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Universidad del Rosario

Escuela de Ciencias Humanas


Argumentación
Max Bernal
Un Cigoto no es una Persona y Otros Argumentos: Reseña Crítica a los Argumentos en contra
del Aborto

El texto Versión 2: Argumentos en Contra del Aborto (2021), escrito por Ángel Sepúlveda
Rojas, concluye que el aborto debería ser penalizado, afirmando que la vida comienza desde la
concepción. A lo largo de esta reseña, se busca reconstruir algunos argumentos presentados por
el texto, así como refutarlos después de cada reconstrucción.

Primer argumento: El cigoto es una persona.


El primer argumento que Sepúlveda usa para apoyar su conclusión final es que el cigoto dentro
del vientre de la persona embarazada es, también, una persona en sí mismo, diciendo que “es un
individuo perteneciente a la especie humana en su primera etapa del desarrollo embrionario”
(Sepúlveda, 2021, p.1). Ahora bien, su argumento se basa en las opiniones de dos autores, las
cuales serán desarrolladas a continuación.

El primer autor es el filósofo romano Boecio, quien dice que ser persona es ser racional e
individual, tomando que ser individual significa ser único e indivisible dentro de un conjunto y el
ser racional se refiere a la capacidad de hacer uso del conocimiento humano. Según Sepúlveda,
un cigoto es individual, ya que tiene un ADN único e indivisible dentro del gran conjunto de la
raza humana, y es racional porque posee la capacidad de, en el futuro, usar su conocimiento.

El segundo autor que Sepúlveda cita es Juan Fernando Sellés, catedrático del Instituto de
Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra, existen cuatro características para
describir a una persona: la coexistencia, la libertad, la racionalidad y la capacidad de amar.
Adicionalmente, el autor define las tres características no tratadas anteriormente, afirmando que:
coexistir significa tener la capacidad de integrarse en un entorno social, el ser libre es una
cualidad innata de cualquier ser humano y amar es tener la capacidad de comprometer nuestra
humanidad generosamente, en pro del bien de otro. Sepúlveda afirma en su texto que no es
necesario hacer uso de estas facultades para ser persona, sólo tener la capacidad de usarlas, y que
el cigoto posee dicha capacidad, ya que podrá ser social, pensante y amante, más adelante.

Ahora, la primera refutación del argumento presentado empieza con la idea de que una persona
tiene que tener un ADN único dentro de un gran conjunto, ya que esto no es verdad. Por un lado,
existen individuos que indudablemente son personas, pero no tienen un ADN completamente
único, como los gemelos idénticos: según Mishra et al., (2013) “los gemelos idénticos tienen la
misma estructura facial y comparten la misma secuencia de ADN.” (p.1). Al decir que ser
individual es una característica crucial para ser persona, se estaría diciendo que los gemelos
idénticos no son personas, ni dentro ni fuera del vientre. Por otro lado, existen también
organismos que no son personas, pero tienen su propio ADN, por ejemplo, un estudio titulado
Genetic alterations in gynecological malignancies (2008) afirma que existen tumores de cáncer
de ovario y cérvico uterino que presentan ADN propio (Krkackova et al.,). Siguiendo la lógica
presentada por Sepúlveda, estos tumores cumplirían con una característica para ser personas, ya
que son indivisibles e individuales.

En cuanto a la racionalidad, segunda característica afirmada por Boecio y citada por Sepúlveda,
puede afirmarse que tampoco es válido decir que hay que tener la capacidad de ser racional para
ser considerado una persona. En otras palabras, decir esto afirmaría que los individuos que sufren
una herida cerebral grave y pierden su capacidad de raciocinio dejan de ser personas, lo cual es
erróneo.

Respecto a la afirmación de que para ser persona no es necesario hacer uso de las facultades
delimitadas, sino simplemente poseer la capacidad de ejercer las mismas; es necesario resaltar
que no es lógico juzgar a alguien, o algo, por lo que será, y no por lo que es. En otras palabras,
puede que el cigoto, después de completar su desarrollo embrional y nacer, pueda convertirse en
una persona con capacidad de raciocinio, amor, y socialización; y puede que estas características
si definan a una persona, no obstante, el cigoto, en su actual estadío, no es amante, ni pensante,
ni social, es únicamente una célula diploide. Reiterando, no se trata de lo que se puede llegar a
ser, sino de lo que se es. Por ejemplo, no sería lógico darle un premio Nobel a un bebé porque
puede llegar a ser un gran físico, ni meter a la cárcel a un niño travieso porque puede llegar a ser
un ladrón, así como no es lógico decir que una célula fecundada es una persona, por el simple
hecho de que puede llegar a serlo.

Para resumir, los argumentos dados por Sepúlveda no son suficientes para concluir que un cigoto
es una persona.

Segundo argumento: El derecho a la vida y a la dignidad del cigoto, en calidad de


persona.

El segundo argumento propuesto en el texto base, es que debido a que el cigoto es una persona,
tiene, como todas las personas, derecho a la dignidad (Sepúlveda, 2021, p.4). Adicionalmente, el
autor afirma que el derecho a la dignidad significa, también, el derecho a la vida, porque la vida
es digna y debe ser respetada. Luego indica que el aborto es un “proceso quirúrjico en el que se
termina con la vida del embrión” y es, por lo tanto, “un atentado directo contra el derecho a la
vida” (Sepúlveda, 2021, p.4). Se puede afirmar, que Sepúlveda cree que terminar un embarazo
voluntariamente es asesinato, sin importar la causa, ya que, según él, le quitaría la vida a una
persona con derecho a vivir.

Además, se resalta que la dignidad es un derecho propio de la persona, por lo que no puede ser
otorgada ni removida por terceros, bajo ninguna circunstancia:

La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo
podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo ni están
en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo que nos viene dado. (Castro, 2006, citado por
Sepúlveda, 2021, p.4)

Entonces, nada justifica que la persona embarazada atente contra la vida ni la dignidad del
cigoto dentro de ella, quien, en calidad de persona, tiene su propio derechos.

Para empezar a refutar el segundo argumento del texto de Sepúlveda, es necesario primero
aclarar que se está de acuerdo con la afirmación de que la dignidad y la vida son derechos que
cada persona debería tener dentro de la sociedad. Igualmente, es relevante aclarar que el derecho
a la dignidad abarca el derecho a ser respetado y a no ser rebajado ni humillado. No obstante, por
las razones explicadas en la refutación del primer argumento, el cigoto no es una persona, por lo
que no disfruta de dichos derechos.

Tercer argumento: Realizar un aborto después de una violación sería traumático para
la persona violada.

El tercer argumento a reconstruir es que el realizar un aborto después de una violación sería
traumático para la persona violada.
Sepúlveda afirma que la violación es una experiencia traumática, que deja secuelas psicológicas
en su víctima, y que algunas veces provoca un embarazo no deseado. No obstante, argumenta
que el aborto no puede ser utilizado como “solución” a la violación, ya que: “en vez de ofrecer
apoyo y acompañamiento psicológico-social, se les ofrece a las afectadas la posibilidad de matar
a su hijo para librarse del trauma” (Sepúlveda, 2021, p.4).

Adicionalmente, Sepúlveda argumenta que, al abortar, la persona violada estaría cometiendo un


asesinato, lo cual es, también, un evento traumático. Por lo tanto, la persona afectada tendría las
secuelas psicológicas tanto del asesinato de su hijo como de la violación:

(...) al trauma y las secuelas psicológicas de la violación, que deben ser tratadas por un
profesional, le agregamos, como solución a la violación, la carga moral y de conciencia de haber
matado a su hijo o, por lo menos, no haberse opuesto a esto, el famoso “síndrome post aborto”.
Entonces, le estamos provocando un doble daño al no ofrecerle ayuda psicológica y haberla
convencido de matar o ser cómplice del asesinato de su hijo. (Sepúlveda, 202,1, p.5)
En resumen, el autor argumenta que, al abortar, la persona gestante estaría asesinando a su hijo, y
la culpa generaría un trauma psicológico fuerte, el cual se uniría con el trauma generado por un
acceso carnal no consentido, haciéndole así más daño a la persona que decidió abortar.

Habiendo reconstruido el argumento, se puede decir que hay varios puntos de refutación.
Primero, el aborto no es una “solución” a la violación, ya que la persona ya ha sido violada así
decida abortar o no, y el punto de poder abortar después de un embarazo generado en contra de
la voluntad de una persona gestante es minimizar el trauma generado por el evento, más no
liberarse de el.

Segundo, el autor se refiere al cigoto dentro del útero de la mujer como “su hijo”; este término es
problemático y carece de evidencia. Es decir, la afirmación de que desde la concepción, la
persona embarazada es, automáticamente “madre”, y tiene dentro de sí a su “hijo”, es una
afirmación gratuita: no es explicada ni apoyada en ningún momento; parece ser que esta
nomenclatura es usada de forma ambigua y con la intención de llamar la atención del lector,
desencadenando así en una falacia Ad Misericordiam. Igualmente, parece que la expresión
“matar a su hijo” busca generar compasión por el cigoto y mostrar a la persona embarazada
como un agresor. No es necesario hacer afirmaciones extremas: el aborto no es asesinato de
bebés, ni tampoco es cirguía menor: es un procedimiento quirúrjico para interrumpir un
embarazo.

Tercero, Sepúlveda se refiere al aborto como un “asesinato”, pero esto es erroneo. Para elaborar
mejor, es pertinente aclarar la definición de asesinato: “(sustantivo) delito consistente en dar
muerte a otra persona.” (“Asesinato”, Diccionario Prehispánico, 2021). Ahora, si el asesinato
incluye acabar con la vida de una persona, no puede aplicarse a un cigoto, ya que como fue
elaborado en la refutación del primer argumento, el cigoto no es una persona.

En síntesis, los argumentos de Versión 2: Argumentos en Contra del Aborto no son suficientes
para probar que el aborto debería ser penalizado. Esto debido a que no se comprueba de manera
determinante que el cigoto puede ser considerado persona, por ende no se cobija bajo el derecho
a la vida que tiene cada persona dentro de la sociedad. Al probar que los argumentos presentados
por Sepúlveda no son suficientes para afirmar que el cigoto es una persona, todos sus argumentos
siguientes, los cuales se basaban en la calidad de persona del cigoto, prueban ser igual de
insuficientes.

Bibliografía
Sepúlveda, A. (2021) Versión 2: Argumentos en Contra del Aborto
Diccionario Prehispánico del Español (2021) Asesinato. Recuperado de
https://dpej.rae.es/lema/asesinato

Krkavcová et al., (2008) Genetic alterations in gynecological malignancies. Neoplasma.


2008;55(3):205-14. PMID: 18348653.
http://mecs-press.org.ua/ijigsp/ijigsp-v5-n2/IJIGSP-V5-N2-8.pdf

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