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[88] B O L E T Í N C U L T U R A L Y B I B L I O G R Á F I C O , V O L . L I I I , N.º 9 6 , 2 0 1 9
r e s e ña s cuento
en la historia, una vez como maestro También es muy interesante la Nelfer Velilla González (Maicao,
de la soñadora y en otra ocasión como forma narrativa de tratar los mitos 1990), resumen su acción, dentro de
protector. ¿Qué aprende la soñadora? propuesta por la cronista con estudios la narración, en un continuo envío
Aprende a tejer: “Iiwa duró un año en arquitectura, tallerista de Relata, de correos. Se trata de un transcurrir
soñando con la doncella desconocida Hilda Lubo Gutiérrez (Riohacha, existencialista, no común en la escritu-
que le revelaba con sus manos, y sin 1966). En su cuento “El laberinto de ra guajira, pero que deja entrever otras
pronunciar una sola palabra, más y Ícaro” reconstruye mitos griegos, en- direcciones posibles.
más secretos del tejido wayuu” (p. 97). tre ellos el vuelo del hijo de Dédalo. Emmanuel Pichón Mora (Maicao,
Un poco más adelante, la narración Su creativa invitación nos lleva a otro 1967), con estudios de ingeniería de
establece: “(...) traigo la palabra del tiempo, cuando nos dice que Ícaro no minas y metalurgia, seleccionado en
creador de los sueños de Iiwa, quien acepta ninguna ayuda, y todo porque una de las antologías de Relata, en su
te manda a decir que la princesa tiene “las sustancias que prepara con la ciza- cuento “Exiliado en tierra” lleva al
un espíritu protector que impide que ña que infesta con el hongo Erysiphe le lector al mar, a la piratería. El narra-
hasta en sus sueños puedan violar su producen alucinaciones” (p. 135). Los dor, de 30 años, es hijo de un español
encierro” (p. 101). sueños son deslumbramientos artifi- cuyo lugar de nacimiento es la isla
La comunicadora social Vicenta ciales, y por eso se hallan en otro nivel, Tortuga, paraíso de piratas. Se mete
María Siosi Pino, wayuu del clan el de las imágenes con alucinaciones. a bucanero y por ingenuidad quiere
Apshana, propone el tema de la Por fuera del sueño como elemento besar a una bella prisionera de su jefe
desadaptación respecto de lo tradi- de reconstrucción de la memoria, al- Barbanegra, y este, como castigo le
cional, en este caso de una muchacha gunos de los autores construyeron su corta los labios. Es un tema del ayer
indígena que es sacada de la ranchería estructura literaria con otros mundos. de la península, una historia en la que
con el fin de que crezca en la ciudad, Sus narrativas focalizan universos que no se recurre al hilo del sueño como
bajo la tutela de unas comadres, cuya validan sus propuestas desde otros án- elemento narrativo. Esto no invalida a
educación urbana consiste en tenerla gulos. Así, por ejemplo, Limedis Cas- Pichón. Solo lo ubica en otro espacio
como empleada de servicio, hasta el tillo Mendoza (Riohacha, 1969), en su narrativo que también hace parte del
punto de que la desnaturalizan. La cuento “El hombre que nada buscaba Caribe guajiro.
muchacha, en un sueño, anhela el en una ciudad pequeña”, sorprende al
lugar donde nació, ese que terminará lector con un poeta que es ladrón de Álvaro Miranda
por aborrecer en su confusión de iden- lápidas de cementerio y al abrir una de
tidad: “El cansancio ganó en la noche. las tumbas se encuentra con un muerto
¡Soñé estar en la ranchería, que sueño NN enorme, que tiene unos manuscri-
tan maravilloso!” (p. 112). tos y El libro de arena de Jorge Luis
La historiadora Caridad Brito Borges. El sueño en Castillo Mendoza
Ballesteros (Santa Marta, 1991), de la consiste en que hace referencia a “El
Red de Escritura Creativa Relata, pre- otro”, el cuento de Borges en que el
senta el cuento “Una vez más”, que se argentino se encuentra con él mismo
aparta del sentido preciso de los temas para finalizar diciendo: “El otro me
del territorio y sus formas de sentir la soñó, pero no me soñó rigurosamente”.
vida y la muerte, para darles un giro El pedagogo Leonardo Raúl Brito
y verlos desde el punto de vista de un (Hatonuevo, 1982), en su cuento “Mi
animal, el perro que aparece como na- amigo Antonio”, narra una historia
rrador. Se trata de un ser que, aunque de gitanos que llegan y establecen su
irracional, racionaliza y nos dice cómo Romanes Than, su hogar, a la orilla del
ve a su ama, que ha sido entregada en río. La familia de gitanos de Antonio
matrimonio por compromiso, para lue- hace recordar aquella otra que llega a
go separarse e irse de la casa. A pesar la aldea de veinte casas de barro con
de la diferencia antropológica que un río en cuyo lecho hay piedras enor-
mantiene en la narrativa respecto a sus mes que parecen huevos prehistóricos:
compañeros de antología, en Caridad “Me acerqué detrás de la vivienda. Él
Brito de nuevo el sueño establece el estaba allí, junto a su padre labraba
hilo invisible. Los sueños son interpre- figuritas de cobre que parecían cobrar
tados por el ama cuando el amo los re- vida” (p. 180).
fiere: “Tuve un mal sueño mía. Otra vez “El timador”, de Gabriel Luna Del-
el caballo negro. Yo lo montaba. Iba a gadillo (Honda, 1959), desarrolla una
galope y de repente —el amo respira trama donde los sueños son para salir
profundo— yo caigo en una calle” (p. de la pobreza. Tuvo la ocurrencia de
125). La mujer, como descifradora de regar oro en el arroyo para engañar
sueños, le asegura que él ha tenido ese a posibles compradores de su tierra.
sueño por haber apostado y perdido la Román y Nora, dos personajes del
plata del jornal en la ruleta de la feria. cuento “La otra orilla”, del músico
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