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2019 VOL 23
Artículo de revisión
Bolaño-Romero María
Resumen
En los años 90, concretamente en 1992 se puso en vigor la 10ma revisión de la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE 10). En el Capítulo V (Trastornos Mentales y del
Comportamiento) se produjeron importantes cambios con respecto a las ediciones anteriores,
resultado de un extenso trabajo iniciado en los años 60 por el programa de Salud Mental de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado a mejorar el diagnóstico y la clasificación de
los trastornos mentales (Solé, 2002). Sin embargo, en el DSM-5, en el 2013, se sustituye el término
de ‘retraso mental’ que aparece en el DSM-IV y DSM-IV-TR, por el de Trastorno del Desarrollo
Intelectual (Pérez, 2013). El objetivo de este artículo es, recopilar información bibliográfica, y
señalar aspectos de la literatura de la salud mental, que se deben manejar en situaciones con
personas que presentan dichas condiciones, en la que podamos utilizar términos y criterios
actualizados.
Palabras clave: Trastorno del Desarrollo Intelectual, Retraso Mental, Coeficiente intelectual,
Discapacidad.
Intellectual Development Disorder, formerly called Mental Retardation: Boarding and updating
Abstract
In the years 90, specifically in 1992 the 10th revision of the International Classification of Diseases
(ICD 10) was put into effect. In Chapter V (Mental and Behavioral Disorders) significant changes
occurred with respect to previous editions, the result of extensive work initiated in the years 60
by the Mental Health program of the World Health Organization (WHO) intended to improve the
diagnosis and classification of mental disorders (Solé, 2002). However, in the DSM-5, in 2013, it
replaces the term of ' mental retardation ' that appears in the DSM-IV and DSM-IV-TR, by the
Intellectual Development Disorder (Pérez, 2013). The objective of this article is to collect
bibliographic information, and to point out aspects of the mental health literature, which should
be handled in situations with people who present these conditions, in which we can use updated
terms and criteria.
Introducción
El cambio de terminología se debía haber hecho hace ya mucho tiempo y por la misma razón por
la que el término ‘retraso mental’ sustituyó a los términos de ‘morón’, ‘imbécil’ e ‘idiota’ con los
que se denominaban al retrasado mental leve, retrasado mental moderado y al retrasado mental
severo respectivamente, hasta bien entrado el siglo XX: porque el término ‘retraso mental’ puede
resultar ofensivo (Pérez, 2013).
Definición
El trastorno de desarrollo intelectual (TDI), hace parte del grupo de Trastornos del Desarrollo
Neurológico (TDN), los cuales se caracterizan, porque tienen su origen en el periodo del desarrollo
y son déficits que producen limitaciones en áreas específicas o limitaciones globales (Martinez,
2014).
Ahora bien, Verdugo y Schalock (2010), parten de cinco premisas para definir operativamente el
trastorno del desarrollo intelectual, estas son:
2. Una evaluación válida tiene en cuenta la diversidad cultural y lingüística así como las diferencias
en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y conductuales.
Teniendo entonces al trastorno del desarrollo intelectual definido, según sus características, así,
el trastorno del desarrollo intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en
funcionamiento intelectual como en conducta adaptativa tal y como se ha manifestado en
habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad aparece antes de los
18 años (Pérez, 2015).
Epidemiología
Se estima que 130 millones de personas tendrán TDI en algún momento de su vida en el mundo.
La frecuencia de TDI se estima a partir de censos poblacionales en países de ingresos altos. Los
datos disponibles en países con ingresos medios y bajos son limitados a causa de clasificaciones
erróneas (misclassification) y subregistro. Las estimaciones de la prevalencia de TDI en países de
ingresos altos muestran amplia variación (1% - 10%) dependiendo de las definiciones, los métodos
utilizados para estimarla y la población. Al usar definiciones más estrictas, como la de la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) para estudiar la población general de todas
las edades, las prevalencias de los estudios realizados sobre América Latina y el Caribe son
menores (Lazcano, 2013).
A pesar que el TDI es frecuente en el mundo, con un alto impacto en el funcionamiento individual
y una prevalencia aproximada de 1–4%, en Latinoamérica la prevalencia puede ser cuatro veces
mayor, por su asociación a factores como la desnutrición, las complicaciones obstétricas y
perinatales, la prematurez, la intoxicación por plomo, las infecciones del Sistema Nervioso Central
(SNC) y la pobreza; que han sido superados en países desarrollados (Márquez, 2011).
El impacto del TDI en el Caribe, se puede explicar además, porque los niños, adolescentes y
mujeres en zonas rurales, son los más afectados por la pobreza, a su vez, condicionante para el
TDI. Aunque cada vez se identifican más causas genéticas del TDI leve, a esta condición se le
reconoce como de origen sociocultural o familiar. TDI y pobreza, constituyen una relación
bidireccional, ya que una desproporcionada mayoría de personas con TDI sociocultural, son
pobres, descienden de padres con un Coeficiente Intelectual bajo o se ubican en las minorías o
grupos marginales. Las personas con TDI experimentan condiciones de vida muy difíciles,
atribuibles también a una discriminación sistemática y a la ausencia de protección jurídica
(Márquez, 2012).
Para poder evaluar los indicadores como los años de vida ajustados en función de la discapacidad
(AVAD) es indispensable conocer la prevalencia exacta del TDI. El TDI no está incluido en la Carga
Global de Enfermedades del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ahí
que médicamente se advierte una ausencia de visibilidad (WHO, 2004) .
Etiopatogenia
La etiología del TDI, incluye tanto enfermedades genéticas, que van desde anomalías
cromosómicas a alteraciones de un solo gen; con un amplísimo rango de enfermedades de origen
ambiental como carencias nutricionales (por ejemplo, déficit de iodina, o intoxicación por plomo),
traumas en el momento del parto, infecciones intrauterinas (por ejemplo, rubéola), o una
deprivación social grave en la infancia. Por otro lado, las causas no genéticas varían
significativamente de un país a otro, dependiendo de factores socio-políticos, económicos y
culturales (Novell, 2012).
A. Factores prenatales
Los Factores de riesgo prenatales, hacen referencia a que, durante el embarazo, pueden
presentarse situaciones anómalas que de no controlarse generan afectación en el SNC y la
conducta (Rada, 2017).
Síndrome de Down
Síndrome de Patau
Síndrome de Edwards
Cromosomopatía
Síndrome de Cri du chat
Síndrome de Klinefelter
Esclerosis Tuberosa
Neurofibromatosis
Síndrome de Marfan
Distrofia Miotonica
Craneosinostosis
Cretinismo
Pseudohipoparatiroidismo
Fenilcetonuria
Citrulinuria
Aciduria argininosucciníca
Hiperamonemia
Trastorno Metabólico
Homocistinuria
Hipoglicemia idiopática
Leucoencefalopatia progresiva
Enfermedad de Gaucher
Sífilis
Rubeola
Infecciones Prenatales
Toxoplasmosis
Hepatitis
Radiaciones
Alcohol
Malnutrición
Diabetes materna
Hipoglicemia Materna
Factores Maternos
Hemorragias Vaginales
Placenta previa
Trauma intrauterino
Tomado y modificado de Javier de las Heras, Etiopatogenia del retraso mental, Revistas Científicas
Complutenses, España, 2010, por Lozada-Bolaño, 2019.
B. Factores perinatales
Los factores de riesgo perinatales, son aquellos presentes en el momento del parto, el cual es
otro espacio de tiempo determinante para el futuro de la salud neurológica y psicológica del ser
que nace, dadas sus difíciles condiciones naturales. En este periodo llamado perinatal, el cuerpo
del infante es sometido a extremo estrés, y se ponen a prueba todas sus capacidades adaptativas,
frente a la abrupta interrupción del soporte de vida en oxigenación y nutrición que le brinda el
cuerpo de la madre y el estrecho corredor de salida al mundo exterior, paso por el cual, la
integridad física de la cabeza fetal es amenazada por la superposición de sus huesos al salir, y la
oxigenación general se pone en riesgo por efecto de las contracciones en partos prolongados y
otras complicaciones obstétricas (Rada, 2017).
Malnutrición
Infecciones
Traumatismo
Malformaciones congénitas
Infecciones
Parto Múltiple
Traumatismo obstétrico
Alteraciones cardiovasculares
Anoxia e Hipoxia
Depresión respiratoria consecuente al uso de
analgésicos o anestésicos durante el parto
Sepsis Neonatal
Hiperbilirrubinemia
Fármacos (Sulfamidas)
C. Factores postnatales
Durante la fase sensitivomotora, el pensamiento del lactante está ligado a las sensaciones
inmediatas y a la capacidad para manipular objetos. El concepto de «en» (dentro de) está
representado en el acto de un niño que pone un bloque en una copa. Con la llegada del lenguaje,
la naturaleza del pensamiento cambia de forma espectacular; los símbolos sustituyen cada vez
más a los objetos y las acciones. De esta forma, los niños están continuamente reorganizando de
forma activa los procesos cognitivos. Estos y otros procesos, ocurren desde la etapa de la
lactancia, hasta la adolescencia, aproximadamente hasta los 18 años. Cualquier evento que
irrumpa el desarrollo normal de las actividades durante esta etapa cronológica, permitirá el
deterioro del CI del individuo (Kliegman, 2016).
Tomado y modificado de Javier de las Heras, Etiopatogenia del retraso mental, Revistas Científicas Complutenses,
España, 2010, por Lozada-Bolaño, 2019.
Meningitis Viral
Infecciones
Meningoencefalitis Viral
Traumatismo craneoencefálico
Síndrome de West
Enfermedades Necrológicas
Síndrome de Lennox
Parálisis Cerebral
Tomado y modificado de Javier de las Heras, Etiopatogenia del retraso mental, Revistas Científicas Complutenses,
España, 2010, por Lozada-Bolaño, 2019.
Los sujetos con TDI están sometidos a diferentes tipos de estrés ambiental, quizás incluso más
que las personas sin TDI. En los sujetos sin comunicación verbal que conviven en grupos, donde
se les demanda conformidad y sumisión, las explosiones conductuales pueden ser sólo una
manera de comunicar sus sentimientos o de asumir algún control. Incluso a personas con TDI leve,
totalmente capacitadas, con frecuencia no se les permite decidir sobre sus propias vidas. (Novell,
2012).
FACTOR CARACTERISTICA
Malnutrición
Intoxicación
Depravación cultural
Juegan también un papel importante en la
etiopatogenia de algunas formas de TDI,
Falta de incentivos intelectuales
además que se presentan por la incapacidad
Depravación afectiva de los adultos para buscar ayuda oportuna y
Tomado y modificado de Javier de las Heras, Etiopatogenia del retraso mental, Revistas Científicas Complutenses,
España, 2010, por Lozada-Bolaño, 2019.
Este grupo incluye aquellos factores que contribuyen, por un lado, a la baja autoimagen del
individuo y, por otro, a limitar el repertorio de funciones mentales de la persona. La mayoría de
los sujetos con TDI, especialmente en el rango de límite y ligero (80% de los casos totales de TDI),
son conscientes de su deficiencia, de sus defectos y del rechazo del medio hacia ellos. Sin
embargo, debido a sus propias deficiencias en el pensamiento conceptual y en la capacidad de
comunicación, entre otras, pueden tener problemas a la hora de desarrollar estrategias de
afrontamiento (Novell, 2012).
FACTOR CARACTERISTICA
Dificultades en desarrollo de
relaciones sociales
Dificultades en desarrollo de
habilidades de supervivencia
Falta de disciplina
Tomado y modificado de Ramón Novell Alsina, Pere Rueda Quitllet, Luis Salvador Carulla, Salud mental y
alteraciones de la conducta en las personas con discapacidad intelectual: Guía práctica para técnicos y cuidadores,
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, por Lozada-
Bolaño, 2019.
La Asociación Mundial de Psiquiatría, nos dice que disponer de información sobre qué
condiciones han propiciado la discapacidad intelectual es muy importante por diversas razones:
✓ El alivio de la culpa de que la familia y factores sociales hayan sido la causa de la condición, o del
trastorno del desarrollo o de la perturbación de la conducta.
Clasificación
Si reducimos el empleo de las categorías diagnósticas a aquellos contextos en los que sea
estrictamente necesario y colocamos en un primer plano a la persona para posteriormente
abordar los problemas que pudieran derivarse de su discapacidad, son muchos los beneficios que
podemos obtener del empleo de los sistemas de clasificación:
d) Favorecer un conocimiento mayor de la discapacidad, sobre todo en los casos en los que ésta no
es fácilmente reconocible por rasgos físicos.
e) Comprensión del ritmo de progreso de la discapacidad para poder formular así expectativas y
metas realistas y apropiadas.
f) El conocimiento de la categoría diagnóstica puede ayudar a los padres a buscar de un modo más
eficaz recursos, grupos de apoyo, ayudas de carácter económico o contacto con organizaciones.
g) Favorece un diagnóstico precoz que permite estimular el desarrollo cognitivo y el mejor proceso
de aceptación de los padres y respuesta de éstos al desarrollo del niño.
El TDI requiere una especificación en función de la gravedad, que, en este caso, se hace en función
del funcionamiento adaptativo y no en función del CI, como se hacía en el DSM IV. Cambio que
argumentan en base a que es el funcionamiento adaptativo el que determina el nivel de apoyos
requeridos, además de que las medidas de CI, son menos validas en los valores más bajos de CI
(Ladrón, 2013).
Ahora bien, los TDI, se clasifica en 3 trastornos condicionales, los cuales son:
a) Discapacidad Intelectual; del cual, el DSM-V establece los siguientes tipos: Leve, Moderado, Grave
y Profundo.
LEVE
Tomado y modificado de Ramón Novell Alsina, Pere Rueda Quitllet, Luis Salvador Carulla, Salud mental y
alteraciones de la conducta en las personas con discapacidad intelectual: Guía práctica para técnicos y cuidadores,
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, por Lozada-
Bolaño, 2019.
Psiquiatria.com – ISSN: 1137-3148
Psiquiatria.com. 2019 VOL23
MODERADA
Tomado y modificado de Ramón Novell Alsina, Pere Rueda Quitllet, Luis Salvador Carulla, Salud mental y
alteraciones de la conducta en las personas con discapacidad intelectual: Guía práctica para técnicos y cuidadores,
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, por Lozada-
Bolaño, 2019.
Psiquiatria.com – ISSN: 1137-3148
Psiquiatria.com. 2019 VOL23
GRAVE
El vocabulario y la
Las habilidades conceptuales El individuo requiere apoyo
gramática son muy
son limitadas. Estas en todas las actividades de
limitados. El habla puede
personas, generalmente, la vida diaria (comidas,
consistir en palabras o
tienen poca comprensión del vestirse,
frases centradas en el aquí y
lenguaje escrito o de bañarse y eliminación). El
ahora, dentro de los
conceptos en los que se usan individuo requiere
acontecimientos
números, cantidad, tiempo supervisión en todo
cotidianos, las relaciones
y/o dinero y necesitan momento. En una minoría
con los miembros de la
amplios apoyos para la significativa se dan
familia y otros familiares
resolución de problemas conductas inadaptadas
son una fuente de placer y
durante toda la vida. incluyendo la autolesión.
ayuda.
Tomado y modificado de Ramón Novell Alsina, Pere Rueda Quitllet, Luis Salvador Carulla, Salud mental y
alteraciones de la conducta en las personas con discapacidad intelectual: Guía práctica para técnicos y cuidadores,
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, por Lozada-
Bolaño, 2019.
PROFUNDA
Tomado y modificado de Ramón Novell Alsina, Pere Rueda Quitllet, Luis Salvador Carulla, Salud mental y
alteraciones de la conducta en las personas con discapacidad intelectual: Guía práctica para técnicos y cuidadores,
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, por Lozada-
Bolaño, 2019.
b) Retraso Global del Desarrollo: se define como el retraso en 2 o más de las áreas del desarrollo,
dentro de las que se encuentran: motor fino y grueso; lenguaje y habla; funciones cognitivas;
desarrollo personal social y actividades de la vida diaria. En términos generales es debido a una
afección del Sistema Nervioso Central. Este retraso en las habilidades debe de ser de 2
desviaciones estándares en comparación con las habilidades esperadas para su edad. Este
término se aplica para niños menores de 5 años (HIMFG, 2013).
c) Discapacidad Intelectual No Especificada: Se establece cuando existe clara presunción del TDI,
pero la inteligencia del sujeto no puede ser evaluada (Ladrón, 2013).
d)
Criterios diagnosticos
3. Inicio del déficit: tanto en la porción intelectual, como en la adaptativa, la aparición debe darse
durante el periodo de desarrollo (APA, 2013).
b) Retraso Global del Desarrollo: Como se mencionó anteriormente, este diagnóstico está
reservado para individuos de menos de 5 años, cuando el nivel de gravedad clínica no puede ser
evaluado fiablemente durante la infancia. Esta categoría es diagnosticada cuando un individuo
fracasa en alanzar los hitos del desarrollo esperados en múltiples áreas del funcionamiento
intelectual, y se aplica a los individuos, cuando son incapaces de someterse a una evaluación
sistemática del funcionamiento intelectual (APA, 2013).
c) Discapacidad Intelectual No Especificada: Este diagnóstico está reservado para los individuos de
más de 5 años, cuando el grado de TDI, es difícil o imposible de evaluar por un déficit sensorial o
físico, como ceguera o debilidad prelingual; discapacidad locomotora, o presencia de problemas
de conductas graves. Esta categoría debería ser usada solo en circunstancias excepcionales y
requiere de reevaluación periódica (APA, 2013).
Para poder realizar el abordaje diagnóstico, se efectúan los test, que dependiendo del contexto
clínico y del objetivo de la evaluación, pueden ser:
• Evaluación del estado general: Grado de desarrollo (Guía Portage – Escala de Desarrollo de
McCarthy), Problemas genéticos (Examen genético), Problemas Neurológicos (Entrevista –
Examen por Neuroimagen – Batería Neuropsicológica), Nivel de Interacción Social (Entrevista con
Padres) (Bellido, 2012).
Manejo integral
El manejo integral del TDI abarca intervenciones médicas, psicológicas, educativas y sociales, que
permitan una detección temprana, intervención oportuna y disponibilidad de recursos para
disminuir en lo posible, el deterioro del paciente (Márquez, 2011).
En los países desarrollados, aproximarse a individuos con TDI desde lugares educativos y
comunitarios, mejoro drásticamente la aplicación terapéutica. En cambio, en los países de
ingresos medios y bajos, se reconoce que la información sobre los TDI, incidencia y prevalencia
de pacientes con estos trastornos, es escasa y fragmentada, lo que dificulta su manejo (Márquez,
2012). La falla en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad durante la gestación, y
crecimiento y desarrollo de pediátricos en países no desarrollados, permite que no se pueda
controlar los casos que no son diagnosticados, ni tratados, por lo que no acceden a servicios de
salud de calidad o a tiempo.
TIPO FOCO
Estudios metabólicos
Inclusión comunitaria.
Grupos de autoayuda.
Tomado y modificado de Maria Helena Márquez Caraveo, Martha Sanabria Salcedo, Juan Antonio Díaz Pichardo,
Lucia Arciniega Buenrostro, Elisa Aguirre García, Verónica Pérez Barrón, Isaura Díaz Mayer, Ana Teresa Díaz
Calvo, Guía Clínica, Retraso Mental, Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro”, por Lozada-Bolaño,
2019.
Conclusion
El TDI es un tema de salud pública ignorado tanto desde el área epidemiológica, como del área
investigativa, por lo cual se necesitan estudios que nos permitan observar el verdadero panorama
mundial sobre estos trastornos, especialmente, que permitan confirmar la eficacia de los
indicadores que poseemos en la literatura, para el manejo de estas condiciones. La detección
temprana, diagnóstico preciso y disponibilidad de recursos, permiten una intervención oportuna
e integral, que disminuyen la discapacidad y permiten adaptabilidad del paciente, a sus
actividades diarias. Afortunadamente, poseemos diversas estrategias de intervención, que nos
permiten abordar el problema desde múltiples puntos, para poder mejorar la calidad de vida de
los pacientes y preservar el bienestar social en la comunidad que interaccionan con los mismos.
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Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual.
España.
16. Pérez, A. (2013). Trastorno del Desarrollo Intelectual. Departamento de Psicología
Evolutiva y Didáctica. Universidad de Alicante.
Fuentes de financiación:
Conflictos de interés: