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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO

FACULTAD DE DERECHO
SEMINARIO CONSTITUCIONAL-4TO SEMESTRE
PROFESOR LEONARDO VERONICO OSORIO

INCONSTITUCIONALIDAD DEL PROCESO CONSTITUYENTE EN


VENEZUELA DE 1999

Presentado por:
Sorangel Bastidas C.I.23.638.687
Andreina Pineda C.I. 27.904.700
Caracas, diciembre 2022
ÍNDICE GENERAL

Pg.
Í N D I C E G E N E R A L...............................................................................2

INTRODUCCIÓN...............................................................................................4

CAPITULO I........................................................................................................6

EL PROCESO CONSTITUYENTE EN VENEZUELA.....................................6

Historia del Constitucionalismo en Venezuela................................................6

El Estado independiente y autónomo semi-descentralizado............................6

El Estado Federal.............................................................................................7

El Estado autocrático centralizado...................................................................7

El Estado democrático centralizado de partidos..............................................8

La supremacía Constitucional..........................................................................9

CAPITULO II....................................................................................................10

EL PROCESO DE ENMIENDA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN DE


VENEZUELA DE ACUERDO A LA CONSTITUCIÓN DE 1961...........................10

Constitución de la República de Venezuela 1961..........................................10

La configuración judicial del proceso constituyente de 1999........................13

CAPITULO III...................................................................................................16

LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE


DE 1999.......................................................................................................................16

La discusión jurídica entre Soberanía Popular y Supremacía Constitucional16

Sentencias Caso Referendo Consultivo Publicadas el 19 de enero de 1999..17

2
Sentencia Referendo Consultivo II con la Ponencia del Magistrado Héctor
Paradisi................................................................................................................17

Sentencia Referendo Consultivo I con la Ponencia del Magistrado Humberto


J. La Roche..............................................................................................................19

CONCLUSION..................................................................................................23

REFERENCIAS.................................................................................................25

3
INTRODUCCIÓN

La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico de un Estado,


la cual contempla derechos y deberes de los poderes públicos y de los ciudadanos,
incluye principios estructurales que rigen la vida de un país, racionalizando y
limitando el poder.
La Constitución de Venezuela de 1999 fue producto de la Asamblea Nacional
Constituyente convocada por el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías,
luego de que la Corte Suprema de Justicia, mediante sentencias de 19 de enero de
1999 dictadas en Sala Político Administrativa, admitiera la posibilidad de que,
mediante referendo consultivo, el pueblo pudiera “crear” dicha instancia política no
prevista ni regulada en la Constitución de 1961, para revisar la Constitución.
El referido proceso fue producto del momento constituyente que vivió el país
desde hace algunos años, con motivo de la crisis terminal del sistema político-
constitucional del Estado centralizado de partidos que se consolidó al amparo de la
Constitución del 23 de enero de 1961, sancionada con la participación de todos los
partidos políticos como consecuencia del denominado Pacto de Punto Fijo de 1958,
en el cual la élite política del momento acordó consolidar el país en un régimen
democrático representativo. El pacto en comento, firmado por los líderes de los tres
partidos políticos fundamentales de la época, los cuales eran: Acción Democrática,
Copei y Unión Republicana Democrática, fue producto, por una parte, del fracaso de
esa élite en haber logrado establecer un régimen democrático a partir de 1945.
Por tanto, el presente trabajo investigativo tiene como objeto, analizar la
inconstitucionalidad del proceso constituyente en Venezuela de 1999. Se trata de una
investigación documental, con un contenido apoyado en consulta de textos de autores
especialistas nacionales y extranjeros, así como en textos normativos y sentencias de
la Corte Suprema de Justicia. Para ello, la información se desarrolló en tres capítulos.
4
En el primer capítulo, relata el proceso constituyente en Venezuela con una
breve historia del constitucionalismo en Venezuela.
En el segundo capítulo, habla sobre El proceso de enmienda y reforma de la
constitución de Venezuela de acuerdo a la constitución de 1961.
En el tercer capítulo, trata la inconstitucionalidad de la asamblea constituyente
de 1999
Finalmente, la investigación culmina con la respectiva conclusión, la cual da
respuesta a los objetivos planteados en el presente trabajo.

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CAPITULO I
EL PROCESO CONSTITUYENTE EN VENEZUELA

Historia del Constitucionalismo en Venezuela

En Venezuela se pueden distinguir cuatros grandes ciclos o etapas de historia


política, siendo desde el año 1811 hasta la actualidad. En los 190 años de la vida
republicana venezolana se ha tenido 26 Constituciones, estas 26 constituciones no
quieren decir que se haya tenido la misma cantidad de regímenes políticos diferentes.
Cada gran ciclo político tiene sus propias características, su propio liderazgo,
proyectos políticos y su propia crisis o problemas que dejaron marcas históricas en
que a más de una generación le correspondió o se le fue dejado.
Los anteriores ciclos políticos no llegaron a evolucionar de manera positiva,
sino que tuvieron el resultado de derrumbe, siendo por el no entendimiento de sus
liderazgos políticos, no haber tomado conciencia en los cambios que estos ciclos
produjeron, la caracterización de cada objetivo político

El Estado independiente y autónomo semi-descentralizado

El primer ciclo político-constitucionales fue denominado como “El Estado


independiente y autónomo semi-descentralizado, iniciado en el 24-12-1811 con la
Constitución Federal para los Estados de Venezuela, estando bajo el control de la
generación de los líderes de la independencia y sucesores. Este primer ciclo se
caracterizó en la construcción, iniciación e implantación de un Estado nuevo, en el
territorio de ex-colonias españolas, teniendo una forma de organización federal de los
sietes Provincias pertenecientes al régimen español. Estas dichas Provincias habían
tenido un desarrollo de sistema colonial con organizaciones administrativas altamente
descentralizado. Brewer (2001) afirma que:
“Puede decirse que Venezuela, como Estado independiente, nació bajo una
forma federal de Estado, porque entre otros factores, en el constitucionalismo

6
de la época no había otra forma para construir un Estado sobre la base de una
estructura político-territorial de ex-colonias descentralizadas.”
Como Venezuela, siendo colonia española, tuvo una enorme descentralización
y autonomía provincial, se llegó a escoger el esquema federal en la iniciación de un
Estado nuevo, siendo esto propuesto por el liderazgo político del primer ciclo.

El Estado Federal

Después del derrumbe que tuvo el Estado autónomo semi-descentralizado,


surgió un nuevo Estado llamado “El Estado Federal”, siendo éste un comienzo de un
nuevo liderazgo político en el poder y un nuevo proyecto político, el del Estado
Federal. Comenzó en la fecha de 13-4-1864 con un cambio radical, principalmente
estableciendo el nombre “Los Estados Unidos de Venezuela”, liderados por Ezequiel
Zamora y Juan Crisóstomo Falcón; teniendo un reconocimiento sin dudas de un
potencial para dominar el país. A partir del año 1863, se eliminó por completo el
sistema político anterior para así comenzar la instauración del segundo ciclo, basado
en un sistema federal de Estado, con la separación extrema del poder.
Durante este sistema político, hubo lo que se llamaron “Conferencias de
Plenipotenciarios”, eran reuniones en Caracas, teniendo como tema principal la
búsqueda de resolver los grandes problemas que estaba enfrentando el país, siendo un
país que estaba enfrentando una pobreza caótica y endeudado. Se llegaron a hacer
reformas constitucionales de 1891 y 1893 en el siglo XIX para una posible solución a
la crisis política derivada del enfrentamiento liberal de los liderazgos regionales, cosa
que no fue así. Este ciclo histórico terminó con las secuelas de la Revolución Liberal
Restauradora, la cual pretendía defender la soberanía de los Estados y restaurar el
ideal liberal y federalista, teniendo como líder Cipriano Castro, y con la guerra que
Juan Vicente Gómez inició en el siglo XX.

El Estado autocrático centralizado

En el año 1901 se inició el tercer ciclo político llamado “El Estado autocrático
centralizado” que comenzó con la verdadera integración del país, consolidándose el
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Estado Nacional, un proceso tardío en Venezuela, una aparición en la primera mitad
del siglo XX. Este ciclo se fue acabando seguidamente con todos los vestigios del
Estado Federal, debido principalmente a que el liderazgo no comprendía los cambios
que se estaban provocando en la sociedad, en las relaciones del poder y los cambios
políticos que se produjeron gracias a las consecuencias de la Segunda Guerra
Mundial. Se hizo una reforma Constitucional en el 1945, que se considera una
reforma superficial ya que no se tocó los aspectos importantes del régimen; debido a
esto, se produjo la Revolución de octubre de 1945, para establecer el sufragio
universal, directo y secreto en beneficio del pueblo venezolano.

El Estado democrático centralizado de partidos

A partir del año 1945, se eliminó el tercer ciclo histórico y se dio un nuevo
inicio al cuarto ciclo político llamado “El Estado democrático centralizado de
partidos” un sistema de Estado democrático, pero de igual manera centralizado. Un
sistema iniciado en 1945, establecido ya en 1958 y con la Constitución de 1961. Este
ciclo se consolidó en un régimen democrático, pero solo siendo democracia de
partidos, teniendo como resultado la monopolización del poder para la
representatividad y en la participación política.
En el año 1946 se estableció un sistema ejemplar para que los partidos políticos
asumieran el monopolio de la representatividad, siendo el que se aplicó hasta la
reforma electoral de 1993. Ya que tenían este sistema a su favor, los partidos
pudieron tener la representación en los cuerpos deliberantes, sin tener acceso a alguna
otra organización social. Este sistema se llegó a cambiar a la conformación del
“Tarjetón electoral” para la inducción del voto partidista.
Los partidos políticos no solo tuvieron el monopolio de la representación, sino
también el monopolio de la participación, llegando a asumir el manejo político del
país, en otras palabras, los ciudadanos solo tenían la participación electoral ya a
través de los partidos políticos. A pesar de que esto era legítimo, en los últimos 40
años del desarrollo del sistema, los partidos políticos se empezaron a cerrarse en ellos

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mismos y llegando a cambiarse un sinfín de veces en sí mismos, produciéndose el
ahogamiento de la sociedad civil, también ahogaron a los Estados y Municipios,
quedando como desechos históricos. Todo este sistema comenzó a resquebrajarse,
desmoronándose en la actualidad, siendo todos los venezolanos testigo de ello.

La supremacía Constitucional

Brewer (2014) describe la supremacía constitucional como una noción absoluta,


que no admite excepciones, por lo que el derecho constitucional a su aseguramiento
tampoco puede admitir excepciones a menos que las establezca la propia
Constitución. Dentro de todo sistema jurídico, la supremacía constitucional vendría
siendo el principio fundamental, en el que existe una jerarquía normativa importante,
encontrándose la validez de cada ordenamiento en las disposiciones de forma
constitucional.
Para Friedrich (1968) La función de una Constitución es crear una estructura
base, hacer públicas las reglas del juego, resguardar contra la arbitrariedad y
organizar la participación política de una sociedad; a través de este complejo sistema
de ordenamiento del régimen político, la ciudadanía demanda que el Gobierno rinda
cuentas de sus actos. En pocas palabras para Friedrich (1968) “la función de la
Constitución es organizar un gobierno restringido”.
La constitución es la norma fundamental y suprema, en donde está establecido
las atribuciones con las limitaciones de la Federación y la de los Estados. Es la
cúspide de todo sistema jurídico, en donde se tiene las normas primarias que están
dirigidas a todos dentro de un país, ya sean gobernantes o gobernados, en la
constitución se tiene el conjunto de normas de las cuales se van a crear y las que se
van a vivir todas las demás disposiciones.

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CAPITULO II
EL PROCESO DE ENMIENDA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN DE
VENEZUELA DE ACUERDO A LA CONSTITUCIÓN DE 1961

Constitución de la República de Venezuela 1961.

El origen de la Constitución de 1961 está en la Revolución Democrática de


1958. A partir de 1958, los partidos políticos que asumen el control del sistema
político, son los mismos partidos que habían actuado democráticamente entre los
años 1945-1948. La discordia interpartidista al extremo, que caracterizo el proceso
político de los años cuarenta, se cambió por un sistema en el cual esa discordia se
mantuvo al mínimo, pues aquella situación, provocó el derrocamiento del Presidente
Rómulo Gallegos, por los mismos militares que tres años antes habían llevado a
Rómulo Betancourt al Poder, dando así inicio a la dictadura del General Pérez
Jiménez durante una década.
En esta forma, la Revolución Democrática de 1958 tuvo su origen y
fundamento en la acción acordada de los partidos fundamentales y sus líderes. De allí
que Ramón J. Velásquez al comentar la reunión que tuvieron los líderes políticos
fundamentales en Nueva York, en la primera quincena de 1958, señala que pasaron
revista a la situación política venezolana, analizaron los graves errores y los aciertos
del pasado y terminaron por aceptar la tesis de que el porvenir sería suyo, en la
medida en que entendieran que el poder político es el producto de alianzas y de
acuerdos entre los diversos sectores que integran un país.
El pacto Político que enrumba el proceso democrático a partir de 1958, fue el
denominado “Pacto de Punto Fijo” el cual constituyó un acuerdo entre los tres
principales partidos, partiendo del supuesto de que ellos tenían la responsabilidad de
orientar la opinión para la consoli dación de los principios democráticos, para lograr
puntos de, unidad y de cooperación entre ellos. Aunado a lo anterior, puede decirse
que “Pacto de Punto Fijo” es un acuerdo de convivencia entre los partidos, para
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garantizar el desarrollo de un proceso electoral, que condujera a la formación de un
gobierno democrático con participación de los diversos sectores políticos, con el fin
de establecer el compromiso de un gobierno y unos cuerpos representativos, que
debían agrupar equitativamente todos los sectores de la sociedad, interesados en la
estabilidad de la República como sistema popular de gobierno.
El Pacto de Punto Fijo, tuvo como producto fundamental, el texto de la
Constitución de 1961, y ello resulta del hecho de que la primera tarea que se imponen
los Senadores y diputados electos en diciembre de 1958 fue la elaboración del texto
constitucional. En efecto, como se dijo, el Pacto de Punto Fijo se suscribió en octubre
de 1958, las elecciones se realizaron en diciembre de 1958, el 23 de enero de 1959 se
celebra el primer aniversario de la revolución de 1958 y el 2 de febrero de 1959 se
instala la Comisión de Reforma constitucional como Comisión Bicameral en el
Congreso electo.
La Comisión de Reforma Constitucional, dicho anteriormente, se instaló el 2 de
febrero de 1959 y en su segunda reunión de 23 de febrero de 1959, llegó a tres
acuerdos básicos, que ordenaron elaboración del Proyecto: En primer lugar, se acordó
tomar como base de discusión el texto de la Constituci6n de 1947, y de allí todas las
semejanzas que existen entre el texto de 1947 y el de 1961. Además, la Constitución
de 1947 había sido intensamente discutida en una Asamblea Constituyente, en la cual
habían intervenido todos los partidos políticos que participaron en el Pacto de Punto
Fijo; En segundo lugar, se acordó que los miembros de la Comisión y los partidos
políticos debían precisar los puntos de divergencia en relación al texto de la
Constitución de 1947 y en tercer lugar, se acordó también, que debían precisarse los
puntos de divergencia entre los partidos políticos respecto - al proceso de reforma
constitucional.
La Constitución, ciertamente es un pacto político, pero como todo pacto
político tiene que tener un basamento económico y social, va a regular políticamente
una sociedad. La Constitución establecía una superestructura política caracterizada

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por el establecimiento de una democracia, con sus instituciones, y el mantenimiento
de la misma, como una reacción contra el poder absoluto.
La voluntad de mantener un régimen democrático se refleja en la Constitución,
en su rigidez, al limitarse las posibilidades de su modificación solo mediante
procedimientos complejos de reforma o enmienda, según los casos. En tal sentido, en
la Exposición de Motivos del texto se señala lo siguiente:
"Desde el primer momento la Comisión hubo de plantearse el problema
de darle una mayor rigidez al texto fundamental, con el objeto de evitar en lo
posible/la multiplicidad de reformas que, por no conllevar, como
frecuentemente ha ocurrido en nuestro país, cambios sustanciales en las
instituciones, dan la desfavorable impresión de mudanza permanente y de
inestabilidad - jurídica. Afincándose generalmente en los problemas de la
reelección y de la amplitud del lapso constitucional, han surgido entre nosotros
múltiples textos que dejaron intocadas las materias de fondo que son las que
reflejan en verdad la transformación de la vida social, económica y jurídica de
la Nación. Apenas se puede decir, con propiedad, que en las Constituciones de
1864 y 1947, se incorporan disposiciones que vienen a marcar hitos en nuestra
historia constitucional".

En esta forma, la reforma es el procedimiento que debe seguirse si se van a


modificar las decisiones fundamenta les o básicas para organizar políticamente a la
comunidad, en cambio la enmienda debe referirse a aquellos aspectos de la Carta
Fundamental donde predomine más lo incidental y substancial que lo fundamental.
La enmienda es, entonces, un instrumento para facilitar cambios no fundamentales,
pero a su la vez, adoptar un sistema distinto al que se establece en la estructura
política, en definitiva, es la modificación de "artículos que permite dejar indemne el
texto original o fundamental".
Por el contrario, la reforma consistiría en un "cambio en lo más profundo del
contenido de la Carta, modificaciones del espíritu mismo del Constituyente, en fin,
derogación de la Constitución y su sustitución por otra". Por esta razón, hay una
particularidad entre los procedimientos para la reforma y la enmienda, y es que, en el
primero, necesariamente debe someterse el proyecto a referéndum "para que el
pueblo se pronuncie en favor o en contra de la reforma”, en la enmienda esto no es

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necesario, y se prevé en cambio la aprobación del Proyecto por las Asambleas
Legislativas de los Estados.

La configuración judicial del proceso constituyente de 1999.

La actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es la


publicada en el año 1999. La cual fue el resultado de un proceso constituyente que
inicio con el mandato del presidente Chávez, quien mediante un decreto convoco a un
referendo consultivo previsto en el artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y
Participación Política de 1998 que lo regulaba “con el objeto de consultar a los
electores sobre decisiones de especial trascendencia nacional,” asignando la iniciativa
para convocarlo al Presidente de la República en Consejo de Ministros, para de esta
manera preguntarle al pueblo, si este aprobaba la convocatoria de una Asamblea
Nacional Constituyente.
Una Asamblea Constituyente para ser convocada democráticamente en el
marco de la Constitución de 1961 que estaba vigente, en todo caso, debía tener un
régimen relativo a su integración y funcionamiento que tenía que tener rango
constitucional. De lo contrario, quedaría en los órganos constituidos del Estado el
establecimiento de ese régimen, no teniendo ni el Ejecutivo ni el Legislador status de
poder constituyente o carácter de representante del mismo.
Ahora bien, el triunfo electoral del Presidente Chávez en diciembre de 1998 y
la falta de disposición del liderazgo mayoritario del Congreso electo en noviembre de
1998, en asumir el proceso de cambio constitucional, la convocatoria de la Asamblea
Nacional Constituyente quedó en manos y bajo el liderazgo del Presidente electo, esa
había sido su bandera electoral más destacada.
Con la toma de posesión del Presidente Chávez de la Presidencia de la
República el 2 de enero de 1999, se inició entonces la batalla legal por encausar el
proceso constituyente dentro del marco de la constitucionalidad, de manera que la
necesaria convocatoria de la Asamblea se hiciese sin la ruptura constitucional que
había caracterizado las anteriores Asambleas Constituyentes en toda nuestra historia.

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La Constitución preveía, dos mecanismos para su revisión o modificación
mediante el poder constituyente instituido o de revisión. Primero, la Reforma
General, que sancionadas por las Cámaras Legislativas, debía ser aprobada por
referendo aprobatorio de la mayoría de los sufragantes de toda la República esto se
encontraba reflejado en el artículo 246 de la constitución vigente, y segundo la
Enmienda, que sancionada en discusión bicameral por las Cámaras Legislativas,
debía ser ratificada por las dos terceras (2/3) partes de las Asambleas Legislativas de
los Estados de la Federación mediante Acuerdos aprobados por la mayoría absoluta
de los miembros de las mismas como así lo establecía en su artículo 245.
La Constitución había regulado con precisión el poder constituyente instituido,
es decir, el poder constituyente de revisión o modificación de la Constitución, el cual
no atribuyó pura y simplemente a los Poderes Nacionales constituidos, pues estos no
podían, por sí solos, reformar la Constitución. Es decir, las normas relativas al poder
constituyente instituido eran manifestaciones de la rigidez constitucional que
impedían a los poderes constituidos efectuar las reformas constitucionales.
La Constitución venezolana de 1961, como se dijo, no preveía la posibilidad de
convocar una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución y recomponer el
sistema político democrático. Por ello, en diciembre de 1998 y en enero de 1999,
después de la elección del Presidente Chávez, el debate político no fue realmente
sobre si se convocaba o no la Asamblea Constituyente, sino sobre la forma de
hacerlo: o se reformaba previamente la Constitución, para regularla y luego elegirla, o
se convocaba sin regularla previamente en la Constitución, apelando a la soberanía
popular. Se trataba, en definitiva, de un conflicto constitucional entre supremacía
constitucional y soberanía popular que había que resolver, y sólo el juez
constitucional podía hacerlo. Pero lo cierto es que aún antes de que se pudiera asumir
que la Corte había resuelto el conflicto, el Presidente electo fue quien optó por la
segunda vía, manifestando públicamente su decisión de convocar la Asamblea
Constituyente apenas asumiera la Presidencia de la República, el 2 de febrero de
1999, sin necesidad de reformar previamente la Constitución de 1961 para regularla.
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En este proceso, apoyado por la popularidad que en ese momento tenía,
formulaba amenazas y ejercía públicamente presiones indebidas ante la Corte
Suprema de Justicia en apoyo de su propuesta. Para diciembre de 1998, en efecto, la
Corte Suprema conocía precisamente de sendos recursos de interpretación que habían
sido intentados para que resolviera, justamente, sobre si era necesario o no reformar
la Constitución para regular la Asamblea Constituyente para poder ser convocada.
El resultado de la presión política que se originó, fue precisamente la emisión
de las dos sentencias indicadas por la Corte Suprema, el 19 de enero de 1999, dos
semanas antes de la toma de posesión de su cargo por el Presidente de la República,
en las cuales si bien la Corte no resolvió expresamente lo que se le había solicitado
interpretar, glosó ampliamente en forma teórica la doctrina constitucional sobre el
poder constituyente, desencadenando así el proceso que luego no pudo ni contener ni
limitar, costándole como se dijo, su propia existencia.
El referendo consultivo, en realidad, sólo era y es eso, una consulta que se
traduce en la manifestación de un mandato político que debe ser seguido por los
órganos constitucionales para reformar la Constitución y regular lo que la consulta
popular propone. Pero pretender que con la sola consulta popular se pudiera crear un
nuevo poder constituyente de reforma, significaba el desconocimiento de la
Constitución.
Una consulta al pueblo nunca podía considerarse inconstitucional, pues es una
manifestación de la democracia. Pero pretender que mediante una consulta popular
pudiera crearse un órgano constitucional, como la Asamblea Constituyente,
establecerse su régimen y que pudiera proceder a realizar la reforma constitucional,
eso sí podía considerarse inconstitucional, pues ello implicaba reformar la
Constitución, y para ello, había que seguir ineludible mente el procedimiento pautado
en el artículo 246 que exigía la actuación del poder constituyente instituido que
implicaba, incluso, que la reforma sancionada se sometiera a un referendo
aprobatorio. Sustituir todo ello por un referendo consultivo podía considerarse como
una violación de la Constitución.
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CAPITULO III
LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE
1999

La discusión jurídica entre Soberanía Popular y Supremacía


Constitucional

En 1998 en términos jurídico constitucionales se planteó el debate sobre la


convocatoria a una Asamblea Constituyente, por un lado, se argumentó que en virtud
del régimen del Estado constitucional de derecho fundado en la democracia
representativa que regulaba la Constitución de 1961, que gozaba de supremacía, era
necesario regular previamente, mediante una Reforma de la Constitución a la
Asamblea Constituyente, para poder convocarla. Por otro lado, se argumentaba que
en virtud de que la soberanía residía en el pueblo, éste, como poder constituyente
siempre podía manifestar su voluntad y, por tanto, como consecuencia de un
referendo consultivo, se podía convocar la Asamblea Constituyente para la reforma
de la Constitución, sin que fuera necesario reformar previamente la Constitución para
regularla.
Para resolver el conflicto la Corte Suprema de Justicia tuvo sendos recursos de
interpretación que se presentaron ante su Sala Político-Administrativa, a los efectos
de decidir si era constitucionalmente posible pasar a la convocatoria y elección de
una Asamblea Nacional Constituyente, como consecuencia de un referendo
consultivo a tal fin efectuado conforme al artículo 181 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política, sin la previa reforma de la Constitución que
regulara dicha Asamblea, como poder constituyente instituido
La interpretación jurídica solicitada, estuvo en el texto del artículo 181 de la
Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política que prevé la iniciativa del
Presidente de la República en Consejo de Ministros, del Congreso de la República
por acuerdo adoptado en sesión conjunta de las Cámaras por el voto favorable de las
2/3 partes de los miembros presentes, o de un 10% de electores inscritos en el
16
Registro Electoral, Para convocar la celebración de un referendo con el objeto de
consultar a los electores sobre decisiones de especial trascendencia nacional.
Los recursos de interpretación en comento, fueron resueltos por la Sala Político
Administrativa en sendas sentencias publicadas el 19 de enero de 1999.

Sentencias Caso Referendo Consultivo Publicadas el 19 de enero de 1999.

Sentencia Referendo Consultivo II con la Ponencia del Magistrado Héctor


Paradisi
Con el objeto de obtener la interpretación del artículo 181 de la Ley Orgánica
del Sufragio y Participación Política, un grupo de jóvenes abogados, en su propio
nombre, introdujeron el primer recurso de interpretación el 21 de octubre de 1998.
Tal como lo resumió la Sala Político Administrativa en la sentencia Caso Referendo
Consultivo II que resolvió el recurso, los solicitantes señalaron como fundamentación
del mismo lo siguiente:
“Que al respecto se han propuesto dos mecanismos relativos a la forma que debería
ser convocado este tipo de órgano extraordinario de carácter supraconstitucional. Los
defensores del primero sostienen la necesidad de una previa reforma constitucional en
la cual se le diera cabida a la figura de la Asamblea Constituyente y se establezca la
forma o los medios necesarios para su convocatoria, en virtud de que la misma no se
encuentra prevista en el texto constitucional. Quienes sostienen la otra tendencia,
coinciden en afirmar que sólo basta realizar un referendo conforme al artículo 181 de
la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política para convocar la Asamblea
Constituyente, sin que medie proceso de reforma o enmienda.
En opinión de los solicitantes, la norma objeto del debate “...sólo permite
'consulta' a los integrantes del cuerpo electoral nacional, sin que la opinión
manifestada por dicho cuerpo pueda servir de fundamento a la convocatoria de
una Asamblea Constituyente...”, pues para ello sería necesaria la enmienda o
reforma previa de la Ley Originaria, ya que estos son los únicos medios
contemplados en el ordenamiento jurídico nacional para modificar válidamente
la Constitución.
En razón de lo anterior, solicitaron a esta Sala:
Establezca de manera cierta e indubitable la inteligencia y significado
del artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política a los
efectos de conocer si con fundamento en dicha norma puede convocarse un
Referendo que sirva de base para la convocatoria de una Asamblea
Constituyente sin que medie una Enmienda o Reforma de la Constitución .

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La Sala Político Administrativa en su sentencia Caso Referendo Consultivo II,
sólo se limitó a decidir el primer aspecto señalado, declarando que:
Si es procedente convocar a un referendo en la forma prevista en el
artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, para
consultar la opinión mayoritaria, respecto de la posible convocatoria a una
Asamblea Constituyente, en los términos expuestos en este fallo.
En la sentencia se hizo referencia a la otra sentencia que había dictado la Sala el
mismo día 19 de enero de 1999 (Caso Referendo Consultivo I) con ponencia del Dr.
Humberto J. La Roche, en el sentido de señalar que:
Esta conclusión se corresponde, en un todo, con el fallo publicado en esta
misma fecha, con motivo del recurso de interpretación interpuesto por Raúl
Pinto Peña, Enrique Ochoa Antich y Viviana Castro, en cuyo dispositivo se
afirmó que a través del artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y
Participación Política “... puede ser consultado el parecer del cuerpo electoral
sobre cualquier decisión de especial transcendencia nacional distinta a las
expresamente excluidas por la Ley... incluyendo la relativa a la convocatoria de
una Asamblea Constituyente.
La Sala Político Administrativa en esta sentencia Caso Referendo Consultivo II,
se limitó a interpretar el artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación
Política. Ahora bien, con respecto a: “con fundamento en dicha norma puede
convocarse un Referendo que sirva de base para la convocatoria de una Asamblea
Constituyente sin que medie una Enmienda o una Reforma de la Constitución”, no
fue resuelto expresamente.
En la parte motiva de la sentencia Caso Referendo Consultivo II, la Sala lo
único que argumentó fue lo siguiente, con motivo de considerar la viabilidad jurídica
de la consulta:
Ciertamente que el asunto que se debate en el presente caso, tiene una
especial transcendencia nacional, en la medida en que los resultados de una
consulta popular como la que se pretende, sería factor decisivo para que los
órganos competentes del Poder Público Nacional diseñen los mecanismos de
convocatoria y operatividad de una Asamblea a los fines propuestos; o para
que, previamente, tomen la iniciativa de enmienda o de reforma que incluya la
figura de una Asamblea de esta naturaleza.

18
Finalmente, se puede decir que la Corte en la decisión de la sentencia Caso
Referendo Consultivo II, no resolvió en forma clara y precisa la consulta
constitucional planteada.

Sentencia Referendo Consultivo I con la Ponencia del Magistrado


Humberto J. La Roche

La Junta Directiva de la Fundación para los Derechos Humanos (Funda


humanos), introdujeron el segundo recurso de interpretación el 16 de diciembre de
1998, ante la misma Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, en
el cual también solicitaron la interpretación del artículo 181 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política en concordancia con el artículo 4º de la
Constitución, en referencia a la posibilidad de una consulta popular (referendo
consultivo) sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente
solicitándole lo siguiente: “Determine qué sentido debe atribuirse a las referidas
normas, en cuanto a la posibilidad real o no de llevar a cabo dicha convocatoria a
una Asamblea Constituyente.”
De igual forma, La Junta Directiva de la Fundación para los Derechos Humanos
(Funda humanos), plantearon lo siguiente:
Existen dos posiciones en cuanto a la forma como deba convocarse la
Asamblea Constituyente: Una Primera, propuesta por el Presidente Electo (la
cual ha sido señalada ya anteriormente), quien considera que basta la
convocatoria del referendo previsto en el artículo 181 de la LOSPP, para
convocar la Asamblea Constituyente, en base al principio de soberanía
contenido en el artículo 4 de la Constitución de la República que reconoce al
pueblo como constituyente primario, y; una segunda que considera que el
soberano también tiene a su vez una normativa prevista en la Constitución
Nacional, que debe respetar para producir un referendo, en razón de que el
artículo 4 de la Constitución de la República refiere su soberanía a los poderes
constituidos, y que por lo tanto hace falta una reforma puntual de la
Constitución de la República que cree la figura de la Asamblea Constituyente
para llevar a cabo dicha convocatoria.
Finalmente, La Junta Directiva de la Fundación para los Derechos Humanos
(Funda humanos), señalaron lo siguiente:
Sin pronunciarnos por ninguna de las dos posiciones antes enunciadas,
consideramos que la propuesta del Presidente Electo se basa tanto en el
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artículo 181 de la LOSPP, como en el artículo 4 de la Constitución (...) por lo
que no sería lógico pronunciarse en relación a la viabilidad constitucional de
esta propuesta interpretando sólo el primero de estos artículos (...) sino que
debe incluirse forzosamente la interpretación también del artículo 4 de la
Constitución de la República tal y como lo estamos solicitando.
La Sala Político Administrativa, al decidir conforme a su propio criterio, en los
términos siguientes:
Se ha interpuesto recurso de interpretación en relación con los artículos
181 de la Ley Orgánica del Sufragio y de Partición Política y 4 de la
Constitución de la República, a los fines de que la Sala emita pronunciamiento
acerca del alcance de la primera de las normas invocadas, en el sentido de
precisar si, a través de un referendo consultivo, se puede determinar la
existencia de voluntad popular para un futura reforma constitucional y, en caso
afirmativo, si ese mecanismo legal de participación puede servir de fundamento
a los efectos de convocar a una Asamblea Constituyente, de manera tal que se
respete el ordenamiento constitucional vigente.
Luego, en la misma sentencia, la Corte precisó:
Si la Constitución, como norma suprema y fundamental puede prever y
organizar sus propios procesos de transformación y cambio, en cuyo caso, el
principio democrático quedaría convertido en una mera declaración retórica, o
si se estima que, para preservar la soberanía popular, es al pueblo a quien
corresponderá siempre, como titular del Poder Constituyente, realizar y
aprobar cualquier modificación de la Constitución, en cuyo supuesto la que se
verá corrosivamente afectada será la idea de supremacía.
El recurso fue decidido por la sentencia Caso Referendo Consultivo I,
adoptando la Corte Suprema su decisión “de conformidad con el orden constitucional
vigente (Preámbulo, artículo 4 y artículo 50), artículos 234 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política y 42 ordinal 24 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia”, con la siguiente declaración:
La interpretación que debe atribuirse al artículo 181 de la Ley Orgánica
del Sufragio y Participación Política, respecto del alcance del referendo
consultivo que consagra, en cuanto se refiere al caso concreto objeto del
recurso que encabeza las presentes actuaciones, es que: a través del mismo
puede ser consultado el parecer del cuerpo electoral sobre cualquier decisión
de especial trascendencia nacional distinto a los expresamente excluidos por la
propia Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política en su artículo 185,
incluyendo la relativa a la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Es decir, la Corte Suprema de Justicia en esta sentencia, muy lamentablemente,


también se limitó a decidir que conforme al artículo 181 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política, en efecto, sí se podía realizar un referendo
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consultivo, es decir, se podía consultar el parecer del cuerpo electoral sobre la
convocatoria de una Asamblea Constituyente.
En realidad, sobre este asunto, en esta sentencia Caso Referendo Consultivo I la
Sala, en la parte motiva de la misma, llegó a una conclusión similar a la ya comentada
respecto de la sentencia Caso Referendo Consultivo II, al indicar que una vez
efectuado un referendo consultivo conforme al artículo 181 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política,
Aun cuando el resultado de la decisión popular adquiera vigencia
inmediata, su eficacia solo procedería cuando, mediante los mecanismos
legales establecidos se dé cumplimiento a la modificación jurídica aprobada.
Todo ello siguiendo procedimientos ordinarios previstos en el orden jurídico
vigente, a través de los órganos del Poder Público competentes en cada caso.
Dichos órganos estarán en la obligación de proceder en ese sentido.

De nuevo, con este párrafo, surgía la misma perplejidad que con su equivalente
en la sentencia Caso Referendo Consultivo II, en el sentido de que, conforme al
criterio de la Corte Suprema, una consulta popular sobre la convocatoria a una
Asamblea Constituyente no bastaba para convocarla y reunirla. La consulta popular
sólo sería un mandato político obligatorio, conforme al criterio de la Corte, para que
los órganos del Poder Público competentes pudieran proceder a efectuar las
modificaciones jurídicas derivadas de la consulta popular, siguiendo los
procedimientos ordinarios previstos en el orden jurídico vigente, tanto constitucional
como legal. Sólo después de que estas modificaciones se efectuasen, conforme al
criterio de la Corte, que no podían ser otras que no fueran las de una revisión
constitucional, era que la consulta popular sería efectiva.
El tema de los órganos del Poder Público competentes para implementar los
resultados de la consulta popular, por supuesto, seguía siendo crucial, pues de
acuerdo con la Constitución, que es parte del “orden jurídico vigente”, el único
órgano del Poder Público competente para efectuar las modificaciones necesarias al
ordenamiento jurídico para establecer el régimen jurídico de la Asamblea
Constituyente, era el poder constituyente instituido (Reforma constitucional), que
combina la participación de los diputados y senadores y de las Cámaras Legislativas,
21
con la participación del pueblo vía referendo aprobatorio conforme a los artículos 245
y 246 de la Constitución.
Es decir, lejos de decidir con precisión la cuestión constitucional planteada
respecto de la posibilidad constitucional de la convocatoria de una Asamblea
Constituyente y de la necesidad o no de reformar previamente la Constitución, tanto
la sentencia Caso Referendo Consultivo I como la Caso Referendo Consultivo II,
dejaron abierta la discusión constitucional.
Sin embargo, tal era el deseo general que existía en el país por que la Corte
pusiera fin a la discusión constitucional, que la opinión pública, reflejada en titulares,
declaraciones, editoriales y noticias de prensa, estimó que con las mencionadas
decisiones se habría legitimado el referendo consultivo para convocar la
Constituyente sin necesidad de reforma constitucional previa. Lamentablemente, en
estricto derecho, no fue así, a pesar de que nadie quería saber de ello. Sin embargo, si
bien en las decisiones de las sentencias Caso Referendo Consultivo I y Caso
Referendo Consultivo II, la Corte Suprema no resolvió definitivamente la discusión
constitucional, sino que la dejó abierta, si debe señalarse que en la parte motiva de la
sentencia Caso Referendo Consultivo I, la Corte hizo una serie de consideraciones
sobre el poder constituyente y las revisiones constitucionales que tocaron aspectos
esenciales del constitucionalismo y que permitían vaticinar una posición jurídica
futura en caso de nuevos conflictos. En efecto, al dejar sentado esos criterios, la Corte
quizás apuntaba indirectamente a la resolución del conflicto, pues en caso de que,
efectuado el referendo consultivo sobre la Constituyente, si se plantease de nuevo
como efectivamente ocurrió- un conflicto constitucional sobre el régimen de la
Asamblea Constituyente, ya había suficientes elementos como para poder determinar
cuál sería el sentido de la futura decisión.

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CONCLUSION

La característica principal de la Constitución de Venezuela de 1961, era su


rigidez, que implicaba que la decisión política del poder constituyente no podía ser
modificada sino por el propio poder constituyente, mediante referendo; y cualquier
otra modificación del texto constitucional, que no incidiera sobre lo fundamental de
dicha decisión política, podía ser enmendada a través de un procedimiento, que si
bien no exigía la intervención del pueblo, sí preveía la participación de las Asambleas
Legislativas de los Estados. En ambos casos, la modificación del orden constitucional
escapaba de la competencia ordinaria del poder legislativo como poder constituido.
De acuerdo a lo establecido en la Constitución de Venezuela de 1961, es importante
acotar que, la revisión de la misma sólo podía producirse a través del procedimiento
de Enmienda o del procedimiento de Reforma General. No se regulaba en su texto la
figura de la Asamblea Constituyente.
Ahora bien, con respecto a la discusión que se generó, fue importante, ya que se
originó que se hubieran presentado dos recursos de interpretación ante la Sala Político
Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, con el objeto de que el supremo
tribunal de la República resolviera el asunto, es decir, determinara como máximo
intérprete de la Constitución, si era o no posible convocar a una Asamblea
Constituyente como consecuencia de un referendo consultivo, sin que fuera necesario
regularla previamente en la Constitución, mediante una reforma.
Finalmente, se dieron dos posiciones: Una parte, la de quienes sostenían que
derivado del principio de la supremacía constitucional, en el Estado constitucional
democrático de derecho representativo, la Constitución establecía los mecanismos
para su revisión (reforma y enmienda); y al no regular a la Asamblea Constituyente
como medio para la reforma, para que ésta pudiera convocarse debía previamente
crearse y establecerse su régimen en el texto constitucional, mediante una reforma
constitucional que le diese status constitucional; y por otra parte, la de quienes
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sostenían, encabezados por el Presidente de la República, que derivado del principio
de que la soberanía reside en el pueblo, la consulta popular sobre la convocatoria y
régimen de la Asamblea Constituyente, como manifestación de dicha soberanía
popular declarada por el pueblo como poder constituyente originario mediante
referendo, era suficiente para que la misma se convocara y eligiera, y acometiera la
reforma constitucional, sin necesidad de que previamente se efectuase una reforma
constitucional para regularla.

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REFERENCIAS

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Constitución de la República de Venezuela. (1961). Gaceta Oficial No. 662,


Extraordinario, de 23 de enero de 1961) Enmienda No. 2 de la Constitución Gaceta
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FRIEDRICH, C. (1968). Constitutional government and democracy: Theory


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GARCÍA-GUADILLA / MALLÉN (2012) El momento fundacional de la


Venezuela bolivariana: el problema de la legitimidad en la Asamblea Nacional
Constituyente venezolana de 1999. CARACAS.

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