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. ge, 1997. terapéutico que intrínsecamente posee, nace el
Winters, K. C.; Stinchfield, R. D., y Kim, L. G.: Monito- concepto de psicoterapia. En este capítulo aborda- ·
ring adolescenc gambling in Minnesota. J. Gambling remos aquellos tratamientos cuyo común denomi-
Studies, 11 (2), 165-183. 1995.
nador es el uso de la palabra como elemento tera-
Ziztow, D.: Comparative study of problematic gambling
péutico. Indudablemente, la investigación farma
behaviors between American lndian and non-lndian
. adolescents within and near a northem plain reserva-
cológica ha dotado a la psiquiatría de numerosos y
tion. American lndian and Alaskan Native Mental poderosos recursos para el tratamiento de las afec-
Health _Research , 7 (2) , 14-26, 1996. ciones mentales; afortunadamente, esto es así,
pero no debemos olvidar que la terapéutica psi-
quiátrica se vehicula a través de la palabra, es
decir, es psícoterapéutica, y aunque no siempre
resulta suficiente, siempre es necesaria.
¿Qué es la psii!'oterapia? Responder esta pregun-
ta no es difícil si nos apoyamos en la experiencia
común de alivio cuando podemos compartir un
sufrimiento con otra persona que nos escuche. La
vida cotidiana nos depara centenares de estas
experiencias. Propiamente estas situaciones no
son psicoterapéuticas si nos atendemos a las defi-
niciones de psicoterapia más aceptadas en los
medíos profesionales. Veamos la de Meltzoff y
Kornreich (1970):
•Psicoterapia significa la aplicación planificada
y documentada de técnicas derivadas de princi-
pios psicológicos establecidos por personas cuali-
~ ficadas, entrenadas y experimentadas en la com-
-o prensión de estos principios y en la aplicación de
: estas técnicas, con la intención de ayudar a los
i
" individuos a modificar aquellas características
personales, tales como sentimientos, valores,
~ actitudes y conductas. que son juzgadas por el
~ terapeuta como inadaptadas o desajustadas.•
:;
~ Cada definición tiene sus limitaciones y sus cri-
j ticas; por ello introducimos aquí la de Tizón
.,: (! 982), por su concisión j claridad:
"'
•Psicoterapia es la aplicación metódica de téc-
nicas psicológicas en el tratamiento de los trastor-
nos mentales,.
40
J.Poch
En la actualidad las escuelas de psicoterapia son
múltiples, pero se pueden agrupar en cuatro
modelos básicos: el psicoanalítico, el conductual
que con la aparición del cognitivismo ha devenido
en un modelo compuesto y denominado cogniti·
0 vo-conductual, el humanista surgido en la década
de los sesenta, y elmás reciente y aún no consoli-
dado, el transpersonal. aparecido en los EE.UU. en
los años ochenta y de progresiva implantación
europea.
A lo largo de toda la ·historia de la psiquiatría, el
tratamiento psicológico es considerado pilar fun-
damental en la atención de los trastornos menta-
les. El desarrollo de la psicoterapia va inevitable-
mente unido a la historia de la psiquiatría (Ale-
xander y Selesnick, 1965), aunque las diferentes
escuelas de psicoterapia de nuestro siglo tienen
ya una historia particular y diferenciada. Los pio-
neros de las psicoterapias modernas deben bus-
carse en los primeros hipnólogos: Mesmer, Braid,
etc. A finales del siglo pasado, Charcot usó la hip-
nosis para la investigación de los trastornos histé-
ricos; Breuer (1893-1895), Bemheim y Llebault la
emplearon con fines terapéuticos, naciendo así el
concepto moderno de psicoterapia. Freud, par-
tiendo de los trabajos de estos autores, inició sus
investigaciones con las técnicas hipnóticas que
pronto abandonó en favor de su naciente método
psicoanalítico. La totalidad de las técnicas de psi-
coterapia de hoy en día, a excepción de las con-
ductuales, deben buena parte de sus fundamen-
tos al psicoanálisis.
La proliferación de métodos, escuelas y técni-
cas ha sido y está siendo descomunal. Esta situa-
ción crea mucha confusión en el ya de por sí
complejo campo de las psicoterapias. Parloff
(1979) ya en 1979 identificaba 140 formas distin-
tas de práctica psicoterapéutica en Estados Uni-
dos en aquel momento. A menudo las diferencias
entre una y otra técnica no son tan evidentes
como sus creadores pretenden; un dogmatismo
partidista hace \que cada técnica o innovación sea
713

714
presentada como la única válida y abogue por la
inutilidad del resto. El terreno está abonado para
la proliferación de intrusos, farsantes y a veces
personas seriamente trastornadas mentalmente.
A está. situación sólo se le puede oponer la riguro-
sidad de asociaciones de terapeutas con tradición
y experiencia, con metodologías de cierta solera
que han soportado el paso del tiempo, son moti-
vo de investigación científica y poseen sus pro-
pias publicaciones.
Garske y Jay-Lynri ( 1988) postulan que cual-
quier sistema terapéutico actúa gracias a tres
mecanismos fifndamentales: la identificación del
paciente con el terapeuta, el condicionamiento y
el insight.
Cada modelo representa una manera de enten-
der la vida mental, el ser humano y la enferme-
dad de una forma particular. El terapeuta elige el
modelo según la proximidad ideológica a sus pre-
supuestos vitales e identifica su trabajo con el
modelo que le proporciona una manera 1e enten-
der los métodos terapéuticos, el proceso curativo
y el tipo de relación que se establece entre el
paciente y el terapeuta, en definitiva, una con-
cepción global de la vida. En la tabla 40-1 vere-
mos una comparación de los cuatro modelos más
destacados en la actualidad.
En este apartado estudiaremos el psicoanálisis
propiamente dicho y las terapias derivadas de él.
Lo com ún de las diferentes técnicas adscritas a
este modelo es que se establecen y surgen dentro
de un marco teórico, desarrollado en primera ins-
tancia por Freud y que ha sido ampliado por
numerosos autores posteriormente. La actividad
mental se observa bajo el prisma del desarrollo
psíquico infantil y de sus conflictos, ansiedades y
modos de adaptación a la realidad. Las técnicas
que abordaremos asumen que la relación en tre el
terapeuta y el paciente es el principal agente para
el cambio terapéutico . Desde esta rela ción se
intenta comp render y resolver lo que significa
para el paciente su propio problema.
PSICOANÁLISIS
El psicoanálisis ha ido más lejos que lo que el
propio Freud ( 191 O) consideraba a su inicio y hoy
es uno de los patrimonios culturales de la huma-
nidad . La amplia obra de Freud (24 tomos en la
Standard Edition inglesa) nos explica la aventura
intelectual y científica del genio vienés. Partiendo
TABLA 40-1 Comparacwn de los aspectos generales y más relevantes de los cuabv modelos -=--tes
Introducción a la psicopatología y la psiquiatría de psicoterapia
de las técnicas hipnóticas empleadas por Breuer
en el caso de Ana O, desarrolló un primer sistema
terapéutico donde la hipnosis pretendia ser el
arma que permitiera el acceso a los contenidos
inconscientes. En colaboración con Breuer apare-
cieron los Estudios sobre la histeria (Breuer y
Freud, 1893-1895). En esta época se explicaba la
histeria como el resultado de experiencias tra_u-
máticas de índole sexual sufridas durante la
infancia. Toles experiencias no podían ser recor,
dadas en condiciones normales, pero aparecían
de forma encubierta a través de los síntomas.
Impulsado por sus primeros descubrimientos,
freud inició su propio autoanálisis que le llevó a
la construcción de la teoría sobre el complejo de
Edipo y al uso técnico de la interpretación de los
sueños como via de acceso al material incons-
ciente. La publicación más importante de la épo-
ca es la conocida Interpretación de los sueños
(1900) . Asi es como se crea la primera técnica
psicoanalítica y la hipnosis es abandonada en
favor de la libre asociación de ideas, que consiste
en que el paciente diga todo cuanto se le ocurra
en el transcurso de la sesión analítica.
Freud siguió sus desarrollos técnicos y teóricos
hasta su muerte en 1939, dando paso a sus con-
cepciones sobre el aparato mental dividido en
tres estamentos: yo, superyó y el/o, animado por
las energías derivadas de las pulsiones de vida y
muerte, y que se desarrollaba a través de las dife-
rentes etapas del crecimiento infantil: oral, anal,
fálica y de latencia. A riivel técnico, el descubri-
miento de los fenómenos transferencia/es y de la
resistencia acabó de perfilar el primitivo método
psicoanalítico, dejándolo listo para configurar
una técnica estándar susceptible de modificacio-
nes, investigación, etc., pero establecida definiti-
vamente en sus elementos esenciales.
Técnica psicoanalítica
Los instrumentos de los que se nutre el psico-
análisis son ante todo verbales. Se basan en la
asociación libre por parte del paciente y el análisis
de la transferencia y la resistencia por parte del
analista.
El trabajo del terapeuta se efectúa mediante
tres instrumentos fundamentales : confrontacio-
nes, clarificaciones e interpretaciones.
La labor del paciente consiste en el cumpli-
miento de la regla fundamental, la asociación
libre, que es la mejor vía de com unicación del
material reprimido de la que dispone el paciente.
Incluye la narración de los sueños, de los que
Freud decía que era n la vía regia de acceso al
inco nsciente. El uso del diván facilita um, cierta
715
 717
711
Introducción a la psicopatologfa y la psiquiatría EDJ Psicoterapias dinámicas

deprivaclón sensorial que permite el trabajo de
asociación libre y evocación de fantasías; ade-
más, el analista queda fuera del campo percepti-
vo del paciente, y así ambos participantes pue-
den ser más libres en sus expresiones.
La tarea del analista se centra fundamentalmen-
te en la interpretación de la transferencia, el mejor
instrumento del análisis y a la vez el mayor obs-
táculo. La aclaración de las manifestaciones trans-
ferenciales conduce de forma inevitable a la apari-
ción de resistencias en el paciente. El tratamiento
las deberá enfrentar y superar. Técnicamente, la
actitud ambigua y neutra del psicoanalista, en
contraste con la frecuencia de las sesiones (4 o 5
por semana) y con su regularidad en cuanto al
tiempo de duración (habitualmente las sesiones
son de 45 o 50 min), facilita el proceso transferen-
cia! regresivo (neurosis transferencia/) y, por tanto,
la intensidad de los sentimientos durante el trata-
miento. El proceso de un psicoanálisis sigue las
evoluciones de la neurosis de transferencia, es
decir, la reproducción en el aquí y ahora con el
psicoanalista de toda una serie de vivencias psico-
lógicas del pasado del paciente. Esta actualización
de los conflictos que generan las dificultades y sín-
tomas del paciente puede ser ahora contemplada
con el analista a través de la relación real que pro-
porciona la alianza terapéutica, y de esta forma
superarse. Durante el curso del tratamiento, las
agradecimiento. Se llega así a la resolución de los
síntomas y de los conflictos infantiles, pudiendo
ahora el paciente seguir su desarrollo personal por
si mismo. Los criterios para la finalización de un
psicoanálisis pueden resumirse de la siguiente for-
ma (Echegoyen, 1986; Poch, 1994):
1. Liquidación de las resistencias, resolución de
la neurosis de transferencia y contacto más realis-
ta con el analista.
2. Desaparición de los síntomas, flexibilización
de las defensas, mayor contacto con la realidad,
mejor capacidad para soportar la frustración y
mejoramiento de la adaptabilidad social.
3. Clara mejora de las relaciones interpersona-
les, valoración de los efectos de la propia conduc-
ta sobre los demás y normalización de la vida psi-
cosexual.
El largo proceso psicoanalítico está dominado
por la transferencia del paciente, pero el analista
no puede zafarse de la contrapartida que de su
lado corresponde: la contratransjerencia. Se deno-
mina así al conjunto de reacciones del analista con
respecto a su paciente. El analista se ve obligado a
mantener un estrecho y constante contacto con
sus sentimientos y percepciones para no compro-
meter su trabajo. Debe con~ituir una •pantalla en
blanco• o un ,espejo•, donde el paciente pueda
proceso psicoanalítico de su paciente le produce.
Tornbién le hace posible ayudar a sus pacientes
de una forma prolongada y con tiempo indefini-
do, cuestión nada fácil. El psicoanálisis personal
permite enfrentar la contratransferencia con la
neutralidad necesaria y corno una herramienta
más para ayudar a comprender y descubrir la
estructura inconsciente del paciente.
Indicaciones del psicoanálisis
En líneas generales parece que su indicación
principal se encuentra entre las neurosis y los
trastornos de la personalidad, como ya se decía en
épocas de Freud. Sin embargo, la ambigüedad
con que se pueden usar algunos términos psi-
quiátricos hace más interesante que la indicación
para un tratamiento psicoanalítico sea consultada
con un experto en este campo.
Los criterios de indicación entre los psicoana-
listas no suelen·basarse tanto en los criterios diag-
nósticos de las clasificaciones al uso. Es necesario
un diagnóstico clínico individualizado y preciso.
Los factores indicados en la tabla 40-2 suelen ser
los más considerados (Ortiz-Quintana, 1994).
TABLA 40-2 Areas y elementos de evaluación para la ináicaclón del tratamiento psicoailalftico
Áreas de evaluación
Resultados del psicoanálisis
El propio Freud, en su trabajo Análisis termina-
ble o interminable (1936), se planteaba la cuestión
de si la curación obtenida en el curso de un análi-
sis era definitiva. Aunque la experiencia suele
demostrar que sí lo es, podrían haber quedado
por elaborar algunos aspectos inconscientes, que,
en condiciones especiales y de relevancia, po-
drían condicionar una recaída. El psicoanálisis no
es un recurso de eficacia infalible.
La valoración empírica de los resultados del
psicoanálisis es difícil, por la larga duración de los
tratamientos y porque los criterios de curación
son muy exigentes y difíciles de cuantificar
numéricamente. Otras psicoterapias psicodiná-
micas de duración más restringida constituyen
hoy en día la base de investigaciones empíricas
muy sólidas (Poch y Ávila, 1998).
Uno de los trabajos pioneros en intentar evaluar
los resulta dos del osicoanálisis es el trabajo de
Knight (1941 ). que recoge los resultados de unos
1.000 pacientes afectados de: psiconeurosis y tras-
tornos sexuales (534 pacientes), trastornos del
carácter (47 pacientes), neurosis y trastornos orgá-
Elementos que hay que evaluar

situaciones de insatisfacción que el sujeto vive •
normalmente suelen reproducirse de una manera
estereotipada en la relación con el terapeuta. Pau-
latinamente, la situación de conflicto que vive el
paciente en su cotidianeidad es reproducida en la
situación analítica, que en definitiva tiene un
carácter frustrante en tanto que no satisface otra
necesidad que la de obtener una mejor compren-
sión y la posibilidad de realizar cambios estructu-
rales de la personalidad. Estamos ante el desarro-
llo de lo que hemos llamado neurosis de transfe·
rencia. que habrá de ser resuelta gracjas a las
interpretaciones que el analista realiza de los fenó-
menos transferenciales. La resolución de·la neuro-
sis transferencia! señala el fin del análisis. El tra-
bajo continuo, minucioso, sesión tras sesión, de
repetición de las interpretaciones y de explora-
ción de las resistencias, hasta que el paciente pue-
de integrar todo ello en su conciencia, es el que
ocupa y consume la mayor parte del tiempo, no
sólo de la hora de sesión en el despacho del ana-
lista, sino a lo largo del tiempo entre sesiones, ya
que el paciente sigue elaborando su peculiar rela-
ción con el analista. Cuando esta relación transfe-
rencia! se ha elaborado suficientemente, desapa-
recen sus componentes más enfermizos o neuró-
ticos. dejando paso a una relación realista de
'ti
pr~yectarse y reflejarse sin que el reflejo se vea
alterado por los sentimientos, actitudes o escala
de valores del analista. La regla de abstinencia pres-
cribe a todo· analista la obligación de no satisfacer
sus necesidades con el paciente, a excepción de su
interés cientifico y sus honorarios. La rigurosidad .. ~·.
del tipo de relación que la investigación del in-
consciente del paciente impone puede quedar
suavizada por la alianza terapéutica. Se trata de la
i~
i:..~~
relación racional que une a paciente y terapeuta
en la tarea común del tratamiento, es decir, la rela-
~:tti
~;r:~s·
ción madura entre el yo adulto del sujeto y el ana-
lista. Esta situación anima al paciente a sentirse un
compañero cientifico del analista en el camino de
su propio psicoanálisis.
El analista necesita un marco, un encuadre de
trabajo (honorarios, horarios, vacaciones, despa-
cho, número de sesiones y su duración, etc.). Lo
denominamos encuadre externo. En contraparti-
da, para hacer frente a las vicisitudes del psico-
análisis de sus pacientes y a las de la contratrans-
ferencia que se va a desarrollar con cada uno de
ellos necesita lo que denominamos encuadre
interno. Con este concepto hacemos refere.ncia al
conjunto de capacidades internas que facultan
al analista para comprender y estar en disposi-
ción de observar dentro de si el impacto que el

'
 1
718
Introducción a la psicopatologfa y la psiquiatría J. EliJ Psicoterapias dinámicas 719

nicos (109 pacientes) y psicosis (151 pacientes). Weber, Bachrach y Solomon, 1985 y 1985a; TABLA 48-3 (Continuación)
Casi el 40 % de los casos experimentaron una Bachrach, Weber y Solomon, 1985).
curación o mejoría toral; un 30 % notaron mejo-
rías, aunque no rotales, o no notaron cambios rele-
vantes, y el 30 % restante abandonó el tratamien- PSICOTERAPIAS PSICOANALÍTICAS
to antes de los 6 meses de haberlo iniciado.
Otros estudios han seguido a éste. Se caracteri- La dilatada duración del psicoanálisis, las dificul-
zan por haber constituido proyectos muy costo- tades para prepararse como psicoanalista y las exi-
sos económicamente y en duración de tiempo. El gencias sociales de tratamientos más breves han
más famoso es el Proyecto de la Clínica Menninger. condicionado la aparición de formatos de psicote-
del que posteriormente derivaron multitud de rapia, que, basados en los principios teóricos y téc-
estudios en Estados Unidos, más focalizados y nicos del psicoanálisis, resultan de menor dura-
generalmente en un contexto de psicoterapia. ción, permiten una formación más abreviada y
Cabe citar los estudios de Luborsky y cols. (1975, pueden a~licarse en ámbitos pr¡vados y públicos, y
1984, 1985, 1986, 1988, 1991, etc.); los de Wal- en patologías más variadas, resultando también
lerstein y cols. (1956, 1986, 1989); los del grupo más económicos. Sin lugar a duda, uno de los
del Mount Sion Hospital, etc. (una descripción de- máximos logros de la psicoterapia psicoanalítica
tallada se puede encontrar en Investigación empí- es su aplicación dentro del seno de las institucio- _¡
rica en psicoterapia: un enfoque psicoanalítico. de nes públicas. Las adecuaciones de la técnica y las
Poch y Ávila, 1998). Posiblemente el Proyecto investigaciones clínicas para ampliar sus indicacio-
Columbia sea uno de los más actuales e interesan- nes han permitido su implantación social a través
tes. En sus publicaciones se exponen los resulta- del aparato de la sanidad pública.
dos obtenidos por una muestra de 700 pacientes Los beneficios que aportan estas técnicas son evi-
tratados con psicoanálisis y los obtenidos por dentes, aunque la proliferación de técnicas y tera-
otra muestra de 885 pacientes tratados con psi- peutas también ha sembrado cierta confusión.
coterapia psicoanalítica. Los pacientes de ambas Tradicionalmente se diferencian tres formas de
muestras fueron estudiados entre 1945 y 1971. psicoterapia de inspiración analítica: la de apoyo.
Sus resultados demuestran que los beneficios la breve y focal, y la psicoanalítica (también deno-
obtenidos con el psicoanálisis son muy altos, del minada de esclarecimiento, de insight dirigido,
orden del 70 %, y son mejores si el analista es expresiva o a largo plazo). Entre ellas puede
experto. En psicoterapia los beneficios también haber superposiciones, al igual que entre ellas y
son elevados, del orden de un 65 %. En ninguna el psicoanálisis. Con el propósito de ayudar a
circunstancia se dieron empeoramientos superio- esclarecer las diferencias y similitudes entre ti
1
res al 6 % (Weber, Solomon y Bachrach, 1985b; todas ellas se presenta la tabla 40-3.

TABLA 40-3 Principales semejanzas y diferencias entre los diversos tipos de psicoterapia psicoanalítica
individual y el psicoanálisis

,~~'.·;·c'-'•:·.-:oc''~ ~
(Continúa) '.,J., -~
\
 720
Psicoterapia psicoanalítica
También denominada a plazo indefinido.
expresiva o de insight dirigido, tiene como prin-
cipal objetivo lograr un equilibrio de la perso-
nalidad, con la resolución de los síntomas y de
la ansiedad (un texto básico es el de Coderch,
1987). Como el psicoanálisis, trata de potenciar
el insight hacia los núcleos fundamentales del
conflicto, lo que comporta el abordaje de sus
determinantes inconscientes. El trabajo del
terapeuta debe evitar el desarrollo sistemático
de la regresión transferencia! que se da en el
curso de un psicoanálisis. Las interpretaciones
de la relación transferencia! con el terapeuta
pueden ser usadas para mostrar al paciente
aquellos conflictos que se le repiten con otras
personas en su vida cotidiana. La relación tera-
péutica coma asi un cierto carácter pedagógico,
que es bastante útil para que no tome el carác-
ter ambiguo y regresivo del psicoanálisis tradi-
ciQnal.
Sus indicaciones son amplias, pues puede apli-
carse a todos los pacientes ambulatorios con tras-
romos de la personalidad o neuróticos. De hecho,
es una modificación de la técnica psicoanalítica
clásica que pretende hacer más accesible a la
población general sus beneficios. El tratamiento
finaliza en un plazo indeterminado de tiempo,
pero que no suele ser inferior a un año.
Psicoterapia de apoyo
Este término. de uso muy frecuente, a menudo
carece de contenido conceptual y práxico claro.
Pero es una técnica que requiere habilidad y
experiencia. Es de gran utilidad en muchas opor-
runidades.
Su principal objetivo es la atenuación de la
ansiedad. con la intención de que el paciente
pueda retornar a la situación previa a la crisis que
determinó la consulta. Además, se procurará que
ensaye nuevas conductas durante el tratamiento.
El papel del terapeuta es docente y directivo. Se
espera que el vínculo real con el terapeuta ejerza
también una influencia correctora. La duración
puede ser limitada o no serlo, según el tipo de
paciente de que se trate. Las entrevistas no tienen
por qué tener una regularidad establecida,
pudiéndose realizar a demanda del paciente o
cada 2 o 3 meses, aunque en momentos de crisis
pueden realizarse diaria o semanalmente. Suele
combinarse con tratamiento farmacológico que
ayuda a reíorzar el vinculo durante los intervalos
entre las visitas. Las interpretaciones sobre la
relación terapeuta-paciente deben ser evitadas,
Introducción a la psicopatolo¡¡ía y la psiquiatría
aunque, en ocasiones cuando el paciente la abor-
da directamente, debe ser interpretada para evi-
tar los efectos nocivos que la transferencia negati-
va puede producir.
Psicoterapias breves y focales
Tienen como fin tratar un problema concreto o
ayudar a afrontar un trauma importante en la
vida del sujeto (p. ej., preparación de un niño
para una intervención quirúrgica de cierta rele-
vancia).
Su origen debe buscarse en el propio Freud,
pues sus primeros tratamientos (Estudios sobre la
histeria, 1895) fueron psicoterapias de este tipo,
aunque él no se propusiera este objetivo. Su ver-
dadero pionero es S. Ferenczi (1923, 1925), con
un original trabajo de técnica psicoanalítica que
denominaba técnica activa y que pretendía un
acortamiento de la duración del tratamiento psi-
coanalítico estándar. En 1946, Fenichel, Alexan-
der y French (1946, 1954) crearon el Consejo de
Psicoterapia Breve de Chicago, organismo que
pretendía la investigación, formación y difusión
de la téc,,'-a ideada por ellos, convirtiéndose en
pioneros de un tipo de técnicas que han ido pro-
gresivamente en aumento tanto en Estados Uni-
dos como en Europa (Balint y otros, r961, 1972,
1973; Malan, 1963. 1976, 1979).
La tétnica' consiste en la Jocalización, que no
es otra cosa que la delimitación de un problema
nuclear para el sujeto. El tratamiento girará en
torno al abordaje-de ese núcleo concreto y espe-
cifico, permitiendo al paciente la toma de con-
ciencia emocional y la actualización. en el ,aquí
y ahora• dé la relación terapéutica y de los con-
flictos relacionales inconscientes organizados
alredor del foco elegido. El terapeuta debe man-
tener un papel muy activo evitando que el Joco
del tratamiento se extravíe entre los diferentes
conflictos del paciente. El periodo de tratamien-
to está delimitado desde un principio y la mayo-
ría de escuelas de psicoterapia breve suelen tra-
bajar entre 20 y 40 sesiones, aunque pueden
encontrarse tratamientos de menor o mayor
duración. · *
Los criterios de indicación varían de una escue-
la a otra, pero suele haber un cierto acuerdo en
considerar que un paciente adecuado para estas
técnicas presenta en general : capacidad para con-
tactar con la realidad y enfocar los conflictos;
motivación para el tratamiento y cualidades para
establecer una relación de trabajo realista con el
terapeuca; una cierta habilidad para contactar con
su vida psíquica, y unos problemas psicopatológi-
cos no excesivamente graves.
\
llDJ Psicoterapias dinámicas
Técnicas para el tratamiento
de las psicosis
A pesar de que Freud consideró que el trata-
miento analítico no era apto para ser aplicado a
este tipo de pacientes, estudios posteriores han
posibilitado el esclarecimiento de la transferencia
psicótica y, en consecuencia, la creación de técni-
cas terapéuticas especificas.
Son muy numerosos los autores comprometidos
en este tipo de trabajo, y sus investigaciones se
publican en las más prestigiosas revistas especiali-
zadas (lnternationaljoumal of Psychoanalysis. etc.).
Destacan los trabajos pioneros, aunque sólo teóri-
cos, de Freud (1911, 1914, 1938), luego han segui-
do un incontable número de autores como Lafor-
gue (1936), Abraham (1924), Fedem (1952), Klein
(1935, 1946). Fromm-Reichman (1943, 1950).
Rossen (1947), Bion (1957, 1959). Rosenfeld
(1965. 1987), Sega! (1950). Searles (1965) y Res-
nick (1988), y se podría seguir con nombres de
talla internacional como.jacobson, Mahler. Winni-
cott, Kohout, Folch, Corominas. etc. Las investiga-
ciones de estos autores tienen un rendimiento
paralelo en la clínica dé los trastornos menos seve-
ros, ya que permiten investigar núcleos de la per-
sonalidad que antes no resultaban accesibles al
tratamiento psicoanalítico convencional.
.La tarea resulta especialmente ardua y compleja,
de muy larga duración y con resultados limitados
en comparación a los esfuerzos requeridos. La for-
mación de los terapeutas en estas técnicas es com-
pleja y se necesitan capacidades pérsonales poco
frecuentes. Estos autores consiguen que la psicosis
pierda el mito de inaccesibilidad que la recluye fue-
ra de abordajes comprensivos. Los tratamientos no
ofrecen resultados curativos muy espectaculares,
pero mejoran la calidad de vida del paciente.
Técnicas para el tratamiento de la vejez
g De acuerdo con Coderch (1987), la terapia psi-
~ codinámica en ancianos puede lograr un alivio
: del sufrimiento, un buen nivel de insight y nuevas
.¡¡ pautas de relación interpersonal. Las dificultades
: con que se debe contar son: que las defensas son
0 rígidas y difíciles de desbloquear. que a esta edad
~e se han acumulado muchos duelos y hay otro en
! marcha que es el duelo por la propia vida, y que
io la relación transferencia! es compleja.
~
<.
z OTRAS TERAPIAS ANALÍTICAS
ui
o como extroversión. introversión, complejo. arqueti-
~
::¡ Abordamos aquí un apartado constituido por
o un grupo de t1fnicas que tradicionalmente se
consideran derivadas del psicoanálisis. Si bien
esto es cierto, su evolución las ha acercado más
al modelo humanista. To! es el caso de los cultu-
ralistas americanos. Incluso el análisis jungiano
puede considerarse hoy en día más próximo al
modelo transpersonal que al psicoanalítico. In-
cluimos estas técnicas en este apartado siguien-
do la tradición de numerosos textos que así lo
hacen.
Técnicas adlerianas
Adler se separó del psicoanálisis freudiano en
1911, momento en el que publicó: Cljtica de la
teoría sexualjreudiana de la vida psíquica. Se ins-
taló en Estados Unidos y allí creó escuela, donde
sus teorías y técnicas tienen aún una cierta rele-
vancia, si bien no así en nuestro entorno geográ-
fico. El método adleriano se centra fundamental-
mente en tratar de lograr una adaptación del
sujeto a su realidad habit· 1al y a sus valores. Más
que un método analítico se puede calificar de
método reeducador, donde el terapeuta asume
una actitud activa en la enseñanza y la educa-
ción del sujeto. La teoría de que la personalidad
está gobernada por el afán de poder y que de ahí
deriva el famoso complejo de inferioridad centra
las explicaciones de Adler (1927) acerca de la
patogenia de los trastornos mentales y su técnica
terapéutica, que trata de mostrar al paciente lo
equivoco de sus sentimientos de inferioridad y
desadaptación social, en definitiva .una forma
precoz de lo que luego han sido algunas técnicas
cognitivas.
Análisis jungiano
El sistema jungiano, o psicología profunda, es
desconocido casi por completo en nuestras laticu-
des. Recientemente con la progresión del modelo
transpersonal parece haber tomado una nueva
relevancia. Está más difundido en los países
anglosajones, Suiza e Italia. Su sistema psicológi-
co se dirige a la investigación de los planos cras-
cendentales del ser humano y sus raíces en lo
universal. Jung dice: •El inconsciente es naturale-
za, y la naturaleza nunca miente». Con ello Jung
quiere poner de manifiesto que existe un princi-
pio en el mundo que se remonta más allá de la
experiencia individual o de la historia material y
las determina.
Su teoría sobre la personalidad es compleja y
su obra vastísima, con términos tan conocidos
po e inconsciente colectivo. (Rojo. 1991). La ceoria
de Jung determina que su técnica considere el
722
tratamiento como un diálogo donde el terapeuta
ocupa el lugar de un compañero. de un modo
parecido al terapeuta existencial. La relevancia de
la transferencia y la interpretación de las proyec-
ciones del paciente sobre el terapeuta pierden
valor. al menos en el sentido del psicoanálisis clá-
sico. El analista jungiano suele tener un papel
bastante activo, proponiéndole al paciente dife-
rentes técnicas para la terapia como la imagina-
ción activa. El valor arquetípico de los símbolos
centra su obra y a través de la vida onírica se
logra la transformación del paciente, gracias a la
progresiva comprensión de los arquetipos, que
como tales conciernen a toda la humanidad (con-
cepto de inconsciente colectivo).
Neopsicoanálisis o psicoanálisis
culturalista
Esta tendencia deriva del psicoanálisis tradicio-
nal. Sus autores se caracterizan por haber tenido
un contacto prolongado con el psicoanálisis de
Freud y de sus discípulos en una primera etapa,
pero en un segundo momento se separaron de
los postulados y teorías fundamentales del psico-
análisis, ·creando un movimiento cuyo común
denominador era una preocupación por los fenó-
menos sociales y culturales de la época. El
inconsciente acabó siendo un aspecto secundario
para ellos y la técnica terapéutica se convirtió en
un encuentro humano donde la transferencia
perdía gran parte de su interés. En Estados Uni-
dos los autores más relevantes fueron E. Fromm
(1947) , K.. Horney (1939. 1950), H. S. Sullivan,
etc. En Europa destacan Caruso (1983). Laforgue.
Schultz-Henke, etc. En muchos casos los terapeu-
tas de esta corriente se acercan más a los tera-
peutas de tipo existencial y humanista, por un
lado. y a las técnicas conductuales, por otro.
La psicología humanista constituye lo que se ha
dado en llamar la tercera fuerza en psicología.
Prioriza en sus bases ideológicas: la experiencia,
los valores. las actitudes. los significados y el cre-
cimiento y desarrollo del ser humano en su totali-
dad. Emerge en la costa occidental estadouniden-
se durante los años sesenta, es decir, en la época
del «haz el amor y no la guerra•. de la revolución
de las flores. del movimiento hippy, del consumo
de drogas tipo marihuana y l.SD , etc.
En este modelo se agrupan autores teóricos
como Maslow. que aportan las bases ideológicas.
¼_ un muy amplio grupo de autores teórico-técni-
Introducción a la psicopatología y la psiquiatria
cos. que han diseñado sus técnicas para ser apli-
cadas en grupo o individualmente. Muchos de
ellos tuvieron un contacto más o menos dilatado
con el psicoanálisis convencional del que acaba-
ron por separarse, aunque conservando bastantes
enseñanzas de él. Podríamos decir que más que
un modelo teórico unitario es un movimiento que
agrupa a diferentes terapeutas con unas bases
ideológicas similares:
1. Raíces filosóficas basadas en las concepcio-
nes existencialistas de nuestro siglo (Heidegger,
Jaspers, Kierkegaard, Sartre, etc.). Enfrentamien-
to al reto vital y experiencia de malestar en el
seno de nuestra culturá occidental.
2. Concepto unitarista de mente-cuerpo, basado
en los descubrimientos de la medicina psicoso-
mática y el psicoanálisis que vienen a demostrar
la importancia de los factores psicológicos en el
funcionamiento corporal y viceversa.
3. Conc~pciones derivadas de la psicología gru-
pal o social, que han demostrado la importancia
de los fenómenos grupales en la evolución mental.
4. Valoración del individuo frente al medio
social homogeneizador. Enfrentamiento á ' los
valores estándar y tradicionales. Visión optimista
y esperanzada del ser humano.
5. Influencias del movimiento antipsiquiátrico,
principalmente de autores corno Laing. Cambio
en la concepción de la enfermedad mental, que
encuentra su patogenia en la sociedad.
La condición esencial que unifica todas estas
técnicas y deviene el alma común del grupo es el
encuentro mutuo entre el terapeuta y el cliente, en
el aquí y ahora del diálogo terapéutico. Se trata de
una alianza terapéutica entre dos seres humanos,
pero no de terapeuta a paciente ni de médico a
enfermo. ni tampoco de alumno a profesor.
Los métodos terapéuticos convencionales son
criticados en cuanto que sobreestiman la técni-
ca, impersonalizando al ser humano . y el pacien-
te se escotomiza. es algo calculado, manipulado,
analizado, etc. En consecuencia, lo importante
no es la técnica empleada, sino el terapeuta
como ser humano . Lo relevante no es lo que el
terapeuta hace. sino el contexto emocional y de
verdad donde transcurre el encuentro; por ello las
técnicas son secundarias. El terapeuta no señala
metas a conseguir, ni dirige, ni interpreta la
transferencia, ni se interesa por el pasado ni eva-
lúa a su cliente. Sencillamente, se trata de acep-
tar al cliente de manera incondicional y situar el
control dentro de él mismo y no en el terapeuta .
Existen diversas asociaciones ya sea por es-
pecialidades. por ejemplo, asociaciones de ges-
B!J Psicoterapias dinámicas
taltistas, o por gabinetes que agrupan a diferen-
tes especialistas en técnicas diferentes (rogeria-
nos, bioenergetistas, psicodramatistas, etc.).
Estas asociaciones, organizadas libremente,
suelen ofrecer tratamientos tipo grupo de
encuentro, de carácter más o menos intensivo,
principalmente durante los fines de semana.
En ellos se trata de proporcionar al sujeto nue-
vos caminos para capacitarse en acrecentar el
autoconocimiento y la capacidad para resolver
sus propios conflictos.
La indicación de este tipo de tratamientos
debe reservarse para individuos con problemas
en el área existencial, que no manifiesten pro-
blemas de tipo psicótico ni patología neurótica
o caracterial de cierta relevancia . Los trata-
mientos grupales pueden descompensar perso-
nalidades borderline o con rasgos psicóticos
compensados o encubiertos. Ya en -1972, Mor-
ton y cols. (1972), en un estudio sobre 17 gru-
pos de encuentro. hallaron que un 1O % de los
participantes sufrieron accidentes psiquiátricos
de cierta importancia , quedando en el_los un
conflicto psíquico permanente a raíz de sú asis-
tencia al grupo. Los lideres del grupo (terapeu-
tas) más agresivos y estimulantes reuníeron el
mayor porcentaje de accidentes de este tipo. La
formación de estos terapeutas empieza a tener
unas ciertas reglas en nuestro · medio, aunque
no son muy contrastadas.
Las diversas técnicas y autores que componen
este amplio grupo se pueden clasificar· en tres
grandes apartados (tabla 40-4). según ·depositen
el énfasis en uno de los siguientes centros de
interés:
1. Los aspectos filosófico-existenciales del ser
humano. Los autores centran sus intereses en
las técnicas verbales basadas en los princi-
pios de la filosofía existencial y en la experien-
g
~
§ TABLA 40-4 Clasificación de orientaciones, autores y técnicas del modelo humanista de psicoterapia
~
721
cia del encuentro psicoterapéutico en el aquí y
ahora.
2. Los aspectos corporales y somáticos del ser
humano. Estos autores se ocupan de los aspee•
tos somáticos .Y corporales de la comunicación
humana, sus métodos inciden más en la expre-
sión corporal que la verbal y su objetivo es la
abreacción y liberación emocional a través del
cuerpo.
3. Los aspectos trascendentales y espirituales del
ser humano. De hecho este grupo ya se ha desga-
jado de la psicología humanista, creando lo que
se ha dado en llamar la cuarta fuerza en psicote-
rapia; la psicoterapia transpersonal (v. ,Psicotera-
pia transpersonal•). ·
Veamos brevemente algunas de las aportacio-
nes que por su resonancia internacional creemos
insoslayables.
MASLOW
Es uno de los autores más representativos del
grupo. su obra es más teórica que técnica y trata
de realizar una aproximación entre las aportacio-
nes de Freud y el conductisrno.
Contrapone la enfermedad mental a la expe-
riencia de la autorrealización, que para poderse
dar necesita experiencias de integridad~ perfec-
ción, honestidad y confianza. Cuando estas nece-
sidades se frustran y no se pueden experienciar,
sobreviene la enfermedad. El paciente debe tener
experiencias de autorrealización en el curso de
una terapia para poder desarrollarse y crecer. Las
experiencias cumbre, que son momentos que apa-
recen en la vida de todas las personas en las que
el sujeto se siente satisfecho e intensamente feliz.
se suceden con tanta más frecuencia e intensidad
cuanta más autorrealización logra el sujeto.
\
 724
TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
La hipótesis central en el tipo de tratamiento
diseñado por C. R. Rogers (1951) se basa en una
sola premisa: codo individuo posee, en sí mismo,
importantes recursos para comprender su com-
portamiento. modificar su autoconcepto y sus
actitudes. y dirigir su conducta. Estos recursos
personales sólo pueden emerger en un clima ade-
cuado donde se facilite su aparición. Este clima
facilitador debe proporcionarlo el terapeuta a tra-
vés de las siguientes directrices:
1. Crear una relación con el cliente genuina,
real y congf1!ente.
2. Aceptar al cliente auténtica e incondicional-
mente. rechazando el enjuiciarlo.
3. Comprender al paciente empáticamente.
4. Mantener una gran cercanía con las propias
experiencias internas para poder conectar con las
del cliente (Rogers. 1957. 196 7) .
La técnica de Rogers se denomina no directiva ,
ya que el terapeuta no conduce el curso de la
terapia, ni da respuestas ni interpreta, escucha y,
parafraseando lo dicho por el cliente, intenta faci-
litar su autoconocimiento.
Este modelo de tratamiento se ha aplicado a
diversas situaciones: experiencias intensivas de
grupos de encuentro; situaciones educativas; con-
sejo matrimonial y vocacional. y terapia indivi-
dual. Su uso debe restringirse a las patologías
severas.
TERAPIA GESTALT
Desarrollada por F. S. Peris (1947. l 969), en
Sudáfrica y Estados Unidos en las décadas de los
años cincuenta y sesenta. es ampliamente usada
en nuestros días. quizá porque en su seno coexis-
ten elementos del psicoanálisis, como es la
expresión verbal altamente emocional de los con-
flictos intrapsiquicos: conductuales. como la aten-
ción a la conducta manifiesta , y humanistas.
como el crecimiento personal . el escape del
estrés, etc.
La técnica trata de capacitar al sujeto para
captar las sensaciones provenientes del cuerpo,
acentuar la necesidad de actuar sobre el refle-
xionar y apreciar cómo se sienten dichas accio-
nes, una vez realizadas. pero no al revés, como
se suele hacer, porque eso fomenta la sobrein-
teleccualización . Se invita al paciente a que
combine la experimentación con la introspec-
ción Durante el tratamiento el paciente debe
. \
Introducción a la psicopatología y la psiquiatrfa
representar teatralmente partes de sí mismo,
sus sueños, fantasías, etc. Las reglas básicas de
esta terapia son:
1. Principio del aquí y ahora. El paciente debe
hablar de sus sensaciones, sentimientos, etc. , en
el contexto actual.
2. Principio del yo y tú . Se trata de que el
paciente no olvide nunca al otro, que se persona-
liza en el tú. Por ello el paciente siempre debe
dirigir sus palabras a alguien en concreto.
3. Personalización del lenguaje. El paciente debe
ser el protagonista unitario de si mismo; por ello
su cuerpo debe formar parte siempre de su si
mismo.
4. .Comunicación directa. Las confrontaciones
interpersonales deben ser directas. y ha de evitar-
se hablar, en el grupo, de alguien con otro.
5. Las preguntas deben ser convertidas en ase-
veraciones por parte de quien las hace.
Las tareas que se realizan en el curso de una
terapia gestalt son múltiples (las denominan jue-
gos): representación teatral de sueños, cambios
de roles, conversación con cojines e integrantes
del grupo; yos auxiliares, silla caliente, etc. El
papel del terapeuta es muy activo para prescribir
las reglas descritas y conducir el tratamiento
hacia los eventos que cree más relevantes.
BIOENERGÉTICA
Técnica diseñada por Lowen (1958, 1975), dis-
cípulo de W Reich ( 1942). que también se ha
difundido ampliamente desde su creación en la
década de los años sesenta.
El tratamiento consiste en una serie de ejercicios
físicos que tratan de liberar la energía contenida
en la musculatura para que el sujeto pueda con-
cienciar sus conflictos. Tales ejercicios, que a
menudo suelen ser de posturas extremas y doloro-
sas (a veces se acompañan de vómitos, gritos, llan-
tos, etc.). desarman la coraza muscular y los nudos
emocionales que se han venido organizando en las
diversas partes del cuerpo. Para conocer.el tipo de
coraza caracterial que el sujeto ha desarrollado en
su cuerpo se necesita un diagnóstico corporal que
se realiza según una clasificación de cinco catego-
rías: a) masoquista; b) oral; c) rígido; d) psicópata, y
e) esquizoide. Las características físicas y sus corre-
latos psicológicos son bastante particulares y no
coinciden con los conceptos habituales que tene-
mos de estos términos. La lectura del cuerpo del
paciente proporciona un diagnóstico que lo ubica
en una o varias de estas categorías.
EriJ Psicoterapias dinámicas
ANALISIS TRANSACCIONAL
Técnica creada por E. Berne (1964), se sustenta
sobre una teoría general de la personalidad crea-
da por el mismo autor. Se caracteriza por el len-
guaje sencillo y fácil de aprender que se utiliza en
las explicaciones que se dan a los clientes. La teo-
ría, que también se explica a los pacientes previa-
mente a la realización de la terapia, considera la
personalidad dividida en tres partes, un yo niño,
un yo adulto y un yo parental. Se establecen «trans-
acciones• (relaciones) con los otros desde cada
una de estas partes y hacia una de esas mismas
partes de los demás. Las inadecuaciones de las
transacciones establecidas darían lugar a los tras-
tornos mentales.
La técnica consiste en la dramatización, en el
grupo, de estos tipos de relación con el fin de
poderlos concienciar y corregir. Se proponen una
serie de ,juegos• a desarrollar en el transcurso de
la sesión para ensayar y desarrollar nuevos tipos
de •transacciones• más beneficiosas. Terapeuta y
cliente analizan los tipos de •transacciones• efec-
tuadas.
Las indicaciones han quedado bastante limita-
das a los grupos de encuentro y al mundo de la
empresa. a pesar di que autores de esta técnica
la proponen para todo tipo de patologías.
PSICODRAMA
Técnica creada por Moreno (1946-1962) a prin-
cipios de nuestro siglo, ha venido siendo difundi-
da y usada por casi todos los modelos. El psico-
drama puede ser usado en instituciones psiquiá-
tricas clásicas, en los grupos de psicodrama
psicoanalítico, en los grupos de encuentro huma-
nistas, etc.
Para el autor, las dolencias del paciente recono-
cen su origen en la falta de expresividad. En con-
~ secuencia, la técnica trata de lograr esca expresi-
~§ vidad a través de la teatralización de los conflictos
~ del paciente, donde él mismo será uno de los pro-
,¡¡ tagonistas. Moreno usa un pequeño escenario,
j pero verdadero, con público y un director de
¡j escena, que es el terapeuta, que, además, propo-
~ ne el guión de la obra que se ha de representar.
~ En la obra se dramatizan situaciones y emocio-
! nes diversas, y los pacientes y ayudantes (tera-
~ peutas auxiliares) asumen los diferentes papeles.
.;. según la evolución y la~ directrices del director. La
1/Í
2 dramatización y la actuación escénica permiten
g la abreacción y la aparición de diversas emocio-
~ nes de una forma mucho más intensa que la sim-
ple expresión verbal. Los fines perseguidos por
g
\ ,,
72S
esta técnica son el aprendizaje por la experiencia
y un incremento del insight. Se ha usado en todo
tipo de pacientes y parece que combinada con
otros tratamientos da buenos resultados, incluso
en pacientes psicóticos.
ANALISIS EXISTENCIAL
La raíz de este tratamiento debe buscarse en
los autores existenciales de nuestro siglo y en sus
antecesores (Kierkegaard, Heidegger, Sartre. etc.).
Los autores más relevantes son Binswanger en
Europa, y R. May en Estados Unidos. Poco difun-
dido en Europa, tiene alguna vigencia en Gran
Bretaña. La mayoría de _los terapeutas de este tipo
de técnica provienen def mundo de las humani-
dades y la filosofía, reconvirtiéndose en psicote-
rapeutas después de su formación. Algunos de
ellos acaban recalando en el psicoanálisis con-
vencional, al que se parece po¡ compartir aspec-
tos teóricos y técnicos, y por su larga duración. El
terapeuta presenta un rol activo en la interacción
con el paciente. El objetivo no es otro que incre-
mentar la conciencia de sí mismo del paciente y
de su existencia para que ·1a·experimente en toda
su plenitud y realidad. Se trata de que el paciente
pueda recuperar el sentido de su continuidad
existencial.
La psicología transpersonal sustenta que el ser
humano se compone de cuerpo-mente-espíritu y
reconecta con las tradiciones religiosas y del her-
metismo. Intenta dar respuesta a la violencia, la
destructividad, la alienación y la robotización de
la sociedad actual. Lo transpersonal intenta salir
al paso de la división cartesiana de espíritu y
materia, que da lugar a la pérdida de los valores
espirituales y religiosos. extraviándose las guías y
conexiones con lo sublime (Almendro, 1995).
Este modelo sostiene que se logra la afirma-
ción personal a través de la experiencia trascen-
dental o transpersonal. El objetivo que se propo-
ne es ampliar la experiencia que el paciente tiene
de sí mismo a niveles cósmicos superiores. que le
permitan unificarse consigo mismo. con el resto
de seres humanos y con el universo. Este objetivo
se logra renunciando al yo individual a través de
la meditación, que consiste en introducirse en un
estado de relajación con la atención centrada en
alguna idea (p. ej .. un manera). Los logros en esta
práctica llevan al sujeto al estado de meditac1óri
trascendental , un 1,stado de síntesis espiritual
·t
 726
Introducción a la psicopatologfa y la psiquiatría
ampliable según unas estrictas técnica:s de auto-
ca, un capítulo aparte. Sus principal es antece-
disciplina y prácticas de desidentijicación.
dentes histórico s se hallan en los trabajos de
El terapeuta debe seguir el camino de la chama-
Ackerman ( 1958) y otros como J. E. Bell. Las pri-
nización (Almendro, 1995), es decir, debe seguir
mitivas observac iones de Ackerman apuntaba n
la vía iniciática, pasando por la propia enferme-
que a menudo la mejoría durante el tratamien to
dad, la crisis y el cambio, de tal manera que el
del hijo de una determin ada familia se seguía del
terapeuta tenga su propio camino para facilitárse-
desequilibrio de la pareja parental. Este hecho
lo al que le pide ayuda.
clínico indica la compleji dad de las relacione s
Los autores de este modelo son muy numero-
familiares. Éste ha sido el tema abordado por la
sos, muchos de ellos perteneci eron a la psicología
Escuela de Palo Alto, cuyos autores más destaca-
humanist a y progresivamente pasaron a formar
dos: Bateson. Satir. Haley y Jackson, entre· otros,
parte de este movimiento m.ás reciente. Sus gran-
estableci eron un modelo para compren der el sis-
des teóricos son Grof (1988, 1991}, Wilber (1988,
tema comunicativo interfamiliar que ha dado en
1990) y Tart (1990), entre otros.
llamarse teoría de la comunicación, base de lo
Los métodos usados recogen las iníluenci as de
que a nivel técnico conocern os corno terapia
Jung, de las religione s orientale s (Aurobin do,
familiar sistémica (Minuchin, 1974; Epstein y Bis-
Krisnamurti, etc.), del budismo , del zen, del cha-
hop, · 1981 ). Presupue stos básicos de estas teo-
manismo centroam ericano (Castane da, 197 4),
rías serían:
de las experien cias con psicodisl épticos y, en
definitiva. de todas las producci ones culturale s
l.. Todos los miembro s de la familia estáh inter-
que el racionali smo occident al ha dejado de relacionados.
lado. Aunque estos métodos puedan ser observa-
2. Las partes de la familia no pueden ser com-
dos con suspicacia, no cabe duda de que son ele-
prendida s aisladam ente del resto del sistema.
gidos por numeros os sujetos .que se enrolan en
3. El funcionamiento familiar no puede enten-
este tipo de prácticas, sobre todo en la sociedad derse po[ el conocimiento individual de cada una
de Estados Unidos, mostrand o su clara preferen- de las partes.
cia por ellas frente a las formas más tradicion a-
4. La estructura y organización familiares son
tes de psicoterapia. Cabe pregunta rse si existen factores determin antes en las conductas· de sus
nuevas terapias o simplem ente es que la patolo- miembro s.
gía ha cambiad o y los pacientes exigen fórmulas 5. Los factores de intercambio y relación del
adecuada s a esos cambios. sistema familiar moldean la conducta de sus
miembro s.
Las principales estrategias de abordaje son:
¡ . Modelo psicodinámico. El objetivo es aumen-
Cada una de las técnicas examinad as hasta el tar el insight familiar, elaborar las pérdidas fami-
momento tiene un marco de trabajo que le es
liares, mostrar los procesos proyectivos, mejorar
natural: el psicoanálisis nace en el marco del tra-
sus relaciones y promocionar el crecimiento indi-
tamiento individual, el psicodram a, en el del gru-
vidual y familiar.
po, etc. Todas las técnicas se han esforzado en 2 . Modelo de Bowen . Pretende diferenci ar a
ampliar sus marcos de trabajo naturales; por ello cada miembro de la familia, aumentar el funcio-
podernos encontra r técnicas grupales dentro del namiento cognitivo, al mismo tiempo que dismi-
modelo psicoanalítico o conductual, e individua- nuir la reactivid ad emocion al , y modificar las
les en técnicas que se aplican preferent emente a relaciones familiares .
grupos. Hay cuatro situaciones clínicas que han • 3. Modelo estructural. Trata de reorganizar la
impuesto modifica ciones técnicas y adecuaci o- estructura de la familia, permeabilizar la autoridad
nes o ampliaci ones de las teorías de origen para y buscar alternativas adaptativas a las dificultades.
poder ser atendida s: la terapia de familia. la de 4. Modelo estratégico. Centrándose en los pro-
pareja , la de grupo y la de niñ os. blemas presentes y concretos trata de interrum-
pir los circuitos y formas de comunica ción altera-
das y descritas por los inves tigadores de Palo
TERAPIA DE FAMILIA Alto .
5. Modelos conduccuales . Son un tipo de aborda-
La terapia ramili ar merece ría , por sus desarro- je altam ente organizado y estructurado, de esca-
ll os teó ricos y su importa ncia en la práctica clíni- \sa incidencia en los tratamientos de familia .
L
BiJ Psicoterapias dinámicas
En resumen , puede decirse que todas las técni-
cas apuntan a una madurac ión de la unidad
familiar, que debe proporcionar suficiente dife-
renciación e independ encia a sus miembros, ele-
vando la aceptación de las necesidades y limites
de los unos respecto de los otros, y también pro-
curará una mejoría en los sistemas comunicacio-
nales establecidos, de modo que los síntomas
sean innecesarios.
La terapia familiar, corno modelo de terapia
que es por si misma, tiene unas indicacio nes
amplias, cuyos límites están en las demanda s de
los pacientes y en la experiencia de los terapeu-
ta$. Se ha aplicado con buenos resultados a fami-
lias con pacientes de tipo psicótico y a familias
con trastornos psicosornáticos, toxicomanías, etc.
El ámbito de aplicación suele ser el de la medici-
na pública o el de las grandes instituciones, don-
de combinada con la asistencia individual y far-
macológica puede resultar de mucha ayuda.
TERAPIAS DE PAREJA
Son técnicas aparecidas para la atención de los
conflictos de las parejas desde el modelo psico-
analítico y desde los postulado s de la terapia
familiar sistémica. Autores y escuelas tratan de
delimitar las diferentes organizaciones psicopato-
lógicas de las parejas y diseñar estrategias técni-
cas para el abordaje de dichas psicopatologias
relacionales (Bobé y Pérez-Testor. 1994).
TERAPIAS DE GRUPO
La especialidad es tan amplia que sus publica-
ciones sobre técnicas y teorías del funcionamien-
to grupal ocupan tratados completos. En cual-
quiera de sus modalidades (psicoanalíticas, sisté-
micas. humanistas, etc.}, el objetivo es fomentar
s la salud mental de sus participantes, lo cual que-
i da posibilitado en la situación grupal, porque en
5 ella concurren
i una serie de factores facilitadores:
1~a 1. Se reedita la experiencia familiar originaria
de cada compone nte.
e 2. El grupo proporciona tranquilidad y protec-
! ción a sus miembros, al mismo tiempo que pro-
~ mueve ansiedades más intensas que las que se
} suelen dar en las relaciones .bipersonales o en la
.,: soledad. ' Se indica este tratamiento a pacientes con tras-
"' 3. El grupo suele facilitar la expresión verbal.
g 4. El sujeto es consciente de que goza de una
1o
oportunidad para reaprender a relacionarse con
los demás.
727
5. Se dan fenómenos de identificación rápidos
y complejos que facilitan la comprensión de los
demás y de las propias dificultades.
6. El grupo potencia al máximo todas las carac-
terísticas personales, tanto las más positivas
como las más negativas .
Los pioneros de esta técnica son Adler en Viena, a
principios de siglo, y Pratt en Estados Unidos, quien
descubrió la técnica casualmente al crear cursos
especializados para enfermos tuberculosos, en los
que observó que los que acudían a dichos cursos
recaían menos. Burrow, discípulo de Jung, aplicó los
conocimientos psicoanalíticos al grupo en Estados
Unidos. Slawson sistematizó una técnica en su Ira-
tado de psicoterapia grupal psicoanalítica en Nueva
York y Bierer lo hizo en Gran Bretaña. la historia de
la psicoterapia de grupo es extensa: Foulkes. Lewin,
Moreno y Schilder son orros de los múltiples autores
que han dejado su huella.
Los tipos de grupos, sus objetivos. sus indicacio-
nes y sus técnicas son múltiples, tantos como gru-
pos puedan pensarse: grupos de sensibfüzación
(madres embarazadas. maestros de escuelas espe-
ciales, etc.), grupos terapéuticos (psi.coticos institu-
cionalizados, pacientes psicosomáticos, etc.), gru-
pos de autoayuda (Alcohólicos Anónimos, etc.).
Coexisten diferentes sistemas para el tratamiento
de grupos en el modelo psicoanaíitico en la actuali-
dad. Bion (1961) inició en Gran Bretaña un sistema
de abordaje de grupos de militares. Poco a poco ela-
boró un complejo sistema teórico y práctico que
sigue desarrollándose en la actualidad · á través de
sus discípulos en todo el mundo. Pichón-Riviere
(Argentina) creó un modelo con numerosos segui-
dores en los medios hispanoparlantes. Foulkes
(1981) ideó un modelo que incorporaba elementos
de la sociología y la psicología de la gestalt. Se deno-
mina psicoanálisis de grupo a la técnica en que el
psicoanalista, ayudado a veces por asistentes, invita
a hablar libremente a los participantes entre ellos.
Con ello se verbalizan sueños, fantasías. historias
personales. etc., que acaban por constituir el deno-
minador común de las fantasías inconscientes del
grupo. aspecto sobre el que se dirigirán las interpre-
taciones del psicoanalista.
La psicoterapia de grupo, práctica mucho más
frecuente, se asemeja en lo esencial al psicoanáli-
sis grupal, pero su intensidad es menor: una se-
sión semanal por lo común, limite temporal prefi-
jado. papel más activo del terapeuta . etc.
tornos de tipo neurótico o de la personalidad, con
objetivos limitados a cierta reestructuración de la
personalidad y a la contención de los sintom~s y
la ansiedad Generalmente se suelen orga nizar
\
.
728
grupos por trastornos; los psicosomátic os en-
cuentran una indicación muy relevante. La sani-
dad pública y las grandes instituciones son los
medios de aplicación preferente. En nuestras lati-
tudes se ha aplicado esta técnica a grupos de
niños (Corominas y cols., 1996).
Una variante de los tratamientos grupales se ha
realizado mediante el psicodrama psicoanalítico ,
que une las aportaciones del psicodrama de
Moreno (1946-1962) con las teorías psicoanalíti-
cas. En Barcelona se realiza una variante conoci-
da como escenoterapia en la Fundación Vida! i
Barraquer de Barcelona.
TERAPIAS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Las terapias para niños y adolescentes son
otras de las grandes especialidades, con aporta-
ciones de todos los modelos e infinidad de técni-
cas. El juego y la expresividad plástica suelen ser
sus denominador es comunes.
Quizás el modelo psicoanalítico es el que ha rea-
lizado más aportaciones a este terreno. El lengua-
je no es habitualment e el mejor vehículo comuni-
cativo del niño; por ello las psicoterapias aplica-
das a la infancia se apoyan en la interpretación
del juego y el dibujo. Esta técnica fue descubierta
por M. Klein (1927, 1932) y sus discípulos en la
primera parte de nuestro siglo, al descubrir que el
juego en el niño era el equivalente de la asociación
libre del adulto.
El adolescente necesita también un tratamiento
diferenciado, es un ser entre el niño y el adulto , y
de esta particularidad emergen sus dificultades,
que no suelen ser triviales. Es clásico el trabajo de
Aberastury y Knobel (1962). donde se esquemati-
zan los núcleos de conflicto más habituales de los
adolescentes :
J . Estado de triple duelo mental; por los padres
de la infancia, por la identidad infantil y por el
cuerpo infantil.
2 . Tendencia a situaciones regresivas y a la
actuación de las dificultades internas.
3 . Cambios biopsicosocia les que fomentan
ansiedades muy intensas y sus correspondientes
defensas.
4 . Búsqueda de una nueva identidad.
Abordamos aqui un verdadero cajón de sastre.
Ci taremos una serie de técnicas, más o menos
usadas, pero que tien en una tradi ció n y han
Introducción a la psicopatología y la psiquiatrfa
ganado un puesto entre los tratamientos psicote-
rápicos. Algunas, como los métodos de relaja-
ción, son utilizadas en medios terapéuticos o no ,
y otras como el narcoanálisis, caído en desuso
desde hace tiempo, se emplean en medios un
tanto extravagantes o fraudulentos.
MÉTODOS DE RELAJACIÓN
No se trata de métodos de mucho alcance;
generalment e van destinados a disminuir mo-
mentáneame nte la ansiedad, o se usan para in-
troducir otra técnica. Son en definitiva técnicas
que no pretenden de por si ir a la raíz de los sín-
tomas, sino lograr su atenuación o desaparición.
Se basan en las sensaciones agradables que pro-
porcionan la distensión y relajación musculares,
que se contraponen a las desagradables origina-
das por la contractura muscular producida por la
ansiedad. Sus principales indicaciones son:
1. Tratamiento de los trastornos donde la ansie-
dad o el estrés son ia: manifestación principal:
trastornos por ansiedad generalizada, fobias, ten-
sión nerviosa, hiperactividad, somatizacion es
como las cefaleas tensionales, insomnio, hiper-
tensión arterial esencial, ciertas cardiopatías, etc.
2. Tratamie.nto coadyuvante de otros tratamien-
tos médicos, psicoterápicos y farmacológicos.
3. Como tratamiento preventivo para sujetos de
alto riesgo sometidos a niveles altos de estrés.
4. Como técnidl al alcance de toda la población
para mejorar la calidad de vida. Por ello se practi-
ca en los gimnasios, en la preparación al parto,
en programas de radio o televisión para enseñar-
lo a practicar en cualquier momento del dia, etc.
Los métodos más al uso son los siguientes:
Entrenamiento autógeno de Schultz
El paciente mediante su pensamiento y sus fan-
tasías trata de relajar cada una de las partes de su
cuerpo, de modo que el sistema nervioso central y
vegetativo aprendan, con cada sesión de ejerci-
cios, a lograr estados más avanzados de re-
lajación , que pueden llegar a alcanzar niveles bas-
tante profundos. Los ejercicios implican la sensa-
ción de relajación de la musculatura, con sensacio-
nes de peso y sus contrarias de livianidad, sensa-
cio nes de frio y calor, regulación del latido
ca rdiaco, de la respiración, etc. Esta técnica tiene
similitudes con algunas técnicas orientales, como
el yoga. Este método ha sido abreviado, modifica-
do y adaptado a numerosos contextos y por casi
\ \
El!J Psicoterapias dinámicas
todo tipo de terapeutas. Está indicado en pacientes
imaginativos y confiados en el terapeuta, pacien-
tes de edad avanzada o con dolor crónico, etc.
Método de Jacobson
Se pretende enseñar al sujeto a contraer y des-
contraer su musculatura miembro a miembro y en
cualquier momento del día. Seria el método de
elección de los terapeutas de conducta. Suele ser
apto para pacientes con cierta rigidez, concretos,
meticulosos y con escaso contacto afectivo con el
terapeuta, y también para sujetos jóvenes.
Hipnosis y sugestión
La hipnosis fue una técnica terapéutica de
gran importancia y no repetiremos aquí su histo-
ria ni que a través de ella se descubrieron las
modernas técnicas de psicoterapia como el psi-
coanálisis y sus derivados. En nuestros días no
parece tener una gran utilidad en los medios
profesionales, aunque se prodiga en los medios
teatrales y ferias. La teatralidad de los fenóme-
nos hipnóticos ha favorecido la aparición de
toda suerte de feriantes que tratan de explotar la
credulidad y sugestibilidad de Jas gentes. No hay
técnica psicocerápica actual que no pueda obte-
ner l~s mismos resultados que la hipnosis y sin
~u aparatosa teatralidad. Los fenómenos del
trance hipnótico son superponibles a los de cual-
quier estado disociativo, aunque durante la
sesión éstos están controlados por el terapeuta
(Stockvis y Montserrat-Esteve, 1967). Se usa
principalmente como método catártico y de des-
carga emocional, aunque también puede ser un
medio para promover la toma de conciencia. No
es más que una técnica basada en la sugestión ,
fenómeno que merecería dedicar un mayor es-
pacio y un tratamiento menos despectivo. La su-
gestión se basa, en determinadas circunstan-
' cias, en la relación autoritaria que se puede esca-
§ blecer entre el terapeuta y el paciente. Los méto-
: dos sugestivos son útiles en el alivio de la ansie-
.g dad y los síntomas de ella derivados. No se le
! suele aceptar valor terapéutico alguno, aunque,
} en algunas ocasiones, se le reconozca alguna uti-
~ lidad (Rowley, 1986).
-[ Algunas variantes de la hipnosis serian:
j I. Hipnoanálisis . Se trata de una especie de
.,: análisis practicado du1rante el trance hipnótico
¡
en
""'
(Lidner).
2. Ensueño dirigido. Método similar al anterior,
pero aquí el terapeuta, durante el trance, introdu-
o ce imágenes arquetípicas con el fin de facilitar la
729
ensoñación y realizar el posterior análisis simbó-
lico (Desoille, 1974).
3. Narcoanálisis. Se administran fármacos por
vía intravenosa (tipo hipnóticos de corta dura-
ción), introduciendo al paciente en una somno-
lencia que facilita que pueda contar todo lo que
reprime (recuerda algo las drogas de la verdad de
las películas de espías).
4. Curas de sueño. Sencillamente se hace dor-
IT)ir al paciente unas horas o unos días, etc.
LABORTERAPIA, TERAPIA OCUPACIONAL
YTERAPIA POR El ARTE
Todas las culturas subrayan el valor terapéutico
del trabajo. Ya en las instituciones ·nosocomiales
árabes del siglo xv se encuentran·indicaciones de
este tipo de uso del trabajo. En nuestro siglo, una
vez introducidos los tratamientos farmacológicos,
muchos pacientes se vieron liberados de las gran-
des trabas de su enfermedad y la· laborcerapia se
abrió camino en los grandes ceneros psiquiátri-
cos. Ahora la técnica se ha depurado y ampliado
a muchas áreas, y el trabajo puede ser. artístico,
de talleres de hobbys, expresivo, eté. El objetivo
último de escas técnicas es la promoción de la sa-
lud. ayudando al sujeto a organizarse para la con-
vivencia social, con unos deberes. unos derechos
y unas responsabilidades, tratando que el pacien-
te no se refugie en el hacinamiento y el empobre-
cimiento al que suele recurrir en el curso de la
enfermedad. El terapeuta ocupacional trata de
mejorar los hábitos del paciente, su socialización,
la vuelta al empleo, etc. En último término, la
terapia ocupacional, como cualquier otra, debe
tratar de la reintegración del sujeto a la comuni-
dad en las mejores condiciones posibles. Para un
aprovechamiento de este tipo de trabajo debe
contarse con recursos sociales amplios: hospita-
les de día, pisos asistidos, talleres protegidos, etc.
Las indicaciones de esta terapia son principal-
mente los pacientes psicóticos crónicos y defi-
cientes mentales.
La terapia por el arte suele ser uno de los com-
ponentes de los talleres ocupacionales a los 'que
nos referimos. La expresión artística tiene un
componente catártico y expresivo que suele pro-
porcionar alivio al suje10 . La ansiedad puede
cobrar un significado a través de la obra, que,
además, ayuda al control de los impulsos. La
expresión artística es una forma de vehiculación
de la relación terapéutica, alivia los síntomas Y
reequilibra los sistemas de adaptación a la reali-
dad del paciente. Las indicaciones son múltiples.
Tradicionalmente se aplica a l~s pacientes psicóti-

730
cos institucionalizados o a talleres de creatividad.
Puede considerarse una forma particular de
laborterapia y aplicarse a niños, grupos con dife-
rentes trastornos, incluso leves, co.xicomanias,
presos, etc.
OTRAS MODALIDADES
Seria imposible citar codas las técnicas a las
que se les atribuye algún mérito psicoterapéuti-
l co. Con mejor o peor criterio se encuentran en el
mercado y la población las consume. Citemos a
modo de ejemplo algunas : la biblioterapia, o tera-
pia por la lectura de textos que explican determi-
nados ejercicios para afrontar determinados tras-
tornos; la musicoterapia, o terapia por la música,
de amplia aplicación a todo tipo de pacien tes
desde personas estresadas a psicóticos crónicos;
la cromoterapia, terapia por los colores;-la aromo-
terapia, terapia por los aromas ; el ejercicio, por su
liberación de endorfinas; la meditación, por sus
componentes de relajación, etc.
Hace unos años. en la anterior edición de este
libro no se incorporó todavía esca sección, porque
el movimiento asociacionisca de psicoterapeutas
estaba en plena eclosión. Podemos decir que en
este lapso de tiempo la situación está bastante
consolidada. El movimiento asociacionisca nace
en diversas comunidades y países según la tradi-
ción particular de cada lugar geográfico. Con el
proyecto de la Unión Europea y su progre siva
implantación se inicia en Europa una inquietud
por regular los criterios que definen la formación
de psicoterapeutas y las necesarias acreditacio-
nes para ejercer como tales y poder disfrutar de
las leyes de la Unión Europea para la libre circula-
ción de profesi onales. La Sociedad Holandesa de
Psicoterapia convocó en 1990 una conferencia
para constituir la Asociación Europea de Psicotera-
pia (EAPJ. Ello propició la creación de federacio-
nes nacionales que agrupaban a psicocerapeucas
y las asociaciones preexistentes. En España se
creó. en 1992, lo que hoy en día se conoce como
Federación Española de Asociaciones de Psicotera-
pia (FEAPJ . Los criterios que ésta estable ce para
formar se como terapeuta son los siguient es
(FEAP, 1997):
1. Estudios de origen: poseer una titulación de
rango universitario; las li cenciaturas en psicología
Introducción a la psicopatología y la psiquiatría
o medicina y cirugía son muy adecuadas, siem-
pre que se ·hayan cursad o asignat uras clínicas
durante la licenciatura.
2. Estudios teóricos durante la formación: 400
horas de cursos teóricos, que se repartirán entre
materias teóricas y técnicas.
3 . Estudios c/ínico-práxicos durante la forma-
ción: 500 sesiones de tratami ento conduc idas
directa mente por el estudia nte y superv isadas
por un experto en la técnica reconocido por las
asociaciones pertinentes.
4. Duración mínima de la formación: los semina-
rios teóricos se realizarán en no menos de 3 años
y las supervisiones de casos en no menos de
2 años.
5. Necesida_d de tratamiento personal: que han
de regular las diferentes secciones (psicoanalíti-
ca, conduccual, sistémica, etc.)
También han surgido asociaciones y federacio-
nes organizadas según la especialidad. El caso
más relevante es el de la Federación Europea para
la Psicoterapia Psicoanalítica en el Sector Público
(EFPP). fundada .en 1990, que engloba asociacio-
nes de todos los países de la Unión Europea. La
organización españo la es la AEPP (Asociación
Española de Psicoterapia Psicoanalítica), que coor-
dina las diferentes sociedades de las Autonomías
españolas; en Cataluña, la asociación se conoce
como ACP (Associació catalana de Psicoterapeu-
tes). fundada en 1987. Escas asociaciones nacen
como resultado de una amplia tradición en el ejer-
cicio profesional en el terreno de las variantes téc-
nicas del psicoanálisis y de su fuerte implantación
en las instituciones públicas en salud mental. La
experiencia de años y las fuertes exigencias asu-
midas durante la forma ción de este tipo de espe-
cialistas han contrastado con la bisoñez de
muchos terapeutas de otras orientaciones que se
agrupan en corno de las asociaciones más amplias
e inespecificas como la propia FEAP. La AEPP ya
ha organizado cinco congresos internacionales y
cuenca con unos órganos de gobierno federativos
y locales que gozan de una extraordinaria y ágil
capacidad organizativa, que promueve la forma-
ción de las primeras generaciones de especialistas
bajo las directrices comunes de sus estatutos.
FORMACIÓN DEL TERAPEUTA
PSICOANALÍTICO
Conseguir formars e como terapeuta psicoanalí-
tico no es tarea fá cil. Aquel que quiera seguir esca
especia lidad debe estar dispuesto a investigar en
su propio.psiquismo. Por esta razón el tratamien-
731
E1iJ Psicoterapias dinámicas
tia una correlación inversa entre psicoterapia y
to psicoanalítico personal es imprescindible, no
curació n de síntom as: a más psicote rapia,
sólo beneficia al terapeuta, sino que la compren-
menos mejorí a. Un despro pósito de tamañ a
sión de sus conflictos redunda en favor de sus
magnitud removió centen ares de publicaciones
pacientes, ya que tiene una experiencia personal
y estudios empíri cos demos trando que no era
que le permit e acercarse a la de su pacien te y
así o que sólo era asi para el psicoanálisis, pero
puede diferenciar mejor sus ansiedades de las de
no para el conduc tismo. Lo que sí resultaba cier-
su cliente. Haber camina do un trecho en los sen-
to eran la relativa escase z de estudio s que inten-
deros del incons ciente permit e asir con más
taran cuantificar sus resultados y las dificultades
seguridad la mano de nuestro angustiado y asus-
para realiza r dicha cuantif icación . En 1975,
tado paciente.
Luborsky y cols. (1975) lograro n realiza r una
El segund o requisito de la formac ión en la
revisión de estudios con método s cuantitativos
especialidad es el trabajo de estudio de las obras
teóricas y técnicas del psicoanálisis y las psicote-
que vino a demos trar que diferentes técnicas
resultaban efectivas. Este estado de opinión fue
rapias especificas.
imponi éndose hasta que dos trabajos acabar on
En tercer fugar, cuando el terapeuta cuenta con
por ratificarlo. El primer o de ellos fue un traba-
un bagaje de experie ncia clínica general (haber
jo clínico realizado en la Universidad de Temple
asistido a un centro de prácticas clínicas donde
(Sloane y cols., 1975). En él se compa raba la te-
haya podido familiarizarse con todo tipo de pa-
rapia psicoanalítica y la conduc tual, llegándose a
cientes y patologías, conoce r fa clínica infantil,
la conclusión de que tanto una como otra obte- .
maneja r con soltura labores diagnósticas, tener
nian similares resultados, y éstos eran mejore s
experiencia en fa conducción de primer as entre-
que la situación de los pacien tes que no habían
vistas, etc.), podrá iniciar el trabajo terapéutico
bajo la continua supervisión de un experto en fa
recibido tratami ento (grupo control). Los efectos
materia. benéficos del tratam iento se manten ían a lo lar-
Los Jugares en que se ha de realizar este tipo go del tiempo en ambos casos. El segund o tra-
de formación son diversos, aunqu e no todos bajo fue de tipo estadís tico, con metodolc;>gias
duras como las técnicas metaanalíticas. Smith y
ellos ofrecen las garantí as que deberí an por la
cols. (1980) , despué s de estudia r 475 estudio s
falta de una ley de especialidades a nivel estatal.
Este déficit está bien resuelto en la formación de de resultados de psicote rapia y de contabilizar y
tratar estadís ticame nte 1. 766 magni tudes de
psicoanalistas, que se realiza a través de los Insti-
miles de person as en tratam ientos de diferen tes
tutos de Psicoanálisis que las socied ades psico-
tipos, conclu yeron que las diversa s formas de
analiticas de cada pais o ciudad crean para este
psicote rapia produc ían resulta dos positiv os (el .
cometido. Estas sociedades se encuen tran aso-
sujeto medio, tratado psicot erapéu ticame nte,
ciadas entre si en una organización interna cional
mejora ba más que el 80 % de los sujetos no tra-
fundada por Freud, conocida como Intemational
tados) y las distinta s técnica s eran similar es en
Psychoanalytic Association ([PAJ. La formac ión
los grados de mejoría que rendían .
como psicoterapeuca anda algo más fragmenta-
Estos resulta dos hiciero n que la comun idad
da, pero actualm ente la EFPP (European Federa-
científica implic ada en estas investi gacion es
tion for Psicoanalytic Psychotherapy) y sus socie-
empez ara a estudia r los factores comunes quepo-
dades compo nentes española (AEPP) y catalan a
dían identificar y justificar la similitud de resulta-
(ACP), de las.que dimos referencia antes, garanti-
zan unos estánd ares comun es de formación para dos. Hasta la actuali dad, la investigación se ha
'
desarrollado con amplitud, creánd ose una Socie-
" sus asociados y alumnos.
§
da_d para lá Investigación en Psicoterapia, que ha
e creado su propia publicación de aparición trimes-
~ INVESTIGACIÓN EMPÍRICA tral , PsychotheraT')' Research. y celebra sus con-
1
e
Y FACTORES COMUNES gresos con regularidad cada año desde 1990.
Las lineas actuales de investigación se centran
-¡;;
-[ Se atribuye a Eysenk ( 1952) la paterni dad del en los estudios de los procesos terapéuticos, es
interés por la investi gación empíri ca de los decir, aquello que ocurre en el seno de un trata-
8
~ resultados de la psicoterapia; ello no es
cierto, miento y justifica su efectividad. y tambié n en los
~ pues la tradición de la investigación se
remon ta tratamientos específicos para patologías específi-
Ferenczi y Rank (1923), Fenichel cas. Los avances en la compu tación permit en la
2 a autores como
:il (1930). Knight (1941). •etc. Quizá la patern idad creación de enorm es bancos de datos que posibi-
~ de aquél fuera sólo la de organiz ar escánd alos litan el tratam ienw de grande s cantid ades de
::;
o seudocientificos. Proponía dicho autor que
exis- información derivad as de los tratam ientos. Los
\
732
inconveniente s de este tipo de investigacione s se
encuentran en la lentitud de sus registros, los
grandes recursos materiales y humanos que se
deben emplear y la intromisión que los sistemas
de registro videográficos o magnetofónic os im-
ponen .
Factores comunes en las psicoterapias
Los resultados de las investigacione s que veni-
mos citando reforzaron las ideas preexistentes de
que las diferentes técnicas de psicoterapia com-
partían elementos comunes (Rosénzweig, 1936).
Todas las psicoterapias tienen unos rasgos co-
munes:
1. Es una relación confidencial, cargada emo-
cionalmente con intensa esperanza de ayuda.
2 . Se acepta un método terapéutico , el pro-
puesto por el terapeuta, como vehículo de la cura.
3. Proporciona nueva información al paciente
en forma de consejos, autodescubri miento y
ejemplo .
4 . Se viven, durante su transcurso , experien-
cias de alivio, reequilibrio y éxito .
Quizás el autor más citado en el terreno de los
factores comunes es Frank (1961 , 1982). aunque
en sus · trabajos no refrenda sus hipótesis de · Alexander, F. . y French, T:: · Psychoanalytic therapy.
manera empírica. Según este autor, con una inne-
gable lógica. toda psicoterapia proporciona cua-
tro componentes :
1. Relación emocional intensa de confianza
con el terapeuta.
2 . Ambiente de cura (encuadre espacio-tempo -
ral donde tiene lugar el tratamiento).
3 . Un esquema racional , una teoría que explica
los síntomas y trastornos del paciente.
4 . Un procedimiento terapéutico concreto.
Este autor enfatiza que el poder curativo de las
terapias radica en la relación terapéutica. es decir. en
el tipo de vínculo que establecen paciente y terapeu- Balint, M.: Ortstein , P. H., y Balint, E.: Psicoterapia
ta. algo que ha sido establecido empíricament e en
los estudios de I..uborsky y cols. (1985. 1988).
Es obvio, por lo que se ha dicho. que todas las
terapias comparten elementos comunes. pero sus
diferencias son evidentes y seria absurdo minimi-
zarlas, aunque determinados enfoques eclécticos y
de integración de psicoterapias tratan de hacerlo
(Guidano y Uotti, 1983; Mahoney, 1991 ; Feixas.
199 3) no sin serias dificultades.
En conclusión, podemos afirmar que todas
p sicoterapias tienen unos elementos que las ase-
mejan y otros que las diferencian de mane-
Introducción a la psicopatologfa y la psiquiatrfa
ra insoslayable. Todas buscan el cambio de la
persona ya sea comportamen tal o psíquico; por
ello comparten resultados similares en cuanto
a la efectividad . No existe una técnica o modelo
ideal, aunque determinados tipos de trastornos
requieren diferentes abordajes. El ingrediente
principal para el éxito de un tratamiento parece
radicar en la buena relación entre el terapeuta y
su paciente.
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