realizar la profesión de fe, de rodillas

Monición
Nuestro hermano Rigoberto José Franco Santamaría hará la profesión de fe frente al Obispo y toda la comunidad aquí
reunida.

TEN PIEDAD
Lo anuncia el Obispo

ORACIÓN COLECTA:
El Obispo:
Oremos:
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a no buscar
que alguien los sirva, sino a servir a todos, concede a este hijo tuyo,
que has elegido hoy para el ministerio del diaconado, ser infatigable
en el don de sí mismo, constante en la oración y alegre y bondadoso
en el ejercicio de su ministerio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Al final de la oración el pueblo aclama: Amén

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA ECLESIÁSTICO 2, 1-6
Monitor:

Lectura del libro de los Números 3, 5-9

El Señor dijo a Moisés: Manda a la tribu de Leví que se acerque, y tú


la pondrás a disposición del sacerdote Aarón, para servirlo. Ellos
realizarán tareas para él y para toda la comunidad de Israel, delante
de la Carpa del Encuentro, encargándose del servicio de la Morada.
Tendrán a su cargo todo el mobiliario de la Carpa del Encuentro y
realizarán tareas para los israelitas, encargándose del servicio de la
Morada. Tú pondrás a los levitas a las órdenes de Aarón y de sus
hijos: así ellos estarán dedicados a él exclusivamente, de parte de los
israelitas.
Palabra del Dios
El Pueblo responde: Te alabamos, Señor

MONICION: El salmista hace una acción de gracias a Dios por todas las maravillas que ha
hecho. Siendo Dios su refugio y fortaleza, mostrando la confianza y amor en un camino de
misericordia.

Unamos nuestra voz junto al salmista cantando: ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que
me ha hecho?

Salmo responsorial: Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18

R. ¿Cómo pagaré al Señor


todo el bien que me ha hecho?

Alzaré la copa de la salvación,


invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor


la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,


invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA
Monitor: El libro de los Hechos de los apóstoles nos relata la necesidad de tener un ministerio consagrado
dentro de la iglesia, donde el servicio a los demás sea hacer vida el evangelio de un Jesucristo resucitado.
Escuchamos
Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,1-7.

Por aquellos días, como el número de los discípulos iba en aumento,


hubo quejas de los llamados helenistas contra los llamados hebreos,
porque según ellos sus viudas eran tratadas con negligencia en el
servicio diario.

Los Doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: «No es


correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por hacernos
cargo de este servicio.

Por lo tanto, hermanos, elijan entre ustedes a siete hombres de buena


fama, llenos del Espíritu y de sabiduría; les confiaremos esta tarea
mientras que nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al
ministerio de la Palabra.»

Toda la asamblea estuvo de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre


lleno de fe y Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón,
Pármenas y Nicolás, que era un prosélito de Antioquía.

Los presentaron a los apóstoles, quienes se pusieron en oración y les


impusieron las manos.

La Palabra de Dios se difundía; el número de los discípulos en


Jerusalén aumentaba considerablemente, e incluso un buen grupo de
sacerdotes había aceptado la fe.

PALABRA DE DIOS.
El Pueblo responde: Te alabamos, Señor

SANTO EVANGELIO
Monitor:
Jesús se nos presenta dispuesto a cumplir la voluntad de su Padre Celestial. Quiere dejarnos claro cuál
debe ser nuestra postura frente a lo que Dios nos vaya pidiendo en la vida, y nos invita a estar dispuestos
a aceptar la voluntad de Dios, aunque sea difícil y dolorosa. Jesús se muestra decidido a afrontar su
pasión y a dar la vida por Amor a cada uno de los hombres.
Por otra parte, en respuesta al pedido de los dos discípulos, también nos enseña que la humildad debe ser
algo característico de sus seguidores, quienes debemos moldearnos a su voluntad.

† Del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28

En aquel tiempo, cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó


aparte a los Doce, y les dijo por el camino: Mirad que subimos a
Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes
y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para
burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos,
y se postró como para pedirle algo. El le dijo: ¿Qué deseas? Ella
contestó: Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu
derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino. Replicó Jesús: No sabéis lo
que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?
Le contestaron: Sí, podemos. Él les dijo: Mi copa, sí la beberéis; pero
sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo,
sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los
otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
Mas Jesús los llamó y dijo: Sabéis que los jefes de las naciones las
dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su
poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a
ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el
primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que
el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su
vida como rescate por muchos.
Palabra del Señor

El pueblo Responde: Gloria a ti, Señor.

RITO DE LA ORDENACIÓN
Después del Evangelio, se inicia la ordenación del diácono. Mons. Elías Bolaños, con la mitra puesta, se
acerca a la sede preparada para la ordenación y se hace la presentación del candidato.

PRESENTACIÓN DEL CANDIDATO


Monitor: Nos preparamos para participar del rito de la ordenación diaconal. El Diacono. Melkin
Rodríguez, llamará a nuestro hermano y lo presentará ante el Obispo

El ordenado es llamado por el diácono de la siguiente manera:


Acérquese el que va a ser ordenado diácono:
Seminarista: Rigoberto José Franco Santamaría
El ordenando se pone de pie, y responde: Presente .
Y se acerca al Obispo, a quien hace una reverencia.

PETICIÓN DE LA ORDENACIÓN.
El llamado permanece de pie ante el obispo, y el presbítero designado por el obispo dice:

Monitor: Ahora Monseñor Jesús Antonio Carpio, pide a nuestro obispo la ordenación
diaconal.

Monseñor Jesús Antonio Carpio


Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que ordenes
Diácono a este hermano nuestro.
Mons. Elías Bolaños le pregunta:
¿Sabes si es digno?
Pbro. Felipe López
Según el parecer de quienes lo presentan, y después de consultar al
pueblo cristiano, doy testimonio que ha sido considerado
digno.
Mons. Elías Bolaños:
Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador,
elegimos a este hermano nuestro para el Orden de los diáconos.
Monitor: Manifestemos nuestra aceptación con el canto:

Coro: canta Te damos gracias, Señor.

HOMILÍA
Enseguida todos sentados, el obispo hace la homilía.

COMPROMISO DEL CELIBATO


Monitor: El elegido para el diaconado manifiesta públicamente su compromiso del
celibato antes de su ordenación.

El candidato, se presenta ante Mons. Elías Bolaños para manifestar públicamente su compromiso, permanece
de pie ante él, mientras Mons. Elías Bolaños sentado con mitra y báculo lo exhorta con estas palabras:
Mons. Elías Bolaños dice:
Querido Hijo, has venido libremente a pedir el Orden del
Diaconado; ejercerás este ministerio observando el celibato, que es a
la vez signo y constante estímulo de caridad pastoral y fuente de
fecundidad espiritual en el mundo.
Movido, pues, por el amor a Cristo y en una entrega total a él,
vivirás en este estado consagrado al Señor de una manera nueva y
más excelsa. Así, estarás unido a Cristo de todo corazón, te
dedicarás al servicio de Dios y de los hombres con
mayor libertad de ánimo y con mayor entrega podrás así ejercer este
ministerio de salvación.
De esta manera, por tu conducta y ejemplo, darás testimonio a los
hermanos de que Dios debe ser amado sobre todas las cosas,
preferido entre todas las personas y servido en todos los
hombres, nuestros hermanos.
Por tanto:
¿quieres, ante Dios y ante la Iglesia, en señal de tu entrega a Cristo,
el Señor, guardar perpetuamente el celibato por el Reino de los
cielos y para el servicio de Dios y de los hombres?

Rigoberto, responde: Sí, quiero.


Mons. Elías Bolaños añade:
El Señor te conceda perseverar en tu santo compromiso.

Rigoberto, responde: Amén.

EXAMEN Y PROMESAS DEL ELEGIDO


Monitor: Nuestro Obispo, Mons. Elías Bolaños, examina el querer y el compromiso de
nuestro hermano Rigoberto Santamaría, quien promete obediencia a su obispo y a la
iglesia.

Nuestro Obispo, Mons. Elías Bolaños, sentado con mitra y báculo pregunta a Rigoberto, que está de pie ante
él, diciendo:

Mons. Elías Bolaños dice:


Querido Hijo, antes de entrar en el orden de los diáconos, debes
manifestar, ante el pueblo, tu voluntad de recibir este ministerio.
Luego prosigue
¿Quieres consagrarte al servicio de la Iglesia, por la imposición de
mis manos y la gracia del Espíritu Santo?

Rigoberto, responde: Sí, quiero.


Mons. Elías Bolaños:
¿Quieres desempeñar, con humildad y amor, el ministerio de
Diácono, como colaborador del Orden sacerdotal y en bien del
pueblo cristiano?

Rigoberto, responde: Sí, quiero


Mons. Elías Bolaños:
¿Quieres vivir el misterio de la fe con alma limpia y de palabra y
obra proclamar esta fe, según el Evangelio y la Tradición
de la Iglesia?

Rigoberto, responde Sí, quiero


Mons. Elías Bolaños:
¿Quieres mantener y fomentar el espíritu de oración que
corresponde a tu género de vida y fiel a este espíritu, celebrar la
Liturgia de las Horas, según tu condición junto con el pueblo de
Dios y en beneficio suyo de todo el mundo?

Rigoberto, responde: Sí, quiero.


El Obispo, Mons. Elías Bolaños:
¿Quieres imitar siempre en tu vida el ejemplo de Cristo, cuyo
Cuerpo y Sangre servirás con tus propias manos?

Rigoberto, responde: Sí, quiero, con la gracia de Dios.


Mons. Elías Bolaños deja el báculo
Después de esta respuesta, Rigoberto, se acerca a Mons. Elías Bolaños y, arrodillado ante él, ponen sus manos
juntas entre las manos del obispo.

El guía introduce este momento con la siguiente monición:

Monitor: En éste momento el elegido promete obediencia a nuestro Obispo y a sus sucesores.
El Obispo, Mons. Elías Bolaños, interroga al elegido, diciendo:

¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis sucesores?

Rigoberto, responde: Si, prometo.


Mons. Elías Bolaños, concluye siempre:
Que Dios mismo la lleve a término esta obra buena que en ti ha
comenzado.
LETANÍAS DE LOS SANTOS.

Monitor: Nos ponemos de pie para invocar juntos a Dios, por este hermano, a
través de la intercesión de Cristo Jesús, de María santísima y de todos los santos.

Luego, todos se levantan; Mons. Elías Bolaños, de pie en su sede, sin mitra, y con las
manos juntas, exhorta al pueblo diciendo:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que
bondadosamente derrame la gracia de su bendición sobre este siervo
suyo, a quien ha llamado al Sagrado Orden de los
diáconos.
El diácono Fray Foncho dice: Nos mantenemos de pie.
Mons. Elías Bolaños, se mantiene de pie ante su sede y todos iguales. Rigoberto, se postra
en tierra.

En las letanías, pueden añadirse, en su lugar respectivo, otros nombres de santo, por ejemplo, del Patrono, del
Titular de la iglesia, del Fundador, del Patrono de quien recibe la Ordenación, así como otras invocaciones
más apropiadas cada circunstancia.

El Cantor comienza las letanías.


Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Santa María, Madre de Dios ruega por nosotros.


San Miguel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios, rueguen por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Todos los santos patriarcas y profetas rueguen por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
Santiago Apóstol ruega por nosotros.
Santos Andrés ruega por nosotros.
San Juan ruega por nosotros.
Todos los santos apóstoles y evangelistas rueguen por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Todos los santos discípulos del Señor rueguen por nosotros
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquia ruega por nosotros.
Santos Lorenzo, ruega por nosotros.
San Vicente, ruega por nosotros.
San Felipe de Jesús ruega por nosotros
Santos Cristóbal Magallanes y compañeros mártires rueguen por nosotros
Santas Perpetua y Felicidad, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
Todos los santos mártires rueguen por nosotros
Santos Gregorio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
Santos Atanasio, ruega por nosotros.
San Basilio, ruega por nosotros.
San Martin Porres, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
San Francisco de Asís, ruega por nosotros.
San Antonio de Padua, ruega por nosotros
Santo Domingo de Guzmán, ruega por nosotros.
Santos Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Luís Gonzaga ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
San Juan de la Cruz, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Clara de Asís, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
San Juan de Ávila, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotros.
San Alfonso María de Ligorio, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Calcuta, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima ruega por nosotros
San Juan Diego ruega por nosotros.
San Juan XXIII, ruega por nosotros.
San Juan Pablo II, ruega por nosotros.
San Oscar Arnulfo Romero, ruega por nosotros.
Santos Mártires de América Latina, rueguen por nosotros
Todos los santos y santas de Dios, rueguen por nosotros.

Muéstrate propicio, líbranos Señor.


De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, líbranos, Señor.

Nosotros que somos pecadores, te rogamos óyenos


Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos
Para que asistas al Papa Francisco
y a todos los miembros del clero, en tu servicio santo, te rogamos, óyenos
Para que bendigas a este elegido, te rogamos, óyenos
Para que bendigas y santifiques a este elegido, te rogamos, óyenos
Para que bendigas, santifiques y consagres a este elegido, te rogamos, óyenos
Para que concedas paz y reconciliación
a nuestro pueblo y a todos los pueblos de la tierra, te rogamos, óyenos
Para que tengas misericordia de todos los que sufren, te rogamos, óyenos
Para que nos fortalezcas y asistas en tu servicio santo, te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.


Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Acabada las letanías, Mons. Elías Bolaños, se pone de pie, con las manos extendidas, dice:

Señor Dios, escucha nuestras suplicas y confirma con tu gracia este


misterio que realizamos: santifica con tu bendición a este siervo tuyo
que juzgamos apto para el servicio de los santos misterios por
Jesucristo, nuestro Señor.
El pueblo Responde: Amén

Monitor: Nos mantenemos de pie

IMPOSICIÓN DE LAS MANOS Y PLEGARIA DE ORDENACIÓN


Monitor
La imposición de las manos y la oración consecratoria de nuestro obispo son los elementos
del sacramento del orden que consagran como diácono a quienes han sido llamados. Nos
unimos con nuestra oración silenciosa a la oración de la Iglesia pidiendo el don
del Espíritu Santo.

El elegido se levanta; se acerca al Obispo, que está de pie delante de la sede y con mitra, y se pone
de rodillas ante él.

Mons. Elías Bolaños, con mitra se acerca a él y le impone las manos en la cabeza sin
decir nada.
Estando el elegido arrodillado ante el Obispo, éste, sin mitra y con las manos extendidas,
dice la Plegaria de Ordenación

ORACIÓN CONSECRATORIA.
Estando el elegido arrodillado ante el Obispo, Mons. Elías Bolaños, sin mitra y con las
manos extendidas dice la oración consecratoria:

Asístenos, Dios todopoderoso,


de quien procede toda gracia,
que estableces los ministerios
regulando sus órdenes;
inmutable en ti mismo, todo lo renuevas;
por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro
-palabra, sabiduría y fuerza tuya-,
con providencia eterna todo lo proyectas
y concedes en cada momento cuanto conviene.

A tu Iglesia, cuerpo de Cristo,


enriquecida con dones celestes variados,
articulada con miembros distintos
y unificada en admirable estructura
por la acción del Espíritu Santo,
los haces crecer y dilatarse
como templo nuevo y grandioso.

Como un día elegiste a los levitas


para servir en el primitivo tabernáculo,
así ahora has establecido tres órdenes de ministros
encargados de tu servicio.

Así también, en los comienzos de la Iglesia,


los apóstoles de tu Hijo,
movidos por el Espíritu Santo,
eligieron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano,
a siete varones acreditados ante el pueblo
a quienes, orando e imponiéndoles las manos,
les confiaron el cuidado de los pobres,
a fin de poder ellos entregarse con mayor empeño
a la oración y a la predicación de la palabra.

Te suplicamos, Señor, que atiendas propicio


a este siervo,
a quien consagramos humildemente
para el orden del diaconado
y el servicio de tu altar.

ENVÍA SOBRE ÉL, SEÑOR, EL ESPÍRITU SANTO,


PARA QUE FORTALECIDO
CON TU GRACIA DE LOS SIETE DONES
DESEMPEÑE CON FIDELIDAD EL MINISTERIO.

Que resplandezca en él
un estilo de vida evangélica,
un amor sincero,
solicitud por pobres y enfermos,
una autoridad discreta,
una pureza sin tacha
y una observancia de sus obligaciones espirituales.

Que tus mandamientos, Señor,


se vean reflejados en sus costumbres,
y que el ejemplo de su vida
suscite la imitación del pueblo santo;
que, manifestando el testimonio de su buena conciencia,
persevere firme y constante con Cristo,
de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo
que no vino a ser servido sino a servir,
merezca reinar con él en el cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,


que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Respuesta: Amén.

IMPOSICIÓN DE LA ESTOLA Y LA DALMÁTICA.


la Plegaria de ordenación, se sientan todos. El Obispo recibe la mitra y se sienta. El ordenado se levanta, y un
ministro le pone la estola al estilo diaconal, y otro ministro puede vestirlo con la dalmática.
Mientras tanto, se puede entonar un canto adecuado.

Monitor:
Nuestro hermano, Rigoberto Santamaría, ha entrado en el orden de los diáconos, ahora será
revestidos con los ornamentos diaconales, signos propios de su nuevo ministerio. Le
revisten el Pbro. Felipe López y el Monseñor Jesús Antonio Carpio. Acompañémoslo con
nuestro canto.

ENTREGA DEL LIBRO DE LOS EVANGELIOS.


Un diácono trae el Evangeliario desde el altar y se lo pasa al obispo, El ordenado, ya con sus vestiduras
diaconales, se acerca al Obispo y se arrodilla ante él. El Obispo le entrega el libro de los Evangelios diciendo:

Dcno. Fray Cecilio presenta el libro de los Evangelios.

Monitor: El nuevo diácono: Rigoberto Santamaría, recibirá el libro de los evangelios, como
parte de su ministerio de la predicación de la Buena Nueva de Salvación

El Obispo le entrega el Libro de los evangelios, diciendo:


Recibe el Evangelio de Cristo
del cual has sido constituido mensajero;
esmérate en creer lo que lees,
enseñar lo que crees
y vivir lo que enseñas.

BESO DE PAZ
Finalmente, Mons. Elías Bolaños, le da al ordenado el beso de paz.

Monitor: Nuestro hermano diacono, recibe el saludo de paz de nuestro Obispo y de sus
hermanos diáconos; bendigamos a Dios por la consagración de nuestro nuevo diácono.
Cantemos con un espíritu alegre y agradecido.

Mons. Elías Bolaños


La Paz Sea Contigo.
Rigoberto, responde: Y con tu espíritu.
El Obispo, Mons. Elías Bolaños, presenta a la asamblea al nuevo diácono. Rigoberto, recibe
el saludo de sus hermanos diáconos.

LITURGIA EUCARISTICA
Monitor: Presentamos ante el altar los dones de pan y vino, los que se convertirán en
cuerpo y sangre de Cristo, alimento de vida eterna.

El nuevo diácono junto a otro preparan el altar

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


El Obispo:
Padre santo, ya que tu Hijo quiso lavar los pies a sus discípulos para
darnos ejemplo; recibe los dones que te presentamos, y haz que, al
ofrecernos a ti como oblación espiritual, quedemos llenos de espíritu
de humildad y de celo en tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO II DE LAS ORDENACIONES
CRISTO, ORIGEN DE TODO MINISTERIO ECLESIAL

V. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.


V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario,


Es nuestro deber y salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar
señor Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
Ya que, por la unción del Espíritu Santo
Constituiste a tu unigénito
Pontífice de la alianza nueva y eterna,
Y en tu designio salvífico
Haz querido que haya en tu iglesia
Abundancia de ministerios.
En efecto, Cristo no solo confiere
La dignidad del sacerdocio real
A todo su pueblo santo,
Sino que, con especial predilección
Elige a algunos de entre los hermanos,
Y mediante la imposición de las manos,
Los hace partícipes de su ministerio de salvación,
A fin de que fomenten la caridad
En tu pueblo santo,
Lo alimenten con la palabra,
Lo fortifiquen con sus sacramentos
Y, consagrando su vida a y ti
Y a la salvación de sus hermanos
Se esfuercen por reproducir en sí mismos
La imagen de Cristo
Y te den un constante testimonio de fidelidad
Y de amor.
Por eso con todos los ángeles y a los santos,
Te alabamos, cantando llenos de alegría
el himno de tu gloria.

Santo, Santo, Santo..

PLEGARIA EUCARÍSTICA I
(Canon Romano)

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:


CP: Padre misericordioso, te pedimos humildemente, por Jesucristo, tu
Hijo, nuestro Señor,
junta las manos y dice:

que aceptes
trazando el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

y bendigas † estos dones, este sacrificio santo y puro que te


ofrecemos,
con las manos extendidas, prosigue:

ante todo, por tu Iglesia santa y católica,


para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa N.,
con nuestro Obispo N.,
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
Conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe
católica y apostólica.

CONMEMORACIÓN DE LOS VIVOS


C1: Acuérdate, Señor, de tus Hijos N. y N.
Junta las manos y ora unos momentos por quienes tiene la intención de orar.
Después con las manos extendidas, prosigue:
Y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por
ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación
que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio
de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y Verdadero.
CONMEMORACIÓN DE LOS SANTOS
C2: Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
Veneramos la memoria, ante todo,
de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor *
la de su esposo, San José; la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
(Santiago y Juan, Tomas, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo,
Simón Y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio,
Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y
Damián)
y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en
todo tu protección.
con las manos extendidas, prosigue:
CP: Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda
tu familia santa; te la ofrecemos también por tu hijo que ha sido
llamado al Orden de los diáconos; conserva en él los dones para que
fructifique lo que ha recibido de tu bondad.
Junta las manos
(Por Cristo, nuestro Señor. Amen)
Extendiendo las manos sobre las ofrendas, dice: (gesto epiclético)
CC. Bendice y santifica oh Padre, esta ofrenda, haciéndola perfecta,
espiritual y digna de ti: manera que sea para nosotros Cuerpo y
Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, la víspera de su Pasión, (manos juntas)


Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue
tomó el pan en sus santas y venerables manos,
eleva los ojos
y, elevando los ojos al cielo,
hacia ti, Dios Padre suyo todopoderoso,
dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
Se inclina un poco
“TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, (Gesto indicativo)
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES”.

Del mismo modo, acabada la cena, (manos juntas)


Toma el caliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue
tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando
gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:

“TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, (Gesto indicativo)


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS PARA EL
PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión. Luego dice la
siguiente fórmula:
CP Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ¡Ven señor
Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC: Por eso, Padre,


nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.

Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala,


como aceptaste los dones del justo Abel
el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Inclinado, con las manos juntas, prosigue:

Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso,


que esta ofrenda sea llevada a tu presencia,
hasta el altar del cielo, por manos de tu Ángel,
para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
al participar aquí de este altar,
se endereza y se signa, diciendo:

seamos colmados de gracia y bendición.


Junta las manos
(Por Cristo nuestro Señor. Amén)
CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS
Con las manos extendidas, dice:

C3: Acuérdate también, Señor,


de tus hijos N. y N., (Arcadia Ortíz, Amelia Vásquez, Erick y
Edgardo Aguillón)
que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueño de la Paz.
Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar. Después, con las
manos extendidas, prosigue:

A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, Concédeles el lugar


del consuelo, de la luz y de la paz.
Junta las manos.
(por Cristo, nuestro Señor. Amén.)

Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:


C4 Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos,
Con las manos extendidas, prosigue:
que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires: Juan el
Bautista, Esteban, Matías y Bernabé,
(Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felícitas y Perpetua,
Águeda, Lucia, Inés, Cecilia, Anastasia.)
El beato Oscar Romero y de todos los santos;
y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos,
sino conforme a tu bondad.
Junta las manos.
Por Cristo, Señor nuestro.
Y continua:
CP Por quienes sigues creando todos los bienes,
los santificas, los llenas de vida,
los bendices y los repartes entre nosotros.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
CP Por Cristo, con él y en él,
o a ti, Dios Padre omnipotente
CC en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por lo siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN.
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Obispo, con las manos juntas. Dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el
Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre Nuestro…
El Obispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males. Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo
Junta las manos.

El pueblo concluye la oración, aclamando:


Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre. Señor.
Después el Obispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El Obispo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu

Luego, el diácono, Rigoberto, añade:


En el espíritu de Cristo resucitado, dense fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.

Luego se canta:
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
El Obispo hace genuflexión, toma el pan consagrado y. sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo
muestra al pueblo, diciendo:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
De que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
El nuevo diácono ayuda a distribuir la comunión

COMUNIÓN
Monitor:
Nos acercamos a recibir a Jesús sacramentado, Este es el Pan del Cielo, un pan vivo que
nos habla de siembra y de cosecha, un pan solidario que no sirve para ser acaparado
sino para ser compartido y celebrado en Comunidad. Es un pan que se parte y se reparte.
Este Pan del Cielo, lo bendice, lo parte con sus manos llagadas por amor y nos lo sirve el
mismo Señor resucitado. Hermanos acerquémonos a recibir el cuerpo de Cristo.

Terminada la comunión se mantiene un momento en silencio


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
El Obispo
Oremos: Padre, concede a tus hijos, alimentados con esta eucaristía,
ser fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la
caridad, para gloria tuya y salvación de los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Monitor:
Tomemos asiento. El Diácono Rigoberto José Franco Santamaría dará los agradecimientos
a la comunidad presente.

Rigoberto, desde el lugar del Monitor se dirige a la asamblea

Monitor: Nos ponemos de pie para recibir la bendición

BENDICIÓN
El Obispo, Mons. Elías Bolaños, con mitra, invoca la bendición, diciendo:

El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde:
Y con tu espíritu
El ordenado se pone de pie frente al Obispo e inclina la cabeza

El Obispo con las manos extendidas sobre el ordenado y el pueblo dice:


Que Dios, que te ha llamado
al servicio de los hombres en su Iglesia,
te conceda un gran celo apostólico,
especialmente hacia los pobres y afligidos.
El ordenado y el pueblo Responden:
Amén.
El Obispo prosigue:
Él, que te ha confiado
la misión de predicar el Evangelio de Cristo,
y de servir al altar y a los hombres,
te haga en el mundo
ardiente testigo suyo
y ministro de la caridad
El ordenado y el pueblo Responden:
Amén.
El Obispo prosigue:
Que él, que te hizo dispensador de sus sacramentos
te conceda ser imitador de su Hijo Jesucristo,
para ser en el mundo ministro de unidad y de paz
Amén.
El ordenado vuelve a su lugar

El Obispo, Mons. Elías Bolaños, recibe el báculo y dirigiéndose al pueblo dice:


Y a todos ustedes, que están aquí reunidos,
Los bendiga Dios todopoderoso
Pa † dre, Hi †jo y Espíritu †Santo,
El ordenado y el Pueblo Responden
Amén

El Dcno. Rigoberto, hace el envío, diciendo:


Anunciar a todos la alegría del señor resucitado. Pueden ir en paz.
El pueblo responde
Demos gracias a Dios
Coro inicia el canto de salida
Procesión de salida

También podría gustarte