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Además, hoy se puede ver que las éticas clásicas, que median en medio de las interacciones
intersubjetivas, quedan subordinadas a su inmediatez, es decir, quedan limitadas al círculo del
presente y, debido a su vacío, se ven superadas a este respecto por la nuevas exigencias técnico-
científicas a las que se aplica determinar el enfoque de la responsabilidad propuesto por Hans Jonas
y ubicarlo dentro de toda ética aplicada y en su misma alusión al futuro.
Ahora bien, ¿en qué sentido expone Jonas la responsabilidad dentro de la ética? Lo que hoy se llama
"bioética", es decir, ética aplicada, ¿no tiene sus propios "principios"? (Engelhardt 1995 111-150) o
¿en qué dirección debe entenderse como un imperativo ético el principio de responsabilidad
conjugado en el tejido de la ética deontológica?
En primer lugar, hay que aclarar bajo qué postulados Jonas entiende y orienta lo que él llama
“responsabilidad hacia o la tecnología actualizada”, que es ante todo una cuestión de carácter
filosófico y no sólo político o social.
Habrá que enseñar en qué medida la responsabilidad es un imperativo ético y cómo interactúa con el
imperativo categórico kantiano, conformándose el bien, el deber y el ser como soportes
epistemológicos del enfoque de la responsabilidad. Esto busca que la ética jonasiana se manifieste
como una opción confiable frente al problema de la intensificación faustiana de la modernidad y la
tecnociencia como utopía posmoderna; para llegar a la conclusión de que la teoría de la
responsabilidad es un enfoque axiológico, colocado como un imperativo ético ante la configuración
de la ciencia contemporánea, es decir, la tecnociencia.