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La Catrina y el Carmelo

Obra para teatro de títeres y objetos.


Autora: Ada J. Dorrego.
Parte 1: El no lugar
(Es un espacio indefinido y geométrico, de atmósfera fría y sombría. Entre la oscuridad
surge una gran estrella de luz. Flota hasta que estalla y de la explosión aparece Carmelo,
un niño con rulos que está en cuatro patas y apoya brazos y la frente contra una de las
cajas). CARMELO: Ciento noventa y siete, ciento noventa y ocho, ciento noventa y nueve y
ciento noventaycien, punto y coma ¡el que no se escondió se embroma!
(Carmelo busca por el espacio. Está todo oscuro a su alrededor. Se refriega los ojos).
CARMELO: Uh, que chucho todo se puso muy oscuro y frescucho
¿Dónde se habrán metido?… Juanucho Manuelucho… Luluch…
Aaaaaaahhh, ¿Se están haciendo los vivos? ya sé lo que voy a hacer… (Carmelo prueba
hacer dos voces y juega como si fuera él y uno de sus amigos (Carmelo 2)). CARMELO: “¡Te
vi!, ¡te vi! Ahí estás Juanucho, pica, pica, pica. CARMELO 2: Voy a llegar primero y salvaré a
todos mis compañeros. CARMELO: A que te gano, vas a tener que darte por vencido.
CARMELO 2: Lero lero, no me atrapa. CARMELO: Te tengo, nunca vas a llegar a tocar ese
eeeh árbol. (Forcejea en un juego de voces, quejidos y tironeos con él mismo).
CARMELO 2: Piedra libre para mí y para todos mis compañeros. CARMELO: Nooooo,
quiero la revancha. CARMELO 2: Salgan chicos, vamos ya los liberé.
(Silencio) CARMELO 2: ¡Piedra libre para mí y para todos mis compañeros!
(Silencio) CARMELO: Juanucho, Manuelucho, Lulucho que chucho, ufa.
(Se oye un estruendo y un grito agudo que se acerca. La Catrina cae con un golpe seco y se
incorpora quejumbrosa. Es un esqueleto de melena rubia, lleva ruleros y algunos andrajos
de ropa, se soba por el dolor del golpe. Es coqueta).
CATRINA: Ayayayaaayyyy O acá abajo está cada vez más duro y más bajo,
o allá arriba cada vez más alto y más blando. (Se acomoda los huesos, el pelo, la ropa. en
la llegada ha perdido una pierna y la busca. La pierna llega volando y Carmelo la
encuentra, husmea para descubrir de dónde ha venido. Se produce un juego de encuentro
y desencuentro. Carmelo y Catrina se olfatean y buscan hasta que ella lo descubre por sus
rulos. Catrina y Carmelo al verse dan un grito de espanto y salen corriendo en direcciones
opuestas). CATRINA: ¿Qué es esto, una planta? (Catrina le toca los rulos a Carmelo) ¡Ay
niño que me vas a matar de un susto! (Cuenta respiraciones para calmarse) inspiro,
exhalo, OHMMMM… Bueno, matar, matar, jajaja, por decirle de alguna forma. ¿Qué
escondes ahí? CARMELO: ¡Ay! ¡Perdón! Tome (Carmelo le arroja la pierna y se cubre) fue
sin querer, me la encontré, no me haga nada. La Catrina engancha la pierna a su esqueleto

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