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Los seres humanos como nosotros somos seres sociales desde el nacimiento y, por lo

tanto, la estructura social es fundamental para su desarrollo tanto físico, porque al nacer

carecemos de protección y emocional, ya que sedimentamos en los niños los valores y

sentimientos que a futuro expresaron, la primera interacción que tiene lugar en la vida

de cualquier niño se muestra en la familia, es por esto que decimos que la familia es el

primer grupo con el que interactúa. Los miembros de la familia son las primeras

personas con las que un niño interactúa y, por lo tanto, no debemos quitarle el

protagonismo, ya que su papel en el proceso de socialización infantil es de vital

importancia. Es a través de las interacciones con la familia que los niños adquieren una

mejor comprensión de sí mismos y de las personas que los rodean. El modo en que un

niño es cuidado y criado en el hogar le brindará la oportunidad de prosperar mejor en la

vida. Como la participación de los padres en el colegio, puede beneficiar de gran

manera a los maestros y la calidad de la educación. Uno de los más grandes desafíos es

que los padres encuentren el tiempo para asistir a los eventos que realiza la institución

de sus hijos, especialmente en el caso de las familias de bajos recursos, quienes muchas

veces tienen que trabajar en los mercados o incluso tienen dos o tres diferentes trabajos.

Esto es un gran reto para el docente, ya que los padres esperan que sus hijos tengan

buen desempeño académico pero los estudiantes no reciben ningún tipo de apoyo en

casa. También es difícil establecer un vínculo entre la institución educativa y sus

hogares, esto es debido a que hay familias que pocas veces interactúan, sin importar su

nivel socioeconómico. Cuando se presentan casos donde los padres no saben leer ni

escribir o cuando tienen otra lengua originaria dentro de nuestra institución, son los

niños que hacen el rol de mediador y traductor, es debido a esto que es difícil que el

familiar se sienta cómodo al asistir a las reuniones, ya que puede sentirse fuera de lugar.

Es por eso que las instituciones educativas deben esforzarse aún más para hacerlos
sentir bienvenidos y aceptados. El involucramiento de los padres se asocia con diversos

beneficios para los estudiantes de todas las edades. Incluso no es necesario estar siempre

en el colegio, sino tan sólo preguntar al niño cómo le fue en el colegio y asistir a las

reuniones del aula, los padres pueden influenciar positivamente en el futuro del

estudiante. El sentir el apoyo de sus padres, los estudiantes se sienten más motivados y

desarrollan un amor por el aprendizaje. Por otro lado, los docentes ven cambios

importantes en sus aulas cuando los padres se involucran. Desde la motivación y

desempeño del niño, hasta mejorías en su carácter. Además, esta colaboración puede

ayudar a identificar necesidades, objetivos y discutir de qué manera los padres pueden

contribuir a la educación de sus hijos. También presenta la oportunidad de escuchar las

preocupaciones de los padres y ayudarlos a conocer más de cerca la educación de sus

hijos, ofreciendo beneficios a todas las partes involucradas, pero, sobre todo, a los

estudiantes.

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