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Índice
Introducción:
La historia de una hipótesis………………………………………………………..2
Metodología……………………………………………………………………….…15
Marco teórico………………………………………………………………………..17
Desarrollo:
La estructura preedípica en Juanito………………………………….…………30
Conclusión:
Conclusión general………………..……………………………………………….83
Conclusión personal ………………………………………………………………87
Introducción:
La historia de una hipótesis.
Esas preguntas que han sido enunciadas líneas atrás, nos ayudan a recortar
nuestro objeto de estudio. En un primer acercamiento podríamos decir que es
la metáfora paterna y sus consecuencias estructurales, contrastadas con la
metáfora delirante y sus consecuencias, sean estas estructurales o no.
Ambas, metáfora paterna y delirante, podrían ser pensadas como el resultado,
por un lado del Edipo y por el otro como punto culmine de la psicosis.
Lacan define a la psicosis como un proceso en “De una cuestión preliminar…”,
y si los pensamos como proceso (a ambos), implica que existe algo al inicio,
por ejemplo una determinada estructura, y que ese algo se transforma en otra
cosa, de modo tal que la estructura al inicio del proceso, sería diferente de la
estructura al final del mismo, es decir que en el marco del proceso, algo se
transforma.
De este modo, el incluir el concepto de proceso en nuestro objeto de estudio,
nos lleva a tener que redefinirlo como el proceso psicótico y el proceso edípico,
expandiéndose el recorte previo y consecuentemente, tendremos también que
replantearnos las preguntas que habíamos explicitado anteriormente, esas que
son previas al inicio de esta investigación. Teniendo en cuenta nuestro objeto
de estudio, podrían ser resumidas en una sola pregunta: ¿Qué relación existe
entre el proceso Edípico y el proceso Psicótico? No nos referimos simplemente
a que la ausencia del uno, hace posible al otro, nosotros intuimos que tiene que
haber algo más y lo que intentaremos es articular ambos procesos.
Esta es una pregunta muy amplia, creemos que sería conveniente plantear
alguna hipótesis, no tanto para que oriente nuestra tarea, sino más bien para
que acote los posibles resultados, esperando poder afirmarla o refutarla:
H1: Las estructuras previas al proceso Psicótico y las previas al Edípico son
equiparables.
H2: Tanto el proceso Psicótico, como el Edípico comienzan de igual modo.
H3: Tanto el proceso Psicótico, como el Edípico culminan de igual modo.
H4: Tanto el proceso Psicótico, como el Edípico tienen la misma función en el
aparato psíquico.
H5: Tanto en el proceso Psicótico, como en el Edípico existe un viraje
estructural, es decir que la estructura previa difiere de la estructura resultante
del proceso.
H6: Las estructuras resultantes del proceso Psicótico, y las del Edípico son
equiparables.
Le hemos dado a nuestra intuición una forma que se aproxima a la de una
prueba de hipótesis, estas contienen pequeñas ambigüedades como por
ejemplo el termino equiparable, que no es exactamente un sinónimo de
equivalente, término que sí utilizamos en la hipótesis principal, de este modo
intentamos darle cierta flexibilidad, que nos da lugar para investigar, si no fuese
así, esa pregunta tan cerrada se estaría limitando en el sentido de aceptar o
rechazar un puñado de enunciados.
Equiparable en este trabajo tiene el sentido de semejante, similar y
comparable.
Por otra parte, puede que el resultado al que arribemos no nos lleve ni a
aceptar completamente la hipótesis principal, ni a refutarla, pues puede ocurrir
que afirmemos algunas hipótesis auxiliares; es decir que concluyamos que lo
procesos Psicóticos y Edípicos, ni son exactamente lo mismo, ni carecen de
relación alguna, sino que en algunos aspectos o unidades de análisis,
coinciden o son homólogos y en otros no.
6
culminación del proceso Psicótico, el sujeto logra algo que justamente tiende a
lo opuesto, es decir que construiría una serie de defensas que dificultarían el
retorno a estadios anteriores.
Seelenwollust
Selikeit . Seelenmord => Selikeit Dios .
Seelenwollust X Schreberitos
Seelenmord o mujer de Dios
Si bien este trabajo coincide con el nuestro, en espíritu, es decir que tanto
Santiago Mazzuca como nosotros creemos que en el punto culmine del
proceso psicótico el sujeto logra construir algo que va al lugar donde falta el
Edipo, nosotros propondremos otra aritmética para intentar darle soporte a este
hecho. Para Santiago Mazzuca, Selikeit, va al lugar del significante-del-
nombre-del-padre, pero nosotros creemos que podría pensarse a este como
precluido, es decir que ya no es capaz de ser metaforizado, o mejor dicho ya
no puede ser puesto en relación a esa X de la metáfora paterna. En segundo
lugar, como el autor indica, toma la estructura de la metáfora paterna y ubica
allí los significantes primordiales de la subjetividad de Schreber, esto nos lleva
a preguntarnos si tendría como resultado un Edipo, nosotros desgraciadamente
no contamos con el suficiente optimismo para afirmarlo. Ambos
8
1
Lacan J. (1957-1957), “De una cuestión preliminar…”, (p. 540), Escritos Tomo II, Buenos Aires: Siglo
XXI (2003).
9
Post-scriptum
Luego de terminada esta tesis, nos encontramos con una conferencia que no
podemos dejar de mencionar.
Fue titulada Lógica y poesía. Habla y escritura. (2014) y ha tenido lugar en la
Facultad de Psicología de la UBA. Los disertantes fueron el Dr. Alfredo
12
2
Eidelsztein A. y Vappereau J. [Graduados de Psicologia]. (2015/03/12), Conferencia: Logica y
poesía. Habla y escritura, (min. 22 a 25), UBA, Facultad de Psicología. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=wP6TV8dy32s&t=37s
3
Eidelsztein A. y Vappereau J. [Graduados de Psicologia]. (2015/03/12), Conferencia: Logica y
poesía. Habla y escritura, (min. 22 a 25), UBA, Facultad de Psicología. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=wP6TV8dy32s&t=37s
13
Metodología
4
Freud S. (1899), La interpretación de los sueños, (p. 151), en Obras Completas Tomo IV, Buenos Aires:
Amorrortu.
15
Antes de finalizar nos referiremos a los casos que tomaremos, dos son
historiales clásicos, ya trabajados ampliamente por diversos autores, el caso
Juanito y el historial del Presidente Schreber, esto supone una gran ventaja
para nosotros, puesto que más allá de que podamos tener cierta lectura
heterodoxa de los mismos, nos proporciona un importante marco de referencia,
por no decir directamente marco teórico. Los otros tres casos, dos son usuarios
del Hospital Borda y el tercero es una persona con la que hemos tenido
contacto personalmente, pero el grueso del material que tomaremos es una
serie de correos electrónicos que nos ha estado enviando, no a nosotros
específicamente, pero formamos parte de su lista de difusión, por llamarlo de
alguna manera.
La selección de los casos no es aleatoria, todo lo contrario, por ejemplo de la
gran cantidad de pacientes con quienes hemos tenido contacto en el hospital
solo tomamos estos dos, se los ha elegido a ellos y no a otros porque tienen
relación con esa regla de la que se había hablado.
Por otra parte Juanito es, o está comenzando a ser, neurótico; Schreber
construyó una metáfora delirante, y los otros tres, están en diferentes
momentos del proceso Psicótico.
Seleccionamos los casos con un enfoque nomotético, los paradigmáticos,
Juanito y Schreber; mientras que los otros tres han sido seleccionados según el
enfoque ideográfico, es decir por sus particularidades.
Marco teórico
Por si el lector pensara que esto no es motivo suficiente, Lacan dice respecto
de este tema:
“Es ahí que lo que puede venirnos a decir de lo real se distingue, pues lo
real — si ustedes lo toman tal como he creído, en el curso de los
tiempos, tiempos que son los de mi experiencia… — lo real no podría
inscribirse más que por un impase de formalización. Y es por esto,
es por esto que he creído poder diseñar su modelo con la
formalización matemática, en tanto que ésta es la elaboración más
avanzada que nos haya sido dado producir, la elaboración más
avanzada de la significancia. De una significancia de la cual, en suma —
hablo de la formalización matemática — se puede decir que se hace a
lo contrario del sentido — iba casi a decir: a contra-sentido. El “eso no
quiere decir nada” en lo concerniente a las matemáticas, es lo que
dicen, en nuestro tiempo, los filósofos de las matemáticas, así fuesen
ellos mismos matemáticos.”5
El cilindro es una superficie topológica, que cuenta con dos bordes que lo
limitan, tiene dos caras y un agujero central irreductible, la banda de Moebius
es un cilindro con una semitorsión, lo que cambia sus propiedades topológicas,
tiene un solo borde que hace de límite y cuenta con una sola cara y un agujero
central.
El Cross-cap es una superficie topológica cerrada, es decir que existe un
adentro y un afuera separados, es una semiesfera suturada con una banda de
Moebius autoatravesada por su línea media, o sea que la separación del
5
Lacan J. (1972-1973), Seminario XX Otra vez, clase del 20/3/73, Versión Critica: edición de Ricardo
Rodríguez Ponte, Buenos Aires: EFBA.
18
adentro y el afuera depende de esta sutura que se realiza con su único borde,
si realizáramos dicha sutura con un cilindro, al contar con dos bordes no
quedaría separado el adentro del afuera, es decir no sería un Cross-cap.
Lacan en 1980 visita Caracas, allí relanza su causa Freudiana, aunque lo hace
poniendo un pero: “creo adecuado decirles algunas palabras del debate que
mantengo con Freud, y que no es de ayer (…) mis tres no son los suyos (…)
Eso le di yo a los míos. Se los di para que supieran orientarse en la práctica.
¿Pero, se orientan mejor que con la tópica legada por Freud a los suyos?”6,
pensamos que los “míos” de Lacan estarían más contentos si él hubiese
hablado de sus 4, aquí se refiere a real, simbólico e imaginario.
Para poder contestar si nos orientamos un poco con estos registros, primero
deberíamos entenderlos.
Creemos que los registros como tales, no están desde el comienzo, no operan
desde el inicio, si bien algunos psicoanalistas afirman “a este mundo venimos
con un nombre y por algún deseo”, si esto tiene efectos (porque puede no
tenerlo en lo más mínimo), nos inclinamos a pensar que los tiene après-coup.
Para que el ser viviente entre en el mundo del lenguaje es necesario que algo
6
Lacan J. (1980), Seminario de Caracas, Versión Critica: edición de Ricardo Rodríguez Ponte, Buenos
Aires: EFBA.
19
En el seminario XXI, dice respecto de lo Real “te bautizo, Real, a tí, en tanto
que tercera dimensión”7, pareciera estar haciéndonos una broma porque lo real
es justo eso que no consiste, pero lo que ocurre aquí es otra cosa, nuestras
retinas captan la luz bidimensionalmente, lo mismo que nuestro tacto con las
superficies, nuestros órganos solo pueden acercarse al mundo como
bidimensional, sin embargo la tercera dimensión está allí y tiene efectos sobre
una lógica y es por ello que si bien sentimos bidimensionalmente al mundo, lo
podemos representar en tres dimensiones.
Volviendo a la cita anterior, lo imaginario sería no la tercera dimensión, sino
más bien el percibir el mundo en 3D, lo imaginario es resultado de la
articulación simbólica, de la metáfora y metonimia, no la metáfora y metonimia
7
Lacan J. (1973-1974), Seminario XXI, Los incautos no yerran (Los nombres del padre), Versión
Psikolibro, inédita.
20
en sí, más bien lo que esta produce (sentido, fantasma, mundo). Si la máquina
combinatoria que es lo simbólico se pone en movimiento, es porque existe un
Real que opera, llamémoslo Das Ding, a, quantum afectivo, energía psíquica, o
como sea, pero allí está, lo inferimos, como a la tercera dimensión, por sus
efectos sobre lo simbólico, y por su resultado, lo imaginario.
En este punto tenemos una incongruencia en nuestro modo de pensar estos
conceptos, sobre todo con lo Real, lo entendemos como lo que si bien no
puede ser capturado, metabolizado, por la cadena significante, tiene efectos
sobre ella, todo suena muy lindo pero ɸ no hace cadena, sino que la regula y
no es real, es simbólico, en nuestro trabajo no pretendemos responder este
interrogante que se nos presenta, pero creemos apropiado dejar esta incógnita
planteada. Puede que ɸ, pertenezca al cuarto registro que omite en Caracas y
que sea llamado simbólico solo porque al momento de definirlo, él aún no habla
de sinthome, o como suele sucedernos con Lacan, nos deja siempre la duda de
si tal vez no le entendimos ni el “buen día”, aunque la definición que da en su
escrito “La significación del falo”, parezca de las más accesibles:
“El falo aquí se esclarece por su función. El falo en la doctrina freudiana
no es una fantasía, si hay que entender por ello un efecto imaginario. No
es tampoco como tal un objeto (parcial, interno, bueno, malo, etc...) en la
medida en que ese término tiende a apreciar la realidad interesada en
una relación. Menos aún es el órgano, pene o clítoris, que simboliza. Y
no sin razón tomó Freud su referencia del simulacro que era para los
antiguos.”8
Primeramente el falo tiene o es una función, o las dos cosas, luego despeja
algunas cuestiones que podrían confundirnos, no es un objeto interno, externo
bueno o malo, no es el órgano sexual y tampoco su imagen. Hasta aquí
sabemos que no es el falo, solo nos adelanta que tiene/es una función. Líneas
abajo aclara a qué función se refiere:
“Es el significante destinado a designar en su conjunto los efectos del
significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia de
significante.”9
8
Lacan J. (1958), La significación del falo, (p. 657), Escritos, Tomo II, Buenos Aires: Siglo XXI (2003).
9
Lacan J. (1958), La significación del falo, (p. 657), Escritos, Tomo II, Buenos Aires: Siglo XXI (2003).
21
Esa función que es/tiene ɸ, está destinada, es decir que está prefijada en el
aparato, es un significante primordial y su función es designar en su conjunto,
connotar, señalar, marcar, resaltar, ponderar a los efectos de significación, es
decir, a lo producido por la articulación significante. El falo simbólico no forma
parte de la cadena, la regula en términos de deseo y goce. Agregaremos que
en “La dirección de la cura” dice que ɸ es un significante impar, es decir que no
entra en la lógica de presencia/ausencia, en contraposición al falo como
imaginario (φ), que sí puede ser negativizado (- φ), en “Subversión del sujeto”
afirma que:
“el falo simbólico imposible de hacer negativo, significante del goce.”10
10
Lacan J. (1960), Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, (p. 783), en
Escritos tomo 2, Buenos Aires: Siglo XXI (2003).
22
11 Lacan J. (1967), Alocución sobre las psicosis del niño, (p. 386), Otros escritos, Buenos Aires: Paidós.
23
12
Rabinovich, D. (2005), Teórico N°11, Desgravado de clases: Martes 21-06-05, Escuela Francesa,
Inédito.
13
Rabinovich, D., Ficha de cátedra: Goce y Das Ding, Escuela Francesa, Inédito.
14
Rabinovich, D. [UNABTV]. (2013/08/08), Seminario Internacional: "La teoría del objeto en
psicoanálisis", Día 1 parte 4, UNABTV, Santiago, Chile. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=128tIgnoI4c
15
Lacan J. (1960), Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, (p. 781), en
Escritos tomo 2, Buenos Aires: Siglo XXI (2003).
24
16
Lacan J. (1976-1976), Seminario XXIII, El Sinthome, Clase 1, Versión Psikolibro, inédita.
17
Lacan J. (1972-1973), Seminario XX, Otra vez, Clase del 19/12/72, Versión crítica: edición de Ricardo
Rodríguez, Buenos Aires: EFBA.
25
Así es como define no solo la relación entre goce y significante, sino a esa
sustancia que no es ni la sustancia extensa, ni la sustancia pensante
cartesiana, es la sustancia gozante.
He aquí un error conceptual que no podemos sortear, pues más allá de lo
antedicho, pensamos que el goce puede darse por fuera del significante, y allí
es donde no somos capaces de separar goce y angustia.
18
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 203), Buenos
Aires: Paidós.
19
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 160), Buenos
Aires: Paidós.
26
20
Lacan J. (1955-1956), Séminaire III, Psychoses, Clase 25, Versión alternativa. Recuperado de:
www.staferla.free.fr/S3/S3.htm
28
Cabe señalar que “porque nuestro "rechazo" y todo lo que sigue, al final, no es
satisfactorio. Pero dejemos que el propio fenómeno Verwerfung como punto de
partida.” está excluido de la edición del seminario en español, allí hay un pero
que Lacan pone al Verwerfung, en tanto rechazo. Según la edición de Paidós,
Lacan dice “no retorno a la noción de Verwerfung de la cual partí”, para luego
proponer como alternativa el vocablo forclusión, a menudo este concepto se
nos lo explica como una traducción, como si para Lacan Verwerfung fuese lo
mismo que forclusión, es decir rechazo.
Nosotros creemos que la acepción correcta es la que deriva del derecho, la
numero 1 de la nota al pie de la edición de Paidós, y esta acepción es la
definición de preclusión, esta última involucra tiempos en el marco de un
proceso legal, así habíamos pensado la metáfora paterna, como el proceso que
instaura la Ley que regula el deseo y el goce, que barra al Otro, es un proceso
que involucra tiempos, es sobre esos tiempos que nosotros también nos
formulamos preguntas. La preclusión está articulada al saber servirse del
significante-del-nombre-del-padre y a la etiología de la psicosis.
21
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 457), Buenos Aires: Paidós.
29
Desarrollo
La estructura preedípica en Juanito
22
Lacan, J. (1956-1956), El Seminario. Libro IV: “La relación de objeto”, (p. 223),
Buenos Aires: Paidós.
23
Lacan, J. (1956-1957), El Seminario. Libro IV: “La relación de objeto”, (p. 243),
Buenos Aires: Paidós.
24
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro IV: “La relación de objeto”, (p. 228),
Buenos Aires: Paidós.
25
A la cita N° 24 se le han sacado los signos de interrogación, pues en realidad es una afirmación pues
comienza preguntando ¿No ven? y que dentro de la pregunta existe una afirmación, que es la citada.
26
Lacan J. (1975), Conferencia en Ginebra sobre el síntoma, Intervenciones y textos 2. Buenos Aires:
Manantial.
30
Teniendo en cuenta esto dividimos en dos al caso del pequeño Hans, por un
lado el Hans fóbico, ya neurótico; por otro lado el Hans que aún no ha llegado
al punto que señalaremos como crítico del Edipo.
El periodo del caso Juanito que a nosotros nos interesa en este apartado, es el
último nombrado y lo denominaremos como la etapa preedípica de Juanito, la
etapa fálica primitiva o el paraíso de la felicidad.
26
Schejtman F. y otros (2012), Elaboraciones lacanianas sobre la neurosis, (p. 346), Buenos Aires:
Grama.
28
Lacan J. (1957-1958), Seminario V, Las formaciones del inconsciente, Clase 10, Versión Psikolibro,
inédita.
31
En este punto nodal, existe la posibilidad de que el padre deje de estar velado,
es decir que ese otro objeto del mundo hacia el cual el Otro primordial también
dirige su deseo, adquiera status significante, o que eso no suceda.
Nosotros en cambio destacaremos la condición necesaria para que esa
posibilidad exista, nos referimos al punto en que se rompe el triángulo
imaginario madre=niño=falo, esta ruptura la situamos en el pasaje del primer al
segundo tiempo del Edipo. Hacemos esta salvedad por algunas cuestiones
importantes, primero creemos que allí existe una pérdida; segundo,
encontramos en esa ruptura una condición lógica necesaria para que el niño
llegue a ese punto nodal que menciona Lacan donde el niño acepta o rechaza
la inscripción del significante-del-nombre-del-padre y, tercero, ya veremos que
esa identificación al falo es en sí la estructura preedípica de Juanito, la del
paraíso de la felicidad.
Iremos pensando estas tres cuestiones y articulándolas entre sí.
alguna otra cosa.”29, hasta allí no hay algo que pueda objetarse pero acto
seguido dice: “A lo que le da vueltas es a esa X”, si se nos permite forzar contra
la voluntad explícita del autor, otra lectura, proponemos leer la X, como la
incógnita del Ser propio, este forzamiento más adelante nos será de utilidad
para poder pensar otras cuestiones. Por otra parte no es un gran forzamiento,
ya que en la página siguiente dice: “El niño, con más o menos astucia o suerte,
puede llegar a entrever muy pronto lo que es esa X imaginaria, y, una vez lo ha
comprendido, hacerse falo”30, primero la X es esa otra cosa que le anda dando
vueltas a la madre, luego el niño sin saber muy bien qué es esa X, se ubica a sí
mismo en ese lugar, hay allí un pasaje de una posición a otra en la lectura de
esa X. Nosotros adoptaremos la segunda posición, es decir que entenderemos
en este trabajo a esa X como el lugar donde se ubica el niño, esa X es el lugar
de la incógnita del deseo del Otro, el lugar de la pregunta por el Ser del niño.
Ambas están relacionadas, después de todo la pregunta por el Ser y por el
deseo del Otro, por el goce del Otro, en el fondo son una misma pregunta, si
tengo sed, entonces no soy agua31.
29
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 179),
Buenos Aires: Paidós.
30
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 180),
Buenos Aires: Paidós.
31
Umérez, O. (2003), Cuaderno de teóricos, Buenos Aires: Centro de Estudiantes de Psicología.
33
32
Lacan J. (1957-1958), De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis, (p. 552),
en Escritos tomo 2, Buenos Aires: Siglo XXI (2003).
33
Schejtman F. y otros (2012), Elaboraciones lacanianas sobre la neurosis, (p. 344), Buenos Aires:
Grama.
34
DM ≠ DM
φ X
En general podríamos decir que el pasaje del primer tiempo del Edipo al
segundo, no es sin angustia, no hace falta un padre castrador que encarne el
Dios del trueno, ni un padre que muerda bien, ni siquiera un padre,
simplemente que la identificación imaginaria con X=φ se quebrante, esto
implica un colapso del mundo, porque abre la pregunta, si no soy φ, entonces
¿qué soy? Este es el punto crítico que nosotros señalamos.
34
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 199),
Buenos Aires: Paidós.
35
Tal vez nos ayude a entender lo anterior, el aclarar, cómo es entendido en este
trabajo el Significante-del-Nombre-del-Padre enmarcado en la metáfora
paterna. Lacan dice que el padre interviene castrando a la madre, es decir, que
la madre deja de ser la encarnación de A pasando a ser Ⱥ, un Otro deseante,
deseante de algo que el niño no es, por esto el Significante-del-Nombre-del-
Padre lo pensamos como un objeto del mundo, distinto al Ser del niño, hacia el
cual la madre también dirige su deseo, y es justamente este deseo materno lo
que le da estatus de significante a ese otro objeto del mundo, esto es lo que el
niño acepta o rechaza, pero si aún se sostiene la simetría imaginaria X= φ, no
hay lugar para ese otro objeto del mundo y por tanto, ese otro objeto, no
adquiere el status de Significante-del-Nombre-del-Padre, es decir, eso que vía
metafórica se pone en relación a esa X, el lugar del sujeto.
de gozar, se pierden cosas diferentes del lado del plus de gozar se pierde el
goce absoluto del sexo, del lado de la causa del deseo se pierde la verdad toda
o la verdad como absoluta”35.
La falta aquí es pensada como falta de naturalidad de la sexualidad humana y
del objeto. No se goza del objeto en sí, sino que de lo que se goza es de la
posesión de este objeto, afirma la Dra. Diana Rabinovich.
Para ser causa y plus, el objeto que faltaba, debe aparte ser perdido. La
ruptura del triángulo imaginario madre=niño=falo, hemos visto casi hasta el
hartazgo, implica que se rompa la identificación del niño con φ.
Cuando esta se quebranta ¿qué se pierde?.
Se pierde el Otro al que el niño completaba, se pierde a sí mismo como objeto
del deseo del Otro, pero sobre todo se pierde la existencia de la verdad toda
del goce absoluto, es decir, la equivalencia φ=X.
Juanito pierde eso donde confluía su deseo y su goce.
Según el Dr. Alfredo Eidelsztein, “la metáfora paterna sirve para distinguir la
encarnadura del Otro, que puede ser la madre, el padre, cualquiera… del A
como orden simbólico (…) algo así como que nadie es Dios, porque si alguien
es Dios y Dios quiere que te conviertas en mujer, te convertís en mujer como le
paso a Schreber”36.
Sería problemático hablar de estructura neurótica a lo largo de todo el caso
Juanito como también lo sería hablar de estructura psicótica o perversa en la
diacronía completa, más bien el historial del pequeño Hans parece estar
mostrándonos una construcción. Si se nos permite suponer una estructura en
lo preedipico, lo que ocurre con Juanito es que parte de una estructura hacia
otra estructura, va de la existencia de Dios a su castración, va de a A hacia Ⱥ.
Sea que ubiquemos ese punto nodal donde lo sitúa Lacan, en el segundo
tiempo del Edipo, o donde lo situamos nosotros, en el pasaje del primer al
35
Rabinovich D. [UNABTV]. (2013/08/08), Seminario Internacional: "La teoría del objeto en
psicoanálisis", Día 1 parte 4, UNABTV, Santiago, Chile. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=128tIgnoI4c
36
Eidelsztein, A. [Alfredo Eidelsztein]. (2018/06/28), ¿Cómo trabaja un psicoanalista?, (min. 37 a 40),
Seminario internacional, Centro Psicoanalítico de Chile, Santiago, Chile. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=jmg9334gSto
37
“Les hablo de la metáfora paterna. Espero que se hayan dado cuenta de que
les estoy hablando del complejo de castración. No porque les hable de la
metáfora paterna les estoy hablando del Edipo”37, así Lacan da comienzo a su
segunda clase sobre los Tres tiempos del Edipo en el seminario 5,
homologando la metáfora paterna con el complejo de castración, aclarando a
su audiencia la función que la metáfora paterna tiene en el Edipo, y en
definitiva eso es la metáfora paterna, una función, una función
lógico/matemática:
37
Lacan, J. (1957-1958), El Seminario. Libro V: “Las formaciones del inconsciente”, (p. 203),
Buenos Aires: Paidós (1999).
38
NP . DM = Ⱥ
DM X φ
NP . DM = ɸ
DM X
NP . DM = ɸ => NP= ɸ
DM X X
Allí hemos llegado a la simplificación de la Función Fálica, pero aún nos resta
tomar un supuesto, que el Significante-del-Nombre-del-Padre, que Los-
Nombres-del-Padre, pueden estar inscriptos y el sujeto se ha sabido servir de
eso, y que esto no varía, es decir que es una constante, en contraposición a
una variable. Entonces si eso es fijo, podemos reemplazarlo por un número
cualquiera de los números reales, en este caso y por cuestiones prácticas
tomaremos el número 1, pero el resultado sería igual en todos los casos, una
constante dividida por una incógnita, X:
1= ɸ
X
Recordemos aquí la definición de falo que Lacan explicita en Escritos II: “El falo
aquí se esclarece por su función. El falo en la doctrina freudiana no es una
fantasía, si hay que entender por ello un efecto imaginario. No es tampoco
como tal un objeto (parcial, interno, bueno, malo, etc...) en la medida en que
ese término tiende a apreciar la realidad interesada en una relación.
Menos aún es el órgano, pene o clítoris, que simboliza. Y no sin razón tomó
Freud su referencia del simulacro que era para los antiguos.
Pues el falo es un significante, un significante cuya función, en la economía
intrasubjetiva del análisis, levanta tal vez el velo de la que tenía en los
misterios. Pues es el significante destinado a designar en su conjunto los
efectos del significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia
de significante”38. “El falo es el significante privilegiado de esa marca en que la
parte del logos se une al advenimiento del deseo”39.
Esta es una función que cuenta con dos asíntotas, una horizontal y otra
vertical, esto es así independientemente del valor del numerador. Ambas
asíntotas coinciden con los ejes de abscisas y ordenadas. Al número 1 que
ponemos en lugar del Significante-del-Nombre-del-Padre, se lo ha elegido así
porque el inconsciente es descripto muchas veces como un enjambre de unos,
haciendo alusión a “lo uno” en su pura diferencia respecto de los otros, “uno-
entre-otros”40.
Si consideramos que la X de la metáfora paterna, es la incógnita del Ser, del
deseo, del goce, entonces las curvas son las respuestas que otorga dicha
Función Fálica, a estas preguntas.
Ese conjunto de respuestas anticipadas, en nuestra gráfica, podrían ser
llamadas curvas simbólico-imaginarias, por un lado son el resultado de la
Función Fálica, que es simbólica, y por otro, no solo es que representan la
imagen de la función (matemáticamente hablando), sino que también, dada la
definición de Falo antes citada, este es un significante que regula la cadena y
los efectos de significación imaginarios. Las curvas son el resultado de la
función significante, son la respuesta anticipada a la incógnita del Ser,
respuesta hecha de sentido, imaginarias, es decir un producto de lo simbólico.
40
Lacan J. (1972-1973), Seminario XX Otra vez, Clase del 26/06/73, Versión Critica: edición de Ricardo
Rodríguez Ponte, Buenos Aires: EFBA
41
Diana Rabinovich afirma que “el deseo inconsciente, incluso el deseo del otro
con minúscula, marca redes y senderos, y actúa como una barrera frente a ese
producto tan escurridizo que huye del significante que es el goce. Incluso, hay
que destacar la presencia en Lacan del término de barrera. (...) Para Lacan esa
barrera que defiende frente al goce es el deseo que pone un límite a ese
goce”41, es importante allí el “defiende”, pues si el deseo es una defensa contra
el goce, donde la defensa falla, hay goce, pero donde la defensa no falla no
existe el goce, esto sería pensándolo como goce todo, goce extremo, infinito.
Este modo de pensarlo en términos absolutos nos brinda las coordenadas para
leer las asíntotas y los ejes.
Esta defensa se puede observar en las relaciones que marcan las curvas entre
abscisas y ordenadas. Si seguimos alguna de las curvas, veremos que marcan
la relación entre el deseo y el goce que es inversa: cuando aumenta el deseo,
disminuye el goce y cuando el deseo mengua, aumenta el goce; aunque
todavía no hemos situado estos conceptos, inferimos que uno de ellos lo
ubicaremos en el eje vertical y el otro en el horizontal, entonces nunca, ni el
deseo ni el goce llegan a ser cero y esto es lo esperable, porque si el goce
fuese cero, el deseo debería ser infinito y viceversa, si el goce fuese infinito el
deseo sería cero; dicho de otro modo, ni deseo, ni goce llegan nunca a adquirir
valores extremos como el cero o el infinito.
41
Rabinovich, D. (2005), Desgravado de clases, Teórico N°11, Psicoanálisis: Escuela Francesa Cat. I,
Martes 21-06-05, Facultad de Psicología, UBA. Inédito.
42
“El goce de Das Ding deja como secuela el camino desiderativo”42, por otra
parte el goce lo pensamos del lado de la pregunta ¿Che vuoi?, el enigma de
esta pregunta, es representado por la X, es decir las abscisas, el eje horizontal,
la respuesta está del lado de la Y, matemáticamente hablando variables
dependientes e independientes, es por ello que ubicamos la dimensión de goce
en el eje de las X y la respuesta a ello, la defensa, es decir el deseo, lo
ubicamos en el eje de las Y. Más adelante añadiremos otro motivo para nuestra
decisión de ubicar en la asíntota vertical, o eje Y, al deseo y en la horizontal, o
eje X, al goce.
42
Rabinovich D., Ficha de cátedra Goce y Das Ding, Ficha de Cátedra,
Psicoanálisis: Escuela Francesa Cat. I, Facultad de Psicología, UBA. Inédito.
43
Rabinovich, D., Clínica de las Impulsiones, Editorial Manantial, P. 101
44
Rabinovich, D., Clínica de las Impulsiones, Editorial Manantial, P. 7
45
Umérez, O. (2003). Cuaderno de teóricos. Buenos Aires: Centro de Estudiantes de Psicología.
46
Rabinovich D., Ficha de cátedra “Escuela Francesa”, Goce y Das Ding, Inédito.
43
Cosa que en Lacan es llamada objeto a, que es la bisagra del deseo y el goce,
o dicho de otro modo, causa de deseo y plus de gozar. Situaremos en la
intersección de ambos ejes, eso que a la altura del seminario 10 es lo que “no
debe aparecer. Esto es el a, el resto aborrecido del Otro”47.
47
Lacan J. (1962-1963), El Seminario. Libro X, La angustia, (p.133), Buenos Aires: Paidós.
44
término usufructo48 pues se goza del derecho sobre el objeto pero no del objeto
en sí. Muy bien protegida que está esta estructura, hemos escuchado a
algunos docentes decir que él afirmaba que a sus neuróticos nada los
desencadenaba, ni siquiera el horror de la guerra, cosa muy verosímil para
nosotros, pero que desgraciadamente no encontramos esa afirmación por
ningún lado, ni en sus seminarios, ni en sus escritos; solo está aquí por su
verosimilitud y porque esperamos algún día encontrarla.
El objeto a en neurosis no aparece, al menos no sin un velo, pero tiene efectos,
es causa de deseo y es plus de gozar, como objeto de angustia aparece velado
por la Función Fálica.
48
Lacan J.(1972-1973), Seminario XX Otra vez, Clase del 21/11/72, Versión Critica: edición de Ricardo
Rodríguez Ponte, Buenos Aires: EFBA.
45
Ø . DM = Ø
DM X
49
Lacan J. (1957-1958), De una cuestión preliminar…, (p. 551), en Escritos tomo 2, Buenos Aires: Siglo
XXI (2003).
47
Las curvas colapsan sobre el eje que denota el goce, no hay aquí caminos
desiderativos al menos que cumplan su función defensiva, la única respuesta
es goce, no hay deseo en ese momento lógico, solo goce.
Sería una respuesta del lado de la psicosis por faltar el Significante-Nombre-
del-Padre, esto puede ser ejemplificado con el paciente de Katan que Lacan
toma en la clase 5 del seminario 3. Este hombrecito estaba identificado con su
amigo, esa identificación imaginaria mantenía compensado al sujeto. El
problema comienza cuando la chica que a ambos les gustaba, lo elige a él, el
hombrecito queda perplejo, Lacan dice: “Este hombrecillo había comprendido
aún menos que nosotros. Chocaba ahí con algo, y faltándole por entero la
clave, se metió tres meses en su cama, como para ubicarse. Estaba en la
perplejidad”50.
¿Qué es lo que ocurrió allí?
La identificación imaginaria con su amigo lo mantenía compensado, es decir
que cumplía una función estructural, le proporcionaba una prótesis, señalaba
como deseado a un objeto imaginario i(a), los problemas comienzan cuando
ese objeto deja de faltarle, cuando esa señorita lo elige a él.
En la prepsicosis el problema no sería tanto la inexistencia de deseo como se
suele escuchar, porque lo hay. Sino más bien el asunto está en el cumplimiento
de deseo, pues puede que el deseo no se relance.
50
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 289), Buenos Aires: Paidós.
48
51
Lacan J. (1962-1963), Seminario X, La angustia, Clase 19, Versión Psikolibro. Inedita.
52
Rabinovich D., Clínica de las Impulsiones, Editorial Manantial, Capitulo 2??
53
En la última relectura que realizamos de este trabajo, nos pareció atinado señalar sin desviarnos de la
cuestión, que en la estructura neurótica, mediante la Función Fálica 1/X= ɸ es el deseo el que regula al
goce, mientras que en la estructura prepsicótica $(A-i(a)), al estar el Otro completo y no haberse
construido la Función Fálica, quizás no funcione de igual modo, inclusive podría pensarse por ejemplo,
49
que la estructura $(A-i(a)), regula primero al goce y esto actúa sobre el deseo, al contrario de lo que
sostenemos para la estructura neurótica.
50
Lacan marca una diferencia entre las estructuras psicóticas y neuróticas ante la
situación de la falta de significación. En el Seminario 3 señala que “en las
neurosis la significación desaparece por un tiempo, eclipsada, y va a anidar a
otro lado; mientras que la realidad aguanta bien el golpe”54, como contrapartida
en la estructura psicótica tenemos el “crepúsculo de la realidad que caracteriza
la entrada en la psicosis”55.
54
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 290), Buenos Aires: Paidós.
55
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 293), Buenos Aires: Paidós.
52
Pero se nos podría decir que el esquema i también tiene sus punto m, M e i, I
que se unen en diagonal, es decir si está presente la torsión moebiana, ¿por
54
Si el corte del cono se realiza con un ángulo igual o mayor al existente entre el
eje vertical del cono y su lado, pero menor al ángulo del lado del cono,
entonces este corte formará una hipérbola.
Si el corte se realiza paralelo al lado del cono, es decir, con el mismo ángulo
que hay entre el eje vertical y el lado del cono, este corte formará una parábola,
dicho de otro modo, ambas curvas (hipérbola y parábola) son derivadas de la
misma estructura, el cono vincula a una con otra.
55
x² – y² =1
a² b²
origen, cuanto más chicas son dichas constantes, más se acercan las curvas al
punto (0;0), pero no pueden adoptar el valor 0, siempre existe una distancia.
Hablamos de que se acercan o alejan, pero no es una relación asintótica, dada
una hipérbola esta distancia es fija, y es un segmento pues la distancia entre
los puntos más próximos es siempre mayor a cero.
Dado que podemos siempre colocar un punto más entre los extremos de un
segmento cualquiera, este está compuesto por infinitos puntos, todo segmento
lo está, porque sus puntos extremos no son infinitamente próximos, y esto es lo
que ocurre entre las curvas de toda hipérbola: sus puntos más cercanos al
origen delimitan un segmento compuesto por infinitos puntos.
59
Lacan J., (1957-1958). De una cuestión preliminar…, (p. 516), en Escritos tomo 2, Buenos Aires:
Siglo XXI (2003).
58
60
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 53), Buenos Aires: Paidós.
60
función. Podríamos agrupar a grandes rasgos los valores que puede adoptar la
derivada primera de una de las ramas de nuestra hipérbola, en tres categorías:
las pendientes positivas (los valores de la imagen (Y) se van incrementando de
izquierda a derecha), las pendientes negativas (los valores de la imagen
decrecen de izquierda a derecha) y los puntos donde las pendientes son 0 o ∞.
Cuando encontramos esos valores en las pendientes (0 o ∞), sabremos que
estamos en un punto donde cambia el signo de la derivada primera de la
función (es decir su pendiente), tal vez quede más claro si lo graficamos:
Parecería ser un punto similar al que arriba el paciente de Katan, del cual
Lacan comenta: Chocaba ahí con algo (…) un mínimo de sensibilidad (…)
permite palpar algo, la sensación que tiene el sujeto de haber llegado al borde
del agujero61. La diferencia con el paciente de Katan es que a él le faltaba por
entero la clave y aquí pareciera que no es así, porque hay una respuesta que
puede tener forma de fenómeno elemental, estos son los puntos críticos que
limitan el agujero, son significantes desencadenados, la palabra plena y la
vacía detienen la significación. Este tipo de fenómenos donde la significación
se detiene, son los que podemos ubicar allí en los puntos A y A’ que tienen
pendiente infinita.
Más adelante retomaremos este punto y lo ejemplificaremos.
Habíamos dicho que era problemático leer los ejes de la hipérbola en los
mismos términos en que fueron leídas en la parábola, también mencionamos
que F. Schejtman en Elaboraciones lacanianas de la psicosis dice respecto de
las asíntotas que Schreber consigue el deseo asintótico del que hablaba Freud.
Claudio Godoy da un paso más, él dice que: “el goce transexualista se
relaciona con la función del Ideal que pone un límite asintótico al agujero de Po
(…) no ubica aquí un exceso sino más bien un límite”62.
Por otra parte Diana Rabinovich afirma que el deseo inconsciente, incluso el
deseo del otro con minúscula, marca redes y senderos, y actúa como una
barrera frente a ese producto tan escurridizo que huye del significante que es el
goce63, entonces sería oportuno hacer notar que esos puntos críticos, A y A’,
son de la infinita curva hiperbólica, los que más alejados se encuentran de las
asíntotas y si allí ubicamos al deseo, estos puntos no serían solo de detención
metonímica y metafórica, sino que también esperaríamos encontrar ahí el
punto de mayor goce del sujeto.
Por otra parte habíamos visto a A y A’ como los límites de las curvas simbólico-
imaginaria, o dicho de otro modo, puntos que limitan el agujero en la estructura
significante. Es decir que esos puntos de detención de la significación,
61
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 289), Buenos Aires: Paidós.
62
Schejtman F. y otros (2012), Elaboraciones lacanianas sobre la psicosis, (p. 169), Buenos Aires:
Grama.
63
Rabinovich D. (2005), Desgravado de clases, Teórico N°11, Escuela Francesa, 21-06-05, Inédito.
62
Nos inclinamos a creer que como tiempo lógico, no solo podríamos pensarlo
como algo que lleva al sujeto a meterse tres meses en su cama, como para
ubicarse64 , también podría ser pensado como algo sincrónico, pues un
momento lógico, que puede ser instantáneo o prolongarse en el tiempo.
Nosotros proponemos que los vértices tienen una función, limitar el agujero del
enjambre significante65. Podemos verlo en Schreber (haciendo una lectura muy
heterodoxa). Él pasa primero por una etapa en la que decía que pronto moriría,
que su cerebro estaba reblandecido, luego tiene certeza respecto de las
intenciones de Flechsig, él quiere abusar sexualmente de él, y punto culmine
de la serie, por un lado la certeza de la inmortalidad premasculatoria (él es
inmortal mientras se está emasculando), que contradice su previa certeza de
que pronto moriría y por otro lado la certeza de que se está emasculando para
ser la mujer de Dios. Ambas certezas, la inmortalidad y la emasculación, dan
soporte a su construcción delirante, su tarea mesiánica, es decir, las asíntotas
del deseo, pero la certeza como tal la encontramos desde el comienzo. El
restablecimiento del mundo comienza con una certeza que luego va/podría ir
deviniendo en otra/s.
64
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 289), Buenos Aires: Paidós.
65
Lacan J. (1972-1973), Seminario XX Otra vez, Clase 13, Versión Critica: edición de Ricardo Rodríguez
Ponte, Buenos Aires: EFBA.
64
cambia por el objeto a66, en estos casos es una verdad toda, pues allí la
pendiente, es decir, el sentido es infinito.
66
Lacan J. (1964-1965), Seminario XII, Problemas cruciales del psicoanálisis, en: Dra. Diana
Rabinovich, Concepto de objeto en psicoanálisis: el objeto a, Ficha de cátedra, Metodología
Psicoanalítica, Inédito.
67
Eidelsztein A. [APOLa internacional]. (2018/05/25), Clase 1 del primer Curso de enseñanza de
Apertura, "Propuesta de otra clínica", (min: 45), Apertura Sociedad Psicoanalítica, recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=WFb2pEFBK-k
65
68
Lacan J. (1962-1963), El Seminario. Libro X, La angustia, (p. 133), Buenos Aires: Paidós.
67
69
“Elegancia Matemática: una demostración matemática elegante es la que presenta el resultado deseado
de forma más directa y concisa posible.”, en: Charles D. Miller, Vern E. Heeren, Hornsby J. (2012),
Matemática: razonamiento y aplicaciones, (p. 201), Buenos Aires: Pearson.
68
Es esto último lo que nos lleva a pensar que el a está, al menos en parte,
restándose, perdiéndose con cada paso de Schreber.
Sabemos que esta afirmación que acabamos de realizar, que el objeto falta en
alguna de sus caras y en otras no; que esta forma de pensar a ese objeto que
inventó Lacan, podríamos decir para nombrar eso que falta, es radicalmente
heterodoxa (por adjetivarla de algún modo), pero hasta ella nos han llevado
nuestras deducciones y aún no hemos podido refutarla.
Sea como sea, inclusive si esta sensación que tenemos de que hay algo que
no encaja del todo en nuestro matema, sin saber qué es, sintiendo que
estamos cerca pero que algo pifia, y siendo pesimistas, pensando que dentro
de un tiempo sí podríamos falsear nuestra propuesta $(A-a); lo importante es
que así y todo estamos respondiendo a una de nuestras inquietudes, pues una
vez que el proceso psicótico concluye en una metáfora delirante, la estructura
ya no es la misma de la prepsicosis. Y si bien $(A-a), por el momento, no nos
deja del todo conformes, de lo que sí estamos seguros es que la estructura
resultante del proceso psicótico es distinta de: $(A-i(a)).
69
En un próximo momento esa certidumbre cae, sus perseguidores ahora son los
caballos, que dicho sea de paso, quieren arrancarle el hacepipí, por un lado
podríamos decir que sin él sería posible volver a habitar el paraíso de la
felicidad y, por otra parte, la amenaza no es inmediata, si bien en Viena y en
esa época, seguramente abundaban los caballos, él puede protegerse tomando
las medidas preventivas que conocemos como “el parapeto fóbico de Juanito”.
Lo que nos interesa destacar, es que cada vez se va distanciando más del
destino trágico, siempre que adopta una nueva posición pareciera ser cada vez
menos padeciente.
Tal vez aún más importante es aclarar, que si bien aquí proponemos un camino
que va de una posición donde el mundo entero falta y que los movimientos
tienden a ser hacia lugares cada vez menos padecientes, sabemos que existen
empeoramientos, nuevos brotes, incluso en usuarios dados de alta. No
estamos desconociendo el fenómeno de las puertas giratorias, pero sí creemos
que si un paciente ya estabilizado, que ha logrado reconstruir su mundo, en la
dirección que hemos señalado, si este volviera a la fase más aguda de la
enfermedad y su mundo colapsara una vez más, se relanzaría el proceso de
reconstrucción en el mismo sentido, tendiendo a pasar de posiciones más
padecientes, a otras menos padecientes, pues el principio del placer tiende a
metabolizar el goce, o mejor dicho, como si en esta metabolización del goce
que llamamos metáfora delirante, el camino desiderativo, marcara el rumbo.
No sin medicación, sino con menos del máximo, es que Satán aparecía, el
goce absoluto estaba presente todo el tiempo. Satán omnipotente y
omnipresente, encarnado en cualquiera, incluso en el mismo usuario o en el
73
Según cuenta, al parecer su vida no ha sido fácil, de joven tuvo un amor, Bachi,
él la dejó y luego murió; también estuvo embarazada una vez y perdió el
embarazo a los cuatro meses y medio.
Afirma que Margaret Thatcher la secuestró en la época de la guerra de
Malvinas, porque ella, es decir Cristi, es amiga de los pobres; también nos
contó que estudió inglés hace muchos años (becada por la embajada de
EEUU) y que debe culminar sus estudios para poder casarse con un vecino
que le recuerda a Bachi. Por último, ella dice ser evangelizadora, cuando llega
al servicio, bendice a sus compañeras y a los profesionales que allí trabajan.
En esta entrevista, que duró unos 45 minutos, hemos observado cómo Cristi se
acerca a la frontera de su/s mundo/s y se sale de este para luego volver a
entrar, cuando en su relato se acerca a determinado punto, por ejemplo el
significado de mezquinar o cómo llevaría a cabo su proyecto de estudio y
76
70
Lacan J. (1955-1956), El Seminario. Libro III, Las psicosis, (p. 33), Buenos Aires: Paidós.
77
No en todos los correos, pero si en la mayoría luego del saludo final, nos pide
confidencialidad con el material que nos brinda, pero de una forma un tanto
extraña:
78
formación, según viva en el norte o en el sur del país, tomando como referencia
media a CABA, por lo tanto, una vez concluida su obligación de peregrinación
iva y vuelta, a él le correspondería determinado salario. Vale aclarar que esta
división del país en norte y sur es explicada en muchos correos, y que el norte
y el sur pertenecen a dos “france” distintas, que también son llamadas redes de
consumo. El “france” del sur es vinculado al gentilicio italiano, a un diario de
tirada nacional y a un sistema de créditos que fomenta el consumo, en cambio
el “france” del norte es vinculado a otro diario de tirada nacional y está
controlado por los gentilicios VCG (vascos, catalanes y gallegos) que quieren
adoptar el sistema alemán y perjudican a los gentilicios italianos. Si bien no
está en el centro de la escena, el neologismo “france”, que es vinculado a
sistemas de crédito y consumo, a nosotros nos hace pensar en el sistema
francés de amortización, que por su formación en la UBA él seguramente
conoce, y aunque no hemos querido intervenir preguntándole,
consecuentemente, solo podemos señalar el carácter neológico de “france”, al
que también solo le falta una S, para ser “francés”. Podría ser señalado como
otro neologismo el hecho de que escriba iva en lugar de iba, pues por el
contexto nos inclinamos a tomarlo no como otra falta de ortografía ni error de
tipeo, ya que guarda relación con lo monetario al igual que parte del contenido
de su delirio, por ejemplo, el sueldo que le corresponde según su gentilicio
luego de la peregrinación.
veces es más intrincado pero muchas otras es explicito, luego de hablar que
otros gentilicios quieren quedarse con negocios para ellos, dice:
“O sea, se está frenando a las personas de gentilicios Italianos / Italianos de
cumplimentar lo obligatorio¡!
Obligaciones:
=> transferir el $$$ respetando el esquema de Ing. Civil / Arquitectónico
=> circular el $$$ a través de marcas Italianas (FIAT, FCA, Gama, etc.)
=> trabajar Diariamente
=> preparar locales, negocios, empresas
=> formar profesionales”
Si bien Rulo en un momento refiere que su gerente (de apellido español) “le
hizo una cama” para perjudicarlo por descendiente de Italianos, él por un lado
no está solo en esta lucha pues es entre las colectividades, lo que Rulo logra
es correrse él, al menos un poco, del centro de la escena, pues los
perseguidores no persiguen a Rulo, sino a las comunidades de gentilicios
Italianos.
Por otra parte, si bien nos pide confidencialidad al despedirse, respecto de los
datos que nos comunica, también dice que este conflicto es un juego, aunque
involucre dinero, es decir que aunque es muy importante, no es algo de vida o
muerte. La idea de juego nos remite a un escenario donde algunos pierden y
otros ganan lo que los demás perdieron, como en el juego de suma cero. Da la
impresión de que a eso es a lo que se refiere, aunque tampoco se lo hemos
preguntado, es un supuesto que podría tomarse, pues también en este caso,
su formación universitaria hace muy probable que él conozca este concepto.
81
Aquí podríamos pensar que el vértice que soporta el delirio es el gentilicio, allí
se ancla su tarea de advertir a algunos desprevenidos como yo, de lo que está
ocurriendo, sin exagerar en cientos de emails y argumentaciones, no sería
descabellado pensar que allí hay algo asintótico, que tiene que ver con el
deseo y con el goce, su misión es un poco más modesta que repoblar el
mundo, pero también tiene algo de mesiánico, tal vez el pretender abrirle los
ojos a los Argentinos de apellido italianos.
Aquí el significante gentilicio, es decir, la lógica con la que este sujeto lee-
construye su historia, su proyecto y su Ser, no solo soporta su reconstrucción
delirante del mundo, sino que también lo hace más soportable, queda en un
segundo plano el ser perseguido por su exjefe, pues la lucha perseguidores-
perseguidos, se da entre colectividades. Allí, en ese punto, encontramos una
verdad absoluta y un goce en el horizonte, es decir algo muy similar a lo que
afirmamos al final del apartado anterior.
82
Conclusiones
Conclusión general
como para la entrada en el proceso Psicótico. Por ello aceptamos H2, pues
ambos comienzan con un desencadenamiento.
Esta vez, estamos en condiciones de aceptar H4, pues estos procesos tienen la
misma función en el aparato psíquico.
Habíamos dicho que el proceso Edípico comenzaba con S(A), la entrada en
dicho proceso la escribimos como $( ) y este concluía con $(Ⱥ), efectuándose
una pérdida que redobla la falta.
Si bien en el punto de partida que hemos propuesto, es disímil $(A-i(a)), el
comienzo del proceso en sí coincide $( ).
Aunque habíamos dicho que el resultado de ambos procesos no era el mismo,
esto no impide que su función sí lo sea.
Pensemos en la tarea mesiánica de Schreber, o la que es un poco más
modesta, que inferimos de los dichos de Rulo, y aunque hay Otro completo,
pues Schreber sabe y dice lo que le falta: emascularse, ser la mujer de Dios y
repoblar el mundo. Lo puede decir, existe A, pero eso mismo, emascularse, ser
la mujer de Dios y repoblar el mundo, le falta, a.
Hay allí un deseo asintótico, propusimos como matema de la metáfora delirante
$(A-a), habíamos argumentado respecto de la separación en términos, como
una no articulación directa. Este mismo argumento es el que usaremos, pues
pérdida hay, pero el Otro completo también lo hay.
Debemos hacer dos salvedades, la primera es que eso se resta como saber,
como verdad toda y como goce absoluto del sexo, en el caso de la metáfora
paterna; pero como goce absoluto, en el de la metáfora delirante, sin restarse
como saber y verdad toda.
La otra salvedad es que la resta en la metáfora delirante es en tiempo
presente, lo habíamos intentado explicar con 1-√2, pues no se llega a escribir el
84
resultado. Siempre se está restando, por eso es que hay falta, aunque en el
Otro hay completud.
En cuanto a la función, en el punto culmine de ambos procesos, sea el Edípico
o el Psicótico, el sujeto logra construir algo que, si bien es disímil, tiene función
defensiva, y que justamente impide el retorno a la estructura anterior, y la
aparición de la pregunta ¿Che vuoi?
camino: el sujeto psicótico con la metáfora delirante logra construir algo que va
al lugar donde falta el Edipo.
Agregamos que este último, el Edipo, tiene también al menos esa función,
causar una pérdida y dificultar el retorno a la estructura preedípica.
86
Conclusión personal
La confección de esta tesis fue para mí, un gran desafío, que me trajo alegrías
y dolores de cabeza en partes iguales, muchas veces sintiendo que las
clavijitas no entran en los agujeritos, otra con esa sensación de que estoy
frente al descubrimiento de que el agua moja, lo obvio, pero también y
afortunadamente, en muchas oportunidades llegando a deducciones que, en
principio, las considere novedosas, aunque más tarde descubriera que eso ya
había sido escrito por alguien. Esto en sí mismo me trae una nueva desilusión y
una nueva alegría, sobretodo porque el hecho de que esas deducciones
coinciden con eso que encuentro en terceros, lo cual me hace pensar que tal
vez no he entendido todo al revés.
Fue un trabajo muy convocante y difícil, una de las cosas que me propuse, y
creo haber conseguido, es que mi producción tenga apoyo matemático, siento
que hoy el psicoanálisis está abandonando ese esfuerzo, para mí también
hubiese sido más simple hacer esta herramienta a un lado, pues por el camino
que elegí se me presentaron incontables clavijitas y agujeritos. Hace un tiempo
escuchaba decir a un profe que las matemáticas obturan. Si quise tomar éste
camino que ciertamente es el que me parece más difícil, es porque considero lo
contrario, que lo real no podría inscribirse más que por un impase de
formalización71 y que esto es justamente, porque, son justamente eso, lo que
no quiere decir nada71. Vale aclarar que no creo que la matemáticas y la lógica
tengan un saber intrínseco, pero pueden alojar algún saber, justamente por no
querer decir nada.
Para finalizar otro de los retos a los que me enfrenté, es a poner un punto final
a esta tesis, cada vez que incorporaba una nueva relación lógica, el trabajo no
consistía en añadirla, sino en reformular todo, repensar lo que había escrito,
desde el marco teórico hasta las conclusiones.
Por último y aunque no hay apartado de agradecimientos en mi tesis, quiero
agradecerle a mi tutora María Verónica Grosso, no solo por haber leído esas
reformulaciones con infinita paciencia, también por haberme incentivado a
escribir y a expresar mi postura, sin inhibiciones.
71
Lacan J. (1972-1973), Seminario XX Otra vez, Clase 9 del 20/3/73, Versión Critica: edición de Ricardo
Rodríguez Ponte, Buenos Aires: EFBA.
87
Bibliografía
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XVIII, Buenos Aires: Amorrortu.
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Lacan J. (1967), Alocución sobre las psicosis del niño, Otros escritos, Buenos
Aires: Paidós.
Lacan J. (1973-1974), Seminario XXI, Los incautos no yerran (Los nombres del
padre), Versión Psikolibro, inédito.
Mena J. (2013), Historia Vital del Trabajo (HVT). Síntesis de Marco teórico,
Ficha de Cátedra, Clínica en Salud Mental Cat. I, Facultad de Psicología, UBA.
Inédito.
91
Samaja, J., Los métodos; las inferencias y los datos a la luz de la semiótica
como lógica ampliada, Semiótica de la ciencia, inédito.