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Módulo I - Parte 2

Unidad N°1: (cont.)


- Los Neoclásicos. El análisis marginalista.
- Principales exponentes del pensamiento neoclásico: León Walras, Wilfredo Pareto, Alfred
Marshall y Carl Menger.
Keynesianismo
- John M. Keynes. La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.
- El Estado como agente transformador. Modelo Keynesiano del Multiplicador

LOS NEOCLÁSICOS

Consideremos el contexto del siglo XIX que consolidó el crecimiento en los países
desarrollados y se produjeron importantes avances técnicos. Por ello, el interés de los
economistas se centró en la esfera de la circulación, es decir en la asignación de recursos,
intercambio de mercancías y distribución de la renta.

La corriente neoclásica surge como una bifurcación de la teoría Ricardiana y con una visión
ortodoxa, refutando la Teoría del Valor.

Pese a su nombre los neoclásicos tenían poco de clásicos. Sustituyeron la Teoría del Valor
trabajo por una aproximación subjetiva al valor, basada en la utilidad y la escasez. “El valor no
es un atributo de los bienes, sino las circunstancias a las que éstos son sometidos por el
hombre”.

Su centro de interés ya no era el largo plazo, que fue reemplazado por el análisis de las
interrelaciones de las distintas partes de la economía en un momento determinado del tiempo,
analizando la circulación de los bienes y factores de producción. El interés de los neoclásicos
era el equilibrio.

Se dio paso a la teoría de la distribución basada en las productividades marginales de los


factores y a una visión del ahorro determinada básicamente por el tipo de interés. Nació la
economía matemática porque los análisis marginalistas eran susceptibles de ser formalizados
en ecuaciones y modelos.

1
El marginalismo se convirtió en una nueva y casi universal ortodoxia remplazando al sistema
clásico.

Veremos más adelante que la “Revolución Keynesiana” fue contra el pensamiento de Marshall
fundamentalmente.

Se pueden identificar en este sentido tres escuelas: la de Lausana cuyos principales teóricos
fueron Walras y Pareto; la inglesa con pensadores como Marshall y Jevons y la austriaca
representada entre otros por Menger y Von Mises

La tradición neoclásica se basó en:

• El análisis partiendo de la teoría del consumidor, que defendía el comportamiento


racional del consumidor, quien busca maximizar sus ventajas en un mundo de escasez,
generando la soberanía del consumidor frente a lo que antes era la primacía de la oferta1.

• El análisis marginalista permitió modelizar los planteos, suponiendo que el consumidor


aumenta su demanda hasta lograr nula utilidad marginal, el salario se iguala a la
productividad marginal del trabajo y las empresas maximizan sus beneficios cuando
el ingreso marginal iguala el costo marginal.

• El libre juego de oferta y demanda tiende a establecer, en condiciones de competencia


perfecta, precios de equilibrio que garantizan una asignación óptima de los recursos.

Mientras Walras y Pareto, de la escuela de Lausana desarrollaban la teoría del equilibrio general
y la economía del bienestar, los neoclásicos ingleses iniciaban estudios sobre la teoría subjetiva
del valor y de las teorías del consumidor y del productor sobre la base del análisis marginalista.

Por su parte la escuela austriaca establecía los fundamentos filosóficos de ese subjetivismo e
insistía en la necesidad del libre mercado.

Había una teoría implícita del desarrollo, definida como un proceso gradual, continuo,
armónico y acumulativo con posibilidades optimistas. El desarrollo era gradual por la
influencia de la teoría darwiniana de la evolución social que inspiró fundamentalmente a
Marshall sobre la base de que el desarrollo era acumulativo ya que el crecimiento se entendía
como una mancha de aceite entre sectores. La amplitud del mercado y la división del trabajo
se forzaban mutuamente generando ventajas de especialización, mejor distribución geográfica
de las actividades y rendimientos crecientes de capital.

1
Von Mises definió la economía como una teoría de la elección.

2
Si bien hablamos de tres escuelas debemos mencionar que hay dos etapas en el camino hacia
el neoclasicismo. En la primera etapa situamos Jevons; Menger y Walras que basaban sus
doctrinas en el concepto de utilidad marginal (fines de s. XIX). La segunda generación la
encarnan Marshall y Pareto. Sólo vamos a hablar de algunos de ellos.

WILLIAM JEVONS (1835-1882)

“…Uno de los axiomas más importantes es que a medida que aumenta la cantidad de
una mercancía que un hombre tiene para consumir, por ejemplo, alimento común,
decrece el grado de utilidad o beneficio obtenido con la última porción usada. El
decrecimiento de satisfacción entre el principio y el final de una comida puede
considerarse como un ejemplo.
Y yo supongo que, en promedio, el consciente de utilidad es cierta función matemática
continua de la cantidad de mercancía.
Esta ley de utilidad, en realidad, ha sido supuesta siempre por los economistas políticos
con la forma y nombre más complejos de Ley de la Oferta y la Demanda.”

En 1866 el Statistical Journal le publicó un resumen de cinco páginas, donde en 27 párrafos


comprimía toda su teoría: el cálculo hedonista permite equilibrar la utilidad del consumo con
la desutilidad del trabajo; el coeficiente de utilidad es la razón entre un incremento
infinitamente pequeño del objeto y el incremento de placer ocasionado; la cantidad de capital
es la cantidad de utilidad cuyo goce se difiere; la tasa de interés se determina por el cociente
entre el incremento de producto y el incremento de capital que lo hace posible. Otro quinquenio
transcurrió hasta que Jevons publicó estas ideas en Teoría de la Economía Política, en octubre
de 1871. Recién entonces, once años después, comenzó la revolución neoclásica”2

LEÓN WALRAS (1834-1910)

El aporte fundamental de Walras a la Teoría Económica es la Teoría del Equilibrio General.

Su análisis demostró que, por un lado, los empresarios son oferentes de bienes y demandantes
de factores de producción y, por el otro, los consumidores son demandantes de bienes y
oferentes de factores de producción.

Al distinguir esta dualidad en oferentes y demandantes se preguntó cómo se podía lograr el


equilibrio en los mercados de bienes como en los de factores simultáneamente.

2
Manuel Fernández López, EL Economista, 16 de enero de 1998, pág. 6.

3
De hecho, estableció que el precio de equilibrio del mercado de factores determina el costo de
producción y al mismo tiempo la retribución a los factores resulta ser el ingreso que será
gastado en el mercado de bienes.

De este modo resulta evidente pensar que los precios de bienes y factores se determinan
simultáneamente. Walras a través de la demostración matemática demostró esta relación entre
todos los equilibrios parciales marshallianos y el equilibrio general.

El modelo walrasiano determina que si en una economía existen n mercados en los que n-1 se
encuentran en equilibrio (parcial) significa que el restante natural y automáticamente se ubicará
en equilibrio con pleno empleo. El mercado restante es el mercado de trabajo que encuentra un
equilibrio de salario (precio) y nivel de ocupación (cantidad) adecuado.

Este modelo demuestra que al analizar el equilibrio general solo vamos a poder determinar un
precio menos de la cantidad de mercados que tengamos, ya que en caso de esperar determinar
la totalidad de los precios vamos a tener infinitas combinaciones posibles para el equilibrio.

Para dar solución a esto, se determina un precio en forma exógena (“arbitrariamente por fuera
del modelo), de esta forma tenemos un conjunto de precios del resto de los bienes que muestran
el equilibrio general de la economía.

Esto muestra que para encontrar el equilibrio general lo importante son los precios relativos,
la variación de cada precio respecto del resto, y no los precios absolutos (el valor numérico de
cada precio), ya que, si multiplicamos por cualquier cantidad el precio al que le dimos un valor
fijo y por la misma cantidad al resto de los precios, el resultado es el mismo.

En general se interpreta que el precio determinado por fuera del modelo es el precio del dinero,
y que la importancia de su valor es el poder de compra del resto de los bienes, y no el valor que
está impreso en el billete.

Esto también es aplicable al analizar las consecuencias de la inflación, ya que la misma implica
un cambio de precios relativos que saca a la economía del equilibrio, siendo imposible que
todos los precios de la economía varíen al mismo tiempo en la misma proporción, ya que, por
ejemplo, el salario se cobra con posterioridad a los aumentos, con su consecuente pérdida de
poder adquisitivo (poder de compra).

El salario de equilibrio surge del análisis marginalista marshalliano de modo tal que el salario
es igual al producto marginal del trabajo, determinado por los demandantes de factores. El
trabajador, por otro lado, construye su propia oferta de trabajo considerando el salario de
mercado como un dato que determinará su elección entre ocio y trabajo. Entonces, la
desocupación resultará voluntaria; que no es mucho más que afirmar que no trabaja el que no

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quiere. Si la desocupación es voluntaria puedo considerar los niveles de pleno empleo
voluntario como el equilibrio general.

WILFREDO PARETO (1848-1923)

Se interesó por la economía después de 20 años de práctica como ingeniero. Empezó por la
matemática aplicada a la economía y el uso de la estadística en estudios empíricos. Su principal
obra fue Curso de Economía Política. Continuó la obra de Walras referida al equilibrio general.
A partir de un sistema de ecuaciones de n variables, puso en evidencia la interdependencia de
todas las cantidades económicas y la legitimidad teórica del concepto de un equilibrio general.

La hipótesis de Pareto establece que el progreso humano implica aumento de los elementos
automáticos en la regulación de los temas sociales a expensas de los coercitivos.

Otra cuestión importante que analizó Pareto es la Ley sobre la Distribución del Ingreso, en
la que, partiendo de estudios estadísticos, demuestra la constancia en la desigualdad de la
distribución del ingreso en diferentes tiempos y países. Esa constancia refleja la desigualdad
de la capacidad humana y determina que la reducción se podría lograr con un aumento
importante de la producción.

Luego planteó que la utilidad no es medible, pero puede deducirse una escala de preferencias
de los individuos y todas las funciones de la utilidad se acomodan a ella. Adoptó el concepto
de “curvas de indiferencia” para elaborar una teoría en base a escalas de preferencias.
Consideraba dos mercancías para mostrar las distintas combinaciones que un individuo deseará
de ellas. Todas esas preferencias podían ubicarse en una curva dando índices más altos y bajos
a diferentes combinaciones.

De este modo podía representarse un sistema individual de preferencias determinando un mapa


de indiferencia, que mostrara los niveles de satisfacción. Así constituía un sistema de
ecuaciones representativas del equilibrio en términos de indiferencia más que en función de la
utilidad.

Pareto define una situación de óptimo económico, como aquella donde nadie en la economía
pueda estar mejor sin que otro esté peor. No cuestiona la distribución del ingreso en la
economía, ni entre distintos grupos sociales ni entre la producción de distintos bienes,
recomendando, incluso no interferir en la distribución original.

Relacionando esto con el concepto de Frontera de Posibilidades de Producción, la misma


representa el conjunto de óptimos de Pareto de una economía, con distintas distribuciones de
recursos entre los dos bienes que explica este modelo.

5
ALFRED MARSHALL (1842-1924)

Veamos el siguiente párrafo del Libro Principios de Economía (1890-1920) de Alfred


Marshall3:
“Las condiciones que rodean a la extrema pobreza, especialmente en lugares
densamente poblados, tienden a amortecer las facultades superiores. Aquellos a
quienes se llamó el Residuo de nuestras grandes ciudades tienen poca ocasión para la
amistad; no conocen en absoluto los buenos modales y el sosiego de la vida familiar, y
muy poco de su unidad; y la religión suele no llegar a ellos. Sin duda su mala salud
física, mental y moral se debe en parte a causas que no son la pobreza, pero ella es la
causa principal. Y además del Residuo, hay un inmenso número de personas en la
ciudad y el campo, que son criadas con alimentos, ropa y vivienda insuficientes; cuya
educación se interrumpe tempranamente para poder ir a trabajar por un salario; y a
partir de ese momento quedan atrapados por largas horas en trabajos agotadores con
los cuerpos insuficientemente alimentados, y por lo tanto sin la menor oportunidad de
desarrollar sus facultades mentales superiores”.

Este párrafo define claramente la ideología de este economista, cuyo principal aporte al
pensamiento económico ha sido la Teoría de la Determinación del Precio en el mercado
competitivo. Esta teoría se deriva del análisis de la Utilidad Marginal y de la curva de demanda
de pendiente negativa, por un lado; y la producción y la curva de oferta de pendiente positiva,
por el otro.

La Teoría de la Utilidad Marginal es una descripción de las preferencias de los individuos


frente a varias alternativas de consumo.

El concepto de utilidad marginal venía a resolver el tema del precio o valor de las mercancías.
El precio se establecía como aquello que el consumidor estaba dispuesto a pagar por el último
bien. A menor utilidad marginal menor disposición a pagar. Así se da la pendiente negativa de
la demanda.

La curva de utilidad marginal, al igual que la curva de productividad marginal, cumplen con la
ley de rendimientos marginales finalmente decrecientes. Esto implica que a medida que
incrementamos el consumo de un bien, en el caso de la utilidad, o bien al agregar más insumo
para producir un bien, el aporte de cada unidad adicional es cada vez menor.

Al disminuir el aporte del insumo a la productividad, implica que su costo marginal aumenta.

Por otro lado, la elevación de los costos marginales hace que cuanto mayor es el costo de los
productos menos eficientes por lo tanto la curva de la oferta tendrá pendiente positiva.

3
Artículo “Y ahora ¿quién podrá venir a ayudarme?” de Manuel Fernández López. El Economista del 16/10/98

6
El punto en el que se cruzan la oferta y la demanda determinan el precio de equilibrio.

Sin embargo, habrá que considerar la condición de ceteris paribus. Esta significa la exclusión
de: los gustos y preferencias, el ingreso monetario, los precios de los bienes estrechamente
relacionados, los precios de los bienes no relacionados y las expectativas acerca de los precios
futuros

CARL MENGER (1840-1921)

Fue el fundador de la Escuela Austríaca de Economía. Trabajando en la oficina de prensa del


primer ministro austriaco, los informes que escribía sobre los mercados le despertaron interés
por la fijación de los precios y el deseo de desarrollar su propia teoría del valor. Publicó en
1871 Principios de Economía que, presentados a la Universidad de Viena, le valieron su
habilitación como privatdozent. Debido a ello, se retiró de la administración pública y en 1873
fue nombrado profesor extraordinario e inició su carrera académica.

Aunque provenía de la pequeña nobleza, Menger detestaba el privilegio. Criticaba las bases
feudales de la monarquía de Habsburgo. Colaboró con el príncipe Rudolf en un panfleto sobre
la alta aristocracia austriaca, donde criticaba su lujo, la vida irresponsable y las diversiones
vanas. Su ideal era la libertad. Los hombres eran libres si eran el fin de la economía y no
medios, objetos, como los antiguos esclavos. En su época, la mujer casada y los pobres eran
todavía semiesclavos. Una muchacha pobre no solía tener otra opción que ser modistilla o
prostituirse4.

“La mejoría en la situación de los pobres depende del progreso económico. El lujo del
rico impide la elevación del pobre. Cuanto más consume el rico, más feliz es su
presente, y se olvida el desarrollo futuro. Si el rico no viviera una vida de placer, los
trabajadores podrían tener buenas habitaciones, habría albañiles y carpinteros en
lugar de peinadores o mujeres públicas” [Menger, Octubre de 1867]

Los aportes de Menger a la economía establecen que el método económico descansa sobre una
base individualista. Los fenómenos económicos son el resultado de la conducta de los
individuos dedicados a la actividad económica y no de una fuerza social. Situó al individuo en
el centro del análisis, generando un primer intento de teoría subjetiva del valor.

Definió la utilidad en sentido relativo, la relación de una cosa para ser puesta en relación causal
con una necesidad. Las cosas que poseen esa capacidad se convierten en mercancías. Esas
mercancías son de primer grado (pan), son las que sirven en forma directa para satisfacer
necesidades: las de siguiente grado y hasta la última (harina, molino, trigo) sólo satisfacen las
necesidades indirectamente, son necesarias para producir mercancías de primer orden.

Menger analizó y desarrolló la teoría pura de las condiciones técnicas de la producción y


productividad de los factores de producción.

4
Manuel Fernández Lopez, EL Economista, 9 de enero de 1998, pág. 6

7
JOSEPH SCHUMPETER (1883-1950)

Brevemente es importante introducir el aporte al pensamiento económico que realizó


Schumpeter, quien fuera economista austro-estadounidense y ministro de Finanzas en Austria,
entre 1919 y 1920.

Distinguió los conceptos Crecimiento y Desarrollo, definiendo crecimiento como un proceso


gradual de expansión de la producción con productos y técnicas constantes y desarrollo como
el resultado de nuevas combinaciones de factores productivos generalmente a cargo de
empresarios innovadores5.

Incorpora como criterio el deseo de fundar una dinastía empresarial, la voluntad de ganar la
batalla de la competencia y la satisfacción que proporciona la creación de algo nuevo y no sólo
el beneficio es lo que motiva al empresario.

El empresario innovador o schumpeteriano se convirtió en el héroe del desarrollo económico,


cosa que no lo diferencia con los clásicos o neoclásicos. Además, incorpora la teoría de los
ciclos de negocios, basada en los análisis de Kondratieff (50 años) Juglar (6 a 11 años) y Kitchin
(3 años). Las invenciones se producen de forma continua y cuando se acumula una cantidad de
nuevas ideas se registra la oleada de innovaciones.

5
El desarrollo consiste en el empleo en forma distinta de los recursos existentes en hacer cosas nuevas con ellos sin
que importe si aumenta o no dichos recursos.

8
JOHN MAYNARD KEYNES (1883-1946)

Sus estudios los realizó en Cambridge y podría decirse que fue pilar fundamental para los
cambios económicos en Estados Unidos. Sus enseñanzas se difundieron a todo el mundo
capitalista.

Como hemos señalado al hablar de los clásicos y neoclásicos, su análisis económico no


contemplaba una teoría para explicar las depresiones económicas. Por lo tanto, no hay remedio
para la depresión porque simplemente no existe. Para estos pensadores las fluctuaciones podían
ser el resultado de acciones de la naturaleza que indirectamente afectaban a la economía.

Cuando sobrevino la Gran Depresión con el derrumbe de la bolsa de Nueva York en octubre
de 1929, los economistas clásicos se quedaron sin palabras.

Uno de los fenómenos más importantes que se produjeron en Estados Unidos como respuesta
a la Gran Depresión fue el surgimiento de lo que se denomina el Estado de Bienestar, cuyos
orígenes podemos encontrar en Alemania en las políticas bismarckianas en materia social.

Durante la Gran Depresión, el estado de bienestar fue considerado como un “camino


intermedio” entre el comunismo que se afianzaba en vastos sectores de Europa y el laissez faire
del capitalismo de derecha.

Frente al avance de las ideas de Marx, surgió para que se mitigaran las durezas del capitalismo,
con un conjunto de leyes que otorgaban una protección elemental a los trabajadores con seguros
por accidentes, enfermedades, ancianidad e invalidez.

Como resultado de la crisis, se produjeron importantes modificaciones en materia de ideas


económicas.

Se adoptaron medidas directas para afrontar la caída de precios industriales y agrícolas, se


brindó ayuda organizada desde el Estado a los que más necesitaban. Se emprendieron
importantes obras públicas para crear puestos de trabajo. Se establecieron subsidios para el
desempleo y el sistema de pensiones a la vejez.

Sin embargo, la economía no reaccionaba favorablemente y el Producto Bruto Interno seguía


por debajo de los valores previos a la crisis. En 1937 se produjo una nueva depresión con una
recesión más profunda.

Fue en este contexto que tomó mayor fuerza la obra de John Maynard Keynes.

El principal libro de Keynes Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero


publicado en 1936, en cuyo último capítulo afirma:

"Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que vivimos son su


incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria y desigual distribución
de la riqueza y los ingresos".

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Su libro contiene los argumentos que contrastan la teoría clásica, que dominaba el pensamiento
económico de sus tiempos, demuestra que los fundamentos de dicha teoría son aplicables sólo
a un caso especial, porque las condiciones que supone son un caso extremo de todas las
posibilidades de equilibrio, es más no reflejan la verdadera sociedad económica.

Keynes fue el economista más importante del siglo XX. Acabó con la idea de que la economía
de mercado conduce automáticamente al pleno empleo.
De este modo, abrió la puerta a la necesidad de concebir la política económica, esto es, la
necesidad de la intervención del Estado para corregir los desvíos en el mercado de trabajo.

Rechazó idea de la “mano invisible” de Smith, dando por tierra también con la idea de que el
interés personal debidamente ilustrado actúa a favor del interés general.

Keynes no se ocupó profundamente por el largo plazo porque decía que “en el largo plazo todos
estaremos muertos”.

Estudió el ciclo económico, siendo uno de sus principales intereses la estabilidad del nivel de
la actividad económica.

Fundamentalmente se lo puede considerar como el padre de la Macroeconomía, pero de


ninguna manera un desconocedor de la microeconomía.

Aunque se lo conoce como un discípulo destacado de Marshall, en el primer capítulo de su obra


critica la economía neoclásica profundamente.

Una de las primeras cuestiones que analiza Keynes es la de la teoría clásica de la ocupación y
refuta cada uno de los postulados que ellos plantean.

Por un lado, cuando se dice que el salario es igual al producto marginal del trabajo, significa
que el salario real de una persona ocupada es igual al valor que se perdería si la ocupación se
redujera en una unidad y luego se dice que la utilidad del salario cuando se usa determinado
volumen de trabajo es igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen de ocupación6.

Esto es compatible con lo que se llama desocupación “friccional” (por resistencia), porque una
interpretación realista admite, por ejemplo, desajustes del tipo de desocupación dados por un
desequilibrio temporal en las cantidades de recursos especializados, a intermitencias en la
demanda o a que la ocupación de hombres de una tarea a otra no pueda efectuarse
inmediatamente.

Pero este postulado también se podría vincular a la desocupación “voluntaria” que resulta de la
negativa de un trabajador a aceptar una remuneración inferior, por ejemplo, a causa de la
legislación, de las convenciones colectivas de trabajo o como consecuencia de su obstinación.

6
Esto es que el salario real es el que basta precisamente para provocar la ocupación de mano de obra, mientras que
por desutilidad se entiende cualquier motivo que induzca a un hombre o grupo de hombres a abstenerse de trabajar
frente a un salario que presente para ellos una utilidad inferior a cierto límite

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Lo importante es que en ningún caso los clásicos admiten la desocupación “involuntaria”.

Según Keynes la economía moderna no encuentra su equilibrio en el pleno empleo, sino que
puede haberlo a pesar de que haya desempleo, entonces puede haber escasez de demanda y
allí el Estado puede y debe intervenir para corregir. Cuando hay una depresión la hacienda
pública debe resolver las necesidades.

Keynes supone por un momento que los obreros no están dispuestos a trabajar por un salario
nominal menor y que una reducción del nivel existente conduciría a que parte de la mano de
obra se retirara del mercado.

Esto no sucede así. ¿Por qué? Porque es posible que dentro de ciertos límites lo que los obreros
reclaman es que no caiga el salario real7.

Pero esto no implica que la ocupación dependa de una sola variable. La experiencia diaria
muestra que los trabajadores acuerdan un salario nominal no real. No abandonan su trabajo
frente a un aumento en los precios. No sería muy exacto decir que la desocupación de los ’30
se debió a la negativa de los trabajadores a aceptar una rebaja en los salarios nominales o a la
demanda de un salario real superior al que tenía la productividad del sistema económico.

Si efectivamente el salario real existente es un mínimo por debajo del cual no hay más
trabajadores que se ofrezcan, no habría desocupación involuntaria sino friccional. Pero en
general hay más mano de obra disponible que la que está empleada al salario nominal existente.

El equilibrio con desempleo o subempleo, la derogación de la Ley de Say, la necesidad de


promover la demanda recurriendo al gasto público (aun generando déficit), son los elementos
básicos de la teoría de Keynes.

La realidad es que las ideas de Keynes siguen vigentes luego de su muerte con fuerza no sólo
en la teoría sino en la práctica económica.

Fundamentalmente el aporte de Keynes genera un cambio profundo en el modo de enfocar los


grandes problemas económicos, ya que produce una nueva economía política que estudia los
problemas de la economía en su conjunto y los del consumidor individual.

Respecto de la Microeconomía Keynes entiende que los empresarios buscan la maximización


de la ganancia. Por lo tanto, en tiempos de crisis su decisión será de no invertir en la producción
de bienes que no podrán vender, pero tendrán la alternativa de contar con ingresos provenientes
de la especulación.

En este sentido, los trabajadores sólo pueden ofrecer trabajo en el mercado de factores de
modo tal que en situaciones de crisis al caer en nivel de demanda no tiene alternativa.

7
El salario medido en términos de los bienes asalariados.

11
Este análisis es el pilar fundamental de la crítica de Keynes a sus maestros que consideraban
que la desocupación es voluntaria. Keynes demuestra que la desocupación es involuntaria
puesto que dependen del nivel de producción y éste último del nivel de demanda de bienes y
servicios.

Con relación a la Macroeconomía, su postulado del nivel de producción, el cual se relaciona


con el nivel de demanda efectiva de bienes y servicios, en una economía que es cíclica (auge,
recesión, crisis y recuperación) entiende que el nivel de demanda es la clave de regulación del
ciclo.

“En la crisis el Estado debe intervenir creando puestos de trabajo, mediante la


contratación directa o la realización de obras públicas. Los trabajadores recuperarán
ingresos que gastarán en el mercado, aumentando la demanda de bienes y los
empresarios tendrán motivos para volver a invertir.”

“Al invertir para la producción demandarán factores de producción creando un efecto


expansivo y recuperador del nivel de actividad, por este mecanismo se reactiva el
mercado de trabajo reduciendo la desocupación.”

El fondo de esta cuestión es demostrar que puede existir equilibrio con desempleo involuntario.
El Equilibrio General de Walras suponía pleno empleo de los factores de producción, pero
Keynes advierte que la igualdad precio=cantidad no implica la ocupación de la totalidad de los
factores de producción ni la comercialización de la totalidad de lo producido.

Sus teorías se formaron en el campo de la investigación, el estudio del ciclo económico que
siempre estuvo separado de la teoría económica general. Su análisis proviene de la búsqueda
de explicación a los cambios de nivel de actividad económica.

Según Keynes la economía política clásica se ocupó de la distribución del producto social más
que de la cantidad, es decir que trataban de explicar los determinantes de las participaciones
relativas en el ingreso nacional de los factores de producción y no las fuerzas que determinan
el nivel de dicho ingreso o de actividad económica en general. El mercado tiende a la plena
ocupación de los recursos disponibles.

El punto de partida es la reevaluación que hace del concepto de demanda efectiva, esto es el
ingreso global (Y) que se espera percibir por las ventas, incluidos los ingresos de otros factores
de la producción (R) por medio del volumen de ocupación (W) que deciden conceder. Y=W+R
La teoría keynesiana instituye un sistema de relaciones funcionales que, por la definición de
demanda efectiva, hace que el determinante del volumen de ocupación sea el grado en que el
empresario juzga su rentabilidad.

La demanda total en términos de dinero, mercancías y servicios determina la rentabilidad.

Esta cantidad total de dinero no es otra cosa que el ingreso total que se ha creado en la
economía.

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Como gastos (G) e ingresos (Y) son las dos caras de una misma moneda, el gasto nacional es
igual al ingreso nacional. Así relaciona el ingreso nacional con la ocupación. Es decir que la
ocupación depende de la cuantía del ingreso nacional. G=Y

El paso siguiente es saber qué determina el nivel de ingreso nacional y cuáles son sus
características. Aquí introduce una cuestión adicional que es que no siempre el gasto es igual
al ingreso, dado que el ingreso se destina en parte al consumo y en parte al ahorro. Y=C+A

Establece el criterio de propensión a consumir que expresa la relación entre ingreso y gasto
totales, es decir que la propensión a consumir es una función bastante estable del ingreso.

Pc función del consumo y del ahorro

Sólo los más pobres quienes gastan todo su ingreso en consumo y aunque con mayores
ingresos, aumente su consumo, esto será en menor proporción. Por lo tanto, un ingreso mayor
implica un consumo relativamente menor.

La propensión marginal a consumir expresa cómo se distribuirá un aumento de ingreso (Y)


entre consumo corriente (C) y ahorro (A).

El ahorro es el excedente entre el ingreso y los gastos de consumo.

La definición de ingreso (Y) nos lleva a la de inversión corriente. Esto es la adición al valor
del equipo de capital que ha resultado de la actividad productiva, que equivale a lo que recién
definíamos como ahorro que es la parte del ingreso que no se consumió.

A=Y- C
Y=C + I
I=Y- C

El monto del ahorro es la consecuencia del proceder colectivo de los consumidores


individuales y el monto de la inversión es el resultado de la conducta colectiva de los
empresarios individuales, estas dos cantidades son necesariamente equivalentes.
A=I

Esta igualdad es así en función que ambos (ahorro e inversión) resultan del excedente del
ingreso sobre el consumo8.

De esta ley fundamental se deriva una consecuencia también fundamental. Puesto que el
ingreso total tiene que ser igual al gasto total, y el consumo corriente no absorbe todo el ingreso
generado por la economía, la diferencia se destinará a inversión.

8
Si se admite que el ingreso es equivalente al valor de la producción corriente, que la inversión es igual al valor de aquella
parte de la producción que no se ha consumido y que el ahorro es igual al excedente del ingreso sobre el consumo, la
igualdad entre ahorro e inversión es la consecuencia necesaria. En definitiva, el ahorro es el excedente de ingreso sobre
el consumo y no puede diferir de la incorporación de bienes de capital (inversión).

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Y=C+I

El volumen de ocupación está determinado por el nivel de ingreso, por lo tanto, podemos decir
que el volumen de ocupación está determinado por el nivel de consumo e inversión de una
economía.

Esta simple afirmación nos permite abordar nuevamente el problema del nivel de equilibrio de
la ocupación y nos demuestra que es necesario cierto nivel de inversión para conservar
determinados niveles de ingreso y de consumo.

Dados consumo, inversión e ingreso, si la inversión desaparece, disminuirá el gasto total y el


ingreso, a consecuencia la ocupación no puede mantenerse en el nivel anterior.

Como las tres patas de nuestra ecuación se condicionan mutuamente, y como hay una
relación constante entre dos de ellas (consumo e ingreso), habrá un nivel de equilibrio del
ingreso para cada nivel posible de inversión. Hasta aquí hay un sistema keynesiano de
relaciones cerrado.

Hasta ahora hablamos de un factor que es la propensión a consumir, pero también hay otras
condiciones si se quiere psicológicas que actúan sobre el hombre económico. La preferencia
por la liquidez y la expectativa de rendimiento futuro de los bienes de capital, esta última
fuertemente vinculada a las decisiones de inversión.

Aquí Keynes introduce la idea de la eficiencia marginal del capital que es la relación entre el
rendimiento futuro esperado de una unidad más de aquel tipo de capital y el costo de producir
dicha unidad.

Hay niveles de equilibrio que se determinan estableciendo que para que cada nivel de
ocupación se mantenga, éste debe ser rentable para el empresario, lo que determina que debe
existir un nivel de inversión que absorba dicha ocupación.

Dada la propensión a consumir, el nivel de inversión determina el volumen de equilibrio, la


eficiencia marginal del capital y el tipo de interés.

Los clásicos intentaban explicar los determinantes de las participaciones relativas en el Ingreso
Nacional de los diferentes factores productivos y no el nivel de ese ingreso. Sostenían que el
sistema económico tendía espontáneamente a la ocupación plena.

Keynes explica que la Demanda Efectiva determina un Ingreso Global que los empresarios
van a recibir incluyendo los ingresos que se utilizan para retribuir a los otros factores
productivos que el empresario ocupa. DG=Y=W+R

A su vez, la oferta Global determina el precio de todos los bienes producidos. OG=C+I

Keynes nos muestra relaciones funcionales.

El consumo es función del Ingreso Real. DG=OG // IMPLICA: Y=C+I

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La Demanda Global determina la rentabilidad, es decir, la cantidad total de dinero que va al
mercado a demandar o sea el Ingreso Global. Como pagos e ingresos son equivalentes el Gasto
es equivalente o igual al Ingreso.

De este modo relaciona la ocupación y el Ingreso, dado que la ocupación depende del Ingreso.

Bibliografía de lectura obligatoria:


GALBRAITH, John K. Historia de la Economía. Editorial Ariel Sociedad Económica, 2003. Capítulos
11,12,15,16,17
ROLL, Eric. Historia de las doctrinas económicas. Fondo de Cultura Económica, 2003.

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