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Galos y Celtas
Bogotá, enero 2022
¡Un Nuevo Campamento…!
Bienvenido…
…a este nuevo campamento… ¿Habías estado ya en otro? Con todo,
este campamento es el primero para todos nosotros: tú y tus
monitores… Tal vez te suene que se ha repetido muchas veces
lo mismo, pero es verdad: es un nuevo y único campamento;
ya lo verás…

Ciertamente te has despegado de muchas cosas: del sofá, de tu


cama, de tus platos favoritos, del celular, de la computadora, de la
televisión, de los videojuegos. Te has despegado
de la vida “normal” de muchos: de tus amigos
del barrio, tal vez de tus primos o hermanos…
Ojalá no vengas obligado y entristecido por dejar
esas cosas, pues aquí te mostraremos una vida
“mejor”, una vida que vale la pena vivirla. Pero
antes de decirte en qué consiste esa vida te
traemos una gran noticia:

Dios cuenta contigo y Él te ha traído a este campamento para que


descubras su gran amor y la misión que Él te tiene
preparada: te ama y quiere que seas santo y que
ayudes a otros a que lo sean también… Este
campamento Él lo venía preparando durante siglos… En
Jesús clavado en la Cruz ya pensaba en ti y en tu venida
a este campamento. Ya ves, Dios ha hecho muchas cosas
por ti, pues te ama y cuenta contigo…

Tan sólo hace falta una pequeña y gran cosa, a la vez difícil
y sencilla: tu respuesta, tu sí, como lo dio Jesús, María y
José. Este campamento es para ayudarnos entre todos
nosotros a dar esa respuesta al Señor. Y no sólo aquí, sino
también durante toda nuestra vida… Que sea un sí sostenido…
Los santos nos dan la prueba de que el sí al Señor es posible y vale la pena.

En esta ocasión nos acompaña un gran santo que vivió


en los primeros años de la Iglesia de Jesús. Es un santo que al principio creyó
que el sí a Jesús era una gran mentira, pero que, después de su encuentro
personal con Él, descubrió que estaba en la gran mentira… descubrió que en
la respuesta a la llamada de Jesús estaba en juego su propia vida y felicidad;
descubrió que estaba engañado; y, así, respondió él también sí al Señor…

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El año pasado el Papa Francisco dedicó un mensaje a los
jóvenes para la Jornada Mundial de la Juventud de 2021 que
se realizó en cada diócesis del mundo en la solemnidad de
Jesucristo Rey del Universo. En este mensaje habló sobre la
conversión de este personaje especial… San Pablo. ¿Ya lo
conocías? Sus cartas que dedicó a las primeras comunidades
cristianas se leen muchas veces en las misas durante todo el año. O ¿acaso
eres de los que tan sólo escucha “Lectura de la carta… Palabra de Dios” y
responde “te alabamos Señor”? Tal vez me dirás que sí lo conoces porque has
escuchado su nombre; porque lo nombra el padre, el catequista o el profesor
de religión en la escuela; porque has leído pequeñas cosas de su vida… Pero
te digo que no lo conoces si aún no descubres cuál era el centro de su vida y
lo imitas… No te preocupes… estos días serán para ello.

1. Hacia Jesús
San Pablo nació en Tarso de Cilicia. Antes de su encuentro con el Señor se
llamaba Saulo y era judío. Siendo joven aprendió
un trabajo manual, quizá heredado de su padre, que
consistía en el oficio de “fabricar tiendas” (Hch
18, 3), lo cual probablemente equivalía a trabajar
la lana ruda de cabra o la fibra de lino para hacer
esteras o tiendas que más tarde le permitiría
proveer él mismo a su propio sustento sin ser una
carga para las Iglesias.

Antes de seguirte contando más sobre san Pablo, detengámonos en una


primera característica: era un hombre trabajador. Desde sus primeros años
aprendió de su padre un oficio. Examinémonos: ¿ya nos parecemos a san
Pablo? ¿Somos ya trabajadores? Tal vez nos dirás que el trabajo es para la
gente adulta… Pero tú ya tienes un trabajo especial… No son sinónimos el
trabajo y el recibir dinero… Trabajo es aquello por lo que nosotros los
hombres perfeccionamos la creación, servimos a los demás y
damos gloria a Dios. Es también trabajo lo que perfecciona las
cualidades que te ha dado Dios. Jesús mismo nos dio ejemplo de
trabajo y ahora también san Pablo… Pero ¿cuál es tu trabajo
especial ahora? El estudio bien hecho que desarrolla tu
inteligencia, y las labores de casa, que te ayudan a desarrollar tus
fuerzas y habilidades, y perfeccionan tu amor a los demás si los
sabes hacer alegre, pronta y desinteresadamente.

Pero trabajar bien… en silencio y por amor. Pues por falta de


silencio muchas veces nos salen las cosas mal y tardamos mucho más.
Además, por falta de silencio solemos olvidar que en el trabajo diario se
esconden grandes ocasiones para servir a los demás y para dar gloria a Dios.

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Un verdadero cristiano, un auténtico hijo de Dios, se debe caracterizar por
ser el más trabajador.

Finalmente, hermanos, en nombre de Jesucristo, el Señor, les


mandamos que se aparten de todo aquel que viva ociosamente
y no se porte según la enseñanza que de nosotros recibió.
Conocen perfectamente el ejemplo que les hemos dado, porque
no hemos vivido ociosamente entre ustedes, ni hemos comido
gratis el pan de otros; al contrario, hemos trabajado con
esfuerzo y fatiga día y noche para no ser una carga a ninguno
de ustedes… Quisimos darles ejemplo para que nos imitaran.
Porque cuando estábamos con ustedes les dábamos esta norma:
El que no quiera trabajar, que no coma. Pues bien, tenemos
noticia de que algunos de ustedes viven ociosamente, pero
metiéndose en todo. A esos individuos les mandamos y
exhortamos en Jesucristo el Señor a que trabajen en paz y se
ganen el pan que comen.
San Pablo a los Tesalonicenses

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También era estudioso. Conocía bien tres lenguas y las tradiciones de su
pueblo. Estos conocimientos le sirvieron después en su apostolado.

Aunque san Pablo aún no había encontrado a Cristo, su ser trabajador y


estudioso era ya un paso hacia su encuentro.

Ciertamente era un judío muy observante. Él mismo dice que se había


creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús (Hch 26,
9). Por eso perseguía a los primeros cristianos, los encerraba y aprobaba su
muerte. Pero esto no fue un obstáculo a Jesús para salir al encuentro de
Pablo cuando éste se dirigía a la ciudad de Damasco.

Para pensar…

 ¿Qué trabajos puedes ponerte ahora en vacaciones?


 No es suficiente con decir: “voy a estudiar”. Piensa qué materia vas a repasar y
preparar para el siguiente año y cómo lo harás.
 ¿Cuál es el servicio que te cuesta hacer más en casa? ¿Lavar los platos de
todos después de comer; sacar la basura; barrer y trapear la casa; tener
ordenada tu habitación…?

2. “¡Saulo, Saulo!”
Mientras san Pablo, aún llamado Saulo,
se dirigía a una ciudad llamada Damasco
persiguiendo a los cristianos, sucedió algo
sorprendente y decisivo para su propia vida
y para la vida de toda la Iglesia: Dios le
llamó por su nombre. San Pablo vio una
gran luz, cayó en tierra y oyó su
nombre…

Profundicemos juntos
este hecho. Llamando a Saulo por su nombre, el Señor le hizo
comprender que lo conocía personalmente. Es como si le dijera:
“Sé quién eres, sé lo que estás tramando, pero a pesar de todo
me dirijo justo a ti”. Lo llamó dos veces, como signo de una
vocación especial y muy importante, como había hecho con

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Moisés y con Samuel. Cayendo al suelo, Saulo comprendió que era testigo de una
manifestación divina, que lo sacudió, pero no lo aplastó.

Esto nos muestra que Dios nos conoce a cada uno de nosotros. ¡Sabe cómo nos
llamamos y qué hacemos! Y eso sólo lo hace un amigo. ¿Sería tu amigo aquél que se
olvida tu nombre con mucha frecuencia? ¿Sería tu amigo aquél que no sabe las cosas
que te gustan?

Si no lo sabías, te lo decimos: ¡Dios te conoce y te ama! Aunque lo olvides, Él no te


olvida pues siempre te busca para que vuelvas a su lado. Y ¿por qué? Porque te ama,
quiere tu bien.

Además, ha pensado hacerte alguien grande a sus ojos dándote una misión aquí en la
tierra. Por eso también te llama para que despiertes y la puedas cumplir. ¿Ya sabes
cuál es tu misión? Ser santo y ayudar a otros a
serlo de verdad.
Para pensar…
Bendito sea Dios, Padre de
nuestro Señor Jesucristo,  ¿Ya has escuchado a Dios? ¿Sabes reconocer la
que nos a bendecido con voz de Dios? ¿Cómo es la voz de Dios? ¿Qué te
dice Dios?
toda clase de bienes
 No vayas tan rápido… Detente y reflexiona cada
espirituales, en los cielos, día en esta gran noticia que nos ha dado Jesús:
en Cristo; nos ha elegido en que tenemos un Padre en el cielo que nos ama
Él ante de la creación del mucho, nos cuida y está siempre dispuesto a
mundo, para ser santos e perdonarnos; que Él ha venido para hacernos
inmaculados en su hijos de Dios y que lo somos en verdad; y que Él
está a nuestro lado para ayudarnos a vivir como
presencia, en el amor… hijos de Dios.
 Pon tu nombre en lugar del de “Saulo” y piensa
San Pablo a los Efesios
cuál es la misión concreta que Dios tiene para ti.

3. “Te lastimas dando golpes contra el aguijón”


Estas son las palabras que el Señor dirigió a Saulo después de que cayera al
suelo. Parece como si le estuviese hablando de modo misterioso desde largo
tiempo, tratando de atraerlo hacia sí, y Saulo se estuviera resistiendo.

Esta misma dulce “llamada de atención” nos la


dirige a cada uno de nosotros cuando nos alejamos de
Él: “¿Hasta cuándo huirás de mí? ¿Por qué no escuchas
que te estoy llamando? ¿Por qué, luego de decirte tu
misión, vuelves al Free Fire? ¿Por qué sigues siendo
igual después de haber salido del campamento? ¿Acaso
no prometías ser más servicial con tus hermanos, pero aún te peleas con
ellos? Estoy esperando tu regreso”.

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Después del campamento seguro oirás la voz del Señor que
te dirá: ¿Por qué mejor no apagas la tele o los juegos y vas a
preguntarle a mamá o papá en qué les puedes ayudar? Te
invitará Jesús a dejar lo malo y a hacer lo bueno. Tal vez
sentirás ganas de apagar esa vocecita
para salirte con la tuya, para
hacer tus caprichos. Pero así
te lastimarás pues haces lo
contrario de lo que te hará
bien.

Si haces tu reflexión diaria notarás que esos buenos deseos de servir en


casa, de ponerte a estudiar cuando toca, de jugar honradamente, de callar
una mentira, vienen de Dios y te harán bien si los haces realidad. Si alimentas
estos buenos deseos con la reflexión, la
oración, los sacramentos y el ejercicio de
virtudes, saldrá de tu corazón cada vez
mayores deseos de servir a Dios y a los demás.
Sólo tienes que cuidar ahora esos pequeños
deseos: quitando aquello que puedan apagarlos
y pidiéndole ayuda a Dios, a tus padres y a tus
formadores para hacerlos realidad.

Y no te preocupes si, queriendo ser


fiel a tus buenos propósitos, se te olvida cumplirlos… Si de verdad
quieres amar a Dios: pídele perdón en el sacramento de
la Penitencia y repara tus faltas: si viste más tele…
enseguida la dejas a un lado y no la ves durante un día…
Recuerda que el Señor eligió a alguien que incluso lo
había perseguido. No existe una persona que para Dios
sea irrecuperable. Confía en él y manos a la obra.

4. Reconocer la propia Ceguera


Podemos imaginar que, antes del encuentro con
Cristo, Saulo estaba seguro de sí, se consideraba
Egoísmo “grande”, el mejor. Estaba convencido de que hacía lo
correcto. Pero cuando el Señor se le apareció,
“aterrizó” y se encontró ciego: advirtió que sus
“seguridades” eran una completa equivocación. Junto
con sus certezas, cayó también su “grandeza”.

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La humildad es una pieza clave… A quien piensa que lo sabe todo de sí, de los
otros… le costará encontrar a Cristo.

Podrías pensar que a ti no te pasa lo mismo y que


ya eres un “gran humilde”. Pero OJO, eso es ya
una trampa. Quien se cree ya humilde aún no lo
es. Examínate bien: si eres monaguillo en tu
parroquia, ¿cómo ves a los otros niños?, ¿los ves
“debajo de tu hombro”? Si sacas buenas
calificaciones siempre: ¿te sientes superior a los demás y a ellos los consideras
como vagos, perezosos?, ¿te entristeces cuando no sacas un “5”? O ¿eres acaso de
los que hablan siempre de lo que les fue bien, de los que mienten para quedar
bien o de los que callan lo que les fue mal?

Si en este campamento piensas y le dices al padre o a tu monitor


que ya eres obediente en casa y que este propósito ya lo
superaste… ¡Cuidado! Puede ser que
estés cayendo en el vicio de la
soberbia. Y así estarás muy
equivocado. Y después no podrás ver
otros defectos que tengas.

Por eso, debes estar muy vigilante. La soberbia


es un vicio muy silencioso y se puede meter en ti
sin que te des cuenta. Ella transforma tus buenos deseos de ser
mejor en malos. Con ella harás sentir mal a los que te rodean. Y ella te alejará
poco a poco de Dios.

Por el contrario, con la humildad te darás cuenta de que te falta mucho para
estar con Dios. Ella te dará a conocer en qué puntos puedes
mejorar cada vez más: “aún no obedeces a la primera y
alegremente cuando mamá o el monitor te dicen que se
acabó el rato de juegos, ¿no puedes trabajar en
ello?”; “aún te estas dejando llevar por la
pereza cuando prefieres los juegos del celular a
ponerte a estudiar…”.

La humildad es la puerta para encontrarse


con Jesús, para amarlo más y para ejercitarse en las
demás virtudes. Si de verdad quieres ser amigo de Jesús, pídele a Él mucha
Para pensar…

 Piensa profundamente: ¿qué defectos aún tengo que me alejan de Dios?


 ¿Qué puedo hacer para quitarlos de raíz?

humildad para serlo.

5. “¿Quién eres Señor?”


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Ante esa presencia misteriosa que lo llama por su nombre, Saulo pregunta:
«¿Quién eres, Señor?». Esta pregunta es sumamente importante, y todos en
la vida, antes o después, nos la tenemos que hacer. No basta haber escuchado
hablar de Cristo a otros, es necesario hablar con Él personalmente. Esto,
básicamente, es rezar. Es hablar a Jesús directamente, aunque
tengamos el corazón todavía
desordenado.
¿Quién es Jesús para
Rezar no es tan sólo decir las mí?
oraciones que nos sabemos ya de
memoria. Ellas son importantes, pero
el hablar con Jesús debe salir de tu corazón, como si le
hablaras a un amigo. O ¿acaso cada vez que hablas con
un amigo tuyo preparas un discurso y te lo aprendes de
memoria? No… muchas veces la conversación sale
espontánea y esto si amas a tu amigo.

Si amas a Jesús… la oración te saldrá con mucha facilidad: “¿quién


eres Señor?”; “¿Qué quieres que haga… en mi casa, en mi colegio,
con mis hermanos, con mis amigos?”; “dame fuerza para luchar
con el vicio que más me domina… dame fuerza para conseguir la
virtud de la humildad, paciencia, generosidad…”. Si de verdad
amas a Jesús sentirás necesidad de hablar con Él y la oración
saldrá de tu corazón.

Y Jesús no te dejará hablando sólo como lo suelen hacer muchos


“amigos” aquí en la tierra. Él te escuchará y te

Me gustaría que cada niño y adolescente, desde lo profundo de su


corazón, llegara a hacerse esta pregunta: “¿Quién eres, Señor?”

 Para pensar:
 ¿Ya tienes un deseo muy grande de conocer a Jesús?
 ¿Dónde y cómo puedes conocerlo?
responderá.
Tan sólo
debes estar atento a su voz. A Saulo le respondió: «Yo soy Jesús, al que tú
persigues». Fíjate, Jesús le dijo su nombre y lo que estaba haciendo Saulo con
Él. Y Saulo comprendió que Jesús estaba presente de verdad en los cristianos.
Si le preguntaras a Jesús quién es, ¿qué te respondería? ¿Acaso sería su
respuesta: «Yo soy Jesús…, a quien no obedeces… con quien te peleas a
menudo en los juegos» porque no obedeces a tus padres y te peleas con tus
hermanos y compañeros? ¿O te respondería «Yo soy Jesús…, a quien tú amas…
a quién siempre le dejas lo primero y lo mejor»?

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6. Encuentro personal con Cristo
Si miras separadamente la vida de san Pablo antes y después de su camino
de Damasco, pronto te darás cuenta de que hubo un cambio total: de un feroz
perseguidor se transformó en un gran cristiano a quien en su vida sólo le
importaba Cristo. Entonces… ¿qué sucedió?

Él se encontró personalmente con Cristo. Sólo un encuentro personal—no


anónimo—con Cristo cambia la vida. ¿Ya te has encontrado con Cristo? Si tu
vida sigue igual que antes, tal vez aún no lo has
encontrado de verdad, aunque hayas escuchado o hablado
bien de Él. Este campamento es
para encontrar de verdad a Jesús.
En estos días dedícate a encontrar
a Jesús si de verdad quieres que tu vida cambie y sea
feliz.

Recuerda que sólo somos cristianos si


nos encontramos con Cristo. Ciertamente no se nos
muestra de esa forma irresistible, luminosa, como hizo con
san Pablo para convertirlo en Apóstol de todas las
gentes. Pero también nosotros podemos encontrarnos con
Cristo en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración,
en la celebración de los sacramentos de la Iglesia y en especial de la
Eucaristía. Podemos tocar el corazón de Cristo y sentir que él toca el nuestro.
Sólo en esta relación personal y amistosa con Cristo, sólo en este encuentro
con el Resucitado nos convertimos realmente en cristianos, es decir, en otros
Cristo.

Sólo por este encuentro nos convertimos de


desobedientes, de peleones, de golosos, de soberbios, de
envidiosos, de perezosos… en chicos cada vez más
obedientes, pacientes, amables, moderados, respetuosos,
humildes, generosos… en valientes… en santos.

Quien encuentra a Cristo y descubre que


es el gran Amigo, quiere vivir con Él y como Ya no vivo yo,
Él. ¿Cuántos niños que les gusta el fútbol no sino que es
quisieran estar al lado del mejor jugador,
Cristo quien vive
vestirse y jugar como él? Pues Jesús es
supremamente mejor que las “estrellas” de
en mí
San Pablo a los
este mundo. San Pablo así lo descubrió
Gálatas
Si amas
a Jesús, tus caprichos te serán basura y te
importará más parecerte a Jesús cada día. No
Pero lo que era para mí
ganancia, lo considero una 10
todo es pérdida ante la
grandeza
tendrás del conocimiento
una “cara larga” por dejar atrás, perder o separarte de las largas horas de
de de
video Cristo Jesús, mi
Youtube, deSeñor,
Free Fire o de otro videojuego que sabes que te hace mal,
por quien
de pasar perdí todas
la mayor partelas
del día en la cama y tal vez teniendo las comidas en ella,
cosas, y absorbido
de quedar las tengo poren las redes sociales… Si amas a Jesús te gustará estudiar,
basura
servir en para
casa,ganar
salira Cristo.
a jugar al aire libre con tus hermanos, ir a reuniones
San Pablo a los Filipenses
formativas y a los campamentos, ir a la Santa Misa, tener tu rato de reflexión y
oración diarias, conocer a Jesús en la catequesis y en la lectura de la Biblia, ser
amable y un buen bromista con tus amigos… Te gustará ser santo.

Esto vale tanto para ti como para nosotros los monitores. Por tanto, oremos al
Señor para que nos ilumine, para que nos conceda en nuestro mundo el encuentro
con su presencia y para que nos dé una fe viva, un corazón abierto, una gran
caridad con todos, capaz de renovar el mundo.

Para pensar…

 ¿Ya estás aficionado por Jesús? Si no,


¿qué es lo que te aficiona aún?
 ¿Ya te estás tomando en serio el que ya no
vivas tú, sino que Cristo viva en ti? ¿En
qué momentos eres tú el que vive? ¿Qué
Para mí la vida
puedes hacer para que tu vida sea la de es Cristo, y la
Cristo? muerte, una
 Sirve mucho preguntarse: ¿Qué haría ganancia
Jesús en mi lugar? Pregúntate eso mismo San Pablo a los
y piensa al menos dos cosas en qué imitar Filipenses
a Jesús desde ahora… Y después haz
realidad la respuesta…

7. Apostolado y Martirio
Después del encuentro con Jesús, Saulo no permaneció caído en el
suelo. El mismo Señor le dijo que se levantara porque quería que él
sea un Apóstol, una luz en medio del mundo.

Pero no creas que se lanzó de una a su misión. Él quiso prepararla


durante algunos años. Fue a recibir el Bautismo en Damasco con
Ananías. Pero aún no salió a predicar. Inspirado sin duda por Dios, Saulo se retiró a la
Arabia, donde permaneció unos dos años, entregado por completo a la oración y en
trato íntimo con Jesús. En este “retiro” aprendió y empezó a vivir el Evangelio de
Cristo.

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San Pablo nos da una gran lección a nosotros: la gran misión que Dios nos tiene no
se improvisa, sino que requiere una larga y profunda preparación. La preparación no
se ve ni se oye, pero sostiene la gran misión.

Ahora en tu casa, con tus padres y tus hermanos, amando y


sirviendo, estudiando al máximo, podrás prepararte para ser en
el día de mañana: un esposo, un padre, un trabajador, un
sacerdote entregado a Dios y a los demás. No le quites
importancia ahora al ejercicio de virtudes… al contrario, dale
toda su importancia y cultiva la oración y la reflexión. Así serás como otro san Pablo y
como otro Jesús.

Después de su preparación tuvo cuatro grandes viajes.


En el primero partió de Antioquía de Siria a Chipre,
Salamina, Pafos, Atalía, Perge de Panfilia, Antioquía de
Pisidia, Iconio, Listra y Derbe… En el segundo: Siria,
Cilicia, Listra, Tróade, Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas,
Corinto, Cencreas, Jerusalén, Antioquía de Siria. En el
tercero: Éfeso, Macedonia, Corinto, Mileto, Tiro… Lo
llevaron también prisionero a Roma donde, desde la prisión, también hablaba con los
cristianos de esa ciudad. ¡Cuántas ciudades! Y algunas con nombres difíciles de
pronunciar…

Pero no creas que todo fue fácil… No faltaron dificultades, pero su preparación le
ayudó a afrontarlas con valentía por amor a Cristo. Al final, san Pablo fue martirizado
siendo decapitado en Roma en tiempos del Emperador Nerón. Y hoy está junto a
Cristo, su gran Amigo.

Para pensar: Sean mis


“Trabajos…, cárceles…, azotes; muchas veces peligros de muerte. Tres
 ¿Ya estásfuipreparándote imitadores,
veces azotado con para la una
varas; misión
vez que Dios tetres
lapidado; tiene?
veces naufragué. Viajes
como yo lo soy
 ¿Cómo podráspeligros
frecuentes; prepararte mejor?
de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi
de Cristo
raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado;
San Pablo a los
peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; Corintios
noches
sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y
8. “Yo” ¿hoy
desnudez. puedode
Y aparte ser otras
otro Cristo
cosas, como lo fue san Pablo?
mi responsabilidad diaria: la
preocupación por todas las Iglesias”

San Pablo a los Corintios

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Quizá nos puedas decir antes de acabar el campamento que eso hoy es imposible.
Quizá era más fácil años o siglos atrás. Hoy ya estamos en nuevos tiempos en los que
imitar a Cristo y ser su luz en el mundo ya no se puede. Porque si soy estudioso, dejo
de decir malas palabras, soy honrado en los exámenes, obedezco a mis padres… así
perderé a mis “amigos”, no me saldré con la mía... no seré “feliz”.

Pero no te dejes engañar. Detente un momento y piensa… Si


conocieras cuántos a tu edad decidieron imitar a Cristo y
conquistar así la meta de la santidad, también podrías animarte.
Mencionemos algunos: el beato Carlo Acutis, los pastorcitos de
Fátima, santo Domingo Savio, san José Luis Sánchez del Río, san
Tarsicio, san Pancrasio, santa Bernardita, santa María Goretti,
san Juan Bosco… y muchos otros que, no estando canonizados, se entregaron a Jesús y
los demás.

Además, estás bautizado. Por el santo Bautismo estás llamado a


ser santo y apóstol de Jesús y este sacramento te da las luces y
fuerzas necesarias para ello.

Mira a Jesús y levántate… ¡Hay una misión que te espera! No te


quedes tirado en el suelo… También puedes ser testigo de Jesús ante
los demás…

 Levántate y testimonia tu gran amor a Jesús con tu vida.


 Levántate y testimonia a los demás el respeto y el amor entre hermanos y amigos,
la obediencia a los padres y a los maestros o superiores.
 Levántate y testimonia que es posible estudiar al máximo y ser honrado en los
exámenes.
 ¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Lleva su mensaje de amor y
salvación entre tus amigos, compañeros, en tu escuela, en tu barrio, en tu
familia, en el mundo, en todas partes.

El Señor, la Iglesia, el Papa, san Pablo y todos los santos confían en ti y en nosotros
para que seamos sus testigos en el mundo.

Pero no te olvides poner en el centro de tu vida a Jesucristo. Conócelo y ámalo más, y


vive como Él…

Propósitos: ________________________________________________________________

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