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D'ALBORA
- Bachiller, abogado y doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
Nacional de La Plata.
- Miembro titular de los Institutos Iberoamericano y Panamericano de Derecho Pro-
cesal.
FRANCISCO J. D’ALBORA
Código
Procesal Penal
de la Nación
Anotado. Comentado. Concordado
ISBN 978-950-20-2272-7
ISBN 978-950-20-2272-7
© D’Albora, Francisco J.
© AbeledoPerrot S.A.
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Buenos Aires - Argentina
Nicolás F. D’Albora
Buenos Aires, junio de 2011
PROEMIO A LA PRIMERA EDICIÓN
1
Barcelona, 1947, ps. XXXI/XXXII.
2
Palacio, Derecho procesal civil, t. I, Buenos Aires, 1967, p. 74
3
Morello, “El moderno derecho procesal”, LL del 10/5/1993, con cita del fallo de la CS, del
5/3/1991, causa “Balbi”.
XII PROEMIO A LA PRIMERA EDICIÓN
4
Conf. Robles Fernández, presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona, LL Actualidad,
del 13/8/1992.
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
Quizás pueda tenerse por cierto la afirmación de los más destacados proce-
salistas penales argentinos al sostener que esta disciplina —en la mayoría de los
casos— no supera la mera exégesis.
Sin embargo la aceptación que ha tenido este trabajo me obligó a su actualiza-
ción y a someterlo, una vez más, a la consideración de colegas y estudiantes.
Como siempre, mi reconocimiento a la doctora Mariana Sica por su eficaz
ayuda. También a Mariel Lorenzo, por su inalterable tolerancia, y a Héctor Domingo
Palacio D’Albora —mi nieto—, quien para colaborar en la lectura de la impresión,
debió resignar horas de su descanso.
Es muy grato comprobar que este trabajo haya encontrado la buena acogida
que trasunta la necesidad de esta nueva aparición. En este caso la realidad superó,
con creces, la expectativa más optimista al momento de publicarse por primera vez.
La mayor satisfacción lograda por el ya acotado valor de la tarea la propor-
cionó el Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba, conforme podrá
verificarlo el lector cuando se discurre sobre el art. 393, pues su sala Penal muestra
su coincidencia con la comprensión de un tópico muy discutido entre nosotros.
Como siempre, se impone expresar mi gratitud para con la doctora Mariana
Patricia Sica, la habitual colaboradora Mariel Eugenia Lorenzo, a Mariángeles Ar-
magnague, a la doctora María Paula Marisi y a Héctor Domingo Palacio D’Albora.
Nicolás F. D’Albora
Buenos Aires, junio de 2005
SOBRE LA OCTAVA EDICIÓN
Nicolás F. D’Albora
Buenos Aires, mayo de 2009
ABREVIATURAS USADAS
NOTA
Cada vez que se cita un artículo sin referencia, corresponde al CPP.
LIBRO 1
DISPOSICIONES GENERALES
nales federales y otro a la de una provincia (arts. 5", 121 y 122, CN), no puede haber
acumulación ni siquiera por razones de conexidad (arts. 21,42, p á x lo,y 43). En tal
supuesto, los procesos se tramitan por separado, sin peguicio de que en su momento
las sentencias condenatorias deban unificarse (art. 58, CP; art. 21, CPP) y sólo se
establece un régimen de prelación para el juzgamiento (arts. 19 y 20, CPP)
La expresa mención de las comisiones especiales obedece a la ingrata expe-
riencia de nuestro pasado histórico que las conoció; aunque no son creación local,
porque durante la Inquisición europea las hubo permanentes e incluso subsistieron
en Francia después de la Revolución de 1789.
Esto no impide que, por la complejidad de la vida moderna, adunada a cierta
peculiaridad en determinadas actividades estatales (Aduana, BCRA), el legislador se
vea en la necesidad de reconocer funciones jurisdiccionales a órganos administrati-
vos; empero, en la medida en que estén comprometidosderechos subjetivos públicos
-sobre todo la libertad personal o la propiedad-, resulta imprescindible establecer
una instancia judicial útil9; así, las resoluciones del presidente del Banco Central
fueron, en un primer tiempo, recurribles ante la CNPE y ahora lo son ante los jueces
del mismo fuero en lo que atañe a infracciones al régimen penal c a m b i a r i ~ ~ ~ .
Este criterio lo ha expresado la Corte Suprema afirmando que semejantes deci-
siones deben ser sometidas a controljudicial suficiente, aunque jamás precisó en qué
consiste dicho control y si basta el recurso extraordinario regulado por los arts. 14 de
la ley 48 y 6'de la ley 4055, o es menester el tránsito anterior por alguna otra instancia
ordinaria. Y aunque el recurso de amparo no permite cuestionar el ejercicio de estas
atribuciones legales, tampoco es posible sancionar sin sumario previo y sin escuchar
los descargos del imputado, pues ello implica arrogarse la facultad de imponerlas de
manera automática". Empero, la mera concesión del recurso con efecto devolutivo,
en el ámbito de la repartición administrativa, no excluye la ulterior aplicación de la
ley procesal penal -art. 442-, lo cual no descarta el efecto suspensivo cuando se
concreta el reclamo judicial y siempre quedaría a salvo la queja -art. 476-12. Así,
en materia de faltas municipales, antes de la reforma de la CN en 1994 (art. 129, id.),
consideró que, al no integrar los miembros que conformaban sus órganos el PJN, sus
decisiones no tenían el carácter de sentencia definitiva en los términos del art. 14 de
la ley 48. En dicha circunstancia era atinado acudir al régimen establecido por la ley
orgánica municipal de la Ciudad de Buenos Aires, con el fin de obtener la sentencia
definitiva --en este caso del fuero en lo civil de la Capital- para que quede habili-
tada dicha vía por agotamiento de las impugnaciones ordinariasI3.
La Ley de Tránsito 24.449 contiene dos normas, en apariencia contradictorias,
n materia recursiva; por un lado su art. 69, inc. b), autoriza a los jueces locales
..con competencia penal y contravencional..." a aplicar las sanciones; por otro,
art. 74 estatuye que los recursos serán resueltos por "...los tribunales del Poder
Judicial competente...", lo cual no alteraba el sentido de los criterios imperantes con
dad dc rciunir ante la Cniaia N.+cii,iisl d e .\veln<i<inc5zn l o C'it 11 iIs> 24 44'9i". J \ .lsl 19 2 lYY7, p.
7. En contra Losa, Justicia municipal ps. 153 y SS.,y 1771178.
L.,
nota de Morello, "La presunción de inocencia ante las dificultades en materia de prueba, en el proceso
penal", allí marca, con acierto, que no se trata de un garantismo excesivo sino de evitar que las personas
y la sociedad sean vencidas por la sin razón.
'I CNCP, sala 1, BJ nio. 5, p. 26.
m.1 O A R A ~ T ~ AFUNDAMENTALES,
S MTERPRBTACIÓNY APLICACIÓN DE LA LE
CNCP, sala 11, JA del 511112003, p. 35; TCP Bs. As., sala 111, "Laino", del 21212006, RDP,
exisNexis, 712006, p. 1421.
'' CS, "Morales, Carlos A,", disidencia, consid. 10, párr. 2', JA 1996.11- 522.
'' CNCP, sala 11, JA 1995-1-616.
'' Juzg. Correc. nro. 2 Córdoba, LLC 1990-806.
?@MAIER,Derecho..., t. 1-B, p. 368, n. 401.
11991, f. 89.787; id. ED 143-112, f. 43.550; id., DJ 1999-1-
La Corte Suprema decidió que debía concederse una extradición si el tipo penal
aplicado por el juez argentino no capta totalmente los episodios valorados por el ex-
tranjero atento a la falta de identidad entre ambos objetos procesalesG5.Es imposible
duplicar la persecución por una fracción del mismo suceso, al extremo de que si, con
posterioridad, resulta que la decisión fue equivocada -tanto en el hecho como en la
calificación-, es inaceptable aseverar que no se agotó totalmente el objeto del pro- -
cesoG6.Por eso, si la absolución no tuvo por causa un obrar del procesado, sino que
se debe a la contradictoria conducta asumida por el MP en el proceso, éste no puede
manipular el primer juicio para evitar una posible absolución y mantener abierta la
chance de otro al mismo imputado; la garantía contra el múltiple juzgamiento prote-
ge cuando es el Estado quien origina errores6?.
Condenado por tenencia ilegítima de arma de guerra, con la que cometió el robo,
no cabe absolver en relación con el encubrimiento, atribuido a raíz de la adquisición
o recibo del armaG8.En cambio, resulta improcedente considerar esta afectación a
través del proceso cumplido por tenencia de estupefacientes, cuando el imputado
fue condenado con anterioridad por privación ilegítima de la libertad en concurso
real con robo calificado, pues si bien se tomó a la acción de someter a la víctima al
consumo de droga como circunstancia agravante, se trata de delitos ajenosG9.
En cuanto al título de la persecución, hay que partir de si el tribunal tenía com-
petencia para examinar el hecho conforme todas las calificaciones posibles, aspecto
que cobra relevancia en los episodios perseguibles por acción pública o privada,
como podía suceder entonces con el desacato y también con la calumnia. Aquí, un
pronunciamiento desincriminador sobre un suceso que configuraba desacato -ac-
ción pública- no cegaba la facultad del ofendido -acción privada- para promo-
ver otro proceso por ~alumnia'~. Por eso no compartimos el criterio del fallo de la
CS antes citado.
La autoridad de la cosa juzgada constituye uno de los principios esenciales en
que se funda la seguridad jurídica y debe respetarse salvo los casos en que no haya
existido un auténtico y verdadero proceso judicial, puesto que aquélla supone la
existencia de un juicio regular donde se ha garantizado el contradictorio y fallado
libremente por los jueces7'. Se le violaría si se fracciona una acción por la naturaleza
de los objetos robados -federales, nacionales o comunes-; para evitarlo se asigna
el conociiniento de la causa a la justicia federal72.
Con acierto, se Iia declarado la inconstitucionalidad del art. 189 bis, segundo
párrafo final, en cuanto agrava la conducta del imputado cuando registra anteceden-
tes oenalesn5.
Conf. comentario al art. 343, acápite 1, "Cosa juzgada", y art. 8", pto. 4,
CADHS6.
Con estricta justeza se ha sostenido que la revalorización -al momento de
mensurar la pena- de elementos contenidos abstractamente en el tipo penal aplica-
do, constituye una flagrante violació~~ al ne bis in idemn7,aunque si pueden tenerse
en cuenta circunstancias accidentales que hacen a la mayor o menor gravedad del
deliton8.La CS declaró la inconstitucionalidad de la reclusión por tiempo indetermi-
nado (art. 52, CP) por resultar contraria al principio de prohibición de persecución
penal múltiplen9.
La CNCP, sala 1, considera que la imposición de astreintes en sede civil no
impide la sustanciación de un proceso peualbor el delito de desobediencia (art. 239,
CP'190.
La nulidad de un procedimiento sin absolver al acusado no empece a su ulte-
rior sometimiento a procesog'. Almeyra tiene algunos reparos sobre el acierto del
i'allo y recuerda a Carriij. quien excluye los supuestos en que la iiivalidez se genere
en la desidia de quien ejerció la pretcnsiijii punitiva5?.1.n vez, la C'CC'. sala VI, con-
sidera que la nuiidad dé la indagatoria -advertida al dictar sentencia- empece a
retrotraer el proceso y corresponde absolver al imputadog3.
El error judicial no opera en contra del imputado; por eso, si se dictó sobresei-
iniento con base en la investigación sobre el mismo hecho en otra jurisdicción, pese
al pedido fiscal de archivo, dicho error no puede perjudicar al acusado, habilitando
la continuación de otro proceso por el inismo episodio, aunque se busque evitar
que un mismo supuesto fuese investigado por dos t r i b ~ n a l e s En
~ ~ .importante disi-
dencia, el juez Argüello de la CIDH amerita que cualesquiera sean los vicios.de un
proceso, conducen a su anulación, pero no a la a b ~ o l u c i ó n ~ ~ .
El rigor con que debe aplicarse el principio quedó reflejado cuando se anuló el
llamado a ampliar la indagatoria, en razón de que el imputado había sido procesado
y condenado por el mismo hecho y la ineficacia no podía salvarse ni aun con el
fundamento de que fUe llamado con el fin de salvaguardar plenamente sus dere-
chos, convocado con todas las formalidades y garantias que rodean a tal actividad
procesal, pues mediaba identidad de la persona perseguida, del objeto de la perse-
cución y de su causag6.
89 Fallos 329:3680.
LLdel2711211999, f. 99.760.
96 CCC, sala V, "Trillo, Carlos A.", DJ 2000-3-1120, f. 16.322, o JAdel 171112000, p. 58.
.2 GA&NT~AS FUNDAMENTALES, ~NTERPRETACI~N
Y AAPLICACIÓN
DE LA LE
a) Interpretación restrictiva
La primera oración tiene un neto carácter procesal e impide extender los su-
puestos en que se deniega la libertad provisoria más allá de lo que la ley establece
(art. 3 19). Tampoco pueden restringirse las facultades otorgadas a las partes y de-
fensores, en especial en el Titulo IV del Libro 1, ni ampliar los casos de "sanciones
procesales" enderezadas a corregir los vicios alojados en los elementos esenciales de
los distintos actos que conforman el procedimiento (Capítulo VII, Título V, Libro 1)
por vía de nulidad, inadmisibilidad y caducidad, que son los motivos de invalidez
recogidos por el Código (ver art. 170), más allá del acierto técnico'OS.
González Novillo y Figueroa estiman acorde con esta limitación no "...exigir
una motivación en el acto de producirse una instancia impugnativa...", tesitura esta
que califican de exceso ritual "...porque una vez radicados los autos en la Cámara, se
abre una fase de fundamentación mediante la exposición de los argumentos en pro de
la impugnación"; con énfasis aceptan el criterio consistente en la simple indicación
de "...las partes del dispositivo de la resolución que le causa agravio"'". Al comentar
el art. 438 exponemos nuestra discrepancia en procura de asegurar que, al realizarse
la audiencia prevista por el art. 454, la parte apelada esté en condiciones de respon-
der, en forma plena, a las razones del agravio del apelante y también porque pare-
cieran confundirse fundamentos y motivos. Opinión similar a aquélla en OrgeiraIo7.
La interpretación restrictiva alcanza a las reglas de conducta contempladas en el
art. 27 bis, CP -al aplicar la suspensión del proceso a prueba- atento al estado de
inocencia inherente a todo individuo antes de que se lo condene por sentencia firmeloa.
Debe destacarse que hay autorizadas discrepancias en doctrina en cuanto a la
naturaleza de las denominadas "sanciones procesales". Mientras Soler consideta que
el distingo entre derecho penal y derecho procesal penal puede tomar como referen-
cia que la sanción procesal más característica es la nulidad "reposición al statu quo
ante"'" -tesis recogida en parte por Zaffaroni"O-, en la teoría del derecho proce-
sal no siempre es aceptado. Así Palacio, cuando descarta la utilidad de las diversas
formulaciones enderezadas a explicar la naturaleza del proceso, desecha la de la
relación jurídica; para ello aduce que la nulidad se explica, sin necesidad de acudir a
aquélla, por una simple razón de lógica normativa en cuya virtud la invalidez de un
acto procesal produce la de los actos con~ecutivos~~'. Por su parte Maier, al reíktar
que las normas procesales tengan carácter obligatorio, afirma que el concepto de
nulidad es totalmente neutro, sin representar de por sí perjuicio o beneficio, sino una
'" "' a especificación de los motivos al interpoiier recursos. (Ante el predominio'de una interpre-
tación jurispmdencial equivocada)", JA 1993-11-1009.
'O8 CFCap., sala 11, JA 1998-IV-528.
' O 9 Derecho..., t. 1, p. 3.
"'Función...,p. 131.
"'CS, Fallos 306:1459.
"'CREUS,Invalidez...,p. 45.
"*CS, Fallos 293:378; 307:1114.
CS, Fallos 308:1392.
"'C. Acus. Córdoba, LLC 1987-696.
"'CNCP, salal], RJ, nro. 1, ps. 15122; i d , id,DJ 2000-2-242, f. 15.502.
18 GARANT~ASFUNDAMENTALES, INTERPRETACI~NY APLICACI~NOE LA LEY M. 3
CCC, sala 1, LL del 2611011998, f. 98.008, o DJ 1999-1-392, f. 13.796; id., id., DI 2000-1-
742, f. 15.156; CNCP, sala 111, JA 2002-1-777, con nota de VALERGA ARAOZ (h), "Sobreseimiento por
duda", quien considera válido sobreseer frente a semejante situación si es insupembh.
lz9 CNCP, sala 1, DJ 2000-3-600, f. 16.117, o ED del 211712000, f. 50.189, o LL del 221912000,
ción de memoriales en sustitución del informe oral exigido por los arts. 535 -antes
de la reforma operada por ley 22.383- y 538 del Código derogado.
La acordada 3611994 del 1/6/1994 dictada por la Corte Suprema delegó en la
CNCP el ejercicio de la superintendencia sobre el fuero penal con asiento en esta ciu-
dad y la facultó para que a su vez, lo hiciera en las cámaras de apelaciones del distrito
(art. 3", inc. 16, ley 24.050). Por acordada 5194 del 8/6/1994, la CNCP a su vez, con- -
firió la superintendencia y derivó tal función en las cámaras de apelaciones, tribuna-
les orales y juzgados de ejecución de la Capital Federal; en cuanto a las cámaras de
apelaciones radicadas en el interior del país, decidió lo mismo, con lo cual convalidó
lo que venían haciendo hasta entonces. Por acordada 411995 de la CS se asignó a los
tribunales orales con asiento en provincia atribuciones para otorgar licencia a los jue-
ces que los integran -cuando no excedan de 90 días- y funcionarios y empleados
bajo su dependencia, con lo que viene a modificar la 3611994. La acordada 511995
de la CS determinó que la supenntendencia de la CNCP se cumple sobre su propio
personal y el de los tribunales orales ubicados en la Capital Federal y los Juzgados
Nacionales de ejecución penal, con lo cual le privó de ejercerla sobre las cámaras.
Estas reglamentaciones deberán ser adaptadas conforme a la creación de la CNCCC
(ley 26.371).
Dice Falcón que el dec. 276811991 al observar la ley 24.050 limitó esta activi-
dad, aunque ahora el art. 91, ley 24.12 1, vuelve a ree~tablecerla~~~.
Plausible dispositivo impuesto para las notificaciones por cédula resulta del
acuerdo de superintendencia de la CNPE. A raíz de un reclamo del Colegio Público
de Abogados impuso la remisión, junto con la cédula, de copia integra y autenticada
de lo resuelto; sostiene que tal vía posibilitará "...un mejor desempeño en el ejercicio
profesional, con el objeto de garantizar el derecho de defensa en juicio ..."'40. Para
coincidir con el acierto basta apuntar que los recursos exigen indicar los motivos en
que se basen (art. 438) y la única manera de cubrir la exigencia es conocer los fun-
damentos de lo resuelto en su totalidad.
Con dudoso acierto, la CCC, sala 1, por mayona, entiende que por aplicación
del art. 200 del Reglamento de la CCC, corresponde entender obligatoriamente ha-
bilitada la feria judicial; por ende, los plazos legales deben correr también para las
partes sin necesidad de resolución expresa; el Dr Donna, en minoría, remite al art.
162 y concluye que debe mediar habilitación expresa, pues, de lo contrario, el plazo
sólo corre a partir de la finalización de a q ~ é l l a ' ~ ' .
TITULO
11
ACC~ÓNPENAL
'" Un criterio similar, aunque no idéntico: ST Córdoba, sala Penal, LLC 1984-1243.
'" Del 5/5/1997, "Villar, Julio M. sirec. de casación", c. 1129, reg. 1539.
a) Generalidades
En razón de los intereses afectados por el delito, el Estado crea ciertos orga-
nismos con la finalidad de iniciar el proceso penal. Cuando en este Código se trata
la llamada "acción penal pública" -rectius acción procesal- ejercitable por el Mi-
nisterio Fiscal --denominación un tanto desusada, pues en la moderna legislación -
se prefiere "Ministerio Público"- se indica la que debe promover con exclusividad
(arts. 180, 188 y 195); en ciertos casos se admite que sea también propuesta por un
órgano judicial (arís. 252,371, 390 y 401, último párrafo).
La promoción del proceso constituye un deber para el MP instituido por el
art. 120, CN, luego de la reforma de la Ley Suprema cumplida en el año 1994, como
"...un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera, que tie-
ne por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad, de los
intereses generales de la sociedad, en coordinación con las deinás autoridades de la
República. Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor ge-
neral de la Nación y los demás miembros que la ley establezca. Sus miembros gozan
de inmunidades funcionales e intangibilidad de remuneraciones". Su ley orgánica se
sancionó el 11/3/1998y lleva el número 24.946 (BO del 23/3/1998), Las previsiones
atingentes al ejercicio de la acción penal pública se alojan en los arts. 25, inc. c), 26,
párr. 2", 29,33, páni 1: incs. b), d), e) y l), 35, inc. a), 36, 37, incs. a) y b), 40, incs.
a), b) y c), 45, inc. c) y 48.
Ver art. 120, CN, y su análisis en el Titulo IV, Capítulo 1.
La CN no opta por ningún sistema regulador de la persecución penal. Es el art.
71, CP -"Deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales, con excepción de
las siguientes: lo Las que dependieren de instancia privada; 2' Las acciones priva-
das'-, donde se inserta el principio de legalidad al determinar que, ante la mera
hipótesis de configuración de un delito, el Estado pone en movimiento la reacción
oficial para obtener su castigo.
Como ha dicho Levene (h), en sentido técnico "...la iniciación a que se hace
referencia quiere significar 'obligatoriedad'..."'". Lo expuesto implica desechar el
principio de oportunidad, aceptado en otros ordenamiento~'~~ originado en la impo-
sibilidad material de perseguir todos los hechos con apariencia d e l i ~ t i v a 'Sin
~ ~ .em-
bargo, el giro "...excepto en los casos expresamente previstos por la ley..." no
desecha la eventual adopción de aquél, pues supone que el legislador sólo ha tenido
presente, por ejemplo, los obstáculos fundados en privilegio constitucional (arts. 8'
y 189 a 192)i47.Se ha creído ver instaurado el principio de oportunidad ante dispo-
siciones como la del art. 14, ley 23.771 -régimen penal tributario-, que permitía
al infractor el fenecimiento de la acción cumpliendo ciertos requisitos, aunque sin
afectar la inevitabilidad del proceso, si bien en desmedro del principio de irretrac-
tabilidad'48.Dicho arbitrio no es expresión cabal de oportunidad, pues su adopción
requiere la iniciativa del Ministerio Público -órgano oficial de la persecución a
quien incumbiría concretar éste- y no al particular interesado, tal como lo establece
'" LEVENE,Códigos..., t. 1, p. 85.
MAIER,La ordenanza..., ps. 125, 132.
'M'Ver OuvrÑn, "La discrecionalidad del Ministerio Público Fiscal en la elección del tipo legal",
LL Actualidad del 221911992, y MONTOYA, "Sobre la discrecionalidad del procurador fiscal de los Es-
tados Unidos de AmBrica", LLActualidad del 1611211993.
'" Los arts. 189 a 191 fueron derogados por ley 25.320.
'" CF San Martin, sala 1, LL del 26/6/1996, f. 94.423.
24 ACCIÓN PENAL Art. 5
el art. 64, CP. Su adopción integra una política general de El art. 16, ley
24.769 -que,derogó a la ley 23.771-, mantiene un régimen similar. Empero se
sostiene que el principio de ~portunidad~filtra a través de disposiciones de la ley de
estupefacientes, tributaria y suspensión 'Be1proceso a pnieba'jO.
Cuando la mayoría del TOC nro. 14 entiende literalmente el art. 37 de la Ley
Orgánica del MP 24.946 y acepta el desistimiento del fiscal general, desatiende el
principio de legalidad; en cambio, la disidencia de la doctora Bishié de Soler está en
lo cierto cuando lo ciñe al desistimiento del recurso interpuesto por el fiscal de la ins-
tancia inferior'j'. El principio general del art. 71, CP, no puede resultar menoscabado
por una ley procesal cuyo alcance, en principio, no excede el ámbito local para el
cual fue dictada; hasta tanto el legislador no modifique, con extensión general abar-
cativa de todo el país, esa determinación -como lo ha hecho con la suspensión del
juicio a prueba a través de la ley 24.316- se mantiene incólume. El Código Penal
no impide la promoción, cuando menos indirecta ----denuncia-, por los particulares.
La deducción de oficio apunta a lo innecesario que resulta todo estímulo extra-
ño; vale decir que debe hacerlo por iniciativa propia y en función del cumplimiento
de las tareas a su cargo. De lo contrario y, sin perjuicio de las sanciones disciplina-
rias, puede incurrir en el delito previsto por el al?. 274, CP, atingente a la omisión en
promover la persecución y represión de los delincuentes.
La suspensión se produce -a nuestro modo de ver- cuando hay que resol-
ver una cuestión previa -temperamento debatido- en otro fuero, tal como sucede
en los delitos previstos en el Título IV, Capítulo V, Libro 11, Código Penal, donde
se castiga a los "quebrados y otros deudores punibles"; en efecto: no puede haber
quiebra dolosa o culposa o concurso civil fraudulento sin una persona declarada en
quiebra o en concurso, pues se trata de delitos de sujeto propio. De haberse aceptado
la promoción por delitos atingentes a la quiebra y al concurso, sin que mediare el
pronunciamiento previo --declaración de tales estados en la sede pertinente,-, el
proceso sería válido aunque debe ~uspenderse'~~.
El caso paradigmático de suspensión es el contemplado en los Ws. 10, 11 y 12, en
el cual la acción penal debe suspenderse cuando aparezca una cuestión prejudicial.
La única vinculante para un tribunal penal es la que versa sobre la validez o nulidad
del matrimonio, en los términos del art. 1104, inc. lo, CC.
No compartimos la discrepancia de Donna'j3 en punto a que la declaración de
quiebra o concurso civil no configura un supuesto de suspensión, sino que lo que
procede es el archivo; la suspensión se decide mediante auto tal cual lo establecía el
art. 191. Pero ocurre que como semejante decisión no tiene los efectos impeditivos
de la cosa juzgada material, superada la circunstancia no se percibe inconveniente en
que las actuaciones se adosen al legajo en que se decidió archivar, tal cual acontece
cuando un ulterior y completo relato del hecho permita, como hipótesis, afirmar la
tipicidad penal.
Por el contrario, y en atención al art. 1101, CC, resulta nula la sentencia del
tribunal civil mientras esté pendiente el fallo en sede penal, pues aquél no ejerció
válidamente su jurisdicción; la suspensión opera, en estos casos, tanto cuando la
acción se dirige contra el autor del hecho, como cuando se persigue la condena del
civilmente respon~able'~~.
Mientras las cuestiones previas impiden que la pretensión procesal llegue a -
ejercitarse válidamente, la prejudicial obsta a la resolución.
La ley 24.3 16 contempla la suspensión del juicio a prueba, cuya regulación es-
tablecen los arts. 293 y 515. Otros motivos de suspensión resultan los previstos por
los arts. 77, 191 y 290155.
La interrupción acaece cuando el proceso penal no puede continuar en razón
de que quien resulta imputado debe ser previamente separado por juicio político o
por desafuero (arts. 53,59,60,68,69 y 70, CX). Desde luego que no media obstácu-
lo para la prosecución respecto de los imputados no comprendidos en el privilegio.
Cabe tener presente que, cuando se persigue penalmente a un embajador, mi-
nistro o cónsul extranjero --estos últimos por hechos derivados del ejercicio de su
gestión pública- con carácter previo debe requerirse la conformidad del Estado
extranjero (arts. 117, CN, y 24, inc. lo, dec.-ley 1285158, ratificado por ley 16 416;
arts. 22 y 6" de la ley 24.050).
Según se ve, distinguir suspender de interrumpir es tan sutil en su resultado como
forzado en su raciocinio; desde el punto de vista semántica, el Diccionario de la Real
Academia indica como significado del primer vocablo --en su segunda acepción-
el siguiente: "...Detener o diferir por algún tiempo una acción u obra...", al paso que
como segunda acepción del infinitivo "interrumpir" se establece "...Cortar en el tiem-
po la continuación de algo..."1s6.Por otro lado se consideran sinónimos1s7.
Esta dificultad origina que, por ejemplo, el desafuero o el antejuicio puedan
considerarse causales de suspensión o interrupción indistintamente.
En un proceso por insolvencia fraudulenta -art. 179, segunda parte, CP- co-
rresponde la suspensión hasta tanto se alcance sentencia firme en el proceso comer-
cial y ésta cause estado con respecto a la frustración en todo o en parte del cumpli-
miento de las obligaciones existente^'^^.
La acción pública se hace cesar cuando se sanciona una ley de amnistía
(art. 75, inc. 20, CN); puede tener lugar antes, durante y después del juzgamiento del
hechoIs9.La jurisprudencia, virtualmente, ha equiparado sus efectos a los del indul-
tol'? La amnistía es de orden público y se declara de ofi~io''~.
b) Sujetos que pueden impulsar la acción
No cabe duda de que el ejercicio de la acción penal entendido como requeri-
miento punitivo, incumbe casi exclusivamente al MP, puesto que rebasa en las fun-
ciones del querellante la facultad de llevar la causa a juicio por su propia decisión,
vale decir, en forma directa (arts. 65, 82 y 348, párr. 2'). En cambio, la inmediata
promoción del proceso penal -entend~da como su iniciación- puede tener lugar
sólo por requerimiento fiscal (arts. 180fpáni final, 188 y 195), a lo que cabe añadir
los casos de comunicación judicial previstos en los arts. 252,371,390 y 401, último
párrafo. Sin embargo, en la causa "Avila", la CNCP, sala admitió que la mera
prevención policial es acto promotor y diriase que es la jurisprudencia dominante.
Como consecuencia del carácter indivisible de la acción penal pública, una
vez formulado el requerimiento de instrucción no puede considerarse reshingida la
jurisdicción; por ende, es innecesario fonnular uno nuevo para enderezarlas contra
otras personas"j3.
Ciertos ordenamientos -ley 22.262 de Defensa de la Competencia- supedi-
tan la promoción del proceso a la sustanciación previa del procedimiento administra-
tivo (art. 32 id.), debiéndose ejercer la acción penal por parte del secretario de Estado
pertinente. Si no se observa este recaudo, la actividad resulta nula aunque el fiscal
recabase la promoción y el juez la ordenara'64.
La ley 25.401 de Presupuesto Nacional modifica a la ley 24.769 del Régimen
Penal Tributario e instaura un curioso sistema en cuya virtud el Ministerio Público
puede desistir de lapretensiónpunitiva (art. 73 de aquella ley) una vez verificado que
el contribuyente o responsable se haya presentado espontáneamentepara regularizar
el cumplimiento de sus obligaciones tributarias o previsionales omitidas. Se percibe
una innovación profunda en el sistema penal argentino porque, ante la comprobación
de ciertas circunstancias, se faculta al fiscal para renunciar al derecho de fondo. Ver
último párrafo del comentario al art. 443, donde la situación es diferente.
c) Acción penal y pretensión procesal
El querellante en cierne puede, a través del recurso de apelación, lograr la ini-
ciación de un proceso penal (art. 180, última oración).
Todas estas previsiones se reconducen al concepto de acción procesal antes
expuesto.
La pretensión procesal consiste en la declaración de voluntad mediante la que
se sollcita de un órgano judlcial la actuación frente a una persona determinada y
distinta del autor de dicha declaración. Al promoverse proceso penal, la pretensión
procesal no está perfectamente delimitada porque es evolutiva o progresiva; resulta
preparatoria, investigatoria y cautelar durante el sumario, y definitiva y condenatoria
al requerirse el juicio oral (art. 347, párr. 2')16'.
En los inicios del proceso penal corresponde al MP ejercitar, al mismo tiempo,
la acción procesal y la pretensión procesal, esta última sólo como mera posibilidad.
Por el contrario, el denunciante (arí. 174), los preventores y los órganos judiciales ya
indicados deducen la acción pero no la pretensión. Tan sólo si prospera el proceso,
Para una interpretación distinta, pues parte de que la acción es derecho procesal sustentado
en el art. 14, CN, mientras que la pretensión resulta un reclamo basado en La violación del derecho
sustantivo cuya reparación se reclama; ver GUSSI, "Código Procesal Penal: algunos aspectos constitu-
cionales", LL del 1611011992y comentario al ait. 91.
'" absolución sin debate?", comentario al fallo del TOC nro. 7, LL del 41612001, f. 102.075.
'" SO del 141511999.
'" El proceso...,p. 275.
"O En contra, aunque por razones contingentes, CS, Fallos 299197.
28 ACCION PENAL Art. 6
como testigo y solicitado ser tenida como parte civil-, no se configura la instancia.
Su ausencia involucra que la acción pública no ha sido iniciada legalmentei71.
De acuerdo con lo previsto en el ÚJtimo párrafo del art. 72, CP, corresponde
ordenar la iniciación de oficio de un proceso por el delito de abuso deshonesto contra
un menor, si el autor del delito es primo de la persona que tiene la guarda del niño,
circunstancia que permite inferir la existencia de intereses contrapuestosi7*.
Se ha señalado que se ha perdido la oportunidad "...de numerar y ordenar las
situaciones no previstas por la ley sin desnaturalizar las previsiones de la norma
sustantiva ...dando solución a las hipótesis de incapaces en estado de abandono ..."'73.
Excepto las situaciones puntualizadas en el art. 72, al establecer los supuestos
en que la instancia es innecesaria, la persecución penal en los demás casos no resul-
ta válida sino cuando es manifestación voluntaria de quien puede formular aquélla
aunque no requiere solemnidad alguna.
La instancia privada no impide la citación al denunciante para determinar si
insta la acción penal'74.
No puede aceptarse que en caso de ocurrir una lesión grave a partir de un hecho
culposo, pueda obviarse la 'mposición del art. 72, inc. 2", CP'75.
Con acierto se ha dicho que si una única conducta culposa produjo lesiones a
más de una persona, la instancia ejercitada por uno de los damnificados (ari. 72, CP),
resulta suficiente para iniciar el correspondiente proceso penal por todos los delitos, ya
que no es razonable escindir la única acción de todas sus consec~encias~~~.
El poder de instar debe ser el resultado del libre arbitrio de la persona capaz'77.
Empero, el texto del art. 174 elimina toda exigencia de capacidad por quien anoticia
del hecho objeto del proceso'78.
La reforma operada por ley 25.087 -texto actual del arl. 132, CP- establece
que la víctima puede proponer un avenimiento con el imputado -para los delitos pre-
vistos en los arts. 119, párrs. lo, 2" y 3", 120, pán: lo, y 130 id.-, en cuyo caso la ac-
ción penal se extingue o bien puede disponerse la suspensión del juicio a prueba en los
términos de los arts. 76 ter y 76 quater, id.Dice bienAcháva1: "Lamentablemente la le-
gislación no aclara si el 'avenimiento' es vínculo o es indemnización, mantenimiento,
pensión, gastos futuros, e t ~ . " ' Para
~ ~ . convalidarlo, el tribunal debe verificar que: a) la
victima sea mayor de 16 años; b) la propuesta haya sido libre y voluntariamente for-
mulada por ella; c) preexista una relación afectiva entre las partes, y d) resulte el modo
más efectivo de armonizar el El texto actual del art. 72, inc. lo, CP tolera
tifica semejante condicionamientopucs, también pueden existir otras circunstancias que hagan desear
a la víctima unfinal no punitivo.
'M'CCC, sala IV, LL del 2711 112000, f. 101.260.
CCC en pleno, JA serie contemporánea, 18-1973-172,f. 21.683.
'N'Cám. Pen. Santa Fe, sala 1, JA 1993-1-siiitesis.
ACCIÓNPENAL Alt. 9
prueba de manera diversa en orden a determinar el nexo causal adecuado entre daño
y hecho ilícito'89.
El art. 26, ley 25.246 -Ley de Lavado de Activos de Origen Delictivo-, esta-
blece que las relaciones entre la resolución de la causa penal y el irámite del proceso
administrativo a que dieran lugar las infracciones previstas en esta ley se regirán
por los arts. 1101 y SS. y 3982, CC, entendiendo por "acción civil", la acción "penal -
administrativa".
Hay casos en que la prejudicialidad penal no opera por expresa disposición de
la ley. Entre los inás importantes señalados por Sosa1", se encuentran los referentes
a la Ley de Propiedad Intelectual -art. 77, ley 11.723- y en materia de abordaje
-art. 551, ley 20.094-.
Ver comentario al art. 5".
Cuestiones prejudiciales
10. Cuando la existencia del delito dependa de una cuestión prejudicial
establecida por la ley, el ejercicio de la acción penal se suspenderá aun de oficio,
hasta que en la otra jurisdicción recaiga sobre ella sentencia firme.
Ver comentarios a los arts. 5", 9" y 11; también art. 16, párr. lo, ley 23.771.
La CF San Martín recuerda que dicho precepto de la ley penal tributaria no exige
el informe del organismo pertinente como si se tratase de una condición objetiva
de punibilidad o per~eguibilidad'~'; debe admitirse siempre la discusión y prueba
sobre el monto de la evasión i~nputada'~~. Aquel art. 16 no asignaba carácter preju-
dicial a la determinación de la deuda tributaria previsional; tampoco lo hace ahora el
texto de los arts. 18 y SS. de la ley 24.769, derogatoria de la ley 23.771 Ig3.
Si la sentencia penal infringe el impedimento establecido en el art. 1104, inc. lo,
CC. genera una nulidad procesal de carácter absoluto'94.
Está vedado al juez del crimen conocer las controversias -incluida la de re-
dargución de falsedad- que se susciten acerca de la validez del primer matrimonio,
lo que es resorte exclusivo de la autoridad civil, aun cuando la nulidad alegada sea
relativa'95.
A su vez, conforme al art. 1101, CC., no puede admitirse conñicto entre la de-
cisión penal y la pronunciada en un juicio ejecutivo"'. Por su parte, también resulta
nula la sentencia civil pronunciada antes de la penal (confr. art. 1101, CC.)I9'.
CS, voto en disidencia de los Dres. Moliné O'Connor - López, LL del 1411211998, f. 98.207,
o DJ 1999-1-933, f. 13.975.
'm "No hay prejudicialidad penal sinjuicio penal [y aveces ni con juicio penal]", DJ 2001-3-73.
19' LL del 111111993, f. 91.731.
Iq2 Id, sala 1 , LL del 261611996, f. 94.423.
'93 En el mismo sentido, CNPE, sala A, ED del 261612003, f. 52.106, con nota adversa de Ro-
dolfo R. Spisso.
""BALOS. . Códim
" ..DS.51.52.
.
CCC, sala 11, 201311992, "Fraga"; JA del 1211011994, síntesis, nros. 63 y 64, p. 78; conf.
ÁBALOS, Código ~. ...,ps. 50 y 51.
C. Nac. Com., sala D, 51811994, JAdel26141199.5, p. 54.
'" HITTERS,Técnica de los recursos ordinarios, p. 520.
ACCIÓN PENAL Art. 13
Apreciación
11. No obstante lo dispuesto en el articulo anterior, los tribunales podrán
apreciar si la cuestión prejudicial injcada es seria, fundada y verosímil, y en
caso de que aparezca opuesta con el exclusivo propósito de dilatar el proceso,
ordenarán que éste continúe.
Tanto si se decide como si se deniega la suspensión, entendemos procedente el
recurso de apelación (art. 449) porque genera gravamen irreparable al presentarse
como insusceptible de pronta enmienda ulterior. La Corte Suprema considera que el
principio de progresividad y el de preclusión responden al imperativo de satisfacer
una exigencia consustanciada con el respeto debido a la dignidad del hombre, cual
es el derecho a un juicio razonablemente rápido'98.
El tribunal deberá ponderar, con pmdencia, cuál es el justo equilibrro entre la
suspensión del proceso y el criterio judicial transcripto.
Puede ser también impugnable por casación si el pronunciamiento apelado con-
firma la suspensión de las actuaciones (art. 10); resultará entonces equiparable a
sentencia definitiva, pues torna imposible su continuación (art. 457)Ig9.
Juicio previo
12. El juicio previo de la otra jurisdicción podrá ser promovido y prosegui-
do por el ministerio fiscal, con citación de las partes interesadas.
Obedece al propósito de no dilatar el proceso penal, a cuyo fin se legitima al
MP para promover el juicio previo. No hay otro supuesto que el referente a la validez
o nulidad del matrimonio anterior, por ser la única cuestión prejudicial en sentido
estricto (ver comentario al art. 9'); es el caso del art. 219, en función de los arts. 166,
inc. 6", y 177, inc. 5", CC., según ley 23.515. De modo que este precepto alcanza sólo
a los delitos de acción pública.
La "...citación de las partes interesadas" debe efectuarse en sede civil, bajo la
modalidad de la intervención de terceros regulada por los arts. 94 y concordantes,
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Es oportuno señalar que -más allá de la discusión doctrinaria en punto a la
existencia de partes en el proceso penal- queda fuera de duda que el vocablo capta
al imputado (ari. 73), al querellante (art. 83), al actor civil (ari. 88) y al civilmente
demandado (art. 98). Ver art. 56 en cuanto alude a los "interesados".
Libertad del imputado. Diligencias urgentes
13. Resuelta la suspensión del proceso, se ordenar4 la libertad del imputa-
do, sin perjuicio de realizarse los actos urgentes de la instrucción.
Resulta acorde con el carácter restrictivo de las medidas cautelares de natura-
leza personal (ver art. 2') y ensambla con lo prescripto por el art. 319. También con-
templa que las cuestiones prejudiciales en sentido cabal -art. 1104, inc. lo, CC.-
sólo obstan a la culminación del juicio, pero no a su etapa preparatoria. Su aplicación
resulta imperativa para el tribunal.
Acción civil
14. La acción civil para la restitución de la cosa obtenida por medio del
delito y la pretensión resarcitoria civil podrá ser ejercida s61o por el titular de
aquélla o por sus herederos, en relación a su cuota hereditaria, representantes
legales o mandatarios, contra los participes del delito y, en su caso, contra el
civilmente responsable, ante el mismo tribunal en que se promovi6 la acción
penal.
a) Generalidades
A partir de la vigencia del Código Penal de 1922 (art. 29, id.), uno de los posi-
bles capítulos de la sentencia condenatoria comprende la decisión sobre la cuestión
civil; el presente Código expresamente modifica el sentido del citado precepto sus-
tancial -por su ubicación, aunque procesal por su naturaleza-, ya que hace posible
extender el pronunciamiento civil al supuesto de absolución (arts. 16, párr. final, y
402). En ese caso el mismo hecho, aún no calificado como penalmente delictuoso,
puede resultar configurativo de ciertos ilícitos civiles y se convierte así en fuente de
la acción r e s a r c i t ~ r i a ~ ~ ~ .
Dentro del proceso penal se puede ejercitar la acción civil tendiente a obtener la
restitución de la cosa material -mueble o inmueble- obtenida por el hecho delic-
tuoso, el resarcimiento del daño material y la reparación del daño moral.
El art. 1096, CC. establece que "[Lla indemnización del daño causado por deli-
to, sólo puede ser demandada por acción civil independiente de la acción criminal",
redacción que llevó a sostener que impedía el ejercicio siinultáneo de las preten-
siones procesales, cuando en realidad el criterio que sienta es que tienen distinto
fundamento material y que los jueces locales pueden juzgar sobre ella aun en el
proceso penal2o'.La acción civil sustancial se respalda en la necesidad de resguar-
dar el interés privado o particular lesionado; la acción penal sustancial procura, con
la pena, obtener la readaptación del delincuente y así lograr la digna coexistencia
de la sociedad202;en definitiva, son dos poderes jurídicos distintos desde el punto
marse los detrimentos psicológicos sufridos por los padres, aun cuando contribuyan
al mejoramiento y cura de su hijo2I4.
La mediación obligatoria establecida por ley 24.573 no constituye requisito
para ejercitar la acción civil en sede penal; por ende, no puede excluirse como actor
civil, luego de su constitución como tal por no haberse observado
Casos en que la Nación sea damnificada
15. La acci6n civil será ejercida por los representantes del cuerpo de abo-
gados del Estado cuando el Estado nacional resulte perjudicado por e1 delito.
El jefe del cuerpo de abogados del Estado es el procurador del Tesoro de la
Nación de acuerdo a la ley 12.954.
Su legitimación se rige conforme al art. 14.
El art. 27 de la ley 24.946 excluye de las tareas del MP, a la representación del
Estado y/o del fisco en juicio.
Oportunidad .
16. La acción civil sólo podrá ser ejercida en el proceso mientras esté pen-
diente la acción penal.
La absolución del procesado no impedirá al tribunal penal pronunciarse
sobre la aeción civil, en la sentencia.
Comprende tanto a la acción pública procesal (arts. Soy 6', este último después
de formulada la instancia) como a la privada procesal (art. 7").
Según se dijo (art. 14), si el proceso llegó al estado de sentencia (Capítulo IV,
Titulo 1, Libro III), aunque corresponda absolver al procesado, cabe pronunciarse
sobre la acción civil (art. 402 infine). En cambio, no podría decidirse en la instruc-
ción, pese a que se sobresea (arts. 334 y 335), salvo si eorrespondiere la restitución
(art. 338).
En todo caso, el hecho generador de la responsabilidad civil ha de ser ilícito o
antijuridico y contrario al derecho considerado en su totalidad2I6.Con todo, bastaría
que en el juicio penal la causal de justificación de legitima defensa fuera adoptada
por el beneficio de la duda, para que pudiese volver a recorrerse críticamente la pnie-
ba reunida acorde a las pretensiones antagónicas en el mareo del derecho de daños y
los preceptos generales civiles2I7.Es posible que el juez penal condene respecto de
la pretensión civil ejercida aunque dude sobre ciertos aspectos fácticos para sancio-
nar penalmente; puede, pues, condenar en el ámbito civil no obstante la absolución
penal2I8.El tribunal penal no puede ir más allá de establecer si el hecho airibuido
DJ 2000-1-1384, f. 15.405.
"' Id., id., LLdel241312000,f. 100.016,con nota de DELLA MALVA - LEMOSARIAS, "La acción
civil en el proceso penal. Alcances".
CCC, sala IV, JA 1999-IV-669.
229 LLdel271812001, f. 102.367,o DJ 2001-3-189, f. 17.220, o JAdel711112001,p. 75,"Simpson,
R.H.". Ver además PrURRALDE, "&cciones que nacen del delito en el Código Procesal Penal de la Na-
ción: 'La acción civil"', DJ del 2511111992; BLANCO, "La pretensión civil en el nuevo proceso penal",
ED del 1511211992; To~ins,"Las causas de justificación en l a sentencia penal y su influencia en el
proceso civil", LL del 311211992, comentario al fallo 90.931.
CF San Martin, sala 1, "Inc. formado en virtud de la demanda de daños y perjuicios interpues-
ta por la querella", JA del 31711996, p. 67.
JIJRISDICCI~N
TITULO111
EL JUEZ
a) Concepto
Según se verá, el capítulo excede un tanto el tratamiento de la jurisdicción para
adentrarse (art. 18) en el problema de la coinpetencia.
En efecto: la jurisdicción es la función pública procesal ejercida por órganos
estatales - e n el proceso penal con exclusividad, no así en el proceso civil, donde
pueden asumirla árbitros y amigables componedores (CP, Libro VI)- en cuya virtud
se dilucidan o dirimen couflictos suscitados entre particulares o entre éstos y la co-
munidad. De manera elemental puede decirse que consiste en la aplicación del dere-
cho en los casos concretos. Se trata de una potestad para resolver, mediante decisión
motivada, el conflicto entre el derecho punitivo del Estado y el derecho de libertad
del imputado de conformidad con la norma penal2". Parece obvio que lo resuelto,
con excepción de los fallos plenarios dictados en consonancia con el ait. 10 de la ley
24.050, no excede el hecho objeto del proceso; ante ello resulta harto cuestionable
lo expuesto por la CNCP, sala 111, en el sentido de que un caso a veces "...obliga a
extender los resultados ..." del pronunciamiento "...en un mensaje preciso, explícito
concluyente para el conjunto de la población ..."232. Esa tarea es ajena a la función
risdiccional. Cuestión diferente resulta que los tribunales inferiores no puedan in-
s~stiren aspectos resueltos por el tribunal revisor233.
Por nuestra parte y en procura de comprender las medidas de seguridad y el
régimen de menores, la hemos caracterizado como la función pública desplegada por
los órganos estatales para resolver el conflicto suscitado entre la comunidad preten-
sora y el sospechoso de haber incurrido en un hecho constitutivo de delito234.
Si se profundiza el concepto, podría decirse que estriba en la tarea a través de la
cual órganos estatales imponen unilateralmente y, si es preciso, mediante el ejercicio
de la coacción - e l encierro, el pago de la multa, la inhabilitación-, la observancia
e cierto comportamiento, con motivo de un conflicto, cuando no se adecuó la con-
ucta esperada al pensamiento jurídico comunitario. Dicha intelección debe haber
ido expresada de manera reflexiva, pues en materia de delitos la costumbre no es
te; por eso se descarta su creación espontánea y debe encararse a través de una
a general que en el caso se i n d i v i d u a l i ~ aAsí
~ ~ ~ocurre
. al dictarse el Código
as leyes penales especiales de la Nación (art. 75, CN) y conferirse su apli-
1PJN (arts. 108, 116 y 117, id.).
" LEONE,Tratado..., t. 1, p. 269.
ED del 17/8/1995,f. 46.592, consid. VII, párr 4', segunda oración.
'j3 Conf. disidencia del doctor Bisordi en CNCP, sala 1, LLdel281712000, f. 100.620, con escolio
O, "Avocación y libertad personal", quien atiende a si se resia jurisdicción al tribunal a yuo
tiren su temperamento y concluye que se hallaba agotada en la instancia superior.
'j4 D'ALBORA,CUYSO ...,t. 1, p. 18.
Conf. PALACIO, Derecho..., t. 1, ps. 354, 356.
b) Diferencia con competencia
En vez, competencia es el ámbito lícito dentro del cual los órganos judiciales
pueden cumplir con su especifica función de desplegar la tarea jurisdiccional. Por
eso resulta acertado, ante la inmunidad establecida por el art. 68, CN, afirmar que el
"...Poder Judicial carece de jurisdicción..,", pues ante las situaciones allí amparadas
ningún órgano judicial argentino puede intervenir2j6.
Esta asignación o parcela~nientode la función jurisdiccional atiende a diversos
criterios.
c) Determinación
Resulta imperativo deslindar, prioritariamente, si un determinado hecho hipo-
tizado como delito corresponde a la jurisdicción argentina o a la de otro país; es
inadmisible someter a juzgamiento por un Estado extranjero hechos ocurridos dentro
del ámbito de la jurisdicción de la República Argentina cuyo orden jurídico penal
consagra el principio territorial como manifestación de la soberanía2j7.Colautti sos-
tiene que no es posible oponerse a que tribunales extranjeros ejerzan su competencia
extraterritorial cuando se trata de juzgar delitos a los que se refiere el actual art. 118,
CN238;aunque señala que debe evitarse la creación de tipos penales abiertos y hacer
posible que la extraterritorialidad se convierta en un instrumento a disposición de los
Estados poderosos239.Estos problemas están afrontados por el art. lo, CP (ámbito de
validez espacial de la ley penal) y por el art. 669, Código Procesal Penal (ley 2372,
cuya vigencia mantenía el art. 538, pRrr. 2") referente a la extradición de nacionales,
salvo en el caso del delito de genocidio pues la Convención aprobada por dec.-ley
628611956 establecía en su art. VI tanto la competencia del tribunal del Estado en
cuyo territorio acaecieron semejantes conductas como la de una corte penal interna-
cional (ahora derogado por el art. 123, ley 24.767).
Fijada aquélla, exige dilucidar si debe ser la justicia federal o la provjncial a
quien incumbe juzgar el caso. Enfoque este esencialmente institucional, que el le-
gislador no puede desplegar a su libre arbitrio porque está fijado en la Constitución
Nacional, al establecer los sucesos comprendidos dentro de la órbita federal (art.
116, CN) y cuáles se han reservado las provincias (arts. 5", 125, 126 y 127, id.).
Aquel sector tiene carácter restrictivo y es de excepción24! Pero un estado extranjero
no puede imponer que se acepte su jurisdicción prd juzgar a residentes en nuestro
tenjtorio cuando los delitos imputados resulten de incumbencia exclusiva de los
tribunales argentino^^^'.
111411998,ps. 30131.
"Los principios generales del derecho internacional y su aplicación en e1 derecho interno",
LL del 3 11512001.
240 CS, Fallos 307:1139.
LL del 191912002, BARIFFI, "Jurisdicción internacional ante graves violaciones de los de-
rechos humanos. Con especial referencia a la competeiicia española respecto de la instrucción de los
procesos contra ciudadanos argentinos".
Asumida la distinción desde un punto de vista político es correcto concebir una
jurisdicción federal frente a otra provincial, entendiéndolas como el poder de desem-
peñarse autónomamente en cada uno de sus ámbitos.
Sin perjuicio de ello y, cualquiera sea la comprensión que se dé al sustantivo
jurisdicción y al adjetivo que la califique -federal o provincial-, no debe perderse
de vista que -a fin de mantener la supremacía constitucional y la jerarquía norma- -
tiva del orden jurídico argentino (art. 3 1, id.), así como la condición de rígida que
tiene la Ley Suprema (art. 30, id.)- el ineludible criterio dirigido a compatibilizar
las diversas jurisdicciones existentes en un Estado federal (art. lo, id), requiere un
órgano que esté por encima de los restantes establecidos en todo el territorio del país.
Se trata de la Corte Suprema de Justicia, prevista por el art. 108, id., a la cual puede
accederse por diversos caminos (ver arts. 22 y 6' de la ley 24.050).
En la Capital Federal, todos los jueces tienen el mismo origen constitucional
pues su jurisdicción nace del art. 108, CN, y no de la ley242,circunstancia que tor-
nana aceptable que se los denominase a todos jueces federales en vez de aludir a
algunos como meramente nacionales. Sin embargo, como la competencia dentro de
un mismo ordenamiento político institucional se fracciona atendiendo a criterios es-
trictos de política legislativa, enderezados a lograr una mejor administración de jus-
ticia, siguiendo esas pautas de oportunidad, aun en el ámbito de la Ciudad de Buenos
Aires se efectúa la separación; pese a lo establecido por el art. 129, CN -gobierno
autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción para la actual Capital
Federal-, parece subsistir aún dicha diferencia243.Tan sólo por dicho motivo se la
distingue, por razón de la materia, al respetarse la naturaleza de los asuntos asig-
da fuero o agrupamiento de tribunales con ejercicio de
categoría de hechos: federales (arts. 31 a 33 y arts. 5",
es u ordinarios (arts. 24 a 27, y arts. 23,25,36 y 42, ley
onómico (ver introducción al Capítulo 11 de este Título 111).
busca dar preferencia a las características asignadas a cada
de ellos; por esa vía se procura facilitar la especialización.
El ejercicio de la jurisdicción también se fracciona atendiendo a la persona
a o víctima del hecho delictuoso, al lugar de su comisión y a la etapa del
Así se explica que la justicia federal, aunque limitada por razón de la materia,
persona o el lugar y a veces por la función (arts. 31 a 33), se extienda a todo el
aís, mientras que la provincial no pueda superar su demarcación territorial, dentro
e la cual también es lícito efectuar el distingo de la función jurisdiccional a través
en forma análoga. La competencia territorial -a diferencia de
il- tiene jerarquía constitucional, pues el art. 118, CN,
lece que los juicios criminales se desarrollarán en la misma
iere cometido el delito. Por ende, si los ordenamientos son
provincial-, el legislador debe limitarse a establecer el orden
erán juzgados los delitos (art. 20), pues las nonnas de acuinu-
que pueden llevar a la reunión de procesos cometidos en dis-
n constitucionales cuando no agreden lo prescripto por la Ley
a autonomía de la administración de justicia provincial o local.
2" ED 107-488, f. 37.557; ver también CS, Fallos 275:361; 277:270; 280:334; y comentario al
ari. 38.
CS, Fallos 308:967.
2'"Ldel 3011111998, f. 98.163, o DJ 1998-3-591, f. 13.486.
"Los contenidos de la pretensión procesal peiial y de la garantía del 'habeas data"'.
JA 1998-111.58, o ED 178-111, f. 48.667.
249 Texto según ley 26.394, BO del 291812008. Según su art. 7 O comenzó a regir el 261212009.
El mismo principio regirá para los delitos y contravenciones sobre los cua-
les corresponda jurisdicción federal, cualquiera que sea el asiento del tribunal.
a) Generalidades
Conforme a lo dicho se percibe que el contenido más importante es el comienzo -
de la última oración del páni 1" porque la competencia penal es siempre improrroga-
ble, carácter que debe interpretarse en dos direcciones.
Por un lado, indica que el acuerdo entre las partes carece de valor para atribuirla
a un determinado tribunal y, por otro, que es imposible detraer el conocimiento de la
causa al tribunal de provincia en que se cometió el delito común, siempre que resulte
ajeno a la competeiicia federal (art. 118, CN).
Aquella frase resulta, en buena medida, redundante porque se superpone con lo
determinado por el art. 33 y lo establecido en el art. 26.
El giro "...se extenderá a todos los delitos que se cometieren en su temtorio...",
si bien tiene en cuenta el lugar de comisión para todos los tribunales del país, el ca-
s organismos judiciales comprendidos en el art. 108, CN, resulta
lamiento de la Capital al fijar la competencia para juzgar los
metidos en altamar a bordo de buques nacionales, que son del conocimien-
ro federal en razón del lugar. Pero, al añadir que dlcha competencia capta
dos en el extranjero cuando sus efectos se produzcan en iiues-
tro país o fueren ejecutados por agentes o empleados de autoridades argentinas en el
desempeño de su cargo...", advierte que involucra a todos los jueces argentinos. No
puede excluirse la hipótesis de competencia común si el delito cometido en el ex-
tranjero agravia intereses de esa naturaleza; resultará federal cuando los funcionarios
imputados desempeñaren inequívocas tareas federales.
Se trata de una norma en cierta inedida competencia1que hubiese estado mejor
ubicada en la Sección Primera del Capítulo 11o bien en la Tercera.
Una de las modificaciones de la ley 26.394 al artículo es la incorporación de los
delitos cometidos a bordo de aeronaves en el espacio aéreo; de esta manera se com-
patibiliza el texto con lo regulado por el Título XI del Código Aeronáutico. Si bien la
reforma no distingue el carácter argentino o extranjero de la aeronave, deben tenerse
presentes los supuestos establecidos en los arts. 200 y 201 del Código Aeronáutico.
El otro cambio producido por la ley 26.394 es la eliininación de la referencia a
urisdicción militar, al haberse derogado el CJM (art. lo).
b) Competencia federal
o en el párr. 2' no hace más que atender a que la justicia federal
rio de la Nación. Puede decirse que, aquí, el vocablo jurisdic-
con competencia.
(Ley de Navegación) y 23.968 (Extensión Territorial del Es-
Con acierio afirma Ramayo que "...la jurisdicción penal, de suyo improrrogable
S, sigue manteniendo como excepción la posibilidad de ser pro-
por el ciudadano nacional, ya que se le acuerda el derecho de elegir entre ser
por los tribunales de su propio país (Estado requerido) o por los tribunales
del Estado req~irente"~~'; el concepto se relaciona con lo dispuesto por el art. 669
del Código derogado cuya vigencia preservaba el art. 538, párr. 2", ahora derogado
por el art. 123, ley 24.767.
Para la CS, el Acuerdo de ~ecif: -derivado del Tratado de Montevideo de
1980- es un tratado internacional y, para juzgar un delito cometido en un área de
control aduanero integrado, establece que los funcionarios de cada país ejercen sus
respectivos controles; si intervinieron funcionarios argentinos, la República ejerce
válidamente competencia internacional para juzgar a quienes incurrieron en el delito
de tentativa de contrabandozs2.
Ciertas leyes -sobre todo las que otorgan rango constitucional a determinadas
convenciones- establecen la competencia de todo Estado signatario para entender
en los supuestos comprendidos; la ley 24.820 que aprueba la Convención Interame-
ricana sobre Desaparición Forzada de Personas asigna competencia a aquél en cuyo
ámbito territorial fue cometido el hecho o cuando el iinputado sea nacional de ese
Estado o cuando lo sea la víctima; además determina que ese crimen será conside-
rado delito en cualquier Estado parte de la Convención. Pero un Estado no podrá
ejercer en otro competencias punitivas reservadas exclusivainente a sus autoridades
por su legislación interna -art. V-253.
Por ley 25.3902s4,e1 Congreso aprobó el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional. El ordenamiento se ocupa de diversas cuestiones: establecimiento de la
Corte -Parte 1-; se asigna competencia a dicho órgano -Parte 11- para entender
en genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y cnmenes de agresión
(art. So, punto 1); se estatuye sobre las modalidades de impugnación al respecto. Se
regulan -Parte 111- los principios generales de derecho penal. Se establece -Par-
te IV- la composición y administración de la Corte. Se reglamenta -Parte V- la
investigación y el enjuiciamiento de los hechos; también -Parte VI- el juicio, las
penas -Parte VII-; la apelación y la revisión -Parte VIII- del fallo condenatorio
o absolutorio; cómo -Parte IX- se concretará la cooperación internacional yía asis-
tencia judicial; la ejecución de la pena-Parte X-; la Asamblea de los Estados partes
-Parte XI- y -Parte XII- la financiación. La entrada en vigor (art. 126) -Parte
XIII, Cláusulas finales- se fija para el primer día del mes siguiente al sexagésimo día
a partir de que se deposite en la Secretaría General de las Naciones Unidas el sexagé-
simo instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.
En cuanto al órgano de aplicación, cuando se trata de la extradición del propio
nacional, cabe atenerse a lo que establece la Convención; si no existe acuerdo sobre
el punto habrá que estar a lo que disponga el ordenamiento jundico argentino en el
marco de las competencias que al Poder Judicial y a las restantes ramas del gohier-
no le han sido asignadas por la CN y sus leyes reglamentaria^^^^. El temperamento
acepta alguna excepción respecto del alcance de la jurisdicción judicial argentina.
2*' "La extradición, el nacional y la prórroga de la jurisdicción penal", ED del 301611995, nota
al f. 46.517.
lS2 DJ 1998-3-230, f. 13.355, con nota de Manili, "El derecho comunitario ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación".
2'1 SACOES, "Jerarquía constitucional de la Convención lnteramericana sobre Desaparición For-
zada de Personas", ED 173-888.
25' BO del 231112001.
CS, ED 180-98, f. 48.891, con nota de RAMAYO, "Alcances de la retroactividad del ail. 36 del
nuevo régimen de extradición".
Art. 20 J~RI~OICCI~N 45
ésta igual, o aquél se hubiere cometido anteriormente. Del mismo modo se pro-
cederá en el caso de delitos conexos. Pero el tribunal, si lo estimare conveniente,
podrá suspender el trámite del procesp o diferir su decisión hasta después que
se pronuncie la otra jurisdicción.
Así como el artículo anterior se ocupa de establecer la prelación de la justicia
federal -se trate de la radicada en la Capital Federal o en el territorio de las provin-
cias- sobre la justicia nacional pero con competencia ordinaria dentro de la Ciudad
de Buenos Aires, este art. 20 atiende a regular la prelación entre la justicia nacional
con competencia ordinaria y la justicia provincial.
La preferencia es a favor de la nacional siempre que el delito fuere de mayor
gravedad o la tuviere igual o se hubiere cometido anteriormente. Debe señalarse que
esta interpretación literal viene detenninada por la inclusión de la conjunción adver-
sativa "o" entre mayor e igual gravedad y, a su vez, entre esta última y la fecha de
comisión anterior. Es cuestionable que dicha sujeción a la literalidad del texto anno-
nice con una interpretación sistemática (confr. art. 42, inc. 2", para resolver los casos
de conexidad cuando la pena es la misma, en que se atiende al tribunal competente
para juzgar el delito primeramente cometido).
Los precedentes de la disposición que pueden haber sido utilizados como fuentes
de este artículo259,si bien invierten el orden fijando primero al provincial, sólo atien-
den a la mayor gravedad, "...o siendo ésta igual, fuere de fecha de comisión anterior...".
Este análisis tiene como corolario que la segunda conjunción adversativa "o"
suscita un grave problema al intérprete. De aceptarse el texto en su literalidad, vir-
tualmente desaparece la prelación a favor de los tribunales provinciales. La de los
órganos nacionales comprendería las tres hipótesis más frecuentes: mayor gravedad,
igual gravedad y comisión anterior. En vez, sólo se acepta la provincial cuando el de-
lito perpetrado en aquel ámbito fuera de mayor gravedad que el de la órbita nacional.
El mismo temperamento se aplica para los delitos conexos.
En todos estos casos el tribunal a cuyo favor juega la prelación o prioridad de
juzgamiento puede suspender el trámite del proceso -tanto la etapa instructoria
como la del juicio-- o bien la decisión -dictar la sentencia- hasta que se pro-
nuncie la otra jurisdicción, entendida como poder político. La Corte Suprema tiene
resuelto -aun antes del sistema vigente en cuanto a la suspensión del plazo para
que la acción penal se extinga- la irrelevancia del transcurso del tiempo en el pro-
ceso paralizado260.Ninguna duda cabe en cuanto a que los criterios de conveniencia
no deben llevar al arbitrio absoluto; más bien parece que debieran asemejarse a los
previstos en el último párrafo del artículo anterior: obstáculo para el ejercicio de las
respectivas jurisdicciones -imposibilidad de cumplir la tarea enderezada a la solu-
ción del caso- o para la defensa del imputado.
La referencia a "territorio nacional" no tiene sentido luego de la provincializa-
ción del Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur
(ley 23.775).
La CS261aceptó la prelación de la justicia federal sobre la provincial fijada por
el anterior Código.
Unificación de penas
21. Cuando una persona sea condenada en diversas jurisdiccione
rresponda unificar las penas, conforme a lo dispuesto por la ley sustanti
tribunal solicitará o remitirá copia de la senteneia, según haya dictado la
mayor o la menor.
a) Generalidades
El art. 58, Código Penal, engloba una norma de doble carácter -sustancial y
procesal- porque al mismo tiempo que preserva el temperamento adoptado por el
Código Penal para el concurso de delitos y resguarda la unidad pena1 en el territorio
de la Nación262,resuelve problemas de competencia que, fuera de duda, son de ca-
rácter procesal. Es oportuno recordar que este contenido motivó, en su momento, la
consulta acerca de su redacción a Tomás Jofré, quien vino a resultar así el inspirador
del primer apartado del art. 58, Código P e ~ i a lAdetnás
~ ~ . determina el criterio para
fijar la pena única, que es la composición y no la simple suma aritmktica, sin descar-
tarla si los jueces lo consideran equitativo.
b) Procedimiento
Este art. 21 determina cómo se procederá para solicitar o remitir copia de la
sentencia, según qué tribunal haya dictado la pena mayor o la menor. Se aplican
las reglas contenidas en el art. 58, CP: la primera, comprensiva de la situación del
condenado por sentencia firme que deba ser juzgado por un nuevo hecho, sea ante-
rior pero descubierto después o posterior a aquélla, de aplicación imperativa, y la
segunda, relativa a la violación de las reglas del concurso en el dictado de dos o más
sentencias, cuyo presupuesto es el pedido de parte, pues la jurisdicción quedó ago-
tada al pronunciarse la condena, salvo el caso del art. 27, párr. lo, del Código Penal.
No existe óbice constitucional en que si se han violado las reglas del concurso
y la justicia federal aplicó la pena mayor, resulte competente para dictar la pena
ÚnicaZM. También puede dictar sentencia única comprensiva de las pronunciadas en
sede local por aplicación del art. 58, CP, ya que tal facultad no puede quedar limitada
51 caso de condenas dispuestas por distintos jueces de una misma j w i s d i c ~ i ó n ~ ~ ~ .
Abalos indica una tesis adversa "...sentada por la Casación Nacional...", aunque no
individualiza el precedente266.
CAP~TULO
11
COMPETENCIA
procedimiento penal oral sancionado por ley 23.984. Aquella regulación es, por un
lado, respetuosa de la Constitución Nacional (arts. 75, incs. 12 y 30, 116 y 117, CN),
en cuanto a los tribunales penales que afrontarán la competencia federal; por otro,
acata denominaciones y ámbitos establecfdos en las leyes de creación de las Cáma-
ras Federales con asiento en provincia y en la Capital Federal (leyes 4055, 13.998
y dec.-ley 128511958 ratificado por ley 14.467, entre otras) y, finalmente, adecua
la estructura al nuevo régimen del fuero en lo penal económico, que mantiene su
específica competencia material, (arts. 19, 25 y 51 --en cuanto modifica el dec.-ley
1285/1958-, ley 24.050, y arts. 61 a 71, ley 24.121). Respecto de los delitos, dicho
fuero sigue conociendo, entre otros, de los previstos en los arts. 300 y 302, Código
Penal; arts. 33 y 34, ley 22.262 de Defensa de la Competencia; contrabando ---dec.-
ley 666011963-; delito cambiario -art. 21, ley 19.539- y en diversas contraven-
cionesZ6';si el hecho es único, aunque subordinado a más de una calificación, resulta
competente este fuero y no el ordinario cuando el concurso se produce con el delito
de falsificación de sellos y los previstos por dicha ley268.LOSTribunales Orales en
lo Penal Económico juzgan todos los delitos investigados por los jueces de primera
instancia (arts. 13 y 25, ley 24.050); de manera que deciden no sólo las causas crimi-
nales sino también las correccionales.
Las leyes modificatorias de la competencia, salvo disposición en contrario, pue-
den aplicarse a las causas pendientes, siempre que no afecten la validez de los actos
cumplidos269.Es que la ley procesal penal instaura una actividad que rige para el
presente y el futuro, sin afectar los actos cumplidos ni situaciones ya adquiridasZ70.
Para el Juzgado Nacional de Rogatorias, ver art. 28 de la ley 24.050.
Sobre la integración y conformación de los distintos distritos y zonas judiciales
en materia penal, confr. arts. 2' a 5' de la ley 24.050. En cuanto a la constitución de
los distintos tribunales, ver ley 24.121. Para la ejecución penal, ver comentario al
Libro VZ7'.
a) Competencia originaria
El art. 117, Constitución Nacional, establece la competencia originaria "...en
todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros...",
único caso en materia represiva de esta modalidad.
Se trata de un supuesto fijado en relación con las personas; de ahí que el título
de esta sección primera no se adecue con certeza tanto en éste como en otros casos
(arts. 28 y 29 -para los menores- y 33, inc. lo, punto c], pues abarca los delitos
cometidos por o contra funcionarios federales en el desenvolvimiento de sus tareas)
a su contenido.
El art. 24 del dec.-ley 128511958 determina, en lo pertinente:
"La Corte Suprema de Justicia conocerá:
"1" Originaria y exclusivamente... de las causas concernientes a embajadores u
otros ministros diplomáticos extranjeros, a las personas que compongan la legación
y a los individuos de su familia, del modo que una corte de justicia puede proceder
con arreglo al derecho de gentes; y de las causas que versen sobre privilegios y exen-
ciones de los cónsules extranjeros en su carácter público.
"...Son causas concernientes a embajadores o ministros plenipotenciarios ex-
tranjeros, las que les afecten directamente por debatirse en ellas derechos que les
asisten o porque comprometen su responsabilidad, así como las que en la misma
forma afecten a las personas de su familia, o al persond de la embajada o legación
que tenga carácter diplomático.
"No se dará curso a las acciones contra las personas mencionadas en el punto
antesior, sin requerirse previamente, del respectivo embajador o ministro plenipo-
tenciario, la conformidad de su gobierno para someterlas a juicio. Son causas con-
cernientes a los cónsules extranjeros las seguidas por hechos o actos cumplidos en el
ejercicio de sus funciones propias, siempre que en ellas se cuestione su responsabi-
lidad civil y criminal...".
Una interpretación histórica del art. 101, CN -actual 117, id.-, permite con-
cluir que, al calificar de "extranjeros" a los embajadores, ministros y cónsules se
excluyó sólo a los diplomáticos que representan al Estado argentino, mas no a los
enviados diplomáticos de organizaciones internacionales y otros sujetos actuales del
derecho internacional, que no tenían entonces subjetividad internacional; por eso in-
cumbe a la Corte Suprema investigar un delito imputado al embajador extraordinario
y plenipotenciario de la Soberana Orden Militar de Malta272.
A su vez, si no surgen de las actuaciones recaudos que habiliten la competencia
originaiia de la Corte, corresponde al juez federal interviniente continuar con el trá-
mite; no basta determinar la eventual responsabilidad de una organización terrorista
si los indicios valorados impiden acreditar la posible participación de sujetos con
estatus diplomático273.
En las causas que involucren a embajadores y ministros diplomáticos procede,
por vía de principio, la competencia originaria en los juicios en que son parte quere-
ll~inte~'~;
no obstante, en atención a las circunstancias en que se perpetró el delito, así
como por las proyecciones de naturaleza internacional que supone, también corres-
ponde pese a que no hayan asumido tal función275.
Cuando resulta imputado si el carácter diplomático de la persona denunciada
es de público conocimiento, aun cuandu no se encuentre justificado mediante in-
fonne al Ministerio de Relaciones Exteriores, corresponde intervenir a la CS en la
instrucción276.Si en el delito perpetrado contra diplomático extranjero no se hizo
parte persona alguna con estatus diplomático, ni se acreditó que el hecho afectara el
desempeño de actividades propias de la embajada y sus funcionarios--el embajador
víctima había cesado-, elproceso no correspondía a la competencia originaria de la
Corte; su tramitación compete al TOCF277.
Los Estados extranjeros y sus representaciones diplomáticas ---en cuanto tales-
no revisten la calidad de aforados en los términos de los arts. 116 y 117, CN. Por ello,
si no surge que se hubieran afectado actividades propias de la sede diplomática o de
sus funcionarios, debe intervenir el juez federal que previno y no la CS278;sobre todo
porque ningún funcionario se presentó como parte en el proceso279.
Si ningún funcionario de la representación diplomática asumió la función que-
rellante -se trataba de un embajador quien recibió amenazas anónimas por escrito
a través de correspondencia-, ni se afectó el desempeño de las actividades propias
de la delegación, la causa resulta ajena a la competencia originaria de la CS hasta
que se acrediten tales extremos; corresponde su devolución al juzgado de origenza0.
A su vez, y pese a la deposición voluntaria, debe declararse la nulidad del llamado a
prestar declaración indagatoria cuando no se verifica renuncia del Estado acreditante
a la inmunidad de sus agentes28'.
Cuando se trata de un cónsul extranjero, el juicio debe versar sobre los privi-
legios y exenciones de carácter público; se entiende por tal el seguido por hechos o
actos propios cumplidos en ejercicio de sus funciones especificasza2.Si se trata de
sus negocios particulares, corresponde intervenir a los Juzgados Federales de Prime-
ra Instanciaza3.
Si la conducta a investigar se hubiere desplegado en el curso de una visita "no
oficial" de los príncipes, al no haber asumido el carácter representativo del Estado
extranjero, el hecho no tuvo entidad para afectar las relaciones exteriores del gobier-
no nacionalz8*.
El privilegio diplomático se acredita mediante informe del Ministerio de Rela-
ciones Exteriores y Culto285.Si e1 interesado no lo renuncia, con la conformidad de
la Embajada respectiva, la Corte Suprema ha declarado su incompetencia y devuelto
que un mismo órgano o, mejor dicho, que los mismos jueces instruyan y dicten
sentencia..."293.El reparo se diluye bastante al fijar la atención en que se trata de una
competencia establecida en la misma Constitución Nacional (art. 117, CN).
Sin embargo, lo resuelto por la CS en " G e ~ r q y "importa
~ ~ ~ un reconocimiento,
aunque sin dar una verdadera solución a los inconvenientes planteados. Para garan-
tizar un amplio ejercicio del derecho de defensa -con cita del art. 8.2.h., CADH, de-
cidió delegar la instmcción en un juez Al comentar el fallo, García critica
la falta de base legal para ese tipo de delegación, cuando en realidad pudo habérsele
encomendado al procurador general. Acierta al indicar que la cita del art. 8.2.h.,
CADH, muestra que la Corte ha tenido en mente el problema de la inexistencia de
recursos contra las decisiones que dicta en instancia originaria y exclusiva, pero no
resuelve nada. Parece adecuada su propuesta para garantizar la imparcialidad del
tribunal y el recurso del imputado contra la sentencia condenatoria296.
La competencia originaria de la Corte Suprema no puede ser ampliada ni res-
tnngida por el Congresoz9', a diferencia de la apelada, que puede aumentarse, siem-
pre que se trate de supuestos de naturaleza federal incluidos en el art. 116, Constitu-
ción Nacional29s.
También conoce originaria y exclusivamente en la revisión de sus propias con-
denas, dictadas en los casos de competencia originaria, en razón del texto del art. 117,
Constitución Nacional (arts. 2'de la ley 4055 y 24, inc. 3', del dec.-ley 128511958).
Para la ejecución de sus sentencias podría considerarse que deben intervenir
los tribunales indicados por los arts. 29 de la ley 24.050; 72 y 75 de la ley 24.121
y aplicar el procedi~iiicnroprevisto en cl 1.ibi.o V, auiiqile solno la conipciciicia es
de origen constitucional y el ejercicio de la jurisdicción involucra la posibilidad de
poner en acto lo decidido -hacer efectiva la sanción impuesta por una sentencia de
condena-, dicho corolario resulta opinable299.
b) Competencia por apelación
La competencia por apelación comprende el recurso ordinario y el extraordi-
nario.
b.1. El de apelación ordinario -antes de mayor amplitud- ahora resulta
admisible sólo en los casos de extradición pasiva luego de transitadas la primera
y segunda instancia del fuero federal. El acceso de aquélla a ésta se toma viable,
a su vez, si se deduce el recurso de apelación según los términos de este Códi-
go (ari. 449), previa manifestación de disconformidad ceñida a los motivos que lo
sustenten (arí. 450); dicha preceptiva resulta aplicable porque el art. 538, párr. 2'
Z98 Fallos 238:288; BIDART CAMPOS, "La competencia originaria y exclusiva de la Corte Supre-
ma de Justicia", ED 18-757.
29"~L~CI0, Derecho , t 1, p 315 Ver ALBRECHT - AMADEO, La competenera ,ps 1551166
COMPETENCIA
excluía -derogado parcialmente por ley 24.767- la vigencia del sistema anterior
"...en todo lo que no se oponga a la presente ley".
En un fallo en que la CS utilizó la facultad del art. 18, ley 48 -ver art. 4O-,
establece que el trámite del recurso ordinario de apelación en la extradición pasiva
ante el Alto Tribunal no requiere fundamentarlo al momento de la interposición en
la Cámara Federal ni se sustancia ante ella; la posibilidad de presentar un memorial -
dentro de los diez días siguientes al de la notificación de la providencia de autos,
satisface adecuadamente la defensa en juicio, pues se otorga oportunidad de ex-
presar agravios contra la sentencia que concede la extradición o mejorar los fun-
damentos de la que la deniega, con previa vista al Procurador General, pues no se
halla equiparado a una parte particular. En vez, la disidencia se inclina por la aplica-
ción del trámite previsto en el art. 280, CPN300.Queda abierta la vía impugnativa y
habilitada la Corte Suprema para pronunciarse, entonces, sobre las cuestiones re-
ferentes a la extradición pasiva (arts. 31 y 538, párr. 2" -texto según ley 24.121,
derogado parcialmente en forma tácita por la ley 24.767, donde se mantiene el recur-
so ordinario de apelación [art. 831- y 24, inc. 6", punto b], del dec.-ley 128511958,
650 y 659, CPC [ley 23721, 8' de la ley 4055, y 2", inc. VIII, de la ley 22.434).
La jurisdicción apelada del Alto Tribunal se circunscribe a los agravios mante-
nidos expresamente en el memorial y en tanto constituyan critica concreta y razona-
da de las partes de la sentencia que el apelante considera equivocadas30'.
La jurisprudencia de la Corte Suprema había oscilado en punto a la obligato-
riedad de la tercera instancia ordinaria en los supuestos de extradición pasiva302.A
partir de 1965 sostuvo que era innecesaria3"; de manera que si no mediaba agravio
del MP, la sentencia de la Cámara Federal podía adquirir firmeza. Luego volvió al
criterio de la imperatividad del recurso pese a que la sentencia no causara agravio al
Fiscal de Cámara y aun en los supuestos en que el Procurador General de la Nación
hubiese pedido la confirmación de la sentencia304,con excepción de los casos en
que se hubiera favorecido la entrega del detenido, de suerte que el Estado extran-
jero viese satisfechas sus pretensiones, si además el particular se allanó a la extra-
dición3O5.Por último, parecía haber vuelto al criterio de que no era indispensable
su intervención306.Aun cuando la sentencia de primera instancia que concedió la
extradición se hallase consentida por el fiscal y no se admitió la opción para ser juz-
gado en el país, la vista al Fiscal de Cámara a tenor del art. 519 del Código anterior,
convalidó su recurso (art. 24, inc. 6", b], del dec.-ley 1285/1958) ante la sentencia de
Cámara que revocó aquélla307.
'O0 ED 156-297. f. 45.537. con nota de GOZAiNr, "Trámite del recurso ordinario de apelación
ante 13 Cone Supren~ad~ Justicia Je la Nactiln en causrs criininalei" donde desurrrilla ajiisrada sintesis
de 13 e\iiliici¿m de este recurso cii los pro:esoi prorlss: afirma la pusibilidsd de que el \linistcrio I'ú-
blicu adiiier:~al recurso interpiiesto e81 ti\,ur del requerido [an. 1531; J.\ 1994-1-254,o 1.L 27 12 1993,
f. Y 1.835.
CS,DJ1999-3-811,f.41.819
Fallos 249:360.
'O3 Fallos 262:409.
El cese del arresto provisorio de una asilado político no habilita elevar la causa
a la Corte Suprema, pues tal resolución no es de las establecidas en los arts. 32 y 33
de la ley 24.767 de Cooperación Internacional en Materia Penal y no fue dictada en
un proceso de extradición308.
A nuestro entender, el otro supue&o, que era el de la apelación ordinaria en
los casos de revisión (arts. 24, inc. 3", id., y 4" de la ley 4055), ha desaparecido al
establecerse la competencia de la CFCP (art. 30 bis) y CNCCC (arts. 23, 432 y
SS.)"~.Este recurso sólo se encontraba previsto en relación con el art. 551 del sistema
procesal fijado por ley 2372 y no puede extenderse a situaciones no comprendidas
expresamente pues la jurisdicción apelada de la CS debe ejercerse según las reglas y
excepciones que prescriba el Congreso de conformidad con el art. 101 -actual art.
117, CN-310. Siempre quedará a salvo, en estos casos, el recurso del art. 14 de la ley
48 (ver comentario al art. 538).
Acordada la extradición pasiva, no puede reverse el fallo por aplicación pos-
terior de una ley de amnistía, pues importó un pronunciamiento inequívoco acerca
de la inexistencia de delito político; por otro lado, la supresión de las consecuencias
jurídicas en el orden interno obedece a consideraciones circunstanciales, mientras
el hecho generador de la solicitud del país extranjero conserva el mismo carácter;
lo propio ocurre en nuestro país en cuanto a los hechos excluidos de la amnistía3".
Este recurso ordinario de apelación no se concede a quien se encuentra prófu-
go3I2.Cuando la Cámara Federal concedió el recurso ordinario de apelación, debe
darse vista al Procurador General3".
b.2. La competencia extraordinaria hace posible la intervención de la Corte Su-
prema, como superior tribunal del país, no sólo en causas correspondientes a toda la
justicia federal, sino también en las concernientes a la justicia nacional con competen-
cia ordinaria y en lo penal económico y en las provinciales. En todos los casos se re-
quiere el agotamiento de las vías recursivas ordinarias previstas en el ámbito pertinente.
El principal requisito de admisibilidad -amén de la cuestión federal- consis-
te en que se trate de una sentencia definitiva, entendiéndose por tal la que pone fin
al caso o hace imposible su continuación314.En la actualidad y cuando se trata de
causas provenientes de provincia, la Corte Suprema exige extinguir todas las vías
impugnativas -tanto ordinarias como extraordinarias existentes en el orden local-
para considerar definitiva a la senten~ia"~. La previsión en el Código de un recurso
de incoustitucionalidad (arts. 474 y 475) extiende este temperamento a las sentencias
de los tribunales federales y nacionales con competencia ordinaria; de modo que las
CFCP (art. 30 bis) y CNCCC (art. 23) cumplirían similar papel al asignado a
superiores tribunales de provincia en el caso "Strada"316.
Nuestro pensamiento se había visto concretado en el fallo de la CS, "Giro
Horacio David", pues el Alto Tribunal estimó que la CNCP debe operar como "tri
nal intermedio" -al igual que en su momento las Cámaras Federales de Apelaciones
lo hicieron por obra de los arts. 6' de la ley 4055 y 22, inc. 2', del anterior Código-- -
(consid. Y), pues así se asegura la doble instancia en materia penal, prevista en la
CADH (art. XO, inc. 2", apartado h]), dispositivo actualmente con jerarquía constitu-
cional (art. 75, inc. 22, párr. 2', CN; consids. 10 y 11)"'. Hitters entiende que a partir
de este caso "...la jurisprudencia de la Corte Interamericana debe servir de fuente de
inspiración para interpretar a la Convención de marras, y a la propia Constitución
Nacional, ya que aquélla integra su normativa"318.A partir de "Di N u n ~ i o " ~ la '~,
condición de tribunal intermedio de la casación resulta indiscutible.
Para la distinción entre las cuestiones federales simples y complejas, directas e
indirectas, remitimos al Capítulo V del Libro IV.
La jurispmdencia de la CS ha impuesto que las sentencias, amén de ser funda-
das, deben necesariamente constituir derivación razonada del derecho vigente, con
aplicación a las circunstancias comprobadas en la causa3''; de lo contrario, las des-
califica como acto judicial válido por considerarlas arbitrarias. El tribunal efectúa el
análisis cuando estima que concurren los demás requisitos del recurso extraordinario
federal "ortodoxo".
c) Resoluciún de cuestiones de competencia
Además, incumbe a la Corte Suprema decidir sobre los conflictos de compe-
tencia entre órganos judiciales que carezcan de superior jerárquico común (art. 24,
inc. 7", del dec.-ley 128511958), aunque se trate de un tribunal ajeno a la contien-
da, para evitar una efectiva privación de justicia3''; dicha atribución opera siempre
que se afecte el derecho constitucional de los procesados para ocurrir ante un juez
~ermanente'~'.Debe dilucidar el conflicto entre el Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas y un juez federal, cuando se debate en torno a la sustracción de un menor,
siempre que omitir la resolución se traduzca en una efectiva privación de justicia
y acceder a la inhibitoria de aquél implicaría retrotraer el procedimiento a etapas
superadas cumplidas ante el juez federa1313.No cabe, por vía de amparo, impedir
esta atribución; no es posible tolerar que un TOC Fed. interfiera en decisiones de un
Superior Tribunal de Pr~vincia~'~.
"' CS, Fallos 308:490; en contra PALACIO, "Inapelabilidad de sentencia y articulación de cues-
tiones constitucionales", ED 149-97, f. 44.573.
31' ED 163-161, f. 46.523, connota de Bidart Campos; SJP, LLdel201911995, f. 93.553, comen-
tado oor Palacio.. v, JA 5/7/1995. o. 33.
de la Conc Iiiternlrc'ricalia colliu guía psrn In ll~tcrprclaciijnde 13Constitu-
: ' L a juris~1riidcncia
alojamiento y custodia, cuestión esta que se sometió por vía de hábeas corpus a la
justicia federal (CF La Plata, sala 111). El tribunal platense consideró que se sustraía
al detenido de la jurisdicción provincial sea a través del recurso de hábeas corpus o
del ainparo o de la ley 23.054 -aprobatoria de la CADH- y de la ley 23.338 --en
cuya virtud se dio vigencia a la "Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes7'-. El Alto Tribunal estimó que no puede impe- -
dirse a la justicia local considerar y aplicar la totalidad del orden jurídico del Estado,
en cuya cúspide se encuentra la CN, las leyes dictadas por el Congreso y los tratados
con las potencias extranjeras; la justicia federal carece de jurisdicción para conocer
del hecho emanado de autoridad local que no obstaculiza el ejercicio de funciones
de una autoridad federal3)'.
En la causa "López"3322, la CS abdicó a favor de la CNCP dirimir contiendas de
competencia entre tribunales orales y juzgados en lo correccional; de ahí en más su
carácter de órgano de decisión de conflictos competenciales se limita a los planteados
entre órganos judiciales nacionales y provinciales o entre estos
La intervención de la Corte Suprema se supedita a que los elementos incorpora-
dos al proceso tengan aptitud para calificar, con razonable certidumbre, el hecho que
motiva la causa y discernir al tribunal que corresponde in~estigarlo~~".
Presupuesto necesario para una concreta contienda negativa de competencia es
que los jueces entre quienes se suscita se la atribuyan recíprocame~te~~~.
"' CS, Fallos 322:328; 322579; 323:772 y 323.785, entre otros. Ver además ALBRECHT - AMA-
DEO, La compefencra...,ps. 8, 10.
Texto según ley 26.394, BO del 291812008.
317 BO del 301512008.
'
j9 Art. 3" de la ley 26.371.
Constituida por dec. 11512007, BO del 161212007. Un análisis del anteproyecto puede verse
en la obra colectiva "Análisis crítico del Anteproyecto de Reforma Procesal Penal Nacional", RDP,
LexisNexis, 612008.
Art. 23 COMPETENCIA
grantes del tribunal de juicio que dicta sentencia definitiva, resulta indispensable u
régimen que vele por la correcta aplicación del derecho.
Esta atribución comprende la de rectificar la inobservancia o errónea aplicación
de la ley sustantiva al par que la procesal en los casos que este Código establece bajo
pena de inadmisibilidad, caducidad o nulidad, siempre que ---con excepción de los
casos de nulidad absoluta- el recurrente haya reclamado oportunamente la subsa-
nación del defecto, si era posible, o hecho protesta de recurrir en casación (art. 456).
Caben efectuar dos salvedades: a) al comentar al art. 2', acápite b), cuestionamos el
acierto de utilizar el vocablo "sanciones" -censura extensiva también a la voz "pe-
nas''- para comprender las especies nulidad, inadmisibilidad y caducidad; b) tam-
bién entendemos que existen nulidades virtuales o implícitas según lo expresamos en
la Introducción al Capítulo VII, Título V, de este mismo Libro 1.
Para asegurar la garantía de la doble instancia corresponde declarar la inconsti-
tucionalidad de la limitación establecida en el art. 87 de la ley 23.077, en cuanto veda
la admisibilidad de acudir a este órgano j~dicial'~'.
El procedimiento de extradición (ley 24.767) contempla un recurso de apela-
ción ordinario ante la Corte Suprema sin establecer vía impugnaticia ante la inswcia
ca~atoria~~~.
Ver comentario al art. 49 1, párr. 2'.
c) Inconstitucionalidad
En cuanto a la inconstitucionalidad, el tribunal habrá de operar como filtro para
no abarrotar a la Corte Suprema, sobre todo con el examen de las engorrosas cues-
tiones de admisibilidad del recurso extra~rdinario'~~, criterio establecido por la CS
en la causa "Giroldi" -ver comentario al art. anterior-344.
No le está vedado, como órgano intermedio, por obstáculos formales, la posibi-
lidad de conocer por vía de los recursos de casación, inconstitucionalidad y revisión
cuando deba tratar materias de índole federal345.
d) RevisMn
Abarca los supuestos previstos en el Capitulo VI1 del Libro IV. La creación de
la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional exige determinar a
quién corresponderá resolver los recursos de revisión que se interpongan contra sen-
tencias condenatorias dictadas por tribunales no federales con asiento en la Capital
Federal, con anterioridad a la creación de aquel órgano de casación. La pauta viene
dada por el art. 9", ley 26.371: deberá entender la CNCP -actual Cámara Federal
de Casación Penal- si intervino en algún momento durante el proceso -sea por
recurso contra la sentencia condenatoria o respecto de resoluciones anteriores a su
dictado-. En caso contrario, será competente la Cámara Nacional de Casación Cri-
minal y Correccional.
e) Inaplicabilidad de ley
Además, la ley 24.050 le asigna a la CFCP el conocimiento de un recurso para
obtener la reunión de un plenario destinado a unificar la jurisprudencia (aris. 10 y
11, id.). Atribuciones que también le son asignadas a la CNCCC (ari. 11 bis, último
párrafo, id.).
f) Zonas judiciales
La ley orgánica asigna también a la CFCP, determinar los juzgados de primera
instancia que tendrán competencia temtorial en las zonas judiciales de la Capital
Federal y la distribución del trabajo entre los restantes tribunales, cuando así corres-
ponda (ari. 5", párrs. 2' y 3O, id.), normativa que debiera ser compatibilizada con la
creación de la CNCCC (ley 26.371).
Ver arts. 7", So, 10 y 11 de la ley 24.050.
g) Cuestiones de competencia
g.1. Criterios anteriores a la ley 26.371
Lajurisprudenciade la CS -por mayoría en la causa "López'- ha ensanchado,
sin sustento legal, la competencia de ese tribunal, pues lo considera superior común,
en los términos del ari. 24, inc. 7', del dec.-ley 128511958 para dirimir contiendas
entre tribunales orales y juzgados en lo correccional. Palacio censura dicho criterio,
pues se asigna una facultad "...sin norma explícita alguna...", al par que se restringen
las atribuciones del Alto Tribunal "...a los conflictos competenciales suscitados entre
órganos judiciales nacionales y provinciales o entre estos últimos"346.Sin embargo, la
CS3" no intervino -por mayoría- en un conñicto suscitado entre la CNCP, sala 11,
y el TOC, nro. 7, al recabar éste la avocación de aquélla para dilucidar una nulidad dis-
puesta por la Casación. La mayona estimó que no había causa judicial para resolver.
En vez, la disidencia ---cuyos fundamentos compartimos- consideró aplicable el ari.
24, inc. 7", del dec.-ley 128511958, por existir conflicto entre dos iribunales y carecer
de órgano superior común para dirimirlo; subrayó que "...las decisiones de los tribu-
nales orales dictadas dentro de los límites de su competencia deben ser acatadas por
los jueces insiructores, cuando aquéllos ejercen su facultad de reenvío. En este último
supuesto, los jueces de insirucción no podrían apartarse del temperamento sostenido
por los tribunales orales..." (consid. 11); añadió que la CNCP "...carece de facultades
para résolver un conflicto entre un juez de insirucción y un tribunal oral, en un caso
como el presente, en el que este último actuó en carácter de 'superior' del primero, al
anular actuaciones llevadas a cabo ante el magistrado de instrucción. En efecto, en tal
supuesto sólo impropiamentepuede hablarse de un 'conñicto de competencia' entre el
juez de instrucción y el tribunal oral, pues no existe entre estos órganos judiciales la
siiuación de independencia que supone un conñicto de esa naturaleza y que autorizaría
- 4 e darse- a la Cámara de Casación para dilucidarlo..." (consid. 12)34n.
"'
1:1> 157-i O',. f. 15.61h . i.on nora de aqiici autor: " L a ('amara Ndciuiial d i <:nsaciun Penal ) las
ciieiiones dr. ~uini~eicrio;~", L1. del 16 12 l09j. t: 9 : 8 3 % .o Jh 19%-l\'-5;. sutiis 23 d 25.
'" Fallo del 18/5/1994, Expte. 409194. Superintendencia judicial. TOC nro. 7, sIavocaciOn, autos
"Martinez, Jorge Eduardo".
'" Ver el antecedente de CNCP, sala 11, JA 1994-11.448.
Art. 23 COMPETENCIA ,
juzgado nacional en lo correccional363; también entre una CCCFed. del interior del
país y un juzgado de instrucción de esta ciudad3*.
g.2. La creación de la CNCCC i
La división del tribunal de casacióieutre CFCP y CNCCC (ley 26.371) provo-
cará que algunos de estos criterios jurisprudenciales ya no puedan ser aplicados. Es
que en muchos supuestos ninguno de estos tribunales será órgano superior común
para decidir la contienda36s,motivo por el cual deberá ser decidida por la CS (art. 24,
inc. 7", dec.-ley 128511958),
h) Superintendencia
Conforme al art. 118, RJN-acordadas 3611994 y 511995 de la CS-, la CNCP
ejerce la superintendencia sobre los tribunales orales en lo criminal de la Capital
Federal; le corresponde designar -art. 31 del dec.-ley 128511958, modificado por el
art. 5 1 de la ley 24.050- al magistrado reemplazante del que se encuentra de licen-
cia o que por cualquier otra causa no pueda integrar el tribunal al que pertenece366.
Criterios estos que deberán ser adaptados conforme a la creación de la CNCCC (ley
26.371).
i) Consulta
El art. 1' de la ley 24.390, actual lo de la ley 25.430 -que reglamentan los
plazos de prisión preventiva-, instauran un régimen de consulta bajo el modo
de comunicar de inmediato al tribunal de apelación correspondiente su prórroga
"...para su debido contralor". Cuando la medida cautelar fue dictada por un tribunal
oral incumbe a la CNCP autorizar la extensión del plazo; se trata de una revisión
automática y obligatoria sólo impugnable, eventualmente, por vía del art. 14, ley
48. No puede cuestionarse mediante la solicitud de excarcelación, salvo que se sus-
tentare en causales distintas a las previstas en la ley que limita el encarcelamiento
preventivo.
El tribunal se encuentra facultado "...para revisar en plenitud..., sin los limites
impuestos por los recursos extraordinarios que habilitan su competencia de impug-
nación, los fundamentos de la prórroga adoptada y decidir si se ajustan a derecho y
a las constancias del proceso, aun sin requerimiento de parte... Es, entonces, la ley la
que ha querido en este caso crear un régimen de control de la decisión de prórroga
asimilable a una consulta para ante el Superior (análoga a la del art. 10, ley 23.098),
atendiendo a razones de celeridad y al carácter irreparable de un encarcelamien-
to cautelar indebido, de forma tal de asegurar el examen de la totalidad del fallo
del tribunal inferior en grado y, en su caso, confirmarlo, revocarlo o anularlo"367.
Corresponde a este órgano controlar la prórroga dictada por el tribunal de juicio por
ser la única instancia superior inmediata368.
Similar facultad tienen las Cámaras de Apelaciones (arts. 32, inc. 2', acápites
c], g] y f j y 49, incs. a] y b] de la ley 24.050; 90 de la ley 24.121; 24 y 31).
Fallos 316:1524.
'~4 CS, LLdel211112001, f. 102.831.
Como sí se le atribuía a la CNCP en Fallos 322:3071, entre otros.
CS, "Navalle, Escudero", JA del 131811997,p. 37.
CNCP, sala 1, LL del 191211999, f. 98.369.
'" CNCP, sala IV, "Betancur Martinez, IdeS", .!A del 9/8/2000, p. 35
Art. 24
Anota Bruzzone que "se puede afirmar que el control legal obligatorio convier-
te a la intervención del superior en un control idéntico, y con similar amplitud Q
mayor-, al que le corresponde a las cámaras en un recurso de apelación, debido a
que la intervención no se encuentra limitada a los términos del recurso. El superior
que revisa se encuentra facultado para realizar consideraciones de toda clase; no
sólo establecer si la demora puede ser imputada a deficiencias del órgano que la dis- -
pone sino también para declarar, por ejemplo: nulidades absolutas, valorar hechos,
modificar calificaciones, etcétera, en tanto éstas supongan modificar la situación de
detención"369.Esta vía de consulta se suma a la consignada por el art. 348, párr. 2'.
a) Inciso 1"
El juzgamiento en oralidad mediante instancia única importa una notable res-
tricción al conocimiento que tenían antes los tribunales del recurso por antonomasia
que es la apelación.
Eliminado el reexainen de los hechos -salvo situaciones de excepción (art. 456,
inc. 2"+, pues quedan fijados en la instancia única a través de lo decidido por el
tribunal en lo criminal (art. 25), el tribunal federal en lo criminal (art. 32), el juez
en lo correccional (art. 27, incs. lo y 2"), el tribunal de menores (art. 28), el juez
de menores (art. 29, incs. l o y 2") y el juez federal (art. 33, inc. 2"), las Cámaras de
Apelación sólo conocen de los recursos contra resolucioiies insmictorias "...cuando
corresponda..."; ver lo prescripto por el art. 449.
En principio no son recurribles las decisiones adoptadas por el juez en or-
den a la selección de las probanzas propuestas por las partes durante la instrucción
(art. 199) ni el auto de elevación a juicio (art. 352, primera oración). Tampoco el
decreto de elevación, pues su dictado descuenta desinterés de la defensa por abrir la
contradicción (art. 349 a contrario). En cambio lo son, por disposición expresa, el
auto de procesamiento o la falta de mérito (art. 3 11) y también aquellas decisiones
atingente5 a la libertad personal: auto que conceda o deniegue la exención de prisión
o la excarcelación (arts. 332), las excepciones opuestas durante esta etapa (art. 354),
el auto de sobreseimiento (art. 352, última oración); también la desestimación o el
archivo dispuestos en los delitos de acción pública (art. 195, páni 2', oración final) o
la declaración de incompetencia (art. 180). Ver comentario al art. 347.
Durante la instrucción también nge el recurso de apelación contra resoluciones atin-
gentes al embargo y respecto de la inhibición (art. 449, oración final, y además art. 520).
En los juicios correccionales y en los de menores operan las mismas reglas que
para las resoluciones instructorias (conf. arts. 405 y 410, respectivamente).
"Los mecanismos de control de la prórroga de la prisión preventiva", LL del 191211999
""exto según ley 24.121.
64 COMPETENCIA Art. 25
En los delitos de acción privada debe aceptarse un control previo sobre el ob-
jeto del proceso; cabe, pues, la apelación respecto de la desestimación liminar de
la querella37'. Incluso se la estima admisible para cuestionar la convocatoria a la
audiencia de conciliación (art. 424)372.
El texto del inc. lo resulta interpretación auténtica contextual en orden a los
recursos respecto de lo decidido por los jueces de ejecución "...cuando corresponda,
en los casos de la suspensión del proceso a prueba ..." (ver art. 293). Al admitirse el
recurso de apelación ante la Cámara Federal respecto de lo decidido por el presidente
de un TOC Fed. quien, al actuar como juez de ejecución, no accedió a la restitución
de efectos secuestrados, pareciera haberse echado mano de la prescripción más am-
plia del art. 31, inc. 1°373.
La CNCP, sala 1, entiende que la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Co-
rreccional es competente para revisar la decisión del juez de ejecución que revoca la
suspensión del juicio a prueba concedida por el Tribunal Oral3".
b) Inciso 2"
El art. 127 advierte Terca de la inexistencia de queja por retardo de justicia
pues sólo establece una denuncia ---en realidad instancia- ante el tribunal de su-
perintendencia como vía idónea para el reclamo. Se trata de una medida de dicha
naturaleza y no de un recurso como la propia Exposición de Motivos lo admite375.
En vez, el Código prevé únicamente el recurso a1 denegarse una impugnación
(arts. 476 a 478).
c) Inciso 3"
Las resoluciones sobre competencia entre Órganos de la justicia nacional que no
tengan un superior jerárquico común son resueltas por la Corte Suprema.
Este inciso excluye las cuestiones suscitadas entre jueces de primera ins-
tancia y cámaras o tribunales de juicio que se resuelven en la forma expuesta en
el punto c) del comentario al art. 22, con la variante introducida por la CS en la
causa "Lópe~""~.No es el sistema seguido cuando se trate de tribunales federales
(art. 31, inc. 3').
j7'
.
CNCP. sala 111.,BJ.. nro. 4., DS. 71172.
"WCC, sala VI, ED 154-437, nro. 96; CCC, sala VI, c. 289 del 251211993; sala V, c. 990, queja,
H-56 del 2/12/1993.
"' CNCP, sala 11, LL del 14/1/2003, f. 104.988.
'" LLdel311112003, c. 4165, reg. 5086.1.
Ed. del M~nistenode Justicia, p. XXXIII, epígrafe "Queja", párr. ZO,Buenos Aires, 1991
Vh ED 157-100, f. 45.616, o LL del 1611211993, f. 91.838, o JA 1994-IV-54, suins. 23 a 25.
Art. 25
a) Primer Convenio
El 7/12/2000 se firmó entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires el "Convenio de Transferencia Progresiva de Competencias Penales
de la Justicia Nacional al Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires",
aprobado por ley nacional 25.752382y de la Ciudad 597383.De esta manera se trans-
firió a la Ciudad la investigación y juzgamiento de los delitos de tenencia y porta-
ción de armas de uso civil y su suministro a quien no fuera su legítimo usuario384y
aquellos previstos por los aris. 3; 4' y 38 ley 24.192 (Espectáculos Deportivos). Se
aplica a las causas pendientes385,salvo que ello implique despojar de efecto a actos
procesales válidamente cumplidos, ya que importaría un obstáculo para la pronta
terminación de los procesos386. No comprende a la tenencia ilegítima de arma de
guerra, por no haber sido objeto del convenio de tran~ferencia~~'.
BO del 281712003.
BOCBA del 291912001.
)O-er ley 25.886 (BO del 5/5/2004).
jS5 CS Fallos 327:3984.
CF Bahía Blanca, sala 11, ED 167-33, f. 47.067, o LL del 61511996, f. 94.227, con nota de
Quevedo Mendoza; rd., sala IV, LL del 291512000, f. 100.323.
CCC, salaV, dcl 511111992, c. 47.
'"CCC, salaVII, 261911992, c. 95, y 411211992, c. 119; sala V, 1911111992, c. 73.
68 COMPETENCIA Art. 27
"La actuación del juez correccional en la instrucción y en el juicio frente a los traiados inter-
nacionales que aseguran la imparcialidad judicial".
jq9 ED del lll111999, f. 49.637, o LL del 17/9/1999, f. 99.356, o JA 1999-IV-132.
nal", JA 2001-1-1217.
40' Fallos 328:1491
' 04 Juicio oraL.., ps. 1881197.
406 Sala 111, BJ nro. 5, ps. 5,6; en sentido similar, CCC, sala 11, 1011111992, "Lento", JA 1994-
IV-55, nro. 38.
'" Eljuicio..., p. 174.
.27 COMPETENCIA 69
puestas. Por su parte, J. G. Moras Mom estima que los delitos de acción privada son
de competencia correccional, aun cuando una eventual refonna superara el monto de
la pena, pues la competencia en lo criminal se atribuye sólo para entender en delitos
de acción públicam8.
En la Capital Federal intervienen los jueces correccionales y no los tribunales
orales en el juzgamiento de las causas por delitos de acción privada409. -
La competencia correccional es de carácter excepcional y solamente se habilita
"...siempre que, por alguna otra disposición legal no se codera competencia a otro
tribunal ..."410.
En virtud de la penalidad -inc. 2"- esta competencia se excede si los delitos
investigados tienen posible encuadre en una figura más grave4". Le corresponde
intervenir en los homicidios culposos si la causa se inició antes del agravamien-
to de la pena por vía de la ley 25.1894'2. La atenuante generica establecida en el
art. 279, inc. lo, CP, impone una escala penal para el encubrimiento no superior a
la del delito precedente; de modo que si el delito de base se adecua al art. 162, CP,
la pena aplicable no puede exceder de los dos años y resulta competente la justicia
correccional413.
Cabe hacer excepción a las reglas de conexidad y escindir el juzgamiento de los
delitos de naturaleza federal de aquellos de índole coinún, cuando los hechos denun-
ciados coiresponden a dos conductas delictivas diferentes -hurto de una resma de
papel e incumpli~nientode los deberes de funcionario público por omisión de denun-
cia-; debe declararse la competencia del juzgado correccional en cuanto al hurto4I4.
Tiene competencia para entender cuando se investiga la muerte del feto dentro del
seno materno si los hechos fueron ocasionados en función de las lesiones sufridas
por la damnificada porque la conducta está prevista en el art. 94, CP4'5.
Si los sumarios se acumularon por aplicación del art. 41, inc. 3", incumbe al
ribunal de Menores juzgar los dos delitos --encubrimiento por receptación dolosa
y tentativa de hurto con escalamiento cometidos por el mismo imputado---- toda vez
que no corresponde dejar sin efecto la tramitación conjunta pese a atribuirse al me-
nor un delito de naturaleza corre~cional~'~.
"' CS, DJ 2001-3-380, f. 17.297, o ED 511112001, con nota de PALACIO, "A propósito de la
coinpelencia contravencional de los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires".
'IR LL del 11711996, f. 94.437, o ED 170-395, f. 47.594, con nota a favor de Gozaini; i d , sala E,
LL del 4/9/1996, reseña 38.894-S; id., id., quien deja afuera las infracciones a la ley de tránsito, DJ
1997-2-837, f. 11.974.
Ver ORGEIRA - RUA, "Las sanciones impuestas por lajnsticia municipal de faltas: posibilidad
de recurrir ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil (ley 24.449)", JA 1997-1-751,
42@CS,1997-11-462,
"' C. Nac. Civ., sala H, al revocar una decisión en sentido contrario de la Jusiicia de Faltas, LL
del 111211998, f. 96.586.
'" "Pesas y Medidas", Código Alimenfario A ~ e n f i n oconf.
; LOSA,"Código de Convivencia",
LL del 251311999. Ver art. 33, inc. 2'.
COMPETrnCIA
comisión del hecho, aunque hubiese excedido dicha edad al tiempo de juzga-
reprimidos con pena privativa de la libertad mayor de tres
e menores conocerá:
ación de los delitos de acción pública cometidos por me-
an cumplido dieciocho (18) años al tiempo de la comisión del
el juez de ejecución
30. El Ikibunal de Ejecución conocer4 de los asuntos establecidos en el
ibro V del Código Procesal Penal.
Corresponde hacer la salvedad de que el cómputo de la pena incumbe al tribu-
al de juicio ante el cual debe sustanciarse, si mediare oposición -desacuerdo-,
el respectivo incidente, que queda detraído de la competencia del juez de ejecución
"' El an. 14 de la lev26.371 establece: "Las dis~osicionesde esta ley se im~lemeniaránuna vez
q ~ ec cLenre coi1 21 ciiuiro presiipu'ctnrionecesitio para la arenciun Jel &!ssioque su vbjctu deniande,
. .
el que $e ininurori al DrenuDuesio Dora el zicriicio dcl aiw ?U08 del 1'ddi.r Jiidi;ial dr' la Ndci611.Los
mági.;tradon;~ionariosy emple'ados que se designen en los cargos creados, sólo tomarán posesi6n
de los mismos cuando se dé la mencionada condición financiera".
Ejecución..., p. 151.
""p. cit., ps. 158, 159.
"" CNCP, plenario nro. 1,2714/1994, "Maldo~iado,Marta", LL del 121711994, f. 92.323.
Código...,ps. 1001101 y 116.
COMPETENCIA e
La CS, por acordada 6811993 del 711011 993, estableció que basta la iiltegraci
definitiva de los TOF, las funciones del juez de ejecución en todas las causas con
sentencia condenatoria firme serán ejercidas por los magistrados que dictaron los
respectivos pronunciamientosM6.
Su competencia no cesa aun cuando la pena se cumple en un establecimiento
'16 CNCP, sala IV, ED del 301612000, DPPC, f. 123; id., id, 31311999, "Abdian, Victor", c. 1399,
r. 1739.4, oDJ2000-1.693, f. 15.130; id., id, ED del 711212000, DPPC, f. 150.
CNCP, sala 111, JA2000-IV-685.
"S CS, JA del 131312002, p. 66.
CNCP, sala N, LL del 181212003,f. 105.077.
'" Incorporado por ari. 3", ley 26.371, BO del 301512008.
46' Fallos 328:1108. Ver comentario art.457, acapite h).
Ast. 31 COMPETENCIA
a) Inciso lo
En primer temino conoce de las impugnaciones deducidas contra las resolu-
ciones de los jueces federales cuando actúan como instsuctores (art. 23, inc. lo), en
los mismos supuestos que la Cáinara de Apelación (art. 24, inc. lo) respecto de los
jueces de instrucción (art. 26). Téngase en cuenta lo expuesto acerca del iuero en lo
penal económico en la introducción al Capítulo 11, Titulo 111, Libro 1.
Las contravenciones previstas en el Código Aduanero deparan la intervención
de estos órganos462.
b) Inciso 2"
También le está asignado ----con acierto discutible porque no se trata de un recur-
so- el conocimiento de la queja por "...justicia retardada...", con el mismo alcance
que en los casos de las Cámaras de Apelación (ver comentarios a los arts. 24, inc. 2O,
y 127). Ver la queja por denegación del recurso prevista en los arts. 476 a 478.
c) Inciso 3'
Decide las cuestiones de competencia entre tribunales federales en lo criminal y
eces federales, ya sea del lugar de su asiento como de los demás distritos judiciales
rts. 3", ley 24.050, y 21,24.121; ver comentario al art. 22, punto c]).
Pese a que los Tribunales Orales y las Cámaras de Apelaciones tienen idéntica
jerarquía, por razones exclusivamerite prácticas se les atribuye decidir las cuestio-
nes que involucren a los primeros4". Este precepto colisiona con la política proce-
sal imperante acerca del tribunal decisor de las cuestiones de competencia, tal cual
ha sido expuesto al comentar el art. 24, inc. 3". Según Palacio, como consecuen-
cia del criterio sentado por la CS en el caso "López" (ver comentario al art. 23),
"...fuera de las contiendas planteadas entre tribunales y juzgados de una misma ju-
risdicción temtorial, cuya decisión corresponde a la Cámara Federal respectiva, y de
las suscitadas entre jueces nacionales (federales u ordinarios) de toda la República
que deben ser resueltos por la Cámara de la que dependa el juez que previno (art. 44,
Cód. Proc., y 27, inc. 7', dec.-ley 128511958), las restantes cuestiones de esa índole
ingresarían al ámbito..." de la CNCP4@.Una vez resuelto el conflicto, más allá de su
acierto, debe acatarse si11que el juzgado receptor pueda volver a plantearlo465.
No hay conflicto entre tribunal oral y juez federal cuando este último discrepa
con lo resuelto por aquél en el marco de sus facultades, como consecuencia del exa-
men impuesto por el art. 354 y se trata de una nulidad absoluta (art. 168, párr. 2°)M6.
Sin embargo, se han dictado resoluciones en sentido contrario decidiéndose que la
Cámara Federal debe dirimir la Las decisiones adoptadas por el tribunal
de juicio en función del citado art. 354, ceñidas a la declaración de nulidad, pueden
decidirse de oficio y resultan de obligado acatamiento por los jueces de instrucción,
siempre que resulte aplicable el art. 1674G88.
La de la Capital Federal conoce, además, en los recursos contra las decisiones
del jefe de la Policía Federal Argentina en materia de derecho de reunión (art. 20, ley
24.050). Las radicadas en el interior del país actúan en su respectivo ámbito territo-
rial (arts. 3' y 21, id.).
La ley 25.269 estableció que los TOC Fed. radicados en provincias que no
cuentan con Cámaras Federales de Apelaciones pasarán a constituirse y denominar-
se como Cámara Federal (art. lo). Tiene competencia para conocer en los supuestos
establecidos en el art. 24 (art. 2"). Se prevé su integración en los casos pertinentes
(art. 47, cuáles funcionarios del MP intervendrán ante ella (art. 5") y se establece
competencia apelada contra las resoluciones definitivas de los organismos y entes
administrativos en los casos autorizados por las leyes (art. 6'). Su art. 7" detennina
que esta nueva jurisdicción y competencia será asumida a los sesenta (60) días de
publicada la ley469.La CS por acordada 19/2000470,de fecha 14/8/2000, resolvió
mantener la competencia vigente hasta la sanción de la ley 25.269 hasta tanto decida
lo concerniente a la asignación de causas nuevas o en trámite; para ello se basó en su
deber institucional de adoptar las medidas apropiadas para evitar que la nueva distri-
bución de competencias afecte la adecuada administración de justicia y, con ello, los
derechos y garantías de los justiciables. Asimismo, por acordada 21/2000471,dispuso
declarar que la vigencia de todas las disposiciones de la mentada ley quedadiferida
para la oponunidad prevista en la acordacla 19 2000.
Pero los alcances de 13 gatantia de imparcialidad fijados por la C:Sen..LIc~ewa"~~?
tomaron incompatible las atribuciones asignadas a los ~ribunalesOrales en lo Cri-
minal Federal473por los arts. 28 y 32 del Código -actuación como tribunal de jui-
cio- y por el art. 90, ley 24.121 -íünciones de órgano de alzada respecto de las
resoluciones dictadas por los jueces de instrucción-. Con buen criterio, la CS dictó
la Acordada 2312005474mediante la cual se excluyó la intervención de los tribunales
orales aludidos como órgano de alzada respecto de las resoluciones correspondientes
a la instrucción de procesos penales en los que ulteriormente deban intervenir como
tribunales de juicio. La función excluida pasa a ser cumplida por las Cámaras Fede-
rales de Apelaciones que son cabecera del distrito respectivo.
4 8 V e x tsegún
~ ley 26.679 (BO del 9151201 1)
CS, LLdel 71212003, f. 105.034.
COMPETENCIA
va de orden constitucional"; define en qué consiste aquélla "...con lo que está tipi
ionalmente a una figura penal". Todo Estado tiene competencia para
ender en los supuestos de desaparición forzada cometidos en su ámbito territorial
uando el imputado sea nacional de ese Estado o cuando lo sea la
Machado Pelloni publicó un trabajo en el que se afronta este tópico, y en un
uadro se establecen las relaciones entre figuras del Código Penal y disposiciones -
onstitu~ionales~~~.
El art. 32, CN, prohibe al Congreso federal dictar leyes restrictivas de la liber-
de imprenta o que establezcan sobre ella la jurisdicción federal, lo que no quita
los delitos comunes cometidos por medio de ella resulten competencia de los
eces federales o provinciales según la jurisdicción que corresponda497.
regidas por las leyes de la Nación excluyen a los Códigos dicta-
eso, en función del art. 75, inc. 12, CN, excepto que se trate de la
ral por razón de la persona o del lugar, en que resultan aplicables la
idad de sus disposiciones. Comprende los delitos previstos en leyes federales
ales. De manera que no se refiere a cuestiones captadas por la codificación ge-
es son leyes que el gobierno dicta por delegación expresa de las provincias
y, por eso, es una facultad restrictiva que debe ajustarse a los términos expresos de
fa airibución concedida.
Cabe señalar que, a veces, el Código Penal aloja disposiciones de carácter neta-
mente federal; tales son los casos de delitos contra la seguridad de la Nación -Títu-
lo IX del Libro 11- y la falsificación de moneda castigada por el art. 282.
Quedan comprendidos en este precepto los delitos que perjudican el patrimonio
'onal, aunque sea eventualmentea8. Si los aportes del Tesoro nacional fueron
sferidos a la Tesorería General de la provincia, su afectación o uso indebido sólo
udicado a las rentas locales499.A su vez, si la afectación se produce sobre
servicio de carácter local, el hecho incumbe a la justicia de instruc-
ficada la Administración Pública si los hechos consisten en
nes públicos concesionados -terminales portuarias- en contravención
*15 S A G ~'olerarquía
~ S , constitucional de la Convención Interamericana sobre Desaparición For-
zada de Personas", ED 173-888.
"Sobre las tensiones entre el derecho de resistencia y el derecho penal", JA 2000-IV-
132611343.
CCC, sala V, DJ 2000-3-433, f. 16.064.
' 9 8 CS, Fallos 229:756; 245:381; 307:2161; 308:704 y 1993. AMADEo, "Competencia federal:
crímenes que defraudan las rentas de la Nación", JA 1996-111-1108.
" 9 CS, JA 2000-1-90, o LL del 261512000, f. 100.299.
* ' O Una opinión critica hacia esta reforma puede verse en PROCAJLO y BARBARÁ,"La ley
26.052: nueva atribución de competencia en materia de estupefacientes", SJP, LL del 2811012005, p. 11.
"' CS, 201212007, "Castro", RDP, LexisNexis, 812007, p. 1471.
CS, 2711212006, "Echevaría", RDP, LexisNexis, 812007, p. 1472.
CS, 4/4/2007, "González", RDP, LexisNexis, 512008, "Actualrdad en la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación 1-2008", p. 803.
"V CFSan Martin, sala 11,71811994, "Pregnolato", JA del 121411995,p. 20, con importatite nota
de Cafferatta, "Antijwidicidad, autoria y responsabilidad penal en la ley 24.051. Régimen probatorio";
también CS, JA 1996-111-62.
CS, DJ 1999-3-667, f. 14.766.
CS, DJ 2000-3-599, f. 16.116, o JA2001-111-88.
COMPETENCIA Art. 33
"' CS, 261212002, "Costa, Ricardo"; la disidencia del doctor Moliné O'Connor exnresa Que al
rciultar de las probarin~del siiniiirio que L'I objero d s 13 cdus:i iiioli\ J dz la coiitizndd i.s deterniinnr si
I;i corirnniiiiacr<jiireii.lraiitr ,le la emanaci0n d i liquxdus closc:ilzi a 1s \ i s publi~ari>iistitiive un Iiecliu
punible de los previstos en la ley 24.051, en razón de lo dispuesto por el'art. 58 de dicha nonnativa,
corresponde su conocimiento al fuero de excepción.
CS, 141612005, "Muro", Competencia NO. IS.XL1. difundido por el servicio de correo elec-
trónico de la Secretaria de Jurisprudencia de la CCC.
CS, ED del 131912002, f. 51.658; id,,71612005, Competencia 1657.XL "Empresa SantaTere-
sita", 5; 1511112005, Competencia 936.XL1, "Arias", estos últimos difundidos por el servicio de correo
electrónico de la Secretaría de Jurisprudencia de la CCC.
ED del 22/4/2004, p. 14.
s2' BO del 291712002.
"' DE LA VEGA- G~MEZ,"Medio ambiente. residuos pciigrosos y competencia federal", LL
del 1311212002.
IZ3 BARBARÁ, '%as sanciones penales en la Ley de Riesgos del Trabajo", JA 1996-1V-666.
CS, Fallos 196:456; 261 :215; 201212007, "Gómez", JA del 291812007, p. 52.
CS, Fallos 25756.
* 2 V S ,ED 154-138, f. 45.276.
I" CS, ED 168-49, f. 47.225.
IS'CS, 2911112005, "Hanselman", Competencia 739.XL1, (se trataba del uso del teléfono allí
instalado para obtener claves de tarjetas y efectuar consumos), difundido por el servicio de correo elec-
trónico de la Secretaria de Jurispmdencia de la CCC.
CLARIÁOLMEDO, Tratado..., t. 11, p. 157.
CS, ED 154-582, f. 45.379.
CS, ED 174-648, f. 48.282.
CS, JA 1998-11-96.
CCC, sala VI1, LL del 261311999, f. 98.526.
CCCFed., sala 1, DJ 2001-1-922, f. 16.597.
CS, 1511112005, "Ragendorfer", Competencia 1092.XL1, (se trataba de procedimientos or-
denados por la justicia federal), difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaria de
Jurispmdencia de la CCC.
'19 CS, 241511993, comp. nro. 387. XXIV.
D) Casos especiales
Se trata de delitos que no son específicamente federales. En su mayoría y, aten-
diendo a contingencias del momento, la ley 20.661 los incluyó en la competencia
federal. La jnrisprndencia de la Corte Suprema decantó esta extensión, en principio
violatoria de lo prescripto por el art. 116, CN, y de su carácter restrictivo; así resolvió-
que para radicar la causa en sede federal debía resultar de modo inequívoco que los
hechos no tenían estricta motivación particular y que, además, existiese la posibili-
dad de resultar afectada, directa o indirectamente, la seguridad del Estado nacional o
de alguna de sus institucioness7'. En cambio, correspondía remitir al Consejo Supe-
rior de las Fuerzas Arniadas para conocer un caso cuando los episodios se produjeron
en operaciones con el motivo alegado de reprimir al terrorisino, detrayéndolo de la
competencia provincial572;así quedaba abierta la posibilidad de reexamen por la
justicia federal en los términos del art. 445 bis, CJM (actualmente derogado por ley
26.394) 573.
Si se investiga el delito previsto por el art. 142 bis, CP, los hechos tienen estricta
motivación particular y no existe posibilidad de resultar afectada la seguridad del
Estado nacional, es competente la justicia en lo criminal de
Laexcepción referente a la simple tenencia de armas de guerra obedece a una
modificación efectuada por la ley 23.817; su aplicación se supedita a que dicha te-
nencia esté determinada por el uso para la comisión de un delito federals7s.Desde
luego que siempre prevalece el principio del respeto a los procesos ya radicados en
sede Puede resultar competente la justicia provincial para investigar la
tenencia de un arma de guerra aun cuando contenga una munición de tal carácterS7'.
Asiste razón a la CCCFed., San Martín, sala 1, cuando distingue -luego de la refor-
ma operada por ley 25.086s7s- si la portación de arma de fuego de uso civil reúne si-
milares características a la tenencia de arma de guerra, concluyendo que el principio
contenido en la ley 23.817 debe prevalecer e inclinar la solución al conocimiento de
la justicia local; de otra manera resultaría iiicongrnente habilitar la justicia de excep-
ción por el delito menor y mantener la ordinaria para los que afectan más severamen-
te idéntico bien j n r í d i ~ o ~ Si
' ~ .los elementos incautados -granadas- encuadran en
el tipo de materiales previstos en el capítulo 1 del dec.-ley 30211983, reglamentario
de la ley 20.429, cuya tenencia está prohibida por las disposiciones del art. 27 de esa
norma, resulta competente la justicia federalsso.
Debe tenerse en cuenta que en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res se transfirió al Poder Judicial de dicha ciudad la investigación y el juzgamiento
Tanto en esta sección como en las dos siguientes se regulan los limites dentro
de los cuales cada tribunal unipersonal o colegiado puede ejercitar la jurisdicción,
luego de deslindada la competencia federal propiamente dicha frente a la nacional u
ordinaria en la sección anterior; también frente a la provincial. Dicho criterio no sólo
esclarece la relativa a la materia desde el punto de vista institucional -federal,,na-
cional o provincial- o por la gravedad del hecho ---criminal o correccional- sino
también funcional, pues afronta la intervención de los diferentes tribunales del mis-
mo ordenamiento (v.gr., Casación, Cámaras de Apelación, Tribunales Orales, jueces
de primera instancia).
Cuando la causa corresponda al conocimiento de la justicia federal o nacional
se seguirá el trámite del juicio común (Libro 111) o correccional (Libro 111, Título 11,
Capítulo 1) según el monto de la pena o, conforme a la naturaleza de la acción, el
señalado en el Libro 111, Titulo 11, Capítulo TI.
El juzgamiento de los menores (Libro 111, Título 11, Capitulo 11) conesponderá
a los órganos específicos en la Capital Federal (art. 2', incs. c] y e], ley 24.050), ya
se trate de un delito de carácter federal o común. En provincia, en estos episodios
intervendrán los jueces federales (art. 27, id.), desde luego siempre que el hecho esté
comprendido dentro de la competencia federal.
En el fuero penal económico el juzgamiento, cualquiera sea la gravedad del delito
-criminal o correccional-, corresponde al Tribunal Oral (arts. 13 y 25, ley 24.050).
Determinación
34. Para determinar la competencia se tendrá en cuenta la pena estable-
cida por la ley para el delito consumado y las circunstancias agravantes de ca-
lificación, no así la acumulación de penas por concurso de delitos de la misma
competencia.
Cuando la ley reprima el delito eon varias clases de pena, se tendrá en-
cuenta la cualitativamentemas grave.
a) Generalidades
Se trata de un supuesto de competencia cuantitativa o por importancia del con-
flicto, atendiéndose a la entidad de la pena atribuida: la más grave al fuero en lo
criminal y la menos grave al correccional; aunque no siempre se admite este tem-
peramento, pues se lo enfoca como un distingo en punto a la materia objeto de la
pretensión penalsas.
Para diferenciarla se debe acudir a la escala fijada por el Código Penal en abs-
tracto. No se tiene en cuenta la pena que en concreto correspondería al caso juzgado.
Así, en el supuesto de las lesiones culposas, como el máximo de la pena es de un
año (art. 89, CP), son resueltas en instancia única por el juez en lo correccional (art.
27, inc. 2") o de menores (art. 29, inc. 2") o federal (art. 33, inc. 2'). En cambio, las
graves (art. 90, CP), cuyo máximo es de seis años, incumben a los tribunales en lo
criminal (art. 25) o de menores (art. 28) o federales (arl. 32).
En vez, la escala fijada por el art. 55, CP, para el concurso real resulta ino-
cua para decidir esta competencia. De suerte 'que, aunque concurran cuatro lesia-
nes culposas -con un máximo de cuatro años (arts. 55 y 89, i d . ) , su juzgamien-
to no escapará a los juzgados unipersonales con competencia en lo correccional
(arts. 27, inc. 2', 29, inc. 2", y 33, inc. 2").
Cabe advertir que si el delito tiene fijada en el Código Penal pena no privativa
de libertad-por ejemplo, la aplicación arbitraria de fondos del art. 260, id.- siem-
pre tramitará por las formas del juicio correccional (arts. 27, inc. lo,29, inc. 2", y 33,
inc. 2").
El último párrafo comprende los casos en que el delito se halle reprimido con
penas de distinta cualidad o especie; así para el homicidio en estado de emoción vio-
lenta y el homicidio preterintencional (art. 81, inc. lo, apartados a] y b]) reprimidos
con reclusión de tres a seis o prisión de uno a tres años, corresponderá el trámite
criminal, pues la pena más grave -la reclusión- supera los tres años.
b) Jurisprudencia
Se ha resuelto que, paradeterminar lacoiiexidad enel supuesto del art. 42, inc. lo,
la gravedad allí mentada se establece conforme a este artículoss6.Desde este último
punto de vista "...se atiende, por lo general, a la gravedad de la infracción con que
esté sancionado ... Nos hallamos aquí ante una división de la competencia por razón
del petitum o de la importancia de la pretensión, que se corresponde con la que por
razón de la cuantía se establece en orden a los procesos
Corresponde a la justicia local entender en la causa seguida contra quien fue de-
tenido por la policía provincial al intentar robar en un colegio mediante la utilización
de tina pistola ametralladora y un revólver calibre 22, toda vez que el conflicto susci-
tado debe ser resuelto a partir de la preponderancia de la figura de tenencia ilegal de
arma de guerra como punto determinante para la calificación del hecho, aun cuando
de su unidad contextual surja que también concurre la figura prevista en el art. 189
bis, párr. 3', CP, ello en razón de que la protección que se intenta para la seguri-
dad pública se encuentra suficientemente cumplida por el supuesto del párr. 4", del
ast. 189, CP, dada la mayor gravedad de la pena a su respectosg8.
Declaración de incompetencia
35. La incompetencia por razón de la materia deberá ser declarada aun de
oficio en cualquier estado del proceso.
El tribunal que la declare remitir&las actuaciones al que considere compe-
tente, poniendo a su disposición los detenidos que hubiere.
Sin embargo, fijada la audiencia para el debate sin que se baya planteado
la excepción, el tribunal juzgará los delitos de competencia inferior.
El último párrafo establece como momento preclusivo para declarar de oficio la
incompetencia por razón de la materia al señalamiento de la audiencia para el debate
(art. 359). En realidad se trata de una limitación a lo establecido por el art. 358 que
fija como plazo final para el planteo de las excepciones al momento anterior a la
indicación de tal audienciasR9.
Si un tribunal con competencia correccional no advierte que el objeto del pro-
ceso, por su cuantía, resulta de conocimiento del fuero en lo criminal, incurre en
nulidad -a nuestro modo de ver absoluta- porque hace a la capacidad objetiva
-coinpetencia- exigida por el art. 167, inc. lo, para la validez de las actuaciones;
en virtud de lo establecido en el art. 168 es insubsanable. En efecto: se alteraría en la
hipótesis el principio de juez natural (ver art. 1') de carácter colegiado, con mengua
para las posibilidades defensivas que ofrece el trámite más amplio del juicio común
y, desde luego, la del debido procesosg0.
Ante un TOC se juzgaba un robo agravado y encubrimiento; el órgano judicial
consideró no probado el primero. En consecuencia, debió haber absuelto por ese
hecho y, eventualmente, dictar condena por encubrimiento, por resultar competente
para el delito con pena mayor; no correspondía desdoblar el hecho único y enviar a
conocimiento del juez correccional el encubrimientos9'.
Previo a resolver acerca de la competencia corresponde pronunciarse sobre el
tópico que fue oportunamente puesto a conocimiento de la Cámara -apelación del
auto de procesamiento--592.
Conf. CS, criterio expuesto en Fallos 307:1313, donde se ordena suspender "si fuere necesa-
rio, los procedimientos del juicio que se le sigue..." ante un juzgado de provincia.
'O4 CCC, sala VI, "L., C.", JA del 21/4/1999, p. 85, o DJ 1999-3-711, f. 14.788.
195 CLARIA OLMEDO,Truiudo..., t. 11, p. 235; LEVENE (h), Códigos..., t. 1, ps. 409 y 413; ÁBA-
LOS, Derecho..., t. 11, p. 27, con relación al CPP de Mendoza.
CS, del 19/5/1992, "Torres, Oscar y otros", JA 1995-111-síntesis.
CCCFed., sala 1, LL del 2711 112000, f. 101.240.
96 COMPETENCIA Art. 37
COMPETENCIA TERRITORIAL
La competencia penal, enfocada desde esta óptica, tiene que acatar lo dispuesto
por el art. 118, CN, en cuya virtud el juzgamiento de los delitos debe efectuarse en
el lugar de su comisión. Por eso se dice que la competencia penal -a diferencia de
la atinente a cuestiones de derecho privad* es improrrogable (art. 18). Aunque el
principio no tiene carácter absoluto cuando se funda en razones de orden público
dirigidas a lograr la pronta terminación de los juicios599.
Circunscripción judicial, en los términos de los dos artículos siguientes, es
aquella asignada al tribunal por la ley orgánica (conf. arts. 3" y 44 ley 24.050). Tanto
la Corte Suprema como la CNCP conocen en hechos cometidos en todo el territorio
de la Nación (arts. 108 y concordantes, CN, y 6" y 7", párr. 2', ley 24.050). También
integra el territorio argentino la porción comprendida entre la línea de las más bajas
mareas hasta doscientas millas marinas (ley 17.094, art. lo, y ley 23.968)"O.
Resulta indispensable para lograr la intervención de la Corte Suprema que se
realice la individualización de los hechos sobre los que versa y las calificaciones que
le pueden ser atribuidas, pues sólo con relación a un delito concreto cabe pronunciar-
se acerca del lugar de comisión y a qué juez compete investigarlob0'.
Reglas generales
37. Será competente el tribunal de la circunscripción judicial donde se ha
cometido el delito.
En caso de delito continuado o permanente, lo será el de la circunscripción
judicial en que cesó la continuación o la permanencia.
En caso de tentativa, lo será el de la circunscripción judicial donde se cum-
plió el último acto de ejecución.
a) Diferentes situaciones
a.1. Lugar de comisión
El párr. 1" alude al delito consumado, entendiendo por tal aquel en el que se han
realizado los actos típicos indispensables para su configuración. Por eso no corres-
ponde a los tribunales argentinos abrir juicio acerca de la forma en que autoridades
extranjeras llevaron a una persona hasta nuestra fronterabo2.
Es inabordable la casuística sobre este tópico; tan sólo para orientar puede re-
cordarse, por ej., el juez del lugar donde se falsearon las pruebas, para conocer el
delito de estafa procesalbo3;para el libramiento de cheques sin fondo, el tribunal del
lugar del domicilio del banco giradobo4;para la usura, el lugar donde se celebró el-
contratobo5.Si no se puede establecer el lugar donde se confeccionó el instrumento
público falsificado, la competencia se asigna al tribunal donde se comprobó la exis-
tencia del delito606.
El encubrimiento de un delito cometido en la Capital Federal afecta a la admi-
nistración de justicia nacional; por eso su conocimiento corresponde al juez federal,
con competencia territorial en el lugar en que fue llevado a cabobo7.
El delito de asociación ilícita tiene carácter peimanente y si el accionar se ha
verificado en varias jurisdicciones corresponde atribuir competencia al magistrado
que resulte inás conveniente por razones de economía procesal con el fin de procu-
rar una mejor investigaciónm8.En el mismo sentido, la CNCP, sala 1, destaca como
determinante para fijar la competencia, atender a la eficacia de la investigación y
considerar la naturaleza de las maniobras fraudulentas investigadas, en tanto faci-
liten acceder a libros y documentos contables que permitan dilucidar los hechosboq.
En el delito de defraudación prendaria debe considerarse la ubicación del bien
fijada por contrato si además allí reside el deudorbi0.Con más precisión, el Alto Tri-
bunal dice que la fija el lugar en que se dispuso el bien gravado, sustrayéndolo del
conocimiento del acreedor y de su esfera de control611.
En la administración frauduleiita debe intervenir el tribunal donde se ejecuta el
acto infiel perjudicial en violación del deber (en el caso, la presunta extracción de
dinero de la cuenta de la empresa damnifi~ada)~'~, y si no se conoce, debe presuinirse
que se concretó en el domicilio de la administración, aunque esté en otro lugar6I3.En
el delito de quiebra fraudulenta, si el domicilio social es ficticio o fue elegido para
eludir la competencia de determinados tribunales, debe conocer el juez del lugar
donde se encuentra tanto el asiento de los negocios como la sede de la administra-
ción
b) Leyes especiales
En el caso de infracciones a las leyes 24.769 y 11.683 es competente el juez
del lugar donde fue ejecutado el hecho, independientemente del correspondiente al
domicilio fiscal del infra~tor"~'. ,'
El art. 32 de la Ley de Estupefacientes 23.737 autoriza al "...juez de la causa..."
para "...actuar en ajena jurisdicción territorial, ordenando a las autoridades de pre-
vención las diligencias que entienda pertinentes, debiendo comunicar las medidas
dispuestas al juez del lugar. Además, las autoridades de prevención deben poner en
conocimiento del juez del lugar los resultados de las diligencias practicadas, po-
niendo a disposición del mismo las personas detenidas a fin de que este magistrado
controle si la privación de la libertad responde estrictamente a las medidas ordena-
das. Constatado este extremo, el juez del lugar pondrá a los detenidos a disposición
del juez de la causa". Este arbitrio utilizable 'knando la demora en el procedimiento
pueda comprometer el éxito de la investigación ..." -según lo establece el art. 32-
configura una circunstancia que deberá fundamentarse, pues su omisión depara una
nulidad implícita (arts. 123,224 y 283, párr.
Se ha dicho que no constituye un caso de prórroga de competencia sino que
sólo otorga al juez faculfades concretas, en situaciones también concretas, para reali-
zar ciertas diligencias, con lo cual se contradice la afirmación anterior. Si no hubiera
prórroga de la competencia, mal podría el tribunal realizar diligencia alguna fuera de
su asignación territorial; se trata de una extensión específica -Ley de Estiipefacien-
tes- y circunscnpta ---exige su previa determinación fundada-635.
c) Criterios jurisprudenciales
En virtud de lo establecido por el art. 108, CN, debe procurarse que sea el juez
del lugar en donde se produjo el hecho quien lo investigue. Sólo luego de decidida
su competencia, puede el tribunal ocuparse de otros puntos en cuestión o que surjan
del ~xpediente'~~. .
Cuando los lugares de ejecución del delito son múltiples, resultan competentes
los magistrados con jurisdicción en cada uno de aquellos donde se produjeron actos
con relevancia típica y la elección del iribunal debe hacerse teniendo en mira exigen-
-
cias de una mejor economía procesalb3'.
En toda solución de cuestiones de competencia debe atenerse a las exigencias
de economía procesal, celeridad, inmediatez y defensa en juicio de los encausados638.
igual que en el supuesto del art. 35, y no obstante la Iiteralidad de este texto,
76, páilafo segundo, establece corno momento preclusivo para plantear, por
xcepción, la cuestión de competencia por razón del territorio al de las cues-
relimii~aresdeducibles inmediatamente después de abierto el debate.
n vez, de oficio, puede declararse en cualquier momento; de ahí que la nulidad
resulte absoluta.
dan a salvo los actos instructorios (art. 40), pues los del juicio caen al exi-
tidad fisica del juzgador (art. 365, páni final).
viértase que el órgano sentenciante está vulnerando el art. 118, CN, si se
distinta provincia y aun cuando fueran diferentes distritos judiciales de ella
art. 3", ley 24.050). Se lesiona un elemento para indicar al juez natural6@.No
,Fallos 323:824.
a persecución peiial universal de los delitos de lesa humanidad", LL del 23/8/2000
ailos 28651 y 283; 307:2487; CF Cap., en pleno, JA 1985-IV-453; CF Cap., JA 1990-1-
p. 1990-159,nro. 81 y JA 3991-111-289.
S,LLdel291311999, f. 98.529, oDJ 1999-2-118, f. 14.091; id., LLdel511112002, f. 104.676.
S , DJ 2000-1-96, f. 14.909.
LARIÁ OLMEDo, Tratado.., t. 1, ps. 238 y 239; ver ail. lo.
102 COMPETENClA Art. 40
obstante, la CS estima que aquel precepto de la Ley Suprema sólo tiende a salva-
guardar la jurisdicción de los tribunales locales pero tratándose de los federales cabe
hablar de la Nación como una unidad, dentro de la cual la competencia temtorial no
tiene que ajustarse a los límites de las provincias; añade que las garantías constitu-
cionales de la defensa en juicio y del juez natural no imponen la exigencia de que los
procesos se celebren en el lugar mismo de la comisión del delito pues, aparte de la
imposibilidad material de así hacerlo, las leyes y aun la misma Constitución (anterior
art. 102 y actual art. 118) prevéu el juzgamiento en el país de delitos cometidos en
el exteriorM5.
SECCIÓNCUARTA
ED 170-533, f. 47.629.
CS, ED 107-175, f. 37.413, y ED 128-435, f. 40,849.
"" CS, ED 120-703,nros. 7221724; all los 308:967.
COMPETENCIA
S, Fallos 308:487.
,Fallos 308:2522.
,Fallos 308:2522.
C, sala IV, JA 1998-1-105; en el mismo sentido, CNCP, sala 111, ED del 231612003, f.
200, CP, y ley 22.362-.
PE, sala B, LL del 311811998, f. 97.767.
"I" CF San Manín, sala 1, JA 1994-IV-56, sum. 48; CNCP, sala 1, LL del 23/1/2003,
f. 105.006.
""CS, JA 1994-1V-57, sums. 60.
"' CS, JA 1994-1V-57, sums. 61.
CS, Fallos 322:2215.
"j CNCP, sala IV, SJP, LL del 27/9/2004, f. 108.104.
"6' CNPE, DJ 2000-1-1409, f. 15.424.
el curso de la investigación debe seguir un solo carril, toda vez que la divi-
spiraría contra los principios de celeridad y economía procesal, debe privi-
la relación de conexidad (se atribuía a los procesados actos preparatorios
s cometidos los unos para facilitar los otros); necesariamente prevalece la
ración del caso como conjunto672.
Reglas de conexión
2. Cuando se sustancien causas conexas por delitos de acción pública y
cción nacional, aquéllas se acumularán y será tribunal competente:
lo)Aquel a quien corresponda el delito miis grave.
2 3 Si los delitos estuvieren reprimidos con la misma pena, ei competente
juzgar el delito primeramente cometido.
3') Si los delitos fueren simultáneos, o no constare debidamente cuál se
ó primero, el que haya procedido a la detención del imputado, o, en su
o, el que haya prevenido.
O) Si no pudieran aplicarse estas normas, el tribunal que debe resolver las
stiones de competencia tendrá en cuenta la mejor y más pronta administra-
La acumulaciún de causas no obstard a que se puedan tramitar por scpa-
rado las distintas yctuaciones suniariales.
Los tribunales, para solucionar los problemas suscitados con motivo de la co-
dad, serán, según corresponda, la Cámara de Apelación - e n los delitos del fue-
.,
O común cometidos en la Canital Federal- íart. 24. inc. 3". texto semín art. 88 de
121) o la Cámara Federal de Apelación (art. 31, inc. 3"; confr. art. 2", inc.
,050; ver punto c] del comentario al art. 22 y punto fl del correspondiente
La competencia por conexidad juega a favor del fuero que tenga competencia
más amplia673.
a) En el inciso primero debe tratarse del hecho de mayor entidad penal de to-
dos los investigados en las diferentes causas y no solamente de los atribuidos a los
imputados que generaron la
La mayor gravedad del hecho no altera el principio general del art. 46675.Para
estimar aquélla, cabe atenerse a la regla del art. 34676.
Para superar diferentes interpretaciones en tomo al concepto de pena mayor,
corresponde atenerse al principio de e~pecialidad~'~.
Se tiende a una más rápida y mejor administración de justicia -principio de
economía procesal-, a concretarse con la unidad de debate y de sentencia, así como
también individualizar con más justicia la pena67a.
Debe atenderse a la calificación legal realizada al elevarse la causa a juicio;
es decir, cabe considerar la pena máxima en abstracto prevista para los hechos allí
incluidos679.
b) La regla del inciso cuarto se excepciona ante la posibilidad de escindir el
juzgamiento de los delitos de naturaleza federal de los de índole común680.Por eso,
la CS decide que si ambos delitos concurren en forma ideal, es al fuero federal al que
corresponde actuar68'.
La conexidad requiere que la competencia por materia sea la específica: no
se acumula al conocimiento del fuero en lo penal económico el allanamiento ilegal
atribuido a funcionarios de la Policía Tampoco si corresponden a distintos
ordenamientos judiciales683.
Ver comentario al art. 38.
Es un remedio para evitar la doble per~ecución~~! No exige formar un legajo
CAP~TULO
111
RELACIONES JUlUSDlCCIONALES
SECCIÓNPRIMERA
CUESTIONES DE JURISDICCION Y COMPETENCIA
En sentido similar, CNPE, sala A, 281612005, "Prorganic SA", SJP, LL del 2811012005, p. 59.
CNCP, sala 11, BJ, nro. 4, p. 81.
ED 163.161, f. 46.523, o LLdel201911995, f. 93.553, o JA51711995, p. 33.
NPE, sala A, JA 1995-111-540.
NCP, sala 1, SJP, LL del 241312003, f. 105.255.
CS 1994-lV-56,sums. 50 y 51; DJ 1998-2-681,f. 13.064. Ver ROMEROVILLANUEVA, "Com-
penal. Reseña", JA 1998-111-1175y SS.
108 RELACIONES ~IJRISDICCIONALES Art. 44
Tribunal competente
44. Si dos tribunales se declaran simultánea y contradictoriamente com-
petentes o incompetentes para juzgar un delito, el conflicto será resuelto por la
Cámara de Apelaciones superior del juez que previno.
a) Concepto
La cuestión de competencia es positiva si los tribunales en conflicto concuer-
dan en que cada uno de ellos debe entender en el asunto; resultará negativa si, por el
contrario, ambos se abstienen de ejercer su jurisdicción en el caso.
b) Órgano decisor de las cuestiones
Resulta la Cámara que actúe como alzada del juez que primero conoció (ver
comentarios a los arts. 24, inc. 3', y 31, inc. 3") y no la Corte Queda a
salvo lo resuelto por la Cámara en tanto no varíe el estado de cosas considerado al
re~olver"~.Entre tribunales de distinto grado no puede haber contienda negativa de
competencia luego de que la alzada actuó de acuerdo con lo aquí prescripto y dirimió
el conflicto suscitado entre dos jueces con igual competencia dicha causal; implica
alzamiento del juez que plantea una contienda de competencia en estos términos y
pretende que la dirima la CNCP694.
En virtud de lo prescripto por el art. 24, inc. 7", del dec.-ley 128511958, ratifi-
cado por ley 14.467, incumbe a la Corte Suprema decidir las cuestiones de compe-
tencia y los conflictos que en juicio se planteen entre jueces y tribunales del país que
no tengan un órgano superior jerárquico común que deba resolverlo, con la salvedad
señalada por el presente art. 44, siempre que los conflictos se planteen entre jueces
nacionales de piiinera instancia tomando el vocablo nacional como comprensivo de
federal propiamente dicho, nacional con competencia ordinaria o en lo penal econó-
mico (ver comentario al art. 31, inc. 3'). La división del tribunal de casakión entre
CFCP y CNCC (ley 26.371) provocará que muchas contiendas de competencia que
antes eran resueltas por la CNCP, deban ahora ser dirimidas por la CS ante la ausen-
cia de un órgano superior común.
En cambio, si la pugna se suscita entre una Cámara Nacional y un juez nacional
entendiendo el adjetivo con el alcance señalado-, la decisión también incumbe a
la Corte, porque el art. 44 se limita a las situaciones planteadas entre jueces naciona-
les de primera instancia69s.
Ver comentario -tanto respecto de este párrafo como del anterior- al art.
23, punto ft. Sobre el fallo de la CS en la causa "López" y la explicación de Palacio
sobre el tribunal al cual incumbe resolver estos conflictos, debe advertirse que, no
obstante aquel criterio, es improcedente la consulta sobre lo resuelto por una Cámara
Nacional de A p e l a c i o n e ~ ~ ~ ~ .
Del mismo modo, también ha decidido que, para evitar una efectiva privación
de justicia y como órgano supremo del PJN en todo el país, está facultada para de-
S, Fallos 301:728.
S, ED 126-224, E. 40.478.
Ldel 191712000, f. 100.578, con nota de PALACIO DE CAEIRO,"LOSconflictos de competen-
Proceso penal y el tribunal competente para dirimirlos", quien sistematiza directrices dedina-
recifar el tribunal superior competente para solucionar este tipo de cuestiones.
ABALOS,Cddigo..., p. 159.
110 RELACIONES JURISDICCIONALES Art. 47
Oportunidad
46. La cuestión de competencia podrá ser promovida en cualquier estado
de la instrucción, y hasta antes de fijada la audiencia para el debate, sin perjui-
cio de lo dispuesto en los arts. 36; 39 y 376.
En razón de la materia, ver comentario a los arts. 35,358 y 359.
En razón del lerritorio, ver arts. 39 y 376, pán: 2".
Durante la etapa instructoria no hay momento preclusivo; en cambio, si lo hay
fijada la audiencia para el debate (art. 359)'O'. Las cuestiones por razón de materia
pueden deducirse hasta su señalamiento; mientras que las territoriales son admisibles
hasta luego de su apertura (art. 376).
Queda a salvo, en ambos casos, la posibilidad de declarar la incompetencia de
oficio.
Procedimiento de la inhibitoria
47. Cuando se promueva la inhibitoria se observarán las siguientes reglas:
13 El tribunal ante quien se proponga resolverá dentro del tercer día, previa
vista al ministerio fiscal, en su caso, por igual término.
2") Cuando se deniegue el requerimiento de inhibición, la resolución será
apelable ante la Cámara de Apelaciones.
3 3 Cuando se resuelva librar oficio inhibitorio, con él se acompañarán las
piezas necesarias para fundar la competencia.
49 El tribunal requerido, cuando reciba el oficio inhibitorio, resolverá previa
vista por tres (3) días al ministerio fiscal y a las otras partes; cuando haga lugar
a la inhibitoria, su resolución será apelable. Si la resolución declara su incompe-
tencia, los autos serán remitidos oportunamente al tribunal que la propuso, po-
niendo a su disposición al imputado y a los elementos de convicción que hubiere.
5') Si se negare la inhibición, el auto será comunicado al tribunal que la
hubiere propuesto, en la forma prevista en el inciso 4", y se le pedirá que conteste
si reconoce la competencia o, en caso contrario, que remita los antecedentes a la
Cámara de Apelaciones.
61 Recibido el oficio expresado en el inciso anterior, el tribunal que propuso
la inhibitoria resolverá en el término de tres (3) días y sin más trámite, si sostiene
o no su competencia; en el primer caso remitirá los antecedentes a la Cámara de
Apelaciones y se lo comunicará al tribunal requerido para que haga lo mismo con
el expediente; en el segundo, se lo comunicará al competente, remitiéndole todo
lo actuado.
7') El conflicto será resuelto dentro de tres (3) días, previa vista por igual
término al ministerio fiscal, remitiéndose de inmediato la causa al tribunal com-
petente.
La Cámara de Apelaciones aludida en los incs. 2", 5' y 6O, puede ser una de las
indicadas en los arts. 24, iuc. 34 y 3 1, inc. 3'; ver punto c) del comentario al art. 22.
Sobre vistas, ver art. 155; para apelación, ver art. 449 y los restantes artículos
del Capitulo 111, Libro IV.
De acuerdo con el texto del inc. 4" se incluye al MP --quien debe fundamentar
su petición (aris. 69, CPP, 25, inc. j], 33, inc. a], punto 2, 37, inc. c] y 39 de la ley
4.946) lo mismo que al cumplir las vistas de los incs. 1" y 7 0 entre las partes. Las
son el imputado (art. 72) -quien junto con el fiscal son partes necesarias en
itos de acción pública-, el querellante, de haberse constituido (art. 82), el
civil (art. 87) y el civilmente demandado (art. 97). En cuanto al asegurador, ver
i hay conflicto debe resolverse bajo la forma de auto (arts. 122 y 123), pues se -
e una incidencia.
1cómputo de los plazos varía según se trate de la instrucción o del juicio (arts.
162). Para todas las partes privadas sólo se consideran los días hábiles, salvo
ión en sentido contrario, y son perentorio^'^^.
rocedimiento de la declinatoria
48. La declinatoria se sustanciará en la forma establecida para las excep-
cial pronunciamiento.
Resultan aplicables los arts. 339, inc. lo, a 345. Se fija un momento especial
es se lo puede hacer luego de notificarse a la defensa las
itorias de elevación a juicio (ver comentario a los arts. 35,
En vez, como la fijación de audiencia para el debate (art. 359) se señala luego
clausurada la instrucción (art. 353), es posible plantear por vía de excepción la
e se fije (arts. 358 y 359).
nforme al ait. 538, párr. 2', texto según ley 24.13 1, el Código anterior (Libro -
ión 11, Titulo V, Capítulos 1 y 11) sus modificatorias y leyes especiales man-
vigencia en cuanto no se oponían a la presente ley. Ahora en materia de
internacional rige la ley 24.767.
El único de los tres artículos que hace alusión a un tratado y a la vía diplomáti-
bién muy sucintainente- la extradición internacional
a recuesta incumbe al juez ante cuyo tribunal tramita el proceso, quien debe
arde oficio o a instancia de parte, en resolución fundada, desde el
en que el desarrollo del proceso lo tome pertinente (art. 675, Código ante-
. Convenio sobre Detención y Extradición de Imputados o Condenados por
os aprobado por ley 20.711, al cual han adherido la Nación y las provincias).
tribunal competente puede dirigirse directamente al PEN para hacerle llegar -
o de e~tradición~'~.
ncidente es una incidencia dentro del proceso de conocimiento,
o de la instrucción, ya que el juicio no puede tramitar en rebeldía (ver art.
lo, segunda oración, conforme a una virtualmente unánime interpretación
De suerte que, tanto el breve plazo para decidir la procedencia como la posibi-
de discutir en cuanto al fondo del asunto, aclarar los hechos y producir prueba
respecto, sólo operan cuando se trate de una extradición solicitada por juez
71"S, LL 91-322.
"' CCC, Fallos t. 11, p. 264.
CCC, Fallos t. IV, p. 321.
"' CF Cap., JA 1963-111-373, f. 6927.
''' Códigos..., t. 2, ps. 81, 83, 85.
provincial a nacional. Es cuestionable que este precepto respete el art. 8' de la Cons-
titución Nacional y según el propio Levene (h) -aun en el ámbito de la extradición
interna- suscitó críticas de Vázquez Iruzubieta y Además, por imperio
del art. 31, CN, y de la ley 20.71 l,..toda contradicción sobre el objeto procesal cuya
dilucidación incumbe al juez requirente, queda fuera de los lindes de la extradición
pasiva interna. Este temperamento, incontestable en los supuestos de extradición
pasiva internacional 720,resulta mucho más atendible en la extradición pasiva interna
o interprovincial, ya que el art. 8', CN, veda a las provincias innovar sobre el punto,
pues, en cierto modo, significa una limitación a las facultades locales7*'.
De manera que el acierto del segundo párrafo resulta cuestionable. No debe
olvidarse que la solicitud de extradición ha sido formulada por el juez competente
-al ser el natural-, a quien concierne -tanto en el orden internacional como en el
nacional o provincial- pronunciarse sobre los hechos que han generado el proceso
en extraña jurisdicción.
Cabe puntualizar que en el ordenamiento aprobado por ley 20.711 no existe
ningún precepto similar al del segundo párrafo de este articulo72z.
a) Generalidades
Son dos arbitrios enderezados a resguardar la imparcialidad del juez, que es
inherente al ejercicio de la función NO debe tratarse de mal desempeño
o delito en el ejercicio de su función, pues el medio para separarle es, entonces, el
previsto por los arts. 53 y 115, CN724.El tema hace al buen servicio de 16 adminis-
tración de justicia; son circunstancias que deben ser valoradas para evitar que la
garantía del debido proceso, en el cual la imparcialidad del juzgador es condición
necesaria, pueda verse lesionada con el mantenimiento de condiciones adversas para
el correcto ejercicio del derecho de defensa725.En alguna ocasión se lo ha vinculado
con situaciones de gravedad institucional, al estimarse superados los intereses de los
participes en la causa, de tal modo que el tema puede conmover a la sociedad entera,
en sus valores más sustanciales y profundos726.
Dice Chiappini que en este Código se ha seguido el régimen correcto de abor-
dar primero el sistema de excusaciones y luego el de la recusación727.
Es aue la vigencia de los arts. 8, punto 1 de la CADH, 14.1. del PIDCP, 10,
;
, X X V DADDH,
~ deparó ai tópico características de cuestión federal
Cada vez que se discrepe en punto al alcance de la imparcialidad, la natura-
1conflicto abrirá paso a la vía del art. 14 de la ley 48. No puede dejar de apli-
n fundamento en una acordada, la ley del ordenamiento local que dispone
de sustitución de los jueces cuando han conocido en grado de apelación. El
doctor Vázquez sostiene que se debe preservar la imparcialidad
que se afecte como consecuencia del conocimiento directo que se tuvo en el
de investigación, pues se vulneraría la garantia -ahora constitucionalmente
75, inc. 22, CN)- del juez imparcial730.
on, pues, sin sustento los precedentes que denegaban la apertura del
aordinario, cuando se discurría en tomo a una r e c u ~ a c i ó n ~ ~ ' .
al cuerpo normativo constitucional -la Constitución reforma-
orados-, si se discute acerca de la extensión de la imparcia-
acuerdos antes enumerados- quedará acotado e1 pertinente
a la vía para acudir ante el más Alto Tribunal de la Nación, a
sto en el art. 14 de la ley 48. Más aún: si la resolución pugna-
ente a preservar la imparcialidad del juez, también resultaría
reclamo internacional ante la Comisión Interamericana de
-art. 46.1 ., CADH, incorporado a la CN por el art. 75, inc.
,una vez agotada la jurisdicción interna con el fallo de la Corte Suprema. Si la
ción perdura, cabría reclamar un pronunciamiento de la Corte Interamericana
'' BINDER,
Introducción ...,p. 143.
Confr. CS, LL 1995-D-462, f. 93.553, consids. 5" y 6".
CS, LL del 17/5/1999, f. 98.720.
71' CS, Fallos 308:2664; 311565.
118 Y RECUSAC~~N
MHIBICI~N Art. 55
ria- sino, también, con respecto a uno diferente, sea de índole judicial o admi-
nistrativa (ley 19.549 y su decreto reglamentario 175911972; art. 55). Asimismo se
meritan diversos vínculos de carácter conyugal (ari. 55, incs. 7' y 12), de parentesco
(art. 55, incs. 2", 3 O , 4', 6", 7' y 12),$utela o curatela (arl. 55, inc. 5 9 , de amistad o
enemistad (art. 55, inc. 11)732y de guarda o similares (art. 55, inc. 12).
En resumen: se evalúan hipótesis en que la exigible imparcialidad a un inte-
grante del PJN (art. 108, CN) puede cuestionarse conforme al siguiente esquema:
1. Relación directa del juez con el proceso (arts. 55, incs. l", 4', y 10).
2. Relación indirecta del juez con el proceso (art. 55, incs. 2' y 47.
3. Relación directa con los interesados (art. 55, incs. 3', 4', 5", 6' primera ora-
ción, 7", 8', 9", l l, 12, cuando es quien recibe el beneficio, presente o dádiva).
4. Relación indirecta con los interesados (art. 55, incs. lo, última oración, 6',
última oración, 7", última oración, y 12, cuando no es el receptor).
En el sistema del Código no existe, en principio, la denominada recusación sin
expresión de causa o incausada, en la cual no es necesario explicitar los motivos que
la ocasionan.
Tiene dicho la CS que la excusación de uno de los jueces para conocer en la
causa, debe hacerse saber a las partes personalmente o por cédula, sin que el pleito
pueda fallarse antes de que la integración hubiera quedado consentida; al extremo de
que tal omisión determina la inexistencia del fallo de la Cámara733.
55. El juez deberá inbibirse de conocer en la causa cuando exista uno de
los siguientes motivos:
19 Si hubiera intervenido en el mismo proceso como funeionario del mi-
nisterio público, defensor, denunciante, querellante o actor civil, o hubiera ac-
tuado como perito o conocido el hecho como testigo, o si en otras actuaciones
judiciales o administrativas hubiera actuado profesionalmente en favor o en
contra de alguna de las partes i n v o l ~ c r a d a s ~ ~ ~ .
2") Si como juez hubiere intervenido o interviniere en la causa aigún pa-
riente suyo dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
37 Si fuere pariente, en los grados preindicados, con algún interesado.
49 Si él o alguno de dichos parientes tuvieren interés en el proceso.
5 1 Si fuere o hubiere sido tutor o curador, o hubiere estado bajo tutela o
curatela de alguno de los interesados.
63 Si él o sus parientes, dentro de los grados preindicados, tuvieren juicio
pendiente iniciado con anterioridad, o sociedad o comunidad con alguno de los
interesados, salvo la sociedad anúnima.
7") Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo,
fueren acreedores, deudores o fiadores de alguno de los interesados, salvo que se
tratare de bancos oficiales o constituidos, bajo la forma de sociedades anónimas.
a) Concepto
Comprende los casos en que el juez, sin requerimiento extraño, se aparta de
citar la jurisdicción. Las causales de excusación deben interpretarse con ampli-
, en la práctica se han aceptado otros motivos no previstos expresamente en la
gislación procesal, apuntándose a una mayor garantía de imparcialidad, pues no
e sensato imponer al juez que intervenga en un proceso, cuando la considera
da. Por el contrario, la recusación resulta de apreciación restrictiva735.El apar-
miento por motivos graves de decoro o delicadeza es un instituto regulado en el
PCC y no previsto en éste736.Si bien los motivos de excusación son más amplios
los de recusación, las razones de delicadeza personal no son atendibles, sobre
uando son sobrevinientes y resultan consecuencias de actitudes o expresiones
vas de las partes; de lo contrario podría separarse al juez a
b) Investigación vs. juzgamiento
PALACIO - ALVARADO VELLOSO, Código..., t. 1, ps. 440 y 448; en contra, de manera rotunda,
CLARIAOLMEDO, Tratado..., t. 11, p. 245.
LL del 2611211997, f. 96.530, o DJ 1998-1-639, f. 12.659; también CNCP; sala 111, ED del
281412000, DPPC, f. 97, quien acepta que no lo configura dicho auto, pues sólo implica un juicio de pro-
babilidad sobre la existencia del hecho y la culpabilidad del imputado; CNCE salas 11y 111, "Schweizer
de González" y "Lopina" (JA 2000-111-1011104, coi1 apostilla de ROMERO VILLANUEVA, "La parciali-
dad o la imvarcialidad del iuez en el iuicio correccional"), Si11embareo.
u . la misma sala 111. en anterior
fallo del 8/3/1999, "Oliva Gerli", aunque frente a un sobreseimiento, decidió en sentido contrario incli-
.
nándose vor la inhibición de auien como iuez de vrimera instancia dictó el decisorio auc lueeo resultó
sometidóa su consideración firmando la álzada; Se pronunció por la nulidad absoluta (JA 1999-IV-32).
"O "Las garantías y la recusación", JA 1993-1V-12.
"' "Imparcialidad de los jueces y causales de recusación no escritas en el nuevo Código Procesal
Penal", LL 1993-E-566.
' O 2 Derecho ..., t. 11' p. 244.
CNCP, sala IV, estimó con posterioridad que el juez interviniente en la ins-
formó opinión, aun mínimamente, sobre la culpabilidad que en el hecho le
a quien es perseguido penalmente, provocando un temor de parcialidad que
usa
'
suficiente para apartarlo -refiriéndose a los problemas suscitados por la
correccional-; decide que quien instruyó debe remitir el legajo a otro ma-
o ante quien se realizará el debate
La Corte Suprema, frente a la ley 2865 de Río Negro, se pronunció sobre el
.Ante una acordada que, basada en razones presupuestarias, estableció la po-
dad de prescindir de aquella ley, en cuanto impedía participar en el juicio a los
strados integrantes de la Cámara Penal que en grado de apelación intervinieron
ámite, abordó el tema constitucional hnplíc$amente, Pues la mayoría lo de-
e la inmediata aplicación de las leyes modificatorias de jurisdicción y compe-
n en ausencia de precepto expreso74G.
abe advertir que al declarar la invalidez de actos procesales, el tribunal supe-
puede apartar al juez a quo (art. 173) y que en la revisión, si hay reenvío, los ma-
rados que conocieron en el juicio anterior no pueden intervenir en el nuevo (art.
),matices que aparecen un tanto incompatibles con el criterio ahora establecido;
sentido similar a aquél, art. 471. El TOF La Plata, en consonancia con el texto
nte, desestima la recusación del magistrado que antes participó como vocal de
ámara de Apelaciones y confirmó el auto de prisión preventiva y el rechazo de la
rcelación. La disidencia del doctor Schiffrin se pronuncia por la inconstitucio-
d de la refonna introducida por el art. 88, párr. 2', ley 24.121, pues quien ha
rvenido con poder decisorio en la instrucción preparatoria, no puede actuar en el
;adujo que tanto el PIDCP como la CADH y otros pactos internacionales pre-
'"LL del 2611 111999, f. 99.604; el fallo 99.603 corresponde a la CNCP, sala 111, que consideró
s decisiones no fueron dictadas en forma prematura. Ambos fueron anotados con exhanstividad
cia, "La noción de tribunal imparcial en los instrumentos internacionales de derechos humanos".
1999-3-534, f. 14.718, o LL del 27/9/1999, f. 99.356, o ED 184-569, f. 49.637, con nota
,"La actuación del juez correccional en la instmcción y en el juicio frente a los tratados
les que aseguran la imparcialidad judicial", o JA2000-111-100; en el mismo sentido, CCC,
LexisNexis, nro. 7, p. 3 16; id., sala IV, SR, LL del 271912004, f. 108.106.
' DJ 1999-2-745, f. 14.326, o LL del 111111999, f. 99.511, con nota de SUPERTI, "Quien inves-
a no debe juzgar"; en cambio, el voto del doctor Vázquez estima que aquella intervención vulnera la
rantía del juez imparcial
servan la imparcialidad del juez. Debe destacarse que su voto es anterior a la nueva
jerarquía normativa establecida por el art. 75, inc. 22 de la actual CN747.
Al votar en disidencia, los jueces Vázquez y Maqueda también se inclinaron
por la declaración de inconstitucionalidad del art. 88, ley 24.121, en cuanto supriinió
como motivo de inhibición del juez"si en el mismo proceso hubiere pronunciado auto
de procesamiento, tal como lo disponía la redacción original del art. 55, inc. 1°748.
Sobre el juicio correccional, ver comentario al art. 405 y "Gi~dice"~'~.
'" Ver nota acorde de DARRITCHON, "Las garantías y la recusación" (JA 1993-IV-3). En el mis-
mo sentido se ha manifestado el TO Pen. Econ. nro. 1 (LLdel2211211993, f. 91.850).
ld8 CSIcausa "Álvarez", JAdel2411212003, p. 60; la mayoría desestimó el recurso porque no fue
dirigido contra el pronunciamiento que declaró inadmisible el recurso previsto en el art. 11, ley 24.050.
'69'LJui~iocorreccional en única instancia" (LLActualidad el 13/2/1977).
'" OS, Fallos 328:1491; SJP, LL 31/5/2005, p. 30. RDP, LexisNexis, 1312005, p. 1359, con
nota de ROMERO VILLANUEVA. "Un mensaie sobre los contornos del oroceso oenal a nartir del caso
'Llsrens"'. Otrus coiiicnraiior 31 iallo ppucd?n serse en KioS. "1:l r:indr dc parcialidad cunio caiicd de
reiu,diiij~~". -
SJP. 1.1. del 3 1 9 ?(U':, ..D. !O;. S ~ I ) i > ro, '1.a inioarcialidaii de! "iu/i?ador frente 31 c a ~ oion-
creto: el problema de 16s jueces correccionales en ia justicia nacional"; QUINTEROS - ROSSI, "Acerca
de la garantía del juez imparcial. Otra mirada sobre el precedente 'Llerena"', publicados en PASTOR
(dir.), El sistema penal en las sentencias recientes de lo Corte Suprema, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2007,
ps. l i l y 131, respectivamente.
"' lndividualizados en el art. 1". ley 25.269.
juicio- y por el art. 90, ley 24.121 -fun-
de órgano de alzada respecto de las resoluciones dictadas por los jueces de
ción-. Con buen criterio la CS dictó la Acordada 2312005752mediante la cual
ó la intervención de los tribunales orales aludidos como órgano de alzada
to de las resoluciones correspondientes a la instrucción de procesos penales en
ulteriormente deban intervenir como tribunales de juicio. La función exclui- -
s Federales de Apelaciones que son cabecera
'*' CS, Fallos 330:1457, "Alonso"; RDP, LexisNexis, 1212007, citado por GARAY- MANRI-
QUEZ, "Actualidad en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación 2-2007", p. 2375;
21912008, "Rinaldi Trillo", citado GARAY- MANRIQUEZ,"Actualidad en jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nació11 1-2009", RDP, AbeledoPerrot, 312009, p. 456.
Conf. su voto en CNCP, 111812006, sala 111, "Melman", RDP, LexisNexis, 312007, p. 528.
''' -
1411212007, "Melman", citado por GARAY MANRIQUEZ, "Actualidad en la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación 1-2008", RDP, LexisNexis, 512008, p. 801.
'" 21612006, "A,, A. A?, SR, LL del 3011112006, p. 47.
'" JA 1999-1-13, "Fasciolo".
''' LL del 181212002, f. 103.292, o JA 2002-11-740, con ajustada nota coincidente de CHIAPPNI,
"El juez denunciante: aquí debe excusarse".
"* Por ejemplo, haber ofrecido la prueba de cargo (CS,I91512010, "Catán?, citado por GARAY
- MANRIQUEZ,"Actualidad e11jurisprudencia de la Cone Suprema de Justicia de la Nación 2-2010",
RDP, AbeledoPerrot, 912010, p. 1577).
CI-ARIÁOLMEDO,Tratado.., t. 11, p. 246, nro. 434.
e
La remisión de una nota al tribunal de superintendencia, en que se alude a
mportamiento del recusante no implica actuación profesional en los términos de
e inciso, pues no es actividad profesional como la reservada a los letrados, peritos
ualquier otra persona que actúe en un expediente judicial o administrativo, en
icio de una disciplina habitual que sea útil y deferente a la actividad forense7".
Como órgano de la prueba, el apartamiento difiere según se trate de la interven--
del juez como perito o de la percepción del hecho como testigo; en el primer
,la labor debe haberse cumplido, mientras que en el segundo basta el mero co-
miento sensorial, que haga posible su convocatoria. La explicación radica en que
s peritos son fungibles; de manera que si aún no realizó el peritaje, el impedimento
diluye, pues puede realizarlo cualquier otro técnico y así asumir la tarea como juez
caso. En vez, los testigos no pueden elegirse indiscriminadamente, sino que su
ación se iinpone a quienes accedieron al dato por aquel medio (art. 240).
La intervención debe consistir en actividad jurisdiccional; no basta homologar
acto que trasunte la voluntad unilateral de una parte, tal como el desistimiento de
'" CCC, sala VI, ED 173-344, f. 48.055, o JA 1998-1.51% en igual sentido, id. id,,JA 1998-1-514.
'" CNCP, sala IV, DJ 2000-1-97, f. 14.910.
'" CCC, sala VII, JA 2000-111-732.
"O CNCP, sala IV, LL del 2611 111999, f. 99.607.
77'CF Cap., sala 1, JA 1994-1-611.
"' CCC, Fallos t. IV, p. 317.
I d , sala V, LL del 301611999, f. 98.946.
"' CCC, sala VI, LL del 301611998, f. 97.409.
"' CCC. sala IV, JA 1999-111-661.
126 INHIBICIONY REC~SACION Art. 55
El inciso quinto comprende los casos en que la ley civil suple la incapacidad
de ciertas personas; tanto da que el juez haya sido representante legal en el carácter
señalado como pupilo. Ver art. 56.
E1 "juicio pendiente" del incBo sexto puede ser de naturaleza no penal. Capta
al juez y a quienes tengan el vinculo familiar antes referido como actores y deman-
dados o querellantes y querellados. En cuanto a la sociedad, se evita el riesgo "...
de que la affectio societatis coincida eventualmente en el ánimo,del magistrado";
se extiende a las simples asociaciones (clubes, entidades deportivas, intelectuales,
sociales, etc.), si bien en estos casos el criterio debe ser Ver art. 56.
El inciso séptimo impide que cuestiones patrimoniales se tomen susceptibles
de "...generar presiones o favoritismo en relación con cualesquiera de las partes"JJ7.
La causal se extiende a los supuestos de vinculo matrimonial o parental o a la guarda
o a una situación similar. Con respecto a los "interesados". Ver art. 56.
El inciso octavo abarca la persecución -como acusador o denunciante- de
los sujetos comprendidos en el art. 56 y la situación inversa cuando el acusado o
denunciado fuese el juez. Tales circunstancias deben ser anteriores al proceso en que
se produce el apartaiiiiento para evitar se supedite al arbitrio de los sujetos.
No se comprendé aquí la nota dirigida a la superintendencia de la cámara del
fuero en la cual un grupo de magistrados moshó su desagrado sobre una publicación
periodística en la que aparecía un juez de instrucción, por no compadecerse con el
comportamiento público exigible a un magistrado de la Nación778.
Comprende tauto a la denuncia obligatoria -art. 177- como a la fa~ultativa~'~.
La denuncia posterior a la iniciación del proceso en que se plantea la re-
cusación no se haya captada aquí7s0.Al no estar comprendido entre los sujetos
enumerados por el art. 56, no encuadra en este supuesto la denuncia efectuada
con anterioridad contra el abogado defensor; menos aún si fue formulada porun
empleado del T r i b ~ n a l ~ ~ ' .
El inciso noveno se relaciona con la atribución que incumbe a la CDN (art.
53, CN) y al Consejo de la Magistratura (art. 114, inc. 5', id.). También tiene que
ser anterior a la promocióii del proceso en el que aparece. Ver comentario al art. 56.
El inciso décimo cubre la causal conocida como prejuzgamiento por haberse
emitido el parecer en fonna innecesaria e intempestiva. Ver art. 56.
No lo configura la conducta del juez que en el acto público de la audiencia del
debate manifiesta su criterio en relación con una cuestión incidental y requirió la
aiención de otro vocal, aunque fuese para obtener su adhesión a espaldas del presi-
dente, porque no condiciona el criterio del magistrado para resolver'82. Por otra par-
'O' CCC, sala VII, SJP, LL del 261611995, f. 93.282; id., sala VI, LL del 26/3/1999, f. 98.523;
CCCFed. San Martin, sala 11, DJ 1999-2-842, f. 14.361; CF San Martín, sala 11, LL del 311511999,
f. 98.805; CNCP, sala IV, ED de1 231612003, f. 52.097.
iste en el vinculo de amistad pretérita" entre el magistrado y el recusante79s
istad debe surgir de heclios graves y conocidos con vocación para demostrar
uez se siente enemigo o tiene resentimiento hacia quien lo recusa, sin alcan-
rror de procedimiento en que pueda haberse incurrido por el magistrado7"'.
presiones tales como "desagrado", "repudio" y "rechazo" vertidas en una
igida por varios jueces de instrucción a la superintendencia de la Cámara no -
confundirse con una manifestación individualsoo.
CNCP, sala 1, acepta la exclusióii por esta causal cuando consten uno o
ntos que hagan sospechoso al juez, como tipo liumano medio, en aten-
como hombre no se le puede considerar, absolutamente, refractario a las
es humanas"'. Empero, ante una situación semejante y con el propósito de
la recusación posibilite la separación de "...cada uno de los magistrados
sorteados para conocer del caso hasta encontrar el de su agrado...", decidió
arioao2.No basta la indiferencia, la mala opinión o mal querencia, aunque
ciprocas, ni una actitud crítica, unilateral o recíproca; se trata de una situación
sión u odio no trasuntada por la simple negación del saludo, ni la descorte-
o de una mutua animosidad, real y notoria, no sólo por su publicidad, sino
lamente por la existencia de hechos o antecedentes que la causan; si es sobre-
e a la iniciación del vroceso. debe evaluarse con el máximo de oonderación
y prudcilcia, pues no pur.tlc cripirse en u11 nictlio ]>ara que el rcciiaantr. cambie la ra-
dicaci0ii de la causa cii dr.sincdro del juez narural ) dr. la correcra adininistracii>ride
cia; se descartan como reveladores los actos procesales considerados contrarios
cho por el recusante y no puede originarse en medidas o actitudes derivadas de
' Con cita de MANZMI, Derecho...,t. 11, ps. 206 y 207; c. 1206, reg. 1399, del 281211997.
O2 Id.,id.,18/4/1997, c. 1318, reg. 1504.
NCP, sala 1, LLdel301311998, f. 96.888, o DJ 1998-1-1060, f. 12.806.
NCP, salaIV, DJ2000-1-1341, f. 15.384, o LL del 51112000, reg. 1699.1Y c. 1418, "Saleha,
CNPE, sala B, DJ 1999-3-292, f. 14.631; en el mismo caso se rcchazó invocar razones de de-
delicadeza por el juez para apartarse, cuando aparecen determinadas por actitudes de las partes.
tirse subestimado o perseguido por el juez -circunstancias causantes de malestar
anímico y provocadoras de un cierto estado de tensión-, el clima sobreviniente no
autoriza el apartamiento806.La enemistad manifiesta alude a un estado de apasiona-
miento adverso del juez a la parte, danifestado a través de actos directos y externos,
puestos de resalto en forma pública; sólo en dicho caso se vulneraría el principio de
imparcialidad801;no la configura la actividad jurisdiccional tildada por el interesado
de arbitrariaso8.
El inciso duodécimo engloba "...no sólo los beneficios de carácter material, sino
también todas aquellas actitudes de las partes que, objetivamente apreciadas, sean
susceptibles de comprometer la gratitud del juez y de afectar su impar~ialidad"~~~.
Los beneficiarios pueden ser las personas alcanzadas por el vínculo parental o
conyugal indicado o bien tratarse de quien se halla bajo guarda o en situación similar.
Esa actitud de prescindencia del juez puede enturbiarse si después de iniciado
el proceso acepta obsequios, sin que interese su valor. Dicha conducta importaría
--cuando menos- que el magistrado se hallara incurso en la figura delictiva des-
cripta y penada por el art. 259, CP; al ser cometida en ejercicio de sus funciones
puede dar origen a juicio político (arts. 53; 114, inc. So, y 115, CN). Ver comentario
al art. 56 para los "intefesados".
d) ~xtensión
Si bien la violencia moral no aparece expresamente contemplada entre las cau-
sales de este art. 55, constituye una circunstancia que debe ser tenida en cuenta por
ser manifestación de un estado animico que persigue, por parte de quien la invoca, la
finalidad de asegurar una recta administración de justicia810.En principio no procede
en estas cuestiones la aplicación supletoria del CPCC y como no prevé este Código
la excusación por motivos de decoro o delicadeza, sólo es admisible cuando el ma-
gistrado invoque argumentos serios y razonables, que demuestren que se halla impe-
dido de continuar investigando con la imparcialidad necesaria, debiendo apkeciar sus
razones con criterio restrictivo8".
Dice bien Chiappini que hay que evitar el manoseo de los jueces y también
los jueces que se excusan por trivialidades -sacarse de encima asuntos trabajosos
o espinosos- y al mismo tiempo velar por el respeto al juez natural, la celeridad y
economía procesa le^^'^. Aunque deben estimarse con criterio amplio a fin de garan-
tizar una más recta administración de justicia; tal vez resulte buena pauta considerar
que la ley no capta la totalidad de posibilidades o modalidades que ponen al juez en
sospecha de parcialidad8".
S20Fallos328:1491.
Ley 26.372, BO del 301512008. Para la confomación de la lista de conjueces, ver art. 2'.
Art. lo, ley 26.376, BO del 5/6/2008.
82' Art. 31, dec-ley 128511958, al que remite el art. 2', ley 26.376.
S" Art. 2', último párrafo, ley 26.376.
Conf. NAVARRO - DARAY, Código..., t. 1, p. 157, quienes recuerdan da's fallos de aquel órgano
que deciden en contra, por entender que si el apartamiento afecta a un miembro del tribunal oral, le
incumbe al mismo cuerpo -sala 111, c. 253 del 2511011994-, y si se trata de un juez correccional du-
rante el juicio, tampoco debe intervenir el superior jerárquico -sala 11, c. 95, del 151211994-; también
refieren que la sala 1, c. 589, del 181811995, se inclina por otro tribunal oral y sólo admite su propia
intervención, en caso de desacuerdo entre ellos.
C. 28.530, r. 260, del 24/4/1997,
rt. 59
su par a quien remite las actuaciones, está habilitado para decidir. Bien diferente
S que si se aparta o acepta la recusación, le remita el legajo (art. 62). En cambio,
anto en el caso en que no reconozca la causal de apartamiento o si la acepta cuando
a rechace el juez a quien le remita las actuaciones, el conflicto sucitado debe ser
suelto por la alzada. -
Si el receptor no está de acuerdo con la causal invocada, eleva las piezas
riginales -sino las relevantes en copia (arts. 129 y 131)- al tribunal de alzada
ertinente si se trata de un juez de primera instancia; si el órgano colegiado resuelve
incidencia sin más trámite, la decisión resulta nulasz7.
El magistrado que quiere y no logra que se lo excuse del conocimieiito de una
sa, carece de facultades para alzarse contra lo decidido por quienes están legal-
nte llamados a resolver la incidenciasz8.
Si quien pretende apartarse del conocimiento de la causa es juez de tribunal
egiado, corresponde a éste resolver.
Recusación
58. Las partes, sus defensores o mandatarios, podran recusar al juez sólo
uando exista uno de los motivos enumerados en el art. 55.
Las causales de apartamiento, cuando son deducidas por las partes, como tam-
o mandatarios, son de interpretación restrictiva y se ciñen a
tos previstos por el art. 55. En vez, las de inhibición o excusación pueden
nder hasta motivos graves de decoro o delicadeza personal (art. 30, CPN), sin
extenderlas a las que exterioricen un exceso de susceptibilidad o que parez-
titudes de las partessz9.Ver comentario al art. 55, acápite b).
orresponde apartar al juez por el dictado de una resolución declarada nula,
haya efectuado un indebido aporte subjetivo al materializarla o lo hubiese
de la oportunidad corresp~ndiente~~~.
Si la recusación atañe exclusivamente sobre cuestiones referentes al ejercicio
la acción civil dentro del proceso penal (arts. 14 y SS.),el apartamiento del juez se
ceptos del CPCC831,aunque la causal no encuentre eco en
*" CNCP, sala 111, 91511995, c. "Pistrini, Mario César", reg. 68195, BJ, año 1995, 2' trimestre,
Ldel281411997, f. 95.286.
c) Audiencia
Es opinable el aserto, pues la necesidad de fijar audiencia - e n todos los ca-
sos- fluye de que es la única ~poriunidadútil para contestar el informe del juez re-
cusado (art. 61, segunda oracion) y no sólo para alegar sobre la prueba. Por otro lado
,si tal actividad está prevista expresamente en la ley, privar al imputado de cumplirla,
no resulta compatible con la garantía de la defensa en juicioS4O:En consecuencia, se
haya o no ofrecido o producido prueba, es ineludible la celebración de la audiencia,
porque no es una concesión graciosa, sino una atribución conferida por la Ley Su-
prema y los pactos.
Es cuestionable el carácter imperativo de la forma oral para el desarrollo de la
discusión. Quienes se inclinan por esa tesitura emplean una fórmula dogmática para
sostenerlo8j'.
Hay dos marcos normativos convergentes para enervar semejante corolario; por
un lado, el art. 341 -para el caso de las excepciones- señala, en forma expresa, que
luego de la recepción de la prueba y antes de su resolución "...se citará a las partes a
una audiencia para que, oral y brevemente, hagan su defensa"; de ahí es fácil inferir
que la congruencia descontada en el legislador842impide aceptar que, sin señala-
miento expreso - c a b e subrayar la similitud del trámite en ambas situaciones- la
forma oral de la actividad venga impuesta.
No puede excluirse que el imputado ejercite en el caso su defensa material
(art. 104). Cada vez que se exige el auxilio técnico se tuvo en cuenta la complejidad
del asunto y se lo hace en forma expresa -por ej., para deducir recurso de casación
(arts. 463, primera oración, y 467)-. Por el contrario, en este Capitulo IV no se
utilizan vocablos ni giros que impongan, siquiera, la carga del patrocinio (art. 56,
CPCC). En ciertos casos la simplicidad de la causal aducida -v.gr. razones de pa-
rentesco atrapadas por el art. 55, incs. 2", 3", 4', 6",7'y 12- avienta la necesidad de
asesoramiento técnico para plantearla.
Tanto la comparecencia personal como la falta de exposición oral no resienten
la validez del acto843.
d) Tribunal competente
La Procuración General de la Nación ha opinado que la derogación del Código
aprobado por ley 2372 también ha sustituido al régimen procesal que snbsidiaria-
mente debe aplicarse en los casos comprendidos en la ley 23.077; por eso este pre-
cepto resultaría cmcial cuando no se discute que el órgano que decide debe ser de
superior grado; ante ello se inclina por asignar intervención a la CNCP. Empero, la
CS asevera que las cuestiones de recusación de los miembros de una Cámara Federal
deben ser resueltas por los restantes jueces integrantes del tribunal, con votos concu-
rrentes de los doctores Belluscio y Petracchi, y disidencia del doctor Bossert, quien
sostiene que incumbe intervenir a la CNCP, en consonancia con lo expuesto por el
procurador general8".
P, LexisNexis, nro. 3, p. 67, voto de los jueces Donna - Bmzzone; con nota adversa de
NCP, sala 111, LL del 3011012000, f. 101.099, ED del 4/6/2003, f. 52.059; CNCP, sala 11, LL
igual que en el código tipo (art. 54& exclusivamente a los actos de la instrucción
(Libro 11).
Si la alzada admite la causaken que se sustenta el apartamiento, debe declarar-
se la nulidad de los actos, invalidez subordinada a que el recusante la peticione en
la primera oportunidad en que se anoticie de los actos cumplidos ---es una nulidad
relativa-, pues de lo contrario se opera la caducidad para hacerlo (art. 171, inc. lo).
En contra, por considerar que es absoluta la ineficacia, Navarro y D a r a ~a~nuestro
~~;
modo de ver no se contempla la necesidad del reclamo del recusante que desplaza
dicho carácter (art. 168, párr. 2").
Recusación de secretarios y auxiliares
63. Los secretarios y auxiliares deberán inhibirse y podrán ser recusados
por los motivos expresados en el art. 55 y el tribunal ante e1 cual actúen averi-
guará sumariamente el hecho y resolverá lo que corresponda, sin recurso alguno.
El apartamiento puede efectuarse por propia iniciativa -excusación- o por
iniciativa de las partes, sus defensores o mandatanos (art. 58), si se dan las causales
expresadas en el art.-55.
Competente para decidir el cuestionamiento es el órgano judicial ante el cual
desempeñen sus tareas, dotado de facultades autónomas de investigación para averi-
guar el hecho sustento de la recusación o de la excusación; decide sin recurso alguno
(art. 432, p á n lo).
El precepto cuenta con escasos precedentes en cuanto comprende a los auxilia-
res del tribunalss0,o por lo menos nunca con tal amplitudss'.
No corresponde apartar a la prosecretaria actuante por la relación académica
que tiene con uno de los jueces excusadosss2.
Efectos
64. Producida la inhibición o aceptada la recusación, el juez inhibido o
recusado no podrá realizar en el proceso ningún acto, bajo pena de nulidad.
Aunque posteriormente desaparezcan los motivos que determinaron aquéllas,
la intervención de los nuevos magistrados será definitiva.
El juez separado por excusación o recusación no puede cumplir ninguna acti-
vidad procesal en el juicio, pues resulta sancionada con su invalidez (ver art. 62).
La desaparición de las causales determinantes de aquéllas no implican que el juez
reasuma el conocimiento de la causa.
La nulidad, aunque es expresa (art. 166), requiere petición de los interesados
(arts. 56 y 168, pám lo).
La necesidad de evitar una privación de justicia pone límites al deber de aparta-
miento que establecen las leyes para la tutela de la imparcialidad de los magistrados.
El criterio vale sobre todo para el caso de los tribunales colegiadoss5'. No obstante la
inobservancia del párr. lo, deparará, cuando menos, nulidad relativa (arts. 167, inc.
24 y 170).
84TCÓdigo...,p. 158.
LEVENE (h) y O~IOS,Códigos..., t. 11, ps. 15 111 55.
GÓMEZCOLOMER, Elproceso ..., ps. 64, 66,2691272.
CCC, sala 1, JA del 301712003, p. 63.
CS, ED 166-424, f 47.061.
ELMINISTERIO FISCAL -
Tíruto IV
PARTES, DEFENSORES Y DERECHOS DE TESTIGOS
Y V~CTIMAS
CAP~TULO
1
EL MINISTERIO FISCAL
general objetada concierna a un acto procesal sujeto a plazo o que no admita dila-
ción, quien la recibiere la cumplirá en nombre del superior. Si la instrucción objetada
consistiese en omitir un acto sujeto a plazo o que no adinita dilación, quien la realice
actuará bajo su exclusiva responisabilidad,
. , sin perjuicio
- " del ulterior desistimiento de
la actividad cumplida".
La solución actual lo configura como un órgano extra poder; se han seguido así
indicaciones del VI11 Congreso Interamericano del Ministerio Público, Mar del Pla-
ta, 1983s@.Señala Bianchi, aunque se inclina por la conformación como un cuarto
poder del Estado, que "...está emergiendo en el orden institucional como einergió el
Poder Judicial cuando fue sancionada la Constitución. Y tendrá que recorrer el difí-
cil camino de alcanzar el reconocimiento de la posición institucional de 'autoridad
de la Nación ', que la Constitución le recon~ce"~", certera reflexión que trasunta una
innegable realidads66.
Dice Palacio que dicha ubicación es adecuada en tanto "...no se lo incorpo-
ra al Poder Judicial ni se lo subordina --como ocurría con anterioridad- al Po-
der E j e c u t i v ~ " ~Sobre
~ ~ . el tema no deben dejarse de lado las reflexiones de Maier:
"...no me convence que el Ministerio Público sea un órgano extra poder, me parece
una creación un poco ilusionada, pero sin demasiada vigencia
El calificativo extra poder apunta a la existencia de un cuarto, además de los
tres esbozados por Montesquieu, recogido por la Constitución americana desde sus
orígenes. Entre nosotros, Ayarragaray, uno de los autores tradicionales sobre el tema,
indicaba que pese a ser un órgano extra poder, está ubicado en la cercanía del PJN8"9.
A raíz de que la Constitución de 1853, conforme a la refoma operada en 1860,
suprimió toda referencia al MP al eliminar el art. 91 de aquélla, precepto que deter-
minaba la integración de la Corte Suprema por nueve jueces y dos fiscales8'0, pensá-
bamos debía considerársele como un cuerpo de funcionarios dependientes del PEN;
sobre todo por la necesidad de que aquél contase con un organismo apto para velar
por la ejecución de las leyesa7'.
Ver BIANCHI,"Cese de funciones de agentes del Ministerio Público dispuesto por decreto del
Poder Ejecutivo", ED 119-947.
ED del 111212002.
Ver también OBARRIO,"El Ministerio Público: cuarto poder del Estado", LL del 311511995.
Derecho..., t. X , ps. 359.
868 "EI M¡ nlsterío ' Público en el proceso de reforma de América latina", en Pena y Estado, año
2, nro. 2, p. 174.
El Ministerio Público, passim, Buenos Aires, 1928.
s 7 " ~ ~ R 1 ~OLMEDO, Tratado..., t. 11, p. 282; Maciel, 'ivlinisterio de Justicia", LL 112-826.
'" GARRAUD,Traité théorique et pratique d'instniction criminelle et de procédure pénale, t.
1, Paris, 1907, p. 172, pár. 84; GONZALEZ, Joaquín V., Obras completas, vol. 7, Buenos Aires, 1935,
ps. 1031117, y en "Carácter constitucional del Ministerio Público" en Escritos y opiniones, t. 1, Moen,
Buenos Aires, ps. 1111132, slf; JOFRE, Manual de roced di mi en tos, t. 1, ed. actualizada por Hal~erin,
13uenosAirzs, I Y 4 1 , ps. 217 SS.. 13iri.s.\.I>i,i.c~.h,, .i i'ps . 507 5uB ! 5h9, I ~ Y L L ' I I , ... p.
Up,u.,t~ro
53: STRRA l > i ) \ I I N i ~ I . f r ' . "El \Iiiiisizri., fisc31", cn H<,~,r.<t,i
dc I ) z > v c ~ h o P , ~ o < ~ e r . i l I l > , ~ r o unroi.
»~r~ii~~~z~.
314, año 1979, ps. 6091677, especialmente p. 621; GIMENOSENORA,ALMAGRO NOSETE, MORENO
CATENAy CORTESDOMiNGUEz, Derecho..., t. 11, p. 156, punto b), par. 1"; GIMENO SRNDW Consti-
tucidn..., p. 68; STEFANI, LEVASSEUR, BOULOC, Procédurepénale, p. 123, Paris, 1990; FONTECCHIA
SIGNORILE, Ilpublico ministero nel nuovo processo penale, p. 3, Milano, 1990. Cuando menos vale
considerarle como órgano de enlace entre el PEN y los tribunales de justicia (PRIETOCASTRO- FE-
RRANDIZ, "El Ministerio Fiscal en Europa", LL 1990-C7811800).
EL MINISTERIO FISCAL
relación inmediata con los fiscales generales ante dichos tribunales, actúan fiscales
generales adjuntos (art. 38, id.). La intervención ante los jueces de primera instancia
compete a los fiscales y a los fiscales auxiliares (arts. 39,40,41 y 42, id.).
Las inmunidades de sus integrantes no se asimilan a la de los jueces sino a la de
los legisladores. La sospecha de delito penal doloso determina la procedencia de la
suspensión del imputado, para permitir su juzgamiento por el delito; de otro modo,
la inmunidad se transmutaría en impunidad874.
Numerosas constituciones provinciales lo ubican en la órbita del PJ (art. 180,
Buenos Aires; arts. 1721173, Córdoba; arts. 98,99, 102, 103 y 105, T u ~ u m á n ) ~ ~ ~ .
Función
65. El ministerio Bscal promovera y ejercerá la acción penal en la forma
establecida por la ley.
Se refiere a la acción pública (art. 5"), denominación comprensiva también de
la acción dependiente de instancia privada (art. 69, ya que una vez puesta en marcha
mediante dicha instancia, opera igual que la pública (arts. 71 y 72, CP).
La ley 24.946 establece como función del MP promover y ejercer la acción
pública en las causas criminales y correccionales, salvo cuando para intentarla o
proseguirla fuere necesario instancia o requerimiento de parte conforme a las leyes
penales (art. 25, inc. c], i d ; conf. también arts. 33, párr. 1" e inc. b], 35, inc. a], 37,
inc. a], 38, inc. a], 40, incs. a], b] y c], y 42, id.).
También le incumbe ocuparse de promover y proseguir las cuestiones prejudi-
ciales (arl. 12).
Queda excluido el ejercicio de la acción civil en todos los supuestos. Por eso
resulta incomprensible la previsión contenida en el art. 433, última frase, pues este
Código no admite la delegación de la acción civil por el damnificado en el MP (ver
arts. 80, inc. a], y 15).
La FNIA debe intervenir necesariamente cuando se radique una denuncia como
consecuencia de la investigación de la conducta administrativa de agentes integran-
tes de la Administración nacional, centralizada y descentralizada y de las empresas,
sociedades y todo otro ente en que el Estado tenga participación (art. 45, inc. a], ley
24.946);en tal caso actúa conforme a lo establecido en el art. 33, inc. f), id., en forma
conjunta o alternativa con dos o más integrantes del MP. Podrá asumir en cualquier
estado de la causa, el ejercicio directo de la acción pública cuando los fiscales compe-
tentes tuvieren un criterio contrario a la prosecución de la acción (arl. 45, inc. c], id.).
Los fiscales generales de investigaciones administrativas, los fiscales generales ad-
juntos y fiscales de investigaciones administrativas pueden actuar en forma similar a
los demás integrantes del MP. Siempre que en el curso de un proceso se impute a un
agente público por hechos vinculados con el ejercicio de su función, el juez deberá
comunicarlo a la FNIA (art. 48, id.).
8 7 % ~ N ~ T ~ ~"Inmunidad
, funcional de los integrantes del Ministerio Público", LL del
17/12/1999, p. l.
''*Sobre el tema, ver MAlER y otros, EL Minisferio Publico...,passim.Ver también ORTIZ PELLE-
GIUNI, "El Miflisteno Público Fiscal en la Consiitucióii Nacional", DJ 1997-2-1067;AWAGNAGUE,
"El Ministerio Público", DJ 1998-1-399;DELMAS-MARTY, "La evolución del Ministerio Público y los
principios directrices del proceso en las-deniocraciaseuropeas", ED 175-9713,
EL MINISTERIO FISCAL
rma republicana de gobierno (art. lo, CN) impone a todos los funcionarios
les lo son- expresar los fundamentos y razones de sus actividades, pues
a forma de verificar si cumplen con la tarea y hacer efectiva su responsa-
miento puede ser motivo de ulterior examen judicial pero no anterior a la ejecución
de ciertas medidas (conf. arts. 213, inc. b], y 280, pán. 2").
Inhibición y recusación ,
71. Los miembros del ministerio público deberán inhibirse y podrán ser
recusados por los mismos motivos establecidos respecto de los jueces, con ex-
cepción de los previstos en la primera parte del inciso 8 y en el 10 del art. 55.
La recusación, lo mismo que las cuestiones de inhibición, serán resueltas
en juicio oral y sumario por el juez o tribunal ante el cual actúa el funcionario
recusado.
El concepto de parte ---quien pide o en cuyo nombre se requiere la actuación de
la ley o quien pretende o en cuyo nombre se pretende frente a otro dicha actuación-
no resulta, sin más, extensible al proceso penal. Por eso, este precepto muestra uno
de los perfiles en que éste y el civil se separan, pues es inconcebible suponer la im-
parcialidad de una parte.
Lo que se busca preservar es que -salvo los casos de instrucciones vinculantes
(arts. 31 y 33, incs. b] y d], ley 24.946>--- su intervención resulte ajena a las pasio-
nes o intereses que pueda tener respecto de ciertos sujetos o del objeto del proceso.
Acerca de preservar la imparcialidad del fiscal (conf. art. 52, CPP de Italia; arts. 78
y 79, CPP Tucumán; arts. 78 y 79, CPP Córdoba).
Se exceptúan los casos de acusación o denuncia anterior contra alguno de los
interesados (art. 56) y, recíprocamente, cuando hubiese sido acusado o denunciado
por éstos (art. 55, inc. 8O) y la opinión vertida fuera del proceso (art. 55, inc. 10).
La ley le requiere aduar conforme a un criterio de objetividad traducido en pro-
curar, no sólo las medidas adversas al imputado, sino todas aquellas que conduzcan
-aun de resultarle favorables- a una recta administración de justicia.
El procurador general -res. nro. 3011999- asevera que la excusación resulta la
solución más adecuada para garantizar a los justiciables -aun por vía indirecta- el
debido desempeño de la causa, como órgano imparcial en cuanto sujeto del proceso.
Expresa Bruzzone que el fiscal "...no puede prejuzgar porque no juzga, requie-
re; los únicos que juzgan, y por ese motivo pueden prejuzgar, son tos jueces"884.
EL IMPUTADO
a) Concepto
El reconocimiento como imputado a toda persona que soporta persecución pe-
nal significa hacer, desde el comienzo de tal condición, efectiva la garantía de la
inviolabilidad de la defensa en juicio asegurada por el art. 18 de la Constitución
Nacional.
en sobrelleva esa condición puede proponer diligencias como las otras par-
9 9 , de suerte que podrá esclarecer su situación durante la etapa instructoria
necesario llegar al juicio.
que resulte imputado debe ver concluido el proceso a su respecto,
eimiento (art. 335) o a través de la remisión a juicio (arts. 347, párr. 2',
do por una sentencia definitiva; previamente puede oponerse a que se
evación en el momento regulado por el ari. 349.
mparaci6n con el C6digo anterior
este Código y el anterior advierte que se ha terminado con la
el mero imputado, prevista por el art. 236, párrafo 2 O del ordena-
En efecto: a dicho sujeto se le consideraba no procesado y, por ende,
esolución conclusiva del procesosss. Incluso y, pese a la aparente
n con la de la persona cuya situación encuadraba en el párr. lo, la práctica
nconcebible retaceo de facultades tales como apelar un sobreseimiento
al recaido en la causass6.
a puesto fin al sobreseimiento provisional (art. 435, Código an-
verdadera absolución de la instancia que no cegaba una ulterior persecución
'srno hecho, tal cual ocurría con el imputado no procesado.
pena repetir que, desde la vigencia de la ley 23.984, esos distingos anó-
enadores de la garantía constitucional liminarmente referida terminaron.
n sujeto cuya condición de imputado resulte de las previsiones
, forzosamente será llevado a juicio - c o m o corolario del cual
le habrá de absolver- o bien será sobreseído (art. 335). Ambas
es impedirán cualquier persecución ulterior, haciéndose efectiva así no s610
'a constitucional de la inviolabilidad de la defensa, sino también la prohi-
1 ne bis in idem recogida por el art. lo; es la única solución para asegurar
cción mediante un pronunciamiento con autoridad y eficacia de
de demandar civilmeiiteg9'.
cho del imputado
a persona a quien se le imputare la comisión de un delito por el que se
ndo cansa tiene derecho, aun cuando no huhiere sido indagada, a
al tribunal, personalmente con su abogado defensor, aclarando los
icando las pruebas que, a su juicio, puedan ser útiles.
los derechos y garantías atinentes a tal condición; inclusive que el proceso termine a
su respecto en alguna de las formas ya señaladas.
Resulta obvio que si el juez advierte que el compareciente no reviste la condi-
ción de imputado, jamás podrá escucharle como tal. Por ende, carecerá de derecho a
peticionar que se lo incluya en alguna de las formas conclusivas del proceso.
Aun entre quienes admiten la presentación anticipada merced a la sutileza nie-
recedora de nuestra censura expuesta al comienzo de este Capitulo 11, se niega al
compareciente examinar las actuaciones (art. 204), pues sólo puede hacerlo, con las
excepciones previstas, después de la indagatoria9O0.
La presentación espontánea no condice en absoluto con la citación del impu-
tado, en este estadio; a menos que se disponga recibirle indagatoria, siempre que
mediare sospecha suficiente para ellog0'.Empero, una deformación total de la com-
parecencia espontánea se ha abierto paso entre muchos tribunales de Buenos Aires.
Desde luego que La falta de citación no arremete garantías reconocidas por la CNgo2.
Se piensa que, de acuerdo con el art. 29 ter de la ley 24.424, quien ya declaró
como imputado puede convertirse en colaborador.A su vez, la colaboración no podrá
tornarse en obstáculo para involucrar en la causa a quien la cumple. No debe restrin-
girse ala primera oportunidad en que comparezca; su libertad provisional debe meritar
que la colaboración es un correctivo de la pena que trasunta menor peligrosidad. De
ahí que resulte posible otorgar libertad provisioiial al sujeto en su méritogo3.
El imputado es titulas de todas las garantías y es quien puede ejercerlas o no,
sin que su consentimiento pueda verse recortado por supuestas consideraciones de
orden público9o4.
b) Defensa en juicio
Si existe querellante constituido y habilitado -por ende- para participar en
la actividad perquisitiva (art. 201), debe guardarse especial cuidado para que los
derechos del imputado no sufran menoscabo al negarse garantías co~stitucionales
(arts. 14 28, 33 y 75, inc. 22, CN; art. XVIII de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre; art. 10 de la Declaración Universal de Derechos
Hunianos - d o n d e se privilegia la audiencia "...en plena igualdad... para el examen
de cualquier acusación... en materia penal'-; ari. 8", ptos. 1, 2, aps. b] y fl, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa
Rica", ley 23.054; y art. 14, incs. l oy 3', aps. d] y e], del Pacto Internacional de De-
. rechos Civiles y Politicos, ley 23.313). En dicho supuesto y con sustento en el art. 56
-precepto cuyo alcance es el de una interpretación auténtica coutextual- aun antes
de ser constituido como parte reviste el carácter de interesado. Por eso se ha admitido
su intervención en la vía recursiva (art. 451)905.De tnanera similar la CS tolera la
intervención de la parte recurrida en el trámite de la queja por denegación del recurso
casos para respetar la igualdad asegurada por el art. 16, CN, la mera
ado resulta inescindible de la defensa en juicio, pues no habrá proceso
e derecho de defensa, comprensivo
quisitora de elevación,
siempre que no medie
ición de imputado -aun
S con Binder cuando dice que "(e)
encia de una imputación y no con
durante estas etapas el ejercicio
defensa es claramente incon~titucional"~'0. En dicha situación no
alcance del acto conclusivo -sobreseimiento-- propiciado, según
asos en donde ya fue concedida
, sala VI, con agudeza supera los distingos planteados entre las di-
as a través de las cuales se escucha al imputado e "...intepreta que a
de aquel vacío se impone una
,se entiende que en este caso,
lito, corresponde el dictado de
ción de cualquier vía a través
lo admita como partícipe del hecho delictuoso, como lo sería la indi-
nciado9I2,aunque no se
ersecución- a su respecto9I3.
lterior persecución -ver co-
S expuesta de Binder. Por eso
111
CAP~TULO
"' Conf CARAM,"Hacia la mediaciún pcnal", LL del 201312000; SCHNEIDER, "Mediación penal
y leyes criminales especiales", LL del 201312000; SUPERTI,-La mediacibn penal entre fiscal e imputa-
1
3L
do", LL del 41612001, comentario al f. 102.077.
oso, "La mediación en el sistema penal francés", LLActualidad del 281912000.
Y3VNPE,sala B, ED 175-40, f. 48.305, o DJ 1998-3-642,f 13.508.
DERECHOS DE LA V~CTIMAY EL TESTIGO
,sala V, JA 1999-1V-671.
1, "La garantía constitucional de la defensa en juicio y la protección de los testigos en el
', ED del 511111997, ps. 113.
1, "La protección de testigos en la ley de estupefacientes y el derecho procesal constitu-
111211997,p. 1.
el 181311998.
'Las medidas de protección del denunciante y delator judicial o 'arrepentido' en los delitos
al narcotrifico", LL del 171911998, p. 1.
O del 13/8/2003.
O del 111812003.
BO del 281612004.
BO de1 29/3/2005.
C Fed. Mendoza nro. 1, LL del 2111211998, f. 98.250; la disidencia entiende que puede
datos que permitan individualizarlo. CS, Fallos 3295556, "Benitez".
002-1-288, f. 17.724.
160 DERECHOS DE LA V~CZMAYEL TESTIGO Art. 80
TOC nro. 13, DJ 2002-1-288, f. 17.724, "El testigo de identidad reservada en el proceso
penal".
"9 Código..., p. 219, con cita de MARCI3IOR1, Ectimización y asistencia a [a víctima de delitos.
CNPE, sala A, JA 1995-111-568.
91' CCCFed., en pleno, criterio.dela mayoria, ED 164-187, f. 46.650, con nota de BIDART CAM-
Pos, "La víctima del delito y el proceso penal".
DERECHOS DE LA vÍCTIMA Y EL TESTIGO
O de la ley 24.050.
EL QUERELLANTE PARTICULAR
3
a) Generalidades
El Proyecto original elaborado por Levene (h) -art. 6O- suprimía la inter-
vención del querellante conjunto; tal actitud responde al convencimiento de que el
Estado no debe prestar servicios al interés o a la venganza personal, "...que son
generalmente los móviles que llevan al damnificado a ejercer la acción pública"959.
Ésa h e la opinión de Vélez Mariconde, quien estimaba que "...el carácter emi-
nentemente público del derecho penal, en consecueilcia, ha derruido el fundamento
de la institución...", y el único derecho que tiene el particular ofendido no es otro que
resarcirse del daño causado por el delito mediante el ejercicio de la acción
Clariá Olmedo, en parte, compartía esta tesitura, pues, pese a simpatizar con la
posibilidad de su intervención, estimaba que, desde un punto de vista teórico, supri-
mirlo resultaba acorde con la concepción publicística del ejercicio de la acción pe-
nal. Empero, reconocía la utilidad de su participación aunque recortando sus poderes
autónomos para abrir el juicio oral y, frente al art. 71, CP, creía no podía autorizarse
su acusación como base exclusiva del plenario96'.En una de sus últimas publicacio-
nes, admitió que el Código Penal "...prevé en forma insuprimible la intervención de1
querellante conjunto en el proceso penal..."962.
El actual Código Procesal Penal de Córdoba admite la intervención adhesiva
del querellante particular (art. 7");aunque la Exposición de Motivos del Proyecto,
seguramente trasunto de la opinión de Cafferata Nores, se inclina por reconocerle
funciones autói~omasde acusación. Según se ve, es muy diferente tal pensamiento
del sustentado por Soler y Vélez Mariconde, proyectistas del Código de 1940.
En su momento nos manifestamos en contra de la supresión'del querellante
conjunto en los delitos de acción De ahí que nos parezca acertada su ad-
misión en este capítulo del Código.
b) Naturaleza jurídica
Se trata de un sujeto eventual del proceso y, en opinión de la Corte Suprema,
resulta una mera concesión legal susceptible de suprimirse en todo tiempo964.Con
todo, exige prudente reflexión si obturar el acceso del ofendido como acusador en
los delitos de acción pública e impedirle abrir el juicio por su propia determinación,
no significa mengua para el derecho constitucional de peticionar ante las autoridades
reconocido por el art. 14, CN965.Más aún, a raíz de que el art. 3982 bis, CC., esta-
blece que la deducción de la querella criminal contra los responsables del hecho sns-
pende el plazo de prescripción de la acción civil, aunque en sede penal no se hubiera
Códigos..., t. 1, p. 85.
9" ~ e r e c h...,
o t . 1, ps. 291 y 294.
ratad do...,t. 11, ps. 351 y 355.
Elproce~o..~, p. 275.
"El proyecto de Código Procesal Penal", LL 1991-8.1248.
Fallos 1435.
BIELSA, Derecho ..., p. 294; Garcfa, "La supresión del quereliante y de1 actor popular", Revis-
ta de Derecho Procesal. nro. 1943-111-231.
EL QUERELLANTE PARTICULAR 163
CC., la renuncia a la acción penal, por lo que es viable su separación del rol de que-
rellante97'.
B
Dereeho de querella
82. Toda persona con capacidad civil particularmente ofendida por un de-
lito de acción pública tendrá derecho a constituirse en parte querellante y como
tal impulsar el proceso, proporcionar elementos de convicción, argumentar so-
bre ellos y recurrir con los alcances que en este Código se establezcan.
Cuando se trate de un incapaz, actuará por él su representante legal.
Cuando se trate de un delito cuyo resultado sea la muerte del ofendido, po-
drán ejercer este derecho el cónyuge supérstite, sus padres, sus hijos o su último
representante legal.
Si el querellante particular se constituyera a la vez en actor civil, podrá así
hacerlo en un solo acto, observando los requisitos para ambos institutos.
a) Legitimación .
Precisar quien resulta "...particularinente ofendida ..." implica aludir a la de-
nominada legitimación para obrar o legitimación procesal, dato que hace referencia
a quienes actúan en el proceso y quienes se hallan especialmente habilitados para
pretender (legitimación activa) y para contradecir (legitimación pasiva) respecto de
la materia sobre la cual versa el proceso972.Dicha condición es propia de la persona
que, de modo especial, singular, individual y directo se presenta afectada por el daño
o peligro que el delito comporte. Comprende a los mencionados en primer término
por el art. 1079, CC.973.
La falta de la calidad de particularmente ofendido obsta para constituirse en
esta función; mucho menos si se tiene una imputación en contra por el hecho que el
mismo sujeto denunciara974.En contra, la CNPE, sala A, entiende -por mayoría-
que no existe impedimento alguno para que durante la sustanciación del proceso una
persona pueda investir la calidad de sospechoso y la de eventual damnificado97s.
El carácter de ofendido por el delito sólo se requiere a título de hipótesis, puesto
que si se exigiera su previa comprobación significaría imponer, para iniciar y prose-
guir el proceso, la demostración de la realidad del delito, que es precisamente lo que
se debe investigar976.Se viola el derecho de defensa y llega a ser arbitrario supeditar
la actuación del acusador a tamaña exigencia977.Basta la invocación asertiva de su
comisión978.
terio Público, pues admite que en un único caso participen dos miembros del mismo
órgano con posibilidad de plantear cursos contrapuestos de acción983.
Mediante res. PGN 147108 (511 112008), el procurador general, consolidó este
criterio: el fiscal titular y la FNIAno comparten de modo fungible e indistinto el ejer-
cicio de la acción penal; la actuación del Ministerio Público Fiscal ha de ser siempre
única y, frente a eventuales discrepancias, habrá de imponerse el criterio del fiscal a
quien la ley adjudica - d e modo exclusivo- el carácter de actor penal; la noción de
"intervención necesaria" de la FNIA nunca puede desencadenar el desmembramien-
to del órgano acusador.
La atribución asignada a la Oficina Anticormpción por el art. 2O del dec.
10211999 no respeta el escalonamiento para la creación normativa impuesto por el
art. 31, CN. La misma sala de la CCCFed. declaró constitucionales los arts. 20, inc.
19, de la ley 25.233, y 4,' pán: 2", dec. 10211999984.
Por último, la CS convalidó el rol asignado a la Oficina Anticormpción y con-
sideró que parece legitimo que el Estado incoe contra el supuesto autor acciones
pwales y civiles, y por lo tanto -lejos de actuar como órgano jurisdiccional- se
constituya parte del pYoceso. Separar al ente ojicial que actúa como querellante,
seria poner en mejor condición al fincionario que, abusando de tal calidad, come-
tió supuestos delitos contra la administración pública que a los particulaies que
soportan la intervención conjunta de dos a c ~ s a d o r e s Creemos
~ ~ ~ . que la compa-
ración no es válida porque en este último supuesto se trata de un acusador público
y otro particular que representan intereses distintos. En cambio, en el primer caso,
existe una doble actuación del mismo Estado. De hecho, la asimilación refuerza el
criterio contrario: si hay multiplicidad de acusadores particulares, el legislador les
exige unificar personería (arts. 85 y 416), pero no ocurre lo mismo cuando se trata
de una múltiple acusación del Estado. Coincidimos con la propuesta de Santiago
Martínez, al menos para los delitos tributarios, en punto a que debiera unificarse la
representación del Estado en la figura del Ministerio Público Fiscal y que la AFIP
deje de ser acusador y pase a ser un consultor técnico de aquél. De esta manera se
solucionarían problemas tales como la afectación a la igualdad de armas, ya que el
imputado dejaría de soporiar una doble acusación del Estado y se evitaría además el
inconveniente que se genera cuando el fiscal y la AFIP tienen opiniones encontradas
en tomo a la prosecución de la acción penalpe6.Otra solución es la propiciada por
Francisco Castex, quien considera que el sujeto especializado debiera desplazar al
agente fiscal, sea para no afectar el derecho de defensa o para evitar un conflicto de
intereses de la misma parte987.
Por dec. 222612008 se autorizó a la Unidad de Información Financiera a inter-
venir como parte querellante en los procesos que se investigue la comisión de los
delitos tipificados por la ley 25.246 -lavado de activos-988.
Con motivo de que la Dirección General lmpositiva está habilitada para que- -
rellar por delttos tributarios y aduaneros -a raíz de la fusión del organismo re-
caudador con la Administración Nacional de Aduanas-, se la faculta para solicitar
la elevación a juicio de quienes fueron procesados por el delito de contraband~'~~.
Cuando se investigan aquellos ilicitos, no cabe aceptar a una sociedad que se preten-
de damnifi~ada~'~.
En la actualidad se admite que un Estado extranjero pueda intervenir como
acusador particular con sustento en la ayuda en la investigación, resultante de su ac-
ceso9"; el delito se imputaba a un integrante de una repartición de gobierno chileno.
Ver voto del doctor David con alusión a la Carta de la Naciones Unidas; a la Ley
de Cooperación Internacional 24.767; al Pacto de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, art. 2'; a la Convención Internacional de Eliminación a Toda Forma de
Discriminación Racial, Preámbulo; a la Convención sobre la Tortura y otros Tratos
o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, art. 9', párr. lo; y Convención sobre
los Derechos del Niño, Préambulo, enhe otros estatutos. Sin ampliar el campo del
art. 82, parece imposible tolerar la participación de otro Estado en un proceso penal
sustanciado aquí. A nuestro modo de ver, las razones dadas por el juez del voto no
excluyen la indicación del art. 34, CC. Por otro lado, la legitimación en concreto que-
da establecida porque los partícipes en el delito formaban parte de la administración
pública chilena en el momento de producirse el hecho y, parece superñuo señalarlo,
tamaños deslices afectan al ordenado, regular y legal desenvolvimiento de aquélla
que, a la postre, resulta ofendida en las condiciones del art. 1079, CC. A su vez, la
moderna concepción de la víctima en el proceso penal coadyuva al ingreso del Esta-
do extranjero para perseguir una asociación ilicita del propio país.
a.2. Delitos en particular
Se ha entendido que no coincide con la titularidad del bien jurídico afectado
por el delito; de ahí que se permitía la querella conjunta en delitos que agraviaban
inmediatamente a la administración pública, pues se entiende que no quedan ex-
cluidos aquellos bienes garantizados secuiidaria o s~bsidianamente~~~: malversación
de caudales públicos cuando el hecho pueda trascender en un perjuicio directo y
"' "El derecho a la venganza (legal) y sus limites", en PASTOR (dir.), El sistema penal en la
sentencias recienles de la Corte Suprema, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2007, p. 23. También publicado en
SJP,LLdel 3011112006, p. 21.
9 8 8 ' Bdel
~ 2411212004. Acepta la legitimación para querellar de la UIF la CCCFed., sala 1, RDP,
AbeledoPenot, 112010, p. 88.
''' CNPE, salaA, LL del 211212000, f. 99.781.
POo CNPE, sala B, ED del 301612000, DPPC, f. 125; id., id., JA del 51512004, p. 55; id., id.,
31812004, "Lanart", RDP, LexisNexis, 912005, Jurisprudencia Sintetizada, p. 724.
'" CNCP, sala 1, LL del 241312000, f. 100.017, o DJ 2000-2-27, f. 15.431.
O" CNCP, sala IV, ED 185-517, f. 49.766; CCCFed., sala 11, 1511011999, LL del 251112000,
C. 15.920; id., sala 1, DJ 2001-1-695, f. 16.523.
168 EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 82
IM' CCCFed., sala 1,251812005, "A.D.A.P.", RDP, LexisNexis, 112006, p.126; LLde11411212005.
CCC, sala 1, LL del 281411997, f. 95.292; CCC, sala IV, ED del 311712000, DPPC, f. 132.
'"" CF Cap., sala 11, ED 147-367, f. 44.323.
1005 ED 137-103, nota al F. 42.289.
IW7 CNCP, sala IV, ED del 291312001, f. 169, DPPC, se deriegó la intervención del Procurador
General de la Ciudad de Buenos Aires.
EL OUEKELLANTE PARTICULAR
tervenir como querellante aunque el pudor individual resultó afectado por la conduc-
ta de un sujeto encargado de educar a las víctimas en un colegio de dicha ciudadi008.
a.3. Intereses difusos
Las conductas ilícitas pueden agraviar distintos bienes jurídicos de índole so-
cial, públicos u otros, pero ello no quita que las consecuencias del accionar ilegal -
afecten, por lo menos conjeturalmente, a personas particulares a las cuales corres-
ponde reconocerles la calidad de querellanteioo9.
Se ha dicho que "...es característico del derecho penal 'moderno' alejar a la víc-
tima del derecho penal material e ir sustituyendo la causación del daño por la puesta
en peligro, los delitos de resultado por los delitos de peligro abstracto, los bienes
jurídicos individuales por bienes juridicos universales"ioio; también una colectivi-
dad debe considerarse "...afectada realmente por el delito penal..."'o". En sentido
coincidente, Cafferata Nores asevera que se ha vigorizado la posición de la víctima
del delito al expresar que proteger los intereses generales de la sociedad no es inono-
polio del Ministerio Público cuando el interés particular del damnificado se canaliza
mediante la querellaioi2.En esa línea, se ha permitido la actuación de un particular,
como querellante, en la investigación por la presunta infracción al art. 6, ley 24.788
-"Lucha contra el alcoholismo"-, a raíz de una publicidad que incentivaría el
consumo de bebidas alcohólicas a me no re^'"^. También en el supuesto de envenena-
miento o adulteración de aguas o alimentosioi4.Esta visión amplia de la legitimación
para querellar puede verse cuestionada en ciertos casos, a partir de la reciente incor-
poración del art. 82 bis (ver comentario a dicho artículo).
Se ha negado a un intendente municipal la constitución en parte querellante
cuando se investiga una infracción a la ley 24.051 Ioi5;con disidencia del doctor
Lugones, quien estiina que el interés a un ambiente sano corresponde a un número
indeterminado de personas pero, aun así, la vinculación para intervenir surge de la
proximidad territorial con el foco posiblemente contaminante y, por eso, la exclusión
del municipio en su defensa no parece admisible. Al comentar el fallo, CafferattaIoi6,
coincidente con dicha disidencia, pone en crisis el criterio imperante, en punto a una
interpretación restringida, cuando se trata de hechos que afecten intereses diksos o
indeterminados. También se desconoce posibilidad de intervención al Defensor del
Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Airesio" y a su Procuración -art. 134 de
su Constitución- para impugnar por casaciónio'*.
b) Capacidad
EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 82
l
Amén de la legitimación, el querellante debe tener capacidad para ser parte, que
sólo es un reflejo de la capacidad dti derecho y se refiere a la posibilidad jurídica de
figurar como tal en un proceso. En cambio, la capacidad procesal estriba en la aptitud
necesaria para ejercitar actos procesalmente válidos y coincide con la capacidad de
hecho a que se refiere el Código C i ~ i l ' ~ ' ~ .
'O2* CUETO RÚA,"Facultad del miembro de una sociedad anónima para querellar al imputado de
actos delictuosos cometidos en perjuicio de ésta", LL44-9; sala V, ED 28-281, f. 14.353.
Im5 CCC, sala 1, 5/3/2007, "Vernassa", SJP, LL del 301812007, p. 67.
'026 CCC, sala 1, JA 1996 11-558; CNCP, sala 11, LL del 28/11/2002, f. 104.813.
(art. 133, id), los penados (art. 12, CP), los que han sido procesados en la misma
causalm7y el fallido (arts. 107, 108 y 110, de la ley 24.522).
El párrafo tercero extiende la legitimación para querellar tan sólo en los delitos
cuyo resultado es la muerte del ofedido. La hermana de la victima no puede hacerlo
a1 no encontrarse incluida en la mención ta~ativa"'~~; tampoco el conc~bino'~"'. En
cambio, Figuerero considera que si el pretenso querellante logra demostrar la exis-
tencia de la cohabitación y la afectación que le ha provocado la muerte de su pareja,
debe admitírselo como parteIo4O.Sus argumentos no persuaden porque lo que pro-
pone importa, frente al criterio taxativo del legislador para estos casos, una creación
pretoriana de un supuesto de legitimación para querellar, en perjuicio del imputado
(art. 2).
Por excepción, los sucesores -los hijos- de quien en vida fue tenido como
querellante deben considerarse como particulares damnificados al resultar herederos
forzosos y haberse producido una obvia disminución en el acervo hereditario debido
al accionar inve~tigado'~~'. La CCC, sala IV, admitió como querellante a la nieta de
la victima, al haber fallecido previamente la hija de ésta'042.
La capacidad de derecho no coincide con la legitimación para actuar en proceso
penal como querellante1043.
e) Funciones
Impulsar el proceso resulta una actitud asumible luego de su correcta inicia-
ción, lo que sólo puede tener lugar -para nosotros- después del requerimiento fis-
cal (confr., sin embargo, aits. 180, 181, 188 y 195). Si el eventual querellante quiere
iniciar un proceso penal, debe utilizar el carril de la denuncia -forma mediata de
promoción-, y si guarda las formalidades exigidas en este capítulo, podrá requerir
se le tenga por parte (art. 174).
Proporcionar elementos de convicción es incuestionable durante 19 etapa ins-
tructoria, actitud que no le es privativa, pues también lo pueden hacer las otras par-
tes; el juez ordena su cumplimiento sólo cuando los considere pertinentes y útiles
(ari. 199).
Otro momento para proponer diligencias se aloja en la contestación de la vista
previa a la clausura de la instrucción (art. 348); la denegatoria del juez habilita la vía
del recurso de a p e l a ~ i ó n l ~ ~ .
p. 1002.
CNCP, sala IV, LL del 1811212000,f. 101.382.
'"TCC. sala iV, del 1315/1994, c. 1543.
EL QUERELLANTE PARTICULAR
Tiene la facultad de ofrecer diligencias durante los actos preliminares del juicio
(art. 355) y de controlar su producción durante los del debate (arts. 374,382 y 389).
Argumentar sobre los elementos probatorios comprende poner de resalto a
todos los que apuntalan su postura y no sólo los aportados por él, pues el principio de
adquisición procesal determina que las vrobanzas -cualquiera sea el suieto vrocesal
que las haya indicado- resultan para él proceso y no de quien las propició,A -
Su participación comprende varios momentos destacables: en primer término,
al fundar el recurso de apelación si se dispuso el sobreseimiento (art. 337, párr. 2O),
debe expresar los motivos, pues no afrontar dicha carga en ese momento comporta
su inadmisibilidad (art. 438); en segundo lugar, al expedirse sobre la instrucción,
completa a criterio del juez (arts. 346 y 347, inc. 2"). Por último, en ocasión de la
discusión final, formula conclusiones (art. 393; se admite la casación, cuando el
fiscal pidió absolución y el tribunal se pronunció así, no obstante que el querellante
particular solicitó pena)1045.
Durante la pesquisa tiene la posibilidad de asistir a los registros domiciliarios,
reconocimientos, reconstrucciones, pericias e inspecciones, definitivas e irreprodu-
cibles, así como a las declaraciones de testigos que se presuma no podrán concurrir
al debate (arts. 200 y 201). A menos que las actuaciones se hallen en el periodo de
secreto, con excepción de aquellos actos (art. 204, párr. lo, segunda oración); una vez
levantado aquél se habilita su presencia en los demás actos de instrucción (art. 202).
Queda excluida la presencia del querellante cuando se trata de inspección corporal y
mental tanto del imputado como de otra persona (art. 21 8, último párrafo). Tampoco
puede asistir al acto de la indagatoria (art. 295).
La facultad impugnativa puede ejercitarla en los casos expresamente previs-
tos por el Código (art. 435); v.gr. al dictarse el sobreseimiento (art. 337, párr. 2');
durante el desarrollo de la instrucción puede recurrir de la falta de mérito (art. 31 1);
no le está vedada la reposición (arts. 440 y 446) ni la apelación (art. 449); la casa-
ción con los limites en que puede hacerlo el MP (art. 460); en cuanto a esta última
facultad, a raíz de lo resuelto por la CS en " G i r ~ l d i " ' ~es~discutible,
~, ahora, puedan
estimarse compatibles con el art. 75, inc. 22, de la CN que los limites cuantitativos
previstos para dicha impugnación jueguen sólo a favor del imputado y no del MP o
el querellante como, entre otros, lo piensa Pala~io'~~'. Ver comentarios al art. 460.
La pretensión para ser querellante no puede formularse luego de la decisión que
puso fin a la sustanciación de la causa, porque no puede tener el propósito exclusivo
de apelarla1048.Debe rechazarse la queja si la causa se inició sin intervención del
clamante, quien pretendió apelar y ser tenido por acusador particular trece días
espués de haberse desestimado la denunciaio4'. El recurso tiene que enderezarse al
ecisorio que le deniega legitimación activa y no al que se pronuncia -mediante
desestimación- para conocer el fondo del asuntoIo5O.
A través del plenario "Zichy Thyssen", la CNCP resolvió definitivamente que
el pretenso querellante puede recurrir en casación con el objeto de lograr ser tenido
por parte y, como tal, recumr aquellas decisiones que imposibiliten la continuación
de la pesquisa1os1.
Se ha considerado que no requerida por el fiscal la formación del sumario, le está
vedado al juez y a la Cámara de ~ ~ e l a c i o nrevocar
es la desestimación con base en el
recurso del querellanteIos2;a nuestro modo de ver se desatiende la peculiar intewen-
ción asignada a este sujeto eventual (v. introducción a este Capítulo IV, acápite b]).
El acusador particular se encuentra legitimado para utilizar la vía casatoria si al
fundamentarse la concesión del beneficio de la suspensión del juicio a prueba, sólo
se toma en cuenta la calificación propiciada por el MP al momento de requerir la
elevación a juicio, sin dar argumento alguno para desplazar la suyaIos3.
El carril para cuestionar la admisión de un querellante carente de legitimación
no es otro que la falta de acción prevista por el art. 339, inc. 2", pese a la opinión en
contrario de la CCC, sala VIIIoS4.
Como consecuencia de que el amparo de la garantía del debido proceso (arts.
18, CN, y 10, DUDH, XXVI, DADDH, 8", apartado 1, CADH, 14.1., PIDCP, y 75,
inc. 22, CN) alcanza a todo aquel a quien la ley otorga personería para actuar en jui-
cio en defensa de sus derechos, sea que actúe como acusador o como acusado, se le
reconoce la facultad de recurrir conforme a las previsiones legales1OSS.
Se ha cuestionado la atribución del querellante para impugnar el alcance de una
medida de seguridad, pues se la estima dudosa'0s6.Puede coincidirse en que la facul-
tad recursiva no alcanza a su extensión; lo que no puede discutirse es que este sujeto
puede cuestionar una declaración de inimputabilidad si se aduce la plena capacidad
de culpabilidad del imputado.
El ejercicio de la acción civil en el proceso penal tiene que ajustarse, siempre,
a lo señalado en los arts. 14 y 87 a 96.
El último párrafo se relaciona con lo que habrá de decirse al comentar el Capi-
tulo V de este Titulo IV.
Orgeira se ha ocupado de diferentes cuestiones deparadas por la actívidad de
este snjetoloS7.
Intereses colectivos
'Oi' RDP, LexisNexis, 1112006, p. 2107, con nota de D'ALBORA, Nicolás F., "Plenario 'Zichy
Thyssen'. El pretenso querellante y la vía casatoria (diez afios en sala de espera)", p. 2122.
'O" CCC, sala 1, del voto en disidencia de Donna, DJ 2000-1-742, f. 15.155.
'O*' CNCP, sala 1, LL del 29/7/2002, f. 104.130.
'o*4 181211997, "Koujojiar, Gonzalo sihomicidio culposo", c. 5312.
CS, LLdel231411999, f. 98.617, con nota de PALACIO, "Un caso paradigmático de privación
de justicia en perjuicio del querellante", o DJ 1999-2-751, f. 14.327.
'Os6 CCCFed., sala 1, LL del 301812002, f. 104.312, con nota, a favor, de Spolansky, "Los inim-
putables penales, ¿tienen derechos constitucionales?".
'O5' 'cPr~blema~ relacionados con la intervención del querellante en el proceso penal nacional
[ley 23.984]", JA 1996-11-983.
Art. 82 bis EL QUERELLANTE PARTICULAR
a) AntecedentesIos9
Uno de los primeros detonantes de la reforma legislativa comentada fue el fa-
llo " A c ~ s t a " 'de
~ ~la~ sala 11 de la CNCP. Sus argumentos centrales fueron: a) la
definición y alcance de la legitimación para querellar depende de la concesión de
la ley; b) en el concepto de "particular ofendido" no pueden considerarse incluidas
las personas ideales, cuando pretendan la persecución de delitos que tiene por ofen-
dido a personas distintas de sus entes. De esta manera circunscribió la actuación
como parte querellante de las organizaciones no gubernamentales a los casos en
que actúen como mandatario especial de un particular ofendido por el delito que se
investiguelo6'.
La cuestión llegó nuevamente a conocimiento de la CNCPI0", oportunidad en
la cual se analizó. además de lo anteriormente exouesto. si la legitimación
" de las
organizaciones no gubemamentales para actuar como querellante5 tiene o no origen
constitucional. La respuesta que se brindara a este nuevo análisis -introducido por
las organizaciones no gubernamentales con el objeto de rebatir el precedente de la
misma sala de la casación- resultaba crucial para resolver la cuestión. Si el derecho
de querellar de las organizaciones no gubemamentales tiene origen constitucional,
el análisis de la legitimación no puede circunscribirse al art. 82, CPP, ya que el con-
cepto de "ley vigente" no se limita al Código Procesal Penal de la Nación, sino que
también abarca a la Constitución Nacional y a los pactos internacionales con igual
'Os8 Texto incorporado por ley 26.550 (BO del 2711 112009). La publicación del BO puso por error
una coma entre las palabras lesa y humanidad.
'Os9 D'ALBORA,Nicolás F., "Ampliación legal de la legitimación para querellar en el orden na-
cional", RDP, AbeledoPerrot, 1112010, p. 1881
'O6" Sala 11, causa 9501, "Acosta, Jorge E. y otros slrecurso de queja", 1611012008,AP70051021.
'' 1.0s jiteces IIO se expldleron sol~reel punto cn el rdsu concretu pur no contar ron infomiación
suficiniic respectu .I 1.1 exisrencia de poderes eaprciales .para querellar
. de las \ictiinas hacia los ores-
.
nismos de derechos humanos.
'Obz Sala 11, causa 10.939, "Acosta, Jorge E. slrecurso de queja", reg. 14.754,251612009.
'"' BOVINO, Alberto, "lmparcialidad de los jueces y causales de recusación no escritas en el
nuevo Código Procesal Penal de la Nación", LL 1993 -E-566 y SS.
'O6' Presentado en la Cámara de Diputados el día 11 de septiembre de 2009.
EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 82 bis
b) Casos comprendidos
Que la legitimación para querellar de las llamadas asociaciones intermedias
haya dejado de ser una interpretación extensiva del art. 82 y ahora esté expresamente
regulada por el legislador nacional (ndevo art. 82 bis), es sin duda un avance en pos
de la seguridad jurídica. Aquello que antes era una interpretación jurisprudencia1
- c o n voces a favor y encontra- sujeta al azar del sorteo del tribunal, hoy está
expresamente regulado y delimitado por ley 'OGs.
De una primera lectura del art. 82 bis podría inferirse que la discusión sobre el
origen constitucional de dicha legitimación ha pasado por el momento a un segundo
plano, ante la decisión del legislador de regularlo expresamente en el ordenamiento
procesal penal nacional. Sin embargo, creemos que la disyuntiva mantiene plena
vigencia, en particular respecto de la investigación de aquellos delitos que no fueron
incorporados en la reforma, pero que, al menos basta su sanción, se admitía la le-
gitimación para querellar de organizaciones no gubernamentales. Si no tiene origen
constitucional, la delimitación expresa de los casos comprendidos fijada por el le-
gislador --cuya vaguedad en uno de los supuestos también analizaremos- debiera
impedir que en adelante-se otorgue legitimación para querellar a las asociaciones
intesmedias en la investigación de aquellos delitos no comprendidos en el art. 82 bis,
aun cuando suobjeto social estuviera relacionado.
Adherimos a la postura que señala que la interpretación que se efeciúa respecto
de los arts. 8" y 25, CADH ---que el derecho constitucional a la tutelajudicial efec-
tiva de la víctima debe ser tomado como la base insustituible de legitimación del
ejercicio d e l p o d e r p u n i t i ~ o ~ ~no~ puede
~ - ser trasladadaal caso de las asociaciones
intesmedias por la sencilla razón de que, en tanto personas de existencia ideal, no se
encuentran comprendidas en el art. lo, CADH'"'.
Tampoco puede inferirse su origen constitucional a través del art. 43, CN, toda
vez que solamente regula la legitimación de las asociaciones para interponer acción
de amparo cuando se trata de los denominados derechos de incidencia cblectiva.
Nada indica que dicha legitimación pueda extenderse a un derecho constitucional a
ejercer la acción
Descartado que la legitimación para querellar de las asociaciones intermedias
tenga base constitucional, pareciera que el legislador ha limitado claramente los su-
puestos de legitimación si se los coteja con los criterios más amplios que, antes de la
reforma aquí comentada, adoptó la jurispmdencia.
- Conforme lo establece el art. 82 bis incorporado, la constitución en quere-
llante de las asociaciones o fundaciones ha quedado circunscripta aprocesos en los
que se investiguen crímenes de lesa humanidad o graves violaciones a los derechos
la* -
Dice bien Santiago Martínez: La ventaja " aue. se obtiene al estiuular exuresamente a auién le
corresponde tal calidades que se quita del arbitriojudicial la posibilidad de otorgar. en determinados
casos, el carácter de ofendido teniendo en miras otros intereses ("Sistema acusatorio v víctima del de-
lifu. Bases pdra I:r reL~niiuliiciuiide sii piinicipasion en cI prucesu penal". en L'Ip>ucdaipenul~ J i , r r . , o -
v,,i/ I.i,,eu»,,~~>~~>.s
r > < i ~ lo ~ u d h . r ~f .l ,l. K ~ ~ b ~ ~ ~ % d l - ~ Sdtila
r ~ r,.lu>m<i < / c / <I.?re»!<l ' u I ~ iFe,
) r i?OUQ,
~, p. 1541.
'O" MARTMEZ, Santiago, op. cit., p. 153.
'O" Art. 2", CADH. Ver en tal sentido CNCP, ,sala 11, causa 10.939, "Acosta, Jorge E. sirecurso
de queja", reg. 14.754,251612009 -voto del juez Luis Garcia-.
'Oa8 Ver en tal sentido CNCP, , sala 11, causa 10.939 "Acosta, Jorge E. sirecurso de queja", reg.
14.754,251612009 -voto del juez Luis Garcia-.
Art. 82 bis EL QUERELLANTE PARTICULAR
humanos'069.De esta manera, la amplitud del título del artículo -Intereses colec-
t i v o ~ ~ ~ no
' ~ -se compadece con su contenido limitado. Distinta es la situación, a
modo de ejemplo, en el caso del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos
Aires, en que se optó por regular la legitimación de las personas jurídicas para casos
en los que se investiguen delitos que afectasen intereses colectivos o difusos en la
medida en que su objeto social sea laprotección del bien tutelado en la~5gurapenal'~'~.
La definición de crímenes de lesa humanidad se encuentra en el artículo 7" del
Estatuto de Roma de la Corte Penal Interna~ional'~~~. Se configura cuando cualquie-
ra de los actos allí descript~sl~'~se cometa como parte de un ataque generalizado o
sistemático contra una población civil -entendido como una línea de conducta que
implique la comisión múltiple de aquellos hechos, de conformidad con la política de
un Estado o de una organización de cometer ese ataque o para promover esa políti-
y con conocimiento de dicho ataque.
Más complejo será establecer cuándo se produce una grave violación a los de-
rechos humanos para determinar la legitimación para querellar de las asociaciones
o fundaciones. No cualquier violación a los derechos humanos generará la facultad
de constituirse en partc querellante, sino sólo aquella que sea entendida como grave.
La dificultad se presentará sin dudas para determinar cómo se mide esa intensidad
de la violación para deslindar los casos en los que habrá legitimación de los que no.
El mensaje de elevación del proyecto por parte del Poder Ejecutivo señala que
la expresión grave violación a los derechos humanos "...comprende ciertas conduc-
tas ilícitas de particular entidad que sean manifiestamente contrarias a los derechos
y garantías consagrados en la Constitución Nacional y los instminentos internacio-
nales sobre derechos humanos. Por ello, dicha expresión debe interpretarse en el
sentido del derecho internacional de los derechos humanos y recogerse los criterios
de los órganos de aplicación de los tratados internacionales y regionales de derechos
humanos".
'Obq El mensaje de elevación del Poder Ejecutivo claramente señala que elpresenteproyecto cir-
cunscribe la participación de este tipo de organizaciones a los procesos donde se investiguen crímenes
de lesa humanidad o graves violaciones de derechos humanos.
Señala Bertolino que, bajo las categorías intereses colecfivos o difusos, deben comprenderse
los intereses que se han caracterizado como "colectivos", "fragmentarios", "de pertenencia difusa",
"supraindividuales", "transindividuales", "de clase", "de grupo", "debilitados", "de categoría" o "dere-
chos de incidencia colectiva". Aunaue aclara aue lo "colectivo". en el caso de art 84 del CPP de la Pro-
- .
'"'Art. 84.. C P P de la Provincia de Buenos Aires.
e A prubado mediante le) 3 5 340 i H 0 del 23 1 ?lJuIj s iinp!cnieti:aJo a iru\r'i di. 11 Icy ?6.200
(BO del Y 1 2007). Para iiti sli.iliii5 nids deidllndo ser 1>'\1 i.;Sl(>, r i d r i s J , [,,Y. l ~ ~ l i<k ~ i III<»IL>-
r ~ IC,ru
nidad, Abeledo~érrot,Buenos Aires, 2010.
'O7' Asesinato; exterminio; esclavitud; deportación o traslado forzoso de población; encarcela-
ción u otra privación grave de la libertad fisica en violación de normas fundamentales de derecho in-
ternacional; tortura; violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización
forzada o cualquier otra forma de violcncia sexual de gravedad comparable; persecución de un grupo o
colectividad con identidad propia fundada en motivos politicos, raciales, nacionales, étnicos, culturales,
religiosos, de aénero, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al
di.rezho ~iiternacio~inl. eii iotis\iOii coi1 ~un1.pir.rLrio msnci.)~iador.ii r.1 praenir. pirrnfo o coii ciial-
quier crriiien de IB ~o~iit>ere!i;i:di. 13 CUT!~.,dcsapnr1c10niurixia de pcrsnnzis: sl crimen de opai.~lit~~d.
Otros actos inhumanos de carácter similar que caÜsen intenciona1me"te grandes sufrimientoso atenten
gravemente contra la integridad fisica o la salud mental o fisica -art. 7", párr. lo, acápites a) a h)-.
'07' Art. 7', párr. 2 O , acápite a).
178 EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 83
141312001; w w w c o r f e i d h . o ~ c r / d o c s / c a s o s / a r l i c u l o s / S e r ~ c .
'"' 681912003; ~.corfeidh.o~cr/docs/casos/articulos/seriec~IOOOe~p.doc.
'"'2211 112007; www.corteidh.o~cr/docs/casos/articu~os/sere~l7l~esp.doc
'U'8 SalaVII, "M., M. y otros", 71612010, LL, SJP, del 191812010, p. 73.
'"' CNCP, sala 111, 41512007, "Sumano averiguactón art 248 CP", RDP, LexisNexis, 1212007,
p. 2431
'Oa2 CNCP. sala 11, 1211212007, "Caimi", c. 7.304.
CNCP, sala 11, ED 180-1054, f. 10, o LLdel311511999, f. 98.785.
CCCFed., sala 11, LL del 251112000, c. 15.860, r. 16.932.
CCC, sala VII, JA 2000-111-4, id., sala V, DJ 2000-3-64, f. 15.925.
'Oa6 CNCP, sala 111, LL del 2911012002, f. 104.646.
'O8' CCC, sala 1, 51512006, "Raso", RDP, LexisNexis, 1112006, p. 2239.
180 EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 83
bre el requisito con la mera indicación del lugar donde trabaja -se trataba de un pro-
ceso por injuria, delito de acción privada en que la exigencia es más rigurosa-'088.
c) En sentido amplio el inciso cyarto capta también la capacidad civil -pro-
cesal- si actúa por sí o bien la repre&ntación convencional -estricta significación
del vocablo personería- si lo hace a través de mandatario'o89.Como la realización
de un acto procesa1 válido descuenta una labor cumplida por sujetos procesales ca-
paces, su carencia desemboca en la nulidad, a nuestro modo de ver absoluta (art.
157, inc. 29, pues coloca al penalmente perseguido en situación de tener que asu-
mir una imputación inoperante (art. 168, páni 2"). En vez, las falencias de que
adolezca la personería pueden ser subsanadas; tal el supuesto de que no se haya
acompañado, oportunamente, el instrumento del mandato acreditante de la repre-
sentación. Quien patrocina y no está apoderado carece de personeda, a menos que
invoque la condición de gestor y se cumplan, a su tiempo, los demás recaudos del art.
48, CPCC'090.El gestor, según lo establece el art. 48, CPCC, sólo podrá actuar como
tal, una vez en el curso del proceso'091.
Resultan inadmisibles las peticiones y presentaciones de un patrocinante din-
gidas a mantener o interponer recursos, aun cuando posteriormente el patrocinado
ratifique lo actuado'WZ. La tiene el mandatario habilitado por el presidente del Banco
Central, pues obra dentro de sus facultades propias como representante de la entidad
bancariaIw3.
Resulta insuficiente el poder especial que contiene una referencia genérica
en relación al delito por el cual se acciona y carece de una mínima descripción al
supuesto de hecho, al lugar o al tiempo en que habna ocurrido'o94.De adverso se
admite un acta notarial que complementa un poder especial, aunque la interven-
ción del representante ocurrió en una audiencia donde se protocolizaron dichos del
querellado, en tanto tal instrumento contiene la voluntad del apoderamientolog5.Son
insuficientes las copias simples de un poder general judicial'096.
Se ha aceptado una carta de apoderamiento firmada en el extranjero Gor el re-
presentante de la sociedad querellante, otorgada ante notario público, por revestir
una presunción de legitimidad suficiente para justificar la representación en el proce-
'O" Se trataba de u11 caso por injurias y calumnias en que la exigencia es mis estricta por ser
perseguibles solo mediante acción privada; CCCFed., sala 1, LL del 411212000, f. 43.250-S.
'OUs CNCP, sala 11, JA 2000-11.640, con disidencia del doctor Mitchell.
'O" CCC, sala VI, LL del 311511999, f. 98.793. En igual sentido, CCCFed, sala 11, 1411212006,
"Dechert", JA del 11/4/2207, p. 77; CNCP, sala 11, RDP, AbeledoPerrot, 1112010,p. 1936.
'OPS CCC, sala 1, RDP, AbeledoPerrot, 812010, p. 1476.
'09VNCP,sala 11, LL del 311511999, f. 98.785, o ED 180-1054, f. 10; aunque el fallo no lo men-
ciona, lo resuelto tiene apoyo en el art. 53, inc. 5", CPCC.
"Oo CCC, sala V, JA 2000-11-664.
Fallos 307:859.
"Algunas cuestiones en tomo a la figura del querellante particular en el Código Procesal
Penal de 1aNación. Breves observaciones en tomo al actor civil", JA 1997-IV-682.
"O3 CNCP, 231612006, Plenario, "Zichy Thyssen", RDP, LexisNexis, 1112006, p. 2107, con nota
de D'ALBORA,Nicolás F., "Plenario Zichy Thyssen. El pretenso querellante y la vía casatoria (diez
años en sala de espera)", p. 2122. Ver el comentario crítico de DUTTO, "Breves comentariosal Plenario
Zichy Thyssen acerca de las facultades recursivas del pretenso querellante", CDJP, Casación, 617, p.
353.
""'CS, JA 1994-1V-623
EL QUERELLANTE PARTICULAR m.85
Si se la aceptó por error incumbe procurar su apartamiento por vía de la ex-
cepción de falta de acción (art. 339, inc. 20)"05. La postura contraria soslaya que la 1
l
excepción tiene un carril impugnativo específico en el art. 445, mientras que la ape-
lación sólo ampara al pretenso acusadogque no fue admitido como tal; en cambio, es
correcta la decisión de la CCC, sala VII, que desconoce facultades para impulsar el
proceso a un querellante en cierne que no recurrió la resolución que denegara su le-
i
gitimación No corresponde, de oficio, el apartamiento del querellante'lo7. 1
Si el querellante adujo la nulidad del requerimiento de elevación a juicio, devie-
ne inadmisible la apelación del sobreseimiento del imputadouos.
Unidad de representación. Responsabilidad. Desistimiento 1
1
85. Serán aplicables los arts. 416, 419 y 420. No procederá la unidad de
representación entre particulares y asociaciones o fundaciones, salvo solicitud
de los qnerellantes"09.
Remite a la participación del querellante exclusivo o acusador privado.
a) La anterior redacción del art. 85 establecía, por remisión al art. 416, que
cuando los querellantes fueren varios, y hubiere identidad de intereses entre ellos,
deberán actuar bajo una sola representación, la que se ordenará de oficio si ellos no
se pusieren de acuerdo. Es decir que salvo la existencia de intereses contrapuestos,
constituía una obligación de los querellantes unificar la representación, transformán-
dose en un deber del tribunal ordenarla cuando no se pusieren de acuerdo. De esta
manera, la voluntad de los querellantes quedaba relegada a fin de que el imputado
no se viera compelido a soportar innecesariamente la actuación de múltiples acusa-
dores.
Pero el nuevo art. 85 cambió radicalmente la situación, al agregar la siguiente
excepción: no procederá la unidad de representación entre particulares y asociacio-
nes o findaciones, salvo solicitud de los querellantes.
.
La principal crítica que vemos a esta incorporación es que la decisión del le-
gislador de ampliar la base de legitimación para querellar (art. 82 bis) debió tener,
como contrapartida, un efecto diametralmente opuesto al brindado en materia de
unificación de representación. Si se decide legalmente legitimar a más querellantes
-asociaciones intermedias- en el proceso penal, no puede soslayarse el análisis
de sus consecuencias desde la óptica del imputado: va a tener que soportar una
acusación más a las ya existentes -fiscal y particular querellante"'". Para mo-
rigerar este agravamiento de la desigualdad de posiciones con el imputado, debió
mantenerse -o incluso aumentarse- la estrictez existente en materia de unificación
"O5 En contra CCC, sala VII, 181211997, "Koujonajis, Gonzalo shomicidio culposo", pues cree
que este precepto junto con el ari. 432 conducen a desalojar al querellante por vía recursiva, cuando
su legitimación se estimó deficiente y se ponderó con exceso; en el mismo sentido, CNPE, sala A,
211011996, "Niño", citado por GONZÁLEZGARRIDO, "Delitos vinculados a las AFJP", JA del 5/3/2003,
p. 40.
"'M JA 2000-111-732.
"" CCCFed., sala 1, "Castejón", del 2511012005, RDP, LexisNexis, 312006, p. 557.
"08 CCC, sala V, LL del 111112001, f. 102.830.
"" "Una ponencia garantista acerca de la acusación particular en los delitos de acción públi-
ca", XXV Congreso Nacional de Derecho Procesal, celebrado entre los días 11 y 13 de noviembre
de 2009, Ciudad Autónoma de Buenos Aires ,p. 964. Debe señalarse que la posición de Pastor alude
directamente a la necesidad de que el imputado se enfrente a una única acusación y, en consecuencia,
a la imposibilidad de que actúen en forma conjunta fiscal y querellante. En sentido similar se expresa
PANDOLFI, "El derecho del imputado a un acusador penal único (o a un solo discurso acusatorio del
que defenderse)", Opúsculos de Derecho ProcesalPenal, nro. 2, Ediciones del Copista, Córdoba, 2010.
CCC, Sala VII, c. 36.859 "Badino, Gustavo y obos", ria. el 12NU2009.
"" CCCFed., sala 11, SJP, LLdel301412004, f. 107.350.
"" CS, Fallos 297%; LL 1977-C-120; CCC, sala I, JA 1999-111-594;el doctor Donna se inclina
Por la inconstitucionalidad del art. 416.
184 EL QUERELLANTE PARTICULAR Art. 86
de Pazn1*,la disposición, que sigue la letra del art. 172 del Código derogado, se
explicaba en la fuente española, pues al reconocerse allí la existencia de fueros,
el querellante no podía, luego de la promoción, negarle competencia al tribunal y
ampararse en el privilegio de su propia~condiciónpara neutralizar eventuales res-
ponsabilidades "16.
c) La mención del art. 420 regula la posibilidad de que en cualquier estado del
proceso desista de la acción, sin perjuicio de quedar sometido a las responsabilidades
emergentes por sus actos anteriores. Su condición de sujeto eventual -a diferencia
del querellante exclusivo o acusador privado cuya actuación deviene imprescindi-
ble- indica que el desistimiento sólo implica apartarse del proceso; jamás su con-
clusión. En vez, si actuó como querellante exclusivo -delitos de acción privada-
su abandono trunca el proceso y obtura cualquier persecución ulterior"". Sobre este
tópico se ha operado un importante cambio jurisprudencial. Ver arts. 343, acápite 4,
y 422.
Si se constituyó como actor civil (art. 82, párrafo final), su cese en tal carácter
(art. 94) comprende también el atinente al ejercicio de la querella. En virtud del art.
1097, CC., si se desiste de 1á acción civil, se tiene por renunciada la acción penal. Se
considera convenio sobre el pago del daño, obturador de la función querellante, al
instrumento donde se acuerdan pagos parciales por cheques rechazados y la forma
en que se cancelará el saldo d e ~ d o r " ' ~ .
El arbitrio para separarlo del proceso resulta la excepción de falta de acción
prevista por el art. 339, inc. 2".
Deber de atestiguar
86. La intervención de una persona como querellante no la exime de la
obligación de declarar como testigo en el proceso.
El testimonio es una carga pública y, salvo los casos de excepción, debe acu-
dirse al llamamiento judicial (art. 240). Si no comparece se hace pasible de la com-
pulsión prevista -para todos los testigos en sentido propio sin alcanzar a los instru-
mentales (arts. 138 y 1 4 0 h por el art. 247.
También puede disponerse su arresto basta por dos días si se niega a declarar,
al término de los cuales se iniciará en su contra causa criminal (art. 247), pues habría
incurrido en el delito de incumplimiento de los deberes procesales (art. 243, CP).
Si la declaración resulta mendaz, puede enjuiciársele por falso testimonio
(arts. 275, CP y 252)"19.
Su condición de testigo no lo eximirá, llegado el caso, de que se le someta a
careo (art. 276).
Como este precepto no fija límite alguno, parece posible convocarlo como
testigo también para el debate (arts. 355 y 384). Si declaró durante la instrucción,
puede introducirse su declaración durante el juicio, aunque de modo excepcional
(art. 391).
EL ACTOR CIVIL
a) Concepto
Mientras la acción civil se sustenta en la necesidad de resguardar el interés pri-
vado o particular que ha sido lesionado, la penal procura con la pena la readaptación
del delincuente y la digna subsistencia de la sociedad"20.Por tratarse de dos pode-
res jurídicos distintos, desde el punto de vista sustancial, la asignación del tribunal
competente corresponde al derecho proce~al"~'. Aquel interés privado privilegia la
tendencia actual a considerar que el objetivo perseguido es resarcir a quien ha resul-
tado víctima de un daño injusto; para ello se ponderan no sólo factores subjetivos
-a semejanza del derecho penal-, sino otros objetivos fundamentados en razones
de tipo social y e c o ~ ó m i c o ~ ' ~ ~ .
b) Función
El art. 91 confiere al actor civil una función similar a la intervención adhesiva
simple (art. 90, inc. lo,CPN), pues tiene un derecho coincidente con el alegado por
los acusadores; participa en el proceso para coadyuvar al éxito de la pretensión. Se
distingue, pues tiene legitimaciónprocesal para litigar frente al imputado; colabora
en la gestión procesal de los requirentes, ya que la sentencia puede revertirse en su
contra confonne a lo establecido por los arts. 1102 y 1103, CC."2'. De ahí que se
acerque bastante a la intervención adhesiva litisconsorcial (art. 90, inc. 2", CPN):
bace valer un derecho propio frente a las partes; pero allí cesa la similitud1124. Más
allá del encuadramiento del instituto en alguno tradicional de la teoría del proceso
civil, las relaciones entre las sentencias penal y civil sobre el mismo hecho (arts.
1102 y 1103, CC.) determinan la necesidad de hacer posible su intervención como
una exigencia de la garantía constitucional del debido Vélez Maricon-
de se bace cargo de las distintas teorías para filiar al actor civil en el proceso penal
y concluye que su presencia se justifica por la conexidad objetiva entre la preten-
sión penal y la civil, al originarse ambas en el mismo hecho "='. Por su parte, Clariá
Olmedo estima que la ventaja de la unificación procesal por ser único el hecho pro-
ductor de las consecuencias civiles y penales basta para admitir su interven~ión'l~~.
Si asume la función querellante, promueve en forma mediata la pretensión pro-
cesal penal en los términos expuestosU3?.
Está en lo cierto Darritchon cuando advierte que el Código ha mantenido nor-
mas que son propias de regímenes en que la pretensión se concreta al emitir conclu-
~ i o n e s ' 'también
~ ~ ; que la demanda debe realizarse cuando el requerimiento fiscal de
elevación a juicio quedó firme"'0, pues el art. 351, al exigir determinadas indicacio-
nes, descuenta una efectiva demanda y su contestación'"'.
No es necesario supeditar el ejercicio de la acción civil en el proceso penal al
trámite de la mediación conforme la ley 24.573"".
El pago de la tasa de justicia debe efectivizarse por el actor civil al inicio de
las actuaciones; corresponde intimarlo - e n los delitos de acción pública- en sede
instructoria"".
Constitución de parte
87. Para ejercer la acción civil emergente del delito en el proceso penal, su
titular deber4 constituirse en actor civil.
Las personas que no tengan capacidad para estar en juicio, no podrán ac-
tuar si no son representadas, autorizadas o asistidas en las formas prescriptas
para el ejercicio de las acciones civiles.
rada (art. 275, id.), cuando el hecho afecte sus disposiciones de última voluntad (art.
286, id.) y cuando el delito se relacione con el reconocimiento de sus hijos (art. 286,
id.). En la misma situación se encuentran los inenores emancipados por matrimonio
o habilitación de edad (art. 133, id).
Los incapaces deben ser representados promiscuamente por el Ministerio de
Menores fart. 59. CC.). -
Los coiidenados a rczlusi6n o prisióii por nilis de tres años. en iniito dure la pri-
\.ación de libenad, iieneii incapacidad de hecho absoluili y deben ser representados
por el curador (art. 12, CP).
Las personas jurídicas deben ser representadas por quienes se encuentren seña-
lados en sus estatutos (arts. 33,34 y 35, CC.).
El único supuesto de asistencia es el previsto para la inhabilitación judicial
regulada por el art. 152 bis, CC.
Entendemos que la legitimación del asegurador no puede ser excluida, pues así
resulta de los arts. 46, párrafo cuarto, 117 y 118, párrafos segundo y cuarto de la ley
17.4181'34.En este caso, la Ley de Seguros -ley sustancial y de mayor jerarquía
normativa que las procesales (art. 3 1, CN)- prevalece sobre cualquier disposición
en contrario que contengan los códigos procesa le^"^^. Así lo establecen, entre otros,
los códigos de Córdoba y Tucumán (arts. 115 a 117, id.).
El asegurador, en la medida de lo asegurado (art. 80, ley 17.418), puede accio-
nar en el proceso penal, ya que los derechos que correspondan al asegurado contra un
tercero, en razón del siniestro, se le transfieren hasta el monto de la indemnización
abonada.
Se ha desestimado la vía casatoria, deducida por el actor civil contra una reso-
lución que deniega la citación en garantía de la compañia aseguradora, por no estar
contemplada en supuestos semejantes a los previstos por el art. 457'IJG;también se ha
resuelto que, aun cuando el asegurador intervenga en el proceso, no debe incluírsele
en la condena ni puede ser obligado a pagarli3'.
Demandados
88. La constitución de actor civil procederá aun cuando no estuviere indi-
viduaiiiado el imputado.
Si en el proceso huhicre varios imputados y civilmente demandados, la
acción podrá ser dirigida contra uno o más de ellos.
Pero si lo fuera contra los segundos deberá obligatoriamente ser dirigida,
además contra los primeros.
Cuando el actor no mencionare a ningún imputado, se entenderá que se
dirige contra todos.
El supuesto del párrafo tercero tiene todo el aspecto exterior de un litisconsor-
cio necesario (art. 89, párr. l o CPN). Aunque, en esencia, no lo es porque la relación
jurídica a decidir en la sentencia no es única -perfil insoslayable en aquél-, ya
que puede resultar la responsabilidad civil del imputado y no la del civilmente de-
mandado; pero éste puede tener la facultad de iniciar una acción de regreso contra
aquél. De modo que, al no presentarse como inescindible un único pronunciamiento
judicial, sólo tiene la apariencia de unlitisconsorcio iiecesaio, sin serlo. El texto
del art. 1122, CC., establece un principio contrario, pues autoriza la acción contra el
civilmente responsable sin estar obligado a llevar a juicio a los autores del hecho"38;
dicho precepto debiera prevalecer sobre las disposiciones de carácter procesal, pues
se trata de facultades ejercidas por el Congreso con el fin de asegurar la efectividad
del ejercicio de derechos consagrados por la legislación de fondo"39.
La disimilitud estriba en que el demandado vencido puede intentar una preten-
sión de regreso contra aquel cuya conducta generó su responsabilidad, como es la de
quien pagó por el daño causado por su dependiente o doméstico (art. 1123, CC.)"40.
Si el actor civil no cubre la carga de demandar juntamente al imputado y al ci-
vilmente responsable, el juez no podrá dar curso a su presentación. Adviértase que si
dispusiera de oficio la integración de la litis, como en los supuestos de litisconsorcio
necesario (art. 89, pán: 2", CPN), incurriría en un doble desacierto. Por un lado, pese
a su apariencia, no se trata de dicho instituto; por otro, hallándose involucrados de-
rechos disponibles, carácter incuestionable de la acción civil, no puede dejar de lado
los principios que regulan la iniciativa de parte para su promoción.
Forma del acto
89. La constitución de parte civil podrá hacerse personalmente o por man-
datario, mediante un escrito que contenga, bajo pena de inadmisibilidad, las
condiciones personales y el domicilio legal del accionante, a qué proceso se re-
fiere y los motivos en que se funda la acción.
Aunque la demanda se concrete luego (art. 93, párr. lo), el actor civil debe ex-
presar el sustento de su pretensión, pues no cualquier acción civil puede ejercitarse
en sede penal (ver comentario al art. 14).
La actividad aquí prevista es sólo un pedido de participación en el proceso en
el cual deben enunciarse los daños que se pretenden sufridos, a fin de garantizar el
derecho de defensa del imputado y del civilmente responsable; por ello, si al formu-
larse la demanda no se reclaman los rubros invocados en la instancia de constitución,
dicha omisión opera como un verdadero desistimiento t á ~ i t o " ~ ' .
90. La constitución de parte civil podrá tener lugar en cualquier estado del
hasta la clausura de la instrucción.
Pasada dicha oportunidad, la constitución será rechazada sin más trámite,
sin perjuicio de accionar en la sede correspondiente.
Se señala el término para la instancia tempestiva. El momento preclusivo resul-
ta ser el fijado por el art. 353 "".
Producida esa situación, siempre queda a salvo el ejercicio de la acción resarci-
toria en el fuero civil (art. 1096, CC.).
"*WNCP, sala IV, JA2000-11-661, p. 69; CCC, sala VII, LL del 31181l998, f. 97.737, con nota
de PALACIO,"La mediación sobre la pretensión resarcitoria acumulada a la pretensión penal".
CCC, salaV, 201412007, "Cardinale", SJP, LL del 301812007, p. 70.
En similar sentido, CF Cap., sala 11, RDP, 412010, p. 682.
CCC, sala IV, ED 183-709,f. 266-SJ.
"SU CCC, salaVI1, DI 2000-3-970, f. 16.272; id., salaV, JA 2001-11-659.
Desistimiento
94. El actor podrá desistir de la acción en cualquier estado del proceso,
quedando obligado por las costas que su intervención hubiere causado.
El desistimiento importa renuncia de la acción civil. Se lo tendrá por desis-
tido cuando no concrete la demanda en la oportunidad fijada en el art. 93 o no -
comparezca al debate o se aleje de la audiencia sin haber formulado conclusiones.
Al importar el desistimiento la renuncia de la acción civil, si el actor civil se
ha constituido a su vez como querellante (art. 82, párr. 4"), corresponde apartarlo de
tal función, pues dicha renuncia opera como causal extintiva de su legitimación para
actuar como tal (art. 1097, CC.).
En la última oración se prevén tres supuestos de desistimiento tácito, implicito
y presumido por la ley, en dicho orden. El art. 874, CC., a nuestro ver, no resulta in-
compatible con éste, aunque establezca que la intención de renunciar no se presume
y que la interpretación de los actos para inducir!a debe ser restrictiva, según lo expo-
ne Vélez Mariconde en su voto transcnpto por A b a l ~ s " Pero
~ ~ . este autor considera a
la falta de presentación intempestiva de la demanda como un supuesto de caducidad
que deja incólume tanto al derecho sustantivo como a la acción procesal"s4;Falcón
también parece entender que sólo se trata de caducidad de la preten~ión"~~.
La CNCP, sala 111, considera que el instituto de la caducidad sólo puede regirse
por las nomas que al respecto contiene el CPP, el cual no se remite a la ley procesal
civil, sino que prevé supuestos específicos de desistimiento y caducidad -arts. 94,
100 y 103-"56.
Carencias de recursos
95. El actor civil carece de recursos contra el auto de sobreseimiento y la
sentencia absolutoria, sin perjuicio de las acciones que pudieren corresponderle
en sede civil.
Si la intervención del ofendido se limita al ejercicio de la acción civil, le está
vedado impugnar con la amplitud con que puede hacerlo el querellante (ver art. 82).
Empero, la cuestión tiene peculiares matices, pues deberá verificarse si ambas abso-
luciones -la civil y la penal- reposan en idénticos inotivo~"~~.
No puede atacar por casación el rechazo a su pedido de intewenir como actor
civil, ni desde el punto de vista objetivo ni subjetivo"58.
Deber de atestiguar
96. La intervención de una persona como actor civil no la exime del deber
de declarar como testigo en el procdo penal.
La absolución de posiciones del actor civil ofrecida como pnieba por la defensa
carece de adecuación a los principios que gobiernan al proceso penal, pues puede
conducir a una fijación ficticia sobre el hecho y la responsabilidad del imputado'159.
Ver comentario al art. 86.
EL CIVILMENTE DEMANDADO
A diferencia de la responsabilidad penal, que no puede rebasar la persona del
responsable, desde el punto de vista patrimonial en ciertas situaciones debe afron-
tarse el hecho ajeno.
El Código utilizauna denominación más precisa que la de responsable civil - e m -
pleada antiguamente-, pues ésta concierne a quien ha sido declarado tal luego de
la sentencia.
Citación
97. Las personas que según la ley civil respondan por el imputado del daño
que cause el delito podrán ser citadas para que intervengan en el proceso, a
solicitud de quien ejerza la acción resarcitoria quien, en su escrito, expresará
el nombre y el domicilio del demandado y los motivos en que funda su tcción.
El precepto tiende a favorecer la economía y rapidez en la administración de
justicia. Capta las situaciones comprendidas por los arts. 1113 a 1123, CC. e, incluso,
por algunas normas de derecho público, según ocurre con el art. 32, CP1lGO. También
resulta posible la citación, en el carácter analizado, del aseg~rador"~'. Durante la
vigencia del Código anterior la CCC no lo admitiÓ'lG2.
Se trata de un supuesto similar a la citación obligada o coactiva de terceros a
que se refiere el art. 94, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
La afirmación de que el asegurador, en razón de que la fuente de la obligación
provenía del contrato y no de ley, no podía intervenir, tenía entonces sustento con
anterioridad a la sanción de la ley 17.418"63.La Corte Suprema ha expresado que
la solución que desestime el pedido de citar en garantía a la compañia aseguradora
en el proceso penal, donde también se demanda la indemnización del perjuicio
civil, con fundamento en la inaplicabilidad en aquel proceso del régimen de la
Ley de Seguros, desvirtúa el sentido de dicha ley, al privar a la parte del ejercicio
Cám. Pen. Rosario, sala I1,241512001, "J., C.", con cita de JAUCHEN, ''La prueba en el pro-
ceso penal", ps. 59160, JA del 101412002, con nota adversa de CHIAPPINI,"Powers and remedies con-
cerning evidente".
"'O Vélez MARICONDE, La acción..., pS. 86 y 119.
"" Ver CAFFERATA NORES, Temas...,ps. 175 y 198; Crens, La acción... ps. 141 y 142.
"" Sala VI, ED 90-187, nro. 169; sala IV, 151611979, "Solano, M.", c. 23.149.
"" VÉLEZMARICONDE,La acción..., p. 120, especialmente nro. 57.
Art. 100 EL CIVILMENTE DEMANDADO
Oportunidad y forma
98. E1 decreto que ordene la citación que podrá hacerse en la oportunidad
que establece el art. 90, contendrá el nombre y domicilio del accionante y del
citado, y la indicación del proceso y el plazo en que se deba comparecer, el que
nunca será menor de cinco (5) días.
La resolución será notificada al imputado.
Si el imputado es declarado rebelde, circunstancia que no impide el curso de la
instrucción, se suspende el juicio oral (art. 290). En vez, la rebeldía del demandado
civilmente no altera la secuencia regular del proceso y hasta constituye presunción
de verdad de los hechos ilicitos afirmados por el contrario (art. 60, CPN).
Nulidad
99. Será nula esta citación cuando adolezca de omisiones o errores esen-
ciales que perjudiquen la defensa del civilmente demandado, restringiéndole la
audiencia o la prueba.
La nulidad no influirá en la marcha del proceso ni impedirá el ejercicio
ulterior de la acción civil ante la jurisdicción respectiva.
Se trata de una nulidad, comprendida en la regla general del art. 166. No tiene
carácter absoluto, según fluye de lo previsto en los arts. 167 y 168. Por ende, debe
ser aducida en las condiciones del art. 169"66.
Caducidad
100. El desistimiento del actor civil hará caducar la intervención del civil-
mente demandado.
Como este desistimiento involucra la renuncia a la acción civil (art. 94, párr.
29, conforme al ait. 305, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, no se
requiere la conformidad del demandado civilmente; el juez debe dar por terminado
CAP~TULO
VI1
DEFENSORES Y MANDATARIOS
a) Generalidades
La circunstancia de que en todo proceso penal se debata sobre intereses públi-
cos (ver introducción al Título 111 de este Libro 1) determina que el Estado se ocupe
de cubrir las tres funciones esenciales para un desenvolvimiento realizador del debi-
do proceso adjetivo.
Lo que varía es la naturaleza de cada una de las tres funciones: la de juzgar,
la de acusar y la de defender. La primera siempre la cumple el Estado, pues en el
proceso penal vigente en la República Argentina no existe posibilidad de delegar la
función jurisdiccional, dado que, en materia de delitos, está vedada la intervención
de árbitros o amigables coniponedores (art. 18, CN, e1 proyecto Maier, en su art.
377, establecía que los delitos de acción privada podían encontrar solución por vía
de amigables componedores). Empero, el Estado no tiene derecho a llevar a cabo
esfuerzos repetidos para condenar a un individuo, sometiéndolo a molestias, gastos
y sufrimiento y obligándolo a vivir en un continuo estado de ansiedad e insegu-
ridad y aumentar también la posibilidad de que, aun siendo inocente, sea hallado
culpable"69; la transcripción corresponde al voto coincidente del doctor Bossert. El
tribunal recuerda la necesidad de que luego de un juicio tramitado en legal forma se
obtenga un pronunciamiento que defina la situación del perseguido frente a la ley y
a la sociedad; por eso, encuentra en la prescripción un arbitrio para poner fin a un
proceso que se había extendido por más de veinte años.
En cuanto a la acusación, el principio es el de la oficialidad en los delitos de
acción pública y el del monopolio por los particulares cuando se trata de acción pri-
vada; corresponde hacer la salvedad de que esa actividad requirente también puede
ser cumplida, en buena medida, a través del ofendido por un delito de acción pública
(ver Capítulo IV de este Título).
A diferencia de lo que sucede en el proceso civil, donde la naturaleza disponible
del derecho de fondo, regulador de las conductas en pugna, hace factible subordinar
la contestación de la demanda a la voluntad del demandado (conf. art. 59, CPN), en
el penal la oposición a lo pretendido por el acusador en su requisitoria, devieiie ac-
tividad imprescindible y debe cumplirse aun en contra del designio del propio inte-
sabilidad internacional al Estado argentino -arts. 75, inc. 22, CN, 1" y 8.2., aps. d]
y e], CADH, y 2.1., 14.3., aps. b] y d], PIDCP-L'79.
En el Código vigente por ley 2372, el derecho a contar con la asistencia de un
letrado de confianza carecía de formulacióii autónoma; no obstante se consideraba
que aquél constituye una derivación del principio de inviolabilidad de la persona y -
sus derechos, consagrada en el art. 18, CNiiX0.
El art. 8.2., aps. d) y e), CADH, garantiza el derecho a la defensa técnica-tam-
bién a la personal o material-; por imperio del art. 75, inc. 22, CN, tiene jerarquía
constitucional.
Aunque la entrevista personal con el juez no esté prevista en el ordenamiento
procesal vigente, no resulta propio excluir sin más una solicitud formulada en tal
sentido por el defensorii8'.
El art. 120, CN -texto según reforma de 1 9 9 4 , establece que el Ministerio
Público "...está integrado por... un defensor general de la Nación y los demás miem-
bros que la ley establezca". La ley 24.946'182precisa las facultades de la defensa
oficial en el art. 51. Su art. 52 denomina "Defensoría General de la Nación" al jefe
del Ministerio Público de la Defensa. Tanto dicho precepto como los arts. 53 a 62
instauran los diferentes órganos actuantes ante los distintos tribunales. La función
primordial consiste en ejercer la defensa de los imputados en las causas que tramitan
ante la justicia en lo criminal y correccional, en los supuestos en que se requiera
conforme lo previsto por el CPP; en su cumplimiento tienen el deber de entrevistar
periódicamente a sus defendidos, informándoles sobre el trámite procesal de su cau-
sa (ari. 60, inc. b], id)1183.
Derecho del imputado
104. El imputado tendrá derecho a hacerse defender por abogado de la
matrícula de su confianza o por el defensor oficial; podrá también defenderse
personalmente siempre que ello no perjudique la eficacia de la defensa y no
obste a la normal sustanciación del proceso. En este caso el tribunal le ordenará
que eüja defensor dentro del t6rmino de tres (3) días, bajo apercibimiento de
designarle de oficio el defensor oficial.
En ningún caso el imputado podrá ser representado por apoderado. La
desianación del defensor hecha por el imputado importará, salvo manifestación
expresa en contrario, el otorgamiento de mandatopara representarlo en la ac-
ción civil.
Este mandato subsistirá mientras no fuere revocado.
El imputado podrá designar defensor aun estando incomunicado y por
cualquier medio.
a) Defensa técnica
La defensa se denomina técnica cuando la cumple un abogado de la matricula o
el defensor oficial. La Corte Suprema Ba manifestado que atañe al derecho de quien
acude a la justicia - e n el caso del acusado- elegir la persona que, llenando las
condiciones legales, produzca en su nombre los alegatos y pruebas pertinentes a los
fines de poner de manifiesto el derecho que le asiste conforme con la garantía de la
defensa en juicio mencionada en el art. 18, CNUs4.La actividad del defensor técnico
no puede limitarse a una asistencia formal, sino que es menester auxiliar de manera
efectiva y sustancial al acusado''85;por ello se estinia que aun cuando se trate de una
petición informal presentada por un detenido informa pauperis, deben ceder los
reparos de naturaleza procesal que obsten, por ejemplo, a la adecuada presentación
de un recurso de casaciónH8'.Incluso la persoiia sujeta a una medida de seguridad
no declarada incapaz por un juez competente y siempre que su inimputabilidad pe-
nal no derive de demencia, puede proponer defensor, aunque haya sido sobreseído
definiti~amente"~~. En tal sentido, la CCC fue más allá, pues estableció que, aun
cuando el imputado se encuentre en sitnación de enajenación mental, ello no impedía
asegurarle, por lo menos,.la defensa oficialus8.
La CS estima que corresponde conceder, a la actual defensa del imputado, un
nuevo término para fundar la apelación si existió un estado de indefensión causado
por la grave enfermedad que padeció el anterior defensor, que habría afectado su
intelectofla9.
La garantia del derecho de defensa, en cuanto exige adecuado asesoramiento le-
gal, impone revocar la desestimación de la vía casatoria, si no se contó con
La amplitud para encarar la defensa técnica lleva a sostener, con acierto, que si bien
no es obligación suya fundar pretensiones que no aparezcan, a su entender, mini-
mamente viables, ello no la releva de realizar un estudio serio de las cuestiones
eventualmente aptas para ser canalizadas por las vías procesales pertinentes,máxime
porque se trata de una obligación que la sociedad puso a su cargo'1y1.
La suspensión en la matrícula del letrado actuante por falta de pago no es mo-
tivo nulificante de los actos procesales en que intervino como defensor, en tanto no
exista en la causa un perjuicio concreto, en detrimento de la defensa en juicio de las
partesflYz.
El yerro o negligencia del defensor no puede perjudicar al proceso, ni se puede
sancionar una falta de aquél en cabeza de éste, menos aún si se trata de la defensa
técnica provista por el
Fallos 27591.
TOC Fed. nro. 1, JA 1995-11.588, o ED 164-618, f. 46.716, con nota de PALAZZI, "El dere-
cho a una defensa eficaz en el proceso penal", C. Fed. San Martin, sala 1, JA 2000-1-132, nro. 41.
CS, Fallos 310:492, o JA 1988-1-185; Fallos 3275095.
CS. ED 134-445, f. 41.817.
SalaV, JA 1981-111-141, f. 30.594.
RDP, LexisNexis, nro. 0, p. 111.
CS, Fallos 320: 150.
"9' CS, LLdel281911998, p. 33, f. 97.880, o DJ 1998-3-1034, f. 13.656.
"" CCC, sala 1, JA 1999-IV-6; CNCP, sala 11, JA del 611012004, p. 47; CCC, sala V, 24/6/2005,
"Adonio", RDP, LexisNexis, 1412005,p. 1642.
"" CNCP, sala 1, 111211999, c. 2073, r. 2602.1, LLdel 31112000.
DEFENSORES Y MANDATARIOS
b) Defensa material
Sin embargo, el imputado puede también defenderse a sí misino, actividad que
se denomina defensa material, con los límites fijados en este precepto: no perjudicar
la eficacia de su defensa y no entorpecer al normal desarrollo del proceso. En cual-
quiera de estas dos situaciones, se le emplaza a que provea a su defensa técnica, bajo -
apercibimiento de hacerlo asistir por el defensor oficial. Esta posibilidad también
ocurre cuando se trata de actuar ante la Corte Suprema, en la que resulta obligatoria
la asistencia letrada (art. 4', ley 17.516); también para deducir el recurso de casación
(art. 463), y si el imputado queda sin defensor durante esta vía impngnativa debe
nombrársele al oficial (art. 467).
Si el imputado ejerció sólo como escribano pero está habilitado, según ceriifica-
ción del Colegio Público de Abogados, para ejercer dicha profesión, mientras no se
vislumbre que no está en condiciones de asumir su propia defensa, debe aceptárseleng4.
En un procedimiento penal el defensor nunca sustituye totalmente al acusa-
d ~ " ~ ~ .
c) Procedimiento
Conforme al art. 197, la proposición de defensor puede hacerse incluso du-
rante la prevención policial, pero siempre antes de la declaración indagatoria (art.
294) -que bajo ninguna forma puede cumplirse frente a los preventores (art. 184,
párr. 2')-, garantía iterada por el art. 107 al indicar el deber, que incumbe al juez,
de anoticiar aquella atribución.
La designación de defensor de confianza procede aun durante el cumplimiento
de la pena a fin de solicitar la libertad condicional (art. 505). La Corte Suprema ha
admitido que el nombramiento de defensor persiste luego de la sentencia definiti-
vang6(ver art. 481, inc. lo). Otro tanto si se plantea revisión (art. 482).
d) Comunicación
La incomunicación del imputado no afecta la libre conferencia con su defen-
sor (art. 197, pán: lo). Esta verdadera inversión copernicana de lo que hasta ahora
ocurría en el proceso penal puede apreciarse al confiontar la opinión favorable de
Alejandro D. Carrióiig7 y la adversa de Hernán Munilla Lacasa'lg8.
e) Funciones
Durante la instrucción, tiene las mismas atribuciones que el querellan-
te, en cuanto a la proposición de diligencias (art. 199) y control de su realización
(art. 200), con el límite fijado en los arts. 201 y 202, teniendo que cubrirse las exi-
gencias señaladas en el último párrafo de este último precepto. En tal caso tiene los
deberes y facultades del art. 203. Queda afuera el período secreto de la pesquisa
(art. 204, párr. lo, segunda oración).
111311992.
li98 i'
Algunos comentarios acerca de la incomunicación y la confesión a la luz del nuevo Código
Procesal enMateria Penal", LLdel 1811111991
200 Art. 104
'"' ED 153-221, f. 45.166, con nota adversa de GOZA~NI, "El derecho al abogado [II]".
'0il TOC nro. 7, ED 153-535, f. 45.234.
Art. 104 DEFENSORES Y MANDATARIOS 20 1
I2l6 JA 1995-111-541.
~~ ~
"' "lil derecho a la ciirrc\.irtn i>re\,iaen el iiueiu Código Procesal fJr.iial.Los primeras fdllus",
L1. 1993-1)-374. nora a 10s registros nros. Y 1.625 y Y 1626 de los I'OC' iiros Y y 2, respcctl\aincnle: en
e1 primero sc exigio nutifi~ara IJ defen,a aiiies de 13 i~ida~aioria, omisiun generadgiro de invnlidcz como
derivacioii obliaada de sii r:eulaeióii, el iiltiiiiu r3mbiCri anib0 a in nulidad poi :oriciJzrar que. ya sed
el abogado de confianza o eldefensor oficial, deben acudir a la indagatoria.
: O,>. cit., CD 153-221: CII ulterior apone, (joraini \ a niis alla, piieí expresa que cnnespotidc
elitar " u n s<ifismade raraiitis b ~ s l d oeti 13. mera infomaeiiri> de los dereclioi qiie se trenen"; "El
derecho al abogado [III]",D 154-1002. 1
'2'9 "Notificación del acto de indagatoria al defensor del imputado", importante escolio al mismo
fallo comentado por Gozaini, LL 1994-A-494, E 92.013, del TOC nro. 3. i
Art. 104 DEFENSORESY MANDATARIOS 203
'2Zo CFed. Gral Roca, 141511992, "López", JA 1995-111-síntesis, y CCC, sala VII, 31/5/1994,
"Manés", JA 1995-111-síntesis; CCC, sala VI, 301411993, "Caudiba", JA 1995-111-síntesis, aunque la
sunia del fallo trasunia iina indebida idciiiiiics~ii>netitre nulidades gciicricas y ahsuluiai l a iniri cir-
Curistancia de cuniplirse con ki noriticaziun de 13 pericia no la cuiivalida si luc eieciudda el tiiismo d12
en que se ordenó, Sin dar posibilidad a la defensade proponer perito y controlar el peritaje, TOC nro.
7, "V.E.A.J.", JA 1995-111-sintesis.
"'' TOC nro. 4,91611993, "Rodríguez", JA 1995-111-síntesis
'2iZ Exposición de Motivos, DP 1987, ps. 658 y 659.
204 DEFENSORES Y MANDATARIOS
so, inevitablemente, atender en cada caso -mejor aún: caso por caso- al resultado
de la embestida para con la incolumidad de la garantía constitucional.
Si quien prestó indagatoria lo h i ~ osin menoscabo alguno para decidirse, no
inedió afectación verificable en su mehoria, capacidad de comprensión y dirección
de sus actos y se abstuvo de reclamar la comparecencia de su defensor, deberá sope-
sarse con cautela todo reclamo. Se correrá el riesgo de incurrir en ritualismo si, pese
a la verificación de tales extremos, se resuelve la nulificación, sea de oficio o por ins-
tancia. El confín, además, sólo surge ante la posible meritación perjudicial del acto;
nuestro parecer coincide con lo establecido en la Constitución cordobesa de 1987: la
declaración prestada en ausencia del defensor "Carece de todo valor probatorio..."
(art. 40); en el ya citado caso "Martini", del 13/6/1995, la CS exige demostrar por
qué la mera omisión del anoticiamiento resultó insuficiente, amén de requerir la vo-
luntad expresa de ejercer la preirogativa y su dese~timación'~~~.
Un fallo de la CCC, sala 1, suscitó polémica, bien analizada en sus puntos sobre-
salientes y resuelta con corrección por Luis M. GarcíaiZZ4. Se había declarado la nuli-
dad de la indagatoria y de todos los actos que fueron su consecuencia; la jurisdicción
de la Alzada resultó habilitada por el recurso de apelación deducido por el MP contra
el sobreseimieiitoen razón de que el imputadofie asistidopor un defensor ojicial "ad
hoc ";el hibunal estimó que dicho interviniente sólo podía cumplir trámites menores
-compulsa del expediente- pero se encontraba impedido para intervenir en el desa-
rrollo de aquel acto; el decisorio se aferraba a que era menoscabante para la garantía
constitucioiial de la defensa aducir razones económicas o problemas internos de las
defensorías, cuyo intento de solución se produjo a costa del derecho de la parte, pues
contrariaba lo establecido por la ley 24.946 -orgánica del Ministerio PúblicG- al no
haber sido elegido conforme a dicho ordenamiento. A través de un extenso desarrollo,
Luis M. García amerita que tanto el art. 8.2., incs. d) y e), CADH, como el 14.3., inc.
d), PIDCP, reconocen el derecho a defenderse personalmente, a ser asistido por un
defensor de su elección o, en su caso, a obtener la provisión de oficio por el Estado de
un defensor; destaca que en el primer texto se ha utilizado el término defensor y no
abogado y algo similar ocurre con el PIDCP. Apunta que los tres votos coinciden en
que la defensora ad hoc no integra el cuerpo de defensores públicos designados según
el procedimiento de los arts. 5", 6" y 8" de la ley 24.946 y por ello excede las faculta-
des asignadas por su art. 51 al Defensor General de la Nación. Empero, la misma ley
-arts. 6" y 7"- y el art. lo, CN, descartan toda discriminación entre los profesionales
sino se funda en su capacidad y experiencia. De ahí que una infracción en el modo
de integrar el cuerpo de la defensa pública no acarrea automáticamente una violación
de la defensa en juicio, aunque puede -si hay colisión con los arts. lo y 16, CN-
deparar responsabilidad administrativa al Defensor General e incluso, su remoción
(arts. 18, 52 y 59, CN). Tanto el art. 11 de la ley 24.946 como diversas resoluciones
de la Defensona General, autorizan el desempeño de defensores ad hoc. Este pano-
rama esclarece que cuando la Cámara fue llamada a intervenáv, no teníajurisdicción
alguna para examinar eventuales excesos o desvios de poder del Defensor General o
sus responsabilidades administrativas ofincionales; por otra parte, a través del art. 11
de la citada ley no era claro que el Defensor General hubiese obrado de una manera
incompatible con ella o excedido de modo evidente sus facultades. A ello cabe añadir
I
i
'221JA del 27/9/1995, p 41
IZz4"Dc defensores ad hoc, orden sagrado y la observancia del sabado &Osobre el derecho del
imputado a la provisióii de asistencia legal?", LL del 5/7/2002, comcntaiio al f 103 989
Art. 106 DEFENSORES Y MANDATARIOS
que la enunciación del Defensor Oficial en este precepto no está seguida de una defi-
nición que lo precise. Lo cierto es que el costo que debió pagar el imputado resultó
ingente, pues no se señaló alguna actuación del Defensor susceptible de ser tachada
de negligencia,falta de diligencia, grosero erroi: omisión o abandono.
Número de defensores
105. El imputado no podrá ser defendido simultáneamente por más de dos
abogados.
Cuando intervengan dos defensores, la notificación heeha a uno de ellos
valdrá respecto de ambos, y la sustitución de uno por el otro no alterará trámi-
tes ni plazos.
La inviolabilidad de la defensa, asegurada por el art. 18, CN, no colisiona con
la preservación del valor orden denlro del proceso. Por eso es correcta la limitación
aquí establecida.
Se procura evitar entorpecimientos y dilaciones en el trámite, originados por
las múltiples sustituciones. A su vez, se agilita el régimen de comunicación de las
resoluciones cuando deben notificarse.
Obligatoriedad
106. El cargo de defensor del imputado, una vez aceptado, es obligatorio.
La aceptación será obligatoria para el abogado de la matrícula cuando se lo
nombrare en sustitución del defensor oficial. En ambos supuestos podrán ex-
ceptuarse de ella por una razón atendible.
El defensor tendrá derecho a examinar los autos antes de aceptar el cargo,
salvo el caso de secreto del sumario. Tendrá tres (3) días para hacerlo, bajo
apercibimiento de tener el nombramiento por no efectuado.
a) Laprimera oración asegura la asistencia técnica una vez que el abogado fue
admitido por eljuez, explícita o implícitamente. Si bien no está compelido a aceptar
el cargo, luego de hacerlo no puede apartarse capricbosainente (ver comentario al
art. 113).
b) La segunda oración del párr. lo parece anticipar un sistema de atención del
imputado por parte de abogados de los colegios públicos (ver art. 6', inc. b], de la ley
23.187 de ejercicio de la profesión para el ámbito de la Capital Federal), supuesto
que toma obligatoria la intervención ---equiparable a la del defensor oficial-, a me-
nos que la excusa encuadre en los términos de la tercera oración del mismo párrafo.
Sobre el alcance de la primera oración, ver comentario al art. 112.
c) La Ultima oración. Si se produjo la declaración indagatoria o no se ha dis-
puesto el secreto de las actuaciones, el art. 204 preserva que su compulsa pueda cum-
plirse aun antes de aceptar el cargo; Donna y Maiza parecieran afirmar lo contrario,
aunque no en forma categórica'z25.
En ese sentido, la CCC, Sala VII, decidió que el letrado propuesto como defen-
sor tiene derecho a examinar los autos para aceptar el cargo, aun con anterioridad a
la declaración indagatoria del imputado, salvo la previa implantación del secreto del
sumario -arts. 204 y 206- por auto debidamente fundado'226.La CFed. Cap. sala
'230 Más allá de estos atendibles argumentos, el actualizador se inclina por la postura que autonza 1
- .
la comnulsa antes de la indaeatoria.. oor entender aue es la aue meior armoniza con la defensa en iuicio.
"" JA 1998-1-534, con nota de Romero Villanueva, quien recuerda las reglas minimas del pro-
1
ceso penal o "Reglas de Mallorca", cuyo art. 14, inc. I", autoriza el acceso pleno; o LL del 17/12/1998,
reseña de fallos41.092-S; id.,id.,LL del 3/12/1998, reseña de fallos 41.052-5; id,id,ED del 41312002,
f. 51.315; id.,salaVll, JA 1999-111-663.
IZiZ CNPE, sala B, ED del 141312001, f. 50.656, con disidencia del doctor Hornos.
'233 CCC, Fallos t. Vli, p. 82.
Art. 107 DEFENSORES Y MANDATARIOS
defensa (art. 18, CN), cuya cobertura exige que prevalezca la voluntad del imputado
en lo atingente a su ejercicio'234.
Aunque formalmente se haya omitido la designación, dicho defecto puede
salvarse por actos indirectos o implícitos cumplidos por el tribunal; por e j k p l o ,
permitirle asistir inmediatamente a actos de reconocimiento Y suscribir actas en tal
Earáctert235. Apunta Orgeira que no puede condicionarse la intervención del defensor -
a que no haya podido acordar su nombramiento con el imputado u obtener constan-
cia documental que lo acredite'236.
Defensa de oficio
107. Sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 104 y en la primera oportuni-
-
dad, y en todo caso antes de la indaaatoria, el iuez invitará al imputado a desig-
nar defensor entre los ahogados deia matrícula.
Si el imputado no lo hiciere hasta el momento de recibírsele declaración
indagatoria, el juez designará de oficio al defensor oficial, salvo que autorice al
imputado a defenderse personalmente.
No puede escucharse en indagatoria al imputado (art. 294) sin que antes pro-
ponga defensor de confianza. Aunque el Código utilice el infinitivo "designar", debe
tenerse presente que las funciones procesales son deparadas - e n forma exclusiva-
por el tribunal; de manera que el imputado sólo propone, aunque no designa.
Tal es la relevancia del acto de la indagatoria que, a menos de ejercitarse la
defensa material por el propio imputado, si no propuso letrado de confianza, debe
darse intervención al oficial, aunque su asistencia en este acto no está impuesta
(art. 295, primera oración).
Por ende, debe distinguirse la proposición del defensor por el imputado y su
designación por el tribunal ---que son imperativas- de la asistencia al acto a través
del cual aquél accede por primera vez al proceso, pues resulta facultativa.
Ciertos tribunales orales en lo Criminal de la Capital resolvieron lo
contrario siguiendo, en apariencia, a la Corte Suprema; concluyeron que la garantía
debe operar desde la primera intervención del imputado en el proceso y que no basta con
legitimar formalmente al defensor, sino que debe habérsele brindado oportunidad para
poner en acto la defensa del justiciahle. Tal jurispnidencia tiene notas muy específicas:
se trata de causas cuyo conocimiento originario incumbía a un tribunal administrativo o
bien analizan la admisibilidad de recursos interpuestos por detenidos informapauperis.
El primer perfil advierte que se buscaba preservar el control judicial suficiente en episo-
dios cuyo conocimiento se asigna originariamente a la jurisdicción administrativa (ver
comentario al art. lo acápite a]); el último destaca que la tarea impugnativa requiere la
'?" Para la separaci*n definlii1.a se rcquiere la tolrrdncia del defendido; <:CC, Jt% 13-1972.489,
sintesis. tiro hO; un criterio diferente, en algunos fallos ha sostcnidu la Cune Suprema que si 13 defensa
se ejercira por terier3s. 13s leyes pueden dcten,iinar las c~rcuristancissa qiie se halla supeditada sii
inrervenziún: I:allds 130:74: nuestra opinibn tiene corno resualdo el criterio de la CS. Fallos 31?:1012:
en todo caso corresponde advertir al interesado el cambio p& el defensor oficial, pues, de lo contrario;
se incurre en nulidad de todos los actos procesales que resulten su directa consecuencia, CCC, sala VII,
JA 2001-11-661.
''jJ ST Córdoba, sala Penal, LLC 1991-697.
"" "El defensor del imputado en la etapa sumariai", DJ 1997-1-104 y SS.
"'' TOC nro. 9, fallo 201411993, "Navarrete, Rafael Carlos y otro"; TOC nro. 2,51411993, "Re-
YeS Oniz, Claudio Enrique y otro".
l
DEFENSORES Y MANDATARIOS Art. 108
intervención del defensor letrado, pues equivale a la única posibilidad útil para acceder
a la jurisdicción y no puede soportar mengua sin alterar la garantía constitucional de la
inviolabilidad de la defensa (art. 18, CN). Nos parece que semejantes temperamentos
resultan ineficaces para imponer como r&uisito de validez de la indagatoria la presencia
del defensor cuando el imputado no la requiere ni la ausencia perjudica su situación (la
cuestión básica consiste en precisar si el defensor propuesto no fue convocado ni tampo-
co se notificó a la defensa oficial; el acto de comunicación preserva cualquier invalidez
ulterior; pero debe de haberse Sin interés de parte para apoyar la nulidad,
menos se advierte que el tribunal pueda hacerlo de oficio. Tampoco persuade sobre el
carácter ineludible de la presencia la circunstancia del aseguramiento de la libre con-
ferencia entre defensor y abogado; incluso los tiempos verbales utilizados por los arts.
104, 107,197,295 y 297 indican que la intervención, libre conferencia y anoticiamiento
no acotan la validez del acto1239. En esa misma línea se enrola Superti, quien concluye
"...que para tener certeza de estar en presencia de una declaración voluntaria el único
elemento que avienta toda duda es el previo asesoramiento especializado del declarante,
dado que de esa forma se destierran miedos e ignorancia"1240.
En resguardo de la garantía de la defensa en juicio y con base en la doctrina de
la arbitrariedad, cabe descalificar la sentencia que no da fundamentos bastantes para
contradecir resoluciones anteriores donde se admitía provisionalmente el patrocinio
letrado del querellante por el defensor oficiall"l. Si no existe interés que proteger
- c u a n d o se han recogido manifestaciones adversas a quien las formula-, invalidar
los actos -nada menos que en el momento correspondiente al art. 354--- se con-
vierte en exceso ritual, entorpecedor de una adecuada administración de
Nombramiento posterior
108. La designación del defensor de oficio no perjudica el derecho del im-
putado de elegir ulteriormente otro de su confianza; pero la sustitncióp no se
considerará operada hasta que el designado acepte el cargo y fije domicilio.
Seleccionar al defensor de confianza se halla amparado por la garantía de la
inviolabilidad de la defensa en juicio asegurada por el art. 18, CN (ver art. 106).
También capta la posibilidad de removerlo mediante la proposición de
Para que el imputado no quede desprotegido, el tribunal debe atenerse, con
estrictez, a la última oración del precepto.
en sentido similar, TOC NO. 9, salvo que el imputado renuncie al deber de notificación, circunstancia
no presumible, pues debe resultar de un acto inequívoco de voluntad; se la considera una nulidad virtual
y absoluta, ED 153-562, f. 45.248, o LL 1993-D-374, f. 91.25, con nota de Carrió, "El derecho a la
entrevista previa en el nuevo Código Procesal Penal. Los primeros fallos"; ver comentario al art. 104.
"La declaración del imputado y sus efectos como elemento de cargo", LL del 6/5/1996,
comentario al fallo 94.226.
CS, ED 159-635, f. 46.008, O SJP, LL del 28/4/1995, f. 93.096.
'242 GUARIGLIA, "El nuevo sistema de defensa de oficio en el procedimiento penal", JA 1992-
11-776.
CCC, Fallos t. 1, p. 223.
Art. 110 DEFENSORES Y MANDATARIOS
Defensor común
109. La defensa de varios imputados podrá se confiada a un defensor co-
mún siempre que no exista incompatibilidad. Si ésta fuere advertida, el tribunal
proveerá, aun de oficio, a las sustituciones necesarias, conforme a lo dispuesto
en el art. 107.
Existe incompatibilidad cuando media colisión de intereses entre los imputa-
dosiZM. Puede surgir de las propias manifestaciones de los implicados sobre el parti-
cular o de las constancias del sumario que brinden datos acerca de un desequilibrio
en la defensa'24s.Resulta pertinente la declaración de nulidad'246.
La inobservancia de esta prohibición puede hacer incurrir en delito, ya que
el art. 271, Código Penal, castiga el prevaricato de los auxiliares de la justicia. Sin
perjuicio de ello, el art. 10, inc. a), de la ley 23.187, prphibe también una conducta
semejante. Ver además art. 19, inc. d), del Código de Etica de dicho Colegio y las
sanciones disciplinarias previstas en su art. 18.
La mera posibilidad de que un abogado incurra en aquel delito confiere a los ac-
tos cumplidos con su intervención la ineludible consecuencia de resultar nulos -su-
puestos de nulidad implícita o SU carácter es absoluto por constituir un
acto de cabal indefensión (art. 167, inc. 3", y 168, párr. 2").
Incompatibilidad no significa divergencia, sino que tiene que darse cierta in-
conciliabilidad en la defensa; por ejemplo, cuando uno de los imputados tenga inte-
rés en sostener una tesis perjudicial para otro; ello no ocurre si se afirma la ajenidad
en la autoría del hecho de uno de los procesados y el segundo sostiene su inocencia;
aunque la mera perspectiva del conflicto hace surgir la inc~rnpatibilidad~~~~. No pue-
de ejercer la defensa el letrado que fue llamado a prestar declaración
el mismo proceso1249.
Otros defensores y mandatarios
110. El actor civil y el civilmente demandado actuarán en el proceso perso-
nalmente o por mandatario, pero siempre con patrocinio letrado.
El actor civil puede actuar personalmente, en cuyo caso deberá hacerse patro-
cinar -asistir- por un abogado. También puede confiar su representación a un pro-
curador, modalidad que es una de las forma; de representación~voluntaria.Lo mkmo
ocurre con el civilmente demandado.
En ambos casos no se trata de defensor, a imagen y semejanza del que asiste o
actúa en vez del imputado, sino de un patrocinante o apoderado, en forma similar a
lo que sucede en el proceso civil (art. 56, CPN).
'2'P CCC, sala VII, ~151812006,"Martínez", RDP, LexisNexis, 112007, p. 106; SR, LL del
3011 112006, p. 61.
La designación de defensor, a menos de expresa reserva, habilita para repre-
sentar al imputado en punto al objeto accesorio -cuestión civil- del proceso penal
(art. 104, pán: 2", segunda oración). 8
Sustitución
111. Los defensores de los imputados podrán designar sustitutos para que
intervengan si tuvieren impedimento legítimo, con consentimiento del acusado.
En caso de abandouo de la defensa, el abogado sustituyente asumirá las obli-
gaciones del defensor y no tendrá derecho a prórroga de plazos o audiencias.
La proposición de sustituto incumbe, con exclusividad, al defensor, aunque re-
quiere el asentimiento del imputado.
Si se produce la situación denominada abandono (art. 112), actúa el sustituycn-
te en las condiciones fijadas por el último párrafo.
Abandono
112. En ningún caso el defensor del imputado podrá abandonar la defensa
y dejar a sus clientes sin abogado. Si así lo hiciere, se proveerá a su inmediata
sustitución por el defensor oficial. Hasta entonces estará obligado a continuar en
el desempeño del cargo y no podrá ser nombrado de nuevo en la misma causa.
Cuando el abandono ocurriere poco antes o durante el debate, el nuevo
defensor podrá solicitar una prórroga máxima de tres (3) días para la audien-
cia. E1 debate no podrá volverse a suspender por la misma causa, aun cuando el
tribunal conceda la intervención de otro defensor particular, lo que no excluirá
la del oficial.
El abandouo de los defensores o mandatarios de las partes civiles $0 sus-
penderá el proceso.
Sanciones
113. El incumplimiento injustificado de las obligaciones por parte de los
defensores o mandatarios podrá ser corregido con multa de hasta el equivalente
al 20% del sueldo de un juez de primera instancia, además de la separación de
la causa. El abandono constituye falta grave y obliga al que incurre en él a pa-
gar las costas de la sustitución, sin perjuicio de las otras sanciones. Éstas serán
sólo apelables cuando las dicte el juez. El órgano judicial deberá comunicarlo al
Colegio Público de Abogados a sus efectos.
T~TULO
V
ACTOS PROCESALES
a) Concepto -
Son hechos voluntarios con incidencia en la iniciación, el desarrollo o la con-
clusión del proceso.
b) Elementos
Elementos de los actos procesales resultan los sujetos -principales y even-
tuales, sus auxiliares y los colaboradores del proceso--, su objeto y una actividad
determinada que se proyecta en cuanto a lugar, tiempo y forma.
Pueden provenir de los sujetos principales: el tribunal -las resoluciones (art.
122)-, las partes -v.gr., proposición de defensor por el imputado (art. 104)-
o sus auxiliares -por ejemplo, las exposiciones efectuadas en la discusión final por
los defensores y apoderados (art. 393)-. También de los colaboradores del proceso,
sea a raíz de una citación -v.gr., declaración del testigo (Capítulo IV, Título 111,
Libro 11)-, una solicitud para presentar un documento (art. 232), etcétera.
Algunos actos son cumplidos por un solo sujeto; así ocurre con el requerimien-
to del fiscal o querellante para la elevación a juicio (art. 347, último párrafo). Otros
son complejos, pues intervienen varios: en la declaración indagatoria deben partici-
par el imputado, el juez y el secretario (arts. 294 y 301) y si lo requiere el imputado,
también su defensor (art. 294 infine); puede concmir el fiscal (art. 295).
Para cumplir un acto procesal válido, todos los sujetos deben tener aptitud:
competencia el tribunal (arts. 22 y concs.) y capacidad procesal los restantes (ver
Capítulos 11, IV, V, VI y VI1 del Título IV).
El objeto radica en el contenido del acto y debe reunir dos requisitos. Por un
lado, ser idóneo: no lo es si se utiliza un contenido para cubrir las exigencias de
otro, por ejemplo: recibir un testimonio (art. 239 y SS.)al realizarse una inspección
judicial (art. 216). Por otro, debe ser licito: no lo sería si se infringe la prohibición de
declarar como testigos que alcanza a ciertas personas (art. 242).
En cuanto a la actividad cabe acotar:
a) El lugar, por vía de principio, es la sede del tribunal para el debate y su
desarrollo (arts. 373 y 374), el dictado y lectura de la sentencia (arts. 396 y 400).
Sin embargo, son numerosos los actos -sobre todo durante la instrucción- que
se cumplen fuera de dicho ámbito, como la inspecciónjudicial y reconstrucción del
hecho (arts. 216 y 221), el registro domiciliario (art. 224), el allanamiento de morada
(art. 225), etcétera; también es posible, durante el juicio, llevarlos a cabo en un lugar
que no sea el del alojamiento del tribunal (art. 251, en función del art. 382, párr. 2";
arts. 386 y 387). Al igual que en el proceso civil, es posible que la notificación
-principal acto procesal de comunicación- se cumpla en lugar ajeno al tribunal
(art. 149), tanto durante la instrucción como en el juicio. Por aplicación de los arts.
7", CN, 40 y 50, de este Código, no corresponde declarar la nulidad de una diligencia
sumaria1 efectuada de acuerdo a derecho en sede local, por la sola razón de tratarse
de un acto procesal cumplido en distinta jurisdicción'259.
CNCP, sala 111, ED 170-533, f. 47.629.
214 ACTOS ?ROCESALES
'26' COUTURE,
Fundamentos..., p. 201.
"" LLAMB~AS,
Código..., t. Il-B, p. 167; BORDA, Trafado..., Parte general, t. 11, ps. 1991202
'l" Derecho procesal ..., t. 1-A, ps. 2131214.
'" PALACIO, Derecho ..., t. IV, p. 29.
Iz6' MOmLLO - SOSA - BERIZONCE, Código ..., t. 11-B, p. 6i2.
DISPOSICIONES GENERALES
Idioma
114. En los actos procesales deberá usarse el idioma nacional bajo pena de
nulidad.
Al igual que en el proceso civil, la validez de los actos procesales se supedita a
que, tanto a través de la palabra hablada coino escrita, deben expresarse en casteyano
(art. 115, CPN). Ahora, el art. 8", punto 2, acápite a), de la CADH, impone el derecho
del inculpado a ser asistido gratuitamente por traductor o intérprete si no comprende
o no habla el idioma del juzgado o tribunal. Por ende, tiene jerarquía constitucional,
art. 75, inc. 22, CN'268.
En caso contrario, el juez nombrará un intérprete -mejor dicho traductor,
como lo denomina con mayor exactitud el Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, pues intérprete es quien capta las expresiones mímicas de mudos o sordo-
mudos- para trasladar, a nuestro idioma, e l documento o la declaración vertida en
lengua exhanjera (art. 268).
La nulidad del acto en infracción a este precepto resulta absoluta cuando re-
tacea la comprensión de cniciales actividades -v.gr., la intimación en'la indaga-
toria (art. 298)- cuya magnitud abiertamente agrede una garantía constitucional
(art. 168, párr. 2"). En el caso se truncaría la posibilidad de refutar los hechos endil-
gados, con efectiva lesión a la garantia del art. 18, CN.
'768 CCCFed., sala 1, JA 2000-11-663. Es curioso pero el tribunal señala el defecto aunque omite
pronunciarse sobre la consecuencia. Es que si el desconocimiento del idioma era total, mal puede haber
defensa válida y la nulidad es absoluta, por aplicación del an. 168, párr. 2".
Art. 116 DISPOSICIONES GENERALES
Fecha
115. Para fechar un acto deberá indicarse el lugar, día, mes y año en que se
cumple. La hora será consignada sólo cuando especialmente se lo exija.
Cuando la fecha fuere requerida bajo pena de nulidad, ésta sólo podrá ser
declarada cuando aquella no pueda establecerse con eerteza en virtud de los
elementos del acto o de otros conexos con él. -
El secretario o auxiliar autorizado del trihunal deberá poner cargo a todos
b s eseritos, oficios o notas que reciba, expresando la fecha y hora de presentación.
El epígrafe rebasa el contenido de la norma, pues también se refiere al ámbito
en que se desarrolla la actividad: el lugar.
La mención del lugar, como la de la fecha - e l tiempo del acto- habilita a
compulsar su validez. En el primer caso, para los que deben realizarse en la sede del
tribunal y, en el último, para meritar si se llevaron a cabo en tiempo hábil (art. 116).
Ambos extremos importan cuando se trata de actos cuyo cumplimiento fue señalado
atendiendo a ambas modalidades; en el caso de la indagatoria, aunque no esté fijado
el lugar expresamente, sólo por vía de excepción, puedé ser otro que el despacho del
juez a cargo de la instrucción (art. 294)12". Respecto de este mismo acto, el tiempo
debe computarse de momento a momento'270.
El párrafo segundo se ajusta a la denominada instrumentalidad de las formas.
El mero apartamiento no involucra invalidez si el acto cumple sus fines en virtud de
la correlación incontestable entre los que operan como sus antecedentes y los que
resultan su consecuencia.
El párrafo final es la única vía apta para dar fecha cierta al momento de recibo
de los escritos y documentos.
Día y hora
116. Los actos procesales deberhn cumplirse en días y horas hábiles, salvo
los de instrucción. Para los de debate, el trihunal podrá habilitar los días y ho-
ras que estime neeesarios.
Ver la introducción a este Título acerca de la consideración genérica del tiempo
para el cumplimiento de actividad procesal útil (confr. art. 162).
Los plazos para realizar actividad procesal válida por las partes comprenden
únicamente los días hábile~'~".Si está fijado en horas, el vencimiento se opera al
terminar la última'272.
Con relación al Código anterior -a*. 131-, se decidió, correctamente, que
si la comunicación del correo se entregó el día feriado, el hito inicial del cómputo
debía tomarse a partir del primer día hábil siguiente1273.Ese temperamento re-
sulta valedero para el ordenamiento vigente, porque si bien los actos a realizarse
durante la instrucción pueden llevarse a cabo todos los días, cuando se trate de
establecer el tiempo útil para la intervención de las partes sólo deben incluirse los
días hábiles.
Por ser ley federal constitucional la 24.571 --que instituye como días no labo-
rables el del año nuevo judio y el día del perdón-, en virtud de su jerarquía norma-
tiva debe prevalecer sobre las disposiciones que fijan los plazos procesales'274.
2
Juramento y promesa de decir la verdad
117. Cuando se requiera la prestación de juramento, éste será recibido,
según corresponda, por el juez o por el presidente del tribunal, bajo pena de
nulidad, de acuerdo con las creencias del que lo preste, quien será instruido de
las penas correspondientes a1 delito de falso testimonio, para lo cual se le leerán
las pertinentes disposiciones legales y prometerá decir la verdad de todo cuanto
supiere y le fuere preguntado, mediante la fórmula "lo juro" o "lo prometo".
La primera oración parece descartar la recepción del juramento por el agente
fiscal, cuando dirija la investigación o pesquisa (art. 196); no obstante, la remisión
que en este último caso se efectúa a la Sección 11 del Título 11 del Libro 11, al igual
que los arts. 210 y 212 indican - e l último sin hesitación- que, aun en el supuesto
de instrucción por el MP, los testigos (art. 249) deben prestar juramento.
Se cumple al comieuzó del acto, a diferencia de lo establecido en el Proyecto
Maier (arl. 179, id).Aquél se denomina promisono y éste asertorio ----o aseverativo,
según Núñez1275-. La diferencia estriba en que el primero versa sobre el futuro y el
último se ciñe a ratificar una acción ya cumplida.
La fórmula concierne a las convicciones religiosas de este órgano de la prueba
que es el testigo.
La modalidad de recepción del acto -según el epígrafe- no se conforma con
el juramento, sino que también requiere la promesa de decir verdad.
La sanción de nulidad es, en principio, relativa, pues resulta subsanable
(art. 171).
'
Declaraciones
118. El que debe declarar en el proceso lo hará de viva voz y sin consultar
notas o documentos, salvo que el tribunal lo autorice para ello, si así lo exigiere
la naturaleza de los hechos.
En primer término, el declarante será invitado a manifestar cuanto conozca
sobre el asunto de que se trate, y despuhs, si fuere necesario, se lo interrogará.
Las preguntas que se formulen no serán capciosas ni sugestivas.
En los casos de delitos dependientes de instancia privada, la víctima y10 sus
representantes legales sdlo prestarán declaración ante el juez, el agente fiscal y
su ahogado, debiendo evitarse los interrogatorios humillantes.
Cuando se proceda por escrito, se consignarán las preguntas y respuestas.
CESARI,"La jerarquía normativa de la ley 24.571 y la forma de contabilizar los plazos pro-
cesales", JA 2002-111-762.
"'* Código...,p. 106.
Art. 119 DISPOSICIONES GENERALES
b) El párrafo segundo advierte que el acto debe comenzar con la libre expo-
sición y luego proceder a formular interrogaciones, que no deben ser capciosas ni
sugestivas (párrafo tercero).
La capciosidad consiste eii los artificios o engaños destinados a hacer i u c d r
en enor al declarante. Sugestiva es la pregunta que orienta la respuesta en un deter- -
minado sentido.
c) El párrafo cuarto puntualiza que las partes eventuales -actor civil y que-
rellante, sus mandatarios o patrocinantes-, pueden encontrarse presentes cuando
la declaración se cumple en procesos por delitos dependientes de instancia privada
(art. 6"); es posible la concurrencia del letrado de quien haya instado -denuncia-
do-, aun cuando no se hubiere constituido eii actor civil (art. 82). En síntesis: pue-
den encontrarse presentes quien resulte víctima o quien, además, haya asumido las
funciones de querellante o actor civil y sus letrados. Para el debate rige el art. 363.
d) El último párrafo comprende los casos señalados en el art. 119, párr. lo,
cuando se proceda mediante oralidad actuada: las interrogaciones y las respuestas se
formulan a través de la palabra hablada, pero se documentan por escrito conforme a
los arts. 138 y 139.
Declaraciones especiales
119. Para recibir juramento y examinar a un sordo se le presentará por es-
crito la fórmula de las preguntas; si se tratare de un mudo se le harán oralmente
las preguntas y responderá por escrito; si fuere un sordomudo, las preguntas y
respuestas serán escritas.
Si dichas personas no supieren leer o escribir, se nombrará intkrprete a un
maestro de sordomudos o, a falta de él, a alguien que sepa comunicarse con el
interrogado.
El vocablo intérprete está bien utilizado en el segundo párrafo, a diferencia de
su uso en el art. 268, donde la mención correcta es "traductor" (ver art. 114).
Si del peritaje cumplido por 10s médicos forenses surge que, pese a la sordera,
el imputado pudo entender lo que se le dice a trav6s de la lectura de labios y también
tenia aptitud para manifestar lo pertinente al prestar declaración indagatoria, no cabe
hacer lugar a la nulidad del acto en el solo interés de la ley, pues el mero incumpli-
miento de lo aquí prescripto no afecta el derecho de defensa'276.
CCC, sala 1, ED 168-125, t 47.245, con disidencia de Donna por aferrarse a la literalidad
del texto.
Art.121
CAP~TULO
11
ACTOS Y RESOLUCIONES JUDICIALES
Poder coercitivo
120. En el ejercicio de sus funciones, el tribunal podrá requerir la interven-
ción de la fuerza pública y disponer todas las medidas que considere necesarias
para el seguro y regular cumplimiento de los actos que ordene.
Según la corriente tradicional uno de los elementos de la jurisdicción -facul-
tad de resolver litigios y ejecutar lo que en ellos se resuelva- consiste en la coertio:
"...el empleo de la fuerza para el cumplimiento de las medidas ordenadas dentro del
proceso a efectos de hacer posible su desenvolvimiento, y que puede ser sobre las
personas o las cosas..."'277.
Más cerca en el tiempo, al par que se caracteriza a la jurisdicción como la acti-
vidad desplegada por un órgano del Estado, en sentido jurídico material, enderezada
a crear la norma jurídica individual que establezca, en fonna indirecta y mediata, la
expresión de pensamiento jurídico comunitario, al que deberá adaptar su conducta
uno de los inte~inientesen el confiicto, se admite, sin ambages, que el derecho pro-
cesal es derecho público; perfil consistente, en esencia, en la posibilidad de imponer,
en fonna unilateral, la observancia de determinados comp~rtamientos'~~~.
En síntesis: para evitar el mero carácter abstracto de las decisiones, puede acu-
dirse a la fuerza pública con miras a obtener su cumplimiento.
Al no haber juicio en rebeldía, corresponde asegurar su realización, si es preci-
so, mediante la detención del imputado (art. 366, páni 49.
a) Consideraciones generales
Hay quienes distinguen entre motivar y fundamentar, idnitivos utilizados ge-
neralmente como sinónimos'284.
Se afirma que "fundamento" apunta a la norma, mientras "motivo" hace a la
conducta'28i.
La diferenciación se diluye si se observa que, cuando el juez motiva una reso-
lución, su decisión no puede apoyarse, con exclusividad, en los hechos o bien en las
normas: si opta por lo primero y prescinde de las disposiciones legales, corre el riesgo
de transformarse en legislador; si acude sólo a aquéllas, dejando de lado los hechos,
convertirá a la sentencia en una obra de investigación o de doctrina'28G.
El fundamento último de la exigencia esiriba en el cabal fiincionarniento del Es-
tado de Derecho y constituye una de las más preciadas garantías republicanas'287.No
obstante, Maier cuestiona la necesidad de fundamentar las sent~nciasal haberse insti-
tuido en la CN el juicio por jurados (arts. 24,75, inc. 12, y 118); para arribar a esa con-
clusión, asigna una peculiar interpretación al art. 18, CN ,en cuanto a la inevitabil
de que el juicio previo tiene que ser necesafiamente fundado (art. 18, CN)1288.
La Constitución de 1853 no se refiere expresamente al tema; tampoco 1
forma de 1994, a diferencia de lo que sucede en Buenos Aires (art. 171), Cór
(art. 155), Santiago del Estero (art. 173). Para el orden nacional suelen invocarse los
arts. 9", inc. lo, PIDCP, y 7', inc. 3', de la CADH como sustento para exigir, por im-
perio de la CN, la fundamentación de las sentencias1289; no compartimos el enfoque
porque ambos preceptos se refiercn, genéricamente, a supuestos de arbitrariedad; en
vez, el art. 18, CN, no admite duda de que toda sentencia penal condenatoria debe
resultar fundada. No obstante, la Corte Suprema ha decidido que, a la condición de
órganos para aplicar el Derecho, va entrañablemente unida la obligación de los jue-
ces de fundar sus sentencias, para acreditar que son derivación razonada del derecho
vigente y no producto de la voluntad individual y que dicha exigencia se cubre con
la seriedad de los fundamentos, pues reconoce raíz con~titucional'~~~. Si se omitieran
esos recaudos se incurriría en una causal de arbitrariedad. De manera que, aunque
mínimamente, deben expresarse las razones por las que se arriba a una consecuencia,
incluso para la cuantía de la pena'29'.
SAGU~S, Recurso extraordinario,t. 11, Buenos Aires, 1984, ps. 6131614; PALAC~O- ALVA-
RADO VELLOSO, Código..., t. 11, ps. 81 y SS.
'281 PASSI LANZA,"Elaboración de los conceptos de sentencia fundada y motivada y de autosu-
ficiente y autónoma", LL 131-65.
DiA~,Insfituciones..., t. 11-A, ps. 222 y SS.,especialmente, p. 225.
'"' MORELLO - SOSA - BERIZONCE, Códigos..., t. 1, p. 110.
'288 MAIER, Derecho..., t. 1-B, ps. 2431246.
'Z9i CNCP, sala 111, 2111011994, "Ruisánchez", c. 190, voto del Dr. Tragant, consid. 1V y sus
citas.
'lV3 CNCP, sala 1, JA 1995.1-568; si la CCC no realizó el más mínimo análisis de las argumenta-
ciones del recurrente al fundamentar los agravios, se ha desatendido este precepto, CNCP, sala IV, LL
del 281911998, f. 97.882.
'"'CNCP, sala 111, SJP, LL del 221311995, f. 92.988; id.,id.,LL del 301611998, f. 97.397.
'"' Id.,id.,ED del 281412000, DPPC, E 96.
'296 CNCP, sala 11, JA 2000-11-495.
Rectificación
126. Dentro del término de tres (3) días de dictadas las resoluciones, el tri-
bunal podrá rectificar de oficio o a instancia de parte, cualquier error u omisión
material contenidos en aquéllas, siempre que ello no importe una modificación
esencial.
La instancia de aclaración suspenderá el término para interponer los re-
cursos que procedan.
Si media instancia de parte se trata del recuso de aclaratoria (ver arts. 36, inc.
3", y 166, inc. 2', CPN); con más prolijidad, el CPCC comprende también a los con-
ceptos oscuros.
a) Error material se configura cuando se confunden los nombres e incluso la
posición de las partes: si se alude, por ejemplo, al querellante considerándolo impu-
tado. Capta también las conkadicciones entre los considerandos y el dispositivo o
fallo: si al mensurar la pena, cuando se motivó el fallo, se consideró apropiada la de
"" CNCP, sala 11, 261211996, "Pugliese, José", c. 627, reg. 866; id., id.,41611996, "Andrade
Arreghi, Pedro", c. 735, reg. 961.
Id., sala 111, 171511996, "Pazos, Luis", c. 692, reg. 152196.
En contra, id.,sala 11, 141311997,c. 1045, reg. 1313.
Art. 127 ACTOS Y RESOLUCIONES JUDICIALES
recurso ...""20. Por su parte, la Corte Suprema siempre evalúa si hay vicios susce
tibles de generar nulidades absolutas, con afectación de una garantía coustitucion
pues dicha circunstancia autorizaría se rebase lo peticiouado por las partes en
recurso extraordinarion2'.
Este párrafo sigue un caml que se aparta de la contradicción consistente en
proclamar, por un lado, la inescindibilidad del decisorio aclarado con la decisión -
aclaratoria, mientras que, por otro lado, secciona de hecho su proclamada unidad
intelectual. Si no mediase suspensión se obligaría a recurrir de un acto todavía
incompleto o en proceso de formación1322. Chiappini muestra que se trata de un re-
curso cuando es a instancia de parte1323.
Ver, para casación, art. 472.
Con buen criterio se sostiene que en las provincias donde no hay establecidas
cámaras federales corresponde a los tribunales orales conocer en un reclamo por
retardo de justicia132R. a,
Resolución definitiva
128. Las resoluciones judiciales quedarán firmes y ejecutoriadas, sin ne-
cesidad de deelaracióu alguna, en cuanto no sean oportunamente recurridas.
Las decisiones quedan firmes cuando no se recurren en los plazos y bajo los
requisitos previstos (art. 438) o, por su naturaleza o cuantía, resultan irrecurribles
(ver en casación, art. 457)'329,O se produce el desistimiento (art. 443) o la deserción
(art. 465) o son rechazadasl"O. Ejecutoriadas, cuando son insusceptibies de otro re-
curso al haberse agotado las vías de impugnación y, en consecuencia, corresponde
acatar lo decidido1331.
La firmeza implica irrevocabilidad del pronunciamiento sobre el fondo, impi-
diendo toda revisión del procedimiento cumplido para dictarla aunque se fundare en
nulidad absoluta'332.La sohción es correcta porque las atribuciones para declarar en
tal supuesto la invalidez, conforme al art. 168, desaparecen con el advenimiento de la
cosa -iuzgada
- material. Sólo las nulidades relativas se purgan antes (arts. 170 y 171).
Es curioso el sistema adoptado por la Ley d,e Ejecu~iónde la Pena Privativa de
la Libertad, 24.660, pues otorga firmeza a las sanciones recurridas ante el juez de
ejecución, cuando no se expidió dentro de los sesenta
La mera interposición de un recurso (art. 442) suspende el cumplimiento o eje-
cución de lo dispuesto. Cuando se trata de recursos previstos en este Código, dicho
efecto corresponde también a la aclaratoria (art. 126, pán: 2'). En vez el planteo del
recurso extraordinario federal (art. 14, ley 48) tiene algunas peculiaridades (ver art.
442). Su interposición suspende la ejecución de la sentencia hasta tanto el tribyal se
pronuncie respecto de su concesión o denega~ión'~~".
Empero, por aplicación del art. 285, CPCC, no se suspende, ante la deducción
de la queja por deuegatoria del recurso extraordinario, el curso del proceso"35.
Es imposible concebir una serie recursiva que jamás termine porque nunca po-
dría hallarse un tribunal en que no fuera posible el error; habría que establecer la
eterna incertidumbre del derecho con la impotencia de los poderes sociales para
poner fin a los pleitos y por temor de un peligro posible se caería en un peligro cierto
y sin duda más grave, de una permanente
La CNCP, en pleno, considera firme la sentencia cuando declaró inadmisible la
concesión del recurso extraordinario federal i337. En ese sentido, el plazo de prescrip-
ción de la pena (art. 66, CP) comienza a correr desde la medianoche del día en que
se rechazaron las impugnaciones contra la sentencia ~ o n d e n a t o r i a ' ~ ~ ~ .
Copia autdntica
129. Cuando por cualquier causa se destruyan, pierdan o sustraigan los -
originales de las sentencias u otros actos procesales necesarios, la copia auténti-
ca tendrá el valor de aquéllos.
A tal fin, el tribunal ordenará que quien tenga la copia la consigne en secre-
taría, sin perjuicio del derecho de obtener otra gratuitamente.
La custodia del expediente y documentos incumbe al secretario (art. 163, inc.
5", ley 1893).
La expedición de certificados y testimonios también incuinbe a ese funcionario
(art. 38, inc. 2", CPN).
El incumplimiento de lo prescrípto en el último párrafo autoriza al empleo de
la coerción (art. 120) y, cuando no se trate del imputado, a quien no puede exigírsele
proporcione prueba en su contra, hace incurrir al renuente en el delito de desobedien-
cia (art. 239, CP).
Restitución y renovación
130. Si no hubiere copia de los actos, el tribunal ordenará que se rehagan,
para lo cual recibirá las pruebas que evidencien su preexistencia y contenido.
Cuando esto no fuera posible, dispondrá la renovación, prescribiendo el modo
de hacerla.
Este artículo y el anterior se refieren a la reconstrucci6n de expedientes de ma-
nera similar a la establecida por el art. 129, Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación.
Cabe advertir que, en alguna ocasión, se decidió la inaplicabilidad de dicho ré-
gimen al proceso penal; al respecto se sostuvo que las copias de la acusación y de
la defensa, ante la falta de las debidamente autenticadas, no pueden suplantar a las
probanzas desaparecidas, aunque se las invoque; la mayona se pronunció por la ab-
solución o, según el estado de la cansa, por la libertad del procesado1339. Asimismo
se tiene resuelto que la seguridad de los actos jurídicos -ante la falta en el Código
anterior de normas expresas sobre la reconstrucción- reclama prioridad y, por ende,
deben desestimarse como elementos de convicción actuaciones no reproducidas con
fehacie~cial~~0.
Si faltan elementos esenciales, como lo es el acta que protocoliza la declaración
indagatoria (arts. 138 y 301), se entiende improcedente la invocación de normas del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
No obstante, a través de un plenario ---con respecto al Código anterior-, se
sentó doctrina conforme a la cual, en los expedientes reconstruidos, la ausencia del
Reglas generales
132. Cuando un acto procesal deba ejecutarse fuera de la sede del tribunal,
Bste podrá encomendar su cumplimiento por medio de suplicatoria, exhorto,
mandamiento u oficio, según se dirija, respectivamente, a un tribunal de je-
rarquía superior, igual o inferior, o autoridades que no pertenezcan al Poder
Judicial, sin perjuicio de la aplicación de lo dispuesto al respecto en las leyes
convenio con las provincias.
Si se trata de un exhorto cuyo cumplimiento se encomienda a otro tribunal
de la República, rige la ley del lugar (ver arts. 2' y 4" del convenio aprobado por
ley 22.172).
'34B GONZALEZ - CUBLLAR SERRANO, Proporcionalidad...>ps. 109, 306 y 307; sobre todo, p.
309, en qiie privilegia la gravedad del delito, el grado de la imputación y la probabilidad de éxito de la
medida.
"" AWONA, Algunas consideraciones...,p. 134.
"3"aprueba..., ps. 1771178.
'U" GOZA~NI, "La teoría de la prueba y el fenómeno de la inform6tica", JA 1999-11-912.
ED 170-520, f. 47.626.
"*'Texto incorporada por ley 25.760 (BO del 111812003).
m. 133 SUPLICATORIAS, EXHORTOS, MANDAMIENTOS Y OFICIOS 233
municación directa
133. Los tribunales podrán dirigirse directamente a cualquier autoridad
inistrativa, la que prestará su cooperación y expedir&los informes que le
citen dentro del tercer día de recibido el pedido del juez o, en su caso, en el
'U" CARBONE, "La ley 25.760 y la intervención de las comunicaciones telefónicas por mandato
fiscal en el CPPN, JA del 5/1/2005, p. 20.
'"' RDP, LexisNexis, NO. 3, p. 667.
BRuzzoNE, "La nulla coactio sine lege como pauta de trabajo en materia de medidas de
coerción en el proceso penal", publicado en La justicia penal hoy. De su crisis a la búsqueda de solu-
ciones.
"'' DO del 301412008.
'" Art. 14, ley 26.364. Una mejor técnica legislativa hubiese aconsejado reformar el art.
"" FENECH, Derecho..., t. 11, ps. 89 y 91.
234 SUPLICATORIAS, EXHORTDS, MANDAMIENTOSY OFICIOS Art. 134
IV
CAP~TULO
ACTAS
140. El acta será nula si falta 1s indicación de la fecha, o la firma del fun-
tuación, o la Información
Estas omisiones se sancionan con la invalidez (ver arts. 115, 166 y 171). En
n de firma por el testigo a
e la nulidad del acta, retacea su
1'89 CS, JA 1998-1-555, de la disidencia de los doctores Nazareno, Moliné O'Connor, Vázquez
y López.
'3g0 Algún reparo en PALACIO,"Las complejas secuencias derivadas de la declaración de nulidad
de un acta de allanamiento", LL del 301611997,.comentario al f. 95.589.
"" CF San Martin, sala 1, LL del 311511999, f. 98.804.
NOTIFICACIONES, CITACIONES Y VISTAS
Si conforme a la ley del lugar se cubren las exigencias del acta, no procede su
nulidad (en el caso, se documentó la detención firmada sólo por el detenido y el per-
sonal policial, citándose los arts. 107, CPPBA, y 7', CN)1392.
Cuando se trata del acta del debate ante el tribunal oral, su secretario es el oficial
público y tiene autoridad para conferirle autenticidad y fe pública al instrumento; su
firma es requisito esencial para integrarla como instmmento público (art. 988, CC.); -
su omisión acarrea la nulidad del instrumento -art. 140- y de la sentencia que es
SU
Hasta tanto se declare nula por los defectos aquí señalados, el acta hace plena fe
hasta que sea argüida de falsa por acción civil o criminal, de la existencia material de
los hechos que el tribunal o juez o funcionario del que emana, exprese como cumpli-
dos por el mismo o como pasados en su presencia, sin perjuicio de la libre valoración
rrespondiente al tribunal o juez de la causa respecto de la fuerza de convicción y
e las declaraciones re~eptadas"~~.
stigos de actuación
141. No podrán ser testigos de actuación los menores de dieciocho (18)
S, los dementes y los que en el momento del acto se encuentren en estado de
CAP~TULO
V
NOTIFICACIONES, CITACIONES Y VISTAS
Ver art. 129 del Código tipo1395.
El principio de contradicción subordina la posibilidad de refutar las pretensio-
nes adversas, al cumplimiento de actos de comunicación, a través de los cuales se
hace factible su conocimiento. Por este medio se viabiliza concretar la garantía de la
abilidad de la defensa en juicio (art. 18, CN). Además, las notificacionesy cita-
ones resultan aptas para convocar, tanto a las partes como a los principales órganos
la prueba -testigos y peritos- ubicados en la posición de auxiliares de1 tribunal.
Ver comentarios a los arts. 400,409 y 469 para la notificación de la sentencia.
El Código autoriza en ciertos casos el acto de comunicación cumplido en forma
1(arts. 198, p á n 2", primera oración, y 202, pán: final).
Regla general
142. Las resoluciones generales se harán conocer a quienes corresponda,
dentro de las veinticuatro (24) horas de dictadas, salvo que el tribunal dispusie-
re un plazo menor y no obligarán sino a las personas debidamente notificadas.
del doctor Rudi, para quien no se puede notificar por cédula a los fiscales, sino personalmente.
Art. 146 NOTIPICACIONES, CITACIONES Y VISTAS
"O0CNPE, salaB, LLdel311511999, f. 98.802; el anterior era un domicilio a los fines tributarios.
CCC, sala 1, JA 1999-111-684,
''O'
Modo de la notificación
147. La notificación se hará entregando a la persona que debe ser notifi-
eada una copia autorizada de la resolución, dejándose debida constancia en el
expediente. 2
Si se tratare de sentencias o de autos, la copia se limitará al encabezamien-
to y a la parte resolutiva.
Es el supuesto de la notificación por cédula (ver art. 149).
El párrafo final indica que puede obviarse la reproducción de los fundamentos
(ver art. 123).
Si se soslaya entregar la copia, deberá instarse la nulidad de la notificación (art.
166). Adviértase que de ella depende la posibilidad de cumplir, por ejemplo, el de-
ber de motivar las impugnaciones impuesto por el art. 438. La falla puede alcanzar
entidad como para generar una nulidad absoluta si se complica la intervención del
imputado en los recursos (art. 167, inc. 3"), vicio que está captado por el segundo pá-
rrafo del art. 168, pues involucra violar la norma constitucional que hace al derecho
de defensa (art. 18, CN). Ver art. 152, inc. 3'. Si no tiene dicha dimensión, corres-
ponde efectuar la reserva por la vía del art. 456 para acudir en casación. Lo mismo
ocurre si se solicita copia de los fundamentos de la resolución y el tribunal rehúsa su
entrega. Aparece así retaceada la defensa, pues, salvo circunstancia atendible para
no otorgarla, resulta obvio que complica la tarea del letrado, hasta hacerla imposible
en su cabal cumplimiento.
Ateniéndose a la estricta literalidad, se desecha la nulidad de la cédula que hace
saber un auto de procesamiento sin copia de su fundamenta~ión'~~~.
Notificación en la oficina
148. Cuando la notificación se haga personalmente en la secretaría en el
despacho del fiscal o del defensor oficial se dejará constancia en el expediente,
con indicación de la fecha, firmando el encargado de la diligencia y el notificado,
quien podrá sacar copia de la resolución. Si éste no qnisiere, no pndiere o no
supiere firmar, lo harán dos testigos requeridos al efecto, no pudiendo servirse
para ello de los dependientes de la oficina.
Se denomina notificación por diligencia en el expediente. Los testigos son
aquellos a que se refiere el art. 141.
El modo o forma de la notificación aquí previsto da pávulo a pensar que no es
el Único y que no se descarta se concrete mediante cédula'406.
Las constancias de recepción del expediente por parte de la defensoría oficial
sólo son útiles a los efectos de acreditar que las actuaciones fueron remitidas a ella,
pero no pueden ser tomadas como una forma de notificación válida'407.
Ver comentario al art. 153.
(5) días en el Boletín Oficial, sin perjuicio de las medidas convenientes para
averiguarlo.
Los edictos contendrán, según el caso, la designación del tribunal que en-
tendiere en la causa; el nombre y ayüido del destinatario de la notificación;
el deüto que motiva el proceso; la transcripción del encabezamiento y parte
dispositiva de la resolución que se notifica; el término dentro del cual deberá
presentarse el citado, así como el apercibimiento de que, en caso de no hacerlo,
será declarado rebelde; la fecha en que se expide el edicto y la firma del secretario.
Un ejemplar del número del Boletín Oficial en que se hizo la publicación
será agregado al expediente.
El segundo párrafo concreta uno de los presupuestos para declarar la rebeldía
(Libro 11, Título IV, Capítulo 11), cuyo efecto es truncar el proceso al impedir el
juicio. La CCC, sala 1, considera que, tratándose la publicación de edictos de un su-
puesto de notificación ficta, no corresponde ordenar la rebeldía; para ello debe existir
algún tipo de manifestación del imputado que demuestre su voluntad contraria al
sometimiento al proceso1410.
No se excluye que el destinatario de la citación pueda resultar alguno de los
sujetos comprendidos en eíart. 154.
Si el imputado no pudo ser encontrado en el domicilio que dio, corresponde se
lo cite por cédula a la sede de la defensona oficial que lo asiste y no por edicto, si
aquél fue el lugar donde constituyó domicilio en forma conjunta con su defensaI4".
Disconformidad entre original y copia
151. En caso de disconformidad entre el original y la copia, hará fe respec-
to de cada interesado la copia por 151recibida.
Ver comentario al art. 149 con respecto a la validez de la copia y al art. 152 en
cuanto a la nulidad. .
Nulidad de la notificación
152. La notificación será nula:
1")Si hubiere existido error sobre la identidad de la persona notificada.
2 3 Si la resolución hubiere sido notificada en forma incompleta.
3") Si en la diligencia no constara la fecha o, cuando corresponda, la entre-
ga de la copia.
4 3 Si faltare alguna de las firmas prescritas.
a) El inc. 1"encierra todos los datos que sirven para distinguir una persona de
otra. Se comprende incluso el domicilio.
b) El inc. 2' se relaciona con lo especificado por el art. 147, pán: 2". Lo esencial
es que el destinatario de la notificación pueda enterarse de la resolución del tribunal,
'd'"'R~y'', 231912005, SJP, LL del 281212006, p. 70, con nota de AZUAUA, "Sobre la posibilidad
del juez de apartarse, en favor del imputado, de las reglas procesales previstas en materia de medidas
coercitivas", SJP, LL del 311812006, p. 34; en sentido similar, CCC, sala V, "Gil de Tejero", 31312006,
RDP, LexisNexis, 612006, p. 1168.
'"XCCFed., sala 1, LL del 271312001, f.. 101.769.
Art. 154 NOTIFICACIONES, CITACIONESY VISTAS 245
"" CF San Martin, sala 11, con disidencia, 18/7/1996, c. 1331, reg. 1062
246 NOTIFICACIONES, CITACIONES Y VISTAS Art. 157 'l
Ver arts. 120 y 153.
La responsabilidad penal es la del art. 243, Código Penal, que castiga el incum-
plimiento de los deberes procesales.
Se ha considerado procedente el hábcas corpus deducido contra la solicitud de
paradero y comparendo respecto de un tkstigo que prestó la declaración debida en el
expediente, pero se omitió dejar sin efecto la medida1411.
Vistas
155. Las vistas sólo se ordenarán cuando la ley lo disponga y serán diligen-
eiadas por las personas habilitadas para notificar.
'M''CCC, sala 1, SJP, LL del 251312003, f. 105.402, con nota favorable de KREPLAK,
"Un paso
adelante en la protección efectiva del derecho a la libertad ambulatoria".
"'"ALLACIO,Derecho..., t. V, ps. 3401343.
"15 CCC, sala 1, SJP, LL del 311512004, f. 107.530.
' M ' ~ CNPE, sala A, DJ 2001-2-1052, f. 17.046.
Art. 160 NOTIFICACIONES, CITACIONES Y VISTAS
ción se efectúa tan sólo al letrado. En la duda debe estarse por la amplitud del plazo
' y 3").
(arts. 2
Cómputo
162. En los términos se computarán Únicamente los días hábiles y los que
se habiliten, con excepciún de los incidentes de excarcelación, en los que aqué- -
110s serán continuos.
En este caso, si el término venciera en día feriado, se considerará prorro-
gado de derecho al primer día hábil siguiente.
Ver comentario al art. 116.
La habilitación legal del plazo fijado por el último párrafo contradice lo se-
ñalado en la última oración del primero y colisiona con la garantía recogida por el
art. 2".Adviértase que si el plazo es continuo resultan habilitados todos los días
y horas, aun los inhábiles. Por otro lado, enfrenta a la celeridad impuesta por el
art. 33 1, para decidir el incidente a través del cual se resuelve sobre la libertad provi-
soria del imputado; aunque en este último caso la actividad encuadre en el segundo
párrafo, por ser indispensable, podrá generar responsabilidad disciplinaria o penal,
pero nunca dejar de cumplirse por parte de los funcionarios renuentes, en la faz fijada
por el primero.
En otras palabras: si de libertad provisoria se trata, no tiene sentido establecer
que para el fiscal -mucho menos para el juez- quedan habilitadas las horas del día
siguiente al feriado. Tanto el órgano requirente como el decisor tienen que despachar
la solicitud dentro de las veinticuatro horas concedidas a aquél y sin solución de
continuidad para el magistrado.
Es cuestionable el criterio de la mayoria de la sala 1de la CCC al resolver que,
durante la feria, la habilitación se extiende a las partes sin necesidad de resolverlo
expresamente. Correcta la disidencia de D ~ n n a ' ~ ~ ' .
Improrrogahilidad
163. Los términos son perentorios e improrrogables, salvo las excepciones
dispuestas por la ley.
'"' DJ 1999-3-203, f. 14.599, o LL del 311811999, f. 99.213, con nota de BRUZZONE, "Habili-
tación obligatoria y cómputo de plazos para presentar recursos en causas 'con detenidos' durante las
ferias judiciales. A propósito de lo dispuesto para la etapa de instmcción en el art. 200 del Reglamenlo
para la Jurisdicción en lo Criminal y Correccional en la Capital Federal", quien acota que, conforme a
la mayoria, "...seria pmdente, en causas con detenidos, interponer los recursos sin considerar el receso";
id., salaV, LL del 311811999, f. 99.229, o DJ 1999-3-204, f. 14.601; así lo decide la CCC, sala VII, a los
fines del cómputo para un recurso de queja, LL del 31/8/1999, f. 99.230.
Art. 165
NULIDADES
Tal como se expuso al andizar el art. 2", el Código se inclina por afirmar la
existencia de sanciones procesales a las que, generalmente, califica como "penas",
tesis discutida por autorizada doctrina. Dentro de ellas distingue la nulidad, la
inadmisibilidad y la caducidad (confr. art. 456, inc. 2").
a) Concepto
La nulidad consiste en privar de eficacia a un acto procesal como consecuencia
de hallarse impedido de producir los efectos previstos por la ley, al alojar en alguno
de sus elementos un vicio que lo desnaturaliza.
Los suietos deben hallarse dotados de capacidad procesal -aptitud para produ-
cir actos váiidos, coincidente, en general, coñ la capacidad civil de hecho-;en los
públicos la competencia es una de las proyecciones de la capacidad. El objeto tiene
que ser idóneo y licito. En cuanto a la actividad, es preciso observar las exigencias
de lugar, tiempo y forma. Sobre todas esas circunstancias nos hemos explayado en la
introducción al Titulo V de este Libro.
Los posibles defectos, en cualquiera de los elementos allí señalados, pueden
determinar la nulidad del acto.
b) Clasificación
El Código distingue a las nulidades entre expresas (art. 166) y genéricas
(art. 167). Estas últimas se producen cada vez que el acto adolece de una falencia
que, pese a no estar sancionada especialmente, afecta la regularidad de cualquiera
de los elementos allí señalados. Por su parte, el párrafo segundo del art. 168 delinea
lo que en doctrina se denomina nulidad absoluta; de suerte que, además de aquel
distingo -expresas y genéricas-, un esbozo sistemtitico de las sanciones obliga a .
diferenciar entre nulidades absolutas y relativas, según puedan ser declaradas de
oficio en cualquier estado y grado del proceso o bien a pedido de parte. Las primeras
son insubsanables y sólo la cosa juzgada tiene aptitud para detraer la posibilidad de
invalidarlas; aunque el Código; en el art. 168, oración final, promete su especifica-
vio que, sin perjuicio de la valoración que como materialidad de otro delito ten
distinto proceso, perderá validez en aquel en que se consumó.
Son múltiples los casos de nulidad virtual ocasionados por la violación de
precepto del Código Civil. Por ejemplo, si bien el art. 206 recoge el principio
libertad probatoria, excepto en lo relativo al estado civil de las personas, este
ma es incontestable cuando se trata de decidir sobre el objeto procesal penal, según-
ocurre con el delito de bigamia si se ha aducido la nulidad del matriinonio anterior
(art. 134, CP y art. 1104, inc. lo, CC.); en este caso las cuestiones coinciden y se
enlazan en tomo al objeto principal: En vez, si este último versa sobre una cuestión
específicamente regulada por el Código Civil, por ejemplo, la validez del testimonio
para probar el abuso de firma en blanco (art. 1017, id.), dejarla de lado implica la
nulidad del acto procesal respectivo.
Por último, la nulidad implícita o virtual puede originarse en la alteración
de normas que contribuyen al desarrollo regular del proceso penal. Resultan
esclarecedores los ejemplos brindados por C r e ~ s ' ~la) desatención
~: de las reglas de
conexidad (arts. 41 y 42) puede frustrar el otorgainiento de una condena condicional
(art. 26, CP); también si al decidir sobre el objeto accesorio -acción resarcitoria-
el tribunal se atiene sólo a lo resuelto en punto a la cuestión penal y al absolver al
imputado, siinultáneamente demandado, omite pronunciarse sobre aquélla haciendo
abstracción del art. 402, pues el art. 1103, CC., deja un remanente de responsabilidad
evaluable en sede penal (conf. art. 16, párr. 2").
También señala Creus, dentro de las nulidades virtuales, la denuncia recibida a
pesar de la violación del secreto profesional (art. 177, inc. 2"); la falta de denuncia
valedera en los delitos de acción pública dependientes de instancia privada (arts.
6", 183, párr. 2' y 284, párr. 2"); utilizar la citación directa a cargo del MP cuando
corresponde la instrucción formal asignada al juez en los códigos que admiten aqué-
lla; la comisión de un delito atingente al proceso como el falso testimonio (art. 275,
CP)143G, y la falta de decreto o fundamentación para la interceptación de correspon-
dencia y comunicaciones (arts. 234 y 236)'437.
Por su parte, Clariá Olmedo contempla los casos en que la actividad procesal
sea cumplida durante días u horas inhábiles (art. 116)1438; se haya ejercido el acto sin
observar la perentoriedad del plazo (art. 163)Ia9; cuando se infringe el principio del
ne bis in idem (art. O se llega al debate sin la acusación imprescindible (arts.
347, p á a 2'y 374)jM';y la prohibición de dictar sobreseimiento en el juicio fuera de
los casos del art. 361 IM2. Cabria añadir, a nuestro modo de ver, las circunstancias de
haberse infringido el dictado de pena o sentencia única cuando corresponde según
el art. 58, CP; la iniciación de un proceso por delito de acción privada a través de
denuncia (arts. 7" y 415) y la falta de comunicación de las resoluciones judiciales
dentro del plazo fijado por el art. 142. Severo Caballero indica que el art. 399 con-
'M" "La sana critica en la legislación procesal penal argentina", LL del 2311011995
'*"O nro. 1 [Int.], 2711011992, c. 18.
PALACIO, Derecho ..., t. IV, ps. 1501154.
D
"
' 146-391, f. 44.188, con nota adversa de Morello.
Ier7 CF RahiaBlanca, sala 11, ED 156-95, f45.495.
NULIDADES
la pena pertinente (art. 404, inc. 4"); por eso hubo de encararse, a nuestro ver, co
nulidad absoluta (art. 167, inc. 2"), pues medió una grave falencia en la intervenc
del tribunal, con afectación para la garantía constitucional del debido proceso, p
cuya culminación regular faltaba un tramo imprescindible: señalar específicamente
la pena (conf. arts. 399, páni lo, al exigir "...la parte dispositiva..." como recaudo, y
403, párr. lo,al recabar se fije la pena correspondiente).
En vez, es sentencia la suscripta por un juez ajeno a la contienda si lo hizo en lu-
gar del designado al efecto, pues sólo cabe atenerse a las constancias del instrumento
público en el cual está redactado el fallo'448.Si una sentencia aparece suscripta sólo
por dos de los integrantes de la sala con la mera constancia de la ausericia transitoria
del tercero, resulta inexistente; no son aplicables disposiciones que salvan la falta del
tercer miembro, pues en tal caso (arts. 399, último párrafo, y 469 injne) sólo media
impedimento para suscribir la sentencia pero no ausencia en su
La preclusión -a nuestro modo de ver carente de examen separado, al igual
que la caducidad, ya que se resume en invalidez por nulidad- consiste en la im-
posibilidad de conducir el proceso a etapas ya superadas por haberse agotado o con-
sumido la posibilidad de afrontarlas. La CS ha dicho que si los actos procesales
son válidos, aunque la instrucción esté incoinpleta, resulta imposible retrotraer el
proceso a dicho estadio'450.Este criterio sólo comprende los casos en que se acusa
una excesiva prolongación del enjuiciamiento, sobre todo si se decretan nulidades
por exceso ritual, aun cuando se afecte el principio de congr~encia'~~'.
Como corolario cabe afirmar que no toda irregularidad o defecto no esencial
genera la invalidez. Incumbe al tribunal sanearla si es posible (art. 168, párr. lo,pri-
mera oración); podría ocumr que el escrito de querella no se ajuste esmpulosamen-
te a los requisitos exigidos bajo pena de inadmisibilidad si se omite, por ejemplo,
acreditar los extremos de personería invocados. Dicha falencia puede ser superada
a instancia de parte, aunque el acto resultaría valedero como denuncia (Capítulo 1,
Título 1, Libro 11).
La apreciación de la invalidez de los actos procesales debe interpretarse de
modo que se pueda lograr seguridad con libertad y defensa'452.
En síntesis: si el derecho procesal penal -el derecho procesal general- no
es más que derecho constitucional aplicado (ver comentario al art. lo), toda nulidad
afecta la validez de un acto procesal penal --en cualquiera de sus elementos- como
secuela de una dolencia, originada en la violación de un derecho público subjetivo
de aquella índole; "...la regla es que todas las nulidades son relativas y, por lo tanto,
subsanables, salvo que impliquen la afectación constitucional o cuando se establezca
expresamente, único caso en que pueden ser declaradas de oficio..."; criterio com-
partible salvo en cuanto pudiera inferirse que las nulidades relativas no requieren
lesión c~nstitucional'~~~.
CS. LL del 161511995, f. 93.152; tal fue el criterio de la minoría que compartimos, mientras
la mayoria se pronuncia en sentido contrario.
CS, JA 1996-1-548.
"*' Fallos 272:188.
'"' CS, ED 137-101, f. 42.288; ver CREUS,Invalidez..., Zaed.,p. 110.
C. 7' Crim. Córdoba, LLC 1989-943.
'"' Confr. CF San Martín, sala 1, JA 1995.11-357.
256 NULIDADES
c) Perjuicio
La nulidad se vincula íntimamente con la idea de defensa (art. 18, CN). Sólo
cuando surge algún vicio, defecto u ovisión que haya privado a quien lo invoca
del ejercicio de alguna facultad, afectahdo la garantia en cuestión, se produce una
indefensión configurativa de Si no media tal perjuicio, la invalidez del
acto por nulidad queda descartada. Su procedencia está liniitada por el grado de
afectación de esa garantía'455.Además, debe existir interés respecto de quien la adu-
ce; si se omite puntualizar las oposiciones de que se le privó al ejercer la pretensión
nulificante, deviene abstracto. Por eso no basta la mera ausencia del defensor en un
acto procesal para determinar su nulidad; se precisa que genere un perjuicio concreto
que resulta diluido cuando el imputado se niegue a de~larar'~'~.
La cuantía o el grado de la afectación puede variar; aunque jamás faltar. De lo
contrario se lratana de un mero formalismo.
Como ya se dijo (ver comentario al art. 104), sin desmedro para una garan-
tía constitucional, no hay nulidad ni inadmisibilidad. Maier afirma con acierto que
"...ninguna garantía opera en perjuicio del propio portador": si la sentencia es abso-
lutona, no cabe declarar la.nulidad del proceso cualquiera sea el vicio de la indaga-
t ~ r i a ' Sólo
~ ~ ~ocurre
. que la intensidad del menoscabo impone un inicial e iinportante
distingo: si la afectación es intensa y supera al interés de la parte, semejante falencia
tiene carácter absoluto; son supuestos donde el defecto tiene resonancia más allá
del caso y de los intereses en conflicto y afecta a la comunidad entera. Es que la
convivencia impone -para ser ordenada y justa- afinar los controles cuando se
. -
trata de administrar iusticia uenal:, vara ello se exige un acatamiento estricto a los
principios constitucionales Izsionad~s:~~'; por eso es que el art. 168 segundo párrafo
facilita la fulrni~iaciónde la actividad cumplida con vicios de tal talaiite haciendolo
posible, sin atender a la iniciativa del interesado ni tampoco al estado o grado del
proceso. Pero este último giro -"en cualquier estado y grado del p r o c e ~ o " ~a ,su
vez, advierte que, concluido éste, la cosa juzgada opera como manto purificador y la
tarea cumulida no se nuede atacar'459.A su vez. tamnoco le alcanza la limitación del
art. 169, Pues si bien ia nulidad absoluta no puéde ser instada por quien ha contribui-
do a generarla, sí la puede denunciar; esta diferencia se exterioriza en que mientras el
primero puede impugnar o cuestionar toda decisión adversa, al últimole está vedado
(art. 169). Las nulidades declarables de oficio no requieren el trámite fijado por el
art. 170, último párrafo, última oración1460.
Cabe efectuar una semejanza con exclusiva finalidad didáctica: el vicio siempre
es un virus; debe afectar al acto procesal; a veces resulta inocuo -mera irregula-
ridad-, en otros resulta curable -nulidad relativa- y en otras es letal -nulidad
absoluta-. Por eso la falta de mención del motivo por el cual aparece s'uscripta por
'46' TOC nro. 2, "Mollo", JA 1994-111-140, o LL del 311111993, f. 91.734, con crítica de PA-
LACIO, "Incidencia procesal de las irregularidades denunciadas en un acta policial de aprehensión y
secuestro".
"62 CCC, sala VI, JA 1993-1V-360.
"' ('NC'P, sllü IV. DJ I>(iOl-3-23?,f. 17.213; in el c d w , u11juez sobiuvo la aripicidad, iiirinrrns
el otro entcndiú imposible euniiiiuar cn \,irtiid del p:dido dc dzseiiiniaci(>nfuniiulaJo p«r el hll!
'm CS, "Tu~ano,Eduardo A,", JAdel 121511999, p. 40.
CF San Martin, sala 1, LL del 311511999, f. 98.804.
Ida' TOC Fed. Córdoba, LLC 1998-830.
CNCP, sala 1, BJ nro. 5, p. 9.
NULIDADES
tia entre el ejercicio legitimo de los poderes asignados por el art. 370 y la obstrnc-
al contradictorio1489; por manera que la aislada invocación de dicho precepto no
.e convalidará la exclusión del imputado al debate.
i se altera el hecho contenido en la acusación -condena por un objeto diver-
o-,el imputado no pudo defenderse, probar y alegar lo que consideraba hacía a -
su derecho y la nulidad es absoluta'49@. En vez, pudo calificarse de encubrimiento el
momento correspondiente al art. 393 lo que había sido estimado como La
asistencia aquí recabada integra la garantía constitucional de la defensa en juicio;
se refiere a la defensa técnica cumplida por el abogado defensor en los actos de
istencia obligatoria, coino asimismo a su participación en los casos en que la ley
faculta. Asistencia, es consejo transmitir desde el punto de vista técnico los ele-
que obran a favor del imputado y señalarle los que obran en su detrimento.
esentación se refiere a la actuación del abogado en los actos que practica en
inisterio por el impuiado; son todos los actos del proceso controlados y vigila-
or el defensor que se concretan en pretensiones, requerimientos, resistencia y
s actuaciones útiles a favor suyo1492.
ara mentar sus manifestaciones en sede policial ha de estarse a su esponta-
idad, pese a la negativa en sede judicial; la valoración corresponde a los jueces
ando se incorporaron a través del testimonio del funcionario que las escuchó en el
empo en que se cumplía la tarea p r e ~ e n t o r a ' ~Si~se
~ .ha creado la ficcióil del delito
r los preventores -quienes actuaron como verdaderos incitadores-, se resiente
situación del imputado1494.
La CCC, sala 1, sostuvo que el carácter persohalísimo de la declaración indaga-
a, obsta a asignar eficacia a los escritos agregado^'"^. Este criterio padece de un
alismo manifiesto porque la presentación coetánea con la comparecencia, torna
scindible elcontenido del escrito de lo manifestado en el acta.
Nulidades genéricas
modo de recapitulación de las nulidades genéricas y con el propósito de pre-
,aunque sin ánimo exhaustivo en la cita de los artículos, cabe añadir:
Las referentes al juez o tribuna1 comprenden: a.1. Su capacidad (art. 167,
,que a su vez se desdobla en: a. 1.l. subjetiva, extendida a la regularidad del
ramiento en la forma prevista por la CN (arts. 99, inc. 4", id., y 114, incs. l o y
observancia de los requisitos de la antigüedad del título exigible, la presta-
amento, la buena conducta en el desempeño del cargo y la imparcialidad
. 64); a veces se limita la invalidez a este solo aspecto, distinguiéndose entre
iciones para asumir la jurisdicción y las necesarias para ejercitar la función,
'49WNPE,sala B, LL del 2111211998, f. 98.242, con nota de ALMEYRA, "Límite temporal del
procedimiento insmictorio" o DJ 1999-1-321', f. 13.770.
'"' CF San Martín, JA 1993-1-199.
CNCP, sala 111, DJ 1997-3-8, f. 12.110.
CNCP, sala 111, JA 1998-111-492.
'IW CNCP, sala 1, JA 2000-11-486.
"O' CNCP, sala 1, "Sak de Bullascio, Juana", JA del 25/6/1997, p. 39, aunque se aduce que se
trata de afectación de garantías procesales y no constitucionales.
'IoZCNCP, sala 1, LL del 301611998, E97.393.
Id., id., DJ 1997-3-814, f. 12.376.
NULIDADES
en el juicio salvo los supuestos del art. 67. b.3. Intervención y participación
c. 2"): b.3.1. durante la instrucción le incumbe promoverla (arts. 188 y
, aunque la CNCP, sala 111, también extienda esta tarea a la
nunciarse en alguno de los sentidos previstos en el art.
completa; b.3.2. participar en el debate cuando se trate -
blica (art. 368); b.3.3. debe escuchársele en el incidente de
a aplicación de sanciones disciplinarias a r e c l u s o ~ ~ ~ ~ ~ .
Las atinentes al querellante engloban: c.1. Su intervención (art. 167,
c.1 .l. si se trata de un delito de acción pública contestar la vista sobre si la
ión está completa (art. 346), participar en los actos preliminares del juicio
mira del debate (art. 374) y formular conclusiones en la
.1.2. tratándose de un delito de acción privada le incumbe
e impulsar el proceso (arts. 7" y 415). c.2. Suparticipación: c.2.1. durante
instructona cuando se cumplen actos definitivos e irreproducibles (arts. 200
iitos de acción pública como en los de acción privada fe
onde actuar en el debate (arts. 389 y 430).
En relación con el imputado (art. 167, inc. 3"), comprende: d.1. interven-
rante la instrucción afrontar la indagatoria (art. 294), y darle la noticia
tado; es que si tanto la indagatoria como el auto de procesamiento
ron a un hecho distinto del descripto en el requerimiento de instrucción, se
principio de congruencia'5o$asistir a los actos irreproducibles (arts. 200
e la indagatoria o leerla por si mismo (art. 301); la
erado incluida en las nulidades absolutas cuando fue
por la policía fuera de las circunstancias del art. 2301507; también se ha
sal de invalidación absoluta a la detención no ordenada por jueziso8;
ar declaración (art. 378) y asistir a la apertura (art. 374).
ión: d.2: 1. en la etapa instructoriaproposiciónde defen-
rencia pese a la incomunicación (arts. 197 y 205, pán: 3"); d.2.2. en
representación por el defensor (art. 366, párr. 2").
El Código no prevé nulidades,genéricas referentes a las partes civiles -ac-
demandado-'509.
existe impedimento en canalizar, a través de alguna de estas hipótesis, los
policiales que originen actos procesales ineficaces. Descartada su condición
(ver introducción a este título) una vez incorporados al legajo,
s al análisis de su valor. De lo contrario se crearía un privilegio absurdo
por ejemplo, cuando no se preserva la prohibición de denuncia prevista
JA 1995-111-552.
'*Os CNCP, sala 111, ED 169-68, f. 46.905.
''O6 CCC, sala VI, LL del 301611998, f. 94.406.
'"' CF Cap. Fed., sala 11, ED 163-250, f. 46.542, coi1 cita del art. 12 de la DUDH, arts. 17, inc.
lodel PIDCP, y 11, inc. ZO,de la CADH, en cuanto proscriben injerencias arbitrarias en la vida privada,
arquía constitucional, art. 75, inc. 22, de la Ley Suprema; en sentido coiitrario, merced al singu-
alamiento de "actividades policiales de inteligencia", CNCP, sala 111, JA 1995-111-552.
'las CF Paraná, ED 163-252, f. 46.543.
'"* CREUS, Invalidez..., Za ed., p. 39.
264 NULIDADES Ari. 168
sa'5'6. Al comentar el fallo, Palacio destaca que "...no es materia de discusión que las
denominadas nulidades absolutas en materia procesal no son en modo alguno asimi-
lable~a las del derecho privado, pues mientras éstas no son susceptibles de confirma-
art. 1047 infiMe, CC.], loi defectos que originan aquéllasquedan subsanados
o la sentencia adquiere eficacia de cosa juzgada material"; también recuerda -
ordenamiento no existe "...noma alguna que prevea ese tipo de declara-
idad, y de que no son sólo las nulidades de orden general enumeradas en
quellas que, mediando quebranto constitucional, cabe declarar de oficio
lquier estadio del proceso, si se tiene presente que toda nulidad entrafia la
ancia de alguno de los requisitos exigibles a los actos procesales en orden a
tención de su finalidad v aue ésta consiste. eenérican~ente.en la oresewación de
< . .u
LL del 281211997, f. 95.081, con nota de PALACIO, "A propósito de las llamadas nulidades
Utas eii el proceso penal".
''" LLdel 301611997, f. 95.589.
"Las complejas secuencias derivadas de la declaración de nulidad de un acta de allanamiento".
"" CCC, sala VII, DJ 1998-3-638, f. 13.502.
Is2%L del 301311998, f. 96.890.
'"' TOC nro. 6, LL del 2011111997, f. 96.387, con disidencia, pues dicha via no cubre tal ga-
antia, ya que si el órgano decisor rechaza el planteo, el imputado quedaba sólo frente a la acusación
de la fiscalía; con nota de RoDRiGUEZ ESTÉVEZ, "Defensa en juicio y control constitucional sobre la
actuación profesional de Las partes"; empero, pareciera que la defensa quedó Sin contestar.
ST Comentes, JA 1987.111-374.
nera en ocasión de disponer el procesamiento y luego sobreseer -sin que mediaran
razones o comprobaciones que expliquen el cambio de criterio- no autorizan a
anular por arbitrariedad lo resuelto'52?.
Dice bien el doctor Casanovas que la existencia de una nulidad absoluta toma
abstracto el tratamiento de un vicio sustancial --esto es, de la ley penal material-
planteado en el recurso de casacióni524.
En opinión de la Corte Suprema, no puede convalidarse la existencia de un
vicio capaz de provocar una nulidad absoluta y afectar una garantía constitucional,
pues constituye la exigencia previa, emanada de su función jurisdiccional, el control,
aun de oficio, del desarrollo del procedimiento cuando se encuentran comprometidos
aspectos que atañen al orden público'525.
c) Reserva de identidad. En el supuesto de declaraciones testimoniales verti-
das con reserva de identidad -art. 33 bis de la lev 23.737-. la defensa debe contar
con el acta de cada declaración, con expresa omisión de las circunstancias personales
del testigo, de todo dato que permita inferir tales extremos y de aquellas circunstan-
cias que pudieran resultar comprometedoras para su seguridad o integridad fisica;
si se tuvo la posibilidad de efectuar un minucioso análisis, valoración y crítica de
dichas probanzas, se cubrió el ejercicio de la defensa material reconocido por la CN
en tanto no se cercenó el derecho de la procesada a ser oída, conocer los cargos y
presentar y producir prueba a su favor. Aquel art. 33 bis de la ley 23.737 no cohíhe
la participación de las partes en el examen de los testimonios recibidos con reserva
de identidad'526.Por el contrario, la sala 11estima que dicho precepto no instrumentó
específicamente la posibilidad de mantener en secreto la identidad de los testigos,
pues el sujeto que asuma a conciencia tal carácter tiene la carga pública de deponer
bajo las formalidades de ley, entre las que cabe considerar, para afianzar el derecho
de defensa en juicio, brindar sus datos personales y relaciones de parentesco y de in-
terés para ponderar su veracidad; estima lesionado el debido proceso legal 9 amerita
las nulidades de las declaraciones recibidasIs2'.
Es dificil optar porque el derecho a la confrontación (arts. 14.2. inc. e], PIDCP,
8.2. ap. fj, CADH, 75, inc. 22, CN) pareciera colisionar con la reserva de identidad.
Quizás la solución pase por distinguir el relato como fuente --con valor irrestrict-
y como órgano de la pmeba; este último cede y se subordina a la regla específica
(art. 241) y genérica (art. 398).
- Corvalán propicia que estos mecanismos "...para asegurar la represión de quie-
nes cometan delitos vinculados al tráfico de estupefacientes, llegan a ser interpre-
tados de un inodo tan amplio que afectan ciertamente dispositivos constitucionales
insoslayables. No se puede tolerar de ningún modo, que so pretexto de combatir el
tráfico de estupefacientes, se llegue a la violación del debido proceso constitucio-
'li3 CNPE, sala A, LL del 191211999, f. 98.368, con nota de QUEVEDO MENDOZA, "Mérito p a a
la elevación de la cansa a juicio e interceptación de comnnicaciones", cuya opinión aprecia - c o n
acieíto- que el simple cambio de dirección en el juicio del instructor "...importaba una contradicción
lógica...".
CNCP, sala 111, JA 1997-1V-304.
'I" JA 1997-IV-354.
"" CF San Martín, sala 1, ED 173-636, f. 48.122, con nota de MCINTOSH, "El valor probatorio
de las declaraciones prestadas bajo reserva de identidad en la instrucción penal y en el marco de la ley
que reprime la tenencia y el tráfico de estupefacientes".
ED 173-649, f. 48.123.
NULIDADES
reus que el interés "...no integra el poder de las partes cuando se penetra
tiene respaldo en el art. 183 y es de aquéllas que pueden ser reproducida^'^^^. Este
último aspecto es debatible; es que, una vez cumplido el reconocimiento, no existe
posibilidad de realizarlo otra vez, puss se descuenta su ineficacia por poderse cues-
tionar la espontaneidad.
Oportunidad y forma de la oposición
170. Las nulidades sólo podrán ser opuestas bajo pena de caducidad, en las
siguientes oportunidades:
lo) Las producidas en la instrucción, durante ésta o en el término de cita-
ción a juicio.
29 Las producidas en los actos preliminares del juicio, basta inmediata-
mente después de abierto el debate.
3") Las producidas en el debate, al cumplirse el acto o inmediatamente
después.
4 3 Las producidas durante la tramitación de un recurso, basta inmediata-
mente después de abierta la audiencia, o en el memorial.
La instancia de nulidad será motivada, bajo pena de inadmisibilidad, y el
incidente se tramitará en la forma establecida para el recurso de reposición.
a) Generalidades
Se refiere a las nulidades de carácter relativo y establece el momento en que se
produce la extinción, según los diferentes estadios del proceso.
El distingo entre la caducidad mencionada en el párrafo primero y la inadmi-
sibilidad impuesta en el último pasa por la circunstancia de que mientras aquélla se
refiere al plazo extintivo -momento en que se produce la preclusión y se imposibi-
lita ejercer por inactividad la facultad que se dejó de usar-, la última impide que el
tribunal se avoque al tratamiento de la petición -oral o escrita- a través de la cual
se pretende invalidar el acto.
Por el funcionamiento se trata de plazos finales de clausura o aceleratorios, ya
que el "acto debe cumplirse antes del vencimiento del término, pues éste fija el últi-
mo momento -de aquí su nombre- de la posible a~tividad"'~".
Por el efecto que produce sus vencimientos son perentorio^'^'^.
. b) Casuística
La sola protesta de recurrir en casación no suple al planteo de nulidad sustentado
en la decisión de la cámasa que declara mal concedida la apelación contra el auto de pro-
cesamiento con prisión preventiva, si se produjo fuera de las circunstancias previstas en
el inc. 2"; resulta extemporánea la oposición y subsanada la nulidad (art. 171, inc.
El último párrafo establece la exigencia de fundamentar la petición e indica
que el trámite será el del art. 447. Ante el mero incumplimiento de tales recaudos
'*li Fundamentos del derecho procesal civil, Buenos Aires, 1969, p. 391.
Cám. Civ. Gral. San Martin, Mendoza, aun en el supuesto de una aparente nulidad absoluta,
JA 1991-1-293.
CCC, sala V, "Almony", LL del 241511994, f. 92.211, o JA 1995-1-575; id. ED 161-547, f.
46.308.
lii5 CCC, sala IV, JA 1996-11-567.
NULIDADES
de una regla negativa no sólo por excluir a los sucesivos que sean in-
ntes del acto nulo, sino por incluir a los posteriores -actos sucesivos-,
y cuando resulten consecuencia directa de aquél.
rocesamiento sin la previa indagatoria sobre el he-
; en este supuesto tampoco procede la elevación a
); por ejemplo, la nulidad de las declaraciones testi-
de procesamiento si, de sus propios fundamentos, se
se basó de un modo decisivo en su r n e r i t a ~ i ó n ~ ~ ~ ~ .
Por vía de principio el precepto acoge el carácter difusor de las nulidades.
En cierto sentido el párrafo primero presta sustento a la denominada doctrina
el árbol venenoso, conforme a la cual el vicio producido, durante el
acto de prueba, hace caer a toda la actividad probatoria que sea
,doctrina que la Corte Suprema ha restringido sólo
puede ambarse por vía autónoma's58.Lo más con-
el corolario conocido como exclusionavy rule, cuya
ca tomar inocuo el acto viciado1559. No obstante, se ha advertido
pante tendencia a restringir la aplicación de esta regla. Lo resuelto por la
Suprema de Estados Unidos en "Hudson v. Michigan" es interpretado como
ento de sustituir la regla de exclusión por remedios civiles o disciplinarios:
esta idea, las pruebas ilícitas podrán valorarse en el juicio oral con inde-
ncia de las acciones que se ejerciten contra los agentes de policia que hayan
do dichos elementos ~ r o b a t o r i o s ' ~ ~ .
Resulta válido el método de supresión mental hipotética para determinar si,
prescindiendo del eslabón viciado, subsisten otras pruebas eficaces para sustentar la
imputación's61.
Ver introducción a este Capítulo VII.
'"' C A R R I Justicia
~ ..., ps. 71 y 8s.
lS6' G ~ M E -ZJARAD~Ez, 'Nuevas tendencias en materia de prueba ilicita: el caso 'Hudson v.
Michigan' y el ocaso de la eiclusionary rule en 10s EE.W.", RDP, LexisNexis, 512008, p. 731.
'"' CS, "Fiscal v. Aguilera Maldonado", 101412007, citado por GARAY- MANRIQUEZ, "Actua-
dencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación 2-2007, RDP, LexisNexis,
TOC Fed. Mar del Plata, LL del 3011111998, f. 98.165, con nota de Darritchon, "El requisito
de oportunidad", quien estima que el tribunal se hallaba habilitado para sentenciar una vez resuelta la
nulidad de una requisa y obligaba a que el MP se expidiera a los fines del an. 393.
Is6' LL del 27/12/1999, f. 99.760; en contra, por compartir la tesis refutada, CNPE, sala A, DJ
1999-2-1223, f. 14.519 -aunque el ordenamiento aplicable era el anterior-, con disidencia del doctor
Hornos, por descartar la iniciación oficiosa.
2221211994, "Sanabria, Ernesto", JA 1997-III-sintesis.
18/7/1996, "Valor, Luis", c. 917, reg. 217196.
c t la
~ resolución ineficaz, no configura quebrantamiento del principio del juez natu-
1, pues se trata de un precepto preestablecido por ley y, como tal, respestuoso del art.
tro, el apartamiento no implica el ejercicio de una facultad disciplinaria como
de la interpretación literal efectuada (la conjunción adversativa "o" separa bien
atribuir el conocimiento de la causa a otro órgano de la imposición de sancione3 -
isciplinarias). Además las sanciones disciplinarias implican el ejercicio de la supenn-
encia (art. 4') y aquí se ejercita una potestad legal para preservar la imparcialidad
que tiznó el trámite con su proceder anómalo.
e acuerdo con el art. 16, párrafo segundo, segunda oración del dec.-ley
8511958 los jueces pueden ser sancionados con prevención, apercibimiento y multa.
Si el yerro es grosero podría configurar mal desempeño y autorizar la remoción
el juez por vía del juicio político (arts. 53,59,60 y 115, CN).
Las sanciones impuestas a un juez por la cámara no pueden extenderse a situa-
nes no previstas -tales como las de los arts. 206 y 695 del viejo Código, refe-
ntes al incumplimiento de los plazos previstos para la conclusión del sumario y el
ictado de resoluciones- en el CPP1570.
"" CS,614/1993,"Gómez",JA1994-II-174,Sínte~i~PoderJ~di~iaI,nro.
~~.V~~BAZANLASCANO,
'La superintendencia judicial y sus especies. Consideraciones sobre la administrativa disciplinaria in-
tema" (ED 175-950).
LIBRO 11
INSTRUCCI~N
En el mismo sentido, CCC, sala V, ED 158-619, f. 45.857; CFed., sala 1, LL del 2711112000,
f. 101.247.
no imponen la inmediata comunicación filada por el art. 186 a menos
llegue a entrever la comisión del hecho criminoso y "...habiéndose procurado
e sus presuntos autores...". Afirma también que "(1)a denuncia se de-
iamiento; la prevención al igual que la información policial
aproximándose al requerimiento por su valor impulsor", para -
(é)sa y no otra es la interpretación que debe hacerse de la conjunción
utilizada por el legislador en el mentado art. 195 cuando refiere que la
á iniciada en virtud de un requerimiento fiscal, o de una prevención o
información policial', lo que sirve para plasmar las dos posibilidades alternativa^"^^.
Nuestra discrepancia30estriba en que tanto la comunicación policial como la ac-
tividad preventora no constituyen actos de promoción directos sino indirectos. Cuando
el Código de Córdoba de 1940 aceptó dichas actividades como actos valederos para
iniciar la instrucción lo hizo, pues tanto Soler corno Vélez Mariconde se atuvieron a
una realidad del momento -las enormes distancias dificultaban la comunicación in-
mediata- sin dejar de reconocer que el requerimiento fiscal era el único medio acep-
al acusatorio3'. Tampoco nos convencen las razones de Fedel,
no busca, en modo alguno, restar legitimidad a la prevención
ndo se origina en la denuncia de un paaicular; si la policia se limitó a la nuda re-
ción de la denuncia y no cumple investigación alguna no resulta acto de promoción
e necesita la opinión del MP. En vez, si la prevención cumplió tareas de pesquisa
las documentó -siempre ante la denuncia del particular, lo que implica que no ac-
ó oficiosamente- deviene actividad idónea para promover. No coincidimos en que
...la policia, con su prevención, marca el hecho,que ha de investigarse...", corolario
rque significa deferir a la autoridad policial nada menos que fijar el
032;dicha facultad jamás podría conciliarse con la imposición del
requiere motivar -léase razonar o fundamentar- los requerimien-
demás, el art. 186 veda la meritación sobre la tipicidad del hecho
entores: les impone la coetánea comunicación y afrontar, do-
iguación. Desde luego hace al buen sentido no imponerles a los
pisodios que configuren verdaderos dislates ---cumplir la preven-
ue no va más allá de un daño culposo-. Pero han de cuidar el otro
a recibir una denuncia, cuando la consecuencia puede ser incurrir
en el art. 274, CP.
Donna y Maiza coinc,iden con la modalidad de iniciación aceptada por el fallo
antes referido33.También Aba10s~~.
Algunos precedentes de la CNCP no son coincidentes con el criterio de la sala
Del voto del Dr. Casanovas, en "Romero Saucedo", del 31311995, punto 4, donde se puntuali-
zan precedentes de la CNCP, JA 1995-1V-552.
lo Compartida por la CF San Martin, sala 11, ED 163-34, f. 46.507.
CLARIA 0 1 . ~ ~ 0 Tratado
0, ...,t. IV, p. 443, nota 168, y t. VI, p. 94, nota 238; con pulcritud en la
primera cita se transcribe la Exposición de Motivos del Código cordobés de 1940 en coincidencia con
nuestro aserto.
j2
"El requerimiento de instruccióii. &Esnecesaria su existencia respecto de las prevenciones
liciales iniciadas por denuiicia?", LL 1993-C-63177, comentario al fallo de la TOC nro. 1, f. 91.374.
'' CÓdigo..,,ps. 186, 196 y 213.
" Código..., ps. 400 y 437.
" Ver de la propia sala 111, BJ y o . 4, ps. 51152; también BJ NO. 5, ps. 31/32. Ver Junspmdencia
Sintetizada, en JA 1996-111-1781188, indice.
ACTOSINICIALES
T~TULO
1
ACTOS INICIALES
:'.
a) Promoción
El único acto directamente promotor de la instrucción es el requerimiento fiscal
(arts. 180, 188 y 195, páni lo), sin perjuicio de lo previsto en los arts. 252,371,390
y 401, párrafo final, y en el art. 45, inc. c), de la ley 24.946. Quedan excluidas la pre-
vención policial o de las fuerzas de seguridad (art. 188) y la iniciación oficiosa (art.
195, último párrafo); ver un desarrollo más extenso en la introducción al Capitulo 11
de este título.
b) Principio acusatorio
Se ha eliminado una de las formas más odiosas del sistema inquisitivo, con-
sistente en la posibilidad del avocamiento -iniciación de oficio- sin necesidad de
que el juez sea requerido por otra persona u órgano". También debe prescindirse
de la prevención policial pues, en su esencia, sólo contiene una denuncia arropada
por cierta actividad perquisitiva y documental (arts. 184 y 186), y su ingreso, como
actividad directamente promotora, tiene un origen netamente inquisitivo3'. Sobre la
denuncia es terminante Clariá Olmedo, al expresar que "sólo es una extensión de la
posibilidad de proceder de oficio"38.
En ciertos regímenes prevalece el principio acusatorio, a tal extremo que si
el órgano jurisdiccional, aunque regularmente investido del hecho, precisa ampliar
la instrucción respecto de un participe no señalado por la requisitoria fiscal, debe
indicarlo al MP. Así, la Ordenanza Procesal Penal alemana establecía que cuando
el tribunal advirtió la posibilidad de que otra persona -además de la indicada en el
requcriinienro fiscal como iniputada se hallaba en condiciones de ser considerada
sospechosa, debía conftrirle inlcr\~cnciórial MP". En la acrunlidad diclio regimcn se
encuentra derogado40
c) Principio de indivisibilidad
Como rige el principio de indivisibilidad para perseguir los delitos de acción
pública, el tribunal se halla en condiciones de vincular al proceso a todas aquellas
persoaas a quienes considere participes del hecho delictuoso.
En nuestro país, tratándose de delitos de acción pública, gobierna aquel prin-
cipio, pues una vez que el tribunal se avocó al hecho puede -sin petición alguna-
enderezar la pesquisa hacia todos los posibles partícipes. Por eso el art. 71, Código
Penal, establece la necesidad de que las acciones penales públicas se inicien "de ofi-
cio". Para cumplir dicha tarea el Estado cuenta con órganos públicos predispuestos
- e n este sistema el MP, de manera directa, y la policía y organismos de seguridad,
en forma indirecta- destinados a encararla, al extremo de que si omitieren hacerlo
' T o n f . CNPE, sala A, 101211993, c. 33, f. 3, orden nro. 12.477; aunque admite la prevención
policial como valedera para promover, id., id., 91211993, c. 32.209, f. 49, orden 12.475.
j7 CLARIA OLMEDO, Tratado..., t. 111, p. 35.
Tratado..., t. lV, p. 430.
39 Conf. art. 179, i d ; MAIER, La Ordenanm..., t. 11, ps. 1531154.
Ver GOMEZ COI.OMER, Elpi.oceso ..., p. 346.
DENUNCIA -
DENUNCIA
a) Generalidades
En el anterior Código se exigía que el denunciante tuviese capacidad, habiendo
concluido la mayoría de la doctrina que dicho requisito se refería a la capacidad de
hecho regulada por el Código Civil -21 años de edad- (arts. 54,55 y 126, CC).
La instancia privada impide "formar causa" (art. 72, CP): promover proceso
cuando falta. Pero no veda la adopción de medidas asegurativas de la prueba
posible autor por parte de los preventores (art. 284, inc. 4', último párrafo) e
uso requerir la presencia del "denunciante-instante", legitimado ---en las con-
'ones fijadas por el Código Penal- para ver qué actitud adopta: si formula o no la
ucia habilitante del proceso52.El art. 72, Código Penal, no fija orden excluyente -
guno para ejercer la instancias3.
No es menester que la instancia reúna todos los requisitos de la denuncia
art. 176); basta con la individualización del hechos4.
La ley no exige capacidad, lo que ha generado censura en el ámbito doctrina-
o respecto de disposiciones similares; se afirma que si bien la eliminación de su
igencia puede aceptarse para los testigos en general y aun con reserva, no resulta
co extenderla a los denunciantes. En el caso de la instancia privada, es evidente
que el agraviado incapaz, desde el punto de vista civil, no podrá instar, conclusión
derivada del art. 72, Código Penalss.
Si el denunciante reúne los recaudos establecidos en el art. 82 -capacidad ci-
vil- y así lo pide, podrá ser tenido por parte querellante y también como actor civil
(art. 87). Dicha presentación debe efectuarse exclusivamente ante el tribunal, pues
es el único que puede deferir la condición de parte; la resolución adversa es apelable
(arts. 84,90 y 449); en vez, si le resulta favorable, sólo puede removérsele mediante
excepción (arts. 102 y 339, inc. 2").
La prohibición constitucional para autoincriminarse no se observa si el imputa-
do antes prestó declaración como denunciante y formuló aportes probatorioss6.
Forma
175. La denuncia presentada ante la policía podrá hacerse por escrito o
verbalmente; personalmente, por representante o por mandatario especial. En
este último caso deberá agregarse el poder. En el caso de que un funeionario
policial reciba la denuncia en forma escrita comprobará y hará constar la iden-
tidad del denunciante. Cuando sea verbal, se extenderá en un acta de acuerdo
con el Cap. IV, Tít. V, del Libro 1.
En el caso que la denuncia sea presentada ante la fiscalía o el juez la misma
deberá ser escrita; personalmente, por representante o por inaridatario espe-
cial. En este último caso deberá agregarse el poder, debiendo ser firmada ante
el funcionario que la reciba, quien comprobará y hará constar la identidad del
denunciante.
A los fines de comprobar su identidad, el denunciante podrá presentar
cualquier documento válido de identidads7.
a) Reforma
La nueva redacción efectúa una distinción según quién sea el receptor de la
denuncia. )
Si es ante la policía, la forma puede ser escrita o verbal; en el primer caso, no
se exige la suscripción ante el funcionario receptor.
Cuando sea presentada ante el fiscal o el juez, pareciera que sólo se admite
-sin explicación atendible- la forma escrita y, a diferencia del supuesto anterior,
debe ser firmada ante el funcionario que la reciba. La CNPE decidió que, pese a esta
nueva redacción, no se veda la posibilidad de que los magistrados reciban denuncias
verbaless8.
b) Consideraciones generales
La suscripción ante el receptor busca despejar toda duda en cuanto a su auten-
ticidad.
La forma verbal en realidad es oralidad actuada (ver comentario a los arts. 118
y 138).
La CNCP, sala 111, considera suficiente que basta con que el poder especial
indique la denominación jurídica atribuida al hecho y la indicación, en lo posible,
de la persona del querelladoS9.Tal doctrina responde a la letra del Código deroga-
do, en que ei juez podía iniciar de oficio -auto cabeza de proceso (art. 182, inc.
lo, en especial, al prescribir "(1)a determinación del hecho puniblew)-; eliminada
dicha modalidad y al constituir ahora la denuncia un acto de promoción mediata, es
imprescindible anoticiar al órgano receptor del hecho --describiéndolo como acon-
tecimiento histórico- que habrá de constituir el objeto del proceso y sobre el cual
discurrirá el principio de congruencia (art. 176). Su falta en el instrumento de man-
dato toma inadmisible la recepción de la denuncia.
c) Identificación
En todos los casos se exige la identificación del denunciante, pues si la denun-
cia es falaz, puede incurrir en el delito de falsa denuncia, descripto y penado en el
art. 245, CP, y si contiene una falsa imputación dirigida a determinada persona,
tal conducta configurará calumnia de acuerdo con lo establecido en el art. 109, id.
De ahí que deba observarse el imprescindible recaudo de la identificación. Es nulo
el proceso si la denuncia es anónima60. Aunque reconoce a la llamada telefónica
anónima condición de anoticiamiento válido para iniciar la prevención ---con lo que
quedaría desplazado el requerimiento del fiscal-, un encomiable fallo considera
ilícito -por el modo de adquisición- el dato extraído de la esfera privada sin co-
nocimiento del titular y sin orden judicial previa, pues implica injerencia prohibida
CNPE, Plenario nro. 109, 2811 112008, w.eldial.com.ar,del 1811212008; RDP, AbeledoPe-
rrot, 312009, p. 551.
Iq CNCP, sala 111, 15/8/1996, "Bocami, Carlos Adolfo slrec. de casación", c. 747, reg. 225196;
voto del doctor Casanovas con remisión al del doctor Levene (CCC, Fallos 1970-11, ps. 3211323).
60 CNPE, sala Ir, JA del 911211992, p. 57; CNPE, sala 11, 1611011992, c. 31.978, f. 29, orden
12.244; la CNPE, sala A, en tan breve como valioso fallo, estima que ella pugna coi1 garantías emergen-
tes de la forma republicana de gobierno y el derecho de defensa en juicio; la rechaza como acto promo-
tor válido aun cuando la presente el funcionario de la repartición receptora del anónimo y estima nula la
promoción, pues no se ajusta a los arts. 180 y 195 con mención del art. 167, inc. ZO,LL del 2411111993,
f. 91.783; id. id,, ED 175-15, f. 48.297. Es una digna manera de poner coto al privilegio de la infamia;
en vez, resuelve lo contrano en f. 93.284, SJP, LL del 26/6/1995.
DENUNCIA
el art. 11, aps. 2' y 3", CADK, al anotarlo Cafferata Nores destaca que la notic
r cualquier medio, de la posible existencia del delito..." no puede
si el anónimo "...contiene conocimientos adquiridos o transmitidos en viola-
de la ley, no podrá provocar válidamente el inicio de la persecución penal...",
lo que enerva las llamadas "tareas de inteligencia" cuando se entrometen en ese
mbito6'. Empero, las tareas de inteligencia se contemplan en función del art. 183 -
uciéndose que configuran una aceptable técnica de investigación, esencial para
S fuerzas policiales y se aceptan como acto p r o i n o t ~ r Pueden
~~. dar fundamento
ficiente a una intervención telefónica ordenada por el juez6?. Para la CNCP, sala 1,
ley 23.737, modificada por la ley 24.424, incorpora a nuestro sistema legal la figu-
del denunciante anónimo (art. 34 bis) y dispone que quienes anoticien cualquier
'to previsto en la ley o el CA se mantendrán en el anonimato64.
La CNPE, sala A, consideró por mayoría que aunque el llamado telefónico no
considera denuncia, se desplaza su invalidación como anoticiamiento desencade-
nte de una prevención policial6s. En su disidencia, Hendler estima a la delación
ónima resabio iuquisitorial en pugna con la forma republicana de gobierno y la
efensa en juicio; si la policía no cumplió ninguna actividad al recogerla, corres-
onde la nulidad de lo actuado. El discurrir de la minoría es pragmático, pues parece
onvalidar el anonimato cuando el hecho viene apuntalado por diligencias cumplidas
n su consecuencia. De ella no se puede derivar, sin más, justificativo para allanar un
domicilio66.Según Donna y Maiza, "(1)a denuncia anónima no afecta la validez del
r~cedimiento"~~. La CCC, sala VII, reconoce valor a la denuncia anónima recibida
sede policial, ya que el uso de este anoticiamiento obedece a distintos motivos
incluso a la existencia de informantes, a quienes se acude para aportar datos que
as veces conducen el hilo de la pesquisa". La caracteriza bien tan sólo como
e de prueba -no como denuncia formal-, la CFed., sala P9.
Empero, basta una superficial mirada de los diarios para caer en la cuenta de
ue es muy frecuente soportar graves atentados a raíz de instar por esta vía -aun-
que sea de manera mediata- una causa penal. La habitualidad de estos episodios
da razón a quien hesite entre asumir la carga de identificarse, exponiéndose a toda
clase de represalias o, por cautela -aunque mórbida-, optar por el atajo y sosla-
yar darse a conocer. A lo que cabe añadir que, a través de este arbitrio, se desliga
de las consecuencias penales que puede depararle el acatamiento a la exigencia
del art. 175, párrafos primero y segundo, en cuanto exigen comprobar la identidad
del denunciante. Adviértase que si se endilgó, sin un mínimo de certeza, algún
ilícito penal a persona determinada, incumbe responsabilidad por calumnia (art.
"La denuncia anónima o Las 'tareas de inteligencia': ¿Pueden ser fuente de la persecución
penal?", LL del 281211997, JNPE NO. 7, f. 95.084.
62 CNCP, sala 111, ED del 711212000, DPPC, f. 148.
Id., id,, DJ 1998-3-639, f. 13.505; se trataba de un caso regido por la ley 2372, y descartar la
iniciación oficiosa -a través de la denuncia anónima- podid implicar responsabilidad para el juez
'O CNPE, sala B, JA 1999-lV-671; CCC, sala VI, aunque puntualiza que la fecha de la denuncia
siona con las normas de los arts. 8", CADH, y 6", Tratado Europeo de Derechos
75 CNPE, sala A, LL del 171511999, reseíía de Fallos NO. 41.479-S; la CCC, sala V, la admite, aun
será un paradigma de ética, y acota que tampoco media prohibición expresa
atenderla, LL del 261612000, f. 100.459.
SIP, LL del 2811112002, f. 104.811.
'' JA 2000-11-49 1.
S' CF San Martin, sala 11, ED 173-649, f. 48.123.
' 9 CNPE, sala B, ED 175-40, f. 48.305.
292 DENUNCIA Art. 176
''Algunas consideraciones acerca de la conducta debida por los funcionarios públicos ante la
presencia de delitos", ED del 4/7/2000, p. 1; ver también APESTEGUIA, "Organismos intervinientes en los
sumarios dispuestos según el reglamento aprobado por el decreto 467199", LL Actualidad, del 151812000.
9"'Una nueva modificación al régimen penal tributario. El art. 73 de la ley 25.401", LL del
121712001.
" N ~ ~ EDerecho
z, ..., t. V, p. 131.
'"OLER, Derecho ..., t. IV, p. 132.
O' SOLER,Derecho ..., t. IV, p. 134.
CCC, en pleno, JA 1966-V-69, f 12.276, o Fallos Plenarios, t. 1, p. 9; Cám. Pen. San Martín,
JA 1985-111-283: Cám. Pen. Rosario. sala 11, con un im~ortanteascepado:
- .. -
la obligación de denunciar
que pea:%sobre los <aiultatitus tiene iin zoniznidu rr.s~di.alrcspcciu dcl iipu de irljiisio aciiñ3du pur ti
an. 156. ('1: 1.4 1996-11-571. lin contra: ( 3!1, I'cn l.oi~iasdz Laniurd. cn pleiio, JZ 1981-l\'-454, f.
30.894; Cám. Pen. Morón, en pleno, JA 1986-111-593; SCBA, JA 1993-11-63.
DENUNCIA
'O' LL del 191511994, f. 92.200, con comentario adverso de RELDA, "Secreto, aborto y exclusión
1 Estado no puede valerse de un delito para reprimir otro.
CF Cap., sala 1, ED 168-147, f. 47.254; la disidencia formula un distingo inaceptable entre un
anoticiamientoque no es denuncia y su eficacia para orientar al policía que lo recibe para operar
tigar el hecho. En buen romance significa un arbitrio para enervar el secreto
a de HERNANDEZ, "Discurso penal, garantismo y solidarlsmo".
296 ,S - DENUNCIA Ari. 177
minente peligro de muerte que pesa sobre el procesado que acude a la atención
médica, mediante la imposición de un deber al médico que lo convierta en un
agente de la persecución penal delbEstadoio7.
En los supuestos de estos do$ tncisos no se establece plazo para formular la
denuncia aunque se castiga el retardo, excluido el caso en que se crea que el hecho
fue accidental y no delictivo108.
3) Quien tiene la obligación de denunciar y no lo hace incurre en el delito de
encubrimiento por omisión de denuncia (art. 277, inc. 1" infine, CP, actual inc. d]),
conforme a la sustitución operada por ley 25.246); se plantea una alternativa entre
quienes creen que el actual texto -aquellos que esfuvieren obligados apromover la
persecución- importa una acotación respecto de la anterior; así, Donnaio9lo ciñe
al fiscal en el CPP, a las fuerzas policiales y a los jueces en los sistemas inquisitivos,
frente a un criterio amplio que es el de la CFed., sala 11. Sin perjuicio de ello, el mis-
mo Código Penal contempla varios delitos en que la omisión de denuncia se califica;
aunque, en rigor de verdad, se retrotrae la situación al Código Penal de 1886, que
consideraba al encubrimiento como una forma de participación (conf. su art. 33, inc.
4'). Se trata del incumplimiento del deber de anoticiar cuando se configuren los deli-
tos previstos en los arts. 143, inc. 6", 144 quater, incs. 2" y 3', Código Penal.
b) Leyes especiales
El art. 26 de la ley 24.284"O, que crea la Defensoria del Pueblo, impone la de-
nuncia obligatoria, en forma específica, a dicho funcionario, respecto de los hechos
delictivos de acción pública cuando tenga conocimiento en ejercicio de su tarea,
precepto que no hace sino reiterar lo establecido en el art. 277, inc. lo, oración final,
CP (actual inc. d], conforme a la sustitución operada por ley 25.246). La comunica-
ción debe efectuarla al Procurador General de la Nación, quien "...deberá informar,
en cualquier caso y de manera periódica al Defensor del Pueblo, o cuando éste lo
solicite, el estado en que se hallan las actuaciones promovidas por su infermedio".
Con posterioridad el art. 86, CN, lo incorporó a la Ley Suprema como un órgano
independiente cuya "...misión es la defensa y protección de los derechos humanos
y demás derechos, garantías e intereses tutelados en esta Constitución y las leyes,
ante hechos, actos u omisiones de la administración...". Como el párrafo segundo,
primera oración de este artículo 86, le asigna "legitimación procesal", pareciera que
comprende su intervención como querellante (art. 82) en los delitos contra la Ad-
ministración Pública (Libro 11, Título XI, CP); fuera de estos supuestos no puede
formular siquiera peticiones a los órganos del Poder Judicial"'.
ibición de denunciar
su cónyuge, ascendiente, descendiente o her-
parezca ejecutado en perjuicio del denunciante
o igual o más próximo que el que lo liga con el
Consecuencia de su inobservancia
a señalado riesgo de la amplitud de la vía de conocimiento para la preven-
183) facilita su in~bservancia"~.
'16 En el mismo sentido, CFed., sala 1,241212005, "Durán Gutiérrez", RDP, LexisNexis, 1112005,
p. 1010.
"7
CCC, sala VI, ED 55-170, f. 24.502; ST Misiones, JA 14-1972-724, f. 2957; CF Mendoza,
LLdel2811112002, f. 104.821.
DJ 1997-2-807, f. 11.960.
"' CF San Martin, sala 1, LL del 221311999, f. 98.489.
lZ0Ver también CCC, sala 1, JA 1976-11-36.
12' CCC. sala 11.281911975. c. 18.878.
I z 2 CARBONE, "La denuncia prohibida por parentesco con los sindicados: validez y efectos",
JA 1995-11-949.
be tener en cuenta que el art. 72, segundo párrafo, Código Penal, desplaza a
ición de denuncia.
Impugnación
ués de recurrir por vía de apelación durante la etapa instructoria (art. 449) -
trate de otros pronunciamientos conclusivos del proceso (art. 457), podrá
curso de casación (art. 456, inc. 1") por inobservancia de lo prescripto en
7, inc. 2" -legitima intervención del MP o del querellante, si lo hubiere-;
ez es absoluta, por eso no hay necesidad de formular reserva (conf. art. 14
al afectarse la protección de la familia (art. 168, párr. 2'). Sin embargo, se ha
ado la inadmisibilidad del recurso extraordinario deducido contra la sentencia
ó la nulidad de la denuncia y de todo lo actuado en su consecuencia por
aquélla efectuada por la cónyuge del procesado'23.
a la CNCP, sala 1, resulta posible que "...no obstante la prohibición que
e el art. 178..., pueden las personas alcanzadas por la norma relatar hechos
sos a la autoridad -aun cuando ello no se asiente en ningún acta- tornán-
factible la iniciación de oficio que autoriza el art. 183, CPr.Cr."124.Nuestra
ancia con el criterio de la sala 1 es abismal: a) si bien la transcripción de
es es casi textual se omite referir que en el párrafo siguiente el distinguido
uerda el plenario de la CCC "Natividad Frias"'2s, en el cual se restringió
de la denuncia formulada por un profesional en el arte de curar que co-
echo en ejercicio de su profesión o empleo cuando comprendía a la mujer
la mención de Clariá OlmedoIz6parece dar razón aunque efectúa un re-
la invalidez de la denuncia -"no podrá ser utilizada para fundamentar
miento, ni introducida en el debate del juicio plenario como elemento que
integrar la base fáctica del fallo"- que resta fuerza a la primera asevera-
que cabe añadir que es terminante al motejar de inadmisible a semejante
el último tramo de la transcripción conduce a considerar letra muerta el
dose a un criterio que tiene muy poco -más bien nada- de garantista;
siente como razonamiento válido para sustentar una decisión judicial,
va de efectos a una expresa disposición lega1IzR,y privilegia a un inquietante
interés social de la represión que en el caso pugna con la protección de
(art. 14 bis, CN). Tampoco es aceptable aducir para la validez que no se
ta violación con nulidad; mucho menos que su ineficacia no se extienda
CS, "Cópola", 3 11311992, JA 1993-111-229, nro. 103; la fecha del fallo advierte que el caso es
r a lavigenciadel Código.
Conf. RUBIANES, Manual de derecho procesalpenal, t. 111,1978, p. 32; tambikn se citó a CLA-
EDo, "La denuncia en su función represiva penal", JA serie contemporánea, 1971, ps. 3841385,
Doctrina. Además, según el mismo tribunal: "Dar mayor amplitud al art. 178 de la ley ritual
aria asegurar la impunidad, pues cualquier delito tendría que dejar de perseguirse si hubiere sido
las personas mencionadas en la norma, aunque esa denuncia tuviera como única finali-
progreso de la acción penal" (JA 1995-111-549).
1966-V-69, f. 12.726, o LL 123-842, f. 56.394.
ecogida en Elproceso ..., 2' ed., p. 37.
JA serie contemporánea, 1971, sección Doctrina, p. 385.
CS, Fallos 305:158 y 2040; 306:216; 307:93, entre muchos otros.
300 ' -DENUNCIA Art. 180
Iz9 CNCP. sala 11. LL del 301611997. f. 95.593. con nota de Rizzu~ro,"La denuncia efectuada
en violación al irt. 178 del Código Procesal Penal de ¡a Nación, ¿puede ser considerada coino notilia
criminis aue dé base a una reauisitoria de instrucción?", con quien coincidimos cuando expresa "...la
notitia criminis ... no puede ser aprovechada a los fines de la persecución penal".
''O DJ 1997-2-807, f. 11.960.
rimer párrafo. Como la única forma valedera para hacerlo es ---en estos
el requerimiento fiscal (arts. 180 y 188), cuando el tribunal recibe una de-
-acto que no es directamente promotor sino de manera mediata- debe darle
nción al MP, a fin de que se expida en los términos del citado art. 180, ya sea
su desestimación o el envío a otra jurisdicción -incompetencia (ver Libro
1, u 1 0 1 o reqiiisrn proiiiovcr procsso. Por supuesto que no puede tcrisrse por -
imvulsiida la acciSri si cl fiscal solicitó la i~~co~iipetencia"'.
se ha visto -introducción a este ~ í t u l oS- que la CNCP, sala 111. admite
para provocar el avocamiento instruciorio en forma directa, al re-
de instrucción formulado por el MP y a la actividad informativa de la
dicial o común- por medio de la comunicación e información dirigida
'atamente de tomar conocimiento de un hecho o al remitirle la preven-
al3"; con anterioridad lo expresó en "Veisaga" el 10/311994, voto del
ragantl"; las tres vías de iniciación -requerimiento fiscal, mera comuni-
ctuaciones de los preventores- constituyen jurisprudencia i r n ~ e r a n t e ' ~ ~ .
, sala B, en consonancia con esta tesitura, admite que resulte habilitante
ir sumario, sin requerimiento del MP, también la información recibida
inistrador Nacional de Aduanas en funciones de policía137;también en los
supuestos dc flagrancia o iirgencia acepta la prsvcnci6n policial co~iioacto promotor
directo'". En contra, la C'Fed. Gral. Roca decide quc la promoción, tras votiderar do-
recogidos al realizarse una diligencia dkpnesk por I~AFIPLDGI- en el
la ley 11.683 y, por ello, fuera de todo control jurisdiccional, resultan nulas
ncias posteriores sustentadas en tal actividad ~ r i m i g e n i a l ~ ~ .
ero, se adopta el criterio ortodoxo cuando la procedencia específica y la
que habría llegado al conocimiento de la autoridad policial el episodio
enante de un allanamiento se desconocen, sin que las medidas de investi-
lteriores aporten indicios acerca de la comisión del delito. Se destacó que
roinotor no enmarcó la descripción del hecho, aspecto imposible de suplir
s tipos penales en juego son diversos140.
' CCC, sala 1,61212007, "Responsable Hospital Naval", SR, LL del 221512007, p. 77; RDPyPP,
exis, 612007, p. 1192.
JA 1995-111-552.
SJP, LL del 221311995, f. 92.987.
"' d., id.,22/911997,"R.A.O.M.R.O.S.",EDdel311112000,c. 1248;id., id.,EDdel711212000,
,f. 148; CNCP, sala 111, 131712000, "G. N. A. y otros SI recurso de casación"; id., sala 1, LL del
11112000, f. 101.247; confr. SOLIMINE, "Requerimiento fiscal de instrucción jurisdiccional", LL del
Sent. 5795, del 221611995, citada por CORNEJO, "Temas para reflexionar", LL Ac.
Ver. en tal sentido. CF Cao.. ED 23-252. nro. 66: CCC. Fallos t. V. o. 120: CNPE..sala 11. JA
1978-1-421, f: 27.178, sala 111, JA 16si-111, síntesis, nro. 37; CNPE, sala& JA2002'-11-751;.id., saia B,
JA del 1511012003, D. 73. En contra. CCC. sala VI. 611 112007. "B.M.", ED del 1911212007 -voto de
los jueces Lucini ;~ruzzone---; id.,sala 1,'4171200'6, " ~ e n n a " , ' ~~~L~d, e3011112006,
l p. 43, con nota
adversa de ALMEYRA, "La desestimación de una denuncia penal, itiene efecto de cosa juzgada?", p. 44.
'" CLARIA OLMEDO, Tratado...,t. IV, p. 377; MAIE~, Derecho..., t. 1-B, p. 402; CNCP, sala 1, LL
del 1911212002, f. 104.928.
CNCP, sala 1, ED del 911 111999, f. 49.672.
. 16* JA2002-111-759.
CCC, sala 1, "Personal policial", JA 2000.1-172, índice, nro. 5.
16' CCCisalaI,DJ2000-1-742, f. 15.155; id., id,LLdel llllll999,f.99.5l7; id, id., 3011212003,
'Ascolese", causa nro. 20.769. En contra de este criterio, ver AI.MEYRA, "Una vez más sobre el quere-
llante particular, ~Deuteragonistao actor principal?", SJP, LL del 301612006, p. 38.
CASTEX, "¿Y al agente fiscal quién lo controla?", SJP, LL del 281212006, p. 32. En contra,
CFed., sala 1, 11912005, "H., T.", en el que la mayoria adopta la tesis reshictiva criticada, op. cit., p. 32.
A este último criterio limitativo adhiere ALMEYRA, "¿Querellante autónomo o adhesivo? Dos palabras
acerca del ejercicio de la acción penal pública por la víctima", SJP, LL del 291212005, p. 16, nota al fallo
CFed., sala 1, 111212005, "Baran"; también, CCC, sala V, 21512006, "De Santis", JA del 261712006, p.
90; SJP, LL del 3011212006, p. 56, con nota adversa de CASTEX, "E1 derecho a la venganza (legal) y sus
limites", SJP, LL del 3011 112006, p. 21; CCC. sala 1, SR, LL, 161412010, p. 50, con nota favorable de
ALMEYRA, "Limites al derecho a la venganza legal -o quién puede promover la persecución penal-";
CNCP, sala 111, SR, LL, del 161412010,p. 51.
'" CNCP, sala 1,81212006, "López González", SJP, LL del 271412006, p. 77; id., id, "Pacheco",
citado por INcli~usn- MANGANO - RooRiOUEZ PONTE,"Actualidad en jurisprudencia de la Cámara Na-
cional de Casación Penal 1-2010", RDP, AbeledoPerrot, 312010, p. 490 o SR, LL del 161212010,p. 53.
DENUNCIA
O CCC, sala VII, 241512006, "Hildinann", SJP, LL del 301612006, p. 38; allí se cita el voto del
Zaffaroni en la causa M. 1344.XXXIX, "Mattio", de12311212004; ver también la importante reseña
de las distintas posiciones jurisprudenciales sobre la intervención que corresponde asignar a los
S en estos casos.
"' En contra, CNCP, sala11, 3011112004, "Sotomayor", SJP, LL del 271412006, p. 57; con nota
ALMEYM, "De nuevo sobre el querellante particular"; debe resaltarse que el temperamento
rior a1 fallo "Quiroga" de la CS.
'' CCC, sala VII, DJ 2000.11-639, f. 15.655, o JA 2000-131-733, o LL del 291512000, f. 100.380.
Confr. LEVENE [h] y otros, Código ..., p. 143.
" En MAKRy otros, ElMinisrerio ...,p. 95, nota 32.
'*CCC, sala VII, 1611011992, c. 23 y c. 32; sala IV, 2111011992, "Telinez S.A.I.C.", c. 20,
0 corregido por fallo del 141611994, "Lapidusas, Ana"; id., sala 1, 1211112003, "Hidalgo", causa
76 LL 1994-A-363, E 91.979.
"' ED 163.292, f. 46.553.
"' ED 162-621, f. 46.483, con rotunda disidencia del Dr. Heiidler.
CCC, sala IV, LLdel281411997, f. 95.293.
'8' Fallos 3275863.
C~,ARIA Tratado..., t. lV, ps. 431 y 4551456.
OLMEDO,
306 -DENUNCIA Art. 182
'" CCC, sala 1, ED 156-506, f. 45.588; id., 31/3/1995, "Dasano", c. 2.829. Ver ORGEIRA - ROA
(h), "El requerimiento fiscal de instrucción en el Código de ProcedimientoPenal de la Nación. Algunos
problemas que suscita" (DJ 1997-3-865 y SS.).
LL del 2711112000. f. 101.247.
ACTOS DE LA P O L ~ C ~JUDICIAL
A Y DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
''' CNCP, sala 111, ED del 311112000, Jur. Condensada de la CNCP, p. 23, c. 227. Al comentar
primer pirrafo del art. 180 cuestionamos la cita que este órgano judicial hace de Clarii Olmedo (id.,
248. del 221911997).
18' En contra. dictamen de la Fiscalía de Cámara nro 3. causas 6 v 7 de la sala VII: coincidía
coi1 nosoirus D o s \ $ . "El nueto <:jdigo Procesal Pcnal dc l a Uaciuri (zsrruiliira y funcioiiailiienro)",
LL del 17 l? 1992: ernneru aiiuri a<lniiria 13 orsveniiún oulicial conio acro nroiiioior. 11 i u z ~- \ I i i z \.
Código. , ps 186,196; 212
""er Tratado..., t. IV, p. 445, en especial nota 176, en la que se transcribe la opinión de Vélez
.
Mariconde...v o. 452.
CLARIÁ OLMEOO, Tratado...,t. 111, p. 78.
las En contra, VAZQUEZ Rossi - PESSOA - CHIARADIAz, Cddigo ..., ps. 38139; MORAS MOM,Ma-
nual ..., ps. 1571159 y 168, coincide con nosotros, aunque en algunas ocasiones parece inclinarse por el
308 ACTOS DE LA POLIC~AJUOIC-LY DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
temperamento contrario: ps. 155 y 166; a favor también, GONZAI.EZ NOVILLO - FIGUEROA,Comentarios...,
p. 56, y DARRITCHON, Cómo es..., vol. 6, ps. 9/20.
'U'Ver C~IIARADIAz, "Policia judicial: necesidad de su implementación", JA 1983-111-692.
CLARIAOLMEDO, Tratado...,t. VII, p. 306, nota 53.
19' RDP, LexisNexis, nro. 5, p. 959.
ACTOS DE LA POLIC~AJUDICIALY DE LAS FUERZAS DE SEGURiDAD 309
ner y asegurar los medios de prueba necesarios, el juez por resolución fundada
disponer, si las finalidades de la investigación no pudieran ser logradas de otro
e agentes de las fuerzas de seguridad en actividad, actuando en forma en-
bierta: a) Se introduzcan como integrantes de organizaciones delictivas que tengan
S fines la comisión de los delitos previstos en esta ley o en el artículo 866 del
Aduanero, y b) Participen en la realización de alguno de los hechos previstos -
Sta ley o en el articulo 866 del Código Aduanero.
'La designación deberá consignar el nombre verdadero del agente y la falsa
tidad con la que actuará en el caso, y será reservada fuera de las actuaciones y
la debida seguridad.
"La información que el agente encubierto vaya logrando, será puesta de inme-
en conocimiento del juez.
'La designación de un agente encubierto deberá mantenerse en estricto secre-
Cuando fuere absolutamente imprescindible aportar como prueba la información
rsonal del agente encubierto, éste declarará como testigo, sin perjuicio de adoptar-
en su caso, las medidas previstas en el articulo 31 quinquies". A su vez, el art. 3 1
quies determina: "Cuando peligre la seguridad de la persona que haya actuado
o agente encubierto por haberse develado su verdadera identidad, tendrá dere-
o a optar entre permanecer activo o pasar a retiro, cualquiera fuese la cantidad de
de servicio que tuviera. En este último caso se le reconocerá un haber de retiro
al que le corresponda a quien tenga dos grados más del que él tiene.
En cuanto fuere compatible, se aplicarán las disposiciones del artículo 33 bis".
entario al art. 79.
gravedad de la actuación del agente encubierto y la eventual invasión de
cipios constitucionales protectores de la intimidad e inviolabilidad del domicilio,
uieren que su designación se concrete sólo si las finalidades de la investigación
pudieran ser realizadas de otro modo y si se estuviese en condiciones de poder
mar, ponderando con los parámetros propios del comienzo de una investigación,
existencia de una organizaci15n mediante una resolución fundada; se reclama un
rreo control del magistrado para mantener su actuación dentro de los principios
el Estado de Derecho; el limite estriba en no aceptar instigaciones para colocar la
fensa criminal en cabeza del delincuente19*.Corvalán advierte el riesgo de afectar
ispositivos constitucionales insoslayables si se atiende tan sólo a asegurar una efi-
sión de quienes cometan delitos vinculados al tráfico de estupefacientes.
la posibilidad de mantener en secreto a las partes la identidad de testigos e
os: los dichos de quien permitió lograr éxito en la investigación no pueden
ar reservados ni ser conocidos solamente por los jueces, negándoselos a su pro-
Por su parte, el art. 33 de la misma ley establece: "El juez de la causa podrá
rizar a la autoridad de prevención que postergue la detención de personas o el
uestro de estupefacientes cuando estime que la ejecución inmediata de dichas
didas puede comprometer el Bxito de la investigación.
"El juez podrá incluso suspender la interceptación en territorio argentino de una
remesa ilícita de estupefacientes y permitir su salida del país, cuando tuviere segu-
ridades de que será vigilada por las autoridades judiciales del país de destino. Esta
'" .
CF Cao ..sala 11. ED 175-468. f 98 406
19% "Agente encubierto y testigo de identidad reservada", LL del 3011011997, comentario a los
f. 96.232,96.233 y 96.234.
310 ACTOS DE LA POLIC~AJUDICIAL Y DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Art. 183
medida deberá disponerse por resolución fundada, haciéndose constar, en cuanto sea
posible, la calidad y cantidad de la sustancia vigilada como así también su peso".
Para enervar el mérito, por alegación de falsedad, de las constancias obrantes
en las actuaciones de prevención, la pveba enderezada a tal fin debe ajustarse a lo
prescripto por el art. 993, CC. Dicho texto establece: "El instrumento público hace
plena fe hasta que sea argüido de falso, por acción civil o criminal, de la existencia
material de los hechos, que el oficial público hubiese anunciado como cumplidos por
él mismo, o que han pasado en su presencia"194.
La CF San Martín, sala 11, tiene formado un criterio en orden a las facultades de
los preventores para detener -aprehender- al presunto culpable, recoger pruebas,
proceder a todas las pesquisas que se estimen necesarias, secuestrar los instsumeutos
del delito o cualesquiera otros que puedan servir a la investigación. El temperamento
-si bien referido al Código anterior, ley 2372- tiene vigencia: el Estado asegura la
fsontera de los recíprocos límites entre las libertades de los ciudadanos, cuando utili-
za el procediinienio policial para pir\,enir el delito, inrcniimpir su ejecución, nmnte-
ner el ordcu píiblico y resguardar la \ida, los bienes y los dereclios ds la pobla~iún"~.
Función
183. La policía o las fuerzas de seguridad deberán investigar, por iniciativa
propia, en virtud de denuncia o por orden de autoridad competente, los delitos
de acción pública, impedir que los hechos cometidos sean llevados a consecuen-
cias ulteriores, individualizar a los culpables y reunir las pruebas para dar base
a la acusación.
Si el delito fuera de acción pública dependiente de instancia privada, s61o
deberá proceder cuando reciba la denuncia prevista por el art. 6'.
recedente del art. 21 9 del Código italiano de 1930 como más preciso al
ar "...recoger todo cuanto pueda servir a la aplicación de la ley penal..."'97.
referencia genérica efectuada en una nota suscripta por gmpos de vecinos,
a un comisario, en la cual se transmite la inquietud sobre la seguridad del
ante la comisión de hechos delictivos, cuando, además, no se identifica a los
ios ni se imputa ilícito determinado, no configura denuncialg8. -
intervención del denominado agente provocador en las tareas investigati-
o instigue y hasta tenga participación en la consumación del
rovechable por el Estado en razón de conformar un acto contra-
or resultar in~álid-'~~.
toma de rehenes, la autoridad pública para comandar y arribar a su
-negociada o táctica-, es la policía en el marco de las competencias del
de tareas concernientes a la policía de seguridad encuadrables en el dec.-
1958 (t.0. ley 21.965) y no en este precepto; estos actos entran dentro de las
encias asignadas por la Ley de Seguridad Interior 24.059200.
rrafo. La intempcióu de la actividad delictiva comprende los
lica en sentido amplio, inclusive los delitos dependientes de
este caso, lo que el Código Penal impide en su art. 72 es for-
ver proceso penal cuando falta dicha condición. Pero esto no va
e puedan disponerse medidas asegurativas de la prueba e, inclu-
uerir la presencia del "denunciante-instante" legitimado, para ver qué actitud
: si formula o no la instancia, porque las fuerzas de seguridad no pueden per-
anecer indiferentes, por ejemplo, ante una violación que se pretendiera cometer en
ica (ver comentario a los arts. 6" y 174)20'.
ue no se invoca con frecuencia, el giro "...impedir que los hechos cometi-
vados a consecuencias ulteriores...", ha sido utilizado por órganos judi-
r --correctamente- la restitución del inmueble a quien soportó
La ley 25.434 estableció -art. 1°206- una nueva redacción; su texto actual es
el sigiiiente. a
184. Los funcionarios de la policía o de las fuerzas de seguridad tendrán
las siguientes atribuciones:
19 Recibir denuncias.
2 3 Cuidar que los rastros materiales que hubiere dejado el delito sean
conservados y que el estado de las cosas no se modifique hasta que lo disponga
la autoridad competente.
3") Disponer, en caso necesario, que ninguna de las personas que se halla-
ren en el lugar del hecho o sus adyacencias, se aparten de aquél ni se comuui-
quen entre sí mientras se llevan a cabo las diligencias que correspondan, de lo
que deberá darse cuenta inmediatamente al juez.
4") Si hubiera peligro de que cualquier demora comprometa el éxito de
la investigación, hacer constar el estado de las personas, de las cosas y de los
lugares, mediante inspecciones, planos, fotografías, exámenes técnicos y demás
operaciones que aconseje la policía científica.
5') Disponer con arreglo al art. 230, los allanamientos del art. 227, las re-
quisas e inspecciones del art. 230 bis y los secuestros del art. 231, dando inme-
diato aviso al órgano judicial competente.
6") Si fuere indispensable, ordenar la clausura del local en que se suponga,
por vehementes indicios que se ha cometido un delito grave, o proceder confor-
me al art. 281 dando inmediato aviso al órgano judicial competente.
7") Interrogar a los testigos.
8")Aprehender a los presuntos culpables en los casos y formas que este Có-
digo autoriza y disponer su incomunicación cuando concurran los requisitos del
art. 205, por un término máximo de diez (10) horas, que no podrá prolongarse
por ningún motivo sin orden judicial.
En tales supuestos deberá practicarse un informe médico a efectos de veri-
ficar el estado psicofísico de la persona al momento de su aprehensión.
9 1 En los delitos de acción pública y únicamente en los supuestos del art.
285, requerir del sospechoso y en el lugar del hecho noticias e indicaciones su-
marias sobre circunstancias relevantes para orientar la inmediata continuación
de las investigaciones. Esta información no podrá ser documentada ni tendrá
valor alguno en el proceso.
10) No podrán recibir declaración al imputado. Sólo podrán dirigirle pre-
guntas para constatar su identidad, previa lectura que en ese caso se le dará
en alta voz de los derechos y garantías contenidos en los arts. 104, párrs. 1" y
Último, 197,295,296 y 298 de este Código, de aplicación analógica a1 caso, todo
ello bajo pena de nulidad en caso de así no hacerse, sin perjuicio de la comuni-
cación que hará el juez a la antoridad superior del funcionario a los efectos de
la debida sanción administrativa por el incumplimiento.
Si hubiese razones de urgencia para que el imputado declare, o éste mani-
festara su deseo de hacerlo, y el juez a quien corresponda intervenir en el asunto
20' CCC, sala 1, DI 2001-3-186, f. 17 218, con pulcra disidencia de Donna, CFed Gral Roca, DI
2000-3-1043, f 16 292
CCC, ED 130-361, f. 41.120.
m Conf. ÁBALOS, Código,..,ps. 414 y 437; en esta última se afirma que la comunicación al ma-
o inviste "...a la jurisdicción de dar inicio y proseguir la investigación de la causa, evitando que
proceda de oficio conforme lo determina el art. 195".
TOC nro. 7, LLdel261311999, f. 98.518, o DJ 1999-1-1046, f. 14.030.
314 ACTOS DE LA POLIC~AJUDICIALY DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Art. 184
puede respaldarse en la actitud asumida por los imputados luego de que aquél se
identificara2".
La Gendarmena Nacional tiene esta atribución que se extiende --en forma im-
plícita- a la facultad de efectuar secdstros que, cuando se trata de contrabando y
tráfico ilícito de estupefacientes, comprenden no sólo las cosas que puedan servir
como medio de prueba sino las sujetas a
c) Los exámenes técnicos -inciso 4"- no se subordinan a las exigencias im-
puestas por el Capítulo V, Título 111 del Libro II2I3.Resulta obvio que el tribunal
puede no conformarse con el croquis agregado a la actuación de los preventores y
ordenar directamente la inspección214. La CNCP, sala 1, ainerita válido un secuestro
cumplido por el personal preventor durante un registro ordenado por el juez al in-
terpretar que resulta equiparable a la comprobación de un delito flagrante; con más
respeto por las garantías individuales se razona también que la validez fluye de la
obligación para los empleados policiales de hacer cesar la comisión del delito que se
estaba perpetrand~~'~.
En rigor de verdad no se trata de peritajes; al volcarse en actas pueden ser leidos
diirante el debate, aunque no tendrán el valor asignable a aquéllos216.
d) En cuanto a los allanamientos del inciso 5", puede excusarse el aviso esta-
blecido en el art. 226, párrafo segundo, si la actividad no es más que una inspección
limitada a los lugares cuyo acceso a terceros no se encuentre restringido. En cuanto
a la requisa personal, resulta menester la previa orden judicial fuera de los casos
de urgencia; si preexisten fundamentos razonables, apoyados en previas tareas de
inteligencia conocidas y ordenadas por el juez y de consuno a las circunstancias del
caso, resulta válida la requisa2I7;también es eficaz el allanamiento si el único óbice
nace de la nocturnidad y la falta de conformidad del moradorz1*.La regularidad de
la requisa puede derivarse de las atribuciones concernientes al carácter específico
de las funciones asignadas a la prevención -Banco Central-, según ocurre con
la ley 19.349 y decreto reglamentario 457511973, respecto del delito de contraban-
do y tráfico ilícito de estupefacientes219;también si se originan en el art. 119 del
Código Aduanero, que habilita la identificación y registro de personas sin orden ju-
dicial cuando existan sospechas de la comisión de algún ilícito de ese tipo220.Ambas
labores, una vez cuniplidas, requieren inmediato aviso al órgano judicial compe-
doctora Goscilo puntualiza que la disconformidad expresada en forma tempestiva (art. 170) pone en
crisis el acierto de la mayoría.
"VEDERIK, "El abogado en el juicio oral", LL del 241211994.
SJP, LL del 221311995, f. 92.990.
Conf. MANZMI, Tratado..., t. 111, p. 399.
"' CCC, sala VI, 71611996, "Soraire, Francisco", JA del 21411997, p. 87.
CF La Plata, sala 111, JA 1995-IV-547.
'le CNCP, sala 11, JA 1996-1-493, o ED 166-311, f. 46.975.'
CNCP, sala 111, LL del 281411997, f. 95.284, con nota de CORVALAN, "Ausencia de orden
judicial en una requisa aduanera", o JA del 231411997, p. 41, c. "Carreño Roca, Jorge", del 71311996.
84 ACTOS DE LA POLIC~AJUDICIALY
DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
22i. Por propia iniciativa la requisa sólo puede practicarse por los preventores
hay motivos vehementes para presumir que el sujeto lleva sobre su persona
tiles para la investigacióii -"motivos suficientes" mentados por el art. 2 3 0 -
siempre que una razón de urgencia aconseje no postergar el acto: la fuga portando
na bolsa de apariencia equivoca la autorizazz2;en vez, no lo autoriza el mero deam-
nlar por un sitio y se subraya que las razones de urgencia deben surgir claramente -
la sentenciazz3.Determinar la urgencia exige no aferrarse a su literalidad; sus
'taciones no deben trabar el desempeño de los poderes atribuidos al Estado en
umplimiento de sus fines del modo más beneficioso para la comunidad. Por eso
e estimar fundada la requisa si se originó en la exhibición de una credencial cues-
nablezZ4o se produjo a raíz de un presuroso desplazamiento por la zona bancaria,
circunstancias de mirar continuamente hacia atrás225;lo que está vedado es actuar
mo agente provocador del delito, aspecto descartable si aparece cometido con
ridad a la inspección226.
abe ensamblar con la pauta del inciso anterior en cuanto fija un limite al es-
ecer: "Si hubiera peligro de que cualquier demora comprometa el éxito de la
vestigación ...", finalidad no siempre exigiblezz7.
Los motlvos suficientes, mencionados por el art. 230, sustentan la urgencia de la
ación prevencional, pues si no se tienen para sospechar la existencia de objetos
osos y para temer su desaparición, no podrían justificar la requisa; en vez,
en y eso ocurre cuando se produjo sorpresa en flagrancia, a horas de la madru-
ugar escasamente transitadoz2*.Se subordina a la existencia de motivos
s para presumir que el sujeto lleva sobre su persona cosas útiles para la
ón y la razón de urgencia que aconseje no postergar el acto, aunque la
licial debe sustentarse en algún dato objetivo (por ejemplo, la conducta
1 imputado tendiente a extraer un armazz9;la policía tiene derecho a revisar a una
rsona detenida -más vale, aprehendida- con el objeto de verificar que no esté
adaz30.De ahí que no se cubran estas exigencias si se aduce nerviosismo ante la
cia policial por carecer de documentos a los fines de la identificación; la sos-
del preventor en torno a la actitud del imputado puede dar pávulo a su identi-
cación, su traslado a la seccional policial a esos fines y establecer si está armado,
ninguna forma admitir que así pueda abrirse una investigación criminal,
22' CF San Martin, sala 1, LL del 201911993, f. 91.610; empero, como el misino tribunal lo reco-
e, no es fácil determinar cuándo la urgencia es real; deben examinarse, con pulcritud, las circuns-
cuando ningún delito había sido denunciado o ningún indicio vehemente existía para
presumirloz3'.
Cabe evitar formalismos rituales en los casos de flagrancia que devienen dis-
funcionales aunque se trate de salvagui$dar garantías individuales232.
Empero el razonamiento que lleve al funcionario a derivar la inferencia de que al-
guien ha cometido un delito debe ser explicitado en forma completa y surgir de pautas
objetivas que así se reflejen; es preciso desechar fórmulas vagas o estereotipadas que,
más allá del caso concreto, pueden aplicarse a una cantidad infinita de situaciones, ya
que así no se apoya racionalmente una argumentación233;la requisa resulta inválida si
se sustenta tan sólo en el simple hecho de encontrarse temprano en un lugar público
y, declarada la nulidad, cae el secuestro de material estupefaciente, consecuencia del
acto El acierto de la intuición funcional del preventor -confirmado por' el
resultado positivo del registr* no es suficiente para justificar la orden policial, pero
resulta razonable la identificación de personas si se verifican datos c o a d y u ~ a n t e sEn
~~~.
vez, para la CNCP, sala 1, la nulidad de la requisa policial no puede derivarse de que no
se haya dejado constancia en el acta de las razones de urgencia que permitieron obviar
la orden judicial236.Si no existen circunstancias que autoricen la intervención policial,
no es legítima la detención y la posterior requisaz3'.
Sólo excepcionalmente puede ser practicada requisa por la fuerza de seguridad,
requisito referihle a la justificación del acto y a tal fin es importante saber sobre qué
elemento de juicio se determinó el cstado de sospecha; dicha circunstancia debe
existir en el momento mismo en que se produce la interceptación en la vía pública,
pues es allí cuando la policía debe tener ya razones suficientes para suponer que una
persona esté en posesión de elementos que demuestren la comisión de un delito; no
puede quedar validada por su resultado238.No obstante, la CS239como la CNCP, sala
IZ4Oy sala 111 24i,relevan del apego estricto al rito, cuando la culminación de la tarea
resulta exitosa para la persecución; este criterio -convalidar la omisión de recaudos
garantistas por el resultad* encierra un ingente riesgo. Si medió orden júdicial
2" CCC, sala IV, JA 1998-11-513, con disidencia de Navarro, para quien el solo hecho de pomr
un destornillador y pinza convalidan la diligencia por ser instrumentos utilizados para la comisión de
delitos. Este último criterio parece alterar los términos de todo el discurso procesal penal: no se inves-
tiga a personas sino hechos endilgados a personas.
2" CNCP, sala 11, SJP, LL del 221311995, f. 92.985, o JA del 171511995, p. 35, c. "Gutiérrez,
Víctor W."; id.,id.,deriva los motivos bastantes del arresto si se puede ponderar indicio o sospecha, LL
del 281712000, E 100.625.
""3 Cap., sala 1, ED 168-251, f. 47.273; id., id., ED 170-111, f. 47.531.
2'4 Id.,id.,DJ 2000-1-552, f. 14.645.
TOC nro. 6, LL del 261311999, f. 98.517; aunque admite una extensión que va más allá de lo
autorizado a raíz de una peculiar inteligencia del afi. 285.
JA 1996-IV-445.
CNCP, sala 1, LL del 2811111997, f. 96.391, o DJ 1997-3-1122, f. 12.504; id., id.,LL del
2611211997. f. 96.537.
2" TOC Fed. Paraná, LLdel 301311998, f. 96.893, o DJ 1998-2-108, f. 12.854.
23"D 141-443, f. 43.247; SJP, LL del 251412003, f. 105.403; LL del 21612003, f. 105.583.
JA 1996-IV-444;id,id.,LL del 291512000, f. 100.312; CNCP, sala 1, JA 2001-311-749.
2" ED 167-470; f. 46.592.
184 ACTOS DE LA P O L ~ C ~JUDICIALY
A DE LAS FUERZAS DE SEGUR~DAD
2'2 CNPE, sala B, LL del 181311999. f. 98.469; aunque si resulta dudoso no fuera necesaria la
previa decisión del magistrado; id., id., JA 1999-11-599.
CNCP, sala 1, Bol. Primer Trimestre 1999, LL del 61112000, r. 2653.1, c. 21 13.
CS. ED 159-397, f. 45.952.
TOC nro. 2, DJ del 241511995, f. 93.090, con nota de PALACIO.
24WCC,sala 1, SJP, LLdei 281411995, f. 93.100.
Código..., p. 207.
Código.,.,p. 41 6, para los exámenes técnicos -inc. 4 0 , y p. 422, para los testigos.
"* Op. cit., p. 425.
Op. cit, ps. 4261430.
"' CCC, sala IV, JA2000-1-173, índice, nro. 6.
'IZ CCC, sala V, LL del 2411012001, f. 102.795.
Fallos 329:5556.
318 ACTOS DE LA POLIC~A
JUDlCtAL Y DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Art. 184
2" "Dime quién eres, pues quiero saber en qué andas. Sobre los limites de las facultades de la
policía para identificación de las personas. Los claroscuros del caso 'Tumbeiro"', LL del 1911212002,
comentario al f. 104.922.
Dicciona~iode la Lengua Española, Espasa-Calpe, Madrid, 1992, p. 1260, columna 3'.
320 ACTOS DE LA POLICÍA JUDICIALY DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Art. 184
Auiiqiie regia el C'ódigu viejo, un itiiponante precedente de la <:S ciceptii cluc la incra
coniuiiicaciiiii de iin dato del itnputado al pcrsoiial poli~ial,eii la ~nedidaque no sea
~rodiictode coacción, no es un indicio desechable en la in\~csiigaciúiicriniirial?". €11
a, también durante la vigencia del Código derogado, sa6o que exista ulterior
ación judicial, pues aceptar la declaración del imputado ante la policía atenta
incipios de arraigo constitucional y es inconvalidable pues, genera nnlidad-
2si Ver importante nota al caso de Yowo, "Uso y abuso del derecho a la 'advettencia Miranda"'.
:'' "La tariilrid de Isi aiitoridadc$prcventura. rlc rectliir 13s dcclaracioiier cspunrineas voluiiin-
ri3s dc los ~rcveiliJ~>i",L L Aclunlid~ddel 20 10 1991.. . v 1
287 SJP, LL del 261611995, comentasio al f. 93.274, "Entidad probatoria de la confesión del im-
o vertida en sede policial".
CF San Martin, sala 1, JA 1995-111-529.
2R9 CCC, sala IV, LL del 251911997, f. 96.028, con nota de SupeRn, "¿Justicia vs. Garantias?".
CNCP, sala 11, "Centro, Roberto A,", LL del 51612000, f. 42.691-S o ED 186-242, f. 49.863, o
JA2000-11-665; TOC nro. 8, DJ 1999-1-670,o LLdel 191211999, f. 98.376.
Fallos 1;350; 227:63; 281:177, ver comentario al art. 296, acápite b).
CCC, sala V, LL del 121512001, f. 101.003 -aunque refiriéndose al Código anterior-.
"3 Nota del actualizador: esta afirmación se ve relativizada a partir de la incorporación del art.
Ver DIALBORA, "El relato del imputado en la ley nacional; la intervención del juez natural y
del defensor". ED 116-863.
-. ~ ' ,lrnpli:ir.i;iii dc las hciiltadci p,>licinlsi.,\spi~cluz~ncorisiitucioiialeide 13 le) 2 5 134, tnoili-
ii.'atoria dci C6di.u. Pii~cci.~l Pctial de la N~cijii".1.1. del 21 3 2bOI
"La recepción de la declaración indagatoria del imputado por parte de los fiscales y las exi-
gencias del art. 8-e la CN y los pactos internacionales", DJ 2001-3-425.
"' "La nueva ley que permite interrogatorios policiales", LL del 2711 112001.
324 ACTOS DE LA P O L ~ C ~JUDICIALY
A DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Ait. 185
La CNCP, sala 111, entiende que la falta de lectura de los derechos al imputa-
do al momento de su detención cumplida en sede judicial, omitida por el TOC, no
genera invalidez; añade que al hacer egectiva una captura anterior que el interesado
conocía, no se halla al amparo de aqitel resguardo que sólo apunta a los actos atri-
buidos a los preventores y de ningún modo se aplica a los supuestos donde participó
sólo personal judicial en el ámbito propio298.Sorprende siquiera suponer que pue-
den retacearse derechos cuando la actividad se cumple frente a un órgano que por la
CN tiene como primordial tarea vigilar el cumplimiento de las garantías (art. 116);
adolece de ligereza creer que el ambiente -audiencia pública conpena de banquillo
adosada- hace posible evitar tal formalidad.
j) El último párrafo del inc. 11 extiende las airibuciones a los auxiliares de los
preventores (confr. arts. 36 a 39, ley 24.050).
Se ha tolerado que las labores aquí enumeradas se cubran bajo el rubro tareas de
inteligencia, pues constituirían una metodología normal para averiguar delitos y sus
posibles autores; al punto que resultaría una actividad absolutamente esencial para
las fuerzas policiales y cuerpos de seguridad y a su vez forman parte integrante de las
funciones que en modo imperativo les asigna el art. 183299.Si no se altera la lógica
de la investigación -primero el hecho y después el i m p u ~ d o - podría
, admitirse;
sin embargo, se corre el riesgo de convertirlas en tareas perquisitivas dirigidas a una
persona y no a un suceso
A diferencia del Código derogado, en el cual los actos de los preventores po-
dían servir de mérito a una sentencia condenatoria300, el régimen actual sólo permite
sustentar una condena en la prueba producida o introducida vá
juicio oral (arts. 392 y 398, párr. 2", segunda oración).
Ver introducción a este capítulo y art. 284.
Art. 184 bis
Cuando se tratare de delitos cometidos por personas que tuvieran estado
militar y en el interior de establecimientos militares o bajo control militar, la
autoridad superior militar deberá notificar a la autoridad judicial competente
y tendrá las facultades y obligaciones previstas en los incisos 2', 3', 4', 8" y 9'
del articulo anterior hasta que se haga presente en el fugar la autoridad judicial
competente301.
municación y pro~edimiento~~'
6. Los encargados de la prevención, comunicarán inmediatamente al
tente y al fiscal la iniciación de actuaciones de prevención. Bajo la
del juez o del fiscal, según correspoudiere, y en carácter de auxiliares
formarán las actuaciones de prevención que contendrán:
ar y fecha en que fueron iniciadas.
s datos personales de quienes en ellas intervinieron.
s declaraciones recibidas, los informes que se hubieran producido y
de todas las diligencias practicadas.
luidas las diligencias urgentes, las actuaciones de prevención serán
al juez competente o al fiscal, según corresponda.
sala 111, estima que cuando las actividades investigativas fueron im-
s por la recepción de una misiva de los vecinos de la cuadra, no es necesario
con esta com~nicación~'~; no se alcanza a percibir el sustento de la excep-
y se da ingreso a una forma oblicua para obviar el cumplimiento de esta obliga-
evitar el controi judicial sobre los preventores.
cerca de los inconvenientes que puede acarrear la exclusiva iniciación por
miento fiscal, ver introducción al Capitulo,11.
26 de la Ley Orgánica del MP, 24.946, asigna a sus integrantes la direc-
iata de la prevención y les faculta a recibir declaraciones testimoniales;
es atribuye "ordenar la práctica de toda diligencia que estimen pertinente
lograr el desarrollo efectivo de la acción penal. A este respecto lapreven-
rá bajo su dirección inmediata ".
a) Naturaleza jurídica
No se trata de sanciones procesales (ver comentario al art. 2O) sino de carácter
disciplinario. El precepto establece,yna suerte de concurso aparente o de leyes3I7,
en cuya virtud el principio de subsi'diariedad que despliega, neutraliza la potestad
disciplinaria judicial cada vez que resulte aplicable el Código Penal. Se trata de pre-
tensiones sustanciales diferentes --disciplinaria una y penal la otra-, de modo que
la solución legislativa no nos parece adecuada318.
Dicha potestad disciplinaria se ejerce pues la policía de seguridad desempeña
sus actividades como policía judicial (art. 39, ley 24.050).
b) Leyes especiales
El art. 9' de la ley 23.187 establece: "En dependencias policiales, penitenciarias
o de organismos de seguridad, deberán proporcionarse al abogado los informes que
éste requiera respecto de los motivos de detención de cualquier persona y el nombre
del juez a cuyo cargo se hallare la causa. Dicho informe deberá ser proporcionado
por escrito y por intermedio del funcionario de mayor jerarquía existente al momen-
to del requerimiento. No podrán establecerse horarios para evacuar tales pedidos, a
cuyo efecto se considerarán hábiles las veinticuatro horas del día. La sola exhibición
de la credencial otorgada por el Colegio es requisito suficiente para acreditar la con-
dición de abogado".
Por su parte, el art. 37 de la ley 24.050 puntualiza: "Los asistentes jurídicos de
la prevención se desempeñarán en las dependencias de la Policía Federal y los demás
organismos donde se labren sumarios de prevención o en aquellos que disponga la
CNCP, que podrá disponer los cambios y rotación de personal que estime convenien-
tes". A su vez, el art. 38, id., les asigna las siguientes facultades: "Sin perjuicio de
lo que disponga el reglamento respectivo, los asistentes jurídicos de la prevención
tendrán las siguientes funciones: a) Informar al juez de instrucción y al representante
del Ministerio Público Fiscal de todos los hechos delictivos cometidos en el ámbito
de su actuación. b) Practicar los actos de investigación que les ordene el juez de
instrucción o sus secretarios y, en su caso, los representantes del Ministerio Público
Fiscal, de conformidad con las normas del Cód. Proc. Penal. En caso de urgencia,
podrán adoptar las medidas cautelares imprescindibles con arreglo a lo establecido
en dicho cuerpo de leyes. c) Controlar la debida observancia de las normas relativas
a los derechos y garantías de testigos, víctimas e imputados y de toda otra persona
involucrada en la investigación, informando de inmediato al órgano judicial com-
petente en caso de que aquéllos fueren vulnerados. d) Brindar, con arreglo a la ley,
atención e información a los letrados que concurran al lugar donde desempeñan sus
funciones". Estas normas forman parte de las concernientes a la policía judicial.
La demora en elevar al juez instructor las actuaciones de instrucción no cons-
tituye vicio in procedendo, sino que debe analizarse sólo a través de las previsiones
de este a r t í c ~ l o ~ ' ~ .
(h), "El aparente concurso de leyes", especialmente Cap 111, apartado c),
" ' C o n f r D'ALRORA
LL 1990-B-1145
-1
M ~ t ~ ~ , D e r e...,
c ht.o1-B, p. 401, nota 442.
"'CNCP, sala 111, SJP, LL del 221311995, f. 92.987.
ACTOS DEL MiNISTERIO FISCAL
11 BIS^^'
CAP~TULO
111
CAPITULO
de los tres sentidos señalados; si así ocurre, el juez debe remitir las actua-
vamente al MP3j0.
Donna y Maiza, el principio general es que "...la prevención o informa-
ial excita la acción penal, sin necesidad de requerimiento fiscal". Más aún:
ente rechazan parte de la jurisprudencia que ha exigido, bajo pena de nu-
uerimiento fiscal para i n s e i r cuando en sede policial se ha recibido la -
3'; idéntico parecer es el de Abalos, quien quizás va más allá, pues asevera
comunicación al agente fiscal tiene sentido cuando el juez no actúa de
adviértase que la mera noticia habilitaría, según su opinión, la inme-
vidad judicial. En sentido acorde se acepta la adopción judicial de medidas
o cuando hay urgencia3'?.
dicho que una de las características de la instrucción es requerir estimu-
a iniciarse y que la única forma de observar ese imperativo del sistema
o es el requerimiento fiscal (ver acápite fl, de la introdiicción a este Libro 11).
de verdad, sc trata de ajusíar la labor del MP a la exigencia del art. 69. Se
mbién que la mayor parte de los tribunales no delimitan su proceder a ese
ento. No obstante, con buen tino se considera nulo lo actuado por la poli-
de orden judicial disponiendo "actuaciones complementarias", sin haber
ineludible impulso En vez, la CNCP, sala 1, acepta la altemati-
dos de dar inicio a la instrucción -requerimiento fiscal y prevención
u policial-; también la convalidación por el Ministerio Público de estas
c i a ~ i ó n Aquella
~ ~ ~ . labor de promoción se acepta, hasta donde se sabe,
era uniforme. Por eso se leen resoluciones donde se afirma que la prevención
idad suficiente para iniciar el proceso penal y toma innecesario exigir que
nmiento fiscal para que el juez se encuentre habilitado para conocer en la
bién la CNCP, sala III"', acepta el mero comunicado del hecho al juez
e la policía; discurre que coincide 1a actuación por prevención por iniciativa
en virtud de denuncia presentada ante ella -art. 183-. De ahí que el conte-
mbas modalidades sea similar, pues resultarán la base sobre la cual deberán
los futuros actos jurisdiccionales; salvo el caso de inodificarse el contenido
que cabe recabar el requerimiento del MP sobre lo no comprendido tanto en
rmación policial como en el sumario de prevención338.
na síntesis se sostiene que el ejercicio de la acciói~pública conferida al
ser absoluto, ya que se ha instaurado un sistema acusatorio mixto donde
CF Cap., sala 11, LL del 1811211995, f. 93.861; CCC, salaVI, "Becerra, Mercedes", DJ 2001-
ien estima innecesario el requerimiento si la actividad del MP luego de alguna diligencia suple
ante afinidad semántica señala que el lenguaje ahora utilizado es más pre-
anterior, sobre todo tras el empleo del vocablo inmunidad, que funciona
e la nueva regulación. Se trata, en definitiva, de resolver si determinadas
es del imputado -legislador; magistrado ofuncionario- impiden el nor-
icio de la función jurisdiccional o, por el contrario, si el proceso penal
desarrollo, cuando menos hasta un cierto estadio o, aún más allá, desem- -
su total conclusión.
1texto original del CPP reproducía, en esencia, a través de los arts. 189,190
contenido de los arts. 69 y 70, CN, que establecen la exención de arresto
e desafuero para la promoción del juicio penal cuando se tratase de
diputados. Semejante límite condice con la significación lingüística de
orque no se presenta como un fuero -no es un privilegio- ni ajusta
de concesión graciosa brindada por un superior a ciertas personas
re elprivilegio. En consecuencia, la pauta para abordar el tema radica
ar que se trata de inmunidades; son prerrogativas iuncionales.
doso el acierto de incluir en el Código una regulación que, por su natura-
'ntegrar una norma de jerarquía superior como la Ley Suprema.
tti pone en claro que "...las garantías e inmunidades de los legisladores y
no pueden ser acotados ni despejados con la sanción de leyes...", pues
ria propia de la CN, las reformas en dicho ámbito sólo operan como con-
"...modificación en el texto con~titucional"~~'.
todo caso, el Congreso no puede sobrepasar ciertos lindes -arts. 53,59,60,
114, inc. 5', 115, pán. 2", CN- referentes a "...inmunidades de los miem-
e los poderes constituidos..."; sólo le incumbe "...la atribución de reglamentar
es de dicho régimen sin afectar las garantías que aquél ha pretendido acor-
objetivos..." que pretende alcanzar la Ley Suprema. Por eso es incorrecto
cionalmente sostener que se aprueba un nuevo régimen347.Al mantenerse
texto del art. 192, CPP, que hace mención a privilegio constitucional,
ne lo suyo para aumentar las dificultades, pues respalda la tesis de que el
lo podría perdurar. Tal premisa habilita inferir que la intrusión en el
la norma con jerarquía superior -la ley de las leyes- no se corrige.
mún denominador estriba en proteger el desarrollo normal de la función
legislativa o ejecutiva- para que no se vea entorpecido por medidas o
ones que puedan transformarse en obstáculo.
CN cubre al presidente, vicepresidente, jefe de gabinete, ministros, miem-
la Corte Suprema, jueces de los demás tribunales de la Nación y legisladores
,59,60,68,69,70, 114, inc. 5", y 115, id).
arl. 86, párr. 2", tercera oración, id., establece que el Defensor del Pueblo
las inmunidades y privilegios de los legisladores"; antes de la reforma de la
1994-, el art. 12 de la ley 24.284 consignaba su exención de arresto, salvo
a en flagrancia por delito doloso, en cuyo caso debería anoticiarse a los presi-
e ambas cámaras con la información sumaria de los hechos; también establece
1 dictarse el auto de procesamiento, cabía la suspensión en sus funciones, hasta
6
Concordancias y desacuerdos con la Ley de Inmunidades", LL del 2011 112000, p.
ii
' CAYUSO,
"Desafuero y facultades disciplinarias", LL del 1311012000,p. 1.
i
334 OBSTÁCULOS FUNDADOS EN PRlViLEGIO CONSTITUCIONAL
ED 148-507, f. 44.5 15, con nota de Bidart Campos, quien coincide con lo decidido y puntuali-
za que "...una reforma constitucional bien podría establecer que cuando se tratare de delitos del Código
Penal, el proceso penal común deberia ser, a la inversa de lo que hoy ocurre, el 'antejuicio' a sustanciar
para que después se habilitara el juicio político".
JA 1995-111-482.
Fallos 113:317; 116:409.
"O LL 1997-B-649, f. 95.273.
16' ED del 61612001, f. 50.824.
ARAGONE - GIM~NEZ,
"La inmunidad...", cit., LL del 411012000
Fallos 303:907.
mientras no se afecte la libertad personal o mientras no se dicte orden de arresto o
prisión preventiva o definitiva.
La compulsa de todos los precedentes indicados permiten concluir que elprin-
cipio general sigue siendo que, has& tanto se opere la separación por desafuero,
juicio político o remoción, ningún legislado5 magistrado o&ncionario puede ser
sometido a proceso penal.
por los procesos en delitos de acción privada y en las de acción pública, siempre que
corresponda el trámite de la instrucción sumaria (art. 353 bis).
3" Ver CAFFERATA NORES, "La información sumaria de los artículos 197 y siguientes del Código
rocesal Penal", Seminario Jurídico Córdoba, afio 6, p. 574.
342 OBSTACULOS FUNDADoS EN PRIVILEGIO CONSTITUCIONAL
-art. 70, CN-, se le coloca a disposición del tribunal y si se estima que la sospecha
cubre los recaudos exigidos por el art. 294, no hay reparo para que el proceso conti-
núe hasta su total conclusión (art. lo, párr. lo, última oración, ley 25.320).
Con antelación a esa circunstanci,?, opera el art. 73. El legislador podrá presen-
tarse pero, a menos que sus explicaciones no persuadan sobre la ajenidad del hecho,
corresponderá seguir los tramos necesarios para arribar a la total conclusión: indaga-
toria y auto de procesamiento, con las salvedades señaladas para los casos de acción
privada e instrucción sumaria.
Sin embargo, si la presentación espontánea es aceptada, resultará posible decre-
tar el sobreseimiento.
La posibilidad de ordenar la detención (art. 279, Último párrafo) se supedita a
lo prescripto por el art. 69, CN, y a la culminación favorable del trámite iniciado en
los términos del art. 3' de la ley 23.520. También es posible disponerla en la citación
del art. 283.
La presentación espontánea del legislador, si bien hace viable su sobreseimien-
to, no hará posible la condena, ya que dicha resolución requiere el previo desafuero
a través del cual se remueven los obstáculos para la elevación a juicio. Como se vio
(Capítulo IV, párr. 3"), tienen entidad distinta la apertura de la causa y la realización
de su pesquisa con el sometimiento a proceso y la legitimación pasiva del legislador
imputado.
7. Tanto el allanamiento como la intercepción de correspondencia o comu-
nicaciones telefónicas son actividades asegurativas de prueba y, por ende, parti-
cipan de las modalidades de la cautela real; no son medios de prueba, sino me-
didas auxiliares para guarecer elementos convictivos -prueba en el sentido del
art. 206- colectados.
Según el art. lo, último párrafo, de la ley 23.520, "(n)o se podrá ordenar el
allanamiento del domicilio particular o de las oficinas de los legisladores ni la inter-
cepción de su correspondencia o comunicaciones telefónicas sin la autorizaeión de
la respectiva Cámara".
El CPP exige para la entrada y registro del Congreso, que el juez, previamen-
te, recabe la autorización del presidente de la Cámara respectiva (art. 226, último
párrafo). Por manera que el caso de las oficinas de los legisladores no introduce
modificación alguna al ordenamiento vigente y tiene, como antecedente, el art. 402
del Código anterior -"Para practicar pesquisas ... en los edijkios públicos de la
Nación, de las provincias o de los municipios, deberú darse aviso de atención a las
personas a cuyo cargo estuvierenX-; hasta donde sabemos, no se han suscitado dis-
crepancias sobre este aspecto que, parece obvio, se atiene a que la Constitución con-
sagra la inviolabilidad del domicilio, pero no la de cualquier lugar cerrado; a lo que
puede añadirse el respeto recíproco entre los poderes para que la Constitución pueda
operar en armonía. El texto actual no se conforma con el aviso, pues reclama la au-
torización; el cotejo entre ambos advierte que el anterior -mero aviso- obviaba el
problema del permiso -autorización--; dicho escrúpulo muestra coino incongnien-
te el propósito de facilitar la total conclusión de la causa cuando se suscite conflicto
ante la negativa del presidente de la Cámara. Hasta ahí el principio de razonabilidad
no sufre mengua, aunque no queda claro cómo se zanja la diferencia entre el juez y
la autoridad de la Cámara. Anota bien Cayuso que la ley ha omitido "...disponer el
procedimiento para dicha autorización, así como los recaudos necesarios para que
OBSTACULOS FUNDADOS EN PRIVILEGIO CONSTITUCIONAL
El axt. 69, CN, determina "Ningún senador o diputado, desde el dia de su elec-
hasta el de su cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser solprendido
aganti en la ejecución de algún crimen que merezca pena de muerte, infamante,
afictiva; de lo que se dará cuenta a la Cámara respectiva con la información
'a del hecho :' Es que aun dispuesta la libertad por falta de mérito si del curso de
stigación surgieran nuevas probanzas, el juez deberia solicitar el desafuero3s4.
obre la flagrancia ver arts. 285 CPP, y 70, CN.
Varios imputados
192. Cuando se proceda contra varios imputados y sólo alguno o algunos
de ellos gocen de privilegio constitucional, el proceso podr4 formarse y seguir
con respecto a los otros.
La persecución penal en los delitos de acción pública se rige por el principio de
indivisibilidad (ver comentario a los arts. 5" y 6" e introducción al Título 1); de suerte
que se dirige contra todos los imputados. El desafuero o el juicio político no obturan
la prosecución del proceso contra quienes no se encuentren protegidos.
CCC, integrada por Ramos Mejía, Ramos y Fmgonl Zabala, en la causa "Bordabehere,
Enzo", JA 20-984
390 Cámara de Apelaciones en lo Comercial y Criminal de Mendoza, causa "Marianetti, Benito",
JA67, p. 699; especialmente p. 701, párrafo cuarto.
CNCP, sala 1, SJP, LL del 301812004, f. 107.969; con nota favorable de GIL
DOMMOUEZ, "Ga-
rantías parlamentarias: la Cámara de Casación Penal y una interpretación constitucional que fortalece
la democracia representativa"; en sentido similar, CS, Fallos: 328:1893, "Rivas", RDP, LexisNexis,
1212005, p. 1240.
Fallos 169:76, consid. 4'.
393 "Martínez Casas, Mario", JA 1961-IV-78, f. 3857.
S E C C I ~ NPRIMERA
Finalidad
193. La instrucción tendrá por objeto:
lo) Comprobar si existe un hecho delictuoso mediante las diligencias con-
ducentes al descubrimiento de la verdad.
2") Establecer las circunstancias que califiquen el hecho, io agraven, ate-
núen o justifiquen, o influyan en la punibilidad.
3") Individualizar a los partícipes.
4") Verificar la edad, educación, costumbres, condiciones de vida, medios
de subsistencia y antecedentes del imputado; el estado y desarrollo de sus fa-
cultades mentales, las condiciones en que actuó, los motivos que han podido
determinarlo a delinquir y las demás circunstancias que revelen su mayor o
menor peligrosidad.
5") Comprobar la extensión del daño causado por el delito, aunque el dam-
nificado no se hubiera constituido en actor civil.
Objeto del proceso penal es un hecho que, a título de hipótesis, se adecna a
una figura delictiva; su alcance es bien diferente del hecho punible o delito; no debe
confundirse con éste ni con una pena determinada en el sentido de la ley penal sus-
tantiva. Su determinación viene dada por la identidad de un acaecer histórico, in-
dividualizado en su unidad natural y no en la jurídico En tal sentido, cada
hecho humano atribuido a una persona constituye un objeto procesal; si se trata de
varios objetos procesales vinculados entre sí, aparece la competencia por conexión
objetiva o subjetiva, si a una misma persona se le imputan vanos delitos (arts. 41 y
42). Sin perjuicio de que la existencia de un objeto principal es indispensable para la
promoción del proceso penal, resulta posible dilucidar en su desarrollo (ver Libro V)
un objeto eventual y accesorio, conformado por el mismo núcleo fáctico enfocado
desde la óptica del derecho civil (art. 14); en ciertas circunstancias es posible que,
pese a absolver al procesado, el tribunal se pronuncie sobre dicho objeto (arts. 16,
páni 2', y 402).
Por eso este artículo, más que apuntar a la delimitación del objeto, señala los
fines perseguidos por la instrucción.
Es digno de destacar que el objeto accesorio o eventual siempre debe ser inves-
tigado por el juez, conforme al inc. 5", ya que una de las circunstancias genéricas para
graduar la sanción penal estriba en la extensión del daño causado (art. 41, inc. lo,
CP). Sólo corresponderá que el tribunal se pronuncie acerca de su contenido si se
ejercita la acción civil en el proceso penal (arts. 14, 16 y 87 y SS.).
Si el instrumento cuestionado sólo consta en fotocopia no se cubren las exigen-
1inciso primero396.
on motivo de la desaparición de personas fisicas se ha decidido que la actividad
sdiccional promovida por los familiares de los causantes, amerita la competencia
órgano judicial en los términos del art. 10 de la ley 23.049397.El fallo se aparta
tanto del principio sentado en el inc. lo porque no tiene por objeto investigar un -
'to sino exhumar, identificar y restituir los cadáveres y otorgar la documentación
La CS desestimó el recurso extraordinario ya que en el
a agotado su objeto procesal y no podía investigarse la
perseguir a los autores, y toda realización de medidas
roceso contra quienes fueron sobreseídos definitivamen-
nstrucción se encuentra concluida no puede reabrirse la
concretar medidas que implican su eventual rea~eftura'~~.
al inc. lo desatender ---en el caso de contrabando- si
de burlar el control aduanero, exigencia del tipo ob-
impedimento en otorgar validez a determinados actos de
el deber jurídico de investigar la verdad de su génesis
la anulación no se debió a vicios del procedimiento, sino a la creación
del proceso mismo (inc.
Principios generales
na vez formulado el requerimiento fiscal y aceptado por el órgano jurisdic-
1 (ver arts. 180, 188, 195), salvo el supuesto de delegación parcial previsto en
96, la instrucción esjudicial. Incluso, aunque medie aquélla, hay cierta acti-
e el fiscal no puede afrontar (arts. 210, párrafo final, y 213), salvo los casos
. 212 bis y 236, último párrafo.
Y de la Cdrdntia dc kihcas dar.%',,quien >s iiiclina pdr el acicnd di. la tcsij ir1iiio:irarla ). afimd " q u c
-
no cabia el cicrrc dc ia iniciiisaci.~~C L.\ ~31>1i.i<,.
. . . t , i ~ ~ ~ d~r;<ii;,il r-i
~ i i i ~ , \ li~iiivn u ~ ~ i d b adgoi~dus".
'" ED 164-587,f. 46.650; ver comentario al art. 176.
" CNPE, sala B, LL del 161312000, f. 99.971.
"' CNCP, sala IV, LLdel 1711012001, f. 102.752.
348 IN~TRUCCION Art. 194 bis
b) Leyes especiales
El art. 32 de la Ley de Estupefacientes, 23.737, establece algunas peculiarida-
des para la instrucción judicial. Dicho p5~ceptoindica: "Cuando la demora en el pro-
cedimiento pueda comproineter el éxito de la investigación, el juez de la causa podrá
actuar en ajena jurisdicción territorial, ordenando a las autoridades de prevención las
diligencias que entienda pertinentes, debiendo comunicar las medidas dispuestas al
juez del lugar. Además, las autoridades de prevención deben poner en conociiniento
del juez del lugar los resultados de las diligencias practicadas, poniendo a disposi-
ción del mismo las personas detenidas a fin de que este magistrado controle si la
privación de la libertad responde estrictamente a las medidas ordenadas. Constatado
este extremo el juez del lugar pondrá a los detenidos a disposición del juez de la cau-
sa". Ver art. 31 bis de esta ley en la introducción al Capítulo 11, Título 1, Libro 11.Y el
art. 3 1 ter determina: "No será punible el agente encubierto que como consecuencia
necesaria del desarrollo de la actuación encomendada, se hubiese visto compelido a
incurrir en un delito, siempre que éste no implique poner en peligro cierto la vida o
la integridad física de una persona o la imposición de un grave sufrimiento físico o
moral a otro.
"Cuando el agente encubierto hubiese resultado imputado en un proceso, hará
saber confidencialmente su carácter al juez interviniente, quien en forma reservada
recabará la pertinente información a la autoridad que corresponda.
"Si el caso correspondiere a las previsiones del primer párrafo de este artículo,
el juez lo resolverá sin develar la verdadera identidad del imputado"402.
La CS con antelación a la modificación de la ley 23.737 operada por ley 24.424,
consideró conforme al orden jurídico el empleo de agentes encubiertos siempre que
su comportamiento se mantenga dentro de los principios del Estado de Derecho, lo
que no sucede cuando aquél se involucra creando o instigando la ofensa criminal en
la cabeza del delincuente. Mientras el agente encubierto se limite a reproducir para
el proceso aquello de que fue testigo por la actitud voluntaria de quien tenía el dere-
cho de exclusión sobre un ámbito constitucionalmente protegido y no se produzca
una verdadera intrusión a la intimidad, excediendo los límites de lo que el titular de
ese derecho de exclusión admitiera que fuera conocido por un extraño, no se violan
garantías constitucionales; por ende, no resulta prueba i l í ~ i t a ' ~La
~ .CF San Martín,
sala 1, admite que el empleo de un agente encubierto no es por sí mismo contrario a
garantías constitucionales, siempre que se atiendan las restricciones para no negar el
derecho de defensa del imputado; afirma la necesidad de distinguirlo del delito pro-
vocado y excluir el engaño a través de una trampa -intuampment- si constara una
inducción determinante de la conducta que de otro modo no se habría cometido4o4.
194 bis. El juez, de oficio o a pedido de parte, deberá apartar a las fuerzas
de seguridad que intervengan en la investigación cuando de las circunstancias
Se procura evitar el encubrimiento (art. 277, CP) cuando los que colaboran
con el juez en la investigación pertenecen a la inisma fuerza de seguridad que los
imputados.
Iniciación
195. La instrucción será iniciada en virtud de un requerimiento fiscal, o de
una prevención o información policial, según lo dispuesto en los arts. 188 y 186,
respectivamente, y se limitará a los hechos referidos en tales actos.
El juez rechazará el requerimiento fiscal u ordenara el archivo de las ac-
tuaciones policiales, por auto, cuando el hecho imputado no constituya delito o
no se pueda proceder. La resolución será apelable por el agente fiscal y la parte
querellante.
a) Procedimiento
Aferrarse a la Iiteralidad del epígrafe y admitir como vía apta para iniciar la
instrucción, amén del requerimiento fiscal, a la prevención policial4o6,significa pres-
cindir de una interpretación armónica con los preceptos del Código, coherente con el
sistema y, sobre todo, con el principio acusatorio. Por el contrario, la CNPE, sala B,
considera carente de jurisdicción al juez instructor cuando ordena medidas de prueba
sin contar con el correspondiente requerimiento fiscal; decide la anulación de dichas
medidas y de los actos consecutivos, entre ellos el procesainientoqo7.
En cuanto al primer párrafo, ver comentario al art. 188. La "prevención" im-
plica una pesquisa documentada a través de actas; en vez, "inforinación" es el mero
anoticiamiento. Aunque a los fines del inicio de la instrucción el distingo resulta
irrelevante: en ambos casos es indispensable el estímulo fiscal.
Respecto de la situación inversa, prevista en el párr. 2", ver comentario al
art. 180.
No se puede proceder cuando se trata de un imputado a quien alcanzan las
prohibiciones de los arts. 189 y 190 -ahora derogados; ver ley 23.520-; tampoco
en los casos en que corresponda instancia privada (arts. 6" y 72, CP) y no se haya
respetado.
Tanto la desestimación como la paralización provisoria deben efectuarse por
auto (ver art. 122); el juez debe fundamentar y exponer los motivos razonados en la
resolución (art. 123).
En los arts. 252, 371, 390 y 401 se establecen situaciones en las cuales no se
necesita estímulo fiscal previo; el juez instructor que reciba la comunicación debe
resolver si inicia el proceso u ordena el archivo.
-MP 2811999-, donde el funcionario se inclina por la plena operatividad del art.
26 de la ley 24.946, salvo que se trate de facultades reservadas exclusivamente a los
jueces, aunque dicha resolución acepq la validez de la diligencia cumplida, para
concluir, finalmente, que no medió apahmiento en tan singular trámite de las facul-
tades otorgadas por la Ley Órganica al MP, por lo que debe considerarse su actua-
ción... conforme a derecho y encuadrada dentro de la autonomiafirncional propia
de la magistratura ejercida -res. MP 11511999-; se inclina por la aceptación de
los actos preprocesales, aunque vacila acerca del impedimento para ingresarlo por
lectura al debate; por último, está de acuerdo con la censura de que los magistrados
puedan tener funciones superpuestas426.La CNCP, sala 1, aceptó, en consonancia
con las facultades otorgadas al MP por ley 24.946, la ampliación del testimonio de
la víctima y la exhibición de un álbum de fotografías para identificar al autor; deses-
timó la nulidad aun cuando no mediaba autorización judicial, pues la medida -en
su opinión- no revestía carácter irreproducible que cause su invalidación en los
términos del art. 213427.Es cuestionable que la eventual reproducción en el debate
tenga la misma fuerza convictiva que cuando se cumple originariamente durante
su desarrollo y, por ende, DO resulte vedada por el art. 213, inc. c). La CCFed., sala
1, tolera la realización de medidas de prueba por parte del fiscal, a pesar de que no
exista delegación de la i n s í r u ~ c i ó n ~ ~ ~ .
Por su parte, la Ley Orgánica del MP, 24.946, consigna en su art. 26 un am-
plio espectro para realizar actividades investigativas con el auxilio de organismos
policiales y de seguridad. El último párrafo de dicho precepto impone a los fiscales
requerir a dichos organismos "el cumplimiento de las disposiciones que tutelan el
procedimiento y ordenar la práctica de toda diligencia que estimen pertinente y útil
para lograr el desarrollo efectivo de la acción penal", sin perjuicio de las directivas
que el juez competente imparta. Por su parte el art. 33, inc. v), cuando se trata de
hechos atribuidos a la CS, por corresponder a su competencia originaria, reconoce
al Procurador General de ia Nación la actividad instructoria consignada -cuándo la
Corte se la delegue- en el primer párrafo de este art. 196.
Es acertada la preocupación de Carolina Ahumada en punto a que la ley 24.946
no fija el plazo que tiene el fiscal para llevar adelante sus investigaciones prelimina-
res y su eventual incumplimiento no trae aparejada ninguna consecuencia -señala
que la resolución PGN 12112006 no soluciona la cuestión-; menos aún se establece
la manera ni el momento en que el imputado y su defensor deben ser notificados de
esa investigación, o si tienen la posibilidad de solicitar una certificación sobre su
situación frente a ese proceso que supuestamente se sustancia en su contra429.
Delegada la instrucción, corresponde al fiscal asegurar la prueba y completar
el sumario para luego pronunciarse acerca de la procedencia del requerimiento de
instrucción; si lo omite, corresponde declarar nulo su dictamen, apartarlo de la causa
y remitir las actuaciones a su superiorjerárquico para que determine su reemplazo430.
429 "Las llamadas 'investigaciones preliminares' y el desafio de una reforma integral del proceso
penal", RDP, AbeledoPerrot, 612010, p. 1016.
''O CCC, sala 1, "Girón, Ernesto A,", c. 9610, LL del 211112000.
INSTRUCCI~N -
a) Naturaleza jurídica
Tiene alguna semejanza pero no resulta idéntica a la denominada instrucción
umaria o citación directa, al uso de los códigos de Córdoba de 1940 y de Men-
doza de 1950, entre otros. En vez, se le asemeja algo, la instaurada por ley 24.826
(arts. 353 bis y ter). En ellas, y sin otorgar al MP funciones jurisdiccionales, se posi- -
bilitaba -por considerarse innecesaria la investigación instructoria- la práctica de
medidas investigativas "...suficientes para fundamentar su requerimiento de juicio
no controlado por el tribunal instru~torio"~~'. Comprendía incluso la declaración del
-ver ahora art. 212 bis-, aunque excluía las resoluciones de coiitenido
nal como el procesamiento y el sobreseimiento; también en inuchos otros
ectos era controlada por el juez de instrucción. Su procedencia se limitaba a los
ometidos en audiencia ante un tribunal y a los reprimidos con pena de pri-
sión cuyo máximo no excediera de dos años, excluyéndose a los reprimidos con pena
. También se detraían de tal menester los asuntos complejos, de investi-
ngada o si surgía un obstáculo fundado en privilegio constitucional. Po-
con el requerimiento de citación a juicio, presentado directamente ante
tribunal de la oralidad, sin intervención del juez instructor; al iniciarse, el agente
llaba habilitado para pedir la desestimación de la denuncia o, durante su
desarrollo, el sobreseimiento o bien recabar la conversión en instrucción judicial.
También es diferefie del sistema seguido por los nuevos códigos, entre otros, el
de Córdoba (ley 8123) y el de Tucuinán (ley 6203). En ellos se ha sustituido la ins-
tnicción judicial por la instrucción fiscal preparatoria, convertida en regla, siguiendo
los lineamientos de la Exposición de Motivos del Código proyectado por Maier, pues
la judicial se reserva para los casos de imputados con privilegios coilstitucionales.
En estos sistemas se asigna al MP virtualmente la totalidad de las investigaciones,
con ciertos límites surgidos en casos en que se puedan comprometer derechos de
las partes. También ha desaparecido la atribución policial de actuar por iniciativa
propia. Al concluir la perquisición, el fiscal puede disponer el archivo por decreto, a
menos que hubiera recibido declaración al imputado, supuesto en el que debe pedir
el sobreseimiento al juez. Además, en caso de discrepancia entre el fiscal, que propi-
cia el sobreseimiento, y el magistrado, las actuaciones se elevan al fiscal de cámara
de acusación. Las conclusiones se notifican al defensor, quien puede oponerse a la
elevación a juicio o a¡ cambio de calificación
Ver coinentarios a los arts. 180, 181, 188, 194 y 195.
b) Procedimiento
En consonancia con la exclusividad de la recepción de la declaración indagato-
I juez de instrucción (arts. 196, pán. 2", primera oración, y 294) se excluye
tarea de las atribuciones del MP, salvo el supuesto previsto por el art. 212 bis.
Cumplido dicho acto por el juez, debe decidir si continúa a cargo de la investigación.
Como la solicitud de indagatoria implica el requerimiento de instrucción
(art. 188), el juez tiene siempre la posibilidad de rechazarlo con sustento en el último
párrafo del art. 195. Es que el agente fiscal no puede imponer el avocamiento al juez
de instrucción ya que, si se produce desavenencia entre el órgano requirente y el
CFed., sala 11, ED del 301612000, DPPC, f. 115, con nota de DE LLANO - KESSLERV, "Los
alcances de las facultades insbuctorias del Ministerio Público. Un fallo que avanza hacia el sistema
acusatorio".
'" CNCP, sala 111, LL del 41612001, f 102.076, con nota de Kent.
"" CCC, sala VII, 511 111992, c. 62.
436 CCC, sala VII, 511111992, c. 62; id., id., 1711111992, c. 68; empero, no son desatendibles
las razones aducidas por la CNPE, sala B, para desestimar la nulidad si, ante el desacuerdo, no medió
elevación -ED del 221512001, f 50.781-.
1
CCC, sala 1, 1211111992, c. 34; CCC, salaVI, SJP, de LLdel261511995, f. 93.193.
CF San Martín, sala 11, 271912004, RDP, LexisNexis, 1012005, Junspnidencia Sintetizada,
j
p. 901. 1
j
" 9 CCC, sala 1, ED del 311312000, DPPC, f. 87; id.,id,, LL 2511012001, f. 102.803, o DJ 2001-3-
558, f. 17.366; en este último caso, el fiscal recurrió contra un auto que dispuso devolver las actuaciones ya
delegadas; se dispuso que el juez reasumiera la dirección del proceso y definiese la situación del imputado. i
i
M T C C ,sala IV, "Calzone, Mario .l.", SJP, LL del 271912004, f. 108,095; con nota favorable de Í
Julio BAEZ,"Apostilla sobre los limites en la delegación de la insmicción sumarial".
CCC, sala V, RDP, AbeledoPerrot, 412009, p. 750.
1
!
La delegación, tanto al iniciar el sumario como al tomar declaración indagato-
mpone al juez si recibe la solicitud de sobreseimiento del MP reasumir la inves-
tigación -si no la considera agotada- o emitir la resolución respectiva; se trata del
ejercicio de facultades jurisdiccionales imposibles de abdicard4*.
Apunta con acierto Darritchon que el plazo para que el juez efectúe la delega- -
ción en el MP no es de carácter perenlorio -sin que pueda aceptarse que se con-
te arbitrariamente en cualquier estadio del proceso excediendo la previsión del
, 161e3-, pues "...para los órganos del proceso ... son todos ordenatorios..."M4.
un si el imputado tuviere el cobijo del privilegio constitucional, no surge obstáculo
delegar la instrucción; promover la acción, controlar el proceso e impulsarlo,
funciones del MP y no resultan, incompatibles con la dirección de la pesquisa
o su co~nplemento~~~.
Cuando el fiscal cumple esta tarea, resulta obvio que su opinión suple el reque-
nto4".
Excede el límite de la delegación instmctoria admitir la constitución de parte
rellante, pues se encuentra Comprendida denlro de los términos del art.-213,
La CF Gral Roca estima que los jueces federales tienen prevista la facultad
legación en el fiscal, sólo en orden a los delitos que exceden la competencia
ccional; considera que el agregado por ley 24.121 110 amplió el precepto del
Constitución de domicilio
constitución de domicilio procesal se requiere con miras a los actos de co-
cumplirse, sin pejuicio de que también se le hagan saber al
o a los arts. 144, párrs. 2'y 3', 145 y 295.
CARRILLO BASCARI, "Asistenencia letrada previa a la indagatoria: Pacto de San José", ED 145-907.
CNPE, sala A, DI 2001-3-1120, f. 17.609.
CS, G-473.XXII1, ED, Sintesis de Jurisprudencia, del 31711992, nros. 1572 y 1725.
CCC, salaVII, LLdel221811997, f. 95.814, o DJ 1998-1-598, f. 12.652.
Sala 11, BJ nro. 5, p. 20; sala 111, SJP, LL del 281411995, f. 93.098.
''O TOC nro. 5, LL del 6/1/1994, f. 91.472, con nota de C A S T ~ O"Nulidad N, de la declaración
dagatoria (Omisión de la entrevista previa del imputado con el defensor)".
"'241911993, "Álvarez, Juan Manuel", JA del 26/4/1995, p. 54.
LL del 26/6/1996, f. 94.220; en el caso, luego de la detención fue informado y hasta ese mo-
ent0 no se cumplieron actos procesales que requirieran la constilución de la defensa.
13/6/1995, "Martini", JA del 27/9/1995, p. 41.
'"'161811996, "Spikennan, Oscar", c. 734, reg. 227196.
3
Art. 198
" IROMERO VILLANUEVA, "Algo nuevo y viejo sobre las facultades del defensor particular en el
proceso penal", JA 1998-1-534.
CCC, sala VII, "Carpel, Berta", JA 1999-1, síntesis, nro. 44.
rica del art. 167 ni puede tomarse como causal de nulidad
en los términos del art. 168, párrafo segundo.
timo párrafo indica que la posición del MP no está supra-
resulta un corolario del principio de igualdad, fijado en
CW. A su vez, también apuntala su condición de parte en el proceso aunque
-
el secreto del sumario al MP; se le causa un gravamen
ción ulterior y permite revisar lo resuelto por vía de apela-
la Ley Orgánica del MP, 24.946, les asigna la verifica-
s presentadas en el proceso.
ED 161-220, f. 46.229; aunque la cuestión se suscitó durante la vigencia del Código anterior,
ecidido resulta aplicable ai régimen actual.
JA 1964-11-82, f. 8231.
Fallos 312:1580; 313:1113, y -la minoria- LL del 6/5/1996, f. 94.238, o ED 170-260, f.
47.569; también, ED 168-443, f. 47.313, o JA 1996-111-436, o LL del 301511997, f. 95.431, o ED del
25/4/1997, f. 47.851: en el procedimiento penal tiene excepcional relevancia y debe ser siempre tute-
362 . INSTRUCCI~N Art. 199
'O1 - LEVASSEUR
Op. cil., p. 727; conf. STEFANI - BOULOC,
Procedure, ps. 3481349,
'" CFed., sala 1, DJ 2000-2-260, f. 15.513, o LL del 301512000, f. 100.337.
'O3 JA 2000-IV-714 o ED del 711112000, DPPC, f. 147.
*" Conf. CS, Fallos 293574.
*O5 LL del 2611011998, f. 98.013, o ED del 20111i1998, f. 34-SJ.
Derecho de asistencia y facultad judicial
200. Los defensores de las partes tendrán derecho a asistir a los registros
domiciliarios, reconocimientos, rec~nstruccioues,pericias e inspecciones, salvo
lo dispuesto en el art. 218, siempre que por su naturaleza y características se
deban considerar definitivos e irreproducihles, lo mismo que a las declaraciones
de los testigos que por su enfermedad u otro impedimento sea presumible que
no podrán concurrir al debate.
El juez podrá permitir la asistencia del imputado o del ofendido, cuando
sea útil para esclarecer los hechos o necesaria por la naturaleza del acto.
Las partes tendrán derecho a asistir a los registros domiciliarios.
a) Principios generales
Tanto los registros domiciliarios como los reconocimientos, reconstrucciones,
pericias e inspecciones, son actividades que pueden resultar de imposible realiza-
ción ulterior durante el proceso, al igual que las declaraciones testimoniales que
se precisan en la oración final de este párrafo. Se exceptúa la inspección corporal
y mental del imputado ¿I de otra persona, a la que sólo pueden concurrir quienes
están señalados en el párrafo final del art. 218: defensor o persona de confianza o
exclusivamente esta última, siempre que no se trate del imputado en que se faculta
al defensor.
El párrafo segundo peimite asistir a un sujeto necesario como el imputado y a
quien resulta ofendido (art. 82). En cuanto a este último, su condición debe estimarse
a tenor de lo previsto por los arts. 14 y 87, en función del art. 56, última parte, con-
forme al cual puede apersonarse aun antes de ser tenido por parte.
Siempre se tolera la asistencia de las partes en los registros domiciliarios
(art. 228); pero al no estar impuesta, su ausencia no origina nulidad (confr. art. 167,
incs. 2" y 3').
Sobre la fonna de reílejar documentalmente la actividad, ver art. 138.
b) Casuística
Si se practicó un reconocimiento sin notificar a la defensa, se ha incurrido en
nulidad absolutaso6.Por ser acto irreproducible, es nulo el reconocimieiito cumplido
por los preventores sin notificación previa y sin que el juez fundamente la causal de
urgenciaso7.La índole de la nulidad desecha el consentimiento tácitos0%Se estima
causante de nulidad la omisión de notificar a los defensores la realización de un exa-
men técnico sobre la documentación secuestradaso9.
Son actos definitivos aquellos que, al ser ordenados, se vislumbra podrán ser
tomados en cuenta por el tribunal de juicio, tal como se han practicado por el juez de
instrucción; al cumplirse quedan agotados sin posibilidad de revisión por el órgano
CCC, sala IV, 111311993, "Fraga de Jafelle", c. 316; TOC nro. 3, 71411993, "Rolón, Leonar-
do", c. 7; TOC nro. 6, 161511993, "Guillen Varela"; CF Cap., sala 1, ED 170-508, f. 47.621. 1
'°1 TOC nro. 1,3011211992, "Pereyra, Gerardo E.", c. 106. !
CCC, sala V, DJ 2000-2-585, f. 15.636; el mismo órgano judicial decidió que si bien los
testigos de identidad reservada fueron admitidos por la ley 23.737, no deben considerarse nulas sus
declaraciones, siempre y cuando se las pondere como fuente de eventuales evidencias, mas no como
órgano de pmeha ("Cabello Sehastián", del 1711211999).
"Reparos que genera la interpretación judicial de las nomas de procedimiento penal (Segun-
da parte)", DJ 2000-3-439.
CNPE, sala B, JA 1999-111-679; la disidencia encuentra irrecurrible lo resuello por no deparar
eravamen inevarable -imoedir u obstaculizar el eiercicio del derecho de defensa-. Es harto oninable
que la desisi611pueda adopursr por pro\ idericiu siiliple y vid por auto, p,>rqiie al sulicitar la compsrerznciü
y Jecidinr en centido adierso a id prereii<ii,n,re resiil\~h1113 ~ ~ ~ c i d e-.i>nf
~ i t e ans 122, piii 2'. 123 )
la CNPII. sala A, admite, cubierta por la iiiipugiiabiliciad objetiva esrablecida cn el
art. 449.la detcrminacióii de inipcdir a nn abogado: designado defensor, participar
alto de recibir una declaración testimoGal; se entiende bien que Prevalece
recepto y cede la irrec~rribilidad~~~. Desde luego que la fundamentación exi-
implica, a esta altura, volcar en la providencia la exhaustiva descripción del
so intelectual que llevó a resolver en determinado sentido, ni enumerar en de- -
as circunstancias fácticas que le sirven de sustento ni, mucho menos, reclamar
eterminada extensión, intensidad o alcance de razonamientos22.
Deberes y facultades de los asistentes
03. Los defensores que asistan a los actos de instrucción no podrán hacer
de aprobación o desaprobación, y en ningún caso tomarán la palabra sin
a autorización del juez, a quien deberán dirigirse cuando el permiso les
ere concedido. En este caso podrán proponer medidas, formular preguntas,
er las observaciones que estimen pertinentes o pedir que se haga constar
lquier irregularidad. La resolución que recaiga al respecto será siempre
M-. En consecuencia, SI resulta menester denegar por auto, tal resolución debe ser fundada, y si causa
gravamen Irreparable, pareciera ser una excepción a la inapelabilidad de las medidas instnictonas
52' DJ 2000-3-68, f 15 929
Fallos 223:128.
En contra, CCC, sala VII, 71311994, "Bejm, Pablo", c. 1399; 171311994, "Sanguinetti, An-
drés", c. 1432, pues admiten la compulsa aun antes de la indagatoria, salvo la previa implantación del
secreto.
Ver CAFFERATA NORES, Laprueba ..., p. 38.
'26 CCC, sala 1, JA 1998-1-534, con nota de ROMERO VILLANUEW, "Algo nuevo y viejo sobre las
facultades del defensor particular en el proceso penal", id., id., ED del 41312002, f. 51.315.
I" Código...,ps. 1271128 y 242, al remitirse al comentario de los arts. 106 y 295.
$'VA 1993-11-468,
CF Mar del Plata, LL del 281911998, f. 97.874, o DJ 1998-3-1181, f. 13.712.
CNPE, sala A, DJ 1998-2-796, f. 13:117.
1 secreto; añade que impedir la consulta, previa a la declaración indaga-
ía letra muerta el art. 73, pues de no contarse con aquellos elementos que
mputación, mal puede alguien presentarse a aclarar los hechos e indicar
que pueda resultar útil, sobre todo si a esa altura, al gozar de los mismos
que el imputado, se le faculta a interponer excepciones y nulidades, entre
por lo que deviene contradictorio tener estos derechos y no conocer la -
Anuestro ver, la ley es clara y tiene en cuenta el interés pú-
e el cual se discurre en este estadio del proceso penal. Habrá de convenirse
oriza el acceso a las actuaciones no condice con el texto del
ués de la indagatoria prevalece aun frente a lo establecido por
rija el secreto del sumario no hay posibilidad de acceso. Empe-
actual es que si hay persona imputada no corresponde la reserva533;
os persuadidos de esta comprensión entienden que no hay forma de
2 0 4 , primera parte del párrafo primero, con la segunda, así como las
osiciones de los arts. 106 y 73534.
Coincidimos con la CCC, sala V, cuando asevera que la compulsa sólo puede
o de la declaración indagat~ria~'~, salvo excepción puntual en el
rse sine die dicho actos36.Como antes se dijo, habrá de verificarse
1 secreto no puede pugnar con el art. 18, CN, de acuerdo con la
e lo entienda. Nada obsta a que se haga saber al letrado antes de
argo, con puntillosidad, la imputación -por otra parte asegurada por el
9" de la ley 23.187-; en cuanto a las probanzas, la prohibición para el acceso
o de ley, y en tanto no se declare su inconstitucionalidad, se mantiene.
1 argumento del art. 73, si se brinda cabal noticia de la imputación - e n
cial el hecho que habrá de intimársele al prestar declaración-, las garantías
ewabies durante este tramo están cubiertas. Según Navarro y Daray, "...la cir-
e desconocer con precisión el tema confiado es razón bastante para que
1 defensor designado y que hubo de aceptar el cargo en tales condiciones, pueda
partarse de la defensa, aun sin mediar la 'excusa atendible' a que refiere el párrafo
el art. 106537.Tal es el propósito de la ley. Abalos también piensa que el
ario es secreto antes de la indagatoria, con lo que coincidimos con el hito inicial
a el comienzo de la publicidad para las partes -excepto el MP (art. 198, párr.
538; en vez, discrepamos con la restricción del secreto reimplantado ante la apa-
os imputados, pues lo ciñe sólo a éstos539.Pese a que la indagatoria es
ED del 301611997, f. 47.995; CCC, sala VI, ED del 291711999, NO. 268 SJ, "M.S.J.", del
'" CCC, sala 1, DJ 1999-2-1221, f. 14.515; id., id., ED del 311312000, DPPC, f. 85; id, sala VII,
LLdel311812000, f. 100.817;también CCC, sala VI, 121311998, "C., SA", LLdel3011211999,42.240-S.
CCC, salal, 51611997, "O., E.", LL del 41212000,42.262-S.
'" ED del 281412000, DPPC, f. 103.
Id., id., ED del 311112000, DPPC, f. 73.
Código..., p. 265.
Código..., p. 485.
'''Op. cit., p. 487; CNPE, sala A, JA 1998.1-540, o LL del 231211998, f. 96.644, con nota de
EDO MENDOZA, "Actividad procesal: publicidad, elasticidad de las Comas", quien considera "...
ea interpretación..." de este precepto extender los efectos del secreto sumaria1 al órgano acusador;
urre en exceso evidente al obstaculizar el ejercicio de la acción penal e impedir la intervención que
le atribuye -an. 167, inc. 2 0 .
370 .INSTRUCCI~N Art. 204
CNPE, sala A, LL del 2011011993, f. 91.701; id, id., al cesar el secreto los defensores pueden
efectuar la escucha de las grabaciones incorporadas en cintas magnetofónicas, JA 1999-1, síntesis, nro. 26.
j4' "Acceso a las actuaciones y defensa en juicio", LL Actualidad del 111512000.
Fallos 320:484.
I" MAIITORELL, "El secreto bancario frenie a la requisitoria judicial", LL del 221711994.
ED 162-431, f. 46.444.
IP' ED del 411011995, f. 46.691.
CNPE, sala A, LL del 281212001, f. 101.602.
INSTRUCCI~N
g) Derechos de la víctima
1 art. 79, inc. d), impone al tribunal informar, tanto a la victima como a un
"...sobre los resultados del acto procesal en el que ha participado". Pero este
iamiento no puede efectuarse durante la vigencia del secreto porque implicaría
'legio frente a las partes. Lo mismo sucede con la información que se debe a la
acerca del "...estado de la causa y la situación del imputado..." (art. 80, inc. b]).
comunicación
á decretar la incomunicación del detenido por un término
y ocho (48) horas, prorrogable por otras veinticuatro (24)
dado, cuando existan motivos para temer que se pondra de
terceros u obstaculizará de otro modo la investigación.
la autoridad policial haya ejercitado la facultad que le confiere el
t. 184, el juez sólo podrá prolongar la incomunicación hasta com-
un máximo de setenta y dos (72) horas.
n ningún caso la incomunicación del detenido impedirá que éste se co-
fensor inmediatamente antes de comenzar su declaración o
cto que requiera su intervención personal.
incomunicado el uso de libros u otros objetos que solicite,
an servir para eludir la incomunicación o atentar contra
(arts. 184, inc. S", y 281), la detención (arts. 283 y concs.) o la prisión preventiva
(art. 312). Procura impedir, a través del aislamiento, todo contacto con otras personas.
Es absoluta respecto de éstas, excepto el defensor @árr. 3' y art. 197, párrafo
primero, última 3
Es relativa en cuanto a determinadas circunstancias, como son las previstas en
tos párrafos cuarto y último. La negativa a autorizar "....actos civiles imposterga-
bles ..." suscita gravamen irreparable y resulta apelable (ver comentario al art. 449).
Dice Vázquez Rossi: "...no puede, en caso alguno, abarcar a las relaciones entre
el imputado y su defensor", refiriéndose a la incomunicaciónss'.Tampoco impide la
propuesta de defensor de confianza (art. 104, último párrafo)ss2.
Ver para los testigos, durante el debate, comentario al art. 384.
Donua y Maiza respaldan el derecho del incomunicado a ciertas noticias en la
CADHss3.A nuestro modo de ver, su art. 8", inc. 2", apartado b), sólo se refiere a la
"acusación formulada", giro que tiene un alcance técnico que remite al momento del
juicio (arts. 349 y 35 1). Las limitaciones a la incomunicación siempre han encontra-
do sustento en una respetuosa intelección del art. 18, CN.
Las entrevistas con los penados tampoco pueden ser escuchadas o captadasss4.
Limitaciones sobre la prueba
206. No regirán en la instrucción las limitaciones establecidas por las leyes
civiles respecto de la prueba, con excepción de las relativas al estado civil de las
personas.
a) Constitucionalidad
Es dudosa la constitucionalidad de esta norma, pues tiene dicho la Corte Supre-
ma que la facultad de las provincias -10 que no deja de ser aplicable a la Nación-
para legislar en materia procesal debe ser entendida sin perjuicio de las nomas de
ese carácter que puede dictar el Congreso con el fin de asegurar la efectividad del
ejercicio de los derechos consagrados en la legislación de fondosss.
Tal lo que ocurre con la prohibición de realizar la prueba del abuso de firma
en blanco por medio de testigos conforme lo establecido en el art. 1017, CC.Ss6.La
naturaleza del juicio oral no es motivo para apartarse de dicho temperamento, ya que
la libre convicción del juzgador, referida a la apreciación de la prueba, no autoriza
en Frma alguna la admisión de lo que está expresamente vedado por el Congreso en
La CF Rosario -bajo el rkgimen del Código derogado-, por aplicación del art. S", inc. d),
de la CADH, declaró la nulidad de una indagatoria por no haberse advertido al imputado el derecho
a comunicarse libre y privadamente con su defensor -ED del 9/12/1991, f. 43.838, con comentario
favorable de Bidart Campos y Herrendorf-.
5*' La defensa...,p. 159.
"' CS, Fallos 211:410; NORE', Código...,p. 191,Derecho...,t. V, p. 338, también en "¿Qué pasa
con la prueba de la filiación y de la edad a los fines penales?", JA 1968-IV-451, nota al fallo 1143 del
ST Córdoba; CAFFERATA NORES, Introducción..., ps. 59/60.
LL del 41612001, f. 102.089.
*" CS, Fallos 304:380 y 1097.
'" CS, Fallos 136:154; 138:157.
"' CS, 251611948, "Tamborini, José Miguel", Fallos 211:410, en autos.
'" Fallos 21 1 :410, ps. 413 inJinei420.
Art. 206
que tenga tan desdeñable origen; todas estas normas tienen jerarquía constitucional
(art. 75, inc. 22, CN).
c) Casuística .t
Con todo, hay fallos que restringen las facultades instructorias de la magis-
tratura penal sobre prueba relevante para determinar hechos tales coino la relación
entre un menor y quien afirma ser su abuelos6'. A sn vez, se ha declarado improce-
dente el recurso extraordinario interpuesto contra la resolución que remite al fuero
civil la decisión de cuestiones referentes a la filiación y tenencia de una menor
introducidas por vía de incidente en una causa penal, ya que la resolución no es
definitivas64.
La denominada "prueba informática" resiste, por su idiosincracia, a su equipa-
ración con la prueba documental; pero su apreciación no escapa a la sana critica o
libres convicciones56s.
Fuera de la limitación, el juez puede recmir a cualquier medio de prueba (para
establecer la deuda tributaria, puede acudir al peritaje o probanzas de otro tipo sin
quedar subordinado al informe administrativ~)~~~.
Tal limitación no alcanza al informante secreto, al agente encubierto y al testigo
de identidad reservadas67,siempre que se cubran un mínimo de condiciones, entre
ellas, que la medida sea dispuesta por el juez competente y que si se le convoca al
debate - e n el supuesto de que sus dichos hubieran sido invocados como prueba de
la acusación- es imposible puedan eludir identificarse. Estos arbitrios sólo pueden
utilizarse cuando la ley los respalda, v.gr., ley 23.737, modificada por ley 24.424568.
Rige siempre que el dato tenga pertinencia en relación con el objeto de la prueba,
vinculación temática con el objeto procesal y no medie prohibición legal; por eso no
cabe excluir de plano una grabación furtiva de conversación si se trata de conductas
de particulares con las que se pretende corroborar ---ciencia y técnica de por me-
dio---- lo denunciados69.
Si el instrumento público sólo consigna manifestaciones de los funcionarios
.
sin hacer posible precisar los alcances del acto jurídico celebrado, el acta carece de
valor probatorios70.
Un importante fallo de CNCP, sala IV, sostiene que las filmaciones de diálogos
entre encausados y terceros no constituyen probanzas encuadrables dentro del mar-
co del art. 236. Pero, merced a la libertad probatoria aquí establecida, constituyen
elementos arrimados al proceso por la víctima que, sin perjuicio de su valoración
'" OTEIZA, "La doctrina de la Corte Suprema sobre el derecho del niño a conocer su identidad, la
adopción y las facultades instructorias de los jueces penales", LL del 311011991; CS, Fallos 313:1113.
CS, ED del 5/3/1992, f. 44.013.
565 DESIMONI, "Incidencia de la informitica en el derecho procesal penal", LL Actualidad del
291611995.
CF San Martin, sala 1, LL del 261611996, f. 94.423.
RUDI,"El informante secreto y la garantía constihicional del debido proceso legal", ED 179-802.
Por ello no se ha admitido la figura del agente encubierto cuando se investiga una presiinta infrac-
ción a la Ley de Marcas (22.362); CFed., sala 1, 191712007,"Levy", SJP, LL del 24/9/2007, p. 65.
CNCP, sala IV, LL del 261311999, f. 98.515.
CNPE, sala A, LL del 291312000, f. 100.048.
INSTRUCCI~N e
Conceptos generales
momento inicial del cómputo comienza luego de la indagatoria. La prórroga
solicitarse antes del vencimiento. Los plazos se computan individualmente para
utado al igual que lo estatuido por el art. 204, párrafo segundo, última oración.
nnegable, como dice BorinsS: que existe "el derecho constitucional a una
nclusión del proceso que habrá de ponderarse para el otorgamien-
de la prórroga; a su vez, su excesiva prolongación íiexibiliza los impedimentos
a la libertad provi~oria*~~. El Alto Tribunal consideró que la garantía constitucio-
de la defensa en juicio incluye el derecho a obtener un pronunciamiento que dilu-
e la situación del imputado del modo más breve para poner término a la situación
idumbre y a la restricción de libertad que importa el enjuiciamiento penal;
17' En sentido similar, CCC, sala VII, 201912005, "Goldman", RDP, LexisNexis, 312006, p. 561;
Fed., sala 1, 19/5/2008, "A,, J.", ED del 191612008,p. 4; id.,id.,111712007, "León", RDP, LexisNexis,
LL del 231212001, f. 101.568, con nota de Quaveoo Mamozn, "Prueba documental y gra-
ciones furtivas", donde pone énfasis en que la asimilación del registro -en las circunstancias del
s o - no puede reconducirse al ámbito del art. 236; en todo caso, la actividad de la víctima debe
nerse en relación con los derechos fundamentales del imputado, acordando prioridad al interés que
cede una tutela superior.
'" SJP, LL del 2311212003, f. 106.761; con nota adversa de ALMEYRA, "Prueba extrajudicial,
actividad procesal y sana crítica", quien considera que su incorporación al expediente transforma a las
grabaciones en un acto procesal y, por ende, son atacables en su validez.
CFed, sala 1, 191512008, "Azcárate", SJP, LL del 261612008, p 39, RDP, AbeledoPerrot,
812008, p 1443
"* "La jurisprudencia de la Cámara Nacional de Casación Penal en materia de grabaciones y
lmaciones ocultas", RDP, LexisNexis, 1212005, p. 1132.
LL del 261611990, comentario al fallo 88.596.
'" CS, 41611991, JA 1991-IV-336.
376 INSTRUCCI~N Art. 207
itado prórroga en la forma prevista por el art. 207 no acarrea la nulidad de las
Si se tienen en cuenta los plazos fijados en el art. 207, en estos casos la instruc-
n debe practicarse en dos meses, prorrogable por un mes más, salvo el supuesto
cepcional previsto en el último párrafo del art. 207, aunque la práctica judicial ha
mostrado que la excepción se ha convertido en regla.
La redacción utilizada para fijar el trámite de la concesión de la prórroga resulta,
nuesho ver, un tanto confusa. No queda claro si la otorga el Procurador General de
ión o si éste solamente autoriza a solicitarla y es otro órgano el encargado de
rla --cámara de apelaciones-. Si se repara en la mayor celeridad que se quiere
brindar a estos procesos, pareciera que se trata del primer supuesto, respetuoso, in-
, de la independencia que goza el Mmisterio Público (art. 120, CN)s90.Pero no
" CCC, sala V, LL del 31811994, f. 92.382; su inobservancia no afecta la capacidad del juez,
no se relaciona con la aptitud para ejercitar la función; tal incumplimiento no acarrea la nulidad de
s actuaciones posteriores, CNPE, sala B, DJ 1999-1-321, f. 13.770, o LL del 2111211998, f. 98.242.
O~~ALMEYRA, "Limite temporal del procedimientoinshuctorio", que el sistema de nulidades del CPP
capta una situación semejante, pero que no se quita el agravio a la CN.
BRUZZONE, "LOSmecanismos para el control de la prórroga de la prisión preventiva", Cap.
VlI1, LL del 191211999, comentario al f. 98.369.
110s 300:1102; 319:1213, y LL2001-A-514, f. 101.567.
ASTOR, Elplazo razonable en elproceso del estado de derecho, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002.
Texto incorporado por ley 25.760 (BO del 111812003).
Coincide con nuestro pensamiento SEGHEZZO, "Análisis critico del art. 207 bis CPPN...",
RDP, LexisNexis, 712006, p. 1263.
378 JNSTRUCCI~N Art. 210
parece atinado que sea el Procurador General quien conceda la prórroga. Si lo que se
pretende es agilizar el trámite, debió haberse acudido al fiscal general ante la cámara
correspondiente, quien tiene mayor cercanía fisica y jerárquica con quien instruye el
proceso; sobre todo para los casos en a n d e la prórroga es solicitada por fiscales fede-
rales del interior del país. Así lo entendió el Procurador General de la Nación a través
de la res. 5712005 -del 161512005-, al delegar la autorización en el fiscal general de
la cámara correspondiente, aunque parece entender que quien resuelve, en definitiva,
es el órgano jurisdiccional.
Esta reforma -circunscripta para la investigación de los delitos previstos por los
arts. 142 bis y 170, CP- plantea el interrogante respecto de si el trámite de concesión
de la prórroga establecido para estos supuestos no debiera aplicarse para el resto de los
casos de delegación (arts. 196 y 196 bis, páni lo). El art. 212 sólo indica que el Minis-
terio Público deberá desarrollar la investigación en el plazo del art. 207, pero nada dice
sobre cómo debe proceder en caso de que se produzca su vencimiento. Por los motivos
brindados en el párrafo anterior, entendemos que el trámite del art. 207 bis tendría que
ser la regla general, salvo que el juez decida reasumir la investigación.
Actuaciones
208. Las diligencias del sumario se harán constar en-actas que el secretario
extenderá y compilará conforme a lo dispuesto en el Capítulo IV, Título V, del
Libro 1, de este Código.
Suelen utilizarse en forma vicariante los vocablos "instrucción" y "sumario",
según ocurre en este caso respecto del título que lleva el Libro 11 (ver su introduc-
ción).
Forma
209. El representante del ministerio fiscal procederá con arreglo a lo dis-
puesto por este Código para practicar las actividades a que lo faculta el art. 196
y que le servirán de base a su requerimiento (art. 347).
El art. 196 autoriza al juez a delegar -sea por su propia determinación o por
solicitud del MP- la faz práctica o de investigación o pesquisa en el agente fiscal (ver
comentario al art. 196). Dicha actividad sólo le servirá de base para formular sus con-
clusiones -al igual que al querellante, si lo hubiere (art. 346)- una vez que el juez
estime completa la instrucción (ver introducción al Libro 11, en especial acápite e]).
Atribuciones
210. En el supuesto que el juez de instrucción proeeda según el párrafo
primero del art. 196, el representante del ministerio fiscal, practicará los actos
procesales que considere indispensables, salvo aquellos que la ley atribuye a
otro órgano judicial. En este caso, los requerirá a quien corresponda.
Luego de promovida ia acción penal de oficio o recibida la denuncia por
el representante del ministerio fiscal, éste comunicará inmediatamente dicha
INSTRUCCI~N -
con la de juzgar, por más que una y otra sean ejecutadas por jueces diferentes",
restringiéndose "...lo propiamente jurisdiccional ..." a "...la realización del juicio y
nunca (a) la realización de la inve~tigación"~~~; discrepamos en razón de lo dicho en
la introducción a este Libro 11. 8
Por tratarse en definitiva de una declaración testimonial, se ha dicho con acierto
que el fiscal puede practicar un careo, siempre y cuando la discrepancia sea respecto
de declaraciones formuladas por testigosig2.
b) En cuanto al párrafo segundo, ver art. 199.
212 bis. No obstante lo establecido en el art. 213 inc. a), cuando hubiese
motivo bastante para sospechar que una persona ha participado en la comisión
de alguno de los delitos previstos por los arts. 142 bis y 170 del Código Penal de
la Nación, o en alguna otra infracción penal cuya investigación resulte couexa
con aquéllas, el fiscal procederá a recibirle declaración, salvo que el imputado
manifestase su voluntad de declarar ante el juez.
Cuando la declaración sea recibida por el fiscal, éste procederá de acuerdo
con lo establecido por las arts. 294 y siguientes de este Código. Concluida la di-
ligencia, el fiscal remitirá copia de todo lo actuado al juez, al solo efecto de que
éste resuelva la situación del imputado (arts. 306 y siguientes).
Cuando la declaración sea recibida por el juez, el fiscal le remitirá inme-
diatamente las actuaciones, conservando copia de sus partes pertinentes a efec-
tos de continuar con la investigación.
En ambos casos, antes de comenzar la declaración, deberá informarse de-
talladamente al imputado, si correspondiese, las disposiciones contenidas en e1
art. 41 ter del Código Penal de la Nación.
El juez deberá pronunciarse en el término improrrogable de cinco (5) días
desde la realización de la audiencia. La resolución será apelable, sin efecto sus-
pensivo, dentro del término de cuarenta y ocho (48) horasig3.
a) Principios generales
Se permite para estos casos -arts. 142 bis y 170, CP- que el fiscal sea quien
reciba la declaración indagatoria (art. 294). Sin embargo, es el imputado quien tiene
el derecho - q u e corresponde hacerle saber- de exigir que el acto sea realizado
ante el juez.
Como dijimos al comentar el art. 132 bis, en función del principio nulla coactio
sine lege, esta previsión no puede ser aplicada analógicamente para otros delitos. Por
ello, lo estipulado por el art. 213, inc. a), continúa siendo la regla general.
El fiscal debe respetar todas las exigencias establecidas para la recepción de
la declaración indagatoria establecidas por los arts. 294 a 305. Además, tiene que
hacerle saber al imputado, cuando corresponda, las previsiones del art. 41 ter, CP,
que establece la posibilidad de reducción de las escalas penales para los participes o
encubridores que proporcionen información que permita conocer el lugar donde la
BINIIER,Introducción...,ps. 95 y 295.
CCC, salaV, 191212009, "Kuttel", c. 36.073, difundido por el servicio de correo electrónico
de la Secretaria de Jurispmdencia, CCC.
Texto incorporado por ley 25.760 (BO del 111812003).
victiinn se cricueiitra pri\.ada J? su libertad, o la identidad JS otros panicipes o cncli-
bridorc.5del Iiccho, o cualqiiier otro dato yuc posibilite sil esclarr.ciiiiicrito.
Algiiiioa tributi;tlzs aosiiziizii que cii los supuestos de drlrgaci51i d? I;i iiistmc-
(arT. 196) no resulta indispensable - 4 e acuerdo con lo establecido por el art.
- que se dicte auto de procesamiento (ver comentario arts. 196 y 215). Pero
Sta interpretación no tiene cabida para los casos previstos por el art. 212 bis, toda -
que el legislador expresamente estableció que el fiscal -luego de la indagato-
deberá remitir copia de todo lo actuado al juez para que resuelva la situación
rocesal del imputado (arts. 306 y SS.).
Constitucionalidad
a CF La Plata declaró la inc6nstitucionalidad del art. 212 bis por entender
"...el debido proceso legal (art. 18, CN) impone que sea el juez quien la reciba,
ser, como ya se dijo, un acto que contiene la defensa o descargo del imputado.
a recepción por parte de quien ha sido instituido como principal impulsor de la
cción penal vulneraría el derecho de toda persona acusada de cometer una infrac-
'ón penal de ser llevada ante un juez u otro, tal como lo exige el art. 9", ap. 3',
acto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que forma parte de nuestra CN
art. 75, inc. 22)"s94.
Discrepainos con este criterio. El derecho constitucional a ser oído ante un
nal ---consagrado en diversos tratados internacionales- no puede ser equipa-
a obligación. Si efectivamente se trata de un derecho concebido como acto
defensa, es el imputado quien decide ante quién desea declarar. Potestad que se
tra salvaguardada por el legislador mediante la expresión "...salvo que el im-
manifestase su voluntad de declarar ante el juez". En idéntico sentido sostie-
Elhart que "...el círculo de protección se establece en función de los intereses
del imputado (incuestionables), m8s que en función de inconmovibles potestades de
la j u r i s d i c ~ i ó n "Alex
~ ~ ~Zlatar
~ señala con claridad que "...lo que los estatutos inter-
nacionales afortunadamente conceden, es el derecho a ser oído por un juez o tribunal
y no la obligación de allí sentarse"s96.Víctor Corvalán indica también que "...la CN
no establece que los imputados deban declarar sólo y exclusivamente ante un juez,
sino que tienen el derecho a hacerlo si así lo quieren. No hay ninguna noma cons-
titucional que prohiba al fiscal escuchar a un imputado que prefiere declarar nada
menos que ante quien lo está investigand~"~~~.
Cafferata Nores reconoció, hace tiempo, esta posibilidad al expresar que' "tra-
tándose de un medio de defensa (y no de prueba) que debe respetar la libre decisión
del imputado, no vemos reparo en que la reciba el ministerio fiscal, en presencia del
defensor... Porque si sinceramente se pretende que la declaración sea la oportunidad
para que el imputado ejerza su defensa material (y no la oportunidad para buscar su
confesión), más que pensar en la investidura de quien la recibe (juez o fiscal) habrá
que fijarse en las condiciones que mejor garanticen la libertad de declarar"s98.
La CF La Plata, sala 111, estima también que el art. 212 bis no es inconstitucio-
nal porque "...prevé expresamente la posibilidad de que el imputado opte por decla-
rar ante el juez de la causa"599.
Lo relevante es que el fiscal, en ellcto de la indagatoria, haga saber al imputado
que puede declarar ante el juez y respete todos los derechos conferidos por los arts.
296 y SS.~OO.
c) Plazos
El plazo para resolver la situación procesal del imputado se reduce de diez
(art. 306) a cinco días y el término para apelar se acorta de hes (art. 450) a dos.
La CF La Plata, sala 111, entiende que la fijación de un plazo de cuarenta y
ocho horas para apelar no vulnera la garantía ¿ie igualdad ante la ley (art. 16, CN).
El legislador "...ha actuado motivado en razones de política criminal y no en una
desig~aldad"~~'.
Requerimientos
213. En esta etapa,el representante del ministerio fiscal requerirá, bajo
.
. aractiaue los siguientes
nena de nulidad.. al "iuez de instrucción aue ~,
a) La recepción dr la declaración del imputado (art. 291);
actos:
** 3011212003, "Muso", Causa E.2838, www.eldial.com.ar, del 23/3/2004; id., sala 1, del
161712007,"G., G.", JA del 1411112007, p. 61; RDP, LexisNexis, 1212007, p. 2438.
En el mismo sentido, CNCP, sala 11, 1211212005, "B., M.", SJP, LL del 211712006, reseña de
Fallos p. 90.
'O' 3011212003, "Muso", Causa E.2838, Gww.eZdialcom.ar del 231312004.
INSTRUCCION
'" CFed., sala 11, ED del 301612000, DPPC, f. 115, con nota de DE LLANO - KESSI,ERV,"LOS
alcances de las facultades instmctorias del Ministerio Público. Un fallo que avanza hacia el sistema
acusatorio"; dichos autores sostienen que si la actividad puede cumplirse por las fuerzas de seguridad y
aun por los particulares, no hay obstáculo para que lo disponga el agente fiscal, siempre que se cumpla
con el plazo legal señalado por el art. 286; también encuentran respaldo para decidir la aprehensión en
el ait. 26 de la ley 24.946.
" O CCC, sala 1, 111412008, "Cárdenas", SJP, LL del 261612008, p. 57; RDP, AbeledoPerrot,
812008, p. 213.
6"' CCC, sala V, 9/2/2007, "N.N.", SJP, LL del 201412007, p. 38.
inexistencia de delito recurrida por el querellante; los dos primeros votos coinciden
en que la decisión procedente es el sobreseimiento y no la mera desestimación. El
sufragio en análisis coincide con los dos anteriores; pero cree encontrar en este pre-
cepto razones para estimar procedenteel archivo cuando la imputación sea endeble
y ya estaba ordenado instruir sumario60s.
e) Imponer la incomunicación rebasa la autorización del art. 184, inc. 8". Sólo
puede acceder a decisiones sobre cautela personal otorgada a los jueces (ver Título
IV). Se encuentra excluida de la denegación, tener a alguien como parte querellante;
si el fiscal así lo hubiere decidido, su providencia resulta nula606.
También lo es la resolución del MP quien, luego de la delegación apoyada en
el art. 196, amplió la declaración de la víctima y exhibió álbumes de fotografía6"'.
La Cámara comprende esa actividad bajo el género jurisdiccional, consideración
que estima amparada por este precepto. Más apropiado hubiera sido acotarla como
judicial, pues al decidirla no se resuelve el conflicto ni se apunta a su dilucidación;
sólo es una medida de pesquisa, como tal de carácter administrativo, y no excluida
de las atribuciones del M'>para el caso.
El fiscal no puede requerir los registros de llamadas entrantes y salientes por ser
una medida expresamente reservada al órgano jurisdiccional (art. 236, párr. 2°)6".
Tampoco le corresponde llevar a cabo la audiencia de contacto prevista en la ley
24.270609.
214. En caso de que el juez de instrucción dispusiera que continuara con la
dirección de la investigación, los actos procesales cumplidos p
te del ministerio fiscal, de acuerdo con las normas de este Cód
su validez.
Sin perjuicio de eilo, el juez de instrucción procederá con
"WCC, sala VII, 7/4/2005, "Hermoso", RDP, LexisNexis, 1012005, p 862, SJP, LL del
301612005, p 40, id sala V, 281312006, "Nawras", SJP, LL del 30 1612006, p 73
386 INSTRUCCION Art. 2 15 bis
MP, ahora incorporado un tanto por los artículos 353 bis y ter (ley 24.826). Dice lo
contrario Darritchon, pues afirma que este art. 215 "...permite la requisitoria sin auto
de procesamiento ..." en el caso de 19s delitos que no merezcan prisión preventiva
efectiva6". Son del mismo parecer Abalos6'?y Donna y Maiza6I3.La CCC, sala 1,
estima -al igual que los autores citaaos- que el auto de procesamiento no es nece-
sario en estos casos6I4.Sin embargo, a partir del criterio jurispnidencial mayoritario
de la CNCPGI5,que sostiene la necesidad del auto de procesamiento, modificaron su
decisibn por razones de economía procesal y se ajustaron a lo resuelto por la mayoría
de la casación616.
A partir de la reforma incorporada mediante ley 25.760, en los supuestos pre-
vistos por el art. 212 bis, el auto de procesamiento deviene expresamente imprescin-
dible.
La CCC, sala IV, encuentra agravio irreparable en la negativa del juez a recibir
la indagatoria solicitada por el MP en los casos en que continúa la instrncción dele-
gada y a criterio de la fiscalía la investigación ya está ~ u m p l i d a ~ ' ~ .
215 bis. El juez no podrh disponer el archivo de las causas en que se in-
vestigue el delito previsto en el artículo 142 ter del Código Penal, hasta tanto la
persona no sea halladaeo restituida su identidad. Igual impedimento rige para
el Ministerio Público Fiscal6I8.
Mientras no se suscite alguna de las dos circunstancias, el juez se ve impedido
de adoptar la decisión prevista por el art. 195. La extensión del impedimento al fiscal
no atiende a que el archivo a una decisión que sólo puede adoptar el órgano juris-
diccional (arts. 195 y 213, inc. d]).
6'4 SE, LL del 3011212004, f. 108.476; con nota adversa de ALMEYRA, "¿Elevación de la causa
a juicio sin procesamiento?", y RDP, LexisNexis, nro. 7, p. 314; en contra CCC, s e a V, SJP, LL del
301812004, f. 107.978.
Sala I1I,30/312006, "A,, L.", con disidencia de la jueza Ledesma, SJP, LL del 21/7/2006, p. 57;
sala 11. 13/8/2007, "Martinez Vereara". RDP LexisNexis. 512008. o. 823. En contra. sala IV. 111612008.
"l3iaiir". I<DP,Abe1:duPemir. 10 ? 0 0 h , p. ItiU3, \oto de los jueces Hornos v 1)tc.z Ojeda. El criterio ma-
soritario ouc susriciie la necesidad ilcl auto dz vro:ss~niir.nro Rie cunsoliil~dooor la CN('I1a través "el
Plenano ''~lanc",con notas favorables de P A C I L ~ ,"Algunas observaciones so& el plenario 'Blanc'de la
Cámara Nacional de Casación Penal", RDP, AbeledoPerrot, 1012009, p. 1703, y ALMEYRA, "In~üucci6n
fiscal y procesamiento", SJP, LL del 211712009, p. 22; ver la opinión adversa de AMELOTI?, "¿Derecho
constitucional a ser procesado?...", RDP, AbeledoPerrot, 1012010, p. 1724.
CCC, sala 1, 111412008, "Martíiiez Vergara", c. 30.984, www.eIdiaI,com.ar, del 5/6/2008.
" V A 2002-1-799.
Texto incorporado por ley 26.679 (BO del 9151201 1).
MEDIOS DE PRUEBA
T~TULO
111
MEDIOS DE PRUEBA
I
i al Concepto
al es un hecho atribuido a una persona como configurati-
un delito (ver comentario al art. 193). Basta con esa hipótesis, sustentada en la
los delitos de acción pública, los órganos predispuestos
entores en general, MP y juez- tengan la obligación
ar la actividad enderezada al comieilzo de la tarea instructoria. La conclu-
la realidad de esa sospecha, depende de la prueba.
njunto de diligencias tendientes a dilucidar el hecho
o. Según se adquiera certeza acerca de su existencia
ertinentes lo tendrán por acreditado o no.
sita certidumbre con grado de apodíctica -que la
de otro modo- para sustentar una sentencia de
or cierto cuando las pruebasasumen aptitud para
bilidad causal de que las cosas hayan sido de un
e; la prueba plena supone la eliminación de toda
nvuelve la seguridad de que los hechos
terior a la vigencia del Código, ahora derogada por ley 24.769, art. 24--, en cuanto
descartaba la excusa "...basada en la falta de existencia de la retención o percepción
cuando ésta se encuentre documentada registrada, contabilizada, comprobada o for-
malizada de cualquier modo", debía edeuderse como limitada a una presunción iuris
tantum"'.
El sistema de la libre convicción o de la sana crítica radica en que la ley no
vincula al juez, fijándole normas que cercenen su arbitrio para determinar la forma
en que se acreditarán los hechos ni le anticipa el valor de los elementos de prueba.
El órgano judicial tiene amplia atribución para seleccionar dichos medios, con muy
pocas excepciones -por ej., la manera de comprobar el estado civil de las personas
(art. 206)- y para apreciarla, ya que tan sólo debe ajustar sus conclusiones a las re-
glas de la lógica, la psicología y la experiencia común642.En síntesis: en esta función
se trata de utilizar los principios lógicos reguladores del correcto entendimiento bu-
mano643.El tribunal debe poner de manifiesto el razonamiento seguido para arribar a
la conclusión al motivar sus decisiones (art. 398, pár. 2', oración final). Sana crítica
equivale a libre convicción644.
Es deber de los magistrados extremar los recaudos en la búsqueda de la verdad
conforme a principios de justicia que deben primar en todo el procedimiento judi-
cial. Carece de fundamentación -y por consiguiente resulta nula- Ia sentencia de
condena que se ha limitado a la simple y llana enunciación de algunas de las pruebas
producidas en el debate o introducidas a él por lectura, sin meritarlas, relacionarlas,
ni poner de manifiesto el razonamiento
La motivación de las conclusiones es la única vía para hacer posible la estricta
fiscalización por los interesados y preservar así la inviolabilidad de la
gurada por el art. 18, CN646.
Es un lugar común entre los procesalistas penales expresar que una de las di-
ferencias más tajantes entre proceso civil y proceso penal consiste en la primacía de
la verdad formal, característica del primero, mientras en el segundo rige de'manera
irrestricta el logro de la verdad material. Con esto se afirma que la deteminación
de la verdad es disponible para las partes, en un caso, pues el mero reconocimiento
de los hechos las dispensa de la tarea enfilada a probarlos (art. 356, inc. lo, CPN).
En vez, el proceso penal se desarrolla con miras a administrar justicia con apoyo en
la verdad real, material o histórica; este aserto no contiene más razón que si se lo
entiende como restar, para reconstruir el hecho objeto del o, la aquiescencia
de-las partes.
"'TOCF nro. 1,221211995, "Adot", JA del 171511995; tal es el criterio del doctor Costa, quien
estima lesivo para la defensa en juicio -art. 18, CN- evaluarla como una presunción iure ef de iure.
A nuestro modo de ver, el régimen de evaluación probatoria introducido por este Código pugna con
dicha clase de presunciones.
Ver CARRERAS, Eduardo, "La sana critica y el testimonio del coprocesado", JA 15-1972-629;
. . sala 11. LL del 1811211995. f. 93.861.
CF Cav..
"T Córdoba, sala Penal, LLC 1991-508.
VELEZ MARICONDE, Derecho ..., t. 1, p. 353, nota 32.
"* CNCP, sala IV, LL del 261311999, f. 98.5 15, con nota de RIMONDI, "La doctrina del 'pueilte de
plata' en el cohecho".
6q"VE~~~ MARICONI~E, Derecho ..., t. 11, ps. 203 y SS.; en contra, MAIER,al negar la motivación
como exigencia constitucional por aferrarse a la inipei.atividad del juicio por jurados, aunque admite
que la ley puede exigirla, Derecho ..., t. 1-B, ps. 2431247.
MEDIOS DE PRUEBA .
Inspección judicial
216. El juez de instrucción comprobar&,mediante la inspección de perso-
nas, lugares y cosas, los rastros y otros efectos materiales que el hecho huhiere
dejado; los describirá detalladamente y, cuando fuere posible, recogerá o con-
servara los elementos probatorios útiles.
*' "S, LL del 61511996, f. 94.226, con nota de SUPERTI,"La declaración del imputado y sus efec-
tos coino elemento de cargo". Asimismo pueden consultarse los trabajos de CARRIO, Justicia ..., ps. 71 y
SS.; Garantías..., ps. 85187, especialmente nro. 17; CAFFERATA, Temas..., ps. 1951198; D'ALBORA, "Sobre
la prueba ilicita en el proceso penal", Revista del Colegio de Abogados de San Isidvo, libro homenaje
XXV aniversario, Buenos Aires, 1991, ps. 1271139.
" TOC Fed. Paraná, LL del 26/10/1998, f. 98.004.
"I' ED del 1/7/2002, f. 51.552.
tiene que reflejar en las actuaciones cómo se produjo, sin perjuicio de canalizar debi-
damente la promoción del proceso penal (arts. 177, inc. 1 O, 180, 188 y 195).
Inspección corporal y mental 2
218. Cuando lo juzgue necesario, el juez podrá proceder a la inspección
corporal y mental del imputado, cuidando que en lo posible se respete su pudor.
Podrá disponer igual medida respecto de otra persona, eon la misma limita-
ción, en los casos de grave y fundada sospecha o de absoluta necesidad.
En caso necesario, la inspección podrá practicarse con el auxilio de peritos.
Al acto sólo podrá asistir el defensor o una persona de confianza del exami-
nado, quien será advertido previamente de tal derecho.
Ver comentario al art. 78,
a) Concepto. La primera jamás puede tener el alcance de la requisa personal,
pues ésta consiste en el minucioso examen sobre el cuerpo de una persona con la
extensión señalada en el art. 230. Ambas requieren orden judicial, pero ésta no puede
alcanzar la intensidad de la requisa, que se extiende hasta la más prolija intrusión
en el cuerpo del examinado. Mientras la inspección no va más allá de verificar,por
la percepción, el aspecto externo del cuerpo que la soporta, la requisa involucra el
acceso a cavidades naturales y el eventual secuestro de las cosas relacionadas con
el delito.
b) El primer párrafo no es más que una especificación de la inspección judi-
cial (ver comentario al art. 216).
c) El párrafo segundo alude, por ejemplo, al supuesto de un único testigo de
cargo que muestre signos de periurbación mental y a través de cuyos dichos pudiera
condenarse al imputado5". Según Manzini, la sospecha es aquella que puede demos-
trarse mediante argumentos objetivos A su vez, Leone indicaque la
"...grave y fundada sospecha ..." no exige que se trate de la referente a la coinisión
de delito, pues "...es suficiente la sospecha (es decir, la suposición) de que sobre la
persona se encuentren elementos de prueba"; v.gr., huellas de violencia experimen-
tada cuando se cree que la persona quiera ocultar o disminuir la responsabilidad del.
imputado o bien simularlas o exagerarlas; potencialidad visiva de un testigo que
a h e haber visto663.
d ) Posibilidad de realización en el imputado. Cada vez que el imputado actúa
como obieto de la prueba no está alcanzado por los términos de lacláusula cons-
titucional que veda la declaración contra si Se considera violada dicha
cláusula en los casos de obtención de muestra de orina del imputado6'*.
Sin embargo, existen límites impuestos por el derecho a la integridad fisica
y la prohibición de tratos inhumanos y degradantes; en general, si sólo se afectan
""'V~ZQUEZ IRULUBIETA - CASIRO,Procedimiento..., t. 11, p. 97, Buenos ire es, 1969; ver art. 200.
Tratado...,t. 111, p. 241.
Tratado..., t. 11, ps. 1911192, nota 86.
CS, Fallos 255:18, o JA 1963-IV-380,f. 7217, o ED~-582,f. 4058; conf. MAIER,Derecho...,
t. 1-B, p. 444; CCC, sala VII, LL del 251911997, f. 96.044; id., id., JA 1998-11-516.
""ICC, sala VII, 301812007, "Caro", JA del 1411112007, p. 84.
INSPECCIÓN JUDICIAL Y RECONSTRUCCIÓNDEL HECHO
ifieren las razones que autorizan cumplir una inspección según se trate de
u ados u otras personas; mientras en el primer caso basta sustentar la decisión
la mera necesidad, en el ultimo se requiere ajustar lo resuelto a lo previsto en el
. 123; es uno de los supuestos en que implícitamente la ley requiera que el decre-
providencia simple- sea fundado, único modo de evitar excesos; corresponde
licitar la "grave y fundada sospecha" o bien la "absoluta necesidad".
M(' CP Paraná, ED 137-340, f. 42.364; CCC, sala 1,2111211990, voto del doctor Donna, JA 1992-
1-23; JFed. Bariioche. ED 161-223. f. 46.230.
" GONZÁLEZ - CUELLAR SERRANO, Proporcionalidad ..., ps. 2971302.
ED 137-340, f. 42.364, con nota adversa de BIDART CAMPOS.
M' CCC San Francisco, LLC 1991-720.
"O CCC, salaV11, ED del 101911998, sums. 16, c. 7520.
a) Antecedentes
En el caso "Vázquez Fet~á"'~~,la CS entendiójustificada la negativa de una víc-
tima mayor de edad a someterse a la extracción de sangre para efectuar un examen
a los fines de determinar su verdadera identidad, si puede ser utilizado para obtener
e acuerdo al primer párrafo, el imputado 'es uno de los posibles sujetos des-
os de la extracción -sangre, saliva, piel, cabello u otras muestras biológi-
. La controversia se genera a partir del alcance que cabe otorgarle al vocablo
rsona; en particular, si atrapa a la presunta victima del delito, en función de la
ión que a su respecto se efectúa en el párrafo quinto.
ara Filippini-Tchrian, la norma permite al juez ordenar la extracción de una
uestra biológica de la víctima incluso si ésta se opone y la única consecuencia que
voca su negativa es que el juez debe evaluar caminos alternativos de prueba antes
ordenar la extracción c o m p ~ l s i v a ~ ~ ~ .
Sin embargo, el texto del quinto párrafo con el que finalmente salió sancionado
1 art. 218 bis parece no admitir dicha interpretación, pues frente a la oposición de
víctima a someterse a la extracción, la única opción con la que cuenta el juez es la
úsqueda de alguno de los medios alternativos que se analizarán en el siguiente acá-
ite d), pero nunca podrá extraer compulsivamente ADN del cuerpo de la presunta
'ctima. Distinta sería la situación si se hubiera mantenido el texto original del pro-
to elevado por el PEN. Tal como lo destaca Bongiovanni S e ~ e r a ' ~el~proyecto
,
blecía que en caso de negativa de la victima, el juez procederíapreferentemente
uerdo a alguno de los medios alternativos establecidos en el párrafo cuarto.
676 Acuerdo de solución amistosa, petición 24212003, "Luca de Pegoraro, Inocencia", citado y
- TCHRIAN,
comentado por FIL.IPPINI <'ADN:el nuevo art. 218 bis, CPPN", RDP, AbeledoPerrot, 512010,
dentificación de cadáveres
realizare por causa de muerte violenta o sospechosa
fuere desconocido, antes de procederse al entierro
umación, hecha la descripción correspondiente,
de testigos y se tomarán sus impresiones digitales.
indicados no se obtenga la identificación y el estado -
será expuesto al público antes de practicarse la au-
ga datos que puedan contribuir al reconocimiento
n los delitos cuyo resultado sea la muerte de una persona resulta indispensable
curar la identificación del occiso. Bajo el régimen anterior, en el que prevale-
la prueba legal, se produjo una absolución que conmovió a la opinión pública,
tada la muerte de una persona que jamás apareció68'.Dicho
derigoGS2 y Silva RiestraGS3. Mientras el primero
ayoría, pues se ajusta, con rigidez, al apotegma de
acreditado la confesión no surte efectos legales, el
ón al adherir a la tesis de la minoría que, en rigor de verdad,
rueba cercana a la sana crítica o libre convicción.
1 caso, nos decía: "...en Córdoba la absolución nunca
esta opinión refleja que, sin mengua de las garantías para
nor de este precepto y de sus concordantes y siempre que
nto, queda vinculado tan sólo por la acertada aplicación de
1 correcto entendimiento humano. Sin embargo, a nuestro
atento la imposibilidad de identificar por medio alguno a la víctima -por
,por destrucción de la piel de las manos y tornar imposible la investigación
e piezas dentarias idóneas, etc.-, la condena, aun median-
convierte en tarea más que ímproba.
ndo las circunstancias de la muerte son violentas o
a) Sujetos intervinientes
Para el juez resulta facultativaGS4.
El acto es complejo desde el punto de vista subjetivo, porque debe intervenir el
z y pueden hacerlo peritos y testigos (arts. 222 y 223).
Operaciones técnicas
222. Para la mayor eficacia de las inspecciones y reconstrucciones, el juez
podrá ordenar todas las operaciones técnicas y científicas convenientes.
Ver comentario a los arlículos precedentes de este capítulo y a los del Capítulo V.
Juramento
223. Los testigos, peritos e intérpretes que intervengan en actos de inspec-
ción o reconstrucción, deberán prestar juramento, bajo pena de nulidad.
Ver comentario al art. 117.
ticación de cansa en la que sr. libra; la indicación concreta del lugar o lugares _
que habrán de ser registrados; la finalidad con que se practicará el registro y la
autoridad que lo llevará a cabo. El funcionario actuante labrará un acta confor-
me lo normado por los arts. 138 y 139 de este Código.
En caso de urgencia. cuando medie delegación de la diligencia. la comn-
z
.
Fundamentación
e su falta de autonomía como medio probatorio, ver la introducción al
no debe ser generosa692.De todos modos, el auto que lo ordena no debe ser explícito
ni sacramental; más bien ha de estarse en cada caso a verificar sus condiciones parti-
c u l a r e ~Se
~ ~ha~ quitado
. mérito a las manifestaciones de un auxiliar de la prevención
donde refiere haber tomado conocimier)to del contrabando, sin explicar cómo pudo
haber adquirido el dato y estimarse insuficientes las tareas de investigación previas
para fundamentar el auto694.
Cuando una repartición estatal -la DGI- expuso fundadas razones que jus-
tifican el pedido, la posterior nulidad de la orden de allanamiento, sustentada en
la ausencia de fundamentación, conlleva un excesivo formalismo695.Por eso se ha
dicho que la remisión a lo manifestado por la DGI se convierte en parte de la decisión
judicial y cubre la exigencia de fundamentación, si se establecen los objetos sobre
los que debe cumplirse696.
El tribunal debe valorar las constancias obrantes en las solicitudes y verificar
si plantean cuestiones de significativa importancia para considerarla^^^^. Mas la sola
reticencia del contribuyente para negar información a la DGI respecto de una fis-
calización no autoriza a allanar su domicilio, atento a la ausencia de indicios que
justifiquen la urgencia de tal medida698.
La Suprema Corte de Estados sienta criterio en tomo a la denominada
causaprobable para registrar un auto; reclama, más allá de la imputación del delito
a una persona, la existencia de una razón atendible para creer que las cosas que han
de buscarse y secuestrarse están en el sitio a que se quiera acceder. Deben conciliarse
dos intereses: por un lado, la medida en la cual se entromete en la pnvacidad indivi-
dual, y por otro, el grado necesario para fomentar legítimos intereses gubernamen-
tales. Al anotar el fallo, dice Cayuso que no bastaría estar en presencia de uno de los
En el mismo sentido, CNCP, sala 111: el defecto de fundamentación que descalifica la,prueba
legítimamente obtenida sin corresponderse con los fundamentos del fallo, constituye una causa de
arbitrariedad, resiente su motivación lógica y desatiende el mandato del art. 123 -"L., L. y otros", del
61711998, nro. 42.140-S, LL del 211211999-.
"WNPE, sala B, JA 1999-11-594; con disidencia de Hendler, quien, si bien acepta la rcmisión
que convierte en su~ertluorepetir las razones que constan por escrito en otra parte del proceso, exige
-'o11 aci~rte que 311i deben cIICOtllrilr~i3i13isd3b 132 r371111es j ~ ~ l f i ~ a tqui
1 3 )peril1IIin Ilscer excep-
ción al rcs>?uardocon~tirucioti~l de 1:i m\ ~olitb~lidsddel duniiciliu; por ello no basr:i reiniiirsc a la soli-
citud del &cal si a su vez lo hace en orden a una afirmación escueta; expresada en términos hipotéticos,
impersonales y sin ninguna indicación de las circunstancias o motivos que expresa.
""CNPE, sala A, DJ 2000-1-298, f. 15.004; id., sala B, DJ 2000-3-637, f. 16.139, o JA 2000-
111-754; CNCP, sala IV, cuando no se advierte que el magistrado tuvo cabal conocimiento de las tareas
realizadas por los preventores, LL del 21512001, f. 101.920, con disidencia de Hornos.
" T S . ED 177-479. f. 48.626. o JA 1998-IV-531. oDJ 1998-3-246, f. 13.358. oLLdel301611998,
f. 97.391, deivoto de la mayoría -con nota de ~n~~i6,"'~undamentació" de las órdenes de allanamien-
to: ¡Alcanza con Que los funcionarios retengan " los inotivos in oeclore?". para
. auien
. es res~onsabilidad
de los juc;er " q u e f.intl;iiiie~itinp<,rqus Fiiponen lo que estiti supo~iieiiilo"-: la srciidible disidcricio
del ductor Petracclii estinia insiiticicnic 1.1 ix~rcsi611 Jc Id sos~echaile iiii fiin;t<itisr~opubltcu para
constituir base objetiva necesaria de la medid; Es que si sólo trasunta la voluntad de quiai suscrilie el
pedido resulta, a todas luces, endeble, aunque si existen basta la remisión, porque significa que el juez
las hace suyas; id., JA 1998-IV-60; CNPE, sala B, DJ 1998-3-832, f. 13.582.
CNPE, sala A, DJ 1999-2-340, f. 14.174.
Id., ED 179-490, f. 48.833.
CNPE, sala A, LL del 61711998, f. 97.444, o DJ 1998-3-639, f. 13.504.
"9 LL del 171312000. f. 99.988.
Art. 224 REGISTRO DOMICILIARIO Y REQUISA PERSONAL
medios posibles sino que, mucho más allá, se exige prueba de ser el idóneo para el
fin perseguido70o.
Para disponer el allanamiento, el auto que lo ordena debe sustentarse en una
base seria y suficiente para justificarlo; no bastaría la información provista por un
escrito y un llamado telefónico anónimo70'. Deben especificase la mención de los
"motivos" fundados, pues su mera invocación implica pura discreci~nalidad~~~. No
resulta suficiente la íntima convicción del magistrado703.Esta regla ensambla ar-
mónica y directamente con el art. 123, y aun cuando el juez en persona conduzca
la diligencia, debe haberlo dispuesto por escrito. En este caso, sólo cabe prescindir
de la orden de allanamiento; en vez, es obligatorio contar con ese documento si el
magistrado dejó en manos de otro el cumplimiento operativo del registro704.La firma
del proveído que lo dispone puede faltar, sin que incida sobre la validez de lo actua-
do, cuando la orden que lo efectiviza está suscripta y glosada en la foja siguiente,
con transcripción de lo sustancial del decreto cuestionado, pues muestra, a cabalidad,
la expresa voluntad jurisdiccional de llevar adelante la requisa domiciliaria en cues-
tión705.No es aceptable el mero favorecimiento de la averiguación al poder contar
con el "factor sorpresa", pues, de lo contrario, se consagraría una de las peores in-
moralidades706.Empero, basta aludir en el auto a que la medida fue requerida por el
fiscal si también se encuentra abonado por los dichos del querellante707.
El origen de los datos obtenidos por la prevención -antecedentes de la orden
de allanamiento- no afecta la validez del acta, aun cuando la información fuera su-
ministrada por un familiar del incurso; por eso, cabe declarar la nulidad si el allana-
miento desvía una investigación originariamente emprendida respecto de1 hermano
de quien se hallaba procesado708;desde luego que es preciso cerciorarse de que a
través del acceso al dato no se destruye la prohibición del arl. 242.
Es inválido sin decreto alguno del magistrado que explique la necesidad del
registro; tampoco basta la orden policial, pues los preventores tienen expresamente
prohibido realizarlo o llevarlo a cabo sin la orden legal del juez competente709.
'O* CF San Martin, sala 11, LL del 15/1/1999, c. 577, reg. 473, ficha NF.2134.
'M CF San Martin, sala 11, JA del 19/5/1999, p. 81, "Adriazola, José M.".
406 REGISTRO DOMICILIAR~OYREQUISA PERSONAL Art. 224
'" JA2001-111-749.
DJ 2001-2-755, f. 16.940, O LL del 281612001, f. 102.232.
""A del 1411011992,p. 25, "Torres, Oscar C. y otro", con nota critica de GARAY, ''El domicilio
no es inviolable, salvo en casos excepcionales", o ED 148-720, f 44.566.
'" CF Cap., sala 11, JA del 29/7/1992, anotado POIABREGU, "Alcance de la orden de allanamiento
Y la prueba hallada accidentalmente".
ED 122-498, f. 40.030.
'19 SJP, LL del 221311995, f. 92.990.
410 REOISTRO DOMICILIAR~OY REQUISA PERSONAL Art. 224
mite objetar cualquier acto que constituya una ampliación del objeto de la pesquisa,
porque su intimidad ha sido desguarnecida por mandato judicial740.
El párrafo final del actual texto resuelve la cuestión acorde con la tesis amplia
que legitima el secuestro de objetos d&tintos a los incluidos en la orden; empero
establece la comunicación al juez o fiscal intervinieiite, según se trate de instrucción
judicial o sumaria (arts. 193 y SS. y 353 bis), porque en la delegada debe ordenarlo
siempre el órgano jurisdiccional (art. 196). Suma importancia reviste la tiecesidad de
explicitar el sitio del registro y la finalidad -secuestro de efectos o detención de su-
jetos- mentada por el párrafo segundo. El párrafo tercero establece el criterio para
tomar indubitable por qué ingresaron los preventores antes que los testigos.
d) AIIanamiento por 1a prevención
La facultad policial para decidir allanamientos en los casos de represión de
juegos de azar (art. 10, dec.-ley 661811957) se ha considerado derogada a partir de
la vigencia de este A nuestro ver, si la orden judicial (art. 224, párr. 1")
es la regla y el art. 229 impone a cualquier "...autoridad competente..." requerirla al
tribunal para "...practicar registros domiciliarios...", fuera de las excepcionales cir-
cunstancias previstas por el art. 184, inc. 5", la autorización resulta ineludible.
El giro "...funcionarios de la policía" del párrafo segundo, primera oración, no
indica urns repartición precisa, sino que alude a la función policial; por eso resulta
válida la ejecución de una orden de allanamiento cumplida por agentes de la DGI.
Policía no es exclusivamente la preventiva ni la de seguridad ni la que ejercen los
cuerpos armados; también lo es la policía económica a quien incumbe las funciones
acordadas por el art. 41, inc. e), de la ley 11.683, entre las que cuenta la gestión rela-
tiva a órdenes de allanamiento742.
e) Medios electrónicos
Los medios electrónicos conocidos son el fax y el correo electrónico (ermail).
Deben existir razones de urgencia para que sean utilizados y verificarse su contenido
con el documento original.
En cuanto al primero, el legislador receptó el criterio jurispnidencial sentado
con anterioridad en cuanto permite que la comunicación de la orden sea efectuada
por este medio743.
La novedad radica en permitir la utilización del correo electrónico. Para ase-
gurar la integridad de la información y la identidad del remitente se permite el uso
de la firma digital. El art. 2", ley 25.5067M,define como tal al resultado de aplicar
a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información de
exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control.
La firma digital debe ser susceptible de verificación por terceras partes, para que
permita identificar al firmante y detectar cualquier alteración del documento digital
posterior a su firma.
El art. 77, penúltimo y último párrafo, CP, establece que los términos "firma" y
"suscripción" comprenden la firma digital, la creación de una firma digital o firmar
digitalmente. Los términos "instrumento privado" y "certificado" comprenden el do-
cumento digital firmado digitalmente745.
Allanamiento de morada
25. Cuando el registro deba efectuarse en un lugar habitado o en sus de-
ncias cerradas, la diligencia sólo podrá realizarse desde que salga hasta
prestado por el interesado para el ingreso del personal policial a su domicilio exime
de la exigencia de la orden judicial escrita que faculta el allanamiento752.
No deben quedar dudas en cuanto? la plena libeitad del individuo al formular
la autorización para inspeccionar; no bksta la mera ausencia de reparo atento a las
circunstancias que rodearon la aprehensión753. Por su parte, la CF La Plata, sala 111,
reputó ilegal el allanamiento efectuadopor la noche, conka la manifiesta negativa de
los moradores, si el personal policial no se identificóa la par que utilizó alto grado de
violencia sin exhibir ni dar lectura a la orden judicial; también se marca que el consen-
timiento por la hora requería, para ser válido, se lo prestase antes del ingreso al domi-
cilio; a su vez, recaba que los preventores hagan sonar el timbre, notifiquenla orden y
penetren después e infonnen al interesado la posibilidad de negarse al cumplimiento
nocturno de la diligen~ia'~~. NOSresulta encomiable el sesgo garantista de la Cámara y
de la nota de Carió, aunque sigue nuestro ánimo fiel al principio de la imposibilidad
de establecer fónnulas rígidas desoyendo las peculiaridades del asunto: tan censurable
es convalidar un desplante autoritario como la ingenuidad de un rigorismo formal
exigible tan sólo a policías con vocación para un sacrificio rayano en el heroísmo. En
el caso compartiinos la tesis de la Cámara y del anotador, pues la falta de unifonne
policial, sumado a la hora, muestra que la renuencia a acatar la orden era bien legítima.
Con posterioridad, la propia Corte Suprema estableció que no se puede cons-
truir una regla abstracta, que conduzca inevitablemente a tachar de nulidad el con-
sentimiento dado para una inspección o requisa domiciliaria, en todos los casos en
que, quien lo prestó, estuviese privado de su libertad; es preciso practicar un examen
exhaustivo de las circunstancias que rodearon cada situación y verificar si existen
vicios que hayan podido afectar la voluntad libre de quien, en aquellas condiciones,
prestó su con~entimiento~~~. No es válido si el acta confeccionada por los funcio-
narios no explicita los motivos manifestados al morador por los cuales aquéllos se
hicieron presentes en el lugar, previo a que éste brindara su consentimient~~~; ,
nota de LEOESMA,
"El consentimiento para el allanamiento de doinicilio".
REGISTRO DOMIClLlARlO Y REQUISA PERSONAL
se genera por lo complicado que resulta precisar hasta qué punto puede considerarse,
en detenninadas situaciones, inobjetable la conformidad. Parece justo que si se incurre
en una demasía en la interpretación de esta norma y se crean requisitos que la garantía
tutelada no exige, la sentencia aue acoia la ineficacia resultará nula758.
La invio&ilidad del do~hicilio,"además de estar protegida en el art. 18, CN,
encuentra amparo en los arts. 11.2, CADH, y 17, PIDCP (art. 75, inc. 22, CN). -
Tanto los casos graves y urgentes como aquellos en que peligre el orden pú-
ico son situaciones incluidas en el art. 227. Con ambas locuciones se comprenden
rcunstancias de excepción.
Si no puede cuestionarse el consentimiento de quien estaba facultado para opo-
nerse, tanto el allanamiento como la incautación consecuente son válidas759.Lo que
se necesita es la autorización de quien se encuentra habilitado para proporcionarla,
según ocurre con el capitán de buque respecto de un
La CF La Plata, sostuvo que la sola circunstancia de la "nociumidad" y falta de
conformidad del morador no generan un supuesto de nulidad insanable o esencial761.
Allanamiento de otros locales
226. Lo establecido en el primer párrafo del artículo anterior no regirá
para los edificios públicos y oficinas administrativas, los establecimientos de
reunión o de recreo, el local de las asociaciones y cualquier otro lugar cerrado
que no esté destinado a habitación o residencia particular.
En estos casos deberá darse aviso a las personas a cuyo cargo estuvieren los
locales, salvo que ello fuere perjudicial a la investigación.
Para la entrada y registro en el Congreso el juez necesitará la autorización
sidente de la Cámara respectiva.
A diferencia del caso anterior, comprensivo del lugar habitado y sus depen-
dencias cerradas, aquí se contemplan los allanainientos de casas de negocio que no
sirve11 de vivienda permanente u ocasional; en lo que no corresponda al ámbito de
intimidad del habitante762.
b) Casuística
Si se trata de allanar el estudio de un abogado, debe darse noticia al Colegio
Público al realizarla y aquél podrá solicitar la presencia de un miembro del Consejo
CNCP. sala 1. DJ 1998-3-604. f. 13.488. o LL del 311811998, f. 97.739, con nota de DEVOTO,
"¿Ladoctrina dé1 caso '~iorentino'o dei caso '~a~o'?", quien recuerda que "...el réquisito de fundamen:
-
tación corresoonde nrioritariamente a la necesidad de legitimar las inuociones domiciliarias (Y como se
sabe, la ley procesal penal reglamenia los derechos const~tucionales),no parece menester justificar la
. consagradas frente a los eventuales excesos de poder
vinencia de las earaniías constitucionales,. las que
dei Estado y básicamente dirigidas a proteger su honra-y su dignidad 'hablan por si mismass";'en el
caso, el imoutado había concurrido esvontáneamente a una sociedad de connacionales v expuso su ver-
siónharto tnculpante de haber parficiiado en los hechos; por eso es opinable lo anotado en el escolio.
" 9 CCC, ED 181511992, C. 44.212.
Directivo durante el procedimiento, sin que ello implique suspenderlo (art. 7", inc.
e], ley 23.187). Si sólo uno de los titulares del estudio se encuentra involucrado en
el proceso penal, aunque pueda disponerse el allanamiento y algún secuestro que
le ataña, no es posible ordenar su clangura, pues los restantes letrados pueden sufrir
desmedro de la garantía constitucional del art. 18, CN, para ellos la medida resulta
"...manifiestamente arbitraria, no estando captado por el Código Procesal Penal, afec-
tando los derechos constitucionales de trabajar y ejercer libremente la profesión...";
además, los remedios procesales ordinarios carecen de idoneidad para encarar el pro-
blema por la dimensión temporal que suponen; por eso resulta viable el amparo763.
En vez del consentimiento requerido en el segundo párrafo, primera oración del
artículo anterior, el aviso es la mera comunicación.
La autorización del último párrafo se sustenta en el respeto y consideración que
se deben los distintos poderes del Estado entre sí, para resguardar su independencia.
En punto a la excepción mantenida en el último giro del párrafo, primero ver
comentario al art. 224764.
Allanamiento sin orden
227. No obstante lo dispuesto en los articulas anteriores, la policía podrá
proceder al allanamiento de morada sin previa orden judiciai cuando:
1")Por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare amenaza-
da la vida de los habitantes o la propiedad.
2") Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se intro-
ducían en una casa o local, con indicios manifiestos de ir a cometer un delito.
3') Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se
persigue para su aprehensión.
4') Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está come-
tiendo un delito o pidan socorro.
5") Se tenga sospechas fundadas de que en una casa o local se encuentra la
víctima de una privación ilegal de la libertad y corra peligro inminente su vida
o integridad física (art. 34, inc. 7', Código Penal de la Nación). El representante
del Ministerio Público Fiscal deberá autorizar la diligencia y será necesaria su
presencia en el lugar765.
a) Concepto
Es una facultad asignada a los preventores que permite prescindir de la orden
judicial.
Su comprensión debe efectuarse en razón de la acuciante urgencia implícita en
la índole de los supuestos autorizados.
En el caso del inc. S"), se requiere la autorización y presencia del fiscal, criterio
razonable porque es quien tiene a cargo la dirección de la investigación (art. 196 bis,
párr. 2").
b) Jurisprudencia
La posibilidad de cumplir el allanamiento sin orden no einpece a la necesidad
del requerimiento del MP para promover válidamente el proceso penal: siempre la
documentación de la pesquisa deberá ser mentada, en su aptitud, por el órgano para
ecabar la instrucción o la de~estirnación~~~. Si el allanamiento se cumple por nume-
osos policías vestidos de civil, resulta diflcil sustentarlo en este precepto, máxime si -
learon intimidación y armas de
inciso tercero hace ceder la garantía constitucional cuando las especiales
ísticas del hecho generan la necesidad de una actuación inmediata y de ur-
ia cuyo defecto podría haber atentado contra el resultado del p r o c e d i m i e n t ~ ~ ~ ~ .
Acerca de la opinión dominante para iniciar el proceso penal, ver comentario a
Introducción al Libro 11, acápite fl).
766 En contra, FEDEL, "El requerimiento de instrucción. ¿Es necesaria su existencia respecto de
las prevenciones policiales iniciadas por denuncia?", comentario al f. 91.374, LL del 111611993.
"' TOC Fed. Mar del Plata. ED 170-571. f. 47.643.
'" CCC, sala IV, LL del 31'1811998, f. 97.748, o DJ 1998-3-715, f. 13.53; id.,sala VI, JA 1998-
111-479, o DJ 1999-1.164.
7 6 V S ,Fallos 275:454, al desestimar una queja contra un fallo de la CF Tucumán que dejó sin
efecto una orden de allanamiento expedida por el juez de primera instancia.
'O Confr. CS, Fallos 304:105.
'" Ver Ninj~z,Código..., p. 202.
REGISTRO DOMICILJARIO Y REQUISA PERSONAL Art. 230
a) Concepto
Esta diligencia apunta al cercioramiento sobre la posesión --dentro de la esfera
personal- de la cosa cuya obtención se persigue, siempre que esté vinculada con el
hecho objeto del proceso y se presuma que está oculta en el cuerpo (ver comentano al
art. 218). Desde luego, la sospecha debe tener entidad para considerar imputado al
sujeto sobre quien se practica el examen (art. 72). Ya se dijo que la requisa persona1
no es una prueba autónoma; es una modalidad de la inspección judicial con mhs
propiedad, denominada reconocimiento judicial.
b) Ámbito
Puede llevarse a cabo tanto sobre el cuerpo como sobre los trajes o cualquier
continente (maleta, paquete, cartera, etc.) que tenga con él o vehiculo en el cual se
transporte (carro, automóvil, etc.) y no de una posesión en el ambiente circundan-
te776.Empero, se advierte que la revisación de un vehiculo no constituye requisa
personal pues, entendiéndose con amplitud su ámbito, sólo cabe incluir cualquier
continente que la persona tenga con él o al automóvil en que se transporte, pero no el
evacuación. Al punto que no requiere la previa lectura de los derechos que asisten a
todo imputado si la práctica se orienta a la preservación de su
En vez, azora que de la mera circunstancia equívoca de encontrarse "...apostado
en inmediaciones del Parque Lezama..? se derive una sospecha sin que se indique
ningún elemento anterior a la requisa exitosa para convalidar la ausencia de orden
judicial; resulta imposible verificar los motivos de la "detención" - e n rigor de ver-
dad, aprehensión- con la incautación ulterior de droga aun cumplida de acuerdo
"...a las pautas procedimentales exigidas..."; tampoco lo son la facultad policial para
identificar, pues de ahí no se sigue, sin más, "...el posterior examen de sus pertenen-
cias...", ni la instrumentación del acta con la participación de dos testigos. Afirmar
"que la sospecha, señales, indicios o datos sobre la actividad ilegal del encausado
estaba bien fundada..." y dar por configurado el supuesto de flagrancia por el poste-
rior cercioramiento, a través de la requisa del objeto del delito, no resultan criterios
técnicos atendibles. Menos aún admitir que todo aquello "...evidencia que las con-
jeturas originadas en el ánimo de los preventores quedaron corroboradas de modo
indiscutible...". Adviértase que por un lado no se señalan con pulcritud cuáles eran
"...las sospechas, señales, indicios o datos...", y por otro, que la flagrancia no exis-
tía, ya que la mera no tenía como consecuencia verificar la comisión
del delito, pues ningún signo exterior siquiera lo insinuaba. Tampoco parecesensato
-cuando menos para asegurar tenuemente las garantías individuales- que el con-
trol judicial del estado de sospecha se cubra con la presencia de testigos. Aquí es
posible que se tergiverse la opinión de Carrió, "Facultades policiales en materia de
arrestos y requisas, ¿Qué puede hacer la policía y qué no?"786,pues lo que el destaca-
do jurista exige es bastante más que la intervención posterior de los testigos -sobre
todo si, como alguna vez se ha resuelto, la falta de firma del requisado o de la indi-
cación del porqué no provoca la nulidad de la diligencia que la documenta-787 para
verificar la requisa, sino que sus dichos permitan apuntalar la sospecha de delito; este
último dato jamás se puede derivar de la anfibológica aserción sobre la permanencia
en un lugar. El criterio censurado corresponde a la CNCP, sala IIi788.Al anotarlo,
dice Herrendorf -"El delito de aspectoo- que así se permiten detenciones y re-
quisas sobre la base de motivos inaceptables (con precisión procesal inadmisibles) y
concluye: "YO voy a decir qué cosa es una señal: tal vez estar mal vestido a causa de
la desocupación, andar vagando por falta de vivienda, mendigar por falta de recursos
mínimos, holgazanear en u?a plaza o en un baldío porque la pobreza no permite di-
versiones más sofisticadas. Esas son señales, y que lo compruebe cualquiera mirando
el aspecto de las personas a las cuales los agentes de seguridad solicitan documentos
en la vía pública. Esto sería equivalente a instaurar el delito de aspecto, delito juris-
prudencialmente en potencia. Un 'dato', una 'señal"'. Compartimos la opinión del
anotador, pues involucra una censura a quienes autorizan la discrecionalidad policial
absoluta y no a la tarea cumplida por la fuerza de seguridad dentro de los límites
asignados por la ley.
Sólo un estado de sospecha verificable objetivamente posibilita que la policía
requise el bolso que porta un ciudadano sin orden de juez competente; no bastan
7 8 V O CMar del Plata, ED 161-324, f. 46.256, con nota de BIDART CAMPOS, "LO nulo y lo válido
en una cansa por drogas", donde advierte el ridículo -no por ello menos riesgoso para las garantías
individuales- de sustentar la sospecha eii el "pelo largo" del requisado.
7 P T FCap. Fed., sala 11, ED 163-249, f. 46.542.
'*' Id., sala 1, ED 168-251, f. 47.273.
7q2 CNCP, sala 1, LL del 281412000, f. 100.157, o DI 2000-2-239, f. 15.501.
'" CCC, sala IV, LL del 261612000, f. 100,458,o DJ 2000-2-802, f. 15.735.
794 CFed., sala 1, LL del 2211212000, f. 101.411.
CCC, sala 1, 141211995, "Centanaro", c. 2563, con disidencia de Donna, quien estima violadas
nomas constitucionales básicas -a-. 18, CN, y S", inc. g), aunque la cita debió ser art. S", inc. 2",
ap. g), de la CADH-, pues el secuestro se produjo, "...sin defensa alguna...", y tambi6n porque "...no
puede el Estado aprovecharse... para buscar pmebas en su contra, en una clara violación del derecho
de defensa...".
'O' TOC Fed. Mendoza nro. 1, ED 167-255, f. 47.127, o LLdel 301511997, f. 95.438.
CNCP, sala IV, LL del 511012001, f. 102.699.
*O3 TOC Fed. Mar del Plata, DJ 1999-1-702, f. 13.902.
En razón de que las naves están destinadas a desplazarse -al igual que los an-
tomóviles-, son pasibles del control que hace a la seguridad pública y, por ende, la
autoridad competente puede inspeccionarlas sin sujeción a los requisitos fijados por
la ley para ingresar a un d~micilio"~; dicho temperamento aparece contemplado en
este nuevo artículo. Resulta aceptable siempre que no se generalice y se cuente con la
anuencia de quien puede impedir el acceso. Sólo así cabe aceptar que las atribuciones
'
asignadas a la Prefectura Naval Argentina por la ley 18.398 (art. 5 O , apart. a], inc. lo,
y apart. c], inc. 39, con un propósito ajeno a la comprobación de un delito, ameriten
el secuestro. En todo caso, se impone la comunicación inmediata al juez o fiscal in-
terviniente (art. 224, último párrafo).
Las exigencias establecidas canlos incs. a) y b) cubren los reparos expuestos. El
párrafo segundo resulta coincidente con dicho propósito.
El último párrafo comprende tan sólo los vehículos -interpretación literal res-
paldada por la diferencia puntualizada en el primer párrafo---, al distinguirlos de las
aeronaves y buques; siempre que no se desborden los demás recaudos, se presenta
como razonable en atención a las modalidades que presenta el delito en la actualidad.
En tal sentido, el uso de vehículos es más que corriente o habitual.
Concepto general
La atribución otorgada por el artículo anterior exclusivamente al juez instructor
se amplia tanto desde el punto de vista subjetivo como desde el objetivo. En el pri-
mer caso, se faculta también para cumplirla a los funcionarios de la policía y fuerzas
de seguridad, quienes pueden llevarla a cabo sin orden judicial. En el último, siem-
pre que se realicen al amparo de los recaudos fijados por los incs. a) y b), pueden
extenderse a las personas -incluso a los efectos de que sean portadores- y a ciertos
sitios -interior de vehículos, aeronaves y buques- cuando persigan capturar ele-
mentos materiales contribuyentes a conformar el corpus crimintr.
El inc. a) tiene una amplitud, que para mantenerla dentro de la razonabilidad,
requiere hacer objetivas ---exteriorizarlas para que no permanezcan en la subjeti-
vidad de quien la ordena- las circunstancias anteriores o coetáneas que respalden
la requisa de la persona o vehículo. La mera existencia de una denuncia anónima y
la alegación del policía de que uno de los jóvenes detenidos llevaba en su mano un
destornillador que no fue secuestrado no son razones suficientes8".
El inc. b) se refiere sólo al lugar -vía pública o lugar de acceso público--.
La letra de la ley impone la concurrencia simultánea de ambos recaudos. De
lo contrario se pueden respaldar desbordes insólitos, cuyo único freno radica en la
CAP~TULO
111 '
SECUESTROw9
Orden de secuestro
231. El juez podrá disponer el secuestro de las cosas relacionadas con el de-
o, las sujetas a decomiso o aquellas que puedan servir como medios de prueba.
Sin embargo, esta medida será dispuesta y cumplida por los funcionarios
uridad, cuando el hallazgo de esas cosas fuera
una requisa personal o inspección en los tér-
nstancia de ello en el acta respectiva y dando
realizado al juez o al fiscal intewinientes.
según ley 25.188); también en el art. 876 del Código Aduanero en el supuesto de
contrabando. No cabe duda de que se ha mejorado el precepto.
El párrafo segundo del art. 224 anterior subordinaba la intervención de los fun-
cionarios de policía a la previa delegación judicial. Empero, la delegación debe ser
el resultado de un allanamiento o requisa realizados conforme al artículo anterior y
ajustándose a todos sus recaudos. El texto actual toma innecesaria la orden judicial
cuando el hallazgo se produzca durante el desarrollo de un allanamiento o una requi-
sa o inspección; siempre debe darse aviso al juez o al fiscal interviniente.
Cosas relacionadas con el delito son todos los vestigios o materialidades que
permiten verificar su realidad como acontecimiento histórico.
Como la condena importa la pérdida de los instrumentos del delito, no es
necesaria una disposición expresa en la sentencia que la ordenesz0;ver también
art. 30 de la ley 23.737, modificado por ley 24.112; tanto dicho precepto de la Ley
de Estupefacientes como el art. 4" de la ley 20.785 -excepto el inc. f ) de su art. 3;
por contradecir al art. 525, aunque este último no constituya una confiscación pro-
piamente dicha, referente a los bienes objeto de secuestro en las causas penales que,
a nuestro modo de ver, ~o ha sido derogada por el art. 538- autorizan la desirucción
o la venta de ciertos efectos incautados, siempre que no correpondiere su entrega a
un tercero no responsable o en tanto no puedan ser aprovechados por la misma au-
toridad. Fuera de esos supuestos, únicamente con la sentencia puede ordenarse que
alguien sea privado de la propiedad o de la posesióii de la cosa; la aquí analizada es
solamente una medida asegurativa de la prueba.
En rigor de verdad, afirmar que las cosas secuestradas "...pueden servir como
medios de prueba" no es una expresión feliz, porque deben considerárselos objeto de
prueba. Pudo haberse subsanado este error técnico.
El art. 230 bis amplia el ámbito de aplicación de este precepto.
b) Casuística
La invalidez del acta de secuestro no implica, necesariamente, la inexistencia
procesal de su contenido, si existen otros medios probatorios que demuestren lo que
aquélla no pudo acreditar válidamentesz'.
Es válido el secuestro cumplido por persoilal policial como consecuencia de
una aprehensión facultativa cumplida por personal de seguridad de un comercio,
toda vez que dichos sujetos iio están obligados a labrar acta sin que ello constituya
obstáculo para acreditar el cuerpo del delitosz2.
Conforme al art. 184, inc. 2", la policía no tiene atribuciones para efectuar esta
diligencia sin orden judicial. Mas no constituye invasión de privacidad si los agentes
policiales ingresaron a la vivienda de la víctima de una ilegítima irrupción del im-
putad~~~~.
El secuestro se efectúa sobre cosas que la persona no lleve en su cuerpo, pues
si no se trata de una requisa (art. 230).
Mientras el secuestro tiene un claro significado y destino probatorio, vinculado
con la acreditación de la materialidad del hecho, el embargo se ubica como medida
de neto carácter cautelar (arts. 5 18 y 5 19).
8z"T Córdoba, sala Penal, LLC 1990-1053.
CCC, sala VII, "Guanco Lorenzo, Marcelo", JA del 19/2/1997, p. 62
CCC, salaV, LLdel61712001, f. 102.289.
8"CF La Plata, sala 111, JA 1995-IV-543.
SECUESTRO -
cuanto a la lectura del acta de secuestro en el debate, ver art. 392.
ontar Ley de Estupefacientes 23.737, reformada por ley 24.424, arts. 30,
en la introducción al Libro 11, y 33, cuyo texto establece: "El juez de la
á autorizar a la autoridad de prevención que postergue la detención de
o el secuestro de estupefacientes cuando estime que la ejecución inmediata
medidas puede comprometer el éxito de la investigación. -
juez podrá incluso suspender la interceptación en territorio a1,gentino de una
licita de estupefacientes y pemiitir su salida del país, cuando tuviere segu-
de que será vigilada por las autoridades judiciales del país de destino. Esta
deberá disponerse por resolución fundada, haciéndose constar, en cuanto sea
a calidad y cantidad de la sustancia vigilada como así también su peso".
L o ~ a d aquien
~ ~ ~ cree
, encontrar la consagración del principio de oportuni-
bre la base de la actuación del juez respecto a,.. secuestrono en el momento
e su conocimiento sino a posteriori, según convenga a la investigación".
rgo, dicho principio opera en ocasión de disponerse la persecución al extre-
oder dispensarla. En vez, el citado art. 33, id., sólo regula una modalidad de
en trance de ejecución y en nada afecta la vigencia del opuesto principio de
: todo delito de acción pública debe perseguirse.
den de presentación
2. En lugar de disponer el secuestro el juez podrá ordenar, cuando fnere
no, la presentación de los sujetos o documentos a que se refiere el artículo
pero esta orden no podrá dirigirse a las personas que puedan o deban
se de declarar como testigos por razón de parentesco, secreto profesio-
stado.
e requerimiento no puede dirigirse a las personas comprendidas en los
y 244, salvo los supuestos de excepción allí fijados. Imponerlo significaría
nerar dichas limitaciones al testimonio. Tampoco puede estar dirigido hacia el
do, ya que equivaldría a compelerlo a producir prueba autoincriminat~ria~~~.
o afecta derecho constitucional alguno el requerimiento de funcionarios poli-
les enderezado a la exhibición de los documentos de un vehículo, pues no se trata
requisa domiciliaria,sino de la identificación del automotors26.
or evidente error de impresión se menciona a los "sujetos" como requeribles
ra la presentación. Resulta obvio que la exigencia sólo endereza -amén de los
entos- a los " ~ b j e t o s " ~ ~ ~ .
parece más acorde con la garantía constitucional, pues correría grandes riesgos ad-
mitir que la mera tenencia traduce el consenti~nientotácito. Tanto esta hipótesis de la
expresa manifestación de la aquiescencia como la de las piezas sustraídas son apli-
cación de la doctrina en cuya virtud2se excluyen de la prueba los actos que derivan
de un delito (ver comentario a los arts. 172,225 y 230).
Si el destinatario de la carta la presentó en juicio, está claro que renunció a la
protección de su correspondencia y, por lo tanto, no se afecta disposición legal algu-
naS4O.Ocurre que él es quien tiene sobre las cartas o telegramas todos los derechos
de un propietario8".
Si la prevención procedió -durante un allanamiento ordenado por el juez- al
secuestro y apertura de una encomienda recibida por la imputada, se produjo un caso
de invalidez absoluta, declarable de oficio y en cualquier estado del procedimiento,
pues debió limitarse a secuestrarla y llevarla ante el magistrado inte~iniente,úilico
facultado para proceder a su in~pección*~~.
Intervención de comunicaciones telefónicas
236. El juez podrá ordenar, mediante auto fundado, la intervención de
comunicaciones telefónicas o cualquier otro medio de comunicación del impu-
tado, para impedirlas o conocerlas.
Bajo las mismas oondiciones, el juez podrá ordenar también la obtención
de los registros que hubiere de las comunieaciones del imputado o de quienes se
comunicaran con
En las causas en que se investigue alguno de los delitos previstos en los arts.
142 bis y 170 del Código Penal de la Nación, o que tramiten en forma conexa
con aquéllas, cuando existiese peligro en la demora, debidamente justificado,
dichas facultades podrán ser ejercidas por el representante del Ministerio Pú-
blico Fiscal, mediante auto fundado, con inmediata comunicación al juez, quien
deberá convalidarla en el término improrrogable de veinticuatro horas, bajo
pena de nulidad del acto y consecuente ineficacia de la prueba introducida a
partir de él8".
a) Principios generales
El art. 18 de la ley 19.798 de Telecomunicaciones establece su inviolabilidad,
aunque autoriza su interceptación ante el requerimiento de juez competente; a su
vez, el art. 19, id., prohíbe utilizar por otra persona que no sea su destinatario, el con-
tenido de cualquier comunicación confiada a los prestadores del servicio, imponién-
dose el secreto para quienes se desempeñan en dichas empresas (arts. 20 y 21); este
deber de secreto no puede oponerse al informe proporcionado por la empresa presta-
dora del servicio, requerido por un magistrado, siempre que no se aparte del objeto
inequívoco de la medida845.Por eso se ha decidido que las expresiones utilizadas en
el marco de la intimidad telefónica, no destinadas por el autor a que se comuniquen
CNCP, sala IV, ED 170-520, f. 47.626; id, id., LL del 301511997, f. 95.443: si tampoco fue
sugerida por la fiscalía ni por la querella.
TOC Fed. Mar del Plata, JA 1999-IV-680, con nota de Oldano, ya citado.
'" ' < otitrol judicial de las ~ c t iidades
\ prcveniiiai y de in\c~tigaci6iipoli~islcse11 el imbiro dc
ia iiiuicio nacio~ial) t>deral", ;ti ('m,rii,l Je,,~<i<rii~i~uJc. /u>,~rxrii~rii,?o> ~ < l Je 10
d s r ~ i l ~ ; ditiroior
~&ública~ r ~ e n t i nrcunión
á, del 7 y 8 de abril de 1997, ~uenosxires,1997, &91 y SS.
Op. cit., p. 104.
SECUESTRO
año 111, nro. 6, ps. 405 y SS. y -2' parte- año 111, nro. 7, ps. 719 y SS.
CCC, sala IV, "Millie, Antonio", JA del 231411997, p. 62; CNPE, sala A, LL del 231211998,
f. 96.666, o JA 1998-11-516, con disidencia de Hendler, porque no surge de la solicitud formulada por
la autoridad policial la existencia de fundadas razones.
SECUESTRO
LL del 2211011999, f. 99.465. La disidencia, con precisión, seRala que'las carencias de la ley
no pueden iieutraliierse aun pur niedio de una actuación juclizial pnnicuinrmente respetitusd del priii-
cipio de proporcioiialidad 9 iiuswu ver. esta últiina fra~vic a11iold:i a la peculinr i t u n ~ i o ngeriersda
Por la pobreza del art. 236.
"E1 derecho a la intimidad y las intervenciones telefónicas", JA 1998-111-643.
LLdel 101612002, f. 103.865.
8w CNCP, sala 1, "L., C. A,", JA del 7/6/2000, p. 64.
CS. 181712002, "Mane, Domingo L.", LL de1 2911012002, f. 104.637.
SECUESTRO Art. 236
mutabilidad; por ende, deberá labrarse un acta donde conste modo, tiempo, lugar del
registro y medio de comunicación inspeccionado (conf. art. 233). Sin embargo, no
puede ventilarse a través de la intervención "...la vida privada de los intervinientes en
la comunicación, cuyo contenido freppentemente puede corresponder a la actividad
del afectado desplegada durante día$ semanas o meses" y sólo deben incorporarse
"...las conversaciones cuyo contenido se relacionen con el objeto del j ~ i ~ i o . . . " ~ ~ ~ .
La CNCP, sala 11, amerita que el art. 236 es reglamentación legal suficiente de
la garantía tutelada por el art. 18, CN; al extremo de que no se debe dar intervención
a las partes al transcribir el contenido si es resultado de una orden judicial, pues
siempre podrían discutirlo en el momento fijado por el art. 354"'; ial decisión no
encuentra amparo ni a través del art. 202, ya que, por su naturaleza, debe estimarse
un acto irreproduciblexxx. Más prolijo deviene lo decidido por la CNCP, sala 1, pues
invoca el carácter reservado de la actividad -art. 204-- y reclama habérseles hecho
conocer a los imputados en ocasión del art. 294sS9. Lo cierto es que este precepto no
prevé la transcripción de las conversacionesx90.
La escucha no es un medio de prueba autónomo sino utia diligencia accesoria
de coerción real -medida conservatoria- para acceder a todo dato ---elemento-
que posibilite adquirir cexteza.
Lleva razón el fallo del TOC nro. 9 cuando descarta que las escuchas sean peri-
cias en el sentido del art. 263. Si el juez recibe sin mediación el diálogo, la tarea asu-
me la impronta de la inspección judicial (art. 216), pues se trata de una percepción
cumplida por el magistrado a través del sentido del oído. Empero, la incorporación
al proceso reclama --como única forma de facilitar el control ulterior y la contradic-
ción- que se registre el contenido a través de acta (art. 138). Si, en vez, por alguna
circunstancia, se perdió el documento magnetofónico y sólo se cuenta con su registro
en un instrumento que objetive la conversación lícitamente, la labor se acerca a fa
pericia informativa autorizada por el art. 476, CPCC. Por ende, también sería éste un
medio apropiado para meritarla de acuerdo al régimen de la libre convicción (arts.
241,263, inc. 4", y 398). Resulta encomiable la preservación del derecho a la intimi-
dad -vale el giro "incorpore como prueba sólo las conversaciones cuyo contenido
se relacione con el objeto del juicio"-, y el esmero en resguardar la reserva de las
conversaciones entre imputado y defensor, sean inmediatas o mediatas. En la actuali-
dad, la opini6n de Clariá Olmedo, recordada en el fallo del TOC nro. 9 -"Las leyes
no ponen límites, como ocurre con la correspondencia, en lo relativo a la docurnen-
tación procesal de lo captado con la intervención telefónica"-, en cuanto exceptúa
tales diálogos de la protección deparada por el art. 18, CN --como manifestación de
la inviolabilidad de la defensa-, resulta preterida. En efecto, la cita de Manzini con
que el maestro respaldó su tesis -"No se excluyen por tanto las correspondencias
telefónicas entre defensor o consultor técnico y defendido, aunque no se las pueda
42 (por error refiere al art. 243) se circunscribe a la prueba testimonial; SJP, LL del
;RDP, LexisNexis, 812006, p. 1487.
O" CARBONE, "Posicionamiento judicial actual ante la identidad personal en referencia a la voz y
eritación obtenida en escuchas telefónicas", ED 173-1072, quien recuerda un fallo de la CCC, sala
que asignó mirito a dicha experticia para dictar prisión preventiva, op. cit., nota 10; también nota 8.
de Jurisprudencia, CCC. Pese a considerar factible que la medida sea ordenada por el fiscal, la CCC,
sala 1, ante la existencia de precedentes contradictorios de la CNCP y para evitar eventuales nulidades,
sugiere que la medida sea practicada por el Órgano jurisdiccional (c. 34597, "Miguel";del 711012008,
difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaria de Jurisprudencia, CCC). En el mismo
sentido, CCC, sala I,711212009, "P., M. A,", RDP, AheledoPerrot, 512010, p. 882, en el que se cita el
fallo "Halahi" de la CS, 270.XL11, del 241212009, considerando 24; id, sala VII, 271312009, "S. R.", c.
36.280, difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaria de Jurisprudencia, CCC. '
CNCP, sala 111, "Mitchell", citado.
899 CCC, sala VI, JA 2000-111-753.
considera que una vez iniciado un proceso penal, no pueden generarse cau-
ciales de investigación tales como la grabación obtenida su-
lcular que registra la confesión de quien revestía el carác-
"' "La ley 25.760 y la intervención de las comunicaciones telefónicas por mandato fiscal en el
C P P N . JA del 5/1/2005., .
as. 19/25.
TS Neuquén, ED 130-561, f. 41.195, con nota de BIDART CAMPOS.
"' CFed.,salaI,DJ2001-1-690, f. 16.521.
SECUESTRO -
38 bis. En las causas por infracción al art. 181 del Código Penal en cual-
do del proceso y aun sin dictado de auto de procesamiento, el juez, a pe-
amnificado, podrá disponer provisionalmente el inmediato reintegro de
o tenencia del inmueble, cuando el derecho invocado por el damnifica-
o fuere verosímil. El juez, podrá fijar una caución si lo considerare necesario 928.
'O ST Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, LL del 181711995,f. 93.878.
'"CCC, sala VI, LL del 311812000, f. 100.816.
444 SECUESTRO h t . 238 bis
CCC, sala VI, JA 1999-IV-304; id., id., ED del 311312000, DPPC, f. 86; en sentido similar
id, id., LL del 2915/2000, f. 100.326, o JA 2000-IV-710, con nota breve de MORELLO, "Derecho y
desencanto", donde expresa que conviene cerciorarse de que los poderes públicos no pueden afrontar
. .
la criminalidad desde la oersoectiva de los intereses inmediatos de la víctima: en vez. si orocurar aue
hechos semr.jnlttzs no sr. repitan en i'l furiiro; cal6cs de traiiiiiya la vall:i impe~litivadel rptntegro in-
mr.disIo cn sede nena:. E1 ci~terio?tic ad.>~r3do031 13 CC'C. ,313 \'I IDJ 2001-1-516. i. i6.416. o 1.1.
del 3011012000, f: 101.104, al convertirse en maioría la disidencia de la cita anterior),'id., sala IV, (LL
del 161712001. f. 102.326). id., id.. se estima aue la desocu~acióncomanisiva del inmuebic es anlicable
aun respecto de hechos ocurridos antes de la'sanción de 6ley 25.324 (JA 2001-III-755), e id.; sala V
(LL del 61712001, f. 102.288).
"El reintegro en el proceso penal de inmuebies usurpados", LL del 271812001.
q3' CCC, sala VII, 171312008, "Guzmán", difundido por el servicio de correo electrónico de la
Secretaria de Jurisprudencia, CCC.
93~11112007, "Q., N. B.", ED de1 12/6/2008; CFed., sala 11, 19/2/2008, "Cniz", SJP, LL del
241412008, p.42.
'
CAP~TULO
IV
TESTIGOS
-
stigo es la persona fisica, distinta de las partes en la cuestión penal -imputa-
ite sus percepciones o conociiniento sobre el hecho objeto del
eto de la prueba -manifiestan hechos que han caído direc-
sus sentidos-937, como consecuencia de un requerimiento
a su cargo la prevención (art. 184, inc. 79, la insirucción
o el juicio (arts. 356, párr. 2 O , última oración, 357, 388 y
quellos cuya versión tiene como fuente lo que han oído
ento de meritar sus dichos -conforme a las reglas de la
u aporte tenga menos valor que el de quienes percibieron
lativo valor tienen también las deducciones a que arribe938.
b) Personas excluidas
Se excluyen las personas ideales, que sólo pueden ser sujetos de la prueba de
mes. Tampoco pueden ser testigos las partes ni el juez. El coprocesado -quien
tá encausado por el mismo beche no puede, en principio, ser testigo en la cau-
939 porque la prohibición establecida en el art. 18, CN (arts. 8", punto 2, aparta-
o g], y punto 3 de la CADH, y 14.3., apartado g], del PIDCP; 75, inc. 22, CN),
que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo --que, obviamente,
anza al imputado-, desplaza por completo la posibilidad de recibirle declara-
n bajo juramento, pues entraña una coacción moral iuvalidante de sus dichos,
que la exigencia es una forma de obligarlo, eventualmente, a declarar contxa sí
smo; ha dicho la Corte Suprema que la declaración de quien es juzgado por deli-
es debe emanar de la libre voluntad del encausado, quien
no debe siquiera verse enfrentado con un problema de conciencia, cual sería co-
locarlo en la disyuntiva de faltar a su juramento de decir verdad940,al extremo de
que si a tenor de sus dichos puede derivarse algún tipo de responsabilidad, sobre
todo si puede ser de índole penal, no es posible efectuarle reproche por su aparen-
te expresión falazg4'.No puede traerse a un coimputado en abono de la hipótesis
iva el límite, al eliminar, con perjuicio concreto, la garan-
icho -apreciado en los términos del art. 241- será más valioso que el
1comentar el art. 184, inc. 7", se acotó que si el testimonio fue prestado ante
vención, puede incorporarse al debate por la lectura en virtud de lo estableci-
r el art. 391 en los supuestos de excepción allí fijadosgss.Aunque no hay otro
testigo en sentido propio que quien declara ante el tribunal de la causa, sea durante
la investigación instructoria o durante el Las excepciones al deber de com-
parecer pueden darse sólo en los casos previstos en los arts. 246,250,251 y 386.
Si bien Terragni estima que el tedinionio del "arrepentido" en la Ley de Estu-
pefacientes, 23.737, resulta carente de "...la posibilidad de ser es posible
disentir a tenor de lo establecido por el art. 392, párrafo primero. Es que el valor del
aporte debe meritarse en honor a la libre conviccióu o sana crítica racional (arts. 241,
263, iuc. 4', y 398).
El art. 79 asegura a los testigos la protección de su integridad fisica y moral y la
de su familia; la reserva de la identidad, aunque con carácter restrictivo, no neutra-
liza la eventual responsabilidad penal que le incumbe ni impide al juez conocer sus
datos, sin hacerlos conocer9S8.
Obligación de testificar
240. Toda persona tendrir la obligación de concurrir al llamamiento ju-
dicial y declarar la verdad de cuanto supiere y le fuere preguntado, salvo las
excepciones establecidas por la ley.
Se trata de una carga pública y exterioriza un indelegable deber cívico; también
alcanza a los extranjeros residentes.
La obligación de acudir al llamamientojudicial está respaldada por el art. 243,
CP, en cuanto castiga el incumplimiento de ciertos deberes procesales. Empero, no
se conñgura el tipo del art. 243, CP, cuando se trata de un testigo instrumental cuya
presencia se reclama para componer un acto de procedimiento en orden a la ob-
tención de la prueba, pues no hay obligación para oficiar de testigo de algo que va
a suceder, por más que la orden emane de un juez en pleno ejercicio de la función
j~risdiccional~~~. Sin embargo, tal diferencia no tiene cabida en la citada figura penal.
Esta obligación de concurrir encuentra a su vez otro límite, pues el jÚez de
una provincia no puede obligar al testigo domiciliado en otra a prestar declaación,
trasladándose a la sede del juzgado, pues, en tales casos, la declaración debe tomarse
mediante exhorto960.Conforme al convenio sobre comunicacioues entre tribunales
de la República (art. 10) aprobado por ley 22.172, el testigo no tiene obligación
de acudir cuando la distancia que media entre su domicilio y la sede del tribunal
requirente supera los setenta kilómetros; en tales casos, o cuando el traslado resulte
dificultoso o imposible, "...se dispondrá de oficio, a pedido del testigo o de parte que
presten declaración ante el juez, juez de paz o alcalde de su domicilio". La solución
es sensata porque los perjuicios e incomodidades causados al testigo no se superan
ni por aplicación estricta de lo previsto en el art. 79; en todos los casos corresponde
afrontar la comunicación establecida en el inc. e) del mismo art. 79.
Principios generales
uez, al meritar los dichos en función del art. 241, se pronunciará,
mente, acerca de la incapacidad, si es que existe; en tal caso, y
ia y pertinente fundamentación (art. 123), el magistrado podrá descartarlos. Pero
xiste limite alguno en cuanto a la edad, ya que la admisibilidad del testimonio
ubordina a la condición de persona fisica,'salvo que se trate de testigos de actua-
ón, para los que se requiere ser mayor de 18 años, no padecer demencia ni soportar,
n el momento del acto, estado de inconsciencia (art. 141). Desde luego que estas
dos últimas circunstancias comprenden a todos los testigos corno órganos de prueba.
En cuanto a las regias de la sana critica y, en general, sobtz: capacidad, ver in-
ducción al Titulo 111de este Libro 11.
Por el art. 206 se excluyen las limitaciones establecidas por las leyes civiles
a en orden a la capacidad de las personas, pues la evaluación del
exclusivamente al juez.
El solo liecho de que los testigos llamados para suscribir el acta de secuestro
resten tareas dentro del mismo lugar, no habili@a sospechar en tomo a la veracidad
sus declaraciones; sobre todo si no existe amistad o familiaridad con los aprehen-
res; la sana critica determina la valoración positiva de sus
La circunstancia referente a la veracidad de la declaración de los testigos queda
excluida, por vía de principio, del control c a ~ a t o r i oNO
~ ~ obstante,
~. debe tenerse en
cuenta que "lo no coi~trolahlees la impresión personal que los testigos pueden causar
en el tribunal, pero de la cual el tribunal debe dar cuenta circunstanciada si pretende
que se la tenga como elemento fundante válido, pues a este respecto también el tri-
bunal de casación puede revisar criterios.. ."963.
Refiriéndose al objeto del acto procesal declaración del testigo, se ha dicho
que no existe norma alguna que prohiba incorporar por esta vía una referencia reali-
zada por el imputado a un tercero -policía o no- respecto de la intervención que
le cupo en el hecho que se investiga964.Esta sala mantiene dicha interpretación al
afirmar que pueden incorporarse al debate por vía de testimonio de preventores las
manifestaciones del imputado vertidas en sede policial; las merita válidas para fun-
dar una condena si no fue sometido a interrogatorio; añade que el art. 184 -actual
inc. 10- veda interrogar excepto por el propósito de identificar y recibir declaración
indagatoria; sin retaceo acepta que quien concurrió a la policía como testigo, pueda
formular al preventor manifestaciones autoincriminatorias de manera libre y espon-
tánea, pues no se infringe norma alguna. En síntesis, considera que los funcionarios
policiales resultan capaces conforme este precepto y no se hallan incluidos en el
art. 242. Aunque pareciera encontrar limite en la existencia de concordancia con
961
LL del 21/2/2000, f 49.863.
9 6 T C C ,salaVI, LL del 22/8/1997, f. 95.810; el fallo correspondea un caso regido por el Código
derogado, pero no ha perdido su carácter de atendible pauta objetiva de ponderación.
767 CNCP, sala 11, LL del 301611998, f. 97.395; es que no resultarft sencillo verificar si aquellas
manifestaciones fueron espontáneas o respondieron a alguna forma, quizás sutil, de coacción.
Id, id., LL del 251911997, f. 96.038.
CNCP, sala 1, LL del 231211998, f. 96.651; en sentido similar, el TOC nro. 25, quien opta por
el único testigo,
. pues
. su fuerza vrobatoria se extrae no sólo del contenido. sino también del modo en
que responde al ilitsnog~rurii> y detilis c~rctin,ianci;isqii; sun "sp~Si3uieni?apr~ci3blespar el i r i b u ~ i d
de mi:rito; 1.L del 2.1 3 2 ~ 0 0 f. 1011 03.1. n 1>1 I<hI1!-3-iil5,i. 14 715. 15 111 2000-1-\29.t. i. l5.;7?>. o
17"OC nro. 16, ED del 21/8/1999, f. 99.214; en sentido similarTOC nro. 5, LL del 301711999,
f. 99.080.
9" CNCP, sala 1, DJ 2000-2-730, f. 15.688.
TESTlGOS - 45 1
ogarla, prevalecen los derechos consagrados por la CADH y por el PIDCP, que
jerarquía constitucional a la necesidad de interrogar a los testigos
o existe método técnico que proporcione criterio seguro y contrastable para
tinguir una declaración testimonial sincera de otra que no lo es. Los argumentos
neralmente invocados nada tienen que ver con la lógica, la ciencia o la experiencia
ún, y acudir a la intuición o la experiencia o la impresión que el testigo produce -
eces remite a una suerte de chispa divina que ilumina la mente, bien lejos de
Basta advertir que los aspectos no transmitidos por la palabra resultan
es y pueden ser percibidos de manera diferente por distintos individuos;
vados de relevancia -imposible de ser establecida objetivamento--- y
iiieniuadus~eilsu eficaci~solno bases para respalilar sii validez general. Para pcrsua-
dir a todos los terceros de la seiisatcz de las sorisli~sionesiudiciales, debc excluirse
sibilidad de que los magistrados invoquen como razones de su convencimiento
no puedan ser percibidas y admitidas por el sentido comúu
ta Nores y Holzwarth sugieren como solución a la previa
ca, mediante peritaje, para informar acerca de la autenticidad del
ede reducir la pura impresión inzuitiva de los jueces sobre las
babilidady disminuir el margen de posible arbitrariedad en el
hecho sobre la sinceridad del testigo. Desde luego que la certeza científica
la mera probabilidad. Queda al descubierto que la chispa
ente incontrolable por los terceros, no debe meritarse como
dad del testigo. Se descuenta la idoneidad de este esfuerzo
leznable creo a este testigoporque soy e l j ~ e z ~Por
' ~ eso
. se sostiene
e dar cuenta circunstanciada de la iinpresióu personal que le causó
de que se la tenga como elemento fundante válido, pues a este res-
casación puede revisar criterios97s.
Prohibición de declarar
242. No podrán testificar en contra del imputado, bajo pena de nulidad, su
ascendientes, descendientes o hermanos, a menos que el delito aparez-
ado en perjuicio del testigo o de un pariente suyo de grado igual o más
que el que lo liga con el imputado.
a) Principios generales
Ver comentario al art. 178.
Su inobservancia no exige el reclamo en forma tempestiva para sanear el de-
to, pues se trata de una nulidad absoluta (art. 14 bis, CN, en cuanto asegura la
tección integral de la familia, y arts. 167, inc. 3", 168, párr. 2", y 456, inc. 2").
b) Casuística
La declaración como testigo de la madre de la mujer que consintió su aborto
viola lo aquí dispuesto, pues su relato po sólo constituye imputación para el médico,
sido también para su propia hijaQJ6.
El fundamento de la prohibición es el de evitar la encmcijada entre destmir la
cohesión familiar o mentir cometiendo el delito de falso testimonio, extremos que de
ningún modo concurren respecto de un tercero que no reviste tal condición977.
Quien convivió muchos años y concibió hijos del imputado se encuentra en
situación idéntica a la del cónyuge; el deber cívico de declarar cede ante ciertos
deberes moralesQ7s. Sin embargo, la CCC, sala IV, sostiene que en función de la taxa-
tividad que impone la norma, no se encuenha abarcada la conc~íbina~~~.
La CNCP, sala 111, considera que la prohibición se circunscribe a la pmeba
testimonial y no alcanza a las conversaciones mantenidas telefónicamente entre los
familiares aludidos en el art. 242, opinión que no se comparte porque pone más
énfasis en la forma que se percibe el dato que en la cohesión familiar que el legisla-
dor buscó proteger980.
Facultad de abstención
243. Podr4n abstenerse de testificar en contra del imputado sus parientes
colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad; sus
tutores, euradores y pupilos, a menos que el testigo fuere denunciante, quere-
llante o actor civil o que el delito aparezca ejecutado en su perjuicio o contra un
pariente suyo de grado igual o m4s próximo que el que lo liga con el imputado.
Antes de iniciarse la dec1araciü.11,y bajo pena de nulidad, el juez advertir4
a dichas personas que gozan de esa facultad, de lo que se dejar4 constancia.
Ver comentario al art. 178.
La obligación de declarar (art. 240) cede y se convierte en m
tampoco media prohibición (art. 242).
Resulta posible omitir la obligación cuando se trate de ciertos panentes por
consanguinidad o afinidad y entre tutores, curadores o pupilos. En estos casos deben
abstenerse o bien declarar a favor del imputado.
La excepción está dada por el cumplimiento de las funciones procesales enu-
meradas o la mayor proximidad de parentesco con la víctima o con una persona que
lo tenga en grado igual o más cercano que el existente respecto del imputado. Para el
cónyuge siempre rige la prohibición del art. 242.
La inadvertencia previa acerca de la exención al art. 240 convierte en inváli-
do al acto, con los mismos caracteres y consecuencias que en el artículo anterior.
Al quedar en descubierto una situación como las comprendidas dentro del párrafo
"¶ SJP, LL del 301412004, E 107.354. Por su parte, el juez Tragant considera que la norma no
excluye al concuhino de la obligación de prestar testimonio. Los jueces Hornos y Mitchell consideraron
innecesario analizar la cuestión porque, al inomento de declarar, el concubinatohabia cesado (CNCP, sala
N, 2911112004, "Villaverde", RDP, LexisNexis, 1012005, p. 851; SJP, LL del 301612005, p. 43).
980 51712005, "G., F.:' JA del 1411212005, p. 38; SJP, LL del 2911212005, p. 30; RDP, LexisNexis,
8R006, p. 1487.
TESTIGOS -
incumbe al tribunal advertirlo al testigo; las partes intewinientes en el acto
roponer interrogaciones enderezadas a ponerla de manifiesto.
J Córdoba, sala Penal, considera que si los familiares del imputado pres-
ración testimonial durante la instrucción, no pueden abstenerse de hacerlo
lo oral, pues cuando el pariente ya prestó declaración, elemento de juicio -
esa al proceso como una unidad, inviabilizó una posterior abstención9". Por
,la CCC estimó nulo el procesamiento basado en las declaraciones testimo-
stadas ante la prevención por los parientes del imputado, toda vez que, al
S en sede judicial para ratificar sus dichos, se abstuvieron9s2.
eber de abstención
. Deberán abstenerse de declarar sobre los hechos secretos que bubie-
gado a su conocimiento en razón del propio estado, oficio o profesión,
ena de nulidad: los ministros de un culto admitido; los abogados, procu-
s y escribanos; los médicos, farmacéuticos, parteras y demás auxiliares
de curar; los militares y funcionarios públicos sobre secretos de Estado.
embargo, estas personas no podrán negar su testimonio cuando sean
as del deber de guardar secreto por el interesado, salvo las mencionadas
Principios generales
estos casos la abstención está impuesta.
enumeración es taxativa. Se admite la exención cuando el interesado lo con-
amás cuando se trate de los ministros de un culto admitido.
a interpretación literal se sustenta en la función cuniplida por los signos de
ón, pues dos puntos consisten en haber terminado la expresión en el sentido
tical, pero no en el lógico, debiendo, entonces, entenderse que cada indicación
nde a sujetos diferentes983.
yerro del testigo acerca del alcance de la abstención no obsta a que el juez
da al interrogatorio judicial. Si se equivoca el magistrado, dicho supuesto con-
ía la justa causa del ari. 156, Código Penal. Si se trata de secretos de Estado,
rige el art. 157, id.
Secreto periodístico
ha entendido que el derecho al silencio también resguarda al periodista para
las fuentes de la información, siempre que no sea motivo de resolución
usa penal que apareje la condena de un inocente; si la víctima puede suffir
tos del secreto, se considera prudente su revelación984.La CCC Bahía Blan-
SJP, LL del 241312003, f. 105.264.
Sala 1, LL del 131612003, f. 105.640.
Ver LEVENE (h) y otros, Código...,p. 201.
Cám. Apels. Concepción del Uruguay, sala 1, 221311991, "Elizalde, Víctor R. O.", JA del
al comentar ese fallo dice BADENI, en desacuerdo con los fundamentos de la decisión, que no
ucirse a limitar el secreto a las hipótesis en que la identificación de la fuente puede suplirse
Por otros medios; para ello considera que se trata de un secreto adquirido en razón de la profesión; ver
454 " '. TESTIGOS Art. 244
VAZQUEZ FERREYRA - DAMONTE DE VÁZQUEZ FERREYRA, "El derecho a la información y el secreto profe-
sional de los periodistas", de JA del 211011991, p. 9.
Al anotar el fallo EKMEKOJIAN se inclina por la tesis adversa con sustento tanto en el artículo
14, CN, como en el 33, id.,y también en el m. 13, incs. 1" y 3", de la CADH, cuya jerarquía constitu-
cional amparaba el secreto aun antes del texto instaurado por la reforma de 1994 al art. 75, inc. 22, CN;
ED 153-278, f. 45.175.
CREUS, Invalidez..., 2' ed., ps. 1761178; concluye que resulta dudoso -al haber podido optar
el periodista por publicar o no la información que un tercero quiere mantener en reserva y la fuente de
donde la ohtuv- que su declaración suponga un vicio iiivalidante del acto.
98' "Fuentes de información protegidas eiz el derecho constitucional argentino", ED del 171811999.
CF San Martín, sala 1, LL del 191711996, f. 94.520, con nota de CORVAI,AN, "La reserva de la
fuente de la información neriodistica v la búsaueda de la verdad en el nroceso nenal".,auien no ciñe la
S
determinación de la reserva tan sólo al tribunal ---como bien se hace en el fallo para evitar que el delito
continúe o se ~roduzcaun mal mavor-., ,sino aue la extiende al Ministerio Público. o JA del 301411997.
p. 55, "Gorriarán Merlo, Enrique".
989 GELLI, "Relaciones peligrosas entre Derecho y medios de comunicación (Acerca del valor
probatorio de las declaraciones periodísticas)", LL del 511211996, comentario a f. 94.946; se trata de
una pauta que para la corrección del fallo es imposible prescindir.
TESTIGOS ''
'" CNPE, sala A, SJP, LL del 3 11512004, f 107 531, con nota favorable de FKIELE,en SJP, LL
del 301712004
ed., sala 1, "Míguez", del 11612006, JA del 131912006, p. 63; RDP, LexisNexis, 1012006,
Sin embargo, en caso de urgencia, podrán ser citados por cualquier medio,
inclusive verbalmente.
El testigo podrá también prefentarse espontáneamente, lo que se hará
constar.
Si la citación es a través de la palabra, deberá asentarse por acta en los térmi-
nos del art. 138. Dice bien Rudi que "...se exige siempre el conocimiento cierto de
la citación a declarar, siendo insuficientes las notificaciones tácitas o fictas de la
audiencia". Señala también que el deber personal de comparecencia y de declarar la
verdad "...se integra con el derecho a gozar de protección propia y familiar (art. 79,
inc. c], CPPN)..."998.
La renuencia puede originar un proceso penal en que se dilucide si la abs-
tención de comparecer a prestar declaración, pese a encontrarse citado, importa la
comisión del delito de incumplimiento de los deberes procesales (art. 243, CP)999.
No obstante, antes de promover proceso penal por este hecho, puede cumplirse la
sanción disciplinaria fijada por el párrafo segundo del art. 247 (ver también art. 281).
El rechazo para fijar nueva audiencia para la declaración de un testigo pro-
puesto por la defensa, cuya inasistencia se debió a motivos de salud, descalifica a la
sentencia como acto jurisdiccional válido -arbitrariedad- si aquélla era decisiva
para esclarecer el hecho investigado; se produjo una clara restricción al derecho de
defensa con menoscabo de la garantía del debido proceso (art. 18, CN). Al comentar
el caso, recuerda Morello que el proceso no puede ser concluido en términos estnc-
tamente formales, pues no se trata de ritos caprichosos -sino del desarrollo coordi-
nado y eficiente- de procedimientos destinados al establecimiento de la verdad jurí-
dica objetiva; se dejó la gestión probatoria en el camino que conducía a la verdadioo0.
Declaración por exhorto o mandamiento
246. Cuando el testigo resida en un lugar distante del juzgado o sean di-
fíciles los medios de transporte, se comisionará la declaración de aquél, por
exhorto o mandamiento a la autoridad judicial de su residencia, salvo que el
juez considere necesario hacerlo comparecer en razón de la gravedad del hecho
investigado y la importancia del testimonio. En este caso fijará prudencialmen-
te la indemnización que corresponda al citado.
- En cuanto al distingo entre exhorto y mandamiento, ver comentario al art. 132.
El límite para hacerlo coinparecer ha sido analizado al comentar el art. 240.
Autorizada la presencia del abogado en la audiencia, si se cumplió sin la interven-
ción del juez exhortado, debido a inconvenientes que son ajenos a aquél, surge claro
que no pudo ejercer el control de la prueba, cuya reproducción o ampliación no puede
aseverarse se realizará, ya que está expuesta a eventuales y naturales contingencias que
como hecho futuro dicha repetición conlleva; por ello corresponde nulifi~ar'~~'.
cuando carezca de
te, fugue o ausente. Esta medida
declaración, el que nunca cxce-
'Oo7 CCC, sala VI, LL 3011011997, f. 96.233, con nota de CORVALAN, cit.
'008 CF San Martin, sala 11, LL del 3011011997, f. 96.234, con nota de Corvalán, cit.
TESTIGOS
ión del art. 123. No cabe citarlo a juicio oral a menos que sea estrictamente
,pues de lo contrario se vulneraría sin remedio la regla del estricto secreto
ebe mantenerse su designación; la revelación de identidad del agente encu-
como testigo, no es condición necesaria para su presentación en juicio
estionarla, salvo la carencia de fundameutación para resolver en punto
scmdibilidad absoluta de su aporte, aunque haya servido para conducir el
-
investigación mientras no se tome como elemento de prueba contra los
Ioo9. Sobre la cuestión, Rudi afirma que "los testimonios velados son una
ineficaz desde la perspectiva constitucional del debido proceso", ya que no se
el anonimato del exvositor cuando no es denun~iante'~'~.
ase a aplicar én forma extensiva el art. 34 bis de la ley 23.737, agre-
24.424, el anonimato del testigo no alcanza a las partes. Ocultar los
impide el control de la prueba por los interesados y afecta el ejer-
efensa en juicio. Toda persona "...acusada de delito tiene derecho
ad 'a interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener
arecencia de los testigos de descargo y que éstos sean interrogados en las
condiciones que los testigos de cargo' ..." (arts. 14.3., PIDCP, 75, inc. 22,
)lo"; cabe agregar el art. 8O, inc. 2", ap. 0,CADH, donde expresamente
el derecho de la defensa para interrogar a los testigos presentes y obtener la
encia de las personas cuyos dichos arrojen luz sobre el s u c e ~ o ~ ~ ' ~ .
consecuencia, y mientras se preserve la identidad del testigo, sus aportes
drán mentarse como fuente de prueba --extraer de sus dichos otros ele-
de convicción- pero no como ó v g a n ~Si ~ se
~ ~opta
~ . por esta última debe
creto indefinido de la verdadera identidad; si precisa hacerse pública,
cióu fundada, carácter absolutamente imprescindible y disponer-
das especiales de prote~ción~~"'. La CNCP, sala 1, ha resuelto que si
es el mantenimiento del estricto secreto de la actuación del agente encu-
correspondería escuchar como testigo, pues no resulta imputad-
cepciOn sustentada en el carácter absolutamente imprescindible de
n testifical; en tal caso el tribunal debe motivar la convocatoria en los
'nos del art. 123y su citación a juicio oral valedera siempre que sea estrictamen-
c e ~ a r i o 'La~ ~CF~ . San Martín, sala 1, sostiene que si la defensa pudo compulsar
s declaraciones testimoniales instrumentadas bajo reserva de identidad,
presa omisión de las circunstancias personales del órgano de prueba, contó
posibilidad de efectuar su análisis, valoración y crítica, y ejercitó el derecho
'Oi6 CF San Martín, sala 1, ED 173-636, f. 48.122, con nota de Mc INTOSH, "El valor probatorio
de las declaraciones prestadas bajo reserva de identidad en la instrucción penal y en el marco de la ley
que reprime la tenencia y el trafico de estupefacientes".
Conf. CORVALAN, "Agente encubieiio y testigo de identidad reservada", LL del 3011011997,
escolio al f. 96.232.
ED 173-649, f. 48.123.
CNPE, sala A, DJ 2000-2-909, f. 15.763.
'"O JA del 131212002, p. 82, o ED del 121212002, f. 51.268 y SJP, LL del 261312004, con nota
favorable de LERMAN, "La prohibición de analogía en materia procesal penal: nulla coactio y teoría del
fmto del árbol envenenado".
'"' SJP, LL del 281612004, f. 107.648.
TESTIGOS
O'' CCC, sala 1,2811212004, "B.R.A. slinconstitucionalidad del art. 250 bis", c. 24.987; publicado
dial.com.ar, del 181412005; JA del 1/6/2005, p. 77; RDP, LexisNexis, 1412005, p. 1591, con
MARES, "El interrogatorio subrogado de menores es constitucional...", quien considera que
igirse legalmente la gabación audiovisnal del interrogatorio.
CCC, sala VII, 201712007, "A. H., C.", ED del 711112007, p. 8; id., sala V, 711012008, "Corsi",
5, difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaría de Jurisprudencia, CCC.
"Benitez", Fallos 3295556 -ver comentario art. 391, acápite d+; CNCP, sala 11,
tista Cabana", c. 8548.
n el mismo sentido, CAFFEWITA NORES- HAIRABEDIAN, La prueba en el proceso penal, 6'
exis, Buenos Aires 2008, p. 108.
CCC, sala V, 21912008, "P., J. I.", c. 35.084, difundido por el servicio de correo electrónico
retaría de Jurisprudencia, CCC.
'
9/5/2008, "B., C. G.", RDP, AbeledoPerrot, 1212009,con nota de MANGANO, "Declaración de
niiías en cámara Gesell: un panorama en tomo a la necesidad de garantizar el principio contra-
10 a lo largo del proceso penal", quien cita la res. PGN 812009, a través de la cual se instruye a los
caes a notificar a los defensores de los imputados de estos procedimientos y a filmar Íntegramente
Examen en el domieilio
251. Las personas que no puedan concurrir al tribunal por estar física-
mente impedidas, serán examinadas en su domicilio o lugar de alojamiento o
internación.
Además de las personas incluidas en el articulo anterior, tampoco tienen obli-
gación de comparecer -pero sí de declarar- las que se encuentran físicamente
impedidas. Para el debate rige el art. 386.
Falso testimonio
252. Si un testigo incurriere presumiblemente en falso testimonio se orde-
narán las copias pertinentes y se las remitirá al juez competente, sin perjuicio
de ordenarse su detención.
a) Principios generales
Se bata del delito pjevisto en los arts. 275 y 276, Código Penal.
La remisión al juez competente significa prescindir de las formas de iniciación
prescnptas por los arts. 180, 188 y 195; por ende, no se precisa requerimiento fiscal;
ver comentario a los arts. 371, 390 y 401. La comunicación sirve de estímulo para
que el juez de instrucción se pronuncie abriendo o desestimando la pesquisa.
En realidad, la denominada "detención" no es sino una aprehensión o detención
sin orden judicial, puesto que la primera sólo incumbe al juez a cargo del proceso
(confr. arts. 194,283 y 284, inc. 4").
Durante el debate debe procederse conforme a lo indicado por el art. 390.
b) Casuística
Quien al declarar como testigo pudo considerar la posibilidad de autóincrimi-
narse en algún hecho delictivo, disfruta del amparo del art. 18, CN, y aunque calle
entonces la verdad no se configura el delito de falso te~timonio"'~~.
PERITOS
a) Concepto
La comprensión del material probatorio reunido en el proceso exige, en ciertos
casos, conocimientos de alguna ciencia, arte o técnica. Cuando dicha tarea exce-
de la mera constatación material de las que el juez puede realizar personalmente
-por ejemplo, verificar si determinada llave hace posible abrir una puerta de vi-
viendaio4O-, deberá acudirse al examen pericia1 siempre que esa labor resulte ajena
paración juridica'Oq que debe poseer el juez (confr. arts. 4', So -sustituido
24.050- y 6", dec.-ley 128511958, en tanto requieren para desempeñar esa
titulo de abogado). Salvo en estos casos, el juez debe completar, aun las
iones y reconstrucciones, con todas las operaciones técnicas y científicas per-
(art. 222).
Obligación de pericia
ciertas circunstancias la pericia viene impuesta expresamente: por ejem-
a disponer el cese de la medida de seguridad consistente en la internación
auicomio (art. 34, inc. lo, párr. 2", CP); cuando se atribuya al imputado un
primido con pena no menor de diez años de prisión o cuando fuere sordo-
o menor de 18 o mayor de 70 años, o si fuere probable la aplicación de una
a de seguridad (ast. 78; su omisión genera la nulidad de la senten~ia)'~"~; tam-
cuando se trate de muerte violenta o sospechosa de criminalidad y no se pueda
ecer, por la percepción exterior, la causa de la muerte, se ordenará la autopsia
64); antes de efectuarse la venta, entrega o destrucción de un objeto secuestra-
causa penal, el tribunal deberá ordenar la realización de peritajes para determi-
odaprecisión su valor y estado (art. 7', ley 20.785); también en los casos de
e Estupefacientes, 23.737 (arts. 16, 17, 18,20,22 y 30, párr. 3", id.).
) Perito
principio sólo puede ser perito una persona flsica. Pero el art. 476, CPN,
e supletoriamente al proceso penal, autoriza al juez a solicitar informes a
mias, corporaciones, institutos y entidades públicas y privadas de carácter
fico o técnico cuando el dictamen pericia1 requiriese operaciones o conoci-
ecialización. No debe confundirse con la prueba de informes re-
96 y concs., id., cuya aplicación es posible admitir en el proceso
6)1°"'. En ese sentido se resolvió que la comunicación emitida
nta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil dependiente de la
Aérea Argentina, si bien no es en sentido estricto una experticia, responde a la
ón que le incumbe en todos los accidentes aéreos (arts. 185 y SS.,Cód. Aero-
tico); por eso es legal su introducción en la causaloM;la interpretación no cambia
que quien lo suscribe sea citado a declarar como testigo y no fue ordenada como
Peritos oficiales
specto de los peritos oficiales, la Corte Suprema ha privilegiado sus infor-
,pues se trata del asesoramiento técnico de auxiliares de la justicia cuya impar-
dad y corrección están garantizadas por nomas especificas y por otras similares
S que amparan la actuación de funcionarios judiciales1043. Por supuesto que esto
Ver sobie la pmeba de informes BULLIT GoÑI, ''El Secreto bancario y el art. 26 de la ley
ctiva", LL del 1511111991.
'O" CFed. Rosario, sala A, LL Litoral, 1999-83.
'O4* Fallos 299:265, o ED 77-374, f. 30.617; también JA 1996-111-212.
466 -PERITOS Art. 254
a) Principios generales
También pueden disponerlas la autoridad preventora (art. 184, inc. 4"), el MP
(arts. 212, párrafo primero y 353 bis) y el tribunal oral (art. 383).
En sentido estricto 6nicamente es peritación la ordenadapor el juez. No obstan-
te, lo prescripto por el art. 263, iuc. 4", última oración y, sobre todo, por el art. 398,
párrafo segundo, última oración, advierte que las practicadas en sede prevencional
no dejan de tener su mérito. En ningiin caso la conclusión vincula al tribunal.
b) Casnística
El peritaje cabe efectuarlo siempre que las diligencias a cumplir por los exper-
tos no resulten prácticas humillantes o degradantes (por eso homologa la extracción
de sangre del imputado a fin de realizar un estudio médico inmunogenético de histo-
compatibilidad respecto de la ~íctima)'~".
La sana crítica impide desconocer valor convictivo a un peritaje efectaado so-
bre fotocopias1049.Tampoco cabe descartar -sin perjuicio de su valor probatorio-
a una experticia llevada a cabo en un expediente administrativo al no haberse intro-
ducido por las vías admitidas y con el debido control de las partes'05o.
Para el juicio, ver los arts. 355, 383, 388 y 397.
Calidad habilitante
254. Los peritos deberán tener título de tales en la materia a que pertenezea
el punto sobre el que han de expedirse y estar inscriptos en las listas formadas
por el órgano judicial competente. Si no estuviere reglamentada la profesión,
o no hubiere peritos diplomados o inscriptos, deberá designarse a persona de
conocimiento o práctica reconocidos.
IM6 CS, 81412008, "Tejerina", T.228.XLII1, disidencia de los jueces Fayt y Zaffaroni; RDP, Abe-
de la designación.
no acudiere a la citación o no presentare el informe a debido tiempo, sin
ustificada, incurrirá en las responsabilidades sefialadas para los testigos -
iales aceptarán el cargo bajo juramento.
Principios generales
ducir el peritaje resulta, en principio, obligatorio para quien ha sido designa-
este aspecto media una diferencia con el proceso civil, donde la aceptación del
es facultativa (art. 469, pan: 2", CPN). Amén de las circunstancias atingentes
ción (ver art. anterior), bajo la fórmula del "grave impedi-
tros supuestos tales como incompatibilidades horarias con
e tenga entidad como para poner en duda el desempeño
CCC, JA 1967-VI-429, síntesis; sala II,2618/1980, c. 24.575, con cita del art. 63, inc. a) del
dec.-ley 1285fí958.
'O6' CCC, JA 1969-11-941, sintesis, nro. 162; CFTucumán, ED 37-573, f. 18.291.
'Os2 CCC, sala 1, ED 43-454, nro. 33, o JA 12-1971-384, f. 19.962; id. JA 1982-1-110,índice.
a) Notificación
El párrafo segundo se explica porque, conforme al art. 256, las partes pueden
recusar al perito sin perjuicio de la atribución reconocida por el artículo siguiente.
Con respecto a las nulidades previstas tanto en este párrafo segundo como en
el último frente al eventual planteo del recurso de casación -ver último párrafo del
comentario al artículo anterior-, debe tenerse presente que son relativas, a menos
que se trate de una prueba cuya valoración resulte crucial e incida de manera adversa
para lograr una sentencia favorable, en cuyo caso deben declararse de oficio (arts.
18, 28 y 33, CN, por afectar el debido proceso y art. 168, párr. 2"). Si el examen
médico se cumplió el mismo día en que fue dispuesto y sin dar posibilidad a la de-
fensa de proponer perito para controlar la tarea, corresponde anularlo'OM.
Cabe advertir que en el proceso penal -al no haber consultores técnicos (ver
comentario al artículo siguiente)-, una vez designados por resolución judicial o
propuestos por las partes, los peritos se encuentran en la misrna situación que los
designados de oficio.
La notificación debe efectuarse también a los letrados representantes o patroci-
nantes de la querella y al abogado defensor, y no tan sólo a las personas que revistan
la condición de acusador particular o imputado. Al apoderado o patrocinante de la
querella y al letrado defensor, para que -al igual que el MP- puedan controlar la
legalidad de la designación y el desarrollo del acto; a las partes, con motivo de la
eventual recusación (art. 256).
La circunstancia de no contar con defensor designado es insuficiente para jus-
tificar la ausencia de notificación, por tratarse de un recaudo necesario para que el
imputado pueda ejercer los derechos conferidos por el art. 1041065.
b) Omisión de notificación
- Tanto la "suma urgencia" como que "la indagación sea extremadamente sim-
ple" -circunstancias que tornarían procedente omitir fa notificación previa de la
diligencia- son facultades del juzgador, componentes de su arbitrio técnico, que
deben fundarse, para no incurrir en arbitrariedad, imposible de subsanar si se trata de
una diligencia definitiva e irreproducible (arts. 18,28 y 33, CN, al afectar el debido
proceso y arts. 167, incc. 2' y 3', y 168, párr. 2"). Para obviar la valla impuesta por
el art. 200 es preciso, respaldar con razones atendibles lo imperioso del apremio o la
sencillez del caso (art. 123, última oración); el defecto habilita la casación (art. 456,
inc. 2").
sus fines del modo más beneficioso para la comunidad'o72.La urgencia debe surgir
de la naturaleza y caracterísricas del examen'o73.La casación sostuvo que en virtud
de las particulares características de la pericia a practicarse no era conveniente la
notificación a las partes para que pudieran designar sus propios peritos, por las evi-
dentes demoras que ello hubiera aparejado. Pareciera alterado el orden del discurso,
porque sin urgencia acreditada se derrumba la posibilidad de cumplirla sin antes co-
municar el cometido, al reparo del secreto, Con todo, la situación de una mujer sobre
la cual se cumplieron maniobras abortivas compele a no dilatar la actividad procesal,
con la fuerza disuasoria de los hechos evidentes sino notorios. Por ende, los órganos
a quienes incumbe afrontar la etapa preliminar deben persuadir acerca del porqué
se obvió la notificación; de lo contrario puede afectarse el debido proceso si no se
respalda, con razones atendibles, lo imperioso del apremio o la sencillez del caso1074.
El otro precedente destacado versó en torno a la invalidez declarada de un pe-
ritaje efectuado sobre un documento en apariencia apócrifo; se aducía la imposibi-
lidad de renovar la experiencia debido al extravío del original; de ahí que la resolu-
ción hubiera de considerarse definitiva en los términos del ari. 457 por constituirla
un auto que torna imposible la continuación de las actuaciones. Para descartarla se
apreció que al disponer la diligencia el ahora imputado era denunciante y carecía
de la facultad de proponer perito (art. 179). Se añadió que la pérdida del documento
no se constituye en fatal imposibilidad de acreditar su autenticidad o falsedad, ni
en impedimento para que las partes puedan ejercer su derecho de defensa, pues la
experticia puede ser examinada por otro perito (art. 258), renovarse sobre una foto-
copia o, en el supuesto de que alguna de las partes no se conformara con la lectura
de las pericias instructorias, podrá citarse a audiencia para que los expertos puedan
ser interrogado^'^'^. La CNCP, sala 11, entiende que corresponde declarar la nulidad
absoluta de la pericia si su realización no fue oportunamente notificada a la defensa,
impidiéndole ejercer su control, máxime si la experticia se toma irreproducible por
extravío del documento a examinar'076.
c) Examen del peritaje
Para el examen ulterior del peritaje, las partes pueden proponer un experto que,
si es designado, podrá conipulsar la tarea de quienes le precedieron. Según sea la
naturaleza de las labores omitidas y el carácter adverso de las conclusiones, resultará
viable pedir la nueva realización. La falencia conduce a la misma solución procesal
que la indicada al anotar el artículo anterior, desde luego ante situaciones similares.
d) Casuistica
Es atendible que la omisión de notificar previamente no invalida - e n prin-
cipio- el peritaje si se dispuso anoticiar a las partes de su resultado'077.El reparo
surge de que la actuación en colegio de los peritos (art. 262) puede resentirse cuando
que pueda delegar el juez en los médicos forensesiWo.Si se trata de experticia cali-
gráfica, debe tenerse en cuenta que son operaciones de cotejo y comparación, lo que
implica que pese a ser una ciencia acertada en su viabilidad procesal. resulta siempre
opinable en sus deducciones'09i'. *
Autopsia necesaria
264. En todo caso de muerte violenta, o sospechosa de criminalidad se or-
denará la autopsia, salvo que por la inspección exterior resultare evidente la
causa de la muerte.
Ver comentario al art. 220.
Cotejo de documentos
265. Cuando se trate de examinar o cotejar algún documento, el juez orde-
nará la presentación de las escrituras de comparación, pudiendo utilizarse es-
critos privados si no hubiere dudas sobre su autenticidad. Para la obtención de
estos escritos podrá ditponer el secuestro, salvo que su tenedor sea una persona
que deba o pueda abstenerse de declarar como testigo.
El juez podrá disponer también que alguna de las partes forme cuerpo de
la escritura. De la negativa se dejará constancia.
Las personas que deben o pueden abstenerse de declarar como testigos son las
indicadas en los arts. 242, 243 y 244; rigen las condiciones allí establecidas. Esta
situación opera como limite para el secuestro en atención al vinculo matrimonial, de
parentesco o afecto cuya existencia presume la ley (art. 232).
Se hallan excluidos para la realización del cotejo las cartas o los documentos
enviados o entregados a los defensores para el desempeño de su cargo (art. 237).
No existen limites para el secuestro si el documento se encuentra en $oder del
imputado. Salvo que instrumenten la respuesta a los incluidos en el párrafo anterior.
La formación de cuerpo de escritura no puede obligar al imputado, pues, en dicha
ocasión, actuará como sujeto del proceso y no como objeto de la prneba (arts. 18, CN,
y 296). Sobre la negativa y la carga probatoria ver introducción a este Título 111.
Reserva y sanciones
. 266. El perito deberá guardar reserva de todo cuanto conociere con motivo
de su actuación.
El juez podrá corregir con medidas disciplinarias la negligencia, inconduc-
ta o mal desempefio de los peritos y aun sustituirlos sin perjuicio de las respou-
sabilidades penales que puedan corresponder.
La divulgación puede acarrearle -al cumplir una innegable función pública
dentro del proceso (art. 257)- la condena por el delito de divulgación de secretos,
descripto y penado por el art. 157, Código Penal.
Las sanciones disciplinarias son las establecidas en el art. 18 del dec.-ley
128511958 y, en la audiencia del debate, las del art. 370.
'"''7mputabiiidad penal y la fórmula mixta del art. 34, inc. lo del Código Penal", LL del
1511212000,p. 1.
'"' CCC, sala V. JA 2000-111-750.
a responsabilidad penal puede consistir, además, en incumplimiento de los
S procesales y falsa pericia (arts. 243,275 y 276, CP).
a última se concreta por la discrepancia entre lo que se informa o se calla y lo
se sabe que es real o
-
267. Los peritos nombrados de oficio o a pedido del ministerio público ten-
n derecho a cobrar honorarios, a menos que tengan sueldo por cargos ofi-
esempeñados en virtud de conocimientos específicos en la ciencia, arte o
que la pericia requiera.
perito nombrado a petición de parte podrá cobrarlos siempre, directa-
a ésta o al condenado en costas.
Los peritos resultan nombrados oficiosamente, siempre que no se trate de una
osición de las partes privadas por aplicación del ait. 259.
El cobro de honorarios puede efectuarse a quien resulte condenado en costas
INTÉRPRETES
a) Reconocimiento de personas
Este articulo regula un medio especifico destinado a individualizar al imputa-
: la llamada "rueda de presos" - c o n más precisión, reconocimiento en rueda de
IWB ALCALAZAMORA - LBYENE (h),Derecho ,t 11, ps. 20121; ver D ' A L B O R A , " A / Cde
~ ~lameda
C~
da presos", JA 1967-IV-348, sección Doctrina
480 RECONOCIMIENTOS Art. 270
terrogatorio previo
conocimiento, quien haya de practicarlo será interrogado
a persona de que se trata y para que diga si antes de ese -
ha conocido o visto personalmente o en imagen.
declarante prestará juramento, a excepción del imputado.
"or CORVAL~N,
"Valor de la pmeba obtenida en la etapa instmctoria", LL del 61511996, nota al
.Ver AMADEO - PALAZZI, "Las nulidades en el Código Procesal Penal (ley 23.984)", JA 1994-
,Cap. IX, nros. 64 a 73.
CCC, sala 1, JA2000-1-Slntesis, nro. 33.
"" CCC, sala IV, 131912006, "Ríos", RDP, LexisNexis, 112007, p. 105. En idéntico sentido,
respecto de imágenes vistas previamente en la red social "Facebook"; CCC, sala IV, 23/6/2010, "0. B.,
N.A.", difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaria de Jwisprudencia, CCC.
"O' CCC, sala 1,2111212009, "R., M. A?, RDP, AbeledoPerrot, 712010, p. 1299.
. RECONOCIMIENTOS
"O8 1211212006, "Miguel", RDP, LexisNexis, 312007, p. 514 (por ello se dejó sin efecto una conde-
na basada en un reconocimiento practicado a partir de unaaparición televisiva hecha sobre el imputado);
con nota de FMSCAROLI, "La dignificacióride las formalidades del reconocimiento de personas", RDP,
LexisNexis, 512007, p. 859; MORELLO, "Reafirmación de las garantías en el proceso penal. A propósito de
un defectuoso 'reconocimiento en rueda de presos"', SE, LL del 261712007, p. 22.
"" CREUS, Invalida ..., p. 22, n. 5.
" ' O CCC, sala VII, LLdel311711998, f. 97.581.
"" SJP, LL del 221311995, f. 92.985, o JA del 171511995, p. 35; sala 111, BJ nro. 4, ps. 52157.
"'' CCC, sala VII, LLdel 141912001,f. 102.624.
RECONOCIMIENTOS,:
"13 CCC, sala IV, 271512008, "Suárez", RDP, AheledoPerrot, 1012008, p. 1827.
"" Cám. Pen., JA 1956-11-387, f. 18.090.
"'* CCC, sala VI, SJP, LL del 251412003, f. 105.421.
"'C. Acus. Córdoba, LLC 1988-1030.
"' PALAZZI - AMAOEO, "Las nulidades en el Código Procesal Penal (ley 23.984)", JA 1994-1-987,
7 1 ; CF Cap., sala 1, LLdel301511997, f. 95.436.
"IS "Guardia, Hugo C.", JA del 28/5/1997, p. 41.
CAREOS
Es la confrontación entre dos personas cuyas aseveraciones sobre e1 mismo
hecho o circunstancia importante se contradicen abiertamente; no se excluye que
intervengan más de dos (art. 278, párr. lo, primera oración). Su celebración depende
de dos circunstancias sin las cuales no puede producirse: a) el enfrentamiento de
quienes van a intervenir en el acto, y b) el desacuerdo rotundo acerca del mismo
hecho o circunstancia.
Por eso no corresponde carear a quien niega su intervención en el suceso con el
testigo que lo reconoce en rueda de personas'lZ4;tampoco si la pugna es meramente
a~cidental"~~.
El Código anterior autorizaba la realización del denominado "medio careo"
.
o careo impropio, pues se cumplía entre presente y ausente (conf. art. 313, id.). En
un régimen exigente de la inmediación, dicha actividad mistra uno de sus mayores
logros, consistente en eliminar todo aquello que resienta el contacto directo entre el
juez y los órganos de la prueba.
Procedencia
276. El juez podrá ordenar el careo de personas que en sus declaraciones
hubieren discrepado sobre hechos o circunstancias importantes, o cuando lo
estime de utilidad. El imputado podrá también solicitarte, pero no podrá ser
obligado a carearse.
a) Procedencia
El careo puede realizarse entre testigos, entre testigo e imputado, o bien entre
imputados; en este último caso el acto resulta facultativo, pues siempre que -según
CCC, sala IV, 20ihl2005, "Mirenda", ED del 26/8/2005, p. 6; JA del 24/8/2005, p. 86.
CCC, sala 11, 31/5/1974, c. 17.247:
"Z3 CCC, sala 1, 27/5/1969, c. 9730.
CAREOS
8. El careo se verificará por regla general entre dos personas. Al del im-
rtinente, las declaraciones que se reputen
u de los careados sobre las discrepancias,
ten de ponerse de acuerdo. De la ratificación
á constancia, así como de las reconvenciones
to en el acto ocurra; pero no se hara referen-
de la aetitud de los careados.
n cuanto a la asistencia del defensor, ver comentario a los arts. 73 y 200. Aun
urante la vigencia del Código anterior se entendía que si una vez designado el de-
fensor, el procesado era indagado y careado sin la respectiva noticia a aquél, quien,
T~TULO
IV
SITUACI~NDEL IMPUTADO
CAP~TULO
1
PRESENTACIÓNY COMPARECENCIA
Presentación espontánea
la cual se hubiera iniciado o esté por iniciarse un
e ante el juez competente a fin de declarar. Si la decla-
a en la forma prescripta para la indagatoria, valdrá como
a cualquier efecto. La presentación espontánea no impedirá que se ordene la
ención, cuando corresponda.
Aquel a quien se endilga un hecho reputado como delito, aun cuando no hubiere
do llainado a indagatoria, tiene derecho a presentarse al tribunal personalmente, con
o los hechos e indicando las pruebas que, a su juicio,
ta mención -comparecencia con su abogado defensor-
idido por la CCC, sala IV, al tolerar la validez del acto cuando
de declarar sin la asistencia de ningún letrado, con disidencia del
tor Barbarosch, quien lo considera vulnerable por faltar tal req~isito"~~).
b) Principios generales
de vista histórico el hecho y la participación resultan
S enfoca a través de la técnica de la instrucción, aquél debe
a éste. En el proceso penal no se investigan personas sino hechos
as; tal lo que fluye del texto del art. 18, CN.
"...o esté por iniciarse un proceso..." deba entenderse en el
"" ALMEYRA, "El imputado en la nueva legislación procesal penal -o el fin de una pesadilla-",
JAdel711011992
"" CCF San Martin, sala 1,221811994, "Bideman, Jorge V.", JA del 101511995,p. 62. 1
CCC, sala V, 51711994, "Pirillo, J.", c. 1654. 1
"" Ver comentario de ALMEYRA, ''El derecho al sohreseimiento", SJP, LL del 201911995, p. 53.
"* CNPE, sala B, ED 174-505, f. 48.245; el temperamento satisface contener inquietudes pato-
lógicas de quien se crea perseguido.
'' 1.8 iriscgiiriJaJ $:nerdJa pur ?$e iiiii~ri:;t ha bid,, PUC\:;I JS ris~.ivP<,I,.\lrnc)r~.a ird\.is del
ajuitaJo!itul<~pue..iu 31 c~11.cziiaria~ ~ I aliidldo,
L S < I'<:an . yala l. iuilf I'ii ~ i f -l A\I\I.I(. "1.a~nuli-
dades... Parte ~i", JA 1994-111-1044, Cap. X, "~resentaci& espontánea", nros. 58 y 59.
, t
PRESENTACI~NY COMPARECENCIA
1arresto y la aprehensión
caer sobre imputados y
Órganos de la prueba, según acontece con la citación -testigos (art. 245), peritos
(art. 257, párr. 2") y sospechosos (art. 282)-; lo propio sucede con el arresto
(arts. 184, incs. 3"y 6', 248 y 281; ver también art. 213, inc. b], en cuanto al MP).
Las distintas medidas caulejares de carácter personal y directas respecto del
imputado son: 1) la aprehensión (arts. 284 y 287); 2) el arresto (arts. 184, incs. 3' y
6", 248 y 281); 3) la detención (art. 283), y 4) la prisión preventiva (art. 3 12).
e) Requisitos
Toda medida que restrinja la libertad durante el desarrollo del proceso debe
ejecutarse observando lo prescriplo en el párrafo segundo. En el acta (arts. 138 y
139) se debe anoticiar tanto a imputados como a órganos de la prueba los motivos
que respaldan la actividad cautelar; también el lugar en que se cumplirá la medida y
el tribunal interviniente.
Arresto
281. Cuando en el primer momento de la investigación de un hecho en el
que hubieran participado varias personas no sea posible individualizar a los
responsables y a los testigos, y no pueda dejarse de proceder sin peligro para la
instrucción, el juez podrá disponer que los presentes no se alejen del lugar ni
se comuniquen entre si antes de prestar declaración y, aun ordenar el arresto si
fuere indispensable.
Ambas medidas no podrán prolongarse por más tiempo que el estricta-
mente necesario para recibir las declaraciones, a lo cual se procederá sin tar-
danza y no durarán más de ocho (8) horas. Sin embargo, se podrá prorrogar
dicho plazo por ocho (8) horas más, por auto fundado, si circunstancias extraor-
dinarias así lo exigieran.
Vencido este plazo podrá ordenarse, si fuere el caso, la detenciou del pre-
sunto culpable.
Uiio de los probleinas iiiás graves del proceso pcnal estriba en la posibilidad
de que cienos actos de coercióii (an. 1201puedan diripirse sobre persoiias todavía
adas por el principio de inoiencia (á* 19. comola única fuente legítima que
Stado tiene para privar de la libertad personal a un sujeto es la condena con que
el debido proceso legal (art. 18, CN), resulta claro que, antes de arribar a
"" FENECH,
Derecho ..., t. 11, p. 140.
"" Ver SOLER,Derecho...,t. V, ps. 2131215 y, sobre todo, el distingo efectuado en tomo a los
delitos previstos en los arts. 141 y 269, CP.
"" CCC, sala VII, S P , LLdel261511995, f. 93.195 y 93.196.
PRESENTACI~NY COMPARECENCIA
rincipios generales
en este caso como en el de la prisión preventiva (art. 312), el encarcela-
tulo cautelar puede prolongarse en el tiempo. Por eso es que los extremos
son mayores que los requeridos para la citación, el arresto o la mera apre-
hensión.
Cuando 1s C'N en su art. 1 S establece que "...nadie puede ser arrestado sin orden
escrita emanada dr autoridad competente...", desde el punto dz vista técnico, delinea
se entiende por detención. ~ 6 1 o ~ u e dexpedirla
e el juez y debe hacerlo
,siempre y cuando estén presentes 10,sextremos exigidos por el art. 294,
ez se ha decidido lo Es que no hay ninguna medida
1imputado que no descuente cierto grado de sospecha; pre'cisamente
rá su intensidad. En este sentido puede decirse que, a veces, bastarán
sto y, en otras, resultará necesaria la detención.
o de estos supuestos, existen otros en que se convierte en detención una
ensión -denominada por los arts. 284 y 287 como hipótesis de aqué-
ocurre, explícitamente, cuando el juez lo hace mediante una resolución
n el expediente o, implícitamente, cuando toma conocimiento de la apre-
no la hace cesar de inmediato.
'spuesta la libertad por un órgano jerárquicamente superior (art. 116, CN), el
crrado no nuede disnoner la detención si se encuentra firme la falta de mérito
a (art. 369); aquelia decisión es nula"".
) Naturaleza jurídica
carácter decididamente cautelar está respaldado, por el párrafo final del
CN, al establecer que "(l)as cárceles de la Nación serán sanas y limpias,
uridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a
de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija hará
sable al juez que la autorice". De esta misma disposición fluye que, cuando
la "seguridad" de que el proceso se desarrollará normalmente, la detención
cesar, pues el imputado adquirirá el derecho a ser excarcelado (no obstante la
ón del primer párrafo del art. 317, en el que se lee "podrá").
figura un abuso prolongar la detención a la espera de elementos de juicio
cen el dictado de la prisión preventiva si no se avizora dicha posibilidad
zable dentro de un razonable
e) Requisitos
Conforme al párrafo final, sólo una situación acuciante -temor fundado de que
la persona a quien se va a detener no se someta a la jurisdicción- puede suplir la
orden escrita del tribunal aunque nQde manera definitiva. Cuando se dé tal extremo,
bastará con que se refleje en forma documentada que la orden fue impartida verbal
o telegráficamente. No obstante, una vez lograda la detención, deberá cumplirse con
lo prescripto por el párrafo anterior (art. 147).
Los datos personales del imputado, imprescindibles para librar la orden de de-
tención, están puntualizados en el art. 74.
El juez tiene un plazo para hacer cesar la detención, que es el fijado en el art.
309. De todas maneras, quien soporta el encarcelamiento puede provocar antes la
soltura recabando su excarcelación (art. 3 18); en tal circunstancia, el trámite debe
resolverse dentro del plazo señalado por el art. 33 1, párrafo segundo.
La detención de un menor se restringe a los supuestos previstos en el art. 41 1,
párrafo primero. Tanto la detención como la prisión preventiva son excepcionales en
los delitos de acción privada (art. 427).
d) Casuístiea +
"'CLARIAOLMEUO,
Tratado..., t. V, p. 283.
"' CCC, salaV, DI 2001-3-1050, f 17.570, o LL del 2811112001, f. 102.958.
498 PRESENTACI~NY COMPARECENCIA Art. 284
L -
"'' CLARIAOLMEDO,
Tratado..., t. V, p. 290; ver art. 285.
'17q <'¿Elfin justifica 10s niedios?".
CCC, sala 1, LLdel301311998,E 96.883, con nota de SUPERTI,
"" CCC, salaVII, JA 1999-1-623.
CNCP, salaII, JA 1996-11-551.
"82 CNCP, sala 1, LL del 2611211997, f. 96.535; CCC, sala IV, 5.4 i999-1-622, cuando la conducta
consiste en deambular por el andén de una terminal fenoviaria en el horario de importante afluencia
de público.
TOC nro. 9, LL del 231411999, f. 98.624.
PRESENTACIÓNY COMPARECENCIA
LL del 311811999, f. 99.215, con nota de MAGARINOS,"La detención de personas sin orden
autoridad competente y la C N .
CNCP,sala 1, LL del 301711999, f. 99.085.
'' TOC nro. 7, LLdel261311999, f. 98.518, o DJ 1999-1-1046, f. 14.030.
b) Cuando alguien es perseguido por la fuerza pública, por el ofendido o el cla-
mor público, se hata de un caso de cuasi flagrancia; el margen para la aprehensión
es mayor porque no se exige la percepción directa de la comisión del delito.
.?
c) Lo mismo ocurre en las hipótesis de flagrancia presunta, comprensivas
del seguimiento en tanto el sospechoso presente huellas que permitan inferir su
participación en un delito. La utilización del adverbio de modo "vehementemente"
contribuye a restringirla a los casos en que los indicios -hechos señaladores- que
contribuyen a formar la presunción tengan mucha fuerza convictiva.
El acierto de la intuición funcional del preventor, aun confirmado posterior-
mente, no justifica la orden policial, pese a resultar razonable la identifica~iónl~~~.
En estos casos la CNCP, sala 11, decidió que al imputado no se le pueden dirigir
preguntas, salvo las necesarias para constatar la identidad, ni recibirle declaración;
pero afinnó que la ley no prohibe expresamente que aquél formule al preventor ma-
nifestaciones de manera libre y espontánea; la mera comunicación de un dato, en la
medida en que no sea producto de coacción, no es indicio desechable, pues lo con-
trario llevaría a sostener que los policías se hallan impedidos de investigar las pistas
surgidas de esas comunicaciones11s9.El criterio ha sido recogido por el inc. 9" del
art. 184, texto según ley 25.434.
La CCC, sala 1, estima que por Aagrante debe entenderse aquello que se está
cometiendo en ese momento, y el hecho de que para detectarse se haya tenido que
realizar un procedimiento de constatación previa, no neutsaliza ese carácter, sino
que, por el contrario, lo acreditaug0.
Presentación del detenido
286. El funcionario o auxiliar de la policía que haya practicado una de-
tención sin orden judicial, deber6 presentar inmediatamente al detenido en un
plazo que no exceda de seis (6) horas, ante la autoridad judicial competente.
Se refiere a los supuestos de aprehensión impuesta, previstos en los arts. 184,
inc. 8", y 284, y explicitados en el art. 285. La policía tiene el deber de colocar al de-
tenido a la orden del juez en el plazo señalado; de lo contrario, incurrirá en la forma
de privación ilegítima de libertad descripta por el art. 143, inc. 2O, CP, sin perjuicio
de las sanciones disciplinarias establecidas en el art. 187.
La urgencia se explica porque no ha mediado previa resolución fundada y por
escrito del juez.
Configura privación ilegal de la libertad aprehender sin anoticiar al juez1'".
Detención por un particular
287. En los casos previstos en los incs. lo,2' y 4' del art. 284, los particula-
res están facultados para practicar la detención, debiendo entregar inmediata-
mente el detenido a la autoridad judicial o policial.
CAPITULO
11
REBELD~ADEL IMPUTADO
El proceso penal no puede desarrollarse íntegramente -pasar de la insmicción
cio--- sin que el para entonces acusado se encuentre en prisión preventiva o en
ertad provisoria (Capítulos VI y VI1 de este Título IV).
la República Argentina no hay proceso penal en contumacia, conforme a
retación imperante sobre la garantía que asegura la inviolabilidad de la de-
n juicio (art. 18, CN). La prohibición de ser juzgado en ausencia se proyecta
o para denegar la extradición pasiva -la solicitada a tribunales de nuestro país
38, párr. 2")-- al extenderse a quienes han sido condenados en rebeldía si el
eso no puede reabrirse una vez que se hallen a disposición de1 Estado requiren-
Isg6. Por el contrario, si se ofrecen garantías suficientes de que el requerido será
metido a un nuevo juicio en su presencia, corresponde e~traditarlo"'~.La mera
ocación de que la condena se dictó en contumacia no se opone a la entrega cuando
beldía se convirtió en un mero acto declarativo, al haberse cumplido con el ex-
ltado la intimación de los hechos, se le hizo conocer el contenido de la acusación
tuvo oportunidad de producir su defensa, ofrecer pruebas e interponer excepcio-
que. por Ii;iber suscripto 105 tratados iiit~rnscii)nalssde proieccion de derecliu~iiuiiianos, dcperarisn :il
c\rraJiindo la pojibiliddd de scuJir a 13 <:"ni. Eiiro~c;~ dc Dzrechoc Huinaiius.
'"' CS, "Fabbrocino, M.", JAdel 16/11200~.
'" CCC, sala VI, "Pere, A,", JA 1999-1-Sintesis.
REBELDÍA DEL IMPUTADO 503
CCC, sala 1, 231912005, "Roy", SE', LL del 281212006, p. 70; con nota favorable de AZUAGA,
re la posibilidad del juez de apartarse, a favor de imputado, de las reglas procesales previstas en
ria de medidas coercitivas", SE', LL del 3 11812006, p. 34; en sentido similar, id.,sala VII, 291412005,
",ED del 101212006, p. 6;id.,sala I,711212005, "Andrade", JA del 101512006,p. 70; id, salaV,
"Gil de Tejera", JA del 311512006, p. 88; RDP, LexisNexis, 612006, p. 1168.
CCC, Fallos t. 1, p. 62.
O* CS Fallos 323:891.
Similar puede verse en el trabajo de LANG~VTN, "Rebeldía y recurso extraordinano", RDP, LexisNexis,
1212007, p 2341
" I ~ B nro.
J 4, ps. 1131114, o sala 1, JA 1993-IV-535.
"'' D'ALBORA, "Juicio penal en rebeldía", LL del 1611111993.
"" CF Cap., JA 1963-111-373, f. 6927.
CCC, Fallos t. 1, p. 227.
"'' CCC, Fallos t. 11, p. 268.
"'WCC, sala IV, JA 1997-IV-589. En contra, CNCP, sala 1, 9/12/2009, "Pozzeni", citado por
HAUSTl - MANOANO - RODR~OUEZ PONTE,"Actualidad en jurispmdencia de la Cámara Nacional de
sación Penal 2-2010", RDP, AbeledoPerrot, 812010, p. 1391.
'''' CCC, sala V, LL del 2611112000, f. 100.959.
CNCP, sala 1, LL del 3011012000, f. 101.094.
506 SUSPENSIO.N-DEL PROCESO A PRUEBA Art. 293
a) Principios generales
La ley 24.316i226incorporó al Código Penal el art. 27 bis y un Título XII -a
continuación del art. 7 6 - con el siguiente epígrafe "De la suspensión del juicio a
prueba", a través del cual se agregaron los arts. 76 bis, 76 ter y 76 qnater que regulan
la denominadaprobation. Aquella ley ha generado unanueva línea de jurisprudencia
que rebasa su finalidad, porque se considera - e n el ámbito de prescripción de ia
acción penal y determinación de la secuela de juicio- una suerte de interpretación
auténtica que llevaría a precisar que la voz "juicio" solamente hace referencia a la
etapa plenaria del procedimiento penal vigente12z7. A nuestro ver, no condice con la
aceptada sinonimia entrejuicio y proceso.
' 2 2 8 ALMEYRA,
"Probaiion, ¿sólo para los delitos de bagatela?", SJP, LL del 261511995, comen-
io al fallo 93.182; opinión similar en FREEUND L~PT I . ~ i - TAMINI,
~ "La ~ ley 24.316:
~ ~LProbation
~
a a manera americana, europea o qué?", especialmente cap. VI, JA 1994-IV-885; Ochoa afirma que
"...se ha introducido el principio de oportunidad...", "La suspensión del juicio a pmeba", en LL del
'14' Ver introducción al Libro 111, Sección 11, y la cita de CLARIAOLMEDO, Trafado..., t. VI, p. 278.
ED 174-492, f. 48.242.
''"' 171411998,"rano, Vicente".
" M GARC~A, "La suspensión del juicio a prueba según la doctrina y la jurisprudencia", CDJP, año
11, nros. 1 y 2, p. 361.
'241 LLdel 14/3/2000,f. 99.959.
''" LL del 261612000, f. 100.450, o DJ 2000-2-399, f. 15.568; id., i d , SJP, LL del 26/3/2004,
f. 107.145.
IZ4' Op. cit., p. 11.
'24"n contra, D O ~ - A MAIZA, Código..., p. 338; parece coincidir con nosobos ÁBALOS, Códi-
go ..., p. 672.
TAMINI - FREELAND L~PEI.LECUBE, "La ley 24.3 16: ¿Probation...?",cit.
lZS' TAMMI - FRBELAND LOPEZ LECUBE, op: cit.; CCC, sala IV, ED 166-278, f. 46.960.
SUSPENSI~N DEL PROCESO A PRUEBA
'"I' ALMEYRA, op. cit., ps. 8110; CCC, sala 1, ED 166-279, f. 46.962; id., sala VII, 101711995,
arires. A,". c. 20.739: CF Can.. . . sala 1. ED 166-397. f. 46.998: Lowz CAMELO estima que cubre no
sirlu lo; delitos cone~cio~i3lzs a1t.o i;inib,2ti lus graws di*tinguiai(lo dos situaii<iiics3 :rd\Cj. del nn.
76 bis. ('1': la nrinicrj no rsuuirrc conszntitnisiiro ticc.al v s i :xiieride :ivcins cuyo iiiixitiio !lo z.~¿cd:i
de iie, 3ilus. niienirds qtit 13 scgunila si 10 exige, pero sc L.~c$:I ci tcpc, I ' , ~ u h i , ~ i .\Igo
<~~~ accrca d i
su alceli;e n<>r~naii\u", .
l>.l1997-2-635, r:iiiibiéii ,\ii,i: r "1 .ipsin pri\ilivn Jr. lib:rrad cdnio liiiiii:
de prucede~izindc 1:r iusptrisiúii dzljui<iua prueba', I>J 1946-3-1013;1 0 C tiro 2,J,\ 1997-111-408,o
- i>i hv>iii>ii,>iirvi>,del iin. 76 bis. id. y In arepis
LII) 375-477. f. .lX..107. adniiie la aolicazióii an:ilhsicu
siracto, la pena a imponer es de trcs años de prisión o menos, aun cuando la norma prevea un
superior; CCC, sala VI, JA 1997-111-494; CNCP, sala IV, ED 178-269, f. 48.699, o LL del
8, f. 96.650.
'li3 "La suspensión...", cit., CDJP, año 11, nros. 1 y 2, ps. 319 y SS.;en el último sentido, TOC
Uo. 24 "Dib. Julio" -JA 1995-1-675-, TOC Fed. nro. 1, 2011011994, "Maidana". JA del 26/7/1995;
C nro. 15; 311 111994, "Gonzilez, ~ulián",JAdel261711995,p. 39; e" el primero Se han pronunciado
C NO. 17 -SP, LL del 261511995, f. 93.182- y del 81911994 -JA 1995-1-676-; TOC nro. 2,
811994, "Morin, Mario L.", JA del 26/7/1995, p. 37; CCC, sala VI, LL del 301611997, f. 95.604;
- GARCIATORI~ES, "Probation (Un fallo que recepta una exégesis adecuada de la institución)",
el 14/12/1994, comentario al fallo 92.728; REYNAGA, "La ley 24.316: Análisis y aplicación de los
S", LL del 511011995, p. 2; ORGE~RA - VAIANI,"La suspensión del juicio a pmeba y los delitos
con pena mayor de tres años", LLdel2111011996,p. 3; CCC San Martin, sala 11, JA 1995-1V-537y 539;
TOC nro. 26, JA 1995-IV-526; CCC, sala VI, JA 1996-1V-431; CCC, sala 1- c o n importante disiden-
cia de Donna-, JA 1998-IV-530; CP Santa Fe, en pleno, JA 1999-1-553; también Bossi - RANUSCHIO,
uspensión del juicio a vrueba", JA 1997-1V-8261830.
"Probation y pena de inhabilitación. Una 'condena' similar a la que surge de u11juicio abre-
viado", LL del 61712001, f. 102.273.
"'I LLdel911112001, f. 102.877, o DJ 2001-3-947, f. 17.517.
510 S U S P E ~ I ~DEL
N PROCESO A PRUEBA Art. 293
La CFed. Gral. Roca resuelve que la inhabilitación incluida en el art. 76 bis, CP,
no opera en aquellos delitos que hubieran sido cometidos fuera del marco del ejerci-
cio de una actividad reglada, sea por imprudencia, negligencia o impericia'256.Con
relación a la multa tan~biénprevisa por el art. 876, CA, se entiende que aun cuando
no se repare el monto total del daño producido, corresponde conceder la suspensión;
en su voto la doctora Oliva Hernández amerita que no se hace referencia al pago del
mínimo de la multa'257.
No puede rechazarse por la eventual y facultativa aplicación de la inhabilita-
ción prevista en el art. 20 bis, CP. La interpretación coniraria tomaría difusos los
supuestos de procedencia del beneficio1258.
Además, el plenario estableció que la procedencia del instituto previsto por los
arts. 76 bis y SS.,CP, sólo corresponde cuando la reclusión o prisión tiene un máximo
que en abstracto no crceda de tres años1259. Ver N?fva,j). La CS, por el contrario,
consideró irrazonable esta exégesis1260. Ver Nzfa k).
La CNCP, sala 1, rechaza la suspensión del juicio a prueba solicitada luego del
acuerdo de juicio abreviado, por resultar incompatibles. La finalidad perseguida
por los arts. 76 bis y SS.,CP, es suspender el proceso con miras a la extinción de
la acción penal, mienmas que a través del art. 431 bis sólo se simplifica el juicio
ordinario 1261.
Entre los muchos problemas de este régimen, los hay originados al preverse
penas conjuntas o alternativas. Así, la reclusión o prisión lo subordina a un pronós-
tico del MP y del Tribunal; la prisión y multa conjunta o alternativa imponen pagar
el mínimo de la última; la inhabilitación toma improcedente, en todos los casos, la
suspensión'262;la CNCP, sala 1, estima que no debe distinguirse entre el carácter
principal, conjunto o alternativo de la pena de inhabilitación. Al comentar el fallo,
Ríos afirma que su regulación "...pertenece al generoso horizonte de la interpreta-
ción extratipica...", y admite "...optar por la orientación que consagra el más justo y
razonable resultado interpretativo ..."; antes explicó que la ley 24.316 "...és ajena al
territorio circunscripto de la incriminación -no tiene por objeto el pulcro diseño de
la puerta estrecha que nos introduzca en la función estatal sancionadora, ni resulta
restrictiva de la libertad personal-, cabe encuadrar su interpretación como extrati-
pica. En consecuencia, habremos de concluir que se halla al margen de la reducción
y del acotamiento característicos de la interpretación dogmática del tipo"IzG3.
El TOC nro. 2, en sentido similar, acude a la ampliación del art. 76 bis, CP, por
v b analógica y lo extiende a supuestos en que se superen los tres años de prisión,
LL del 311811999, f. 99.216, con nota de VIOALALBARRACIN, "¿ES ajustada a derecho la 'pro-
bation'en el delito de contrabando?'.
''" TOPE NO. 3, LL del 311811999, f. 99.218, con escolio citado de Vida1 Albarracin.
'" CNCP, sala IV, ED del 21/8/2003, f. 52.210.
'259 LL del 111111999,f. 99.505, con nota adversa deBRuzzoNa, "Probation: el plenario 'Kosuta'
de la Ckmara Nacional de Casación Penal o el triunfo de la tesis restrictiva (de la libertad)".
"'O CS, 23/4/2008, "Acosta", A.2186.XLI.
LLdel231212001, f. 101.569, con nota de BRUZZONE, "Juicio abreviado y suspensión de jui-
cio a prueba: una solución equivocada pero con importantes derivaciones".
''"TAMMI- FREELAND LOPEZLECURE, "Laprobation ...", cit., LL del 301811994,
'"' ED 166-13, f. 46.891; LL del 291511998, f. 97.209, con nota de Rios, "La interpretación de
la ley y el juez penal".
SUSPENSI~NDEL PROCESO A PRUEBA
o. Al comentar el fallo,
o se imputa un delito y
ncia condenatoria firme durante el tránsito de
un de sentencias no fir-
en desmedro del principio de inocencia;
1mismo hecho, se afecta el principio del ne bis
rse la extinción si durante el plazo de la suspensión se comete
e expidió, mediante condena firme, dentro del
'264 1181211997, "Pérez, Oscar"; al igual que CCC, sala VII, ED 166-279, f. 46.961; CNCP, sala IV,
997-IV-568; id.,sala 1, ED 178-248, f. 48.123; id,id.,ED del 211511999, f. 49.257; GARC~A,"La sus-
'261 CNCP, sala 11, JA 1999-111.639, o ED 180, f. 07, p. 1036 y síntesis jurisprudencia1 de Alfre-
peno; id.,sala 111, DJ 2001-3-88, f. 17.178; id.,sala 1, "M., J. B.", del 261912006, SJP, LL del
p . 59. En contra, lajueza Ledesma interpretaque los ilicitos previstos en la ley 24.769, no se
n excluidos del beneficio en cuestión (confr. su voto en la causa "Piaskowski", del 51612008;
''" TAMINI- FREELANO LOPEZLECUBE, "La ley 24.316...", cit., JA 1994-1V-885; en contra por en-
tender que se trata deuna decisión privativa del imputado quien, en buena medida, renuncia a una futura
absolución, Juzg. Corr. nro. 2, Santa Rosa, La Pampa, f. del 41711994, exple. 343-1-94 y, en principio,
KENT- GARC~A TORRES, op. cit.; discrepamos con este último criterio porque a la audiencia -según lo
indica expresamente este articulo- deben comparecer las partes con asistencia técnica y si hubiera
discrepancia, obviamente prevalece la opinión de aquéllas; arg. 4.13, párrafo 11.
"" "Suspensión del procedimiento a pmeba", en MAIER (dir.), El nuevo...,p: 38.
''" CNCP, sala 11, LL del 6/5/2002, f. 103.690.
"'? Conf D ~ N N- AMAIZA, Cúdigo..., p. 334.
12" 101811995,"Calvo, Néstor", C. 555, r. 559; CCC, sala VI, LL del 22/8/1997, f. 95.817.
"" CCC, plenario, JA 1993-11-453.
TOC nro. 4, LL del 30111/1998, f. 98.172.
'2'"onf DARRITCHON, Cómo es ..., vol. 4, ps. 44 y SS.,en especial ps. 47, 50,59160.
SUSPENSION DEL PROCESO A PRUEBA 513
'28* GARC~A,''La suspensión...", cit., CDJP, año 11, nros. 1 y 2, p. 366. En contra, CCC, salaVI, JA
1996-11-550; también ORGEIRA - VAIANI, "La suspensión...", LL del 2111011996, p. 3.
ILp6 CCC, salaV1, LLdel221811997, f. 95.817; id. id., LLdel301411998, f. 97.066.
CNCP, sala 1, LL del 29/5/1998, f. 97.209, o DJ 1998-2-899, f. 13.152; id, id., ED 178-248,
f. 48.693, derivándolo del precepto constitucional alojado en el art. 120, CN.
LLdel 111111999, f. 99.505.
'28q DJ 2001-2-240, f. 16.742, con disidencia del doctor Hornos.
'9Zl SR, LL del 301812004, f. 107,974; con nota favorable de PALACIO, "Alcance de la interven-
ción del Miiiisterio Público en la suspensión del juicio a pmeba".
'2n' Conf. UnitedStates Code, Title 18 "Crimes and Criminal Procedure", Section 3651, "Sus-
pension of Sentence and Probation", p. 482. ("Laprobaiion en los Estados Unidos. Breve análisis de
las normas legales, la jurisprudencia y la doctrina", LLActualidad del 61711993).
'"' FICUEROA - RABINOVICH,"Probafion", LL del 191911994.
SUSPENSIÓN DEL PROCESO A PRUEBA
para ei reclino de casaci<jn'?', quien nnaliia con pulcrit~idlos :empcranientos seguidos por la CS taiitu
resnecro de la roiiceiii>n caso ..\len~~a".
~ a i l o s320:2451- de la suspensión, LL del 291512001.
-
Fallos 320 1419 cunio de IJ denwatuna cam "Padula",
')O1 CNCP, sala 11, ED 180-1036, f. 07, añade - e n criterio que compartimos- que si se ad-
mitieo la aplicación coetánea de la extinción de la acción, autorizada por el m.14 de la ley 23.771
(actualmente art. 16 de la ley 24.769), y la suspensión del juicio a pmeba conforme al art. 76 bis, CP,
cabria la posibilidad para el infractor de extinguir la acción penal mas de una vez, lo que se encuentra
expresamentevedado en función del limite a la reitemción de planteos previsto en las dos leyes; id., id.,
ED del 301612000, DPPC, f. 117; la CNCP, sala IV, lo admite en los casos de tenencia de estupefacientes
516 SUSPENSI~F]DEL PROCESO A PRUEBA Art. 293
para consumo personal -a*. 14, segunda parte, ley 23.737-, pues tal beneficio procede cuando no
hay dependencia psíquica ni fisica de estupefacientes, ya que el art. 21 de la ley 23.737 no suspende el
nroceso si no sustiluve la nena: con disidencia del doctor Hornos. en razón de oue no se ~ u e d ealterar
ni combinar con otrós sis&mas'ajenos al voto -DJ 2001-3-601, f 17.373-; CNPE, sala'^, JA 1997..
1V-577.
'30"'Lírnite para aplicar la 'suspensión del juicio a prueba' en los delitos de la Ley de Estupe-
faiientes", DJ 1998-3-880.
"O3 "Suspensión...", CDJP, año 11, nros. 1 y 2, p. 348.
'" Op. cil., p. 14.
"Os Pessoa, op. cit., p. 14.
"" Op. cif., p. 14.
"O' TOC nro. 4, LL del 2111211998, f. 98.253.
Ino8 CCCF ,sala 11, JA 1998-IV-528, o LL del 261311999, f. 98.516.
'30TNCP,sala IV, JA 2000-1V-105. Ver HENDLER, "La suspensión a prueba del proceso penal",
ED 157-868; también la resefía jurisprudencia1 de PALA~ZI - AMADEO, en JA 1995-1-1026 y en JA 1996-
11-1115; MARINO, "Suspensión del procedimiento a prueba", en MAIER(dir.), El nuevo..., ps. 29141,
quien afirma que correspondemás a la diversion que a la probation según se le entiende en los EE.UU.;
ROCADE ESTRADA, ''Suspensión del juicio a prueba: propuestas concretas sobre la coniiguraciOn de un
sistema", JA 1996-1-827; R~Q'UERT - SISTOLDI,',La ley 24.3 16 y su alcance respecto de la leyes de estupe-
facientes y penal iributaria", ED 165-1039, quienes consideran factible compatibilizar dichas leyes con
este instituto; BOVINO, "La suspensión del procedimiento en el Código Penal argentino y la 'diversión'
estadounidense", LL del 281211997, p. 1; BECERRA, "Probufion: ¿.aplicaciónamplia o restringida?", JA
frontar arts. 24, inc. lo, por el cual se admite recurso de apelación con-
cisión de los jueces de iustrucción, correccional, de menores y de ejecu-
o corresponda en los casos de la suspensión del proceso a prueba; 493,
asigna competencia al juez de ejecución para controlar el cumplimiento
rte del imputado" de las instrucciones e iinposiciones establecidas en los
suspensión del procedimiento a prueba (art. 293), precepto que no está en -
n el anterior, pues mientras aquél regula la apelación de las resoluciones
cedan o denieguen la suspensión, éste versa sobre el control de una proba-
rme, y el art. 515, que se refiere al iucumplimiento o inobservancia de los
bajo los que se otorga la suspensión del proceso a prueba.
lenario
el carácter obligatorio establecido en el art. 10, inc. c), de la ley 24.050,
en pleno, mediante acuerdo 1199'3'0decidió: 1) la pena sobre la que debe
'narse la procedencia del instituto previsto en el art. 76 bis y siguientes del
la de reclusión o prisión cuyo máximo, en abstracto, no exceda de tres años;
ocede la suspensión del juicio a prueba cuando el delito tiene prevista pena
ilitación como principal, conjunta o alternativa; 3) la oposición del MP,
control de logicidad y fundamentación por parte del órgano jurisdiccional
ante para el otorgamiento del beneficio; 4) el querellante tiene legitimaci
a para recurrir el auto de supensión del juicio a prueba a fin de obtener
amiento útil relativo a sus dere~hos'~".
anticipo de Bruzzone acerca de que la conclusión del plenario "Kosuta"
tado resultó Diversos tribunales se han pronunciado en contra de
tucionalidad de los plenarios, incluso haciéndolo de manera oficiosa; tal lo
o por el TOC nro. 7')'); se adujo que el plenario afecta el principio de reserva
buir a la CNCP una facultad genérica para completar la formulación de1 tipo
e que se trate; también lo hace con los principios del juez natural y la garantía
nsa en juicio, pues veda la aplicación del instituto al impedir el libre pro-
ciamiento de los jueces, colisiona con la garantía de la doble instancia, ya que la
ción parece resuelta de antemano y arrasa con el principio de separación de los
eres, pues los fallos plenarios no pasan por la discusión pública de las Cámaras
Congreso, ni cumplen con el requisito de la publicidad prescripto por el art. 2",
. En el mismo sentido, el TOC nro. 23, con un exhaustivo voto del doctor Maga-
os, aunque con la medulosa disidencia de la doctora Gosci10'~l~; también la CFed.,
, con criterio muy restrictivo cree que sus exigencias fijan un tope de tres años a lo que
una la posibilidad de condena de ejecución condicional; REPETCO,"Suspensión del juicio a prueba
wisprudencia condensaday. ED 180-1037: RECALDE - GARC~A BERRO. .
.''S~suensióndel iuicio a Drue-
''O Plenario NO. 5, 171811999, "Kosuta, Teresa R.".
'"LL del 111111999, f. 99.505, o JA 1999-111-606, o DJ 1999-3-308, f. 14.634, o ED del
sala 11, al señalar que las cuestiones federales resultan ajenas a la competencia de
los tribunales reunidos en acuerdo plenario, ya que ello seria análogo a crear una
interpretación general obligatoria de orden constitucional, cuestión que excede las
airibuciones propias de tales órganos'ss. Todas estas argumentaciones no superan el
razonamiento de Palacio, bien respaldado con doctrina y jurisprudencia de la CSI3I6;
es que el marco genérico establecido por la ley configura el límite insuperable para
la especie de la jurisprudencia obligatoria, siempre subordinada a aquélla; además,
el fallo plenario sólo configura un arbitrio destinado a ordenar una de las fuentes del
derecho, superando los inconvenientes derivados de la necesidad de dividir el trabajo
de los tribunales de alzada en varias al as'^". En la misma línea puede verse Recalde
que, al anotar una sentencia del TOC NO. 18'3'8,claramente asevera: "...convenimos
en que la sentencia como norma individual no implica la creación de derecho, pues
ella se encuentra sujeta a normas preexistentes, las cuales se extraen del orden juridi-
co vigente, y que aquélla como norma individual sólo significa la individualización
de la ley al caso, la cual es anterior y de carácter general".
Debe acotarse que muchas de las citas efectuadas en contrario obedecieron a
motivos políticos, en razón de que fue la Constitución de 1949 la que establecía, para
ciertos casos, el carácter obligatorio de las decisiones de la CS.
Según Jantus, si el delito estaba conminado con una pena mínima que permi-
tía la suspensión del juicio y un máximo que la excluía, el acuerdo aceptado por el
tribunal desplaza la norma abstracta y general del tipo penal aplicable y constituye
la norma individual a que debe ajustarse la decisión. Ocurre que "una vez aceptado
el método abreviado, se ha modificado la pena sobre la que corresponde verificar las
condiciones de admisibilidad de la suspensión del juicio a prueba y el proceso se
encuentra en un estado que permite conceder ese modo alternativo de solución del
conflicto"; este autor también cree aplicable la suspensión del juicio y laprobation
pese al plenario "Kosuta". Es que la pena prevista en abstracto en el Código pierde
virtualidad, ya que en concreto hay que atenerse a la pena aplicable al imputádo que
se hizo cargo del hecho'3i9.
Eleonora Devoto formula una terminante censura de este plenario, pues frustra
morigerar uno de los aspectos más críticos del sistema penal: la expropiación del
conflicto a la víctima por el Estado, que, en definitiva, nada hace por ella'320.En
respetuosa discrepancia, creemos que no hay tal expropiación ni confiscación, sino
que se trata de uno de los pilares del Estado-Nación: monopolizar la dilucidación de
conflictos que conmueven los cimientos de la convivencia civilizada.
Con ponderación se afirma que el plenario no resulta la interpretación más ade-
cuada para la situación por la que atraviesa el país. Se reclama una más generosa
infiuencia operativa de la ley, haciendojugar la eventual condicionalidad de la pena
como cuerda de acceso para el usufructo de las bondades del instituto. Se anticipa un
impacto -consecuencia del plenario-- que resultará negativo en atención al limitado
alcance para regir en un ámbito de incesante avance litigioso, y además carente de
13" KENT, "Algo más sobre la 'suspensión del juicio a prueba"', LL del 2411111999.
' "La suspensión del proceso a prueba: ¿Una oportunidad perdida?", comentario al plenmio
",JA
1999-111-630.
'"' "Los limites de la pena privativa de libertad con~ocondición de la suspensión del juicio a
a (art. 76 bis, CPY, JA 2000-1-738.
311212002, "Gregorchuk, R.", G.663 XXXVI, con disidencia del ministro Vázquez, JA del
,f. 105.253, con nota adversa de BELLA, "Alcance de la exclusión
prueba respecto de la pena de inhabilitación".
3111012006, "R. M., J. L.", RDP, LexisNexis, 212007, p. 325.
8, "Acosta", A.2186.XLI; SJP, LL del 271412008, con nota de ÁVILA, "El fin del
io 'Kosuta"', p. 33; RDP, LexisNexis, 712008, p. 1253; DEVOTO, "LAcosta venció a
beledoPerrot, 1012008, p. 1694; SOLIMINE, "Réquiem para 'Kosuta', y la puesta en
onedad de los fallos plenarios: cuando la Corte escribe poco y dice mucho", RDP,
13''
, . - SEVILLANO,
121512008, "García", RDP, AbeledoPerrot, 812008, BAZANO "Actualidad en ju.
nspmdencia de los Tribunales Orales 2-2008", p. 1386.
INDAGATORIA
CAP~TULO
IV
INDAGATORIA
E
a) Conceptos generales
Aun en España se ha optado por la denominación "declaracióu del imputado"
en vez del epígrafe que lleva este Capítulo. Esto obedece a que el vocablo "indaga-
toria" le da un "...significado inquisitivo propio de otros tiempos. La averiguación
de la verdad no va más allá de lo que el imputado quiera declarar"1328.De ahí que
hayamos cambiado la opinión expuesta en ''El relato del imputado en la ley nacional:
intervención del juez nacional y del defensor"1329.
Sobre todo porque, antes que nada, es un simple medio de defensa'330ya que
los argumentos expuestos "...por si solos no son susceptibles de formar la convicción
del juzgador, sin que tampoco puedan considerarse como medios de pn~eba""~'.
Las manifestaciones vertidas en el acto sólo pueden dividirse, contra el imputado,
si median razonables elementos de convicción basados en pruebas ciertas, precisas
y concordautes que demaestren, de modo indubitable, su mentira y posean entidad
suficiente para acreditar la verdad de los hechos i n c r i m i n a d ~ s ' ~ ~ ~ .
Los Códigos argentinos de Córdoba y Tucumáu adoptan el titulo antes indicado
para referirse a esta diligencia (Libro 1, Titulo VI, Capitulo X, para ambos Códigos).
Es la primera posibilidad que tiene el imputado para que se le escuche en el pro-
ceso (conf. arts. 184, pán: 2', en cuanto veda a los preventores su recepción y 294 en
cuanto atribuye la resolución que la ordena al juez). Consiste en la exposición espon-
tánea o provocada por un interrogatorio que aquél (art. 72) cumple facultativamente
ante el juez. La realización del acto que la dispone deviene esencial para el desarrollo
del proceso respecto de deterininada.persona, aunque el compareciente se niegue a
declarar. Dicho carácter encuentrarazbn en que los hechos ingresados en laocasión
correspondiente al art. 298, párrafo:$rimero, primera oración son los que, conforme
al principio de congruencia, deberan..ser resueltos a través del sobreseimiento (mi.
335) o en la sentencia (art. 404, inc. 3'). De manera que el llamado aprestar indaga-
toria otorga legitimación pasiva al sujeto convocado y exige dilucidai. su situación
en forma definitiva, en los términos antes señalados, a fin de colocarlo.~%@ra de toda
ulterior persecución por el mismo hecho (art. 1' infine)'333.
. El art. 18, CN, prohibe que se obligue a declarar en su contra a cualquier habitan-
te de la Nación (también arts. 8", inc. 2', ap. g], CADH, 14.3., ap. g], PIDCP, y 75, inc.
22, CN). Es que nadie puede ser colocado en situación de tener que reconocer hechos
de los cuales puedan surgir consecueucias desfavorables, computables para respon-
sabilizarle penalmente. Por eso es un acto de prestación voluntaria o facultativa que,
para respetar la norma de la Ley Suprema, debiera comenzar con la libre exposición
sobre el hecho, corno claro hasunto de tal carácter. Por ser acto personalísimo, se ha
R a ~ o MENIXZ,
s Elproceso ..., p. 201.
'3Z9 ED 1 16-863.
13" Cám. Civ. Gualeguay, JA 1983-1-79, índice; CF La Plata, sala 11, JA 1989-11.473.
"" SERRA DOMINGUEZ, Estudios ..., "Declaración del imputado e indagatoria", ps. 7391746.
'3jZ C. 4" C. Criin. Córdoba, LLC 1984-1098.
art. 212 bis que, para los casos previstos por los arts. 142 bis y 170, CP, establece
-salvo oposición del imputado- que sea el fiscal quien reciba la declaración.
El carácter indelegable de la recepción por el juez se veía retaceado cuando
se trataba de los casos de competenc~originaria de la CS (art. 117, CN), ya que se
confiaba al juez federal del lugar toaas las diligencias necesarias hasta la clausura
del ~umario'~".Afortunadamente esta situación ha cambiado a raíz de que la ley de
organización y competencia de la justicia penal nacional impone que la instrucción,
en esos casos, sea asumida por uno de sus ministros miembros (art. 6", párr. ZO,ley
24.050, art. 22).
La CCC, sala 1, declaró la nulidad de la declaración indagatoria recibida por un
empleado judicial. Su recepción es un acto privativo del juez; delegar el acto en un
empleado atenta contra la buena administración de justicia1346.
b) Tiempo
Es una actividad característica e imprescindible de la etapa insir~ctoria~~~', aun-
que el art. 378, párrafo primero conmina con nulidad -absoluta (art. 167, inc. 3 O b la
omisión de recibir declaración al imputado después de la apertura del debate o resuel-
tas las cuestiones incidentales en el sentido de la prosecución del juicio; soslayarlo
trasunta violación de la garantía constitucional tuitiva de la defensa en juicio (arts. 18,
CN, y 168). Esto resalta su preponderante carácter. Es la oportunidad más apropiada
para que el imputado ejercite, en toda su dimensión, su defensa material134s.
Descuenta la condición de imputado por parte de quien la presta (art. 72).
El plazo de veinticuatro horas se computa en la forma señalada por los arts. 116
y 162; a nuestro modo de ver, su momento inicial es el anoticiamiento recibido por
el juez de que el aprehendido se encuentra a su disposición (arts. 284,286 y 287), o
bien de que se cumplió la detención por él ordenada. Su inobservancia puede hacer
incurrir al juez en la situación del art. 249, CP, y, como consecuencia, depararle jui-
cio político (arts. 54, 59 y 60, CN).
En suma: cuando la persona está detenida, el plazo para tomar indagatoria no
.
puede exceder de euarenta y ocho horas contadas de momento a momentoi3"; por eso
es imprescindible hacerlo constar en e1 acta, pues así podrá verificarse la corrección
del cómputo cuando deben incluirse las horas inhábiles, circunstancia que sólo se da
en la instrucción (art. 116). Cuando son diversos los detenidos y la privación de la
libertad no se produjo simultáneamente, el plazo se computa en forma individual.
Es un plazo meramente ordenatorio; su superación no acarrea nulidad1350.
e) Lugar
Además de las condicimes de tiempo, en nuestra opinión el lugar de cumpli-
miento es, por vía de principio, la sede del tribunal; la desprejuiciada constitución
Fundamentación
consistir en una problemática hipótesis
el factor instrumeutal componente del he-
ión de ineficacia absoluta, de oficio, a partir del
'355. Si la indagatoria abarca el reconocimiento
en el desarrollo del juiclo correccional, pues
Menores imputados
raíz de la Convención sobre los Derechos del Niño, ahora con jerarquía cons-
nal (art. 75, inc. 22, CN), se considera que en el caso de menores inimputables
e excluirse el derecho a ser escuchado ante la autoridad judicial; por ello la
atoria a prestar esta declaración no genera agravio y, por el contrario, calva-
derecho de defensa'357.
re invalidez de la indagatoria, ver Amadeo y P a l a ~ z i ' ~ ~ ~ .
ara este artículo y los arts. 295,299 y 301, ver comentario al art. 104.
Asistencia
295. ,\la declaraiiún del imputa(10 súlo podrán asistir su defensor, y el mi-
nisterio fiscal. El imputado será informado de este derecho antes de comenzar
Con su declaración.
r comentario a los arts. 104, 107, 184, 197 y 294.
"" "Algunas cuestiones en tomo a la figura del querellante particular en el Código Procesal
Penal de la Nación. Breves observaciones en tomo al actor civil", JA 1997-IV-682 y SS.
'j6' CCC, Fallos Y serie, t. 1, p. 113.
'jM
1211112003. "Baro Shakerv". -
, . C. 21.193. Veeh Weis considera incluso aue la iinuosibilidad
A ~~
de controlar un acto esencial que será el presupuesto de la resolución legal sobre la situación procesal
del imvutado, constituve una lesión constitucional a la garantía del debido uroceso de la aue
quereliante ( " ~ aestela.del fallo 'Santillán': el debate respecto de la
, eoza el-
del querellante en la in-
dagatoria durante la instrucción y el juicio", RDP, AbeledoPerrot, 1112010, p. 1855).
116s TO nro. 9,201411993, "Navanete, Carlos Rafael y otro".
"6"E
' EI derecho al abogado", comentario al fallo de la Corte Suprema del 2211211992, ED del
261511993, f. 45.003.
INDAGATORIA
Carácter del acto. En consonancia con lo prescripto por el art. 18, CN, y
o se anticipó, se trata de un acto de realización facultativa para el imputado;
el juez lo cumple si consta que no se opuso a que se le tomara de~laración"~~.
) En cuanto a la prohibición del juramento, la CS tiene resuelto que jamás
tomarse declaración como testigo a quien aparece como autor o cómplice
delitos que se investigan'374y, menos aún, relacionar siquiera este acto con
~ r a m e n t o " ~tampoco
~; puede ser citado a absolver posiciones ni aun a efectos
interrogado por el perjuicio ocasionado por el delito'376.Cabe entender que
lusión del juramento comprende las manifestaciones anteriores al acto de la
atoria -por ej., la informativa del Código anterior-'377. Por eso alarma resol-
la anterior declaración testimonial no impide al juez modificar dicho estado
ogar como imputado, aun cuando se restringe el alcance al expresarse sin
icio del valor probatorio que quepa asignársele a sus versiones en la ocasión
ED 153-563, f. 45.248.
JA 1994-11-629.
SCBA, DJ 1993-1-940, f. 7423.
JA 1994-11-448.
SR, LL del 281411995, f. 93.098.
CCC, sala VI, JA 2000-1-178, índice, nro. 49.
CS, JA 1988-IV-205.
Fallos 227:63.
CS, Fallos 1:350; 281.177.
CCC, JA 1944-111-129, f. 3113.
CCC, sala VI, JA2000-1-178, índice, nro. 50.
526 'INDAGATORIA Art. 296
proce~alpertinente'~~~; es una grosera violación del art. 18, CN, porque se da valor
al testimonio -medio de prueba- de quien luego pasó a ser imputado -medio
de defensa-. En sentido contrario, 1s CSI3", quien entiende que pese a no haber
sido relevado en forma expresa del juramento prestado en oportunidad de ratificar
la denuncia, y luego prestar declaración informativa (art. 236, 2' parte, Cód. Proc.
Crim.), aparece infundada la nulidad si allí se puso en conocimiento los derechos que
le asistían como imputado; correcta la disidencia del juez Petraccbi al aseverar que,
si bien relevar del juramento no está expresamente previsto por el ordenamiento
procesal, es razonable asegurar la libertad de la declaración sin que baste advertirle
que se puede negar a declarar, ya que debe saber que su anterior declaración no
es vinculante. En el mismo sentido, la CNCP, Sala 11, estima nula la declaración
indagatoria prestada sin relevarse al imputado de la promesa de decir verdad, tomada
en oportunidad de declarar como testigons0.
Con respecto al art. 237, CJM -ordenamiento actualmente derogado mediante
ley 26.394-13s', y en cuanto exhortaba al imputado a decir la verdad, se ha resuelto
que involucra un medio tendiente a coaccionar psicológicamente al procesado para
obtener su confesión; poz ende, cae en la prohibición de que se le obligue a declarar
en su contra (art. 18, CN)13s2.Al comentar el precedente, Cicciaro admite la invalidez
tan sólo cuando al declarar como testigo se acepta su intervención en el hecho y en el
momento de la indagatoria se remite a la declaración prestada bajo juramento sin que
se le releve de dicha formalidad; de lo contrario no existiría perjuicio. El inismo fallo
tiene un escolio de Bidart campo^'^", quien discrepa con aquél, pues basta la mera
violación de la garantía constitucional "de no autoinculpación" para tomar ineficaz
el acto. Pieroni señala como violatorios de este precepto las disposiciones del CJM,
del penal tributario y el régimen de infracciones c a m b i a r i a ~ ' ~ ~ ~ .
Entre los medios prohibidos se incluye a la declaración bajo hipnosis13s5.Em-
pero, la función fisiológica de evacuación, aun provocada por razones de urgencia
o peligro para la vida de la persona, no resulta autoincriminatofia, pues no'implica
aporte subjetivo alguno más allá del contenido de lo expulsado1386.
c) La prohibición de los cargos comprende las manifestaciones efectuadas por
el juez al imputado, señalándose los elementos que contra él resultan, al par que le
exhorta a dar explicaciones y a que confiese o niegue el delito. La reconvención es
la réplica del misino juez después de la contestación insistiendo en convencerlo o
impugnando sus reservas1387.
'"l CF La Plata, sala 11Penal, ED 130-140, f. 41.051; id., id., ED del 181311993, f. 44.873, con
nota de CICCIARO, "Juramento de decir verdad y nulidad de la declaración indagatoria".
'j8' "Algunos alcances de la prohibición constitucional de obligar a declarar contra si mismo".
expresa nulidad conminada es absoluta, pues está contemplada por los arts.
y 167, inc. 3', y 1681388.
responsabilidad penal de que se hace pasible el juez es el incumplimiento de
deberes del oficio (art. 249, CP).
) Casuística. Esta fórmula resulta más amplia y garantizadora que la previs- -
, 239 y 240 del ordenamiento aprobado por ley
dificultad respecto de la lectura en el debate de una
No sufre mengua la garantia contra la au-
anto durante la declaración instructoria como en
o de abstenerse a declarar'390.
eritarse como reconocimiento de responsabilidad;
nor por la circunstancia de no haber comparecido a
"*' TOC nro. 14, LL del 41512001, f. 101.935, de la disidencia de la doctora Bistué de Soler.
'"' CCC, sala 1,9/1112007, "F., O. M.", SR, LL del 27/2/2008, p. 51.
528 JNDAGATORIA Art. 298
Formalidades previas
298. Terminado el interrogatorio de identificación, el juez informará de-
talladamente al imputado cuál es el hecho que se le atribuye, cuáles son las
pruebas existentes en su contra y que puede abstenerse de declarar, sin que su
silencio implique una presunción de culpabilidad.
Si el imputado se negare a declarar, ello se hará constar en el acta. Si rehu-
sare suscribirla, se consignará el motivo.
CCC, sala VII, JA2001-11-671; id., sala IV, LL del 281412000, f. 100.160.
Srisso, "La imposibilidad de utilizar en el proceso penal pniebas aportadas por el coutribu-
yente durante la fiscalización tributaria", ED 182-1245,
JA2002-1-766.
"O' CFed., sala 1, JA del 81912004, p. 47.
CCC, sala VI, 161512008,"Chaparroo', RDP, AbeledoPerrot, 912008, p. 1662.
"O3 R a ~ o MENUEZ,
s Elproceso ..., p. 203.
WDAGATORIA -
Requisitos. Desde el punto de vista del objeto, el sumari
hos incluidos en el requerimiento fiscal (confr. arts. 188 y
io de indivisibilidad de la acción penal pública hace posibl
s a quienes se considere intervinientes.
inplirse tres formalidades esenciales: la atribución -p
o -técnicamente denominada intimación-, anoticia
vos obrantes y acerca de la facultad de abstenci
extranjeros, corresponde además hacerles saber que les asiste el derecho
arse con el representante consular de su país'4o4.
ación del hecho resulta crucial a los fines de verificar el cumpli-
del principio de congrnencia, comprendido dentro de la inviolabilidad de la
en juicioi405,pues todo pronunciamiento judicial debe relacionarse con los
os sobre los cuales versó la indagatoriai406,al extremo de que, si la atribución
ara, aquélla resulta nula a pesar de la negativa a declarari407.No se cubre con
indicación del encuadre jurídico penal del episodio, sino que se requiere la
n del suceso según aconteció en la realidad; por ejemplo, si se trata de
ado que dio a los fondos cuyo manejo le incumbe, un destino diferente al
, resultaría un sarcasmo decirle que se le atribuye el delito de aplicación
os castigado por el art. 260, CP. Dicha indicación no alcanza para
ar el acto de la indagatoria a las exigencias legales porque debe indicársele
mente, v.gr., que el dinero destinado a la adquisición de papel fue empleado
ompra de café'408.Tampoco se salva la falta de hanscripción porque surja de
tenido que se le ha hecho saber al indagadoi409;inferir su validez por la inexis-
de norma expresa que prescriba la nulidad del acto cumplido en esas condi-
a los ojos ante el carácter virtual a veces asumido por los requisitos para
ar la ineficacia; además, se priva de solución al caso en que se ejercita la
ad de abstención (indagatoria formal). El mismo reparo merece si el hecho
o a través del desarrollo del interrogat~rio'~'~.
lta nulo el sobreseimiento dictado sobre una de las calificaciones legales
únicoi4". Otro tanto ocurre si la indagatoria versó sobre hechos en torno
uales no media requerimiento fiscal de instn~cción'~'~ o si la descripción no
da con el hecho por el que se dictó el procesa~niento~~'~. Si sólo se hizo una
accidente de tránsito ocurrido, no se cumple esta exigencia aunque
fecha y el lugar del suceso'4i4.En cambio, el TOC nro. 7 estima cumplido
audo si se imputó una conducta "imprudente y negligente", ya que ambos térmi-
conceptos que están incorporados al uso social del lenguaje y guardan
'O4 Art. 36, Convención de Viena. CF Cap., sala 1, 12/5/2009, "Rivas", SE', LL del 211712009.
"OS CS, ED 137.101, f. 42.288, consid. 49 último párrafo; ver Fallos 305:1701.
40"CC, Fallos t. V, p. 405, t. VII, p. 79.
'O' CCC, JA 1977-IV-88, índice.
"" CNCP, sala IV, LL del 301812002, f. 104.325.
"O9 CCC, sala V, JA 1995-1-575.
San Martin, JA 1993-1-199.
s a l a V, DJ 2000-3-853, f. 16.219.
C, sala 1, LLdel311811999, f. 99.228.
CCC, sala 1, JA2000-1-178, Índice, nro. 48.
CCC, sala VII, JA2000-1-178, índice, nro. 51.
530 ,. FNDAGATORIA Art. 298
relación, entre otras, con aquellas actividades de la vida que se hallan regladas para
fijar los límites del riesgo permitido -por ej., la actividad de conducir vehículos y los
códigos de tránsito-1415.El requisito no se cumple cuando no se puso al imputado
en conocimiento del hecho que se le atribuye, sin que dicha omisión pueda suplirse a
través de la exhibición de las pruebas de cargo, máxime si se formularon interrogacio-
nes, no bastando la presencia del defensorI4l6.Si la descripción es completa, no hace
falta informar el tipo objetivo y menos aún señalar el tipo subjetivo o culpabilidad del
autor1417. En vez, si se condena por un hecho no indagado, al verse alterado el suceso
atribuido, se frustró el efectivo ejercicio del derecho de defensa en juicio'418.
Resulta imposible agravar la pena por el silencio o por la negativa del
Es ineficaz no precisar los períodos concretos en que se imputa el hecho -se trataba
de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar-'420.
No siempre el silencio del defensor asistente al acto convalida sus defectosl"l.
En todo caso dependerá del carácter de la lesión; v. art. 168, párrafo segundo.
Es opinable que invitar a formular cuerpo de escritura configure una forma de
declarar y no resulte prohibida por el art. 18, CN y este articulo; tanto como que en
esa ocasión actúe en ca-cter de objeto y no sujeto de la prueba, según lo insinúa la
CCC, sala VIe2. El precedente citado de la CSie3se refiere a la extracción de sangre,
y allí está claro que se actúa como objeto de prueba; en vez, realizar un cuerpo de es-
critura reclama libre determinación de quien lo cumple. En consecuencia, no ampara
el criterio del tribunal penal.
Clariá Olmedo alaba al Código mendocino tanto por el momento en que ubica
la intimación como por reflejar su esencia: hacer conocer al imputado "...detallada-
mente el hecho o específicamente los hechos si fueran más de uno". Antes apuntó
que "(d)ebe tratarse de una intimación lo suficientemente amplia y completa, como
para que el imputado se compenetre en toda su extensión del hecho que se le atribuye
y de sus circunstancias. Debe ser oportuna para que el imputado pueda coqtestar a
la imputación en el mismo acto de la indagatoria. Ha de ser clara y específica"1424.
Tales corolarios parecen haber encontrado recepción. Nada mejor que verificar
el panorama de los pronunciamientos más cercanos para robustecer la enjundia de
esa tesitura. Por eso, cabe recordar a la sala 1V de la CCC, cuando puso énfasis en
resaltar la nulidad de una declaración indagatoria si padecía la deficiente imputación
del becho,pzdes ello compromete no sólo la latitud del descavgo que podría ensayar
el imputado, sino que impediria al tribunal fjar la correcta hipótesis d e l i c t i ~ a ' ~ ~ ~ .
En la misma línea garantista, se ubica el decisorio de la CNPE, sala A, al poner de
manifiesto -a través del voto del doctor Hendler- que aunque el requisito de ad-
"'O CNCP, sala IV, ED del 301612000, DPPC, f. 121; id., sala 1, JA 2001-111.725.
'"O CCC, sala 1, JA 2001-11-664.
'M" En contra, CFed., sala 1, DJ 2001-2-322, f. 16.766.
JA 2000-111-750.
'.'2i Fallos 318:2518.
Derecho ..., t. IV, p. 514.
'"' DJ 1998-2-870,f. 13.144; a similares conclusionesamba IaCCC, salaVI, LLdel 17/12/1998,
f. 98.232.
INDAGATORIA
en todos los ordenamiento~'~~~. Es que, como dice Soto Nieto, debe mediar "...un
hilo de correlación con el complejo existencia1 base, ya que el afloramiento de un
hecho distinto exige necesariamente iin nuevo proceso o un apéndice informativo y
ampliatorio del anterior que garantice contradicción y debate"'434.Para verificar el
ajuste al principio de congruencia c3rresponde comparar el objeto procesal materia
de la indagatoria con la reqiiisitoria de elevación a juicio y la sentencia'435.Si no se
tuvo oportnnidad de conocer la verdadera identidad del cargo -se describió un en-
cubrimiento como apoderamiento ilegítimcl- la indagatoria es
c) El anoticiamiento sobre las pruebas adversas tiene como limite la impo-
sibilidad de formular cargos o reconvenciones (art. 296, párr. lo), circunstancia que
puede deparar la invalidez del acto. Esta imposición no se cumple si se exliibe una
mera fot~copia'~~'; sin embargo, la CNPE, sala B, decide bien que basta cumplir con
la descripción del hecho, referir las pruebas adversas y el derecho de abstención para
que pueda concluirse que no se desconoció el hecho atribuido y el documento de que
se trataba'438.Pero soslayar la indicación también puede generar nulidad -implíci-
ta- porque descoloca al imputado en un punto crucial para su intervención adecua-
da durante la etapa instsuctoria (arts. 18, CN, y 167, incs. 2' y 3"), defecto que por
ser absoluto resulta declárable de oficio (art. 168, inc. 2'); conspira contra la eficacia
de la adecuada observancia de la actividad impuesta por el art. 304. Si al realizar un
careo se percibe que luego de la declaración del imputado se incorporó prueba, debe
imponérsele de su contenidoJ439. Empero, la falla de exhibición de los elementos se-
cuestrados no siempre acarrea su nulidad si de la declaración surge que el imputado
conocía a la perfección el hecho objeto del procesoia0.
Cuando se trata de declaraciones testimoniales recibidas con reserva de identi-
dad, no cabe alegar vicio invalidante siempre que la defensa haya
valorar dichas pruebas por haber contado con el actaJ*'.
d) La facultad de abstención concreta, con pulcritud, el precepto c6ustitu-
cional que impide obligar al imputado a declarar en contra suya (art. 18, CN, ver
comentario al art. 296).
e) El último párrafo cubre la exigencia del art.*139en cuanto a la negativa de
suscripción; detenninar, con precisión, el motivo puede ser relevante si obedece a
una falta de adecuación entre lo consignado en el acta y lo expuesto. Si el juez se
negara a consignar estti circunstancia, el acto sería inválido; siempre que la dife-
rencia acreditada resultare gravitante para la resolución de mérito tendría carácter
absoluto, confonne a los arts. 167, inc. 3", y 168, párrafo segundo, al colisionar con
'*" Ver sobre la LEC, GJMENO SENDRA,Derecho..., t. 11, p. 455; para una explicación en los siste-
mas argentinos modernos, ver CLAR~A OLMEDO,Derecho...,t. 11, ps. 426,427, tambien t. 1, ps. 251,252.
'*" Correlación..., p. 9.
'd'5 CNCP, sala 1, JA 1996-111-202, aunque de dudoso acierto, pues "intimidar" y "exigir" no son
sinónimos, circunstanciaineludible para que se respete aquél.
'O6 CNCP, sala IV, LL del 281411997, f. 95.291.
) Características de la declaración
El coiiseiitiniicntopara la declaración se manifiesta cuando el imputado expone
sobre los hechos iiitiiiiados, ya que no er iiieiiester una decl~raci6nfonnal de que
simismo, el juez podrá disponer que amplíe aquélla, siempre que lo con-
ldd9 CNPE, sala B, 211712006, "Di Paola", SJP, LL del 3011012006 p. 21; con nota adversa de
ALMEYRA, "Sobre el carácter de la declaración indagatoria ¿Acto de prueba o acto de defen~a?~.
'45U CCC, salaVI, "Saavedra, Juan", DJ 1999-1-167.
ntificación y antecedentes
05. Recibida la indagatoria, el juez remitirá a la oficina respectiva los
personales del imputado y ordenará que se proceda a su identificaci6n.
1 art. 51, CP, impide al tribunal informarse sobre las condenas anteriores,
caducó su registro al transcurrir el plazo fijado por la -
ara cumplir con esta tarea, el tribunal puede utilizar la coerción (art. 120).
e a inconvenientes suscitados por la renuencia de la Dirección Nacional de
cidencia y Estadistica Criminal en acudir al domicilio de una imputada y obte-
correspondientes fichas dactiloscópicas ---cuyo logro se había hstrado por
enientes técnicos-, la CNPE, sala B, decidió requerir a aquélla concertar una
on la encartada; la resolución cita autorizada doctrina de derecho administrati-
n que se formulan acres censuras a la burocracia. Se dice que el jurista, juez o
inistrador no necesita ni debe someterse a la racionalidad irracional de la norma
rática, sino que debe aplicar el supremo principio de derecho de la razonabi-
,por encima de toda norma que resulte arbitraria por excesiva o irreal; el auto
ioriza el propósito de emplear la fuerza si no se obedecía'458.
r comentario al art. 74.
CAP~TULO
V
PROCESAMIENTO
Conceptos generales
de las más acres censuras formuladas contra el Código anterior consistía en
1 auto de procesamiento como resolución de ineludible observancia en el
ino hacia el juicio oral. En virtud de éste, la imputación se estabiliza respecto de
minada persona y atiende a fijar el suceso sobre el que posiblemente versará la
a contradictoria. De esta suerte encamina la actividad del imputado o su defensor,
sirve de advertencia para acotar la prueba de descargo en cuanto atañe exclusiva-
e a dicho episodio'459.Se trata de "...una declaración jurisdiccional de la presunta
abilidad del imputado como partícipe de un delito verificado concretamente..."lm.
este autor como el anteriormente citado se refieren, con prolijidad, a las relacio-
diferencias respecto de la decisión denominada de manera similar en la LEC.
El actual CPP de Córdoba (ley 8123) lo ha suprimido al entenderse que así se
da transparencia a la practica tribunalicia, pues lo convinii, "...en mérito instmctorio
final, supe~voniindolocon el momento critico de la instmcciun (que fue desplazado
por la c2ti;a al auto de nrocesamiento, a través de su aoelación~"'. Para ~ ~ C de P P
Tucumán, ver el art. 354.
Término y requisitos
306. En el término de diez (10) días, a contar de la indagatoria, el juez or-
denará el procesamiento del imputado siempre que hubiere elementos de eon-
vicción suficientes para estimar que existe un hecho delictuoso y que aquél es
culpable como participe de éste.
a) Plazo
El momento inicial del plazo coincide con la conclusión de la declaración inda-
gatoria (art. 294). El transcurrir del tiempo se computa en forma corrida (art. 116).
En e1 supuesto del art. 212 bis, el plazo se reduce a cinco (5) días. Como regula una
actividad del juez, su vencimiento no produce ninguna caducidad, pues no es peren-
torio (art. 163). Puede originar reclamo por retardo de justicia (art. 127) y la conse-
cuente responsabilidad disciplinaria para el magistrado. La CADH (art. 7', inc. 5")
alude a "...plazo razonable...", para referirse al tiempo dentro del cual debe definirse
la situación del imputado en un proceso penal y permite medir equitativamente la ob-
momento de la decisión, aun cuando fueran sobre vi ni ente^'^^'. Las deficiencias pa-
decidas por este auto no se suplen por la ulterior reflexión del juez acerca del mérito
de la instrucción en el momento de la elevación a juicio; sobre todo si versará sobre
las mismas pruebas1474. P
La resolución debe ser fundada, bajo pena de nulidad (art. 123). La invalidez
reviste carácter absoluto y, por ende, es declarable de oficio (art. 167, inc. 3", y 168),
pues fija la situación del imputado en el proceso y permite entrever el objeto del
debate (art. 18, CN). Si bien no es una sentencia definitiva, el auto de procesamiento
debe estar provisto de un mínimo de probanzas que permitan proseguir la investiga-
ción con cierto margen de éxito; no vale una consideración fragmentaria y aislada de
los elementos incorporados a la pesquisa147s. No reclama contar con la totalidad de
los datos necesarios para dilucidar el hecho'476.Basta con que resulte posible estimar
la existencia del delito y la responsabilidad del imputado, aun a través de indicios
apreciables con criterio distinto del correspondiente al momento del fallo definiti-
VO'~". Si bien imprescindible, es suficiente una fundamentación somera que estime
responsable al imputado luego de haberle otorgado audiencia y evacuado brevemen-
te las citas útiles que h i ~ i e r e ' Por
~ ~ ~eso
. parece excesivo disponer la nulidad en el
caso de un homicidio culposo en concurso real con lesiones culposas al requerir pre-
cisión de la relación causal, aunque estimamos correcta la invalidez por no haberse
descripto la participación de cada imputado'479.En vez, la preservación del principio
de congruencia reclama no disponerlo por hechos distintos a los indagados, pues se
genera una nulidad de carácter absoluta'480.Pero no es necesario ampliar el auto de
procesamiento por el mismo hecho al solo efecto de modificar la calificación legal,
pues la medida resulta sobreabundante y contraria a los principios de economía y
celeridad p r o c e ~ a l ' ~ ~ ' .
Requiere la vehemente presunción de la verdad de las imputaciones, de manera
que no quede una fundada posibilidad de haberse incurrido en error1482, pues la gra-
vedad de las consecuencias -privación de la libertad, a menos que se confirme la
concedida provisionalmente con antelación (art. 3 12)- así lo exige.
El secuestro probatorio no procede frente a la imposibilidad de cumplir los
requisitos del art. 306'48).
No excluye evaluar elementos del sumario de prevención'4s4.
Aunque no es acto de jurisdicción plena o semiplena, trasunta el ejercicio de
dicha función1485.
Indagatoria previa
307. Bajo pena de nulidad no podrá ordenarse el procesamiento del impu-
do sin habérsele recibido indagatoria, o sin que conste su negativa a declarar.
La indagatoria es la primera ocasión que se tiene para explayarse sobre los he-
os constitutivos del objeto procesal (ver introducción al Capítulo IV de este Título).
Si no se cumplió el acto -sea material o formalmente-, la nulidad es absoluta y
declarable de oficio, pues esta comparecencia confonna la ineludible intervención del
imputado en el proceso (art. 18, CN, y arts. 167, inc. 3", y 168, párr. 2°)'489.
La validez del auto de procesamiento descuenta una indagatoria bien estructu-
rada; sobre todo que contenga una precisa descripción del hecho y determine la ma-
-cuando se obligó fraudulentamente a una sociedad- explicitar
mpleada. Si se duda acerca de si el hecho objeto del procesamiento
'$9~En contra TOC nro. 5, 4/8/1993, "Moschini", JA del 101511995, p. 75, nro. 42. Sobre la in-
validez del auto de procesamiento, ver AMADEO- PALAZZI, "Las nulidades en el Código Procesal Pena!
(ley 23.984)", JA 1994-1-9951997 y JA 1994-111-1048.
"'"CC, salaVII, LL del 301611997, f. 95.600.
"?' CNPE, sala B, SJP, LL del 3011212004, f. 108.483.
PROCESAMIENTO
No deben omitirse las razones por las cuales se atribuyen a los imputados res-
nsabilidad criminal ni la debida explicación de los motivos en que se fundó lo
01s02
alta de mérito
09. Cuando, en el término fijado por el art. 306, el juez estimare que no
rito para ordenar el procesamiento ni tampoco para sobreseer, dictará
que así lo declare, sin perjuicio de proseguir la investigación, y dispon-
rá la libertad de los detenidos que hubiere, previa coustitución de domicilio.
a) Naturaleza jurídica
Mientras el procesamiento apunta a dilucidar la situación del imputado, la pri-
sión preventiva es una medida cautelar de carácter personal y no procede decretarla
cuando el delito no está reprimido con pena privativa de Incurriría en el
delito de prisión preventiva ilegal (art. 270, CP) el tribunal que dictase semejante
resolución (ver comentario al art. 282).
Las restricciones previstas se enderezan a que, aun sin encierro, pueda contarse
con la persona del imputado.
Cuando el acusado merodea de manera amenazante el domicilio de la víctima,
corresponde imponerle la prohibición de concurrir al lugar o de acercarse a sus alrede-
dores, a fin de satisfacer los deberes de protección respecto de la niña y su
Solimine estima qué" ...en todos los supuestosdonde procede la exención de
prisión o excarcelación no procede la prisión preventiva y por carácter residual, el
procesamiento debe ser sin prisión preventiva". Con acierto opina que no resulta-
rá necesatio documentar el incidente de excarcelación para quienes se encuentren
detenidos, pues dicho trámite "...no se formará en el caso para permitirle obtener
su libertad -pues su situación se adecua a la figura del procesamiento sin prisión
preventiva, que ya la asegura- sino al solo efecto de caucionarlo; esto es para agra-
var las condiciones bajo las cuales recuperará su soltura, erigiéndose tal extremo
en una clara desviación del instituto bajo análisis"'519.Se impone coincidir en que
la posibilidad de libertad provisoria -exención o excarcelación- puede obstar al
procesamiento con prisión preventiva a menos que se revoque. El giro del texto
"...se dejará o pondrá en libertad provisional al imputado...", establecido en el pá-
rrafo primero, autoriza a desplazar todo el régimen de la libertad provisoria cuando
se decrete el procesamiento de un imputado -sin prisión preventiva- sujeto a en-
cierro en esa ocasión. Si no se dispone la prisión preventiva, en forma coetánea, la
soltura de quien está en detención no debe encarrilarse a través de la excarcelación.
Si se halla en libertad, subsiste la exención o la excarcelación ya otorgada. Cabe
destacar que Solimine cita decisiones tanto adversas'520como favorables152'a su
opinión. Para nosotros, las medidas aquí autorizadas configuran una situación autó-
noma de libertad provisoria. Es que al no proceder el encierro se estima que basta
con las restricciones consignadas'522.Si no se adopta la prisión preventiva, corres-
ponde desaprobar la decisión excarcelatoria, pues dtcha medida importa descono-
ndato del art. 3 10, que no admite otros condicionamientos para la libertad
aquí previstosisz3.Dichos recaudos pueden imponerse aun en el caso de
ación1524; a veces la alzada ejercita dicha atribuciónis2s.La CCC, sala V, se-
si bien la libertad por este precepto es incondicionada, no implica soslayar
ncia de una caución's26.La solución de estos discrepantes criterios viene por
siringir cuando opera el art. 310i527.
del instituto se logra a través de las conclusiones a que
CCC, sala VII, JA 2001-111-757; id., id., LL del 311812000, f. 100.818; id, id., DJ 2000-3-
f. 16.323; id., id., DJ 2000-3-708, f. 16.165; id., id., DJ 2000-1-1150, f. 15.319; id., id., LLdel
01, f. 101.944, id., sala 1, ED del 131212001, reseñas a cargo de REPETTO, nros. 14, 15, 16, 17 y
a id., ED del 281412000, DPPC, f. 107.
CNPE, sala A, LL del 2711 112001, f. 102.953; DJ 2001-3-899, f. 17.505; CCC, sala de feria,
~Lde~2711112001. f. 102.951.
'*" CCC, sala V, DJ 2001-3-414, f. 17.312.
1526 CCC, sala V, LL del 221812001, J. Agmp., f. 16.014.
b) Dictado de inhabilitación
Resulta cuestionable la constitucionalidad de la medida autorizada por la ú1-
tima oración del primer párrafo pues se presenta como un anticipo de pena aún no
impuesta. Por otro lado, puede Ilegarie a situaciones de imposible reparación ulte-
rior; tal el caso si se imputa un homicidio culposo a un médico por "mala praxis", se
le impide ejercer su profesión y luego se le absuelve.
Bien dice Donna, en su disidencia, que es i~iconstitucionalla obligación
restrictiva impuesta para prohibir su asistencia a determinados espectáculos depor-
tivosiS31.
c) Casos de violencia familiar
Sobre el párrafo incorporado por ley 24.417, ver Grosman y Martinez Alcor-
también Lamberti y S á n c h e ~ l ~ ~ ~ .
Cariicter y recursos
311. Los autos de procesamiento y de falta de mérito, podrán ser revocados
y reformados de oficio durante la instrucción. Contra ellos sólo podrá interpo-
nerse apelación sin efecto suspensivo; del primero, por el imputado o el ministe-
rio público; del segundo, por este Último y el querellante particular.
que podrá adoptar según la valoración y conveniencia ajustada a cada caso concreto.
Además, entiende que el dictado del procesamiento por el juez de grado redundará en
un mayor respeto a la garantía de la doble instancia y defensa en juicio. No obstante,
advierte que el pronunciamiento que"desapruebe la falta de mérito deberá ser cuida-
doso en no exceder los límites impuestos por el preju~gamiento~~'~.
El agravio habilitante de la apelación puede radicar tanto en los fundamentos
de hecho -relación del episodio e indicación de las probanzas que lo sustentan y
participación del imputad- como en la calificación del delito, consistente en el
acierto jurídico al encuadrarlo desde el punto de vista del derecho penal sustancial.
La posibilidad de recurrir, al estar reconocida por la ley, deviene garantía cons-
titucional incluida dentro de la inviolabilidad de la defensa (art. 18, CN); aunque
ahora en virtud del art. 75, inc. 22, id, tiene dicha jerarquía, sin discusión cuando se
trata del imputado (arts. 8.2., inc. h], CADH, 14.5., PIDCP, 75, inc. 22, CN). Nopue-
de cegarse por la falta de oportuna notificación; si así ocurre, la omisión implicará
la nulidad de lo resuelto siempre que se reclame tempestivamente (art. 170, inc. lo).
En consecuencia, es subsanable, por lo cual es relativa (art. 171, incs. loy 2O); sobre
todo por el carácter eventual de la actividad impugnativa.
Señala Wagner que, ante un procesamiento ordenado por el Tribunal de alzada,
no se vulnera el derecho de defensa del imputado si éste dispone de un recurso +a-
sación- que le permita un examen comprensivo e integral de todas las cuestiones
debatidas y analizadas'543.
Solicitar la intensificación de las medidas probatorias no constituye argumento
apto para hacer prosperar la apelación de la falta de mérito's44.
Resulta de un excesivo rigor formal que, como consecuencia de la nulidad del
acta de secuestro, se descarte a los efectos de la apelación del auto de procesamien-
to, el valor de la restante prueba indiciaria recogida en el curso del proceso si no se
establece cuál era el nexo directo o inmediato entre la supuesta actuación irfegular y
las otras diligencias independientes en cuyo transcurso también se había acreditado
la comisión del delito's45.La alzada tiene que examinar los planteos sometidos a su
consideración y evaluar los agravios propuestos. De lo contrario se compronlete la
defensa en juicio del recurrente1546.
Es posible que utilizada esta vía contra el procesamiento -cualesquiera sean los
términos empleados para exteriorizar la voluntad impugnaticia- se concluya, pese a
mantenerlo, revisando la procedencia -luego de verificar la calificación recaída en
aquél- de la prisión preventi~a'~~'. Pero la crítica a la calificación legal no puede ser
examinada al resolverse el recurso contra la denegatoria de la excarcelación's48.
"" SJP, LL del 28/7/2003, f. 105.887, con nota adversa de TASSARA, "Las decisiones de mérito
dictadas por una Cámara de Apelaciones".
"O WAGNER, "Elderecho del imputado a recumr el auto de procesamiento...", CDJP, Casación
5,p.251.
'IM Cám. Acus. Córdoba, LLC 1991-51.
"" CS, JA 1998-1-555, disidencia de los doctores Nazareno, Moliné O'Connor, López y Vázquez.
CS, JA 1998-11-42.
'j" CF San Martin, sala 11, 1711011996, "Vargas, Emiliano Gahnel y otros síinf. ley 23.737".
c. 1146, LL del 181111999.
CNPE, sala B, SJP, LL del 51712002, f. 104.001.
PROCESAMIENTO
bis. En las causas por infracción a los arts. 84 y 94 del Código Penal,
s lesiones o muerte sean consecuencia del uso de automotores, el juez
el auto de procesamiento inhabilitar provisoriamente al procesado
cir, reteniéndole a tal efecto la licencia habilitante y comunicando la
al Registro Nacional de Antecedentes del Tránsito.
medida cautelar durará como mínimo tres meses y puede ser pro-
a por períodos no inferiores al mes, hasta el dictado de la sentencia. La
y sus prórrogas pueden ser revocadas o apeladas.
período efectivo de inhabilitación provisoria puede ser computado para
limiento de la sanción de inhabilitación sólo si el imputado aprobare un
los contemplados en el art. 83, inc. d), de la Ley de Tránsito y Seguri-
Por la inapelabilidad, CCC, sala IV, 181511993, "López, A,"; id., sala VII, 1611011992,"Re-
912000, f. 100.974; id, salaV1, LLdel3011012000, f. 101.105; CPed.
; las dos salas de la CFed. (sala 1,61111993, "Alonso J. C."; id., sala
a) Naturaleza jurídica
Es la medida cautelar de carácter personal más intensa pues, una vez dispuesta
y hecha efectiva, el encarcelamiento perdura durante todo el trámite del proceso. A
menos que el encierro pueda hacerse cesar mediante la excarcelación (arts. 3 16, páni
lo, y 3 17); sobre todo al cumplirse el plazo de dos años fijados por el art. l o de la ley
25.430'560.Generalmente se dicta al convertir la detención (art. 283) en prisión, lo
que significa un progreso en torno a la sospecha inicial que, de eficaz para promover
la instrucción, ha prosperado. Al decidirse, aquella probabilidad se ha convertido en
posibilidad. Pero nada obsta a que, cubiertos los extremos formales del a&. 312, se
haga efectiva respecto de una persona que se encuentre en libertad; es posible sopor-
tar prisión preventiva sin transitar previamente por el estado de detención.
b) Requisitos
Tiene los mismos presupuestos que el auto de procesamiento (ver art. 306).
Respecto al de carácter formal -declaración indagatoria-, parece obvio que, en
los casos de extradición activa (arts. 52 y 53), su previa recepción no resultaba ne-
cesaria, pues podía tomarse de cumplimiento imposible; tal el supuesto de que el
imputado no haya comparecido en momento alguno ante el tribunal'561.Ahora basta
con la orden de detención si contiene el relato de los hechos, la calificación legal co-
S, Fallos 238:329.
CC, ED 82-595, nro. 300.
C, Fallos 2" serie, t. 11, p. 378; CF Paraná, JA27-1975-700, f. 4739.
RUA,Código..., p. 284,nro. 10.
el 301711999, f. 99.094, o DJ 1999-2-1222, f. 14.518.
' CFed. La Plara, sala 11, 28/4/1995, "Mironiouk, Hugo Alberlo", c. 15.696, con disidencia del
ien considerb en pugna con el articulo 2O iiegar el efecto suspe~isivocuando la medida
l a se origina en una ievocaloria - a l . 333- apeiable coi? diclio efecto.
Dictada a raíz de disponerse el procesamiento del imputado y en cuanto la
cal~ficacióndel delito no se ve reemplazada por una figura penal más gravosa - e n
cuya virtud ya se encontraba regularizada la detención del encausado- no toma
imperativo un nuevo auto, pues el ahterior conserva plena eficacialS".
La prisión preventiva puede impugnarse en forma separada del procesamiento si
tanto el defensor como el imputado se persuaden de su improcedencia; dicha orden es
cuestionable como consecuencia de que también lo es salvo casos excepcio-
n a l e ~ ' ~Desde
~ " . luego que esto descuenta, amén del dictado coetáneo de ambas resolu-
ciones, que no se confirme la libertad provisional decretada antes (art. 3 12).
El agravio, precisamente, radica en que el procesamiento pudo decretarse sin
prisión preventiva (art. 310). Esto significa, en los casos en que se dicte el proce-
samiento encontrándose en libertad el imputado, que las restricciones a su libertad
personal resultarán menos intensas que las previstas para la excarcelación. En efecto,
el art. 3 10 autoriza la puesta en libertad sin forma alguna de caución; a lo sumo se
faculta al magistrado para imponer ciertos límites.
En vez, la excarcelación debe extenderlas a las fijadas en el art. 326, que son
mayores, amén de lo innecesario de la caución en el caso de procesamiento sin pri-
sión preventiva. Por ende, del cotejo entre las mínimas limitaciones del art. 312
frente a las exigencias del art. 326 y a las garantías de los arts. 320, 322 y 324, se
pone de manifiesto el agravio. La impugnación de la prisión preventiva no cercena
el derecho a recurrir la denegatoria de la excarcelación (art. 332). No hay incompa-
tibilidad en el trámite simultáneo; a lo sumo, de prosperar la puesta en libertad por
cualquiera de las dos vías, resultará innecesario que el tribunal decida sobre la otra,
pues ya no hay interés al neutralizarse el agravio y la cuestión se ha convertido en
abstracta. No obstante, se ha hecho prevalecer la falta de previsión expresa en la ley
para considerar erróneamente concedido el recurso de apelación contra el auto de
prisión preventiva; aunque, por haberse deducido también contra la denegatoria de
excarcelación, al prosperar esta impugnación se dejó sin efecto la prisión 'preventiva
resuelta en el principalIs7'.
El auto de prisión preventiva no constituye, en principio, sentencia definitiva
ni es equiparable a ella en los términos del art. 14 de la ley 48'572.Como excepción
se ha admitido la procedencia del recurso extraordinario federal si la frustración
del instituto de la excarcelación surge del reenvío que las normas que lo regulan
hacen a la calificación efectuada en aquélla. Por ello procede cuando carece de toda
fnndamentación al no hacerse mención alguna a cuál es la conducta punible; se esti-
mó desconocida la garantía de la defensa en Al comentar el fallo, Sagüés
afirma que "no es necesario plantear tal excarcelación para, ante su denegatoria,
articular después el recurso extraordinario"; basta con cuestionar la prisión preven-
tiva si su calificación obsta a la libertad provisoria; además, deben afrontarse los
otros requisitos de aquel medio impugnativo -superior tribunal de la causa, tema
de derecho federal o gravedad institucional, agravio actual y concreto, introducción
CNPE, sala B, JA 1996-IV-459; CCC Mar del Plata, sala 11, DI 1998-1-599, f. 12.654.
'58Torrespondea Fallos 3 10:1476.
611211994, C. 92.734.
Isa6C. "Astudillo Sánchez", JA 1996-11-559.
'J8' JA 1996-1V-439, o LL del 2911111996, f. 94.918, o ED 170-291, f. 47.578; CCC, sala 1V,
JA 1998-1-538, o LL del 1711211998, reseña de Fallos nro. 41.088-S; id., sala VII, LL del 2611011998,
f. 98.017; en contra, confr. el citado fallo de la CF San Martín, sala 11, ED 165-657, f. 46.873; en el
mismo sentido, CCC, sala VII, LL del 261311999, f. 98.524, al destacar que si no se dispuso la prórroga
antes del vencimiento del plazo, se produjo la caducidad de la medida.
'188 "El valor de los pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos",
JA del 161411997,ps. 214.
autor-; añade que para determinar la razonabilidad del plazo no debe
ue prescribe la ley, sino a la sana crítica del juez, quien debe ponderar
epcional y el limite fijado por la ley para su duración'5s9.El mismo
que la complejidad del caso y las necesidades de la investigación no
imas para imponer prisión preventiva, sin que medie peligro efectivo
tigación resulte impedida por la liberación del encausado'59o;reitera
puede ser establecido en abstracto, pues no se corresponde en forma
a garantía establecida en el art. 7.5. de la CADH; no basta con lo que es-
ey sino que resulta indispensable la apreciación judicial. La excesiva du-
ración del encierro piicde convenirse en una presiiin sobre el magistrado y aiimenra
la nosibilidad de imposición de una pena para -iustificar su prolonpada duración'"'.
la CNCP, sala 1, si tramiian dos procesos en forma coetánea, el cómputo
ventiva exige que en uno de ellos haya recaido condena y resulte
entar el mismo fallo, Sayago se inclina por la tesis del juez de
,para quien la aplicación de la ley 24.390 exige que la detención -por ser
se vea revestida de ilegalidad, pues en ese caso no se le ha afectado su
LL del 181811998,f. 97.670, con nota de DEVOTO, "La prisión preventiva y el informe 12196
Comisión lnteramericana de Derechos Humanos", quien subraya como ideas más significativas
ad de establecer en forma abstracta el plazo razonable y la contradicción con
no fijado por ley 24.390 -también al establecer delitos no excarcelabIes- y la afec-
o, del principio de inocencia.
n el mismo sentido, CNPE, sala B, 61112005, "Petra", SE,LL del 301612005, p. 52.
LL del 24/8/1998, f. 97.691, con nota de PEREZSOLA,"Lajusticia lenta: jes justicia?'.
L del 211011997, f. 96.076; id., id. --con cita del an. 2 0 , LL del 2811111997, f. 96.386,
KENT, "EL cómputo de los plazos de la prisión preventiva a la luz de la ley 24.390: una
'5q' JA 1995-IV-539, o ED 166-338, f. 46.983, con nota de BIDART CAMPOS, "La exclusión de
ciertos delitos para el beneficio del tope legal en la prisión preventiva".
lis Id, LL del 61511996, f. 94.229.
También CNCP, sala 111, ED 166-343, f. 46.984; id., id., JA 1997-IV-440; id., id., LL del
311712001, f. 102.396: id.. sala IV, ED del 3011111999, DPPC, f. 65; en contra CFed.. sala 1, JA 1999-
111-663, a
la responsabilidad internacional que podría generarse la República transgredir compro-
misos internacionales; no puede pugnarse con un pronunciainiento de la Convención Inceramericana de
Derechos Humanos específico y posterior a la de la CS. La disidencia del doctor Conelezzi -CFed.
Cap., sala 1, ED 166-345, f. 46.985- deja a salvo las restricciones incluidas en laley 24.390 para fijar
el techo de la duración del enjuiciamiento penal.
'600 LL del 27/9/2001, f. 102.664, o ED del 311812001, f. 50.977; v. CNCP, sala 11, ED del
41612001. f. 50.816.
'"O' SOLIMINE, 'Eilnitación ...", p. 87.
O p cit., p. 1 14.
I6O' LL del 2611211997, f. 96.529 o JA 1997-IV-578, con comentario de ALBANESE, "La libertad
personal".
stinados a regir en las provincias1604.Este criterio coincide con el texto actual
10 sustituido por el art. 7" de la ley 25.430. Es que la incorporación al CPP
que el Congreso transitó por la senda indicada por el tribunal provincial.
actual art. 2' aclara que el plazo de dos años establecido por el art. lo para
ón de la prisión preventiva caduca cuando se ha dictado sentencia con-
a, aunque ella no se encuentre firme. Algún tribunal ya había decidido -
beneficios de esta legislación operan mientras el interesado permaneció en
n sin sentenciar605. El carácter procesal de las disposiciones de la ley 24.390
gulan los institutos de la prisión preventiva y la excarcelación, lleva a concluir
25.430, que en su art. 2' establece que los plazos no se computarán a los
la prisión preventiva cuando se cumplieran después de haberse dictado sen-
denatoria, también reviste carácter instrumental y por ello resultan de apli-
cación inmsdirira a los procesos en trimite, encontrando Única excepcióri en la expresa
decisibn de la ley sobreviniente o en los casos cji qiie dicli~aplicaci611al'rcre la \.alide~
de actos nrocesáles cum~lidosv firmes baio la viiencia de normativa a b r o ~ a d a ' ~ ~ ~ .
. .
Se ha nroniciado 1; abolición de la nrisión Geventiva como medida de Coerción
al par de subrayarse que es la ulrima rurio de ellas y se postula la regiilación ds rnc-
didas altemativas "...más allá de las clásicas cauciones jiiratoria y real"'(0'. I'uera de
cia con la conclusión, lo cierto es que el encierro con proyección en el
s de la sentencia firme de condena, implica una iniquidad sólo paliada
24.390 y 25.430t608.
omunicación impuesta por el art. lo de la ley 24.390 -a&. lo de la ley
instaura una forma de consulta por la alzada semejante a la establecida por
.Hace excepción al régimen general de los recursos al escapar al principio
al regularlos reclama la iniciativa de parte; en este caso se cumple
ED 161-584, f. 46.321.
CCC, sala VII, DJ 1999-2-1222, f. 14.518, o LL del 301711999, f. 99.094.
CNCP, sala IV, 911 112001, "Duarte, Andrés slrecurso de casación".
IG /
KLFC.C~C,.
"PristOn prc'veniiva y limites del poder penal del Fstadu '11 cl sistema de rnjuicia.
miento", LI. del u 10 1997.
eflexiones sobre la ley 24.390 (Ámbito de aplicación, su art. 10 y la reforma
)",LL del 7/2/1995; id., "Libeiiad por exceso del plazo máximo legal tole-
-artículos 1" a 6Q', LL del 131311995; Jurispmdencia Sintetizada, JA del
Procedencia
312. E1 juez ordenará la prisión preventiva del imputado al dictar el auto
de procesamiento, salvo que confirmare en su caso la libertad provisional que
antes se le Iiubiere concedido, cuando:
1") Al delito o al coricurso de delitos que se le atribuye corresponda pena
privativa de la libertad y el juez esthe,prima facie, que no procederá condena
de ejecución condicional.
2') Aunque corresponda pena privativa de liberpad que permita la condena
de ejecuciói~condicional, si no procede conceder la libertad provisoria, segun lo
dispuesto en el art. 319.
a) Principios generales
Ninguna medida cautelas puede ser desnaiuralizada al eilcararla como antici-
po de pena; ?si lo determina tanto su propia naturaleza como la observancia de los
arts. 2' y 280.
La CCC, sala 1, considera que no corsesponde la imposición automática de la
prisión preventiva si 110 se verifica más allá de la calificación legal del hecho, la exis-
tencia de riesgos procesales: peligro de fuga o entorpecimiento de la investigación"".
Bien puede ocurrir que la libertad provisional se haya otorgado al resolver una
exención de prisión (art. 316) y no resulte estrictamente necesario modificarla, pues
no se advierte motivo para Iiacerlo en razón de no preverse obstáculo para la pes-
quisa o que el imputado se sustraiga del sometimiento al Queda en claro
el distingo que efectuamos entre procesamiento y prisión preventiva, pues aquél no
supone necesariamente el encierro (ver comentario al art. 310). A su vez, tampoco
la prisión preventiva i~nplicael encierro durante todo el desarrollo del procesode
.conocimiento; ya que puede cesar mediante la excarcelación (art. 3 16). En impor-
tante disidencia, Hendler sostiene que la prisión preventiva debe ser adoptada con
el máximo resguardo, resultando inapropiado hacerlo sobre la base de una única
circunstancia que es materia de coiltroversia -calificación
los dos incisos se prevén los únicos casos en que procede la privación de
. por un lado, debe descartarse que la eventual condena sea de ejecución -
condicional y, por olro -- aunque aquel cxtr~.mose presciite co~iioviable --,que no
nneren las restricciones Queel an. 3 19 establece para conceder la libertad pro\ isoria.
o medida cauklar, la prisión preventiva depende de que ex& una apa-
derecho -la ulterior concreción de la sentencia conde-
ero para imponer la pena- y el temor fundado de
fra menoscabo durante la sustanciación del proceso
s presupuestos -apariencia del derecho y peligro en la
son comunes a las medidas cautelares en el proceso civil; pero en este últi-
o consistente en la prestación de contracautela por parte
activo. Dicha exigencia no juega, por vía de principio,
eso penal, pues la contracautela es sólo presupuesto de las medidas precau-
versan sobre bienes -embargo e inhibición- y consisten en las garantías
r quienes las solicitan o aquellos a cuyo favor se decretan; su objeto
reparación de los daños que pudiesen ocasionarse a quienes deban
el supuesto de haber sido decretadas indebidamente (ver art. 5 19).
consideró arbitrariai6". En el último, la CFed., sala 11, analizó si los hechos eva-
luados tenían sustento probatorio, pues a los fines de establecer si corresponde el
dictado de prisión preventiva excluyó otros sucesos investigados en diferentes actua-
ciones que sólo pueden ser considk;ados, eventual y exclusivamente, a los fines del
art. 319'618.En el caso "Yoma", el Alto Tribunal también descalificó, por arbitrarie-
dad, la confirmación del procesamiento y prisión preventiva, pues no se analizaron,
aun con la provisionalidad de una resolución semejante, la existencia de un acuerdo
de voluntades explícito e implícito -se trataba de asociación ilícita- ni se explici-
tarou cuáles habrían sido los delitos encarados por la supuesta organización; lo equi-
paró a la sentencia definitiva, pues resulta de cumplimiento inexorable al excluir la
posibilidad de excarcelación si no es por circunstancias que sólo pueden sobrevenir
después de un lapso ~onsiderable'~'~.
Para la CNPE, sala B, el auto de procesamiento respalda a la prisión preventiva
si los hechos imputados y su calificación legal provisoria se encuentran correcta-
mente especificados -si corresponde al tipo básico o al calificado-; a su vez, debe
determinarse cuál de los supuestos aquí previstos autorizan el encierro; también debe
hacerse mención de los eventuales antecedentes computables que la autoricen; de lo
contrario, la fundamentación resulta sólo aparente y encuadra en una causal definida
de arbitrariedad'620.
Resulta nula si se dictó contra uno de los imputados que no hizo efectiva la cau-
ción real, si a otro consorte de causa se le concedió la libertad por haberla abonado,
pues ello provoca una desigualdad notoria e introduce un requisito no impuesto1621.
d) Duracion
La ley 25.430 - a l sustituir el art. lo de la ley 24.390- estableció que "(1)a pri-
sión preventiva no podrá ser superior a dos años, sin que se haya dictado sentencia. No
obstante, cuando la cantidad de los delitos atribuidos al procesado o la eviaente com-
plejidad de la causa hayan impedido el dictado de la misma en el plazo indicado, éste
podrá prorrogarse por un año más, por resolución fundada, que deberá comunicarse de
inmediato al tribunal superior que correspondiere, para su debido contralor".
A su vez, el art. 2' impone: "Los plazos previstos en el artículo precedente no
se computarán a los efectos de esta ley, cuando los mismos se cumplieren después
de haberse dictado sentencia condenatoria, aunque la misma no se encontrara fir-
me". Por su parte, el art. 3' dice: "El Ministerio Público podrá oponerse a la libertad
del imputado por la especial gravedad del delito que le fuere atribuido, o cuando
entendiera que concurre alguna de las circunstancias previstas en el art. 3 19 del Có-
digo Procesal Penal de la Nación, o que existieron articulaciones manifiestamente
dilatorias de parte de la defensan. Además, el art. 4" establece que "(s)i la oposición
fundada en la última circuustaucia mencionada en el articulo anterior fuere aceptada,
las demoras causadas por las articulaciones objetadas no serán computadas.
Prisión domiciliaria
314. EI juez ordenará la detención domiciliaria de las personas a las cuales
pueda corresponder, de acuerdo al C6digo Penal, cumplimiento de la pena de
prisión en el domicilio.
Se refiere al art. 10, CP Ver también comentario al art. 502.
Si bien el art. 32 de la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad,
24.660, establece la posibilidad de la prisión domiciliaria respecto de quien cumple
condena, resulta equitativo también se apliqtie a los procesados, puesto que, respec-
to de ellos rige el principio de presunción de inocencia y la extensión se reafirma a
través del art. 11 de aq~iellaley la7.
La aplicación del art. 11 de la ley 24.660, en cuya virtud se extienden a los
procesados las normas que la integran, salvo lo establecido en el 7", id., referente al
tratamiento de los coiidenados, opera en tanto resulten más favorables y útiles para
resguardar su personalidad. La detención domiciliaria establecida por la ley i628 pue-
de ser otorgada en los siguientes casos: al enfermo cuando la privación de libertad
en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su
dolencia y no correspohdiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario; al
interno que padezca una enfermedad incurable en periodo tern~inal;al discapacitado
cuando la privación de libertad en el establecin~ientocarcelario es inadecuada por
su condición, irnplicdndole un (rato indigno, inhurnano o cruel; al inayor de setenta
años; a la mujer embarazada y a la madre de un niño inenor de cinco años o de una
persona con discapacidad, a su cargo; extremos que rigen de manera independiente.
Además, la denegatoria, puede pugnar con el art. 7", inc. 2",CADH, que proclaina
que nadie puede ser sometido a prisión o encarcelamiento arbitrario. Si se deniega
la solicitud se torna procedente la apelación, pues se halla en juego el acceso a la
jurisdicción garantizado por el a1.t. 7', inc. 6O, id iG29.
Quien padece una. enfermedad incurable puede obtener la excarcelatión bajo
las condiciones generales; en el caso del sida, se ha otorgado por razones de humani-
dad y por el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano'"O.
Se ha concedido la deteiición doiniciliaria a una madre de varios hijos, con
fundainento en los derecl~osfundameritales de los
Menores
315. Las disposiciones sobre la prisión preventiva no regirán con respecto
a los menores de dieciocho (18) años, siéndoles aplicables las correspondientes
normas de su legislación específica.
'"'CCC, sala VI, LL del 301311998, f. 96.585, o DJ 1998-11-43, f. 12.840; id., id., JA 1998-11-
5 15; CFed., sala 1, LL del 101912001, f. 102.600.
'" Ali. 32, ley 24.660. Texto segúii ley 26.472 (DO del 211112009).
'"9 CF San Martin, sala 1, LL del 2611011998, f. 98.005, o ED 182-633, con nota de Go~eÁi,ar,
"Cuinpliinieiiio de la prisi61i preventiva en el domicilio en procesado por razón de su edad".
'"O TOC nro. 14, DJ 1999-2-1226, F 14.520, con disidencia del juez Cataldi, quien se inclina por
la prisión doiniciliaria cuaiido no inedie cai~salidadentre la ejecucióii de la pena y el peligro de vida.
'"l CNC?, sala IV, 291812006, "A,, A. T.", SJP, LL del 3011 012006, p. 50; id., sala 111, 2711 112006,
%.,A. K.", SJP, LL del 221512007, p. 50.
través del Plenario nro. 12, la CNCP decidió que corresponde aplicar el cóm-
visto en la ley 24.390 a las medidas de internación dispuestas respecto de
sometidos a proceso penal (ley 22.278)'632.
cuestión también fue resuelta por la CS en "López", al señalar que el texto
. 10 de la ley 24.390 enumera taxativamente los casos excluidos del alcance
ey, y entre ellos no se encuentra la calidad de menor de edad del imputado. -
diferencia, más allá de la denominación, entre la privación de libertad sufri-
or el adulto durante la etapa del proceso y la soportada por un menor durante el
do de tratamiento tutelar. Concluyó que el artijicio de nominar de modo di-
te la privación de libertad de cualquier persona desde hace muchos años se
en doctrina como el "embuste de las etiquetas"'633.
obre la detención de menores. ver art. 411.,v, acerca de la eiecución de medi-
d
VI1
CAP~TULO
art. 18, CN, establece que ningún habitante de la Nación puede ser penado
'cio previo; la única fuente legítima de privación de la libertad con carácter
nente no es otra que la sentencia definitiva con que culmina el proceso -tal
ce de la expresión "juicio previo1'- regular y legalmente llevado a cabo
S "...jueces designados por la ley antes del hecho de la causa...", según reza el
art. 18, i d ; ver art. lo.
n los Estados modernos, el derecho penal no se aplica de manera inmediata
ente a un hecho que presenta los caracteres del delito, como sucede en tiempos de
arbarie, sino que la efectiva vigencia de las normas que lo integran requiere una
ineludible actividad entre el hecho y la eventual imposición de la pena, tendiente a
ilucidar si corresponde el castigo; ésa es la función asignada al proceso penal cuyo
válido desarrollo exige el sometimiento del imputado al juicio.
Entre el hecho y el juicio debe mediar el proceso. Esto significa que, hasta el
omento del pronunciamiento definitivo y para no fmstrar la realización del derecho
nal material, resultan procedentes las medidas cautelares de carácter personal (ver
mentario al art. 283 e introducción al Capitulo anterior, donde se pone de relieve
fundamento constitucional: art. 69 y pán: final del art. 18, CN).
Además, al reconocerse el principio de inocencia (art. lo)se refuerza la pros-
ción de la Dena antes del juicio, consagrándose
- el disfmte de la libertad ainbula-
oria durante 4 trámite de la Causa'634.
12006, "C. F., M. R.". Ver el irabajo de GLLIS,"Que sea prisión...", RDP, LexisNexis,
. 123; también OVALLE,
' i C l a r ~ s ~del
~ rPlenario
~s nro. 12...", CDJP, Casación 617, p. 393.
Fallos 3305294, "López"; RDP, LexisNexis, 412008, p. 638.
CAPPERK~A NORBS, La excarcelación, 1' ed.; p. 18, id. 2" ed., p. 4.
3
ExENCI~NDE P R I S I ~ NEXCARCELACION
b) Principios generales
La Corte Suprema ha dicho que, aunque no consignada en términos expresos,
la limitación de la prisión preventiva mediante la fianza de cárcel segura deriva de
la cláusula final del art. 18, CN, añadiendo que la excarcelación procede como ga-
rantía constitucional y no como simple concesión de la ley penal de formai635.De
todos modos, el juez debe anoticiar al imputado, en el momento de la indagatoria,
acerca de las disposiciones legales sobre libertad provisional (art. 300). Siempre que
se preserve la eventual aplicación de la pena por otro medio menos gravoso, corres-
ponde la libertad provisoria que se funda en la CN, nace de la forma republicana de
gobierno y el espíritu liberal de nuestras instituciones'636.Por ello, y pese a que las
fórmulas de los arts. 3 16 y 3 17 parecen presentarla como una facultadjudicial, debe
rechazarse esa couclusión que pugna con la jerarquía normativa señalada por el art.
31, CN. Si la Ley Suprema garantiza en determinadas condiciones (art. 28, id.) la
libertad, pendiente el proceso (art. 18, id.), ninguna ley de rango inferior puede des-
conocerlo (arts. 31, id., y 14, iucs. loy 2', de la ley 48).
Al igual que los demás derechos constitucionales, el tuitivo de la libertad de
locomoción (art. 14, CN),-si bien no puede ser alterado, se supedita a las leyes que
reglamenten su ejercicio (art. 28, id.). A pesar de su naturaleza coustitucional, no
existe un derecho irrestricto a la libertad provisoria --exención de prisión y excarce-
lación-, pues debe adecuarse a las disposiciones procesales, siempre que éstas no
rebasen el ámbito de la Ley Suprema y se presenten como su derivación razonada.
Al punto que debe tenerse presente lo dispuesto por el art. 7', inc. 5", de la CADH en
cuanto subordina la puesta en libertad, sin perjuicio de la prosecución del proceso,
cuando se exceda un "plazo razonable"; la C§ no fija un límite temporal preciso,
pues lo subordina al caso concreto'637.
En síntesis: si bien es dable reconocer raigambre constitucional a los institutos
reguladores de la libertad provisoria, no es menos cierto que también reviste ese
origen su necesario presupuesto. Es preciso conjugar el derecho de la sociedad a
defenderse contra el delito, con el de quien soporta la condición de imputado1638.
Este dificil equilibrio excluye el examen de la conveniencia o acierto del criterio
adoptado por el legislador en el ámbito propio de sus
c) Aplicación temporal de la ley
Si bien las normas procesales, por vía de principio, se aplican a todos los actos
cumplidos durante su vigencia sin atender a las disposiciones existentes en el mo-
mento de la comisión del hecho, que como hipótesis delictual, constituye el objeto
ED del 2711111991, f. 43.802; RED 24-789, NOS. 292 y 293; CS, Fallos 300:642; 301:664
y 304:184.
'636 Fallos 7:371; 16:81; 54:273; 102:255; 301:664; C A M ~Garantias
, ..., ps. 1191126 y La liber-
tad..., ps. 13117;LOPEZBOLADO, "E1 derecho a la libertad bajo caución durante e1 proceso", LL 211711988,
comeniario a fallo 86.545; "La excarcelación en la Corte actual", investigación de jurispmdencia por J. L.
A,, JA 1988-111-868.
Ib3' ED 124-568, f. 40.303; conf. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ED 134-171,
f. 41.759.
CS, Fallos 280:297.
'639 CS, Fallos 300:642.
excepción en lo referente a la libertad provisoria. En
licar ultractivamente una ley más benigna al r e s ~ l v e r ~ " ~ .
temperamento expuesto por el derecho judicial argentino con pocas excep-
el respaldo doctrinario indicado, se dejó de lado por la CNCP, sala IV, al
ue la ley 25.430, al modificar la ley 24.390, tomaba viable aplicar en forma -
o más estricto a las causas en trámitei64i.Pastori642censura la
e, pese a no compartirlo, deviene más que atendible:
arte general del derecho penal, resultaría procedente
ir la relación sustantiva y no al cumplirse la activi-
procesal. Las nomas que regulan el encarcelamiento cautelar son a la vez regla
y norma material por sus efectos, es decir: normas penales
ntes que son tanto derecho penal adjetivo como sustantivo,
convenga al mejor respeto de la dignidad de las personas sometidas al poder
uidadosa constrncción no empece a la sencillez del argumento
, en el párrafo anterior.
e decidida por la CS en "Arce", al decidir -remi-
el Procurador General- que si el art. 7'>de la ley 24.390 era
vigente en el momento del hecho, la aplicación retroactiva de la ley 25.430
ogatoria de esa noma-, se halla vedada por el principio de legalidad (art. 18,
,en atención al carácter material que ostentan las reglas de cómputo de la pri-
preventiva. Más aún, tratándose de normas que afectan la libertad ambulatoria,
rohibión de retroactividad regiría incluso si se considerara que revisten carácter
IMWCC.ED 19-104. f 9800. Fallos 2' serie. t 1. D 164. ~ dt ,11. D 165: CNPE. ED 33-153, f.
f. 37.788; ~ á m : ~ e nSanta
. F;, sala 1, JA 1990-11-161; CLARIÁ ..., t. 1, p. 141:.
OLMEDO, T~atado '
' M ' D e l 11412008, RDP, AbeledoPerrot, 812008, p. 1363; coi1 nota de ARBIZA,"Cómputo de la
prisión preventiva.. .", p. 1366.
16111
VIADALOPEZ- PUICCERYER, CUYSO ..., t. 11, p. 116.
568 EXENCIÓN DE PRIsIÓN. EXCARCELACI~N Art. 316
a) Sujeto pasivo
El concepto de imputado se establece en el art. 72, aunque el texto autoriza a
extenderlo y cubrir hipótesis lindantes con las que autorizan el hábeas corpus pre-
ventivo (art. 3', inc. la, de la ley 23.098).
A fin de evaluar la procedencia de la exención de prisión en este sentjdo, la
CNCP, sala IV, considera que el derecho de defensa está relacionado con la existen-
cia de una imputación y no con el grado de formalización de ella. Debe ser ejercido
desde el primer acto de procedimiento en sentido lato, es decir, desde el mismo mo-
mento en que la imputación existe, por vaga e informal que ésta sea; esto incluye las
etapas "preprocesales" o p~liciales'~".
b) Tiempo
-Procede al tiempo de la radicación judicial (arts. 188, 194 y 195), siempre que
no se baya efectivizado la aprehensión (art. 284, inc. 3').
Constituye un arbitrio tendiente a preservar la libertad de quien no ha sido aún
encarcelado'"* y resulta admisible hasta el dictado de la prisión preventiva, pues
entonces precluye la posibilidad de lograrla. Apartir de allí la solicitud deviene inad-
misible, aun cuando no se haya hecho efectivo el encierro. Si por inadvertencia o de
manera aviesa se diera curso favorable a una petición, cuando ha caducado el plazo
FENECH, Derecho..., t. 11, p. 140; CCC, JA 1979-11-112, f. 28.248. Sobre este tema, ver el pul-
cro trabajo de CAFFEKATA NORES, La excarcelación, t. I,2' ed., con la colaboración de A l m e p , Beraja,
Bertolilio, Chiara Diaz, Figueroa y Montero; R E P E "Libertad
~, provisoria. Reseíia de jurisprudencia
penal", ED 179-8151817.
Texto según ley 24.410.
''61 RDP, LexisNexis, nro. 5, p. 919.
BERTOLINO, Código...,ps. 5221523.
E X E N C I ~ NDE PRISIÓN.EXCAITCELACION
'615 C. Nac. Com., sala B, LL del 221611993, f. 91.394, que revoca el de primera instancia en cuya
virtud se había concedido la exención de prisión.
1656 ' l a coerción procesal penal en la Ley de Concursos".
'659 Sala I, ED 108-560, f. 33.781 -aunque la descarta cuando se trata de un reincidente-; id,,
id.,f. 37.782; salaIlI, ED 108-473, f. 37.753, p. 563, f. 37.787, y ED 111-412, f. 38.382; salaV, ED
108-361, f. 37.783,~.562, f. 37.786.
'660 SalaI, ED 111-183,f. 38.323.
'M' CNPE, sala A, ED 170-569, f. 47.642, O LL del 16/9/1996, f. 94.700, con nota a favor de Su-
PERTI, "La peligrosidad procesal y la libertad del imputado", quien hace especial hincapié en el art. 280.
CNPE, sala B, LL del 301411998, f. 97.075, o DJ 1998-2-1079, f. 13.231; id., id. LL del
311811998, f. 97.765, o DJ 1998-3-930, f. 13.620; ver disidencia del doctor Romero en un caso en
que se atribuían treinta y ocho hechos calificados como contrabando, en CNPE, sala A, ED 175-38,
f. 48.304.
'663 CCC, sala Ade feria, LLdel311711998, f. 97.572.
'666 CCC, sala V, DJ 2000-1-798, f. 15.176, o LL del 221812001, J. Agmp., caso 17.
'"'O 2211212004, "Macchieraldo", C. 5472: SJP, LL del 291412005, con nota de Ouaveno MEN-
DOZA,"Hacia la discrecionalidad judicial en el régimen de coerción personal del imputado", p. 3; RDP,
LexisNexis, 812005, p. 471.
572 E X E N C I ~ NDE P R I S I ~ NEXCARCELACI~N
. Art. 316
'""21412005, "Pietro Cajamarca", c. 5199; RDP, LexisNexis, 1112005, p. 994; SJP, LL del
291712005, p. 47.
'672 30110/2008, ''Diaz Bessone, R.", AP 70049418; RDP, AbeledoPerrot, 112009, p. 58; con no-
tas de GENOVESE, "Repercusiones del plenario 'Díaz Bessone' en distintos tribunales nacionales", RDP,
AbeledoPerrot, 812009, p. 1380, y VE~EZZI, "El fallo plenario 'Diaz Bessone" de la Cámara Nacional
de Casación Penal: una deuda pendiente", RDP, Aheledo Perrot, 812009, 1393.
CS, JA 1991-111-294.
os consagrados por la CN16j4.Claro está que hay decisiones y opiniones muy
bles en sentido contrario, pues se sostiene que el encarcelamiento preventivo
ado a priori como necesario, sin atender a las circunstancias del caso, saca la
'ón del mero campo cautelar para convertirse en una forma de coerción contra-
a garantía fundamentalim5.
aso de los "delitos no excarcelables" responde a la preocupación del legis- -
r no facilitar la impunidad de los imputados en casos graves1676. Del mismo
ra la fijación de máximo de la sanción prevista para el delito o la posibi-
de que la condena a recaer sea de ejecución condicional, como pautas aten-
para su otorgamiento. En todo caso, el reparo consistente en que se trata de
snaturalización del encarcelamiento'preventivo por considerarse una suerte
pena aún no impuesta - e n abierta colisión con el principio de inocencia (art.
también descartaría la viabilidad de la libertad provisoria en función de la pena
visible. Como en toda cuestión procesal penal, pugnan dos intereses: el individual
eservar la libertad y el social en sancionar, con justicia, a los responsables. Por
,no parece un despropósito cubrir ambos criterios (arts. 319, oración final, y
,párr. 2"). Con el mismo fundamento, no cabe objetar el señala~nientoen la ley
caución real como única vía para la obtención de la libertad pr~visoria"~~.
gún Jarque, cuando el hecho se califique como incurso en el descripto por el
,CP, la escala punitiva no impide la soltura, pues considera que la modalidad
u incorporación -"a continuación del párrafo segundo del art. 3 16 y no como
r independiente"- impide "...que sus alcances se extiendan al primer párrafo...
vale repetirlo, respecto de la mentada figura penal -única de las tres que pre-
a pena privativa de la libertad no superior a los ocho' años- conserva plena
i ~ i d a d " ' ~Por
~ ~las
. razones antes expuestas, pensamos que el mero encuadre del
el art. 139, CP, obtura la libertad provisoria. Además, si se acepta semejante
debiera concluirse que cuando exista la posibilidad de que la condena fuese a
e tres años --conf. art. 26, id.- en el caso del art. 139 bis, id, que prevé como
va la prisión y la reclusión, también procedería la libertad provisoria, tomán-
en letra muerta el párrafo incorporado al art. 3 16 por el art. 12 de la ley 24.410.
1Alto Tribunal parece haber dado un corte a la cuestión al considerar que la
.410, al excluir a determinadas categorías de personas del régimen general de
xcarcelación contemplado en el art. 317, inc. lo, y hacerlo, exclusivamente, sobre
base de la naturaleza del delito imputado y la protección de los bienes jurídicos
bre los que se vincula, pugna con la CN. Considera que el art. 18, id., guarece tan-
el principio de inocencia como el derecho a gozar de libertad durante el proceso.
mbos resultan menoscabados al haber utilizado el legislador la presunción de que
imputado en estos casos podía eludir la acción de la justicia, más allá del monto
áximo de la pena considerada en abstracto. El Congreso ha ejercido una prerroga-
imilar a la conferida por el art. 75, inc. 12, id., en cuya virtud puede declarar la
nalidad de unos actos, desincriminar a otros e imponer penas y, asimismo, au-
r o disminuir la escala penal en los casos en que lo estime pertinente. También
resulta mengua para la garantía de la igualdad, pues en vez de utilizar las facultades
que la CN le confirió para la protección de bienes jurídicos mediante el aumento o
disminución de la escala penal, recurrió a la prisión preventiva con fines intimida-
torios o disuasivos, lo cual significa el. establecimiento por esa vía de agravaciones
propias de la ley sustantiva. Añade que la limitación de la libertad personal durante
el proceso motivada en el reproche o la repulsa social de algunas conductas -por
más aberrantes que puedan ser-, como remedio tendiente a combatir el auge de
determinada delincuencia, ante la necesidad de mayor protección de determinados
bienes jurídicos, importa alterar arbitrariamente los ámbitos propios de las distintas
esferas constitucioiiales para el ejercicio de las prerrogativas legisferantes y desvir-
túa la naturaleza cautelar de la prisión preventiva, al convertirla en una verdadera
pena anticipada1679.
Debe reconocerse que, amén del respetable razonamiento del Alto Tribunal y
el de quienes apoyan esa tesitura1680,parecieran privar de soporte a nuestra opinión.
Con todo, a nuestro ver, subsisten dos razones todavía no refuladas: en primer lugar,
el criterio de aquel órgano en el citado precedente de Fallos 280:297, que impone
no desatender las caracteristicasparticulares de los delitos imputados para resolver
"...desde el punto de vista-del derecho concretamente aplicable al caso" (consid. loo),
sin que, además, deba olvidarse "...la gravedad insti~ucionaldel caso, con miras a
una adecuada preservación de los principios de la Constitución, y en particular del
objetivo fundamental de afianzar la justicia'' (consid. 12") y, por último, "...si es
dable reconocer raigambre constitucional al instituto de la excarcelación durante el
proceso, no es menos cierto que también reviste ese origen su necesario presupues-
to o sea el instituto de la prisión preventiva ..." (consid. 13"). Por otro lado, cuando
las provincias preservaron instaurar sus ordenamientos procesales quedó descontado
que asegurar la buena administración de justicia, en el ámbito local, les incumbe. Si
esto es así, deviene discutible que pueda privárseles de tener en cuenta las circuns-
tancias locales que pueden obstar -razones de política criminal m e d i a n t e para
regular la libertad provisoria. Precisamente, fueron esas circunstancias -a pesar de
que la Corte Suprema entienda^ lo contrario- las que autorizaron al legislador na-
cional para establecer el carácter no excarcelable de ciertos delitos en lo que atañe al
ámbito nacional (arg. art. 75, inc. 30, CN). Resulta obvio que al insertar el precepto
donde lo hizo, no ejercitó las funciones otorgadas por el art. 75, inc. 12, id.
La CNPE, sala B, declaró la constitucionalidad de los arts. 140 y 141 de la ley
24241 porque las penas allí previstas no son irrazonables o desproporcionadas si
se tiene en cuenta que se procura proteger los ahorros actuales y futuros de quienes
aportan al sistema de administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones1681.Al
anotar el fallo, Bella apunta el carácter iuris ranturn de las presunciones sobre la pe-
ligrosidad procesal; por ello, admiten prueba en contrario y marcan la obligación de
los jueces de extremar la fundamentación de la denegatoria a la libertad pendiente el
proceso; no basta con remitirse a un texto que impone la prisión procesal sólo por la
LLdel261411999, f. 98.639, con nota a favor de BIDARI. CAMPOS, "Delito,proceso penal, pri-
sión preventiva y control judicial de constitucionalidad"; en el mismo sentido C Fed., sala 11, trihnnal
que a su vez declara la inconstiiucionalidad del art. 26, párr. 2', ley 24.767 en cuanto veda la aplicación
de las normas sobre excarcelación a los requeridos de extradición, LL del 2911012002, f. 101.628.
'U' Conf. SOLIMINE, Libertad bajo caución ..., ps. 31 11316.
LLdel2911012002, f. 104.635, con nota de BELLA, "Denegación de la exención de prisión por
la gravedad de la escala penal. ¿Medida cautelar o pena anticipada?".
ad de la escala penal abstracta del delito atribuido. Tan respetables razones, a
ver, no nos persuaden del error de la opinión adversa; si los criterios expues-
o fundamento no cubren la decisión sobre la inconstitucionalidad de la ley,
ciera que nunca resultarían suficientes.
Sagrettii6" contrasta el precedente "Nápoli" con el caso "Arana"1683,donde el
ibunal establece que la libertad durante el proceso -respaldada ahora por el-
. del PDCP- debía subordinarse a criterios depolitica criminal, relaciona-
ndamentalmente con razones de interés público, y se muestra partidario de la
'ón jurisprndencial concretada en el primeroi684.
a instrucción sumaria introducida por el art. 353 bis no modifica el régimen
rtad provisoria y el juez debe regularizar la deparada a los imputados, por vía
tal, ajustando su decisorio a lo establecido en este artículo y los siguientes'685.
fin de evaluar la solicitud de excarcelación, debe ponderarse la incidencia que
a tener la disminución o eximición de vena establecidos en el art. 29 ter de la
Excarcelación. Procedencia
17.i687La excarcelación podrá concederse:
O)En los supuestos que correspondiere la exención de prisión.
) Cuando el imputado hubiere cumplido en detención o prisión preven-
máximo de la pena prevista por el Código Penal para el o los delitos que
'"' "La prisioti pre\.entivacorno protectora de bieiies juridicos en el caso 'Arana'de la Cone Su-
prema de Justicia de 13 Nación. Su ~osibleretormtilación, a . r>anlrdel c a ~ o'Niodli'", 1.1. del 5 5 2000.
Fallos 318:1877.
Fallos 321:3630, o LL 1999-B-660, f. 98.639, o LL del 51512000, f. 100.796.
, salaVI, LL del 2111211998, f. 98.260.
E, sala A, LL del 201512003, f. 105.530. Ver utilísima resefia de GONZALEZ GARRIDO, "La
en el Código Procesal Penal de la Nación", JA 2000-11-1168.
' Ver en e1 Apéndice la ley 24.390, que también permite que el imputado recupere la libertad
aJo caución cuando hubiere cumplido los plazos máximos de duración de la prisión preventiva.
CCC, sala VI, DJ 1998-1-667, f. 12.677.
576 EXENCION DE PRISION EXCARCELACION Art. 317
ciones en que no resulta necesaria la tutela procesal perseguida a través del encierro
preventivo170s.
Tanto para la excarcelación como respecto de la exención debe estimarse cuan-
tía de la pena la correspondiente en$abstracto a la imputación. Por ello puede ser la
del delito consumado o tentado (arts. 42 y 44, CP). En los casos de concurso real, el
máximo de la pena se considera en función de los arts. 55 y 56, id
Excarcelación. Oportunidad
318. La excarcelación será acordada en cualquier estado del proceso de
oficio o a pedido del imputado o su defensor o cuando el imputado hubiere com-
parecido espontáneamente o fuere citado conforme con lo previsto en los arts.
279 y 282, respectivamente.
Cuando el pedido fuere formulado antes del auto de procesamiento, el juez
tendrá en cuenta la calificación legal del hecho que se atribuya o aparezca come-
tido, sin perjuicio de revocar o modificar su decisión al resolver la situación del
imputado; si fuere posterior, atenderá a la calificación contenida en dicho auto.
CAFFEMTA NORES,La amrcelun'ón, 1' ed., ps. 72175; CS Tucumán, LL del 131812001, f.
102.449, hace lugar al cese de la prisión preventiva a través del recurso de casación interpuesto contra la
resuluciiin que la ritl13~3h~. pcst 1 ~ U CI C p r ~ ) z ~ ~ ~ n c ~ aI lI ~
~ >~u11~11rui~
l ~ i r ~ I i >ienicn~l:~ dcfinlt~\ii31 cdar 211
,i~cg<i
el principio de 11l.en:id ) <leiiiu.ciici:j ;oiis.rgradd eti las ;<~nvstirid~iei in:zniuciotislii ino~rporadas:i
Id VU, coi, roa Jz \Ii:.rta,~. ' I d duruc!;n ds la priridii ])rs\enina ;\l.lndan lusjueics 6 rnandi Id ley'!?
. .
'7"6 CCC, sala de feria, LL del 21412002, f. 103.491.
Supuestos de improcedencia
s dos pautas determinantes del otorgamiento de la lib
icadas al final: soslayar el sometimiento a la jurisdicción u obstaculizar la
rece razonable a tal fin atender a la cuantía de la posible condena según los
s señalados en los arts. 3 16, párrafo segundo, y 3 17. En vez, no resulta acep-
subordinar la libertad provisoria a "...la objetiva y provisional valoración de
cteristicas del hecho...", pues son datos ya evaluados en aquellos preceptos.
cuanto a "...la posibilidad de la declaración de reincidencia...", deviene sen-
porque tiene dos efectos: uno es truncar la posibilidad de una condena de ejecu-
n condicional (art. 27, CP) y el otro que, como agravante genérica prevista en el
41, inc. 2O, id., exija la imposición de una pena cuyo monto resulte inescindible
cumplimiento efectivo; de donde no podría concederse ni la exención de prisión
3 1 6 , párr. 2 O , última oración) ni la excarcelación (art. 317, inc. Se exige
haya transcurrido el plazo fijado por el art. 50, último párrafo, CP. No hace
falta que esté declarada sino que sea factible, de manera que si en el segundo proceso
no aparece prescripta la posibilidad de declararla en orden a la condena recaída en
otro anterior, podría servir de fundan)ento para Empero, ahora cabe
atender a la nueva fórmula establecida por el art. 50, párrafo primero, CP, texto
conforme a la ley 23.057; por eso no corresponde tener por reincidente a los fines
excarcelatorios a quien fue condenado pero no cumplió detención en @l ~arácterl"~.
Otra vez se incurre en una tautología cuando se incluye a "...las condiciones
personales del imputado...", ya que tienen que haber sido evaluadas, anterionnente,
para pronosticar la condena de ejecución condicional o bien el inonto concreto de la
pena en cierne. Cuando resulte razonable inferir que el imputado cuenta con medios
para eludir la acción de la justicia, corresponde denegar la ~oltura"'~.
Por último, es atendible ponderar el otorgamiento "...de excarcelacioues an-
teriores ..." como dato estimable a los fines de considerar tanto el monto como la
modalidad de ejecución de la pena, circunstancias que exteriorizarán un interés por
generar cualesquiera de las situaciones impeditivas.
b) Casuística
Los supuestos analizados constituyen referencias a meritar por el tribunal para
desatender su otorgamiento. Como debe adoptar la forma de auto (art. 332), necesita
encontrarse motivado, bajo pena de nulidad (art. 123); Sa CCC, sala VlI, exige la
fundamentación de la supuesta "peligrosidad procesal" y revocó la desestimación
del pedido excarcelatorio pues aquélla no se había explicitado ni demostrad^'^'^. La
fundamentación es muy importante porque sus premisas no deben aparecer como
meras afirmaciones irrazonadas y, necesariamente, precisan remitirse a circunsian-
cias acreditadas en la causa; si así no ocune, la negativa podria dar lugar al recurso
extraordinario federal del art. 14 de la ley 48'7'8. Pese a no tratarse de sentencias
definitivas, resultan equiparables, pues pueden originar agravios de impo,sible re-
paración ~lterior"'~. Al hallarse en juego una garantía constitucional estrechamente
eslabonada con la libertad personal, se configura un supuesto de nulidad absoluta
(arts. 18, CN, y 167, inc. 3", 168, párr. 2', y 456).
El fundamento de este precepto radica en que los derechos y garantías consa-
grados por la CN no son absolutos y su ejercicio está sometido a las leyes que los
reglamentan, las que, si son razonables, no pueden impugnarse como inconstitucio-
nales; su razonabilidad depende de que se adecuen al fin perseguido por la reglamen-
tación que no ha de adolecer de iniquidad ma~ifiestal'~~.
Para el STJ Entre corresponde tener presente que las restricciones son
de carácter meramente procesal, pues las leyes de excarcelación no son de política
criminal ni sirven para prevenir el delito ni pueden actuar como anticipo de pena;
sobre todo apuntan a asegurar la realización del proceso al par que guarecer que no
Cauciones
320. La exención de prisión o la excarcelación se concederá, según el caso,
bajo caución juratoria, personal o real.
La caueiún tendrá por exclusivo objeto asegurar que el imputado cumplirá
las obligaciones que se le impongan y las órdenes del tribunal, y en su easo, que
se someterá a la ejecución de la sentencia condenatoria.
El juez determinará la caución de modo que constituya un motivo para
que el imputado se abstenga de infringir sus obligaciones.
Queda absolutamente prohibido fijar una caución de imposible eumpli-
miento para el imputado, teniendo en cuenta su situación personal, las caracte-
rísticas del hecho atribuido y su personalidad moral.
91.729, o JA 1993-1V-246.
Tributaria: no vigencia de su artículo 17".
rtad caucionada. (Algunas pautas de mensuración)", LL del 261911995.
2-497, Síntesis, nro. 205; CCC, sala 111, ED 107-178, f. 37.416.
221812001, J. Agrup. nro. 16.020.
caso, imponer caución jurat~ria"~~. Si el imputado carece de actividad remunerada
y de domicilio, no cabe duda de que corresponde transformarla en j~ratorial~"~. La
estimación del monto debe realizarse de modo que constituya un freno eficaz ante la
infracción de obligaciones impuesks al imputado y un incentivo real para decidirlo
a cumplirlas'747.
Además, no debe olvidarse que la libertad bajo caución se halla respaldada
por pactos internacionales suscriptos por nuestro país (art. 7.5., CADH, y 9.3.,
PIDCP). Por eso ahora resulta viable autorizar un viaje al exterior del imputado bajo
En cambio, era debatible que antes de la vigencia de aquellos preceptos
resultara procedente1749.
El cuarto párrafo subraya que las garantías no deben fijarse desnaturalizando el
carácter cautelar del encierro. La SCJ Mendoza admite el hábeas corpus cuando se
ha íijado una fianza de imposible cumplimiento'7s0;en el régimen de la ley 23.098
que regula dicho instituto no cabe su utilización en las condiciones que lo admitió
el tribunal mendocino, pues el caso no encuadraría ni en el ámbito excepcional del
llamado hábeas corpus correctivo alojado en el art. 3", inc. 2", id.
Se ha admitido la imposición de una caución institucional al organismo -Po-
licía Federal- del cual depende el imputado que reviste la calidad de funcionario, a
fin de que aquel garantice su comparecencia al proceso'751;no advertimos el sentido
de esta nueva modalidad, en tanto no genera, en caso de que el imputado no se pre-
sente, ninguna consecuenciajurídica a quien se le impone la caución.
Regla: caución juratoria
321. La caución juratoria consistirá en la promesa jurada del imputado de
cumplir fielmente las condiciones impuestas por el juez, quien le podrá imponer
las obligaciones establecidas en el art. 310.
Si el imputado resulta indigente y la condena puede ser en suspenso, resulta
adecuado revocar la caución real y transformarla en juratoria, imponiéndole la obli-
gación de concurrir al tribunal de manera periódi~al'~~.
Ver comentario al articulo anterior.
Caución personal
322. La caución personal consistirá en la obligación que el imputado asu-
ma junto con uno o más fiadores solidarios de pagar, en caso de incomparecen-
cia, la suma que el juez fije al conceder la excarcelación.
ión real
caución real se constituirá depositando dinero, efectos públicos o
ables, u otorgando prendas o hipotecas por la cantidad que el juez
determine
fondos o valores depositados quedarán sometidos a privilegio especial
umplimiento de las oblieaciones procedentes de la caución.
sta caución sólo será orocedente cuando de las circunstancias del caso
ineficacia de las &odalidades de las dos cauciones precedentemente
s y que, por la naturaleza económica del delito atribuido, se confor-
a más adecuada.
o se efectúa a la orden del tribunal -sea por el propio imputado o por
cuando se cumpla en dinero en efectivo, habrá de adoptarse un tempe-
ejemplo, depósito a plazo fijo--- para evitar el deterioro del valor real
;también es posible disponer su hipotktico mejoramiento en dinero cuan-
fijada deje de responder a su finalidad por efecto de su depreciaciónns6.
no implica transferir la propiedad; el Estado no ostenta tííulo alguno para
rovecho propio de la inmovilización del dinero; por eso corresponde resti-
los intereses generados por el depósito a plazo fijo cuando se ha dispuesto
a dicha caución"57.Empero, el retiro periódico de intereses desiiaturaliza-
to, por lo que deberá estarse a las opominidades previstas en el art. 327'7ss.
Forma de la caución
325. Las cauciones se otorgarán antes de ordenarse la libertad, en actas
que serán suscriptas ante el secretario. En caso de gravamen hipotecario, ade-
más se agregara al proceso el titulo de propiedad y previo informe de ley, el juez
ordenará por auto la inscripción de aquél en el Registro de Hipotecas.
La inscripción de la hipoteca se ordena mediante oficio (art. 132).
La escritura puede ser labrada por escribano o por el propio secretario del
tribuna1"65.
Forma, domicilio y notificaciones
326. El imputado y su fiador deberán fijar domicilio en el acto de prestar
la caución, denunciando el real y las circunstancias de trabajo que pudieren
anza es una obligación accesoria (arts. 525 y 2042, CC) y desaparece cuan-
ngue la principal (asegurar la comparecencia).
ión preventiva determina la libertad, debe considerarse can-
tivos aducidos por el fiador se exigen para evitar que se preste a distor-
o lugar a una verdadera pr~fesión"~~.
o el fiador manifestó su decisión de abandonar dicha función, debe sepa-
dinero con que caucionó el otorgamiento de la libertad provi-
aso corresponde intimar al imputado a satisfacer la garantía bajo aperci-
Emplazamiento
329. Si el imputado no compareciera al ser citado o se sustrajerc a la cje-
cución de la pena privativa de libertad, el tribunal fijará un término no mayor
de diez (10) dias para que comparezca, sin perjuicio de ordenar la captura. La
resolución será notificada al fiador y al imputado apercibiéndolos de que la cau-
ción se hará efectiva al vencimiento del plazo, si el segundo no compareciere o
no justificare un caso de fuerza mayor que lo impida.
La caución garantiza el sometimiento a la jurisdicción; si el tribunal emplaza y
aquél no se presenta -sin mengua de ordenarse su detención-, debe comunicarse
al fiador -también al imputado- la posibilidad de que la caución se pierda al ven-
cer el tiempo para la presentación (arts. 116 y 162).
Efectividad
330. Al vencimiento del plazo previsto por el articulo anterior, el tribunal
dispondrá, según el caso y teniendo en cuenta lo previsto en el art. 326, segundo
párrafo, la ejecución del fiador, la tratisferencia de los bienes que se deposita-
ron en caución, al Poder Judicial de la Nación según lo dispuesto por el art. 3',
inc. d) de la ley 23.853, o la venta en remate público de los bienes hipotecados
o prendados. Para la liquidación de las cauciones se procederá con arreglo al
art. 516.
Se preserva el patrimonio del fiador al recordar, mediante la remisión al art.
ión o la excarcelación
utado, sin efecto sus-
a) Finalidad
La instrucción impuesta por el principio de oficialidad, si bien exige regulación
por ley, no impone, obligatoriamente, el tránsito a la etapa del juicio cuando se dan
ciertas circunstancias que autorizan esta resolución conclusiva.
b) Concepto
Desde el punto de vista semántica significa cesar, desistir de algo; la etimolo-
gía del vocablo advierte que deriva de las palabras latinas super-sedere; es decir,
"sentarse sobre"'799.
Constituye una de las modalidades de clausura de la instrucción (art. 353) aun-
que, cuando se declare por extinción de la acción penal, procederá en cualquier esta-
do del juicio; también puede resolverse durante los actos preliminares en los supues-
tos del art. 361 y cuando prospere una excepción perentoria (art. 343).
Oportunidad
334. El juez, en cualquier estado de la instrucción, podrá dictar el sobresei-
miento, total o parcial, de oficio, o a pedido de parte, salvo el caso del art. 336,
inc. lo,en que procederá en cualquier estado del proceso.
a) Procedencia
Si el juez advierte que la posibilidad de perseguir feneció (a*. 336, @c. lo), o
que el hecho no es susceptible de servir como soporte a una acusación (art. 336, incs.
2" y 37, o que no es posible afirmar la responsabilidad de la persona procesada (id.,
inc. 49, o que el suceso no es antijurídico, o bien que no tiene capacidad de culpa o
no ha actuado contra derecho, el sujeto a quien se le atribuye o es insusceptible de
reproche o bien la ley no lo pune atendiendo a circunstancias ajenas a los elementos
del tipo (inc. 5 O , por ej., art. 185, CP), debe declarar cerrado el camino hacia el jui-
cio. Aquí se advierte el papel de filtro o cemidor atribuido a la etapa instructoria (ver
introducción al Libro 11).
En este punto el régimen actual amplía la contradicción al aceptar que se discu-
ta sobre su procedencia antes de dar cauce al juicio oral (art. 349, inc. 2"). Los tribu-
nales no lo admitían con el Código anterior; al extremo de considerar insusceptible
el cuestionamiento de la elevación a juicio plenario, por no existir carril legal para su
admisión18o0. Ahora puede instarse también durante la investigación.
b) Legitimación pasiva
La decisión sólo procede respecto de quien se encuentra legitimado, por habér-
sele llamado a prestas declaración indagatoria (art. 294); no resulta necesario que se
Conceptos generales
sobreseimiento comprende -ineludibleinente- a personas imputadas y no -
echos. No existe sobreseimiento absoluto aunque se sustente en presupuestos ob-
(hipótesis de los incs. 2" y 3'3 del art. 336). La consecuencia consiste en que
ia imposibilidadpara continuar el proceso respecto de otras personas pues, en
era alguna, sus efectos se extienden erga omnes'820.Por eso hace cosa juzgada
sivamente respecto de quien se dicta. Tan sólo en esos casos impide una nueva
cución penal (art. lo,última oración). De manera que no hay sobreseimiento en
ausa sino respecto de persona determinada.
Situaciones que comprende
mbién se distingue entre sobreseimiento total y parcial, calificativos que si
refieren a hechos, no implican soslayar su inevitable referencia a personas. Es
S los hechos si el objeto procesal es múltiple y parcial
. Bien puede ocurrir que se sobresea a todos los pro-
dos los hebhos, circunstancia que autoriza a ca-
iende a ambos extremos -hechos y personas-;
ga en cuanto a algunos hechos y a ciertas personas,
c) Sistema anterior
El Código anterior establecía el sobreseimiento provisional como modalidad
conclusiva y supeditada a la reapertura de la instrucción (art. 435, id.), salvo que se
produjera la imposibilidad de persegug por el transcurso del tiempo (art. 436, párr.
2", id.). La solución vulneraba el debido proceso establecido implícitamente por el
art. 18, CN, al implicar la mera "absolución de la instancia". Tal solución legislativa,
según una interpretación de la CS, afectaba la garantía del juicio previo, que supone
que la persona sometida a proceso penal encontrará resolución definitiva ante la in-
certidumbre ocasionada por el enjuiciamiento. Mal puede ensamblarse esa exigencia
con la posibilidad del nuevo sometimiento de quien ya se vio sujeto a los avatares del
proceso1825. Más razonable parecía, aun cuando no fuere justo, dejar sin efecto los
procesamientos cuando, sin llegar a desvanecerse, la existencia del hecho delictuoso
tampoco se neutralizaba, ante una situación que podía enturbiarse1826. Contra este
criterio hemos opinado al afirmar que, si se ha legitimado pasivamente al imputado
ordenándose que preste declaración indagatoria, su situación deberá resolverse me-
diante sobreseimiento o elevación a juicio (ver introducción al Capítulo IV).
d) Alcance subjetivo
No corresponde a quien no resulte sujeto del proceso -imputado en el sentido
amplio--; por ello no puede sobreseerse a la persona jurídica contribuyente de im-
puestos cuya declaración pareciera haberse omitido'827.Sin embargo, la falta de in-
tervención del imputado previa al auto de sobreseimiento nunca afectaría su derecho
de defensa; por ende, el MP no puede impugnar por vía de casacióni828.
Procedencia
336. El sobreseimiento procederá cuando:
19 La acción penal se ha extinguido.
2 3 El hecho investigado no se cometió.
3") El hecho investigado no encuadra en una figura legal.
4") El delito no fue cometido por el imputado.
53 Media una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o
una excusa absolutoria.
En los incs. 2%3\ 4" y 5" el juez hará la declaración de que el proceso no
afecta el buen nombre y honor de que bubiere gozado el imputado.
La persuasión en punto a las causales no debe tener un grado de certidum-
bre equiparable a la de carácter apodíctico requerible para condenar'829.Parecía una
proposición adecuada para encaminar la actitud del MP la que recogía el art. 215,
párrafo segundo, CPP de Bs.As., ahora derogado por ley 11.922,en cuya virtud "(e)
1fiscal deberá acusar, aun cuando no exista plena prueba de la culpabilidad del acu-
sado, si tiene medios de justificarla en el plenario...".
'821 Fallos 272:lSS; 300:1102; CF San Martin, sala 1, ED 150-320, f. 44.788, o JA 1993-IV-574.
'826 CS, Fallos 273:325.
CNPE, sala A, 141311995, "Belgrano Norte SRL", JA del 121711995, p. 42.
'928 CNCP, sala 1, JA 1996-1-484; es que la garantía siempre opera a favor del titular, y no en
sentido adverso.
'82P En contra, CCC, Fallos t. 11, p. 406.
mpero, se ha decidido que requiere certeza y no duda; si se trata de la respon-
ad del imputado tiene que ser evidente su ausencia's30.Nardiel10'~~' invoca la
rocesal, compuesta por la verdad fáctica, la verdad jurídica y el proceso lógico
pondencia entre ellas para apuntalar el ingreso de la duda en casación.
erga Aráoz (h) considera válido dictar auto de sobreseimiento por duda
do resulte fácticamente imposible avanzar probatoriamente en la instrucción
CNCP,sala 111, LLdel 171912001, f. 50.918; id.,id.,EDdel611012000, DPPC, f. 141; id., sala
DJ 2000-3-600, f. 16.117; id.,sala 11, ED del 19/9/2003, f. 52.267; CCC, sala 1,231812001, "Legal,
.", JAdel2111112001.
"El in dubiopro reo y la casación penal" (ED del 2711212001, DPPC).
"Sobreseimiento por duda", JA del 201312002, p. 31.
'O3 CFed San Maiiín, sala 1,31811993, 'Torres, P.", r. 103.
, Fallos 275:241; por eso su determinación resulta previa a decidir el recurso de repo-
caso corresponde suspender el trámite hasta tanto se dilucide La posible extinción de la
isidencia de los doctores Petracchi y Bosseri, DJ 1999-1-695, f. 13.896.
BA, ED del 1211211991, f. 43.849
CCC, sala VI, LL del 251911997, f. 96.036.
600 SOBRESEIMIENTO Art. 336
""'Ver ITURRALDE,
"El buen nombre del sobreseído en el Código de la Provincia de Buenos
', JA 1990-111-676.
"CC, sala 1, LLdel2611011998~f. 98.008, o DJ 1999-1-392, f. 13.796.
JA 1999-1V-672, o LL del 261612000, f. 100.445, con nota de MORELLO, "La Corte Suprema,
s penales y el art. 280, Código Procesal Civil", quien se inclina por la opinión de la disidencia
O que se omita en estos casos la declaración.
Conf. CNCP, sala 111, "Ruisánchez, Laures Ángel", del 2111011994.
' Exposición de Motivos del Código de Procedimiento Pena[, ed. oficial, 1941, p. 77.
602 SO~RESEIMIENTO Art. 337
'as5 Conf. MORIN, "La conclusión de la instrucción en los supuestos de dudas en el Código Pro-
cesal Penal de IaNación", CDJP, año 111, nro. 4-5, p. 327.
SOBRESEIMIENTO
ección por vía del recurso (art. 449). Cada vez que exista imputado judicialmen
nocido como tal, corresponde concluir el proceso a través de esta vía. Por eso,
1 MP reclama llevar a juicio a más imputados que quienes han sido procesados, el
gravio debe llevarse a través de casación al recurrirse el ~obreseimiento'~~~.
Los tribunales son estrictos en respetar el orden de las causales de sobresei-
iento. Frente a un acusado iiiimputable, si falta la certeza absoluta respecto de su -
aienidad en el hecho investigado,-no corresponde aplicar el art. 336, in; 5", y debe
rivocarse el sobrcseimientoyse cstiina vul~~zrado e¡ orden sisrernltico deteniiinado
nor el iiir'rodo an:ilitico irnpiiesto a partir de la teoría del deliro, deiantlo invertida la
Larga de la prueba al exiaide
- por . vía indirecta la acreditación irresthcta de su respon-
Grial, dato que conculca el principio de inocencia. Cabe tener en cuenta
aceptaba el sobreseimiento por inimputabilidad, pese a que el delito no fue
etido por el encartado, correspondía el encierro como medida de seguridad's57.
Efectos
338. Decretado el auto de sobreseimiento se ordenará la libertad del impu-
tado, si estuviere detenido, se efectuarán las correspondientes comunicaciones
gistro Nacional de Reincidencia y ~stadística~riminal, y si aquél fuerc
se archivará el expediente y las piezas de convicción que no corresponda
a) Finalidad
Durante todo el desarrollo de la instrucción (arts. 339 y 349, inc. le), antes de
fijada la audiencia para el debate (art. 358) y, en cualquier estado del proceso si se
trata de la extinción de la acción penal (art. 334) o de la incompetencia territorial
(art. 39) -aunque estas dos últimas no sean instadas por las partes-, es posible
cuestionar la pretensión del acusador y propiciar su desestimación por caminos que
no hacen al fondo o mérito del asunto, pues incumben a los requisitos de su admisi-
bilidad'860.Se trata de arbitrios a través de los cuales no se afronta la refutación de
los hechos constitutivos del objeto procesal ni se aducen razones fácticas y jutidícas
que neutralicen o disminuyan la entidad de las imputaciones. Desconoce este aspecto
la CCC, sala VII, cuando sostiene que el cuestionamiento de la personetia del que-
rellante sólo puede llevarse a cabo por vía recursiva (art. 432)ju6l;la última frase del
art. 84 no enerva al contenido de este Titulo VI. Sólo significa que si se deniega la
postulación al acusador, el agravio le alcanza; en vez, si se le reconoce, esa circuns-
tancia no perjudica al perseguido, en cuanto sólo tolera la intervención de un sujeto
eventual. El posible error de un tribunal al aceptar como querellante a quien no apa-
rece como ofendido -legitimación- o bien no adjuntó instrumento acreditante de
la representación -personería- sólo puede cuestionarse a través de este carril. En
todo caso, quienes sustentan tan singular temperamento tienen a su cargo poner de
manifiesto que la regulación efectuada a través de los arts. 339 a 345 es superñua.
Donna también piensa que la falta de acción no resulta idónea para excluir al quere-
llante, sino sólo un instrumento para verificar si fue legalmente promovida o no se
ha podido proseguir o bien estuviese extinguida, y se remite a Clarib Olmedo, Deue-
cho..., t. IV, ps. 569/5701862;
sin embargo, el giro de la p. 569, párag. 1159, renglones
8" y 9", "...no haberse reunido todas las condiciones previstas por la ley", no abona
la conclusión; por el contrario, faltan las condiciones previstas por la ley cuando no
se es ofendido o damnificado.
Quien las propicia procura enervar la pretensión, temporal o definitivamentc,
sin necesidad de que el tribunal se expida sobre el fondo o mérito.
b) Legitimación activa
En el proceso civil operan, en principio, a iniciativa de la parte interesada en
hacerlas valer --excepción hecha de la cosa juzgada y de la litispendencia que pue-
den ser declaradas de oficio, en cualquier estado (art. 347, párr. final, CPN, según ley
22.434)- como consecuencia del principio dispositivo. El interés público en juego,
gravitante en el proceso penal, advierte que sólo con un criterio estrictamente formal
puede receptarse el instituto según se lo hace en a q ~ 6 1 ' ~ ~ ~ .
i bien la literalidad del texto del art. 339 pareciera advertir que la inicia
esponde a las partes, ello no es óbice para que el hecho fundamento de 1
pción -la falta de competencia, la existencia de proceso anterior por el mismo
ho concluido o coetáneo en trámite, el transcurso del plazo para la prescripción,
-sea puesto en evidencia por cualquiera de los sujetos públicos intervinientes.
dicho caso, aunque la cuestión no tenga el trámite de las excepciones, debe, sin -
, arribarse a un pronunciamiento sobre la circunstancia invocada para fun- -
rla. De manera que, pese a no articularse el trámite ortodoxo de la excepción
.debe formularse una decisión idéntica a la que hubiera correspondido si se
hubiesé Esto explica, asimismo, que 6 defensa pueda para
xamen y decisión, el objeto propio de las excepciones aun fuera de las ocasiones
ariá Olmedo que "...el progreso técnico del derecho procesal
concluirá por eliminar de los códigos el capitulo de las excepciones, que en
ad no significa sino regular uno de los tantos incidentes con audiencia de la
in ella, que pueden provocarse durante el curso de la tramitación
Naturaleza jurídica
e relacionan con impedimentos al ejercicio de los poderes de jurisdicción y
frente al caso concreto y comprenden nulidades absolutas, vinculadas con la
cia de un presupuesto procesal (art. 167). Los presupuestos pro-
os establecidos para poder examinar y decidir el fondo del litigio
acidad procesal, etcétera-, que pueden considerarse de oficio y
e mediante una excepción. En cambio, los impedimentos procesales
dos por las partes, según ocurre con el arraigo del juicio, la falta de
las obligaciones derivadas del proceso anterior, etcétera. Dichos
asi inexistentes en el proceso penal- son susceptibles de renuncia
pueden hacerlo tácitamente'867.
a decisión de la CS, que niega carácter de sentencia definitiva a la
ación de las excepciones de falta de acción y de jurisdicción186s,aunque deja
vo los supuestos de arbitrariedad's69.
FORNATTI,Excepciones...,ps. 97 y 132.
ARIA OLMEDO, Tratado..., t. IV, ps. 1511153.
atado..., t. IV, p. 550 n. 172.
ElMinuoh, "Excepciones dilatorias y excepciones perentorias", en Enciclopedia Jurídica
3 f. XI, Buenos Aires, 1960, p. 393.
CS,JA 1999-1-547.
606 BXCEPCIONES Art. 339
cepciones perentorias
Cuando se hiciere lugar a una excepción perentoria, se sobreseerá en
o y se ordenará la libertad del imputado que estuviere detenido.
rdelPlata,ED 171-323,f.47.745,oLLdel281211997,f.95.083,connotadeA~~e~~n,
omissi delicti y los poderes del tribunal incompetente", quien sostiene que, si no se
acotada en la promoción instmctoria, "...esto debió bastar para mantener la radica-
se quiere de la pertinente regla
a aplicación de dicho precepto
Art. 343 /
t
1) Cosa juzgada
Tanto en este caso como en el supuesto de la excepción de litispendencia (ver
comentario al art. 344, punto 4), la procedencia se subordina a que sean idénticos
los requisitos extrínsecos de admisib"i1idadreferidos al sujeto, objeto y causa de la
pretensión. En cuanto a los sujetos, debe examinarse si se trata del mismo actor y
del mismo sujeto pasivo. En los delitos de acción pública, la persona física u órgano
persona correspondiente al fiscal es irrelevante en razón de su carácter de sujeto ne-
cesario en dichos procesos penales. Tampoco interesa la persona del querellante (art.
82) porque, en los delitos de acción pública, sólo tienen entidad, para determinar esta
excepción, el hecho y la persona del imputado. En cambio, si se trata de delitos de
acción privada, la persona del querellante exclusivo es dato crucial para identificar
la pretensión; téngase en cuenta, por ejemplo, que en una misma expresión injuriosa,
cuyos destinatarios fueran varias personas, habrá tantos querellantes en cierne -y
eventualmente tantos delitos- como agraviados. De modo que, aunque el objeto
-la manifestación desdorosa o desacreditante- sea idéntico, basta con que las per-
sonas de los acusadores difieran para que no exista cosa juzgada.
En ninglin caso inbxesa la identidad de la persona ante la cual se ejercita la pre-
tensión; por ser el encargado de cumplir con la función pública procesal, el órgano
judicial no cuenta a estos fines.
Se ha entendido que la adopción de un temperamento desincriminatorio firme,
fundado en la inexistencia de delito, obsta a la prosecución de la acción por el mismo
hecho, aunque se dirija contra otras personas que no fueron formalmente imputadas
en aquella declaración jurisdi~cional'~~~.
El aspecto más importante radica en la individualización del objeto procesali887;
este elemento de la pretensión consiste en el hecho introducido como tema del pro-
ceso, equivalente a lo que los procesalistas civiles caracterizan como el suceso del
cual se pretende extraer consecuencias jurídicas y denominan causa. Es el episodio
descripto lo más detalladamente posible, sin que interese, por vía de princípio, la ca-
lificación jurídica asignada, salvo en los delitos de acción Circunstancia
que atiende a la aplicación del derecho sustancial en dichos delitos, pues está deferi-
da a la iniciativa de las partes; por ello, de su defectuosa invocación puede surgir un
obstáculo para que el tribunal se
El limite para tolerar la múltiple persecución proviene de la posibilidad de arri-
bar a una decisión sobre el mérito o fondo del asunto desde todos los puntos de vista
jurídico penales posibles1890; no puede invocarse si uno de los procesos no concluyó
por resolución con valor de cosa juzgada material'89'.Si en e1 proceso anterior el
tribunal no pudo agotar el examen de la pretensión punitiva por carecer de jurisdic-
ción o competencia material, a la luz de todo el derecho penal, resulta posible una
segunda persecución ante el tribunal dotado de aquéllas para confrontar el derecho
que el primer juez no pudo aplicar'892.Una ajustada disidencia de la CNCP, sala 111,
NCP, salail, ED 168-133, f. 47.249, con citade CLARIA Derecho..., t. 111, p. 250.
OLMEDO,
S,Fallos 295:125.
ala 11, 2211 112007, "Bmet", RDP, LextsNexis, 412008, p. 685
612 . - EXCEPCIONES Art. 343
fectos u obstáculos que impedían la primera; tal ocurre con la desestimación del acto
promotor (art. 195, párr. 2°)1898.Desde luego tampoco, lo tiene el archivo (art. 195) si
no se puede proceder en los supuestos de mediar obstáculo fundado en privilegio
constitucional (Capítulo Título Q.El sobreseimiento, al permitir el análisis del he-
cho con respecto a una persona determinada y luego de haberse dispuesto el comienzo
de la instrucción (arts. 188 y 195), produce efecto de cosa juzgada189Y.
El archivo de actuaciones tramitadas por la prevención, al considerarse que los
hechos investigados no constituían delito, no hace cosa juzgada y de ninguna manera
impide la formación de causa una vez concretada alguna averiguación
El impedimento creado por el anterior pronunciamiento conclusivo depara
al segundo proceso un vicio ocasionante de su nulidad absoluta y, como tal, de-
clarable de oficio (art. 18, CN, y arts. 167, incs. 2' y 3', y 168). En vez, y como
"...ninguna garantía opera en perjuicio del propio portador no podría cuestio-
narse un pronunciamiento absolutorio firme de un tribunal que actuó sin competen-
ciaIqo2.Tampoco es posible, cuando el hecho es único, pronunciarse sobre sus distintas
calificaciones;el TOC nro. 1ha hecho aplicación de este principio en un caso en que se
habna sobreseído porrobo -en realidad contenido en la figura penal comprensiva de
homicidio- y luego se intentó perseguir por la muerte'903.En un recurso extraordi-
nario federal desestimado por la CS con la mera invocación del art. 280, CPCC, la
disidencia formuló una importante reflexión: la garantía que prohibe la doble per-
secución exige que el segundo proceso se refiera al mismo hecho perseguido en
el primero; debe mediar identidad total con el acontecimiento del mundo externo
imputado -sea real o n o - o tratarse de la misma conducta material, sin tener en
cuenta la calificación; si el acontecimiento se refiere a un episodio histórico distinto
del que originó el otro proceso concluido o en trámite, no existe cosa juzgada aun
cuando los encausados hubieren realizado los sucesos de un modo simultáneo; en un
proceso se investigó la presunta evasión del pago de impuestos por la importación
de automotores, y en el otro, el contrabando de dichos vehículos, sin que, además,
mediase unidad de designio c r i m i n o ~ o ' ~ ~ ~ .
Su respeto se dirige a procurar la plena efectividad de la prohibición de la doble
persecución penal, cuyo rango constitucional ha sido reconocido por la Corte Suprema;
impide exponer al riesgo de una nueva sanción por un hecho anteriormente juzgado,
mediante un ulterior sometimiento a juicio de quien ya lo soportó por el mismo suceso;
constituye uno de los principios esenciales en que se funda la seguridadjurídica y debe
respetarse, salvo supuestos en que no haya existido un auténtico y verdadero proceso
'
'"8 Ver Mai~n, Derecho..., t. I-B, ps. 402 y SS. y las consideraciones que formula sobre todo en
orden a que las decisiones judiciales no deciden en abstracto sobre el valor juridico de un aconieci-
miento, sino que siempre resuelven acerca de conductas que, como tales, tienen que ser atribuidas a
personas.
Iag9CCC, Fallos t. 1, p. 177, y t. V, p. 220.
ala IV, LL del 301611998, f. 97.405, con disidencia del doctor González; id., id., LL
98.232; CF San Manin, sala 11, ED 175-394, f. 48.385; CNPE, sala A, DJ 1999-2-
"'"allos I65:199.
"" ED 139-812, nro. 219; 1411011992, "Aqoino, Mercedes", JA del 131111993, o ED del
221211993, f. 44.828.
'Llndulto,conmutación de penas, amnistía y ley penal mas be-
de BIDARTCAMPOS,
..I9l8 Ver- 3 nota
-% % "0'7 F 19 792,
EXCEPCIONES
mismo sentido, CFed. Mar del Plata, SJP, LL del 28/2/2005, f. 108.595; SC, Bs.As.,
C., O. R.", SJP, LL del 2911212005, p. 21; CS, B.1126.XL., 101412007, "Bonafini";
1312007, "M., E. R.", ED del 3011212007, p. 5.
618 EXCEPCIONES Art. 343
pena menor, pues puede aludir a otras circunstancias, como el menor tiempo depres-
crip~ión'~~~.
La aplicación de este principio se extiende aún a los casos en que exista senten-
cia condenatoria firme a través del recurso de revisión, en íünción de lo preceptuado
por el art. 479, inc. 5°'953.
También se modificó el p h a f o quinto del art. 67, CP, incluyéndose la doctrina
del paralelismo, al señalar que la prescripción se suspende o se interrumpe separa-
damente para cada delito.
3.b) Aspectos generales
El instituto de la prescripción no puede ser renunciado por quien resulta bene-
ficiarioIPs4.
La CFed., sala 1, considera procedente declarar la extinción cuando se ha reba-
sado el plazo para obtener un pronunciamiento definitivo en tiempo razonable (art.
14, inc. 3", c], del PIDCP); también amerita que la falta del dictado de sentencia en
dicho término viola el derecho a ser oído con las garantías debidas y dentro del plazo
razonable que establece el art. 8.1. de la CADH y, ante dicha situación, decide hacer
lugar a la excepción y sobreseer al imputado19ss.En rigor de verdad, el tribunal de-
clara la prescripción, única posibilidad de considerar el transcurso del tiempo como
via para finiquitar la acción penal. La Corte Suprema anticipó este sendero1956; no se
atuvo, ante la ostensible demora, a formalismos previos a la declaración, tales como
recabar los antecedentes de los imputados'957.
Corresponde suspender el trámite del recurso extraordinario si con posterioridad a
su concesión se invocó la prescripción de la acción penal, pues la admisión de la defen-
sa articulada tomaría abstracto el pronunciamient~'~~~. En contra, la CNCP, sala 1, en-
tiende que no es posible diferir el pronunciamiento; sostiene que no puede prevalecer
el interés de la sociedad en la aplicación de la ley penal por sobre el derecho del indivi-
duo a que cese en tiempo oportuno la persecución penal emprendida a su'respect~~~~~.
La CNCP, sala 111, pospone pronunciarse sobre la prescripción, pues considera
necesario diligenciar pmebas a fin de verificar la posible comisión de un delito más
grave. La correcta disidencia de la doctora Capolupo de Durañona y Vedia entiende
que si no se cuestionó la calificación en el incidente debe declararse lapres~ripción'~~~.
A su vez, la CCC, sala 1, decide suspender la consideración de esta excepción a raíz
del dictado de una sentencia condenatoria que aún no se encuentra firme, por otro he-
~ h o ~En~correcta
' . disidencia, el doctor Hendler amerita no corresponde paralizar el
'"' Así lo hizo también al decidir en 71312006, "Podestá", SP, LL del 301612006, p. 51.
'958 CS, Fallos 323:68, o DJ 2001-1-394, f. 16.409.
s de acción privada
rt. 420 concreta la previsión del art. 59, inc. 4", del Código Penal, conforme
la acción penal se extingue en los supuestos del epígrafe; los efectos están
a consecuencia razo-
S sala A, JA 2001-111-740.
4.810; id., sala IV, SJP, LLdel31312003, f. 105.148.
6) Oblación voluntaria
Del mínimo durante la instrucción y del máximo de la multa si se hubiese ini-
o el juicio; en ambos casos corresponde reparar los daños causados por el delito
64, CP -texto según ley 24.3 1 6 ) . Pese a no estar enumerada en el art. 59, id.,
S una forma de extinguir la acción penal por el pago.
Falta de acción
n ciertos supuestos a examinar en el comentario al artículo siguiente).
1art. 15 de la ley 25.087 derogó el art. 132 del CP. Al sustituirlo, se establece
causal extintiva de la acción el avenimiento con el imputado sin precisar sus
cances, sin duda lo será el ulterior matrimonio, también puede serlo una reparación
m0nia1~~'O. Ver comentario al art. 6".
n este caso la imposibilidad para lograr una decisión sobre el mérito, fondo
uestión o hecho objeto del proceso es sólo momentánea. Por ende, se puede
a en otro o continuarlo en distinta sede judicial o en la
Z
'
9 CCC, en pleno, JA 1954.111-227, f. 16.381, o Fallos Plenarios, t. 11, p. 3 17.
'*" CS, del 2211211994.
19" "El tratado internacionaly su ley aprobatoria en el derecho argentino", LL del 2011211995,p. l.
'P75 CCC, Fallos t. 11, p. 172; CCC, sala VII, 301312005, "R., J. M.", LL del 261912005, p. 6.
CCC, sala l,251411978, c . 21.009.
CCC, Fallos t. VI, p. 48.
'9'8 CCC, Fallos t. 11, p. 203.
'979 CCC, Fallos t. 11, p. 172; id., t. IV, p. 29.
'"O CCC, en pleno, ED 16-1, f. 8201; Fallos Plenarios, t. 11, p. 419; CF Cap. JA 1963-V-569,
f. 7586.
lq8' "Oneto Torres", LL del 2711/2003, p. 3.
EXCEPCIONES -
a) Principios generales
El procesamiento fija la situación del imputado (art. 306) y, a la par, configura
un presupuesto para la elevación a juicio. Sin procesamiento con respecto a cada uno
de los hechos investigados, si el objeto procesal es múltiple, el acto aqui contempla-
do se resiente en su validez y deviene nulo en cuanto al imputado por aplicación de
lo prescripto en el art. 167, inc. 3"; mengua su intervención, pues se pretende llevarlo
a juicio sin estabilizar su situación procesal durante la instrucción; el defecto tiene
carácter absoluto (arts. 18, CN y 168, párr. 2'). Por eso resulta imposible cumplir
con el acto de comunicación aqui analizado, si se hubiere dispuesto la falta de mérito
(art. 309).
Hace posible la apertura de la contradicción en el momento intermedio, aunque
no plena, porque no alcanza la posibilidad de cuestionar la denegación de las medi-
das de prueba por vía de apelación (arts. 199 y 348, párr. lo).
El auto que ordena la vista al fiscal no resulta apelableZms.
a constitucional tuitiva de
do proceso legal (m. 33, id) también le
ropicie la obtención de una condenazoo7.
sidera, por mayoría, que si la querella no formuló requeri-
cio, no puede luego acusar en la oportunidad prevista por
o fue receptado por la CS en el caso "Del'Olio", de cuya
en tiempo y formazoo9,
e ejercer las facultades
sido conferidas en aras de
mo víctimazor0.Por tal
sobreseimiento dictado si
irse en oportunidad de corrérsele vista por el art. 34620rr.
el precedente citado, si la omisión de formular requeri-
eparar a la víctima de su rol de querellante. Creemos que admitir
'" CCC'. 5313 VI, de1 1 9 2008, ..Incidenre de niilidad proniovido por la detensa dc Saramaga
Rodngucz". C. 35.542, ditiindido por el ser\icto de correo electrhnico de la Sxretaria de Jurrspni-
CCC. Este criterto y;i habia sido sost?nido coi1 mtcri~rtdada la rclbrma por la (:Fed., sala 11,
5's.20U5, "Ollverio", RDP, I.cxis'lcxia. 11 2005, p. 1012.
?O,,
CS, Fallos 268:266, o El) 20.50 r: 10.147; ?9Y:17; 305:122.
'''
2x9
JA del 4 6 2003, p. 68
Si el requeriiniento fomulado por el querellante es declarado nulo ) no medio acuaaciún
correponde dictar el sobreseii,iirnlo (<:(.C., sala VI], 29 12 ?W9. "6.S., C.", diiundtdd por el
de eleclrijntco de la Scrreurta de Juriipnidenns, CCC.).
>.,<
329:?596; I11)P. Lcxis NZAIS,2 20U7, p. 327; vir el ~ o m ~ n t a r ide o Ni;olis II
D'ALuoxn, ' Una 'ac~lIada'derivasii>ii de la autonumia asignada al aciisndor panicular", KI>I? Lcxis-
Ncxis35/2007,P. 849; SJP, 1.L del 30 1 1 20U6, p 46.
201.
CCC, sala VI, 10 3 ?OOd, ..ChiLiar": KL)P, Abeledi>Perrot. 8 2008, p. 1467; el1 idr'nrico seti-
'Ido respeciu de una ~ ~ S O I U C SCP.
~ I ~sala , I ? 1 1 20D9, ..l.eyei", III>P,hbeledolJcrr~t.8 201 0. p
~ I IV,
1420.
la separación en este caso, importa una creación pretoriana de un supuesto de desis-
timieiito tácito de la querella no previsto por el legislador para los delitos de acción
pública, doctrina que no parece surgir del falto "Del'Olio", que sólo alude a la pérdi-
da de atribuciones del querellante como consecuencia de su omisiónz012.
d) Plazo
En cuanto al plazo para el MP es meramente ordenatorio porque su interven-
ción es indispensable para el regular desarrollo del proceso; su inobservancia podrá
generar sanciones disciplinarias, pero no la extinción de la facultad que se dejó de
utilizar en tiempo op~rtuno~"'~.
Diferente es la situación del querellante, pues su condición de sujeto eventual
advierte que su intervención no es indispensable para la validez del procedimiento:
si no la cumple en tiempo útil, caduca el derecho para hacerlo en adelante y resulta
inexorable aplicar el art. 163. La prorrogabilidad implica la solicitud -tanto para
uno como para otro de los acusadores- del alargamiento con antelación a que fe-
nezca el plazo. El otorgamiento se supedita a lo previsto en la última parte de1 texto.
El plazo no se suspende por la existencia de un incidente en el que se debate la
competencia del tribunal (art. 49)20'4.
Ver art. 93.
Dictamen fiscal o del querellante
347. La parte querellante y el agente fiscal manifestarán al expedirse:
lo)Si la instrucción está completa o, en caso contrario, qu6 diligencias con-
sideran necesarias.
2') Cuando la estimaren completa, si corresponde sobreseer o elevar la
causa a juicio.
E1 requerimiento de elevación a juicio deberá contener, bajo pena de nu-
lidad, los datos personales del imputado; una relación clara, precisa 5 circuns-
tanciada de los hechos, su calificación legal y una exposición sucinta de los mo-
tivos en que se funda.
a) Impugnabilidad
A los acusadores se les plantea una alternativa: si consideran que la instruc-
ción está completa, pueden propiciar el sobreseimiento o requerir la elevación de la
causa a juicio; de lo contrario, tienen la facultad de postular la actividad probatoria
tendiente a completar la instrucción. Por supuesto, dentro de los limites fijados por
el art. 199 (ver art. 348, párr. 1"). Empero, un fallo de la CCC, sala N2"'*, persuade
por las razones con que apuntala la posibilidad de apelar: a) el art. 199 contiene
una mención expresa sobre el punto; en cambio, el art. 348 nada dice, circunstancia
Zo'L Sobre las distintas posturas asumidas por algunos TO, ver BAZANO - MINO, "Actualidad en la
jurisp~denciade los Tribunales Orales 3-2007': RDP, LexisNexis, 1012007, p. 1931; FEmnNno - SEVI-
LLANO, "Actualidad en jurisprudencia de los Tribunales Orales 2-2008", RDP, AbeledoPerrot, 812008, p.
1393. En contra de la separación, CCC, sala VII, 61212007, "Najblat", c. 30.858, difundido por el servicio
de correo electrónico de la Secretaria de Jurisprudencia, CCC.
"" CCrim, en pleno, Rosario, almque por considerarlo improrrogable, JA 1976-1-571, f. 25.109.
"O" CCC, sala de feria A, LL del 26/3/1999, f. 98.519.
ioii 13/5/1994, "Cmux, F.", c. 1543; id, id, LL del 18/1211995, f. 93.871; id., id., ED 166-582,
f. 47.050.
347 CLAUSURA DE LA INSTRUCCI~NY ELEVACI~NA JUICIO
O'' En contra CNPE, sala A, LL del 191211999,f. 98.368, por estimar que la omisión de practicar al-
medida después del requerimiento de elevación ajuicio no entra dentro de las facultades de la alzada.
630 CLAUSURA DE LA INSTRUCCI~NY ELEVACI~NA JUICIO Art. 347
111511993,"C., L. A.".
TSJ Córdoba, 21411993, "B., 1. R.".
2"' CCC, sala IV, 7/12/1993, "A,, M.A.", JAdel2Wl1995, p. 60.
2032 CCC, sala V, LL del 18/12/1995, f. 93.872, id,id.,ED del 211512003, f. 52.040; no puede
prosperar la casación si se respetó la correlación entre el hecho comprendido en la indagatoria, el
acusado y el considerado en la sentencia final, CNCP, salal, JA 1996-111-202; es preciso que el juez
instructor actúe dentro de los límites del requerimiento contenido en el acto promotor, id.,sala lV, ED
170-476, f. 47.613.
certera reflexión- que "(1)a regla no se extiende como principio, a la subsun-
de los hechos bajo conceptos jurídicos. El iribunal que falla puede adjudicar al
o acusado una calificación jurídica distinta a la expresada en la acusación (iura
curia)". Empero, en ciertas ocasiones "(e)l cambio brusco del punto de vista
bajo el cual se examina un hecho como, por ejemplo, el que se produce de
iravención a un delito grave, o de un delito contra el patrimonio a un delito-
a administraciónpública, puede...provocar indefensión, por lo inimaginable de
ión que se produce desde el ángulo de observación de la defensa técnica"2o33.
no desguarecer al perseguido se sostiene que debe añadirse al objeto del pro-
.la afirmación de la consecuencia Las hipótesis subsidiarias o
n las que se excluyan entre sí, resultan recomendables en ciertos casos
en que el acusador, cuando no puede asegurar el éxito en su tesis principal,
ite una condena por el mismo acontecimiento histórico2"". La CS puntualizó
acusación altemativa o subsidiaria es el mejor remedio para evitar la doble acu-
penal, susceptible de provocar la indefensión del imputado2036.
indicación de las probanzas que sustentan el requerimiento de elevación a
'los motivos"- se exige para posibilitar su refutación a través del ofreci-
e prueba para el debate (art. 354, párr. lo). Tal facultad -producir prue-
egra una cabal defensa (art. 18, CN).
ición sucinta de los motivos se exige para posibilitar su refutación a
cimiento de prueba para el debate"".
erecho..., t. 1, p. 569.
AUMMAN, De~echo ..., p. 274.
d. sala 1, LL del 2711 312000, f. 101.247.
del 301512003, f. 105.571. Consultar el trabajo de GUZMAN, "La acusación fiscal al-
aria. Reflexioiies en tomo a su validez lógica y juridica", RDP, LexisNexis 1012006,
, entre otros precedentes, se aborda el fallo aqui citado.
sala 1, LL del 261612000, f. 100.449.
sala B, LL del 31/8/1998, f. 97.761.
nlidades....", JA 1994-1-99811001,nros. 156 al 184, y JA 1994-111-104911050,nros.
2042 CCC, sala V, LL del 211 1/2000, f. 101.128, con nota de BÁEz,"La actuación de la querella en
el proceso penal y la importancia de su requerimiento de elevación a juicio".
lM' CNCP, sala 1, LL del 26/6/2000, f. 100.049.
Sobre la postura en contra, ver comeniario a los arts. 215 y 346.
z08* CCC, sala VI, DJ 1999-1-459, f. 13.819. Hay opiniones en contrario: SÁENZ, "Funciones del
Ministerio Público Fiscal en la insmicción penal preparatoria...", LL del 221411994.
2046 CNCP. sala 1, DJ 1997-3-1118, f. 12.502.
CLAUSURA DE LA INSTRUCCI~NY ELEVACI~NA JUICIO 633
obre la .
iurisorudencia
, .
imoerante. ver acánite d).
,
nro. 7, LL 1996-D-516,f. 94.703.
Fed. nro. 2, DJ 1998-1-233, f. 12.532, o LL del 3011011997, f. 96.230, con nota de
rca de la declarada inconstitucionalidad dcl articulo 348, párrafo segundo del Código
de la Nación".
O en la nota anterior.
2 COLO~IER, Elproceso.., ps. 1571160.
R, La ordenanza...,vol. 11, ps. 1651166, quien acota que en el régimen alemán, a diferen-
es argentinas, el control de la acusación resulta obligatorio en todos los casos.
Aunque imperfecto, entre nosotros carece de sentido negar el control de un
tribunal sobre la actividad del Ministgrio Público cuando la propia Constitución im-
pone la fiscalización cumplida por otro poder - e l Congreso- con alcance mayor
porque puede culminar con la destitución del presidente o sus ministros (arts. 53 y
59, CN)2060. La CNCP, sala 1, ha respaldado la constitucionalidad del art. 348, pues
aunque acepta configura una excepción al principio acusatorio -muestra del pro-
cedimiento mixto instaurado-, "...no se opone a la garantía implícita del debido
proceso (art. 33, CN) ni a la de independencia funcional y orgánica del Ministerio
Público (art. 120, id.), que aseguran a los habitantes de la Nación un juicio previo en
el que las funciones de acusar y juzgar se encuentren en manos de Órganos diferen-
tes. Ello es así tan pronto se advierta que el sumario es un procedimiento breve de
recolección de pmebas con un restringido control de las partes, y que, en todo caso,
debe estarse a la prueba que en definitiva surja del debate, que es el juicio contra-
dictorio en sentido estricto", pues los actos que lo integran no pueden sustentar la
sentencia, sino una acusación o el sobre~eimiento~~~'.
El TOC nro. 182062 declaró la inconstitucionalidad de este articulo, con la disi-
dencia del doctor Valle; la mayoría estima que lesiona la autonomía del MP (art. 120,
CN) y "...el principio de división de funciones, al aceptar la injerencia de un Órgano
jurisdiccional en la misión del órgano acusatorio". A nuestro ver, tales razones ni
siquiera neutralizan las antes expuestas.
El problema siguió preocupando a muchos tribunales. Entre ellos, cabe destacar
al TOC nro. 23. Resulta encomiable la disidencia de la doctora Goscilo, quien ajusta
su cometido a exponer que este precepto no afecta norma constitucional alguna; re-
cuerda que siempre debe asegurarse el cumplimiento de los requisitos previos para
el ejercicio de la jurisdicción -a nuestro ver, punto clave muchas veces olvidado-
sin que pueda dejarse en manos exclusivas del MP, anticipadamente al propio juicio,
imponer una determinada solución; así se excedería la misión legalmente'otorgada y
se actuaría a contrapelo de la norma contenida en el art. 120, CN; un eficaz sistema
de control externo, que se encuentra articulado desde la propia organización con los
diferentes órganos integrantes del Poder Judicial, con el debido contralor del MP,
cubre la garantía de la defensa desde un principio. La mayoría brinda su opinión a
través del voto del doctor maga riño^^^^^.
. Cuando Maier analiza la regulación de este estadio en el CPP, destaca que sus
disposiciones "...desplazan la solución tradicional argentina que dependía de una de-
cisión jerárquica del propio Ministerio Público" y nada dice de la eventual colisión
con la CN20M;sí se preocupa en asignar al procedimiento intermedio la finalidad de
"...juzgar acerca de la seriedad de las conclusiones de la instrucción preparatoria,
es decir, sobre el fundamento y viabilidad del requerimiento de apertura del juicio
Conf. voto del doctor Ursi, consid. 6", p h . 4"TOC nro. 7, LL 1996-D-516, f. 94.703-;
en el mismo precedente, los doctores Rojas -consid. 1, pán. 4' y 5 0 y Valle -consid. 1, p k 2%
indican que el art. 120 de la CN no turba esta solución; conf. CNCP, sala 1, '!Shnchez, Rafael O.", JA
del 5/2/1997, p. 42.
'06' LL del 3011011997, f. 96.242, o DJ 1997-3-738, f. 12.357; TOC nro. 15, DJ 1999-2-1080,
f. 14.642; CCC, sala 1, DJ 2000-1-742, f. 15.756, o LL del 3011 1/2001, E 100.969.
2062 191911996, "Náguera, César", C. 243.
LL del 29/7/2002, f. 104.123, con nota de FILIPPINI, "La inconstibcionalidad del art. 348,
seguiidoPárrafo del Código Procesal Penal de la Nación", quien comparte su criterio.
'OM Derecho ..., 2* ed., t. 1, p. 435.
1o clausura de la persecución..."2065.En vez, le enrostra el calificativo de "hin-
-aun en el actual Código cordobés-, pues sólo opera sobre la oposición de la
i y R a n ~ s c h i o ~se~limitan
~' a expresar su desacuerdo porque el control
na a un poder del Estado e implica inmiscuirse en las facultades de otros.
tación la hizo, con acuidad, Lino Palacio en el trabajo antes citado. En igual
Bellofiore y Alfan~~O'~.
limine, en bien fundado trabajo, pese a que no se comparten las conclusio-
o tiene en mira el régimen del Código2073, propicia que el control debiera
emo -filas adentro del propio MP- como externo --cumplido por el
'al en los supuestos de nulidad-. Cabe acompañarle cuando encara un
imen más adecuado.
la consulta extendida a dilucidar el disenso entre los acusadores y el Juez
'Ón al momento de la clausura, ver la introducción al Libro 11y comentario
O y 196. La extensión de la consulta a la discrepancia en la iniciación de
. .
ARIÁ Tratado..., t. VI, ps. 125 y ss.
OLMEDO,
a querella y el ejercicio de la acción. Según ia CN y la jurispnidencia", DJ 2000-1 -4
-.
?.Ti ..
llos 121 .?O71
~
consulta al fiscal general como debido control del dictamen fiscal desestimatorio", LL
* -
638 CLAUSURA DE LA INSTRUCCION Y ELEVACI~NA JUICIO Art. 348
n-,
20i4 ED 175-485. f. 48.409. o LL del 251911997. f. 96.027. con nota de A r ~ ~ n .i ";.Hacia el fin
de la legalidad quien sostiene que "(S)¡ co~cluidala ~nshucción,la tesis desincriminante de
la fiscalía puede leealmente someterse al control iurisdiccionai aue consarra el va citado aa. 348, cuesta
entender que promediada la pesquisa, la sola vol&tad del ministetio f i s ~ a ~ u e d ~ i m ~alojuez
n e rel dicta-
do del sobreseimiento inshuctorio": añade la inadvertencia de la Cámara en punto a aue su competeiicia
funcional le asigne el control fiscali'zador de la acusacióii; CNPE, sala B, E~'del2215~2001, f. 50781.
Zo7s CCC sala 1, LL del 31/7/1998, f. 97.568, con disidencia del doctor Donna; id., id., JA 1998-
IV-538; id., id., LL del 26/3/1999, f. 98.521; en contra, CCC, sala IV, JA 2001-111-756.
'oi6 La CNPE, sala B,decide lo contmrio, ED del 221512001, f. 50.781.
2"-J 2002-3-203, f. 18.672.
mis "Quiroga, Edgardo Oscar dcausa 430?, c. Q. 1Q.XXXVIII; SJP, LLdel281212005, f. 108.596;
Fallos 3275863.
'O" Fundamentos que, en esencia, son compartidos por el actualizador de esta obra.
CLAUSURA DE LA INsTRUCCIÓN Y ELEVACION A JUICIO
"...ni el fiscal puede juzgar ni el juez puede acusar. De otro modo, durante
cción el imputado debe defenderse no sólo de quien lo acusa, sino de quien
,y de quien debería poder esperar independencia de criterio".
"...incluso si se admitiera, por vía de hipótesis, que la ley restringiera las fa-
del Ministerio Público e impusiera un sistema de control del requerimiento
cter jurisdiccional, autorizar a que sea el mismo juez que posiblemente ya se-
'6 en favor de la viabilidad de la persecución @orejemplo, al confirmar el auto
samiento) no parece ser un sistema que aleje las sospechas de parcialidad".
'...la ausencia de un control judicial dentro del proceso no descarta la exis-
ntroles internos del Ministerio Público ni ampara a los fiscales frente
ciones de los deberes de funcionario público".
garantía del debido proceso supone que la acusación proviene de un
Ministerio Público Fiscal que la ha formulado libre de subordinación".
1 acusador declina la prosecución del proceso, el juzgador no puede su-
n su rol, sin romper el juego de equilibrio entre partes, resignando la im-
fectando las garantías que la CN y la ley consideran vigentes desde la
lo es así, por cuanto la acusación constituye un bloque indisoluble que
a en dos momentos procesales distintos: el requerimiento de elevación a
e habilita la jurisdicción del tribunal para abrir el debate y el alegato fiscal
o' condena, que habilita la jurisdicción del tribunal a fallar".
ces Petracchi, Highton de Nolasco, Maqueda y Zaffaroni abordaron un
o era materia del recurso: cómo resolver la cuestión en los casos en que
existe parte querellante y ésta reclama la clcvaciOn a juicio.
Aclararon, en esencia, que I:i doctrina emaiiada de "Quiroga" no resulta aplica-
s supuestos en losAquela discrepancia se plantea entre elfical -que se
a favor del sobreseimiento--- y el querellante, que pretende que la causa
a juicio. En tales casos, en principio, no es posible suponer una afecta-
ica de la imparcialidad del tribunal, en la medida en que su intervención
itada a asegurar que el querellante pueda ejercer el derecho que la ley
a ser oído en juicio oral y público ... ni una afectación intolerable a la
ncia del Ministerio Público" -voto de los jueces Petracchi y Highton de
ueda y Zaffaroni se expidieron en similar sentido-208%La posibilidad
a sea elevada a juicio ante el solo requerimiento del acusador privado
o advertida por Santiago Martínez208',criterio también receptado por la
'a de la CCC, sala I2OS2.
aso " B e r n ~ t e i n " ~la~ ~
CS~ ,-remitiéndose lisa y llanamente a "Santi-
- confirmó el decisorio de la sala 1 de la CNCPZoX4, que habilitó
'cio ante el solo requerimiento de la AFIP, constituida como parte
e se advirtiera que las garantías constitucionales que sustentaron,
'" Ver el trabajo de <innc i I'o\riia - 1 1 \RII\+ I . .l.a in~onstituciuiialid~ddel tnecsnismo ds run-
Suha Y 13. panicipacMii del querellnnic eti el proceso penal", en I1isroi<(Dir . ..l. El .s~.it@mO/ > d f l ~ ~ l 103
s de la CO& Suprema, ~ d - H O C ~ u, e n oAires,
s 2007, p. 45.
erellante en el proceso penal...Y después de 'Santillán', ¿qué?"; CDJP, 10-A,ps. 4531477.
l C B 130 12 2003; - . ~ s c o I ~ s C.
~ .2u.769,
., c 21.684, 1 3 ?¡)u?, .SZ,YB(C~T-~: X 3 21104, ..S~<>rrhi", c.
21'22y;cnterioconfiriiiadu oor 1.1 CNCP. sala 11. 15 7 2010. "Storzlii".. r . 8361.
2008, "Bemstein, Jorge Héctor y otros S/ recurso extraordinario", B.505.XLIII.
12006, "Bemstein", SR,LL del 241912007, p. 40, con nota de CASTEX, "La vengama
640 CLAUSURA DE LA ~ N S T R U C C I ~YNELEVACI~NA KJiCIO Art. 349
Facultades de la defensa
349. Siempre que el agente fiscal requiera la elevación a juicio, las con-
clusiones de los dictámenes seran notificadas al defensor del imputado, quien
podrá, en el término de seis (6) días:
lo)Deducir excepciones no interpuestas con anterioridad.
2")Oponerse a la elevación a juicio, instando el sobreseimiento.
Si no dedujere excepciones u oposición, la eausa será remitida por simple
decreto, que declarará clausurada la instrucción, al tribunal que corresponda,
en el término de tres (3) días de vencido el plazo anterior.
z debe elevar a
rdenatorio. Su iu-
torios reunidos, en juicio oral no sería de ninguna manera posible obtener la certeza
que exige una sentencia de condena2095.
También es inválido si se omite su fundamentación; no basta remitirse a otras
actuaciones del sumario, pues se exige autosuficiencia y autonomía2096.
Es inadmisible la consulta enderezada a dilucidar la calificación del hecho aun-
que medien divergencias entre las efectuadas en el auto de procesamiento y en el -
requerimiento fiscal, aunque esté en juego determinar si debe intemenir en el juicio
el fuero c o n e ~ c i o n a l ~ ~ ~ ~ .
b) Segundo párrafo
Los demás requisitos exigidos coinciden, en esencia, con los determinados para
1 requerimiento de elevación. Tan sólo se añaden la fecha (art. 119, los nombres
domicilios de dos sujetos eventuales: actor civil y civilmente demandado pues ya
ubo de concretarse la demanda (art. 93), su eventual contestación y la reconven-
ión, si la hubiere (art. 101); se pone de manifiesto que ya deben haberse deducido
siones y oposiciones referentes a la cuestión civil. La falta de fecha y de las
encias a la acción civil generan una nulidad subsanable (arts. 170, inc. 1"y 171).
e) El último párrafo
Este párrafo indica que basta con que uno de los imputados - e n ese estadio ya
rocesados (art. 346)- se opusiere a la elevación para que los fundamentos deban
xpresarse en el auto respecto de todos.
contestar la Bella apunta que el tercer párrafo del art. 351 autoriza a
sostener que la ley pretende que la cuestión de la traba de la litis esté resuelta para
todos los acusados, conformes o discopformes con la acusación; de allí cabría soste-
ner ante la inobservancia de las normt?s concernientes a la intervención deljuez que
corresponderia declarar la nulidad de ojicio (art. 168, último Es que
si la demanda toma imposible su refutación, se desguarece la defensa y se denota la
invalidez de la decisión judicial que dispuso la clausura.
Recursos
352. El auto de elevación a juicio es inapelable. El auto de sobreseimiento
podrá ser apelado por el agente fiscal y por la parte querellante en el t6rmino
de tres (3) días.
Señalar la exclusión de la actividad impugnativa respecto de la remisión por auto
es superfluo porque descuenta que se ha agotado la exposición de las razones que ser-
vían de apoyo para oponerse (art. 349, inc. 2'). De ahí en adelante, la refutación sólo
podrá hacerse en el juicioiLibro 111). Además debe tenerse en cuenta que es apelable el
procesamiento (art. 31l), y como éste es ineludiblepresupuesto de la elevación a juicio
(art. 346), la eventualidad del agravio pudo anticiparse en aquella ocasión. Aunque
por vía de excepción, se ha admitido el recurso de apelación frente a la aparición de
elementos probatorios determinantes que desincriminen al imputado2'".
Por supuesto que si el sobreseimiento impide la elevación a juicio, semejante
decisión agravia a los acusadores. En consecuencia, pueden recurrir (art. 337, párrs.
2" v 39.
Én la provincia de Formosa se ha admitido acudir al recurso de apelación para
dilucidar la diferencia de encuadre del hecho que podría determinar la competencia
criminal en vez de corre~cional~'~~.
Clausura
353. Además del caso previsto por el art. 350, la instrucción quedará clau-
surada cuando el juez dicte el decreto de elevación a juicio, quede firme el auto
que lo ordena o el sobreseimiento.
La existencia de recursos pendientes de rcsoluci6n ante la Cámara Federal
de Casaeióu Penal, la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correc-
cional de la Capital Federal, o la Corte Suprema de Justicia de la Nación en nin-
giin caso impedirá la elevación a juicio de las actuaciones, y s61o podrá obstar a
la fijación de la audiencia prevista por el art. 359.
Las cuestiones que se vinculen exclusivamente con la libertad del imputa-
do y demás medidas cautelares en ningún caso impedirán la prosecución de las
actuaciones hasta la sentencia definitiva.
La radicación de la causa ante el tribunal oral se comunicará de inmediato
al órgano jurisdiccional que tenga a cargo decidir el recurso que se encuentre
2'W CNCP, sala IV, LL del 5/7/2002; f. 103.991, con nota de BELLA, "Excepción de defecto legal
interpuesta por el demandado civil en un proceso penal: oportunidad de su resolución".
" O ' Ver nota anterior.
''" CCC, sala VI, "Gainza Paz", SJP, LL del 31/8/2005, p. 40.
''O3 C. la ~ r i mFormosa,
. LLdel 1311011998, resefía de Fallos nro. 40.888-S.
'
Y ELEVACIÓN A JUICIO
CLAUSURA DE LA MSTRUCCI~N
a) Primer párrafo
En el caso del art. 349, párrafo final -elevación por decreto-, es explícita; por
-
resulta contradictoria su inclusión aquí.
n este precepto se la tiene por clausnrada -implícitamente- en las siguien-
aciones: cuando se desestima la oposición de la defensa y se remite por auto
49, inc. 2", y 350), o cuando quede firme el sobreseimiento.
pesar de la ostensible colisión entre la primera oración del artículo anterior
iro "...quede firme...", existe opinable explicación, lo que satisface más que
a la fácil aseveración de que el legislador se equivocó. Desde luego que no
lo razonarla: el único recurso procedente sería el de casación previsto en el
,inc. 2", por supuesta infracción a los requisitos establecidos en el art. 351,
ena de n~lidad~"'~. Es a su respecto que debe quedar firme el auto que ordena
ión; tiene que transcurrir el plazo para efectuar la imprescindible reserva ha-
. Si bien la reposición no procede -por tratarse de cuestión sustanciada-,
e el plazo del art. 447 debe tomarse como preclusivo para las nulidades pro-
n la instancia (art. 170, inc. lo), aun cuando siempre quede la posibilidad
nuevamente durante el de citación a juicio. Pero ese estadio descuenta
sura de la instrucción.
partir de este momento caduca la posibilidad de recusar al juez instructor (ver
. A su vez, precluye la posibilidad de constituirse como actor civil (art. 90).
1 caso de los delitos reprimidos con multa durante la inshicción
tras no se haya iniciado el juicio ..." (art. 64, CP, texto según ley 24.316)-
nguirse la acción penal pagando el mínimo "...correspondiente y la repa-
de los daños causados por el delito". En vez, iniciado el juicio, amén de la
ión, deberá pagarse el máximo de la multa correspondiente.
Código no tolera el sobreseimiento provisional aunque se lo presente como
o de la causa con el exclusivo propósito de legitimar la suspensión de la pes-
Texto egún ley 26.373, BO del 301512008. El art. 2' establece que la reforma se aplicará
todos 10s procesos en trámite.
1 actsalizador:Sin embargo, la jurispnidencia pareciera admitir una excepción a la
e auto de elevación a juicio (art. 352) en los casos en que se pretende impugnar por
al planteo de nulidad de tal acto procesal (CNPE, sala B, 81412008, "Sarlenga, Luis
Otros ,La Ley Online).
CCC, sala VII, LL del 221811997, f. 95.812; id., id., LL del 25/9/1997, f. 96.042.
mayoría no veía obstáculo para que se iniciara el proceso hacia la siguiente etapa
2'" CCC, sala V11, 6/5/2003; "Battistini", c. 21.094; id.,id., 211512006, ' ; ~ a ~ o l ' 'c.
, 28.499;
id.,sala V, 28/2/2008, "Martínez Guerrero'', SJP, LL, del 27/5/2008, p. 49; id.,sala IV, 25/4/2008,
"Incidente de Nulidad", c. 34.174, difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaria de
Jurisprudencia, CCC.
2'os CCC, sala VI, 11912008, "incidente de nulidad promovido por la defensa de Saramaga Rodrí-
guez", c. 35.542, difundido por el servicio de correo electrónico de la Secretaría de Jurisprudencia, CCC.
i'W 711112008, "Incidente de nulidad de Galeano, J. J.", c. 42.398, difundido por el servicio de
correo electrónico de la Secretaría de Jurisprudencia, CCC, en sentido similar, CCC, sala VI, 11912008,
"Incidente de nulidad promovido por la defensa de S. R. J.", c. 35.542, EDdel2/1/2009, p. 3; CF Cap.,
sala 11, 1511U2009, "Miceli", SJP, LL del 161412010, p. 68.
"'O BERALDI, "Cinco nuevas reformas al proceso penal. Su evaluación político-criminal",
AP 00031013903.
"" NOGUEIRA, "Sobre las reformas al Código Procesal Penal", SR, LL del 261612008, ps. 1110.
INSTRUCCI~~
SUMARIA
IX
TITULO
INSTRUCCI~NSUMARIA
Principios generales
art. 1" de la ley 24.826 advierte la incorporación como Titulo IX, Libro 11,
lleva este epígrafe, cuando en realidad debería ser VIII.
1 Código prevé en forma autónoma una instrucción a cargo del MP a quien
na dicha tarea en plenitud, a diferencia de lo recogido en el art. 196, donde
ancia con la Sección TI, Título 11 de este Libro 11 (arts. 209 a
una modalidad de pesquisa o investigación propiamente dicha, sin mengua
el órgano judicial reserve para sí los actos que tienen algún tinte de función
)2"2. La CNCP, sala 1, acogió una queja e invalidó la resolu-
claró la inconstitucionalidad del art. 353 bis de Por
uesto no se delega toda la instrucción. Como la ley
a naturaleza -detención y prisión preventiva (arts.
razón para que, originariamente, deba radicarse en
ingún reparo desde este punto de vista. Con poste-
ley 24.946 confirió al MP ciertas atribuciones instructorias
le depara el Código en este tíiulo.
erecho comparado
inos modernos recogían esta variante que aún mantienen
de citación directa: cuando se trata de delitos leves -cuya
cuenta, aunque muchas veces la realidad desvirtúe esta su-
- o cometidos en audiencia, pues el lugar del hecho facilita su verificación
de testimonios directos -jueces, fiscal, secretario, demás auxiliares del tri-
el público asistente-.
sala VII, LL del 231411999, f. 98.633; id., sala 1, LL del 301611999, f. 98.943. Por eso
stitucional; id., sala VII, DJ 1999-2-713, f. 14.318; id., id., ED del 25/6/1999, f. 49.336.
del 101811999,f. 49.416; CCC, sala de feria A, JA 1999-111-671.
siempre que medie una doble coincidencia: por un lado, la sorpresa en flagrancia
-art. 285, que cubre también la cuasiflagrancia cuando alguien es perseguido por la
fuerza pública, el ofendido o el clamor público y flagrancia presunta, si se perciben
huellas que permitan inferir la partizpación en un delito de una persona perseguida,
por considerársele ya sospechoso-, la consecuente aprehensión y la ulterior deten-
ción. Por otro, cuando, a criterio del juez, resultara innecesario decretar la prisión
preventiva (arts. 3 12 y 3 19), inedida portadora del mayor ejercicio cautelar del poder
estatal (por eso no corresponde cuando el imputado registra una condena anterior
que podría dar lugar al dictado de prisión preventiva; tampoco se debe separar el
trámite seguido de los demás imputados, quienes podrían ser sometidos a instrucción
tampoco si se encuentra detenido a disposición de otro tribunal y no
atendió medidas cautelares allí
Sorprende que el instituto se presente como paradigma del sistema acusatorio
a pesar de que cercena, en forma considerable, alguna de las garantías concedidas al
imputado.
Piénsese en el auto de procesamiento eliminado, pues falta -si no media con-
versión- la declaraciDn indagatoria, que es uno de sus presupuestos (art. 307);
aquella resolución, amén de estabilizar la atribución tanto objetiva como subjetiva,
hace posible un control judicial sobre ainbos extremos, asegurado no sólo por su
dictado (arts. 306,308 y 345), sino también por vía de apelación (art. 311).
Se ha dicho, para sostener su supresión, que así sólo se procura "...sincerar la
situación anterior que evidenciaba, a pesar de lo que el Código abrogado establecía,
que la resolución sobre la situación del imputado ocurría como coronación de una
investigación completa. El sentido y valor que el legislador de 1940 asignó al auto
de procesamiento como mérito instnictorio inicial fueron desvirtuados por el paso
de medio siglo de práctica que lo convirtieron en mérito instnictorio final, superpo-
niéndolo con el momento crítico de la instrucción (que fue desplazado por la crítica
al auto de procesamiento, a través de su apela~ión)"~"~.
Resulta opinable que ambos institutos -procesamiento y procedimiento inter-
medio- resulten vicariautes. A través del último se realiza el análisis de la actividad
instructoria y se juzga en punto a la necesidad de realizar el debate. Suprimirlo equi-
vale a renunciar "...al control de la legalidad de los actos del Ministerio Público por
los órganos jurisdiccionales, para privilegiar su decisión sobre la de los trib~nales"~'!~.
Al eliminarse el procesamiento la situación se complica por la vigencia del
art. 8.2, ap. h], de la CADH, en cuya virtud -bajo el epígrafe "Garantías judicia-
lesw- se confiere a "toda persona inculpada de delito ... derecho de izcurrir el fallo
ante juez o tribunal superior", actividad que puede cumplirse -sin distingo algu-
no- "durante el proceso" (art. 8.2., segunda oración, id.). Esta disposición tiene
mayor alcance que el art. 14. 5, PIDCP, en cuanto restringe la doble instancia a la
"....persona declarada culpable de un delito". Resulta, entonces, difícil vacilar que
quien soporta proceso penal, carezca del derecho a un reexamen jurisdiccional de su
situación, aun con antelación a la sentencia de condena. Estas disposiciones tienen
jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, CN). Cabe acotar que Palacio opina que es
" "lil nulo de procejaniicnro Jccrerado por 13 C'amar;~ de Al~clncionesy I:i garantia consliriicio.
'la1 d<: la defensa en iiiicio', 1.L I9V5-i-599.
9 ir
. '
Instrucción a cargo del fiscal o instrucción iurisdiccional. A orooósito de los fallos Quede-
clararon la inco~istituciunah&ddel art. 353 bisdrl (.oigo I>rdcei~l Penal de 13 NaciUii", C'IJJI: Jño VI,
.,. 10-8, 11.Y 3 1.3 alremaiti,a iilantcadd en el titulo r.s desicenida: iio tisile en cuellta Queel vocablo
Juriadi~ciu~iai" I I sc~ coneip~>iidr. con la zniayor panc de la j¿ri\.idad desplegada por el Orpano a cargo
la ~nsrmcci0ii;~ o r r c < ~ < i iut~117nr
i J c el adjetivo .,udicial" --ver iiaturaleza juridica de Is instriicci6n
a'coinienzodrl Libra 11, ac;ipitc J ] ) -
'O Derecho ..., t. VI, p. 361.
' OP.cit., p. 362, nro. 98.
cit. t. VI1, p. 517, aunque la iiistnicción preponderantemente es judicial.
investigación..., ps. 55,60 y 65.
"
LLdel 211711998, f. 97.566.
" CCC, sala 1, LL del 211711998, f. 97.568.
CF San Manín, sala 11, ED 177-84, f. 48.560, con cita de Vélez Mariconde, quien, según
Iinedo, era "El principal partidario del sistema...", op. cit., p. 338, nro. 13. Para Maier, aquel
...no aparece convencido de la bondad de ampliar su campo de acción" -La investigación..., p.
28-. Es posible que no hubiera escapado a su censura la amplinid otorgada por la ley 24.286,
en de investigación preparatoria.
CC, sala V, JA 1999-1V-686.
241412001, "A,, R. A,", JA del 1411112001.
Ciccta~o,op. cit., p. 1370, quien también acepta la posibilidad de recurso por el MP para
cibles, en cuyo cumplimiento debe intervenir el juez de instrucción (art. 210, párr.
3"). Empero pueden incorporarse por lectura. Queda a salvo el juicio abreviado2138.
Se censura que esta modalidad sdopte la documentación propia de la instruc-
ción judicial -registros o actas- y $ la par se rechaza la introducción por lectura
en el momento del debate. La primera crítica se diluye a poco de ver que la oralidad
actuada campea en todos los casos en que se cumple siguiendo el orden de un código;
no hay en el derecho europeo continental insirucción, por delito, que se aparee a la
desplegada por los fiscales en el sistema anglosajón. La última no computa que para
poder ser mentadas en el momento del juicio, las pruebas introducidas por lectura de-
ben haberse realizado con observancia de las normas de la instrucción (art. 391, párr.
1"). En todo caso la interve~icióndel defensor de confianza (art. 353 bis, pán. : 2 in
Jine) abre las puertas a la contradicción producida propia de la etapa. En conclusión: la
labor de este estadio es tan estimable como la desplegada por el juez del s u m a ~ i o ~ ' ~ ~ .
353 bis. 2140 Cuando una persona baya sido sorprendida en flagrancia de
un delito de acción pública, y el juez considerareprima facie que no procederá
la prisión preventiva del imputado, la investigación quedará directamente a
cargo del agente fisca1,"quien actuará con las facultades previstas en el Libro 11,
Sección 11.
En la primeraoportunidad el agente fiscal le hará conocer al imputado
cuál es el hecho que se le atribuye y cuáles son las pruebas existentes en su con-
tra, y lo invitará a elegir defensor.
El imputado podrá presentarse ante el fiscal con su abogado defensor, aun
por escrito, aclarando los hechos e indicando las pruebas que, a su juicio, pue-
den ser útiles.
La instrucción del agente fiscal no podrá extenderse por un plazo superior
a los quince (15) días.
El imputado podrá solicitar al juez ser oído en declaración indagatoria. En
tal caso la instrucción se regirá por las normas comunes.
a) Procedencia
El MP no puede asumirla por su propia determinación. Se necesita que el juez
merite dos circunstancias: en primer lugar, la Aagrancia, y en segundo término, que
no habrá de dictarse prisión preventiva al imputado. Se ha resuelto la procedencia de
aplicar analógicamente el régimen de consulta previsto por el art. 348 cuando median
discrepancias entre el fiscal y el juez respecto de quién debe continuar el sumario2141.
Determinar aquélla no siempre es sencillo, porque viene acotada por la inmedia-
ta percepción de la comisión del hecho o de sus concomitancias, por terceros, según
lo establece este Código en interpretación que tiene el valor de auténtica contextual
(ante la exhibición de un documento falso, no procede, pues su creación involucró
una insoslayable actividad anterior que escapa a la previsión de flagrancia)*Ia. Por
''" En el mismo sentido CICCIARO, op. cit., ps. 136611367; en contra CCC, sala IV, pues excluye
siflagrancia al estimar que puede surgir la comisión de otros hechos -DJ 2000-1-131, f. 14.391;
a V, LL del 281412000, f. 100.156; id., sala VI, JA 1999-IV.686-.
''" 27/6/2005, "TNCCO",LL del 1211012005,p. 9.
Z'45 CCC, sala 1, JA 1999-IV-684. La misma sala, aunque con otra integración, entiende que la
tancia de que uno de los imputados se encuentre prófugo no impide aplicar el instituto en cues-
11112005, "Segundo", S e LL del 281212006, p. 72).
CCC, sala IV, JA del 221112003, p. 66; en contra, id., sala 1,291912005, "Méndez", SJP, LL
'14' CCC, saIaV, SE', LL del 281612004, f. 107.659.
2'48 CCC, sala VI, DJ 1998-3-1062,f. 13.671, o LLdel2111211998,f. 98.260; este criterio resulta
ustado al texto del art. 312: si no se prolongara en el tiempo la privación de la libertad, se diluye
idir este tipo de instrucción.
'14' Exposición de Motivos, p. 14.
2'50 CCC, sala IV, JA 1999-IV-685, o ED del 131811999, Sintesis nro. 289, o DJ 2000-1-1294, f.
4; id., id., 111212008, "Mora", RDP, LexisNexis, 512008, p. 847.
'"' 51312009, "G., C. A,", c, 36.427, difundido por el servicio de correo eiechónico de la Secreta-
MsTRuCCI~NSUMARIA Art. 353 te1
'as sugeridas por dicho acusador como las del imputado y su defensor, aunque
ácter vinculante (conf. art. 199).
as conclusiones de las partes acusadoras deben notificarse a la defensa para
el imputado determine la posibilidad de obtener el sobreseimiento, sea mediante
ancia o por vía de excepción2162.
La práctica de esta modalidad instructoria no se encadena con un juicio deter--
o pues una vez cumplida no se descarta la posibilidad de optar por el hámite
ado. Tampoco media obstáculo para que operen las reglas de conexidad (arts.
y 43); los problemas suscitados deben atender, en sos a si el imputado
antiene en libertad2163.
JUICIO COMÚN
b
+ ACTOS PRELIMINARES
2' CNCP, sala N, DJ 2000-1-417, f. 10.009, o LLdel 111111999, f. 99.504, con escolio de CAFFE-
MTA NORES, "El control preliminar de la acusación por el tribunal del juicio"; advierte que el control de
la acusación no alcanzará a la suficiencia de su fundamento fáctico, es decir, a la consistencia o incon-
sistencia de las pmebas que la sustentan, pues semejante conmi implicaría un prejuzgamiento sobre la
eficacia conviccional de la pmeba.
CNCP, sala IV, LL del 291512000, f. 100.308, con nota de ALMEYRA, 'LS~bver~ión judicial. El
control de la instmcción"; afirma que la clara letra de este precepto determina que cuando decide en
ejercicio de sus funciones propias de contralor no sea resistida por el órgano controlado.
ACTOS PRELIMINARES
e ~ a d o " ~Si~ se
. respetan esos límites la compulsa de las actuaciones puede res-
'en durante la instrucción pudo existir un período de secreto para las partes
,en esta etapa resulta imposible.
Pertinencia y utilidad
pertinencia y utilidad de las pruebas cuya producción se ofrece queda limi-
os motivos expuestos en el requerimiento de elevación -respecto del objeto
al- o en la demanda -en cuanto al objeto eventual-, si la hubiese.
tividades a cumplir
oportunidad de la recusación coincide con el plazo fijado por este artículo
6 0 . oárr. 1"). a menos que sea sobreviniente o que la integración del tribunal
uzcácon po$erioridad (art. 60, párr. 2').
síntesis, la primordial tarea a cumplir por las
consiste en: 1) compenetrarse de las actas que conforman el expediente y de
mentos de prueba incorporados; 2) ofrecer las pruebas pertinentes y útiles, y
ducir recusaciones.
esulta importante tener en cuenta que el juicio oral queda acotado a los hechos
cuales se promovió la instmcción y respecto de los imputados que hubiesen
luidos en los actos indicados coino presupuestos para la realización del juicio
n cuanto a los hechos, ver art. 195, primer párrafo, última oración,'306,346
párrafo segundo. Es imposible que en el juicio se debata sobre algún hecho
truido --es decir, un hecho nuevo (art. 401, último párrafo)- o se analice la
de otras personas que las indagadas, sometidas a procesamiento y respecto
S se haya resuelto la elevación a juicio. El supuesto del art. 381 no tolera
r la acusación por hecho diferente.
CNCP, sala 11, entiende que el tribunal oral carece de jurisdicción para re-
obre la validez de los actos practicados por el juez de instrucción con poste-
3~Lde13011011997,f. 96.232.
LEVENE (h) y otros, Código..., p. 313, LEVEN&(h), Cúdigos..., t. 5, p. 405, y DONNA MAIZA,
-
...,P. 406; en contra, Sosn ARDITIFERNANDEZ, .Juicio o ~ a...,
l p. 15, pues consideran que es in-
a1,aUnque para ello deben efectuar una intepretación literal por exclusión de los aris. 366 y 385
digo8 de Córdoba y de Mendoza, gespectivamente, ya que en dicho precepto figura el vocablo
':que no aparece en el art. 354, y Aen~os,Código...,p. 783.
668 ACTOS PRELIMINARES Art. 354
rioridad a la elevación a juicio, toda vez que ese tramo de la investigación no forma
parte de los hechos que se desarrollarán en el debate38.
i) Cuestiones de competencia,
Si con motivo de la atribución asignada al tnhunal en el primer párrafo -ya
encapsulada en el art. 168, párr. lo- se suscitan problemas entre un juez de instruc-
ción y un tribunal oral, incumbe a la CNCP dil~cidarla~~, pues conesponde aplicar
el criterio sentado por la CS en la causa " L ó p e ~ " ~Con ~ . ulterioridad (1815/1994),
la CS resolvió ---como ya se v i o - en el mismo proceso "Martínez, Jorge E."4'
que no le correspondía avocarse en ejercicio de sus facultades de superintendencia,
"...toda vez que pronunciamientos de naturaleza jurisdiccional sólo pueden ser re-
sueltos en causa judicial y mediante los recursos legales correspondientes (doctrina
Fallos 304:1635)". La minoría, según voto de los Dres. Petracchi y López, por el
contrario, aceptó "...la existencia de un conflicto en los términos del art. 24, inc. 7",
del dec.-ley 128511958, pues dos tribunales -la Cámara de Casación y un Tribunal
Oral en lo Criminal- reclaman para sí recíprocamente el ejercicio de atribuciones
como propias y exclusivas y no hay otro superior común para dirimir10 que esta Cor-
te ..." (cousid. 10). Añzdió "...que las decisiones de los tribunales orales dictadas den-
tro de los límites de su competencia deben ser acatadas por los jueces inshuctores,
cuando aquellos ejercen su facultad de reenvío. En este último supuesto, los jueces
de instrucción no podrían apartarse del temperamento sostenido por los tribunales
orales..." (consid. 1l)42.En coincidencia, la CCC, sala VII, ha resuelto que el TOC
excede los límites inherentes a toda atribución jmisdiccional, aun la del llamado
contralor amplio, cuando ejercita tal función respecto de actos cumplidos, en los que
carecía de facultad revisora, pues ésta ya había sido legalmente requerida a la cámara
por medio del respectivo recurso y cumplido por aquélla a través de su fallo43.La
minoría avanzó aún más: "...la Cámara de Casación carece de facultades para resol-
ver un conflicto entre un juez de instrucción y un tribunal oral, en un caso como el
presente, en el que este último actuó en el carácter de 'superior' del primero, al anu-
lar actuaciones llevadas a cabo ante el magistrado de instrucción. En efecto, en tal
supuesto sólo impropiamente puede hablarse de un 'conflicto de competencia' entre
el juez de instrucción y el tribunal oral, pues no existe entre estos órganos judiciales
la situación de independencia que supone un conflicto de esa naturaleza y que autori-
zaría --de darse- a la Cámara de Casación para dilucidarlo (conf. doctrina del fallo
.'López') ..."(consid. 12). La claridad conceptual de la disidencia toma ocioso hacer
comentario alguno. En consonancia con aquella línea jurisprudencia1 sentada en el
caso "López", la CS estimó que si la CNCP resolvió un conflicto de competencia
j8 DJ del 41612003, f. 19.722.
j9 CNCP, sala 11, JA 1994-11-448.
'O ED 157-100, f. 45.616.
e un TOC y una CF, dicho conflicto desapareció pues, acertada o no, la decisión
tribunal designado debió ser acatada y no replantearse con fundamento en una
erpretación del art. 24, inc. 7", del dec.-ley 128511958, que tilda de irrazonable;
de que la discrepancia de los jueces con la inteligencia adoptada por las cámaras
anto a la competencia que les atribuye, no les acuerda facultad legitima para
ar conñicto o cuestión algunaM.
porta destacar que Creus piensa -refiriéndose al Tribunal Oral y a la etapa
dia (arts. 347 y 351-) "...que no puede, por si, declarar las nulidades, sino
volver los autos al instructor para que éste, en su caso, lo declare...", reno-
aquéllos o perfeccionándolo en cumplimiento a lo dispuesto por el art. 161,
la d ~ c t r i n a ~ha
~ spronunciado
e en contra de esta s~lución"~.
s recusaciones de los magistrados intervinientes en el juicio precluyen al
irse el término de la citación (art. 60).
ecimiento de prueba
inisterio fiscal y las otras partes, al ofrecer prueba, presentarán
e inttrpretes, con indicación de los datos personales
n lo posible, a los más útiles y que mejor conocen el
dudas sobre una buena cantidad de detalles, se hesita entre si corresponde a una
genuina expresión del declarante o a una versión con elementos incorporados por
quien la transcribió y se trata del único testimonio de cargo se impondrá la absolu-
cións'. t
El peritaje tiene que realizarse nuevamente si se propone sobre puntos no in-
cluidos en la conclusión del obrante en la instrucción (art. 263, inc. 3").
En cuanto a los testigos, no se precisa confeccionar cuestionario; la individua-
lización de los acontecimientos sobre los que versará la transmisión de percepciones
requeridas a los que no han declarado todavía, responde a la necesidad de que las otras
partes preparen las eventuales repreguntas; debe respetarse la pertinencia. Sólo así se
cubre el contradictorio exigido por la garantía de la defensa en juicio (art. 18, CN).
La proposición de careo surge luego de conocerse las contradicciones en que
incurran los declarautes; por ello, a diferencia de las otras pruebas, no se ofrece en
este momento, sino cuando se produzcan en el debate aunque ocurra respecto deuna
declaración introducida por lectura; las advertidas en la instrucción no pueden fun-
dar la propuesta de careo en este momentosz.La razón estriba en que la única prueba
'
computable para sentenciar es la producida en la audiencia del debate aunque fuera
a través de su oralización por la lectura.
La aparición de singulares Órganos de prueba, tales como testigos de identidad
reservada, agentes encubiertos y las manifestaciones de coimputados en la misma
situación --cuya irrupción se produjo a través de la ley 23.737, con las modificacio-
nes de la ley 24.424----, ha generado problemas. Se ha resuelto que las actuaciones
reservadas carecen de valor, por sí mismas, en relación con la imputación de la cau-
sa, a menos que su contenido o los datos aportados permitan arribar a un resultado
concreto. Si no se logra algún éxito investigativo, su valor es nulo, cualquiera sea
la razón del fracaso. Con acuidad se atisba que si se obtienen pruebas a través suyo,
se incorporarán al proceso y la defensa podrá cubrir su tarea válidamente. En vez,
no hay mengua para la garantía si lo oculto no produce efecto algunoS3.'Por otro
lado, la preservación del riguroso secreto del funcionario infiltrado lleva implícita la
convocatoria para que el agente declare en la causa y devele su identidad personal,
sin perjuicio de la operatividad de las medidas de protección; las partes, una vez ex-
teriorizada la identidad, tienen todos los atributos de control inherentes a la prueba
testimonial; mientras el agente encubierto no sea convocado a identificarse y prestar
testimonio, sus informaciones no ingresan al proceso con valor de prueba; sólo cabe
valorarlo como un indicio en función de la armonía con otros elementos de juicios4.
En esa3ínea se inscribe también la CNCP, sala 1, al meritar que si bien la regla es el
mantenimiento del estricto secreto, excepciona el carácter absolutamente imprescin-
dible del aporte testifical, cuando el tribunal lo dispone a través de decreto motivado
en los términos del art. 123s5.LO que no debe hacerse es destruir el secreto; afirma
que la revelación de la identidad no es siempre condición necesaria para su presen-
tación en juicio, invocándose la legislación alemana que autoriza la celebración del
LLdel3011011997, f. 96.245.
"Agente encubierto y testigo de identidad reservada", LL del 3011011997, nota a f. 96.232 y
ucción suplementaria
7. Antes del debate, con noticia de ias partes, el presidente, de oficio o a
o de parte, podrá ordenar los actos de instruceión indispensables que se
ren omitido o denegado o fuere imposible cumplir en la audiencia o recibir
ación a las personas que presumiblemente no concurrirán al debate por
enfein~edadu otro impedimento.
A tal efecto, podrá actuar uno de los jueces dcl tribunal o librarse las pro-
Naturaleza jurídica
Si se tomara a la letra el régimen acusatorio y se dejase de atender lo apuntado
último párrafo del comentario al artículo anterior, pareciera que esta disposi-
sobre todo en cuanto autoriza a ordenarla de oficio---- choca con los principios
ebrales del Código; según lo expuesto entonces, resulta razonable y proporciona-
s intereses públicos afectados por el hecho hipotizado como delito.
,. se subordina a neculiares características aue tam-
sta actividad investigativa
Poco pemiiiiriaii adscribirla :i1 sisieina inqiiisitivo.
SUpropósito cstriha cii salvar las falencias -c~misioncs - qiir diirante la 1ai
inslructoria impidieron agotarla: tainbiin reeuainitiar -aqiii se descuenta 13 instan-
M Conf. B ~ E- ITURRALDE,
R Eljuicio ...,p. 24; en la misma posición que Núñez, ver SOSA- AWITI-
NDEZ, Juicio oral..., p. 23.
LLC 1999-95 o LL del 251212000, f. 99.893, con nota adversa de DE LUCAy LOPEZCASARIEGO,
cimiento ilícito y ConstituciónNacional", quienes distinguen entre justificar y probar; estiinan
onstinicionalidad del no justificar se diluye cuando el juez pregunta por el enriquecimiento si
con elementos independientes y objetivos que acrediten el incremento del patrimonio.
674 ACTOS PRELIMINARES Art. 357
arts. 39 y 376, párr. 29, salvo que la posibilidad de aducirla surja durante su
art. 376). De oficio, en cualquier estado del proceso, puede resolverse sobre
(arts. 35 y 39). La falta de remisión al CPCN -recuérdese que el art. 102,
ito de la clausura de la instrucción, sólo lo hace con atingencia al trámite-
ide traer, por vía analógica, las enumeradas en el art. 347 de dicho
cuanto se adecuen a esta etapa preliminar del procedimiento penal"72.La
"El abogado en el juicio oral. (La producción de la pmeba en el debate. Última parte. Amplia-
1 requerimiento)", LL del 24/2/1994,
Eljuicio ..., p. 28; en contra, Sosa Ardili y Femández, al decir que "...nada obsta que se practi-
n la fecha de debate fijada", Juicio oral...,p. 26.
r DELA ROA,Proceso..., ps. 2721302.
OSSER - INRRALDE, Eljuicio ...,p. 32, quienes exceptúan al defecto en el modo de proponer la
a atento al plazo de caducidad fijado por el art. 101.
676 ACTOS PRELIMINARES Art. 359
a) Designación de audiencia
El señalamiento de la audiencia para el debate -que puede comprender una o
más, según la complejidad del caso, a través de las cuales se materializa la realización
del juicio oral- debe cumplirse una vez despejadas todas las cuestiones previstas an-
teriormente; incluso para su definición es posible suspender su curso (ari. 365, iuc. lo).
En especial, todas las partes tendrán ya noticia cierta de las pntebas a producirse, al
encontrarse ordenadas; de esta manera estarán en condiciones de afrontar, con exhaus-
tividad, todas las posibilidades que puede deparar el desarrollo del juicio.
Este conocimiento no agota encarar un juicio oral a cabatidad; además del pro-
lijo examen de las contingencias que depare la producción de la prueba, la defen-
sa debe compenetrarse al detalle de la requisitoria de elevación a juicio (art. 347,
p á a 2') o del auto de remisión (art. 35 l), pues allí quedaron fijados los límites obje-
tivo y subjetivo de la discusión. Desde luego, esto obliga al estudio de las eventuales
cuestiones jurídicas a dilucidar, tanto sustanciales como procesales.
El plazo de diez días comprende Únicamente los hábiles, salvo el supuesto de
habilitación (ari. 116). Es de carácter inicial, dilatorio o intermedio, ya que resulta
imposible cumplir actividad válida antes de su transcurso. "Se impide actuar dentro
del término, generalmente a los fines de permitir la debida preparación de los sujetos
procesales para el más eficaz cumplimiento de la actividad prevista"74.
n y separación de juicios
atribuido a varios imputados se hubieren for-
ribunal podrá ordenar la acumulación, de ofi-
dido de parte, siempre que ella no determine un grave retardo.
Si la acusación tuviere por objeto varios delitos atribuidos a uno o más im-
putados, el tribunal podrá disponer, de oficio o a pedido de parte, que los juicios
*
se realicen separadamente, pero, en lo posible, uno después del otro.
En el primer párrafo se comprenden también los casos de prórroga de la com-
petencia por conexidad objetiva (arts. 41, incs. lo y 2", y 42), con las salvedades
señaladas en el art. 43.
El último párrafo se relaciona con los supuestos de conexidad subjetiva (art.
41, inc. 3O) que, de haber condena, desembocarán en la unificación impuesta por el
art. 58, CP, respecto de cada uno de los imputados por diversos hechos.
El primer supuesto descuenta que, originariamente, se ha omitido la acumula-
ción material, pues tan sólo en esa situación puede fragmentarse la continencia de la
causag0.Lo contrario se produce en el segundo, pues los diversos procesos confor-
man un solo legajo.
Es preciso tener presente que, pese a la oralidad del debate, la esencial labor
procesal siempre se instrumenta (arts. 394,395 y 399), sin perjuicio de la tempestiva
agregación de la prueba documental. Por ende, se facilita la comprensión del pre-
cepto si se atiende a que lo escindible son los expedientes que objetivan el trámite.
Estas cuestiones pueden ser planteadas por las partes inmediatamente después
de abierto por primera vez el debate, salvo que aparezcan durante su transcurso
(arts. 374 injine y 376, pán: 2').
La inobservancia de aplicación de las reglas de conexidad, en la medida en que
obste a la aplicación de la ley de fondo (art. 58, CP); v.gr., si obstruye la posibili-
dad de condena de ejecución condicional, configura un ejemplo de nulidad virtual
o implícita8'.A nuestro modo de ver y por perjudicar al imputado en su derecho a
permanecer libre (art. 18, CN), debe incluirse entre las absolutas (arts. 167, inc. 3",
y 168, último párrafo).
Sobreseimiento
361. Cuando por nuevas pruebas resulte evidente que el imputado obró
en estado de inimputabilidad o exista o sobrevenga una causa extintiva de la
acción penal y para comprobarla no sea necesario el debate, o el imputado que-
dara exento de pena en virtud de una ley penal más benigna o del art. 132" O
185, inc. So del Código Penal, el tribunal dictará, de oficio o a pedido de parte,
el sobreseimiento.
a) Procedencia
En la etapa del juicio y antes del debate, es el único caso -salvo el progreso de
una excepción perentoria (arts. 343 y 358)- en que puede dictarse el sobreseimien-
to, con el alcance fijado en el art. 335. Son supuestos en que feneció la pretensión
punitiva, derecho subjetivo de punir o pretensión sustancial. La autonomía de la
acción procesal y de la pretensión procesal toman posible la promoción de un nuevo
Entendernos qne eso es lo que quiere señalar Núñez cuando afirma: ',No se trata del caso de
competencia por conexión...", Código..., p. 327; conf. CLARIA Trotado..., t. VI, p. 227.
OLMEDO,
CREUS, Invalidez..., p. 47, 11. 30.
Modificado por ley 25.087, ari. 15.
ACTOS PRELIMINARES
CF San Mattin, sala 1, LL 1997-A-330, f. 95.087; TOC Fed. Mar del Plata, ED 165-697,
NCP, sala 1, LL del 24/5/1996, f. 94.3 18, del voto del doctor Madueño.
DEBATE
DEBATE
Se trata del momento de mayor importancia de todo el proceso, ya que resulta
imposible imponer una sanción penal sin su acabada realización.
En él cobran indiscutible observancia las características más relevantes del ré-
gimen: oralidad, continuidad, publicidad, contradicción, concentración e identidad
física del juzgador.
Se ajusta a la designación de plenario porque la contradicción se produce sin
retaceos: las partes formulan instancias, controlan la realización de los actos, pueden
pedir su modificación, fundamentar sus peticiones e ir preparando la vía recursiva de
casación. La denominación de plenario es aceptada en doctrina8'; pese a ello no cabe
siquiera pensar en semejanza alguna con el estadio procesal cuya iniciación fijaba el
art. 457 del Código derogado.
SECCION
PRIMERA
AUDIENCIAS
ebe evitarse el fácil equívoco de suponer que el juicio oral no puede legal-
en e cumplirse más aue en una audiencia.
n taisentido el Plural del epígrafe cumple una función docente, pues advierte
inpre que se observen las pautas fijadas para la continuidad, su completo
olvimiento puede comprender varias; es posible que en las causas cuyo objeto
hecho simple y fácil de reconstruir, no demande al tribunal más que una au-
,aunque pueda Iiaccionarse a través de la realización de un cuarto intermedio
no pueda agotarse en el día. Pero nada obsta a que, mientras no se aparte de
uuidad (art. 365, pám final, última oración), su cometido se afronte a través
a sesión única o diversas sesiones del juicio oral -las audiencias- se ajus-
roximadamente, al siguiente esquema cronológico:
stitución del tribunal con la imprescindible asistencia de las partes nece-
auxiliares y los órganos de prueba (art. 374) y apertura del debate.
Cuestiones preliminares (arts. 376 y 377).
eclaración facultativa del imputado (art. 378).
áctica de las pruebas (arts. 382 a 389,391 y 392).
'scusión final (art. 393, excepto último párrafo).
onclusión del debate con la eventual declaración del imputado y convoca-
la lectura de la sentencia (art. 393, último párrafo).
Documentación del acto (art. 394)ss.
S previsiones de los arts. 8" de la CADH y 14 del PIDCP -art. 75, inc. 22,
bservan, con mayor o menor escrupulosidad, en este estadios9.
lidad y publicidad
63. El debate será oral y público, bajo pena de nulidad; pero el tribunal
resolver, aun de oficio, que total o parcialmente se realice a puertas ce-
cuando la publicidad afecte la moral, el orden público o la seguridad.
olución será fundada, se hará constar en el acta y será irrecurrible.
da la causa de la clausura, se deberá permitir el acceso al público.
Principios generales
atribución se concede al órgano colegiado, quien puede decidir e1 cumpli-
...a puertas cerradas..." con o sin instancia de parte.
oralidad consiste en la utilización de la palabra hablada -según se dijo en
hoducción al Libro 11- para la comunicación entre los sujetos procesales y los
de la prueba, salvo las lecturas autorizadas (v.gr., memorial del actor civil,
,párr. lo;ver introducción a este Libro 111). La publicidad -también se anti-
cipó- hace a la regularidad del proceso y, más allá, facilita el recíproco control entre
todos los intervinientes, incluso por la concurrencia en general.
b) Restricción a la publicidfid
Cuando existan motivos para realizarlo "...a puertas cerradas...", deberán expre-
sarse; así lo requiere la primera oración del segundo párrafo. Precisamente, la exigeii-
cia de fundamentación indica que no se trata de un arbitrio discrecional del órgano.
Se exterioriza a través de un decreto (art. 123) cuya sustentación en cuestiones
de moralidad, orden público y seguridad - c o n prolijo respaldo en las pertinentes
circunstancias- debe ser pulcramente expuesta en la decisión, pues así lo reclama
la frase inicial del segundo párrafo. La irrecurribilidad es relativa, porque si se utiliza
la falta de publicidad para soslayar el regular cumplimiento del debate o el contralor
popular, procedena la reserva para acudir en casación. En efecto: tanto la oralidad
como la publicidad son modalidades cuya omisión constituye fuente de una nulidad,
pues configuran el eje de todo el sistema; por ende, resulta admisible la reserva pre-
vista en el art. 456, inc. 2"; aunque su omisión no desguarece la impugnación ulterior.
El preparativo para 15 casación puede faltar porque se trata de una nulidad absoluta
(art. 167, inc. 3'). En la Constitución Nacional aquellas formas están impuestas im-
plícitamente para preservar el debido proceso adjetivo (arts. 18,28 y 33, id.).
La falta de publicidad puede comprender tanto un fragmento como el íntegro
desarrollo del debate.
Se concreta en la prohibición de acceso del público a la sala. Las causales
son taxativas, ya que se requiere la afectación: a) de la moral, estimada como las
vivencias colectivas de pudor imperantes en una comunidad que resultarían vul-
neradas, por ejemplo, si en un juicio por violación se permitiera acceder, sin este
retaceo, a la publicidad plena cuando declara la víctima (art. 118, párr. 4"); b) del
orden público: para Baudry-Lacantiuerie es el conjunto de ideas políticas, morales,
económicas, religiosas a las cuales una sociedad estima ligada su existehciagO;c) de
la seguridad, cada vez que no pueda ordenarse sin prever, adecuadamente, formas de
coerción posible para preservar las personas y los bienes (art. 120).
El desalojo de la sala durante el debate configura una restricción de carácter ex-
cepcional a la posibilidad del inculpado de controlar, durante su desarrollo, todas las
piezas de convicción presentadas contra él y su derecho a formular observaciones.
Su fundamento radica en la protección de los derechos de la víctima. Se ha dicho que
la presencia del defensor, si cumple con las interrogaciones sugeridas por su pupilo,
operan como puente conciliatorio, entre las garantías en pugna9'.
e) Publicidad
Si en la instrucción puede prescindirse de los principios de publicidad y contradic-
ción es porque, justamente, del sumario no pasa al juicio oral nada como adquirido92.
370, cualquier dificultad de esta índole resulta superable a través de las medidas allí
previstas.
d) Ebrios &,
La ebriedad tiene que resultar notoria y perceptible por las actitudes del sujeto
sin necesidad de otra verificación.
e) Orden
El último párrafo toma como fuente, para el alejamiento previsto en el art. 370,
la afectación del orden, concepto mucho más reskingido que el de "orden público"
analizado al comentar el artículo anterior, pues sólo tiende a preservar la actuación
de los sujetos procesales y órganos de la prueba sin perturbaciones provenientes del
público. También incluye la higiene y el decoro, imponiendo una presencia que no
denote dejadez o descuido personal. La moralidad impone abstenerse de actitudes
susceptibles de perjudicar el mismo requisito analizado en el artículo anterior.
La reducción del acceso debe evaluarse con mesura y sin incurrir en desbordes
para que no se convierta en supresión.
Continuidad y suspensión
365. El debate continuará durante todas las audiencias consecutivas que
sean necesarias hasta su terminación; pero podrá suspenderse, por un término
máximo de diez (10) días, en los siguientes casos:
1") Cuando se deba resolver alguna cuestión incidental que por su naturale-
za no pueda decidirse inmediatamente.
23 Cuando sea necesario practicar algún acto fuera del lugar de la audien-
cia, y no pueda verificarse en el intervalo entre una y otra sesión.
3 3 Cuando no comparezcan testigos, peritos o intérpretes cuya intervención
el tribunal considere indispensable, salvo que pueda continuarse con la recepción
de otras pruebas hasta que el ausente sea conducido por la fuerza públiea o de-
clare conforme con el art. 357.
4") Si algún juez, fiscal o defensor se enfermare hasta el punto de no poder
continuar su actuación en el juicio, a menos que los últimos puedan ser reempla-
zados.
5 7 Si el imputado se encontrare en la situación prevista por el inciso ante-
rior, caso en que deberá comprobarse su enfermedad por médicos forenses, sin
perjuicio de que se ordene la separación de causas que dispone el art. 360. Asi-
mismo, si fueren dos o más los imputados y no todos se encontraren impedidos
por cualquier otra causa de asistir a la audiencia, el juicio se suspenderá tan sólo
respecto de los impedidos y continuará para los demás, a menos que el tribunal
considere que es necesario suspenderlo para todos.
6") Si alguna revelación o retractación inesperada produjere alteraciones
sustanciales en la causa, haciendo necesaria una instrucción suplementaria.
7") Cuando el defensor lo solicite conforme al art. 381.
En caso de suspensión el presidente anunciará el día y hora de la nue-
va audiencia, y ello valdrá como citación para los compareeientes. El debate
continuará desde el Último acto cumplido en la audiencia en que se dispuso la
suspensión. Siempre que Bsta exceda el término de diez (10) dias, todo el debate
deberá realizarse de nuevo, bajo pena de nulidad.
DEBATE
uando el debate se hubiere prolongado por más de diez (10) días efectivos
iencia y se diera el supuesto del inc. 4" respecto del juez, o cuando el fiscal
efensor no tengan posibilidad de reemplazo, la audiencia podrá suspen-
asta treinta (30) días hábiles. Podrá disponerse idéntica suspensión en el
verificarse las mismas circunstancia^^^.
uando se hubiere efectuado la previsión de convocar al juez sustituto y se -
or cumplir el plazo de suspensión extraordinaria prevista en el párrafo an-
o la reincorporación del juez fuere imposible, el sustituto pasará a integrar
al con facultades plenas hasta la conclusión del debate y los trámites pos-
.
No se admitirá la reiteración de incidencias ya resueltas. En los supues-
uspensión o aplazamiento de una audiencia de debate los jueces podrán
enir en otras, salvo que expresamente se disponga lo contrario".
'O6 Derecho ..., t. 11, p. 240, n. 140, con cita de Fallos 238:303; 241:419; 246235; 247:168 y 674.
el art. 366, pán: 2: o la del art. 370, párr. Último. Esta última razón advierte que si
puede estar fuera de la sala sin afectar la validez del debate, ninguna duda cabe de
que la desatención de su acaecer no empece tampoco a su virtud, al extremo de que
si divaga con pertinacia, se le puede-alejar de la audieilcia (art. 380, párr. lo). Luego
se lee el requerimiento de elevación a juicio (arts. 347, párr. final y 349, párr. final) o,
si hubo oposición, el auto de remisión (art. 351). Dicha tarea se cumple por el secre-
tario (art. 30, ley 24.050), tal como ocurre con otras exigidas por el Código (por ej.,
para la declaración indagatoria art. 301, párr. lo). La falta de lectura generará nulidad
absoluta (arts. 167, inc. 3", y 168, párr. 2") pues constituye -aunque incompleta por-
que no contiene un concreto pedido de imposición de pena- la acusación'", cuyo
conociiniento acabado por el imputado integra una de las exigencias de la garantía
de la inviolabilidad de la defensa en juicio (art. 18, CN). Así como la notificación del
requerimiento en la circunstancia del art. 349 cumple como una intimación efectuada
por escrito antes del debate, ésta se hace a través de la oralidad y cuando aquél se
halla en sus prolegómeno^"^.
Finalmente se declara abierto el debate. Se trata de una declaración solemne
a través de la cual se canaliza la imputación en sus límites objetivos y subjetivos,
pues no pueden adosarse nuevos hechos (art. 401, párr. último) ni extenderse a otros
acusados no incluidos en aquellas actividades, presupuestos de la elevación a juicio
(arts. 306 y 346). En opinión de Leone, por resultar "...dicho acto estrictamente
connatural al respeto del derecho de defensa del imputado...", su omisión depara su
nulidad absolutaH3(art. 18, CN; ver arts. 167, inc. 3", y 168, párr. 2').
Según se advierte, no resultan expresiones vicariantes apertura de la audiencia
y apertura del debate; aquélla comienza con la constitución del tribunal; la última,
al expresarlo el presidente. El distingo no es sólo teórico, pues tiene importancia a
los fines de fijar el momento en que se produce caducidad para el planteamiento de
cuestiones preliminares (arts. 170, inc. 2", y 376).
Dirección
375. El presidente dirigirá el debate, ordenará las lecturas necesarias,
hará las advertencias legales, recibirá los juramentos y declaraciones y mode-
rará la discusión, impidiendo preguntas o derivaciones impertinentes o que no
conduzcan al esclarecimiento de la verdad, sin coartar por esto el ejercicio de la
acusación ni la libertad de defensa.
párrafos precedentes deben inclinarse a ordenar la prueba cuando surjan dudas sobre
eBOS extremos (art. 2").
Cuestiones preliminares
376. Inmediatamente después de abierto por primera vez el debate, seran
planteadas y resueltas, bajo pena de caducidad, las nulidades a que se refiere el
inc. 2" del art. 170 y las cuestiones atinentes a la constitución del tribunal.
En la misma oportunidad y con igual sanción, se plantearan las cuestiones
referentes a la incompetencia por razón del territorio, a la unión o separación
de juicios, a la admisibilidad o incomparecencia de testigos, peritos o intérpre-
tes y a la presentación o requerimiento de documentos, salvo que la posibilidad
de proponerlas surja en el curso del debate.
iribunnl sino las "partes" y "dctensores" asistentes al debate (art. 374). pues ayiie-
del
Código..., p. 350.
ST Corrientes, JA 1987-111-365.
' i YOLMEDO, ~ ~ ~ ...,~t. 1, ps.
Tratado ~ 4981499.
DEBATE
enera la nulidad absoluta en los t6nninos del art. 167, inc. 3", pues conocer la
ba adversa (art. 298) es inescindible de una adecuada defensa en juicio (art. 18,
rt. 168, páni 2").
mbién puede ordenarse la incomunicación de los testigos que habrán de de-
r durante las audiencias del debate (art. 384, páni final).
egún la CNCP, sala 1, la garantía constitucional de la defensa en juicio, en -
consulta se exige informar al imputado de lo ocurrido en su ausencia, debe
nizarse con la insoslayable necesidad de brindar a la víctima el marco adecuado
erarla de toda coacción126.
cultades del imputado
el debate el imputado podrá efectuar todas las declaracio-
as, siempre que se refieran a su defensa. El presidente
n y podrá aun alejarlo de la audiencia si persistiere.
rá también la facultad de hablar con su defensor, sin que
suspenda; pero no lo podrá hacer durante su declaración
de responder a preguntas que se le formulen. En estas oportunidades
ege la facultad del imputado para efectuar durante el debate oral y púbii-
cual es protagonista- todas las declaraciones que considere oportunas,
ón a condición alguna y bajo la restricción, que la misma norma dispone,
e el presidente le impedirá toda divagación, con posterioridad a que
'ntervención; este reconocimienh efectiviza el carácter sustancial y
. Se conculca si durante el debate se im-
., durante la declaración de un t e s t i g e ,
m a r alguna circunstancia que excluya o
o cualquier aclaración pertinente, lo cual no se compensa
intervención en la ocasión reglada por el art. 393. Se le coloca en
'Ón de clara desigualdad y abre la casación por inobservancia de normas
,pues se incurrió en un vicio que torna nulo el debate e invalida el fallo.
ajusta síntesis formulada por la CNCP, sala IIII2l.
ada impide que antes de hacer uso de la palabra, el imputado se comunique
er párr. 2"); pero la intervención a que alude el pán. lo, es estric-
s se trata de un acto indelegable, y aun de habérsele expulsado
), aquél no puede sustituir10'~~.
te precepto no impide la oportuna intervención del defensor
ón irrestricta al contestar un interrogatorie durante el desa-
r amplísimo alcanzado por la contradic-
lidad de controlar la regularidad del acto---- y su condición
1 imputado (ver comentario al art. 104).
Casi siempre la divagación coincidirá con la impertinencia de lo manifestado
hacer la reserva para acudir en casación (arts. 171 y 456, inc. 2"), siempre que se
considerase caprichoso y no resulte estéril a los fines de su defensa. Si al excluirlo
arbitrariamente de la sala de audiencias se le ciega una facultad eslabonada con su
defensa material, como es respondepa aquellas imputaciones que le parezcan inicuas
cuando pudo hacerlo con éxito, la nulidad es absoluta (arts. 18, CN, y 167, inc. 3',
y 168, párr. 2").
El último párrafo tiende a preservar tanto la regularidad del acto como la posi-
bilidad de que el defensor gravite sobre su exposición una vez que el acusado aceptó
responder. Debe recordarse que ni siquiera la incomunicación durante la etapa ins-
tructoria obsta a la libre conferencia entre imputado y defensor, siempre que se lleve
a cabo antes del comienzo de la declaración o de cualquier acto en que intervenga
personalmente aquél (arts. 205, párr. 3", y 299). Si se impide de manera total la libre
conferencia, a pesar de la facultad expresamente admitida por preceptos específi-
cos del Código, se incurrirá en nulidad absoluta, pues se vulnera la asistencia del
imputado y se viola la garantía constitucional del art. 18, CN (arts. 167, inc. 3", y
168, párr. 2').
Ampliación del Jequerimiento fiscal
381. Si de las declaraciones del imputado o del debate surgieren hechos
que integren el delito continuado atribuido, o circunstancias agravantes de ca-
lificación no contenidas en el requerimiento fiscal o en el auto de remisión, pero
vinculadas al delito que las motiva, el fiscal podrá ampliar la acusación.
En tal caso, bajo pena de nulidad, el presidente le explicará al imputado
los nuevos hechos o circunstancias que se le atribuyen, conforme a lo dispuesto
en los arts. 298 y 299, e informara a su defensor que tiene derecho a pedir la
suspensión del debate para ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa.
Cuando este derecho sea ejercido, el tribunal suspenderá el d ~ b a t epor
un término que fijara prudencialmente, según la naturaleza de los hechos y la
necesidad de la defensa.
El nuevo hecho que integre el delito o la circunstancia agravante sobre la
que verse la ampliación, quedaran comprendidos en la imputación y en el juicio.
a) Ampliación
. Las únicas fuentes determinantes de la eventual ampliación son la confesión
del imputado o la prueba recogida en la audiencia; resulta ineficaz acudir a pruebas
de la instrucción a las que se pretendiera asignar distinto mérito al otorgado en e!
requerimiento (art. 347, p h 2') o en el auto de elevación (art. 351).
Si el fiscal asume la pertinente iniciativa -no el querellanteiz9-, el tribunal
deberá advertir al imputado para eliminar la fuente de una incuestionable nulidad
absoluta; si aquélla falta, se excluye toda posibilidad de amplia~ión'~~. De lo con-
trario resultará patente el desguarecimiento ocasionado a la facultad de contestar y
producir pruebas, pues el hecho permanece idéntico en su base pero su descripción
es diferente. Si en esa situación no se otorga aquella posibilidad -refutar y arrimar
I z 9 DONNA - MAIZA, Código. .,p. 109; en contra, TOC Fed. Mar del Plata, LL 1998-E-659,
f. 98.249, comentado por PARMA - LUQUE,"Caso 'Pochat': Una sentencia posmoderna", como nota al
f. 98.370.
"" TOC nro. 6, ED 175-464, f. 48.405.
DEBATE
anzas- se agrede la inviolabilidad de la defensa (art. 18, CN, arts. 167, inc. 3
ticia del hecho atribuido y encontrarse en situación oportuna para ejercer su defensa
respecto de la calificación seleccionada en definitivals5.
c) Notificación al defensor a
La comunicación al defensor de su facultad para requerir la suspensión del
debate, se adecua a lo previsto por el art. 365, iuc. 7"; anota Manzini que el otorga-
miento del plazo para posponerlo no confiere arbitrio amplio, pues el tribunal está
obligado a o t ~ r g a r l o ' ~SU
~ .inobservancia también configura un vicio que afecta la
pleiiitud del contradictorio en el debate, habilitante de la casación (art. 456, inc. 27,
cuya admisibilidad toma innecesaria la protesta previa por configurar un motivo
absoluto de la denominada casación fonnal. El carácter de la nulidad está impues-
to al quedar descolocada la defensa, ya que se le priva de refutar el nuevo matiz y
procurar neutralizarlo mediante otros elementos probatorios; también se resiente la
razonable igualdad de condiciones asignable a las partes en el ejercicio de sus pre-
tensiones y defensas (arts. 16 y 18, CN).
d) Procedimiento
La suspensión no podrá exceder el plazo de diez días hábiles, pues, en esa
circunstancia, se produce la interrupción del debate y debe cumplirse toda la tarea
desde el comienzo (arts. 162, párr. lo, y 365, páni penúltimo). La fijación del plazo
corresponde al tribunal y no al presidente.
Si se observa lo atinente a la intimación, la acusación resulta ampliada y, cu-
bierta la defensa, la sentencia debe extenderse a la agravante o al delito continuado.
En modo alguno corresponde cumplir el trámite del Título VI1 del Libro 11
para dar ocasión a la defensa a oponerse a la ampliación de la requisitoria, por las
siguientes razones: a) si aquella oposición prosperara, correspondería el dictado de
sobreseimieuto; pero éste supone un hecho diferente, ya que es inadmisible preten-
der dicha resolución sobre una de las posibles calificacioues del mismo suceso; el
hecho básico será idéntico, sea simple o calificado o medie o no continuación; b)
el momento procesal y la estricta observancia de las prescripciones de este artículo
garantizan extender la posibilidad de producir prueba para desvirtuar la figura cali-
ficada o la continuación; c) el defensor podrá, en todo caso, propiciar -amén de la
absolución- la adecuación a la figura simple y no a la calificada o la improcedencia
de la continuación en el momento de la discusión final (art. 393).
Es posible realizar una instrucción suplementaria, en los ténninos de los
arts. 357 y 365, inc. 6", sobre el nuevo aspecto.
La intimación de los hechos, realizada a través del requerimiento de elevación
o auto de remisión, justifica la necesidad de que la acusación sea inmutable, pero ese
carácter es simplemente relativo, dando lugar a excepciones -como la aquí contem-
plada- siempre que no se afecte el principio constitucional de defensai3'.
Recepción de pruebas
382. Después de la indagatoria el tribunal procederá a recibir la prueba en
el orden indicado en los artículos siguientes, salvo que considere conveniente
Peritos e intbrpretes
383. El presidente hará leer la parte sustancial del dictamen presentado
por los peritos y éstos, cuando hubieren sido citados, responderán bajo jura-
mento a las preguntas que les sean formuladas, compareciendo según el orden
n que sean llamados y por el tiempo que sea necesaria su presencia.
El tribunal podrá disponer que los peritos presencien determinados actos
del debate; también los podrá citar nuevamente, siempre que sus dictámenes
resultaren pocos claros o insuficientes y, si fuere posible, hará efectuar las ope-
raciones periciales en la misma audiencia.
Estas disposiciones regirán, en lo pertinente, para los intérpretes.
Por vía de principio, el dictamen pericia1 propuesto en la ocasión del art. 354 se
realiza por escrito y en tiempo oportuno para que pueda utilizarse durante la audien-
cia, sin perjuicio de lo establecido en el párr. 2'.
La opinión de los peritos será la vertida durante la instrucción (Capítulo V,
Titulo 111, Libro 11) y en la instrucción suplementaria (art. 357). Si se recaba sobre
puntos diferentes de los abordados en esas ocasiones, pueden designarse nuevos ex-
pertos (art. 355, párr. 3', primera oración); una vez presentado el informe pertinente,
también pueden interrogarse a dichos auxiliares.
Su comparecencia se originará en la propuesta de las partes (art. 354) o bien de
oficio por el presidente (art. 356, último párrafo, oración final).
Corresponde la formulación de las interrogaciones a los sujetos señalados en el
89. Para la recepción del juramento, ver art. 117.
702 . DEBATE Art. 385
Su asistencia a los actos del debate debe ser dispuesta por el tribunal. Núñez
piensa que puede decidir el presidente y propiciarse, ante su negativa, reposicióno8.
"Lo normal es que a los peritos se los Ilaine al debate para preguntarles sobre sus
pericias. Excepcionalmente se orderian operaciones periciales para ser realizadas en
la audiencia. Si es común que se ordenen pericias para ser realizadas durante el de-
sarrollo del debate. En tales casos el tribunal ordena la pericia en la misma audiencia
del juicio oral y las partcs pueden ofrecer sus peritos"'39.
En cuanto a los intérpretes, ver comentario al art. 269.
Examen de los testigos
384. De inmediato, el presidente procederá al examen de los testigos en el
orden que estime conveniente, pero comenzando con el ofendido.
Antes de declarar, los testigos no podrán comunicarse entre sí ni con otras
personas, ni ver, oír o ser informados de lo que ocurre en la sala de audiencias.
Después de declarar, el presidente resolverá si deben permanecer incomu-
nicados en antesala.
La mutación del &den es facultad exclusiva del presidente y no existe recurso
alguno para cue~tionarla'~~.
El aislamiento de estos órganos de prueba durante la audiencia -párr. 2-'
procura garantizar la autenticidad de sus aseveraciones y evitar toda forma de colu-
sión. En cuanto a los imputados, ver art.379.
Conforme al art. 96, el actor civil no queda eximido del. deber de atestiguar. En
ese caso prepondera su condición de órgano de la prueba y resultan de aplicación a
su respecto los párrs. 2" y 3". Otro tanto sucede con el querellante (arts. 86 y 243;
para el querellante exclusivo ver art. 430, páni lo, segunda oración).
La revelación de identidad del agente encubierto citado como testigo no es
siempre condición necesaria para su presentación en juicioI4'. ,
Elementos de convicción
385. Los elementos de convicción que hayan sido secuestrados se presenta-
rán, segun el caso, a las partes y a los testigos, a quienes se invitará a reconocer-
los y a declarar lo que fuere pertinente.
. Son las piezas a través de las cuales el juez puede obtener certeza en tomo a la
comisión de un hecho delictivo. Todo aquello que significa la representación mate-
rial y la apariencia física del delito'42.
Sobre objetos secuestrados ver comentario al art. 23 1; aunque puede aplicarse
este mismo régimen para el reconocimiento de imágenes y voces'43.
Examen en el domicilio
386. El testigo, perito o intérprete que no compareciere a cansa de un im-
imento legítimo, podrá ser examinado en el lugar donde se encuentre por un
z del tribunal, con asistencia de las partes.
Ver art. 25 1. Además del impedimento físico conteinplado en aquel precep-
se comprende también todo hecho o circunstancia atendible que, a criterio
sidente (art. 375), obstaculice de manera categórica la comparecencia; por
, si el día y a la hora fijada para hacerlo debe someterse a una intervención
ca, siempre que ello se respalde en debida forma.
or tratasse de una excepción al régimen de la oralidad (art. 391, inc. 4") y en
medida a la inmediación, las aseveraciones del órgano de pmeba deben reco-
en acta (arts. 138 y 139), pues no hay otra forma para su lectura en el debate.
Si alguna de las partes estimase sufrir agravio con motivo del cambio del lugar
ra cumplir la diligencia, debe plantear reposición (art. 440, páni lo) a los fines de
vía casatoria prevista en el art. 456, inc. 2"; adviértase que si, caprichosamente, se
uta el lugar del desarrollo del debate, se incurre en una nulidad virtual, pues surge
sistema del Códigoque, salvo lo prescripto por el art. 373, impone llevar a cabo
udiencia en la sede del tribunal'45.
Se trataría de una nulidad absoluta por afectar, además, la intewención del tri-
al en forma de colegio (art. 167, iric. 2?,y 168, párr. 2"). Por otro lado, se agrede
rincipio de publicidad instaurado para apuntalar la garantía del debido proceso;
uérdese que facilitar el acceso del pueblo es un elemento atingente a la validez del
ate (arts. lo, 18,28 y 33, CN, y 363).
Si se produce semejante situación, la lectura ulterior no suple la omisión de
as garantías propias de la oralidad (inmediación, contradicción amplia, publicidad,
ntinuidad e identidad fisica del juzgador). Adviértase, además, que es preciso SUS-
nder el debate conforme al art. 365, inc. 2". De manera mediata se complica el
ecuado contralor por las partes, obstaculizado por la inaudita realización -salvo
. 373- de la audiencia fuera de la sede del tribunal.
pección judicial
387. Cuando fuere necesario el tribunal podrá resolver, aun de oficio, que
Practique la inspeccidn de un lugar, lo que podrá ser realizado por un juez del
ribunal, con asistencia de las aartes.
Asimismo, podrá disponer el reconocimiento de personas y la realización
Hemos señalado que este medio de prueba se encuentra dentro de los que con-
forman las facultades autónomas de investigación por el tribunal de juicio, dándole
una peculiar coloración (ver comentario al art. 357).
La decisión incumbe al órgado colegiado, incluso sin estímulo de parte. Si ha
sido pedida por cualquiera de éstas y la prueba resultare crucial para motivar la
sentencia (ver art. 404, tnc. 29, ante el rechazo cabe recumr en casación, previa
reposición y reserva (arts. 440, p á n lo, y 456, inc. 2"). La nulidad resulta absoluta
en cuanto puede afectar la inviolabilidad de la defensa de las partes, según su mérito
para determinada solución (art. 18, CN; arts. 167, inc. 3", y 168, párr. 2").
El último párrafo tiene autonomía con respecto al primero --en cuanto al lugar
de realización-; por lo tanto, el reconocimiento y el careo deben cumplirse en el
ámbito destinado a la audiencia.
Nuevas pruebas
388. Si en el curso del debate se tuviera eonoeimiento de nuevos medios de
prueba manifiestamente Útiles, o se hicieren indispensables otros ya conocidos,
el tribunal podrá ordenar, aun de oficio, la recepción de ellos.
Se trata, cuando se disponen de oficio, de otra manifestación de las facultades
autónomas de investigación otorgadas al iribunal de juicio (ver comentario al arí. 357).
La fuente de la prueba puede surgir tanto del desarrollo de la audiencia como de
la etapa instructoria, siempre que aún no hayan sido incorporadas. No se elimina la
posibilidad de que las partes las sugieran, sin recurso ante la denegatoria; el adverbio
"aun", impreso sin acento en la edición oficial, está utilizado como sinónimo de tam-
bién o inclusive146,lo que denota que nada obsta a que aquéllas puedan proponerlas.
El plazo para ordenar las nuevas pruebas comienza en el momento de la aper-
tura del debate (arí. 374, pán: final).
La prueba es manifiestamente útil si durante el curso del debate y ánticipando
su resultado, se concluye que, posiblemente, ha de gravitar en la dilucidación de su
objeto.
Se torna indispensable cuando la imposibilidad de soslayar su producción surge
de algún otro elemento antes incorporado.
lnterrogatorios
389. Los jueces, y con la venia del presidente y en el momento en que éste
considere oportuno, el fiscal, las otras partes y los defensores podrán formular
preguntas a las partes, testigos, peritos e intérpretes.
El presidente reehazará toda pregunta inadmisible; su resolución podrá
ser recurrida de inmediato ante el tribunal.
Los miembros del órgano colegiado pueden plantear interrogaciones; destina-
tarias no sólo son las partes penales sino, además, las que intervengan en la cuestión
civil accesoria y eventual; desde luego también los órganos de la prueba.
A su vez, con la anuencia del presidente, tainbién pueden proponer cuestio-
nes a los mismos destinatarios todos los otros sujetos procesales. La autorización
comprende a los defensores: para el imputado, su abogado de confianza o defensor
'46 REALACADEMIA
ESPANOLA,
D~cc~onarzo
de la Lengua Española, ed 1970, p 143, segunda
columna
rt. 391 DEBATE
a) Procedencia
,. uara los actos del debate es la oralidad: al introdu-
Conforme al art. 363 la reela >
Para el TOC nro. 2, cuando el testigo de cargo es uno solo y no acudió al debate,
lectura resulta insuficiente, pues no pudo efectuarse el control imprescindible de
na prueba significativa; por ello entendió que correspondía la ab~olución'~'.Según
alacio resulta extensiva la excepción de este precepto al no puntualizarse cuál de
'" ED del 3011111999, DPPC, f. 62, o LL del 2211212000, f. 101.407, con nota de NAMER, "Abas-
to versus Novoa: dos posturas encontradas sobre la posibilidad de incorporar al debate, por lectura y sin
el consentimiento de las partes, declaraciones testimoniales prestadas durante la instrucción".
16' Citado en nota anterior.
''> 1.1. del 23 3 2001, f. 1O1.735. con nota de OKGIIK~, "C'ontroi de la pniebs restiin<iiiiilen la
etapa suinarial. hlis sobre A b ~ s i oi,ers>.vNo\,uas'', para qiiirn debe disiinyuirse segun la viabilidnd de
la prueba dz acuerdo :un los hcclios. en tina violacii~ti-r.oliio lo Aie el caso ' Abasto" de 13 s d h I -
(abría flexibilizar la rigidez del prccel>tuen 3tenciún 31 hincionnriiietito ;idecuadd del sistema de lihrci
convicciones. La conciusión es iiesgosa; el temperamento de la CNCP, sala 1, es inobjetable.
'" LL del 30/8/2002, f. 104.317, o LL del 23/9/2002, f. 104.439.
"La lectura en el debate de las declaraciones testimoniales recibidas en la instrucción".
CNCP, sala 1, LL del 101612002, f. 103.681, con nota de ALMEYRA, -
"Remilación constitucional
dc la pmeba de testigos. !.a cliii?iil3 d. la cunfri)iiraciiin". para quien nicdin dc.ss~us1eronstituciotiai de
los ans. 2uO y 331, inc 3'. desde IJ p:rspeziiva del dcreclio que tiene toilo inipiitado de rcqiierir una
oportunidad útil para controlar la testimonial que hacerse valer en.& contra; id., id., SJP,
LL del 281712003, f. 105.890.
LL del 23/9/2002, f. 104.440, con nota de GARC~A, "El derecho a interrogar a Ios testigos de
cargo en caso de abuso sexual sobre niños. Nota al caso 'P. S. v. Alemania"', quien concluye que "si las
actas leidas son los únicos elementos de pmeba, no uuede haber lugar a la intemretación arbitraria del
esGiiidüi, pero 5i no lo < m , lo\ tribiinslri dumr'iti~osticnrii u n c31npode jusgo pelipr<>~ainrntc diicre-
ciuniil para cailfi,.:ir 3 C,BS n c i ~ de
\ ni¿s o mcnus decisi\as"
DEBATE
a) Principios generales
Comprende su oralización, aunque no hubieran sido ofrecidos por las partes,
lo que constituye otra facultad autónoma del tribunal, muestra de un perfil diferente
respecto de un régimen acusatorio puro.
Se trata de diferentes instrumentos públicos, calidad adquirida sea en virtud
del art. 979, iucs. 2'y 4', CC, ya sean actos directamente cumplidos ante los funcio-
narios del proceso o provenientes de las partes una vez que tienen inserto el cargo.
Nada impide que las paites puedan instar esta actividad, y en la medida en que de-
muestren la vinculación estricta con una sentencia adversa originada en el rechazo
de su solicitud, podrían abrir la vía casatoria (arts. 18, CN, 167, inc. 3", 168, p&x 2',
y 456, iuc. 2').
Sobre la denuncia, ver inboduccióu al Capítulo 1, Titulo 1, Libro 11.
Conforme al final del último párrafo, la oralización de todos los documentos y
actas se subordina al respeto de las normas reguladoras de la actividad preparatoria;
aquí corresponderá remitirse al análisis de los elementos de cada acto procesal -su-
jeto, objeto y actividad- para dilucidar si se han cubierto las exigencias del caso.
b) Casos especiales .
En cuanto a las declaraciones de los coimputados, se supeditan a que medie
resolución couclusiva de su situación en el proceso o que se hayan sustraído a la po-
testad jurisdiccional. En síntesis: no debe contarse con ellos porque aquella decisión
y esta última situación no muestran la necesidad o la posibilidad, respectivamente,
de citarlos para la audiencia. Advierte Clariá Olmedo la conveniencia de mentar en
forma prudente las expresiones vertidas por los coimputados - e n el mismo hecho
u otro conex-, pues sus dichos pueden resultar sospechosos. A menos que se trate
de la pos~bilidaddel testimonio de un imputado por el hecho atribuido a otro en el
mismo proceso -debiera decirse en la misma causa o en el mismo l e g a j e y, aun
así, cuando lo sea por el hecho conexo, deberá admitírselo en forma ex~epcional'~".
Al leerse la declaración de un coimputado no se hace ingresar el acto como indaga-
toria, sino como un documento.
El alcance de la expresión "actas judiciales" remite a los casos comprendidos
en los arts. 138 y 139. Pero quedan excluidos los actos que tienen prevista una forma
expresa de oralización (arts. 378, párr. 2",383, 386, 387 y 391). El "otro proceso"
puede corresponder a cualquier fuero.
Por esta vía también ingresan todos los medios probatorios cumplidos durante
la instrucción suplementaria (art. 357), las declaraciones testimoniales llevadas a
cabo en el domicilio (art. 386) y las inspecciones judiciales (art. 387).
El último párrafo abarca actos realizados durante la investigación instnictona
expresamente indicados, pues los otros -como se duo- tienen una regulación es-
pecial para su ingreso al debate. -
Cuando la prevención cumple labores signadas por la urgencia (art. 184, inc. 5")
ngexisten impedimentos para leer dicha actividad como documento y con el mérito
probatorio respaldado en razonamiento acorde con el sistema de evaluación fijado
Los regisiros dr. lus anteccderit~spenales pueden introdiicirse por lectura, sieiii-
1 prc que no Iiaya iniiiscurrido el plazo establecido en el nn. 51, CI'; ienccido, resulia
I inválido
Discusión final
393. Terminada la recepción de las pruebas, el presidente concederá suce-
ivamente la palabra al actor civil, a la parte querellante, al ministerio fiscal y a
os defensores del imputado y del civilmente demandado, para que en ese orden
sobre aquéllas y formulen sus acusaciones y defensas. No podrán leerse
ales, excepto el presentado por el actor civil que estuviere ausente.
actor civil limitará su alegato a los puntos concernientes a la respon-
civil, conforme con el art. 91. Su representante letrado, como el del
e demandado, podrá efectuar la exposición.
1 intervinieren dos (2) fiscales o dos (2) defensores del mismo imputado,
rán hablar dividiéndose sus tareas.
el ministerio fiscal, la parte querellante y el defensor del imputado
ran replicar, correspondiendo al tercero la última palabra.
La réplica deberá limitarse a la refutación de los argumentos adversos que
tes no hubieran sido discutidos.
El presidente podrá fijar prudeneialmente un término para las exposicio-
de las partes, teniendo en cuenta la naturaleza de los hechos, los puntos
atidos y las pruebas recibidas.
En último término el presidente preguntará al imputado si tiene algo que
nifestar, convocará a las partes a audiencia para la lectura de la sentencia y
rará el debate.
a) Principios generales
Constituye el momento culminante de la contradicción plena y procura el aná-
S tanto de la prueba recogida como de los corolarios de contenido jurídico. Es
ciso advertir al imputado que puede expresarse, lo que desde luego descuenta lo
&atará hacia la concreción de su defensa material, aunque no se descarta la confe-
ión, consistente en el reconocimiento de su responsabilidad en el episodio.
La existencia de debido proceso requiere, cuando menos, la posibilidad de re-
tar las apreciaciones del contrario, ofiecer pniebas y alegar sobre su mérito. Se
DEBATE
trata de observar las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación, defensa,
Art. 393
1
prueba y sentencia dictada por los jueces ~taturales'~~.
Si bien el presidente dirige la dispusión final (art. 375), los protagonistas prin-
cipales son las partes. Aquél se limita a otorgarles el uso de la palabra y a evitar
formulaciones impertinentes o inútiles.
Esta tarea se afronta a través de la palabra hablada salvo la posibilidad, otorga-
da en la oración final del primer párrafo, al actor civil.
b) Intervención del querellante. Polémica
Desde luego que los intervinientes en el objeto eventual y accesorio consti-
tutivo de la pretensión resarcitoria a través de la acción civil no tienen la misma
amplitud de actuación que los sujetos indispensables respecto de la cuestión pe-
nal. Destacamos al querellante, quien -aunque no sujeto indispensable-, amén
de haber podido propiciar la elevación a juicio (art. 348, párr. 29, en esta ocasión
puede recabar la imposición de una pena; esta circunstancia nos determinó a que,
en su oportunidad (ver introducción al Capítulo IV, Titulo IV, Libro 1), ubicáse-
mos a dicho sujeto procésal por encima del meramente coadyuvante o adhesivo y
también del subsidiario. En sentido adverso, la CNCP, sala IV, por mayoría, decide
que si el fiscal de juicio ha solicitado la absolución, el sentenciante carece de juris-
dicción para condenar aun cuando el querellante haya acusado, ya que éste debe
estar subordinado a la voluntad de aquél en cuanto a la promoción de la acción
penal; por ello es adhesivo y no conjuntoi7'. La disidencia del doctor Hornos ob-
jetiva todas las razones para discrepar, con acierto, de esta tesis. El criterio del dis-
crepante fue adoptado por la CS al meritar acusación, sin distingo alguno respecto
del carácter público o privado de quien la formula, razón por la cual nada obsta a
que el querellante la reali~e"~. Al comentar el fallo, Cafferata Nores indica que el
art. 120, CN, no depara al MP, como monopolio, defender los intereses generales de
la sociedad "...cuando el 'interés particular del damnificado' se canaliza en el proce-
so penal mediante la querella ..." y concluye que al derecho penal sólo le corresponde
la defensa subsidiaria de tales intereses "...penalmente simbolizados en los 'bienes
jurídicos', pero que también debe tutelar los intereses concretos de la víctima, y en
condiciones de igualdad ..."'79. Dice Ensinck que "...a la hora de los alegatos...", la
"...limitación o sujeción a la actividad pública fiscal se encontraba legislativamente
revitalizada, cobrando ... plena eficacia y autonomía"i80. Son varias las razones que
respaldan dicho enfoque:
1) Es cuestionable que en los delitos de acción pública el querellante tenga la
misma intervención que cuando es adhesivo y no conjunto; por ende, tiene cierta
autonomía de gestión procesal que ha autorizado a Creus a acotar que este Código
" ...p arece... proponer una figura impura del querellante conjunto Por su parte,
Maier y Langer apuntan -frente al criterio que no tolera condena cuando medió
pedido de absolución por el MP- que si bien su "...legitimación para perseguir
penalmente es, por cierto, débil en el sistema penal actual (71, CP)...", se suscita un
problema "...por resolver,.."182.
2) El texto del art. 435 no significa sujetar la intervención del querellante -suje- -
to eventual- a la del MP -sujeto necesario-; sólo consigna que también le alcanzan
las reshicciones cuantitativas establecidas para la casación por el art. 458Is3.El art. 460
refuerza este razonamiento al indicar que la casación podrá ser utilizada por el quere-
llante "...en los mismos casos en que pueda hacerlo el Ministerio
3) La querella adhesiva reduce al acusador particular a la condición de mero
asistente del acusador público. El instituto tiene injerencia en Alemania185.
4) La tesis negativa se ve en la obligación de exprimir la literalidad de ciertos
textos y privilegia, en primacía, una suerte de interpretación legislativa --en modo
alguno auténtica- conformada por las idas y venidas que padeció un proyecto cuya
originalidad remite -sin hesitar- al que fuera Código de Córdoba de 1939 -ley
3831-, instaurador de la oralidad obligatoria para el juicio. Uno de los más cla-
apartamientos de aquél obedeció al temperamento del Ministerio de Justicia, al
erse eco de distintos reclamos sectoriales y permitió acoger al querellante (arts.
2 86 y concs.), tesitura que para los eminentes Vélez MaricondelS6y Soler -sin
usión los padres mediatos del Código vigente- hubiera resultado herética, pero
en la actualidad los modernos ordenamientos argentinos han aceptadoi8'.
5) El voto del doctor Hornos acerca una aguda reflexión al concluir que la par-
ticipación del querellante en la discusión final era inocua. Es que si hasta entonces se
admitió su presencia (conf. arts. 354,374,389, y en especial 393), se deben registrar
el acta sus "instancias y conclusiones" (art. 394, inc. 5") y no se retacea expre-
ente su derecho de postulación -puede solicitar condena aunque no lo haga el
lo que no se depara al actor civil (art. 393, párr. 2"&, es imposible admitir que
1 tribunal no se encuentre legítimamente requerido.
Consecuencia de ello resulta que surja para el órgano jurisdiccional el correla-
tivo deber u obligación de pronunciarse sobre su petición y administrar justicia188.
A menos que el momento de la discusión final se convierta en una suerte de
epresentación teatral en la que sólo se responda al pedido del protagonista principal
-MP- con total desatención a lo concluido por el aparente deuteragonista --que-
Ig3 CS, "Del'Olio", Fallos 329:2596; RDP, LexisNexis, 212007, p. 327; ver el comentario de
U'ALBORA, Nicolás F., "Una 'aceitada' derivación de la autonomia asignada al acusador particular",
RDP, LexisNexis, 512007, p. 849; SJP, LL del 3011 112006, p. 46.
DEBATE
(art. 347, párr. 2") o el auto de elevación (art. 351). Por eso es opinable la decisión
adversa de la CSIg4al concluirse que si se dictó sentencia condenatoria, pese a que
durante el debate el fiscal solicitó la libre ribsolución del sujeto pasivo del proceso,
resultaba nulo el fallo por inobservancia de la garantía consagrada por el art. 18, CN.
Empero el Alto Tribunal, en minoría, había comenzado a transitar la senda de recon-
siderar que el pedido absolutorio del fiscal frustre la posibilidad de la condenai95. -
Nuestra afirmación no es antojadiza si se tiene en cuenta que el mismo tri-
buria1Ig6se inclinó con anterioridad por un temperamento distinto, al desestimar el
recurso extraordinario deducido contra una condena pronunciada en circunstancias
muy peculiares. En efecto: la absolución de primera instancia fue apelada por el MP
el querellante conjunto, quien murió a los pocos días.de formular tal impugnación.
raíz de ello prosperó la excepción de falta de acción propuesta por la defensa.
hora bien: en la alzada el fiscal de Cámara desistió del recurso, circunstancia hecha
valer por la defensa para evidenciar que no existían agravios que contestar, con la
singularidad de que el único recurrente estaba fuera del proceso.
Por otro lado, los antecedentes que se invocan en el consid. 3" del caso "Ta-
allan bien lejos de apuntalar el criterio de la CS: en Fallos l25:lO se
sición de sellado impuesta por la sentencia coartaba la defensa; en
a expresar la violación del art. 18, CN, en Fallos 189:34 se declaró
razón de no haberse conferido inteivención al defensor del procesado;
308:1557 se itera que el ejercicio de la defensa en materia penal compromete al
tado en proveer los medios necesarios para que el juicio a que se refiere el art. 18
desarrolle en paridad de condiciones. Según seve, nada se dice acerca de truncar
retiro de la acusación.
el contrario, el propio Código, en el art. 381, se refiere a la posibilidad de
r la acusación para ensanchar el ámbito de la decisión del tribunal; no podría
o si se aceptara que tanto el requerimiento como el auto de elevación no
tribunal en la postura de ejercitar, en plenitud, su función jurisdiccional.
ta para persuadir de cuál es el acto portador de la acusación, basta
rdar que ese mismo art. 381 impone anoticiar a la defensa de la eventualidad de
r la suspensión del debate para ofrecer nuevas pruebas o preparar su respuesta
rt. 365, inc. 7")19'. En España nq se cuestionaba la posibilidad de condena pese al
tiro de la acusacióni98.
Debe recordarse que la acusación se formula en la oportunidad del art. 347,
de lo contrano el TOC nro. 1199- y que el objeto procesal en los
acción pública es indj?pxpnible200.Por el contrario, si se trata de alguna
e la defensa -por ejemplo, si quedó sin contestar alguno de los aspectos
,el tribunal, en función del principio de saneamiento recogido por el art.
168, pán: .lo,deberá adoptar los recaudos necesarios para suplir tal falencia. Jamás si
se trata de omisiones en los planteos de las partes civiles.
Pocas disposiciones del Código -;desde ya ninguna de la importancia de ésta-
han dado lugar a criterios tan encontradós. Ciertos tribunales entendieron -tesis con
la cual coincide el autor- que el pedido de absolución formulado en este estadio
procesal no impedía el pronunciamiento de una sentencia condenatoriazo'.
Por el contrario, resoluciones con fundamentos serios -aunque opinables-
coincidieron en desechar la condena cuando la conclusión final consistió en el
pedido de absolución2oz.Sin perjuicio del mérito de este precedente cabe destacar, por
la importancia institucional de sus fallos, las sentencias de la CS en que también se
comparte este criterio; sobre todo la recaída en el caso "Cattonar", del 131611995203,
pues se trataba de un proceso regulado por este Código; el Alto Tribunal concluyó que
transgrede las garantías constitucionales de la defensa en juicio y del debido proceso
la sentencia condenatoria dictada pese a que durante el debate el fiscal solicitó la abso-
lución del imputado. Este enfoque anticipado ya, según se vio, en el caso "Tarifeño",
había sido mantenido en la causa "García", del 22112/1994204.
Los que conforman.el primer grupo se apoyan en las siguientes razones, algu-
nas de ellas ya indicadas:
a) El art. 5", al prescribir que la acción penal pública se ejercerá por el MP,
establece, al mismo tiempo, que su ejercicio no podrá suspenderse, interrumpirse ni
hacerse cesar, excepto en los casos previstos expresamente, acorde con la aceptación
del principio de legalidad con sus corolarios de irrevocabilidad e indisponibilidad.
b) El ámbito del objeto procesal en el debate "...viene prefigurado por el reque-
rimiento de elevación a juicio formulado por el agente fiscal conforme al artículo
347 del Código de rito...".
c) El art. 381 autoriza al fiscal de cimara a ampliar la acusación en directa refe-
rencia al requerimiento del art. 347; además, el art. 67, inc. 2", lo habilita a convocar
al agente fiscal actuante en la etapa instructoria "...para que mantenga oralfnente la
"' TOC nro. 2, JA 1994-111.674; TOC nro. 2, LL del 2511011993, f. 91.712; TOC nro. 6,
61711993, "Giroldi, Horacio David" -al impugnarse en casación este decisorio la CNCP hizo hincapié
en las limitaciones del art. 456, inc. Z9, y denegó el recurso, fallo anulado por la CS, LL del 201911995,
f. 93.553, con nota de Palacio; y, en coiisecuencia, la CNCP, sala 1, acató el criterio iinperante en el
Alto Tribunal y declaró nula la condena y devolvió las acniaciones para que se dictase nuevo pronun-
ciamiento, fallo del 31711995, reg. 532, c. 32-; TOC Mendoza nro. 1, ED 164-345, f. 46.679, o JA
1996-II-580; CNCP, sala 1, ED 159-81, f. 45.884, o SJP, LL del 221311995, f. 92.984, a los que cabría
añadir el criterio de la Cám. Pen. Santa Fe, sala 1, JA 1979-1-90, f. 27.978, respaldado por la opinión de
Creus; por la correcta solución sostiene la Cám. 9" Crim. Córdoba que la requisitoria fiscal de elevación
a iuicio constiniyela acusación, ~ u e es s la base o coluinna sobre la aue se desenvuelve aquel: aiiade que
l:i rs8l.i de iiidi~po~iihilidsd iiir~.rdnisJsl priricipii~Jr. oficiurida~ldslsrniiil~que una vc/ qiis sI j u i ~iuc
inietiidu del c<iii«;iini;ni,> dcI d~~liio, nu piicde íuitr:isr,c ;il r.lei.i,~i<,,Ir su fii~ic~r~ii,
i.I.(. 199~-?3?, o
LL del 291311999, reseña, nro. 41.323-S.
CNCP, sala 11, JA 1998-IV-544,TOC nro. 9, ED del 291911995, f. 46.680; id., LL del 191211999,
f. 98.377: id.. LL del 231411999. f. 98.624; TOC nro. 14. LL del 231411999. f. 98.625. o DJ 1999-2, f.
14.177, aunque cl aryirnieiito de laiii:iyuria radi~,aen 13 posibiliddd p ~ dcslsiir r ~ ds la xiioti piihlicn orur-
p d n s los fisi:iii..; coiifonn.! al sn. 37, iiic 2 1 , de ki le) 24 946. Orginic~del \IP, 13 d<ictur:i13isrui ile Solsr
esiiriia qiic el pronunciamieiii~dssin~rilninmieprricsJi porquc la i~:uriier~ri~'~ii del :in 3ti1 no es 1nh.iiiva:
TO(' iiro 2.;. ?? !? 1991, ,Cion,in,<iabriei", L. 35, id. 2 6 1Y45, 'lechrl. 1)iniei". 2 76.
~ ~ ~ 1 3 1 9 1 1 9 941,oET)
5 , ~ . 165-299, f. 4'6.817, o ~ ~ d '18112;1995,
el f. 93.856.
SJP, LL del 22/3/1995, f. 92.981; también LL de¡ 16/9/1996, f. 94.706; por eso el TOC. Fed.
Parará, deja a salvo su opinión y se pronuncia por la absolución, LL del 301311998, f. 96.894, o DJ
1998-2-318, f. 12.947.
DEBATE *
acusación". Por manera que debe considerarse abierto el debate con el requerimiento
fiscal antes formulado por el miembro del cuerpo cuya intervención reclama,
d) El art. 401 faculta al tribunal a conferir al hecho distinta calificación jurídica
a la contenida en el requerimiento fiscal "...sin hacer referencia al alegato".
e) La apreciación del mérito formulada en este momento por el fiscal de juicio
".,.no condiciona ni limita la potestad del tribunal, cuya plena jurisdicción quedó -
expedita a partir del requerimiento ..."205.
f) Tanto el art. 166 como el ast. 404 omiten invalidar la sentencia por la absten-
ción del MP al alegar.
g) El giro del art. 393, párr. lo, primera oración, "...formulen sus acusacio-
nes...", no convalida otorgar dicho carácter al alegato; si así se razona se llega al
absurdo de haberse realizado juicio penal sin acusado o que el acusado, al ofsecer
prueba de descargo en la oportunidad del art. 354, lo hizo sobre un hecho del cual no
estaba todavía acusado.
h) El Código siguió la redacción del ordenamiento cordobés de 1939 (art. 422);
dicho texto fue corregido y la ley 8123 eliminó la palabra "acusación" (art. 402).
Clariá Olinedo es terminante al aseverar que el objeto del proceso como consecuen-
e inmutabilidad no puede modificarse con eficacia vinculaute
"El juicio y la acusación como requisitos fundamentales de la válida aplicación del derecho
penal", Zeus, 1. 73, vols. 5608 y 5609.
Art. 393 DEBATE
rimiento de elevación (art. 347, párr. 2') es acusación o no. Rodnguez Estévez22'
apunta que la aceptación del criterio de la CS debe subordinarse a los supuestos en
que el alegato fiscal cumpla los requisitos de legalidady razonabilidad y surja como
derivación lógica y razonada del derecho vigente y la prueba producida; esta fórmula
la sostiene la STJ Entre Ríos, sala 1 en lo Penal -por m a y ~ n a - ~ ~ ~ .
Desde luego que también hay quienes coinciden con nuestra posición: Fede- -
rikzz3dice "...que la atribución del hecho se encuentra en la requisitoria de elevación
y es ésta la que sostiene el debate. Si la fiscalía del juicio pide la absolución el con-
tradictorio permanece ... Sobre ellos debe dictar sentencia"zz4.
Hay coincidencia en que no puede haber proceso si no hay acusación y que ésta
debe ser formulada por persona ajena al tribunal sentenciador. Pero no es lo mismo
que no pueda haber proceso sin acusación, aun carente de un concreto pedido de
pena, que sostener la imposibilidad de condena sin ella.
El principio acusatorio se respeta con exigir para la validez de1 proceso la exis-
tencia de una acusación; no puede extenderse más allá. Además, no existe un derecho
a los acusadores de la condena de los acusados, pues aquel requisito busca preservar
nada más que la imparcialidad de quien ha de juzgar. Una vez que el proceso se haya
realizado pueden ocurrir dos cosas: 1) que la ley ordene expresamente que "no podrá
desistirse de la acción pública después de la apertura del procedimiento principal",
que es lo que dice el parágrafo 156 de la Strafprozess ordnung alemana; 2) que el
pedido de absolución o el retiro de la acusación sea irrelevante para el tribunal, como
dispone correctamente el Código de Córdoba (ley 8123).
Si llegara a decidirse que en todos los delitos el mantenimiento de la acusación
es presupuesto de la condena, se estaría concediendo al acusador el derecho suhjeti-
vo a la imposición de la penazz5.
Si se parte de esta reflexión puede arribarse a una solución técnicamente acep-
table. No cabe duda de que el exclusivo titular del derecho penal sustancial cuya
realización se procura a través del proceso es el Estado; llámesele derecho subjetivo
de punir o pretensión punitiva, aquel apotegma permanece invariable. Si esto es así,
tanto el MP como el querellante son meros sustitutos procesales: actúan en virtud de
un inter6s propio -funcional en el primer caso y personal en el último----, pero por
un derecho ajeno que es privativo del Estado. En vez, el proceso civil, enraizado en
el principio de autonomía de la voluntad (art. 1197, CC), se mueve en un ámbito di-
ferente porque el pretendido titular del derecho sustancial debatido es el demandan-
te. De ahí que tolere formas de conclusión desechadas para el proceso penal (v.gr.,
desistimiento -arts. 304 y concs. CPCC-, allanamiento -arts. 307, id.-, etc.),
acordes con el postulado del principio dispositivo, cuyo más importante corolario
"Limites al efecto vinculante del alegato fiscal absolutorio en el juicio oral", LL del 111211997, p. 1.
2i2 "Femández, Cristián", del 181311997.
223 "El abogado en el juicio oral. La discusión final. (Segunda parte)", LL del 81811994, p. 4.
radica en la disponibilidad del derecho material por las partes, pues el órgano judi-
cial se haya vinculado por las declaraciones de voluntad de aquéllas respecto de la
suerte del proceso o en orden a la modijcación o extinción de la relación del derecho
material en la cual se fundó la ~ r e t e n s ' i ó n ~ ~ ~ .
Aun en los delitos de acción privada, cuyo enjuiciamiento tiene cierta simili-
tud pero nunca identidad con los procesos en que se debaten cuestiones de derecho
privado, el Estado no abdlca de la titularidad del derecho sustancial. Pero dejando
fuera este sector y cuando se trata de delitos de acción pública, abierto el proceso con
el requerimiento de elevación (art. 347) no hay fortna de concluirlo como no sea la
sentencia absolutoria o condenatoria.
En cuanto a España, vale la pena recordar que hasta el dictado de las senten-
cias recordadas por Falcone prevalecía el criterio adverso pese a la oposición de la
Fiscalía del Tribunal Superior formulada ya en la memoria de 1906. Ademks, la
lectura del trabajo de Almagro Nosete parece indicar que el mantenimiento de la
acusación se liga a la inmutabilidad del objeto del proceso y no a su iudisponibilidad.
En síntesis: la correcta comprensión de los alcances del pedido de absolución
por el MP en este estadio requiere contemplar que los principios acusatorio y dis-
positivo no se identijican. El primero impone disociar las Junciones requirente y
decisoria; el ziltimo se relaciona con la titularidad del derecho material en crisis;
quien no es su titular jamás podrá quitar al tribunal el ejercicio de la Junción pu-
blica procesal -jurisdicción- en plenitud. Cafferatta Nores recuerda "...que los
códigos procesales penales pueden establecer, válidamente, que si el fiscal de juicio
pide la absolución del imputado, el tribunal no podrá condenarlo..." sin que implique
disponer de la pretensión punitiva; sólo traduce una decisión de política procesal
vinculada a los alcances del nemo iudex sine actore; si bien concluye que la discu-
sión en realidad versa "...acerca de la titularidad del poder de disponer sobre ella
o, mejor, sobre la exclusividad del poder: ¿qué órgano del Estado tiene el poder de
disposición?, parece ser la pregunta"227;posición, si se quiere, cercana a la nuestra.
Quienes nos dan bastante razón son Maier y LangerZZB.
La circunstancia de haber cambiado la jurispmdencia de la Casación y de la
CS en cuanto a las consecuencias acarreadas por el pedido de absolución no operan
como ley más benigna, ni autorizan la revisión de una condena -art. 479, inc. 5 0 ,
pues la retroactividad de la ley -art. 2', CP- no alcanza por analogía a la variación
de aquélla229.
El Tribunal Superior de Córdoba comparte nuestra comprensión; estima válido
condenar al ~mputadosin que el fiscal haya fortnulado acusación al momento de las
conclusiones finales, pues aquélla -según la CN- es la previa al juicio, interpre-
táudose como tal la actividad requirente del MP antes del juicio que es la que inspira,
determina y circunscribe la actividad de los sujetos procesales, de suerte que éstos
no pueden traspasar sus límites; ninguno de los sujetos procesales tiene poder dis-
positivo capaz de enervar esa pretensión y sus facultades inciden sobre el contenido
formal del proceso, es decir, sobre las meras formas procesales. Dicho órgano judi-
cial añade que los principios acusatorio y dispositivo no se identijican; el primero
c.2.) "Marcilese"
Al cabo ha sido la Corte Suprema quien en la causa "Marcilese, Pedro y otro"233
cidió que el pedido de absolución del fiscal al momento de alegar no impide la in-
minación del imputado, pues tal petición no está prevista como causal de cese de
acción, siendo inadmisible que el criterio de dicho funcionario, sin contralor algu-
o, resuelva la suerte del proceso luego de haber formulado una verdadera acusación
on el pedido de remisión a juicio. El tribunal amerita que no existe violación de
garantía constitucional alguna, pues si la elevación a juicio y su eventual ampliatoria
son válidas, la defensa pudo tomar conocimiento de los cargos y ejercer en plenitud
sus derechos.
Al decidir el citado caso la CS modifica el orecedente "Tarifeño" del 22/12/1989;
dicha resolución no aparece publicada en la colección oficial; tan sólo cinco años
después de pronunciada, se ocupó de hacerlo La Ley234.En aquel tiempo se operó un
viraje rotundo, pues parecía criterio firme del cimero órgano judicial que la requisi-
ia de elevación a juicio no constituía acusación a los fines del proceso penal. Co-
sponde destacar que durante la vigencia del Código anterior, se había considerado
ue omitir la expresión de agravios no permitía tener por desistidos los recursos,
23%L del 511012001, f. 102.701; también la CCC 4" Nom., Córdoba, LL del 2611012000,
LL del 31112000, "Estigarribia", del 101311999, c. 1919; CNCP, sala 111, JA 2000-11-650; id.,
id.,EDde17111/2ooo, DPPC, f. 145; id, id., LLde12711112000, f. 101.254; CNCP,salaIV,aunquecabe
señalar aue el voto del Dr. Hornos finca en aue medió acusación nor el auerellante. JA 2000-111-710:
id. id.,j~2001.11-644; CCCFed. San ~ a r t i isala
, 1, del 111411996, JA 2b00-1-~íntésis;TOC nro. 10;
DJ 2001-3-1050, f. 11.571; TOC nro. 9, LL del 131712001, f. 102.455; id.,DJ 1999-2-571, f. 14.262.
232 CNCP, sala 111, ED del 301911999, DPPC, f. 60, o JA 1999-111-643; id.,id, LL del 511012001,
102.697; id.,id.,LL del 231312001, f. 101.743.
'" LL del 111912002, f. 104.387.
''' LLdel221311995, f. 92.982.
DEBATE
pues así no se atendía a la especial naturaleza del juicio criminal, donde, a diferencia
del procedimiento civil, la jurisdicción no puede considerarse limitada por las pre-
tensiones de las partes, salvo en cuanto a la prohibición de la reformati in p e i ~ s ~ ~ ~ ;
el recordado caso "Tarifeño" se alejaba'bastaute de esta impronta.
Por el contrario, se exigía completar el requerimiento de elevación con un ex-
preso pedido de pena por el Ministerio Público. Si faltaba o dicho órgano se inclina-
ha por la absolución quedaba totalmente desplazada la posibilidad de que un tribunal
del Poder Judicial condenase; si no se respetaba esta tesitura, la consecuencia deve-
nía en la invalidez absoluta de la sentencia adversa al imputado. Sobre el rotundo
cambio de jurisprudencia del tribunal ver mención expresa en el consid. 18) del
voto del doctor Fayt de la causa "Marcilese"; también la indicación del consid. 4") y,
sobre todo, las razones que autorizan a apartarse del criterio anterior registradas en
el cousid. 5"): la ampliación de la acusación haciendo mérito de la prueba rendida
durante el debate. Sin embargo, esta reflexión es ajena al dictum, según lo puutuali-
zan los demás sufragios.
En "Marcilese", la Corte, por mayoría, encontró una cuestión federal típica
(simple)-voto del doctor Fayt, consid. 6"+, admitió la queja, consideró proceden-
te el remedio extraordinario federal y confirmó una grave condena.
La lacónica resolución en "Tarifeño" sólo indicaba que en todo proceso penal re-
gular debían observarse las formas sustanciales del juicio consistentes en la acusación,
la defensa, la prueba y la sentencia. Este enfoque permanece vigente para la minona.
Con puntillosidad, se reconoce que dicho precedente y los que siguen su línea
poco ilustran sobre el contenido exigible a cada uno de esos actos para satisfacer
la garantía del debido proceso. Sí se estima que el principio de oficialidad -la
persecución del proceso penal en delitos de acción pública es tarea estatal- ayuda a
esclarecer la cuestión (ver voto del doctor Fayt, consid. 8").
El Alto Tribunal nunca se ocupó en señalar cuándo ni cómo debía estimarse for-
mulada acusación, acto procesal ineludible para cubrir los demás tramos de la Secuela.
En vez, otro sector de órganos judiciales y teóricos del proceso, muy calificado,
se ubica en la antípoda del espectro. Arajatabla cree que sin pedido concreto de pena,
cualquier condena resulta ineficaz.
La propia Corte mantuvo este criterio en ulteriores pronunciamientos al caso "Ta-
rifeño" -siiscripto sólo por tres de los cinco ministros que entonces la integraban-;
las citas más empleadas corresponden a los casos " G a r ~ í a "y~"Catt~nar"~~'.
~~
. Comenzó a insinuarse un cambio a partir del ya citado caso "Santillán"238;allí,
pese a la conclusión absolutoria del Ministerio Público, se consideró que el solo pe-
dido de pena por el querellante habilitaba la jurisdicción y el tribunal se encontraba
en condiciones de condenar. Cafferata Nores muestra coincidencia inicial con nuestra
posición, al expresar que subsiste la facultad de condenar apesar del pedido de absolu-
ción del MP al igual que la de imponer sanción más grave que la solicitada por éste239.
Aunque no toma partido en la discusión, afirma que sólo los dueños disponen240.
más favorable a su pupilo hacia los carriles a que deberá sujetarse la sanción. Si
aquel que dictó la condena sólo se atuvo en apariencia a los cánones de los arts. 40
y 41, CP, lo resuelto implicaría incurrir en arbitrariedad al expresar, tan sólo, lanuda
voluntad del juzgador24b.
Empero, el debate no ha terminado y son muchas las opiniones que replantean
la compleja discusión. Algunas censuran el cambio operado en la jurisprudencia de
la CSZ4'.Por el contrario, otros coinciden -posición que compartimos-; Bidart
CamposZ4%firmaque dado el impulso del MP, el tribunal debe condenar o absolver;
Sagretti2" concluye que no hay desmedro para la condena pese al pedido de absolu-
ción. ValleZ5Oestima que en tanto se acuerde al acusado y su defensa la posibilidad de
ofrecer prueba con relación al hecho contenido en la requisitoria, se asegure el con-
trol de su producción en el debate y se le permita contestar la original imputación,
no existirá agravio, pues se garantizó el contradictorio. M a s s a c ~ e s i ~con
~ ' , claridad,
asevera que el fiscal alega de acuerdo con su valoración y el tribunal resuelve sin
estar sujeto a ésta.
La CNCP, sala IV, sigue el camino marcado por la CS al ajustarse al acata-
miento debido a los fallos del más Alto Tribunal de la Nación por parte de los jueces
inferiores252.Sin embargo", el TOC nro. 23 se aparta de la causa "Marcilese" 253. Para
ello se adujo -por mayoría- que la conclusión del MP ---el Fiscal General sostu-
vo que el hecho no configuraba daño calificado (art. 184, inc. lo, CP) sino simple
(art. 183, id.>- imponia la absolución solicitadapor dicho órgano (voto del doctor
del Castillo). Por su parte, el doctor Magariños se esforzó por marcar sus discre-
pancias con el criterio de la CS. Así entendió cubiertas las exigencias que reclaman
aportar nuevos argumentos para modificar las decisiones de la CS254.El magistrado
iteró su convencimiento de que la solicitud de elevación a juicio resulta acusación
válida sólo si la prueba producida durante el debate la sustenta; la afirmación cou-
traria formulada en términos absolutos deja inadvertidas supuestos en los que la
evaluación probatoria en el momento del alegatoJina1deriva en percibir 'que los
elementos de cargo producidos no habilitan al acusador para sustentar de modo
razonable aquella imputación que dio base aljuicio. Esa situación conduce a que se
diluya el tópico del contradictorio ypor esa razón el tribunal carecerá del factum en
conflicto habilitante de su jurisdicción; entonces tan sólo le corresponde el dictado
de una decisión que cristalice la indemnidad del estado juridico de inocencia del
CS, Fallos 310:1835 y 2844; CNCP, sala IV, 28/6/1999, "Saba, Omar S.", c. 1174.
ld7 RUA,"Acusación y sistema acusatorio. ¿Sigue siendo el fiscal quicn ejerce La acusación pe-
nal? A propósito del fallo 'Marcilese"', LL del 23/9/2002, nota al f. 104.442, pues lo encuentra lesivo
para la defensa en juicio al no poder refutar el pedido de pena.
lq8 "El recaudo constitucional y procesal de la acusación penal?', LL del 211212002, comentario
al f. 104.833.
"El caso 'Marcilese': ¿Un cambio en la jnrispmdencia de la Corte?", LL del 211012002, co-
mentario al f. 104.491.
Z50 "¿CuAl es la acusación que habilita la sentencia penal? Comentario a los casos 'Marcilese',
'Femhndez, Pedro R.' y 'Tarifeño"', JA del 911012002, ps. 38153.
"Facultad del tribunal de juicio de condenar ante el pedido absolutorio por el Ministerio Pú-
blico Fiscal", JA del 2511212002, ps. 10120.
212 Del voto del doctor Mitchell, LL del 2811 112002, f. 104.808.
imputado, a través de un veredicto absolutorio. Añadió que la tesis del Alto Tribunal
recepta el modelo acusatorio material que hace posible la consagración legal de la
disponibilidad de acción penal. Con énfasis expresa: "...no se trata en absoluto de
confundir los alcances del modelo acusatorio formal con sistemas que consagran la
discrecionalidad". A su criterio, las consideraciones de carácterjurídico quefinden
un pedido absolutorio del acusador; no obstan un pronunciamiento jurisdiccional -
condenatorio, sustentado en razones jurídicas diversas de las apuntaladas en virtud
del principio iura novit curia (el juez pone el derecho). La efectividad de la con-
tradicción y de la defensa se supeditan a que no resulte sorpresiva la significación
jurídica.
No compartimos las razones del ilushado doctor Magariños, a raíz de varias
circunstancias. En primer término, parece imposible desconocer la titularidad del
derecho material cuya realización se persigue en un proceso penal; si el "dueño es
el Estado" se escapa al ámbito del principio dispositivo, con muy pocas manifesta-
ciones dentro de este ordenamiento (por ej.: los recursos); precisamente la discusión
sobre los alcances del pedido absolutorio en la confrontación final nace cuando se
equiparan acusatorio y dispositivo. Esto ilumina que no es preciso dilucidar si el
sistema procesal penal se adecua al acusatorio material. Toda vez que se estimuló el
pronunciamiento jurisdiccional, a través del requerimiento de elevación a juicio, la
funciónjurisdiccional asignada a los jueces no puede abdicarse y el pronunciamiento
deberá ser absolutorio -si hay coincidencia con la tesis fiscal- o condenatorio -si
cabe opugnar la conclusión del Ministerio Público-.
Por otro lado, no siempre la jurisdicción se supedita al contradictorio en su prísti-
na manifestación de control exhaustivo de la prueba; en el procedimiento correccional
(art. 408) es posible omitir la recepción de prueba bajo ciertas condiciones.
En cuanto a la función de iura novit curia no se percibe qué relación guarda
con la subordinación de la condena a las conclusiones del MP en el momento corres-
pondiente al art. 393. Su única funcionalidad es, siempre que se respete con estrictez
el principio de congruencia, dar autonomía al tribunal para efectuar la comprensión
jurídico penal del caso. Dicha mutación descuenta que no se retaceó a la defensa
hacerse cargo de todas las aristas posibles del asunto.
Por el contrario, Rúazsscoincide con el TOC nro. 23 y destaca que la falta de
contradicción impone al juez mantenerse dentro de un esquema acusatorio que le
impide intervenir ante la falta de conflicto; sólo debe limitarse a actuar como resorte
de las peticiones de las partes.
c.3.) "Mostaccio"
En este precedente la CS -voto de los jueces Petraccbi, Belluscio, Boggiano,
Maqueda y Zaffaroui- retomó la doctrina "Tarifeño", remitiéndose lisa y Ilanamen-
te a lo resuelto por la mayoría en "CAsere~"~~~. La disidencia de los jueces Fayt y
Vázquez mantuvo la postura sentada en "Marcilese".
En conclusión, la doctrina actual de la CS es que el tribunal no puede condenar
si el fiscal, durante el debate, solicitó la absolución del imputado.
'" CNCP, sala 111, ED del 1911111998, Síntesis Jurisprudencial, nro. 26, SJ.
ACTA DEL DEBATE
CAP~TULO
111
a) Principios generales
La sanción de nulidad es subsanable por ser relativa; en consencuencia, requie-
re la instancia de parte (arts. 169, 170, inc. 3", y 171, inc. lo), con las excepciones
que habrán de puntualizarse.
Adiferencia de lo que ocurría con el procedimiento anterior (arts. 495 y 496 del
Código aprobado por ley 2372), no es preciso que el acta incluya, con exhaustividad,
el íntegro desarrollo del debate. Basta que contenga las menciones establecidas por
la ley, o las que el presidente ordene efectuar, o las solicitadas por las partes y que re-
sulten aceptadas (inc. 6"). Si la solicitud fuere desestimada, debe hacerse la protesta
para recurrir en casación (art. 456, inc. 2').
b) Análisis de los recaudos
1) El lugar será, en principio, el de la sala encias del tribunal (ver arts.
373 y 374). La fecha cobra relevancia porque permite computar el límite del plazo
tolerable para la suspensión del debate (art. 365) y la inmediatez para,el comienzo de
la deliberación (art. 396), luego de cuya finalización debe efectuarse la lectura de la
sentencia (art. 400, párr. 2").
Se trata de una nulidad relativa, debe ser instada y resulta subsanable (arts. 166,
169 y 170, inc. 3", y 171, inc. 2").
2) Permite conholar si se ha cumplido con el principio de identidad fisica del
juzgador (art. 396) y la regular constitución del tribunal. Su infracción genera una
nulidad de carácter absoluto (arts. 18, CN, 167, inc. lo, y 168, pán. 2" para ambas
situaciones).
En el caso de fiscales, defensores (arts. 67 y 111, respectivamente) y manda-
tarios, que pueden ser sustituidos, no hay motivo para invalidar el acta por su mu-
tación, pero sí por la ausencia de los dos primeros o de uno de ellos, pues resultaría
afectada la inviolabilidad de la defensa por cercenarse la contradicción (arts. 18, CN,
167, incs. lo, 2" y 3", 168, párr. 2", y 368, párr. lo). En cuanto a losmandatarios, el
aserto cobra relevancia simplemente para verificar si el actor civil no afrontó el cum-
plimiento de la carga impuesta por el art. 93, con la consecuencia del art. 94; para el
mandatario del civilmente demandado, su ausencia puede determinar que se le siga
proceso en rebeldía. Lo mismo ocurre con el asegurador (arts. 117 y 118, párr. 2', ley
Art. 394 ACTA DEL DEBATE
17.418) cuando interviene por éste; en vez, si lo hace por el actor civil, la incompa-
recencia produce el efecto del art. 94, páni 2".
3) Los datos del imputado son los fijados por el art. 297 y responde a la exigen-
cia del art. 74. De todas maneras vale recordar que para identificar al sujeto pasivo,
basta el hombre y no el nombre.
Si los datos del imputado faltan en el acta, pero de la sentencia y de otros actos -
regularmente cumplidos y obrantes en el legajo -hipótesis casi académica- surge
que está suficientemente identificado (art. 404, inc. lo, a contrario), debe concluirse
que se trata de una mera irregularidad que no conlleva sanción alguna. Salvo que
trasunte su falta de intervención, en cuyo caso es absoluta (arts. 18, CN, 167, inc. 3",
>" CNCP, sala 111, LL del 231912002, f. 104.448, del voto del doctor Tragant.
ST Corrientes, JA 1987-111-374.
2'3 CNCP, sala 111, 171311999, "Ramirez, S.", c. 1785, LLdel31112000, o DJ 2000-1-776, f. 15.165.
'" CLARJAOLMEDO, Tratado..., t. VI, ps. 2791280, con referencia al ari. 424, CPP Córdoba de
1940, de texto casi idéntico.
"* "Nuevo proceso penal, justicia y sentido común", ED 178-918y 179-908.
276 Fallos 328:3399.
SENTENCIA
CAPÍTULO
IV
SENTENCIA
En el juicio oral el órgano decide fundándose en el acta del debate (art. 394)277.
De ahí la importancia de gestionar la reposición cuando se omitan menciones re- -
queridas por las partes (art. 394, inc. 6") y, ante su rechazo, dejar planteada la vía
casatoria (art. 456, inc. 2').
La sentencia es el acto procesal decisorio culminante del juicio, a través del
cual se resuelve sobre la pretensión deducida por los acusadores (arts. 347, párr. 2",
351 y 393) y la oposición hecha valer por la defensa (art. 393); tanto con respecto al
objeto principal --cuestión penal (arts. 347, párr. final, o 3 5 1 t como al eventual
-cuestión civil, si se hubiese planteado en tiempo oportuno (arts. 87 y 101)-.
Ver art. 409 para lo correccional.
Deliberación
396. Terminado el debate, los jueces que hayan intervenido en él pasarán
inmediatamente a deliberar en sesión secreta, a la que sólo podrá asistir el se-
cretario, bajo pena de nulidad.
a) Principios generales
Dice Clariá Olmedo que si bien la discusión en el juicio oral constituye el últi-
mo momento del debate, en cambio, la sentencia está materialmente fuera de él sin
perjuicio de integrar, a lo menos como uno de sus pasos, la última de las audiencias
en que el debate se de~envuelve*~~.
Ya anticipamos (art. 394, inc. 2") que el órgano judicial al cual incumbe la de-
cisión debe estar integrado por los mismos jueces que participaron en el debate (art.
374), a fin de preservar la identidad fisica del juzgador.
El comienzo de la deliberación indefectiblemeiite tiene que producirse, sin so-
lución de continuidad, al concluir el debate. De otra suerte -cuando se infringe el
principio de continuidad- resultaría también vulnerado el de inmediación.
Salvo las excepciones previstas (art. 397), comenzada la deliberación debe con-
cluir con el pronunciamieiito de la sentencia o, cuando menos, con la lectura de su
parte dispositiva (art. 400, párr. 2").
A la deliberación sólo debe concurrir el secretario, para quien constituye una
bligación funcional, con miras a la redacción del acta y autorizar el documento sen-
cial (arts. 121, 138, 139,399 y 404, inc. 5", y art. 30, ley 24.050).
Si es menester producir más prueba, corresponde reabrir el debate (art. 397), y
de precisarse cualquier auxilio, debe solicitarse por intermedio del secretario.
La deliberación se cumple únicamente por los jueces del órgano colegiado en
presencia del secretario, quien, como es obvio, al no cumplir funciones jurisdiccio-
nales, en modo alguno puede gravitar. Dicha deliberación se realiza como tal oral-
mente, pero en secreto, ya que no pueden asistir el público, las partes ni sus letrados.
732 SENTENCIA Art. 397
b) Nulidad de la deliberación
La invalidez conminada, en cuanto al secreto de la deliberación y a los sujetos
que deben participar (art. 396), tiene Fue aplicarse con rigor279.Sobre todo cuando se
trata de instaurar un régimen preocupado porque esta resolución emane únicamente
de los jueces. A nuestro modo de ver, se afecta el secreto de la deliberación si se
tolera el ingreso -salvo casos extremos cuya justificación resulte inobjetable- de
auxiliares del tribunal (ver art. 63 en cuanto al distingo efectuado respecto de los
secretarios), De manera que la sanción indicada por el párrafo final del art. 396 en-
sambla con la regla del art. 167, inc. 2"; deberá ser opuesta al cumplirse el acto o in-
mediatamente después (art. 170, inc. 39, y si la resolución es adversa, deberá hacerse
la reserva de acudir en casación (art. 456, inc. 2'). Desde luego que si alcanza una
dimensión que ponga en crisis la debida constitución del tribunal (art. 167, inc. lo),
puede llegarse a lesionar la garantía del juez natural; en ese caso resultaría absoluta
(arts. 18, CN, y 168, pán: 2').
La nulidad no se produce sólo por el ingreso a la deliberación de personas no
autorizadas por la ley, sino también cuando no comienza apenas terminado el debateza0.
Como ninguna de las normas aplicables establecen el plazo para deliberar, debe
estarse a que será común al acordado para la redacción de la s e n t e n ~ i a ~ ~ ' .
Reapertura del debate
397. Si el tribunal estimare de absoluta necesidad la recepción de nuevas
pruebas o la ampliación de las recibidas, podrá ordenar la reapertura del deba-
te a ese fin., v" la discusión uuedará limitada al examen de auuéllas.
.l.isncn ciena seinzjanza con las medidas para mejor proveer autorizadas por
el anrigi~oCódigo en el an. 193. Por ende, entendeinos que súlc>deben destiiiarse a
completar y aclarar elementos ya incorporados al juicio-y no cuestionados por las
partes. El tribunal jamás debe asumir funciones de acusador; por el contrario, con
el fin de averiguar la verdad en sustancia y, en ejercicio de atribuciones conferidas,
puede confirmar el contenido de la prueba de cargo sin menoscabo para la imparcia-
lidad que le es
No corresponde reproducir actos del debate, pues no configuran nuevas prue-
bas; sólo quedan fuera de limitación si se decide ampliarlas.
La reapertura debe cubrir las garantías del debido proceso y de la inviolabili-
dad de la defensa en juicio. Por ende, el presidente deberá cumplir con la citación de
los inteminientes y observar, a su tiempo, lo dispuesto por el art. 374. Formalmente
debe declarar la reapertura, anoticiar las pruebas que se han de producir y practicarlas
conforme a las disposiciones que regulan los distintos medios (art. 382, párr. 2"). Por
supuesto que las partes controlarán sin retaceos las diligencias, ya que es imposible
privarles de las impugnaciones correspondientes. Recogida la prueba, se procede a la
nueva discusión en la forma prevista por el art. 393, aunque restringiendo el discurso
Z8i CS, ED 95-198, f. 34.814, con nota de BERTOLINO, "El debido proceso y los principios de
imparcialidad y bilateralidad en el áinbito procesal penal".
Art. 398 SENTENCIA . 733
a) Principios generales
Las reglas primordiales a observar, para la validez de la deliberación, consisten
en dilucidar las cuestiones adoptando la secuencia fijada por el primer párrafo y la
opinión, por cierto que fundamentada, de los magistrados sobre cada una de ellas.
Para Clariá Olmedo - q u i e n sigue a Leone- se trata de simples directivas
carentes de sanción a la actividad2". El limite siempre radicará en que no se afecte
garantía constitucional alguna, supuesto en el que cabe su declaración de nulidad
oficiosa (art. 168, pán: 29, por ejemplo, si se omite toda mención sobre la existencia
En este momento tienen que ser despejadas todas las hesitaciones en cuanto a
los episodios configurativos del objeto procesal penal -precisado en la requisitoria
o en el auto de elevación a juicio (arts. 347, párr. 2", y 351)-; si persisten, corres-
ponderá aplicar el art. 3".
La sucesión en que deben despejarse las cuestiones no es rígida e incumbe al
tribunal establecerla284.
b) Secuencia de la deliberación
1) Cuando no se altera, debe comenzarse por afrontar las cuestiones prelimina-
res alojadas en el art. 376, pospuestas en virtud del art. 377, párrafo primero. En este
tópico ingresan también los hechos que pudieron fundamentar una excepción -aun-
que no introducidos por las partes, pues en el momento de señalada la audiencia para
art. 359), caducó para aquéllas la posibilidad de plantear la concerniente
Competencia territorial (art. 358 y comentario al art. 399)-, ya que. confxaw&.
su funcionamiento dentro del proceso penal (ver introducción al Título VI, Libro 11),
el iribunal tiene la obligación de considerarlos oficiosamente cuando su existencia
sea manifiesta.
Luego corresponde encarar si desde el punto de vista histórico puede afirmarse
la existencia del suceso constitutivo del.objeto procesal penal. El hecho debe po-
nerse de manifiesto precisando todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo en
que se produjo; no basta la mera referencia de elementos de juicio existentes en la
causazss.Aquí corresponde analizar si el episodio tiene adecuación típica conforme
a la descripción de las figuras efectuada en el Libro 11 del Código Penal o en alguna
ley penal especial.
Fijado el hecho, debe meritarse la intervención del imputadopara establecer cómo
debe responder conforme a las reglas fijadas en el Título VII, Libro 1del Código Penal.
Se requiere precisar sus condiciones desde el punto de vista biológico-psiquiátrico-
jurídico o bien su capacidad de culpabilidad, la existencia de causales de justificación,
circunstancias excluyentes de la culpabilidad o la aparición de excusas absolutonas.
Más allá de la tipicidad, luego coiresponde encuadrar el hecho en la forma que
hace posible su castigo, siempre que se adecue a todas las exigencias requeridas
por una determinada figuia delictiva. Bajo este aspecto el análisis se agota con la
determinación acerca de si se trata de una figura simple, atenuada o agravada y Si es
consumada o tentada.
La sanción aplicable se determina a través de las pautas generales fijadas por los
arts. 40 y 41 del Código Penal; el tribunal debe también tener en cuenta los anteceden-
tes penales del causante, a través del informe que debe solicitar al Registro Nacional de
Reincidencia y Estadística Criminal y Carcelaria (art. 5' de la ley 22.1 17). Cabe com-
putar, en este momento, la disminución de pena en caso de tratarse de una tentativa
(Título VI, Libro 1, CP) o de complicidad secundaria (arts. 46 a 49, id.). Asimismo, la
modificación de la escala penal que pueda corresponder si se está frente a un concurso
(arts. 54,55 y 56, id.). Si se condena por hechos reiterados, debe determinarse cuántos
fueron, aunque se trate de idénticos damnificados y calificación legalzs6.ESnula la sen-
tencia que omite consignar las circunstancias atinentes a la mensura de la pena, pues
así se convierte al fallo en un acto de pura voluntad del juzgadorzs7.
El pronunciamiento acerca del objeto accesorio y eventual, siempre que se haya
introducido debidamente en el proceso penal y mantenido en igual forma -no debe
haber mediado desistimiento del actor civil (art. 94)-, corresponde efectuarlo aun-
que la sentencia sea absolutoria (art. 16, párr. 2'). Para las excepciones y reconven-
ción sobre la cuestión civil, ver art. 102.
Finalmente, se cumplen las prescripciones de este primer pái~afodecidiendo
acerca de la imposición de costas (ari. 530). La CCC, en fallo plenario, había resuel-
to que la omisión de pronunciarse sobre las costas generaba una sentencia nulazss,
pero luego varió ese temperamento al considerar que podía suplirse dicha falta en
el trámite impugnativozS9. La CS sostuvo, por su parte, que si es nula la exención
de costas sin fundamento, resulta contrario a la lógica interpretar que el silencio de
la sentencia sobre ese punto implique su pago en el orden causado, pues entonces
el mero silencio podría constituir una vía indirecta para evitar la nulidad derivada
de imponer la exención sin causas explícitas. Por tal motivo deben entenderse como
impuestas a la parte vencida290.
2) El segundo párrafo se ocupa de cómo se conforman los fundamentos de la
sentencia. Si los jueces omiten expresar las razones que los inclinan en un determi- -
nado sentido, se desentienden de la obligación que como tales les incumbe y con-
vierten al pronunciamiento en uno de los ejemplos más claros de arbitrariedad, al par
que soslayan una de sus más prístinas obligaciones como magistrados de un régimen
republicano: fundamentar sus fallos (art. lo, CN)Zqi;no basta la mera suposición
sobre lo que se habría representado el encartado en el momento de los hechos si no
se apoya en ningún elemento convictivo292;también si se prescinde de una visión de
conjunto y la necesaria correlación entre las pruebas -incluso la indiciaria- y sólo
se la merita en forma fragmentaria y aisladazq3.
En los delitos contra la honestidad, en que la prueba es de difícil recolección,
no sólo por los desarreglos psicológicos provocados en la víctima sino por el tiempo
que transcurre hasta que llega la notitia criminis al tribunal, no cabe segmentarla,
quitándole sustento a lo que en conjunto lo tiene. Si así se procede, la sentencia re-
sulta arbitraria294.
No cabe invalidar los indicios y presunciones de uno a uno y evitar su valoración
articulada y contextual; se trata de una imperfecta metodología, pues prescinde de ele-
mentos que, solitariamente, nada prueban con certeza, mas evaluados en acto único y
con ajuste a las reglas de la sana critica racional pueden llevar de la mano a una proba-
tura acabada plena y exenta de toda hesitación razonablezq5.Es en la prueba indiciaria
donde se pone de manifiesto la libertad de apreciación que tiene e i juez, desde que
no rige una norma que le imponga cómo deben ser los indicios, pues basta respetar
el principio de la sana critica; con todo, no debe trasladarse dicho examen a un plano
de abstracción prescindiendo de los hechos de la causa donde, en principio, ningún
indicio será unívoco y dará lugar a múltiples posibilidades de igual valorzq6.La fuerza
de la prueba de presunciones radica en el correcto silogismo que lleva de los hechos
indiciarios ----debidamente acreditados por pruebas directas- a los hechos indicados
surgidos mediante un procedimiento indirecto de deducción, que puede alcanzar un
alto grado de probabilidad y de univocidad si no se los valora aisladamente, sino en
conjunto y respetan la lógica, la regla de la ciencia y de la experienciazq7.
CS, 2011212005, "Las Varillas Gas SA", JAdel 121412006, p. 35; ED del 81312006, p. 5.
29' CS, Fallos 279:355; 300:539,928; 308:640.
"' CS, LL del 161911996, f. 94.698, con nota de BERTOLINO, "La mera suposición como un modo
del juicio penal arbitrario".
'" CS, JA del 301411997, p. 48, "Piñero Pacheco, Raúl E.".
:" CS. 1.1. del 23 2 I Y J D , f 96 642, con njta dc '\l,,nir. ;>:El peso dr' los indicios') In i..iloracion
d~ id p ~ e b de .
a viouncion;~en el deiiro de violnciOn"., aiiicn dice: "Si la\. ..
un recror del iiiava nrobaiono
que l¡eva al operador jurídico (juez, jiuado, árbitro, abogado) a trabajar en un frente de conjunto, en una
red que, interactuante, anude y teja es el de los indicios... Las parcelas, los indicios abastecen a las presun-
S..." y previenen contra la balcanización si se dispersan y evalúan aisladamente.
'** CNCP, salal, DJ 1999-3-186, f. 14.660.
Id., sala 11, JA 2000-1-503.
lg7 TOC nro. 7, DJ 1999-1-462, f. 13.822; id, DJ 1999-2-1 075, f. 14.461.
736 . SENTENCIA Art. 398
'" CNCP, sala IV, LL del 911112001, f. 102,869; en el caso, un juez sostuvo la atipicidad del
hecho denunciado Y el restante estimó la imposibilidad de continuar el proceso en vimid del pedido
dc desr.siiniacióii fi,miulado por el fiscal, :o11 nora dr. ALLILYKI, "l>isco~d~as ) rna)orias, u sobre los
reieudos prupio~de 13 sel!iericiac colc.pi:i<l;is",qiiieci recuerd3 uuc risi i l an. 26 del Jec-le\ 1232 58 cn
cuyavi&d se estableció el criterio deia mayorla absoluta; si hay disenso, deben inco~por~rse los votos
necesarios para obtener mayoria de opiniones.
'M ST Mendoza, sala 11, f. del 201511991, JAdel2311011991, p. 56.
Art. 398 SENTENCIA -
En cuanto a la apreciación de la prueba por las reglas de la sana crítica, co
equivalente a libre convicción, ver introducción al Título 111 del Libro 11 (
241 y 263, inc. 4'). Confróntese el retroceso impuesto por el art. 44 de la Le
Espectáculos Deportivos, 24.192, pues instaura un régimen de prueba legal
filmación controlada por el juez instructor de tumo- respecto de los delitos que
comprende.
Abalos recuerda un fallo del TSJ Córdoba que contrasta motivación insuficien-
te y motivación errónea; mientras aquélla produce la nulidad de la sentencia, los
motivos erróneos no siempre determinan la invalidez30s.
La ley no impone normas generales para acreditar hechos delictivos ni deter-
mina abstractamente el valor de las pruebas, dando al juzgador libertad para admitir
aquellas estimadas útiles para esclarecer la verdad306.Se atribuye a los jueces re-
solver con sana refiexión las cuestiones que le son sometidas, aplicando el derecho
vigente y ejerciendo su ciencia con independencia de presiones de cualquier índole,
aunque se trate de las meramente psicológicas que ejercen los criterios imperantes
en el medio
3) Si no se coincide en cuanto a la sanción, deben sumarse las propuestas y divi-
dirse por el número de votos. Si la divergencia estriba en la clase de pena, "...deberá
desdoblarse la cuestión como en el caso de la participación ..."3ns. Apuntan Donna y
Maiza que puede resultar injusta la solución cuando la mayoría opte por una pena
que permita la ejecución condicional -pese a discrepar en el monto-, por ejemplo,
votación dividida entre dos, tres o seis años en el delito de robo309.
4) La alteración del orden de las cuestiones tratadas no afecta de nulidad a la
sentencia. En vez, la invalida la infracción a lo establecido en el párrafo segundo.
En general se admite la adhesión al voto precedente; pero si faltare la opinión de
uno de los jueces, se incurriría en una nulidad absoluta, pues además de dejarse de
lado lo referente a la constitución del tribunal (art. 167, inc. lo),la absolución o la
condena desatendería la observancia del debido proceso (arts. 18, 28 y 33, CN, y
art. 168, páni 2"), tanto para los acusadores como para el imputado y su defensor3I0.
Con acierto se ha dicho que la falta de enunciación del hecho o la determinación
circunstanciada de aquél, que el tribunal estime acreditado, no afecta de nulidad a
la sentencia, siempre que la consideración de "...la existencia del hecho delictuoso"
haya sido tratada en debida fonna3I1.
e) Casuística
La validez de la sentencia, cuando hay disidencias, exige mayona de opiniones
sustancialmente coincidentes en el fundamento de la solución31z.
Requisitos de la sentencia
399. La sentencia contendri: la fecha y el lugar en que se dicta; la mención
del tribunal que la pronuncia; el nombre y apellido del fiscal y de las otras par-
tes; las condiciones personales del imputado o los datos que sirvan para identi-
ficarlo; la enunciación del hecho y las circunstancias que hayan sido materia de
acusación; la exposición sucinta de los motivos de hecho y de derecho en que se
fundamente; las disposiciones legales que se apliquen; la parte dispositiva y la
firma de los jueces y del secretario.
Pero si uno de los jueces no pudiere suscribir la sentencia por impedimento
ulterior a la deliberación, esto se hará constar y aquélla valdrá sin esa firma.
'' CF. San Martin, sala 11, LL del 2911111996, f. 94.913, con nota de Q U E ~ EMENDOZA,
D~ "La
n judicial bajo las normas penales".
'" CNCP, sala 11, 221311999, "Fernández", c. 1870, LL del 51112000; id., id., DJ 2000-1-1340,
defecto en la motivación del fallo, toda vez que, para ser fundada en derecho, la
sentencia debe explicar y describir los hechos objeto de subsunción jurídica; de lo
contrario se aplicaría una norma que no tiene correlación con el suceso histórico que
hipotiza como delitoiz2.Para fijarla hay que tomar como referencia el requerimiento
de elevación a juicioi2'. Por eso, el deber de los magistrados de precisar con plena li-
bertad las figuras delictivas juzgadas encuentra su limite en la congruencia3". Como
se ha expuesto tiene carácter de garantía constitucional32s.
La sentencia debe ser: a) completa ---conteniendo en su parte resolutiva la deci-
sión respecto de todas las cuestiones que han sido objeto del proceso, calificando el
hecho y determinando sus consecuencias jurídicas-; b) expresa y precisa, indican-
do con exactitud los alcances de la decisión, monto de la pena impuesta y de las in-
demnizaciones si fuera el caso y la calificaciónjurídica con indicación de las normas
legales aplicadas; c) clara, de modo que no dé lugar a confusiones o incertidumbres;
y d) no debe ser contradictoria. La omisión de alguno de estos requisitos conlleva a
la declaración de nulidad del acto incompleto326.
La anulación puede ser parcial; si se trata de un delito de incumplimiento de
los deberes de asistencia familiar, no puede irse más allá de la fecha en que el fiscal
solicitó la elevación a juicioi2'.
No lesiona la congruencia, por violarse la prohibición de fallar extra petitum,
si se condenó por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, aun
cuando la acusación cubriese la tenencia simple. La validez de este corolario se su-
bordina a que en el requerimiento de elevación a juicio se contemple expresamente
la hipótesis de la condenaizs.
Cabe reparar que esta limitación cede en los delitos de acción privada (ver Ca-
pítulo 111, Sección Primera, del Título 11). Ver comentario al art. 38 l.
La explicacidn sucinta de los motivos de hecho ya se dijo que no exige una
doble descripción estructuralmente autónoma e incluida al comienzo y al final; basta
que se manifieste claramente cuál es; lo que importa es que dicha e&nciakión esté
contenida en la parte inicial del pronunciamiento o en la motivacióniz9;a su vez,
impedirá una ulterior persecución y protegerá a la persona en los términos del art. lo.
Si la sentencia envuelve una demasía al interpretar las normas relativas al allana-
miento del domicilio, creando requisitos no exigidos por la ley, resulta defectuosa
su motivaciónn0.
El requisito de la motivación rige aun para imponer las reglas de conducta esta-
blecidas por el art. 27 bis, CP, tanto por su carácter complementario cuya aplicación
ST Corrientes, JA 1987-111-374.
CNCP, sala 1, LLdei 311811998, f.97.739.
SENTENCIA
debe ajustarse a las condiciones personales del imputado, como por el paralelismo
existente con el beneficio de la suspensión del juicio a prueba -art. 293-33'.
Tanto la falta de relación de aquél como precisar el derecho, genera nulidad
absoluta (art. 404, inc. 2') y declarable de oficio porque toma imposible la defensa
plena del imputado (arts. 18, CN, y 167, inc. 3", y 168, párr. 2').
Si faltan las disposiciones legales aplicables resulta ímprobo el control en la -
vía casatoria (art. 456), a excepción del caso previsto en el art. 472. La nulidad que
genera la falta de mención es absoluta332.
El dispositivo de la sentencia es la parte resolutiva y refieja la decisión del
'rgano en cuanto al mérito o fondo del asunto. Su carencia genera la nulidad en
os términos del art. 404, inc. 4"; a nuestro modo de ver, de carácter absoluto, por
esatender tanto la intervención del juez (art. 167, inc. 2") como la del imputa-
o (art. 167, inc. 37, con mengua de la garantía fijada en el art. 18, CN (art. 168,
rr. 2"). Ciertas leyes especiales imponen sólo declarar la culpabilidad del autor en
sentencia y recién cuando fracase un tratamiento fijar la cuantía de la pena333.Son
uestiones opinables. En cuanto a las costas, ver comentario al art. 530.
Si faltare la firma de los jueces, el pronunciamiento resultaría inexistente por no
resarse la manifestación de su voluntad sobre el objeto del proceso334.La firma
secretario también viene exigida por los arts. 121 y 140. Como es un requisito
ue hace a la válida intervención del tribunal, su falta genera las mismas consecuen-
analizadas en el párrafo anterior.
b) Análisis del segundo párrafo
Si el tribunal está integrado por tres miembros, el impedimento podrá afectar
sólo a uno, pues si afecta a dos resultará no conformada la mayona necesaria para
idir (art. 398). Siempre que exista mayoría de opiniones, al coincidir los jueces
refrendan la sentencia, la invalidez debe descartarse335.La CS tiene resuelto
la deliberación descuenta que la sentencia se dicte en acuerdo y se establezca el
oto individual de los magistrados incluso frente a un régimen como el del Código
cesa1 Civil y Comercial de la Nación, que en nada se asemeja al instauado por el
. 396336.Desde luego que esto supone el respaldo por el secretario de que quien no
uede firmar coincide en la decisión con uno de los que la suscriben y así conformar
Lectura de la sentencia
400. Redactada la sentencia, cuyo original se agregará al expediente, el tri-
una1 se constituirá nuevamente en sala de audiencias, luego de ser convocadas
"' CNCP, sala 111, JA 2000-1-465; la disidencia estima que la motivación es para acordar la
ondena condicional --art. 26, CP-; pero superada esa etapa, el órgano judicial tiene libertad para
seleccionar alguna de las pautas de conducta -art. 27 bis, CP-.
CS, ED 182-232, f. 49.189.
"' TOC Fed. nro. 1 Mendoza, ED 179-281, f. 48.803, con exhaustiva nota de LOSABA, "Toxico-
aniaY ley penal: una contradiccion en sus términos", sobre todo parág. 15, nota 8.
"' CS, JA 1996-1-548, o LL del 13/3/1996, f. 94.084; NICELE, "Sentencias irregulares", LL del
las partes y los defensores. El presidente la leerá, bajo pena de nulidad, ante los
que comparezcan.
Si la complejidad del asunto o lo avanzado de la hora hicieran necesario
diferir la redacción de la sentencia, en dicha oportunidad se !eerá tan sólo su
parte dispositiva, fijándose audiencia para la lectura integral. Esta se efectuará,
bajo pena de nulidad, en las condiciones previstas en el párrafo anterior y en el
plazo máximo de cinco (5) días a contar del cierre del debate.
Cuando se hubiere verificado la suspensión extraordinaria prevista en el
art. 365, el plazo establecido en el párrafo anterior será de diez (10) días y se po-
drá extender hasta veinte (20) días cuando la audiencia se bnbiere prolongado
por más de tres meses y hasta cuarenta (40) días cuando hubiere sido de más de
seis meses ?' .'
La lectura valdrá en todo caso como notificación para los que hubieran
intervenido en el debate.
a) Principios generales
Como acto procesal, la sentencia debe documentarse en los términos de los
arts. 138 y 139. Hasta tanto se proceda de ese modo, no existe como tal; por eso,
el borrador o cualquier otra manifestación que revelare el estudio de la causa por el
juez o tribunal con carácter previo a la decisión no es acto SUvalidez
exige la redacción por escrito. Por eso es parcialmente nula la sentencia a la que le
falta, por omitirse su agregación, una foja en la cual concluía el desarrollo de los ar-
gumentos basilares de la condena, pues ello crea un estado de indefensión, derivado
de la imposibilidad de contestar a tales afirmaciones desconocidas339.
Sin solución de continuidad, al concluir la deliberación, debe redactarse.
Excepcionalmente cabe anticipar tan sólo la parte resolutiva.
'
b) Lectura del dispositivo
Su omisión en forma tempestiva destruye la continuidad impuesta y la obligada
identidad flsica del juzgador; por ende se agrede la garantía del debido proceso ad-
jetivo (arts. 28 y 33, CN) y, en forma larvada, se atenta contra el principio del juez
natural al tornarse viable la intervención de personas ajenas al tribunal (art.18, id.).
La nulidad es absoluta (arts. 167, incs. 1" y 3', y 168, párr. 2").
c) Lectura de los fundamentos
En cuanto a esta lectura, hay que distinguir entre hacerlo una vez vencido el
plazo de cinco días - e n principio hábiles, art. 1 1 6 y omitirla. En el primer su-
puesto, la nulidad debe propiciarse inmediatamente después de vencido el plazo
(art. 170, inc. 3"), pues de lo contrario queda subsanada (art. 170, inc. lo). En el
segundo es absoluía, porque el dispositivo aparecerá como expresión de la mera
autoridad de los jueces.
La extensión del plazo para la lectura de los fundamentos en los supuestos es-
tablecidos en el párrafo tercero se explica en función de la complejidad y duración
El art. 42, RJN, establece que toda sentencia condenatoria en causa criminal
rsonalinente al procesado. La CS precisó que la notificación
alidad a fin de iniciar el cómputo del plazo para inter-
ario federalgM,doctrina que procura evitar que tal clase
es por la sola conformidad del defensor34s.Empero, se
epto tuvo en mira la ley procesal derogada, "pero hoy la ley
ado la oralidad y con ella la vigencia de los principios de
ón y continuidad, los que rigen toda la actividad del juicio y,
nde, abarca el acto procesal de la lectura de la sentencia, la que 'valdrá en todo
como notificación para los que hubieren intervenido en el debate' ... interveu-
scindible en el caso del imputado (art. 366, id.), y terminado
ntinuidad comienza indefectiblemente la deliberación, la
ronunciamiento del fallo íntegro o de la parte dispositiva
r en el plazo máximo de cinco días... De modo, pues, que
eina posibilidad razonable de que el acusado no se entere del
ciamiento, sea por su presencia personal en la sala de audiencia o por la de
el momento de la lectura de aquél. En todo caso, nunca podrá
una eventual falta de conocimiento a defectos del acto de comunicación
s al servicio de justicia, sino de la propia conducta discrecional del imputa-
s, pese a estar advertidos de que se leerá el fallo en lugar, día
'40 CS, Fallos 307:966; luego de 1994, lo mismo surge de los tratados internacionales -art. 75,
a) Prineipios generales
. Siempre que se mantenga la identidad fáctica --es decir, se obsewe el prin-
cipio de congruencia-, el tribunal tiene plena facultad para modificar el encuadre
jwídico penal del hecho recogido en la acusación -auto de elevación a juicio o
"'" Del voto del doctor Bisordi en el fallo de la CNCP, sala 1, 711011994, "Abet, José", JA
191711995,p. 41; ver también voto de la doctora Canicci en la misma causa, en el que expresa: "...si con
ello se pretende reclamar una notificación personal de la condena, debe recordarse que según el Código
Procesal -m.4 0 0 1 con la lectura queda comunicada...".
j" CNCP, sala IV, LL del 511012001, f. 102.691, con disidencia de la doctora Capolupo de Du-
rafiona y Vedia.
''S LLdel2111111991, f. 89.924.
requerimiento fiscal (arts. 347, párr. ZO,y 351)353;sin embargo, la posibilidad de que
aparezca una pluralidad de hechos unificados bajo la fonna de delito continuado
(art. 54, CP) o circunstancias agravantes no contenidas en la acusación impone pro-
ceder conforme al art. 38 1.
Por el contrario, si el hecho es diferente - o t r o episodio imputado a la misma
o a diferente persona-, el tribunal debe promover un nuevo proceso remitiendo las
actuaciones a insirucción (ver comentario a los arts. 252, 371 y 390)354.Cafferata
NoreP5 propicia un medio para determinar si el hecho es diverso: si la nueva per-
secución superase o resultare eficaz para refutar una excepción de cosa juzgada o
litispendencia. En vez, si se acredita la ajenidad del imputado, tiene que pronunciar-
se la absolución.
El primer párrafo autoriza cierta laxitud en la aplicación del brocardo iura novit
curia - e l tribunal conoce el derecho-, perfil que se retacea en casación en virtud
de lo establecido por el art. 463. "La del título condemnationis responde al principio
de iure novit curia, que permite al tribunal corregir claros errores de subsunción,
cuando ello, claro está, no apareje indefensión...". Empero: "Las agravantes sólo
agregan circunstancias a la prohibición básica, por lo tanto ellas pueden ser introdu-
cidas en el debate si la defensa cuenta con tiempo suficiente para contestarlas, y ob-
viamente también pueden ser recogidas por el tribunal en su sentencia. Se requiere,
no obstante, que esta introducción opere por voluntad del Ministerio Público, y no
por la del tribunal"356.
b) Congruencia. Casuística
La correlación entre acusación y sentencia es esencial para impedir la condena
or un hecho diverso al que fue objeto de imputación; sólo así se respeta la inviola-
ilidad de la defensa en juicio (art. 18, CN). Alude a la concreta conducta humana
a la especie legal; si hay alteraciones fundamentales con respecto al hecho, se
dió la defensa; aunque no cabe exagerar, pues resulta posible, ante la imputación
robo calificado, condenar por robo simple, ya que se ha permitido el conocimiento
a base fáctica al imputado y a su defen~or'~'.Si bien el cambio de calificación no
figura agravio constitucional, ello es así siempre que la condena verse sobre los
mos hechos que fueron objeto de debate en la causa. En vez, si se incorpora uno
nuevo respecto del cual no existió la posibilidad de ejercer el derecho de defensa en
juicio, cabe descalificar el fallo como tal"8. Es que en orden a la justicia represiva,
es deber de los magish-ados, cualesquiera fueren las peticiones de la acusación y de
defensa o las caiificaciones de carácter provisional, precisar las figuras delictivas
zgadas con plena libertad y exclusiva subordinación a la ley, sin otro limite que
restringir el pronunciamiento a los hechos constitutivos de la materia del juicio; sa-
tisfecha esta exigencia, no hay violación de la defensa en
La CNCP, sala 111, resuelve que deteminar el momento en que debe remitirse
tente -como lo establece el pán: 2 0 es facultad exclusiva
esulta obligatorio hacerlo cuando media pedido expreso del
rgano judicial debe abstenerse de dictar sentencia y remitir
al para que decida si requerirá instrucción o practicará ins-
cción sumaria 37'. Al comentar el fallo, Silvina Bruno expresa que la casación no
rden al hecho diverso o si el tribunal al
sal; concluye que es casi imposible fijar un
ecidir si el hecho es distinto por la infinidad de
"
( ' S , 11 12 2007, .Aniugiiuzn", disideiicia de los jueces Lorenzeiti, hlnqucdn ). %:iffarolii;SJI'.
LL del 27 5 2úOb. D. 3ú. ;oii iiow de Slurello S Ilsscioirn. ..iJn \,>lo:n niinoria uue cii el ororeso p¿ii;il,
la buena senda del principio de congm&cia"; RDP; LexisNexis, 412008, p.'640; RDb, Lexis~exis;
,p. 743, con nota de Dr; Lucn, "Omisión impropia, legalidad y congruencia".
'O CNCP. sala IV. LL del 61712001. f. 102.283.
". LL del 30 lo 2000, i. 101 o<!3, con n31a d; llkz YO, .Hecho diverso, no,, O i s i!?
iJe»i !. Illnii3-
ClOnes renirsi\as drl fircni cn c;isliciÚn".
''' Citado en nota anterior.
''' Introducción..., p. 83.
LL del 251412003, f. 105.399, con nota favorable de D'ALBORA, "LOS limites de !a Pu-
entendió que "(s)i el Estado es titular de la pretensión punitiva o derecho sub~et!vo de
y llanamente, quien pretende la estricta observancia de aquél, parece claro que un Organo
no puede limitar a otro"; o JA del 261212003, p. 63; en el mismo sentido, CNCP, sala 1, LL
01812002, f. 104.318.
''' CS, Fallos 330 2658
La CNCP, sala IV, con fundamento central en la disidencia anteriormente apun-
tada, modificó su postura y sostuvo que el tribunal no puede imponer una pena supe-
rior a la peticionada por el fiscaln6.
En forma concordante, la Sala gegunda del TSE ha señalado que "el Tribu-
nal sentenciador no puede imponer pena superior a la inás grave de las pedidas en
concreto por las acusaciones, cualquiera sea el tipo de procedimiento por el que se
sustancia la causa"377.
No puede imponerse la pena de multa del art. 22 bis, CP, si el fiscal no la requi-
rió; debe brindarse a la defensa la oportunidad de contradecir la aplicación de dicha
sanción378.
Absolución
402. La sentencia absolutoria ordenara, cuando fuere el caso, la libertad
del imputado y la cesación de las restricciones impuestas provisionalmente, o la
aplicación de medidas de seguridad, o la restitución o indemnización demanda-
das.
Deben concluir todas las medidas cautelares impuestas durante el proceso, sean
privativas de libertad personal o que de alguna manera la limiten; a menos que con la
absolución se aplique una medida de seguridad, tal como la internación manicomial
o correctiva, aunque la sentencia sea r e ~ u r r i b l een~ ~ese
~ ; caso se sustituye la interna-
ción provisoria (art. 76) por la definitiva.
La acción resarcitoria puede encontrar acogida no obstante la absolución (ver
comentario al art. 16, párr. 2'). Para que tenga eficacia en sede civil debe tratarse de
las mismas circunstancias de hecho esenciales para la fundamentación. Carece de re-
levancia constitucional la posibilidad de resultados contradictorios entre decisiones
provenientes de distintos Órganos judiciales, sobre todo si abordan bajo una óptica
diferente idénticos hechos; resulta consecuencia del reparto de competencias cum-
plido por el legislador380.La exégesis irrazonable de la sentencia penal absolutoria
{art. li03, CC), sin atender al motivo principal utilizado en dicha &de para absolver
al imputado, torna arbitraria la s e n t e n ~ i a ~ ~ ' .
Declarada la existencia del hecho y su autoría en jurisdicción criminal, esos
aspectos no se pueden rever en sede civil, aunque ésta es soberana para atribuirle al-
cance de delito civil o de cnasidelito o juzgar la responsabilidad del autor en función
de esos p a r á m e t r o ~ ~ ~ ~ .
En efecto: la responsabilidad civil es más amplia que la penal; puede no me-
diar ilícito de dicha naturaleza y, pese a ello, el mismo hecho deparar consecuencias
1211112007, "Argüello", voto mayoritaio de los jueces Homos y Duraiiona y Vedia; RDP
LexisNexis, 212008, p. 285; RDP, AbeledoPerrot, 812008, p. 1347, con nota de ARES,"La pretensión
punitiva del fiscal como límite máximo para el juzgador".
"' Acuerdo del Pleno de 2011212006, JUR 2007,30007.
CNCP, sala 111, 141212006, "Forcat", SJP, LL del 211712006, p. 48.
"* CLAR~A OLMEDO, Tratado..., t. VII, p. 355.
SC Mendoza, sala 1, LL del 201811997, f. 95.788.
"' CS, DJ 1997-2-946, f. 12.009.
jS2 CF Civ. y Com., sala 1, DJ 1997-3-16, f. 12.112.
SENTENCIA -
civiles"3. La restitución corresponde aun cuando no se hubiere solicitado (art. 29,
inc. 24 CP; ver art. 523). Por su parte, el art. 1083, CC, da opción al resarcimiento de
los daños frente a la reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si ésta fuera
iinposible, en cuyo caso la indemnización se fijará en dinero. Cabe recordar que la
dispuesto con antelación al dictado de la sentencia definitiva
Se han analizado las omisiones del pronunciamiento en cuanto a los puntos del
mer párrafo al comentar el ast. 398.
a) Fijación de la pena
El tribunal deberá fijar no sólo la cuantía de la pena sino su especie; también de-
n fundamentarse las condenas de ejecución condicional (art. 26, CP, de acuerdo
la reforma de la ley 23.057).
Si se dan las condiciones para imponer una pena de cumplimiento en suspenso,
ueces deben fundamentar por qué deciden en el caso concreto imponer una de
Nulidades
404. La sentencia será nula si:
1") El imputado no estuviere suficientemente individualizado.
2") Faltare o fuere contradictoria la fundamentación.
3") Faltare la enunciación de los hechos imputados.
4") Faltare o fuere incompleta en sus elementos esenciales la parte resolutiva. -
5") Faltare la fecha o la firma de los jueces o del secretario.
a) Principios generales
La sanción conminada comprende también la faz documental; es decir, el
instrumento que refleja la deliberación y su corolario (arts. 396, 399 y 400). Ade-
ás puede resultar inválida, ya no como documento, sino como actividad procesal,
no se ha cumplido con las prescripciones del Libro 11, actividad ineludible den-
ro del desarrollo escalonado del proceso penal en los delitos de acción pública
introducción al Libro 11). También cuando afecta al tribunal que debe dictarla
. 167, inc. lo) o a la pertinente intervención y participación, en cada caso, de
quienes deben hacerlo en los actos que tienen que precederla (art. 167, inc. 2") -
el debate no se abrió con la lectura de la acusación (art. 374)- o la correcta
ión al imputado inmediatamente después de abierto o de resolverse las cues-
iones incidentales que habilitan la prosecución del juicio (art. 378). En cuanto a 10s
'ntos aspectos generados por la omisión de su lectura, ver comentario al art. 400.
os estos casos son de nulidad absoluta conforme a los arts. 167 y 168, párrafo
gundo (arts. 18,28 y 33, CN).
b) Análisis de cada caso
1) Sobre identificación física, ver comentario al art. 399 (ver art. 75; la indivi-
dualización concierne a la legitimación pasiva, arts. 74 y 270).
Si por individualización se entiende --como lo hacemos nosotros- la correcta
erminación de la legitimación pasiva, la sentencia no será nula sino que corres-
derá absolver a quien fue involucrado en la causa, no obstante la falta de respaldo
robatorio sobre aquélla. También deberá devolverse a instrucción a fin de que, mer-
ed a una nueva pesquisa, se supere, si es posible, este defecto.
2) Resultará invulnerable toda sentencia que en el desarrollo de las cuestiones
nciadas en el art. 399 se ajustare a la modalidad para el voto expuesta al anali-
el art. 398, párrafo segundo. Mientras la sentencia sea derivación razonada del
echo vigente, con especial aplicación a los hechos acreditados en la causa, será
ensurable, en consonancia con el temperamento adoptado por la CS para abrir el
urso extraordinario por arbitra~iedad'~~; para su admisibilidad se exigirá acudir
viamente ---en principio- al recurso de casación (art. 456, inc. 2"). Para que sea
la debe haberse efectuado una motivación cuya deficiencia deje al pronunciamien-
sin sustento legal; lo que no comprende a la fundamentación breve o e~cueta'~",
ro es preciso exponer el sustento que opera como ligazón racional de la prueba
on la afirmación; la fundamentación no debe quedar reservada a la intimidad de
ST Corrientes, JA 1987-111-365.
ST Córdoba, sala Penal, LLC 1991-508.
TS Neuquén, 241411991,"Rodriguez, Julia".
' O 5 Fallos 328:3399.
amentar implica asentar por escrito las razones justificantes del juicio lógico ase-
erado; se cumple este requisito cuando el pronunciamiento remite clara, precisa y
oncretamente a circunstancias o constancias de determinadas piezas de la causa
suficientes e indubitables para acordarle sustento41o.La omisión de tratamiento de un
rgumento conducente para decidir el caso resiente la fundamentación de1 pronun-
iamiento hasta convertirlo en nulo4". Lo mismo ocurre si los fundamentos son sólo -
entes y además se omiten extremos conducentes para la solución de las cues-
S propuestas4I2o se exhibe una fundamentación contradictoria en cuanto a la
ón del hecho imputado4I3.Tampoco cabe que la sentencia se limite a la simple
ana enunciación de algunas de las pruebas producidas en el debate o introducidas
lectura, sin meritarlas, relacionarlas ni poner de manifiesto el razonamiento
414,
CNCP, sala 111, SJP LL del 221311995, f. 92.988; id., BJ nro. 4, p. 52; aunque el punto g) (p.
), -individualización del procesado efectuada por la víctima en la audiencia oral, denominado 're-
nocimiento impropio'- puede resultar viciado por inidoneidad del objeto procesal; se trataba de una
claración testimonial no comprensiva del reconocimiento en meda -ver introducción al Capítulo
Título V, Libro 1-.
'" CNCP, sala 1, DJ 1997-3-1120, f. 12.503.
"' CS, DJ 1998-3-309, f. 13.382.
"3 CNCP. sala 1. DJ 1998-3-90. f. 13.306. o LLdel301611998. f. 97.393.
~ Ív, LL del 261311999, f. 98.515.
C N C sala
CNCP, sala 11, LL del 26/9/2002, f. 104.455.
CS, JA 1962-V-322, f. 5759.
'"TS Neuqukn, 191411991,"Rodnguez, Juan Carlos".
"' CNCP, sala 11, BJ nro. 4, p. 22; con cita de N W z , Código..., p. 378; mientras el doctor Vergara
itió la casación formal ---con la consecuencia de un nuevo d e b a t e , la disidencia del doctor David
nseja la mulación parcial de la sentencia con el consiguieiite reenvío a otro tribunal a los fines del ari.
1; Por su parte, el doctor Fkgoli adhirió, con fundamentos autónomos, a la tesis del doctor Vergara.
CNCP, sala 1, BJ nro. 5, p. 32
-principio de razón suficiente- la probabilidad de que los hechos pudieran haber
ocurrido de manera distinta. Semejantes vicios, vinculados con la afectación de las
reglas de la sana crítica, confieren al @ílo una fundamentación sólo aparente y, por
ende, arbitraria4?".También la remisión en forma exclusiva y dogmática a las conclu-
siones de un sumario administrativo, sin mencionar las circunstancias de los hechos
investigado^^^'.
Para la CNCP, sala 111, motivar es el signo más importante y típico de racionali-
zar la función jurisdiccional; se establece como uno de los requisitos esenciales de la
sentencia; es un deber para los jueces y consiste en expresar las cuestiones de hecho
y de derecho que los llevan a concluir en un caso concreto de un determinado modo;
se cubre así el principio republicano en cuanto reclama que los justiciables compren-
dan por qué fueron absueltos o condenados; pero sobre todo importan los motivos,
pues consisten en los antecedentes fundamentales para que los eventuales recurren-
tes fundamenten sus agravios y puedan controlar la actividad j~risdiccional~~~. Al
extremo que resultan revisables en la instancia extraordinaria las sentencias que no
tienen otro fundamento que la voluntad de los jueces4?'. Corresponde a la sentencia
valorar e interpretar el material del debate, exponiendo su motivación de modo cohe-
rente, sin saltos ni lagunas, armónicamente y sin violentar los principios lógicos424;
y a la par, cubrir aquellos que gobiernan la elaboración de los juicios y dan base para
determinar cuáles son falsos y cuáles verdaderos425.
4) El dispositivo de la sentencia debe comprender todas las cuestiones debida-
mente planteadas, según se dijo al comentar el art. 399426.
5) Ver comentario al art. 399.
Si la inobservancia ritual no está conminada con sanción al acto o trámite, el
motivo de casación queda sin configurarse427.No se atiende a la existencia de
dades virtuales (ver introducción al Capítulo VI1 del Titulo V, Libro 1).
T~TULO
11
JUICIOS ESPECIALES
Los dos primeros capítulos dan por sentado que la instrucción, en la medida
ue no existan disposiciones especiales, se cumplirá observando las normas del -
so TI. A diferencia del tercero -delitos de acción privada-, en que la etapa
atona se elimina, pues la querella implica la acusación y se ingresa casi direc-
e al juicio. El Capitulo IV, incorporado por ley 24.825 -juicio abreviado-.,
ia la instrucción al extremo de que el debate desaparece.
CAP~TULO
1
JUICIO CORRECCIONAL
La competencia del juez en lo correccional (art. 27) resulta originaria para co-
nocer en los delitos previstos en sus incs. l oy 2" (ver arts. 33, inc. 2", y 25 de la ley
4.050). En cambio, era apelada en lo que atañe a las faltas o contravenciones poli-
ales resueltas en sede administrativa; también entendía en la queja, cuando dichos
anismos consideraban inadmisible la apelación (inc. 3").
La especialidad del trámite correccional no se extiende al período preparatono;
r ende, las disposiciones del Libro 11 resultan, en principio, de ineludible obser-
ia428
Regla general
405. El juicio correccional se realizará de acuerdo a las normas del juicio
ún, salvo las que se establecen en este capitulo, y el juez en lo correccional
rá las atribuciones propias del presidente y del tribunal de juicio.
Durante el juicio deben observarse las disposiciones del Título 1 de este Libro,
n exclusión de las aquí reguladas. Al juez en lo correccional incumben las funcio-
s de dirección (art. 375) y las demás asignadas al tribunal en el Libro 111.
El art. 55, inc. lo, según la redacción originaria establecida por ley 23.984, pre-
fa expresamente como causal de excusación y recusación (art. 58) la intervención
tenor del juez al dictar el auto de procesamiento. El art. 88 de la Ley de Imple-
entación, 24.121, sustituyó dicha redacción, sin duda porque al resultar aplicables
disposiciones del Libro 11 se eliminaba la intervención del juez -por vía del
rtamiento---- aue hubiese dictado la medida del art. 306. Circunstancia atendi-
aquélla resulta cuestionable la imparcialidad del magistrado que produjo
.
a resolución., oor imolicar el avance hacia el momento del iuicio. La eliminación
untada se muestra como de dudosa constitucionalidad, pues, según hemos dicho al
tar la introducción al Título 111del Libro 1, dicha imparcialidad es inherente e in-
le al cumplimiento de la jurisdicción judicial. Parece restarle poco margen
que dictó el auto de procesamiento, presupuesto de la elevación a juicio
para quitar de su mente la posibilidad de una condena. Cabe advertir que
Términos
406. Los términos que fijan los arts. 354 y 359 serán, respectivamente, de
cinco (5) y tres (3) días.
Se abrevian los plazos para la citación a juicio y la designación de audiencia
para el debate, a raíz de la antojadiza suposición originada en la menor gravedad de
los delitos que la práctica se encarga de refutar.
Apertura del debate
407. Al abrirse el debate, el juez informará detalladamente al imputado
sobre el hecho que se le atribuye y las pruebas que se aducen en su contra.
Al comentar el art. 374 se analizaron las alternativas aquí planteadas.
Se recuerda que la intimación requiere el cabal anoticiamiento de los hechos
atribuidos al imputado. No es necesaria -sin perjuicio de que pueda hacérsela- la
lectura íntegra de la requisitoria fiscal al abrirse el debate; basta informar al imputa-
do, detalladamente, sobre el hecho y las pruebas citadas en su
Es en este momento cuando se pone de resalto el quiebre de la imparcialidad
-apuntada al comentar el art. 405-, pues, si se eleva por auto (art. 351), se percibe
claramente que el juez ha rechazado la oposición formulada por la defensa en la
oportunidad del art. 349, inc. 2". Y es ahí donde, virtualmente, anticipó la posibilidad
de la condena43'.
Omisión de pruebas
408. Si el imputado confesara circunstanciada y llanamente su culpabili-
dad, podrá omitirse la recepción de la prueba tendiente a acreditarla, siempre
que estuvieren de acuerdo el juez, el fiscal, la parte querellante y el defensor.
Tiende a abreviar el trámite; sólo es viable si media confesión simple y concor-
dante con los elementos de juicio incorporados durante la instrucción, pues lo que
va a eliminarse es la prueba en la audiencia del debate. Es al juez a quien incumbe la
iniciativa para buscar el asentimiento del fiscal y el defensor432.
42Vallos328:1491.
DOMA- MAIZA, Cúdigo.,., ps. 476 y 477, notas 1 y 2, con cita de jurispmdencia del TSJ Cór-
doba, en que pese a una intimación incompleta se desestima la nulidad si comenzó con la lectura de una
requisitoria fiscal debidamente fundada; ARALOS, Cddigo...,p. 895.
Ver SERRA DOM~NOUEZ, Esadios .... p. 778.
'" CLAR~Á OLMEDO, Tratado..., t. VI, p. 407, punto 4; en contra, sin dar fundamentos, LEVENE(h)
y otros, Código...,p. 361.
JUICIO DE MENORES
Si hay varios imputados, esta regla puede aplicarse solamente a quien la con-
JUICIO DE MENORES
A diferencia de lo que sucede con los sujetos penalmente imputables -los
ores de 16 años lo son aunque relativamente-, cuando los menores de esa edad
rren en conductas típicas se les aplican ciertas medidas que no son penas. Este
ue ha abierto paso a un ámbito jurídico que suele denominarse "derecho de
'31 Ver Proyecto Maier, párr. 2", del ari. 371; pero a diferencia de este último -as. 372, párr. 2',
-, aquí el tnbunal pareciera que solo puede condenar; ver CLARIA Tratado..., t. VI, p. 408,
OLMEDO,
Punto 7; según Bertolino -ante una disposición bastante más proclive a cerrar la posibilidad de una
absolución (arts. 420 y 422, CPP Buenos Aires, ley 3589 y sus modificatonasti nada obstaba a que
se la dicte (Código...,p. 554).
"" HENDLER, "Coinentarios al nuevo Código Procesal Penal", LL del 261411993. Ver MAIER,
"Mecanismos de simplificación del procedimiento penal", JA 1993-111-747.
"' REAL ACADEMIA ESFAROLA, Diccionario de la Lengua Española, p. 418, primera columna,
spasa-Calpe, Madrid, 1992.
"VÓdigo ..., p. 418; igual, DI MAS!- OBLIGADO, Cddigo....,p. 429
"'Código ..., p. 896.
menores", caracterizado por su aspecto tutelar tendiente a la integración o formación
de la personalidad del imputado.
El Código asigna competencia al tribunal de menores en el art. 28 y al juez de
menores en el art. 29. Ver ley de implementación 24.121, arts. 48 a 60, sobre todo
la formación de un equipo interdisciplinario creado por el art. 14 de la ley 24.050.
El límite de la imputabilidad se halla fijado por el art. 1" de la ley 22.278, con-
forme a la sustitución operada por la ley 22.803. En virtud de dicho precepto no es
punible el menor que no haya cumplido 16 años de edad; dicha condición se extiende
a los 18 años si se trata de delitos de acción privada o reprimidos con pena privativa
de libertad que no exceda de dos años, con multa o inhabilitación.
Las singularidades de este régimen no pueden --como es obvio- alterar ga-
rantías constitucionalespor razones de edad. Sobre todo al incorporarse en 1994 a la
CN (art. 75, inc. 22, id.) los tratados: arts. 7", 8" y 25, CADH, y arts. 12, 37 y 40 de
la Convención sobre los Derechos del Niño*38.
Sobre las objeciones constitucionales que se formulan al régimen penal de me-
nores, debe consultarse el fallo "García Méndez", resuelto por la CNCP439y la CSm.
Regla general .
410. En las eausas seguidas contra menores de dieciocho (18) años se pro-
cederá conforme a las disposiciones comunes de este Código, salvo las que se
establecen en este capítulo.
También se aplican las reglas del Libro 11-no sólo las del 1 1 1 , excepto dis-
posición en contrario aquí regulada. En fallo opinable se ha resuelto que puede inda-
garse a un menor de 15 años con miras a establecer la inexcusable comprobación de
quiénes fueron los autores del hecho y la eventual imposición de medidas tuitivas y
consecuencias civiles de tal accionar4*'.
Es procedente el sobreseimiento del menor, aunque no se le haya recibido de-
claración indagatoria, si su madre demostró documentalmente la minoridad. El uso
del derecho del imputado de abstenerse de declarar puede considerarse implícito por
intermedio de la voluntad materna442.
En cuanto a los recursos, en la etapa insmictoria actúa la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal (art. 24, inc. lo, y
art. 18 de la ley 24.050).
La vía casatoria sólo es admisible si luego del pronunciamiento de la sentencia
de. culpabilidad se impuso penaM3;criterio este incompatible a partir de la sanción de
la ley 26.061M4,que garantiza el derecho del menor a recurrir ante el superior frente
a cualquier decisión que lo afecteu5.
Ver "La internación domiciliaria" por Montalto de ZaviM6.
GONZÁLEZ ARECO - GORUPICZ. ''Garantías constitucionales en el proceso penal de menores",
LL del 271511999; ver arts. 3' y 4O de la última Convención citada.
"iWel 1111212007, RDP, LexisNexis, 312008, p. 450.
M Q 211212008, G.147.XLIV; RDP, AbeledoPerrot, 312009, p. 483.
M' Juzg. Nac. de Menores nro. 4, ED 154-685, f. 45.398.
'" CCC, sala IV, DJ del 611112002, f. 18.890.
CNCP, sala 11, BJ nro. 4, p. 61.
* BO, de1 2611012005.
44i Art. 27.e. Consultar el trabajo de OVALLE, "C~~IOSCU~OS del Plenario NO. 12. ..", CDJP, Casa-
ción, NO. 617, ps. 393 y SS.
44QJ 1998-3-527.
rt. 412 JUICIO DE MENORES
Detención y alojamiento
411. La detención de un menor sólo procede'rá cuando hubi
umplirá la orden de citación, o intentará
ndrá de acuerdo con sus cómplices, o ind
El art. 76 prevé que los derechos de parte también pueden ser ejercidos por los
Debe observarse antes del dictado de la sentencia el tratamiento tutelar (art. 4",
inc. 3", ley 22.278), pues, de lo contrario, el pronunciamiento es nulo450.La nulidad
es absoluta (arts. 18, CN, 167, inc. 3,: y 168, p á n 2"). No procede el recurso de
casación cuando aún no se impuso péna al menor, a semejanza de lo que decide la
CS en relación a las llamadas "sentencias incompleta^"^^'; tampoco resulta viable
cuando se discute la conveniencia de extender el tratamiento tuitivo a fin de diferir
la imposición de la pena452.
Para disponer del menor resulta imprescindible que el hecho imputado revista las
condiciones de delito, cuya previa comprobación debe anteceder a las distintas medi-
das cautelares (art. lo, páni 2", de la ley 22.278, sustituido por la ley 22.803).
Una vez verificado ese extremo el juez precisa conocimiento directo del menor,
de sus padres, tutor o guardador y ordena los informes y peritaciones conducentes al
estudio de su personalidad y de las condiciones familiares y ambientales en que se
encuentra. Durante el transcurso de esos trámites puede poner al menor en lugar ade-
cuado para su mejor estudio durante el tiempo indispensable. Si, como consecuencia
de los estudios realizados sobre el menor, resulta que se halla abandonado, falto de
asistencia, en peligro material o moral o presenta graves problemas de conducta, el
juez puede disponer definitivamente por auto fundado, previa audiencia de los pa-
dres, tutor o guardador (art. lo, párrs. l o y 4", ley 22.278, con las modificaciones de
la ley 22.803).
La disposición provisoria corresponde tanto respecto de los menores de 16 como
para los de 18 años.
No se considera sentencia definitiva, a los fines del recurso extraordinario, la
decisión por vía de incidente en una causa penal que remite al fuero civil cuestiones
referentes a la filiación y tenencia de una menor453.Tampoco la resolución que decla-
ra la responsabilidad penal de un menor, pues se trata de una "sentencia incompleta",
que no obliga a conocer o revisar fsaccionadamente las que no dirimen el jqicio de
un modo completo y final, sobre todo si cabe la posibilidad de una resolución ulterior
que despeje el agravio producido hasta entonces454.Pero la sentencia condenatoria
no puede sustentarse en una remisión formal a la declaración de la responsabilidad
del menor455.
4") El tribunal podrá oír a los padres, al tutor o al guardador del menor, a
s maestros, patrones o superiores que éste tenga o hubiera tenido y a las auto-
dades tutelares que puedan suministrar datos que permitan apreciar su per-
alidad. Estas declaraciones podrán suplirse por la lectura de sus informes.
Se cumplirá además con lo dispuesto a su respecto en el art. 78.
1) Constituye una excepción al art. 363. Ver comentario al art. 76456.
Guardador se considera, por ejemplo, a la abuela de la víctima en el delito de
466 "Algo mis sobre la prescripción de la acción penal a partir de la vigencia de la ley 25.990",
SJP, LL del 291312005, p. 11; CNCP, sala I,71712005, "Arroyo", RDP, LexisNexis, 312006, p. 447, con
nota de OTRANTO, ''Interrupción de la prescripción de delitos de acción privada...", p. 453; CCCFed.,
sala 1, 121512008, "Pavicic", SJP, LL del 291712008, p. 54.
2c. .,sala 1\! 5 4 2006, "N. 31.L.",El> del l? 10 2006, p. 6 ; ( d . >d.,31 8 2OUh;Relvsr Iticarg-
ni", SJP. 1.1. ilel 7 3 2007, p 51: CKC'I: $313 1. IJ 3 20l~7,"\l., K. t1 ", FI>tic1 d 1 1 21107,p 5
QUERELLA
-
a) Principios generales
A diferencia de lo que sucede en los procesos por delitos de acción pública,
e caracteriza por su indivisibilidad, aquí rige la regla inver-
éllos la persecución debe comprender y extenderse a todos los
ho, en los casos de acción privada el particular constituido en
te exclusivo puede elegir a quien persigue, excepto si se trataba de adulte-
al art. 74, CP -ahora derogado por la ley 24.453-, el cónyuge
ebía acusar a ambos culpables. En los demás supuestos, el ofendido tiene
ilidad de perseguir a algunos de entre todos los responsables; por eso se dice
) Naturaleza jurídica
ito de acción privada no es un típico proceso de partes, aun
a mucho mas a él, conforme a su origen histórico, que el procedi-
ción penal pública. A pesar de tratarse de una persecución penal
e de su propia punición, según se comprende como evidente, tra-
un instituto público, lo que establece una tajante diferencia con
proceso civil de partes. Es por ello que los procesos por delito de acción privada
eden ser caracterizados como "semiacusatorios" y no como acusatorios
'
'"C. Garantías en lo Penal, Mar del Plata, LL del 3 141511999, con nota de FALCONE,
"El juicio por
de acción privada en el nuevo Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires".
'"CCC, JA 1958-11-185, f. 19.820.
'"CC, ED 105-162, E 36.995.
'"CS, LL del 27/8/1992, f. 90.669.
"' Cám. Pen. Sa!~ta Fe, sala 1; 4411211989, "Stochero de Rueda, Susana cicanaveri, Ricardo",
1993-1-67, Síntesis, Indice.
764 JUICIOS POR DELITOS DE ACCIÓN PRIVADA Art. 415
ocasionado por el delito, aquélla no entraña en sí misma, sea como procedimiento previo obligatono
o como contineencia inserta dentro del oroceso. renuncia a l m a a la oretensión venal v a la calidad
de querellante en los términos del art. 1697 infinc del código Civil, pies ellas incólumes
frente al abandono del procedimiento mediatono o a su eventual fracaso".
"* CNCP, sala 111, LLdel 1211012001, f. 102.720, o DJ 2001-3-448, f. 17.323.
JUICIOS POR DELITOS DE ACCIÓN PRIVADA
La falta de domicilio del querellado no se suple con el pedido de que sea citado
en el lugar de su trabajo; dicha carencia configura causal expresa de inadmisibilidad,
salvo -texto legal expreso- que los datos suministrados resulten suficientes para
la identifi~ación"~'.Sólo si se requirie@n diligencias enderezadas a obtener los datos
cabe aceptar lo resuelto por la CCC, taIaV, alconsiderar que no corresponde en tales
casos la declaración de inadmisibilidad, sino realizar las diligencias o investigacio-
nes de tipo prelirnina~'~~.
La Cám. Apel. Rosario, sala 11, resolvió un interesante caso el 31/5/1995 en
la causa "Lagos chíonti s / i n j u r i a ~ " ~La~ ~mayoría
. del tribunal estimó que someter
íntegramente una exposición o un discurso radiofónico como configurativo del delito
de injuria, no cubre las exigencias referentes al objeto del acto promotor. La minoría
ponderó que debe evaluarse si la manifestación es intelegible "...y puede -razona-
blemente- erigirse en gozne apto para la apertura de un contradictorio respetuoso
de la inviolabilidad de la defensa en juicio".
Algún matiz del pensamiento sustancialista se filtra en el objeto de la preten-
sión procesal encapsulado en la querella exclusiva, pues -a diferencia de lo ocurri-
do en el campo de los delitos de acción pública- no es posible disociar el principio
de congruencia de la calificacióu jurídico-penal.
A nuestro ver se plantea idéntico problema al existente en el proceso civil cuan-
do debe optarse entre las doctrinas de la sustanciación o individualización de la
demanda: la primera atiende exclusivamente a los componentes fácticos, mientras la
última privilegia la precisa caltficación de la relación jurídica controvertida. De ahí
que se haya dicho con sagacidad que el ejercicio de la acción penal privada exige
tener presente que "...la cuestión fáctica se integra con la ofensa sufrida que se afirma
como existente y dentro de los límites en que se expone..."484.Por eso, si no se acusó
en forma alternativa -emisión y reproducción de ofensas (art. 113, CP)-- no puede
condenarse por su publicación cuando sólo se atribuyó haberlas Dice
Maier que aun en los delitos de acción pública: "El tribunal que falla puede adjudi-
car al hecho acusado una calificación jurídica distinta a la expresada en la acusación
(iuria novit curia)"; empero, en ciertas ocasiones, "(e)¡ cambio brusco del punto de
vista jurídico bajo el cual se examina un hecho ... puede ... provocar indefensión, por
lo inimaginable de la situación que se produce desde el ángulo de la observación de
la defensa Ese criterio general deviene mucho más estricto en el ámbito
de la acción privada porque el objeto procesal no sólo se integra con la cuestión fác-
tica sino con los lindes jurídicos asignados; para no desguarecer al perseguido debe
añadirse al objeto del proceso "...la afirmación de la consecuencia jurídica ..."487.
Ocurre que el ordenamiento procesal penal no puede conceder al particular la
facultad de "...crear el delito mediante una valoración subjetiva, por ser ésta el único
medio de prueba de su existencia o por el cumplimiento de una condición objetiva
artículo establece todos los requisitos que se deben cumplir para abrir la instancia y
fijar definitivamente el objeto procesal.
f) El ofrecimiento de prueba gebe observarse pues el trámite se inicia en un
momento semejante al regulado por el art. 354. Pese a tratarse de delitos persegui-
bles exclusivamente por querella no se puede impedir utilizar los peritos oficiales4",
En la circunstancia correspondiente a la citación a juicio (art. 428), el querellado
por injurias puede ofrecer la prueba de la verdad del hecho atribuido en los casos
del art. 111, incs. 1" y 2", CP; pero si la recaba el acusador corresponde lo haga en
este momento. No hay coincidencia acerca del tiempo en que deben ejercerse dichas
facultades. Fino piensa que al no estar expresamente fijado el tiempo para esta acti-
vidad cabría optar "...por el plazo genérico para todos los delitos de acción privada
del art. 428... o el plazo amplio del proceso penal ordinario... antes del llamamiento
a la audiencia del debate"; añade que si la exceptio veiitatis no resultare aplicable, la
posibilidad de la pnieba para el querellado no se cierra497.
La CNCP, sala 111-voto de los jueces Tragant y Riggi-, considera que si bien
en los juicios por delitos de acción privada el juez carece de impulso procesal, ello
no implica que "...en shlvaguardia de los principios que hacen a la progresión de
todo juicio, no esté facultado para adoptar en su momento las decisiones pertinentes
en orden a la averiguación de la verdad disponiendo medidas de investigación, pues
tratándose de una causa penal prevalece siempre el orden público". En este sentido,
sostienen que la inactividad procesal - e n el caso, atribuida al querellado- puede
ser suplida por el juez. No existe, a su criterio, "...proceso que faculte al magistrado a
imponer en cabeza del imputado el deber de diligenciar la prueba informativa por él
propuesta; el diligenciamiento de los oficios cuya recepción se ha ordenado corres-
ponde en el proceso penal al tribunal y habiendo sido delegad
acarrear un perjuicio para su defensa...".
Entienden que "presentada la querella, la normativa vig
do a ofrecer prueba de descargo durante el período de citación a juicio (art. 428), la
cual, se infiere, debe producirse con anterioridad a la fecha fijada para la audiencia
de debate, pero no se establece un plazo o término de caducidad o preclusión en la
concreción de la misma"498.Al comentar el fallo, Palacio remarca que "...si bien el
juez en lo correccional, no mediando plazo de prueba ni habiéndose fijado la audien-
cia de debate formuló una declaración sin duda prematura de negligencia, la sala 111
de la Cámara de Casación erró en la elección de las normas aplicables al caso y, por
consiguiente, dictó una resolución incompatible con el principio de impulso de parte
que es propio de los procesos por delitos de acción privada"499.
g) El ejercicio conjunto de la acción civil es propio de este momento liminar.
Cabe reparar en que, aun para los delitos de acción pública, la demanda debe con-
cretarse dentro del plazo señalado por el art. 346 cuando se estima posible fonnular
acusación (art. 93, párr. lo).
Con respecto a la firma ante el secretario ver art. 138, párr. 2'.
Si no se acompaña la documentación se toma imposible hacerlo luego de
eso de la querella; se trata de medios a ofrecer en ese momento conforme a 10
ido por el inc. 4.' Si la injuria o calumnia fue vertida por escrito debe acom-
el instrnmentoSoO; si no se percibió la falta, corresponde declarar la nulidad
ido de parte, pues resulta subsanable (art. 171)- del procedimientos0'.Si
ulta posible acompañar los documentos, corresponde requerir la remisión del
en que consten las ofensassoZ.
j) La inadmisibilidad sólo se refiere a los requisitos estnicturales del acto pro-
acompañamiento de la prueba documental; en vez, la falta de copias sólo
la aplicación del art. 120, Código Procesal Civil y Comercial de IaNación,
egración homogénea en sentido amplioso3porque se trata de una mera carga
1 sin otra con~ecuencia~~. Es un supuesto en que la reproposición -adjuntar
as- es viableSo5.
esponsabilidad del querellante
19. El querellante quedará sometido a la jurisdicción del tribunal en todo
referente al juicio por 61 promovido y a sus consecuencias legales.
r comentario al art. 85.
esistimiento exnreso
20. El querellante podrá desistir expresamente de la acción en cualquier
proceso, pero quedará sujeto a la responsabilidad emergente de sus
riores.
Ver comentario al art. 85.
esewa de la acción civil
1. El desistimiento no puede supeditarse a condiciones, pero podrá ha-
expresa reserva de la acción emergente del delito cuando ésta no haya sido
vida juntamente con la penal.
1 art. 1097, CC, establece que el desistimiento de la acción penal no implica
se presenta el supuesto del art. 1103, CC. Cuando la decisión penal se funda en una
excusa absolutoria, no impide la condena
Desistimiento tácito 2
422. Se tendrá por desistida la acción privada cuando:
lo)El querellante o su mandatario no instaren el procedimiento durante
sesenta (60) dias.
2") El querellante o su mandatario no concurrieren a la audiencia de conci-
liación o del debate, sin justa causa, la que deberán acreditar antes de su inicia-
ción siempre que fuere posible y hasta los cinco (5) dias posteriores.
3") En el caso de las acciones por calumnias e injurias previstas en el
Código Penal, habiendo muerto o quedado incapacitado el querellante, no
comparecieren los legitimados para proseguir la acción, dentro de los sesenta
(60) días de ocurrida la muerte o la incapacidad.
Principios generales
drá ser expreso o tácito. En cuanto a este último -regulado por el artículo
-, la CS ha declarado inconstitucionales --como contrarias al art. 59, inc.
-tales disposiciones por tratarse de materias reservadas por el art. 75, inc.
Congreso Nacional; sostuvo que las leyes procesales locales, cuando empla-
n para la realización de ciertos actos dentro de determinado plazo,
pueden sancionar el incumplimiento de la omisión por vía de la caducidad de
stancia a cuyo ejercicio se propende y aun cancelar definitivamente la secuela,
o no decidir la extinción de acciones, materiaprevista en los códigos que al PLN
dictar5I7.Por eso se opta en estos casos por el archivost8.
embargo, la opinión de Soler519refutó con holgura esos argumentos, pues
to definitivo resulta en esos casos la única solución compatible con
ías constitucionales protectoras de la inviolabilidad de la defensa en juicio
ido proceso legal. Parece inicuo supeditar la prolongación de la incerti-
da por la promoción de un proceso penal a la sola voluntad del
ar querellantesz0.La CCC, sala IV, mantiene una solución acorde con nuestro
y admite que una ley del Congreso puede convertir válidamente la falta de ins-
n un término menor que el de la prescripción de la acción, en una presunción
el órgano que regula la institución puede condicionarla directa
una ley independiente, por lo que no resulta inconstitucional 10
dispuesto por los arts. 422, iuc. lo,y 42352'.La jurisprudencia de la Casación se inclina
por acordar efecto extintivo al desistimiento expreso por considerarlo renuncia de la
acción penal -art. 59, inc. 4", CP-, mientras percibe sólo una causal de caducidad
en los casos de desistimiento tácito que, como tal, no impide renovar la persecución.
Así, la sala 1 sostiene que una norma procesal dictada para la Capital Federal no puede
prevalecer frente a lo mandado en contrario por una ley nacional que regula sobre ma-
teria del derecho de fondo, conforme con lo prescripto por el art. 3 l, CN; el art. 75, inc.
12, id., establece el principio de la unidad de la legislación común para todo el país,
por lo cual las leyes derogatorias de otras comunes deben ser de aplicación general
en aquél. Por consiguiente, podrían originar un conflicto indirecto con la CN cuando
no satisfagan tal requisito de generalidad; añade que pese a que la CS sólo decide los
procesos concretos que le son sometidos, los jueces ---sin aportar nuevos elementos
modificatonos de la posición de aquélla- deben acatar su
Uno de los proyectos de reforma del CPP del PEN adopta esta solución (&s.
420,422 y 423). Resultaría conveniente superar las posiciones encontradas a través de
la reforma legislativa; se sugieren dos temperamentos: modificar el art. 422 e introdu-
cir la sanción de caduciJad o perención de la instancia como modo de extinción del
proceso ante la inactividad del querellante,o bien, dar entrada a la renuncia tácita del
agraviado en el texto del art. 59, inc. 4", CP,para que el imputado, si media inactividad
del querellante, encuentre su desvinculación dejinitiva de la imputación que cargaba
sobre sus espaldas523. Sólo esta propuesta resulta compatible con Ias garantías consti-
tucionales comprometidas según el enfoque de Soler antes mencionado.
Ver comentario al artículo anterior y acápite 4) del comentario al art. 343.
b) Efectos
El desistimiento de la querella favorece no sólo a los imputados sino también
a los partícipes no incluidos en aquélla, pese a su intervención en el delito. Soler
cuestiona el efecto extensivo como causal extintiva de la acción pues dice que la re-
gla de la comunicabilidad sólo rige para el perdón -art. 69, CP- y apunta a evitar
negociaciones escandalosas, con lo cual queda excluida en este caso; afirma que "la
renuncia a la acción contra un copartícipe no se extiende, pues, de iure contra todo
copartícipe...; se refiere sólo al sujeto a cuyo favor se hace"524.
El texto no admite esta acertada reflexión y pugna, además, con el principio de
la divisibilidad imperante en los delitos de acción privada (art. 7"; ver introducción
a'la Sección Primera).
Desde luego que la acción debe haber sido ejercida de manera que se perciba la
voluntad concreta y expresa del ofendido. El juez no puede ir más allá, de
SECCION
SEGUNDA
PROCEDIMIENTO
el trámite existe una paridad muy marcada con el proceso civil, sobre todo
S, salvo el caso del art. 424, el iinpulso corresponde al que-
dicha carga cuyo incumplimiento le acarrea las consecuen-
2. A ello debe añadirse lo anticipado en la introducción a
jurídica restringe la tarea decisoria del
olver más allá de lo que se pretende.
1.a preaeritacibn debe foriniilarsc por escrito y coino priiiiera uctii idad judicial
y siii estiinulo del qirrrcllaiitc en cieriie, corrc.s~>onde
su Iraiainiciiio. El tribunal de-
á si la querella tiene mérito como para disponer su avocamiento si los hechos
iptos encuadran en alguna de las figuras que describen a los delitos de acción
ateniéndose al relato formulado conforme al art. 418, inc. 3". Se ha califica-
ematura la desestimación por inexistencia de delito antes de la convocatoria
cia de conciliación cuando el hecho perseguido por acción pública ----ob-
proceso- no había avanzado para autorizar que se descartara absoluta-
la configuración del ilícito motivo de la querella526;más adelante se verá que
ocada a la audiencia de conciliacióu, 110 procede desestimar, sino sobreseer o
el juicio. A ese desacierto el fallo suma ponderar al proceso de acción pú-
o vinculante respecto del de acción privada, prejudicialidad que la ley no
ce -salvo el caso de coca juzgada- ni como principio527.
,por el contrario, fluye de dicha descripción la carencia de los requisitos típi-
igidos por tales delitos, deberá desestimar el acto promotor al igual que ocurre
os delitos de acción pública (art. 195, párr. 2'; ver comentario al art. 415). Resulta
oncebible que si en estos supuestos se puede impedir la apemira del proceso, pese
s intereses públicos comprometidos, no pudiera hacerse lo propio en estos casos
os cuales, si bien esta en juego siempre la misma naturaleza del derecho sustancial
ealizahle -la pena siempre es pública-, por cierto que el Estado delegó en el ofen-
o funciones similares pero no mayores a las suyas. Asimismo el querellante tendrá
posibilidad de recurii antela Cámara de Apelaciones, por aplicación analógica del
. 180, último párrafo,?2R;por.otro lado, la impugnación puede deducirse en aquellos
casos en que el juez considere que el presentante no está legitimado para constituirse
como acusador, por no resultar ofendido en los términos de los arts. 75 o 76, CP. La
CCC, sala IV, distingue bien inadmisibilidad de desestimación: la primera correspon-
de si no se especifica la conducta atribuaa a cada uno de los imputados ni se indica su
domicilio; la última no se aviene con señalar la inexistencia de dolo, aspecto subjetivo
que se encuentra vedado en la etapa inicial5**;por el contrario, sostiene que la falta de
domicilio impone la realización de diligencias o investigaciones de tipo preliminar la
CCC, sala VS3",criterio acertado si las diligencias fueron requeridas porque el impulso
corresponde exclusivamente al acusador privado.
En atención a que el ne bis in idem -art. lo- juega, tan sólo, con respecto a
la persona perseguida y no puede pronunciarse exclusivamente sobre el hecho, se
entiende que la desestimación - d o n d e se dispone el archivo- no extingue la acción
penal y no corresponde sobreseer5".
Si se dispuso el avocamiento, queda abierta la instancia procesal, lo que signi-
fica que, con ulterioridad, no ha de poderse desestimar la querella porque e1 proce-
so, superado el momento de la admisión de aquélla, inexorablemente debe concluir
mediante sobreseimiento _si prospera el avenimiento o se produce la retractación
(art. 425), o bien progresa una excepción perentoria (ver Título VI del Libro 11)- o
desistimiento del acusador privado, sea expreso o tácito (arts. 420 y 422, respectiva-
mente). Si ello no ocurre, se abre el juicio -siempre merced al impulso del quere-
llante exclusivo-, en cuyo caso es preciso que concluya mediante sentencia.
La desestimación por inexistencia de delito puede resolverse hasta el momento
en que se decidió convocar a la audiencia de conciliación. Empero, S
la inadmisibilidad de este arbitrio incluso en el momento liminars3*.
b) Casuística
En algún precedente jurisprudencia1 se acepta que aun después de realizado
dicho acto puede desestimarse la querella mediante su rechazo533.A nuestra modo
de ver, no resulta posible dictar tal resolución en ese estadlo; adviértase que el texto
del art. 424 sólo significa que no puede prosperar el juicio y arribarse a una válida
resolución conclusiva -sobreseimiento definitivo o sentencia- sin transitar por
este ineludible trámite. Pero lo cierto es que la instancia ya está abierta, al extremo
de que el éxito de la conciliación provocará el inmediato sobreseimiento; admitida
la acusación del particular ofendido, se abre directamente el juicio534.Por otro lado,
la circunstancia de que puedan deducirse excepciones antes de la realización del
comparendo de conciliación53s,pone de resalto que con la admisión de la querella el
proceso ya comenzó. Por ende, no compartimos la opinión de Oderigo cuando con-
*" C. Garantías en lo Penal, Mar del Plata, LL del 311511999, f. 98.783, con nota de FALCONE,
"El juicio por delitos de acción privada en el nuevo Código de Procedimiento Penal de la Provincia de
Buenos Aires", quien, con acierto, considera ajustada a derecho la decisión del a quo que desestimó
por falta de adecuación.
CCC, Fallos t. IV, p. 408.
CLARJA OLMEDO, Tratado...,t. VI, p. 436.
* j S CCC, en pleno, Fallos t. 111, p. 134; Fallos Plenarios t. 1, p. 518.
JUICIOS POR DELITOS DE A C C I ~ NPRIVADA
Derecho..., p. 642.
' CCC, en pleno, JA 27-1 975-25, f. 24.3 17
CCC, Fallos t. 1, p. 105.
39 CF Cap., ED 103-493, f. 36.600.
CCC, sala VI, 8/2/1975, c. 17.833.
CCC, Fallos t. VI, p. 44.
"' Xoin al Va113 d; la C<'( , isla \', .Sobre 1.1 prr.,eiicia iIr.1 clur.rr.llad<icii 13 siidiiiicia di conri-
liaci6n". SJP l l. del 26 5 1995. 1.. 93.1 h3.
776 JUICIOS POR PELITOS DE ACCiON PRIVADA Ari. 425
Conciliación y retractación
425. Si las partes se concilian en la audiencia prevista en el artícqlo ante-
rior, o en cualquier estado posterior del juicio, se sobreseerá en la causa y las
costas serán en el orden causado.
Si el querellado por delito contra el honor se retractare, en dicha audiencia
o al contestar la querella, la causa será sobreseída y las costas quedarán a su
cargo.
Si el querellante no aceptare la retractación, por considerarla insuficiente,
el tribunal decidirá la incidencia. Si lo pidiere el querellante, se ordenará que se
publique la retractación en la forma que el tribunal estime adecuada.
a) El objeto sobre el cual versa este acto procesal no es otro que procurar el
avenimiento o conciliación de las partes. Aunque parezca tautológico, conviene po-
ner énfasis en subrayar este propósito porque suele confundirse, a menudo, con una
i4"er, Calumnias e
para el Código anterior, con razones subsistentes en la actualidad: CATUCCI,
injurias, Buenos Aires, 1982, p. 223.
CS, ED 154-458, f. 45.352.
CFed. nro. 2,91811 994, con cita de CCC, Fallos t. 111, p. 184.
'" CCC, sala VI, "Vigil, Constaiicio", JA del 51311997, p. 69.
BO del 111112005; ver comentario al an. 343.
**' CNCP, sala 11, ED del 151212001,DPPC, f. 152.
NICIOS POR DELITOS DE ACCION PRIVADA
naz actitud del tribunal para lograr la retractación. Dice Peyrano que "no se
sformar al tribunal en un 'bazar persa"'ss2.
1acta que documenta la audiencia debe dejar constancia de la comparecen-
S partes; luego corresponde proceder a la ratificación del escrito de querella
r querellante para que exprese si así lo hace; de lo contrario, deberá te- -
i r ~ al
sistido, pues dicha actitud implica no instar el procedimiento (art. 422,
sponde afirmativamente y mantiene los términos del escrito promotor,
cilitarse el diálogo entre querellante y querellado --o sus representantes-
nte a obtener el ajuste de sus discordancias. Es extraña al objeto de este acto
esa1 -10 convertiría en inidóneo y pondría en crisis su validez- toda incursión
el mérito de la causa o fondo del asunto.
ctación. En principio la aceptación de explicaciones por el querellante
la situación de quien renunció a proseguir el juicio y, por ende, no puede
vencido al acusado, lo que antes traía como consecuencia imponerle las
S explicaciones, aunque satisfactorias, no estaban --en el régimen de la
gidas a demostrar la sinrazón de la querella, pero tampoco resultaba
de lugar su aceptación, correspondía imponer las costvs al querellado porque al
uéllas, no debía interpretarse como lisa y llana renuncia a la acciónss4.El pá-
ero adopta una solución diferente. Ahora, las cosWs se imponen en el orden
respecto del causante reconocer el delito que se ha cometido o retirar los dichos si
se trata de una injuria o reconocer la falsedad de la imputación en caso de calumnia.
Requiere amplitud y reconocimiento de haber inferido la ofensa y no existe si se nie-
gan las expresiones dilacerantesiS8.&nuestro ver, no cabe exigir el reconocimiento
del delito contra el honor; en cambio, es preciso, cuando menos, desdecirse. Dice
Catucci que la jurispmdencia imperante no exige el reconocimiento de que se ha
mentido como contenido de la retractaciónss9.
La CS entiende la retractación como acto significativo de revocar expresamente
lo que se dijo; desdecirse de ello aun cuando no sea preciso reconocer que se han
falseado los hechos. Presupone el reconocimiento expreso de haber sido el autor o
partícipe en la propalación de una ofensasG0.Es insuficiente la retractación por es-
crito, si no se reconoció el hecho imputado y la falsedad de los dichos; este último
aserto es cuestionable y no condice con lo resuelto por el Alto Tribunal. La CCC,
sala 1, señala que se requiere un claro reconocimiento de la existencia y de la autoría
de la ofensas6'.
d) Funciones del tribunal. Corresponde al tribunal pronunciarse y calificar
los dichos del querellado para determinar si se ha producido una conciliación o una
retractación; compromete la suerte de las actividades procesales ulteriores continuar
el trámite sin resolver antes sobre las explicaciones dadas por el querellante en la
audiencia de conciliación y decidir si importan o no una
El último párrafo -a nuestro modo de ver- no contempla que aquélla es una
excusa absolutoria, en cuya virtud el orden jurídico considera innecesario castigar
a quien claramente se ha arrepentido de lo que hizo; en consecuencia, resulta irre-
levante toda manifestación del acusador, porque es privativo del tribunal decidir
si se ha producido o nosG3.Piensa lo contrario la CCC, sala 1, ya que reconoce al
querellante la posibilidad de aceptarla cuando es públicaSM.Puede llegarse al caso
de que, aun cuando el querellante no acepte o el querellado no reconozca a los tér-
minos empleados como retractación, el tribunal la estime como tal y decida como
lo establece el párrafo segundos". Por eso excluyen la aceptación por el querellan-
te los Código Procesal Penal de Córdoba (art. 434, id.) y de Tucumán (art. 434,
id.). Según Levene (h) y .otross66,"...puede ocurrir que el querellante no considere
suficientemente amplia la retractación y no la acepte. En este caso decidirá la cues-
tión el tribunal..."; según se ve, no se aporta ningún argumento ponderable en favor
de la previa aceptación.
"'"La información sumaria de los articulas 197 y siguientes del Código Procesal Penal", Sema-
nario Jurídico de Cóvdoúa, año 6, p. 574.
*" SOSAARDITI - FERNANIIFZ, Juicio...,ps. 2151216; BUSSER - ITURRALDE,Eljuicio ...,ps. 2001201.
""NCP, sala 1, registro nro. 114, BJ nro. 1, ED de mayo de 1995, p. 12, o BJ año 1994, nro. 1,
ps. 15116; CCC, sala IV, aunque anticipando la hipótesis al supuesto de desistimiento tácito de la quere-
lla pues consideró que dicho acto promotor supone la apeiiura del juicio, LL del 301611994, f. 92.293;
id., salaVII, DJ 1998-3-926, f. 13.615.
R. 99, c. SJ, nro. 116.
JülCIOS POR DELITOS DE ACCIÓN PRIVADA
a CFed., sala 1, considera que la paralización del proceso por calumnia, hasta
e resuelva la investigación penal por los mismos hechos que dieron origen a
a, recién procede en la etapa del art. 428578.
n el párrafo segundo se destaca, entre las excepciones, a la falta de persone-
o mucho más importante es la de falta de acción, a través de la cual puede -
irse si el querellante está legitimado, lo que conduce, si falta, a un sobre-
nto definitivo y no a una mera paralización del proceso, como aquélla (ver
3 del comentario al art. 344; en cuanto a la impugnación de las excepciones,
comentario al art. 345).
asta tanto se ingrese a la etapa de juicio al resolverse en forma definitiva las
iones, resulta procedente el recurso de apelación579.
ijación de audiencia
29. Vencido el término indicado en el artículo anterior o resueltas las ex-
en el sentido de la prosecución del juicio, el presidente fijará día y
el debate, conforme con el art. 359, y el querellante adelantará, en
s fondos a que se refiere el art. 362, segundo párrafo, teniendo las
S atribuciones que las que ejerce el ministerio fiscal en el juicio común.
1.a inasiscencia del qi~erellado parsciera que no basca la sola presencia del
defensor (ver iroineiitario al an. 424)---provoca la postergación del debate y habilita
al tribunal a procedcr conforme lo c.siablecido en el nn. 427.
mienza con la lectura de la querella, sin que pueda ser ampliada580.La re-
n el interrogatorio del querellante. En la
del querellante y después al defensor del
último si tiene algo que agregar.
CAP~TULO
IV
JUICIO ABREVIADO
a) Generalidades
El propósito es "...evitar el juicio oral y público, cuando él no sea imprescin-
dible para arribar a una sentencia que resuelva el caso, con respeto de los principios
de legalidad y verdad..."; piensa obtenerse a través de "...la prueba reunida en la
investigación preparatoria..." cuando "...sea idónea a tal fin, sin que sea necesario
reproducirla en un debate, a criterio de los sujetos esenciales del El
principio de legalidad subsiste porque no se implanta criterio de oportunidad alguno;
deben respetarse las penas establecidas en el CP ni cabe aceptar una calificación dife-
rente de la prescripta o admitir como probado un hecho diferente al ocwido o como
real uno no acreditado o que el acusado participó cuando no lo hizo. No se prescinde
del principio de verdad ni se admite una verdad consensuada; la sentencia habrá de
sustentarse en la prueba recogida durante la instrucción y no en la mera confesi6njS9.
Entre las reflexiones más profundas, agudas y con inusual amenidad sobre este
engendro, no puede prescindirse de la lectura del trabajo de Costasgo.Le parece ac-
tuar de prácticos la difundida costumbre de suspender la audiencia para hacer po-
sible el acuerdo, cuando debia concretarse antes de remitir la causa al TOC; así se
posibilitaan' negociaciones sin plazo que redundan en la suspensión de audiencias y,
lo que es mucho más peligroso, Juerzan a los imputados a tomar decisiones sobre
aceptar o no esta modalidad cuando es inminente el debate. Advierte que col~siona
con la arquitectura del sistema no realizar el juicio cuando se rechazó el acuerdo
y hacer posible una tercera o cuarta transacción y asi ad infinitum. Anota que sin
pudor se otorga valor a una confesión extrajudicial. Marino Aguirre no atiende a
esta especie y se confunde cuando le quita el carácter de confesiónj9';el desacierto
es mayor cuando respalda su afirmación en que no se efectúa ante un magistradoSg2,
pues, precisamente, si es extrajudicial, ese requisito es superfluo. Informa que en
algunos tribunales el conocimiento de visu se reduce a entrevistarse uno de los ma-
"En la 'Ciudad Autónoma de Buenos Aires' los delitos contra el honor cometidos por la pren-
sa son impunes por ausencia de ley previa", DJ 1998-2-1161.
Ss8 CAFFERATA NORES, "Juicio penal abreviado", Cuestiones..., ps. 79 y SS..
CAFFERATA NORES,op. cit., ps. 80 y 82. Niega dicho carácter GARC~A TORRES,'Zas garantias
constitucionales y los sistemas procesales abreviados por acuerdo con el imputado, con especial refe-
ncia a la República Argentina, Estados Unidos, Alemania, Italia y Espaila", ED del 71912000.
"Perversiones abreviadas. (Acerca de la aplicación y uso del instituto del art. 431 bis, Código
ocesal Penal de la Nación)", DJ 2001-2-300.
IP1 "El juicio penal abreviado", p. 70.
784 JUIOIO ABREVIADO
gistrados con el imputado; aquél transmite su vivencia a los otros, diluyéndose así la
inmediación propia de la audiencia. Para ajustar algo a este trámite con la CN debie-
ra dictarse sentencia siempre, sea que se acepte o rechace el acuerdo.
>
b) Antecedentes
La institución reconoce precedentes provinciales -Córdobasn3y Buenos Aires-
acorde, con la necesidad de acelerar los trámitessn4.Se aspira a cubrir las exigencias de
tratados internacionales con jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, CN, arts. 7', ap.
5", CADH "Toda persona... tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razona-
ble...", 9", ap. 3", PIDCP, id.). Aunque ya nuestra CS consideró incluida dicha garantía
en el art. 18 en el caso "Mattei"s95.
En el derecho comparado son varios los paises que han dado cabida al sistema.
Italia admite un especifico juicio abreviado a solicitud del imputado con consen-
timiento del MP; se disminuye la pena y se limitan las vías recursivas (arts. 4 3 8 a
443); además prevé otra modalidad de aplicación de pena a instancia de las partes
que es una concreción del pacto (arts. 444 a 448), el juicio directísimo para los casos
de flagrancia (arts. 449 a 4>2), el juicio inmediato cuando la pmeba es evidente (arts.
453 a 458) y el procedimiento por decreto ---condena sin debate con impugnación
tardía- (arts. 459 a 460).
La Ordenanza Procesal Penal alemana legisla dos variantes. Se ocupa de un
procedimiento por mandato penal --delitos leves- en que el requerimiento opera
como acusación y de un procedimiento acelerado, cuando el simple contenido fácti-
co a la clara situación probatoria admiten una deliberación inmediatasn6.
La Ley de Enjuiciamiento Penal española, como variante del procedimiento de
urgencia para determinados delitos, incluye un trámite abreviadísimo en el que se
asegura la asistencia letrada, se da traslado a las partes acusadoras tan pronto como
el juez de instrucción advierta que puede formularse acusación, se suprime e1 auto
de procesamiento, el fiscal puede presentar de inmediato su escrito de acusáción y
solicitar la apertura del juicio oral y la simultánea citación para celebrarlo. Corres-
ponde en los casos de flagrancia o evidencia de los hechos, alarma social producida
y detención del imputado o aseguramiento de su puesta a disposición judicial. Se
resguarda la audiencia previa del imputado y, en lo posible, de las demás partes aper-
sonadas. El juicio oral no se suprime y puede cumplirse ante el Juzgado de lo Penal.
Por ende, amén de la prueba instructoria considerada esencial, el resto se lleva a cabo
en et momento del juicioSn7.
Esta ligera referencia del derecho comparado necesariamente debe ' a
plea bargaining de los Estados Unidos. Nuestro juicio abreviado no permite trata-
tivas con el imputado para lograr su confesión, supuesto en el que en aquel sistema
admite obtener una pena menor a la correspondiente. La diferencia radica en que allí
no se respetan los principios de legalidad y de verdad, "...pues el acuerdo permite
IV3 Conf. VIVAS, "La confesión transaccional y el juicio abreviado", CDJP, nro. 8-A, ps. 497 y SS.,
en especial ps. 50715 14.
594 BEKTOLINO, Cúdigo...,1997, ps. 22 y 23.
s95 Fallos 272:188 o LL 133-413, o ED 25-206, f. 12.673, o JA 1969-11-382, f. 16.965.
CATFERA.~A
NORES,op. cit,, p. 81.
"' Derecho..., p. 748.
"Juicio abreviado", ponencia presentada a! XIX Congreso Nacional de Derecho Procesal,
ntes, 1997.
CLARIA OLMEDO. .
Derecho.... t. 1.. D. 471.
'" CLARIA OLMEDO, Derecho ..., t. 1, ps. 4761477
No cabe duda de que la inserción del "acuerdo" en el proceso penal explica la
conmoción causada en el ámbito de los operadores del sistema, sobre todo en la jus-
ticia nacional, pues resulta consecuencia de esta vertiente, censurada al extremo, que
la determinación de la naturaleza jurídica pasa por dilucidar si es una transacción, o
bien una confesión, o implica un allanamiento o exterioriza una renuncia603.
En el derecho argentino la transacción se descarta porque lo impide el art. 842,
CC, en cuanto establece que "la acción civil sobre indemnización del daño causado por
un delito puede ser objeto de las transacciones; pero no la acción para acusar y pedir el
castigo de los delitos, sea por la parte ofendida, sea por el Ministerio Público"; el CP
no la incluye como modalidad extintiva de la persecución publica (ari. 59). Además,
conforme al art. 31, CN, estos preceptos sustanciales tienen mayor jerarquía norma-
tiva que las disposiciones procesales: éstas deben ajustarse a aquéllos. No es allana-
miento porque sólo puede llevarlo a cabo quien es el titular del derecho sustancial y
el fiscal es sólo un sustituto procesal, porque "dueño" de aquél resulta el Estado. En
materia procesal es cuestionable cuando está comprometido el orden público (ari. 307,
inc. 2", CPCC); es que su objeto debe hallarse sometido al poder dispositivo de las
partes. Similares objeciones suscita considerarle como renuncia604.
Tampoco puede enckárselo como "negocio jurídico procesal"; todos los actos
procesales no pueden producir el efecto jurídico buscado, sino a través de otra volun-
tad que es la del órgano jurisdiccional en cuanto recoge a la de la parte605,y siempre
deben cumplirse de acuerdo a las pautas de lugar, tiempo y forma prescriptas por el
ordenamiento606.
En vez, y por requerir el reconocimiento de la participación del imputado en el
hecho, encapsula una verdadera confesión.
e) Ubicación institucional
Un punto para reflexionar es el concerniente a la índole del instituto. Se ha obje-
tado que "...el derecho a concertar la pena concreta... es una instancia que constituye la
posibilidad de consolidar una situación jundico-penal ...". De ahí que "...el Congreso
ha legislado en la creencia de regular sólo procesalmente el sistema penal nacional,
pero ha introducido una norma de derecho penal sustantivo, que rige, por su natura-
leza, como norma integradora del sistema penal sustantivo de todo el país. Dicho en
otros términos: el derecho al juicio abreviado es un beneficio que todo imputado puede
invocar, pues el derecho de fondo rige uniformemente en toda la Nación"607.
Dificilmente el juicio abreviado podrá -sobre todo como lo regula la ley
24.825- eludir el mote de que constituye un "Requiem para el juicio penal
Conf. B A R ~ NVILLAR,
A La conformidad en el proceso penal, Valencia, 1984, ps. 283 y SS.,
citado por Bertolino, "Para un encuadre del proceso penal abreviado", JA 1997-IV-788, nro. 21.
Cree lo contrario AGUIRRE, op. cit., p. 136.
GUASP, Derecho..., t. 1, p. 261.
CCIRIAOLMEDO rechaza, en general, la admisión de negocios jurídicos procesales en el proce-
so penal porque la voluntad exteriorizada en el acto no es, propiamente, la caracterizada en el negocio
jurídico, Derecho..., T. IV, p. 86 con cita de Jiménez Asenjo.
DE LA RÚA,"Un agravio federal", LL del 81711997; en igual sentido, NAZARENO, "El proceso
penal abreviado y el juicio por jurados", LL del 1611011997.
ALMEYRA, "Requiem para el juicio penal oral", LL Antecedentes Parlamentarios, año 1997,
nro. 7, p. 1561.
JUICIO ABREVIADO
f) Constitucionalidad
así llamado 'juicio abreviado' no es
gna con el art. 18, CN, que extiende el
producción de la prueba609. -
Jamás se cumple la totalidad del espectro exigible, a cabalidad, por una contra-
la cuestión penal al: 1) propiciar una
los poderes de acción y jurisdicción en procura de
nte, un pronunciamiento sobre el fondo; 3) vigilar la
erir que la sentencia definitiva culmine un trámite
y legal6I0.La declaración indagatoria d e f e n s a material- no satisface, en
,las exigencias de la garantía de la defensa como lo requiere la CN6".
Empero, el instituto ha merecido el beneplácito de juristas enrolados en el ga-
, Corvalán no sólo lo acepta cuando se suprime "...la producción de deter-
rueba", sino cuando "...desaparece la contradicción que podría justificar o
en su momento la apertura del juicio"612.
Con razón ha dicho Binder: "Se debe advertir... que uno de los usos de la palabra
ión del proceso', en ciertos contextos concretos de la discusión de la política
1, puede esconder una visión profundamente autoritaria del proceso penaY6I3.
de quienes, quejándose de la lejanía
eros" y leen y escuchan, con fruición,
scan audiencia a través de esa espuria
rciorarse de tal sospecha iti~plicaria
"Corsi e ricorsi de las garantías procesales penales en la Argentina [a propósito del juicio abrevia-
y del 'arrepentido']", ponencia presentada al Congreso Internacional de Derecho Penal, 75" Aniversario
Código Penal, UBA, 11 al 14 de agosto de 1997, o CDJP, m. I-A, ps. 481 y SS.,en especial ps. 4861487.
CLARIA OLMEDO, Derecho..., t. IV, p. 532.
C L ~ OLMEDO,
A op. cit., p. 531.
"La siinplificación procesal", en La simplifcación ..., X I Encuentro Panamericano de Dere-
OProce.~al,ps. 5461547, Buenos Aires, 1997.
Justicia penal y Estado de Derecho, p. 67.
" V O C nro. 23, LL del 301411998, f. 97.055, o DJ 1998-3-276, f. 13.377; en igual sentido, disi-
deiicia del doctor Gandolfi, TOPE, nro. 3, LL del 301411998, f. 97.076, o JA 1998-111-485; también en
JA 1999-1-631, con nota coincidente de OLDANO, "Juicio abreviado".
788 NlCIO ABREVIADO
"' "El debido proceso y algunas cuestiones conexas en el denominado 'juicio abreviado' (ley
24.825)", ED 178-1000.
"Simplificación del proceso", JA 1999-1-881.
JUICiO ABREVIADO
(art. 120).Al decir de Camelutti, "nunca se excluye que el poder para la solución del
conñicto pertenezca a un órgano distinto, carácter que se percibe aún en el proceso
civil en el que las partes pueden incidir en la elección del órgano o en su modo de
obrar"627.Por ende, el tilde resulta ingdecuado (lo dicho no significa negar una cierta
intmsión en el actual derecho procesal de elementos correspondientes al derecho
privado. En su proyecto Maier establecía un régimen de amigables componedores
para los delitos de acción privada -art. 377, pán: 2 0 ) .
En vez, es cierto el segundo aspecto -son normas optativas-, pues el sistema
se compone de normas escogidas para lograr una finalidad exclusivamente práctica,
como es la de abreviar el desarrollo de los enjuiciamientos penales. Suprimidas tales
razones -se supone con miras al mejoramiento de la justicia descontadas por el be-
neficio, deparado como consecuencia de la incontestable descongestión y la impres-
cindible orientación de medios hacia los casos más graves-, no hay muchas otras
para aceptarlo sin más. Cabe plantearse si dicho logro se obtiene merced al sacrificio
de garantías importantes.
Corresponde también eliminar que se apostrofe a estas modalidades como pro-
pias de un sistema inquisitivo. El proceso acusatorio se preserva, siempre que se pro-
teja a la cuestión orgánica que le es inherente: quien persigue -MP o querellante-
no puede decidir, atribución que corresponde, privativamente, al juez o tribunal. Este
dicho vale tanto para la persona como para la función.
No obstante, hace también a un sistema acusatorio el mantenimiento de ciertas
normas procedimentales. Sobre todo la publicidad -parantía tuitiva de la forma
republicana de gobierno (art. lo, CN)- que desaparece cuando se puede dictar sen-
tencia conforme a los registros de la instrucción. Binder proclama como integrante
del "...marco político -conceptual de la simplificación- ..." a la "...necesaria publi-
cidad del proceso simplificad^"^^^; esta impronta resulta de imposible cumplimiento
cuando se falla según las actas de la investigación preliminar. Y es aquí donde el
nuevo régimen hace agua.
Ferrajoli se encarga de precisar que el sistema acusatorio no tiene como
inherente al pacto o acuerdo, aunque se explica históricamente, porque junto con la
discrecionalidad de la acción penal "...son de hecho, los restos modernos del carácter
originariamente privado y10 popular de la acusación, cuando la oportunidad de la ac-
ción y. eventualmente, de los pactos con el imputado era una consecuencia obvia de
la libre acusación"; la posible identificación desaparece cuando el órgano encargado
de sustentarla es
i) El proyecto original
La ley 24.825, que introduce el juicio abreviado -cuyo art. 2" establece su
aplicación a todas las causas en trámite-, se originó en un proyecto de Cafferata
Nores; sus diferencias con la sanción legislativa marcan -junto con otras- un cri-
terio para orientar la interpretación. En tal sentido, cabe señalar:
a) Condición objetiva de procedencia es que el MP concrete su pretensión puniti-
va en una solicitud de menos de seis años, cuando reclame se aplique pena privativa de
libertad -reclusión o prisión- o bien no privativa de libertad, sea en forma principal
o conjunta. El proyecto al fijar como límite para las penas de encierro que no fuesen
Sisfema..., t. 1, p. 86.
Justiciapenal...,p. 72.
"9 Derecho...,ps. 747 y SS.
JUICIO ABREVIADO
su adopción-, el juicio
ional, incluso el correc-
A los fines de este articulo y en cualquier etapa del proceso, pero desde la
aceptación del cargo del defensor designado, el fiscal podrá recibir en audiencia
al imputado y a su defensor, de lo que se dejará simple constancia.
3. El juez elevará la solicitud~yla conformidad prestada, sin otra diligen-
cia, al tribunal de juicio el que, tomará conocimiento de visu del imputado y lo
escuchará si éste quiere hacer alguna manifestación. Si el tribunal no rechaza la
solicitud argumentando la necesidad de un mejor conocimiento de los hechos o
su discrepancia fundada con la calificación legal admitida, llamará a autos para
sentencia, que deberá dictarse en un plazo máximo de diez (10) días. Si hubiera
querellante, previo a la adopción de cualquiera de estas decisiones, le recabarh
su opinión, la que no será vinculante.
4. Si el tribunal del juicio rechaza el acuerdo de juicio abreviado, se proce-
derá según las reglas del procedimiento común con arreglo a los arts. 354 6 405,
según corresponda, remitiéndose la causa al que le siga en turno.
En tal caso, la conformidad prestada por el imputado y su defensor no será
tomada como un indicio en su contra, ni el pedido de pena formulado vincula al
fiscal que actúe en el gebate.
5. La sentencia deberá fundarse en las pruebas recibidas durante la ins-
trucción, y en su caso en la admisión a que se refiere el punto 2, y no podrá
imponer una pena superior o más grave que la pedida por el ministerio fiscal.
Regirá el art. 399.
6. Contra la sentencia será admisible el recurso de casación según las dis-
posiciones comunes.
7. La acción civil no será resuelta en este procedimiento por juicio abre-
viado, salvo que exista un acuerdo entre las partes en tal sentido, aunque se
podrá deducir en sede civil. Sin embargo, quienes fueron admitidos como partes
civiles podrán interponer el recurso de casación en la medida que la sentencia
pueda influir sobre el resultado de una reclamación civil posterior. '
8. No regirá lo dispuesto en este artículo en los supuestos de conexión de
causas, si el imputado no:.admitiere el requerimiento fiscal respecto de todos los
delitos aUí atribuidos, s w q u e se haya dispuesto la separación de oficio (art. 43).
Cuando hubiera 5v.a i'mputados en la causa, el juicio abreviado sólo po-
drá aplicarse si todos eilosprestan su conformidad.
. 1) Añade un nuevo ingrediente a la discusión suscitada en tomo al art. 393, por-
que si el requerimiento -arts. 346 y 347, p a n 2'- no consistiera en la acusación,
limitadora de la faz objetiva y subjetiva del debate -no podrán agregarse hecho&:
nuevos, pues si ello ocurre deberá procederse de acuerdo c
extenderse a otras personas-, mal podría admitirse que el
estadio, la conformase.
El párrafo segundo -no previsto en el proyecto-
En efecto: el inc. lo fija como momento para iniciar la ge
la defensa técnica; en vez su concreción se pospone a la vista al MP del art. 346,
presupuesto del requerimiento de elevación a juicio establecidoen el art. 347, pá-.
rrafo segundo. Recién entonces podrá instmmentarse la conformidad del imputado
y de la defensa en los términos del inc. 2", tomando como referencia a aquél (inc.
lo, p á a lo). Sin embargo, este agregado extiende la posibilidad del entendimiento
.43 1 bis JüICIO ABREVIADO
orresponde rechazar la suspensión del juicio a prueba solicitada luego del jui-
abreviado, por resultar incompatibles el instituto previsto por los arts. 76 bis y SS.,
dimiento con miras a la extinción de la ac-
ca el juicio ordinario633.
idad para la opción no comprende al trámi-
" El TOC Fed. nro. 4 lo estima viable, pese al señalamiento de la audiencia, pues puede evi-
así el desgaste jurisdiccional, la moviiización de los testigos y la preparación del juicio, LL del
1997, f. 95.805, con comentario de PALACIO, "El juicio penal abreviado en una de sus primeras
festaciones", quien sostiene que "...el decreto de designación de audiencia para el debate sólo
a como limite temporal para la aplicación del procedimiento abreviado no sólo cuando se ha
o la pmeba propuesta sino también cuando ha comenzado a diligenciarse la citación de los
S, peritos e intérpretes"; en contra, TOPE nro. 3, LL del 301411998, f. 97.076, o JA 1998.111-485.
TOC Fed. nro. 4, LLdel221811997, f. 95.805.
CNCP, sala 1, LL del 231212001, f. 101.569; en contra, TOC nro. 16, si la sanción peticionada
fiscal en el acuerdo es menor de tres años y permite la condena en suspenso, pues desplaza la
abstracta y general del tipo penal aplicable y colistituye la norma individual reguladora del caso,
23/2/2001, f. 101.570; ver comentario al art. 293.
' CNCP, sala 111, DJ 2002-1-58, f. 17.645.
CNCP. sala 111. LL del 51712002. f. 103.995.
"S, R . ~ o ~ . x L2811012008,
, "~omano,Hugo Enrique sicausa no 5315".
' CASTEJON, "Consideraciones respecto de la ley 24.825", LL del 11/2/1998.
794 JUICIO ABREVIADO Art. 431 bis
fuente de derecho procesal por no ser sino "mala" costumbre, pues no refleja una
adecuada valoración juídica- tergiversa la secuencia del acuerdo y hace factible se
introduzca un vicio invalidante, porque no hace falta mucho para advertir que tal uso
"...no deja de ser un modo de presió¶ quien está siendo también
se deja entrever la mayor probabilidad de que la sentencia sea condenatoria y trasun-
ta una insinuación para aceptar la propuesta alterada en su orden, ante el riesgo de
una mayor pena si se va al debate oral.
Este procedimiento no se encuentra previsto en nuestro ordenamiento para los
menores, es decir, para quienes no tienen capacidad de hecho, no pudiéndose tener
por válida la expresión de voluntad emitida por el menor sin dar intervención al Mi-
nisterio Público P ~ p i l a r " ~ ~ .
El querellante no es sujeto del acuerdo porque aun su opinión adversa "...no
será vinculante..." (inc. 3" infine). Con prolijidad el proyecto establecía que el acu-
sador particular no podía "...agraviarse por el procedimiento elegido" (inc. 6"). Em-
pero, la supresión no modifica ese temperamento, pues está excluido en la gestación
del trato. Se hastardea la intervención de este sujeto eventual y se desoye su precisa
ubicación delimitada por Creus al decir que se trata de "...unafigura impura del
querellante conjunto..."@O.
El objeto del acto procesal aquí tratado consiste en la solicitud del MP com-
plementada por "...la conformidad del imputado, asistido por su defensor, sobre la
existencia del hecho y su participación..."conforme a lo expuesto en el requerimien-
to. Debe comprender la descripción del suceso -su materialidad-, la atribución al
imputado -su participación- y también la calificaciónjurídico penal.
El pacto entre MP, imputado y defensor necesita ser convalidado, ulteriormente,
por el tribunal. Además de las razones contempladas en el inc. 3" para desestimarlo
-verdaderos recaudos expresos: mejor conocimiento de los hechos y discordancia
con la calificación-, fluye de los restantes requisitos -recaudas implácifos- que
cabe el rechazo si la petición es extemporánea o media conexión de causás y el im-
putado no admite el requerimiento fiscal respecto de todos los delitos atribuidos o
su conformidad parece condicionada, afectada por algún vicio de la voluntad o no
es congruente con el contenido de la prueba producida en la instrucción o cuando
existen varios imputados y no se exteriorizó la conformidad de todos ellos641.A los
que cabría añadir la falta de asistencia del defensor.
La sentencia puede adoptar una calificación jurídica diferente a la convenida
por las partes en el acuerdo; ocurre que la discrepancia en este aspecto es inaceptable
si tiene como consecuencia agravar la situación del acusado pero no cuando la mejo-
ra (se acordó la figura de daño calificado y se condenó por daño simple)642.
Se cuestiona si la conformidad del imputado significa admitir la verdad de las
pruebas incorporadas a la causa. La CNCP, sala 111, decidió que correspondía anu-
lar el acta de secuestro y la consecuente absolución si de la constancia del sumario
surgía que el órgano judicial le había asignado valor -pese a que el encausado
se negó a suscribirla- para luego volver sobre sus pasos y decretar su nulidad; el
LL 1997-E-371.
CNCP. sala 1, ED, DPPC del 25/6/2002, f. 1083-33.
PALACIO,"El juicio penal...", LL del 22/8/1997, f. 95.805.
6S6 CNCP, sala 1, ED, DPPC del 25/6/2002, f. 1085-SJ.
65' CNCP, sala 1, ED, DPPC de1 25/6/2002, f. 1086-SJ.
JUJCiO ABREVIADO Art. 43 1 bis
La gravedad finca en que pese a la asepsia procurada por el inc. 4" -aparta-
miento del tribunal que desestima el juicio abreviado y garantía de que no se meri-
tará la conformidad en sentido adverso-, aquí se acepta que "...la admisión a que
se refiere el punto 2..."podrá meritarsb como sustento de la sentencia, con lo cual se
enerva aquel aserto y se subvierte la preocupación.
La confesión se transforma en pieza axil del juicio abreviado porque no otro
es el significado asignable a la denominada "admisión" formulada por el imputado.
Schiffrin destaca que el juicio abreviado "...representa una revivicencia del valor
probatorio de la confesión", y agrega que en la práctica la renuncia que la contiene
dificilmente "...sea tan incoacta si se tiene en cuenta el nivel social y educativo de
la mayoría de los imputados, cuya asistencia letrada, en la mayor parte de los casos,
recae en defensores oficiales atestados de trabajo'"jSS.
La imposición de la pena está limitada en su naturaleza y monto por el acuerdo
(conf. inc. 2", párr. lo). Sin embargo, la jurisdicción "...corresponde, soberanamente
a los jueces quienes... pueden dejar de lado las opiniones vertidas en autos y resolver
lo que, por estricta aplicación de las leyes, crean que corresponda; tanto más si es a
favor de los inicialmente inculpados"659.
No cabe adoptar una actitud mecanicista que parta de considerar que si el incul-
pado aceptó la propuesta condenatoria es porque compartió el criterio fiscal propi-
ciador de la condena, pues su condición de lego -más allá del apoyo de su defensa
letrada- pudo impedir una correcta valoración de los aspectos técnico-legales; so-
bre todo cuando en el hecho juzgado resulta útil distinguir lo lícito de lo punible6660.
No se obtura la posibilidad de absolución, por ejemplo, en los casos en que la mate-
rialidad histórica del hecho o la participación en el suceso adjudicada al encartado
no se encuentra acreditada con grado de certeza66'.
A raíz de la vigencia del art. 37, inc. a), de la Ley Orgánica del MP 24.946,
que contiene un giro -sin perjuicio de la facultadpara desistir la acción pública,
ver art. 5"- desaforhmado, se ha suscitado un ríspido problema. Formulado el re-
querimiento de elevación a juicio por el fiscal de primera instancia, se concretó el
acnerdo aquí previsto. El fiscal de juicio -fiscal general- desistió de la acción
penal respecto de un imputado; el TOC absolvió. Sostuvo que dicha actitud, en un
proceso tramitado bajo las normas del juicio abreviado y en el que existían varios
coprocesados, importó un pedido de absolución en el contexto de las peculiaridades
que caracterizan dicho trámite, sin que la admisión del hecho y la calificación legal
impidieran resolver así; subrayó que sólo se obvia aquí el debate, pero que se trata
a CNCP, sala IV, señala que el fiscal puede acordar con el imputado y su defen-
la imvosición de una vena en susuenso (art. 26, CP) v. en tal caso. el bibunal no
cuitado para modificar el modó de ~uk~li~i'ento'de' la sanción á través del en-
efectivo, toda vez que ello implica imponer una pena más grave que la solicitada
rio Público, en violación a lo dispuesto por el inc. 5" del art. 43 1 biss8.
a de este criterio, la CNCP, sala 111, afirma que la modalidad de cumpli-
ena (art. 26, CP) es una potestad exclusiva del juzgador6".
C. 4425,51412005, "Rojas".
67' CNCP, sala IV, 24/2/2006, "L., R. C.", SJP, LLdel301612006, p. 68. En sentido similar, respecto
de la declaración de reincidencia, id., sala 111, 2611112007, "Yamarnoto", SJP, LL del 291712008, p. 50.
Sobre la pena de decomiso, id, sala 111,26/1012009, "Skotarczak", RDI: AbeledoPerrot, 712010, p. 1277.
6'2 CS, 2811012008, "Romano", KDP, AbeledoPerrot, 212009, p. 316.
Debe destacarse que este criterio ha sido reducido a su mínima expresión a partir de lo resuel-
to por la CS en "Casal" (Fallos 328:3399).
PALACIO, "El juicio penal...", LL del 221811997,~f.95.805.
Id.
CNCP, 8ala 11, JA 2002-111-725.
,431 bis ' JUICIOABKEVIADO . 801
Tiene el Estado de Derecho alguna razón para no reparar esa arbitrariedad?", cual
decidir en contra de un documento obrante. Es que "la situación del tribunal de
ación frente a un documento, como es obvio, es muy diversa de su posición ante
uicio relativo a si es o no creíble la versión de los hechos dada por un testigo o
es o no admisible la rectificación de una confesión prestada fuera del juicio oral.
apreciaciones dependen sustancialmente -aunque no necesariamente- de -
mediación con sus declaraciones que el tribunal de casación no puede tener".
iza con esta certera reflexión: "...qué razón puede haber para renunciar a la
en relación a tales razonamientos, si ellos conducen a una falsa aplicación
,porque el hecho a que ésta se aplica no es el hecho que ella sanciona"677.
iempre que el tribunal ad quem pueda estar en igualdad de condiciones que el
en relación con una prueba --como ejemplo paradigmático se cita al de las
ebas fundamentales que determinen el contenido del fallo...'- concluye la
erania del tribunal de juicio. Aunque el aserto de Ferrante contempla la sentencia
atoria, conforme a nuestro ordenamiento jurídico, no hay razón para imponer
te678;quien recuerda el supuesto fijado por el art. 849, inc. 2", de la Ley de
iento Criminal, conforme al cual procede el recurso de casación "cuando
existido error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que obren
tos, que demuestren la equivocación del juzgador sin resultar contradichos por
elementos probatorios".
Aun con la limitación de que el error recaiga en prueba documentalper se y no
otras de distinta naturaleza,-como son todailas personales instrumentadas,sig-
ca que "...sólo en la prueba documental es prácticamente igual a la inmediación
'ene el tribunal de instancia y el de c a ~ a c i ó t i " ~Cabe
~ ~ . distinguir entre prueba
ccionada por los sujetos públicos procesales -juez y secretario- y "...prueba
na a la investigación 'aportada' al sumario, que es lo que puede probar el error
prueba sumanal...", ya que al referirse el texto español a los elementos de con-
ón que obran en el legajo "...es, por propia naturaleza, algo distinto a los autos
, aunque por incorporación formen parte de ellos"680.
e tratarse de "...cualquier representación gráfica del pensamiento, general-
escrito y en papel, creada fuera de la causa...", aunque no necesariamente
precon~tituida~~'.
Tesitura con la que coincide Maier al mencionar, como limite para la compulsa
aprueba documental, a "...lapar condicio entre el tribunal de juicio y el tribunal
sación para valorarla...", pues no queda inhibida "...la necesidad ... de verificar
ucta concreta del tribunal contraria a la ley, esto es, los 'hechos del proceso',
ellos se trata en la casación f ~ r m a l ' o ~ ~ ~ .
Como la demanda debe concretarse dentro de los tres días de notificada la re-
lución prevista en el art. 346 (art. 93) y tiene que contestarse dentro de los seis días
su notificación (art. 101), la posibilidad de que el trámite abreviado comprenda el
ecto patrimonial se supedita a que las partes civiles no necesiten producir prueba.
RECURSOS
seguir dishtándola y, en vez, se dicta su prisión preventiva (art. 3 12), a1 par que se
deniega su excarcelación (art. 319), parece incuestionable que, al frustrarse su libertad
de locomoción (art. 14, CN), tieneante sí la posibilidad de cuestionar el acierto de la
decisión a través del denominado recurso de apelación (art. 332). Su desaparición im-
porta la de la facultad de juzgar en el recurso si la cuestión se tornó abstracta2.
Es inherente a la viabilidad del recurso aducir un interés para no convertir el plan-
teamiento en una cuestión meramente académica; v.gr., quien resultaabsuelto por haber
padecido un error de prohibición, no puede sentirse afectado si adujo la existencia de
una excusa absolutoria, pues ambos pronunciamientos tienen el mismo alcance. Se
aparta de esa regla el supuesto ocasionado por inobservarse las causales del sobresei-
miento (art. 337). Existe interés si aparentemente el recurso se presenta, por su inciden-
cia sobre la parte dispositiva de la ksolución, como un mediojurídica&ente adecuado
para evitar el perjuicio jurídico, procesal o material, invocado como agravio por el
impugnante3.Corresponde únicamente al afectado y sólo puede reconocerse cuando
existe la posibilidad de que corrigiendo el acto, una nueva resolución pueda satisfacer
las pretensiones invocadas; de no mediar indefensión, de no explicarse el interés directo
en la corrección del acto procesal recurido, de no puntualizarse de qué actos de defen-
sa se ve impedida, no puede prosperar4.El interés directo remitea la disconformidad
entre la posición adoptada por la parte y el contenido de la resolución; debe ser apre-
ciado desde el punto de vista del ordenamiento jurídico vigente y no según el criterio
subjetivo del recurrente" Por eso se encuentra mal concedido el recurso de apelación
iiiierpuesto conrru la resolucióii que ordena extraer tesiimoiiio para reiiiirir a la justicia
civil a los fines del art. 152 bis del CC -inliabilitaciú~i iudicial--, por ciianco dieli:~me-
dida no resulta susceptible de causar daño al recurrente, toda vez que en la sede judicial
correspondiente se determinará la viabilidad de la aplicación de lo dispuesto en dicha
norma6. Carece de interés directo quien apela el rechazo de la entrega definitiva de un
inmueble si, en forma subsidiaria, se acogió la petición de alquilarlo7.
En este aspecto resalta la unidad del derecho procesal en cuanto requiere, para
la dinámica del sistema de los recursos, la iniciativa de parte, tanto en la rama civil
como en la penal. Queda afuera en los dos regímenes la consulta alojada en el art.
348, párrafo segundo (ver el art. 633, CPN, en el que tampoco hay deducción o in-
terposición de recurso), porque prescinde de dicha iniciativa y busca una solución
acerca de si debe requerirse la elevación a juicio.
Finca en el deseo de los hombres de obtener una justicia ecuánime, rápida y
observadora de las prescripciones legales; la necesidad de preverlos responde al ca-
rácter falible y limitado del entendimiento de quien tiene a cargo la decisión que, por
ser humano, es susceptible de cometer una injusticia o incurrir en error.
Su presupuesto es siempre una resolución judiciak sólo los actos de decisión a
cargo del tribunal son pasibles de impugnación por esta vía (art. 432). Nogueira, en
su enjundiosa obraR,se detiene en advertir que la resolución inexorablemente debe
ispositivo se percibe en
producirse antes de la
pugnativa mediante la
operada mediante
corresponda -re-
nitivas (art. 465)- o
no concurra a la audiencia ante la alzada para todos los casos
454, pán: 2') y los supuestos de casación contra resoluciones equi-
UISITOS COMUNES
recurrir en favor del imputado (art. 433), de manera que viene a situarse como una
suerte de "parte imparcial", con aparente contradicción, pues el adjetivo no se aviene
con el sustantivo. Con todo, resulta inexcusable para caracterizar su exclusivo interés
en la justa aplicación de la ley. NoBjobstante,la Corte Suprema ha aceptado que el re-
curso extraordinario federal sea deducido por terceros ajenos al proceso siempre que
la sentencia afecte un interés legítimo susceptible de ser amparado por esta víaI2;algo
similar ha resuelto el Alto Tribunal, incluso frente al particular damnificado --con fa-
cultades menores que el del Código nacional- a que se refería el art. 87, CPP Buenos
Aires -según ley 3 5 8 9 , y el art. 77, ley 11.92213.Este temperamento sirve -con
holgura- para refutar el criterio de la CCC en el plenario "Mu~olino"'~, en el que se
niega la apelación del sobreseimiento provisional a quien hubiese sido convocado en
los términos del anterior art. 236, párrafo segundo, Código Procesal Penal, como "im-
putado no procesado". Con acierto la misma cámara dejó sin efecto dicha doctrina a
través del plenario 205 -por mayoría- en la c. "Cossio" del 1/9/1995.
Se ha aceptado capacidad recursiva a aquella persona que si bien reviste la calidad
de testigo, puede ser alcanzada por una decisión que afecta sus legítimos interesesls.
2) La interposición del recurso debe plantearse dentro de un plazo perentorio
(arts. 163 y 438), cuyo momento inicial se ubica en el día siguiente al de notificada
la resolución (art. 162). Por ello, transcurrido el tiempo previsto sin interponerlo, las
resoluciones quedan consentidas (art. 128).
3) Es una facultad de carhcter estrictamente procesal, pues su instauración no
responde a exigencia constitucional alguna, salvo el recurso extmordinario federal
(arts. 30 y 31, CN). La Corte Suprema sostenía que la doble instancia no está exigida
por la Constitución16,a menos que la establezca la leyI7,en cuyo caso integra la ga-
rantía de la defensa en juicio. Dichos temperamentos han variado, en lo que atañe al
proceso penal, luego de lo reconocido por la CS el 7/4/1995 en la causa "Giroldi"18,
pues con motivo de lo prescnpto por el art. 8', pto. 2", apartado h), de la CADH, y de
acuerdo con el art. 75, inc. 22, segundo párrafo, CN, al haberse conferido jerarquía
constitucional a los diversos convenios internacionales, no puede discutirse el dere-
cho de toda persona inculpada de delito "...de recurrir del fallo ante juez o tnbunal
~uperior"'~. No resulta aplicable este criterio en cuanto a las sentencias notificadas
antes de la declaración de inconstit~cionalidad~~. A nuestro ver tal facultad recursiva
no juega sólo para el imputado2',sino también para el MP e incluso alcanza al que-
con ajuste a la igualdad ante la ley reconocida por el art. 16, CN, en cuanto
a la actuación de las partes en el proceso22.Sin embargo, la CS --caso
- amerita que la limitación establecida respecto del MP por el art. 458 no
onsiderarse inconstitucional a menos que se demuestre que se afectó la va-
otras normas constitucionales, pues el sentido de la voz persona enunciado
8", párrafo segundo CADW, Se determina recurriendó al Preámbulo y al
aquélla y, en consecuencia, se ciñe a todo ser humano y no para beneficio
tados contratantes2'. Palazzi estima discutible cuáles pueden ser los sujetos
a quienes asiste la doble instancia; aunque los tratados internacionales "...
blecido aparentemente sólo a favor del imputado, de legeferenda propo-
su extensión a las demás partes del proceso"24.
oblema no es especulativo. Si bien la Corte Suprema ha estimado que esta
se satisface con la posibilidad de deducir recurso extraordinario federal2s,
on de Bidart Campos dicho recurso no cubre el recaudo de la garantía impe-
te fijada por el Pacto --conforme a la cual resulta impugnable un fallo ante
tribunal superior en todo proceso penal---,ya que siipoiie someterlo a revisión en su
integra exteiisión, tanto 211 los licclios C O I ~ Oen el dere~ho'~.
Sin zmbargo,
- pareciera
e el criterio del Alto Tribunal porque el juicio en instancia única resulta ple-
otar tanto los extremos fácticos coinojurídicos del caso (arts. 25,27, iucs. lo
2 9 , inc. 2', 32, 33, inc. 2", y 12 a 1 6 , ley 24.050). Aello debe añadirse la
la Corte acuerda al recurso extraordinario por arbitrariedad, que le
ar cierto conocimiento de los hechos cuando está comprometida al-
ia constitucional2'. Además, el recurso de casación por inobservancia de
cesales (art. 456, inc. 2") hace factible que también se capten cuestiones
or vía del absurdo notorio2*.Por su parte, Maier entiende que el recurso
suple la existencia de una instancia única siempre que a través suyo
corrección del fallo desde el punto de vista formal y materialz9.De
uestra opinión, y a raíz de lo resuelto por la Corte Suprema en el caso
148-338, f. 44.466, podría suscitarse una complejisima cuestión; en di-
e --consids. 16, 17 y 18- se establece que dentro del orden jerárquico
establecido por el art. 3 1, CN un tratado internacional tiene prioridad
y interna en el ámbito del derecho interno, esto es, un reconocimiento
de la primacía del derecho internacional por el propio derecho interno". En otras pala-
bras: si la opinión del destacado constitucionalista Bidart Campos se abre paso, puede
jaquear toda la estructura del juicio oral en instancia única.
El problema no es exclusivo d8nuestro pais, porque con motivo del Pacto Inter-
nacional de Derechos Civiles y Políticos, cuyo art. 14, inc. 5", establece que "(t)oda
persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y
la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo
prescripto por la ley", también se ha planteado en España decidir si la casación cubre
dicha exigencia; el tribunal constitucioual estimó que no se requiere propiamente
una doble instancia, sino la sumisión del fallo condenatorio y de la pena a un tribunal
superior, correspondiendo a cada pais fijar sus m~dalidades~~.
Nuestro Alto Tribunal encontró el medio para conciliar la organización de la
justicia nacional en cuanto determina instancia única para juzgar delitos (conf. arts.
25, 27, 28, 29, inc. 2', 32 y 33, inc. 2', y 13, ley 24.050), con las exigencias de los
tratados internacionales3'. Por sentencia del 7/4/1995, la Corte Suprema, en autos
"Giroldi"32, declaró la inconstitucionalidad del art. 459, inc. 2O, por contrariar lo dis-
puesto en el art. 8", p t c 2", ap. h), de la CADH, que también otorga a toda persona in-
culpada de delito el derecho "...de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior...", lo
cual importa reconocerle, ahora, jerarquía constitucional. Afirmó que cuando la sala
1 de la CNCP descartó la posibilidad de impugnar por casación ni por inconstitucio-
nalidad, en virtud de los limites objetivos fijados por los arts. 458 a 462, desconoció
dicha jerarquía constitucional incorporada a varios acuerdos internacionales, pues,
luego de la reforma de 1994 (art. 75, inc. 22, pán: 2", CN), el citado precepto de la
CADH modificó el panorama legislativo en vigencia al resolver el caso " J á ~ e g u i " ~ ~ .
Añadió que en dicho precedente consideró cubierta la doble instancia del tratado me-
diante el recurso extraordinario federal. Como el writ of certiorari negativo, incluid
en el art. 280, CPCC, por ley 23.774, modificó las reglas y excepciones que deter-
minaban la competencia apelada de la Corte Suprema, "..,puede sostenerse hoy con
nuevos fundamentos que ...el recurso extraordinario no constituye un remedio eficaz
para la salvaguarda de la garantía de la doble instancia ...'"segurada por la CADH.
Agregó que al decidir en "Jáuregui", aún no se contemplaba un "ttibunal interme-
dio" --con el alcance que el art. 6' de la ley 4055 asignaba a las cámaras federales
y de apelación de la Capital, consid. 13; ver art. 22, inc. 2", del Código anterior (ley
2372)- entre la Corte Suprema y las cámaras nacionales o federales de apelación; la
-CNCP cumple dicha función tanto en el caso de los tribunales orales en lo criminal
como en el de los juzgados en lo correccional; tolerar que el Estado argentino impida
a los individuos acceder a los recursos internos para proteger sus derechos, viola el
art. lo, punto 1 de la CADH34.
" Con cita de la Corte Interamericana, opinión consultiva 11190, del 191811990.
RECURSOS 809
" La C'S ha inii>ti<lo zn asignar a la ( NC'Pesa condiciiin. L L d.4 30 6 1997. i95 589; con noti1 zll
'OnIra de P i i AL ii .1.ns ;oninlciss sccuzncia.: dsri\üdas de 13 declaracii>nde nulidad de un :irla Js allana-
'~drninistra~ión l Aduanas sldenuncia", del 1511111996, c. A 211 XXXII.
~ i c & n ade
D 163-161, f. 46.524.
L del 71312001, f. 101.628.
onf. la opinión de Duoo - LUGONES, "Hechos y arbitrariedad en la casación penal nacional",
911993. Temperamento compartido por Palacio al comentar el caso "Giroldi" -resolución
a como "inobjetab1e"-, "Las limitaciones legales del recurso de casación en el proceso pe-
echo acordado por el 'Pacto de San José de Costa Rica' a las personas inculpadas de delito",
1 201911995, f. 93.553; expresa que "(a) fin de preservar la garantía de la doble instancia, el
recurso de casación deberá ser interpretado, por la cámara competente, con criterio suficien-
xihle". En el mismo sentido, Rizzv~o,"¿Es la casación control suficiente a los fines previstos
ención de Derechos Humanos? (DJ 1997-1.823).
RECURSOS
ciones generales sobre Iqs recursos en el.Código Procesal Penal de la Nación", LL del 18 y 191711995~
VerJA 1997-1-1911198, Indice; id., JA 1998-111-197y SS., Indice. Ver comentano al art. 126.
2 DISPOSICIONESGENERALES 813
CAP~TULO
1
DISPOSICIONES GENERALES
pugnabiidad objetiva
fiere a la impugnabilidad objetiva. Con el vocablo "me-
a que deberá cubrir el acto de interposición, a través de
lidad actuada (art. 450; ver introducción al Libro III), o
,475,477 y 482). Asimismo se involucra la cualidad que
ones recurribles (arts. 446,449,456,457,474,479 y 491,
ver también arts. 493 y 508, párr. lo, y art. 11, ley 24.050). El temperamento
vo obedece a que el Código determina el sistema de la taxatividad para las
aciones, al extremo de que en ciertos casos se establece la irrecurribilidad
2,203 y 363, párr. 2").
Impuguabiidad subjetiva
la la denominada impugnabilidad subjetiva; se trata de
rido a la parte interesada en evitar los efectos perjudicia-
lución. El interés radica en la necesidad de superar el per-
-como mera hipótesis- por la resolución al recurrente
a CNCP, sala 1, reconoce interés legítimo para recurrir
ado a juicio oral, cuya situación puede verse afectada47.
ley distingue quiénes pueden recumr. Así, respecto de
y de procesamiento, el art. 3 11, segunda oración.
c) Jurisprudencia
El criterio interpretativo para juzgar sobre su procedencia debe ser restrictivo,
sin que sea legítimo acudir a otras consideraciones que las fundadas en la naturale-
za del recurso4s.Como la legitiqhción subjetiva debe conformarse a esa pauta, la
CNCP, sala 1, entendió que el letrado defensor no puede recurrir en casación por sus
honorarios, al no encontrarse comprendido entre los sujetos a quienes la ley concede,
taxativamente, esa calidad49.Sin embargo la CS se inclinó por la admisibilidad de
este remedio en un caso donde los peritos cuestionaban, por arbitrariedad, su regu-
lación de honorarioss0.
En vez, no posee respaldo normativo resolver que la mención efectuada en
el art. 460 de la parte querellante descuenta que esa calidad no se encuentre en
discusión; de manera que si el sujeto carece de un pronunciamientojudicial que lo
reconozca como tal, no podría acceder a la instancia extraordinaria de la casación,
pues su actividad procesal como pretendido querellante está circunscripta única-
mente a los casos de los arts. 84 y 180 inJine5'; dicha solución no ensambla con la
expuesta por la Corte Suprema para abrir el recurso extraordinario federal, cuando
se deniega intervención al particular damnificado por no haber comprobado an-
tes la existencia del Xelito; lo resuelto, dijo, configura agravio a la garantía de la
defensa en juicio (art. 18, CN) que ampara a todo aquel que actúe sea como acu-
sador o acusados2.En el mismo sentido que el Alto Tribunal, el plenario de la CF
San Martín decide que son inaplicables las normas que limitan la posibilidad de
apelar ante las cámaras federales cuando el recurrente aduzca razones en principio
atendibles, incluso basadas en la doctrina de la arbitrariedad, que hagan necesaria
la interpretación y aplicación de las disposiciones que aseguran la supremacía de
la CNS3.
Para la CCC, sala VII, este precepto, junto con el del art. 84, determinan 1
apelabilidad del auto que accede a la constitución de querellante, no sólo por quien
lo procuró en caso de denegatoria, sino también por el imputado y su defensa si la
decisión fue favorables4.Contra lo que cree la sala, la vía de la falta de acción no
se descarta merced a la recurribilidad genérica del art. 432, pues encuentra cauce
específico en el art. 345 cuando quiere quitarse del proceso a quien fue, pese a ca-
recer de legitimación, constituido en querellante. En vez, la apelación del art. 84,
última oración, atiende solamente a la denegatoria de la pretensión de constituirse
en parte acusadora.
cuanto atañe a los supuestos de los menores de edad, aun cuando puedan
los padres o tutores, resulta obvio que no revisten la condición de parte (ver
, inc. c]); pero se explica que puedan hacerlo por el carácter tuitivo para el
ropio del régimen tutelar (art. 431; leyes 10.903 y 22.278).
re el efecto extensivo del recurso deducido por otro imputado, ver art. 441.
-
cursos de la parte querellante
L a parte quereiiante podrá recurrir de las resoluciones judiciales s610 en
s expresamente previstos en este Código.
ción pública es sólo parte eventual (art. 82); por ello ve
su facultad impugnativa y son limitados los casos en que se la contempla
ente: por ejemplo la negativa a tenerlo por parte (art. 84); la falta de mérito
última parte); el auto de sobreseimiento (arts. 337, párr. 2", y 352, oración
ueda hacerlo el MP (art. 460). En vez, no puede
e conceda la eximición de prisión o la excarcelación (art.
nar durante la ejecución penal (art. 491, párr. lo, oración
en el caso si no se ha adoptado este último arbitrio como atajo para procurar un nuevo
bién Fallos 3275095.
,salaV1, DJ del 121312003, f. 19.341.
10s 252195; 253:31; 254:353; 259:388; 260:114.
dieiones de interposición
untualizó que lo que debe tenerse en cuenta para el cómputo del plazo
ición de la queja por recurso extraordinario denegado es la notificación
e la decisión que acarrea la firmeza de la condenaa3.
suspende el término
omisión de la firma del presentante no puede ser suplida por la del letrado
1 tardíamente; cabe
bien el letrado patrocinante cumple una doble función de asesor (en los actos que el
querellante participa) y de garantía (de las formas del proceso), no es parte en el litigio
ni recibe legitiniación y, por ello, salvo en actuación como gestor, carece de facultad de
formular peticiones o de efectua~presentacionesS5. El gestor, según lo establece el art.
48, CPCC, sólo podrá actuar coiKo tal, una vez en el curso del proceso86.
c) Fundamentaciún
Los motivos consisten en la exposición de los puntos que, a criterio del recu-
rrente, lo agravian por la injusticia o el desacierto de la resolución; por ello, debe
evitar invalidar su originaria afirmación acerca de cuál era el pefjuicio que el fallo le
causaba en el punto impugnado8'. La falta de la concreta indicación de los motivos
autoriza al rechazo del recurso (art. 444), hipótesis que toma ilusoria la posibilidad
de que prospere el recurso de queja (art. 476)88.Bidart Campos estima que basta con
la indicación de los puntos sujetos a impugnación cuando el recurso es uno y el tema
objeto de él es también Únicoa9.A nuestro modo de ver, la respetable opinión de tan
distinguido jurista no atiende a lo dispuesto por el art. 445, párrafo primero, coinci-
dente con la finalidad de restringir el conocimiento de la alzada a la descripción del
agravio, que así se toma requisito insoslayable de admisibilidad. Es que no hay otra
forma de tomar viable la discusión en la audiencia del art. 454 si no se conocen los
motivos o razones de la contraparte, expuestos debidamente al deducir el recurso9";
además, la posibilidad de adherir incorporada por el art. 453 descarta el conocimien-
to de los motivos a fin de compulsar el beneficio posible si se extiende, en el ámbito
subjetivo, la competencia del tribunal de alzada (art. 445); por eso no convence
Orgeira cuando expone el criterio adverso", pues su natural consecuencia conduce
a desconocer la inviolabilidad de la defensa (art. 18, CN), que también guarece a la
contraparte. Tampoco resulta aceptable equiparar "puntos" con "motivos", pues en
nuestra opinión el primer vocablo está tomado como sustancial o principal en algún
asunto92.Así lo resolvió la CF San Martín, sala 1, al expresar que la exjgencia no se
limita a indicar los puntos de la decisión que fueren cuestionados, sino que se requie-
re la específica mención de los motivos que le dan sustento y subraya la inopia de la
muletilla "causándome gravamen i~eparable"~~.
No hay colisión con el art. 450, que regulala forma de deducción". Basta con ce-
ñirse a la indicación de los extremos de la decisión sobre los cuales versa la impugna-
CNCP, sala iIi,201212001, c. 2.705.
86 CNCP, sala IV, ED del 3011212003, f. 52.472; id., sala 1,81312005, "Benac", RDP, LexisNexis,
1212005, p. 1262; CS, 81412008, "Fuks", citado por GARAY - MANRIQUEZ en "Actualidad en la jurispru-
dencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación 2-2008", RDP, AbeledoPerrot, 912008, p. 1618.
ST Córdoba, sala Penal, LL 1989-C-258.
" CCC, sala 1-1nt.-, 1111211992, "Orellana Naverrete, Victor"; id sala IV, 1011111992, c. 51;
CF Bahía Blanca, sala 11, LL del 14/4/1993, f. 91.238, con disidencia en que se estima suficiente lamera
indicación de los puntos sujetos a impugnación.
ED 151-144, f. 44.875, "Formalismo procesal esterilizante de un recurso".
CNCP, sala 1, SJP, LL del 281411995, f. 93.097.
"La especificación de los motivos al interponer recursos (ante el predominio de una interpre-
tación jurisprudencia1 equivocada)", JA 1993-11-1009.
92 REAL ACADEMIA ESPANOLA, Diccionario de la Lengua Española, p. 1084, columna primera, ed.
1970.
" LL del 201911993. f. 91.61 1.
9 V FMendoza, sala B, LL del 61511996, f. 94.233
DISPOSICIONES GENERALES
P, sala 111, registro nro. 83, BJ nro. 1, ED 162-750; conf. CNCP, sala 1, SJP, LL del
, del voto del doctor Tragant. Por su parte, el doctor Fégoli dice
S procura advertir a la alzada "...sobre qué puntos de la deci-
ue se vea "...forzada a examinar a tientas y de manera integral el
Adhesión
439. El que tenga derecho a recurrir podrá adherir al recurso concedido a
otro siempre que exprese, bajo pena de inadmisibiiidad, los motivos en que se fun-
da. La adhesión deberá interponerse dentro del tkrminv di, emplazamiento, $a110
disposiciún en contrariv" .
rma de la ley 26.374 a los arts. 439 y 453 impone determinar ante qué
la adhesión en los recursos de apelación y casación, cuando
uiparables a definitiva (art. 465 bis). La eliminación
curso para estos casos importó una modificación del término
1 ante el cual debe deducirse. Antes de la reforma se producía
lazamiento y ante el ad quem. Pero ahora, y según el primer
eberá efectuarse dentro de los (res días desde la notificación
recurso al que se pretende adherir. En consecuencia, si la admisibi-
o es decidida por el mismo juez'que dictó la resolución y él es quien se
,no quedaría otro camino que concluir que, ahora, y sin perjuicio
mentando en la práctica, la adhesión se debería efectuar ante el
b) Reserva
"La reposición durante el juicio equivale a la protesta de recurrir en casación,
para el caso de que el tribunal no decida la cuestión de conformidad con el recurso
interpue~to"'~~. p
La "reserva" se exige en razón del carácter extraordinario que tienen los únicos
recursos viables para impugnar la sentencia definitiva o las resoluciones que truncan
el proceso: casación (art. 457), inconstitucionalidad (art. 474), extraordinario federal
(art. 14, ley 48) e inaplicabilidad de ley (art. 11, ley 24.050). El cumplimiento de
dicha carga exige acotar, con anterioridad, de manera precisa y circunstanciada, el
fundamento generador del agravio, lo que descuenta avizorar la eventualidad de que
puede no prosperar la reposición y hacerse cargo de tal posibilidad. Corresponde
puntualizar su ligamen con las normas jundicas violadas o inobservadas y la inci-
dencia que una decisión favorable al impugnante tendría sobre el resultado final. No
basta, en consecuencia, ceñirse a decir que se formula reserva129.
En el supuesto de casación, cuando se trata de nulidades absolutas (arts. 167
y 168, pán: 2"), no es preciso plantear la reserva. En cambio, la exigencia rige, aun
en esos casos, tratándose del recurso de inconstitucionalidad o del recurso extraor-
dinario federal, pues el planteo de la cuestión federal debe ser inequívo~o'~~. Según
Morello, la reposición entremezcla y conecta los motivos o fundamentos técnicos
anticipando el perfil de la protesta que queda envuelta, o todavía más, absorbida
por la reposición; aunque el porqué del agravio estribe en que la "indefensión" se
llevará a la alzadaI3'.
c) Limites
El último párrafo comprende los limites al recurso de casación fijados por lo
aris. 458 a 462; en la actualidad, esas vallas resultan cuestionables ante la CN, se@
comunes"132.
Es obvio que la reserva expresa se acota después de dictado el proveído, pues
.
lo dicho en la explicación preliminar de este Libro IV, bajo el epígrafe "11. Requisito
V e r M n i ~ Código
~, ..., ari. 337,párr. 24 y Derecho..., t. 1-A,p: 418.
'19 D'ALESSIO, "Paxa qué sirve la reserva del caso federal", LL 1980-B-1123.
"O CS, Fallos 243:145 y 497; 255:262.
"' "La casación penal en Buenos Aires", JA 1992-121-632.
"' Caso "Giroldi", Fallos 3 182 14.
'j' DONNA- MAIZA,Código.:.,p. 5 15.
DiSPOSICIONES GENERALES
onsecuente esdn-
ho público- que
hecho para quien
estionada subsistiera
os 308:733, o ED 118-473, f. 39.475; cabe poner de resalto que este fallo conesponde
que regia el Código derogado, que no preveia expresamente la extensión.
828 DISPOSICIONESGENERALES Art. 441
b) Casuística
El efecto se produce a menos que los motivos del recurrente sean exclusivamente
personales, v.gr.: inimpntabilidad,~prescripciónde la acción penal, etcétera (ver co-
mentario al art. 439). Opera si resúlta nula el acta que instnimenta la indagatoria de un
procesado, pues ante la falta de impugnación del otro, si el vicio es el mismo -inexis-
tencia de intimación clara de los hechos- debe decretarse de oficio'39.
Los casos comunes de aplicación se refieren a supuestos de copartícipes: varios
imputados con respecto al mismo hecho. Capta tanto la impugnación por error de
juicio como por vicio de procedimiento. También ocurre si se produjo la unificación
procesal por acumulación de causas y los hechos atribuidos a distintos imputados
son diferentes; en ese supuesto, si bien queda excluida la posibilidad de comunica-
ción entre el imputado por un hecho y el imputado por otro en cuanto al error in iudi-
cando, un vicio por inobservancia de las normas procesales podría afectar la validez
en beneficio de todos los imputados.
Si se accedió a revisar la sentencia de un condenado, el efecto extensivo alcau-
za -si se trata del mismo hecho y del mismo delito-- a quien no Es que
por equidad corresponde extender los efectos del pronunciamiento -se hataba de
un recurso extraordinario- a la situación procesal de quien no lo interpuso, pues
resulta inadmisible que si existe respecto de ambos condenados igual afectación de
la defensa en juicio, sólo sea reparado el vicio respecto de uno de ellos141.Prevé el
denominado efecto comunicante; consiste en que propiciado el recurso en una cau-
sa en que existieran varios imputados que no han recmido, si prospera a favor del
impugnante, debe extenderse el beneficio a todos los que se encontraban afectados
por la resolución censurada. Se aplica ipso iure, no depende del pedido y funciona
respecto de todo el recurso, pero para que se produzca se requiere una base fáctica
común consistente en que los motivos esgrimidos por el disconforme debieran ser
los mismos que pudo hacer valer quien no r e c ~ m ó l ~ ~ .
Un curioso precedente de la sala 111 de la Cám. Penal Rosario &tiene que la
alzada puede revisar en su totalidad la sentencia penal condenatoria, aun cuando sólo
apele el condenado y ciña sus agravios al monto de la pena si la defensa solicitó la
absolución en la instancia anterior y el tribunal arribó a una solución injusta sobre
la cuestión defondo, sin que ello atente contra los límites de la jurisdicción devuelta
por el recursoI4'.
Aun en el proceso civil, tratándose de un litisconsorcio facultativo, uno de cu-
yos integrantes no cuestionó la sentencia dictada en rebeldía, cabe hacer extensivo
el pr~nunciainiento'~.
Sobre el último párrafo de este artículo, ver comentario al art. 437. La razón de
que las parles civiles puedan favorecerse en muchos casos por el recurso del MP O
" V O C nro. 1,6/11/1992, "Viale, E.", LL del 2/6/1993, síntesis nros. 39 y 41.
"O CNCP, sala 111, JA 1997.11-35.
rincipios generales
propio, en principio, del efecto devolutivo de algunos recursos (ver intro-
,acápite IV de este Libro m). En ciertos supuestos se dispone sólo el efecto
vo en vez del no suspensivo (art. 520), pero se trata de situaciones idénticas.
lanteo de un incidente, a menos que así
ues se acotaría la
reglas de conducta impuestas
ciamiento que las fija quede firme,
oco cumplir un aníesto ordenado
ues la deducción de un recurso de hecho, tendiente a cues-
condenatoria sólo se encuentra firme cuando ese máxinio tribunal desestima la queja
por denegación del recurso extraordinario federal interpuesto. No debe confundirse
la suspensión de los efectos --que &ce a la ejecutabilidad de la sentencia- con la
inmutabilidad -propia de la cosa juzgada-'j2.
A su vez, no alcanza a la restitución del inmueble establecida en el art. 238 bis
(art. 198 Nzfine, CPCC)'".
Asiste razón a la jueza Berraz de Vidal --en minoría- al considerar que el
TOC no puede disponer el cumplimiento de una condena que decide el encierro
hasta tanto lo resuelto pase en autoridad de cosa juzgada por no ser susceptible de
recurso alguno'SC.
El TEDH estimó que "...el respeto de la presunción de inocencia, combinado
con el efecto suspensivo del recurso, se opone a la obligación impuesta a ui acusa-
do libre de constituirse en prisionero, cualquiera sea la duración, aún breve, de su
en~arcelamiento"'~~.
b) Recurso extraordinario federal
Empero, cuando se deduzca el recurso extraordinario federal previsto en el
art. 14 de la ley 48, prevalece el criterio de que hasta tanto medie un pronunciamiento
de la CS sobre aquél, la resolución impugnada no puede cumplirse'56.La doctrina
clásica entendió que la mera interposición del recurso extraordinariocarecía de efecto
suspensivo y que, por ende, la resolución impugnada por aquel medio podía ejecutar-
se, en tanto el recurso no se hubiere formalmente concedido por el superior tribunal de
la causa o abierto por vía de queja por la CS; en el caso "Oswald", la CS postula que,
salvo los supuestos previstos por los arts. 258 y 285, CPCC -referentes a la ejecución
de la sentencia apelada por vía del recurso extraordinario federal y de la queja por
denegación de dicho recurso respectivamente-, las sentencias no son ejecutables en
tanto no se encuentren consentidas o ejecutoria da^'^^.
La excepcionalidad del criterio sentado en "Oswald" no ha prevalecido, pues se
estima que la mera interposición de la queja por denegación del recurso extraordina-
rio federal no suspende el proceso hasta tanto se declare procedente la vía de hecho
y se admita el remedio ext~aordinario'~~. A pesar de la claridad del texto inserto en
el art. 285, último párrafo, del CPCC -"Mientras no se haga lugar a la queja no
se suspenderá el curso del proceso"-, muchos tribunales lo desconocen y cuando
reciben noticia de que se ha deducido queja por denegatoria del recurso extraordina-
no federal, despliegan un inútil desgaste jurisdiccional en procura de que la CS les
informe cuál fue la suerte del remedio de hecho.
'" CS, 26/6/2007, "Olariaga", RDP, AbeledoPerrot, 812008, p. 1364, con nota de ARBIZA, "Cóm-
puto de la prisión preventiva...",p. 1366.
'*' HORNOS, "El reintegro en el proceso penal de inmuebles usurpados", LL del 27/8/2001.
lid CNCP, salaIV, ED del 2611012001, DPPC, f 208.
SJP, LL del 301712003, f. 105.567, con nota de %RAYAN, "La condena no firme apelada ante
un tribunal superior y el derecho a la libertad".
""PALACIO,Recurso..., ps. 3 121313; CS, 17/4/1995, O 38-XXXI; Fallos 314:1675.
'$' JA 1995-IlI-589, con nota de S~ooBs,"Los efectos de la interposición del recurso extraor-
dinario federal: 'trascendencia' y difusión periodística"; aquella situación sólo se produce bien por el
transcurso del plazo para recurrir o cuando se rechacen los recursos exttaordinarios posibles según lo
afirma el Dr. Bisordi en su voto en JA 1995-111-467.
'IR CNCP, sala 11, LL del 231411999, f. 98.619 -C DJ 1999-2-97, f. 14.085- y 98.620:
DlSPOSlClONES GENERALES
Fuera de toda discusión posible que la regulación del recurso del art. 14 de la
48 no se halla contemplada en el ordenamiento procesal penal, sino en el proce-
De manera que aquella ocurrencia -más difundida de lo tolerable- es
,pues, como sostiene e1 Alto Tribunal, cuando la letra de la ley es clara,
se más que interpretarse'". -
a experiencia indica que el trámite de la queja ante la CS demanda un lapso
'empo impredecible. Por ello la ejecución de una resolución judicial queda en
enso, durante un indebido período -a contrapelo del art. 285, CPCC-, como
secuencia de criteriosjudiciales sin sustento legal. Por tan errado camino suele de-
sament* que la aplicación del recordado art. 285, id., tiene como límite
ellas medidas que no concluyan con una situación determinada, pues la eventual
cación del objeto recurrido por la CS se tomará imposible de cumplir.
Este singular temperamento, lesivo para una pronta administración de justicia,
re todo en las cuestiones penalesi6' se agrava ante un abuso, a veces malicioso, de
S recursos de reposición y aclaratoria, como paso previo a la articulación de la queja
e el Alto Tribunal. Es que la jurisprudencia uniforme de la CS es terminante: el
tamo ante un recurso extraordinario federal denegado, radica en utilizar, exclusiva-
ente, la queja en los términos de los arts. 285 y concs., CPCC.
iste uniforme derecho judicial, cuyas reglas establecen:
La única vía para impugnar la desestimación del recurso extraordinario fe-
aldo
al superior tribunal de la causa quedó ob-
ido por el art. 14 de la ley 48. Configura
n, a través del inadmisible empleo de los
Fallos 254:320.
16'Ver CHIAPPMI, "E1 efecto de la interposición del recurso extraordinario", ED 166-1054,
LACIO DE CAEIRO, "Efecto del recurso extraordinario federal y ejecución de sentencias", ED 166-1058,
-
auien considera a esta intemretación oblieatoria.
'" Texto inco~poradopor ley 25.760 (BO del 111812003)
DISPOSICIONES GENERALES
A raíz de lo dispuesto en el art. 37, inc. a), Ley Orgánica del MP 24.946, se
ha admitido que más allá del tercer párrafo de este precepto, el fiscal general puede
desistir de la acción pública y solikitar que se dicte sobreseimiento. El ajustado voto
de la doctora Bistué de Soler expresa que aquel texto sólo se refiere al desistimiento
aquí previsto y no a la posibilidad de desistir de la acción penal, mientras se manten-
ga vigente el principio de legalidad para promover la per~ecución"~.
En virtud del art. 73 de la Ley de Presupuesto Nacional, 25.401, modificatoria de
la ley 24.769, se genera una situación bien diferente pues, en determinadas circunstan-
cias, el Ministerio Público -pese a no ser titular, como sustituto procesal del derecho
en litigio-- puede desistir, no ya de la acción procesal, sino de la pretensión punitiva;
este precepto involucra la delegación en un funcionario de una potestad privativa del
En buena medida significa dar cabida al principio de oportunidad.
Rechazo
444. El tribunal que dictó la resolución impugnada denegará el recurso cuan-
do sea interpuesto per quien no tenga derecho, o fuera de término, o sin observar
las formas prescriptas, o cuando aquélla sea irrecurrible.
Si el recurso hubiere sido concedido erróneamente el tribunal de alzada de-
berá declararlo así, sin pronunciarse sobre el fondo.
ueja (art. 476). Esta potestad habilita a declarar mal concedida una apelación
da luego del llamado a juicio180.
i se considera mal concedido el recurso podrá desecharse sin que medie pro-
miento sobre el fondo, en cualquier momento, ya sea antes o después de la
ia para informar o al tiempo de dictar ~entencia'~'. -
ompetencia del tribunal de alzada
45. El recurso atribuirá al tribunal de alzada el conocimiento del oroceso
~ -
sblo en cuanto a los puntos de la resoluiión a que se refieren los motivos del agravio.
Los recursos interpuestos por el ministerio Iiscal . permilirán modificar o re-
resolución aun a favor del imputado.
ando hubiere sido recurrida solamente por el imputado o a su favor, la
ci6n no podrá ser modificada en su perjuicio.
c) Phrrafo final
Prohibe la reforma peyorativa o reformatio inpeius. Vale decir que si no hay re-
curso del acusador; tanto el defnsor como el imputado agraviadopor la resolución
buscan, al impugnar: que mejore su posición187;también admite reducir la pena aun-
que el procesado y la defensa se hubieren conformado con ellalS8.A su vez, en los ca-
sos en que se decida la nulidad de la sentencia cuestionada (art.. 47 l) por recurso del
defensor o del imputado, la que sustituya a aquélla no podrá sobrepasar los límites
de la primera'89.A partir de 1956, la Corte Suprema -por vía de apelación extraor-
dinaria- reconoció carácter constitucional a esta garantia a través del principio de
la defensa en juicio (art. 18, CN) y no como mero criterio procesal'90.
Sin recurso de la parte acusadora no puede modificarse, en contra del imputa-
do, el criterio jurídico aplicado para establecer la duración de la pena privativa de
libertadI9'.
La agravación de una penalidad - e n primera instancia se omitió imponer in-
habilitación- por parte de un tribunal que conoce solamente de recursos dirigidos a
reducirla, constituye reformatio inpeius e implica exceso de su jurisdicción apelada,
en desmedro del derecho de defensa en juicio192.Quevedo Mendoza concluye, con
razón, que la reforma peyorativa juega en "...la calidad y cantidad de la pena irnpues-
ta al imputado en la sentencia recurrida y de que la imposibilidad en que se encuentra
el tribunal de alzada de modificar la calificación legal de los hechos atribuidos al
imputado -cuando no medie recurso de la parte acusadora-, deriva de aquella
limitación; de suerte que mientras la sentencia de segunda instancia no modifique la
pena impuesta por la sentencia recurrida, agravando la situación en que ésta coloc'
al imputado frente a la legislación represiva, tiene plena libertad para encuadrar 1
conductajuzgada en la figura delictiva que considere apli~able""~. Azpelicueta cre
con razón que si se menta una circunstancia atenuante sin otorgarle incidencia al
Iq2 CS, Fallos 300:671, consid. 3"; 303:172, consid. 12; 315:2766; ED 152-259, f. 44.993; L
del 2711011995, f. 93.696.
'*' "La función judicial bajo las normas penales", Cap. IV, ver especialmente citas de su nota 1
LL del 2911 111996, nota al fallo 94.913.
DISPOSIClONES GENERALES
CAP~TULO
11
RECURSO DE REPOSICIÓN
a*.
Procedencia
446. El recurso de reposición procederá contra las resoluciones dictadas sin
sustaneiaeión, con el fin de que el mismo tribunal que las dictó las revoque por
contrario imperio.
Tiene por finalidad procurar que se modifique la resolución
mismo órgano judicial que la produjo, o bien por el colegio judicial
es unipersonal (art. 389, último párrafo).
Las resoluciones son las indicadas en el art. 122, excepto 1
definitiva o interlocutoria203.Sólo es procedente respecto de las
mero trámite y los autos interlocutorios simples que no deciden
Los pronunciamientos de la CNCP no son susceptibles, como regl
sólo son impugnatiles por vía del recurso previsto en el art. 14 de
medie autocontradicción entre los fundamentos y la parte resolutiv
do lo decidido padece de un error esencial por no atender una causal oportuna
planteada por el promotor205.
El requisito de que el trámite previo no haya tenido snstanciación --es de
intervención anterior a lo decidido- se explica porque si se ha cumplido con
principios de contradicción - e n su corolano de postulación, escuchar primero
interesad* y eventualidad -afrontar todas las cuestiones previsibles- , se tu
la oportunidad de exteriorizar las razones en sustento de determinada decisión;
el tribunal no las acogió, resultaría estéril otorgar una nueva posibilidad para rei
rar fundamentos que antes no prosperaronzo6.Por eso se excluyen 1s sentencia
finitiva, que hubo de dictarse previa intervención de la acusació
(arts. 368 y 393) y todas aquellas decisiones adoptadas previo tras
de elevación a juicio, luego de formulada oposición por la defensa al instar el
seimiento (arts. 349, párr. lo, inc. 2" y 352, primera oración) o los incidentes d
la ejecución (art. 491); lo mismo ocurre si se ha deducido una e
VI del Libro 11-, pues al plantearla tiene que haberse hecho méri
argumentos fácticos y jurídicos.
El objeto impugnable por excelencia en la reposición resulta ser
ces se contempla en cuanto a los autos (art. 333, exención de prisión o excarcel
Cabe recordar que la instancia de nulidad sigue el procedimiento de la
ción (art. 170, último párrafo).
Durante el juicio con frecuencia resultan impugnables las interrogaciones
chazadas por el presidente, en los supuestos del art. 389, último párrafo; aun
procede durante todo su desarrollo (art. 440).
Está expresamente previsto en el juicio de menores, respecto d
seguridad y educación adoptadas, pero con observancia del contradictorio (art. 41
tos
resolución que recaiga hará ejecutoria, a menos que el recurso hu-
ducido junto con el de apelación en subsidio, y éste sea procedente.
curso tendrá efecto' suspensivo sólo ,cuando la resolución recurrida
con ese efecto.
o queda h e a menos que el recurso de reposición fuese acompañado
subsidio, siempre que éste resulte admisible. Por ende, el planteo en
se toma procedente respecto de las decisiones dictadas durante la ins-
449), salvo previsión expresa durante el debate (art. 389, último párrafo).
cede en subsidio en los recursos de casación e inconstitucionalidad; el
revocatona constituye, entonces, el pronunciamiento definitivo contra el
' aquéllos (art. 457)209. Empero la inconstitucionalidad de la aplicación
nte el juicio oral, si se invoca afectación de la garantía de la defensa en
18, CN), puede plantearse mediante la causal de casación prevista en el art.
aunque, en estrictez, la cuestión discurre por la vía del art. 474210.
e las nulidades relativas se instan -actividad innecesaria en el caso de
, pues sólo deben denunciarse para que el tribunal quede obligado a
s (arg. a*. 168, párr: 2')- "...en la forma establecida para el recurso de
(art. 170), el de apelación cuando son desestimadas se interpone en la
prevista por el art. 450 y no en esta ocasión2".
1efecto suspensivo, ver comentario al art. 442.
s a l a IV, LL del 311811998, f. 97.744; id.,sala V, LL del 311511999, reseña de Fallos nro.
alaV, LL del 311511999, reseña41.521-S; id, id.,JA 1999-111-684.
, sala IV, DJ 2000-3-969, f. 16.269.
sala 11, BJ nro. 4, p. 85; id, id., 41411995, "Scalzone", reg. 419, c. 426.
sala 1, BJ nro. 5, ps. 819.
en pleno, ED 169-306, f. 47.425, o JA 1996-1V-432, o LLdel281211997, f. 95.086.
RECURSO DE APELACIÓN
Procedencia
449. El recurso de apelación procederá contra los autos de sobreseimient
dictados por los jueces de instrucción y en lo correccional, los interlocutorios y la
resoluciones expresamente declaradas apelables o que causen gravamen irrepa
rable.
a) Admisibilidad
Procede solamente en cuatro supuestos: sobreseimiento; interlocutorios; reso
luciones expresamente declaradas apelables o que causen gravamen irreparable.
Se refiere al objeto impugnable que, atento a la instauración del juicio oral
resulta inadmisible durante su trámite, potenciándose o revalorizándose, en v
el recurso de r&posición, como presupuesto de la casación (arts. 440, p k . fina
456, inc. 2'). En consecuencia, sólo procede respecto de resoluciones dictadas
la instrucción (arts. 24, inc. lo,y 31, inc. lo, y arts. 18 a 21, ley 24.050). Cu
do se trata de delitos de acción privada cabe admitir este recyso para exami
la admisibilidad de la querella si se cuestiona su inexistencia; se hace mérito
art. 426 en cuanto impone una investigación preli~ninar~'~. Frente a pronunciam
tos encontrados --en tomo a la apelabilidad de decisiones adoptadas en proc
carentes de etapa instructoria- para evitar la pérdida del recurso de casación fre
al pronunciamiento que desestimó la querella por inexistencia de delito, previam
hubo de utilizarse la apelación2I3.En vez, no corresponde respecto de los auto
resoluciones dictados por los jueces en lo correccional en tanto "jueces de juicio'
la CNCP, sala 1, admite la apelación hasta que se supere la citación a juicio mand
por el art. 428*15.
El recurso de apelación no puede ser interpuesto en subsidio junto con la nu
dad planteada y a las resultas de lo que en definitiva se decida en dicha incidencia2
b) Impugnabiüidad objetiva
Resolución definitiva apelable es el sobreseimiento --expresamente pr
por este artículo-, que produce efecto de cosa juzgada material (art. 335). De
que no puede volverse a replantear lo resuelto.
Si bien no resulta apelable la denegatoria de la solicitud de sobreseimie
debate sobre el mérito frente a la cámara queda limitado al dictado del proces
en la etapa instructoria-, corresponde apartarse de tal postura si, con posterior1
Elevación de actuaciones
452. Las actuaciones serán remitidas de oficio a1 tribunal de alzada inmedia-
tamente despues de la iiltima notificación.
Cuando la remisión del expediente entorpezca el curso del prgceso se elevará
copia de las piezas relativas a1 asunto, agregadas al escrito del apelante.
Si la apelación se produce en un incidente, se elevarán sólo sus actuaciones.
En todo caso, el tribunal de alzada podrá requerir el expediente principal.
El tribunal que dictó la resolución impugnada se desprende del expediente en el
que se planteó la apelación y lo eleva a quien debe decidir mediante oficio. En este
aspecto el acto de comunicación no se adecua a lo señalado por el art. 132; para ser
consecuente debía haberlo denominado "suplicatoria".
Si la apelación se planteó en un incidente o puede entorpecer el curso del pro-
ceso -piénsese en la impugnación de la libertad provisona-, sólo se eleva copia
de las piezas pertinentes, sin perjuicio de que la cámara reclame el principal si lo
estima necesario.
240 Art. 4', ley 26.374, BO del 301512008. La norma derogada establecía: "Concedido el recurso
se emplazará a los interesados para que comparezcan a mantenerlo ante el tribunal de alzada en el t.4-
mino de tres (3) dias a contar desde que las actuaciones tuvieren entrada en aquél.
"Si el tribunal tuviere asiento en lugar distinto al del juez de la causa, el emplazamiento se h s á
por el término de ocho (8) dias".
"' "La orden de empiazamiento como rito caprichoso del proceso penal'', LL 1996.B-637.
RECURSO DE APELACIÓN
dacción actual establece como requisito que quien intente adherir no haya
cias
Siempre que el tribunal de alzada no rechace el recurso con arreglo a
en el art. 444, segundo párrafo, en el plazo de tres (3) días se decretara
,la cual no se realizará antes de cinco (5) días ni después de treinta
eihidas las actuaciones.
ncia se celebrará con las partes que comparezcan, pero si el reeu-
curriera, se tendrá por desistido el recurso a su respecto.
iniciada la audiencia, inmediatamente se otorgará la palabra a el
ntes para que expongan los fundamentos del recurso, así como las
tas que formularen, quienes podrán ampliar la fundamentación
nos motivos, pero no podrán introducir otros nuevos ni realiar
istintas a las formuladas al interponer el recurso. Luego se permitirá
quienes no hayan recurrido y finalmente se volverá a ofrecer la Pa-
labra a todas las partes con el fin de que formulen aclaraciones respecto de 1
hechos o de los argumentos vertidos en el debate.
El juez que preside la audiencia y, eventualmente los demás jueces que int
gren el tribunal, podrán id2errogar a los recurrentes y a los demás intervinient
sobre las cuestiones planteadas en el recurso y debatidas en la audiencia.
La audiencia será pública24s.
a) Nueva regulación
Salvo que el tribunal considere inadmisible el recurso concedido, debe seña
audiencia en el plazo de tres días, que deberá celebrarse en un lapso que no pued
inferior a los cinco días ni mayor a los treinta, desde que las actuaci
El nuevo párrafo segundo impone la carga procesal de con
pues la incomparecencia importa un desistimiento tácito de la instancia impugn
El objeto de la audiencia se reduce a la mera posibilidad de desarrollar los
vos expuestos en el escrito en el que hubieron de señalarse (art. 450), sin que
ser ampliados, ni modificadas las peticiones originarias. Los j
a las partes acerca de los motivos de impugnación planteados.
registradas en su totalidad mediante la grabación del audio y debe entregarse una
a cada una de las partes (art. 11, ley 26.374).
Tienen que abordarse todos los puntos que motivaron e
trario, la falta de su planteo puede considerarse desistimiento en los término
párrafo segundo.
En el régimen anterior a la reforma operada por ley 22.434,
similares en la regulación del recuso extraordinario federal
al c a s o , la Corte Suprema decidió que la falta de manten
implicaba que dichos puntos quedasen excluidos de la decisió
introducirse en ese momento nuevos motivos247.
Esta audiencia cubre la garantía de la defensa en juicio
apelado; si en tal oportunidad no trató de ser oído sólo a su co
debe la pérdida de ese derechoz4*.
La alzada no puede pronunciarse sobre nulidades -se supone relat
ducidas en oportunidad del informe si son ajenas al marco del recurso2".
b) Implementaci6n
La oralidad como única modalidad de informar ante la alzada -a difere
la regulación anterior que también autorizaba hacerlo por escri
mente la presencia física, en la audiencia, de los jueces que decidi
bien es un excelente remedio para agilizar el trámite recursivo y e
de funciones, implica una ostensible alteración del funcionamiento de las
cámaras de apelaciones por el tiempo que insume la realización de cada audienc
I aPelaci~n.
h a de ellas es si el>la aiid,encia el recurrenre puede remitir lija y Ilsnanienie 31 escrito de
. La CC<:. sala l. considei3 ~ u dicli:i e actitud no sc cumpadece con la liiiea irazsda por la re-
de 13 ley 26.374 qU> initsurj la'oralidad cumu prucedimicnto para Id resoluciún de los reciirsos;
'Odo aquello que !tu sea ~xr>uestoen la audicii~iono puede ingie,ar deniro de1 inibito de \aluraciún
Y de~isiúndeftribuiial ti.. 3j.331, ..Kafae1'., del 5 ? 2009,; te,ikira qiie se conip3ns porque de lo coii-
banoel requisito de conciinir a la sudiencia se rediiciria a un acto de r>rcsenci3<lela pane recurrinie.
de la oralidad exigida por el legislador. Ver el comentario a dicho fallo de MART~NEZ,
, reforma del procedimiento recursivo y operadores del sistema. Reflexiones acerca de un
fallo", RDP, AbeledoPerrot, 1112009, p. 1901. Las CF Rosario, Comodoro Rivadavia, Paran&
tes también aplican la en su totalidad (investigación realizada por la PGN, MARCHISIO
oralidad en la etapa recursiva delproceso penal federal, 2010).
i . z'6 Asi lo proponen los ans. 13.a.1. y l3.b.2. dsl lJro)ectu ds Ley di. Orpatit7a:iun ) Cotiipetsii-
r d e la Justicia Peiial 'iaciondl, elaborsdo por 13 Coinisiúii s i s ~ r pdrt
a la Reforma de la l.sgislación
ional, dec. 11512007, BO del i61212007. Ver D.ALBOR;, Nicolás F., "En búsqueda de un
Agil y respetuoso de nuestra Constitución Nacional", en AA. VV., Análisis crítico del
Reforma Procesal Penal Nacional, RDP, LexisNexis, 612008, ps. 103811044.
audiencias que fijen las cámaras federales del interior del país y la CNPE, aunque e
este caso sólo alude a los secretarios y como excep~ión?~~.
Resolución 3
455. El tribunal deliberará y resolverá en la misma audiencia, en los términ
de1 art. 396.
En casos complejos, podrá dictar un intervalo de hasta cinco (5) días par
continuar la deliberación y resolver.
Cuando la decisión cuestionada sea revocada, el tribunal expondrá sus fu
damentos por escrito, dentro de los cinco (5) días de dictada la resolución.
mismo modo actuará si al confirmar la decisión cuestionada tuviera en cuen
criterios no considerados por el juez o tribunal que previno o si la decisión no h
biera sido adoptada por unanimidad2".
a) Plazo
Como principio, el tribunal debe resolver en la misma audiencia salvo en
casos complejos "respecto de los cuales no se fija criterio alguno-- donde la re
lución puede dictarse dentro de los cinco días.
b) Fundamentación
Cuando el tribunal de alzada revoque la decisión recurrida, la confirme
criterios distintos a los del a quo o en el supuesto de que la decisión de la cámara n
sea adoptada por unanimidad, se establece que el tribunal expondrá sus fundame
por escrito, dentro de los cinco días de la resolución dictada en la audiencia.
El aparente silencio del legislador para los casos en que el tribunal coincida
los argumentos del a quo y coníirme su resolución, ha generado una incipien
ca. Se ha entendido que en estos supuestos se autoriza al órgano de alzáda a
sin fundamentos, en contra de lo establecido por el art. 12326'.Frente.a
vulneración a dicho articulo, las salas 1y V entendieron que de acuerdo con el n
art. 455, basta con fa remisión a los fundamentos del a quo para completar lo re
to262,sin que hasta la fecha de esta edición la CNCP se haya expedido al respecto.
Creemos, sin embargo, que el art. 455 en ningún caso exime al órgano de al
del deber genérico de fundamentación exigido por el art. 123. Solamente disting
modo en que debe exponerse. Lo que aclara el tercer párrafo es en qué casos la
damentación debe efectuarse por escrito. En consecuencia y, contrario se
do el órgano de alzada coincida con los argumentos del a quo y decida
su resolución, debe exponer oralmente los fundamentos de su decisión e
audiencia o, si el caso fuere complejo, dentro de los cinco días. Se aplica lo di
to para el debate en el art. 372. Adquiere así importancia la obligación de re
mediante la grabación del audio lo ocurrido en la audiencia, ya que será el maten
de análisis en el caso de que se interponga recurso de casación contra lo decidi
IV
CAP~TULO
RECURSO DE CASACI~N
327:2315; 330:4549.
por vía de este mismo recurso. Se trata de una vía impugnativa para reparar un e
jurídico de la sentencia 266 o controlar su exactitudjurídica2G7.
De todas maneras, y a través de una casación reducida al prece
por el justiciable y no segpido por el tribunal, la Ley Orgánica ha
toriedad de la sentencia plenaria de la CFCP (art. 1 1 , ley 24.050)
(art. 1 1 bis, id.). En este caso, el recurso casatorio es restringido en cuan
la cita del precedente antes de la sentencia definitiva de la.sala y que el fallo res
adverso a la pretensión del recurrente.
b) Casación material
El inciso lo capta los supuestos en que se dije de lado la aplicación de la
ma pertinente -inobservancia- y los de interpretación desacertad
vicios denominados in iudicando.
Ley sustantiva es tanto la que describe las conductas il
pena, como la ley civil en cuanto ordena la restitución de la c
la comisión del delito, el resarcimiento de los daños materiales y
agravio moral que ocasione (ver comentario ai art. 14; con
y concs., CC): También la ley civil se extiende a los casos en
normativo del tipo penal remite, implícitamente, a su texto, p
nar el vínculo en el homicidio calificado (art. 80, inc. lo, CP)
vocablo cónyuge en la excusa absolutoria del art. 185, id. o la correcta apl
art. 1071 bis, CC268. Además, la ley comercial, cuando deba dilucidarse 1
de representante legal de una sociedad según la ley 24.522 y sus modificatori
bien fijar el concepto de cheque en el ámbito Resultan leye
les aquellas que conforman otros sectores jurídicos; así, deber.. acudirse
administrativo para determinar los específicos deberes del funcionario o
público, pese a que, en líneas generales, su concepto está fijado en el art. 7
cuarto, CP; en tal caso corresponderá compulsar el estatuto aprobado po
que aprueba el Régimen Jurídico Básico de la Función Pública.
Ley sustancial es aquella dictada, en términos generales, por el C
forme al art. 75 de la Constitución Nacional, aunque a veces
se hallen disposiciones de naturaleza procesal (arts. 26,29,41
En el caso de leyes penales en blanco, se comprende no S
formal, sino a la que contribuye a describir el delito, por ejemplo, en la ley
que sanciona el delito cambiario; para integrar el tipo, se complementa con
ciones dictadas por el BCRA270. A SU vez, el Código Aduanero, al castigar el d
contrabando cuando se elude la correcta presentación de ciertas autorizaciones
cias o certificaciones necesarias para que el despacho de la m
(art. 864, inc. c], CA), hace necesario acudir a normas de diferente
ambos casos, esas normas materiales que componen dichos delitos ingresan
ámbito de ley sustantiva comprendido por el art. 456, inc. lo. A veces corresp
gna naturaleza sustantiva a normas procesales (arts. 418, inc. 2", y 426),
especificar la razón que así lo autoriza277.
Maiza afirman que, por esta vía, "de lo que se trata entonces es de
e la ley penal de fondo, si el hecho es típico, antijurídico y culpable.
analítica del delito podrá ser analizada desde esta óptica. Téngase en
roblema del error, en los extremos fácticos de las causas de justifica-
problemas referidos a la imputabilidad o capacidad de culpabilidad,
te sendero. Es obvio que no podrá discutirse la base fáctica de estos
sí la parte normativa de ellas"27s.Sin embargo, dice la CNCP, sala 1,
turación subjetiva del tipo penal constituye materia justiciable sobre la
nta el concepto legal e importa cuestión fáctica y probatoria, por lo que
asación aunque se discuta la falta de dolo279;empero, es difícil trazar una
ante, pues muchas veces resultará imposible disociar los hechos de su
u r í d i ~ aNo
~ ~puede
~ . resolverse cuestión alguna de derecho, si antes no
1material de hecho a que ella se refiere, debiendo la sentencia exponer
ídicas por las que el juez ha reconocido aplicables o inaplicables cier-
sala IV, LL del 241511996, f. 94.316; id., id., LL del 19/7/1996, f. 94.525.
852 RECURSO DE CASACI~N Art. 4
-
tas normasz8'.Por eso suscita reparos el criteri
recurso por aducir que se trata de una conside
de correspondencia entre los elementos proba
y la conclusión que ellos maivan, pues significa una critica
la causa y no a la inteligenc?a u observancia de la ley de fondo282.ES que la docirin
de la arbitrariedad como la del absurdo dilatan la órbita controlante de la casaciónz8
pues "...no cabe escabullirse el bulto ...'
judicial impone analizar si el juicio de hec
"...atender a la 'legalidad' del derecho si a
de la sentencia como tal, porque el derecho que en ella se
caso no podía independizarse del plexo decisor del que fo
dependía del respeto a los condicionantes o referentes
tanciaies. Y de una adecuada interpretación de esa 'mat
le conectan las normas jurídicas pertinentes"285.Si bie
control del derecho, insiste Morello, "...talpremisa no ha de extremarse ante u
afortunadojuicio de hecho"; su control "...no puede e
vicio a la 'correcta aplicación jurídica"'; el ingreso h
"...hasta dondeseapreciso ...". Con cita de Guzmán
tesis prevaleciente en el Sup
la tendencia consolidada al
No cabe siquiera pensar en una cuestión de puro hecho, que pueda
del derecho, éste elige los elementos, los califica, indica de qué manera han
cuadrarse, etcéterazs8.
Bacigalupo señaló que "...todas aquellas nomas que se de
para la determinación del hecho se deben considerar como n
deben ser observadas en la aplicación de la
Expresa bien el criterio restringido la CNCP, sala 1, al casar
fundado en que la conducta reprobada era atípica
tos atribuidos, a pesar de resultar inso
resulta nula, pues no se confrontó la
tivo como subjetivo-; entonces si se produjo ev
constitucionales y se descalifica el pronunciami
válido (arts. 123 y 404, inc. 2°)2P0.Si se a
za de orden público del instituto y las consecuen
la tarea de verificar la corrección del encuadr
susceptibles de aprehender la conducta invest
Id., id., ED 168-80, f. 47.232, O LL del 311711996, f. 94.554, con notade TAMINI,
"Las res
ciones recurribles por casación: una doctrina novedosa".
28' LL del 2911 111996, f. 94.919; id. id., LL del 25/9/1997, f. 96.035.
"' CNCP, sala 1, DI 2000-2-808, f. 15.713, o, en rigor de verdad, sea imposible separar t
extremos de la comprensión juridico sustancial; ver GARC~A TORRES, "El ámbito del recurso de CaSaC
cuestiones de hecho incensurables. Análisis de algunos supuestos", LL del 16/8/2000.
CNCP. sala 11. SJP. LL del 2811 112003. f. 106.601. con nota favorable de PALACIO. ''Ca~aci~
cuestiones de hecho y arbitrariedad"
RECURSO DE CASACIÓN
8-2-897, f. 13.150.
del 291511998, f. 97.211.
sala 1, BJ mo. 4, ps. 94195; CNCP, sala 11, JA 2000-1-503; ver supra la opinión adversa
ambién Nnmia~~o, "El in dubiopro reo y la casación penal", ED del 2711212001.
P, sala 11, LL del 221112002, f. 103.189; id.,sala 1, LL del 8/4/2002, f. 103.548.
RECURSO DE C A S A C I ~ N Art. 45
'la ST Entre Ríos, sala 1, JA 1992-IV-289. No parece acertado restringir la impugnabilidad objeti
con la estrictez que lo hace la CNCP, sala 11, LL 511011993, f. 91.658; id., sala 1, BJ nro. 4, ps. 82183.
CNCP, sala 11, LLdel 1411211994, f. 9272; JA 1995-1.593.
3'"allos 300:642; 306:1778; 307:549 y 1132; 308:1631; 312:772.
En contra, KENT- GARCIA TORRES en el comenlario a aquel fallo, LL del 1411211994, f. 92.72
"Probation (Un fallo que recepta una exégesis adecuada de la institución)".
JA 1996-111-430, con nota de OLCESE, "LES objetivamente casable la resolución que denie
o la que admite laprobation?", ambos con cita de DE LA RUA,La casación..., p. 186, quien la esti
admisible tanto para la concesión como para la denegatoria; o ED 171-77, f. 47.671, con nota de G
ZALEZ NOVILLO - ~ I O U E R O A ,"¿La suspensión del juicio a pmeba es sentencia definitiva?", quienes a
decisiones encontradas de la CNCP propiciaban que se unifique la jurispmdencia.
RECURSO DE C A S A C I ~ N
''. CS. 17 10 2007, '.L'rqiiijo", ciraild por ü \n.tr - 51,nxi<i i.z i.ii ..Aciiidlida<len ~a~iirispmden-
"Sandoval", RD~;~beledo~errot, 812008, p. 1432.
.
cia di. la Cone Suprenia dc Iustiiia di. la N:iciAn 1-200b". RL)I', LenisNcxii 5 2Ouh.. o. 804: 8 4 ?OOb,
LexisNexis, nro. 2, p. 459; CNCP, sala IV, 28/5/2007, "Casazza", RDP, LexisNexis
ación debieran ser revisables en casación, aun cuando no alojasen una cuestión
embargo, en los casos "Marquevich" y "Banco Nación Argentina", la CS
requisito de admisibili-
gna cualquier resolución que, -
al recurrente un gravamen
insusceptible de reparación ulterior399.Al anotar estos Fallos Palacio
al precaución de interponer
ue discrepa con la doctrina
al de la Nación", LL del
a) Constitucionalidad
Desde este precepto hasta el art. 462 se regulan limitaciones objetivas p
la procedencia del recurso. En el análisis previo a este Libro IV, bajo el epígr
"11. Requisitos comunes", se puso de manifiesto que en consonancia con el art.
inc. 22, segundo párrafo, CN, tales limitaciones fueron declaradas incoustitucion
-respecto del imputado--- por la Corte Suprema al sentenciar los autos "Giro1
Horacio David y otros slrecurso de casación"405;La CNCP, sala 1, considera
sulta absolutamente imposible asimilar al MP a la "persona-individuo" que la
ha definido como principal sujeto de la protección a la que los Estados signatarios
han comprometido y por las que resultan responsables ante la Comisión y
Interamericana de Derechos Humanos; por ende, no extiende la doctrina de 1
caso "Giroldi" en favor del MP406.
La CS no considera inconstitucional la limitación de la facultad de re
del MP, en la medida en que no se ha demostrado que se afecte la validez de
normas constitucionales. A los fines de establecer el sentido de la voz "pers
enunciada en el art. so, párrafo segundo de la CADH, es válido -asegura- r
al Preámbulo y al art. lo del citado ordenamiento, los cuales establec~nque '
na" significa todo ser humano; las garantías de los tratados sobre derechos hum
deben entenderse en función de su protección y no para beneficio de los
contratantes. En tanto el MP es un órgano del Estado y no sujeto destina
beneficio no encuentra.amparo en la norma con rango constitucional, sin que
obste a que el legislado6 si lo considera necesario, le conceda igual dere
Empero, alguna vez aceptó con amplitud la facultad recursiva del MP; al
ponderó que la garantía del debido proceso y la prohibición de autoincrimina
así como la aplicación de la Convención de Naciones Unidas contra el tráfico il'
"O' Los comentarios a los arts.458 a 462 se mantienen pese a lo resuelto en la CS en "Girold
cio David slrecurso de casación" (ED del 51711995, p. 1, f. 46.523), pues resulta opinable la obligat
de los fallos del Alto Tribunal fuera del caso decidido (SAGÜBS, Recurso..., t. 1, ps. 1581176).
"O%os montos en australes deben convertirse en pesos por ley 23.928.
Fallos 318:514. ED 163-161, f. 46.523; JA 1995-111-570 o LL201911995, f. 93.553;
sala 11, LL del 251212000, f. 99.895; s61o se toma aplicable este precedente a las sentencias noti
con posterioridad a su fecha, CS, ED 166-326, f 46.980, o JA 1996-1111319 o LL del 24/51
94.313; id., LLdel 1811211995, f. 93.858.
406 JA 1996-111-471; id., sala 111, 3011011995, "F!ores, Ángel", c. 221, reg. 445; id.,
21211996, "Sola, Ricardo", c. 638, reg. 843, con cita de ABALOS: la garantía de la igualdad se e
otorgada a los particulares frente al Estado y no al Estado frente a los paticulares, Código...
40' LL del 26/12/1997, f 96.531, o LL del 23/2/1998, f. 96.645, o DJ 1998-1-404, f. 12.
178-529, f. 48.740; id. LL del 291511998, f. 97.211; el destacado es nuestro; también CNCP,
1999-IV-692;pero sobre todo CS, 1911011999,"Goniarán Merlo", DJ 2000-1-1 119, f. 15.297..
RECURSO DE CASACIÓN
y federal de estupefacientes - e n
gura cuestión federa1408.La interrogación
si el recurso del acusador público habilita
ando el acceso se ve obtnrado
sala 1, LL del 291712002, f. 104.136. Más recientemente, CS, Fallos 3295994, "Juri".
sala 1, JA 1994-11-430;en sentido similar, JA30111/1994, p. 30.
del recurso de casación penal por el monto de la pena: convalidación judicial y ob-
nai", JA 1994-11-538 y SS.
A, El recurso..., p. 202.
ala 1, LLdel 241511996, f. 94.318, o JA 1996-111-463.
.i - RECURSO DE CASACIÓN Art.
131612003, f. 52.082.
ntos en australes deben convertirse en pesos por ley 23.928.
-
RECURSO DE CASACIÓN
a) En los casos de los incisos 1"y 2" la condena puede recaer, indistinta
en las penas de prisión, inhabilitación o multa de acuerdo con los montos esta
dos y plantearse situacionegsingulares. En el delito de aplicación arbitraria de
dos (art. 260, CP), puede imponerse una multa por encima de los limites del '
b) Inciso 3". Tanto la pena de reclusión como las medidas del art. 52
resultan recurribles.
Si la medida de seguridad curativa es indeterminada -perdurará por e
que dure la condena o aquel que resulte necesario a los fines de su desintoxi
rehabilitación- encuadra en este incisoM4.
d) En el caso del inciso 5" hay que atenerse a que la condena es únic
sentencia una totalidad. Si el resarcimiento supera el límite fijado, s
recurrible por todas las cuestiones atingentes al delito, aunque la can
lo consientiera por si solaMS.
Ver comentario a la introducción, acápite 11, "Requisitos comunes',
donde se analiza el fallo "Giroldi" de la CS, en cuanto declaró la inc
dad de los limites impuestos al imputado para recurrir en casación.
Recurso de la parte querellante
460. La parte querellante podrá recurrir en los mismos ca
hacerlo el ministerio fiscal.
No se bata de la adhesión al recurso del acusador público (art
fabultad autónoma asignada al acusador particular (art. 435).
'
El precepto se refiere a los límites objetivos establecidos para el
cal. El poder impugnativo se autolimita a idénticos criterios objetivos
al MP por el art. 458: la parte querellante puede recurrir por inconsti
casación en los mismos casos en que puede hacerlo el fiscalM6.Pero
actividad del querellante a la previa iniciativa del acusador público.
El pretenso querellante a quien se le ha denegado su requerimi
dicha función, no agota su capacidad recursiva con la apelación
instancia, sino que en busca de una decisión fundada --en el cas
tivos exigidos por el art. 123- por parte del tribunal que se pronunció, tie
cultad de acudir a la CS y lógicamente a la CNCP; se tratade un d
ia constitucional del debido proceso (arts 18, CN, y 10, DUDH, XXVI,
.l., CADH, y 14.1., PIDCP)447.
S admitió que si en la ocasión de la discusión final el querellante requirió
tribunal está en condiciones de hacerlo. Por ende, el acusador particular
'r en procura de tal pronunciamient~"~.Pero previamente debió haber -
querimiento de elevación a juicio (art. 347)449.
Tribunal hizo lugar a la queja y declaró procedente el recurso extraor-
r no haberse afrontado la aducida inconstitucionalidad de los arts. 458,
60 que limitan la procedencia del recurso en los delitos de acción privada.
te sostuvo que tenía derecho a acudir a un tribunal superior -art. 84
c. h), de la CADH- al considerar que lo estipulado excede el mero
garantizar los derechos del imputado y, en su carácter de victima en un
ión privada, postuló igualdad de tratamiento en el derecho de recurrir
Interposición
463. El recurso de casación será interpuesto ante el tribunal que dictó la re-
solución, dentro del término de diez (10) días de notificada y mediante escrito con
firma de letrado, en el cual se citarán concretamente las disposiciones legales que
se consideren violadas o err6neamente aplicadas y se expresará cuál es la apliea-
ción que se pretende. Deberá indicarse separadamente cada motivo. Fuera de esa
oportunidad, no podrá alegarse ningún otro.
'" DELA ROA. La casación.... n. 218. notas 99 v 100: en esta última se animta aue si la ausencia
del iinpurado n I:i :iurlienciii e3 ibrzosn, se 3;asi<>n3nulidacl. .\ iiiiorru jiiicto. sóli; rela:iva, purqiie
cuistionii ILiinic~j\ CI ~e(iiiisil<)
462 CNCP, sala 1, JA 1996-IV-444.
-
de 13 risr;iicin Icirnds L., obliu~rurio:coni Rn 167. inc. 3'
"' En contra, CHIARA Dinz, Código..., p. 133,junto con VAZQUEZ Rossi - Pessoa.
e dispone el primer párrafo del art. 464, pues el tribunal debe pronunciarse acerca
la admisibilidad dentro de los tres días a computar desde que se dedujo el recurso,
no una vez que hayan expirado los diez, corolario reforzado por los principios de
eleridad y economía procesal. Palacio distingue según la pretendida ampliación se
oncrete antes o después que el tribunal se pronunciare sobre la admisibilidad: en el
rimer caso seria viable; en el último, noNS.Nogueira, con criterio más amplio, cree
ue el legitimado puede agregar motivos distintos a los expuestos en el escrito que
edujo el recurso, o bien precisar o determinar los S del modo más adecuado
n función de superar la admisibilidad, pues el ac ivo constituye ontológica
mporalmente, un acto procesal
La especificidad de los motivos debe ceder nulidad absoluta verifi-
a. Es que si la inobservancia de un requisito 1 recurso extraordinario
ral no empece -"más allá de cualquier imperfección en la habilitación de la
petencia de la Corte para conocer en el caso"-- a resolverla con antelación a
ier otra cuestión planteada477,resulta ritual cerrar la casación para admitirla.
Pero si el recurso se concedió por inobservancia o errónea aplicación de la ley
stantiva y no por inobservancia de las normas procesales, es posible declarar una
ulidad absoluta y procede casar la sentencia si por la eliminación queda privada de
El recurrente no sólo debe citar las disposiciones que considera violadas o erró-
ién cuál es la inteligencia pretendida y desarrollar los
sustentan los motivos; el recurso debe bastarse a sí mismo,
ce la vigencia del principio iura novit curia que permite
las omisiones del recurrente479;por supuesto que no se ha de incurrir
o que exija precisar, con pulcritud, la denominaciónjurídica en juego
ar el número correspondiente a las normas en discusión; para no frustrar el
eptarse una aserción que pennita determinar estos extremos. Por ello
e contener la narración de los hechos de la causa, sus circunstancias relevantes y
elito e n ~ i i l g a d oSu
~ ~omisión
~. no puede suplirse con el acompañamiento de copia
o actuado en instancias anteriore~~~'.
Si el MP consintió la resolución y no formuló adhesión al remedio articulado
el querellante, no actuó en tiempo oportuno, pues precluyó su prerrogativa diri-
a reformar el pronunciamiento dictado; la adhesión exige desarrollar los moti-
para enmendar las falencias recursivas de las partes en una vía extraordinariads3.
De lo contrario se otorgaría una desmesurada extensión al principio iura curia no-
~ i tPor~ eso
~ ~dice . Palacio que si se citó erróneamente uno de los incisos del art.
456 cuando correspondía el otro,Qo empece, sin incurrir en ritualismo manifiesto, a
la concesión del recurso48s.La CS ha dicho, también, que incurre en excesivo rigor
formal, en el examen de su competencia, la CNCP si prescindió del sentido común
y crítico de las expresiones empleadas en el recurso de casación; de haber proce-
dido así hubiese podido advertir con simpleza que la parte reclamaba una distinta
aplicación del derecho común al caso, porque consideraba errónea la de la sentencia
apeladadx6.
De manera que el error en la denominación del motivo del agravio no es causal
de inadmisibilidad, siempre que se encuentre clara y suficientemente expuesta487.
La CNCP, sala 1, por mayoría, establece que la anulación de la denegatoria de
un pedido excarcelatorio no habilita su avocación frente a una nueva denegaoión, en
la medida en que la resolución cuestionada tiene previsto un medio de impugnación
a través del art. 456. En disidencia, con acierto expresa el doctor Bisordi que la in-
sistencia en criterios declarados inválidos habilita la competencia recursiva de este
órgano judicial y evita agravar la posible vulneración de garantías constilucionales
con el complejo trámite y dilatados plazos de un recurso de casación488.
e) Casuística
La reparación del error material por vía de la aclaratoria no constituye un paso
previo obligatorio, cuya omisión prive a las partes de la casación489.
'9' TS Córdoba, sala Penal, LL del 281813998, reseña de Fallos nro. 40.738-S.
" ( ' S , J.\ l')k)h-I\'-5j2. ¿íin nu1.s de M;ri:i 1. , 'IIii csccle,ite hllu dc In <.une tkderal sohrz las
'UCStIJuc, de hccho en 14 cilsai.i,~n". L.I. Jc: 31 5 I<>UY,i. '18 7Xu. 3 I)J Iy<)b-)-3I?. 1'. 13 3h3. :iud,~
'"DJ2000-2-593, f. 15.637.
" CNCP, sala 111, ED 163-470, f. 46.592, consid. 111.
'"Id., sala 1, JA 1996-1.484; ver comentario al art. 168.
CNCP, sala 11, JAdel 11211995, p. 20.
RECURSO DE CASACIÓN Art. 464
Proveído
464. El tribunal proveerá lo que corresponda en el término de tres (3) días.
Cuando el recurso sea concedido, se emplazará a los interesados para que
comparezcan a mantenerlo anteal tribunal de alzada en el término de tres (3) días
a contar desde que las actuaciones tuvieren entrada en aquél.
Si el tribunal tuviere asiento en lugar distinto al del juez de la causa, el ern-
plazamiento se hará por el término de ocho (8) días.
Las actuaciones serán remitidas de oficio al tribunal de alzada inmediata-
mente después de la última notifi~aci6n~~'.
a) Plazo. Admisibiiidad
Como antes se dijo, el plazo para que el tribunal se expida sobre la admisi-
bilidad tiene como momento inicial el siguiente día hábil al de la presentación del
escrito (art. 161).
Examinar la admisibilidad no descarta avanzar en el análisis e impedir el pro-
greso del trámite cuando de su estudio surja la improcedencia de la vía recursivas".
Basta poner en discusión la ley sustantiva -si es el caso- y adecuar los hechos a
determinada doctrina para que el juicio de admisibilidad se tome viable. Dicho exa-
men hace intervenir al tribunal a quo en la habilitación de la instancia superior sin
que pueda convertirse en juez de sus propios fallosso3.El tribunal que dictó la sen-
tencia puede avanzar sobre las condiciones de admisibilidad del remedio ensayado y
rechazarlo cuando de su lectura surja su improcedenciaso'.
b) Emplazamiento
El emplazamiento consiste en la convocatoria hecha a las partes para acudir
ante el tribunal ad quem a fin de que tanto el recurrente como el recurrido se pre-
senten ante dicho órgano con el propósito de participar en el trámite,del recurso
concedido. Es consecuencia de que ambos quedan vinculados a la jurisdicción de la
alzada. El plazo varía según la radicación del tribunal de origen.
Origina la carga procesal -imperativo en el propio interés- de apersonarse
ante la alzada en tiempo oportuno y mantener el recurso.
Si el impugnante no cumple con aquélla, se declara desierto el recurso (art. 46
párr. lo). Se trata de un supuesto de desistimientotácito de la instancia impugnativa.
El plazo es perentorio e improrrogable (art. 163); una vez vencido, aunque no se
declare la deserción, deviene inadmisible la comparecencia intempestiva de la parte.
c) Crítica
Es inexplicable que la ley 26.374 haya eliminado el emplazamiento para man-
tener el recurso en los casos de apelación (a trav6s de la derogación del art. 45 1 y
regulado por el nuevo art. 453) y lo haya exigido deliberadamente para el recurso
casación a través del actual art. 464, bajo apercibimiento de declararlo desierto
a) Trámite
Se establece un trámite especial para los recursos deducidos contq resoluciones
equiparables a definitiva. La remisión a los arts. 454 y 455 (ver comentario) implica que
en estos casos el recurso no deba ser mantenido5", que la comparecencia a la audiencia
del recurrente deviene imperativa bajo apercibimiento de tenerse por desistido el recur-
so (art. 454, párr. 2') y que el único medio para informar es la oralidad.
La determinación de las resoluciones equiparables a definitiva no es brindada
por el legislador sino por la jurisprudencia. A modo de ejemplo,puede mencionarse
la denegatoria de la excarcelación o eximición de prisión512,el rechazo de la suspen-
sión del juicio a prueba5I3,ciertos casos en los que no se hace lugar a la prescripción
de la acción penalsI4y algunos supuestos de nulidades cuando pudieran afectar el ne
bis in idem5I5(ver además comentario art. 457, acápite a.1.).
b) Critica
Esta dualidad de trámites para un mismo recurso en función del decisorio im-
pugnado puede hacer incurrir en error a los recurrentes. Para uno de los trámites el
Debate
468. El debate se efectuará el dia fijado, de acuerdo a lo dispuesto en e1 art.
465, con asistencia de todos los miembros de la Cámara de Casación que deben
dictar sentencia. No será necesario que asistan y hablen todos los abogados de las
partes. , ,
.
Terminada la audiencia, los jueces pasarán a deliberar conforme con el
,debiendo observarse, en cuanto fuere aplicable, el art. 398.
ando la importancia de las cuestiones a resolver lo aconseje, o por lo avan-
e la hora, la deliberacibn podrá ser diferida para otra fecha.
a sentencia se dictard dentro de un plazo mdximo de veinte (20) días, obser-
ose en lo pertinente el art. 399 y la primera parte del art. 400.
término de la audiencia, cuya fijación es obligatoria (art. 465), aunque la
cencia sea facultativa para las partes (art. 468), el tribunal --con la presen-
s tres integrantes de la sala (art. 7", ley 24.050)- pasa a deliberar (art. 396)
dose a las normas establecidas para el juicio común en cuanto fuere aplicable
98). La competencia de la Cámara sólo está eircunscripta al control de validez
prueba producida (legitimidad) si las conclusiones son coherentes con ella y
anden al recto entendimiento humano (logicidad), y si la sustentación así consti-
presa, clara, completa y cumple con la exigencia de motivar observando el
i2i CNCP, sala 111, "Cash, Alejandro", c. 1867, r. 120199.3, LL del 51112000, Boletín de CNCP
Primer Trimestre. 1999.
CS, JA 1996-1.548, o LLdel 131311996, f. 94.084.
Art. 470
"' ED 163-487, "El recurso extraordinario frente a una sentencia condenatoria que reenvió La
a los fines de la cuantificación de la pena y del daño resarcible", nota al f. 46.595.
CNCP, sala IV, LL del 19/7/1996, f. 94.525.
CNCP, sala 111, LL del 31/7/1998, f. 97.571.
O CNCP, sala 111,251311999,"López, Marcelo", LL del 51112000, c. 1823, r. 111199.3.
' CNCP, sala 1, JA 2001-111-725, A juicio del actualizador, esta distinción no se compadece con
lecido por el art. 1 4 5 , PIDCP, en cuanto regula expresamente que la pena puede ser recurrida
"Grieco, GuiiIenno", c. 2140, r. 2628.1, LL del 51112000, Bolefin de CNCP, Primer Trimes-
tre 1999.
CNCP, sala IV, DJ 2001-3-230, f. 17.242.
1 3 T S , 151612010, ''Niz", RDP, AbeledoPerrot, 1112010, p. 1917.
"" Cl'cd Gnl Ilocs. 1.L dcl 3 5 1099, V ')k.h66, o DJ lr99-2-3b3, f 1.1 18.5. cun disi<lencisds 13
. se vrunun2ia iiur cl ac3mlliienro a In docrriii;i dz 13 alzada vcsi'al cuesrion3blcreen, i.>
doclora üarcia.. uuisli
dispuesto por la sala 1 de la CNCP sustentado en que el recurso de apelación había quedado pendiente.
j3' Las consideraciones vertidas a través de este títuío perienecen aI actualizador.
CS, Fallos 330:5212, consid. 8".
13' Así lo vrovone el Anteorovecto elaborado oor la Comisión Asesora vara la Reforma
Legislación ~ r o c i s aNacional,
i dic. i1512007, BO dei 161212007.
RECURSO DE C A S A C I ~ N
Anulación
471. Si hubiera inobservancia de las normas procesales, la cámara anulará lo
actuado y remitirá el proceso al tribunal que corresponda, para su sustanciación.
A diferencia de lo que ocurre en el supuesto anterior, si lo que se deja sin efecto
es el juicio, resulta consecuencia natural reiterar su realización. Siempre con ellimite-
de la reformatio inpeius (art. 445, párr. 3'). La competencia en este caso es negativa.
La reinisión no corresponde cuando el tribunal cuenta con elementos de juicio
ficientes para decidir de conformidad con el art. 47OS4".
Si el tribunal oral ha desconocido en su sentencia los precedentes de la CS en la
materia en cuestión, desobedeciendo el mandato impuesto por la CNCP en su anterior
tervención en la causa e inobservando la doctrina de este último tribunal -material-
ente equiparable a sentencia plenaria-, corresponde declarar insanablemente nula
a sentencia dictada y, pese a tratarse de un supuesto de casación por quebrantamiento
formas procesales, hacer excepción a lo dispuesto por el art. 471, resolviendo la
estión sin reenvío, a fin de evitar el dispendio jurisdiccional que importaría remitir
amente la causa al tribunal de origen a fin de dictar sentencias4'.
En vez, si se decidió favorablemente la revisión solicitada por la defensa contra
condena que consideró al imputado mayor de edad, cuando en realidad era menor
momento del hecho, corresponde el reenvíopara dictar una nueva, pues no resulta
la garantía del non bis in idem542.
el fallo "Kang"543 la CS dejó sin efecto una sentencia de la sala 111 de la
rdenaba la realización de un nuevo juicio, merced a un recurso del acu-
porque no se había tratado el agravio de ia defensa en punto a que la nulidad
absolución y la orden de efectuar un nuevo debate resultaba violatoria del ne
idem. Devuelta la causa a la instancia casator'ia, la sala 1-por mayoría- con-
no puede retrotraerse un proceso por via de un recurso articulado por la
contra la sentencia absolutoria que obedeció exclusivamente a errores
or entender precluidas en favor del imputado, ajeno a dicha fistra-
totalidad de las etapas que transitó eljuicioSM.
"* Ver DE LA RUA,El recurso..., ps. ,2541255, quien en n. 69 recuerda un caso en que se salvó
error de la sentencia que calificaba el hecho de complicidad necesaria e instigación de homicidio e
términos de los arts. 45 y 79, CP, definiéndose la conducta acreditada como instigación de homi
la solució~~ parece justa porque la instigación y la participación, cuando se trata de un mismo h
son incompatibles.
ST Córdoba, sala Penal, LLC 1991-1050.
'" CLAR~A OLMEDO, Tratado..., t. Vlf, ps. 2091212.
"El ámbito del recurso de casación: cuestiones de hecho incensurables", LL del 1618
Ver HITIERS,Técnica de los recwsos extuuordinarios...,passim.
CAPITULO
V
RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD
Procedencia
474. El recurso de inconstitucionalidad podrá ser interpuesto contra las sen-
tencias definitivas o autos mencionados en el art. 457 si se hubiere cuestionado la
ucionalidad de una ley, ordenanza, decreto o reglamento que estatuya sobre
a regida por la Constitución, y la sentencia o el auto fuere contrario a las
etensiones del recurrente.
a) Principios generales
El cotejo entre este precepto y el art. 14 de la ley 48 evidencia que el Código
o se ocupa de ciertas cuestiones inf'raconstitucionales -las denominadas cues-
s federales complejas directas, a través de las cuales se persigue restablecer
macía de la Constitución Nacional sobre todas las leyes, ordenanzas, decretos
reglamentos (art. 14, inc. lo, ley 48)- dejando de lado las cuestiones federales
les: las que versan sobre la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución
onal o de un tratado o ley del Congreso o de una comisión ejercida en nombre de
autoridad nacional, cuando ha sido cuestionada y la decisión sea contra la validez
titulo, derecho, privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea mate-
de litigio (&. 14. inc. 3'. id.).. Por suwuesto oue buena Darte de las denominadas
~ ,
*' CNCP, sala IV, JA 1997-1.481, del voto de la doctora Capolupo de Durañona y Vedia, quien
e la casación es una vía ineludible y necesaria que, siendo posible, se debe intentar previamente
tancia del recurso extraordinario.
" Fallos 3295002; RDP, LexisNexis, 512007, p. 954
Art. 474
(se encontraba en juego la validez constitucional del art. 12, CP). Ver comentario al
art. 458, acápite b).
a".
b) Cuestiones
De manera que surgen dos problemas: por un lado, cómo se remedia la falta de
regulación de dichas cuestiones federales y, por otro, en atención al recursode casa-
ción, cuál es el superior tribunal de lacausa a los fines de la deducción del recurso
extraordinario federal.
El primero parece de fácil solución, pues no hay en la norma derogatoria gene-
ral del art. 538, párrafo primero contenido alguno que autorice suponer desapareci-
das para el proceso penal a las cuestiones federales simples ni un buen sector de las
complejas indirectas como sustento del recurso extraordinario; la hipótesis contra-
ria encierra un verdadero despropósito. En esto* casos, el planteo de una cuestión
federal, no bien se percibió o se pudo prever, coloca al tribunal que pronuncie
la sentencia definitiva como superior de la causa. La significación de "sentencia
definitiva" capta la incidencia procesal de la resolución y alcanza a las que ponen
fin al planteo e impiden su continuación o causan un gravamen de imposible o in-
suficiente reparación ulteriorss4.En las ediciones anteriores dijimos: podrá ocurrir
respecto de un juez correccional que opera como tribunal de juicio (art. 27, incs.
l o y 2 O , y 33, inc. 29, en la medida que se trate de una decisión que afecte, exclusi-
vamente, los preceptos de índole federal mencionados por el art. 14, incs. lo y 3',
de la ley 48. Tampoco puede dudarse que la misma situación habrá d+e presentarse
cuando quien juzga enúnica instancia y proporciona ocasión al plantbo de la cues-
tión federal -arbitrariedad incluida- resulte el tribunal oral (arts.'$5, 28 y 33 y
13, ley 24.050), siempre que aquélla decida en contra dela inteligencia asignada o
pretendida de la norma federal en crisis o su jerarquía comq componente del orden
jurídico. Del mismo modo, la cuestión federal, sea pura u ortodoxa o configure ca-
sos de arbitrariedad o absurdo notorio, en algunos casos surgira~durantela instmc-
ción, situación que habrá de resolverse a través del sobreseimiento (art. 334); en
esa especie, la Cámara de Apelaciones (art. 449) resulta el tiibunal superior de la
causa. Su presentación resultará factible al dilucidar una excepción tanto dilatoria
-incompetencia declarada por un tribunal federalsss- o perentoria -amnistíass6
o libertad provisoriass7-. Luego de lo resuelto por el Alto Tribunal en la referi
causa " G i r ~ l d i " ~la~sentencia
~, definitiva resultará, en todos los casos -a nuestro
ver-, la de la Casaciónss9.El criterio expuesto no admite resquicio para la duda
luego de lo resuelto en "Di N~nzio"~~O.
Si se trata de una cuestión federal compleja directa -infraconstituciona1-,
conforme al art. 474, y las resoluciones comprendidas por remisión en el art. 457,
tienen como tribunal superior de la causa a la Casación.
recurso cuando el juez federal actuaba como alzada de una sanción admii~istrativa~~~.
Lugones y Dugo mantuvieron la tesitura que compartimoss78.
Es curioso cómo la CNCP se atiene a la literalidad del texto y decide que este
recurso tiene como objeto cuestionar normas opuestas a la CN o que se reputen tales,
mas no comprende la impugnación de actos procesales violatonos de la ley funda- -
mentals79.Parece reducir el ámbito de este recurso sólo en lo referente a normas
inconstitucionales -excluidas las sentencias judiciales- y acudir al extraordina-
rio federal para censurar actos procesales violatorios de la CN; dicha circunstancia
impediría la articulación indistintasso.Ha dicho que si bien la inconstitucionaiidad
normativa tiene su natural vía de impugnación en el art. 474, resulta correcto ad-
itirla si se procura la invalidez de una norma cuya operatividad puede surgir, pre-
ente, como consecuencia del dictado de aquella sentencia5". La cuestión es
ble, pues cabna aceptar que objeto del recurso "...no es la ley desde el punto
e vtsta de su validez constitucional, sino la sentencia que se pronuncie sobre este
cto y emite un juicio relativo a la conformidad o disconformidad entre normas
'stintas jerarquías"; Palacio lo estima "...una modalidad de la casación por error
i~dicando"~~~; tal seria el "corazón del instituto, como en los demás casos que
reservan para la casación...", pues se trata "...de impugnar decisiones judiciales
ciadas por errores de d e r e c l ~ o " ~ ~ ~ .
La limitación establecida por el art. 459, inc. 2', puede cuestionarse por vía
satoria sin acudir al planteo de inconstitucionalidad; en la inteligencia de la CNCP,
la 111, ocure que la impugnación no se dirigió contra una norma fundamento de la
ntencia, sino respecto de aquéllass4.
Procedimiento
475. Serán aplicables a este recurso las disposiciones del capítulo anterior
tivas al procedimiento y forma de redactar la sentencia.
pronunciarse sobre el recurso, la Cámara de Casación declarará la cons-
alidad o inconstitucionalidad de la disposición impugnada y confirmará o
cará el pronunciamiento recurrido.
El trámite asignable a este recurso dependerá del tipo de resolución que se pre-
enda recurrir (ver arts. 465 y 465 bis).
Por ser la Constitución Nacional ley suprema de la Nación (art. 31) parece
vio que, pese a las limitaciones establecidas por los arts. 458 a 462, no puede re-
cearse el acceso a la Corte Suprema en vía del recurso previsto en el art. 14 de la
y 4SsSs.Esto rige tanto para el caso de las cuestiones federales complejas directas
previstas en el artículo anterior, como para las simples y cierto sector de las comple-
jas indirectas, aunque estas últimas resulten de dificil aparición ante los tribunales
nacionales en tanto la colisión se prpduzca con normas provinciales (ver comentario
al artículo anterior).
Por otro lado, el párrafo primero se encarga de puntualizar que las disposiciones
de observancia estricta son las relativas al "...procediiniento y forma de redactar la
sentencia." De manera que en los supuestos del recurso extraordinario federal, tienen
que cubrirse los requisitos propios: cuestión federal expuesta con claridad; que dicha
cuestión tenga relación directa con lo decidido en la sentencia, vale decir, que gravite
en su dispositivo. La resolución debe ser contraria a la pretensión de quien introdujo
la cuestión federal y tratarse de sentencia definitiva o equiparable a ella y provenir
del tribunal superior de la causa (ver comentario al art. 474)586.Tanto para esta vía
como para casación rigen las mismas exigenci'as,de fundamentación requeridas por
la CS: quien pretende que se declare inconstitucional una norma, debe demostrar de
qué manera contraría los preceptos constituci~nales~~~. Empero, la CS resolvió que
no surge agravio si la CNCP no observó el requisito de introducción oportuna de
la cuestión federal de modo análogo a como ese tribunal lo hace en relación con la
admisibilidad del recurso extraordinariosH8.
El trámite del recurso extraordinario está regulado por el Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación (arts. 256 y 258, id.) y resulta aplicable luego de dictada
la sentencia por la Casación. No obstante, la utilización del aquí denominado "recur-
so de inconstitucionalidad" --ejercitable antes de deducir el recurs? eytraordinario
federal, a fin de agotar las impugnaciones hasta lograr pronnnciamien~,~del superior
tribunal de la causa- tiene que adecuarse a las previsiones de los arts. +>63y concs.
Es inadmisible plantear casación e inco~istitucionalidaden subsidio del recurso de
reposición, pues ésta sólo rige para la apelación y en tanto'sea procedentesH9.Cabe
recordar que el art. 42, WN, exige la notificación personal del im~tado,cuando'la
sentencia es condenatoria. La Corte Suprema estima que el cómputo del plazo co-
mienza a partir de dicha notificación personal, a fin de que tales sentencias no queden
firmes con la sola conformidad del defensors90;en consec.uencia, carece de virtuali-
dad para iniciarlo la notificación cursada a éstes9'. Dicho tribunal tiene resuelto que
rige el plazo de gracia fijado por el art. 124, Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, para la presentación del escrito592.
. Cuando resuelva la Casación -casos comprendidos en el art. 4 7 4 - si no con-
firma, su competencia es sólo negativa.
Ver comentario al art. 442 en unto a los efectos de la interuosición del recurso
extraordinario federal.
VI
CAP~TULO
RECURSO DE QUEJA
Procedencia
476. Cuando sea denegado un recurso que procediere ante otro tribunal, ante
éste podrá presentarse directamente en queja el recurrente, con el fin de que se
declare mal denegado el recurso.
De este modo queda en claro que, sea por el tribunal superior o por el impug-
iste la posibilidad de revisar la resolución sobre el punto. El tribu-
e reconsiderar las condtcioues de admisíbilidad aceptadas en este
o y, al pronunciarse sobre el mérito del recurso, desestimarlo por ausencia
las; en este sentido son más amplias sus atribuciones --en cuanto a la opor-
del recurrente fnistrado.
b) Lugar
Se establece como lugar de la presentación del recurso el del tribunal que de-
ra conocer en él.
c) Procedencia
Para que la queja resulte admisible, debe cuestionarse el rechazo de un recurso
endido dentro de las resoluciones impugnables. Si el decisorio versa sobre una
ion ajena al art. 457, procede rechazarlos93.
En el primer examen sobre la admisibilidad del recurso, la decisión del tribu-
uo rebasa el mero control de los recaudos atingentes a la actividad -lugar,
O y fonna-, pues puede avanzar sin convertirse en juez de su propio fallo e
edir el progreso del trámite cuando del estudio surja la iinproceden~ia~~~.
Si la resolución recurrida sólo manda continuar el trámite del proceso, no puede
perar la queja por denegación de la vía c a s a t ~ r i a ~ ~ ~ .
a) Primer párrafo
modo, atinentes a la forma, que es escrita, y tiempo
cide mediante auto (art. 122), que debe ser motivado (art.
rme o el expediente.
a denominada queja por retardo de justicia ver, comentario al art. 127 y
ón a este Libro IV.
vista la intervención de la parte recurrida, la Corte Suprema
a la deriva de la igualdad de posibilidades de las partes, con-
nstitucional de la defensa en juicio (art. 18, CN). :
censurarse el auto denegatorio para evidenciar los requisi-
enderezados a demostrar la procedencia del recursob0'.
que ser autosuficiente6". No basta
compañar copia del veredicto, pues
Fallos 308:875.
' CNCP, sala 1, BJ NO. 5, ps. 80181.
' Á n ~ ~ oCódigo
s, ..., ps. 103311037; CNCP, sala 111, BJ nro. 4, ps. 74175.
'O3 CNCP, sala 1, BJ nro. 4, ps. 89190.
902 - RECURSO DE QUEJA Art. 478
Durante este procedimiento no hay notificación por nota; en vez, en el caso del
recurso extraordinario federal -regulado exclusivamente por el C P C C 6 L cuando
la CS requiere presentación de gecaudos --copia de las actuaciones-, el acto de
comunicación se cumple en fo&a automática y puede generar la caducidad de la
instancia en los términos del art. 310, CPCC6OS.
Efectos
478. Si la queja fuere desechada, las actuaciones serán devueltas, sin más
trámite, al tribunal que corresponda.
En caso contrario, se declarará mal denegado el recurso, especificando la
clase y efectos del que se concede, lo que se comunicará a aquél, para que emplace
a las partes y proceda según el trámite respectivo.
Corifoniie al párr lo, si el tiibuiial acl i~iirnrverifica que las condiciones de admi-
sibilid:id del recnrso no Iian sido cuinplidas, debe devol\,er el expediente al tribunal dc
origen.
- Este pronunciamiento implica la conñrmatona de la desestimación. 1
En vez; si considera que aquellos requisitos aparecen cubiertos, debe acceder a
la concesión y especificar el recnrso admitido y los efectos de su otorgamiento que,
en principio, son de carácter suspensivo (art. 442).
Con la reforma de la ley 26.374 sólo existe emplazamiento en el caso del re-
curso de casación e inconstitucionalidad contra sentencias definitivas, que debe ser
cumplido por el a quo (464, párr. 2" y 475). De manera que el recurrente deberá
comparecer nuevamente ante el tribunal ad quem para demostrar qxe'no desiste táci
tamente del recurso (art. 465, páni y).Pero como el emplazamien5&se . . lleva a c
ii
por el tribunal a quo, las actuacione's deben devolvérsele.
Hubiera sido conveniente la reforma del segundo p4rrafo del art. 478, ya qu
en la apelación y la casación del art. 465 bis no hay más 'emplazamiento, sino
notificación a las partes de la concesión del recurso (art. 453, . ' .p. lo).'
El doctor Mitchell ha señalado con acuidad que las diferencias suscita
entre el efecto no suspensivo -prescripto por el art. 285, CPCC, ante la dene
toria del extraordinario federal- y su otorgamiento en el supuesto de casac
-art. 442- debieran ser encaradas por el legislador porque "...disponen cosas di
rentes para supuestos análogo^""^.
La CNPE, sala A, se ha abocado al conocimiento del propio recurso de apela
ción concedido al pronunciarse favorablemente respecto de la queja sin observa
procedimiento que la ley impone a tal remedio607.
No se prevé recurso alguno contra la denegación del de queja608.
RECURSO DE REVISIÓN
a) Principios generales -
sión impugnativa autónoma. No
de las sentencias condenatorias
proceso, por haberse ignorado
o porque acaecieron luego de su dictado. Persigue la finalidad de obtener la
ondena más favorable o la rehabilitación de su memoria
condujo a la condena; no existe
tionar resoluciones
un sobreseimiento
orque en tales ca-
cipación del imputado, quien podría
evos elementos de prueba demues-
a) El inciso locontempla la pugna entre los hechos que se dieron por acredita-
dos en la condena y los establecidos en otra sentencia. No es necesario que la con-
tradicción provenga de la parte djspositiva; por ejemplo, si en una de las sentencias
se establece que el autor del hec& es determinada persona y en otra que no es aquél.
Los hechos establecidos como fundamento de la sentencia de condena deben ser
inconciliables con los de otra irrevocable62s.
No tienen tal carácter la absolucjón de los testigos del primer juicio por el delito
de falso testimonio si se asientan en conjeturas y probabilidades desprovistas de toda
certeza respecto de la condena por tentativa de homicidio. La disidencia de la jueza
Capolupo de Durañona y Vedia capta mejor la esencia de este supuesto al expresar
que si el fundamento de la condena por tentativa de homicidio utilizó dichos cuy
veracidad se cuestionó seriamente en el ulterior proceso -por falso testimonio-, 1
sentencia merita conclusiones no sól0diversas, sino antagónica^^^‘.
\
b) En el caso del inciso 2" no es preciso que la falsedad se haya declarado e
otra sentencia penal, pues puede provenir de otro fuero, aunque debe referirse a ele
mentos probatorios cuya falsedad se acredite en un fallo dictado más tarde. No pued
descartarse el supuesto de que la falsedad provenga de una sentencia absolutori
que hubiere concluido en la existencia del hecho y su carácter delictuoso, cuando
nuevo pronunciamiento des icción tenidos en cuenta pa
dictar el fallo condenat~rio~~'.
c) En el inciso 3" se trata de una sentencia lograda mediante 1e comisión de deli-
to, en el cual se descuenta !a autoria y participación del juez, v.gr., &evaricato, cohe-
cho, etcétera. También corresponde en aquellos en quela sentencia &deuatoria fu
el resultado de un delito cuya víctima es el juez, por ejemplo, amenazas, extorsi
etcétera, o bien gravita sobre la solución del caso -fahedad documental- y,
general, si a consecuencia del "...otro delito..." ---declarado pox:s-entenoia firme
sustentó la condena en prueba ilícita.
! ,
d) En el inciso 4' se incurre en una particular situadióh porque "...los nuev
hechos o elementos de prueba ..." engloban, en alguna medida, al mismo conce
del anterior: si el hecho no está probado, no existe como tal en el mundo del pr
so; lo importante es que no haya podido ser meritado por el tribunal. El supuest
admite una nueva ponderación de la prueba ya incorporada, a menos que se un
elementos allegados con posterioridad y conducentes para acreditar que el hecho
existió o que el condenado no lo cometió. También comprende los casos en que
prueba aportada permita encuadrarlo en una norma penal más favorable, sea porqu
se pase de una figura calificada a una simple (el tránsito de unhomicidio califica
do, en los términos del art. 80, CP, al del simple, art. 79, id), o bien cuando pued
excluirse su antijuridicidad o la culpabilidad del autor o medie una excusa abs
lutona o se abra la posibilidad de imponer menor pena en los supuestos de d
continuado (art. 54, CP) al eliminarse la reiteración (art. 55, id.) o de concurso '
(art. 54, id.) o de tentativa (arts. 42 a 44, id.). Desde luego que la ley penal más fa
e) El inciso 5" se relaciona con el art. :2 CP, y para Clariá Olmedo es más ade-
do tratarlo como un incidente de la La CNCP, sala 111, sostuvo que
causal no procede cuando se trata de leyes penales en blanco635;criterio censurable
o de lo resuelto por la CS en el caso " C r i ~ t a l u x " ~Si~se
~ .modificó por ley el monto
nimo del contrabando simple, corresponde revisar la condena; se trata de un elemen-
'ntegrativo del tipo penal, pues dicha cifra, al ser superada, convierte una infracción
un delito; es evidente que el mayor favor deparado por una consecuencia menos
ra respecto de la pena o medida de seguridad resulta aplicable637;no comprende los
S jurispr~denciales~~~;ni siquiera cabe aceptarlo por analogía, pues "ley" es acto
'vo y no comprende los cambios en la jurispr~dencia~~~.
o hace sino cumplir una mera función instrumental respecto del art. 2",CP;
aun cuando no proceda respecto de penas agoiadas, parece razonable inrerpretar que
cn el supuesto de condena cn suspenso la ley abarca sus ckctos, por lo que debe ex-
tenderse al plazo previsto por el art. 27, id ---cuatro años- para que se tenga como
no pronunciada y se evite su efectiva ejecución por un nuevo delito640.
Sólo procede respecto de sentencias irrevocables y que importen condena penal
oor delito: se excluyen las contrávenciones aun cuando imoonean clausura64'.
Se ha admitido esta causal cuando la ley rnás benigna modifique los términos
de prescripción de la acción penalGa2.
Corresponde a la casación (art. 479, inc. 5") y no al juez de ejecución (art. 504)
el análisis acerca de la aplicación deuna ley penal más benigna que puede importar
una modificación de la pena imp~estii~'~..
Objeto
480. El recurso deberá tender siempre a demostrar la inexistencia del hecho,
o que el condenado no lo cometió, o que falta{otalmente la prueba en que se basó
la condena, salvo que se funde en la última parte del inc. 4' o en el 5" del artículo
anterior.
Es consecuencja de que no hay revisióh perjudicial para obtener la condena de
un absuelto si media sentencia firme, obteni&a al culminar un proceso válido, pese a
la ulterior aparición de prueba de cargo. Pero no basta alegar que la condena resultó
violatoria de garautias constitu~ionales~~.
El objeto del recurso debe tender a mostrar algunos de los motivos de revisión
aquí detallados; son específicos e inextensibles; se excluye todo posible vicio in
procedendo y, en general, los vicios in iudicando de jure. Se trata.de circunstancias
externas al proceso ya concluido por condena firme, imposible de flaberse evaluado
por surgir o advertirse-despuésde haber pasado en autoridad de cosajkgada6".
. .oueden deducirlo
Personas aue
' 2:;)
1
481. Podrán deducir el recurso de revisión:
lo)El condenado y10 su defensor; si fuere incapaz, sus representanteslegales
o si hubiere fallecido, su cúnyuge, sus ascendientes, descendientes o hermanos.
2") El ministerio fiscal.
Puntualiza quiénes son los legitimados para plantear el recurso.
Puede solicitarse no sólo por quienes han sido parte - e l condenado y el MP-
sino también por el auxiliar de aquél durante el trámite del proceso, es decir, su
fensor (ver comentario al art. 104).
También tienen legitimación para plantearlo, cuando el condenado sea in
sus representantes legales. Luego de su muerte, el cónyuge y los parientes ind
al final del inciso lo; no significa aue éstos deban actuar en orden excluyente; tam
poco la calidad de heredero deviene exigible para interponer revisión, p;es basta 1
acreditación del vinculoM6.
Interposición
482. El recurso de revisi6n será interpuesto ante la Cámara de Casación,
rsonalmeute o mediante defensor, por escrito que contenga, bajo pena de
dmisibilidad, la concreta referencia de los motivos en que se funda y las dispo-
ones legales apiieables.
En los casos previstos en los incs. lo,2" y 3" del art. 479 se acompañará copia
sentencia pertinente; pero cuando en el supuesto del inc. 3' de ese articulo
ción penal estuviese extinguida o no pueda proseguir, el recurrente deberá
ar las pruebas demostrativas del delito de que se trate.
Conoce del recurso la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correc-
1 (art. 23) y la Cámara Federal de Casación (art. 30 bis). La creación de la Cá-
Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional exige determinar a quién
sponderá resolver los recursos de revisión que se interpongan contra sentencias
denatorias dictadas por tribunales no federales con asiento en la Capital Federal,
anterioridad a la creación de aquel órgano de casación. La pauta viene dada por
. 9", ley 26.371: deberá entender la CNCP -actual Ckmara Federal de Casación
si intervino en algún momento durante el proceso -sea por recurso contra la
a condenatoria o respecto de resoluciones anteriores a su dictado-. En caso
ano, será competente la Cámara Nacional de Casación Criminal y Correccional.
a forma es escrita y puede interponerlo el condenado por sí, siempre que no
citado (art. 481, inc. lo).El escrito debe explicitar fundamentos que en-
u en alguno de los supuestos del art. 479 y las normas gravitantes, si es el caso,
idir favorablemente.
el inc. 3" del art. 479 se aumentan las exigencias para la admisibilidad, pues
acción penal para perseguir los delitos allí indicados estuviese extinguida o no
ese proseguir, se impone la carga de sefíalar los elementos probatorios que ha-
de ser aquilatados en este trámite, cuando el delito, sustento de la condena cuya
n se pide, no pueda castigarse definitiva o temporalmente.
quisito de admisibilidad en los supuestos del art. 479, incs. lo, 2" y 3", ad-
ia de la sentencia condenatoria; no se exige la intervención de defensor o
atrocinante. El art. 481, inc. lo, es concluyente al respecto.
rocedimiento
83. En el trámite del recurso de revisión se observarán las reglas estableci-
para el de casación en cuanto sean aplicables.
El tribunal podrá disponer todas las indagaciones y diligencias que crea úti-
ydelegar su ejeención en alguno de sus miembros.
a) De acuerdo con el párrafo primero y tal como sucede con el recurso de iu-
constitucionalidad (art. 475), aunque con ajuste a sus notas específicas, el trámite es
similar al del recurso de casacióniart. 465): una vez declarada admisible la solicitud
y cumplidas, cuando correspond$ las medidas probatorias previstas en este mismo
artículo, último párrafo, debe emplazarse al interesado en los términos del art. 464,
segundo párrafo, pues si no lo hace se produce la deserción (art. 465, pán: lo); luego
colocar el expediente por diez días en la oficina para el examen y fijar audiencia a
fin de informar (art. 465). Por supuesto que no rigen las limitaciones cuantitativas
fijadas por el art. 459.
b) Conforme al último párrafo, la Casación tiene facultades autónomas de in-
vestigación, a cumplir a través de alguno de sus miembros, siempre dentro del ámbi-
to fijado en los distintos supuestos del art. 479.
Desde luego que el tribunal puede declaw la inadmisibilidad del recurso por
no ajustarse a ninguna de las hipótesis enunciadas en aquel artículo y así declararlo
sin que sea necesario más trámite.
Efecto suspensfvo
484. Antes de resolver el recurso el tribunal podrá suspender la ejecución
de la sentencia recurrida y disponer, con o sin caución, la libertad provisional del
condenado.
Si el recurso es admitido, es facultativo disponer que se susp.enda la ejecución
de la condena (ver art. 442), gar~tizandola libertad con alguna me&i,daindirecta de
coerción (arts. 320 y.concs.). Dicha atribución puede ejercerla la Cas;lción antes de
expedirse sobre la fundabilidad de esta pretensión. Se piensa que resulta innecesario
Sentencia
485. Al pronunciarse en el recurso el tribuiial podrá anular la sentencia, re-
mitiendo a nuevo juicio cuando el caso lo requiera, o pronunciando directamente
la sentencia definitiva.
Si admite el recurso, a veces se limita, en ejercicio de la competencia negativ
a eliminar la condena cuestionada; en otras ocasiones tiene también competenc
positiva -iuditio rescindens- y sustituye al fallo anulado. En general, el "nuev
juicio" se subordina a la necesidad de otro debate sobre el médto de la causa;
desarrollo arranca desde la citación establecida en el art. 354.
Siempre rige la prohibición de la reforma peyorativa (ver art. 445, páni 3").
El tribunal, en el debate posterior, debe respetar la cosa juzgada y limi
nuevo juicio a los motivos ocasionantes del reenvío, pues la sentencia no desap
como instrumento, sino que sólo se ataca la condena para mejorar la situación
impugnante; por ende, la remisión puede ser parcial, por ejemplo, en el caso del co
curso real (art. 55, CP), si no se han atacado todos los hechos que lo conforman. A
a sustitución efectuada por el art. 88 de la ley 24.121 al art. 55, inc. lo, no
se impone el apartamiento de los jueces que hubieran pronun-
concumdo a dictar la sentencia condenatoria.
último párrafo señala que es imposible obtener la revisión de la condena
onsiderar los mismos hechos o probanzas que la apuntalaron.
la conjunción entre aquéllos y los nuevos tomen proce-
Reparación
88. La sentencia de la que resulte la inocencia de un condenado podrá pro-
rse, a instancia de parte, sobre los daños y perjuicios causados por la conde-
que serán reparados por el Estado siempre que aquel no haya contribuido
su dolo o culpa al error judicial.
La reparación sólo podrá acordarse al condenado o, por su muerte, a sus
Las atribuciones de los arts. 10 y 11, ley 24.050, también le son asignadas a la Cá-
ara Nacional de Casación Criminal y Correccional (art. 11 bis, último párrafo, id.).
Concepto. El art. 10 de la ley 24.050 establece la posibilidad de que la Ca-
se reúna en tribunal pleno, tanto para unificar la jurisprudencia de sus salas o
sentencias contradictorias -inc. b)- como para fijar la interpretación de la
aplicable al caso cuando la cámara, a iniciativa de cualquiera de sus salas, enteu-
a que es conveniente.
La interpretación de la ley aceptada en una sentencia plenaria (art. 10, inc.
es de aplicación obligatoria para la Cámara de Casación respectiva (CFCP
CC), los tribunales orales, cámaras de apelaciones y para todo otro órgano
cional que dependa de ella, sin perjuicio de que los jueces que no compartan
erio dejen a salvo su opinión personal; la doctrina sentada sólo podrá modifi-
rse a través de una nueva sentencia olenaria. Por su Darte. el art. 11 determina aue
A .
bién darán lugar a la reunión de la Casación en pleno las sentencias --en sen-
tido aiiiplio, resoliicionrs definiti\.as por poner fin al proceso o tornar iinposiblc su
conrinuaciun: dcben iricliiirsc las cuestiones procesales obiter dictrriii del plcnariooj6
contradigan a otra anterior de la misma cámara, cuando el pecedente haya sido
resamente invocado por el impugnante antes de la sentencia definitiva de ese
1. El recurso tendiente a la convocatoria del tribunal en pleno deberá ser inter-
y fundado dentro de los cinco días, ante la sala inteminiente.
a Casación establecerá la doctrina aplicable, y si la del fallo impugnado no
tare a aquélla, lo declarará nulo y dictará sentencia acorde con la doctrina
V. CNCP, 281612001, reg. nro. 99, c. SS nro. 116, voto del juez Hornos.
"' CCNP, en pleno, JA 1998-1.99, o LL del 1311011998, reseña de Fallos nro. 40.891-S, o DJ
-1-1050, Síntesis de Jurisprudencia, nro. SJ 1682.
RECURSOilE INAPLICABILlDAD DE LEY
go al defa ley porque precisamente integra con ella una realidad jurídica. No es una
norma nueva. sino una norma interuretada. cumnliendo su función rectora en el caso ~ ~
que 13 ley decide. I.as sentencias con las cuales la jurisprudencia se constituye están.
col1 respecto a LU ley, en rclación dc dependencia de lo fundado con su fundanieiito.
puesto que la sentencia es la actuaciónconcreta de la ley. Por ello se ha resuelto que
las actuaciones plenarias se justifican cuando el hecho a decidir requiere la inter-
pretación de la ley aplicable o cuando es necesario evitar el dictado de sentencias
contradictorias. Como los jueces necesitan interpretar, sea por vía del plenario o en
el caso, lo resuelto no vulnera las garantías con~titucionalesde legalidad y reserva.
Por otro lado, la obligatoriedad general de la doctrina no es inescindible por emanar
de un fallo plenario, ya que el acierto de tal interpretación puede cuestionarse por las
vías procesales pertinentes658.En el escolio dice Bidart Campos que lo hecho por los
fallos plenarios, en crianto interpretan una nonha, no difiere de lo que hace cualquier
sentencia; la diferencia radica en los "efectos", que en el plenario son generales, y
en las sentencias son comunes, sólo se limitan al caso. La CNCP; sala IV, señala
no se suplanta la labor legisferante reservada a otro órgano del poder del Est
ni pretende su resultado convertirse en un precepto general con el alcance de 1
formal6s9. . . *. %
. .,
""&
' Es inconstitucional la ley que impone el seguimiento obligatorio de la doctrina de los fa-
s plenarios dictados por la Cámara Nacional de Casación Penal?", LL del 28/4/2000, comentario al
-1.
!i
- .
-"..---,
,
\ ;
BIANCHI, "De la obligatoriedad de los fallos de la Corte Suprema (una reflexión sobre la ap
cación del stare decisis)", ED del 26/7/2000, p. 1.
"LOSfallos plenarios en la actualidad. La Cámara Nacional de Casación Penal y las Cámaras
de Apelación", LL del 811111999.V ~ ~ V I L L"El
A Rvalor
, de los fallos plenarios frente a la jurispmdencla
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación", JA 1993-1V-912.
LIBRO V
a) Principios generales
Se tratan aquí las disposiciones enderezadas a hacer eficaz lo resuelto tras cul-
cimiento mediante la sentencia definitiva (Capitulo IV, Tí-
) o, de manera anticipada, si el proceso penal se trunca,
to (arts. 334,336, inc. 5O y 361). No sólo deben ejecutarse
sentencias condenatorias, pues en algunos casos -si el acusado soporta encie-
- también se apunta a las absolutorias (art. 492).
Ese concepto resulta restringido porque dúrante el proceso se dictan diver-
medidas de ejecución -realizables merced a la disposición contenida en el
rimer lugar, a la cautela personal -sobre todo las direc-
184, inc. 3'), detención (art. 283) y prisión preventiva
1--embargo e inhibición (arts. 5 18 y 5 19)-, que también
' VELASCONUÑEZ,
Ejecución ..., p. 13
e) Procedencia
En el proceso penal -a diferencia del civil, en el que existen títulos judiciales y
extrajudiciales para promover la ejecyción- la única vía valedera para habilitar esta
faz resulta ser la sentencia definitivg finne o ejecutoriada o, si se toma en sentido
amplio, también las resoluciones dictadas en la etapa instructoria (art. 336, inc. 5").
Aunque cuando se habla de "ejecución" se alude al concepto más estricto.
El establecimiento de un tribunal a cargo de la ejecución (art. 30 y arts. 75 y 90,
ley 24.121) y, en general, las disposiciones de este Libro V han sido bien recibidas
por acordarse aquí mayor injerencia a los órganos jurisdiccionales2.
En rigor de verdad, "(1)a garantía jurisdiccional ... se extiende al campo no de
la ejecución material de la propia sanción, que corresponde, como labor extramuros
que es, a la administración penitenciaria (algunos lo han llamado cumplimiento de la
pena), sino a la de la supervisión de cómo se Ileva,a cabo, en una labor fiscalizadora
del cumplimiento de sus propias resoluciones, en todo momento comandada por otra
faceta institucional encomendada también al Poder Judicial..."'.
. .
. .. .,.
T~TULO
1
DISPOSICIONES GENERALES
Competencia -
490. Las resoluciones judiciales serán ejecutadas por el tribunal que las dictó
o por el juez de ejecución, según el caso, el que tendrá competencia para resolver
as las cuestiones o incidentes que se susciten durante la ejecución y harán las
unicaciones dispuestas por la ley.
a) Principios generales
Si bien la ejecución presenta aspectos de carácter administrativo -por ejem-
o, la vigilancia por el Servicio Penitenciario Federal, terapia sobre el condenado-,
das las incidencias que se produzcan durante el cumplimiento deben ser resueltas
ediante una actividad de naturaleza jurisdiccional que jamás puede ser detraída
conocimiento judicial (ver comentario al art. 18). La instauración del juez de
ución (arts. 29 y 30, ley 24.050, y arts. 75 y 90, ley 24.121) y la asignación de
funciones al presidente del tribunal oral, cuando aquél no exista en el interior del
arts. 74 a 76, ley 24.121), destacan la importancia que se ha dado a la faz pro-
penal de este tramo, sin perjuicio de las encomendadas al tribunal que dictó las
luciones ejecutables, sea el juez de primera instancia o la cámara de apelación, el
una1 oral o un juez con competencia correccional. A partir de la incorporación del
7 2 bis, ley 24121 (art. 11, ley 26.371), las funciones del juez de ejecución respecto
entencias dictadas por los tribunales orales en lo criminal federal con asiento en la
Federal y en lo penal económico, serán desempeñadas por un juez del tribu-
respectivo. En los casos de sentencias definitivas o autos dictados por jueces
les de la Capital Federal que concluyan o suspendan a prueba el trámite de los
S, la función de juez de ejecución será ejercida por éstos. De tal forma, los jue-
oiiales de ejecución penal con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
nderán solamente respecto de las sentencias dictadas por los tribunales nacionales
o criminal de dicha ciudad íart. 72.. lev, 24.121).
Pero los procesos ya remitido$ por los tribiinales fedsra1c.s de la Capital lcderal
a los jueceb nacion3les de ejecuciún penal coiitinuariri allí su rriiiiite hasta su final¡-
(art. 12, ley 26.371).
su vez, la mención a "...cuestiones o incidentes..." pone de resalto la amplitud
competencia. Por esta vía se aluden a aquellos casos que necesiten de eontra-
previo o a las peticiones que deban tramitarse sin incorporarse al principal;
se pueden producir por conflictos entre el condenado -interno- y la auto-
administrativa a cuyo cargo esté el cumplimiento de la sanción o en los casos
ión del proceso a prueba (arts. 293 y 5 15).
omunicaciones son las establecidas por la Ley Orgánica del Registro Na-
de Reincidencia y Estadistica Criminal y Careelana (ley 22.117) y también
idas por los arts. 499 y 500. Se destaca la coinunicaeión al Registro dentro de
O días de quedar firme y debe comprender testimonio de la parte dispositiva
, incs.. d] y e], ley 22.117). Cabe complementar esta comunicación con otra
DISPOSlClONES GENERALES
cursada a los preventores (Policía Federal, Aduana, BCRA, DGI) para que efectúen
las anotaciones pertinentes en el prontuario.
b) Casuística a
Conforme a un plenario de la CNCP, incumbe al juez de ejecución conocer
en las sentencias condenatorias tanto de cumplimiento efectivo como de ejecución
condicional (art. 26, CP). Las comunicaciones -excepto las previstas en el art. 500
referentes a la inhabilitación absoluta'6.especial- e intimación al pago de costas
quedan a cargo del tribunal que pronunció la resolución o sentencia respectiva'.
Afirma Kent la posibilidad de generarse conflictos si por razones de su tratamiento
el condenado debiera ser trasladado fuera del lugar en que actúa el órgano al cual se
confirió intervención para cumplir la decisión judicial firme; piensa que debe prolon-
garse la actuación del órgano a cargo dcla ejec~ción5.
Tratándose de condenados por tribunales pkovinciales, la CS -pese a que en
definitiva no accedió al requerimiento destinado por el interno a favorecer sus estu-
dios universitarios- admitió la vía del amparo para reparar sus agravios6.
La curatela del art. 13, CP, se determinaáteniéndose al domicilio del penado y
no a la sede jurídica del futuro curador; si aquél'se desintegró en sus elementos cons-
titutivos, debe estarse al del establecimiento carcelario por ser su residencia actual
(art. 90, inc. 59 CC)'.
Incumbe al juez de ejecución penal realizar el nuevo cómputo de la pena cuan-
do se solicitó la aplicación de una ley que regula los plazos de la prisión preventiva8.
%..
,/.
Trámite de los incidentes. Recuyso . -1, .
no tendrá intervención.
Contra la resolución sólo procederá el recurso de casación, pero éste no sus-
penderá la ejecución a menos que así lo disponga el tribunal:
ED 158-13, f. 45.752, O LL del 1411011994, f. 92.588, con nota de G ~ M E "El Z , juez de ejecu-
ción. Su comnetencia territorial": ver también NARIZZANO, "Alminas reflexiones sobre la ejecución de
I:i pr.nl". 1.1 Jcl 16 X I,Ji).l. (lulen planre~iiin iritirrugnnrc nccri.i Jr. In iaiulta,l di' iiripoiier la rüllcidn
tidad entre la condena y la pena que se ejecuta pues podrían verse vulnerados los derechos
ado, CNCP, sala IV, DJ 1999-3-617, f. 14.822.
922 DISPOSICIONES GENERALES h.492
La CS, sin embargo, estimó procedente el recurso de casación contra este tipo
de decisiones. Están sometidas a control judicial del juez de ejecución y al doble
conforme a través del recurso previslo enel art. 491. Todo lo referente a la propor-
cionalidad de la sanción disciplinarid, así como el procedimiento llevado a cabo para
su imposición, constituyen cbestiones directamente vinculadas con puntos reg'idos
por la CN, la ley 24.660, y las normas de derecho internacional".
Antes del fallo "Romero Cacharanc$"'Ve la CS, se entendía que el control de
cumplimiento de los reglamentos carcelarios es la base sobre la cual se presupone
la buena conducta del condenado intramuros, en virtud de la cual se vislumbra su
enmienda y futura readaptación social y cuya ponderación, salvo arbitrariedad o
absurdo notorio, está dentro de las facultades del óvgano que ejerce el control de la
ejecución penal y no es susceptible de ser revbada por la vía del recurso de casa-
ción". Empero, si bien el otorgamiento de la libe@ad asistida debe resolverse con la
expresa y concreta consideración de los organismbs técnicos criminológicos y del
correccional exigido por eI art. 54 de la Ley deEjecución Penal, su ausencia nopue-
de erigirse en base de una decisión denegatoria atento su carácter e x c e p c i ~ n a l ~ ~ .
La procedencia dela prisión domiciliaria es revisable por la vía casatoria2'.
Si se trata de la devolución de efectos secuestrados en una causa, resuelta por el
presidente del TOC, actuando como juez de ejecución, no corresponde el recurso de
casación sino apelación ante la CF22.
Sentencia absolutoria
492. La sentencia absolutoria será ejecutada por el tribunal d6~uicioinme-
diatamente, aunque sea recurrida. En-este caso, dicho tribunal practic,qrálas ins-
cripciones y notificaciones correspondientes.
Ver la introducción a este Libro V.
Conforme al art. 327, inc. 2", corresponde cancelar la caución?
En la mayoría de los casos las notificaciones se cumplen me,dianteoficio dirigi-
do a la autoridad administrativa a cargo de la custodia (art. 1322 o bien con ajuste a
las modalidades establecidas en los arts. 499 y 500.
" "Romero Cacharane", RDP, LexisNexis, nro. 2, p. 419, con nota ~ ~ A L D E RLono,F I E "La judicia-
lización y el principio de legalidad en la etapa de ejecución penal"; SJP, LL del 311512004, f. 107.515
nota de MARQUEZURTUBEY. "Lajudiciali~aciónde la ejecución de la pena"; ver nota de SERGI, "Come
al fallo 'Romero Cacharane' de la Suprema Corte de Justicia", NDP, 2004iB, p. 585.
IR Fallos 327:388.
o CNCP, sala 1, DJ 2001-1-752, f. 16.543; id., sala IV, respecto de las salidas tran
del 111111999, f. 99.501, con nota de KENT,"Algo más acerca de la magistratura de ejecuci
2o CNCP, sala IV, voto del doctor Hornos, LL del 281712000, f. 100.619, con nota de
magistratura de ejecución penal", quien, con buen criterio, apunta que no puede determinar
ción procesal de un interno en función del registro del lugar de detención, pues ello implica de
la fuerza ejecutiva de la sentencia condenatoria, sobre todo si las falencias no son atribnibles a
id., sala 11, LL del 61712001, f. 102.380.
CNCP, sala 11, JA del 91412003, p. 46.
22 CNCP, sala 11, LL del 141112003, f. 104.988.
PENAS
T~TULO
11
EJECUCIÓN PENAL
CAP~T~II
0
PENAS
a) Principios generales
Esta magistratura debe tender en el ámbito penitenciario a cerrar espacios en
r pueda moverse discrecionalmente, pues dicha atribución se
stencia de control adecuado para preservar la legalidad; dicha ta-
inbe aun cuando la pena se cumpla en un establecimiento provincial y se
al seguimiento del tratamiento progresivo fijado por la ley local sin que la
ia a las autoridades provinciales limiten o restrinjan los beneficios que la
Fed. Mar del Plata, LL del 2911111996, f. 94.914, anotado por KENT,"La elogiable im-
cruin que prestigia el augusto cometido de la magistratura de ejecución penal".
LCALA ZAMORA - LBVENE (h), Derecho ..., t. IIT, p. 434, n. 39.
'
924 I
PENAS
una controversia en cuyo trámite deberán intervenir los legitimados (art. 491, pán: lo)
y esta observancia del contradictorio necesariamente debe culminar con un pronun-
ciamiento jurisdiccional. A los fineadel cómputo debe observarse el art. 24, CPZ5.La
pena de reclusión debe considerarse vimialmente derogada por la ley 24.660 en tanto
no existen diferencias en su ejecución con la de prisiónZ6.
El cómputo de la pena queda firme -si se dedujo casación- el día en que se
declaró inadmisible el recurso extraordinario federal2'.
Una disidencia del doctor Hornos'afirma, en forma acertada, la arbitrariedad
de una sentencia que se apoya en ataques efectuados al cómputo de la pena fuera de
tiempo, ya que no existen constancias acerca de su notificación, sea por lectura junto
con los fundamentos de la sentencia o por alguno de los otros medios legalmente
previsto^^^.
Los errores aritméticos o de cálc~lo'deben~ectificarse, a pedido de parte o de
oficio, pues el cumplimiento de una sentencia que adolece de vicios semejantes no
está preservada por la garantía de la cosa juzgada; incurre en falta grave el juez que
no modifica su cómputo pese a habérsele advertido el errorZ9.Por eso no correspon-
de revocar la libertadcondicional pese al cálcylo errado de tiempo de detención; se
añadió que un nuevo encarcelamiento resul'taria desaconsejable desde el punto de
vista de la política penitenciaria, pues .conspiraría contra la reinserción social del
condenado30.La CS afirmó que no puede subsistir en la sentencia un error aritmético
o de cálculo, generador de lesión para un derecho3'.
A los fines del cómputo no puede considerarse el tiempo durante el cual se tuvo
en libertad provisoria -excarcelacióu-; de lo contrario se le asimilqía a la libertad
condi~ional~~. ,. ,%
!
'
" Para la CNCP, sala 111, por mayoría -ED 164-92, f. 46.638-, la prisión preventiva debe
computarse a los efectos de la pena posterior aplicada al condenado, aun cuando se enconirare excaz-
celado en la causa en que se dictó sentencia condenatoria, ya que, en definitiva,permaneció privado de
su libertad sin mediar continuidad.
26 CS, 221212005, "Méndez", SJP, LL del 291312005, p. 18, con nota ~ ~ ' K E N"La T pena. Una
temática inexhausta por excelencia. ..",p. 19.
" CNCP, sala IV,.ED 178-281, f. 48.701.
CNCP, sala IV, LL del 121712001, f. 102.311.
'' CNCP, sala 11, LL del 131812001, f. 102.442.
3WNCP,sala 1, LL del 1911212002, f. 104.924, con nota de GARC~A YOMHA - MART~NEZ,LLcSilbe
un fallo ejemplar en materia de resocialización".
" Fallos 286:291.
" CNCP, sala 11, DJ 2001-3-446, f. 17.322; id., id., LL del 291712002, f. 104.128.
j3 CNCP, sala 11, con un impecable voto del juez David, LL del 291712002, f. 104.131.
c) Competencia
El párrafo tercero explicitala competenciafijada por los nrts. 29 de la ley 24.050
y 75 de la ley 24.121. Dice bien Kent que las funciones del juez de ejecución no se
limitan al enunciado de los cinco incisos de este artículo, sino que son abarcativas de
todas las disposiciones alojadas en el Libro V, Título IIS6. -
El inciso 1" del párrafo tercero se refiere a las garantías constitucionales re-
as en el art. 18, CN ("...las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para
idad y no para castigo de los reos alojados en ellas, y toda medida que a pre-
exto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exiJA hará
sponsable al juez que la autorice"). En cuanto a los tratados internacionales se des-
can la CADH (arts. 5" y 6', ptos. 2'y 3", ley 23.054) y el PICP (art. 10, aps. 1, y 3',
ey 23.313), ahora con jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, CN).
El inc. 2' no tolera asignar competencia al juez a cuyo cargo están las con-
iciones establecidas en los casos de probation sino al del lugar de residencia del
eficiario o donde deba realizar tareas comunitarias impuestas en la resolución
El inciso 3' impone que el egreso definitivo de los internos de una unidad pe-
nitenciaria requiera orden del juez de la causa o del de ejecución, a diferencia del
traslado, que se defiere a la discreción de la autoridad administrativa, con control
Curiosamente, la ley 24.660, art. 96, subordina el efecto suspensivo del recurso
mprendido en el inciso 4" a que así lo disponga el magistrado interviniente. Pero
mucho más allá, pues pasado los sesenta días sin que el juez se expidiese "...la
nción quedará firme"39.
La CS decidió que la ley penitenciaria anterior no preveía la censura de la co-
pondencia que envían los internos--el art. 92 del dec.-ley 41211958 mencionaba
sólo a la recibida-, por lo cual las disposiciones del reglamento que la autorizan
resentaba una extralimitación de la facultad reglamentaria prevista por el art. 99,
. 2", CN40. La actual ley 24.660 prescribe que la correspondencia que reciba o
mita el interno se ajustará a las condiciones, oportunidad y supervisión que deter-
reglamentos (art. 160), que no podrán desvirtuar lo establecido en los arts.
-privacidad de las comunicaciones salvo restricción prevista por el juez- y
omunicación de los internos de nacionalidad extranjera con los representan-
lomáticos y consulares acreditados-. De manera que ahora el reglamento
a cabalidad, prever dicha censura siempre que no exceda la razonabilidad
le (arts. 28 y 33, CN).
condiciones de ejecución de la pena no son las establecidas por la ley al
e cometido el hecho; no se vinculan con el principio de irretroactividad de
\
a) El principio es ordenar la captura del sujeto condenado a pena privativa de
libertad de cumplimiento efectivo. Sin embargo, el párrafo primero establece la
posibilidad de emplazarlo a que comparezca dentro de los cinco días, siempre que la
pena no exceda de seiS meses y no exista sospecha de fuga.
b) El párrafo segundo ensambla con lo prescripto por el art. 313, que pros-
cribe el alojamiento promiscuo entre procesados y penados (conf. art. 10, ap. 2, ley
23.313, y art. 5", aps. 4' y 5', ley 23.054). Coino el único título ejecutivo -podría
decirse ejecutorio- es la sentencia condenatoria firme, el ingreso a la cárcel como
penado se subordina a la recepción de su testimonio; la inobsemancitide dicho requi-
sito coloca al jefe de prisiónú otro estáblecimiento penal o a quien lo~~eemplace en
situación de incurrir en él delito previsto por el art. 143, inc. 4"; CP, conducta
, .
ilícita
que también alcanza al alojamiento indebido.
Suspensión
495. La ejecución de una péna privativa de la libertadpp'drá ser diferida por
el tribunal de juicio solamente en los siguientes casos:
1? Cuando deba cumplirla una mujer embarazada o que tenga un hijo m
nor de seis (6) meses, al momento de la sentencia.
2") Si el condenado se encontrare gravemente enfermo y la inmediata ejecu-
ción pusiere en peligro su vida, según el dictamen de peritos designados de oficio
Cuando cesen esas condiciones, la sentencia se ejecutará inmediatamente.
El embarazo de una mujer (inc. lo) autoriza una interpretación amplia, en cuya
virtud una detenida sin condena, embarazada y enferma de sida puede acogerse a la
excepción, sobre todo porque subsiste la presunción de inocencia44.
b) En el caso de un condenado que padecía sida se interpretó al inciso 2"como
inaplicable al estimarse que el peligro para la vida preexistía a la condena; la minoria -
consideró al encierro como posibilidad de que empeorara la grave enfermedad y por
imperio de este inc. 2" negó que la pena impuesta pudiera cumplir alguna función
esde la perspectiva de la prevención especial, en virtud del tiempo de sobrevida
signable al condenado4*.Por el contrario, el TOCFed. Mar del Plata suspendió la
ecución de una pena privativa de la libertad cuando el condetiado padeció una gra-
ia -sida-, pues el principio de humanidad en las penas impide agravar la
e quien las cumple; debe asegurarse la posibilidad de morir dignamente sin
r un vejamen repugnante al Estado de Derecho46.
c) Ver art. 35 de la Ley de Estupefacientes 23.737. Empero, la CNCP, sala 1,
nsidera que el pronunciamiento recurrido no es de carácter definitivo ni equipara-
e a él cuando se trata de una condena incompleta desde que le falta la imposición
(art. 17, id.) y cita precedentes de la CS en cuya virtud no puede obligarse al
superior a fallar las causas por partes o a revisar sentencias que no resuelven
JUICIO de un modo completo y final; añade que la cesura del juicio no es óbice
ra que el fallo pueda completarse y sólo entonces resulta recurrible. Si el art. 17
la ley citada habilita al juez a eximir de la aplicación de pena, cabe aceptar que
e trata de una sentencia d e f i n t i ~ aLa
~ ~cita
. del art. 35, id -efectuada desde la
a edición-, corresponde a una específica obligación de la mujer embarazada
da a proceso o ya condenada; por eso nos parece que el criterio del fallo es
rrecto porque en el precedente no había condenado.
La CNCP, sala 11, restringe tan sólo la aplicación de este precepto a los supues-
S de ingreso a la cárcel, mas no para salir de ella, ya que en este caso rigen las re-
as de los arts. 3 17 y SS. del mismo Código; afirma que laprohibición de la analogia
e sólo en materiapenal y no en la procesal".
Suscita reparo este criterio, pues distingue en forma harto sutil entre quienes
e encuentran en libertad - e n cuyo caso operaria el beneficio- y quienes padecen
ierro; la conclusión no ajusta a la clara imposición del art. 24 primera oración, al
enar la interpretación restrictiva de toda disposición que coarte la libertad perso-
atribuidapor este Código. Si se atiende a la inserción dentro de este ordenamien-
el art. 495, el corolario pugna con e1 favor a pennanecer en libertad; parece un
asma que e1 fallo acuda a los arts. 316 y 317 para solucionar el caso y, a la vez,
e la analogía en materia procesal. ¿Qué pasa con el art. 2'?
n vez, la CFed. San Martín, sala 1, decide que el art. 495 es aplicable a pro-
s con un argumento contundente: el orden juridico no puede desconocer la
d indiscutida de que el niño, desde su nacimiento hasta al menos la edad de
Salidas transitorias
496. Si que esto importe suspensión de la pena, el tribunal de ejecución
podrá autorizar que el penado salga del establecimiento carcelario en que se en-
cuentre, por un plazo prudencial, y sea trasladado, bajo debida custodia, para
cumplir sus deberes morales en caso<demuerte o de grave enfermedad de un pa-
riente próximo. También gozarán de este beneficio los procesados privados de su
Libertad.
No importan suspensión, pues las ?alidas transitorias se computan a los fines
del cumplimientos0.Pariente próximo:resul~.el de grado inmediato superior o iufe-
rior o igual cuando se trata de consanguíneos ?.en la misma medida los afines.
Enfermedad y visitas íntimas
497. Si durante la ejecución de la,peq privativa de libertad el condenado
denotare sufrir alguna enfermedad, el tribunal de ejecución, previo dictamen de
peritos designados de oficio, dispondrá su internación en un establecimiento ade-
cuado, si no fuere posible atenderlo en aquel donde está alojado o eilo importara
grave peligro para su salud.
El tiempo de internación se computara a los fines de la pena, siempre que e1
condenado se halle privado de su libertad durante ese tiempo y que la enfermedad
no baya sido simulada o Procurada para sustraerse de la pena. Lb condenados,
sin distinción de sexo; podrán recibir visitas fntimas periódicas, lascuales se Ile-
varán a cabo resguardando la decencia, discreción y tranquilidad del estableci
miento. -i-:
La última oración del párrafo Segundo no tiene una redacción feliz, pues p
tolerar el requerimiento de una relación hoinosexual, aunque su puesta en prá
al hacerla pública; resulta incompatible con la decencias1.
Este régimen ha dado origen a planteos por vía de hábeas corpus cuando
producido situaciones que implican una restricción a tales encuentros. La may
la CS lo consideró inadmisible; la minoría lo aceptósz.
Inhabilitación accesoria
deba descontarse algún día de prisión soportado, sobre todo cuando se ha impuesto
multa como pena principal.
Pero antes de transformar la multa en prisión, incumbe al tribunal (art. 21, páni
2", CP) verificar si se han efectuase embargos sobre bienes, sueldos u otras entradas
del condenado con la finalidad de procurar el cobro evitando el encierro; también pue-
de autorizarse a cancelar el importe mediante el trabajo libre o por el pago en cuotass3.
Hasta el vencimiento del plazo máximo que fije la sentencia --diez días- no
puede transformarse en prisión.
En caso de ejecución de la mulia -finalidad a cumplir siempre que no sea
posible transformarla en e n c i e r r e tiene legitimación activa el MP para radicar la
demanda ante el fuero en lo civil, donde debe seguirse el trámite fijado en el Libro
111, Título 1, Capítulo 1-ejecución de sentencias de tribunales argentinos- del Có-
digo Procesal Civil y Comercial de la Nación,,
'\
Detención domiciliaria
502. El juez de ejecución o compet.ente, cuando lo estime conveniente, podrá
disponer la supervisión de la medida a eargo,de un patronato de liberados o de un
servicio social calificado, de no existir aquél. En ningún caso, la persona estará a
cargo de organismos policiales o de seguridads4.
Comprende los supuestos del art. 10, CP; se trata de una facultad del tribunal,
pues deben computarse, entre otros datos, el lugar en el que se ubica la vivienda, las
personas que convivirán con el condenado, el riesgo de que continúe la actividad de-
lictiva y otras circunstanciaa similares. *.L .
Apartir de la refoma operada mediante ley 26.472, se han modificado dos cues-
tiones centrales. La primera, que la supervisión de la medida no es imperativa y, 1
segunda, que no puede ser cumplida por organismos policiales o de seguridad, com
estaba previsto en la redacción original del art. 502. :.- . ,
El último párrafo establece que esta cuestión tramite por vía incidental; de ahí
resulten aplicables los arts. 490 y 491.
A raíz del nuevo cómputo de pena establecido por los arts. 7" y 8" de la ley
ilidad de aplicar por el art. 2", CP, la nueva forma en que el
id., impone para el cálculo del tiempo de prisión preventiva. Se sostiene que,
e la viabilidad del recurso de revisión (arts. 479 a 489).,. dicha remilación es-
ce otra vía a l t e m a t i ~ a ~ ~ .
LIBERTAD CONDICIONAL
Solicitud
505. La solicitud de libertad condicional se cursará de inmediato por inter-
medio de la direceión del establecimiento d b d e se encuentre el condenado, quien
podrá nombrar un defensor para que actúe en el trámite.
Por tratarse de un derecho del condenado, sin su instancia no cabe analizar la
solicitud aunque, con razón, se dice que re$cear el otorgamiento de oficio implica
"...un inadmisible condicionamieuto del régimen punitivo a la voluntad..." de
La competencia se decide conforme a lo establecido en el art. 490: juez que di
tó la condena -tribunal de juicio oral o juez correccional- o juez de ejecución.
la generalidad de los casos corresponderá al último, salvo supuestos excepciona
-cuando al practicarse el cómputo (art. 493, pán: lo) se tengan por satisfechas
exigencias de encierro fijadas en el art. 13, CP-, ya que si la penfes extensa ha
Y
tenido comienzo de ejecución el tratamiento penitenciario.
Acerca de la designación de defensor, nos remitimos al comentario al a
El tribunal encargado de la ejecución resulta competente para estable
encuentran satisfechos los recaudos exigibles, entre los cuales se encupntra
si el interesado es o no reincidente, con independencia de que-en la sentenc
tribunales orales se haya establecido o no que sí lo era".
;
Informe
506. Presentada la solicitud, el tribunal de ejecución, requerirá informe d
dirección del establecimiento respectivo, acerca de los siguientes puntos:
13 Tiempo cumplido de la condena.
21 Forma en que el solicitante ha observado los reglamentos carcelarios
calificación que merezca por su trabajo, educación y disciplina.
3")Toda otra circunstancia, favorable o desfavorable, que pueda contribuir
ilustrar el juicio del tribunal, pudiéndose requerir dictamen médico o psicológic
cuando se juzgue necesario.
Los informes deberán expedirse en el término de cinco (5) días.
Sólo cuando la Cámara se ha pronunciado por vía del tribunal plenario resultaría proc
tencia -aris. 10 y 11, ley 24.050-.
M DE LA ROA,Código..., p. 189..
Incumplimiento
510. La revocatoria de la libertad condicional conforme al Código
drá efectuarse de oficio a solicitud del ministerio fiscal o del patronato o
ción que hubiera actuado.
En todo caso el liberado será oído y se le admitirán pruebas, pro
en la forma prescripta por el art. 491.
Si el tribunal de ejecución lo estimare necesario, el liberado podrá ser dete
do preventivamente hasta que se resuelva el incidente.
CAP~TULO
111
MEDIDAS DE SEGUJUDAD
stacamos que aquí el Código trata en conjunto una medida cautela --eje-
provisional- junto con otra definitiva que sólo se torna admisible como
seimiento definitivo (arts. 336, inc. 5", y 361) o de la
a las situaciones previstas en el art. 34, inc. lo,párra-
que con serios fundamentos también se comprende
de seguridad a la accesoria del art. 52, id.74,declara-
el fallo "Gramaj~"~~.
nará si es posible que continúe el proceso -si
e decir, antes del sobreseimiento definitivo o de
rrafo)-, o bien que se establezca su cesación en
, inc. lo, párrafos segundo y tercero, CP (art. 76).
ara la ejecución de la medida de seguridad, la conducta realizada por el con-
o debe subsistir como delito; si en el ínterin se derogó como tal la internación
-se trataba de la derogación del desacato (art. 244, CP) cumplida por ley 24.198-,
corresponde decretar el cese de aquélla76.
Si la medida curativa nun9a se inició por inconcurrencia del imputado, debe
entender el juzgado que la dictó y no el magistrado de ejecución77.
Instrucciones
512. El órgano judicial compZtgnte al disponer 1s ejecución de una medida
de seguridad, impartirá las instrucciones necesarias al juez de ejecución y fijará
los plazos en que deberá informárseleacerca del estado de la persona sometida a
la medida o sobre cualquier circunstancia de interés. Dichas instrucciones podrán
ser modificadas en el curso de la ejecución, según sea necesario, dándose noticias
al tribunal de ejecución. ... , -
Contra estas resoluciones no habrá recurso alguno.
El control del cumplimiento de la medida de seguridad (art. 34, inc. lo, párrs.
2" y 3", CP) se asigna tanto al tribunal de juicio como al juez de ejecución. Aquél
establece la periodieidad de los datos que deberán suministrársele; el último controla
su desarrollo. Estas resoluciones escapana la regla fijada por el art. 491, párrafo
segundo pues resultan irrecurribles.
En el caso de la medida curativa inherente a la tenencia de estupefacientes para
consumo personal, si el juzgado de ejecución se ve impedido de controlar su desa-
rrollo por no poderse iniciar el tratamiento ante la incomparecencia del imputado,
corresponde intervenir al juzgado federal de origen78.
'7
Menores
513. Cuando la medida consista en la colocación privada de un menor, el
de ejecución, el padre o tutor, o la autoridad del establecimiento estaNn oblig
a facilitar la inspección o vigilancia que el órgano judicial que ordenó la me
encomiende a los delegados. El incumplimiento de este deb,er podrá ser corregi
con multa de acuerdo con el art. 159 segunda parte o con arresto no mayor
cinco (5) días.
Las informaciones de los delegados podrin referirse no solamente a la pe
sona del menor, sino también al ambiente social en que actúe, y a su convenien
o inconveniencia.
El derecho penal del menor reviste un carácter tutelar y en algunos casos
cionador (leyes 10.903,22.278 y 22.803 con elagregado de la ley 23.742).
El precepto apunta a preservar la personalidad del menor y al ambiente en q
se desenvuelve.
Ver comentario a los arts. 412 y 413, inc. 4"
Cesación
514. Para ordenar la cesación de una medida de seguridad, de tiempo absolu-
to o relativamente indeterminado, el tribunal de eiecución deberá oír al ministerio
fiscal, al interesado o, cuando éste sea incapaz, a Quienejercite su patria potestad,
tela o curatela y, en su caso, requerir el dictamen pericial. -
Ver arts. 34, inc. lo, párrafos segundo y tercero, 52 y 53, CP. Se asegura la in-
labilidad de la defensa a través de un contradictorio amplio, pues resulta factible
a realización de peritaje. En el supuesto de incapacidad se legitima a los padres,
515. Una vez que el órgano judicial competente comunicó la resolución que
mete al imputado a prueba al tribunal de ejecución, éste inmediatamente dis-
ndrá el control de las instrucciones e imposiciones establecidas y comunicará a
u61 cualquier inobservancia de las mismas.
En caso de incumplimiento o inobservancia de las condiciones, imposicio-
o instrucciones, el tribunal de ejecución, otorgará posibilidad de audiencia al
ado, y resolverá, acerca de la revocatoria o subsistencia del beneficio. En el
r caso, practicará los registros y notificaciones correspondientes y colocará
utado a disposición del Órgano judicial competente.
1 funcionamiento del instituto exige contar con una planta de funcionarios
adamente preparados para controlar a los beneficiario^'^.
esulta conveniente convocar al imputado a una audiencia para decidir sobre la
vocación o subsistencia del beneficio, con la presencia del defensor. La suspensión
e dejar sin efecto ante la aparición de nuevas circunstancias que modificaran
no de la pena aplicable o la estimación acerca de la condicionalidad. Se opi-
e, en estos supuestos, no incumbe al juez de ejecución decidir la revocacións0;
bargo, la ubicación de este precepto respalda la opinión contraria aunque ce-
xclusivamente, a la revocatoria o subsistencia del beneficio.
1 TOC que concedió la suspensión es competente para revocarla, a causa de
ada comisión de un delito durante el plazo, ya que tal circunstancia supone
r un deber éticojundico que trasciende el incumplimiento de las condiciones,
iciones o instrucciones impuestas al prevenidos1;se estimó que este supuesto
confiado al juez de ejecución, acudiéndose a una interpretación que supera la
literalidad del precepto sobre el punto -laguna intra legem-, integrándola
con una significación respetuosa del sistema y del sentido teleológico objetivo de la
ley. Al anotar el fallo, Devotos2 asevera que la revocación requiere sentencia con-
denatoria firme durante el tránsitp del período de prueba y destaca que la cuestión
radica en decidir si la extinción de la acción penal queda supeditada o suspendida
hasta que recaiga sentencia con relación al hecho nuevo. Encuentra en el fallo una
transgresión al principio ne bis in idem.
Ver comentario al art. 293 y texto del art. 493, inc. 2".
*ir
~- ,
..,
. .
,
EJECUCION C M L
CAP~TULO
1
CONDENAS PECUNIARIAS
cumplir la condena civil (art. 5 18, párr. lo),no será necesario acudir al fuero indicado
en el último; el tribunal de juicio lo dispone por simple orden.
En virtud del art. 70, CP, las jndemnizaciones pecuniarias inherentes a las penas
podrán hacerse efectivas sobre los bienes propios del condenado, aun después de
muerto.
Declarada la perención de la instancia extraordinaria por haber transcurrido el
plazo fijado en el art. 310, inc. 2", (IPCC, corresponde intimar al recurrente a que
dentro del quinto día efectúe el depóslfó dispuesto en el art. 286, id., bajo apercibi-
miento de e j e ~ u c i ó n ~ ~ .
El art. 76 de la ley 24.946 -Orgánica del MP- deroga este articulo y el si-
guiente en cuanto disponen la intervención del MP en la ejecución de las penas
pecuniarias. . ,
. \\
Sanciones disciplinarias
517. El ministerio fiscal ejecutará la penas pecuniarias de carácter disciplina-
rio a favor del fisco,*enla forma establecida en el artículo anterior.
,
Por ejemplo, las impuestas a los defensores y mandatarios (art. 113), a quienes no
devuelvan las actuaciones tempestivamente (art. 159), a los funcionarios de la policía o
fuerzas de seguridad (art. 187), o por mal comportamiento en las audiencias (art. 370).
La legitimación establecida a favor del MP quedó derogada por el art. 76 de la
ley 24.946 ---Orgánica del MP-. A nuestro ver, según lo dijimos en el comentario al
art. 5 16, se encuentran legitiinados los integrantes del Cuerpo de Abogados del Estado.
.. .
..-
Es una medida de carácter cautelar real para cubrir los extremos señalados en
(art. 5 16). Su procedencia descuenta un proceso en trámite, por
ó que no se puede decretar con el pretexto de que "(1)os jueces deben
que el reo se beneficie con el producido del delito"86.La fijación del monto se
ita al mayor o menor grado de compromiso en las maniobrasu7.Debe compren-
monto de los cheques cuyos pagos se vieron frustrados y que conforman parte -
perjuicio ocasionado por el delito"".
Debe resultar suficiente para afrontar el pago de honorarios profesionales y
ginados por la tramitación del expedientesg.
ión es la consecuencia del resultado negativo del embargo; se concre-
mediante comunicaciones a los organismos públicos que tienen a cargo el registro
les e inmuebles. Corresponde conceder el recurso de apelación si se
mbargo por estimar suficiente la inhibición general de bienes,
lución genera un gravamen no susceptible de reparación ulterior;
ue el mandamiento no se cumplió conforme al CPCC, sino que sim-
a la imputada a los estrados del tribunal para que manifestase si
enes para cumplir la medidag0.
al rige en los casos de urgencia; por ejemplo, ante la insolvencia
9, p á n 2", CP) en cierne.
o invertir la suma de dinero depositada para cubrir el embargo
alidad perseguida por dicha cautela -monto de la pena pecuniaria,
mnización civil y costas- que no supone una forma de inversióng'. La CNPE,
plazo fijo coino bien de naturaleza económica susceptible de ser
Actuaciones ---
521. Las diligencias sobre embargos y fianzas se tramitarán
i
por cuerda s
parada. \ ;
CAP~TULO
111
Objetos decomisados
522. Cuando la sentencia importe decomiso de algún objeto, el tribunal 1
dará el destino que corresponda según su naturaleza.
En el caso de contrabando, ver art. 876, incs. a) y b), del Código Aduan
aprobado por ley 22.415. Y en la ley 23.737 de Estupefacientes, ver art. 30, m
ficado por ley 24.112. No es necesaria una disposición expresa en la sentencia
ordene el dec~miso'~.
Juez competente
524. Si se suscitare controversia sobre la restitución de las cosas secuestradas
la forma de dicha restituci611, se dispondrá que los interesados recurran a la
98 CNCP, sala IV, SJP, LL del 251412003, f. 105.415, voto del juez Mitchell.
99 CNCP, sala IV, SJP, LL del 25/4/2003, f. 105.415, voto de la doctora Berraz de Vidal.
CNCP, sala IV, 21/6/2007, "A,, Y.C.", ED del 25/3/2008, p. 3.
'O' CNCP, sala 1,71912007,"Flores", RDP,AbeledoPerrot, 812008, Juisprndencia Sintetizada,p. 1502.
'O3 CNCP, sala 111, 241512006, "González", voto de los jueces Ledesma y Tragant, SJP, LL del
'O' CNPE, sala A, LL del 291511998, f. 97.253, del voto del doctor Hornos.
944 SENTENCIAS DECLAPATIVAS DE FALSEDADES INSTRUMENTALES Art. 527
SENTENCIAS DEC~ARATIVAS
DE FALSEDADES I'VSTRL'MESTALES
Rectificación "
Las notas marginales tienen que ser extendidas por el secretario del tribuna
y contener las indicaciones que permitan individualizar a la sentencia. Responden
también a la necesidad de conocer cuál ha sido la raz6n para separar el instrumento
Documento protocoiiizado
528. Si se tratare de un documento protocoiizado, se anotará la declaración
cha en la sentencia al margen dela matriz en los testimonios que se hubiesen
resentado y en el registro respectivo.
Se tiende a evitar que en lo futuro produzca los efectos jurídicos propios de un
cumento auténtico.
Protocolizado es el documento foliado, sellado y firmado por un funcionario o
n escribano público y agregado al registro o protocolo a su cargoIo9.
T~TULO
IV
COSTAS
Anticipación
529. En todo proceso el Estad~anticiparálos gastos con relación al imputado
y a las demas partes que gocen del beneficio de pobreza.
Comprenden los rubros enumerados en el art. 533.
El "beneficio de pobreza" se refiere al denominado con mayor acierto por el
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación "beneficio de litigar sin gastos"
(arts. 78 a 86 de dicho Código). . .- ;
Cip~llone"~ señala que el imputado no tiene necesidad de tramitar el beneficio
de litigar sin gastos para ejercitar su defensa; el CADH establece como garantía
. . íart. 8.2. cl):
iudicial mínima concederle los medios adecuados nara aue la nreuare
DUDH, art. 11).
,
Resoluci6n necesaria
530. Toda resolución que ponga término a la causa o a un incidente deberá
resolver sobre el pago de las costas procesales.
Pese a no poner término a la causa, se debe decidir sobre las costas en la de-
claración de rebeldía (art. 291); el desistimiento del actor civil (ap. 94, párr. l");
el incumplimiento injustificado de ías obligaciones del defensor (art, 113, segunda
oración); el incumplimiento de citaciones especiales (art. 154, párr. final).
Además de la sentencia (art. 403) cabe imponerlas al querellante exclusivo si
desiste, salvo convenio expreso en otro sentido (art. 423, pám 13; si se produce con-
ciliación o retractación en los delitos de acción privada (&. 425, párrs. loy 2'); en el
desistimiento de los recursos (art. 443); en la revisión den~gaiia(art. 489).
Si en la resolución definitiva se omite decidir sobre las costas, resultaría posibl
aducir inobservancia de la previsión del art. 29, inc. 3', CP, disposición cuyo carácte
procesal daría lugar a la casación con sustento en el art. 456, inc. 2".
La CCC ha decidido que no es nula la sentencia de primera instancia que omite
pronunciarse sobre el pago de las costas, pues puede suplirse el defecto en el trámite d
la apelación1";si la situación perdura, al concluir el proceso por sobreseimiento pued
recurrirse en casación (arts. 449 y 457). Al culminar el juicio mediante la sentenci
-también por el sobreseimiento autorizado en el art. 361-, la casación canaliza
reclamo, pues se trataría de la inobservancia de una norma procesal prevista bajo pe
de nulidad (art. 456, inc. 2"). Adviértase que, conforme al art.404, inc. 4", la sentenci
carecería de un elemento esencial de su parte resolutiva y que, de acuerdo con el
398, párrafo primero, la deliberación que la antecede comprende también las cos
Por otro lado. no considerarse aue no se hallan comorendidas en el art. 404, inc. 4
implicaría uná nulidad virtual, q;e fluye del sistema impuesto poi el art. 398. ~ e q u i
la instancia de parte interesada (art. 171, inc. 1"); resulta una nulidad relativa.
"O "Los gastos, costas y honorarios del proceso penal y la situación del imputado", DI 2000-3-64
"' Fallos Plenarios, t. 111, p. 78.
rt. 531 COSTAS
Imposición
531. Las costas serán a cargo de la parte vencida, pero el tribunal podrá
ximirla, total o parcialmente, cuando hubiera tenido razón plausible para litigar.
El fundamento de la condena en costas radica en el hecho objetivo de la derrota,
'sión que es de carácter estrictamente procesal y descarta la aplicación de otras
ías utilizadas en el derecho privado117.
La exención procede salvo en los casos de temeridad en que se ha actuado con la
nciencia de la propia sinrazón. También si se presentan serias dificultades para la re-
luciónl'! Es improcedente cargarlas a la querella pese a la absolución, pues aquélla no
uede tenerse como parte vencida si no existió pronunciamiento sobre el fondo del asun-
toda vez que la sentencia derivó de una falla de la instrucción causante de una invali-
z ajena a la actividad de los litigantes1I9.Tampoco si no recurrió el sobreseimientopor
licación del principio de la duda, el fiscal había requerido la instrucción y se dispuso
agatoria de los i m p ~ t a d o s 'Por
~ ~ .el contrario, si no es posible afirmar ni considerar
aya actuado con razón plausible para litigar, en tanto el fiscal no lo secundó en sus
ones, cabe impone~las'~'. No aparece fundada la imposición de costas a la querella
absolvió al imputado por dudas respecto de su responsabilidadlZ2.
Ii2 CS, 2011212005, "Las Varillas Gas S.A.", JA del 121412006, p. 35; ED, del 8/3/2006, p. 5.
"'CNCP, sala 11, LL del 281712000, f. 100.623, o DJ del 811112000,1: 16.142.
" T C C , sala V, LL del 3016/1999, f. 98.945.
lisCCC, sala V, LL del 291612001, f. 102.241, o DJ 2001-2-784, f. 15.952.
No es necesario, mando se siga esta norma general, que el juez exponga las
razones de su aplicación; corresponde adoptar como pauta el principio objetivo de
la derrotaaz3.
Las decisiones sobre costas quedan excluidas del ámbito del arl. 457 a los fines
del recurso de casaciónaz4.En el Comentario al artículo anterior expusimos nuestra
posición adversa.
El Código establece algunos casos de asignación expresa de esta carga: art. 489
para la revisión desestimada.
En un proceso penal cambiario, Si el Banco Central no revistió el carácter de
parte, por investigarse infracciones, no cabe imponerle las costas en caso de ab-
solución del ~umariado'~~, siempre que la fiscalización cumplida obedeciera a una
convicción razonableaz. La decisión es opinable, pues si un organismo cumple con
una función jurisdicciona1, legalmente atribuida, no se ve cómo puede considerársele
vencido aunque la sospecha inicial no haya pragresado.
Personas exentas
532. Los representantes del ministerio público y los ahogados y mandatarios
que intervengan en 61 proceso no podrán se~condenadosen costas, salvo los casos
en que especialmente se disponga lo eontrario y sin perjuicio de las sanciones pe-
nales o disciplinarias en que incurran.
El Código establece supuestos en que las costas se imponen a los defensores
(art. 113, segunda oración). No puede imponerse al abogado defensor el pago de la
tasa de justiciaa27.
El art. 14, último párrafo, ley 24.946 -Orgánica del MP- establece que "los
miembros del Ministerio Público no podrán ser condenados en costas en las causas
en que intervengan como tales".
Contenido --
53'3.Las costas consistirán: . ;1
13 En el pago de la tasa de justicia.
2") En los honorarios devengados por los ahogados, proeuradores y peritos.
39 En los demás gastos que se huhieren originado por la tramitaciitn de la
causa.
a) El inciso lose refiere a las tasas de justicia fijadas en la ley 21.859.
b) No existe impedimento legal que permita fijar el honorario del experto una
vez concluida su tarea; resulta facultad de los jueces determinar el momento en que
debe practi~arse'~~.
Distribución de costas
535. Cuando sean varios los condenados al pago de costas el tribunal fijará
la parte proporcional que corresppnda a cada uno, sin perjuicio de la solidaridad
establecida por la ley civil. 2
DISPOSICIONES TR@SITORIAS
, ,
Causas pendientes
536.134Se aplicarán las disposiciones delcódigo anterior, respecto de las cau-
sas pendientes, siempre que al entrar en vigencia el presente se baya contestado el
traslado de la defensa.
Derogado por el art. 88 de la ley 24.121.
Dicha ley de implementación (arts. 12, 19, 24, 32,34,46, 59 y 70) estableció
otro sistema conforme al cual las causas que han arribado al momento del plenario
escrito (ley 2372) deben trqmitarse de acuerdo con el Código anterior. Pero si el
imputado único q e l conjunto optan pior la oralidad, el trámite se encarrila por este
Código. El plazo para la elección es de quince días luego de notificado; comprende
los días hábiles por ser actividad de parte (a*. 118 y 162). Como momento preclusivo
para el ejercicio de aquélla se fija uno correspondiente al Código<anteriar (art. 463,
id):la formulación de la defensa cuando se contesta la acusación. En ausencia de pre-
visión expresa en la ley 24.121 y ti través de una razonable herri$néutica con sustento
en la extensión asignable a su art. 24, debe optarse durante la i n s t n ~ c c i ó nel
~ ~criterio
~;
afianza la garantía del juez natural en sentido adverso al temperamento de la Corte
Suprema expuesto al comentar el art. lo.No corresponde deparar la opción al I V ~ P ' ~ , ~ .
La falta de sometimiento a la jurisdicción al momento de resolver no p
.hacer variar la opción cuando comparezcan los prófugos o rebeldes.
Se ha considerado a la acusación formulada por el fiscal de acuerdo con el pr
cedimiento derogado como equivalente a la remisión a juicio (art. 347, p k . 2')
Según la CF Bahía Blanca en pleno, salvo el caso de opción efectuada yace
da para los procesos anteriores a la aplicación de la ley 23.984, el nuevo Código
sólo para las causas iniciadas desde la fecha de su vigencia, siempre que los ac
promoción -mediatos o inmediatos- hubieren sido presentados o comunicados
partir de la medianoche del 161911992'38.
13"Derogado -por ley 24.121. Ver arts. 12, 19, 24, 32,34,46, 59, 70,74,76 y 88 de la citada le
~
lisCCC, sala V, 311111992, c. 37, JA del 111211993, p. 42; sala 1, ED 150-267, f. 44.764,
1993-11-227.
CCC, sala IV, del 2211011992, c. 42.449.
"' CCC, sala Especial (int.), 2611011992, c. 6115.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
LL del 2011211990.
Ver D'ALBORA, "Apuntes sobre la faz procesal de la extradición", RADP, nro. 1, año 1968, P. 3
ED 163-104, f. 46.517; ED 167-151, f. 47.098, O LL del 241511996, f. 94.312, consid.
"' CCC, sala VI, JA 1994-11,p. 407; en contra id, sala IV, JA 1994-111-466; a nuestro
temperamento resulta insostenible frente a los requisitos impuestos por el art. 224.
CNCP, sala 11, LL 5114011993, f. 91.662.
" 9 CNCP, sala 11, JA 1996-1-481.
ORGANIZACIÓN Y (Constitución Nacional, artículos 67, incisos
OMPETENCIADE LA JUSTlCi.4 11 y 27, 100 y 101), sólo corresponderá a la
PENAL NACIONAL Corte Suprema d e Justicia d e la Nación y a los
tribunales establecidos por esta ley.
LEY 24.050a
-
Integración del Poder Judicial
en materia penal
sanc. 6/12/1991; promul. parc. 3011211991;
publ. 71111992
ZO.- ** El Poder Judicial d e IaNación, en
Competencia Penal del Poder materia penal, estará integrado por:
Judicial de la Nación a) La Corte Sunrema d e Justicia d e la
Nación.
Artículo lo.-El juzgamiento y decisión b) L a Cámara Nacional d e Casación Pe-
las causas penales de competencia federal nal.
c) (Texto según ley 25.292, art. 12) Los 4) Resistencia (Provincia del Chaco):
tribunales orales en lo Criminal, en lo Penal comprende la sección correspondiente a la
Económico, en lo Penal Tributario*,de Meno- competencia de la Cámara Federal de Apela-
res, en lo Criminal Federal de la Capitfi Fede- ciones de Resistencia.
ral y federales con asiento en las provincias. 5) Tucumán (Provincia de Tucumán):
d) (Texto según ley 25.292, art. 13) Las comprende la sección correspondiente a la
cámaras nacionales de apelaciones en lo Cri- competencia de la Cámara Federal de Apela-
minal y correccional, en lo Penal Económico, ciones de Tucumán.
en lo Penal Tributario**, en lo Criminal.! 6) Córdoba (Provincia de Córdoba):
Correccional federal de la Capital Federar y comprende la sección correspondiente a la
cámaras federales de apelaciones con asiento competencia de la Cámara Federal de Apela-
en las provincias. ciones de Córdoba.
e) (Texto según ley 25.292, art. 14) Los 7) Mendoza (Provincia de Mendoza):
juzgados nacionales en lo Criminal de Inswc-; comprende la sección correspondiente a la
ción, Correccionales, en lo Penal Económico, coh~etenciade la Cámara Federal de Apela-
en lo Penal Tributario, de Menores, en lo Cri- ciones de Mendoza.
minal y Correccional Federal de la Capital Fe- - 8) General Roca (Provincia de Río Ne-
deral y federales con asiento en las provincias. gro): comprende la sección correspondiente a
f ) El Juzgado Nacional de Ejecución la competencia de la Cámara Federal de Ape-
Penal. la&ones de General Roca.
g) El Juzgado Nacional en lo Penal de 9) Comodoro Rivadavia (Provincia del
Rogatonas. Chubut): comprende la sección correspon-
h) Los demás organismos que se esta- diente a la competencia de la Cámara Federal
blezca por la ley. de Apelaciones de Comodoro Rivadavia.
10) Bahia Blanca (Provincia de Buenos
Distritos judiciales Aires): comprende la sección correspondien-
.- te a la competencia de la Cámara Federal de
3".-Sin perjuicio de ia competeiicia tem- Apelaciones de Bahia Blanca.
torial de los tribunales orales en lo criminal fe- 11) San Martin (Provincia de Buenos Ai-
deral que se instalarán en las provincias de Ca- res): comprende la sección correspondiente a la
tamarca, Fonnosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Cámara Federal de ApElaciones de San Martin.
Neuquén, San Juan, San Luis, Santa Cruz, San- 12) La Plata (Provincia de Buenos Ai-
tiago del Estero y Tierra del Fuego, a los efec- res): comprende ,la sección correspondiente a
tos de la organizaciónjudicial de los tribunales la competencia de la Cámara Federal de Ape-
nacionales en materia penal, el temtorio de la laciones de La Plata.
República se dividiiá en los distritos judiciales 13) Mar Del Plata (Provincia de Bue-
que la presente ley y leyes especiales establez- nos Aires): comprende la sección correspon-
can, a saber (párrafo según ley 24.121, art. 89): diente a la Cámara Federal de Apelaciones de
1) Paraná (Provincia de Entre Ríos): Mar del Plata.
comprende la sección correspondiente a la 14) Corrientes (Provincia de Comen-
competencia de la Cámara Federal de Apela- tes): comprende la sección correspondiente a la
ciones de Paraná. Cámara Federal de Apelaciones de Com
2) Rosario (Provincia de Santa Fe): 15) Salta (Provincia de Salta):
comprende la sección correspondiente a la prende la sección correspondiente a la
competencia de la Cámara Federal de Apela- ra Federal de Apelaciones de Salta.
ciones de Rosario. 16) Capital Federal comprende las zo-
3) Posadas (Provincia de Misioneu): nas judiciales establecidas en el artículo
comprende la sección correspondiente a la la presente ley.
competencia de la Cámara Federal de Apela- 4".- Cada distrito judicial contará co
ciones de Posadas. tribunales orales, cámara de apelaciones
"Texto observado por decreto 68812000, m.6'.
** Texto observado por decreto 68812000, art. 7 O .
LEY 24.050
juzgados que la presente ley y leyes especia- Del mismo modo, la Cámara Nacional
de Casación Penal establecerá los criterios de
El debate se realizará y la sentencia se distribución del trabajo entre los restantes tri-
dictará en la provincia o territoriodonde el he- bunales, cuando así corresponda.
cho se hubiere cometido (Constitución Nacio-
nal, artículo 102). En caso de duda, se elegirá Competencia penal
el lugar que asegure el ejercicio de la defensa de la Corte Suprema -
y la realización del debate. de Justicia de la Nación
Cuando en la provincia, territorio o lo-
calidad que se disponga para el debate, no 6".-La Corte Suprema de Justicia de la
existiere un lugar adecuado para realizarlo, Nación conocerá, en materia penal, con arre-
que pertenezca al Poder Judicial de la Nación,
glo a lo eitahlicido en c1. anicilo24 del decrc-
el tribunal solicitará a las autoridades nacio-
tu-ley 1265 1958, ratificado por la ley 14.467
les, provinciales o municipales o a particu-
y disposiciones modificatonas.
es, la sala aue considere apta para llevarlo En los casos de competencia originaria
cabo. de la Corte Suprema, las funciones del juez
de instmcción serán ejercidas por uno de sus
Zonas judiciales ministros miembros.
de la Capital Federal La Corte Suprema, en pleno, cumplirá
las funciones de la cámara de apelaciones y
So.- La Capital Federal se subdivide, a del tribunal del juicio, y su sentencia será irre-
currible. El procurador general de la Nación
representará en el debate al Ministerio Públi-
co Fiscal e intervendrá asimismo durante la
investigación,pudiendo designar a un inferior
jerárquico para que colabore en ella.
El miembro de la Corte Suprema que
efectura Naval Argentina y Gendarmeria hubiere actuado como juez de inshucción, se
reemplazará conforme a la regla establecida
2)Segunda: Comisarías 15a., 17a., 19a., en el inciso 3" del articulo 22 del decreto-ley
128511958, según texto de la ley 20.528.
Composición - Competencia
lo 445 bis de la ley 14.029 (Código de Justicia legar en los tribunales orales o en las cáma-
Militar). ras de apelaciones si lo estimare conveniente.
Sede y autoridades p
Sentencia plenaria
So.- La Cámara Nacional de Casación
Penal tendrá su sede en la Capital Federal. 10.- La Cámara Nacional de Casación
Elegirá anualmente sus autoridades en la Penal se reunid en tribunal pleno:
oportunidad y forma prevista en el ~ e ~ l a m e ñ - a) Para reglamentar su labor o la distri-
to para la Justicia Nacional, las que podrán bución de la labor de sus salas.
ser reelegidas solamente p o r un nuevo perío- b) Para unificar la jurisprudencia de sus
do y hasta tanto no se hubiera agotado la to- salas o evitar sentencias contradictorias.
talidad de los miembros del tribunal *. c) Para fijar la interpretación dc la ley
.- , aalicable al caso cuando la Cámara. a iniciati-
. -
va de cualquiera de sus salas, entendiera que
Atribuciones reglamentarias
y superintendencia e s conveniente.
La interpretación de la ley aceptada en
una sentencia plenaria es de aplicación obliga-
9".- (Observado por decreto 276811991, toria para la Cámara, para los tribunales ora-
art. 1') L a Cámara Nacional de Casación Pe- les, cámaras de apelaciones y para todo otro
nal dictará su reglamento interno, mediante órgano jurisdiccional que dependa de ella, sin
el cual regulará susj%nciones y alribuciones, perjuicio de que los jueces que no compartan
las de las propias autoridades ypersonal bajo su criterio dejen a salvo su opinión personal.
su directa superintendencia, así como todo lo La doctrina sentada podrá modificarse
inherente a su correcto funcionamiento y el sólo por medio de una nueva sentencia plenaria.
de los Órganos que de ella dependan; ;,tam- 11.- ** También darán lugar a la reunión
bién regulará losaspectos disciplinari6 y lo de la Cámara de Casación en pleno las senten-
relativo a la distribución de tarear, sin más cias que contradigan otra anterior de la misma
limitaciones que las que surjan de disposicio- Cámara, cuando el precedente baya sido expre-
nes legales o reglamentarias emanadas de la samente invocado porel recurrente antes de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. sentencia definitiva de ese tribunal. La impug-
mercerá lar ,funciones de superinten- nación tendiente a la convocalona del tribunal
dencia sobre la totalidad de la administración en pleno deberá ser ifiterpuesta y fundada dentro
dejusticia en elfuero penal, la que podrá de- de los cinco (5) días, ante la sala interviniente.
Se integrará con dos (2) secretarías, en- cialistas en medicina, psiquiatría, psicologia,
cargándose una de ellas en forma, exclusiva sociología, asistencia social y, en su caso, an-
de todos los trámites correspondien@s al tropología, quienes deberán reunir las condi-
desarrollo del juicio oral. ciones que determine el Reglamento Judicial.
24.- Los juzgados nacionales de Me- El Tribunal de Ejecución organizará, en
nores, dentro del distrito judicial que a cada los establecimientos penitenciarios que por su
uno le fuera asignado, conocerán en los su- entidad así lo justifique, una oficina a cargo de
puestos establecidos en el articulo 29 d & ~ *un funcionario que representará al Tribunal en
Código Procesal Penal. todo lo concerniente a las potestades que le
Contarán con tres (3) secretarías, una asigna la ley procesal relativas a la ejecución
de Instrucción, otra de Sentencia para cau- de la pena. Dichofuncionario será designado
sas correccionales y una Tutelar. por la Cámara Nacional de CasaciónPenal *.
Colaboran asimismo con los jueces d e ; Del mismo modo, organizará una oficina
menores, los asistentes tutelares a que se re:' paraqontrol sobre la suspensión del proceso
fiere la presente ley. a prueba en los lugares quejuzgue conveniente.
En el supuesto que en un mismo hecho .. Ante el Tribunal de Ejecución actuarán
resulten imputados mayores y menores, co- un representante del Ministerio Público Fiscal
nocerán en la causa los qibunales designados designado a ese efecto por el procurador gene-
por la presente ley para el juzgamiento de me- ral de IaNación y un defensor oficial, asignado
nores (párrafo según ley 24.170, &. lo). por la Cámara Nacional de Casación Penal *
25.- Los juzgados nacionales en lo Pe- conforme lo que establezca el Reglamento co-
nal Económico tendrán a su cargo la inves- rrespondiente.
tigación de los delitos que les corresponden
por su actual competencia material. Secretarios
Contarán con dos (2) secretarias.
25 bis.- (Incorporado por ley 25.292, 30.- Los secretarios serán designados
art. 17) Los Juzgados Nacionales en lo Pe- por la Cámara Naczonal de Casaczón Penal *
nal Tributario tendrán a su cargo la inves- a propuesta del titular del tribunal en el cual
tigacióii de los delitos previstos,en la ley existiera la vacante.
24.769. Contarán con Secretaría Unica. Tendrán a su cargo las funciones que
26.- Los juzgados nacionales en lo Cri- determine la ley y las normas reglamentarias
minal y Correccional Federal de la Capital co- correspondientes. , ,
nocerán en los supuestos comprendidos por el
articulo 33 del Código Procesal Penal. Prosecretarios
Actuarán con dos (2) secretarias, una
de Instrucción y otra de Sentencia para las 31.- Cada una de las secretarias de 10s
causas correccionales. tribunales organizados por la presente ley,
27.- Los juzgados federales con coin- contará con un prosecretario, cuyas funciones
petencia criminal y correccional que tienen serán también determinadas por la ley y10 por
su asiento en las provincias, conocerán en las normas reglamentarias correspondientes.
los suunestos establecidos en los articulos
29 y 3j del Código Procesal Penal. Mesa de Entradas
28.- El Juzgado Nacional de Rogato-
rias, conocerá en todos los supuestos esta- Jefatra
blecidos por la ley 22.777 y los que le asig-
nen las leyes especiales.
Contarán con una secretaría. 32.- En cada órgam judicial se asim
29.- El Juzgado Nacional de Ejecución a un funcionario la Jefatura de Mesa de E
Penal conocerá en los supuestos establecidos tradas, cuyas atribuciones y obligac'
en el artículo 30 del Código Procesal Penal. como los requisitos exigidos para
Será asistido por un secretario y un ilación, serán establecidos en el Reg
equipo interdisciplinario integrado por espe- correspondiente.
*Textoen bastardilla observado por decreto 276811991, ari. 2'.
c) Controlar la debida observancia de
las normas relativas a los derechos y garantías
33.- La Policía Judicial estará a cargo de testigos, victiinas e imputados y de toda
director e integrada por los asistentes otra persona involucrada en la investigación,
os de la prevención y los oficiales y au- informando de inmediato al órgano judicial
xi iares de la investigación. competente en caso de que aquéllos fueren
34.- Los integrantes de la Policía Ju- vulnerados;
al serán designados y removidos por la d) Brindar, con arreglo a la ley, atención
ra Nacional de Casación Penal* con e información a los letrados que concurran al
o a lo establecido en los reglamentos lugar donde desempeñan sus funciones.
39.- Los oficiales y auxiliares de la in-
35.- Los integrantes de la Policia Ju- vestigación, cumplirán las funciones que el
debertn reunir las condiciones para Código Procesal acuerda a los oficiales y au-
retario o prosecretario de los tribuna- xiliares de la Policía Judicial (Libro 11, Títu-
ículo 12 del decreto-ley lo 1, Capítulo II), bajo la directa e inmediata
dependencia de los asistentes jurídicos de la
El director, además, deberá tener dos (2) prevención y con arreglo al Reglamento que
s de ejercicio en la profesión o como agen- dictará la Cámara Nacional de Casación
el Poder Judicial de la Nación. Penal".
36.- Además de las funciones que se es-
Oficina de Asesoramiento
y Asistencia a Víctimas y Testigos
d) en lo Civil; CAP~TULO
1
e) en lo Comercial;
f ) en lo Criminal de Instruccióni, Cámara Nacional de Casación Penal
g) en lo Correccional
h) de Menores; Integración
i) en lo Penal Económico;
j) del Trabajo; .,
k) de Ejecución Penal; \_
Articulo lo.-Créase la Cámara Nacio-
1) en lo Penal de Rogatorias. nal de Casación Penal, que estará integrada
M.49.- Los Tribunales Nacionales con por trece (13) miembros y funcionará dividida
asiento en las provincias estarán integados por: en cuatro (4) salas de tres (3) miembros cada
a) las Cámaras Federales de Apelaciones; una, ejerciendo la presidencia del tnounal el
miembro restante.
h) los Tribunales Orales en lo Crimi-1
Federal;
,. .~ .-\.,
c) los Juzgados Federales de Primera Secretarias
Instancia.
Creación
sanc. 26/8/1992; promul. 2/9/1992; 4O.- Créanse trece (13) cargos de juez de
publ. 81911992 Cámara de Casación, un (1) cargo de sec
* El art. 43 del decreto-ley 128511958 fue restablecidopor la ley 24.290,
** El art. 13 de la ley 26.371 establece: "Sustitúyese la denominación Cámara Nacional de C
Penal contenida en las leyes 24.050, 24.121 y en toda otra norma que la utilice, por Cámara
Casación Penal". El art. 14 de la ley 26.371 establece: "Las disposiciones de esta ley se impi
una vez que se cuente con el crédito,presupuestario necesario para la atención del gasto qU
demande, el que se imputará al presupuesto para el ejercicio del año 2008 del Poder Judicial de
Los magistrados, funcionarios y empleados que se designen en los cargos creados, sólo tomad
de los mismos cuando se dé la mencionada condición financiera".
LEY
nes de la ley 2372 y sus modificatorias, salvo denominación e integración, con las excep-
que el procesado o acusado solicitare la apli- ciones establecidas en el articulo siguiente.
cación del procedimiento previsto pn la ley
23.984 dentro de los quince (15) dias de notifi- Tribunales orales en lo Criminal
cado legalmente para el ejercicio de esa opción. Federal del interior del país
En las causas en que hubiere más de un
procesado o acusado, la opción prevista en el 16.- Créanse diez (10) tribunales ora-
párrafo anterior debe ser ejercitada en forma les en lo Criminal Federal con asiento en
unánime. los distritos judiciales de Bahía Blanca,
En todos 10s casos la opciónprevista en Comodoro Rivadavia, Corrientes, General
este articulo sólo podrá ser ejercitada con an- R ~ ~ de.~plata, , paran&,posadas, R ~ -
terioridad a la contestación del traslado de la ' ,iStencia, salta y ~ ~ ~ ~
acusación. .. , El Tribunal Oral en lo Criminal Fe-
Quien o quienes a' momento de 'Jemtar .beca1 correspondiente al distrito judicial de
la opción hubieran estado rebeldes o prófu- ~ ~ Roca;tendrá~su asiento
~ en~la ciudad l
gos, no podrán modificar la decisión del régi- . del nombre,
men procesal escogido por quienes lo hicieron Créanse cinco (5) tribunales orales en
en la o~omidad ~ ~ la presente
~ ley. , 10? Criminal~Federal con~ asiento~en el distri-
p ~
Creaci6n de cargos
6 judicial de San Martin.
Créanse dos (2) tribunales orales en lo
13.- Créanse dieciocho (18) cargos de Criminal Federal con asiento en Córdoba.
juez de Cámara, seis (6) cargos de secretario Transformase una de las salas de la
de Cámara, seis (6)cargos de fiscal de Cámara Cámara Federal de Apelaciones de Mendo-
y un (1) cargo de defensor de pobres, incapa- za en Tribunal Oral en lo Criminal Federal
ces y ausentes de Cámara, y tres (3) cargos de con sede en dicha ciudad.
defensores de pobres, incapaces y auseñtes. Créase una secretaria para actuar ante
cada uno de los tribunales oralea que se
T~IBUNAZES EN LO CmINAL crean por el presente artículo.
Y CORRECCIONAL FEDERAL Créanse en el distrito judicial de Ro-
DEL INTERIOR DEL PAÍS sario dos (2) tribimales orales en lo Cri-
minal Federal con asiento en la ciudad de
Juzgados federales del interior Rosario, y uno (Ucon asiento en la ciudad
del país con competencia penal de Santa Fe.
Transfórmanse tres (3) vocalias de
Denominación Cámara y una secretaria de Cámara creadas
por ley 23.870 en vocalias ante el Tribunal
14.- Los juzgados federales de Primera Oral en lo Criminal Federal de Rosario
Instancia con competencia criminal y correc- creadas por el párrafo anterior y en una se-
cional, con asiento en el interior el pais, man- cretaria para actuar ante el mismo.
tendrán su actual denominación e integración. Créanse dos (2) tribunales orales en
Aquellos juzgados con competencia exclusi- lo Criminal Federal con asiento en la Ciu-
va en lo criminal y correccional modificarán dad de La Plata. Transfórmanse tres (3) v
su denominación conforme lo dispuesto en la calias de la Cámara Federal de Apelacion
presente ley. de La Plata en vocalias ante los tribnn
orales oue se crean.
Cámaras federales de apelaciones Créase una secretaria y tr
del interior del país secretaria de la Cámara Feder
ciones de La Plata, para que
Denominación. Integración los dos (2) tribunales orales en lo
Federal de La Plata.
La Corte Suprema de Jus
15.- Las cámaras federales de apelacio- ~ ~ hará saber
~ ali poder
ó Ejec~
nes del interior del pais, conservarán su actual cional la necesidad de la creacion
LEY 24.121
mero mayor de órganos jurisdiccionales Juan, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Este-
erales y el lugar de funcionamiento. ro y Tierra dcl Fuego.
Los tribunales que se crean por esta dis-
Ministerio Público Fiscal posición comenzarán a funcionar en un plazo
que no excederá al lode abril de 1993 *.
17.- Créanse veintitrés (23) fiscalías, Creación de cargos
arán ante los tribunales orales en lo
al Federal del interior del país. 22.- ** Créanse treinta y tres (33) car-
gos de juez de Cámara, once (1 1) cargos de
Defensorias fiscal de Cámara, once (1 1) cargos de defensor
18.- créase defensorla de pobres, de pobres, incapaces Y ausentes de Cámara Y
aces y ausentes de Cámara ante cada uno once (1 1) c e secretarios de Cámara.
ales en lo Criminal Federal
rior del país quienes también desem-
M i m o 11
las funciones que encomienden los
os 41 1 y 413 de la ley 23.984 a los ase- TRIBUNALES NACIONALES
EN LO CRIMINAL
Y CORRECCIONAL
Causas en trámite DE LA CAPITAL FEDERAL
19.- Las causas en trámite ante los juz- Cámara Nacional de Apelaciones
os federales y cámaras federales de ape- en lo Criminal y Correccional
iones a que se refieren los artículos 14 y de la Capital Federal'
rán sustanciadas conforme lo indica el
lo 12 de la presente ley. Denoininación. Integración.
Transfomación
Creación de cargos
23.- La Cámara Nacional de Apela-
.-Créanse sesenta (60) cargos de juez ciones en lo Criminal y Correccional de la
ara, veintitrés (23) cargos de fiscal de Capital Federal conservará su actual deno-
, veintitrés (23) cargos de defensor de minación. Estará integrada por dieciséis (16)
S,incapaces y ausentes de Cámara y vein- miembros y funcionará dividida en cinco (5)
21) cargos de secretarios de Cámara. salas de tres (3) miembros cada una, ejercien-
do la presidencia el miembro restante.
ación e implementación de otros Transfórmanse dos (2) salas de la Cá-
ibunales orales en lo Criminal mara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
Federal del interior del país y Correccional de La Capital Federal en tri-
bunales orales en lo Criminal para la Capital
- Créanse once (11) tribunales ora- Federal.
Criminal Federal con asieiito en las La Corte Suprema de Justicia de la Na-
ctivas provincias de Catamarca, Formo- ción seleccionará las salas mencionadas pre-
uy, La Pampa, La Rioja, Neuquén, San cedentemente.
o modificadopor los arts. 14 y 18 de la ley 24.400, que disponen que el Tribunal Oral en
ederal con asiento en la provincia de Tierra del Fuego, Anrártida e lslas del Atlántico Sur
a funcionar a partir de la fecha en que se haga efectiva la supresión del Juzgado Nacional
o con asiento en Ushuaia.
odificado por los arts. 16 y 18 de la ley 24.400, que disponen que la Fiscalía y la Defensoría de
apaces y Ausentes del JuzgadoNacional Ordinario del Territorio Nacional de Tierra del Fuego,
lslas del Atlántico Sur, con asiento en Ushuaia, que se suprime, actuarán ante el Tribunal Oral
nal con asiento en la provincia del mismo nombre.
-- LEY
Denominación. Creación
46.- Los actuales juzgados nacionales
de Primera Instancia en lo Correccional retni-
iián a los juzgados nacionales en lo Corre
42.- Los actuales juzgados nacionales cional que se crean por la presente ley, pa
de Primera Instancia en lo Correccional, le- su tramitación definitiva, las causas radicadas
tras G, H, 1, J y N, se denominarán juzgados ante los mismos correspondientes a las SeCre-
nacionales en lo correccional y se enunciarán tanas que se trasladan conforme lo dispuest
con los números 1,2,3,4 y 5. por el articulo 43.
Créanse nueve (9) juzgados nacionales Dichas causas proseguirán sustanci
en lo Correccional de la Capital Federal, que dose v terminarán de conformidad con
se enunciarán con los números 6,7, 8,9, 10, dispoSiciones de la ley 2372 y sus mod'
11, 12, 13 y 14, que contarán con dos (2) se- catorias, salvo que el procesado o ac
cretarias cada uno. solicitare la aplicación del procedi
LEY
47.- Créanse nueve (9) cargos de juez 51.- Créanse* una (1) defensoría de po-
acional en lo Correccional, catorce (14) bres, incapaces y ausentes ante los juzgados
gos de fiscal ante los juzgados naciona- nationales de menores de la Capital Federal y
en lo Correccional, siete (7) cargos de ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
nsor de pobres, incapaces y ausentes y Criminal y Correccional de la Capital Federal.
eintidós (22) cargos de secretario de juzga-
o nacional en lo Correccional. Tribunales orales de menores
Creación
TRIBUNALES DE MENORES
DE LA CAPITAL FEDERAL 52,- Créanse tres (3) tribunales orales de
menores para la Capital Federal, que estarán
Transformación integrados por tres (3) miembros cada uno.
48.- Transfórmanse los actuales juz- Secretaria
os nacionales de Primera Instancia en
nal de Sentencia letras M y R, los Creación
juzgados nacionales de Primera
a en lo Criminal de Instrucción nú-
ros , 9 y 16 y los actuales juzgados na- 53.- Créanse tres (3) secretarías en los
nales de Primera lnstancia en lo Correc- tribunales orales de menores de la Capital Fe-
letras L y O en juzgados nacionales deral.
ores números 1 a 7, respectivamente.
os juzgados mencionados preceden- Ministerio Público o Fiscal
nte pasarán a los nuevos destinos con
ión completa de personal, en la for- Creación
lo disponga esta ley y la Corte Su-
e Justicia de la Nación. 54.- Créanse tres (3) fiscalias que actua-
rán ante los tribunales orales de menores de la
Capital Federal.
Secretarias
Defensoría oficial
49.- Transfiérense a los juzgados nacio-
es de menores, veintiún (21) secretarías de Creación
'ntegran actualmente los juzgados na-
de primera instancia a que se refiere 55.- Créase una (1) defensoria de po-
lo 48. bres, incapaces y ausentes de Cámara ante los
tribunales orales de menores de la Capital Fe- En las causas en que huhiere más de un
deral y ante la Cámara Nacional de Casación. procesado o acusado la opción prevista en el
párrafo anterior debe ser ejercitada en forma
Asesoría de menores 3 unánime.
En todos los casos la opción prevista en
Creación este articulo sólo podrá ser ejercitada con au-
terioridad a la contestación del traslado de la
56.- Créanse cuatro (4) asesonas de me, acusación
nores que actuarán en los supuestos previstbs
por el capítulo 11 del título II del libro 111 del Creación de cargos
Código Procesal Penal de la Nación, cual-
quiera sea el tribunal ante el cual se sustancie 60.- Créanse nueve (9) cargos de juez de
el proceso. . ... Cámara, tres (3) cargos de fiscal de Cámara,
un '(l.)cargo de defensor de pobres, incapaces
Superintendencia y ausentes de Cámara, cuatro (4) cargos de
del Servicio Social Tutelar " asesor de menores y tres (3) cargos de secre-
tario de Cámara.
Creación Cr6anse siete (7) cargos de fiscal de Pri-
mera Instancia, siete (7) cargos de secretario
de Primera Instancia y un (1) cargo de defen-
57.- Créase la Superintendencia del Ser- sor de pobres, incapaces y ausentes.
vicio Social Tutelar en el ámbito que disponga Créanse un (1) cargo de superintendente
la Corte Suprema de Justicia de la Nación. del Servicio Social Tutelar y catorce (14) car-
gos de asistentes sociales tutelares.
Equipo interdiscipiinario . Créanse tres (3) cargos de médico es-
para tribunales de menores pecializado en psiquiatría infanto-juvenil,
tres (3) cargos de psicólogo especializado en
problemas infanto-juveniles y seis (6) c
Creación
de asistentes sociales m título habilitan
pecializados en problemas infanto-juveni
58.- Créanse tres (3) equipos iñterdisci- ' ,.
plinaios para los tribunales de menores, que
cumplirán las funciones establecidas en el ar- EN LO PENAL ECON~MICO
tículo 14 de la ley 24.050.
Denominación. Integración
Causas en trámite
61.- Los juzgados nacionales de Prim
59.- Las causas actualmente en trámite ra Instancia en lo Penal Económico de la C
ante los juzgados enunciados en el artículo 48 pita1 Federal se denominarán juzgados nac'
quedarán radicadas ante los nuevos juzgados nales en lo Penal Económico y se integrar
nacionales de menores a partir de la fecha de con dos (2) secretarias cada uno.
la entrada en vigencia de la ley 23.984, y pro-
seguirán sustanciándose y terminarán de con- Ministerio Público
formidad con las disposiciones de la ley 2372
y sus modificatorias, salvo que el procesado Creación. Secretarías
o acusado solicitar* la aplicación del procedi-
miento previsto en la ley 23.984 dentro de los
quince (15) días de notificado legalmente para 62.- Créanse cuatro (4) fisca '
el ejercicio de esa opción. juzgados nacionales en lo Penal
* Recfius esf:"solicitare".
LEY 24.121 97 1
Integración
66.- Créanse cuatro (4) tribunales orales
en lo Penal Económico para la Capital Fede-
Defensorías ral, que estarán integrados por tres (3) miem-
bros cada uno.
les defensonas de pobres, Créanse ocho (8) cargos de juez de
S Y ausentes continuarán actuando Cámara. Los cuatro (4) cargos restantes se
uzgados nacionales en 10 Penal Eco- integrarán coi1 los procedentes de la actual
ara Nacional de Apela- Cámara Nacional de Apelaciones en lo Pe-
0nÓmic0 de la Capital nal Económico de la Capital Federal.
Secretarías
Cámara Nacional de Apelaciones Creación
en lo Penal Económico
de la Capital Federal
67.- Créanse dos (2) secretarias en los
Denominación. Integración tribunales orales en lo Penal Económico de la
Capital Federal.
Trasládanse dos (2) secretarias de la
actual Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Penal Económico de la Capital Federal,
a elección de la Corte Suprema de Justicia
eces de la Nación, con su dotación completa de
nes personal, a los tribunales orales en lo Pe-
1. nal Eco~iómicode la Capital Federal, que se
crean por esta ley.
Creación
Defensorías
Secretarías Creación
Denominación. Integración
Creación
ación y funcionamiento de la CámaraNa- superior a dos años, sin que se haya dictado
de Casación Penal, sus fiscalias y defen- sentencia. No obstante, cuando la cantidad de
(anexo 1); quince (15) tribunales orales los delitos atribuidos al procesado o la eviden-
o Criminal de la Capital Federal, sus fisca- te complejidad de la causa hayan impedido el
s y defensorías, (anexo;)% 1' dos (2) tribuna- dictado de la misma en el plazo indicado, éste
orales de menores; una (1) asesoría de me- podrá prorrogarse por un año más, por reso-
es, (anexo VI); dos (2) tribunales orales en lución fundada, que deberá comunicarse de -
Penal Económico, sus fiscalías y defensorias, inmediato al tribunal superior que correspon-
nexo VII); dos (2) tribunales orales federales diere, para su debido contralor.
a Capital Federal, (anexo 11); y un (1) tri- ZO.- (Texto según ley 25.430, art. 2 9
al oral por cada distrito judicial del interior Los plazos previstos en el artículo preceden-
país, con sus fiscalias y defensorías, (ane- te no se computarán a los efectos de esta ley,
111); tres (3) jueces nacionales de ejecución cuando tos mismos se cumplieren después de
nal con sus fiscalias y defimoria* (anexo haberse dictado sentencia condenatoria, aun-
dos (2) cargos de procurador fiscal con que la misma no se encontrare firme.
cretarías en la procuración general, (ane- 3".- (Texto según ley 25.430, art. 3')
11); cincuenta y dos cargos de secretario El Ministerio Público podrá oponerse a
pnmera instancia para la Policía Judicial y la libertad del imputado por la especial
1) administrador judicial, (anexo X), todos gravedad del delito que le fuere atribui-
sus respectivas dotaciones, se financiarán do, o cuando entendiera que concurre al-
los recursos establecidos en los artículos 2' guna de las circunstancias previstas en el
de la ley 23.853, imputándose a los crédi- articulo 319 del Código Procesal Penal de
presupuestarios del ejercicio 1992. la Nación, o que existieron articulaciones
Respecto de la instalación y funciona- manifiestamente dilatorias de parte de la
to de los demás órganos que prevé la pre- defensa.
ley, quedarán imputados al presupuesto 4".- (Texto según ley 25.430, art. 4') Si
oder Judicial de la Nación correspondien- la oposición fundada en fa última circunstan-
año 1993, debiendo la Corte Suprema de cia mencionada en el artículo anterior fuere
cia de la Nación adoptar los recaudos ne- aceptada, las demoras causadas por las arti-
para ello. culaciones objetadas no serán computadas.
Poder Ejecutivo nacional, a través del No mediando oposición alguna o cuan-
no de Justicia, fijará el plan de entrada do éstas fuereu rechazadas, el tribunal podrá
cionamiento, atendiendo a las necesida- poner en libertad al procesado, bajo la cau-
el servicio de justicia. ción que considere adecuada.
93.- La Corte Suprema de Justicia de La cuestión deberá ser resuelta en el
ción distribuirá el personal actualmente plazo de cinco días y los recursos que se in-
te en el Poder Judicial de la Nación, de terpongan contra la resolución que acuerde
ue permita la instalación de todos los la libertad al detenido, por aplicación de la
creados por la presente ley. presente ley, tendrán efecto suspensivo.
.- Comnniqnese, etc. 5".- En el acto de prestar la caución el
imputado deberá fijar domicilio, denuncian-
URACIÓN DE LA PRISIÓN do el real y las circunstancias de trabajo que
PREVENTIVA pudieren imponer la necesidad de ausentarse
LJBERTAD BAJO CAUCIÓN por más de veinticuatro horas, lo que no po-
drá ser alterado sin autorización del tribunal.
LEY 24.390 Además, el tribunal establecerá las re-
glas de conducta que deberá cumplir el impu-
/11/1994; promul. de hecho 21/11/1994; tado conforme las previsiones del artículo 27
publ. 2211 111994 bis del Código Penal y que resultaren compa-
tibles con su situación procesal.
rticulo 14- (Texto según ley 25.430, 6".-El auto que dispuso la libertad será
La prisión preventiva no podrá ser revocado cuando el imputado no cumpla con
LEY 24.946
las reglas que se le impusieren o no compa- 10.- (Texto según ley 25.430, art. 7") La
reciere al llamado del tribunal sin causa jus- presente ley es reglamentaria del artículo 7O,
tificada. En todos los casos, previamente, el punto 5, de la Convención Americana sobre
tribunal fijará un término no supedbr a los Derechos Humanos e integra el Código Pro-
quince dias para que el imputado cumpla con cesal Penal de la Nación.
sus obligaciones con el apercibimiento de re- 11.- (Texto según ley 25.430, art. 8')
vocación. Quedan expresamente excluidos de los alcan-
7O.- (Derogado por la ley 254t0, ces de la presente ley los imputados por el de-
art. 53*. lito previsto en el articulo 7" de la ley 23.737
89- (Derogado por la ley 25.430, art. 59. y aquéllos a quienes resultaren aplicables las
9'.- (Texto según ley 25.430, art. 6 3 agravantes previstas en el articulo 11 de esa
Cuando un procesado permaneciera dos años misma ley.
privado de su libertad, sin que se haya dicta- 12.- Comuníquese, etc.
do sentencia a su respecto, el tribunal ifdeL
viniente tiene la obligación de informar en el '.. LEY ORGÁNICA DEL
plazoperentorio de 48 horas ** al Consejo de MWISTEFSO PÚBLICO
la Magistratura los siguientes datos:
-Número de causa, carátula, fecha de LEY 24.946
iniciación, tribunal de radicación, fiscales iu-
tervinientes, Y todo otro dato que se considere sanc. 11/3/1998; ~ I O ~ U parc.
I. 18/3/1998;
de interés; publ. 23/3/1998
-Objeto de la investigación;
-Identificación del o de los nrocesados:
-Fecha de la detención; Timo1
-Estado de la causa;
- Razones por las cuales no se llegó a Organización e integración
dictar sentencia **. . . del Ministerio Público
Cuando un procesado sobre el que se
hubiere informado en virtud de lo dispuesto 1
CAP~TULO
~ o este
r artículo cesara de cumplir urisión ,-.
Concurso
para cubrir cargos de procurador fiscal ante la ción, fiscal auxiliar de primera instancia y de-
Corte Suprema de Justicia de la Nación, fiscal fensor auxiliar de la Defensoria General de la
nacional de Investigaciones Administrativas, Nación, se requiere ser ciudadano argentino,
fiscal general, defensor oficial antq3,1a Corte mayor de edad y tener dos años de ejercicio
Suprema de Justicia de la Nación o defensor efectivo en el pais de la profesión de abogado
público ante tribunales colegiados, supuestos o de cumplimiento -por igual término- de
en los cuales deberá presidir el tribunal exa- funciones en el Ministeno Público o en el Po-
minador, el procurador general o el defensor der Judicial de la Nación o de las provincias
general de IaNación, según el caso. ~'. con por lo menos dos años de antigüedad en el
título de abogado.
Requisitos para las designaciones
s que -a su respecto-- prevean las presente ley, percibirán una retribución equi-
procesales. valente a la de juez de primera instancia.
e) Los fiscales auxiliares de las fiscalías
Sustitución ante los juzgados de primera instancia y de la
Procuración General de la Nación y los defen-
11.- En caso de recusación, excusación, sores auxiliares de la Defensona General de la
.mpedimento, ausencia, licencia o vacancia, Nación, percibirán una retribución equivalen:
s miembros del Ministerio Público se reem- te a la de un secretario de cámara.
lazarán en la forma que establezcan las le- f) Los tutores y curadores designados
es o reglamentaciones correspondientes. Si conforme lo establece la presente ley, perci-
impedimento recayere sobre el procurador birán una remuneración equivalente a la retri-
eneral de la Nación o el defensor general de bución de un secretario de primera instancia.
Nación, serán reemplazados por el procu- Las equiparaciones precedentes se ex-
r fiscal o el defensor oficial ante la Corte tienden a todos los efectos patrimoniales, pre-
ema de Justicia de la Nación, en su caso, visionales y tributarios. Idéntica equivalencia
mayor antigüedad en el cargo. se establece en cuanto a jerarquía, protocolo
De no ser posible la subrogación entre y trato.
los magistrados del Ministerio Público se-
reemplazados por los integrantes de una Estabilidad
de abogados que reúnan las condiciones
ser miembros del Ministerio Público, la 13.- Los magistrados del Ministerio
1 será conformada por insaculación en el Público gozan de estabilidad mientras dure
de diciembre de cada año. La designa- su buena conducta y hasta los setenta y cinco
constituye una carga pública para el abo- años de edad. Los magistrados que alcancen
seleccionado y el ejercicio de la función la edad indicada precedentemente quedarán
ará lugar a retribución alguna. sujetos a la exigencia de un nuevo nombra-
miento, precedido de igual acuerdo. Estas
Remuneración designaciones se efectuarán por el término de
cinco años, y podrán ser repetidas indefinida-
12.- Las remuneraciones de los inte- mente, mediante el mismo procedimiento.
antes del Ministerio Público se determina-
n del siguiente modo: Inmunidades
a) El procurador general de la Nación y
defensor general de la Nación recibirán una 14.- Los magistrados del Ministerio Pú-
ehibución equivalente a la de juez de la Corte blico gozan de las siguientes inmunidades:
ema de Justicia de la Nación. No podrán ser arrestados excepto en
b) Los procuradores fiscales ante la caso de ser sorprendidos en flagrante delito.
e Suprema de Justicia de la Nación y los Sin pejuicio de ello, en tales supues-
nsores oficiales ante la Corte Suprema de tos, se dará cuenta a la autoridad superior
icia de la Nación, percibirán un veinte por del Ministerio Público que corresponda, y al
, de las remuneraciones que co- Tribunal de Enjuiciamiento respectivo, con la
a los jueces de cámara, computa- información sumaria del hecho.
ente sobre los ítems sueldo básico, Estarán exentos del deber de compare-
Up emento, remuneración acordada CSJN cer a prestar declaración como testigos ante
111993, compensación jerárquica y compen- los tribunales, pudiendo hacerlo. En su defec-
to deberán responder por escrito, bajo jura-
c) El fiscal nacional de Investigaciones mento y con las especificaciones pertinentes.
inistrativas y los magistrados enumera- Las cuestiones que los miembros del
0s en el inciso c) de los artículos 3" y 4" de Ministerio Público denuncien con motivo de
resente ley, percibirán una remuneración perturbaciones que afecten el ejercicio de sus
alente a la de un juez de cámara. funciones provenientes de los poderes públi-
d) Los magistrados mencionados en los L.OS, se suiwnciarHn ante el procur;idor geiicral
'sos d) y e) de los artículos 3" y 4' de la de la Nac~diio ante el defensor general de
980 , . LEY 24.946
Nación, según corresponda, quienes tendrán de que evalúe la conducta reprochable y de-
la facultad de resolverlas y, en su caso, poner termine la sanción correspondiente.
el hecho en conocimiento de la autoridadjudi- Las sanciones disciplinarias que se apli-
cial competente, requiriendo las meQidas que quen por los órganos del Ministerio Público
fuesen necesarias para preservar él normal serán recurribles administrativamente, en la
desempeño de aquellas funciones. forma que establezca la reglamentación. Ago-
Los miembros del Ministerio Público tada la instancia administrativa, dichas me-
no podrán ser condenados en costas en las didas serán pasibles de impugnación en sede
causas en que intervengan como tales. ', judicial.
pachos, al solo efecto de prestar declaración La persecución penal de los delitos de acción
testimonial. Los organismos policiales y de pública deberá ser promovida inmediatamen-
seguridad deberán prestar la colaboración que te después de la noticia de la comisión de un
les sea requerida, adecuándose a las di&ctivas hecho punible y no se podrá suspender, in-
impartidas por los miembros del Ministerio terrumpir o hacer cesar, salvo en los casos y
Público y destinando a tal fin el personal y los bajo las fom~asexpresamente previstas en la
medios necesarios a su alcance. ley.
Los fiscales ante la justicia penal, apo-
ticiados de la perpetración de un hecho ilicjto Deber de informar
-ya fuere por la comunicación prevista en el
articulo 186 del Código Procesal Penal de la 30.- Los integrantes del Ministerio Pú-
Nación o por cualquier otro medio-- sin per- blico comunicarán al procurador general de
juicio de las directivas que el juez competente la Nación o al defensor general de la Nación,
imparta a la policía o fuerza de seguridad i%-; según corresponda, y por via jerárquica, los
terviniente, deberán requerir de éstas el cum- asuirtos a su cargo que por su trascendencia
plimiento de las disposiciones que tutelan el o complejidad, requieran una asistencia espe-
procedimiento y ordenar la práctica de toda cial, indicando concretamente las dificultades
diligencia que estimen pertinente y útil para y proponiendo las soluciones que estimen
lograr el desairo110 efectivo de la acción pe- adecuadas.
nal. A este respecto la prevención actuará bajo
su dirección inmediata. Deber de obediencia. Objeciones
tendientes a coordinar esfuerzos para hacer que no admita dilación, quien la recibi
más efectiva la defensa de la causa pública, la c y ~ l l r en
á nombre del superior. Si lain
persecución penal y la protección de los inca- objetada consistiese en omitir un ac
paces, inhabilitados, pobres y ausentes. jeto a plazo o que no admita dilación, qu'
realice actuará baio su exclusiva resoons
dad, sin perjuicildel ulterior desisthiento
Carácter de los dictámenes la activididad cumplida.
28.- Los dictámenes, requerimientos
y toda otra intervención en juicio de los in- Informe anual al Congreso
tegrantes del Ministerio Público deberán ser
considerados por los jueces con arreglo a lo 32.- Anualmente, en oportun'
que establezcan las leyes procesales aplica- inauguración del período de sesion
bles al caso. rias del Congreso nacional, el procura
neral de la Nación y el defens
Principio de legalidad la Nación remitirán a la comisi
creada por esta ley, un informe
29.- Cuando se tratare de una acción pú- lo actuado por los órganos bajo su
blica, el Ministerio Público actuará de oficio. cia -Ministerio Público Fisca
LEY 24 946
conformidad con lo dispuesto en esta ley, y nisterio Público Fiscal, pudietido delegar esta
solicitar el enjuiciamiento de los jueces ante atribución en el funcionario que designe y en
los órganos competentes, cuando unos $ otros la cuantía que estime conveniente.
se hallaren incursos en las causales que prevé q) Responder las consultas que formu-
el artículo 53 de la Constitución Nacional. len los funcionariosy empleados del Miuiste-
j) Elevar al Poder Legislativo, por me- rio Público Fiscal.
dio de la comisión bicameral, la opinión del r) Convocar, por lo menos una vez al
Ministerio Público Fiscal acerca de la conv?;. año, a una reunión de consulta, a la que asis-
niencia de determinadas reformas legislati- tirán todos los magistrados mencionados en
vas y al Poder Ejecutivo, por intermedio del el artículo 34 incisos b) y c) de la presente
Ministerio de Justicia, si se trata de refonnas ley, en las cuales se considerarán los infor-
reglamentarias. mes anuales que se presenten conforme lo
k) Responder a las consultas fomiuladas 1. exige el articulo 32, se procurará la unifica-
por el presidente de la Nación; los ministros ci&h..@ecriterios sobre la actuación del Mi-
del Poder Ejecutivo; los presidentes de ambas nisterio Público Fiscal y se tratarán todas las
Cámaras del Congreso nacional; la Corte Su- cuestiones que el procurador general incluya
prema de Justicia de la Nación y el presidente en la convocatoria.
del Consejo de la Magistratura. S) Representar al Ministerio Público
1) Coordinar las actividades del Minis- Fiscal en sus relaciones con los tres pode-
terio Público Fiscal.con las diversas autori- res del Estado.
dades nacionales, especialmente con las que t) Aprobar el reglamento interno de la
cumplan funciones de instrucción criminal y Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
policía judicial. Cuando sea el caso, también u) Recibir los juramentos de los ma-
lo hará con las autoridades provinciales. gistrados, funcionarios y demás empleados
11) Ejercer la superintendencia ge-al del Ministerio Pbblico Fiscal.
sobre los miembros del Ministerio Público v) Ejercer por delegación de la Cor-
Fiscal, dictar los reglamentos e iustmcciones te Suprema de Justicia de la Naciijn, en las
generales para establecer una adecuada distri- causas de competencia originaria de ésta,
bución del trabajo entre sus integrantes; sus las funciones de instrucción en los términos
respectivas atribuciones y deberes; y supervi- del artícuIo 196, primera parfe, del Código
sar su cumplimiento. Procesal Penal de la Nación.
m) Imponer sanciones a los magistrados,
funcionarios y empleados del Ministerio Públi- De la ~roeuraeiónGeneral
co Fiscal, en los casos y formas establecidos en de la Nación
esta ley y en la reglamentación que se dicte.
n) Fijar la sede y la jurisdicción teri-ito- 34.- La Procuración General de la Na-
rial de actuación de las fiscalías generales y el ción es la sede de actuación del procurador
grupo de fiscales, fiscales adjuntos y auxilia- general de la Nación, como fiscal ante
res que colaborarán con ellos, sin necesidad Corte Suprema de Justicia de la Nación
de sujetarse a la división judicial del país. como jefe del Ministerio Público Fiscal.
ñ) Confeccionar el programa del Mi- En dicho ámbito se desempeñarán 10s
nisterio Público Fiscal dentro del presupues- procuradores fiscales ante la Corte SU
to general del Ministerio Público y presentar ma de Justicia de la Nación y todos 10s
éste al Poder Ejecutivo ilacional, por inter- gistrados que colaboren con el procur
medio del Ministerio de Economía y Obras y general de la Nación, tanto en la tarea
Servicios Públicos, juntamente con el progra- dictaminar en los asuntos judiciales rem
ma del Ministerio Público de la Defensa, para dos por la Corte Suprema de
su remisión al Congreso de la Nación. Nación, cuanto en los asuntos reiat
o) Organizar, reglamentar y dirigir la gobierno del Ministerio Público Fis
Oiicina de Recursos Humanos y el Servicio conformidad con los planes, o
Administrativo Financiero del organismo. de trabajo y cometidos funcio
p) Disponer el gasto del organisino de cíficos que el procurador gener
acuerdo con el presupuesto asignado al Mi- encomendarles.
LEY 2
De los procuradores fiscales ante la Corte tancia y de instancia única, tienen los siguien-
Suprema de Justicia de la Nación tes deberes y atribuciones:
a) Promover ante los tribunales en los
35.- Los procuradores fiscales ante la que se desempefian el ejercicio de la acción
Corte Suprema de Justicia de la Nación asis- pública o continuar ante ellos la intervención
al procurador general de 1aNaciÓn y cum- que el Ministerio Público Fiscal hubiera teni-
n las directivas que éste imparte de con- do en las instancias inferiores, sin pejuicio de
rmidad con lo dispuesto en la presente ley su facultad para desistirla, mediante decisión
lo que se establezca por vía reglamentaria. fundada.
demás poseen las siguientes atribuciones: b) Desempeñar en el ámbito de su
a) Ejercer la acción pública ante la competencia las funciones que esta ley con-
Corte Suprema de Justicia de la Nación, fiere a los fiscales ante la primera instancia
n aquellas causas en que así lo resuelva el y promover las acciones públicas que co-
rocurador general de la Nación. rrespondan, a fin de cumplir en forma efec-
b) Sustituir al procurador general en tiva con las funciones asignadas al Ministe-
as causas sometidas a su dictamen, cuando rio Público Fiscal.
ste así lo resuelva. c) Dictaminar en las cuestiones de com-
c) Reemplazar al procurador general petencia y dirimir los conflictos de esa índole
n caso de licencia, recusación, excusa- que se plante en entre los fiscales de las ins-
,impedimento o vacancia. tancias inferiores.
d) Informar al procurador general so- d) Dictaminar en todas las causas some-
las causas en que intervienen. tidas a fallo plenario.
e) Colaborar con el procurador gene- e) Peticionar la reunión de la cámara en
en su gestión de gobierno del Ministerio pleno, para unificar la jurisprudencia contra-
blico Fiscal, en los términos y condicio- dictoria o requerir la revisión de la jurispm-
enunciados en el articulo precedente. dencia plenaria.
f) Participar en los acuerdos generales
Fiscales de la Procuración General del tribunal ante el que actúan, con voz pero
de la Nación sin voto, cuando fiieren invitados o lo prevean
las leyes.
36.- Los fiscales de la Procuración Ge- g) Responder los pedidos de informes
al de la Nación cumplirán sus funciones que les formule el procurador general.
relación inmediata con el procurador h) Elevar un informe anual al procu-
eral y, cuando éste así lo disponga, con rador general sobre la gestión del área de su
procuradores fiscales ante la Corte Su- competencia.
ma de Justicia de la Nación, en la mate- i) Ejercer la supenntendencia sobre los
y los casos en los que les corresponda fiscales ante las instancias inferiores e impar-
tirles instrucciones en el marco de la presente
uando el procurador general ejerza ley y de la reglamentación pertinente que dic-
etencia establecida en el inciso g) te el procurador general.
u10 33 de la presente ley, los fisca- j) Imponer las sanciones disciplinarias
del organismo actuarán, salvo disposi- a los magistrados, funcionarios y empiea-
u fundada en contrario, respetando los dos que de ellos dependan, en los casos Y
eles del Ministerio Público Fiscal que formas establecidos en esta ley y su regla-
determinan en el artículo 3" de la pre- mentación.
*Texto según fe de erratas publ. 301311998; texto anterior: "del Fiscal Nacional de investigaciones
LEY 24.946
d) Asesorar a menores e incapaces, in- dico propuestas para cada internado, así co
habilitados y penados bajo el régimen del ar- el cuidado y.atención que se les otorgue.
tículo 12 del Código Penal, así como también k) Poner en conocin1iento de la
a sus representantes necesarios, sus parientes toridad judicial competente las acciones y
otras personas que puedan resultar respon- omisiones de los jueces, funcionarios o em-
es por los actos de los incapaces, para la pleados de los tribunales de justicia que con-
pción de todas aquellas medidas vincula- sideren susceptibles de sanción disciplinariay
a la protección de éstos. requerir su aplicación.
e) Requerir a las autoridades judiciales 1) Responder los pedidos de informes
adopción de medidas tendientes a mejorar del defensor general.
situación de los menores, incapaces e in- 11) Imponer sanciones disciplinarias, a
bilitados, así como de los penados que se los magistrados, funcionarios y empleados
cuentren bajo la curatela del artículo 12 del que de ellos dependan, en los casos y formas
digo Penal, cuando tomen conocimiento establecidos en esta ley y su reglamentación.
malos tratos, deficiencias u omisiones en 55.- Los defensores públicos de meno-
atención que deben dispensarles sus padres, res e incapaces ante los lnbunales de casación
tores o curadores o las personas o institucio- y de segunda instancia, cuando no hubieren
s a cuyo cuidado se encuentren. En su caso, sido designados para actuar también en pri-
áu por si solos tomar medidas urgentes mera instancia, tendrán las siguientes compe-
'as de la representación promiscua que tencias especiales:
a) Desempeñar en el ámbito de su com-
f) Peticionar a las autoridades judiciales petencia las funciones que la ley confiere a los
aplicación de las medidas pertinentes para defensores públicos de menores e incapaces
rotección integral de los menores e inca- ante la primera instancia y promover o con-
s expuestos por cualquier causa a riesgos tinua~las acciones que correspondan a fin de
nentes y graves para su salud fisica o mo- cumplir en forma efectiva con las funciones
, con independencia de su situación fami- asignadas al Ministerio Público de la Defensa
de Menores e Incapaces.
g) Concurrir con la autoridadjudicial en b) Promover acciones en forma directa
cicio del patronato del Estado nacional, en las instancias anteriores sólo por razones
1 alcance que establece la ley respecti- de urgencia, que se tendrán que fundar debi-
y desempeñar las funciones y cumplir los damente en cada caso.
beres que les incumben de acuerdo con la c) Dictaminar en las causas sometidas a
Y 22.914, sobre internación y extemación fallo plenario cuando la cuestión se refiera al
de persanas. y coniroiar que se efeciiieli al derecliode 10s ~nciiorssc in~apases.
ueglstro de Inapaces, las coinunicaziunes d) Dirimir lor coiifiiczos (Ir riirno) coiii-
petencia que se planteen entre los defensores
mitir dictámenes en los asuntos en de menores e incapaces de las instancias aii-
onsultados por los tutores o cura- tenores.
e) Elevar un informe anual al defensor
'tar y hacer comparecer a personas a general de la Nación sobre la gestión del área
acho, cuando a su juicio fuera necesa- bajo su competencia.
'r explicaciones o contestar cargos f) Ejercer la superintendencia sobre los
ulen, cuando se encuentre afecta- defensores de menores e incapaces, ante las
eres de menores e incapaces. instancias inferiores e impartirles instrucciones
Inspeccionar periódicamente los es- en el marco de la presente ley y de la reglamen-
ientos de inteinación, guarda, trata- tación pertinente que dicte el defensor general.
reeducación de menores o incapaces, 56.- Los defensores públicos de meno-
icos o privados, debiendo mantener res e incapaces ante los tribunales orales serán
os a la autoridadjudicial y, por la vía parte necesaria en todo expediente de dis-
a correspondiente, al defensor gene- posición tutelar que se forme respecto de un
la Nación, sobre el desarrollo de las ta- menor autor o víctima de delito conforme las
ducativas y de tratamiento social y mé- leyes de menores vigentes; y deberán asistir
'* LEY 2
bajo pena de nulidad, a los juicios orales de d) Aplicar correctivos a sus pupilos en
menores conforme lo dispuesto en el Código los términos que lo permite el ejercicio de la
Procesal Penal de la Nación. patria potestad.
57.- El Registro de Menores e Inc$aces e) Proceder de oficio y extrajudiciai-
creado por decreto 28211981 pasa a integrar mente en la defensa de las personas o intere-
el Ministerio Público de la Defensa, bajo la ses puestos a su cuidado, tanto en el ámbito de
dependencia directa del defensor de menores la actividad privada como frente a la Adminis-
e incapaces ante la Cámara Nacional de Ape- tración Pública.
laciones en lo Civil. f ) Ejercer la defensa de las personas in-
ternadas en los términos del articulo 482 del
a t o r e s y curadores públicos Código Civil, tanto en lo personal coino en
lo patrimonial, gestionando tratamientos ade-
58.- Los jueces federales y nacioiiales cuados, así como también los amparos patri-
de la Capital Federal designarán en los proce:. , moniales que puedan corresponder.
sos judiciales, tutores o curadores públicos de ' g ) Citar y hacer comparecer a su despa-
aquellos menores, incapaces o inhabilitados, cho a cualquier persona, cuando a su juicio
que sean huérfanos o se encontraren abando- ello fuere necesario a fin de requerirle expli-
nados. Ello no impedirá la designación de tu- caciones para responder sobre cargos que se
tores o curadores privados cuando los jueces les formularen por tratamientos incorrectos o
hallen personas que reúnan las condiciones la omisión de cuidado respecto de los meno-
legales de idoneidad necesarias para desem- res, incapaces o inhabilitados que se hallen a
peñar tales cargos. su cargo, o por cualquier otra causa vinculada
59.- Los tutores y curadores públicos con el cumplimiento de su función.
tendrán las funciones previstas en los Títalos h) Concuinr periódicamente a los esta-
VI1 a XIV de la Sección 11del Libro 1del Có- blecimientos en donde se hallen alojadas las
digo Civil, sin perjuicio de las demás propias personas a su cargo e informar al juez y al
de la naturaleza de.su cargo y las que les-en- defensor público sobre el estado y cuidado de
comiende el defensor general de la Nación. aquéllos, debiendo efectuar las gestiones que
Especialmente deberán: consideren convenientes para mejorarlos.
a) Cuidar de las personas de los me- i) Mantener informado a\ defensor de
nores, incapaces o inhabilitados asignados a menores e incapaces &primera instancia so-
su cargo, procurando que los primeros sean bre las gestiones y asuntos que se encuentran
instruidos para que puedan - e n su moinen- a su cargo y responder a cualquier requeri-
te- acceder a una profesión, arte, oficio o miento que éste les formule.
actividad útil. En el caso de quienes padezcan
enfermedades mentales, toxicomanías o alco- Defensores públicos oficiales
holismo, procurarán su restablecimiento y pe-
dirán, cwndo correspoiida. ~ i rcli:~hilitaciÓii. 60.- Los defensores públicos oficiales,
-
i
b), Tisrcer la ri.nreseiitssion lsnal de los en las instancias y fueros en que actúen, deb
S
incapaces que han sido confiados a su cargo, rán proveer lo necesario para la defensa de
asistir a los inhabilitados, cuidar las personas persona y los derechos de los justiciables t0
de ambos así como también su patrimonio; vez que sea requerida en las causas ena al es
proveer, cuando corresponda, a su adecuada en otros fueros cuando aquéllos fueren pob
administración. o estuvieren ausentes. Para el cumplim
C)Ejercer la defensa de las personas sin de tal fin, sin perjuicio de las demás func'
bienes en el carácter de curadores provisiona- que les encomiende el defensor general
les en los procesos de declaración de incapa- Nación, tendrán los siruientes - deberes Y
cidad e inhabilitación y representarlos en los bucionis:
restantes procesos que pudieren seguirse con- a) Ejercer la defensa y rep
tra ellas, según el régimen de la ley procesal. en juicio, como actores o dema
En las mismas condiciones, iratándose de per- quienes invoquen y justifiquen p
sonas sin parientes ni responsables de ellas, encuentren ausentes en ocasión de re¶
ejercerán su curatela definitiva. la defensa de sus derechos.
LEY 24.946
' La acordada 41 IYYh CSJN establece: .»eclsrar 13 invalid:~ d:l nn. 65, inc. h) de la ley
cn cuaillo dispone que el as.'enso ds i~in;isni:ios y einplesdos del Poder Judicidl sr.rmlicz alenjizndO.a
ius titulos, ehciencia ) aniigriedad iio si>lode los qiis dc r:l depcriden sinii tan1hir',i de los del \linisleno
Público, empleados en ambas cmeras, por tratarse de escalafones independientes".
** Texto según fe de erratas publ. 3013/1998;texto anterior: "Poder Judicial de la nación".
LEY
imen especial, el Estado nacional y sus Los integrantes del Ministerio Públi-
es descentralizados serán representados co continuarán ejerciendo la representación
atrocinados ante los tribunales judiciales judicial del Estado tsnto en los juicios en
rganismos jurisdiccionales y adininistra- trámite como en los que se iniciaren, hasta
s nacionales y locales, por letrados inte- su reemplazo efectivo.
ntes del cuerpo de abogados del Estado 69.- A los fines del cumplimiento de -
endientes de los servicios jurídicos de lo previsto en los articulos 27, 66 y 68 de la
respectivos ministerios, secretarías, re- presente ley, el jefe de Gabinete de Ministros
iciones o entes descentralizados. podrá disponer la creación, supresión, trans-
En el interior de la República, cuando ferencia y redistribución de dependencias,
anismo interesado carezca en el lugar de servicios, funciones y cargos, así como efec-
icios referidos, la citada representación tuar las reestructuraciones de créditos presu-
cidapor delegados del cuerpo de abo- puestarios que a tal efecto sean necesarias.
el Estado dependientes de la Procura-
e Tesoro de la Nación y designados por Remisión de pliegos.
oder Ejecutivo; en su defecto, la ejercerán Acuerdo del Senado
ados integrantes del cuerpo de abogados
Estado dependientes de otros servicios iu- 70.- Todos los actuales integrantes del
Ministerio Público que se desempeñen en
Cuando el Poder Ejecutivo lo estimare los cargos previstos en los incisos b), c), d),
niente la representación judicial esta- e) y . 0 de los artículos 3" y 4' de esta ley
á ejercida por el procurador del Teso- gozan de la estabilidad que prevé el artículo
120 de la Constitución Nacional. El procu-
Cuando situaciones excepcionales o rador general y el defensor general deberán
obtener el acuerdo previsto en el artículo
5". A tal efecto el Poder Ejecutivo remitirá
los pliegos correspondientes dentro de los
treinta días corridos contados a partir de la
sanción de la presente ley.
Lo previsto en el párrafo anterior no
67.- Los representantes judiciales del impedirá la remoción de dichos funciona-
rios por hechos ocurridos con anterioridad a
la sanción de la presente ley.
Recursos
Equiparaciones. Ministerio
Público Fiscal
Derogaciones
hunal competente seguirá adelante con el pro- declarará por auto que no puede proceder a la
cedimiento judicial hasta su total conclusión. detención o mantenerla, continuando la causa
El llamado a indagatoria iio se considera me- según su estado.
dida resinctiva de ln libertad pero e& el caso En cualquier caso regirá la suspensión
de que el legislador, funcionario o magistrado del curso de la prescripción prevista en el arti-
no concuriera a prestarla el tribunal deberá culo 67 del Código Penal.
solicitar su desafuero, remoción o juicio po- 5'.- En el caso del artículo 68 de la
lítico. En el caso de dictarse alguna medida Constitución Nacional, se procederá al recha-
que vulnera la inmunidad de arresto, la misma zo in limlne de cualquier pedido de desafuero.
no se hará efectiva hasta tanto el legislador, 6".- Deróganse los artículos 189, 190 y
funcionano o magistrado sujeto a desafuero, 191 del Código Procesal Penal de la Nación
remoción o juicio político no sea separado de (ley 23.984).
su cargo. Sin perjuicio de ello el proceso po- 7".- Comuníquese, etc.
drá seguir adelante hasta su total conclusi~n.
El tribunal solicitará al órgano que correspon-
'.
da el desafuero, remoción o juicio político, CÁMARA NACIONAL
según sea el caso, acompañando al pedido las DE CASACI~NEN LO CMMINAL
copias de las actuaciones labradas expresando Y CORRECCIONALDE LA CAPITAL
l&razones que justifiquen la medida. No será FEDERAL. CREACI~N.
obstáculo para que el legislador, funcionario o COMPETENCIA
magistrado a quien se le imputare la comisión
de un delito por el que se está instruyendo LEY 26.371
causa tenga derecho, aun cuando no huhiere
sido indagado, a presentarse al tribunal, acla- sanc. 211512008; promul. 2915l2008;
rando los hechos e indicando las pruebas que, publ. 3015/2008
a su juicio, puedan serle útiles. No se-podrá
ordenar el allanamiento del domicilio particu- Articulo lo.-Créase la Cámara Nacio-
lar o de las oficinas de los legisladores ni la nal de Casación en lo Criminal y Correccio
intercepción de su correspondencia o comuni- de la Capital Federal, con las característi
caciones telefónicas sin la autorización de la que establece la presente ley.,
respectiva Cámara. 2".- S u s t i t ú s e el articulo 23 del Códi
2".- La solicitud de desafuero deberá Procesal Penal de la Nación por el siguient
ser girada de manera inmediata a la Comisión Cornpetei~cia de la Cámara Nacional
de Asimtos Constitucionales de la Cámara Casacióndenlo Criminaly Correccional
correspondiente, la que deberá emitir dicta- Capital Federal
men, en un plazo de 60 días. La Cámara de- Articulo 23.- La Cámara Nacion
berá tratar la causa, dentro de los 180 días de Casación en lo Criminal y Correccional
ingresada, aun cuando no exista dictamen de Capital Federal juzga de los recursos de
comisión. constitucionalidad, casación y revisión
3O.- Si un legislador hubiera sido dete- puestos contra las sentencias y resolucl
nido en virtud de lo dispuesto por el artículo dictadas por los tribunales orales en 10 C
69 de la Constitución Nacional, el tribunal nal, los tribunales orales de menores, 1
pondrá inmediatamente en conocimiento del mara Nacional de Apelaciones en lo C
hecho d cuerpo legislativo correspondiente, y Correccional, los jueces nacionales
quien decidirá por los dos tercios de los votos, cionales y los jueces nacionales de eje
en sesión que deberá realizarse dentro de los penal con asiento en la Capital Federal.
10 días, si procede el desafuero. En este caso 3".- Incorpórase como articulo 3
se actuará conforme al artículo 70 de la Cons- del Código Procesal Penal de la Nación
titución Nacional. Para el caso de denegar la guiente:
Cámara el desafuero, el juez dispondrá la in- Competencia de la Cáma
mediata libertad del legislador. Casación Penal
4".- Si fuera denegado el desafuero, la Articulo 30 bis.- La Cámara Fed
suspensión o remoción solicitadas, el tribunal Casación Penal juzga de los recursos
LEY 26 371
les de primera instancia con asiento en las En razón de la materia tiene la compe-
incias y tribunales orales y Cámara Na- tencia determinada por el Código Procesal
1
ANEXO
MAGISTRATURA
1004 LEY 26.374
PERSONAL
ADMM~STRATIVOY T~CNICO 2".- De no resultar posible la integración
mediante el procedimiento previsto preceden-
Pm~ecrelario temente, se procederá a la designación de un
administrativo:
Diez $ subrogante, por sorteo, entre una lista de con-
1 I jueces confeccionada por el Poder Ejecutivo
Auxiliar: Doce 1 (12) nacional.
Auxiliar adminis- A esos efectos el Poder Ejecutivo nacio-
trativo: , .nai confeccionará cada tres (3) años, una lista
LEY 26.374
Artículo lo.- Ante la imposibilidad
de integración de los Tribunales Orales en sanc. 2i1512008; promui. 291512008;
lo Criminal Federal de todo el país, por li- puhl. 301512008
cencia, suspensión, recusación, excusación (Parte pertinente)
o vacancia de sus miembros, se integrarán
con los jueces que hayan sido designados L..]
de acuerdo al procedimiento previsto en la Artículo 11.- Las audiencias que se
Constitución Nacional, a cargo de: ponen en esta ley serán registradas en SU
1. Los Tribunales Orales en lo Criminal lidad mediante la grabación del audio. De
Federal de la jurisdicción, teniendo prelación entregarse una copia del mismo a cada una
los jueces de las ciudades más cercanas. las partes.
2. La Cámara Federal de Apelaciones 12.- La Cámara de Apelaciones en,
de la jurisdicción, salvo que hayan conocido Criminal y Correccional Federal de cada di
previamente en la causa elevada a juicio de hito judicial, la Cámara Nacional de Apela
tal forma que se encuentre comprometida su ciones en lo Criminal y Correccional, la Ca
imparcialidad.
3. Los Tribunales Orales en lo Criminal
Federal de la jurisdicción rnás próxima.
A los efectos de la designación se tendrá una oficina judicial.
en cuenta el orden precedentemente estableci- La oficina judicial brindará asiste
do por los incisos lo, 2' y 3' de este articulo. organizativa a los respectivos tribunales P
LEY 2
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QUEZ ROSSI,Jorge E., Curso de derecho procesalpenal, Rubinzal-Culzoni,
. .- ,
'\,
..
ÍNDICE GENERAL
Novena edición.......................................................................................................... IX
Proemio a la primera edición..................................................................................... XI
Prólogo a la segunda edición..................................................................................... XIII
Prefacio a la tercera edición....................................................................................... XV
Ante la cuarta edición................................................................................................ xvii
Exordio a la quinta edición........................................................................................ xix
Sobre la sexta edición................................................................................................ xxi
Séptima edición......................................................................................................... xxiii
Sobre la octava edición.............................................................................................. xxv
Abreviaturas usadas................................................................................................... xxvii
Apéndice
Ley 24.050. Organización y competencia de la justicia penal nacional............ 953
Ley 24.121. Implementación y organización de la justicia penal...................... 962
Ley 24.390. Duración de la prisión preventiva y libertad bajo caución............ 975
Ley 24.946. Ley orgánica del ministerio público.............................................. 976
Ley 25.320. Ley de fueros................................................................................. 999
Ley 26.371. Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de
la Capital Federal. Creación. Competencia................................................... 1000
Ley 26.372. Tribunales Orales en lo Criminal Federal. Integración. Procedi-
miento............................................................................................................ 1004
Ley 26.374. Recurso de apelación. Audiencias. Oficina judicial...................... 1004
Ley 26.376. Designación de jueces subrogantes............................................... 1005
Bibliografía.............................................................................................................. 1007