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Cuando un animal siente una amenaza se disparan ciertos mecanismos de estrés. El término
“Fight or Fligth response” (Lucha o Vuela) de Walter Bradford, insinúa que en dichas
situaciones los animales se alistan físicamente para luchar o huir.
Franklin Delano Roosevelt dijo "A lo único que debemos tenerle miedo es al miedo mismo",
pero hay muchas cosas aterradoras por ahí. Aunque ya hemos navegado un poco sobre este
tema en varios artículos que hemos publicado aquí en nuestra cuenta de Patreon, saber cómo
superar el miedo y la ansiedad es crucial. Mientras que manejar bien nuestro miedo y
ansiedad, y conocer la diferencia entre los dos, es importante para nuestra salud mental y el
éxito profesional.
El miedo es la emoción que experimentamos cuando vemos una amenaza para nuestro
bienestar físico o emocional. Rebe y yo hemos explicado ampliamente que las emociones
están ahí por algo y para algo, principalmente para salvaguardar nuestra integridad, seguridad
y la de los nuestros; no debemos permitir que estas emociones se descontrolen y gobiernen
durante el manejo de las diferentes situaciones de nuestra vida.
La ansiedad es cuando la respuesta al miedo se vuelve loca. Puedes sentir miedo todo el
tiempo, reaccionar de forma exagerada o responder a desencadenantes que en realidad no
representan una amenaza.
Si bien el miedo es algo que la gente experimenta regularmente, la ansiedad no debe ser parte
de su vida cotidiana (más fácil decirlo que hacerlo para la mayoría). El miedo es una emoción, y
la ansiedad es un trastorno de salud mental.
Los síntomas del miedo desaparecen por sí solos cuando la amenaza se disipa. Sin embargo,
los síntomas de ansiedad persisten y a menudo deben controlarse con medicamentos y
terapia.
¿Cuál es la diferencia entre el miedo y la ansiedad?
Los síntomas de miedo y los síntomas de ansiedad se superponen de muchas maneras, pero
las razones por las que ocurren son diferentes. Tanto el miedo como la ansiedad
desencadenan la respuesta al estrés del cuerpo. Sin embargo, el miedo generalmente ocurre
frente a una amenaza "real" o inmediata y tangible, mientras que la ansiedad se produce en
respuesta al peligro imaginado.
El miedo es una reacción (generalmente) de corta duración, mientras que la ansiedad puede
estar siempre presente. Ambos comparten sensaciones físicas, como el corazón acelerado, la
tensión muscular, un hormigueo o un escalofrío, y un aumento de la frecuencia respiratoria.
Incluso la dispepsia gastrointestinal, con un estado generalizado de nervios que afectan a más
del 20% de la población mundial según la OMS, en ocasiones afecta todo el sistema digestivo,
desde la lengua hasta el último eslabón del mismo. Puede ser capaz de intervenir en nuestro
cerebro eliminando nuestro apetito o aumentándolo.
Estas sensaciones físicas son parte de la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Te preparan
para tomar medidas rápidas desviando tus recursos a las funciones necesarias.
Por ejemplo, imagina que estás en una oficina y ves a un grupo de compañeros de trabajo
conversando casualmente. Este estímulo es bastante inocuo. Sin embargo, si tienes ansiedad,
puedes empezar a experimentar pensamientos acelerados, nerviosismo y tener problemas
para saludarlos. ¿Tus compañeros de trabajo representan una amenaza?
En este caso, sí. No hay ninguna amenaza inmediata o peligro inherente: tus compañeros no
están a punto de atropellarte o atacarte (probablemente). Pero si, por ejemplo, te preocupa
que puedan estar hablando de ti, estás respondiendo a la amenaza percibida. Tu respuesta es
apropiada para lo que podría suceder, no para lo que está sucediendo ahora.
Entonces, ¿qué tiene de malo eso? La gente chismea, ¿verdad? ¿Y probablemente no estaban
hablando de ti? No te sentirías así a menos que fuera cierto, ¿verdad? No tan rápido.
¿Por qué este paso extra? A través de nuestras experiencias y aprendizaje, tu cerebro se ha
vuelto bastante bueno para predecir (Intuición). Es útil porque un cerebro reactivo sería
demasiado lento para sacarte del peligro de manera eficiente.
Sin embargo, cuando nos hemos acostumbrado a "predecir" (léase: interpretar) todo como
una amenaza, nuestros niveles de ansiedad son altos todo el tiempo. No hay ninguna amenaza
real, pero hay tantas cosas de las que preocuparse. Hagamos un paréntesis, como decimos en
nuestras charlas por favor no hagas que todo parezca terrible, muy pocas cosas lo son, mucho
menos catastróficas.
Estos son algunos términos comunes utilizados para describir el miedo y la ansiedad:
Trastorno de ansiedad
Ataques de pánico
Durante un ataque de pánico, la gente a menudo siente una abrumadora sensación de temor y
como si estuviera a punto de morir. Es difícil funcionar a través de un ataque de pánico. A
pesar de la gravedad de los síntomas de pánico, no siempre es posible decir que alguien está
teniendo un ataque de pánico mirándolo.
Fobias
Las fobias son respuestas de pánico que se producen en respuesta a un estímulo específico.
Por lo general, la persona que experimenta el ataque de pánico podrá nombrar lo que lo
causó. Es probable que hayan tenido ataques de fobia antes. Las respuestas a estas fobias
pueden variar de leves a debilitantes.
Para clasificar como una verdadera fobia, la aversión tiene que dar lugar a un deterioro de su
vida diaria. Las personas con fobias a veces hacen todo lo posible para evitar el
desencadenante.
Manejar el miedo y la ansiedad no siempre es fácil. Sin embargo, puedes desarrollar tus
habilidades para gestionar tu respuesta emocional. Desarrollar la autoconciencia es un gran
primer paso para superar tus miedos y ansiedad.
No todo el mundo es bueno hablando de sus emociones. Ser capaz de identificar tu ansiedad
es un primer paso útil. ¿Qué sensaciones te indican tu estado emocional? ¿Tienes problemas
para respirar, palmas sudorosas o dolor de estómago? Practica la lectura de eso como una
señal física en lugar de dejarte llevar por ello.
¿Alguna vez has estado al borde de las lágrimas y has intentado evitar que vengan? Es
extremadamente difícil. Tratar de ignorar tus pensamientos temerosos es igual de difícil. Deja
de desperdiciar energía emocional tratando de estar bien. Esa energía se utiliza mejor para
pedir ayuda.
3. Respirar
Aunque "respira hondo" probablemente no sea lo que quieres escuchar, hay una razón por la
que funciona. La respiración profunda y consciente activa tu sistema nervioso parasimpático.
La respiración, la meditación de atención plena y otras técnicas de relajación desactivan la
respuesta al estrés del cuerpo.
¿Cómo te sientes ahora y cuál es el siguiente mejor paso a dar? ¿Deberías dar un paseo?
¿Necesitas alejarte de tu situación actual o ponerte en contacto con alguien? Esta es una
medida provisional para darte la oportunidad de elegir la respuesta que mejor te sirva.
Tu cuerpo solo tiene tantas sensaciones fisiológicas, por lo que es fácil confundirlas. Tu cerebro
puede interpretar una sensación de aleteo en el estómago como amor o miedo escénico. ¿Y si
es solo hambre? Bebe un vaso de agua y come algo (preferiblemente con algún valor
nutricional). ¿Todavía te sientes ansioso?
Pregúntate: "¿De qué tengo miedo? ¿Está sucediendo ahora mismo o es una amenaza
imaginaria?" Si tienes tiempo, habla a través de tus pensamientos temerosos o escribe lo que
pasó y cómo te sientes. Entonces imagina una respuesta que te haga sentir empoderado.
7. Volver a la arena
Ahora que tienes una comprensión más clara de por qué te sientes como te sientes, decide el
mejor curso de acción. ¿Necesitas tener una conversación con alguien? ¿Hay alguna acción
que debas tomar? No lo procrases. Las tareas persistentes tienen una forma de producir más
ansiedad. Ser proactivo te ayudará a sentirte más en control y a aumentar tu confianza en ti
mismo, tanto ahora como en futuras situaciones estresantes.
A veces, no es posible manejar tus problemas de ansiedad por ti mismo, y eso está bien. Si has
probado los pasos anteriores sin suerte (o simplemente te apetece demasiado), ponte en
contacto con un entrenador o consejero.
Unirse a un grupo de apoyo puede darte una idea de las experiencias de los demás superando
el miedo. El objetivo es mejorar tu estado general de ser mientras aprendes a superar la
ansiedad de forma natural en tu vida diaria. Yo personalmente recomiendo la espiritualidad y
la creencia en Dios como la mayor de las dosis de paz, serenidad y tranquilidad; es la paz que
sobrepasa todo entendimiento.
Aprender a superar el miedo y la ansiedad requiere autoconciencia y fuerza, y una buena dosis
de coraje. No tienes que manejarlo solo. Un psicólogo, psiquiatra, un coach o consejero puede
ayudarte a dominar las habilidades para superar la ansiedad y el miedo. ¡Bendiciones siempre!