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El Pueblo: Es el conjunto de seres humanos que constituyen por sus nexos culturales,
sociales, económicos, religiosos, políticos, entre otros, una colectividad fija, de manera
estable sobre un territorio, los cuales gozan derechos políticos y sociales.
El Poder Político: Que puede ser definido como la capacidad de una persona o de un
grupo de imponer su voluntad, aún contra la resistencia de otras personas o grupos, incluye
la posibilidad de ejercerlo como el ejercicio efectivo del poder.
Esta persona o grupo de personas que impone su voluntad sobre otras, se denomina
“gobierno”, y es así como sancionan leyes, reglamentos, decretos, resoluciones, dictan
actos administrativos y sentencias, todos ellos, activan el poder político del Estado, en virtud
de ser emanados en función de la tutela del interés público que corresponde tutelar.
Este delito se perpetra cuando una persona acomete con fuerza o con resistencia activa
contra la autoridad, sus agentes o funcionarios públicos.
Las penas previstas en este mismo artículo son aplicadas a la ofensa a la persona que
ejerce parte o la totalidad de las prerrogativas del Presidente de la República.
3.la antijuridicidad :es la oposición del acto voluntario típico al ordenamiento jurídico.
El acto o conducta humana que se opone al ordenamiento jurídico no debe justificarse. La
condición de la antijuridicidad es el tipo penal. El tipo penal es el elemento descriptivo del
delito, la antijuridicidad es el elemento valorativo.
Art. 1.- SUJETO PLENO DE DERECHO. Todos los niños, niñas y adolescentes son sujetos
de derecho. En consecuencia, gozan de todos los derechos fundamentales consagrados a
favor de las personas, especialmente aquellos que les corres- ponden en su condición de
persona en desarrollo, y los con- sagrados en este Código, la Constitución de la República,
la Convención de los Derechos del Niño y demás instrumentos internacionales.
Párrafo.- Estos derechos son de orden público, intransigibles, irrenunciables,
interdependientes e indivisibles entre sí.
Párrafo I.- En caso de que no exista una designación o habiendo fallecido la persona
designada, los familiares, en el orden de prelación establecido en este artículo, se
encontrarán legitimados para ejercer la acción civil en daños y perjuicios.
Párrafo II.- En caso de que falten todos los familiares o el designado, según lo establecido
en este artículo, el ejercicio de las acciones de protección corresponderá al Ministerio
Público, quien podrá actuar de oficio o a instancia de persona interesada, siempre que no
hubieren transcurrido más de veinte años desde el fallecimiento de la persona. Deberá
cumplirse el mismo plazo cuando el ejercicio de las acciones mencionadas corresponda a
una persona jurídica designada en testamento.
Párrafo III.- Cuando existan personas vulnerables o incapaces que por su condición no
puedan ejercer acción, y en caso de que el fallecido no haya dado en vida su
consentimiento expreso, un familiar o el Ministerio Público estarán legitimados para accionar
a su nombre.
Párrafo IV.- La persona que haya sido designada para ejercer la acción de prevención y
cesación por violación al honor, la imagen y la intimidad de un fallecido, no será responsable
en caso de que no promueva la acción dentro del plazo de prescripción dispuesto en esta
ley.