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DISCAPACIDADES SENSORIALES

La discapacidad sensorial es una discapacidad de uno de los sentidos y por lo general se utiliza para
referirse a la discapacidad visual o auditiva; sin embargo, los otros sentidos también pueden
desarrollar discapacidades como: ceguera, pérdida de visión, sordera y pérdida de audición,
discapacidades olfativas y gustativas (incluyendo anosmia, que es una incapacidad para oler),
discapacidad somatosensorial (falta de sensibilidad al tacto, calor, frío, y dolor), y trastornos del
equilibrio son sólo algunas discapacidades dentro el rango de la discapacidad sensorial.

Las discapacidades sensoriales a menudo afectan más allá de la capacidad de comunicación,


también a la autoimagen de la persona y a su desempeño en la vida cotidiana. Esta nomenclatura se
refiere a tres tipos de discapacidad:

 Ceguera o hipovisión con agudeza visual no superior a 3/10.


 Sordera o pérdida auditiva mayor de 25 decibelios en ambos oídos.
 Sordoceguera se caracteriza por la coexistencia de ambas discapacidades sensoriales
visuales y auditivas.

Según la OMS, la discapacidad se define como: "Toda reducción total o parcial de la capacidad
para realizar una actividad compleja o integrada, representada en tareas, aptitudes y conductas".
Esta reducción de la capacidad puede ser considerada como una deficiencia cognitiva, auditiva,
visual, de habla y lenguaje, motora y de destreza, o asociada a la edad.

Ahora bien, como las personas con discapacidad constituyen un grupo minoritario dentro de la
sociedad, la mayoría de las naciones no cuentan con una legislación que apoye su integración,
derechos y deberes, como parte de la sociedad actual; esto hace que su calidad de vida y su
bienestar se vean menoscabados, y que haya falta de comprensión, apoyo y oportunidades

Por lo anterior, es importante conocer ¿Cuáles son esas barreras limitantes que tienen las
personas con discapacidades sensoriales?: Para alcanzar una adecuada calidad de vida de las
personas con discapacidad, además de destinar recursos y desarrollar programas específicos, se
debe permitir ante todo la autonomía de ellas, lo cual hace indispensable la puesta en práctica de los
siguientes derechos:

 Vida autónoma.
 Elección y autodeterminación.
 Participación y responsabilidad.
 Solidaridad, antes que compasión.
 Poco mercado laboral.
 Exclusión social.

Además de que no alcanzan una calidad de vida, estas personas presentan muchos rechazos
sociales, tanto en una comunidad de “amigos” o personas cercanas, tanto en su desarrollo en
su vida profesional y laboral. Por ejemplo, La Fundación Randstad ha elaborado un informe
sobre el comportamiento de este colectivo de profesionales en el mercado laboral, analizando
los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) desde enero de 2010 a octubre de
2016. Según estas cifras, se han realizado más de 81.000 contratos a personas con
discapacidad en 2016, lo que supone un aumento del 2,3% respecto a 2015. La serie histórica
analizada muestra que los contratos a profesionales con discapacidad han aumentado de
manera constante y sostenida a lo largo de esta década.

Al hablar de vida autónoma, no se trata de que la persona con discapacidad viva sola, sino que tenga
las posibilidades de elegir, trabajar, relacionarse con los demás, amar y ser amada, y tener una vida
privada, con participación en todos los ámbitos de la sociedad; ante todo, que pueda tomar sus
propias decisiones.

La persona que enfrenta alguna discapacidad inicialmente no es consciente de sus propias


potencialidades, en especial si se trata de un adulto, que llevaba una vida sin limitación de sus
capacidades. El concepto sobre calidad de vida comenzó a popularizarse en la década de los 60,
hasta convertirse hoy en una noción utilizada en ámbitos muy diversos, como la salud física y
mental, la educación, la economía, la política y el mundo de los servicios en general.

Para eliminar las barreras que dificultan la autonomía de las personas con discapacidad, se debe
integrarlas en todos los niveles, en procesos de reflexión y toma de decisiones, a nivel político,
social, económico, de planeación (urbanística, arquitectónica, de diseño industrial) y recreativo,
favoreciendo la participación y el acceso de animales adiestrados para ayudar en actividades
específicas (perros de asistencia), desmitificando la incapacidad y eliminando el sensacionalismo y
las exageraciones.

La calidad de vida incluye aspectos vitales, tales como los físicos, fisiológicos y psicosociales
(emocionales, espirituales, de roles, de interdependencia, de autoestima). El hombre es un ser
social, ante todo, que necesita de los demás para sobrevivir, crecer, desarrollarse, alcanzar una
adecuada autoestima e interdependencia, y desempeñar diferentes roles dentro de una sociedad cada
vez más compleja y cambiante. Todas las personas, sin distingo de raza, creencias o religión, tienen
el derecho de vivir con dignidad y calidad. En especial aquellas con una discapacidad para realizar
determinadas actividades, sin importar que la causa sea genética o adquirida.

La mayoría de las personas que ven y oyen sin dificultad no podrían imaginar la vida sin estas
habilidades. La visión y la audición son vitales para sobrevivir, para la salud y para la calidad de
vida. Con la pérdida de uno solo de esos sentidos, la movilidad, la comunicación y el aprendizaje
resultan mucho más difíciles. Cuando ambos sentidos están dañados o se presentan discapacidades
adicionales, y no somos capaces de utilizar alternativas funcionales, todos los aspectos de la vida se
ven afectados. En la actualidad, el término discapacidad no se considera como sinónimo de
minusvalía o minusválido; este término tiene una connotación sociocultural, en la cual se considera
que las personas, por su limitación, son incapaces de valerse por sí mismas; por lo tanto, se vuelven
una carga para su familia y la sociedad.

Nacer con una discapacidad o adquirirla no debe convertirse en una limitante, que impida el
desarrollo y la utilización de las potencialidades de una persona. Esto suele ocurrir dentro de la
sociedad, que desconoce que los seres humanos discapacitados también tienen derechos, como
todos los demás, y los relega a un segundo plano. Además, como han sido desconocidos y aislados
de los demás grupos, y conforman sectores muy reducidos, carecen de poder social, político y
económico.
Referencias
Center, N. R. (2018). Selecciones del Bibliotecario: Discapacidades Sensoriales. El contenido del
sitio web NARIC se desarrollaron bajo un contrato con El Instituto Nacional de
Investigación sobre la Discapacidad, Vida Independiente, y Rehabilitación.
Repsol . (2010). Guía “Superando barreras”. Guía “Superando barreras” (pág. 18). Bogota: Repsol
.
sensorial, L. p. (Aquichan vol.4 no.1 Bogotá Jan./Dec. 2013). Scliego.org. Obtenido de
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-59972004000100008
SUPERCUIDADORES. (8 de Junio de 2014-2020). Trabajando para superar las barreras de la
discapacidad. Obtenido de
https://cuidadores.unir.net/informacion/enfermedades/discapacidades/1086-trabajando-
para-superar-las-barreras-de-la-discapacidad

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