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CAPÍTULO TRES

Función de la personalidad

I REACCIÓN A LOS ESTÍMULOS

Al igual que los distintos órganos del cerebro y del cuerpo


reaccionan de forma diferente a los estímulos, también lo hacen los
distintos sistemas de la personalidad. La exteropsique juzga de forma
imitativa y trata de imponer conjuntos de normas prestadas. La
neopsique se ocupa principalmente de transformar los estímulos en
trozos de información, y de procesar y £laborar esa información sobre
la base de la experiencia previa. La arqueopsique tiende a reaccionar
de forma más brusca, sobre la base de un pensamiento prelógico y de
percepciones poco diferenciadas o distorsionadas. De hecho, cada uno
de estos aspectos percibe el entorno de forma diferente, de acuerdo con
su función, y por lo tanto reacciona a un conjunto diferente de
estímulos. Un ejemplo demasiado simplificado pero ilustrativo es la
reacción a una de las siempre populares noticias sobre malversadores.
En algunas personas,
esto despierta una reacción paternalista y moralista. En más personas
despierta
un interés más bien adulto por saber cómo se gestionó el desfalco.
Posiblemente la reacción más común es el pensamiento ingenuo e
infantil, aunque generalmente no expresado: "Sería interesante
hacerlo". En el lenguaje del análisis transaccional, el padre que busca
culpables juega a la mancha, el adulto hace de contable y el niño quiere
jugar a policías y ladrones.
Los tres aspectos también reaccionan entre sí. El padre puede
excitarse (es decir, angustiarse) por las fantasías del niño, y el niño
se
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38 / ANÁLISIS TRANSACCIONAL

particularmente sensible a los estímulos inhibitorios


de los padres. Esta relación suele ser una réplica de
la relación original entre el niño y el padre que el
individuo experimentó.

2 EL FLUJO DE LA CATEXIS
La señora Tettar, un ama de casa de 22 años, fue
remitida para el tratamiento de un grave estado de
agitación tras el nacimiento de su segundo hijo.
Una de sus operaciones más frecuentes durante las
horas terapéuticas fue la de regañar de forma
coercitiva. Por ejemplo, preguntaba una y otra vez
a la terapeuta qué hacer para que su asistenta se
fuera, o si debía ir al hospital. Pronto fue posible
señalarle que, si bien en la superficie sus preguntas
representaban una búsqueda adulta de
información, en otro nivel constituían un intento
de su Niño de manipular al terapeuta de alguna
manera. La niña respondió expresando su
resentimiento contra su madre por haberla
mimado. Dio ejemplos de cómo había rogado a su
madre que hiciera cosas por ella que bien podía
hacer por sí misma. Consideraba que su madre no
debería haber cedido.
A medida que se trabajaba en este problema
durante una hora, el comportamiento de la
paciente cambiaba gradualmente. Se sentó, su cara
se relajó, su voz se volvió más segura, y en lugar
de quejarse y regañar, se mostró sociable, alegre y
comunicativa: como su antiguo yo, como volvió a
marcar. Pero cuando la acompañaron a la puerta al
final de la hora, recayó en su antiguo estado de
ánimo y comenzó a quejarse una vez más. Luego
se recompuso bruscamente, sonrió alegremente y
dijo: "¡Ya estoy otra vez!"
Estos cambios en el estado del yo, que pueden
observarse fácilmente tanto en personas sanas
como en pacientes, pueden explicarse utilizando el
concepto de energía psíquica, o catexis, según el
principio de que en un momento dado el estado del
yo que está catexado de una manera determinada
tendrá el poder ejecutivo. En primer lugar, bastará
con hablar simplemente de "flujo de catexis". Los
datos dados sobre la Sra. Tettar, por ejemplo,
pueden ser explicados a este respecto diciendo que
ella vino con un Niño altamente catectizado; que la
catexis se inclinó gradualmente del Niño al Adulto
hasta que el Adulto se hizo cargo del ejecutivo; que
al separarse, la catexis se drenó de nuevo hacia el
Niño, y que cuando ella "se recompuso" la catexis
se inclinó abruptamente de nuevo hacia el Adulto.
FUNCIÓN DE LA PERSONALIDAD
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Los ciclos de comportamiento y actitud de la Sra. Primus pueden ser
contados de forma similar.

3 LÍMITES DEL EGO


Cuando se dijo anteriormente que la catexis se inclinaba del Niño al
Adulto, y viceversa, este concepto o metáfora implica que había algún
tipo de frontera entre los dos estados del yo. Aunque esta implicación
puede pensarse en términos neurológicos, todavía no es posible una
verificación fisiológica, por lo que aquí nos limitaremos a considerar
los fenómenos psicológicos.
En su estado prepsicótico, y durante las remisiones que se
produjeron En el curso de su terapia, la Sra. Tettar era consciente de
ciertas obsesiones, fobias y compulsiones que eran distónicas del yo. En
esos momentos, su obsesión por la limpieza, su miedo a la suciedad y
su compulsión a lavarse las manos un determinado número de veces
seguidas solían ser percibidos por ella como algo que no formaba parte
de su "yo real". En este tipo de pensamiento, su mente estaba dividida
en dos sistemas: "Yo real" y "Yo no real". El "Yo real" era capaz de
comprobar la realidad con respecto a la suciedad y la limpieza; el "Yo
no real" era incapaz. El "Yo real" sabía cosas sobre la sanidad (sobre
todo porque su marido era trabajador de la sanidad pública) que un bebé
sería incapaz de apreciar, mientras que el "Yo no real" se guiaba por el
pensamiento mágico de un modo característico de un bebé en una
determinada fase específica del desarrollo. Así, el "yo real" era
característicamente adulto, y el "yo no real" era característicamente
infantil.
La propia visión de la Sra. Tettar de estos dos aspectos diferentes de
su per sonalidad implicaba la existencia de una frontera entre ellos, ya
que en su mente ciertas formas de comportamiento y sentimiento
pertenecían a un sistema, que ella percibía como su verdadero yo, y
otras formas pertenecían a un sistema que estaba fuera de él. La
multiplicación de tales informes justifica la suposición de que cada
estado del yo es una especie de entidad que se diferencia de alguna
manera del resto de los contenidos psíquicos, incluyendo otros estados
del yo que existieron hace muchos años o unos momentos antes, o que
están activos simultáneamente. La forma más conveniente y
probablemente la más exacta de decir esto es hablar de cada estado del
ego como si tuviera un límite que lo separa de otros estados del ego
40 / ANÁLISIS TRANSACCIONAL

estados. De ahí que un conjunto de círculos, como


el de la figura IB, pueda considerarse una forma
justa de representar la estructura de la
personalidad.

4 EL PROBLEMA DEL YO
Cuando se dijo que el lavado de manos de la Sra.
Tettar era ego distónico, esto significaba
específicamente Adulto-ego-distónico. Sin
embargo, en su estado psicótico manifiesto, cuando
su "yo real" era el niño, el lavado de manos se
convertía en ego sintónico: es decir, en esos
momentos aceptaba sus propias racionalizaciones
descabelladas para este comportamiento, lo cual
era de esperar, ya que las propias racionalizaciones
procedían del niño. En su estado neurótico eran
escuchadas por el Adulto, que no estaba de acuerdo,
mientras que en su estado psicótico eran
escuchadas por la misma personalidad que las ideó.
En otras palabras, su lavado de manos era distónico
por parte del Yo Adulto y sintónico por parte del
Yo Niño, por lo que el hecho de que en un
momento dado lo percibiera como distónico o
sintónico dependía de cuál era su "Yo real" en ese
momento.
El problema ahora gira en torno a lo que determina
el "Yo real". Evidentemente, esto no depende del
poder ejecutivo, ya que cuando se lavaba las manos
de mala gana o buscaba motas, en su estado no
psicótico, su Niño tenía el poder ejecutivo, pero el
Adulto seguía siendo experimentado como "Yo
real".
La comprensión clínica en este ámbito puede
obtenerse postulando tres estados de catexis:
ligado, no ligado y libre. Una analogía física es la
de un mono en un árbol. Si permanece inactivo,
su posición elevada sólo le proporciona energía
potencial. Si se cae, esta energía potencial se
transforma en energía cinética. Pero como es un
ser vivo, puede saltar, y entonces hay que tener en
cuenta un tercer componente, la energía muscular,
para entender cómo aterriza donde lo hace.
Cuando está inactivo, la energía física está ligada,
por así decirlo, a su posición. Cuando cae, esta
energía se desliga, y cuando salta añade un tercer
componente por libre elección. El conjunto de la
energía cinética y muscular podría denominarse
energía activa. La catexis ligada corresponde
entonces a la energía potencial, la catexis no ligada
a la energía cinética y la catexis libre a la energía
muscular; y la catexis no ligada y la catexis libre
juntas pueden llamarse catexis activa.
Los límites del ego se conciben como
semipermeables en la mayoría de las condiciones.
Son relativamente impermeables a los límites
ligados y no ligados.
FUNCIÓN DE LA PERSONALIDAD
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catexis, mientras que la catexis libre puede pasar con relativa facilidad
de un estado del yo a otro.
La situación psicológica puede entonces resumirse de la siguiente
manera:
(a) Ese estado del ego en el que predomina la catexis libre se percibe
como el Yo; o, como dice Federn1, "Es la catexis misma la que se
experimenta como sentimiento del ego". (b) El poder ejecutivo es
asumido por aquel estado en el que la suma neta de catexis no ligada
más libre (catexis activa) es mayor en un momento dado. Estos dos
principios pueden ilustrarse con el caso de la señora Tettar en sus tres
estados clínicos diferentes.
1. En su estado saludable, su "viejo yo", la Niña contiene sólo
catexis ligada y, por lo tanto, está latente, mientras que el Adulto está
cargado de catexis libre y, por lo tanto, se experimenta como su
"verdadero yo". El Adulto también tiene el poder ejecutivo, ya que
contiene la mayor suma de catexis activa (no ligada más libre).
2. En su estado neurótico de lavado de manos, la catexis libre aún
reside en el Adulto, mientras que el Niño contiene catexis no ligada.
Esta catexis no ligada predomina cuantitativamente sobre la catexis
activa del Adulto. Por lo tanto, el Niño tiene el poder ejecutivo,
mientras que el Adulto todavía se experimenta como su "Yo real".
3. En su estado psicótico, la Niña contiene catexis no ligada y
también la catexis libre que ha sido drenada del Adulto. Esto deja al
Adulto relativamente agotado de catexis activa. Por lo tanto, el Niño
tiene el poder ejecutivo y se experimenta como el "Yo real".

5 CAMBIOS EN EL ESTADO DEL


EGO
Los cambios de estado del yo en un sistema de este tipo dependen de
tres factores: las fuerzas que actúan sobre cada estado, la permeabilidad
de las fronteras entre los estados del yo y la capacidad catéctica de cada
estado del yo. Es el equilibrio cuantitativo entre estos tres factores lo
que determina la situación clínica del paciente, y también indica los
procedimientos terapéuticos (o los procedimientos corruptores de los
explotadores). En el caso de la Sra. Tettar, la terapia se planificó de
forma que se trataran estos factores uno tras otro.
En primer lugar, el terapeuta intentaba activar al Adulto, como en el
caso de la señora Primus, haciendo hincapié en la prueba de realidad.
Se suponía que la neopsique, como sistema, existía intacta; el problema
42 / ANÁLISIS TRANSACCIONAL
era aumentar su
42 / EL ANÁLSIS TRANSACCIONAL
ES

.rathexis activa (es decir, no vinculada más libre). La transferencia y lo


social
.aspectos desempeñaron su papel en esta movilización. En segundo lugar,
intentó
aclarar y reforzar la frontera entre el Adulto y el
-Niño para "captar" este aumento de la catexis del Adulto. En tercer
lugar, intentó aumentar la capacidad catéctica del Niño tanto ab -de
manera absoluta y relativa por la resolución de los conflictos
infantiles, para que el Niño sea menos propenso a activarse en
momentos inoportunos en
...una forma poco saludable. Las técnicas reales utilizadas no son
pertinentes para la presente discusión, cuyo propósito es sólo ilustrar la
importancia de estudiar los factores que influyen en los cambios del
estado del ego. Los principios implicados son a menudo reconocidos
intuitivamente por los propios pacientes: de qué aspecto particular se
hablará más adelante.
Llegados a este punto, conviene aclarar dos distinciones que a
menudo causan dificultades. El Padre puede funcionar como un estado
del ego activo, o
...como influencia. En el caso del Sr. Troy, el padre era tanto el ejecutivo
.y el "Yo real", y funcionaba como un estado del ego activo. Esto
significaba que se comportaba como padre. Por otra parte, cuando la Sra.
Primus se bajó la falda, su estado del yo activo era el de un Niño
obediente, mientras que su Padre, en forma de voces alucinadas,
funcionaba
...sólo como una inHuencia. No se comportó como el padre, sino como
el padre hubiera querido. Así, siempre que se habla del Padre, hay que
entender si el estado del ego activo o el Parental en u ,ence es decir.
Es la inHuencia Parental la que determina si el Niño adaptado o el
Niño natural está activo en un momento dado. El Niño adaptado es un
estado del ego arcaico que está bajo la influencia de los Padres,
mientras que el Niño natural es un estado del ego arcaico que está libre o
está intentando liberarse de dicha influencia. Es la diferencia, por
ejemplo, entre un niño obediente y un niño con mal genio. Una vez más,
hay que entender de qué se trata cuando se habla del Niño.

NOTAS

Las discusiones de Freud sobre la "energía psíquica" y la "catexis"


(Besetzungse nergie) se encuentran entre sus más oscuras. Algunas de las
FUNCIÓN DE LA
PERSONALIDAD / 43
dificultades pueden residir en sus traductores. 2 Colby3 ha intentado resolver
algunos de estos problemas.
44 / EL ANÁLSIS TRANSACCIONAL
ES
lemas. Lo más sencillo es aceptar con gratitud el concepto de catexis e intentar
correlacionarlo con las propias observaciones.

REFERENCIAS
I. Weiss, Edoardo. Loe. cit., p. 37.
2. p. ej., Freud, S. An Outline of Psychoanalysis, Zoe. cit., p. 44 y ss. 3.
Colby, K. M. Energy & Structure in Psychoanalysis. Ronald Press, Nueva
York, 1956.

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