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El estudio de la amplia patología laríngea nos obliga, con gran frecuencia, a practicar una exploración

radiológica complementaria, la cual nos ayuda a conseguir un más perfecto diagnóstico.

En un principio, únicamente se contaba con la Radiografía simple, en posición anteroposterior y lateral.

La radiografía lateral se realiza con el paciente sentado o yacente, colocando el tubo a un metro
aproximadamente de la laringe. En esta proyección son reconocibles el hioides, la epiglotis, los cartílagos
tiroides y cricoides y una parte de la tráquea. La ventaja de la proyección lateral consiste en la
posibilidad de realizar rápidamente la radiografía, mientras que su desventaja radica en que no
podemos enjuiciar la extensión lateral del proceso patológico. El esqueleto cartilaginoso será tanto más
visible cuanto mayor sea su grado de calcificación. Se destacan bien los contornos óseos y las groseras
alteraciones cartilaginosas, pero no los edemas o las alteraciones de las partes blandas, y precisamente
esto es lo que interesa en la mayoría de las radiografías laríngeas.

En la proyección anteroposterior la sombre de la columna vertebral se superpone con la imagen


laríngea. Para evitar este hecho perturbador se ha propuesto que durante la radiografía se comprima la
laringe para sacarla de la proyección de la columna vertebral. Sin embargo, esto no es posible en todos
los casos, además de que esta maniobra altera las condiciones topográficas. La proyección frontal es
apropiada, sobre todo, en las fracturas y desplazamientos de la laringe y de la tráquea que son referibles
a procesos expansivos (tumores, inflamaciones, etc.), así como en el diagnóstico de cuerpos extraños.

La introducción de la tomografía para el cuello y la laringe presentó un progreso considerable en la


investigación de manifestaciones fisiológicas y patológicas en el área laríngea. Sin embargo la tomografía
no nos informa sobre la patología funcional laríngea y tampoco es muy útil para el estudio de la
patología supraglótica.

Para obviar los inconvenientes reseñados se imaginó la laringografía, o estudio radiológico de la laringe
después de aplicar un medio de contraste sobre su mucosa. De esta forma se tiene un archivo gráfico, y
por tanto objetivo, de la faringolaringe, lo que permite conservar un registro de la evolución de las
lesiones.

La laringografía ha supuesto un gran avance en la exploración radiológica de la laringe, pues nos informa
de las alteraciones orgánicas y también de las funcionales y no precisa de ningún aparato radiológico
complejo.
Esta objetivación de lesiones también se puede conseguir con la radiografía y el cine (cinerradiología)
pero requiere otros medios técnicos y no es de tan fácil realización como la laringografía.

CONCLUSIONES:

1. La laringografía o radiografía de la laringe previa aplicación de una sustancia de contraste sobre su


mucosa, es un medio de exploración complementario para el diagnóstico de los procesos laríngeos.

2. Junto con la Radiografía lateral simple y la Tomografía constituyen las tres técnicas fundamentales de
exploración radiológica de la laringe.

3. Tiene la ventaja de que nos informa sobre las alteraciones orgánicas y también funcionales de la
laringe.

4. Par su realización hay que conseguir una completa anestesia de la faringe y laringe.

5. En la actualidad no existe un medio de contraste ideal pero los existentes comercialmente dan una
buena imagen radiológica y carecen de efectos secundarios valorables.

6. Es un método incruento y de fácil realización (siempre que contemos con la colaboración del enfermo
que nos es imprescindible).

7. En los procesos tumorales debe practicarse siempre antes de hacer la toma para examen
histopatológico.

8. No se debe realizar en los enfermos con grandes lesiones en que existe insuficiencia respiratoria ni en
los procesos inflamatorios en plena fase de agudización.
9. La laringografía creemos que debe convertirse en una exploración rutinaria, como sucede con la
tomografía, ya que prácticamente no existen contraindicaciones para su realización.

10. Por sí sola muchas veces no es fundamental para el diagnóstico de un proceso laríngeo, pero unida a
la exploración objetiva otorrinolaringológica es una confirmación gráfica de la misma.

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