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Gran parte de la fama que recibe Lorca es, además de su gran poesía, las leyendas respecto a su vida. Con su poesía
surgió una de las más asombrosas de la literatura española. la pasión, la perfección, lo humano y lo estéticamente puro
conviven como nunca antes.
La personalidad de Lorca nos ofrece dos caras: vitalidad arrolladora y mucha simpatía por un lado, y por otro su
malestar y su dolor de vivir; el sentimiento de frustración que lo llevará a un trágico destino: asesinado en 1936.
El primer gran éxito de Lorca llegó en 1928 con Romancero gitano. En 1929 viajó a Nueva York tras las críticas de Dalí
y Buñuel por su folclorismo en la publicación de su primer romancero; ya en Nueva York, escribió el poemario
surrealista Poeta en Nueva York, de 1929 a 1930, donde se incluyen textos de adhesión a la raza negra y denuncias a
una civilización exasperante. Este poeta pretendía luchar contra la marginalidad y la vulneración de la gente
desprotegida. Se modernizó la escritura contemporánea universal con Poeta en Nueva York.
Ninguna de sus dos grandes oras son fáciles de comprender, pues muestra un profundo calado tanto humano como
literario que necesitan las interpretaciones propias del autor.
A partir de 1931 Lorca se centró en el teatro, pues su éxito como poeta ya estaba garantizado. Triunfó con Bodas de
sangre (1933-1934), su primera tragedia rural; unos años más tarde escribió Yerma; y ya en España se puso manos a la
obra con sus últimas obras poéticas y de elegía (Diván del Tamarit y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías). En 1936
estalló la Guerra Civil. El autor tenía a mucha gente en su contra por pura envidia de su fama y su popularidad; esta
gente no toleraba su carácter progresista. Fue asesinado el 18 de agosto de 1936 en casa de la familia del poeta Luis
Rosales (esta familia lo había protegido, pero finalmente la guardia civil lo encontró). Se publicaron dos obras
póstumas: Sonetos del amor oscuro (poemario) y La casa de Bernarda Alba (drama socio-rural de mujeres).
A Lorca se le considera un posromántico y un postsimbolista, pero que por otro lado alcanza a los lectores del siglo
XXI. Algunos de sus símbolos como el gitano o la heroínas de la libertad son de carácter romántico, y otros espacios
simbólicos como Granada, NY o Andalucía son ya posrománticos.
3- Despedida
Se trata de un pseudo romance, ya que su rima es asonante en los versos pares, aunque el número de sílabas varía entre
3 y 8 en todos sus versos, por lo que se trata de un poema anisosilábico. Trata sobre la necesidad de la libertad y de
cómo valorar la infancia, la vida y el trabajo en el campo. Siente añoranza por el mundo doméstico.
El poema comienza y finaliza con el estribillo (si muero, // dejad el balcón abierto), que simboliza la libertad y el
acercamiento a la naturaleza. En el resto de estrofas, Lorca ve trazos de naturaleza y pide poder disfrutar de ella al
menos al morir. El segundo estribillo es el clímax poético, ya que hace uso de los signos de exclamación para evocar la
exaltación.
4- Suicidio
Es un poema simbolista, compuesto por pareados o dísticos eneasílabos, de rima asonante variable. Cada pareado rima
consigo mismo (olvidaba-mañana // llenando-trapo // quedaba-palabra // caía-ceniza // torre-torre // miraba-caja //
quieta-seda // geométrico-espejo // sombra-alcoba). Lorca sentía frustración por no saber hacer geometría, y por esto es
que la usa como un ejemplo de este sentimiento, lo que llevará a la negación de la vida y al suicidio que se produce por
esa misma frustación, causante de la destrucción de los sueños y deseos de alguien, en este caso del jovencito del que se
habla en el poema; Lorca hacía uso de los diminutivos para contrastarlos con un tema de gran importancia como lo es el
suicidio.
En el segundo pareado se trata el tema de la ausencia de libertad (alas rotas); en el tercero hace uso de la metáfora para
decir que hace falta una mejor comunicación. Ya en el cuarto pareado, vuelve a utilizar la metáfora: los guantes son una
indumentaria social que simbolizan una vida llena de apariencias y engaños, y las cenizas hacen referencia a no poder
ser libre y a su propia desaparición por vivir entre apariencias, ya que pierde su esencia. En el pareado o dístico número
6 utiliza el “reloj detenido en su caja” como una metáfora del joven muerto (reloj detenido) y del ataúd (caja). En el
siguiente dístico (número 7) presenta la muerte dulce y delicada del joven. Se vuelve a hacer referencia a la frustración
al nombrar de nuevo la geometría en el pareado 8. Lorca presenta una habitación quimérica, paralela a la real, donde el
joven ya ha fallecido. El chorro de sombra nombrado en el primer verso del pareado simboliza la tragedia, y cómo la
sombra se ha apoderado de la habitación una vez el joven ha muerto.
En este poema vemos la catarsis: Lorca se enfrentaba a su mayor miedo, la muerte, encerrándose en su habitación de la
residencia de la universidad varios días.
POEMAS DEL CANTE JONDO (1921-1926/1931)
Este poema es un romance, con ritmo popular y tradicional. Su rima es asonante en los versos pares (olivos-trigo //
granates-sangre // camino-suspiros // naranjales-estanques), y va variando según la estrofa. Tanto el río Guadalquivir
como el Darro y el Genil se personifican; los dos ríos granadinos tienen menos importancia que el Guadalquivir, ya que
ambos desembocan en el río de Sevilla. También hace uso de la personificación y de lo tópico en el verso 8 (“barbas
granates”) para hablar de lo masculino. En los versos 9 y 10 transmite tristeza a través de los dos ríos de Granada (los
dos ríos de Granada // uno llanto y otro sangre). En los versos 13 y 14 (para los barcos de vela, // Sevilla tiene un
camino) representa la ciudad de Sevilla a través del mar, y los dos siguientes versos hablan de Granada como la ciudad
de interior (por el agua de Granada // sólo reman los suspiros). Lorca contrasta la pena negra con la admiración de
Sevilla. También habla de los fuegos fatuo, que se forman por la descomposición de un cuerpo, en este caso
gas↔oxígeno.
6- Sorpresa
Se trata de una soleá, un cante flamenco de tono melancólico con rima asonante impar (calle-nadie // farol-farolito //
nadie-aire // calle-aire). El poema habla de cómo encuentran a una persona que ha fallecido y no se sabe quién es; habla
de la violencia hacia la mujer.
Ya al inicio del poema, en el verso 2, Lorca utiliza el puñal como símbolo de violencia, haciendo referencia a la
Andalucía primitiva por usar un arma blanca. En el verso 4 (¡cómo temblaba el farol!) se hace una personificación del
miedo de Lorca con el farol; en el verso 5 (madre) hay una sintaxis cortante y, además, encontramos otra
personificación, esta vez sobre la pena negra andaluza. El aire (verso 10) representa la violencia y la negatividad.
Finalmente, Lorca hace uso de la anáfora (repetición de palabras al inicio de varios versos) en el último terceto del
poema, comenzando los tres versos con la palabra “que”.
ETAPA 2
ROMANCERO GITANO (1922-1927)
8- Romance sonámbulo
Este poema nos habla de un contrabandista que, a punto de morir y con la guardia civil detrás de él, decide ir a ver a su
prometida para despedirse de ella, pero una vez allí se la encuentra muerta en un pozo. Se sobreentiende que se ha
suicidado.
El símbolo principal del poema es el verde (la muerte). En los versos 3 y 4 (el barco sobre la mar//y el caballo en la
montaña) se hace referencia a la mercancía que llega en barco y a la gente que está vigilando que llegue. En los versos
11 y 12 se evoca a la muerte de la prometida, que va a suicidarse (las cosas le están mirando//y ella no puede mirarlas).
Más adelante, en los versos 15 y 16 hay una metáfora que representa el amanecer (vienen con el pez de sombra//que
abre el camino del alba), y en los versos 17-20 se personifica a la naturaleza. Además, en el verso 18 se nombra la lija,
uno de los principales símbolos de Lorca, que representa el dolor.
Del verso 25 al 28 y del 35 al 36 se hace una referencia simbólica: el gitano va a dejar el bandolerismo para ir a su casa
y morir junto a su esposa. Después de esto, el gitano mantiene un diálogo con su suegro (padre de la prometida), donde
le pide que le deje ver a su prometida. En los versos 55-56 (dejando un rastro de sangre//Dejando un rastro de lágrimas)
se intuye que el padre ya sabe o se imagina que la hija se ha suicidado, por eso es que llora. El rastro de sangre es del
prometido, que está herido y le queda poco para fallecer. En el verso 66 (de hiel, de menta y de albahaca) se hace
referencia al color verde, a la muerte; y en los siguientes versos ya es cuando los dos hombres suben en busca de la
prometida y es entonces cuando el suegro le dice que la muchacha ha estado esperándolo mucho tiempo, pero que ha
llegado tarde.
En la última estrofa se dice que “la noche se puso íntima” (verso 79), pero los guardias civiles llegan para romper esa
intimidad (versos 81-82: “guardias civiles borrachos,//en la puerta golpeaban).
9- Romance de la pena negra
El poema habla de la soledad de una mujer joven que quiere disfrutar de la pasión sexual, pero hay una voz (represión
social) que le dice que debe contenerse, ya que las pasiones sexuales la llevarán hacia la muerte, que esta vez se
representa con el mar. La mujer lamenta no haber sido madre y describe la pena negra y andaluza.
Aparecen de nuevo los metales (verso 5: “cobre amarillo”) y los yunques (verso 7), lugar donde se forjaban los metales.
En el verso 13 se dice que “vengo a buscar lo que busco”, es decir, ya tiene claro lo que quiere a pesar de saber que se
dirige hacia la muerte. En los versos 17-18 (“al fin encuentra la mar//y se lo tragan las olas”) ya se presenta la muerte, y
en el verso 20 nombra el color negro, que representa la negatividad. En los
versos 25-26 hay una metáfora donde se dice que está llorando (“lloras zumo de limón//agrio de espera y de boca”).
Otro símbolo del poema es el azabache, que es el color negro y, por tanto, no representa nada bueno.
Los símbolos aparecen pronto en este poema, pues en el tercer verso ya tenemos la vara de mimbre, la cual representa el
poder de Camborios. En el verso 4 se dice que Antoñito el Camborio “va a Sevilla a ver a los toros”, lo que hace
referencia a la tradición español de las corridas de toros. Es también una gran simbología, la cual se va a extender a lo
largo de todo el poema. Vuelve de nuevo el verde y la luna (verso 5: moreno de verde luna) para representar, una vez
más, la tragedia que le espera al final del poema. En los versos 9-10 (a la mitad del camino//cortó limones redondos) el
protagonista roba los limones, lo que desencadenará la historia del poema. Seguidamente, Lorca refleja su admiración
por la raza gitana en los versos 11 y 12 al nombrar el agua y el oro, respectivamente. La guardia civil ya está presente en
el poema, pues en el verso 16 se lo llevan arrestado “codo con codo”.
Las alegorías religiosas son la noche de Capricornio (verso 22) y las nueve de la noche (verso 39 y 43). Aparecen de
nuevo los metales (“montes de plomo”, verso 24) y la vara de mimbre, aunque esta vez se representa sin poder (verso
27: viene sin vara de mimbre), ya que no la tiene consigo y, además, va “entre los cinco tricornios”. El verso 28 (entre
los cinco tricornios) es una metonimia debido a que representa a la guardia civil nombrando tan solo una parte de su
traje (los sombreros) y representa también el abuso de poder de las autoridades hacia una persona indefensa (5 contra
1).
Otro símbolo que Lorca también utiliza mucho y vuelve a presentar en este poema son las armas, en este caso arma
blanca (verso 37: están los viejos cuchillos). Además, hace otra crítica a la guardia civil en los versos 41 y 42 (mientras
los guardias civiles//beben limonada todos), donde se entiende que los llama hipócritas por haber encerrado al gitano
por robar los limones, pero hacerse limonada con esos mismos limones robados.
Por último, el potro es una metáfora de la privacidad de la libertad.
El poema comienza un símbolo importante: el negro, es decir, la negatividad. En los versos 3 y 4 habla de capas que
están manchadas; esto es una metáfora para decir que las almas de los guardias civiles están sucias. En el verso 6 vuelve
a aparecer el metal (plomo) y en el verso 7 hay otra metáfora (con el alma de charol) donde se pretende dar a entender
que las autoridades no tienen sentimientos ni empatía. Se hace una descripción naturalista de lo que está sucediendo en
los versos 11-12, y en el verso 16 vuelven a aparecer las armas (de pistolas inconcretas).
En la segunda estrofa, en el verso 23 (ciudad de dolor y almizcle) se dice que los gitanos sienten dolor por la opresión
que tienen y porque quieren libertad pero no pueden tenerla. En los versos 27-28 se enumeran varios emblemas gitanos
(los gitanos en sus fraguas//forjaban soles y flechas), y en el verso 29 se nombra al caballo malherido para decir que ya
no queda nada de pasión. Lorca hace uso de ritmos populares o infantiles
en su poema en los versos 25-26, 35-36, y toda la cuarta estrofa (versos 37-56).
Más adelante, en el verso 90, Lorca vuelve a hacer uso de la metonimia para nombrar a los guardias civiles diciendo que
“suben las capas siniestras”. En la siguiente estrofa se deja ver la agresión que sufren las mujeres, poniendo a Rosa de
los Camborios como ejemplo (verso 105-116). Por último, se dice que la ciudad gitana se está quemando, por lo que la
imaginación también, y ya no queda ni un ápice de ella.
ETAPA 3
12- La aurora
El tema del poema es la crítica al sistema capitalista, a la deshumanización de la ciudad y a la falta de naturaleza en esta
misma. A pesar de utilizar el versolibrismo, los últimos versos son de métrica alejandrina (14 sílabas).
El poema comienza con una metáfora surrealista (versos 1-4), donde el cieno hace referencia al barro y las negras
palomas a que ya no hay paz, ya que la paz se suele representar con palomas blancas. En el verso 5, Lorca hace uso de
la personificación (la aurora de Nueva York gime), y en el verso 8 refleja que ya no queda naturaleza. Más adelante, en
el verso 11, las monedas en enjambres furiosos son una animalización de las abejas que siempre rondan por sus
enjambres. En el verso 15 (saben que van al cieno de números y leyes) se habla de una ciudad que está deshumanizada,
que ya no tiene sentimientos y a la que solo le importa el dinero (otra vez se refleja la crítica al sistema capitalista) y,
por último, en el verso 17 usa la metáfora para hablar de esclavitud y del tráfico de la ciudad (cadenas y ruidos).
En el primer verso, las manzanas hacen referencia al pecado original, la nubes rasgadas por una mano de coral del verso
3 hablan de la bondad divina imposible de alcanzar. En el verso 5 se dice que la auténtica iglesia primitiva ha sido
envenenada (peces de arsénico); ya en el verso 10, Lorca hace referencia a la ciudad del Vaticano con la “gran cúpula”,
y hace otra alegoría religiosa en el verso 15 (porque ya no hay quien reparte ni el pan ni el vino). Llega la crítica a la
falsa religión del momento en el verso 22 (ataúdes sin cruz) y la crítica al sistema capitalista y a la riqueza en el verso
29 (que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante). Encontramos otra alegoría religiosa en el verso 37 (una luz
maravillosa que viene del monte), y una metáfora a que ya no hay ninguna imagen bonita en el verso 39 (donde gritan
las oscuras ninfas del cólera). Lorca se adhiere en este poema a la raza pobre negra, que seguían siendo esclavos y de
baja condición social. Finalmente, llama a la reivindicación (versos 64-69: ha de gritar) y deja ver que no es imposible
recuperar la naturaleza y que se puede volver a humanizar al ser humano.
ETAPA 4
En la tercera estrofa ya se habla de la sangre, lo que hace referencia a que la mujer ha perdido su virginidad. También
nombra la “espada fulgurante” para hablar de la violencia del hombre. Lorca utiliza el sapo para referirse al hombre y a
la fealdad; por otro lado, hace uso del color violeta para hablar de la belleza, mezclando la pureza y la sexualidad. La
mujer queda embarazada cuando en la última estrofa del poema dice “tu vientre es una lucha de raíces”; en el siguiente
verso (“tus labios son un alba sin contorno”) ya cuenta que la mujer ha perdido su pureza al haber tenido relaciones
sexuales. Finalmente, en la última estrofa, se habla de los niños que no han nacido (“los muertos gimen esperando su
turno”) y que esperan a hacerlo.
El poema comienza nombrando el laurel, lo que hace referencia al mito griego de Dafne y Apolo y al amor imposible.
También representan el amor imposible los versos 3 y 4 (la una era el sol, // la otra la luna), y en los versos 7 y 8 habla
del miembro viril masculino y del femenino (cola y garganta). Lorca utiliza en algunos de sus poemas un ritmo popular
para llamar la atención (¿dónde está mi sepultura? // en mi cola, dijo el sol //
en mi garganta, dijo la luna). Habla del ser andrógino, la desaparición y la muerte en los versos 13 y 14 (la una era la
otra // y la muchacha era ninguna). Cuando nombra la sepultura hace referencia a la muerte; además, este mismo verso
está dentro del ritmo popular (¿dónde está mi sepultura? // en mi cola, dijo el sol // en mi garganta, dijo la luna).
Finalmente se habla de la muerte (la una era la otra // y las dos eran ninguna).