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Cada día se presentan diversas situaciones que ponen a prueba la honestidad de los

alumnos, ya sea en el colegio o en su hogar. Aprender a decir la verdad, por más


dura que esta sea suele ser difícil para aquellos que no practicaron el valor de la
honestidad desde su infancia, por lo que como padres deben ayudar a sus hijos a
practicar este valor.

Durante el mes de octubre en el colegio St. John’s fomentamos el valor de la


honestidad.

Queremos que nuestros alumnos conozcan las formas en las que pueden ser honestos
para que siempre actúen de la mejor manera, sin esperar nada a cambio. Todos
sabemos reconocer qué acciones son buenas y cuáles son las malas, al tener esto
presente se puede vivir y expresar mejor la honestidad en cada situación.

Un alumno honesto se reconoce por ser sincero en su comportamiento, cumplir con


todas sus obligaciones, hablar siempre con la verdad y no es capaz de engañar a
otros o de tomar cosas que no son suyas.

Cuando un alumno es deshonesto puede ser reconocido por ser una persona mentirosa,
esto provocará que no confíen en él o que no tenga amigos y esto puede desarrollar
que sufra de soledad y ansiedad. Es importante que los alumnos conozcan estas
consecuencias para que las eviten.

Algunos cuentos como Pedro y el lobo o juegos como policías y ladrones pueden
ayudarlos a entender mejor la importancia de ser honestos, y esto puede jugarse
entre los compañeros de clase o con la familia.

Al igual que los demás valores, la honestidad se practica cada día tanto en el
colegio como en casa, por lo que es responsabilidad de los profesores de tu hijo y
de ti ayudarlos a adoptar este valor en su vida.

Siendo modelos del valor de la honestidad tus hijos podrán adquirir una virtud.

Cuando la personalidad de un niño tiene como base la honestidad, puede desarrollar


mejores relaciones personales y tener amigos que compartan ese valor. Enséñale a
tus hijos a ser honestos consigo mismos, deberán aprender a detectar cuáles son sus
limitaciones, virtudes y defectos.

Cuando tus hijos aprendan a expresar cada emoción y sentimiento con cualquier
persona, serán reconocidos por los demás por tener una buena moral.
Cada día se presentan diversas situaciones que ponen a prueba la honestidad de los
alumnos, ya sea en el colegio o en su hogar. Aprender a decir la verdad, por más
dura que esta sea suele ser difícil para aquellos que no practicaron el valor de la
honestidad desde su infancia, por lo que como padres deben ayudar a sus hijos a
practicar este valor

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