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Puerto Asís Putumayo 28/11/2022

SEÑOR,
JUEZ DE TUTELA (R)
CIUDAD

REFERENCIA: ACCION DE TUTELA.

ACCIONADO: SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA REGIONAL PUTUMAYO


ACCIONANTE: WILMER FERNEY CORDOBA SOSSA

WILMER FERNEY CORDOBA SOSSA identificado(a) con la C.C. Nº 1125409982 de Puerto Caicedo, en
mi calidad de funcionario público del servicio nacional de aprendizaje SENA regional Putumayo, de la
manera más comedida y respetuosa me dirijo a su despacho, a fin de presentar Acción de Tutela en contra de
El servicio Nacional de Aprendizaje SENA Regional Putumayo representado legalmente por el
ingeniero WILLIAN JAMEZ ORTIZ RODRIGUEZ en su calidad de subdirector de centro con funciones
de director Regional, localizado en Puerto Asís Putumayo, por violación de mi Derecho fundamentales a la
vida y a la salud, con fundamento en los siguientes:

HECHOS

PRIMERO: En el año del 2020 en los primeros días del mes de diciembre me adjudicaron la supervisión del
contrato N° CO1.PCCNTR.2037709 “CONTRATAR EL MANTENIMIENTO PREVENTIVO Y
CORRECTIVO, INCLUIDOS REPUESTOS Y REVISIÓN TÉCNICO MECÁNICA DEL PARQUE
AUTOMOTOR PARA LOS VEHÍCULOS ASIGNADOS AL SENA REGIONAL PUTUMAYO DE
ACUERDO A LAS ESPECIFICACIONES TÉCNICAS REQUERIDAS” Una vez firmada el acta de inicio
del contrato se desarrollaron ciertas actividades por parte del proveedor, como el suministro de unas baterías
y alistado de unos vehículos.

SEGUNDO: El día 16 de diciembre del 2020 la doctora Adriana Solarte me hace llegar un correo con la
respectiva acta de liquidación bilateral con el siguiente mensaje “Adjunto Acta de liquidación bilateral
para lectura y firma y ser devuelta hoy mismo.” Respecto a esto solicite información al respecto de la
cual manifestó por medio de correo que fueron por unos errores que se cometieron en el proceso
precontractual, este contrato se liquidó bilateralmente entre el ordenador del gasto y proveedor, debido a
irregularidades que se cometieron en el proceso precontractual, la cual se levantó un acta denominada
“ACTA DE TERMINACION ANTICIPADA Y LIQUIDACIÓN POR MUTUO ACUERDO DEL
CONTRATO CO1.PCCNTR.2037709 SUSCRITO ENTRE EL SERVICIO NACIONAL DE
APRENDIZAJE SENA Y SINGER INGENIERIA S.A.S.”

TERCERO: Debido a esta situación el día 13 de enero de 2021 recibo una llamada del señor Luis Carlos
Ricaurte Salinas encargado de ejecutar las actividades del contrato por parte del proveedor, durante esta
llamada comienza a reclamar las 2 baterías que había suministrado durante el contrato, De mi parte le
informo que el firmo una liquidación y bilateral la cual tiene unas clausulas acordadas, para realizar
cualquier procedimiento toca hablar con el encargado del parque automotor, el señor se altera y me trata
de ladrón
insultándome y amenazándome, diciendo " hijueputa me vas a robar las baterías, las baterías son mías, vea
gran hijueputa las baterías me las devuelve o yo sé cómo se las cobro, se las cobro como sea, por ahí me lo
encuentro" esta situación me genero mucha intranquilidad y pánico.

En este mismo día redacte un correo al señor subdirector William James Rodriguez comentado le lo
sucedió, hasta la fecha no tengo respuesta alguna (ANEXO PRUEBA N° 1) de las actuaciones realizadas
por mi jefe y representante de la entidad, más aún que fui víctima de amenazas en contra de mi vida. esta
situación que me motivo hasta reunirme personalmente en la oficina del señor subdirector, en la cual expuse
nuevamente las situaciones de las que fui víctima, en la misma reunión se le solicito no volver a disponer
de mi condición de funcionario público para la designación de SUPERVISIONES de esta naturaleza,
situación que fue compartida en esos momentos.

CUARTO: El día 31 de octubre del 2022 se notifica la notificación supervisión del contrato
CO1.PCCNTR.4171482 con objeto, “Contratar el mantenimiento preventivo y correctivo, incluidos
repuestos y revisión técnico-mecánica del parque automotor para los vehículos asignados y que
prestan sus servicios al Sena regional putumayo de acuerdo con las especificaciones técnicas
requeridas”

Respecto a esta supervisión manifesté por correo electrónico y un rad: 86-1-2022-001759 (ANEXO
PRUEBA N° 2) mi inconformismo debido a todos los sucedidos en la anterior supervisión, los cuales
afectaron mi vida personal y mi paz integral, después de lo sucedido con el señor Ricaurte salinas, cada vez
que nos encontramos en lugares públicos por casualidad mi tranquilidad y mi estado emocional cambian, las
miradas no son gratas ante esta situación, no sé si en algún momento llegara a pasar a más de un reclamo,
siempre he estado prevenido ante estos hechos.

Cuando me notifican la supervisión actual del contrato mencionado me recuerda todo lo sucedido y siento
que sería un inconveniente más para mi vida personal como con el que tengo presente. Además, le manifesté
al señor Subdirector que no quería tener una relación con ningún contratista, que si requiere apoyo podía
utilizar mi conocimiento sirviendo como apoyo técnico, mas no como supervisor, no es mi afán
sustraerme de mis obligaciones como empleado, pero no quiere tener dificultades como las antes
referidas, las cuales han impactado de forma negativa en mi vida. Todos estos hechos se los manifesté al
señor subdirector William James Rodríguez por medio de correos (ANEXO PRUEBA N° 3) y en dos
reuniones presencialmente, manifestando que debido a mi estado emocional el cual siento antes esta
situación, buscare un apoyo de un profesional en el área y una vez tenga un diagnóstico lo hare llegar lo más
pronto posible.

QUINTO: Solicite una cita con psicología por medio de mi EPS la cual me la dieron para el día 18 de
noviembre a las 11: 00 am, ese mismo día radique mi resultado N° rad: 86-1-2-2022-001858 (ANEXO
PRUEBA N° 4) adjuntado la historia clínica donde se brinda el diagnóstico por parte del área psicología.
Quien manifiesta la importancia de iniciar proceso psicoterapéutico para da manejo a la sintomatología
que estoy presentando, programando 6 sesiones para iniciar, lo cual está en la historia clínica, en la parte
ANAMNESIS de la historia clínica se realiza la observación por la psicóloga donde menciona “de igual
manera se manifiesta importancia de iniciar el proceso de psicoterapéutico para dar manejo a sintomatología
presente, paciente refiere entender y aceptar”. además, dentro del diagnóstico se señala: F438. Otras
reacciones al estrés grave. F419 trastorno de ansiedad. No especificado, 2567 otros problemas y los no
especificados relacionados con el empleo.

SEXTO: El día 25 de noviembre del presente año recibo la respuesta por medio de correo electrónico
respecto a mi radicado (ANEXO PRUEBA N° 4) rad: 86-1-2-2022-001858, donde me menciona y
concluyen que no
tengo un diagnóstico médico que me impida realizar la supervisión y que continue con la supervisión del
contrato. Respecto a esta respuesta no logro entender como dicen que no tengo ningún diagnostico cuando en
la historia clínica en la parte de DIAGNOSTICO mencionan: “F438: OTRAS REACCIONES AL ESTRÉS
GRAVE”
“F419: TRASTORNO DE ANSIDAD. NO ESPECIFICADO” “Z567: OTROS PROBLEMAS Y LOS NO
ESPECIFICADOS” Debido a este diagnóstico, la psicóloga decide realizar el proceso de psicoterapia, con
esta respuesta que me dieron siento que se están vulnerando mis derechos como mi derecho a la salud la cual
está afectada y cada día aumenta más con contradicciones como esta, porque al parecer para esta
administración es como si fuera imposible realizar un cambio de supervisor. Se comprende que, si voy a
estar en un proceso psicoterapéutico, debo de estar libre de acciones o funciones que me allá generado estos
daños, para que un proceso pueda dar resultado y más aun de esta índole, solo requiero y solicito que se
respete este espacio y este proceso a seguir.

DERECHOS FUNDAMENTALES VIOLADOS.

Con el fin de presentar la motivación a la violación de mis derechos al respecto su señoría podemos
evidenciar que nos encontramos en primera medida ante una extralimitación del uso del

ALCANCE Y LÍMITES AL EJERCICIO DEL IUS VARIANDI. REITERACIÓN DE


JURISPRUDENCIA
La Corte Constitucional, en reiteradas ocasiones, ha sostenido que la facultad del empleador de trasladar a
sus empleados no tiene carácter absoluto, porque, por un lado, existen límites que impone la Constitución
Política que exigen que el trabajo se desarrolle en condiciones dignas y justas, de conformidad a lo
establecido en el artículo 53 de la Norma Superior; y, de otro lado, las decisiones deben sujetarse al principio
de proporcionalidad y deben responder a las necesidades del servicio u objeto social de la empresa.

En el caso del sector público, la Corte igualmente ha señalado que la administración goza
de un margen adecuado de discrecionalidad para modificar la ubicación funcional
o territorial de sus funcionarios, con el fin de realizar una adecuada y mejor prestación del
servicio. Específicamente, ha sostenido:
“que la estructura interna que tienen muchas de las entidades del Estado, en razón a los
fines que constitucionalmente les han sido confiados, requieren de una planta de personal
de carácter global y flexible, que les permita tener la capacidad suficiente para cumplir
cabalmente con las funciones a su cargo, pudiendo, por lo tanto, reubicar o trasladar a sus
funcionarios en cualquiera de sus diferentes sedes o dependencias, en el nivel territorial o
nacional”.

La Corte Constitucional en varias ocasiones se ha referido al alcance del ius variandi y ha considerado que
“es una de las manifestaciones del poder de subordinación que ejerce el empleador sobre
sus empleados, y se concreta en la facultad de variar las condiciones en que se realiza la
prestación personal del servicio, es decir, la potestad de modificar el modo, el lugar, la
cantidad o el tiempo de trabajo”
"El jus variandi no es absoluto. Está limitado, ante todo, por la norma constitucional
que exige para el trabajo condiciones dignas y justas (art. 25 C.N.), así como por los
principios mínimos fundamentales señalados por el artículo 53 de la Carta en lo que
concierne al estatuto del trabajo. Y, por supuesto, su ejercicio concreto depende de
factores tales como las circunstancias que afectan al trabajador, la situación de su familia,
su propia salud y la de sus allegados, el lugar y el tiempo de trabajo, sus condiciones
salariales, la conducta que ha venido observando y el rendimiento demostrado. En cada
ejercicio de su facultad de modificación el empleador deberá apreciar el conjunto de estos
elementos y adoptar una determinación que los consulte de manera adecuada y
coherente.” (negrita y subraya fuera del original)

Posteriormente, en la sentencia T-355 de 2000, aclaró que la facultad del empleador de modificar las
condiciones en una relación laboral (ius variandi) no es absoluta, ya que ésta puede ser violatoria de
derechos fundamentales, si se aplica en forma arbitraria y sin justificar los motivos por los cuales se dan
los cambios y la necesidad de los mismos.

En ese sentido, la sentencia T-611 de 2001 dejó claro que el empleador no puede modificar
las condiciones iniciales del trabajador sin que existan razones que lo justifiquen.
De esa forma, esta Corporación ha considerado que la facultad legal de que dispone el
empleador para modificar las condiciones laborales de sus trabajadores debe realizarse
teniendo en cuenta, entre otros aspectos, (i) las circunstancias que afectan al trabajador;
(ii) la situación familiar; (iii) su estado de salud y la de sus allegados; (iv) el lugar y el
tiempo de trabajo; (v) las condiciones salariales; (vi) el comportamiento que ha venido
observando y el rendimiento demostrado
De manera que frente al ejercicio del ius variandi, en cada caso particular el empleador
tiene la carga de observar el conjunto de estos condicionamientos, y en especial de los
derechos fundamentales del empleado, y tomar una decisión que los consulte de forma
adecuada y coherente, teniendo siempre presente que dicha potestad no lo reviste “de
atribuciones omnímodas que toman al trabajador como simple pieza integrante de la
totalidad sino como ser humano libre, responsable y digno en quien debe cristalizarse la
administración de justicia distributiva a cargo del patrono”

En este caso existe un exceso por parte del señor subdirector respecto del IUS BARIANDI
en materia de ubicación funcional, por cuanto al asignarme una supervisión de la
cual
personalmente le manifesté NO encontrarme en condiciones físicas de ejecutar por
los hechos narrados anteriormente y las circunstancias de las cuales el señor
subdirector de primera mano tiene conocimiento y desconociendo los criterios de i) las
circunstancias que afectan al trabajador; (ii) la situación familiar; (iii) su estado de salud
y la de sus allegados, desconociendo estos criterios procede a asignarme las funciones de
supervisor de esta forma violentando mis derechos a la vida y a la salud

EL CARÁCTER FUNDAMENTAL AUTÓNOMO DEL DERECHO A LA SALUD

La Organización de Naciones Unidas (ONU) a través de la Organización Mundial de la Salud, establece que
“la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades (…) el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los
derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición
económica o social (…) considerada como una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad.”

Así mismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos dispone que “toda persona tiene derecho a un
nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios (…).”
Igualmente, nuestro ordenamiento jurídico consagra en el artículo 13 que el Estado debe adoptar las medidas
necesarias para promover las condiciones de igualdad de grupos discriminados y marginados y proteger de
manera especial a las personas que, por su condición de vulnerabilidad, se encuentren en circunstancia de
debilidad manifiesta.
Sobre la naturaleza del derecho a la salud, inicialmente, la Corte Constitucional consideró que el mismo era
un derecho prestacional. La fundamentalidad dependía entonces, de su vínculo con otro derecho distinguido
como fundamental – tesis de la conexidad –, y por tanto sólo podía ser protegida por vía de tutela cuando su
vulneración implicara la afectación de otros derechos de carácter fundamental, como el derecho a la vida, la
dignidad humana o la integridad personal.
En esta línea tenemos, por ejemplo, la sentencia T- 494 de 1993. En ella, esta Corporación estudió el caso de
una persona que, encontrándose presa, presentó un problema renal severo. En esa ocasión estudió el derecho
a la salud relacionado con el derecho a la integridad personal, para lo cual sostuvo:

“Es cierto que la salud y la integridad física son objetos jurídicos identificables, pero nunca desligados
de la vida humana que los abarca de manera directa. Por ello cuando se habla del derecho a la vida se
comprenden necesariamente los derechos a la salud e integridad física, porque lo que se predica del
género cobija a cada una de las especies que lo integran. Es un contrasentido manifestar que el derecho a la
vida es un bien fundamental, y dar a entender que sus partes -derecho a la salud y derecho a la integridad
física- no lo son.
El derecho a la integridad física comprende el respeto a la corporeidad del hombre de forma plena y total, de
suerte que conserve su estructura natural como ser humano. Muy vinculado con este derecho -porque
también es una extensión directa del derecho a la vida- está el derecho a la salud, entendiendo por tal la
facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física como en el
plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente una perturbación en la
estabilidad orgánica o funcional de su ser. Implica, por tanto, una acción de conservación y otra de
restablecimiento, lo que conlleva a la necesaria labor preventiva contra los probables atentados o fallas
de l a salud. Y esto porque la salud es una condición existencial de la vida humana en condiciones de
plena dignidad: al hombre no se le debe una vida cualquiera, sino una vida saludable. La persona humana
requiere niveles adecuados de existencia, en todo tiempo y en todo lugar, y no hay excusa alguna para que a
un hombre no se le reconozca su derecho inalienable a la salud.”
Posteriormente, la jurisprudencia de la Corte Constitucional, por ejemplo, en sentencia T-016 de 2007,
amplía la tesis y dice que los derechos fundamentales están revestidos con valores y principios propios de la
forma de Estado Social de Derecho que nos identifica. De esa forma dice que:
“la fundamentalidad de los derechos no depende ni puede depender de la manera como estos derechos se
hacen efectivos en la práctica. Los derechos todos son fundamentales pues se conectan de manera directa
con los valores que las y los Constituyentes quisieron elevar democráticamente a la categoría de bienes
especialmente protegidos por la Constitución”
Por último, en la Sentencia T-760 de 2008, la jurisprudencia de esta Corporación determinó “la
fundamentalidad del derecho a la salud en lo que respecta a un ámbito básico, el cual coincide con los
servicios contemplados por la Constitución, el bloque de constitucionalidad, la ley y los planes obligatorios
de salud, con las extensiones necesarias para proteger una vida digna.”
En esta Sentencia expresó la Corte: "Siguiendo esta línea jurisprudencial, entre otras consideraciones, la
Corte Constitucional en pleno ha subrayado que la salud es un derecho fundamental que debe ser
garantizado a todos los seres humanos igualmente dignos. No hacerlo conduce a que se presenta [sic] un
déficit de protección constitucionalmente inadmisible. (…) En este caso resolvió reiterar la decisión
jurisprudencial de reconocer “(…) que el derecho a la salud es, autónomamente, un derecho fundamental y
que, en esa medida, la garantía de protección debe partir de las políticas estatales, de conformidad con la
disponibilidad de los recursos destinados a su cobertura.” Esta decisión se adoptó considerando la estrecha
relación entre la salud y el concepto de la ‘dignidad humana’, “(…) elemento fundante del estado social de
derecho que impone a las autoridades y a los particulares el trato a la persona conforme con su humana
condición.”
En este contexto, estos derechos son fundamentales y susceptibles de tutela, “declaración que debe ser
entendida con recurso al artículo 86 de la Constitución Política que prevé a esta acción como un mecanismo
preferente y sumario.”
Así las cosas, al definirse los contenidos precisos del derecho a la salud, se genera un derecho subjetivo que
guarda íntima relación con el bienestar del ser humano, donde el Estado, la sociedad y la familia,
deben garantizar un mínimo de dignidad a las personas y su estabilidad tanto física como mental, el cual,
como se ha reiterado, adquieren la condición de derecho fundamental autónomo y puede ser protegido por la
acción de tutela
Situación que es desconocida por el señor subdirector por cuanto asistí ante el médico general a efectos de
solicitar cita por control de psicología (como se había pactado) en la cual se señala en la historia clínica que
“…DE IGUAL MANERA SE MANIFIESTA LA IMPORTANCIA DE INICIAR PROCESO
PSICOTERAPÉUTICO PARA DAR MANEJO A SINTOMATOLOGÍA PRESENTE, PACIENTE
REFIERE Y ENTENDER … (color fuera del texto original)
Como puede apreciar su señoría ya tengo una sintomatología presente a consecuencia de las circunstancias
narradas y de las cuales he venido padeciendo, no siendo suficiente la profesional en PSICOLOGIA en la
misma historia clínica acápite de DIAGNOSTICO señala:
F438. Otras reacciones al estrés grave. F419 trastorno de ansiedad. No especificado, 2567 otros problemas y
los no especificados relacionados con el empleo.
Situaciones puestas en conocimiento mediante radicado 86-2022-001858 del 18/11/2022. No obstante recibo
respuesta electrónica el día 26/11/2022 en el cual se resta importancia a mi problema y seme conmina a
continuar con la labor de supervisor hasta tanto “…en su defecto, mientras usted como titular allegue al
despacho soportes concluyentes que establezcan una restricción o incapacidad médica para obrar
como
su p ervisor d e con tratos…” restándole importancia al problema que como se señaló en la historia
clínica ya se encuentra presente y que el señor subdirector quiere prolongar y hacerlo más grave
Por ello en este caso su señoría solicito su amparo para la conservación de mi salud y el restablecimiento de
esta, y evitar que se llegue a una situación más grave de salud
Reiteración de la jurisprudencia sobre el alcance del derecho a la salud mental
Esta Corporación desde sus inicios se ha pronunciado sobre el alcance del derecho a la salud, que la
Constitución en sus artículos 13 y 47, prevé para las personas afectadas por enfermedades mentales.
Sobre el particular, en sentencia T-597 de 1993, esta Corporación sostuvo que "la salud es un estado
variable, susceptible de afectaciones múltiples, que inciden en mayor o menor medida en la vida del
individuo", por tal razón le corresponde al Estado y a la sociedad, la protección del mínimo vital, “por fuera
del cual el deterioro orgánico impide una vida normal”. De ahí, que la salud supone “un estado completo de
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

En este orden de ideas, la posición de la Corte ha sido reiterada en la sentencia T-458 de 2009, al señalar:

“… la noción de salud implica, además de la búsqueda de los objetivos generales de


bienestar y estabilidad orgánica y funcional, la autodeterminación y la posibilidad de
gozar de una existencia adecuada en las condiciones que resulten más convenientes y
ajustadas a su disminuida condición física y mental. En este sentido, la salud que es objeto
de protección por parte del juez constitucional no hace referencia únicamente a la
integridad física, sino que comprende, necesariamente, todos aquellos componentes
propios del bienestar psicológico, mental y psicosomático de la persona”
La citada sentencia considera importante la
“… necesidad de desarrollar labores de prevención y control tanto de las enfermedades
que se encuentran en estados tempranos de evolución como de aquellos otros
padecimientos crónicos, o aún agudos e invalidantes, que afectan a determinada
persona”.
DERECHO A LA VIDA DIGNA-Alcance

Ahora bien: el derecho fundamental a la vida que garantiza la Constitución -preámbulo y


artículos 1, 2 y 11-, no se reduce a la mera existencia biológica, sino que expresa una
relación necesaria con la posibilidad que les asiste a todas las personas de desarrollar
dignamente todas las facultades inherentes al ser humano. Sin duda, cuando se habla de la
posibilidad de existir y desarrollar un determinado proyecto de vida, es necesario pensar
en las condiciones que hagan posible la expresión autónoma y completa de las
características de cada individuo en todos los campos de la experiencia. La importancia y
trascendencia de la relación entre la vida y la dignidad de la persona ya ha sido señalada
por la Corte:
Es que el concepto de dignidad humana no constituye hoy, en el sistema colombiano, un recurso literario u
oratorio, ni un adorno para la exposición jurídica, sino un principio constitucional, elevado al nivel de
fundamento del Estado y base del ordenamiento y de la actividad de las autoridades.

"En virtud de la dignidad humana se justifica la consagración de los derechos humanos


como elemento esencial de la Constitución Política (art. 1 C.P.) y como factor de consenso
entre los Estados, a través de las cláusulas de los tratados públicos sobre la materia (art.
93 C.P.).
"La dignidad de la persona se funda en el hecho incontrovertible de que el ser humano es,
en cuanto tal, único en relación con los otros seres vivos, dotado de la racionalidad como
elemento propio, diferencial y específico, por lo cual excluye que se lo convierta en medio
para lograr finalidades estatales o privadas, pues, como lo ha repetido la jurisprudencia,
la persona es 'un fin en sí misma'. Pero, además, tal concepto, acogido por la
Constitución, descarta toda actitud despectiva frente a sus necesidades corporales y
espirituales, todas las cuales merecen atención en el Estado Social de Derecho, que
reconoce en el ser humano la razón de su existencia y la base y justificación del sistema
jurídico.

"Ese concepto se traduce en la idea, prohijada por la Corte, de que no se garantiza bien ningún derecho de los
que la Constitución califica de fundamentales -intrínsecos a la persona- si a un individuo de la especie se lo
condena a sobrevivir en condiciones inferiores a las que la naturaleza le señale en cuanto ser humano.
De lo anterior se puede inferir, que cuando la persona acude a la acción de tutela con el ánimo de lograr la
recuperación de su equilibrio emocional, psicológico y mental, que se le ha venido alterando como
consecuencia de una afección física que padece lo hace con el fin de obtener la protección de los derechos a
la salud, a la integridad personal y a una vida en condiciones dignas, cuyo restablecimiento le es
encomendado al juez de tutela por el artículo 86 de la Carta Política.

PRETENSION

PRIMERA: Con el fin de garantizar restablecer mi derecho fundamental a la vida y a la salud,


respetuosamente solicito al Juez de la República, el ordenar al SENA REGIONAL PUTUMAYO
representada por el señor WILLIAN JAMES RODRIGUEZ ORTIZ, que en el término máximo de (48)
Cuarenta y Ocho Horas, contado a partir de la Notificación del fallo de primera instancia, proceda a efectuar
el cambio de supervisor del contrato CO1.PCCNTR.4171482 con objeto, “Contratar el mantenimiento
preventivo y correctivo, incluidos repuestos y revisión técnico-mecánica del parque automotor para los
vehículos asignados y que prestan sus servicios al Sena regional putumayo de acuerdo con las
especificaciones técnicas requeridas”

SEGUNDA: En subsidio de lo anterior, respetuosamente solicito al Juez de la República, el ordenar todo lo


que el despacho considere pertinente para garantizar el restablecimiento de mis derechos fundamentales
vulnerados por el señor WILLIAN JAMES RODRIGUEZ ORTIZ.

MEDIDA CAUTELAR
A efectos de evitar un perjuicio irremediable de mi salud, solicito al señor juez respetuosamente como
medida provisional dejar sin efecto la designación de supervisión del contrato N° CO1.PCCNTR.4171482.
Por regla general, la acción de tutela contra actos administrativos de carácter particular es improcedente por
cuanto es posible controvertir su contenido e incluso solicitar su suspensión provisional a través de la acción
de nulidad y restablecimiento del derecho. No obstante, el amparo procede en estos casos, de manera
excepcional, cuando la misma se invoque para evitar la configuración de un perjuicio irremediable.

PRUEBAS

1. Anexo prueba 1: correo electrónico, 1 folio


2. Anexo prueba 2: Rad: 86-1-2022-001759, 3 folios
3. Anexo prueba 3: correo electrónico, 2 folios
4. Anexo prueba 4: historia clínica Rad: 86-1-2022-001858, 6 folios
AUTORIDAD PRESUNTAMENTE RESPONSABLE

La presente acción de Tutela se presenta en contra del Servicio Nacional De Aprendizaje SENA Regional
Putumayo representada por el señor WILLIAN JAMES RODRIGUEZ ORTIZ.

NOTIFICACIONES

ENTIDAD ACCIONADA: Servicio Nacional De Aprendizaje SENA Regional Putumayo representada


por el señor WILLIAN JAMES RODRIGUEZ ORTIZ en la Calle 19ª Nº 23-57B 20 de Julio Puerto Asís
Putumayo, correo electrónico secretaria del SENA zygomezc@sena.edu.co del representante legal
wrodriguez@sena.edu.co tel. conmutador 4227177

ACCIONANTE: Carrera 19a Nª 23-57_ B/ 20 de julio Correo electrónico wcordobas@sena.edu.co o


wilcors8@gmail.com. Tel 3142406999

ANEXOS
Anexo todo lo relacionado en el acápite de pruebas

MANIFESTACION BAJO JURAMENTO

Bajo la gravedad del juramento, que se entiende prestado con la presentación en la página de la rama judicial
del presente escrito, respetuosamente manifiesto que No he interpuesto ante ninguna otra autoridad judicial,
otra acción de tutela por los mismos hechos, derechos y pretensiones.

Agradeciendo de antemano su atención y el tiempo dedicado a la presente., Cordial y respetuosamente

WILMER FERNEY CORDOBA SOSSA


C.C N° Nº 1125409982 de Puerto Caicedo,

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