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Este documento describe el papel del Espíritu Santo en el plan de salvación según las Escrituras. Explica que el Espíritu Santo sensibiliza y despierta al hombre para que pueda escuchar y creer el evangelio, lo lleva al arrepentimiento, y produce la fe salvífica que conduce a la conversión. También es responsable del nuevo nacimiento espiritual y da testimonio de la adopción como hijos de Dios, bautiza a los creyentes en el cuerpo de Cristo, y los sella para el día de la redención
Este documento describe el papel del Espíritu Santo en el plan de salvación según las Escrituras. Explica que el Espíritu Santo sensibiliza y despierta al hombre para que pueda escuchar y creer el evangelio, lo lleva al arrepentimiento, y produce la fe salvífica que conduce a la conversión. También es responsable del nuevo nacimiento espiritual y da testimonio de la adopción como hijos de Dios, bautiza a los creyentes en el cuerpo de Cristo, y los sella para el día de la redención
Este documento describe el papel del Espíritu Santo en el plan de salvación según las Escrituras. Explica que el Espíritu Santo sensibiliza y despierta al hombre para que pueda escuchar y creer el evangelio, lo lleva al arrepentimiento, y produce la fe salvífica que conduce a la conversión. También es responsable del nuevo nacimiento espiritual y da testimonio de la adopción como hijos de Dios, bautiza a los creyentes en el cuerpo de Cristo, y los sella para el día de la redención
EL ESPÍRITU SANTO EN EL PLAN DE SALVACIÓN El Espíritu Santo en el plan de salvación El Espíritu Santo en la conversión
Ante el anuncio del evangelio de salvación, el hombre natural no atina a
responder, pues según las Escrituras está “muerto” en sus delitos y pecados (Ef.2:1), y es aquí donde el Espíritu Santo realiza su formidable obra en el corazón, mente y voluntad de la persona; es decir, sensibiliza, despierta y activa sus sentidos espirituales para escuchar y creer el evangelio de Cristo (Hch. 16:14); luego lo lleva al convencimiento de su culpabilidad frente a Dios (Jn. 16:8) y produce en él la fe salvífica. Así, la conversión es un cambio de dirección, de pensamientos y de opinión; es un cambio de conducta, de valores y de actitudes; en síntesis, es un cambio radical de vida, producida y alentada por el Espíritu Santo. Él es quien también le comunica el amor (Ro. 5:5), la misericordia y el perdón de Dios para el pecador (Hch. 2:37). El Espíritu Santo en el nuevo nacimiento El Espíritu Santo en el nuevo nacimiento El Espíritu Santo da testimonio al creyente de ser hijo El Espíritu Santo bautiza al creyente en el cuerpo de Cristo El Espíritu Santo sella al creyente