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Exposición Matriz ExtraCelular

El tejido conectivo sugiere una función de comunicación entre órganos,


tejidos y células. Efectivamente, todos los tejidos del organismo humano se
comunican entre sí y a una velocidad superior a la del sistema nervioso. A nivel
histológico, estas funciones de soporte y comunicación residen en la matriz
extracelular (MEC), encargada además del aporte de oxígeno y nutrientes a la
célula y eliminación de Dióxido de Carbono (CO2), toxinas y productos de
desecho. Por eso constituye también un espacio idóneo para el
almacenamiento de material tóxico, especialmente debido a la presencia de
proteoglicanos que pueden ligarse fácilmente a una gran variedad de
sustancias tóxicas.

La MEC está compuesta por una compleja mezcla de proteínas,


proteoglicanos y glucoproteínas que confieren las propiedades estructurales de
células y tejidos. Dichas proteínas ejercen a su vez un papel regulador de una
extensa variedad de procesos celulares. Cada tipo celular muestra un perfil
propio de receptores que constituyen la interfaz de comunicación con el
microambiente que le rodea. De esta interacción se deriva la morfología celular,
su comportamiento y la respuesta a moléculas solubles para los que la MEC
sirve de reservorio, como citocinas y factores de crecimiento. De esta manera
la MEC activa o deja de hacerlo los procesos celulares de crecimiento, muerte
celular, adhesión, invasión, expresión génica y diferenciación. Todos estos
eventos celulares se traducen en los procesos fisiológicos del desarrollo
embrionario, la morfogénesis tisular o la angiogénesis, pero también es motivo
de inicio de procesos patológicos cuando la correcta información se pierde,
dando lugar a procesos inflamatorios, autoinmunes, degenerativos y tumorales.

Las macromoléculas que constituyen la matriz extracelular del tejido


conectivo se secretan sobre todo por los fibroblastos y células musculares
lisas. En los tejidos conectivos especializados, como el cartilaginoso y el óseo,
los condroblastos y osteoblastos sintetizan y secretan, respectivamente, los
componentes de la matriz extracelular. Esta última realiza diversas funciones:
las fibras le confieren al tejido la capacidad de soportar las fuerzas de tensión o
tracción, funcionan también como elementos de soporte entre las células y
dividen el espacio extracelular en áreas más pequeñas que contienen la
sustancia fundamental amorfa

La importancia de la matriz celular para el correcto funcionamiento de los


tejidos y órganos se pone de manifiesto en numerosas patologías donde las
alteraciones de algún componente de la matriz extracelular llevan a severos
desórdenes como las osteoartritis, fibrosis y cáncer.

La MEC está sujeta a un ritmo dinámico funcional que se activa durante


el día y encuentra su fase de reposo en las horas de la noche, dependiente del
flujo hormonal que marca el biorritmo de todo el organismo, en especial la
hormona tiroidea y el cortisol, aparte del sistema nervioso vegetativo.

MATRIZ AMORFA

Es el componente intercelular del tejido cognitivo. Puede ser liquida,


semilíquida, gelatinosa o calcificada. Da soporte a las células, las une entre sí,
almacena agua y provee el medio a través del cual las sustancias son
intercambiadas entre la sangre y las células. Tiene una participación activa en
el desarrollo tisular, la migración, la proliferación, y el cambio de forma, al
mismo tiempo que desempeña un papel importante en la forma en que las
células llevan a cabo sus funciones metabólicas.

Esta sustancia es la responsable primaria de la viscoelasticidad y


función de filtración del tejido conectivo.

La sustancia amorfa la produce los Fibroblastos: son las células que


producen las fibras y la sustancia intercelular amorfa de los tejidos conectivos

Se compone de glucosaminoglucanos , estos compuestos se unen de forma


covalente a proteínas y forman los proteoglucanos; en esta sustancia también
se encuentran las glucoproteínas de adhesión

Su consistencia gelatinosa se debe al elevado grado de hidratación, hace


posible resistir las fuerzas de compresión y el rápido intercambio de nutrientes
y productos de desecho, que se transportan por el líquido tisular a su paso por
la sustancia fundamental.

Está conformada por: Agua, sales, proteínas, sustancias de bajo peso


molecular y proteoglucanos. es el elemento más importante de la matriz
amorfa.

EL COLÁGENO

El colágeno es una proteína cuya función es mantener unidas las diferentes


estructuras del organismo. "Es una proteína fabricada por unas células
llamadas fibroblastos y está presente en todos los animales y también en el
cuerpo humano",

El colágeno se encarga de unir los tejidos conectivos (músculos,


tendones, ligamentos, piel, huesos, cartílagos, tejido hematológico y adiposo y
órganos). De esta manera, actuaría como un elemento de sostén que permite
mantener unido el conjunto del cuerpo. Su función consiste en la formación de
las fibras a partir de las que se crean las estructuras del organismo; por lo
tanto, es el responsable del grado de firmeza y elasticidad de estas estructuras
y tiene un papel esencial en su hidratación.

La fibra de colágeno tiene la capacidad de mezclarse con muchos tipos


de sustancias y minerales: en el caso de los huesos, la combinación del
colágeno con cristales de calcio permite la formación de una estructura dura y
rígida; en la piel, se mezcla con la elastina y la estructura resultante tiene forma
de red; en el caso de los cartílagos, se combina también con elastina y con otro
tipo de sustancias y forma un gel que absorbe los impactos producidos por los
movimientos de las articulaciones. Esto ocurre con todas las estructuras y
tejidos del cuerpo.

Existen más de 19 tipos de colágeno, que dependen, entre otros


factores, del tejido en el que actúe y de las sustancias con las que se combine,
por lo que no es considerado como una proteína única, sino más bien como
una familia de moléculas estrechamente relacionadas pero diferentes entre sí.
Los principales tipos son:
o Tipo I: Se encuentra sobre todo en los huesos, la córnea, la dermis y los
tendones y se presenta en forma de fibra con estrías que se agrupan y
forman cadenas para dotar a los tejidos del organismo de elasticidad y
resistencia.

o Tipo II: Presente en los cartílagos, en algunas estructuras de los


embriones y en el humor vítreo del ojo. Otorga resistencia a estos tejidos
ante presiones intermitentes.
o Tipo III: Está en los tejidos de los músculos, las venas y la piel. Actúa
como sostén de los órganos que tienen la capacidad de expandirse y
contraerse.
o Tipo IV: Se encuentra principalmente en la piel. Su función es la de
darle sostén y la capacidad de filtrar sustancias diferentes.
o Tipo V: Presente principalmente en los órganos y en los tejidos situados
en el interior del cuerpo. Su función se asocia con la del tipo I, es decir,
otorga resistencia a los tejidos.

Síntesis de Colágeno: La síntesis de colágeno se realiza principalmente en


los fibroblastos y otros componentes de la matriz extracelular. En el interior del
cuerpo es un proceso complejo. Comienza con la activación de genes
relacionados con la formación de las cadenas alfa que constituirán el
tropocolágeno. En el interior de los ribosomas, el ARNm produce las «cadenas
brutas» conocidas como prepro polipéptidos. Por tanto, estas cadenas se
perfeccionan gradualmente mediante una serie de modificaciones
postraduccionales, que finalmente les permitirán envolverse entre sí para
formar la triple hélice característica del tropocolágeno. Entre las diversas
modificaciones, es necesario que los aminoácidos prolina y lisina del
preprocolágeno se hidroxilen. La hidroxilación de prolina y lisina se confía a
enzimas específicas, que dependen de la vitamina C. Por este motivo, una
deficiencia grave de vitamina C, provoca un deterioro de la síntesis de
colágeno, debilitando los tejidos conectivos

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