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Origen y evolución de la orientación educativa:

Al abordar el origen y la evolución histórica de la orientación educativa se observa desde una


doble perspectiva: su evolución como disciplina científica y como actividad profesional. No
obstante, se unen y entremezclan en la realidad, dado que la implantación sistemática de la
actividad orientadora impulsará su estatus científico al tiempo que el desarrollo científico de la
disciplina influirá positivamente en la calidad de la práctica profesional.

A lo largo de la historia el ser humano ha buscado ser ayudado y se ha esforzado también en


ayudar a los demás. Desde las formas mágicas y religiosas utilizadas por el hombre primitivo
hasta los programas más sofisticados que encontramos actualmente, se han ido aplicando
diversas técnicas para ayudar a enfrentar problemas, liberar tensiones y tomar decisiones en
cada etapa del desarrollo o de la vida.

ANTECEDENTES:

Antecedentes más remotos: de carácter mítico-religioso relacionados con la astrología y la


acción de magos y sacerdotes. Su trabajo consistía en predecir conductas, clasificar a las
personas, indicar pautas de comportamiento y decidir el futuro profesional de los sujetos
(Martínez, 1998).

Época clásica: Sócrates (470-399 a.C.) destacó uno de los objetivos prioritarios de la
orientación: el conocimiento de sí mismo, Platón (427-347 a.C.) reparó en la necesidad de
determinar las aptitudes de los individuos para lograr su ajuste y adecuación social; y
Aristóteles (384-322 a.C.) propugnó el desarrollo de la racionalidad para poder elegir una
actividad en consonancia con los intereses de los sujetos.
Edad Media: podríamos considerar a Carlomagno (742-814) el iniciador de la «orientación de
clases» por el empeño que puso en que las clases inferiores se instruyeran y se redimieran de
su trabajo servil. La función del «orientador» consistía en seleccionar a los más capacitados
para que, una vez instruidos, se convirtieran en asesores del poder o enseñantes de la
aristocracia.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) aboga por una enseñanza eficaz basada en el
conocimiento y desarrollo de las potencialidades humanas. Ramón Llull (1232-1315)
considera conveniente que cada persona elija la ocupación que mejor pueda desempeñar de
acuerdo con sus capacidades y preferencias.

Renacimiento:El primero estudió los factores de personalidad y de edad y nos legó 7 reglas
para orientar la vida.
Rodrigo Sánchez de Arévalo, teólogo segoviano, publicó en 1468 Speculum Vitae Humanae,
que parece ser la compilación más antigua que se conoce sobre descripciones ocupacionales.
En ella aporta sugerencias sobre la elección de profesión y resalta la importancia de la
información profesional.
Juan Luis Vives, filósofo y educador valenciano, afirma la necesidad de investigar las aptitudes
individuales de las personas para conocerlas mejor y orientarlas a profesiones adecuadas.

Etapa del Racionalismo y del Empirismo: surgen las corrientes o tendencias en orientación que
mayor impacto han tenido y continúan teniendo aún hoy.
Las influencias que en orientación detectamos son, por una parte, la vía de la penetración
comprensiva para resolver los problemas del ser humano y, por otra, la vía psicométrica de la
medida y de la evaluación objetivas de los procesos psicológicos.
Influencia del Positivismo (comienzos siglo XIX):

A partir del positivismo todas las disciplinas pretenden adquirir un carácter científico y realizar
investigaciones sistemáticas y controladas aplicando la metodología científico-experimental.

A lo largo del siglo XIX una serie de acontecimientos nacidos unos de la filosofía imperante,
otros surgidos como consecuencia de los avances científicos, médicos y de los movimientos
sociales y económicos prepararon el nacimiento de la orientación como disciplina formal
aplicada inicialmente al campo vocacional-profesional; entre los más relevantes Martínez
González (1998) Pero es con el proceso de industrialización cuando la orientación comienza a
adquirir protagonismo.

El proceso de industrialización se consolida y se hace extensivo en países como Estados Unidos


y en algunos de Europa, a finales del siglo XIX y durante el siglo XX. Lo cual justifica, entonces,
la intervención sistemática de agentes sociales que puedan darle cierta organicidad, en un
principio, al mundo laboral; luego al mundo educativo; más tarde al mundo de la salud mental
y, posteriormente, al mundo de la comunicación interpersonal, grupal e intergrupal. En los
Estados Unidos, Frank Parsons se constituyó en una figura de la más alta relevancia. En 1908,
Parsons crea una Oficina Vocacional, Vocational Bureau, con la idea de prevenir las dificultades
en la elección ocupacional que presentaban muchos jóvenes de escasos recursos económicos.
Posteriormente, se publicó su obra Choosing a Vocation, en la cual se establece el método en
el que debe basarse la asistencia de la elección vocacional.

En el siglo XX se producen numerosos intentos de integrar los servicios y las actividades de


orientación en los centros escolares y se lleva a cabo una intensa labor legislativa que permite
mejorar la atención y orientación al alumnado, al profesorado y a los familiares.

En el siglo XXI, ya incardinada plenamente la orientación en el ámbito escolar, se comienza a


reflexionar sobre los modelos institucionales que se proponen, comparando unos con otros,
buscando unificar criterios y, sobre todo, buscando fórmulas de orientación que respondan a
los nuevos retos y situaciones de la realidad actual.

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Marleni Del Carmen Collado Torres

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