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La coordinación dinámica o general es aquella forma de sincronización motriz que nos permite
mover diferentes partes del aparato locomotor sin que unas interfieran sobre las otras. Es decir, es
aquella coordinación de carácter general cuyo desarrollo nos permite mover el organismo de
forma eficaz sin que el movimiento de unas partes afecten a otras.
Intervienen todas las partes del cuerpo y requieren de una sincronización global en la que cada
región locomotora cumple con su función de forma particular pero dentro de un conjunto y sin
interferir en la actividad motriz de otras regiones. Es el tipo de coordinación que nos da estabilidad
durante cambios dinámicos y es el que necesitamos para caminar o correr, por ejemplo.
2. Coordinación espacial
La coordinación espacial es aquella forma de sincronización motriz que se basa en darnos las
aptitudes físicas para organizar nuestros movimientos musculares cuando estos tienen que
adaptarse a una trayectoria o a un espacio ajeno. Nos permite ajustar nuestra actividad muscular
al movimiento de un objeto móvil de nuestro alrededor para así realizar el gesto técnico que
necesitemos. Un claro ejemplo de esto es el de los bateadores en el béisbol, que tienen que
coordinar su movimiento con el de la pelota para así golpearla.
Coordinación intramuscular
Por coordinación intramuscular entendemos la capacidad que tienen los músculos de nuestro
cuerpo para contraerse cuando reciben la orden por parte del sistema nervioso central y a través
de los nervios periféricos. Las células muscular tienen, en su interior, unos filamentos de actina y
miosina que se activan cuando reciben los músculos reciben los impulsos eléctricos y que
permiten que los miocitos (las células musculares) se contraigan, acción que, como hemos visto,
hace posible la acción biomecánica de los músculos.
4. Coordinación intermuscular
5. Coordinación segmentaria
En esta forma de coordinación, el sentido de la vista juega un papel esencial. De hecho, este tipo
de sincronización motriz se fundamenta en la relación entre la visión y distintas partes del aparato
locomotor humano. Al ser específica de región, podemos distinguir tres formas principales de
coordinación segmentada: óculo-manual, óculo-pédica y óculo-cabeza.
Coordinación óculo-cabeza
6. Coordinación estática
La coordinación estática es un tipo particular de coordinación, pues es la única que persigue el “no
movimiento”. Es decir, se trata de la habilidad motriz que nos permite estar estables físicamente
cuando estamos de pie sobre una superficie, teniendo control y estabilidad sobre nuestra postura.
Esta forma de coordinación hace que, de forma automática, realicemos ligeros movimientos
compensatorios para conseguir un mínimo de oscilación.
7. Coordinación fina
La coordinación fina es aquella forma de sincronización motriz que nos lleva a ser capaces de
realizar movimientos muy precisos. Se basa en el desarrollo de las habilidades locomotoras para
coordinar los movimientos musculares leves que nos permiten desarrollar tareas manuales
precisas y, como su propio nombre indica, finas. Tejer es un claro ejemplo de este tipo de
coordinación.
8. Coordinación gruesa
Por último y como segmento contrario al anterior, la coordinación grueso es aquella forma de
sincronización motriz que no nos lleva a ser capaces de realizar movimientos musculares muy
precisos, pero sí a desarrollar tareas locomotoras que involucran grandes regiones biomecánicas.
Esta coordinación gruesa se observa en movimientos que no requieren de mucha precisión, como
por ejemplo saltar.