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Educación Secundaria
Hechos ................................................................................................................... 8
Conceptos ............................................................................................................... 9
Procedimientos ...................................................................................................... 10
Actitudes .............................................................................................................. 10
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Resumen ...................................................................................................................... 34
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UD 4. Aprendizaje II: el constructivismo en acción
El objetivo principal de esta unidad es afianzar la contextualización de los contenidos teóricos que
se han ido explicando hasta este momento. En las unidades anteriores se ha intentado que el
conocimiento de corte más conceptual quede reflejado con ejemplos y aplicaciones reales. En
esta ocasión, se ahondará más en esta dirección, dando más espacio para que se desarrolle la
utilidad de las ideas que se han tratado con anterioridad.
Para comenzar, se hará una breve introducción a los tipos de contenidos del aprendizaje de corte
constructivista que pueden aparecer en el proceso de enseñanza, de tal forma que el docente sea
consciente de la variedad de elementos que pueden transmitirse en el proceso de instrucción. De
este modo se anima al profesor a dar cabida a ciertos contenidos, como los procesos o las
actitudes, que tradicionalmente no han tenido el suficientemente peso en la enseñanza.
Seguidamente, se darán una serie de pautas e indicaciones que permitirán al docente crear un
clima de aula constructivista, en el cual se desarrolle y estimule constantemente la zona de
desarrollo próximo (ZDP), de tal modo que pueda producirse una trasmisión adecuada del
conocimiento, y que los alumnos saquen el mayor provecho de las clases.
Después se dividirá el ejercicio de la instrucción en tres fases, lo que permitirá describir de forma
esquemática algunos de los puntos principales que debe contener una enseñanza que favorezca
el aprendizaje significativo. Para cada una de las etapas se ofrecerán una serie de pautas y
estrategias que ayudarán al docente a lograr sus objetivos. En la fase de activación, se
suministrarán consejos sobre cómo lograr que los alumnos accedan a los conocimientos previos
que deberán utilizar para asimilar la nueva información. En la fase de desarrollo, se darán
algunas indicaciones que favorezcan la asimilación del contenido. En la fase de
retroalimentación, se tratarán algunas ideas que servirán para favorecer el diálogo efectivo
entre alumno y profesor, que repercutirá en la calidad de las clases.
Figura 1. El docente debe ser capaz de crear un espacio adecuado para facilitar el aprendizaje significativo.
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Para acabar, se comentarán algunas de las características que debe poseer un docente para
construir un espacio que facilite el aprendizaje, haciendo un repaso por los estilos de enseñanza,
así como por las expectativas que debe proyectar sobre sus alumnos. De este modo, el lector
podrá hacerse una idea de las actitudes y virtudes que debe cultivar un profesor para hacer frente
a las demandas de la enseñanza.
Esta unidad tiene una menor carga conceptual que las anteriores, esto quiere decir que se
introducirán menos palabras clave. Sin embargo, esto no implica que los contenidos que se
presentan no tengan una fundamentación teórica. Al contrario, todos se basan en ideas vistas
anteriormente y que se desarrollarán principalmente a través del constructivismo, pero también
desde las otras perspectivas psicológicas. El lector encontrará continuas referencias a conceptos
que se han desarrollado previamente, que servirán para facilitar el aprendizaje significativo.
Para finalizar, se ahondará en las teorías de la personalidad en la educación, sistema que dotará
al docente de la capacidad de previsión de ciertas actitudes o comportamientos que pueden surgir
en el aula con base en las características de sus alumnos.
• Propiciar la adquisición de técnicas, pautas y estrategias para una docencia eficaz basada
en los postulados del constructivismo.
• Fomentar la aplicación práctica de los conceptos teóricos presentados en las unidades
anteriores.
• Discernir los diferentes tipos de contenidos del aprendizaje y fomentar su inclusión en la
enseñanza.
• Aprender a generar zonas de desarrollo próximo, así como técnicas eficaces para favorecer
el aprendizaje significativo.
• Establecer las características de un profesor efectivo, así como determinar la implicación
de las expectativas del docente en el aula.
• Valorar las diferencias individuales en torno a las teorías de la educación y establecer
patrones de conducta que acontecen en el aula.
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4.1. La enseñanza constructivista
El trabajo del docente no se limita a la acción formativa e instructiva, sino que también ha de ser
capaz de gestionar y manejar las relaciones sociales que se dan en el aula. Esto constituye una
tarea ardua y compleja (Coll et al., 2007).
Play
Figura 2. El trabajo docente. El profesor tiene una ardua tarea, ya que son muchas las variables que debe valorar en la
práctica docente.
Lo propio y específico de la educación escolar es que está formada por un conjunto de actividades
especialmente planificadas con el fin de ayudar a que los alumnos asimilen unas formas o saberes
culturales que, al mismo tiempo que se consideran esenciales para su desarrollo y socialización,
difícilmente serían asimilados sin el concurso de una ayuda específica.
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Pero ¿cuáles son esos contenidos o saberes culturales? Véase el siguiente ejemplo, basado en
Coll et al. (2007, p. 52).
Ejemplo:
Pedro es un alumno de Secundaria, al que le encanta la biología. Está ansioso por comenzar
con la siguiente unidad sobre el «cuerpo humano». Antes de empezar, la profesora, Marta,
pregunta a los estudiantes qué saben sobre este tema.
Pedro revisa mentalmente sus ideas: el cuerpo humano está formado por varios tejidos,
como músculos, huesos, nervios, órganos internos, etc., y que es generalmente diferente
para hombres y mujeres (hechos), además sabe que los pulmones intervienen en la
respiración y el intestino en la digestión (conceptos). Por otro lado, está al tanto de que
para tomar el pulso a una persona es necesario colocar los dedos índices y corazón en las
muñecas o en el cuello; o que para «calentar» el cuerpo antes de hacer deporte conviene
hacer una serie de movimientos con las extremidades (procedimientos). Entiende también
que hay que respetar el cuerpo de cada persona y que no debe ser el blanco de violencia de
ningún tipo (normas). También comprende que el cuerpo acumula grasa si come en exceso
o que puede enfermar por la presencia de algún virus (explicaciones), y que es importante
mantener una dieta equilibrada, al mismo tiempo que se hace ejercicio regularmente para
que una persona esté sana (actitudes). Por último, recuerda aquella vez que le dolía mucho
el abdomen y resultó que tenía apendicitis, teniendo que ser operado de urgencia
(experiencia personal).
Las ideas que se describen en el apartado anterior forman parte del esquema cognitivo de
Pedro sobre el «cuerpo humano», que, como se ha comentado en la unidad anterior, es una
estructura mental que configura y representa el conocimiento sobre una determinada parcela de
la realidad (Coll et al., 2007).
Esta idea fue concebida por Piaget desde la perspectiva constructivista, pero en este punto es
interesante acercar posturas con la visión cognitiva del procesamiento de la información: es
posible ubicar los esquemas cognitivos dentro de la memoria a largo plazo (Woolfolk, 1999). De
hecho, en la Unidad didáctica 2 se explicó que los contenidos de la memoria a largo plazo tenían
diferente naturaleza, y estos guardan relación con las ideas que forman un esquema mental:
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Es, por tanto, factible llevar a cabo una integración entre constructivismo y procesamiento de la
información. Se podría decir que uno de los objetivos de la educación es que los alumnos
adquieran nuevos conocimientos, es decir, que estos pasen a formar parte de su memoria a largo
plazo. ¿Y cuál de los contenidos que se acaban de describir deben ser objeto de aprendizaje? La
respuesta es clara: todos.
Tradicionalmente, han sido solo los hechos y conceptos los que se consideraban aceptables para
ser trasmitidos dentro del proceso de educación escolar y tenían, por tanto, una presencia
desproporcionada (Coll et al., 1994). Hoy en día, sin embargo, se entiende que todos los tipos
de contenidos son susceptibles de ser aprendidos en el contexto escolar, puesto que, al
igual que ocurre con los hechos y conceptos, estos necesitan de una ayuda pedagógica sistemática
y planificada (Coll et al., 1994).
Ciertas formas y saberes culturales pueden ser adquiridos en algunas prácticas educativas más
allá de las instituciones, como las que se dan en el seno familiar, pero en otras ocasiones será
necesaria la sistematización del aprendizaje que se da en la escuela (Coll et al., 1994).
Conviene recordar, en este punto, las ideas de Vygotsky a este respecto planteadas en la unidad
anterior.
Play
El sistema educativo de hoy en día necesita una actualización que permita el desarrollo óptimo
de los estudiantes. Geoffrey Canada realiza una crítica mordaz que debería servir para alentar
a los docentes a contribuir en la mejora de la enseñanza.
De los contenidos comentados anteriormente, el docente debe prestar especial atención a los
hechos, conceptos, procedimientos y actitudes (Vázquez, 2001).
Hechos
Los hechos son la «base de datos» o conocimiento factual de una persona (Coll et al., 1994).
Los hechos se adquieren a través del aprendizaje memorístico, aunque la información se podría
organizar de tal modo que se promoviese el aprendizaje significativo, tal y como se vio en la
unidad anterior.
Ejemplo:
Ejemplos de este tipo de información son las tablas de multiplicar, el nombre de los órganos
del cuerpo y la localización de las comunidades autónomas de España.
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Conceptos
Los conceptos, por otro lado, son necesarios para poder interpretar los hechos de los que dispone
una persona y permiten dotarlos de significado (Coll et al., 1994). Los conceptos sirven para
predecir y organizar la información, permiten explicar lo que ocurrirá a continuación (Pozo, 1989).
Ejemplo:
Redes de conceptos
Las redes de conceptos son una consecución de conceptos interrelacionados entre sí.
Ejemplo:
Figura 3. Modelo simulado de red de conceptos almacenada en la memoria a largo plazo. Fuente: Smith et al., 2008.
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Tal y como se puede observar en la figura 2, los hechos y los conceptos, no obstante, no se
contraponen, sino que más bien se ubican en los extremos de un continuo (Coll et al., 1994).
Ejemplo:
Aprender un nuevo idioma implica llevar a cabo un aprendizaje memorístico, por ejemplo, a
la hora de escribir las palabras. Sin embargo, a menudo, es posible extraer una raíz o
etimología común que puede dar algo de sentido a ese aprendizaje (por ejemplo,
«transporte» y «transgénico» en inglés es transporte y transgenic, respectivamente, y
ambas comparten el prefijo «trans»).
Procedimientos
Los procedimientos hacen referencia a un conjunto de acciones ordenadas y dirigidas a una
meta (Coll et al., 1994). Habitualmente se les conoce con otros nombres: técnicas, estrategias,
algoritmos, habilidades, métodos, etc. (Coll et al., 1994). En esta categoría se pueden incluir las
habilidades metacognitivas que se trataron en la Unidad didáctica 2 (Coll et al., 1994).
Ejemplo:
Ejemplos de este tipo de contenidos pueden ser: aprender a utilizar una calculadora para
hacer determinado tipo de operaciones, aprender a buscar artículos académicos o cómo
organizar el tiempo para estudiar.
Actitudes
Las actitudes son más difíciles de definir, ya que son un constructo hipotético, es decir, una
idea que se presupone que existe, pero que no puede ser observada o medida directamente. Se
presupone que las actitudes tienen su génesis en las interacciones sociales, pero también pueden
ser consideradas como un atributo más o menos estable de la personalidad (Coll et al., 1994).
Se podría decir que las actitudes son tendencias adquiridas con una duración relativa y que
determinan cómo una persona evaluará una situación, persona u objeto concretos y, por tanto,
cómo actuará ante dicha evaluación (Coll et al., 1994).
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Un ejemplo de actitud de un estudiante podría ser el siguiente:
El docente constructivista debe ser flexible a la hora de plantear su forma de enseñanza y hacerlo
de tal modo que sea posible tener en cuenta la actuación de todos los alumnos. Esto se puede
conseguir cambiado el formato de las clases para establecer diferentes canales de comunicación,
en las que también se dé pie a aprender otros contenidos, más allá de los conceptos y los hechos.
Deben tener cabida distintos tipos de actividades, y lo ideal es que no exista una única solución,
sino que estén planteadas para que puedan ser resueltas utilizando diferentes caminos. Del
mismo modo, sería interesante que los alumnos tuvieran también varias opciones de dificultad y
pudiesen elegir aquellas que son más estimulantes de acuerdo con su nivel.
Por último, el docente debe intentar estimular en todo momento la participación del alumno (Coll
et al., 2007). Esto se puede conseguir, por ejemplo, aceptando la respuesta espontánea no del
todo cierta y reencaminándola en la buena dirección. El trabajo fundamental es el del
redireccionamiento de los aprendizajes hacia el camino correcto, donde el docente no pretende
dar respuestas, sino que su labor es la de hacer que los alumnos de forma activa lleguen a ellos
con sus propios recursos y soluciones.
Ejemplo:
José, profesor de Historia en un instituto, ha creado varios grupos de debate entre los
alumnos de clase para tratar el tema de la evolución de los seres vivos. Mientras se pasea
entre los estudiantes, oye a Jaime —un alumno generalmente muy reservado, pero que se
siente a gusto cuando participa entre compañeros— decir lo siguiente:
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Métodos para estimular la atención del alumno
Las principales características para estimular la atención del alumnado son las siguientes (Coll
et al., 2007):
Antes de comenzar con las diferentes estrategias que se pueden aplicar para ayudar a los
estudiantes a asimilar los diferentes tipos de contenidos, es necesario que el docente conozca la
posición adecuada para brindar ayuda a los alumnos.
El docente debe asegurarse de que el contenido de las clases está relacionado y agrupado por
temáticas comunes, dirigidas hacia un objetivo general a medio/largo plazo. Para ello es necesario
que el profesor explicite y comparta cuál es la utilidad de los contenidos que se están aprendiendo
y cómo se insertan en un marco común. Eso implica que el aprendizaje no se desvincule de su
significado último.
Del anterior ejemplo se desprende que puede ser interesante: un dosier, un mapa conceptual, un
mural, un dibujo, una actuación, etc.
Es importante que el docente se asegure de que todos los alumnos puedan encontrar una manera
de participar en el aprendizaje, independientemente de su nivel de competencia, capacidades o
características. Todos los estudiantes deben ser capaces de poner a prueba sus habilidades
mediante su actuación en clase. Además, la única manera por la que el docente puede ser capaz
de ver cuáles son las carencias o necesidades de un determinado alumno es a través de sus
intentos de solucionar los problemas.
Las variables que pueden determinar el grado de participación de un alumno son, entre otras:
el tipo de contenidos que se está impartiendo, la forma en la que se imparten, el tipo de
actividades que se plantean y la dificultad de las mismas, la disponibilidad de materiales de apoyo,
las normas de la clase o las actuaciones particulares del profesor.
Es conveniente atender todas las formas de aprendizaje a fin de llegar a todo el alumnado (ver
figura 4). Por ejemplo, si todos los contenidos son de tipo conceptual, los alumnos con más
habilidades o conocimientos procedimentales y/o actitudinales se quedarán siempre al margen.
Del mismo modo, si en todo momento se utiliza el formato de clase magistral, solo los alumnos
que tengan más facilidad para trabajar desde esta metodología se verán beneficiados. En cambio,
otros estudiantes podrán preferir clases donde hay más margen para el autodescubrimiento o la
utilización de TIC.
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En cuanto a las actividades, ocurre lo mismo, ciertos alumnos pueden desenvolverse mejor en
solitario, otros en grupo. Además, en ocasiones, algunos tendrán conocimientos más limitados
para resolver un determinado problema y necesitarán hacerlo utilizando un material de apoyo o
enfrentándose a una tarea menos demandante.
Más allá de los contenidos, es necesario fomentar en clase un clima adecuado de respeto y
cooperación tanto entre los alumnos como entre ellos y el docente. Es totalmente necesario que
exista una conexión adecuada entre el que ayuda y el que recibe la ayuda. Sin una base sólida
basada en el afecto y respeto mutuo, es imposible generar un entorno adecuado de aprendizaje.
Esto no tiene que estar reñido con la enseñanza de los contenidos curriculares, al contrario, es a
través de ellos y su cuidadosa puesta en acción como se puede generar un clima relacional óptimo.
Debe ajustarse a las necesidades y conocimientos del alumno, que cambian a lo largo del tiempo.
Por este motivo, no puede tener una naturaleza estática, sino todo lo contario. El docente debe
ser dinámico y flexible, adaptando su enseñanza a las particularidades del momento y atendiendo
a las dificultades del alumnado.
Esto implica modificaciones a dos niveles. En tareas concretas (una determinada actividad
puede alargarse o acortarse en el tiempo en función de lo entretenida o provechosa que esté
resultando para los alumnos. También puede desviarse para responder a una pregunta planteada
que resulte interesante, etc.) o en la planificación inicial global (si aprender determinado
contenido va a requerir más tiempo del que se había propuesto inicialmente, añadir más material
de refuerzo, sugerir nuevas tareas, etc.).
El alumno ha de conseguir ser lo suficientemente autónomo para necesitar la mínima ayuda por
parte del profesor. Esto se puede lograr ajustando un poco el nivel de organización necesario para
responder a una actividad planteada. Al principio puede comenzarse con tareas bien delimitadas
y pautadas donde hay una respuesta clara, para ir progresivamente avanzado hacia actividades
de tipo abierto donde obtener la información necesaria para resolverlas recae sobre el estudiante.
También es interesante que en clase se incentive la aplicación de los conocimientos en situaciones
de la vida cotidiana.
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Viaja
Uno de los aspectos que mayor impacto tiene sobre la vida de un estudiante es su
determinación. Para conseguir esto es necesario que el docente inculque la «mentalidad del
crecimiento». En esta breve charla se ofrecen algunas ideas interesantes a este respecto.
Figura 4. Modelo creativo que alude a los tipos de aprendizaje. El docente debe adaptarse a todos ellos para alcanzar a
la totalidad del alumnado.
Las estrategias que tiene a su mano el docente para crear una ZDP han de estar presentes a lo
largo de todo el proceso de instrucción. Así, es posible dividir este proceso en tres fases o etapas
(ver figura 5) que permitan entender mejor cómo organizar la actuación del profesor a la hora de
promover un aprendizaje significativo (Carballo, 1978; Yánez, 2016).
Play
Malcolm London recita un emotivo poema sobre el sistema educativo, ofreciendo una mirada
crítica a algunos de sus aspectos.
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Figura 5. Fases de la enseñanza.
Tal y como se vio en la unidad anterior, para que se produzca un aprendizaje significativo, es
necesario que la nueva información se ancle con los esquemas cognitivos previos del alumno.
Precisamente, esta fase busca activar los conocimientos previos de tal forma que el alumno tenga
la predisposición más adecuada para aprender (Coll et al., 2007; Vidal-Abarca et al., 2014). En
este punto es posible utilizar una serie de técnicas para conseguir este objetivo:
Organizadores previos
Antes de entrar en materia es necesario proveer a los alumnos de una estructura organizada
de la nueva información que van a adquirir. Esta ha de contener las ideas y los conceptos más
importantes que se van a tratar. Si los estudiantes ya poseen unos conocimientos previos
podrán comenzar a trazar relaciones con lo que se va a aprender. En caso contrario, les
proporcionará una guía que les ayudará en la asimilación de los nuevos contenidos (Vidal-
Abarca et al., 2014).
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Viaja
Focalizar la atención
El docente debe dedicar tiempo a realizar una introducción motivadora sobre el tema que tratar,
resaltando su utilidad y las relaciones con aprendizajes previos. Esta tarea se puede ver
facilitada si el profesor incluye vídeos, imágenes u otros recursos instruccionales (Vidal-Abarca
et al., 2014).
Recuerda
Tal y como se pudo estudiar en la Unidad didáctica 2, la atención es el proceso que permite
a los seres humanos enviar los contenidos de la memoria sensorial a la memoria de trabajo,
donde algunos autores sitúan al pensamiento. La atención es limitada, y es necesario que
el alumno decida emplearla en asimilar la información relevante relacionada con el
contenido de la clase para fortalecer el aprendizaje. En dicho material puedes consultar
algunas estrategias que permiten captar mejor la atención de los alumnos.
Utilización de objetivos
Un punto muy importante que tener en cuenta es la necesidad de explicitar a los estudiantes
los objetivos que se busca alcanzar con la nueva información que se presenta. De este modo,
los alumnos pueden formarse unas expectativas realistas sobre el contenido del aprendizaje e
identificar las ideas nucleares (Vidal-Abarca et al., 2014).
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4.3.2. Fase de desarrollo
En esta fase tiene lugar el aprendizaje significativo de los contenidos y es la que suele ocupar
más tiempo en el desarrollo de las clases. Se busca que el alumno asimile la información y su
estructura, comprendiendo cómo se organizan los contenidos y cómo se relacionan entre ellos.
Algunos consejos y recomendaciones para facilitar el aprendizaje significativo durante esta fase
son los siguientes (Vidal-Abarca et al., 2014, p. 171):
Proporcionar nemotecnias
Los métodos nemotécnicos pueden considerarse una forma de organizar los contenidos para que
la información se almacene mejor en la memoria a largo plazo.
Las herramientas nemotécnicas permiten dotar de significado a aquellos contenidos más neutros
y, por tanto, contribuir a su almacenamiento. El docente debería alentar la utilización de estos
recursos, ya sea proponiendo o proveyendo al estudiante de las herramientas y el espacio
necesarios para su creación. Algunos ejemplos son los siguientes:
Ejemplo:
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• Acrónimos: son palabras que han sido formadas a partir de siglas, iniciales o
abreviaturas.
Ejemplo:
Se pueden reordenar los siete pecados capitales de tal forma que formen la palabra espigal
(envidia, soberbia, pereza, ira, gula, avaricia, lujuria).
• Acrósticos: son textos escritos en verso o en prosa que al leer la primera letra
(generalmente) de cada una de las líneas que lo componen se forma una palabra o frase
(Vidal-Abarca et al., 2014).
Ejemplo:
Al estudiante
Perspicaz no le cuesta
Razonar y explica
Entusiasmado sus
Notorios
Descubrimientos en psicología de la
Educación
MONJA→JAMÓN
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Utilización de mapas de contenidos y otros organizadores gráficos
Al igual que en la fase de activación, también puede ser útil la utilización de esquemas y
representaciones gráficas en esta fase. Entre este tipo de organizadores destacan los mapas de
contenido, que organizan la información jerárquicamente utilizando conectores (Vidal-Abarca
et al., 2014).
Específicamente en esta fase, las preguntas pueden servir, además, para enfatizar los
conocimientos esenciales y favorecer que los alumnos establezcan relaciones entre los diferentes
contenidos (Morata y Rodríguez, 1997). Una estrategia interesante que puede utilizar el docente
es pedir a los alumnos que sean ellos los que planteen preguntas relevantes sobre la unidad,
texto o presentación. Este hecho favorece el recuerdo y ayuda a conectar con la información
relevante.
De hecho, esto podría favorecer la autointerrogación como una habilidad que debería incorporar
el alumno para dirigir y regular su aprendizaje (Vidal-Abarca et al., 2014):
Práctica:
A la hora de plantearlas hay que tener en cuenta una serie de consideraciones (Vidal-Abarca
et al., 2014, p. 194):
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• A medida que se avanza en un tema concreto, es interesante ir haciendo preguntas
cada vez más específicas y que guarden una estrecha relación con los contenidos. De
este modo es posible evitar la dispersión y mantenerse centrado en los contenidos
más importantes.
• Es necesario que las preguntas vayan dirigidas a todos los alumnos y evitar que
algunos de ellos monopolicen todas las respuestas. Para ello se puede variar el nivel
de dificultad, de tal modo que algunas de las cuestiones planteadas puedan ser
resueltas por la mayoría de los estudiantes.
• El hecho de dirigir una pregunta directamente a un alumno en concreto puede ser
contraproducente si no sabe cómo contestar a esa cuestión. Sin embargo, podría
utilizarse como una forma sutil de llamar la atención a un alumno que está distraído.
Por otro lado, también puede servir de modelo un ejemplo de cómo resolver una determinada
cuestión. Mediante estas técnicas el docente debe promover y enfatizar la utilización de
autoexplicaciones.
Prácticas de aprendizaje
Es necesario que los estudiantes tengan la oportunidad de poner en práctica los contenidos que
se van asimilando como requisito indispensable para que se produzca un aprendizaje significativo.
Planificación
En este punto es necesario que el alumno se plantee los objetivos que debe alcanzar. Para ello
deberá entender bien lo que se está proponiendo, saber de qué conocimientos dispone y trazar
un plan de acción.
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Regulación
Una vez el estudiante se encuentra realizando la actividad, deberá supervisar que todo está
yendo según lo planeado. En caso contrario, tendrá que modificar el curso de acción e introducir
los cambios necesarios.
Evaluación
Por último, una vez acabado el proceso, es necesario que alumno valore su ejecución. Para ello
deberá determinar si la actuación ha sido adecuada y si ha alcanzado las metas que se había
propuesto.
En esta fase se establece un diálogo entre profesor y alumno con dos objetivos claros: mejorar
el rendimiento académico e incentivar la motivación.
Calidad
En el nivel más básico, el docente pone únicamente a disposición del estudiante información
relativa al grado de ejecución desempeñado en una determinada tarea (qué respuestas son
correctas o incorrectas, y/o también el porcentaje de acierto). Sin embargo, lo ideal es que el
docente dé una retroalimentación correctiva. Esto implica señalar, además de lo anterior, cuál
es la respuesta correcta. De este modo, el alumno no solo es consciente del nivel alcanzado,
sino también de la mejor manera de subsanar sus errores (Vidal-Abarca et al., 2014).
Elaboración
La elaboración de la retroalimentación debe ser clara y específica, indicando cuáles son los
errores concretos que ha cometido el alumno en particular y evitar generalidades. Se debe
explicitar también qué conceptos no ha entendido el estudiante. Asimismo, es importante que
la retroalimentación se ofrezca de la manera más inmediata posible. Del mismo modo, hay
que asegurarse de que los alumnos atienden y comprenden la explicación del profesor (Vidal-
Abarca et al., 2014).
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En cuanto al efecto motivacional que produce la retroalimentación, hay que tener en cuenta
que puede aumentar las expectativas de autoeficacia, es decir, el grado de confianza que tiene
una persona de alcanzar un determinado resultado, tal y como se vio en la Unidad didáctica 2.
Por otro lado, también puede satisfacer el deseo de reconocimiento social de algunos alumnos
(Vidal-Abarca et al., 2014).
Play
No solo es importante que los alumnos reciban una retroalimentación, sino también los
propios docentes. Esto es necesario para que puedan seguir mejorando e ir adaptando su
enseñanza a las necesidades de los alumnos. En esta charla, Bill Gates ofrece algunos puntos
interesantes sobre este tema.
Varios estudios indican que las características del profesor forman parte de las variables más
determinantes a la hora de explicar el aprendizaje que se produce en el aula (Arancibia et al.,
2008).
Play
Los docentes deben tener una serie de habilidades y cualidades que hagan posible trasmitir
adecuadamente los conocimientos a sus alumnos. Chris Emdin propone algunas ideas poco
convencionales sobre cómo involucrar de manera más efectiva a los alumnos en el proceso
de enseñanza.
Por tanto, es evidente que los esfuerzos destinados a la preparación del docente suponen una
manera directa de mejorar la calidad de la enseñanza.
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4.4.1. Características del docente constructivista
Un profesor efectivo es aquel que consigue que la gran mayoría de los alumnos alcance los
objetivos académicos propuestos. Las características del docente (figura 7) que favorecen la
efectividad en el aula se pueden dividir en dos categorías (Arancibia et al., 2008, p. 246):
Figura 7. Características del profesor constructivista efectivo. Fuente Arancibia et al., 2008 (adaptación).
En el constructivismo hay que valorar la postura del alumno para entender qué factores son
directos y cuáles indirectos.
Factores indirectos
Son aquellos relacionados con el modo en el que el docente se comporta e interactúa con los
alumnos en clase:
1. Vocación
El docente no puede convertirse en otra persona al entrar en el aula. Al contrario, sus atributos
personales emergerán con más fuerza en este contexto.
Hay varias cualidades que el docente debe cultivar: la comprensión, la preocupación por el alumno
y la naturalidad. También es muy importante que el profesor se sienta responsable del aprendizaje
de los estudiantes. Esto significa que, ante una situación de bajo rendimiento académico, asume
su parte de responsabilidad. Es decir, explica el problema con base en la utilización de métodos
de enseñanza no adecuados, y no en función de las características personales del alumno.
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Asumiendo esta postura, el docente buscará mejorar el modo de impartir docencia y seguirá
persistiendo en su ayuda al alumno (Arancibia et al., 2008).
También es importante que el profesor sea alguien cercano, acogedor y capaz de entender el
mundo en el que se mueven sus alumnos. Al mismo tiempo, ha de ser exigente, estricto con las
normas para poder consolidar hábitos y estrategias de estudio. Por último, ha de ser capaz de
generar un clima de respeto y ser justo con sus alumnos (Arancibia et al., 2008).
Viaja
«No me pagan por querer a los niños». La maestra Rita Pearson da una emotiva charla sobre
la importancia de que los docentes ofrezcan a sus estudiantes el cariño y apoyo necesarios
para que estos puedan desarrollarse. Esto es un ingrediente fundamental para la enseñanza
efectiva.
El docente ha de sentirse seguro con los contenidos que está impartiendo, ya que esto tiene un
efecto positivo en sus alumnos.
Cuanto mayor sea su dominio sobre el tema, más capacitado estará para organizar y estructurar
la información, al mismo tiempo que es capaz de establecer relaciones y conexiones entre
conceptos más allá de su disciplina (Arancibia et al., 2008).
Factores directos
El alumno es el agente principal en su aprendizaje, por tanto, los factores directos aluden a lo
que antes percibe.
1. Clima grupal
Para crear un clima adecuado que favorezca el aprendizaje, el docente ha de ser capaz de
establecer un orden que consiga que la clase se desarrolle sin interrupciones, pero permitiendo
al mismo tiempo que un alumno se exprese de manera independiente. Esto se puede conseguir
cuidando los siguientes aspectos (Arancibia et al., 2008, p. 249):
Esto se consigue si el docente logra estar atento a todo lo que sucede en el aula y es capaz de
hacer varias tareas a la vez. Esto implica poder resolver las demandas de un alumno en
particular, pero sin desligarse del grupo.
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Creación de un clima afectivo
Como ya se ha comentado con anterioridad, el docente deber ser capaz de mantener un trato
cordial y cercano al mismo tiempo que logra establecer la disciplina en clase. Para poder
conseguir esto es importante que el profesor conozca las características y motivaciones de sus
alumnos (de ahí la importancia de las Unidades didácticas 1 y 2).
También se ha explicado anteriormente que el docente debe procurar que todos los alumnos
de la clase participen. Esto significa aceptar y recoger las aportaciones de los alumnos, sabiendo
cómo reconducirlas en caso necesario.
El profesor debe ser capaz de formar una buena relación con el alumno, que le permita entender
y conocer sus comportamientos y reacciones. De este modo podrá intervenir rápidamente si se
producen comportamientos disruptivos.
2. Liderazgo académico
Este tipo de liderazgo hace referencia a una serie de habilidades que pone en juego el docente
para manejar la clase.
Entre ellas se pueden destacar la capacidad del docente para evaluar el desempeño de los
alumnos y el uso del tiempo. Los profesores efectivos no dedican apenas tiempo a tratar temas
no relacionados con los contenidos de aprendizaje y comienzan pronto la clase. Cuando mayor
tiempo puede dedicar el docente a sus alumnos, mayores resultados obtienen estos (Arancibia
et al., 2008).
Un estilo de enseñanza se puede describir como la manera general en la que un docente configura
el proceso de enseñanza, en función de las características de los alumnos y la situación. Algunos
estilos son los siguientes (González-Peiteado y Pino-Juste, 2016):
Estilo directivo
Este estilo no requiere que el profesor esté demasiado familiarizado con los estudiantes, pero
los alumnos podrían sentir amenazado su autoconcepto o autoestima.
Esto podría ocurrir si los objetivos de aprendizaje trazados por el profesor no se adecuan a sus
propios intereses y motivaciones.
Este estilo está especialmente indicado para cuando se trabaja con contenidos nuevos y los
alumnos no tienen ninguna experiencia con el tema (Arancibia et al., 2008).
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Estilo facilitador
Las actividades, la estructura y los objetivos son negociados entre ambos. De este modo, el
docente puede preparar varias tareas y contenidos que los estudiantes pueden elegir en función
de sus preferencias y que les permitirá crear significados personales.
Este estilo de enseñanza requiere que exista una cierta confianza entre los alumnos y el
docente, por tanto, es ideal para momentos más avanzados del curso.
Hay que tener en cuenta que en este caso los estudiantes también podrían sentirse
amenazados, sobre todo si perciben que la relación con el docente no es suficientemente buena
y se sienten obligados a participar (Arancibia et al., 2008).
Estilo colaborador
Como en el caso anterior, docente y alumnos comparten la responsabilidad del aprendizaje. Sin
embargo, el profesor no se comporta ya como un facilitador, sino directamente como alguien
más dentro del grupo de estudiantes.
Evidentemente, este estilo es el que mayor nivel de confianza implica, puesto que conlleva un
liderazgo compartido. Del mismo modo, el grado de involucración y energía que deben invertir
alumno y profesor es muy alto, lo que podría hacer que este estilo sea percibido como
amenazante si no existe un clima adecuado para ponerlo en juego (Arancibia et al., 2008).
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Fomentar la curiosidad debe ser uno de los objetivos más importantes que debe perseguir
un docente. El profesor de Química Ramsey Musallam ofrece algunas consideraciones
interesantes a este respecto en la siguiente charla.
Las relaciones interpersonales también están sujetas a la interpretación que realiza el sujeto. La
percepción que tiene una persona sobre su mundo social también es construida. Es decir, es una
representación mental que se va formando a través de las interacciones que establece con sus
iguales. Esto incluye la relación entre alumno y profesor.
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Las representaciones que realizará un profesor sobre sus alumnos tendrán que ver con la
información previa, antes de que se haya producido el encuentro real, y la observación directa.
Todo ello estará mediatizado por la historia personal del docente, que dará forma y estructurará
la información que recibe en función de sus particularidades. Otro factor determinante será el rol
social que este adopte. El rol puede explicarse en función de las expectativas asociadas a la
posición, el prestigio o la función desempeñada.
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Dentro de las representaciones que un docente se forma sobre sus alumnos hay que destacar las
expectativas sobre el éxito o el fracaso de estos. El docente categoriza a sus alumnos en
función de las creencias que mantiene acerca de su posible futuro y sus capacidades.
¿Quién dijo…?
El problema es que una vez se ha establecido esta clasificación es difícil cambiarla. A este efecto,
se le denomina el «efecto Pigmalión».
El «efecto Pigmalión» (Rosenthal y Jacobson, 2003) explica cómo las expectativas del profesor
tienen un profundo efecto en el comportamiento de sus alumnos y por qué es difícil cambiarlas.
Los docentes que piensen que sus alumnos tienen baja inteligencia o que son perezosos tenderán
a tratarlos como tal. Esto puede implicar un desinterés por el desarrollo de la clase que puede
manifestarse en una menor involucración, por ejemplo, seleccionando actividades más sencillas
y menos estimulantes, bajo la creencia de que los estudiantes no serán capaces de resolver tareas
más complejas. Además, puede haber formas más sutiles de influencia, como por ejemplo a
través del lenguaje corporal o expresiones verbales.
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Sabías que:
Dentro de la mitología griega, Pigmalión fue un escultor que acabó por enamorase de una
escultura que había tallado, y esta acabó cobrando vida.
El alumnado, a su vez, al ser tratado de este modo, se comportará de manera acorde a la visión
que mantiene el profesor. De esta forma, las creencias se verán confirmadas, y así se establecerá
un círculo vicioso muy perjudicial para el buen funcionamiento de la clase.
El aspecto positivo del «efecto Pigmalión» es que también puede darse en la otra dirección. Es
decir, si un docente guarda altas expectativas y profesa una gran estima por sus alumnos, acabará
produciendo también un cambio en su comportamiento, esta vez en la otra dirección.
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En este vídeo animado se puede observar a través de varios ejemplos cómo el «efecto
Pigmalión» influye sobre los alumnos.
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4.5. Teorías constructivistas asociadas a la personalidad
El docente, en una de sus múltiples aplicaciones, debe adecuarse a las características de los
alumnos. En la adolescencia, periodo vital en el que se va a desarrollar la labor docente, y tal y
como se describió en la Unidad didáctica 1, acontecen numerosos cambios que terminan por
configurar un ser humano de pleno derecho y capacidad. En este proceso se modula la
personalidad.
Nota
Para reforzar este conocimiento es necesario que el alumno integre los contenidos de la
Unidad didáctica 1 en cuanto a cambios, autoconcepto y autoestima e identidad, así como
también los que conocerá en la Unidad didáctica 5, donde se estudiarán los principales
trastornos que surgen cuando se ve afectada la personalidad.
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Nota
Existen muchas otras teorías de la personalidad, pero estas son las más importantes en el
marco de la educación. La primera porque viene del maestro del psicoanálisis y del creador
del inconsciente colectivo Freud, la segunda porque sale de lo observacional y se traslada a
lo medible biológicamente, para justificar la teoría de la personalidad.
Las técnicas con que se evalúa o mide la personalidad deben cumplir dos requisitos: confiabilidad
(sistematicidad de las respuestas en una prueba) y validez (grado en que la prueba mide lo que
pretende).
Ejemplo:
El profesor es consciente de la timidez de Juan, puede predecir que, si le hace una pregunta
en clase delante de sus compañeros, Juan va a tener dificultades para responder, y será
mejor utilizar otra alternativa para lograr su participación. La timidez de Juan es un aspecto
que resalta y define la personalidad de Juan, un signo distintivo que le hace diferente al resto
de sus compañeros (Carver y Scheier, 2014, p. 3).
Una perspectiva clásica para estudiar la personalidad es la de los rasgos. Según este enfoque,
la personalidad de un individuo se divide en varias dimensiones (rasgos) que siguen un continuo
(Carver y Scheier, 2014).
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El modelo teórico más importante de esta perspectiva es el llamado de los cinco grandes (Big
Five). Este está sustentado por décadas de investigación y ha alcanzado un amplio consenso en
la comunidad científica. Estos cinco factores pueden utilizarse para describir la estructura de la
personalidad (Carver y Scheier, 2014):
Para desarrollar esta teoría se englobó a la totalidad de los individuos definiéndolos por sus
características principales, y puesto que el lenguaje natural lleva miles de años desarrollado, los
rasgos más importantes serán los que posean más términos que los señalen. Allport y Odbert
(1936) escogieron unos 18 000 términos del lenguaje que aludían a características de la
personalidad, los cuales consiguieron reducir a 4500 rasgos. Eliminando y agrupando según su
semejanza significativa, Cattell consiguió pasar de 4500 a 171 y de estos a 16, a partir de los
cuales hizo su modelo y teoría. Sin embargo, Fiske encontró una solución factorial de cinco,
conclusión a la que no fue el único en llegar, por lo que el modelo no solo queda confirmado, sino
que se avala su validez transcultural.
Extraversión
Hace referencia a la sociabilidad de un individuo. Las personas que tienen una extraversión alta
son activas, habladoras, gregarias, etc. En el polo contrario, las personas con baja extraversión
(comúnmente llamadas introvertidas) son tímidas, solitarias, calladas, etc.
Neuroticismo
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Amabilidad
Hace referencia a mantener relaciones con otras personas. Aquellos que puntúan alto en este
rasgo son personas que se implican en el cuidado y apoyo emocional. También se muestran
cálidas, educadas, amigables, etc. En el extremo contrario se sitúan las personas hostiles que
tienden a mostrar su poder a la hora de resolver conflictos. También son frías, groseras, poco
amigables, etc.
Escrupulosidad
Este factor puede entenderse como «voluntad», «deseo de lograr» o «fuerza de voluntad». Las
personas que tienen una alta puntuación en esta dimensión son limpias, organizadas,
planificadoras, perseverantes, etc. Por otro lado, las personas que puntúan bajo son
irresponsables, perezosas, descuidadas, etc.
Apertura a la experiencia
Este rasgo es el que menos acuerdo ha suscitado entre los investigadores. En cualquier caso,
tal y como es normalmente explicado, las personas que tienen puntuaciones altas en esta
dimensión son curiosas, imaginativas, originales, etc.
La teoría de los constructos personales de George Kelly (1955) es un modelo que se inserta
dentro de la perspectiva constructivista. Al igual que otras teorías que parten de este enfoque,
da mucha importancia a los significados particulares que un individuo construye sobre las
personas, es decir, a los constructos personales.
Figura 10. En la imagen se ve a una mujer que crea su propia interpretación de la realidad, incluyendo su propia
personalidad.
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El constructo personal es dicotómico y bipolar, hace referencia a una cualidad que posee un
significado propio para esa persona. Ejemplos serían: «cálido – frío», «amable – antipático»,
«deportista – no deportista», etc. Como se puede observar, quedan definidos por dos polos que
se contraponen, ya que contemplan una diferencia percibida. Cada alumno, por tanto, contará
con un número variable de estos constructos que determinarán su particular forma de ver el
mundo.
Ejemplo:
Nerea es una alumna que da mucha importancia al grado de calidez que desprenden las
personas. Un constructo personal que define su carácter es el de «cálido – frío». Ella misma
se considera una persona cariñosa y emocional. Se siente a gusto con personas que se
muestren cercanas y se aleja de aquellos que parecen fríos y distantes. El docente deberá
observar este significado tan importante para la personalidad de Nerea con el fin de situarse
cerca de ella.
Por otro lado, Pedro, otro alumno de esa clase, da más importancia al constructo personal
«confiable – no confiable», que determina gran parte de sus interacciones. Busca figuras que
le transmitan seguridad y en las que pueda depositar su confianza. De nuevo, el docente
deberá ser consciente de esto para poder establecer un buen contacto con Pedro.
Kelly postuló que todos los procesos psicológicos que posee un individuo están influenciados por
el sistema de anticipación de los eventos. De esta idea, determina once corolarios que utiliza para
comprender el funcionamiento de los constructos personales y, por lo tanto, la personalidad
individual (construcción, individualidad, organización, dicotomía, elección, ámbito, experiencia,
modulación, fragmentación, comunalidad y sociabilidad).
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Resumen
La unidad parte del constructivismo como teoría principal de trabajo en el aula, desarrollando
diferentes tipos de contenidos que pueden ser sujetos de aprendizaje y cómo se relacionan con
la idea de esquema mental. Para una enseñanza efectiva es necesario que el docente dé suficiente
peso a cada uno de ellos y genere esquemas cognitivos que fomenten el aprendizaje.
Tradicionalmente, la escuela otorgaba importancia únicamente a los conceptos y hechos. Sin
embargo, hoy en día se ha visto la necesidad y la utilidad de transmitir también procedimientos
y actitudes.
Crear una ZDP es un requisito esencial para que se produzca un aprendizaje significativo. Por
esta razón, se han facilitado una serie de pautas e indicaciones que ayudarán al docente a lograr
configurar este espacio de aprendizaje.
Para presentar las diferentes estrategias que pueden ponerse en juego en el ejercicio de la
docencia, se ha dividido la instrucción en tres fases. La fase de activación busca poner en juego
los conocimientos previos del alumno, de tal modo que esté preparado para enfrentase al estudio
que seguirá a continuación. En la fase de desarrollo, se producirá la asimilación de los nuevos
contenidos a través del aprendizaje significativo, que habrá que favorecer utilizando una serie de
procedimientos como las técnicas basadas en la interrogación o las nemotécnicas. Finalmente, la
fase de retroalimentación permitirá al docente ajustar su intervención con base en los
resultados y actuación de los alumnos. Del mismo modo, también permitirá que los estudiantes
regulen su propio aprendizaje.
Para finalizar la unidad se han comentado algunas de las características que debe poseer un
docente constructivista, tanto directas como indirectas. Estas incluyen su personalidad, su
vocación, o su capacidad para generar un clima social adecuado. Se ha hablado de los diferentes
estilos de enseñanza que se pueden aplicar en clase y cuándo tiene más sentido utilizarlos, al
igual que la importancia de la influencia que las propias expectativas del profesor ejercen en
el rendimiento de sus alumnos y cómo estas influyen su comportamiento.
Por último, se han comentado dos teorías de la personalidad constructivistas que pueden ayudar
al docente a regular el aprendizaje en aula, generando previsiones de actuación del alumnado.
De esta forma, se ha expuesto la teoría de rasgos o Big Five, que estandariza al alumnado en
torno a una serie de características personales; y la teoría de los constructos personales, la
cual juega entre la dicotomía y la bipolaridad de ciertos rasgos para perfilar al alumnado.
En definitiva, son técnicas y características de aula que van a permitir al docente seguir una
perspectiva constructivista, en la que el alumno sea el agente principal en el proceso educativo y
se fomente el aprendizaje significativo desde la ZDP, generando un aprendizaje de calidad.
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Mapa de contenidos
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Recursos bibliográficos
Bibliografía básica
Coll, C., Martín, E., Mauri, T., Miras, M., Onrubia, J., Solé, I. y Zabala, A. (2007). El
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Coll, C., Pozo, J. I., Sarabia, B. y Valls, E. (1994). Los contenidos en la Reforma. Enseñanza y
aprendizaje de conceptos, procedimientos y actitudes (3.a ed.). Santillana.
Vidal-Abarca, E., García Ros, R. y Pérez González, F. (eds.). (2014). Aprendizaje y desarrollo
de la personalidad. Alianza Editorial.
Bibliografía complementaria
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psicológicas, 47(1).
Carballo Vargas, S. (1978). Fases del proceso enseñanza-aprendizaje. Revista Educación, 2(2),
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México.
Labarrere, A. (2016). Zona de desarrollo próximo como eje del desarrollo de los estudiantes:
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students : from support to collaboration. Summa Psicológica, 13(1), 45-56.
https://doi.org/10.18774/summa-vol13.num1-293
Severiche Sierra, C. A., Jaimes Morales, J. del C. y Acevedo Barrios, R. L. (2014). Mapas
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Educativo, 28(64), 163-176. https://doi.org/10.21500/01212753.1424
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Pearson.
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Otros recursos
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YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=7IItldtIiLg
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distinguirlos. https://coworkingfy.com/diferencia-entre-mapa-mental-mapa-conceptual/
TED. (s. f.). Rita Pierson: Todo niño necesita un campeón. [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=SFnMTHhKdkw
TED. (s. f.). Bill Gates: Los profesores necesitan retroalimentación real.
https://www.youtube.com/watch?v=81Ub0SMxZQo
TED. (s. f.). Geoffrey Canada: Nuestras escuelas decadentes. ¡Basta ya! [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=vY2l2xfDBcE
TED. (s. f.). Malcolm London: «El campo de entrenamiento de la preparatoria». [Vídeo].
YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=_Il70mlj38o
TED. (s. f.). Ramsey Musallam: 3 reglas para despertar el aprendizaje. [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=YsYHqfk0X2A
TED. (s. f.). Angela Lee Duckworth: ¿La clave del éxito? Determinación. [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=H14bBuluwB8
TED. (s. f.). Chris Emdin: Enseñemos a los profesores a hacer magia. [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=H3ddtbeduoo
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TED-Ed. (s. f.). The power of the placebo effect - Emma Bryce. [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=z03FQGlGgo0
Valeria Digital. (s. f.). Cómo utilizar Canva (Tutorial completo 2021). Paso a paso. Diseña como
un profesional. [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=aECq9NfToVQ
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