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Autoridad-Carisma-Liderazgo-Poder

Control de Lectura elaborado por Diana Hernández Chávez

Es interesante cómo es posible comprender la realidad a partir de desmenuzar la


definición y el entendimiento de los términos y las palabras. Maité Dautent, expone la
lectura comprensiva y el entendimiento de las palabras permite: “… obtener conocimiento
del mundo … apropiarse tanto de códigos como de estructuras del mundo de la cultura …
que permiten desarrollar las competencias necesarias para aproximarse a una
comprensión de la realidad, e incluso plantearse propuestas de cambio.” (Dautent, 2008).

Por lo tanto, es extremadamente valioso tener una clara comprensión de las


palabras Autoridad, Carisma, Liderazgo y Poder, si pretendemos llevar a cabo el ejercicio
de ellas no solo en su manejo discursivo, sino también en el ejercicio práctico de las
mismas, en el obrar cotidiano. Más aun, que se comparta una misma comprensión de las
palabras, dará mayor fuerza a las mismas.

Comenzando con la comprensión de la palabra autoridad, el diccionario plantea


dos asociaciones:

1. Autoridad como poder estabilizado


Se presenta la autoridad como fuente del poder; esperando que, quien es objeto
de la autoridad, obedezca. Pereda (2017), citando a Kòjeve (2004), puntualiza que la
autoridad espera obediencia, “pero no sustentada en la coacción ni en la persuasión”.
Para comprender el ejercicio de la autoridad en la organización, el diccionario cita
a Armitai Etzioni (1986), quien propone tres tipos de poder:
 Coercitivo: aplicación o amenaza de sanciones físicas.
 Remunerativo: control de los recursos y compensaciones materiales.
 Normativo: asignación de premios y castigos simbólicos.

Bajo esta propuesta, la autoridad como fuente de poder denota un marco de


condicionamiento operante (Skinner, 1975), donde quien es sujeto de la autoridad cae
bajo el control de ciertos estímulos (amenazas o sanciones; recursos y
compensaciones controladas; premios y castigos) debido a sus consecuencias, y son
el estímulo que provoca determinadas formas de obediencia.

Ante estos tres tipos de poder Etzioni (1986), explica que quien es objeto de estos
tipos de autoridad, puede responder de tres formas:
 Enajenado: intensamente negativo
 Calculador: moderadamente negativo o positivo
 Moral: intensamente positivo

Derivado de lo anterior Etzioni menciona que es factible reconocer tres casos


congruentes de autoridad - organización:
CASOS CONGRUENTES DE AUTORIDAD - ORGANIZACIÓN

TIPOS DE PODER:
TIPOS DE ORGANIZACIÓN Y AUTORIDAD:
Coercitivo
Remunerativo COERCITIVAS
Normativo Ejército, Prisión

UTILITARIAS
TIPOS DE RESPUESTA:
Enajenado Universidad, Negocio
Calculador
Moral NORMATIVAS
Iglesia, Partido político
Imagen 1 Elaboración propia con información del Diccionario de Política, Bobbio, N. et. al., 2007, p. 119

Aunado a los modelos que propone Etzioni, James Coleman distingue sistemas
que plantean la naturaleza estática y dinámica de las relaciones de autoridad (aunque
también vislumbra la naturaleza jerárquica de la autoridad):

SISTEMAS
Sistemas de Autoridad Separados
Sistemas de Autoridad Simples
Se acepta la autoridad para obtener
La autoridad la ejerce su detentador
ventajas extrínsecas
VS. VS.
Sistemas de Autoridad Conjuntos Sistemas de Autoridad Complejos
Se acepta la autoridad para obtener La autoridad la ejercen figuras delegadas
beneficios intrínsecos por su detentador

Imagen 2 Elaboración propia con información del Diccionario de Política, Bobbio, N. et. al., 2007, p. 119

En torno a las estructuras de autoridad, H. Eckstein las define como: “conjunto de


relaciones asimétricas, entre miembros de una unidad social ordenados de modo
jerárquico, que tiene por objeto la guía de la propia unidad social”, (op.cit. Bobbio, N.
et. al. 2007). Puntos relevantes de esta definición que requieren analizar con mayor
detenimiento, son:

 Relaciones asimétricas: la autoridad como fuente de poder, siempre conlleva una


figura que detenta la autoridad y de alguien que se subordina a ella,
estableciendo un orden jerárquico. Si bien las relaciones jerárquicas son
obligadas en las unidades de personalidad moral, el tipo o estilo de autoridad que
se ejerza son cruciales, no solo para alcanzar los propósitos establecidos
(previsión), dentro del contexto/circunstancia en que esté encuentre
(circunspección), sino también para poner los medios pertinentes (inteligencia
intuitiva y perspicacia), previendo las consecuencias de las decisiones tomadas
(cautela), pero siempre bajo una visión de bien común (razón). Cuando el tipo de
autoridad se aleja de los ingredientes prudenciales, ya no se estaría obrando bajo
el consejo, el juicio y el imperio de la prudencia.

 La guía de una unidad social: la autoridad se ejerce con la finalidad de poner los
medios y dirigir las acciones de una personalidad moral hacia un fin previsto
(Heifetz, 2012). Toda unidad social con personalidad moral se sostiene en
estructuras de autoridad. Solo a través de estas estructuras se establece un
determinado orden y propósito para todos quienes forman parte de la unidad
social. Si la autoridad no se ejerciera, el vacío de poder provocaría el caos y la
anarquía, y emergerán figuras informales de autoridad.

2. Autoridad como poder legítimo

El diccionario menciona que el poder legítimo supone un juicio de valor positivo


sobre el ejercicio del poder. Para comprender lo anterior, se debe analizar los
elementos que constituyen el constructo legitimidad.

La legitimidad puede tener su origen en dos fuentes de poder:

Poder Poder
Formal Informal
Establecido oficialmente por la Establecido entre grupos de poder o
dirección, definiendo funciones, de relación no oficiales, de forma
jerarquía, coordinación y canales de espontánea por gustos, afinidades o
comunicación. intereses personales.

Da lugar al iderazgo formal Da lugar al liderazgo informal,


preestablecido por la organización emergente del grupo

Imagen 3 Elaboración propia con información de internet

Por otro lado, el diccionario analiza la autoridad en términos de su eficacia y su


estabilidad. La legitimidad supone que otros reconozcan que una persona está investida
de autoridad para ejercer una función. La autoridad es legítima cuando la legitimización
surge de la obediencia incondicional que los subordinados mantienen a través del tiempo;
y requiere que sea reafirmada públicamente desde la fuente del poder en el que se
fundamenta dicha legitimidad.

Se establece una distinción importante sobre los orígenes de la autoridad, aquella


en la que la obediencia responde a la observancia del poder legítimo, frente a aquella que
tiene como origen el mandato. La autoridad concebida como mandato, sin legitimidad, las
más de las veces se obtiene por temor, por la fuerza o por determinados intereses. Por
ende, y como lo menciona Lipset (1963), citado por Etzioni (1986): “legimitation refers to a
wide set of values and mores that provide moral approval of specific activities or
institutions whether or not legal sanction is involved”. Que los subordinados crean en la
legitimidad de quien ejerce la autoridad, da lugar a la adhesión entre quienes la detentan y
quienes la obedecen; poniendo límites y soluciones a las pugnas internas, y por ende
mayor estabilidad y eficiencia en el ejercicio del poder.

Así mismo, la ambigüedad de la autoridad se hace evidente cuando “… la


creencia en la legitimidad … transforma el poder en autoridad… El grado y la intensidad
en que la fe ciega, en un principio de legitimidad del poder, puede desencadenar la
violencia…” (Bobbio, N. 200, p.123). La narrativa de El Señor de la Moscas (2011),
novela de William Golding, es un claro ejemplo, no solo de cómo se llenan los vacíos de
autoridad, sino también de como la fe ciega en la legitimidad del poder, lleva a
comportamientos irracionales y violentos. Otros claros ejemplos de esto son las sectas, en
las que, quien las dirige, se autoproclama como líder supremo, ejerciendo prácticas de
absoluta jerarquización y obediencia (adoctrinamiento ideológico), y llegando a cometer
actos en contra de la propia dignidad de la persona, bajo una falsa creencia de legitimidad
de autoridad y poder del líder. La ambigüedad de la autoridad puede ir evolucionando
hasta llegar al autoritarismo, a través de ejercer el poder sin limitación alguna y sin el
reconocimiento legitimado de sus subordinados. Algunas dictaduras latinoamericanas
(disfrazadas de pseudodemocracia) son un ejemplo de grave autoritarismo.

Asociado a los conceptos de autoridad y poder, no se puede dejar de lado su


vinculación a los conceptos de liderazgo y carisma. Es interesante la concepción del
liderazgo como un papel, en tres ámbitos (Bobbio, 2007):
 “El desempeño del líder en un contexto específico de interacción”. Como ejemplo … Un
mismo líder seguramente manifestó un ejercicio diferente de su liderazgo antes, durante y
después de la pandemia.
 “Las motivaciones, atributos (personalidad y habilidades) y recursos propios del papel del
líder en su contexto específico”. Continuando con el ejemplo… debido a la necesidad de
gestionar el tipo y la velocidad de los cambios producto de la pandemia, y su impacto
dentro de la organización, el líder debió seguramente ajustar su ejercicio de su liderazgo
bajo un alto sentido de urgencia.
 Las expectativas de los seguidores del líder. Cerrando el ejemplo … En la pandemia,
grandes preocupaciones y expectativas tuvieron los seguidores del líder; desde el temor a
perder el trabajo, hasta la adopción casi inmediata de nuevas formas de trabajo.

Sumo a esto, lo que menciona Fred Fiedler (1978), en su Teoría de la


Contingencia: “… leadership style must be adapted to the situation… there is no ideal
leadership style, rather the most effective style for any specific circumstance is the one
that aligns with the situation”.

Dentro del análisis que hacen Gherth & Mills (1953), citados en el diccionario
(op.cit. Bobbio, N. et. al. 2007), retomando la conceptualización del papel del liderazgo,
proponen tres tipos de líder:

Líder Rutinario Líder innovador Líder precursor


Cumple un papel del guía Reelabora su papel de guía Crea su papel y el contexto en el que
lo realiza.

Imagen 4 Elaboración propia con información del Diccionario de Política, Bobbio, N. et. al., 2007, pp. 914-915
Sin embargo, estas tipologías no debieran tomarse como absolutas, ya que, como
dice Stogdill (1948), también citado en el diccionario (op.cit. Bobbio, N. et. al. 2007.
p.916), analizando los elementos personales del liderazgo y siendo el liderazgo “… una
relación entre personas insertas en una determinada situación …, las personas que son
líderes en una situación no necesariamente son líderes en otras situaciones”. Las
razones pueden ser múltiples, pero en lo general puede atribuirse a una incapacidad (falta
de motivación, atributos y recursos), para sortear y gestionar diferentes escenarios.

Por otro lado, y siendo que no es factible ejercer el liderazgo ante la ausencia de
seguidores o subordinados, M. Conway (1915), menciona tres tipos de líderes, en función
del papel que adoptan frente a sus seguidores (op.cit. Bobbio, N. et. al. 2007, p. 916):

Líder que arrasta a la Líder intérprete de la Líder representante de la


muchedumbre muchedumbre muchedumbre

Conciben grandes ideas y Hacen explicitos los sentimientos Manifiestan solamente la opinión
conforman muchedumbres para y las ideas de la muchedumbre. conocida de la muchedumbre.
realizarlas.
STEVE JOBS NELSON MANDELA REINA ISABEL
II
Imagen 5 Elaboración propia con información del Diccionario de Política, Bobbio, N. et. al., 2007, p. 916

En respuesta, y por las razones que hacen que un subordinado siga a su líder, se
mencionan dos tipos de seguidores:

Comprometidos con el líder por


razones de carácter moral.
Fieles

Siguen al líder por motivos de Transacción


interés.

Mercenarios
Imagen 6
Elaboración

Independientemente del tipo de líder o tipo de seguidor, se presenta en estas


interrelaciones un contexto de poder y su legitimación.

Por lo que, ahondando en la conceptualización del poder, el diccionario lo define


como: “capacidad y posibilidad de actuar y de producir efectos … capacidad del hombre
para determinar la conducta del hombre” (Bobbio, N. 2007); y Gumplowics como: “la
posesión de los medios para satisfacer las necesidades humanas y disponer libremente
de tales medios”. La definición de Gumplowics, podría entenderse de forma similar a lo
que Abraham Maslow (1940), expone en su pirámide de necesidades, en lo concerniente
a la necesidad de estima, explicando que su origen radica en el logro y poder. También
McClelland (1951) expone como necesidades sociales la afiliación, el logro y el poder
(op.cit. Toro, P. & Esperanza. 1998). En ambos autores la coincidencia se encuentra en
sostener que el poder solo puede darse en una interrelación entre personas. Mario
Stoppino explica el poder como “una relación triádica conformada por quien detenta el
poder, quien acata y por la esfera de actividades a que se encuentre referido el poder”
(Bobbio, N. 2010).
El poder tiene la cualidad de ejercer cambios de comportamiento intencional o
inintencionalmente. De aquí que el poder pueda conceptualizarse como posibilidad (poder
potencial) o como efectivamente ejercido (poder actual), (Bobbio, N. 2007).

El poder actual refiere a los cambios de comportamiento que se gestan ante el


ejercicio propio de la autoridad y liderazgo de quien lo detenta; es decir, toda persona que
detenta una posición de liderazgo, en el ejercicio del poder que le confiere su autoridad,
está construyendo un espacio de modificación de conductas (Bobbio, N. 2007). Más, sin
embargo, existe también el hecho de que haya cambios de conducta desde el propio
interés emulativo de los subordinados; ya que el líder representa un modelo a imitar.
Asimismo, desde la posición del subordinado, puede haber la elección de ajustar su
comportamiento a lo que percibe como lo esperado por el líder, a fin de obtener beneficios
o ventajas, o bien evitar un mal anunciado en consecuencia.

El poder potencial refiere a la capacidad de motivar comportamientos ajenos; es


decir, tener la capacidad del líder para ejercer un poder social sobre los subordinados, a
partir de determinados atributos y recursos (información, prestigio, popularidad,
legitimidad, recursos económicos, entre otros.) planeados y actuados por el propio líder
(Bobbio, N. 2007). Cuando se enmarca en esta conceptualización la figura del mártir,
hace sentido que a lo largo de la historia cuando ha habido persecución religiosa (como la
persecución cristiana/católica), el comportamiento legitimado de los mártires detonó un
comportamiento aun más comprometido de los adeptos derivado del comportamiento
estoico, y logrando un mayor número de conversiones a partir de ello. Entrando en el
campo económico, es factible analizar el liderazgo de naciones o empresas que, en
función de sus ventajas competitivas, les dota de una posición relativa superior para
competir con otras naciones o empresas. Las diferencias percibidas entre voluntades, así
como de los atributos y recursos del poder potencial, pueden dar pie a relaciones de
conflictividad, dada la asimetría que presentan.

Derivado del todo el análisis anterior, se puede entonces hablar de una medición
del poder, atendiendo tres dimensiones: “la probabilidad de que el comportamiento
deseado se verifique, el número de subordinados sometidos al poder y los valores que
constituyen la esfera del poder” (Bobbio, N. 2007). Para poder hacer cualquier análisis en
torno al ejercicio aplicado del poder, se deben emplear métodos de investigación
empírica, como el método posicional (identificando líderes de alta posición de autoridad y
poder), el método estimativo (retomando el juicio de miembros confiables de la
comunidad), y el método decisional (observación o reconstrucción de comportamientos
efectivos). Si bien cualquiera de estos métodos proporciona indicativos de la medición del
poder, ninguno de ellos es capaz de describir y explicar confiablemente la dimensión del
poder en una determinada comunidad.

En conclusión, comprender a fondo el significado, las interrelaciones y


desigualdades que surgen en torno a los conceptos de poder-autoridad-liderazgo-carisma,
no obedece a una receta. La complejidad de los mismos hace casuístico/contextual su
análisis. Los autores y teorías que se han analizado me han ayudado a abrir mi panorama
y comprensión de estos temas, y me han llevado a reflexionarlos en mi propio ejercicio de
los mismos.

REFERENCIAS

Dutant, M. (2008). La fuerza de la palabra, la lectura como factor de cambio. Acción


Pedagógica, Núm. 17. pp 68 .73

Bobbio, N., Matteucci, N. & Pasquino, G. (2007). Diccionario de política. Siglo XXI
Editores.

Etzioni, A. (1986). Entrepreneurship, adaptation and legitimation, A macro-behavioral


perspective. Journal of Economic Behavior and Organization p.175-189. North-Holland

Fiedler, F. (1978). The Contingency Model and the Dynamics of the Leadership Process.
Advances in Experimental Social Psychology. Academic Press, Volume 11

Golding, W. (2011). El Señor de las Moscas. Alianza Editorial.

Heifetz, R., Grashow, A., & Linsky, M. (2012). La práctica del liderazgo adaptativo.
Barcelona: Paidos Ibérica.

Navarro, B. El liderazgo en tiempos de pandemia: cambios y nuevas tendencias para el


siglo XXI. Documento de Opinión IEEE 14/2021.
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2021/DIEEEO14_2021_BEANAV_Lid
Pan.pdf y/o enlace bie3.

Pereda, C., Muñoz, M.T., Ortiz, S. & Marcón, J. (2017). Diccionario de Justicia. Siglo XXI
Editores.

Skinner, B. F., & Ardilla, R. (1975). Sobre el conductismo (pp. 158-159). Fontanella.

Toro, P. & Esperanza, L. (1998). David C. McClelland (1917 -1998), Revista


Latinoamericana de Psicología, vol. 30, núm. 3, pp. 529-532 Fundación Universitaria
Konrad Lorenz Bogotá, Colombia

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