multicolores que se conectan con hebras multicolores para juntas tejer vínculos de ternura en el telar de nuestro carisma misionero. Se entrega a cada hermana diversos colores para elaborar una parte del Kipu de la ternura.
I. Mirando y escuchando juntas la realidad (ver – escuchar) DIOS SE HIZO CONOCER A NUESTROS ANTEPASADOS
“Nosotros los indios descubrimos a Dios en todo. Lo vemos a través
del sol y de la luna y del viento, a través del agua y de la tierra, a través de la gente. También, habla Dios en nuestro corazón y en nuestro sueño. Otra gente necesita templos para encontrarse con Dios. Nosotros fácil lo encontramos en el monte nuestra capilla es la gran naturaleza. Los blancos buscan a Dios en los libros. Los indios lo buscamos más en sus obras, lo buscamos entre los árboles o al lado del fuego, o mirando el sol, o ayudando a la gente.
Nuestra religión indígena nos pone en contacto con el mundo divino,
con el mundo de los espíritus, con las fuerzas de la naturaleza. Nosotros pensamos que todo lo que es Vida ha salido de Dios” (Juan Marcos Coquinche Mercier, ofm). A través de un territorio y de sus características Dios se manifiesta, refleja algo de su inagotable belleza. Por lo tanto, los distintos grupos, en una síntesis vital con su entorno, desarrollan un modo propio de sabiduría. Quienes observamos desde afuera deberíamos evitar generalizaciones injustas, discursos simplistas o conclusiones hechas sólo a partir de nuestras propias estructuras mentales y experiencias. (QA 32)
¿Qué resonancias te deja la pandemia, conecta con los dos
relatos? Nuestros pueblos ancestrales viven la experiencia mística de la Ternura en la totalidad de la vida: ¿Cómo esta experiencia se conecta con tu propia experiencia mística? ¿Qué hilos o hebras emergen?
Escuchando, gustando y sintiendo juntas la Palabra (juzgar,
discernir, sentipensar) G
Génesis 2, 15: "dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y
cuidase." Ex. 13, 20-22: 20Partieron de Sukkot y acamparon en Etam, al borde del desierto. 21Yahveh iba al frente de ellos, de día en columna de nube para guiarlos
por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de
modo que pudiesen marchar de día y de noche. 22No se apartó del pueblo ni la columna de nube por el día, ni la columna de fuego por la noche. 24, 17La gloria de Yahveh aparecía a la vista de los hijos de Israel como fuego devorador sobre la cumbre del monte.
La ternura Divina, que grita diciéndonos que “somos parte de esta
comunidad de vida”, que emerge en la belleza de la Amazonía (Jardín), invitándonos a ser labradoras (tejedoras) y cuidadoras. La ternura Divina, que acompaña la marcha de nuestra existencia en con hebras o hilos de nube y fuego, invitándonos a ser tejedoras de vínculos de ternura.
Ternura, que despierta nuestra pasión mística-profética,
invitándonos al compromiso transformador de las realidades injustas desde el fuego devorador que nos habita.
Ternura que grita: Haz memoria de tu cuerpo personal-familiar:
narra tu jardín, las experiencias de ser labrada (tejida) y cuidada. Ternura que acompaña: Haz memoria de tu cuerpo territorial (tu pueblo, tu país, tu misión,…), ve-mira tus nubes y fuegos que acompañan tu camino. Ternura que despierta pasión mística-profética: Haz memoria de nuestro cuerpo congregacional: “comienza a retejer tus vínculos elaborando tu “Quipu signo de tu pertenencia al cuerpo carismático nuestro”.
Como nunca antes en la historia, el destino común, humano-divino-
cósmico, nos llama a rehacer lo tejido e intuir las nuevas hebras para recomenzar de nuevo. Necesitamos tener en nuestras manos, el hilo de un cambio de mentalidad, el hilo de un cambio de corazón y el hilo de un cambio de decisiones, para rehacer el manto de nuestras relaciones y darle un nuevo sentido a nuestros vínculos.
Escuchando a nuestro pueblos corroboramos la existencia de un
universo con una historia más allá de nuestra existencia humana: “el universo existe desde hace ya 13,7 mil millones de años cuando ocurrió el big bang. La Tierra hace 4,4 mil millones. La vida hace 3,8 mil millones. El ser humano hace 7-8 millones. Nosotros, el homo sapiens/demens actual hace 100 mil años. Todos, el universo, la Tierra y nosotros mismos, estamos formados con los mismos elementos físicoquímicos (cerca de 100) que se forjaron, como en un horno, en el interior de las grandes estrellas rojas durante 2-3 mil millones de años (por lo tanto hace 10-12 mil millones años). Nosotros, el homo sapiens/demens actual hace 100 mil años. Todos, el universo, la Tierra y nosotros mismos, estamos formados con los mismos elementos físicoquímicos (cerca de 100) que se forjaron, como en un horno, en el interior de las grandes estrellas rojas durante 2-3 mil millones de años (por lo tanto hace 10-12 mil millones años)”.
III. Proyección (actuar, fluir)
Nuestra decisión y proyección, camino de nuestra acción ética nos invita a mantenernos en presencia Viva tejiendo vínculos de Ternura como las Hermanas Catequistas, revisar nuestro Quipu….
“La Hermana Catequista debe mantenerse en la presencia de Dios1 en
todos sus actos, en todas sus luchas, en todos los trabajos que emprenda, es decir, siempre y muy en especial al comunicarse2 con sus semejantes por necesidad o recreación…” (Reglamente Hnas. Catequistas N° 1)
Canto: “Estabas tú” (Siembra)
Lectura: Éxodo 13, 20-22 Compartir a modo de oración o simplemente las mociones del día. Canto final: “Vamos tejiendo” (Siembra)
1 En el segundo texto dice: “Dios nuestro Señor”.
2 En el segundo texto esto mismo dice: “es decir siempre y sobre todo al comunicarse”.