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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGIA
SAN ANTONIO DE LOS ALTOS - ESTADO MIRANDA

Informe Interpretativo

AUTOR(A): Mileidy Ramirez


C.I: 25.896.982

San Antonio de los Altos, noviembre, 2022.


INTRODUCCIÓN

La personalidad es entendida como "un patrón complejo de características


psicológicas profundamente enraizadas, en su mayor parte inconscientes y
difíciles de cambiar, que se expresan de forma automática en casi todas las
áreas del funcionamiento del individuo" según Millon. (1998). En el estudio de
esta se ha podido identificar entre dos tipos la personalidad sana (saludable)
o normal y la personalidad no sana (patológica) o anormal.

Ambas tienen características muy marcada y contradictorias como si se


tratara de antónimos. Por ejemplo; la personalidad sana muestra capacidad
para relacionarse con su entorno de manera flexible y adaptable. En cambio,
la personalidad patológica se caracteriza por estar profundamente enraizado
y es de naturaleza inflexible, es desadaptativo, especialmente en contextos
interpersonales.

Teniendo una distinción clara entre la personalidad saludable y patológica,


procederé a la influencia que tienen diferentes factores sobre los trastornos
de personalidad. El primero de ellos será la identidad y las relaciones
interpersonales, en donde se podrá conocer que la identidad es un factor
clave en el desarrollo de algunos trastornos de personalidad como por
ejemplo Trastorno de Personalidad Límite llamado "identidad difusa".

El segundo factor, serán los psicosociales en donde la influencia sobre los


trastornos de personalidad es amplia, si bien no explica en totalidad el
desarrollo de un trastorno siembran la base para el desarrollo de uno en un
futuro, más cuando estas situaciones psicosociales anormales perduran en el
tiempo o aparecen en la mayor parte de la infancia.
Finalmente, abordaré la relación entre el bienestar psicológico y la
personalidad, como ambos conceptos se encuentran relacionados.
Asimismo, como estos conducen a desarrollar las características de una
personalidad madura.
DESARROLLO

La personalidad se define según el DSM como conjunto de rasgos


emocionales y conductuales que caracterizan a una persona en su vida
diaria y que son relativamente estables y predecibles. Asimismo, otro autor
Millon (1998), definió la personalidad como "un patrón complejo de
características psicológicas profundamente enraizadas, en su mayor parte
inconscientes y difíciles de cambiar, que se expresan de forma automática en
casi todas las áreas del funcionamiento del individuo".

Partiendo de esta definición se


puede diferenciar en dos tipos de
personalidad, la sana y la
patológica. Según Fernández, E.
(2012) el estudio de la
personalidad, en su mayor parte,
procede del estudio de la
patología, de los trastornos de la personalidad. Donde se entendía que los
trastornos de la personalidad tenían una serie de indicadores de patología
que, si la persona los cumplía en cualquiera de sus ejes diagnósticos, es
decir, si la persona encajaba/no encajaba en esa sintomatología, esa
persona tendría/no tendría esa patología.

Para entender a profundidad lo que es una personalidad sana y una


patológica es esencial entender que los rasgos de personalidad, según el
DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales)
considera que los rasgos de la personalidad son patrones persistentes de
percibir, relacionarse con y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo, que
se manifiestan en una amplia gama de contextos sociales y personales.

Ahora bien, teniendo en cuenta


ambos conceptos puedo iniciar con
las características de ambas
personalidades. En cuanto a la sana,
se pueden evidenciar las siguientes:
 Muestra capacidad para
relacionarse con su entorno de
manera flexible y adaptable.
 Las percepciones de sí mismo y del entorno son realistas y
constructivas.
 Los patrones de conducta predominantes pueden ser considerados
como promotores de salud.

No obstante, la personalidad patológica se produce cuando los rasgos de


personalidad son inflexibles y desadaptativos y causan un malestar subjetivo
o un deterioro funcional significativo pueden considerarse como trastornos de
la personalidad. Entre las características, están:
 Está profundamente enraizado y es de naturaleza inflexible.
 Es desadaptativo, especialmente en contextos interpersonales.
 Las percepciones de sí mismo y del entorno son poco realistas y auto
frustrantes.
 Deteriora de forma significativa la capacidad de la persona para
funcionar.
 Los patrones de conducta predominantes tienen efectos perniciosos
para la salud.
Puedo entender entonces que hay una
única estructura de rasgos de
personalidad que subyace a la
personalidad normal y patológica. Dentro
de la personalidad normal, los rasgos de
personalidad muestran amplias
diferencias individuales en función de las
características personales y el estilo
adaptativo de pensamiento, sentimiento y
conducta. Finalmente, las disfunciones de la personalidad se caracterizan
por expresiones extremas y rígidas de los rasgos de personalidad que
suponen una disfunción en la manera de pensar, sentir y actuar.

Por otro lado, siguiendo con la comprensión de la personalidad, otro factor


delimitante de esta es la identidad. Según Fernández, E. (2012) Existen dos
perspectivas de abordaje: desde lo individual y desde lo social. Lo individual
se refiere a el individuo como tal como organismo que es y se siente
diferente al resto. En cambio, desde lo social sería como ese mismo
individuo se relaciona con el entorno y quiere identificarse o diferenciarse de
su grupo social.

En concreto, la identidad puede definirse según Echeburúa (La reformulación


de los trastornos de personalidad en el DSM-V, 2011) Esta sería una parte
de los aspectos alterados de la personalidad, entendida como autoconcepto
y autocontrol. Esta definición esta basada en el estudio de la personalidad.

En este sentido, para entender como la identidad influye en los trastornos de


personalidad es esencial tener en cuenta que la identidad se entiende desde
un nivel de funcionamiento a explorar, el "personal" (identidad, autoconcepto
y auto dirección) para estudiar los trastornos de personalidad junto al "nivel
interpersonal" (empatía, intimidad y cooperación, y complejidad e integración
de las representaciones de los otros).

En concordancia con lo anterior,


la clínica de los trastornos de la
personalidad en los pacientes,
aparece como un conflicto con la
representación interior del
individuo “Su identidad personal”,
y en un segundo conflicto que
involucraría la imagen de sí
mismos proyecta al exterior “Su
identidad interpersonal”. Esto quiere decir, que este conflicto se puede
observar como un síntoma del Trastorno de Personalidad Límite llamado
"identidad difusa". Es uno de los síntomas que aparecen en el DSM-V es un
criterio indispensable para entender la sintomatología del paciente dentro de
este trastorno: "Alteración de la Identidad: autoimagen o sentido de sí mismo
acusada y persistentemente inestable".

Según J.L. Marín define el TLP (Trastorno Límite de la Personalidad) como:


"patrón comportamental de relaciones interpersonales intensas y caóticas
con actitudes hacia los demás fluctuantes y extremas. En las formas más
graves, los pacientes con este trastorno presentan comportamientos
autodestructivos, son afectivamente inestables e impulsivos y carecen de un
sentido claro de la propia identidad.
Se puede evidenciar en esta definición de este autor que en este trastorno de
la personalidad la identidad es parte del problema lo que indica una relación
clara entre la personalidad y la identidad tanto en su nivel individual como
interpersonal, están englobados en un mismo constructo.

No obstante, no es el único trastorno donde la identidad juega un factor clave


pues Fernández, E. (2012). En el TP dependiente una fusión con el otro, y en
el histrionismo una fabulación de esta identidad, en el Trastorno Paranoide
(sobre todo el de tipo fanático), los pacientes asumen una identidad
grandiosa.

Asimismo, la persona con TP masoquista carece de experiencia en la


obtención de recompensas a partir de un comportamiento interpersonal
competente y respetuoso consigo mismo, y no posee otra identidad personal
coherente que la de la víctima, el masoquista se ve amenazado con la
pérdida del Sí mismo si abandona sus formas de relación habituales
Fernández, E. (2012).

Esto podría indicar entonces que la


identidad siempre tiene un papel dentro
de los distintos trastornos de
personalidad, en donde esta se
caracteriza por tener algunos patrones
patológicos. No relacionados a lo que se
concibe como “Identidad Normal” que es
la habilidad de mantener fuera de nuestra
conciencia todo aquello que no es
congruente con nuestros esquemas internos, algo que es consistente y se
mantiene en el tiempo.
Dentro de los trastornos de personalidad también existe otro gran factor que
influye en el desarrollo del mismo, estos son los factores psicosociales. Pues
existen una serie de factores de índole socio – cultural que pueden
denominarse elementos facilitadores o precipitantes de la aparición de las
alteraciones de la personalidad.

Es muy cierto que dentro de la


formación de la personalidad tanto
normal como patológica se mezclan
factores temporales que son
determinados por la biología y
factores caracterológicos que están
determinados por el ambiente, es
decir el factor psicosocial. Entonces puedo afirmar que gran parte de la
personalidad se forma a lo largo del proceso de experiencia y socialización.
Dentro de este proceso de socialización juega un factor clave los esquemas
que son las creencias que se van adquiriendo desde la infancia y reflejan
también parte de la personalidad.

En este sentido, existen determinantes ambientales y culturales de la


personalidad, en primer lugar, pertenecer a una cultura o a otra determina en
gran parte las metas que cada individuo se propone, también determina en
cierta parte la manera en que se valora tanto el éxito y el fracaso, entre otras
muchas cosas. En segundo lugar, la sociedad, también determina ciertos
tipos de conductas cuando el individuo pertenece a un grupo social en
particular, indicando así que conductas son más valoradas que otras.
Finalmente, la familia es otro determinante ambiental de la personalidad,
pues muchos estudios ya han revelado que las distintas prácticas de crianza
afectan el desarrollo de la personalidad. Incluso, algunos autores afirman que
es desde este factor donde se encuentran las causas de muchos de los
trastornos de personalidad. Es decir, entonces, que ciertos factores
psicosociales como el estatus socioeconómico, el entorno familiar y los
hábitos aprendidos en respuesta experiencias traumáticas tempranas son
ejemplos de predisposición a desarrollar un trastorno de personalidad.

A pesar de que generalmente


estos factores no son suficientes
para desarrollar en su totalidad un
trastorno de personalidad, son los
que crean las bases para que este
se desarrolle a lo largo del tiempo.
Al respecto comenta Millon: …
“niños expuestos a la pobreza y la indigencia, que acuden a escuelas
inadecuadas, que viven en grupos de casas pobres en comunidades
decadentes, que crecen en hogares caóticos y rotos, que carecen de
modelos paternos de éxito y se hallan inmersos en una atmósfera penetrante
de desesperanza, futilidad y apatía, no pueden hacer otra cosa que
cuestionarse la validez de la buena sociedad” …

El anterior es un claro ejemplo de los factores psicosociales que son una


predisposición patológica que funciona como un acelerador para la aparición
de un trastorno. Esto quiere decir, que evocan o desencadenan la expresión
de factores de predisposición ya existentes, que estaban ocultos. Existe una
manera de agrupar los trastornos de personalidad, en donde se toman en
cuenta distintas fuentes o influencias sobre la conducta.
Esta es la evaluación Multiaxial a partir del diagnóstico de cinco ejes
contemplados en el manual DSM V. Comprende posibles enfermedades
médicas, problemas psicosociales y/o ambientales, que pueda estar
atravesando un individuo. Como mencione anteriormente la evaluación
multiaxial se lleva a cabo según los criterios diagnósticos del DSM V y evalúa
a la persona en diferentes variables.

Son 5 ejes en total, el eje (IV) toma en cuenta los problemas psicosociales y
ambientales. Dentro de este se integra la familia, educación, cuestiones
laborales, cuestiones domésticas, cuestiones económicas y legales. Según
Arias, A. (2003) En este eje se anotan los factores o estresores psicosociales
que pueden ser responsables de la evolución del cuadro de trastorno de
personalidad o que podrían afectar su evolución.

Entre otros, muerte de un miembro,


ruptura de la familia por separación,
divorcio, abuso sexual o físico,
sobreprotección parental, negligencia de
los niños, muerte o pérdida de un amigo,
analfabetismo, problemas académicos,
desempleo, cambio de trabajo, hogares
en malas condiciones, vecindario
inseguro, pobreza extrema, inadecuados
servicios médicos, dificultades para asistir a los servicios, arresto, desastres
y guerra Arias, A. (2003).
Esta información me permite afirmar que existes situaciones psicosociales
anómalas asociadas al desarrollo del trastorno de personalidad. Estas
situaciones pueden clasificarse en las siguientes:
 Relaciones intrafamiliares anormales. Por ejemplo; la ausencia de
cariño, discusiones de los cuidadores, hostilidad, maltrato físico y
abuso sexual.
 Trastorno mental, desviación o limitación en el grupo de apoyo
primario del niño. Por ejemplo; trastorno mental de alguno de los
padres, discapacidad de los padres o discapacidad de los hermanos.
 Comunicación intrafamiliar inadecuada o distorsionada.
 Tipos anormales de crianza. Por ejemplo; sobreprotección de los
padres, supervisión y control inadecuado, privación de experiencias,
presiones inapropiadas por parte de los padres.
 Ambiente circundante anómalo. Por ejemplo; familia anómala,
situaciones de vida que crean una situación psicosocial peligrosa.
 Acontecimientos vitales agudos. Por ejemplo; perdida de una relación
afectiva, cambio de hogar, alteración en el patrón de las relaciones
familiares, entre otros.
 Factores estresantes sociales. Por ejemplo; persecución o
discriminación negativa y cambio social.
 Estrés crónico asociado al colegio o al ambiente de trabajo.

Asimismo, existen otros criterios claves para el desarrollo de una


personalidad saludable (Normal) o no saludable (Patológica). La idea de que
las características de personalidad pueden desempeñar una notable
influencia sobre la forma de afrontar el estrés, los niveles de bienestar y la
prevención de la enfermedad, constituye un área de gran interés sobre la que
convergen numerosas investigaciones (Costa & McCrae, 1980). Es por eso
que considero importante, integrar el concepto de bienestar psicológico a
este informe.

Muchos autores concuerdan que la personalidad es uno de los predictores


más potentes del bienestar. Pero debo antes definir lo que se entiende por
bienestar subjetivo, para Aristóteles, para quien el bienestar presenta
componentes hedonistas y eudonómicos: el bienestar hedonista remite al
placer momentáneo, mientras que el bienestar eudonómico se relaciona con
formas de comportarse de una manera socialmente beneficiosa, que
conduce al crecimiento personal (Wood, Joseph, & Maltby, 2009).

En la actualidad, la perspectiva hedonista se ve reflejada en la noción de


bienestar subjetivo, que implica alto afecto positivo, bajo afecto negativo, y
una sensación de satisfacción con la vida (Diener, 1984). La corriente
eudonómica, por su parte, se refleja en el bienestar psicológico (BP),
vinculado a relaciones positivas con otras personas, al crecimiento personal,
propósito en la vida, y una mayor autonomía (Ryff, 1989; Ryff & Keyes,
1995). Es esencial realizar dicha distinción para poder tener una idea clara
de ambos conceptos y no confundirlos.

Se puede definir entonces el bienestar


psicológico como la autorrealización o
realización del propio potencial humano,
la cual se alcanza a través de la
realización de metas, el establecimiento
de relaciones de confianza con los otros
y la conciencia del propósito en la vida
(Ryff & Singer, 1998). Este mismo autor
afirma que el bienestar psicológico este asociado a determinados criterios de
desarrollo positivo de la personalidad.

En este sentido, Ryff y Keyes (1995) proponen el modelo multidimensional


del bienestar psicológico, que considera seis dimensiones de análisis: 1)
autoaceptación, 2) relaciones positivas con otras personas, 3) autonomía, 4)
dominio del entorno, 5) propósito de vida y 6) crecimiento personal, estos se
encuentran relacionados con las necesidades, motivos y atributos de cada
persona. A continuación, explicaré cada dimensión del modelo
multidimensional:
1. Autoaceptación: Implica la presencia de actitudes positivas hacia uno
mismo, sentirse satisfecho con sí mismo, seguro con respecto a
ciertas cualidades personales, sin desear que fuesen distintas de
cómo lo son, ni de cómo lo han sido en el pasado.
2. Relaciones positivas: la capacidad de sostener relaciones basadas en
la empatía y la confianza mutua, poder brindar amor y sostener fuertes
lazos de amistad sin dificultad para abrirse a los demás y confiar.
3. Autonomía: hace referencia a la autorregulación de la conducta, la
capacidad, y libertad, de poder decidir que se quiere ser y trabajar por
ese objetivo y la autodeterminación.
4. Dominio del entorno: la capacidad de elegir y crear entornos
favorables, se evidencia en la habilidad de saber aprovechar las
oportunidades que se presentan, ejerciendo un control sobre el
entorno.
5. Propósito de vida: Se refiere a la presencia de proyectos y metas que
den un sentido a la existencia, es el cumplimiento de una función o
logro de algún objetivo basados en los valores de referencia
particulares de cada persona.
6. Crecimiento personal: define la intencionalidad de llevar al máximo las
capacidades, de desarrollar las potencialidades y seguir en continuo
crecimiento como persona.

Para poder medir el bienestar


psicológico de una persona, se
desarrollo un instrumento
conocido como “Escalas de
bienestar psicológico” que mide
cada una de las dimensiones
que acabo de mencionar. Esta
escala, consta de 120 ítems y a cada dimensión le corresponden 20 ítems.

Ahora bien, en relación al bienestar psicológico y la personalidad, según


Olivera, Mercedes y Simkin, Hugo (2016) Schmutte y Ryff (1997) realizaron
un estudio en el que observaron que todas las dimensiones de Bienestar
Psicológico se encontraban asociadas de manera positiva con extraversión y
negativa con neuroticismo. Esto podría indicar que los rasgos de
personalidad dependen del bienestar psicológico que desarrolle la persona a
lo largo de su vida. Otras investigaciones según Olivera, Mercedes y Simkin,
Hugo (2016) demostraron que la amabilidad y la responsabilidad favorecen el
bienestar psicológico, dado que las personas que presentan estos rasgos
tienden a experimentar experiencias más positivas y a resultar exitosas
interpersonalmente.

Entonces se puede afirmar que la personalidad juega un papel importante en


el desarrollo del bienestar psicológico y viceversa. Indicando así que el
bienestar psicológico se asocia fuertemente a los cinco factores de la
personalidad. Finalmente, es conveniente integrar a este informe las
características de la personalidad madura, Allport indica que son seis
criterios de la personalidad madura sana:
1. Extensión del sentido de sí mismo: Se forma gradualmente en la
infancia y continúa extendiéndose a compás de la experiencia a
medida que se hace mayor el círculo de participación del individuo.
2. Relaciones emocionales con
otras personas: La adaptación
social de la personalidad
maura se denota por dos
diferentes clases de relación
emocional. En virtud de la
extensión de sí mismo, tal
persona es capaz de gran intimidad en su capacidad de amar, ya sea
en la vida familiar, como en una amistad.
3. Seguridad emocional o aceptación de sí mismo: incluye la capacidad
de evitar reacciones excesivas frente a cosas correspondientes a
impulsos segmentarios. El individuo maduro acepta su impulso sexual
y se esfuerza en comportarse respecto al mismo modo que se origine
el mínimo de conflicto consigo mismo y con la sociedad.
4. Percepción realística: En la personalidad sana, las percepciones y los
conocimientos cotidianos se caracterizan en conjunto por la eficacia y
la exactitud. El individuo maduro no tuerce la realidad para acomodarla
a sus necesidades y fantasías.
5. Auto Objetivación: Conocimiento de sí mismo y capacidad de tener
sentido del humor.
6. Filosofía unificadora de la vida: Las personalidades maduras la
dirección es más marcada, más enfocada al exterior que en las vidas
inmaduras. Esto quiere decir que las personas maduras tienen claro
su objetivo de vida.
Comparando el modelo de bienestar psicológico y las características de la
personalidad madura encontré similitudes em algunos aspectos. Esto podría
indicar que a medida que la persona reporta mayor bienestar psicológico
tendrá una personalidad más madura. Pues como pude ver las relaciones
interpersonales están presentes en ambos, haciendo referencia a la
capacidad de establecer vínculos de manera positiva con otras personas. Así
como también la capacidad de establecerse metas a lo largo de la vida.
CONCLUSIÓN
A lo largo del informe pude evidenciar como los factores psicosociales
intervienen en la formación de los trastornos de la personalidad. Según Arias,
A. (2003) Entre estos, muerte de un miembro, ruptura de la familia por
separación, divorcio, abuso sexual o físico, sobreprotección parental,
negligencia de los niños, muerte o pérdida de un amigo, analfabetismo,
problemas académicos, desempleo, cambio de trabajo, hogares en malas
condiciones, vecindario inseguro, pobreza extrema, inadecuados servicios
médicos, dificultades para asistir a los servicios, arresto, desastres y guerra.

Estas situaciones psicosociales a anormales aceleran o predisponen el


desarrollo de un trastorno de personalidad. Así como también, podría
acelerar el desarrollo de uno los problemas de identidad del individuo, esta
se va forjando a medida del desarrollo humano y la clínica de los trastornos
de la personalidad en los pacientes, aparece como un conflicto con la
representación interior del individuo “Su identidad personal”, y en un segundo
conflicto que involucraría la imagen de sí mismos proyecta al exterior “Su
identidad interpersonal”.

Ante estos dos grandes factores que inciden en el desarrollo de un trastorno


de personalidad, es importante diseñar estrategias de salud mental para la
prevención del desarrollo de las mismas. Estas estrategias pueden estar
sujetas al concepto de bienestar psicológico y sobre todo a lo que ya se
conoce como las características de una personalidad madura.

Las estrategias también pueden incluir charlas a las familias en donde se


aborde con mayor enfoque cuales son los factores psicosociales o las
situaciones sociales anormales que alimentan y aceleran el desarrollo de un
trastorno. Teniendo en cuenta estos dos focos, promoción de bienestar
psicológico en el ámbito educativo, laboral y familiar, las charlas sobre los
factores psicosociales que intervienen, se podría controlar el desarrollo de
una patología en la personalidad.
REFERENCIAS

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noviembre de 2022,
de https://www.studocu.com/es-ar/document/universidad-fasta/neuroci
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