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Violencia contra la mujer


actos violentos cometidos contra mujeres y niñas

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Para la violencia ejercida contra cualquiera debido a su sexo o género, véase violencia de género.
Para la violencia ejercida en el ámbito doméstico, véase violencia doméstica.

La violencia contra la mujer es la que se ejerce por su condición de mujer, siendo esta
«consecuencia de la discriminación que sufre tanto en leyes como en la práctica, y la
persistencia de desigualdades por razones de género».[1]

Mujer maltratada con un bastón (Goya). La violencia contra la mujer no es un fenómeno nuevo.
Un miembro del talibán golpea a una mujer en Kabul, la capital Afganistán, por quitarse
la burka en público.

En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el


menosprecio hasta la agresión física, sexual, verbal, psicológica y el asesinato,
manifestándose en diversos ámbitos de la vida social, laboral y política, entre los que se
encuentran la propia familia, la escuela, las religiones, el Estado, entre otras.[2] Este tipo
de violencia suele considerarse una forma de delito de odio, que se comete contra las
mujeres o las niñas específicamente por el hecho de ser mujeres, y puede adoptar
muchas formas.[3]
En 1993, en asamblea general, las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la Declaración
sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, y en 1999, a propuesta de
la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, declararon el 25 de
noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En la
declaración de 1993, la ONU establece que «la violencia contra la mujer constituye una
manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la
mujer» y «que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales
fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación
respecto del hombre».[4]
En 2008 el Secretario General de la ONU puso en marcha la campaña «Unidos para
poner fin a la violencia contra las mujeres» apelando al «imperio de la ley» como
vehículo para su erradicación. Uno de sus objetivos fue el de procurar que para 2015
todos los países hubiesen adoptado leyes específicas contra este tipo de violencia de
conformidad con las normas internacionales en materia de derechos humanos.[5]
Kofi Annan, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, declaró en un
informe de 2006 publicado en el sitio web del Fondo de Desarrollo de las Naciones
Unidas para la Mujer (UNIFEM)[6]
La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema de proporciones pandémicas. Al
menos una de cada tres mujeres de todo el mundo ha sido golpeada, obligada a mantener
relaciones sexuales o ha sufrido algún otro tipo de abuso a lo largo de su vida, y el agresor suele
ser alguien conocido por la mujer o niña.

En febrero de 2008 el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon lanzó la


campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres, proclamando el 25
de cada mes Día Naranja. Entre otras actividades, en ese día se invita a llevar alguna
prenda de ese color para resaltar el llamado a erradicar la violencia contra la mujer.[1]
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia
de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico
para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria
de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada».

Introducción

La violencia contra la mujer tratada en los organismos oficiales


TerminologíaEditar
«Violencia contra la mujer» es el término que utiliza la ONU para referirse a la
violencia ejercida contra las mujeres por razón de su sexo, la define como:  «todo acto
de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada».[18] Es un término ampliamente
utilizado.
Otro término de gran difusión es «violencia de género» I si bien este otro término sería
menos específico, ya que englobaría toda la violencia determinada por el sexo o género,
«se refiere  a aquella dirigida contra una persona en razón del género que él o ella tiene,
así como de las expectativas sobre el rol que él o ella deba cumplir en una sociedad o
cultura.» Uno y otro términos suelen emplearse indistintamente.[18]
El término «violencia de género» surge a mediados del siglo XX desde ámbitos
del feminismo para dar visibilidad a la violencia ejercida contra las mujeres por su
condición de mujer como consecuencia del hecho histórico del patriarcado. Este término
tendría el inconveniente de su posible abstracción si no se contextualiza en las
relaciones de poder entre sexos que penaliza a la mujer y es causa de que, aunque se
pueda ser víctima de la violencia de género independientemente del sexo, son las
mujeres y niñas las mayoritariamente afectadas.
Los conceptos de género y patriarcado han llegado a convertirse en dos conceptos
fundamentales, tanto por su elaborada capacidad de síntesis para hacer referencia a una realidad
compleja, como por su generalizada aceptación por parte de la comunidad feminista y
académica.
Ana de Miguel Álvarez[19]

También es de uso «violencia machista», término más explícito que no designaría la


violencia cometida necesariamente por hombres, sino la ejercida por motivaciones
machistas.[20]
Términos más específicos, según los tipos de violencia, son: violencia doméstica,
violencia en la pareja, violencia en la familia, feminicidio, etc.
Raíces de la violencia contra la mujerEditar
Historia del patriarcadoEditar
Véanse también: Patriarcado y Paternidad.
Comparación de la aceptación de la violencia doméstica en países musulmanes (UNICEF 2013).

Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada; en sus orígenes, convirtió


a la mujer en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los
bienes materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del
padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo
decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte
del patrimonio de la familia, relegada a la función reproductora y a las labores
domésticas.

En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer,


debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.

El paterfamilias tenía sobre sus hijos el derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos
en territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los familiares de sus
víctimas si habían cometido algún delito; desposarlos y pactar o disolver sus matrimonios. Pero
así como los varones pasaban a ser paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus
atribuciones jurídicas dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a permanecer de
por vida subordinadas al poder masculino, basculando entre el padre, el suegro y el esposo.
Antonio Gil Ambrona.[21]

Este modelo de familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio


numerosas modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A esta se le
seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era el
marido el que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de juzgarla. En
determinados momentos la mujer llegó a conseguir una cierta emancipación: podía
divorciarse en igualdad de condiciones con el hombre, dejó de mostrarse como la mujer
abnegada, sacrificada y sumisa y en la relación entre esposos se vio matizada la
autoridad del marido. Esto ocurría principalmente en las clases altas y no evitó que la
violencia siguiese dándose en el seno del matrimonio «dirigida a controlar y someter a
las mujeres mediante la agresión física o el asesinato».[22]
Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos
desaparecieron en el periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto a la
violencia, la ejerció también contra las mujeres y estas se convirtieron frecuentemente
en moneda de cambio para fraguar alianzas entre familias. «En las clases más bajas,
además de cumplir con la función reproductora, constituían mano de obra para trabajar
en el hogar y en el campo».[23]
En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una
justificación moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos
como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la
Iglesia y salvador de su cuerpo».[24]
Estudios sobre hombres que ejercen violencia intrafamiliar[25]

Consideración actual
Violencia contra la mujer en la familia
Violencia contra la mujer en la pareja
Violencia obstétrica y ginecológica
Violencia contra la mujer en política
La violencia psicológica contra la mujer
1.
2.
3.

Violación
Explotación sexual
Ablación del clítoris
Feminicidio
Prevención de la violencia contra la mujer
Legislación


Véase también





















Referencias
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Bibliografía













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Enlaces externos









Última edición hace 2 meses por Dušan Kreheľ (bot)

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