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Los ectoparásitos son artrópodos o helmintos que infestan la piel de otros animales de los que

obtienen su sustento y abrigo. Se pueden encontrar bajo la piel del hospedador o adherirse superfi
cialmente a la misma por medio de sus piezas bucales. Estos organismos lesionan a sus
hospedadores por medio de traumatismo directo, reacción de hipersensibilidad o inoculación de
toxinas y sustancias patógenas. Los ectoparásitos principales con importancia médica son los
arácnidos (incluyendo ácaros y garrapatas), insectos (incluyendo piojos, pulgas y moscas),
pentastómidos (gusanos de la lengua) y sanguijuelas. Los artrópodos también producen lesiones
en el ser humano por medio de contactos breves en los que ingieren sangre o se intentan
defender por medio de mordedura, picadura o inoculación de veneno. Diversos arácnidos (arañas,
escorpiones), insectos (abejas, avispas, avispones, hormigas, moscas, chinches, orugas y
escarabajos), milpiés y ciempiés producen lesiones de esta manera, al igual que ciertos
ectoparásitos de animales, como las garrapatas, los ácaros picadores y las pulgas. En Estados
Unidos, anualmente fallecen más personas por picaduras de artrópodos que por mordedura de
serpientes venenosas.

ESCABIOSIS El ácaro de la escabiosis (sarna) en humanos, Sarcoptes scabiei, es causa frecuente de


dermatosis pruriginosa que afecta a cerca de 300 millones de personas en todo el mundo. Las
hembras grávidas del parásito, que miden en promedio 0.3 mm de longitud, perforan de forma
superfi cial, por debajo del estrato córneo y en esa zona depositan tres huevos o menos al día. En
dos semanas maduran las ninfas, que emergen en forma de adultos en la superfi cie de la piel, en
la que se aparean y la invaden de nuevo, en el mismo hospedador o en otros. La transferencia de
hembras recién fertilizadas de una persona a otra surge con el contacto íntimo y es facilitado por
el hacinamiento, la mala higiene y múltiples compañeros sexuales. Por lo general, los ácaros
mueren aproximadamente en un día si no están en contacto con el hospedador. Por esto, es poco
frecuente la transmisión por compartir ropa o artículos personales contaminados. En Estados
Unidos, la escabiosis o sarna puede ser la causa de hasta 5% de consultas a los dermatólogos. Se
observan brotes en asilos, instituciones psiquiátricas y hospitales

El prurito y la erupción que surgen con la escabiosis son producto de una reacción de
sensibilización dirigida contra las excretas que el ácaro deposita en los surcos cutáneos. La
infestación inicial puede no generar síntomas incluso durante seis semanas y la reinfestación
origina una reacción de hipersensibilidad casi inmediatamente. Los surcos quedan rodeados de infi
ltrados de eosinófi los, linfocitos e histiocitos y en sitios remotos aparece más tarde una reacción
de hipersensibilidad generalizada. Los mecanismos inmunitarios y el rascado limitan muchas de las
infestaciones a menos de 15 ácaros por persona. La hiperinfestación por miles de ácaros,
situaciónconocida como sarna noruega o costrosa, puede ser consecuencia de la corticoterapia,
inmunodefi ciencia y enfermedades neurológicas y psiquiátricas que limitan el prurito y el rascado.

El prurito intenso empeora por la noche y después de un baño con agua tibia. Puede ser difícil la
localización de los típicos surcos, porque son escasos y pueden ser disimulados por las
excoriaciones. Asumen la forma de líneas oscuras onduladas en la epidermis y miden incluso 15
mm. Las lesiones aparecen más a menudo en la cara palmar, pliegues interdigitales, codos o en el
pene. En estos sitios y en los pliegues cutáneos inframamarios y alrededor de ombligo, axilas, línea
de la cintura, glúteos, mitad superior de muslos y escroto, surgen pequeñas pápulas y vesículas
acompañadas a menudo de placas, pústulas o nódulos eccematosos. Excepto en lactantes, la
escabiosis no afecta la cara, el cuero cabelludo, el cuello, las palmas de las manos y las plantas de
los pies. La sarna costrosa se asemeja a la psoriasis en cuanto a signos como el típico eritema
diseminado, costras queratósicas gruesas, exfoliación y distrofi a de uñas. En la sarna costrosa no
se identifi can los surcos característicos y no hay prurito, aunque es muy contagiosa y puede ser la
causa de brotes de escabiosis clásica en los hospitales.

Hay que pensar en escabiosis en individuos con prurito y lesiones polimórfi cas simétricas de la
piel en sitios característicos, en particular si hay el antecedente de contacto hogareño con un
enfermo. Habrá que buscar los surcos y abrirlos con una aguja o bisturí estériles y examinar con
microscopio las raspaduras en busca del ácaro, sus huevos y sus heces esféricas. También se
puede confi rmar el diagnóstico por medio de biopsia, obtenido por raspado de las lesiones
papulovesiculosas y la inspección microscópica de una cinta adhesiva transparente colocada sobre
las lesiones y desprendida de ellas. En caso de no identifi car ácaros o sus productos, el diagnóstico
se basa en la sintomatología inicial y los datos de la anamnesis. No es raro diagnosticar
erróneamente como sarna otras dermatosis.

La permetrina en crema (5%) es menos tóxica que los preparados de lindano a 1% y es efi caz
contra ácaros que resisten a este último escabicida. Los productos escabicidas se aplican en capa fi
na, pero en forma completa en la zona retroauricular y desde el cuello hacia abajo, después de un
baño y se eliminan 8 h después con jabón y agua. El tratamiento satisfactorio de la sarna costrosa
requiere la aplicación preliminar de un queratolítico como el ácido salicílico a 6% y después los
escabicidas en el cuero cabelludo, la cara y las orejas. Se necesita a veces repetir los tratamientos
o usar en forma seriada distintos fármacos. La U.S. Food and Drug Administration (FDA) no ha
aprobado la ivermectina para cualquier forma de escabiosis, pero una sola dosis ingerida de 200
μg/kg combate efi cazmente la enfermedad en personas por lo demás sanas; los individuos con
sarna costrosa necesitan a veces dos dosis con un intervalo de una a dos semanas.

Aunque la infestación por escabiosis tratada de manera efi caz pierde su capacidad infectante al
cabo de un día, con frecuencia el prurito y el eritema secundario a hipersensibilidad persisten
durante semanas o meses. La repetición innecesaria del tratamiento puede provocar una
dermatitis por contacto. Los antihistamínicos, salicilatos y loción de calamina alivian el prurito
durante el tratamiento, mientras que los glucocorticoides por vía tópica son útiles para el prurito
que reaparece después de un tratamiento efi caz. Para prevenir las nuevas infestaciones, es
necesario lavar con agua caliente la ropa de cama y la de vestir, secarla con calor intenso o
plancharse en caliente y se debe realizar el tratamiento en las personas que conviven con el
paciente incluso sin síntomas.

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