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Ana Méndez: La iniquidad

12
JUN
Resumen del mensaje en audio

Texto bíblico:

Ezequiel 28:15

Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se hallo en ti maldad.

En este momento que vemos a satanás caer del cielo, dice perfecto eras en todos tus caminos,
hasta que se encontró en ti (la palabra correcta aquí es iniquidad), ¿qué significa que alguien haya
sido perfecto en todos sus caminos y de pronto que fue lo que entró?, algo se torció dentro de él,
algo decidió dentro de él que podía tomar una camino alternativo, y en este momento que el
tuerce sus pensamientos empieza a entrar sobre el universo esta palabra llamada iniquidad.

Vea Éxodo 34:6 – 7

Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! Fuerte, misericordioso y piadoso;
tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares; que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al
malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la
tercera y cuarta generación.

Fíjese que Dios hace una clara diferencia entre iniquidad, rebelión y pecado, son tres cosas
diferentes y tienen que tratarse diferentemente, en la gran mayoría de las iglesias se predica en
contra del pecado, se predica que hay que arrepentirse del pecado pero en muy pocos lugares se
trata con la raíz del pecado, la raíz de todo el mal, la raíz que introduce el pensamiento
pecaminoso, que introduce esta forma de pecado es la iniquidad, si yo pienso solo en el pecado
éste es tan solo el fruto, los frutos de la carne, y los frutos no es el tronco ni las raíces, cuando
tratamos con el pecado estamos tratando con la parte externa pero dejamos dentro de estos ese
árbol, esas raíces del cual surge todo pensamiento inicuo y torcido que da a luz el pecado,
entonces iniquidad y pecado son dos cosas diferentes, que si dejamos de un lado esta palabra
iniquidad, vamos a estar en un problema constante porque así como el amor de Dios nunca puede
dejar de amar, la justicia de Dios nunca puede dejar de juzgar, y cuando digo juzgar quiero decir
alinear lo que esta torcido, el juicio de Dios no es un golpe destructivo, sino que es una estrategia
para enderezar el camino de alguien, entonces la justicia de Dios necesariamente e
irremediablemente juzga la iniquidad, donde quiera que se encuentre la iniquidad, la justicia de
Dios va estar tratando de enderezar, el problema es que si no tratamos con la iniquidad vamos a
estar en un conflicto continuo entre la justicia y la iniquidad, por eso vemos que en tantos lados de
la tierra gente que aparentemente dice que lleva una vida santa lejos de pecado lo mejor que
puede, y dice hermana usted no sabe cómo me ataca el diablo, financieramente están mal, en sus
familias hay enfermedades, no entienden que es lo que está pasando, y lo que está pasando es
que en la medida que están buscando la gloria de Dios, la gloria y la justicia están unidas, a la
gloria no podemos acercarnos sin pasar por su justicia.
Dice el salmo 97:6

Los cielos anunciaron su justicia y toda la tierra vio su gloria.

Justicia y gloria de Dios van de la mano, el problema es que hay palabras que las hemos hecho
tan comunes que pierden el sentido de lo que son, y una de estas palabras es la palabra gloria, y
decimos oh cuan glorioso estuvo el servicio, yo recuerdo que en una oportunidad me invitaron a
un congreso que se llamaba la gloria de Dios, y había de los predicadores más grandes del mundo
y pretendían bajar la gloria de Dios en una forma tremenda, lo cierto es que llegó aquella noche en
que todos esperábamos que descendiera la gloria de Dios y empezamos a orar, los músicos
tocaban en una unción maravillosa, y yo no sentía nada, y le dije ¿Señor me habré muerto, estarás
enojado conmigo, que está pasando? me preguntaba, de pronto vi los cielos abiertos, y vi la gloria
de Dios allá arriba, y El me dijo hija si hiciese descender mi gloria en este lugar más del 80%
caerían muertos, porque la gloria tiene un poder que necesariamente viene con la justicia y muy
pocos podrán estar de pie delante de esto, buscamos la gloria, oímos profetas diciendo oh viene la
gloria, oh queremos una generación en la gloria, pero no estamos tratando con la parte más
importante que se opone a la gloria y que será juzgada con ese fuego que trae consigo la gloria, y
esto es la iniquidad.

La iniquidad es todo lo que esta torcido con respecto a Dios, y no es necesariamente un pecado
terrible, iniquidad es simplemente es estar desalineado de Dios. Muchas veces oigo gente que
predica en contra de las maldiciones y dicen hermana es que aquí hay un patrón claro de
maldiciones en esta persona y se ve como es robada y robada todo el tiempo y se cancelan las
maldiciones pero vemos como al cabo del tiempo esas mismas maldiciones regresan, y se
preguntan porque siguen viniendo esas maldiciones si ya han sido canceladas y Cristo se hizo
maldición por nosotros, ¿a qué se debe esto?, ¿qué sucedió?, ¿Si ya habíamos entendido este
principio?.

La maldición no viene sin causa, sino que como la golondrina tiene su volar y está buscando
donde posarse así también la maldición no viene sin causa, la maldición es una fuerza espiritual
que está buscando a donde adherirse y a eso a lo que tiene que adherirse se llama iniquidad. Y
esta palabra es desconocida dentro de la iglesia, siendo esto un gran problema porque sufrimos
las consecuencias por causa de la iniquidad, mientras no desarraiguemos este árbol y extirpemos
esto de raíz, esas maldiciones van a seguir viniendo a ti porque es un principio espiritual, justicia e
iniquidad se oponen entre sí, la justicia tiene un poder de atracción dice la palabra buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas te serán añadidas, esto
significa que la justicia tiene un poder de atraer hacia una persona todas las cosas que pertenecen
al Reino de Dios, es decir, su gracia, su poder, su mericordia, su salud, su favor, su poder, su
prosperidad, todo lo que pertenece al Reino de Dios es atraído por la justicia.

En el lado opuesto la iniquidad tiene también un poder de atracción pero de todo lo que
pertenece al reino de las tinieblas, trayendo entonces la iniquidad cosas como la miseria, pobreza,
enfermedad, problemas tras problemas, y esta es la pregunta que tantos cristianos se hacen ¿por
qué me está sucediendo todo esto si yo tengo un caminar recto con Dios?, Dios viene en este día a
abrirnos el entendimiento y para esto es maravillosa la era apostólica porque va a traernos
revelación y luz sobre cosas que nos tenían atorados y que al entenderlas vamos a avanzar de una
forma prodigiosa hacia lo que Dios quiere, entonces vimos que la iniquidad es todo lo torcido y
cuando vemos en el antiguo testamento que el sumo sacerdote oraba y ponía sus manos sobre el
cabrito que iba a ser enviado al desierto el cual iba a llevar la iniquidad y la rebelión por expiación
del pueblo de Israel, Dios hace la diferencia entre pecado y iniquidad, lo vemos en Isaías 53, que
Jesús llevo nuestros pecados, fue molido por nuestras transgresiones, fue traspasado por nuestras
iniquidades, Jesús no solo llevo nuestros pecados sino también llevo nuestras iniquidades, pero
necesitamos saber cómo tratar con la iniquidad, ¿cómo identificamos la iniquidad en nuestras
vidas?, ¿cómo la saco de mi vida?, ¿qué es lo que la está produciendo?, de otra forma por
supuesto no la vas a poder sacar de tu vida.

Dice el Señor que Él visita la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación, siendo la iniquidad como si fuese el testigo torcido (un batón) que se pasan el juego
carreras de relevos donde va pasándose de una persona a otra, y en la medida que vamos
pecando se va torciendo mas ese testigo espiritual que es nuestra herencia y que vamos pasando
de padres a hijos y nietos, la iniquidad es un asunto del espíritu, la rebelión es un asunto del alma,
y el pecado es un asunto entre el alma y el cuerpo, ¿cómo entra la iniquidad adentro de nosotros?.

Veamos II Corintios 7

Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios

Por muchos años se ha predicado que cuando venimos al Señor nuestro espíritu viene a
convertirse como si fuese el lugar santísimo, y nuestro espíritu queda totalmente limpio, perfecto
y maravilloso, esto lo hemos predicado por años y años, sin embargo la biblia dice oyendo tales
promesas limpiémonos de toda contaminación de carne y del espíritu, entonces la iglesia se ha
enfocado a tratar de limpiar la contaminación que viene de la carne y nos hemos olvidado de la
contaminación que viene a través del espíritu, es decir, la iniquidad. Lo maravilloso es que Dios
viene a enderezar y traer luz sobre muchas enseñanzas que las hemos tenido parciales, que hemos
aceptado mecánicamente las empezamos ahora a reflexionar espiritualmente.

Malaquías 2:16

Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que Él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su
vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

Quiere decir, por ejemplo aquí, que la deslealtad matrimonial afecta directamente tu espíritu,
dice guardad vuestro espíritu, limpiémonos de toda contaminación de espíritu; cuando satanás
concibe este pensamiento torcido de lo que era Dios, él siendo espíritu la iniquidad entra
espiritualmente al corazón de este arcángel Luzbel.

Ahora bien, es la sangre en nuestro organismo la que contiene la vida del espíritu, nosotros
somos espíritu pero en la sangre está contenida la vida, cuando el ovulo es fecundado por el
espermatozoide, siendo solo la sangre del padre la que es transferida ya que la madre no
transfiere sangre, entonces esta sangre entra y concibe el ovulo, en ese momento que el espíritu
del hombre va a entrar a formar parte de ese embrión y entra el espíritu que viene puro y perfecto
de parte de Dios, empieza a concebirse en el vientre de una madre a través de la sangre y el ovulo
que se unen, aquí es cuando comienza a imprimirse la herencia espiritual en ese espíritu puro que
viene de Dios. Dice el salmo 51 en iniquidad me concibió mi madre, en maldad fui formado, quiere
decir que ese espíritu maravilloso, perfecto y puro al momento de entrar en contacto con la
sangre del padre humanamente hablando es transferido ese espíritu, y todo ese torrente de
iniquidad pasa instantáneamente del padre al hijo.

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