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Montenegro ha entrado en un período de inestabilidad política tras la caída del gobierno de Dritan Abazovic. El país se encuentra polarizado entre partidarios de la alineación con Serbia y Rusia, y partidarios de la independencia y acercamiento a la Unión Europea y la OTAN. El tema de la identidad nacional y las relaciones exteriores ha dividido a la sociedad montenegrina durante años.
Montenegro ha entrado en un período de inestabilidad política tras la caída del gobierno de Dritan Abazovic. El país se encuentra polarizado entre partidarios de la alineación con Serbia y Rusia, y partidarios de la independencia y acercamiento a la Unión Europea y la OTAN. El tema de la identidad nacional y las relaciones exteriores ha dividido a la sociedad montenegrina durante años.
Montenegro ha entrado en un período de inestabilidad política tras la caída del gobierno de Dritan Abazovic. El país se encuentra polarizado entre partidarios de la alineación con Serbia y Rusia, y partidarios de la independencia y acercamiento a la Unión Europea y la OTAN. El tema de la identidad nacional y las relaciones exteriores ha dividido a la sociedad montenegrina durante años.
Montenegro ha entrado en un período de inestabilidad política tras la
caída del Gobierno de Dritan Abazovic y su partido el “United Reform Action”, que no han podido superar las grandes polarizaciones identitarias. A cambio, el presidente se ha centrado en las reformas en la vía hacia el ingreso en la Unión Europea. Dritan Abazovic apoyaba un acuerdo con la Iglesia Ortodoxa Serbia que, desde la perspectiva del DPS (Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro), se considera diluyente ante la identidad nacional del país. El tema de identidad no es reciente en el país balcánico pues la polarización está desde hace años la política y la sociedad en Montenegro, pequeño país que en 2006 se independizó del Estado que formaba con Serbia tras la disgregación de Yugoslavia en la década de 1990. Montenegro se encuentra polarizada entre los socialistas del DPS, encabezado por Milo Djukanovic, y el pro serbio y pro ruso Frente Democrático (DF), las dos mayores formaciones montenegrinas.
Djukanovic le dio la espalda a Serbia y llevó a Montenegro a la
independencia en 2006. Comenzó las conversaciones con Bruselas para que el estado balcánico se incorpore a la Unión Europea. Meses antes de las últimas elecciones, Djukanovic inició el proceso de adhesión de Montenegro a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) transatlántica, una medida que provocó protestas callejeras y, según se afirma, el golpe de Estado. El movimiento de Djukanovic hacia occidente siempre chocó con la política exterior de Vladimir Putin que ve a Montenegro como un aliado en los Balcanes. También choca con Serbia, que ha desarrollado fuertes lazos con Rusia bajo el presidente Aleksandar Vučić.
Respecto a la polarización, basta con regresar a 2006 cuando se
llevó a cabo el referendo de independencia, donde el 55,5% votó a favor, dejando el 44,5% del país que no lo hizo, siendo una cifra considerable. Montenegro está igualmente dividido respecto a la anexión a la Unión Europea: el 54% de la población en 2020 apoyaba la adhesión a la UE, frente al casi 67% de 2018. El país también está cada vez más dividido y esto debido al acuerdo que apoya Dritan Abazovic; una ley que exige a la Iglesia Ortodoxa Serbia (la mayoritaria en el país) demostrar la propiedad de sus vastas propiedades, lo que lo ha convertido en un importante problema electoral y ha dado lugar a protestas masivas y a críticas de que el Gobierno está restringiendo la libertad religiosa. El hecho es que para muchos montenegrinos la ley no trata de la propiedad de la iglesia sino de dos visiones opuestas de lo que es Montenegro y hacia dónde se dirige. Por un lado, los críticos de la ley ven a Montenegro como un país que debería alinearse con Belgrado y Moscú, con el mundo cristiano ortodoxo y eslavo del que durante décadas, si no siglos, ha formado parte. Por otro lado, el opositor Djukanovic ve detrás de la Iglesia Ortodoxa Serbia la mano de Belgrado y, a través de ella, de Moscú.