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RESPONSABILIDAD SOCIAL Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO

Actualmente nadie se cuestiona la importancia de la responsabilidad social, tanto desde las


organizaciones que nacen con la intención de luchar a favor de causas sociales como desde las
iniciativas que las empresas vienen desarrollando para impactar de forma positiva en las
comunidades. El quehacer de los abogados no se desentiende de esta preocupación, sino que le
brinda un énfasis importante desde el trabajo pro bono, que permite a los profesionales del derecho
generar un impacto positivo en la sociedad al mismo tiempo que adquieren mayores competencias y
experiencia en su campo de acción.
“Hoy la responsabilidad social es un tema muy relevante; sin duda, es transversal a todas las
profesiones. El derecho, y en particular el ejercicio de la abogacía, no pueden permanecer ajenos a
ello. Nuestra futura profesión es una herramienta valiosa y eficiente en la búsqueda del bien común,
entendida su trascendencia puede identificarse fácilmente el rol social de la carrera. La abogacía
viene evolucionando a través de la reivindicación de la ética y el profesionalismo de la carrera
busca recuperar el prestigio de la abogacía en el país, movilizando así a la opinión pública y
transmitiendo una imagen más solidaria, a la vez que humana, y más cercana a los necesitados de
amparo jurídico”.
¿Qué es el sistema pro bono?”, afirmó que dentro del concepto de responsabilidad social no solo se
debería incluir la prestación de servicios jurídicos gratuitos, por ejemplo, sino los distintos trabajos
que emprenden los abogados que forman parte de un estudio o de manera independiente,
colaborando mediante otro tipo de actividades con causas sociales. Felices definió el trabajo pro
bono como “el trabajo jurídico gratuito que se hace en favor de personas en estado de pobreza o
vulnerabilidad y las organizaciones que las apoyen”. Asimismo, compartió un poco sobre la historia
de este tipo de labor:
“Hace 8 años aproximadamente, un grupo de abogados de distintos países, bajo el auspicio del
Centro Vance para la Justicia Internacional, alojado en el colegio de abogados de Nueva York,
propició la suscripción de lo que denominó la Declaración Pro Bono para el Continente Americano.
Una declaración de principios donde los estudios de abogados que decidieron firmarla asumimos la
obligación de incrementar nuestro trabajo ‘pro bono’ para llegar a cumplir la meta de dedicar 20
horas por abogado, al año, al trabajo jurídico gratuito”.
¿Por qué es necesario que los abogados realicen actividades de responsabilidad social?”. Torres
resaltó que la responsabilidad social ya dejó de ser un tema de interés exclusivo para grandes
empresas extractivas y ahora es un tema en el que cualquier tipo de empresa, más allá del tamaño o
actividad, debe verse involucrada. Asimismo, aclaró que “el trabajo pro bono es un aspecto puntual
de la participación social, porque la participación social es bastante más amplia”.
La responsabilidad social estratégica, que involucra una nueva definición de la empresa en la que
esta no solo ha sido creada para generar utilidades, sino para atender a cada uno de los grupos de
interés que se desarrollan alrededor de ella. Así, la responsabilidad social estratégica plantea que no
hay ninguna contradicción entre el hecho de que una empresa busque conseguir ganancias y que
además atienda o tenga un impacto positivo en su comunidad.
“Si en el 2008 se creó una norma tan bonita e importante como la de Obras por Impuestos, ¿por qué
no estamos nosotros en condiciones de crear una normatividad que también aliente la
responsabilidad social estratégica? Esa es mi invitación hacia ustedes. Busquen abarcar la mayor
cantidad de ámbitos en la responsabilidad social y vean cómo pueden aportar más a este concepto,
lo principal es tener ideas para la creación de normas que faciliten y que premien, que incentiven y
no obliguen a las empresas a ser socialmente responsables”.

Ayudar acumulando experiencia profesional


Llerena, por su parte, fue claro al afirmar que “el pro bono no es caridad, no es dinero que donamos
ni una colecta, tampoco un acto por compasión o una cuestión de desprendimiento o filantropía,
porque esta última no tiene ninguna carga o compromiso previo. El trabajo pro bono es más que
todo una responsabilidad y en cierta medida un deber”. Además, resaltó que se trata de un incentivo
para ciertos abogados jóvenes en un escenario como el peruano en el que ellos afrontan una carga
laboral menor a la del abogado ya titulado. “Cuando ves como abogado un tema de trabajo pro
bono, lo ves todo, te entrevistas con el cliente pro bono, que es un cliente muy distinto, y te haces
cargo del caso efectuando trabajo de abogado —detalló el ponente—. El pro bono te invita a pensar
fuera de la caja, a relacionarte con comunicadores, con gestores públicos, con investigadores,
entonces te lleva a realizar un trabajo distinto, lo que genera mejores capacidades para comprender
de una manera más integral los problemas sociales en general”.

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