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Echando chisme sobre el arte

Santiago Tomás López Sandoval


Pontificia Universidad Javeriana
Estudiante
lopez-st@javeriana.edu.co

Resumen
Dentro de este texto se llevará a cabo una posible respuesta a una pregunta central, la cual
es ¿el chisme nos hizo humanos? En donde se explorará desde dos autores, Yuval Noah
Harari y Estanislao Zuleta, la idea del lenguaje y el arte cómo características fundamentales
e indivisibles del ser humano. Como el humano es un ser simbólico, y el arte como
herramienta para la comprensión del mundo y la creación de nuevas ideas. Contrastando
argumentos de Harari y la exclusión del arte dentro del capitulo dos, de su libro Homo
Deus: De animales a Dioses.
Introducción
"Desde luego que, para el arte, donde se tiene necesidad de tiempo, no estaría mal vivir más
de una vida".
Vincent Van Gogh
¿Cuál o cuales fueron los elementos que nos llevaron a ser humanos? En el sentido de lo
que somo hoy día. Pues bien existen diferentes posturas en cuanto a esto, sin embargo,
Yuval Noah Harari en su libro Homo deus: De animales a dioses, dentro del segundo
capitulo denominado como el árbol del saber se plantea como el lenguaje, mediante una
revolución cognitiva desarrollo una serie de características las cuales nos ayudaron a
convertirnos en esa “especie dominante” que somos hoy día.
Sin embargo, hay una serie de elementos importantes que Harari ignora, dentro de este
planteamiento, para la resolución de la pregunta. Y es que tal y como plantea Estanislao
Zuleta en su libro Arte y filosofía: invitación a la búsqueda, en el capítulo llamado El arte
en las sociedades primitivas, el arte es algo indivisible del ser humano, desde el momento
en que este nació, el arte nació con él.
Cuerpo
¿El chisme nos hizo humanos? De una manera rápida y fácil podríamos contestar que sí, sin
embargo, seria una iniciativa un tanto apresurada. El lenguaje que nos permitió dominar el
mundo cuenta con tres principales características, según Harari:
 Transmitir gran cantidad de información sobre el mundo que nos rodea.
 Transmitir una gran cantidad de información acerca de las relaciones sociales.
 Transmitir información sobre cosas que no existen realmente.
Ahora bien, si el chisme y la información social hace parte de las características de este
nuevo lenguaje, ¿Por qué sería una equivocación, estar a favor de esta afirmación? La
respuesta es la siguiente, por qué no es la única característica pilar de nuestra naturaleza.
Claramente somos seres sociales, y el chisme representa una característica tan humana
como las demás, pero no es la única. Y ya lo dijo Harari, pese a que fue una facultad que
nos ayudo a agruparnos en comunidades mas grandes, en donde el número máximo de
individuos fue de 150 personas, no éramos capaces de superar este umbral y seguir
sobreviviendo dentro de la misma comunidad. Es aquí cuando el tercer elemento toma
fuerza, las historias.
Y es que el poder transmitir ficciones fue el elemento clave para la cooperación de millones
de individuos. Trabajar alrededor de una idea almacenada en la imaginación colectiva es lo
que nos ha traído hasta el punto donde nos encontramos, porque a parte de ser seres
sociales, también somos seres simbólicos. Harari explora una de estas, el lenguaje, pero hay
un elemento fundamental que queda sin tocar, el arte.
Zuleta abre el capítulo anteriormente referenciado en la introducción con la siguiente frase,
“Vamos a abordar el arte primitivo para hacernos una idea del arte propiamente dicho y
para desprendernos un poco de cualquier tipo de paralelo con la ciencia, con base en la idea
de que el arte es una actividad mucho más primordial y primitiva que la ciencia.” Y es que
el arte, el cual abarca infinidad de temas, estilos, técnicas y significados, es algo tan
fundamental para nosotros como humanos, que va anclado al lenguaje y la percepción que
poseemos sobre la realidad, como dice Zuleta, “El arte es primordial porque es la forma
artística como el hombre se posesiona del universo.” Pero ¿Cómo es capaz de sustentarse
tal afirmación? Pues a parte de ser seres sociales, como se dijo anteriormente también
somos seres simbólicos. Zuleta nos recuerda esto último, planteando que el hombre es
arrojado a un universo simbólico, que se constituye en primera instancia, por el lenguaje, el
cual se desarrolla hasta tal punto que todos los individuos deben de ser capaces de
someterse a una interpretación, valoración y clasificación implícita del mundo, para la
resolución de problemas de carácter natural los cuales deben de ser resueltos y organizados,
mediante la conversión a lo simbólico.
Es en este punto donde el arte cobra sentido. Y es que hay señales de dibujos hechos por
humanos hace más o menos 70.000 años de antigüedad, lo cual es paralelo a la denominada
revolución cognitiva de Harari, cuando se da el desarrollo del nuevo lenguaje. El arte, nos
permite representar aspectos de la realidad, una visión, una perspectiva, pero de igual
manera también nos permite representar ideas. Además de que a través de este podemos
conocer mucho sobre su naturaleza, a partir de sus diferentes representaciones y determinar
cómo se relaciona el arte con esa sociedad primitiva, conocer le organización de la familia,
la forma de producción, actividades del día a día e incluso sobre los pensamientos y
perspectivas del mundo que los rodea.
Conclusión
Así como el lenguaje, el arte también se presenta como una característica fundamental e
indivisible del ser humano. El chisme nos hizo humanos, claro que sí, pero también la
facultad de comunicar y desarrollar ideas, de crear arte, de abstraer de una realidad un
pensamiento y plasmarlo de una forma diferente. Además, que nos ayuda en el estudio de
las sociedades, en la creación de reflexiones, de lo que alguna vez fuimos y lo que somos
en este momento. Se muestra como un registro para nuestra historia y como la prueba mas
grande de que, una de las necesidades mas grandes que poseemos como humanos, es la de
crear, comunicar y seguir en constante evolución.
Bibliografía

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses.

Zuleta, E. (2020). Arte y filosofía: Invitación a la búsqueda. Editorial Nomos S.A.

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