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UNIVERSIDAD ABIERTA INTERAMERICANA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA Y RELACIONES HUMANAS


CARRERA: PSICOLOGÍA
ASIGNATURA: PSICOLOGÍA COMUNITARIA
PROFESOR: Silvina Matellán
BUENOS AIRES - BERAZATEGUI - 3 A

1ER. TRABAJO GRUPAL= 1ER. PARCIAL DOMICILIARIO

INTEGRANTES
BOUVET MELINA
DI TULLIO VALENTINA
GARCIA MARIA FLORENCIA
GIRON MARIA MICAELA
SACO JUAN
SILVA CAMILA
VIGO HERNÁN

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Consignas:
1-
Redacten una definición propia del concepto Psicología Comunitaria. Luego, desarrollen
ampliamente los conceptos: Comunidad, Actor/agente interno de la Comunidad, rol del
Psicólogo Comunitario y Método de Investigación propio de la Psicología Comunitaria
(Investigación Acción Participativa).

2-
2a- Describan, expliquen y relacionen el surgimiento en Latinoamérica de la Psicología
Comunitaria, de la Epidemiología Crítica, de la Educación Popular y de la Nueva Canción.
2b- Describan y expliquen el surgimiento del Nuevo Paradigma de la Psicología Comunitaria
y sus 5 dimensiones.
2c- Relacionen el surgimiento de la Psicología Comunitaria en Latinoamérica con el
surgimiento del Nuevo Paradigma de la Psicología Comunitaria.

1- Teniendo en cuenta la lectura de los textos que nos acompañaron durante la primera etapa
del cuatrimestre pensamos en una definición que en principio coincide con el desarrollo de
Maritza Montero. La Psicología comunitaria es una psicología de la acción para la
transformación en la que investigadores y sujetos están del mismo lado, ambos forman parte
de la misma situación. Es una psicología en la que el psicólogo es un agente de cambio social
y los miembros de la comunidad son agentes internos de carácter activo y con un saber que
resulta igualmente necesario al saber científico del psicólogo. La psicología comunitaria es
aquella que interviene y transforma el medio ambiente fortaleciendo a las personas,
reconociendo el valor del carácter histórico y cultural de los fenómenos psicológicos y
sociales en determinado tiempo y lugar.
A continuación, avanzamos con el desarrollo de los conceptos fundamentales para la
Psicología Comunitaria:
COMUNIDAD: noción centro, el ámbito y motor fundamental, actor y receptor de
transformaciones, sujeto y objeto de esta disciplina llamada Psicología Comunitaria. Es un
término polisémico, con muchas acepciones, aunque solo varias de ellas se acercan al
fenómeno que estudia la Psicología Comunitaria. En este campo se la define principalmente
como fenómeno psicosocial, derivado de lo común, compartido, que toca a todos aquellos
agrupados en función de determinados moviles, intereses o aspectos. Asimismo, como bien
advirtió Heller en 1988, cabe recordar la importancia de enfocar la comunidad como

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“sentimiento” más allá de pensarse como escena o lugar. La comunidad supone relaciones,
interacciones tanto de hacer y conocer como de sentir. La comunidad no es un ente fijo y
estático dado bajo una forma y estructura, es un ente en movimiento que está siempre en
proceso de ser, así como ocurre con las personas que lo integran. En este sentido, lo que
permite definirla es la identidad social y el sentido de comunidad que construyen sus
miembros y la historia social que se va construyendo en ese proceso.
Las ciencias sociales las han definido como formas grupales asociativas menores que la
sociedad y a la vez distintas. Así, la comunidad fue definida como “grupo social dinámico,
histórico y culturalmente constituido y desarrollado, preexistente a la presencia de los
investigadores o de los interventores sociales, que comparte intereses, objetivos, necesidades
y problemas, en un espacio y un tiempo determinados y que genera colectivamente una
identidad, así como formas organizativas, desarrollando y empleando recursos para lograr
sus fines.” Es importante precisar que, al desarrollar una forma de identidad social, no
desaparecen las identidades individuales que cada una de las personas de una comunidad ha
ido desarrollando a lo largo de su vida. Existen múltiples identidades según las muy
diferentes afiliaciones y circunstancias de vida que forman parte de la red de relaciones e
interacciones cotidianas. Es el desde dónde, desde quien, que explica Blanco (1993).
Cuando hablamos de comunidad, hablamos de grupos compuestos por individuos que
comparten conocimientos, sentimientos, necesidades, deseos y proyectos, cuya atención
beneficiara lo colectivo, beneficiando así a sus miembros. ningún grupo es homogéneo salvo
que sobre él se ejerza una fuerza uniformadora de carácter autoritario.
En otras definiciones populares nos encontramos con que se resaltan otros aspectos en el
concepto de Comunidad entre las personas;
★ es un punto de encuentro donde está la coincidencia, el juntarse, el encuentro. Donde
se da la relación.
★ Integrase con el vecino, no es cualquier persona, es alguien con quien hay relación
cotidiana fomentada por la cercanía espacial, con una historia, un devenir.
★ la existencia de un NOSOTROS, sentido de comunidad.
★ relaciones estrechas que suponen solidaridad, ayuda, confianza, union
★ creación de un espacio físico y psicológico que supone seguridad, pertenencia,
intimidad socializada.
En una revisión actual, nos encontramos con la siguiente definición; una comunidad es un
grupo en constante transformación y evolución, que su interrelación genera un sentido de

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pertenencia e identidad social, tomando sus integrantes conciencia de sí como grupo y
fortaleciéndose como unidad y potencialidad social.
Dentro de los aspectos que pueden ser considerados como expresión de una comunidad,
encontramos; la cohesión de los miembros que se expresa en la solidaridad, la forma de
conocimiento y de trato entre sus miembros, en general se tiene idea de quien es quien. Otro
aspecto fundamental es la conciencia sobre todo referida a las circunstancias de vida
compartidas. Es ese reconocerse como participantes en un proceso históricamente vivido, que
afecta a todos. (Ferdinand de Tónnies, lo que distingue a la comunidad es el ser una
amalgama de seres humanos que permanecen unidos, a pesar de todos los factores que
tienden a separarlos).
Pocos se animan a definir sentido de comunidad, McMillan (1996) y McMillan y Chavis
(1986:9) lo definen como “el sentido que tienen los miembros (de una comunidad) de
pertenecer, el sentimiento de que los miembros importan los unos a los otros y al grupo. Y
una fe compartida de que las necesidades de los miembros serán atendidas mediante su
compromiso de estar juntos”. Esta definición basada en la afectividad señala cuatro
componentes;
1) membresía: abarca la historia y la identidad social compartida con los miembros,
símbolos comunes, seguridad y apoyo emocional, inversión personal en la
comunidad, derechos y deberes provenientes de esa membresía.
2) influencia: la capacidad, tal como es percibida, de inducir a otros a actuar de una
cierta firma, así como de ser consultados o de que su opinión sea escuchada y pese en
la comunidad. También de que una persona sea influida por el grupo. Este
componente implica la cohesión y la unidad del grupo.
3) integración y satisfacción de necesidades: beneficios que la persona puede recibir
por el hecho de pertenecer a la comunidad en términos de estatus, respeto, valores
compartidos, popularidad y ayuda material y psicológica en momentos de necesidad.
4) compromiso y lazos emocionales compartidos: pertenecer significa compartir
fechas y acontecimientos especiales, conocer a la gente por su nombre y sobrenombre,
mantener relaciones estrechas y afectivas con muchas personas saber que cuentan con
ellos.

“cierto tipo de relaciones entre personas, que muestran características propias de una
situación sociohistorica, económica, espacial y cultural y que están marcadas por la
proximidad física, psicológica, afectiva y habitual de la interacción… comunidad y sentido de

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comunidad son parte del mismo fenómeno, en el cual la copresencia de uno y otro
constituyen un objeto social complejo y se determinan mutuamente”.
ACTOR / AGENTE INTERNO DE LA COMUNIDAD: para la psicología, la naturaleza
del ser que conoce se ha centrado tradicionalmente en el individuo y su subjetividad y en el
caso de la Psicología Social, principalmente en su interacción con los grupos en los cuales se
da una comunicación cara a cara. Ese ser aislado, origen y destino de la interacción es el que
suele ser denominado “sujeto”. La Psicología Comunitaria no trabaja con “sujetos”, trabaja
con actores sociales. Asimismo, en el complejo escenario de lo social, hay actores primarios
y secundarios, protagonistas y extras. Para la Psicología Comunitaria se trata de un ser activo,
alguien que construye realidad y que protagoniza la vida cotidiana. Al hablar de actor social,
hablamos de alguien que posee conocimientos y que continuamente los produce. Es alguien
que piensa, actúa, crea, cuyo conocimiento, llamado conocimiento popular, debe ser tomado
en cuenta.
Al hacer partícipe a ese sujeto, a ese actor, del trabajo y de la investigación comunitaria, se
suma su saber junto con su acción en la construcción de un nuevo conocimiento, tanto
científico como popular. Así, toda concepción pasiva de comunidad debe ser desechada y sus
miembros tienen derecho de tomar decisiones sobre aquellos asuntos que les conciernen, así
como el compromiso de llevarlas a cabo.
La relación planteada en la Psicología Comunitaria entre cognoscente y objeto cognoscible,
cambia la aproximación al objeto de estudio planteada por la psicología tradicional, ya no es
posible hablar de una relación sujeto-objeto, los sujetos sociales son ahora también sujetos
cognoscentes, participantes de derecho y de hecho en la intervención-investigación
comunitaria. Es necesario plantear entonces una relación sujeto-sujeto/objeto, estamos frente
a un doble sujeto cognoscente. Por eso la Psicología Comunitaria habla de agentes externos y
agentes internos en el trabajo comunitario. Entre ellos plantea una relación dialógica,
horizontal, de unión de conocimiento científico y conocimiento popular y de devolución
sistemática del conocimiento científico producido en las comunidades a la vez que de entrega
de conocimiento popular construido a los agentes externos, ya que unos y otros han
participado en su construcción e hicieron grandes aportes.
El agente interno de la comunidad es aquel que incorpora a la acción y a la reflexión, del que
se oyen las voces, de los que viven los problemas y a quienes se les destinan los programas
sociales.

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Rol del Psicólogo Comunitario: Es el de transformador social, posee carácter facilitador al
cambio social, educador e inventor en situaciones o procesos de interés comunitario.
Es un agente de cambio ligado a la detección de potencialidades cómo recursos y
capacidades; al fortalecimiento y puesta en práctica de las mismas y al cambio en los modos
de interpretar, construir e influir sobre la realidad.
Es alguien que posee un saber que le permite actuar, pero que a la vez necesita del saber de
un otro, agente de su propia transformación, con el cual trabajará para producir las
transformaciones acordadas por ambos. Es decir, no es un dueño del saber que se relaciona
con quién no sabe. Por esto el psicólogo comunitario es agente externo de la comunidad en la
que trabaja y comparte conocimiento en forma conjunta con los actores internos de la
comunidad, conocimiento científico y conocimiento popular respectivamente.
Es una relación dialéctica de transformación. En cada trabajo comunitario hay tanto
transformación social, así como del Psicólogo.

Método de investigación propio de la Psicología Comunitaria (Investigación Acción


Participativa): Es un tipo de metodología de investigación que surge ante las problemáticas
sociales en los años '70, al no poder no ser éstas ni estudiadas ni resueltas por las formas
usuales de tratamiento de la Psicología hasta el momento. Así, se generaba una brecha entre
el diagnóstico y las formas de intervención. Estas maneras de intervenir se planificaban
externamente al ámbito del problema, dando entonces un desajuste entre los acontecimientos
de la vida social, los problemas psicosociales ligados a ellos y las respuestas de la disciplina.
Por tal razón, ésta metodología, en su origen se apoya en distintas disciplinas, a partir de las
cuales se nutre para finalmente llegar al método de investigación adecuado a lo comunitario.
De la Psicología social toma las técnicas y procedimientos de las dinámicas de grupos. De la
Etnometodología y la Antropología cultural toma las técnicas de observación, los enfoques
participativos y de sensibilidad. Y de la Sociología crítica o militante, la investigación acción.
La unión entre teoría - práctica, el carácter participativo de los integrantes de la comunidad y
el rol de los psicólogos comunitarios contribuyeron a la perspectiva metodológica
participativa, la cual caracteriza al método de la psicología comunitaria.
Cada uno de sus conceptos de la investigación de acción participativa tiene un sentido:
- Acción, porque se trabaja científicamente para un accionar diferente a otros tipos de
investigaciones. Lo que aquí se busca es la modificación del contexto, del ambiente.

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- Participativa, porque se trabaja en conjunto con los participantes de la comunidad, los
cuales son tan investigadores cómo los profesionales de la salud. Son investigadores e
investigados, sujeto y objeto de estudio a la vez. Son los que conocen a la comunidad
y aportan dicho conocimiento, participando de la investigación en forma activa.
También en este tipo de investigación es muy importante el pluralismo metodológico, dónde
no se deja de lado el uso de formas tradicionales de investigación e intervención social. Uso
de encuestas, métodos epidemiológicos, observación, técnicas de dinámicas de grupo,
inventarios y pruebas psicológicas, dónde es frecuente encontrar transformaciones de carácter
participativo aplicados a ellos. También el pluralismo metodológico se caracteriza por el uso
tanto de métodos cualitativos como cuantitativos.
Por último, se puede decir que el método de la psicología comunitaria se rige por los
siguientes principios:
- Principio científico de que el método sigue al objeto, es el problema el que determina
que método emplear.
- Carácter participativo del método, en la discusión y reflexión de los resultados
presentados y en la toma de decisiones respecto de ese uso.
- Carácter activo del método, en modos de conocer lo que exigen las poblaciones.
- Carácter continuo de su aplicación, que acompaña las acciones y relaciones que se
hacen con la comunidad.
- Carácter heurístico del método, generando modos sistemáticos de respuesta a la
problemática de la comunidad cuando ellos no existen previamente; y
- Carácter contextualizado, adaptación del método al contexto cultural y comunal en
qué se trabaja.

2a) La Psicología Comunitaria surge en América Latina entre los años 60 y 70 a partir de
problemáticas sociales que ocurrían en diversos países de Latinoamérica en donde
predominaban los gobiernos dictatoriales. Maritza Montero, psicóloga venezolana, es
considerada "la madre de la Psicología Comunitaria en Latinoamérica", junto con otros
psicólogos latinoamericanos, algunos de ellos, los argentinos Enrique Zaforcada, Antonio
Lapalma y Saúl Fuxs, fueron trabajando unidos, dando lugar a esta Rama de la Psicología.
Se comienza a pensar al sujeto de una manera diferente a lo que se planteaba en dicho
contexto histórico. Hasta ese momento se veía al sujeto sujetado, ahora, según la Psicología
Comunitaria se piensa al sujeto como un ser humano que tiene voz, voto y veto, puede
identificar sus necesidades, problemáticas y transformar su realidad. Cuando hablamos desde

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la Psicología Comunitaria, nos posicionamos desde un lugar completamente diferente,
pensamos a las personas desde sus aspectos saludables, sus fortalezas y potencialidades. Por
tal motivo la epidemiología crítica propone una construcción innovadora del espacio de la
salud urbana retomando los aportes de la teoría crítica del espacio y la geografía, y
articulando estos avances con los de la propia epidemiología desde una perspectiva de la
determinación social de la salud. Desde esta óptica se repiensa la relación urbano-rural a la
luz de los procesos históricos de aceleración, drástica pérdida de sustentabilidad y profunda
inequidad urbanas, así como del papel de la nueva ruralidad capitalista monopólica, en avivar
el cierre del espacio de la vida en nuestras ciudades. Se busca superar el mito de la dualidad
urbano rural, se cuestiona el paradigma dominante de la modernidad que impuso la
comprensión de dos mundos prácticamente contrapuestos: la ciudad como rectora,
cosmopolita, avanzada y pujante, y lo rural como un mundo atrasado, local, más simple, y
secundario, pues en años más recientes, la distinción clásica entre lo urbano y lo rural se hace
cada vez más difícil, lamentablemente con una perversa dialéctica de deterioro e influjos
malsanos de uno a otro espacio. Una de las pedagogías alternativas más conocidas en la
actualidad es la educación popular, creada por su máximo exponente Paulo Freire, educador
brasileño que a mediados del siglo XX decidió innovar y alejar la educación de la institución
educativa más tradicional. La educación popular, tal como afirma Freire, entiende que
«enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o
construcción», lo que supone contextualizar la enseñanza plenamente no solo mediante las
dinámicas en el aula sino trasladando al alumno al medio que lo rodea. Esto supone que el
«oprimido» descubre por él mismo cuál es la realidad exterior y su contexto social. La
educación popular existe para poder ofrecer tanto a los educadores como a los educandos un
aprendizaje de su propia realidad mediante la comprensión crítica del mundo que los rodea y
su transformación mediante la reflexión y los diálogos. como toda construcción histórica
asumió matices y énfasis en cada contexto nacional; así, por ejemplo, bajo la dictadura
militar, la educación popular en Chile asumió como bandera el restablecimiento de la
democracia; en Centro América de los años ochenta, la educación popular estuvo asociada a
los procesos insurreccionales y en Bolivia y Perú asumió la bandera de las luchas campesinas
e indígenas. Así mismo, las particularidades históricas de cada contexto llevaron a que la
educación popular inspirara prácticas en alfabetización, educación en derechos humanos,
educación de género y educación intercultural. De este modo, la educación popular más que
un cuerpo doctrinal monolítico, se fue conformado como un campo pedagógico diferenciado
de otras prácticas y corrientes pedagógicas. Bajo estas ideas surgieron en América Latina

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infinidad de organizaciones culturales, centros de educación de adultos, comunidades
eclesiales y círculos de alfabetización, así como de centros especializados en su promoción y
apoyo a las experiencias de base. Algunas redes latinoamericanas como CELADEC y el
Consejo de educación de adultos de América Latina (CEAAL), así como las revistas como
Cultura Popular, Tarea, La Piragua y Aportes, contribuyeron a que circularan reflexiones,
ideas, experiencias y aportes metodológicos a nivel continental.

«Soy profesor a favor... de la democracia contra la dictadura de derecha o de izquierda. soy


profesor a favor de la lucha constante contra cualquier forma de discriminación, contra la
dominación económica de los individuos o de las clases sociales. Soy profesor contra el
orden capitalista vigente que inventó esta aberración; la miseria en la abundancia.» Freire.
Paralelamente surge el movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana, que emergió y
se fue consolidando durante los sesenta y setenta del siglo XX; fue una manifestación cultural
configurada sobre la base de una ideología caracterizada por el espíritu revolucionario, el
rescate del acervo musical latinoamericano y la lucha antiimperialista. La Nueva Canción
Latinoamericana, marcó un hito en la forma cómo los pueblos comenzaron a pensarse a sí
mismos, aun cuando en la mayoría de los casos esta renovación de conciencia eclosionó
inicialmente en el interior de las élites que conformaban los grupos sociales de izquierda.
Posteriormente, los nuevos planteamientos sobre la tradición, lo popular y la revalorización
de la identidad, serían transmitidos a las masas de diversas formas y tendrían un impacto
social diferenciado dependiendo de los casos. Por su parte, la Nueva Canción
Latinoamericana nace en un momento histórico de conflictos y de necesidades políticas y
sociales. Se erige como canal de reacción y expresión en contra de la dictadura, a favor de los
derechos de los ciudadanos, en contra del imperialismo, sobre la base de la sabiduría de un
pueblo que es inspiración y, a su vez, baluarte de la identidad que urge ser rescatada. Así, la
Nueva Canción Latinoamericana se convierte en un símbolo de consciencia latinoamericana,
expresada en la continuidad y consonancia de ideas compartidas sobre el destino que deben
tener los pueblos de América Latina. No obstante, la dinámica de este proceso pareciera
indicar una necesidad de uniformar las ideas desde arriba, desde la élite intelectual que creía
poseer la fórmula ideológica y cultural necesaria para la emancipación del pueblo. Los inicios
de la Nueva Canción Latinoamericana podemos situarlos en el surgimiento de una serie de
trabajos musicales que se dieron a lo largo y ancho de América Latina, hacia finales de los
años cincuenta y durante la década del sesenta. Nos referimos específicamente al Nuevo
Cancionero en Argentina con representantes como: Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa y

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Facundo Cabral. Una de las canciones de su primer álbum en 1966, fue Canción para mi
América, transcribiendo un párrafo de esa letra podríamos concluir con:

…” La copla no tiene dueño

Patrones no más mandar

La guitarra americana

Peleando aprendió a cantar” …

2b. La Psicología Comunitaria nace marcada por el holismo y la ambigüedad en los años
60/70 del siglo XX. Surge a partir de un cambio paradigmático vinculado a la necesidad de
las ciencias sociales de que la psicología comprenda otra perspectiva de estudio, no sólo
poniendo el foco en problemas sociales y comunitarios, sino también interviniendo en los
mismos de manera activa, logrando impulsar cambios, mejorar la calidad de vida de las
personas, y obteniendo también conocimientos de parte de la comunidad.
El paradigma de la Construcción y la Transformación Crítica de la psicología comunitaria
considera que el conocimiento se construye a partir de una práctica no sólo desde la crítica
del estado teórico y metodológico de esta disciplina, sino además desde la concepción del ser
humano y de su rol en la producción del conocimiento. Surge como una forma de
intervención en contextos psicosociales con el propósito de generar una psicología
específicamente enmarcada en lo social; en torno a modos de actuación, definición de actores
sociales, tanto agentes internos (comunidad) como externos (psicólogos), una redefinición de
roles y señalamiento del campo de acción compartido.
Este paradigma hace referencia a un modo de conocer que implica la concepción del sujeto
cognoscente, de su medio ambiente y su interacción social. Munné, un psicosociólogo de
1980 expone que para que exista un paradigma es necesario:
“[...] Generar una comunidad científica, informal, pero bien diferenciada, caracterizada por
disponer de unos canales de comunicación propios, por compartir un mismo enfoque
epistemológico, por emplear una terminología conceptual común, por utilizar un método o
métodos particulares, e incluso por asumir una similar escala de valores”. Tanto en América
como en Estados Unidos, más allá de precisar algunas diferencias teóricas, se cumple con
aquellos requisitos mencionados.

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Los profesionales de este ámbito generaron este modelo de producción de conocimiento
sosteniéndose en las siguientes 5 dimensiones:
● Ontológica: hace referencia a la naturaleza de cualquier sujeto que conoce, sin
delimitar un tipo de conocedor que provenga de la rama científica, sino más bien
cualquier individuo que sea capaz de producir conocimiento lo cual puede incluir
tanto investigadores expertos externos a la comunidad, como quienes forman parte de
la misma otorgando sus saberes populares. La psicología comunitaria trabaja con
actores sociales, que piensan, actúan, y crean conocimiento popular, también critican,
reflexionan desde la propia realidad que construyen a partir del discurso y de las
acciones. Toda consideración pasiva de la comunidad debe ser desechada, estos deben
ser tan activos como los profesionales. La comunidad tiene derecho a decidir sobre
qué tema se va a investigar y cómo. El rol del profesional debe ser facilitador, no
experto. Se trabaja con un monismo dinámico que supone internamente un
movimiento continuo de mutua transformación entre sujeto cognoscente y objeto
conocido.
● Epistemológica: concierne a la importancia del carácter relacional entre sujetos
cognoscentes y objetos de conocimiento, siendo este vínculo la razón y el campo de
investigación de donde se imparte la psicología comunitaria. No se los trata como
entidades separadas, sino que son considerados parte de una misma entidad, ya que la
realidad está en torno al sujeto y esté se encuentra inmerso en ella, entonces es una
relación mutua recíproca, que, si no existe, tampoco la producción del conocimiento.
La psicología comunitaria se define como una psicología de relaciones creada para un
mundo relacional. Son personas unidas por lazos identitarios construidos en
relaciones históricamente establecidas que construyen la comunidad.
● Metodológica: Alude a la utilización de metodologías, preferentemente participativas
tomadas de la sociología y la educación popular, de carácter dinámico y colectivo. La
investigación acción participativa (IAP) interviniendo en el contexto y buscando
cambios en el mismo, de modo positivo. Sin embargo, no se excluyen otras opciones.
Asumen la necesidad de transformar los métodos en correspondencia con las
necesidades de la comunidad a trabajar, generando una acción crítica y reflexiva.
● Ética: Remite a la relación con el Otro en términos de igualdad, respeto, inclusión. El
reconocimiento del otro como par, integrando su singularidad y diferencias
individuales, pero también haciéndolo parte de la comunidad, responsable de su

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accionar y su rol participativo. Considerar no solo el derecho del otro como ser
humano separado sino como parte de la comunidad que comparten.
● Política: referente al contexto donde se enmarca esta psicología que es en la esfera
pública, en los ámbitos sociales y ciudadanos. Considerando a los sujetos como parte
de una sociedad libre que ejerce democracia, y cuyo carácter político se muestra en la
función de alicientes de esta psicología, movilizadora de la conciencia y
socializadora. La producción de conocimiento y la aplicación de esta en la sociedad
tiene consecuencias no sólo sociales, sino también políticas y esto puede ser objeto de
políticas públicas específicas.

2) c) La psicología comunitaria en Latinoamérica, nace a partir de la disconformidad


con una psicología social individualista, es una psicología que surge a partir del vacío
provocado por el carácter eminentemente subjetivista de la psicología social. Sucede
que en los años sesenta, por las condiciones sociales presentes en muchos de los
países latinoamericanos y la escasa capacidad que mostraba la psicología para
responder a los problemas globales, comienza a desarrollarse una nueva práctica, que
va a exigir una redefinición tanto de los profesionales de la psicología, como de su
objeto de estudio e intervención. Se buscaba producir un modelo alternativo al
modelo médico, que hace prevalecer la condición enferma, anormal, de las
comunidades con las cuales se trabaja. Por el contrario, la propuesta que se hacía
partía de los aspectos positivos y de los recursos de esas comunidades, buscando su
desarrollo y su fortalecimiento. Por lo tanto, los miembros de dichas comunidades
dejaban de ser considerados como sujetos pasivos de la actividad de los psicólogos,
para ser vistos como actores sociales, constructores de su realidad, es decir, que el
énfasis estará en la comunidad y no en el fortalecimiento de las instituciones. Por
consiguiente, a este paradigma se lo denomino de la construcción y transformación
crítica, si bien es frecuente escuchar que se lo menciona en función de su inserción
científico-geográfica como psicología social comunitaria latinoamericana. El primer
nombre tiene la ventaja de indicar los aspectos fundamentales que guían el quehacer
comunitario en América: esa construcción, que con tanta fuerza ha surgido y se ha
asumido en nuestro continente. La psicología comunitaria surge al mismo tiempo que
el denominado “Nuevo Paradigma” que es conocido como Paradigma Relativista
Cuántico; nace marcada por los signos de la complejidad, el holismo y la ambigüedad,
construyendo una visión a través de una praxis en la que no solo se actúa desde el

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status quo o metodológico, sino que también desde la concepción del ser humano y de
su rol en la producción del conocimiento. Este paradigma se expresa a partir de los
modos de hacer al mismo tiempo que se definen actores, agentes externos e internos
redefiniendo los roles y señalando el campo compartido de acción que promoverian
un nuevo saber; por el cual se relacionarla con la Psicología Comunitaria en
Latinoamérica ya que los sujetos dejan de ser pasivos y empiezan a ser sujetos
activos, en donde también seguirían las dimensiones conceptualizadas en este nuevo
paradigma.
Al comparar estos dos paradigmas podemos encontrar diferencias en teorías
específicas, pero también es posible observar que, en los aspectos fundamentales de
carácter paradigmático, hay coincidencia: diálogo, liberación, apoyo social,
conciencia, inclusión social, ética son aspectos que tarde o temprano se encuentran en
los trabajos de los más destacados psicólogos comunitarios del último cuarto de siglo.

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