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TEOLOGÍA BÍBLICA Y SISTEMÁTICA V

Espíritu Santo

A- La Naturaleza del Espíritu Santo

1- Los Nombres del Espíritu.

a- El Espíritu de Dios: Es el poder ejecutivo de la Deidad, que trabaja en


todas las esferas, tanto físicas como morales. Por medio de Él, Dos creo y preserva el
Universo. Por medio del Espíritu Santo, Dios opera en la esfera espiritual, convirtiendo a
los pecadores y santificando y sustentando a los creyentes (Lc. 11:20).

i- Atributos divinos: Eterno, Omnipresente, Omnipotente y Omnisciente (Heb. 9:14;


Sal. 139:7-10; Lc. 1:35; 1 Corintios 2:10-11).

ii- Operaciones divinas: Creación, Regeneración y Resurrección (Gn. 1:2; Job


33:4; Jn. 3:5-9, Ro. 8:11).

iii- Mismo nivel de dignificad con el Padre e Hijo (1 Co. 10:4-6; 2 Co. 13:14; Mt.
28:19; Ap. 1:4).

iv- Es una Persona:


* Atributos personales:
- Intelecto (Ro. 8:27)
- Voluntad (1 Co. 12:11)
- Sensibilidad (Ef. 4:30)

* Actividades personales:
- Revela (2 P. 1:21)
- Enseña (Jn. 14:26)
- Atestigua (Ga. 4:6)
- Intercede (Ro. 8:26)
- Habla (Ap. 2:7)
- Ordena (Hch. 16:6-7)
- Testifica (Jn. 15:26)
- Se le puede contristar (Ef. 4:30)
- Se le puede mentir (Hch. 5:3)
- Se le puede blasfemar (Mt. 12:31-32)

v- Distinto a Dios Padre: Procede de Dios, es enviado de Dios, es el don de Dios


para el hombre. Pero no es independiente de Dios. Representa siempre a Dios y actúa en
las esferas del pensamiento, de la voluntad y actividad. Es uno con Dios, pero distinto a
Él (Trinidad).

b- El Espíritu de Cristo: No hay distinción entre el Espíritu de Dios, Espíritu


de Cristo y Espíritu Santo (Ro. 8:9). Pero sus nombres distinguen sus ministerios.

i- Se le envía en el Nombre de Cristo (Jn. 14:26).

ii- Es el Espíritu que envió Cristo.


* El principio por el cual los hombres nacen en el reino de Dios. Esta nueva
vida del Espíritu es impartida y mantenida por Cristo (Jn. 1:12-13; 4:10; 7:38).
* Cristo es el que bautiza con el Espíritu Santo (Mt. 3:11).

iii- Su misión es glorificar a Cristo (Jn. 16:14).

iv- Cristo glorificado esta presente en la iglesia y los creyentes por medio de Él.
* Hace de Cristo una realidad.

* Hace posible y real la omnipresencia de Cristo (Mt. 18:20) y Su morada en


los creyentes.

* Ambos moran en el creyente (Ga. 2:20, Ro. 8:9-10).

c- El Consolador: Jesús tranquilizó todos los temores de los discípulos


diciéndoles: “Y rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté en
vosotros para siempre” (Jn. 14:16).

i- Consolador (griego: Paracletos): uno llamado al lado de otro para el propósito de


ayudarle en cualquier forma, particularmente en procedimientos legales y criminales. El
Señor les prometió otro Consolador que sería su defensor, auxiliador y maestro durante
Su ausencia. “Otro” distingue al Espíritu Santo del Señor, pero los pone en el mismo
plano. Es Sucesor de Cristo y a la vez constituye Su presencia.

El Consolador enseña sólo aquello que pertenece a Cristi, y sin embargo más de lo
que Cristo enseñó.

d- El Espíritu Santo: Su principal obra es la santificación. Necesitamos un


Salvador por dos razones: para hacer algo por nosotros (Jesús) y para hacer algo dentro
de nosotros (E.S.). El Espíritu Santo a venido a reorganizar la naturaleza del hombre y
oponerse a sus malas tendencias.

e- El Espíritu Santo de la Promesa: el recibimiento de Su poder y gracia es


una de las bendiciones prometidas en el Antiguo Testamento (Ez. 36:27; Jo. 2:28).

Es la concesión mas elevada de Cristo impartir el E.S.: “He aquí, yo enviaré la


primera de mi Padre sobre vosotros” (Lc. 24:49; Ga. 3:14).

f- El Espíritu de Verdad: Su misión es revelar al Hijo. Es el intérprete de


Jesucristo. Aclara la mente del hombre, capacitándolo para descubrir el significado más
profundo en lo que respecta a la vía y palabras de Cristo.

g- El Espíritu de Gracia: Le da gracia al hombre para arrepentirse al


contener con Él (Heb. 10:29; Zac. 12:10). Imparte poder para santificación, sufrir
paciencia y servicio.

h- El Espíritu de Vida: Su función especia es la creación y preservación de


la vida natural y espiritual (Ro. 8:2; Ap. 11:11).

i- El Espíritu de Adopción: Cuando una persona es salvada, no sólo se le


da el nombre de hijo de Dios y es adoptado en la familia divina, sino que también recibe
dentro de su alma la conciencia de que es participante de la naturaleza divina (Ro. 8:15).
2- Símbolos del Espíritu

a- Fuego: Ilustra la limpieza, purificación, arrojo vehemente y celo producido


por la unción del Espíritu Santo (Is. 4:4; Mt. 2:11; Lc. 3:16. Como el fuego, el Espíritu
Santo calienta, ilumina, purifica y se propaga (Jer. 20:9)

b- Viento: Simboliza Su labor renegadora e indica sus operaciones


misteriosas, independientes, penetradoras, purificadores y que imparten vida. (Ez.
37:7-10; Jn. 3:8; Hch. 2:2).

c- Agua: Es la fuente de agua viva, la más pura, el rió de la vida cuya


corriente inunda nuestras almas, limpiándolas del pecado (Ex. 17:6; EZ. 36:25-27; 47:1;
Jn. 3:5; 4:14; 7:38-39).

El Espíritu Santo purifica, limpia el alma y le añade belleza divina. Es indispensable par la
vida Espiritual.

Agua viva contrasta el agua estancada, y fluye siempre que esté conectada con la fuete o
manantial del cual procede. Los cristianos tendrán agua viva solamente mientas estén en
contacto con Cristo, la fuete divina.

d- Un Sello: (Ef. 1:13; 2 Ti. 2:19).

i- Propiedad: implica una relación con el propietario del sello. Es una


prueba segura de que le pertenece. Los creyentes son propiedad de Dios y se lo sabe por
el Espíritu que mora en ellos (2 Ti. 2:19).

ii- Seguridad: Inspira tranquilidad y seguridad en el corazón del


creyente (Ro. 8:16). El Espíritu Santo constituye las arras de nuestra herencia en los
cielos, una seguridad de la gloria venidera.

e- Aceite: Cuando se utilizaba en los ritos del A.T. representaba utilidad,


fructificación; belleza, vida y transformación. Se usaba para alimentos, luz, lubricación,
remedio y para aliviar la piel. En lo espiritual, fortalece, ilumina, libera, sana y alivia el
alma.

f- Paloma: Representa dulzura, ternura, amabilidad, inocencia, suavidad,


paz, pureza y paciencia. Gn. 1:2.

B- El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.

1- El Espíritu Creador o Cósmico.

Por Su poder el universo y todas las criaturas vivientes fueron creadas. El Espíritu
Santo se movía sobre la faz de las aguas y compartía así la gloria de la creación (Gn. 1:2;
Job 26:13; Sal. 33:6; 104:30).

El Espíritu Santo creó al hombre y lo sostiene (Gn. 2:7; Job 33:4). Toda persona
es sostenida por el poder creador del Espíritu de Dios (Dn. 5:23; Hch. 17:28).
2- El Espíritu Dinámico.

Luego de la llegada del pecado, apartándose el hombre de Dios, comenzó un


nuevo llamado a Israel organizado bajo sus leyes y constituyendo un reino. El Espíritu
Santo inspiró a ciertas personas para gobernar y guiar a los miembros de ese reino y
vigilar su progreso en la vida de consagración.

La operación dinámica del Espíritu Santo creó dos clases de ministros: obreros de
Dios y Portavoces de Dios.

a- Obreros de Dios: Hombres de acción, organizadores, ejecutivos.

Ej: José (Gn. 41:38-40), Moisés (Nm. 11:16-17); Josué (Nm.


27:8-21); Gedeón (Jue. 6:34, Sansón (Jue. 13:24-25) y Saúl (1 S. 10:6).

b- Portavoces de Dios: Profetas y maestros. El profeta es uno que recibe


mensajes de Dios y los da a conocer al pueblo. El poder de Dios descendía sobre su vida
de tiempo en tiempo y le capacitaba para dar a conocer mensajes que no eran
concebidos se su propia mente.

3- El Espíritu Regenerador.

Su presencia se registra en el AT, pero no se recalca; Su dádiva es descrita más


bien como una bendición futura; su derramamiento está relacionado con la venida del
Mesías, y exhibe características distintas.

a- Despliega actividad pero no se recalca: Es descrito en el sentido de


estar asociado con la transformación de la naturaleza humana: “Y enviaste Tu buen
Espíritu para enseñarles” (Neh. 9:20). David reconoció que del Espíritu estaba en todas
partes, examinando el camino de los hombres y proyectando la luz de Dios en los sitios
más recónditos de sus vidas.

Sin embargo no se pone énfasis a este aspecto en el AT. El nombre Espíritu Santo solo se
menciona tres veces en el AT, mientras que en el NT, ochenta y seis. O sea que en el AT
se recalca las operaciones dinámicas, mientras que en el NT, Su poder santificador.

b- Derramamiento general. Bendición futura: Su derramamiento se


menciona como algo del futuro, una de las bendiciones del prometido reino de Dios.
Jehová purificaría el corazón del pueblo, pondría Su Espíritu dentro de ellos y escribiría
Su ley en sus corazones (Ez. 36:25-29, Jer. 31:33). Se cumpliría la oración de Moisés de
que todo el pueblo de Dios fuera profeta (Nm. 11:29). Jo. 2:32).

c- Su relación con la venida del Mesáis: El derramamiento del E.S.


culminaría o daría cima en el Mesías-Rey, sobre quien el Espíritu de Jehová descansaría
en forma permanente como el Espíritu de sabiduría y entendimiento, consejo y poder,
conocimiento y temor santo.

Juan el Bautista: “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso
que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; Él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego.” El Mesías es el dador el E.S.

d- Manifiesta características especiales:


i- No había sido dad aún como el Espíritu de Cristo crucificado y
glorificado. No podía comenzar hasta que terminara la misión del Hijo.

ii- En el AT el Espíritu Santo no fue dado universalmente sino que


estuvo limitado a Israel y fue impartido dude acuerdo con la voluntad de Dios a ciertas
personas como profetas, sacerdotes, reyes y otros obreros.

iii- Toda vez que fue dado el Espíritu Santo en el AT, no encerraba
morada permanente, que es uno de los rasgos distintivos del NT.

C- Es Espíritu Santo en Cristo

El Nuevo Testamento introduce la dispensación con el Espíritu, cumpliendo la


promesa de que Dios derramaría Su Espíritu sobre toda carne, pondría Su Espíritu dentro
del corazón del pueblo, y de esta manera escribiría allí Sus leyes. Esto sería hecho en los
dices del Mesías, quien sería ungido con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo opera sobre
el Señor Jesus, dentro del Él y por medio de Él.

1- Nacimiento: Fue el agente en la concepción milagrosa de Jesús (Mt. 1:20; Lc.


1:35). Jesús estaba con relación al Espíritu de Dios desde el primer momento de Su
existencia humana. El E.S. vino sobre María (acto divino).

2- Bautismo: Al pasar los años, comenzó una relación con el E.S. Tenía
conciencia plena de la morada de lo divino en Él, fue ungido por el E.S. En el bautismo, el
E.S. descendió sobre Jesús, ungiéndolo para que fuera Profeta, Sacerdote y Rey. La
primera operación santificó su humanidad, la segunda consagró su vida oficial. Fue el
comienzo de su ministerio activo.

3- Ministerio: Luego fue llevado por el E.S. al desierto (Mr. 1.12), para ser tentado
por Satanás. Llevó a cabo Su ministerio con la planta conciencia de que moraba en Él
poder divino. Estaba sobre Él para cumplir el ministerio que había predicho el Mesías
(Lc.4:18). Por el dedo de Dios echó fuera demonios (Lc. 11:20).

4- Crucifixión: El E.S. le dio fuerzas para consumar Su ministerio sobre la cruz,


donde “mediante el Espíritu eterno, se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios” (Heb.
9:14). Fue a la cruz con la unción que reposaba aún sobre Él. El Espíritu Santo llenó su
mente de un ardor, celo y amor constantes, que le condujeron a un completo sacrificio. Lo
capacitó para sufrir la cruz, menospreciando la vergüenza.

5- Resurrección: Fue el agente vivificante en la Resurrección de Cristo (Ro. 1:4;


Ro. 8:11). Días después Cristo se apareció a sus discípulos, soplo en ellos y les dijo:
“Recibid el Espíritu Santo” (Jn. 20:22).

6- Ascención:

i- Desde la concepción de Cristo, el Espíritu de Dios fue el Espíritu de Cristo,


el poder vivificante y santificador por el cual el Señor Jesús entró en esta vida como el
Hijo del hombre y vivió hasta el fin.
ii- Con los años, comenzó una nueva relación con el Espíritu. El Espíritu de
Dios se transformó en el Espíritu de Cristo en el sentido de que descansaba en Él para la
realización de Su ministerio.

iii- Después de Su ascensión, el Espíritu se transformó en el espíritu de


Cristo en el sentido de ser impartido a otros.

El Espíritu vino a habitar en Cristo no sólo para sus propias necesidades sino para
que Él pudiera impartirlo a otros creyentes (Jn. 1:33). Luego de la asunción el Señor
Jesús hizo uso de la gran prerrogativa que le fue dada como Mesías: el derramamiento
del Espíritu sobre otros (Hch. 2:33). Así, el Señor Jesus da la bendición que Él mismo ha
recibido y gozado y nos hace partícipes con Él.

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