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Desde 1974, 

10 huracanes pasaron por Honduras: Fifí (1974), Hugo (1988), Gert


(1989), Mitch (1998), Katrina (1999), Michelle (2001), Beta (2005), Gamma (2005),
Eta (2020) y Iota (2020). Los que más daño causaron fueron los huracanes Fifí, Mitch,
Eta y Iota (estos últimos se convirtieron en tormentas al tocar tierra).10 feb 2021

Prioridad 1. Comprender el riesgo de desastres


Las políticas y las prácticas para la gestión del riesgo de desastres deben
basarse en una comprensión del riesgo de desastres en todas sus dimensiones
de vulnerabilidad, capacidad, grado de exposición de las personas y los bienes,
las características de las amenazas y el entorno. Ese conocimiento se puede
aprovechar para la evaluación, la prevención y la mitigación del riesgo, así
como para la preparación y la respuesta en caso de desastres.

Prioridad 2. Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para


gestionarlo
La gobernanza del riesgo de desastres en los planos nacional, regional y
mundial es de gran importancia para la prevención, la mitigación, la
preparación, la respuesta, la recuperación y la rehabilitación. Se fomenta la
colaboración y la formación de alianzas.

Prioridad 3. Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la


resiliencia
Las inversiones públicas y privadas para la prevención y la reducción del riesgo
de desastres mediante medidas estructurales y no estructurales son esenciales
para aumentar la resiliencia, económica, social, sanitaria y cultural de las
personas, las comunidades, los países y sus bienes, así como del medio
ambiente.

Prioridad 4. Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de


dar una respuesta eficaz y “reconstruir mejor” en los ámbitos de la
recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción
El crecimiento constante del riesgo de desastres pone de manifiesto la
necesidad de fortalecer aún más la preparación para casos de desastres,
adoptar medidas con anticipación a los acontecimientos y asegurar que se
cuente con la capacidad suficiente para una respuesta y una recuperación
eficaces a todo nivel. La fase de recuperación, rehabilitación y reconstrucción
es una oportunidad fundamental para reconstruir mejor, entre otras cosas
mediante la integración de la reducción del riesgo de desastres en las medidas
de desarrollo.

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