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Un momento ¿y América?

La guerra de las imágenes es un libro escrito por el historiador, archivista y paleógrafo


francés Serge Gruzinski. Educado a a partir de 1969 en l’École nationale de chartes, ha
desarrollado una gran trayectoria como historiador. En 1970 Gruzinski hace un viaje a
México en donde su interés por este país empieza a aumentar. Principalmente Gruzinski
cuenta con un enfoque hacía los procesos de coloniza en América latina y Asia, pero, con
un enfoque particular, ver la colonización como lugar de mestizaje y el nacimiento de
espacios híbridos. Su trayectoria es implacable y actualmente es director de investigaciones
en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), realiza anualmente un
seminario en la ciudad de París llamado Culturas y sociedades de la América colonial en
los siglos XVI y XIX y es director de tesis en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias
Sociales. Además de ser el primer historiador galardonado con el Premio Internacional de
Historia en 2015. Como se mencionó anteriormente, Gruzinski despertó un gran interés por
el país mexicano y es allí de donde se desprende una de sus obras más conocidas y la que
nos compete el día de hoy, La guerra de las imágenes de Cristóbal Colon a “Blade
Runner”, enfocado principalmente en el estudio de la imagen mestiza y su ingreso a la
sociedad moderna mexicana. Este escrito tomara como referencia el capítulo 4 denominado
“Los efectos admirables de la imagen barroca” donde se nos contara como a partir de la
llegada de un personaje muy importante en el año de 1551se da el nacimiento de una de las
imágenes religiosas con más peso dentro de la cultura mexicana, la Virgen de Guadalupe.
Para empezar, ubiquémonos en pleno siglo XVI. Europa (en especial España) a finales del
siglo XV habían “descubierto” un nuevo continente, el cual se presentaba como un
ecosistema (geográfico y sociocultural) totalmente desconocidos, pero un continente que
supliría las necesidades de un pueblo derrotado y una Europa que, a raíz de esto entraría a
una serie de conflicto por el poder y la explotación dentro de los procesos de colonización
América. Sin embargo, de esto no es de lo que vamos a hablar. Lo interesante aquí es que a
mediados del siglo XVI se empieza a dar un proceso en México en donde la imagen y su
poder para el adoctrinamiento de una manera no tan invasiva, empieza a ganar terreno. Pues
no encontramos con una sociedad mexicana que no es la misma a los tiempos de la
conquista. A mediados de este siglo y a partir de este, México ya no se puede dividir
simplemente entre españoles e indígenas, sino que, es en gran parte una población mestiza
y mulata. Con la llegada del arzobispo Alonso de Montufar bajo el mandato de Carlos V. El
surgimiento de la imagen es con el propósito de la transición y más importante aún, la
unificación entre las diversas poblaciones que habitaba la colonia. La pregunta importante
aquí es ¿Cómo se llega al nacimiento de una de las imágenes más importantes del territorio
mexicano? Pues bien, la respuesta es bastante sencilla, por sustitución de los símbolos. Pues
lo que el arzobispo tenia por objetivo era crear una tradición católica mestiza que se pudiera
integrar y adaptar a las necesidades y las creencias tradicionales de población indígena.
Antes esto surge un conflicto dentro de la propia Iglesia Católica, en donde el arzobispo y
sus partidarios de la imagen de enfrentan ante la tradición oral y escrita de los reformistas y
franciscanos, quienes no aceptaban este mestizaje dentro de sus creencias. Otro factor
importante a tener en cuenta es que estas representaciones e imágenes se dieron durante el
periodo barroco, y es principalmente lo que trata de retratar este capítulo. Y mediante esta
mirada podemos darnos cuenta de las intenciones del arzobispo aproximar las imágenes a
algo más cercano e identificable para el pueblo mestizo. El barroco era característico por
ser una corriente que iba en contra del protestantismo creado por el vaticano, y al contrario
del arte de renacentista, el barroco se centraba en mostrar a los ídolos religiosos de una
manera más mundana, más humana e ahí su particularidad. Ya no se trataba de una cuestión
de dominación sino de una cuestión de sustitución de creencias.
El barroco es un movimiento interesante, durante una época bastante caóticas. Según
Michelle Foucault en Las palabras y las cosas alrededor del siglo XVI y el siglo XVII
ocurre un cambio en la episteme occidental y el hombre empieza a experimentar el mundo
de una forma distinta a la que lo hacía. Poco a poco el pensamiento y condición
renacentista del hombre va decayendo, se empieza a generar un ambiente cargado de
finitud, incertidumbre y melancolía, poco a poco la condición del hombre se aísla en el
mundo y se presenta como un hombre que piensa. Foucault denomina esto como el paso de
una episteme al siguiente. Las epistemes son reglas inconscientes que rigen el discurso
científico, que por consiguiente rigen la forma en al cual piensan y actúan los individuos de
una determinada sociedad en un momento histórico. Pero mientras esto pasaba en Europa
¿Qué era lo que pasaba en América? O para este caso en especifico ¿qué era lo que pasaba
en México? Es difícil determinarlo, pues se nos ha acostumbrado a pensar desde una
perspectiva euro centrista. Pero, es por eso mismo que este texto resulta particularmente
interesante. Pues muestra las dinámicas de la imagen y la comunicación dentro de un
periodo en el que todo estaba ocurriendo en América pero que, sin embargo, la historia nos
ha enseñado a verlo desde un punto de vista europeo. La imagen resulta central en este caso
para la comunicación, pues es la dinámica que va a regir las formas de esta a lo largo del
periodo histórico.
Como dice un dicho común las imágenes dicen más que las palabras, pero para este caso las
imágenes mismas eran las que alimentaban las historias que se iban dando para remplazar
las creencias ancestrales de la población mexicana. La comunicación en este caso va a jugar
hacia los lares de la manipulación, suplantación hacía nuevas creencias y maneras de ver el
mundo. Es una guerra de imágenes no solo en contra de las tradiciones ancestrales de la
población mexicana si no una guerra misma dentro de la propia iglesia. La relación del
capitulo con la evolución de la comunicación durante este periodo se hace bastante
evidente. Se buscan nuevas formas de llegar a los individuos de una manera discreta.
Mediante la manipulación de ciertas tradiciones orales y la combinación con otras nuevas.
Que da como resultado imágenes para la unificación de dos mundos. El arte una
herramienta muy poderosa, mediante la cual surgen historias capaces de crear una identidad
e ídolos de adoración capaces de actuar como un “pegamento mítico”. Pues esa también es
una rama que se abarca bastante dentro del capítulo, pero por falta de tiempo no se puede
ahondar de manera adecuada. Ante esto solo nos queda preguntarnos ¿Los modos artísticos
afectan a la historia? O ¿Es la historia la que cambia los modos artísticos? ¿Toda nuestra
historia esta constituida de sustituciones acerca de los modos que rigen nuestra vida como
individuos? Solo una cosa nos queda clara, la comunicación actuó como el catalizador
mediante el cual se dieron las dinámicas de cambio socio cultural de la época.

Referencias
Foucault, M. (1968). Las palabras y las cosas. Buenos Aires : Siglo veintiuno editores Argentina.

Gruzinski, S. (1994). La guerra de las imagenes. Mexico DF: Fondo de Cultura Economica.

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