Está en la página 1de 5

¿Quiénes son los pacientes con discapacidades?

Los pacientes con discapacidades son aquellos que tienen una


insuficiencia física, mental, intelectual o sensorial. La Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, aprobada por la ONU en 2006, define de manera
genérica a aquellos que tienen una o más discapacidades como
personas discapacitadas. En general, una discapacidad es una
limitación de algunas funciones que puede interferir con la
capacidad de una persona para caminar, escuchar, ver, hablar o
aprender, con efectos diferentes en cada individuo.

¿Cuáles son las subdivisiones de la discapacidad?


Es posible dividir a las personas discapacitadas en cuatro
categorías básicas:

 Personas con discapacidades sensoriales: se refiere a los


sentidos de la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato.
 Personas con discapacidades motoras: se refiere a la motilidad
y la eficiencia de los órganos de las partes del cuerpo
responsables del movimiento.
 Personas con discapacidades intelectuales: se refiere a
trastornos de aprendizaje específicos, insuficiencias mentales y
habilidades intelectuales que pueden ocurrir a través del
cociente intelectual.
 Personas con discapacidades mentales: se refiere a psicosis
(problemas psíquicos y relacionales) y a neurosis graves e
incapacitantes (problemas psicológicos), además según la
discapacidad, las leyes europeas otorgan concesiones tanto en
el ámbito privado como en el laboral.

Cómo tratar a una persona con discapacidad: Aspectos


generales

Las personas con discapacidad son personas como cualquier otra.


Esta afirmación, que parece evidente, no siempre está clara cuando
se refiere al trato con ellas.
Nuestra primera reacción al observar que una persona presenta una
discapacidad, con las limitaciones que ésta conlleva, es prestarle
nuestra ayuda, de esta manera asociamos la discapacidad a la
necesidad de dependencia de otros, cuando lo deseable es que la
persona con discapacidad logre la mayor independencia posible.
Lo positivo sería consultar a cada uno si necesita o no ayuda y en
caso afirmativo, cómo se la podríamos prestar. En los siguientes
apartados vamos a ver algunas recomendaciones específicas de
cómo actuar ante personas con discapacidades concretas. En todos
los casos pueden seguirse una serie de recomendaciones
generales:
 La regla básica es actuar con naturalidad. El trato que
debemos mantener ha de ser lo más parecido posible al que
dispensamos a cualquier otra persona. Por ello es muy
importante evitar actitudes como las siguientes:
o Paternalismo y proteccionismo excesivo. Las personas
con discapacidad no necesitan que estemos encima de
ellas, excepto para necesidades concretas de las que ya
estaremos informados o que ellas mismas nos pueden
indicar.
o Pena o lástima. A nadie le gusta que estén
compadeciéndose de él de manera continuada. Las
personas con discapacidad desean vivir en situaciones
normalizadas y que se valore lo que hacen por el mérito que
tiene y no por el hecho de que sean personas con
discapacidad.
o Miedo o rechazo. Esta es una de las partes más difíciles. A
menudo no sabemos cómo tratar a una persona con
dificultades para hablar o con limitación cognitiva o
enfermedades mentales. Estos estereotipos nos provocan
situaciones de rechazo que conviene evitar. Los consejos
de los siguientes apartados pueden ayudarnos a evitar esas
situaciones.
o Impaciencia. Muchas personas con discapacidad no
comprenden bien las instrucciones que les damos o la
comunicación con ellas puede ser dificultosa o lenta (por
ejemplo, problemas de audición, habla, cognitivas,...). Si se
dan esas situaciones es muy importante actuar con
tranquilidad, ser pacientes, ya que no se trata de algo que
la persona haga adrede. En los siguientes apartados hay
algunos consejos sobre cómo facilitar el proceso de
comunicación e interacción. Si una forma de comunicarnos
no funciona, no hemos de perder la paciencia, sino que
hemos de intentar otros modos de comunicarnos.
Algunas personas con discapacidad necesitan que las
ayudemos en ciertos momentos. Otras no lo necesitan en
absoluto, o no desean que se les ayude. En cualquier caso,
siempre hay que considerar lo siguiente:
o Si percibimos que una persona necesita una ayuda
concreta, preguntárselo primero y no ofendernos si nuestra
ayuda es rechazada.
o Hacernos visibles. La persona con discapacidad ha de
saber que puede contar con nuestra ayuda cuando la
necesite, pero no debemos estar encima de ella
constantemente.
En cualquier caso, la regla principal es que no debemos tener
miedo en preguntar. Cuando no sepamos cómo tratar a una
persona con una discapacidad determinada, lo mejor es
preguntárselo.

En función del tipo de discapacidad debemos considerar una serie


de aspectos específicos:

 Personas con dificultades en la movilidad / usuarios de sillas de


ruedas
 Personas con discapacidad auditiva o sordera
 Personas con discapacidad visual o ceguera
 Personas con dificultades de comunicación / habla
 Personas con discapacidad intelectual
 Personas con alteraciones corporales visibles
 Personas con alteraciones en la conducta o enfermedad mental
 Personas con trastornos de la afectividad (depresión)
 Personas con epilepsia / crisis convulsivas

Discapacidad y salud

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la


Discapacidad y de la Salud (CIF) define la discapacidad como un
término genérico que abarca deficiencias, limitaciones de la
actividad y restricciones a la participación. Se entiende por
discapacidad la interacción entre las personas que padecen alguna
enfermedad (por ejemplo, parálisis cerebral, síndrome de Down y
depresión) y factores personales y ambientales (por ejemplo,
actitudes negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles y un
apoyo social limitado).
Se calcula que más de mil millones de personas —es decir, un 15%
de la población mundial— están aquejadas por la discapacidad en
alguna forma. Tienen dificultades importantes para funcionar entre
110 millones (2,2%) y 190 millones (3,8%) personas mayores de 15
años. Eso no es todo, pues las tasas de discapacidad están
aumentando debido en parte al envejecimiento de la población y al
aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas.
La discapacidad es muy diversa. Si bien algunos problemas de
salud vinculados con la discapacidad acarrean mala salud y
grandes necesidades de asistencia sanitaria, eso no sucede con
otros. Sea como fuere, todas las personas con discapacidad tienen
las mismas necesidades de salud que la población en general y, en
consecuencia, necesitan tener acceso a los servicios corrientes de
asistencia sanitaria. En el artículo 25 de la Convención sobre los
derechos de las personas con discapacidad se reconoce que las
personas con discapacidad tienen derecho a gozar del más alto
nivel posible de salud sin discriminación.

¿Cómo se ve afectada la vida de las personas con


discapacidad?
Estas personas son particularmente vulnerables a las deficiencias
de los servicios de asistencia sanitaria. Dependiendo del grupo y las
circunstancias, las personas con discapacidad pueden experimentar
una mayor vulnerabilidad a afecciones secundarias, comorbilidad,
enfermedades relacionadas con la edad y una frecuencia más
elevada de comportamientos nocivos para la salud y muerte
prematura.

Afecciones secundarias
Las afecciones secundarias acompañan a una enfermedad primaria
y están relacionadas con esta; a menudo, ambas son previsibles y
evitables. Como ejemplos cabe mencionar las úlceras por presión,
las infecciones urinarias, la osteoporosis y el dolor crónico.
Comorbilidad
Se denomina así a las afecciones que vienen a agregarse a la
enfermedad primaria relacionada con la discapacidad pero no se
relacionan con ella. Por ejemplo, la prevalencia de la diabetes
sacarina en las personas aquejadas de esquizofrenia es de
aproximadamente un 15%, por comparación con un 2% a un 3% en
la población general.

Enfermedades relacionadas con la edad


En algunos grupos de personas con discapacidad el proceso de
envejecimiento empieza antes de lo normal. Por ejemplo, algunas
personas con trastornos del desarrollo muestran signos de
envejecimiento prematuro cuando apenas tienen entre cuarenta y
cincuenta años de edad.

Adopción de comportamientos nocivos para la salud


Algunos estudios han indicado que las personas con discapacidad
tienen una frecuencia más elevada de comportamientos nocivos
como el tabaquismo, una alimentación malsana e inactividad física.

Mayor frecuencia de muerte prematura


Las tasas de mortalidad de las personas con discapacidad varían
según la enfermedad primaria. Sin embargo, una investigación
efectuada en el Reino Unido comprobó que las personas con
trastornos mentales y deficiencias intelectuales tenían una
esperanza de vida menor.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/disability-and-health
http://bancadis.ibv.org/recomendaciones-de-adaptacion/aspectos-humanos-
como-preparar-la-acogida-y-tratar-con-una-persona-con-discapacidad/79.html
https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/pacientes-discapacitados

También podría gustarte