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Las estrellas de Hollywood

Cine y arte, cercanías y distancias.


Dra. Iliana Ortega
por Carolina Ramírez Berrocal
Maestría en Investigación en Artes Visuales
¿Qué es lo que hace a alguien una “estrella”? Sin duda hay una larga lista de
razones, y para que esto suceda debe de haber una combinación de factores
económicos y sociales que favorezcan el nacimiento de una nueva figura. Algunas
personas argumentarían que es cuestión de suerte, otras cuestión de talento, o de
de estar en el lugar y tiempo correcto. Sin embargo, hay algo que es un factor
imprescindible y eso es: el público. La relación que tiene la estrella con su público es
crucial para que éste sea catapultado hacia la historia.
¿pero por qué existen las estrellas? Más adelante profundizaré en este punto, sin
embargo me gustaría relatar brevemente la razón por la que elegí este tema.
Me es interesante el fenómeno de las estrellas porque considero que en el mundo
del arte existe esa misma lógica del “star system”. Podríamos pensar en distintas
épocas en las que surgieron estrellas del arte. Los casos más conocidos quizás son
los de Picasso, Jackson Pollock, Andy Warhol, Diego Rivera, entre otros.
Me gustaría destacar que además de ser famosos por lo que hacían, utilizaban su
propia imagen para hacer de ellos un mito. Y así como Hollywood, las instituciones
del arte y agendas culturales necesitan de estas personalidades para existir.
Es interesante pensar cómo sucede esto en la actualidad, porque, es probable que
exista una vuelta más a la tuerca. Antes, pocas personas estaban expuestas
mediáticamente, hoy se podría decir que todos tenemos cierto grado de exposición
dentro de ello. Algo que explica Boris Groys de la siguiente manera:

Hoy en día, no son solo los artistas profesionales, sino


también todos nosotros los que tenemos que aprender a vivir
en un estado de exposición mediática, produciendo personas
artificiales, dobles o avatares con un doble propósito: por un
lado, situarnos en los medios visuales, y por otro, proteger
nuestros cuerpos biológicos de la mirada mediática.1

1
Groys Boris, La obligación del diseño de sí, “Volverse Público”, Editorial Caja Negra, Buenos Aires, primera
edición, 2016, p.14
Lo que le correspondía a unos cuantos, esto es, proyectar una identidad hacia el
exterior (un público): ya sea desde el cómo luces, qué consumes, cómo interactúas,
y toda la serie de decisiones que podrían constituir tu personalidad e identidad; Algo
que llamaría Boris Groys como: autodiseño, ahora es la posibilidad de todos. Este
autodiseño, llega a ser cada vez más sofisticado en la medida que una persona va
generando un público.
Joseph Beuys dijo que todos tenían derecho a verse a sí mismos como artistas. Lo
que se entendía en ese momento como un derecho se ha convertido hoy en una
obligación. Mientras tanto, estamos condenados a ser nuestros propios
diseñadores.2
Me es interesante hablar de las estrellas y de Hollywood porque creo que es una
forma de entender los orígenes de la psicología detrás de la fama y la esquizofrenia
detrás del “personaje público” de los individuos.
Finalmente no podemos deslindar el concepto de “fama” sin el concepto de
“estrella”, no obstante hay que reconocer la diferencia entre ambas porque la cultura
de las estrellas viene de un lugar específico: Hollywood. Por lo que ahora
desarrollaré de una manera muy breve lo que me llamó la atención de los orígenes
de Hollywood.
Si bien en el teatro también existía el fenómeno de las estrellas, es en Hollywood
donde obedeció su propia lógica, quizás siendo este una especie de paradigma,
donde se solidifica en tanto monopolio: desde la masificación de los medios como el
impacto económico que tiene hasta la actualidad.

La popularización del cine en Estados Unidos surgió a partir del año de 1900s, con
los llamados “nickelodeons''. Estos espacios eran frecuentados por todo tipo de
personas, como lo eran por inmigrantes y las clases obreras. Eran un espacio
multiuso (a menudo teatros) y se dice que eran espacios burdamente construídos,
con sillas de madera y muy poca ventilación. Fueron desapareciendo conforme el
surgimiento de largometrajes y la creciente industrialización del país. Donde, poco a
poco surgieron espacios cada vez más refinados, con arquitecturas magníficas,
referentes a las de un palacio. 3

2
ibid. p.35
3
L. Davis, Roland, Minors and Minors, “The Glamour Factory, Los grandes estudios de Hollywood”, Editorial
Casiopea, Barcelona, primera edición, 2001, p.19
Como lo fue Paramount, la compañía líder de la era muda4, con construcciones tan
lujosas como el “Paramount Theater” de Nueva York. El cual formaba parte de un
rascacielos gigante en Times Square con interiores inspirados en la época francesa
renacentista.5
“En el vestíbulo de la sala se exponían reliquias de todo el mundo autentificadas por
varios jefes de estado, lo que le daba a Paramount un aire de santuario cultural”
narra Roland L. Davis, autor del libro The Glamour Factory.6
Eugene Zukor, hijo de la mente maestra detrás de Paramount dijo:

Mi padre creía que una sala de proyección no debía ser sólo un


lugar de diversión, sino que también debía poner al alcance del
público arte y objetos de interés y hacer exposiciones que
interesaran a los niños y los educadores. Creía que un cine
debía desempeñar un papel en la comunidad: el papel de punto
de encuentro.7

No todas las salas de Paramount eran tan ostentosas, se estudiaba la región en la


que se encontraba, tomando en cuenta el tipo de concentración poblacional y el tipo
de movilidad que había en la zona, sin embargo, por más que no se tratara de
estandarizar el tipo de construcción, quizás era un poco inevitable la manera en la
que comenzó a dividir a las clases sociales. Como narra anecdóticamente Zukor
sobre la apertura de sala “North Platte” en un centro ferroviario en Nebraska:

Recuerdo la noche que abrieron esa sala, muchos de los


hombres llegaron directamente de los talleres en que habían
estando lubricando y engrasando las locomotoras, y no se
atrevían a pisar la alfombra. Se quedaron plantados y dijeron “No
podemos entrar. Esperaremos hasta el domingo, después de
misa cuando no llevemos el uniforme·” Los chicos miraban a los

4
ibid p.20
5
Paramount Theatre
http://www.nycago.org/Organs/NYC/html/ParamountTheatre.html
6
L. Davis, Roland, Minors and Minors, “The Glamour Factory, Los grandes estudios de Hollywood”, Editorial
Casiopea, Barcelona, primera edición, 2001, p.19
7
Eugene Zukor, cit por, Roland L. Davis, ibid.
acomodadores con esmoquin, nunca habían visto a esas
criaturas fuera de la pantalla o las revistas. Finalmente tuvimos
que bajar el nivel de la sala para adecuarlo al de aquella
comunidad. 8

Este pequeño extracto me llama mucho la atención por dos cosas, la primera es:
¿cómo “bajas” de nivel un espacio?, me pregunto si removieron la alfombra e
hicieron menos alusión al concepto de palacio y realeza. Pero entonces ¿qué tipo de
amueblado es apto para una clase trabajadora? La pregunta para mí no tiene
respuesta. Por otra parte, la manera en la que llama a las personas con esmoquin
como “criaturas fuera de la pantalla o las revistas” es un punto importante para
hablar sobre la construcción de la concepción virtual de “las estrellas”.
Es interesante la manera en la que el público se relaciona con los personajes que ve
en pantalla, y lo que sucede cuando llega a encontrarlos físicamente. Lo relaciono
con esta cita que aparece en The Glamour Factory perteneciente a Joseph Campbell
en The power of myth:

Las películas tienen algo mágico. La persona que estás


mirando está también en otra parte en ese mismo instante. Eso
es una característica propia de Dios. Si un actor entra en una
sala de cine, todo el mundo se gira para mirarlo. Es el
verdadero protagonista de la ocasión. Está en otro plano. Es
una presencia múltiple.9

Esa presencia múltiple de la que habla Campbell podríamos relacionarla con lo que
llama Slavoj Zizek como lo “virtual simbólico”. Lo virtual simbólico existe como un
concepto que habita en nuestras mentes y que incluso puede llegar a ser muy
abstracto, sin embargo tiene una incidencia dentro de nuestras vidas, de alguna u
otra forma. Zizek da ejemplos como la autoridad paternal, las creencias religiosas,
Santa Claus o la democracia. Lo interesante aquí es que en orden para que sea
efectivo este concepto tiene que mantenerse virtual, “es actual sólo como lo es
virtual”.10 Por lo tanto las estrellas no llegarían a ser estrellas sin ser al mismo

8
Eugene Zukor, cit por, Roland L. Davis, ibid, p19
9
Joseph Campbell, cit por, Roland L. Davis, ibid, p. 13
10
Slavoj Zizek “The real virtual”
https://youtu.be/gBRToxGyKZo
tiempo una imagen virtual. Desde mi punto de vista, considero que eso es uno de los
orígenes por los que se desprende la fama; Al ser un personaje que pertenece en sí
al mundo de la fantasía, el glamour y el drama, es como el estupor por las estrellas
nace cuando son vistas en público. ¿Cómo es que una imagen a cobrado vida? Es
increíble, es como si la magia del cine ahora fuera realidad. Desafortunadamente,
muchas personas no saben distinguir entre la ficción y la realidad, y hay casos,
como aquí en México en donde los personajes que actúan de villanos son
maltratados por personas que les han guardado resentimiento por estar tan
involucrados en la narrativa. Hay otras formas en las que se ha visto el fenómeno de
el salto entre lo “real” y lo virtual, y el primer caso histórico fue el de la muerte
temprana del actor Rodolfo Valentino11, muerto a los 31 años de edad de una
peritonitis. Lo asombroso del caso fue el acontecimiento tan masivo que suscitó su
muerte:
Como recordaba la revista 'Life' en su edición del 20 de junio de 1938,
cuando el coche fúnebre del actor salió de la iglesia Campbell's Funeral
Church de Broadway donde había tenido lugar la misa, más de 50.000
personas "se agolparon bajo la lluvia para ver pasar su cuerpo". Hubo 100
heridos. Más de 10.000 personas habían hecho cola la noche entera.
Hubo avisos de decenas de intentos de suicidio por parte de sus fans. Los
más fanáticos robaron algunas piezas de su ataúd. Pola Negri, su última
pareja, se desmayó "dramáticamente" sobre el cuerpo del actor, donde
además descansaba una corona de flores con la inscripción "De parte de
Benito Mussolini".12

Es increíble lo que puede hacer que una imagen virtual vaciada en la identidad de
una persona se convierta en la causa de muchos acontecimientos, desde eventos
públicos, movilizaciones sociales, tendencias en la moda y claro, generar una
cantidad enorme de dinero.

Hollywood no hubiera podido lucrar de la manera en que lo hizo sin las estrellas. Las
grandes productoras de cine a principios del siglo XX eran Warner Bros., Paramount,

11
Finler, Joel W. El cine americano, historia de Hollywood, Ediciones Robinbook, Barcelona, 2010, p.25

12
Rodolfo Valentino: desmayos, suicidios y una corona "de parte de Benito Mussolini"
https://www.elconfidencial.com/cultura/2016-08-23/aniversario-90-anos-muerte-rodolfo-valentino_124
9809/
Fox, Metro-Goldwin-Mayer13, y tenían su propio sistema al momento de elegir a las
próximas estrellas de cine. No sólo había que tener talento para ser actor, si no
también para ser un cazatalentos. Era una actividad casi mística, como lo afirma
Lillian Burns (jefa del departamento de actores de MGM en los años 30) una de las
mejores cazatalentos de la época.
“La capacidad para detectar el talento era un don divino, los que tenían ese don
intuían dónde se encontraba, como si fuera oro enterrado”.14
Estos cazatalentos buscaban en una diversidad de espacios, los más comunes eran
las salas de teatro, donde no solamente se fijaban en los papeles principales,
también en los secundarios y coristas. Sin embargo también lo hacían prácticamente
en cualquier lugar, desde universidades, concursos de belleza, desfiles y
15
espectáculos de clubs. Una vez localizados, los invitaban a los estudios en
California, muchos de ellos venían de otros estados (ya que los cazatalentos no
limitaban su búsqueda en California), y eran sometidos a pruebas que comprendían
varias etapas. Los aspirantes se encontraban en un lugar totalmente vulnerable,
donde tenían que escuchar comentarios y críticas sobre su cuerpo. “La actriz Jeff
Donell recordaba esa humillante experiencia en Columbia. Lo único que les pareció
bien fueron mis orejas y mis dientes.”16
Si bien uno de los primeros aspectos que se buscaba en una estrella era su
excepcional belleza, había otro elemento básico que no podía faltar, y ese era el de
la personalidad. Es interesante entender que cada cazatalentos tenía una manera
distinta de aproximarse a los actores. Sin embargo, lo que me pregunto es ¿en qué
medida eso también era un reflejo del deseo del público?:

“Los americanos querían ver en la pantalla una imagen


atractiva de sí mismos,(...) Ésas eran las imágenes de
América que el mundo veía en las películas y trataba de
imitar después de absorber la más inmensa declaración de
fantasías del país. (...) en verdad muchos vinieron con la
expectativa de que la vida en los Estados Unidos sería como

13
L. Davis, Roland, Minors and Minors, “The Glamour Factory, Los grandes estudios de Hollywood”, Editorial
Casiopea, Barcelona, primera edición, 2001, p.19
14
Ibid, p.107
15
ibid,p.104
16
Jeff Donel, cit por, Roland L. Davis,ibid,p.105
en las películas. Las estrellas de Hollywood se convirtieron
en ídolos para los jóvenes de todo el mundo, y se revelaron
como héroes míticos. “Cuando una persona se convierte en
modelo para la vida de otras gentes, ha entrado en la esfera
de lo mitológico” declaró Joseph Campbell en The Power of
Myth.17

Hollywood se convirtió de un campo minero a una ciudad industrial, por lo que la


industria del cine en aquella época se centraba en valores progresistas y de
ascensión social, reflejando una ideología corporativa Los magnates que la
financiaban no se diferenciaban de aquellos en los que su negocio venía de la
industria banquera o ferrocarrilera.18 E incluso tenían su propio reglamento (el código
Hays)19 sobre lo qué podía y no podía aparecer en las películas. Aquello que era
moralmente correcto y que reflejaba la vida norteamericana.
Podríamos pensar que las películas de inicio del siglo XX eran un retrato sobre este
mindset, “reflejaron la fascinación de Tinseltown20 por sí mismo”21, incluso haciendo
películas meta cinematográficas como The Masquerader (1914) y Behind the Screen
(1916) de Charles Chaplin, en el cine mudo. O películas posteriores como What
price Hollywood? (1932) su refrito A star is born (1937) y Singing in the Rain (1952).
Me detengo un poco aquí para hablar brevemente de What price is Hollywood?.
Si bien el cine de Hollywood a inicios de la década de los años veinte intentó
sofisticar sus valores, me parece que esta película es excepcional. Ya que retrata a
Hollywood de una manera más cruda, no sigue la lógica de la época, no es una
historia de amor, uno de los personajes principales el cual es director de cine, es
alcohólico y se suicida. Toda esta mezcla de factores me parece que logra enfatizar
en la decadencia y en el lado B de la industria y me genera una intriga sobre cómo
logró pasar el código Hays. La escena del suicidio es profundamente artística, con
una sobreposición de planos para retratar el delirio del personaje y la utilización del
sonido como ruido para acentuar la saturación mental. Finalmente cuando aprieta el
gatillo, las escenas de su vida pasan en instantes con una rapidez extraordinaria.
17
ibid, p.12
18
Ibid
19
Finler, Joel W. El cine americano, historia de Hollywood, Ediciones Robinbook, Barcelona, 2010, p.25
20
Tinseltown es un término peyorativo para Hollywood, refiriéndose a un lugar de apariencias, Tinsel es adorno
de fantasía que suele ser brillante sólo en la superficie.
21
Hollywood Iliana p.30
What a price
Hollywood?
Hollywood al
desnudo
George Cukor
1932
Estados Unidos
Pandro Berman y
David Selninck
Charles Rosher
88min
22

Sin embargo considero que a excepción de esta y otras películas, Hollywood sirvió
para reforzar y construir el sueño americano, un sueño lleno de aspiraciones y
fantasías donde la gente podría cumplir sus sueños y progresar económicamente.23
Pero aquí hay una pregunta con la que me gustaría concluir este ensayo.
Y es un tanto parecida al dilema de “el huevo y la gallina”: En el libro Las estrellas
cinematográficas Richard Dyer propone la pregunta de Edgar Morin:
“¿las estrellas son un fenómeno de producción (surgiendo de lo que los realizadores
de las películas les proporcionan) o bien de consumo (surgiendo de lo que el público
reclama de las películas)?”24
Una estrella por sí misma representa un monopolio y forma parte del núcleo de la
economía de la industria del cine, incluso se dice, ciertas estrellas salvaron a
grandes compañías25 sin embargo “incluso en el apogeo de Hollywood, ni las
estrellas garantizaban por completo el éxito de una película”26.

22
Suicide Scene
Suicide Scene | What Price Hollywood? | Warner Archive
23
Paradójico el momento en que aún en la gran crisis económica de EU en 1929, Hollywood parecía
impenetrable.
24
Dyer Richard, Producción y consumo, Las estrellas cinematográficas, Ediciones Paidós Ibérica,Barcelona,
2001 p.23

25
ibid, pg.26
26
ibid, p.27
Lo interesante de este argumento es que por más que las estrellas son un producto
prefabricado de la industria, existe un factor que sale del control de la misma. Dyer
analiza el argumento de dos autores que denuncian a la figura de la estrella como
una mera manipulación:

Según Boorstin, las estrellas, como mucho de la cultura


contemporánea, son pseudo-acontecimientos. Parecen rebosar
de significado aunque en realidad carecen por completo de él.
De esta manera, una estrella es muy conocida por su nombre, y
no por el talento o por alguna cualidad específica. Son un
ejemplo de una “celebridad” comercializada en virtud de
diferencias triviales en sus apariciones. Las estrellas no poseen
un <<carácter fuerte, pero sí una personalidad promocionable y
definible (...) Las cualidades que hoy en día convierten a un
hombre o a una mujer en una marca de “publicidad nacional”
son, de hecho, una nueva categoría de vacuidad humana>>. 27

Por otra parte está el argumento de Herber Marcuse, que sostiene que la cultura
pasó de oponerse al status quo, a reproducirlo:

Los predecesores culturales de las estrellas pueden verse


como prototipos rupturistas (tales) como el artista, la prostituta,
la adúltera, el gran criminal y marginado, el guerrero, el poeta
rebelde, el demonio, el loco pero la tradición ha sido
“transformada esencialmente”.
El vampiro, el héroe nacional, el beatnik, el ama de casa
neurótica, el gángster, la estrella, el mangante carismático
representan una función distinta… No son imágenes de otro
modo de vivir, más bien fenómenos excepcionales o tipos de
la misma vida, que sirven de afirmación más que negación del
orden establecido.28

27
Richard Boorstin, cit por, Richard Dyer ibid, p.28
28
Herbert Marcuse, cit por, Richard Dyer, ibid, p.29
Ambas posturas denuncian el consumo de las estrellas como si la sociedad fuera
este receptáculo que recibe y desecha, sin pasar por una digestión cultural mucho
más compleja y minuciosa. Lo cual me parece atinada la postura de Dyer,
mencionando que “tanto Boorstin como Marcuse tratan a la sociedad como un vasto
mecanismo donde la conciencia humana no desempeña otro papel que el de poder
ser utilizada. Los argumentos de manipulación (...) se sirven de un concepto
conductista de los seres humanos.”29 Por lo que que respondiendo desde mi punto
de vista a la pregunta (producción/consumo), es importante destacar que la industria
cinematográfica en conjunto con los medios de comunicación si bien son fuertes
influencias de manipulación social, que utilizan a las estrellas para marcar
tendencias, no podemos subestimar al público y a su capacidad de ejercer una
crítica. Tampoco podemos homogeneizar a la sociedad, como bien lo dice Dyer, es
“endémico”, o la respuesta vieja y confiable, depende.
Así como lo ha sido en el público, también tenemos que pensar en las estrellas como
individuos capaces de tomar decisiones. Uno de las cosas que considero no se
toman tanto a consideración, es que en la época dorada de Hollywood, las estrellas
también fueron explotadas y muchas veces abusaban de ellos laboralmente,
teniendo contratos bastante hostiles y fácilmente manipulables.30 Así como podían
llegar a la fama en 3 segundos, podían también perderla si sus jefes así lo decidían.
Hoy en día existen los sindicatos laborales para las y los actores, y vemos a algunas
“estrellas” siendo parte de la vida pública (para bien y para mal). Las estrellas siguen
formando parte de este “simulacro de lo real”, sin embargo no todo es una denuncia
a la “sociedad del espectáculo”, la tradición de la teoría crítica debe tomar en cuenta
más factores donde se deje de subestimar a la sociedad.

29
ibid p.30
30
Una historia de Hollywood: El star system
https://youtu.be/b2A3JHKmKK8

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